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Carta No.

001 OORFFAA/P1/crp Lima, 16 de junio 2021

Señor General de Ejercito


Cesar Astudillo Salcedo
Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú

Señor Almirante
Ricardo Menéndez Calle
Comandante General de la Marina de Guerra del Perú

Señor General de Ejercito


Manuel Gómez de la Torre Araníbar
Comandante General del Ejército del Perú

Señor General del Aire


Rodolfo Pereyra Cuneo
Comandante General de la Fuerza Aérea del Perú

Presente. -

De nuestra consideración,

Tenemos el agrado de dirigirnos a su digno despacho, con la finalidad de expresarle


nuestra más profunda preocupación por la amenaza que se cierne contra la estabilidad
democrática del país, principalmente como consecuencia de la forma en que se ha
desarrollado el proceso electoral para elegir a la fórmula presidencial que conducirá los
destinos de nuestra patria en los próximos cinco años.

En ese sentido, de acuerdo con el Art. 176 de la Constitución Política del Perú, el sistema
electoral tiene por finalidad asegurar que las votaciones traduzcan la expresión
autentica, libre y espontánea de los ciudadanos y que los escrutinios sean reflejo exacto
y oportuno de la voluntad del elector expresada en las urnas por votación directa.

En la segunda vuelta de la elección presidencial, uno de los partidos en contienda, así


como diversos sectores de la sociedad civil y periodistas, han denunciado públicamente
la ejecución de un presunto fraude sistemático en el proceso electoral, al haber
encontrado y recibido denuncias sobre actas electorales con serios cuestionamientos,
como firmas falsas, adulteraciones, inconsistencias, etc. y además haber cuestionado a
la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) por presuntas actitudes
deshonestas en perjuicio de la transparencia y probidad que debe regir su proceder
institucional en una contienda electoral nacional.

Si el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), ignora o desestima las documentadas


denuncias interpuestas a las actas que han sido adulteradas y no verifica la licitud de
las actas observadas y supuestamente maniobradas irregularmente por los funcionarios
de la ONPE, y como consecuencia de ello determina un ganador de la segunda vuelta
obviando sus funciones y responsabilidades, tendríamos un presidente ilegal e
ilegítimamente proclamado, por ser consecuencia de un delito cometido por parte de los
actores electorales.

Por las razones expuestas, creemos que las Fuerzas Armadas, en defensa del Orden
Constitucional, no podrían aceptar a un Jefe Supremo ilegítimamente investido producto
de un fraude o por decir lo menos de irregularidades muy serias y notorias presentadas
en este último proceso electoral.

Resulta necesario manifestar que todos los ciudadanos del Perú, incluyendo al personal
de las Fuerzas Armadas, tenemos los siguientes derechos y obligaciones consagrados
por nuestra Constitución Política:

● Artículo 38°. - Todos los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de


proteger los intereses nacionales, así como de respetar, cumplir y defender la
Constitución y el Ordenamiento Jurídico de la Nación.

● Artículo 46°. - Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, ni a quienes


asumen funciones públicas en violación de la Constitución y de las Leyes. La
población civil tiene el derecho de insurgencia en defensa del Orden
Constitucional. Son nulos los actos de quienes usurpan funciones públicas.

Asimismo, en la segunda parte del artículo 169° de nuestra Constitución, queda


establecido que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú están subordinadas
al Poder Constitucional, en consecuencia estas Instituciones se deben primordialmente
al Orden Constitucional, y ulteriormente al gobierno de turno, razón por la cual resulta
inadmisible, por ser inconstitucional, que Altas Autoridades del gobierno, con un
escrutinio inconcluso, hayan supuestamente tomado parte a favor de uno de los
candidatos condicionando inclusive al Congreso de la República para la no elección de
los nuevos integrantes del Tribunal Constitucional; actuación inaceptable por la
ciudadanía y las Fuerzas Armadas de la Nación.

Teniendo en consideración lo anteriormente expuesto, los abajo firmantes, oficiales en


situación de retiro de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, invocamos a los Altos
Mandos militares a acatar rigurosamente el Art. 38° de nuestra Constitución Política,
exigiendo se cumpla el ordenamiento jurídico de la Nación, subsanando las
irregularidades demostradas, para evitar que la máxima autoridad del país, sea
designada de manera ilegal e ilegítima como consecuencia de un delito. De lo contrario,
de acuerdo a lo establecido en el Art. 46° de nuestra Constitución, las Fuerzas Armadas
tendrían el derecho a la no obediencia y por lo tanto a desconocer como Presidente y
Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional a una persona que haya sido
nombrada violando la Constitución y las Leyes de nuestro país, pudiendo recurrir al
Congreso de la República para dar una solución democrática y de acuerdo a Ley.

El futuro de nuestra Patria está en sus manos y como guardianes celosos de la


democracia están en la obligación de cumplir con sus deberes y asumir sus
responsabilidades, la Nación así se los demanda.

Dios guarde a Ustedes

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