El desarrollo humano es el conjunto de cambios que experimentan todos los seres humanos desde el momento de la concepción y hasta su muerte y se le denomina «desarrollo del ciclo vital».[1] Este proceso afecta todos los ámbitos de la vida pero los tres principales son el físico, el cognoscitivo y el psicosocial. El aspecto físico incluye el crecimiento del cuerpo y del cerebro, el desarrollo de las capacidades sensoriales y de las habilidades motrices y en general la salud del cuerpo. El aspecto cognoscitivo incluye la mayoría de los procesos psicológicos básicos y superiores (aprendizaje, memoria, atención, lenguaje, razonamiento, pensamiento y creatividad). El ámbito psicosocial por su parte agrupa las emociones, la personalidad y las relaciones sociales. La investigación del desarrollo humano busca describir y comparar el efecto del cambio en los individuos, explicarlo, realizar predicciones y relacionar los hallazgos con los trabajos en otras disciplinas. Sin embargo es un proceso complejo y requiere combinar información y conocimientos de múltiples disciplinas como la biología y la sociología.
Teorías del desarrollo
Desde el punto de vista explicativo, dos de los problemas centrales que buscan resolver los psicólogos del desarrollo son identificar cómo los factores biológicos y contextuales se relacionan para determinar el curso del desarrollo y determinar si este es un proceso continuo u organizado en etapas.[3] Se han propuesto múltiples teorías para explicar esos aspectos así como la estructura y funcionamiento general del proceso. Sin embargo no existe un acuerdo generalizado o una teoría universalmente aceptada.[1] Las teorías existentes en general se pueden enmarcar en cinco perspectivas que resaltan diferentes procesos de desarrollo y adoptan posturas distintas: psicodinámica, del aprendizaje, cognoscitiva, contextual y evolucionista. La perspectiva psicodinámica señala que el desarrollo es movido por fuerzas inconscientes que motivan la conducta humana. La perspectiva del aprendizaje considera que el desarrollo es el resultado de un proceso continuo de cambio de conducta basado en la experiencia o en la adaptación al ambiente. La perspectiva cognoscitivista se centra en los procesos mentales y en la conducta que manifiesta esos procesos. La perspectiva contextual considera que el individuo es una entidad inseparable del ambiente. Finalmente, la perspectiva evolutiva o sociobiológica se enfoca en las bases evolutivas y biológicas del comportamiento.
La perspectiva humanística del desarrollo humano
El enfoque humanista o tercera fuerza de la psicología contemporánea, Se fundamenta en el respeto por la valoración de las personas, respeto por los distintos enfoques, apertura hacia métodos aceptables e interés en la exploración de nuevos aspectos de la conducta humana. emergió oficialmente en EE.UU en 1961, con la fundación de la American Association for Humanistic Psychology (AAHP). Como parte del comité organizador de la asociación estaban nombres que ya son parte de la historia de la psicología: Abraham Maslow, Anthony Sutich, Joe Adams, Dorothy Lee y Clark Moustakas. Ese acto fundacional fue el resultado de un proceso que llevaba años gestándose al interior de la psicología. Muchos rechazaban la idea de sujeto reprimido que planteaba el psicoanálisis y la rigidez mecanicista del conductismo. Era la década del 60, momento en el que el mundo, después de pasar por dos guerras mundiales, quería hablar de libertad y de espiritualidad: el humanismo fue aceptado como un signo de los tiempos. surgió a partir del rechazo de las dos psicologías dominantes, conductismo y psicoanálisis, por ofrecer una visión del ser humano deshumanizada, reduccionista, mecanicista y determinista. La psicología humanista se presentará como "tercera fuerza". Para el humanismo el hombre no es un ser esclavo de sus instintos e ideas reprimidas, como lo hace ver el psicoanálisis, ni una máquina programable desde el entorno que los conductistas puedan manipular. Para el enfoque Humanista el hombre es libre, autodeterminado; su comportamiento y su visión del mundo son altamente subjetivos e importan en la terapia. El sujeto visto por un humanista es esencialmente bueno y se desarrolla gracias a su afán de realización. Lo humano no se comprende sino a partir de las personas, desde su circunstancia particular y su vida individual. Es importante estudiar las acciones y su vida para entender sus cogniciones, sus sentimientos, sus emociones y sus conductas, dadas sus propias experiencias. El valor está en el acercamiento de lo que le sucede a cada persona. Como hemos visto , el enfoque humanista trascendió a las fuerzas que monopolizaban la lógica comprensión del comportamiento humano (conductismo y psicoanálisis). Ella ubicó en su justo lugar al complejo proceso de la subjetividad humana: los actos humanos son una expresión de las propias potencialidades humanas, y no una manifestación determinada totalmente por fuerzas incontrolables para el individuo no inherentes a la conciencia del individuo. Las ideas que sobre salen más del enfoque humanista son: La importancia que se le asigna al individuo, a la libertad personal, al libre albedrío, a la creatividad individual y a la espontaneidad. Se hace hincapié en la experiencia consciente. Se pone énfasis en todo lo relacionado con la naturaleza humana. Los humanistas desean destacar la salud mental y todos los atributos positivos de la vida, como la felicidad, la satisfacción, el éxtasis, la amabilidad, la generosidad, el afecto, etc. Además los integrantes del movimiento comparten: El afán por centrarse en la persona, su experiencia interior, el significado que la persona da a sus experiencias y en la autopresencia que esto supone. Enfatización de las características distintivas y específicamente humanas: decisión, creatividad, autorrealización, etc. Mantenimiento del criterio de significación intrínseca en la selección de problemas a investigar, en contra de un valor inspirado únicamente en el valor de la objetividad. Compromiso con el valor de la dignidad humana e interés en el desarrollo pleno del potencial inherente a cada persona; es central la persona tal como se descubre a sí misma y en relación con las restantes personas y grupos sociales.
Perspectiva cognitiva del desarrollo humano
la Psicología Cognitiva surge como respuesta a las limitaciones que presentaba el conductismo.