Decreto de 24 de julio de 1889.

El Código Civil

TEMA 7
Decreto de 24 de julio de 1889.
El Código Civil

1. DECRETO DE 24 DE JULIO DE 1889. EL CÓDIGO CIVIL ___________________________________ 219

1.1. Título preliminar. e las normas urídicas su aplicaci n y eficacia ________________________ 219
1.1.1. Capítulo I. Fuentes del derecho ____________________________________________ 219
1.1.2. Capítulo II. Aplicación de las normas jurídicas ___________________________________ 219
1.1.3. Capítulo III. ficacia eneral de las normas urídicas _______________________________ 219
1.1.4. Capítulo IV. Normas de Derecho Internacional Privado _______________________________ 220
1.1.5. Capítulo V. Ámbito de aplicación de los regímenes jurídicos civiles
coexistentes en el territorio nacional _____________________________________________ 222
1.2. Libro I. De las personas __________________________________________________ 223
1.2.1. Título I. De los españoles y extranjeros ________________________________________ 223
1.2.2. Título II. Del nacimiento y de la extinción de la personalidad civil ________________________ 226
1.2.3. Título III. Del domicilio __________________________________________________ 230
1.2.4. Título IV. El matrimonio __________________________________________________ 231
1.2.5. Título V. Paternidad y filiaci n ______________________________________________ 239
1.2.6 Título VI. Alimentos entre parientes ___________________________________________ 242
1.2. . Título VII. elaciones paterno-filiales _________________________________________ 243
1.2.8. Título VIII. De la ausencia ________________________________________________ 251
1.2.9. Título IX. De la incapacitación (art. 199 a 201 CC) __________________________________ 251
1.2.10. Título X. De la tutela, curatela y de la guarda de los menores o incapacitados ________________ 251
1.2.11. Título XI. La mayor edad y la emancipación ____________________________________ 257
1.2.12 Título XII. El Registro del estado civil _________________________________________ 258

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 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
1. DECRETO DE
24 DE JULIO DE 1889.
EL CÓDIGO
CIVIL
1.1. Título preliminar. De las
normas jurídicas, su aplicación y
eficacia
1.1.1. Capítulo I. Fuentes del derecho
on los medios oficialmente admitidos para producir y esta-
blecer las normas jurídicas. eg n el art. CC, las fuentes
del ordenamiento jurídico espa ol son la ley, la costumbre y
los principios generales del derec o.
(1). Ley, norma de carácter general dictada por los ór-
ganos estatales. Entran en vigor a los 20 días de
su completa publicación en el oletín ficial del
stado , sal o que disponga otra cosa. olo
se derogan por la entrada en igor de otras posterio-
res, en todo aquello que la ley nue a, sobre la misma
materia, sea incompatible con la anterior, derogación
tácita, y en todo lo dispuesto e presamente, deroga-
ción e presa. Por la simple derogación de una ley no
recobran igencia las que esta ubiere derogado.
(2). Costumbre, norma creada por la sociedad a tra és
de una conducta o un comportamiento realizado de
manera reiterada, generalizada y uniforme en el
tiempo, con la con icción de que se trata de una nor-
ma jurídica. ige en defecto de ley aplicable, siempre
que no sea contraria a la moral o al orden p blico, y
que resulte probada.
(3). Principios generales del derecho, son principios
de justicia, ideas fundamentales e informadoras
del ordenamiento jurídico, es decir, los que dan sen-
tido a la ley y las costumbres e istentes. e aplican en
defecto de la ley y la costumbre. Además, su aplica-
ción directa sir e para interpretar la ley y la costum-
bre. on utilizados por jueces, creadores de doctrinas
y juristas para integrar lagunas legales o interpretar
normas jurídicas.
as normas jurídicas contenidas en los tratados inter-
nacionales serán de aplicación directa en spa a cuando
ayan pasado a formar parte del ordenamiento interno me-
diante su publicación íntegra en el .
a jurisprudencia no es fuente directa, sino que comple-
mentará el ordenamiento jurídico con la doctrina que, de
modo reiterado, establezca el Tribunal upremo al interpre-
tar y aplicar la ley, la costumbre y los principios generales del
derec o. os jueces y tribunales tienen el deber ine cusable
de resol er en todo caso los asuntos de que conozcan, ate-
niéndose al sistema de fuentes establecido.
1.1.2. Capítulo II. Aplicación de las normas jurídicas
a interpretación de la norma es aquella acti idad dirigida
a la b squeda del sentido o significado de la norma a tra és
de te tos. l art. CC establece que las normas se interpre-
tarán seg n el sentido propio de sus palabras, en relación
con el conte to, los antecedentes istóricos y legislati os, y la
realidad social del tiempo en que an de ser aplicadas, aten-
diendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aque-
llas. n la aplicación de las normas jurídicas debe primar
la equidad, pero en las resoluciones de los tribunales solo
podrán descansar de manera e clusi a en ella cuando la ley
e presamente lo permita.
Cuando la norma jurídica no contemple alg n supuesto
específico, podrá aplicarse otras por analogía que regu-
len otro semejante cuando en los dos se aprecia identidad
de razón. in embargo, las leyes penales, e cepcionales y
temporales no podrán aplicarse a otros a supuestos ni en
momentos distintos de los comprendidos e presamente en
ellas. Además, las disposiciones del Código Ci il se aplica-
rán como supletorias en las materias regidas por otras leyes.
n cuanto a los plazos, siempre que no se establezca otra
cosa:
(1). i están se alados por días contados desde uno de-
terminado, este quedará e cluido del cómputo empe-
zando el día siguiente.
(2). i los plazos estu iesen fijados por meses o años,
se computarán de fec a a fec a. i para el encimien-
to de un plazo de un mes no e iste equi alente al ini-
cial del cómputo se entiende que el mismo e pira el
ltimo día del mes. Además, en el cómputo ci il de los
plazos no se e cluyen los días in ábiles.
1.1.3. Capítulo III. ficacia eneral de las normas
jurídicas
a eficacia general de una norma es su obligatoriedad,
debe ser cumplida y respetada por todos los ciudadanos,
pues la ignorancia de las leyes no e cusa de su cumplimien-
to. u eficacia no depende de su conocimiento efecti o por
parte de cada ciudadano, sino que deri a de la general e
incondicional aplicabilidad de la norma jurídica. especto
del error de derecho, error sobre lo que dispone el orde-
namiento jurídico, solo producirá los efectos que las leyes
determinen.
1.1.3.1. Exclusión voluntaria de la ley
a e clusión oluntaria de la ley aplicable y la renuncia a
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TEMA 7
los derec os en ella reconocidos solo serán álidas cuando
no contraríen el interés o el orden público ni perju-
diquen a terceros por ello es importante saber la distinción
entre una norma imperati a o de ius cogens y una norma
dispositi a, la cual permite ser alterada o sustituida por la
autonomía de la oluntad, dado que solo puede ser e cluida
una norma dispositi a y los actos contrarios a las normas
imperati as y a las pro ibiti as son nulos de pleno derec o,
sal o que en ellas se establezca un efecto distinto para el caso
de contra ención.
1.1.3.2. Fraude de ley
n caso de que se realicen actos al amparo del te to de una
norma, persiguiendo un resultado pro ibido por el ordena-
miento jurídico, o contrario a él, se considerarán ejecutados
en fraude de ley, por lo que no impedirán la debida aplica-
ción de la norma que se ubiere tratado de eludir.
1.1.3.3. Buena fe
El art. CC establece que los derec os deberán ejercitarse
conforme a las e igencias de la buena fe. e entiende por
buena fe aquella proyectada sobre la intención y acti idad
de los sujetos que act an conforme a lo establecido en las
normas jurídicas. a ey no ampara el abuso del derec o o
el ejercicio antisocial del mismo pues todo acto u omisión
intencionado que se realice sobrepasando manifiestamente
los límites normales del ejercicio de un derec o, con da o
para tercero, dará lugar a la correspondiente indemnización
y a la adopción de las medidas judiciales o administrati as
que impidan la persistencia en el abuso.
1.1.4. Capítulo IV. Normas de Derecho Internacional
Privado
as leyes de nuestro ordenamiento jurídico penales, las de
policía, las de seguridad p blica obligan a todos los que se
allen en territorio espa ol, ya sea residiendo, de paso o en
estancia.
Los arts. , , y del Código Ci il tiene por objeto
determinar la ley aplicable para regir una relación ju-
rídica cuando uno o todos los elementos plantea la cuestión
de saber qué ley debe pre alecer o asta dónde es posible la
simultánea aplicación de las di ersas leyes.
1.1.4.1. Ley personal
a ley personal correspondiente a las personas físicas es
la determinada por su nacionalidad. ic a ley regirá la
capacidad y el estado ci il, los derec os y deberes de familia
y la sucesión por causa de muerte. l cambio de ley personal
no afectará a la mayoría de edad adquirida de conformidad
con la ley personal anterior.
especto de las situaciones de doble nacionalidad pre istas
en las leyes espa olas se estará a lo que determinen los trata-
dos internacionales, y, si nada estableciesen, será preferida la
nacionalidad coincidente con la ltima residencia abitual y,
en su defecto, la ltima adquirida.
n caso de ostentar además de la espa ola otra no pre ista
en nuestras leyes o en los tratados internacionales, pre ale-
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cerá en todo caso la espa ola.
i ninguna de ellas fuera la espa ola, carecieran de nacio-
nalidad o la tu ieren se considerará como ley personal la del
lugar de su residencia abitual.
a ley personal correspondiente a las personas jurídicas
es la determinada por su nacionalidad, y regirá en todo
lo relati o a capacidad, constitución, representación, fun-
cionamiento, transformación, disolución y e tinción. n la
fusión de sociedades de distinta nacionalidad se tendrán en
cuenta las respecti as leyes personales.
1.1.4.2. Matrimonio
os contrayentes an de tener capacidad matrimonial
de acuerdo con la ley aplicable a la que remita nuestro e-
rec o nternacional Pri ado Pri , el cual establece que se
regirán por la ley personal com n de los cónyuges al tiempo
de contraerlo. n defecto de ley com n, por la ley personal
o de la residencia abitual de cualquiera de ellos, elegida por
ambos en documento auténtico otorgado antes de la cele-
bración del matrimonio.
A falta de esta elección, por la ley de la residencia abitual
com n inmediatamente posterior a la celebración, y, a falta
de dic a residencia, por la del lugar de celebración del ma-
trimonio.
os pactos o capitulaciones por los que se estipule, modifi-
quen o sustituya el régimen económico del matrimonio se-
rán álidos cuando sean conformes bien a la ley que rija los
efectos del matrimonio, bien a la ley de la nacionalidad o de
la residencia abitual de cualquiera de las partes al tiempo
del otorgamiento.
a nulidad, la separación y el di orcio se regirán por la ley
que determina el art. CC:
(1). a nulidad del matrimonio y sus efectos se deter-
minarán de conformidad con la ley aplicable a su
celebración.
(2). a separación y el di orcio legal se regirán por las
normas de la nión uropea o espa olas de Pri.
1.1.4.3. Filiación
a ley aplicable al contenido de la filiación, por naturaleza
o por adopción, y al ejercicio de la responsabilidad parental,
se determinará con arreglo al Convenio de La Haya, de
19 de octubre de 1996, relati o a la competencia, la ley
aplicable, el reconocimiento, la ejecución y la cooperación
en materia de responsabilidad parental y de medidas de pro-
tección de los ni os.
1.1.4.3.1. Por naturaleza
a determinación y el carácter de la filiación por naturaleza
se regirán por:
(1). a ley de la residencia abitual del ijo en el momen-
to del establecimiento de la filiación.
(2). A falta de residencia abitual del ijo, o si esta ley no
permitiere el establecimiento de la filiación, se aplica-
rá la ley nacional del ijo en ese momento.
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(3). i esta ley no permitiere el establecimiento de la filia-
ción o si el ijo careciere de residencia abitual y de
nacionalidad, se aplicará la ley sustanti a espa ola.
1.1.4.3.2. Adoptiva
a adopción internacional se regirá por las normas conteni-
das en la Ley de Adopción Internacional. gualmente,
las adopciones constituidas por autoridades e tranjeras sur-
tirán efectos en spa a con arreglo a las disposiciones de la
citada ey de Adopción nternacional.
1.1.4.4. Protección de las personas
a ley aplicable a la protección de menores se determi-
nará de acuerdo con el Convenio de La Haya, de 19 de
octubre de 1996, a que se ace referencia en el apdo.
de este art.
especto de las personas mayores de edad se determina-
rá por la ley de su residencia abitual. n el caso de cam-
bio de la residencia a otro stado, se aplicará la ley de la
nue a residencia abitual, sin perjuicio del reconocimiento
en spa a de las medidas de protección acordadas en otros
stados. erá de aplicación, sin embargo, la ley espa ola
para la adopción de medidas pro isionales o urgentes de
protección.
1.1.4.5. Alimentos entre parientes
a ley aplicable a las obligaciones de alimentos entre pa-
rientes se determinará de acuerdo con el Protocolo de
La Haya, de 23 de noviembre de 2007, sobre la ley
aplicable a las obligaciones alimenticias o te to legal que lo
sustituya.
1.1.4.6. Sucesión hereditaria
as normas para determinar la ley aplicable a la sucesión
tienen carácter universal porque parte de un sistema
unitario que permite la aplicación de una sola ley a toda la
sucesión internacional.
a sucesión por causa de muerte se regirá por la ley na-
cional del causante en el momento de su fallecimiento,
cualesquiera que sean la naturaleza de los bienes y el país
donde se encuentren.
in embargo, las disposiciones ec as en testamento y los
pactos sucesorios ordenados conforme a la ley nacional del
testador o del disponente en el momento de su otorgamiento
conser arán su alidez, aunque sea otra la ley que rija la
sucesión, si bien las legítimas se ajustarán, en su caso, a esta
ltima.
os derec os que por ministerio de la ley se atribuyan al
cónyuge supérstite se regirán por la misma ley que regule los
efectos del matrimonio, a sal o siempre las legítimas de los
descendientes.
1.1.4.7. Derechos reales
a posesión, la propiedad, y los demás derec os sobre bie-
nes muebles e inmuebles, así como su publicidad, se regirán
por la ley del lugar donde se hallen. os bienes en trán-
sito se considerarán situados en el lugar de su e pedición,
sal o que se consideren situados en el lugar de su destino.
1.1.4.8. Medios de transporte
os buques, las aerona es y los medios de transporte por
ferrocarril, así como todos los derec os que se constituyan
sobre ellos, quedarán sometidos a la ley del lugar de su
abanderamiento, matrícula o registro. os automó-
iles y otros medios de transporte por carretera quedarán
sometidos a la ley del lugar donde se allen.
1.1.4.9. Títulos valores
a emisión de los títulos- alores se atendrá a la ley del lugar
en que se produzca.
1.1.4.10. Derechos de propiedad intelectual e industrial
os derec os de propiedad intelectual e industrial se pro-
tegerán dentro del territorio espa ol de acuerdo con la ley
española, sin perjuicio de lo establecido por los con enios
y tratados internacionales en los que spa a sea parte.
1.1.4.11. Obligaciones
1.1.4.11.1. Contractuales
e aplicará la ley a la que las partes se hayan sometido
e presamente, siempre que tenga alguna cone ión con el
negocio de que se trate. n su defecto, la ley nacional co-
m n a las partes a falta de ella, la de la residencia abitual
com n, y, en ltimo término, la ley del lugar de celebración
del contrato.
o obstante, a falta de sometimiento e preso, se aplicará
a los contratos relati os a bienes inmuebles la ley del lugar
donde estén sitos, y a las compra entas de muebles corpo-
rales realizadas en establecimientos mercantiles, la ley del
lugar en que estos radiquen.
A las obligaciones deri adas del contrato de trabajo, en de-
fecto de sometimiento e preso de las partes y sin perjuicio
de lo dispuesto en el apdo. del art. , se aplicará la ley del
lugar donde se presten los ser icios.
» Donaciones
as donaciones se regirán, en todo caso, por la, ley nacional
del donante.
» Onerosos
erán álidos, a efectos del ordenamiento jurídico espa ol,
los contratos onerosos celebrados en spa a por e tranjero
incapaz seg n su ley nacional, si la causa de la incapacidad
no estu iese reconocida en la legislación espa ola. sta re-
gla no se aplicará a los contratos relati os a inmuebles situa-
dos en el e tranjero.
a ley reguladora de una obligación se e tiende a los requi-
sitos del cumplimiento y a las consecuencias del incumpli-
miento, así como a su e tinción. in embargo, se aplicará la
ley del lugar de cumplimiento a las modalidades de la eje-
cución que requieran inter ención judicial o administrati a.
1.1.4.11.2. Extracontractuales
as obligaciones no contractuales, son aquellas relaciones
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TEMA 7
jurídicas entre dos personas que no se encuentran pre ia-
mente unidas por ínculo contractual, como consecuencia
de actos u omisiones que producen da os en los derec os
personales o patrimoniales deri ando en el deber de indem-
nizar.
e regirán por la ley del lugar donde ubiere ocurrido el e-
c o de que deri en. a gestión de negocios se regulará por
la ley del lugar donde el gestor realice la principal acti idad.
inalmente, al enriquecimiento sin causa o injusto se le apli-
cará la ley en irtud de la cual se produjo la transferencia del
alor patrimonial en fa or del enriquecido.
1.1.4.12. Representación legal
e aplicará la ley reguladora de la relación jurídica de la que
nacen las facultades del representante, y a la oluntaria, de
no mediar sometimiento e preso, la ley del país en donde se
ejerciten las facultades conferidas.
1.1.4.13. Forma de los actos jurídicos
as formas y solemnidades de los contratos, testamentos y
demás actos jurídicos se regirán por la ley del país en que se
otorguen. o obstante, también serán álidos los celebrados
conforme a la ley aplicable a su contenido y a la ley personal
del disponente o la com n de los otorgantes. gualmente se-
rán álidos los actos y contratos relati os a bienes inmuebles
de acuerdo a la ley del lugar donde radiquen.
i la ley reguladora del contenido de los actos y contratos
e igiere para su alidez una determinada forma o solemni-
dad, será siempre aplicada, incluso en el caso de otorgarse
aquellos en el e tranjero.
1.1.4.14. Proceso de calificaci n
n el Pri, en con icto de leyes, para identificar la ley de
con icto aplacible, lo primero es calificar el supuesto para
er la ley aplicable al caso concreto. a calificación se ará
siempre con arreglo a la ley espa ola.
1.1.4.15. Renvío y remisión
e trata de una situación que se produce cuando una norma
de con icto aplicable a una situación pri ada internacional
remite a un ordenamiento e tranjero y este ultimo remite,
a su ez, a otro ordenamiento jurídico para resol er la cues-
tión.
a remisión se entenderá ec a a su ley material, sin tener
en cuenta el reen ío que sus normas de con icto puedan
acer a otra ley que no sea la espa ola. sto quiere decir que
solo se permite cuando la norma de con icto del ordena-
miento jurídico e tranjero al que nos a remitido, remite a
su ez a otra norma de su ordenamiento jurídico. e rec aza
cuando nos ren ía a un tercer stado.
Cuando una norma de con icto remita a la legislación de
un stado en el que coe istan diferentes sistemas legisla-
ti os, la determinación del que sea aplicable entre ellos se
ará conforme a la legislación de dic o stado.
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1.1.4.16. Orden público
n ning n caso tendrá aplicación la ley e tranjera cuando
resulte contraria al orden p blico.
1.1.4.17. Fraude de ley
e considerará como fraude de ley la utilización de una
norma de con icto con el fin de eludir una ley imperati a
espa ola. Consiste en la manipulación intencionada de la
circunstancia empleada como punto de cone ión naciona-
lidad, residencia abitual, etc. de una norma de con icto.
1.1.4.18. Aplicación del derecho extranjero al foro
a norma de con icto es imperati a, es decir, es obligatoria
la aplicación del derec o material al que remita en el caso
concreto. os tribunales y autoridades aplicarán de oficio las
normas de con icto del derec o espa ol.
1.1.5. Capítulo V. Ámbito de aplicación de los regímenes
jurídicos civiles coexistentes en el territorio nacional
as disposiciones del título preliminar tendrán aplicación
general y directa en toda spa a en cuanto determinan
los efectos de las leyes y las reglas generales para su aplica-
ción, así como las del título del libro , con e cepción de
las normas de este ltimo relati as al régimen económico
matrimonial. n lo demás regirá el Código Ci il como
derec o supletorio.
os con ictos de leyes que puedan surgir por la coe istencia
de distintas legislaciones ci iles en el territorio nacional se
resol erán seg n las normas contenidas en el capítulo IV
del Código Civil, relati o a las normas de Pri, teniendo
en cuenta:
(1). erá ley personal la determinada por la ecindad ci il.
(2). No será aplicable lo dispuesto en los apdos. , y
del art. CC sobre calificación, remisión y
orden público.
l derec o de iudedad regulado en la Compilación Ara-
gonesa corresponde a los cónyuges sometidos al régimen
económico matrimonial de dic a Compilación, aunque des-
pués cambie su ecindad ci il, con e clusión en este caso de
la legítima que establezca la ley sucesoria.
os efectos del matrimonio entre espa oles se regularán por
la ley espa ola que resulte aplicable seg n los criterios del
art. y, en su defecto, por el Código Ci il. n este ltimo
caso se aplicará el régimen de separación de bienes del Có-
digo Ci il si conforme a una y otra ley personal de los con-
trayentes ubiera de regir un sistema de separación.
1.1.5.1. La vecindad civil
s un criterio de determinación de la legislación ci il co-
m n o foral aplicable a los ciudadanos espa oles, permite
saber cual es el ordenamiento estatal aplicable a las perso-
nas. Por tanto, es importante determinar si a una persona
le es aplicable el derec o ci il com n o, por el contrario, el
derec o ci il foral o especial. n este sentido, el art. CC
afirma que la sujeción al derec o ci il com n o especial o fo-
ral se determina por la ecindad ci il. n cualquier caso, el
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art. . C establece que el derec o estatal será, en todo
caso, supletorio del derec o de las comunidades autónomas.
as comunidades autónomas carecen de competencias para
regular la ecindad ci il, estando reser ada la regulación de
tal materia a la legislación estatal.
n importante distinguir la vecindad civil y adminis-
trativa, pues la administrati a adti a. se justifica con el
certificado de empadronamiento, es decir la que se designa a
quién es abitante de un municipio, está relacionado, mien-
tras que la ecindad ci il simplemente determina si se aplica
el derec o com n o es derec o especial o foral.
e acuerdo con el régimen jurídico de su adquisi-
ción, la ecindad ci il puede adquirirse de forma originaria
o deri ati a. as ías de adquisición se encuentran regula
en el art. CC.
(1). Por filiación. a atribución de la ecindad, respecto
de los ijos, requiere distinguir entre el caso en que los
padres tengan la misma ecindad o que sea distinta.
a isma ecindad. e tiene en cuenta el criterio ius
sanguinis, tienen la ecindad com n o foral que
tengan los padres. gual pasa en la adopción, el adop-
tado no emancipado adquiere la ecindad ci il de los
adoptantes.
b istinta ecindad. Tendrá la que corresponda a aquel
de los dos respecto del cual la filiación aya sido de-
terminada antes en su defecto, tendrá la del lugar del
nacimiento y, en ltimo término, la ecindad de de-
rec o com n.
in embargo, los padres, o el que de ellos ejerza o le
aya sido atribuida la patria potestad, podrán atribuir
al ijo la ecindad ci il de cualquiera de ellos en tanto
no transcurran los 6 meses siguientes al nacimiento
o a la adopción.
a pri ación o suspensión en el ejercicio de la patria potes-
tad, o el cambio de ecindad de los padres, no afectarán a la
ecindad ci il de los ijos.
n todo caso el ijo desde que cumpla 14 años y asta que
transcurra 1 año después de su emancipación podrá optar
bien por la ecindad ci il del lugar de su nacimiento, bien
por la ltima ecindad de cualquiera de sus padres. i no
estu iera emancipado, abrá de ser asistido en la opción por
el representante legal.
(2). Por nacimiento. n caso de duda, pre alecerá la e-
cindad ci il que corresponda al lugar de nacimiento.
(3). Por matrimonio. os cónyuges pueden seguir con
su ecindad anterior u optar por la del otro cónyuge
ya que el matrimonio no altera la ecindad ci il.
(4). Por residencia:
a Continuada durante 2 años, siempre que manifieste
esa oluntad.
b Continuada durante 10 años, sin declaración en
contrario, durante ese plazo.
Ambas declaraciones se arán constar en el egistro Ci il y
no necesitan ser reiteradas.
(5). Por adquisición de la nacionalidad española.
Al inscribir la adquisición de la nacionalidad, el e -
tranjero deberá optar por cualquiera de las siguientes
ecindades:
a a correspondiente el lugar de residencia.
b a del lugar de nacimiento.
c a ltima ecindad de cualquiera de sus progenitores
o adoptantes.
d a de su cónyuge.
sta declaración de opción se formulará, atendiendo a la ca-
pacidad del interesado para adquirir la nacionalidad, por el
propio optante, por sí o asistido de su representante legal, o
por este ltimo. Cuando la adquisición de la nacionalidad se
aga por declaración o a petición del representante legal, la
autorización necesaria deberá determinar la ecindad ci il
por la que se a de optar.
(6). Por recuperación de la nacionalidad españo-
la. a recuperación de la nacionalidad espa ola lle a
consigo la de aquella ecindad ci il que ostentara el
interesado en el momento de su pérdida. o obstante,
se entiende que semejante consecuencia no tiene ca-
rácter imperati o, ni es obligada para el interesado en
recuperar la nacionalidad espa ola. Puede adquirir
por residencia, una ecindad distinta a la que ostenta-
ra en el momento de perder la nacionalidad espa ola.
1.2. Libro I. De las personas
1.2.1. Título I. De los españoles y extranjeros
a nacionalidad es la condición que tienen las personas por
pertenecer a un pueblo que en las relaciones internacionales
está considerado como constituido en stado. acionalidad
espa ola es la condición que tienen las personas que inte-
gran la comunidad nacional espa ola. l art. C esta-
blece al respecto:
(1). a nacionalidad espa ola se adquiere, se conser-
va y se pierde de acuerdo con la ley.
(2). ing n espa ol de origen podrá ser pri ado de su
nacionalidad.
(3). l stado podrá concertar tratados de doble na-
cionalidad con los países iberoamericanos o con
aquellos que aya tenido o tengan una particular
inculación con spa a. n estos mismos países, aun
cuando no reconozcan a sus ciudadanos un derec o
recíproco, podrán naturalizarse los espa oles sin per-
der su nacionalidad de origen.
1.2.1.1. Adquisición de la nacionalidad, originaria y derivativa
e considera nacionalidad de origen art. CC es
aquella atribuida de forma natural o subsiguiente al naci-
miento, mientras que la nacionalidad derivativa art.
y ss. CC es aquella adquirida de forma sobre enida, la cual
surge de una modificación en la originaria. Técnicamente,
para referirse a la nacionalidad deri ati a, resulta preferible
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TEMA 7
ablar con carácter general de naturalización para iden-
tificar todos los supuestos que una persona adquiere o llega
a ostentar una nacionalidad distinta a la que le corresponde
por nacimiento.
» Nacionalidad de origen
(1). Por filiación ius sanguini - derec o de sangre). os na-
cidos de padre o madre espa oles. n caso de que los
cónyuges tengan distinta nacionalidad, el nacido pue-
de ostentar las dos nacionalidades en el caso de que la
legislación aplicable al cónyuge e tranjero contenga
una regla similar a la espa ola.
(2). Por lugar de nacimiento ius soli - derec o de suelo .
os nacidos en spa a:
a e padres extranjeros, si alguno de ellos hubiere
nacido también en España. e e cept an a los
ijos de funcionario diplomático o consular acredita-
do en spa a.
b e padres extranjeros si carecieran de nacio-
nalidad o si la legislación de ninguno de ellos atri-
buye al ijo una nacionalidad. a finalidad de este
precepto es e itar los supuestos de apatrida.
c Cuya filiación no resulte determinada, se pre-
sumen nacidos en territorio espa ol los menores de
edad cuyo primer lugar conocido de estancia sea el
territorio espa ol.
(3). Por adopción de un e tranjero menor de a os por
un espa ol.
» Nacionalidad derivativa
El art. CC establece los siguientes requisitos que son para
la alidez de la adquisición de la nacionalidad espa ola de-
ri ati a:
(1). ue el mayor de 14 años y capaz para prestar
una declaración por sí jure o prometa fidelidad al rey
y obediencia a la Constitución y a las leyes.
(2). ue la misma persona declare que renuncia a su
anterior nacionalidad. o deberán cumplir este re-
quisito los nacionales de origen de países iberoameri-
canos, Andorra, ilipinas, uinea cuatorial o Portu-
gal o los sefardíes.
(3). ue la adquisición se inscriba en el Registro
Civil español.
as concesiones por carta de naturaleza o por residencia ca-
ducan a los 180 días siguientes a su notificación si en este
plazo no comparece el interesado ante funcionario compe-
tente para cumplir los requisitos de alidez.
os modos de adquirir la nacionalidad de forma deri ada
son:
»» Por derecho a optar
Tienen derec o:
(1). as personas que estén o ayan estado sujetas a la
patria potestad de un espa ol.
224
(2). Aquellas cuyo padre o madre ubiera sido origi-
nariamente español y nacido en spa a.
(3). Personas cuyo nacimiento, filiación u adopción se de-
termines después de los a os de edad.
a declaración d deberá ser realizada en el plazo de a os,
a partir de la determinación del nacimiento o de la filiación
o desde la constitución de la adopción.
La declaración se formulará:
(1). Por el representante legal del optante, menor de 14
años o incapacitado. a opción requiere autoriza-
ción del encargado del egistro Ci il del domicilio
del declarante, pre io dictamen del inisterio iscal
. ic a autorización se concederá en interés del
menor o incapaz.
(2). Por el propio interesado, asistido por su representante
legal, cuando aquel sea mayor de a os o cuando,
aun estando incapacitado, así lo permita la sentencia
de incapacitación.
(3). Por el interesado, por sí solo, si está emancipado o es
mayor de 18 años. a opción caducará a los
a os de edad, pero si el optante no estu iera emanci-
pado seg n su ley personal al llegar a los a os, el
plazo para optar se prolongará asta que transcu-
rran 2 años desde la emancipación.
(4). Por el interesado, por sí solo, dentro de los 2 años
siguientes a la recuperación de la plena capacidad.
e e cept a el caso en que aya caducado el derec o
de opción.
os plazos pre istos son de caducidad. Por tanto, una
ez transcurridos, el optante pierde todo derec o a uti-
lizar dic a ía de adquisición deri ati a de la naciona-
lidad espa ola. ic a consecuencia no es gra e ya que
el optante podrá neutralizarla mediante el plazo de re-
sidencia de 1 año. o obstante, en el supuesto de padre
o madre originariamente espa ol y nacido en spa a
no estará sujeto a límite alguno de edad.
»» Por posesión de estado
Tiene derec o aquella persona que aya poseído y uti-
lizado esta nacionalidad durante 10 años, de forma
continuada, de buena fe sin que tenga conocimiento de la
situación real, es decir, de que no es espa ol en realidad , en
base a un título inscrito en el egistro Ci il.
»» Por carta de naturaleza
s una carta especial y pri ilegiada, de carácter graciable y
no sujeta a las normas generales de procedimiento adminis-
trati o. erá otorgada o no discrecionalmente por el
Gobierno mediante real decreto, tras alorar la concurren-
cia de circunstancias e cepcionales.
a podrá solicitar:
(1). l interesado emancipado o mayor de a os.
(2). El mayor de a os asistido por su representante
legal.
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
(3). El representante legal del menor de a os.
(4). El representante legal del incapacitado o el incapaci-
tado por sí solo o debidamente asistido, seg n resulte
de la sentencia de incapacitación.
especto de las circunstancias e cepcionales ay que acer
referencia a la especial condición de sefardí, pues en estos
casos se presumen que e isten tales circunstancias. imple-
mente deben probar la condición de sefardí y una especial
inculación con spa a, aun cuando no tengan su residen-
cia legal en spa a.
»» Por residencia
s el supuesto normal de adquisición de la nacionalidad es-
pa ola. os plazos de residencia se encuentran regulados en
el art. CC.
a) 10 años con carácter general, de forma legal, continua-
da e inmediatamente anterior a la petición.
b) 5 años para los que ayan obtenido la condición de
refugiado.
c) 2 años, cuando se trate de nacionales de origen de los
países iberoamericanos, Andorra, ilipinas, uinea
cuatorial, Portugal, o sefardíes.
d) 1 año para:
a l que aya nacido en territorio espa ol.
b l que no aya ejercitado oportunamente la facul-
tad de optar.
c l que aya estado sujeto legalmente a la tutela,
guarda o acogimiento de un ciudadano o institu-
ción espa oles durante 2 años consecutivos, in-
cluso si continuare en esta situación en el momento
de la solicitud.
d l que al tiempo de la solicitud lle are 1 año casado
con español o espa ola y no estu iere separado le-
galmente o de ec o.
e El viudo o viuda de espa ola o espa ol, si a la
muerte del cónyuge no e istiera separación legal o de
ec o.
f El nacido fuera de España de padre o madre,
abuelo o abuela, que originariamente ubieran sido
espa oles.
n todos los casos se e ige que la residencia sea legal,
continuada e inmediatamente anterior a la petición.
Por sí sola, la residencia legal, continuada e inmediata-
mente anterior a la petición, no es causa de atribución
de la nacionalidad espa ola, sino solo uno de los pre-
supuestos necesarios para la concesión. l inisterio
de usticia podrá denegarla por moti os razonados de
orden p blico o interés nacional debiendo justificar el
interesado en el e pediente, buena conducta cí ica y
suficiente grado de integración en la sociedad espa ola.
1.2.1.2. Pérdida de la nacionalidad
En el art. CC se recoge y regula la facultad de e patria-
ción. uestro sistema reconoce esta facultad, pero solo en
condiciones muy determinadas el espa ol tiene la facultad
de dejar de serlo por su oluntad. no de los condiciona-
mientos es que nunca basta la mera declaración de querer
perder la nacionalidad espa ola si no ay o a abido ad-
quisición de otra nacionalidad. n los términos que pre-
cisa el art. CC, spa a reconoce uno de los derec os
umanos que contempla la eclaración ni ersal, a nadie
se pri ará arbitrariamente del derec o a cambiar de nacio-
nalidad art. de la eclaración ni ersal de erec os
umanos . Por ello es importante distinguir entre la posibi-
lidad o facultad que tienen los espa oles de origen de perder
la nacionalidad la nacionalidad espa ola oluntariamente y
la pri ación de la nacionalidad espa ola a la que se puede
someter coacti amente como sanción a los espa oles que no
lo sean de origen, regulada en el art. CC.
» Pérdida voluntaria
as causas comunes a espa oles originarios y no origina-
rios de pérdida oluntaria de la nacionalidad espa ola se
encuentran regaladas en el art. del CC, las cuales pueden
ser:
(1). Por adquisición oluntaria de otra nacionalidad o por
uso e clusi o de una nacionalidad e tranjera. os
emancipados que, residiendo abitualmente en el e -
tranjero, adquieran oluntariamente otra nacionali-
dad o utilicen e clusi amente la nacionalidad e tran-
jera que tu ieran atribuida antes de la emancipación.
e producirá trascurridos 3 años, a contar, desde
la adquisición de la nacionalidad e tranjera o desde
la emancipación. o obstante, los interesados podrán
e itar la pérdida si dentro del plazo indicado declaran
su oluntad de conser ar la nacionalidad espa ola al
encargado del egistro Ci il.
a adquisición de la nacionalidad de países ibe-
roamericanos, Andorra, ilipinas, uinea cuatorial
o Portugal no es bastante para producir, conforme a
este apdo., la pérdida de la nacionalidad espa ola de
origen.
(2). Por renuncia e presa de la nacionalidad. os espa o-
les emancipados que renuncien e presamente a ella,
si tienen otra nacionalidad y residen abitualmente
en el e tranjero.
(3). Por no declarar su oluntad de conser ar la naciona-
lidad espa ola. os nacidos y residiendo en el e tran-
jero ostenten la nacionalidad espa ola por ser ijos
de padre o madre espa oles, también nacidos en el
e tranjero, cuando las leyes del país donde residan les
atribuyan la nacionalidad del mismo, perderán, en
todo caso, la nacionalidad espa ola si no declaran su
oluntad de conser arla ante el encargado del egis-
tro Ci il en el plazo de 3 años, a contar desde su
mayoría de edad o emancipación.
o se pierde la nacionalidad espa ola, en irtud de lo dis-
puesto en este precepto, si spa a se allare en guerra.
» Pérdida por sanción
225
TEMA 7
o gozan de la garantía constitucional de no ser pri ados de
su nacionalidad los espa oles que no lo sean de origen. a
ley da dos casos por los que perderán la nacionalidad art.
CC :
(1). Por uso e clusi o de la nacionalidad renunciada.
Cuando durante un período de a os utilicen e clu-
si amente la nacionalidad a la que ubieran decla-
rado renunciar al adquirir la nacionalidad espa ola.
(2). Por ser icio militar o cargo p blico. Cuando entren
oluntariamente al ser icio de las armas o ejerzan
cargo político en un stado e tranjero contra la pro-
ibición e presa del obierno.
a sentencia firme que declare que el interesado a incu-
rrido en falsedad, ocultación o fraude en la adquisición de
la nacionalidad espa ola produce la nulidad de tal adqui-
sición, si bien no se deri arán de ella efectos perjudiciales
para terceros de buena fe. a acción de nulidad deberá ejer-
citarse por el de oficio o en irtud de denuncia, dentro
del plazo de 15 años.
1.2.1.3. Recuperación de la nacionalidad española
a ley atribuye al espa ol que ubiere perdido su naciona-
lidad, por aber adquirido oluntariamente otra, la facul-
tad de recuperarla mediante una solemne declaración de
oluntad art. CC . stamos, al igual que en el caso de
la adquisición de nacionalidad por opción, ante un derec o
potestati o, es decir, una de las facultades de modificación
del estado ci il. a readquisición de la nacionalidad por re-
cuperación se produce por una declaración de oluntad.
a facultad de recuperar se distingue de la facultad de optar,
en primer lugar, en las condiciones para su ejercicio, dis-
tintas, como eremos, en la recuperación y en los efectos,
se readquiere la nacionalidad con las mismas características
que tenía antes.
uien aya perdido la nacionalidad espa ola podrá recupe-
rarla cumpliendo los siguientes requisitos:
(1). Ser residente legal en España. ste requisito no
será de aplicación a los emigrantes ni a los ijos de
emigrantes. n los demás casos podrá ser dispensado
por el inistro de usticia cuando concurran circuns-
tancias e cepcionales.
(2). Declarar ante el encargado del egistro Ci il su o-
luntad de recuperar la nacionalidad espa ola.
(3). Inscribir la recuperación en el egistro Ci il.
o podrán recuperar o adquirir, en su caso, la nacionalidad
espa ola sin pre ia abilitación concedida discrecionalmen-
te por el obierno, los que se encuentren incursos en cual-
quiera de los supuestos pre istos en el art. CC.
» Derechos de los extranjeros (art. 27 CC)
El art. CC se ala que los e tranjeros gozan en spa a
de los mismos derec os ci iles que los espa oles, sal o lo
dispuesto en las eyes especiales y en los Tratados.
226
1.2.1.4. Nacionalidad de las personas jurídicas
a nacionalidad es la condición que tienen las personas jurí-
dicas por pertenecer a la esfera de intereses nacionales de un
stado determinado, en este caso el ínculo se establece con
el stado espa ol. e encuentra regulada en el art. CC
el cual establece que as corporaciones, fundaciones y aso-
ciaciones, reconocidas por la ley y domiciliadas en spa a,
gozarán de la nacionalidad espa ola, siempre que tengan
el concepto de personas jurídicas con arreglo a las disposi-
ciones del presente Código. as asociaciones domiciliadas
en el e tranjero tendrán en spa a la consideración y los
derec os que determinen los tratados o leyes especiales .
1.2.2. Título II. Del nacimiento y de la extinción de la
personalidad civil
n el sentido ulgar, el término persona es sinónimo de ser
umano. Pero esta acepción no sir e para el derec o, ya
que, aunque todos los seres umanos son personas, no todas
las personas son ombres, pues ay que tener en cuenta,
como posibles sujetos de derec os y obligaciones, no solo a
estos ltimos, sino también a ciertas entidades, agrupaciones
o colecti os a los que los ordenamientos jurídicos an perso-
nificado por distintas razones. Para referirse com nmente a
cada uno de tales grupos, se ace necesario distinguir en-
tre persona natural y persona jurídica.
n el sentido jurídico, la personalidad es el criterio pre io
que determina la posibilidad de adquirir derechos, obli-
gaciones y titularidades, en cuanto que el poseedor de
los mismos los tiene por el simple ec o de e istir y sin que
sea necesario su aceptación. Al tener la titularidad de de-
rec os y obligaciones, la persona o entidad ya puede obrar
legalmente.
1.2.2.1. Capítulo I. Personas naturales
as personas naturales adquieren la personalidad en el
momento del nacimiento con la ida, el cual se entiende
producido con el entero desprendimiento del seno materno
así iene regulado en el art. y del CC. sta regulación
resulta más apropiada que la dada por el Código Ci il asta
el a o , pues ella narraba que a efectos ci iles solo se
consideraba nacido el que tu iera figura umana y viviera
24 horas enteramente desprendido del seno materno.
El art. CC otorga una protección jurídica al nasciturus,
el concebido no nacido se alando que pero el concebido
se tiene por nacido para todos los efectos que le sean fa o-
rables, siempre que nazca con las condiciones que e presa
el art. CC entero desprendimiento del seno materno .
sto se debe a que, si la personalidad se adquiere con el na-
cimiento, e identemente el concebido no nacido no podrá
adquirir derec os, especialmente sucesorios. Para e itar esta
consecuencia se admite que pueda adquirir aquellos dere-
c os que le resulten fa orables, permitiéndose por ejemplo
nombrarle eredero anticipadamente.
A efectos de prioridad en caso de partos dobles, el art.
CC reconoce como primogénito al nacido en primer lugar.
El art. 32 CC establece que la personalidad civil se

extingue por la muerte de la persona. as consecuencias
de la muerte son claras, lógicamente todas las situaciones o
relaciones sociales que le conciernen deben darse igualmen-
te por e tinguidas. l artículo no determina cuándo muere
una persona.
El art. CC regula la comoriencia, dispone que i
se duda, entre dos o más personas llamadas a sucederse,
quién de ellas a muerto primero, el que sostenga la muerte
anterior de una o de otra, debe probarla a falta de prueba,
se presumen muertas al mismo tiempo y no tiene lugar la
transmisión de derec os de uno a otro . Por ejemplo, si en
un accidente mueren dos personas y no e isten pruebas de
cuál de ellas lo izo primero, se presume que ambas mu-
rieron simultáneamente. l precepto intenta solucionar un
problema de derec o ereditario. a razón está en que en
el derec o romano abía distintas presunciones al respecto,
consideraba que el ni o abía muerto antes que el adulto, el
anciano antes que el mas jo en, etc.
l Código Ci il se abstiene de intentar precisar los requisitos
y el momento de la muerte. Por ello, resulta necesario preci-
sar el momento del fallecimiento. n este sentido, el art.
CC regula la presunción de muerte del ausente, acien-
do una remisión al título VIII del libro I, para aquellos
otros supuestos en los que una persona se encuentra desa-
parecida sin que se tenga noticia alguna de ella durante un
plazo de tiempo prudencial, o bien aquellas personas que
ayan participado en campa as bélicas, sufrido naufragio o
accidente aéreo y de cuya super i encia no se tenga cons-
tancia.
1.2.2.1.1. De la ausencia (título VIII)
» Capítulo I. Declaración de ausencia y sus efectos
iene regulada en los arts. a del CC. n sentido
normal o usual, ausencia significa falta de presencia. A o-
ra bien, en sentido jurídico es la situación de una persona
que a desaparecido de su domicilio o lugar de su ltima
residencia sin tenerse noticias de ella, que permite, una ez
transcurrido el plazo legalmente establecido, la declaración
judicial de ausencia y la designación de un representante
legal que administre sus bienes.
l ordenamiento, para no dejar en situación de total inde-
fensión al desaparecido, pre é una serie de mediadas art.
CC para sal aguardar sus intereses:
(1). ombramiento de un defensor por el secretario ju-
dicial actualmente letrado de la Administración de
usticia, A como solución al abandono de sus bie-
nes por parte del desaparecido, así como la falta de
nombramiento por este de un representante legal o
oluntario que se ocupe de su patrimonio.
(2). l patrimonio sigue siendo titularidad
desaparecido.
(3). No e iste duda o incertidumbre sobre la e istencia
del desaparecido.
(4). Carácter transitorio de esta situación, dado que, si el
desaparecido uel e, se ace cargo de su patrimonio
Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
o bien, porque transcurrido un tiempo, se abrá de
promo er la declaración de ausencia.
Los presupuestos para acordarse las medidas pro-
visionales, seg n el art. 181 CC son los siguientes:
(1). a desaparición de una persona de su domicilio o lu-
gar de su ltima residencia, sin tener más noticias de
ella.
(2). a necesidad de actuar en negocios jurídicos, o en
juicios u otro tipo de actos, que precisan de una in-
ter ención inmediata para impedir perjuicios para el
patrimonio del desaparecido.
(3). a solicitud por parte interesada o por el MF y la
posterior resolución judicial.
l cónyuge presente mayor de edad no separado legalmen-
te será el representante y defensor nato del desaparecido y
por su falta, el pariente más pró imo asta el cuarto grado,
también mayor de edad.
n defecto de parientes, no presencia de los mismos o ur-
gencia notoria, el secretario judicial A nombrará perso-
na sol ente y de buenos antecedentes, pre ia audiencia del
. También podrá adoptar, seg n su prudente arbitrio, las
medidas necesarias a la conser ación del patrimonio.
Tiene la obligación de promover e instar la decla-
ración de ausencia legal, sin orden de preferencia art.
182 CC :
(1). l cónyuge del ausente no separado legalmente.
(2). os parientes consanguíneos asta el cuarto grado.
(3). l de oficio o a irtud de denuncia.
Podrá, también, pedir dic a declaración cualquier persona
que racionalmente estime tener sobre los bienes del desapa-
recido alg n derec o ejercitable en ida del mismo o depen-
diente de su muerte.
El art. 183 CC establece los requisitos necesarios para
la declaración de ausencia propiamente dic a:
(1). esaparición de una persona de su domicilio o ltima
residencia.
(2). Transcurso de un plazo de tiempo:
a) 1 año desde las ltimas noticias o, a falta de estas,
desde su desaparición, si no ubiese dejado apode-
ramiento con facultades de administración de todos
sus bienes.
b) 3 años si dejado encomendada por apoderamiento
la administración de todos sus bienes.
a muerte o renuncia justificada del mandatario, o la
del caducidad del mandato, determina la ausencia legal,
si al producirse aquellas se ignorase el paradero del
desaparecido y ubiere transcurrido 1 año desde que
se tu ieron las ltimas noticias, y, en su defecto, desde
su desaparición. nscrita en el egistro Ci il la decla-
ración de ausencia, quedan e tinguidos de derec o
todos los mandatos generales o especiales otorgados
227
TEMA 7
por el ausente.
l principal efecto que genera la declaración de ausencia es
el nombramiento del representante legal del ausente.
a designación ará en el propio decreto que declara la si-
tuación de ausencia. Podrán ser nombrados representantes
las siguientes personas art. 184 CC :
(1). El cónyuge presente mayor de edad, no separado
legalmente o de ec o.
(2). El hijo mayor de edad si ubiese arios, serán pre-
feridos los que con i ían con el ausente y el mayor al
menor.
(3). El ascendiente más próximo de menor edad de
una u otra línea.
(4). Los hermanos mayores de edad que ayan con-
i ido familiarmente con el ausente, con preferencia
del mayor sobre el menor.
(5). n defecto, la persona solvente de buenos ante-
cedentes que el secretario judicial A , oído el ,
designe a su prudente arbitrio.
e acuerdo con el art. 184 párrafo . y 185 CC el repre-
sentante legal tendrá los siguientes deberes:
(1). Pesquisa de la persona ausente.
(2). Protección y administración de sus bienes y el
cumplimiento de sus obligaciones.
(3). Inventariar los bienes muebles y describir los in-
muebles de su representado.
(4). Prestar la garantía que el secretario judicial A
prudencialmente fije. uedan e ceptuados el cónyu-
ge, el ijo mayor de edad y el ascendiente.
(5). Conservar y defender el patrimonio del ausen-
te y obtener de sus bienes los rendimientos normales
de que fueren susceptibles.
(6). Ajustarse a las normas que en orden a la posesión
y administración de los bienes del ausente se estable-
cen en la ey Procesal Ci il.
erán aplicables a los representantes dati os del ausente, en
cuanto se adapten a su especial representación, los precep-
tos que regulan el ejercicio de la tutela y las causas de in a-
bilidad, remoción y e cusa de los tutores.
eg n el art. CC, se les atribuirá al cónyuge, hijo
mayor de edad o al ascendiente, la posesión tempo-
ral del patrimonio del ausente y arán suyos los productos
líquidos en la cuantía que el secretario judicial A se ale,
abida consideración al importe de los frutos, rentas y apro-
ec amientos, n mero de ijos del ausente y obligaciones
alimenticias para con los mismos, cuidados y actuaciones
que la representación requiera, afecciones que gra en al
patrimonio y demás circunstancias de la propia índole.
Los hermanos mayores de edad disfrutarán, también,
de la posesión temporal y arán suyos los frutos, rentas y
apro ec amientos en la cuantía que el secretario judicial
A se ale, sin que en ning n caso puedan retener más de
228
los dos tercios de los productos líquidos, reser ándose el ter-
cio restante para el ausente, o, en su caso, para sus erederos
o causa abientes.
Los poseedores temporales de los bienes del ausente no
podrán enderlos, gravarlos, ipotecarlos o darlos en
prenda, sino en caso de necesidad o utilidad e idente, reco-
nocida y declarada por el secretario judicial A , quien, al
autorizar dic os actos, determinará el empleo de la cantidad
obtenida.
i durante el disfrute de la posesión temporal o del ejerci-
cio de la representación dati a alguno probase su derec o
preferente a dic a posesión, será excluido el poseedor
actual, pero solo tendrá derec o a los productos a partir del
día de la presentación de la demanda.
Si apareciese el ausente, deberá restituírsele su patrimo-
nio, pero no los productos percibidos, sal o mala fe, en cuyo
caso la restitución comprenderá también los frutos percibi-
dos y los debidos percibir a contar del día en que aquella se
produjo, seg n la declaración del secretario judicial A .
i en el transcurso de la posesión temporal o del ejercicio de
la representación dati a se probase la muerte del de-
clarado ausente, se abrirá la sucesión en beneficio de los
que en el momento del fallecimiento fuesen sus sucesores
oluntarios o legítimos, debiendo el poseedor temporal a-
cerles entrega del patrimonio del difunto, pero reteniendo,
como suyos, los productos recibidos en la cuantía se alada.
i se presentase un tercero acreditando por documento
fe aciente de aber adquirido, por compra u otro titu-
lo, bienes del ausente, cesará la representación respecto de
dic os bienes, que quedarán a disposición de sus legítimos
titulares.
El cónyuge del ausente tendrá derecho a la separación
de bienes.
Para reclamar un derec o en nombre de la persona constitui-
da en ausencia, es preciso probar que esta persona e istía en
el tiempo en que era necesaria su e istencia para adquirirlo.
Abierta una sucesión a la que estu iere llamado un ausen-
te, acrecerá la parte de este a sus co erederos, al no aber
persona con derec o propio para reclamarla. eberán a-
cer, con inter ención del , in entario de dic os bienes,
los cuales reser arán asta la declaración del fallecimien-
to. in perjuicio de las acciones de petición de erencia u
otros derec os que competan al ausente, sus representantes
o causa abientes. stos derec os no se e tinguirán sino por
el transcurso del tiempo fijado para la prescripción. n la
inscripción que se aga en el registro de los bienes inmuebles
que acrezcan a los co erederos, se e presará la circunstan-
cia de quedar sujetos en estos casos.
» Capítulo II. Declaración de fallecimiento
a declaración de fallecimiento es una declaración
judicial en un procedimiento de jurisdicción oluntaria, en
irtud de la cual se considera como fallecida a una persona
desaparecida en determinadas circunstancias y durante los
plazos establecidos en la ley. a declaración se basa en la
suposición de la muerte de una persona a pesar de no aber-
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
se encontrado su cadá er y no ay certeza moral absoluta vivientes, luego que en cualquiera de los casos aya
se su muerte. a ley permite esta declaración a fin de que transcurrido 1 mes contado desde las ltimas noti-
sus familiares puedan disponer de sus bienes y acceder a las cias recibidas o, por falta de estas, desde la fec a de
prestaciones que en su caso puedan deri arse de su muerte. salida de la na e del puerto inicial del iaje.
eg n el art. CC, procede la declaración de falle- (5). e los que se encuentren a bordo de una aeronave
cimiento: que se presuma siniestrada al realizar el iaje so-
bre mares, zonas desérticas o in abitadas, por no llegar
(1). Transcurridos 10 años desde las ltimas noticias
a su destino, o si careciendo de punto fijo de arribo,
abidas del ausente, o, a falta de estas, desde su
no retornase, y aya e idencias racionales de ausencia
desaparición.
de super i ientes, luego que en cualquiera de los casos
(2). Pasados 5 años desde las ultimas noticias o, en defec- aya transcurrido 1 mes contado desde las ltimas no-
to de estas, desde su desaparición, si al e pirar dic o ticias de las personas o de la aerona e y, en su defecto,
plazo ubiere cumplido el ausente 75 años. os desde la fec a de inicio del iaje. i este se iciere por
plazos e presados se computarán desde la e piración etapas, el plazo indicado se computará desde el punto
del a o natural en que se tu ieron las ltimas noticias, de despegue del que se recibieron las ltimas noticias.
o, en su defecto, del en que ocurrió la desaparición.
(3). Cumplido 1 año, contado de fec a a fec a, de un
DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO (art. 193 y 194 CC)
riesgo inminente de muerte por causa de iolencia Periodo de tiempo Circunstancia
contra la ida, en que una persona se ubiese encon-
trado sin aberse tenido, con posterioridad a la io- 10 AÑOS • ltimas noticias del ausente.
lencia, noticias suyas. n caso de siniestro este plazo desde la e piración del
• esaparición a falta de no-
será de 3 meses. a o natural de las noticias
ticia .
o la desaparición.
e presume la iolencia si en una sub ersión de orden
político o social ubiese desaparecido una persona sin • Si el sujeto ubiere cumplido
5 AÑOS a os.
ol erse a tener noticias suyas durante el tiempo e pre-
desde la e piración del • ltimas noticias del ausente.
sado, siempre que ayan pasado meses desde la cesa-
a o natural de las noticias
ción de la sub ersión. • esaparición a falta de no-
o la desaparición. ticia .
Por su parte, en irtud del art. CC, procede también la
declaración de fallecimiento: 2 AÑOS • Perteneciendo a un contin-
desde la fec a del tratado gente armado o unidos a él
(1). e los que perteneciendo a un contingente arma- ayan tomado parte en ope-
de paz, ola declaración
do o unidos a él en calidad de funcionarios au iliares oficial de fin de la guerra. raciones de campa a.
oluntarios, o en funciones informati as, ayan toma-
do parte en operaciones de campa a y desaparecido • Ausencia de noticias tras un
en ellas luego que ayan transcurrido 2 años, conta-
1 AÑO riesgo inminente de iolencia
contado de fec a a fec a. contra la ida.
dos desde la fec a del tratado de paz, y en caso de no
aberse concertado, desde la declaración oficial de fin
de la guerra. 3 MESES • n caso de sinestro.
contado de fec a a fec a.
(2). e los que resulte acreditado que se encontraban a
bordo de una nave cuyo naufragio o desapari- • a e: naufragio o desapari-
ción por inmersión en el mar se haya compro-
1 MES ción presunta.
desde las ltimas noticias
bado, o a bordo de una aeronave cuyo siniestro se • Aerona e: presuntamente
o desde el inicio del iaje.
aya erificado y aya e idencias racionales de au- siniestrada.
sencia de super i ientes.
• a e: naufragio o desapari-
(3). e los que no se tuvieren noticias después de que ción comprobada.
resulte acreditado que se encontraban a bordo de una
8 DÍAS
• Aerona e: naufragio o des-
na e cuyo naufragio o desaparición por inmersión en desde las ltimas noticias
aparición comprobado sin
o desde el inicio del iaje.
el mar se aya comprobado o a bordo de una aero- noticias, o si. Posibilidad de
na e cuyo siniestro se aya erificado, o, en caso de identificar los restos.
aberse encontrado restos umanos en tales supues-
Por la declaración de fallecimiento cesa la situación
tos, y no ubieren podido ser identificados, luego que
de ausencia legal, pero mientras dic a declaración no se
ayan transcurrido 8 días.
produzca, se presume que el ausente a i ido asta el mo-
(4). e los que se encuentren a bordo de una nave que mento en que deba reputársele fallecido, sal o in estigacio-
se presuma naufragada o desaparecida por in- nes en contrario. Toda declaración de fallecimiento e presa-
mersión en el mar, por no llegar a su destino, o si ca- rá la fec a a partir de la cual se entienda sucedida la muerte,
reciendo de punto fijo de arribo, no retornase y aya con arreglo a lo preceptuado en los arts. precedentes, sal o
evidencias racionales de ausencia de super- prueba en contrario.

229
TEMA 7
a declaración de fallecimiento produce los efectos de muer-
te disolución del ínculo matrimonial, e tinción de la patria
potestad y del contrato de trabajo, etc. pero en cuanto a la
apertura de la sucesión ereditaria e isten ciertas limitacio-
nes art. CC :
(1). Los erederos no podrán disponer a título gra-
tuito hasta 5 años después de la declaración del
fallecimiento.
(2). asta que transcurran 5 años no serán entrega-
dos los legados, si los ubiese, ni tendrán derec o
a e igirlos los legatarios, sal o las mandas piadosas en
sufragio del alma del testador o los legados en fa or de
nstituciones de beneficencia.
(3). erá obligación ineludible de los sucesores formar
notarialmente un inventario detallado de los bienes
muebles y una descripción de los inmuebles.
i después de la declaración de fallecimiento reaparece el
ausente o se probase su e istencia art. CC , recobrará
sus bienes en el estado en que se encuentren y tendrá dere-
c o al precio de los que se ubieran endido, o a los bienes
que con este precio se ayan adquirido, pero no podrá re-
clamar de sus sucesores rentas, frutos ni productos obtenidos
con los bienes de su sucesión, sino desde el día de su presen-
cia o de la declaración de no aber muerto.
» Capítulo III. Inscripción en el Registro Civil
n el egistro Ci il se arán constar las declaraciones de
desaparición, ausencia legal y de fallecimiento, así como las
representaciones legítimas y dati as acordadas, y su e tin-
ción.
Asimismo se anotarán los in entarios de bienes muebles y
descripción de inmuebles que en este título se ordenan los
decretos de concesión y las escrituras de transmisiones y gra-
ámenes que efect en los representantes legítimos o dati os
de los ausentes y la escritura de descripción o in entario de
los bienes, así como de las escrituras de partición y adjudica-
ción realizadas a irtud de la declaración de fallecimiento o
de las actas de protocolización de los cuadernos particiona-
les en sus respecti os casos.
1.2.2.2. Capítulo II. Personas jurídicas
s toda organización o grupo de personas físicas a la que la
ley reconoce personalidad independiente y diferenciada de
la de cada uno de sus miembros o componentes. as perso-
nas jurídicas suelen clasificarse art. CC en corporacio-
nes asociaciones y fundaciones de interés público
reconocidas por la ley, o asociaciones de interés particu-
lar, civiles, mercantiles o industriales, a las que la ley
concede personalidad propia, independientemente de la de
cada uno de los asociados. ste ltimo tipo de asociaciones
se rige de acuerdo con el art. CC por las disposiciones
relati as al contrato de sociedad, seg n la naturaleza de este.
1.2.2.2.1. Régimen general (art. 37 y 38 CC)
a capacidad civil de las corporaciones se regulará por
las leyes que las ayan creado o reconocido la de las aso-
ciaciones por sus estatutos, y las de las fundaciones por las
230
reglas de su institución, debidamente aprobadas por dispo-
sición administrati a, cuando este requisito fuere necesario.
as personas jurídicas pueden adquirir y poseer bienes
de todas clases, así como contraer obligaciones y ejercitar
acciones ci iles o criminales, conforme a las leyes y reglas
de su constitución. a glesia se regirá en este punto por lo
concordado entre ambas potestades, y los establecimientos
de instrucción y beneficencia por lo que dispongan las leyes
especiales.
1.2.2.2.2. Extinción de la personalidad
El art. CC estable las causas de e tinción de las personas
jurídicas por:
(1). piración del plazo durante el cual funcionaban
legalmente.
(2). ealización del fin para el cual se constituyeron.
(3). mposibilidad de cumplimiento
e dará a sus bienes la aplicación que las leyes, o los estatu-
tos, o las cláusulas fundacionales, les ubiese asignado. i
no se establece nada pre iamente, se aplicarán esos bienes
a la realización de fines análogos, en interés de la región,
pro incia o municipio que principalmente debieran recoger
los beneficios de las instituciones e tinguidas.
1.2.3. Título III. Del domicilio
Podemos definir el domicilio como el establecimiento de la
residencia con intención de permanencia y voluntad de
implantarse en un preciso lugar.
n la Constitución, el domicilio iene recogido en el art. .
en el cual garantiza su in iolabilidad. l Tribunal Constitucional
declara al respecto que este artículo garantiza la interdicción de
la entrada y registro en el domicilio, estableciendo que, en ausen-
cia de consentimiento de su titular y de agrante delito, solo es
constitucionalmente legítima la entrada y registro efectua-
da con resolución judicial autorizante.
1.2.3.1. Domicilio de las personas naturales
eg n prescribe el art. CC, para el ejercicio de los dere-
c os y el cumplimiento de las obligaciones ci iles, el domi-
cilio de las personas naturales es el lugar de su residencia
abitual, y, en su caso el que determine la ey de njuicia-
miento Ci il C.
e esta forma podremos afirmar que e iste un domicilio
real, que es el que elige cada persona con total libertad,
tanto para establecer su ogar como sus negocios y por otro
lado un domicilio legal que es determinado a tra és de las
normas, donde el indi iduo no tiene posibilidad de elección.
A título de ejemplo de este ltimo es el domicilio del menor
de edad, el cual será el de sus padres o tutores.
Además, el individuo podrá constituir domicilios
para determinados actos concretos de su vida, tales
como para recibir notificaciones.
a jurisprudencia mantiene que para estimar un lugar
como domicilio de una persona natural no basta el ec o
de encontrarse o residir en él en un momento determina-
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
do, sino que la residencia abitual supone, como elemen-
to fundamental, no la permanencia más o menos larga e
ininterrumpida en un lugar determinado, sino la voluntad
de establecerse la persona efectiva y permanente-
mente en él.
1.2.3.1. Domicilio de las personas jurídicas
eferente a las personas jurídicas, el art. CC prescribe
que el domicilio corresponderá en primer lugar al fijado
en sus estatutos o normas de fundación. n caso de no
disponerlo acudiremos al lugar donde se halla consti-
tuida su representación legal o en ltimo lugar donde
se desempe e sus principales funciones.
1.2.4. Título IV. El matrimonio
1.2.4.1. Capítulo I. Promesa de matrimonio
a promesa de futuro matrimonio es la que se acen entre
sí los no ios, los cuales se conocen con el nombre de espon-
sales. n la doctrina las notas particulares coinciden en afir-
mar que constituyen los esponsales la promesa ec a por
ambas partes de fututo matrimonio, libremente e presada
por un signo sensible, entre personas determinadas y ábiles
en derec o. as particularidades de la institución, son:
(1). na promesa de futuro matrimonio.
(2). sta promesa a de ser aceptada por ambas partes.
(3). a de ser celebrada por personas ábiles en derec o,
es decir que ambas personas pueden casarse.
l Código Ci il indica que la promesa de matrimonio no
produce obligación de contraerlo ni de cumplir lo que se u-
biere estipulado para el supuesto de su no celebración. o se
admitirá a trámite la demanda en que se pretenda su cum-
plimiento, seg n establece el art. CC.
l incumplimiento sin causa de la promesa cierta de ma-
trimonio ec a por persona mayor de edad o por menor
emancipado solo producirá la obligación de resarcir a la
otra parte de los gastos ec os y las obligaciones contraí-
das en consideración al matrimonio prometido. sta acción
caducará al a o contado desde el día de la negati a a la
celebración del matrimonio.
1.2.4.2. Capítulo II. Requisitos del matrimonio
os requisitos del matrimonio se encuentran regulados en
el capítulo del título del libro , concretamente en los
arts. y ss.
El art. CC proclama en concordancia con el art.
C. ., el ius connubii, el derec o a contraer matrimonio del
ombre y la mujer conforme a las disposiciones del Códi-
go. e añade un segundo párrafo, de acuerdo con la Ley
13/2005, de 1 de julio, con la que se modifica el Código
Ci il en materia de derecho a contraer matrimonio,
por el cual el matrimonio tendrá los mismos requisitos y
efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de di-
ferente se o .
n relación con los requisitos para contraer matrimonio,
se debe distinguir entre los requisitos referidos al consenti-
miento, los que inciden en la capacidad de los contrayentes
y, finalmente, los e igidos por el carácter formal del acto
matrimonial.
1.2.4.2.1 Consentimiento
a idea básica gira en torno a aforismo clásico consensu ma-
trimonium facit, consentimiento del matrimonio, con lo que se
pone de manifiesto el carácter esencial del consentimiento
en el matrimonio. fecti amente, sin el consentimiento, ma-
nifestado de manera libre, seria y consciente, no ay matri-
monio. Así, el art. CC. dice e presamente que no ay
matrimonio sin consentimiento matrimonial y para ma-
nifestar el carácter enteramente libre e incondicionado del
mismo, a ade: a condición, término o modo del consen-
timiento se tendrá por no puestos .
1.2.4.2.2. Capacidad para contraer matrimonio
e requiere la ausencia de una serie de impedimentos del
matrimonio. Actualmente, no se distingue entre impedi-
mentos dirimentes, que acían radicalmente nulo el matri-
monio, e impedientes, que acían el matrimonio irregular,
pero el matrimonio, si igualmente álido. n la regulación
del Código Ci il, en cambio, se puede distinguir, en su caso,
entre impedimentos no dispensables ínculo pre io y edad
menor de catorce a os e impedimentos dispensables en los
términos del art. CC.
n irtud del art. CC, NO pueden contraer matrimonio:
(1). os menores de edad no emancipados.
(2). os que estén ligados con ínculo matrimonial.
Tampoco pueden contraer matrimonio entre sí art.
CC :
(1). os parientes en línea recta por consanguinidad o
adopción.
(2). os colaterales por consanguinidad asta el tercer
grado.
(3). os condenados por aber tenido participación en
la muerte dolosa del cónyuge o persona con la que
ubiera estado unida por análoga relación de afecti-
idad a la conyugal.
Por su parte el juez podrá dispensar, con justa causa y a
instancia de parte, mediante resolución pre ia dictada en
e pediente de jurisdicción oluntaria, los impedimentos de
muerte dolosa del cónyuge o persona con la que ubiera
estado unida por análoga relación de afecti idad a la con-
yugal y de parentesco de grado tercero entre colaterales. a
dispensa ulterior con alida, desde su celebración, el matri-
monio cuya nulidad no aya sido instada judicialmente por
alguna de las partes.
1.2.4.3. Capítulo III. Forma de celebración del matrimonio
1.2.4.3.1. Sección 1.ª. Disposiciones generales
l matrimonio es un acto consensual, pero no basta el con-
sentimiento para contraerlo, pues dic o consentimiento
se debe manifestar en la forma o formas establecidas por
el legislador. Por tanto, el matrimonio es también un acto
231
TEMA 7
solemne. os requisitos formales que se deben obser ar en
el acto de celebración del matrimonio se encuentran en los
arts. y ss. CC. y arts. - Cy y ss. C, don-
de tras establecer unas disposiciones generales, se distingue
entre el matrimonio celebrado en forma ci il o ante el fun-
cionario competente y el matrimonio celebrado en forma
religiosa. stos arts. an sido objeto de modificación por la
Ley 15/2015, la cual entrará en vigor en el año 2020.
El art. 49 CC establece que cualquier espa ol podrá
contraer matrimonio dentro o fuera de spa a:
(1). n la forma regulada en este Código.
(2). n la forma religiosa legalmente pre ista.
También podrá contraer matrimonio fuera de spa a con
arreglo a la forma establecida por la ley del lugar de cele-
bración.
i ambos contrayentes son e tranjeros, podrá celebrarse el
matrimonio en spa a con arreglo a la forma prescrita para
los espa oles o cumpliendo la establecida por la ley personal
de cualquiera de ellos, seg n el art. CC.
1.2.4.3.2. Sección 2.ª. Celebración ante el juez o funciona-
rio que haga sus veces
uienes deseen contraer matrimonio acreditarán pre ia-
mente en acta o expediente tramitado conforme a la
legislación del egistro Ci il, que re nen los requisitos de
capacidad o la ine istencia de impedimentos o su dispensa,
de acuerdo con lo pre isto en el Código Ci il.
l A , notario, encargado del egistro Ci il o funcionario
que tramite el acta o e pediente, cuando sea necesario, po-
drá recabar de las Administraciones o entidades de iniciati-
a social de promoción y protección de los derec os de las
personas con discapacidad, la pro isión de apoyos umanos,
técnicos y materiales que faciliten la emisión, interpretación
y recepción del consentimiento del o los contrayentes. olo
en el caso e cepcional de que alguno de los contrayentes
presentare una condición de salud que, de modo e idente,
categórico y sustancial, pueda impedirle prestar el consen-
timiento matrimonial pese a las medidas de apoyo, se re-
cabará dictamen médico sobre su aptitud para prestar el
consentimiento.
El art. CC determina la competencia para consta-
tar, mediante esa acta o e pediente, el cumplimiento de
esos requisitos de capacidad de ambos contrayentes y la
ine istencia de los impedimentos o su dispensa, o cualquier
género de obstáculos para contraer matrimonio, la cual co-
rresponderá:
(1). ecretario judicial A ,
(2). otario.
(3). ncargado del egistro Ci il del lugar del domicilio
de uno de los contrayentes o
(4). uncionario diplomático o consular encargado del
egistro Ci il si residiesen en el e tranjero.
232
erá competente para celebrar el matrimonio:
(1). l juez de paz o alcalde del municipio donde se cele-
bre el matrimonio o concejal en quien este delegue.
(2). l secretario judicial A o notario libremente elegi-
do por ambos contrayentes que sea competente en el
lugar de celebración.
(3). l funcionario diplomático o consular encargado del
egistro Ci il en el e tranjero.
l matrimonio tramitado por el secretario judicial LAJ o
por funcionario consular o diplomático podrá cele-
brarse ante el mismo u otro distinto, o ante el juez de paz,
alcalde o concejal en quien este delegue, a elección de los
contrayentes.
i se ubiere tramitado por el encargado del Registro
Civil, el matrimonio deberá celebrarse ante el juez de paz,
alcalde o concejal en quien este delegue, que designen los
contrayentes.
inalmente, si fuera el notario quien ubiera e tendido el
acta matrimonial, los contrayentes podrán otorgar el con-
sentimiento, a su elección, ante el mismo notario u otro dis-
tinto del que ubiera tramitado el acta pre ia, el juez de paz,
alcalde o concejal en quien este delegue.
o obstante, ay que tener presente los dispuesto en el art.
CC, pues la validez del matrimonio no quedará afec-
tada por la incompetencia o falta de nombramiento del juez
de Paz, Alcalde, Concejal, secretario judicial A , notario
o funcionario ante quien se celebre, siempre que al menos
uno de los cónyuges ubiera procedido de buena fe y aque-
llos ejercieran sus funciones p blicamente.
n caso de matrimonio en peligro de muerte art.
CC no requerirá para su celebración la pre ia tramitación
del acta o e pediente matrimonial, pero sí la presencia, en
su celebración, de 2 testigos mayores de edad y, cuando
el peligro de muerte deri e de enfermedad o estado físico de
alguno de los contrayentes, dictamen médico sobre su capa-
cidad para la prestación del consentimiento y la gra edad de
la situación, sal o imposibilidad acreditada, sin perjuicio de
lo establecido en el art. CC.
Podrán celebrar el matrimonio del que se alle en peligro
de muerte:
(1). l juez de paz, alcalde o concejal en quien delegue,
secretario judicial A , notario o funcionario al que
se refiere el art. CC.
(2). l oficial o jefe superior inmediato respecto de los mi-
litares en campa a.
(3). l capitán o comandante respecto de los matrimonios
que se celebren a bordo de na e o aerona e.
Cuando concurra causa gra e suficientemente probada, el
ministro de usticia podrá autorizar el matrimonio se-
creto art. CC . n este caso, el e pediente se tramitará
reser adamente, sin la publicación de edictos o proclamas.
no de los contrayentes podrá contraer matrimonio por
apoderado, a quien tendrá que aber concedido poder es-
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
pecial en forma auténtica, siendo siempre necesaria la asis-
tencia personal del otro contrayente. n el poder se determi-
nará la persona con quien a de celebrarse el matrimonio,
con e presión de las circunstancias personales precisas para
establecer su identidad, debiendo apreciar su alidez el se-
cretario judicial A , notario, encargado del egistro Ci il
o funcionario que tramite el acta o e pediente matrimonial
pre io al matrimonio. e e tinguirá por la re ocación del
poderdante, por la renuncia del apoderado o por la muerte
de cualquiera de ellos. n caso de re ocación por el poder-
dante bastará su manifestación en forma auténtica antes de
la celebración del matrimonio. a re ocación se notificará
de inmediato al secretario judicial A , notario, encargado
del egistro Ci il o funcionario que tramite el acta o e pe-
diente pre io al matrimonio, y si ya estu iera finalizado a
quien aya a celebrarlo.
l juez de paz, alcalde, concejal, secretario judicial A ,
notario o funcionario, después de leídos los arts. , y
CC, preguntará a cada uno de los contrayentes si consiente
en contraer matrimonio con el otro y si efecti amente lo con-
trae en dic o acto y, respondiendo ambos afirmati amente,
declarará que los mismos quedan unidos en matrimonio y
e tenderá el acta o autorizará la escritura correspondiente.
Art. 66 CC
os cónyuges son iguales en derec os y deberes .
Art. 67 CC
os cónyuges deben respetarse y ayudarse mutuamente y
actuar en interés de la familia .
Art. 68 CC
os cónyuges están obligados a i ir juntos, guardarse fide-
lidad y socorrerse mutuamente. eberán, además, compar-
tir las responsabilidades domesticas y el cuidado y atención
de ascendientes y descendientes y otras personas dependien-
tes a su cargo .
1.2.4.3.3. Sección 3.ª. Celebración en forma religiosa
l matrimonio religioso está pre isto en nuestro ordena-
miento jurídico, regulado en los arts. y CC. s aquel
celebrado nicamente en la forma religiosa legalmente pre-
ista tal como e pone en art. CC. sto quiere decir que
solo produce efectos civiles cuando se celebre con-
forme a lo dispuesto en una confesión religiosa que
haya firmado un acuerdo de cooperación con el Es-
tado o se encuentre inscrita en el Registro de Enti-
dades Religiosas que ayan obtenido el reconocimiento
de notorio arraigo en spa a art. CC . Concretamente
se reconocen la forma canónica, e angélica, islámica e is-
raelita.
El art. CC determina la forma en la que se a de prestar
el consentimiento matrimonial, el cual podrá ser prestado
en la forma pre ista en la confesión inscrita en el egistro
de ntidades eligiosas, en los términos acordados con el
stado, o bien, en los términos autorizados por la legislación
de este.
Para el reconocimiento de los efectos ci iles se requerirá el
cumplimiento de dos requisitos:
(1). a tramitación de un acta o e pediente pre io de ca-
pacidad matrimonial con arreglo a la normati a del
egistro Ci il.
(2). a libre manifestación del consentimiento ante un
ministro de culto debidamente acreditado y dos tes-
tigos mayores de edad.
a condición de ministro de culto será acreditada mediante
certificación e pedida por la iglesia, confesión o comunidad
religiosa que aya obtenido el reconocimiento de notorio
arraigo en spa a, con la conformidad de la federación que,
en su caso, ubiere solicitado dic o reconocimiento.
1.2.4.4. Capítulo IV. Inscripción en el Registro Civil
e acuerdo con el artículo CC los efectos ci iles del ma-
trimonio, tanto ci il como religioso, se producen desde su
celebración, pero para su pleno reconocimiento es necesaria
la inscripción en el egistro Ci il. sto quiere decir, seg n
la doctrina, que la inscripción no tiene unos efectos consti-
tuti os pues estos se generan con la celebración, sino que
solo constituye un medio de prueba pues el párrafo in fine
del propio art. afirma que el matrimonio no inscrito no per-
judicará los derec os adquiridos por terceras personas de
buena fe.
as formas se inscripción son:
(1). atrimonio ci il art. CC : tendida el acta
o autorizada la escritura p blica, se remitirá por el
autorizante copia acreditati a de la celebración del
matrimonio al egistro Ci il competente, para su
inscripción, pre ia calificación por el encargado del
mismo.
(2). atrimonio celebrado en forma religiosa art.
CC : se practicará con la simple presentación de la
certificación de la iglesia, o confesión, comunidad re-
ligiosa o federación respecti a, que abrá de e presar
las circunstancias e igidas por la legislación del egis-
tro Ci il. e denegará la práctica del asiento cuando
de los documentos presentados o de los asientos del
egistro conste que el matrimonio no re ne los requi-
sitos que para su alidez se e igen en Código Ci il.
(3). atrimonio secreto art. CC : basta su inscripción
en el libro especial del egistro Ci il Central, pero
no perjudicará los derec os adquiridos de buena fe
por terceras personas sino desde su publicación en el
egistro Ci il ordinario.
(4). atrimonio celebrado sin acta o e pediente pre io
art. CC : siendo necesario, el secretario judicial
A , notario, o el funcionario diplomático o consular
encargado del egistro Ci il que lo aya celebrado,
antes de realizar las actuaciones que procedan para su
inscripción, deberá comprobar si concurren los requi-
sitos legales para su alidez, mediante la tramitación
del acta o e pediente al que se refiere este art.
(5). i la celebración del matrimonio ubiera sido reali-
zada ante autoridad o persona competente distinta
233
TEMA 7
de las anteriores, el acta de aquella se remitirá al en-
cargado del egistro Ci il del lugar de celebración
para que proceda a la comprobación de los requisitos
de alidez, mediante el e pediente correspondiente.
fectuada esa comprobación, el encargado del egis-
tro Ci il procederá a su inscripción.
1.2.4.5. Capítulo V. Derechos y deberes de los cónyuges
os derec os y deberes recíprocos de los cónyuges ienen
regulados en los arts. a del Código Ci il. n este
caso, en realidad no estamos ante autenticas obligaciones
contractuales, su falta de cumplimiento no desemboca en u
incumplimiento contractual, es decir, no es causa necesaria
para la separación y di orcio lo cual no quiere decir que
por ello no constituyan un deber jurídico, pues en cambio
si es justa causa para des eredar al cónyuge art. CC .
inalmente, estos derec os y deberes se pueden traducir en:
(1). Igualdad en derec os y deberes de los cónyuges art.
CC .
(2). eber de respeto y ayuda mutua y actuar en inte-
rés de la familia art. CC .
(3). bligación de vivir juntos, guardarse fidelidad
y socorrerse mutuamente, además, compartir las
responsabilidades domesticas y el cuidado y atención
de ascendientes y descendientes y otras personas de-
pendientes a su cargo art. CC .
(4). Presunción iuris tantum de la con i encia, se presume,
sal o prueba en contrario, que los cónyuges i en jun-
tos art. CC .
(5). a determinación del domicilio conyugal correspon-
de a ambos cónyuges y, en caso de discrepancia, al
juez, teniendo en cuenta el interés de la familia art.
CC .
(6). inguno de los cónyuges puede atribuirse la repre-
sentación del otro sin que le ubiere sido conferida
art. CC .
1.2.4.6 Capítulo VI. Nulidad matrimonial
a nulidad matrimonial es el supuesto de máxima inefi-
cacia de la relación matrimonial, ya que es la consecuencia
jurídica que de origina cuando en el matrimonio de da una
irregularidad de alguno de los presupuestos legalmente e i-
gidos o por la falta de alguno de ellos.
1.2.4.6.1 Causas de nulidad
El art. 73 CC, se ala que será nulo cualquier matrimonio,
independientemente de la forma, celebrado:
(1). Sin consentimiento matrimonial. falta el requisito
del art. CC
(2). Por personas afectadas por impedimentos
matrimoniales, menores de edad no emancipa-
dos, o los que estén ligados con vínculo matri-
monial art. CC o entre parientes en línea
recta por consanguinidad o adopción, colaterales por
consanguinidad asta el er grado, o condenados por
234
haber tenido participación en la muerte dolo-
sa del cónyuge o persona con la que ubiera estado
unida por análoga relación de afecti idad a la conyu-
gal art. CC , sal o los casos de dispensa conforme
al art. CC.
(3). Sin la intervención del juez de paz, alcalde o con-
cejal, secretario judicial, notario o funcionario ante
quien deba celebrarse, o sin la de los testigos.
o obstante, ay que tener en cuenta lo dispuesto en
el art. id. apdo. . . y CC, el cual determi-
na que el juez no podrá acordar la nulidad del matri-
monio por defecto de forma, si al menos uno de los
cónyuges lo contrajo de buena fe.
(4). El celebrado por error en la identidad de la
persona del otro contrayente o en aquellas cuali-
dades personales que, por su entidad, ubieren sido
determinantes de la prestación del consentimiento. l
error a de e istir antes de contraer el matrimonio,
las cuales an sido ocultadas o no manifestadas y que
sean decisi as, pues de aberlas conocido no abría
prestado el consentimiento, son, por ejemplo, enfer-
medades mentales, físicas contagiosas, que impidan la
procreación, etc.
(5). El contraído por coacción o miedo grave.
1.2.4.6.2. Acción de nulidad
e encuentra regulada en los arts. 74 a 76 CC:
(1). egitimación acti a con carácter general.
a Cónyuges.
b .
c Cualquier persona que tenga interés directo y
legítimo.
(2). cepciones: en los dos ltimos casos la acción cadu-
ca al a o.
a i la causa de nulidad fuere la falta de edad, mientras
el contrayente sea menor solo podrá ejercitar la ac-
ción cualquiera de sus padres, tutores o guardadores
y, en todo caso, el MF.
b Al llegar a la mayoría de edad solo podrá ejercitar la
acción el contrayente menor.
c n los casos de error, coacción o miedo gra e sola-
mente podrá ejercitar la acción de nulidad el cónyuge
que ubiera sufrido el icio.
1.2.4.6.3. Efectos
l legislador regula conjuntamente los efectos comunes a
la nulidad, separación y di orcio, sin embargo, e isten dos
normas específicas para la nulidad. l art. CC se ala que
la declaración de nulidad del matrimonio no in alidará los
efectos ya producidos respecto de los ijos y del contrayente
o contrayentes de buena fe. a buena fe se presume.
eg n el art. CC, las resoluciones dictadas por los tri-
bunales eclesiásticos sobre nulidad de matrimonio canóni-
co o las decisiones pontificias sobre matrimonio rato y no
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
consumado tendrán eficacia en el orden ci il, a solicitud de
cualquiera de las partes, si se declaran ajustados al derec o
del stado en resolución dictada por el juez ci il competente
conforme a las condiciones a las que se refiere el art. de
la C.
1.2.4.7. Capítulo VII. Separación
a separación matrimonial supone el cese de la ida en
com n de los cónyuges, pero no se disuel e el ínculo ma-
trimonial, a diferencia de lo que ocurre con el di orcio o la
nulidad. eneralmente se trata de una situación pasajera
y transitoria, con la finalidad de una reconciliación de los
cónyuges o, por el contrario, en la iniciación de la acción
de di orcio.
1.2.4.7.1. Separación legal
El art. CC comienza enunciado que se decretará ju-
dicialmente la separación cuando e istan ijos menores no
emancipados o con la capacidad modificada judicialmente
que dependan de sus progenitores, cualquiera que sea la for-
ma de celebración del matrimonio .
Pese a que el Código Ci il abla de separación judicial, tras
la ey de urisdicción oluntaria, parece más acer-
tado ablar de separación legal al permitirla, no solo ante el
juez, sino también ante el A y el notario, en aquellos casos
en los que no e istan ijos menores no emancipados o con
la capacidad modificada judicialmente.
n caso de que haya ijos menores no emancipados o
incapacitados, la separación legal puede lle arse a cabo:
(1). e mutuo acuerdo: a petición de ambos cónyuges o
de uno con el consentimiento del otro, una ez trans-
curridos 3 meses desde la celebración del matrimo-
nio. A la demanda se acompa ará una propuesta de
con enio regulador redactada conforme al art.
CC.
(2). A iniciati a de uno solo de los cónyuges: a petición
de uno solo de los cónyuges, una ez transcurridos 3
meses desde la celebración del matrimonio. o será
preciso este plazo para la interposición de la deman-
da cuando se acredite la e istencia de un riesgo para
la ida, la integridad física, la libertad, la integridad
moral o libertad e indemnidad se ual del cónyuge de-
mandante o de los ijos de ambos o de cualquiera de
los miembros del matrimonio.
A la demanda se acompa ará propuesta fundada de las
medidas que ayan de regular los efectos deri ados de la
separación.
n caso de NO aya ijos menores no emancipados o
incapacitados, la separación legal puede lle arse a cabo:
(1). e mutuo acuerdo: transcurridos 3 meses desde
la celebración del matrimonio mediante la formula-
ción de un con enio regulador ante el secretario
judicial (LAJ) o en escritura pública ante no-
tario, en el que, junto a la oluntad inequí oca de
separarse, determinarán las medidas que ayan de
regular los efectos deri ados de la separación en los
términos establecidos en el art. CC. os funcio-
narios diplomáticos o consulares, en ejercicio de las
funciones notariales que tienen atribuidas, no podrán
autorizar la escritura p blica de separación.
os cónyuges deberán inter enir en el otorgamiento de
modo personal, sin perjuicio de que deban estar asistidos
por letrado en ejercicio, prestando su consentimiento ante el
secretario judicial A o notario. gualmente, los ijos ma-
yores o menores emancipados deberán otorgar el consenti-
miento ante el secretario judicial A o notario respecto de
las medidas que les afecten por carecer de ingresos propios y
con i ir en el domicilio familiar.
El art. CC determina que la sentencia o decreto de
separación o el otorgamiento de la escritura pú-
blica del con enio regulador producirá los efectos de la
suspensión de la ida com n de los casados y cese de la po-
sibilidad de incular bienes del otro cónyuge en el ejercicio
de la potestad domestica.
os efectos de la separación matrimonial se producirán
desde la firmeza de la sentencia o decreto que así
la declare o desde la manifestación del consentimiento de
ambos cónyuges otorgado en escritura p blica conforme al
art. CC.
e remitirá testimonio de la sentencia o decreto, o copia de
la escritura p blica al egistro Ci il para su inscripción, sin
que, asta que esta tenga lugar, se produzcan plenos efectos
frente a terceros de buena fe.
a reconciliación pone término al procedimiento de separa-
ción y deja sin efecto ulterior lo resuelto en él, ambos cónyu-
ges deberán ponerlo en conocimiento del juez que entienda
o aya entendido en el litigio. o obstante, serán manteni-
das o modificadas las medidas adoptadas en relación a los
ijos, cuando e ista causa que lo justifique.
Cuando la separación ubiere tenido lugar sin inter ención
judicial, en la forma pre ista en el art. CC, la reconcilia-
ción deberá formalizase en escritura p blica o acta de ma-
nifestaciones.
a reconciliación deberá inscribirse, para su eficacia frente a
terceros, en el egistro Ci il correspondiente.
1.2.4.7.2. Separación de hecho
s la situación que resulta de decisiones, unilaterales o con-
sensuadas, personales de los cónyuges que no son sometidas
a un conocimiento judicial.
a separación de ec o puede producir una serie de con-
secuencias, pese a no ser decretada por el juez, el A o
reconocida o constituida ante notario. Por ejemplo:
(1). Posibilidad instar la disolución judicial de la comu-
nidad de ganancias en caso de lle ar más de un a o
separado art. CC .
(2). clusión de la posibilidad de ser tutor del cónyuge
art. . CC ni curador art. CC .
(3). a patria potestad será ejercida por el progenitor con
el que con i an los ijos. art. . CC .
235
TEMA 7
(4). Causa de des eredación art. CC y pri ación al
cónyuge separado de la cuota de legítima correspon-
diente al cónyuge iudo art. CC .
Por el contrario, no e tingue la obligación de prestar ali-
mentos, e cepto para el cónyuge que abandona al otro sin
justa causa.
1.2.4.8. Capítulo VII. Disolución del matrimonio
eg n el art. CC l matrimonio se disuel e, sea cual
fuere la forma y el tiempo de su celebración, por la muerte
o la declaración de fallecimiento de uno de los cónyuges y
por el di orcio .
s importante tener en cuenta la deferencia entre nulidad y
disolución pues la nulidad supone que el matrimonio no es
álido y por tanto se a de considerar que nunca a e istido,
y por tanto no a podido surtir efectos jurídicos, mientras
que la disolución supone la anulación del matrimonio, de-
jando de producir los efectos jurídicos del matrimonio desde
el momento que es decretado, considerándose que anterior-
mente si a e istido.
Conforme al art. CC, se decretará judicialmente el di-
orcio a petición de uno solo de los cónyuges, de ambos o
de uno con el consentimiento del otro, cuando concurran
los requisitos y circunstancias e igidos en el art. CC id.
apdo. . . . . .
os cónyuges también podrán acordar su di orcio de mutuo
acuerdo mediante la formulación de un con enio regulador
ante el secretario judicial A o en escritura p blica ante
notario, en la forma y con el contenido regulado en el art.
CC id. apdo. . . . . , debiendo concurrir los mismos
requisitos y circunstancias e igidas en él. os funcionarios
diplomáticos o consulares, en ejercicio de las funciones nota-
riales que tienen atribuidas, no podrán autorizar la escritura
p blica de di orcio art. CC .
a acción de di orcio se e tingue por la muerte de cual-
quiera de los cónyuges y por su reconciliación, que deberá
ser e presa cuando se produzca después de interpuesta la
demanda.
a reconciliación posterior al di orcio no produce efectos
legales, si bien los di orciados podrán contraer entre sí nue-
o matrimonio.
os efectos de la disolución del matrimonio por di orcio se
producirán desde la firmeza de la sentencia o decreto que
así lo declare o desde la manifestación del consentimiento
de ambos cónyuges otorgado en escritura p blica conforme
a lo dispuesto en el art. CC. o perjudicará a terceros
de buena fe sino a partir de su respecti a inscripción en el
egistro Ci il.
1.2.4.9. Capítulo IX. Efectos comunes a la nulidad, separación y
divorcio
l Código Ci il regula de manera conjunta los efectos jurí-
dicos de las crisis matrimoniales. e encuentran recogidos
en los arts. 90 a 101 CC.
1.2.4.9.1. El convenio regulador
236
s un negocio jurídico, el cual, de acuerdo con la autono-
mía de la oluntad, permite a ambos cónyuges pactar lo que
consideren más con eniente a sus intereses deberá conte-
ner, siempre que fueran aplicables, los siguientes e tremos:
(1). El cuidado de los hijos sujetos a la patria potestad
de ambos, el ejercicio de esta y, en su caso, el régimen
de comunicación y estancia de los ijos con el proge-
nitor que no i a abitualmente con ellos.
(2). i se considera necesario, el régimen de visitas y
comunicación de los nietos con sus abuelos, te-
niendo en cuenta, siempre, el interés de aquellos.
(3). a atribución del uso de la vivienda y ajuar
familiar.
(4). a contribución a las cargas del matrimonio
y alimentos, así como sus bases de actualización y
garantías en su caso.
(5). a liquidación, cuando proceda, del régimen
económico del matrimonio.
(6). a pensión que conforme al art. CC correspon-
diere satisfacer, en su caso, a uno de los cónyuges.
» Procedimiento de aprobación del convenio
Los acuerdos de los cónyuges adoptados para regular las
consecuencias de la nulidad, separación y di orcio presenta-
dos ante el órgano judicial serán aprobados por el juez
sal o si son da osos para los ijos o gra emente perjudicia-
les para uno de los cónyuges.
i las partes proponen un régimen de visitas y comuni-
cación de los nietos con los abuelos, el juez podrá apro-
barlo pre ia audiencia de los abuelos en la que estos presten
su consentimiento. a denegación de los acuerdos abrá
de acerse mediante resolución moti ada y en este caso los
cónyuges deberán someter, a la consideración del juez, nue-
a propuesta para su aprobación, si procede.
Cuando los cónyuges formalizasen los acuerdos ante el
secretario judicial LAJ o notario y estos considerasen que,
a su juicio, alguno de ellos pudiera ser da oso o gra emente
perjudicial para uno de los cónyuges o para los ijos mayo-
res o menores emancipados afectados, lo ad ertirán a los
otorgantes y darán por terminado el e pediente. n este
caso, los cónyuges solo podrán acudir ante el juez para la
aprobación de la propuesta de con enio regulador.
esde la aprobación del convenio regulador o el otorga-
miento de la escritura p blica, podrán acerse efecti os
los acuerdos por la ía de apremio.
» Modificaciones del contenido del convenio
as medidas que el juez adopte en defecto de acuerdo
o las convenidas por los cónyuges judicialmente, po-
drán ser modificadas judicialmente o por nue o con enio
aprobado por el juez, cuando así lo aconsejen las nue as ne-
cesidades de los ijos o el cambio de las circunstancias de los
cónyuges. as medidas que ubieran sido con enidas ante
el secretario judicial A o en escritura p blica podrán ser
modificadas por un nue o acuerdo, sujeto a los mismos re-
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
quisitos e igidos en el Código Ci il.
l juez o las partes podrán establecer las garantías reales
o personales que requiera el cumplimiento del con enio.
n las sentencias, o en ejecución de las mismas, el juez,
en defecto de acuerdo de los cónyuges o en caso de
no aprobación del mismo, determinará conforme a lo
establecido en los arts. siguientes las medidas que ayan de
sustituir a las ya adoptadas con anterioridad en relación con
los ijos, la i ienda familiar, las cargas del matrimonio, li-
quidación del régimen económico y las cautelas o garantías
respecti as, estableciendo las que procedan si para alguno
de estos conceptos no se ubiera adoptado ninguna. stas
medidas podrán ser modificadas cuando se alteren sustan-
cialmente las circunstancias.
o e imen a los padres de sus obligaciones para con los
hijos. n la sentencia se acordará la pri ación de la patria
potestad cuando en el proceso se re ele causa para ello.
1.2.4.9.2. Guarda y custodia de los hijos menores (art. 92)
l juez, cuando deba adoptar cualquier medida sobre la
custodia, el cuidado y la educación de los ijos meno-
res, elará por el cumplimiento de su derec o a ser oídos.
os padres podrán acordar en el con enio regulador o el
juez podrá decidir, en beneficio de los ijos, que la patria
potestad sea ejercida total o parcialmente por unos de los
cónyuges.
e acordará el ejercicio compartido de la guarda y cus-
todia de los ijos cuando así lo soliciten los padres en la
propuesta de con enio regulador o cuando ambos lleguen
a este acuerdo en el transcurso del procedimiento. l juez,
al acordar la guarda conjunta y tras fundamentar su resolu-
ción, adoptará las cautelas procedentes para el eficaz cum-
plimiento del régimen de guarda establecido, procurando
no separar a los ermanos.
cepcionalmente, aun cuando no se den estos supuestos, el
juez, a instancia de una de las partes, con informe favora-
ble del , podrá acordar la guarda y custodia compartida
fundamentándola en que solo de esta forma se protege ade-
cuadamente el interés superior del menor. a sido declara-
do inconstitucional y nulo el inciso fa orable por la T del
TC de de octubre n m. .
n todo caso, antes de acordar el régimen de guarda y
custodia, el juez deberá recabar informe del , y oír a
los menores que tengan suficiente juicio cuando se estime
necesario de oficio o a petición del iscal, partes o miembros
del quipo Técnico udicial, o del propio menor, alorar las
alegaciones de las partes ertidas en la comparecencia y la
prueba practicada en ella, y la relación que los padres man-
tengan entre sí y con sus ijos para determinar su idoneidad
con el régimen de guarda.
No procederá la guarda conjunta cuando cualquiera de los
padres esté incurso en un proceso penal iniciado por atentar
contra la ida, la integridad física, la libertad, la integridad
moral o la libertad e indemnidad se ual del otro cónyuge o
de los ijos que con i an con ambos. Tampoco procederá
cuando el juez ad ierta, de las alegaciones de las partes y las
pruebas practicadas, la e istencia de indicios fundados de
iolencia domestica.
l juez, antes de adoptar alguna de las decisiones a que se
refieren los párrafos anteriores, de oficio o a instancia de
parte, podrá recabar dictamen de especialistas debi-
damente cualificados, relati o a la idoneidad del modo de
ejercicio de la patria potestad y del régimen de custodia de
los menores.
1.2.4.9.3. Cargas familiares (art. 93)
El juez, en todo caso, determinará la contribución de
cada progenitor para satisfacer los alimentos y adoptará
las medidas con enientes para asegurar la efecti idad y aco-
modación de las prestaciones a las circunstancias económi-
cas y necesidades de los ijos en cada momento.
i con i ieran en el domicilio familiar ijos mayores de
edad o emancipados que carecieran de ingresos propios, el
juez, en la misma resolución, fijará los alimentos que sean de-
bidos conforme a los arts. y siguientes del Código Ci il.
1.2.4.9.4. Vivienda familiar y bienes del matrimonio
(arts. 94 a 96)
El progenitor que no tenga consigo a los hijos meno-
res o incapacitados gozará del derecho de visitarlos,
comunicar con ellos y tenerlos en su compañía.
l juez determinará el tiempo, modo y lugar del ejercicio
de este derec o, que podrá limitar o suspender si se dieren
gra es circunstancias que así lo aconsejen o se incumplieren
gra e o reiteradamente los deberes impuestos por la resolu-
ción judicial.
gualmente podrá determinar, pre ia audiencia de los pa-
dres y de los abuelos, que deberán prestar su consentimien-
to, el derecho de comunicación y visita de los nietos
con los abuelos, conforme al art. CC, teniendo siempre
presente el interés del menor.
a sentencia firme, el decreto firme o la escritura p blica
que formalicen el con enio regulador, en su caso, produci-
rán, respecto de los bienes del matrimonio, la di-
solución o extinción del régimen económico matri-
monial y aprobará su liquidación si hubiera mutuo
acuerdo entre los cónyuges al respecto.
i la sentencia de nulidad declarara la mala fe de uno solo
de los cónyuges, el que ubiere obrado de buena fe podrá
optar por aplicar en la liquidación del régimen económico
matrimonial las disposiciones relati as al régimen de partici-
pación y el de mala fe no tendrá derec o a participar en las
ganancias obtenidas por su consorte.
En defecto de acuerdo de los cónyuges aprobado por el
juez, el uso de la vivienda familiar y de los objetos
de uso ordinario en ella corresponde a los hijos y al
cónyuge en cuya compañía queden.
Cuando algunos de los ijos queden en la compa ía de uno
y los restantes en la del otro, el juez resol erá lo procedente.
o abiendo ijos, podrá acordarse que el uso de tales bie-
nes, por el tiempo que prudencialmente se fije, corresponda
al cónyuge no titular, siempre que, atendidas las circunstan-
237
TEMA 7
cias, lo icieran aconsejable y su interés fuera el más necesi-
tado de protección.
Para disponer de la vivienda y bienes indicados cuyo
uso corresponda al cónyuge no titular se requerirá el
consentimiento de ambas partes o, en su caso, au-
torización judicial.
1.2.4.9.5. Pensión compensatoria (arts. 97 a 101)
El cónyuge al que la separación o el di orcio produzca
un desequilibrio económico en relación con la posición
del otro, que implique un empeoramiento en su situación
anterior en el matrimonio, tendrá derec o a una compen-
sación que podrá consistir en una pensión temporal o por
tiempo indefinido, o en una prestación nica, seg n se de-
termine en el con enio regulador o en la sentencia.
A falta de acuerdo de los cónyuges, el juez, en senten-
cia, determinará su importe teniendo en cuenta las siguien-
tes circunstancias:
(1). os acuerdos a que ubieran llegado los cónyuges.
(2). a edad y el estado de salud.
(3). a cualificación profesional y las probabilidades de
acceso a un empleo.
(4). a dedicación pasada y futura a la familia.
(5). a colaboración con su trabajo en las acti idades mer-
cantiles, industriales o profesionales del otro cónyuge.
(6). a duración del matrimonio y de la con i encia
conyugal.
(7). a pérdida e entual de un derec o de pensión.
(8). l caudal y los medios económicos y las necesidades
de uno y otro cónyuge.
(9). Cualquier otra circunstancia rele ante.
n la resolución judicial o en el con enio regulador formali-
zado ante el secretario judicial A o el notario se fijarán
la periodicidad, la forma de pago, las bases para ac-
tualizar la pensión, la duración o el momento de cese y
las garantías para su efecti idad.
El cónyuge de buena fe cuyo matrimonio aya sido de-
clarado nulo tendrá derecho a una indemnización si
a e istido con i encia conyugal, atendidas estas circuns-
tancias.
n cualquier momento podrá con enirse la sustitución de
la pensión fijada judicialmente o por con enio regulador
formalizado conforme al lo anterior, por la constitución de
una renta italicia, el usufructo de determinados bienes o la
entrega de un capital en bienes o en dinero.
ijada la pensión y las bases de su actualización en la sen-
tencia de separación o de di orcio, solo podrá ser modi-
ficada por alteraciones en la fortuna de uno u otro
cónyuge que así lo aconsejen.
a pensión y las bases de actualización fijadas en el con enio
regulador formalizado ante el secretario judicial A o no-
tario podrán modificarse mediante nue o con enio, sujeto a
238
los mismos requisitos e igidos en el Código Ci il.
l derec o a la pensión se extingue por el cese de la
causa que lo motivó, por contraer el acreedor nuevo
matrimonio o por vivir maritalmente con otra per-
sona.
l derec o a la pensión no se e tingue por el solo ec o de
la muerte del deudor. o obstante, los erederos de este po-
drán solicitar del juez la reducción o supresión de aquella, si
el caudal ereditario no pudiera satisfacer las necesidades de
la deuda o afectara a sus derec os en la legítima.
1.2.4.10. Capítulo X. Medidas provisionales por demanda de nu-
lidad, separación o divorcio
as medidas pro isionales en los casos de nulidad, separa-
ción o di orcio, admiten que se soliciten, bien con la deman-
da, bien con anterioridad a la misma, una serie de medidas
pro isionales. n caso de solicitarse pre iamente a la de-
manda, esta deberá presentarse en el plazo de días ante
el juez o tribunal competente, art. CC .
os efectos y medidas pro isionales terminan, en todo
caso, cuando sean sustituidos por los de la sentencia es-
timatoria o se ponga fin al procedimiento de otro modo.
a re ocación de consentimientos y poderes se entiende
definiti a.
o incumple el deber de con i encia el cónyuge que sale del
domicilio conyugal por una causa razonable y en el plazo
de treinta días presenta la demanda o solicitud de nulidad,
separación o di orcio.
as medidas comprendidas en el art. 102 CC son:
(1). os cónyuges podrán i ir separados y cesa la presun-
ción de con i encia conyugal.
(2). uedan re ocados los consentimientos y poderes que
cualquiera de los cónyuges ubiera otorgado al otro.
Asimismo, sal o pacto en contrario, cesa la posibilidad de
incular los bienes pri ati os del otro cónyuge en el ejercicio
de la potestad domestica. A estos efectos, cualquiera de las
partes podrá instar la oportuna anotación en el egistro Ci-
il y, en su caso, en los de la Propiedad y ercantil.
A falta de acuerdo de ambos cónyuges aprobado judicial-
mente, el juez adoptará, con audiencia de estos art.
CC :
(1). eterminar con cuál de los cónyuges an de quedar
los sujetos a la patria potestad de ambos y la forma
en que el cónyuge que no ejerza la guarda y custodia
de los ijos podrá cumplir el deber de elar por estos y
el tiempo, modo y lugar en que podrá comunicar con
ellos y tenerlos en su compa ía.
cepcionalmente, los ijos podrán ser encomenda-
dos a los abuelos, parientes u otras personas que así
lo consintieren y, de no aberlos, a una institución
idónea, confiriéndoseles las funciones tutelares que
ejercerán bajo la autoridad del juez.
Cuando e ista riesgo de sustracción del menor por al-
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
guno de los cónyuges o por terceras personas podrán
adoptarse las medidas necesarias y, en particular, las
siguientes:
a Pro ibición de salida del territorio nacional, sal o au-
torización judicial pre ia.
b Pro ibición de e pedición del pasaporte al menor o
retirada del mismo si ya se ubiere e pedido.
c ometimiento a autorización judicial pre ia de cual-
quier cambio de domicilio del menor.
(2). eterminar cuál de los cónyuges a de continuar en
el uso de la vivienda familiar y asimismo, pre io
in entario, los bienes y objetos del ajuar que conti-
n an en esta y los que se a de lle ar el otro cónyuge,
así como también las medidas cautelares con enien-
tes para conser ar el derec o de cada uno.
(3). ijar, la contribución de cada cónyuge a las cargas
del matrimonio, incluidas si procede las litis expen-
sas gastos del procedimiento judicial , establecer las
bases para la actualización de cantidades y disponer
las garantías, depósitos, retenciones u otras medidas
cautelares con enientes, a fin de asegurar la efecti i-
dad de lo que por estos conceptos un cónyuge aya
de abonar al otro.
(4). e considerará contribución a dic as cargas el trabajo
que uno de los cónyuges dedicará a la atención de los
ijos comunes sujetos a patria potestad.
(5). e alar los bienes gananciales o comunes que,
pre io in entario, se ayan de entregar a uno u otro
cónyuge y las reglas que deban obser ar en la ad-
ministración y disposición, así como en la obligato-
ria rendición de cuentas sobre los bienes comunes o
parte de ellos que reciban y los que adquieran en lo
sucesi o.
(6). eterminar el régimen de administración y disposi-
ción de aquellos bienes privativos que por capitu-
laciones o escritura p blica estu ieran especialmente
afectados a las cargas del matrimonio.
1.2.4.11. Capítulo XI. Ley aplicable a la nulidad, separación y
divorcio
a nulidad del matrimonio y sus efectos se determinarán
de conformidad con la ley aplicable a su celebración. a
separación y el di orcio legal se regirán por las normas de la
nión uropea o espa olas de Pri.
1.2.5. Título V. Paternidad y filiaci n
e entiende por filiación la relación jurídica entre un pa-
dre y un ijo. Aunque lo normal es que e ec o natural de
la procreación coincida con el estado ci il de la filiación,
ay casos en los que la erdad biológica no coincide con la
erdad jurídica, es decir con aquella inscrita en el egistro
Ci il. sto puede deberse a que el ordenamiento jurídico
crea figuras como la adopción.
1.2.5.1. Capítulo I. Filiación y sus efectos
eg n el art. CC, la filiación puede tener lugar por na-
turaleza y por adopción. a filiación por naturaleza pue-
de ser matrimonial y no matrimonial. s matrimonial
cuando el padre y la madre están casados entre sí.
Pese a esta clasificación, la filiación matrimonial y la no ma-
trimonial, así como la adopti a, surten los mismos efectos,
conforme lo dispuesto en el Código Ci il.
Los efectos de la filiación están determinados en los arts.
a CC.
a filiación determina los apellidos conforme a lo dispues-
to en el Código Ci il:
(1). i la filiación está determinada por ambas líneas, el
padre y la madre de com n acuerdo podrán decidir
el orden de transmisión de su respecti o primer ape-
llido, antes de la inscripción registral. i no se ejercita
esta opción, regirá lo dispuesto en la ley.
(2). l orden de apellidos inscrito para el mayor de los
ijos regirá en las inscripciones de nacimiento poste-
riores de sus ermanos del mismo ínculo.
(3). l ijo, al alcanzar la mayor edad, podrá solicitar que
se altere el orden de los apellidos.
l padre y la madre, aunque no ostenten la patria potestad,
están obligados a velar por los hijos menores y a pres-
tarles alimentos.
uedará excluido de la patria potestad y demás funcio-
nes tuiti as y no ostentará derec os por ministerio de la ley
respecto del ijo o de sus descendientes, o en sus erencias,
el progenitor:
(1). Cuando aya sido condenado a causa de las relacio-
nes a que obedezca la generación, seg n sentencia
penal firme.
(2). Cuando la filiación aya sido judicialmente determi-
nada contra su oposición.
n ambos supuestos el ijo no ostentará el apellido del pro-
genitor en cuestión más que si lo solicita él mismo o su re-
presentante legal.
ejarán de producir efecto estas restricciones por determi-
nación del representante legal del ijo aprobada judicial-
mente, o por oluntad del propio ijo una ez alcanzada la
plena capacidad. uedarán siempre a sal o las obligaciones
de elar por los ijos y prestarles alimentos.
1.2.5.2. Capítulo II. eterminaci n y prueba de la filiaci n
1.2.5.2.1. Sección 1.ª. Disposiciones generales
Produce sus efectos desde que tiene lugar. u determinación
legal tiene efectos retroacti os siempre que la retroacti idad
sea compatible con la naturaleza de aquellos y la ley no dis-
pusiere lo contrario. n todo caso, conser arán su alidez
los actos otorgados, en nombre del ijo menor o incapaz,
por su representante legal, antes de que la filiación ubiere
239
TEMA 7
sido determinada.
a filiación se acredita por:
(1). a inscripción en el egistro Ci il.
(2). l documento o sentencia que la determina
legalmente.
(3). a presunción de paternidad matrimonial.
(4). A falta de los anteriores, por la posesión de estado.
Para la admisión de pruebas distintas a la inscripción se es-
tará a lo dispuesto en la ey de egistro Ci il.
Los asientos de filiación podrán ser rectificados con-
forme a la ey de egistro Ci il, sin perjuicio de lo espe-
cialmente dispuesto en el presente título sobre acciones de
impugnación. Podrán también rectificarse en cualquier mo-
mento los asientos que resulten contradictorios con los e-
c os que una sentencia penal declare probados.
1.2.5.2.2. Sección 2.ª. Filiación matrimonial
l fundamento de la filiación natural es el ec o de la ge-
neración, sin embargo, para que se considere jurídicamente
determinada es necesario que se cumplan una serie de re-
quisitos o formalidades.
l primar requisito, com n a toda determinación es que no
aya sido ya determinada otra contradictoria art. CC .
i ay otra determinada es necesario primero impugnarla.
as formas de determinación están se aladas en el art.
CC, a filiación matrimonial materna y paterna quedará
determinada legalmente:
(1). Por la inscripción del nacimiento junto con la del ma-
trimonio de los padres.
(2). Por sentencia firme.
ijar la maternidad, por norma general no suele plantear
problemas, sin embargo, puede ser tarea más difícil estable-
cer quién es el padre, pues es un ec o que no costa en
absoluto.
Por ello, el legislador a establecido una serie de presuncio-
nes:
(1). Presunción general art. CC : los nacidos después
de la celebración del matrimonio y antes de los 300
días siguientes a su disolución o a la separa-
ción legal o de ec o de los cónyuges
(2). Presunción de los nacidos en los 180 días siguien-
tes al matrimonio art. CC : posibilidad del mari-
do de romper la presunción general nacidos durante
el matrimonio , mediante declaración auténtica en
contrario formalizada dentro de los meses siguien-
tes al conocimiento del parto. o obstante, se e cep-
t an de la posibilidad de destruir la presunción:
a i el padre ubiere reconocido e presa o tácitamente
la paternidad.
b i el marido ubiera conocido antes del matrimonio
el embarazo de la mujer.
240
(3). Atribución de paternidad a falta de presunción: si el
ijo nace después de los 300 días a la disolu-
ción o separación, en el egistro constatará solo
la filiación materna. A ora bien, en los casos de sepa-
ración legal o de ec o, el art. CC posibilita a la
inscripción como matrimonial con el consentimiento
de ambos.
(4). atrimonio posterior al nacimiento art. CC :
adquiere el carácter de matrimonial siempre que el
ec o de la filiación quede determinado legalmente
conforme a lo dispuesto en el apdo. siguiente . .
. . .
1.2.5.2.3. Sección 3.ª. Filiación no matrimonial
n el caso de la filiación no matrimonial no entran las pre-
sunciones de paternidad. Conforme al art. CC quedará
determinada legalmente:
(1). eclaración del padre en el momento de la inscrip-
ción del nacimiento: declaración conforme realizada
por el padre en el correspondiente formulario oficial a
que se refiere la legislación del egistro Ci il.
(2). econocimiento ante el encargado del egistro Ci il,
en testamento o en otro documento p blico.
(3). esolución recaída en e pediente tramitado con arre-
glo a la legislación del egistro Ci il.
(4). Por sentencia firme.
(5). especto de la madre, cuando se aga constar la filia-
ción materna en la inscripción de nacimiento practi-
cada dentro de plazo, de acuerdo con lo dispuesto en
la ey del egistro Ci il.
» Reconocimiento de la filiación
anifestación formal y solemne de la paternidad, o mater-
nidad, biológica por la que se declara progenitor, se encuen-
tra regulado en los arts. a CC.
l fundamento de esta forma de determinación, es la fina-
lidad de e itar los complicados y largos procesos judiciales
para la declaración
Puede reconocer cualquier persona que se considere proge-
nitor de otra, o incluso por complacencia, tenga o no capaci-
dad de obrar, pues el Código Ci il permite el reconocimien-
to otorgado los incapaces o por quienes no puedan contraer
matrimonio por edad, los cuales necesitarán para su alidez
aprobación judicial con audiencia del art. CC .
a eficacia del reconocimiento del menor o incapaz
requerirá el consentimiento e preso de su representante
legal o la aprobación judicial con audiencia del y del
progenitor, legalmente conocido. o será necesario el con-
sentimiento o la aprobación si el reconocimiento se ubiere
efectuado en testamento o dentro del plazo establecido para
practicar la inscripción del nacimiento. a inscripción de
paternidad así practicada podrá suspenderse a simple pe-
tición de la madre durante el año siguiente al nacimien-
to. i el padre solicitara la confirmación de la inscripción,
será necesaria la aprobación judicial con audiencia del
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
art. CC .
n los casos en los que el progenitor aga el reconoci-
miento separadamente, no podrá manifestar en él la
identidad del otro a no ser que esté ya determinada legal-
mente art. CC .
Para que el reconocimiento de un ijo mayor de edad no
producirá efectos es necesario su consentimiento e preso o
tácito.
Cuando los progenitores del menor o incapaz fueren
hermanos o consanguíneos en línea recta, legalmente
determinada la filiación respecto de uno, solo podrá quedar
determinada legalmente respecto del otro, pre ia autoriza-
ción judicial que se otorgará, con audiencia del , cuando
con enga al menor o incapaz.
Alcanzada por este la plena capacidad podrá, mediante de-
claración auténtica, in alidar esta ltima determinación si
no la ubiere consentido.
l reconocimiento del ya fallecido solo surtirá efecto si lo
consintieren sus descendientes por sí o por sus representan-
tes legales art. CC .
1.2.5.3 Capítulo III. Acciones de filiaci n
as acciones de filiación son aquellas que se ejercitan con
la finalidad de obtener un pronunciamiento judicial relati-
o a la filiación, bien declarando una no determinada, bien
impugnando la determinada pre iamente. os arts. . en los párrafos anteriores, la acción corresponde-
y . posibilitan como formas de determinación de la
filiación la sentencia firme.
1.2.5.3.1. Sección 2.ª. Acciones de reclamación
os arts. a CC regulan la determinación de la filia-
ción en irtud de sentencia en un proceso ci il.
(1). Con posesión de estado (art. 131 CC):
a o consta en el egistro Ci il una filiación legalmen-
te determinada: permite que cualquier persona con
interés legítimo ejercite la acción.
b i consta en el egistro Ci il una filiación legalmente
determinada: no se puede ejercitar la acción si no se
impugna primero la e istente.
(2). Sin posesión de estado:
a iliación matrimonial art. CC : que es impres-
criptible, corresponde al padre, a la madre o al ijo.
b iliación no matrimonial art. CC : corresponde:
o Al hijo, durante toda su ida.
o Los progenitores en el plazo de un a o contado
desde que ubieran tenido conocimiento de los e-
c os en que ayan de basar su reclamación. sta ac-
ción no será transmisible a los erederos quienes solo
podrán continuar la acción que el progenitor ubiere
iniciado en ida.
i el ijo falleciere antes de transcurrir 4 años desde
que alcanzase, la mayoría de edad, la plena capa-
cidad, o recobrase capacidad suficiente, o durante
el año siguiente al descubrimiento de las pruebas
en que se aya de fundar la demanda, su acción co-
rresponde a sus herederos por el tiempo que faltare
para completar dic os plazos.
l ejercicio de la acción de reclamación, conforme a lo an-
terior, por el ijo o el progenitor, permitirá en todo caso la
impugnación de la filiación contradictoria.
1.2.5.3.2 Sección 3.ª. Acciones de impugnación
on aquellas que tienen por finalidad dejar sin efecto una
filiación ya determinada. as acciones de impugnación son:
(1). Filiación matrimonial:
a Por el marido art. CC :
• n el plazo de 1 año contado desde la inscripción
de la filiación en el egistro Ci il. in embargo,
el plazo no correrá mientras el marido ignore el
nacimiento. allecido el marido sin conocer el na-
cimiento, el a o se contará desde que lo conozca
el eredero.
• Pese a conocer el ec o del nacimiento de quien
a sido inscrito como ijo suyo, desconociera su
falta de paternidad biológica, el cómputo del pla-
zo de 1 año comenzará a contar desde que tu ie-
ra tal conocimiento.
• Si fallece antes de transcurrir el plazo se alado
rá a cada eredero por el tiempo que faltare para
completar dic o plazo.
b Por el ijo art. CC :
• urante el año siguiente a la inscripción de la
filiación. i fuere menor o tu iere la capacidad
modificada judicialmente, el plazo contará des-
de que alcance la mayoría de edad o recobrare
capacidad suficiente a tales efectos. l ejercicio
de la acción, en interés del ijo que sea menor
o tu iere la capacidad modificada judicialmente,
corresponderá, asimismo, durante el a o siguien-
te a la inscripción de la filiación, a la madre que
ostente la patria potestad, a su representante legal
o al .
• Pese a aber transcurrido más de 1 año desde
la inscripción en el registro, desde su mayoría de
edad o desde la recuperación de la capacidad
suficiente a tales efectos, desconociera la falta de
paternidad biológica de quien aparece inscrito
como su progenitor, el cómputo del plazo de un
a o comenzará a contar desde que tu iera tal co-
nocimiento.
• Si fallece antes de transcurrir los plazos es-
tablecidos en los párrafos anteriores, su acción
corresponderá a sus erederos por el tiempo que
faltare para completar dic os plazos.
• Si falta en las relaciones familiares la posesión
de estado de filiación matrimonial, la demanda
podrá ser interpuesta en cualquier tiempo por el
ijo o sus erederos.
241
TEMA 7
(2). Filiación no matrimonial art. CC :
a Con posesión de estado: corresponderá a quien apa-
rece como hijo o progenitor y a quienes por la
filiación puedan resultar afectados en su calidad de
herederos forzosos. a acción caducará pasados
4 años desde que el ijo, una ez inscrita la filiación,
goce de la posesión de estado correspondiente.
b in posesión de estado: la filiación paterna o materna
no matrimonial podrá ser impugnada por aquellos a
quienes perjudique.
» Impugnación de la filiación materna por la madre
eg n el art. CC, la mujer podrá ejercitar la acción de
impugnación de su maternidad justificando la suposición
del parto o no ser cierta la identidad del ijo. os ijos ten-
drán en todo caso acción durante un a o después de alcan-
zar la mayoría de edad o de recobrar capacidad suficiente
a tales efectos.
» Impugnación de la filiación por vicio en el
consentimiento
l reconocimiento y demás actos jurídicos que determinen
conforme a la ley una filiación matrimonial o no matrimo-
nial podrán ser impugnados por icio de consentimiento se-
g n lo dispuesto en el art. CC, la acción de impugna-
ción del reconocimiento realizado mediante error, iolencia
o intimidación corresponde a quien lo ubiere otorgado. a
acción caducará al a o del reconocimiento o desde que cesó
el icio de consentimiento, y podrá ser ejercitada o conti-
nuada por los erederos de aquel, si ubiere fallecido antes
de transcurrir el a o .
1.2.6 Título VI. Alimentos entre parientes
na de las consecuencias del parentesco es que surge la
deuda de alimentos, la cual constituye una obligación es-
tablecida por ley, que impone a determinados parientes
para que, de forma recíproca y en caso de necesidad se pro-
porcionen los medios necesarios para satisfacer sus necesi-
dades itales.
l término alimentos está definido en la ley, concretamente
en el artículo CC, el cual entiende por estos, todo lo
que es indispensable para el sustento, abitación, estido y
asistencia médica. os alimentos comprenden también la
educación e instrucción del alimentista mientras sea menor
de edad y aun después cuando no aya terminado su forma-
ción por causa que no le sea imputable. ntre los alimentos
se incluirán los gastos de embarazo y parto, en cuanto no
estén cubiertos de otro modo.
e acuerdo con el art. CC, la cuantía de los ali-
mentos será proporcionada al caudal o medios de
quien los da y a las necesidades de quien los recibe. os
alimentos se reducirán o aumentarán proporcionalmente
seg n el aumento o disminución que sufran las necesidades
del alimentista y la fortuna del que ubiere de satisfacerlos
art. CC .
as disposiciones que regulan la obligación de alimentos en-
tre parientes también son aplicables a los demás casos en
242
que, por el Código Ci il, por testamento o por pacto se ten-
ga derec o a alimentos, sal o lo pactado, lo ordenado por
el testador o lo dispuesto por la ley para el caso especial de
que se trate.
1.2.6.1 Sujetos obligados recíprocamente
n primer lugar, los sujetos de la obligación de alimentos
son, por un lado, el alimentante, persona obligada a pres-
tarlos y por otro, alimentista, quien tiene derec o a recla-
marlos.
El art. CC enumera a los parientes que están obligados,
recíprocamente, a darse alimentos:
(1). Cónyuges.
(2). escendientes de grado más pró imo.
(3). Ascendientes de grado más pró imo.
(4). ermanos, pero estando obligados en ltimo lugar
solo los que sean uterinos o consanguíneos de un solo
ínculo .
1.2.6.1.1 Pluralidad de alimentantes
n caso de que aya arias personas con obligación de dar
alimentos, el Código Ci il establece un orden de prelación
en el art. CC, siendo en primero el cónyuge, el segun-
do los descendientes, ascendientes y finalmente ermanos,
pero solo uterinos o consanguíneos. ntre los descendientes
y ascendientes se regulará la gradación por el orden en que
sean llamados a la sucesión legítima de la persona que tenga
derec o a los alimentos.
i se encuentran arios del mismo grado, la obligación se
reparte entre ellos en proporción a sus medios, conforme al
art. . y CC Cuando recaiga sobre o más perso-
nas la obligación de dar alimentos, se repartirá entre ellas
el pago de la pensión en cantidad proporcional a su caudal
respecti o. in embargo, en caso de urgente necesidad y por
circunstancias especiales, podrá el juez obligar a una sola de
ellas a que los preste pro isionalmente, sin perjuicio de su
derec o a reclamar de los demás obligados la parte que les
corresponda .
1.2.6.1.2. Pluralidad de alimentistas
Cuando concurran arias personas con derec o a reclamar
alimentos, en principio todas deberán ser alimentadas pro-
porcionalmente a sus necesidades, por quién tenga la obli-
gación de prestarlos.
in embargo, cuando el alimentante no tenga bienes sufi-
cientes para afrontar el pago de todos, se aplicará el orden
del art. CC a no ser que los alimentistas fueran el cónyu-
ge y un ijo sometido a la patria potestad, en cuyo caso será
preferido el ijo art. . CC
1.2.6.2. Determinación, formas y pago
1.2.6.2.1. Nacimiento
a obligación de dar alimentos será e igible desde que los
necesitare, para subsistir, la persona que tenga derec o a
percibirlos, pero se abonarán desde la fec a en que se in-
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
terponga la demanda. e erificará el pago por meses anti-
cipados, y, cuando fallezca el alimentista, sus erederos no
estarán obligados a de ol er lo que este ubiese recibido
anticipadamente.
l juez, a petición del alimentista o del , ordenará con
urgencia las medidas cautelares oportunas para asegurar los
anticipos que aga una entidad p blica u otra persona y
pro eer a las futuras necesidades.
1.2.6.2.2. Formas de prestar los alimentos
l Código Ci il en el art. CC concede al alimentante la
posibilidad de elegir entre:
(1). atisfacerlos pagando la pensión que se fije.
(2). ecibiendo y manteniendo en su propia casa al que
tiene derec o a ellos.
sta elección no será posible en cuanto contradiga la situa-
ción de con i encia determinada para el alimentista por las
normas aplicables o por resolución judicial. También podrá
ser rec azada cuando concurra justa causa o perjudique el
interés del alimentista menor de edad.
o es renunciable ni transmisible a un tercero el derec o a
los alimentos. Tampoco pueden compensarse con lo que el
alimentista deba al que a de prestarlos art. CC .
1.2.6.2.3. extinción de la obligación
e acuerdo con los arts. y CC, la obligación de
prestar alientos se e tingue:
(1). Muerte del alimentante o del alimentista.
(2). Cuando la fortuna del obligado a darlos se ubiere
reducido asta el punto de no poder satisfacerlos sin
desatender sus propias necesidades y las de su familia.
(3). Cuando el alimentista pueda ejercer un oficio,
profesión o industria, o aya adquirido un destino o
mejorado de fortuna, de suerte que no le sea necesa-
ria la pensión alimenticia para su subsistencia.
(4). Cuando el alimentista, sea o no eredero forzoso, u-
biese cometido alguna falta de las que dan lugar a la
desheredación.
(5). Cuando el alimentista sea descendiente del obligado
a dar alimentos, y la necesidad de aquel pro enga de
mala conducta o de falta de aplicación al trabajo,
mientras subsista esta causa.
1.2. . Título VII. elaciones paterno-filiales
a patria potestad es el conjunto de derec os y obligaciones
que corresponden a los padres sobre sus ijos no emancipa-
dos para su cuidado y protección. e encuentra regulada en
los arts. a CC.
1.2.7.1. Capítulo I. Disposiciones generales
e acuerdo con el art. CC, la titularidad correspon-
de a ambos progenitores, sal o que e ista un progenitor la
filiación solo se determino respecto de uno , se e tinga res-
pecto de uno por fallecimiento o por allarse uno pri ado
o e cluido de la patria potestad.
a patria potestad, como responsabilidad parental, se ejer-
cerá siempre en interés de los ijos, de acuerdo con su per-
sonalidad, y con respeto a sus derec os, su integridad física
y mental.
especto del ejercicio, como norma general también co-
rresponde a ambos progenitores, sin perjuicio de que pue-
dan realizar actuaciones indi iduales, con el consentimiento
e preso o tácito del otro, art. CC: a patria potestad se
ejercerá conjuntamente por ambos progenitores o por uno
solo con el consentimiento e preso o tácito del otro. erán
álidos los actos que realice uno de ellos conforme al uso
social y a las circunstancias o en situaciones de urgente ne-
cesidad .
ictada una sentencia condenatoria y mientras no se
e tinga la responsabilidad penal o iniciado un procedimien-
to penal contra uno de los progenitores por atentar contra
la ida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o
la libertad e indemnidad se ual de los ijos o ijas comunes
menores de edad, o por atentar contra el otro progenitor,
bastará el consentimiento de este para la atención
y asistencia psicológica de los ijos e ijas menores de
edad, debiendo el primero ser informado pre iamente. i la
asistencia ubiera de prestarse a los ijos e ijas mayores de
a os se precisará en todo caso el consentimiento e preso
de estos.
in embargo, en los casos de desacuerdo, cualquiera de
los dos padres podrá acudir al juez, quien, después de oír
a ambos y al ijo si tu iera suficiente madurez y, en todo
caso, si fuera mayor de a os, podrá atribuir la facultad de
decidir al padre o a la madre. i los desacuerdos fueran
reiterados o concurriera cualquier otra causa que entor-
pezca gra emente el ejercicio de la patria potestad, podrá
atribuirla total o parcialmente a uno de los padres
o distribuir entre ellos sus funciones. sta medida tendrá
igencia durante el plazo que se fije, que no podrá nunca
e ceder de dos a os.
n los supuestos anteriores, respecto de terceros de buena
fe, se presumirá que cada uno de los progenitores act a en
el ejercicio ordinario de la patria potestad con el consenti-
miento del otro.
n defecto o por ausencia, incapacidad o imposibilidad de
uno de los padres, la patria potestad será ejercida e clusi a-
mente por el otro.
i los padres i en separados, la patria potestad se ejercerá
por aquel con quien el ijo con i a. in embargo, el juez, a
solicitud fundada del otro progenitor, podrá, en interés del
ijo, atribuir al solicitante la patria potestad para que la ejer-
za conjuntamente con el otro progenitor o distribuir entre
el padre y la madre las funciones in erentes a su ejercicio.
inalmente, en caso de que el progenitor sea menor de
edad no emancipado el ejercicio de la patria potestad
conforme a lo dispuesto en el artículo CC, lo ejercerá
sobre sus ijos con la asistencia de sus padres y, a falta
243
TEMA 7
de ambos, de su tutor en casos de desacuerdo o imposibili-
dad, con la del juez.
a patria potestad se configura como como un derec o-de-
ber, la cual a de ejercitarse en interés o beneficio superior
del menor art. P y con respeto a su personalidad y
sus derec os art. . CC .
1.2.7.1.1. Deberes y facultades de los padres en el ámbito
personal (art. 154 y 158 a 161 CC)
sta función comprende los siguientes deberes y facultades:
(1). elar por ellos, tenerlos en su compa ía, alimentarlos,
educarlos y procurarles una formación integral.
(2). epresentarlos y administrar sus bienes.
(3). Con i ir con ellos, si los padres i en separados y no
deciden de com n acuerdo, el juez decidirá, al cuida-
do de qué progenitor quedarán los ijos menores de
edad. l juez oirá, antes de tomar esta medida, a los
ijos que tu ieran suficiente juicio y, en todo caso, a
los que fueran mayores de doce a os.
(4). elacionarse con ellos, aunque estos no ejerzan la pa-
tria potestad, sal o que se disponga otra cosa por re-
solución judicial o por la entidad p blica en los casos
establecidos en el art. CC.
n caso de privación de libertad de los progenito-
res, la Admón. deberá facilitar el traslado acompa ado del
menor al centro penitenciario, fuera de orario escolar y en
un entorno adecuado para el menor, ya sea por un familiar
designado por la administración competente o por un pro-
fesional que elarán por la preparación del menor a dic a
isita.
No podrán impedirse sin justa causa las relaciones
personales del menor con sus hermanos, abuelos y
otros parientes y allegados. n caso de oposición, el
juez resol erá atendidas las circunstancias. specialmente
deberá asegurar que las medidas que se puedan fijar para
fa orecer las relaciones entre ermanos, y entre abuelos y
nietos, no faculten la infracción de las resoluciones judiciales
que restrinjan o suspendan las relaciones de los menores con
alguno de sus progenitores.
i los ijos tu ieren suficiente madurez deberán ser oídos
siempre antes de adoptar decisiones que les afecten. os
progenitores podrán, en el ejercicio de su función, recabar
el au ilio de la autoridad.
El juez, de oficio o a instancia del propio ijo, de cualquier
pariente o del , dictará las medidas o disposiciones para:
(1). Asegurar la prestación de alimentos y pro eer a
las futuras necesidades del ijo, en caso de incumpli-
miento de este deber, por sus padres.
(2). Evitar a los ijos perturbaciones dañosas en los
casos de cambio de titular de la potestad de guarda.
(3). Evitar la sustracción de los ijos menores por al-
guno de los progenitores o por terceras personas y, en
particular, las siguientes:
244
a Pro ibición de salida del territorio nacional, sal o au-
torización judicial pre ia.
b Pro ibición de e pedición del pasaporte al menor o
retirada del mismo si ya se ubiere e pedido.
c ometimiento a autorización judicial pre ia de cual-
quier cambio de domicilio del menor.
(4). Prohibición a los progenitores, tutores, a otros pa-
rientes o a terceras personas de aproximarse al
menor y acercarse a su domicilio o centro educati o
y a otros lugares que frecuente, con respeto al princi-
pio de proporcionalidad.
(5). Prohibición de comunicación con el menor,
que impedirá a los progenitores, tutores, a otros pa-
rientes o a terceras personas establecer contacto escri-
to, erbal o isual por cualquier medio de comunica-
ción o medio informático o telemático, con respeto al
principio de proporcionalidad.
(6). as demás que considere oportunas, a fin de
apartar al menor de un peligro o de e itarle perjuicios
en su entorno familiar o frente a terceras personas.
e garantizará por el juez que el menor pueda ser
oído en condiciones idóneas para la sal aguarda de
sus intereses.
n caso de posible desamparo del menor, el uzgado comu-
nicará las medidas a la entidad p blica.
Todas estas medidas podrán adoptarse dentro de cualquier
proceso ci il o penal o bien en un e pediente de jurisdicción
oluntaria.
a entidad pública a la que, en el respecti o territorio,
esté encomendada la protección de menores regula-
rá las visitas y comunicaciones que correspondan a los
progenitores, abuelos, ermanos y demás parientes y alle-
gados respecto a los menores en situación de desamparo,
pudiendo acordar moti adamente, en interés del menor,
la suspensión temporal de las mismas pre ia audiencia de
los afectados y del menor si tu iere suficiente madurez y, en
todo caso, si fuera mayor de a os, con inmediata notifi-
cación al . A tal efecto, el director del centro de acogi-
miento residencial o la familia acogedora u otros agentes o
profesionales implicados informarán a la entidad p blica de
cualquier indicio de los efectos noci os de estas isitas sobre
el menor.
l menor, los afectados y el podrán oponerse a dic as
resoluciones administrati as conforme a la C.
1.2.7.1.2 Deberes y facultades de los hijos en el ámbito
personal (art. 155 CC)
os ijos deben:
(1). Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo
su potestad, y respetarles siempre.
(2). Contribuir equitati amente, seg n sus posibilida-
des, al le antamiento de las cargas de la familia
mientras con i an con ella.
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
1.2.7.2. Capítulo II. Representación legal de los hijos (art. 162 Y
163 CC)
os padres que ostenten la patria potestad tienen la repre-
sentación legal de sus ijos menores no emancipados. e
e cept an:
(1). os actos relati os a los derechos de la personali-
dad que el hijo, de acuerdo con su madurez, pueda
ejercitar por sí mismo. o obstante, los responsables
parentales inter endrán en estos casos en irtud de
sus deberes de cuidado y asistencia.
(2). Aquellos en que exista conflicto de intereses en-
tre los padres y el ijo.
(3). os relati os a bienes que estén e cluidos de la admi-
nistración de los padres.
Para celebrar contratos que obliguen al ijo a realizar pres-
taciones personales se requiere el pre io consentimiento de
este si tu iere suficiente juicio, sin perjuicio de lo establecido
en el art. CC.
iempre que en alg n asunto el padre y la madre tengan
un interés opuesto al de sus hijos no emancipados,
se nombrará a estos un defensor que los represente en
juicio y fuera de él. e procederá también a este nombra-
miento cuando los padres tengan un interés opuesto al del
ijo menor emancipado cuya capacidad deban completar.
i el con icto de intereses e istiera solo con uno de los pro-
genitores, corresponde al otro por ley y sin necesidad de es-
pecial nombramiento representar al menor o completar su
capacidad.
1.2.7.3. Capítulo III. Bienes de los hijos y su administración
os padres administrarán los bienes de los ijos con la mis-
ma diligencia que los suyos propios art. CC , cumplien-
do las obligaciones generales de todo administrador y las
especiales establecidas en la ey ipotecaria. e e cept an
de la administración paterna:
(1). Los bienes adquiridos por título gratuito cuan-
do el disponente lo ubiere ordenado de manera e -
presa. e cumplirá estrictamente la oluntad de este
sobre la administración de estos bienes y destino de
sus frutos.
(2). Los adquiridos por sucesión en que uno o ambos
de los que ejerzan la patria potestad ubieran sido
justamente des eredados o no ubieran podido e-
redar por causa de indignidad, que serán administra-
dos por la persona designada por el causante y, en su
defecto y sucesi amente, por el otro progenitor o por
un administrador judicial especialmente nombrado.
(3). os que el ijo mayor de 16 años hubiera ad-
quirido con su trabajo o industria. os actos de
administración ordinaria serán realizados por el ijo,
que necesitará el consentimiento de los padres para
los que e cedan de ella.
Los frutos de sus bienes art. CC pertenecen siempre
al ijo no emancipado, así como todo lo que adquiera con
su trabajo o industria. o obstante, los padres podrán des-
tinar los del menor que i a con ambos o con uno solo de
ellos, en la parte que le corresponda, al levantamiento
de las cargas familiares, y no estarán obligados a rendir
cuentas de lo que ubiesen consumido en tales atenciones.
Con este fin se entregarán a los padres, en la medida ade-
cuada, los frutos de los bienes que ellos no administren.
e e cept an los frutos de los bienes a que se refieren los
n meros y del párrafo anterior y los de aquellos donados
o dejados a los ijos especialmente para su educación o ca-
rrera, pero si los padres carecieren de medios podrán pedir
al juez que se les entregue la parte que en equidad proceda.
os padres no podrán renunciar a los derechos de que
los ijos sean titulares ni enajenar o gra ar sus bienes inmue-
bles, establecimientos mercantiles o industriales, objetos pre-
ciosos y alores mobiliarios art. CC , sal o el derec o
de suscripción preferente de acciones, sal o por causas jus-
tificadas de utilidad o necesidad y pre ia la autorización del
juez del domicilio, con audiencia del , asimismo, deberán
recabar autorización judicial para repudiar la erencia o le-
gado deferidos al ijo. i el juez denegase la autorización, la
erencia solo podrá ser aceptada a beneficio de in entario.
n cambio, no será necesaria autorización judicial
si el menor ubiese cumplido a os y consintiere en do-
cumento p blico, ni para la enajenación de alores mobilia-
rios siempre que su importe se rein ierta en bienes o alores
seguros.
Cuando la administración de los progenitores ponga en peli-
gro el patrimonio del ijo, el juez, a petición del propio ijo,
del o de cualquier pariente del menor, podrá adoptar las
medidas que estime necesarias para la seguridad y recaudo
de los bienes, e igir caución o fianza para la continuación
en la administración o incluso nombrar un administrador
art. CC .
Al término de la patria potestad podrán los ijos e igir a
los padres la rendición de cuentas de la administración que
ejercieron sobre sus bienes asta entonces. a acción para
e igir el cumplimiento de esta obligación prescribirá a los
3 años. n caso de pérdida o deterioro de los bienes por
dolo o culpa gra e, responderán los padres de los da os y
perjuicios sufridos.
1.2.7.4. Capítulo IV. Extinción de la patria potestad
El art. 169 CC determina que la patria potestad se acaba:
(1). Por la muerte o la declaración de fallecimiento de
los padres o del ijo.
(2). Por la emancipación.
(3). Por la adopción del ijo.
l padre o la madre podrán ser privados total o parcial-
mente de su potestad por sentencia fundada en el incum-
plimiento de los deberes in erentes a la misma o dictada
en causa criminal o matrimonial, pero los tribunales podrán
acordar la recuperación de la patria potestad cuando ubie-
re cesado la causa que moti ó la pri ación.
245
TEMA 7
n el caso de los ijos incapacitados, la patria potestad que-
dará prorrogada al llegar aquellos a la mayor edad, por mi-
nisterio de la ley.
i el ijo mayor de edad soltero que i e con sus padres
es incapacitado se re abilitará la patria potestad, que será
ejercida por quien correspondiere si el ijo fuera menor de
edad. a patria potestad prorrogada en cualquiera de estas
dos formas se ejercerá con sujeción a lo especialmente dis-
puesto en la resolución de incapacitación y, subsidiariamen-
te, en las reglas del presente título.
a patria potestad prorrogada terminará:
(1). Por la muerte o declaración de fallecimiento de am-
bos padres o del ijo.
(2). Por la adopción del ijo.
(3). Por aberse declarado la cesación de la
incapacidad.
(4). Por aber contraído matrimonio el incapacitado.
i al cesar la patria potestad prorrogada subsistiere el estado
de incapacitación, se constituirá la tutela o curatela, seg n
proceda.
1.2.7.5. Capítulo V. Adopción y otras formas de protección de
menores
1.2.7.5.1. Sección 1.ª. Guarda y acogimiento de menores
Cuando la entidad p blica a la que esté encomendada la
protección de los menores constate que un menor se en-
cuentra en situación de desamparo, tiene por mi-
nisterio de la ley la tutela del mismo y deberá adoptar las
medidas de protección necesarias para su guarda,
poniéndolo en conocimiento del y, en su caso, del juez
que acordó la tutela ordinaria. sta situación de desamparo
se produce cuando un menor queda pri ado se asistencia
moral o material debido al incumplimiento de los deberes
establecidos por la ley para la guarda de los menores, y se
declara por resolución adti a. art. CC .
l artículo contin a diciendo que la resolución adtiva.
que declare la situación de desamparo y las medidas adopta-
das se notificará en legal forma a los progenitores, tu-
tores o guardadores y al menor afectado si tu iere su-
ficiente madurez y, en todo caso, si fuere mayor de a os,
de forma inmediata sin que sobrepase el plazo máximo
de 48 horas.
a información a se ser clara, comprensible y en forma-
to accesible, incluyendo las causas que dieron lugar a la
inter ención de la Administración y los efectos de la deci-
sión adoptada, y en el caso del menor, adaptada a su grado
de madurez. iempre que sea posible, y especialmente en
el caso del menor, esta información se facilitará de forma
presencial.
a asunción de la tutela atribuida a la entidad p blica lle a
consigo la suspensión de la patria potestad o de la
tutela ordinaria. o obstante, serán álidos los actos de
contenido patrimonial que realicen los progenitores o tutores
en representación del menor y que sean en interés de este.
246
a entidad p blica y el podrán promo er, si procediere,
la pri ación de la patria potestad y la remoción de la tutela.
El apdo. del art. CC, se ala que, durante el plazo de
2 años desde la notificación de la resolución adti a.,
los progenitores o los tutores que contin en ostentando la
patria potestad o la tutela pero la tengan suspendida,
podrán solicitar a la entidad p blica que cese la suspensión
y quede re ocada la declaración de situación de desamparo
del menor, si ay un cambio en las circunstancias que la
moti aron, y se encuentran en condiciones de asumir nue-
amente la patria potestad o la tutela.
gualmente, durante el mismo plazo podrán oponerse a
las decisiones que se adopten respecto a la protección del
menor. Pasado dicho plazo decaerá el derecho de los
progenitores o tutores a solicitar u oponerse a las decisiones
o medidas que se adopten para la protección del menor.
o obstante, podrán facilitar información a la entidad p -
blica y al sobre cualquier cambio de las circunstancias
que dieron lugar a la declaración de situación de desampa-
ro. n todo caso, trascurridos esos 2 años, nicamente
estará legitimado el MF para oponerse a la resolución de
la entidad p blica.
Durante ese plazo, la entidad p blica, ponderando la
situación y poniéndola en conocimiento del , podrá
adoptar cualquier medida de protección, incluida la
propuesta de adopción, cuando e ista un pronóstico fundado
de imposibilidad definiti a de retorno a la familia de origen.
a entidad pública, de oficio o a instancia del MF
o de persona o entidad interesada, podrá revocar la
declaración de situación de desamparo y decidir el retorno
del menor con su familia, siempre que se entienda que es lo
más adecuado para su interés. ic a decisión se notificará
al adpo. art. CC .
a entidad pública a fin de prestar la atención inmediata,
podrá asumir la guarda provisional apdo. art.
CC de un menor mediante resolución adti a., comunicán-
doselo al y procediendo simultáneamente a practicar
las diligencias precisas para identificar al menor, in estigar
sus circunstancias y constatar, en su caso, la situación real de
desamparo. Tales diligencias se realizarán en el plazo más
bre e posible, durante el cual deberá procederse a la decla-
ración de la situación de desamparo y consecuente asunción
de la tutela o a la promoción de la medida de protección
procedente. i e istieran personas que, por sus relaciones
con el menor o por otras circunstancias, pudieran asumir la
tutela en interés de este, se promo erá el nombramiento de
tutor conforme a las reglas ordinarias.
Cuando ubiera transcurrido el plazo se alado y no se u-
biera formalizado la tutela o adoptado otra resolución, el
promo erá las acciones procedentes para asegurar la
adopción de la medida de protección más adecuada del me-
nor por parte de la entidad p blica.
a entidad pública cesará en la tutela cuando constate,
mediante los correspondientes informes, la desaparición
de las causas que motivaron su asunción, y cuando
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
compruebe fe acientemente alguna de las siguientes cir-
cunstancias:
a ue el menor se a trasladado oluntariamente a otro
país.
b ue el menor se encuentra en el territorio de otra
CC.AA. cuya entidad p blica ubiere dictado resolu-
ción sobre declaración de situación de desamparo y asu-
mido su tutela o medida de protección correspondiente,
o entendiere que ya no es necesario adoptar medidas de
protección a tenor de la situación del menor.
c ue ayan transcurrido meses desde que el menor
abandonó oluntariamente el centro de protección, en-
contrándose en paradero desconocido.
a guarda pro isional cesará por las mismas causas que la
tutela.
El art. bis CC dispone que cuando los progenitores
o tutores, por circunstancias gra es y transitorias debida-
mente acreditadas, no puedan cuidar al menor, podrán
solicitar de la entidad p blica que esta asuma su guarda
durante el tiempo necesario, el cual NO podrá sobre-
pasar los 2 años, sal o que el interés superior del menor
aconseje, e cepcionalmente, la prórroga de las medidas.
Transcurrido el plazo o la prórroga, el menor deberá regre-
sar con sus progenitores o tutores o, si no se dan las circuns-
tancias adecuadas para ello, ser declarado en situación legal
de desamparo.
La entrega voluntaria de la guarda se ará por escrito
dejando constancia de que los progenitores o tutores an sido
informados de las responsabilidades que siguen mantenien-
do respecto del menor, así como de la forma en que dic a
guarda a a ejercerse por la entidad p blica garantizándose,
en particular a los menores con discapacidad, la continui-
dad de los apoyos especializados que inieran recibiendo o la
adopción de otros más adecuados a sus necesidades.
a resolución adti a. sobre la asunción de la guarda por la
entidad p blica, así como sobre cualquier ariación poste-
rior de su forma de ejercicio, será fundamentada y comuni-
cada a los progenitores o tutores y al . pudiera imputarse a los menores por actos realizados por
Asimismo, la entidad pública asumirá la guarda
cuando así lo acuerde el juez en los casos en que legal-
mente proceda, adoptando la medida de protección corres-
pondiente apdo. art. bis CC .
La guarda se realizará mediante el acogimiento fa-
miliar o residencial cuando no se posible o con enien-
te para el interés del menor el familiar, tal y como dispone
el art. ter CC. l acogimiento se realizará:
(1). amiliar: por la persona o personas que determine la
entidad p blica.
(2). esidencial: por el director o responsable del centro
donde esté acogido el menor, conforme a los térmi-
nos establecidos en la legislación de protección de
menores.
o podrán ser acogedores los que no puedan ser tutores de
acuerdo con lo pre isto en la ley.
a resolución de la entidad pública en la que se for-
malice por escrito la medida de guarda se notificará a los
progenitores o tutores que no estu ieran pri ados de la
patria potestad o tutela, y al MF.
El apdo. del art. ter CC determina que siempre se bus-
cará el interés del menor y se priorizará, sal o que
sea contrario a ese interés, su reintegración en la propia
familia y que la guarda de los ermanos se confíe a una
misma institución o persona para que permanezcan unidos.
a situación del menor en relación con su familia de ori-
gen, tanto en lo que se refiere a su guarda como al régimen
de isitas y otras formas de comunicación, será revisada,
al menos cada 6 meses.
a entidad p blica podrá acordar, cuando sea con eniente
a su interés, estancias, salidas de fines de semana o
de vacaciones con familias o con instituciones dedicadas
a estas funciones. Para ello solo se seleccionará a personas
o instituciones adecuadas a las necesidades del menor. stas
medidas se acordarán una ez oído el menor si tu iere sufi-
ciente madurez y, en todo caso, si fuera mayor de a os.
a delegación de contendrá los términos y la informa-
ción que fuera necesaria para asegurar el bienestar del me-
nor, en especial de todas las medidas restricti as que aya
establecido la entidad p blica o el juez. ic a medida será
comunicada a los progenitores o tutores, siempre que no a-
yan sido pri ados del ejercicio de la patria potestad o remo-
idos del ejercicio de la tutela, así como a los acogedores. e
preser arán los datos de estos guardadores cuando resulte
con eniente para el interés del menor o concurra justa causa.
inalmente, el apdo. del art. ter CC se ala que en los
casos de declaración de situación de desamparo o de
asunción de la guarda por resolución adtiva. o judicial,
podrá establecerse por la entidad p blica la cantidad que
deben abonar los progenitores o tutores para contri-
buir, en concepto de alimentos y en función de sus posibi-
lidades, a los gastos deri ados del cuidado y atención del
menor, así como los deri ados de la responsabilidad ci il que
los mismos.
eg n el art. CC el acogimiento familiar:
(1). Produce la plena participación del menor en la
vida de familia.
(2). Impone a quien lo recibe las obligaciones de:
a elar por él,
b tenerlo en su compa ía,
c alimentarlo,
d educarlo y
e procurarle una formación integral en un entorno
afecti o.
n el caso de menor con discapacidad, deberá conti-
nuar con los apoyos especializados que iniera reci-
247
TEMA 7
biendo o adoptar otros más adecuados a sus necesidades.
l acogimiento requerirá el consentimiento de los acogedo-
res y del menor acogido si tu iera suficiente madurez y, en
todo caso, si fuera mayor de a os.
i surgieren problemas gra es de con i encia entre el me-
nor y la persona a quien ubiere sido confiado la guarda en
acogimiento familiar, podrán solicitar a la entidad p blica la
remoción de la guarda:
(1). El menor.
(2). l acogedor.
(3). El MF.
(4). Los progenitores, que no estu ieran pri ados de la
patria potestad.
(5). El tutor, que no esté pri ado de la tutela.
(6). cualquier persona interesada.
Cesará el acogimiento del menor por:
(1). esolución judicial.
(2). esolución adti a. de la entidad p blica, de oficio o a
propuesta del , de los progenitores, tutores, acoge-
dores o del propio menor si tu iera suficiente madu-
rez, cuando se considere necesario para sal aguardar
el interés del mismo, oídos los acogedores, el menor,
sus progenitores o tutor.
(3). uerte o declaración de fallecimiento del acogedor o
acogedores del menor.
(4). ayoría de edad del menor.
as modalidades de acogimiento familiar se recogen en
el art. bis CC:
(1). Podrá tener lugar en la propia familia extensa
del menor o en familia ajena, pudiendo en este lti-
mo caso ser especializado.
(2). Podrá adoptar las siguientes modalidades atendiendo
a su duración y objeti os:
a) De urgencia, principalmente para menores de
6 años, que tendrá una duración má . meses, en
tanto se decide la medida de protección familiar que
corresponda.
b) Temporal, que tendrá carácter transitorio, bien
porque de la situación del menor se pre ea la reinte-
gración de este en su propia familia, o bien en tanto
se adopte una medida de protección que re ista un
carácter más estable como el acogimiento familiar
permanente o la adopción. ste acogimiento tendrá
una duración máx. de 2 años, sal o que el interés
superior del menor aconseje la prórroga de la medida
por la pre isible e inmediata reintegración familiar, o
la adopción de otra medida de protección definiti a.
c) Permanente, que se constituirá, o al finalizar el
plazo de 2 años de acogimiento temporal por no
ser posible la reintegración familiar, o directamente
248
en casos de menores con necesidades espe-
ciales o cuando las circunstancias del menor y su
familia así lo aconsejen. a entidad p blica podrá so-
licitar del juez que atribuya a los acogedores perma-
nentes aquellas facultades de la tutela que faciliten el
desempe o de sus responsabilidades, atendiendo, en
todo caso, al interés superior del menor.
El art. CC, dispone que la superior vigilancia de la
tutela, acogimiento o guarda de los menores incumbe al ,
para lo cual, la entidad p blica le dará noticia inmediata
de los nue os ingresos de menores y le remitirá copia de
las resoluciones adti a. de formalización de la constitución,
ariación y cesación de las tutelas, guardas y acogimientos.
gualmente le dará cuenta de cualquier no edad de interés
en las circunstancias del menor.
a vigilancia del MF NO exime a la entidad p blica de
su responsabilidad para con el menor y de su obligación de
poner en conocimiento del las anomalías que obser e.
Para ello, el puede recabar la elaboración de informes
por parte de los ser icios correspondientes de la AA. PP.
competente. A estos efectos, los ser icios correspondientes
atenderán las solicitudes de información remitidas por el
en el curso de las in estigaciones tendentes a determi-
nar la situación de riesgo o desamparo en la que pudiera
encontrarse un menor.
1.2.7.5.2. Sección 2.ª. De la adopción
» Concepto
a adopción es un acto judicial por el que se constituye la
relación de filiación entre adoptante y adoptado.
» Presupuestos personales (art. 175 CC)
ADOPTANTE
(1). ebe aber cumplido 25 años de edad. i son
adoptantes basta con que uno aya alcanzado la
edad.
a al o en los casos del art. . CC.
b i son adoptantes basta con que uno no tenga esa
diferencia má ima.
c i an a adoptar a grupos de ermanos o menores
con necesidades especiales la diferencia má . puede
ser mayor.
(2). ebe e istir una diferencia de edad con el adop-
tado mínima de 16 años y máxima de 45 años.
(3). No pueden serlo quienes no puedan ser tuto-
res de acuerdo con lo pre isto en el Código Ci il.
(4). s una única persona, sal o:
a Adopción conjunta por matrimonio o pareja unida
por análoga relación de afecti idad a la conyugal.
b a separación o di orcio legal o ruptura de la rela-
ción que conste fe acientemente con anterioridad a
la propuesta de adopción, en caso de que el adop-
tando se encontrara en acogimiento permanente o
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
guarda con fines de adopción de dos cónyuges o de
una pareja unida por análoga relación de afecti idad
a la conyugal, NO impedirá que pueda promo erse
la adopción conjunta siempre y cuando se acredite la
con i encia efecti a del adoptando con ambos cón-
yuges o con la pareja unida por análoga relación de
naturaleza análoga a la conyugal durante al me-
nos 2 años anteriores a la propuesta de adopción.
c Adopción sucesi a, el matrimonio celebrado con
posterioridad a la adopción permitirá al cónyuge la
adopción de los ijos de su consorte, y las parejas que
se constituyan con posterioridad.
d n caso de muerte del adoptante, o cuando sufra la
e clusión pre ista en el art. CC, en ese caso, será
posible una nue a adopción del adoptado.
ADOPTADO
(1). nicamente podrán ser adoptados los menores no
emancipados.
(2). erá posible la adopción de un mayor de edad o de
un menor emancipado cuando, inmediatamente
antes de la emancipación, hubiere existido una
situación de acogimiento con los futuros adop-
tantes o de con i encia estable con ellos de, al menos,
1 año.
(3). No puede adoptarse:
a A un descendiente.
b A un pariente en grado de la línea colateral por
consanguinidad o afinidad ermano a o cu ado a .
c A un pupilo por su tutor asta que aya sido aproba-
da definiti amente la cuenta general justificada de la
tutela.
» Procedimiento
a adopción se constituye por resolución judicial, la cual
tendrá siempre de acuerdo con el art. CC el interés del
adoptando y la idoneidad del adoptante es para el ejercicio
de la patria potestad. a adopción es un acto de constitución
judicial, mediante un procedimiento de jurisdicción olun-
taria conforme a los arts. y ss. ey de urisdicción olun-
taria. s necesaria la inter ención del art. . separados o di orciados legalmente, e cepto en los
»» Presupuestos del auto de adopción:
(1). l procedimiento se inicia mediante propuesta
de la entidad pública art. . CC a fa or del
adoptante es que dic a entidad p blica aya decla-
rado idóneos para el ejercicio de la patria potestad.
a declaración de idoneidad deberá ser pre ia a la
propuesta. o obstante, no se requerirá tal propuesta
cuando en el adoptando concurra alguna de las cir-
cunstancias siguientes:
a er huérfano y pariente del adoptante en tercer
grado por consanguinidad o afinidad.
b er hijo del cónyuge o de la pareja de hecho.
c) Llevar más de 1 año en guarda con fines de
adopción o aber estado bajo tutela del adoptante
por el mismo tiempo.
d er mayor de edad o menor emancipado.
(2). a declaración de idoneidad art. . CC por
la entidad p blica: requerirá una aloración psicoso-
cial sobre la situación personal, familiar, relacional y
social de los adoptantes, así como su capacidad para
establecer ínculos estables y seguros, sus abilida-
des educati as y su aptitud para atender a un me-
nor en función de sus singulares circunstancias. e
formalizará mediante la correspondiente resolución.
e entiende por idoneidad la capacidad, aptitud
y motivación adecuadas para ejercer la res-
ponsabilidad parental, atendiendo a las necesida-
des de los menores a adoptar, y para asumir las pe-
culiaridades, consecuencias y responsabilidades que
conlle a la adopción. No podrán ser declarados
idóneos:
a e encuentren pri ados o suspendidos de la patria
potestad.
b tengan confiada la guarda de su ijo a la entidad
p blica.
as personas que se ofrezcan para la adopción debe-
rán asistir a las sesiones informati as y de preparación
organizadas por la entidad p blica o por entidad co-
laboradora autorizada.
(3). e requiere el consentimiento, en presencia del
juez, del adoptante/es y del adoptando mayor
de a os art. . CC .
(4). El asentimiento de personas distintas a las
que van a configurar la relación adoptiva art.
. CC , se diferencia del consentimiento porque
no ay que prestarlo ante el juez, sino que puede a-
cerse también pre iamente ante la entidad p blica
o en documento p blico y en algunos casos, incluso
puede prescindirse de él.
eben prestarlo:
a El cónyuge o persona unida por análoga re-
lación de afectividad, siempre y cuando no estén
supuestos en los que la adopción se aya a formalizar
de forma conjunta.
b os progenitores del adoptando.
c El asentimiento de la madre transcurridas 6 se-
manas desde el parto.
o es necesario el asentimiento de los padres en los
siguientes casos:
a i el ijo está emancipado art. . . . CC
b i están pri ados de la patria potestad por sentencia
firme o incursos en causa legal para tal pri ación. sta
situación solo podrá apreciarse en el procedimiento
judicial contradictorio que se tramitará conforme a
la ey de njuiciamiento Ci il art. . . . CC .
249
TEMA 7
c i están imposibilitados para ello art. . . CC , la
imposibilidad se apreciará moti adamente en la reso-
lución judicial que constituya la adopción.
d n las adopciones que e ijan propuesta pre ia NO
se admitirá que el asentimiento de los progenitores se
refiera a adoptantes determinados.
eberán ser oídos por el juez art. . CC :
a Los progenitores que no ayan sido privados de
la patria potestad, cuando su asentimiento no fue-
ra necesario para la adopción.
b l tutor y, en su caso, la familia acogedora, y el
guardador es.
c El adoptando menor de a os de acuerdo con su
edad y madurez.
os consentimientos y asentimientos deberán otor-
garse libremente, en la forma legal requerida y por
escrito, pre ia información de sus consecuencias.
» Guarda con fines de adopción (art. 176 bis CC)
egula ex novo la guarda con fines de adopción, la cual per-
mite que con anterioridad a que la entidad p blica formule
propuesta al juez para la constitución de la adopción, pueda
iniciarse una con i encia pro isional, asta que se dicte la
oportuna resolución judicial, entre el menor y las personas
que re nan los requisitos de capacidad para adoptar pre is-
tos en el art. CC, ayan prestado su consentimiento, y
ayan sido preparadas, declaradas idóneas y asignadas para
su adopción, con la finalidad de e itar que el menor tenga
que permanecer durante ese periodo de tiempo en un cen-
tro de protección o con otra familia.
Para ello, la entidad p blica delegará la guarda con fines
de adopción mediante resolución adtiva. motivada,
pre ia audiencia de los afectados y del menor si tu iere su-
ficiente madurez y, en todo caso, si fuere mayor de a os,
notificando a los progenitores o tutores no pri ados de la
patria potestad o tutela.
os guardadores con fines de adopción tienen los mismos
derec os y obligaciones que los acogedores familiares.
l apdo. establece que sal o que con enga otra cosa al
interés del menor, la entidad p blica procederá a suspen-
der el régimen de visitas y relaciones con la familia de
origen cuando se inicie el período de esta con i encia prea-
dopti a, e cepto en los casos pre istos en el apdo. del art.
CC.
n cuanto a la propuesta de adopción al juez tendrá
que realizarse en el plazo más bre e posible y, en todo caso,
antes de transcurridos 3 meses desde el día en el que
se ubiera acordado la delegación de guarda con fines de
adopción. o obstante, cuando la entidad p blica considere
necesario, en función de la edad y circunstancias del menor,
establecer un período de adaptación del menor a la fami-
lia, dic o plazo de meses podrá prorrogarse hasta un
máximo de 1 año.
n el supuesto de que el juez no considerase procedente esa
250
adopción, la entidad p blica deberá determinar la medida
protectora más adecuada para el menor.
» Efectos (art. 178 CC)
a resolución de la constitución de la adopción produce la
e tinción de los ínculos jurídicos entre el adoptado y su fa-
milia de origen, aunque en el apdo. posibilita que subsistan
los ínculos jurídicos con la familia del progenitor cuando:
a l adoptado sea hijo del cónyuge o de la persona
unida al adoptante por análoga relación de afecti idad,
aunque el consorte o la pareja ubiera fallecido.
b) Solo uno de los progenitores a sido legalmente de-
terminado, siempre que tal efecto ubiera sido solici-
tado por el adoptante, el adoptado mayor de a os y el
progenitor cuyo ínculo aya de persistir.
l apdo. dispone que en la declaración de idoneidad a
de constar si la personas se que ofrecen para la adopción
aceptarían adoptar a un menor que fuese a mantener rela-
ción con la familia de origen. n la constitución de la adop-
ción se puede acordar, a propuesta de la entidad p blica o
del y con el consentimiento de la familia adopti a y del
adoptando si tu iera suficiente madurez y siempre si fuere
mayor de a os, el mantenimiento del contacto a tra és de
isitas o comunicaciones entre el menor, los miembros de la
familia de origen que se considere y la adopti a, cuando el
interés del menor así lo aconseje, a tra és de una adopción
abierta.
a entidad p blica remitirá al juez informes periódicos
sobre el desarrollo de las isitas y comunicaciones, así como
propuestas de mantenimiento o modificación de las mismas
durante los 2 primeros años, y, transcurridos estos a
petición del juez.
stán legitimados para solicitar la suspensión o supresión de
dic as isitas o comunicaciones la entidad p blica, la familia
adopti a, la familia de origen y el menor si tu iere suficiente
madurez y, en todo caso, si fuere mayor de a os.
» Extinción (art. 179 y 180 CC)
a adopción es irrevocable tal como afirma el art.
CC, lo que si cabe es la e clusión de efectos para el adoptan-
te tal como se ala art. CC.
El juez, a petición del MF, del adoptado o de su representan-
te legal, acordará que el adoptante que ubiere incurrido
en causa de privación de la patria potestad, quede
excluido de las funciones tuiti as y de los derec os que por
ley le correspondan respecto del adoptado o sus descendien-
tes, o en sus erencias. na ez alcanzada la plena capaci-
dad, la e clusión solo podrá ser pedida por el adoptado,
dentro de los 2 años siguientes. ejarán de producir efecto
estas restricciones por determinación del propio ijo una
ez alcanzada la plena capacidad.
nicamente se puede e tinguir por resolución judicial
a petición de los progenitores que NO ubieran podido
intervenir en el e pediente de adopción, sin culpa suya,
siempre que no perjudique gra emente al menor y la de-
manda se presente en el plazo máx. de 2 años desde la
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
adopción. i el adoptado es mayor de edad, se requerirá su
consentimiento e preso.
a e tinción de la adopción NO causa la pérdida de la na-
cionalidad ni de la ecindad ci il adquiridas, ni alcanza a los
efectos patrimoniales anteriormente producidos.
a determinación de la filiación que por naturaleza corres-
ponda al adoptado no afecta a la adopción.
» Derecho a conocer el adoptado sus orígenes
as entidades p blicas asegurarán la conservación de la
información de que dispongan relati a a los orígenes del
menor, en particular la información respecto a la identidad
de sus progenitores, así como la istoria médica del menor
y de su familia, y se conser arán durante al menos 50
años con posterioridad al momento en que la adopción se
aya ec o definiti a. a conser ación se lle ará a cabo a
los solos efectos de que la persona adoptada pueda ejercitar
el derec o al que se refiere el apartado siguiente.
as personas adoptadas, alcanzada la mayoría de edad o
durante su minoría de edad a tra és de sus representantes
legales, tendrán derec o a conocer los datos sobre sus orí-
genes biológicos. as entidades p blicas, pre ia notificación
a las personas afectadas, prestarán a tra és de sus ser icios
especializados el asesoramiento y la ayuda que precisen para
acer efecti o este derec o.
A estos efectos, cualquier entidad pri ada o p blica tendrá
obligación de facilitar a las entidades p blicas y al iniste-
rio iscal, cuando les sean requeridos, los informes y ante-
cedentes necesarios sobre el menor y su familia de origen.
1.2.8. Título VIII. De la ausencia
er apartado . . . .
1.2.9. Título IX. De la incapacitación (art. 199 a 201 CC)
ebemos entender la situación de incapacitación como
aquel estado ci il de la persona física que se declara judi-
cialmente cuando concurren en ellas alguna de las causas
establecidas legalmente.
adie puede ser declarado incapaz sino por sentencia judi-
cial en irtud de las causas establecidas en la ley.
on causas de incapacitación las enfermedades o deficien-
cias persistentes de carácter físico o psíquico que impidan a
la persona gobernarse por sí misma.
os menores de edad podrán ser incapacitados cuando con-
curra en ellos causa de incapacitación y se pre ea razona-
blemente que la misma persistirá después de la mayoría de
edad.
1.2.10. Título X. De la tutela, curatela y de la guarda de
los menores o incapacitados
1.2.10.1. Capítulo I. Disposiciones generales
Los artículos a del Código Ci il, suponen la regula-
ción de los regímenes legales de protección legal pre istos en
nuestro ordenamiento jurídico. e establece que la guarda y
protección de la persona y bienes o solamente de la persona
o de los bienes de los menores o incapacitados se realizará,
en los casos que proceda, mediante:
(1). a tutela.
(2). a curatela.
(3). l defensor judicial.
1.2.10.1.1. Funciones tutelares (art. 216 y 217 CC)
as instituciones tutelares crean una relación jurídica entre
el tutor y el pupilo. Para su concreta realización, la ley regula
el contenido de la relación tutelar, estableciendo situaciones
jurídicas acti as y pasi as que conforman la conducta de los
sujetos y delimitan sus respecti as esferas de actuación por
ello, puede decirse que las funciones tutelares constituyen
un deber, las cuales se ejercerán en beneficio del tutelado y
estarán bajo la sal aguarda de la autoridad judicial.
as medidas y disposiciones previstas en el art. 158
CC id. apdo. . . . . podrán ser acordadas también
por el juez, de oficio o a instancia de cualquier interesado,
en todos los supuestos de tutela o guarda, de ec o o de
derec o, de menores e incapaces, en cuanto lo requiera el
interés de estos.
i se tratara de menores que estén bajo la tutela de la en-
tidad pública, estas medidas solo podrán ser acordadas de
oficio, o a instancia de esta, del o del propio menor. a
entidad p blica será parte en el procedimiento y las medidas
acordadas serán comunicadas a la entidad p blica, la cual
dará traslado de dic a comunicación al irector del centro
residencial o a la familia acogedora.
olo se admitirá la excusa de los cargos tutelares en
los supuestos legalmente pre istos, por ejemplo, en el caso
de la tutela, cuando por razones de edad, enfermedad, ocu-
paciones personales o profesionales, por falta de ínculos de
cualquier clase entre tutor y tutelado o por cualquier otra
causa, resulte e cesi amente gra oso el ejercicio del cargo
las personas jurídicas podrán e cusarse cuando carezcan de
medios suficientes para el adecuado desempe o de la tutela
art. CC .
1.2.10.1.2. Inscripción en el Registro Civil
(art. 218 y 219 CC)
as resoluciones judiciales sobre los cargos tutelares y
de curatela abrán de inscribirse en el egistro Ci il.
ic as resoluciones no serán oponibles a terceros mientras
no se ayan practicado las oportunas inscripciones. a ins-
cripción, se practicará en irtud de testimonio remitido al
ncargado del egistro Ci il.
Para determinar el modo de efectuar las inscripciones es
necesario acudir a la legislación del egistro Ci il. eg n
la legislación del egistro Ci il, en la sección . , que lle a
por r brica e tutelas y representaciones legales , se ins-
cribirá el organismo tutelar art. de la ey del egistro
ci il , abriéndose a cada tutela un folio registral art. .
, del eglamento del egistro Ci il . l folio registral de
cada organismo tutelar o representación legal se abrirá con
251
TEMA 7
la inscripción primeramente obligatoria relati a al mismo,
respecto de las posteriores se aplicará lo establecido sobre
inscripciones marginales art. . , del eglamento del
egistro Ci il .
1.2.10.1.3. Resarcimiento de daños sufridos por el tutor
(art. 220 CC)
a persona que en el ejercicio de una función tutelar sufra
da os y perjuicios, sin culpa por su parte, tendrá derec o a
la indemnización de estos con cargo a los bienes del tutela-
do, de no poder obtener por otro medio su resarcimiento.
e trata de un derec o del tutor a ser resarcido de los da-
os y perjuicios sufridos en el ejercicio de la función tutelar
compatible con la remuneración o retribución que le aya
sido fijada. ste deber de indemnizar los da os y perjuicios
sufridos por el tutor es la contrapartida o consecuencia de la
obligatoriedad del cargo de tutor.
1.2.10.1.4. Prohibiciones (art. 221 CC)
e pro íbe a quien desempe e alg n cargo tutelar:
(1). Recibir liberalidades del tutelado o de sus causa-
abientes, mientras que no se aya aprobado definiti-
amente su gestión.
(2). Representar al tutelado cuando en el mismo acto
inter enga en nombre propio o de un tercero y e ista
conflicto de intereses.
(3). Adquirir por título oneroso bienes del tutelado o
transmitirle por su parte bienes por igual título.
1.2.10.2. Capítulo II. Tutela
a tutela es aquella institución de derec o de familia cuya
finalidad es la de proteger bien la persona, bien el patrimo-
nio, bien ambas cosas, de un menor de edad o incapaci-
tado judicialmente. Por otro lado, la tutela es similar a la
patria potestad en cuanto que ambas instituciones tienen
como finalidad prioritaria la de protección de las
personas sujetas a las mismas, pero difiere de aquella
en cuanto que las instituciones tutelares se allan sujetas a
un control y supervisión judicial. llo permite concluir
que la tutela es subsidiaria respecto de la patria potestad en
relación con los tutelados menores de edad, y es similar a la
misma, respecto de las personas incapacitadas.
Puede organizarse seg n sistemas:
(1). Tutela de familia. n este tipo de sistema la fun-
ción tutelar la ejerce la familia del menor o incapaci-
tado sujeto a tutela, aunque e iste un cierto control y
super isión, bien de la autoridad judicial bien de los
órganos administrati os competentes.
(2). Tutela de autoridad. n este sistema la función tu-
telar corresponde al stado, el cual puede ejecutarla
bien por medio de autoridades bien a tra és de orga-
nismos especializados.
1.2.10.2.1. Sección 1.ª. De la tutela en general
e encuentran sujetos a la institución de la tutela
art. CC :
252
(1). Los menores no emancipados que no estén bajo
la patria potestad.
(2). Los incapacitados, cuando la sentencia lo aya
establecido.
(3). os sujetos a la patria potestad prorrogada, al
cesar esta, sal o que proceda la curatela.
(4). os menores que se allen en situación de desamparo.
» Nombramiento voluntario o designación
e reconoce en el art. CC el derec o de los padres
de nombrar tutor, establecer órganos de fiscalización, así
como designar las personas que ayan de integrarlos, u or-
denar cualquier otra disposición sobre la persona o bienes
de sus ijos menores o incapacitados, mediante testa-
mento o documento público.
A ora bien, esto a de ser matizado pues los padres, en rea-
lidad, no tienen atribuida más que la facultad para designar
al tutor para sus ijos menores o incapacitados. Asimismo,
cualquier persona con la capacidad de obrar suficiente,
en previsión de ser incapacitada judicialmente en el
futuro, podrá en documento p blico notarial adoptar cual-
quier disposición relati a a su propia persona o bienes, in-
cluida la designación de tutor.
stos documentos p blicos se comunicarán de oficio por el
notario autorizante al egistro Ci il, para su indicación en
la inscripción de nacimiento del interesado. n los procedi-
mientos de incapacitación, el juez recabará certificación del
egistro Ci il y, en su caso, del registro de actos de ltima
oluntad, a efectos de comprobar la e istencia este tipo de
disposiciones.
stas disposiciones vincularán al juez al constituir la
tutela, sal o que el beneficio del menor o incapacitado e i-
ja otra cosa, en cuyo caso lo ará mediante decisión moti-
ada art. CC . n caso de que e istan disposiciones en
testamento o documento p blico notarial del padre y tam-
bién de la madre, se aplicarán unas y otras conjuntamente,
cuando sean compatibles, de no serlo, se adoptarán por el
juez, en decisión moti ada, las que considere más con e-
nientes para el tutelado.
o tendrán eficacia las disposiciones realizadas en el testa-
mento o documento p blico si al momento de realizarlas se
aya pri ado de la patria potestad.
l que disponga de bienes a título gratuito en fa or de un
menor o incapacitado, podrá establecer las reglas de admi-
nistración de los mismos y designar la persona o personas
que ayan de ejercitarla. as funciones no conferidas al ad-
ministrador corresponden al tutor.
» Nombramiento o constitución forzosa
Si el MF o el juez competente tu ieren conocimiento de que
e iste en el territorio de su jurisdicción alguna persona que
deba ser sometida a tutela, la pedirá el MF y dispondrá
el juez, incluso de oficio art. CC . n este sentido, de
acuerdo con el art. CC, estarán obligados a promo er la
constitución de la tutela, desde el momento en que conocie-
ran el ec o que la moti are, los parientes llamados a ella
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
y la persona bajo cuya guarda se encuentre el menor
o incapacitado, y si no lo icieren, serán responsables solida-
rios de la indemnización de los da os y perjuicios causados.
s más, cualquier persona podrá poner en conocimiento del
o de la autoridad judicial el ec o determinante de la
tutela.
» Constitución
eg n el art. CC, el juez constituirá la tutela, pre ia
audiencia de:
(1). Los parientes más pró imos.
(2). as personas que considere oportuno.
(3). en todo caso, del tutelado si tu iera suficiente juicio
y siempre si fuera mayor de a os.
» Ejercicio
Por otro lado, y en relación con las condiciones de ejercicio
de la tutela, los art. y CC, se alan lo siguiente:
(1). a tutela se ejercerá bajo la vigilancia del MF, que
actuará de oficio o a instancia de cualquier interesado.
(2). n cualquier momento podrá exigir del tutor que le
informe sobre la situación del menor o del incapa-
citado y del estado de la administración de la tutela.
(3). l juez podrá establecer, en la resolución por la que se
constituya la tutela o en otra posterior, las medidas
de vigilancia y control que estime oportunas, en
beneficio del tutelado. Asimismo, podrá, en cualquier
momento, e igir del tutor que informe sobre la situa-
ción del menor o del incapacitado y del estado de la
administración.
1.2.10.2.2. Sección 2.ª. Delación de la tutela y nombra-
miento del tutor
» Designación del tutor
El art. CC establece que, para el nombramiento del
mismo se preferirá:
(1). Al designado por el propio tutelado.
(2). Al cónyuge que con i a con el tutelado.
(3). A los padres.
(4). A la persona o personas designadas por estos en sus
disposiciones de ltima oluntad.
(5). Al descendiente, ascendiente o ermano que designe
el juez.
cepcionalmente, el juez, en resolución moti ada, podrá
alterar el orden anterior e incluso prescindir de todas las
personas mencionadas, si el beneficio del menor o del inca-
pacitado así lo e igiere. n defecto de las personas aludidas,
el juez designará tutor a quien, por sus relaciones con el tu-
telado y en beneficio de este, considere más idóneo.
» Tutela Conjunta
En el art. CC se abordan aquellos casos en los que se
rompe la regla general de que la tutela se ejerza por un solo
tutor. stos son:
(1). Cuando por concurrir circunstancias especiales
en la persona del tutelado o de su patrimonio, con-
enga separar como cargos distintos el de tutor de
la persona y el de los bienes, cada uno de los
cuales actuará independientemente en el ámbito de
su competencia, si bien las decisiones que conciernan
a ambos deberán tomarlas conjuntamente.
(2). Cuando la tutela corresponda al padre y a la
madre será ejercida por ambos conjuntamente de
modo análogo a la patria potestad.
(3). i se considera con eniente, el cónyuge del tutor
de los ijos de su ermano sobrinos .
(4). Cuando el juez nombre tutores a las personas que
los padres del tutelado hayan designado en tes-
tamento o documento p blico notarial para ejercer la
tutela conjuntamente.
e darse el supuesto e cepcional de tutela conjunta, y
en orden a lo dispuesto en los art. y CC, abrá que
estar a lo siguiente:
(1). n el caso de nombramiento judicial de los tu-
tores en testamento o documento público no-
tarial, si el testador lo ubiere dispuesto de modo
e preso, y en el supuesto de ejercicio conjunto por
padre y madre, si los padres lo solicitaran, podrá el
juez, al efectuar el nombramiento de tutores, resol er
que estos puedan ejercitar las facultades de la tutela
con carácter solidario.
(2). e NO mediar el nombramiento anterior, las
facultades de la tutela encomendadas a arios tutores
serán ejercitadas por estos conjuntamente,
pero aldrá lo que se aga con el acuerdo del ma-
yor n mero. A falta de tal acuerdo, el juez, después
de oír a los tutores y al tutelado si tu iere suficiente
juicio, resol erá sin ulterior recurso lo que estime con-
eniente. Para el caso de que los desacuerdos fueran
reiterados y entorpeciesen gra emente el ejercicio de
la tutela, podrá el juez reorganizar su funcionamiento
e incluso pro eer de nue o tutor.
(3). i los tutores tu ieren sus facultades atribuidas con-
juntamente y ubiere incompatibilidad u oposi-
ción de intereses en alguno de ellos para un acto o
contrato, podrá este ser realizado por el otro tutor, o,
de ser arios, por los demás en forma conjunta.
(4). n los casos de que por cualquier causa cese alguno
de los tutores, la tutela subsistirá con los restantes a
no ser que al acer el nombramiento se ubiera dis-
puesto otra cosa de modo e preso.
» Tutela de menores en situación de desamparo (art 239
y 239 bis CC)
sta corresponderá, por ministerio de la ley a la entidad p -
blica, aunque se procederá al nombramiento de tutor
conforme a las reglas ordinarias cuando e istan personas
que, por sus relaciones con el menor o por otras circuns-
253
TEMA 7
tancias, puedan asumir la tutela en interés de este en estos
supuestos, pre iamente a la designación judicial de tutor
ordinario o en la misma resolución, deberá acordarse la sus-
pensión o la pri ación de la patria potestad o remoción del
tutor, en su caso .
starán legitimados para el ejercicio de las acciones de
privación de patria potestad, remoción del tutor y
para la solicitud de nombramiento de tutor de los menores
en situación de desamparo, el MF, la entidad p blica y los
llamados al ejercicio de la tutela.
Por su parte, el art. bis CC, dispone que la entidad
pública a la que esté encomendada la protección y apoyo
de las personas con la capacidad modificada judicialmente,
será designada como tutora cuando no haya sido
constituida la tutela en fa or de persona alguna confor-
me al art. CC. Asimismo, asumirá por ministerio de la
ley la tutela de las personas con la capacidad modificada
judicialmente cuando se encuentren en situación de
desamparo, debiendo dar cuenta a la autoridad judicial
que modificó su capacidad. e considera como situación de
desamparo a estos efectos, la que se produce de ec o cuan-
do la persona con la capacidad modificada judicialmente
quede privada de la necesaria asistencia a causa del
incumplimiento o del imposible o inadecuado ejercicio de
los deberes que incumben a la persona designada para ejer-
cer la tutela, de conformidad a las leyes, o por carecer de
tutor.
» La figura del tutor (arts. 240 a 258 CC):
n lo que concierne a la figura del tutor, el Código Ci il
dise a un esquema basado en las siguientes estipulaciones:
(1). Podrán ser tutores:
a Todas las personas que se encuentren en el pleno ejer-
cicio de sus derec os ci iles y en quienes no concurra
causa de in abilidad. i ubiere que designar tutor
para arios ermanos, el juez procurará que el nom-
bramiento recaiga en una misma persona .
b as personas jurídicas que no tengan finalidad lucra-
ti a y entre cuyos fines figure la protección de meno-
res e incapacitados.
(2). No pueden ser tutores:
a Los pri ados o suspendidos en el ejercicio de la pa-
tria potestad o total o parcialmente de los derec os de
guarda y educación, por resolución judicial.
b os que ubieren sido legalmente remo idos de una
tutela anterior.
c Los condenados a cualquier pena pri ati a de liber-
tad, mientras estén cumpliendo la condena.
d Los condenados por cualquier delito que aga su-
poner fundadamente que no desempe arán bien la
tutela.
e as personas en quienes concurra imposibilidad ab-
soluta de ec o.
f os que tu ieren enemistad manifiesta con el menor
254
o incapacitado.
g as personas de mala conducta o que no tu ieren ma-
nera de i ir conocida.
os que tu ieren importantes con ictos de intereses
con el menor o incapacitado, mantengan con él pleito
o actuaciones sobre el estado ci il o sobre la titulari-
dad de los bienes, o los que le adeudaren sumas de
consideración.
i Los quebrados y concursados no re abilitados, sal o
que la tutela lo sea solamente de la persona.
j Los e cluidos e presamente por el padre o por la
madre en sus disposiciones en testamento o docu-
mento notarial, sal o que el juez en resolución mo-
ti ada estime otra cosa en beneficio del menor o del
incapacitado.
(3). as causas de inhabilidad por aber sido con-
denado por cualquier delito que aga suponer fun-
dadamente que no se desempe ará bien la tutela y
la relacionada con los quebrados y concursados no
re abilitados, no se aplicarán a los tutores desig-
nados en las disposiciones de ltima oluntad de los
padres cuando fueron conocidas por estos en el mo-
mento de acer la designación, sal o que el juez, en
resolución moti ada, disponga otra cosa en beneficio
del menor o del incapacitado.
(4). erán objeto de la e entual remoción de la tutela,
los que después de deferida:
a ncurran en causa legal de in abilidad.
b e conduzcan mal en el desempe o de la tutela.
c Por incumplimiento de los deberes propios del cargo.
d Por notoria ineptitud de su ejercicio.
e Cuando surgieran problemas de con i encia gra es y
continuados.
erá el juez, de oficio, o a solicitud del , del tutelado o
de otra persona interesada quien decretará la remoción del
tutor, pre ia audiencia del mismo y del tutelado, si este tu-
iese suficiente juicio. a tramitación del e pediente de re-
moción podrá dar lugar a que, durante la misma, se acuerde
la suspensión de las funciones del tutor y el nombramiento
de un defensor judicial si finalmente se declara la remoción,
abrá de nombrarse a un nue o tutor.
(5). as excusas del desempeño de la tutela, estas
podrán tener lugar cuando por razones de edad, en-
fermedad, ocupaciones personales o profesionales,
por falta de ínculos de cualquier clase entre tutor y
tutelado o por cualquier otra causa, resulte e cesi a-
mente gra oso el ejercicio del cargo las personas ju-
rídicas podrán e cusarse cuando carezcan de medios
suficientes para el adecuado desempe o de la tutela.
l interesado que alegue causa de e cusa deberá a-
cerlo dentro del plazo de días es posible, sin em-
bargo, e cusa posterior durante el desempe o de la
tutela cuando sobre enga cualquiera de los moti os
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
de e cusa descritos anteriormente: en este ltimo
caso, inaplicable a las personas jurídicas, es necesa-
rio que aya persona de parecidas condiciones para
sustituirlo. n todo caso, mientras se resuel a acerca
de la e cusa persiste la obligación de ejercer la fun-
ción, nombrándose un defensor en los supuestos de
incumplimiento. Admitida la e cusa, se procederá al
nombramiento de tutor.
1.2.10.2.3. Sección 3.ª. Del ejercicio de la tutela
Tal y como contempla el art. CC será el ecretario u-
dicial LAJ quien proceda a dar la posesión de su cargo
al tutor nombrado, estando facultado el juez para e igir al
tutor la constitución de una fianza que asegure el cumpli-
miento de sus obligaciones, determinando la modalidad y
cuantía de la misma. o obstante, no será e igible cuando
se trate de una entidad p blica la que asuma la tutela de un
menor por ministerio de la ley o la desempe e por resolu-
ción judicial.
» Obligaciones del tutor
na ez nombrado, debe realizar inventario de los
bienes del tutelado dentro del plazo de 60 días, a
contar de aquel en que ubiese tomado posesión de su car-
go cabe la posibilidad de que el secretario judicial A
pueda prorrogar este plazo en resolución moti ada si con-
curriere causa para ello. eg n disponen los art. y
CC:
(1). El inventario se formará ante el secretario judicial
A con inter ención del y con citación de las
personas que aquel estime con eniente. l dinero, al-
ajas, objetos preciosos y alores mobiliarios o docu-
mentos que, a juicio del A , no deban quedar en po-
der del tutor serán depositados en un establecimiento
destinado a este efecto.
(2). Los gastos que las medidas ocasionen correrán a
cargo de los bienes del tutelado.
a función principal del tutor es la representación de la
persona y bienes del tutelado, en cuanto que es el repre-
sentante del menor o incapacitado, sal o para aquellos actos
que pueda realizar por si solo ya sea por disposición e presa
de la ey o de la sentencia de incapacitación (art. CC .
El art. CC, se ala que estos ejercerán su cargo de
acuerdo con la personalidad de sus pupilos, respetando su
integridad física y psicológica, pudiendo recabar el au ilio
de la autoridad cuando sea necesario. Además, y seg n dis-
pone el art. CC, el tutor está obligado a elar por el
tutelado y, en particular:
(1). A procurarle alimentos.
(2). A educar al menor y procurarle una formación
integral.
(3). A promo er la adquisición o recuperación de la ca-
pacidad del tutelado y su mejor inserción en la
sociedad.
(4). A informar al juez anualmente sobre la situa-
ción del menor o incapacitado y rendirle cuenta anual
de su administración.
eg n el art. CC, en el desempe o de sus funciones, y
en cuanto administrador legal de los bienes de los tutelados,
abrán de ejercer dic a administración con la diligencia
de un buen padre de familia.
upuestos en los que el tutor requiere de autorización judi-
cial para su actuación art. CC :
(1). Para internar al tutelado en un establecimiento
de salud mental o de educación o formación especial.
(2). A la ora de enajenar o gravar bienes inmuebles,
establecimientos mercantiles o industriales, objetos
preciosos y alores mobiliarios de los menores o in-
capacitados, o celebrar contratos o realizar actos que
tengan carácter dispositi o y sean susceptibles de ins-
cripción. e e cept a la enta del derec o de suscrip-
ción preferente de acciones.
(3). Para renunciar a derechos, así como transigir o
someter a arbitraje cuestiones en que el tutelado es-
tu iese interesado.
(4). n caso de aceptar sin beneficio de in entario cual-
quier herencia, o para repudiar esta o las liberalida-
des concedidas.
(5). Para acer gastos extraordinarios en los bienes.
(6). Entablar demanda en nombre de los sujetos so-
metidos a tutela, sal o en los asuntos urgentes o de
escasa cuantía.
(7). Ceder bienes en arrendamiento por tiempo supe-
rior a 6 años.
(8). ar y tomar dinero a préstamo.
(9). Disponer a título gratuito de bienes o derec os
del tutelado.
(10). Para ceder a terceros los créditos que el tutelado
tenga contra él, o adquirir a título oneroso los créditos
de terceros contra el tutelado.
Antes de autorizar o aprobar cualquiera de los actos alu-
didos anteriormente, el juez oirá al y al tutelado, si
fuese mayor de 12 años o, en caso de considerarlo
oportuno, además, recabará los informes que le
sean solicitados o estime pertinentes.
» Retribución
inalmente, por lo que respecta a la remuneración del
tutor, en los arts. y CC se establece:
(1). El tutor tiene derecho a una retribución, siem-
pre que el patrimonio del tutelado lo permita. Corres-
ponde al juez fijar su importe y el modo de percibirlo,
para lo cual tendrá en cuenta el trabajo a realizar y
el alor y la rentabilidad de los bienes, procurando en
lo posible que la cuantía de la retribución no baje del
ni e ceda del del rendimiento líquido de los
bienes.
(2). Solo los padres, y en sus disposiciones de últi-
255
TEMA 7
ma voluntad podrán establecer que el tutor haga
suyos los frutos de los bienes del tutelado a cam-
bio de prestarle los alimentos, sal o que el juez, en
resolución moti ada, disponga otra cosa.
1.2.10.2.4. Sección 4.ª. De la extinción de la tutela y de la
rendición final de cuentas
s en los arts. y CC donde se recogen las causas
de extinción del régimen de tutela. Así, la tutela se
e tingue:
(1). Cuando el menor de edad cumple los 18 años,
a menos que con anterioridad ubiera sido judicial-
mente incapacitado.
(2). Por la adopción del tutelado menor de edad.
(3). Por fallecimiento de la persona sometida a tutela.
(4). Por la concesión al menor del beneficio de la ma-
yoría edad.
(5). Cuando abiéndose originado por pri ación o suspen-
sión de la patria potestad, el titular la recupere.
(6). Al dictarse la resolución judicial que ponga fin a la
incapacitación o que modifique la sentencia de inca-
pacitación en irtud de la cual se sustituye la tutela
por el régimen de curatela.
El art. CC precisa, sin embargo, que el tutor conti-
nuará en el ejercicio de su cargo si el menor sujeto a
tutela ubiese sido incapacitado antes de la mayoría
de edad, conforme a lo dispuesto en la sentencia de inca-
pacitación.
Por lo demás, el tutor, al cesar en sus funciones, deberá
rendir la cuenta general justificada de su adminis-
tración ante la autoridad judicial en el plazo de 3 meses,
prorrogables por el tiempo que fuese necesario si concurre
para ello justa causa. a acción pre ista para e igir la rendi-
ción de esta cuenta, prescribe a los 5 años, contados desde
la terminación del plazo establecido para efectuarlo.
Antes de resol er sobre la aprobación de la cuenta, el juez
oirá al nue o tutor o, en su caso, al curador o al defensor ju-
dicial que se aya designado en atención al caso, y a la per-
sona que ubiera estado sometida a tutela o a sus erederos.
n lo concerniente a los gastos necesarios de la rendi-
ción de cuentas, estos serán a cargo del que estu o sometido
a tutela.
Por ltimo, en lo que respecta al saldo de la cuenta
general, si esta es a fa or del tutor, supondrá el de engo
del interés legal desde que el que estu o sometido a tutela
sea requerido para el pago, pre ia entrega de sus bienes. i,
por el contrario, el saldo surgido es en contra del tutor, se
de engará interés legal desde la aprobación de la cuenta.
a aprobación judicial no impedirá el ejercicio de las accio-
nes que recíprocamente puedan asistir al tutor y al tutelado
o a sus causa abientes por razón de la tutela.
1.2.10.3. Capítulo III. Curatela
1.2.10.3.1. Sección 1.ª. Disposiciones generales
256
Tal y como se establece en el art. CC, se encuentran
sujetos a curatela:
(1). Los emancipados cuyos padres fallecieren o queda-
ran impedidos para el ejercicio de la asistencia pre e-
nida por la ey.
(2). os que obtu ieren el beneficio de la mayoría de
edad.
(3). os declarados pródigos.
gualmente, se pre é la procedencia de la curatela para las
personas a quienes la sentencia de incapacitación o, en
su caso, la resolución judicial que la modifique, la colo-
quen bajo esta forma de protección en atención a su grado
de discernimiento.
Como se ala el art. CC, en los supuestos pre istos en
el art. CC la curatela tendrá por objeto la inter en-
ción del curador en los actos que los menores o pródigos
no puedan realizar por sí solos. n el supuesto de sujetos
que ayan sido incapacitados esto es, aquellos a los que
se refiere el art. CC la curatela tiene por finalidad la
inter ención del curador para aquellos actos que e presa-
mente imponga la sentencia que la aya establecido. i esta
no ubiese especificado los actos en que deba ser necesaria
la inter ención del curador, se entenderá que se e tiende a
los mismos actos en que los tutores necesitan autorización
judicial.
n cuanto a nombramiento, inhabilidad, excusa y
remoción de los curadores, el art. CC, indica que
serán aplicables las mismas normas relati as a los tutores,
por lo que abrá que estar a lo dispuesto en los arts.
a CC id apdo. . . . . . » La figura del tutor .
Por lo demás, no podrán ser curadores los quebrados
y concursados no rehabilitados.
i el sometido a curatela ubiese estado con anterioridad
bajo tutela, desempe ará el cargo de curador el mismo que
ubiese sido su tutor, a menos que el juez disponga otra cosa.
inalmente, el art. CC, se ala que serán anulables a
instancia del propio curador o de la persona sujeta a cu-
ratela, y de acuerdo con lo dispuesto en los arts. a
CC los actos jurídicos realizados sin la interven-
ción del curador cuando esta sea precepti a.
1.2.10.3.2. Sección 2.ª. Curatela en casos de prodigalidad
(art. 297 CC)
os actos del declarado pródigo anteriores a la demanda de
prodigalidad no podrán ser atacados por esta causa.
1.2.10.4. Capítulo IV. Defensor judicial
El art. CC, se ala que se nombrará un defensor judicial
que represente y ampare los intereses de los que se encuen-
tren en alguno de los siguientes supuestos:
(1). Cuando en alg n asunto exista conflicto de inte-
reses entre los menores o incapacitados y sus repre-
sentantes legales o el curador. n el caso de tutela
conjunta ejercida por ambos padres, si el con icto
de intereses e istiere solo con uno de ellos, corres-
 Decreto de 24 de julio de 1889. El Código Civil
ponderá al otro por ley, y sin necesidad de especial
nombramiento, representar y amparar al menor o
incapacitado.
(2). n caso de que por cualquier causa el tutor o el
curador no desempeñare sus funciones, asta
que cese la causa determinante o se designe otra per-
sona para desempe ar el cargo.
(3). n todos los demás casos previstos en el Código
Ci il.
gualmente se establece que, cuando se tenga conocimiento
de que una persona debe ser sometida a tutela o curatela, y
en tanto no recaiga resolución judicial que ponga fin
al procedimiento, asumirá su representación y defen-
sa el MF. n tal caso, cuando además del cuidado de la
persona ubiera de procederse al de los bienes, el secretario
judicial A podrá designar un defensor judicial que admi-
nistre dic os bienes, quien deberá rendir cuentas de su ges-
tión una ez concluida la situación que genera su asistencia .
n lo relati o a su nombramiento, y como recoge el art.
CC, será el juez, en procedimiento de jurisdic-
ción voluntaria, de oficio o a petición del , del propio
menor o de cualquier persona capaz de comparecer en jui-
cio, quien nombrará defensor a quien se estime más idóneo
para ocupar dic o cargo, tal designación tendrá acceso al
egistro Ci il como establece el art. , ey , de
de julio.
n lo que concierne a las causas de inhabilidad, excu-
sas y remoción, el art. CC indica que serán aplicables
las mismas normas relati as a los tutores y curadores, por lo
que abrá que estar a lo dispuesto en los arts. a CC
id apdo. . . . . . » La figura del tutor .
inalmente, y en lo que respecta a sus atribuciones, el de-
fensor judicial contará con aquellas que e presamente se le
ayan concedido, debiendo rendir cuentas de su gestión una
ez concluida esta.
1.2.10.5. Capítulo V. Guarda de hecho
a guarda de ec o es aquella situación tutelar en la que
un sujeto, sin contar con un nombramiento judicial
para ello, se encarga de la guarda de un menor o de alguien
en quien concurren posibles causas de incapacitación.
a pre isión del ordenamiento para estos supuestos se en-
cuentra en el art. CC que dispone que, sin perjuicio
de lo dispuesto en el art. CC i el o el juez com-
petente tu ieren conocimiento de que e iste en el territorio
de su jurisdicción alguna persona que deba ser sometida a
tutela, pedirá el y dispondrá el juez, incluso de oficio, la
constitución de la tutela , cuando la autoridad judicial tenga
conocimiento de la existencia de un guardador de
hecho podrá requerirle para que informe de la situación de
la persona y los bienes del menor, o de la persona que pudie-
ra precisar de una institución de protección y apoyo, y de su
actuación en relación con los mismos, pudiendo establecer
asimismo las medidas de control y igilancia que considere
oportunas. Además, se a ade que cautelarmente, mientras
se mantenga la situación de guarda de ec o y asta que se
constituya la medida de protección adecuada, si procediera,
se podrán otorgar judicialmente facultades tutelares a los
guardadores .
Por lo demás, procederá la declaración de situación de
desamparo de los menores y de las personas con la
capacidad modificada judicialmente en situación
de guarda de hecho, cuando, además de esta circunstan-
cia, se den los presupuestos objeti os de falta de asistencia
contemplados en el art. id. apdo. . . . y en el art.
bis CC id. apdo. . . . . » Tutela de menores en
situación de desamparo .
n los demás casos, el guardador de hecho podrá pro-
mover la privación o suspensión de la patria potes-
tad, remoción de la tutela o el nombramiento de
tutor.
Conforme se pre é en el art. CC los actos realizados por
el guardador de ec o en interés del menor o presunto inca-
paz, no podrán ser impugnados si redundan en su utilidad.
Por su parte, el art. CC contempla que será aplicable al
guardador de ec o lo dispuesto en el art. CC, respecto
del tutor la persona que en el ejercicio de una función tu-
telar sufra da os y perjuicios sin culpa por su parte, tendrá
derec o a la indemnización de estos con cargo a los bienes
del tutelado, de no poder obtener por otro medio su resar-
cimiento .
1.2.11. Título XI. La mayor edad y la emancipación
a emancipación, que supone el acceso del beneficiado por
la misma a la capacidad de obrar, tiene lugar, conforme dis-
pone el art. CC:
(1). Por la mayor edad se alcanza con los 18 años
cumplidos art. CC .
(2). Por concesión de los que ejerzan la patria
potestad seg n el art. CC son requisitos
imprescindibles que el menor tenga los 16 años
cumplidos y que la consienta. sta emancipación se
otorgará por escritura p blica o por comparecencia
ante el juez encargado del egistro. a concesión de
emancipación abrá de inscribirse en el egistro Ci-
il, no produciendo entre tanto efecto contra terceros,
y concedida no podrá ser re ocada. e reputa para to-
dos los efectos como emancipado al ijo mayor de
a os que con el consentimiento de los padres i iere
independientemente de estos art. CC .
(3). Por concesión judicial por disposición del art.
CC el juez podrá conceder la emancipación de
los ijos mayores de 16 años si estos la pidieren y
pre ia audiencia de los padres, cuando quien ejerce la
patria potestad contrajere nupcias o con i iere ma-
ritalmente con persona distinta del otro progenitor,
cuando los padres i ieren separados, o cuando con-
curra cualquier causa que entorpezca gra emente el
ejercicio de la patria potestad.
n cuanto a la capacidad de obrar del emancipado,
solo será plena en el primero de los supuestos, pues, seg n
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TEMA 7
establece el art. CC:
(1). a emancipación habilita al menor para regir su
persona y bienes como si fuera mayor pero
asta que llegue a la mayor edad no podrá el eman-
cipado sin consentimiento de sus padres y, a falta de
ambos, sin el de su curador:
a tomar dinero a préstamo,
b gra ar o enajenar bienes inmuebles y establecimien-
tos mercantiles o industriales u objetos de e traordi-
nario alor
(2). l menor emancipado podrá por si solo compa-
recer en juicio.
(3). o dispuesto en este articulo es aplicable también al
menor que ubiere obtenido judicialmente el
beneficio de la mayor edad.
Para que el casado menor de edad art. CC pueda
enajenar o gra ar bienes inmuebles, establecimientos mer-
cantiles u objetos de e traordinario alor que sean comunes,
basta si es mayor el otro cónyuge, el consentimiento de los
dos si también es menor, se necesitará, además, el de los
padres o curadores de uno y otro.
Por su parte, la ey , de de julio, de la urisdic-
ción oluntaria, regula el expediente de jurisdicción
voluntaria para la concesión judicial de la emancipación
y del beneficio de la mayoría de edad, para lo cual se otor-
ga competencia al juez de primera instancia del domicilio
del menor. ic o e pediente, para el cual no es precepti a
la inter ención de abogado ni de procurador sal o que se
formule oposición encuentra su regulación en los arts. ,
y .
1.2.12 Título XII. El Registro del estado civil
Título que se deroga, con efectos de de junio de ,
por la disposición derogatoria de la ey , de de
julio.

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