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Tecnología, Humanidades y Modelos Globales

Módulo 1

Naturaleza, alcance y caracterización de la tecnología

Tecnologías duras Tecnologías blandas Tecnologías intermedias


Provenientes de ciencias Vinculadas a ciencias Se manifiestan en el campo
exactas, se plasman en humanas, psicología o del medio, con temáticas y
aplicaciones y productos economía, se focalizan en el disciplinas de rigurosidad
tangibles para campos como desarrollo de mejores pero sin exactitud de ciencias
informática, bioquímica, o prácticas y modelos para duras, construcción,
electrónica. resolver problemas y mejorar industria, sus productos son
el funcionamiento de tangibles e intangibles, por
organizaciones, empresas ejemplo construcción de
sociedad en conjunto. Sus viviendas, tecnologías para
desenlaces suelen ser de disposición de espacios,
valor pero intangibles por cadenas de trabajo, etc.
ejemplo tecnologías para
realizar mejoras en
productividad, comercio
electrónico, etc.

Las tecnologías tienen vínculo con técnicas (habilidades de aplicación que a la imaginación y
habilidad humana logran desarrollar). No todo esfuerzo de creación se desarrolló hasta llegar a
tecnología, pero fue esa vocación de sofisticar el accionar humano lo que generó distintas
tecnologías, lo que fue reemplazado por la ciencia y relevancia del método científico. Como
actividad humana la ciencia tiene antecedentes en la antigua grecia pero es a mediados del
siglo 19 cuando se sistematiza y profesionaliza.

Las tecnologías se van haciendo, de esta forma, cada vez más intensivas en conocimiento
logrado a través del método científico y a partir de allí se construyen la asociación tan potente
y natural en nuestros días entre ciencia y tecnología. Es el concepto de Investigación y
Desarrollo (I+D) el que sintetiza este proceso, abriendo una creciente perspectiva de inversión
por parte de todas las organizaciones que logran diseñar e implementar bienes y servicios para
resolver necesidades. Comienzan a proliferar los llamados Centros de Investigación y
Tecnología al interior del estado y las grandes empresas. Ello demuestra una atención inédita
en el proceso de descubrimiento y generación de nuevas tecnologías. La ciencia, de esta
manera ya profesionalizada, deja de ser puramente académica para pasar a ser esencialmente
industrial.

El renacimiento del siglo XVI o Iluminismo se basó en el imperio de la razón, libertad de


pensamiento, fin de los tabúes de la organización medieval de la vida y autoridad. La salida del
periodo medieval, el auge de las técnicas y la ciencia logra la llegada de la Sociedad del
Conocimiento desde finales del siglo XX. La característica principal es que el paradigma que
explica el progreso es la gestión de conocimientos acumulativos que se logra producir y poner
a disposición.
Por supuesto que nuestros cerebros y cuerpos se han desarrollado y han cambiado
significativamente desde los orígenes, pero no es menos válido afirmar que los cambios
disruptivos y los saltos cualitativos en nuestra historia han estado más asociados a la evolución
de las tecnologías y, especialmente, a las distintas revoluciones tecnológicas. Más aún, son
esas mismas tecnologías que vamos creando las que nos permiten expandir las capacidades
humanas funcionando como si fueran verdaderas “mentes extendidas”.

Richard Susskind y Daniel Susskind en su libro “El Futuro de las Profesiones” – expansión y
desarrollo de las TICS

1. Crecimiento de las tecnologías de información


Los laboratorios de investigación del mundo no han parado de generar nuevos activos
para enriquecer las TICs. Un hito sin dudas es la Ley de Moore de 1965, que predijo
que la capacidad de procesamiento de los ordenadores se duplicaría cada 2 años a
partir de la capacidad constante de aumentar transistores dentro de un chip.
2. Maquinas más capaces
Básicamente, las tecnologías que nos permiten producir y compartir información y
conocimientos están cada vez más enriquecidas por la inteligencia artificial (que les
permiten indagar en experiencias pasadas de las personas, distinguir patrones y hacer
predicciones acerca de requerimientos y necesidades personalizadas), la robótica
(máquinas que interactúan con visible pericia y destreza con el mundo físico) y
computación afectiva (a través de técnicas de deep learning, los dispositivos
comienzan a detectar y expresar emociones).
3. Dispositivos más generalizados
La portabilidad y accesibilidad de dispositivos que nos permiten procesar, consumir y
co-crear conocimientos. Desde los antiguos artefactos informáticos de gran porte, a
los ordenadores personales y la proliferación de móviles inteligentes que disponemos
hoy. Todo, potenciado por el fenómeno de Internet de las Cosas (IoT) que hace
realidad la llamada computación ubicua al conectar a la red de información y
conocimiento a todos los dispositivos vía sensores especializados.
4. Seres humanos conectados
La ciencia aplicada a las TICs viene generando una diversidad de dispositivos,
plataformas y sistemas que nos permiten comunicarnos, investigar, relacionarnos,
compartir, construir comunidades, cooperar, co-crear, competir y comerciar, cada vez
con menos restricciones y costos asociados

Tensión permanente entre tecnología y sociedad

Si bien este proceso de desarrollo tecnológico constante de la humanidad tiene un sentido


positivo no se trata de algo lineal ni exento de dificultades ya que siempre se presentan
tensiones entre actores, valores y posibilidades de la sociedad en cada momento histórico. Los
procesos de incorporación social de nuevas tecnologías permiten entender que, en definitiva,
la tecnología es un sistema interrelacionado de conocimientos, artefactos, habilidades,
recursos naturales, estimaciones económicas, valores éticos, pautas culturales y acuerdos
sociales. Todo ello confluye en los procesos de adopción de tecnologías, dándoles el tamiz de
verdaderos entramados socio técnico. Las sociedades y sus actores individuales no constituyen
espectadores pasivos de los procesos de innovación tecnológica, sino protagonistas de
complejas dinámicas que los impulsan, los condicionan y a veces los combaten.

La tecnología es una práctica social que, según Pacey (1990) tiene tres dimensiones:

Dimensión técnica Dimensión organizativa Dimensión ideológica –


cultural
Conocimientos, capacidades, Política administrativa y Finalidades y objetivos,
destrezas técnicas, gestión, aspectos de sistemas de valores y códigos
instrumentos, herramientas y mercado, economía e éticos; creencia en el
maquinarias, recursos industria; agentes sociales: progreso, etc
humanos y materiales, empresarios, sindicatos,
materias primas, productos cuestiones relacionadas con
obtenidos, desechos y la actividad profesional
residuos. productiva, la distribución de
productos, usuarios y
consumidores, etc

Solo abordando de forma amplia e inteligente las tres dimensiones en un espacio y tiempo
determinado, los procesos de creación y adopción tecnológica suelen ofrecer resultados más
homogéneos y sostenibles. Es decir, concibiendo la dimensión técnica como una plataforma
innovativa, a partir de la cual puede servirse a la sociedad, es factible y deseable que los
aspectos organizativos puedan abordarse y facilitarse en el marco de un sistema de ideas y
valores mayoritariamente aceptados en una comunidad.

Leigh Hafrey: Danza entre tecnología y cultura:

Una relación dialéctica entre estas dos actividades humanas que tienen como raíz común al
poder de la imaginación de las personas y las comunidades. La tecnología es producida, como
vimos, para resolver problemáticas y necesidades humanas, a partir de los códigos y prácticas
culturales de cada tiempo histórico. Pero también, son las creaciones tecnológicas, a partir de
la búsqueda incesante de la ciencia y la técnica, las que moldean la cultura de las sociedades
generando nuevas prácticas, visiones y anhelos.

Resistencia a la tecnología, progreso social y tecnología como medio para fines superiores

No han sido pocos los momentos en la historia de la humanidad y no serán los últimos, en los
que sectores sociales tomaron el camino de la resistencia y el activismo en contra de las
innovaciones tecnológicas por afectar prácticas, valores o beneficios, al menos a corto plazo,
de personas y organizaciones. Es emblemático el caso de los luditas, movimiento que a
principios del siglo 19 generó una reacción violenta contra las nuevas maquinarias en los
procesos agrícolas e industriales, especialmente contra la expansión de los telares mecánicos
que reemplazan el trabajo manual y artesanal, dominante hasta ese entonces. La convicción
que los unía era la creencia de que las máquinas degradaban el trabajo humano y, en gran
medida, lo hacían prescindible masivamente. La violencia que adoptaron como método generó
pánico en terratenientes y comerciantes de la Inglaterra de principios de siglo 19.
El 12 de abril de 1811, se produjo la primera destrucción de una instalación industrial, cuando
trescientos obreros atacaron la fábrica de hilados de William Cartwright en Nottinghamshire y
destruyeron sus telares a mazazos. La escalada posterior de este movimiento que
públicamente defendía precios justos, salarios adecuados y calidad del trabajo, generó mucho
temor y la consecuente decisión del gobierno inglés de combatirlos a través de fuerzas
militares y la introducción de la pena de muerte a los responsables de los ataques a las
máquinas y procesos industriales. En definitiva, el miedo y la incertidumbre a las nuevas
tecnologías, que requieren cambios de paradigmas y tareas, fue la razón de fondo que inspiró
a los famosos luditas y a muchos otros grupos sociales en adelante.

La confianza absoluta en la tecnología suele degenerar en posturas acríticas y en mecanismos


de autorregulación de sus progresos, lo que termina afectando la capacidad humana para
direccionar y moldear sus beneficios hacia el conjunto de la sociedad.

De hecho, suele olvidarse que el fundamento central de aquellos luditas que atacaban
instalaciones de maquinarias a comienzos de siglo 19 tenía que ver con el incremento de las
horas de trabajo de las personas estando encadenados a una máquina, lo que, según ellos,
afectaba la libertad y dignidad humana. Incluso, se recuerda que buena parte de los ataques
luditas eran direccionados a máquinas cuyos patrones producían objetos de mala calidad, a
precios bajos y malos salarios. Será una constante en la historia de la humanidad esta tensión
multifacética entre sociedad y tecnología, entre la concepción del “solucionismo tecnológico”
como dinámica imparable que suele erigirse en un fin en sí mismo y la concepción siempre
actualizada de que solo el bienestar de las personas puede y debe ser el fin de toda innovación
tecnológica.

Una buena manera de sintetizar esta conceptualización y evolución de la tecnología en la


tensión permanente con la humanidad es la siguiente tabla de grandes enfoques que la
tecnología ha ido desarrollando, que propone el historiador T. Hughes.

ARTEFACTUAL COGNITIVO SISTÉMICO


Definiciones Tecnologías son Tecnología es ciencia Tecnología es un
herramientas o aplicada sistema complejo
artefactos
Relación con la Determinismo Determinismo Tejido sin costuras.
sociedad tecnológico tecnológico producto Impulso tecnológico
de comunidades
científicas
Relación con la Artefactos Conocimiento Conocimientos
ciencia industriales. mediante reglas y científicos
leyes. heterogéneos.
Relación con la Difusión de la La invención y la I+D La innovación es
innovación innovación por las social y cultural.
máquinas.
Críticas Visión de túnel. Relación más amplia La dicotomía interior
Utilidad, neutralidad. con ciencia y y exterior.
tecnología.
Puede interpretarse claramente en el cuadro anterior el recorrido de la tecnología desde una
existencia más instrumental hacia una etapa más basada en el conocimiento científico y una
más actual de carácter sistémico, en la que emerge el concepto socio técnico como reflejo
exacto de esta multiplicidad de componentes, actores e impactos que entran en juego en todo
proceso tecnológico.

Son diversos y persistentes los focos de tensión que los desarrollos de las TICs generan en
sociedades y comunidades. Por ejemplo, para nombrar solo algunos de alto impacto: la
cuestión de la inclusión de conectividad y dispositivos a los colectivos más alejados o
vulnerables, el conflicto de pérdida de intimidad en redes sociales, desplazamiento de
industrias y empresas tradicionales superadas en costos y acceso por jugadores del dominio de
las tics y tensiones por sobrecarga de información que actualiza la necesidad de analistas y
curadores.

Por otro lado, es central la continua dialéctica entre TICs y prácticas culturales. Por ejemplo, si
tomamos el emergente cultural del aprendizaje a lo largo de la vida en un mundo con cambio
acelerado y múltiples disciplinas y necesidades, observamos cómo son las TICs las que
claramente pueden ofrecer nuevas oportunidades para que las personas puedan hacer
realidad el aprendizaje permanente. Y, al mismo tiempo, vemos cómo el avance de las TICs y
otras tecnologías asociadas abonan la velocidad del cambio haciendo cada vez más necesaria
la cultura del aprendizaje para toda la vida.

Paradigmas, evolución tecnológica y revoluciones industriales

Estructura de las revoluciones científicas

Thomas Kuhn, historiador y filósofo de origen estadounidense, consideró que era de vital
importancia dedicar tiempo al estudio histórico para entender la dinámica de esos periodos en
los que la producción científica genera grandes cambios en la organización social y económica,
así como también las ideas y concepciones subyacentes que acompañan dichos procesos que
habitualmente llamamos revoluciones.

En 1962, Kuhn publicó un libro de enorme trascendencia: “La estructura de las revoluciones
científicas”. Allí, el autor expone que la evolución de la ciencia (y, por ende, de gran parte de la
tecnología) no es el resultado de un recorrido uniforme y lineal basado en la pureza del
método científico. Más bien, retomando la idea de profunda tensión entre sociedad y
tecnología, se explica por saltos de cambios paradigmáticos, es decir por cambios en la manera
de pensar.

Cuando esos cambios en el sistema de ideas y pensamiento de una sociedad se consolidan y


adquieren plena vigencia, nuevas teorías se construyen y se moviliza la producción científica
que permite una sucesión de hallazgos y validaciones. Esto, a su vez, es lo que configura una
revolución científico tecnológico. En definitiva, es el mecanismo de aceptación y validación
social de un paquete de conocimiento nuevo lo que origina el vendaval de revolución científica
que cambia el curso de la historia. Específicamente, esos sistemas de ideas y pensamiento que
llamamos paradigmas, no se renuevan por imperio de la decisión de alguna autoridad o
fenómeno directo, sino que, según la teoría de Kuhn (1971), lo hacen a raíz de la existencia de
anomalías que no pueden resolverse satisfactoriamente con las teorías vigentes en un
momento de la historia, lo cual desata procesos de crisis que son la antesala a la creación de
nuevas teorías. En este marco, la transición entre viejas y nuevas teorías es el proceso en el
cual se incuban y producen las revoluciones científicas. No se produce una revolución científica
por la irrupción de algún invento o tecnología en particular, por más impactante que pueda
ser, sino más bien por un conjunto de proyectos y hallazgos que solo suceden cuando esta
comunidad de científicos y expertos deciden buscar nuevas soluciones fuera del paradigma de
pensamiento y acción existente en un momento determinado.

Esta dinámica de sustitución de paradigmas que Kuhn (1971) relata en su explicación de las
revoluciones científicas, se puede ver con mucha claridad en los procesos de las llamadas
revoluciones industriales o tecnológicas.

Primera revolución industrial

Una buena parte de la actividad humana tiene que ver históricamente con la necesidad de
energía para cumplir tareas y actividades. Durante siglos, el trayecto de los hombres estuvo
basado en una matriz energética tremenda e indigna: los esfuerzos físicos.

Energía condicionada por la disponibilidad de agua y vientos ponía un techo cada vez más
evidente al ímpetu y las necesidades humanas en materia de producción, crecimiento y
progreso. El paradigma entraba en crisis y las fuerzas científicas y emprendedoras comenzaban
a movilizarse con pasión para validar nuevas hipótesis, elaborar nuevo conocimiento y
materializar nuevos artefactos.

Es en las últimas décadas del siglo 18, específicamente desde 1760 cuando comienzan a
aparecer nuevas tecnologías que se convertirán en el epicentro de esta primera Revolución
Industrial propiamente dicha de la historia humana. Esos nuevos artefactos se tratan de la
máquina de hilar o el telar mecánico y la máquina de vapor, fundamentalmente. La liberación
que dichas tecnologías comenzaban a generar de las limitaciones del agua y el viento,
rápidamente expandieron la escala de las actividades económicas, a punto tal que podemos
afirmar que es con la irrupción de la máquina de vapor que se pudo dar forma a la empresa
industrial, verdadera novedad frente a los procesos y establecimientos artesanales que
caracterizaban la economía hasta entonces.

Este proceso, que más tarde fue denominado como Revolución Industrial , tuvo su epicentro
en Gran Bretaña, se extendió por lo menos hasta la década de 1830 y fue protagonizada por
una multiplicidad de actores abocados con entusiasmo e imaginación a diversas actividades
económicas, basados en el poder de las técnicas más que del conocimiento científico. De una
sociedad eminentemente agraria, pasamos a una industrial, organizada cada vez más en torno
al peso de los grandes establecimientos que comenzaban a producir bienes y servicios de
forma mecanizada. Ello generaba, cada vez más, cuotas crecientes de empleo. Técnicamente,
entonces, podemos situar en este proceso histórico al nacimiento de la fábrica moderna, a
partir de la organización del proceso productivo que la energía hidráulica y sus artefactos
asociados, comenzaban a permitir. La maquinaria tecnológica será, cada vez más a partir de
este momento, fuente de realizaciones para el bienestar y, al mismo tiempo, de
preocupaciones para la autonomía de las personas y comunidades.
Segunda revolución industrial

Los enormes avances en generar energía y comunicaciones logradas en esa primera Revolución
Industrial debían necesariamente desencadenar una nueva oleada de conocimientos
científicos y tecnológicos necesarios para soportar el crecimiento de ciudades, actividades y
expectativas de personas y organizaciones.

Esta nueva oleada es lo que se conoce como Segunda Revolución Industrial, que puede leerse
como el gran triunfo de la energía eléctrica masiva para las actividades humanas, a través de
los avances en materia de electricidad y petróleo, va aproximadamente desde el año 1870 al
1914. Los motores eléctricos, la lámpara incandescente (Thomas Edison), el sistema trifásico y
la invención de la corriente alterna (creación de Nikola Tesla para superar las limitaciones de la
corriente continua de Edison) son símbolos de esta enorme evolución que encuentra una caja
de resonancia en la primera exposición internacional de electricidad realizada en París en
1881. El mundo ingresaba en una nueva era de dignidad humana y producción masiva por
imperio de la electricidad y la iluminación expandida. En las TICs a través de la invención y
desarrollo de teléfonos, radio, cine y la evolución del telégrafo (ya inalámbrico, capaz de unir
continentes), todos avances logrados en este periodo.

En paralelo, buena parte del esfuerzo expansivo de este periodo tiene que ver con el hallazgo,
extracción y uso más intensivo de un conjunto de materiales que resultaron fundamentales
para el desarrollo científico tecnológico, como acero, zinc, aluminio, níquel y cobre
-especialmente el acero, cuya producción pudo comenzar a ser masiva y a costos accesibles-.
Asimismo, el material más utilizado en construcción de cualquier índole, como el hierro, sufrió
una mejora sustantiva al desarrollar técnicas que permitieron explotar su versión rica en
fósforo, con propiedades que lo harían más y mejor utilizable para proyectos que fueron los
responsables del enorme progreso de la arquitectura (Torre Eiffel en 1889, por ejemplo).
Adicionalmente, los avances en química resultan muy relevantes e introducen productos de
gran usabilidad como explosivos, fertilizantes, mejoras en el papel, materiales plásticos o
anilinas para coloración de productos. , Frederick Taylor, quien le puso marco a todo esto, a
través de su teoría científica del proceso de producción, con su estudio y diagrama de tiempos
y movimientos de las personas para la maximización de la eficiencia en procesos productivos.
El Taylorismo sería por décadas el principio imperante en el management industrial y general.
Y luego, complementado con los aportes del gran Henry Ford, mítico emprendedor de la
industria del automóvil, que daría forma concreta a la cadena de producción en serie, tan
responsable más tarde del crecimiento exponencial de productos de toda índole.

El seno de esta revolución en el que nace lo que podemos considerar como globalización
económica propiamente dicha, dado que, si bien siempre existió el comercio internacional, es
en este proceso en el que adquiere la escala, magnitud y diversidad que permite considerarlo
como uno de los motores del vínculo y progreso de las sociedades, gracias a los nuevos y más
accesibles medios de transporte, producción y comunicación.

También, y quizás como la otra cara de la moneda, es en este momento histórico en el que el
surgimiento de una clase obrera conocida como proletariado se conforma, a partir de la
disminución de actividades agrarias o artesanales. La dinámica de esta revolución productiva
llevó al exceso de horas de trabajo bajo condiciones insalubres y la consecuente carrera por la
dignificación de los trabajadores, de la mano de la sindicalización y reglamentación de
relaciones laborales. Hito de esta secuencia es la famosa protesta de obreros en USA que
desencadenó en el fenómeno de los mártires de Chicago el 1 de mayo de 1886, origen del Día
Mundial del Trabajador.

Siemens: 1866, pone en valor el avance de conocimiento eléctrico con un generador.

 1879 – ferrocarril eléctrico


 1880 – ascensor eléctrico
 1881 – tranvía
 1882 – alumbrado eléctrico en berlín
 1896 – metro en Europa

Tercera revolución industrial

El siglo 20 comenzó bajo una dinámica de innovación y progreso muy marcada. La combinación
de nuevos conocimientos y tecnologías propias de la segunda Revolución estaban en plena
maduración, con nuevas regiones del mundo cada vez más integradas a las corrientes de
creación de valor y comercio internacional y una constante proliferación de nuevos
establecimientos industriales bajo el mantra de la fabricación seriada y masiva.

De esta forma, llegaron la Primera Guerra Mundial, la crisis económica mundial del 1929, la
terrible Segunda Guerra Mundial bajo la emergencia del nazismo. Es a partir de los años 50, en
pleno proceso de recuperación mundial posguerra, que comienza a organizarse la confluencia
de avances científicos y tecnológicos que darán origen a lo que se conoce como la tercera de
las revoluciones industriales.

Esta revolución industrial de la segunda mitad del siglo 20 es la que puede considerarse como
la Revolución científico tecnológica propiamente dicha, dado que la fusión entre líneas y
exploraciones propias del campo de la ciencia y el diseño y creación de artefactos y sistemas
tecnológicos nunca había sido tan estrecha ni multifacética como en esta ocasión.

En este marco, es la renovada convergencia entre microelectrónica, informática y


telecomunicaciones la que conforma el epicentro de esta nueva revolución, configurando un
verdadero sistema teleinformático basado en el avance de la ciencia aplicada, la biotecnología,
la ciencia de materiales, las energías alternativas o de fuente renovable, la industria espacial, la
medicina y la robótica.

Es la época de la evolución de la ciencia aislada y fragmentada hacia la ciencia basada en


equipos, áreas de I+D (Investigación y Desarrollo) desde universidades y corporaciones y
participación activa del Estado para impulsar y financiar proyectos científicos, todo en el marco
de una conflagración mundial entre sistemas opuestos que intentaban sacarse ventajas en
materia de conocimientos y tecnologías aplicando principios y metodologías opuestas
(capitalismo versus comunismo). Es el ordenador o computadora el artefacto sobresaliente
que empieza a emerger en primeras versiones en este proceso de cambio tecnológico. Por
primera vez, la humanidad entró en el terreno de fabricar un portador tecnológico de
información interactiva. Hasta este momento, aplicar información almacenada para responder
preguntas y resolver problemas, era una capacidad propia del monopolio cognitivo humano.
Entre 1941 y 1954, diversos proyectos experimentales en USA, Inglaterra y Alemania
desarrollaron las primeras versiones de ordenadores, con un tremendo consumo energético y
un enorme tamaño de los artefactos. En 1954, la empresa IBM logra presentar el primer
ordenador orientado a usuarios.

Constituyen hitos fundamentales la llegada de la llamada tercera generación de computadoras


con la IBM 360 que por primera vez utiliza circuitos integrados para su funcionamiento en
1964, la creación del primer computador personal comercializado a gran escala que fue el
Apple II de la mítica compañía de Steve Jobs en 1977, rápidamente copiada y mejorada por
IBM con su primera PC en 1981. Todo este despliegue de avances científicos y tecnológicos en
múltiples dimensiones, pero fundamentalmente orientados a la informática y las
telecomunicaciones fue configurando una arquitectura de organización y funcionamiento de la
sociedad que fue haciéndose conocida bajo la denominación “sociedad del conocimiento” o
“sociedad de la información”. La carrera por vencer limitaciones para generar y distribuir
conocimiento e información que nos acompaña desde los orígenes, encuentra en este periodo
un enorme propulsor, a partir de la capacidad de sistematización y procesamiento de
contenidos por parte de las computadoras cada vez más potentes y accesibles.

Pero será sobre todo la aparición de Internet el eslabón que consolide este proceso y lleve a
esta sociedad del conocimiento e información a su máxima expresión. Imprenta, telégrafos,
teléfonos, radio, televisión, satélites y todas las tecnologías que se fueron desarrollando para
facilitar nuestras comunicaciones e interacciones, esperaban por algo de capacidad ubicua,
transparente y descentralizada, como la tecnología de Internet. Nuevamente la ciencia, a
través de varios expertos del MIT y de una Agencia Gubernamental del área de Defensa de
USA (DARPA), fueron quienes comenzaron a producir conocimiento vinculado a redes de
computadoras y protocolos de información vía paquetes transmisibles. Y es en 1969,
justamente el año en el que el Hombre llega a la Luna, que a través del Plan Arpanet,
financiado por dicha Agencia pública, se logran conectar varios nodos informatizados para
enviar y recibir información en red.

A partir de semejante hito, se desata una persistente secuencia de avances para llegar a la
Internet que hoy conocemos: elaboración de protocolos para extender esa vía de
comunicación (TCP-IP), desarrollo de la metodología del correo electrónico (en 1972 se envía
el primer e-mail), desarrollo de la red de arquitectura abierta (base técnica de Internet como
red de redes), sistema operativo Unix, etc. Para 1985, Arpanet ya era una red de comunicación
e intercambio entre expertos del mundo de la ciencia, la academia y el Gobierno. Se crean
organismos para la gobernanza inicial de este sistema de carácter abierto y expansivo que se
estaba configurando. Finalmente, llegó la World Wide Web (WWW) como la plataforma para
poder mostrar en pantallas los contenidos en red y un nuevo protocolo para hacerlo viable a
través del concepto del “Hipertexto” (http). Así, es en 1991 cuando Internet se convierte en el
medio abierto a la comunidad y en 1993 con el primer programa de software (navegador) para
hacer fácil su uso (Mosaic), la evolución fue imparable y exponencial.

En esta nueva era signada por la computación, Siemens intentó ingresar en el negocio de los
semiconductores, fundamentales para el éxito de la informática a partir de las propiedades del
silicio. Pero la dinámica exponencial de ese negocio y la potencia de los competidores que lo
dominaban, le impidieron dar pasos sólidos y exitosos en el segmento. Es así como en 1958
nace Simatic, que puede considerarse una de las primeras tecnologías en gestionar la lógica de
conexión y almacenamiento de información entre dispositivos de un proceso industrial.
Simatic es el verdadero antecedente de la “fábrica digital” que será el corazón de la cuarta
Revolución Industrial. Le permitió a la compañía dar un paso adelante en su misión de resolver
problemas reales a través de la tecnología.

Cuarta revolución industrial y tecnológica

El génesis de la Cuarta Revolución

El llamado mundo de la digitalización ensanchó la instancia de lo posible y un nuevo paradigma


de singularidad y tecnologías inteligentes fue cobrando forma a la luz de las nuevas
necesidades de producir y vender en un mundo de creciente velocidad y globalización.

Según Schwab (2016), esta revolución adquiere una naturaleza distinta a las anteriores,
básicamente por las siguientes razones:

Velocidad Amplitud y profundidad Impacto en sistemas


Terreno de la velocidad Múltiples tecnologías están Todos los sistemas políticos,
exponencial, lo demás fue en desarrollo e integración. sociales, empresariales,
lineal, la tecnología que ya Es un cóctel mucho más educativos, sanitarios, etc.,
disponemos tiene la diverso que en épocas están siendo desafiados por
capacidad de generar nuevas anteriores, con múltiples este nuevo paradigma
tecnologías de forma fluida y variantes y ramificaciones, tecnológico, haciendo de la
en múltiples dimensiones. están poniendo en jaque “transformación digital” uno
Todo ello configura un ritmo nuestra identidad como seres de los conceptos más
de avance y cambio nunca humanos y revitalizando la utilizados y discutidos de
visto. reflexión filosófica de nuestro tiempo.
quiénes somos y cuáles son
nuestros propósitos en la
vida terrenal.

Impulsores y tecnologías de la Cuarta Revolución

Siguiendo a Klaus Schwab (2016), hay tres grandes grupos de impulsores del creciente
conjunto de tecnologías que se desarrollan, interrelacionan e integran en el marco de esta
revolución industrial:

Físicos Digitales Biológicas


Vehículos autónomos: autos, Internet de las cosas (IoT): Genética: Con estos
camiones, drones, aviones y consistente en la tecnología conocimientos y la potencia
barcos tienen la posibilidad de sensores para que de cómputo que las
cada vez más concreta de ser cualquier artefacto pueda computadoras permiten, ya
conducidos a través de estar conectado a Internet. es posible generar
sistemas tecnológicos Sensores pequeños, tratamientos particulares
inteligentes. accesibles e inteligentes para variaciones genéticas
están siendo cada vez más y específicas.
mejor instalados en hogares,
ropa, accesorios, ciudades,
transportes, redes de
energía, procesos de
fabricación en general.
Fabricación 3D: Ya se utiliza Blockchain: conocido a Biología sintética: tecnologías
en distintos sectores y menudo como un libro de en experimentación permiten
aplicaciones (automotriz, contabilidad distribuido, es ya pronosticar la
aeroespacial, médica, etc.) y una tecnología de amplia personalización de
tiene la capacidad de poder aplicación a distintas organismos mediante la
recibir personalizaciones de necesidades que configuración de su ADN.
forma sencilla. Las básicamente opera como un
limitaciones de tamaño de protocolo seguro por el cual
los impresores, costos una red de ordenadores
asociados y velocidad de verifica colectivamente una
impresión (como siempre en transacción antes de que
las nuevas tecnologías) se pueda ser registrada y
van venciendo aprobada. Bitcoin, son sus
sostenidamente y hacen aplicaciones más expandidas
prever la futura impresión de por el momento.
objetos más complejos, como
circuitos y órganos humanos.
Robótica avanzada: Son Plataformas de economía Neurociencias: las
dispositivos cada vez más bajo demanda: tecnologías tecnologías para conocer,
adaptables y flexibles, y para uso fundamentalmente interactuar, reparar y emular
permiten tener acceso a mobile que permiten lograr el cerebro humano no paran
información de forma remota arbitrajes más eficientes de crecer, a partir de
en la nube, aprender con el entre ofertas y demandas de constantes hallazgos que
uso y conectarse en red con cualquier tipo de mercados. antes eran solo suposiciones
otros robots. Estos dispositivos, como y modelos teóricos, y ahora
Uber, Airbnb, Taskrabitt u pueden corroborarse a partir
otros eliminan fricciones para de las mejoras en las
que la demanda de bienes y tecnologías para observar el
servicios pueda acceder funcionamiento cerebral.
rápidamente a mejores
condiciones de oferta
adaptada a sus necesidades y
los prestadores puedan
ejecutar con costos
decrecientes y unidades
descentralizadas.
Nuevos materiales: hay una
especial revolución en este
campo, generando
materiales más ligeros,
sólidos, adaptables y
reciclables.

Inteligencia artificial y machine learning:

Por la famosa IA se entiende a la ciencia y tecnología que se propone resolver problemáticas


emulando capacidades cognitivas humanas. Si le sumamos el componente de machine
learning, se completa el potencial enorme de la IA, dado que los modelos de datos con sus
respectivos algoritmos tienen capacidad de aprender de forma automática, a partir de sus
interacciones con la realidad, haciendo cada vez más precisos sus resultados y previsiones.

Realidad aumentada y virtual:

Por su parte, la tecnología de realidad aumentada cobra valor de forma creciente porque es a
partir de nuestras realidades físicas en las que la tecnología puede agregar capas de
información y contenido virtual que la enriquecen y complementan a través de pantallas y
artefactos especializados cada día más accesibles.

Computación cuántica:

Es a través de este tipo de computación que podrán realizarse cálculos y procesos


inimaginables hoy y capaces de ser usados para resolver problemáticas de escala global, como
el combate al cambio climático, la ampliación de la duración de las baterías o el diseño de
materiales más eficientes en el consumo de energías.

Nuevas energías, ampliación de capacidad de almacenamiento-transmisión:

En esta cuarta revolución industrial, los avances en materia de energías alternativas, como
solar, eólica, bioenergía, etc., son enormes y están configurando un nuevo estándar en el que
familias e industrias pueden participar de una red de energía, consumiendo y aportando,
según las prioridades y capacidades de cada uno.

Cloud computing y Software as a Service con capacidad de integración:

Proveedores como Amazon, Google, Microsoft y otros alojan toda nuestra información y set de
sistemas que usamos para funcionar con costos decrecientes. De la mano de ello, los sistemas
se desarrollan con diversos lenguajes y tecnologías, pero con criterios estandarizados para que
cada usuario tenga libertad en integrarlos unos con otros, armando sistemas de tecnologías
diversas y en función de las necesidades de cada uno. Estamos hablando de las famosas APIs
(Aplication programming interfases), que se han convertido en un verdadero estándar del
desarrollo de software de buena calidad y fuente de expansión sin límites de la penetración de
aplicaciones de software para distintas necesidades.

Conectividad ubicua y tecnología 5G:

En esta cuarta revolución industrial, el protocolo 5G aparece como la realización del potencial
de máxima ubicuidad que Internet conlleva desde su nacimiento, incluyendo también a los
nuevos protagonistas de la red: los artefactos que todo el tiempo aportan información
conectados a través del IoT.

Tecnologías de movilidad:

Esta cuarta revolución también incluye nuevas tecnologías capaces de dar respuesta a estas
nuevas necesidades de trasladarse en ámbitos urbanos, trascendiendo un legado de la
revolución anterior: el patrón autocentrista en la movilidad urbana.
El impacto de la Cuarta revolución en el mundo actual

1. Negocios

No hay sectores inmunes al cambio tecnológico y si bien hay muchas maneras y estilos de
incorporar tecnologías, no es una opción no hacerlo, si las empresas quieren seguir siendo
competitivas en los mercados. Y más aún, el verdadero incentivo es hacerlo repensando el
negocio en su integralidad, con foco en el valor agregado que es posible construir para los
clientes en el mercado de la sociedad digitalizada. Es decir, no se trata de comprar tecnología,
sino de diseñar cómo se transforman los procesos de negocios a partir de disponer de dichas
tecnologías. Mientras las empresas establecidas están embarcadas en los llamados procesos
de “transformación digital” e Industria 4.0, las nuevas empresas que nacen digitales tienen la
absoluta libertad y agilidad para diseñar sus operaciones de forma compatible con los
paradigmas y posibilidades de esta revolución. Pensemos en Uber, Airbnb, Apple, Facebook,
Tesla, Amazon, Mercado Libre, Zipcar y tantas otras compañías que nacieron en este tiempo y
pudieron organizar su arquitectura de negocios basados en la agilidad, la integración de los
sistemas, la extrema usabilidad para los clientes a través de artefactos móviles, la capacidad de
funcionar con menor dotación de activos pesados y más alianzas y redes y la omnicanalidad
para promocionar y vender sus productos y servicios a mercados globales. Claramente, en este
tipo de compañías (ya sean nativas o transformadas), la cuestión digital deja de ser un insumo
más de la cadena de valor para funcionar de forma eficiente y pasa a ser un componente
central del modelo de negocios y la propuesta de valor que una empresa define para
encontrarse con el mercado en estos nuevos tiempos.

2. Trabajo / empleos

Intentando ser ecuánimes, podemos decir que gran parte del impacto en este campo tendrá
que ver con la capacidad de gestión que cada sociedad tenga para reorganizar el mundo del
trabajo con semejante aportación de la tecnología, y de la eficacia con que cada una logre
afrontar la transición desde el paradigma anterior al actual. Suele suceder que la penetración
de los nuevos artefactos y sistemas avanzan a pasos firmes, mientras que la preparación de las
empresas y la gente para adoptarlos y apropiarse de ellos corre mucho más lentamente. Más
tecnología implica más necesidad de tareas humanas para trabajar con ellas, configurándolas,
programándolas, manteniéndolas, entrenándolas, aprovechándolas.

3. Política/ instituciones

Como tantas otras actividades humanas, la política en general y la democracia en particular


fueron organizadas para una sociedad industrial, propias de la segunda y hasta la tercera
revolución tecnológica. Pero ahora, con la velocidad de las comunicaciones, la conectividad
absoluta de la mayoría de los ciudadanos y las nuevas problemáticas de un mundo conectado
que requieren de entendimiento, regulación y resolución, la política está sometida en todas las
latitudes a nuevas presiones que la ponen en jaque. Básicamente, el impacto se traduce en la
agudización de las demandas ciudadanas, a partir de que las personas tienen mayor
información y son más conscientes de las desigualdades y las disponibilidades de bienes y
servicios en la economía a los que muchas veces se ven privados de acceder.
4. Cultura, forma de vida y educación:

En ese marco, nuestras actividades y vocaciones suelen ser más efímeras, invitadas al cambio
por la velocidad de las comunicaciones y la cantidad de innovaciones que aparecen frente a
nosotros. Y de la mano de ese cambio incesante, la educación deja de ser un proceso con
principio y fin estandarizado para todos, asumiendo la condición de actividad permanente, a lo
largo de la vida, como gran herramienta humana para seguir la velocidad de los cambios
incorporando las habilidades que se requieran en cada momento y hagan sentido con las
aspiraciones e inclinaciones de cada uno.

Inteligencia artificial y el futuro de la tecnología

Naturaleza y aplicaciones de la Inteligencia artificial

Como camino constante del desarrollo tecnológico emerge el fenómeno de la


“desmaterialización” o conversión de “átomos a bits” en múltiples campos. Todas las
situaciones de naturaleza física generan datos que pueden comenzar a ser debidamente
identificados, sistematizados, almacenados y utilizados.

Se considera que la IA es la nueva electricidad de la Humanidad en la Cuarta Revolución


Industrial. Por ello, la data del mundo, soportada en tecnología que permite entenderla y
usarla, se convierte en un nuevo tipo de electricidad de flujo continuo que facilita actividades,
resuelve problemas y genera retornos, como veremos en la presente lectura.

Pero para llegar a esta capacidad de gestionar los datos masivamente, la disciplina de la
inteligencia artificial viene transitando un largo camino. John McCarthy, un profesor de
matemáticas en el Dartmouth College de USA, tuvo la audacia de proponer que todos los
aspectos del aprendizaje o cualquier otra característica de la inteligencia podían describirse en
principio con tanta precisión como para diseñar máquinas capaces de simularlos. Ya estaba en
marcha el campo científico enfocado en detectar patrones y modalidades para emular la
inteligencia humana utilizando tecnologías.

Andrew Moore "La inteligencia artificial es la ciencia y la ingeniería para hacer que las
computadoras se comporten de una manera que, hasta hace poco, creíamos que era solo
posible para la inteligencia humana" (2017) .De allí su riqueza y constante evolución, pues se
trata nada más y nada menos de utilizar tecnologías para emular capacidades humanas, a
medida que la ciencia (especialmente las neurociencias) nos permite entender más y mejor
sobre el siempre enigmático campo de la inteligencia humana.

Suele interpretarse entonces a la IA como un sistema de máquinas de predicción en constante


evolución: todos los datos (por ejemplo del consumo de indumentaria deportiva de la
generación X) pueden ser reunidos y procesados en una tecnología (lago de datos o “ Data
Lake”) y un modelo matemático basado en hipótesis de comportamiento que se definen desde
la ciencia (ciencia de datos o data science), permite identificar relaciones y patrones que abren
posibilidades de predecir realidades y tomar decisiones en consecuencia (por ejemplo
promociones de determinados productos en momentos específicos del año). Quizás lo más
disruptivo de esta tecnología es que no se trata solo de digitalizar los datos existentes en una
empresa u organización, sino ampliar el espectro de generación de datos a múltiples
situaciones en las que hasta ahora se perdían y que pueden ayudar a entender y predecir la
realidad.

Ejemplos de éxito

Automóviles sin conductor:

Los algoritmos de inteligencia artificial que expertos de distintas compañías embarcadas en


esta industria están desarrollando son uno de los componentes principales que permiten a los
autos autónomos dar sentido a su entorno , captando la información de las cámaras instaladas
alrededor del vehículo y detectando objetos como carreteras, señales de tránsito, otros
automóviles y personas. Google y Tesla son dos de las compañías que están haciendo punta en
el tema.

Asistentes virtuales:

La inteligencia artificial ayuda a los asistentes digitales a comprender diferentes matices en el


lenguaje hablado y sintetizar voces similares a las de los humanos. Con enormes bases de
información y la mejora con la experiencia de uso, se pronostica un futuro en el que los
asistentes virtuales serán nuestros compañeros más íntimos y estables para todo tipo de
consultas y asistencia. Por otra parte, gran parte de las empresas de servicios están
incorporando asistentes virtuales para eficientizar la interacción con clientes en la mayoría de
los casos que no requieren una intervención humana para manejar situaciones que
trascienden lo que los modelos de automatización han podido lograr hasta el momento

Traducción:

La traducción virtual ofrece cada vez más una solución ágil y accesible para todo tipo de
contenidos que necesitamos

Reconocimiento facial:

Pero la creciente disponibilidad de tecnología de reconocimiento facial también ha suscitado


preocupaciones con respecto a la privacidad, la seguridad y las libertades civiles,
especialmente en países no muy afines a las instituciones que respetan los derechos humanos.

Medicina:

La inteligencia artificial no reemplazará a su médico, pero podría ayudar a mejorar servicios de


salud, haciendo foco en áreas desfavorecidas, allí los asistentes de salud con tecnología de
inteligencia artificial pueden quitar parte de la carga de los escasos médicos generales que
tienen grandes poblaciones para atender.

Profundizando la IA a través del Machine Learning

Una buena clasificación es la que estipula que pueden utilizarse dispositivos de IA para:

SENTIR COMPRENDER ACTUAR


El procesamiento de audio y Los motores de A través de sistemas expertos
la visión por computadoras, procesamiento e inferencia y motores de inferencia, la IA
por ejemplo, les permiten a del lenguaje natural les puede actuar o desarrollar
las máquinas percibir permiten a los sistemas de IA acciones en el mundo físico.
activamente el mundo que analizar y entender la Por ejemplo, la conducción
las rodea adquiriendo y información recopilada. Por autónoma en vehículos.
procesando imágenes, sonido ejemplo, la traducción de
y voz. Por ejemplo, el idiomas en buscadores
reconocimiento facial en los online.
puestos de control
fronterizos.

Para desarrollar estas aptitudes de forma evolutiva, se requiere que la IA tenga capacidad de
aprender de la experiencia con el uso de los datos y de ir adaptando sus modelos y algoritmos,
en base a las evidencias que se van logrando en la realidad. Es aquí donde aparece un
concepto que lleva la IA a ese potencial superior: el aprendizaje automático o machine
learning.

Las máquinas ya no se limitan a procesar los datos en función de las reglas que el equipo
humano encargado definió previamente en el algoritmo original. Las máquinas ofrecen
modelos científicos que son entrenados con porciones de datos y, cuando están afinados con
lo que efectivamente sucede en la realidad, están en condiciones ya de ejecutar su propio
comportamiento a partir de las interacciones con la realidad. Es decir, un sistema de IA para el
proceso comercial de una empresa reúne todos los datos y prueba un modelo de reglas con
muestras de sus operaciones comerciales. Eso genera sucesivos aprendizajes que van afinando
el algoritmo hasta alcanzar una excelente capacidad de predicción.

Por otra parte, el aprendizaje profundo o Deep Learning es un subconjunto del aprendizaje
automático y se ha vuelto popular en el último tiempo. Representa grandes ventajas en el
procesamiento de datos no estructurados, como imágenes, video, audio y documentos de
texto. Los avances en el aprendizaje profundo han llevado a la IA a muchos dominios
complicados y críticos, como la medicina, los autos sin conductor y la educación.

En consecuencia, con Machine y Deep Learning, los modelos de IA se liberan de sus diseños
originales para adquirir nuevos formatos con el aprendizaje de la experiencia propia de
ponerlos en funcionamiento. Por ello, muchas veces a los mismos expertos que los crearon les
cuesta explicar las decisiones y el funcionamiento interno de un algoritmo, luego de que ha
pasado por varias ruedas de aprendizaje interactuando de forma automática con los datos
reales en cualquier campo. Esto es lo que motiva a muchos analistas o expertos a poner el foco
en alertas acerca de la evolución de sistemas de IA que aprenden solos y no parecen tener
límites.

Los riesgos de la IA y el futuro de la tecnología

En el océano de innovaciones que conlleva esta Cuarta revolución industrial, solemos perder
de vista el poder disruptivo que tiene alcanzar el estándar de que las máquinas puedan tener
autonomía para aprender solas. Lo que antes requería de imaginar todas las reglas posibles
para luego programar los sistemas, ahora requiere grandes volúmenes de datos, mucho uso y
las tecnologías de aprendizaje propias del machine learning para que las máquinas puedan
adaptar su comportamiento a las realidades y no dependan del poder de abstracción de
quienes las programan.

Siempre son el Management (capacidad de gestión) y la ética (valores y fines) los elementos
que podrán garantizar que esta edad aumentada en la que estamos y que cada día se
profundiza sea realmente un enorme salto adelante para la Humanidad toda. Podremos hacer
un mundo mejor solo gerenciando la tecnología, sabiendo que la necesitamos y que genera
beneficios, pero pensando que es nuestra responsabilidad, en el marco de las instituciones
nacionales y globales, establecer cuáles son sus límites y cuáles son las palancas para
suspenderla o apagarla si es necesario para preservar personas y sociedades. Y solo con la guía
de marcos o códigos éticos explícitos y debidamente acordados a nivel de empresas, países y
globalmente, podremos aspirar a que irradie en todos los espacios de desarrollo y gestión de la
tecnología un espíritu humanista que nos evite grandes problemas y conflictos con semejante
capital que hemos sido capaces de crear.

En la era de la IA, el debate sobre nuestros derechos y responsabilidades frente a este torrente
de nueva tecnología, se ha actualizado y requiere de abordajes más efectivos. Derechos bajo la
consigna de que siempre las máquinas trabajen para nuestro bienestar, a través de
regulaciones gubernamentales, acuerdos sociales y códigos de ética de las empresas
vinculadas a la tecnología. Responsabilidades para aceptar que la nueva era de
complementariedad entre máquinas avanzadas y personas solo será posible si expandimos las
competencias humanas vinculadas a la empatía y las habilidades blandas, la apropiación y uso
de las tecnologías y la asimilación con entusiasmo del espacio de creatividad e innovación que
tenemos delante de nosotros

Cynthia Breazeal, del laboratorio de medios del MIT, aporta un conjunto de principios que
podrían guiar la IA bajo un enfoque humanista:

 La IA debe estar para ayudar a la humanidad: incluso con máquinas cada vez más
autónomas, debemos respetar siempre la autonomía humana. Los robots y
dispositivos de automatización pueden tomar los trabajos más feos, sucios y peligrosos
que hace siglos hacen los humanos, pero siempre habilitando nuevas tareas humanas
en danza con las tecnologías.
 La IA debe ser transparente: las reglas que permiten que la IA funcionen deben ser
conocidas por todos los usuarios. Maquinas inteligentes, pero también inteligibles. La
tecnología sabrá mucho sobre nosotros y sugerirá cursos de acción a partir de nuestra
información. Nosotros debemos saber cómo operan para actuar y reclamar si alteran o
manipulan la realidad.
 La IA debe maximizar su eficacia sin destruir la dignidad de la gente: la diversidad
humana no debe verse afectada por la automatización y los sistemas inteligentes. La IA
debe protegernos contra sesgos y prejuicios humanos, nunca reproducirlos. Y las
empresas de tecnología, expertas en crear máquinas inteligentes, no deben erigirse en
dictadoras de valores y virtudes del futuro, como si fueran palabra santa.
 La IA debe estar diseñada para una privacidad inteligente: solo con el debido respeto y
resguardo de la información personal de las personas podremos edificar la confianza
generalizada para operar con estos sistemas inteligentes a gran escala.
 La IA debe contar con un medio algorítmico de rendición de cuentas: los seres
humanos, como ya dijimos, debemos conservar el poder de suspender o apagar los
sistemas inteligentes, si la evidencia demuestra que están infringiendo más daños que
beneficios.

MÓDULO 2

Creación de valor, mercados y capitalismo

Creación de valor

Suele reconocerse que cuando hay algún tipo de producción de bien o de servicio que alguien
quiere y necesita, siempre se produce creación de valor, siempre que una manifestación del
trabajo humano, soportado por capital y tecnologías, es aceptada y demandada por alguien
que lo ve útil y necesario, existe creación de valor.

Hay creación de valor cuando un proceso combina elementos y recursos, y los mismos logran
un resultado tangible (una bicicleta eléctrica, por ejemplo) o intangible (una nueva
metodología para formar personas para los nuevos trabajos basados en aplicación de
tecnologías, por ejemplo) que resuelve necesidades reales y no en ámbito de las
especulaciones y análisis abstractos.

Mariana Mazzucatom la creación de valor económico incluye

1. Como se producen los bienes y servicios (producción)


2. Como se comparten en la economía (distribución)
3. Que se hace con las ganancias que genera producción y venta (reinversión)

Al ser un flujo o un proceso, la creación de valor se diferencia de la riqueza, que es un stock, es


decir, una medida determinada de algo que se tiene y se acumula a nivel de personas,
organizaciones o países. Se puede tener un fuerte proceso de creación de valor y no plasmarse
en una riqueza sostenida (por ejemplo: derroche, fallos de comercialización, etc.); así como se
puede tener un bajo nivel de creación de valor y tener mucha riqueza acumulada (por ejemplo:
patrimonio, monopolios, etc.). Una de las principales cuestiones a las que se enfrenta la
cuestión del valor es cómo se cuantifica. En general, las sociedades han ido resolviendo que el
valor se traduce en precios que alguien define y alguien paga. El problema es que también se
crea mucho valor en cuestiones que muchos lo necesitan y requieren pero que por alguna
razón no se pagan (por ejemplo: ausencia de mercados, limitaciones de los ingresos, falta de
crédito, etc.). La producción de bienes y servicios de cualquier índole que no puede plasmarse
en precios de forma fluida y autónoma no significa que necesariamente estén fuera del ámbito
de la creación de valor, sino que quizás requieran no solo el mecanismo de los precios de
mercado sino también expresiones mixtas o innovadoras para su cuantificación. Es aquí
cuando aparece el Estado con sus mecanismos de regulación y las organizaciones sociales que
entregan valor a través de distintas maneras de financiarse y generar sus ingresos o cualquier
otro proceso de creación de valor familiar o personal que se hace vocacionalmente o no se
comercializa, pero siempre podrían o deberían poder cuantificarse (motivo de debate) y ser
recibidos y requeridos por aquellos que funcionan como destinatarios.
Desde la cuantificación de sus costes, pasando por el valor del trabajo aplicado a producir
(sueldos), las preferencias del consumidor (precios subjetivos), la escasez, las estructuras de
los mercados y la competencia, etc. Podemos resaltar, en este tema, que existe un campo de
alta propensión a la innovación e interpretación de los mercados: el arte y la ciencia de poner
precios es una excelente habilidad para capturar el valor real de las cosas y hacer funcionar la
dinámica la inversión y creación capitalista.

En definitiva, la creación de valor funciona dentro de la economía y ésta siempre funciona en


interacción y fricción con la sociedad y la política, en todo proceso de incentivos a la creación
de valor y medición del mismo hay consideraciones sociales y políticas que se reconocen o no
en el sistema de precios y si no son reconocidas quedan marginados al mercado o se evalúan
con otro método.

Dentro de la dinámica en la que se considera y desenvuelve la creación de valor en las


comunidades humanas, una buena parte del análisis se lo lleva la extracción de valor, que
siempre existe cuando el valor económico es capturado por personas u organizaciones en
forma de rentas y beneficios. En general, y salvo excepciones de sistemas o culturas, es válido
que cualquier actor vinculado a procesos de creación de valor pueda capitalizar los retornos
que los mismos pueden generar en forma de rentas particulares o grupales, más aún
considerando que de esas apropiaciones de rentas vienen los procesos de reinversión, los que
son vitales para la continuidad de la secuencia de creación de valor.

El problema emerge cuando en una economía son más fuertes los procesos de extracción de
valor que los de creación. O al menos cuando los primeros logran equiparar a los segundos.
Específicamente, el problema se enfoca en el sector financiero y la diversidad de instrumentos
que han creado para que las personas arriesguen y obtengan rentas, las finanzas a través de
los bancos y otros actores propios del sistema son puramente propios del segmento de la
extracción de valor y no del enorme esfuerzo por crearlo.

Las actividades de especulación financiera, que se fueron multiplicando en los últimos años a
raíz de la invención de nuevos instrumentos y derivados financieros, extraen valor a partir del
capital invertido y suelen generar desincentivos para la producción de bienes y servicios.

Mercados: el encuentro entre las ofertas y las demandas

Conceptualmente, todo mercado está destinado a resolver tres cuestiones básicas de la


actividad económica en cualquier rubro o industria:

- qué producir
- cómo producir
- para quien producir

Con mayor o menor regulación o intervención del Estado, los mercados siempre invitan a los
agentes económicos a participar con sus decisiones y estrategias con efecto de resolver estas
tres cuestiones mencionadas, con la natural inclinación de maximizar sus propios beneficios.

La economía suele denominarse como la ciencia de la escasez, es decir, la ciencia de la


asignación y la administración de los recursos siempre escasos para producir bienes y servicios.
Los mercados suelen ser considerados, como el mecanismo más eficiente y transparente para
la asignación de recursos de inversión y producción según las necesidades humanas.

Esta tendencia a bajar y eliminar fricciones responde a un ideal muy promovido en la teoría
económica como son los mercados perfectos en los que los precios de equilibrios surgen
claramente de la libre y fluida interacción entre oferentes y demandantes, es decir, la
influencia de alguno de los actores de estos mercados o bien de regulaciones y factores de otra
índole son mínimos y el equilibrio es naturalmente logrado: los oferentes producen las
cantidades demandadas y de allí surgen los precios sin mayor fricción.

En general, el número y el peso relativo (tamaño) de jugadores (oferentes y demandantes) es


lo que determina lo que llamamos ‘configuración de un mercado’, cuyas principales opciones
se reflejan en el siguiente cuadro:

En general, en nuestra vida cotidiana vemos mercados que oscilan entre los extremos del
monopolio y la competencia perfecta, dado que es muy difícil que estas configuraciones puras
se puedan dar en la realidad. La realidad de los mercados puede entonces leerse como un
continuo de opciones entre las formas más cercanas a configuraciones monopólicas y las más
alineadas con criterios de libre competencia

Segmentación, diversificación, expansión, desarrollo de nuevos mercados, etc. son todos


términos de permanente presencia en la deliberación y gestión de todo equipo de
Management de una organización; más aún en los tiempos de la cuarta revolución industrial
que, como vimos en el módulo anterior, supone una convergencia acelerada de nuevas
tecnologías transversales que impactan en todos los mercados y sectores de la economía.

A modo de ejemplo de esta constante de la presencia de la dimensión de mercados en el


mundo de la creación de valor y la economía en general es bueno citar la ya legendaria Matriz
BCG, desarrollada a fines de los años 60 por el Boston Consulting Group, propuso que la
calidad y potencial de un negocio específico (producto, servicio, unidad de negocios) está dada
por la posición o cuota relativa en ese mercado en el que una empresa logra tener y por el
nivel de crecimiento que muestra el mismo. Como se muestra en el gráfico a continuación,
hace más de 4 décadas, que sigue siendo una buena aproximación al análisis de negocios
basados en el mercado, se puede clasificarlos en:

vacas estrellas interrogantes perro


Cuando una empresa Negocios que reúnen Más cercanos a la Cuando se conjuga
tiene productos o el cruce ideal, una lógica baja tasa de
servicios que se alta cuota de emprendedora, en participación en
llevan una alta mercado en pleno los que se evidencia mercados que no
participación en un proceso de un mercado crecen. Son negocios
mercado crecimiento del creciente, pero con cuya supervivencia
determinado a pesar mismo. una acotada cuota de está amenazada o
de que el mismo no participación por bien responde a
crece a buen ritmo o parte de una criterios estratégicos
está relativamente empresa en el por parte de una
estancado. mismo. empresa.

El sistema capitalista: lógica, posibilidades y proyecciones

Los procesos de creación de valor y el funcionamiento de los mercados que hemos tratado
anteriormente, tan vitales para el funcionamiento de la economía, necesitan desenvolverse en
el marco de un sistema de reglas e incentivos aptos para ello. Este sistema se conoce como el
capitalismo, cuyos orígenes hay que buscarlos en Europa del Siglo XIII.

En síntesis, el capitalismo es un sistema de organización económica basado en amplios


márgenes de libertad de personas y organizaciones para crear, invertir, producir y
comercializar bienes y servicios. Es por definición el sistema de la libertad económica en acción
en el que la dinámica de oferta y demanda funciona sin una intervención centralizada por
parte del Gobierno (aunque sí con distintos niveles de regulación, según el caso en el que se
aplica) y en el que la propiedad privada de los factores de la producción (edificios, tierras,
máquinas, patentes, etc.) funciona como el motor de la capacidad para poner en marcha un
proceso productivo a partir de la asunción de riesgos que implica el evento empresarial.

Los años de rápida expansión del bienestar global después de la Segunda Guerra Mundial, la
caída del muro de Berlín en 1989 que puso fin al sistema comunista y la progresiva entrada de
China a la lógica de los mercados consolidada por su ingreso en la Organización Mundial de
Comercio (OMC) en 2001, constituyen hitos significativos de esta expansión capitalista a escala
mundial.

En la base de la lógica capitalista descansa la consideración de que la rueda de la economía


funciona a partir de los incentivos para crear e invertir por parte de quienes tienen propiedad y
acceso a los medios de producción; y que, al poner en marcha procesos de creación de valor
(productos y servicios), siempre se generan externalidades positivas para el resto de la
sociedad además de pagar salarios a los trabajadores, cumplir con los impuestos del Estado y
obtener beneficios en forma de rentabilidad para sus dueños. Esta es la “teoría del derrame”
en base a la cual esas externalidades o impactos positivos en la sociedad de la libertad
económica se traducen en empleos indirectos, nuevos conocimientos e innovaciones que
resuelven problemas, ascenso social de muchos sectores y elevación de calidad de vida de la
población en general.
Ray Dalio, fundador de uno de los Fondos de Cobertura más grandes del mundo llamado
Bridgewater Associates y autor del reciente libro titulado “Principios” (2018), el capitalismo es
el mejor sistema para fomentar la creación de riqueza, pero tiene limitaciones a la hora de
generar distribución y equidad entre las personas.

Pues bien, ¿de qué se trata este extremo al que Dalio hace referencia? Básicamente, al
componente rentista del capitalismo que tiene que ver con la multiplicación del dinero a través
de la sofisticación de los instrumentos financieros y que genera enormes movimientos de
capital en beneficio de quienes pueden y saben aprovecharlo en desmedro de mayorías
excluidas de dichos procesos. Todo ello quedó especialmente de manifiesto en la última crisis
financiera mundial del año 2008 a partir del crack del mercado de hipotecas norteamericano y
la caída de la mítica entidad Lehman Brothers.

Los mecanismos para producir más dinero a partir de grandes sumas existentes que, en lugar
de estar invertidas en procesos de creación de valor, están puestas en derivados financieros
para luego extraer el valor y acumular rentas, pueden socavar las bases mismas del capitalismo
que hemos visto anteriormente. Por ello, el mundo debate hoy cómo introducir mejoras al
capitalismo, poner el foco en su versión más progresista y regular de maneras nuevas su
arrolladora fuerza rentista que tiene ya dimensiones globales (paraísos fiscales, flujos de
dinero e inversiones, etc.)

En este fallo se esconde el origen del problema de las nuevas desigualdades que veremos más
adelante pero que, como dice Muhammad Yunus, creador del Grameen Bank y los
microcréditos: el dinero termina fluyendo hacia quien más lo tiene y no a quien más lo
necesita y premiando más a los capturadores de rentas que a los creadores de riquezas.
Generar correctivos en este proceso sin afectar el espíritu de inversión y meritocracia que
supone el capitalismo, es el gran desafío del momento y el centro de un verdadero
movimiento global de transformación y mejora del capitalismo en plena vigencia actualmente.

Destrucción creativa, economía emprendedora y startups

La dinámica de la destrucción creativa

Fue originalmente introducida por el sociólogo Werner Sombart, pero Schumpeter fue quien
fortaleció y popularizó el concepto en su legendario libro “Capitalismo, Socialismo y
Democracia” de 1942. En una economía de mercado, según el autor, es natural que algunas
empresas o negocios ingresen en zona de quiebra al no poder responder de forma eficiente a
los cambios en las demandas y los mercados. Justamente, en esas asimetrías de mercado es en
las que aparecen las oportunidades para el diseño de nuevas soluciones, productos y servicios.

Es muy difícil que una empresa con operaciones y procesos organizados pueda reconvertirse
para capturar rápidamente las nuevas oportunidades. Por ello, es natural aceptar e incluso es
necesario promover el proceso por el cual nuevas empresas capturan los recursos o factores
de producción liberados por las que cierran para poner en marcha nuevos negocios en
condiciones de acertar en las cambiantes aguas de los mercados y generar ganancias a sus
protagonistas. Por ello, Schumpeter (1942) consideró a la destrucción creativa como la esencia
misma del sistema capitalista.
Hay en el análisis del autor un trasfondo vinculado a los ciclos económicos de las economías de
mercado: en los momentos de expansión y alto consumo, las empresas existentes suelen
atravesar procesos de distensión que se traducen habitualmente en menores eficiencias de
producción y distribución. En otros términos, las empresas suelen engordar sus operaciones,
gastar de más y reducir la tensión que supone la productividad y los resultados. Cuando el ciclo
cambia y llegan los eventos de recesión, muchas empresas no pueden acomodar sus
operaciones, se endeudan, pierden la conexión con el mercado y cierran. Siempre aparecen
nuevos emprendimientos y negocios que interpretan con energía y eficacia las demandas del
mercado y pueden iniciar el ciclo virtuoso de satisfacerlas. Así funciona la destrucción creativa
schumpeteriana.

Eran cinco los factores que podrían desencadenar la destrucción creativa:

1. introducción de nuevo bien/producto


2. introducción de nuevo método de prod/distr. De bienes existentes
3. apertura de nuevos mercados
4. conquista de nuevas fuente de materia prima
5. creación de nuevo monopolio o destrucción de uno existente

Mientras algunas compañías y modelos de negocios van perdiendo ventas y rentabilidad, otras
comienzan a explorar con innovaciones que van consiguiendo los primeros clientes (early
adopters) hasta poder organizarse como empresas y entrar en un espiral de crecimiento que, a
veces, puede adquirir un nivel exponencial.

1997 Clayton Christensen lanzó su libro “El Dilema del Innovador” , las empresas establecidas,
más allá de los ciclos de la economía, siempre tienen una dificultad mayor para emprender las
innovaciones que el mercado demanda frente a la capacidad audaz y disruptiva de las
compañías más pequeñas y de reciente creación, cuando estas empresas logran producir
disrupciones en un mercado (cambios radicales), sucede el dilema del innovador: la empresa
establecida que se ve amenazada de repente se plantea si lo conveniente es resistir, proteger y
reforzar sus productos y servicios o lanzarse a construir lo nuevo y riesgoso con todas sus
energías y recursos.

El momento adecuado para romper un modelo de negocios que ya dio sus máximos beneficios
y lanzarse a crear el nuevo, que deberá pasar por etapas de alto riesgo, es la clave que el
management tradicional no suele ser capaz de resolver exitosamente.

La economía emprendedora y el fenómeno de los emprendedores

El término emprendedor viene del francés entrepreneur y fue utilizado por primera vez por el
economista francés Richard Cantillon en 1775 para definir a esas personas que desarrollaban o
compraban artesanalmente algún producto para luego venderlo a precios mayores. Otro
francés, Jean–Baptiste Say, elevó un poco la calificación de entrepreneurs a inicios del siglo XIX
al definirlos como esas personas que son capaces de desplazar recursos de actividades con
baja actividad a otras que prometen mayores oportunidades de productividad y rentabilidad,
es decir, el emprendedor deja de ser solo un comerciante con habilidades para ser un
visionario que desarrolla actividades con mejores proyecciones.
Peter Drucker vinculó el concepto del emprendedor a la condición de que exista innovación, es
decir, sería emprendedor aquel que pone en marcha un nuevo negocio que pueda demostrar
hacer algo distinto a lo establecido, a lo que las actuales empresas ya ofrecen en un sector
determinado.

Hay evento emprendedor cada vez que se produce ese encaje entre problema (o necesidad)
de alguien y la solución que se crea para capturar dicha oportunidad. No hay propuesta de
solución (producto o servicio) sin capacidad de identificar e interpretar un problema que
alguien necesita resolver pagando, Y no hay necesidades o problemas que no puedan ser
cubiertas con alguna creación de producto o servicio que emprendedores y sus equipos son
capaces de crear

Jeffrey Timmons (2007). Según este modelo, el emprendedor es alguien que logra resolver con
éxito tres grandes cuestiones que, combinadas, conforman un nuevo emprendimiento:

OPORTUNIDAD RECURSOS EQUIPO


Hay oportunidad cuando se Siempre son variados y en El equipo, aún en la versión
logra visualizar un colectivo calidades y cantidades reducida que suele haber al
de personas u organizaciones diferentes según cada comienzo de todo proyecto,
que necesitan resolver un proyecto, pero en general es determinante. ¿Qué
problema o necesidad. Esto hablamos de dinero para perfiles son estratégicos para
no puede ser un invento o inversión inicial (capital), un proyecto?, ¿son factibles
imaginación del tecnologías, oficinas e de ser conseguidos en el
emprendedor sino algo instalaciones, tiempo para mercado?, ¿cómo se
concreto y real que pueda ejecutar y probar, contactos organizaría un grupo para
fundamentarse con y vinculaciones, datos y funcionar como equipo?
evidencias concretas conocimiento, etc.

En general, entonces, los emprendedores son personas comunes con alto estándar de
sensibilidad para percibir esas problemáticas basadas en necesidades de las personas y las
convierten en oportunidades al reunir recursos y, especialmente, un equipo que permita poner
en marcha un intento viable de solución

La puesta en marcha de un emprendimiento suele darse en etapas, a través de lo que se


conoce como ‘proceso emprendedor’

GESTACION PUESTA EN MARCHA DESARROLLO INICIAL


Cuando un emprendedor se Cuando se arranca con la Producidas las primeras
motiva y decide a intentar ejecución de las primeras versiones del producto o
resolver un problema, versiones de un proyecto, a servicio, se deben definir las
adquiere habilidades para partir de reunir los primeros mejoras y cambios y se
ello y comienza a diseñar los recursos y definir un primer comienza a gestionar un
pasos para hacerlo viable. modelo de negocios y plan de negocio que va camino a
ejecución. convertirse en una empresa
formalmente constituida.

Antes de 2009 los emprendedores usaban matrices del management tradicional de empresas
ya establecidas, en ese año Alex Osterwalder creó el Business Models Canvas, una herramienta
visual e interactiva que permite hacer más accesible, grupal y evolutivo el proceso de diseñar y
poner en marcha un nuevo negocio o proyecto: consta de 9 variables:

1. socios clave
2. actividades
3. propuesta de valor
4. relación con clientes
5. segmentos de clientes
6. recursos clave
7. canales
8. estructura de costos
9. fuentes de ingreso

La metodología probada para crear y desarrollar startups

En 2011 Eric Ries con el famoso método denominado “Lean Startup” pudimos tener, por
primera vez, un abordaje sistemático y metódico para que el proceso de poner en marcha un
negocio comenzara a estar más basado en la evidencia que en la intuición, lo que baja
enormemente los riesgos de muerte progresiva de un nuevo negocio. Eric Ries puso en claro
que una startup es una organización diseñada para crear nuevos productos y servicios bajo
condiciones de extrema incertidumbre y, una vez que los crea y los valida en el mercado, pasa
a ser una empresa. Fue categórico en afirmar que el emprendimiento requiere un tipo de
management especialmente pensado para el proceso de creación de un nuevo negocio; y la
metodología Lean Startup fue la solución. Son 5 principios:

1. Los emprendedores están en todas partes:


Siempre que se está creando un producto o servicio nuevo en condiciones de
incertidumbre, ya sea de cero o dentro de una empresa existente, estamos en
presencia de actividad emprendedora.
2. El espíritu emprendedor es management:
Como hay equipo, siempre debe haber una organización, aunque pequeña parte al
inicio se vea involucrada en el proceso emprendedor. Esa organización requiere un
tipo de gestión distinta al que aplican las organizaciones que ya nacieron.
3. El aprendizaje validado:
Las nuevas empresas existen para crear negocios lo más sostenibles en el tiempo que
se pueda. Por eso, es vital que los emprendedores puedan ser rigurosos en validar las
hipótesis que están al inicio de sus ideas y en base a las respuestas tempranas del
mercado, construir conocimiento validado.
4. El ciclo de crear, medir y aprender:
Se trata de convertir ideas en productos o servicios (prototipos), medir cómo
responden los primeros consumidores que logramos contactar y aprender rápido
cuándo debemos cambiar (pivotar) o bien perseverar en lo que estamos creando. Este
circuito de feedback fluido y pertinente que una startup logra con el mercado es el
secreto de su éxito.
5. La contabilidad de innovación:
Es necesario un conjunto de datos vinculados al avance y el progreso de un nuevo
negocio que se plasman en este concepto de contabilidad creativa. Acá especialmente
es cuando emerge lo que se considera la ‘principal unidad de medida’ en una startup:
el aprendizaje validado que logra tener al llevar sus creaciones al contacto con el
mercado y sacar conclusiones de ello.

Se trata del concepto de Producto Mínimo Viable (MPV), a partir del cual el proceso de
validación y encaje con el mercado puede suceder de la manera ágil y económica que supone
el Lean Startup. Eric Ries logra con este concepto una clara evolución de lo que habitualmente
se conocía como “prototipo”, es decir, una representación temprana del aspecto que tendrá
una oferta. ¿Qué es entonces un MPV? Se trata de “aquella versión del producto que permite
dar una vuelta entera al circuito de crear, medir y aprender con un mínimo de esfuerzo y el
mínimo tiempo de desarrollo”

Cualquier mecanismo temprano que refleje las características del producto o servicio
imaginado de manera fidedigna, aunque precaria aún, con el menor costo posible reúne las
condiciones para ser un MPV y habilitar el circuito de aprendizaje que requiere una startup. De
la mano de este concepto tenemos al “pivote”, que simboliza el cambio que se decide hacer
cuando se advierte que el producto o servicio, ya probado a través de un MPV, no se adapta
bien a las necesidades del consumidor según el aprendizaje validado en el mercado por el
equipo emprendedor. Así, pivotar es lo contrario a perseverar y es el símbolo de la dinámica de
una startup como organización temporal y flexible que busca acertar en el mercado.

La economía digital y su impacto

La era del acceso y la economía del Long Tail

Chris Anderson, encontró un término para reflejar la economía digital que se estaba
configurando a partir de la expansión de internet y la rápida proliferación de novedades
tecnológicas complementarias. Ese término fue “Long Tail” básicamente representa una
economía en la que comienza a ser más factible que negocios destinados a nichos específicos
de mercado puedan florecer y ser rentables globalmente. Gracias a Internet y las tecnologías
complementarias, los mercados son composiciones de miles de nichos pequeños pero con
capacidad de convertirse en globales.

Si bien esta economía del Long Tail simboliza en gran medida la proliferación de productos y
servicios digitales puros, es decir, en bits y no en átomos no tiene aplicación exclusiva para
ellos. En empresas con productos o servicios que aún siguen siendo físicos, basados en
átomos, la digitalización en red ha favorecido una fuerte reducción de costes y ha expandido
las posibilidades de promoción y distribución de manera tal que también gozan de la llegada
rentable a nichos del mercado dispersos por el mundo.

Un elemento de presencia transversal en todo este proceso de construcción de la economía


digital es lo que se conoce como la creciente disminución de los costos marginales. En las
distintas industrias y actividades, gracias a la potencia de las nuevas tecnologías
interconectadas, producir unidades adicionales de bienes o servicios es cada vez más barato. A
priori y en términos generales, esto es positivo para las sociedades porque costes más bajos
siempre pueden traducirse en precios más accesibles que favorezcan el acceso al consumo de
los sectores con menos recursos. Pero no debemos olvidar que la rueda de la economía
funciona especialmente debido a que el valor que somos capaces de crear se traduce en
precios que los mercados pagan y ello es lo que permite generar empleos, contratar
proveedores, pagar impuestos y lograr beneficios.

Datos, plataformas y el ganador que se lleva todo

Es a partir de la correcta definición, recolección, almacenamiento y relacionamiento de datos


que podemos poner en marcha algoritmos matemáticos y modelos predictivos que nos
permitan entender mejor las realidades complejas y tomar decisiones de valor.

Es en esta economía digital que los datos adquieren la categoría de capital fundamental de los
procesos productivos y de servicios. Cualquier empresa u organización puede y debe tener una
estrategia de datos para competir y subsistir en la economía digital. Todos los puntos de
contacto con prospectos y clientes tienen el potencial de generar datos que debidamente
definidos, almacenados y relacionados son cada día más determinantes para la capacidad de
acertar con las propuestas de valor que se diseñan con destino a distintos segmentos de
mercado.

Dos grandes problemas se abren bajo este paradigma de los datos. En primer lugar, la cuestión
de la privacidad: el mundo discute hoy cuál es el límite que la capacidad de generar y capturar
datos puede y debe tener para no eliminar la privacidad de las personas.

Por otro lado, la cuestión de la propiedad de los datos: Las empresas y las redes sociales toman
la información que les damos y construyen planes y modelos de negocios capaces de
usufructuarlos, es decir, de convertirlos en renta a partir de los productos y servicios que
comercializan basados en los datos que los usuarios aportamos sin cargo. Actualmente existen
propuestas de políticas y regulaciones para entregar a los usuarios el poder de sus datos y
recibir pagos o dividendos por los mismos, lo cual genera airados debates y fuertes dificultades
de instrumentación.

En este contexto, lo más preocupante tiene que ver con una derivación de la extrema
capacidad de manejar datos de millones de personas por parte de algunas grandes empresas
propias de la economía digital y que llegan a socavar las bases mismas de la economía del Long
Tail (democratización y diversidad). El símbolo de esta problemática está reflejado en las siglas
GAFA, que hacen alusión a las cuatro grandes corporaciones que lideran la avanzada era de la
digitalización, que son Google, Amazon, Facebook y Apple.

Un negocio de plataformas es básicamente un modelo que permite bajar al mínimo posible la


fricción entre oferta y demanda, y lograr tener cantidades crecientes de usuarios y clientes
registrados y monitoreados para que a partir de allí poder promover y distribuir sus productos
y servicios con mucha mayor eficiencia. En las empresas basadas en plataforma opera el
llamado “efecto red”: al tener mucho conocimiento de los usuarios de forma barata pueden
ofrecer propuestas de valor que generan mucha atracción de usuarios y esa constante
expansión de usuarios se traduce en incrementos constantes de la oferta.
Transformación digital de organizaciones y empresas

Si la economía digital se expresa en un modelo de nichos dispersos que permiten ser atendidos
por empresas ágiles y eficientes de cualquier parte del mundo, si el acceso de consumidores a
mirar, comparar y comprar se ha multiplicado de forma exponencial, si los datos son los que
mandan y hoy pueden gestionarse de forma inteligente porque disponemos las tecnologías
para ello y si las empresas nativas de la era digital, entre ellas las que operan con modelos
exponenciales de plataformas, son una realidad que define mucho el funcionamiento de la
economía y las empresas de nuestro tiempo, estamos ante un cambio empresarial de grandes
proporciones y no hay empresas inmunes a ello.

El elemento más presente en los desafíos del management actual es lo que se conoce como
“transformación digital” de las empresas, es un cambio en la concepción de los negocios, el
mindset (mentalidad) de los managers y la cultura de los equipos que conforman una empresa,
es decir, tiene que ver con una nueva manera de funcionar hacia adentro y hacia fuera de las
empresas a partir del impacto y los incentivos de la revolución digital.

‘Empresas Biónicas’ creado por el Boston Consulting Group (BCG): El concepto de biónicas
refleja muy bien el epicentro de la economía digital y la consecuente transformación que se
pide a las empresas; es la biología (la humanidad) la que puede y debe ser potenciada por la
electrónica y la tecnología en general para generar adaptación al entorno y mejores
resultados.

Habilitadores tecnológicos:

A- Datos e inteligencia artificial:


Los datos son la sangre de las empresas biónicas, por eso deben desarrollar la
capacidad óptima de recopilarlos y administrarlos.
B- Tecnología modular:
La tecnología en una empresa ya no se explica por sistemas y artefactos estancos,
adquiridos con fines específicos y cada uno en su lugar. La nube, la estandarización de
sistemas, las API para integrarlos entre sí y muchas otras innovaciones tecnológicas
permiten pensar la tecnología como una arquitectura en constante modularización en
base a las necesidades del negocio.

Habilitadores humanos:

C- Talento digital:
Todo indica que las tecnologías harán las tareas más repetitivas de las empresas. Por
ello, los humanos necesitaremos cada vez más desarrollar capacidades personales,
interpersonales y digitales para operar en sistemas basados en tecnologías. Desarrollar
ese talento expandido es vital para la transformación digital.
D- Organización y cultura dinámica y flexible:
Se apunta a un funcionamiento más de afín a las plataformas que a los organigramas,
con procesos ágiles (Metodología Agile) en toda la organización y liderazgos más
transversales y conversacionales.
Según el enfoque BCG el trabajo de los 4 habilitadores permite lograr avances en
transformación digital y lograr:

1. Experiencias personalizadas con los clientes: la llamada “personalización en la


masividad”
2. Operaciones biónicas: la tecnología definida e incorporada no reemplaza gente por
razones de costos, sino que la complementa para liberar energías hacia tareas de
mayor valor y variabilidad.
3. Nuevas propuestas de valor y modelos de negocios: llevar una organización al estándar
digital permite mejorar las ofertas y diseñar nuevos modelos de entregar y cobrar el
valor producido.

Nuevas economías

Limitaciones de la lógica del crecimiento y el culto al PBI

Buena parte del éxito del capitalismo fue llevarnos a instancias de abundancia en muchas
categorías de bienes y servicios, pero con una creciente inequidad en el acceso a los mismos
por parte de distintas personas y países y con una tremenda carga para el equilibrio del medio
ambiente del planeta.

Tanto fue el éxito y la abundancia que comenzó a fluir que una lógica del crecimiento como
mantra absoluto se apoderó de nuestras reflexiones, aspiraciones y modelos. Es el crecimiento
constante de la economía y las empresas lo que explica el éxito en la gestión. Si no se crece lo
suficiente es porque el sistema está fallando y hay que acelerar y destrabar. Conflictos sociales,
diferencias culturales, cambios tecnológicos, etc., todo tiene su entidad pero siempre bajo la
lógica del crecimiento, en general expresado en las mediciones del Producto Bruto Interno
(PBI) a nivel país. En este marco, Margaret Thatcher, ex Primer Ministra de Gran Bretaña, entre
1979 y 1991 llegó a simbolizar cabalmente esta lógica con su legendario concepto de que no
existía tal cosa como sociedad, sino que existían individuos que persiguen sus fines y funcionan
en libertad.

Tres grandes problemas están asociados a esta lógica del crecimiento llevada al extremo:

1. Las inequidades de resultados:


Pero la evidencia indica que las carreras por el crecimiento suelen convertirse en
despiadadas y dejar muchos actores rezagados que, por distintas razones y no siempre
por ineficiencia u holgazanería, no logran los beneficios de la expansión
2. La marginación de mucho valor positivo de las mediciones del crecimiento:
Servicios comunitarios, esfuerzos por no contaminar el aire, hábitos familiares y
actividades culturales, por ejemplo, están fuera de todo índice de crecimiento
económico dado que no está definido cómo se pondera su valor, a pesar de que lo
tienen y mucho. En cambio, actividades vinculadas a enfermedades mentales, atascos
urbanos, drogadicción, obesidad, crimen, derivados financieros que se venden en
forma abusiva, etc., pueden generar números que son contemplados en los índices del
PBI. Sin distinción, cualquier actividad que promueven o combaten realidades de
contribuir a una sociedad mejor, computan para el PBI mientras que muchas otras que
sí contribuyen a ese fin están marginadas de las mediciones del crecimiento.

Las empresas sociales como complemento superador de las ONG’s

Siempre se recuerda que el famoso economista Milton Friedman (1970), exponente central del
liberalismo económico, fue enfático en defender que había una sola responsabilidad social
para un negocio y es la de usar sus recursos para las actividades que incrementen sus
ganancias, dentro de las reglas de libre competencia, sin fraudes ni engaños. Esto quiere decir
que, para Friedman, no hay espacio para pensar en otra cosa que no sea el histórico core de
las empresas: ganar dinero. Ese es el valor central para mejorar el mundo, dado que ello
genera impuestos, trabajo y reinversión de utilidades.

A partir de allí, se fueron construyendo distintos niveles o categorías de LECCIÓN 2 de 6 Las


empresas sociales como complemento superador de las ONG’s compromiso y acción por parte
de las empresas en materia de sustentabilidad; desde las más cautas y focalizadas en
proyectos o ámbitos específicos (por ejemplo: niñez) hasta las más holísticas e integrales, en
las que el compromiso por mejorar el mundo se traduce en multiplicidad de objetivos y
acciones alineadas a las operaciones habituales de una empresa.

Se trata de las llamadas “empresas sociales” que llevan este planteo de la sustentabilidad al
extremo de proponer un funcionamiento como empresa, pero sin estar movidas por la
rentabilidad, Yunus entiende que es imposible que los países puedan vencer las crecientes
desigualdades sociales con programas públicos de apoyo o redistribución. Por más eficaces y
transparentes que sean, nunca alcanzarán, y la evidencia indica que siempre hay intereses,
obstáculos y limitaciones presupuestarias para llevarlos a la escala que se necesita para vencer
la pobreza. Por ello es que hacen falta millones de empresas sociales que resuelvan problemas
y generen empleo.

Yunus define a las empresas sociales como compañías sin dividendos dedicadas a solucionar
problemas humanos. ¿Es posible hablar de empresa sin dividendos? Yunis cree que sí, dado
que la capacidad central de una empresa es organizar el talento humano para resolver
problemas de forma eficiente percibiendo ingresos por ello. La rentabilidad puede o no estar si
los costos cierran y de acuerdo al propósito de cada empresa, es decir, para el líder asiático no
hay un solo tipo de empresas y la clave para superar los problemas del mundo es expandir la
generación de empresas sociales.

¿Pueden las empresas sociales ser mucho más que una expresión de deseos o realidades solo
aplicadas a casos muy especiales?

1. Naturaleza emprendedora: Lo más natural a la condición y el potencial humano es


crear y emprender; no trabajar en relación de dependencia. Yunus cree que la
actividad independiente crecerá sin parar en los próximos años, fruto de este
alineamiento de base que tiene con la humanidad.
2. Facilidades gracias a la tecnología: es en esta era en la que la tecnología ubicua y
barata se convierte en aliada indispensable para emprender en pequeña escala y sin
grandes recursos de inicio.
3. Reforma del sistema financiero para que el crédito pueda fluir hacia ellas en
condiciones accesibles: hay muchas expresiones de innovación en el sector financiero
para terminar con la enorme contradicción de que el dinero en forma de crédito fluye
hacia quienes más lo tienen en lugar de a quienes más lo necesitan. Las empresas
sociales, con su grado de compromiso y sus excelentes tasas de cumplimiento en los
sitios donde ya se han implementado, son una excelente razón para profundizar y
amplificar esa evolución del sistema financiero.
4. Sinergia con las empresas tradicionales: no se trata de sustituir unas por otras, más
bien la riqueza está en su coexistencia.
5. Toda su energía está puesta en resolver los problemas y no en lograr las escalas que
requieren los inversores de capital de riesgo, que en general invierten a las empresas
tradicionales, para lograr los niveles de retorno que esperan, las empresas sociales
pueden recibir inversiones de capital, pero nunca bajo la imparable premisa de
multiplicar por varios múltiplos las cantidades de dinero invertido como gran principio
movilizador de dichas inversiones.
6. Su foco en resolver problemas las hace buenas para vender sus productos y servicios a
precios muchos más bajos a sectores de la base de la pirámide social
7. Atracción de talentos: especialmente de las nuevas generaciones, que están más
sensibilizadas con las posibilidades de acción focalizada para construir un mundo más
equilibrado y sustentable. La carrera por conseguir personas calificadas y sobre todo
con alto potencial es una de las grandes problemáticas del Management actual y las
empresas sociales ocurren con esta ventaja de estar más alineadas con la filosofía de
vida y la búsqueda de sentido de creciente cantidad de personas.
8. El management eficaz puede operar claramente, con riguroso manejo de la
contabilidad, con innovación para crear productos y servicios y con agilidad en las
operaciones internas: esto y muchas otras buenas prácticas del management
empresarial no son patrimonio de las empresas tradicionales, sino que pueden
funcionar, incluso mejor, en empresas creadas para resolver problemas humanos y
movilizadas por el propósito de lograrlo.

Algunos modelos que proponen nuevas economías

La nueva lógica de criterios de sustentabilidad muchas corrientes y autores que proponen


modelos alternativos bajo una matriz común: combinar mercados con propósitos.

El concepto de triple impacto encuentra su origen en el trabajo de dos expertos holandeses:


Muel Kaptein y Joham Wempe, titulado “The Corporate Condition” del año 2002, la
sustentabilidad corporativa que está dada por la atención simultánea de los tres pilares de la
responsabilidad social de una compañía, que son la gente, las ganancias y el planeta. Hoy es
común hablar y evaluar proyectos y organizaciones por sus indicadores combinados de
impacto social, económico y ambiental.

Hay dos enormes fuerzas propulsoras de las empresas, nuevas o reconvertidas, con propósitos
declarados de triple impacto: la nueva generación de emprendedores mucho más sensibles
con los problemas humanos y ambientales, y la creciente conciencia de los consumidores que
impacta en sus comportamientos cotidianos y amplifica de forma sostenida el mercado para
las empresas de triple impacto. Estamos asistiendo a un aluvión de sentido capaz de darle al
capitalismo un aporte sustancial para su supervivencia y elevación. Se comienza a conocer
como el cuarto sector, que viene a sumarse a la acción de actores privados (empresas con
lucro), públicos (gobiernos) y sociales (organizaciones comunitarias de todo tipo).

En este marco algunos de los modelos de empresas enfocados en las nuevas economías que
más presencia están logrando en el mundo son:

- Sistema b: Su principal elemento es que propone la conformación de la empresa a


partir de estatutos especiales que definen, desde la concepción misma, el compromiso
real por la sustentabilidad.
- Economía del bien común: Se presenta como un sistema económico alternativo,
piensa a partir de los valores universales del bien común. El foco pasa de la
competencia a la cooperación y del lucro al bien común.
- Economía circular: Pone el énfasis en la reutilización y reciclaje de todos los elementos
ya fabricados como camino más efectivo al triple impacto. De la mano de esta premisa
se promueven fuertemente nuevos modos de producción y consumo, más eficientes
en recursos y con menos impacto negativo sobre la gente y el entorno
- Economía azul: El mantra de este modelo es producir con la menor cantidad de
recursos y utilizando los residuos (recursos también).
- Economía colaborativa o del compartir: Organizada bajo el paradigma Wiki, es decir,
muchas personas colaboran para producir y consumir determinados productos y
servicios. Las tecnologías digitales hacen factible estos modelos de cooperación y
sinergia a gran escala sin perder operatividad.

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