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LOS SACRAMENTOS NOS DAN LA VIDA DE CRISTO RESUCITADO Y NOS IMPULSAN A LA MISIÓN

Objetivos: Descubrir que Jesús nos comunica su vida a través de los sacramentos y nos motiva a participar de la
vida de Dios por medio de ellos.

Punto de partida
Recordar los grandes momentos de la vida de una persona: ¿Cuáles son? (ej. nacimiento, cumpleaños, experiencia de
Dios, graduación, matrimonio, enfermedad y muerte).
Diálogo

• Cuando un niño nace, ¿Cómo la familia lo acoge?


• ¿Cómo se celebra su cumpleaños?
• ¿Cuáles otras fiestas celebramos?
• ¿Por qué se reúne mucha gente cuando se muere alguien?
• ¿Cuál ha sido tu mayor experiencia con Dios?

Palabra de Dios: Jn 10, 10-15 "El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que
tengan vida y la tengan en plenitud. 11.Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12.No así el
asalariado, que no es el pastor ni las ovejas son suyas. Cuando ve venir al lobo, huye abandonando las ovejas, y el
lobo las agarra y las dispersa. 13.A él sólo le interesa su salario y no le importan nada las ovejas. 14.Yo soy el Buen
Pastor y conozco los míos como los mios me conocen a mí, 15.lo mismo que el Padre me conoce a mí y yo conozco
al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas. "
Preguntas para la reflexión ¿Para qué vino Jesús? ¿Con quién se compara Jesús? ¿Qué hace un asalariado
cuando viene el lobo? ¿Qué hace el buen pastor?
Profundización
Yo soy el buen Pastor y conozco a mis ovejas.
-¿Quiénes son las ovejas de Jesús? Nosotros, como el pastor acompaña a sus ovejas, las conduce al pasto, las
protege, las cuida, así Jesús nos acompaña, nos guía y alimenta.
YO he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
Jesús comparte todo lo que es y todo lo que tiene, su propia vida. Esta vida, nos la transmite de una manera muy
especial, a través de los sacramentos.

Leer la siguiente historia, El REGALO DEL PADRE


Un joven, que estaba a punto de graduarse, contemplaba todos los días un hermoso auto deportivo en una tienda de
autos. Sabiendo que su padre podía comprárselo, le dijo que ese auto era todo lo que quería. Cuando se acercaba el
día de su graduación su padre lo llamó para que fuera a su estudio. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo
tan bueno y lo mucho que lo amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo.
Curioso y algo decepcionado, el joven abrió la caja y encontró una hermosa Biblia, con cubierta de piel y con su
nombre finamente escrito en letras de oro. Enojado le gritó a su padre diciendo: "¿Con todo el dinero que tienes y lo
que me das es esta Biblia?" Salió de su casa y no regresó más. 
Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Tenía una gran casa y una bonita
familia, pero cuando supo que su padre, que ya era anciano, estaba muy enfermo, pensó visitarlo. No lo había vuelto a
ver desde el día de su graduación. Antes de que pudiera partir a verlo, recibió un telegrama donde decía que su padre
había muerto y le había heredado todas sus posesiones. Su corazón se llenó pronto de tristeza y arrepentimiento.  
Empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión su
padre le quiso obsequiar. Con lágrimas en los ojos, la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente
había subrayado un versículo en Mateo 7:11 que decía textualmente: "Y si vosotros siendo malos, sabéis dar cosas
buenas a vuestros hijos, cuanto más nuestro Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan". 
Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenía una tarjeta de la agencia de autos donde
había visto ese auto deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha de su graduación y las palabras:
"TOTALMENTE PAGADO". 
Una vez finalizado compartir en grupo los siguientes interrogantes: ¿Qué mensaje y enseñanzas nos deja esta
historia? ¿Sabemos ver en las actitudes y los signos, el amor y buenos deseos en las personas, especialmente de las
que nos aman? ¿Será posible que en muchas oportunidades hayamos rechazado bendiciones y gracias que Dios
desea otorgarnos?

Al igual que el joven de la historia, siempre buscamos señales para detectar actitudes o sentimientos en las personas,
pero muchas veces no las reconocemos en profundidad. Una cosa sí es segura, como el padre de la historia, nosotros
tenemos a nuestro Padre Celestial que sabe darnos las cosas que necesitamos. El ser humano utiliza en su vida diaria
un sinnúmero de signos y símbolos. Son tantos los utilizados que muchas veces no somos conscientes del empleo que
hace de ellos. Los signos y símbolos son señales que tienen significados concretos y se captan a través de los sentidos
(señales de tránsito, matemáticos, patrióticos, de escritura etc.) Dios le ha hablado al hombre desde siempre a través
de los signos, por ejemplo, le habla a través de la creación. En el Antiguo Testamento se relatan muchos signos
empleados: La unción que se hacía a profetas y reyes, el fuego, la nube. Etc.
Jesús utilizó signos para anunciar el Reino de Dios presente entre los hombres y lo hizo a través de milagros,
sanaciones, resurrección de personas muertas… Una vez resucitado, antes de ir al Padre, le dijo a los apóstoles que
continuaran haciendo lo mismo que Él; “Jesús se acercó y les hablo así: me ha sido dada toda autoridad en el cielo y
en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes
todos los días hasta el fin de la historia.” Mt 28, 18-20. Esa promesa de permanecer con nosotros, los cristianos, hasta
el fin del mundo, la cumple por medio de la Iglesia y de los sacramentos. La Iglesia emplea signos para facilitar al
hombre la compresión del amor y la acción bondadosa de Dios. Estos son los sacramentos, las celebraciones más
importantes de nuestra fe. Son los signos visibles de la gracia (regalo) invisible de Dios. Los sacramentos piden de
nosotros una actitud de fe, si no la gracia de Dios no puede obrar en nuestra vida.
Para que algo sea sacramento se requiere de tres condiciones: que sea instituido por Jesucristo, que sea algo sensible
(o sea que se perciba por alguno de los sentidos) y que conceda al alma alguna gracia o regalo especial.
Cada Sacramento contiene:
Signo sensible: agua, pan, vino óleo.
Acciones: por ejemplo: verter agua sobre la cabeza, ungir, imponer las manos…
Palabras: Yo te bautizo… Este es mi cuerpo…
Efecto: La Gracia de Dios que se da o se acrecienta.
Los sacramentos se hacen presentes en las etapas y momentos importantes de la vida del ser humano, desde el
nacimiento con el Bautismo hasta la muerte con la Unción de los enfermos.
¿Por qué hay sacramentos? Porque la vida cristiana no es algo que está al margen de la vida humana. Ni es una
realidad extraña y misteriosa que poco o nada tiene que ver con lo que hacemos y vivimos todos los días y a todas
horas. De la misma manera que, en la vida de los seres humanos, hay experiencias que no podemos expresar, ni
acrecentar en nosotros, sino mediante gestos simbólicos, igualmente en la vida de fe, la vida cristiana, hay
experiencias que sólo se pueden expresar mediante los símbolos, que son los sacramentos. Una vida de fe sin
sacramentos, sería algo así como una vida humana sin gestos de amistad, de cariño y de entrega mutua ¿Para qué
son los sacramentos? No abrazamos a las personas que queremos “para que así y por eso nos quieran más”.
Abrazamos a las personas que queremos, porque sentimos esa necesidad. Pues de la misma manera, hay que decir
que no vamos a misa “para que así Dios me quiera más”. No. Voy a misa y participo en la Eucaristía porque me sale de
lo más hondo de mi fe en Jesús, porque no puedo pasar sin El y porque necesito expresarle así mi fidelidad a su
mensaje. Cuando se siente todo esto, entonces se empieza a comprender “para qué” son los sacramentos.
¿Cómo se deben celebrar los sacramentos? Lo primero de todo es pensar muy en serio si vivimos la experiencia que
se trata de expresar en el gesto simbólico (el sacramento) que voy a celebrar. Lo segundo es no vivir los sacramentos
como obligaciones, que hay que cumplir sino expresiones de amor y de fe. Finalmente, los sacramentos se tienen que
celebrar como una fiesta. Porque son eso exactamente: una “celebración”.
De los siete Sacramentos hay tres que Imprimen carácter que son: El Bautismo, La Confirmación y El Orden
Sacerdotal. Quiere decir que al recibir cualquiera de estos tres Sacramentos, dejan en el alma de la persona que lo
recibe, una marca o huella que permanecerá por siempre y, aunque no es visible a los ojos humanos, este “sello
Divino” lo señala como perteneciente a Dios. No se puede recibir sino una sola vez.
Se divide el grupo en 7 subgrupos, a cada uno se le entrega una hoja con la descripción del sacramento a representar
y unas preguntas tipo para que las discutan, respondan y luego de la representación las planteen al grupo para motivar
la discusión según opinión y conocimientos. El catequista no corrige pero puede dar su opinión como un miembro
más del grupo. Durante la representación el catequista precisa con el resto, cual es el signo, la gracia otorgada y el
momento de institución del sacramento representado. (Los catequistas proveerán los materiales que faciliten cada
representación, ej. velas, alba de acólitos, jarra de agua aceite, etc.)
Bautismo: celebramos la fe que nos ha hecho hombres nuevos, hijos de Dios, hermanos de Jesucristo y miembros de
una nueva familia, la Iglesia. Al ser bautizados se imprime en el cristiano un sello espiritual imborrable, que se llama
“carácter” que no se quita nunca, ni siquiera por el pecado. Por eso no se puede repetir. Signo: Señal de la cruz en la
frente, óleo de los catecúmenos, agua, vestidura blanca y luz. El sacerdote nos derrama agua en la cabeza y nos dice:
“Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” .Inmediatamente recibimos la Vida de Dios. “.
Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que
todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,” Mt 28,18-19
.En el Bautismo nos hacemos hijos de Dios y pertenecientes a una nueva familia: La Iglesia.
Reconciliación: Celebramos la alegría de la reconciliación con Dios, con la Iglesia y con nuestros hermanos. Es el
sacramento a través del cual recibimos la absolución de nuestros pecados, si nos confesamos arrepentidos. Signo: el
sacerdote traza la cruz sobre el que se confiesa arrepentido, diciendo: “Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Cuando esto sucede, hemos recobrado la Amistad con Dios. “Dicho esto, sopló
sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes
se los retengan, les serán retenidos.” Jn 20, 22-23 En la Reconciliación, se nos da o aumenta la amistad con Dios.
Eucaristía: Celebramos que Cristo se entrega a nosotros y nos alimenta con su vida, pero escondido humildemente en
el pan y el vino. Signo: el sacerdote nos ofrece a Jesús mismo bajo la apariencia de pan, diciéndonos: “el Cuerpo de
Cristo”. Cuando lo recibimos Jesús entra en nosotros. Jesús lo instituyo durante la última cena: “Después tomo pan y,
dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. (Hagan esto en memoria
mía). Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que
es derramada por ustedes”. Lc 22,19-20. En la Comunión o Eucaristía, se nos da el alimento espiritual que es Cristo
mismo.
Confirmación: Celebramos una unión más íntima y madura con la Iglesia. Este sacramento nos enriquece con la
fortaleza especial del Espíritu Santo. Ej. La fortaleza de los apóstoles después de Pentecostés que fueron capaces
hasta de dar su vida para dar el mensaje de Nuestro Señor. Es necesaria para llegar a la plenitud de la gracia recibida
en el bautismo. No se repite. Signo: el obispo extiende las manos sobres los confirmados, es el signo del don del
Espíritu Santo. Después unge con el santo crisma la frente del confirmando diciendo: “N. recibe por esta señal el don
del Espíritu Santo. “Pero entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo. He 8, 17; y al imponerles
Pablo las manos, el Espíritu Santo bajó sobre ellos y empezaron a hablar lenguas y a profetizar. He 19, 6.” En la
Confirmación, se nos da la fuerza y los dones del Espíritu.
Matrimonio: celebramos la Fe que se hace amor capaz de unir a dos en una sola carne.
Signo: anillos, representan la entrega total mutua. Jesús respondió: «¿No han leído que el Creador al principio los hizo
hombre y mujer y dijo: El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola
carne?.De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.»
Mt 19, 4- 6. En el Matrimonio, se consagra y se bendice el amor de un hombre y una mujer.
Orden Sacerdotal: celebramos la fe y el llamado de los que entregan su vida a Dios a través del servicio a la Iglesia.
Este sacramento imprime un sello en el alma. No se repite. Los estudios para el sacerdocio llevan muchos años y los
hacen en los seminarios o en las casas de formación. Signo: Durante la ordenación, el nuevo sacerdote en un
momento dado se arrodilla, este gesto del ordenando es el signo de su disponibilidad total. Después el obispo unge las
manos del nuevo sacerdote, es el signo de que pertenece a Dios y a su servicio en la Iglesia, y que el Espíritu de
Cristo puede descansar sobre él y permanecer en él. El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe a
mí, recibe a Aquel que me ha enviado.  Mt 10,40 En el Orden Sacerdotal, se consagra y fortalece a los que sirven a
Dios y a su Iglesia.
Unción de los enfermos: Celebramos la Fe y la esperanza en la vida a pesar de la muerte. El sacerdote es la
persona que, en nombre de Cristo, consuela y anima al enfermo. Signo: la imposición de manos y la unción con el
crisma. Expulsaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos, ungiéndoles con aceite. Mc 6, 13;
¿Hay alguno enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia, que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del
Señor. Sant 5,14. En la Unción de los enfermos, se nos da paz y valor para enfrentar los momentos de enfermedad.
Bautismo: celebramos la fe que nos ha hecho hombres nuevos, hijos de Dios, hermanos de Jesucristo y
miembros de una nueva familia, la Iglesia. Al ser bautizados se imprime en el cristiano un sello
espiritual imborrable, que se llama “carácter” que no se quita nunca, ni siquiera por el pecado. Por eso
no se puede repetir.
Signo: Señal de la cruz en la frente, óleo de los catecúmenos, agua, vestidura blanca y luz.
El sacerdote nos derrama agua en la cabeza y nos dice: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo” .Inmediatamente recibimos la Vida de Dios. “.
Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues,
y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo,” Mt 28,18-19
En el Bautismo nos hacemos hijos de Dios y pertenecientes a una nueva familia: La Iglesia.
Preguntas tipo para discutir: ¿No somos todos hijos de Dios? Entonces, ¿para qué hay que bautizarse?
¿Qué es el pecado original? ¿Por qué los padrinos tienen que ser cristianos? ¿No alcanza con que
quieran al chico? ¿Por qué no se repite?

Reconciliación: Celebramos la alegría de la reconciliación con Dios, con la Iglesia y con nuestros
hermanos. Es el sacramento a través del cual recibimos la absolución de nuestros pecados, si nos
confesamos arrepentidos.
Signo: el sacerdote traza la cruz sobre el que se confiesa arrepentido, diciendo: “Yo te absuelvo de tus
pecados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Cuando esto sucede, hemos
recobrado la Amistad con Dios. “Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo: a
quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.”
Jn 20, 22-23
En la Reconciliación, se nos da o aumenta la amistad con Dios.
Preguntas tipo: Reconciliación: ¿Por qué debo decirle mis pecados a un cura? ¿No es pecador como
yo? ¿Si me confieso a solas con Dios qué pasa? ¿Hay pecados veniales y mortales? ¿ Es el sacerdote
el que me perdona?

Eucaristía: Celebramos que Cristo se entrega a nosotros y nos alimenta con su vida, pero escondido
humildemente en el pan y el vino.
Signo: el sacerdote nos ofrece a Jesús mismo bajo la apariencia de pan, diciéndonos: “el Cuerpo de
Cristo”. Cuando lo recibimos Jesús entra en nosotros.
Jesús lo instituyo durante la última cena: “Después tomo pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio
diciendo Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. (Hagan esto en memoria mía). Hizo lo
mismo con la copa después de cenar, diciendo Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre,
que es derramada por ustedes”. Lc 22,19-20.
En la Comunión o Eucaristía, se nos da el alimento espiritual que es Cristo mismo.
Preguntas tipo: ¿Jesús está presente en el pan y el vino o es un símbolo? Para recibir a Jesús hay que
estar en gracia ¿por qué si Jesús le dio la comunión a Judas? ¿Qué pasa si no voy a misa siempre o
sólo voy a comulgar?

Confirmación: Celebramos una unión más íntima y madura con la Iglesia. Este sacramento nos
enriquece con la fortaleza especial del Espíritu Santo. Ej. La fortaleza de los apóstoles después de
Pentecostés que fueron capaces hasta de dar su vida para dar el mensaje de Nuestro Señor. Es
necesaria para llegar a la plenitud de la gracia recibida en el bautismo. No se repite.
Signo: el obispo extiende las manos sobres los confirmados, es el signo del don del Espíritu Santo.
Después unge con el santo crisma la frente del confirmando diciendo: “N. recibe por esta señal el don
del Espíritu Santo. “Pero entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo. He 8, 17; y
al imponerles Pablo las manos, el Espíritu Santo bajó sobre ellos y empezaron a hablar lenguas y a
profetizar. He 19, 6.”
En la Confirmación, se nos da la fuerza y los dones del Espíritu.
Preguntas tipo: ¿Para qué sirve si uno ya está bautizado? ¿A qué edad hay que recibirla? ¿Por qué en
algunas iglesias se recibe a los siete años, en otras al año de vida y en otras de jóvenes o de adultos?
Matrimonio: celebramos la Fe que se hace amor capaz de unir a dos en una sola carne.
Signo: anillos, representan la entrega total mutua.
Jesús respondió: «¿No han leído que el Creador al principio los hizo hombre y mujer y dijo: El hombre
dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne?.De manera
que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.» Mt
19, 4- 6.
En el Matrimonio, se consagra y se bendice el amor de un hombre y una mujer.
Preguntas tipo: ¿Por qué no hay divorcio por la Iglesia? ¿Qué es la nulidad matrimonial? ¿Qué pasa
con el que no se casa por la Iglesia?

Orden Sacerdotal: celebramos la fe y el llamado de los que entregan su vida a Dios a través del servicio
a la Iglesia. Este sacramento imprime un sello en el alma. No se repite. Los estudios para el sacerdocio
llevan muchos años y los hacen en los seminarios o en las casas de formación.
Signo: Durante la ordenación, el nuevo sacerdote en un momento dado se arrodilla, este gesto del
ordenando es el signo de su disponibilidad total. Después el obispo unge las manos del nuevo
sacerdote, es el signo de que pertenece a Dios y a su servicio en la Iglesia, y que el Espíritu de Cristo
puede descansar sobre él y permanecer en él.
El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha
enviado.  Mt 10,40
En el Orden Sacerdotal, se consagra y fortalece a los que sirven a Dios y a su Iglesia
Preguntas tipo: ¿Son necesarios los curas? ¿Por qué no pueden casarse? ¿Por qué las mujeres no
pueden ser sacerdote?

Unción de los enfermos: Celebramos la Fe y la esperanza en la vida a pesar de la muerte. El


sacerdote es la persona que, en nombre de Cristo, consuela y anima al enfermo.
Signo: la imposición de manos y la unción con el crisma
Expulsaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos, ungiéndoles con aceite. Mc
6, 13; ¿Hay alguno enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia, que oren por él y lo unjan con
aceite en el nombre del Señor. Sant 5,14
En la Unción de los enfermos, se nos da paz y valor para enfrentar los momentos de enfermedad.
Preguntas tipo ¿No conviene llamar al cura cuando el enfermo está inconsciente para que no se
asuste? Si el enfermo puede confesarse y comulgar, para qué quiere la unción?

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