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de la Payasa: “Con la fertilidad solita- co, el negrero había sufrido una serie El tren había salido de la vieja Termi-
ria del amor”. Por su lado, Pierrot, el de embolias en la década de los seten- nal de Egida a las diez de la noche, con
ingenuo, el tontito, el torpe, irá a en- ta que lo habían dejado medio parall- el brazo lívido de Chelo diciendo adiós
gendrar un pequeño peregrino con la zado primero y luego paralítico y final- desde el andén, y al amanecer estába-
primera bailarina roja que le da un mente convertido en ese vegetal que a mos todavía en la provincia de Las Vi-
beso en la mejilla. Multitudes pasan, veces parece ser el camino de toda llas, enfilando la inmensa llanura con-
desaparecen, renacen en el cantar y carne. Nunca sabremos de cierto cuán- tinua (Cuba, como Africa, no es más
se pierden en los tiempos. Entre el to sufrió Lino en su parálisis, pero sí que una extensa sabana) que era el
Peregrino y la Peregrina, se insinua sabemos lo que padeció con esta muer- paisaje de Placetas a Cacocún, el em-
como una mala pesadilla la figura re- te en vida su viuda Herminia del Por- palme para Holguín, y el resto del tra-
pulsiva del fraile: un ser a la vez inde- tal. Fuimos con ella Miriam Gómez y yecto hecho en el gastar de vía estre-
seado e imprescindible, junto al que el yo a un hospital en que sólo visitarlo cha a Gibara: lomas, un tunel, el mar.
camino se transforma en calvario pero era una visión violenta del Infierno de Todo ese viaje de fin de año de 1947,
también en desahogo y esperanza. la senilidad. La demencia, la invalidez fin de una era y comienzo de la Iltera-
Apocalipsis cum figuris es una obra y la idiotez senil eran allí el decorado y tura, lo había pasado leyendo y rele-
que contiene dlversas y lejanas raíces: el único paisaje posible. Entre estos yendo la rara prosa de Novás Calvo.
desde la Biblia hasta Grotowski, y pa- reos a los que Jonathan Swift con iro- Rara no por remota sino por prójima:
sando por Dante y Christopher Fry. Sin nía irreverente llamó los Inmortales: esas gentes de nombres exóticos co-
embargo, esas raíces germinaron en condenados a la vida en muerte, pri- mo Acerina Canadio, Silvia Silva, Na-
una escritura fértil que, de siembra en sioneros de su superviviencia en le zario Niela no vlvían en “La luna no-
siembra, de ideas en oficio, ha llegado cárcel de la longevidad, allí Lino dio n a ” , en las afueras, como en el cuento
a dar sus propios frutos. La extraordi- una última muestra de su energía sino entre nosotros. “El reía su risa
naria habilidad de la novela consiste creadora. arrancada”, cuenta Lino sln apenas
en jugar sobredistintos niveles simbó- Tengo en mi anaquel de libroscuba- darle importancia a la imagen vertigi-
licos que no desvirtuan nunca el atrac- nos una primera edición barata pero nosa, “y decía que pensaba acabar con
tivo sencillo de una anécdota adecua- para mí preciosa. Es fa /una nona, tí- todos los carros del garage, y los ojos
da a los mecanismos de la ficción. Por tulo remoto, publicada en Buenos Ai- se le estriaban”. Créanme, no se es-
lo tanto, el libro ofrece distintos nive- res en 1942: es decir hace más de cribía así en español, o en cubano,
les de lectura, con los cuales cada quién cuarenta años. Este volumen de cuen- antes de publicarse ‘.‘En las afueras”.
puede encontrar su altura de vuelo. Su tos es una obra maestra del género y No se volvió a escribir igual después.
desclframiento no es fácil porque mu- cuando un día se escriba la historia Recuerdo hab,e leído luego su cuen-
chas claves se mezclan hasta fundirse definitiva del cuento en América se to “Angusola y los cuchillos” con una
en una ficción poética muy propia de la verá que Lino Novás está entre sus extraña emoción que era el arte emoti-
autora, quien podría concluir ese largo maestros: Horacio Quiroga, Borges, Fe- vo de las palabras que lo traían todo:
viaje retornando las palabras de la Con’- lisberto Hernández, Juan Rulfo, Virgi- los nombres, los hombres y las muje-
desa Rosmarin Ostenburg al flnal de lio Piñera, Adolfo Bioy Casares para res (iAh, Sofonsiba Angusola!) y el se-
Hay suficiente luz en las tinieblas. citarlos en orden cronológico. Llno No- xo sobresaltado en una oscura violen-
“¡Fue una desquiciada carrera por vás fue el primero que supo adaptar cia vital. A pesar de mi respeto por
la nieve a causa de mi excéntrico las técnicas narrativas americanas a Carlos Montenegro (otro escritor muer-
sentido de la orientación!” una escritura verdaderamente cubana to olvidado en el exilio y el hombre
-y lo que es más, habanera. En sus bronco que me había dado a los doce
cuentos se oye hablara La Habana por mi primera lección literaria al sentar-
primera vez en alta fidelidad. Sobre me a la Remington renuente diciendo,
todo La Habana de las afueras, la que “Para escribir bien lo primero que hay
Letras, Letrillas conversaba en Diezmero y Mantilla y que hacer es saber escribir a máqui-
Letrones Jacomino y Luyanó y Lawton Batista: na”), Llno Novás Calvo se convirtió en
en los traspatios. mi escritor cubano favorito y hasta la
Todo ese submundo urbano, subur- llegada de William Faulkner y de Bor-