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En esta última parte del Módulo 1, se pone el foco en un concepto generalizador que
es el de “agente inteligente”: una metáfora que resultó muy apropiada para
reconocer las cualidades y desempeños de una entidad funcional abstracta capaz
de exhibir conductas inteligentes.
Al igual que en las lecturas anteriores, se vuelven a presentar notas destinadas a
facilitar la aproximación a la bibliografía principal de la materia, haciendo esta tarea
más gradual y efectiva. El material de referencia es el libro de Russell y Norvig
(páginas 37 a 64).
Referencias
Video conceptual
Revisión del módulo
Lección 1 de 8
Para cerrar este último tema, cabe identificar la peor condición en lo que se
refiere al entorno de un agente: poco observable – aleatorio – irregular –
dinámico – continuo – multiagente.
C O NT I NU A R
Lección 3 de 8
Se trata de los agentes más simples, ya que seleccionan las acciones sobre
la base de sus percepciones actuales, no disponiendo de un historial en
cuanto a percepciones previas. Esto es así porque el agente directamente no
dispone de registros de su actividad anterior o estos registros son muy
limitados.
Estos son agentes basados en objetivos, que además cuentan con una
función utilidad. Esta función permite al agente contrastar sus preferencias
entre los estados posibles, a efectos de seleccionar luego la acción que debe
llevar a cabo para alcanzar la mayor utilidad. En resumen, el agente decide
con base en el estado actual, las experiencias previas, los objetivos
planteados y la conveniencia para ser más efectivo.
a. Agentes reactivos
–
Estos agentes no son capaces de ninguna acción espontánea y su conducta
queda exclusivamente determinada por su entorno. Aquí se encuentran dos
casos según si su conducta sólo depende de los estímulos externos o si hay
también un condicionante histórico. En este último caso, deben reconocerse a
estos agentes como “máquinas de estados” con una función de transición
determinista o no determinista que gobierna su comportamiento.
b. Agentes planificadores
–
Los agentes aquí agrupados tienen la habilidad de anticipar los efectos de
sus acciones y seleccionar aquellas que supuestamente lo conducirán a sus
objetivos, por lo que se reconoce que son capaces de planificar su actividad.
Para algunos autores, esta cualidad es una condición esencial para ser
merecedores del calificativo de “inteligentes”. Se reconocería así en ellos un
primer nivel rudimentario de inteligencia.
c. Agentes razonadores
–
La incorporación de la capacidad deductiva otorga a los agentes un nivel
adicional de inteligencia. En este grupo, se consideran también atributos
como el de la autonomía y la capacidad de aprender. Estos atributos
despegan al agente de su diseño original, ya que suman a su
comportamiento conductas apoyadas también en sus propias experiencias.
De esta manera, quedan encuadrados como “autónomos”, condición para ser
reconocidos como verdaderamente inteligentes.
d. Agentes interactuantes
–
Si los agentes del grupo anterior son introducidos en un mundo habitado por
otros agentes, su capacidad de razonamiento deberá incorporar previsiones
sobre las conductas de terceros, la interacción a través de alguna forma de
comunicación y la posibilidad de influir entre ellos. Para influir sobre las
conductas de otros agentes se presentan dos posibilidades: la realización de
cambios en el entorno que conduzcan al comportamiento deseado o la
acción directa sobre ellos con el fin de alterar sus objetivos, conocimientos o
prioridades. Para implementar la comunicación en estos agentes, se debe
incorporar el lenguaje.
Nwana (1996) propone clasificar a los “agentes” en siete tipos. Los primeros
cinco (“a” hasta “e”) se corresponden con sus distintas prestaciones y los dos
últimos (“f” y “g”) representan combinaciones de los anteriores.
Grupos básicos
–
a. Colaborativos
Los agentes colaborativos se destacan por su autonomía, cooperación y
coordinación con otros agentes con el fin de alcanzar sus objetivos. Esta
última capacidad es esencial para operar eficientemente en forma colectiva.
Pueden también ser capaces de aprender sin que este sea un atributo
esencial.
b. De interfaz
Aquí, el énfasis está en la autonomía y el aprendizaje. Se diferencian de los
anteriores en que la comunicación se establece con el usuario en lugar de con
otros agentes. La capacidad de aprender de estos agentes se obtiene a partir
de la imitación del usuario, la recepción de señales de realimentación, la
recepción de instrucciones y la comunicación con otros agentes.
c. Móviles
Los agentes móviles están especialmente orientados a recuperar
información, destacándose aquellos que lo hacen a través de la web u otras
redes WAN.
d. De información
Estos agentes se originan en la necesidad de manipular y administrar un
volumen creciente de información. En algunos casos, ese volumen se
considera explosivo y con tendencia a aumentar en forma sostenida en el
futuro. Cumplen además su función seleccionando y filtrando información
proveniente de múltiples fuentes.
e. Reactivos
Se trata de un tipo especial de agentes que no disponen de modelos
simbólicos internos y, por lo tanto, responden a partir de una conducta
elemental de estímulo-respuesta. Sus principales características son la
simplicidad y la forma básica en que interactúan con otros agentes. Sin
embargo, debe advertirse que de estas conductas individuales simples
pueden emerger patrones de comportamiento muy complejo, como lo
evidencian múltiples ejemplos en el mundo animal (comportamiento
colectivo coordinado).
Combinación de prestaciones
–
f. Híbridos
Al hacerse referencia a agentes híbridos se reconoce la posibilidad de que un
mismo agente reúna o combine cualidades que ya fueron identificadas por
separado en los grupos anteriores.
g. Heterogéneos
Los sistemas de agentes heterogéneos están integrados por un conjunto de
dos o más de los cinco tipos de agentes ya identificados. También pueden
incluir agentes híbridos. Nótese aquí que cada agente mantiene sus
características distintivas.
1. Autonomía.
2. Racionalidad.
3. Proactividad.
4. Adaptabilidad.
5. Reactividad.
6. Movilidad.
7. Sociabilidad.
8. Veracidad.
9. Benevolencia.
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Lección 5 de 8
Una vez leídas estas notas, se debe procurar responder a los interrogantes
que se presentan a continuación. La finalidad es revisar aspectos centrales y
comprobar que han sido bien interpretados. Luego, el siguiente paso será
leer desde la página 37 a la 66 del capítulo 2 de Russell y Norvig titulado
“Agentes inteligentes” (2004, pp. 37-66). Ahí se tratan estos mismos temas
con mayor amplitud, desde otro punto de vista y con algunas variantes, por lo
que debe tomarse a estas notas como un material introductorio al
presentado en el libro citado. Por último, se debe volver sobre las preguntas
formuladas y las respuestas propuestas con un espíritu de autoevaluación
final. Esto es, incorporar una mirada crítica sobre el trabajo realizado desde
una posición de mayores conocimientos sobre los temas tratados.
Se reitera que estas preguntas tienen como única finalidad contribuir a que el
estudiante compruebe por sí mismo sus conocimientos. Es decir, no se trata
de una instancia de evaluación.
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Lección 6 de 8
Referencias
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Lección 7 de 8
Video conceptual
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Lección 8 de 8
Agentes inteligentes
–
Se pone el foco en un concepto generalizador que es el de “agente inteligente”.
Se trata de una metáfora que resultó muy apropiada para reconocer las
cualidades y desempeños de una entidad funcional genérica y abstracta
capaz de exhibir conductas inteligentes.
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