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Chapter 7: Too Much Intelligence?

RFID and Privacy

¿Demasiada inteligencia? Las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) y RFID se han vuelto
cada vez más populares para rastrear objetos físicos. Cada etiqueta contiene información de identificación
única a la que puede acceder un lector RFID. La identificación luego se envía al sistema de información que
puede identificar el producto que fue etiquetado. Por ejemplo, la industria farmacéutica etiqueta ciertos
medicamentos en grandes cantidades, como frascos de Viagra y Oxycontin de 100 píldoras, para
rastrearlos a medida que se mueven a través de la cadena de suministro y así evitar que las falsificaciones
lleguen al público.

Al igual que con todos los dispositivos de seguimiento electrónico, los defensores de la privacidad están
preocupados por el mal uso. Debido a que las etiquetas RFID pueden ser leídas por cualquier persona que
tenga un lector RFID, las etiquetas pueden revelar datos que los clientes pueden desear mantener en
privado. Por ejemplo, si compra un producto que tiene una etiqueta RFID, alguien con un lector RFID podría
identificar dónde lo compró y cuánto pagó por él, si el minorista no tiene borradores que puedan borrar
los datos de las etiquetas antes. te vas de la tienda Sin embargo, la cantidad de datos impresos en una
etiqueta RFID es limitada, y debido a que pocas empresas minoristas han comprado escritores o lectores
RFID, la probabilidad de abuso de la privacidad es actualmente escasa.

Además del seguimiento de productos, las tecnologías RFID pueden integrarse dentro de las personas. Por
ejemplo, el fiscal general de México y los miembros principales de su personal han sido implantados con
chips de seguridad de una compañía llamada VeriChip que les da acceso a áreas seguras de sus oficinas
centrales. VeriChip ha estado trabajando activamente para promover que sus chips se usen en pacientes
mayores con Alzheimer o pacientes con diabetes para ayudar al personal médico en el seguimiento de su
atención y recientemente anunció una asociación con la Fundación Nacional para la Investigación de Niños
Perdidos y Secuestrados para promover la inclusión de VeriChips En los niños para ayudar a prevenir los
secuestros.

El uso de implantes RFID para acelerar la asistencia médica puede ser bueno, pero ¿qué sucede
si los crackers logran acceder a las condiciones médicas de una persona?

La parte menos positiva viene dada, sin duda, por la privacidad y la seguridad. Los implantes RFID existentes
hasta ahora apenas cuentan con medidas de seguridad que protejan su contenido. Así, aunque el lector debe
situarse muy, muy cerca del implante para acceder a los datos, hay varios supuestos en los que un
ciberdelincuente podría acceder también a ellos. Así, es imprescindible, si se desea que esta tecnología pueda
desarrollarse, que se empiecen a considerar sistemas de seguridad más complejos, que garanticen que los
datos están protegidos de «fisgones».

Y otro aspecto que preocupa a sus principales detractores es la privacidad. Por ejemplo, imaginemos un
implante que almacena datos de contacto e historial médico de una persona que se ha desorientado y no
sabe dónde reside. Quien le ayuda a volver a casa, ¿podría ver el resto de sus datos médicos sin el
consentimiento de dicha persona?

Ahí está, probablemente, el mayor desafío al que se enfrenta esta incipiente industria. Yo, personalmente,
veo muchas ventajas en el desarrollo de esta tecnología, y la idea de olvidarme del llavero, las tarjetas
(débito, crédito, fidelización, Seguridad Social, etcétera) me agrada mucho. Pero, claro, solo en las
condiciones de seguridad y privacidad adecuada.

Nathalie Rodríguez Lazala


matricula: A00087087

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