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RECTOR

Dr. Adolfo D. Torres

VICERECTORA
Prof. María Delfina Veirave

Secretario General AcadémicO


Dr. Cristian Piris

AUTORA DEL MATERIAL


Nidia C. Abatedaga

DISEÑO DIDÁCTICO
Marlene QUINTANA

DISEÑO GRÁFICO
Julia CAPLÁN

CORRECCIÓN DE ESTILO
Olga MUSIMESSI

Los contenidos desarrollados


en esta asignatura son de exclusiva
responsabilidad de sus autores.
Teoría de la Comunicación Social III

Presentación

Fundamentación

El material que aquí se presenta fue organizado de acuerdo a los temas propues-
tos en las unidades del programa de la materia Teoría de la Comunicación Social
III, correspondiente al 3° año de la Tecnicatura en Periodismo de la Universidad
Nacional del Nordeste. Conforme los objetivos generales planteados se ha proce-
dido a realizar un minucioso recorrido por los referentes de cada una de las teorías
abordadas.

El eje articulador del programa y objeto principal de estudio son algunas de las
más importantes teorías y corrientes de pensamiento sobre Comunicación Social,
Medios y sociedad de masas. El abordaje que se propone consiste en la profundiza-
ción de los supuestos gnoseológicos y epistemológicos que operan como sostenes
principales de cada análisis. Desde estos supuestos cada escuela o corriente rea-
liza una propuesta teórico – metodológica particular, que conlleva una concepción
de sujeto y de su relación con la realidad que lo rodea y de la cual es parte consti-
tutiva, así como una perspectiva desde la cual se abordan los Medios Masivos y la
sociedad de masas.

Estas prenociones organizan e integran los diferentes análisis que convergen den-
tro de una Teoría de la Comunicación, a la vez que definen las diferencias episte-
mológicas y conceptuales sustantivas entre corrientes de pensamiento diversas. De
allí que se considere imprescindible la comprensión de los supuestos que configura
cada Escuela, tanto como que el lector identifique las diferencias con otras teorías,
en tanto son herramientas básicas que facilitarán al futuro profesional de la comu-
nicación el desarrollo de una práctica sostenida en criterios amplios y le otorgan las
condiciones esenciales para resolver crítica y lúcidamente el futuro desempeño de
su profesión.

En todos los capítulos se ha valorado la importancia de cada uno de los aportes


teóricos y explicaciones – a veces alternativas otras complementarias – que rea-
liza cada escuela al análisis de los Medios en las sociedades postindustriales, con
la idea de proporcionar a los futuros Técnicos en Periodismo las herramientas con-
ceptuales que les permitan realizar análisis penetrantes y críticos de su emergen-
cia y consolidación, así como de los procesos históricos que constituyen el entorno
social, político y económico en que cada teoría se desarrolló.

Por estos motivos se organizaron capítulos que reúnen una selección de intelectua-
les conforme el criterio de su pertenencia a una determinada institución académica
o extra académica, que sirvió de plataforma institucional común, y proporcionó un
nombre y una identidad unificada y reconocible. En estos casos se han selecciona-
do los autores y escritos que por su trascendencia han sido muy significativos para
la consolidación de los ejes de análisis básicos de la Escuela o Teoría de pertenen-
cia, como por ejemplo el capítulo dedicado a los Estudios Culturales.

En otros casos, el criterio con el que se agrupó la producción intelectual no es


institucional – porque sus autores no pertenecen a una misma institución – sino
epistemológico, como el caso del capítulo dedicado al estructuralismo. Si bien en
ese caso existen reconocidas conexiones teóricas y trabajos conjuntos entre nu-
merosos intelectuales, y aún cuando haya instituciones en Francia que reunieron
el grueso de la producción calificada de “estructuralista”, no puede afirmarse que
hubo una “Escuela” del estructuralismo. Aún con estas salvedades, se considera-
ron muy valiosos los aportes que desde una epistemología compartida y diferentes
disciplinas (Antropología, Sociología, Lingüística, etc.) se realizó a la Comunicación
Social, por lo que se justifica acabadamente la organización del capítulo citado.

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Tecnicatura en Periodismo

Las teorías reseñadas en este material constituyen una selección de los estudios
y teorías considerados de mayor trascendencia que de ninguna manera agotan la
producción intelectual del campo de la Comunicación Social. Algunas de ellas se
han seleccionado por la relevancia de sus contribuciones a la disciplina y aunque ya
no se encuentren produciendo teoría, la recuperación de sus análisis por parte de
numerosos teóricos contemporáneos les confiere una notable vigencia. Es el caso
de la Escuela de Frankfurt (1° etapa) o de la Universidad Invisible.

Otras teorías se encuentran actualmente produciendo y ampliando sus contribucio-


nes a la disciplina comunicacional por lo que se ha procurado la consulta a biblio-
grafía actualizada, que dé cuenta de los más avanzados desarrollos, a sabiendas de
que es altamente probable que sean prontamente superados por nuevos estudios.
Es la situación de la Escuela de Economía Política y de los Estudios Subalternos,
Poscoloniales y Postoccidentales.

En referencia a las claves de lectura, cada uno de los capítulos fue elaborado inter-
pretando y transcribiendo una selección de párrafos significativos de algunas obras
originales de los autores. Lo extractado no pretende agotar el análisis de los escri-
tores ni restar importancia a otros conceptos o aspectos de los textos producidos,
más bien se propone este material en calidad de guía para la lectura de los textos
originales y completos, que se encuentran a disposición del lector.

Por este motivo se sugiere la lectura completa y consulta permanente de los mate-
riales originales escritos por los autores, que pueden tener diferentes o más amplias
interpretaciones que las que aquí se ofrecen. Del mismo modo también se alienta a
la búsqueda de nuevas producciones y materiales que suturen los interrogantes aún
abiertos o que proporcionen explicaciones diferentes a las actuales encrucijadas
que presenta la disciplina de la Comunicación Social.

Finalmente deseo agradecer al equipo técnico de la UNNE Virtual por la loable ta-
rea de diseño que realizó sobre el contenido elaborado, así como por la atenta y
paciente predisposición para las consultas y sugerencias que fueran necesarias,
con el objetivo de que este material reúna las condiciones adecuadas para facilitar
su estudio.

Objetivos

Objetivos Generales
1) Reconocer desde los fundamentos epistemológicos las diferentes corrien-
tes y autores que han trabajado sobre la comunicación y la comunicación
masiva.

2) Analizar las propuestas de diferentes corrientes teóricas sobre la comuni-


cación social, considerando sus estudios desde el punto de vista cultural,
político y tecnológico.

Objetivos Específicos propuestos en la materia


1) Indagar la relación entre la epistemología de la Comunicación como cien-
cia social y el contexto socio – cultural de desarrollo de las Escuelas y
corrientes de Comunicación Social.

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Teoría de la Comunicación Social III

Presentación

2) Profundizar el abordaje que cada campo teórico realizó sobre comunica-


ción y sobre Medios de comunicación enfatizando en los análisis econó-
micos, culturales, políticos y tecnológicos.

3) Comprender desde cada teoría la realidad actual de los Medios en nues-


tro país.

Contenidos Mínimos

● Historia general de los medios de comunicación social: introducción


de la imprenta, prensa masiva, foto y cinematografía, radiofonía, televi-
sión y las nuevas tecnologías.
● Técnica, estética, políticas y propuestas culturales de los medios en
la sociedad posindustrial: medios interactivos, realidad virtual, redes
inteligentes de circulación múltiple, video gestión, video trabajo y video
educación. La sociedad informatizada.

Unidad 1: Marcos conceptuales. Corrientes Funcionalistas y Her-


menéuticas de comunicación

1.1 Contexto histórico de aparición de las Escuelas Positivas.


1.2 Antecedentes Teórico – epistemológicos de las Escuelas Norteamericanas: El
Paradigma Positivo. La Teoría de Sistemas.
1.3 Corrientes psicológicas emergentes: Conductismo y la psicología de las masas.
1.4 Los aportes teóricos de la economía y la sociología. El funcionalismo.
1.5 La Mass Communication Research norteamericana: Arold Lasswell y Paul La-
zarsfeld.
1.6 Antecedentes epistemológicos de la escuela de Palo Alto: El Pragmatismo. La
Hermenéutica y la Cibernética.
1.7 Aportes de las corrientes sociológicas: Fenomenología, Etnometodología. Inte-
raccionismo Simbólico. Berger y Luckman.
1.8 La escuela de Palo Alto o Universidad Invisible: Bateson, Watzlawick, Don Jacson.

Unidad 2: La Escuela de Frankfurt

2.1 Contexto histórico de aparición del Instituto de Investigación Social.


2.2 Antecedentes teórico – institucionales.
2.3 La dialéctica Hegeliana. Estudios y debate.
2.4 El soporte de Karl Marx.
2.5 La perspectiva de Sigmund Freud.
2.6 La Primera Etapa (1° Generación) de Frankfurt: nacimiento y desarrollo
2.7 ¿Cómo y por qué aplicaron los autores de Frankfurt los pensamientos de Hegel,
Marx y Freud?
2.8 Max Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert Marcuse y Walter Benjamin.
2.9 Giro Epistemológico: Max Weber y la Teoría de Sistemas.
2.10 La Segunda Etapa (2° Generación) de Frankfurt: Jügen Habermas, Claus Offe.

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Tecnicatura en Periodismo

Unidad 3: La propuesta de autores adscriptos al Estructuralismo.


Breves aportes desde la Semiótica

3.1 Contexto social e histórico de surgimiento del estructuralismo.


3.2 El Estructuralismo en Economía.
3.3 El estructuralismo en la lingüística de Saussure.
3.4 Los lineamientos estructuralistas de la antropología de Levy Strauss.
3.5 La semiótica de Roland Barthes.
3.6 Relectura del marxismo de Louis Althusser: Ideología y Aparatos Ideológicos del
Estado.
3.7 El estructuralismo en la semiótica de M. Pêcheux.
3.8 La Sociología de Bourdieu.

Unidad 4: Aportes teóricos de los denominados Estudios Culturales

4.1 Antecedentes de la Escuela de Birmingham. Procesos históricos e intelectuales.


4.2 Desarrollos complementarios de Carlos Marx y aportes de Antonio Gramsci.
4.3 Primera Etapa: la creación del Centro de Estudios Culturales Contemporáneos.
4.4 Los aportes de Hoggart, Thompson y R. Williams.
4.5 Segunda Etapa del Centro de Birmingham: el cambio de orientación producido
por Stuart Hall.
4.6 La Tercera Etapa de la Estudios Culturales. El análisis de los medios en la mirada
de culturalistas de los ´80 y ´90.

Unidad 5: Los aportes conceptuales de la Economía Política de la


Comunicación

5.1 Perspectivas y temas de la Economía Política de la Comunicación.


5.2 Algunas precisiones necesarias sobre la perspectiva económica del Carlos
Marx.
5.3 Iniciadores de la reflexión sobre Economía Política de los Medios. La producción
económica de los Medios. Epistemología de la Escuela Norteamericana: Baran
y Sweezy, Dallas Smythe y Herbert Schiller.
5.4 Desarrollos recientes de los estudios en Economía Política de los Medios: las
Escuelas Europeas: Graham Murdock, Peter Golding y Nicholas Garnham
(Gran Bretaña), Miége (Francia), Ramón Zallo (España).
5.5 La Economía Política y la industria cultural en las sociedades Latinoamerica-
nas: Patricia Arriaga (México), Miguel Haiquel (Córdoba, Argentina), Guillermo
Mastrini y Martín Becerra (Buenos Aires, Argentina), Alain Hercovici (Brasil).
5.6 Otros debates de la Economía Política de los Medios: la necesidad de integra-
ción con los Estudios Culturales.

Unidad 6: El campo teórico - epistemológico de las investigaciones


Latinoamericanas en Comunicación Social

6.1 Matrices sociales, económicas y políticas de los estudios sobre comunicación en


América Latina. Elizabeth Fox.
6.2 El trabajo de CIESPAL y UNESCO (Mastrini y Becerra).

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6.3 El campo de los Estudios Subalternos y Poscoloniales y Posoccidentales lati-


noamericanos. Ramón Pajuelo, El Manifiesto Inaugural. Walter Mignolo, John
Beverly, Castro Gómez y Aníbal Quijano.
6.4 Críticas al desarrollismo: Medios y dominación cultural.
6.5 Comunicación alternativa / Comunicación popular.

Unidad 7: La tecnología y la dominación global


7.1 El proyecto de la “Sociedad de la Información”. El paradigma del progreso tec-
nológico.
7.2 Tecnologías de comunicación y dominación en la llamada sociedad post indus-
trial.
7.3 La incidencia de la comunicación en la constitución de las subjetividades: Movi-
mientos Sociales y comunicación.
7.4 Las identidades culturales en la trama comunicacional.

Metodología

Debido a que el Plan de Estudios prevé una carga horaria de 120 horas para el
sistema presencial, la propuesta de cursado en la modalidad virtual se encuentra
organizada con el dictado de encuentros presenciales, a cargo de un docente – tu-
tor. Éste organizará el dictado de los aspectos conceptuales sustanciales. La clase
facilitará la comprensión de las relaciones que se sugieren en el material teórico, así
como la posibilidad de realizar análisis que vinculen la teoría con casos prácticos.

El estudiante deberá haber leído el material antes del encuentro presencial, de


modo que pueda realizar un aprovechamiento integral del momento, realizando las
consultas que crea necesarias y profundizando en los aspectos que haya encontra-
do de dificultosa comprensión.

La metodología áulica privilegia el estudio en grupos pequeños, facilitando el inter-


cambio intelectual a través del trabajo en equipo, para lograr un adecuado proceso
de enseñanza aprendizaje. Se acercarán guías de lectura y proporcionarán mapas
conceptuales que faciliten la comprensión de cada autor, las relaciones teóricas
entre ellos, los supuestos epistemológicos compartidos y las diferencias teóricas
más relevantes. Así mismo se realizará un análisis comparativo con otras epistemo-
logías y teorías de modo que el estudiante pueda elaborar sus propios parámetros
cognitivo – conceptuales.

Se tenderá a promover en el estudiante el estudio autónomo y el análisis indepen-


diente, que le facilite el desarrollo de la capacidad crítica de los temas propuestos
en el programa. Con esa dirección se trabajarán los recursos técnicos que propor-
ciona la plataforma virtual.

Recursos Didácticos

● Tutorías presenciales y virtuales.


● Material impreso provisto de cuestionarios de autoevaluación.

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Tecnicatura en Periodismo

● Foros temáticos de debate en aula virtual.


● Guías de Trabajos prácticos y material periodístico de análisis práctico.
● Guías de estudio y de lectura.

Evaluación

Dado el carácter semi-presencial del dictado se establece como condiciones de pro-


moción para acceder a la regularidad:

● La asistencia al 80 % de los encuentros con los docentes tutores.

● La aprobación de los exámenes parciales, con modalidad escrita, indivi-


dual, a través de la plataforma virtual con una calificación de 6 (seis) o más
de 6 (seis). El estudiante tiene derecho a 1 (un) recuperatorio.

● La aprobación de 2 (dos) trabajos prácticos de carácter escrito y grupal, se


realizará con una calificación de 6 (seis) o más. El grupo puede recuperar
1 (un) trabajo práctico.

La aprobación definitiva de la materia se logra con un examen final, que se tomará


en los turnos de exámenes dispuestos por las autoridades del Departamento de Co-
municación Social de la Facultad de Humanidades, en la sede que corresponda al
estudiante. La modalidad será escrita, individual. La condición con la cual el alumno
puede acceder a aprobar definitivamente la materia puede ser como “Alumno Regu-
lar” o “Alumno Libre”.

Criterios de evaluación

● Nivel de comprensión de los temas preguntados en los exámenes.


● Claridad y precisión en la comunicación escrita y oral de los temas.
● Capacidad de realizar análisis autónomos sobre el material estudiado.
● Adecuación en la comparación de temas, autores y escuelas de pensa-
miento.
● Reflexividad en la aplicación de la teoría a situaciones prácticas concretas.
● Constancia y esfuerzo de lectura de los materiales proporcionados.
● Autonomía para la incorporación de otros autores o materiales.
● Adecuada participación en los foros de debate.
● Honestidad intelectual y madurez para el desempeño de la profesión.

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Marcos conceptuales
Corrientes Funcionalistas
y Hermenéuticas de
comunicación
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Introducción

Para profundizar el campo de las Teorías de la Comunicación Social es necesario


volver y reconsiderar el planteo epistemológico que realicé en la materia Teorías
de la Comunicación Social I, oportunidad en la que propuse una primera división
epistemológica entre: Paradigma Positivo (Funcionalista), Paradigma Hermenéuti-
co (Comprensivo) y Paradigma Materialista – Dialéctico (Marxista).

Esta reconsideración significa volver para precisar y ampliar, con un poco más de
detalle, algunos de los matices y amalgamas que los supuestos epistemológicos
encuentran en los desarrollos concretos de las escuelas y teorías de la comunica-
ción que aquí van a estudiarse.

Así mismo es preciso recordar que, aunque matizadas, las perspectivas episte-
mológicas que subyacen en las propuestas teóricas de las corrientes de comuni-
cación proponen una mirada particular de la realidad social, una especie de lente
que aumenta algunos aspectos dándoles relevancia y minimiza otros reduciendo su
abordaje o incluso ignorándolo. En otras palabras, cuando se observa y analiza un
hecho social o un hecho comunicacional, el carácter de las descripciones o expli-
caciones que de él se van a realizar, los aspectos que van a tenerse en cuenta, así
como la perspectiva desde la que se lo va a abordar, dependerán de los supuestos
en los que se base la teoría seleccionada.

Es por lo tanto imprescindible recordar los fundamentos que diferencian a los


paradigmas epistemológicos, así como abordar básicamente otros que no se
tomaron en la materia de primer año.

A los efectos de no repetir la totalidad del desarrollo (que el estudiante puede con-
sultar en el material didáctico de la materia Teorías de la Comunicación Social I,
donde se encuentra extensamente analizado), se realizará aquí sólo una síntesis
escueta de algunos y se profundizará en aquella perspectiva no analizada.

Por lo tanto, se propone en las siguientes páginas abordar la teoría social, dentro
de la cual se encuentran las Teorías de la Comunicación, como un campo de co-
nocimiento de múltiples miradas, constituido por diferentes visiones de la realidad
social, cada una de las cuales responde a los supuestos de ciertas perspectivas
teóricas que ofrecen representaciones alternativas y aún divergentes. Son cosmo-
visiones del mundo social que implican representaciones y maneras de percibir,
interpretar o explicar lo social.

En rigor de verdad, habría que remontarse a una primera división inicial en dos
grandes sectores de la teoría social para comprender las derivas y propuestas de
las Teorías de la Comunicación Social: el Paradigma Positivo y el Paradigma Crí-
tico. En alguno de ellos, o en su combinación y posiciones epistemológicas deri-
vadas, sostiene sus reflexiones cada Teoría, Escuela de Comunicación o autor
analizado.

En esta primera unidad abordaremos dos Escuelas de Comunicación que perte-


necen al primer paradigma (Positivo) y que además comparten el lugar geográfico
donde se desarrollaron: Estados Unidos. Tales puntos de coincidencia han llevado
a que se proponga estudiarlas cada una en su especificidad, pero desarrollando
previamente los supuestos de epistemología que han servido de sustento, en algu-
nos casos a una de ellas y en otros casos a ambas.

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Tecnicatura en Periodismo

Así como se propone aquí analizar las Escuelas Norteamericanas (Mass Communi-
cation Research y la Universidad Invisible) desde las perspectivas epistemológicas
que les sirven de sustento, también es necesario considerar el contexto histórico en
que esos contenidos se desarrollaron y lo que se puede definir como el pensamiento
dominante de la época, es decir, lo que autores contemporáneos (de otros campos
disciplinarios o del mismo campo comunicacional) estaban pensando. Por esta ra-
zón se comienza contextualizando brevemente los acontecimientos históricos que
rodearon la aparición de ambas Escuelas.

La propuesta de lectura del capítulo está organizada considerando, en la primera


parte, el abordaje a la denominada Mass Communication Research Norteamerica-
na. Sin embargo no se comenzó por analizar directamente sus aportes concretos
– que sí aparecen más adelante - sino que se propone estudiarla a la luz de los
aportes del positivismo, de las escuelas psicológicas conductista y de la psicología
de masas, así como del funcionalismo sociológico y el liberalismo económico, para
entender qué aportaron esas otras corrientes de pensamiento a la construcción teó-
rica que realiza la escuela, así como para inferir algunas de las características que
asumía el denominado pensamiento dominante de la época. No se termina de com-
prender acabadamente la propuesta si no se hace evidente que responden a lógicas
de razonamientos que hegemonizaban el momento histórico en análisis.

A partir del subítem 1.6 se procede a estudiar el contexto teórico de emergencia


de la escuela de Palo Alto o la Universidad Invisible y para esto se abordan los
desarrollos y epistemologías contemporáneos que corresponden al Pragmatismo,
la Hermenéutica y la Cibernética, y los necesarios aportes que la Escuela recibió
de la Filosofía Fenomenológica, así como de la Microsociología, en sus variantes
Interaccionista y Etnometodológica.

Si bien no se puede dar por agotado el estudio de las Escuelas que se abordan en
este capítulo, es de suma importancia que su lectura se realice permanentemente
cotejando las propuestas concretas con las breves referencias de los desarrollos
teóricos contextuales y se acuda a la lectura de los autores originales para una ade-
cuada profundización. Los textos se encuentran citados al final del capítulo.

Iniciaremos los contenidos de la unidad.

Contexto histórico de aparición de las Escue-


las Positivas

Con el telón de fondo de las Revoluciones Industriales, cuyas consecuencias ya


se expanden por toda Europa, hay un amplio conjunto de pensadores que desde
diversas disciplinas tratarán de explicar o describir las características de esta nueva
formación social, el capitalismo, que se estaba consolidando.

Analicemos el contexto en que surge la


escuela positiva.

El capitalismo conlleva el afianzamiento de un tipo particular de economía, basada en


la relación capital/trabajo, cuyo principal objetivo es la mercantilización orientada a la

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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

producción de ganancia y a su apropiación privada por parte del capital. Este tipo
de producción conlleva – porque necesita – la garantía del desarrollo científico,
con bases positivistas, que permitan el progreso de los conocimientos con el fin
de profundizar la división entre el trabajo intelectual y el manual (o lo que es lo mis-
mo, entre quienes trabajan y quienes piensan) y con esto perpetuar en la situación
de trabajadores a la gran cantidad de obreros que comenzaron a agruparse en las
fábricas. Por otro lado fue necesaria para el capitalismo la división en áreas especí-
ficas del conocimiento para legitimar ciertos saberes (funcionales a los propietarios
del capital) en detrimento de otros,1 .

Ej. Por ejemplo las áreas de la psicología que pudieron desarrollarse inicialmente de-
bían responder a la observación y experimentación y a las necesidades de expan-
sión mercantil, como el Conductismo. Así mismo el capitalismo necesitó (y aún lo
requiere) el avance tecnológico indefinido, que permita producir más objetos y
servicios, a mayor velocidad y menor costo. De allí las inversiones estatales y priva-
das en la investigación y desarrollo de tecnología específica.

El contexto que antecede de modo inmediato al primer cuarto del siglo XX será
el ambiente intelectual, económico y social que teñirá los desarrollos en diversas
Escuelas y corrientes de Comunicación Social, tanto aquellas que favorecieron la
rápida vigorización del capitalismo como formación social, por ejemplo La Escue-
la Norteamericana denominada Mass Communication Research como otras que
produjeron conocimiento sobre Comunicación Social de crítica profunda al sistema
imperante, como es el caso de la Escuela de Frankfurt.

Ya en el siglo XX, la Europa posterior a la Primera Guerra Mundial, alrededor de la


década del ´20, muestra algunos países como Alemania, tan afectado en cuanto a
las pérdidas materiales sufridas durante la guerra, como en el orgullo nacional agra-
viado por unas condiciones de capitulación severas. Esta situación, lejos de depri-
mir su auto estima, fue aprovechada por los movimientos nacionalistas que, tras la
figura de Hitler comienzan a consolidar sentimientos xenófobos (en tanto odio a los
extraños y diferentes) y a utilizar las novedosas herramientas de comunicación de
masas para difundir su ideología.

Se empieza a advertir la sostenida emergencia y expansión del poder político a


través de la capacidad manipulatoria de los Medios Masivos en contra de grupos
raciales determinados y a favor de un sentimiento nacional exacerbado.

¿Y el círculo de Viena? ¿Cuáles


fueron sus aportes?

En ese contexto un grupo de intelectuales (científicos, filósofos y artistas) de Viena


(capital de Austria) en su mayor parte de origen judío, estuviera preocupado por en-
contrar algún principio o sustento, más o menos sólido que, por debajo o por encima
de las diferencia étnicas, políticas o religiosas, no pudiera ser manipulado por el
lenguaje panfletario de la propaganda política. Buscaban construir un ámbito donde
existiera una comunicación no distorsionada, un lenguaje libre de prejuicios.

1
La noción de Thomas Khun acerca de los paradigmas científicos, regidos por una comunidad episté-
mica que afirma lo que se considera “científico” en determinado momento histórico, dejando de lado
campos de conocimiento por falta de “cientificidad” es la base de este razonamiento y constituye uno de
los mecanismos por los cuales algunas ciencias se han entronizado como indiscutibles, mientras otras
han sido sencillamente no consideradas. Un ejemplo claro de esto es la medicina halopática, opuesta
a otros tipos de curación (homeopática, naturista, etc.) que no son aceptados como conocimiento cien-
tíficamente avalado.

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Así, comienzan a concentrar su atención en las ciencias naturales – en expansión


por aquellos años, debido a que sostenían un lenguaje aparentemente neutro, obje-
tivo y comprobable. Esas se evaluaron como las posibles bases de un pensamiento
racional universal (por oposición a la irracionalidad xenófoba) que sirviera como
sustento del conocimiento y comunicación entre personas de diferente origen étnico,
distintas creencias religiosas o posiciones políticas opuestas.2

El Círculo de Viena se constituyó a fines de la década del 20 alrededor de Moritz


Sclick y su cátedra de Filosofía Natural. Agrupó a personalidades relevantes como
Rudolf Carnap, Otto Neurath Kurt Gödel, que estaban en estrecho contacto con
integrantes de la Escuela de Berlín, donde participaban Carl Hempel y Hans Rei-
chenbach. Conformaron el punto de partida de un movimiento intelectual interna-
cional (también tenían contacto con pensadores escandinavos, franceses y estado-
unidenses) que defendía el punto de vista empirista y positivista, con los aportes de
la lógica formal. El movimiento Nacional Socialista Nazi obligó a muchos de estos
pensadores a exiliarse, varios se radicaron en EEUU, Inglaterra u otros países La-
tinoamericanos. El trabajo intelectual de esta corriente continuó expandiéndose en
los diferentes países donde se radicaron sus mentores.3

Antecedentes Teórico – epistemológicos de las


Escuelas Norteamericanas

El Paradigma Positivo

Recordaremos brevemente que este Paradigma, sostenido por los Positivistas ló-
gicos del denominado Círculo de Viena planteará un ideal de “Ciencia” basado en
los requerimientos impuestos a las llamadas Ciencias Naturales, no a las Ciencias
Sociales. Por lo tanto se consideraba “científico” todo conocimiento que fuese racio-
nal, es decir, constituido por conceptos, juicios y raciocinios y no por sensaciones e
imágenes y sistemático en tanto fundado, ordenado y coherente. Esto respondía a
la idea de que la ciencia debía establecer leyes a través de procedimientos lógicos
(de modo inductivo, deductivo o analógico) que derivaran en Teorías, es decir, co-
nocimientos sistematizados en conjuntos ordenados de proposiciones, que se impo-
nen como pautas generales que permiten ordenar lo caótico y encontrar la esencia
y las relaciones invariantes entre fenómenos.

Ahora bien ¿cuándo el conocimiento es


considerado científico?

Para llegar a considerar “científico” un conocimiento, éste debía ser objetivo que
significa que concuerda con su objeto, a la vez debía conectarse con un lenguaje
de primer orden estrictamente observacional, un lenguaje unívoco (es decir con
significados únicos, claros y precisos). La necesidad de este tipo de lenguaje se

2
Klimovsky, Gregorio (1994) Las desventuras del conocimiento científico. Núcleo Temático 3: Concep-
ciones de la Ciencia. Bs. As. A-Z.
3
Martyniuk, Claudio (1994) (pp.36) Positivismo, Hermenéutica y Teoría de los Sistemas. Tres posiciones
epistemológicas en las Ciencias Sociales. Bs. As. Biblos.

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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

encontraba en que los métodos privilegiados eran la observación y la experimen-


tación, que permitía verificar la adaptación de las ideas a los hechos recurriendo
a un intercambio permanente, controlable y reproducible entre ellos. El carácter
comunicable del conocimiento así concebido permitía hacerlo público (no privado)
y comprensible para quien haya sido adiestrado para comprenderlo, a la vez que
posibilitar la precisión en la verificación de hipótesis.

La capacidad de elaborar leyes hace que la ciencia sea un conocimiento explica-


tivo ya que no se conforma con descripciones detalladas sino que busca el por qué,
las causas que provocan los hechos. La legalidad también facilita la predictibilidad
debido a que permite predecir resultados de hechos futuros a la vez que poner a
prueba las hipótesis.

La capacidad de elaborar leyes hace que la ciencia sea un conocimiento explicativo


ya que no se conforma con descripciones detalladas sino que busca el por qué,
las causas que provocan los hechos. La legalidad también facilita la predictibilidad
debido a que permite predecir resultados de hechos futuros a la vez que poner a
prueba las hipótesis.

La apuesta teórica a los sistemas

En forma paralela a los descubrimientos Wiener y sus colegas, un grupo de inves-


tigadores alrededor de Ludwig von Bertalanffy comenzaron a pensar en una Teoría
General de los Sistemas, considerando que numerosas disciplinas no trabajaban
con elementos aislados, sino con sistemas de elementos (el sistema solar, el sis-
tema biológico, el sistema social). En la misma dirección de integrar fenómenos de
diversas ramas en una misma forma de razonar, se propusieron investigar los prin-
cipios que emplean los sistemas en general. Con esta idea, definen que un sistema
es “un complejo de elementos en interacción, interacciones cuya naturaleza no es
aleatoria.”4

Les propongo ahora y con un grado de


detenimiento, avanzar hacia la noción
de sistema.

La noción de sistema acuñada por Bertalanffy explica que básicamente es una tota-
lidad compuesta de partes y ciertas relaciones que esas partes establecen entre sí.
Tan importantes son las partes que componen al sistema como las relaciones que
hay entre ellas, porque estas últimas son las que otorgar el carácter al sistema, o
dicho de otro modo: lo que el sistema es. Las mismas partes pueden estar relacio-
nadas de otra manera y entonces el sistema será otro.

Para esta teoría los fenómenos complejos no pueden ser abordados a través del
análisis de cada componente, porque esta perspectiva no permite captar las ca-
racterísticas del conjunto. Este último posee unas propiedades no reductibles a las
de los elementos tomados en forma separada y a la vez sólo podrá comprenderse
el sentido del comportamiento de cada uno de sus elementos si lo situamos en el
contexto del conjunto.

Los teóricos afirman que entre el sistema y su ambiente se intercambia información,


pero no concebida como “noticia” sino como flujos de intercambio, que pueden ma-

4
Bateson, G. (1984) (pp. 15) La Nueva Comunicación. Ed. Kairos. Madrid.

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Tecnicatura en Periodismo

terializarse en cualquier elemento, de acuerdo al sistema del que estemos hablando.


Información en este caso también es un concepto abstracto y se refiere a dos proce-
sos básicos de intercambio que el sistema mantiene con su entorno:
● La salida o pérdida de información que se produce por su funcionamiento
natural y que denominan entropía.

● Y la entrada o recupero de información que se llama homeostasis.

La explicación de estos procesos, permanentes y que permiten al sistema mantener


su equilibrio, se sustentan en las leyes de la termodinámica5 , enunciadas por Clau-
sius en 1865, una de las cuales (Primera Ley) indica que “la energía en el mundo
es constante”, en otras palabras la cantidad de energía que hay en el mundo puede
transformarse, pero permanece global y cuantitativamente la misma. Sin embargo,
aunque haya igual cantidad, desde el punto de vista de la calidad, la energía tiende
al caos o al desorden (ausencia de cualquier orden), en parte por el movimiento del
calor y en parte por los diferentes tipos de átomos y moléculas mezcladas al azar,
en vez de estar bien separadas. 6

Cuando se aplican estos conceptos a lo social, se deriva de ellos la noción de or-


den, como cualidad y como necesidad de la organización social. Como la calidad del
orden se degrada si se deja librada a sí misma, tiende a ser menos ordenada porque
la entropía se vincula con la “información que falta”, se vuelve necesario hacer inter-
venir una fuente de energía supletoria para que el sistema no se degrade. Wiener
afirmará que “igual que la cantidad de información en un sistema es una medida
del grado de organización, la entropía de un sistema es una medida de su grado de
desorganización: la una es simplemente el negativo de la otra”.7

Así la sociedad, la familia, los individuos son vistos como entidades complejas y
organizadas, sistemas compuestos por elementos en interacción, que poseen un
output o tendencia a la desorganización, que requiere de inputs de información
para conservar el orden. Y de este razonamiento se deriva la idea de causalidad cir-
cular, opuesta a la causalidad lineal, que consiste en pensar que cuando diferentes
elementos están en interacción, en cualquier punto del sistema, el comportamiento
de un elemento es una “causa” para el elemento que lo sigue en el lazo o el circuito
de interacción.

Para precisar estos conceptos analicemos


el siguiente cuadro.

5
Según Petit Robert la termodinámica es una rama de la física y de la química que estudia las relacio-
nes entre la energía térmica (calor) y la mecánica (trabajo) y las leyes generales de los fenómenos que
impliquen intercambios o transformaciones térmicas.
6
Wittezaele, Jean-J. y García, T (1994) (pp. 82- 84) La Escuela de Palo Alto. Historia y Evolución de las
ideas esenciales. Ed. Herder. Barcelona.
7
Wiener, N. (1948) Cybernetics: or control and communications in the animal and the machine. Mit Press.
Cambridge, Mass. 1965; trad. Cat. Cibernética, Ediciones Científique Catalanes, Barcelona 1986.

16
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Ahora revisaremos estos primeros conceptos


de la materia, desarrollando la
primera actividad.

Actividad de Autoevaluación 1

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) ¿En qué contexto histórico y político surge el Círculo de Viena?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿En qué consisten sus principales aportes a la epistemología positiva?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿Qué propone la Teoría de Sistemas en cuanto al análisis de la realidad social?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) Aplique al modelo de la Teoría de Sistemas las leyes de la termodinámica


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

Envíe sus conclusiones al tutor a través de


la Sección Mensajería interna
del Aula virtual.

Ahora sí continuemos con el


siguiente tema.

Corrientes psicológicas emergentes

Conductismo Psicológico

Una de las corrientes psicológicas que acompañan y dan fundamento a las ideas
que sobre comunicación desarrollan las diferentes escuelas norteamericanas es el
Conductismo, cuyo origen debe ubicarse hacia fines del siglo XIX y principios del
XX. El principal objetivo – de allí su nombre – es estudiar la conducta objetiva en
situaciones de experimentación. Se considera aquí objetiva a toda aquella conducta
que puede ser observada, medida y cuantificada de algún modo. La conducta debía
ser tan objetivamente estudiada como una máquina.

Nidia C. Abatedaga 17
Tecnicatura en Periodismo

Las diferentes conductas que los hombres


desarrollaban frente a similares circunstancias,
hacen que los autores de estas corrientes
se pregunten ¿Por qué los hombres
actúan como lo hacen?

Uno de los principales referentes fue John Watson (1878 – 1958), quién propuso dar
respuesta a la pregunta afirmando que no eran los deseos ni los instintos lo que im-
pulsaba a los hombres a actuar, sino que prefirió explicarlas por la vía de los reflejos
condicionados y el aprendizaje.

Ej.
Estos psicólogos partían de suponer que la especie humana no nacía con capacidades, ras-
gos o predisposiciones especiales. Lo heredado sólo incide en el aspecto biológico y al fun-
cionamiento de algunos reflejos, por ejemplo el estornudo en tanto respuesta a una irritación
nasal. Las personas actúan porque aprendieron a responder de determinado modo, mediante
procesos de condicionamiento, lo que somos depende enteramente de lo aprendido y como
lo aprendido puede desaparecer, la conducta humana está sujeta a cambios perfectibles,
cuando se la condiciona adecuadamente.

Basado en los experimentos del médico Ivan Petrovick Pavlov (1849 -1936), 8 Wat-
son sostenía que los procesos de condicionamiento, dados a partir de los reflejos in-
natos, eran los que explicaban la adquisición de pautas de conductas y hábitos cada
vez más complejos. Por lo tanto, las conexiones estímulo / respuesta que forman el
acto correcto son reflejos condicionados. A la vez, cada respuesta produce sensa-
ciones que se convierten en estímulos condicionados para la respuesta siguiente, y
se conforma así una secuencia de conexiones estímulo / respuesta condicionadas.

Pavlov dejó establecidos ciertos principios


respecto del condicionamiento de las
conductas animales, que fueron llevados
a los comportamientos humanos.

Tales principios pueden sintetizarse así:

● Principio de frecuencia: para que un proceso de condicionamiento llegue a


establecerse con eficacia, los estímulos condicionales deben ser frecuentes. No
alcanza con un solo estímulo para lograr el aprendizaje.
● Principio de recencia: la aplicación del estímulo debe ser reciente en el tiempo
(el sonido debe presentarse segundos antes o junto con la comida), nunca des-
pués o pasado el tiempo porque no se produce la asociación.
● Principio de extinción: lo aprendido se extingue si los condicionamientos no
son repetidos.

8
Pavlov partió de observar una reacción innata en los perros: la salivación que producían ante la presen-
cia de carne. Esta salivación es una respuesta no aprendida, sino refleja. Su experimento consistió en
hacer pasar hambre a los perros durante dos o tres días, después de lo cual hacía sonar una campanilla
o silbato a modo de condicionamiento y unos segundos después les entregaba carne. Al principio el
animal no salivaba ante los sonidos, pero con sucesivas experiencias en las que se asociaba el estímulo
sonoro a la carne, los perros empezaron a salivar con el sólo estímulo del sonido, aún sin la presencia
de la carne. Las conclusiones fueron que el perro aprendió que al sonido seguiría pronto la comida y por
lo tanto los reflejos salivares habían sido condicionados a responder ante la presencia de un estímulo
nuevo, en este caso, el sonido.
Fernández, José (1995) “Conductismo”. Trabajo realizado para la materia Psicología y Comunicación
de la Escuela de Ciencias de la Información. UNC. Mimeo.

18
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

● Principio de recuperación espontánea: si el animal extinguió la respuesta de


la salivación ante el sonido, y posteriormente se reanuda el proceso asociativo,
el animal recupera rápidamente el aprendizaje anterior, no necesitando múltiples
exposiciones.
● Principio de generalización: existe la tendencia a reaccionar con la respuesta
condicionada, ante la presentación de estímulos similares (aún no idénticos).
● Principio de discriminación: el animal aprende a responder sólo a sonidos
similares y determinados, no a otros de timbre diferente (por ejemplo un golpe
de tambor en vez del timbre o la campana)

Los razonamientos y principios aquí expuestos están aún vigentes, no sólo en Esta-
dos Unidos, sino que en diversas regiones del planeta aún se continúan utilizando.
Muchos sostienen que los seres humanos poseemos infinita variedad de posibles
conexiones asociativas aprendidas en el curso de nuestro desarrollo, que varían
en función de los elementos puestos en juego, de la edad, la condición social, el
sexo, la cultura de origen, etc. pero todos establecemos asociaciones a veces más
simples, otras veces más complejas, en función de ciertos elementos puestos en
juego.9

La aplicación de esta corriente psicológica puede rastrearse en ámbitos educativos,


específicamente en Teorías acerca de la educación que proponen estos principios como
base de los procesos de enseñanza – aprendizaje, así como dan sustento a las más
clásicas Teorías de la Comunicación norteamericanas, como veremos más adelante,
específicamente el modelo propuesto por Harold Lasswell.

Continuemos con la lectura…

La psicología de las masas

Estas corrientes psicológicas no estudiaban ya la conducta individual de las per-


sonas, sino que estaban muy preocupadas por dar alguna explicación a los fenó-
menos de masas. Recordemos que hacia fines del siglo XIX y principios del XX las
Revoluciones Industriales habían concentrado grandes cantidades de personas en
centros urbanos, debido, esencialmente a la aparición de la producción masiva en
fábricas y centros de producción seriados.

A los ojos de los psicólogos ocupados en este fenómeno, las masas aparecían
como una amenaza real o potencial para toda la sociedad. En un ensayo denomi-
nado La multitud criminal que Scipio Sighele (1868-1913) publicó en Turín, en el
año 1891 el Sociólogo extrapola la psicología individual a la psicología colectiva,
agrupando bajo el concepto de “crímenes de la masa” todas las que considera “vio-
lencias colectivas de la plebe”, incluyendo allí las huelgas obreras y los disturbios
públicos. La explicación que da este autor al hecho de que se agrupen en masa los

9
Fernández, José: “Conductismo”. Trabajo realizado para la materia Psicología y Comunicación de la
Escuela de Ciencias de la Información. UNC. Mimeo. 1995.

Nidia C. Abatedaga 19
Tecnicatura en Periodismo

individuos y a que haya dirigentes y dirigidos, hipnotizadores e hipnotizados es la


“sugestión”. La segunda edición de su obra trata ampliamente las nuevas “formas de
sugestión” representadas por los órganos de prensa, describiendo a los periodistas
como dirigentes y a los lectores como “la escayola en la que su mano deja su hue-
lla”. Aparecen así el contagio, la sugestión y la alucinación como los factores que
transforman en autómatas o sonámbulos a los individuos tomados de la masa.10

Otro de los científicos que realizó aportes sustantivos al abordaje del fenómeno de
las multitudes fue el médico psicopatólogo francés Gustave Le Bon (1841-1931).
Analizó el comportamiento de las masas en su texto Psychologie des foules de
1895, donde muestra su posición contraria a las ideologías igualitarias, condenando
todas las formas de lógica colectiva, que interpreta como una regresión a la evolu-
ción de las sociedades humanas. Su argumentación radicaba en la idea de “alma de
las masas”, que era un ente autónomo respecto de los individuos. Este concepto se
encuentra asociado a sus análisis del carácter impulsivo, no racional de los pueblos
inferiores y del remanente de las sociedades civilizadas: los niños y las mujeres,
porque había un “alma de la raza” con las características mencionadas.11

Un aporte muy pertinente a las teorías de la comunicación norteamericanas fue el


que realizó el magistrado Gabriel Tarde (1843-1904). Sostendrá que el análisis de
las masas, en tanto concebida como producto del contacto físico y el contagio psí-
quico debía ser reemplazada por la idea de públicos emergentes de la historia de los
medios de transporte y difusión “progresan en la sociabilidad”. Afirmaba que mien-
tras se puede pertenecer a una única masa al mismo tiempo, se puede formar parte
de varios públicos a la vez, y esto debía conducir a investigar las consecuencias en
los grupos tales como partidos, Parlamentos, agrupaciones científicas, religiosas,
profesionales, etc.

Tanto el Conductismo como la Teoría de las Multitudes contribuyeron desde la Psico-


logía Social a comprender el fenómeno de masas, que además de sorprender a los
teóricos de la época, los preocupaba profundamente. Esta preocupación se tradujo,
en muchos casos, en temor por cómo procederían estos grupos de personas, llama-
dos “masas” en ciertas circunstancias que fueron catalogadas de “peligrosas”.

Los teóricos que estudiaban la comunicación de masas tomaron los aportes de la


psicología social, tanto conductista como de las multitudes, para construir modelos
de comunicación eficaces o lo que es lo mismo, que garantizaran en alguna medi-
da, la modificación de las conductas y eventualmente las subordinara, evitando así
posibles desbordes indeseados. La psicología social es tributaria de muchos de
los supuestos que maneja la comunicación social para la elaboración de teorías y
modelos, tanto en el ámbito político (la propaganda) como publicitario e institucional
(Relaciones Públicas).

Antes de continuar, le sugerimos la siguiente


actividad que le permitirá evaluar su nivel de
comprensión de los temas desarrollados
hasta aquí.

10
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp. 19) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs. As.
11
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.20) Óp. Cit.

20
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Actividad de Autoevaluación 2

Considerando las Teorías Psicológicas, podría responder las siguientes preguntas:

1) ¿Cuál es el supuesto básico del Conductismo respecto de por qué las personas actúan
como lo hacen?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿Cuáles son los principios del condicionamiento de las conductas animales y humanas, de
acuerdo al conductismo?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) Compare las explicaciones que proporcionan Scipio Sighele y Gustav Le Bon sobre el
comportamiento de las masas. Indique diferencias y similitudes
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) ¿Qué aportes realiza Gabriel Tarde al análisis de las multitudes?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

Envíe sus conclusiones al tutor a través


de la Sección Mensajería interna del Aula virtual.

Los aportes teóricos de la economía y la so-


ciología El funcionalismo

La hegemonía del Liberalismo Económico

En el ámbito de la Economía, el surgimiento de corrientes que comulgaran con las


ideas sistémicas fue anterior al siglo XIX. Probablemente debido a que las Revo-
luciones Industriales de origen británico tuvieron una impronta esencialmente eco-
nómica, las corrientes de pensamiento liberal no se hicieron esperar para producir
elaboraciones que explicaran y favorecieran el afianzamiento del capitalismo.

Entre las corrientes de teoría económica contemporáneas de las Revoluciones In-


dustriales, cuyas consecuencias se veían ya con claridad durante los inicios del

Nidia C. Abatedaga 21
Tecnicatura en Periodismo

siglo XX se deben mencionar como precursor el liberalismo de Adam Smith (1723-


1790). La libertad de los mercados y la autonomía de desenvolvimiento que les
ofrece la Ley de la oferta y la demanda sólo regulada por una “mano invisible”,
aparecen como las condiciones suficientes para el desenvolvimiento del naciente
capitalismo.

La aparición de “las masas” es consecuencia de la concentra-


ción de la población en ciudades, ahora centros de producción,
privilegiadamente desarrollados alrededor de las fábricas. Mat-
telart afirmará que entre la opulencia y el crecimiento, Inglaterra El trabajo colectivo que se desarrolla
ha hecho ya su “revolución de la circulación”, que comienza a en el seno de las fábricas, su posterior
integrarse naturalmente en el nuevo paisaje de la revolución in- división y sectorización, y la paulatina
necesidad de expansión de los mer-
dustrial en curso. cados para la colocación de mercan-
cías, ahora producidas masivamente,
Más adelante en el tiempo, se incorporará el modelo de flujos a hacen del desarrollo de las vías de
la escuela de Economía Clásica inglesa, en especial los análi- transporte y comunicación (vías flu-
sis de John Stuart Mill (1806-1873), que prefiguran un modelo viales, marítimas y terrestres) una ne-
cesidad crucial.
cibernético de los flujos materiales con los flujos feedback del
dinero como información. 12

Para la misma época Francia en cambio, se encuentra aún en un proceso de unifi-


cación interna, debido a que conserva muchas características propias de los reinos
agrícolas. Los pensadores del momento como Francois Quesnay (1694-1774) y
la escuela de Fisiócratas, propulsores de la máxima “laissez faire, laissez passer”,
típicamente liberal y proclive a creer necesario que los mercado “fluyan” libremente,
sostenían que el sólo intercambio tenía un poder creador. De allí que proclamen la
necesidad de neutralizar al reino agrícola (muy consolidado durante el Feudalismo)
y liberar los flujos de bienes y de mano de obra, paralelamente a llevar a cabo una
política de construcción y mantenimiento de las vías de comunicación.

Quesnay presta atención al conjunto de circuitos del mundo económico que trata
de aprehender como “un sistema”, una “unidad”. Este médico, con base en sus
conocimientos sobre la circulación de la sangre, traslada esta idea a una represen-
tación gráfica de la circulación de las riquezas en un Cuadro Económico de 1758.
Allí reproduce figuras geométricas en zigzag, en la que se entrecruzan y enredan
las líneas que expresan los intercambios entre la tierra y el hombre, por un lado, y
entre las tres clases que componen la sociedad por el otro. Se desprende una visión
macroscópica de una sociedad de “flujos”, liberados a partir de 1789, durante la
burguesa Revolución Francesa.13

Antecedentes en la naciente Sociológica

El padre de la Sociología, como se denomina a Emile Durkheim fue el emergente


de un movimiento intelectual que lo antecedió desde fines del 1700, periodo durante
el que se produce la Revolución Francesa (1789), proceso revolucionario que a la
vez que marcó un hito que modificó sustancialmente las estructuras precapitalistas
(feudales y monárquicas), junto con las Revoluciones Industriales fueron el ambien-
te donde se empieza a pensar lo social como un objeto necesario de ser investigado,
por cierto con supuestos cientificistas propios del positivismo.

12
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp. 20) “Historia de las teorías de la comunicación”. Ed. Paidós.
Bs. As.
13
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.14) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs.
As.

22
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Entre los antecesores más importantes se puede mencionar a Saint Simón (1760-
1825), quién identificaba a la ciencia de la sociedad como una reproducción de las
ciencias naturales, de allí que la denominó “Fisiología social”. Esta “ciencia de lo
social” tenía claras aspiraciones tendientes a lograr un conocimiento de las leyes
generales que rigen todas las manifestaciones de la vida social.14

“Sin embargo, quien le otorga el nombre a la Sociología (inventor del vocablo) fue
el francés Augusto Comte (1798-1857), además de establecer que esta disciplina
debía estudiar los fenómenos sociales (…) considerados con el mismo espíritu que
los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos a leyes
naturales invariantes, cuyo descubrimiento es el objeto especial de la observación.
En consonancia con los preceptos positivistas, este autor elabora la “ley de los tres
estadios”, según la cual las sociedades humanas atraviesan por etapas preesta-
blecidas o “estadios” que no sólo se suceden con la inexorabilidad de las estacio-
nes, sino que expresan el progreso, entendido como desarrollo positivo. El estadio
“Teleológico” basado en la creencia en poderes sobrenaturales es sucedido por el
estadio “Metafísico”, en el que las creencias se reemplazan por fuerzas abstractas
como la “naturaleza” para llegar al estadio “Positivo” que pone el conocimiento cien-
tífico del mundo en el lugar que antes ocuparon la religión y la metafísica”.15

En Inglaterra, Herbert Spencer (1820-1903) sostendrá que el universo (no sólo las
sociedades) tiene un principio rector, consistente en la paulatina integración de la
materia en un todo coherente en el que confluyen la quietud y armonía. Esta idea
metafísica, aplicada a la sociedad, supone una evolución orientada a una mayor es-
tabilidad de las sociedades. A este supuesto Spencer agregará la idea evolucionista
de la “supervivencia del más apto”, lo que en términos sociales significa que sobre-
viven los componentes que mejor se ajustan al entorno. Esto último contribuyó al
desprestigio de sus ideas, debido a las consecuencias políticas y prácticas, que en
ocasiones puede derivar en estados de cosas contrarios a nuestra idea de justicia
o dignidad humana.16

Veamos los aportes de esta corriente.

Funcionalismo sociológico

Esta corriente sociológica cuyos orígenes vinculamos a Emile Durkheim (1858-


1917) porque fue quien con más rigor propuso, en clave positivista, un objeto y
un método para la Sociología y así consolidar su estatuto “científico”. Con suma
claridad expuso en una de sus obras “Nuestro objetivo principal es extender el ra-
cionalismo científico a la conducta humana”17

“En un análisis breve de su propuesta, el Dr. Javier Cristiano analiza que el primer
paso que realizó este autor fue diferenciar el objeto de la Sociología respecto de la
Psicología. Para esto rechazó las ideas que hacían de la Sociología una extensión
de la Psicología, destacando el carácter “sui géneris” (su propio género) de los

14
Cristiano, Javier Sobre el origen y la naturaleza de las Teorías sociológicas en Von Sprecher, R. (2005)
(pp.18) “Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos”. 3° edición. Ed. Brujas. Cba.
15
Comte, A. en Von Sprecher, R. (2005) (pp.18) Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos”. 3°
edición. Ed. Brujas. Cba.
16
Cristiano, J. en Von Sprecher, R. (2005) (pp. 18) “Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos”. 3°
edición. Ed. Brujas. Cba.
17
Durkheim, E. en Von Sprecher. Von Sprecher, R. (2005) (pp. 85) Teorías Sociológicas. Introducción a
los clásicos. 3° edición. Ed. Brujas. Cba.

Nidia C. Abatedaga 23
Tecnicatura en Periodismo

hechos sociales. En tanto el objeto de la Ciencia Sociológica, los hechos sociales


se caracterizan centralmente por ser hechos colectivos, que trascienden la vida de
los individuos particulares y por lo tanto son “exteriores” a los individuos además de
tener una existencia independiente de su voluntad”. 18

“Así caracterizados, los hechos sociales deben ser metodológicamente tratados


“como cosas”, sus explicaciones deben buscarse en otros hechos sociales (no en
causas individuales) y se ocupó de distinguir “causa” (eficiente que lo provoca) de la
“función que cumple”. Se encuentra aquí una clara tendencia a reproducir las visio-
nes organicistas, que otorgaban a la sociedad una equivalencia con los organismos
biológicos, tanto en la idea explicar los hechos sociales en orden a sus funciones,
como en el énfasis puesto en dar cuenta de aspectos vinculados a la diferenciación
e integración social. En particular la integración sistémica constituye una de las te-
sis básicas del funcionalismo, que indica que las partes analíticamente distinguibles
de cualquier sociedad o cultura tienen que armonizar con el resto del sistema”.19

De esta mirada sobre lo social, Durkheim deriva la idea de “solidaridad social”, no


vinculada con el uso corriente (ser solidario con…) sino con la acepción de “unidad”
y “cohesión entre las partes de la sociedad20 . Esta idea de solidaridad, concebida
como combinación de diferenciación e integración parte del supuesto de la capaci-
dad del sistema para el mantenimiento de las unidades sociales que lo componen
(por ejemplo grupos religiosos, asociaciones profesionales) mediante la integración
moral. En este punto la conciencia colectiva es uno de los conceptos centrales de
Durkheim: son los estados de conciencia comunes a todos (por lo tanto de ningún
individuo en particular), que a medida que la sociedad se complejiza va adquiriendo
mayor indeterminación y abstracción. Las creencias religiosas, por ejemplo, son un
elemento crucial de la conciencia colectiva de todas las sociedades conocidas, y
como otras formas de conciencia, tienen un efecto sancionatorio, obliga al individuo
a hacer ciertas cosas y a no hacer otras.

Para este autor, existe una fuerza superior, objetiva, que los individuos perciben
como tal, y que por lo tanto es completamente real. Pero la objetividad de estos
fenómenos (como las experiencias religiosas) no reside más que en la sociedad,
como fuerza colectiva que trasciende las conciencias individuales y se impone sobre
ellas en la forma de obligaciones, deberes, criterios morales, etc.21

Talcott Parsons (1902-1979) sociólogo estadounidense que dio origen al estructural


funcionalismo en ese país, tomó de Durkheim la tesis sobre la importancia nuclear
del sistema de valores y del orden normativo para el sistema social.22 Sus textos (La
Estructura de la acción Social, de 1937 y El Sistema Social de 1951, entre otros)
sirvieron tanto para difundir las teorías europeas en EEUU como para profundizar el
estudio de la estructura social, a la que atribuyó la capacidad de mantener un equili-
brio dinámico, en un orden mantenido por los diversos elementos sociales.

A este autor no sólo interesaba el sistema social en sí mismo, sino también su rela-
ción con otros sistemas, como el sistema de acción, el sistema cultural y sistema de
la personalidad. Los cuatro conformaban los imperativos funcionales del Sistema
AGIL23 y realizaban una gran variedad de funciones positivas recíprocas, en relacio-

18
Von Sprecher, R. (2005) (pp.87) Óp. Cit.
19
Bottomore, T y Nisbet, R (1988) Historia del análisis sociológico. Ed. Amorrortu. Bs. As.
20
Cristiano, J. (2005) (pp.100) “Sobre el origen y la naturaleza de las Teorías sociológicas” en Von Spre-
cher, R. (2005) Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos. 3° edición. Ed. Brujas. Cba.
21
Cristiano, Javier (2005) (pp.110) Sobre el origen y la naturaleza de las Teorías sociológicas en Von
Sprecher, R. (2005) Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos. 3° edición. Ed. Brujas. Cba.
22
Bottomore, T y Nisbet, R (1988) (pp. 373) Historia del análisis sociológico. Ed. Amorrortu. Bs. As.
23
Siglas en inglés que al traducirlas significan A = Adaptación, G = capacidad para alcanzar metas, I =
Integración, L = Latencia.

24
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

nes intersistémicas que definidas por la cohesión, el consenso y el orden.

Robert Merton uno de los discípulos sobresalientes de Parsons fue un teórico fun-
cionalista particularmente importante para los estudios sobre Comunicación Social
que desarrolló la Mass Communication Research, sobre todo por su vinculación con
Paul Lazarsfeld. Una de las críticas más contundentes que hizo a su maestro con-
sistió en que los postulados funcionales sobre los que Parsons basó sus estudios,
no se sostenían en análisis empíricos, sino en sistemas teóricos abstractos.

Para superar este problema propuso las teorías de alcance medio que focalizaban
el análisis estructural – funcional en grupos, organizaciones sociedades o culturas
concretas. “La teoría intermedia se utiliza principalmente en sociología para guiar la
investigación empírica. Es una teoría intermedia a las teorías generales de los sis-
temas sociales que están demasiado lejanas de los tipos particulares de conducta,
de organización del cambio social para tomarlas en cuenta en lo que se observa, y
de las descripciones ordenadamente detalladas de particularidades que no están
nada generalizadas”.24

Coherente con la visión sociológica que no atiende a funciones subjetivas o ra-


zones individuales para describir los fenómenos, Merton desarrolló los conceptos
de funciones entendidas como “las consecuencias observadas que favorecen la
adaptación o ajuste de un sistema dado, las disfunciones, como las consecuen-
cias negativas de las estructuras o instituciones podían tener para el sistema social,
las no funciones, definidas como consecuencias irrelevantes para el sistema. Así
mismo desarrolló las nociones de funciones manifiestas, que son intencionadas y
las funciones latentes son aquellas no intencionadas”.25

La mayor parte de estos conceptos


serán utilizados para explicar las funciones
sociales que los Medios Masivos de
Comunicación pueden tener en el
sistema social.

El énfasis puesto por muchos autores en un análisis sistémico aplicados al estudio


de la difusión masiva a través de los Medios que sobre todo en EEUU abonó el
desarrollo del Funcionalismo y posteriormente del Estructural – funcionalismo obe-
dece, entre otras razones a que hacia mediados del siglo XX se abandonó el para-
digma psicológico conductista o behaviorista, profundizándose las investigaciones
a partir del paradigma funcionalista.

A juicio de Rodrigo Alsina, la ideología conductista no era muy bien aceptada por la
ideología capitalista porque mostraba una imagen de los Medios de Comunicación
que podría provocar el intervencionismo. Las principales empresas de comunica-
ción norteamericanas no potenciaron las investigaciones behavioristas debido, cen-
tralmente a que al aparecer los Medios con poder y los sujetos débiles, se hacía ne-
cesario vigilar, reglamentar y controlar su contenido y accesibilidad a los públicos.

Por lo tanto, no deseaban potenciar investigaciones que tendían a demostrar los


efectos nefastos de los Medios, sino más bien, en función de que sus intereses es-
taban centrados en afinar estrategias de comercialización para aumentar el número
de consumidores y conquistar una parte creciente del mercado y de la publicidad,

24
Merton, R. (1995) (pp. 58) Manifiest and Latent Functions en Ritzer, George: Teoría Sociológica Con-
temporánea. Ed. McGraw-Hill. Madrid.
25
Merton, R. (1995) (1995) (pp. 129) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 25
Tecnicatura en Periodismo

el Funcionalismo fue una corriente que se ajustaba más a los intereses de las em-
presas de comunicación. También favorecía los sistemas políticos debido a que una
teoría que ponga de manifiesto la capacidad de manipulación de la propaganda po-
lítica puede poner en crisis el propio sistema democrático, en el que se supone que
las personas eligen libre y conscientemente a sus representantes.26

La visión funcionalista se asienta en dos elementos fundamentales:

a) La sociedad está compuesta por individuos libres, racionales y autónomos.

b) La sociedad es en realidad un mercado libre de ideas o mensajes. El funciona-


lismo, reforzando estos principios en Norteamérica, sintonizó perfectamente con
esa sociedad. Al proponer que los Medios son simples instrumentos de difusión
(ocultando sus posibles consecuencias nocivas), cubren las necesidades de los
consumidores. La autorregulación del mercado, con el libre juego de la oferta y la
demanda alcanza para explicar el funcionamiento social y es una prueba más del
pluralismo de la sociedad capitalista. La facultad de escoger libremente equivale
a la democracia.

Antes de continuar le proponemos la


siguiente actividad. Envíe sus conclusiones
al tutor a través de la Sección Mensajería
interna del Aula virtual.

Actividad de Autoevaluación 3

Después de leer los aportes de diferentes disciplinas, ¿podría responder?:

1) ¿Qué aportes realizan los diferentes autores de la Economía a la idea de “libertad de los
mercados”?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Cómo conciben la realidad social Comte y Spencer?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

3) Explique cómo entiende Durkheim el funcionamiento de la sociedad.


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

4) ¿Qué diferencias puede establecer entre Durkheim y Merton?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

26
Attallah (1991) (pp. 63) en Alsina, M. “Los modelos de la Comunicación”. Ed. Tecnos. Madrid.

26
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

5) ¿Qué conceptos aporta Merton, útiles para comprender la función de los Medios en la
sociedad?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

La Mass Communication Research norteame-


ricana

Esta escuela de pensamiento nace alrededor de las décadas


de los años ´40 y ´50 en EEUU, en un contexto signado por
la puja entre potencias que desembocará en la Segunda Gue-
También es necesario destacar que rra Mundial atravesando la historia de Europa. Del otro lado del
en este periodo se consolidan dos continente existe un compromiso sostenido de EEUU para uti-
importantes Medios Masivos de Co-
municación, como son la radio, el cine
lizar el potencial científico en todas las áreas con el objetivo de
y empiezan a aparecer en la escena fortalecer su plan bélico de intervención en la guerra.
pública los primeros ensayos que per-
mitirán el desarrollo de la televisión.

En general el desarrollo de los Medios Masivos se produjo en un clima intelectual


donde predominaban un grupo de teorías pertenecientes a diversos campos que
aceptaban tácitamente, como sustrato común, los principios básicos del Positivismo
y por ende la importancia del conocimiento objetivo, experimental y legal. Algunas
de las teorías desarrolladas están brevemente descriptas aquí: el Conductismo en
Psicología, el Liberalismo en Economía y el Funcionalismo en Sociología.

Claro que si bien compartían un presupuesto


básico positivista, estos diferentes sectores
intelectuales fueron configurando matices
y diferencias en cuanto al desarrollo de
los conocimientos específicos.

En lo referente a la Comunicación, veremos que La Mass Communication de Es-


tados Unidos surge por una preocupación centrada en la emergencia de los Me-
dios como actores centrales en la propaganda partidaria y procesos electorales así
como en instancias de persuasión masiva, tanto política como publicitaria.

Experiencias como la de Orson Welles de 1938, que emitió por radio una versión
de la novela “La guerra de los mundos”, provocando pánico en la población que
confundió una radio novela con el informativo, mostraban un potencial mediático de
influencia sobre la población que no fue discutido por entonces. Poniendo el acento
en la capacidad manipuladora de los Medios de Difusión Masiva, estos aparecen
como “un nuevo tipo de fuerza unitaria – un sencillo sistema nervioso – que alcan-
zaba a todos los ojos y oídos, en una sociedad caracterizada por una organización
social amorfa y una escasez de relaciones interpersonales.”27

Lazarsfeld, (1979) en Alsina, M. (1995) (pp. 37) Los modelos de la comunicación. 2° Edición. Ed. Tec-
27

nos. Bs.As.

Nidia C. Abatedaga 27
Tecnicatura en Periodismo

La novedosa sociedad de masas de principios del siglo XX aparecía a los ojos de los
teóricos como un fenómeno tan novedoso como sospechoso, que muchos comen-
zaban a avizorar como un proceso donde reinaba la impersonalidad en las relacio-
nes entre individuos acompañado por un aislamiento psicológico. Esta percepción
hacía aparecer a la masa como fácilmente influenciable a través de estímulos.

Había, por lo tanto, un ambiente intelectual que aceptaba y reproducía la propuesta


del Conductismo Psicológico, y a los Medios como los canales ideales de influencia,
desde un polo concentrado y único de emisión, pasando por un Mensaje caracte-
rizado por ser público, rápido y transitorio para llegar a una masa de población no
individualizable, heterogénea y geográficamente dispersa.

La mirada biologicista de algunos autores como Harold Laswell se observa en las


similitudes que éste encuentra entre el comportamiento humano y el de algunos
animales: “Los procesos de comunicación de la sociedad humana, una vez exami-
nados detalladamente, revelan numerosas equivalencias con las funciones especia-
lizadas que se encuentran en el organismo físico y en las sociedades de animales
inferiores.”28

Entre los fundadores de esta Escuela se encuentran Harold Lasswell, Paul Lazarsfeld
(1901-1976), Kurt Lewin y Carl Hovland. Los modelos de difusión masiva que elabora-
ron algunos de estos autores ignoraron el razonamiento circular que proponía la Ciber-
nética a partir de la noción de retroacción o feed-back.

Harold Laswell (1902-1978)

Nació en Illinois y después de estudiar en la Universidad de Chicago, fue asistente


del Departamento de Ciencia Política. Más tarde, en 1946, fue profesor de la Uni-
versidad de Yale.

La publicación del libro Propaganda Techniques in the World War en 1927, donde
analiza los temas principales de la propaganda norteamericana, francesa, inglesa y
alemana entre 1914 y 1917, deja en evidencia a los Medios de Difusión masiva como
instrumentos indispensables para la “gestión gubernamental de las opiniones”.29

Centrándose, sobre todo en el conductismo psicológico para estudiar los fenómenos


de la propaganda política, considera a la audiencia un blanco amorfo que obedece,
según el binomio estímulo – respuesta, a los mensajes mediáticos. De allí que consi-
dere que los medios de difusión actúan como una “aguja hipodérmica” para provocar
un efecto o impacto directo e indiferenciado sobre individuos atomizados.

La elección de Roosvelt en EEUU en 1932 otorga un fuerte impulso a la política del


New Deal y con ella se imponen las técnicas de formación de la opinión pública (son-
deos de opinión) que intentaban movilizar a la población alrededor de los programas
del Welfare State para salir de la crisis.30

28
Alsina, M. (1995) (pp. 37) Óp. Cit.
29
Laswell, H. en Mattelart y Mattelart (1999) (pp. 28) Historia de las teorías de la comunicación. Ed.
Paidós. Bs. As.
30
Laswell, H. en Mattelart y Mattelart (1999) (pp. 29) Óp. Cit.

28
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Se interesaba sobre todo en “la influencia política de la comunicación sobre cues-


tiones político – ideológicas, en las características y funciones de los sujetos que
poseen influencia política, así como en los canales a través de los cuales estos se
comunican, ejerciendo con ello dicha influencia”31.

Con la fórmula ¿Quién dice qué, por qué canal, a quién y con qué efecto? de 1948
se abrieron numerosos sectores de investigación: “análisis del control”, “análisis de
contenido”, “análisis de medios o soportes”, “análisis de audiencias” y “análisis de
efectos”, de los cuales en la práctica se otorgó prioridad al análisis de efectos y de
contenidos. Este último campo de investigación aspira a realizar descripciones objeti-
vas, sistemáticas y cuantitativas del contenido manifiesto de las comunicaciones.

El modelo también conlleva los supuestos del positivismo, y por lo tanto pro-
pone un esquema que responda a los principios científicos de la observación
y la experimentación32 :

1) Un sujeto estimulador (quién) que genera los estímulos buscando una


clase de respuestas en el sujeto experimental.

2) Unos estímulos comunicativos (qué) que originan una conducta comuni-


cativa.

3) Unos instrumentos (en qué canal) que hacen posible la aplicación de los
estímulos comunicativos.

4) Un sujeto experimental (a quién) que recibe estos estímulos y va a reac-


cionar respecto de ellos.

5) A estos estímulos comunicativos corresponden siempre unas respuestas


(con qué efectos).

Según Lasswell, el proceso de comunicación de los medios cumple tres fun-


ciones principales en la sociedad, enmarcadas en principios claramente sis-
témicos:

a) La vigilancia del entorno, revelando todo lo que podría amenazar o afectar


al sistema de valores de una comunidad o de las partes que la componen.

b) La puesta en relación de los componentes de la sociedad para producir


una respuesta al entorno.

c) La transmisión de la herencia social.

“El planteo será posteriormente cuestionado, sobre todo porque supone una des-
cripción de la sociedad de masas en la que la iniciativa aparece exclusivamente del
comunicador y los efectos se ejercen exclusivamente sobre el público”.33 “La inten-

31
Alsina, M. (1995) (pp. 35) Los modelos de la Comunicación. Ed. Tecnos. Madrid.
32
Alsina, M. (1995) (pp. 31). Óp. Cit.
33
Alsina, M. (1995) (pp. 40) Los modelos de la Comunicación. Ed. Tecnos. Madrid.

Nidia C. Abatedaga 29
Tecnicatura en Periodismo

cionalidad manipuladora de un emisor esencialmente activo, aparece produciendo


efectos sobre una masa que se cree reacciona de un modo homogéneo. La impo-
tencia del receptor es tan indiferenciada y se visualiza tan psicológicamente aislada
que aparece incapaz de generar una respuesta autónoma. De hecho, el modelo
ignora por completo la noción de feed – back, que ya tenía un claro desarrollo en el
ambiente de las ciencias sociales.

“El modelo descripto no plantea la comunicación como un proceso, sino como un


“acto comunicativo”, lo que impide concebirla como un mecanismo dinámico con sus
elementos interrelacionados. Sin embargo tuvo la gran virtud de lograr una primera y
necesaria delimitación de los componentes del proceso comunicativo y esto significó
una estabilización teórica de las investigaciones en comunicación de masas. La co-
munidad científica lo aceptó y lo consideró un modelo adecuado para la descripción
del acto comunicativo, a la vez que permitía ordenar sus elementos esenciales”.34

Entre las críticas que le realizaron


figura una mirada desintegradora del acto
comunicativo, ya que no establece interrelaciones
entre las distintaspreguntas, produciéndose así
un estudio compartimentado.

Paul Lazarsfeld (1901-1976)


En el contexto intelectual de los años ´40 de Estados Unidos, existía algún tipo de
competencia entre la Escuela de Chicago que representaba el funcionalismo de
Talcott Parsons, quien cumplía una función propiamente ideológica por el ambiente
de la Guerra Fría y la Universidad de Columbia, donde se encontraba fortalecido el
empirismo de Paul Lazarsfeld.

La administración de aquel país utilizó el potencial científico en el esfuerzo bélico de


la 2° Guerra Mundial y posteriormente, con el comienzo de la competencia interna-
cional con Rusia (Guerra Fría) la comunicación y la propaganda fueron elementos
de suma importancia. En ese marco, Lazarsfeld fundó una de las instituciones más
influyentes en la investigación de Estados Unidos: la Oficina de Investigación Social
Aplicada de la Universidad de Columbia (Bureau of Applied Social Research), que al
final de la guerra tenía como principal cliente al Ministerio de Defensa de ese país.
Las relaciones de la Mass Communication Research no fueron sólo estatales, sino
también empresariales: la revista Journal of Communication creada en 1950 por la
Universidad de Illinois, tenía en su Consejo asesor a representantes de distintas
empresas multinacionales y a miembros de la Academia de las Fuerzas Aéreas Nor-
teamericanas.35

La consolidación del funcionalismo sociológico y el abandono del conductis-


mo psicológico que caracterizó el redireccionamiento epistemológico de las
investigaciones obedecen centralmente a que el primero jugó tres roles impor-
tantísimos en la política norteamericana:

a) Legitimar la existencia y funcionamiento de las empresas mediáticas, pun-


ta de lanza del imperialismo cultural de EEUU.

b) Recoger los principios fundamentales del capitalismo norteamericano, con


los supuestos del libre mercado e individuos libres y autónomos.

34
Moragas (1993) Sociología de la Comunicación de Masas. T I. Ed. G. Gilli. México.
35
Alsina, M. (1995) (pp.50) Los modelos de la Comunicación. Ed. Tecnos. Madrid.

30
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

c) Justificar la hegemonía económica, cultural y política de los EEUU después


de la 2° Guerra Mundial. Ante una Europa desvastada, un Japón derrotado
y una URSS encerrada en sí misma, Norteamérica se presenta como un
modelo de desarrollo a seguir por todos los países capitalistas.36

De origen vienés, Lazarsfeld llegó a los EEUU en 1935 con una beca de la Fun-
dación Rockefeller, donde desarrolló toda su actividad científica, era cercano al
Círculo de Viena (donde se originó el Positivismo Lógico) y se había formado en
la investigación experimental. Su éxito en el ámbito universitario se debe, además
de las vinculaciones con el Estado y con las multinacionales, a su capacidad de
integrar las tradiciones intelectuales europea y norteamericana, en cuanto a inves-
tigación social.

Ej. Sin embargo, no sintetiza la vinculación ideológico – académica que había tenido en Austria,
cercano a las ideas socialistas. El compromiso social que los pensadores pragmatistas de
la Escuela de Chicago tenían en los años ´30 está lejos de la mirada de Lazarsfeld, quien
les cuestiona, por ejemplo a Cooley y Park que analizaran los Medios como aparatos mo-
dernos, instrumentos para sacar a la sociedad de la crisis y conducirla hacia una vida más
democrática.

Más bien, Lazarsfeld toma una actitud de administrador, preocupado por sistemati-
zar instrumentos de medición y evaluación útiles a los gestores de Medios de comu-
nicación. Según se perfila en sus escritos, el sistema de la democracia norteameri-
cana no necesita perfeccionarse, por lo que no es necesario pensar la construcción
de una sociedad mejor, e incluso pensar en perfeccionar el sistema podría resultar
sospechoso de tentación totalitaria. Esta posición va dando lugar a la aparición
de otros polos universitarios que adquieren relevancia, básicamente Harvard, que
cuenta con teóricos prestigiosos como Talcott Parsons. Así, se forma un eje que
atraviesa Harvard y Columbia que constituyen una nueva concepción del abordaje
sociológico, aunque no compartan la vinculación que Lazarsfeld tenía a través de
los contratos, con el ámbito estatal y las empresas privadas.37

Lazarsfeld, junto con Robert Merton imparten docencia en la Universidad de Co-


lumbia, desde allí, y con el financiamiento que facilitó el director de la red radiofó-
nica CBS, Frank Staton (después director de la empresa de televisión del mismo
nombre), comienzan una investigación administrativa con una línea de estudios
cuantitativos sobre las audiencias. Su metodología priorizaba las encuestas repe-
tidas en un mismo grupo de personas, en un intento por realizar una formalización
matemática de los hechos sociales.

Ambos aplicaron los conceptos que había aportado Merton al análisis de los Medios
Masivos, deduciendo que éstos tenían funciones en el sistema social que colabo-
raban con la adaptación o ajuste del sistema, como así también descubrieron que
había disfunciones, como sucede con la “disfunción narcotizante”, que es el origen
de la apatía política de las grandes masas de la población.38

A poco de avanzar en las investigaciones los estudios de audiencia mostraban que


el público no era tan manipulable como se afirmaba, en virtud de lo cual empiezan a
incorporar variables que permitiesen comprender el comportamiento del público.

36
Alsina, M. (1995) (pp. 52) Óp. Cit.
37
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.34) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs.
As.
38
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.32) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 31
Tecnicatura en Periodismo

Un grupo de factores estuvieron directamente relacionados con la audiencia39 :

a) El interés y la motivación.

b) La exposición selectiva (los individuos tienden a exponerse a las infor-


maciones más afines con sus actitudes y a evitar aquellas que le son con-
trarias).

c) La percepción selectiva (según cierta predisposición cada individuo inter-


preta los mensajes recibidos para adecuarlos a sus actitudes y valores).

d) Memorización selectiva (los aspectos del mensaje coherentes con las


propias opiniones y actitudes son mejor memorizados que los demás).

Factores relacionados con el mensaje:

a) La credibilidad del comunicador.

b) El orden de las argumentaciones.

c) La exhaustividad de las argumentaciones (si se presenta un solo punto


de vista o varios).

d) La explicación de las conclusiones (o si se las deja implícitas).

En función de la atención puesta en el receptor las investigaciones que se realizan


y publican en 1944 y 195540 dejan en evidencia la importancia del “grupo primario”
y les hace comprender el valor del flujo de comunicación como un proceso en dos
etapas, en el que la función de los “líderes de opinión” resulta decisiva. A esto lo
denominaron “Two step flow” y considera que en un primer escalón están las per-
sonas relativamente bien informadas por estar directamente expuestas a los medios
de comunicación y en un segundo lugar, quienes frecuentan menos los medios y
dependen de las otras para obtener información.

La teoría de comunicación de “dos niveles” (Two Step Flow) supone que el hombre
no vive aisladamente, por lo que en vez de pensar que la efectividad de los medios
son el resultado de una acción directa de estos sobre un auditorio, considera que
la información circula desde los Medios a los líderes de opinión y desde allí a las
personas que son influidas por estos. Como los individuos forman parte de muchos
grupos, formales e informales, las relaciones interpersonales actúan como canales
de información, fuente de presión para adaptarse al modo de pensar del grupo y
como base de apoyo social.

Los líderes de opinión desempeñan un papel central en la formación de las


opiniones de los miembros del grupo, suelen tener mayor contacto con los
mass media o un mayor nivel de educación, y hacen de tamiz entre los Medios
y el grupo41 :

39
Alsina, M. (1995) (pp. 54-55). Óp. Cit.
40
En 1944 se publica The People´s Choice, estudio realizado por Lazarsfeld, Berelson y Gaudet, donde
pretenden medir la influencia de los medios en 600 electores de Erie Country, en Ohio, en ocasión de la
campaña presidencial de 1940. En 1955 se publica Personal Influence: The Part Played by People in the
Flow of Mass Communications, donde Lazarsfeld y Katz tratan el comportamiento de los consumidores
de la moda y el ocio, en especial en la elección de películas.
41
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.35) “Historia de las teorías de la comunicación”. Ed. Paidós.
Bs. As.

32
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

a) Una competencia reconocida por el grupo (líder polimórfico si la tiene en


varios ámbitos, líder monomórfico si lo tiene en un tema particular).

b) Es digno de confianza (no se le considera representante de un interés


ajeno).

c) En el contacto cara a cara, puede adaptar su mensaje a las característi-


cas de cada destinatario.

d) Puede recompensar en forma personal e inmediata a los que coinciden


con él.

Los grupos sobre los cuales los líderes tienen influencia pueden ser una familia,
grupos de familias de un barrio, estudiantes de una clase, grupos de trabajo u otros,
y de los sucesivos estudios que van realizándose van precisando la noción de
gatekeeper o controlador del flujo de información, función que asegura el líder de
información informal.

Estos estudios estaban preocupados por indagar las modalidades y motivaciones


con las que se forman las actitudes políticas y para ello utilizaron técnicas de panel,
que permitían estudiar los estadios sucesivos de la decisión en proceso de forma-
ción de la intención de voto inducidas por las campañas políticas. También hacían
extensibles las investigaciones a todo proceso de difusión de “innovaciones”, para
máquinas o fertilizantes, bienes de consumo o prácticas sanitarias. Los modelos co-
dificaban los escalones (conciencia, interés, evaluación, prueba, adopción o recha-
zo) que sirvieron de marco para determinar los modos de comunicación, de masas
o interpersonales más aptos para introducir esas innovaciones.

Alrededor de los años ´70 la sociología funcionalista asimiló los estudios etnográfi-
cos sobre la audiencia y la recepción, con lo que emerge la corriente denominada
de los Usos y Gratificaciones, interesada en la satisfacción de los usuarios y que
plantea esencialmente la pregunta acerca de ¿qué hace la gente con los medios?

Esta corriente es una superación de otros desarrollos como la “Teoría de los efectos
directos” (de base conductista y representada entre otros por Laswell) así como de
las teorías difusionistas, también denominadas “Teorías de los efectos indirectos
o limitados”, dentro de la cual se enrolaron los estudios de Agenda Setting. Esta
última afirma que los Medios no dicen lo que hay que pensar, sino en qué hay que
pensar, cumplen la función de un maestro de ceremonias, haciendo públicos aque-
llos temas que los Medios consideran deben ser objeto de debate en la sociedad.
La Teoría de Agenda Setting se incluyó dentro de la línea de los efectos limitados,
porque su propuesta no niega la existencia de redes de relaciones interpersonales
ni su función de mediadoras. Por lo tanto, se infiere que la influencia de los Medios
de comunicación se encuentra limitada, por la “selectividad” que poseen los recep-
tores, por lo indirecto de su carácter (hay relevos, no es directo el efecto) y por su
mediatez (el proceso de influencia necesita tiempo).

La Teoría de los Usos y Gratificaciones profundiza, en los años ´80 su propia


noción de lectura negociada, afirmando que el sentido y los efectos nacen de la
interacción de los textos y las funciones asumidas por la audiencia. Las decodifica-
ciones se vinculan con la implicación que las audiencias tienen, y esta implicación
depende de la forma en que diferentes culturas construyen la función del receptor.
Por esta razón es que no puede haber influencias directas ni recepciones pasivas
de los mensajes de los Medios.

Como se puede inferir de la lectura de las Teorías reseñadas, La Mass Communica-


tion Research privilegió la perspectiva que estudia la influencia de los Medios en el

Nidia C. Abatedaga 33
Tecnicatura en Periodismo

receptor, considerado como un individuo susceptible de algún tipo de manipulación.

Los aportes provenientes de la psicología colaboraron en identificar los mecanismos


internos y los procesos colectivos que permitieran a los mensajes lograr el propósito
previsto por un emisor intencionado. La economía contribuyó a comprender y asumir
como deseables los conceptos de equilibrio económico y de consumo masivo, que
justificaba tanto la búsqueda de eficacia política en los procesos eleccionarios, como
el éxito económico de las campañas publicitarias.

Por su parte la Sociología colaboró en la adopción de la idea de sistema y de la ne-


cesaria funcionalidad de las partes que lo componían. La Comunicación Social me-
diática se conformó en una de las más cotizadas y valoradas de esas “partes” que el
sistema requería para sostener el deseable equilibrio social, de allí que hubiera tanto
interés por parte de las empresas privadas y el Estado en subvencionar los estudios
que realizaron los autores para optimizar los modelos comunicacionales.

Antes de continuar le proponemos la siguiente


actividad. Envíe sus conclusiones al tutor
a través de la Sección Mensajería
interna del Aula virtual.

Actividad de Autoevaluación 4

De la lectura de autores de la Mass Communication Research, ¿podría responder?:

1) Explique los supuestos que conlleva el Modelo de Lasswell.


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Cómo relacionaría el Modelo propuesto con Lasswell con el Funcionalismo Sociológico


y el Conductismo Psicológico?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

3) Relacione los factores vinculados a la audiencia y al mensaje que toma Lazarsfeld con la
psicología de las multitudes de Gabriel Tarde.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

4) Explique cómo funciona la teoría del “líder de opinión”. Relacione con la Sociología de
Merton.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

5) Compare las teorías de “Usos y Gratificaciones” con la de “Agenda Setting”.


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

34
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Antecedentes epistemológicos de la escuela


de Palo Alto

El Pragmatismo

En general estas corrientes encuentran sus raíces en esta amplia perspectiva fi-
losófica que muy abreviadamente sostiene algunos principios tales como, prime-
ro, que la verdadera realidad no existe “fuera” del mundo real, sino que se crea
activamente a medida que actuamos dentro y hacia el mundo. En segundo lugar,
las personas recuerdan y basan su conocimiento del mundo sobre lo que se ha
demostrado útil para ellas. En tercer lugar las personas definen los objetos físicos
y sociales con los que tienen relación en el mundo de acuerdo con su utilidad para
ellas. Finalmente, para comprender a los actores es necesario comprender lo que
ellos hacen realmente en el mundo.

Según algunos autores existen dos tipos de pragmatismo:

● El Pragmatismo nominalista que se orienta a afirmar que aunque los


macrofenómenos existen, no tienen efectos independientes y determinan-
tes sobre la conciencia y la conducta de los individuos. Los actores son
individuos existencialmente libres que aceptan, rechazan, modifican o de-
finen las normas, los roles, las creencias de la comunidad de acuerdo con
sus intereses personales y planes del momento.

● La otra vertiente del Pragmatismo se denomina Realismo Filosófi-


co o Realismo Social y quienes sostienen esta orientación piensan que
lo importante es la sociedad y cómo constituye y controla los procesos
mentales de los individuos. Los actores no son libres y sus cogniciones y
conductas están controladas por el conjunto de la comunidad.

En general las perspectivas sociales aquí abordadas, incluidos los teóricos de la


Escuela de Palo Alto o lo que se denominó Universidad Invisible se inscriben dentro
de la primera corriente, esto es, el Pragmatismo nominalista. El único autor que no
puede encuadrarse dentro de ella es George Mead, porque su propuesta es más
coincidente con el Realismo Social.

Hermenéutica o Perspectiva Interpretativa

El supuesto básico que de este paradigma es la necesidad de comprensión del


sentido de la acción social en el contexto del mundo de la vida y desde la perspec-
tiva de los participantes. Para Vasilachis de Gialdino42 estos supuestos se pueden
desarrollar sintéticamente en cuatro aspectos43 :

42
Vasilachis de Gialdino y otros (1993) Métodos Cualitativos II. La práctica de la investigación. Centro
Editor de América Latina. Bs. As.
43
Vasilachis de Gialdino y otros. (1993) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 35
Tecnicatura en Periodismo

1) La resistencia a la “naturalización” del mundo social: a diferencia de


la naturaleza, la sociedad es una producción humana donde el análisis de
los motivos de la acción y de las normas, valores y significados sociales
prima sobre el de la búsqueda de la causalidad, de las generalizaciones y
de las predicciones.

2) La relevancia del concepto de mundo de la vida: este mundo constituye


el contexto en el que se dan los procesos de entendimiento, que propor-
ciona los recursos necesarios para la acción y que se presenta como
horizonte, ofreciendo a los actores patrones de interpretación.

3) El paso de la observación a la comprensión y del punto de vista ex-


terno al interno: la comprensión de la realidad simbólicamente prees-
tructurada de cada contexto requiere la función participativa del intérprete
que no “da” significado a las cosas observadas sino que hace explícita la
significación “dada” por los participantes.

4) La doble hermenéutica: los conceptos de segundo grado creados por los


investigadores para reinterpretar una situación que ya es significativa para
los participantes son, a su vez, utilizados por los individuos para reinterpre-
tar su situación convirtiéndose en nociones de primer orden.

Para el interpretativista la organización


es un fenómeno más bien subjetivo que objetivo
por ser una realidad socialmente construida
mediante la comunicación.

Esta línea tiende a centrarse mayormente en el análisis y comprensión de la comu-


nicación de la organización y de las intenciones con que los sujetos se relacionan en
procesos y acciones sociales que constituyen los aspectos visibles de la situación.
Las acciones organizacionales demandan la captación interpretativa del sentido o
conexión de sentido con que los sujetos las llevan a cabo, sin pretensiones de vi-
sualizar posibilidades de cambio.

Esta perspectiva realizó aportes muy valiosos en torno al rescate del sujeto, enfati-
zando en los sujetos de la comunicación, fundada en la teoría de Max Weber para
quien el objeto de la ciencia sociológica es comprender la acción en tanto el sentido
subjetivo que los actores le asignan. Para este autor los comportamientos tienen un
sentido mentado, definiendo a la acción social en tanto acción vinculada, dirigida
intencionalmente a otros.

Desde los años ´40 un grupo de investigadores norteamericanos que provenían de


disciplinas muy diferentes – antropología, lingüística, matemática, sociología y psi-
quiatría – confluyeron en este centro de Estudios de la ciudad de Palo Alto, en las
afueras de San Francisco.

¿Cuáles fueron los aportes del


interaccionismo simbólico?

Los antecedentes de esta escuela deben buscarse en el Interaccionismo Simbólico,


que fue una corriente de la micro sociología cuyos desarrollos, contemporáneos
inmediatos de la Escuela de Palo Alto (Universidad Invisible), elaboraron contenidos
con fuerte énfasis en lo comunicacional y los pusieron a dialogar con los autores
que gestaron la idea de una Teoría de la Comunicación Social esencialmente no
mediada.

36
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Las corrientes que aquí se desarrollan se encuentran agrupadas bajo la denomi-


nación de sociologías interpretativas, centradas en profundizar sus diferencias con
las sociologías llamadas “estructurales”, que centran su análisis en las coacciones
sociales exteriores al individuo.44 El marco de análisis que ofrecen, les permitirá
tener una perspectiva amplia respecto de los desarrollos realizados por los autores
que pertenecen a la Teoría de la Comunicación que desarrollaron en lo que se de-
nominó Universidad Invisible.

Una comprensión acabada del marco de


reflexiones que rodeaban y permeaban
lo analizado por George Bateson, Don Jackson,
Paul Watzlawick, Ray Birdwhistell y Edwuard Hall
facilitará la consideración y análisis de los
aportes que realizaron estos autores.

La incidencia de la cibernética

Hacia 1930 la Josiah Jr. Foundation, de EEUU, comienza a conceder subvencio-


nes para la organización de conferencias, coloquios y simposios interdisciplinarios
para tratar temas del campo de las Ciencias Humanas. En este marco comienzan a
realizarse encuentros entre científicos de diversas áreas que, pese a pertenecer a
disciplinas diferentes, encuentran coincidencias en algunos conceptos y formas de
razonarlos, lo que los lleva a buscar similitudes entre el comportamiento mecánico
de ciertas máquinas (como la máquina a vapor) y los organismos vivos.

Así, grupos interdisciplinarios como el que se reunía en la Harvard Medical School,


donde se encontraban regularmente para discutir sobre sus trabajos el matemático
del Massachusetts Institute of Technology (MTI) Robert Wiener, el neurofisiólogo
del Instituto de Cardiología de México, Arturo Rosenblueth y otros, empezaron a
encontrar coincidencias entre los circuitos de computación, el sistema nervioso y
la homeostasis biológica. Sienten la imperiosa necesidad de encontrar un lenguaje
que permita establecer puentes entre sus diferentes disciplinas.45

A pesar de que Wiener participaba en las investigaciones que llevarían a crear


los ordenadores modernos, a raíz del comienzo de la Segunda Guerra Mundial,
el gobierno norteamericano lo lleva a resolver problemas de la aeronáutica, con-
cretamente la obsolescencia de las piezas de artillería antiaérea provocada por el
aumento de la velocidad de los aviones. Wiener junto a Julian Bigelow vieron en el
trayecto que realiza el cañón que intenta alcanzar el avión el mismo mecanismo por
el cual el brazo humano lleva el vaso de agua a la boca: un proceso circular por el
cual las informaciones sobre la acción en curso van nutriendo el sistema, una serie
de rectificaciones (concientes o inconcientes) para ir reduciendo la desviación entre
la posición respecto de su blanco. A esto lo denominarán feed-back o retroacción46
y quedará plasmado en su obra Cybernetics de 1948.

44
Mattelart, Armand y Michéle (1999) Historia de las Teorías de la Comunicación. Ed Paidós. Bs. As.
45
Wittezaele, Jean-J. y García, T (1994) La Escuela de Palo Alto. Historia y Evolución de las ideas esen-
ciales. Ed. Herder. Barcelona.
46
Bateson, G. (1984) La Nueva Comunicación. Ed. Kairos. Madrid.

Nidia C. Abatedaga 37
Tecnicatura en Periodismo

Aunque para algunos autores el proyecto de la cibernética es más una forma de reflexio-
nar que una teoría articulada y detallada, tuvo la enorme virtud de desestimar la expli-
cación lineal tradicional por la circularidad del razonamiento. El mismo Wiener le dio
alcance universal a la idea de que todo “efecto” retroactúa sobre su causa, afirmando
que la Cibernética es la ciencia que estudiará el “control y la comunicación en el animal
y la máquina” (subtítulo de su obra).

El fundamento Sistémico de la Escuela de Palo Alto

En el marco de la Primera Conferencia organizada por la Fundación Macy, a la que


asisten John von Neumann (inventor de la “Teoría de los Juegos”), neurofisiólogos,
matemáticos, psicólogos y psicoanalistas, a la que también asistieron la antropóloga
Margaret Mead y Gregory Bateson, se arribó a conclusiones dirigidas a sentar las
bases de un nuevo camino científico, porque proponen un enfoque comportamental
de los fenómenos y la reconsideración de la teleología.

“Esta nueva dirección propuesta para el desarrollo científico, fue publicada por Wiener,
Rosenblueth y Bigelow en un artículo denominado Behavior, purpose and teleology,
en 1943, en el Diario “Philosophy of Science”. Allí se explicó que el estudio compor-
tamental no intenta analizar la organización interna de las entidades que estudia, su
estructura o sus propiedades porque se la considera una caja negra, sino examinar en
ellas el comportamiento observable, las reacciones, los outputs (productos de salida
de los datos) en relación a los inputs (entrada de los datos). La preeminencia dada
al paso de la información por sobre lo que ocurre con ella en el sistema (caja negra)
es en parte debido a la centralidad del concepto de feed – back, al que consideran “la
clave de la explicación de todo comportamiento intencional”. 47

Aportes de las corrientes sociológicas


Fenomenología

La Fenomenología como corriente sociológica encuentra sus raíces intelectuales


en el trabajo filosófico de Edmund Husserl (1859 –1938). La propuesta teórica de
la Sociología Fenomenológica se encuentra relacionada directamente con la obra
de Alfred Schütz. Los intereses principales de esta corriente se encuadran en una
perspectiva microsociológica, y están orientados al modo en que las personas pro-
ducen activamente y mantienen los significados de las situaciones. También se inte-
resan por el modo en que las acciones de las personas construyen las situaciones
de la vida cotidiana.48

Metodológicamente la Fenomenología ha centrado sus esfuerzos en tratar de en-


contrar un modo de estudiar empíricamente los aspectos subjetivos y las actividades
de la conciencia, aunque sin haber podido resolver este problema de un modo sa-
tisfactorio. Las investigaciones, por lo tanto, se basaron en el estudio de sus propias

47
Wittezaele, Jean-J. y García, T (1994) (pp. 59). Óp. Cit.
48
Ritzer, George (1995) Teoría Sociológica Contemporánea Ed. MCGraw – Hill. Madrid.

38
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

experiencias y en la reflexión teórica respecto del funcionamiento de la conciencia.


Afirman que si bien no es posible tener un acceso directo a la conciencia o a las
experiencias subjetivas de otros, es posible conocer su naturaleza y contenido me-
diante sus expresiones y la información que proporcionan los entrevistados.

De este modo, Schütz centrará sus análisis en la intersubjetividad, no en tanto


mundo privado sino como algo común a todos. La intersubjetividad existe en el
“presente vivido”, donde compartimos el tiempo y espacio con otros. A este autor no
le interesaba la interacción física de las personas sino el modo en que comprenden
recíprocamente sus conciencias: a esto llamará relaciones intersubjetivas.

La intersubjetividad se desarrolla en el mundo de la vida, categoría que el autor


utiliza para hablar del mundo del sentido común o mundo de la vida diaria. Este
mundo de la vida se caracteriza por desarrollarse en una tensión entre la conciencia
(denominado estado de alerta por Schütz) en que el actor presta plena atención a
la vida y el mundo de los sueños, donde el actor no está despierto. Una segunda
característica está dada porque el actor no duda de la existencia de este mundo, a
diferencia del científico que sí duda del mundo de la vida. La tercera característica
consiste en que el mundo de la vida es aquel en el que las personas trabajan, es
decir, emprenden una “acción en el mundo externo basada en un proyecto y carac-
terizada por la intención de producir mediante el movimiento corporal, el estado de
cosas proyectado.” 49 La cuarta característica es que el sujeto experimenta el self
trabajador como la realización del self pleno. En quinto lugar, el mundo de la vida se
caracteriza por una forma específica de socialidad que implica el mundo intersubje-
tivo común de la comunicación y la acción social. Finalmente en el mundo de la vida
existe una perspectiva específica del tiempo que implica la intersección del flujo del
tiempo personal y del flujo temporal de la sociedad.

Cada sujeto tiene su propio mundo de la vida,


aunque existan numerosos elementos comunes
a todos ellos. Además es intersubjetivo, pero
existía antes de nuestro nacimiento
porque otros lo crearon.

Dentro del mundo de la vida existen las tipificaciones, que son constructos de pri-
mer orden en el mundo social que determinan las acciones a partir de un tipo cons-
tituido de experiencias anteriores. Las tipificaciones ignoran los rasgos individuales
y se centran sólo en las características genéricas y homogéneas. En cualquier si-
tuación que se da en el mundo de la vida cotidiana, una acción viene determinada
por experiencias anteriores50.

Las recetas, en tanto, son hábitos culturales de trivialidades que no se cuestionan y


sirven de técnicas para comprender y controlar aspectos de la experiencia. Schütz
señala que nos servimos de “un conocimiento de libro de recetas culinarias para
tratar las cuestiones rutinarias de la vida cotidiana”. El saludo típico que utilizamos
cuando nos encontramos con un conocido suele responder a una receta.

Por otro lado existe una diferencia importante entre los elementos del reino cultu-
ral que poseen los individuos y esto es debido a que las experiencias personales

49
Schütz, A. (1974) El problema de la realidad social. Amorrortu. Bs. As.
50
Schütz, A. (1974) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 39
Tecnicatura en Periodismo

difieren. Lo que Schütz denominará “acervo de conocimiento tiene un esencial com-


ponente privado y único pero a la vez (…) la secuencia, la profundidad y proximidad
de la experiencia, e incluso la duración de las experiencias y la adquisición de cono-
cimiento son socialmente objetivadas y vienen socialmente determinadas. En otras
palabras, existen categorías sociales de articulación biográfica”.51

Existen para Schütz cuatro reinos de la Realidad Social, distinguibles por el grado de
inmediatez (esto es, la medida en que las situaciones están al alcance del actor) y el
grado de determinabilidad (medida en que el actor puede controlar las situaciones).

Analicemos los cuatro reinos de la


realidad propuestas por el autor.

● Folgewelt o Futuro: es totalmente libre e indeterminado. El científico so-


cial puede anticiparlo sólo de una manera muy general y no le resulta
posible describirlo en detalle. No considera prudente confiar en tipos y
modelos ideales.

● Vorwelt o Pasado: es más susceptible de análisis por parte del científico


porque las acciones de los que vivieron en el pasado están totalmente
definidas. No hay elementos de libertad en el pasado porque las causas y
resultados de estas acciones ya han ocurrido, sin embargo su interpreta-
ción es difícil porque usamos categorías contemporáneas de pensamiento
para analizarlas. Esto hace que aunque una interpretación subjetiva del
pasado es posible, también está sujeta a errores.

● Umwelt y relaciones – nosotros: Es posible realizar interpretaciones de


nuestros contemporáneos y con los que estamos en estrecho contacto
cara a cara. Las relaciones – nosotros se definen por un grado relativa-
mente alto de intimidad, que viene determinado por la medida en que los
actores están familiarizados con las biografías personales de los otros.
Son relaciones personales e inmediatas y por lo tanto existen muchos in-
dicadores de la experiencia subjetiva de otros. La inmediatez permite a
cada actor penetrar en la conciencia del otro. En el ámbito de las relacio-
nes – nosotros la mayoría de las acciones se realizan cotidianamente de
acuerdo con recetas, las personas generalmente no reflexionan sobre lo
que hacen o sobre lo que hacen los otros, aunque cuando se topan con
acciones inadecuadas se ven en la obligación de abandonar sus recetas y
reflexionar sobre lo que sucede para crear una respuesta apropiada.

● Mitwelt y relaciones – ellos: es el aspecto del mundo social en el que las


personas tratan sólo con personas tipo o con grandes estructuras sociales,
en lugar de relacionarse con actores reales. Las distancias espaciales ha-
cen imposible la interacción cara a cara. Si la situación espacial cambia y
las personas se acercan unas a otras, entonces se hace posible la interac-
ción cara a cara, pero si esto ocurre, hemos regresado al umwelt. No hay
divisiones claras entre diferentes niveles de mitwelt y dependen del grado
de anonimato.

51
Schütz, A. (1974) Óp. Cit.

40
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Etnometodología

Esta corriente tiene su origen en la propuesta de Garfinkel y aunque comenzó sus


trabajos a fines de los años ´40, apareció sistematizada por primera vez en una
publicación de 1967 en un libro que llamó Studies in Ethnomethodology.

Los primeros estudios etnometodológicos que realizó este autor, llamados experi-
mentos de ruptura, se centraron en ambientes no institucionalizados y corrientes
tales como el hogar. Más tarde se comenzaron a estudiar prácticas cotidianas en
una amplia variedad de ambientes institucionales (juzgados, clínicas médicas, etc.)
para comprender el modo en que las personas realizan sus tareas en estos lugares
y cómo, al realizarlas crean la institución a la que pertenecen.

La segunda variante importante de la etnometodología es el análisis conversa-


cional, cuyo objetivo es el análisis minucioso y la comprensión de las estructuras
fundamentales de la interacción conversacional. Se entiende la conversación como
una actividad interactiva que exhibe propiedades estables y ordenadas que consti-
tuyen logros analizables de los conversadores. Las reglas y procedimientos de las
conversaciones no determinan su desarrollo, sino que se usan al llevarla a cabo.

Si bien los etnometodólogos se interesan por un objeto de estu-


dio similar al de la Fenomenología, se diferencia de ésta porque
la metodología que utilizan es esencialmente empírica, basando
sus estudios en investigaciones de este carácter para después
Esta corriente realiza una crítica agu- derivar de ellos ideas teóricas. Por otro lado, al aceptar algu-
da a las teorías sociológicas que con- nos métodos de la sociología tradicional, más que estudiar la
sideran al actor como alguien despro- conciencia (a la que atribuyen una importancia fundamental), se
visto de juicio, sin embargo no creen
que las personas sean “reflexivas,
centran en las actividades empíricamente observables. Espe-
auto conscientes y calculadoras hasta cialmente se interesan por investigar el modo en que las perso-
un punto ilimitado” porque reconocen, nas construyen o reconstruyen la realidad social.
como Shütz que las acciones cotidia-
nas suelen ser más bien rutinarias y Los etnometodólogos se centran en lo que la gente hace, (más
relativamente irreflexivas.
que lo que piensan como lo haría un fenomenólogo) conside-
rando que las personas – en tanto sujetos racionales – usan ese
razonamiento práctico para vivir su vida cotidiana.

Garfinkel, uno de los principales sostenedores de esta corriente cree que el hecho
fundamental de la sociología son “los hechos sociales”, pero no como los pensaba
Durkheim: externos y coercitivos para los individuos a quienes las estructuras e
instituciones constriñen y determinan haciendo muy difícil que puedan ejercer su
juicio de manera independiente, sino que, aunque coincide en que son fenómenos
objetivos, cree que existen en el nivel micro: la organización se produce local y
endógenamente.

Para Garfinkel los hechos sociales son el resultado del esfuerzo concertado de las
personas en la vida cotidiana, pero tampoco le interesa focalizarse en los procesos
cognitivos, sino que su preocupación se centra en los procedimientos, los métodos
y las prácticas que utilizan las personas, porque para él el orden social es un “logro
práctico constante”. El uso de los procedimientos prácticos es universal e ineludible
porque se constituyen en todas partes sin posibilidad alguna de eludirlos, ocultarlos,
posponerlos o negociarlos. Las personas no pueden evitar el uso de etnométodos
en su vida cotidiana.52

Garfinkel, Harold: “Evidence for Locally Produced, Naturally Accointable Phenomena of Order, Logic,
52

Reason, Meaning, Meghod, etc. in and as of the Essential Quiddity of Immortal Ordinary Society: An
Announcement of Studies”. Sociological Theory. New York. 1988.

Nidia C. Abatedaga 41
Tecnicatura en Periodismo

Para precisar un poco más el análisis de


esta corriente veamos los siguientes
conceptos.

Algunos de los conceptos centrales de Garfinkel son el de reflexividad entendiéndo-


lo como el proceso en el que todos estamos implicados para crear la realidad social
mediante nuestros pensamientos y acciones, aunque raramente seamos conscien-
tes del porqué por lo general nos lo ocultamos a nosotros mismos. Si una persona
no responde a nuestro saludo de un modo esperado, posiblemente nos detengamos
a pensar que estamos intentando reafirmar el mundo de los saludos que conocemos
e intentemos explicar la respuesta inadecuada. Si la respuesta hubiera sido normal,
no seríamos conscientes del esfuerzo reflexivo que realizamos.

Garfinkel piensa que el orden de la sociedad se deriva, al menos parcialmente, de la


reflexividad de las personas: rechaza la idea de que el orden deriva meramente de
la conformidad de las normas. Es la conciencia del actor de sus opciones, así como
su capacidad de anticipar cómo van a reaccionar los otros, lo que dispone el orden
en el mundo cotidiano.

Otro de los conceptos que trabaja este autor es el de las explicaciones, en tanto el
proceso por el que las personas otorgan sentido al mundo, ofreciendo, aceptando
o rechazando explicaciones. Los etnometodólogos se interesan por las prácticas
explicativas, no juzgan la naturaleza de las explicaciones sino que las analizan en
función de cómo se usan en la acción práctica (los métodos necesarios que utilizan
emisor y receptor para emitir, comprender, aceptar o rechazar las explicaciones).

Además trabaja la idea de indexicalidad (concepto derivado de la lingüística) que


remite a que las proposiciones tienen significados que difieren en función del con-
texto. Decir “llueve” no tiene el mismo significado si estamos en un almuerzo al aire
libre que si es enunciado durante una temporada de sequía. Las explicaciones, ex-
presiones y acciones prácticas deben interpretarse dentro de su contexto particular,
a la vez que ponerse en lugar del actor a fin de comprender lo que está diciendo o
haciendo.

Otro concepto utilizado por Garfinkel es el “Principio Etcétera” por el cual se entien-
de que todas las situaciones implican aspectos incompletos que los participantes
deben rellenar para que la situación prosiga. Vivimos nuestra vida cotidiana a pesar
de toparnos constantemente con ambigüedades y vacíos que admitimos esperando
que más tarde se clarifiquen.

Finalmente Garfinkel dará mucha importancia al lenguaje natural para que las perso-
nas puedan hablar, escuchar y presenciar la producción y realización objetiva de la
vida social a través de un sistema de prácticas. Este lenguaje natural no se compone
de elementos lingüísticos sino más bien del conjunto de elementos no lingüísticos
de la comunicación interpersonal: la necesidad de turnarnos para conversar, supe-
rar las interrupciones en una conversación, etc. supone una preocupación por la
estructura básica de la interacción entre el hablante y el oyente.

42
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Interaccionismo Simbólico

Analicemos los principios que sostiene


esta corriente, sistematizados
por Blumer.

a) A diferencia de los animales inferiores los seres humanos están dotados


de capacidad de pensamiento.

b) La capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.

c) En la interacción social las personas aprenden significados y los símbolos


que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente
social.

d) Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interac-


tuar de manera distintivamente humana.

e) Las personas son capaces de alterar o modificar los significados y los


símbolos que usan en la acción y la interacción sobre la base de su inter-
pretación de la situación.

f) Las personas son capaces de introducir estas modificaciones y alteracio-


nes debidas, en parte, a su capacidad para interactuar consigo mismas,
lo que les permite examinar los posibles cursos de acción y valorar sus
ventajas y desventajas relativas para luego elegir uno.

g) Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y


las sociedades.

George H. Mead es uno de los autores centrales del Interaccionismo Simbólico,


cuya perspectiva será uno de los pilares que sostendrá el andamiaje conceptual
de la Universidad Invisible esencialmente por su preocupación en la noción de la
interacción y la función del lenguaje.

Para este autor es central la diferencia entre el organismo fisiológico (el cuerpo
humano) y la persona. Dirá que: “La persona es algo que tiene desarrollo, no está
presente inicialmente, en el nacimiento, sino que surge en el proceso de la expe-
riencia y la actividad sociales, es decir, se desarrolla en el individuo (…) con ese
proceso como un todo y con los otros individuos que se encuentran dentro de ese
proceso”.53

Con esto el autor deja claramente establecida una diferencia que lo distingue de
otras concepciones positivas, por las cuales el organismo humano es asimilable
a cualquier organismo y por lo tanto, posible de ser estudiado como un sistema
más. Es un organismo humano y aunque basados en la idea de sistemas, tiene un
carácter distintivo. Y esta distinción se deja esclarecida con la noción de persona:
“(…) la persona no está necesariamente involucrada en la vida del organismo, ni
tampoco en lo que denominamos nuestras experiencias sensoriales. La persona
tiene la característica de ser un objeto para sí, y esa característica la distingue de
otros objetos y del cuerpo.” Que la persona sea un objeto para sí aparece como

53
Mead, G. (1986) Ibid.

Nidia C. Abatedaga 43
Tecnicatura en Periodismo

la cualidad netamente humana y es representada por la idea de sí mismo “que es


un reflexivo e indica lo que puede ser al propio tiempo sujeto y objeto. Este tipo de
objetos es esencialmente distinto de otros objetos”54

Lo que permite la conciencia de sí, es salir fuera de sí y verse a sí mismo como un


objeto, gracias a la comunicación, concebida no como cualquier sonido que emite
un animal (el mugido de una vaca o el aullido de un lobo), sino en tanto las personas
se comunican con símbolos significantes, y en el proceso, la persona no sólo se
dirige a otros, sino que también se dirige a sí misma.

La veta hermenéutica, que distancia a este autor del funcionalismo que ve a la co-
municación como un proceso externo al sujeto, principalmente conformado por el
intercambio de información, se advierte en la concepción de la comunicación como
proceso de mutua comprensión, por el cual las personas tienen plena conciencia de
lo emitido y tratan de comprender lo que el otro dice para de este modo continuar
con una conversación cualquiera.

“El proceso a que me he referido, de reaccionar hacia la persona de uno como otros
reaccionan a ella, de tomar parte en la propia conversación con otros, de tener
conciencia de lo que uno dice y de emplear esa conciencia de lo que se dice para
determinar lo que se dirá a continuación, es un proceso familiar para todos noso-
tros. Continuamente seguimos las palabras que decimos a otra persona con una
comprensión de lo que decimos, y empleamos esa comprensión en la dirección de
nuestra conversación continuada.”55

A esto Mead llama conversación significante, en virtud de la cual no sólo se ve afectada la Ej.
persona a la cual me dirijo, sino que también me afecta a mí mismo, produciendo un efecto
que es considerado como parte de la puesta en práctica inteligente de la conversación con
otros. Más aún, Mead explicará que el ejercicio de lo que se denomina inteligencia social
depende esencialmente de la capacidad del individuo para ponerse en lugar del otro, para
adoptar los papeles de otros individuos involucrados por ejemplo en la conversación y consi-
derar las actitudes de los otros hacia él.

Pero la comunicación, para este autor, no consiste solamente en el mensaje verbal,


sino que toda conversación verbal tiene su comienzo en la conversación de gestos.

Por ejemplo, si uno va a decirle a otra persona lo que considera una noticia desagradable, y Ej.
se da cuenta antes de hablar que puede ser cruel decirlo en ese momento, es capaz de cam-
biar de gesto y minimizar de este modo las consecuencias de esa noticia. Esto es posible por
la capacidad de mirarnos a nosotros mismos como objetos y por la posibilidad que nos otorga
la gestualidad de cambiar el carácter de una conversación verbal.

Con esta idea Mead introduce la noción de inteligencia reflexiva, que significa que
“uno piensa para actuar, y para actuar únicamente de modo que esa acción siga
siendo parte del proceso social. El pensamiento se torna preparatorio de la acción
social” El concepto de acción social que utiliza este autor coincide plenamente con
la idea que Max Weber aporta: una acción intencionada dirigida a otros.

Aparece aquí con claridad que la acción e interacción que llevan adelante las perso-
nas no son procesos interindividuales autónomos del contexto. Más bien el proceso
es inverso, primero es la sociedad y de ella surgen las personas: “el proceso social
mismo es el responsable de la aparición de la persona, esta no existe como una
persona aparte de ese tipo de experiencia.” 56

54
Mead, G. (1986) Ibid.
55
Mead, G. (1986) Ibid.
56
Berger y Luckman (1972) “La construcción social de la realidad”. Ed. Amorrortu. Bs. As.

44
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Considerando estos aspectos, la comunicación


así analizada se convierte en el proceso que le otorga
un peculiar carácter a la actividad social,
es un carácter que pertenece específicamente al
proceso social humano, a la característica
netamente humana de la interacción.

Peter Berger y Thomas Luckmann

Estos autores produjeron elaboraciones conceptuales con las cuales extendieron la


Sociología fenomenológica a las instituciones sociales, sostenidos en la idea básica
de que las personas, tanto individual como colectivamente, construyen las ideas
que tienen sobre su medio físico, social o cultural.

Para llegar a este abordaje proponen que el objeto de la ciencia sociológica es el


mundo de la vida cotidiana entendido en términos hermenéuticos y claramente
pragmáticos como “una realidad interpretada por los hombres y que para ellos tiene
el significado subjetivo de un mundo coherente (…). Es un mundo que se origina en
sus pensamientos y acciones, y que está sustentado como real por éstos.” 57

Pero la realidad de la vida cotidiana en estudio no queda para estos autores simple-
mente en la subjetividad de las personas, sino que los fundamentos de su conoci-
miento “deben buscarse en las objetivaciones de los procesos y significados subje-
tivos por los cuales se construye un mundo intersubjetivo del sentido común.” 58

En otras palabras, existe la tendencia de las personas a analizar los procesos sub-
jetivos como realidades objetivas: para que la realidad aparezca a los ojos de las
personas como independiente de si, objetivada y como algo que se le impone, ope-
ra el lenguaje como elemento crucial que “proporciona continuamente las objetiva-
ciones indispensables y dispone el orden dentro del cual éstas adquieren sentido y
dentro del cual la vida cotidiana tiene significado”. 59

Aunque la realidad es externa estos autores advierten que es el lenguaje el ele-


mento central en su propuesta: “el lenguaje usado en la vida cotidiana me propor-
ciona continuamente las objetivaciones indispensables y dispone el orden dentro
del cual éstas adquieren sentido y dentro del cual la vida cotidiana tiene significado
para mí. El lenguaje marca las coordenadas de mi vida en la sociedad y llena esa
vida de objetos significativos”.60

Además, el mundo de la vida cotidiana se estructura espacial y temporalmente.


Desde el punto de vista temporal, estos autores creen que la temporalidad es una
propiedad intrínseca de la conciencia ya que ésta se encuentra ordenada según
alguna línea temporal. Sin embargo, no es el tiempo interno lo que rige la vida
cotidiana, sino que ésta es producto de “la intersección del tiempo cósmico con
su calendario establecido socialmente según las secuencias temporales de la na-
turaleza, y el tiempo interior…”61 El tiempo interior no es autónomo, sino que se
encuentra coercitivamente condicionado por el tiempo que impone el propio cuerpo
y la sociedad.

57
Berger y Luckman (1972) (1972) Ibíd.
58
Berger y Luckman (1972) (pp. 38) Ibíd.
59
Berger y Luckman (1972) (pp.39) Ibíd.
60
Berger y Luckman (1972) (pp.40) Ibíd.
61
Berger y Luckman (1972) (pp.44) Ibíd.

Nidia C. Abatedaga 45
Tecnicatura en Periodismo

Por otro lado, la realidad de la vida cotidiana se presenta al sujeto como un mundo
intersubjetivo, que comparte con otras personas con las cuales interactúa perma-
nentemente. Pero la interacción no es esporádica y casual, sino parte esencial de la
existencia: (…) no puedo existir en la vida cotidiana sin interactuar y comunicarme
continuamente con otros.” Para estos autores la experiencia más importante que
tiene las personas es la relación con otros. Las situaciones cara a cara (relaciones
– nosotros) implican un intercambio inmediato de significados pero tienen un menor
grado de tipificación que las relaciones – ellos, ya que estas últimas implican a otros
anónimos. Estas relaciones entre personas se sitúan en el concepto de estructura
social que manejan los autores para quienes es la suma total de tipificaciones y de
las pautas recurrentes de interacción establecidas por intermedio de ellas. Afirmarán
que “…yo aprehendo al otro por medio de esquemas tipificadores (…) aunque resul-
te difícil imponer pautas rígidas a la interacción “cara a cara”, ésta ya aparece pauta-
da desde el principio si se presenta dentro de las rutinas de la vida cotidiana.” 62

Sin embargo el análisis intersubjetivo no descuida la consideración de la concien-


cia. Para Berger y Luckman, los sujetos tienen una conciencia intencional, dirigida
a objetos, que a la vez pertenecen a diferentes esferas de la realidad (distingo las
personas como diferentes de las imágenes oníricas por ejemplo). Así, afirmarán que
“Tengo conciencia de que el mundo existe en realidades múltiples” y esa realidad de
la vida cotidiana aparece como una realidad ordenada, con pautas que son indepen-
dientes de mí, es decir es una realidad ya objetivada (conformada por objetos con
un orden determinado, anteriores a mi aparición en el mundo).

La importancia del lenguaje


La realidad de la vida cotidiana que Berger y Luckman proponen como objeto so-
ciológico sólo es posible a través de las objetivaciones. Un caso especial de ellas,
y que tiene una importancia crucial es la significación, en tanto producción humana
de signos. Estos signos no se encuentran sueltos, sino que se agrupan en sistemas
de signos, que pueden ser sistemas de signos gesticulatorios, de movimientos cor-
porales, de artefactos materiales, y el sistema de signos vocales, también llamado
lenguaje.

Si estos autores afirman que la objetivación que corresponde al sistema de signos


más importante es el lenguaje, es debido a que consideran que la vida cotidiana “es
vida con el lenguaje que comparto con mis semejantes”.63

Aunque se origina en la situación cara-a-cara, el lenguaje puede separarse fácilmente de


ella, porque tiene la capacidad de comunicar significados alejados de la situación cara a cara,
Ej.
como por ejemplo, con el teléfono o el email, sin embargo la situación cara a cara permite la
reciprocidad.

Estos autores adoptarán la idea de que el lenguaje posee la cualidad de la objetivi-


dad, en tanto “se me presenta como una facticidad externa a mí, y su efecto sobre
mí es coercitivo. (…) El lenguaje tiene una expansividad tan flexible como para per-
mitirme objetivar una gran variedad de experiencias (…) El lenguaje también tipifica
experiencias, permitiéndome incluirlas en categorías amplias (…) a la vez que las
vuelve anónimas porque cualquiera puede repetirlas (…)”.64

62
Berger y Luckman (1972) (pp.49) Ibíd.
63
Berger y Luckman (1972) (pp.55) Ibíd.
64
Berger y Luckman (1972) (pp.59) Ibíd.

46
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Los procesos de tipificación están conectados con el lenguaje ya que en tanto es


el sistema de símbolos más importante de la sociedad, tiene por funciones repre-
sentar significados subjetivos, conocer cosas no experimentadas y contribuir a la
acumulación de significados y conocimientos. Esto es porque tiene la capacidad de
trascender el “aquí y ahora”, así como puede también trascender por completo la
realidad de la vida cotidiana.

Es, por lo tanto la estructura social de mayor importancia porque “es capaz no sólo
de construir símbolos sumamente abstraídos de la experiencia cotidiana, sino tam-
bién de “recuperar” estos símbolos y presentarlos como elementos objetivamente
reales. El simbolismo y el lenguaje simbólico llegan a ser constituyentes esenciales
de la realidad y de la aprehensión que tiene de esta realidad el sentido común”.65

Para los interaccionistas, por lo tanto el lenguaje es un sistema de símbolos privile-


giado – las palabras son símbolos que se utilizan para significar otra cosa – y éste
(el lenguaje) es el que hace posible todos los demás símbolos.

Estos símbolos, y el lenguaje en particular, cumplen ciertas funciones:

● Permiten a las personas relacionarse con el mundo social y material nom-


brando, clasificando y recordando objetos.
● Incrementan la capacidad de las personas para percibir su entorno.
● Aumentan la capacidad de pensamiento.
● Ensanchan la posibilidad de resolver problemas.
● Permiten trascender el tiempo.
● También permiten imaginar realidades metafísicas.
● Y finalmente les permiten a las personas dirigir sus acciones en el entorno.

Para abordar la realidad de este modo Berger y Luckman proponen el análisis fe-
nomenológico como metodología que permitirá a través de procesos descriptivos
y empíricos (no explicativos) clarificar los fundamentos del conocimiento de la vida
cotidiana. Con esto se sitúan en una posición que niega toda posibilidad de esta-
blecer hipótesis causales y por lo tanto explicaciones científicas conforme los prin-
cipios del positivismo.

Sociología organicista de George Simmel


Este sociólogo alemán (1858-1918) propuso la idea de lo social procedente de los
intercambios, de las relaciones y de las acciones recíprocas entre individuos, un
movimiento intersubjetivo, una “red de afiliaciones”. Se interesa por los “objetos
menudos” de la vida colectiva diaria y ve en lo social un proceso paradójico, com-
puesto de realidades complementarias: la “asociación” y la “disociación”. La prime-
ra, expresada con la metáfora del puente, corresponde a la capacidad del individuo
para asociar lo que está separado, la segunda que traduce por la metáfora de la
puerta, corresponde a la capacidad de desunir y le permite acceder a otro orden de
significación.66

Berger y Luckman (1972) (pp.59) Ibíd.


65

Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.21) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs.
66

As.

Nidia C. Abatedaga 47
Tecnicatura en Periodismo

Lo invitamos a realizar la siguiente actividad.


Envíe sus conclusiones al tutor a través
de la Sección Mensajería interna
del Aula virtual.

Actividad de Autoevaluación 5

Considerando los antecedentes epistemológicos de la Escuela de Palo alto, por favor intente
responder las siguientes preguntas:

1) ¿Qué supuestos sostiene la Hermenéutica para analizar la realidad social?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Cuál es el foco de análisis de Shütz? Explique cómo divide la realidad social en “reinos”.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

3) Explique en qué consisten para Garfinkel la “Reflexividad”, las “explicaciones” y la “In-


dexicalidad”
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

4) ¿Cómo propone analizar el concepto de “self” el Interaccionismo Simbólico?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

5) ¿Qué importancia le otorgan Berger y Luckman al lenguaje para la conformación de la


persona?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

Analicemos el contexto en que surge la


denominada “Universidad Invisible”.

48
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

La Escuela de Palo Alto o Universidad Invisible


En la pequeña ciudad de Palo Alto, entre San Francisco y San José, en la entrada
del Silicon Valley, Estado de California, se encuentra actualmente un pequeño edi-
ficio donde se desarrollan las actividades del MRI, método de terapia psicológica
breve, que emergió a instancias de los autores que aquí analizaremos.

Sin pertenecer a la Universidad de Stanford, los autores de la denominada Es-


cuela de Palo Alto, también se identificaron como “Universidad Invisible”, desde
los años ´40 en virtud de no haberse reunido nunca en el tiempo y en el espacio.
Sí compartieron los orígenes sistémicos y cibernéticos, así como la misma mirada
interaccional sobre el comportamiento humano.67 También se caracterizaron por la
interdisciplinariedad, ya que provenían de la antropología, la lingüística, matemáti-
ca, sociología y la psiquiatría.

El supuesto básico en el que se basa esta Escuela es la necesidad de compren-


sión del sentido de la acción social en el contexto del mundo de la vida y desde la
perspectiva de los participantes. La idea de tomar como objeto de análisis la “acción
social” proviene de Weber y de Schutz la noción de intersubjetividad que se desa-
rrolla en el mundo de la vida.

Esta corriente se muestra especialmente interesada en estudiar las relaciones in-


terpersonales, los contactos cara a cara y la comunicación directa que se produce
entre personas, grupos e instituciones. Uno de los conceptos muy trabajados en
el proceso de relación interpersonal por los interaccionistas simbólicos es el self,
constituyendo el centro del esquema intelectual que desarrollaron.

Los autores que vamos a analizar con alguna profundidad aquí son Peter Berger y
Thomas Luckman, Gregory Bateson, Ray Birdshistell, Edward Hall, Erving Goffman
y Paul Watzlawick, entre otros.

Estos autores comparten tres hipótesis:

a) La esencia de la comunicación reside en procesos de relación e interac-


ción (los elementos cuentan menos que las relaciones que se instauran
entre los elementos, como sostiene la teoría de sistemas).

b) Todo comportamiento humano tiene un valor comunicativo: las relaciones,


que se corresponden e implican mutuamente, pueden enfocarse como
un vasto sistema de comunicación); observando la sucesión de los men-
sajes reubicados en el contexto horizontal (la secuencia de los mensajes
sucesivos) y en el contexto vertical (la relación entre los elementos y el
sistema).

c) Los trastornos psíquicos reflejan perturbaciones de la comunicación entre


el individuo portador del síntoma y sus allegados.

Wittezaele, Jean.Jacques y García, Teresa (1994) (pp.21) La Escuela de Palo Alto. Historia y evolución
67

de las ideas esenciales. Ed. Herder. Barcelona.

Nidia C. Abatedaga 49
Tecnicatura en Periodismo

Para estos autores la complejidad de la más mínima situación de interacción es tal


que resulta inútil querer reducirla a dos o más “variables”, por lo que hay que conce-
bir la comunicación en términos de complejidad. Desde esta perspectiva, a la noción
de comunicación aislada como acto verbal consciente y voluntario, que sustenta la
sociología funcionalista, se opone la idea de la comunicación como proceso social
permanente, que integra múltiples modos de comportamiento como la palabra, el
gesto, la mirada, el espacio interindividual, etc.68

Cuando los autores de la Escuela de Palo Alto plantean la pregunta central a sus aná-
lisis: ¿cuáles son, entre los millones de comportamientos corporales posibles, aquellos
que retiene la cultura para constituir conjuntos significativos? encontramos el meollo del
planteo de los presupuestos fenomenológicos, etnometodológicos y del interaccionismo
simbólico.

Plantean la existencia de una selección y organización de los comportamientos que


conlleva la idea de un código de comportamiento interpersonal que regula su signi-
ficación. Por lo tanto para estos autores comunicación es equivalente a utilización
de códigos.

Es indiscutible la relevancia otorgada a la comunicación en tanto integradora de


múltiples comportamientos y la utilización por parte de los sujetos de conjuntos de
sistemas de comportamientos – dentro de los cuales la palabra es sólo un subsiste-
ma – plantea la idea de que los procesos de interacción conforman un todo comuni-
cativo, dentro del cual los mensajes carecen de significación intrínseca, por lo cual
esta significación sólo deviene del contexto en el que son utilizados.

Todo individuo utiliza, aún a pesar suyo, “reglas” (conjunto de sistemas de comporta-
miento), por tanto la comunicación no puede ser analizada en sus componentes en
aislados, todos los mensajes carecen de significación intrínseca, porque sólo tienen
significado en un contexto de interacción.

En particular para Bateson el contexto es abordado como lo definitorio en los proce-


sos de significación: determinados signos sólo adquieren significación de acuerdo al
contexto en el que se encuentra.

La metáfora de “la orquesta” (Modelo Orquestal de comunicación) con la que los au-
tores de Palo Alto ilustran su concepción de la comunicación, muestra la importan-
cia de los procesos de interacción en la configuración de procesos comunicativos.
La partitura musical es explícita, escrita y conscientemente aprendida, se pueden
mostrar estilos diferentes en la ejecución pero seguirá una línea, una configuración
general.

Al poder ser ejecutada en diversos estilos, muestra la participación del individuo en


la comunicación, como una gramática del comportamiento social. El modelo orques-
tal de comunicación propone que ésta sea considerada como un fenómeno social,
producto de la interacción de sujetos conscientes de su ejecución.

El análisis de la vida social, serán pensados por la Universidad Invisible en tanto códi-
gos o conjuntos de sistemas de comportamientos que articulan los modos de comuni-
car que los sujetos desarrollan a través del uso del espacio y de la gestualidad.

68
Mattelart, Armand y Michèle (1999) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs. As.

50
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Gregory Bateson

Bateson, piedra fundacional de la Escuela, llegó a la zona de San Francisco en


momentos en que nacía la Cibernética Este autor abordará los problemas de la
comunicación y de las relaciones humanas bajo la óptica de la lógica formal.

Con formación en zoología, realizó muchos trabajos sobre terreno conjuntamente


con Mead. Fue partidario de la interdisciplinariedad, con una posición intelectualista
(para este autor los datos eran sólo ilustrativos, por lo tanto, no eran la base de
ninguna afirmación). Propone una renovación en los métodos de investigación y de
presentación de datos, que conlleva una visión teórica original de la cultura y de los
procesos de socialización.

En 1948 abandona la Antropología (Balines Character es su último trabajo empírico)


y se dedica a la psiquiatría. Su objetivo no era mejorar los métodos terapéuticos sino
elaborar una teoría general de la comunicación, derivada de la cibernética. Por eso
establece la “hipótesis del doble vínculo” – que recupera, por influencia de Wienner la
idea de feed – back positivo (entropía) y feed back negativo (homeostasis) y deriva la
idea de doble vínculo en doble coacción (explicada como que la esquizofrenia era el
producto de la red de relaciones que se establecen entre madre / hijo).

Uno de los libros más importantes que ha producido se denomina Naven69 y es el


resultado de su negativa a reproducir su experiencia en el seno de una cierta cul-
tura a través de algunas descripciones y extractos de entrevistas, sino que trata de
construir una teoría de la cultura que rebase el marco de la sociedad estudiada.

¿A que refiere el concepto de cismogénesis?

En este texto desarrolla el concepto de cismogénesis, que es el estudio de la gé-


nesis de un cisma en el seno de un sistema social. Distingue entre cismogénesis
simétrica en la que los interactuantes responden a la dádiva por la dádiva, a la vio-
lencia por la violencia y una cismogénesis complementaria en la que los asociados
se hunden cada vez más en los papeles del tipo dominación / sumisión. En ambos
casos la exacerbación de los comportamientos inscritos en esos movimientos con-
duce a desequilibrar e invertir el sistema social.

Un libro posterior escrito con Margaret Mead denominado Balineses Character: A


Photographic Análisis, no constituye sólo el resultado de una renovación en los mé-
todos de investigación sobre el terreno y una nueva concepción de los métodos de
presentación de los datos, sino que ofrece también una visión teórica original de la
cultura y sus procesos de socialización.

“En 1942 encontré, en una conferencia organizada por la Macy Fundation, a Warner
McCulloch y Julian Bigelow, cuyas apasionantes exposiciones sobre el feedback
me ayudaron a acarar ciertos puntos esenciales, pues, al escribir “La ceremonia de
Naven”, había llegado al umbral de lo que más tarde sería la cibernética; lo que me
faltaba para franquearlo eral el concepto de feedback negativo”.70

69
Bateson, G. (1984) Óp. Cit.
70
Bateson, G. (1984) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 51
Tecnicatura en Periodismo

Al pasar de la antropología a la psiquiatría Bateson se dedica a trabajar más pun-


tualmente en la comunicación y en conjunto con Ruesch, escribe un libro innovador
en comunicación en aquel momento: Communication: The Social Matrix Of Psichia-
try (1951). En el capítulo final ambos autores proponen una teoría general de la co-
municación, enunciándola sintéticamente como “La esencia de nuestro mensaje al
lector es que la comunicación es la matriz en la que se encajan todas las actividades
humanas”.71

Cuando en 1956 publica el artículo denominado “Hacia una teoría de la esquizofre-


nia”, desarrolla la hipótesis del doble vínculo, en la que se condensa la trayectoria
intelectual del autor. Esta hipótesis plantea la idea de una madre “ansiosa” y castra-
dora un hijo que lo comprende todo pero que no puede soportar las consecuencias.
Posteriormente los mismos autores le hacen dos correcciones: la primera plantea
que el doble vínculo no debe concebirse “como una relación de un verdugo y de su
víctima, sino la que se establece entre personas atrapadas en un sistema perma-
nente que produce definiciones conflictuales de la relación.” Y la segunda corrección
es producto de la intención de Bateson de utilizar la esquizofrenia como medio para
avanzar en una teoría de la comunicación, a partir de la cibernética y de los Tipos
Lógicos.

Para Bateson el doble vínculo se convierte progresivamente en un principio abstrac-


to, que se aplica tanto al arte como al humor, al sueño o a la esquizofrenia. Consiste
en ver en estas diversas actividades un mismo proceso de creación fundado en la
inversión de los niveles de mensajes: el comentario se convierte en el texto y vice-
versa. La única diferencia entre un artista y un esquizofrénico es la relativa toma
de conciencia de su acto en el primero, pero ambos demuestran creatividad en su
adaptación a una situación particular.

Para Bateson ya no será el doble vínculo en el seno del sistema familiar sino el siste-
ma familiar en el seno de la doble coacción. Esta no designa una relación patógena
sino un principio generador de múltiples comportamientos creativos.

A estas ideas Bateson agregará el concepto de espíritu y proceso mental, para dar
cuenta de lo que sucede en sistemas que contienen múltiples partes, afirmando que
“lo que llamo procesos mentales son de hecho, acontecimientos en la organización
y la relación entre las partes. El autor intenta trabajar una ecología del espíritu, en-
tendida como una tentativa para integrar en el seno de una epistemología nueva un
conjunto muy vasto de fenómenos aparentemente muy diferentes, pero en realidad
muy cercanos por su organización y funcionamiento.

Don Jackson
Psiquiatra y psicoanalista, en 1947 ingresa en una clínica psiquiátrica en el estado
de Maryland y emprende una formación analítica en Washington. Posteriormente
– en 1954 – presenta un trabajo titulado “El problema de la homeostasis familiar”,
concibiendo a la familia como un sistema que se encuentra siempre en equilibrio
interno gracias al fenómeno del feed back negativo.

“En 1959 funda el Mental Research Institute (MIR) y allí profundizará su hipótesis
por la cual, al ser la familia un sistema homeostático gobernado por un conjunto de
reglas, si uno de los miembros presenta algún desorden psicológico, la intervención

71
Ruesch y Bateson (1951) Communication: The Social Matrix Of Psichiatry.

52
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

del terapeuta no debe limitarse a ese miembro, sino extenderse a toda la familia.
Esta es entendida como un sistema patológico que presenta un síntoma, pero no
entiende que la familia esté desequilibrada por ese miembro, sino que el equilibrio
familiar reposa en la enfermedad de ese miembro. Por eso, se trata de buscar otro
equilibrio para la familia. En 1968 Don Jackson desaparece brutalmente”.72

Una de los aportes importantes es el que realiza junto con Watzlawick, sobre la
terapia familiar. Se centran en el análisis de las interacciones verbales en el seno
familiar, a través de sesiones grabadas. Sin embargo la obra del autor y sus análisis
en el campo de la psiquiatría trasladados a la comunicación verán la luz sólo con el
trabajo conjunto realizado con Paul Watzlawick.

Paul Watzlawick
Este autor pública en 1967 “Pragmatics of Human Communication. A study of In-
teraccional Patterns, Pathologies and Paradoxes”. Si bien da prioridad intelectual
al trabajo simbólico del lenguaje, toma conciencia de la importancia de los demás
modos de comunicación. Junto a Don Jackson sistematiza los axiomas de la co-
municación, enfatizando además, en el sistema de interacción diádico (que implica
una ruptura con la psicología monádica por la cual el individuo constituye el centro
del análisis).

Con la idea de revisar las teorías vigentes hasta el momento, Don Jackson y Paul
Watzlawick proponen demostrar que es posible aplicar algunas nociones psiquiá-
tricas tradicionales a la comunicación humana, denominando “comunicación” al as-
pecto pragmático de la teoría de la comunicación humana. Entre los elementos que
la componen definirá como mensaje a cualquier unidad comunicacional singular.
Una serie de mensajes intercambiados entre personas recibirá el nombre de inte-
racción.

Es necesario volver a señalar ciertas reservas con respecto a los axiomas en general.
En primer lugar, debe quedar aclarado que tienen carácter tentativo, que han sido defini-
dos de modo bastante informal y que son, por cierto, más preliminares que exhaustivos.
Segundo, son heterogéneos entre sí en tanto tienen su origen en observaciones muy
variadas de los fenómenos de la comunicación. Su unidad no surge de sus orígenes,
sino de su importancia pragmática, la cual a su vez depende no tanto de sus rasgos
particulares como de u referencia interpersonal (y no monádica).

Así, la imposibilidad de no comunicarse hace que todas las situaciones en la que partici-
pan dos o más personas sean interpersonales y comunicacionales; el aspecto relacional
de tal comunicación subraya aún más este argumento. La importancia pragmática, inter-
personal, de los modos digital y analógico radica no sólo en su supuesto isomorfismo
con los niveles de contenido y de relación, sino también en la inevitable y significativa
ambigüedad que tanto el emisor como el receptor enfrentan en lo relativo a los proble-
mas de traducción de una modalidad a la otra.

En otra de sus obras explica la noción de lenguaje terapéutico paradójico, que sirve
para modificar la situación presente del sujeto. Es uno de los mentores directos del

72
Bateson, G. (1984) “La ceremonia del Naven”. En Bateson, G.

Nidia C. Abatedaga 53
Tecnicatura en Periodismo

Modelo Orquestal de Comunicación, fundado en la idea de interacción, concede


menos importancia a las unidades que componen “la orquesta” que a los vínculos
que se establecen entre ellas.

Cuando Watzlawick, Beavin y Don Jackson se proponen describir algunas propieda-


des simples de la comunicación, que encierran consecuencias interpersonales bási-
cas, afirman que éstas participan de la naturaleza de los axiomas dentro un cálculo
hipotético de la comunicación humana.

Para ellos la comunicación es “(…) el aspecto pragmático de la comunicación huma-


na… la unidad más simple posible, es evidente que una vez que se acepta que toda
conducta es comunicación, ya no manejamos una unidad – mensaje monofónica,
sino más bien un conjunto fluido y multifacético de muchos modos de conducta –
verbal, tonal, postural, contextual, etc. todos los cuales limitan el significado de los
otros. Nuestro interés estará centrado en el efecto pragmático”

De allí deducen el primer axioma que “no es posible no comunicarse” debido a que
si consideran que toda conducta es comunicación y una propiedad básica de las
conductas es que “no hay nada que sea contrario de conducta (…) no hay no – con-
ductas (…) por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar. Actividad
o inactividad, palabras o silencios, tienen siempre valor de mensaje: influyen sobre
los demás, quienes, a su vez no pueden dejar de responder tales comunicaciones,
y por ende, también comunican”.73

Otro axioma propuesto por los autores afirma que “Toda comunicación tiene un as-
pecto de contenido y un aspecto relacional, tales que el segundo clasifica al primero
y es por ende, una metacomunicación.” Existen dos aspectos: el referencial, que
transmite los datos y el connotativo que muestra cómo debe entenderse una comu-
nicación (una orden, un pedido, etc.).

Este axioma se deduce de la idea que señala que toda comunicación implica un
compromiso y, por ende, define una relación. Esta es otra manera de decir que
una comunicación no sólo transmite información sino que, al mismo tiempo, impone
conductas.

Un tercer axioma propuesto por Watzlawick y Don Jackson es el que afirma que toda
interacción – intercambio de mensajes – entre comunicantes, no es una secuencia
ininterrumpida de intercambios, porque quienes participan introducen la puntuación
de la secuencia de hechos. Esta puntuación organiza los hechos de la conducta,
resultando, por tanto vital para las interacciones en marcha.74

Como se podrá advertir la incidencia de los aportes de estos autores en la Escuela


de Palo Alto fue central. Sus aportes, además de estar coordinados con los de otros,
conforman la piedra basal para los desarrollos de esta corriente. Influidos por la Teo-
ría de sistemas – discutiendo con ella algunos preconceptos y aceptando otros – y
fuertemente influidos por los estudios de corrientes filosóficas pragmáticas y aportes
de la teoría interpretativa, estos autores sentaron los fundamentos del análisis de la
Universidad Invisible.

73
Watzlawick, Paul; Beavin Bavelas, Janet; Don Jackson (1989) “Teoría de la Comunicación Humana”.
Ed. Herder. Barcelona.
74
Watzlawick, Paul; Beavin Bavelas, Janet; Don Jackson (1989) “Teoría de la Comunicación Humana”.

54
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

Ray Birdwhistell

A partir de lo elaborado en antropología por Sapir, trata de elaborar una teoría de


la cultura que integre el comportamiento individual, resaltando la importancia de la
articulación del cuerpo con la sociedad. Afirma que hay un lenguaje corporal, por el
cual el cuerpo tiene categorías de signos, se divide en signos o es portador de ellos.
Estos son signos explícitamente convencionales (por ejemplo los movimientos del
ballet de danza clásica o del mimo). La significación o el sentido de esos signos
cristalizan en un contexto definido y son considerados elementos reunidos en el
mismo momento por la misma persona.

Birdwhistell buscó elaborar un esquema general de análisis de la cultura, basado en


los Principios de la lingüística descriptiva, así es como propuso equiparar un fone-
ma (unidad lingüística mínima) con un kinema (unidad gestual mínima), un morfema
con un kinemorfema y así sucesivamente.

Con este esquema general inaugura la Kinésica, que es la disciplina que entiende
sobre los signos gestuales. Los análisis kinésicos deben incluir la comprensión de
cómo está constituido el código de interacción social. Existe entre los sujetos una
sincronía interaccional que implica su participación en un sistema que está por en-
cima de su comportamiento individual.

Según este tipo de análisis los procesos de comunicación deben tener especial-
mente en cuenta los gestos y modales porque son signos que caracterizan determi-
nados modos de comunicación. Por ejemplo, no es igual la postura que adoptamos
ni los gestos que utilizamos con el docente cuando estamos escuchando una clase
que aquellos puestos en juego cuando nos encontramos con un amigo en la calle y
lo invitamos a tomar un café.

Edward T. Hall
Este autor, hacia 1959 publica una primera obra titulada The Silent Language, en
la cual analiza las dificultades de las relaciones interculturales y pone de relieve la
multiplicidad de lenguajes y códigos, los “lenguajes silenciosos”, propios de cada
cultura. Así desnuda los lenguajes del tiempo y del espacio, de las posesiones
materiales, de las modalidades de amistad, de las negociaciones, etc. Llega a con-
cluir que el origen de los “choques culturales”, de las incomprensiones y de los
malentendidos entre personas que no comparten los mismos códigos, está en los
lenguajes informales ya que no atribuyen a las reglas de organización del espacio y
de gestión del tiempo la misma significación simbólica.75

En estos estudios puede rastrearse el origen de la disciplina denominada Proxé-


mica, encargada del estudio de la organización social del espacio entre individuos.
Este autor afirma que existen códigos que determinan la división y utilización del
espacio y códigos de la gestión del tiempo. La cultura organiza diferentes espacios:
así por ejemplo si pretendemos tener una charla interactiva en un grupo, no será
aconsejable disponer sillas en filas direccionadas todas hacia un escritorio. Esta
disposición espacial, sin embargo será muy útil para una conferencia de prensa o
para una clase magistral, por ejemplo. La disposición aconsejable para el diálogo

Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.48) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs.
75

As.

Nidia C. Abatedaga 55
Tecnicatura en Periodismo

sería un círculo de sillas donde todos tengan posibilidad de mirar al resto de los in-
tegrantes del grupo para dialogar.

Edward Hall desarrollará además la noción de “distancia” proponiendo cuatro


tipos de ellas:

a) Distancia íntima (del amor y del odio).

b) Distancia personal (de la amistad).

c) Distancia Social (de la relación entre conocidos, más formal).

d) Distancia Pública (típica de las personas que ocupan cargos públicos, por
ejemplo un ministro cuando habla por televisión, propone una distancia de
este tipo).

También afirma que hay espacios de


organización fija (edificios y ciudades)
y espacios de organización
semi fija (muebles, puertas) cuya
variada estructuración muestran la
variación cultural de las significaciones
otorgadas al espacio.

Erving Goffman

Para Goffman, con base en la idea de self que desarrolló Mead, afirmará que hay
una discrepancia fundamental entre nuestros selfs demasiado humanos y nuestros
selfs socializados. Sobre la base de esta tensión explicará que las personas, con el
fin de mantener una imagen estable del self, actúan para sus audiencias sociales.
De ello deriva su enfoque dramatúrgico de la construcción social.

Este autor afirma que el self no es una posesión del actor, sino un producto de la
interacción dramática entre el actor y la audiencia. Los actores esperan que el self
que presentan a la audiencia sea lo suficientemente fuerte de modo que la audiencia
defina a los actores tal y como ellos desean.

Siguiendo la línea de la analogía teatral, Goffman afirmará que la fachada es la


parte del escenario que funciona regularmente de un modo general y prefijado a fin
de definir la situación. Dentro de la fachada se puede distinguir entre medio (esce-
nario físico que rodea a los actores para su actuación) y la fachada personal (partes
escénicas de la dotación expresiva que la audiencia identifica con los actores). La
fachada personal se subdivide a su vez en apariencia y modales. Las fachadas tien-
den, según este autor, a institucionalizarse, de modo que se crean representaciones
colectivas a partir de las cuales los actores asumen roles ya establecidos.

Para concluir es preciso señalar que la Universidad Invisible es una de las más
enriquecedoras propuestas dedicadas al estudio de la comunicación no mediada,
cuestionadora de aquellas corrientes que por el énfasis puesto en los Medios gene-
ralizaron a éstos como “el” (único) objeto de estudio de la Comunicación Social. La
predominancia que los estudios sobre Medios adoptaron en mucha de la literatura
sobre Comunicación hacia mediados de los ´50 en Estados Unidos, no obstó para

56
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

que los autores de la Escuela de Palo Alto y otros aledaños a ella, apoyados en una
epistemología hermenéutica que privilegia la interpretación por sobre la explicación
y en coherencia con la Fenomenología, el Interaccionismo Simbólico y la Etnome-
todología, consolidaran una perspectiva comunicacional sustancial al sujeto y la
continuidad de la vida social.

El inestimable aporte realizado por estos autores que profundizaron en los aspectos
cotidianos de la interacción social, desentrañando diferentes componentes del pro-
ceso de comunicación interpersonal, ha permitido el desarrollo de análisis teóricos
ulteriores, así como la recuperación de una metodología etnográfica de alto valor
investigativo, que otras escuelas de comunicación volverán a utilizar.

Antes de continuar le proponemos la siguiente


actividad. Envíe sus conclusiones al tutor a través
de la Sección Mensajería interna del Aula virtual.

Actividad de Autoevaluación 6

Después de leer autores de la Escuela de Palo alto, podría responder las siguientes preguntas:

1) ¿Qué hipótesis comparten todos los autores de la Escuela?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿Cómo concibe Bateson la comunicación humana?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿Qué aporte realiza Don Jackson desde la psiquiatría a la Comunicación?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) ¿Podría explicar el primer axioma de la comunicación, desarrollado por Watzlawick, Bea-


vin y Don Jackson?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

5) ¿En qué consiste la “Kinésica” que desarrolla Ray Birdwhistell?


……………………………………………………………………………………………
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6) ¿Qué análisis pueden realizarse a partir de la “Proxémica” de Hall?


……………………………………………………………………………………………
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……….................................................................................................................................

Nidia C. Abatedaga 57
Tecnicatura en Periodismo

7) ¿Cuál es la propuesta “Dramatúrgica” de Goffman?


……………………………………………………………………………………………
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A modo de cierre de la unidad


En este capítulo se presentan dos Escuelas de Comunicación Social que si bien
toman como objeto de análisis comunicacional fenómenos muy dispares como son
los Medios Masivos para la Mass Communication Research y la Comunicación In-
terpersonal para la Universidad Invisible, poseen algunos aspectos compartidos que
justificaron su ensamblaje en la misma unidad temática.

Uno de ellos es que desde un punto de vista epistemológico, tanto el Paradigma


Positivo (Funcionalista) y la Teoría de Sistemas como el Paradigma Hermenéutico
(Comprensivo) constituyen perspectivas tributarias de lo se podría denominar “Epis-
temologías del Consenso”76 por oposición a la “Epistemologías del que Conflicto”,
dentro de las cuales se encuentran alguna líneas del Estructuralismo y el Marxismo
adoptado por diferentes escuelas.

La principal distinción entre los dos paradigmas consiste en que mientras el pri-
mero aborda la realidad como un sistema – un todo con partes interrelacionadas,
vinculado con un ambiente –que tiende naturalmente al equilibrio, la Teoría Crítica
(Epistemología del Conflicto) mira la realidad social como esencialmente conflictiva,
compuesta por contrarios en permanente tensión y lucha constante.

Y esto es mucho más que un “dato”, debido a que dependerá del paradigma que se
adopte, la mirada que se tenga sobre la realidad social, y por lo tanto qué aspectos
resaltará y cuáles dejará de lado. Si dos personas se colocan enfrentadas a tomar
café en un bar, el campo de visión de cada una será diferente: una podrá ver la vi-
driera del bar, la otra podrá apreciar el decorado interno. Ambas ven cosas diferen-
tes y a la vez las dos están en el mismo lugar físico.

Con la epistemología ocurre algo similar: si se adopta una teoría que mira a través
de la lente “Positiva”, tenderá a observar los aspectos que favorezcan las tendencias
al equilibrio, por ejemplo en Comunicación Social se analizará su objeto privilegian-
do el modo como ésta contribuye a lograr un equilibrio social, interpersonal (como
la Universidad Invisible) o mediático (como Mass Communication Research). En
el primer caso se describirá (como hace Goffman por ejemplo) el modo en que los
individuos se convierten permanentemente en distintos “actores” para manejar la
situación y lograr aceptación social. En el segundo se estudiará cómo funcionan
psicológica y sociológicamente los grupos para lograr optimizar los mensajes a tra-
vés de los medios masivos y equilibrar la oferta / demanda económica de bienes y
servicios o cómo se logra una actitud favorable de voto que equilibre la inversión en
propaganda con el éxito de las elecciones.

El caso de la Epistemología del Conflicto (o Crítica) se opone a la visión del equili-


brio, y si bien toma la realidad como una totalidad, ésta está compuesta por partes

76
LISTA, Carlos A. (1992) (pp.68) “Cuadernos de Sociología I”. Córdoba, Atenea.

58
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 1

contradictorias, opuestas en lucha y conflicto permanente. El conflicto aquí no es


nocivo, por el contrario, es imprescindible para la evolución histórica del todo, que
progresa sobre la base de crisis permanentes.

Es claro que las dos escuelas agrupadas en este capítulo comparten de base la
epistemología Positiva, y coinciden en adoptar la idea de “sistema” para analizar la
realidad social, aún cuando una lo haga desde una visión mediada y macrosocial
(Mass Communication Research) y otra estudie desde una mirada no mediada y
microsocial (Universidad Invisible). Es primordial que el lector pueda contraponer
las coincidencias y diferencias señaladas, comparando ambos aportes y elaboran-
do sus propias conclusiones.

Luego de haber avanzado en esta unidad, lo


invitamos a continuar con la siguiente.
Transmita a su tutor todas las dudas
e inquietudes que le surjan.

Nidia C. Abatedaga 59
La Escuela de Frankfurt
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Introducción

La Unidad que aquí se presenta reúne una selección escueta y necesariamente


incompleta de algunos aportes que realizó la denominada Escuela de Frankfurt a
las Teorías de la Comunicación Social.

Es escueta porque se tomaron sólo unas pocas obras y propuestas de algunos


de los que se consideran los más prominentes autores y se dejaron sin describir
muchos otros que colaboraron o que, aún habiendo hecho posible las direcciones
epistemológicas y teóricas, se consideraron menos pertinentes para comprender
los conceptos medulares del análisis de los Medios Masivos. A la vez es incompleta
porque de los autores que se abordaron se describen solamente algunos análisis y
una pocas obras por ellos producidas.

Sin embargo, aunque breve y parcial, esta unidad permitirá al lector aproximarse a
los contenidos sustanciales de la propuesta de los autores que conformaron esta
Escuela. Además de la breve contextualización histórica de su nacimiento, fue ne-
cesario desarrollar algunos de los conceptos centrales, por cierto muy rudimenta-
riamente descriptos, de teóricos de la Filosofía como Hegel; de la Economía como
Marx y del creador del Psicoanálisis (Sigmund Freud), para facilitar la comprensión
de la propuesta frankfurtiana. Sin un acercamiento básico a las propuestas de estos
tres autores, muchos de los aportes realizados por Horkheimer, Adorno, Benjamin
y Marcuse perderían significación y profundidad, incluso se tornarían incompren-
sibles. De allí que sea necesario primero leer y comprender lo que Hegel, Marx y
Freud elaboraron para después abordar la propuesta de los autores de Frankfurt de
la 1° Generación.

El desarrollo de los subítems se hizo separando la propuesta de cada autor y to-


mando de cada uno las obras consideradas más significativas, sin olvidar que una
de las formas de trabajo que caracterizó a los miembros del Instituto fue la investi-
gación en equipo. Esto hace que haya producciones en coautoría (como el artículo
Industria Cultural co realizado por Horkheimer y Adorno) o que la producción de un
autor haya sido comentada o supervisada por otro (como fue el caso de El libro de
los pasajes de Benjamin, que tuvo un cercano seguimiento de Adorno).

Dentro del ítem donde se desarrolla cada autor se encontrarán párrafos textuales
de la obra, donde aparecen conceptos valiosos. Sin embargo esto no debe inhibir
la lectura completa de la obra de la cual se extrajeron los párrafos para comprender
acabadamente lo que el o los autores propusieron.

Con la denominada 2° Etapa (2° Generación) de Frankfurt se procedió con un cri-


terio similar, describiendo primero algunos aportes de Weber para comprender el
giro epistemológico que imprimieron Habermas y Offe, entre otros, a los estudios
de esta Escuela. Posteriormente se realiza una breve e inacabada descripción de
algunos análisis de estos autores.

Iniciaremos los contenidos de la unidad…

Nidia C. Abatedaga 63
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Contexto histórico de aparición del Instituto


de Investigación Social
El nacimiento del Instituto de Investigación Social (Institut für Sozialforschung) debe
situarse entre los años 1923 y 1924 – periodo de entreguerras mundiales – momen-
tos en que comienzan a advertirse con suma claridad las consecuencias sociales
negativas derivadas de la consolidación del capitalismo como modo de producción
dominante en Europa.

En lo político los miembros del Instituto asistieron al nacimiento, apogeo y derrumbe


del nacionalsocialismo alemán y fueron víctimas directas de las políticas xenófobas
impuestas por el régimen nazi que llevaron a varios de los miembros fundadores al
exilio o a la muerte.

El nacimiento y desarrollo del Instituto se produjo en un contexto inmediato carac-


terizado por encontrarse en una ciudad alemana con la más grande proporción por-
centual de población judía entre las ciudades alemanas, entre los que se encuen-
tran muchos de sus miembros, y la comunidad judía más famosa. Por otro lado,
Frankfurt fue un lugar donde el mecenazgo de la gran burguesía era especialmente
destacado e iba dirigido especialmente a las instituciones pedagógicas de orien-
tación social. De allí que se comprenda que el padre de Félix Weil (un industrial
prominente) y él mismo, dispusieran subvencionar desde el inicio las actividades
científicas de orientación marxista.

A esto hay que agregar que la ciudad contaba con una gran cantidad de simpatizan-
tes del socialismo y del comunismo; el propio Ministerio de Cultura se encontraba
dominado por la Socialdemocracia, lo que facilitó la habilitación académica y legal
del Instituto en condiciones inmejorables: se creó como anexo a la universidad de
Frankfurt pero independiente de ella y directamente supeditado al ministerio.

Los participantes de la Semana de Trabajo Marxista que se realizó durante los


meses previos a la creación del Instituto eran en su mayoría jóvenes sumamente
politizados por los resultados de la 1° Guerra Mundial y la Revolución de noviembre
y estaban convencidos de la superioridad del socialismo como forma económica y
de la posibilidad de realizarlo1 .

Podemos hacer referencia a algunos


antecedentes teórico-institucionales.

Antecedentes teórico – institucionales


Haciendo una escueta cronología de los acontecimientos que fueron sucediéndo-
se durante la vida de lo que fue el núcleo fundador de la Escuela de Frankfurt, se
puede señalar que como consecuencia de los acontecimientos producidos desde
la década de 1920 en Europa, y a raíz de la necesidad sentida por algunos pensa-
dores de reflexionar sobre la sociedad burguesa capitalista, se crea el Instituto de
Investigación Social en 19232 , financiado por Herman Weil.

1
Wiggershaus, Rolf (2010) La Escuela de Frankfurt. 1° Edición en Alemán 1986. Ed. Univ. Autónoma
Metropolitana – FCE.
2
El Decreto del Ministerio de Educación por el cual se crea el Instituto es de 1923, sin embargo el Insti-
tuto abrió oficialmente sus puertas en 1924.

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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Como antecedente inmediato, y como un espacio en el que madura la idea acerca


de la necesidad de reflexionar lo social con una base teórica crítica, en el verano
de 1922 Félix Weil (hijo de Herman) organizó en Ilmenau la “Primera Semana de
Sesiones Marxistas” de las que participaron George Luckács y Korsch. Este fue el
espacio de reflexión donde se gesta la idea de crear el Instituto como espacio cien-
tífico para reflexionar con este marco teórico marxista.

El primer director del Instituto de Investigación Social fue Kurt Al Gerlach, quien
murió en octubre de 1923. El segundo director fue Carl Grünberg, quien procedía
de la Universidad de Viena y había orientado los inicios del Instituto hacia el estudio
del Socialismo hasta 1930. En 1931 le sucede Max Horkheimer a quien muchos
atribuyen el inicio de la Escuela de Frankfurt con el carácter que se la conoció pos-
teriormente, debido a fue, junto con Theodor Adorno quien desarrolló los conceptos
centrales que trascendieron los límites temporales de la Escuela de Frankfurt, por
los que aún hoy se la identifica.

La expansión del Instituto sucedió rápidamente ya que en 1931 se crearon anexos


en Ginebra (que operó como el centro de Administrativo del Instituto y fue cerrado
por los nazis en 1933), otro anexo en París y uno más en Londres. Desde 1933 y a
raíz de la embestida nazi, la “Revista de Investigación social” (“Zeitschift für Sozial-
forschung”) que había comenzado a publicarse en 1932, comienza a publicarse en
Francia y la casa matriz debió comenzar a funcionar en Suiza. Esta situación se
mantuvo hasta el año 1950, cuando el Instituto reanuda las actividades en Frankfurt,
con el regreso del exilio de Max Horkheimer.

Durante el año 1941, los fondos del Instituto que había sido cerrado, se transfi-
rieron a Estados Unidos, y por sugerencia de Butler el Instituto se había unido a
la Universidad de Columbia en Nueva York. Esta rama de la Escuela de Frankfurt
permaneció aún después de volver a Alemania, y fue recién allí cuando comenzó a
llamarse “Escuela de Frankfurt”3 .

Continuemos con la Dialéctica Hegeliana.

La Dialéctica Hegeliana
El debate filosófico
Hegel (1770 – 1931) fue un filósofo que vivió en una etapa histórica signada por
violentas mutaciones políticas y económicas, durante las cuales elaboró un sistema
filosófico que brinda una explicación de la naturaleza, la historia y el conocimiento.
Su filosofía puede ser considerada tanto una metafísica de la totalidad como una
teodicea histórica, a través de la cual pretende dar cuenta de la totalidad de los
fenómenos existentes.

Ejerció la docencia en Jena, Nüremberg, Heidelberg y Berlín desde 1818 hasta


su muerte y en su carrera de docente, además de enseñar filosofía, cosechó un
número importante de discípulos (estudiantes) entre los que se encontraba Carlos
Marx, que además de seguir sus desarrollos fueron, en diferentes medidas, también
críticos de su filosofía.

3
Mattelart, Armand y Michele (2001) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs. As.

Nidia C. Abatedaga 65
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Es por esta razón que algunas de las ideas hegelianas la idea de totalidad, la dialé-
ctica por ejemplo, no se reproducen en estado puro en sus continuadores, sino que
éstos han debido tomar algunos aspectos de la propuesta filosófica haciéndole las
críticas y modificaciones que creyeron necesarias.

Aún así, es indiscutible la continuidad de algunas líneas de pensamiento con la


propuesta hegeliana que también se encuentran claramente identificables entre los
autores de la primera etapa de Frankfurt.

Para poder comprender qué tomaron y


qué discutieron de la filosofía de Hegel es
necesario hacer un breve y necesariamente
incompleto desarrollo de algunos
de los análisis hegelianos.

Su filosofía intenta dar respuesta a preguntas que se hizo la filosofía ya desde los
griegos: la pregunta por el arkhé (Principio, Origen, Fundamento de todas las co-
sas). Para algunos filósofos griegos la Naturaleza (Physis) es de donde emergen
y a donde vuelven todas las cosas. Para otros este Principio o Fundamento último
debe buscarse en la certeza, la verdad y esto sólo existe en el pensamiento, de allí
que Descartes afirmará “Pienso, luego existo” dándole primacía al pensamiento
para explicar el origen. El Cristianismo planteará que ese Origen o Principio de to-
das las cosas es Dios. Es decir que hubo respuestas diversas a la pregunta que se
hizo el hombre durante muchos siglos sobre un Principio u Origen del hombre.

“En la cosmovisión hegeliana se explica la totalidad de lo existente a partir de la


postulación de un demiurgo: el Espíritu universal (también denominado Razón Uni-
versal4, Idea, Espíritu Absoluto o Dios). El Espíritu Absoluto, de ser un todo indi-
ferenciado (vacío), pasa a partir de su despliegue, a manifestarse en dos dimen-
siones: tiempo y espacio. En la primera se constituye en naturaleza y en plano
temporal se hace historia”.5

Hegel plantea que en un comienzo el arkhe (el Absoluto), era una totalidad abstrac-
ta (vacía) que se encontraba recogida en sí misma. Para reconocerse, el Espíritu
Absoluto (ser en sí) se aliena, se escinde de sí, se hace otro distinto de sí – primer
momento – y se objetiva en otro, una parte de esa totalidad primigenia (segun-
do momento). Posteriormente, en un tercer momento, se recoge en sí mismo, se
reconcilia consigo mismo (ser para sí), dando lugar a una totalidad más rica y au-
toconsciente. Este movimiento (o automovimiento) prosigue hasta que la Razón
Universal alcanza un autoconocimiento total de sí mismo, lo cual proviene de las
distintas instancias en las que se ha objetivado a través de su periplo histórico.

Este movimiento es necesario porque el Espíritu – es abstracto (significa “abstraí-


do”, separado del Todo) y por tanto es una expresión parcial y defectuosa. Lo Otro
(aquello en lo que se despliega) lo hace superar su abstracción, le permite salir
de su vacía mismidad y autorrealizarse, autoconocerse o tener autoconciencia. El
Espíritu crea respecto de él un ámbito de alteridad (Un alter, un Otro), y ese Otro
es el mundo (concreto, por contrario a lo abstracto del Espíritu, pero es siempre el
mismo Espíritu).

4
Esta Razón universal, Espíritu absoluto o Idea, no es para Hegel una construcción mental, pues para él
posee plena realidad. Es más real que las diversas determinaciones que adopta en la historia. Por esto
se puede considerar a Hegel no tanto como un idealista, sino más bien un superrealista, y a su filosofía
(una ontoteología) como una reacción contra el idealismo alemán. (Von Sprecher (2005: 31).
5
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) (pp.32) La Teoría Social de Karl Marx en Von Sprecher (coord.) Teo-
rías Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.

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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Para precisar estos conceptos


grafiquemos el siguiente esquema.

Ser – en – sí es Ser – para – sí.


= =
(Potencia, dinamis) (Acto, Energía)

El Espíritu necesita desplegarse, actualizarse, pasar del estado de Ser – en – sí al


estado de Ser – para – sí, para después completar ese movimiento sobre sí mismo
y de este modo autoconocerse.

El Espíritu necesita desplegar-


se, actualizarse, pasar del esta-
do de Ser – en – sí al estado
de Ser – para – sí, para des-
pués completar ese movimiento
sobre sí mismo y de este modo
autoconocerse.

Ej. Para entender esta idea puede servir aquí el ejemplo de algunas propuestas religiosas, que
al estar más familiarizadas con nuestra cotidianidad pueden hacer este razonamiento más
comprensible. Cuando el catolicismo afirma que “Dios está en todas partes” o que “Dios está
en cada uno de nosotros”, se está afirmando que todos los seres vivos son parte de él. Pero
que todos los humanos (concretos) sean parte de Dios no significa que este ser desapa-
rezca, no se diluye por ser parte de cada ser humano. Más aún, este Dios es considerado
diferente a cada humano, una entidad separada, a la vez y superior y opuesta a todo lo
viviente en particular. Esta conceptualización de Dios está manejando una idea cercana a la
de Hegel (no exactamente pero sí cercana). Dios está dentro de cada uno de los humanos
en forma concreta, y son el opuesto a su ser abstracto. Según las afirmaciones religiosas
son el aspecto concreto de Dios, por oposición al Dios abstracto, pero ambas formas son el
Dios cristiano.

En la metafísica hegeliana, el despliegue del Espíritu Absoluto (la Idea, Dios) en la


historia tiene un carácter procesual y dialéctico. En el devenir de la realidad históri-
ca todo lo que es, en realidad está siendo, pues tiene en sí mismo la semilla de lo
que le sucederá en el tiempo.

En el proceso de realización de la Razón Universal (Espíritu Absoluto), Hegel distin-


gue varias fases, cada una de las cuales señala un nivel de desarrollo y un estadio
definido en el autoconocimiento de la Idea. Los “momentos históricos” son deter-

Nidia C. Abatedaga 67
Tecnicatura en Periodismo

minaciones del Espíritu Absoluto6 que se objetivan - bajo formas históricamente


situadas – en el espíritu del pueblo (Volkgeist). Las etapas históricas deben ser
comprendidas como momentos de una totalidad en desarrollo de la cual son partes.
Momentos racionales de una totalidad racional. “Lo que es racional es real y lo que
es real es racional”. (Hegel; 1999: 59)

Las objetivaciones o formas concretas que adopta el Absoluto se materializan en


las diversas formas de vida y de pensar predominantes en cada período histórico,
o sea en las instituciones políticas y sociales, la ciencia, la religión, el arte y la filo-
sofía. Su despliegue en el plano político se plasma en las organizaciones jurídico-
políticas, en el nivel relativo al Estado y la libertad.

Como ejemplo de cómo se despliega este Espíritu Absoluto en diferentes momentos históri-
cos, se puede citar las Lecciones sobre la filosofía de la historia universal y los Principios de Ej.
la Filosofía del Derecho (Hegel: 1989: 489,500). Allí Hegel distingue cuatro grandes momen-
tos: el mundo oriental, el mundo griego, el mundo romano y el mundo germánico, siendo este
último la instancia en la que lleva a cabo la objetivación final de la Razón (Espíritu Absoluto)
en el orden estatal y la realización de la libertad universal del hombre.

“El autoconocimiento del Espíritu absoluto implica el progreso de la libertad del


hombre. De la mano del progreso histórico, la libertad se va convirtiendo en un
derecho que se amplia a sectores cada vez más grandes de la sociedad. En los
antiguos regímenes orientales, el único libre era el déspota; entre los griegos y
romanos, los ciudadanos; en la Edad media, todos los hombres eran considerados
formalmente libres por ser hijos de Dios (aunque existían los siervos); mientras
que en la modernidad y de la mano de la revolución francesa, todos los hombres
pasaron a ser formalmente iguales ante la ley, por lo menos en lo que toca a sus
derechos políticos. La historia de la humanidad puede ser entendida entonces
como autorreflexión, a través de la cual el hombre se comprende a sí mismo a partir
de su pasado, del cual es producto. Mediante esa autorreflexión el hombre se hace
consciente de su génesis histórica”.7

En estos términos, la totalidad a la que refiere


Hegel está pensada en base a la dialéctica,
y por lo tanto compuesta por contrarios
excluyentes y que a la vez se necesitan
entre sí: la tesis y la antítesis.

Para comprender esta idea deberíamos pensar, por ejemplo, en que todo lo que yo
afirmo (por ejemplo “día”) tiene su contrario (noche). Día y Noche son opuestos en-
tre sí, se niegan mutuamente porque cuando está uno de los dos, necesariamente
no está el otro, cuando el día ES, NO ES noche.

Sin embargo, no pueden existir uno sin el otro: la noción de día es incomprensible
sin su contrario, opuesto, noche. Ocurre lo mismo cuando digo norte, en el mismo
acto estoy diciendo no es sur, o cuando digo es espíritu absoluto (abstracto), digo
no es sujeto (concreto). El primer término es una afirmación (tesis) que conlleva
necesariamente su contrario o negación (antítesis). La contradicción no se resuel-
ve como propondría un pensamiento dualista, por la desaparición de uno de los dos

6
“El espíritu del pueblo es un espíritu particular; pero a la vez es el espíritu universal absoluto; pues este
es uno solo”. (Hegel: 1974: 66).
7
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) (pp.32) La Teoría Social de Karl Marx en Von Sprecher (coord.) Teo-
rías Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.

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Unidad 2

términos. El pensamiento dialéctico afirmará que esta contradicción se resuelve en


una tercera situación, que contiene una parte de ambos términos: la síntesis.

Ej. Podríamos ejemplificarla con las témperas: si mezclo amarillo y azul obtengo una síntesis
que contiene a ambos colores, pero ya no individualizados, sino una tercera situación cua-
litativamente diferente a las otras dos pero que las contiene, están presentes de otra forma,
en este caso, verde. Sin embargo, la síntesis constituye una nueva tesis (es una afirmación
producto de los dos términos anteriores), que por lo tanto tiene una antítesis que deberá
resolverse posteriormente en una nueva síntesis. Esto hace del pensamiento dialéctico la
presencia permanente de contradicciones en la vida social.

El siguiente esquema grafica estos conceptos.

En Hegel, la dialéctica que llevaba a la síntesis entre los opuestos (espíritu abstrac-
to/mundo concreto) se producía en un nuevo estado del Espíritu, autoconsciente,
superior al estado anterior, desarrollado. El proceso histórico culminaba indefecti-
blemente en el Espíritu (Dios, la Idea, la Razón), de allí que denominen a su pen-
samiento “idealista”

En Marx la dialéctica adquirirá carácter material: los opuestos deben buscarse, se


encuentran en las relaciones materiales de los sujetos y sintetizan en formas tam-
bién materiales, históricamente determinadas de éstos.

El desarrollo histórico de las clases sociales en los diferentes modos de producción


es un buen ejemplo de cómo Marx pensaba desde la dialéctica: en la antigüedad,
con el modo de producción esclavista se encontraban como opuestos amo/esclavo,
contrarios que sintetizan en el período histórico posterior durante el Modo de Pro-
ducción Feudal en una nueva síntesis que contiene en sí su opuesto (cualitativa-
mente diferente, como el “verde” del ejemplo): Sr. Feudal/Siervo de la Gleba.

Esta oposición sintetiza en el Modo de Producción Capitalista, cuyos opuestos


(nuevamente de una cualidad diferente a los anteriores) son Capitalista/Asalariado.
Aunque esto se desarrolla abajo con detalle, vale la pena adelantar las conexiones
existentes entre Hegel y Marx y la inversión que realiza este último del método
dialéctico, no ya aplicado al Espíritu Absoluto, sino a los aspectos concretos, mate-
riales de la vida social.

Se puede afirmar que la filosofía hegeliana tiene un carácter dual, pues en ella
coexisten dos facetas contrapuestas8 :

8
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) La Teoría Social de Karl Marx en Von Sprecher (coord.) Teorías So-
ciológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.

Nidia C. Abatedaga 69
Tecnicatura en Periodismo

a) Es crítica y polémica, pues de acuerdo con su lógica dialéctica rechaza la ver-


dad última de los sistemas de pensamiento y de las formas sociales, a los cuales
entiende como contingentes y relativos a sus respectivos momentos históricos.
Esto impide que se los pueda concebir desde perspectivas osificadas, por prin-
cipio deben ser trascendidos y superados. La contradicción entre las partes de la
totalidad y la tensión que se deriva de ella, es la esencia misma de la dialéctica.
Determina el carácter necesario del cambio social.

b) Es conservadora, pues (de un modo contradictorio) Hegel postula que el proce-


so de autoconocimiento y de objetivación del Espíritu universal en las distintas
etapas históricas, culmina en el surgimiento de un saber absoluto y en el final de
la historia. Esto implica la clausura de la dialéctica, además de coartar la fuerza
reflexiva que le es intrínseca. Es por ello que algunos consideran que la filosofía
de Hegel se puede entender como una ideología legitimadora del Estado pru-
siano (una “encarnación de la razón), en el que se plasma la reconciliación del
Absoluto consigo mismo en el plano político, la objetivación de la razón en el
plano estatal.

Ahora revisaremos estos primeros


conceptos de la materia, desarrollando
la primera actividad.

Actividad de Autoevaluación 1

Habiendo abordado algunas de las reflexiones filosóficas de Hegel, trate de responder:

1) ¿Podría explicar en qué consiste la idea de “totalidad” para Hegel?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿Por qué se afirma que la dialéctica implica movimiento?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿En qué consisten las contradicciones que se manifiestan en la totalidad?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) ¿Qué significa que el Espíritu Absoluto se despliega en “lo concreto”?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

5) ¿Por qué se afirma que el pensamiento hegeliano es “idealista”?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

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Unidad 2

Envíe sus conclusiones al tutor a través de la


Sección Mensajería interna del Aula virtual.

Ahora sí continuemos con el


siguiente tema.

El Aporte de Karl Marx


Vinculaciones con Hegel y la propuesta del Materialis-
mo Histórico

El axioma hegeliano de que la realidad está compuesta por contradicciones, como


principio del cambio (en tanto motor del movimiento social) perdura en Marx, pero en
una versión materialista. Ambos autores, aunque piensan la realidad social a partir
de la dialéctica (es decir, que esta realidad se encuentra esencialmente compuesta
de contradicciones y de opuestos que luchan por imponerse), muestran diferencias
en cuanto a qué aspecto de esa realidad va a constituir la prioridad de análisis, o en
otras palabras dónde puede encontrarse la explicación primera.

Cabe aquí preguntarse ¿cuáles son para estos


dos autores esta oposición esencial?

Podríamos empezar por dar una primera respuesta, que deberá ser desarrollada
posteriormente con mayor detalle: la totalidad de la vida está compuesta por la opo-
sición básica que hay entre relaciones materiales y relaciones ideológicas.

Somos materia y pensamiento, ser y conciencia combinados en forma contra-


dictoria, la realidad social tiene estos dos aspectos, estructura económica y su-
perestructura ideológica, contrarios pero inseparables. Inseparables porque no
podríamos concebir un mundo material sin ideología así como es inaceptable la
idea de un hombre que no piense o de pensamientos (ideología) sueltos, sin sus-
tento material.

La idea de totalidad que Hegel propuso para analizar la realidad social (desarro-
llada en el apartado anterior) es recuperada por Marx. Para ambos esta totalidad
está compuesta por un ámbito concreto, material o infraestructural y por otro
ámbito ideológico, abstracto o superestructural. Para Hegel será este último el
origen de toda explicación (El Espíritu Absoluto, Dios, la Idea) mientras para Marx
las causas deben buscarse en el ámbito material, económico o estructural, y lo dirá
claramente:

“En la producción social de su existencia, los hombres establecen de-


terminadas relaciones, necesarias e independientes de su voluntad,
relaciones de producción que corresponden a un determinado estadio
evolutivo de sus fuerzas productivas materiales. La totalidad de esas
relaciones de producción constituye la estructura económica de la so-
ciedad, la base real sobre la cual se alza un edificio (Uberbau) jurídico

Nidia C. Abatedaga 71
Tecnicatura en Periodismo

y político, y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia


social. El modo de producción de la vida material determina (bedingen)
el proceso social, político e intelectual de la vida en general.”

(Marx; 1986: 66)9

Ambos autores utilizan el esquema conceptual “tesis-antítesis-síntesis” para inter-


pretar la realidad, pero Marx, conforme a su perspectiva materialista, rechaza la te-
sis idealista de que los fenómenos políticos, morales y culturales (ideales), pueden
explicarse a través de una lógica del desarrollo histórico autónomo de las relaciones
económicas, o sea independiente de las mismas. Marx argumenta que el proceso
histórico y la transformación de las instituciones sociales, políticas, jurídicas, mo-
rales y religiosas, (en suma, las relaciones ideológicas) solo pueden explicarse si
se toman en consideración las contradicciones existentes en la sociedad y –funda-
mentalmente- en la dimensión económica de las cuales surgen. Recordemos que
para Hegel el origen y el fin del desarrollo social era el Espíritu Absoluto (Dios, la
Razón).

“Mi método dialéctico no sólo difiere del de Hegel, en cuanto a sus fun-
damentos, sino que es su antítesis directa. Para Hegel el proceso de
pensar, al que convierte incluso, bajo el nombre de idea en un sujeto
autónomo, es el demiurgo de lo real; lo cual no es más que su manifes-
tación externa. Para mí, a la inversa, lo ideal no es mas que lo material
transpuesto y traducido en la mente humana”.
(Marx; 1986: 81).10

La dialéctica materialista puede ser definida como: un esquema analítico (un


modo de pensar) y una ontología de la realidad social, en la cual todos los fenóme-
nos o procesos están compuestos a su vez por otros fenómenos y /o subprocesos,
que se contradicen y luchan entre sí, (en el plano conceptual: tesis y antítesis),
hasta llegar a nuevo momento (síntesis) que constituye la negación y la superación
del momento previo. Ahora bien, en la instancia de síntesis resultante, resurge una
nueva contradicción entre nuevas tesis y antítesis que se resuelve en una nueva
síntesis y así, ad infinitum. El principio del movimiento dialéctico es la oposición
constante entre las partes de una totalidad en desarrollo. La dialéctica tiene un ca-
rácter dinámico que determina que ninguna institución económica, política y moral,
perdura para siempre. Todo tiene en sí mismo la semilla de su propia superación.
En ella se opera una inversión respecto de la relación entre lo ideal y lo material.
Para Marx, los factores que priman en el plano de lo social y lo histórico, son -en
última instancia- económicos, pues condicionan la organización política y cultural
de una sociedad.

Para Marx, por lo tanto hay que analizar el cambio social a partir de la lógica con la
que funciona la sociedad: el “conflicto”, es decir que los procesos de crisis son parte

9
Marx, Karl (1986) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción general a la crítica de la
economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.
10
Marx, Karl (1986) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción general a la crítica de la
economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.

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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

de la evolución de la sociedad, son necesarios e inevitables debido, fundamental-


mente a que bajo un razonamiento dialéctico, todo momento histórico contiene en sí
contradicciones que en algún momento llegan a la crisis para su resolución.

La producción en la sociedad

Para Carlos Marx la vida social está compuesta por una estructura económica y
una superestructura ideológica. Dentro del primer aspecto establece relaciones
económicas a través de las cuales el hombre produce su vida material (come, se
abriga, se provee de vivienda) y el segundo aspecto (inseparable del primero) in-
cluye las relaciones ideológicas, a través de las cuales reproduce formas de pensa-
miento, las ideas, la conciencia, las formas estatales, etc. De estos dos aspectos de
la vida social (como se indicó más arriba) Marx otorgó prioridad analítica al primero,
es decir a las relaciones materiales, que se encuentran en la estructura económica.
De allí que el eje del análisis de gran parte de la producción teórica de Karl Marx
– sobre todo desde 1857 – es su preocupación por desarrollar la “teoría del valor
trabajo”; para lo cual fue necesario desmenuzar la lógica del sistema capitalista de
producción de mercancías. Esto se lograría exponiendo el sistema de la economía
burguesa de manera crítica, a través de la crítica de las categorías económicas.

¿Por qué el trabajo?

Para Marx toda relación en la estructura económica supone un proceso de trabajo.


El hombre a todo lo largo de la historia ha trabajado para conseguir el alimento, el
vestido, la vivienda de él mismo y de su familia. Desde cazar animales colectiva-
mente hasta producir autos en una fábrica fordista del S XX, todos son Procesos
de Trabajo sin los cuales el hombre no hubiera sobrevivido como especie. Necesitó
trabajar para vivir y reproducirse.

Como esta fue y sigue siendo la condición básica de la existencia (no las ideas
como afirmaría Hegel), Marx analizó pormenorizadamente este proceso de trabajo
que es la esencia de la Estructura Material. Dirá que su finalidad es la de producir
objetos útiles (lo que Marx llamará “valores de uso”). Esto se logra cuando cualquier
hombre. Pone en acción las fuerzas naturales que forman su corporeidad, los bra-
zos y las piernas, la cabeza y la mano para transformar un objeto cualquiera (por
ejemplo materias de la naturaleza) en productos que satisfagan sus necesidades.

Los elementos simples del Proceso de trabajo son11 :

1) La actividad orientada a un fin, o sea, el trabajo mismo que el sujeto realiza para
modificar un objeto y adaptarlo a su necesidad. Esta actividad sólo es desarro-
llada por Sujetos.

2) El Objeto de trabajo son las cosas que el sujeto transforma para satisfacer sus
necesidades. Por ejemplo la tierra, la madera del árbol son objetos naturales.

3) Los Medios de trabajo: Es el elemento que media la relación entre el sujeto que
transforma y el objeto que es transformado: “Es aquel objeto o conjunto de ob-
jetos que el obrero interpone entre él y el objeto que trabaja y que le sirve para
encauzar su actividad sobre este objeto.”

11
Marx, Karl (1986) (pp.136) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción general a la crítica
de la economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.

Nidia C. Abatedaga 73
Tecnicatura en Periodismo

4) El resultado del proceso, también llamado producto, que es un valor de uso, es


decir una cosa adaptada a las necesidades humanas mediante un cambio de
forma.

Hay un SUJETO que utiliza un INSTRUMENTO para modificar un OBJETO y obte-


ner un RESULTADO o producto.

Por ejemplo, cuando mi abuela teje un saco de lana, ella es el Sujeto, utiliza como Instrumen-
to las agujas para modificar lana ovillada (Objeto) y obtener el Resultado (saco de lana). El
Ej.
trabajo del obrero de una fábrica puede explicarse del mismo modo.

Veamos el esquema…

Proceso de Trabajo en general

Sujeto – Instrumento – Objeto = Resultado

Estos elementos que entran en el proceso de trabajo conforman las Fuerzas


Productivas12:

1) La Fuerza de Trabajo, es decir, el trabajo humano o trabajo vivo que los


trabajadores utilizan para producir y el conocimiento o Know How Social
(el “saber cómo”) producido, acumulado y enseñado socialmente a través
de las generaciones para desempeñar el trabajo.

2) Los objetos de trabajo, que incluyen fuerzas naturales (la caída de agua
de un río o la fuerza eólica producto del viento, etc.), la materia bruta,
que incluye todos aquellos elementos extraídos de la naturaleza que no
poseen un proceso de trabajo anterior (por ejemplo el mineral extraído de
una montaña, la tierra, los frutos de árboles, etc.) y la materia prima que
es todo aquel objeto “filtrados por un trabajo anterior” que ya experimentó,
por medio del trabajo, una cierta transformación.

3) Los Instrumentos o Medios de Trabajo que también poseen trabajo


incorporado (son el producto del trabajo humano). Desde un moderno
robot hasta la más sencilla tijera son Instrumentos y tienen capacidad de
potenciar la propia capacidad del obrero, permitiendo un desarrollo mayor
de la fuerza de trabajo humana.

Ahora bien, el proceso de trabajo simple (y las Fuerzas Productivas que con él se
despliegan) puede aplicarse, como decíamos arriba, a toda la historia de la huma-
nidad: había proceso de trabajo en la producción artesanal del hombre primitivo, el
Siervo de la Gleba del Feudalismo también realizaba un proceso de trabajo cuando
cultivaba la tierra, al igual que el obrero industrializado de la actualidad. Si bien tie-
nen en común el hecho de que todos realizan un proceso de trabajo, no se puede
afirmar que se desarrolle de la misma manera en todas las épocas.

12
Marx, Karl (1986) (pp. 131) Ibíd.

74
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Esto tiene una explicación en otro concepto de Marx, que completa la idea de lo que
está incluido en la Estructura Económica: Relaciones Sociales de producción.
Estas son las formas en que los hombres se relacionan entre sí para producir, y
entre otras, la Relación Social de Producción más importante es la Propiedad. La
forma de propiedad es una relación entre personas y no entre cosas, porque de
hecho nadie le dice a su casa “vos sos mía” sino que se lo dice a los demás sujetos.
De allí que se considere a la propiedad como una relación social excluyente, debido
a que excluye de lo definido como propio a todos los demás sujetos.

La forma de propiedad es la manera en que los sujetos se apropian de lo necesario


para vivir, cuya expresión jurídica es la propiedad. Responde a la pregunta ¿cómo
se establece la propiedad de las cosas en una determinada sociedad? o ¿Quién es
propietario de qué cosas?, determinando así cómo se organizará el trabajo y quién
se quedará con lo socialmente producido. La forma de propiedad, además, muestra
quiénes están en posición de dominación y quiénes en lugar de dominados, confor-
me la realidad es considerada como compuesta por opuestos, contrarios en lucha
permanente, que Marx derivó de Hegel.

Así, por ejemplo en el esclavismo, los vencedores eran propietarios de los esclavos en toda
Ej. su corporeidad porque al haber sido sometidos en una batalla, se los consideraba natural-
mente inferiores. Los esclavos eran considerados un instrumento “parlante” más, igual que
los animales de tiro o un hacha y por lo tanto producían para los amos, quienes se quedaban
con todo los productos del trabajo esclavo. En el Feudalismo, el Siervo de la Gleba no era
propiedad del Señor Feudal, sino que había, entre otras formas de contrato, el Contrato de
Vasallaje por el cual el Siervo pagaba con una parte de lo producido en la parcela de tierra,
los servicios de cuidado de él y su familia que el Señor Feudal le proporcionaba con su ejér-
cito. Más adelante, en la transición hacia el capitalismo, el artesano era considerado libre y
producía sus productos en todas las fases (desde la búsqueda de los materiales hasta el
embalaje) que intercambiaba por lo que necesitaba para vivir. Finalmente en el actual siste-
ma capitalista, el sujeto es libre y contrata su fuerza de trabajo a un propietario de los medios
de producción (instrumentos) para que produzca. Como se puede advertir, el carácter de la
propiedad (como forma en que los hombres se relacionan para producir) determina cómo los
hombres se proveen la vida y quién se apropia de lo producido.

Sin embargo, el Modo de Producción Capitalista se diferencia de otros modos de


producción, entre otras cosas porque cada uno de los elementos del proceso de
trabajo no son tan importantes en sí mismos como por lo que equivalen en dinero.
Para el capitalista que adelanta el dinero para que se realice el proceso productivo,
el trabajo es una mercancía que él compra por determinado tiempo y que paga con
salario. Los objetos de trabajo también constituyen un dinero adelantado por el ca-
pitalista en materias primas, por ejemplo, algodón comprado por un capitalista para
la elaboración industrial de pantalones. Así mismo el capitalista adelanta dinero
para tener las herramientas e infraestructura donde se desarrollará el proceso de
trabajo.

El resultado de este proceso es una Mercancía que es del capitalista y que tiene la
cualidad de ser intercambiada por determinada cantidad de dinero en el mercado.
“(...) El producto es propiedad del capitalista y no del productor directo, es decir, del
obrero. El capitalista paga, por ejemplo, el valor de un día de fuerza de trabajo. Es,
por lo tanto, dueño de utilizar como le convenga, durante un día el uso de esa fuerza
de trabajo, ni más ni menos que el de otra mercancía cualquiera (...) que también
es propiedad suya”.13

13
Marx, Karl (1986) (pp. 137) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción general a la crítica
de la economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.

Nidia C. Abatedaga 75
Tecnicatura en Periodismo

Además el capitalista persigue dos objetivos:

● En primer lugar, producir un valor de uso que tenga un valor de cambio


(que pueda cambiarse por dinero), una mercancía.

● En segundo lugar, producir una mercancía cuyo valor sea mayor que la
suma de valores invertidos en su producción, es decir, de los medios de
producción y de la fuerza de trabajo, por los que adelantó dinero... Sabe-
mos que el valor de toda mercancía se determina por la cantidad de traba-
jo materializado en su valor de uso, por el tiempo de trabajo socialmente
necesario para su producción.” (Marx; 1986: 138).

Entre el dinero adelantado al inicio del proceso productivo y el que hay al final, cuan-
do la mercancía se vendió, hay más dinero que el invertido. De los elementos que
componen el proceso de producción, el único que puede agregar más valor al pro-
ceso es el trabajo humano porque la fuerza de trabajo, durante el tiempo que trabaja
para el capitalista produce más valor del necesario para reponerse como fuerza de
trabajo. En otras palabras, produce más mercancías que aquellas necesarias para
completar el valor de su salario. Ese “plus” de valor que el trabajador produce es la
plusvalía, un excedente de valor que se apropia el capitalista por ser el propietario
de todos los elementos que componen el proceso.

Analicemos el esquema….

Proceso de Trabajo en el capitalismo

Sujeto – Instrumento – Objeto = Resultado


($) Salario – Capital – Capital = Mercancía (+ $)
Constante Constante
Fijo Circulante

En el capitalismo el objetivo es lograr un incremento


en la ganancia del capitalista, a través de la
producción masiva de mercancías. Y este es uno
de los conceptos centrales que tomarán los
autores de Frankfurt para desarrollar
su propuesta.

En el modo de producción capitalista las mercancías tienen la cualidad de ser valor


de uso y poseer valor de cambio. “El valor de uso se efectiviza únicamente en el
uso o en el consumo... El valor de cambio se presenta como relación cuantitativa,
proporción en que se intercambian valores de uso de una clase por valores de uso
de otra clase, una relación que se modifica constantemente según el tiempo y el
lugar”.14

El desarrollo minucioso de lo que es la mercancía para Marx se justifica porque


constituye la piedra angular de su teoría del trabajo como valor a la vez que es la
base del concepto de Alienación.

14
Marx, Karl (1986) (pp.7) Ibíd

76
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Afirma que “A primera vista, una mercancía parece ser una cosa trivial, de com-
prensión inmediata. Pero analizándolas, vemos, que son objetos muy intricados”
(Marx; 1986: 37 a 39) Lo misterioso de las mercancías reside en que esconden que
son producto del trabajo humano y aparecen como si fueran objetos independientes
de los sujetos que la produjeron. Al aparecer como una “relación entre cosas” tam-
bién se muestra al margen de sus productores. De allí que los individuos que las
producen las sientan ajenas a ellos. El trabajador, al no ser dueño de lo que produce
(porque es propiedad del capitalista) y al trabajar por un salario (por medio del cual
luego comprará en el mercado las mercancías que necesite para vivir), no percibe
que en esas mercancías hay trabajo propio.

“(...) Los trabajos privados aparecen no como relaciones directamente sociales de


las personas en sus trabajos, sino como relaciones materiales entre personas y
relaciones sociales entre cosas.”15

De esta apariencia por la cual las mercancías (a través del intercambio por dinero)
parecen tener “relaciones entre sí” al margen de los sujetos, como si fueran autó-
nomas y no producto del trabajo de los hombres se genera la alienación. Esto es:
los individuos no reconocen a las mercancías como conteniendo su trabajo, porque
aparecen “autonomizadas” de los individuos, como con vida propia. El individuo no
siente que esa mercancía posea condensado, objetivado, su propio trabajo.

Para completar el análisis debemos, en este punto recordar que antes habíamos
dicho que Marx tomó de Hegel la dialéctica, analizando la realidad compuesta por
dos aspectos mutuamente determinados: las relaciones materiales (estructura eco-
nómica) y las relaciones ideológicas (o superestructura). Si bien Marx otorgó, a
diferencia de Hegel, prioridad analítica a la estructura material (que fue desarrollado
de modo simplificado arriba: proceso de trabajo y de producción, la Mercancía y
Alienación), también estudió, aunque no con tanto detalle, la superestructura ideo-
lógica.

Superestructura Ideológica

Este aspecto del Modo de Producción incluye todas las formas denominadas ideo-
lógicas que Marx explica como conciencia social y las relaciones jurídico – po-
líticas, o lo que es lo mismo: El Estado. Esta superestructura ideológica incluye la
producción de ideas y representaciones:

“(...) aparece al principio directamente entrelazada con la actividad material y el


comercio material de los hombres, como el lenguaje de la vida real. Las represen-
taciones, los pensamientos, el comercio espiritual de los hombres... y la producción
espiritual, tal y como se manifiesta en el lenguaje de la política, de las leyes, de la
moral, de la religión, de la metafísica, etc., de un pueblo.”16

Así, para Marx las ideas – la producción intelectual - están íntimamente vinculadas
a lo material, es decir, no pueden existir en forma independiente a la estructura ma-
terial de la sociedad. Al tener esta estrecha vinculación estructura material e ideo-
logía, y considerando que para Marx la sociedad capitalista (como todos los otros

15
Marx, Karl (1986) (pp.40) “Epílogo a la segunda edición al Capital”. En: Introducción general a la crítica
de la economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.
16
Marx, Karl. Engels, Friedrich (1985) (pp.25) “La ideología alemana”. Ediciones Pueblo Unidos-Editorial
Cartago. Buenos Aires.

Nidia C. Abatedaga 77
Tecnicatura en Periodismo

modos de producción) es una sociedad desigual, con opuestos que se contradicen,


en la que existe la dominación de unos individuos sobre otros, las ideas no pueden
permanecer ajenas a esta estructura de desigualdad, y por tanto también van a for-
mar parte de las formas de dominación: “Las ideas dominantes en cualquier época
no han sido nunca más que las ideas de la clase dominante”.17

Esto, argumenta el autor se debe a que “(...) la clase que ejerce el poder material
dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La
clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con
ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que
se sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de
los medios necesarios para producir espiritualmente.”18

La clase dominante también es la que produce las ideas dominantes en una época
determinada. Quienes forman la clase dominante también tienen conciencia de ello
y “piensan a tono con ello” y por lo tanto dominan también como pensadores, como
“productores de ideas, que regulan la producción y distribución de las ideas de su
tiempo (...)”.19

La situación de dominación ideológica genera lo que Marx denomina “falsa con-


ciencia” que no es más que la adopción de las ideas de la clase dominante como si
fueran las ideas de la clase proletaria o dominada. Y éste es un trabajo que realiza
la burguesía (en el capitalismo) para permanecer en la situación de dominio. “En
efecto, cada nueva clase que pasa a ocupar el puesto de la que dominó antes de
ella se ve obligada, para poder sacar adelante los fines que persigue, a presentar su
propio interés como el interés común de todos los miembros de la sociedad, es decir,
expresando esto mismo en términos ideales, a imprimir a sus ideas la forma de lo
general, a presentar estas ideas como las únicas racionales y dotadas de vigencia
absoluta.” 20

La “falsa conciencia” aparece para Marx como una visión invertida de las cosas que
tienen los trabajadores respecto de la realidad, que hace que esta clase social domi-
nada, en vez de producir ideas propias de su clase, en virtud del trabajo intelectual
que realiza la burguesía, reproducen las ideas dominantes creyéndolas propias de
su clase.

Cada uno de esos cambios sociales a lo largo de la historia han sido revolucionarios
y han implicado las modificaciones tanto de las relaciones materiales como relacio-
nes ideológicas, y por tanto hay que explicarlos considerando ambos aspectos.

En lo que respecta a las relaciones materiales, el autor afirmará que para que exista
un cambio revolucionario deberán producirse modificaciones en la estructura mate-
rial de la sociedad, es decir, deberá modificarse la relación de propiedad.

Pero también deberán considerarse – para poder hablar de un cambio revoluciona-


rio – las modificaciones que se producen a nivel de la ideología, que han sido
simplificadas en la fórmula que da cuenta del paso de “la clase en sí a la clase para
sí”. Esta afirmación corresponde a la idea de que hay una modificación en la con-
ciencia de la clase que por su situación se encuentra dominada y supone el paso
de un estado de conciencia por el cual los individuos dominados reconocen el lugar
que tienen (es decir, la situación de dominación) y se pasa a otro estado de con-
ciencia en el que los sujetos pueden actuar, esto es, realizar acciones que permitan
revertir su situación de sometimiento.

17
Marx, Karl-Engels, Friedrich (1985) (pp.60) Obras escogidas. Editorial Cartago. Buenos Aires.
18
Marx, Karl-Engels, Friedrich (1985) (pp.50) Ibíd.
19
Marx, Karl-Engels, Friedrich (1985) (pp.51) Ibíd.
20
Marx, Karl-Engels, Friedrich (1985) (pp.52) Ibíd.

78
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Finalmente se hará referencia, de modo muy simplificado, a la división de la Socie-


dad en Clases Sociales. Esto no es prerrogativa del Modo de Producción Capitalis-
ta, sino que en cada modo de producción hubo una división en clases. Sin embargo,
a lo largo del análisis que Marx realizó en El Capital, desarrolló mucho más extensa-
mente la división en Clases Sociales en el Capitalismo, a la que dividió en:

● Quienes son propietarios de la tierra que llamó Terratenientes.


● Quienes son propietarios de los Medios de Producción a los que llamó
Capitalista.
● Y a los propietarios de la Fuerza de Trabajo, los Asalariados.
● Estas son según el autor, las tres clases fundamentales del Modo de Pro-
ducción Capitalista.

Aquí aparece nuevamente con claridad el pensamiento dialéctico de Marx, con un


claro carácter material, los opuestos en el capitalismo se encuentran en las relacio-
nes económicas (materiales) de los sujetos:

● De un lado la Burguesía (donde se incluyen a Terratenientes y Capitalis-


tas).
● Y Proletariado. Para el pensamiento marxista, esta contradicción esen-
cial del Capitalismo debería sintetizar (en forma también material, históri-
camente determinada) en una sociedad sin clases: el Comunismo como
Modo de Producción.

Las clases sociales se desenvuelven en el modo de producción como partes opues-


tas, luchando en forma permanente por imponerse: el trabajador lucha para obtener
mayor salario, el capitalista y el terrateniente para lograr una mayor rentabilidad en
la fábrica y de la tierra respectivamente.

Esta situación de conflicto constante, aunque teorizada por Marx hace más de un
siglo, tiene una sorprendente actualidad. Si se recuerdan los cortes de ruta de la
burguesía agraria, representados entre otros por la Sociedad Rural, se pueden ubi-
car como parte de la pelea contra el Estado nacional que los terratenientes (entre
otros actores, como las multinacionales de agroquímicos) llevaron adelante para
garantizar la ganancia de la exportación de soja, por la vía del rechazo al incremen-
to de las retenciones durante 2008.

Si además se observa la presencia cotidiana de sectores de trabajadores que rea-


lizan frecuentemente paros y movilizaciones por el incremento de sus salarios; y si
se consideran los reclamos de empresarios por ejemplo de fábricas automotrices
para obtener subsidios o reducciones impositivas, estamos en presencia de las
luchas que las distintas clases sociales llevan adelante para obtener una porción
mayor de la producción social. Claro que Marx afirmará que la lucha no se da entre
clases de igual poder, sino que es desigual debido a la existencia de clases domi-
nantes y clases dominadas.

Antes de continuar, le sugerimos la siguiente


actividad que le permitirá evaluar su nivel
de comprensión de los temas
desarrollados hasta aquí.

Nidia C. Abatedaga 79
Tecnicatura en Periodismo

Actividad de Autoevaluación 2

Después de leer la propuesta de Marx trate de responder:

1) ¿Qué tomó Marx de Hegel y qué modificó de su pensamiento?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Cómo piensa Marx la relación entre la estructura económica y la superestructura?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

3) ¿Qué elementos contiene la estructura económica de la sociedad?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

4) Explique la diferencia entre el Proceso de Trabajo (en general) y el Proceso de Producción


en el capitalismo.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

5) ¿Cuáles son las clases sociales en el capitalismo y por qué son contradictorias?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

Envíe sus conclusiones al tutor a través de la


Sección Mensajería interna del Aula virtual.

La perspectiva de Sigmund Freud 21

El tercer pilar sobre el que se asientan las reflexiones frankfurtianas fueron algunos
de los desarrollos sobre el aparato psíquico individual y colectivo de Sigmund Freud,
quien desarrollará una teoría psicoanalítica que discutió con los supuestos de la Psi-
cología de las multitudes que habían propuesto Gustav Le Bon y Scipio Sighele 22 para
quienes la explicación de los fenómenos masivos debía buscarse en el contagio y las
formas de sugestión.

Freud propondrá que el desarrollo del sistema nervioso se sitúa en el instinto y no en


el estímulo externo (como había propuesto el Conductismo psicológico). El instinto

21
Además de la bibliografía citada, los conceptos aquí desarrollados fueron corregidos y supervisados
por la Lic. Norma Aiello.
22
Algunos desarrollos de estos autores se encuentra en la Unidad 1.

80
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

se constituye a partir de los residuos de efectos estimulantes externos que, en el


curso de la filogénesis, actuaron modificando la sustancia viva. La culminación de
este desarrollo será el aparato anímico humano, que se encuentra sometido per-
manentemente a la tensión que se origina entre el principio del placer y el principio
de realidad.

La estructura del aparato psíquico del sujeto está conformada por la relación
dialéctica entre tres instancias23 :

● El Ello (id impersonal) es la más antiguas de las instancias psíquicas, su


contenido es todo lo heredado, las fantasías primordiales, las protofanta-
sías, lo que traemos de nacimiento, lo establecido constitucionalmente y
lo filogenético. También está constituido por las pulsiones que provienen
de la organización corporal. Estas pulsiones predominan en el Ello y se
satisfacen mediante el principio de placer, esencialmente inconsciente.
Se conforma como masa impersonal de energías y fuerzas que interac-
túan constituyendo el inconsciente, reprimido, que subyace en los pro-
cesos que determinan la vida consciente como causa interior de dichos
procesos. (B Muñoz: 1989) Freud no habla de instintos sino de pulsiones,
ya que el hombre cambia los instintos por ellas al crear la cultura.

● Un individuo es ahora un Ello psíquico desconocido e inconsciente en


cuya superficie aparece el Yo (ego personal). Este Yo se presenta aquella
experiencia que posee el individuo de sí mismo y está motivado desde
una doble perspectiva: se halla en contacto directo con la realidad exter-
na, es consciente e incluye al mismo tiempo la representación de lo real
tal y como es dada por los sentidos. El Yo se ha desarrollado a partir del
sistema perceptual y no reemplaza al Ello, sino que se limita a incidir en
una parte su superficie, la constituida por el sistema perceptual. Tampoco
se encuentra separado del Ello.

El Yo se esfuerza por transmitir al Ello las influencias del mundo exterior


y aspira a sustituir el Principio de Placer por el Principio de Realidad, que
se encuentra regido por el sistema Pre consciente. La percepción es para
el Yo como la pulsión para el Ello y el individuo será el resultado de la
tensión dinámica entre estos dos el Yo y el Ello.

Impulsos y deseos entran en un conflicto motivado por un sistema social


de conducta impuesta. Como resultado, estos impulsos y deseos, junto
con los recuerdos asociados y sistemas ideales, así como las emociones
dolorosas que surgen del conflicto son desplazados por la conciencia al
inconsciente, en el cual permanecen activos, determinando el comporta-
miento y la experiencia de un modo, por lo general, directo. Así es como,
a través de la represión, tomada ésta como una categoría dinámica, se
encuentra el origen de los síntomas neuróticos y sueños.

● El Superyó (Yo culturalizado y socializado) está en la génesis de la


cultura y de la historia, frente al inconsciente instintivo y oculto, el Superyó
canaliza los desplazamientos y transferencias, dando origen a la concien-
cia ética. El Superyó designa una estructura en el subconsciente, edifica-

Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev”. Virtual Espacios Te-
23

máticos: Psicoanálisis y Marxismos” disponible en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/


generacion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).

Nidia C. Abatedaga 81
Tecnicatura en Periodismo

da por experiencias anteriores principalmente elaboradas sobre la base de


las relaciones del niño con sus padres, mandatos familiares, exigencias y
prohibiciones. De esta manera, funcionará criticando los pensamientos y
actos del Yo y provocando sentimientos de culpabilidad y angustia cuando
el Yo satisfaría o tendería a la satisfacción de los impulsos instintivos pri-
mitivos. El Yo se ve precisado a tomar en cuenta este Superyó porque se
contrapone a él y presenta una conexión menos firme con la conciencia.
El influjo de los progenitores no sólo es eficiente en cuanto al sistema de
mandatos familiares y sentimientos de culpa, sino por la influencia por ellos
propagada, de la tradición familiar, la raza, el pueblo y los requerimientos
del medio social que ellos subrogan. El Superyó estaría también ligado a
los inicios de la conciencia humana en cuanto conciencia colectiva, que
deja en evidencia la relación entre el individuo y la sociedad. El Superyó
se encuentra asociado al Preconsciente.

Con esta explicación de la estructura psíquica del sujeto, dinámica y en la que des-
taca el conflicto como característica central, Freud dejó al descubierto lo irracional
de la conducta humana y con ello la falacia de la más pura racionalidad humana,
pregonada por el positivismo.

Además de aportar la visión de un sujeto complejo, que se encuentra condicionado


por la sexualidad, la agresividad y el instinto, Freud también se ocupó de dar una
explicación psicoanalítica de la evolución cultural de la especie humana, aportando
una teoría analítica del psiquismo colectivo, una hipótesis que permita comprender
la organización de la subjetividad social.

Con este propósito se interroga sobre el papel del instinto en el hombre y cuál es el
comportamiento del sujeto cuando forma grupos. Recordemos aquí que ya la Teoría
de las Multitudes de Le Bon, McDougall y Shigele habían explicado este fenómeno
a través de los fenómenos de sugestión y contagio, afirmando que el individuo en
la masa pierde facultades individuales al ser absorbido por una supraconciencia
primitiva.

Para Freud estas explicaciones eran insuficientes porque referían sólo a la inca-
pacidad innata de los sujetos, sin considerar el efecto que producen las acciones
sociales que determinan los fenómenos. Así, propone comprender las conductas
de los sujetos a través de la teoría de la afectividad: la libido será la energía de
los instintos relacionada con todo lo que puede incluirse bajo el término amor. Este
concepto explica el lazo psicológico de unión entre creyentes de una iglesia o se-
guidores de un líder.

Este lazo a su vez, se establece por la existencia de un mecanismo de defensa: la


identificación, que es la forma primitiva de enlace afectivo a un objeto. Este me-
canismo constituye un proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un
aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente
sobre el modelo de éste. La personalidad individual se constituye y se diferencia
mediante una serie de identificaciones, que se realizan desde la niñez, producién-
dose el complejo de Edipo.

Pero en la psicología de masas el mecanismo de identificación establece un enlace


libidinoso (afectivo) con otro, a través de una sustitución, dando explicación de este
modo, al proceso de liderazgo. Para esto, recordemos que Freud diferencia entre
el Yo consciente (es coherente) y el Yo inconsciente (reprimido, que parece ex-
terior al Yo consciente y se ocupa de la autoobservación y la censura), que provoca
rupturas en la resistencia del Yo consciente a través del lapsus, los chistes y las
psicopatologías.

82
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

El Ideal del Yo se construye mediante modelos conscientes, y a veces lo incons-


ciente (así como a nivel individual se produce el lapsus o el sueño) se desliza en
modelos asumidos colectivamente a través de la fiesta, la violación periódica de ta-
búes y las prohibiciones sociales. El Ideal del Yo aparece con una doble naturaleza,
ya que está compuesto por el Yo individual y por estos modelos que conforman el
Ideal del Yo.

Por un proceso de identificación el objeto se introyecta en el Ideal del yo, en los


grupos primarios los individuos reemplazan su Ideal del yo por el mismo objeto (en
este caso el líder) identificándose unos con otros en su Yo. Es decir que, al renun-
ciar el individuo a su yo personal, se integra a los otros (por la libido o lo que es lo
mismo, el amor a los demás) en un proceso de sugestión recíproca. La sugestión
organiza las pulsiones no racionales y canaliza los instintos eróticos hacia una ex-
presión neutra, que es el líder, convirtiéndose en un objeto colectivo de deseo.

En la Psicología de masas la libido es una tendencia latente que supone un pro-


ceso doble: la Identificación por la cual el Yo se enriquece con las cualidades del
objeto, y el Enamoramiento por el cual el Yo se empobrece al darse al objeto. El
proceso de enamoramiento puede derivar en una especie de hipnosis que lleva a
que el sujeto sea conducido fácilmente por ser dócil y sumiso. La diferencia entre
el enamoramiento y la hipnosis es que en el primero el sujeto requiere un objeto
erótico, mientras que en el segundo el objeto hipnótico se encuentra desviado de la
satisfacción sexual directa.

Con todos estos elementos, Freud podrá afirmar que en la esencia de los procesos
colectivos se encuentra el instinto gregario, que cristaliza en la necesidad de un
líder – padre que liga a los individuos entre sí a través de mecanismos de identifi-
cación por sustitución. En las instancias en las que la multitud está sometida a vín-
culos inconscientes de la libido, las instancias del Yo se debilitan porque esta libido
está desviada hacia una figura carismática.

Las formaciones masivas, además pueden acumular agresividad amparadas en la


identificación y el anonimato (el sujeto masificado se siente protegido), producién-
dose un desplazamiento colectivo hacia el comportamiento agresivo.

La Escuela de Frankfurt retoma el instinto de agresividad canalizado en la iden-


tificación de un líder carismático para explicar la emergencia y encumbramiento
de Hitler. Afirmaban que la identificación colectiva sublima y proyecta los efectos
hipnóticos del líder, produciendo una identificación irracional con quien lo domina
y así generando una patología colectiva. Sin embargo, los autores de Frankfurt
matizarán esta patología, afirmando que no es inherente a la especie de un modo
constitucional (como sí lo dirían Le Bon y Shigele) sino que es el efecto de causas
políticas, económicas y culturales.

Antes de continuar le proponemos la siguiente


actividad. Envíe sus conclusiones al tutor
a través de la Sección Mensajería interna
del Aula virtual.

Nidia C. Abatedaga 83
Tecnicatura en Periodismo

Actividad de Autoevaluación 3

De la lectura de Freud, podría explicar:

1) ¿Cómo está constituido el aparato psíquico del sujeto?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Cómo explica Freud el comportamiento de los individuos cuando se conforma en grupos?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

3) ¿Qué mecanismos se ponen en juego en la relación de las masas con el líder?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

Ahora bien, analicemos el contexto en que surge


la primera etapa de la escuela de Frankfurt.

La Primera Etapa (1° Generación) de Frankfurt:


nacimiento y desarrollo

“Hasta el siglo XIX la razón ilustrada nacida de las Revoluciones Industriales en lo


económico y del encumbramiento del positivismo en el campo científico, sostuvo
como uno de sus principales fundamentos un ideal de fraternidad que los hechos se
encargaron de negar. El positivismo propone una idea de “lo que debería ser” que
se evidencia en “lo que es” como una tendencia contraria: en términos de ideales
altruistas con el progreso técnico deberían producirse beneficios generalizados para
todos, sin embargo tiene una contraparte en la realidad que demuestra que los im-
perativos económicos de la primera acumulación del capitalismo industrial no sólo
no traerían bienestar a toda la población, sino que ahondaría las diferencias entre
clases sociales, entre dominados y dominantes”.

Los autores de Frankfurt se encargarán de mostrar que la racionalidad pregonada


por el iluminismo y corporizada en la clase dominante está orientada a favorecer a
los dueños del capital privado más que a la sociedad en su conjunto, con la creación
de leyes así como facilitando la reproducción de la propia economía capitalista. Afir-
marán lo engañosa que resultaron las promesas del Iluminismo, cuando prometió
que habría una distribución equitativa de los beneficios provocados por el desarrollo
tecnológico.

La mayor parte de los autores debieron abandonar Alemania y exiliarse en Estados


Unidos, excepto Walter Benjamin, quien murió en la frontera de Francia, durante
su exilio interno por Europa, a raíz de la persecución nazi. Quienes salieron de Ale-
mania fueron acogidos por la Universidad de Columbia en Nueva York y durante el

84
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

año 1941, los fondos del Instituto que había sido cerrado, se transfirieron a Estados
Unidos. Esta rama de la Escuela de Frankfurt permaneció aún después de volver a
Alemania, y fue recién allí cuando comenzó a llamarse “Escuela de Frankfurt”24 .

En parte debido a que sus miembros provenían de la Filosofía, el proyecto socio-


lógico de la Escuela de Frankfurt implicó articular la reflexión filosófica con la inves-
tigación científica sustentada en datos empíricos. Se considera que fue un movi-
miento teórico que unió un hecho (La creación del Instituto de Investigación Social)
un proyecto científico (La Filosofía social) y un aporte (la Teoría Crítica)25 .

Horkheimer propone elaborar una “filosofía social”, ya que uno de los problemas
fundamentales era la ausencia de articulación entre la reflexión filosófica, que
muchas veces quedaba en puras especulaciones teórica, sin contacto con la rea-
lidad y la investigación científica que se sustentaba en datos empíricos pero en
ocasiones carecía de vuelo teórico y mucho menos de planteos esenciales al ser
humano.

“Este movimiento que fundan los autores de Frankfurt puede considerarse un fe-
nómeno ideológico que produjo sus propios criterios de identificación: se considera
una filosofía aplicada que desemboca en una crítica a la dominación y que consti-
tuyó el aporte político más importante de la Escuela. La Teoría Crítica postuló que
la filosofía no debe quedarse en los grandes principios, y en tanto intervención
teórica orientada a lo universal, a lo esencial, es capaz de dar impulso vivificante a
las investigaciones particulares. No se trata de una mera colaboración entre teoría
y práctica. A la filosofía le concierne el destino de los hombres en tanto miembros
que participan de una comunidad, y no como simples individuos”.26

“Lo interesante de la propuesta fue la intención y aplicación práctica de planteos


ideológicos sobre la realidad social que tuvo un imperativo socio - político y que
se plasmó en numerosas investigaciones sobre lo que estaba ocurriendo en la so-
ciedad capitalista industrializada. El cuestionamiento que realizaron en sus inves-
tigaciones a la producción industrial de la cultura o a las estructuras de autoridad
inmersas en la sociedad requirió para su desarrollo de una filosofía y esta secuen-
cia condujo a que se planteara primero el imperativo político de pensar la realidad
y después derivar de ésta última una propuesta filosófica. En otras palabras, la
filosofía funcionará como consecuencia de la política, y no a la inversa”.27

Por otro lado los autores de Frankfurt analizaron la realidad que los rodeaba hacien-
do que converjan la teoría proveniente de Karl Marx y la propuesta de psicoanálisis
que realizó Freud.

Encontraron que los conceptos propuestos por estos autores les permitirían expli-
car los motivos por los cuales se producían fenómenos de adhesión por parte de los
sujetos a estructuras de dominación en una sociedad que los sometía.

24
Mattelart, Armand y Michele (2001) “Historia de las teorías de la comunicación”. Ed. Paidos. Bs. As.
25
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev. Virtual Espacios Te-
máticos: Psicoanálisis y Marxismos” disponible en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/
generacion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
26
Assoun, Paul-Laurent (1991) “La Escuela de Frankfurt”. Edición original Presses. Universitaires de
France 1989, Volumen 6 de la Colección enciclopédica “¿Qué sé?”, La traducción es de Editorial Publi-
caciones Cruz O., S.A México.
27
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev. Virtual Espacios Te-
máticos: Psicoanálisis y Marxismos” disponible en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/
generacion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).

Nidia C. Abatedaga 85
Tecnicatura en Periodismo

¿Cómo y por qué tomaron los autores de


Frankfurt las ideas de Hegel, Marx y Freud?

La Filosofía Social que los autores de Frankfurt propusieron desarrollar venía a cu-
brir un espacio académico al que se negaron a darle entidad específica. Se trató de
un acercamiento entre la reflexión especulativa y la observación sociológica, cuya
sustancia teórica se denominará Teoría Crítica, nombre con el cual Max Horkhe-
imer la bautizará. En un texto publicado por este autor en 1937 Teoría Tradicional
y teoría Crítica las diferenciará afirmando que la primera designa “un conjunto de
proposiciones referentes a un dominio de conocimiento determinado”, mientra que
de la Teoría Crítica afirmará que es “el aspecto intelectual del proceso histórico de
emancipación”.

El mismo Horkheimer expresará en el manifiesto de 1931 que:

“Si la Filosofía social se ubica dentro del interés filosófico general, no está en mejor
posición… que la mayoría de los esfuerzos intelectuales fundamentales contempo-
ráneos. No se le puede encontrar una disposición conceptual lo suficientemente só-
lida… Ante la situación científica actual, en la que las funciones tradicionales de las
especialidades se ponen en duda, no parece oportuno intentar hacer definiciones
definitivas en el campo de las investigaciones28.”

Horkheimer y Adorno rechazarán la Teoría de la Identidad de Hegel, porque, afir-


mó el primero en su escrito de 1932 denominado: “Hegel y la metafísica que en
la filosofía idealista (hegeliana), “la tesis de la identidad del sujeto y del objeto se
presenta como el supuesto necesario de la existencia de la verdad. (…) El sujeto
conociéndose a sí mismo debe, según la concepción idealista, pensarse a sí mismo
como idéntico al absoluto (…) todo conocimiento es conocimiento de sí mismo, del
sujeto idéntico a sí mismo”.29

Recordemos que para Hegel lo concreto (en este caso el sujeto) no es otra cosa
que el Espíritu Absoluto desplegado en Otro (lo opuesto a lo abstracto del Espíritu),
y que ese movimiento tenía como finalidad el autoconocimiento del mismo Espíritu
Absoluto. Como además no hay nada fuera de ese Espíritu (por lo que ese Otro es el
Espíritu mismo desplegado de su contrario), debe inferir que el proceso de autoco-
nocimiento del sujeto lo lleva a encontrarse idéntico al Espíritu Absoluto. Esto hace
que ambos, Espíritu (abstracto) y sujeto (concreto) sean idénticos.

De allí que Horkheimer afirme que con Hegel “la identidad debe pensarse como uni-
dad conceptual de las contradicciones, de la lucha como unidad conceptual de las
contradicciones”.30 Existe en este párrafo una referencia al pensamiento dialéctico
hegeliano: la totalidad (tomada de Hegel) está compuesta por contradicciones (tesis
– antítesis) que son a la vez excluyentes y necesarios uno al otro.

Para la Teoría Crítica propuesta por estos autores, “la identidad no es… más que
pura fe” 31. Para ellos, la identidad del pensar y del ser no es más que un dogma
filosófico, es decir algo en lo que se debe “creer” acríticamente y por lo tanto, no

28
Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
29
Assoun, Paul-Laurent (1991) “La Escuela de Frankfurt”. Edición original Presses. Universitaires de
France 1989, Volumen 6 de la Colección enciclopédica “¿Qué sé?”, La traducción es de Editorial Publi-
caciones Cruz O., S.A México.
30
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibid.
31
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibid.

86
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

tiene fundamento racional. Esta posición no conduce a los autores de Frankfurt a


caer en el puro racionalismo positivista, pero sí permite desligar lo Racional (la Ra-
zón, el Espíritu Absoluto) de lo real (lo concreto, la vida material). Al afirmar que no
son idénticos queda al descubierto que el mundo (lo real, concreto, la vida material)
tiene partes irracionales, queda evidenciado lo irracional de la historia concreta de
los hombres.

Adorno irá aún más lejos, afirmando que la verdad no es reductible a vestigios de la
identidad de sujeto y del objeto, sino que consiste en un “campo de fuerza” interac-
tivo. Así mismo afirmará desde 1931 que el pensamiento debe renunciar a la ilusión
del apresamiento de lo real como totalidad.

A las críticas a la Teoría hegeliana de la Identidad los autores de Frankfurt propon-


drán una solución a la vez racional (en oposición a todas las estrategias irracio-
nales e instrumentales) y crítica (en oposición a toda estrategia de encubrimiento,
dogmática de la Identidad). Esta forma novedosa de teoría (Teoría Crítica) propone
desarticular la discusión instalada en la concepción clásica de teoría, en la cual se
debaten racionalismo (dando preeminencia a los procesos lógicos de los cuales se
deducen las teorías) y el empirismo (que otorga mayor importancia a la experimen-
tación y a la relación de los conceptos con lo fáctico, empírico).

Los teóricos de Frankfurt proponen una “actitud crítica”, que sig-


nifica una modificación en el sujeto que aborda el estudio, y no
del objeto que es estudiado. No se trata sólo de aplicar teoría
El Marxismo es el principal referen-
te de la Escuela de Frankfurt, aunque a la realidad social, sino de reflexionar en la teoría misma, pero
sin adherir a él como afiliación políti- haciendo una crítica a la realidad, “apuntando a la transforma-
ca, sino dándole un estatuto científico ción global de la sociedad” La crítica se apoya en el materia-
a la teoría de Marx, en el intento por lismo, concebido no como dogma de “lo Dado”, todopoderoso,
concretar una filosofía social. Sobre la
base de esta forma de pensar la rea-
sino como el contenido histórico por elaborar. Aquí tendrá un
lidad, incluso profundizando en algu- fuerte impulso la “autoreflexión” que permita hacer consciente
nos de los debates relacionados con las actividades de conocimiento dentro del proceso social.
la dialéctica, la Escuela de Frankfurt
producirá sus propias elaboraciones.

En la primera Semana de Sesiones Marxistas organizadas en 1922, antes de la


creación oficial del Instituto de Investigación Social, Luckács y Korsch reflexionaron
acerca de la necesidad de renovar el marxismo contemporáneo. Buscaban reunir
diferentes corrientes marxistas para definir un marxismo verdadero o “puro” porque
consideraban que había sido desvirtuado por seguidores posteriores, post marxis-
tas que habían derivado de las principales tesis de Marx ideas aplicables por ejem-
plo al comunismo ruso.

“Félix Weil, padrino del Instituto concebía al marxismo con una tendencia positivista
y economicista. Para Grunberg y Grossman, el materialismo histórico era una mina
para ser explotada y por lo tanto era posible pensar en reconstruir la teoría y el mundo
con ayuda del marxismo. Grunberg concibe al marxismo como un modelo privilegia-
do, pero tendía a reducirlo a una metodología científica y hasta inductiva (entre otros,
escribió La ley de la acumulación y del derrumbamiento del sistema capitalista de
1929), se advierte un estudio con una fuerte tendencia empírica de hechos sociológi-
cas, reuniendo documentación sobre la historia del movimiento obrero”.32

32
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibid.

Nidia C. Abatedaga 87
Tecnicatura en Periodismo

Cuando se formaliza la creación del Instituto en 1931 el marxismo es tomado como


postulado teórico y verificable y el Instituto de Investigación Social fue la fachada
para que el Ministerio de Educación no fuera tachado de subversivo por los nazis,
porque en realidad se había pensado en denominarlo “Instituto de Marxismo”.

Buscaban darle un aspecto científico al enfoque marxista, considerando33:

● Un marxismo académico, con inspiración científica.


● Como marxismo doctrinal y método lógico: tomaban al materialismo histó-
rico.
● Como marxismo de referencia: tomaban a la URSS.

“La denominación “Escuela de Frankfurt” en principio designaba una sociología crí-


tica que veía en la sociedad un todo con elementos antagónicos en su interior, con-
siderándose heredera del pensamiento de Hegel y a Marx”.34

Para los autores de Frankfurt el Marxismo se asume como una teoría, una ciencia
de la historia con su especificidad crítica: la idea de reconstruir conceptualmente
la economía política y proponer una perspectiva emancipatoria. Se proponen con
ella analizar los factores vinculados a la reproducción económica de la sociedad y
sus correspondientes relaciones político – ideológicas en el modo de producción
capitalista. En rigor, es un proyecto sociológico pero desde una nueva concepción
epistemológica: la sociología materialista.

Tomarán de Marx la crítica al capitalismo en tanto modo de producción caracterizado


porque el Proceso de Trabajo necesario para crear los objetos necesarios para la
vida (valores de uso) son ahora Mercancías, resultados de Procesos de Producción
de los que emergen, que poseen valor de uso y valor de cambio cuya lógica no
se encuentra asentada en su importancia para satisfacer necesidades humanas,
sino en la ganancia. La elaboración industrial y masiva de mercancías tiene como
finalidad primaria no ya la ampliación de la satisfacción de necesidades sociales a
través del consumo (aunque esto es la base sobre la que se asienta la producción),
sino el incremento infinito de excedentes dinerarios por parte de quien produce las
mercancías.

Este razonamiento es fácilmente constatable también en la actualidad: si fuera cierto


que la producción industrializada y masiva de productos de consumo se moviera
para ampliar la satisfacción de necesidades sociales, con el enorme avance indus-
trial no debería haber ya ningún ser humano sin tener sus necesidades básicas (y no
básicas) satisfechas. Sin embargo, mientras más avanza el capitalismo se evidencia
mayor cantidad de personas pobres imposibilitadas de consumir lo necesario para
la vida. Un extremo de esto se puede observar a diario en las cifras de “pobres”,
“indigentes” y aún de muerte por desnutrición. Mientras en el otro extremo hay un
número cada vez más reducido de personas que pueden consumir mucho más que
la comida diaria, llegando a la ostentación del consumo conspicuo.

Cuando los autores de Frankfurt denuncian que “lo que debería ser” se evidencia

33
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev. Virtual Espacios Te-
máticos: Psicoanálisis y Marxismos” disponible en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/
generacion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
34
Wiggershaus, Rolf (2010) “La Escuela de Frankfurt”. 1° Edición en Alemán 1986. Ed. Univ. Autónoma
Metropolitana – FCE.

88
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

en “lo que es” como una tendencia contraria, dejan en evidencia que si bien el in-
dustrialismo habría prometido un mayor bienestar a la población (el deber ser), la
realidad (“lo que es”) mostraba la profundización de las diferencias entre dominan-
tes y dominados.

También recuperan de Marx la noción de Alienación, de la que afirman que no se


da sólo por la separación del productor del resultado de su trabajo (el producto),
sino que ahora también la conciencia humana se ha objetivizado y convertido en
Mercancía. Los procesos de producción han experimentado un conjunto de muta-
ciones técnicas que afectan directamente la cosmovisión colectiva e individual. Esto
significa que para los autores de Frankfurt el grupo dominante ha creado, mediante
relaciones científicas, una conciencia social que percibe el mundo a través de una
cosmovisión creada y recreada de manera artificial, cuyo principal mecanismo de
transmisión son los Medios Masivos.

En el capitalismo las leyes económicas han entrado en el corazón mismo de la ideo-


logía y los Medios Masivos han convertido esta ideología en una fuerza material
preponderante. La relación que la sociedad tiene con los Medios es una relación
ideológica, pero también una organización económica del consumo y de sus pro-
ductos. La ideología, al hacerse industria de consumo y de publicidad, determina un
juego de valores derivados de la posesión de Mercancías.

En otras palabras, el capitalismo no sólo produce masivamente (homogeneizan-


do) bienes de consumo (alimentos, vestimenta, medios de movilidad, viviendas)
sino que también industrializa la cultura, la ideología y la conciencia, a través de
la producción de bienes culturales (cine, radio, televisión, Internet) promoviendo
a través de la publicidad el consumo tanto cultural como material de la ideología
dominante.

“Como la idea principal de la Escuela de Frankfurt fue lograr un espacio de crítica de


lo social a partir del análisis crítico del entendimiento, también tomaron el Psicoa-
nálisis, el que fue concebido como el descifrador de los mecanismos insondables
de la conciencia social. La propuesta de Freud acerca de la estructura psíquica del
sujeto y de las masas y sirvió a los autores de la escuela para interrogar cómo se
producían los procesos a través de los cuales la ideología dominante se filtraba en
la conciencia de los sujetos y de grupos sociales”.35

El psicoanálisis fue una herramienta valiosa para explorar el inconsciente del pro-
ceso social, para explicar las conductas inconscientemente condicionadas que en
forma intencionada producían quienes estaban en el poder para beneficio econó-
mico o ideológico. Tanto los fenómenos de consumo cultural como de adhesión
masiva a líderes políticos podían ser explicados a través de mecanismos psíquicos
que producían conductas, a través de la manipulación de estos mecanismos, a
espaldas de los sujetos.

En el fondo se trataba de encontrar el eslabón entre la estructura económica de


la sociedad y la super-estructura ideológica y política, es decir las relaciones que
había entre los procesos económicos de la estructura social (las relaciones de
producción capitalistas) y los procesos psíquicos como parte de la superestructura
ideológica.

35
Muñoz, B. (1989) “Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas”. Ed. Barca-
nova. Barcelona.

Nidia C. Abatedaga 89
Tecnicatura en Periodismo

Blanca Muñoz (1989) afirmará que Freud aporta al análisis de la colectividad


y de una manera implícita también aporta a la intercomunicación colectiva los
siguientes aspectos:

a) Proporciona una teoría de la acción social de la masa entendida como conse-


cuencia de unos procesos instintivos desplazados.

b) Permite desarrollar y aplicar el principio de la personalidad autoritaria, tomada


en el sentido de la interrelación de la necesidad de un líder o símbolo colectivo
que aglutine en unas direcciones sadomasoquistas las grandes colectividades.
Estas fluctuarán desde una conducta dominada por la pasividad a una violencia
sin dirección, lo que permite diferenciar los aspectos conscientes e inconscientes
de los movimientos colectivos.

c) Toman de Freud la idea de que serán inconscientes los procesos de la vida


colectiva en los que el individuo pierde su capacidad de autoconciencia y se
identifica ciegamente con un grupo que potencia sus pulsiones instintivas más
elementales y primarias.

Los autores de la primera etapa de Frankfurt


tienen una frondosa producción, que de ninguna
manera podrá ser abordada en su totalidad.

El criterio para seleccionar algunos textos está vinculado a la referencia que estos
realicen a temáticas vinculadas a la comunicación, tanto comercial como política,
por considerar que son los que se acercan más a los intereses de futuros comuni-
cadores sociales. Esta selección deja sin analizar la mayor parte de su producción,
que puede ser estudiada en profundidad tomando las lecturas que se sugieren en la
bibliografía, de la que aquí sólo se han tomado algunas citas.

Avancemos ahora con la siguiente actividad.

Actividad de Autoevaluación 4

Podría responder sobre la incidencia de Hegel, Marx y Freud en los primeros autores de
Frankfurt:

1) ¿Qué tomaron de Hegel y cómo lo aplicaron a la Teoría Crítica?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Cómo concebían a la Filosofía y a la Sociología los autores de la 1° Generación de


Frankfurt?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

90
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

3) ¿Qué aportes recuperaron de Karl Marx y cómo pensaron el marxismo?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) ¿En qué sentido son importantes los aportes de Freud?


……………………………………………………………………………………………
………………………………………..…………………………………………………
…………………………………………….........................................................................

5) ¿Podría definir en pocas palabras en qué consiste la Teoría Crítica?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

Veamos los aportes de los siguientes autores.

Los pensadores de Frankfurt: Max Horkhe-


imer, Theodor Adorno, Herbert Marcuse y
Walter Benjamín

Los criterios para definir quiénes integraban la Escuela como proyecto, y dado su
carácter móvil y sobre todo su oposición a constituirse en un dogma o una doctrina
(postura teórica sumamente criticada por los miembros de la Escuela), puede ser
una combinación de las personas que la conformaron considerando su plataforma
teórica (es decir, la adhesión a la Teoría Crítica), el hecho de tener una identidad
histórica (haber pertenecido al Instituto) y adherir a algunos de los aspectos del
proyecto histórico y político (frente al mundo del siglo XX). Estos tres criterios defi-
nirían como sus integrantes centrales a Max Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert
Marcuse y Walter Benjamín.

Max Horkheimer

El fundador Max Horkheimer (1895 - 1973) fue el responsable de la identidad his-


tórica y teórica del movimiento. Hijo de un industrial judío, se orienta hacia la psi-
cología y luego hacia la filosofía, al leer a Schopenhauer, más tarde al cursar un
doctorado sobre Kant. Fue el segundo director de la Escuela de Frankfurt, además
de haber sido quien precisó y profundizó la esencia de la tendencia epistemológica
de la Escuela en esta primera etapa. Trabajó en el Instituto de Investigación Social
hasta marzo de 1933, momento en que fue cerrado, para trasladarse a Ginebra. Al
año siguiente exilió en Nueva York y regresó a Alemania en 1948. Volvió a Estados
Unidos en 1954.

Nidia C. Abatedaga 91
Tecnicatura en Periodismo

“Este autor será el que se aboque con mayor profundidad y defina el aporte teórico
– epistemológico original de la Escuela: la Teoría Crítica. La Filosofía Social (que
tendrá una carácter de Sociología Crítica) propondrá una nueva relación entre “pen-
sar” y “experiencia”, que conlleve un “interés determinado”, notablemente orientado
por la “idea de una organización social conforme a la razón y a los intereses de la
colectividad”. Esta Sociología tendrá por finalidad “descubrir el rostro oculto” a la
realidad”.36

El problema teórico que abordará Horkheimer en las primeras investigaciones es-


tará teñido por la “cuestión de la relación entre la vida económica de la sociedad, el
desarrollo psíquico de los individuos y las transformaciones de las regiones cultura-
les”. Puede leerse en ese problema de investigación la profunda incidencia de Marx,
ya que la realidad es analizada en sus dos aspectos: la estructura económica y la
superestructura ideológica.

“Para las primeras investigaciones, conjuntamente con Erich Fromm se realizaron


cuestionarios a 3000 obreros donde se preguntaba acerca del medio social, a través
de temas como educación, racionalización de la industria, lugar del poder del Esta-
do, cuyos resultados fueron procesados con análisis cerrados. Con este estudio, la
Teoría Crítica inaugura una forma de estudio que implica: En primer lugar realizar un
problema teórico general, en segundo lugar, traducir la cuestión genérica de la filo-
sofía a un problema determinado y en tercer lugar aplicar una metodología adhoc,
con lo cual se confirma el carácter sociológico de los análisis de estos autores.”37

Para Horkheimer, en coincidencia con Marx y Freud, la desigualdad, que había es-
tado justificada en el pasado por su función progresista, ya no podía legitimarse en
el presente. Si en tiempos pasados podía parecer que ciertos logros que aceleraban
el progreso de la cultura material solamente eran posibles con base en drásticos
privilegios de una minoría, y una renuncia de la mayoría, actualmente la situación
consistía en que los privilegios por logros impedían la eliminación de la pobreza, que
objetivamente era posible.

En una segunda investigación, de 1936, denominada Estudios sobre la Autoridad y


la Familia trató de investigar las condiciones que posibilitan la articulación del indi-
viduo con las instituciones, enfatizando en la autoridad. Este estudio tuvo límites
inciertos, porque no se aplicó sobre un fenómeno aislado, como el anteriormente se-
ñalado, sino sobre el proceso de totalización social captado a través del sesgo de la
autoridad. Importaba, con este tema abordar el proceso de socialización concebido
como adhesión de la individualidad a la totalidad cultural.

Se advierte en la propia definición, la recuperación que hace Horkheimer de la idea


de totalidad de Hegel, a lo se agrega una concepción dialéctica del fenómeno de
la autoridad, en tanto “representaciones artificialmente mantenidas” donde se ma-
nifiesta “el estado de dependencia aceptado”. (Horkheimer en Assoun: 1991) Así
planteada, la autoridad no parece ser un problema allí donde hay una identidad del
individuo con la totalidad social, sino que se constituye en problema de investiga-
ción en las situaciones donde hay no identidad entre uno y otro, entre individuo y
totalidad social.

Aunque este estudio se presenta como un objeto discursivo, de los trabajos reali-
zados por Horkheimer (en este caso junto con Theodor Adorno) interesa particu-
larmente aquí Dialéctica del Iluminismo y dentro de ella el capítulo denominado
Industria Cultural.

36
Assoun, Paul-Laurent (1991) La Escuela de Frankfurt. Edición original Presses. Universitaires de Fran-
ce 1989, Volumen 6 de la Colección enciclopédica “¿Qué sé?”, La traducción es de Editorial Publicacio-
nes Cruz O., S.A México.
37
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibíd.

92
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

En el Prólogo a la Primera Edición alemana se puede advertir cómo, retomando


a Marx, denuncian la producción mercantil como el origen de las desigualdades
sociales del capitalismo, a la vez que vinculan la crítica a la identidad hegeliana,
mostrando la separación entre conciencia racional y realidad:

“Así como el iluminismo expresa el movimiento real de la sociedad burguesa en


general bajo la especie de sus ideas, encarnadas en personas e instituciones, del
mismo modo la verdad no es sólo la conciencia racional sino también su configura-
ción en la realidad.

La condena natural de los hombres es hoy inseparable del progreso social. El au-
mento de la producción económica que engendra por un lado las condiciones para
un mundo más justo, procura por otro lado al aparato técnico y a los grupos sociales
que disponen de él una inmensa superioridad sobre el resto de la población. El in-
dividuo se ve reducido a cero frente a las potencias económicas”.38

Por otro lado, se encuentra aquí una fuerte denuncia a la dominación cultural del
grupo dominante sobre la mayoría de la población dominada. Esto conduce a la su-
jeción de la conciencia a los fines comerciales, incorporando la visión historicista de
Marx para su explicación. Así, se incorpora la dialéctica materialista de Marx, cuan-
do se asocia las crisis de sobre producción de mercancías (a nivel de la estructura)
con la función del grupo dominante en el sometimiento político que ejerce a través
del fascismo (a nivel de la superestructura).

“En el estado injusto la impotencia y la dirigibilidad de la masa crecen con la canti-


dad de bienes que le es asignada (…). El espíritu no puede menos que debilitarse
cuando es consolidado como patrimonio cultural y distribuido con fines de consu-
mo. El alud de informaciones minuciosas y de diversiones domesticadas corrompe
y estupidiza al mismo tiempo (…) En las condiciones actuales incluso los bienes
materiales se convierten en elementos de desventura. Si la masa de los bienes
materiales, por falta del sujeto social, daba origen en el período precedente, bajo
forma de superproducción, a crisis de la economía interna, hoy, cuando grupos de
poder han ocupado el puesto y la función de aquel sujeto social, dicha masa pro-
duce la amenaza internacional del fascismo: el progreso se invierte y se convierte
en regreso”.39

En sus propias palabras define el contenido del ensayo sobre la Industria Cultural
con las siguientes palabras: “El capítulo sobre la industria cultural muestra la regre-
sión del iluminismo a la ideología que tiene su expresión canónica en el cine y en la
radio, donde el iluminismo reside sobre todo en el cálculo del efecto y en la técnica
de producción y difusión; la ideología, en cuanto a aquello que es su verdadero
contenido, se agota en la fetichización de lo existente y del poder que controla la
técnica”.40

En un razonamiento de incuestionable origen marxista, proponen que uno de los


efectos más importantes de la Industria Cultural es, para estos autores, la homoge-
neización de la cultura y con ello, la uniformización del pensamiento, que se devela
como el mecanismo de manipulación de la clase dominante. Si bien en un principio
esto se debió a que los sujetos necesitaban satisfacer necesidades, posteriormente
esta necesidad se transformó en el medio más eficaz para la dominación de las
masas y la imposición de la ideología dominante, eliminando las diferencias y toda
posibilidad de pensamiento crítico. Por otro lado destacan que su funcionamiento

38
Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As
39
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.
40
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.

Nidia C. Abatedaga 93
Tecnicatura en Periodismo

es “a cara descubierta”, ya que ni siquiera se ocupan por adoptar una apariencia


diferente a la esencia de lo que son: pura mercancía funcionando como un sistema
unificado.

“Cada civilización de masas en un sistema de economía concentrada es idéntica


y su esqueleto -la armadura conceptual fabricada por el sistema- comienza a deli-
nearse. Los dirigentes no están ya tan interesados en esconderla; su autoridad se
refuerza en la medida en que es reconocida con mayor brutalidad. Film y radio no
tienen ya más necesidad de hacerse pasar por arte. La verdad de que no son más
que negocios les sirve de ideología.

Los clichés habrían surgido en un comienzo de la necesidad de los consumidores:


sólo por ello habrían sido aceptados sin oposición. Y en realidad es en este círculo
de manipulación y de necesidad donde la unidad del sistema se afianza cada vez
más. Pero no se dice que el ambiente en el que la técnica conquista tanto poder
sobre la sociedad es el poder de los económicamente más fuertes sobre la sociedad
misma. La racionalidad técnica es hoy la racionalidad del dominio mismo.

El que las diferencias entre la serie Chrysler y la serie General Motors son sus-
tancialmente ilusorias es cosa que saben incluso los niños que se enloquecen por
ellas. Los precios y las desventajas discutidos por los conocedores sirven sólo para
mantener una apariencia de competencia y de posibilidad de elección. Las cosas
no son distintas en lo que concierne a las producciones del Warner Brothers y de
la Metro Goldwin Mayer. Las diferencias de valor preestablecidas por la industria
cultural no tienen nada que ver con diferencias objetivas, con el significado de los
productos”.41

En relación a la función que los teóricos Horkheimer y Adorno asignan a los Medios
Masivos se plantea la ausencia de fomento de la creatividad y la consecuente atro-
fia de la imaginación porque los propios Medios solo reproducen las regularidades
de la vida cotidiana, sin la menor intención de facilitar la reflexión y la crítica. Esto
conduce a un doble efecto: por un lado reafirma el status quo que de este modo no
será cuestionado y por el otro extiende la lógica del capital a todas las actividades
humanas, naturalizando su reproducción acrítica tanto en el terreno material como
ideológico – cultural.

“El mundo entero es pasado por el cedazo de la industria cultural. La vieja esperan-
za del espectador cinematográfico, para quien la calle parece la continuación del
espectáculo que acaba de dejar, debido a que éste quiere precisamente reproducir
con exactitud el mundo perceptivo de todos los días, se ha convertido en el criterio
de la producción. Cuanto más completa e integral sea la duplicación de los objetos
empíricos por parte de las técnicas cinematográficas, tanto más fácil resulta hacer
creer que el mundo exterior es la simple prolongación del que se presenta en el
film. (…) El ideal consiste en que la vida no pueda distinguirse más de los films. El
film… no deja a la fantasía ni al pensar de los espectadores dimensión alguna en
la que puedan moverse por su propia cuenta sin perder el hilo. (…) La atrofia de
la imaginación y de la espontaneidad del consumidor cultural contemporáneo no
tiene necesidad de ser manejada según mecanismos psicológicos. Los productos
mismos, a partir del más típico, el film sonoro, paralizan tales facultades. Tales pro-
ductos están hechos de forma tal que su percepción adecuada exige rapidez de
intuición, dotes de observación, competencia específica, pero prohíbe también la
actividad mental del espectador, si éste no quiere perder los hechos que le pasan
rápidamente delante. Los productos de la industria cultural pueden ser consumidos

41
Óp. Cit. (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.

94
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

rápidamente incluso en estado de distracción. Pero cada uno de ellos es un modelo


del gigantesco mecanismo económico que mantiene a todos bajo presión desde el
comienzo, en el trabajo y en el descanso que se le asemeja.”42

Con una suerte de vaticinio que le confiere asombrosa actualidad, los autores de
Frankfurt vislumbraron, en el primer tercio del Siglo XX la tendencia del capital a
oligopolizarse, como una regla inherente al sistema y una necesidad para continuar
su funcionamiento. El hecho de conformarse en grandes compañías que manejan
el mercado, tanto en la producción de objetos materiales como en la industria que
produce cultura permite de un lado, fijar los precios de los productos evitando que
la competencia determine su valor monetario, de otro reproducir la concentración
en los mecanismos publicitarios, sólo accesibles para los grandes grupos econó-
micos.

Este tipo de reflexiones muestran que la propuesta


teórica de Marx está vigente, en tanto la Industria
Cultural no es sólo analizada en su dimensión
simbólica o cultural, sino también y
fundamentalmente económica.

“De tal suerte la industria cultural, el estilo más inflexible de todos, se revela como
meta justamente de aquel liberalismo al que se le reprochaba falta de estilo. No se
trata sólo de que sus categorías y sus contenidos hayan surgido de la esfera libe-
ral,… sino que incluso los modernos trusts culturales constituyen el lugar económi-
co donde continúa sobreviviendo provisoriamente -con los tipos correspondientes
de empresarios- una parte de la esfera tradicional de la circulación. (…) No por azar
surgió el sistema de la industria cultural en los países industriales más liberales, así
como es en ellos donde han triunfado todos sus medios característicos, el cine, la
radio, el jazz y los magazines. Es cierto que su desarrollo progresivo surgía nece-
sariamente de las leyes generales del capital”.43

La publicidad, como mecanismo central del capitalismo también es analizada tanto


desde la perspectiva económica, cuando afirman: “Los gastos de publicidad, que
terminan por refluir a los bolsillos de los monopolios, evitan que haya que luchar
cada vez contra la competencia de outsiders desagradables, como desde la pers-
pectiva cultural. Las estrellas mejor pagadas parecen imágenes publicitarias de
desconocidos artículos standard. No por azar son elegidas a menudo entre la masa
de las modelos comerciales. El gusto dominante toma su ideal de la publicidad, de
la belleza de uso”.44

Las relaciones que tiene la cultura con los aspectos económicos de la vida social
también son analizadas desde la perspectiva de los consumidores de productos
culturales, a los que los autores de Frankfurt sitúan dentro del proceso industrial de
producción. El individuo que es parte de un proceso productivo durante ocho horas
o más, cuando sale de su trabajo pasa a formar parte de una masa de consumido-
res de la industria de la cultura, con la que ocupa su tiempo de ocio. Este tiempo
de no trabajo, que debiera ser de diversión es manipulado con fines de ganancia
por los capitales encargados de producir programas de radio y televisión, revistas y
diarios, páginas de Internet y libros.

42
Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
43
Óp. Cit. (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
44
Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.

Nidia C. Abatedaga 95
Tecnicatura en Periodismo

No obstante la industria cultural sigue siendo la industria de la diver-


sión… Es buscado por quien quiere sustraerse al proceso del trabajo
mecanizado para ponerse de nuevo en condiciones de poder afrontar-
lo. Pero al mismo tiempo la mecanización ha conquistado tanto poder
sobre el hombre durante el tiempo libre y sobre su felicidad, determina
tan íntegramente la fabricación de los productos para distraerse, que el
hombre no tiene acceso más que a las copias y a las reproducciones
del proceso de trabajo mismo. … Sólo se puede escapar al proceso de
trabajo en la fábrica y en la oficina adecuándose a él en el ocio.
(Horkheimer y Adorno: 1971).

Los autores afirman que esa industria del ocio pone la prioridad en los fines econó-
micos por sobre los fines humanizantes que podrían tener los productos culturales
en relación a la satisfacción de necesidades de los sujetos. No se produce indus-
trialmente cultura para mejorar la calidad de vida de las personas, sino para obtener
ganancias, manipulando su tiempo de ocio: “Así resulta por lo menos dudoso que la
industria cultural cumpla con la tarea de divertir de la que abiertamente se jacta (…).
En ningún otro sentido el hinchado sistema de la industria de las diversiones hace
la vida más humana para los hombres. Cuanto más sólidas se tornan las posiciones
de la industria cultural, tanto más brutalmente puede obrar con las necesidades del
consumidor, producirlas, guiarlas, disciplinarlas, suprimir incluso la diversión: para el
progreso cultural no existe aquí ningún límite”.45

La relación que los autores establecen entre la Industria Cultural y los mecanismos psíquicos Ej.
derivados de la propuesta freudiana, muestra cómo a través de la publicidad, por ejemplo, se
muestran imágenes que lejos de enaltecer la figura humana, provoca un placer que no podrá
ser satisfecho, y por lo tanto induce a producir sentimientos masoquistas:

“La industria cultural no sublima, sino que reprime y sofoca. Al exponer siempre de
nuevo el objeto del deseo, el seno en el sweater o el torso desnudo del héroe depor-
tivo, no hace más que excitar el placer preliminar no sublimado que, por el hábito de
la privación, se ha convertido desde hace tiempo en puramente masoquista”.46

Las consecuencias de homogeneizar la producción cultural son, entre otras, la des-


aparición de la individualidad de sujeto provocando, desde el punto de vista ideoló-
gico - cultural, una tendencia a valorar menos lo que el individuo tiene de particular y
propio a la vez que un deseo por identificarse con estrellas publicitarias o grupos de
pares en la apariencia física: “En la industria cultural el individuo es ilusorio no sólo
por la igualación de sus técnicas de producción. La pseudoindividualidad domina
tanto en el jazz como en la personalidad cinematográfica original, que debe tener un
mechón de pelo sobre los ojos para ser reconocida como tal”.47

La referencia que hacen estos autores a la Mercancía Cultural tiene la virtud de


sintetizar los supuestos marxistas de interrelación entre la estructura económica y
la superestructura. La lógica mercantil que atraviesa a los productos culturales los
ha hecho tan omnipresentes, ya sea en naturalizar la lógica mercantil como en el
consumo uniformizado que ya no requieren ni siquiera ser “vendidas”, en todos los
casos. Los productos de la televisión por aire, así como las emisiones radiales “se

45
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.
46
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.
47
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.

96
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

regalan” produciendo con ello una extensión inusitada de los modelos culturales
necesarios para la reproducción del capital.

La cultura es una mercancía paradójica. Se halla hasta tal punto sujeta a la ley del
intercambio que ya ni siquiera es intercambiada.

Antes de continuar le sugerimos la


siguiente actividad.

Actividad de Autoevaluación 5

De los estudios realizados por Horkheimer, ¿podría responder?:

1) ¿Cómo aplica este autor algunos conceptos de Marx y Freud en las primeras investigacio-
nes, por ejemplo Estudios sobre la autoridad y la familia?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿Cómo explica este autor la dominación cultural?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿Cómo define Horkheimer la Industria Cultural?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) ¿Por qué afirma en su texto “Industria Cultural” que el Film atrofia la imaginación y la
espontaneidad del consumidor cultural?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

5) ¿Por qué se afirma que la industria cultural atenta contra la individualidad de las perso-
nas?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

Transcriba las respuestas a estas preguntas y


envíelas al docente tutor, a través de mensajería
interna del Aula Virtual. Consulte si tiene dificultades.

Luego de realizar la actividad


sigamos adelante…

Nidia C. Abatedaga 97
Tecnicatura en Periodismo

Theodor W. Adorno

Theodor W. Adorno (1903 - 1969) desde edad temprana descubrió la filosofía de


Kant, y se orientó hacia la estética musical. Ingresó oficialmente al Institutito en
1938.

“Aunque incorporado a Frankfurt tiempo después que Horkheimer, este autor sostu-
vo con el mismo énfasis la solidez de la Teoría Crítica, como propuesta original en la
perspectiva de análisis de la realidad social. En 1957 Adorno afirmará que “la teoría
es incondicionalmente crítica”, en alusión directa y contraria a toda posibilidad que
tienda a realizar investigación basada en el fetichismo positivista. Recordemos que
desde los años ´40 la producción teórica de los autores de Frankfurt se vio teñida del
empirismo estadounidense, durante el exilio de estos teóricos en ese país”.48

Lo que para este autor era incondicional es la búsqueda teórica que orienta a la
perspectiva crítica, que define metafóricamente: “la teoría desea encontrar el nom-
bre de lo que secretamente sostiene unida a la maquinaria (…) desearía levantar la
piedra bajo la cual se anida el caos al cual sólo el conocimiento le garantiza un sen-
tido… mientras que la investigación sociológica positiva omite esa búsqueda.” 49

En un debate con Karl Popper sobre los conceptos de “crítica” quedará en evidencia
mientras Popper entiende un mecanismo racional de prueba para las proposiciones
generales de la ciencia, Adorno entiende el “desarrollo de las contradicciones de la
realidad a través del conocimiento de ésta”. Con esta afirmación deja su indudable
adscripción a la dialéctica hegeliana e incluso instala el cuestionamiento acerca de
la “industria de la ciencia”. (Assoun: 1991)

“Pero así como Adorno denuncia la penetración de la lógica de la producción indus-


trial en el campo científico, también referirá a la coincidencia entre control ideológico
y control social afirmando que el grupo dominante ha creado, mediante relaciones
científicas, la articulación de una conciencia social que percibe el mundo a través
de una cosmovisión creada de manera artificial y los mass – media son el núcleo de
transmisión”.50

Además, la incorporación de categorías marxistas no se consideran sólo explicati-


vas, sino críticas en esencia y potencialmente revolucionarias. “Las categorías crea-
das por Marx: clase, explotación, plusvalía, ganancia, pauperización, derrumbe, son
elementos de un conjunto conceptual cuyo sentido no debe buscarse en la repro-
ducción de la sociedad tal como es, sino al contrario, en la modificación y corrección
de lo que se aborrece… la teoría del empobrecimiento creciente de los trabajadores
de donde debería surgir la revolución”51 , la cual Horkheimer constata treinta años
más tarde, no abolió el valor crítico de la teoría.

Adorno sostendrá que en las formaciones sociales avanzadas, las leyes económi-
cas han entrado en el corazón mismo de la ideología, y los Medios han convertido
la ideología en una fuerza material preponderante. Este planteo frankfurtiano sobre
la ideología transmitida por los Medios Masivos está orientado a denunciar el papel
social de los significados transmitidos por éstos, porque es sobre estos significados
que los individuos “comunes” construyen su percepción de la realidad. La relación del

48
Assoun, Paul-Laurent (1991) “La Escuela de Frankfurt”. Edición original Presses. Universitaires de
France 1989, Volumen 6 de la Colección enciclopédica “¿Qué sé?”, La traducción es de Editorial Publi-
caciones Cruz O., S.A México.
49
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibíd.
50
Muñoz, B. (1989) “Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas”. Ed. Barcano-
va. Barcelona.
51
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibíd.

98
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

receptor no advertido con los Medios implica una relación ideológica, pero también
una organización económica del consumo de productos, materiales y culturales.

Ej. Un ejemplo actual de significados difundidos por los Medios y asumidos como “verdades” por
los receptores asiduos que tiene un trasfondo económico, fue la situación previa a la apro-
bación de la Ley de Servicios Audiovisuales. Los dos grupos económicos que oligopolizan el
85% de los Medios52 y por lo tanto acaparan los más escuchados, vistos y leídos, comenza-
ron a difundir una campaña por la cual atemorizaban a los receptores con manifestaciones
en las que afirmaban que a partir de la aprobación de la mencionada ley se vería cercenada
la libertad de expresión porque, entre otros argumentos, afirmaban que ya no se podrían
escuchar los mismos temas musicales a los que estaban habituados.

Aunque en el discurso mediático dominante las emisoras y diarios se mostraron


preocupados por el derecho a la libertad de expresión de los receptores, en realidad
lo que ocultaban era la defensa de “libertad de empresa”, favorecida por la Ley de
Radiodifusión 22.285 (decretada durante la última dictadura militar, en el año 1981)
que facilitó el otorgamiento de múltiples licencias de Radio y TV a un mismo con-
glomerado o grupo económico compuesto por capitales nacionales y extranjeros.
Al permanecer oculto el entramado económico que hace ganar muchos millones a
estos oligopolios mediáticos, el receptor no avisado creía realmente que se iba a
ver coartado su derecho a la información, a raíz de que los significados instalados
en los Medios apuntaron a instalar esta cosmovisión. La percepción que el receptor
se formó a partir de los mensajes mediáticos impedía que tomara esta ley como
una posibilidad de escuchar opiniones diversas, provenientes de medios públicos y
privados en vez de una única posición derivada de propietarios concentrados. Por
otro lado, el tipo de mensajes, tanto al interior de la programación como los conte-
nidos publicitarios de los Medios comerciales fomentan la reproducción de modelos
de vida basados en el consumo permanente y la constante renovación de objetos,
sobre todo en virtud de la obsolescencia planificada y la moda.

Los autores de Frankfurt revelaron que la situación de industrialización no es el re-


sultado de una ley de la evolución de la tecnología, sino que es resultado del funcio-
namiento de la economía actual. La racionalidad técnica – económica se convierte
así en el terreno de dominación de la masa de consumidores y muestra el carácter
coercitivo de la sociedad que por esto mismo se encuentra alienada. Mientras la
gente cree que consume arte, en realidad está consumiendo un producto comercial
realizado con criterios económicos y no estéticos.

“La industrialización de la cultura en el siglo XX es la consolidación de un desarrollo


específico de la lógica del beneficio. Al industrializarse, las ideas surgen como fuer-
zas materiales con capacidad de control y de dominación sobre las enormes masas
nacidas de la misma lógica. Para Adorno, el poder material de la ideología se hace
presente en el enorme volumen de negocios que conlleva la publicidad”.53

En un ensayo denominado Televisión y Cultura de Masas, Adorno propone analizar


la naturaleza de la televisión actual para dejar al descubierto los mecanismos psico-
lógicos que operan en ella y procurar una recepción menos ingenua:

52
Cuando se dicen “medios” aquí se incluye Gráfica periódica, Radios AM y FM, TV, Revistas, Servicios
de Telefonía fija y móvil, Papel Prensa Argentina, Agencias de Noticias, servicios de
Internet, etc. se encuentran en manos de Grupo Telefónica y Grupo Clarín, entre otros, los dos más
importantes. Este tema será desarrollado con mayor profundidad en la Unidad 5.
53
Muñoz, B. (1989) “Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas”. Ed. Barcano-
va. Barcelona.

Nidia C. Abatedaga 99
Tecnicatura en Periodismo

“No nos compete la efectividad de uno u otro programa específico, nuestro tema es
la naturaleza de la televisión actual y su repertorio de imágenes. El mejoramiento
de la televisión no es concebido primordialmente en un nivel artístico, puramente
estético.

La indagación sobre los problemas de la televisión que aquí hemos señalado y


ejemplificado con unos cuantos casos elegidos al azar exige, más que nada, tomar
en serio nociones que para la mayor parte de nosotros nos resultan vagamente
familiares.

El esfuerzo que al respecto se requiere es en sí mismo de naturaleza moral, pues


consiste en encarar a sabiendas mecanismos psicológicos que actúan en diversos
niveles a fin de no convertirnos en víctimas ciegas y pasivas”. 54

Para este autor hay una relación directa entre expansión del sistema cultural mer-
cantil y la integración de las masas, que lejos de ser heterogéneo, se ha convertido
en un público “homogeneizado”.

“Cuanto más se expande el sistema de “comercialización” de la cultura, más se tien-


de asimismo a asimilar el arte “serio” del pasado mediante la adaptación de este arte
a los propios requisitos del sistema. Cuanto más inarticulado y difuso parece ser el
público de los actuales medios para las masas, más tienden a lograr su “integración”
los medios para las masas” 55.

El análisis freudiano de la televisión permite advertir la existencia de significados


que se orientan a la dominación del receptor a través de mensajes ocultos tras un
aparentemente inocente mensaje explícito, con los que nutren en buena medida
de motivaciones irracionales y a menudo inconscientes que ejemplifica con toda
claridad, y que pueden ser encontrados en cualquier telenovela o película que se
analice.

“Un enfoque psicológico-profundo de la televisión tiene que concentrarse en su es-


tructura de múltiples estratos…. Los medios para las masas constan asimismo de
diversos estratos de significados, superpuestos los unos a los otros y todos los cua-
les contribuyen al efecto. … Pero el legado del significado polimorfo ha sido usur-
pado por la industria cultural en la medida en que lo que trasmite se organiza por
su parte con el objeto de dominar el ánimo de los espectadores en diversos niveles
psicológicos a la vez. A decir verdad, el mensaje oculto pueda ser más importante
que el mensaje explícito, ya que el primero eludirá los controles de la conciencia, no
se lo “verá al través”, no será esquivado por la resistencia a las ventas y, en cambio,
es posible que se hunda en la mente del espectador. Posiblemente, los diversos
niveles que hay en los medios para las masas implican todos los mecanismos de
conciencia e inconsciente en que insiste el psicoanálisis.”

Ej.
“Consideremos el siguiente ejemplo: la heroína de una comedia sumamente ligera y traviesa
es una joven maestra que no sólo recibe muy poco sueldo sino que también es incesante-
mente multada por su directora de escuela, personaje caricaturescamente pomposo y autori-
tario. Explícitamente, la pieza sólo constituye una diversión ligera que es proporcionada ante
todo por las penosas situaciones en que caen constantes la heroína y su archienemiga. El
libreto no trata de “vender” ninguna idea. El “significado oculto” surge, simplemente, por la
forma en que el argumento considera los seres humanos; así, se incita al público a considerar
los personajes de la misma manera, sin dejarles darse cuenta de que está presente un adoc-
trinamiento. El personaje de la maestrita mal pagada y maltratada es una tentativa por llegar a
una transacción entre: el desdén predominante hacia los intelectuales y el respeto igualmente

54
Adorno, T (1966) “Televisión y cultura de masas”. Ed. Eudecor. Córdoba.
55
Adorno, T (1966) Ibíd.

100
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

convencionalizado por la “cultura”. La heroína muestra tal superioridad intelectual y un ánimo


tan elevado que se incita al público a identificarse con ella y se brinda una compensación por
la inferioridad de su posición y la de sus pares en la estructura social”.56

Para este autor, los mecanismos psicológicos típicos utilizados por los programas
de televisión, funcionan solamente dentro de un pequeño número de puntos de
referencia determinados, con los que estamos familiarizados y por lo tanto condi-
cionan nuestra forma de percibir. “Estos se manifiesta en (…) comedias livianas,
historias de vaqueros, historias de detectives, piezas a las que se las llama “sofis-
ticadas” y otras más. Estos tipos se han consolidado en fórmulas que, hasta cierto
punto, preestablecen la pauta actitudinal del espectador ya antes de que éste se
vea confrontado con uno u otro contenido específico y que en gran parte determina
el modo de que un contenido específico es percibido.”57

A estas “regularidades” que aparecen en los mensajes televisados, Adorno las de-
nomina “clisés” y afirma que son una especie de estereotipos sobre los cuales
estamos acostumbrados a basar nuestra recepción. Estos clisés hacen que por
ejemplo razonemos, en relación a las piezas televisivas, pensando: “una chica lin-
da no puede hacer nada malo” o “el protagonista, escultural y sensual, no puede
morir en la mitad de la serie”. Adorno propondrá que la existencia de estos clisés
tiene una explicación psicológica que hace comprender su utilización por parte de
la televisión.

Como los clisés constituyen un elemento indispensable de la organización y previ-


sión de la experiencia, que nos impide caer en la desorganización mental y el caos,
no hay arte alguno que pueda pasarse absolutamente sin ellos.

No debemos olvidar en ningún momento que todo fenómeno psicodinámico tiene


dos caras, a saber, el elemento inconsciente o del Ello y la racionalización. Si bien a
este último se lo define psicológicamente como un mecanismo de defensa, es muy
posible que encierre una verdad objetiva, no psicológica, que no se puede dejar
de lado sencillamente fundándose en la función psicológica de la racionalización.
Así, algunos de los mensajes clisés, dirigidos a puntos particularmente débiles en
la mentalidad de grandes sectores de la población, pueden resultar perfectamente
legítimos58 .

Refiriéndose a la Televisión, Adorno afirmará que: Podemos cambiar este medio


de vastísimas posibilidades con tal que lo consideremos con el mismo espíritu
que, según esperamos, se expresará algún día a través de sus imágenes.
(Theodor Adorno)

Theodor Adorno, además criticará los programas musicales de radio porque afirma-
ba que quedaron relegados a “aderezos de la vida cotidiana”. El jazz, que nació en
los suburbios y es tomado por muchos como un tipo musical originado en los negros
segregados por la sociedad estadounidense, por citar un caso, es rechazado por
Adorno porque afirma que no es cierto que sea una expresión de liberación. Más
bien, dirá, tiene una función social consistente en reducir la distancia entre el indi-
viduo alienado y la cultura, que además no favorece la resistencia a la dominación
sino por el contrario tiende a integrarlo en el statu quo (orden dado).

56
Adorno, T (1966) Ibíd.
57
Adorno, T (1966) Ibíd.
58
Adorno, T (1966) “Televisión y cultura de masas”. Ed. Eudecor. Córdoba.

Nidia C. Abatedaga 101


Tecnicatura en Periodismo

En textos como La personalidad autoritaria (1964) o el artículo escrito en colabora-


ción con Horkheimer en 1949 “Ensayos sobre la propaganda fascista. Psicoanálisis
y Antisemitismo” (Adorno: 2005) muestran que el conjunto de las relaciones mate-
riales, marcadas por el carácter mercantil, en el ámbito político – partidario puede
derivar en modalidades psicológicas cercanas a las que caracterizaron las tropas
nazis.

Adorno afirmará en el ensayo (realizado con base en panfletos y publicaciones se-


manales recogidas de la costa occidental de Estados Unidos) que el análisis de la
propaganda en sus aspectos psicológicos devela el papel relevante de los estímulos
psicológicos utilizados en la propaganda, por encima de los programas políticos de
acción propuestos.

Entre las características más importantes que destaca el autor de la propagan-


da fascista estadounidense, se encuentran59 :

a) Una propaganda personalizada, donde el candidato aparece como un


hombre modesto, a la vez que líder de carácter excepcional, técnica utili-
zada para sustituir la imaginería paterna por un Yo colectivo.

b) Los líderes políticos predican acerca de “este gran movimiento”, pero rara
vez dicen algo que permita suponer adónde lleva éste, sustituyendo así los
fines por los medios.

c) Es la propaganda misma la que constituye el contenido verdadero, funcio-


nando como una forma de satisfacción del deseo.

Si se observan con detenimiento las actuales


campañas electorales se podrá encontrar
una sorprendente similitud con algunas
de las características señaladas por estos
autores hace cerca de 40 años.

La finalidad de los discursos propagandísticos fascistas, agrega Adorno, no tienen


una meta “racional”, pues no intenta convencer a la gente con una lógica discursiva,
sino que más bien realiza una trayectoria de ideas organizada y basada en la pura
semejanza, a menudo mediante asociaciones creadas que elude cualquier meca-
nismo de análisis racional, porque pretende sobre todo facilitar psicológicamente el
“seguimiento” de los oyentes, que no deben esforzarse en pensar, pues les basta
con entregarse pasivamente y nadar en la corriente de palabras. Esta propaganda,
con toda su lógica retorcida y sus fantasiosas distorsiones está planificada y organi-
zada conscientemente.

¿Cómo se llama la obra?

La relación que se establece entre el líder y sus partidarios en la situación de pro-


paganda funciona como una gratificación y crea una situación que puede definirse
como “ritual”, con un papel ceremonial. “Esta ceremonia es meramente una reve-
lación simbólica de la identidad que él expresa (el hablante), una identidad que los
oyentes sienten y comparten mentalmente pero que no pueden expresar. (…) Este
acto de revelación… es el factor determinante del ritual propagandístico. A ciencia
cierta, podríamos definir este acto de identificación como un fenómeno de regresión

59
Adorno, T (1966) Ibíd

102
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

colectiva. La reversión no es simplemente hacia emociones primitivas más antiguas,


sino también a un comportamiento ritual en el cual la expresión de emociones está
sancionada por una agencia de control social. (…) La identificación de los impulsos
individuales con un esquema ritual, se relaciona estrechamente con el universal
debilitamiento psicológico de la independencia del individuo”60 .

Cuando Adorno propone analizar los mecanismos


psicológicos que facilitan la relación del líder
con las masas, su referencia a
Freud es inevitable.

“Porque el demagogo fascista, que debe ganarse el apoyo de millones de personas


para lograr objetivos que son en buena medida incompatibles con el propio interés
racionas de estas personas, sólo puede lograr lo que pretende si crea artificialmen-
te el lazo que Freud busca. (…) De acuerdo con la teoría psicoanalítica general,
Freud cree que el lazo que integra a los individuos en una masa es de naturaleza
libidinal”.61

A estos dos autores, considerados los principales sostenedores de los principios


filosóficos y teóricos de la Escuela, se agregan otros dos autores que participaron
en el desarrollo teórico de sus principios y métodos, pero con diferencias en sus
ambiciones y en sus orientaciones e intereses, y en muchos casos con proyectos
individuales heterogéneos y diferentes de los de la Escuela.

Antes de continuar realice la


siguiente actividad…

Actividad de Autoevaluación 6

De los aportes de T. Adorno, trate de explicar:

1) ¿Por qué afirma este autor que los Medios Masivos han convertido la ideología en una
fuerza material preponderante?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿Por qué considera Adorno a las categorías marxistas no sólo explicativas sino “críti-
cas”?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿Cuál es para este autor la naturaleza de la televisión actual?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

60
Adorno, T. (1966) “Televisión y cultura de masas”. Ed. Eudecor. Córdoba.
61
Adorno, T (1966) Ibíd.

Nidia C. Abatedaga 103


Tecnicatura en Periodismo

4) ¿Cómo aplica Adorno las nociones de Freud a la televisión, por ejemplo en los “mensajes
ocultos” que ésta emite?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

5) ¿Cómo se elabora la propaganda política, considerando las categorías del psicoanálisis?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

Transcriba las respuestas a estas preguntas


y envíelas al docente tutor, a través
de mensajería interna del Aula Virtual.

Herbert Marcuse

Herbert Marcuse (1898 – 1979) Realizó estudios de filosofía en los que conoció a
Husserl y a Heidegger. Este último dirigió su tesis doctoral titulada La Ontología de
Hegel, la fundación de una Teoría de la Historicidad. Su alejamiento de Heidegger
se debe a Husserl. Cuando se cerró el instituto (1933) se exilió en Ginebra y hacia
1934 viajó a Estados Unidos de Norte América, trabajando en cátedras de Nueva
York y Los Ángeles. Permaneció allí hasta 1950. Entre sus obras se pueden men-
cionar La Ontología de Hegel y la Teoría de la Historicidad (1932), Razón y Revo-
lución (1941), Sobre el Marxismo Soviético, Eros y Civilización (1955), El Hombre
Unidimensional (1964)

La posición que adoptó Marcuse con relación a la Teoría Crítica fortalece la idea
claramente definida por Horkheimer en el sentido de no proponerla como fijada a
una rama disciplinaria en particular, sino como resultado de la colaboración sinérgi-
ca de varias disciplinas, manteniendo la orientación humanista que caracterizó a la
escuela.

“Los conceptos de la razón crítica son a la vez filosóficos, socio-


lógicos e históricos. En esta interrelación, y vinculados al dominio
creciente de la naturaleza y de la sociedad, son catalizadores inte-
lectuales de la cultura: abren el espacio espiritual y las facultades
al surgimiento de nuevos proyectos históricos, de nuevas posibili-
dades de existencia.”62

Cuando Marcuse afirma que “la civilización toma, organiza, compra y vende cultura”,
no se refiere sólo al producto cultural concreto al cual el consumidor accede, sino al
sistema que a través de la industrialización y la política administra toda la sociedad.
Este sistema que caracteriza como “omnipresente” es visto por este autor como una
totalidad (similar en este sentido al sentido de totalidad que para Hegel tiene el Espí-
ritu Absoluto) donde existe una clase dominante que organiza a través de la cultura
la ideología que se impone como parte de su dominio.

62
Marcuse, H. (1968) El final de la Utopía. Ed. Ariel. España.

104
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

“En las zonas más altamente desarrolladas de la civilización industrial, que propor-
cionan el modelo cultural del periodo contemporáneo, la enorme productividad del
sistema establecido aumenta y satisface las necesidades de la plebe mediante una
administración total que procura que las necesidades del individuo sean las que
perpetúan y fortalecen el sistema. El elemento racional necesario para el cambio
cualitativo se evapora… Podemos advertir, en primer lugar, una creciente pasividad
del pueblo respecto del omnipresente aparato político y económico, una sumisión
a su enorme productividad y a su utilización “desde arriba”, una separación de los
individuos de las fuentes de poder y de información, que convierte a los receptores
de esta en objetos de la administración. Las necesidades de la sociedad estableci-
da son interiorizadas y se convierten en necesidades individuales63 ”

La universalidad de este sistema de dominio se debe en parte a que existe una


apariencia de libertad, por ejemplo en el sistema de democracia representativa, o
en las “oportunidades” que brinda el mercado para elegir entre una variedad de pro-
ductos. Los sujetos viven la engañosa ilusión de protagonizar una situación política
y económica de libertad e igualdad, incluso que en realidad oculta los verdaderos
resortes del sistema de dominación. La votación en el sistema de representación
político – partidario mantiene una ilusión de libertad democrática que esconde la
posibilidad de una verdadera participación en los espacios de toma de decisión. Del
mismo modo en que la democracia “disfraza” la desigualdad estructural, la aparente
libertad de compra de productos de consumo publicitada a través de los Medios
esconde la imposibilidad real de acceder a los bienes de uso necesario o suntuario,
los que se muestran a todos, pero a los que sólo accede una minoría.

“La educación para la independencia intelectual y emocional es cosa que suena


como el enunciado de un objetivo generalmente aceptado. En realidad es un pro-
grama totalmente subversivo que supone la violación de algunos de los tabúes
democráticos más fuertes. Pues la cultura democrática predominante propicia la
heteronomía disfrazada de autonomía, detiene el desarrollo de necesidades con el
disfraz de promoverlas y detiene el pensamiento y la experiencia bajo la apariencia
de extenderlas en todas partes y para todos. La gente goza de un considerable ám-
bito de libertad al comprar y vender, al buscar trabajos y al escogerlos, al expresar
su opinión y al ir de un sitio a otro, pero sus libertades no trascienden ni con mucho
el sistema social establecido que determina sus necesidades, su elección y sus
opiniones”.64

En unas Jornadas llevadas a cabo durante el mes de julio de 1967 en la Universidad


Libre de Berlín, Marcuse profundizará su perspectiva en cuanto a la universaliza-
ción del sistema de dominio que instaló el capitalismo. Recuperando la reflexión
que Marx propone en relación a que el reino de la libertad no puede pensarse
más allá del reino de la necesidad, afirmará que “Esto significa, como dice Marx,
que todo lo que en este reino puede ocurrir es que el trabajo se racionalice todo lo
posible, se reduzca todo lo posible, pero sin dejar de ser trabajo en el reino de la
necesidad, aplicado al reino de la necesidad, y, por lo tanto, trabajo no – libre. …
todas las necesidades humanas son históricamente determinadas, históricamente
transformables (…)”.

Marcuse toma también de Marx la necesidad de cambiar las fuerzas productivas


para lograr un cambio en la sociedad capitalista, esencialmente desigual, y en esa
dirección vincula las necesidades (represivas) con los desarrollos tecnológicos
operados por el capital. Sostendrá que “con las fuerzas productivas técnicamente
disponibles ya hoy es posible la eliminación material intelectual del hambre y de

63
Marcuse, H. (1968) Ibíd.
64
Marcuse, H. (1968) “El final de la Utopía”. Ed. Ariel. España.

Nidia C. Abatedaga 105


Tecnicatura en Periodismo

la miseria. Sin embargo esto no ocurre, esencialmente debido a que son los pro-
pios individuos sometidos quienes reproducen “la continuidad de las necesidades
desarrolladas y satisfechas en una sociedad represiva (…). Para que esas posi-
bilidades técnicas no se conviertan en posibilidades de represión… tienen que ser
sostenidas y conquistadas por necesidades liberadoras y pacificadoras. Estas nue-
vas necesidades vitales posibilitarán entonces, como fuerza productiva social, una
transformación técnica total del mundo de la vida, y creo que sólo en un mundo así
transformado se hacen posibles nuevas situaciones humanas, nuevas relaciones
entre los hombres”.65

Así como en los ámbitos político y económico se reproduce la situación de domi-


nación, Marcuse denuncia la complicidad de la denominada “ciencia” para conducir
las investigaciones y el destino de sus resultados hacia intereses vinculados con
sectores tecnológicos dominantes, más que a propiciar una educación que libere de
la situación de dominio.

“Hoy es preciso responder a la cuestión de si la ciencia, en la “sociedad opulenta”,


no ha dejado de ser un vehículo de liberación, de si no perpetúa e intensifica la lu-
cha por la existencia (a través de la investigación para la destrucción y de la atrofia
planificada) en vez de mitigarla. La distinción tradicional entre ciencia y tecnología
se vuelve dudosa. Cuando las conquistas más abstractas de la matemática y de la
física teórica satisfacen tan adecuadamente las necesidades de la IBM y de la Co-
misión de Energía atómica, llega la hora de preguntarse si semejante aplicabilidad
no es inherente a los conceptos de la ciencia misma”.66

En “El Hombre Unidimensional” Marcuse narra descarnadamente cómo el paso del


tiempo ha significado un afianzamiento y profundización de las tendencias, anuncia-
das con bastante antelación, del capitalismo.

Su reflexión sobre la civilización pasa en primer lugar por la reflexión sobre el lugar
del individuo dentro de la gran sociedad administrada. El principio de realidad no es
incompatible con el principio del placer desde el momento en que se desenmasca-
ran las causas de la infelicidad. El sujeto unidimensional es el ser aislado y metido
dentro del engranaje de la productividad, encerrado en el universo de la repetición,
que a la vez es la clave de la cotidianidad. Los procesos mentales del “hombre uni-
dimensional” reproducen el esquema dominador – dominado. En ese esquema la
cotidianidad aparece como una responsabilidad individual del sujeto. El problema
de lo cotidiano se deduce de la incapacidad observable en los sujetos de las so-
ciedades avanzadas para determinar cuáles pueden ser sus propias necesidades
y cuáles se les potencian desde el exterior, porque para Marcuse las “necesidades
verdaderas” son en realidad falsas y creadas. Hay una tendencia progresiva a la
desublimación.

“He analizado en este libro algunas tendencias del capitalismo americano que con-
ducen a una «sociedad cerrada», cerrada porque disciplina e integra todas las di-
mensiones de la existencia, privada o pública (…) Los individuos y las clases repro-
ducen la represión sufrida mejor que en ninguna época anterior, pues el proceso de
integración tiene lugar, en lo esencial, sin un terror abierto: la democracia consolida
la dominación más firmemente que el absolutismo, y libertad administrada y repre-
sión instintiva llegan a ser las fuentes renovadas sin cesar de la productividad Es
preciso suprimir el carácter ideológico y polvoriento de esta reivindicación: la libera-
ción comienza con la necesidad no sublimada, allí donde es primero reprimida”.67

65
Marcuse, H. (1968) Ibíd.
66
Marcuse, H. (1968) Ibíd.
67
Marcuse, H (1993) “El hombre unidimensional”. Ed. Planeta Agostini. México. 1° edición Ed. Ariel
1954.

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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Wiggershaus afirmará que con El Hombre Unidimensional (Marcuse) había hecho


el intento de una crítica sistemática de la ideología de la sociedad industrial, de la
misma forma proporcionó con Eros y civilización una especie de fundamentación,
referida a la dinámica de las pulsiones, de la Teoría Crítica.

En este sentido, es libidinal: Eros en tanto que «instinto de vida» (Freud), contra-
fuerza primitiva opuesta a la energía instintiva agresiva y destructiva y a su activa-
ción social. Es en el instinto de libertad no sublimado donde se hunden las raíces de
la exigencia de una libertad política y social; exigencias de una forma de vida en la
que incluso la agresión y la destrucción sublimadas estuviesen al servicio del Eros,
es decir, de la construcción de un mundo pacificado.

“Por esta razón, es de una importancia que sobrepasa de lejos los efectos inmedia-
tos, que la oposición de la juventud contra la «sociedad opulenta» reúna rebelión
instintiva y rebelión política (…) ¿… el sistema del capitalismo en su conjunto esté
inmunizado contra todo cambio? Se me ha reprochado que niegue la existencia de
las contradicciones internas a la estructura del capitalismo. Creo que mi libro mues-
tra con bastante claridad que estas contradicciones todavía existen y que incluso
son más fuertes, más llamativas que en los estadios anteriores del desarrollo”.68

El hombre unidimensional oscilará continuamente entre dos hipótesis con-


tradictorias:

1) Que la sociedad industrial avanzada es capaz de contener la posibilidad


de un cambio cualitativo para el futuro previsible.

2) Que existen fuerzas y tendencias que pueden romper esta contención y


hacer estallar la sociedad.

En las sociedades postindustriales es un prerrequisito la anulación de la conciencia.


La sociedad unidimensional es una sociedad sometida a la fetichización continua
de los miembros, con un gran poder de transformación de las necesidades de los in-
dividuos, y este es el punto en que hay que situar el triunfo del sistema. El individuo
unidimension alisado percibe y siente como suyas las perspectivas y necesidades
que los mecanismos publicitarios y de propaganda prescriben. De este modo, los
sujetos introyectan los valores del status quo y se identifican plenamente con ellos.
Dentro de este proyecto de desarrollo de tecnologías para la dominación Marcuse
afirmará que el discurso del consumo es el lenguaje cerrado de una tecnologización
de la conciencia. Para que sea una cultura bidimensional, debe ser dialéctica, y el
análisis crítico que elimine la linealidad y uniformidad, para garantizar la conciliación
entre justicia, libertad y felicidad.

“El análisis está centrado en la sociedad industrial avanzada, en la que el aparato


técnico de producción y distribución (con un sector cada vez mayor de automati-
zación) funciona, no como la suma total de meros instrumentos que pueden ser
aislados de sus efectos sociales y políticos, sino más bien como un sistema que
determina a priori el producto del aparato, tanto como las operaciones realizadas
para servirlo y extenderlo se hace totalitario en el grado en que determina, no sólo
las ocupaciones, aptitudes y actitudes socialmente necesarias, sino también las
necesidades y aspiraciones individuales. De este modo borra la oposición entre
la existencia privada y pública, entre las necesidades individuales y sociales. La
tecnología sirve para instituir formas de control social y de cohesión social más
efectivas y más agradables”.69

Marcuse, H. (1968) Ibíd.


68
69
Muñoz, B. (1989) “Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas”. Ed. Barca-
nova. Barcelona.

Nidia C. Abatedaga 107


Tecnicatura en Periodismo

Ante las características totalitarias de esta sociedad, no puede sostenerse la noción


tradicional de la “neutralidad” de la tecnología. La manera en que una sociedad
organiza la vida de sus miembros implica una elección inicial entre las alternativas
históricas que están determinadas por el nivel heredado de la cultura material e inte-
lectual. La elección es el resultado del juego de los intereses dominantes.
“(…) Las necesidades políticas de la sociedad se convierten en necesidades y aspi-
raciones individuales, su satisfacción promueve los negocios y el bienestar general,
y la totalidad parece tener el aspecto mismo de la Razón. Y sin embargo, esta socie-
dad es irracional como totalidad”.70

Sin embargo, así como para Theodor Adorno el arte autónomo brindaba la posi-
bilidad de un escape a la situación de dominación, probablemente debido al acer-
camiento teórico que Marcuse tenía con Adorno y el interés por el arte, el sujeto
concreto, sumergido en el mundo unidimensional, tenía en la cultura una posibilidad
de acceso a la multidimensionalidad.

“Me parece que el edificio de la literatura, del arte y de la música es infinitamente


más maravilloso, bello, profundo, complejo y articulado, y creo que no se trata sim-
plemente de una cuestión de gustos. El universo de la cultura no científica es un uni-
verso multidimensional en el que son irreductibles las “cualidades secundarias” y en
el que toda la objetividad se halla cualitativamente relacionada al sujeto humano”.71

Resuena con total actualidad, si se piensa en la resistencia que opusieron los oligo-
polios mediáticos frente a la aprobación de la Ley de Medios Audiovisuales, ocultan-
do la posibilidad real de emitir masivamente programas educativos, argumentando
que “es lo que la gente quiere ver y escuchar”. Es claro que tras varias décadas de
predominante Televisión y Radios comerciales, se ha prefigurado un tipo de percep-
ción que “hace gustar” de lo liviano y entretenido, por sobre lo profundo y educativo.
¿Qué pasaría después de varias décadas en las que las emisiones de radio y tele-
visión abierta difundan en su mayor parte programas culturales y formativos? ¿Qué
tipo de emisiones se preferiría? Al menos es posible pensar que podría elegirse
entre opciones, hoy inexistentes, que propongan formatos y contenidos más comer-
ciales y otros no comerciales.

Vemos aparecer, entonces, la defensa de la libertad empresaria tras una apariencia


de defensa de la libertad de expresión para un periodismo que se precia de “objeti-
vo”. Este periodismo tendencioso autodefine lo que afirma como “la verdad” frente a
un acontecimiento, en vez de proponer honestamente que dice “su verdad”, porque
hay otras lecturas posibles y muchas otras maneras de analizar el mismo hecho.

“Desde el primer momento, la libertad de empresa no fue precisamente una ben-


dición (…)”.
Herbert Marcuse

Revisemos los conceptos analizados,


desarrollando la siguiente actividad.

70
Marcuse, H. (1993) “El hombre unidimensional”. Ed. Planeta Agostini. México. 1° edición Ed. Ariel
1954.
71
Marcuse, H. (1968) Óp. Cit.

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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Actividad de Autoevaluación 7

Respecto a la producción teórica de Marcuse, ¿podría responder?:

1) ¿Por qué afirma este autor que el capitalismo opera como un proceso de administración
total que procura las necesidades del individuo? ¿Cómo toma la categoría de totalidad de
Hegel en este caso?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) Tomando a Marx, ¿Cómo elabora Marcuse la idea de necesidades desarrolladas en el ca-


pitalismo y cómo cree que podrían modificarse?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿Por qué en El Hombre Unidimensional Marcuse oscila entre pensar que la sociedad es
capaz de contener el cambio y a la vez provocar una revolución?
……………………………………………………………………………………………
…………………………..………………………………………………………………
……………………………….............................................................................................

4) ¿Dónde advierte Marcuse la posibilidad de lograr una sociedad multidimensional? ………


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

5) ¿Por qué afirma este autor que no se puede hablar de “neutralidad tecnológica”?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

Transcriba las respuestas a estas preguntas


y envíelas al docente tutor, a través de
mensajería interna del Aula Virtual.

Walter Benjamín

Walter Benjamin (1892 - 1940) Estudió filosofía en Frigburgo y dedicó buena parte
de su obra a los estudios sobre la estética. Su Tesis se llamó El Concepto de la Crí-
tica de Arte en el Romanticismo Alemán. Descubre el marxismo con Luckács.
Hacia 1937 Benjamin se había convertido en colaborador externo, financiado por el
Instituto de Investigación Social a instancias de Adorno y con la anuencia de Hor-
kheimer, quien reconoció el proyecto de Benjamin como un enriquecimiento de la
teoría materialista: “Usted está dando un gran paso más allá de las explicaciones
materialistas de los fenómenos estéticos que se han dado hasta el momento. … El
trabajo revela que no hay una teoría abstracta de la estética, sino que esta teoría
coincide en cada caso con la historia de una determinada época”.72

72
Carta enviada por Horkheimer a Benjamín. Nueva York, 18 de setiembre de 1935.

Nidia C. Abatedaga 109


Tecnicatura en Periodismo

Benjamin y Adorno mantuvieron un contacto regular y realizaron reuniones, apoya-


das financieramente por el Instituto, cartas y artículos acerca de las explicaciones
materialistas de los fenómenos estéticos que ocupaban y compartían ambos au-
tores. (Wiggershauss: 2010) Aquí aparece la fidelidad a los postulados marxistas,
ya que aunque ocupados en manifestaciones del arte, no descuidaban su análisis
material.

Los trabajos más importantes de Benjamin de la segunda mitad de los años ´30
aparecieron en la Revista del Instituto: La obra de arte en la época de su reproduc-
tibilidad técnica (1935), Eduard Fuchs, el coleccionista e historiador (1937), Sobre
algunos temas en Baudelaire (1939), entre otros.

“Benjamín apostaba metodológicamente a obtener experiencias de percepción


ejemplares a través del éxtasis y del sueño, como formas de percibir que superaran
las vías de lo usual en el trabajo científico y que permitieran una ampliación de la
conciencia. Para ello toma de Ludwing Klages no la interpretación de los contenidos
de los sueños, sino la forma de los mismos, la característica diferencia entre el es-
pacio del sueño y el espacio de la vigilia. Klages destacaba tres rasgos del estado
de ánimo onírico: la pasividad patética, la sensación de lejanía, la sensación de
fugacidad. Estas sensaciones no tienen tanta relación con la distancia que hay con
los objetos, sino con el tipo de contemplación que el sujeto hace. Esto decide si el
objeto tendrá característica de lejano o cercano. Sin embargo, el atributo de la cosa
posee el carácter de cercano y el atributo de la imagen tiene el carácter de lejanía.
Esta lejanía de las cosas contempladas la llamará “aura”.73

Este concepto, aunque abstracto, es tomado por Benjamin en su trabajo La obra


de arte en la época de reproductibilidad técnica. La noción aquí esbozada (aura)
se constituye así en la característica esencial de la autenticidad. Aunque este autor
admite que la obra de arte siempre fue susceptible de reproducción, por ejemplo
en la Edad Media se hacían reproducciones por Xilografía (grabados en madera),
Litografía (grabados en piedra), la reproducción musical a través de las técnicas de
sonido implican una manipulación imperceptible, en el propio proceso de producción
de los sonidos.

“Hacia 1900 la reproducción técnica convertía en tema propio todas las obras de
arte heredadas y sometía su función a hondas modificaciones. Además conquistó
un puesto específico entre los procedimientos artísticos”.74

Para Benjamin, aún en la reproducción más acabada, falta el “aquí y ahora”, que
implica una existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra. Una existencia
singular en la que se realiza la historia. El “aquí y ahora” constituyen el concepto de
“autenticidad” o lo que es lo mismo, el “aura”. “Aunque la reproducción deje intacta
su consistencia, desprecia su aquí y ahora”.75

Este concepto debe interpretarse en el sentido indicado más arriba, que Benjamin
tomó de Klages, ya que el “aquí y ahora” es una sensación de lejanía y fugacidad,
que no corresponde a la obra de arte ni mucho menos a la distancia que ésta tiene
con el sujeto, sino que es parte del proceso perceptivo del sujeto que la contempla
y la disfruta, es la impresión que el sujeto experimenta frente a lo auténtico, como
producto del trabajo del artista.

73
Wiggershaus, Rolf (2010) “La Escuela de Frankfurt”. 1° Edición en Alemán 1986. Ed. Univ. Autónoma
Metropolitana – FCE.
74
Benjamín, W. (2007) “La obra de arte en la época de su reproducción mecanizada” en Cristiano, Ja-
vier “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racionalidad y la integración
sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los Contem-
poráneos. Ed. Brujas. Córdoba.
75
Benjamín, W. (2007) Ibíd.

110
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Este autor afirmaba que así como la reproducción manual equivale a una “falsifica-
ción”, permitiendo a lo auténtico conservar su autoridad plena de origen, la repro-
ducción técnica acredita independencia respecto del original, el cual no conserva
autoridad en tanto auténtico.

Pensemos por ejemplo en la diferencia que hay entre un ejemplar falso de la Mona Lisa que
Ej. pretenda venderse por auténtico y las copias cinematográficas de “El Secreto de sus ojos”
(película argentina reciente ganadora del Premio Oscar) que la Productora Cinematográfica
realiza para que pueda ser proyectada en todos los cines primero y en sistemas domésticos
(DVD) después.76 En el primer caso estamos ante una “falsificación” punible por la ley, en el
segundo la reproducción de copias es parte del producto, sin ella (todas auténticas, más allá
del primer “original”) no sería posible la propia difusión de la película.

Esta diferencia que se introduce en el ámbito de la estética y el arte es debida fun-


damentalmente a que la tecnificación (en este caso la reproducción técnica) no se
aplica sólo a los productos de consumo sino también a la producción artística, lo
cual coloca a Benjamin en consonancia directa con los postulados que Horkheimer
y Adorno habían descripto en “La Industria Cultural”. Más aún, Benjamin afirma que
no sólo se reproduce un original y se masifica, sino que la reproducción técnica for-
ma parte del propio proceso productivo del arte, sin el cual no sería posible, como
no se podría difundir simultáneamente en diversas cadenas de difusión cinemato-
gráficas la misma película.

“La autenticidad será definida por Benjamin como “cifra de todo lo


que desde el origen puede transmitirse en ella, desde su duración
material hasta su testificación histórica, en sentido de adjudica-
ción de origen (…) en el objeto de arte el proceso reproductivo
toca una médula sensibilísima… atrofia su aura (…) la técnica re-
productiva desvincula lo reproducido del ámbito de la tradición,
pone las reproducciones multiplicadas en una presencia masiva
en el lugar de la presencia irrepetible (…) confiere actualidad a lo
reproducido al permitirle salir al encuentro del destinatario (...) es
el valor cultual de la obra de arte en categorías de percepción es-
pacial y temporal. Lo esencialmente lejano es lo aproximable, (…)
el aura como manifestación irrepetible de una lejanía (…)”.77

Para este autor la reproducción técnica del arte tiene una doble consecuencia:

● Por un lado, resalta aspectos no asequibles al ojo humano, como sucede


cuando uno ralentiza imágenes televisivas.

76
En esta comparación no se consideran las copias apócrifas de películas que circulan en el mercado
informal (mercado negro), que serían un tipo de reproducción no legal tendiente a evitar los costos de
la industria del DVD. Aunque “falsificadas” en el sentido de no ser copias “originales”, distribuidas por
quienes detentan el derecho de propiedad de la película (en este caso la Productora cinematográfica)
la lógica de circulación y difusión no se interrumpe por la falta de autenticidad, sino por la falta de lega-
lidad.
77
Benjamín, W: “La obra de arte en la época de su reproducción mecanizada” en Cristiano, Javier (2007)
“La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racionalidad y la integración
sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los Contem-
poráneos. Ed. Brujas. Córdoba.

Nidia C. Abatedaga 111


Tecnicatura en Periodismo

● Y por otro puede poner la copia en lugares inasequibles para el original,


sale al encuentro del destinatario, como en el caso de la fotografía que
permite que uno pueda “contemplar”, aunque esté a miles de kilómetros,
la Capilla Sixtina.

Por otro lado modifica la relación de la masa con el arte, considerado “retrógrado”
frente a un Picasso, pero “progresista” frente a las películas de Chaplin. Para Benja-
min, cuanto más disminuya la importancia social de un arte, hay una mayor disocia-
ción en el público de las actividades críticas. “Las reacciones del público en el cine
están condicionadas por su inmanente e inmediata masificación”. 78

Haciendo referencia explícita a la conexión inextricable entre superestructura (ideo-


logía, conciencia, estética) y la reproducción material de la vida, que asume del
marxismo, el autor advierte que en los espacios históricos de tiempo se ha modifi-
cado (junto con la modificación de la existencia material) el “modo y la manera de
la percepción sensorial… el modo y la manera en que se organiza la percepción el
medio en el que ésta acontece. Ambos están condicionados históricamente.”79 Las
transformaciones sociales se expresan en cambios en la sensibilidad y un arte dife-
rente implica una percepción también diferente.

Así, la recepción de la obra de arte sucede bajo acentos diversos: un acento reside
en su valor cultual (relativo al culto, al ritual), el otro en el valor exhibitivo (relativo
al circuito de comercialización). A medida que las obras se emancipan del ritual,
aumenta la ocasión de exhibición de los productos. Primero fue instrumento de la
magia, después fue reconocido como obra de arte y finalmente ha ganado prepon-
derancia el valor exhibitivo.

Benjamin afirmará que los objetos naturales (un paisaje por ejemplo) también tienen
aura, pero que actualmente, el desmoronamiento del aura debido a las condiciones
sociales, que dependen de la importancia creciente de las masas en la vida de hoy
provoca, por un lado, un acercamiento espacial de las cosas (con la fotografía, las
filmaciones podemos apreciar paisajes y situaciones en las que no estuvimos o
están geográficamente distantes) y por otro, una superación de la singularidad (lo
único e irrepetible ya ha dejado de ser importante) acogiendo su reproducción. Esto
es, según el autor, el cambio actual en la percepción, que muestra un crecimiento
del sentido de “lo igual” en el mundo, le gana terreno a lo irrepetible.

El “aura” o lo que es lo mismo, la “unicidad” de la obra de arte antes se encontraba


identificada con el ensamblamiento en el contexto de la tradición, algo vivo y cam-
biante que se expresó primero en el culto. Ese valor único se fundó en el ritual, don-
de tuvo su primer y original valor útil (de allí la referencia de Benjamin al “valor cul-
tual”). Con la secularización del arte la autenticidad (en tanto adjudicación de origen)
sustituye el valor cultual. “La reproductividad técnica emancipa la obra de arte de ser
parásita en un ritual… la obra de arte reproducida se convierte en reproducción de
una obra de arte dispuesta para ser reproducida e implica el fracaso de la autentici-
dad (...). De este modo, en lugar de fundamentarse en un ritual, su fundamentación
aparece en una praxis distinta, la praxis política (…)”.80

Benjamín se extenderá en su concepción acerca del arte cinematográfico compa-


rándolo con la política, cuando afirma que el actor en el cine tiene un extrañamiento
(igual que frente al espejo), porque la imagen del espejo se transporta hasta el

78
Benjamín, W (2007) “La obra de arte en la época de su reproducción mecanizada” en Cristiano, Ja-
vier “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racionalidad y la integración
sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los Contem-
poráneos. Ed. Brujas. Córdoba.
79
Benjamín, W. (2007) Ibíd.
80
Benjamín, W. (2007) Ibíd.

112
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

público, es decir, “se produce una reconstrucción artificial de la personalidad fuera


el estudio”. Esto es utilizado por el capital cinematográfico que fomenta el culto a
las estrellas, las que “conservan la magia averiada del carácter de mercancía”. En
la política la técnica reproducía también cambia el modo de exposición. La radio y
la Televisión cambian la función de gobernantes cuando se presentan ante estos
mecanismos.

También en relación a la política Benjamin advierte un proceso de ida y vuelta entre


la proletarización de las masas y el alineamiento creciente de éstas al Fascismo.
Dirá que el fascismo “ve su salvación en que las masas se expresen y procura
que lo hagan en el sentido de conservar dichas condiciones de propiedad”. Esto
provoca en Benjamin un sentimiento de rebelión, y afirma que el sometimiento de
las masas las autorizaría a exigir que se modifiquen las condiciones de propiedad
vigentes, porque “si el fascismo viola a las masas imponiendo un caudillo (y un
culto), corresponde la violación de todos los mecanismos puestos al servicios de la
fabricación de valores culturales.” 81

“Para Benjamín la crisis de la época actual consistía en las destructivas conse-


cuencias de la “malograda recepción de la técnica”, característica del siglo XIX en
la cual se ignoraba la circunstancia “de que a esta sociedad la técnica solamente
le sirve para generar mercancías”. El positivismo “podía reconocer en el desarrollo
de la técnica solamente los progresos de la ciencia natural, pero no las regresiones
de la sociedad.” 82

Este autor realizó una crítica del capitalismo con una mirada alegórica. El proceso
de desencantamiento que se había llevado a cabo bajo las condiciones capitalistas
no reducía el oscuro terror respecto a todo lo humano, sino que solamente lo repri-
mía y lo desplazaba. Las nuevas creaciones y formas de vida, condicionadas sobre
todo por la producción de mercancías, no fueron coronadas por un nuevo orden
social y llevadas hasta su libre desenvolvimiento, sino que solamente llegaron has-
ta un desarrollo estrechado y mal dirigido por una idea cosificada de cultura. Para
este autor el aura es un peculiar tejido de espacio y tiempo: aparición única de una
lejanía por cercana que pueda estar. Cuando hablaba después de la apasionada
tendencia de los seres humanos actuales por apoderarse del objeto desde la mayor
cercanía, en la reproducción masiva, veía claramente en ello una degradación de
lo grande hacia lo pequeño, pero una degradación que ayudaba a desinfectar la
asfixiante atmósfera de un aura que ya solamente era mantenida con vida de forma
artificial.

Lo que deseaba Benjamin de la muchedumbre era la sustitución de un arte con


aura, lejano e intangible, por un arte desauratizado, cercano y tocable, la sustitución
de una relación doméstica con la técnica, por la técnica de los vanguardistas, a fa-
vor del carácter humanista. (Wiggershaus: 2010). Benjamin veía, igual que Adorno,
que la cultura podía tener intersticios, pequeñas brechas donde poder empezar a
construir una visión humanizada y no mercantil de la vida.

“… La obra de arte, cuando se convierte en mercancía, ya no se puede sostener


su concepto (de obra de arte) en cuanto a la cosa que surge…”
Bertold Brecht en Benjamin

81
Benjamín, W: La obra de arte en la época de su reproducción mecanizada en Cristiano, Javier (2007)
La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racionalidad y la integración siste-
ma / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los Contemporá-
neos. Ed. Brujas. Córdoba.
82
Wiggershaus, Rolf (2010) La Escuela de Frankfurt. 1° Edición en Alemán 1986. Ed. Univ. Autónoma
Metropolitana – FCE.

Nidia C. Abatedaga 113


Tecnicatura en Periodismo

Les proponemos realizar la siguiente actividad,


transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíelas al docente tutor, a través de
mensajería interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 8

De la lectura de Benjamin, ¿podría explicar?:

1) ¿Qué toma Benjamin de Klages y cómo lo aplica a la obra de arte?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Qué es la “autenticidad” para este autor y cómo la afectan las técnicas de reproducción?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

3) ¿Qué diferencias encuentra entre el “valor cultual” y el “valor exhibitivo” de una obra de
arte?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
…….................................................................................................................................

4) ¿Cómo afecta la reproducción técnica el “aura” y el sistema perceptual de los sujetos? …


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
…….................................................................................................................................

5) ¿Cómo vincula este autor la producción masiva de valores culturales y la masificación


política provocada por el fascismo?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

Lea el material las veces que sea necesario


para realizar las diferentes actividades.
Si se le presentan dudas consulte con su docente
tutor a través de la Sección Mensajería
interna del Aula Virtual.

Erich Fromm (1900 -1980) Se formó en el Instituto Psicoanalítico de Berlín. A partir


de 1931 su proyecto fue unir los aportes de Freud y de Marx en el marco de la psi-
cología social. Posteriormente se aleja del Instituto de Investigación social y deja de
ser parte de la Escuela de Frankfurt. Aunque realizó un paso breve por el instituto,
es a quien se le atribuye la mayor responsabilidad en cuanto a la introducción de
Freud en el ámbito del Instituto de Investigación Social.

Debido a que este autor realizó aportes colaterales a la Teoría de la Comunicación


y en razón de la especificidad de los temas de la materia, no sería apropiado incluir
un desarrollo extenso de este autor en el presente trabajo. Se sugiere, al lector

114
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

interesado en profundizar la temática, la lectura de los numerosos textos que Eric


Fromm ha producido.

Lo invitamos ahora y con un grado


de detenimiento, analizar el siguiente tema.

Giro Epistemológico: Max Weber y la Teoría


de Sistemas

Se puede fechar el paso de la “primera generación” a la “segunda generación” de la


Escuela de Frankfurt a partir de la muerte de Max Horkheimer en 1973. El contexto
mundial muestra un cambio profundo y sustancial de la sociedad de capitalismo
post-industrial. La “crisis del petróleo” conlleva un giro determinante en relación a
los logros sociales que el Estado del Bienestar, articulado sobre un modelo econó-
mico keynesiano, representaba desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Esta
situación explica, en gran medida, el interés que los continuadores de la Teoría
Crítica van a tener por los nuevos procesos económicos, sociopolíticos y culturales,
sólo que ahora se hace imprescindible la revisión epistemológica y metodológica
de las grandes herencias teóricas que habían sido el fundamento de la “primera
generación”: Hegel, Marx y Freud.

Max Weber junto a la Teoría de Sistemas se constituirán como referencia básica


para el desarrollo conceptual de autores como Jürgen Habermas y Claus Offe. En
relación a la Teoría de Sistemas, el lector deberá remitirse al Capítulo 1, donde ha
sido desarrollada con más detalle. Aquí sólo recordaremos la idea básica que afir-
ma que el sistema es una totalidad con partes interrelacionadas, y para comprender
su dinámica deben considerarse tan importantes las partes que lo componen como
las características de la relación entre estas partes. Por otro lado, el sistema opera
dentro de un entorno, con el cual se relaciona a través de procesos de intercambio
de información (entropía y homeostasis) que impiden su autodestrucción y facilitan
el logro del equilibrio sistémico.

En relación a Max Weber, se evidencia la recuperación de varios conceptos medu-


lares que aquel había trabajado y que Habermas toma para elaborar un “concepto
de sociedad” a través de lo que el propio Habermas denominará “Teoría de la Ac-
ción Comunicativa” en la que se integren dos tradiciones sociológicas83 :

● La que pone el acento en las totalidades autoorganizadas (“sistemas”).


● Y la que pone el acento en las tramas de significados y sentidos (“mundo
de la vida”).

De Weber tomará varios aportes, de los cuales uno de los más importantes es la
idea de acción social en tanto acción que un sujeto realiza con un sentido mentado
y que orienta hacia la conducta de otros.

83
Cristiano, Javier (2007) “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racio-
nalidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas.
Introducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.

Nidia C. Abatedaga 115


Tecnicatura en Periodismo

Por lo tanto la Sociología será “(…) una ciencia que pretende en-
tender, interpretándola, la acción social para de esa manera expli-
carla causalmente en sus desarrollos y efectos. Por “acción” debe
entenderse una conducta humana… siempre que el sujeto o los
sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La “acción
social”, por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por
su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientán-
dose por ésta en su desarrollo84 ”.

“Esta intención con la que se lleva a cabo toda acción social, devela el aspecto sub-
jetivo de las conductas de los hombres, que deberán ser analizadas a través una
metodología comprensiva. De este modo lo que se denomina en alemán “Verste-
hen” se constituye en uno de los ejes de análisis centrales de Weber, quien recono-
ce la importancia de la subjetividad de los actores, pero partiendo del supuesto de la
objetividad de los procesos macro sociales”85 .

Las “acciones sociales” propuestas por Weber suponen una intención subjetiva del
actor, que está “determinada por expectativas en el comportamiento tanto de obje-
tos del mundo exterior como de otros hombres, y utilizando esas expectativas como
“condiciones” o “medios” para el logro de fines propios, racionalmente sopesados y
perseguidos”.86

“En estas acciones los hombres ponderan las posibles variantes de acción y las
condiciones en que se producirán éstas y las “sopesan racionalmente”, o sea que
evalúan cuáles funcionarán como los medios más eficaces para alcanzar un deter-
minado fin y eligen la alternativa más eficaz”.87

Aquí se advierte otro de los aportes que Habermas recupera de Weber: la idea de
racionalidad. Para Weber la noción de racionalidad, más concretamente la relación
medios / fines que es la base sobre la que se asientan las decisiones racionales
de los sujetos para actuar. En conceptos sociológicos este autor definirá las “le-
yes” como: ”determinadas probabilidades típicas, confirmadas por la observación,
de que, dadas determinadas situaciones de hecho, transcurran en forma esperada
ciertas acciones sociales que son comprensibles por sus motivos típicos y por el
sentido típico mentado por los sujetos de la acción. Y son claras y comprensibles, en
su más alto grado, cuando el motivo subyacente en el desarrollo típico de la acción
(…) es puramente racional con arreglo a fines y por lo tanto, la relación de medio a
fin, según enseña la experiencia, es unívoca es decir, los medios son ineludibles”.88

“En suma, el concepto de acción social y el de racionalidad, pueden considerarse los


fundamentos que Weber le aportó a Habermas para que la Teoría Sociológica pueda
dilucidar problemas para cuya respuesta la Filosofía ya no se basta a sí misma. En
otras palabras, la Sociología ofrece información y conceptos para la elucidación de
problemas cuya formulación y cuya historia son esencialmente filosóficos. Esos pro-
blemas filosóficos de los que Habermas se ocupará centralmente son: el problema
de la Modernidad y el problema de la Racionalidad”.89

84
Weber, Max (1992) “Economía y Sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. Bs. As.
85
Lista, C. (1992) “Cuadernos de Sociología I. La Sociología como Ciencia. Los Paradigmas de Análisis
Sociológico”. Ed. Atenea. Córdoba.
86
Weber, Max (1992) “Economía y Sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. Bs. As.
87
Von Sprecher (2005) “La Sociología Comprensiva de Max Weber” en Von Sprecher (coord.) Teorías
Sociológicas. Introducción a los Clásicos. 3° Ed. Ed. Brujas. Córdoba.
88
(1992) “Economía y Sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. Bs. As.
89
Cristiano, Javier (2007) “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la raciona-
lidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Intro-
ducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.

116
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

Habermas propondrá que la reflexión debe “bajar” de la filosofía y debe probarse


en la práctica, en consonancia con la propuesta de los autores de la 1° Etapa, pero
no con la propuesta filosófica Hegeliana, en cuanto a la dialéctica de la autocons-
ciencia, sino a través de la “autorreflexión” en el desarrollo de las ciencias herme-
néuticas. En este autor es central que los sujetos se hagan conscientes del nexo
de las actividades de conocimiento dentro del proceso social, y con esto da un giro
a la epistemología de la Teoría Crítica, que para él ya no sólo busca afirmar su no
– identidad, sino que debe convertirse en reflexión crítica y hermenéutica (interpre-
tativa) de las ciencias, es decir, se constituye en “racionalidad práctica”.

Retomará el problema en el punto en que fue dejado por la 1° Generación de


Frankfurt, a través de una visión que, sin rechazar el proyecto original de la Ilustra-
ción (como sí habían hecho Horkheimer y Adorno), ve en las concreciones histó-
ricas que ella ha promovido una burla a sus pretensiones iniciales. Se preguntará
¿Cómo entender esas concreciones sociales en el presente y cómo, a partir de allí,
estimar en la actualidad el significado y el valor del proyecto de la Ilustración?

“De este modo, en la primera etapa de su producción, Habermas retoma la posición


de Horkheimer en relación a distinguir y oponer la “razón instrumental” a la “razón
objetiva” y con esta distinción comenzar a pensar en un “interés del conocimiento
emancipatorio”. La Teoría Crítica, así planteada por esta renovación de autores,
produjo una implosión al interior de la Teoría misma del Conocimiento (Gnoseolo-
gía) que rompió con el formalismo (dado que se creía que esta Gnoseología debía
centrarse sólo en el análisis de la relación “sujeto - objeto del conocimiento”) e in-
trodujo a esta teoría del conocimiento puro conceptos que parecen heterogéneos y
ajenos a ella: “historia” y “sociedad”.90

“Para Habermas el problema central residía en que la Modernidad (iniciada por la


Ilustración) colocó la racionalidad en el centro de todo proyecto intelectual y político,
pero además propone reflexionar sobre un concepto de racionalidad que se ajusta
a las aspiraciones teóricas y políticas en el contexto de la “modernidad tardía”. De
esto trata la Teoría de la Acción Comunicativa”.91

A continuación realice la siguiente actividad,


que le permitirá evaluar su proceso de aprendizaje
de los conceptos teóricos trabajados. Transcriba
las respuestas a estas preguntas y envíelas
al docente tutor, a través de mensajería
interna del Aula Virtual.

90
Muñoz, B (2002) “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev”. Virtual Espacios
Temáticos: Psicoanálisis y Marxismos” en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/genera-
cion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
91
Cristiano, Javier (2007) “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racio-
nalidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas.
Introducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.

Nidia C. Abatedaga 117


Tecnicatura en Periodismo

Actividad de Autoevaluación 9

Tratemos de ver si se comprendieron los supuestos y propuestas teóricas más importantes de


la Escuela de Frankfurt en su 2° Etapa.

1) ¿Qué conceptos teóricos de Weber son importantes para esta 2° Generación de Frankfurt?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Qué coincidencias encuentra entre Habermas y los primeros autores de Frankfurt respecto
a la función de la Filosofía?.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

3) ¿Qué aspectos toma Habermas de la noción de “racionalidad instrumental”? ¿Con qué


autores de la 1° Generación coincide?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

4) Retomando las ideas desarrolladas en la 1° Unidad de este texto ¿Qué nociones toma Ha-
bermas de la Teoría de Sistemas?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

5) ¿Por qué se puede afirmar que esta segunda Etapa realizó un giro epistemológico hacia la
hermenéutica?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

Luego de analizar la primera etapa de la


Escuela de Frankfurt, continuaremos
con la siguiente.

118
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

La Segunda Etapa (2° Generación) de Frankfurt:


Jügen Habermas, Claus Offe

Lo que Blanca Muñoz llama la “Segunda Generación” de la Escuela de Frankfurt pue-


de indicarse como el comienzo de una etapa en la que, además de una renovación de
integrantes, existió un giro epistemológico y teórico sumamente importante.

Los autores que integran esta segunda etapa (Habermas, Claus


Offe, Oscar Negt y Alfred Schmidt) provocan un giro interno des-
de el punto de vista epistemológico y filosófico. Mientras que en
los primeros artículos de los años ‘50 Habermas presentará a la
De los autores que pertenecen a la 2°
Teoría Crítica como un punto de partida, al inicio de los ‘60 pro-
Etapa, sólo se tomará aquí algunos pone una actualización de esta teoría, en razón de cierta clase
análisis de Habermas con mayor ex- de problemas metodológicos y epistemológicos. En líneas gene-
tensión y una breve referencia a Claus rales, lo que plantea es la necesidad de establecer una nueva
Offe, debido centralmente a la impor- correlación entre la teoría y la práctica sociopolítica, tratando de
tancia que el primero tuvo para las
Teorías de la Comunicación social. lograr un status científico de la crítica y revalorizando, de este
modo, la fecundidad de la Teoría Crítica como instrumento que
permite clarificar las situaciones sociales e históricas.

Jügen Habermas

Entre las obras escritas por Jügen Habermas, se destacan Teoría y praxis. Estudios
sociofilosóficos (1963), Teoría analítica de la ciencia y dialéctica (1963), Lógica de
las Ciencias Sociales (1967), Conocimiento e interés (1968), Historia y crítica de la
Opinión pública (1962). Teoría de la sociedad o tecnología social: ¿A qué conduce
la investigación de sistemas? (1970 y en colaboración con Niklas Luhman), Proble-
mas de legitimación en el capitalismo tardío (1973). Teoría de la Acción Comuni-
cativa (1981), Conciencia moral y acción comunicativa (1983), Teoría de la Acción
comunicativa: Complementos y estudios previos (1984).

“Conocimiento e interés (1968) es una de las obras de Habermas donde se muestra


cómo este autor concibe la relación filosofía – sociología, básicamente en términos
de epistemología. Propone que dado que la ciencia social empírica se ha hecho
dominante en la cultura contemporánea, la tarea de la filosofía será motivar la re-
flexión sobre las ciencias, para contribuir a su consistencia pero también para cola-
borar con su autoconsciencia crítica”.92

Según Habermas, el interés es una condición cuasi trascendental, no existe cono-


cimiento no interesado, por lo tanto el interés es la condición de posibilidad del co-
nocimiento. Mientras la Sociología positivista absolutiza un tipo especial de interés
(técnico – instrumental) que enfatiza en datos seguros y se orienta al control técnico

92
Cristiano, Javier (2007) “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racio-
nalidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas.
Introducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.

Nidia C. Abatedaga 119


Tecnicatura en Periodismo

del mundo, para este autor ese interés deberá complementarse con dos intereses
negados por las ciencias positivas: el “interés práctico” y el “interés crítico” (eman-
cipatorio).

“Problemas de legitimación en el capitalismo tardío (1973), se puede considerar el


momento en el que el autor entra en un replanteamiento de las transformaciones
de la Sociedad Post-Industrial. Para Habermas, el neocapitalismo o capitalismo tar-
dío ha ampliado sus esferas de acción, introduciendo al Estado como un mecanis-
mo más de regulación económico-política del mercado. Así, se extiende el estudio
frankfurtiano no sólo a los aspectos sociales, psicológicos y culturales de la “primera
generación”, sino que esencialmente se valoran los nuevos procesos en los que la
lógica del sistema capitalista se asienta y edifica”.93

Allí propone explicar el concepto de crisis - que son definidos


como “problemas de autogobierno no resueltos” - a partir de li-
gar estos problemas de autogobierno con la crisis de identidad,
dado que esto conduce a que “los sujetos actuantes casi nunca De este modo Habermas introduce
son conscientes de los problemas de autogobierno”, se produ- los principios básicos que maneja la
cen “problemas derivados que repercuten en su conciencia de Teoría de Sistemas, tales como la ten-
manera específica, de tal modo que la integración social resulta dencia del sistema al equilibrio y los
amenazada.” Para este autor “un concepto de crisis apto para las procesos de integración como meca-
nismos homeostáticos que resulten
ciencias sociales tiene que captar la conexión entre “integración en la recuperación de la energía per-
social” e “integración sistémica”. Esas dos expresiones derivan dida por el sistema.
de diversas tradiciones teóricas”.94

“Para comprender el planteo que Habermas hace en Teoría de la Acción Comuni-


cativa (1981) en el que se propone la “acción comunicativa” como una categoría
de acción que pone en juego un tipo específico de racionalidad (la “racionalidad
comunicativa”), es necesario situarse en el contexto gnoseológico que enmarca la
propuesta: el paso del “paradigma de la conciencia” al “paradigma del lenguaje”.
Este camino no es una invención teórica de Habermas, sino una discusión central
en la epistemología contemporánea”. 95

La filosofía de la Modernidad (siglos XVII y XVIII) pensó el conocimiento en términos


de “conciencia”, bajo el supuesto de que el acto de conocer se realizaba entre un
sujeto con conciencia autónoma y un objeto que podía ser conocido, reproducido o
representado. Toda la tradición frankfurtiana de la 1° generación respondió a este
tipo de paradigma gnoseológico, que hacia fines del S XIX comenzó a ser seriamen-
te cuestionado. Un grupo de pensadores, entre los que se encuentran Wittgenstein
y Gadamer proponen pensar que aquella conciencia autónoma capaz de conocer
los objetos del mundo, sólo puede hacerlo por medio y a través del lenguaje. De
este modo, pensar el conocimiento conlleva necesariamente a pensar el lenguaje,
no como un aspecto externo y complementario a él, sino como parte constitutiva del
propio acto de conocimiento. Se conoce sólo en medio del lenguaje.

Esto abre un amplio panorama de confrontaciones, sobre todo debido a que el len-
guaje es un hecho de suma complejidad, y planteado de este modo el problema del
conocimiento, es condición explicar primero el lenguaje.

93
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev”. Virtual Espacios Temá-
ticos: Psicoanálisis y Marxismos” en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/generacion2.
htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
94
Habermas, J. (1991) “Problemas de Legitimación en el Capitalismo” Tardío. Ed. Amorrortu.
95
Cristiano, Javier (2007) La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racionali-
dad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introduc-
ción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.

120
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

“Por otro lado, al ser el lenguaje un hecho social con él se introduce en la teoría del
conocimiento los problemas de la cultura y de la sociedad. Si bajo el paradigma de
la conciencia, por ejemplo Descartes y Kant, pudieron confiar en una conciencia co-
mún a todos los sujetos que permita acceder a una verdad compartida, ¿cómo po-
demos acceder a una misma verdad a través del lenguaje que está sometido a los
avatares de la cultura y la sociedad? ¿Cómo podemos ponernos de acuerdo?”.96

Ya sumergidos en el lenguaje como articulador del conocimiento, es necesario dife-


renciar tres aspectos que la lingüística propone para su abordaje: la sintaxis (reglas
de la combinación de signos), la semántica (referido al significado) y pragmática
(aplicaciones concretas del lenguaje).

“Habermas optará por asumir el “giro lingüístico” como “giro pragmático”, es decir,
el lenguaje en la interacción social, y además propone superar el relativismo afir-
mando la existencia de un conjunto de aspectos pragmáticos del lenguaje que son
“universales”, son parte de la competencia del hablante en cualquier lengua, en
cualquier cultura e independiente de los aspectos sintácticos y semánticos”.97

Para entenderlo deberemos situarnos en un acto concreto de habla. Cuando digo


“la casa está ordenada”, en forma actual o potencial estoy dirigiéndome a alguien
(un interlocutor) y estoy afirmando algo de otra cosa (en este caso “la casa”). Esto
implica, y aquí se advierte la presencia teórica de Weber, la intención de entablar
relación (de algún tipo) con otro o con el mundo.

Pero el mundo tiene diferentes aspectos, que Habermas distinguirá en98 :

a) Mundo objetivo: hechos, cosas o estado de cosas del mundo objetivo (la
casa, las personas).

b) Mundo social: hechos o estados de cosas del mundo social (normas, ins-
tituciones, valores).

c) Mundo subjetivo: hechos o estados de cosas del mundo subjetivo (estado


de ánimo, sentimientos, emociones).

Cada uno de estos aspectos supone el empleo de enunciados también dife-


rentes:

a) Para hablar del mundo objetivo usamos enunciados constatativos (que


“constatan” la afirmación realizada. Por ejemplo: “la casa está ordenada”).

b) Para hablar del mundo social usamos enunciados regulativos (referidos a


normas que muestran lo que es culturalmente aceptable en un momento
y lugar dados. Por ejemplo: “Estudiar es muy importante”).

c) Para hablar del mundo subjetivo se utilizan enunciados expresivos (indi-


can estados interiores. Por ejemplo: “Estoy feliz”).

Pero además, estos enunciados intencionados fluyen en un supuesto de validez, es


decir que quien los dice pretende que sean válidos o aceptables. Las pretensiones
de validez van a depender del tipo de enunciado:

96
Cristiano, Javier (2007) Óp. Cit.
97
Cristiano, Javier (2007) Ibíd.
98
Cristiano, Javier (2007) Ibíd.

Nidia C. Abatedaga 121


Tecnicatura en Periodismo

a) Cuando se trata de enunciados constativos, se pretende que sean verda-


deros.

b) Cuando se trata de enunciados regulativos, se pretende que sean rectos


o normativamente aceptables.

c) Cuando se trata de enunciados expresivos, se pretende que sean sinceros.

Las pretensiones de validez no significan que necesariamente el hablante tenga la


intención de ser veraz, recto y sincero: puedo mentir deliberadamente, puedo no
creer lo que dice alguien, pero las pretensiones de validez funcionan más allá de mis
propias intenciones, deseos y convicciones, porque están inscriptas en el lenguaje.

Para Habermas hablar es querer estar de acuerdo, implica una vocación inicial de
acordar, en el sentido que hay algo en el uso del lenguaje en su dimensión pragmática
que es común a cualquier momentos histórico, a cualquier situación concreta y exce-
de a cualquier intención. En este sentido el autor habla de “Pragmática universal”.

Por otro lado, esta propuesta implica que hay en el lenguaje un potencial de racio-
nalidad. Si hablar es querer estar de acuerdo, querer que el otro acuerde con lo que
estoy diciendo, entonces esas pretensiones de validez pueden ser cuestionadas. Mi
interlocutor puede decir que la casa no está ordenada, que estudiar no es importante
o que no es cierto que esté feliz. De allí que se requiera justificar por qué lo que digo
es verdadero, recto o sincero, para ello necesito ofrecer razones y por lo tanto hacer
un uso argumentativo del lenguaje.

“En la Teoría de la Acción Comunicativa de Habermas no se afirma que en el uso


real del lenguaje impere la razón, pero sí que en él reside la potencialidad de un
entendimiento racional, y la potencialidad de lograr ese ideal se encuentra en las
estructuras formales del lenguaje en su dimensión pragmática”.99

La dimensión política de la propuesta teórica también está presente en Habermas,


cuando se analiza el tipo de racionalidad en que surge esa potencialidad del len-
guaje. En una línea de continuidad con Adorno y Horkheimer, para este autor la
“racionalidad” que los primeros teóricos de Frankfurt criticaron tiene una acepción
limitada a la racionalidad instrumental (la relación medios – fines). Para Habermas,
no es que el proyecto de la Ilustración haya fracasado, sino que no se desarrolló en
toda su dimensión, y esto exige pensar un concepto de racionalidad que trascienda
la racionalidad instrumental: esto es la racionalidad comunicativa.

Esta racionalidad que no es instrumental, consiste en la posibilidad de interactuar ar-


gumentativamente en aquellos casos en que la pretensión de validez ha sido puesta
en cuestión. Lo “racional” de la racionalidad comunicativa consiste en la fuerza del
mejor argumento, surgido de un proceso cooperativo de argumentación en que las
pretensiones de validez pueden ser criticadas por los partícipes. Esto es para
Habermas el “acuerdo racionalmente motivado”100 , que se encuentra orientado al
entendimiento.

99
Cristiano, Javier (2007) La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racionali-
dad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introduc-
ción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.
100
Habermas, J. (2007) La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racionalidad
y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción
a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba

122
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

La acción comunicativa será definida por Habermas como “la interacción de a lo


menos dos sujetos capaces de lenguaje y acción que (…) entablan una relación
interpersonal. Los actores buscan entenderse sobre una situación de acción para
poder así coordinar de común acuerdo sus planes de acción y con ello sus accio-
nes. El concepto aquí central es el de interpretación, se refiere primordialmente a
la negociación de definiciones de la situación susceptibles de consenso. En este
modelo de acción el lenguaje ocupa (…) un puesto prominente”.101

Es, entonces una acción social guiada por la racionalidad comunicativa que busca
el entendimiento.

La acción comunicativa de Habermas es parte de un concepto de sociedad que


integra la tradición sociológica sistémica y la interaccionista (a través del concepto
de “mundo de la vida”). Este autor propondrá que ambas concepciones deben inte-
grarse, no pudiendo excluirse mutuamente: la sociedad es a la vez una estructura
objetiva organizada (un sistema) y una trama de sentidos y significados producidos
en la vida cotidiana por los actores (mundo de la vida).

“Para que los significados compartidos cumplan las funciones de consenso y coor-
dinación, requieren como base de la reproducción la acción comunicativa: la acción
comunicativa es el medio a través del cual se reproducen los componentes estruc-
turales del mundo de la vida”.102

“Y esto es, al mismo tiempo, una función reproductora del sistema social en gene-
ral, ya que al mantener vivo el mundo de la vida, la acción comunicativa participa
en funciones que pertenecen al sistema (aspecto objetivo). Las tres funciones que
cumple son: la renovación de tradiciones culturales, el refuerzo de la integración so-
cial y la socialización de nuevos miembros. Así, la acción comunicativa contribuye
al equilibrio sistémico”.103

Como se puede apreciar hay un notable alejamiento de los componentes críticos


más tradicionales de la Teoría Frankfurtiana en el carácter que le habían otorgado
los fundadores (Horkheimer, Adorno, Marcuse y Benjamin). Aunque Habermas ha-
bía introducido la noción de “crisis” en algunos de sus escritos y tuvo inicialmente
una clara influencia de la concepción marxista en el modo de abordaje de lo social,
claramente sus desarrollos abandonan la dialéctica como modo de pensar la rea-
lidad, en tanto conformada por contradicciones, para profundizar una perspectiva
sistémica e integracionista. Esto mismo ha conducido a que muchos teóricos ac-
tuales nieguen una pertenencia teórico – epistemológica de Habermas a la Escuela
de Frankfurt en el carácter que tuvo el Instituto de Investigación Social que fundó
la Teoría Crítica. Incluso algunos afirman que en los desarrollos habermasianos
posteriores de aquella pertenencia sólo quedó el nombre.

Seguimos adelante con la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíelas al docente tutor, a través de
mensajería interna del Aula Virtual.

101
Habermas, J. (1987) Óp. Cit.
102
Habermas, J. (1987) Ibíd.
103
Cristiano, Javier (2007) La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racio-
nalidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas.
Introducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.

Nidia C. Abatedaga 123


Tecnicatura en Periodismo

Actividad de Autoevaluación 10

De la lectura de Habermas, ¿podría responder estas preguntas?

1) ¿Qué ideas desarrolla el autor en las obras Conocimiento e Interés y en Problemas de legi-
timación en el capitalismo tardío?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Qué significa el paso del “paradigma de la conciencia” al “paradigma del lenguaje”?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

3) Relaciones los aspectos del mundo a que pueden referirse los actos de habla con los tipos
de enunciados que les corresponde.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

4) ¿Podría explicar lo que significa que en el lenguaje hay un potencial de racionalidad co-
municativa?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

5) Explique qué es la acción comunicativa y las funciones que cumple en la vida cotidiana
tanto como en el sistema.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

Claus Offe

Propone un análisis más centrado en los aspectos políticos - estatales de las rela-
ciones capitalistas. Este autor remarca sobre todo las contradicciones en las que se
encuentra el Estado capitalista, que debe mediar en la crisis realizando acciones
que satisfagan las demandas de las relaciones de intercambio en manos de capita-
les privados, a la vez que sostener su legitimidad ante las masas.

La resolución de este dilema para el Estado – y nuevamente se asientan en la


racionalidad Weberiana – podrá ser resuelto:

a) Con procesos de racionalización social, que implican adecuar los recursos


fiscales a las necesidades sociales.

b) Con procesos de racionalización administrativa, procurando que las varia-


bles económicas aparezcan para la sociedad separadas de la estructura
estatal, como si fueran procesos independientes.

124
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

c) Organizando la adhesión de la ciudadanía a los principios e imperativos


del propio sistema capitalista.

Lo que Offe plantea es una contradicción permanente que vive el Estado entre
preservar su propia legitimidad como tal Estado y favorecer a los capitales privados
en sus procesos de acumulación. Ambos desarrollos no sólo no son armoniosos,
sino que son profundamente contradictorios, y en medio de esta contradicción se
encuentra la capacidad de la sociedad de ser más o menos democrática, que para
él implica encontrarse menos sometida a las necesidades del capital.

La pregunta central de Claus Offe, entonces


se centra en cómo es posible conciliar capitalismo
y democracia si no media el Estado de
Bienestar en esta relación.

Los conceptos de racionalidad (que para Weber significan la relación “medios - fi-
nes”) es discutida por Claus Offe en cuanto a si la burocracia (que también Weber
había definido como el tipo puro más adecuado al funcionamiento estatal) sigue
siendo “racional”, ya que considerando la contradicción antes señalada, resulta
muy difícil al Estado responder a las exigencias funcionales de una sociedad cuyos
subsistemas tienen fines tan contradictorios. Para Offe la racionalidad burocrática
(propia del Estado) ya no se rige por “reglas” (como sostenía Weber) sino por la
obtención de resultados. Es decir que el criterio de racionalidad estatal se debería
medir por el logro de los objetivos vinculados a la posibilidad de articular las contra-
dicciones del sistema.

Pero además, y considerando un tercer criterio de racionalidad, Offe planteará la


necesidad de generar consensos (porque el Estado necesita de los ciudadanos y
de las organizaciones sociales). Este consenso le permitiría al Estado lograr sus
objetivos, y por ende podría cumplir con el segundo principio de racionalización.

La conclusión del autor es que el problema central es entonces la carencia de un


criterio que permita articular, de un modo más o menos equilibrado la estructura ju-
rídica del Estado, sus contradictorias funciones en relación a la reproducción del ca-
pital privado y los intereses de la sociedad, constituidos en grupos de referencia.

Nuevamente haciendo énfasis en el carácter contradictorio de las relaciones socia-


les, Offe enfatiza en los mecanismos que median la relación entre el Estado y la
Sociedad Civil: los partidos políticos y los Movimientos sociales.

De los primeros (y nuevamente discutiendo con Weber) afirma que son estructuras
que están más centradas en la búsqueda del poder y la legitimación propia que
en la satisfacción de la voluntad popular, y esto constituye la principal causa de su
desacreditación actual. El declive de los partidos políticos como formas de repre-
sentación está siendo acompañado por la emergencia de los movimientos sociales.
Esto últimos difieren de los partidos en que el eje de su articulación es la identidad
colectiva de intereses, pero no los procesos de representación, con lo cual la so-
ciedad corre el riesgo de perder espacios parlamentarios (en tanto mecanismo de
representación por excelencia) en la vida de la política pública.

La peor consecuencia de esto es la transformación gradual de la democracia (basa-


da en los sistemas tradicionales de representación, hoy desacreditados) en autori-
tarismos, que implican una expulsión de los sistemas de representación.

Nidia C. Abatedaga 125


Tecnicatura en Periodismo

La propuesta final de Offe es que deberá superarse el punto de inflexión en el que


se encuentran dos tendencias antagónicas: por un lado, el principio democrático
de participación de las masas (a través del sistema de representación) y por otro el
principio económico que está basado en la desigualdad y en la apropiación privada
del excedente. Lo cual conduce a la necesidad de crear nuevas formas de hacer
política, para explicar la compatibilidad entre los componentes estructurales de la
“política de masas” y la “economía de mercado”.

Si contemplamos la experiencia de las sociedades capitalistas en el siglo XX, dispo-


nemos de abundantes pruebas que contradicen esta hipótesis del siglo XIX acerca
de la incompatibilidad de la democracia de masas, definida como sufragio universal
e igual bajo una forma presidencial o parlamentaria de gobierno y la libertad bur-
guesa, definida como producción basada en la propiedad privada y en el trabajo
asalariado “libre”. A la coexistencia de estas dos formas se la ha llegado a conocer
como democracia liberal. Sin duda alguna, el surgimiento de regímenes fascistas
en algunos de los países capitalistas centrales atestigua la continua existencia de
tensiones y contradicciones entre la economía capitalista y la democracia política y
la posibilidad del estallido de tensiones catastróficas bajo el impacto de crisis eco-
nómicas.

Queremos saber…

a) A qué mecanismos y disposiciones institucionales se puede atribuir la respon-


sabilidad del modelo de coexistencia que ha demostrado perdurar más allá de
todas las expectativas del siglo XX;

b) Cuáles son los límites de tales disposiciones, si es que las hay.

Estos límites o fallas de los mecanismos mediadores los definiremos analíticamente


como aquellos puntos en los que las sociedades capitalistas se vuelven no – demo-
cráticas o los regímenes democráticos se vuelven no – capitalistas.

Luego de realizar la lectura, lo invitamos a realizar


la siguiente actividad. Transcriba las respuestas
a estas preguntas y envíelas al docente tutor,
a través de mensajería interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 11

De la lectura de Claus Offe, ¿podría responder?

1) ¿Cuáles son las contradicciones que enfrenta el Estado capitalista?


……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

2) ¿Qué toma y qué critica Offe de Weber? ¿Qué nuevo aporte realiza al desarrollo Webe-
riano?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................

126
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 2

3) ¿Cuáles son los mecanismos que este autor afirma como “mediaciones” de la relación
Estado – Sociedad Civil?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

Profundice los contenidos de la unidad,


las veces que sea necesario para realizar
las diferentes actividades. Si se le presentan
dudas consulte con su docente tutor a través
de la Sección Mensajería interna
del Aula Virtual.

Nidia C. Abatedaga 127


La Propuesta de autores ads-
criptos al Estructuralismo.
Breves aportes desde
la Semiótica.
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Introducción

Esta unidad no presenta una Escuela de Comunicación, en el sentido estricto de lo


que puede asociarse con esa idea: un ámbito institucional definido por un grupo de
autores preocupados únicamente por la comunicación. Tampoco se puede afirmar
que, como ocurrió con la Universidad Invisible, existiera el encuentro de aportes
teóricos de diferentes autores vinculados por temáticas o intereses comunes que
intercambian visiones o planteos teóricos o metodológicos desde una mirada no
mediática de la comunicación social, aún sin compartir un espacio físico común.

Más bien puede pensarse en un paradigma conformado por puntos de vista pro-
venientes de disciplinas diversas pero con una epistemología coincidente. Aunque
pueden rastrearse conceptualizaciones ya entre los griegos del siglo V a.c. y en
algunas disciplinas – como la economía – fue aplicado tempranamente durante los
siglos XVII y XVIII, este paradigma tuvo un periodo de crecimiento y apogeo que
puede ubicarse entre mediados de los años ´50 y la década del ´60 particularmente
en Francia.

El propósito del capítulo no consiste en agotar las reflexiones dentro del paradigma
estructuralista en el campo de las Ciencias Sociales sino profundizar en los aportes
que algunos autores y disciplinas realizaron a los estudios de la Comunicación So-
cial, ya que se entiende que en este campo la perspectiva estructural abrió (y aún lo
hace) una comprensión nueva de variados temas y problemáticas comunicativas.

Por este motivo es que el criterio con el que se realizó la selección de algunos
autores de entre los muchos que hicieron desarrollos teóricos desde una mirada
estructural, tuvo en consideración la importancia de sus aportes al paradigma y la
pertinencia de su abordaje respecto de la Comunicación.

Aunque diversificado en múltiples áreas científicas y extracientíficas, los planteos


estructuralistas coinciden en delimitar dos niveles que conforman una totalidad, sea
ésta social, biológica o matemática: un nivel profundo y uno superficial.

También comparten una metodología en la que leyes subyacentes vertebran


muchas de sus nociones1 :

● Ley de la Totalidad que comporta el establecimiento de una actitud rela-


cional entre los elementos que la componen.
● Ley de la Transformación que supone que lo propio de las totalidades
estructuradas concierne a sus leyes de composición, que son estruc-
turantes por naturaleza. “Hay una constante dualidad o bipolaridad de
propiedades de ser siempre y simultáneamente estructurantes y estruc-
turadas. La actividad estructurante sólo puede consistir en un sistema de
transformaciones”.2
● Ley del autoajuste o regulación que implica el mecanismo de la homeos-
tasis que permite a la estructura la permanencia a pesar de las transfor-
maciones.

Entre las estructuras o invariantes que buscaron los autores estructuralistas se pue-
den mencionar la prohibición del incesto en Lévi-Strauss, en tanto comportamiento

1
Muñoz, B. (1989) (pp.207) Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas. Ed.
Barcanova. Barcelona.
2
Piaget, J. (1985) (pp.206) El Estructuralismo. Ed. Orbis. Barcelona en Muñoz, B.

Nidia C. Abatedaga 131


Tecnicatura en Periodismo

inmutable que no se modifica por la diversidad de las sociedades; las proporciones


y relaciones que permanecen invariables durante un periodo económico determina-
do; la lengua como sistema de signos que propusiera Saussure, el mito de Barthes,
la ideología sin historia de Althusser, entre otros.

Todos ellos tienen en común proporcionar análisis que hacen énfasis en aspectos
objetivos, no fluctuantes, muchas veces ocultos de la realidad social. El sujeto no
es el origen de ninguna explicación, por ejemplo para Barthes es el lenguaje el au-
téntico sujeto que constituye la noción de autor, no el sujeto mismo.

En definitiva, la perspectiva epistemológica adoptada que hace posible agrupar un


conjunto de autores alrededor de la prioridad analítica estructural tiene como fin
mostrar cómo autores con intereses inscriptos en diferentes disciplinas, dialogaron
alrededor de una epistemología compartida. Se podrá analizar cómo, desde en-
foques diversos, existen conceptos compartidos de lo que puede entenderse por
“estructura” y sobre todo de la medular importancia de su análisis.

Iniciaremos los contenidos de la unidad…

Contexto social e histórico de surgimiento del


estructuralismo

F. Dosse señala el año 1956 como la fecha de aparición del estructuralismo como
modo de pensamiento, como paradigma teórico dominante, y Francia como el lugar
geográfico donde se concentrará la producción de esta corriente. Es, para este au-
tor, el año en que se produce la ruptura de la intelligentsia francesa con el ideal de
izquierda corporizado por la URSS y con el marxismo soviético.

La revelación de los crímenes que Stalin había cometido en Rusia sacados a la luz
por el nuevo secretario Nikita Kruschev en el XX congreso del Partido Comunista de
la Unión Soviética (PCUS) y el aplastamiento de la revolución húngara por Rusia
muestra un poder totalitario contrario a los ideales de izquierda. Aún cuando el PCF
sigue siendo el aparato F. Dosse señala el año 1956 como la fecha de aparición del
estructuralismo como modo de pensamiento, como paradigma teórico dominante,
y Francia como el lugar geográfico donde se concentrará la producción de esta
corriente. Es, para este autor, el año en que se produce la ruptura de la intelligent-
sia francesa con el ideal de izquierda corporizado por la URSS y con el marxismo
soviético.

La revelación de los crímenes que Stalin había cometido en Rusia sacados a la luz
por el nuevo secretario Nikita Kruschev en el XX congreso del Partido Comunista de
la Unión Soviética (PCUS) y el aplastamiento de la revolución húngara por Rusia
muestra un poder totalitario contrario a los ideales de izquierda. Aún cuando el PCF
sigue siendo el aparato político más poderoso, muchos intelectuales cuestionan el
marco de análisis que sostenían hasta ese momento. Con esta decepción, durante
el periodo que va entre los años 1956 y 1968 se preocupan por estudiar aquello que
no permita triunfar el voluntarismo político y se abre entonces una especial prefe-
rencia por buscar lo invariante, lo inamovible.

132
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Había dominado hasta el momento la idea de que la Revolución rusa (1917) era la
continuación histórica de la Revolución francesa (1789) y por lo tanto debía promo-
ver un ideal democrático moderno que hacia mediados del siglo XX mostraba resul-
tados decepcionantes. Se comenzó a producir una profunda crítica a los valores de
la “autonomía, la libertad y la responsabilidad”, propios de las democracias occiden-
tales, porque en realidad eran sólo formales, no se encontraban en la realidad. Los
intelectuales se preguntaban cómo era posible que la historia llevara en sí misma
los gérmenes de la barbarie3 .

Hacia el año 1958 en Francia el general De Gaulle se rodea de ministros técnicos,


con la idea de terminar con la inestabilidad estructural de la vida política. Esta orien-
tación tecnocrática que domina a las ideas políticas, también se hace dominante en
los ámbitos académicos, que en vez de continuar con una fuerte formación huma-
nista, se orientan a la formación de técnicos y administrativos. Con ello se dota de
“carácter científico”, racional y lógico al gobierno mientras paralelamente se despla-
za a la política.

El Estado francés de la postguerra instaura una serie de organismos administrati-


vos nuevos para realizar las reformas estructurales, haciendo que se instalen me-
canismos de planificación en el corto y mediano plazo.

En lo académico se advierte un desplazamiento de intelectuales hacia espacios de


reflexión y publicación de ideas como la Revista Arguments, creada entre otros por
Edgar Morin, que oficiaba de Director, en la que se propone una revisión del marxis-
mo a la vez que comprobó las contradicciones de la modernización. Estos teóricos
buscan, en la reflexión sobre el lenguaje, el sentido de una radicalidad crítica más
allá de las divisiones disciplinares y de las orejeras partidistas.

Uno de los factores que puede entenderse como un indicador de la emergencia del
estructuralismo en los ámbitos académicos (aunque no universitarios) dentro de lo
que hoy denominamos Ciencias Humanas es la creación de una cátedra de Antro-
pología Social en el Collège de France, una prestigiosa institución que encarna el
rigor del programa científico estructuralista4 .

Así mismo, deben considerarse los antecedentes lingüísticos y formalistas de las


Escuelas de Praga, que se ubican en el Círculo Lingüístico de Moscú, creado en
1915 por Jakobson, cuyo objetivo fue promover la lingüística y la poética. Este an-
tecedente cobra especial importancia si se considera que aún Rusia se encontraba
bajo el régimen zarista, anterior a la Revolución de 1917. Jakobson defiende la idea
de la inmanencia del estudio del texto literario, de su coherencia interna, pero recién
hacia 1920 toma contacto con Saussure, en Praga.

Después de huir de Rusia se radica en Praga, donde crea el “Círculo Lingüístico


de Praga” junto a Karcevsky, Mathesius, Vachek y Trubetzkoy. El programa que se
proponen desarrollar es de neto corte estructuralista, utilizando por primera vez el
término “estructura” en el primer Congreso de filólogos eslavos en 1929, a la que
definen como “un conjunto dinámico”. Junto con los debates de Copenhague (crea-
do en 1939 por Hjelmslev y Brondal) se constituyen en espacios que proveerán de
los mayores y más profundos desarrollos de análisis estructurales.

3
Dosse, F. (2004) (pp. 186 a 189) Historia del Estructuralismo. Tomo I. El campo del signo 1945 – 1966.
Ed. Akal. Madrid.
4
Dosse, F. (2004) (pp.214) Ibíd.

Nidia C. Abatedaga 133


Tecnicatura en Periodismo

El Círculo Lingüístico de Praga, de donde surgieron Makarovsky, Troubetzkoy,


Jakobson, definirá su filiación estructuralista afirmando, ya en 1929, que: “Éste
[el círculo] se ha dado a sí mismo el nombre de estructuralista, al ser su concepto
fundamental la estructura, concebida como un conjunto dinámico”.5

Sin embargo, sería un error centrar como fuente principal de estudios estructurales
a la antropología y a la lingüística, porque se pueden rastrear aportes dentro de este
paradigma en historia, psicología, economía, entre otras.

Antes de seguir avanzando con la lectura,


lo invitamos a realizar la siguiente actividad.

Actividad de Autoevaluación 1

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) ¿Cuáles son los “niveles” que conforman la “totalidad” a que alude la perspectiva de todo
pensador estructuralista?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿Qué leyes comparten las diferentes disciplinas?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿Qué antecedentes históricos crean una situación decepcionante respecto de la izquierda?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) Explique por qué se buscó darle “cientificidad” a los planteos estructuralistas.


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

5) ¿Qué disciplinas pueden considerarse “fundadoras” del estructuralismo?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

Transcriba las respuestas a estas preguntas y


envíenlas al Docente Tutor a través de mensajería
interna del aula virtual.

5
Dosse, F. (2004) (pp.214) Óp. Cit.

134
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

El Estructuralismo en Economía
Ya alrededor de los años ´30 (después de la crisis de 1929) la economía política eu-
ropea había utilizado masivamente el paradigma estructural. Hay quienes asocian
su utilización contemporánea en el campo de la sociología (sociología estructural)
y el estructuralismo económico.

El economista alemán Ernst Wagemann había utilizado de forma sistemática la


noción de estructura durante esta década (´30). Había ofrecido un concepto que
los economistas adoptaron que la definía como “lo más permanente”, es lo que
resiste frente a los movimientos rápidos, lo que permite la coyuntura que es “lo que
se transforma.”6

Para los economistas de tradición clásica, como R Courtin y Tinberger, la estructura


va a significar: “(…) un conjunto de características inmediatamente observables, ta-
les como las relaciones numéricas que existen entre producción agrícola y produc-
ción industrial, y de una manera más particular, los valores medios basados en un
periodo de cierta amplitud y considerados como representativos de una tendencia
profunda de la economía.”7

En la misma concepción, Courtin afirmará que la estructura son


“datos, en tanto condiciones físicas de la actividad económica,
las condiciones técnicas, el sistema jurídico, la organización so-
Estas concepciones clásicas permiten cial, las normas o valores morales (…) en realidad, todo cuanto
comenzar a identificar la diferencia en- aparece como marco fijo de la actividad económica (…) Elemen-
tre lo considerado “marco fijo”, “datos” tos que el economista no puede captar, elementos rígidos que el
o elementos dados de una realidad de
aquello que es “móvil” o fluctuante. Se economista debe aceptar como base de sus análisis”.8
comienza a vislumbrar aquí la diferen-
cia entre lo estático (la estructura) y lo
que no es permanente, lo cambiante o A esta concepción de estructura se le critica
lo que fluye. la renuncia a los aspectos históricos
de la realidad social.

Si es cierto que los economistas tienen como función mostrar la manera como las
estructuras condicionan los mecanismos que usan las organizaciones y su funcio-
namiento, no puede tomarse simplemente como “dato”. Tampoco se puede ignorar
o dejar como “datos” los aportes que puedan realizar otras disciplinas como la so-
ciología, la historia o la psicología.

Otro economista muy reconocido que tomó la noción de estructura de Wagemann


fue F. Perroux, que formula una definición que aunque estática, completa más que
contradice las posteriores definiciones dinámicas. Afirmará que la estructura son
“las proporciones y las relaciones que caracterizan a un conjunto económico locali-
zado en el tiempo y en el espacio” 9.

6
Marchal, André (1979) “Estructura y Sistemas Económicos”. Ed. Ariel. Barcelona.
7
Ibíd. (1979).
8I
bíd. (1979).
9
Perroux, F. (1939) Pour un approfondissement de la notion de structure en Mèlanges Witmeyr. Paris.

Nidia C. Abatedaga 135


Tecnicatura en Periodismo

Ej.
Las proporciones indican importancia relativa de las diversas partes que componen la unidad
económica, por ejemplo la proporción en que participa la producción industrial dentro de la
producción total de un país. Las relaciones” son los vínculos que se establecen entre ele-
mentos que conforman una unidad o entre diversas unidades económicas, por ejemplo las
relaciones entre precios agrícolas y precios industriales o la que puede haber entre precios
internos y precios internacionales. Por último “conjunto económico localizado en el tiempo y
en el espacio” indica que no se trata de analizar un sistema abstracto, sino un todo concreto
que tiene existencia histórica.

Finalmente puede citarse la distinción que el propio Marchal propone entre “visio-
nes estáticas” y “visiones dinámicas” de estructura, cuando trata de promover esta
última en ocasión del Coloquio de 1959 dirigido por Roger Bastide. Allí Marchal pro-
pondrá que las estructuras no pueden verse sólo como factores de inercia o rigidez
(por ejemplo factores físicos, instituciones), sino que son variables motrices (por
ejemplo la población, la técnica).

Los caracteres propios de estas variables llamadas “estructurales” son:

1) Que sus movimientos, aunque innegables, son demasiado lentos o dis-


continuos para ser fácilmente perceptibles.

2) Que no hay ninguna razón para que se vean impulsadas con la misma
velocidad ni con el mismo ritmo, por lo que se producen desajustes y re-
trasos que obligan a continuas readaptaciones.

De esto surge la idea de que no puede caracterizarse la estructura más que por
su referencia al periodo en que se la analiza. Lo que a corto plazo puede ser un
factor de rigidez (porque en un periodo corto de tiempo el movimiento de la variable
estructural es imperceptible) puede convertirse a largo plazo en un elemento diná-
mico.

Por ejemplo, la franja de desocupación de la PEA (población económicamente activa) que va


entre los 30 y 45 años actualmente (si se toma un periodo breve de los últimos 3 años) puede
considerarse una variable estructural que parece no modificar su magnitud en el mercado de
trabajo, porque no constituye la franja preferida por los empresarios para tomar empleados.
Ej.
Sin embargo, si existiera una política nacional de reinserción laboral para adultos mayores de
30 a 45 años, los efectos en la reducción de la desocupación en esa franja de edad podrían
mostrar claras modificaciones si se tomara un periodo de 10 años o más, dentro del cual
debería incluirse un periodo de capacitación y la efectiva reinserción laboral. Si en el lapso
breve de tiempo (3 años) la política de reinserción no muestra aún efectos considerables
en esa franja de población desocupada y por lo tanto se podría considerar como un factor
estructural, tomando un periodo más prologando de tiempo puede analizarse como un factor
variable y por lo tanto provocar efectos visibles sobre la PEA total.

De allí que sea importante la definición que ofrece Johan Akermann de estructura:
“contextura que, a corto plazo, aparece como invariable” o la que elaborará Pe-
rroux: “cantidades en movimiento lento, es decir, cuyas modificaciones son débiles
para el periodo que hemos elegido para nuestra encuesta”.

De lo anterior puede inferirse que un elemento


estructural puede convertirse en un factor
“variable” en un periodo largo de tiempo
(o coyuntural) y a su vez las coyunturas
pueden impulsar cambios en
las estructuras.

136
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Como se podrá deducir de los análisis anteriores, es claro que aunque el espacio de
la economía permaneció apartado de los grandes debates alrededor del paradigma
estructuralista durante los años ´60, debido en parte a la separación académica
que históricamente se produjo entre las Ciencias Humanas (constituidas en meollo
del debate alrededor del Estructuralismo) y la Economía, no se dejaron de realizar
contribuciones que pueden denominarse “estructuralistas”.

Uno de los aportes importantes que realizó la economía en torno al debate sobre
las estructuras fue la propuesta de los “modelos”. Entre la realidad concreta y la
estructura existe un nivel intermedio (el modelo) que opera como mediación ne-
cesaria y que da lugar a la formalización más avanzada, con lenguajes también
formalizados.

Ej. Un ejemplo claro es la construcción de modelos matemáticos que la Econometría se dedicó


a producir y que le valió un alto prestigio dentro de las ciencias. De allí el gran desarrollo que
tuvieron la matemática y la estadística aplicada dentro de los modelos económicos, ya que
permitieron una gran eficacia operativa y una notable capacidad para explicar lo real en un
lenguaje totalmente formal. Este es uno de los aspectos que podrá encontrarse muy clara-
mente desarrollado en la Antropología estructural de Lévi –Strauss.

En microeconomía durante los años ´50 se centró en una axiomatización casi com-
pleta alrededor de la noción de equilibrio general, que se ofrece como una estruc-
tura totalmente formalizada, muchas veces abordada, a través de modelos antes
mencionados. En otras palabras, se puede ver en los axiomas de la microeconomía
una forma de estructuralismo preocupado por la creación de proposiciones que
tengan alcance universal y a la vez puedan ser aplicados en la práctica. Fórmulas
financieras y monetarias que aún hoy rigen las conocidas “recetas” del FMI y del
Banco Mundial son algunos ejemplos de estas formalizaciones de carácter científi-
co, aplicables “universalmente” a numerosos países de las más diversas latitudes y
características culturales e históricas.10

En el nivel macroeconómico el debate se daba alrededor de las relaciones entre


el Estado y el mercado, también en un terreno esencialmente pragmático. Había
claras diferencias entre la tradición anglosajona, que limitaba la intervención del
Estado a la periferia de un equilibrio general que era pensado como supuesto, algo
dado de antemano, y la posición de la economía francesa que ve en el Estado
el espacio desde donde tomar y aplicar modelos macroeconómicos que permitan
transformar profundamente los mecanismos de la economía. Es la época de auge
del Keynesianismo.11

Ambos niveles – microeconomía y macroeconomía – han trabajado la noción de


estructura con total prescindencia de una mínima reflexión crítica sobre sus postu-
lados. La valoración de la vía estructural, aunque efectiva entre los economistas,
permanece ajena a los universitarios de letras y a los debates político/ideológicos
que se producían en torno de ella y que preocupaban especialmente a la lingüística
y a la semiótica.

A continuación, realice la siguiente actividad


que le permitirá revisar los conceptos
analizados.

10
Las crisis financieras de 2009/2010 muestran mecanismos de ajuste aplicados a la economía greca,
española, alemana, similares a los que se recomendaron y aplicaron en Argentina durante la década
de los ´90.
11
Dosse (2004) (pp. 13). Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 137


Tecnicatura en Periodismo

Actividad de Autoevaluación 2

Después de leer las propuestas del estructuralismo en economía, trate de responder:

1) ¿Cómo definiría Ud. la “estructura” desde una perspectiva estática?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿Qué diferencias encuentra entre “estructura” y “coyuntura” según Wagemann?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿Qué es la estructura para Perroux?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) Explique las características propias de las variables “estructurales” que propone “Marchal”
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

5) Explique los aportes realizados por el estructuralismo a la macro y a la microeconomía


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
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Transcriba las respuestas a estas preguntas


y envíenlas al Docente Tutor a través
de mensajería interna del aula virtual.

El Estructuralismo en la lingüística de Saussure

Este apartado dedicará espacio a destacar


los aspectos estructurales del autor,
a sabiendas de la profundización que se
realiza del mismo en otra materia.

Se cree innecesario, por tanto, realizar una descripción pormenorizada de Saus-


sure, que se dará por supuesta para avanzar sobre una reflexión analítica de su
propuesta.

La producción teórica de Saussure debe ubicarse en la Escuela de Ginebra, junto a


Charles Bally y buscar sus raíces epistemológicas en el racionalismo cartesiano de
los siglos XVII y XVIII.

138
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

De los aportes más importantes del autor se debe destacar la distinción en-
tre12:

- Langage o Lenguaje como facultad discursiva, el que “tomado en su


conjunto, el lenguaje es multiforme y heteróclito; a caballo en diferentes
dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al do-
minio individual y al dominio social, no se deja clasificar en ninguna de las
categorías.”

- Langue o Lengua: en tanto “el producto que el individuo registra pasi-


vamente; nunca supone premeditación y la reflexión no interviene en ella
más que para la actividad de clasificar…” “Es a la vez un producto so-
cial de la facultad del lenguaje y un conjunto de convenciones necesarias
adoptadas por el cuerpo social para permitir el ejercicio de esa facultad en
los individuos.” “…es la parte social del lenguaje, exterior al individuo, que
por sí solo no puede crearla ni modificarla; no existe más que en virtud de
una especie de contrato establecido entre los miembros de una comuni-
dad. … Es de naturaleza homogénea: es un sistema de signos en el que
sólo es esencial la unión del sentido y de la imagen acústica, y donde las
dos partes del signo son igualmente psíquicas”

- Parole o Habla: es “el acto individual de voluntad y de inteligencia, en el


cual conviene distinguir: 1°, las combinaciones por las que el sujeto ha-
blante utiliza el código de la lengua con miras a expresar su pensamiento
personal; 2° el mecanismo psicofísico que le permita exteriorizar esas
combinaciones.”

De la anterior clasificación Saussure reflexionará que la lengua es: “clasificable


dentro de los hechos humanos y por lo tanto es una institución social (…) un siste-
ma de signos que expresa ideas, y por eso comparable a la escritura, al alfabeto
de sordomudos, a los ritos simbólicos, a las formas de cortesía (…). Sólo que es el
más importante de todos esos sistemas”.13

La importancia medular que el autor le otorga a la lengua para la vida social lo hace
proponer la creación de una ciencia nueva: la Semiología (del griego semeîon,
“signo”) en tanto “una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida
social. Tal ciencia sería parte de la psicología social (…) Ella nos enseñará en qué
consisten los signos y cuáles son las leyes que los gobiernan (…) La lingüística no
es más que una parte de esta ciencia general (…)”.14

“Esta reflexión será posteriormente retomada por Lévi-Strauss, quien atribuiría a


la Antropología el lugar de la “ciencia de los signos” propuesta por Saussure, ya
que afirmará que esta ciencia estudia los signos de la vida social de las comunida-
des. Claramente la definición da cuenta de un programa semiológico global, que en
los años ´50 y ´60 superaba a la lingüística y englobaba a todas las ciencias huma-
nas en un proyecto común, que fue la gran ambición del periodo”.15

En la propuesta de Saussure los signos son entidades concretas, “no son abstrac-
ciones” y existen sólo gracias a la asociación de un significante y el significado.
“Una sucesión de sonidos sólo es lingüística si es soporte de una idea; tomada en
sí misma no es más que la materia de un estudio fisiológico. Lo mismo ocurre con
el significado si lo separamos de su significante”.16

12
Saussure, F. (1945) Pág. 51 “Curso de Lingüística General”. Ed. Losada. Bs. As.
13
Ibíd. (pp.57)
14
Ibíd. (pp.60)
15
Dosse, F. (2004) (pp.214) Óp. Cit.
16
Saussure, F. (1945) (pp.60) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 139


Tecnicatura en Periodismo

Para Dosse (2004) lo esencial de la demostración consiste en fundar lo arbitrario


del signo, en mostrar que la lengua es un sistema de valores constituido no por los
contenidos o lo vivido, sino por puras diferencias. Saussure ofrece una interpre-
tación de la lengua que la coloca decididamente del lado de la abstracción para
arrancarla del empirismo. Su noción de sistema es la expresión de la construcción
de una vía abstracta, conceptual, puesto que un sistema no se observa, y sin em-
bargo cada elemento lingüístico depende de él.

La idea de “lingüística sincrónica” de Saussure consiste en “establecer los prin-


cipios fundamentales de todo sistema idiosincrático, los factores constitutivos de
todo estado de lengua (…) así, las propiedades generales del signo pueden con-
siderarse como parte integrante de la sincronía… Todo lo que se llama “gramática
general” pertenece a la sincronía, pues solamente por los estados de lengua se
establecen las diferentes relaciones que incumben a la gramática (…) Los hechos
de la evolución son más concretos (…) las relaciones que en ellos se observan se
anudan entre términos sucesivos que se perciben sin dificultad (…)”.17

Las relaciones entre análisis sincrónico y


diacrónico de la lengua están definidas
en términos relativos al factor temporal.

“En la práctica, un estado de lengua no es un punto, sino una extensión de tiempo


más o menos larga durante la cual la suma de modificaciones acaecidas es míni-
ma. Puede ser de diez años, una generación, un siglo, más todavía. Una lengua
cambiará apenas durante un largo intervalo para sufrir enseguida transformaciones
considerables en pocos años. Entre dos lenguas coexistentes en un mismo pe-
ríodo, la una puede evolucionar mucho y la otra casi nada; en este último caso el
estudio será necesariamente sincrónico, en el otro diacrónico… y como a pesar de
todo la lengua se transforma por poco que sea, estudiar un estado de lengua viene
a ser prácticamente desdeñar los cambios poco importantes (…)”.18

“La distinción entre sincronía/diacronía, sin embargo, no es un descubrimiento de


Saussure, Claudine Normand considera que estaba ya en gestación antes de él, es-
pecialmente en todos los trabajos de dialectología que naturalmente iban a dar priori-
dad a la sincronía en su recogida de los dialectos, a falta de huellas escritas”. 19

Roland Barthes afirmará que este autor representa el verdadero nacimiento de la


Lingüística moderna: “Con Saussure hay un cambio epistemológico: el analogismo
ocupa el lugar del evolucionismo, la imitación es sustituida por la derivación.”

Las categorías saussureanas van a servir


de instrumento epistemológico al
estructuralismo generalizado.

La inflexión mayor será el predominio concedido a la sincronía, ilustrada con la


analogía del ajedrez: La inteligencia de la partida es el resultado de la visión del
lugar y de las combinaciones posibles de las piezas en el tablero. “Es totalmente
indiferente que se haya llegado allí por un camino o por otro. Las leyes internas que
rigen una lengua pueden ser establecidas mediante el estudio de la combinación
recíproca de unidades discretas. Esta inversión de perspectiva relega a la diacronía
al estatuto de simple derivado”.20

17
Saussure, F. (1945) (pp. 176) “Curso de Lingüística General”. Ed. Losada. Bs. As.
18
Ibíd. (pp.177)
19
Dosse, F. (2004) (64 a 66) Óp. Cit.
20
Ibíd. (pp.64).

140
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

La segunda inflexión del enfoque saussureano es el repliegue de la lengua sobre


sí misma: el signo no abarca más que la relación entre significado (el concepto) y
el significante (imagen acústica), excluyendo al referente. Al elegir el signo en rela-
ción al sentido (que es relegado), este autor se convierte en uno de los integrantes
fundantes del paradigma estructuralista.

Seguimos adelante con la siguiente actividad.

Actividad de Autoevaluación 3

De la lingüística estructural de Saussure, podría responder:

1) Lo que distingue y caracteriza a estos conceptos: “Lenguaje”, “Lengua” y “Habla”


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

2) ¿Por qué el autor creía necesaria la “Semiología”?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) ¿Qué diferencias encuentra entre el análisis sincrónico y el diacrónico?


……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

4) ¿Por qué se afirma que Saussure realiza un “repliegue de la lengua sobre sí misma”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Transcriba las respuestas a estas preguntas


y envíenlas al Docente Tutor a través de mensajería
interna del aula virtual.

Ahora bien, detengámonos en los lineamientos


estructuralistas de la Antropología
Levy Strauss.

Nidia C. Abatedaga 141


Tecnicatura en Periodismo

Los lineamientos Estructuralistas de la Antro-


pología Levy Strauss

El Coloquio que organizó Roger Bastide (1959) arriba mencionado, ámbito que per-
mitió una amplia discusión sobre el uso del concepto de estructura en distintas
disciplinas, fue predecesor de otro: el Coloquio de Cerisy – la Salle, presidido por
Maurice de Gandillac, Lucien Goldmann y Jean Piaget, donde se debatió la confron-
tación entre génesis y estructura. (Dosse: 2004: 67) Allí se produce el surgimiento
de un tema que a futuro será uno de los más importantes: la relación entre el estruc-
turalismo y la historia referida a la discusión acerca del carácter estático o dinámico
de las estructuras en las Ciencias Humanas. Como se verá existe un paralelo, aun-
que de carácter diferente, entre los debates que suscita la noción de estructura en
economía y en otros ámbitos académicos. Para Lévi-Strauss el análisis histórico de
las estructuras es indispensable: “Desdeñar la dimensión histórica, so pretexto de
que los recursos son insuficientes para evaluarla… conduce a darse por contento
con una sociología enrarecida en donde los fenómenos están como despegados de
su soporte. Reglas e instituciones, estados y procesos parecen flotar en un vacío
(…).” 21

Cuando en 1960 Lévi-Strauss expone su Lección Inaugural de la cátedra de An-


tropología Social impartida en el Collège de France el 5 de enero, el autor definió
claramente el campo de esta disciplina en referencia a la propuesta de Saussure:

“¿Qué es, pues, la antropología social? Nadie, a mi parecer ha


estado más cerca de definirla que Ferdinand de Saussure cuan-
do, al presentar la lingüística como parte de una ciencia todavía
por nacer, reserva para ésta el nombre de semiología y le atribuye
por objeto de estudio la vida de los signos en el seno de la vida
social… Nadie discutirá que la antropología cuenta dentro de su
campo propio cuando menos algunos de esos sistemas de sig-
nos, a los que se añaden muchos otros: lenguaje mítico, signos
orales y gestuales de que se compone el ritual, reglas matrimo-
niales, sistemas de parentesco, leyes consuetudinarias, ciertas
modalidades de intercambios económicos.”22

La referencia a Saussure en relación al objeto de estudio propio de la antropología


social, que Lévi-Strauss toma de aquel autor (“los signos en el seno de la vida so-
cial”), lo lleva a preguntarse si todos los fenómenos en que se interesa la antropo-
logía exhiben el carácter de signo. Su respuesta es claramente afirmativa: “Cuando
consideramos tal o cual sistema de creencias – el totemismo, digamos -, tal o cual
forma de organización social – clanes unilineales, matrimonio bilateral -, la cuestión
que nos planteamos es por cierto: ¿qué significa todo esto?, y para contestar nos
empeñamos en traducir a nuestra lengua reglas primitivamente dadas en un len-
guaje diferente”.23

21
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.18) “Antropología Estructural”. 11° ed. Ed. Siglo XXI. España
22
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.14) “Antropología Estructural”. 11° ed. Ed. Siglo XXI. España.
23
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.15) Ibíd.

142
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

En el mismo manifiesto Lévi-Strauss definirá el abordaje metodológico que deberán


tener las estructuras desde el punto de vista de la antropología social. Esta meto-
dología tiene un claro tinte positivista, con aspiraciones de realizar formulaciones
generalizadas. Está básicamente definida como inductiva, porque “observa hechos,
formula hipótesis, las somete al control de la experiencia, para descubrir las leyes
generales de la naturaleza y la sociedad”.24

La vía estructural de Lévi- Strauss parece poder explicar las relaciones entre la
estructura (lo inmóvil, lo fijo) y las fluctuaciones (la coyuntura). Para este autor la
estructura tiene carácter de sistema: “(…) hasta las técnicas más simples de una
sociedad primitiva cualquiera adquieren carácter de sistema, analizable en los tér-
minos de un sistema más general. El modo como ciertos elementos de tal sistema
han sido conservados, excluidos otros, permite concebir el sistema local como un
conjunto de elecciones significativas (…) que cada sociedad o cada periodo de des-
envolvimiento, se ha visto conducida a realizar.”25

Concebir la sociedad como un sistema conduce a que el autor destaque la universa-


lidad de la naturaleza humana, y por lo tanto oriente su exploración al problema de
la invariancia. En otras palabras la Antropología deberá orientarse hacia “la búsque-
da de lo que es común a los hombres (…) Los hombres se comunican por símbolos
(…) pero no pueden tener esos símbolos y comunicarse con ellos más que porque
tienen los mismos instintos”.26

Para Lévi-Strauss el objeto serán las formas


universales de pensamiento y de moralidad.

La estructura social, así concebida, es un sistema que va a manifestarse a través


de modelos: “no se refiere a la realidad empírica, sino a los modelos construidos de
acuerdo con ésta. Aparece así la diferencia entre dos nociones… que a menudo se
han confundido, las de “estructura social” y de “relaciones sociales”. Las “relaciones
sociales son la materia prima empleada para la construcción de los modelos que
ponen de manifiesto la “estructura social” misma. Esta no puede ser reducida, en
ningún caso, al conjunto de las relaciones sociales observables en una sociedad
determinada… Se trata, entonces, de saber en qué consisten estos modelos que
son el objeto propio de los análisis estructurales.”27

Para Lévi-Strauss los modelos muestran que elementos en apariencia heteróclitos,


tomados de sociedades diferentes, pueden ser organizados y representar la estruc-
tura a través de fórmulas matemáticas que expresen la relación entre ellos. Cuando
el autor habla de “relaciones sociales” no está hablando de relaciones concretas,
sino que se propone “establecer una distinción entre las observaciones empíricas
y los símbolos que hayan sido elegidos para sustituirlas… no se ve entonces por
qué el tratamiento algebraico de estos símbolos – por ejemplo los que expresan
reglas de matrimonio – no podría, a condición de ser manipulados correctamente,
enseñarnos mucho sobre el modo como funciona un sistema matrimonial, haciendo
resaltar propiedades que no eran inmediatamente accesibles a la observación.” 28

El valor que este autor le otorga al análisis estructural, al que no atribuye posibilida-
des de modificar el modo en que las relaciones sociales son posibles de aprehen-

24
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.17) Ibíd.
25
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.16) Ibíd.
26
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.28-29) Ibíd.
27
Levi- Strauss, C. (1999) (pp.79) Óp. Cit.
28
Levi- Strauss, C. (1999) (pp.80) Ibíd.

Nidia C. Abatedaga 143


Tecnicatura en Periodismo

derse: “permite nada más comprenderlas mejor. Y si se llega a captar su estructura,


nunca será al nivel empírico donde empezaron por aparecer, sino en un nivel más
profundo, inadvertido hasta entonces, el de las categorías inconscientes, que puede
esperarse alcanzar confrontando dominios que a primera vista no parecían tener
relación. Estos dominios incluyen por una parte las instituciones sociales tal como
funcionan en la práctica, y por otra las diversas maneras según las cuales, en sus
mitos, sus ritos y sus representaciones religiosas intentan los hombres velar o jus-
tificar las contradicciones entre la sociedad real en que viven y la imagen ideal que
de ella se hacen”.29

Para este autor las investigaciones estructurales


no tendrían interés si las estructuras no
fueran traducibles a modelos cuyas propiedades
formales son comparables, con independencia
de los elementos que la componen.

“Estos modelos pueden ser conscientes o inconscientes y esta diferencia no afecta


su naturaleza (de modelo). Las estructuras sumergidas en el inconsciente hacen
más probable un modelo que la oculta a la conciencia colectiva. Los modelos cons-
cientes (comúnmente llamados “normas”) son los más pobres porque su función no
consiste en exponer los resortes de las creencias, sino perpetuarlos. Cuanto más
nítida es la estructura manifiesta, tanto más difícil es aprehender la estructura pro-
funda a causa de los modelos conscientes y deformados que se interponen entre el
observador y su objeto.”30

A los efectos de mostrar la importancia de los resultados de los contactos que man-
tuvieron Lévi-Strauss y Roman Jakobson, y dar cuenta de la importancia de la co-
municación para el primer autor, aquí se sintetizarán algunos de los conceptos ge-
nerales de la Antropología Estructural:

● La Morfología Social o Estructura de grupo en las investigaciones estructu-


rales tenían como finalidad estudiar las relaciones sociales mediante el uso de
modelos sólo concebibles dentro de un ambiente común que sirva como sistema
de referencia.

Este sistema de referencia es particular de cada sociedad, porque ninguna ha


concebido de la misma manera las dos dimensiones que componen el sistema
de referencia: el espacio y el tiempo social. Ambos (espacio y tiempo sociales)
deben ser distinguidos también según la escala: hay un macro espacio social
y un micro espacio social, un macro tiempo social y un micro tiempo social.
Todos tienen las propiedades de los fenómenos sociales.

● Por otro lado el estructuralismo definirá la Estática Social o Estructuras de


Comunicación, que es la perspectiva de estudio que supone una sociedad com-
puesta de individuos y grupos que se comunican entre sí. No es posible definir
de manera absoluta la ausencia o presencia de comunicación. En los umbrales
(fronteras) la comunicación se debilita, mientras que en los espacios centrales es
más sólida.

29
Levi- Strauss, C. (1999) (pp.80) Ibíd.
30
Levi- Strauss, C. (1953) (pp.261-267) Óp. Cit.

144
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Para este autor hay tres niveles en los que la comunicación social opera en
toda sociedad:

1) Comunicación de mujeres: estudia el sistema de parentesco.


2) Comunicación de bienes y servicios: estudia el sistema económico.
3) Comunicación de mensajes: estudia el sistema lingüístico.

“El estudio de los tres sistemas ofrece ciertas analogías y todos dependen del mis-
mo método: difieren solamente por el nivel estratégico en que cada uno se coloca
en el seno de un universo común. Se podría agregar que las reglas de parentesco y
de matrimonio definen un cuarto tipo de comunicación: la de los genes y fenotipos.
La cultura no consiste solamente en formas de comunicación que le son propias
(como el lenguaje), sino también – y tal vez sobre todo – en “reglas” aplicables a
toda clase de “juegos de comunicación” ya se desarrollen éstos en el plano de la
naturaleza o de la cultura”.31

El planteo estructuralista propone una analogía entre las relaciones de parentesco,


economía y lingüística, pero a la vez deja en claro las diferencias entre los tres mo-
dos de comunicación correspondientes, porque no pertenecen a la misma escala.
Si se consideran las tasas de comunicación para una sociedad dada se deberá
tener en cuenta que los sistemas de parentesco implican formas de comunicación
más lentas mientras que el lenguaje es una comunicación de ritmo más rápido. Las
diferencias entre ambos son claras: en el matrimonio objeto y sujeto de la comu-
nicación son casi de la misma naturaleza (mujeres y hombres) mientras que en el
lenguaje, el que habla (sujeto de la comunicación) no se confunde nunca con su
objeto (sus palabras). Este último sistema muestra una doble oposición: persona y
símbolo; valor y signo.

Veremos ahora, el aporte de otros


estructuralistas.

Otros estructuralistas (von Neumann, Morgenstern, Kroeber) inmiscuidos en la mis-


ma problemática que planteaba Levi-Strauss propondrán que si cabe esperar que la
antropología social, la ciencia económica y la lingüística se asocien un día para fun-
dar una disciplina común que será la ciencia de la comunicación, se deberá reco-
nocer que ésta consistirá sobre todo en “reglas”. “Estas reglas son independientes
de la naturaleza de los participantes (individuos o grupos) cuyo juego comandan. El
juego consiste en un conjunto de reglas que lo describen”.32

Un ámbito donde se advierte con claridad la tendencia al análisis de “invarianzas”


que propone el estructuralismo, que será ampliado y profundizado con los aportes
de Roland Barthes, es el de las explicaciones lingüísticas que abordan el mito como
discurso. Para Lévi-Strauss, “si queremos dar cuenta de los caracteres específicos
del pensamiento mítico, tendremos que establecer entonces que el mito está en el
lenguaje y al mismo tiempo más allá del lenguaje.”33

La originalidad que caracteriza el mito frente


a otros hechos lingüísticos es la posibilidad
de ser traducido a cualquier lengua, lo cual
muestra que es capaz de ir más allá de su
forma de expresión en el lenguaje.

31
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.268-269) “Antropología Estructural”. 11° ed. Ed. Siglo XXI. España.
32
Lévi-Strauss,C. (1999) (pp.270) Óp. Cit.
33
Lévi-Strauss, C. (1972) (pp.7 - 127) “Estructuralismo, mito y totemismo”. Nueva Visión. Bs. As.

Nidia C. Abatedaga 145


Tecnicatura en Periodismo

Las conclusiones a que arriba Lévi-Strauss en referencia a ellos son básicamente


tres:34

1) Si los mitos tienen un sentido, éste no depende de los elementos aislados


que entran en su composición, son de la manera en que estos elementos
se encuentran combinados.

2) El mito pertenece al orden del lenguaje, del cual forma parte integrante;
con todo, el lenguaje, tal como se lo utiliza en el mito, manifiesta propie-
dades específicas.

3) Estas propiedades sólo pueden ser buscadas por encima del nivel habi-
tual de la expresión lingüística; dicho de otra manera, son de naturaleza
más compleja que aquellas que se encuentran en una expresión lingüísti-
ca cualquiera.

Si se admiten estos tres puntos…se siguen dos consecuencias muy impor-


tantes:

1) Como toda entidad lingüística, el mito está formado por unidades consti-
tutivas.

2) Estas unidades constitutivas implican la presencia de aquellas que nor-


malmente intervienen en la estructura de la lengua, a saber, los fonemas,
morfemas y semantemas. Pero ellas tienen con esto último la relación que
los semantemas guardan con los morfemas y que éstos guardan con los
fonemas. Cada forma difiere de la precedente por un grado más alto de
complejidad. Por esta razón, a los elementos propios del mito (que son los
más complejos de todos) los llamaremos: unidades constitutivas mayores
o “mitemas”.

Las diversas disposiciones de los mitemas tendrán el sentido de explicar el orden


sincrónico y el sistema de relaciones diacrónicas autorizadas por las reglas sociales
de un determinado grupo. Además, y lo más importante para el análisis estructural,
es establecer analogías entre mitos de diferentes grupos, lo cual permitirá des-
cubrir los “universales”, a través formular la estructura común del pensamiento
mítico en comunidades diversas.

Los mitos también varían, y estas variaciones permitirán descubrir las reinterpreta-
ciones diacrónicas que los grupos sociales van haciendo a lo largo de su evolución
temporal. Por ejemplo el cuento de la Cenicienta se localiza tanto en sociedades
europeas como en americanas, pero con notables adaptaciones que responden
a cada lugar. “Sin embargo, las variaciones diacrónicas del sistema de los mitos
conducen a una combinación de invariantes cuya función es la de interpretar de
un modo lógico las contradicciones de la cotidianidad. La dinámica mítica se repite
porque la estructura oculta es su carácter operatorio sobre el mundo.”35 Y este es
el objetivo del estructuralismo en general y de Lévi-Strauss en particular: descubrir
las taxonomías de la comunicación mitológica, cuyo orden subyacente regula las
relaciones que el grupo establece con su medio.

Por otro lado, todo sistema de mitos conlleva un sistema de ritos. Psicoanalítica-
mente el rito implica una operación de desplazamiento de las fuerzas no concilia-
bles con el orden grupal. El rito es para el antropólogo francés una estructura de
sentido que será aplicada ya no al ámbito psicológico sino a las relaciones de in-

34
Lévi-Strauss. (1953) (pp.270) Óp. Cit.
35
Muñoz, B. (1989) (pp.214) Óp. Cit.

146
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

tercambio. Para Lévi-Strauss, el intercambio resulta ser el sistema significante por


excelencia, y la cultura funciona a partir de prácticas significantes censuradas. “Los
ritos y los mitos ocultan la lógica de los tabúes y de los intercambios”.36

De la breve síntesis aquí presentada se infiere que Lévi-Strauss dedicó sus estudios
a las clasificaciones ocultas que cada colectividad asigna a los objetos y hechos de
la realidad material e ideológica realizando un sustancial aporte a la antropología
estructural, por ejemplo a través de las categorías de mito y rito. Así mismo, es
posible, desde esta perspectiva, redefinir la comunicación en clave antropológica,
atravesada por procesos sociales profundos y capaz de ser comprendida como la
esencia de la formación cultural de una sociedad, producto de los necesarios inter-
cambios que son el origen de la socializad humana.

Lo invitamos a continuar con la


siguiente actividad.

Actividad de Autoevaluación 4

Después de leer las propuestas de la antropología estructural, trate de responder:

1) ¿Por qué Lévi-Strauss propone que la Antropología tiene una gran cercanía con la ciencia
que Saussure propone con el nombre de “Semiología”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo concibe este autor la “estructura” de una sociedad?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Cuál es la “materia prima” que compone la estructura para Lévi-Strauss?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Cómo están compuestas las “estructuras de grupo” y las “estructuras de comunicación”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) Explique las conclusiones a las que arriba el autor respecto de los mitos y los ritos.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Transcriba las respuestas a estas preguntas y


envíenlas al Docente Tutor a través de mensajería
interna del aula virtual.

36
Muñoz, B. (1989) (pp. 220) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 147


Tecnicatura en Periodismo

La Semiología Estructural de Rolad Barthes

Roland Barthes indagará las taxonomías


mitológicas de las sociedades avanzadas,
que funcionan en medio de la incorporación
de tecnología.

Es un referente particular del estructuralismo, que ha sido catalogado como su “pla-


ca sensible”, “auténtico imán entre los diversos estructuralismos”. Dosse agregará
que “Barthes será querido porque en él se expresa más que un programa metodoló-
gico .”37 Con su obra denominada El grado cero de la escritura Barthes participa de
la corriente formalista, afirmando la existencia de una realidad formal independiente
de la lengua y del estilo, e innova en relación a la libertad conquistada por el acto de
escribir, porque sitúa el compromiso que representa la escritura no en el contenido
de lo escrito, sino en su forma.

La escritura, será para este autor, un


ámbito que merecerá una especial
dedicación y análisis.

“De tal manera, para el escritor, la lengua es sólo un horizonte humano que instala a
lo lejos cierta familiaridad… la palabra tiene una estructura horizontal, sus secretos
están en la misma línea que sus palabras y lo que esconde se desanuda en la dura-
ción de su continuo… Por el contrario, el estilo sólo tiene una dimensión vertical, se
hunde en el recuerdo cerrado de la persona… su secreto es un recuerdo encerrado
en el cuerpo… El horizonte de la lengua y la verticalidad del estilo dibujan pues,
para el escritor, una naturaleza, ya que no elige ni el uno ni el otro… entre la lengua
y el estilo, hay espacio para otra realidad formal: la escritura. En toda forma litera-
ria, existe la elección general de un tono, de un ethos si se quiere, y es aquí donde
el escritor se individualiza claramente porque es donde se compromete… pero la
identidad formal del escritor sólo se establece realmente fuera de la instalación de
las normas de la gramática y de las constantes del estilo (…).38

El carácter formal de la escritura es


claramente declarada por el autor.

“Colocada en el centro de la problemática literaria, que sólo comienza con ella, la


escritura es por lo tanto esencialmente la moral de la forma, la elección del área
social en el seno de la cual el escritor decide situar la Naturaleza de su lenguaje (...)
Su elección es una elección de conciencia, no de eficacia… el escritor no puede de
ningún modo modificar los datos objetivos del consumo literario (esos datos pura-
mente históricos se le escapan, incluso si es consciente de ellos), transporta volun-
tariamente la exigencia de un lenguaje libre a las fuentes de ese lenguaje (…)”.39

En Barthes aparece el tema propio de la lingüística moderna y de la antropología


estructural, del predominio del intercambio, de la relación fundamental que debe
partir de un punto nodal, de un punto cero, no definido por su contenido empírico,
sino por el hecho que permite al contenido establecerse en una posición de rela-
ción. Existe la misma búsqueda del grado cero del parentesco en Lévi-Strauss, del

37
Dosse, F. (2004) (pp.93) Óp. Cit.
38
Barthes, R. (2003) (18 a 22) “El grado cero de la escritura”. Siglo XXI Ed. Bs. As.
39
Ibíd. (Págs.18 a 22).

148
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

grado cero de la unidad lingüística en Jakobson, y del grado cero de la escritura en


Barthes: “la búsqueda de un pacto, de un contrato inicial que establezca la relación
del escritor con la sociedad”.40

Barthes irá mostrando en su obra todas las escrituras alienadas. De la escritura


política afirmará que:

“… como en las escrituras políticas: la escritura está entonces


encargada de unir con un solo trazo la realidad de los actos y la
idealidad de los fines. Por ello el poder… acaba por instituir una
escritura axiológica… el poder y el combate son los que producen
los tipos más puros de escritura… la escritura clásica manifesta-
ba ceremonialmente la implantación del escritor en una sociedad
política particular… Si la Revolución no modificó las normas de
esta escritura, porque el personal pensante seguía siendo de to-
dos modos el mismo y sólo pasaba del poder intelectual al poder
político (…).”41

La escritura intelectual aparecerá como resultados de procesos sociales y conde-


nada a ser una especie de “para – literatura”: “La expansión de los hechos polí-
ticos y sociales en el campo de la conciencia de las Letras produjo un tipo nuevo
de escribiente, situado a mitad de camino entre el militante y el escritor, extrayendo
del primero una imagen ideal del hombre comprometido, y del segundo la idea de
que la obra escrita es un acto (.…) el intelectual sustituye al escritor, nace en las
revistas y en los ensayos, una escritura militante enteramente liberada del estilo
(…) El intelectual no es más que un escritor mal transformado (…) estas escrituras
intelectuales son inestables, siguen siendo literarias en la medida en que son impo-
tentes y sólo son políticas por su obsesión de compromiso… toda escritura política
sólo puede confirmar un universo policial, toda escritura intelectual puede instituir
únicamente una para – literatura, que no se atreve a decir su nombre”.42

La escritura marxista es concebida en principio


como un lenguaje del conocimiento y estará
vinculada a la naturaleza, y para Barthes
se vuelve política cuando cada palabra es sólo una
referencia a un conjunto de principios que
no se nombran abiertamente.

“La escritura marxista es otra. Aquí el cerco de la forma no surge de una amplifi-
cación retórica ni del énfasis de la elocución, sino de un léxico tan particular, tan
funcional como un vocabulario técnico;(…) en su origen, la escritura marxista está
dada como un lenguaje del conocimiento; aquí la escritura es unívoca porque está
destinada a mantener la cohesión de una Naturaleza… sólo en los extremos de su
lenguaje el marxismo alcanza comportamientos puramente políticos….la escritura
marxista es litótica, ya que cada palabra es sólo una exigua referencia al conjun-
to de los principios que la soporta sin confesarlo (….) Se puede inventariar una
escritura propiamente marxista (la de Marx y Lenin) y una escritura del stalinismo
triunfante (la de las democracias populares), hay ciertamente también una escritura
trotskista y una escritura táctica, que es por ejemplo, la del comunismo francés…
No hay duda de que cada régimen posee su escritura”.43

40
Dosse, F. (2004) (pp.93) Óp. Cit.
41
Barthes, R (2003) (pp. 27 a 29) Óp. Cit.
42
Ibíd. (pp. 33)
43
Ibíd. (pp. 33)

Nidia C. Abatedaga 149


Tecnicatura en Periodismo

La novela es la expresión característica de la ideología burguesa en su pretensión


de universalidad que se hundió desde mediados del siglo XIX, para dejar lugar a
una pluralidad de escrituras mediante las cuales el escritor toma posiciones en re-
lación con la condición burguesa”.44

“(…) el siglo XVI y el comienzo del XVII muestran una variada abundancia de len-
guajes literarios… la diversidad de “géneros” y el movimiento de estilos dentro del
dogma clásico son datos estéticos, no de estructura; ni uno ni otro deben ilusionar-
nos: se trata de una escritura única, a la vez instrumental y ornamental, de la que
dispuso la sociedad francesa durante el tiempo en que la ideología burguesa se
hizo conquistadora y triunfante”.45

Los mitos en Barthes

Las mitologías, no sólo la escritura, se construyen en función de la sociedad bur-


guesa. Afirma Blanca Muñoz que para este autor la sociedad de consumo no se
refiere tanto al objeto cuanto al discurso sobre tal universo de objetos. Es, por con-
siguiente, una sociedad de enorme y compleja alienación lingüística y discursi-
va. Medios de comunicación de masas, grandes almacenes, transnacionales del
espectáculo y del deporte, artistas, estrellas de la canción, intelectuales de salón,
etc., componen la fauna encargada de modelizar y personalizar las demandas de
la oferta y la demanda del mercado. “Tanto en Mitologías como en El sistema de
la moda, Barthes se interroga sobre el aparato simbólico que sustenta los signos
ideológicos del “imaginario colectivo.” 46

“Estos textos fueron escritos mensualmente durante unos dos años, de 1954 a
1956, al calor de la actualidad… El punto de partida de esta reflexión era, con fre-
cuencia, un sentimiento de impaciencia ante lo “natural” con que la prensa, el arte,
el sentido común, encubren permanentemente una realidad que no por ser la que
vivimos deja de ser absolutamente histórica: en una palabra: sufría al ver confundi-
das constantemente naturaleza e historia en el relato de nuestra actualidad y quería
poner de manifiesto el abuso ideológico que, en mi sentir, se encuentra oculto en la
exposición decorativa de lo evidente – por – sí – mismo.
Desde el principio me pareció que la noción de mito da cuenta de esas falsas evi-
dencias. En ese momento yo entendía la palabra en un sentido tradicional; pero ya
estaba persuadido de algo de lo que he intentado después extraer todas sus conse-
cuencias: el mito es un lenguaje… El mito constituye un sistema de comunicación,
un mensaje. Esto indica que el mito no podría ser un objeto, un concepto o una idea;
se trata de un modo de significación, de una forma… El mito no se define por el ob-
jeto de su mensaje sino por la forma en que se lo profiere: sus límites son formales,
no sustanciales. ¿Entonces, todo puede ser un mito? Si, yo creo que sí, porque el
universo es infinitamente sugestivo. Cada objeto del mundo puede pasar de una
existencia cerrada, muda, a un estado oral, abierto a la apropiación de la sociedad,
pues ninguna ley, natural o no, impide hablar de las cosas.” 47

Retomando conceptos saussureanos, Barthes definirá el mito como un “esquema


tridimensional: el significante, el significado y el signo (…) Lo que constituye el
signo (es decir el total asociativo de un concepto y de una imagen) en el primer
sistema, se vuelve significante en el segundo (…)”.48

44
Dosse, F. (2004) (pp.94 - 95) Óp. Cit.
45
Barthes, R. (2003) (pp.60) Óp. Cit.
46
Muñoz, B. (1989) (pp. 248 – 250) Óp. Cit.
47
Barthes, R. (2003 b) (pp. 8-39) “Mitologías” Ed. Siglo XXI Editores Arg. SA. 1° Ed. Bs. As.
48
Barthes, R. (2003 b). (págs.46-47) Óp. Cit.

150
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Visualice el siguiente esquema tridimensional


del mito…

1. Significante 2. Significado

3. Signo

I. SIGNIFICANTE II SIGNIFICADO

III SIGNO

Como se ve existen en el mito dos sistemas semiológicos de los cuales uno está
desencajado respecto del otro: un sistema lingüístico, la lengua (o los modos de
representación que le son asimilados), que llamaré lenguaje objeto, porque es el
lenguaje del que el mito se toma para construir su propio sistema; y el mito mismo,
que llamaré metalenguaje, porque es una segunda lengua en la cual se habla de
la primera”.49

Si para Lévi-Strauss fueron importantes las miradas estructuralistas sobre los pue-
blos de civilizaciones diferentes a las occidentales, buscando las realidades profun-
das, los sistemas de clasificación de cada grupo social que aparecía como relati-
vamente sencillo por el tamaño pequeño de las comunidades estudiadas, Barthes
se ocupó de buscar las taxonomías profundas de las sociedades postindustriales
masificadas, que muestran una notoria complejidad.

Para Barthes, las categorías subyacentes provienen del universo de los discur-
sos de la producción comercial en la sociedad burguesa. Por este motivo realizará
una aproximación a las “realidades profundas”, significativas de esta sociedad, que
debe interpretarse desde sus complejos tipos de discursos. “La vida social es la
vida de los sistemas de interpretación y representación de signos y símbolos, que
permiten considerar la lógica operante de los modelos de conducta impuestos (…)
La sociedad de consumo es una sociedad significante por naturaleza. Desde la pu-
blicidad, el cine, la fotografía, la prensa y televisión hasta la alimentación o la moda,
se muestra una civilización invadida por categorías simbólicas (…) Con Barthes
se hace evidente que los objetos “mass – mediáticos” significan siempre algo por
debajo del lenguaje”.50

“De este modo, la semiología está quizá destinada a absorberse en una trans-
lingüística, cuya materia será ora el mito, el relato, el artículo periodístico, en una
palabra, todos los conjuntos significantes cuya materia prima es el lenguaje articu-
lado, ora los objetos de nuestra civilización, en la medida en que son hablados (a
través de la prensa, el catálogo, el reportaje, la conversación y quizá el lenguaje
interior mismo, de orden fantasmático). En suma, es necesario admitir desde ahora
la posibilidad de invertir algún día la proposición de Saussure: la lingüística no es
una parte, ni siquiera privilegiada de la ciencia general de los signos, es la semiolo-
gía la que es una parte de la lingüística: precisamente esa parte que se haría cargo
de las grandes unidades significantes del discurso.” 51

49
Ibíd. (pags.46-47).
50
Muñoz, B. (1989) Óp. Cit (pp.238-241)
51
Barthes, R. (2003 b) Óp. Cit. (pp.8).

Nidia C. Abatedaga 151


Tecnicatura en Periodismo

En el artículo “Los elementos de la Semiología”, aparecidos en Communications N° 4


en 1964 Barthes muestra lo que tomó de Saussure y de Hjemslev, para proponer una
ciencia nueva (…) La Semiología debe trazar sus límites; se organizará alrededor del
principio de pertinencia, a saber, el campo de significación de los objetos analizados
en sí mismos, a partir de una situación de inmanencia. La otra orientación de esta
ciencia será su antihistoricismo: “El corpus debe eliminar al máximo los elementos
diacrónicos; debe coincidir con un estado del sistema, una pausa de la historia.” 52

Se puede observar la enorme importancia


que Barthes otorgó a la lingüística y a los
sistemas de significación, con un énfasis
especial en la sincronía por sobre la diacronía
de éstos, elementos que retoma
de Saussure.

Así mismo se puede identificar la aplicación que el autor hace de los conceptos de
denotación y connotación en los sistemas de comunicación de masas, en los que
incluye especialmente a los Medios Masivos:

Los sistemas más interesantes, al menos aquellos que dependen de la sociología


de la comunicación de masas, son sistemas complejos en los que intervienen sus-
tancias diferentes. En el cine, la televisión y la publicidad, los sentidos son tributa-
rios de una suma de imágenes, sonidos y grafismos; es pues prematuro fijar, para
estos sistemas, la clase de los hechos de lengua y la de los hechos de habla, en
primer lugar, mientras no se haya decidido si la “lengua” de cada uno de esos siste-
mas complejos es original o simplemente compuesta por las “lenguas” subsidiarias
que en ella participan, y en segundo lugar, mientras no se hayan analizado estas
lenguas subsidiarias (conocemos la “lengua” lingüística, pero ignoramos la “lengua”
de las imágenes o la de la música. En cuanto a la prensa, que podemos conside-
rar razonablemente como un sistema de significación autónomo, aún cuando nos
limitemos a sus elementos escritos, ignoramos todavía casi todo de un fenómeno
lingüístico que parece desempeñar en este caso un papel fundamental: la conno-
tación, es decir, el desarrollo de un sistema de sentidos secundarios, parásitos, por
así decirlo, de la lengua propiamente dicha (…) ”53

“Los medios de comunicación de masas son medios de connotación, porque la


carga significativa a partir de la que se “habla” posee una fuerte carga de estereoti-
pación y redundancia. La Semiótica de la denotación pertenece al ámbito de los len-
guajes transparentes, como el lenguaje científico o el lógico… La connotación tiene,
sin embargo el carácter de “parásito” y es la estructura profunda de los sistemas de
significación de mensajes y contenidos dirigidos a las masas postindustriales”.54

“En la semiótica connotativa, los significantes del segundo sistema están consti-
tuidos por los signos del primero (…). Cuando el lenguaje articulado, en su estado
denotado, se hace cargo de un sistema de objetos significantes, se erige en me-
talenguaje: tal el caso, por ejemplo, de la revista de modas que “habla” de las sig-
nificaciones del vestido; caso sin embargo ideal, pues la revista no presenta por lo
general un discurso puramente denotado. Tenemos así, (…) un conjunto complejo
en el cual el lenguaje, en su nivel denotado, es metalenguaje, pero donde este me-
talenguaje es a su vez incorporado a un proceso de connotación”.55

52
Dosse, F. (2004) Óp. Cit. (pp. 235- 236)
53
Barthes, R. (1970) (pp.27-28) “La Semiología”. Bs. As. Nueva Visión.
54
Muñoz, B. (1989) Óp. Cit. (pp. 245).
55
Barthes, R. (1970) Óp. Cit. (pp.64).

152
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Significante y significado, lenguaje denotado y


connotado son pares binarios con los que
Barthes dará explicación a otros ámbitos de
significación tan alienados como burgueses
como la moda.

En un texto publicado en Seuil en 1967, Barthes publicará: El sistema de la moda,


obra metodológica que se apoya no en las ropas vestidas, sino habladas, escritas
en revistas de moda. El trabajo esencialmente toma a la moda como un metalen-
guaje, describiendo el paso de la vestimenta real a la vestimenta escrita, pasando
por la vestimenta – imagen, se hace a través de shifters (conectores) que “sirven
para trasponer una estructura en otra, pasar de un código a otro código.”

El autor delimita tres operadores capaces de pasar de un código a otro56:

● El shifter principal que es el “patrón de costura” (los llamados “moldes”


de las revistas de moda).
● El segundo es el “programa de costura” (la explicación que permite
aplicar el molde).
● Y el tercero que “permite pasar de la estructura icónica a la estructura
hablada, de la representación de la ropa a su descripción”.

En el análisis de la moda el autor sugiere como posible una sociología de la Moda


inferida del análisis de la moda escrita: “ya que la moda es totalmente un sistema de
signos, las variaciones del significado retórico corresponden a variaciones de pú-
blico. Al nivel del corpus estudiado, la presencia o la ausencia de retórica de vesti-
menta parece remitir a tipos de revistas diferentes. Una retórica pobre, es decir, una
denotación fuerte, corresponde en principio a un público socialmente más elevado,
al contrario, una retórica fuerte, que desarrolla ampliamente el significado cultural y
caritativo, corresponde a un público más popular. Esa oposición se explica: podría
decirse que cuanto más alto es el nivel de vida, más el vestido propuesto (por es-
crito) tiene posibilidades de ser realizado, y la denotación recobra sus derechos; a
la inversa, si el nivel de vida es más bajo, el vestido es irrealizable, la denotación
resulta inútil, y entonces es necesario compensar su inutilidad por un sistema fuerte
de connotación… la denotación no es la misma; la denotación de las revistas de
lujo implica un vestido rico, de numerosas variaciones, incluso si está descrito con
exactitud, es decir, sin retórica; la denotación de la revista popular es pobre, ya que
habla de un vestido barato que considera realizable: la utopía ocupa – y no de ex-
trañar – una posición intermedia entre la praxis del pobre y la del rico.57”

Como se podrá apreciar, el aporte de Barthes al estructuralismo semiótico fue sus-


tancial, y su trabajo logró no sólo un alto valor académico, sino también una gran
capacidad explicativa, que en la actualidad tiene plena vigencia. Con sus categorías
pueden analizarse con total actualidad, por ejemplo, cualquier caso publicitario que
un Comunicador desee abordar desde una perspectiva de semiótica estructural.

Ahora bien, continúe con la siguiente actividad.

Barthes, R. (1978) (pp.16) El sistema de la moda. Ed. G. Gilli. Barcelona.


56

Croci, P y Vitale, A. (comp.) (2000) (pp.193-194) Los cuerpos dóciles. Hacia un tratado sobre la moda.
57

Ed. la marca. Bs. As.

Nidia C. Abatedaga 153


Tecnicatura en Periodismo

Actividad de Autoevaluación 5

Después de leer la propuesta de Barthes trate de responder:

1) ¿Qué es lo propio de la escritura: el contenido o la forma? ¿Qué diferencias encuentra el


autor en la forma de la “Escritura política”, “intelectual” y “novela”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo define el autor al mito?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué analiza Barthes a través del mito en las sociedades capitalistas?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) Explique la diferencia entre el nivel denotado y el connotado


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Qué análisis realiza el autor sobre la moda escrita?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Transcriba las respuestas a estas preguntas


y envíenlas al Docente Tutor a través de
mensajería interna del aula virtual.

Relectura del marxismo de Louis Althusser:


Ideología y Aparatos Ideológicos del Estado
“Louis Althusser, nacido en 1918 en Argelia, en sus orígenes un católico practicante,
miembro de la Acción Católica, fue hecho prisionero en Alemania entre 1940 y 1945
donde se inicia en el marxismo a instancias de René Michaud, después de lo cual se
volvió ateo y comunista”58 .

El éxito de las obras que van a convertirse en una referencia principal para una gran
cantidad de intelectuales durante los ´60 (La revolución teórica de Marx y Para leer
El Capital, ambos de 1965) debe comprenderse en el contexto teórico y político que
rodeó su publicación.

58
Dosse, F. (2004) Óp. Cit. (pp.331).

154
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Desde marzo de 1965 a febrero de 1966, La Nouvelle Critique es el lugar donde de-
baten intelectuales comunistas sobre las relaciones entre humanismo y marxismo, y
donde comienza a evidenciarse el enfrentamiento entre la tesis de Roger Garaudy,
partidario de un humanismo marxista y las de Althusser, que defiende el antihuma-
nismo teórico.

Hacia 1959 el Partido Comunista Francés (PCF) se encontraba en momentos donde


intentaba establecer una nueva relación con los intelectuales, para salir de la cul-
pabilización por ser comunista tras descubrir los crímenes de Stalin. Así, se abre a
nuevas formas de expresión artística y a las nuevas exigencias teóricas, dando lugar
a que las tesis althusserianas fueran necesarias y bien recibidas. Sin embargo, el
enfrentamiento con Garaudy (que en ese momento era director del Centre d´ étude et
de recherche marxiste del PCF) hizo que sus tesis no fueran adoptadas por el Comité
Central, dándole al marxismo humanista el papel sustancial para el partido, en detri-
mento de lo que consideró un marxismo herético. (Dosse: 2004: 332)

Después de la reunión de filósofos de Choisy en enero de 1966, a la que Althusser


no fue invitado, fue el ámbito donde el descontento que muchos intelectuales del PCF
tenían con Althusser se condensó, se calificó su concepción de ciencia de “anticuada,
ingenua, escolar y mística”, fue aislado del aparato partidario y sus textos fueron reti-
rados de la bibliografía de la escuela central de cuadros59.

Sin embargo este mismo rechazo político – partidario fue lo que catapultó su éxito
entre los intelectuales que defendían un marxismo científico, cartesiano, constituido
por ideas claras, con una perspectiva no política sino epistemológica. Hacer episte-
mología en vez de filosofía permitía afirmar que se hacía ciencia, lo cual profundizaba
aún más la posición cientificista. A la vez se producía el desplazamiento por el cual lo
que se convertía en prioritario para el análisis no era el sujeto, sino el proceso mismo,
del cual el sujeto es un mero agente.

En Para leer El Capital Althusser busca una nueva ciencia a partir de los conceptos
y la lógica implícitos en la obra de Carlos Marx, desde una perspectiva estructuralista
que privilegia la esfera del discurso y la lógica de una totalidad sobre sí misma. La
lectura que practica Althusser es una lectura sintomática (término que toma del psi-
coanálisis lacaniano) que tiende a encontrar el carácter más esencial de lo no visible,
la carencia, la ausencia. El autor distingue dos modos de lectura de los clásicos de la
economía política en Marx.

En primer lugar el discurso del otro, de David Ricardo, Adam Smith:

“En una primera lectura Marx lee el discurso de su predecesor (Smi-


th, por ejemplo) a través de su propio discurso. El resultado de esta
lectura, donde el texto de Smith es visto a través del texto de Marx,
proyectado sobre él como su medida no es más que un resumen
de concordancias y discordancias, el descuento de lo que Smith ha
descubierto y de aquello en lo que ha fallado, de sus méritos y defi-
ciencias, de sus presencias y de sus ausencias. De hecho, ésta es
una lectura teórica retrospectiva, donde lo que Smith no ha podido
ver y comprender aparece solamente como una carencia radical.
Ciertas carencias remiten a otras, y estas últimas a una carencia
primera (…).60 ”

59
Dosse, F. (2004) Óp. Cit. (pp.333-334).
60
Althusser, L. (2000) (pp.23) “Para leer El Capital” 24° Ed. Siglo XXI Ed. España.

Nidia C. Abatedaga 155


Tecnicatura en Periodismo

Tras esta primera aproximación, se perfila


una lectura más esencial de Marx, más
allá de las carencias, lagunas y silencios
identificados; permite a Marx percibir lo
que la economía política clásica
no veía, aún viéndolo.

“(…) La continuidad del discurso de Marx es lo que muestra en el discurso de Smith


lagunas invisibles (para Smith), bajo la aparente continuidad de su discurso… las
ausencias de Smith en sentido propio: él no vio lo que tuvo, sin embargo, ante sus
ojos; no cogió lo que tuvo, sin embargo, al alcance de la mano. “Desaciertos” referidos
todos, más o menos, al “enorme desacierto” de confundir el capital constante con el
capital variable (…) hay en Marx una segunda lectura totalmente diferente,… no
ve sino la existencia combinada de los aciertos y desaciertos en un autor, plantea un
problema, el de su combinación. No ve este problema precisamente porque este
problema es visible sólo en cuanto es invisible, porque este problema concierne a
algo muy diferente a los objetos dados, los que para ser vistos sólo requieren una mi-
rada atenta: una relación invisible necesaria entre el campo de lo visible y el campo de
lo invisible, una relación que define el campo obscuro de lo invisible como un efecto
necesario para la estructura del campo visible”.61

“El texto de Althusser contiene una profunda exigencia de rigor lingüístico, buscan-
do la clave de la problemática en el interior del texto, a la vez que ofrece un método
que, al estilo del análisis freudiano, considera que la realidad esencial es la más
escondida”.62

Otra veta de los aportes de Althusser que se desarrollará brevemente aquí es la


desplegada a partir de su texto Ideología y aparatos ideológicos del Estado. En el
razonamiento que despliega el autor en este texto se encuentran propuestas que
tienden a romper con las explicaciones de causalidad simplistas, provenientes de
las lecturas denominadas “mecanicistas” que otros autores hicieron de la categoría
“modo de producción” en Marx.

Recordemos que el origen del debate acerca de cómo explicar la relación entre los
dos aspectos que componen el modo de producción (la estructura económica y la
superestructura ideológica) fue motivado centralmente por un párrafo escrito por
Marx y Engels en La ideología alemana, donde se afirmaba que: “En la producción
social de su existencia, los hombres establecen determinadas relaciones, necesa-
rias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden
a un determinado estadio evolutivo de sus fuerzas productivas materiales. La to-
talidad de esas relaciones de producción constituye la estructura económica de la
sociedad, la base real sobre la cual se alza un edificio (Uberbau) jurídico y político,
y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de
producción de la vida material determina (bedingen) el proceso social, político e
intelectual de la vida en general”.63

“Este fragmento permitió que se hicieran interpretaciones de esta relación como


si fuera causal, propia de un materialismo mecanicista, tomando a la base como
la causa mecánica de los fenómenos superestructurales. Pero esta lectura deter-
minista, economicista y reduccionista, se ve fuertemente relativizada si se toma en
cuenta las siguientes consideraciones realizadas por Engels64 ”.

61
Ibíd. (pp.24-25).
62
Dosse, F. (2004) (pp.238) Óp. Cit.
63
Marx, Karl- Engels, Friedrich (1985) “La ideología alemana”. Ediciones Pueblo Unidos-Editorial Car-
tago. Buenos Aires.
64
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) “La Teoría Social de Karl Marx” en Von Sprecher (coord.) Teorías
Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.

156
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

“(...) Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia


determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Marx ni
yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el
factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase
vacua, abstracta, absurda. La situación económica es la base, pero los diversos
factores de la superestructura que sobre ella se levanta –las formas políticas de la
lucha de clases y sus resultados, las Constituciones que, después de ganada una
batalla redacta la clase dominante, etc.; las formas jurídicas, e incluso los reflejos
de todas estas luchas reales en el cerebro de los participantes, las teorías políticas,
jurídicas, filosóficas, las ideas religiosas y el desarrollo ulterior de éstas hasta con-
vertirlas en un sistema de dogmas- ejercen también su influencia sobre el curso de
las luchas históricas y determinan predominantemente en muchos casos su forma.
Es un juego mutuo de acciones y reacciones entre todos estos factores, en el que
a través de toda la muchedumbre infinita de casualidades..., acaba imponiéndose
como necesidad el movimiento económico”.65

Es aquí entonces, donde se inscribe el análisis


de Althusser, en el debate acerca de cómo se
produce la determinación entre
ambas esferas.

Su aporte se direcciona a recuperar la idea de totalidad que Marx habría toma-


do de Hegel y que a la vez habría discutido:

“Ya hemos tenido ocasión de insistir sobre el carácter revolucionario de la concep-


ción marxista de “totalidad social” en lo que la distingue de la “totalidad” hegeliana.
Hemos dicho… que según Marx la estructura de toda sociedad está constituida por
“niveles” o “instancias” articuladas por una determinación específica: la infraestruc-
tura o base económica (”unidad” de fuerzas productivas y relaciones de produc-
ción), y la superestructura, que comprende dos “niveles” o “instancias”: la jurídico
– política (el derecho y el Estado) y la ideológica (las distintas ideologías, religiosa,
moral, jurídica, política, etc.)
Además de su interés teórico – pedagógico (consistente en hacer notar la diferencia
que separa a Marx de Hegel), esta representación ofrece una fundamental ventaja
teórica: permite inscribir en el dispositivo teórico de sus conceptos esenciales lo
que nosotros hemos llamado su índice de eficacia respectivo.66 ”

Además de justificar la importancia de la estructura, aludiendo al carácter metafó-


rico de la figura base / superestructura, que hace ver: “Que los pisos superiores no
podrían “sostenerse” (en el aire) por sí solos si no se apoyaran precisamente sobre
su base” enfatiza en que hay una “determinación en última instancia”,67 recuperada
de Marx y sobre alude a que haya una única dirección determinante desde la base
económica hacia la superestructura ideológica, dejando así abierta la posibilidad de
explicar cómo entiende el autor las determinaciones mutuas entre ambas partes de
la metáfora. Esto le permite explicar qué es el índice de eficacia.

Se puede decir que los pisos de la superestructura no son determinantes en última


instancia sino que son determinados por la eficacia básica; que si son determinantes
a su manera (no definida aún), lo son en tanto están determinados por su base.

65
Carta de Engels a Bloch, Londres, 21-22 de setiembre de 1890. En: Marx-Engels: Obras escogidas.
(Marx, Karl-Engels, Friedrich: Obras escogidas. 1957. Editorial Cartago. Buenos Aires.
66
Althusser, L. (2005) (pp.16) “Ideología y aparatos ideológicos del Estado”. Ed. Nueva Visión. Bs. As.
67
Esta frase se encuentra en página 17 del texto de Althusser, pero pertenece a La Ideología Alemana
Marx y Engels. No está citada en su texto pero se ha vuelto sumamente conocida porque los debates
alrededor del mecanicismo marxista hizo que numerosos autores la citaran.

Nidia C. Abatedaga 157


Tecnicatura en Periodismo

Su índice de eficacia (o de determinación), en tanto ésta se halla determinada por la


determinación en última instancia de la base, es pensando en la tradición marxista
bajo dos formas:

● Existe una “autonomía relativa” de la superestructura con respecto a la


base.
● Existe una “reacción” de la superestructura sobre la base.

“Podemos decir entonces que la gran ventaja teórica de la tópica marxista, y por lo
tanto de la metáfora espacial del edificio (base y superestructura), consiste a la vez
en hacer ver que las cuestiones de determinación (o índice de eficacia) son funda-
mentales, y en hacer ver que es la base lo que determina en última instancia todo
el edificio; por lógica consecuencia, obliga a plantear el problema teórico del tipo de
eficacia “derivada” propio de la superestructura, es decir, obliga a pensar en lo que
la tradición marxista designa con los términos conjuntos de autonomía relativa de la
superestructura y reacción de la superestructura sobre la base”68 .

Retomando esta discusión, y sobre la base de la distinción marxista (expre-


samente afirma que69:

“Es suficiente ubicarse en el punto de vista de la reproducción para que se aclaren


muchas cuestiones. Sostenemos como tesis fundamental que sólo es posible plan-
tear estas cuestiones (y por lo tanto responderlas) desde el punto de vista de la
reproducción.” 70

El planteo anterior le permite al autor entrar en una descripción metódica de cómo


los procesos de producción de una determinada formación social (el equivalente
del “modo de producción” para Marx necesitan a la vez que producir, reproducir las
propias condiciones para que la forma de producción capitalista continúe siendo
posible.

“Para simplificar nuestra exposición, y considerando que toda formación social de-
pende de un modo de producción dominante, podemos decir que el proceso de pro-
ducción emplea las fuerzas productivas existentes en y bajo condiciones definidas”.

De donde resulta que, para existir, toda formación


social, al mismo tiempo que producir y para
poder producir, debe reproducir las
condiciones de su producción.

Debe pues reproducir:

1) Las fuerzas productivas


2) Las relaciones de producción existentes.

68
Óp. Cit. (2005) (pp.17-18) “Ideología y aparatos ideológicos del Estado”. Ed. Nueva Visión. Bs. As.
69
Althusser, L. (2005) (pág. 10) Óp. Cit.
70
Ibíd. (pp. 18).

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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Reproducción de las Fuerzas Productivas

Para continuar se recomienda revisar los


conceptos de Carlos Marx desarrollados en
la Unidad anterior, debido a que Althusser retoma
los componentes de la estructura económica
tal como los desarrolló aquel autor.

Así, Althusser comenzará analizando la reproducción de fuerzas productivas, sepa-


rando la reproducción de los medios de producción y la reproducción de la fuerza de
trabajo. Recordemos también que dentro de la categoría “medios de producción” se
deben incluir tanto las herramientas y máquinas necesarias para realizar el trabajo,
como las condiciones materiales más generales (el edificio donde se desarrolla la
producción). De la reproducción de estos medios de producción Althusser afirmará
que no pueden explicarse por el propio proceso de producción que se da, por ejem-
plo, dentro de una fábrica, sino fuera de ella: las materias primas que se utilizan en
la fábrica se producen en otro proceso productivo, igual que las máquinas y herra-
mientas son resultado de otras fábricas.

“Salta a la vista – y el genio de Marx que lo resolvió – que la reproducción de las


condiciones materiales de la producción no puede ser pensada a nivel de la empre-
sa pues no es allí donde se da en sus condiciones reales. Lo que sucede en el nivel
de la empresa es un efecto, que sólo da la idea de la necesidad de la reproducción,
pero que no permite en absoluto pensar las condiciones y los mecanismos de la
misma (…) Para pensar este mecanismo que desemboca en una especie de “hilo
sin fin” es necesario seguir la trayectoria “global” de Marx, y estudiar especialmente
en los tomos II y III de El Capital, las relaciones de circulación del capital entre el
Sector I (producción de los medios de producción) y el Sector II (producción de los
medios de consumo), y la realización de la plusvalía”.71

Por el lado de la reproducción de la fuerza de trabajo, Althusser propone un razo-


namiento similar, ya que su reproducción para entrar en el proceso productivo se
realiza también fuera de la fábrica:

“¿Cómo se asegura la reproducción de la fuerza de trabajo? Dándole a la fuerza de


trabajo el medio material para que se reproduzca, el salario. El salario figura en la
contabilidad de la empresa, pero no como condición de la reproducción material de
la fuerza de trabajo, sino como capital mano de obra (Marx ha dado el concepto
científico: el capital variable) (…) el salario representa solamente la parte del valor
producido (…) indispensable para reconstituir la fuerza de trabajo del asalariado
(para vivienda, vestimenta y alimentación, en suma, para que esté en condiciones
de volver a presentarse a la mañana siguiente – y todas las santas mañanas – a la
entrada de la empresa) y agreguemos: indispensable para criar y educar a los niños
en que el proletario se reproduce como fuerza de trabajo (…).
El desarrollo de las fuerzas productivas y el tipo de unidad históricamente consti-
tutivo de esas fuerzas productivas en un momento dado determinan que la fuerza
de trabajo debe ser (diversamente) calificada y por lo tanto reproducida como tal.
Diversamente, o sea, según las exigencias de la división social – técnica del trabajo
en sus distintos puestos y empleos”.72

71
Althusser, L. (2005) (pág. 12) Óp. Cit.
72
Ibíd. (pp. 13).

Nidia C. Abatedaga 159


Tecnicatura en Periodismo

Avanzar en el aspecto relacionado con la calificación le permite a Althusser profun-


dizar en los mecanismos que el capitalismo asegura para la reproducción de esa
calificación necesaria para que el obrero trabaje. Si lo pensamos en nuestro actual
contexto productivo podremos observar de qué manera han ido paulatinamente
incrementándose las exigencias de calificación para ocupar puestos de trabajo: a
muchos trabajadores se les exige conocer el manejo de computadoras, cada vez
más a un periodista necesita un título, cuando hace unas décadas era considerado
un “oficio” que se aprende con el “hacer” etc.

Althusser comenzará preguntándose cómo se reproduce esta calificación de la


fuerza de trabajo en el régimen capitalista, y su respuesta nuevamente apuntará
no a la formación que un trabajador reciba en el lugar de trabajo (como el oficio del
periodista), sino también fuera del proceso productivo, en el sistema educativo y
otras instancias institucionales que provee el capitalismo. Este, además, no provee
sólo conocimientos específicos en relación con las destrezas necesarias para la
producción, sino también reproducir la sumisión a las reglas del orden establecido:

“¿Qué se aprende en la escuela? Es posible llegar hasta un punto más o menos


avanzado de los estudios, pero de todas maneras se aprende a leer, escribir y con-
tar, o sea algunas técnicas, y también otras cosas, incluso elementos (que pueden
ser rudimentarios o por el contrario profundizados) de cultura científica o literaria,
utilizables directamente en los distintos puestos de la producción (una instrucción
para los obreros, una para los técnicos, una tercera para los ingenieros, otra para
los cuadros superiores, etc.) (…).
Pero al mismo tiempo, y junto con esas técnicas y conocimientos, en la escuela se
aprenden las reglas del buen uso, es decir de las conveniencias que debe observar
todo agente de la división del trabajo, según el puesto que está destinado a ocu-
par: reglas de moral y de conciencia cívica y profesional, lo que significa en realidad
reglas del respeto a la división social – técnica del trabajo y, en definitiva, reglas del
orden establecido por la dominación de clase. Se aprende también a “hablar bien
el idioma”, a “redactar” bien, lo que de hecho significa (para los futuros capitalistas
y sus servidores) saber “dar órdenes”, es decir (solución ideal), “saber dirigirse” a
los obreros, etcétera.
(…) Es decir una reproducción de su sumisión a la ideología dominante por parte
de los obreros y una reproducción de la capacidad del buen manejo de la ideo-
logía dominante por parte de los agentes de la explotación y la represión, a fin
de que aseguren también “por la palabra” el predominio de la clase dominante.
Todos los agentes de la producción, la explotación y la represión, sin hablar de los
profesionales de la ideología (Marx) deben estar compenetrados en tal o cual
carácter con esta ideología para cumplir concienzudamente con sus tareas, sea de
explotados (los proletarios), de explotadores (los capitalistas), de auxiliares de la
explotación (los cuadros), de grandes sacerdotes de la ideología dominante (sus
“funcionarios”) etc.73 ”.

“La reproducción de la calificación de la fuerza de trabajo se asegura en y bajo las


formas de sometimiento ideológico, con lo que reconocemos la presencia eficaz
de una nueva realidad: la ideología”.

De este modo Althusser incorpora la noción de ideología, que desarrollará más


adelante con detalle, pero que es esencial en la discusión sobre las formas de mu-
tua determinación que existen entre la estructura y la superestructura.

73
Althusser, L. (2005) (pág. 18) Óp. Cit.

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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Antes de pasar a desarrollar lo que puntualmente refiere a la ideología, el autor rea-


lizará un importante aporte a la profundización de los aspectos superestructurales
del modo de producción. Recordemos que en la superestructura Marx definió como
sus componentes el Estado y las formas de conciencia social o ideología. Althusser
comenzará recuperando lo que el propio Marx y Lenin afirmaron sobre el Estado en
diferentes escritos:

“La tradición marxista es formal: desde el Manifiesto y el 18 Brumario (y en todos


los textos clásicos posteriores, ante todo el de Marx sobre La comuna de París y el
de Lenin sobre El Estado y la Revolución) el Estado es concebido explícitamente
como aparato represivo. El Estado es una “máquina” de represión que permite a las
clases dominantes (en el siglo XIX a la clase burguesa y a la “clase” de los grandes
terratenientes) asegurar su dominación sobre la clase obrera para someterla al pro-
ceso de extorsión de la plusvalía (es decir, la explotación capitalista)” 74.

Para este autor, cuando se habla de Estado, debe incluirse como parte de él:

“… el aparato especializado (en sentido estricto), cuya existencia


y necesidad conocemos a partir de las exigencias de la práctica ju-
rídica, a saber la policía – los tribunales – y las prisiones, sino tam-
bién el ejército, que interviene directamente como fuerza represiva
de apoyo (el proletariado ha pagado con su sangre esta experien-
cia) cuando la policía y sus cuerpos auxiliares son “desbordados
por los acontecimientos”, y, por encima de este conjunto, al Jefe
de Estado, al Gobierno y la administración75 .”

También Althusser distingue entre “aparato del Estado” y “poder del Estado”76 :

1. El primero puede mantenerse o no modificarse, puede seguir en pie bajo


acontecimientos políticos que afecten a la posesión del poder de Estado,
ya sea la conservación del poder de Estado o la toma del poder de Esta-
do, objetivo de la lucha política de clases. Este autor continúa con la pers-
pectiva de Marx, respecto de que el cambio social debe ser visto como un
cambio revolucionario.

2. “Se puede decir que esta distinción entre poder de Estado y aparato de
Estado forma parte, de manera explícita, de la “teoría marxista” del Es-
tado (…). Para resumir este aspecto de la “teoría marxista del Estado”,
podemos decir que los clásicos del marxismo siempre han afirmado que:

● El Estado es el aparato represivo de Estado;


● Se debe distinguir entre el poder de Estado y el aparato de Estado;
● El objetivo de la lucha de clases concierne al poder de Estado y, en
consecuencia, a la utilización del aparato de Estado por las clases (o
alianza de clases o fracciones de clases) que tienen el poder de Esta-
do en función de sus objetivos de clase.

74
Ibíd. (pp. 19).
75
Ibíd. (pp. 19).
76
Ibíd. (pp. 22-23).

Nidia C. Abatedaga 161


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● El proletariado debe tomar el poder de Estado para destruir el aparato


burgués existente, reemplazarlo en una primera etapa por un aparato
de Estado completamente diferente, proletario, y elaborar en las eta-
pas posteriores un proceso radical, el de la destrucción del Estado (fin
del poder de Estado y de todo aparato de Estado).

Hasta aquí Althusser hace una revisión sobre lo estudiado, adoptando una posición
más bien ortodoxa del Estado, y precisando en la distinción arriba comentada. Pero
además, estas precisiones le sirven para realizar un aporte sustantivo a la teoría:
la idea de “Aparatos Ideológicos de Estado” (AIE), en tanto “… otra realidad que
se manifiesta junto al aparato (represivo) de Estado, pero que no se confunde con
él” por oposición al “Aparato de Estado” (AE) o “Aparato represivo de Estado” que
funciona mediante la violencia o lo que es lo mismo, la represión material o sim-
bólica “… por lo menos en situaciones límite (pues la represión administrativa, por
ejemplo, puede revestir formas no físicas)”.77

¿Qué son los aparatos ideológicos


de Estado?

Designamos con el nombre de aparatos ideológicos de Estado cierto número de


realidades que se presentan al observador inmediato bajo la forma de institucio-
nes distintas y especializadas. Proponemos una lista empírica de ellas, que exigirá
naturalmente que sea examinada en detalle, puesta a prueba, rectificada y reor-
denada.

Podemos por el momento considerar como


aparatos ideológicos del Estado las
siguientes instituciones…

● AIE religiosos (el sistema de las distintas Iglesias).


● AIE escolar (el sistema de las distintas “Escuelas”, públicas y privadas).
● AIE familiar (la familia cumple, evidentemente, otras funciones que la de
un AIE).
● AIE jurídico (“Derecho” pertenece a la vez al aparato (represivo) de Esta-
do y al sistema.
● AIE política (el sistema político del cual forman parte los distintos partidos.
● AIE sindical.
● AIE de información (prensa, radio, TV, etc.)
● AIE cultural (literatura, artes, deportes, etc.).78 ”

A renglón seguido el autor también realiza una pormenorizada caracterización que


permite identificar lo que tienen en común de aquello que diferencia AE y AIE:

En relación a la cantidad:

77
Althusser, L. (2005) (pp. 22-23) Óp. Cit
78
Ibíd. (pp. 24-25).

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Unidad 3

“(…) podemos observar que si existe un “aparato (represivo) de


Estado, existe una pluralidad de aparatos ideológicos de Estado.
Suponiendo que ella exista, la unidad que constituye esta plurali-
dad de AIE en un cuerpo no es visible inmediatamente”.

En referencia a la esfera social de pertenencia:

“(…) podemos comprobar que mientras que el aparato (represivo)


de Estado (unificado) pertenece enteramente al dominio público,
la mayor parte de los aparatos ideológicos de Estado (en su apa-
rente dispersión) provienen en cambio del dominio privado. Son
privadas las Iglesias, los partidos, los sindicatos, las familias, al-
gunas escuelas, la mayoría de los diarios, las instituciones cultu-
rales, etc.”79

Respecto del uso de la violencia y de la ideología:

“(…) todo aparato de Estado, sea represivo o ideológico, “fun-


ciona” a la vez mediante la violencia y la ideología, pero con una
diferencia muy importante que impide confundirlos… el aparato
(represivo) de Estado, por su cuenta, funciona masivamente con
la represión (incluso fiscal), como forma predominante, y sólo se-
cundariamente con la ideología. (No existen aparatos puramente
represivos). Ejemplos: el ejército y la policía utilizan también la
ideología, tanto para asegurar su propia cohesión y reproducción,
como por los “valores” que ambos proponen hacia fuera. De la
misma manera, pero a la inversa, se debe decir que, por su propia
cuenta, los aparatos ideológicos de Estado funcionan masivamen-
te con la ideología como forma predominante pero utilizan secun-
dariamente, y en situaciones límites, una represión muy atenua-
da, disimulada, es decir, simbólica (No existe aparato puramente
ideológico). Así la escuela y las iglesias “adiestran” con métodos
apropiados (sanciones, exclusiones, selección, etc.) no sólo a sus
oficiantes sino a su grey. También la familia… También el aparato
ideológico de Estado cultural (la censura, por mencionar sólo una
forma), etc.80 ”

Pensemos, por ejemplo, en las sanciones que impuso la cúpula eclesiástica de Córdoba
Ej. durante el mes de junio de 2010, cuando en momentos en que se debatía en la legislatura de
esa provincia el proyecto de Ley que habilita el matrimonio entre personas del mismo sexo,
el sacerdote Allesio declaró por los Medios televisivos su apoyo a que esa ley se apruebe.
Como medida sancionatoria se aplicó un apercibimiento que mostraba, también públicamen-
te, tanto el poder de la jerarquía eclesiástica, como su capacidad para reprimir a quienes,
dentro de su ámbito, se expresen de modo contrario a la posición ideológica dominante que
sostiene.

79
Althusser, L. (2005) (pp. 25) Óp. Cit.
80
Ibíd. (pp. 27).

Nidia C. Abatedaga 163


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Es importante aquí destacar el funcionamiento ideológico de los Medios Masivos


de Difusión, incluidos por el autor como AIE cuya principal “materia prima” es la
ideología, y que tiene como una de sus funciones colocar en el espacio público
temáticas, opinar sobre ellas y conducir a la opinión pública en determinada direc-
ción. Es también significativo resaltar la idea que Althusser propone en referencia a
la lucha de clases, porque los AIE, igual que el aparato ideológico de Estado, en la
perspectiva del autor, se encuentran en el capitalismo en manos de la clase domi-
nante, por lo que se deduce que la ideología que manejan los medios es la ideología
de la clase dominante.

Para este punto, Althusser toma de Gramsci81 la idea de que: “La distinción entre
lo público y lo privado es una distinción interna del derecho burgués, válida en
los dominios (subordinados) donde el derecho burgués ejerce sus “poderes”(…)
el Estado, que es el Estado de la clase dominante,(…) ¿Sería útil mencionar que
esta determinación del doble “funcionamiento” (de modo predominante, de modo
secundario) con la represión y la ideología según se trate del aparato (represivo) de
Estado y la de los aparatos ideológicos de Estado?... [la observación] nos encami-
na hacia la comprensión de lo que constituye la unidad del cuerpo, aparentemente
dispar, de los AIE. Si los AIE “funcionan” masivamente con la ideología en forma
predominante, lo que unifica su diversidad es ese mismo funcionamiento, en la me-
dida en que la ideología con la que funcionan, en realidad está siempre unificada,
a pesar de su diversidad y sus contradicciones, bajo la ideología dominante, que
es la de la “clase dominante. Si aceptamos que, en principio, la “clase dominante”
tiene el poder del Estado (en forma total o, lo más común, por medio de alianzas
de clases o de fracciones de clases) y dispone por lo tanto del aparato (represivo)
de Estado, podemos admitir que la misma clase dominante sea parte activa de los
aparatos ideológicos de Estado… Porque sabemos que ninguna clase puede tener
en sus manos el poder de Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su
hegemonía sobre y en los aparatos ideológicos de Estado.” 82

Reproducción de las Relaciones de Producción

“Recordemos que la estructura económica de todo modo de producción se com-


pone de fuerzas productivas (desarrollé arriba la propuesta de Althusser referida a
ellas) y de relaciones de producción, que básicamente son las relaciones que los
hombres establecen entre sí para producir: la relación de propiedad, la división del
trabajo, la cooperación y la técnica”.83

Sin embargo Althusser no se encargará de desarrollar lo que ya Marx había analiza-


do pormenorizadamente, sino que se pregunta: “¿cómo se asegura la reproducción
de las relaciones de producción? Y responderá no tomando el aspecto económico
del modo de producción sino analizando los aspectos superestructurales: “diremos:
está asegurada, en gran parte, por el ejercicio del poder de Estado en los aparatos
de Estado, por un lado, el aparato (represivo) de Estado, y por el otro los aparatos
ideológicos de Estado (...). El rol del aparato represivo de Estado consiste esencial-
mente, en tanto aparato represivo, en asegurar por la fuerza (sea o no física) las
condiciones políticas de reproducción de las relaciones de producción que son, en

81
No se justifica aquí explayarse en los aportes de este autor, por la escasa referencia que Althusser
realiza de él. De todas maneras, el lector podrá consultar la Unidad 4, donde se realizará una descrip-
ción pormenorizada para tener una comprensión acabada de la perspectiva gramsciana.
82
Althusser, L. (2005) (pp 27a 29) Óp. Cit.
83
Nuevamente remitimos aquí al lector a revisar los contenidos sobre Marx desarrollados en Unidad 2.

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Unidad 3

última instancia, relaciones de explotación. El aparato de Estado no solamente


contribuye en gran medida a su propia reproducción (existen en el Estado capi-
talista dinastías de hombres políticos, dinastías de militares, etc.) sino también, y
sobre todo, asegura mediante la represión (desde la fuerza física más brutal hasta
las más simples ordenanzas y prohibiciones administrativas, la censura abierta o
tácita, etc.) las condiciones políticas de actuación de los aparatos ideológicos de
Estado”.84

Podemos aquí pensar en el llamado que el Estado realiza a “Conciliación obliga-


toria” cuando los trabajadores están presionando al empresario por incremento de
salarios u otros reclamos, como muchas veces sucede entre F.E.T.A.P. (Federación
de Empresarios del Transporte Automotor de Pasajeros) y U.T.A. (Unión Tranvia-
rios Automotor), por lo que los choferes de ómnibus deben dejar de hacer paro
para llegar a un acuerdo con los empresarios. De todas maneras, no se discute la
propia relación de propiedad que hace que unos sean trabajadores por un salario y
los otros empresarios, (por ejemplo no se discute si formar una cooperativa donde
todos sean socios) sino que a la vez que el Estado oficia de árbitro del conflicto,
garantiza que los trabajadores sigan siendo obreros y los empresarios propietarios
de los medios de producción. También suelen colaborar los Medios Masivos, ha-
ciendo afirmaciones públicas sobre el conflicto, en la misma dirección ideológica del
Estado, o lo que es lo mismo, de la clase dominante.

En palabras de Althusser: “A través de la ideología dominante se asegura la “armo-


nía” (a veces estridente) entre el aparato represivo de Estado y los aparatos ideo-
lógicos de Estado y entre los diferentes aparatos ideológicos de Estado. (…) Por
esto nos creemos autorizados para ofrecer la tesis siguiente, con todos los riesgos
que implica”.85

El autor insistirá en la acción de dominación coordinada que ejercen, cada AIE des-
de su especificidad, hacia la consolidación de la ideología dominante. Es de des-
tacar lo que afirma de la acción de los AIE de Información, los Medios Masivos de
Difusión y de actividades culturales y deportivas, utilizadas con fines de distracción
de los asuntos que deberían preocupar a los miembros de una sociedad.

“Todos los aparatos ideológicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo
resultado: la reproducción de las relaciones de producción. (…) Cada uno de ellos
concurre a ese resultado único de la manera que le es propia: el aparato político
sometiendo a los individuos a la ideología política de Estado, la ideología “demo-
crática”, “indirecta” (parlamentaria) o “directa” (plebiscitaria o fascista); el aparato
de información atiborrando a todos lo “ciudadanos” mediante la prensa, la radio, la
televisión, con dosis diarias de nacionalismo, chauvinismo, liberalismo, moralismo,
etcétera. Lo mismo sucede con el aparato cultural (el rol de los deportes es de pri-
mer orden en el chauvinismo.”86

Resulta muy oportuno hacer una breve referencia a la actividad mediática destina-
da a difundir abrumadoramente las instancias de mundiales de fútbol, por ejemplo,
insistiendo en otros valores no estrictamente deportivos: sentimientos de nacio-
nalidad, puesta en juego de valores de “argentinidad” o disfrazando “revanchas
políticas” con “revanchas deportivas” que exaltan sentimientos de enemistad con
equipos deportivos tomados como clásicos rivales del futbol, pero agregándoles
otros sentimientos vinculados a lo nacional. Todo ello sucede mientras se ocultan
problemas sustantivos para una parte mayoritaria de la sociedad, como la desnutri-
ción y muerte infantil, los altos índices de desocupación, etc.

84
Ibíd. (pp. 30-31).
85
Althusser, L. (2005) (pp. 33) Óp. Cit.
86
Ibíd. (pp. 35).

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Althusser hace especial referencia a la


importancia de la educación, como el AIE
fundamental en el sistema capitalista.

“Pensamos que el aparato ideológico de Estado que ha sido colocado en posición


dominante en las formaciones capitalistas maduras, como resultado de una violenta
lucha de clase política e ideológica contra el antiguo aparato ideológico de Estado
dominante, es decir, la iglesia, es el aparato ideológico escolar (…) Toma a su cargo
a los niños de todas las clases sociales desde el jardín de infantes,… les inculca
– con nuevos y viejos métodos, durante muchos años, precisamente aquellos en
los que el niño, atrapado en el aparato de Estado – escuela, es más vulnerable –
“habilidades” recubiertas por la ideología dominante (el idioma, el cálculo, la historia
natural, las ciencias, la literatura) o, más directamente, la ideología dominante en
estado puro (moral, instrucción cívica, filosofía).

Hacia el sexto año, una gran masa de niños cae “en la producción”: son los obre-
ros a los pequeños campesinos. Otra parte de la juventud escolarizable continúa:
bien que mas se encamina y termina por cubrir puestos de pequeños y medianos
cuadros, empleados, funcionarios, pequeños y medianos, pequeño – burgueses de
todo tipo.

Una última parte llega a la meta, ya sea para caer en la semidesocupación intelectual,
ya para proporcionar, además de los “intelectuales del trabajador colectivo”, los agen-
tes de la explotación (capitalistas, empresarios, los agentes de la represión militar
(militares, policías, políticos, administradores, etc.) y los profesionales de la ideología
(sacerdotes de todo tipo, la mayoría de los cuales son “laicos” convencidos).

Cada grupo está prácticamente provisto de la ideología que conviene al rol que
debe cumplir en la sociedad de clases: rol de explotado (con “conciencia profesio-
nal”, “moral”, “cívica”, “nacional”, y apolítica altamente “desarrollada”); rol de agente
de explotación (saber mandar y hablar a los obreros: las “relaciones humanas”); de
agentes de represión (saber mandar y hacerse obedecer “sin discutir” o saber ma-
nejar la demagogia de la retórica de los dirigentes políticos), o de profesionales de
la ideología que saben tratar a las conciencias con respeto, es decir el desprecio, el
chantaje, la demagogia convenientes adaptados a los acentos de la Moral, la Virtud,
la “Trascendencia”, la Nación,… Por supuesto, muchas de esas virtudes contrasta-
das (modestia, resignación, sumisión por una parte, y por otra cinismo, desprecio,
altivez, seguridad, grandeza, incluso bien decir y habilidad) se enseñan también en
la familia, la iglesia, el ejército, en los buenos libros, en los filmes, y hasta en los
estadios. Pero ningún aparato ideológico de Estado dispone durante tantos años de
la audiencia obligatoria (y por si fuera poco, gratuita…), 5 a 6 días sobre 7 a razón
de 8 horas diarias, de formación social capitalista”.87

Esto es entendido por Althusser como la parte


sustancial de la reproducción de las relaciones
de producción de la formación social
(modo de producción para Marx) y sobre todo
de las relaciones de explotación.

“Naturalmente, los mecanismos que producen este resultado vital para el régimen
capitalista están recubiertos y disimulados por una ideología de la escuela universal-
mente reinante, pues ésta es una de las formas esenciales de la ideología burguesa

87
Althusser, L. (2005) (pp. 36-37) Óp. Cit.

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Unidad 3

dominante: una ideología que representa a las escuela como un medio neutro, des-
provisto de ideología (puesto que es (…) laico), en el que maestros respetuosos de
la “conciencia” y la “libertad” de los niños que les son confiados (con toda confianza)
por sus “padres” (que también son libres, es decir propietarios de sus hijos), los en-
caminan hacia la libertad, la moralidad y la responsabilidad de adultos mediante su
propio ejemplo, los conocimientos, la literatura y sus virtudes “liberadoras.

Pido perdón por esto a los maestros que, en condiciones espantosas, intentan vol-
ver contra la ideología, contra el sistema y contra las prácticas de que son prisione-
ros, las pocas armas que puede hallar en la historia y el saber que ellos “enseñan”.
Son una especie de héroes. Pero no abundan, y muchos (la mayoría) no tienen
siquiera la más remota sospecha del “trabajo” que el sistema (que los rebasa y
aplasta) les obliga a realizar y, peor aún, ponen todo su empeño e ingenio para
cumplir con la última directiva. Están lejos de imaginárselo que contribuyen con su
devoción a mantener y alimentar esta representación ideológica de la escuela, que
la hace “natural” e indispensable, y hasta bienhechora, a los ojos de nuestros con-
temporáneos como la iglesia era “natural”, indispensable y generosa para nuestros
antepasados hace algunos siglos”.88

Ahora bien, avancemos hacia la


noción de Ideología.

Acerca de la Ideología

Un concepto crucial para Althusser es el de ideología, no sólo porque explica des-


de ella el funcionamiento de la estructura económica, basado en similitudes con el
inconsciente freudiano sino porque muestra con ella en toda su plenitud el carácter
estructuralista de su propuesta.

Por otro lado, se advierte una continuidad con el propósito de otorgar cientificidad
a los análisis, en este caso, a la noción de ideología, más precisamente el proyecto
de una “teoría de la ideología en general y no de una teoría de las ideologías parti-
culares, que siempre expresan posiciones de clase”.89

Es indispensable retener y enfatizar en una distinción que será la que guíe todo
el razonamiento del autor, debido a que no es lo mismo para Althusser “Ideolo-
gía” (en general, sin “s” final, en singular) que “Ideologías” (particulares, con “s”
final, en plural). Va a afirmar que proponer una teoría de las Ideologías implica
estudiar las formaciones sociales, los modos de producción y las luchas de clase
en un determinado periodo, porque son el producto de las relaciones económicas,
son particulares y de clase. Esta determinación hace que no pueda elaborarse una
“Teoría de las Ideologías” que sea general. En cambio sí ve factible una Teoría de
la Ideología en general.

Para fundamentar su propuesta, Althusser va a analizar lo que Marx consideraba


como Ideología (en singular): “En la Ideología alemana esta fórmula aparece en un
contexto claramente positivista. La ideología es concebida como pura ilusión, puro
sueño… es pensada por lo tanto como una construcción imaginaria cuyo estatuto
es exactamente similar al estatuto teórico del sueño (…) La ideología es pues para
Marx un bricolage imaginario, un puro sueño, vacío y vano, constituido con los
“residuos diurnos” de la única realidad plena y positiva, la de la historia concreta

88
Ibíd. (pp. 38).
89
Ibíd. (pp. 39).

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de individuos concretos, materiales, que producen materialmente su existencia. En


este sentido, en la Ideología Alemana la ideología no tiene historia; su historia está
fuera de ella, allí donde existe la única historia existente, la de los individuos con-
cretos90 ”.

Althusser afirmará que esta afirmación de Marx (que la ideología no tiene historia)
es una afirmación en sentido negativo, debido a que no tiene historia porque la
historia se encuentra fuera de ella), a lo que contrapone un sentido positivo: “Si
realmente es propio de la ideología el estar dotada de una estructura y un funciona-
miento tales que la constituyen en una realidad no-histórica, es decir, omnihistórica,
en el sentido en que esa estructura y ese funcionamiento, bajo una misma forma,
inmutable, está presente en lo que se llama la historia toda… nuestra proposición
(…) [debe] ser puesta en relación directa con aquella proposición de Freud que
afirma que el “inconsciente es eterno”, o sea, no tiene historia. Si eterno no quiere
decir trascendente a toda historia (temporal), sino omnipresente, transhistórico y
por lo tanto, inmutable en su forma en todo el transcurso de la historia, yo retomaré
palabra por palabra la expresión de Freud y escribiré: la ideología es eterna, igual
que el inconsciente”.91

Hay dos tesis fundamentales en Althusser,


para explicar la estructura y funcionamiento
de la ideología, la primera refiere al objeto
representado, la segunda a la materialidad
de la ideología.

“Tesis 1: “La ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus
condiciones reales de existencia. (…) Estas “concepciones del mundo” son en gran
parte imaginarias, es decir, no se corresponden a la realidad (…) los hombres se
representan en forma imaginaria sus condiciones reales de existencia”. Y continúa
preguntándose el autor: “¿por qué los hombres “necesitan” esta transposición ima-
ginaria de sus condiciones reales de existencia para “representarse” sus condicio-
nes de existencia reales?”

La primera respuesta (la del siglo VIII) propone una solución simple: es culpa de los
Curas o de los Déspotas que “forjaron” las “Bellas mentiras” para que los hombres,
creyendo obedecer a Dios, obedezcan en realidad a los Curas o a los Déspotas
(…) la causa de la transposición imaginaria es la existencia de un pequeño grupo
de hombres cínicos que basan su dominación y explotación del “pueblo” en una
representación falseada del mundo que han imaginado para esclavizar los espíritus
mediante el dominio de su imaginación.

La segunda respuesta (la de Feuerbach, adoptada al pie de la letra por Marx), es


más profunda, pero igualmente falsa (…) Esta causa es la alienación material que
reina en las condiciones de existencia de los hombres mismo (…). Los hombres
forman una representación alienada (= imaginaria)… porque estas condiciones son
alienantes (…).92 ”

Sin embargo Althusser va a decir que estas dos respuestas son falsas, porque lo
que los hombres se representan es “la relación que existe entre ellos y las condicio-
nes de existencia... En esta relación está contenida la “causa” que debe dar cuenta
de la deformación imaginaria de la representación ideológica del mundo real.”93

90
Althusser, L. (2005) (pp. 41) Óp. Cit.
91
Ibíd. (pp. 42).
92
Althusser, L. (2005) (pp. 44-45) Óp. Cit.
93
Ibíd. (pp. 45).

168
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Althusser dirá en la “Tesis 2: “La ideología tiene una existencia material (…) las
“ideas” o “representaciones”, etc. de las que parece compuesta la ideología, no
tienen existencia ideal, idealista, espiritual, sino material… veamos lo que pasa
en los “individuos” que viven en la ideología, o sea con una representación deter-
minada… Un individuo cree en Dios, o en el Deber… Tal creencia depende de las
ideas de dicho individuo, por lo tanto, de él mismo en tanto sujeto poseedor de una
conciencia… el dispositivo el comportamiento (material) de dicho sujeto deriva de él
naturalmente. El individuo en cuestión se conduce de tal o cual manera, adopta tal
o cual comportamiento práctico y, además, participa en ciertas prácticas reguladas
que son las del aparato ideológico del cual “dependen” las ideas que él ha elegido
libremente, con toda conciencia, en su calidad de sujeto. Si cree en Dios, va a la
iglesia para asistir a misa… todo “sujeto” dotado de una “conciencia” y que cree en
las “ideas” que su “conciencia” le inspira y acepta libremente, debe “actuar según
sus ideas”, debe traducir en los actos de su práctica material sus propias ideas de
sujeto libre. (…) nosotros hablaremos de actos insertos en prácticas. Y destacare-
mos que tales prácticas están reguladas por rituales en los cuales se inscriben, en
el seno de la existencia material de un aparato ideológico (…).94 ”

La materialidad de la que habla Althusser no


es única, ni una misma materialidad.

Por otro lado, se profundiza su mirada estructuralista en tanto otorga preeminencia


a la ideología por sobre el sujeto y su intención. Alude a que las ideas, en tanto ta-
les, han desaparecido “en la medida en que se demostró que su existencia estaba
inscrita en los actos de las prácticas reguladas por los rituales definidos (…) Se ve
así que el sujeto actúa en la medida en que es actuado por el siguiente sistema:
ideología existente en un aparato ideológico material que prescribe prácticas mate-
riales reguladas por un ritual material (…).95”

Para explicar aún con más claridad esta noción de sujeto, y sustentar la idea de: “La
ideología interpela a los individuos como sujetos” el autor enuncia dos tesis:

1) No hay práctica sino por y bajo una ideología.


2) No hay ideología sino por el sujeto y para los sujetos.

Esto último significa que: “O sea: sólo existe ideología para los sujetos concretos, y
esta destinación de la ideología es posible solamente por el sujeto: es decir por la
categoría de sujeto y su funcionamiento (…) la categoría de sujeto es constitutiva
de toda ideología sólo en tanto toda ideología tiene por función (función que la de-
fine) la “constitución” de los individuos concretos en sujetos. El funcionamiento de
toda ideología existe en ese juego de doble constitución, ya que la ideología no es
nada más que su funcionamiento en las formas materiales de la existencia de ese
funcionamiento”.96

Althusser afirmará que la primera evidencia es que todos somos sujetos, y como
tales, “practicamos sin interrupción los rituales de reconocimiento ideológico (…)
tal reconocimiento nos da solamente la “conciencia” de nuestra práctica incesante
(eterna) de reconocimiento ideológico… pero no nos da en absoluto el conocimiento
(científico) del mecanismos de este reconocimiento (…). Entonces, para represen-
tar por qué la categoría de sujeto es constitutiva de la ideología, la cual sólo existe

94
Ibíd. (pp. 49-50).
95
Ibíd. (pp. 51).
96
Ibíd. (pp. 52).

Nidia C. Abatedaga 169


Tecnicatura en Periodismo

al constituir a los sujetos concretos en sujetos (…). Sugerimos entonces que la


ideología “actúa” o “funciona” de tal modo que “recluta” sujetos entre los individuos
(los recluta a todos), o “transforma” a los individuos en sujetos… por medio de esta
operación muy precisa que llamamos interpelación y que se puede representar
con la más trivial y corriente interpelación, policial (o no) “Eh!, usted, oiga!”.!97

Finalmente Althusser afirmará en este texto, de modo coherente con su razona-


miento anterior, que como la ideología (en general) es eterna, los individuos son
siempre interpelados como sujetos, es decir, sujetos de una ideología.

El ejemplo que más claramente puede ser descripto es el del Cristianismo, que interpela a los Ej.
individuos como sujetos, en nombre de un sujeto único, en este caso en nombre del “dios”
cristiano que “llama” a los sujetos “hijos” y prescribe comportamientos para ser considerados
“sujetos de la ideología – cristianos”.

“(…) Debemos señalar que todo este “procedimiento” que pone en escena sujetos
religiosos cristianos está dominado por un fenómeno extraño: tal multitud de sujetos
religiosos posibles existe sólo con la condición absoluta de que exista Otro Sujeto
Único, Absoluto, a saber, Dios… Resulta entonces que la interpelación a los indivi-
duos como sujetos supone la “existencia” de otro sujeto, Único y central, en Nombre
del cual la ideología religiosa interpela a todos los individuos como sujetos (…). Lo
cual significa que toda ideología está centrada, que el Sujeto Absoluto ocupa el lu-
gar único del Centro e interpela a su alrededor a la infinidad de los individuos como
sujetos en una doble relación especular tal que somete a los sujetos al Sujeto, al
mismo tiempo que les da en el Sujeto en que todo sujeto puede contemplar su pro-
pia imagen (presente y futura)”.98

La estructura especular redoblada de la ideología asegura a la vez99 :

1) La interpelación de los “individuos” como sujetos.

2) Su sujeción al Sujeto.

3) El reconocimiento mutuo entre los sujetos y el Sujeto, y entre los sujetos


mismos, y finalmente el reconocimiento del sujeto por él mismo.

4) La garantía absoluta de que todo está bien como está y de que, con la
condición de que los sujetos reconozcan lo que son y se conduzcan en
consecuencia (…).”

Como se deduce del análisis, esta puede considerarse la veta que más claramente
coloca al autor en una posición estructuralista, haciendo del sujeto una categoría
de segundo orden, sometido a una ideología y necesitando ser interpelado por ella
para ser considerado sujeto, para pasar de ser “individuo” a “sujeto”.

Realice la siguiente actividad. Transcriba


las respuestas a estas preguntas y envíenlas
al Docente Tutor a través de mensajería
interna del aula virtual.

97
Althusser, L. (2005) (pp. 55) Óp. Cit.
98
Ibíd. (pp. 55).
99
Ibíd. (pp. 61-62).

170
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Actividad de Autoevaluación 7

Del texto sobre Althusser, ¿podría responder?:

1) ¿Qué tipo de análisis hace Althusser de la obra de Marx en Para leer El Capital?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Por qué afirma el autor que la reproducción de las condiciones materiales y de la fuerza
de trabajo se producen “fuera” de la empresa?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué tienen en común y en qué se diferencian los AE y los AIE? ¿Por qué afirma que la
Escuela es el AIE más importante?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Cómo explicaría el funcionamiento del AIE de información?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Qué diferencia establece Althusser entre Ideología (singular) e Ideologías (plural)?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

6) Qué significa la tesis que afirma “La ideología representa la relación imaginaria de los
individuos con sus condiciones reales de existencia”
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

7) Explique por qué el autor dirá que la Ideología tiene existencia material
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

8) ¿Qué diferencia que “la ideología interpela a los individuos como sujetos”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Seguimos adelante con el estructuralismo


semiótico.

Nidia C. Abatedaga 171


Tecnicatura en Periodismo

El Estructuralismo en la Semiótica de M. Pê-


cheux

Uno de los exponentes más visiblemente relacionado con la perspectiva de Althus-


ser, de hecho fue su discípulo Pêcheux, quien, entre otros, encarnó el estructura-
lismo semiótico procurando abonar a la rama más formalizada del estructuralismo
más cercana a las ciencias “duras”, al lenguaje matemático como una de las mayo-
res ambiciones. En este sentido, una de sus propuestas se orientó a la constitución
del corpus sobre la base de condiciones de producciones estables y homogéneas y
además a esbozar un análisis no subjetivo de los efectos de sentido.

El libro de Pêcheux Análisis Automático del discurso es una de las muestras más
cabales de la dirección estructuralista en el ámbito de la semiótica, a la vez que re-
fleja la conclusión de las reflexiones epistemológicas compartidas con Canguilhem
y Althusser desde 1966.

“Denise Maldidier afirmará que con él, Pêcheux contribuirá decisivamente a la cons-
titución del análisis del discurso como disciplina científica. El trayecto teórico del
autor está orientado hacia una mirada global, de totalidad, y desde el principio se
propuso articular dos continentes de la lingüística: el materialismo histórico y el
psicoanálisis. La irrupción del análisis del discurso a fines de los ´60 ofreció a los
lingüistas un modo de enfocar la relación entre lengua e historia; hizo salir a los
marxistas del discurso especulativo de la filosofía del lenguaje”.100

Se puede advertir que el autor vuelve a entrar


en la discusión de cómo debe entenderse
la ideología y de qué modo deberá
considerarse su relación con la
estructura económica.

Para Pëcheux, “El punto de articulación de esta primera parte está constituido por
la relación entre las tres regiones…plantearemos en primer lugar que la región del
materialismo histórico que nos concierne aquí es la de la superestructura ideológica
en su relación con el modo de producción que domina la formación social conside-
rada. Los trabajos marxistas recientes muestran que es insuficiente considerar la
superestructura ideológica, como la expresión de la “base económica”, como si la
ideología estuviera constituida por la “esfera de las ideas” por encima del mundo
de las cosas, de los hechos económicos, etc… La región de la ideología debe es-
tar caracterizada por una materialidad específica, articulada sobre la materialidad
económica: más particularmente, el funcionamiento en la instancia ideológica debe
ser concebido como “determinado en última instancia” por la instancia económica
en la medida en la que aparece como una de las condiciones (no económicas) de
la producción de la base económica (…).”101

El concepto de discurso en este autor se constituye a partir de una crítica a la


propuesta de Saussure. Incorpora el concepto de condiciones de producción como
principio constitutivo de los hechos discursivos. Este concepto tiene un alto valor
teórico porque establece que el discurso se encuentra determinado desde el exte-

100
Maldidier, D. (1992) (pp. 203) La inquietud del discurso. Un trayecto en la historia del análisis del dis-
curso: el trabajo de Michel Pècheux” en Re. Signo y Seña. Revista del Instituto de Lingüística, Discurso
/ Historia. Fac. de Filosofía y Letras. UNC Nº 1. Nov. De 1992.
101
Pêcheux, M. (1978) Hacia el análisis automático del discurso. Ed. Gredos. Madrid.

172
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

rior (desafiando las interpretaciones inmanentistas) a la vez que posee también un


valor operatorio, ya que estas condiciones de producción no determinan linealmen-
te, sino que son el ámbito donde se produce la selección de secuencias que van
a conformarse en discurso. Este es, por lo tanto,”un objeto construido, encadena-
miento de frases producido por un texto o un sujeto”.102

En un texto posterior L´inquietude du discours avanza en la lenta construcción de


la teoría del discurso. Pêcheux estructura un sistema conceptual para pensar el
discurso como el lugar en el que se entabla la relación entre lengua e Historia. A
partir de este texto, su propuesta se inscribe claramente dentro del marxismo y en
lo desarrollado por Althusser en relación a la teoría de la ideología y sobre la inter-
pelación del sujeto por la ideología. Para este autor la lengua (tomada de Saussure)
no es de ningún modo una superestructura sino la base sobre la que se desarrollan
los procesos discursivo – ideológicos. Así se comprende el concepto de formación
discursiva, considerado como “lo que puede y debe ser dicho desde una posición
dada en una coyuntura dada”, la formación discursiva es instituida como un compo-
nente de la formación ideológica”103.

Para comprender cómo el autor establece la relación del discurso con las condicio-
nes de producción, es necesario primero entender el funcionamiento que Pêcheux
entiende tiene la instancia ideológica.“(…) En cuanto a la reproducción de las rela-
ciones de producción consiste en lo que se ha podido llamar la interpelación o la
subjetivización del sujeto como sujeto ideológico de tal manera que cada uno esté
conducido sin darse cuenta y teniendo la impresión de ejercer su libre voluntad,
para ocupar su puesto en una u otra de las dos clases sociales antagonistas del
modo de producción (o en tal categoría, capa o fracción de clase ligada a alguna
de ellas)… Esta reproducción continua de las relaciones de clase… está asegurada
materialmente por la existencia de realidades complejas que han sido llamadas por
Althusser con el nombre de “aparatos ideológicos de Estado.104 ”

Pêcheux refuerza las tesis de Althusser y recupera la idea de lucha de clases


de Marx, en la “región” de la ideología, como la denomina al aspecto super-
estructural:

“En un momento histórico dado, las relaciones de clases (la


lucha de clases) se caracterizan por el enfrentamiento, en el
interior mismo de estos instrumentos, de posiciones políticas
e ideológicas “que no son cosa de individuos” sino que se or-
ganizan en formaciones que mantienen entre sí relaciones de
Un aspecto de Pëcheux describe antagonismo, de alianza o de dominación. Se hablará de for-
específicamente la relación entre mación ideológica para caracterizar un elemento susceptible de
“ideología” y “discurso” para evitar
confusiones, sobre todo consideran- intervenir como una fuerza confrontada a otras fuerzas en la
do cómo deberá comprenderse su no coyuntura ideológica característica de una formación social en
equivalencia, (no son sinónimos), de- un momento dado; cada formación ideológica constituye así
finiendo una categoría abarcativa de un conjunto complejo de actitudes y de representaciones que no
la otra.
son ni “individuales” ni “universales”, pero que se refieren más
o menos directamente a posiciones de clases en conflicto las
unas con relación a las otras”105 .

102
Maldidier, D. (1992) (pp. 203) Óp. Cit.
103
Ibíd. (pp.206).
104
Pêcheux, M. (1978) (pp. 232) Óp. Cit.
105
Pêcheux, M. (1978) (pp. 232) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 173


Tecnicatura en Periodismo

“(…) Se ve claramente que es imposible identificar ideología y discurso (esto sería


una concepción idealista de la ideología como esfera de las ideas y de los discur-
sos), pero se debe concebir lo discursivo como uno de los aspectos materiales de
lo que hemos llamado la materialidad ideológica. Dicho de otra manera, la especie
discursiva pertenece, según nosotros, al género ideológico, lo que vuelve a afirmar
que las formaciones ideológicas de las que acabamos de hablar “contienen ne-
cesariamente como uno de sus componentes una o más formaciones discursivas
interligadas que determinan lo que puede y debe ser dicho (articulado bajo la forma
de arenga, de un discurso, de un panfleto, de un informe, de un programa, etc.) a
partir de una posición dada en una coyuntura,” dicho de otra manera, en una cierta
relación de puestos en el interior de un instrumento ideológico e inscrito en una re-
lación de clases. Diremos a partir de ahora que toda formación discursiva depende
de condiciones de producción específicas, que se pueden identificar (…)”.106

Así como el autor subordina el discurso a la ideología, dándole a esta última mayor
grado de abarcabilidad y explicando que “lo contiene”, propone que las formacio-
nes ideológicas son más amplias que las formaciones discursivas, ya que puede
haber más de una formación discursiva en una única formación ideológica. Son
aquellas (las formaciones discursivas) las que establecen los límites de lo que es
posible de ser “dicho”, en diferentes formas: una arenga, un panfleto, un informe, un
programa, etc. desde una posición dada, un momento dado, en una coyuntura.

El autor retoma aquí la afirmación althusseriana por la cual “la ideología interpela
a los sujetos”, precisando que esta, en tanto ley que constituye a la “Ideología” (en
singular), nunca se da en general, sino que siempre aparece a través de un con-
junto complejo de “formaciones ideológicas” (ideologías en plural de Althusser), es
decir, determinando según una fase histórica concreta y las luchas de clases que
se dan en ella, las formaciones discursivas (que definen lo que se puede decir en
ese momento).

El ejemplo que toma Pêcheux es el mismo que aborda Althusser: “la formación ideológica
religiosa constituye, en el modo de producción feudal, la forma de ideología dominante, Ej.
realiza la “interpelación de los individuos en sujetos” a través del Aparato Ideológico de Esta-
do religioso, “especializado” en las relaciones de Dios con los hombres, sujetos de Dios, en la
forma específica de ceremonias (oficios, bautismos, bodas y entierros) que, bajo la figura de
la religión, intervienen en realidad en las relaciones jurídicas y en la producción económica,
por tanto, en el interior mismo de las relaciones de producción feudales”.107

Otro concepto incorporado por Pêcheux con un alto valor teórico es el de interdis-
curso, en tanto el discurso se constituye a partir de lo discursivo ahí presente, que
“ello habla” siempre antes, en otra parte, independientemente. No se confunde con
la intertextualidad de Bajtin, sino que trabaja el espacio ideológico – discursivo en
el que se despliegan las formaciones discursivas en función de relaciones de domi-
nación, subordinación, contradicción. La relación se instituye con lo preconstruido:
las estructuras sintácticas autorizan, ya antes que el sujeto realice la aserción, la
presentación de ciertos elementos, que son estructuras de determinación (determi-
nan lo que se dirá). Estas estructuras determinantes tienen fragmentos discursivos
venidos de otra parte y construidos con anterioridad. “El intradiscurso, se concibe
como lo “no dicho” que atraviesa “lo dicho” sin fronteras reconocibles. Bajo la domi-
nación de la ideología dominante y del interdiscurso, el sentido se constituye en la
formación discursiva, a espaldas del sujeto que, ignorante de su sujetamiento por lo
ideológico, se cree dueño de su discurso y fuente de sentido”.108

109
Ibíd. (pp.234).
107
Pêcheux, M. (1978) (pp. 235) Óp. Cit.
108
Maldidier, D. (1992) (pp. 207) Óp. Cit.

174
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Pêcheux afirmará que “(…) el sentido de una secuencia no es materialmente con-


cebible sino en la medida en que se concibe como necesariamente perteneciente
a tal formación discursiva y/o a tal otra… Esta pertenencia necesaria de toda se-
cuencia… para que esté “dotada de sentido” es la que se encuentra rechazada
para (¿o por?) el sujeto y recubierta por este último por la ilusión de estar en la
fuente de sentido, bajo la forma de re – cogimiento por el sujeto de un sentido pre
– existente universal (…) los procesos discursivos tal como se han concebido aquí
no podrían tener su origen en el sujeto. Sin embargo, se realizan necesariamente
en este mismo sujeto; esta aparente contradicción hace referencia en realidad a la
cuestión misma de la constitución del sujeto y a lo que nosotros hemos llamado su
subjetivación”.109

Aunque de ninguna manera agotada, las que


se presentan brevemente aquí son algunas
categorías que propuso Pêcheux con
la intención de completar, desde la
semiótica, la lógica estructuralista con la
que Althusser propuso analizar
la realidad social.

También de modo coincidente con la mayoría de los autores de esta perspectiva


epistemológica, resulta notoria la preeminencia de las condiciones y relaciones ob-
jetivas por sobre el sujeto. Este autor realizó, en obras posteriores (entre 1976 y
1983) una autocrítica referida a que el sujeto de esta primera producción de los ´60
planteaba un sujeto demasiado sujetado, y aún pone en duda el concepto de forma-
ciones discursivas por ser sospechoso de alimentar un pensamiento homogéneo.
Sin embargo aún en la madurez de su pensamiento sugiere analizar formas discur-
sivas subterráneas: discursos no legítimos, ideologías dominadas, lo carnavalesco,
etc., permaneciendo, de este modo inscripto en la corriente estructural y marxista.

Lo invitamos a realizar la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas y
envíenlas al Docente Tutor a través de
mensajería interna del aula virtual.

Actividad de Autoevaluación 8

Después de leer a Pêcheux, trate de responder:

1) ¿Qué tomó el autor de Althusser y qué de Saussure?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo piensa Pêcheux la instancia ideológica?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

109
Pêcheux, M. (1978) (pp. 237-240) Óp. Cit

Nidia C. Abatedaga 175


Tecnicatura en Periodismo

3) ¿Qué diferencia hay entre “formaciones ideológicas” y “formaciones discursivas”? ¿Cómo


se relacionan?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Cómo relaciona la “formación ideológica” con las “posiciones políticas”? ……………


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿En qué consisten en “interdiscurso” y el “intradiscurso”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Avancemos ahora con la Sociología de Pierre Bourdieu.

La Sociología de Pierre Bourdieu


Este autor nacido en 1930 en Francia, tuvo un origen muy humilde (su familia fue
de pastores y su padre fue cartero), fue el primero del grupo familiar en desarrollar
actividades predominantemente intelectuales. Llegó a ser Profesor Titular del Collè-
ge de France, cuyo prestigio ya se destacó arriba, y a la vez activo militante contra
la intervención en Irak, huelgas ferroviarias, etc., convencido en la lucha contra “la
fuerza simbólica del discurso dominante que predica la utopía neoliberal de un mer-
cado puro y perfecto”110 .

Se agrega aquí una referencia breve a los aportes más trascendentes de este autor
debido a que la perspectiva sociológica que propone, aunque no fue desarrollada
atendiendo primordialmente a lo comunicacional, brinda valiosos aportes para el
pensar comunicativo en el análisis de lo social.

Una de las reflexiones más interesantes que se pueden recuperar de él es la que


remite al debate acerca de la prioridad que se otorgue en el análisis sociológico a la
estructura o a la iniciativa del sujeto como aspecto u origen de cualquier explicación.

Estrictamente hablando, hay quienes podrían cuestionar seriamente la inclusión


de Pierre Bourdieu en esta unidad, sobre todo considerando que, como veremos,
se puede encontrar en su propuesta teórica una clara preocupación por incluir la
perspectiva y la actividad que el sujeto es capaz de realizar. Von Sprecher afirmará
que “a pesar de haber sido frecuentemente acusado de estructuralista, consideraba
esta perspectiva sobre la objetividad como inadecuada ontológica y científicamente
en cuanto supone una subjetividad determinada totalmente por exterioridades y por
lo tanto al ser humano como una especie de títere de las estructuras. La teoría de
Bourdieu tiene la misma lógica que él utiliza para analizar la realidad social: una
serie de posiciones que se relacionan entre sí y que no pueden entenderse si no es
en relación una con la otra”.111

110
Von Sprecher, R. (2007) (pp.80) “Teorías Sociológicas. Introducción a los contemporáneos”. Ed. Bru-
jas. Córdoba.
111
Von Sprecher, R. (2007) (pp.80) Óp. Cit.

176
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Aún cuando tomemos en cuenta esta advertencia, se consideró conveniente reali-


zar un acercamiento que aunque limitado, iluminará la valiosa perspectiva de este
autor, que considera tanto los componentes objetivos y subjetivos, lo estructural
como lo que refiere a la construcción, para arribar a su concepto de “mercado lin-
güístico”.

El punto de partida del análisis de lo social lo constituyen las estructuras que los
hombres no elijen, ajenas a su voluntad y conciencia, y que encuentran como con-
dicionamientos al nacer. Sin embargo la incorporación a cualquiera de esas es-
tructuras supone también la posibilidad de ejercer efectos sobre ella. “Así, para
Bourdieu hay un primer momento objetivista de análisis e indagación, en el cual se
caracterizan las estructuras sociales externas, lo objetivo y un segundo momento
que será subjetivista, considerando las estructuras sociales internas, subjetivas, o
lo social hecho cuerpo. Pero entre ambos momentos, los agentes sociales se en-
frentan a situaciones – en las relaciones con los otros agentes sociales – ante las
cuales no tienen otra alternativa que tomar decisiones y realizar prácticas, aunque
no las hagan reflexivamente”.112

Una estructura para Bourdieu es el conjunto de posiciones que ocupan los agentes
sociales y las relaciones entre esas posiciones.
Ej. “Por ejemplo, en tanto pertenezco a una clase social, la fracción dominada de los dominantes,
supongamos, forma parte de una estructura que existe objetivamente independientemente
de la voluntad de los otros agentes sociales. Para este autor, las relaciones entre quienes
forman parte de una estructura social son relaciones de lucha y de dominación, entre y de
agentes sociales que ocupan posiciones desiguales y entre ellos se relacionan a partir
de esa desigualdad, algunos están arriba, otros abajo, otros al medio”113 .

“Se puede representar así al mundo social en forma de espacio (de varias dimen-
siones) construido sobre la base de principios de diferenciación o distribución cons-
tituidos por el conjunto de las propiedades que actúan en el universo social, es
decir, las propiedades capaces de conferir a quien las posea con fuerza, poder,
en ese universo. Los agentes y grupos de agentes se definen entonces por sus
posiciones relativas en ese espacio (…). En la medida en que las propiedades re-
tenidas para construir ese espacio son propiedades actuantes, también podemos
describirlo como un campo de fuerzas objetivas que se imponen a todos los entran
en ese campo y que son irreductibles a las intenciones de los agentes individuales
o incluso a las interacciones directas entre los agentes”114.

Las propiedades actuantes serán para Bourdieu las diferentes especies de poder o
de capital que estará vigente en un campo, pero este poder no es abordado como
una posesión, algo que se tiene en términos absolutos, sino que, por un lado, de-
penderá de lo que en cada campo se torne valioso, pero también de los capitales
que manejen otros agentes que comparten el campo. De allí su concepción de
poder “relativo”.

“El campo social se puede describir como un espacio pluridimensional de posicio-


nes tal que toda posición actual puede ser definida en función de un sistema plu-
ridimensional de coordenadas… los agentes se distribuyen en él, en una primera
dimensión, según el volumen global del capital que poseen y, en una segunda,
según la composición de su capital; es decir, según el peso relativo de las diferentes
especies en el conjunto de sus posesiones.” 115

112
Ibíd. (pp.18).
113
Ibíd. (pp.20-21).
114
Bourdieu, P. (1990) (pp.281-282) “Sociología y Cultura”. Ed. Grijalbo. México.
115
Bourdieu, P. (1990) (pp.281-282) Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 177


Tecnicatura en Periodismo

“Un ejemplo de “campo” puede ser el “campo periodístico”, con la primicia como capital Ej.
en juego, dominado por lo económico que a su vez tiende a distorsionar diversos campos
de la producción cultural o el campo político mismo, por su poder para hacer visibles los
acontecimientos”.116

Para Bourdieu “el estado de relaciones de fuerza, institucionalizadas en los sta-


tus sociales perdurables, socialmente reconocidos o jurídicamente garantizados”
muestra cómo se producen las distribuciones de las diferentes especies de capi-
tal y determina los poderes actuales o potenciales en los diferentes campos, así
como las probabilidades de acceso a los beneficios específicos que los campos
proporcionan”.117

Un segundo aspecto del análisis de Bourdieu


es el que profundiza en el subjetivismo,
ocupándose de las estructuras sociales
interiorizadas por los sujetos, que dan
lugar al habitus.

“Este puede definirse como un sistema de esquemas (principios) de percepción


y de apreciación de las prácticas. Y, en los dos casos sus operaciones expresan
la posición social en la cual se ha construido. Estas disposiciones, entonces, son
interiorizadas, como subjetividad social, por los agentes sociales a partir de la ex-
periencia prolongada – trayectoria – en una serie de posiciones en las estructuras
externas objetivas. El resultado del habitus es la tendencia a que los agentes so-
ciales estén dispuestos a hacer lo que corresponde a las posiciones que ocupan.
Al ocupar dichas posiciones durante cierto tiempo, han ido haciendo cuerpo lo que
corresponde a dichas posiciones en un estado determinado del espacio social y de
los campos. Así, si pertenece a la clase social de los dominados, habría adquirido
las disposiciones a sentir, gustar, comportarse, como dominado (…)”.118

Este es uno de los argumentos que se esgrimen cuando alguien se manifiesta en oposición
con la baja en la edad de imputabilidad de los menores, por ejemplo. Si un niño ha crecido Ej.
viviendo con abuelos y papá y mamá desocupados que reciben planes sociales y que mane-
jan como “habitual” mecanismos como el robo, es muy difícil que ese niño tenga un habitus
tendiente a ganarse la vida con el trabajo, que por otro lado se le hace inaccesible por la falta
de educación.

Bourdieu dirá que “sobre la base del conocimiento del espacio de las posiciones
podemos recortar clases (…) es decir, conjuntos de agentes que ocupan posicio-
nes semejantes y que, situados en condiciones semejantes y sometidos a condi-
cionamientos semejantes, tienen todas las probabilidades de tener disposiciones
e intereses semejantes y de producir, por lo tanto, prácticas y tomas de posición
semejantes”.119

Si se leyera solamente que las posiciones (lo objetivo) generan el hábitus (lo subje-
tivo), que a su vez producen las prácticas sociales, estaríamos ante un razonamien-
to netamente estructuralista. Sin embargo Bourdieu niega explícitamente el carác-
ter estructuralista de su teoría, porque afirma que es estructural – constructivista o
constructivismo – estructuralista. Afirmará que el hábitus sólo orienta las prácticas
sociales, ya que de ningún modo podría determinarlas ante la variedad de situacio-

116
Ibíd. (pp.143).
117
Ibíd. (pp.284).
118
Bourdieu, P (1988) (pp. 24 – 25) “La distinción”. Ed. Taurus. Madrid.
119
Bourdieu, P. (1988) (pp.284) Óp. Cit.

178
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

nes que pueden ir presentándose. Ante ellas, los agentes sociales tienen que tomar
activamente decisiones, al calor de la acción de la situación. “El hábitus no contiene
un mandato taxativo ante cada situación, la historia siempre pudo ser distinta. Lo
que los agentes efectivamente hagan es decidido por ellos mismos. La situación y
la necesidad de tomar decisiones constituyen la articulación que produce la apertu-
ra a la construcción social, al cambio, a la innovación”.120

Este autor sostiene que aún la teoría más objetivista: “debe integrar la representación
que los agentes se hacen del mundo social y… su contribución a la construcción de
la visión de ese mundo… por medio del trabajo de representación que efectúan
sin cesar para imponer su propia visión del mundo (…). La percepción del mundo
social es el producto de una doble estructuración social: por la parte “objetiva” esta
percepción está socialmente estructurada… por la parte “subjetiva”, está estructurada
porque los esquemas de percepción y de apreciación susceptibles de funcionar en un
momento dado, y en particular aquellos depositados en el lenguaje, son el producto
de luchas simbólicas anteriores y expresan, de manera más o menos transformada,
el estado de las relaciones de fuerza simbólica.” 121

Se dijo arriba que el lugar que ocupa un


agente en el espacio social y en cada
campo tenía relación directa con el
capital que está en juego.

Para Bourdieu en la sociedad actual, los capitales actuantes son el económico y el


cultural, pero entre estos dos el primero domina al cultural. Lo que permite la posición
privilegiada de clase no es simplemente la posesión de capital económico sino la
posesión de los medios materiales de producción también material. “Los capitales
pueden caracterizarse como un conjunto de bienes, que como cualquier otro bien
pueden producirse, acumularse y perderse. Los capitales posibles pueden ser infi-
nitos, tantos como bienes puedan constituirse en importantes para un conjunto de
agentes sociales”.122

Aquí haremos referencia a algunos de ellos123:

● El capital económico supone la propiedad de bienes, tanto materiales


como monetarios o financieros. Los más valiosos son los medios de pro-
ducción material y de especulación financiera.
● El capital cultural no está sólo relacionado con el arte, sino sobre todo
con el conocimiento. En un sentido más o menos clásico (pintura, música,
teatro), menos clásico (cine), más herético (comics, jazz, rock) y otros co-
nocimientos como informática, carpintería o marketing. El capital cultural
puede manifestarse de tres formas: interiorizado (el conocimiento hecho
cuerpo, por ejemplo es el caso de los docentes); objetivado (objetos que
funcionan como indicadores de capital cultural, por ejemplo tener cuadros
originales de pintores argentinos en su casa) e institucionalizado (capital
de conocimiento reconocido como legítimo a través de instituciones, por
ejemplo el título de Técnico o Licenciado en Comunicación que otorga una
universidad).

120
Bourdieu, P. (1988) (pp.29-30) Óp. Cit.
121
Bourdieu, P. (1990) (pp.298) Óp. Cit.
122
Von Sprecher, R. (2007) (pp. 40) “Teorías Sociológicas. Introducción a los contemporáneos”. Ed. Bru-
jas. Córdoba.
123
Von Sprecher, R. (2007) (pp. 42-45). Óp. Cit.

Nidia C. Abatedaga 179


Tecnicatura en Periodismo

● El capital simbólico es una adjetivación, un plus que se agrega a cual-


quier otro tipo de capital e implica que el capital al que se ha añadido es re-
conocido como legítimo. Existe capital simbólico positivo (que agrega valor
a otro capital) o negativo (lo quita, deslegitima la posesión del agente).
● El capital social es el resultado del conjunto estable de relaciones que
mantenemos con quienes ocupan otras posiciones. Depende fuertemente
de las relaciones que heredamos de nuestras familias, por ejemplo.
● El capital familiar es el plus que se agrega por el temprano y permanen-
te contacto con alguna actividad que se adquiere en el seno familiar. Por
ejemplo una familia de músicos hace probable que los hijos se dediquen
a ella y corre con un plus en relación a otros agentes que no tuvieron una
familia donde se tocaran instrumentos.

Estos capitales se encuentran desigualmente


distribuidos, operan y funcionan en un
mercado, allí entran en competencia y
proporcionan ganancias.

Uno de los ámbitos que Bourdieu se explicita es el modelo del mercado lingüístico:
“hábitus lingüístico + mercado lingüístico = expresión lingüística, discurso.”

El autor describe cada uno de los términos del modelo, diciendo que el hábitus lin-
güístico es producir un discurso en situación (…) la ejecución no se puede deducir
del simple conocimiento de la competencia… para que las palabras sean atinadas,
para que sean redituables, para que produzcan el efecto deseado, hay que decir
no sólo las palabras que son gramaticalmente correctas, sino las que son social-
mente aceptables (…) la aceptabilidad supone la conformidad de las palabras, no
sólo a las reglas inmanentes a la lengua, sino también a las reglas, que se dominan
intuitivamente, inmanentes a una “situación”, o más bien a un determinado merca-
do lingüístico (…) Hay un mercado lingüístico cada vez que alguien produce un
discurso dirigido a receptores capaces de evaluarlo, apreciarlo y darle un precio. El
mercado lingüístico es algo muy concreto y a la vez muy abstracto. Concretamente,
es una situación social determinada, más o menos oficial y ritualizada, un conjunto
de interlocutores que se sitúan en un nivel más o menos elevado de la jerarquía
social (…) que orientan inconscientemente la producción lingüística. Si se define en
términos abstractos, es un tipo determinado de leyes (variables) de formación de pre-
cios de las producciones lingüísticas… El capital lingüístico es el poder sobre los
mecanismos de formación de precios lingüísticos, el poder para hacer que funcionen
en su propio provecho las leyes de formación de preciso y así recoger la plusvalía
específica124.

Aunque la vasta producción de Bourdieu permitiría extender mucho más el análisis,


los aspectos de la sociología que propuso, aquí considerados, permiten mostrar un
panorama somero de su aporte a una comprensión sociológica de algunos aspectos
vinculados a la Comunicación Social. No corresponde aquí, ni existe la suficiente
profundidad para hacerlo, juzgar el carácter más o menos estructuralista de su pers-
pectiva. Al lector interesado en el debate se le sugiere profundizar en los textos escri-
tos del autor y sacar sus propias conclusiones. Cualquier resultado al que se arribe
después de ahondar en Bourdieu coincidirá en que es indudable la apertura que
otorgó con su mirada teórica a la Comunicación, analizándola en su anclaje con los
procesos sociales, por oposición a los estudios no sociológicos del discurso.

124
Bourdieu, P. (1990) (pp.144-147) Óp. Cit.

180
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 3

Lo invitamos a realizar la siguiente actividad.

Actividad de Autoevaluación 9

Del texto sobre Bourdieu, podría responder estas preguntas:

1) ¿Cómo concibe este autor la “estructura”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Qué es el “campo” para este autor? Caracterice el “campo periodístico”.


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Por qué el “hábitus” puede considerarse el aspecto subjetivo de su propuesta?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué “capitales” pueden tener los agentes sociales?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Podría explicar cómo se compone el “discurso” o “expresión lingüística” para el autor?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Transcriba las respuestas a estas preguntas


y envíenlas al Docente Tutor a través de
mensajería interna del aula virtual.

A modo de cierre de la unidad

Los temas que analizaron los autores tomados en este capítulo conforman una se-
lección que pretende dar cuenta, por un lado, de algunas preocupaciones que tuvie-
ron sobre temas que involucran la comunicación social en alguno de sus aspectos,
a la vez que mostrar los modos en que intentaron dar respuesta a los interrogantes
señalados.

Por otro lado se propone que la lectura muestre la línea de continuidad en el pen-
samiento que los autores manifiestan, en relación a la coincidencia epistemológica
que unifica la diversidad de disciplinas, temas y abordajes en el hilo conductor que
es la epistemología estructuralista.

Nidia C. Abatedaga 181


Tecnicatura en Periodismo

Deberán comprenderse, por tanto, los análisis temáticos que realizó cada autor, a
la vez que conectar esta diversidad con la preocupación compartida, constituida por
un especial énfasis en la explicación de los mecanismos subyacentes, inaprecia-
bles a simple vista, que operan movilizando lo visible, lo superficial.

En esta permanente dualidad se pueden ubicar lo “estructural y lo coyuntural” en la


Economía, la dicotomía “lengua y habla” de Saussure, la diferencia entre “estruc-
tura y modelos” en Lévi-Strauss; los mitos de Rolad Barthes, la distinción entre “LA
ideología” y “LAS ideologías” (en plural) de Althusser, la estructura discursiva de
Pêcheux y el intento de superación de la dicotomía que propone Bourdieu con la
noción de “hábitus”.

También deberá comprenderse que la diversidad disciplinaria que se hace evidente


en la perspectiva estructuralista, que en este capítulo se abordó desde la Econo-
mía, Antropología, Lingüística, Semiótica, Sociología, por tomar sólo algunas, lejos
de entenderse como la multiplicidad que tiende a la dispersión de los estudios de
la Comunicación Social – en tanto disciplina particular – puede ser posibilitadora de
una comprensión amplia de sus orígenes transdisciplinarios.

A la vez, el planteo de la mirada transdisciplinar deja en evidencia la enorme riqueza


y variedad de los aportes que han permitido la conformación de la Comunicación
como disciplina y sobre todo propone repensar modelos y esquemas que si bien
tuvieron la virtud de simplificar el estudio comunicacional, olvidan otros aspectos y
procesos – lo referido a las estructuras, códigos y factores ideológicos subyacentes
– que al no ser considerados limitan lo comunicacional a los ámbitos superficiales,
muchas veces no explicativos sino meramente descriptivos.

Será de suma utilidad para el lector considerar esta lectura transversal, que le per-
mitirá construir una noción amplia de comunicación, a la vez que se recomienda la
lectura completa de materiales que aquí se citan sólo en algunos párrafos.

Seguimos adelante con la unidad 4. Recuerde


que puede comunicarse a través del Aula Virtual,
si se les presenta dificultades en la elaboración
de las actividades o en la comprensión
de los temas.

182
UNNE-Virtual
Aportes teóricos de los
denominados estudios
culturales
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

Introducción

La que se presenta aquí es una Escuela que atravesó por varias etapas, y que
en sus orígenes se constituyó en un lugar geográfico preciso (Midlands) y en un
espacio académico creado exclusivamente a los fines de investigación doctoral: el
Centro de Estudios Culturales Contemporáneos (CCCS) de Birmingham.

La Inglaterra anterior a 1964, fecha de creación formal del Centro, tuvo frondosos
antecedentes en Estudios Culturales a los que llamaremos aquí “Antecedentes de
la Escuela de Birmingham”. La “Primera Etapa” se considerará el periodo que va
entre 1964 y 1968, cuando el Centro tuvo el primer director, Richard Hoggart. La
“Segunda Etapa” nombrará el periodo que presidió el Centro Stuart Hall, entre 1968
y 1979; y la “Tercera Etapa” será considerada la que se dio con posterioridad a esa
fecha.

Las tres etapas tienen puntos de reflexión con diferencias importantes y soportes
epistemológicos también distintos. La “Primera Etapa” se reconoce por el caracte-
rístico tinte humanista, una intensa preocupación por la clase obrera y por su alto
compromiso político con ésta, con la que mantenían una estrecha vinculación.

La “Segunda Etapa” es protagonista del comienzo de un desplazamiento, tanto en


las temáticas que ahora se orientarán a los procesos de codificación y decodifica-
ción de mensajes privilegiando el análisis de la recepción, como en la epistemolo-
gía que incluirán en el Centro. Aunque críticamente, se incorporarán autores como
Althusser, Gramsci y aportes del campo de la semiótica, para comprender cómo
significan la audiencia predominantemente los mensajes televisivos.

La “Tercera Etapa” registra por un lado, una gran dispersión geográfica – se habla
de la “explosión” de los Estudios Culturales, desde los ´80 diseminados por Europa,
América del Norte y el Sur y Australia entre otros espacios – tanto como una enorme
diseminación temática. El foco de los análisis será la recepción de medios en el es-
pacio doméstico, las galerías comerciales, las identidades sociales, las etnias, entre
otros muchos, con una posición epistemológica que deshecha los vínculos de estos
procesos con las estructuras y concede preferencia a la dinámica intersubjetiva.

Pese a las enormes diferencias señaladas hay ejes comunes, que hacen que las
tres etapas se identifiquen con lo que genéricamente se denomina Estudios Cultu-
rales. Una de esas líneas unificadoras está conformada por una perspectiva activa
del sujeto, ya sea el obrero y su familia, el receptor de televisión, los individuos
reunidos por el género, la etnia o el espacio doméstico, a quiénes analizan como
individuos capaces de producir resignificaciones. A diferencia de la perspectiva es-
tructuralista, que se preocupó por indagar las estructuras profundas que sujetan al
sujeto, los Estudios culturales priorizarán lo que los sujetos hacen con lo que reci-
ben, vivencian o experimentan.

Otro eje común que atraviesa las tres etapas es el uso predominante de métodos
etnográficos, que a la vez que impiden resultados generalizables, facilitan la des-
cripción de fenómenos y procesos particulares, micro analizados, que favorecen
estudios pormenorizados de objetos menudos, circunscriptos a los límites de lo
observable y sin aspiraciones de resultados replicables en otros casos.

Aunque la lectura que se propone en este capítulo no aspira a la exhaustividad, los


autores seleccionados permitirán reconfigurar un panorama claro respecto de los
Estudios Culturales.

Iniciaremos los contenidos de la unidad.

Nidia C. Abatedaga 185


Tecnicatura en Periodismo

Antecedentes Escuela de Birmingham: proce-


sos históricos e intelectuales

Para comprender cómo se inician los


Estudios Culturales es necesario comenzar
por considerar los temas preocupaban a
los estudiosos y que producían debates
en la década de los ‘50. Estos asuntos
rondaban alrededor de la industria
cultural, la cultura de masas y la
sociedad de masas.

A lo largo de la Inglaterra del último tercio del siglo XIX, los debates sobre “Cultura”
y “Sociedad” se realizaban en artículos que diferentes autores producían en revis-
tas diversas, sobre todo desde la literatura. Una de ellas fue Socialist League, en la
que escribían Mattheu Arnold, John Ruskin y William Morris.

“Los tres escritores comparten una misma actitud crítica hacia la civilización mo-
derna. Estigmatizaban al siglo XIX como el “siglo de las calamidades” en el que
triunfan el “mal gusto” de la sociedad de masas y la pobreza de su cultura. Insis-
tían en denunciar el trabajo mecanizado, el urbanismo inorgánico, la uniformización
en el vestir, una desmesurada proliferación de paneles publicitarios, la omnipresen-
cia de productos alterados. En opinión de estos escritores, todo esto desfiguró la
vida cotidiana y destruyó el “deseo de producir cosas hermosas”.1

Los intelectuales de las islas británicas se encontraban, en comparación con el


continente europeo, imbuidos en una sociedad que había sido cuna del capitalismo
y por tanto era también la vanguardia en cuanto a formas culturales vinculadas al
sistema industrial. De allí que opinaran con tanta precocidad – más tarde ocurriría
también en el resto de Europa – sobre “procesos vinculados al modo en que la
nueva clase media en el poder había ido sedimentando una mentalidad utilitarista
centrada en las nociones de beneficio y producción, habiendo reducido a un papel
de ornamento no rentable a todas las expresiones culturales, según el criterio de
estos autores”.2

En otras palabras, el interés por lo cultural surge, entre otras cosas, porque se
advierte la emergencia de formas culturales jerarquizadas, diferentes, y en íntima
vinculación con la formación de clases sociales producto del capitalismo industrial.
Esto había preocupado especialmente a Matthew Arnold (1822 - 1888), quién defi-
nió las diferentes culturas en su obra Culture and Anarchy, en 1869.

No sólo Arnold, sino las élites aristocráticas de Inglaterra vinculadas a la literatura


y a su enseñanza, comparten la idea de que la cultura, hacia fines del siglo XIX, se
encontraba dividida en tres tipos bien diferenciados3 :

● Una Cultura superior (refinada) cuyos temas eran serios, se ocupan


de problemas importantes y el modo de expresión de los sentimientos es
penetrante, coherente y sutil.

1
Mattelart A. y Neveu E. (2002) (pp. 24) “Los Cultural Studies. Hacia una domesticación del pensamiento
salvaje”. Ed. de Periodismo y Comunicación N° 20. La Plata.
2
Ibíd. (pp. 25).
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Los Cultural Studies. Hacia una domesticación del pensamiento salvaje.
Ed. de Periodismo y Comunicación N° 20. La Plata.

186
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

● Una Cultura Mediocre que es menos original, más imitativa y aunque


tiene géneros propios, se nutre de la cultura superior
● Una Cultura Brutal: tiene contenidos simbólicos pobres y carece de crea-
ción original y podría llegar a arruinar a la cultura superior. 4

Arnold preconizaba la enseñanza de la literatura inglesa en las escuelas del Estado


como medio para salir de la crisis ideológica en la cual estaba hundida la sociedad,
desde que la religión dejó de cohesionarla. Sin embargo pronto se dan cuenta que
el papel emancipador que según este autor debían desempeñar las grandes obras
literarias era ambiguo, porque si bien la literatura colabora con la difusión de va-
lores entre los más pobres, la nueva clase dominante aprovecha la situación para
apaciguar e integrar a la clase obrera y evitar de este modo posibles rebeliones.
En relación con esto Terry Eagleton afirmará que “si las masas no reciben algunas
novelas en la cabeza, corremos el riesgo de que nos tiren algunos adoquines”.

Durante esos años, autores como Mac Donald y Edwuard Shils sostuvieron dis-
crepancias referidas a la cultura de masas. Mientras para el primero ésta era un
fenómeno que significaba una amenaza de crisis para la cultura y la democracia
(de allí que en la división establecida por Umberto Eco en su libro Apocalípticos e
Integrados Mac Donald se identifique con el primer término, debido a que critica a
la cultura de masas por la vulgaridad intelectual de los consumidores), para Shils
(considerado un “integrado” en los conceptos de Eco) significaba el acceso a mi-
llones de personas a la cultura del ocio y esto era motivo de regocijo, porque veía
en la nueva cultura una garantía de progreso. Lo único que diferenciaba la posición
de Mac Donald de la de Shils era que mientras el primero sostenía que la cultura
superior había sido anegada por las otras dos, Shils afirmaba que había una mezcla
entre los tres niveles y que la cultura brutal no había socavado los cimientos de la
cultura superior.

Este debate, según Mattelart, escondía otro más profundo que estaba vinculado
a la relación entre “cultura de masas” y “sociedad de masas”, que los llamados
integrados asimilan como el fin de la sociedad de clases. De allí que Shils, en los
años ‘70 acuerde con Daniel Bell, quien escribió un libro denominado The End of
Ideology (1962) sosteniendo que ya no hay “clases” ni “ideologías”.

“Durante el período de entreguerras se introdujeron los “estudios ingleses” entre


las asignaturas de las universidades de Oxford y Cambridge, por iniciativa de do-
centes que provenían de la pequeña burguesía, entre los que se encontraba Frank
Raymond Leavis (1895 – 1978), hijo de un comerciante de instrumentos musicales.
Fundó la Revista Scrutiny en 1932, y se convirtió en el centro de una cruzada moral
y cultural contra el “embrutecimiento” practicado por los medios de comunicación
social y la publicidad. Usar la escuela para preparar en los valores literarios a través
de los estudios de la literatura o cualquier otra oportunidad, era aprovechada para
reafirmar la capacidad liberadora del aprendizaje, bajo la tutela de la élite “culta”.5

Scrutiny, a juicio de algunos intelectuales, creó efectivamente los Estudios Cultura-


les en Inglaterra, sin embargo también se criticó el énfasis puesto en la capacidad
de los nuevos educadores para frenar lo que se consideraba una degeneración de
la cultura, a través de las clases de literatura inglesa. Según Eagleton “la revista
opta por esta “solución idealista” porque se rehúsa a considerar una solución polí-
tica (…). No cabe duda que la utilización de las clases de literatura para advertir a
los alumnos contra la fuerza manipuladora de la publicidad o la pobreza lingüística

4
Esta tripartición fue señalada por Umberto Eco, en su texto Apocalípticos e Integrados.
5
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp. 25)

Nidia C. Abatedaga 187


Tecnicatura en Periodismo

de la prensa popular es una tarea importante. Pero también es posible explicar a


los niños que, si la publicidad y la prensa popular existen bajo su forma actual, no
es más que por motivos de provecho económico. La cultura de “masa” no es la con-
secuencia inevitable de la sociedad “industrial” sino el fruto de una forma particular
de industrialismo, cuya organización de la producción se orienta más hacia los be-
neficios que hacia el uso y que se interesa más por lo que podrá venderse que por
lo que posee un valor auténtico”.6

Los incipientes Estudios Culturales se nutrirán así de la crítica literaria de Lea-


vis, quien escribe, entre otros textos, Mass Civilisation and Minority Culture donde
propone proteger a los alumnos de la cultura comercial. En realidad la necesidad
de denuncia de las consecuencias indeseables no era una propuesta exclusiva
de Leavis, pero sí lo era el modo en que creía debía implementarse: una especie
de terapia de aplicación sistemática, con el fin de reanudar la “sociedad orgánica”
anterior a la sociedad industrial. Este autor sostenía que el capitalismo industrial
y sus expresiones culturales (el cine sobre todo) tenían efectos perniciosos en la
cultura tradicional. Rompió con la posición conservadora (característica de la crítica
literaria de la época) y entró en Cambridge y Oxford con una fuerte lucha contra el
capitalismo como sistema. Propuso una aproximación al análisis textual para inves-
tigar el sentido y los valores culturales.

El humanismo liberal de estos defensores de la gran literatura, supuestamente


fuente de salud moral, evolucionó, en la práctica, hacia el rechazo obsesivo de
la sociedad técnica, a la que se condena como “cretina y productora de cretinos”,
y llegó a coincidir con las posiciones de la reacción política: “una fuerte hostilidad
hacia la educación popular, una oposición implacable a la radio transistor y una
profunda desconfianza hacia la apertura de la enseñanza superior a estudiantes
embrutecidos por la televisión”.7

Es notorio que, en los antecedentes de la creación formal del Centro de Estudios


Culturales Contemporáneos, la posición desde la cual estos autores realizaban la
crítica a la cultura no se orientaban en la dirección de hacer extensivas las mani-
festaciones culturales hacia la naciente sociedad de masas. Más bien se puede
inferir una posición elitista – conservadora que propone la preservación de aquellos
valores que permiten perpetuar la división de clases y el sostenimiento del mono-
polio de las elites sobre la producción cultural, considerada ésta como “alta cultura”,
como la cultura, única e intocable.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

6
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp. 26)
7
Ibíd. (pp. 25).

188
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

Actividad de Autoevaluación 1

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) ¿Cómo concebían la cultura los intelectuales ingleses hacia fines del siglo XIX?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Qué posiciones respecto de la cultura adoptarán diferentes autores? Tome el caso de


Arnold
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué proponía Frank Raymond Leavis respecto de la literatura y su enseñanza? Explique


los motivos que originaban ese pensamiento.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué importancia otorgaban a la literatura los intelectuales de la etapa previa a la creación


del Centro de Birmingham?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Desarrollos complementarios de Carlos Marx


y aportes de Antonio Gramsci

Una de las características más destacadas del Centro de Birmingham será la re-
ferida a que los autores de la Primera y Segunda Etapas incorporaron lecturas de
otros estudiosos, hasta entonces no considerados en las islas británicas. Cuando
se afirma que el Centro fue una plataforma de importación de teorías se hace refe-
rencia precisamente a esta apertura a considerar otros autores como sustentos de
sus propias reflexiones.

Aunque no todos siguieron los mismos textos, puede afirmarse que hubo lectu-
ras compartidas de Carlos Marx8 , Georg Luckacs, Antonio Gramsci y de Louis
Althusser, entre otros autores. Así como ocurrió con los teóricos de la Escuela de
Frankfurt, los autores de la primera etapa abrevaron de los principales aportes de
Marx para realizar sus desarrollos, pero fue Stuart Hall quien hizo una adaptación
más sistemática de este autor.

En virtud de la propuesta específica de Hall y para que el lector comprenda más


acabadamente la especial significación que tiene el análisis que realiza en su clási-

8
Para revisar una síntesis de una parte de la propuesta de Marx se sugiere al lector revisar el capítulo 2.
Se completará en este capítulo otro aspecto – complementario de lo ya desarrollado – del mismo autor,
a los fines de clarificar la posición de Stuart Hall.

Nidia C. Abatedaga 189


Tecnicatura en Periodismo

co texto “Codificación / Decodificación”, se completará en esta unidad otra pequeña


parte de lo aportado por Carlos Marx, que complementa lo ya expuesto en Unidad
2, sin pretensiones de que con esto se complete la frondosa producción de Marx.
Por lo que sólo deberá considerarse una pequeña ampliación de algunas de sus
definiciones.

Así mismo, se abordarán brevemente algunos


aspectos de la propuesta de Antonio Gramsci,
que servirá para comprender la noción
de “hegemonía” y su análisis acerca
de la función de los intelectuales.

Carlos Marx: algunas nociones complementarias

Recordemos que a Carlos Marx le interesaba desentrañar en


modo en que opera el capitalismo, y para ello consideraba que
era necesario analizar la sociedad desde una perspectiva ma- Para realizar este abordaje y enten-
cro sociológica, enfatizando en la reproducción material de diendo que el Proceso de Trabajo y de
la existencia física de los individuos, a la vez que entenderla Producción – ya analizados en Capí-
tulo 2 – son una parte de Cuatro Mo-
como consecuencia del desarrollo histórico de la sociedad. mentos de la Reproducción Econó-
mica de la Sociedad, Marx comenzó
El materialismo de Marx, que focaliza un análisis concreto cuan- realizando una profunda crítica a los
do desarrolla el Proceso de Trabajo, las Fuerzas Productivas y Economistas Clásicos (Adam Smith,
David Ricardo, Stuart Mill, entre otros)
las Relaciones Sociales de Producción (parte de la Estructura a quienes acusaba de sostener que
Económica de la Sociedad), debe entenderse en el marco de los individuos aparecen como puestos
una mirada global sobre la sociedad, es decir, parte de pensar por la naturaleza – conforme a ella – y
a la sociedad como una totalidad, con “momentos” por los que los hechos sociales como dados na-
deben atravesar todos los hombres para proveerse los medios turalmente y no como producto de la
historia, es decir, no como el resultado
necesarios para vivir. El proceso de trabajo es una actividad par- del hacer de los hombres.
ticular, realizada en el primero de esos cuatro momentos, que
son comunes a toda la historia de la humanidad.

“Coherente con esta crítica Marx estudia los individuos del siglo XVIII como el re-
sultado del desarrollo histórico que muestra la disolución de las formas de sociedad
feudal y la evolución de fuerzas productivas desplegadas desde el siglo XVI cuan-
do, aún de un modo incipiente, comenzaron a producirse los cambios que harían
posible que la sociedad europea llegue al siglo XVIII con una forma de sociedad
capitalista basada en el trabajo asalariado”.9

¿Por qué empieza Marx analizando la


producción para explicar cómo
funciona la sociedad?

En consonancia con su crítica al idealismo hegeliano según el cual las relaciones


entre los hombres, todos sus actos y su modo de conducirse son producto de su
conciencia (Marx y Engels: 1970: 18), Marx afirmará que: “La primera premisa de
toda historia humana es, naturalmente, la existencia de individuos humanos vivien-
tes. El primer estado de hecho comprobable es, por tanto, la organización corpórea
de estos individuos y, como consecuencia de ello, su comportamiento hacia el resto

9
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) (pp. 50) “La Teoría Social de Karl Marx” en Von Sprecher (coord.)
Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.

190
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

de la naturaleza. Podemos distinguir al hombre de los animales por la conciencia,


por la religión o por lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los
animales a partir del momento en que (y este es el primer hecho histórico) comienza
a producir sus medios de vida. Lo segundo es que la satisfacción de esta prime-
ra necesidad requiere la adquisición del instrumento necesario y esto conduce a
nuevas necesidades (...). El tercer factor que aquí interviene (...) es el de que los
hombres que renuevan diariamente su propia vida comienzan al mismo tiempo a
crear a otros hombres, a procrear: es la relación entre hombre y mujer, entre padres
e hijos, la familia (...)”.10

Para analizar la producción como categoría sociológica es necesario distinguir en-


tre lo que Marx denomina la “producción en general” y la “producción en un
estadio determinado del desarrollo social”. La primera es una abstracción que
pone de relieve lo común a todos los modos de producción a lo largo del desarrollo
de la humanidad, tanto los modernos como los antiguos y consiste en que “toda
producción es apropiación de la naturaleza por parte del individuo en el seno y por
intermedio de una forma de sociedad determinada”.11

A Marx esta separación analítica12 entre “producción en general” y “producción par-


ticular” le sirve para mostrar que el capitalismo es sólo una forma, entre otras posi-
bles, en que la sociedad satisface sus necesidades.

Comienza analizando la producción en general y la divide en Momentos de la


reproducción económica de la sociedad, que existen en todas las formas históri-
cas conocidas a lo largo de la humanidad: Producción, Distribución, Cambio y
Consumo. El análisis que realiza comienza con una crítica a los Economista Clá-
sicos (David Ricardo, Adam Smith, Stuat Mill, etc.), de los que afirmará, en líneas
generales, que el estudio que realizan de estos cuatro momentos es lineal: “(...) la
producción aparece como el punto de partida, el consumo como el punto terminal,
la distribución y el cambio como el término medio (...)”.13

A esta idea sostenida por lo economistas


clásicos Marx contrapondrá un razonamiento
que muestra cómo los cuatro momentos
conforman una unidad dialéctica.

Considerando en primer lugar la relación entre Producción y Consumo, para


Marx existe consumo durante el proceso productivo: el sujeto que trabaja consume
sus capacidades físicas y mentales y también se consumen los medios de pro-
ducción (materias primas y herramientas). Con relación al consumo del producto
elaborado, Marx afirmará que “éste produce la necesidad de una nueva producción
y la producción crea el material que se va a consumir (el objeto) y el modo en que
ese objeto debe ser consumido”.14

10
Marx, K y Engels, F. (1970) (pp.19-28-29) “La Ideología Alemana”. Coedición: Ediciones Pueblos Uni-
dos. Montevideo - Ediciones Grijalbo. Barcelona. 3º Edición.
11
Marx, Karl (1997) (pp.5) “Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política”. En: Introducción
general a la crítica de la economía política (1857). Siglo XXI Editores. México.
12
Se afirma que la separación es sólo “analítica” porque en realidad no son dos cosas separadas: la
“producción en general” se encuentra desplegada en un modo de “producción particular”, propio de un
determinado momento histórico. Por esta razón, estudiar un particular modo de producción, por ejemplo
el capitalismo, permite ver cuáles son los elementos comunes a otros modos de producción y cuáles son
los aspectos específicos de éste modo en particular, que lo hace diferente de otros que se desarrollaron
en otros momentos de la historia humana.
13
Marx, Karl (1997) Óp. Cit. (pp.5).
14
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) (pp. 53) “La Teoría Social de Karl Marx” en Von Sprecher (coord.)
Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.

Nidia C. Abatedaga 191


Tecnicatura en Periodismo

Si se toma ahora la dupla Producción y Distribución Marx afirmará que según una
concepción superficial, la distribución aparece como distribución de los productos
y de tal modo, como independiente de la producción. Sin embargo, antes de ser
distribución de los productos (en la etapa anterior a la producción y anterior a la
producción misma) la distribución es15 :

1) Distribución de los instrumentos de producción: conforme la clase social


a la que cada individuo pertenece, entraría en la producción como capi-
talista (si posee la propiedad de los instrumentos de producción) o como
asalariado (si no los posee)

2) Distribución de los miembros de la sociedad entre las distintas ramas de


la producción (Por ejemplo, si un pueblo conquistador divide al país entre
los conquistadores e impone así una determinada repartición de tierra,
esto es, quiénes van a producir y en qué rubros: industria, agro, etc.).

Si se considera ahora la relación entre Producción y Cambio Marx afirmará que


este último no es sólo aquel momento que permite que la mercancía esté en manos
de los consumidores, sino que también hay cambio en la producción misma, donde
se cambian actividades y capacidades de los sujetos para producir, así como hay
cambio de productos (materias primas por ejemplo) para obtener el producto aca-
bado.

En síntesis, Marx afirmará que “no es que la producción, la distribución, el inter-


cambio y el consumo sean idénticos, sino que constituyen las articulaciones de
una totalidad, diferenciaciones dentro de una unidad.16 ” Y además aclara que, sin
negar las relaciones entre ellos que se han establecido hasta aquí, de estos cuatro
momentos, la producción es la más importante: el punto inicial del proceso17 .

El Modo de Producción es definido por Marx como: “El modo como los hombres
producen sus medios de vida y depende, ante todo, de la naturaleza misma de
los medios de vida con que se encuentran y que se trata de reproducir”.18 Este
modo de producción no debe considerarse solamente en cuanto es la reproducción
de la existencia física de los individuos, sino que también deberá considerarse la
ideología. En otras palabras, el Modo de Producción posee una estructura material
(económica) y una superestructura ideológica.

Los elementos que conforman la Estructura Material son las Fuerzas Producti-
vas y las Relaciones Sociales de Producción mientras que en la superestructura
ideológica encontramos las formas de conciencia social y el Estado, temas que
ya fueron analizados en Capítulo 2.

En vez del esquema lineal, donde la Producción


es el primer término, le siguen la Distribución
y el Cambio para terminar en el Consumo.

15
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) Óp. Cit (pp. 53).
16
Marx, Karl (1997) Óp. Cit. (pp.20)
17
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) Óp. Cit. (pp. 54)
18
Marx, K y Engels, F. (1970) Óp. Cit. (pp. 18).

192
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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

En vez del esquema lineal, donde la Producción


es el primer término, le siguen la Distribución
y el Cambio para terminar en el Consumo.

Marx propone un esquema que podría


dibujarse de esta manera…

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
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Nidia C. Abatedaga 193


Tecnicatura en Periodismo

Actividad de Autoevaluación 2

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) ¿Qué criticaba Carlos Marx de los Economistas Clásicos en la Introducción a la Crítica de


la Economía Política de 1857?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Por qué afirma que hay “Distribución” antes, durante y después de la “Producción”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Cuándo puede darse el “Cambio”, en relación a la “Producción”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Cómo relaciona los momentos de “Producción” y “Consumo?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Veamos cuáles fueron los aportes de Gramsci.

Los aportes de Gramsci

Antonio Gramsci nació el 22 de enero de 1891 en Ales, Cagliari, en la isla de Cer-


deña (Italia). Es uno de los pocos intelectuales surgidos efectivamente en el seno
de las clases subalternas que alcanza la categoría que el propio Gramsci va a de-
nominar de intelectual orgánico de las clases subalternas, creador de ideología. En
1911 se matriculó en Filología Moderna en la Facultad de Letras de Turín, merced
a una beca para “los estudiantes pobres de las provincias del antiguo reino de Cer-
deña”. En 1913 ingresó al Partido Socialista Italiano e inició una activa militancia
por la causa proletaria. En 1917 pasó a formar parte del Comité Provisional del
Partido Socialista Italiano. En 1919 el Partido Socialista Italiano adhirió a la Tercera
Internacional a cuya formación había llamado Lenín. Desde marzo de 1922 Antonio
Gramsci representó -en Moscú- al Partido Comunista Italiano (en el cual se convir-
tiera el PSI) en la Internacional19 .

En octubre de 1922 se produjo la marcha de Mussolini sobre Roma y la toma del


poder por el fascismo. Al año siguiente, se ordenó el arresto de Antonio Gramsci.
Sin embargo, en 1923, Gramsci fue elegido diputado por el Veneto (Venecia). En
1926 es designado Secretario General del Partido Comunista Italiano y es detenido

19
Von Sprecher, Roberto (2010) (pp. 195) “Los escritos de Antonio Gramsci como teoría social” en Von
Sprecher (coord.) “Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos”. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.

194
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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

el 8 de noviembre de 1926, comenzando un peregrinar carcelario que sólo culmi-


nará seis días antes de su muerte. El 21 de abril de 1937, cumplió su condena y
fue puesto en libertad; el 25 de abril sufrió una hemorragia cerebral. Murió el 27 de
abril20.

La producción teórica de Antonio Gramsci, como se deduce de


su biografía, fue escrita en situación excepcional, ya que fue rea-
lizada casi por completo en la cárcel, y de forma fragmentaria,
Esta brevísima referencia biográfica es en pequeños cuadernos, con una escritura encriptada para evi-
indispensable para comprender tanto
la estrecha vinculación de Gramsci tar censuras. Lo de Gramsci no era el tratado de un académico,
con los escritos de Marx – incompren- era la teoría que un militante pensaba para encontrar herramien-
sibles si no se establece esta relación tas que le ayudaran a cambiar la realidad. Los cuadernos de la
– como el enorme compromiso político cárcel fueron inicialmente divididos en seis volúmenes conforme
del autor, que también enseñó mucho
a los intelectuales de la primera etapa
un criterio temático. Posteriormente el Instituto Gramsci publicó
de la Escuela de Birmingham. las obras en el orden cronológico en que fueron escritas.

Gramsci se plantea dos objetivos que funciona como ejes de sus análisis y
teorizaciones:21

1) Explicar por qué la revolución proletaria había tenido éxito en “oriente”


(cuando en el texto usa este término se refiere a Rusia y a su conversión
en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y por qué había fraca-
sado en “occidente” (término con el que se refiere Europa occidental)

2) Y, consecuentemente desde su perspectiva de militante revolucionario,


cómo elaborar estrategias adecuadas para el triunfo de la revolución en
“occidente”. Efectivamente, en 1917, por primera vez en la historia, había
triunfado una revolución de inspiración marxista, liderada por Lenin, en
Rusia.

Avancemos hacia la noción de Hegemonía.

La explicación crucial de Gramsci consistirá en desarrollar el concepto de Hegemo-


nía. Al leer los originales de los Cuadernos de la Cárcel, hay que tener en cuenta
que el autor proporciona diferentes acepciones de este concepto, unas veces ha-
blará de “Hegemonía en sentido restringido” otras referirá a “Hegemonía en sentido
amplio”. Esta diferencia de alcance en la misma expresión también se encuentra
en otros conceptos que Gramsci trabaja, por ejemplo “dominación” o “Estado” que
aborda en diferentes partes de sus escritos “en sentido amplio” o “en sentido res-
tringido”.

El término hegemonía en los dos sentidos


en que los usa frecuentemente
Gramsci es el siguiente…

“Hegemonía en sentido ampliado refiriéndose a la hegemonía económica, política y


cultural, y hegemonía en sentido restringido refiriéndose a la hegemonía cultural” 22.
Se puede considerar que el concepto de bloque histórico, permite sobre una situa-

20
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit (pp. 196).
21
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit (pp. 197).
22
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 196)

Nidia C. Abatedaga 195


Tecnicatura en Periodismo

ción en que existe hegemonía, pensar la articulación orgánica entre la estructura


y la superestructura23 , concebidas éstas en los términos de Marx y por lo tanto las
clases y su propiedad -o no- de los medios de producción.

Con base en esta mirada general compartida con Marx, Gramsci dejará tal como
aquel había planteado los elementos que componen la estructura: Fuerzas Pro-
ductivas y Relaciones Sociales de Producción. Además recordemos que una de
las relaciones sociales de producción más importantes es la forma de propiedad,
en la estructura también se encuentran las clases sociales, en función de ser o no
propietario de los medios de producción. Se puede agregar aquí que este ámbito
de la estructura económica en el capitalismo es básicamente el ámbito de lo privado
(por oposición al ámbito público que es el Estado y que se encuentra en la super-
estructura), o “Sociedad civil”, donde funcionan en forma “no pública” el intercambio
mercantil.

El aporte que permite a Gramsci explicar el concepto de Hegemonía es en como


amplía el ámbito de la superestructura: donde para Marx había “relaciones jurí-
dico políticas” (el Estado o “Sociedad Política”) y “formas de conciencia social”,
para Gramsci allí también, en la superestructura, como réplica de la estructura hay
“Sociedad Civil”. Es decir que para este autor la superestructura está conformada
por la “Sociedad Política” y por la “Sociedad Civil”. Mientras que la primera
tiene como función principal la coerción (el uso predominante de la fuerza), para la
segunda Gramsci reserva la función de Consenso.
“Se pueden fijar dos grandes planos superestructurales, el que se puede llamar
de la Sociedad Civil, que está formado por el conjunto de los organismos vulgar-
mente llamados «privados», y el de la Sociedad política, y que corresponden a la
Función de Hegemonía que el grupo dominante ejerce en toda la sociedad y a
la de «dominio directo» o de comando que se expresa en el Estado y en gobierno
jurídico”.24

Observemos el siguiente esquema.

Las nociones de “estructura” y “superestructura” tienen el mismo sentido que Marx le había asignado.
23

Gramsci, A. (1984) “El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Crocce”. Ediciones Nueva
24

Visión. Buenos Aires.

196
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

Hay que tener en cuenta que el término Estado lo usa, a veces, en sentido restrin-
gido y, en otras circunstancias, en sentido ampliado. En sentido restringido es
lo que comúnmente entendemos por Estado gobierno, al que ubica en la sociedad
civil; pero en sentido ampliado: “Por Estado debe entenderse no sólo el aparato
gubernamental sino también el aparato “privado” de “hegemonía” o “sociedad civil”
(…) debe señalarse que en la noción general de Estado entran elementos que de-
ben referirse a la noción de sociedad civil. En este sentido se podría decir que el
Estado es igual a la sociedad política más la sociedad civil, es decir la hege-
monía revestida de coerción”.25

Se puede afirmar entonces que para Gramsci la dominación en el capitalismo, la


que ejerce la clase dominante (propietaria de los medios de producción) sobre los
dominados (quienes no poseen más que su fuerza de trabajo) se produce por una
doble vía: desde el Estado (en sentido restringido), a través de la coerción (la poten-
cial/actual aplicación de la fuerza física, a través de la policía, el ejército, las leyes)
y a la vez, a través de la Sociedad Civil, que domina por la Hegemonía, es decir por
la imposición de ideas, que a la vez se logra por la obtención del consenso de las
masas. No hay aquí uso de la fuerza, sino la aceptación de las ideas de la clase
dominante como si fueran propias, el consentimiento “activo o pasivo” por parte de
los dominados de la situación de dominación.

“Hay Hegemonía cuando la visión del mundo de la clase dominante, su ideología,


ha logrado formar parte del sentido común del hombre del pueblo, de sus opiniones,
convicciones, criterios de discriminación y normas de conducta”.26

En el planteo de Gramsci se constituye un bloque histórico cuando existe hegemonía


de una clase fundamental, y si bien la hegemonía es para Gramsci económica, polí-
tica y cultural, el espacio clave de su logro es la Sociedad Civil - y el sentido común
del pueblo - desde donde se puede lograr la dirección cultural de la sociedad. Lo
importante es que plantea, insistentemente, que la noción de bloque histórico supone
una relación orgánica entre estructura y superestructura. Y más allá de plantear, en
algún párrafo, que “las superestructuras son el reflejo del conjunto de las relaciones
sociales de producción”,27 considera que existe un proceso dialéctico entre estructu-
ra y superestructura en cuanto “reciprocidad necesaria”, rechazando las frecuentes
explicaciones mecanicistas de lo que el denomina el marxismo vulgar.

¿Cómo es posible que la clase de los


dominados consienta la situación
de dominación?

Gramsci afirmará que eso es posible, por un lado, porque la clase dominante cede
espacios para lograr el consenso, donde los dominados pueden acceder a lo que
creen es algún grado de libertad.

Por ejemplo, pensemos en la democracia delegativa, característica del sistema democrática

Ej. argentino, que a diferencia de la democracia directa, los votantes (todos iguales ante la ley y
por lo tanto con igual derecho a voto), elegimos a quienes nos “representan” por la vía de los
candidatos que proponen los partidos políticos. Esto plantea, por un lado, la idea de que al
elegir a nuestros representantes estamos, indirectamente “gobernando”, pero a la vez sabe-
mos que nuestros elegidos no consultan para tomar decisiones y muchas veces lo hacen en
dirección contraria a la voluntad popular. Es decir que si un ciudadano decide no votar, está
exponiéndose a que el Estado lo sancione (el voto en nuestro país es obligatorio), pero a la

26
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 206)
27
Ibíd. (pp. 207)

Nidia C. Abatedaga 197


Tecnicatura en Periodismo

vez el voto se piensa como el poder que tiene el ciudadano para elegir, que supone un grado
de libertad que cualquiera puede usar discrecionalmente (el voto es secreto).

Este mecanismo de la democracia delegativa puede considerarse un ejemplo del


consenso, en tanto a la clase dominante le resulta muy costoso gobernar durante
mucho tiempo a través de una dictadura, la democracia aparece como un espacio
que la clase dominante cede (la idea de que el ciudadano participa del gobierno al
votar) para legitimar su dominación, pero a los ojos del ciudadano aparece como
formas de participación “por excelencia”.

A la vez, esos espacios que cede la clase dominante, para lograr


el consenso, son justamente la posibilidad abierta a que se de-
sarrollen visiones del mundo y organizaciones alternativas –en
el sentido de alternativas a lo dominante-. Esos espacios, en-
Por otro lado, Gramsci otorga una
tonces, al menos en potencia, pueden ser el lugar desde el cual importancia medular a la función que
empiece a construirse una contra-hegemonía. “La burguesía cumplen los intelectuales para el lo-
debe ceder esos espacios como parte necesaria de las negocia- gro de la hegemonía. Para este autor
ciones, y esos espacios son espacios de luchas y competencias Los intelectuales permiten el vínculo
que pueden dar lugar a alternativas; si no los ceden no logran orgánico entre la estructura y super-
estructura, y entre la sociedad civil y
el consenso, pero al cederlos establecen la base de la precarie- la sociedad política.
dad constitutiva de toda hegemonía, su equilibrio inestable”.28

¿Quiénes son los intelectuales?

Gramsci no está usando el término como suele utilizarse en el lenguaje diario; los
intelectuales son todos aquellos que tienen como papel principal en la sociedad el
de intelectuales, sin importar la calidad de esa tarea, y pueden ir de un gran soció-
logo, a un periodista, a un maestro, al burócrata de una oficina municipal. Aunque
no pareciera evidente que son intelectuales, lo son, claro que al nivel de adminis-
tradores.

Intelectual puede ser el que crea ideología, el que la difunde, como el que la adminis-
tra. Todos los hombres son intelectuales, pero, sólo parte de ellos tienen esa tarea
como la central de sus vidas. “Todos los hombres son intelectuales, podríamos de-
cir, pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales”.29

A la vez Gramsci identifica, entre quiénes tienen como tarea fundamental trabajar de
intelectuales, los intelectuales orgánicos de los intelectuales tradicionales. Los
primeros son los que un determinado momento histórico se encuentran vinculados
a un “grupo fundamental”, es decir, crean, difunden o administran la ideología domi-
nante vigente, actual. Para Gramsci el “Grupo fundamental, es aquel definido por su
relación en la estructura económica, por poseer o no, los medios de producción. Los
grupos fundamentales en el capitalismo son la burguesía y el proletariado”.30

Los intelectuales tradicionales son aquellos que quedaron de un modo de bloque


histórico anterior, y han podido adaptarse ideológicamente a otro.

Un ejemplo de “intelectuales tradicionales” son los sacerdotes católicos, que han sobrevivido Ej.
con la ideología de la iglesia judeo – cristiana desde la época del Imperio Romano.

28
Ibíd. (pp. 207)
29
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 208 -209).
30
Ibíd. (pp. 210).

198
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

Ej. Ejemplo de intelectuales orgánicos pueden mencionarse ampliamente en el ámbito del pe-
riodismo: desde Grondona, cuando en su programa televisivo “Tiempo Nuevo” (compartido
durante un largo periodo por Bernardo Neustadt) difundieron y justificaron entre otros temas,
la política neoliberal de Menem, el genocidio de la dictadura del periodo 1976 – 1983.

“Los intelectuales son los “empleados” del grupo dominante para el ejercicio de las funciones
subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, a saber 1) Del consenso espontá-
neo que las grandes masas de la población dan a la dirección impuesta a la vida social por el
grupo fundamental dominante. 2) Del aparato de coerción estatal que asegura “legalmente”
la disciplina de aquellos grupos que no consienten ni activa ni pasivamente, pero que está
preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el comando y en
la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo (…)”.31

También pueden citarse como intelectuales orgánicos a escritores, artistas, docen-


tes y hasta humoristas Aunque no pareciera evidente que son intelectuales, lo son,
claro que al nivel de administradores.

Ej. “Un ejemplo, podría, ser la empleada pública que representaba Gasalla en su programa tele-
visivo de humor, y que siempre trataba de poner a la gente en fila gritándole “¡atrás! ¡Atrás!”,
en realidad el papel de intelectual administrador pasa, en parte, por poner a cada uno en su
lugar en ciertos procesos”.32

También existen los intelectuales orgánicos de las clases dominadas, como fue el
propio Gramsci, comprometido políticamente con la idea de que los dominados su-
peren esa situación de dominación, sobre todo si se trabajan los espacios “cedidos”
por la clase dominante para obtener el consentimiento de los dominados. Quienes
se dedican principalmente a la actividad intelectual pueden ser de diferentes tipos,
desde creadores, divulgadores, administradores:

“(…) de hecho la actividad intelectual debe ser distinguida en grados también desde
el punto de vista intrínsico, grados que en los momentos extremos de oposición dan
una verdadera diferencia cualitativa: en el más alto grado se colocarán los creado-
res de las diversas ciencias, de la filosofía, del arte, etc.; en el nivel más bajo, los
más humildes «administradores» y divulgadores de la riqueza intelectual ya exis-
tente, tradicional, acumulada. (…)”.33

Lo que plantea de fondo Gramsci es como la burguesía occidental tiende a sos-


tener su dominación por el consenso y, cómo, a partir de esta situación se podría
constituir un nuevo bloque histórico, un nuevo sistema hegemónico, desde el pro-
letariado, avanzando hacia la sociedad sin clases y sin Estado. Asevera Gramsci
“(...) en realidad sólo el grupo social que se plantea el fin del Estado [gobierno] y
el suyo propio como una meta a alcanzar, puede crear un [verdadero] Estado éti-
co, tendiente a poner fin a las divisiones internas de dominados, etc., y a crear un
organismo social unitario técnico-moral.”34 ¿Qué quiere decir esto? Aquí Gramsci
estaba planteando que al lograr la hegemonía y luego conquistar el Estado, los
intelectuales del proletariado debían promover la disolución del Estado gobierno,
del Estado en sentido restringido, de la sociedad política en última instancia, como
forma de alcanzar efectivamente una sociedad sin clases. Este es un planteo en el
cual los marxistas coincidían en el siglo XIX con los anarquistas, promotores de la
desaparición del Estado como eje central de su lucha, pero que fueron luego per-

31
Gramsci, A. (1984b) Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno. Nueva
Visión. Buenos Aires.
32
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 213).
33
Gramsci, A. (1984b) Óp. Cit. (pp.33).
34
Ibíd. (pp.33).

Nidia C. Abatedaga 199


Tecnicatura en Periodismo

diendo de vista con la mitificación de la dictadura del proletariado. Gramsci tiene


en claro que para que desaparezca la dominación, la explotación del hombre por
el hombre, debe desaparecer el Estado en sentido restringido. Gramsci suponía
que el Partido Comunista era “el grupo social que se plantea [ría] el fin del Estado
[gobierno] y el suyo propio como una meta a alcanzar”. Esto no sucedió.

Por ejemplo “en los sesenta en Córdoba, intelectuales, como Pancho Aricó, introductores Ej.
del pensamiento gramsciano en América Latina, fueron finalmente expulsados del Partido
Comunista argentino”35 .

“Cada grupo social al nacer en el terreno originario de una función esencial en


el mundo de la producción económica, se crea conjunta y orgánicamente uno
o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia
función, no sólo en el campo económico sino también en el social y el político; el
empresario capitalista crea junto a él al técnico industrial y al especialista en econo-
mía política, al organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho, etc.”.36

Aunque al lector recién iniciado el abordaje del autor puede presentar algunas di-
ficultades, porque Gramsci no escribió en forma ordenada, sus aportes han sido
profundos, extensos y esclarecedores de cómo funciona la dominación y el poder.
No nos extenderemos aquí por una cuestión de espacio, en otras precisiones que
el autor realizó en torno a cómo concibe a la ideología, los tipos de ellas que puede
haber, cómo pensó la posibilidad del cambio social y el modo en que pueden resol-
verse las crisis, entre otros innumerables análisis. Se recomienda especialmente
la lectura de sus obras, debido a que así como los autores de Birmingham de la
Primera y Segunda Etapas lo tomaron, sus aportes son de notable actualidad, por lo
que aún es citado y sus conceptos tomados como base de valiosos estudios.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 3

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) ¿Cómo entiende Gramsci que está compuesto el “Bloque Histórico” (el equivalente del
“Modo de Producción” para Marx)?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo entiende Gramsci la “Hegemonía”? Explique cómo funcionan la “Sociedad Polí-


tica” y la “Sociedad Civil”.
……………………………………………………………………………………………
……………………………….……………………………………………………………
…………………………………………………………

35
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 210).
36
Gramsci, A (1984b) Óp. Cit. (pp. 211).

200
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

3) ¿Por qué consiente la clase dominada (los proletarios) la situación de dominación?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Quiénes son los intelectuales? ¿Qué tipo de ellos puede haber?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Qué funciones cumplen los intelectuales en el Bloque Histórico?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Primera Etapa: la creación del Centro de Estu-


dios Culturales Contemporáneos

La fundación del Centro de Birmingham (CCCS: Centre of Contemporary Cultural


Studies) en 1964 en la ciudad de Midlands, creado como centro de estudios docto-
rales, tenía definido como objeto: Las formas, las prácticas y las instituciones cultu-
rales, así como sus relaciones con la sociedad y con el cambio social.

El contexto histórico y las circunstancias políticas en que se crea el Centro dan


cuenta de un ambiente intelectual signado por la desilusión del modelo comunista a
raíz de la invasión rusa a Hungría y la intervención de las tropas franco – británicas
en contra del régimen de Nasser.37 Esto desencadena una serie de movimientos
de reacción en los ámbitos intelectuales, dentro de una trama en la cual los jóvenes
de clases medias o populares encuentran en el sistema escolar el trampolín para
lograr la movilidad social.

Desde el punto de vista académico, Armand Mattelart advierte que la creación del
Centro significó elevar las culturales populares y los estilos de vida de estas clases
al rango de objetos merecedores de “inversión académica”, que acompañó tanto la
incorporación de jóvenes hijos de obreros a las universidades como la movilidad so-
cial de la población en general. Birmingham reunió dos formas de marginalidad38:

● En algunos casos (como en Williams, Hoggart y Hall) por su origen popular: ser
hijos de obreros los hace chocar con lo más tradicional del ámbito universitario
británico.

37
Recordamos al lector que es el mismo contexto que sirvió de “ambiente intelectual” de aparición del
estructuralismo en Francia, esta vez influyendo los desarrollos intelectuales en Inglaterra, en una di-
rección epistemológica no estructuralista, sino humanista. El capítulo tres contiene los desarrollos más
detallados de este contexto histórico común.
38
Mattelart A. y Neveu E. (2002) (pp.20) “Los Cultural Studies. Hacia una domesticación del pensamiento
salvaje”. Ed. de Periodismo y Comunicación N° 20. La Plata.

Nidia C. Abatedaga 201


Tecnicatura en Periodismo

● En el caso de Hall y Thompson, por caracterizarse por una


dimensión cosmopolita, la experiencia de la variedad de cul-
turas los hace desarrollar una sensibilidad especial hacia las
diferencias culturales.

“La puesta en marcha del Centro fue bastante difícil, navegando No olvidemos que Stuart Hall era de
origen jamaiquino. Estos factores ha-
entre el escaso presupuesto (Hoggart debió solicitar el mece- cen que la “inversión académica” no
nazgo de las ediciones Penguin para dotar al Centro de algunos se realice en las universidades más
medios e incorporar a Stuart Hall) y la mirada desconfiada del tradicionales, sino en centros peque-
“stablishment académico” que los veía con mucho recelo y du- ños, como Warwick o instituciones
marginales, como Birmingham.
daba de su estatuto académico. Para esto su primer director
adoptó la táctica de integrar en los jurados de examen de las
asignaturas de los Cultural Studies a los colegas de literatura conocidos por ser ma-
lintencionados, con el propósito de que la seriedad de la formación quedara patente
ante los ojos de la comunidad académica”.39

Los aspectos que caracterizaron al Centro de Birmingham fueron, en primer lugar


el hecho de constituirse en una plataforma de importación y adaptación de teorías,
en segundo lugar la labor realizada en cuanto a despejar terrenos de investigación
relacionados con las culturas populares, los medios de comunicación social y más
tarde temas vinculados a las identidades sexuales y étnicas. Finalmente el carácter
heterogéneo de los estudios. Se verá cómo los teóricos del Centro leen y reinter-
pretan a Antonio Gramsci, Louis Althusser, a los autores de la Escuela de Frankfurt
(de la Primera Etapa), al propio Marx, entre otros.

Los denominados “Padres Fundadores” (Richard Hoggart, Raymond Williams y E.


P. Thompson) “tenían en común con sus antecedentes leavisianos el hecho de
provenir de la docencia de literatura inglesa, pero se diferenciaron de aquellos en
que establecieron lazos con la cultura de las clases populares y en que tuvieron un
mayor compromiso político con esta clase social. Algunos militaron en partidos de
izquierda y se constituyeron en vínculos, desde la militancia, entre la clase obrera
y la universidad de Birmingham. Thompson fue miembro del Partido Comunista
hasta 1956, año en que lo abandona por la enorme decepción sobre el comunismo
ruso, es uno de los fundadores de la New Left Review, una de las pocas revistas
de izquierda en Europa que haya abordado la cuestión política de los medios de
comunicación social”.40

Williams y Thompson compartieron el hecho de haber tenido la experiencia en co-


mún en la educación de adultos, así como un mismo deseo de superar los análisis
que convirtieron a la cultura en una variable sometida a lo económico. Ambos tienen
una visión de la historia forjada por las luchas sociales y la interacción entre cultura
y economía, en la que desempeña un papel fundamental la noción de resistencia a
una orden que lleva la huella del capitalismo como sistema.

Todos los autores de esta primera etapa del Centro de Birmingham tienen en co-
mún en sus abordajes teóricos la oposición a los aportes que hicieran autores de la
Mass Communication Research, así como la idea consustancial de analizar cómo
los receptores resisten al orden cultural industrial y a la multiplicidad de objetos que
producen. También coinciden en afirmar que es imposible abstraer la cultura de las
situaciones de poder y comparten la idea de recuperar los estudios etnográficos
para analizar estos temas sociales.

“En la conferencia inaugural de 1964, Hoggart planteó la óptica inicial del Centro,
definiéndola en la dirección de movilizar las herramientas y técnicas de la crítica

39
Mattelart A. y Neveu E (2002) Óp. Cit. (pp. 34).
40
Ibíd. (pp. 29).

202
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

literaria – la referencia a Leavis resulta explícita – para desplazarlos hacia temas


que, hasta entonces eran considerados ilegítimos por la comunidad universitaria: el
universo de las culturas y prácticas populares en oposición a las culturas letradas,
la toma en cuenta de la diversidad de bienes culturales que abarcará los productos
de la cultura de los medios de comunicación social, después los estilos de vida, y
ya no sólo las obras literarias”.41

Los aportes de Richard Hoggart, Edward P.


Thompson y Raymond Williams

Richard Hoggart nació en 1918 y fue profesor de literatura.


Como primer director del Centro de Estudios Culturales Con-
temporáneos de la Universidad de Birmingham (entre 1964 y
1968) nunca tuvo una relación directa con el marxismo, aunque
Su interés personal e intelectual con tenía simpatía por la clase trabajadora. En 1957 este autor pu-
la clase trabajadora que lo llevó a blica The Uses of Literacy (traducido en Francia en 1970 con el
ocuparse en describir pormenorizada- título algo equívoco de La Culture du Pauvre), que aquí tomare-
mente algunas de sus características,
resaltando un aspecto que será una mos con la traducción que denomina a la misma obra La Cultura
línea de continuidad en sus obras: la Obrera en la Sociedad de masas. Este libro se publicó el mismo
capacidad de resistencia a las influen- año en que se inauguró la televisión comercial, y por lo tanto
cias externas de esta clase social. hasta ese momento era muy poca la influencia de este medio en
la clase obrera. En ella describía los cambios que modificaron el
modo de vida y las prácticas de las clases obreras: su trabajo,
la vida sexual, la familia, el ocio), destacando especialmente las
tradiciones de las comunidades de esta nueva clase social.

“Se afirma a menudo que ya no existe la clase obrera en Inglaterra; que las dife-
rencias sociales se han reducido gracias a una “revolución sin sangre”, y que la
mayoría constituimos una base bastante homogénea, que abarca desde la clase
media baja hasta la clase media. Para poder apreciarla dimensión de estos cambios
y cómo han afectado a la clase obrera, sobre todo, sólo tenemos que revisar algún
estudio sociológico o varias novelas de principios del siglo XX. Nos asombrará la
manera como la clase obrera ha mejorado su nivel de vida, ha adquirido bienes y
creciente poder, pero especialmente el que ya no se sienta parte de “las clases ba-
jas. (…) Podremos tener serias dudas sobre la calidad de la vida actual del obrero, y
especialmente sobre la velocidad con la que ésta se va deteriorando (…) A pesar de
que los males contemporáneos que llaman la atención del observador ciertamente
existen, sus efectos no han sido tan considerables como parecería; en parte, quizá,
porque la clase obrera aún conserva algo de esa vieja resistencia interior. En el fon-
do, la clase obrera es fundamentalmente “sana”, mucho más que otras clases; sus
integrantes son un tanto rudos y ordinarios, quizá, pero diamantes al fin y al cabo;
toscos, pero “valen su peso en oro”; ni refinados, ni intelectuales, pero con ambos
pies en la tierra, capaces de reír de buena gana, caritativos y francos. Se expresan
en un lenguaje florido, pletórico de ingenio, que sin embargo conserva el sentido
común”.42

41
Mattelart A. y Neveu E (2002) Óp. Cit. (pp. 34).
42
Novelo, Victoria (comp.) (1999) (pp. 284) “Historia y Cultura Obrera”. Ed. Instituto de Investigaciones
Dr. José María Luis Mora. México. DF Disponible en http://books.google.es/books?id=OPrjayh9sBYC&p
rintsec=frontcover&source=gbs_slider_thumb#v=onepage&q&f=false (Fecha de consulta: 12 de agosto
de 2010).

Nidia C. Abatedaga 203


Tecnicatura en Periodismo

La base etnográfica de sus análisis propone abiertamente llamar la atención por


aquello que los estudios sociológicos y estadísticos no muestran, ya que sus gene-
ralizaciones no permiten apreciar los matices que conforman las características que
a este autor le interesaba describir.

“(…) Las encuestas sociológicas que sobre clase obrera se han realizado en los
últimos veinte años. Estos libros transmiten con gran fuerza la compleja y claustro-
fóbica impresión que siente el observador al intentar llegar de manera concreta a
todos los aspectos de la vida de la clase obrera; sensación un tanto similar a la de
estar sumergido en una selva interminable, llena de detalles mínimos y variados
que, sin embargo, resultan parecidos: una gran masa de rostros, hábitos y acciones
que, en apariencia, no son muy significativos. Esta sensación me parece a la vez
correcta e incorrecta; correcta, en el sentido de que muestra la diversidad, multipli-
cidad e infinidad de detalles que caracterizan la vida del obrero, así como la imagen
(a menudo depresiva para el extraño) de una gran uniformidad; de formar parte de
una vasta y reconfortante multitud, muy afín aun en los asuntos más importantes e
íntimos. Creo que esta impresión es incorrecta si nos induce a construir una imagen
de la clase obrera a partir de la suma de varias estadísticas obtenidas en los estu-
dios sociológicos. Una encuesta sociológica puede o no sernos de utilidad, pero es
preciso que intentem1qos ver más allá de los hábitos para comprender lo que éstos
representan; no tomar las afirmaciones al pie de la letra, sino leer entre líneas lo
que realmente significan (que muchas veces es exactamente lo contrario de lo que
afirman); detectar las diferentes intensidades de emotividad que hay detrás de las
frases idiomáticas y de los rituales”.43

Con base en estas advertencias, Hoggart definió su estrategia de análisis para abor-
dar lo que se había propuesto describir, fundamentalmente las características de la
clase obrera para indagar la incidencia que los Medios tenían sobre ella: “tomé un
grupo bastante homogéneo de personas de la clase obrera; traté de evocar su at-
mósfera y su calidad de vida a través de la descripción de su escenario y actitudes.
El escenario y la comprobación de las actitudes están tomados principalmente de
mi experiencia en las zonas urbanas del norte de Inglaterra durante los años veinte
y treinta, que fueron los de mi infancia, así como de mi contacto continuo con sus
habitante (…) prestaré menos atención a las minorías dentro de la clase obrera que
no forman parte de lo “tradicional”, como serían las personas de carácter resuelto,
politizadas y piadosas o con expectativas de mejorar socialmente. No pretendo sub-
estimar su valor, pero generalmente los estímulos de los publicistas de masas no
van dirigidos a este tipo de gente. Tampoco pretendo que la descripción que hago
de las diferentes actitudes sea un perfil cabal de la vida obrera. Recalco aquellos
elementos que son especialmente explotables (como dirían los publicistas)”.44

La preferencia por estudiar la clase obrera se debía sobre todo a su propio origen,
ya que era hijo de obreros y queda reflejado con total transparencia en sus obras:

“Un escritor que provenga de la clase obrera también puede caer


en ciertos errores de perspectiva, algo diferentes pero no menos
significativos que los de otras clases sociales. Yo pertenezco a la
clase obrera, y en la actualidad me siento a la vez cercano a ella
y alejado de ella… Mi origen social me ayuda a plasmar los senti-
mientos de la clase obrera y a no caer en algunos de los lugares
comunes en los que suele caer un extraño (…)”.45

43
Hoggart, R. (1971) (pp.28) La cultura obrera en la sociedad de masas. Ed. Grijalbo, México.
44
Hoggart, R (1971) Ibíd. (pp.30)
45
Hoggart, R (1971) Ibíd. (pp.33)

204
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

Su libro La Cultura Obrera en la Sociedad de Masas describe la vida de la clase


obrera en el periodo anterior a la segunda guerra mundial y la compara con la cultu-
ra de masas vigente en la Inglaterra de la postguerra. Con la ayuda de la etnografía
realizará descripciones pormenorizadas, que además resultan sumamente agrada-
bles a su lectura, dando cuenta de los aspectos culturales más tradicionales de su
propia familia:

“Mi abuela se casó con un primo suyo; la familia era todavía rural y vivía en un po-
blado que quedaba a unos 20 km de Leeds. Hacia 1870, mi abuelo y su marido se
mudaron a esa ciudad en expansión, a trabajar en las minas de acero de la zona
sur… Lo mismo estaba sucediendo en el norte y en la región central de Inglaterra;
la gente joven dejaba sus pueblos y las ciudades comenzaron a manchar la cam-
piña con construcciones de baja calidad. No había suficientes servicios médicos,
educativos ni sociales, la calles carecían de limpieza e iluminación adecuadas, y
cada vez estaban más atestadas de familias cuya pauta de vida era en gran me-
dida rural (…). Mi abuela vivió todo esto, y también la primera guerra mundial y el
principio de la segunda. Aprendió a ser un habitante de la ciudad. Sin embargo, sus
antecedentes rurales hablaban por cada poro de su piel. Su casa, que aún alqui-
laba en nueve chelines a la semana en 1939, nunca fue verdaderamente urbana.
Paquetes de papel periódico con hierbas puestas a secar colgaban del techo de
la alacena; siempre había en la despensa un tarro con grasa de ganso, en caso
de que alguien “tuviera un resfrío”. Su vitalidad, vehemencia de lenguaje y buen
humor característicos del campesino, denotaban una fuerza que no tenían sus hi-
jos y a la que a menudo respondían con un remilgo pulido y sofisticado. Ella solía
llamarnos corfeerd (cabeza de buey), sin tener la menor conciencia del arcaísmo;
su vocabulario estaba lleno de expresivos aforismos como ast´owd cock crows,
t´yung un larns (del canto del viejo gallo aprende el joven), con el que se refería a
un muchacho malcriado cuya madre no podía controlarlo; tenía un tesoro de fra-
ses supersticiosas y viejos remedios para cualquier emergencia. Cuando en alguna
ocasión nacía un hijo ilegítimo entre el vecindario, ella contaba divertida la historia
de un escándalo en un barrio obrero (creo que era en Sheffield, donde ella había
vivido algunos años), donde las relaciones ilegítimas detrás del púlpito se hicieron
muy populares. Había asistido, de manera esporádica, a una escuela atendida por
damas voluntarias. Cuando iba yo en sexto año, ella leía sin anteojos muchos de
los libros que yo llevaba a casa”.46

Esta descripción es comparada con las


características culturales de las generaciones
posteriores, entre las que paulatinamente
comenzaron a influir los Medios Masivos.

“En nuestra familia, ella fue la pionera y, por tanto, sólo parcialmente una habitante
de la ciudad, mientras que la segunda generación, la de sus hijos, creció, en el
periodo entre la tercera acta de reforma y la guerra de los boers, en medio de una
serie de leyes sobre educación, vivienda, fábricas y salud pública. Su hijo menor
apenas tuvo la edad suficiente para marcharse a la primera guerra mundial. Los
chicos iban a la escuela primaria, y de ahí a la fábrica de acero o, en el caso de
que tuvieran ciertas aspiraciones, a trabajos menos sucios, como dependientes en
una frutería o en una de las tiendas de la ciudad, lo que se consideraba casi como
un paso ascendente en la escala social (…). La generación de mis padres, tíos y
tías, aún conservó algunas costumbres rurales, aunque más bien con cierto sello de
nostalgia, de veneración por los padres que “sabían distinguir lo que debe ser de lo
que no debe ser, aunque los demás digan lo contrario”; pero no pasaba de ser una
cuestión meramente simbólica. En realidad formaban parte de la nueva generación,
y ese mundo les ofrecía grandes ventajas: ropa y comida variada y barata, carne

46
Ibíd. (pp.33)

Nidia C. Abatedaga 205


Tecnicatura en Periodismo

congelada por unos cuantos peniques el kilo, piñas enlatadas casi regaladas, dul-
ces enlatados a bajísimo precio, pescado y papas fritas a la vuelta de la esquina(…)
Esta segunda generación tuvo menos hijos y mayor presión de la organización de
la vida urbana; sin embargo, se sentían contentos de que “los muchachos tuvieran
más oportunidades en la vida”, pero se preocupaban de que no pudieran terminar
la escuela. “El muchacho” y “la muchacha” éramos mis primos, mis hermanos y yo.
Desde que nacimos, hemos sido habitantes de las ciudades, de tranvía y autobús;
hemos formado parte de la intrincada red de servicios sociales, cadenas de tiendas,
cines, viajes al mar”.47

La inquietud de Hoggart estaba dirigida a los aspectos culturales (no a los desarro-
llos materiales) de la vida obrera y pone especial énfasis en distinguir entre “actitu-
des nuevas” y “actitudes viejas”, porque es este el punto que le permitirá discernir
la magnitud de la influencia de los Medios Masivos, los cuales, comparados con el
desarrollo tecnológico actual, aparecen como apenas incipientes procesos de me-
diatización, aún en la época en la que escribió.

“La estricta división entre actitudes “nuevas” y “viejas” tiene el propósito fundamen-
tal de la claridad, aunque de ninguna manera indica una sucesión cronológica rígi-
da. Por supuesto, elementos tan sutiles como las actitudes no se pueden atribuir a
una generación o a un decenio. Lo que se conoce como actitudes “viejas” contiene
elementos que han existido desde hace mucho tiempo; de hecho, la visión de “la
gente común” de cualquier generación y de cualquier lugar las incluye. Algunas han
cambiado muy poco y se han transmitido de la Inglaterra rural a la urbana; otras
se han dado como parte de la urbanización. Sin embargo, al describir las actitudes
viejas me he basado principalmente en los recuerdos de mi infancia, ya que las
viví en su punto más extremo con los adultos de aquel entonces. Esa generación
creció en un medio urbano y entre muchas dificultades, pero no experimentó en el
transcurso de su juventud el asalto de los mensajes culturales transmitidos por la
prensa, la radio, la televisión y los cines baratos. Pero estas actitudes “viejas” no
se encuentran sólo entre los ancianos o la gente de edad madura: forman un telón
de fondo en la vida de buena parte de la juventud. Me pregunto cuánto tiempo más
seguirán siendo tan poderosas, y de qué manera se han ido modificando.”48

Se preocupó por analizar la influencia de la cultura difundida en la clase obrera por


los medios y más precisamente cómo las publicaciones destinadas a este público
se integran en su entorno. Aunque identifica con claridad la fortaleza de la cultura
y sus valores entre los obreros, no es ingenua su posición respecto a la influencia
de los medios masivos, y esto le permite advertir una tendencia hacia la transfor-
mación de la sociedad en una “sociedad de masas”, provocada por el progresivo
crecimiento de los Medios.

“(…) Muchas de las que se consideran las “nuevas pautas”, así como las actitudes
que les son inherentes, ya se encontraban en esa generación previa, e incluso
antes. De hecho, muchos de los valores que se resaltan como de la clase obrera
tienen una profunda raigambre entre los trabajadores de la mayoría de los países
de Europa. Mi argumento no es que hace una generación había en Inglaterra una
cultura urbana “auténticamente popular”, que en la actualidad ha sido sustituida
por una cultura urbana de masas, sino que los estímulos de quienes controlan los
medios masivos de comunicación son ahora, por muchas razones, más insistentes,
eficaces, globales y centralizados que antes; que estamos yendo hacia la creación
de una cultura de masas; que los residuos de lo que era, por lo menos parcialmente,
una cultura urbana popular, están siendo destruidos; y que la nueva cultura urbana
de masas es en muchos aspectos menos sana que la cultura primitiva a la que in-
tenta reemplazar.” 49

47
Hoggart, R (1971) Op. cit. (pp.30).
48
Ibíd. (pp.35).
49
Hoggart, R (1971) Óp. cit. (pp.36).

206
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

Richard Hoggart de algún modo conduce al lector a reflexionar sobre la importancia


de la cultura y de los valores en el ámbito doméstico de la clase obrera. Advierte
sobre la tendencia a sobrevalorar la influencia de los productos de la industria cul-
tural entre los trabajadores, destacando la fortaleza de la cultura para mantener la
resistencia a esta influencia. El cine, la TV y las revistas de entretenimiento inci-
den, aunque muy lentamente en la clase obrera y a menudo son neutralizados por
fuerzas antiguas, provenientes de las tradiciones y el modo de vida que mantienen
vivos los hábitos culturales de esta clase.

Edward Thompson (1924 – 1993)

Pertenecía a la Universidad de Warwick (desde allí aportó al Centro de Birmingham)


y fue uno de los referentes de la primera etapa del CCCS. Aquí será brevemente
citado, no porque sus desarrollos sean poco importantes, sino en virtud de que al
no haber direccionado sus investigaciones a la comunicación social se considerará
sólo algunos de los aspectos más relevantes que propuso en relación a la noción
de “clase obrera”.

Su valioso aporte centralmente consistió en que analizó la formación de la clase


obrera desde una perspectiva marxista no mecanicista. En consonancia con el aná-
lisis realizado por Richard Hoggart estudiará desde una metodología etnográfica,
los aspectos vinculados a la cultura de la clase obrera, sin embargo diferirá de éste
en que los ámbitos seleccionados no fueron la vida doméstica sino la experiencia
que comparten diversos grupos de trabajadores en los espacios laborales (la fá-
brica para los tejedores manuales, el campo para los trabajadores rurales, el taller
para los artesanos urbanos).

Este autor desarrolla una verdadera arqueología de la formación del mundo obrero.
Comulga con Hoggart en el hecho de elaborar los rasgos del grupo obrero a través
de una dimensión cotidiana y no sólo a través del prisma de las figuras militantes.
Mediante la exploración de las redes de sociabilidad y los vectores donde cristaliza
la identidad obrera Thompson descubre y hace público el continente cultural del
obrero. Recrea la Inglaterra rural de principios del siglo XVIII y deja en evidencia la
dimensión de la “guerra social”, y la cultura concebida como el centro de una tensión
entre mecanismos de dominación y de resistencia. Así, se comprende cómo este
autor logra, a través del registro minucioso de las relaciones de los trabajadores,
desarrollar interrogantes sobre las relaciones de poder, los mecanismos de resis-
tencia y la capacidad de producir otras representaciones del orden social legítimo.

Los aspectos vinculados a la metodología utilizada para sus investigaciones tienen


el mismo fundamento que sostuvo la elección de Richard Hoggart: un parcial des-
acuerdo con la utilización de estadísticas para analizar la vida de los trabajadores.

“La controversia se divide en dos partes. En primer lugar, está la auténtica dificultad
de construir series de salarios, de precios e índices estadísticos a partir de los abun-
dantes pero desiguales datos (…) una serie adicional de dificultades, puesto que
el término nivel nos conduce desde los datos susceptibles de medición estadística
(salarios o artículos de consumo) hacia aquellas satisfacciones de las necesidades
que los estadísticos describen a veces como imponderables. De un estándar de
vida pasamos a un modo de vida. Pero las dos cosas no son lo mismo. La primera
es una medición de cantidades, la segunda una descripción (y a veces una valora-
ción) de calidades. Mientras que los datos estadísticos son apropiados para la pri-
mera, en cuanto a la segunda debemos apoyarnos ampliamente en los “testimonios
literarios”. Sacar conclusiones para una de ellas en base a los datos apropiados

Nidia C. Abatedaga 207


Tecnicatura en Periodismo

sólo para la otra da lugar a un importante foco de confusión. A veces parece que
los estadísticos sostuvieran lo siguiente: “los índices revelan un aumento del con-
sumo per cápita de té, azúcar, carne y jabón, por consiguiente la clase obrera era
más feliz”, mientras que los historiadores sociales respondían: las fuentes literarias
demuestran que el pueblo no era feliz, por consiguiente su nivel de vida debió
empeorar”.50

Fue miembro del Partido Comunista al igual que Williams e insistió en la importan-
cia de estudiar las formas culturales “vivas”, ancladas en la experiencia subjetiva
de las clases populares inglesas. Buscó neutralizar las lecturas que deducían de
un modo lineal las características de la cultura de la estructura material. Desde esta
perspectiva estudió la historia de luchas de la clase obrera, como formas de resis-
tencia al orden capitalista.

“A lo largo del periodo 1790 – 1840, hubo una pequeña mejora en la media del nivel
de vida material. A lo largo del mismo periodo hubo una explotación intensificada,
una mayor inseguridad y una miseria humana creciente. Hacia 1840, la mayor parte
de la población estaba “más acomodada” de lo que lo habían estado sus predece-
sores 50 años antes, pero había sufrido y seguía sufriendo esa pequeña mejora
como una experiencia catastrófica. Con el fin de explorar esta experiencia, en base
a la cual surgió la expresión política y cultural de la conciencia de la clase obrera,
debemos hacer lo siguiente: primero, estudiar la experiencia vital cambiante de
tres grupos de trabajadores: los trabajadores rurales, los artesanos urbanos y los
tejedores manuales; segundo, hablar de algunos de los elementos menos “pon-
derables” del nivel de vida de la población; tercero, examinar las coacciones más
íntimas que provocó la forma de vida industrial y la relación que el metodismo tiene
con ellas. Por último, analizar algunos de los elementos que hay en las nuevas co-
munidades de la clase obrera”.51

Se dedicó a entender, con las categorías que Marx había propuesto (estructura /
superestructura; en Thompson equivalen a experiencia / conciencia), cómo la expe-
riencia de la clase trabajadora se plasmaba en una conciencia de clase que la hacía
resistir los embates del capitalismo. Sin embargo no propone un análisis estático,
sino como un fenómeno activo, en formación permanente.

“Formación porque es el estudio de un proceso activo, que debe tanto a la acción


como al condicionamiento. La clase obrera no surgió como el sol, a una hora de-
terminada. Estuvo presente en su propia formación. (…) Por clase, entiendo un
fenómeno histórico que unifica una serie de sucesos dispares y aparentemente
desconectados, tanto por lo que se refiere a la materia prima de la experiencia,
como a la conciencia. Y subrayo que se trata de un fenómeno histórico. No veo
la clase como una “estructura”, ni siguiera como una “categoría”, sino como algo
que tiene lugar de hecho (y se puede demostrar que ha ocurrido) en las relaciones
humanas. Todavía más, la noción de clase entraña la noción de relación histórica.
Como cualquier otra relación es un proceso fluido que elude el análisis si intenta-
mos detenerlo en seco en un determinado momento y analizar su estructura. (…)
La relación debe estar siempre encarnada en gente real y en un contexto real… no
podemos tener dos clases distintas, cada una con una existencia independiente,
y luego ponerlas en relación la una con la otra (…). Y la clase cobra existencia
cuando algunos hombres, de resultas de sus experiencias comunes (heredadas o
compartidas), sienten y articulan la identidad de sus intereses a la vez comunes a
ellos mismos y frente a otros hombres cuyos intereses son distintos (y habitualmen-
te opuestos a los suyos). La experiencia de clase está ampliamente determinada
por las relaciones de producción en las que los hombres nacen, o en las que entran

50
Thompson, E.P. (1989) (pp.16) “La formación de la clase obrera en Inglaterra”. Ed. Crítica. Grijalbo.
Barcelona.
51
Ibíd. (pp.16)

208
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

de manera involuntaria. La conciencia de clase es la forma en que se expresan


estas experiencias en términos culturales: encarnadas en tradiciones, sistemas de
valores, ideas y formas institucionales. Si bien la experiencia aparece como algo
determinado, la conciencia de clase no lo está (…). La conciencia de clase surge
del mismo modo en distintos momentos y lugares, pero nunca surge exactamente
de la misma forma”.52

Es importante destacar aquí la mirada dialéctica y si se quiere, constructivista con


que Thompson aborda su investigación. Analiza a la clase obrera en su propio pro-
ceso de formación, tomando la experiencia que comparten los trabajadores y la
conciencia obrera que se va formando. Precisa el abordaje en situaciones concre-
tas, a la vez que recupera con gran fidelidad los conceptos provenientes del mate-
rialismo dialéctico de Marx.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 4

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) ¿Con qué finalidad Hoggart describió las características de la clase obrera en su texto La
cultura obrera en la sociedad de masas?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Por qué elije Hoggart un método etnográfico de investigación? ¿Qué le cuestiona a las
metodologías sociológicas clásicas?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Cómo cree Hoggart que es la relación entre los mensajes de los Medios Masivos y la
cultura de la clase obrera?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿En qué ámbitos estudia E.P. Thompson la clase obrera?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Qué afirma Thompson de la “experiencia” y la “conciencia” de la clase obrera?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

52
Ibíd. (pp.17)

Nidia C. Abatedaga 209


Tecnicatura en Periodismo

Raymond Williams (1921 – 1988)

Fue uno de los integrantes del Centro que más enfatizó en temas vinculados a la
cultura y los medios masivos. Tuvo vinculaciones con el marxismo, aunque se dis-
tanció críticamente de él.

Cultura y Sociedad (1958)

En 1958 (un año después del libro de Hoggart que comentamos arriba) publicó
Cultura y Sociedad donde se propuso analizar la idea de cultura y los usos de la
palabra misma desde la Inglaterra de la Revolución Industrial. “El libro es un intento
de… seguir el desarrollo de la idea hasta nuestros días. De tal modo, se convier-
te en una exposición y una interpretación de nuestras respuestas tanto mentales
como emocionales a los cambios producidos en la sociedad inglesa desde fines del
siglo XVIII”.53

En el texto mencionado se observa la posición desde la cual analiza la cultura, que


tendrá como eje central “la respuesta”, “la reacción” frente a los cambios propuestos
por la industrialización, con lo cual deja ya evidenciada la opción teórica de consi-
derar la existencia de un sujeto activo, no “sujetado”.

“La idea de cultura sería más simple si hubiese sido sólo una respuesta el in-
dustrialismo, pero era asimismo, sin lugar a dudas, una respuesta a las nuevas
transformaciones políticas y sociales, a la Democracia. Una vez más, en relación
con ello, es una respuesta compleja y radical a los nuevos problemas de la clase
social… Mientras que antaño cultura significaba un estado o hábito de la mente,
o la masa de actividades intelectuales y morales, ahora también significa todo un
modo de vida. Esta transformación… no es accidental sino general y profundamen-
te significativa”.54

En las conclusiones analizará la idea de “las masas” y su relación con las formas
democráticas. Dirá que el significado peyorativo designado a las masas como po-
pulacho, parece el resultado de tres tendencias sociales:

“La concentración demográfica en las ciudades industriales (…). Segundo, tenemos


un apiñamiento físico de personas (…) la concentración de trabajadores en las fá-
bricas (…) un apiñamiento físico y social en las relaciones laborales (...) Tercero, el
desarrollo correspondiente de una clase obrera organizada y en proceso de auto-
organización: un apiñamiento social y político55 .”

A la vez analiza que la democracia de masas, es en realidad es democracia de cla-


se, porque “(…) si creemos en la existencia de las masas, el gobierno de la mayoría
será, con el sufragio universal, el gobierno de las masas. Además, si éstas son en
esencia el populacho, la democracia será el gobierno del populacho. Es dudoso que
se trate, en consecuencia, de un buen gobierno o una buena sociedad; será, antes
bien, el imperio de la bajeza o la mediocridad (…) Según el expediente abierto, se
trata también de la intención confesa de los trabajadores de modificar la sociedad,
(…) me parece que lo cuestionado no es la democracia de masas, sino la demo-
cracia (..). El opuesto oculto es la democracia de clase, en la que la democracia

53
Williams, Raymond (2001) (pp.7) Cultura y Sociedad. 1780 – 1950. Ed. Nueva Visión. Bs. As.
54
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.17).
55
Ibíd. (pp.247).

210
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Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

caracterizará simplemente los procesos mediante los cuales una clase dominante
encauza su tarea de gobernar”.56

El autor sostiene que en la base de los problemas sobre la democracia de masas


está la existencia de medios masivos de comunicación inmensamente poderosos.
Concebir la comunicación como comunicación de masas permite distinguir dos ti-
pos de comunicación por la intención con la que se la realiza.

“Si nuestro objetivo es el arte, la educación, la provisión de informaciones u opinio-


nes, nuestra interpretación se planteará en términos del ser racional e interesado.
Por otro lado, si nuestro objetivo es la manipulación – convencer a gran cantidad de
personas de que actúen, sientan, piensen, conozcan de cierta manera - , la fórmula
conveniente será la de las masas”.57

Y al vincular “comunicación de masas” con “democracia” afirmará que se acepta el


principio de la democracia pero “se teme su práctica plena y activa” y más adelante
reforzará la afirmación diciendo: “Resulta claro, que aún en las comunidades de-
mocráticas contemporáneas la actitud dominativa ante la comunicación todavía es
preponderante. Casi todos los líderes, sean del tipo que fueren, parecen auténtica-
mente temerosos de confiar en los procesos de discusión y decisión mayoritarias.
Como cuestión práctica, se la desgasta poco a poco hasta reducirla a la más pura
fórmula. De ello es evidentemente responsable la arraigada desconfianza en la
mayoría, a la que se ve como una masa o más educadamente, como el público”58 .

La veta humanista y un sujeto social capaz de resignificar y resistir aparece también


en los razonamientos relativos a la comunicación y democracia, cuando Williams
afirma que “si la gente no puede tener una democracia oficial, tendrá una no oficial
en cualquiera de sus formas posibles, desde la revuelta o el tumulto armado, pa-
sando por la huelga o el trabajo a reglamento “extraoficiales”, hasta la forma más
silenciosa pero más alarmante, un malhumor general y le pérdida de interés (…) los
síntomas de inquietud son, precisamente una réplica a una organización dominan-
te. Rechaza, así, expresamente las lecturas que relacionan los movimientos de ma-
sas a su “ineptitud”, o “porque así es la naturaleza de esa bestia, el populacho”.59

Por otro lado propondrá que los gobernados utilizan la apatía como una arma segu-
ra contra los gobernantes, pero de lo que se trata, en términos de comunicación es
dar una respuesta que consista en “(…) adoptar una actitud diferente ante la trans-
misión, una actitud que confirme que sus orígenes son auténticamente múltiples y
que todas las fuentes tienen acceso a los canales comunes. La recepción activa y la
respuesta vital dependen a su vez de una comunidad concreta de experiencia y su
calidad depende, con igual certeza, del reconocimiento de la igualdad práctica”.60

The Long Revolution (La larga Revolución – 1961)

Como una continuidad de su trabajo Cultura y Sociedad, Williams escribió esta


obra, destinada a “cuestiones de la teoría de la cultura, análisis histórico de ciertas
instituciones y formas culturales y problemas de significado y acción en nuestra
situación cultural contemporánea.61”

56
Ibíd. (pp.248).
57
Ibíd. (pp.251).
58
Ibíd. (pp.259).
59
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.17).
60
Ibíd. (pp.55).
61
Ibíd. (pp.23).

Nidia C. Abatedaga 211


Tecnicatura en Periodismo

Este libro está dividido en tres partes, dentro de las cuales analiza, en la primera,
la naturaleza de la actividad creativa para abordar la relación entre comunicación y
comunidad así como los procesos de cambio social y cultural.

La segunda parte es una descripción y análisis del desarrollo de algunas de nues-


tras principales instituciones culturales, desde la educación hasta la prensa. De la
educación y su relación con la cultura afirmará que no es un proceso único, sino
el resultado de elecciones y omisiones que se realizan con base en determinada
cultura.

“La tarea de organizar la educación (…) encararla como si se tratara de la distri-


bución de un producto cualquiera es completamente errado. No sólo se trata de
considerar que la organización de la educación expresa consciente e inconsciente-
mente, la organización más vasta de una cultura y una sociedad, de modo que lo
que se pensó como simple distribución es en los hechos una conformación activa
con fines sociales específicos. También ocurre que el contenido de la educación,
sujeto a grandes variaciones históricas, también expresa, tanto consciente como in-
conscientemente, ciertos elementos básicos de la cultura, y lo que se piensa como
“una educación” es, en realidad, una selección particular, un conjunto definido de
énfasis y omisiones”.62

El autor realiza un recorrido desde la Edad Media, en relación con los diferentes
sectores sociales que estuvieron vinculados a la recepción de la producción escrita
y los temores que generaba la incorporación de sectores masivos como público
lector, en un razonamiento que recuerda lo que Eco denominara posiciones “apo-
calípticas.”

“(…) El público lector principalmente profesional, compuesto por clérigos, eruditos


y estudiantes, doctores y abogados, creció de manera constante a lo largo de la
Edad Media y a ellos se unió, en los últimos siglos, una pequeña pero significativa
cantidad de lectores generales…Por un lado existía el temor de que, con la amplia-
ción del círculo de lectores, los niveles descendieran y la literatura se viera amena-
zada por la “borroneadura”(…) existía el temor esencialmente político de que, si el
hombre común leía, las amenazas recaerían tanto sobre la calidad como sobre el
orden”.63

Las producciones culturales eran aceptadas como “respetables” o “serias” según un


criterio doctrinal, basado en la religión, y en el ámbito más preciso de la literatura
“(…) había un campaña permanente contra piezas teatrales y romances, que no
eran una lectura seria, en Las producciones culturales eran aceptadas como “res-
petables” o “serias” según un criterio doctrinal, basado en la religión, y en el ámbito
más preciso de la literatura “(…) había un campaña permanente contra piezas tea-
trales y romances, que no eran una lectura seria, en contraste con los libros sobre
modales y comportamiento; manejo de la casa, viajes, historia natural y asuntos
públicos”.64

Estas distinciones respecto de los tipos de textos y de los lectores se volverán dife-
rencias de clases con el capitalismo ya en vías de consolidación en la Inglaterra de
fines del XIX, con la aparición de nuevos sectores sociales y para analizarlas toma
críticamente la posición de Frank Raymond Arnold:

“Para entender los problemas de la expansión será útil recordar (…) que Arnold
adjudica un bajo nivel a la “clase media”. En efecto, el argumento esencial debe se-

62
Ibíd. (pp.127).
63
Ibíd. (pp. 156-157).
64
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.158).

212
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

pararse de su confusión habitual con el desdén vicario por un grupo social “inferior”.
Todo el argumento sobre la “literatura barata” ha quedado comprometido por su uso
como forma de distinción de clase. Estar en contra de las personas que enfrentan
esos nuevos problemas es una trivial evasión de las verdaderas cuestiones que
Arnold definió y se esforzó por resolver.

“En la segunda mitad del siglo XIX la industria editorial – esa rama del comercio
inglés – crecía muy rápidamente”.65

El problema para Williams era claramente la relación de la producción intelectual,


sobre todo el caso de los incipientes Medios Masivos, con la historia social y eco-
nómica de la comunidad. En consonancia con esa idea planteará que es la indus-
trialización y la lógica mercantil de la publicidad la base social de la prensa popular,
más que la mera expansión de los procesos alfabetizadores.

“(…) A partir de la vieja literatura popular, con tres factores transformadores vitales:
primero, la enorme mejora económica de los métodos de producción y distribución
causada por la industrialización; segundo, el caos social y la extensión de los de-
rechos políticos, también obra de la industrialización y la lucha por la democracia,
y tercero, la instauración, como base de financiamiento de los diarios, de un tipo
de publicidad cuya necesidad se debió a un nuevo tipo de organización económica
y un público organizado de otra manera. En sí misma, la alfabetización no fue un
factor transformador (…) La prensa popular del siglo XX tiene como imagen una
fórmula particular que, (…) se desarrolló rápidamente desde el surgimiento de la
nueva publicidad en la década de 1890. Esta fórmula es la de la “masa” o “las ma-
sas”, un tipo específico de agrupamiento impersonal, correspondiente a aspectos
de la organización social e industrial de una sociedad capitalista e industrializada
como la nuestra. La novedad esencial de la prensa popular del siglo XX es el des-
cubrimiento y la explotación exitosa de esa fórmula, y lo importante, si bien es pru-
dente considerar en detalle sus mecanismos, es preguntarse sobre la relación de la
fórmula de las “masas” con la verdadera naturaleza de nuestra sociedad”.66

Ya en el texto que se comenta (recordemos que se editó por primera vez en 1961),
Williams da cuenta de las actuales tendencias oligopólicas de la propiedad de los
Medios Masivos, fenómeno que actualmente se encuentra en total apogeo en nues-
tro continente.

“El cambio en la economía de la publicación de diarios condujo entonces a cambios


en los métodos de propiedad, con consecuencias de largo alcance. Ocasionalmen-
te, en periodos anteriores, el mismo impresor o propietario había sido dueño de dos
o tres diarios de escasa circulación, pero la regla, en todo momento, había sido la
propiedad de una sola publicación, ya fuera por un impresor, una familia de impre-
sores o una sociedad anónima. Ahora, en torno del nuevo tipo de propietario espe-
culativo, se reunían o lanzaban grupos enteros de diarios y periódicos (…) ¿(…) la
larga historia de la prensa en Gran Bretaña debía alcanzar su consumación en una
cantidad declinante de diarios, en la propiedad de pocos grupos muy grandes y en
la aceptación de los peores tipos de periodismo?(...) Es algo que sucede a toda la
sociedad, y si queremos entenderlo será necesario considerar todos los elementos,
no sólo el mal periodismo sino también las cuestiones de la propiedad y la relación
con la publicidad”.67

65
Ibíd. (pp.167).
66
Ibíd. (pp.175-176).
67
Ibíd. (pp.200-207).

Nidia C. Abatedaga 213


Tecnicatura en Periodismo

Hacia los años ´60, el autor identificará tres patrones claros que le permiten
caracterizar la sociedad británica:

- Uno es la continua expansión de la revolución industrial que por aquellos


años en Inglaterra, se encontraba atravesando una importante fase técnica.

- Otra es la revolución democrática, que hacia adentro de las Islas se en-


tiende como completado el proceso democrático, con el gobierno parla-
mentario y los gobiernos locales establecidos con solidez sobre la base
del sufragio universal y la aparente ruptura del sistema clasista. Hacia el
exterior, y frente a los procesos de descolonización de los países bajo el
dominio inglés (recordemos que la India sólo logra su emancipación del
colonialismo británico hacia 1973), Inglaterra asumió una posición princi-
palmente defensiva.

- La expansión cultural y el crecimiento constante del nivel general de edu-


cación.

Williams afirmará que este escenario que muestra una “buena sociedad que se
desenvuelve con naturalidad puede ser excepcionalmente engañosa (…) según
veo la situación, necesitamos formas muy diferentes de análisis que nos permitan
reconocer las importantes contradicciones dentro de cada uno de los patrones des-
criptos (…)”.68

Entre otros aspectos se pregunta por qué se había comenzado a considerar “con-
sumidores” a clientes. Su respuesta está en que: “El cambio radical consiste en
que, en el desarrollo de la producción industrial en gran escala, es cada vez más
necesario adelantarse a planificar y conocer la demanda del mercado, se descubre
la demanda a fin de poder organizar la producción (…). Resulta claro, entonces, la
popularidad de “consumidor” como descripción, porque si bien una gran parte de
nuestra actividad económica está evidentemente consagrada a satisfacer necesi-
dades conocidas, otra parte considerable y creciente consiste en asegurarse de
que consumamos lo que la industria considera conveniente producir”.69

La inversión que se ha producido, en cuanto ya no se consumía lo que las perso-


nas necesitan para vivir sino lo que a la industria le conviene producir encuentra
grandes similitudes con algunos de los planteos de la Escuela de Frankfurt. Además
Williams planteará la diferencia entre este modo de concebir la producción y la que
considera un criterio social de producción, es decir, aquel que debiera tomar en
consideración las necesidades de la sociedad y no del sistema industrial.

“Nuestro modo de vida será pobre si no podemos pensar en el uso social como un
criterio de nuestra actividad económica; sin embargo, a eso nos empujan la insis-
tencia en el “consumidor”, las supuestas leyes del mercado y el sistema de produc-
ción y distribución del que éstas provienen (…). Como se ha reconocido amplia pero
confusamente, el peligro radica en adaptar a los seres humanos a un sistema y no
el sistema a los seres humanos (…) Por mi parte, al revisar los hechos estoy segu-
ro de que lo que nos confunde es, en realidad, el capitalismo, un sistema particular
y temporario de organizar el proceso industrial. La versión capitalista de la sociedad
sólo puede ser el mercado, porque su objetivo es la ganancia en actividades parti-
culares y no una concepción general de uso social, y su concentración de la propie-
dad en sectores de la comunidad hace que la mayoría de las decisiones comunes,
más allá de las correspondientes al mercado, sean limitadas o imposibles”.70

68
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.276-277-278).
69
Ibíd (pp.280-281).
70
Ibíd (pp.281-284).

214
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

“La larga revolución para este autor debiera surgir de la propia energía humana, y
de la convicción de que los hombres pueden dirigir su propia vida abriéndose paso
a través de las presiones y restricciones de formas sociales más antiguas y descu-
briendo nuevas instituciones comunes”.71

Sin embargo esta lucha que debe librar la sociedad se enfrenta con tres tipos
de pensamiento que limitan y se oponen continuamente a la larga revolución:

- La firme resistencia opuesta por muchos grupos privilegiados a cualquier


ampliación de la riqueza, la democracia, la educación o la cultura que
pueda afectar su estatus de excepción.

- Los aliados de los grupos privilegiados, que se asociaron a éstos y se


identifican con el orden existente, como por ejemplo dirigentes obreros
que se dedican a combatir elementos que surgen del propio movimiento
obrero. También aquí deben incluirse los hombres y mujeres jóvenes que
se beneficiaron con la ampliación de la educación pública y que se iden-
tifican con el mundo al cual han sido admitidos, y pasan gran parte del
tiempo poniendo al descubierto y documentando la vulgaridad del pueblo
que abandonaron.

- La “masificación” que sólo puede suceder si una mayoría del pueblo al


que las élites consideran como “las masas” aceptan esa versión de sí
mismas. Las élites tienen la suficiente habilidad para confundir y adular,
lo que hace que las masas queden atrapadas y ello se torna favorable a
estas élites a los fines prácticos.

En el pensamiento de Raymond Williams aparece claramente la idea de “hegemo-


nía” gramsciana, aunque sin mencionarla, cuando habla de cómo ciertos sectores
sociales que son parte de la clase dominada consienten activamente la domina-
ción a cambio de unos pocos privilegios (espacios) que la clase dominante cede
para sostener el dominio: los dirigentes del movimiento obrero, que aunque siguen
siendo obreros (no son capitalistas) operan a favor de los capitalistas; los nuevos
jóvenes con educación que probablemente ocupen cargos jerárquicos en empresas
(son “asalariados jerárquicos”, no propietarios) y sin embargo se dedican a cuidar
los intereses de los propietarios del capital.

Ej. Williams ejemplifica la contradicción en la que suelen encontrarse las masas, con una si-
tuación que puede mostrar notables semejanzas con la actual adhesión de una extendida
cantidad de público argentino a series tales como “Los Simpson”:

“En un negocio de venta de pescado con papas fritas en una calle poco transitada, recuerdo
haber visto al dueño y su mujer, obviamente no muy adinerados y con un evidente acento
local, mirar con aparente placer una telenovela en la cual personas como ellos y sus clientes,
con el mismo acento local, eran objeto de burla como una clase de payasos notoriamente ig-
norantes. Y este no es un ejemplo aislado de una versión humana de la gente común que se
presenta con regularidad y vasta difusión para el disfrute de las mismas personas a quienes
esa versión tergiversa e insulta. Pruebas como éstas hacen que alguna gente se resigne a
la “masificación”: las masas se recrearán a sí mismas, aceptarán cualquier posición inferior
que se les ofrezca (…)”.72

Para este autor el proceso de cambio que implica la larga revolución no puede limi-
tarse a pensar en las revoluciones democrática, industrial y cultural como procesos
separados. “Todo nuestro modo de vida, desde la forma de nuestras comunidades

71
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.326).
72
Ibíd. (pp.329).

Nidia C. Abatedaga 215


Tecnicatura en Periodismo

hasta la organización y el contenido de la educación y desde la estructura familiar


hasta el estatus del arte y el entretenimiento, es profundamente afectado por el
progreso y la interacción entre la democracia, la industria y la expansión de las
comunicaciones”.73

Particularmente en este texto, Raymond Williams - igual que Horkheimer y Adorno


considera la cultura de masas como un producto vinculado con los intereses expan-
sivos del capitalismo, pero difiere de aquellos en que los sujetos pueden hacer algo
por modificarla, la industria cultural puede todavía ser parte de una “larga revolu-
ción”, aunque con suma dificultad, por los propios hombres.

Marxismo y Literatura (1977)

Una de la obras de Williams que se puede pensar como sustancial a los fines de
ilustrar ejes fundamentales de su pensamiento y de ilustrar la influencia de otros
autores en sus reflexiones, es Marxismo y Literatura. En ella el autor comenta en la
introducción cómo llegó a adherir al marxismo:

“(…) A partir de mediados de la década de 1950 comenzaron a surgir nuevas for-


maciones que fueron agrupadas bajo la denominación de la Nueva Izquierda. Así
mismo, encontré que el pensamiento marxista era diferente, y en algunos aspectos
radicalmente diferentes, de lo que yo y la mayoría de la gente entendía en Gran Bre-
taña por marxismo. Se establecieron contactos con trabajos anteriores que hasta
entonces no se habían cruzado en nuestro camino; por ejemplo la obra de Lukács
y de Brecht (…), las últimas obras de Sartre, el desarrollo de la labor de Goldmann
y de Althusser, había acceso a los trabajos más antiguos, especialmente los de la
Escuela de Frankfurt (en su periodo más significativo, durante los años 30 y 40) y
particularmente la obra de Walter Benjamin; la obra extraordinariamente original de
Antonio Gramsci; y como un elemento decisivo de un nuevo concepto de la tradi-
ción, la obra nuevamente traducida de Marx, y especialmente los Grundrisse”.74

En las tres partes de que se compone, Williams analiza:

1. En la primera, los conceptos de “cultura”, “lenguaje”, “literatura” e “ideología”,


afirmando que aunque ninguno de ellos es un concepto exclusivamente marxis-
ta, éste ha contribuido a caracterizarlos.

Del concepto de “cultura” el autor realizará un recorrido que va desde antes del
siglo XVIII, donde se la concebía como “el nombre de un proceso: la cultura de
algo”, pasando por las postrimerías del mismo siglo, donde se la concebía como
intercambiable con el concepto de “civilización”, pasando posteriormente a ser
considerada como asociada a “la religión, al arte, la familia y la vida personal,
como algo distinto de – o activamente opuesto a – la “civilización” o la “socie-
dad”. Posteriormente, al debilitarse el énfasis religioso, la cultura, junto al “arte”
y la “literatura”, “eran considerados como el registro más profundo, el impulso
más profundo y el recurso más profundo del espíritu humano. La cultura era en-
tonces la secularización.” Sin embargo el término “cultura” sufrió otro desarrollo:
“la cultura considerada como un concepto social, específicamente antropológico
y sociológico”.75

73
Ibíd. (pp.13).
74
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.13-15).
75
Ibíd. (pp.25a 28).

216
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

En este punto Williams reflexiona sobre la enorme complejidad que el concepto


acarreó a lo largo de la historia que: “el problema de saber, al principio, si sería una
teoría de “las artes y la vida intelectual” en sus relaciones con la “sociedad” o una
teoría del proceso social que produce “estilos de vida” específicos y diferentes(…)”
En este punto el autor incorpora la crítica que se hizo desde el marxismo a la idea
de “civilización” como forma social específica: “la sociedad burguesa creada por el
modo de producción capitalista”.76

Sobre el concepto de “lenguaje” el autor realizará un recorrido histórico similar


al efectuado con el concepto de “cultura”, pero se detendrá en una distinción que
parece central, soportada en las reflexiones de Vico y de Herder, y es la diferencia
entre el lenguaje como una facultad instrumental, exterior del sujeto y el lenguaje
como constitutivamente humano.

Retomará a Vico en cuanto éste “propuso su criterio de que sólo podemos tener
pleno conocimiento de aquello que podemos hacer o producir por nosotros mis-
mos… podemos comprender a la sociedad porque la hemos producido, porque la
conocemos realmente, no de un modo abstracto sino a través del propio proceso de
producirla y porque la actividad del lenguaje es fundamental en este proceso, Vico
abrió una dimensión absolutamente nueva (…)”.77

De Herder recupera la idea de que: “El lenguaje verbal es, por tanto, distintivamente
humano; de hecho, constitutivamente humano. Este fue el punto reivindicado por
Herder, quien negaba cualquier noción del lenguaje como “dado” al hombre (por
ejemplo, por Dios) y, en consecuencia, negaba la manifiesta noción alternativa del
lenguaje como “agregado” al hombre, como un tipo especial de adquisición o de
herramienta. El lenguaje es pues, positivamente, una apertura del mundo y hacia
el mundo distintivamente humana y no una facultad discernible o instrumental, sino
una facultad constitutiva”.78

En esta dirección, el autor destacará el trabajo de Voloshinov (algunos conside-


ran es el seudónimo de Bajtin), porque “reconsideró todo el problema del lenguaje
dentro de una orientación general marxista, la “actividad” (la fortaleza del énfasis
idealista con posterioridad a Humboldt) como una actividad social y comprender el
“sistema” (la fuerza de la nueva lingüística objetivista)79 en relación con esta acti-
vidad social y no, como había sucedido hasta entonces, separada formalmente de
ella (…). Gran parte de este esfuerzo se dedicó a recobrar el pleno énfasis pues-
to sobre el lenguaje considerado como actividad, como conciencia práctica, que
había sido debilitado y rechazado (…) Voloshinov argumentaba que el significado
era necesariamente una acción social dependiente de una relación social (…) la
conciencia adquiere forma y existencia en el material de los signos creados por
un grupo organizado durante el proceso de su interrelación social. La conciencia
individual se nutre de signos; su crecimiento se deriva de ellos; ella refleja su lógica
y sus leyes”.80

La “ideología” es analizada por Williams en tanto las polémicas versiones que


surgieron del marxismo (como un sistema de creencias para algunos, un sistema
de creencias ilusoria para otros y un proceso general de producción de significa-
dos e ideas para un tercer grupo) impiden una única definición marxista “correcta”
de la ideología. “(…) Entonces el concepto de “ideología” oscila entre “un sistema
de creencias característico de cierta clase” y “un sistema de creencias ilusorias –

76
Williams, Raymond (1997) (pp. 25-28) “Marxismo y Literatura”. Ed. Península. Barcelona.
77
Williams, Raymond (1997) Óp. Cit. (pp. 29).
78
Ibíd. (pp. 35-36).
79
Aquí en forma implícita y en otras partes del texto de modo explícito, Williams se refiere a todo el movi-
miento estructuralista analizado en Capítulo 3 y más precisamente al aporte de Saussure.
80
Ibíd. (pp. 48-49).

Nidia C. Abatedaga 217


Tecnicatura en Periodismo

falsas ideas o falsa conciencia – que puede ser contrastado con el conocimiento
verdadero o científico”.81

Recupera de Lukács su intento por esclarecer el análisis “mediante una distinción


entre la “verdadera conciencia” y la conciencia “potencial” o “imputada” (una com-
prensión plena y “verdadera” de la posición social real). Tiene el mérito de evitar la
reducción de toda la “verdadera conciencia” a la ideología; sin embargo, la catego-
ría es especulativa y, ciertamente, ciertamente, en tanto que categoría no puede
sostenerse con facilidad.” 82

Raymond Williams sobre el concepto de ideología concluirá afirmando la “evidente


necesidad de un término general para describir no sólo los productos, sino los pro-
cesos de toda significación, incluyendo la significación de los valores”.83

2. La segunda parte de la obra es clave en el desarrollo de su razonamiento porque


sienta las bases de la teoría cultural marxista, adoptando una posición que el
mismo autor describe como “materialismo cultural: “una teoría de las especifici-
dades del material propio de la producción cultura y literaria dentro del materia-
lismo histórico84.”

Esta posición del “materialismo cultural” será


criticada posteriormente por miembros de la
Escuela de Economía Política, que
desarrollaré en el capítulo 5.

El autor, a partir de la clásica división propuesta por Marx entre “estructura” y “su-
perestructura”, distinguirá tres sentidos posibles en los que puede interpretarse esta
última85:

a) Las formas legales y políticas que expresan verdaderas relaciones de producción


existentes;

b) las formas de conciencia que expresan una particular concepción clasista del
mundo;

c) un proceso en el cual, respecto de toda una serie de actividades, los hombres


tomen conciencia de su conflicto económico fundamental y lo combatan.

Estos tres sentidos respectivamente, dirigirán nuestra atención hacia:


a) las instrucciones
b) las formas de conciencia
c) las prácticas políticas y culturales.

Para Williams, no son “la base” y “la superestructura” las que necesitan ser estudia-
das, sino los verdaderos procesos específicos e indisolubles dentro de los cuales,
desde un punto de vista marxista, la relación decisiva es la expresada por la com-
pleja idea de “determinación”. Aquí el autor precisa que la “cuestión clave radica
en el grado en que las condiciones objetivas son comprendidas como externas.”
Entonces, si se considera que todas las “condiciones objetivas” son el resultado de

81
Ibíd. (pp. 87).
82
Ibíd. (pp. 86).
83
Williams, Raymond (1997) Óp. Cit. (pp. 88).
84
Ibíd. (pp. 16).
85
Ibíd. (pp. 96).

218
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

las acciones del hombre en el mundo material, “la verdadera distinción sólo puede
darse entre la objetividad histórica – las condiciones en que, en cualquier punto
particular del tiempo, los hombres se encuentran con que han nacido; y por lo tanto,
las condiciones “accesibles” que “establecen” – y la objetividad abstracta, en la
cual el proceso “determinante” es “independiente de su voluntad”; no en el sentido
histórico de que lo ha heredado, sino en el sentido absoluto de que no puede con-
trolarlo; sólo pueden procurar comprenderlo y, en consecuencia, guiar sus acciones
en armonía con él”.86

A esta visión que relata diferentes formas de determinación, que en la práctica


significa la fijación de límites, el autor contrapone una idea que pareciera suavizar
esta fijación, afirmando que la determinación también es “el ejercicio de presiones.”
Estas presiones, sin embargo, no son abstracciones, sino parte del propio proceso
social.

“(…) La sociedad nunca es solamente una “cáscara muerta” que limita la realización
social e individual. Es siempre un proceso constitutivo con presiones muy poderosas
que se expresan en las formaciones culturales, económicas y políticas y que, para
asumir la verdadera dimensión de lo “constitutivo”, son internalizadas y convertidas
en “voluntades individuales”. La determinación de este tipo – un proceso de límites
y presiones complejo e interrelacionado – se halla en el propio proceso social en su
totalidad, y en ningún otro sitio; no en un abstracto “modo de producción” ni en una
“psicología” abstracta (…) los determinantes siempre específicos y asociados que
constituyen el verdadero proceso social: una experiencia histórica activa y cons-
ciente así como, por descuido, una experiencia histórica pasiva y objetivada.87”

El autor muestra aquí lo que lo convierte en un claro exponente de la Escuela de


Birmingham, proponiendo la posibilidad de pensar un sujeto activo, capaz de modi-
ficar su propia historia. Aunque es clara la coincidencia con la Escuela de Frankfurt
en cuanto a la crítica al capitalismo considerado como un sistema de dominación,
el aspecto destacado sobre las posibilidades de resistencia, de resignificación y de
modificación de la historia es la más clara diferencia que los autores de la primera
y segunda etapa de Birmingham tendrían con aquella.

Raymond Williams, en particular, profundiza en la perspectiva constitutiva de lo hu-


mano que posee el lenguaje, más que la mirada instrumental, porque es lo que le
permite mostrar cómo es que las presiones, si bien predominan de los dominantes
hacia los dominados, también pueden ser revertidas. Es el aspecto que predomi-
nantemente acentúa del concepto de hegemonía – que toma de Antonio Gramsci –
con una gran fidelidad, al que considera desde las prácticas materiales concretas.

“La hegemonía constituye todo un cuerpo de prácticas y expectativas en relación


con la totalidad de la vida: nuestros sentidos y dosis de energía, las percepciones
definidas que tenemos de nosotros mismos. Es un vívido sistema de significados y
valores – fundamentales y constitutivos – que en la medida en que son experimen-
tados como prácticas parecen confirmarse recíprocamente… Una hegemonía dada
es siempre un proceso, no es un sistema o una estructura. Es un complejo efectivo
de experiencias, relaciones y actividades que tiene límites y presiones específicas y
cambiantes. Sus estructuras internas son sumamente complejas… Por otra parte (y
esto es fundamental, ya que nos recuerda la necesaria confiabilidad del concepto)
no se da de modo pasivo como una forma de dominación. Debe ser continuamente
renovada, recreada, defendida y modificada. Así mismo, es continuamente resisti-
da, limitada, alterada, desafiada por presiones que de ningún modo le son propias.

86
Ibíd. (pp. 105).
87
Williams, Raymond (1997) Óp. Cit. (pp. 134)

Nidia C. Abatedaga 219


Tecnicatura en Periodismo

Por tanto debemos agregar al concepto de hegemonía los conceptos de contra


hegemonía y de hegemonía alternativa, que son elementos reales y persistentes
de la práctica”88 .

Estos tres autores (los llamados “padres fundadores”) manejan un concepto hu-
manista y tradicional de cultura, referido a la existencia de un “espíritu popular” de
carácter orgánico, vinculado a la experiencia de las clases trabajadoras inglesas.
Tienen, si se quiere, un interés predominante por los aspectos culturales, más que
por los procesos económicos en los que esa cultura se forma y reproduce.

Hacia finales de los años ‘60 el proyecto original de los estudios culturales empieza
a experimentar un cambio de orientación política y metodológica, debida al mo-
vimiento estudiantil del ‘68 y a la creciente importancia de la cultura visual en el
imaginario popular. Es hora de la incorporación del estructuralismo a los análisis de
la Escuela.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 5

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) ¿Por qué afirma Williams en su texto Cultura y Sociedad que la “cultura” no es sólo una
respuesta al industrialismo, sino también a la democracia?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cuáles son los factores que afirma Williams inciden en la difusión de la prensa popular
en La larga revolución? ¿Por qué afirma que la “Larga Revolución” es cultural?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) Frente a la realidad que muestra en La larga revolución, respecto de que las personas ya
no consumen lo que necesitan para vivir sino lo que a la industria le conviene producir,
¿Cómo cree Williams que se puede revertir?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) Explique los cambios históricos que han sufrido los conceptos de “cultura”, “lenguaje”,
“literatura” e “ideología”.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

88
bíd. (pp. 134).

220
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

5) En Marxismo y Literatura ¿Qué diferencias establece Williams entre el lenguaje desde una
perspectiva instrumental y el lenguaje como constitutivo?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

6) ¿Por qué afirma Williams que su propuesta es un “materialismo cultural” en Marxismo y


Literatura?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

7) ¿Cómo incorpora Williams la idea de “hegemonía” de Gramsci y cómo analiza la idea de


“determinación” de Marx?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Cambio de orientación producido por Stuart


Hall

Stuart Hall

Fue quien impulsó ese cambio, cuando asumió la dirección del Centro en 1968. Su
preocupación no era recuperar valores culturales del pasado, sino entender el pre-
sente en sus propios términos para articular una crítica de sus patologías.

“Mientras la investigación francesa sólo se interesa por el estructuralismo y se en-


cierra en los análisis de textos, en los que se olvida tanto al emisor como al receptor,
los investigadores de Birmingham elaboran un acercamiento distinto al tema, con lo
que intentan una triple superación: la de un estructuralismo que queda circunscrito
a herméticos ejercicios de desciframiento de textos; la de las versiones mecanicis-
tas de la ideología en el marxismo, a través de Gramsci; y la de la sociología funcio-
nalista norteamericana de los medios de comunicación social, tomando los aportes
de la Escuela de Chicago para abrir la caja negra de la recepción y considerar la
densidad de las interacciones en los consumos mediáticos”.89

Para describir uno de los trabajos más conocidos de Stuart Hall, “Codificación /
Decodificación” es necesario mencionar que abreva en fuentes como la semió-
tica, el estructuralismo y el marxismo. El autor comienza realizando una crítica al
modelo lineal de Lasswell, a la vez que explicita su adhesión al modelo general
propuesto por Marx, relativo a los cuatro momentos de la producción económica de
la sociedad, que adaptará a la producción discursiva.

89
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.38).

Nidia C. Abatedaga 221


Tecnicatura en Periodismo

“Tradicionalmente, las investigaciones en comunicación de masas han conceptua-


lizado el proceso de comunicación en términos de circuito de circulación o bucle.
Este modelo ha sido criticado por su linealidad -emisor/mensaje/receptor (…). De
todos modos, es igualmente posible (y útil) aprehender este proceso como una
estructura producida y sostenida por la articulación de momentos ligados entre sí,
pero distintivos - producción, circulación, distribución/consumo, reproducción.
Esta segunda aproximación, extraída, en grandes líneas, del modelo de producción
de mercancías propuesto por Marx en los Grundrisse y “El Capital”, tiene además
la ventaja de mostrar más netamente como “la transición de una forma a la otra”90
permite preservar la continuidad del circuito producción/distribución/producción.
Pone igualmente de relieve, la especificidad de las formas en que el producto del
proceso “aparece” en cada momento y, de ese modo, lo que distingue la “produc-
ción” discursiva de otros tipos de producción, en nuestra sociedad y en los sistemas
de comunicación modernos.” 91

En este texto Hall retoma la noción de “proceso de trabajo” de Marx y lo aplica a


la producción discursiva del proceso de comunicación televisiva. También explica
este proceso con las categorías de la semiótica distinguiendo “signos” de “códigos”
y prácticas discursivas.

“Estas prácticas tienen por “objeto” el significado y los mensajes, bajo la forma de
signos-vehículos organizados de un modo específico, como cualquier forma de co-
municación o lenguaje, a través de la puesta en funcionamiento de códigos dentro
de la cadena sintagmática de un discurso. Los aparatos, relaciones y prácticas de
producción así concebidas, emergen en un momento dado (el momento de produc-
ción/circulación) bajo la forma de vehículos simbólicos constituidos dentro de las
reglas del “lenguaje”. Es bajo esta forma discursiva que se efectúa la circulación
del “producto”. Este proceso requiere, entonces, a la vez, del lado de la producción,
sus instrumentos materiales -sus “medios”- y sus propios conjuntos de relaciones
sociales (de producción): la organización y combinación de prácticas dentro de los
aparatos de los medios de comunicación. Pero, es bajo una forma discursiva que la
circulación del producto tiene lugar, así como su distribución a las distintas audien-
cias. Una vez completado, el discurso debe entonces ser traducido -transformado,
nuevamente- en prácticas sociales, si se desea que el circuito sea completo y efi-
caz. Si ningún “significado” se extrae no puede haber “consumo”. Si no se articula
el significado en la práctica, no produce efecto.”92

Refiere al circuito comunicativo analizando cada uno de sus momentos. Del


momento de la producción afirmará93 :

“Las estructuras institucionales de radiodifusión, con sus prácticas y redes de pro-


ducción, sus relaciones organizadas e infraestructuras técnicas son indispensables
para producir una emisión. Retomando la analogía de El Capital, se trata aquí del
“proceso de trabajo” en su modo discursivo. La producción, aquí, construye el men-
saje. En un sentido, entonces, el circuito comienza aquí.”

90
Para una explicación detallada de las implicaciones metodológicas de la tesis de Marx, disponible en
Hall, 1973.
91
Hall, Stuart (1973) (pp.1) “Codificación y Decodificación en el Discurso Televisivo”. Traducción Carlos
Rusconi y Ariadana Cantú. Dpto. de Cs. de la Comunicación, Universidad Nacional de Río Cuarto.
Versión original “Encoding and Decoding in Televisión Discourse” Centre for Contemporary Cultural Stu-
dies (CCCS). Birmingham. Policopia Nº 7. 1973. Reeditado como “Encoding/Decoding” en Hall, Hobson,
Lowe y Willis. Rev ”Culture, Media, Language”. Hutchinson. Londres.1980. Capítulo 10. (Disponible en
versión digital).
92
Hall, Stuart (1973) Óp. Cit. (pp.3).
93
Ibíd. (pp.3).

222
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

También abordará el momento de la circulación y del consumo (recepción), siguien-


do la analogía de la circulación y consumo de mercancías, enfatizando en que no
siempre la recepción de mensajes se realiza en un todo coherente con las intencio-
nes (codificadas) de la producción.

“Así, tomando prestados términos de Marx, circulación y recepción son, en efecto,


“momentos” del proceso de producción en televisión y se encuentran -mediante
un número de retroalimentaciones estructuradas e indirectas- reincorporados en el
proceso mismo de producción. El consumo, o la recepción, del mensaje televisivo
constituye también un “momento” del proceso de producción en su sentido más
amplio, a pesar de ser el último es el “predominante”, porque es el “punto de partida
de la efectivización” del mensaje. La producción y recepción del mensaje televisi-
vo no son idénticas, pero están relacionados: constituyen momentos diferenciados
dentro de la totalidad formada por las relaciones sociales del proceso comunicativo
como un todo (…)”. En cierto grado, sin embargo, las estructuras de radiodifusión
deben producir mensajes codificados en la forma de discurso significativo. Las re-
laciones institucionales y sociales de producción deben pasar por las reglas discur-
sivas del lenguaje para que su producto se haga efectivo. Esto inicia un momento
diferenciado posterior, en el cual las reglas formales del discurso y de lenguaje
se revelan como dominantes. Antes de que este mensaje pueda tener un “efecto”
(cualquiera sea la definición), satisfacer una “necesidad” o ser afectado a un “uso”
debe primero ser apropiado en tanto discurso significativo y ser decodificado sig-
nificativamente. Es este conjunto de significados decodificados el que “tiene un
efecto”, influye, entretiene, instruye o persuade, con consecuencias muy complejas
en el plano de la percepción, de la cognición, de la emoción, de la ideología o de los
comportamientos. En un momento “determinado” la estructura emplea un código y
produce un “mensaje”; en otro momento determinado el “mensaje”, a través de sus
decodificaciones, desemboca dentro de la estructura de las prácticas sociales. Hoy
estamos seguros que este volver a considerar las prácticas de recepción de audien-
cia y “uso” no puede ser entendido en los simples términos del conductismo.

Obviamente, las “estructuras significativas 1” y “estructuras significativas 2” pue-


den no ser las mismas. No constituyen una “identidad inmediata”. Los códigos de
codificación y decodificación pueden no ser perfectamente simétricos. Los grados
de simetría -es decir, los grados de “comprensión” e “incomprensión” en el inter-
cambio comunicativo- dependen de los grados de simetría/asimetría (relaciones de
equivalencia) establecidos entre las posiciones de “personificaciones”, de los codifi-
cadores-productores y decodificadores-receptores. Pero a su vez dependen de los
grados de identidad/no identidad entre los códigos que perfecta o imperfectamente
transmiten, interrumpen o sistemáticamente distorsionan el mensaje en juego.”

Veamos el siguiente gráfico.

Nidia C. Abatedaga 223


Tecnicatura en Periodismo

Finalmente realizará una distinción entre tipos de articulaciones con las que codi-
ficación / decodificación pueden combinarse, es decir, cómo puede construirse la
decodificación de un discurso televisivo, basado en la hipótesis de que no hay una
correspondencia necesaria entre la intención de los Medios masivos y el modo en
que los receptores decodifican ese mensaje.

“Es necesario, entonces, interrogarse acerca de las diversas articulaciones en fun-


ción de las cuales codificación y decodificación pueden combinarse. Para profun-
dizar esta cuestión propondremos un análisis hipotético de algunas posiciones de
decodificación posibles para plantear la tesis de que la “correspondencia no es
necesaria”.94

Remarcamos tres posiciones hipotéticas a partir de las cuales las decodificaciones


de un discurso televisivo pueden construirse95 .
● La primera posición sería la posición dominante/hegemónica. Cuando un
espectador integra directamente y sin restricción el sentido connotado de
informaciones televisivas o de una emisión de actualidades, por ejemplo,
y decodifica el mensaje en función del código de referencia que ha servido
a codificarlo, podría decirse que ese telespectador opera en el sentido del
código dominante.

● La segunda posición que se podría aislar es la del código -o de la posi-


ción- negociada. La mayoría del público comprende muy bien lo que ha
sido definido de manera dominante y profesionalmente significado. Sin
embargo, las definiciones dominantes son hegemónicas precisamente
porque ellas representan definiciones de situaciones y de acontecimien-
tos que son “en posición de dominancia” (globales). Las definiciones do-
minantes asocian, implícita o explícitamente, los acontecimientos a las
grandes totalizaciones, a las grandes visiones sintagmáticas del mundo:
ellas examinan en “perspectiva”. Ellas ligan los acontecimientos al “inte-
rés nacional” o a la geopolítica, aunque establezcan estas conexiones de
manera falsa o mistificadora.

● Finalmente, una tercera posición es posible cuando


un telespectador comprenda perfectamente todas las
inflexiones literarias y connotativas provistas por un
discurso, pero que decodifique el mensaje de manera En esta obra – Codificación y Decodi-
globalmente contraria. El saca el mensaje del código ficación – hay un énfasis pronunciado
preferido para ponerlo en otro marco de referencia. Es del autor en recuperar y adaptar la
el caso del telespectador que escuchó un debate so- propuesta de Marx en cuanto a los
procesos sociales, para comprender
bre la necesidad de limitar los salarios pero que “lee” el funcionamiento de Medios masi-
toda mención de “interés nacional” en términos de “in- vos – sobre todo la televisión – así
terés de clase”. Él ópera con lo que llamaremos un como por proporcionar herramientas
código oposicional.”96 teóricas que permitan identificar en la
práctica cotidiana cómo observar las
posibilidades de lectura y resignifica-
ción que tiene el receptor.

Más adelante en la década del ´70, se advierte un paulatino giro en el Centro de


Birmingham, hacia un paradigma que abandona el humanismo – inspirado en los

94
Para una formulación sociológica próxima, en cierto modo, de las posiciones expuestas aquí, pero que
no se desarrollan en el marco de una teoría del discurso, ver Parkin, 1971.
95
Hall, Stuart (1973) Óp. Cit. (pp.7).
96
Hall, Stuart (1973) Óp. Cit. (pp.7).

224
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

estudios literarios, representado por Hoggart, Williams y Thompson – para incor-


porar críticamente elementos al paradigma estructuralista inspirado en autores
como Althusser, articulado a su vez con el análisis de otros teóricos como Lukács
y Gramsci. Ya hemos visto como las últimas producciones de Raymond Williams
hacían eco de las lecturas gramscianas a través del concepto de hegemonía.

Esta tendencia se afirmará aún más en los


escritos posteriores de Hall.

El interés de Hall en el teórico francés Louis Althusser se debió a la manera de


abordar la “ideología”, que se convirtió en la categoría analítica más importante de
los estudios culturales en los años ‘70. Afirmará que Althusser le posibilitó pensar
en la “diferencia” de forma especial.

Comienza a verse la sociedad como una red de antagonismos en la que institu-


ciones como el Estado, la familia, la escuela y los medios de comunicación juegan
como mecanismos de control disciplinario sobre los individuos, y los productos sim-
bólicos son un campo de batalla en el que los diferentes grupos sociales disputan
la hegemonía sobre los significados. Analizar la Ideología significará captar cómo el
sistema de valores y las representaciones estimulan los procesos de resistencia o
de aceptación del mundo social. Más tarde agregará el concepto de “hegemonía”
(tomado de Antonio Gramsci) para dar cuenta de la problemática de la función po-
lítica de la cultura.

Stuart Hall dio una importancia central a la noción de “ideología” en la cultura debía
servir para desarrollar interrogantes referidos a las relaciones de poder, los meca-
nismos de resistencia y la capacidad de producir otras representaciones del orden
social.

Para este autor la ideología no quedó en segundo lugar, subordinada, sino


que97 :

a) Hubo desarrollos reales en los modos en que la conciencia masiva es for-


mada y transformada, en virtud del crecimiento de la Industria Cultural.

b) El consentimiento de las masas, mantenido a través de la ideología, ya


que “consentimiento” e “ideología” son indisociables.

Reexaminando las formulaciones iniciales de Marx, y considerando si pueden ser


desarrolladas a la luz de las críticas más avanzadas, Stuart Hall va a focalizar la
cuestión de la ideología en la dirección de: “(…) dar cuenta de cómo surgen las
ideas sociales (…) la ideología son los marcos mentales (lenguajes, conceptos,
imágenes del pensamiento y sistemas de representación) que distintas clases y
grupos sociales utilizan para dar sentido, definir, configurar y volver inteligible el
modo en que funciona la sociedad”.98

Para este autor, observar el modo en que las ideas de diferentes grupos “atrapan
las mentes de las masas y se convierten en fuerza material” ayuda a reconocer
cómo un conjunto particular de ideas llega a dominar el pensamiento social de un
bloque histórico99 a identificar cómo se une ese bloque desde el interior y mantiene
su dominio y dirección sobre la sociedad como un todo.

97
Hall, Stuart (1980) “El problema de la idelogía” en Hall, S.; Hobson, D.; Lowe, A. y Willis, P. (Eds.) Cul-
ture, Media, Language. Londres, Hutchinson.
98
Ibíd. (1980).
99
Este concepto está tomado en el sentido que Gramsci da al concepto de “Bloque Histórico”.

Nidia C. Abatedaga 225


Tecnicatura en Periodismo

Hall realiza un recorrido por las revisiones que negaron la correspondencia simple
entre estructura y superestructura. De Lukács y Gramsci afirmará que hicieron es-
fuerzos por ajustarse a una lectura hegeliana de Marx e introdujeron “mediaciones”
o “factores de intermediación” que suavizan la reducción implicadas en las formula-
ciones originales de Marx.

De Althusser Hall afirmará que a través de “los aparatos ideológicos del estado”
sostiene un alejamiento de las concepciones de ideología como “ideas distorsiona-
das” o “falsa conciencia”, abriendo el camino para una concepción más “discursiva”.
Esto es logrado por la interpretación psicoanalítica, explicando el modo en que los
sujetos entran en las categorías ideológica del lenguaje. El problema de la interpela-
ción de los sujetos en el discurso ideológicos, plantea para Hall el asunto de “cómo
la ideología llega a internalizarse, de cómo hablamos “espontáneamente” dentro de
los límites de las categorías de pensamiento que existen fuera de nosotros”.100

Stuart Hall se preguntará por las críticas que se le hacen a las clásicas “distorsio-
nes” que supone la ideología: ¿por qué algunos pueden verlas y otros no? ¿son
falsedades? ¿son falsificaciones deliberadamente producidas?. Si son producto de
una función de la estructura ¿los sujetos son tontos? ¿cómo se forman los modos
alternativos de conciencia?

El autor afirmará que para Marx el mundo donde existe el mercado y el intercambio
mercantil, domina la vida económica, y sería inusual que no hubiera categorías
que nos permitan pensar, hablar y actuar en relación con ese intercambio. Pero
Hall analiza que las relaciones mercantiles no están siempre representadas por las
mismas categorías; no existen relaciones fijas entre lo que es el mercado y cómo
está constituido desde un marco ideológico o explicativo. Puede entenderse que, a
partir de lo que Marx considera como “economía política burguesa distorcionada”,
ésta debe ser falta y por lo tanto, todos los que viven sus relaciones con la vida
económica exclusivamente dentro de sus categorías de pensamiento y experiencia
están en “falsa conciencia”.

Siguiendo con el razonamiento, Stuart Hall recupera lo afirmado por los teóricos
modernos que quiebran el concepto vulgar de ideología, entendido como que surge
de una relación inalterable y fija entre relaciones económicas y el modo en que son
expresadas. Estos teóricos (igual que Hall) sostienen que el análisis de la natura-
leza del lenguaje y el discurso - que son los medios por excelencia a través de los
cuales las cosas son representadas y por lo tanto, el medio por el que la ideología
es generada y transformada - permiten que las relaciones sociales sean repre-
sentadas y construidas de manera diferente. En otras palabras “(…) se debería
generar, fuera de estas categorías a partir de las cuales hemos producido frases
y expresiones diarias en nuestra conciencia práctica, el modelo de otro modo de
relaciones sociales y políticas.”101

Para indagar más profundamente en esta perspectiva que propone un modelo de


relaciones sociales diferentes, retoma nuevamente a Gramsci, afirmando que “las
líneas de fuerzas tendenciales indican que no hay nada inevitable, necesario o
fijo(…) las conexiones históricas definen los modos en que el terreno ideológico
ha sido diseñado(...)”, sin embargo en el terreno de lo que Gramsci denominará
“sentido común”, que es el depósito estratificado en la filosofía popular, donde “se
establecen y definen los campos por los que la lucha ideológica pueden probable-
mente moverse. Esta red de lazos preexistentes y elementos del sentido común
constituyen el reino del pensamiento práctico y el terreno donde se libra la lucha
ideológica”.102

100
Hall, Stuart (1980) Óp. Cit. (pp. 30).
101
Hall, Stuart (1980) Óp. Cit. (pp. 33).
102
Ibíd. (pp. 35).

226
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

Para Hall, aunque la economía provee un repertorio de categorías que serán


usadas por el pensamiento, lo que la economía no puede hacer es:

a) Proveer los contenidos de los pensamientos particulares en clases parti-


culares en un momento específico.

b) Fijar para siempre qué ideas serán utilizadas por qué clases sociales.

Es clara la búsqueda de Hall en relación a mostrar las vías posibles de lucha ideo-
lógica que podría permitir un modelo diferente de pensamiento y de ideología. Tam-
bién aquí se observa la insistencia en la posibilidad de articulación activa de los
sujetos.

Entre los aportes que este texto de Hall realiza, junto con otros del mismo estilo,
como Texts, Readers, Subjects, redactado por Morley hacia la misma época, cons-
tituyen una posición pionera en la ruptura con el modelo estímulo – respuesta, que
se sustituyó por el interés dedicado a los efectos ideológicos de los medios y a las
respuestas dinámicas de las audiencias. Pero el interés por el tema de la recepción
de los programas televisivos o radiofónicos se constituye en un rasgo original de al-
gunos investigadores, hay otros cauces por los que continuará el campo de amplia-
ción de los estudios culturales. “Uno de ellos será la vuelta al sujeto, la subjetividad
y la intersubjetividad, mientras la otra se interesa por la integración en la problemá-
tica de la dominación de las nuevas modalidades de relaciones de poder” 103.

Mientras para los primeros la cultura era vista como anclada en la subjetividad de
los actores sociales, en su “experiencia de vida”, el estructuralismo propone que la
cultura es un producto anclado en “aparatos” institucionales. Por lo tanto, el punto
de arranque de los estudios culturales ya no serán los valores, las expectativas y los
comportamientos de los obreros, sino los dispositivos a partir de los cuales los bie-
nes simbólicos (la cultura) son producidos y ofrecidos al público como mercancías.

Hacia fines de la década de los ´70, en continuidad con el viraje que fueron dando
los intereses y las temáticas a tratar, aún con el apoyo de Stuart Hall, antes de que
abandonara el Centro de Birmingham se incorporan a él los estudios feministas y
las problemáticas de género; así como también se realizan nuevos planteamientos
e interrogantes acerca de la identidad y de los nuevos desafíos sociales y políticos
vinculados a la raza, las cuestiones étnicas.

Este interés se ancla en las problemáticas del momento, la multiplicación de tensio-


nes raciales, el auge de grupos racistas y las movilizaciones sociales originadas por
esos fenómenos. La obra de Hall Policing the Crisis (de 1978) es producida en el
marco de un hecho sangriento ocurrido en Birmingham, en el que están implicados
inmigrantes y se producen reacciones de pánico frente a la delincuencia de color
que acompaña este episodio, que el autor retomará analizando el tratamiento me-
diático que se da a la delincuencia.

Hall, claramente el más políticamente comprometido de los integrantes del Centro


abandonó su dirección en el año 1979, avizorando el cambio económico que se
produciría a partir de los ´80, con el gobierno conservador de Margaret Tatcher.
A partir de su apartamiento, invirtió gran parte de sus energías en la producción y
dirección intelectual de la revista Marxism Today, desde donde constantemente,
hasta que ésta desapareciera en 1991, escribirá sobre la temática que era su pre-

103
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp. 38)

Nidia C. Abatedaga 227


Tecnicatura en Periodismo

ocupación: cómo los nuevos tiempos del postfordismo acarrean el debilitamiento


de las “solidaridades tradicionales” y dan origen a un nuevo tipo de “individualidad”,
que “se aparta de las líneas de continuidad que antes estabilizaban nuestras iden-
tidades sociales(…) se acrecentó la importancia del sujeto individual y cambiaron
nuestros modelos de “sujeto.” 104 Desde ahora, no es posible concebir al individuo
como un Ego completo y monolítico o como un yo autónomo. La experiencia del yo
queda más fragmentada, marcada por la incompletad y compuesta por múltiples
“yo”, múltiples identidades vinculadas con los distintos mundos sociales en los que
uno se sitúa.

Aunque ya no estará en el Centro de Birmingham, su continuidad en el debate in-


telectual de los ´80 y ´90 amerita que se mencionen algunas de sus producciones
durante la tercera etapa que aquí se desarrollará a continuación. Así mismo será
notorio su involucramiento en los debates con los estudiosos de la denominada
Poscolonialidad, que se retomarán en la unidad 6.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 6

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) Explique cómo relaciona Hall los Momentos de la reproducción económica de Marx con
el circuito comunicativo
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Qué tipos de decodificación pueden realizar los receptores de la TV? ¿Por qué cree que
la codificación puede diferir de la decodificación?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Por qué considera Hall que la ideología debe ser retomada, basado en lo que desarrolló
Althusser?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué concepto toma Hall de Gramsci? ¿Qué explica con él?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
5) ¿Qué temas incorporó Hall a partir de los años ´80?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

104
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp. 53).

228
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

La Tercera Etapa de la Estudios Culturales: el


análisis de los medios en la mirada de cultu-
ralistas de los ´80 y ´90

Durante los años ‘80 vuelve a producirse un cambio en la orientación de los Estu-
dios Culturales, marcada por un distanciamiento de la teoría marxista y el comienzo
de una etapa más light y celebratoria, con producciones carentes de compromiso
político y con una gran focalización de estudios en los procesos receptivos que de
los medios realizan las personas en los ámbitos domésticos.

Hay autores que hablan de una “explosión” de los estudios culturales, que implica
una gran diseminación de trabajos en múltiples direcciones, todos autodefiniendo
su pertenencia a los “Estudios Culturales”. La enorme dispersión geográfica de los
trabajos (se puede hablar, desde la década del ´80 de Estudios Culturales norte-
americanos, holandeses, latinoamericanos, ingleses, etc.) y la dispersión temática,
junto con la ausencia de figuras emblemáticas que den cuerpo a esta tercera etapa
(como fueron para las otras dos los autores que se analizaron), hace innecesaria la
cita textual de producciones teóricas como modalidad de exposición de esta tercera
etapa en el presente texto. Por esta razón es que para desarrollarla se adoptó la
modalidad de recuperación de los comentarios sobre ella que han realizado presti-
giosos autores como Armand Mattelart y Blanca Muñoz.

Cabe aclarar también, que en esta etapa


no se abordarán los denominados
“Estudios Culturales Latinoamericanos”
en razón de haber sido abordados en
profundidad en Teorías de la Comunicación
Social II. Por lo tanto, se realizará un
paneo por los autores principalmente
europeos y norteamericanos de esta
corriente que denominamos
“Tercera Etapa”.

El contexto político de Inglaterra, donde habían nacido los Estudios Culturales, se


produce una vuelta más del redireccionamiento teórico y temático, iniciando 10 lar-
gos años de gobierno conservador con Tatcher. Las políticas características de la
época pusieron en marcha privatizaciones y el enfrentamiento directo con las orga-
nizaciones sindicales. Se comenzaron a sentir con enorme profundidad los efectos
económicos de la creciente globalización con las consabidas consecuencias de
la desocupación. Los nuevos tiempos del tatcherismo y la globalización también
tuvieron el efecto de acelerar la dislocación de identidades sociales vinculadas al
mundo obrero. Así mismo Gran Bretaña se enfrentó al hundimiento de los gran-
des referentes políticos, con lo cual dejan de heredarse modalidades que hasta
entonces contribuían a estructurar identidades políticas, sociales y nacionales. En
este marco, la cuestión de las recomposiciones de identidades se convierte en un
desafío político sumamente importante, tanto como el papel de los Medios de co-
municación social y el funcionamiento del espacio público.

A juicio de Armand Mattelart y Neveu, los años ´80 mostraron una nueva orientación
de los trabajos, consistente en redefinir las modalidades de análisis de los Medios
Masivos de Difusión. Si bien Hall y Morley habían realizado análisis internos de
segmentos de programación, que se inspiraban en los métodos semiológicos o

Nidia C. Abatedaga 229


Tecnicatura en Periodismo

lingüísticos, el estudio de las modalidades concretas de recepción no superaba el


nivel de producción de esquemas de análisis fundamentalmente programáticos. Se
prestó una creciente atención a modelo como el de “codificación / decodificación”,
para lo cual los investigadores se preocuparon por buscar técnicas etnográficas y
métodos de observación y comprensión de los públicos reales.

Charlotte Brunsdon y David Morley aplicarán concretamente y de un modo crítico (a


los fines de testearlo) el modelo de Hall, con un estudio sobre la recepción del ma-
gazine informativo Nationwide (1980). En esta oportunidad se introduce por primera
vez la técnica de los “Focus Group” (hoy muy utilizada para la investigaciones que
los publicitarios realizan en los grupos de potenciales consumidores de productos
o servicios). En su momento esto significó un avance científico debido a que hizo
posible la verificación empírica del planteamiento analítico de Hall, así como sus
falencias. El afán por conocer las reacciones de los espectadores de modo certero
y su relación con los instrumentos técnicos en los ámbitos domésticos se extendió
a Suecia, donde Dahlegren en 1988 utilizó las conversaciones sobre la televisión
como soporte de sus investigaciones. También James Lull en 1983 entra en los
hogares para observar in situ a los telespectadores.

Uno de los estudios que tuvo la misma dirección que los de estos autores y que
ha sido sumamente criticado por los especialistas fue el que Ien Ang realizó y se
publicara en Holanda en 1982 con el nombre Watching Dallas, donde se analiza el
placer de los espectadores por la serie estadounidense llamada Dallas. Esta autora
elabora la noción de “realismo emocional” en base a 42 cartas de lectores y lectoras
del semanario Viva que fueron obtenidas a través de un anuncio en la revista donde
invitaba a los lectores que le comunicasen por escrito sus reacciones ante la serie.
Aquí por lo menos debe señalarse una sustancial inconsistencia metodológica, de-
bido a que no hubo ningún tipo de organización y planificación que permita definir
el universo para el relevamiento de datos y la consiguiente muestra representativa
que permita realizar mínimas afirmaciones posibles de generalizar conclusiones.
Sin embargo los resultados se generalizaron y se validaron como representativos
de la opinión de “los espectadores” de la serie.

“Dallas ofrecía un mundo de riqueza y suntuosidad en un contexto de traiciones y


engaños. A criterio de Blanca Muñoz el filme mitificaba a la sociedad capitalista,
reduciendo los procesos de acumulación a la mera sucesión de intrigas amorosas
y sentimientos, reconstruyendo “la realidad” a través de la ley de mercado y sus
intercambios. La evaluación que Ang realiza de los contenidos de la serie pueden
situarse dentro de las “técnicas de contraargumentación”, es decir que tras la apa-
rente crítica hecha al melodrama norteamericano, se defiende la difusión del mo-
delo american way of life de exitencia. Es un modo de falsa crítica o argumentación
que parece “radical” pero que, en su fondo, justifica la ideología mediática”.105

Por otro lado, además de los aspectos


vinculados al modo en que analizada
la serie, Mattelart destaca la significación
que adquirió ese tipo de estudio, en virtud
de lo que se elogiaba (la TV comercial)
en detrimento de la producción televisiva
pública, que se descalificaba.

“Desde los ´80 existió un desplazamiento gradual hacia la naturalización de la forma


comercial de la televisión, que se hizo evidente en una conferencia internacional
sobre Television Studies, organizada en julio de 1984 por el British Film Institute y el

105
Muñoz, Blanca (1992) Óp. Cit. (pp.38).

230
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

Instituto de Educación de la Universidad de Londres. Ien Ang constituyó allí uno de


los focos de atracción del evento por haber tomado la noción de diversión o placer
que la televisión comercial proporciona a la audiencia, como punto de partida de
una comparación entre el servicio público y los paradigmas de la televisión privada.
Dicha comparación acabó en acusación contra el servicio público y en celebración
unívoca de la comercial, considerada mucho más liberadora y emancipadora, por
estar atenta a las expectativas populares de diversión”.106

Esta posición se enmarca en una contraposición más general que se realiza entre
“la calidad” de los filmes de Hollywood con las películas “de mensaje” (es decir,
películas que proponen contenidos reflexivos o que plantean temáticas para que el
receptor reflexione) a las que se calificaba de aburridas e inteligibles. Con esto tam-
bién se descalifica la cultura de índole racional, porque queda descalificada ante
los “gustos” televisivos masivos, (Muñoz: 1992: 39) y como es la audiencia la que
“manda”, los productos mediáticos justifican las enormes inversiones en marketing
y psicología social que realizan las empresas de medios con fines comerciales.

Esto recuerda los argumentos, hoy ya instalados como naturales, que hacen pro-
ductoras como las de Tinelli, que justifica los vacíos contenidos que emite argumen-
tando que la audiencia es quien lo elije. Esto se afirma en el marco de una realidad
de la televisión Argentina en la que hace muchos años se dejó de emitir predo-
minantemente contenidos educativos, con lo que se puede deducir que ya se ha
instalado, en virtud de una sistemática “educación receptiva de la TV comercial” con
contenidos destinados sólo al entretenimiento, unas preferencias que no contem-
plan los contenidos culturales ni son utilizados para fomentar procesos educativos.

Los intelectuales que protagonizan esta etapa de los Estudios Culturales suponen
una renovación generacional respecto de la Primera y Segunda etapas, una gene-
ración de investigadores socializada por los medios audiovisuales y por los recursos
de las industrias culturales (videojuegos, etc.), por lo que la relación con los medios
de comunicación y su percepción respecto de ellos sufrieron notables cambios.

Los nuevos intelectuales, asumidos como producto de su tiempo afirman sentirse


iguales que los demás jóvenes, “quizás somos un poquitín más conscientes. La
mayor parte de nosotros prefiere Madonna a Mozart (…) sabemos que, política-
mente, la izquierda vale más que la derecha y que, por lo que respecta a los medios
de comunicación social, preferimos las redes privadas a las cadenas públicas. En
resumen, somos hijos de nuestro tiempo (…)”.107

Blanca Muñoz sintetizará la tendencia de las investigaciones en Medios de


Difusión para esta época en tres ítems108 :

a) La construcción social de la realidad se enfoca como construcción mediá-


tica de la vida social, con un planteo teórico sumamente limitado.

b) Se asimila “Cotidianeidad” con “comunicación”, ensalzando la comunica-


ción tecnológica (televisiva sobre todo) como un “gran ritual colectivo”. Se
valoran unilateralmente la compleja relación entre productos industrial-
mente elaborados y receptores condicionados con técnicas conductistas,
que en realidad evita entrar a indagar cómo se generan los gustos colec-
tivos.

106
Ibíd. (pp.150)
107
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.58).
108
Muñoz, Blanca (1992) Óp. Cit. (pp.40).

Nidia C. Abatedaga 231


Tecnicatura en Periodismo

c) Frente a la Teoría Crítica y el Estructuralismo, la posición que adoptan los


autores de esta Tercera Etapa de los Estudios Culturales respecto de la
ideología es el “olvido”. Lo privado se interpreta como una instancia única
donde no existen los procesos de dominación y de poder.

Este último punto es uno de las críticas más certeras que se le hacen a los Es-
tudios Culturales de la Tercera Etapa, sobre todo si se compara con el profundo
compromiso político que habían mostrado los autores de la Primera Etapa. La des-
politización se manifiesta por cómo se aborda a los receptores, a quienes se toma
como espectadores inactivos e inmóviles de los Medios, ocultando el reforzamiento
ideológico que los Medios producen.

Mattelart y Neveu afirmarán que la despolitización se producirá, en parte, debido


a que la red que sostenía, de un modo soterrado a los intelectuales de izquierda
británicos en contacto con los movimientos sociales y medios masivos populares
habían desaparecido. Por otro lado, la crisis del movimiento sindical y los conti-
nuos ataques de los gobiernos conservadores contra las instituciones culturales se
conjugaron para favorecer la desaparición de la articulación entre investigadores y
movimientos sociales. Además este panorama se verá favorecido por un proceso
generalizado de deslegitimación de los intelectuales y de su función crítica, en pro-
vecho de nuevos “héroes de referencia” u “oráculos mediáticos”, que contribuyó a
que la clase intelectual fuera gradualmente marginada o directamente abandonara
Gran Bretaña.

“En Estados Unidos en los ´80, entretanto, Grossberg hacía un diagnóstico simi-
lar cuando reconocía la dificultad a la que se podía enfrentar un investigador que
quisiese adentrarse, con las categorías consagradas por la teoría crítica, en un
terreno donde más que entendimiento se trata de placer. Por otro lado se produjo
un proceso de incorporación de autores que en la práctica tienen poco que ver
con su punto de partida, como Bourdieu, Foulcault, Baudrillard, Habermas y los
postmodernos”.109

“Otro tema, además de la recepción de Medios Masivos en el ámbito de cotidianei-


dad, que se tornará central para esta tercera etapa es el de las identidades. A raíz
de la paulatina disolución de las identidades clasistas en las sociedades posteriores
a los ´80, sumado a la falta de preocupación por el tema de las clases sociales que
mostraban los teóricos – que hará que los intereses de los investigadores las tomen
como no pertinentes – se comienzan a buscar otros principios de construcción de
identidad y de matrices subculturales en la raza y el género”.110

“La mayoría de los estudios se acercan a las audiencias a partir de su dependen-


cia a grupos de pertenencia de carácter periférico. Son estas subculturas las que
concentran la codificación y decodificación de las audiencias, ahora fragmentadas
no por su pertenencia a una clase social, sino a una etnia, a un género o a un estilo
de vida. Ellas se diferencian por sus costumbres, creencias, actitudes y motivacio-
nes. El feminismo, el multiculturalismo, el ecologismo, las pandillas de jóvenes, los
atracadores, entran de lleno en la investigación de la vida cotidiana a partir de sus
interacciones subjetivas. Esta sustitución del concepto de “clase” por el concepto de
“etnia” modifica las posiciones estructurales por relaciones individuales. Se introdu-
ce, de esta manera un giro metodológico y epistemológico, que desplaza hacia el
“individualismo metodológico la complejidad de los procesos sociales”.111

109
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.55-61).
110
Ibíd. (pp.52-62).
111
Muñoz, Blanca (1992) Óp. Cit. (pp.40-41).

232
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

De allí que, en vez de estudiar los procesos sociales de producción y consumo que
generan posiciones y constituyen las clases sociales, desde las cuales se dirimen
las luchas por el poder, se analizan las relaciones intersubjetivas que sostienen
individuos que adscriben, por costumbre o pertenencia (étnica o de género) a un
determinado grupo, dentro del cual construyen una identidad, sin conflictos, sin
presiones, sin relaciones de poder.

Grossberg, en 1996 pondrá en tela de juicio la noción de identidad basada en una


diferencia negativa, porque según el “la identidad cultural debe concebirse como
una producción positiva”112 . Para este autor, la subjetividad es espacial, en la medi-
da en que se vive el mundo desde una posición específica en el espacio – tiempo.

En esa formación de identidades, dos características resumirán la posición neocul-


turalista113 :
● El papel de las mujeres y su asimilación de la cultura masiva.
● Y la etnia como comunidad de conciencia parcial con sus propias estruc-
turas valorativas y simbólicas. Estructuras que no entran en contradicción
con las estructuras mediáticas, sino que sirven a éstas para decodificar
sus mensajes en conexión con los códigos culturales de cada grupo es-
pecífico.

En relación a la raza, se producirá una minusvaloración de lo histórico frente a “lo


natural” – lo que pertenece a la naturaleza – y allí reaparecerá la problemática de la
“raza”, en tanto “identidad originaria” con una construcción ideológica sumamente
inestable. Se produce así una hiper estimación de las características étnicas de los
sujetos sociales, que distorsiona la actividad ciudadana. La “cultura étnica” sustituye
a la “cultura popular”, desviándose la “cultura participativa” propia de la pertenencia
cívica del ciudadano, hacia la “cultura racial” de cada comunidad étnica, que no toca
en absoluto problemas de participación o lucha política en el espacio público.114

Hacia 1991 Stuart Hall, sobre la base de sus diagnósticos sobre las condiciones
de formación de las identidades sociales, afirmará que la cultura había llegado a
ocupar una posición central en la gestión de las sociedades y del planeta y, en con-
secuencia, en la forma de abordar la acción política. Explicará el “nuevo posiciona-
miento” de los Cultural Studies mediante el detalle de algunos factores115 :

1. La “globalización” de origen económico, este “proceso parcial de descom-


posición de las fronteras que forjaron tanto las culturas nacionales como
las identidades individuales, especialmente en Europa”.

2. La fractura de los “paisajes sociales en las sociedades industriales avan-


zadas” con las consecuencias de que el “yo” (self) forma parte, de ahora
en adelante, de un “proceso de elaboración de identidades sociales, en el
que el individuo se define con respecto a distintas coordenadas, sin que
pueda quedar reducido a una o varias de dichas coordenadas” ya se trate
de clase, nación, raza etnia o género.

3. La fuerza de las migraciones que “transforman calladamente nuestro


mundo”.

112
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.57).
113
Muñoz, Blanca (1992) Óp. Cit. (pp.41)
114
Ibíd. (pp.41).
115
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.55).

Nidia C. Abatedaga 233


Tecnicatura en Periodismo

4. El proceso de homogeneización y diferenciación que socava, desde arri-


ba y desde abajo, la fuerza organizadora de las representaciones del Es-
tado – nación, la cultura nacional y la política nacional.

Para mostrar cómo cambiaron las sensibilidades respecto de las identidades, Mat-
telart cita un Seminario (Crossing Boundaries) que se organizó en 1991 en Ams-
terdam (Holanda), donde se evaluó que la Escuela de Birmingham había dedicado
muchos estudios a las subculturas, pero en los últimos años se observó una dis-
minución de aquel tipo de estudios, debido centralmente a dos motivos: Primero,
porque durante el gran periodo del Centro, las subculturas se estudiaron como si
fueran identidades realmente establecidas, conceptos estables de formas auténti-
cas y originales de resistencia, en un momento histórico dado y en un lugar geográ-
fico determinado. 116

Estas aseveraciones muestran la distancia


establecida con lo “estático”, desde la
perspectiva de la actual “globalización”.

En segundo lugar, se suponía que cada subcultura causaba su propia muerte cuan-
do estaba admitida en el seno de la cultura: los punks británicos eran originales, por
la extravagancia de su estilo y sus formas de expresión, pero cuando sus chaquetas
de curo se pusieron de moda, no quedó ningún auténtico punk117 .

Como se podrá apreciar, las modificaciones


en la perspectiva que adoptaron los autores
de esta Tercera Etapa son varias y sustanciales.
También son abultadas las críticas que
se han realizado a sus desarrollos.

Mattelart y Neveu afirmarán que los estudios realizados bajo el paraguas de esta
última etapa integran escasamente (cuando no es inexistente) la dimensión econó-
mica. Además hay una tendencia a que el trabajo de campo en las investigaciones
se retrotraiga hasta la dimensión del espacio familiar o la galería comercial, en tan-
tos lugares de recepción de programas o de consumo de mercancías. La propuesta
teórica abusó de metadiscursos que no profundizaron en una teoría que permita ex-
plicar las complejidades de la vida actual, mientras paralelamente ese pensamiento
oculta un profundo conformismo.

La propuesta de los Estudios Culturales de esta última etapa se encuadra en un


movimiento epistemológico general de “vuelta al sujeto”, por ir en contra de las
teorías deterministas que durante los ´60 y ´70 habían insistido demasiado en la
influencia de las estructuras en las conductas de los usuarios de medios. Sin em-
bargo, el “individuo activo” se presta a grandes desviaciones cuando el análisis está
centrado sólo en la libertad del individuo consumidor, y se ignoran las desigualda-
des en las que esos individuos están inmersos, dentro de la estructura económica.
Los intelectuales están obsesionados por las “lecturas negociadas” y la libertad indi-
vidual en la determinación del sentido de los mensajes, que se olvida totalmente en
qué sociedad vive el receptor y cuál es el margen de maniobra entre la autonomía
individual y la coerción que el orden social y productivo deja efectivamente a los
usuarios.

Para Blanca Muñoz el “olvido” de la realidad transnacional y del papel fundamental


de la economía de la comunicación en el “orden” mundial presupone un tratamiento
aséptico de lo cultural. Las identidades se desterritorializan postmodernamente. Ni

116
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.57).
117
Ibíd. (pp.58).

234
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 4

lo territorial ni lo histórico se tienen en cuenta para la construcción individual de la


sociedad de la información. Así mismo se “olvida” el empobrecimiento de la vida
cotidiana que produjo la acción de la lógica cultural del capitalismo tardío.

“Parece que la rehabilitación teórica unilateral del “receptor” desemboca en natu-


ralizar la subordinación cultural de determinados pueblos y culturas. Cuando se
reduce la “actividad” de los espectadores a la del mero consumo de productos en
cuya elaboración no tuvieron nada que ver, se renuncia a plantear una pregunta
central para la definición de la ciudadanía y la democracia en su relación con los
Medios Masivos”.118

En el culturalismo no se analiza cómo las “minorías” se ajustan a los valores de la


dominación mediante una interiorización del multiculturalismo mediático, que por
otra parte no cuestiona en absoluto el cambio de modelo económico, sobre todo
en los países del Segundo y Tercer Mundo. Así, lo “popular” se confunde con un
“populismo hollywoodense” y la cultura causal y de índole racional se equivoca con
lo aburrido.119

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 7

Podría inicialmente responder las siguientes preguntas:

1) ¿Qué hechos políticos y económicos contextualizan el inicio de la Tercera Etapa de los


Estudios Culturales?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Qué modificaciones producen los intelectuales en la teoría y en los métodos de investi-


gación? Describa lo que propusieron Brunsdon y Morley
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Cómo abordan los autores de la Tercera Etapa temas relacionados a la recepción de


Medios? ¿Por qué se afirma que la cotidianeidad es una “cortina de humo” donde se
disuelven las contradicciones?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Cómo conceptualizan las “identidades”? Explique en qué se fundamentan las nociones


de “género” y “etnia”.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

118
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.55).
119
Muñoz, Blanca (1992) Ibíd (pp.45)

Nidia C. Abatedaga 235


Tecnicatura en Periodismo

5) ¿Por qué se afirma que existen contradicciones en la revalorización que realizan los au-
tores de la intersubjetividad?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

A modo de cierre de la unidad

Como se podrá apreciar después de la lectura del material, son importantes las
diferencias que plantean las tres etapas de los Estudios Culturales. Es de remarcar
que estas diferencias no se han debido a las ocurrencias o a caprichos de los auto-
res de cada etapa, sino que es necesario vincular las epistemologías, temáticas y
metodologías utilizadas con los particulares momentos históricos en los que estos
diferentes autores leían, pensaban y escribían.

Se puede descubrir que no son casuales las producciones teóricas si se conectan,


la Primera Etapa de los inicios del Centro de Birmingham con la Europa posterior a
la Segunda Guerra Mundial, orientada al enorme crecimiento industrial en el seno
del cual se desenvuelve la clase obrera; la Segunda Etapa con el auge del movi-
miento estructuralista con epicentro en Francia que intentó profundizar una relación
entre el receptor y las estructuras dentro de las cuales se mueve y “decodifica”; y la
Tercera Etapa con las visiones postmodernas en lo teórico y el emergente de la glo-
balización en lo económico y político, que sirvió de escenario para acelerar los flujos
de intercambios mercantiles a nivel internacional y generar también la posibilidad
de interacciones transnacionales a nivel conceptual. A su vez, este es el escenario
de una enorme despolitización, una notable merma en la participación ciudadana y
el caldo de cultivo de la gestación de movimientos sociales con diferentes orienta-
ciones y componentes (étnico, ecológico, de género, etc.) que se tornaron foco de
atención teórica.

236
UNNE-Virtual
Los aportes conceptuales
de la Economía Política
de la Comunicación
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Introducción

Esta línea de análisis de la comunicación mediada no se desarrolló como en los ca-


sos de la Escuela de Frankfurt o del Centro de Birmingham en un ámbito académico
específico ni en un espacio geográfico definido, como sí ocurrió mayormente con el
estructuralismo. Pese a esto, se pueden encontrar con claridad intereses comparti-
dos, y sobre todo una mirada epistemológica común en todos los autores.

En este último sentido, se puede afirmar que existe una posición compartida y adop-
tada por los intelectuales en relación a la perspectiva económica de Carlos Marx,
para tratar de entender el funcionamiento de los Medios Masivos de Difusión, sus
productos, el trabajo que en ellos desarrollan los sujetos y la publicidad, entre otros
numerosos temas.

Debido a esta falta de unidad institucional y geográfica, las páginas que siguen se
organizaron por orden cronológico – se comenzará por los primeros análisis sobre
los Medios que se conocen en el siglo XX desde esta perspectiva – a la vez que se
agruparon los autores seleccionados según la producción realizada en continentes.
De este modo se abordarán los estudios realizados en Norteamérica, Europa, Brasil
y Argentina, para finalizar con un breve repaso por los desarrollos más recientes de
la región Latinoamericana.

Es sumamente importante destacar, que aunque se trate de producción geográfica-


mente dispersa la unidad temática y las coincidencias epistemológicas han produ-
cido numerosos debates, entre intelectuales del interior de un país o aún intercam-
bios internacionales, materializados en artículos cuyos contenidos se elaboraron
“como respuesta a…” la propuesta teórica que realizó otro autor. Se reprodujeron
en este capítulo algunos de esos debates teóricos, que permitirán al lector ir con-
figurando con una amplia perspectiva, las tendencias y estados de situación de
ciertos análisis.

Como en los otros capítulos no se realiza una descripción exhaustiva debido a la


enorme cantidad de autores que se dedican a diversos temas y porque tampoco
se encuentra disponible en nuestro país mucha de la producción realizada en otros
idiomas. Sólo se tomarán aquellos que se consideran los más significativos.

Iniciaremos los contenidos de la unidad.

Nidia C. Abatedaga 239


Tecnicatura en Periodismo

Perspectivas y temas de la Economía Política


de Comunicación

El abordaje que propone realizar la Economía Política de Comunicación tiene un


gran número de temas, pero todos coinciden en la común adscripción a la dialéctica
materialista de Marx y la preferencia por desmenuzar los aspectos económicos del
funcionamiento de la comunicación en el capitalismo.

Vincent Mosco afirmará que: “En un sentido estricto, economía política es el estu-
dio de las relaciones sociales, particularmente las relaciones de poder, que mutua-
mente constituyen la producción, distribución y consumo de recursos, incluidos los
recursos de comunicación. Esta formulación tiene un cierto valor práctico porque
llama la atención sobre cómo opera el negocio de la comunicación, por ejemplo,
cómo los productos comunicacionales transitan a través de una cadena, de produc-
tores (como los estudios de Hollywood) a distribuidores, comerciantes y, finalmente,
consumidores, cuyas compras, alquileres y atenciones alimentan nuevos procesos
de producción.”1

Se puede distinguir, como lo hizo Karl Marx, la Economía Política de los Economis-
tas Clásicos de una Economía Política que podríamos denominar “crítica”, porque
aunque ambas comparten la perspectiva económica de los temas que analizan, las
preocupaciones teóricas que manifiestan tienen diferencias significativas.

“La Economía Política ha ubicado consecuentemente en un primer plano el objetivo


de entender el cambio social y la transformación histórica. Para los economistas
políticos clásicos del siglo dieciocho y principios del diecinueve, individuos como
Adam Smith, David Ricardo y John Stuart Mill, ello significó entender la gran revo-
lución capitalista, la vasta agitación social que transformó las sociedades basadas
principalmente en el trabajo agrícola en sociedades comerciales, manufactureras
y, finalmente, industriales. Para Karl Marx, significó examinar las fuerzas dinámicas
dentro del capitalismo y la relación entre capitalismo y otras formas de organización
político-económicas, para entender el proceso de cambio social que conduciría en
última instancia, según afirmó, del capitalismo al socialismo.”2

“Durante el siglo XIX los economistas ortodoxos tendieron a dejar de lado la pro-
blemática histórica y el cambio social para transformar la economía política en la
“Ciencia de la Economía”, “ocupada en cómo compradores y vendedores confluyen
en el mercado para establecer los precios, pero no daría cuenta de aquellos pro-
cesos de cambio social y económico más amplios que crean las condiciones para
el establecimiento de precios” En cambio los economistas heterodoxos contempo-
ráneos se ocuparon de áreas como la transición de una economía industrial a una
de servicios o informacional, en la cual los medios masivos y las tecnologías de la
comunicación son muy importantes”.3

Dentro de este último conjunto de pensadores (no ortodoxos) se produjo una divi-
sión entre un primer grupo que incluía a los conservadores, que buscaron reem-
plazar el individualismo del mercado por la autoridad colectiva de la tradición; los
Socialistas Utópicos que intentaron colocar a la comunidad por delante del mercado

1
Mosco, Vincent (2006) (pág. 58) CIC Cuadernos de Información y Comunicación 2006, vol. 11 (pág. 57
a 79) Canadá Research Chair in Communication and Society. Queen’s University.
2
Ibíd. (pág. 59).
3
Ibíd. (pág. 60).

240
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

y los pensadores marxianos que volvieron a colocar el trabajo y la lucha de clases


en el centro de la economía política. (Mosco: 2006:61)

“Aunque la economía ocupa el centro y centro-derecha del espectro político aca-


démico, una economía política neoconservadora se hace fuerte en aplicar las ca-
tegorías de la economía neoclásica a la totalidad del comportamiento social con el
objetivo de expandir la libertad individual. La economía política institucional ocupa
una posición de centro, levemente orientada hacia la izquierda, argumentando, por
ejemplo, en el trabajo de Galbraith (1985, 2004) que los condicionantes instituciona-
les y tecnológicos modelan los mercados para beneficio de aquellas corporaciones
y gobiernos con el tamaño y poder suficientes para controlarlos. Los institucionalis-
tas documentan cómo grandes compañías de medios pueden controlar la produc-
ción y distribución de productos de los medios masivos para restringir la diversidad
de contenidos, específicamente. Los acercamientos neomarxianos, incluidos los de
la Escuela Francesa de la Regulación, la teoría de los sistemas mundiales, y otros
comprometidos con el debate sobre la globalización, continúan colocando la clase
social en el centro del análisis, y son principalmente responsables de debates sobre
la relación entre el capitalismo monopólico, la automatización y des-cualificación
del trabajo, y el crecimiento de una división internacional del trabajo. Por último, los
movimientos sociales han engendrado sus propias escuelas de economía política,
principalmente la economía política feminista, que da cuenta de la persistencia del
patriarcado y la escasez de atención prestada al trabajo en el hogar; la economía
política medioambiental, que se concentra en las relaciones entre el comportamien-
to social y el medioambiente orgánico más amplio (Foster, 2002); y una economía
política que funde el análisis de los movimientos sociales con la tradición marxista
autónoma teórica italiana”.4

Dentro de la Economía Política de la


Comunicación, aquí se desarrollarán
autores y que se han nutrido de varias
de las perspectivas señaladas arriba,
sobre todo los institucionalistas
y neomarxistas, organizados
por regiones.

Entre los tópicos abordados y discutidos por los autores que aquí se tomarán
podemos encontrar:

● Cuál es el (resultado) producto de los Medios de Difusión.


● Cuál es la función económica de la publicidad, para los Medios y para la
economía en general.
● Qué características adoptan el trabajo manual y el trabajo intelectual en
los Medios Masivos.
● Cuáles son las características de las políticas de comunicación en la re-
gión.
● Cómo se pueden caracterizar los grupos económicos que se ocupan de la
producción infocomunicacional de un país, la región y el mundo.

● Cuáles son las relaciones que pueden establecerse entre las formas eco-
nómicas de producción (industrial, financiera) en el capitalismo y los te-
mas que difunden los Medios.

4
Mosco, Vincent (2006) Óp. Cit. (pág. 61).

Nidia C. Abatedaga 241


Tecnicatura en Periodismo

Además de una gran cantidad de temas, lo que tienen en común los autores de esta
escuela es el énfasis puesto en analizar algún aspecto o sector de la estructura eco-
nómica de la sociedad, con criterios coincidentes en tomar los desarrollos de Carlos
Marx como perspectiva epistemológica privilegiada. A la vez, desde este enfoque
económico tratarán de explicar un fenómeno mediático.

A la luz de todo lo leído y analizado,


realice la primera actividad. Transcriba
las respuestas a estas preguntas y envíe
al docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 1

Repasando la diversidad de abordajes en economía y economía política ¿podría responder


las siguientes preguntas?

1) ¿Qué diferencias encuentra entre el abordaje económico de Smith y Ricardo con la pro-
puesta de economía política de Marx?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cuáles eran los temas que importaban a conservadores, socialistas y marxianos? ………
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................

3) Explique la diferencia entre la economía política institucional y los neomarxistas.


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Algunas precisiones necesarias sobre la pers-


pectiva económica de Carlos Marx

Si se retoma el análisis que fuera desarrollado en la unidad 4, donde se explicó su-


cintamente la crítica que Marx le hizo a los economistas clásicos en relación a que
la producción social (desde una perspectiva global) no podía analizarse de un modo
lineal: Producción – Distribución – Cambio - Consumo (P – D – C – C), sino que los
cuatro momentos se encuentran mutuamente determinados, se arriba a una mirada
casi “circular” del proceso.

Repasando lo antes expuesto, visualice


el esquema de unidad 4, punto 4.2.
Por otra parte también es necesario recuperar
el esquema del Proceso de Producción
(que se desarrolló en Unidad 2) para
explicarlo y ampliar su alcance.

242
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Este esquema, aunque muy rudimentario, muestra sólo una parte del proceso, la
que corresponde al “Momento de la Producción”, es decir, desagrega los factores
que intervienen en este momento, sin abordar los Momentos de Distribución, Cam-
bio y Consumo.

Si a la explicación del momento de la producción propiamente dicha agregamos el


análisis de esos tres momentos tendremos que el capitalista, para iniciar el momen-
to de la Producción (por ejemplo producir tejidos) y antes que este proceso de pro-
ducir tejidos suceda, “cambia” dinero por Capital Constante Fijo (las máquinas para
tejer), por Capital Constante Circulante (lana o hilos) y por Capital Variable (salarios
de los tejedores, aunque se pagan al finalizar el proceso, vamos a considerar aquí
que hay un adelanto inicial que realiza el capitalista en salarios). Se debe tener en
cuenta también que este “Cambio” anterior a la producción tiene como condición,
para poder realizarse, el que haya una distribución previa dentro de la sociedad,
donde algunos (pocos) individuos son poseedores del dinero para invertir en capital
y otros (la mayoría) sólo tienen como propiedad la fuerza de trabajo para vender.

También debe considerarse que para que haya cambio también tienen que estar
ya distribuidas en la sociedad la producción de maquinarias y materias primas (en
otros procesos productivos) para que estén disponibles a la compra que realiza
nuestro capitalista tomado como caso, el productor de tejidos.

Es decir que este capitalista adelanta dinero (D) antes de comenzar el proceso
productivo y en ese mismo acto se hace propietario de todos los elementos necesa-
rios para la producción: máquinas o Capital Constante Fijo (CCF), materias primas
(CCC) y el tiempo de trabajo del asalariado o capital variable (CV) por determinada
cantidad de tiempo. Recordemos también que el propio proceso productivo implica
el “Cambio” de capacidades, de trabajo y de elementos para poder producir, como
así también el “Consumo” de todos los factores que entraron en él para poder ela-
borar el resultado (Mercancía).

Una vez concluido el momento de la Producción la Mercancía (M) está terminada,


pero en tanto no se haga efectivo el cambio por dinero, este producto no será mer-
cancía porque sólo tiene un valor de uso. El valor de cambio se efectiviza sólo en el
momento que se intercambia por dinero, y en ese momento hay más dinero que el
que se invirtió inicialmente, Dinero Incrementado (D+d) o (D´).

Analicemos el siguiente esquema.

Nidia C. Abatedaga 243


Tecnicatura en Periodismo

A todo el periodo que va desde que el capitalista desembolsa el dinero para inver-
tir en los elementos necesarios al proceso de producción, y el tiempo en que ese
dinero (incrementado) vuelve a manos del capitalista (en nuestro caso, desde el
momento en que adelanta dinero para salarios, lana y máquinas de tejer hasta que
los tejidos se han vendido y el capitalista tiene de nuevo dinero incrementado), se
lo llama “Ciclo de Rotación”.

“El periodo de tiempo que transcurre desde el momento en que se desembolsa el


valor – capital (D) (…) hasta el momento en que el valor – capital en acción retor-
na a su punto de partida… El ciclo del capital, considerado no como un fenómeno
aislado, sino como un proceso periódico, se llama rotación. (…) El valor capital
desembolsado – ya sea en dinero o en forma de los elementos materiales de pro-
ducción – constituyen y también, por tanto, el punto de retorno. En D D´el retorno
es D´= D+d. Para el capitalista, el tiempo de rotación de su capital es el tiempo
durante el cual debe tener desembolsado su capital para valorizarlo y recobrarlo en
su forma primitiva”.5 (Marx: 1987: 136 a 139)

Dentro del Ciclo de Rotación se incluyen el Momento de la Producción (que va


desde que se adelantó el capital inicial hasta el momento que se produce la mer-
cancía) y el Momento de la Circulación (señalado en el gráfico con la flecha Vacía).
Este último periodo cubre el tiempo que transcurre desde que la Mercancía sale del
proceso productivo (en este caso los tejidos terminados) y el momento en que esos
tejidos pasan a manos de quien los va a utilizar.

El Momento de la Circulación tiene gastos6 :

1) Gastos netos de circulación (incluye tiempo de compra y de venta, Contabili-


dad, etc.): “Para el capitalista (…) la compra y la venta constituyen una función
fundamental… el tiempo empleado en la compra y en la venta no crea tampoco
(…) ningún valor (…) una función que, siendo de suyo improductiva, constituye
una fase necesaria en el proceso de reproducción”.

2) Gastos de conservación (almacenamiento) “Mientras existe como capital – mer-


cancías o permanece en el mercado, es decir, mientras se encuentra en el inter-
valo entre el proceso de producción de que procede y el proceso de consumo
a que se destina, el producto es mercancía almacenada (…) y pendiente de ser
vendido (…) el estado que reviste bajo la forma de almacenamiento constituye
una permanencia involuntaria y contraproducente en el mercado. Cuanto más
rápidamente se venda, mejor funcionará el proceso de reproducción (…) bajo la
forma de almacenamiento, en el mercado, supone edificios, almacenes, depósi-
tos de mercancías y, por tanto, una inversión de capital constante... y además el
pago de salarios… Finalmente, las mercancías se deterioran y están expuestas
a la acción de elementos nocivos para ellas. Para protegerlas contra estas in-
fluencias hay que desembolsar capital adicional (…) gastos que, no pertenecen
a la órbita de la producción, figuran entre los gastos de circulación, mercancías
lista para la venta, y ésta permanece invendible en el almacén. Los gastos que
supone la conservación (…) representan una pérdida positiva (…). En la medida
que el almacenamiento paraliza la circulación, los gastos originados por él no
añaden ningún valor a la mercancía.”

3) Gastos de Transporte y circulación: “Puede ocurrir que haya un cambio de


lugar de los productos, su desplazamiento real de un sitio a otro. Pero no es
indispensable, pues la circulación de las mercancías puede realizarse sin que

5
Marx, K. (1987) (págs. 136 a 139) El Capital. Crítica de la Economía Política. Tomos I, II y III Ed. FCE.
México.
6
Ibíd. (págs. 116 a 133).

244
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

éstas se desplacen físicamente, si A vende una casa a B. Lo que se mueve real-


mente, en estos casos, es el título de propiedad sobre la cosa, no la cosa misma
(…). La masa de productos no aumenta por el hecho de ser transportadas… Sin
embargo, el valor de uso de las cosas sólo se realiza con su consumo y éste
puede exigir su desplazamiento de lugar. Por consiguiente, el capital productivo
invertido en éstas añade valor a los productos transportados (…) El transporte
(…) de los productos terminados de la órbita de la producción a la órbita del
consumo. Mientras no se realiza este movimiento, el producto no está en condi-
ciones de ser consumido.”

La importancia que aquí se otorga al Momento de la Circulación, por lo cual se ha


desarrollado con alguna minuciosidad, radica en la centralidad que tuvieron, para
los autores de la Economía Política de la Comunicación la función económica de
los Medios Masivos de Difusión y a fenómenos como la Publicidad. Muchos de ellos
analizaron que los Medios Masivos son una rama de la economía en la que los ca-
pitalistas invierten dinero, dinero que por lo tanto entra a la esfera de la circulación
(no al Momento de la Producción) y constituye una masa de gasto improductivo.

La intención de esta inversión consiste, entre otras cosas que se detallarán en los
análisis de cada autor, en acelerar el ciclo de rotación del capital, ya que la publi-
cidad permite que los productos que se encuentran almacenados y listos para ser
consumidos, se difundan y compren más rápidamente que aquellos que los poten-
ciales consumidores desconocen y por tanto, quedan almacenados durante más
tiempo deteniendo el ciclo de rotación completo y haciendo que el capitalista no
recupere el dinero inicialmente invertido.

Para el lector que se introduce en el tema, es válido aclarar que desde hace ya
varias décadas, la actividad publicitaria que desde un punto de vista económico e
ideológico relaciona Medios y sus receptores se encuentra mediada por una ocu-
pación que ha cobrado cada vez mayor autonomía y se ha profesionalizado. Esta
función de mediación está siendo desarrollada por agencias de publicidad y/o con-
sultoras de relaciones públicas y marketing que se dedican con exclusividad a ges-
tionar el vínculo, realizando estudios de mercado, elaborando planes y campañas
de difusión, y realizando todas aquellas tareas necesarias para optimizar la inver-
sión de las empresas por las vías más adecuadas y eficientes.

Las agencias absorben una parte del excedente de la empresas y debido a que
acumulan varias “cuentas” (toman a su cargo las actividades de comunicación de
varias empresas, generalmente grandes), logrando de este modo descuentos im-
portantes en los Medios para la inserción de avisos, ventaja que cada anunciante
por separado no lograría. La tarea así descripta, aunque muy expandida, no cubre
la totalidad de la actividad productiva y comercial, en razón de que en ambos extre-
mos, los servicios de agencias no son utilizados: las empresas oligopólicas (gene-
ralmente de capital internacional) tienen sus propios departamentos de relaciones
públicas, publicidad, etc. y las empresas pequeñas generalmente no acceden a los
altos costos que implican las actividades de comunicación y de publicidad en los
Medios masivos, por lo que suelen realizar difusión puntual y de baja inversión.

Aunque Marx no lo desarrolló (porque en la época que escribió los Medios no se


encontraban desarrollados como ahora), varios autores de la Economía Política
se ocuparon de estudiar el carácter económico del trabajo de periodistas y pu-
blicitarios, caracterizado por ubicarse dentro de la categoría marxista de “trabajo
predominantemente intelectual”. En tanto trabajadores de Medios y de Agencias de
Publicidad, hubo estudios que se ocuparon de analizar si eran trabajadores produc-
tivos, distinguiéndolos de los trabajadores ocupados también en el momento de la
circulación, pero en el transporte de mercancías.

Nidia C. Abatedaga 245


Tecnicatura en Periodismo

El análisis que realizaron muchos de los


economistas políticos de los medios
estudiaron los Medios tanto desde el
punto de vista económico (por ser parte del
Momento de la circulación del capital) como
ideológico (por reproducir las formas de
dominación, a través de la difusión de las ideas
de la clase dominante, entre otras funciones).

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 2

En relación a los conceptos que se agregaron de la propuesta teórica de Carlos Marx ¿podría
responder las siguientes preguntas?

1) Explique qué es el “ciclo de rotación” del capital para Marx


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Qué diferencias hay entre el Momento de la Producción y el de la Circulación?


……………………………………………………………………………………………
…………..………………………………………………………………………………
……………….....................................................................................................................

3) ¿Qué tipo de gastos existen en el momento de la circulación?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) Explique cómo opera la publicidad en relación al momento de la circulación


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

246
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Iniciadores de la reflexión sobre Economía


Política de los Medios

La producción económica de los Medios

Epistemología de la Escuela Norteamericana: Baran y Sweezy


Dos de los precursores en el estudio de la Economía Política de la Comunicación
en Estados Unidos fueron Paul Baran y Paul Sweezy, quienes estudiaron el capi-
talismo monopolista discutiendo la versión norteamericana de la economía mundial
que por los años ´60 el presidente de los Estados Unidos, John Kennedy y su her-
mano, Robert Kennedy (en el año 1962 Procurador General de la administración de
su hermano, viajando alrededor del mundo como embajador de buena voluntad de
Estados Unidos) mostraban.

Los autores publican su libro El capital monopolista hacia el año 1966 (1° versión en
inglés), después de 10 años de investigaciones. Entre los muchas aristas del análi-
sis que realizan sobre el funcionamiento del mercado capitalista en Estados Unidos,
uno de los aspectos que interesa destacar aquí es el estudio sobre las denomina-
das “campañas de venta” (el equivalente de lo que actualmente denominamos, por
una parte “publicidad” y por otra “marketing” o “comercialización”).

Señalando la importancia de estudiar la nueva modalidad de funcionamiento del


mercado, ahora oligopolizado7, los autores afirmarán que la teoría económica for-
mal ha continuado suponiendo que “el empresario individual que eleva al máximo
sus ganancias desempeña el papel central en las teorías del sistema capitalista
desde antes de la época de Adam Smith. Seguir suponiendo esto significa (…) que
en todos los aspectos relativos al funcionamiento del sistema, las corporaciones
actúan como empresarios individuales”. El problema de ignorar esto radica en que
una parte de los científicos no tienen en cuenta que “la corporación moderna repre-
senta una ruptura cualitativa con la vieja forma de empresario individual… son de
esperarse tipos radicalmente diferentes de comportamiento.”8

Y este es uno de los ejes centrales del estudio, porque dedican gran parte del tex-
to a analizar en qué consiste esa “ruptura cualitativa” con el comportamiento que
desarrollaba el empresario individual. Comenzarán afirmando que “Bajo el capita-
lismo, la forma superior del éxito es la prosperidad de los negocios, y bajo el capi-
talismo monopólico la forma superior de los negocios es la gran empresa” (Baran
y Sweezy: 1986: 36). Los índices que estos autores toman para valorar la posición
de una empresa son su magnitud, la tasa de crecimiento y la fuerza, esta última
“medida por normas tales como el crédito y el precio de los valores de la empresa.9”
(Baran y Sweezy: 1986: 37)

7
“Oligopolio” es el nombre económico que se asigna a una forma de funcionamiento del mercado por
el cual varias empresas ofrecen el mismo producto, sin que ninguna de ellas pueda imponerse sobre la
otra. Hay una oferta de productos en pocas manos, mientras que la demanda continúa dispersa. Esta
situación hace que todos los participantes del mecanismo oligopólico conozcan cómo operan los otros y
esto genera competencia entre ellas para obtener una mayor proporción de ganancias en el mercado.
En nuestro país, hasta el momento el mercado y más precisamente la oferta de medios audiovisuales
y radiales se encuentra oligopolizada. Es posible que con la nueva Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual (N° 26522) sancionada durante 2010, que prevé la desinversión paulatina de los capitales de
Medios, vaya paulatinamente desarmándose la estructura oligopólica de Medios que rige actualmente la
oferta en el mercado de la radio y la televisión argentina.
8
Baran, P y Sweezy, P. (1982) (pág.22) El capital monopolista. Ensayo sobre el orden económico y social
de Estados Unidos. Siglo XXI Ed. 1° edición 1966.
9
Ibíd. (pág. 37).

Nidia C. Abatedaga 247


Tecnicatura en Periodismo

Los autores caracterizarán el capitalismo en los mismos términos de Marx, sólo


que centrados en su funcionamiento hacia mediados del siglo XX, capitalismo que
denominarán “capitalismo monopolista”: “Hemos tratado de mostrar que la empresa
gigante actual es una máquina de maximización de ganancias y de acumulación
de capital, por lo menos en el mismo grado de la empresa individual del período
anterior… Hay diferencias mayores entre estos tipos de empresas comerciales… la
empresa tiene un horizonte más a largo plazo que el capitalista individual y calcula
más racionalmente.” Por otro lado, los autores refieren a la diferente capacidad de
manejo del mercado que tienen ambos tipos de capitalismo (el capitalismo “compe-
titivo” conformado por empresarios individuales y el capitalismo “monopólico”, cons-
tituido por corporaciones). “La diferencia básica entre los dos… bajo el capitalismo
competitivo la empresa individual “capta precios”, mientras que bajo el capitalismo
monopolista la gran empresa “hace los precios”… Cuando decimos que las corpo-
raciones gigantes son artífices de precios queremos decir que ellas pueden y eligen
los precios que han de cobrarse por sus productos… El monopolista está definido
como el único vendedor de una mercancía para la cual no hay sustitutos”.10

Además de analizar la función del Estado en la economía capitalista, a la que defi-


nen como de “servir a los intereses del capital monopolista”, los autores advierten
que una parte de aquella denominada “ruptura cualitativa” que había provocado el
paso de la empresa individual a la corporación oligopólica o monopólica moderna
se encuentra en que se reemplazó la competencia de precios por dos modos de
competencia que no refieren a los precios: “El primero se refiere a lo que puede
llamarse dinámica de distribución del mercado. El segundo tiene que ver con la
forma particular que adopta la campaña de ventas en las industrias productoras de
bienes.” 11

Para poder explicar recordemos que funcionan


económicamente las campañas de ventas, es
aquí recordar que, de los 4 Momentos de la
Reproducción Económica éstas corresponden
al Momento de la Circulación.

“(…) Hay dos aspectos de la competencia que no se refieren a los precios y que son
de importancia decisiva (…) El primero se refiere a lo que puede llamarse la dinámi-
ca de distribución del mercado. El segundo tiene que ver con la forma particular que
adopta la campaña de ventas en las industrias productoras de bienes”.12

Los autores distinguen entre las posibilidades que poseen las grandes empresas, con
costos más bajos (en parte por realizar compras al por mayor de insumos), con la ca-
pacidad económica de acceder a pagar los altos costos publicitarios y las empresas
de poca envergadura. Las posibilidades económicas que poseen las primeras gene-
rarían una especie de círculo virtuoso por el cual las ventajas económicas que les
permiten obtener ganancias mayores ponen cada vez más distancia con las empre-
sas pequeñas. Toda vez que a las grandes empresas le siguen sobrando excedentes,
pueden mejorar aún más la reducción de costos y realizar otras inversiones.

Por ejemplo en publicidad. Con ésta se logra a su vez la creación e imposición de una marca
que la convierte en líder del mercado: Coca Cola entre las bebidas gaseosas, Nike entre las
Ej.
zapatillas, son ejemplos de marcas consolidadas, con un prestigio publicitariamente construi-
do que permite que fijen el precio más alto del mercado en su rubro. El resto de las empresas
no podrían vender por encima del precio en que ellas fijan su mercancía porque nadie las
compraría, con lo cual éstas continúan percibiendo una ganancia extraordinaria y pudiendo
invertir en el reforzamiento de su prestigio.

10
Ibíd. (págs. 43-48 y 50).
11
Ibíd. (pág. 58).
12
Baran, P y Sweezy, P. Óp. Cit. (pág. 58).

248
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

En primer lugar, la empresa cuyos costos son más bajos y sus ganancias más altas
goza de diversas ventajas sobre sus rivales con altos costos, en la lucha por la par-
ticipación de los mercados. La empresa con los costos más bajos tiene la sartén por
el mango; puede darse el lujo de ser agresiva hasta el punto de amenazar y llegar
al extremo de precipitar la guerra de precios. Puede usar ciertas tácticas (descuen-
tos especiales, términos favorables de crédito, etc.) que de ser adoptadas por una
empresa débil provocarían represalias. Tiene los medios necesarios de publicidad
para hacer investigaciones, desarrollar nuevas variedades de productos, servicios
extraordinarios, etc. Las compañías de bajos costos y altas ganancias logran una
reputación especial que les permite atraer clientes y retenerlos. Cualquier compañía
que se rezague en la carrera de la reducción de costos se hallará pronto en dificul-
tades… su libertad de maniobra se reduce. Al tener un papel cada vez más pasivo,
encuentra que su posición se va deteriorando progresivamente, y eventualmente se
encuentra con alternativas desagradables pero inevitables: se puede fusionar, por
supuesto en términos desfavorables, con una empresa más fuerte, puede intentar
una reorganización y volver, o puede abandonar el campo. Todo el móvil de la re-
ducción de costos es incrementar las utilidades, y la estructura monopolista de los
mercados capa cita a las empresas a apropiarse de la parte del león de los frutos
de la productividad creciente, directamente en forma de mayores ganancias… bajo
el capitalismo monopolista los costos decrecientes implican márgenes de utilidades
en continua expansión.13

El aspecto vinculado a las Campañas de Venta es analizado por los autores desde
una perspectiva global del proceso, considerando los cuatro Momentos de la repro-
ducción económica de la sociedad. Afirmarán que la burguesía de los siglos XVIII y
XIX ya intentó reducir al mínimo los impuestos y tributos, así como los gastos de cir-
culación. A este razonamiento agregarán que desde aquel momento se produjo una
tendencia general de la economía a incrementar los excedentes (ley de excedentes
crecientes) que renovó el tema de las medidas de utilización de los excedentes. “A
una de estas formas alternas de utilización la llamamos campaña de ventas. Con-
ceptualmente es idéntica a los gastos de circulación de Marx, pero en la época del
capitalismo monopolista, ha venido a desempeñar un papel, tanto cuantitativa como
cualitativamente, de alcances mucho mayores de los que Marx jamás soñó… bajo
el capitalismo monopolista en su etapa más avanzada en los actuales Estados Uni-
dos… éstos alcanzaron dimensiones gigantescas… [Las campañas de venta] de
ser una característica relativamente sin importancia, ha avanzado a la posición de
uno de sus centros nerviosos decisivos. El tremendo crecimiento de este fenómeno
y la espectacular intensificación de su preponderancia emanan de qué ha sufrido
un cambio cualitativo de largo alcance. La competencia de precios se ha abando-
nado como una forma de atraer a la clientela, y ha dado paso a nuevas formas de
promoción de ventas: la publicidad, la variación en la presentación y empaque de
los productos, la “obsolescencia planificada”, los cambios de modelos, los planes
de venta a crédito y otros”.14

Baran y Sweezy comparan, desde el punto de


vista de la inversión en gastos de circulación,
las condiciones de competencia atomista y de
competencia oligopólica.

“En un sistema económico en el que la competencia es feroz e implacable y en la


cual la escasez de rivales rige la reducción de precios, la publicidad se convierte…
en el arma principal de la lucha competitiva. Bajo condiciones de competencia ato-
mista cuando una industria comprende a una multitud de vendedores, ofreciendo

13
Ibíd. (págs. 59 a 61).
14
Baran y Sweezy (1986) Óp. Cit. (págs. 94-95).

Nidia C. Abatedaga 249


Tecnicatura en Periodismo

cada uno sólo una pequeña fracción de una producción homogénea, hay poco lugar
para la publicidad individual.

La situación es muy diferente cuando el número de vendedores es pequeño y cada


uno representa una gran proporción de los productos y las ventas de una industria.
Tales empresas relativamente grandes están en posición de ejercer una poderosa
influencia sobre el mercado para su producción, mediante el establecimiento y man-
tenimiento de una diferencia marcada entre sus productos y los de sus competido-
res. Esta diferencia se busca principalmente por medio de la publicidad, marcas de
fábrica, nombres de fábrica, envolturas características, y variaciones de producto; si
tiene éxito, esto conduce a una condición en la cual los productos diferenciados de-
jan de servir, en opinión del consumidor, como sustitutos uno del otro. Cuanto más
insiste en la diferenciación de producto, más cerca está el vendedor del producto
diferenciado de la posición monopolista. Y cuanto más atraído se sienta el público a
esta marca en particular, menos elástica se vuelve la demanda. Todo esto se aplica
en primer lugar a los bienes de consumo, pero es de creciente y considerable im-
portancia en el campo de los bienes de producción (…).

Y obviamente, cuanto más intensas sean las necesidades nuevamente creadas,


más alto puede ser el precio de los productos y más altos los beneficios de la em-
presa que satisfacen estas necesidades”. 15

Los autores además, afirmarán que los gastos de publicidad en la economía nor-
teamericana experimentaron un alza espectacular, que además demuestran con
el incremento de las cifras de inversión publicitaria de fines del XIX hasta más de
mediados del siglo XX: “en la década de 1890, tanto el volumen como el tono de
la publicidad cambiaron. Los gastos en publicidad en 1890 ascendieron a 360 mi-
llones de dólares, alrededor de siete veces más que en 1867. En 1929 esta cifra
se había multiplicado aproximadamente diez veces (…). Los gastos en publicidad
ascendieron a 10.300 millones de dólares en 1957 y a más de 12.000 millones en
1962. Junto con los gastos en estudios de mercados, relaciones públicas, diseño
comercial y servicios similares realizados por agencias de publicidad… la cifra pro-
bablemente exceda ahora de 20.000 millones.”16

Agregan que este panorama no debe leerse simplemente como un exceso de fri-
volidad o un descontrol del mercado: “Este derramamiento fantástico de recursos
no refleja una irracionalidad frívola por parte de las administraciones de las corpo-
raciones o una peculiar predilección del pueblo norteamericano por los anuncios
comerciales con música, carteles llamativos, revistas y periódicos inundados de
propaganda. Lo que en realidad ha sucedido es que la publicidad se ha convertido
en un instrumento indispensable para un gran sector de negocios corporativos”.17

El mecanismo publicitario operaría como una especie de “barrera de entrada”, que


hace que las empresas pequeñas no puedan acceder a invertir en anuncios publi-
citarios (por los altísimos costos), lo que conduciría a que sus mercados se vean
cada vez más restringidos. Se perpetúa y acentúa, por estas mismas razones, su
carácter de pequeñas y cada vez más continúan con la tendencia a empequeñe-
cerse, en la misma medida que los oligopolios tienden cada vez más a incrementar
sus ganancias.

“Empleada en forma competitiva, se ha vuelto una parte integral de la política de uti-


lidades máximas de las empresas y sirve al mismo tiempo como un muro formidable
de protección para las posiciones monopolistas. Aunque al principio la publicidad

15
Ibíd. (págs. 96-97).
16
Ibíd. (pág. 98).
17
Baran y Sweezy (1986) Óp. Cit. (pág.98).

250
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

pareció a las administraciones de las empresas como un costo deplorable que de-
bía mantenerse tan bajo como fuera posible, rápidamente se transformó en lo que
una agencia de publicidad correctamente ha llamado “una necesidad de supervi-
vencia” para muchas empresas corporativas”.18

Desde su aparición, el fenómeno publicitario ha despertado opiniones en contra y


a favor. Entre quienes se oponen al fenómeno publicitario los autores mencionan a
“la economía tradicional de bienestar” que la condena porque “implica un desper-
dicio masivo de recursos, una continua sangría del ingreso de los consumidores y
la destrucción sistemática de su libertad de elección entre alternativas auténticas”.
Sin embargo los autores afirman que esta crítica pareciera proponer que habría que
desprenderse del sistema publicitario, sólo con la decisión de hacerlo, olvidando
que “la publicidad constituye una parte integral del sistema tanto como la misma
corporación gigante. Por otro lado, Barán y Sweezy dirán que esta escuela econó-
mica alega que la publicidad distorsiona la economía porque causa una redistribu-
ción de ingresos: “el ingreso de los consumidores se reduce, mientras que el de los
publicistas y medios publicitarios aumenta en la misma cantidad… es reconocido
que la publicidad desvía las compras de los consumidores de un artículo a otro, es
causa de que [los consumidores] tomen decisiones respecto de sus compras sobre
bases irracionales y les induce a gastar parte de sus ingresos en productos inútiles
o adulterados (…).” 19

Sin embargo los autores afirmarán que esta posición no advierte la verdadera im-
portancia económica de la publicidad, que “(…) radica no sólo en el hecho de que
provoca una redistribución de los gastos de consumidor entre diferentes mercan-
cías, sino en sus efectos sobre la magnitud de la demanda efectiva agregada y
por lo tanto en el nivel de ingreso y ocupación y por lo tanto en el nivel de ingreso
y ocupación”.20 En otras palabras, para estos autores la consecuencia económica
más importante de la actividad publicitaria es que incrementa, la demanda efectiva
agregada.21

Para complementar el análisis referido a si


la publicidad incrementa o no la demanda
efectiva agregada que plantean Baran y
Sweezy, el lector deberá tener en cuenta
la discusión que Patricia Arriaga plantea.
Sus argumentos se expondrán en el
apartado 5.5 de este mismo capítulo.

Para Baran y Sweezy la función predominante de la publicidad respecto del con-


sumo – aunque el razonamiento se hizo durante los años ´60 puede considerarse
con una gran actualidad – era “emprender, a nombre de los productores y vende-
dores de bienes de consumo, una guerra implacable en contra del ahorro y a favor

18
Ibíd. (pág. 99).
19
Ibíd. (pág. 101).
20
Ibíd. (pág. 101).
21
“Demanda efectiva” es un término económico propuesto en la teoría que pretendió construir Keynes, y
“consiste en las expectativas de los ingresos a recibir a largo plazo, que incluye la decisión de consumir
o de ahorrar, así como de mantener dinero líquido para especular o invertir productivamente.”
La “Demanda Agregada” es la totalidad de la demanda de una región en un momento determinado.
Depende de “Las decisiones de inversión de los empresarios, que proporcionan los ingresos a los pro-
ductores individuales, los cuales por su vez deciden sobre cómo utilizar esos ingresos, y las decisiones
de los individuos trabajadores que utilizan parte del ingreso en consumo, determinan las condiciones de
demanda. El precio de oferta global de la producción es determinado por el volumen de empleo (…)”
(Gómez Olivares: 2007).

Nidia C. Abatedaga 251


Tecnicatura en Periodismo

del consumo, una guerra implacable en contra del ahorro y a favor del consumo.
Y los medios principales de llevar a cabo esta tarea son estimulando cambios en
la moda, creando nuevas necesidades, estableciendo nuevos niveles de posición
social, haciendo hincapié en nuevas formas de propiedad.” Y en relación con las
tendencias macroeconómicas del capital, afirmarán que “El éxito incuestionable de
la publicidad en el logro de estas metas ha fortalecido grandemente su papel como
fuerza neutralizadora de la tendencia al estancamiento del capitalismo monopolista
y al mismo tiempo se le señala como arquitecto principal del famoso “modo de vida
americano”.22

Respecto de la actividad específica que desarrollan los comunicadores dedicados


a la publicidad, los autores develarán que su estrategia “(…) consiste en martillar
en la cabeza de la gente la conveniencia incuestionable, en realidad la necesidad
imperativa de poseer el producto más nuevo que llega al mercado.” Pero además
analizan, desde el punto de vista de la producción, que esta estrategia de insistir
en la novedad de modo permanente, supone que los productores deban lanzar al
mercado “una corriente continua de “nuevos” productos” y advierten sobre la falacia
de este supuesto, debido a que “… no es fácil que lleguen productos genuinamente
nuevos o diferentes, ni aún en nuestra época de rápido desarrollo científico y tecno-
lógico. De aquí que gran parte de la novedad con la cual es bombardeado el con-
sumidor es sistemáticamente fraudulenta o guarda una relación trivial y en muchos
casos negativa con la función y durabilidad del producto” Incluso en los casos en
que se encuentren productos realmente nuevos en diseño y apariencia “(…) sirven
sencillamente para los mismos propósitos que los antiguos productos que tratan de
desplazar”. 23

Aunque estos autores hicieron otros razonamientos, aquí finalizaremos con los
aportes que realizaron los autores mencionando un último aspecto del capítulo de-
dicado a las “campañas de venta”, que señala un cambio muy importante en la re-
lación entre la publicidad y la producción: “ (…) la campaña de ventas que empezó
siendo un nuevo auxiliar de la producción, ayudando a los fabricantes a deshacerse
en la forma más lucrativa de los bienes diseñados para satisfacer necesidades re-
conocidas del consumidor, crecientemente invade fábricas y talleres, determinando
lo que debe producirse (…)”24.

Como se podrá inferir de la lectura de los aportes de Baran y Sweezy, existe una crí-
tica consistente de capitalismo y de los mecanismos que conducen a su reproduc-
ción. También es sencillo advertir que al tomar como supuesto la teoría desarrollada
por Carlos Marx, sus análisis poseen una notoria coincidencia con los desarrollos
de otras escuelas, como los autores de Frankfurt.

Sin embargo también deberán advertirse las diferencias de perspectiva, en tanto


mientras los autores de Frankfurt y la primera y segunda etapa de Escuela de Bir-
mingham enfatizaron en los aspectos vinculados a la cultura dentro del capitalismo,
los autores de la Escuela de Economía Política hacen hincapié en la perspectiva
de las relaciones económicas que explican el funcionamiento de la Comunicación
Mediática.

A continuación, realice la siguiente actividad.


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envíe al docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

22
Baran y Sweezy (1986) Óp. Cit. (págs. 104-105).
23
Ibíd. (págs. 105-106).
24
Ibíd. (págs. 106).

252
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Actividad de Autoevaluación 3

¿Podría responder las siguientes preguntas, sobre algunos aspectos que proponen pensar
Baran y Sweezy?

1) Qué diferencias afirman que existen entre la conducta de los capitalistas individuales (ca-
pital competitivo) y el capital monopólico
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) Según estos autores ¿qué diferencias hay entre la competencia de precios y la competencia
con “campañas de venta” o publicidad?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Por qué los capitalistas deciden permanentemente incrementar las cifras de inversión
publicitaria?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) En relación al consumo de productos, ¿por qué afirman que hay una redistribución del
consumo? Y ¿por qué la publicidad hace una guerra implacable contra el ahorro?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Dallas Smythe

Según Vincent Mosco, la investigación norteamericana “ha sido muy influenciada


por las contribuciones de dos figuras fundacionales, Dallas Smythe y Herbert Schi-
ller. Smythe impartió el primer curso en economía política de la comunicación en la
Universidad de Illinois y es el primero de cuatro generaciones de académicos vin-
culados a esta tradición de investigación” (Mosco: 2006:62) Hacia mediados de los
´70 era presidente del Departamento de Estudios de la Comunicación de la Simon
Fraser University, Burnaby, Columbia Británica (Canadá).

Aunque parte de sus análisis fueron cuestionados, Smythe tuvo la virtud de introdu-
cir la perspectiva en el ámbito universitario, así como de proponer temas que serán
disparadores de futuros debates con otros autores de la misma línea teórica. Una
de las preguntas que este autor realizó y que respondió con una respuesta que con-
citó un enorme revuelo fue ¿qué producen los Medios? O dicho en clave del análisis
del proceso de producción que propone Marx, ¿Cuál es el resultado (producto) de
la Comunicación de Masas?

Para dar respuesta a estos interrogantes Smythe, en un célebre texto de 1977


traducido como “Las comunicaciones: Agujero Negro del Marxismo Occidental” co-
mienza cuestionando a los marxistas debido a que centran la importancia de los
“sistemas de comunicación de masas en su capacidad de producir “ideología”, a la

Nidia C. Abatedaga 253


Tecnicatura en Periodismo

que se considera como una suerte de invisible pegamento que mantiene unido al
sistema capitalista”.25

Tratando de anclar sus reflexiones en una perspectiva materialista del marxismo,


coincide con Baran y Sweezy en analizar la publicidad en el capitalismo en su ver-
sión monopólica y estudiar la forma de mercancía de la comunicación, cuya con-
dición es “la aceptación de la importancia para el concepto de monopolio en el
capitalismo monopólico demostraron cómo es el monopolio y no la competencia el
que gobierna al capitalismo contemporáneo (…)”.26

Por otro lado, reafirmará la importancia creciente que tienen las “instituciones es-
pecializadas” en la producción masiva de comunicaciones, debido a que aunque
los periódicos y revistas surgieron en el siglo XVIII, “no llegaron a su forma madura
hasta que el capitalismo monopólico giró su principal base económica hacia la pu-
blicidad, hacia finales del siglo XIX”.27

Smythe afirmará que la visión marxista del capitalismo debe buscar una realidad
objetiva, que desde su perspectiva conduce a analizar la “mercancía” producida
en el capitalismo. Así, su pregunta sobre lo que considera “la cuestión límite” a es-
tudiar es formulada como “¿Cuál es la forma de mercancía, constituida por las co-
municaciones producidas para las masas y financiadas por los anunciantes?” 28.La
cuestión que propone el autor efectivamente es un asunto crucial para la economía
política de la comunicación; tanto es así que su formulación suscitó numerosas y
diversas respuestas, alrededor de las cuales se produjeron arduos debates soste-
nidos y sólidas argumentaciones.

La pregunta de Smythe va dirigida a dar cuenta del “resultado” o “producto” de los


Medios Masivos, sustentado en categorías marxistas sobre la producción mercantil
de cualquier empresa productiva, sólo que aquí las empresas que se focalizan para
el análisis son los Medios.

Las respuestas de otros pensadores a estas preguntas son criticadas por Smythe,
quien las califica de “visiones burguesas o idealistas” sobre la realidad de esta mer-
cancía, cuando expresan que lo que producen los medios son: “mensaje”, “informa-
ción”, “imagen”, “significado”, “entretenimiento”, “orientación”, “educación” y “mani-
pulación”. Todos estos entidades mentales subjetivas y se refieren a las apariencias
superficiales. “Tácitamente, esta teoría idealista de la mercancía de la comunica-
ción parece haber sido sostenida por la mayoría de los marxistas occidentales, al
igual que por los teóricos burgueses: Lenin, Marcuse, Adorno, Baran y Sweezy, por
ejemplo: Schiller (1973), Burdock, Golding (1973), y yo mismo hasta ahora”.29

La respuesta que Smythe propone a su pregunta acerca de qué mercancía produ-


cen los Medios es “público y volumen de lectores (que en adelante simplificaremos
como públicos)” El argumento que utiliza para esa afirmación consiste en sostener
que “La realidad material en el capitalismo monopólico, es que todo el tiempo en
que no se duerme aparece convertido para la mayoría de la población en tiempo
de trabajo. Este tiempo de trabajo está dedicado a la producción de mercancías en

25
Smythe, Dallas (1977) (pág. 71) “Las comunicaciones: “Agujero Negro” del Marxismo Occidental”. “Co-
munications: Blindspot of Western Marxism”, en canadian Journal of Political and Social Theory/Revue
canadiense de théorie politique et sociale. Vol I, N° 3, otoño de 1977, pp. 1 a 27. Edición que se toma
aquí para citar: en Richieri, Giuseppe (1983) La Televisión: entre servicio público y negocio. Ed. GGilli.
México. (Págs. 71 a 103).
26
Smythe, Dallas (1977) Óp. Cit. (pág. 75)
27
Ibíd. (pág. 72).
28
Ibíd. (pág. 73).
29
Ibíd. (pág. 74).

254
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

general (tanto cuando las personas son pagadas por su trabajo como por ser inte-
grantes de públicos) y a la producción y reproducción de su fuerza de trabajo (cuya
remuneración está incluida en sus ingresos). Del tiempo de trabajo ajeno a los
empleos mismos, la porción mayor se integra con el tiempo de los públicos, que es
vendido a los anunciantes. No es vendido por los trabajadores, sino por los medios
masivos de comunicación.

El autor explica de dónde surge la mercancía “público”, después de preguntar


¿Quién produce esa mercancía? La producen los medios masivos de comunica-
ción, con la mezcla de la publicidad explícita y oculta, más el material “programa”.
Pero aunque los medios masivos juegan un papel protagónico en la parte de pro-
ducción dentro de la industria de la conciencia, las personas del público pagan, por
el privilegio de integrar ese público.

Smythe indicará que lo que los medios venden a los anunciantes es el tiempo de
los trabajadores, quienes:

a) Cumplen funciones esenciales de marketing para los productores de bie-


nes de consumo.

b) Trabajan en la producción y reproducción de la fuerza laboral.

Posteriormente Smythe profundiza en una perspectiva más global, retomando los


análisis de Baran y Sweezy, abordará la importancia de la publicidad en cuanto a
la “administración de la demanda por los oligopolios que dominan al capitalismo
monopólico” Afirmará que estos autores omitieron analizar temas cruciales para la
economía política, que irá desglosando a través de una dinámica de preguntas y
respuestas.

Uno de los primeros aspectos que este autor precisa, es en qué consiste el
carácter mercantil que atribuye a los públicos:30

“a) ¿Qué es lo que compran los anunciantes con sus gastos de publicidad?…
lo que compran es el servicio de ciertos públicos, de especificaciones
previsibles, que habrán de prestar atención en cantidades previsibles y
en ciertos momentos particulares de comunicación (televisión, radio, pe-
riódicos, revistas, carteles en vallas, impresos distribuidos por correo). En
cuanto colectividades, esos públicos son mercancías. Como tales, son
traficados en los mercados, por productores y compradores (estos últimos
son los anunciantes). Tales mercados establecen sus precios, en el modo
habitual del capitalismo monopólico. Tanto los mercados como las mer-
cancías de público son especializados. Las mercancías de público llevan
especificaciones que en el negocio son conocidas como “datos demo-
gráficos”. Estas especificaciones incluyen edad, sexo, nivel de ingresos,
composición familiar, residencia urbana o rural, grupo étnico, propiedad
de su hogar, automóvil, situación en tarjetas de crédito, clase social y,
para revistas especializadas, afición a la fotografía.

El autor también hace referencia a la actividad


de las agencias de publicidad como actividad
de mediación y garante de la inversión
del anunciante.

30
Smythe, Dallas (1977) Óp. Cit. (Pág.76-77).

Nidia C. Abatedaga 255


Tecnicatura en Periodismo

b) ¿Cómo se aseguran los anunciantes de que obtienen lo que pagan cuan-


do compran públicos? Un sector de sub-industria dentro de la industria
de la conciencia lo verifica y determina. La conducta de los miembros de
ese producto / público… son el objeto de estudio de mercado, realizado
por una gran cantidad de agencias independientes que se especializan en
ello, así como personal similar dentro de las agencias de publicidad.

c) Cuando pregunta c) ¿Qué instituciones producen la mercancía que los


anunciantes compran con sus inversiones publicitarias? Smythe coloca
en carácter de “productores” de la “mercancía público” a los Medios, ha-
ciendo mención de otros innumerables agentes que operan en el ámbito
de la circulación: “Los propietarios de cadenas y estaciones de televi-
sión y radio, los periódicos, las revistas, las empresas especializadas en
propaganda en vallas, son los productores principales. Este despliegue
de productores queda entrelazado de muchas maneras con agencias de
publicidad, agencias de representación de artistas, productores de pro-
gramas, productores cinematográficos, “servicios” informativos (como
Associated Press, UPI, Reuters), agencias que distribuyen columnas pe-
riodísticas, representantes de escritores, editores de libros, productores y
distribuidores cinematográficos”.

También el autor se dedicará a desenmascarar


los contenidos que difunden los medios,
que considera “un soborno”
para otros fines.

d) ¿Cuál es la naturaleza del contenido de los medios masivos, en términos


económicos, bajo el capitalismo monopólico? La información, el entrete-
nimiento y el material “educativo” transmitido al público son un aliciente
(un obsequio, un soborno o un “almuerzo gratis”) que permita reclutar a
masas potenciales del público y mantener su leal atención. … el almuerzo
gratis se integra con materiales que despiertan los apetitos de los previs-
tos miembros del público y así: 1) les atraen y conservan en su atención
al programa, periódico o revista, y 2) les cultivan un estado de ánimo con-
ducente a una reacción favorable ante los mensajes explícitos e implícitos
de los anunciantes.

Aunque Smythe analiza el contenido (informativo, educativo o de entrete-


nimiento) de los Medios con una mirada puramente instrumental, en tanto
sirven como carnada para los verdaderos objetivos que son mantener la
atención del receptor y predisponerlo para que vean los anuncios publi-
citarios, el autor aclara que esto no significa desconocer que los Medios
cumplen una función de agenda del contenido editorial, ni que los conte-
nidos sean técnicamente malos. Lo que deja en evidencia es el objetivo
último de los programas: “Bajo el capitalismo monopólico, los programas
de televisión y de radio son aportados “gratuitamente” y los periódicos y
las revistas se entregan a precios que cubren el costo de la entrega (pero
no el de la producción) a las empresas productoras de medio el propósito
central de la información, del entretenimiento y del material “educativo”
(incluido el que pueda figurar en los anuncios mismos) que se transmite al
público, es el de asegurar la atención prestada a los productos y servicios
que allí se anuncian”.31

31
Smythe, Dallas (1977) Óp. Cit. (pág. 78)

256
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

El autor profundiza en el análisis de la


naturaleza y caracterizando a la mercancía
“público”, en tanto esta entra en un proceso
económico de “compra / venta”,
preguntándose...

e) ¿Cuál es la naturaleza del servicio cumplido para el anunciante por los


miembros del público comprado? En términos económicos, la mercancía
llamada público es perecedera y es comprada y usada para la colocación
en el mercado del producto del anunciante. La tarea que los integran-
tes del público realizan para el anunciante a quien han sido vendidos es
aprender a comprar determinadas “marcas” de bienes de consumo, y gas-
tar de esa manera sus ingresos. En pocas palabras, trabajan para crear
la demanda por las mercancías publicitadas, lo cual es el propósito de los
anunciantes capitalistas monopólicos.

Posteriormente el autor se propone relacionar dos conceptos que muchos


marxistas han trabajado y que es central para el funcionamiento económi-
co de los Medios tanto como para el análisis del tiempo que los receptores
de Medios dedican al trabajo y al ocio. Estos conceptos se incluyen dentro
del análisis de la demanda.

f) Cuando Smythe se pregunta “f) ¿Cómo se relaciona el manejo de la de-


manda que el capitalismo monopólico efectúa por medio de la publicidad,
con la teoría del valor para el trabajo, con el “ocio” y con el “tiempo libre”?
plantea un tema que Marx había desarrollado con precisión, dividiendo
“la idea de trabajo en dos: el trabajo para el uso productivo y la fuerza del
trabajo (la capacidad de trabajo)… Según Smythe, Marx analizó el trabajo
de uso productivo en la producción de mercancías, mientras que la ca-
pacidad de trabajo se produce y reproduce en el ámbito de la familia “El
tiempo de trabajo y el de no – trabajo ofrecen interesantes relaciones que
necesitan un examen para ver por debajo de las falsas apariencias.”32

Este autor afirmará que en el proceso productivo se producen mercancías que el


trabajador no consume, pero por fuera del trabajo productivo se produce “(…) esa
mercancía peculiar, la fuerza de trabajo… la fuerza de trabajo en los países desa-
rrollados, capitalistas y monopólicos ha sido producida primordialmente por institu-
ciones, fuera del individuo y de su familia. Los medios masivos de comunicación
y de publicidad juegan un papel considerable y quizá dominante en el proceso de
consumo (al orientar la confección de la lista de compras), así como en la enseñan-
za ideológica que penetra en el material – tanto el publicitario como el ostensible-
mente no – publicitario, con el que producen su mercancía llamada público.”33

Para profundizar en esta afirmación, Smythe mostrará algunas cifras comparativas


del tiempo de consumo de medios por parte de los receptores. Aunque no considera
las diferencias en la oferta mediática que existieron entre 1850 y 1960, la informa-
ción aporta datos valiosos en la relación entre tiempo de trabajo y tiempo de ocio.
Comenzará analizando que en ese periodo de 90 años el trabajador había logrado
una reducción de 30 hs. semanales de trabajo, y aunque muchos “apologistas del
capitalismo” igualaron esa reducción al incremento del tiempo de ocio, o “libre”,
Smythe afirmará que ahora ese tiempo es ocupado por el trabajador en trasladarse
a su lugar de trabajo (que es mucho mayor en distancia que antes) y en “otro tra-
bajo independiente” de reparación en el hogar, las compras, etc. Además, plantea
que este tiempo liberado de trabajo en realidad se ocupó, durante el siglo XX en
ser público:

32
Smythe (1977) Óp. Cit. (pág. 81).
33
Ibíd. (pág. 82).

Nidia C. Abatedaga 257


Tecnicatura en Periodismo

“Contra las 7 horas semanales de tiempo ajeno al trabajo, aparentemente ganado


por un trabajador medio desde 1850 a 1960, ¿cuánto tiempo invierte ahora como
parte de un producto llamado público ante los medios masivos: el tiempo vendido
a los anunciantes?... un economista de la Columbia Broadcasting System concluyó
que una persona por término medio mira la televisión 3,3 hs. por día (23 hs. por
semana);… escucha radio 2,5 hs. por día (18 hs. por semana) y lee periódicos y
revistas 1 hora por día (7 hs. por semana)”. 34

Finalmente, Smythe se pregunta por qué los economistas marxistas han sido indi-
ferentes al proceso histórico del desarrollo de los Medios y la publicidad así como
¿Por qué continúan considerando a la prensa y a los medios radiotelevisivos como
si tuvieran la función primordial de producir información, entretenimiento y opinión
editorial y la de vender a sus anunciantes? Su respuesta, apuntará a criticar a Baran
y Sweezy porque si bien señalaron el crecimiento publicitario “…no indican por qué,
cómo y con qué derivaciones”.35

De las reflexiones que hace el autor en este texto se puede advertir su clara ads-
cripción a la teoría marxista, la crítica que realiza desde el análisis del funciona-
miento económico de los Medios masivos y sobre todo el esfuerzo por proponer
una interpretación económica no convencional a la relación que propone estudiar
alrededor de la publicidad.

Su planteo de considerar como producto de los medios (“mercancía”) a los públi-


cos atrajo numerosas críticas, algunas de las cuales se verán en el análisis que se
realice de otros autores en este mismo capítulo. Sin embargo, y a pesar de ellas,
muchos analistas le atribuyen la osadía de haber propuesto una interpretación ori-
ginal de la relación y la virtud de provocar el debate alrededor del tema, desde una
perspectiva materialista – económica del tema. De allí que es necesario considerar,
más allá de las críticas, el valor de sus aportes.

A continuación, repasando lo antes expuesto,


sigamos adelante con la actividad. Transcriba
las respuestas a estas preguntas y envíe al
docente tutor a través de la Mensajería Interna
del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 4

¿Podría responder las siguientes preguntas, sobre la propuesta teórica de Smythe?

1) ¿Cuál es la mercancía que producen los Medios Masivos?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) Según este autor ¿qué venden los Medios a los anunciantes?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

34
Ibíd. (Págs. 84 a 85).
35
Ibíd. (Págs. 84 a 85).

258
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

3) ¿Qué diferencias establece entre Medios y Agencias de Publicidad?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Por qué afirma que los contenidos son un “almuerzo gratis”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Qué propone en la relación entre tiempo de trabajo y tiempo de ocio?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Herbert I. Schiller

El trabajo más importante de este autor Comunicación de masas e imperialismos


yanqui (1976) parte de un análisis “de la estructura económica internacional de los
medios de comunicación para hacer especial hincapié en la relación entre el estado
norteamericano, las grandes empresas de comunicación (medios y agencias de
publicidad) y las corporaciones industriales y bancarias”. Es una de las “denuncias
del proceso de concentración de la propiedad de los medios, así como un serio
cuestionamiento a la tesis difusionistas y desarrollistas que durante décadas, como
hoy de nuevo, prevalecieron en foros internacionales como la UNESCO y la propia
academia de la comunicación de la mayoría de los países.”36

En un texto preliminar para ser discutido, documento que fue parte de la Comisión
Internacional de Estudio de Problemas de la Comunicación, creada por la Confe-
rencia General de la UNESCO en su XIX Sesión, denominado “La comunicación si-
gue al capital” Herbert Schiller denuncia la invasión económica y cultural del capital
norteamericano.

“La invasión el mundo por el capital norteamericano que se ha producido después


de la Segunda Guerra Mundial ha ido acompañada de una penetración de las co-
municaciones y de la cultura así como de una saturación de los mass – media. La
relación entre la economía y el complejo cultura – comunicaciones es actualmente
orgánico e indisoluble”.37

El autor afirmará que las inversiones estadounidenses en los otros países constituyen
una “invasión”, que implica una “toma total del sistema de información de la nación
anfitriona… Esto no significa una toma de posesión física que provocaría un antago-
nismo popular generalizado, sino una dirección de hecho del mecanismo de infor-
mación mediante el control de su financiación y a través de ésta, de su contenido.” 38

36
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) (pág.19) Economía Política, comunicación y conocimiento.
Ed. La Crujía y Junta de Andalucía. Bs. As.
37
Richeri, Giuseppe (1983) (pág. 51) La televisión: Entre Servicio Público y negocio” Ed. Gustavo Gilli.
Barcelona.
38
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 53)

Nidia C. Abatedaga 259


Tecnicatura en Periodismo

Para explicar más detalladamente cómo se produce esta invasión, Schiller explica-
rá que desde principios del siglo XX hubo una afluencia (en otros países) de capi-
tales privados norteamericanos, debido a que un número reducido de fabricantes
“había alcanzado los límites prácticos de sus mercados naturales” que a mediados
de siglo se había convertido en “inundación”. La guerra enriqueció a las sociedades
de Estados Unidos, y buscaron una salida al exterior buscando “otros mercados
más amplios en los que poder invertir sus capitales excedentes y utilizar sus capa-
cidades ampliadas de gestión. Miles de fábricas, filiales de sociedades de Estados
Unidos, han sido construidas en el mundo entero. En 1940, el total de las inversio-
nes privadas de Estados Unidos en el extranjero (en fábricas y en instalaciones)
ascendía a 7 mil millones de dólares. En 1950, era de 11,8 mil millones de dólares
y seguía aumentando en más de un 10 % por año.” 39

La relación que establece el autor entre las inversiones empresariales y la saturación


por los medios masivos de comunicación norteamericanos, consiste en “lo que se
ha dado en llar las inversiones socioculturales que acompañan a las instalaciones
de empresas propiamente dichas. Son las “prácticas comerciales, formas de ope-
ración, valores y modelos de comportamiento” que las sociedades transnacionales
introducen en los países que los acogen, modificando su cultura comercial”.40

Es decir que la invasión de empresas norteamericanas conlleva también la imposi-


ción de empleados de las empresas transnacionales, lo que Schiller denomina “sus
cuadros” y los concesionarios (que son los empresarios propiamente dichos). Todos
ellos se identifican con los valores, objetivos, prácticas y métodos de la empresa
(en palabras actualmente de moda, tienen “puesta la camiseta de la empresa”). Y al
asumir esos valores e instalarse a vivir en otra sociedad (donde la empresa coloca
sus filiales), introducen en esa sociedad (anfitriona) esos valores, pautas y cultura,
que es por definición transnacional.

Tomando lo analizado por otros autores sobre la estrategia de la empresa de electrónica y


telecomunicaciones ITT, explica la relación entre los grandes consorcios y el mecanismo de co-
municación de masas, vinculando directamente la aparición de medios masivos como la radio y
Ej.
la televisión a la necesidad de publicitar sus productos que tenía el capital productivo.

“La introducción del aparato de radio en los hogares durante los años veinte dio lugar a otro
medio fundamental de difusión de información sobre los productos, y la llegada de la televi-
sión en los años ´40 y ´50 proporcionó otro poderoso medio. Actualmente, con los medios
impresos y electrónicos, con los carteles publicitarios al aire libre y las exposiciones en los
puntos de venta, la información puesta a disposición del público presenta una enorme diver-
sidad y una dimensión suplementaria”.41

“Para resumir la situación de Estados Unidos, los media fueron creados y aca-
parados por el mundo de los negocios para difundir un mensaje permanente de
consumo. El sistema de información se ha transformado en un sistema de comer-
cialización. Ningún elemento del mecanismo de información escapa a la misión de
transmitir mensajes de venta.”42

Schiller continúa profundizando el análisis en los procesos publicitarios, pero no


desde la perspectiva que habría tomado Smythe, enfocada en la “mercancía pú-
blico”, sino explicando algunos de los mecanismos que utilizan los publicitarios y
las agencias desde el punto de vista de los hábitos culturales y estéticos, y cómo
colaboran con ellas instituciones como la escuela, el gobierno y las organizaciones
de trabajo cotidiano.

39
Ibíd. (pág. 52).
40
Ibíd. (pág. 52).
41
Ibíd. (pág. 54).
42
Ibíd. (pág. 54).

260
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

“La industria de la publicidad, aunque no es la única, ocupa el primer lugar en la


infraestructura de gestión de la demanda. Resulta esencial comprender el papel
central de la publicidad y de la agencia de publicidad en una economía de mercado
avanzada. La función crítica de inculcar en el individuo los objetivos del sistema
de los negocios – la interiorización de las aspiraciones de la vida bajo la empresa
privada – es desempeñada por la publicidad moderna. Lógicamente no es la única
que cumple esta función. Las escuelas, el Gobierno y la organización del trabajo
cotidiano contribuyen al mismo fin. Pero, hay que insistir en ello, la agencia de pu-
blicidad es el punto de encuentro crítico de los talentos más adaptables en muchas
artes creativas: música, literatura, fotografía, cine, televisión y teatro. Este talento
es aplicado de forma masiva y perseverante para estimular la demanda y, de una
manera que no es completamente fortuita, para reforzar la ideología del sistema.
Desde hace algún tiemo, también se ha adueñado de una gran variedad de diferen-
tes dominios de la vida social: política, administración, deportes y entretenimiento.
La función fundamental de la publicidad es pues la de crear la atmósfera cultural
que engendra la mentalidad de consumo exigida por el capitalismo avanzado. Mo-
dela los gustos individuales que absorben voluntariamente los productos del trabajo
no planificado y a menudo antisocial de la empresa privada”.43

Es necesario aquí destacar, de la cita tomada, aquel aspecto señalado por el autor,
cuando afirma que la publicidad “crea la atmósfera cultural”, debido esencialmente
a su relevancia. No se afirma un efecto directo e individual sobre cada consumidor,
sino que se construye, a través de numerosas instituciones (agencias de publicidad,
escuela, gobierno, etc.) el clima que impregna a los sujetos y los condiciona para
que se tome con naturalidad la imponente invasión de publicidad, en calles, medios,
revistas, etc. Una muestra de la importancia de este “clima” al que estamos habi-
tuados, es que los comentarios de algunos viajeros que fueron a La Habana (Cuba)
fue la fuerte impresión de sorpresa, y les llamó fuertemente la atención la ausencia,
en las calles céntricas de la capital, de toda manifestación publicitaria. Se sintieron
extrañados de percibir que no hubiera vidrieras atestadas de recursos comunica-
cionales llamativos, carteles publicitarios, afiches en las paredes. Esto es algo que
tenemos completamente naturalizado, aun cuando recorremos el centro de nuestra
propia ciudad. A esta “atmósfera” o ambiente se refiere Schiller, que nos impulsa
al consumo por el sólo hecho de recorrer calles, y aun cuando no tengamos la in-
tención expresa de compra, nos detenemos a mirar una vidriera y hasta se puede,
frente a un cartel de “oferta” improvisar una compra no prevista.

Schiller va a mostrar cómo se produjo


una evolución en el dominio internacional
de la publicidad y las relaciones que ésta
tiene con el sistema de negocios
internacionales.

Tres fenómenos relacionados entre sí merecen ser destacados en la publici-


dad internacional44 :

1. Un aumento considerable de los negocios internacionales de las agencias


de publicidad de Estados Unidos a lo largo de los diez últimos años, su-
perando en mucho la tasa de crecimiento del volumen de negocios en el
interior del país.

2. Un rápido crecimiento de conjunto de los gastos de publicidad fuera de


Estados Unidos.

43
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 55).
44
Ibíd. (págs. 56-57).

Nidia C. Abatedaga 261


Tecnicatura en Periodismo

3. El acaparamiento casi completo por parte de las agencias de Estados


Unidos o de sus filiales de los negocios de la publicidad internacional.

A favor de su argumento que indica que hacia la década del ´60 habían crecido más
los negocios publicitarios en el extranjero que en el propio Estados Unidos, tomará
datos de las diez primeras agencias de publicidad de aquel país.

“Entre 1965 y principios de los años ´70, la tasa de crecimiento anual del volumen
de negocios internacionales de las diez primeras agencias de Estados Unidos fue
del 12,6% mientras que su volumen de negocios en el propio Estados Unidos sólo
aumentó un 1% anual”.45

Un factor que para Schiller favoreció la invasión ideológica y publicitaria de las


empresas estadounidenses en el exterior, radicó en la debilidad que mostraban
países como Japón y Europa occidental después de la devastación que produjo la
Segunda Guerra Mundial, que las volvió “receptivas y vulnerables a los métodos
norteamericanos de comercialización”.

Respecto de las agencias de publicidad el autor caracteriza el campo que produ-


cen con la denominación de “comunicaciones totales” por la enorme cantidad de
tareas que realizan en calidad de servicios de comunicación, para una estructura
de consorcios propia o para sociedades auxiliares. Para dar sustento a su postu-
lado, tomará declaraciones del presidente y principal director ejecutivo de una de
las agencias de publicidad históricamente más prestigiosa, denominada J. Walter
Thompson.

“Nosotros ampliamos nuestras actividades a la esfera de las comunicaciones tota-


les. El campo de las comunicaciones totales abarca básicamente la investigación
en materia de comercialización y publicidad, las relaciones públicas, el tratamiento
de datos y los estudios sobre consumidores”. El propio Schiller ampliará la noción
de “comunicaciones totales” afirmando que: “Estas organizaciones realizan encues-
tas de mercados, publican revistas de circulación limitada, informes anuales, ma-
nuales de usuarios, prospectos, producen videos y Films, comentan situaciones de
los consumidores ante la publicidad y embalajes.”46

Después de profundizar en precisiones sobre la actividad publicitaria Schiller vuelve


su atención hacia otros mecanismos de dominación norteamericanos, ejercidos a
través de los “servicios de asesoramiento”, que pueden ser comparadas, por su
parecido, con las actividades que realizan el FMI y el Banco Mundial con los países
del Tercer Mundo aún en la actualidad.

“Las funciones de las sociedades de asesoramiento en materia


de gestión no son fáciles de distinguir de los servicios suminis-
trados por las sociedades de relaciones públicas, de investiga-
ción, de publicidad y de contabilidad internacional. A menudo El autor, tomando una cita del artícu-
hay encubrimiento, a veces en una misma organización. Es di- lo que la Harvard Business Review
fícil valorar las consecuencias de la utilización de los consejos publicó en 1961, vincula el tema de
la gestión – por la amplitud que este
y recomendaciones de asesoramiento norteamericanos en ma- concepto tiene para la administración
teria de gestión, cuya formación, actitud y relaciones más próxi- norteamericana – con la industria ar-
mas están vinculadas a las grandes empresas de consorcios de mamentista norteamericana y con el
Estados Unidos”.47 desarrollo de las economías de paí-
ses pobres con el fin de anticiparse al
posible avance comunista de la enton-
ces URSS.

45
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 56-57)
46
Ibíd (1983) (pág. 60)
47
Ibíd (1983) (pág. 63)

262
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

“El concepto de gestión de sistema ha desempeñado un papel fundamental en el


enfoque armamentista. Puede resultar igualmente indispensable en los esfuerzos
de las empresas de Estados Unidos para desarrollar las economías de los países
de África, de Asia y de Latinoamérica antes de que lo hagan los soviéticos”.48

Schiller dejará evidenciado el carácter de pantalla que tiene las actividades de ase-
soramiento norteamericano hacia el Tercer Mundo, debido a que “… presentaban
una imagen edulcorada de los expertos en su calidad de “asesores políticos nor-
teamericanos”, y sostenían que las sociedades “tienen una neutralidad profesional
que, cosa curiosa, les concede a menudo una importante influencia privada en paí-
ses que proclaman abiertamente su aversión al capitalismo”.49

Recordemos, como casos reciente de este tipo de políticas, del país del norte, los
cruces y exabruptos protagonizados por presidentes como Chávez (Venezuela) o
Evo Morales (Bolivia), cuando no permitieron que los “neutros expertos” norteame-
ricanos asesoraran a sus gobiernos hacia principios del siglo XXI.

Pero además de estas formas disimuladas de dominación política que el autor deja
evidenciados, Schiller precisará en los modos engañosos de utilización de argu-
mentos que realizan los capitales norteamericanos para lograr penetración cultural
en los países “anfitriones” a través de los medios masivos.

“Frecuentemente la financiación de la radio y la televisión por la publicidad es pre-


sentada a las poblaciones nacionales y locales como un medio de reducir los im-
puestos y de obtener una radiotelevisión “gratuita”. De hecho, es el medio más efi-
caz para transformar los canales de comunicación públicos en canales comerciales
privados que transmiten su mensaje de venta con una gran variedad de estilos y
formas”.50

Para este autor, existe “una tela de araña comercial de dominación de la cultura y
la comunicación” que parece ser la combinación de dos factores. Por un lado seña-
la que “La poderosa economía de las sociedades transnacionales ha conseguido
dominar gran parte de las actividades de la cultura y de las comunicaciones. La
habilidad de las sociedades transnacionales para utilizar los sistemas y técnicas
de las comunicaciones modernas para la difusión de mensajes publicitarios y de
programas generales que son producidos de cara a sus necesidades comerciales…
contribuye a la aceptación mundial y al aumento de la enfermedad del consumo y
de la adoración de los bienes de consumo. Por otro lado, y de un modo complemen-
tario con los intereses de las sociedades internacionales, en los países jóvenes no
existen normas nacionales bien definidas, y por lo tanto “… encuentran más fácil
adoptar el estilo occidental de los programas de radio y televisión… La televisión
nigeriana, peruana o senegalesa, ¿no podría ser más autóctona no tan sólo en sus
programas, sino en su estilo?”.51

Ej. Tenemos ejemplos nacionales de suma actualidad, por ejemplo si recordamos que muchos
de las variadas propuestas que anualmente realiza el exitoso conductor de televisión, Mar-
celo Tinelli, han sido paquetes de programas comprados, que tuvieron éxito en algún país de
Europa o de Estados Unidos y se difundieron con mínimas variantes en Argentina. También
encontramos ejemplos recurrentes en nuestros canales de televisión de alcance nacional,
que reproducen Films o series estadounidenses como “éxitos de taquilla” en detrimento de
una frondosa filmografía que nos es extraña – incluso nos resulta “lenta” o “aburrida” – debi-

48
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 57).
49
Ibíd. (pág.63).
50
Ibíd. (pág.65).
51
Ibíd. (pág. 66).

Nidia C. Abatedaga 263


Tecnicatura en Periodismo

do, entre otras razones, a que carece de los espectaculares efectos especiales que caracteri-
za a la producción holliwoodense. Por citar sólo alguna, la filmografía iraní, indú, o la produc-
ción cinematográfica de países de Latinoamérica prácticamente no ingresan a nuestro país,
y cuando lo hacen, sólo se proyectan en algunos cine clubes marginales o en ámbitos de
difusión alternativos, de difícil acceso para el público en general porque carecen de difusión.
Por otro lado, su recepción requiere de la comprensión de una estética a la que la audiencia
no está habituada y los canales televisivos comerciales no están dispuestos a generar una
estética de recepción diferente a la que garantiza un mínimo raiting aceptable.

Sin embargo Schiller no culpa a los países pobres de la ausencia de producción au-
tóctona, porque atribuye a “las potentes concentraciones de recursos económicos
de que disponen las sociedades transnacionales” la responsabilidad principal de
este fenómeno. Afirma que estos abultados capitales “son utilizados masivamente
para impedir la adopción de otras formas de comunicación social. En los raros ca-
sos en los que se han hecho intentos de cambio, como en Chile, estas innovacio-
nes han sido brutalmente reprimidas” refiriéndose centralmente a la dictadura de
Pinochet, de 1973.

Su conclusión afirma que “Lo que está en juego es nada menos que la continuidad
de la rentabilidad del sistema mundial de negocios de Estados Unidos. Los com-
plejos mecanismos de composición y de transmisión de mensajes, así como los
instrumentos de persuasión y de control de las conciencias, son lo que le permite al
sistema mundial funcionar como está funcionando actualmente.
Una interrupción o un obstáculo en la tela de araña de comunicaciones que actual-
mente une el mercado nacional al mercado mundial son considerados como ame-
nazas contra la economía de los negocios transnacionales que es el fundamento
de este último. Cualquier esfuerzo serio para liberar a una sociedad del sistema
mundial de información deberá ir pues mucho más lejos que el simple rechazo
de los productos de los media occidentales, aunque evidentemente sea éste uno
de sus objetivos. Deberán tender básicamente hacia la economía de los negocios
transnacionales, que se ha hecho con el control del espacio económico, político,
cultural (…)”.52

Es claro en el análisis de Schiller la escala internacional que desarrolla en su análi-


sis, además de la insistencia enfática en dejar evidenciado el poder norteamericano
desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, si se toma en considera-
ción el año en que Schiller escribiera estos artículos se pueden calificar de premoni-
torias las advertencias. Los recientes años “Bush” mostraron un recrudecimiento de
la política imperialista de Estados Unidos hacia los países del Tercer Mundo.

Por otro lado es destacable cómo Schiller desnuda los vínculos que existen entre
la industria armamentista de Estados Unidos, junto a las empresas que producen
de bienes a escala internacional (pensemos en Nike, Motorola, etc.) con la comu-
nicación social, por la vía publicitaria, pero también por la imposición de modelos
culturales de consumo de bienes tanto como de consumo de formatos y estéticas
de origen norteamericano. Se le puede reclamar a Schiller no haber considerado la
dominación británica o europea en la producción cultural de los países pobres, pero
no se puede negar profundidad y veracidad en el análisis pormenorizado y bien
documentado que realiza de la lógica norteamericana.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas y
envíe al docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

52
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 68)

264
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Actividad de Autoevaluación 5

A partir de lo afirmado por Schiller ¿Podría responder las siguientes preguntas?

1) ¿Por qué afirma que hay una “invasión” de inversiones estadounidenses en el mundo?
Relacione con la internacionalización de los Medios.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo incide la publicidad en el público?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Cómo explica la expansión publicitaria de Estados Unidos en el extranjero?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué son las “comunicaciones totales” para el autor?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Cómo incide la internacionalización de los Medios en los contenidos de los países inva-
didos?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Desarrollos recientes de los estudios en Eco-


nomía Política de los Medios

Las Escuelas Europeas

En el transcurso de la segunda mitad de los años ´70 se sientan las bases en


Francia e Italia de una economía política de la comunicación centrada en el tema
de las industrias culturales (Cesareo, Flichy, Mattelart, Miège, Richieri). Algún tipo
de convergencia empieza a manifestarse entre los investigadores británicos y los
del continente que se dedican a este tema. En la Universidad de Leicester trabaja-
ron un número importante de investigadores, entre los que se puede mencionar a
James Halloran, Peter Golding, Philip Elliott y Graham Murdock, vino a añadirse el
Centro de la School of Communication del Polytechnic of Central London que per-
mitió difundir análisis tanto como incrementar los debates entre los teóricos.

Una de las discusiones más interesantes fue la que inició Graham Murdock en
referencia al artículo de Dallas Smythe “Las comunicaciones: “Agujero Negro del
Marxismo Occidental”, que aquí comentaremos tomando algunos aspectos intere-
santes para mostrar sus ejes centrales.

Nidia C. Abatedaga 265


Tecnicatura en Periodismo

En el artículo que Murdock denominó “Los agujeros negros del marxismo occidental:
Respuesta a Dallas Smythe” el autor realiza una enfática defensa de la producción
intelectual del llamado “marxismo occidental” (refiriéndose a la variada producción
europea), y para ello comienza desarrollando una argumentada crítica al artículo de
Smythe que se analizara en este capítulo (Punto 5.3.).

Respecto de la necesidad de desarrollar una teoría materialista de la comunica-


ción de masas que planteó Smythe, cuando afirmó que el marxismo occidental
posee un vacío (“agujeros negros”) debido centralmente a que los estudios sobre
Medios Masivos se abocaron al análisis de la superestructua ideológica olvidando
los análisis económicos, Murdock responderá que “Smythe tiene razón sin duda
alguna respecto al infradesarrollo del análisis económico en el trabajo sobre cultura
y comunicación en el marxismo occidental. Sin embargo, no es el único con esta
percepción. Y tomando a Raymond Williams como ejemplo, dirá que “las cuestiones
de determinación económica han suministrado recientemente el objeto de muchos
de los análisis marxistas de los medios de comunicación británicos”, por lo tanto no
parece cierto que exista tal “agujero negro” o “vacío”, sino más bien un gran número
de marxistas en la misma dirección del pensamiento de Smythe.

En palabras de Murdock, Smythe habla de “agujero” ignorando la producción de


contemporáneos como Adorno, Horkheimer, Gramsci, etc.: “Smythe da la espalda
a las provechosas fuentes de análisis interno y conceptualización ofrecidas por el
marxismo europeo.” 53

A pesar de las críticas que realizará, para el autor Smythe debe ser reconocido al
menos dos cuestiones. “En primer lugar, en contraste con la mayoría de las discu-
siones marxistas sobre comunicación que parten de las afirmaciones más obvias
de Marx sobre ideología, su análisis se fundamenta principalmente en los trabajos
económicos centrales, El Capital y el Grundrisse. Este nuevo enfoque hace posible
que se destaquen varias formulaciones que habían sido descuidadas antes. En
segundo lugar, el propio intento de Smythe por aplicar estos análisis internos a la
situación contemporánea tiene el éxito de demostrar su importancia para una com-
prensión total del papel de los mass media en las sociedades capitalistas.” 54

El problema que detecta Murdock, entonces, no proviene del reclamo que parece
realizar Smythe a los análisis teóricos, ni de la jerarquía que logró para profundizar
desde la perspectiva económica, sino de tratar la situación en EEUU como paradig-
mática, y por no reconocer y asumir que los estudios europeos no están ausentes,
sino que poseen grandes diferencias.

Para Murdock son tres las omisiones particularmente importantes en el ensa-


yo de Smythe55:

1. “Subestima drásticamente la importancia y centralidad del Estado en el


capitalismo contemporáneo.” Entre los motivos que encuentra Murdock
para que el Estado intervenga, se encuentra la crisis continua de la ren-
tabilidad ha provocado dos movimientos contradictorios dentro del capi-
talismo europeo. En primer lugar, varias industrias, incluyendo a la de los
mass media, han sido testigos de una marcada concentración de la pro-

53
Murdock, G (2006) “Los agujeros negros del marxismo occidental: Respuesta a Dallas Smythe” (1978)
Publicado originalmente en Rev. Canadian Journal of Political and Social Theory, vol. 2, n.º 2 (primavera/
verano 1978), pp. 109-119, bajo el título “Blidspots About Western Masxism: A Reply to Dallas Smythe”.
CIC Cuadernos de Información y Comunicación.
Vol. 11. Págs. (11-22) Disponible en: http://revistas.ucm.es/inf/11357991/articulos/CIYC0606110011A.
PDF (Fecha de consulta: 09 de septiembre de 2010).
54
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 13).
55
Ibit. (págs. 14-15 y16).

266
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

piedad en tanto en cuanto grandes firmas han absorbido a las pequeñas en


varios sectores. En un esfuerzo por mantener sus márgenes de beneficio
estos conglomerados multimedia emergentes han buscado nuevos merca-
dos, extendiendo como consecuencia su alcance e influencia… al mismo
tiempo, según se profundizaba en la crisis, el Estado ha asumido un papel
cada vez más importante a la hora de formular y dirigir la actividad econó-
mica y la política con la intención de garantizar las condiciones necesarias
de existencia para una acumulación continuada. El resultado es una indiso-
luble pero contradictoria relación entre el Estado capitalista centralizado por
una parte y el monopolio concentrado del capital por otra.
Para Murdock no sólo que el debate sobre la centralidad de la relacio-
nes entre economía y Estado es ineludible – la misma noción de una
Economía Política materialista las presupone – sino que “Las relaciones
problemáticas entre el capital y el Estado capitalista tienen repercusiones
importantes desde el punto de vista social y cultural. Están situadas den-
tro del conflicto ideológico entre los criterios de rentabilidad opuestos a la
necesidad y dentro de las luchas políticas entre la propiedad y el control
público o privado.”

Los debates que planteara este autor hacia fines de los ´70 en Gran Bre-
taña constituyen actualmente el meollo de la discusión que acompañó la
aprobación de la Ley de Servicios Audiovisuales en nuestro país y que ha
tenido antecedentes en América Latina desde los años ´60. La discusión
de fondo consiste fundamentalmente en que es atribución del Estado y
por lo tanto debe ser parte de la políticas estatales, la definición del carác-
ter público y/o privado, y eventualmente los porcentajes de prestaciones
de cada tipo que ha de prever dentro de su territorio. Esto es lo que indica
Murdock cuando habla de la centralidad de la función estatal que Smythe
ignora en su trabajo.

Ahora bien, cómo analizar de la mejor manera


estas relaciones sigue siendo el objeto del
debate apuntado entre los marxistas europeos,
pero es un debate que falta en el texto
de Smythe.

2. El segundo aspecto que Murdock critica está referido a que su preocupa-


ción por las relaciones entre comunicación y publicidad “le lleva a minus-
valorar la función independiente del contenido de los medios a la hora de
reproducir las ideologías dominantes. Esto es particularmente evidente en
el caso de los sectores con una dependencia mínima de los ingresos por
publicidad: el cine, la industria de la música popular, los libros de cómics
y ficción popular. Es verdad que éstos se articulan siguiendo el sistema
de marketing a través de las ventas del equipo (se necesita un tocadiscos
para reproducir los discos), a través del uso de estrellas del cine y de la
música para avalar los productos, y a través de la producción de mer-
cancías basadas en personajes de películas y cómics (camisetas de “La
Guerra de las Galaxias”, jabón del ratón Mickey, etc.”.

Hay, por lo tanto un grupo importante de Medios que no se sostienen


exclusivamente de la publicidad, sino que lo hacen a través de otros me-
canismos: merchandinsing, venta de equipos, compra directa, que no
entran dentro del análisis que hace Smythe. “Los trabajos pertinentes in-
cluyen: los escritos de Adorno acerca de la industria musical; los análisis
de Gramsci sobre literatura popular, Armand Mattelart de los cómics de
Disney (“Para leer el Pato Donald”) otros se han preocupado por el pro-
blema de entender cómo las ideologías son internalizadas y fijadas en la
conciencia de las audiencias”.

Nidia C. Abatedaga 267


Tecnicatura en Periodismo

Para Murdock el objetivo principal que tienen los medios no es vender au-
diencias a los anunciantes: “Más bien están en el negocio de vender expli-
caciones del orden social y de las desigualdades estructurales y canalizar
las esperanzas y aspiraciones hacia objetivos legitimados. En resumen,
trabajan con y a través de la ideología, vendiendo el sistema”.

En su afán por eliminar todo análisis “idealista”, “Smythe ha eliminado


por completo el problema de la reproducción ideológica”, y con él “… dis-
tintos esfuerzos de explorar las relaciones entre el marxismo y las ideas
de Freud son probablemente los más conocidos… los de la Escuela de
Frankfurt”, por ejemplo.

Ésta eliminación de todo lo atinente a la función ideológica es conside-


rada un serio error porque, aunque se reconoce que los Medios Masivos
están integrados al funcionamiento de la base económica, a través de la
publicidad y el acortamiento del ciclo de rotación del capital, “el sistema
de medios de comunicación de masas es también parte de la superes-
tructura, y por lo tanto juega un doble papel al reproducir las relaciones
capitalistas de producción. Esta segunda función no se puede reducir a la
primera. De hecho, como algunos recientes estudiosos han subrayado, el
éxito de la reproducción ideológica es una de las condiciones clave para
la existencia continuada de relaciones predominantes de producción.”

3. “Smythe tiende a presentar las operaciones de los sistemas de medios de


comunicación de masas como relativamente fáciles y sin problemas.” Y pa-
rece no reparar en un escenario que mostraba, hacia los ´80, una Gran
Bretaña atravesada por debates y enfrentamientos prolongados sobre
cuestiones de uso y control. “Hay demandas a favor del avance de la na-
cionalización y la propiedad municipal, de una mayor descentralización y
regionalización, de varias formas de control por parte de los trabajadores, y
de una mayor participación del público en la planificación y la producción.”

Una vez que desarrolló las tres críticas, Murdock propone realizar un recorrido por
el contexto histórico que envolvió al marxismo occidental, para comprender por qué
sus exponentes otorgaron más atención sobre la ideología y la cultura, tanto como
encontrar las razones por las cuales los economistas marxistas no se dedicaron de
modo sistemático a analizar las comunicaciones de masas.

“Para entender los agujeros negros e idées fixés del marxismo occidental necesita-
mos situar su desarrollo en el contexto de la historia que lo formó. Como principio
es útil distinguir tres amplias fases: los años de entreguerras, el periodo que va
desde 1945 hasta el final de los años 60 y los años transcurridos desde entonces.
La problemática central de los años de entreguerras estuvo marcada por el fracaso
de las iniciativas revolucionarias en las economías occidentales avanzadas. Des-
pués, con el capitalismo enfrentándose a una crisis sin precedentes, en lugar de un
resurgimiento del socialismo, echó raíces el fascismo y floreció precisamente en
los lugares donde la revolución pareció más factible: en Alemania, en Austria y en
Italia.”56

Esta etapa se caracterizó, en cuanto a los Medios Masivos por presenciar “… el


ascenso de la radio como medio de comunicación de masas, la introducción de
las “imágenes” parlantes, el sofisticado desarrollo del periodismo fotográfico, y su
completa integración dentro del aparato ideológico de los Estados fascistas. En
este contexto de escalada propagandística, censura y represión, la cuestión del
papel económico y comercial de los mass media parecía relativamente poco impor-
tante.57”

56
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 18).
57
Ibíd. (pág. 19).

268
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Las circunstancias históricas que mostraban la enorme firmeza con que se erigía
la ideología, tomada a su vez como “arma clave en el arsenal de la dominación de
clases” pareció conducir el trabajo intelectual crítico en la dirección de privilegiar
el análisis de lo cultural, que se consideró “… como una contribución crucial en la
lucha contra el fascismo y el sistema capitalista que lo sostenía. Para Horkheimer
y Adorno esto significaba cubrir el vacío entre lo actual y lo posible; para Gramsci
significaba una labor de educación constante para construir una contracultura radi-
cal entre los dominados”.58

Entre las razones que Murdock esboza para explicar la tendencia de los marxistas
occidentales a privilegiar la superestructura se encuentra, por un lado el inicio de un
ciclo de crecimiento de las economías capitalistas avanzadas de Europa Occiden-
tal, después del periodo de reconstrucción de la posguerra, que generó una rápida
expansión en el consumo de bienes de ocio y entretenimiento. “Muchos de estos
procesos estaban dominados por productos y organizaciones de estilo americano,
y se articularon de forma firme en torno al sistema de publicidad y marketing que
Smythe describe.”59 Esto condujo a una expansión del consumismo que a su vez
conllevó una reducción del conflicto industrial y la lucha de clases.

Por otro lado, Murdock parece justificar el énfasis que los marxistas occidentales
pusieron en la autonomía relativa de la superestructura ideológica con un argu-
mento similar al que encontraron muchos de los estructuralistas para focalizar sus
análisis: “una reacción exagerada al economicismo de la línea oficial soviética y a
la práctica política estalinista de la que surgía… Para muchos observadores de la
izquierda parecía que la cultura no era sólo un terreno importante de lucha, sino
quizás el más importante. Esta lectura equivocada de la historia alcanzó su cúspide
durante 1967-1968, cuando por un breve momento pareció que la construcción de
una contracultura radical unida al control de las instituciones claves de transmisión
podría producir una transformación no cruenta del capitalismo”.60

A partir de estos argumentos, el autor visualiza que “Los años 70 han proporcionado
un agudo correctivo a esta utopía…, a la vez que se produce un giro orientado a
recuperar la perspectiva económica: “La reapropiación de los trabajos económicos
maduros de Marx; la renovada atención hacia los problemas básicos de la crisis y
la caída del margen de los beneficios, indican un resurgir de la Economía Política
marxista”.61

Hacia 1978 (fecha de publicación del artículo que aquí se comenta), Murdock ad-
vierte que “… el marxismo en Europa se encuentra en un punto de transición. Está
asimilando el legado culturalista del marxismo occidental mientras se enfrenta si-
multáneamente a las implicaciones de una Economía Política emergente.” Y aun-
que acepta que cuando se analizan los Medios se deben realizar elecciones epis-
temológicas, dicha elección no debe realizarse en los términos Smythe supone:
“entre una teoría de procesos económicos por un lado y una teoría de ideologías
por otro. Más bien es una elección entre las varias formas de conceptualización de
las complejas relaciones entre relaciones económicas, ideológicas y políticas del
capitalismo moderno.”

“Reaccionar al excesivo énfasis del marxismo occidental en la cultura y la ideolo-


gía eliminándolo por completo, como hace Smythe, pidiendo un nuevo y mejorado
“marxismo eurocentrista”, me parece una reacción exagerada que sustituye una
serie de prejuicios y agujeros negros por otros. Mejor que rechazar la tradición eu-
ropea de plano, necesitamos rehacerla críticamente (…)”.62

58
Ibíd. (pág. 19).
59
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 19).
60
Ibíd. (pág. 20).
61
Ibíd. (pág. 20).
62
Ibíd. (pág. 21).

Nidia C. Abatedaga 269


Tecnicatura en Periodismo

Es necesario destacar aquí que las críticas


que Murdock realizó del artículo de Dallas
Smythe, además de acertadas, introducen
al menos dos problemáticas que son
ineludibles para un análisis adecuado a la
perspectiva que propone la Economía
Política.

● La primera es la incorporación del Estado, en sus numerosos modos de inter-


vención.
● La segunda constituye el meollo de los estudios teóricos actuales y consiste en
plantear el estudio de los Medios considerando no sólo que son parte de dos
dinámicas que se codeterminan mutuamente (lo económico y lo ideológico).

Ambas integradas en la realidad social, sino que además debe estudiarse los Me-
dios en la propia interacción de esas dos facetas inextricables, porque es en esa
relación donde puede comprenderse su lógica y complejidad de un modo satisfac-
torio. La importancia de este análisis es lo se trabajará con más detalle al finalizar
la presente unidad.

Graham Murdock y Peter Golding

En la misma dirección de integrar – en el estudio sobre la comunicación de masas


– los aspectos económicos e ideológicos, Murdock publica junto con Peter Gol-
ding un artículo posterior al que motivó la crítica a Dallas Smythe, donde realizan
una propuesta teórica que ubica los estudios sociológicos dentro del campo teórico
general que denominan “estudio general de la reproducción social y cultural”. Esto
debido centralmente a que encuentran un vacío tanto en los análisis de medios de
principios de los ´80 que no consideran la estratificación de clases, como debido a
que en los estudios sobre clases sociales no se considera el papel que desempe-
ñan las comunicaciones masivas.

Para zanjar este vacío, los autores comenzarán


citando el párrafo de La ideología Alemana,
donde Marx y Engels, que aunque fue citada
en este libro en el capítulo 2, será retomada
en las líneas más importantes.

“En la producción social de su existencia, los hombres establecen determinadas


relaciones, necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción
que corresponden a un determinado estadio evolutivo de sus fuerzas productivas
materiales. La totalidad de esas relaciones de producción constituye la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la cual se alza un edificio (Uberbau)
jurídico y político, y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia
social. El modo de producción de la vida material determina (bedingen) el proceso
social, político e intelectual de la vida en general.” 63

Murdock y Golding afirmarán que en este párrafo Marx y Engels se ocuparon por
poner de relieve el sistema de control de la clase sobre la producción y la distribu-
ción. “De aquí se sigue que un análisis adecuado de la producción cultural necesita

Marx, Karl- Engels, Friedrich (1985) (pág. 66) La ideología alemana. Ediciones Pueblo Unidos-Editorial
63

Cartago. Buenos Aires.

270
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

examinar, no sólo la base de clase del control, sino también el contexto económico
general, dentro del cual dicho control se ejerce… Por otro lado remarcan el signi-
ficado “amplio” que tiene la idea de determinación para Marx, porque los escritos
posteriores de este autor revelan que “emplea la noción de determinación y condi-
cionamiento, no en sentido estrecho, sino en otro mucho más amplio, de fijación de
límites, ejercicio de presiones y clausura de opciones.”64

Los autores realizan un corto repaso por diferentes perspectivas que abordan en
primer lugar lo cultural o superestructural, afirmando que al comenzar analizando la
forma y contenido de los artefactos culturales, “luego retroceden en su trabajo para
describir su base económica…” en lugar de “partir de un análisis concreto de las
relaciones económicas y de las maneras como se estructuran tanto los procesos
como los resultados de la producción cultural…”65

Revalorizaron la posición de Theodor Adorno en relación a que muestra que la


dominación cultural hunde sus raíces en la dinámica económica de la “industria
cultural”, sin embargo le critican que no alcanza con afirmar que hay una base ca-
pitalista de la industria de la cultura, sino que “También es preciso demostrar cómo
funciona realmente este proceso de reproducción, mostrando en detalle cómo las
relaciones económicas estructuran, tanto las estrategias generales de los empre-
sarios culturales, como las actividades concretas de las personas que… fabrican
los productos que la “industria de la cultura” vende: escritores, periodistas, actores
y músicos.” Así mismo, critican los Estudios Culturales Británicos, en las figuras de
Raymond Williams y Stuart Hall, de los que afirmarán que “… la detallada y a veces
deslumbrante disección de las formas culturales se sienta incómoda sobre un aná-
lisis sin desarrollo de las bases económicas de su producción”.66

Para Murdock y Golding lo promisorio del marxismo, como perspectiva de investi-


gación sociológica de la comunicación consiste en que se centra en “las complejas
conexiones entre la economía y la producción intelectual, entre la base y la super-
estructura.” 67

Coherentes con la crítica que realizan propondrán el comportamiento de los Medios


considerados no desde el puro determinismo económico, pero “… al centrarnos en
la base económica, indicamos que el control de los recursos materiales y su cam-
biante distribución son, en última instancia, la más poderosa entre las muchas
palancas que trabajan en la producción cultural…” Los autores identifican, dentro
de la economía de la producción cultural dos grupos: los propietarios de las corpo-
raciones de medios y los productores creativos, o “comunicadores”. Al analizarlos
se puede afirmar que ambos grupos deben ser analizados en su especificidad: los
propietarios de corporaciones en su relación con la situación estructural de la eco-
nomía capitalista; los trabajadores de medios deberán ser abordados en términos
de “mediaciones”.68

1. En relación la propiedad de los Medios los autores identifican69 :

a) Medios en poder del Estado, “financiados total o parcialmente, sea por


suscripción pública o sea a través de los impuestos, y que funcionan como
“servicios públicos” en el sentido de que su objetivo declarado es el de
proveer una utilidad social más que obtener ganancia privada máxima. En

64
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 21).
65
Ibíd. (pág. 22)
66
Ibíd. (pág. 22)
67
Ibíd. (pág. 30)
68
Ibíd. (pág. 31)
69
Ibíd. (pág. 31-32-33).

Nidia C. Abatedaga 271


Tecnicatura en Periodismo

Gran Bretaña, por supuesto, esta definición se aplica a la BBC”. Señalan


además que estos servicios públicos son atacados por quienes creen que
deberían responder a los mismos criterios de costo – efectividad que los
servicios privados. Por otro lado, al actuar en el contexto de la economía
capitalista, “la BBC se comporta, en muchos aspectos, como si se tratara
de una inversión comercial.”

b) Medios que generan pérdidas financieras a largo plazo, por ejemplo


diarios, que sobreviven gracias a que “forman parte de conglomerados
lucrativos capaces de absorber sus pérdidas y dispuestos a hacerlo. En la
medida que los periódicos nacionales forman parte de grandes empresas
industriales, pueden y quieren, actuar como naves almirantes de dichas
empresas en su conjunto, así como de los valores y creencias que ellos
representan… aunque no significa que sean correos y promotores pasi-
vos de una filosofía libre empresista… sí disminuye las probabilidades de
que exista amplia oposición a tales filosofías.”

De este último análisis los autores infieren, en la misma dirección del razonamiento
que habían realizado Baran y Sweezy de la economía estadounidense, que en los úl-
timos 100 años se ha venido produciendo “… un cambio subterráneo de la estructura
de las economías capitalistas avanzadas, por el cual la propiedad de los medios de
producción se ha ido haciendo cada vez menos dispersa y cada vez más concentrada
en manos de relativamente pocas corporaciones”. 70

“Toman uno de los sistemas de medida de la concentración, denominada “Razón de


Concentración”, que mide el grado de concentración dentro de un sector determinado
tomando la proporción del mercado que controlan las 5 principales firmas71, y anali-
zan que la industria de las comunicaciones en Gran Bretaña, hacia principios de la
década del ´70 mostraba que “las cinco empresas principales… absorbían el 71 %
de la circulación de diarios, el 74 % de los hogares con televisión comercial, el 78 %
de las entradas de los cines, el 70 % de las ventas de libros y el 65 % de la venta de
discos”.

De los datos señalados los autores concluyen que hay un “crecimiento de la concen-
tración y del monopolio en las industrias de las comunicaciones desde la Segunda
Guerra Mundial.”72

Sin embargo no es ésta la única tendencia que advierten los autores, sino que a la
concentración de la propiedad se le suma la “diversificación”73, que se produce al
mismo tiempo que disminuyen las ganancias de las empresas. El caso que citan es
la compra por parte de la compañía discográfica EMI de la cadena ABC de cine en
Gran Bretaña. Murdock y Golding advierten que la emergencia de “conglomerados”
no es “peculiar de Gran Bretaña. Por el contrario, es una tendencia detectable en
todas las economías capitalistas avanzadas, donde las leyes antitrust, relativamente
restrictivas, han dado mayor impulso a la diversificación, al cerrar oportunidades de
expansión dentro de un solo mercado”.74

Veremos más adelante que los economistas


políticos de comunicaciones en Latinoamérica
realizaron estudios semejantes, arribando
a conclusiones orientadas por similares
particularidades del mercado de medios.

70
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 34).
71
Cuanto mayor sea la proporción, mayor el grado de concentración.
72
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 36).
73
Se produce diversificación cuando una compañía que tiene intereses en un sector determinado, se
expande y adquiere intereses en otro sector. Cuando la diversificación comporta el paso a un terreno que
tiene más o menos poca relación con los intereses principales de la compañía, la amalgama resultante
se denomina, convencionalmente, conglomerado.
74
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 36).

272
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Murdock y Golding corroboran con estos análisis aquella afirmación de Marx – cita-
da páginas arriba – por la cual quienes poseen los medios de producción también
controlan la distribución de recursos económicos y los usos de los excedentes re-
sultantes. “Para Marx… la posesión de la propiedad, el control económico y el poder
como clase están inextricablemente entrelazados”.75

Pero no conformes con estas conclusiones, profundizarán aún más, discutiendo los
análisis de algunos intelectuales que piensan que hay una tendencia que separa
progresivamente la posesión de la “propiedad” del “control” de la corporación. Su
argumento es que la estructura tradicional de “la familia fundadora” con la mayoría
de las acciones de una empresa ha sido paulatinamente reemplazada por una es-
tructura corporativa de acciones distribuidas en parcelas numerosas, de modo que
nadie podía ejercer un control total de la misma.

A este análisis Murdock y Golding opondrán la afirmación que indica que “de ningu-
na manera ha pasado la era del propietario, ni siquiera en los conglomerados… en
un número significativo… la familia fundadora, sus descendientes, o ambos, man-
tienen un paquete accionario importante y, con frecuencia, decisivo para el control,
y en una serie de casos también ocupan cargos claves, gerenciales y ejecutivos,
que les confieren un alto grado de control sobre la formulación de las políticas de
asignaciones generales de las compañías (…)”.76

Por otro lado, señalan un proceso que data de relativamente poco tiempo, por el
cual la posesión de acciones han dejado de estar en manos de personas aisladas
para pasar a pertenecer a entidades financieras y a otras corporaciones industria-
les. Por lo tanto,”lejos de haber ido dispersándose (…) la posesión de acciones de
las grandes corporaciones se ha ido concentrando progresivamente en manos de
instituciones financieras (…)”. De aquí que no se pueda afirmar que el control esté
divorciado de la posesión de la propiedad, por el contrario, continúan con un alto
grado de control sobre los procesos de producción.77

La importancia de este estudio radica en la vinculación que pueda tener la forma


de propiedad con los intereses “de clase” que compartan. En este punto los autores
afirmarán que “(…) la información de que se dispone está relativamente dispersa,
pero en fin de cuentas tiende a indicar que la concentración global de la posesión de
la propiedad, combinada con la creciente red de paquetes de acciones corporativos
interconectados y las direcciones recíprocas, han servido para mantener un alto
grado de relación y comunidad de intereses entre los diversos sectores del capital
industrial y financiero.” 78

Más aún, los autores harán hincapié, por un lado en que las compañías de co-
municaciones se encuentran claramente vinculadas a las empresas financieras e
industriales y por el otro destacarán que en virtud de ocupar lugares claves en la
asignación de recursos, los propietarios “siguen constituyendo una clase capitalista
identificable, con intereses comunes reconocibles”.79

2. En relación al problema de las “mediaciones” en términos de práctica


ocupacional en los medios los autores señalan que se deben conside-
rar dos niveles:

a) Situacional: vincula la situación ocupacional con la situación del merca-


do, que da cuenta de que con mucha frecuencia los estilos y prácticas de
trabajo que gozan de mayor favor son convertidas en virtudes.

75
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 42).
76
Ibíd. (pág.42)
77
Ibíd. (pág.43)
78
Ibíd. (pág.43)
79
Ibíd. (pág.45)

Nidia C. Abatedaga 273


Tecnicatura en Periodismo

b) Normativo: vincula la ideología dominante con las ideologías ocupacio-


nales. En general las creencias sobre la inevitabilidad de un orden social
y acerca de los límites de una práctica se encuentran difundidos en toda
la estructura social.

Los autores afirmarán que los métodos para demostrar la mediación son de carác-
ter histórico y social, ya que “la evolución de una ideología ocupacional emerge de
la situación cambiante en el mercado y en el trabajo.” Ejemplificarán la necesidad
de estudiar la historia con el periodismo, indicando que debería indagarse el sur-
gimiento de las creencias sobre la objetividad, la imparcialidad y la exactitud que
parece teñir la actividad, haciendo de la objetividad periodística una virtud, aun
cuando estas afirmaciones son demostradamente falsas.

La propuesta de Murdock y Golding hace honor a sus propósitos de relacionar la


lógica de la estructura económica con el funcionamiento de la ideología, pero no
como dos ámbitos separados sino en la propia vinculación que relaciona ambos
aspectos de la vida social. Explican con detalle cómo participa la comunicación
de masas en la estratificación social, considerando de modo actualizado la clásica
distinción entre propietarios y no propietarios de los medios de producción, bajo las
condiciones del capitalismo oligopolizado.

Luego de avanzar con la lectura sigamos


adelante en la siguiente actividad. Transcriba
las respuestas a estas preguntas y envíe
al docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 6

Con los aportes que Murdock y Golding analizaron en los trabajos reseñados, responda las
siguientes preguntas.

1) ¿Qué recupera y qué critica Murdock de Smythe en el 1° artículo que se toma?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo explica Murdock que el marxismo occidental otorgó más atención a la ideología
y la cultura?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) En el segundo artículo ¿Qué analizan los autores y cómo vinculan la forma de propiedad
de los Medios a las tendencias a la oligopolización?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Por qué niegan los autores que se haya ido separando la “propiedad” del “control” de las
corporaciones?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

274
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Nicholas Garnham

Otro ámbito británico que cobró importancia dentro de los estudios de la Economía
Política de la Comunicación es el Centro de la School of Communication del Po-
lytechnic of Central London, del que forma parte principalmente Nicholas Garnham.
Este teórico había trabajado antes para la BBC – Television y en enero de 1979
tomó la iniciativa de lanzar la revista trimestral Media, Culture and Society. En el
segundo número, dedicado a la Political Economy figura, a modo de introducción,
un largo artículo programático firmado por Garnham y titulado “Contribution to a Po-
litical Economy of Mass – Communication” (“Contribución a una economía política
de la comunicación de masas”).

En ese artículo Garnham se interroga sobre las pocas repercusiones en el ámbito


crítico que tuvo el llamamiento lanzado por Raymond Williams dos años antes,
donde abogaba por una revisión de la teoría cultural, advirtiendo sobre la necesi-
dad de realizar una reestructuración crítica de los esquemas de pensamiento. Para
lograr este propósito se propone “(…) la elaboración de una economía política de
la cultura, en la que la economía política de la comunicación de masas ocupe su
lugar subordinado (…) en el marco más amplio del análisis de los procesos de la
producción y reproducción culturales”.80

Para comenzar su propuesta el autor sienta las bases de la perspectiva que adopta,
y para ello establece sus diferencias con la corriente lacaniana post – althusseriana:
“… uno no afirma que el problema de la subjetividad carezca de interés, sino que
tiene menos interés que el de clase o el de acumulación de capital. Explicita su po-
sición materialista – histórica cuando afirma que el orden de prioridades “… es una
jerarquía de determinantes históricos y materiales concretos en el mundo real…”.81

Garnham sostiene su argumentación partiendo de un postulado que considera “fun-


damental” del materialismo histórico y es el sustento de la relación base / super-
estructura: el trabajo. “En la historia, la relación trabajo/naturaleza ha estado cada
vez más mediatizada por los modos de producción específicos,… sólo el excedente
producido por este trabajo es lo que permite que se persigan otras formas de acti-
vidad humana. Así, la superestructura sigue siendo dependiente de y determinada
por la base de la producción material. Evidentemente, cuanto mayor sea el exce-
dente… mayor será la autonomía de la superestructura… En este importante senti-
do, la superestructura cultural está y permanece subordinada y secundaria…”.82

El autor profundizará en el análisis de la relación base/superestructura afirmando


que se debe “evitar la doble trampa del reduccionismo económico y la autonomiza-
ción idealista del nivel ideológico” y para logar no caer en esos dos extremos, pro-
pone dividir analíticamente (que significa que no son divisiones que se encuentren
en la realidad, sino que se las realiza sólo a los efectos del análisis) tres ámbitos o
niveles: “lo material, lo económico y lo ideológico constituyen tres niveles, perspec-
tiva analítica, aunque entrelazados en las prácticas sociales concretas y el análisis
concreto”.83

Luego retomará la crítica de Raymond Williams al materialismo vulgar, que no ha


sido, a juicio de este autor, lo bastante materialista porque no consideraron que “De
castillos, palacios e iglesias a prisiones, asilos y escuelas; de armas de guerra a

80
Garnham, N. (1979) (pág. 109) Artículo publicado originalmente con el título “Contribution to a political
economy of mass-communication”, en Rev. Media, Culture and Society, Vol I págs. 123 a 146 por Aca-
demic Press Inc. Ltd., Londres.
81
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág. 110-111).
82
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág. 112-113).
83
Ibíd. (pág. 114).

Nidia C. Abatedaga 275


Tecnicatura en Periodismo

una prensa controlada: toda clase dominante, en formas variables aunque siempre
materialmente, produce un orden social y político. Estas nunca son actividades su-
perestructurales. Son la producción material necesaria en la que sólo puede man-
tenerse un modo de producción”.84

Garnham toma estas palabras de Williams para hacer una aclaración sumamente
pertinente y atinada, ya que considera que si bien lo que dice Williams es “una co-
rrección necesaria al idealismo burgués y a sus variantes marxistas post – althus-
serianas” considera que la propuesta de este autor “también adolece de un reduc-
cionismo engañoso al no distinguir entre lo material y lo económico”. 85

Lo que corregirá Garnham es una interpretación de “lo material” que es tomado


por Williams desde el punto de vista de “lo tangible”, por opuesto a lo que corres-
pondería a “ideas” no visibles ni tangibles. De allí que Williams proponga que toda
ideología adopta formas “materiales”. Sin embargo no es ésta la materialidad a la
que refiere Marx, que en cambio remite a lo económico, es decir, las articulaciones
económicas (los modos de producción concretos) por las cuales los hombres repro-
ducen su existencia material (se proveen alimento, vestido, vivienda, etc.) lo que
debe ser analizado.

Ej.
Garnham ejemplificará la diferencia entre ambas materialidades con la escuela y la prensa:
“una prensa autorizada (pública por ejemplo) y una prensa comercial “libre” son materiales,
pero las diferencias económicas entre estas dos formas de control “político” constituyen la
diferencia entre una forma capitalista y una forma precapitalista. De manera similar, la dife-
rencia entre la estructura económica de la educación privada y la pública, constituye, dentro
de la misma materialidad, a la esencia de la lucha “política”.86

Este ejemplo puede replicarse en nuestro país entre la Televisión pública y cual-
quier canal televisivo privado o entre Radio Nacional y cualquier emisora privada de
radio AM: ambas tiene la misma materialidad pero sus lógicas económicas y por lo
tanto sus ideologías son también diferentes.

Para Garnham la confusión entre lo material y lo económico es corriente y es nece-


sario detenerse en la naturaleza de su diferencia: “En tanto el materialismo histórico
es materialista, se basa en el postulado que Williams esboza. Pero en tanto es
histórico, se ocupa de analizar los modos específicos y cambiantes de esta rela-
ción material fundamental,… se postula que toda forma de relación social ampliada
depende de la extracción y distribución de excedentes materiales… Tales modos
de producción e intercambio son culturales, de ahí el auténtico problema de esta-
blecer una diferenciación sociedad / cultura sin reducir la definición de cultura, de
manera que sólo incluya aquellos elementos de interacción social que implican un
nivel secundario de abstracción, específicamente la representación de relaciones
materiales concretas en formas simbólicas”.87

Coincidiendo con los peligros que advirtieran Murdock y Golding, respecto de las
explicaciones reduccionistas que tienden a realizar sólo análisis económicos o a
explicar la ideología autonomizada de la base económica, en la misma dirección
que estos autores, Garnham propone analizar “la relación entre lo económico y lo
ideológico”. Para precisar su crítica al reduccionismo, lo desglosa en tres tipos88 :

84
Ibíd. (pág. 115).
85
Ibíd. (pág.115).
86
Ibíd. (pág. 116).
87
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. ( (pág.116).
88
Ibíd. (págs.118 a 120).

276
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

a) “Una aceptación incondicional del modelo base/superestructura… que se


limita a declarar sin discusiones que los medios de comunicación de ma-
sas son instrumentos ideológicos de la dominación de la clase dirigente,
ya sea mediante la propiedad directa o, como en el caso de la broadcas-
ting, a través del control del Estado por parte de la clase dirigente. Tal
posición deja de lado los efectos específicos de la subordinación de la
producción culturales a la lógica general de la producción capitalista…
la posición althusseriana sobre los aparatos ideológicos representa muy
poco o ningún progreso de esta posición.

b) En segundo lugar,… se nos ofrece una elaboración de la relativa autono-


mía de la superestructura y, dentro de la superestructura, de los niveles
ideológicos y político… todas estas teorías también han eliminado en ma-
yor o menor grado la determinación económica, o sea, que como también
dice el mismo autor,… Esta posición general ha desarrollado acertada-
mente las ideas de la Escuela de Frankfurt sobre la importancia de la
superestructura y de la mediación, descuidando perjudicialmente al mis-
mo tiempo un componente fundamental de la posición original de dicha
escuela, concretamente el hecho de que bajo el capitalismo monopólico la
superestructura se vuelve precisamente industrializada…. En realidad, la
verdadera debilidad de la posición original de la Escuela de Frankfurt no
fue su incomprensión de la importancia de la base o de lo económico, sino
el no haber tomado lo bastante en cuenta la naturaleza económicamente
contradictoria del proceso que observaban, por lo que consideraron que
la industrialización de la cultura era irresistible y no planteaba conflictos.

c) Por último, Dallas Smythe, identificando como “punto ciego” el excesivo


énfasis de la autonomía del nivel ideológico dentro del marxismo occi-
dental, aleja acertadamente nuestra atención de los medios de comuni-
cación de masas como aparatos ideológicos y la vuelve a orientar hacia
su función económica dentro del capitalismo. Pero al hacerlo propone una
teoría reduccionista extrema. Para Smythe, toda economía política de los
medios de comunicación de masas debe basarse en un análisis de su
forma mercancía, y para él… es el público, o sea que para él la función
crucial de dichos medios no consiste en vender paquetes de ideología a
los consumidores, sino públicos a sus anunciantes… la teoría de Smythe
interpreta mal la función de la forma de mercancía como una abstracción
dentro de la teoría económica marxista, y así descuida la relación entre
formas específicas de la mercancía (el público) y la forma de mercancía
en general. Como resultado de ello, su teoría… no explica el papel del Es-
tado, no elabora lo bastante la función de la publicidad propiamente dicha
en relación con el capital y, quizá lo más crucial, no relaciona el proceso
de producción de públicos por parte de los medios de comunicación con
los determinantes de clase y la lucha de clases.

Después de realizar estas críticas, Garnham propone, en directa oposición al aná-


lisis althusseriano, su propia posición: “La perspectiva investigadora, cuya base
teórica e histórica he bosquejado brevemente, trata de desviar la atención de la
concepción de los mass – media como la de aparatos ideológicos y los ve en primer
lugar como entidades económicas con un papel económico directo en tanto crea-
dores de valor excedente a través de la producción y el intercambio de mercancías,
y un papel indirecto, a través de la publicidad, en la creación de valor excedente
dentro de otros sectores de la producción de mercancías.”89

89
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág. 121).

Nidia C. Abatedaga 277


Tecnicatura en Periodismo

Para sostener el argumento referido a la importancia primordial de lo económico y la necesi-


dad de realizar un recorrido histórico que muestre que la naturaleza de la implicación política Ej.
se encuentra condicionada por lo económico, Nicholas Garnham tomará ejemplos de los
medios. “Cuando compramos un periódico participamos simultáneamente de un intercambio
económico, en sometimiento a o como reacción contra una formación ideológica… De ma-
nera similar, las noticias de TV están económicamente determinadas dentro de la produc-
ción de mercancías en general, desempeñan una función ideológica y operan explícitamente
dentro de la política.” 90

Notemos que Garnham habla de “creación de excedentes”, lo que significa que


este autor considera que en el proceso de producción interno de los Medios se crea
plusvalor. Esta posición ha sido refutada por otros intelectuales, algunos de los cua-
les citaremos aquí en el siguiente ítem (5.5). Los más destacados en esta diferencia
son Patricia Arriaga y Miguel Haiquel.

Así mismo Garnham propone que los medios también favorecen la creación de va-
lor excedente en otros ámbitos productivos, lo logran a través de la publicidad que
difunden, lo que permitiría a las empresas apropiarse de más valor del que crean.

Ej.
Por ejemplo a través de la imposición de marcas en el mercado. Este punto será confirmado
por otros autores como Baran y Sweezy y Miguel Haiquel quienes coinciden en afirmar que
la publicidad proporciona la posibilidad de que las empresas que la realizan se apropien de
mayor excedente social (por ejemplo a través de las “marcas de fábrica”) que aquellas que
no pueden acceder a las ventajas que otorga la circulación publicitaria.

Aún con las diferencias señaladas, se puede advertir una coincidencia común a to-
dos los autores, y es el énfasis puesto en la primacía de lo económico como factor
explicativo. Y Garnham lo expresa con claridad: “Aunque acepto que los medios de
comunicación pueden estar y están política e ideológicamente sobre determinados
en muchas coyunturas específicas, entiendo que para su determinación última una
economía política se basa en lo económico (…)”.91

Con las anteriores premisas relativas, por un lado a la primacía otorgada a lo eco-
nómico y por otro al énfasis colocado en una mirada macro social que muestra el
mecanismo publicitario no como proceso entre un emisor y un receptor refugiado en
los límites del hogar (como lo hicieron los análisis de la última etapa de los Estudios
Culturales europeos) sino como proceso de distribución y apropiación del exce-
dente económico socialmente producido, Garnham ofrecerá una explicación de la
producción intelectual constituido por dos momentos distintos92 :

a) La cultura como fenómeno superestructural en relación con los modos de


producción material no culturales, es decir: por un lado la producción cul-
tural dominante o hegemónica pagada con renta capitalista y, por el otro,
una clase trabajadora subordinada… pagada con salarios.

b) La cultura como parte de la producción material directamente subordina-


da a o al menos en una articulación íntimamente determinada con leyes
de desarrollo del capital.

En referencia al primer punto, Garnham afirma que ya Marx y Engels en La ideo-


logía alemana habían analizado el pago de ideólogos, de intelectuales con la ren-
ta capitalista. “Es decir, que los autores observaron acertadamente que las activi-
dades superestructurales requieren una cohorte de trabajadores mentales que no

90
Ibíd. (pág. 122).
91
Ibíd. (pág. 122).
92
Ibíd. (págs. 124-125).

278
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

eran económica o materialmente productivos en forma directa y cuyo precio de


reproducción,… debe ser sustentado por la esfera de la producción material. Pues-
to que… eran [los capitalistas] los que extraían plusvalía, eran ellos quienes debían
redistribuirla en actividades superestructurales de su elección y, por ende, ejercer
presiones directas sobre los ideólogos, que eran sirvientes a sueldo.”93

Esta afirmación puede constatarse en la historia argentina reciente si se piensa, por ejemplo,
Ej. en los “periodistas” como Bernardo Neustadt y Mariano Grondona quienes a través de sus
programas de televisión sirvieron a los intereses de los capitales cuando en los años ´90 adu-
laron sin reservas las fraudulentas privatizaciones ejecutadas por el gobierno del presidente
Carlos Menem, que beneficiaron en primer lugar a quienes compraron al precio de baratijas
empresas que hasta ese momento eran de propiedad pública (como YPF y el servicio de te-
lefonía fija) y en segundo lugar a la clase política que pudo apoderarse de grandes beneficios
económicos gracias a esos procesos privatizadores.

Garnham, sin embargo no limita su análisis ideológico a la perspectiva de la clase


dominante sino que, retomando a Gramsci rescata la existencia y fortaleza de la
“cultura subordinada”, desarrollada por la clase trabajadora, la cual, a partir de su
salario creó y desplegó “intelectuales orgánicos” tales como funcionarios sindica-
les, organizadores de cooperativas, periodistas, etc., a sueldo, pero el excedente
disponible para este propósito era exiguo tanto real como comparativamente, por
lo que este poder ideológico directo se inclinó decididamente a favor del capital, y
así permanece.

El autor retoma este tema para destacar la importancia de analizar los orígenes
de clase de los trabajadores ideológicos y cómo se lo controla de un modo directo
desde la esfera económica. “El descuido de este aspecto… se refleja en la presente
discusión del papel ideológico de los mass media, donde tiene lugar una compleja
polémica sobre profesionalización, jerarquías de discurso, códigos hegemónicos y
subordinados, etcétera, discusiones que a menudo sirven al propósito de enmas-
carar una realidad omnipresente para quienes trabajan realmente en los medios: la
posibilidad de perder el puesto de trabajo”.94

Así como subraya la necesidad de relacionar “práctica ideológica” con “orígenes


de clase”, también discutirá que se presente a la clase capitalista como sujetos
unificados, debido a que la producción cultura se manifiesta como intrínsecamente
contradictoria. “Del hecho de que el capital controla los medios de producción cultu-
ral… no se desprende que estas mercancías culturales apoyen necesariamente…
la ideología dominante…como también han puesto de relieve Adorno y Horkheimer,
la mercancía cultural posee una contradicción inherente, contradicción que puede
ser profundamente subversiva (…)”.95

Ej. En la misma dirección, crítica las posiciones que asumen que todos los sectores no estatales
son capitalistas, debido a que no tienen en cuenta los modos artesanales de organización la-
boral. “… por ejemplo, la compañía cinematográfica o productora de discos independientes,
siguen siendo corrientes e importantes dentro de la esfera cultural. Tales residuos [precapita-
listas] han sido el epicentro de la lucha contra la lógica del capital y han producido una pode-
rosa ideología cultural contraria a lo económico… en ciertos casos semejante organización
artesanal puede ser funcional al capital, en tanto éste controle los medios de reproducción y
distribución masiva de productos elaborados por el autor.”96

93
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág.127).
94
Ibíd. (pág. 127).
95
Ibíd. (págs. 128-129).
96
Ibíd. (pág. 130).

Nidia C. Abatedaga 279


Tecnicatura en Periodismo

Después de discutir también el hecho de que adhiera a una ecuación simple entre
“propiedad privada y capitalismo” Garnham propone que hay que analizar el capital
en sus características básicas, y retomando a Marx cuando afirma que “… la suma
de dinero sólo puede ser definida como capital si se la emplea, si se la gasta, si se
la usa con el propósito expreso de incrementarla”.97 Es decir que el dinero en sí
mismo no constituye “capital”, sino que asume la forma de “capital” cuando se lo
utiliza para incrementarlo, para generar excedente.

Con esta base, Garnham afirmará entonces que se torna necesario estudiar las
formas “…de producción específicamente capitalista de los medios de comunica-
ción” y éstas consisten en “ver las formas en que el capital utiliza el proceso real de
producción de medios con el fin de incrementar su valor, con el fin de crecer…”98

Como se podrá advertir, más que referir directamente a las formas de reproducción
de la dominación, el autor destaca las contradicciones que presenta la propia pro-
ducción superestructural, mental o cultural. Y específicamente en el campo de los
medios de comunicación de masas, Garnham señala tres contradicciones99 :

a) Resistencias tanto reales como ideológicas a la industrialización de los


modos artesanales de producción cultural.

b) Conflictos entre capitales nacionales e internacionales, a veces mediati-


zados, a través del Estado y en ocasiones directos.

c) Demanda creciente del Tercer Mundo por un Nuevo Orden Informativo


Mundial.

Garnham afirmará que no se puede hablar simplemente del modelo capitalista de


los medios de comunicación social. Un sistema de medios de comunicación adopta
rasgos específicos que varían según el Estado – nación. “Sus rasgos quedan deter-
minados, entre otros, por la estructura y la situación de desarrollo de la economía,
por el tipo de Estado, por las características de las relaciones de clase y por la rela-
ción con el Estado dominante y/o con los Estados subordinados”.100

Es contundente en la relación entre estructura y


superestructura y en la necesidad de analizar
la manera particular que cada proceso
se da en cada caso.

“En resumen, históricamente, el desarrollo del proceso material conocido como


superestructura dependió de la disponibilidad de un excedente en la esfera de la
producción material directa, es decir, la esfera de la extracción,… la forma de esa
superestructura está determinada por las relaciones sociales de producción, porque
éstas… determinan la distribución de dicho excedente…. Bajo el capitalismo en
vías de desarrollo, los medios de producción cultural pueden ser provistos en for-
ma de mercancía como parte del proceso de acumulación, por ejemplo, discos – o
como parte del proceso de realización de otros sectores de la economía capitalista
– por ejemplo, publicidad – o directamente de la renta capitalista – por ejemplo, el
patrocinio de las artes – o a través del Estado.Cada uno de los medios citados de
distribución del excedente hacia la esfera cultural afectará de distinta manera la
forma en que la clase dominante controla los medios de producción cultural”.101

97
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág. 131)
98
Ibíd. (pág. 131)
99
Ibíd. (pág. 133)
100
Mattelart A. y Neveu E. (2002) (pág. 49) Los Cultural Studies. Hacia una domesticación del pensa-
miento salvaje. Ed. de Periodismo y Comunicación N° 20. La Plata.
101
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (págs. 135-136).

280
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Para finalizar, Garnham enumerará una serie de tendencias que caracterizaron los
inicios de los años ´80 y que hoy pueden verse corroboradas en su evolución, son
tendencias que afectan el sector cultural de los mass media102 :

a) Creciente competencia internacional y la consiguiente adquisición de edi-


toriales, agencias de publicidad, emisoras privadas, etc. de carácter na-
cional, por parte de empresas multinacionales.

b) Una lucha agudizada, en el interior de la producción cultural, sobre los pro-


cesos laborales… para incrementar la productividad del sector… Esta lucha
se ha visto más marcada recientemente en la industria periodística.

c) Intentos por abrir nuevos mercados… para absorber el capital excedente.


El ejemplo más obvio es la creciente presión… para privatizar la teledifu-
sión pública.

Intentos por abrir nuevos mercados tanto para hardware como software
culturales mediante la introducción de nuevas tecnologías de comunica-
ción, tales como TV por cable, satélites, etc.

Así mismo es necesario señalar que es uno


de los pocos teóricos europeos que dan
cuenta de las diferencias entre lo que ahora
se denomina “Primer” y “Tercer” mundo,
señalando los procesos de dominación
internacionales.

Es destacable la preocupación del autor en dos direcciones centrales: por un lado,


por proponerse recuperar el análisis de la comunicación social desde las contradic-
ciones que plantea la relación entre estructura y superestructura. Por otro, por dejar,
de varios modos claramente definida la importancia de la estructura económica y
relacionar a ella en cuanto productora de excedentes, la posibilidad de desarrollo
cultural.

Ahora bien, lo invito a realizar actividades


de reflexión que le ayudarán a evaluar sus procesos
de aprendizaje. Transcriba las respuestas a estas
preguntas y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

102
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (págs. 137-138).

Nidia C. Abatedaga 281


Tecnicatura en Periodismo

Actividad de Autoevaluación 7

De acuerdo con lo desarrollado por Garnham, ¿Puede responder las siguientes preguntas?

1) ¿En qué consiste la crítica que realiza al materialismo vulgar y al materialismo de Ray-
mond Williams?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿En qué consiste el Materialismo Histórico para el autor y cómo debe aplicarse al análisis
de los Medios?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué momentos de la producción intelectual identifica el autor?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) De las tendencias iniciadas en los ´80 ¿qué orden de importancia les otorga? Justifique.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Bernard Miège

Este autor francés dedicó gran parte de sus análisis a los problemas de las nuevas
tecnologías y sobre todo las de la Industria Audiovisual. Muy citado por otros estu-
diosos, nunca se apartó de perspectiva de la Economía Política. Hacia 1979 era Li-
cenciado en Comunicación Social y profesor de Economía de las Comunicaciones
en la Universidad de Grenoble.

Un recorrido por la selección de tres artículos que aquí tomaremos sólo en los as-
pectos que se consideran más relevantes mostrará la continuidad de las temáticas
y una gran lucidez en los análisis que realizó.

El primero de los artículos se denomina “Ante la inminente aparición de los nuevos


productos audiovisuales” de 1979. Analiza lo que entre los años ´75 y ´80 fuera con-
siderado un fracaso en el desarrollo de productos culturales denominados de “gran
público”, entre los que cita el magnetoscopio Betamax de Sony y el VHS de JVC.

Parte del denominado “fracaso” es atribuido por el autor a la crisis del petróleo del
año 1974, que “ha tenido como efecto evidente la ralentización” sin embargo el au-
tor destaca que dicha crisis no fue acompañada de una disminución del consumo
global de productos culturales. Para el autor las analogías que presentan los nue-
vos productos audiovisuales son resultado de razones103 :

Miège, B. (1979) (pág. 136) “Ante la inminente aparición de los nuevos productos audiovisuales” (Ver-
103

sion original en francés “Les Nouveaux produits audiovisuels: leur avènement se prétepare aujoud´hui” en
Videoglyphes, N° 1 dossier “economía del video”, febrero de 1979, pp. 23 a 28). La versión castellana en
Richeri, Giuseppe (1983) La televisión: Entre Servicio Público y negocio” Ed. Gustavo Gilli. Barcelona.

282
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

- Las sociedades que compiten por cada tipo de producto son todavía poco
numerosas... Además… tan sólo los productos fácilmente reproducibles
y… susceptibles de llegar al “gran público” consiguen la atención de las
grandes compañías.

- A esta primera razón se le añade otra, con frecuencia ignorada: la deman-


da nunca existe de antemano y dicha demanda hay que forjarla, cosa que
necesariamente requiere tiempo.

Lo que ocurre para este autor no es que exista un fracaso, sino que el periodo de
mediados de 1975 está sirviendo para “Forjar la demanda, preparar nuevos usos
sociales…más allá de las negociaciones y de los conflictos entre grupos monopo-
listas competitivos”.104

El artículo señala que hay interés para producir nuevos productos audiovisuales por
parte de los capitales a la vez que señala que la situación de mediados de los ´90
los procesos de introducción de nuevas tecnologías al mercado muestran tenden-
cias que después mostrarán ser permanentes105 :

- Tiende a reducirse cada vez más el número de sociedades competitivas

- Tras la fase experimental (sobrestimación de modelos, desmesuradas


ambiciones comerciales, etc.)… ciertos grupos se ven obligados a fabri-
car bajo licencia el sistema impuesto por su competidor.

- La crisis mundial no sólo lleva al estancamiento de la difusión de dichos


productos, sino que sobre todo hace cada vez más duros los enfrenta-
mientos comerciales, en la medida en que se trata de conquistar merca-
dos exteriores. En este contexto, el capital nacional está cada vez peor
situado.

- Si bien las pequeñas y medianas compañías mantenían fuertes posicio-


nes en la producción de los accesorios… no está claro que esta situación
pueda perdurar… las compañías monopolistas, bajo pretextos técnico –
comerciales terminan por fabricar los accesorios (Kodak, Sony, etc.).

Se podrá apreciar una denuncia similar a la que realizaron otros autores respecto
de las tendencias monopólicas en la producción cultural, así como una especial
preocupación por analizar los tipos de industrias culturales, tanto como por carac-
terizarlas.

Esta inquietud continuará hasta prácticamente la actualidad, siendo fácilmente per-


ceptible en los escritos posteriores del autor. Por ejemplo, en un artículo que publicó
13 años después en la Revista Telos, denominado “Las industrias de la Cultura y
de la Información. Conflicto con los nuevos medios de comunicación”, se puede ir
haciendo el seguimiento de los problemas que en diferentes décadas atravesaron
las industrias de la cultura.

En este escrito Miège comienza argumentando por qué la comunicación social, es-
casamente tratada por las ciencias económicas y tomada como “el pariente pobre”
de las ciencias del hombre y de la sociedad” a diferencia de la lingüística o la so-
ciología), aparece cada vez bajo el dominio de lo económico. El autor afirmará que
aunque los economistas se contentaron con hacer una transposición de sus meto-
dologías y los sociólogos y politólogos por temor al economicismo suelen construir

104
Miège, B. (1979) Óp. Cit. (pág. 138)
105
Ibíd. (pág. 138)

Nidia C. Abatedaga 283


Tecnicatura en Periodismo

un entorno social ajeno a lo económico, ¿Cómo comprender el funcionamiento de


la prensa contemporánea atendiéndose únicamente a las relaciones establecidas
entre los periódicos y sus lectores o a su función en el espacio público, sin indagar
igualmente en las estrategias emprendidas por los grupos de comunicación y en la
naturaleza económica de un producto en particular como la información?” Para este
autor no puede ignorarse porque lo que se encuentra en el origen de esta tendencia
son “lógicas de carácter económico… en particular la necesidad de los capitales de
encontrar nuevos lugares de valorización”.106

Por otro lado Miège, en consonancia con un clásico postulado marxista que casi
todos los autores de la Escuela de Economía Política retomaron, analizaron y pre-
cisaron, y dirá que no hay razones para oponer el análisis de la estructura econó-
mica al de la ideología, ni para tratar ambos aspectos por separado porque están
totalmente imbricados.

Al identificar que se coloca bajo la misma denominación de “industrias culturales”


procesos y productos tan dispares como una actividad comercial (por ejemplo, el
mercado del arte) con la pequeña producción mercantil (por ejemplo la creación
de servicios telemáticos) y cosas que forman parte de la gran producción industrial
(mercancías culturales como los discos).

Miège propondrá dividir la producción cultural en tres modelos para analizar


sus características de modo particularizado107 :

- Edición de mercancías culturales: se incluyen aquí la edición de libros,


discos, grabaciones de video o entradas de cine. “las características es-
pecíficas… el carácter aleatorio de los valores de uso y por lo tanto, las
dificultades para su valorización… en la fase de concepción [los traba-
jadores] no están sometidos al régimen salarial y son remunerados me-
diante el sistema de derechos de autor… se favorece a una minoría de
artistas que participa en el star system, dejando a la mayoría, la reserva
de talentos en situación de paro casi permanente (desocupados) o con re-
cursos precarios… Las empresas pequeñas y medianas… se mantienen
a la sobra de algunos oligopolios”.

- Producción de radio y televisión en forma de flujo: “Los productos


pertenecientes a este ámbito se pueden caracterizar por la continuidad y
la amplitud de su de su difusión… cada día nuevos productos [programas,
contenidos de informativos] convierten en obsoletos a los del día anterior.
La segunda característica… es el hecho de hallarse en la intersección
entre los campos de la cultura y la información.

- Producción de información impresa: La prensa… se sirve de ambos


modelos… Por una parte, la publicación diaria de los periódicos impone a
las empresas de prensa una carga de gastos fijos no reducibles… por otra
parte, los periódicos, al igual que las revistas, son mercancías que, pese
al apoyo frecuentemente decisivo de los recursos publicitarios, han de ser
vendidos de modo regular a sus consumidores finales.

106
Miège, B. (1979) Óp. Cit.(pág. 2)
107
Ibíd. (págs. 134-135)

284
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Teniendo en cuenta esta división de las industrias culturales, Miège analiza las rela-
ciones que se establecen entre ellos, y sugiere que el modelo de flujo está llamado
a convertirse en dominante, respecto de los otros dos. De la relación entre el mode-
lo de producción de mercancía (más concretamente el cine) y el modelo de flujo (la)
televisión el autor afirmará que hay una creciente interpenetración de inversiones
financiera en ambos.

Teniendo en cuenta que el artículo fue escrito en 1992, cuando recién estaba en-
trando Internet en Argentina, pero en Francia ya había fuertes inversiones, Miège
describe la conexión de redes como “una innovación importante, que ofrece pers-
pectivas de renovación de las industrias culturales… también implica una profunda
transformación en las costumbres.” (Miège: 1992:8) Aunque para la época identifica
que la red de redes no había alcanzado su punto de madurez por problemas en la
financiación y la limitación en las instalaciones.

Catorce años después, Miège ya es parte del Laboratorio GRESEC. Universidad


Stendhal, Grenoble, sede donde publica un artículo - Revista Cuadernos de Infor-
mación y Comunicación – que lo mostrará profundizando en las tendencias que ya
habían indicado otros autores como Schiller 30 años antes, en cuanto al proceso
de concentración que se ha consolidado aún más en las industrias culturales. El
aporte de Miège consiste en una ampliación de la mirada sobre la concentración,
e indica que no debe mirarse sólo al capital financiero inmediato que es propietario
de acciones de oligopolios mediáticos, sino un conjunto de otros mega – intereses
involucrados.

“La Cuestión de la concentración de los medios e industrias culturales, cada vez


más en manos de poderosos grupos de comunicación, controlados a su vez por
núcleos financieros o conglomerados industriales, se ha convertido en una preocu-
pación de primer orden; atañe tanto a los responsables políticos incluidos en el nivel
regional (por ejemplo en el seno de la Unión Europea) como a los dirigentes de los
medios y sobre todo a quienes prestan especial atención a los cambios financieros,
y desde luego a todos aquellos ligados a la “credibilidad” de los medios así como a
la “calidad” y a la “diversidad” de las producciones culturales e informativas.” Miège
centra su interés en un tema que puede encontrarse a lo largo de todo su trabajo,
aunque sin un desarrollo pormenorizado, que aquí sí realiza: “las consecuencias
posibles o previsibles de la concentración en lo que llamaremos en adelante las
ICM, las industrias culturales y mediáticas… las consecuencias que las concentra-
ciones supusieron en la actividad periodística, como igualmente en la concepción
de los productos culturales, durante todo el siglo XX.” 108

Para desarrollar el objetivo que se propuso, consistente en “analizar, desde el punto


de vista de la EPC, la relación que se establece entre las estrategias de los gru-
pos de comunicación (los que participan del fenómeno de la concentración) y las
tendencias que afectan a los contenidos” el autor citará los trabajos de Herbert I.
Schiller, 1969, 1973, 1978, 1989, etc.) Nicholas Garnham (1979, 1990), el fundador
Dallas Smythe, para quienes “la concentración es un aspecto central, pero tan sólo
un aspecto, que les permite comprender las mutaciones estructurales del capita-
lismo y situar ahí el papel cada vez más decisivo de la comunicación”, Mattelart
(1976), Ramón Zallo (1988,1992), Mastrini y Martín Becerra (Mastrini y Becerra,
2003), Bernard Miège, entre otros, el autor indica que “Lo más importante sin duda
es señalar que para la mayoría de los autores citados, la cuestión de la concentra-
ción no es el único objeto de investigación”.109

Miège, B. (1979) Óp. Cit. (pág. 105).


108

Miège, B. (2006) “La concentración en las industrias culturales y mediáticas (ICM) y los cambios en los
109

contenidos”) CIC Cuadernos de Información y Comunicación 2006, vol. 11 155 -166. Canadá Research
Chair in Communication and Society. Queen’s University. Disponible en: http://www.chairs.gc.ca/web/
program/index_e.asp (Fecha de consulta: 9 de septiembre de 2010).

Nidia C. Abatedaga 285


Tecnicatura en Periodismo

Miège reafirma que la concentración de las ICM se acentúa, pero destaca que “que-
da por interpretar y por validar con ayuda de datos de orden empírico qué conse-
cuencias produce este hecho sobre el funcionamiento de los medios y sobre la
producción cultural e informacional. En tanto que los cambios en la propiedad de
las ICM y las mutaciones asociadas a los mismos (internacionalización del control,
reagrupamiento de empresas, etc) pueden identificarse con bastante claridad, las
consecuencias que generalmente se dan en la producción cultural e informacional
son menos fáciles de desentrañar…”.110

Para mostrar los diferentes ámbitos en que se producen los cambios, señala
7 categorías de mutación que tienen diferente peso111 :

1) Las mutaciones de orden financiero


A menudo la atención se ha dirigido a las operaciones financieras (que pueden
ser de naturaleza muy variable) llevadas a cabo por los grupos de comunica-
ción, pues se supone que apuntan al desarrollo de sinergias multimedia… son
igualmente importantes las estrategias de los centros de poder financiero (ge-
neralmente holdings) que controlan los grupos, así como las de los operadores
financieros y las consultoras y fondos de pensiones; estos últimos se interesan
cada vez más por las ICM y tienen más peso en el conjunto del sector de la
comunicación que se ha convertido en un sector clave de la valorización del
capital… lo que importa es analizar su influencia en las estrategias editoriales y
como consecuencia en los cambios que afecten a los contenidos.”

2) Las innovaciones técnicas y las mutaciones socio-técnicas correlativas


“Un cierto número de innovaciones técnicas cruciales (la digitalización, la com-
presión y la miniaturización de las señales, la multimediatización de los datos...)
comienzan a imprimir su huella en las industrias de contenidos tras haber ase-
gurado la expansión de las industrias de las redes (es decir las telecomunicacio-
nes) y la de las industrias de materiales (es decir los objetos técnicos dotados ya
de software más o menos perfeccionado)… en realidad es una variedad de mu-
taciones socio-técnológicas, que conciernen tanto a la esfera del trabajo como a
la esfera privada o la pública, según las modalidades distribuidas desigualmente
a través de los distintos países y regiones del mundo.”

3) Las mutaciones en la concepción de los productos culturales e informati-


vos
“Si la pequeña producción independiente conserva toda su importancia en la
mayoría de los sectores, se observa al contrario una clara tendencia en direc-
ción a la socialización del trabajo creativo (aumento de dimensiones y diversifi-
cación de las competencias en los colectivos de trabajo), que es igualmente el
resultado de una profesionalización y una tecnificación crecientes.”

4) Las mutaciones en la distribución y difusión de los productos culturales e


informativos
“… los grupos de comunicación, desde hace mucho tiempo, se han posicionado
más como difusores que como productores (dejando así un espacio a los pro-
ductores independientes). Pero surgen elementos novedosos, el papel cada vez
más decisivo de la “gran distribución comercial” en los mercados de productos
culturales e informativos, así como de las cadenas especializadas, ligadas por
su parte a los grandes grupos; la constitución de fondos de derechos de difusión
de películas y documentos audiovisuales; la posibilidad de una difusión multi-
soporte de las obras”

110
Miège, B. (2006) Óp. Cit. (pág. 159)
111
Ibíd. (págs. 161 a 164).

286
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

5) Las mutaciones de las prácticas de consumo


“En una primera fase, las preferencias de los consumidores se desplazaron pro-
gresivamente hacia los productos audiovisuales… Más recientemente, tras la
apertura de Internet al gran público, y gracias a las posibilidades que ofrecen los
sistemas peer to peer o interpersonales, estos mismos consumidores (sobre todo
adolescentes y jóvenes) se han trasladado hacia los programas disponibles en los
sitios web. Las modalidades de consumo inducidas por el uso de aparatos infor-
máticos, que favorecen la individualización y la gratuidad (aparente) del consumo,
tienen incontestablemente un papel desfavorable en el modelo editorial”

6) Las mutaciones en los soportes de cultura y de información


“Ciertos autores han anunciado apresuradamente la emergencia de una nueva
modalidad, un soporte de inscripción de textos (de la naturaleza que sea) lla-
mado a completar e incluso a reemplazar el soporte escrito, la imagen fija, la
imagen/sonido, etc, a saber: el multimedia.”

7) Las mutaciones de las relaciones entre arte, cultura y comunicación


“En materia de información y cultura, las relaciones entre producción consu-
mida o demandada (editada y pagada por los consumidores), producción en
soporte o patrocinada (mantenida por los anunciantes publicitarios), producción
esponsorizada (objeto de estrategias de comunicación de empresas, de agen-
cias públicas o instituciones sociales) y producción disponible (aparentemente
accesible de forma gratuita) se modifican muy sensiblemente”

Además de la continuidad de las preocupaciones que puede advertirse a lo largo de


25 años que abarcan los artículos seleccionados, por ejemplo en vez de tomar la
producción cultural como un todo, muestra la variedad y especificidades que existe
al interior de las industrias culturales que clasifica sólidamente, en cada momento
el autor mostró una especial preocupación por dar consistencia a sus afirmaciones.
Por otro lado, las proyecciones que fue realizando en cada momento, con el correr
del tiempo se tornaron realidades contundentes, surgidas de una observación minu-
ciosa de la realidad. La actualidad de sus planteos, aunque hechos sobre el merca-
do de Europa muestra notorias similitudes con lo que ocurre en América Latina.

Avancemos ahora en la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 8

Tomando los aportes realizados por Miège, responda las siguientes preguntas

1) ¿Cómo argumenta el autor que no hubo “fracaso” en la incorporación de productos audio-


visuales entre los años ´75 y ´80?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cuáles de las tendencias indicadas para los años ´90 cree que están vigentes?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Nidia C. Abatedaga 287


Tecnicatura en Periodismo

3) ¿Cómo diferencia el autor las “mercancías culturales” de la “producción de flujos” y de la


“prensa escrita”? Caracterice cada una.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) Cuáles cree el autor son los mega – intereses ocultos detrás de los oligopolios de me-
dios?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) De las 7 (siete) mutaciones indicadas por el autor, ¿Cuáles cree que son las tres más im-
portantes? Justifique.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Ramón Zallo

Este investigador español ha sido consecuente en su producción con el campo de


la Economía Política, ocupándose principalmente de ir analizando las diferentes
formas de valorización de los productos culturales que han generado el capitalismo
durante los últimos años.

De la frondosa producción del autor se tomarán aquí un libro y dos artículos corres-
pondientes a distintas décadas, fechados en 1988, 1997 (en coautoría) y 2005 a
partir de los cuales se sintetizarán los principales aportes que realizó en cada uno
de esos periodos.

El abordaje desde el cual Ramón Zallo analiza las formas de valorización muestra
un claro apego a las categorías clásicas que el propio Marx propuso para analizar el
proceso de trabajo y de producción, que en este libro se desarrollaron en el capítulo
2. De este modo, en el libro publicado en 1988 Economía de la Comunicación y la
Cultura se propone “… reconstruir a grandes rasgos, algunos cambios y tendencias
de la industrias culturales… lo que exige clarificar en primer lugar las claves de los
procesos de trabajo que se han dado históricamente…”.112

El autor divide en cuatro apartados la evolución histórica de los procesos de


trabajo industriales en general para después comprenderlos a la luz de las
industrias culturales en particular113 :

a) Pequeña producción mercantil

- Aquí el principio predominante… es la autonomía. Las dos caracterís-


ticas centrales… son la producción para el intercambio y la propiedad
de los productores, tanto de los medios de producción como de los
productos finales… Los oficios controlan sus propios procesos de tra-
bajo.

112
Zallo, R. (1988) (pág. 23) Economía de la Comunicación y la Cultura Ed. Akal. Madrid.
113
Ibíd. (págs. 64 a 67).

288
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

b) La sumisión formal del trabajo

- Cooperación simple: Se trata de un estadio de transición hacia el


modo de producción capitalista… los artesanos son desposeídos de
sus medios de producción… El principio regulador es la coordinación
de los procesos de trabajo desde los oficios. La decisión de la produc-
ción reside en el capital… Una parte del trabajo intelectual es absor-
bido por el propietario del capital, en tanto decide qué se produce y
cómo…. La cooperación permite aumentos de productividad…

- Manufactura supone la descomposición de los oficios… y la división


del trabajo… para elevar la producción de plusvalía. Así se iniciará una
descualificación de la mayoría de los trabajadores y una sobre cualifi-
cación de una minoría especializada en campos como la organización
empresarial…

c) Maquinismo: la sumisión real del trabajo

Se implanta el principio mecánico en sustitución de la herramienta… su-


pone el funcionamiento de varias herramientas, concentradas en una má-
quina de operación que no depende de la fuerza de trabajo humana, sino
de la fuerza de impulso mecánico (motor)… La máquina no es un simple
avance tecnológico, sino la expresión del modo de explotación de la fuer-
za de trabajo.

- Taylorismo cabe definirlo como “el conjunto de relaciones de produc-


ción internas en el proceso de trabajo que tiende a acelerar la cadencia
de los ciclos de movimientos en los puestos de trabajo y disminuir el
tiempo muerto de la jornada laboral.

- Fordismo desarrolla por un lado el maquinismo hasta sus últimas con-


secuencias y establece una interrelación entre el modo de acumulación
y norma de consumo. Si desde el punto de vista de la organización
del trabajo implica… parcelización (acentuando la división horizontal),
un proceso de mecanización (sustitución del trabajo por capital) y un
proceso de circulación mediante el flujo de piezas (línea de montaje),
desde el punto de vista de la relación salarial… se implanta el salario
fijo, la reducción del precio de venta de las mercancías y la ampliación
de los mercados.

d) Neotaylorismo, automatización e informatización o neofordismo pone


en funcionamiento el principio informático como sustitutivo al principio me-
cánico… El fundamento… construir máquinas que controlan sus propias
operaciones… máquinas automáticas… permite planificar y sincronizar
las distintas fases del proceso productivo, el ahorro y el control de la fuer-
za de trabajo…. La microelectrónica tiene la capacidad de… generalizar
aumentos de productividad y reducir el valor de la fuerza de trabajo.

Con esta base de análisis Zallo profundizará en cada una de las industrias cultura-
les, las que define como “un conjunto de ramas, segmentos y actividades auxiliares
industriales, productoras y distribuidoras de mercancías con contenido simbólicos,
concebidas por un trabajo creativo, organizadas por un capital que se valoriza y
destinadas finalmente a los mercados de consumo, con una función de reproduc-
ción ideológica y social”.114 Para estudiar cada industria cultural, Zallo deja especifi-

114
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) Óp. Cit. (pág. 346).

Nidia C. Abatedaga 289


Tecnicatura en Periodismo

cados los criterios con los que aplicó el esquema, obviando la historización de cada
una de los sub tipos de las industrias. El estudio considerará cuatro criterios115:

1) Nivel de integración del trabajo cultural en la industria: hay ramas de


la edición donde se articulan modos de producción y trabajo diferentes.

2) Determinar el principio dominante: autonomía, cooperación, especiali-


zación, mecánico, taylorista, fordista, automático.

3) Existen 5 fases básicas en los procesos de producción de la cultura in-


dustrializada: a) Creación original (redacción, guión, stock de información);
b) Prototipo (dirección, realización, formalización, grabación); c) Edición,
planificación, programación; d) Reproducción, emisión; e) Distribución –
exhibición – difusión.

4) La distinción entre la actividad de representación (propia del espectá-


culo), de edición y de emisión sigue siendo útil. Sin embargo dicha cla-
sificación, que delimita industrias desde el punto de vista técnico, resulta
limitativa respecto a las formas complejas que adoptan algunas de ellas…
(publicidad, diseño gráfico), otras escapan a aquella clasificación (diseño
industrial), otras resultan de una simbiosis edición/emisión (TV de pago,
videotexto). De allí que sea necesario tomar en consideración otros crite-
rios suplementarios como la continuidad o discontinuidad de la relación
entre producción y consumo, y que afecta tan profundamente la obsoles-
cencia de la producción.

Estos criterios serán aplicados a cada rama de la producción cultural para dilucidar
cómo se producen los procesos de valorización. Zallo tomará Palloix para definir la
valorización como el “proceso de conservación y de acrecentamiento del valor que
se adelanta” es decir “el proceso de producción del valor es al mismo tiempo pro-
ducción de mercancías y un proceso de producción de plusvalía”.116

Para analizar la valorización de las industrias culturales el autor tomará en con-


sideración que en ellas se produce tanto una competencia interna en cada rama,
como una competencia entre ramas. “La competencia es, al mismo tiempo, una
competencia entre productores y una competencia entre capitales… [hay] despla-
zamiento de capitales de las ramas de más precaria valorización (prensa, edición)
a ramas de mayor valorización, así como la intervención de capitales en forma de
multimedia”117.

Cada una de las industrias culturales que aquí sólo se enumerarán (por una cues-
tión de espacio), son minuciosamente explicadas en su funcionamiento económico
y en cómo se valoriza. Debe tenerse en cuenta que debido a la fecha en que es-
cribió este libro, el autor no consideró mucha de la tecnología que actualmente es
de uso corriente. Sin embargo es mucho más minucioso en la desagregación de
categorías, si se compara con los tres tipos básicos de Industrias Culturales que
desarrollara Miège (brevemente comentadas en páginas anteriores).

Zallo distingue:

a) Actividades preindustriales (espectáculos culturales de masas).

b) Edición discontinua (edición impresa o libro; edición fonográfica o disco,


edición cinematográfica o film.

115
Zallo, R. (1988) Óp. Cit. (pág.68-69).
116
Ibíd. (pág. 69).
117
Zallo, R. (1988) Óp. Cit. (pág.68-70).

290
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

c) Edición continua (prensa escrita).

d) Difusión continua (radio, televisión y sus variantes hertzianas, cable y sa-


télite).

e) Servicios informáticos y telemáticos de consumo (Programas informáti-


cos o software, videotexto, teletexto, bancos y bases de datos).

La descripción que el autor realiza hacia fines de los ´80 será profundizada en el
texto que escribe en coautoría con Azpillaga y De Miguel en 1997. En él se pro-
ponen estudiar “la evolución de los procesos de trabajo y de valorización en las
industrias culturales por efecto del impacto tecnológico, la desregulación, la gestión
empresarial de la comunicación y las nuevas prácticas sociales, así como algunos
de sus efectos en la vertebración cultural de las sociedades.” Para llevar adelante
este objetivo creen necesario “afinar los conceptos y ejes de análisis que permitan
comprender mejor los drásticos cambios que están operando en el sector comuni-
cativo y cultural”.118

Se admite que los cambios introducidos por efecto de la tecnología impactaron en


las formas de organización del trabajo y de valorización. “Hoy ya no es posible de-
cir que existe una forma única de financiación para cada industria…. los principios
organizativos de la producción flexible se van imponiendo crecientemente en todas
las industrias culturales. El objetivo es aprovechar al máximo lo que es la esencia
de las industrias culturales: la creatividad de prototipos con un alto contenido sim-
bólico y de informaciones. Además, el cruce entre telecomunicaciones, informática
y audiovisual permite un apoyo y salida mutuos, diversificando sus mercados”.119

Un minucioso recorrido por las principales características que adoptaron las indus-
trias culturales durante los años ´80 les permite afirmar que esta ha sido una déca-
da de transición, desde el punto de vista del aprovechamiento de los nuevos princi-
pios tecnológicos y de organización del trabajo. Mientras que “ya estaban de plena
aplicación en otros sectores industriales… debían adaptarse a las condiciones de
un sector tan peculiar como el cultural.” 120

En coincidencia con otros autores, reconocen en la década de los 90 la emergencia


de nuevos Grupos, pero advierte que estos conglomerados no tienen tanto una
vocación multimedia, sino que más les interesa “la búsqueda… del control de… la
múltiple combinación de materiales, redes y contenidos para no importa qué medio,
qué producto, qué soporte y, además, en clave planetaria. Ello explica que capitales
con distintas competencias se alíen y fusionen con un concepto global y que, inclu-
so, los Grupos informacionales, telecomunicativos y audiovisuales formen parte de
Macrogrupos - alianzas de Grupos- bajo la guía estratégica de capitales financieros
e industriales”121 . Es decir que los autores muestran cómo la inversión en la indus-
tria cultural tiene más relación con la necesidad de control de los capitales industria-
les y financieros que de grupos directamente interesados en medios masivos.

118
Azpillaga, P; De Miguel, J.C. y Zallo, R. (1997) (pág. 2) “La Revista Sciences de la société nº 40. “In-
dustries culturelles et société de l’information” Presses Universitaires du Mirail. Toulouse Febrero 1997.
Edición en castellano “Las Industrias Culturales en la Economía informacional” de la Facultad de Cien-
cias Sociales y de la Información de la Universidad del País Vasco.
119
Azpillaga, P; De Miguel, J.C. y Zallo, R. (1997) Óp. Cit. (pág. 2).
120
Ibíd. (pág. 3).
121
Azpillaga, P; De Miguel, J.C. y Zallo, R. (1997) Óp. Cit. (pág. 4).

Nidia C. Abatedaga 291


Tecnicatura en Periodismo

Del análisis que realizan respecto de las industrias culturales, los autores concluirán
que las “viejas industrias” como la edición de libros, el cine, producción de música,
la prensa, la radio, televisión, etc. mantienen una gran vitalidad, “tanto por ser los
focos principales de la creatividad y renovación simbólica como por su volumen de
negocio, aceptación social e influencia en los nuevos media e industrias culturales.”
Porque además no se muestran incompatibles con las nuevas tecnologías, sino que
más bien las asimilan y transforman.

Llamarán la atención respecto de no confundir bajo el nombre de “información” a la


“comunicación” ni a la “cultura”, sino que debe considerarse “cultura” únicamente
“aquella parte de la información que tiene alguna función en la vertebración cultural
de la sociedad.” Hacer esta distinción no significa ignorar que haya múltiples formas
de abordar los cambios sociales y económicos. Destacan que “la convergencia de
redes y tecnologías y la reutilización del trabajo cualificado creativo” que es típico
de la industrias culturales (recordemos la importancia del trabajo intelectual en la
producción cultural), se produce en el conjunto del sistema económico y no solo cul-
tural, pero el hecho de que sea un fenómeno extendido en lo económico “no debe
impedir diferenciar lo cultural - incluyendo la comunicación horizontal por su papel
articulador y cohesionador social y político- de otros flujos - productivos, decisiona-
les, informativos- que circulan por las mismas redes. Dicho de otro modo, no toda
la información es cultura…”.122

Por otro lado, en una crítica solapada a los Estudios Culturales, los autores afir-
marán que “el estudio de la comunicación y la cultura ya no puede limitarse a los
consumos sociales culturales en el espacio de la autoformación, el conocimiento
o el ocio” sino que deben considerar prioritariamente las formas de “simbolización
cultural introducida en el ámbito de la producción… así como por ese espacio indi-
ferenciado de ocio- trabajo que están propiciando las nuevas herramientas.”123 Es
decir que apuntan no sólo al ocio invertido en consumo de medios masivos sino que
deberán tenerse en cuenta otras formas de ocio, como por ejemplo los juegos en
redes que propician los denominados “Cyber”.

Para estos autores, las nuevas tecnologías producen dos tipos de efectos. Por un
lado “en la ciudad informacional” se produce la “desespacialización...” son “desiden-
titarios. Se genera un nuevo espacio, no físico, de flujos… la comunicación contí-
nua, creando sus propias relaciones, identidades y redes.” Por el otro, se preservan
las identidades de los grupos que no se encuentran viviendo en los grandes centros
urbanos, lejos de los “centros motores de los flujos comunicativos mundiales”. A cri-
terio de estos autores, en estos lugares alejados se están generando “mecanismos
defensivos que buscan recrear ámbitos de convivialidad directa o mediada.”

Proponen, así que “las comunidades nacionales no dominantes, regionales o loca-


les creen sus propias industrias y productos culturales para el intercambio interno
y externo, y estén presentes en las redes haciendo de ellas un uso peculiar, de
interés para su propia comunidad”.124

La recuperación que hacen los autores de la


cultura local, como lugar de resistencia
a las tendencias dominantes, será un tema
recurrente en el texto que Ramón Zallo
escribió en 2005.

122
Ibíd. (pág.10).
123
Ibíd. (pág.10).
124
Ibíd. (pág.12).

292
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Con una mirada esperanzadora, el autor rescata la emergencia de los movimientos


de globalización alternativa, que tienen como regla “Pensar y actuar simultánea-
mente en lo local y global…”.125

Para Zallo no es cierto que la era de Internet y la mundialización signifiquen el fin de


las geografías, sino que reconstruye “una nueva jerarquía entre los territorios, alre-
dedor de unos pocos centros motores y en círculos concéntricos de influencia”. Es
conveniente destacar este aspecto de la propuesta del autor, debido a que cuestio-
na una noción muy difundida sobre el orden mundial globalizado y el modo en que
se concibe el poder. Mientras que los apologistas y quienes no poseen una visión
crítica hablan de “redes mundiales”, Zallo afirmará que este orden mundial tiende a
rearticularse cada vez más “alrededor de esos pocos centros de control del sistema
financiero y del conocimiento e información y… del poder militar… la nueva geogra-
fía que impone una globalización… no es en red sino en círculos concéntricos de
dominación e influencia. El paradigma de la globalización… es un paradigma muy
insuficiente para explicar todos los cambios en curso”.126

Con una perspectiva claramente situada en los presupuestos de la Economía Po-


lítica, se torna sumamente meritorio el aporte de Zallo, debido a que otorga una
gran importancia a los aspectos culturales e identitarios de las comunidades. La
insuficiencia radicaría en que la mundialización económica y comunicativa no debe
ser analizada como el producto de factores económicos y geopolíticos, sino que su
origen debe buscarse en “factores culturales y políticos… La cuestión de la identi-
dad o del territorio no es… una reminiscencia del pasado, sino un tema central del
presente, porque remite a la mirada de una comunidad sobre sí misma y las demás,
a los valores en los que se reconoce…”.127

El autor recuerda las presiones por reconocimiento que tienen comunidades como
la catalana o lo que se denomina el “país vasco” en España. Y podríamos también
mencionar similares procesos que estamos atravesando en Argentina, donde los
últimos años hay un reclamo insistente por el reconocimiento de los derechos de
las comunidades aborígenes como los Tobas (el en Nordeste del país) o los Tehuel-
ches/Mapuches en la región sur.

Para Ramón Zallo una muestra de la importancia que tienen las culturas locales es
que los organismos supranacionales (como la Unión Europea o el Mercosur, aquí
en Latinoamérica), aunque implican un desplazamiento de los centros de decisión
en cuestiones económicas, judiciales o de seguridad (recordemos la intervención
de la Corte Internacional de La Haya en el diferendo entre Argentina y Uruguay
por la pastera Botnia), este desplazamiento no significa que los Estados Naciona-
les no continúen siendo el ámbito donde se aplican las políticas sociales, fiscales,
comunicacionales y culturales, “donde, curiosamente, las ventajas por cercanía y
conocimiento de los territorios, de las comunidades, es obvia sobre los estados.”
Por lo tanto, el autor continuará razonando que “Los territorios, las culturas, nece-
sitan disponer de un sistema de industrias culturales y de medios de comunicación
propio, territorial.

El “entorno digital” para las culturas regionales merece ser abordado por el autor, y
para dar cuenta de su importancia enumera una serie de oportunidades y riesgos
que para él presenta la digitalización. Lo más valorable de la propuesta de Zallo es
la relación que establece entre “Tecnología” y “Desarrollo Económico”: “Las tecno-
logías no tienen virtudes intrínsecas de desarrollo económico o de ampliación de
la democracia participativa en los ámbitos territoriales. No tienen per se efectos

125
Zallo, R. (2005) (Págs. 229) “Nuevas políticas de la diversidad: las culturas territoriales en riesgo por la
globalización” en Bolaño; Mastrini y Sierra (Eds.) Economía Política, Comunicación y Conocimiento. Una
perspectiva crítica latinoamericana. Ed. La Crujía. Bs. As.
126
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (Págs.230).
127
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (pág. 232).

Nidia C. Abatedaga 293


Tecnicatura en Periodismo

estructurantes si no se dan otras condiciones.” Frente a quienes ponen a la tecnolo-


gía como el centro del desarrollo para los países del Tercer mundo como Argentina,
esta afirmación es profundamente cuestionadora, porque niega la importancia in-
trínseca de la misma, y coloca la principal atención en las relaciones entre “la socie-
dad, las administraciones nacionales y el sector privado” que son los que crean las
condiciones para que la digitalización pueda generar desarrollo.

Además Zallo afirmará que si bien “las comunidades no pueden no estar en el de-
sarrollo informacional y cultural, deben hacerlo desde mecanismos de apropiación
según necesidades concretas y sin reproducir los usos estándar que proponen los
vendedores de aparatos y redes.” 128 En otras palabras, si bien no parece conve-
niente que las comunidades regionales queden al margen de la tecnología, esta
no debe ser adoptada acríticamente, como la presentan quienes la producen (por
ejemplo Microsoft), sino que debieran tomar aquello que consideren a la luz de sus
necesidades.

Finalmente el autor plantea la necesidad de pensar una “globalización cultural alter-


nativa” que va a desafiar a la globalización impuesta y debe tener en cuenta a la vez
la producción local y los contenidos globales porque “no es una cuestión puramente
local”. Para Zallo habría que pensar en reformular “las viejas políticas del NOMIC
(Nuevo Orden Mundial de la Información y de la Comunicación) propuesta antaño
por UNESCO y dando preeminencia ahora a la cultura, a los contenidos – y no
sólo a la comunicación – y basándose en el multilateralismo y en las experiencias
sociales y comunitarias.”129 El autor advertirá que esta propuesta deberá sortear la
resistencia norteamericana y británica porque cuando “…oyen las palabras “política
cultural y comunicativa” se ponen muy nerviosos. No hay que olvidar que se salie-
ron de la UNESCO por esa temática y que es relativamente reciente su vuelta”.130

Como se puede apreciar, en el sucinto recorrido que se realizó de algunas produccio-


nes del autor, además de ser consecuente con su perspectiva marxista, analizando
las industrias culturales con las ya clásicas categorías de “proceso de producción”
que había propuesto Marx, no se limita sólo a realizar un estudio pormenorizado y
crítico de éstas, sino que en la producción más reciente propone formas de neutra-
lizar las formas internacionales de dominación cultural.

A pesar del estudio económico de la industria cultural, es meritoria la preocupa-


ción por vincular esta perspectiva con el ámbito “superestructural”, ideológico o
cultural en clave regional que es, a juicio del autor, lo que debe fortalecerse y ser
desarrollado. El análisis de este aspecto viene a suplir una de las ausencias que se
encuentran en varios autores de esta escuela, y que será reclamado por muchos
críticos: analizar sólo el aspecto económico de la industria cultural no es suficiente
para explicarla. Será necesario incorporar también estudios culturales.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

128
Ibíd. (Págs.230).
129
Un análisis somero de estas políticas de los años ´60 se puede encontrar en el capítulo 6, donde se
analizan los debates latinoamericanos sobre la Comunicación, desde aquel periodo.
130
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (Págs.247-248).

294
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Actividad de Autoevaluación 9

De acuerdo con los análisis que realiza Ramón Zallo, responda por favor:

1) ¿Qué diferencias encuentra entre la “pequeña producción mercantil”, la “sumisión for-


mal” y el “maquinismo”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Qué es la industria cultural para el autor y con qué criterios divide los tipos de ella?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) Realice un cuadro comparativo entre los tipos de industrias culturales que elaboró Miège
y las que propone Zallo.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué efectos producen las nuevas tecnologías aplicadas a los medios, en cuanto a las
dimensión local / global?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
5) Qué importancia asigna Zallo a la cultura local? ¿Cómo propone recuperarla?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

La Economía Política y la industria cultural en


las sociedades Latinoamericanas:
Los autores de nuestro continente que aquí fueron seleccionados no agotan la vas-
tísima producción latinoamericana de los estudios de Economía Política que ha
ido en franco crecimiento. Se presentarán sólo algunos análisis indicativos de los
temas y preocupaciones que se consideran más relevantes para comprender cómo
se elaboraron los debates de esta escuela en nuestro territorio.

Se abordará un solo texto de los años ´80 de la autora mexicana Patricia Arriaga,
por la centralidad de sus planteos, pero el énfasis será colocado en la producción
realizada a partir de los ´90, momentos en que se crea la Unión Latina de Economía
Política de la Información, la Comunicación y la Cultura (ULEP – ICC).

Esta organización reúne un colectivo de autores preocupados por recuperar el aná-


lisis crítico de las industrias culturales, “en forma articulada con la teoría del valor
– trabajo” que durante los años ´80 había quedado desplazado por la producción

Nidia C. Abatedaga 295


Tecnicatura en Periodismo

teórica de los Estudios Culturales Latinoamericanos (tercera etapa) que fueron


apartándose progresivamente de los postulados marxistas. Esta “especie autócto-
na de Estudios Culturales, que critica el estructuralismo sociológico de las teorías
de la dependencia cultural,… [propone] una visión antropológica que parte de la
idea que la eficacia de los medios de comunicación de masas en cuanto elementos
de dominación ideológica debe ser cuestionada, en la medida que la cultura po-
pular tiene autonomía y que la recepción de los productos de la cultura de masas
es hecha según sus propias visiones del mundo. Autores como Barbero, García
Canclini y otros…”131

“Desde la perspectiva de la ULEP –ICC entendemos que la Economía Política de la


comunicación enfrenta tres tareas básicas. En primer lugar, debe recuperar las dis-
cusiones planteadas en torno a la propiedad de los medios, trabajar en la definición
de políticas democráticas de comunicación y luchar por un contexto internacional
más justo en la distribución de la información”.132

La selección realizada muestra una perspectiva totalmente vigente por los proble-
mas que abordan y sus reflexiones están siendo en estos momentos debatidas en
congresos y reuniones científicas. Así mismo se publican temas y estudios de suma
actualidad, al calor de los enormes cambios tecnológicos que estamos protagoni-
zando. Por la centralidad de los análisis y la referencia a problemas que correspon-
den a nuestra realidad geográficamente inmediata, se consideran esenciales los
abordajes de estos autores.

Patricia Arriaga (México)

En el breve artículo que aquí se comenta, Patricia Arriaga la autora realiza una pro-
funda crítica a la relación entre economía y publicidad, sobre todo el modo en que
analizaron Barán y Sweezy lo que ellos denominaron “campañas de venta”.

Comenzará redimensionando a la publicidad y ubicándola no como un fenómeno


que hacia principios de los ´80 (año en que escribió el artículo) estuviese mundial-
mente expandido sino localizado en algunos países capitalistas. Para ello comienza
especificando tres ítems133 :

1. Hay quienes sostienen que la publicidad nace con el capitalismo. A esta consta-
tación importa hacer la siguiente pregunta: ¿Cuál capitalismo? Cuando en 1975
el gasto publicitario en Estados Unidos ascendió a 27 mil millones de dólares,
en Gran Bretaña, cuna del capitalismo, dicho gasto sólo sumó 2.5 mil millones
de dólares, mientras que en Suecia fue de sólo 500 millones de dólares, inferior
al de Brasil y al de México.

2. También se señala que la publicidad adquiere un papel cuantitativo y cualitativo


sumamente importante. Con relación al aspecto cuantitativo podríamos decir
que a pesar de que el aumento en términos absolutos del gasto publicitario es
asombroso, en términos relativos se ha mantenido en aproximadamente un 2%
del PNB en Estados Unidos. En cuanto al aspecto cualitativo se arguye que el

131
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) Óp. Cit. (pág. 23).
132
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) Óp. Cit. (pág. 25).
133
Arriaga, Patricia: (1981) (Págs. 1-2) “Una crítica a la publicidad” Trabajo presentado en la reunión
“Cultura y Comunicación Transnacional” organizada por el ILET y celebrada en Austin, Texas del 2 al 5
de Junio de 1981. Una versión de este trabajo ha sido publicada en inglés bajo el título “On advertising.
A marxist critique” Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo (CBESTRM). ILETT.
México.

296
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

financiamiento publicitario determina la forma y el contenido de los sistemas de


comunicación masiva. Sin embargo, lo anterior sólo es cierto con respecto a
Estados Unidos y la mayoría de los países latinoamericanos, pues los sistemas
de comunicación masiva en el resto del mundo son financiados principalmente
por el Estado.

3. Por último, se dice que el propósito de la publicidad es el de propiciar el consu-


mo de los productos anunciados. Estos productos son por lo general bienes de
consumo, la mayoría no esenciales o suntuarios. En 1975, el 90% del gasto pu-
blicitario en Estados Unidos se dedicó a estos productos, además, más del 50%
fueron fabricados por grandes empresas, muchas de ellas transnacionales.

Por otro lado, la autora critica a quienes arriban a conclusiones generales sobre el
capitalismo, partiendo de un fenómeno puntual como la publicidad. Esto es debi-
do a que demuestra que si bien “la publicidad nace con el capitalismo,… se trata
principalmente del capitalismo norteamericano”. Por otro lado, si se considera la
clásica división de la economía en dos sectores principales: “bienes y servicios
de producción (Departamento I) y bienes y servicios de consumo (Departamento
II)”, la publicidad se enfoca fundamentalmente a difundir bienes de consumo, no
así bienes de producción. También dejará en claro que de los 4 momentos de la
reproducción económica de la sociedad que Marx había propuesto, la publicidad es
“un fenómeno muy limitado que no atraviesa ni todos los procesos económicos, ni
todas las mercancías producidas”, porque sólo opera en la esfera de la circulación
del capital, es decir en el momento que va entre que la mercancía ha sido terminada
y puesta a la venta y el momento en que es adquirida para ser consumida.

● La publicidad no tiene ninguna relación con la producción de las mercan-


cías.
● La publicidad no tiene ninguna relación con el consumo real de las mer-
cancías.
● La publicidad se circunscribe a la esfera de la circulación de algunos bie-
nes y servicios de consumo, pasando por alto todos los bienes del Depar-
tamento I y algunos bienes de consumo.

En referencia a la propuesta de Baran y Sweezy, Arriaga realiza dos críticas a la


Escuela de capitalismo Monopólico (EKM). “La primera es el concepto de compe-
tencia y de barreras de entrada empleadas por la EKM. Esta escuela sostiene que
la tendencia hacia la monopolización de la economía lleva a una disminución en
la competencia y a un cambio en su forma: de una competencia de precios a una
competencia que no se basa en los precios, es decir apoyada en la publicidad y la
diferenciación de productos… La publicidad se presenta como una fuerza tendiente
al monopolio a través de sus altos gastos publicitarios que actúan como barreras
para la entrada de nuevos o pequeños capitales, dejando el mercado a las gran-
des empresas capaces de competir a ese nivel. La EKM arguyó que el grado de
concentración de la economía tanto como las altas barreras de entrada dentro de
cada industria favorece la confabulación y conllevan la disminución del potencial de
competencia.”134

Para la autora, la noción de competencia es incorrecta, porque, tomada de la


teoría económica neoclásica, mide la competencia por la cantidad de empresas
que hay en el mercado. Pero si se toma la teoría marxista, se afirmará que la com-
petencia no se produce en la circulación, sino en el ámbito de la producción, por lo

134
Arriaga, Patricia: (1981) Óp. Cit. (Pág. 2)

Nidia C. Abatedaga 297


Tecnicatura en Periodismo

tanto allí deberá realizarse el estudio y no meramente por la cantidad de empresas


que operan en el mercado.

“La competencia es el resultado de la necesidad de la auto-valorización del capital


que se manifiesta, en la producción, con el incremento continuo en la productividad
del trabajo y en la circulación, con el mejoramiento de las condiciones para la reali-
zación de las mercancías. La competencia, por lo tanto, no está determinada por el
número de capitales, ni se elimina, ni se reduce si disminuye el número de empre-
sas. La competencia no es perfecta, como tampoco imperfecta, es una batalla sin
fin que penetra todas las esferas de la vida económica”.135

La segunda crítica está dirigida a precisar los conceptos de “demanda específi-


ca” y “demanda efectiva agregada”. Para la EKM la publicidad puede modificar
la demanda de una mercancía determinada. A esta afirmación Arriaga responderá
analizando de dónde surge la demanda social agregada.136

“La demanda de bienes de producción (Departamento I) es siempre la demanda de


los productores, del capitalista. La demanda de los bienes de consumo es siempre
la demanda de los consumidores: capitalistas y trabajadores. Pero el consumo de
los trabajadores no está determinado exógenamente, la demanda de los trabaja-
dores está determinada por la inversión de los capitalistas en salarios. Por lo tanto,
la demanda social se origina en su totalidad con la clase capitalista a través de
su inversión en bienes de producción y salarios, y de su propio consumo (…) Los
trabajadores representan tanta demanda como sus salarios les permiten y los capi-
talistas tanta demanda como sus ganancias les posibiliten. Para la clase capitalista,
en términos generales, la demanda efectiva es mayor que sus necesidades reales.
Para la clase trabajadora, la discrepancia está entre su demanda efectiva y sus ne-
cesidades reales, las últimas no son solamente cuantitativamente superiores a su
capacidad de demanda, sino también cualitativamente diferentes.

La publicidad puede intentar modificar los patrones de consumo tanto de capitalis-


tas como de trabajadores, sin embargo, sólo puede incrementar el consumo de los
primeros. Los capitalistas pueden consumir Jugo V-8 y Coca-Cola y leche, mientras
que los trabajadores consumen uno u otro producto.
Por lo anterior se puede concluir que es poco probable que la publicidad pudiera
afectar significativamente la demanda social agregada… La publicidad, por tanto,
puede “localizar” la demanda para un producto, pero de ninguna manera puede
crear la demanda de ese mismo producto.” 137

La autora precisará, igual que otros autores de la Escuela que retoman las afirma-
ciones clásicas de Marx, que “La publicidad es un costo de circulación y como tal
es capital improductivo, por tanto se lo debe estudiar cómo se hace con el capital
comercial. Existen dos tipos de costos de circulación, aquellos que se originan en
procesos de producción que sólo pueden ser continuados en la circulación de las
mercancías, como el transporte, y aquellos costos de circulación que son el resulta-
do de un mero cambio en la forma o propiedad de las mercancías.

En esta segunda categoría se debe incluir a la publicidad junto con el tiempo a la


compra-venta, la contabilidad, etc. El tiempo de trabajo que se dedica a estas activi-
dades no crea ningún valor ni plusvalor y es por tanto realizado por trabajadores im-
productivos. Estos constituyen una deducción del plusvalor total y puesto que una
parte del capital debe funcionar exclusivamente en la circulación de las mercancías,
se reduce proporcionalmente el capital que funciona productivamente138.

135
Ibíd. (págs. 2 y3)
136
El concepto económico de “Demanda agregada” remite a la sumatoria, a la totalidad de lo que una
población en un determinado periodo compra.
137
Arriaga, Patricia (1981) Óp. Cit. (Págs. 3).
138
Ibíd. (Págs.4).

298
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

También utiliza este argumento para reforzar su hipótesis, referida a que al consti-
tuir la publicidad una parte de los costos de circulación, no puede considerarse un
factor determinante de la demanda efectiva agregada. Y aún más, reafirmará que
los costos de circulación no se relacionan con el proceso de monopolización de
la economía ni con el número de capitales en competencia, a diferencia de lo que
afirmaban Baran y Sweezy.

El análisis que la autora hace de la función de los Medios Masivos de difusión se


deduce del razonamiento anterior, cuando describe el proceso de división de tra-
bajo y de especialización que se produce al interior del capital, entre capitalistas
que producen bienes y servicios y aquellos que se dedican a producir publicidad.
Este último le permite al capitalista “productivo” (“industrial” para Arriaga), ahorrar el
tiempo que él mismo hubiera dedicado a su publicidad en vez de invertirlo en pro-
ducir más mercancías para el consumo, delegando en las Agencias de Publicidad,
la tarea específica. Recordemos que las Agencias de publicidad importantes suelen
tener una gran cantidad de “cuentas” (empresas productivas que son sus “clientes”)
y al llevar mayor cantidad de anunciantes a los medios, éstos le otorgan rebajas en
los costos del centímetro por columna en el caso de los diarios, o del segundo en el
caso de la radio y la televisión.

“El capitalista publicitario, al dedicar todo su tiempo y capital a estas actividades y


al llevar a cabo este servicio para varios capitalistas industriales al mismo tiempo,
reduce el tiempo y el capital social dedicado a la realización de las mercancías com-
parado a lo que hubiera sido necesario invertir si cada capitalista individual hubiera
sido el responsable de su propio mercado y publicidad. A pesar de que es cierto
que el gasto publicitario ha aumentado considerablemente en los últimos 30 años,
lo señalado anteriormente indica que si no fuera por el capital publicitario, el gasto
publicitario hubiera sido considerablemente superior al actual.

Si la publicidad es una forma diferente de la venta de puerta en puerta, requiere de


un “medio”, para ser efectiva, de ahí la conexión entre la publicidad y los medios
de comunicación masiva. El productor o anunciante compra, a través de la agencia
publicitaria, los servicios ofrecidos por los medios de comunicación para que los
consumidores conozcan las mercancías que están en el mercado.”139

La función de los Medios Masivos, para esta autora, está directamente relacionada
al fenómeno publicitario, porque los gastos que las empresas productivas realizan
en publicidad es el que ha permitido el desarrollo de aquellos, a excepción de los
países donde los Medios Masivos son financiados por el Estado.

“Si la publicidad se ha convertido en un fenómeno de tal importancia en los últimos


15 años, no es por sus implicaciones económicas, las cuales podríamos decir son
casi insignificantes, sino porque la necesidad de algunos productores de bienes de
consumo ha posibilitado a través de su gasto publicitario determinar el desarrollo,
crecimiento, contenido y forma de los sistemas de comunicación masiva que son
parte de cualquier formación social. En sociedades donde los medios masivos son
financiados por el Estado, independientemente del nivel de monopolización de la
economía o de la presencia de empresas internacionales, la publicidad es no sólo
económicamente insuficiente, sino que su efecto sobre la cultura es casi nulo com-
parado con los sistemas financiados por la publicidad.”140

125
Zallo, R. (2005) (Págs. 229) “Nuevas políticas de la diversidad: las culturas territoriales en riesgo por la
globalización” en Bolaño; Mastrini y Sierra (Eds.) Economía Política, Comunicación y Conocimiento. Una
perspectiva crítica latinoamericana. Ed. La Crujía. Bs. As.
126
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (Págs.230).
127
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (pág. 232).
139
Ibíd. (Págs.5).
140
Arriaga, Patricia (1981) Óp. Cit. (Págs. 6).

Nidia C. Abatedaga 299


Tecnicatura en Periodismo

Como se puede apreciar, Arriaga otorga preeminencia al estudio económico del


mercado, desde la perspectiva que Marx propuso, porque le permite explicar que el
mercado publicitario es improductivo, que no es una actividad central en todos los
países – porque más bien es un fenómeno que adquirió grandes dimensiones en
Estados Unidos – y que los Medios Masivos son el resultado de la actividad econó-
mica que realizan las empresas en el ámbito de la producción.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 10

Retomando la propuesta de Arriaga, ¿puede responder los siguientes interrogantes?

1) ¿Por qué afirma la autora que la publicidad es un fenómeno más trascendente en el capi-
talismo norteamericano que en otros lugares del mundo?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo argumenta que la publicidad opera en la esfera de la Circulación y centralmente


para los bienes de consumo?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué diferencias realiza entre el capital “productivo” y el “improductivo”? ¿A cuál corres-


ponden las inversiones publicitarias?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Por qué se justifica que exista una actividad “especializada” como la de las Agencias de
publicidad?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Cómo relaciona económica e ideológicamente la publicidad con los Medios?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

300
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Miguel Haiquel (Córdoba, Argentina)

El texto de este autor “La difusión masiva y el mercado” se comentará sólo en al-
gunos de los aspectos que se han considerado pertinentes, a los fines de mostrar
comparativamente las diferencias en las respuestas dadas a problemáticas comu-
nes que atañen a los Medios de Comunicación en este caso.

Haiquel focaliza su artículo en brindar una explicación del funcionamiento empresa-


rio de los Medios de Difusión, en el marco de la lógica mercantil predominante. Para
esto, propone dilucidar con categorías clásicas de Marx y en franca discusión con
Dallas Smythe, cuál es la mercancía que producen los Medios.

Si recordamos que para Smythe los Medios producen “público”, se puede advertir
una diferencia clara en la explicación que brinda este autor cuando argumenta a
favor de su tesis: los Medios producen una mercancía especial, venden espacios
vacíos (de papel o de “aire”), jerarquizados por un discurso mediático que les otorga
valor.

Para Haiquel, el “negocio” de los Medios Masivos debe explicarse a partir de un


indicio que resulta, en apariencia, contradictorio con la lógica empresarial de obten-
ción de lucro:

“Lo que primero llama la atención al analizar el ciclo mercantil de los MDM,141 es
que en general regalan su producto o lo venden debajo del costo. El producto de
la TV de aire y de las radios es su programación semanal, la cual se emite (dis-
tribuye) para que el consumidor -la audiencia- se apropie de ella y la disfrute sin
que medie una relación de compraventa. Los medios gráficos que se distribuyen
en la vía pública -diarios, revistas, periódicos de distintas clases- si bien tienen un
precio de tapa que debe abonarse para poder consumirlos, es decir que hay una
relación de compraventa, la magnitud de valor entregada en dinero por lo general
no cubre los costos de producción de esa publicación y, en la mayoría de los casos,
apenas alcanza a cubrir los costos de distribución y comercialización. En aquellos
casos de televisión y/o radio por cable o codificados y los sistemas “pague por ver”,
aunque cobran un abono mensual, la magnitud del mismo no está determinado
por los costos de producción y distribución del producto. Aquí el precio de venta
del producto no está determinado por los costos de los insumos gastados, es decir
que el trabajo objetivado en el proceso de producción no se realiza en el precio,
por lo que constituyen un caso especial de mercancía. En otros casos, como el de
los medios gráficos, el precio abonado es inferior al costo de producción; en otros,
como en la televisión por cable, el dinero entregado supera ampliamente los costos
del servicio”.142

A partir de este razonamiento el autor concluirá que el precio de lo que aparece


como “producto” de los medios (programación, periódico o revista impresa), no tie-
ne relación con el costo de producción, como sí ocurre con cualquier otro proceso
productivo. Recordemos el ejemplo del productor de tejidos y pensemos que sería
inviable que los vendiera por debajo de su costo de producción.

141
MDM es la fórmula simplificada que utiliza Marx y retoma Haiquel para hablar del ciclo mercantil. El ini-
cio del ciclo es la compra de Mercancías con Dinero que adelanta el capitalista, para producir Mercancías
al final del proceso. De allí que la fórmula signifique M (mercancía) – D (dinero) – M (mercancía).
142
Haiquel, M. (1999) (págs. 61-62) “La difusión masiva y el mercado” en Jorge Drkos (Ed) Globaliza-
ción y Medios de Comunicación. Publicación del Seminario Globalización y Medios de Comunicación,
organizado por la Comisión de Medios de Comunicación social del Honorable Senado de Buenos Aires
realizado en julio de 1998. Ed. Diario del Viajero. Bs. As.

Nidia C. Abatedaga 301


Tecnicatura en Periodismo

“Sin embargo, las empresas dedicadas a la difusión de noticias, entretenimientos,


eventos culturales y deportivos, a pesar de vender por debajo de su costo o incluso
regalar el producto que elaboran, son sumamente rentables y han sido las que han
crecido de manera más pujante en los últimos años. Esta paradoja se resuelve
con otra paradoja aún más sorprendente. Los ingresos por concepto de difusión
de mensajes publicitarios, que son los que hacen que sea realmente un negocio
la empresa de difusión masiva, se obtienen de la venta de una mercancía que no
producen, cobran por algo que tiene precio pero que no es resultado de ningún
proceso de trabajo. En el mejor sentido de la palabra venden “aire”, “espacio vacío”,
“segundos de nada”.143

Esta situación que aparenta ser una paradoja del sistema, lo conduce a explicar el
funcionamiento por otro mecanismo económico, que no es el del intercambio mer-
cantil, que como vimos no es el que usualmente ponen en práctica los capitalistas.
Para el autor, lo que explica el funcionamiento económico de los medios es el me-
canismo de la renta.

“El anunciante compra en realidad el derecho a entrar a una frecuencia determina-


da con su mensaje por cierta cantidad de tiempo, o a un espacio de papel en blanco
en el que va a imprimir su anuncio. El costo de elaboración de la pieza publicitaria
corre por cuenta de la agencia de publicidad y en nada afecta al pago por su difu-
sión. En este sentido se asimila al arrendatario que paga un alquiler por el uso de
tierras sin laborar, es decir que lo que paga en realidad es una renta.

Entonces por qué un empresario invierte su capital en los Medios; porque aunque
regale el producto de su empresa al consumidor igual obtiene una ganancia. Pero,
esa ganancia no se origina por una diferencia entre costo de producción y precio
de venta del producto, sino que los ingresos se obtienen por vender otra mercancía
que no tiene proceso de trabajo, que no se produce, pero es la que genera los in-
gresos: el espacio publicitario. Las empresas de Medios no venden el producto del
trabajo que realizan sino “tiempo” o “espacio” vacíos: cuando en la radio o en la TV
se le vende al anunciante, o a la agencia que actúa como intermediario, un “espacio
publicitario” en realidad se le vende la posibilidad de que el anunciante inserte su
aviso en un tiempo en que el producto del Medio no sale al aire; en el caso de los
medios gráficos se le permite que utilice un espacio de papel que se deja en blanco,
sin producto, para que salga el aviso.( 144)

Si bien la tarifa del espacio publicitario se mide en segundos o en cm que se utilizan


para tener en cuenta la extensión del anuncio, éste no es el único componente del
precio o tarifa. También se considera el horario o la página, o los programas, de
acuerdo al público que según las mediciones y ciertas convenciones aceptadas
tendría cada segmento. La racionalidad comercial intrínseca en la determinación
de las magnitudes de los precios de los “espacios publicitarios” es la del “costo por
contacto”.

La venta de espacios publicitarios es la principal fuente de ingresos de los MDM,


y los precios se establecen de manera similar a los productos agropecuarios, por
medio de mecanismos de renta o ganancia extraordinaria. El negocio de los medios
es un negocio rentista.”145

Después de explicar el mecanismo de la renta desde la perspectiva de los Medios,


el autor se preguntará por los motivos que llevan a los otros involucrados en el “ne-

143
Haiquel, M. (1999) Óp. Cit. (págs. 63).
(144) Según Smythe, los programas son el “almuerzo gratis” para convocar gente y luego venderles
algo.
145
Haiquel, M. (1999) Óp. Cit. (págs. 64-65)

302
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

gocio rentista”, es decir los anunciantes, a pagar esa renta. En algún sentido podría
pensarse que los anunciantes desvían una parte de sus ganancias para invertir en
publicidad y esto también es contradictorio con la lógica de acumulación del capi-
tal, por lo que es necesario proponer algún argumento que explique esta aparente
paradoja.

Para entender la explicación deberá recordarse el esquema realizado en páginas


anteriores, donde se muestra el “ciclo de rotación del capital” y además comparar la
explicación con la propuesta de Patricia Arriaga acerca de la demanda, que Haiquel
recupera.

“¿para qué invierte un anunciante parte de su riqueza en publicidad? Si nos ate-


nemos a la lógica de la empresa privada la respuesta también obligada debiera
ser: para obtener ganancia. La publicidad puede ser un gasto, cuando no genera
beneficios extras…

La publicidad actúa en la competencia mercantil y permite incrementar la ga-


nancia del capital individual, a través de estos dos procedimientos146:

a) Incrementar la velocidad de rotación de su capital individual.


b) Obtener una ganancia extraordinaria.

En el primer caso, la publicidad focaliza la demanda de los consumidores en los


productos anunciados, con lo que incrementa las ventas logrando la realización del
capital mercancía y convirtiéndolo en capital dinero con el que reinicia el ciclo pro-
ducción/ distribución/ ventas (P/D/V). Si la empresa anunciante con el mismo monto
del capital en funciones, manteniendo el mismo margen de ganancia por producto,
logra un incremento en las ventas, consigue a su vez aumentar la cantidad de veces
que realiza el ciclo P/D/V en el transcurso del año, con lo que sube la tasa anual de
ganancia individual de su empresa.

Con el objetivo de dejar aún más precisada la anterior explicación, el autor profun-
dizará en los procesos ideológicos que realizan las agencias para que la propiedad
de las marcas de fábrica justifiquen no sólo la inversión económica en publicidad,
sino también la apropiación de un valor “simbólico” que traducido en un mayor pre-
cio, permite reproducir aún más la ganancia empresaria.

“Teniendo la identificación pública del producto registrada como propiedad privada,


ya que en general los productos de este mercado son bastante homogéneos (autos,
jeans, jabones de tocador, bebidas, zapatillas, etc.), se procede por medio de un
trabajo de publicidad a lograr en la conciencia de los consumidores una identidad
entre la marca y ciertos valores ideológicos. Esos atributos ideológicos con que se
asocia la marca surgen de investigaciones de mercado sobre los deseos, prejuicios
y preferencias de los consumidores, y sirven para crear diferencias conceptuales en
productos más o menos homogéneos. Exaltando pequeñas diferencias entre dos
productos similares es posible que se separen en el mercado por tener imágenes
diferentes, por ejemplo que se considere a uno de mayor calidad que al otro.

Una vez logrado que esta diferencia conceptual sea aceptada por el público consu-
midor, éste estará dispuesto a pagar por ese producto un precio mayor que por el
otro, aunque si se los somete a un análisis merceológico puede demostrarse que
no hay un átomo de diferencia y que desde el punto de vista de la utilidad natural
que porta brindan la misma satisfacción al usuario. Sin embargo, cuando se con-
sumen productos de marca, hay además de un consumo natural que satisface las

146
Haiquel, M. (1999) Óp. Cit. (págs. 66-67).

Nidia C. Abatedaga 303


Tecnicatura en Periodismo

necesidades sociales naturales, otra necesidad que también se busca satisfacer, la


de prestigio social, que se supone que satisfacen las representaciones ideológicas
asociados con las marcas a esos productos. En realidad lo que el consumidor logra
por medio de esos productos es marcarse a sí mismo con el mayor prestigio que
supone esa marca, y puede así diferenciarse de aquellos que no poseen o no tienen
acceso a esos productos de marcas”.147

El autor también hará una breve referencia a que el trabajo ideológico que realizan
los medios no son sólo el resultado de la presión publicitaria de los capitales priva-
dos, sino que, en similares proporciones participa también el Estado en calidad de
anunciante.

“Además de las grandes empresas que en general representan el 50% del mercado
publicitario, están los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, así como
los diferentes organismos estatales, que reúnen aproximadamente el otro 50%. La
pregunta al respecto sería por qué o para qué el estado participa en el gasto publi-
citario, si es seguro que no lo hace como la inversión privada, para obtener mayores
ingresos.

Primero, porque los gobiernos y organismos del estado están en condiciones a


través de la pauta publicitaria de condicionar a los medios de una manera que no
resulta directamente una presión política particular”.148

Finalmente también relacionará estos procesos con lo que la mayor parte de los
autores de esta escuela señalan, y es la vinculación de los Medios Masivos con el
proceso de globalización.

“(…) No puede soslayarse la importancia del estudio de los actuales cambios en los
que la liberación del mercado nacional los convirtió en parte directa, sin mediación
alguna, del mercado mundial globalizado. Los Medios de Difusión Masiva y las
Comunicaciones Sociales participan en este proceso en todas sus dimensiones.
Son producto y agentes de la globalización, tanto en la conformación de nuevos
medios de circulación monetaria, como en las nuevas formas de representación y
legitimación políticas. A la vez que se impone sobre ellos una fuerte tendencia a la
concentración y centralización empresaria”.149

De la lectura de los temas abordados por Miguel Haiquel se desprende la importan-


cia que se otorga a tratar de explicar con mecanismos económicos, pero también
considerando los aspectos “simbólicos”, “ideológicos” o “culturales”, la lógica con la
que funcionan los Medios Masivos en el capitalismo actual.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

147
Ibíd. (págs. 68-69).
148
Haiquel, M. (1999) Óp. Cit. (págs. 70).
149
Ibíd. (pág. 71).

304
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Actividad de Autoevaluación 11

De acuerdo con los postulados de Haiquel, responda los siguientes interrogantes

1) ¿Qué paradojas muestran los productos de los Medios en cuanto a su valor de cambio en
el mercado?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Por qué afirma que los Medios producen una “mercancía especial”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué compran los anunciantes a los Medios?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué tipos de anunciantes invierten en los Medios?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Guillermo Mastrini y Martín Becerra (Buenos Aires, Ar-


gentina)

Estos autores, profesores de la Universidad Nacional de Buenos Aires y de la Uni-


versidad Nacional de Quilmes respectivamente han producido numerosas ponen-
cias y publicaciones dentro del ámbito de la Economía Política que se sugiere revi-
sar. Sin embargo aquí sólo se abordarán sucintamente dos textos que editaran en
ocasión de dirigir el proyecto de investigación que desarrollara el Instituto Prensa y
Sociedad (IPYS) desde fines del año 2002. Los resultados proveen una sustanciosa
e inédita información que refiere a la medición de la concentración de medios de
comunicación en América Latina, y fue publicada en dos libros: Periodistas y Mag-
nates (2006) y Los dueños de la palabra (2009).

El tema de la concentración de la propiedad de Medios en Latinoamérica fue abor-


dado por el Consejo Regional del IPYS, en palabras de su director, centralmente
debido a la presunción de que afectaba “… una de las condiciones básicas de la
democracia en la región: la deseable diversidad de fuentes… [es] una amenaza po-
tencial para la libertad de expresión (...)”.150 (Ricardo Uceda en Mastrini y Becerra:
2006:9).151

Después de reconocer la importancia del Informe MacBride de la Unesco (1980) y


de reconocer la importancia de los trabajos elaborados en la región (po ejemplo el

150
Mastrini, G y Becerra M. (2006) (pág.9) Periodistas y Magnates. Estructura y concentración de las
industrias culturales en América Latina. Ed. Prometeo. Bs. As.
151
Ricardo Uceda era, en enero de 2006, el Director del Instituto Prensa y Sociedad (YPYS) en Lima.
Perú.

Nidia C. Abatedaga 305


Tecnicatura en Periodismo

que hiciera Octavio Gettino (1995) para Argentina y Sunkel y Geoffoy (2001) para
Chile, los autores introducen una concisa caracterización de las políticas neolibera-
les de los ´90 y de sus consecuencias en lo social.

Entre las derivaciones que estudian, se destacan aquí “…la mayor concentración
de la riqueza en el decil más alto de las sociedades latinoamericanas…” y la margi-
nación que afronta la mayor parte de la población “del consumo de bienes y servi-
cios inforcomunicacionales por cuestiones económicas”.152

El análisis que realizan sobre la concentración de la propiedad de medios considera


la dimensión económica tanto como la dimensión política. Desde el punto de vista
económico, definen y caracterizan la producción cultural (el producto de los Medios,
ya abordados por Smythe y Haiquel entre otros autores), por tener mayoritariamen-
te un “valor de uso inmaterial, por ser un contenido simbólico transportado por algún
suporte. En segundo lugar, la esencia de su sentido es la novedad… [impone] la ne-
cesidad de renovación constante…. Como es un bien inmaterial, no es destruido en
el acto de consumo... la característica de bien público de las mercancías culturales
hace que su costo marginal sea extremadamente bajo… El costo de suministrar la
mercancía (producto cultural) a consumidores adicionales, es bajo y es extremada-
mente reducido en relación con el costo del prototipo original (…).”153

Desde la perspectiva ideológica (superestructural), los autores manifiestan que


además del costo de producción y de tener un valor de cambio en el mercado, los
productos de los Medios tienen “un rol significativo en la constitución de identidades
políticas y culturales”.154

En la propuesta teórica que otorga sustento a la investigación sobre la evolución de


la concentración de las industrias culturales, Mastrini y Becerra sugieren algunas
relaciones entre esta tendencia y la incidencia que la concentración puede tener en
los contenidos transmitidos. Tomando a Ben Bagdikian (1986) señalarán que “… los
propietarios de los medios promocionan sus valores e intereses. Su interferencia en
la línea editorial puede ser indirecta, mediante la influencia de los editores y la au-
tocensura, o directa, cuando se indica la reescritura de un texto. La concentración
de la propiedad en manos de los sectores dominantes económicamente tiende a
dificultar que se expresen las voces críticas al sistema.” 155

Aunque asumen las dificultades que presenta la relación entre el modelo de propie-
dad y el contenido ofrecido al público, señalan que “Históricamente se ha definido
que la forma de garantizar el pluralismo es a través de la diversidad de medios, de
múltiples voces, y de la expresión pública de diferentes definiciones políticas. Sin
una provisión de medios abierta y pluralista, se perjudica el derecho a recibir e im-
partir información.”156

Los autores rescatan la importancia del pluralismo político, en tanto permita a la ciu-
dadanía “contar con un conjunto de opiniones representadas en los medios” tanto
como el pluralismo cultural, para asegurar que las diferentes culturas presentes en
un país “encuentren un canal de comunicación.” (Mastrini y Becerra: 2006:47) En
virtud de esta caracterización, les es posible afirmar que “las reglas que limitan la
concentración de la propiedad son importantes. Pero es preciso recordar que el plu-
ralismo no sólo depende de la propiedad sino de otras variables relacionadas”.157

152
Mastrini, G y Becerra M. (2006) Óp. Cit. (págs. 30).
153
Ibíd. (págs. 39-40).
154
Ibíd. (pág. 41)
155
Mastrini, G y Becerra M. (2006) Óp. Cit. (pág. 45).
156
Ibíd. (pág. 46).
157
Ibíd. (pág. 48).

306
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Para abordar la investigación distinguen “concentración” de “centralización”. Para


definir la primera tomarán al economista Basualdo y afirmarán que “la concentra-
ción de la producción se da por crecimiento de tamaño de la empresa… y se de-
fine de acuerdo a la incidencia que tienen las mayores empresas de una actividad
económica en el valor de la producción de la misma. Por su parte la centralización
económica implica cómo unos pocos capitalistas acrecientan el control sobre la
propiedad de los medios de producción en una sociedad determinada. La centrali-
zación del capital ocurre por crecimiento del poder de la firma”.158

Por efecto de la concentración entonces, las empresas pueden “crecer” por159 :

● Aumento del tamaño medio de las empresas y la dimensión del capital


invertido.
● Aumento de la escala de producción.
● Aumento del capital constante sobre el capital variable.

Y recuperando un concepto que habían trabajado ya Baran y Sweezy, afirmarán


que “el aumento en la dimensión de las empresas genera barreras de entrada para
las inversiones de nuevos capitalistas y determina un segundo aspecto del proce-
so: la centralización del capital (…) deja de operar la movilidad del capital, que es
propia de la etapa concurrencial (…) La centralización consiste en la agrupación
de muchos capitales individuales para llevar a efecto una unidad productiva, lo que
implica que cada vez menos capitalistas controlen cada vez más capitales.”160

Mastrini y Becerra diferenciarán tres tipos de concentración161 :

a) Concentración Horizontal o expansión monomedia: ocurre cuando


una firma se expande con el objetivo de producir una variedad de produc-
tos finales dentro de la misma rama… mercados fonográficos y cinemato-
gráficos.

b) Integración o expansión vertical: tiene lugar cuando la fusión o adqui-


sición de una empresa se produce hacia delante o atrás en la cadena
de valor o suministro. Las empresas se expanden para abarcar distintas
fases de la producción.

c) Conglomerados o crecimiento diagonal o lateral: se trata de buscar la


diversificación fuera de la rama de origen con el objetivo de reducir y com-
pensar riesgos a través de crear sinergia (…). La diversificación permite a
las firmas desparramar los costos de los riesgos de innovación a lo largo
de una variedad de formatos y métodos de distribución.

Así mismo, los autores señalan que junto a este proceso de concentración, también
existen miles de pequeñas empresas que participan del sector y que debido a su
gran dinamismo, tienen la capacidad de renovar el mercado mediante la explora-
ción de nuevos formatos. Así mismo señalan “la creciente convergencia entre los
sectores de las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual…”.162

158
Ibíd. (págs. 52).
159
Ibíd. (pág. 52).
160
Ibíd. (pág. 53).
161
Ibíd. (págs. 54-55).
162
Mastrini, G y Becerra M. (2006) Óp. Cit. (pág. 56).

Nidia C. Abatedaga 307


Tecnicatura en Periodismo

Lo anterior no excluye que se profundice la tendencia de los grupos infocomunica-


cionales, caracterizados por ser “cada vez más concentrado y convergente y, por
otro lado, incrementar su centralidad e importancia en el tejido del conjunto de las
actividades económicas”. Y tomando los aportes de Miguel de Bustos, definirán
“grupo” como “(…) conjuntos de empresas que ofrezcan servicios infocomunica-
cionales con una unidad central de decisión que define las estrategias del grupo;
que controle totalmente, al menos, dos empresas y que controle parcialmente (par-
ticipación) otras dos.”163

Los autores recuperan una categoría que ya habían tomado de McChesney


para conceptualizar el “Sistema global comercial infocomunicacional”, que
desagregarán en tres niveles de jerarquía164 :

● 1° nivel: unos diez (10) grupos transnacionales que operan en todo el pla-
neta como mercado y cuyas cotas de penetración en las diferentes regio-
nes y países encuentran pocas barreras… La lógica de operaciones… se
construye a partir del funcionamiento del mercado estadounidense. Todas
estas corporaciones son transnacionales, aunque todavía sus mayores
ingresos se obtienen en el mercado de Estados Unidos… se distinguen
General Electric, AT&T, Disney, Time Warner, Sony, News Corp., Viacrom,
Seagram y Bertelsmann.
● 2° nivel: un conjunto de 50 grandes grupos con sede en Europa, Estados
Unidos y Japón, La lista incluye, entre otros, Dow Jones, Comcast, The
New York Times, The Washington Post, Prisa y Reuters.
● 3° nivel: confluyen los grupos líderes de mercados domésticos nacio-
nales o subregionales, conformado por unas 90 corporaciones, entre las
que se destacan, en el mercado latinoamericano, los grupos Televisa de
México, Cisneros de Venezuela, Globo de Brasil y Clarín de Argentina.”

Después de un pormenorizado análisis en numerosos países, los resultados que


muestra el mercado infocomunicacional argentino en el año 2000 dan cuenta de un
importante nivel de desarrollo. “El nivel de acceso de la población a los bienes y
servicios y la capacidad de producción de contenidos nacionales supera la media
regional.

Este desarrollo se ve opacado por un nivel de concentración importante. Si bien


en casi todos los mercados (con excepción de la telefonía básica y móvil) hay una
importante diversidad de operadores, la mayoría de los mismos sólo alcanza una
presencia testimonial, tanto económicamente como por la cantidad de abonados/
audiencia.

“El primer operador recauda en promedio el 31,64 % de la facturación (…) (TV


abierta y de pago, telefonía básica y móvil, Internet) y reúne el 32,39 % del público
y/o clientes (prensa, radio, TV abierta y de pago, telefonía básica y móvil). Si se
considera los 4 primeros operadores de dichos mercados, el nivel de concentración
alcanza al 73,68 % de la facturación y al 77,15 % de la audiencia/abonados”.165

163
Ibíd. (pág. 60).
164
Ibíd. (pág. 68-69).
165
Ibíd. (págs. 105-106).

308
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

La continuidad de los resultados de esta investigación, que se basó en datos del


año 2000 se sintetiza en la publicación del libro Los dueños de la palabra (2009)
donde los autores ofrecen información correspondiente al año 2004, sobre 12 paí-
ses de la región, incluido el caso español.

Este segundo libro donde Mastrini y Becerra presentan, como directores de otro
tramo del proyecto desarrollado por IPYS, los resultados de la investigación rea-
lizada, muestra el logro de los objetivos propuestos: “identificar la estructura del
sector de la cultura y la información industrializadas; relevar el acceso social a ese
sector y cuantificar los procesos de concentración de los principales actores que
protagonizan estas industrias, entendiendo el rol medular que desempeñan en la
construcción y reproducción del entramado simbólico masivo en las sociedades
contemporáneas.” 166

El objeto de estudio sobre el que desarrollan el trabajo se define como sectores


infocomunicacionales e incluye a “los medios de comunicación (diarios, radio, tele-
visión abierta y televisión por cable), a otras industrias culturales (editorial gráfica,
fonografía y cinematografía), las industrias de telecomunicaciones (telefonía básica
fija y telefonía móvil) e Internet”. La metodología empleada (en los dos procesos de
investigación que dieron origen a los dos libros mencionados) se denomina “Razón
de Concentración (CR4, por sus siglas en inglés: Four Firm Concentration Ratio)
permite obtener indicadores de concentración de los cuatro principales actores en
cada una de las diferentes industrias infocomunicacionales (…)”.167

El marco teórico utilizado es básicamente el mismo (descripto brevemente en algu-


nos de sus conceptos arriba) y el valor del estudio para los autores radica en que
“contribuye a explicar y comprender algunos de los rasgos propios del modelo de
desarrollo y de modernidad tardíos en América Latina”.

El capítulo final condensa una serie de tendencias sumamente reveladoras en


cuanto al acceso y concentración entre los años 2000 y 2004. Con una dialéctica
lúcida, definirán como mutuamente estructurante la relación entre las actividades
industrializadas de comunicación y las sociedades en las que se desarrollan.

“La influencia de las actividades industrializadas de comunicación en las socieda-


des contemporáneas opera en dos movimientos: es estructurada por la tradición
política, cultural y económica de cada país… y es simultáneamente estructurante
de las condiciones políticas, culturales y económicas, toda vez que estas activi-
dades infocomunicacionales permean las concepciones del mundo que las socie-
dades construyen (…) Su dimensión simbólica (…) [es] tan significativa como su
dimensión económica.”169

Mastrini y Becerra establecerán, además una correlación entre estructura econó-


mica y participación relativa de las industrias infocomunicacionales, afirmando que
“… en la medida que la estructura económica es más compleja y la formación capi-
talista más madura y diversa, la participación relativa de las industrias infocomuni-
cacionales se diluye”. Por otro lado, indican también una relación entre tamaño del
país e incidencia del sector en análisis en el PBI del país. Dentro de los países de
América Latina los de “mayor cantidad de habitantes (Argentina, México, Colombia)
exhiben porcentajes más bajos de incidencia infocomunicacional en el PBI que en
países más pequeños como Uruguay y Ecuador”.170 Sin embargo, los grupos más
poderosos de comunicación tienen su origen en los países de mayor tamaño.

166
Mastrini, G y Becerra M. (2009) Los dueños de la palabra. Acceso, estructura y concentración de los
medios en la América latina del Siglo XXI. Ed. Prometeo. Bs. As.
167
Mastrini, G y Becerra M. (2009) Óp. Cit. (pág. 24).
168
Ibíd. (pág. 47).
169
Ibíd. (pág. 206).
170
Ibíd. (pág. 206)
Nidia C. Abatedaga 309
Tecnicatura en Periodismo

En relación al acceso en el periodo 2000 / 2004, los autores advierten “el creci-
miento relativo del acceso a los servicios infocomunicacionales” aunque señalan
un retroceso en el caso particular de la prensa escrita, que vinculan con “(…) el
avance de nuevos soportes (como Internet), otros sectores, como la telefonía móvil
(…)”.171

En relación a la concentración, Mastrini y Becerra definen como de “consolidación


(…) el proceso de concentración de medios y del resto de industrias infocomuni-
cacionales en América Latina”. Aún más precisamente, los autores hablan de que
“los márgenes de concentración superan con creces los estándares considerados
aceptables (…)”.172

Al tomar los parámetros propuestos por Albarran y Dimmick, que indican como
“concentración alta” cuando los cuatro primeros operadores superan el 50 % del
control del mercado, y los ocho primeros controlan 75 %. “Pero en América Latina
los cuatro primeros operadores (…) sobrepasan las estimaciones de alta concen-
tración estipulada para ocho empresas.”173

El índice general de concentración (entre 2000 y 2004) muestra resultados inacep-


tables, cuando se afirma que “… la participación de las cuatro principales empresas
en cada industria cultural y de la información, en promedio, logra controlar valores
que ascendieron del 77 % al 82 % de los mercados… el resto de propuestas cul-
turales, informativas y de entretenimiento de la región se restringió a un promedio
de 18 % del mercado, siendo de este modo casi impracticable la verdadera compe-
tencia, en el sentido de contraste de versiones sobre la realidad, de comparación
de opiniones y mensajes diferentes, en el ámbito de los medios, la cultura y la
información.”174

Las causas probables de la desafortunada combinación que muestra nuestra región


en cuanto a “limitación de acceso de las sociedades a los productos infocomunica-
cionales… y alta concentración” son atribuidas, en parte a “la ausencia de políticas
de servicio público, la resistida… creación de autoridades regulatorias independien-
tes” (Mastrini y Becerra: 2009: 221) Esto pone al Estado como uno de los princi-
pales responsables por la inexistencia de condiciones de posibilidad políticas que
neutralicen las tendencias señaladas.

“América Latina arrastra una tradicional debilidad de los poderes públicos para dis-
poner reglas de juego ecuánimes que garanticen el acceso de los diferentes sec-
tores sociales, políticos y económicos a la titularidad de licencias (cuya administra-
ción, legalmente, realiza el Estado) de radio y televisión”.175

Por otro lado, los autores advierten sobre lo que denominarán “financierización”
del sector” en referencia al protagonismo de capitales extranjeros en la propiedad
de medios, así como la preeminencia de mercados financieros capitaneando los
conglomerados. Parafraseando el nombre del libro, los autores afirmarán que “los
dueños de la palabra” son los grupos que han logrado consolidarse en el liderazgo
de los mercados infocomunicacionales iberoamericanos. Los dueños de la pala-
bra como Globo, Televisa, Telefónica, Telmex, Cisneros, Prisa, Clarín, Edwards-
El Mercurio, Bavaria-Santo Domingo, Abril o Azteca son exponentes privilegiados
de ese sistema, que demanda la atención hacia sus condiciones de posibilidad y
funcionamiento.”176

171
Mastrini, G y Becerra M. (2009) Óp. Cit. (pág. 207).
172
Ibíd. (pág. 207).
173
Ibíd. (pág. 212).
174
Ibíd. (pág.213)
175
Ibíd. (pág. 221).
176
bíd. (págs. 222-223).

310
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Como se puede apreciar en la apretada síntesis realizada de los resultados publi-


cados en dos libros de Guillermo Mastrini y Martín Becerra, resultan indispensables
este tipo de investigaciones que mapean la situación, en este caso de las indus-
trias que denominan “infocomunicacionales” para advertir la presencia del poder
transnacional. Por otro lado debe rescatarse la coherencia epistemológica con que
desarrollan el análisis, situado en un paradigma crítico, característico de este es-
tudio y que atraviesa todos los autores de la escuela de Economía Política de la
Comunicación.

En este momento, después de haber avanzado


en el análisis le propongo que realice la
siguiente actividad. Transcriba las respuestas
a estas preguntas y envíe al docente tutor a
través de la Mensajería Interna
del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 12

De los valiosos aportes realizados por Mastrini y Becerra ¿podría responder los siguientes
interrogantes?

1) ¿Cómo caracterizan los autores la producción cultural?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Qué vinculaciones establecen entre el modelo de propiedad de Medios y el pluralismo


político?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿En qué se diferencian la “concentración” y la “centralización”? …………………………


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué tipos de concentración puede haber?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Cuáles son las principales conclusiones a que arriban en relación al acceso y a los niveles
de concentración de las industrias infocomunicacionales?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Nidia C. Abatedaga 311


Tecnicatura en Periodismo

Alain Hercovici (Brasil)

Aunque se conoce una gran cantidad de artículos escritos por este autor, aquí sólo
se reseñará uno de ellos, titulado “Economía de la comunicación, lógicas sociales y
territorialidad” que se publicara en 2005.

En este artículo el autor comienza introduciendo un supuesto, el marco teórico del


que parte y el objetivo que se propone. Del supuesto, afirmará la tendencia del
sistema capitalista a extender su lógica hacia diversas áreas sociales, antes ajenas
a la economía, “las actividades relacionadas con la producción cultural y con la
producción simbólica…”. La matriz teórica desde la cual realiza el análisis es hete-
rodoxa, y toma elementos del marxismo, entre otros. A partir de ella, “el mercado no
es concebido como una instancia social auto – reguladora… los agentes económi-
cos no son reducidos a actores pasivos que… maximizan funciones de lucro y de
utilidad… el abordaje heterodoxo concibe al mercado como procesos complejos,
producto de determinadas combinaciones de elementos económicos y extra econó-
micos” Y el objetivo que se propone es “estudiar… las relaciones que existen entre
las lógicas globales de acumulación y la estructuración de los sistemas de informa-
ción y de comunicación”.177

Hercovici identifica cuatro modelos de base para analizar las industrias culturales:
el modelo editorial, la cultura del flujo, la prensa (toma a Miège) y el modelo del
club. “Los tres primeros se relacionan con el análisis tradicional de… las industrias
culturales, mientras que la lógica del club caracteriza las redes electrónicas” Foca-
lizando el análisis de esta última lógica, la relaciona con “un público segmentado;
consiste en ofrecer al público conectado, programas en flujo continuo y productos
editoriales que el consumidor puede grabar sobre un soporte individualizado; en
este segundo caso, en función del pago que corresponde a un derecho de entrada,
el consumidor tiene a su disposición (virtual) un stock considerable de programas,
de servicios y de productos (…).

Por ejemplo, las diferentes fórmulas de pay per view o de bibliotecas virtuales, las activida- Ej.
des de producción/edición/programación dejan de ser centrales”.178

En relación al objetivo definido, la hipótesis que el autor demostrará a lo largo del


artículo afirma la total compatibilidad entre la lógica de acumulación y el sistema
de información y comunicación (SIC) que corresponde a aquel. “En otras palabras,
a una lógica global de inclusión (exclusión) social y económica, corresponden SIC
igualmente incluyentes (excluyentes)…”.179

De esta manera, Hercovici sostendrá que durante el fordismo, caracterizado por


una acumulación extensiva, en la medida pretende maximizar a los consumidores y,
consecuentemente, en el proceso de acumulación. A esta lógica corresponden las
SIC incluyentes y junto a ellas, canales abiertos, telefonía fija de acceso universal
e industrias culturales.

Del modo de regulación post-fordista el autor afirmará que es inacabado, debido


a que no apareció aún un nuevo modo de regulación. Sus principales caracterís-
ticas consisten en: “una intervención menor del Estado, la “flexibilización” de los

177
Hercovici, A. (2005) (págs. 183-184) “Economía de la comunicación, lógicas sociales y territorialidad”
en Bolaño; Mastrini y Sierra (Eds.) Economía Política, Comunicación y Conocimiento. Una perspectiva
crítica latinoamericana. Ed. La Crujía. Bs. As.
178
Hercovici, A. (2005) Óp. Cit. (págs. 183-187).
179
Ibíd. (pág. 188).

312
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

diferentes mercados en el ámbito de las políticas económicas liberales, la segmen-


tación y la transnacionalización de los mercados, la privatización de las diferentes
actividades…”.180

A este modo de regulación, aún no reemplazado, corresponden las TIC (tecnología


de información y comunicación), debido a que “generan fuertes efectos de exclusión
social y su desarrollo depende directamente del peso dado a los diferentes tipos de
demanda solvente… Las redes multiservicios… corresponden a una acumulación in-
tensiva, lo cual consiste en explorar determinados segmentos de la demanda…”. 181

Hercovici afirmará que existe una diferencia fundamental entre el modo de regula-
ción fordista y el post-fordista: “en cuanto a las modalidades de acceso al primero,
eran abiertas e incluyentes; el acceso al segundo es, parcialmente por lo menos,
cerrado y excluyente”.182

A pesar de evidenciar un escenario actual caracterizado por una fuerte exclusión


social y comunicativa, el autor propondrá que la misma economía de redes que se
ha desarrollado conjuntamente con la regulación post-fordista, y que muestran la
tendencia a la oligopolización, es el ámbito que permitirá el surgimiento de espacios
de competencias, propiciando oportunidades para que se produzca una reapropia-
ción social de la información.

Ej. “La dinámica de la economía de redes se explica en función de este proceso intrínsecamen-
te contradictorio: si este tipo de mercado lleva “naturalmente” a una estructura oligopolista
y/o monopolista, surgen, simultáneamente, elementos que permiten disminuir el poder de
mercado de esos oligopolios/monopolios; de la misma manera, las TIC permiten, en ciertos
casos, implementar formas de movilización social y constituyen un espacio de contestación
en relación con las formas dominantes de poder económico y político: el ejemplo de la movi-
lización de Seattle es característico de este tipo de fenómeno.”183

Además del ejemplo citado, el autor nombra los casos como la piratería, los com-
ponentes de software interactivos, entre otros, como los espacios que permiten
desestabilizar esa economía de redes.

Finalmente el artículo de este autor describe brevemente el problema de la legitimi-


dad de los derechos de propiedad intelectual tan extendidos en el capitalismo, que
enfrentan los intereses privados con el interés colectivo. Esto obedece a que “…
esos derechos de propiedad intelectual representan una renta de monopolio que
permite… cobrar un precio para poder acceder a determinada información o utilizar
determinado proceso técnico… existe divergencia entre los intereses privados y el
interés colectivo; las modalidades de apropiación pública de la información… son
limitadas por las modalidades de producción privada.” 184

Como se puede apreciar es muy claro el énfasis puesto en el análisis económico que
realiza el autor, que recupera las categorías que había propuesto Ramón Zallo. Tam-
poco descuida la relación que explícitamente establece, entre las lógicas económicas
y los aspectos superestructurales, en este caso focalizados en los contenidos que
las TIC transmiten y en la referencia a la problemática de los derechos de propiedad
intelectual, que se puede afirmar, son una de las más rotundas manifestaciones de la
producción simbólica (ideológica) de los sujetos.

180
Ibíd. (pág. 192).
181
Ibíd. (pág. 193).
182
Ibíd. (pág. 194).
183
Ibíd. (pág. 197).
184
Hercovici, A. (2005) Óp. Cit. (pág. 198).

Nidia C. Abatedaga 313


Tecnicatura en Periodismo

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 13

De los aportes reseñados de Hercovici, por favor responda los siguientes interrogantes

1) ¿En qué consiste la “lógica del club” y cómo la caracteriza?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Por qué afirma que hay compatibilidad entre la lógica de acumulación y el sistema de
información y comunicación (SIC)?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Cómo caracteriza este autor los SIC en el fordismo?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Cómo caracteriza este autor los SIC en el post-fordismo?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿En qué fundamenta el autor su esperanza en el sistema de redes para que surjan formas
de movilización social que desafíen los oligopolios?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

314
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

Debates de la Economía Política en torno a


la necesidad de integración con los Estudios
Culturales

El debate que puede señalarse ocupando el fondo de la cuestión, y que se repite


en muchos de los autores aquí reseñados, es la necesidad de realizar análisis que
equilibren en profundidad y en amplitud tanto los aspectos económicos como los
superestructurales.

Tanto desde la perspectiva de la Escuela de Economía Política como de los Estu-


dios Culturales se han adoptado posiciones diversas: algunas proponen la recupe-
ración de la necesaria relación entre ambos campos de estudios, otros en cambio
niegan esa necesidad.

Nicholas Garnham será uno de los autores de la Escuela de Economía Política que
propone reconstruir un vínculo que considera ahora perdido: “Este artículo explora
las implicancias del antagonismo fundacional entre la economía política marxista y
los estudios culturales. Sostendré que este antagonismo se basa en una profunda
incomprensión de la economía política y que el proyecto de los estudios culturales
sólo puede llevarse a cabo con éxito si se reconstruye el puente con la economía.
Digo “reconstruir” porque la empresa de los estudios culturales surgió de una serie
de supuestos acerca de la economía política”.185

Laurence Grossberg, en respuesta al artículo publicado por Garnham dirá que


“Las alternativas familiares (reconciliación o divorcio) implican que los estudios
culturales y la economía política estuvieron, en algún momento, “casados”… Pero
nunca hubo tanta intimidad entre los estudios culturales y la economía política…
la cuestión de qué constituye una teoría adecuada de la cultura y el poder ha sido
siempre objeto de enfrentamiento entre ambas.”186

Granham sostendrá una argumentación que recupera la importancia del abordaje


de la Economía Política y critica a los Estudios Culturales porque “… se resisten a
pensar a fondo las implicancias que acarrea su propia afirmación de que las formas
de la subordinación y sus correspondientes prácticas culturales (a las que los es-
tudios culturales otorgan prioridad analítica) se fundan en un modo de producción
capitalista. Esto ha resultado en una preocupación desproporcionada por el estudio
del consumo cultural, más que por la producción cultural y por las prácticas cultura-
les del esparcimiento, más que por las del trabajo. A su vez, políticamente esto ha
jugado a favor de la derecha, cuya ofensiva ideológica se ha estructurado en gran
medida como un esfuerzo… que los individuos se construyan a sí mismos como
consumidores y no como productores.” 187

Por su parte Grossberg responderá a estas críticas que no es verdad que “los traba-
jos en los estudios culturales adopten una postura populista acrítica,… ni suponen
que toda forma de placer sea buena o progresista en sentido político. Por el contra-
rio, en ellos se suele reconocer que el placer puede ser manipulado… Los estudios
culturales no suponen que la oposición, la resistencia, la lucha y la supervivencia
sean iguales; lo que sí admiten es que la posibilidad de oponerse y resistir depen-
de… de que se produzca la lucha y la supervivencia. Para Garnham, aparentemen-

185
Garnahm, N. (1997) (pág. 34) “Economía Política y estudios culturales: ¿reconciliación o divorcio? En
Rev. Causas y azares. Bs. As.
186
Grossberg, L. (1997) Óp. Cit. (pág. 48).
187
Ibíd. (pág. 37)

Nidia C. Abatedaga 315


Tecnicatura en Periodismo

te, el capital es determinante de principio a fin, de modo mecánico. Así, la economía


política carece de medios para pensar la contradicción… y, en consecuencia, care-
ce de medios para pensar por qué se producen los cambios”.188

Mattelart y Neveu definen como “pecado original” de los Cultural Studies el olvido
de la historia y de la economía, dejando a salvo las producciones de E.P. Thompson
y de Raymond Williams, sobre todo considerando el énfasis con que este último
desarrolló el “materialismo cultural” como modo de abordar los dispositivos mediáti-
cos. La falta de consideración de la economía se convirtió, al final de la década del
´70, en uno de los temas cruciales de la polémica que emprendió Nicholas Garn-
ham contra los Cultural Studies, a los que tachaba de idealistas.

En ese momento, la economía política de los Medios de Comunicación Social, sóli-


damente arraigada en Gran Bretaña, había establecido ya muchos vínculos interna-
cionales y la actuación de sus investigadores se destacaba tanto en la movilización
contra los conflictos del sudeste asiático – Halloran, Elliot y Murdock analizarán las
manifestaciones relacionadas con la guerra de Vietnam – o en los debates sobre el
nuevo orden mundial de la información y la comunicación, como en las discusiones
entabladas en la época, dentro de los órganos de la Comunidad Europea, sobre las
industrias culturales.

El debate que se reproduce sólo en algunos de sus ítems es mucho más profundo
y extendido, porque abarca los intercambios realizados por numerosos autores, que
aquí no se analizan en profundidad, sin embargo es útil lo reseñado a los efectos de
mostrar que las diferencias entre ambas escuelas excede largamente los temas pun-
tuales. Más bien toca aspectos de fondo, que tiene que ver con las diferentes miradas
epistemológicas que ambas corrientes proponen para abordar la realidad social y los
medios de comunicación.

Es posible que, como ambas escuelas cuentan con una gran cantidad de autores y
además los Estudios Culturales transitaron por diversas etapas en su producción, se
puedan encontrar diferentes posiciones en cuanto a si es posible un trabajo conjunto
entre ambas. Algunos autores como Raymond Williams y Nicholas Garnham hicieron
una apuesta en el sentido de tratar de conciliar las posturas, pero no puede afirmarse
que sea la opinión más extendida entre los teóricos de ambas corrientes.

Para enriquecer la lectura realizada, le propongo


la siguiente actividad. Transcriba las respuestas
a estas preguntas y envíe al docente tutor
a través de la Mensajería Interna
del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 14

Respecto de la relación entre la Escuela de Economía Política y los Estudios Culturales

1) ¿Qué posturas identifica sobre la posible relación entre estas dos escuelas?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

188
Grossberg, L. (1997) Óp. Cit. (págs.52-53).

316
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 5

2) ¿Qué críticas realizan Garnham y Mattelart a los Estudios Culturales?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué opina Grossberg sobre la Escuela de Economía Política?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Usted cree que es posible realizar estudios sobre medios que combinen las perspectivas
de ambas escuelas?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

A modo de cierre de la unidad

De la lectura que los desarrollos de los diferentes autores proponen realizar desde
la Escuela de Economía Política de los Medios, queda reflejada la clara preemi-
nencia de los Medios Masivos como objetos de análisis privilegiados, por sobre el
estudio de la comunicación interpersonal no mediada. No significa que no se hayan
realizado, sino que son sumamente escasos, en comparación con la producción
sobre los Medios Masivos.

Además estos autores privilegian análisis macro – sociales por sobre los análisis
que toman como objetos de estudio micro – procesos. Las políticas del Estado
destinada a los Medios, la lógica económica de los Medios en el proceso de repro-
ducción de la sociedad, el carácter mercantil de sus productos, son algunos temas
de nivel general (más que particular) que preocupan a estos autores.

Es notable la escasa referencia a estudios sobre los aspectos subjetivos que los
actores sociales (individuales y colectivos) involucrados en los medios masivos po-
seen. Esta escasez de estudios que recuperen la subjetividad se agrega al planteo
que hicieron, sobre todo Nicholas Garnham y Raymond Williams, referido a la ne-
cesidad de integrar estos estudios profundos de la perspectiva económica de los
Medios con autores de los Estudios Culturales que recuperen la perspectiva de
análisis de la 1° Etapa, con el objeto de incorporar con más profundidad los aspec-
tos culturales (superestructurales o ideológicos para Marx).

Aún con los señalamientos realizados, esta escuela aporta una iluminadora pers-
pectiva mediática a los futuros profesionales de la Comunicación Social.

Ante cualquier inconveniente, no duden en


consultar al tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

Pasemos a la siguiente unidad…

Nidia C. Abatedaga 317


El campo teórico - epistemolgico
de las investigaciones
Latinoamericanas en
Comunicación Social.
Tecnología y dominación
global
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Introducción

El capítulo que se desarrolla bajo el número 6 reúne los temas que corresponden a
las Unidades 6 y 7 del programa de la materia. Su unificación obedece a que am-
bas unidades comparten su desarrollo sobre temas y autores en un mismo espacio
geográfico que es Latinoamérica, reuniendo de esta manera numerosos temas de
debate alrededor de la comunicación y la información en nuestra región.

Se comienza realizando un breve recorrido histórico por aquellos aspectos vincula-


dos a los procesos políticos y algunos acontecimientos del ámbito de la economía
que se consideran “matrices” o condiciones a través de las cuales transcurrieron los
debates de los intelectuales que aquí se reseñan.

Así mismo se ha procurado mostrar algunos aspectos del trabajo y el tono de al-
gunos de los debates más relevantes para los estudios de comunicación que des-
de la segunda mitad del siglo XX han realizado instituciones internacionales como
CIESPAL y UNESCO, ya que por su trascendencia y la vigencia de sus planteos,
constituyen una parte ineludible del contexto de análisis.

No se tratan en profundidad muchos de los periodos de estudios latinoamericanos,


debido a que son temas abordados con el suficiente detalle en Teorías de la Co-
municación Social II. Sin embargo, se ha procurado acentuar los ejes de reflexión
que a lo largo de las últimas décadas han teñido los estudios de comunicación y
detallar aquellas líneas teóricas que por su novedad aún no tienen suficiente difu-
sión en los ámbitos académicos, como es el caso de los Estudios Subalternos y
Poscoloniales.

Comencemos con la lectura de la unidad.

Matrices sociales, económicas y políticas de


los estudios sobre comunicación en América
Latina

Elizabeth Fox, una intelectual formada en la Universidad de Bogotá, tuvo otras ins-
tancias de formación en Estados Unidos y Francia, recibió en 2007 el título de
Doctora Honoris Causa de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación en
la Universidad de Perú. Es una autora entre otros, de un texto denominado Medios
de Comunicación y Política en América Latina. La lucha por la democracia, donde
realiza un recorrido histórico de los movimientos políticos más relevantes ocurridos
en América Latina en torno a las políticas de comunicación en América Latina du-
rante el siglo XX. De la descripción pormenorizada que realiza de cada uno de los
países aquí sólo se abordará lo que corresponde a la Argentina.

Nidia C. Abatedaga 321


Tecnicatura en Periodismo

De esta manera, se concibe aquí una muy buena


manera de recuperar lo estudiado en Teorías de la
Comunicación Social II, y contextualizar los
procesos que permitieron la emergencia del
campo de los Estudios Subalternos, Poscoloniales
y Posoccidentales en Latinoamérica,
que se describen en los siguientes
puntos de esta unidad.

Por otro lado, la histórica aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Au-


diovisual N° 26.522 (2009) y su reciente reglamentación (2010) que la pone en
vigencia, reemplazando a la obsoleta Ley de Radiodifusión N° 22.2851, amerita
una reflexión acerca de un tema de suma actualidad y muy debatido: el tipo de
propiedad de los Medios masivos y por lo tanto, la vigencia de su carácter predo-
minantemente público y/o privado. De la historia latinoamericana que muestra los
debates históricos más importantes trata precisamente el texto que se propone aquí
analizar.

La autora comienza afirmando que los Medios Masivos en América Latina nun-
ca fueron modelos de un único tipo de propiedad (propiedad privada o servicio
público) como tampoco fueron uniformemente expresiones de poder nacional o
transnacional.

Principios del siglo XX

“Fueron producto de numerosos intereses diferentes: gobiernos, movimientos políti-


cos, artísticos, capital nacional y extranjero, públicos. El carácter y los roles de esos
intereses se desplazaron y cambiaron de un país a otro en el curso de los últimos
50 años.” Y explica que aunque casi todos los Medios Masivos en Latinoamérica,
a excepción de Cuba y Nicaragua, se encuentran bajo control de capital privado, no
fue así siempre. “En los años ´20 y ´30… hubo gobiernos, individuos y movimientos
políticos en México, Perú, Uruguay y otros países que promovieron activamente
modelos diferentes de estructuras de radiodifusión, de servicio público y de propie-
dad estatal. Muchos de estos modelos no tenían carácter comercial”.2

Hacia principios del siglo XX en Argentina prácticamente no existieron subsidios o


formas públicas o gubernamentales de propiedad de los Medios. “… Argentina te-
nía uno de los sistemas más desarrollados, en consumo per cápita, de periódicos y
revistas de propiedad privada de América Latina… En 1923, el Ministerio de Marina
otorgó las primeras cinco licencias radiofónicas a emisoras privadas. Quince años
después había 42 emisoras radiofónicas en distintos puntos del país, muchas de
ellas organizadas en dos redes radiofónicas privadas”.3

A mediados de los años ´30 la radio ya se había expandido por toda Latinoamérica
“(…) la radio comercial estaba bien implantada en la mayor parte de las grandes
ciudades latinoamericanas. Se había convertido en el principal vehículo para los
músicos, comediantes, periodistas y presentadores nacionales. La radio transmitía
a toda la región grabaciones de artistas mexicanos, argentinos y caribeños, así
como los seriales latinoamericanos, de éxito desaforados.”4

1
Recordemos además que esta ley fue promulgada por Decreto, durante la última dictadura militar en
1980
2
Fox, Elizabeth (1989) (pág.24) Las políticas de los mass – media en Latinoamérica en Fox, Elizabeth
(Ed.) Medios de Comunicación y Política en América Latina. Ed. G. Gili, S.A. de C.V. España.
3
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.26).
4
Ibíd. (pág. 28)

322
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Según Fox, hubo varios factores que colaboraron para que en Latinoamérica
hubiese un claro predominio del servicio privado5 .

● El primero de ellos es que el crecimiento de los mercados urbanos habían


encontrado en la radio comercial un vehículo adecuado a sus necesida-
des, “que llegase a crecientes mercados masivos y proporcionase infor-
mación y diversión a la nueva fuerza de trabajo.”

● En segundo lugar “las radios subvencionadas por el Gobierno, de carácter


educativo, cultural y, a veces, elitista, fueron incapaces de competir con la
expansión, no sometida a reglas, de la radiodifusión comercial y pronto se
vieron expulsadas del negocio o fueron vendidas al sector privado”.

● En tercer lugar plantea el interés de las redes radiofónicas comerciales


estadounidenses que “… estaban impacientes por invertir en la radiodifu-
sión latinoamericana y desarrollar mercados para sus productos.”

A criterio de la autora, los medios públicos y de propiedad estatal de fines no lucra-


tivos de toda Latinoamérica necesitaron “una protección y subvenciones guberna-
mentales para sobrevivir sin publicidad y financiar el contenido nacional. Al faltar
esta protección, el capital y los contenidos extranjeros (grabaciones, revistas, co-
mics) empezaron a inundar América Latina. El Columbian Broadcasting System,
con sede en Estados Unidos, creó la Cadena de la América”6

Paralelamente a los objetivos económicos de los capitales estadounidenses, la au-


tora señala la necesidad de Estados Unidos de obtener apoyo del resto del con-
tinente latinoamericano “al esfuerzo de guerra aliado durante la Segunda Guerra
Mundial” que inundó Latinoamérica de información emitida por el país del norte.
“Más de 1.200 periódicos y de 200 emisoras radiofónicas recibían un servicio infor-
mativo diario a través del Office of Coordination of InterAmerican Affairs, dirigido por
Nelson Rockefeller… Al final de la guerra, más del 75 % de las noticias internacio-
nales que llegaban a América Latina procedían de Washington, donde habían sido
preparadas por el Departamento de Estado y el Office of Interamerican Affairs”.7

Sólo después de esta virtual invasión informativa de Estados Unidos, y viendo la


fuerza económica y política de los medios “los gobiernos latinoamericanos empeza-
ron a contemplar a la radio bajo una nueva luz. Algunos gobiernos que luchaban por
mantenerse en el poder en contra de crecientes exigencias populares se preocu-
paron más por el impacto político potencial de la radio que por su rol como servicio
cultural y educativo público…”.8

Años ´50 y ´60


Hubo un giro político importante y un interés renovado por los Medios Masivos des-
pués del periodo inmediatamente posterior a la 2° Guerra Mundial, ya que algunos
regímenes populistas “como el de Perón en Argentina, el de Vargas en Brasil… se
mostraron muchas veces activamente interesados por los mass – media en auge…
jugaron un papel importante en la difusión masiva de una retórica y unas estrategias
políticas nacionalistas. Esos regímenes apoyaron el desarrollo de industrias cine-

5
Ibíd. (pág.28).
6
Ibíd. (pág. 28)
7
Ibíd. (pág. 28)
8
Ibíd. (pág. 29)

Nidia C. Abatedaga 323


Tecnicatura en Periodismo

matográficas y publicitarias nacionales, impusieron cargas fiscales a las series y


programas musicales importados y limitaron las inversiones extranjeras en la radio.
También desterraron a artistas y periodistas, censuraron Films, programas radiofó-
nicos, obras teatrales, libros y revistas; en el caso de Perón, se acabó por naciona-
lizar muchos de los periódicos y cadenas de radio, obligándose a sus propietarios a
ventas a bajo precio al gobierno y a simpatizantes peronistas”.9

Desde la perspectiva de la innovación tecnológica, en la década del 50 se produjo


la aparición de la Televisión con emisiones regulares. “En 1950 México se convirtió
en el sexto país del mundo que disponía de televisión… La televisión brasileña em-
pezó también en 1950, con una pequeña emisora comercial que era propiedad de
Diarios e Emmissoras, empresa propietaria de periódicos y emisoras radiofónicas
comerciales… En Colombia, Argentina, Venezuela y Perú, la televisión fue creada
por el Gobierno durante regímenes militares autoritarios… La televisión venezola-
na, propiedad del Estado, por ejemplo, empezó a emitir en 1952 durante la dictadu-
ra de Marcos Pérez Jiménez”.10

La autora señala que la Televisión siguió el mismo camino que el resto de los me-
dios, con una clara preponderancia del carácter comercial y la asimilación del mo-
delo norteamericano.

“En 1960, a pesar de los intentos de muchos países de crear pequeños canales de
televisión de servicio público, educativos o culturales, la televisión comercial, hecha
a imagen y semejanza de la televisión de Estados Unidos, estaba firmemente esta-
blecida en América Latina”.11

Fox destaca, hacia fines de los años ´50 y principios de los ´60 el auge de movimien-
tos revolucionarios. “Muchos gobiernos, y también Estados Unidos, percibieron el
éxito de la Revolución cubana de 1959 como una amenaza a su propia estabilidad
y a la de la región”.12

Este temor hizo que Estados Unidos pusiera a trabajar planificadores del desarrollo
dirigidos por el Estado para resolver los problemas de inestabilidad política y eco-
nómica de la región.

Así, Estados Unidos lanzó un programa de desarrollo hacia los países latinoame-
ricanos que denominó “Alianza para el Progreso”, bajo el pretexto de ayudar a los
estados en crisis, bajo la cobertura de este programa y justificándose en cumplir un
rol público benefactor “… el gobierno estadounidense, que hasta entonces había
sido el principal promotor de la inversión privada norteamericana en América Latina,
mostró una nueva inclinación a entregar a los gobiernos latinoamericanos grandes
sumas de dinero en carácter de ayuda económica directa”.13

Este programa – Alianza para el Progreso – expresaba que tenía objetivos de refor-
ma social, manifestando explícitamente una aparente preocupación por los secto-
res desfavorecidos, pero “… de hecho servía para coordinar la política económica,
la política de seguridad y la política de inversiones estadounidenses en América
Latina…el abandono de la reforma social en beneficio de la seguridad militar e
ideológica y del desarrollo económico quedó claramente de manifiesto en la política
estadounidense respecto a Brasil y en el desembargo de tropas estadounidenses
en la República Dominicana”.14

9
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág. 30)
10
Ibíd. (págs.30-31).
11
Ibíd. (pág. 32)
12
Ibíd. (pág. 32)
13
Ibíd. (pág. 33)
14
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág. 33)

324
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Sin embargo, a la vez que este programa creaba las condiciones para el avance de
Estados Unidos sobre centro y Sud América, también “… preparó el terreno para los
movimientos de reforma de los media en América Latina. La Alianza legitimaba la
inversión y la planificación estatales en el sector de las comunicaciones, controlado
hasta entonces casi exclusivamente por el capital privado…” Así, volvieron a salir a
la superficie los mentados objetivos de educación y difusión cultural a través de los
medios masivos, que habían sido dejados de lado desde los años ´30, ahora actua-
lizados por las nuevas tecnologías que estaban imponiéndose. “Los programas de
desarrollo nacionales e internacionales no cuestionaban las emisoras radiofónicas,
diarios y revistas comerciales existentes. Pero… vertieron sumas enormes en equi-
pos y proyectos de comunicación para utilizar la radio, la televisión y otros medios
en el desarrollo sanitario, educativo y agrario… incluían sistemas educativos de
radio… y programas de extensión agrícola nacional”.15

Es en este ambiente político donde se empiezan a escuchar manifestaciones de


partidos políticos e intelectuales, contrarios al rol comercial y políticamente conser-
vador de los medios masivos. Este es el caso de varios intelectuales que se forma-
ron en el programa de desarrollo de la OEA (Organización de Estados Americanos)
y que contribuyeron a los movimientos de reforma.

La década del ´70


El periodo iniciado en los años ´70 mostró, paralelamente a los movimientos de
reforma señalados, una reacción del poder político internacional que produjo el so-
metimiento de muchos gobiernos de la región a las atroces dictaduras militares. El
denominado “Plan Condor”, que se administró desde Estados Unidos y que arbitró,
entre otras acciones, la “Escuela para las Américas” en Panamá donde adiestraron
a grupos de militares de distintos países en métodos de tortura para eliminar el co-
munismo de la región, fue el centro motor de una ola de golpes de estado, diseñada
por y desde Estados Unidos y que se extendió por América Latina.

“A mediados de los años ´70, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay estaban sometidos
a dictaduras militares… Esos regímenes ignoraban los derechos políticos y las ne-
cesidades sociales y culturales de las mayorías.
Los regímenes autoritarios manipularon la educación formal y los símbolos el na-
cionalismo… Utilizaron los mass – media para controlar la información y las co-
municaciones públicas y privadas. Los regímenes militares, a través de su control
de los media, esperaban lograr una disminución del nivel de conciencia política
de la sociedad y reducir la capacidad de los individuos de conocer sus derechos y
responsabilidades…”.16

Además de desaparecer 30 mil personas en nuestro país, los militares “sometieron


a la televisión y las emisoras radiofónicas privadas a un estrecho control político,
censuraron diarios y revistas y detuvieron y mataron a numerosos periodistas. Para
los militares, la organización monolítica del poder en los medios modernos, sus
sofisticadas tecnologías nuevas y su facilidad para utilizar los símbolos eran espe-
cialmente convenientes para el logro de sus objetivos de control de la propaganda
y la información.

Al mismo tiempo, la nueva ideología del crecimiento económico bajo el autoritaris-


mo político dio rienda suelta al desarrollo comercial y transnacional de los mass –
media… El nivel de publicidad gubernamental aumentó hasta un 60 % en el primer
año que siguió a los golpes militares en Chile y Argentina”.17

15
Ibíd. (pág. 33)
16
Ibíd.(pág.43)
17
Ibíd. (pág. 43)

Nidia C. Abatedaga 325


Tecnicatura en Periodismo

Los años ´80

A nivel internacional esta década muestra una política norteamericana de recupera-


ción de su hegemonía. El gobierno de Reagan produjo un aumento en las tasas de
interés al inicio de su administración, entre otras medidas administrativas. También
consiguió “… en el campo político y militar, garantizar la recuperación de la hege-
monía norteamericana, especialmente a partir del colapso del llamado socialismo
real”.18

También los años ´80 muestran la mayor parte de América Latina sometida aún a
las dictaduras militares y en algunos casos, como el argentino, en la etapa de rei-
nicio del periodo democrático (1983). Había una preocupación compartida por las
sociedades de la región, que era fundamentalmente “… la reconstrucción de las
instituciones democráticas y representativas de la sociedad” 19. También existía, con
base en las experiencias de Comunicación Alternativa y Popular20 , una apuesta a
democratizar las estructuras de comunicación. “Las nuevas formas de expresión,
movilización y participación populares que estaban presentes en los medios alter-
nativos constituyeron una forma de comunicación democrática…”.21

Estas formas alternativas se constituyeron en antecedentes esperanzadores, que


se pensaron como posibilidades para reformar los medios comerciales. Sin em-
bargo, a pesar de los fuertes vínculos que se habían establecido entre los medios
alternativos y los movimientos populares, no pudieron reemplazar a los medios co-
merciales. “La democratización de los mass – media, pese a todo, sigue siendo un
objetivo escurridizo”.22

Los flamantes gobiernos constitucionales23 encontraron las mismas dificultades


que se habían señalado hacía 10 ó 20 años, con el agravante de que la economía
mostraba un periodo de gran depresión económica. “La renta per cápita no había
crecido en los últimos 10 años, y en algunos países había bajado hasta los niveles
de los años ´60. En algunas regiones el desempleo superaba el 50 %. Las penalida-
des económicas y la necesidad de hacer frente a la descomunal deuda externa ha-
bía reducido drásticamente las dimensiones y las actividades del sector público”.24

En referencia a los medios, los nuevos gobiernos civiles “no disponían de los re-
cursos políticos o económicos necesarios para emprender una reestructuración a
gran escala del sector de las comunicaciones”.25 En el caso argentino, el gobierno
de Alfonsín también tuvo serias dificultades para reunir la fuerza política que se ne-
cesitaba a los fines de realizar cambios sustanciales. Un ejemplo de eso fueron los
proyectos – nunca aprobados – para reformar la ley de Radiodifusión (22.285).

18
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) (pág.22) Economía Política, comunicación y conocimiento.
Ed. La Crujía y Junta de Andalucía. Bs. As.
19
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.45).
20
El apartado 6.3 analiza con un poco más de detalles, aunque no exhaustivamente, algunos de los deba-
tes en torno a la Comunicación Alternativa y a la Comunicación Popular. Estos temas, aunque ameritan
un análisis más minucioso, se suponen trabajados en la materia Teorías de la Comunicación Social II.
21
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.45).
22
Ibíd. (pág.45).
23
Hacia 1986 el 94 % de la población de América Latina ya había dejado de vivir bajo las dictaduras, sólo
quedaban gobiernos dictatoriales en Chile y Paraguay. (Fox: 1989: 45)
24
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.46).
25
Ibíd. (pág.46).

326
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Este presidente “se encontró con la propiedad jurídica de unos canales de televisión
y unas emisoras radiofónicas…” es decir, había medios estatales que aparecían
como “una pesadilla burocrática entretejida de corrupción, leyes contradictorias
y ubicuas agencias reguladoras. Alfonsín suprimió la censura y transfirió algunas
emisoras de propiedad gubernamental al sector privado. En cierto sentido, el nue-
vo gobierno civil argentino no podía hacer gran cosa más. Se había convertido en
propietario de emisoras de radio y televisión a las que no podía proporcionar pro-
gramación ni financiar con fondos públicos.26”

La década del ´90 en materia de comunicaciones no es ajena a la tendencia neo-


liberal que mostraron las políticas económicas de los países de la región. Los as-
pectos más destacados de la política menemista en lo comunicacional fueron la
profundización de la lógica privatista sobre los Medios, la modificación (durante el
año 1994) de algunos artículos de la Ley de Radiodifusión (N° 22.285), que legalizó
la situación de los oligopolios de medios que de hecho existían y el fomento y apoyo
a la actividad privada comercial.

“Las políticas de comunicación en la Argentina fueron contundentes y se materiali-


zaron en una fuerte centralización del capital, una parcial desnacionalización de la
propiedad, y en una expansión de los mercados publicitarios. Las políticas neolibe-
rales, de orientación mercadocéntrica, no lograron evitar que, con el estallido de la
crisis de diciembre de 2001, importantes medios de comunicación y empresas de
telecomunicaciones se encontraran en situación de quiebra técnica. Esto en gran
parte se debió a que el proceso de concentración de la propiedad se realizó a partir
del fuerte endeudamiento externo de las empresas capaces de emitir obligaciones
negociables en dólares”.27

A continuación lo invito a realizar la siguiente


actividad de reflexión que lo ayudará a evaluar
su proceso de aprendizaje. Transcriba las
respuestas a estas preguntas y envíe al
docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación1

Repasando el análisis de Elizabeth Fox ¿podría responder las siguientes preguntas?

1) ¿Cuáles son para la autora los factores que incidieron en la definición del carácter del
servicio, predominantemente privado en América Latina?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿En qué contexto social y político emergen la radio y la televisión en América Latina? …
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.47).


26

Mastrini, G. (2005) (pág. 17) Mucho ruido, pocas leyes. Economía y políticas de comunicación en Ar-
27

gentina (1920 – 2004) Ed. La Crujía. Bs. As.

Nidia C. Abatedaga 327


Tecnicatura en Periodismo

3) Describa las políticas estatales características de la dictadura en nuestro país.


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué diferencias encuentra entre las políticas que se implementaron en los ´80 y en los ´90
en relación al carácter predominante de los medios (público / privado)?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

El Trabajo de CIESPAL y UNESCO

1976 fue un año de grandes cambios políticos para la Argentina porque el 24 de


marzo el gobierno fue tomado por una dictadura particularmente funesta para la his-
toria del país. Para Latinoamérica fue trascendente debido a que en el mes de julio,
representantes de 20 gobiernos latinoamericanos y el Caribe se reunieron en San
José de Costa Rica, bajo el patrocinio de UNESCO, “con el objeto de discutir las
políticas nacionales de comunicaciones. No había sido fácil organizar el encuentro,
en preparación desde 1970 (…). América Latina fue la primera región del Tercer
Mundo… que identificó determinados problemas en sus sistemas nacionales de
media [y] propuso políticas nacionales de comunicaciones… Criticaron la volumi-
nosa importación de noticias, grabaciones y programas de televisión, la ausencia
de un intercambio regional de noticias, el control casi enteramente privado de los
mass – media y la carencia de servicios públicos y canales para la participación y
el acceso populares. Citaron, entre otros problemas, la censura de las noticias y
de los programas de entretenimiento, y la insuficiencia de profesionales formados
adecuadamente de conocimientos tecnológicos y de medios para la producción
regional”.28

En esta “Conferencia Intergubernamental sobre Políticas de Comunicación en Amé-


rica Latina” estuvieron presentes en los debates los propietarios de emisoras ra-
diofónicas y periódicos latinoamericanos, que “…se opusieron encarnizadamente,
esgrimiendo la libertad de expresión, a aquello que consideraban un movimiento
a favor de una nueva regulación gubernamental. Su presencia en San José dio al
encuentro un clima de confrontación potencial… fueron necesarias delicadas ma-
niobras diplomáticas para alcanzar un consenso en torno a muchas de las cues-
tiones discutidas. Antes, durante y después del encuentro, éste obtuvo una amplia
publicidad, sobre todo negativa, en la prensa latinoamericana y mundial.”29

Las numerosas gestiones dieron como resultado unas 30 recomendaciones a la


UNESCO y a sus Estados miembro. “Estas recomendaciones proponían… medidas
para un intercambio internacional más equilibrado de noticias y programas de en-
tretenimiento. Las medidas garantizarían el acceso y la participación en los media
de todos los miembros de la sociedad, protegerían los derechos individuales y las
libertades de comunicación y expresión, y asegurarían la aplicación de los media a
objetivos de desarrollo nacional y regional. El encuentro hacía un llamamiento a los

28
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.19).
29
bíd. (pág.20).

328
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

gobiernos para que llevaran a cabo políticas explícitamente nacionales de comuni-


cación y creasen consejos nacionales de comunicaciones, que serían organismos
asesores”.30

El contexto político particularmente complejo de esos años, sobre todo si se tienen


en cuenta la cantidad de países gobernados por dictaduras militares (Brasil, Argen-
tina, Uruguay, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Paraguay y la mayor parte de América
Central), no favoreció la aplicación de las recomendaciones elaboradas en la Con-
ferencia Intergubernamental. Sólo hubo algunas excepcionales acciones como la
creación de un servicio regional de noticias latinoamericano (ALASEI) y un servicio
de información intergubernamental (ASIN).

Fox afirmará que “El texto y las recomendaciones realizadas por los países partici-
pantes en la Conferencia, no deben ser considerados sólo un documento histórico.
Contenían las semillas de debates futuros en torno a los mass – media. Debajo de
la preocupación central por las políticas nacionales de comunicación había preocu-
paciones nuevas, como el surgimiento de una comunicación alternativa, la ausencia
de libertades de expresión básicas bajo las dictaduras militares, el tremendo impac-
to de las nuevas tecnologías de las comunicaciones y las vastas transformaciones
de los imperios de comunicación latinoamericanos”.31

Fue acertada y premonitoria la valoración que Elizabeth Fox otorgó al documento


elaborado por la Conferencia Intergubernamental. Premonitoria porque hoy, a más
de 30 años de su publicación, al menos en Argentina, las discusiones sobre Políti-
cas públicas referidas a los medios masivos están en plena vigencia y han tomado
un nuevo vigor, actualizando los debates reseñados en aquel documento.

Resulta pertinente hacer dos breves referencias sobre la actualidad de la temática.


La primera está referida a la aprobación de la nueva Ley de Servicios de Comunica-
ción Audiovisual (N° 26.522), que ya reglamentada obliga a los oligopolios a realizar
desinversiones en Medios masivos, en pos de que se implemente una política más
equitativa en cuanto a la asignación de frecuencias. La ley prevé que a la vez que
haya servicios privados, un porcentaje importante de licenciatarios (alrededor de
30%) deberán pertenecer al ámbito público no gubernamental sin fines de lucro, en
otras palabras, servicios no comerciales.

Por otro lado, las revelaciones que está realizando el gobierno nacional desde 2009,
en relación a las presuntas maniobras de presión realizadas por Héctor Magneto
(por Diario Clarín) y propietarios de los diarios La Nación y La Razón, con el aval
del presidente de facto Jorge Rafael Videla, a la familia Graiver para que vendieran
la empresa “Papel Prensa” el 2 de noviembre de 1976.32 Aunque resulta obvio, es
necesario precisar que esa empresa en la única productora de celulosa y de papel
para diarios en Argentina, y por lo tanto, proveedora de la materia prima fundamen-
tal para todos los periódicos impresos del país. Tiene la capacidad, por ser mono-
pólica, de fijar el precio del papel y establece “cuotas de papel” para los diarios.
Esto indudablemente condiciona la posibilidad de insertar información y publicidad,
por lo que indirectamente la empresa Papel Prensa maneja la difusión de medios
gráficos del país.

30
Ibíd. (pág.21).
31
Ibíd. (págs.22-23).
32
En declaraciones a la prensa, Lidia Papaleo, viuda del antiguo propietario (David Graiver murió en el
año 1976 en un sospechoso accidente aéreo en México), afirmó que los diarios Clarín y La Nación le
“robaron” la empresa “asociados con la dictadura”, y que firmó la venta de acciones “bajo presión” de
Héctor Magneto, el CEO del matutino Clarín. “Cuando llegué a la Argentina, viví la peor etapa; empecé a
recibir amenazas inmediatamente después de morir David, en agosto de 1976” Diario Hoy Día Córdoba.
Lunes 30 de agosto de 2010. Página 3. Sección El País.

Nidia C. Abatedaga 329


Tecnicatura en Periodismo

En su composición accionaria son socios mayoritarios de la empresa Papel Prensa,


el Diario Clarín y Nación y el Estado Nacional participa como socio minoritario con
un 27 % (aproximadamente) de acciones. Al momento de producir este material el
gobierno nacional ha presentado un proyecto de ley al Poder Legislativo Nacional
para declarar de interés público la fabricación, comercialización y distribución de
pasta celulosa y de papel para diarios.

Como se puede apreciar, el debate sobre el carácter público o privado no sólo de


los Medios Masivos, sino también de los insumos necesarios para su circulación
como es el papel para prensa, además de tener absoluta actualidad, ha sido una
cuestión debatida, en diferentes grados, profundidades y libertades, prácticamente
desde la propia aparición de los medios en escena.

Decimos también que lo expresado por Elizabeth Fox fue acertado en valorar la
enorme importancia de las conclusiones emanadas de la Conferencia Interguber-
namental de 1976, porque sintetizaron las posiciones sobre las ventajas y desven-
tajas del carácter público/privado de los Medios, que a nivel regional adoptaron los
países latinoamericanos. Pero los señalamientos realizados por nuestra región no
eran atemporales ni inapropiados, más bien fueron parte de una problemática que
había adquirido ribetes internacionales.

Muestra de ello es que la XIX Sesión de la Conferencia General de UNESCO re-


unida en Nairobi en 1976 ordenó realizar “una reseña de todos los problemas de
comunicación de la sociedad contemporánea en el marco del progreso tecnológico
y de los desarrollos recientes de las relaciones internacionales…”.33

La Comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación,


“conocida de ordinario por sus siglas en francés, CIC, inició sus trabajos en diciem-
bre de 1977… En los años setenta, los debates internacionales sobre los proble-
mas de la comunicación habían alcanzado puntos de confrontación estridente en
muchas zonas. Las protestas del Tercer Mundo contra el movimiento dominante de
las noticias provenientes de los países industrializados se veían a menudo como
ataques a la libre corriente de información”.34

El Informe confeccionado se terminó en diciembre de 1979 y fue publicado por


UNESCO en 1980. La idea de realizar la investigación mundial surgió en la Sesión
de 1970, “cuando los delegados de varios países en desarrollo plantearon por pri-
mera vez en forma explícita la cuestión de la distribución desigual de los medios
masivos, pidiendo la organización de sistemas de intercambio de noticias mejor
equilibrados y adaptados. Estos delegados pensaban que era urgente que los paí-
ses menos desarrollados pudieran preservar su derecho a la identidad cultural”.35

La Conferencia Intergubernamental de 1976, que se comentó sucintamente párra-


fos arriba fue resultado de una sugerencia realizada por los integrantes de la Sesión
de 1974 de la Conferencia General de UNESCO. Allí se “recomendó que se orga-
nizaran dos Conferencias Intergubernamentales, la primera para América Latina y
la segunda en Asia”.36

En las casi 270 páginas se realiza un diagnóstico de la situación mundial de las co-
municaciones. El Informe comienza con un recorrido histórico desde el principio de
la humanidad, posteriormente toma y analiza las diferentes formas de comunica-
ción (interpersonal y mediática) con apartados dedicados a cada uno de los Medios

33
MacBride, S. (1992) (pág. 14) Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro
tiempo. Informe de la Comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación. FCE.
México.
34
MacBride. S. (1992) Óp. Cit. (pág. 17).
35
Ibíd. (pág. 61).
36
Ibíd. (pág. 62).
330
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

(Agencias noticiosas, periódicos, radio, televisión, cine y los denomina “Industria


del Ocio”).

También MacBride y su equipo realizan un pormenorizado estudio de los proble-


mas más importantes de la comunicación, entre los que se pueden mencionar:
“corrientes en un solo sentido”, “la corriente vertical”, “la dominación del mercado”,
“la alienación cultural”, entre otros.

Así mismo hay un apartado destinado específicamente a las Políticas de Comuni-


cación, en el que abordan desde las estrategias de desarrollo y los problemas de
cooperación internacional hasta los asuntos que atañen a los periodistas en su
desempeño profesional.

Finalmente el Informe presenta Conclusiones y Recomendaciones relativas al “For-


talecimiento y la autoconfianza”, “la integridad profesional”, la “democratización de
la comunicación” y la “promoción de la cooperación internacional”. Aunque no se
analizarán aquí por la voluminosidad del Informe y debido a que no corresponde
en términos estrictos a los contenidos previstos en la materia, se consideran suma-
mente importantes sus aportes y se sugiere ampliamente su lectura.

Lo que se rescata aquí del habitualmente llamado “Informe MacBride” es que sinte-
tiza las preocupaciones a nivel internacional que las comunicaciones (masivas y no
masivas) presentaban de modo contundente en la década de los años ´70 y por otro
lado proporciona un marco de análisis más amplio de las tendencias vigentes por
esos años en América Latina, resumidas en las recomendaciones que los países de
la región realizaron en la Conferencia Intergubernamental de Costa Rica.

Por otro lado, se debe mencionar la reacción internacional que provocó el Informe
MacBride, concretamente protagonizada por Estados Unidos y Gran Bretaña, dos
países que “se retiraron de la UNESCO poco tiempo después de que su vigésima
Asamblea General aprobara por consenso el llamado Informe MacBride”. A partir
de entonces la UNESCO empezó a enfrentar una importante crisis de financia-
miento, se orientó hacia temas menos conflictivos y perdió impulso (…). Se impuso
en la práctica el libre flujo de la información y los Estados Unidos sustituyeron su
participación en los organismos internacionales por relaciones bilaterales. Mientras
la UNESCO perdía influencia y las ideas neoliberales se expandían por todo el
planeta, los grandes capitales acrecentaban su importancia en los sectores de la
comunicación, la información y la cultura en el nivel internacional”.37

Este contexto político, signado por las preocupaciones de organismos internacio-


nales como UNESCO en los problemas nacionales e internacionales de la comu-
nicación, sirvió como terreno fértil para la producción y difusión de trabajos que
organismos como CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comu-
nicación para América Latina) realizaron durante la década del ´80.

Entre otras actividades CIESPAL ejecutó en Ecuador el “Programa de Desarrollo


Educativo de la OEA – PREDE” el cual, mediante la realización de talleres de edu-
cación comunitaria procuró encontrar nuevas formas de organización y participa-
ción. La experiencia fue publicada con la finalidad de que las instituciones naciona-
les interesadas en el desarrollo comunitario estimulen la aplicación de las mismas.

En los manuales didácticos editados durante los años ´80, CIESPAL manifestaba
el valor especial que la comunicación posee en las instancias organizativas: “El
presupuesto esencial es que no puede haber desarrollo integral comunitario sin
una auténtica participación de sus miembros, y que esta participación no puede

37
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) Óp. Cit. (pág. 22).

Nidia C. Abatedaga 331


Tecnicatura en Periodismo

lograrse sin un desarrollo de su nivel organizativo. En estos procesos, la comunica-


ción social es un insumo insustituible… Los objetivos son “desentrañar” por medio
de experiencias piloto, el papel fundamental que desempeña la comunicación en
la creación y ejecución de proyectos de desarrollo (alfabetización, desarrollo rural
integral, etc.)”.38

Este organismo capacitó a los profesionales y a la comunidad en diferentes áreas:


técnicas de investigación, producción de mensajes para la organización y toma
de conciencia, la identificación de los mejores y más democráticos procedimientos
para tomar decisiones, etc. Existen, sin embargo, algunos aspectos del trabajo de
CIESPAL que han sido motivo de examen por parte de algunos intelectuales. Uno
de ellos está referido a que aunque en general la institución mantiene un tono de
denuncia a la propuesta vertical de comunicación por parte de los medios y los
gobernantes, “también se mantiene la concepción de iluminados, que pueden pro-
porcionar las herramientas necesarias para el trabajo de la comunidad. Los grupos
pueden trabajar desde sus necesidades, esto garantiza el no rechazo de las pro-
puestas, pero toda modificación está regulada bajo la idea de desarrollo”.39

Como se podrá apreciar de la escueta referencia al contexto institucional Latino-


americano, la preocupación por la comunicación ha seguido los avatares de los
cambios políticos y sociales de la región. No fue escasa ni superficial la producción
de extensos materiales (Informes, documentos, cuadernos de capacitación) produ-
cidos. Sin embargo no siempre han tenido la difusión adecuada ni se han seguido
con frecuencia las valiosas recomendaciones producidas por los estudiosos.

En lo que sigue, se proporciona un panorama de lo producido por los intelectuales


comprometidos con las críticas radicales a las influencias que los Estados Unidos
sistemáticamente ejercieron sobre América Central y América del Sur, precisando
en los aspectos comunicacionales.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas y
envíe al docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 2

Después de leer el ítem sobre UNESCO y CIESPAL y responda por favor:

1) ¿Cuál cree fue la importancia que tuvo la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas
de Comunicación en América Latina para el debate sobre los Medios Masivos?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

38
Díaz Larrañaga, N. y Saintout, F. (2003) (pág. 44) Mirada crítica de la comunicación en América Latina:
entre el desarrollo y la dominación, la resistencia y la liberación en Saintout, F. (Ed.) Abrir la Comunica-
ción. Tradición y Movimiento en el Campo Académico. Ed. EPC. Fac. Periodismo y Comunicación Social
de la Universidad Nac. De La Plata. Cap. II.
39
Ibíd. (pág. 45).

332
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

2) ¿Qué circunstancias impidieron que en la mayor parte de América Latina se aplicaran las
recomendaciones surgidas de la Conferencia organizada por UNESCO?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) Explique qué es el Informe MacBride. ¿Por qué se puede considerar plenamente vigente?
Explique su vigencia con un ejemplo nacional
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué orientación tuvieron las políticas que aplicó CIESPAL en América Latina?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Críticas al desarrollismo: Medios y Domina-


ción cultural

En oposición a los movimientos políticos realizados por Estados Unidos y dirigidos


hacia Latinoamérica con objetivos de dominación durante los años ´60, comúnmen-
te denominados “Desarrollismo”, surgieron un grupo de intelectuales que elabora-
ron sustanciosas críticas a la política norteamericana.

“Los estudios del investigador boliviano Luis Ramiro Beltrán, y del investigador
paraguayo Juan Díaz Bordenave argüían que el auge incontrolado de los media
comerciales creaba problemas de desarrollo nacional y de democracia política…
Otros investigadores como el profesor venezolano Antonio Pasquali, estudiaron la
influencia dañina de la cultura de masas en la cultura y sociedades latinoamerica-
nas… La lucha del educador brasileño Paulo Freire para que se escuchase la voz
de los pobres y oprimidos de la región, abrumados y asfixiados por la cultura ma-
siva de los mass – media comerciales, contribuyeron a los programas educativos
y culturales revolucionarios de toda América Latina. La investigación de Armand
Mattelart, a finales de los sesenta y comienzos de los setenta, sobre el control
transnacional de los madia latinoamericanos, los intereses de clase en su control y
su gestión y el rol de los movimientos populares proporcionaron un marco teórico y
una demostración empírica al debate y reforma en Chile y los demás países.”40

A esta corriente de resistencia que se creó en el arco político y académico latinoa-


mericanos a fines de los ´60 y principios de los ´70 se la denominó “Teoría de la
Dependencia”. Los autores señalados en el párrafo anterior dieron sustancia a esta
teoría que se enfrentó a la propuesta del desarrollismo proveniente de la norteame-
ricana Alianza para el Progreso. “Poseían una inspiración materialista histórica y
postulaba que el denominado “subdesarrollo” latinoamericano no obedecía a los

40
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.34).

Nidia C. Abatedaga 333


Tecnicatura en Periodismo

motivos que postulaba la CEPAL 41 , ni era una cuestión de retraso en un camino


que conducía al desarrollo, sino que era una situación que encontraba su expli-
cación en procesos históricos de dependencia a políticas económicas y sociales
externas. Es decir, las economías de los distintos países latinoamericanos fueron
pensadas y luego incorporadas a la fuerza… que provocaron que quedaran some-
tidos en una relación de dominio. Relación desigual con reglas de juego que no les
pertenecían y con las cuales estaban en clara desventaja”.42

Los teóricos de la “dependencia” pensaban que la salida a la crisis en los países lati-
noamericanos, diagnosticados como “subdesarrollados” porque se suponía que era
la “velocidad del desarrollo” el problema que los había dejado “retrasados” respecto
de los países “desarrollados”, no era “incrementar la velocidad del desarrollo” sino
“independizarse” de las relaciones que los colocaba en situación de dominados.

Según Díaz Larrañaga y Saintout “Para los investigadores que adherían a esta
perspectiva, había una interpretación errada de lo real, ya que Latinoamérica no
era subdesarrollada, sino dependiente. Estas concepciones se plasmaban en una
actitud teórica, relacionada al develamiento de las relaciones de poder y de la
ideología operante, pero también se plasmaba en una actitud política anclada en
la denuncia de la dominación de los medios. Paralelamente a esta corriente surge
la perspectiva teórico/política de la “Invasión Cultural” (…) en un contexto (…) de
fortaleza de los movimientos sociales de liberación nacional y tercermundistas (…)
El término “Invasión Cultural” es utilizado en primera instancia por Paulo Freire
para nombrar la relación “centro/periferia” a partir del desarrollo de las industrias
culturales.” 43

Entre los autores que representan cabalmente esta corriente pueden mencionarse
a Juan Díaz Bordenave y Matins de Carvalho, quienes dedican un apartado es-
pecífico a las nociones de “Centro / Periferia” en su texto Planificación y Comuni-
cación. En él retomarán lo escrito por Eduardo Galeano en Las venas abiertas de
América Latina, manifestando que tiene el valor de mostrar cómo “… en virtud de
haberse iniciado la Revolución Industrial en la Europa Occidental, las colonias per-
tenecientes a los países que formaban parte del grupo colonizador fueron sistemá-
ticamente desangradas por todos los medios y en todos los campos de la actividad
humana productiva. Como consecuencia de esta explotación sistemática y de los
mecanismos de dominación económica y política que la hicieron posible, el mundo
se fue organizando en un sistema económico – político unificado según el siguiente
esquema”.44

41
“La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) fue establecida por la resolución 106(VI) del
Consejo Económico y Social, del 25 de febrero de 1948, y comenzó a funcionar ese mismo año. En
su resolución 1984/67, del 27 de julio de 1984, el Consejo decidió que la Comisión pasara a llamar-
se Comisión Económica para América Latina y el Caribe. La CEPAL es una de las cinco comisiones
regionales de las Naciones Unidas y su sede está en Santiago de Chile. Se fundó para contribuir al
desarrollo económico de América Latina, coordinar las acciones encaminadas a su promoción y reforzar
las relaciones económicas de los países entre sí y con las demás naciones del mundo. Posteriormente,
su labor se amplió a los países del Caribe y se incorporó el objetivo de promover el desarrollo social”.
Este es el encabezamiento de la página que se encuentra disponible en el sitio web. http://www.eclac.
org/cgibin/getprod.asp?xml=/noticias/paginas/4/21324/P21324.xml&xsl=/tpl/p18f-st.xsl&base=/tpl/top-
bottom_acerca.xsl (Fecha de consulta: Fecha de consulta 3 de setiembre de 2010).
42
Díaz Larrañaga, N. Y Saintout, F. (2003) Óp. Cit. (pág. 31).
43
Ibíd. (pág. 31).
44
Bordenave, J. Carvalho, M. (1978) (pág. 31). Planificación y Comunicación. Ed. Don Bosco. Quito.
Ecuador.

334
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Analicemos el siguiente gráfico.

Los autores explican los mecanismos de dominación graficados en el esquema re-


cuperando lo afirmado por Osvaldo Sunkel, en relación a que existen “un conjunto
de actividades, grupos, regiones, localizadas en naciones diferentes, constituyendo
la parte desarrollada del sistema y estando estrechamente vinculados entre sí de
manera transnacional… [Además] en cada nación, actividades, grupos, regiones,
excluidos de la parte desarrollada y desprovistos de lazos con actividades, grupos,
regiones semejantes en otras naciones”. 45

Para Bordenave y Carvalho también hay mecanismos de dominación al interior de


los propios países dominantes, “… explotación de unas clases sobre otras. Las
consecuencias concretas de esta situación… se extienden dese hechos tan físicos
como la disposición de las redes ferroviarias y rodoviarias de los países periféricos
para exportar materias primas a los países centrales, a hechos menos tangibles…
como los sistemas y filosofías educacionales prevalecientes en los países domi-
nados… los hechos financiero – económicos a través de los cuales la dominación
se ejercita de forma más directa y cruda, tales como la actuación de los bancos y
empresas multinacionales y su fraternal, o mejor dicho, paternal relación con los
políticos y empresarios de los países satélites”.46

Si tomamos un mapa que refleje el trazado ferroviario en nuestro país, se podrá co-
rroborar lo que afirman estos autores ya que tienen un trazado solar, cuyo centro se
encuentra en Buenos Aires y se distribuye desde allí hacia los distintos puntos del
país. Hay escasas conexiones entre provincias, por fuera de las que atraviesan las
vías ferroviarias en su tránsito al puerto, donde llega y de donde se exporta (incluso
en la actualidad, aun cuando el sistema ferroviario se haya anulado en la mayor
parte de sus trazados) el 90 % de los productos del país.

Los autores destacan, sin embargo, que la dominación es no sólo “física” o “mate-
rial”, sino también una “dependencia mental” de la que responsabilizan, en primer
lugar, a los propios habitantes de los países dominados y después a los países
centrales.

45
Bordenave, J. Carvalho, M. (1978) Óp. Cit. (pág. 32).
46
Ibíd. (pág. 32).

Nidia C. Abatedaga 335


Tecnicatura en Periodismo

“La dependencia mental se manifiesta a diversos niveles y en distintos campos.


Una de sus manifestaciones más radicales es la resistencia a la revisión crítica de
la historia: no se quiere saber cómo ocurrieron realmente las cosas, qué fuerzas
actuaron en nuestra historia provocando nuestra “independencia”… a muchos bra-
sileños y argentinos les resulta muy poco interesante escudriñar las reales causas
de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.

En el campo nacional, a pocos les quita el sueño tratar de entender por qué una
determinada familia de la “aristocracia” es dueña de enormes extensiones de tierra
y cómo fue que ciertas empresas extranjeras recibieron concesiones y privilegios
que las propias empresas nacionales no posee (…)”.47

Una primera señal de dependencia mental es la pereza de conocer nuestra verdade-


ra identidad, nuestra real estructura social y nuestra auténtica génesis nacional.
Somos lo que nos dicen que somos los historiadores de una determinada época y clase
social.

Para estos autores hay una segunda manifestación importante de nuestra depen-
dencia mental: “la aceptación acrítica de doctrinas, ideologías y modelos de pen-
samiento que nos vienen de fuera. Esta sumisión puede observarse en todos los
campos, desde el religioso hasta el tecnológico, pasando por el educacional, el
político y el cultural”.48

Bondenave y Carvalho otorgan particular importancia al nacimiento, en el ámbito


religioso de la “Teología de la Liberación”, a la que consideran “la antítesis de ese
pasado de oscuridad y distorsión dogmática… En lo ideológico – político los par-
tidos de la democracia liberal… basan sus principios y dogmas, no en el examen
cuidadoso de la realidad latinoamericana, sino en los textos emitidos por… pensa-
dores… de realidades distintas a las nuestras.

En lo científico, se cuentan con los dedos de la mano los pensadores latinoameri-


canos que se apartan drásticamente de los paradigmas intelectuales dominantes
(…)”.49

Estos conceptos tan difundidos entre los autores de la denominada “Teoría de la


dependencia” encuentran uno de los notorios puntos de contacto con autores que
sustentarán sus análisis desde las corrientes Poscoloniales, Subalternas y Posoc-
cidentales.50 Según Walter Mignolo la noción “centro / periferia” que estructura el
sistema mundial moderno “deviene centralmente del economista Raúl Prebisch y
su reflexión acerca de los límites de la modernización en el Tercer Mundo” También
está influido por la Teoría de la dependencia creada por los sociólogos brasileños
Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto.

Sin embargo no se encontraron referencias que pongan en evidencia puntos de


contacto – teóricos, institucionales o políticos – entre el grupo que conformaron la
Teoría de la Dependencia y quienes se constituyeron en parte de las Teorías Posco-
loniales, a pesar de las coincidencias en los análisis. Es importante destacar que los
Estudios Poscoloniales se desarrollaron sobre todo a partir de intelectuales ubica-
dos en universidades norteamericanas en contacto con autores ecuatorianos y de
otros países de Centroamérica, en el periodo que va desde aproximadamente los

47
Bordenave, J. Carvalho, M. (1978) Óp. Cit. (pág. 34).
48
Ibíd. (pág. 34).
49
Ibíd. (pág. 35).
50
Una breve referencia a estas corrientes se encuentra en el punto 6.5 del presente capítulo.

336
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

años ´80. En tanto los autores de la Teoría de la Dependencia no tuvieron contacto


con universidades de Estados Unidos y pertenecen a una generación dos déca-
das anteriores a aquellos. Por otro lado, sus fuentes de estudio fueron pensadores
hindúes y surasiáticos, mientras que las fuentes de los autores de la Teoría de la
dependencia fueron autores occidentales y latinoamericanos. Quedaría pendiente
una investigación que trate de establecer si hubo lecturas o contactos entre ambos
grupos de autores.

A la luz de todo lo leído y analizado, realice la


siguiente actividad. Transcriba las respuestas
a estas preguntas y envíe al docente tutor a
través de la Mensajería Interna
del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 3

En referencia a los autores analizados en este apartado. ¿Podría responder?

1) ¿Cómo podría definir en pocas palabras el “Desarrollismo”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cuáles fueron los temas que criticaron los intelectuales de la llamada “Teoría de la De-
pendencia?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Cómo explican Bordenave y Carvalho la dependencia internacional? Relacione con el


par centro/periferia
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Qué otros tipos de dependencia afirman que existe?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Nidia C. Abatedaga 337


Tecnicatura en Periodismo

Comunicación Alternativa y Popular

Se hará aquí una breve reflexión sobre la comunicación Alternativa y popular, para
no abundar en temas que ya son suficientemente abordados en Teorías de la Co-
municación Social I y II, pero que es importante refrescar.

La concepción que sostuvo “lo alternativo” durante las décadas de los ´60 y ´70 y
que es recuperada durante los ´80, después de las dictaduras militares, considera-
ba la participación en Medios de Comunicación como parte ineludible de un proyec-
to político para la gestación y desarrollo de procesos de transformación social hoy
está ausente en muchas experiencias mediáticas originadas en grupos excluidos.

Muchos autores coinciden en denominarlas experiencias de comunicación alterna-


tiva y al hablar de ellas mencionan los casos de las 23 Radios Mineras de Bolivia,
surgidas después de la Revolución Boliviana de 1952 (que reformó el régimen de
tenencia de tierra y nacionalizó las minas) y que aún unos días después del golpe
de 1980 conformaron una “cadena de democracia” y siguieron transmitiendo hasta
que fueron derrotadas las comunidades mineras y cerradas las radios.

También se cita el caso de México, cuando en 1968 “la Conferencia de Obispos


Latinoamericanos de Medellín declaró la “opción preferente a favor de los pobres”
por parte de la Iglesia, habiendo aportado muchos de los elementos de la Teología
de la Liberación que promovían los sacerdotes del Tercer Mundo.” A partir de esto
la Iglesia Católica desarrolló en América Latina tipos diferentes de comunicación
popular como parte de su acción pastoral. Así mismo se incluye dentro de la co-
municación alternativa las experiencias protagonizadas por las Madres de Plaza de
Mayo en contra de la represión militar en nuestro país luego del golpe de 1976, en la
búsqueda de echar luz al genocidio y desaparición de personas llevado adelante y
cuidadosamente ocultado, aún ante las denuncias y pedidos de informes realizadas
por organismos de Derechos Humanos Internacionales. “Esos grupos inventaron
nuevas formas de comunicación y nuevos símbolos y lenguajes para una población
despojada de otras formas de expresión. En unos casos, los media alternativos
fueron al mismo tiempo una auténtica alternativa a los alienadores mass – media
sometidos al control gubernamental y una forma de comunicación democrática y
participativa. En otros casos sirvieron de filtros a los mensajes monolíticos de los
mass – media. Aún en otros casos, los media alternativos cumplieron un rol político
específico en la organización y educación populares”.51

En general, se puede coincidir con Von Sprecher en que “Los proyectos de comu-
nicación alternativa y popular pretenden partir de una definición política previa, una
inserción dentro de un proyecto político donde la tarea del investigador se convierte
en parte de una práctica social. Esta definición política no implica una opción parti-
daria, necesariamente, sino que más bien se plantea como un compromiso con los
proyectos que elaboren o puedan ir elaborando los sectores populares.”52

Sin embargo, también es necesario realizar algunas diferenciaciones entre la co-


municación “alternativa” y la comunicación “popular”, porque así como no todas
las experiencias que pueden denominarse “populares” tienen objetivos de cambios

51
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.45).
52
Von Sprecher, R. (1988) (pág.11) Investigaciones sobre Comunicación Social en América Latina: las
décadas de los sesentas, setentas y ochentas. Versión corregida sobre un mimeo original para la Escue-
la de Ciencias de la Información (UNC).

338
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

profundos en la sociedad, muchas otras que se reclaman para sí el nombre de


“alternativas” caen en una suerte de participacionismo que encubre relaciones au-
toritarias u objetivos velados que son diferentes a los que se muestran a quienes
participan.

El primer caso puede ejemplificarse pensando como ejemplo un periódico – mural escolar,
que puede conllevar el objetivo de información sobre las actividades de un barrio y aún la
reflexión referidas a problemáticas del sector – lo cual lo habilita para denominarse “popular”,
y sin embargo puede no tener objetivos que se condigan con un cambio social, lo cual lo
excluye de la posibilidad de llamarse “alternativo”.

En el segundo caso podemos pensar en algunas Organizaciones No Gubernamentales, lo


suficientemente numerosos, que han instalado una FM aparentemente “alternativa” que en
realidad encubren objetivos reñidos con el cambio social, pues más bien se orientan al apa-
ciguamiento de sectores sociales potencialmente rupturistas. A través del Medio se canaliza
el malestar de estos grupos mediante instancias de autogestión que son en sí irreflexivas
con relación a las estructuras sociales hegemónicas, lo cual las conduce a ser funcionales al
sistema de dominación en el que se encuentran insertos.

Se puede afirmar que “lo popular”, estrictamente hablando es lo que viene del pue-
blo, es decir de lo que la gente, en tanto grupos, organizaciones o sectores socia-
les, piensa o siente respecto de sí mismos y de su entorno. ¿Se puede afirmar que
todas las experiencias que se autoadjudican el nombre de “alternativas” – tomado
aquí como sinónimo de popular - provengan efectivamente del pueblo en el sentido
aquí propuesto? Claro que la respuesta, casi obvia es una negativa rotunda.

González Casanova considera que la “categoría concreta de pueblo… [es una]


forma de abordar el problema de la hegemonía - manteniendo como mantiene el
postulado teórico general de que la sociedad capitalista se halla dividida en clases,
y que en ella existe una contradicción esencial entre los propietarios de los medios
de producción y los proletarios - ve la necesidad de reconocer un hecho muy signi-
ficativo: que la lucha en estos países (Cuba y Nicaragua) no es originalmente hege-
moneizada por la clase obrera, sino por una categoría más vasta y contradictoria
como es el pueblo”.53

“Lo popular no puede definirse por una serie de rasgos internos o un repertorio de
contenidos tradicionales, por lo tanto no coincide exactamente ni siempre con lo
que se denomina folklore o tradición cultural de una región o grupo social. Lo popu-
lar está vinculado con las necesidades de esos grupos, definidas por ellos mismos
y en un proceso de reflexión crítica sobre lo vigente, esto significa que lo popular
se construye frente a lo hegemónico. Es un hecho, no una esencia; es una posición
relacional, no una sustancia”.54

Las culturas populares, así entendidas, aparecen básicamente a raíz de la des-


igualdad en las formas de reproducción social: hay una desigualdad en la base
de las formas de producción económica y por ende una desigual apropiación del
producto social, tanto material como ideológico y cultural. Pero además hay una in-
tegración conflictiva entre sectores populares o subalternos y sectores dominantes
que hace que los dominados consientan activamente y bajo diferentes formas esa
dominación: consumo de marcas, democracias representativas.

Ibíd. (pág.12).
53

García Canclini (1988) (pág. 23) Cultura Transnacional y Culturas Populares en G. Canclini y Rafael
54

Rongliolo (Ed) Cultura Transnacional y Culturas Populares. Ed. IPAL. Perú.

Nidia C. Abatedaga 339


Tecnicatura en Periodismo

Puede entonces afirmarse que hay una cultura popular que produce unas formas
también populares de comunicación, que sería origen de lo denominado comuni-
cación popular sin embargo lo que muchos de estos sectores populares muestran
no parece autorizar un planteo que hable de un carácter “alternativo” de estas ma-
nifestaciones culturales y su potencialidad política precisamente por la conflictiva
relación con sectores dominantes y la dialéctica hegemonía / consenso.

Kaplún señala que dentro de las propuestas de comunicación popular, el recurso a


la comunicación no es lo que es por la comunicación misma: “(…) para el movimien-
to de base la comunicación no se constituye en un fin en sí, sino en un instru-
mento necesario al servicio de la organización y de la educación populares.
Son organizaciones tales como cooperativas, centros de educación y de cultura
popular, asociaciones de vecinos, grupos de mujeres y jóvenes, ligas campesinas,
comunidades cristianas de base, bibliotecas populares, comités de salud, comuni-
dades educativas y muchas otras formas que toma la acción popular organizada,
las que crean esos medios de expresión e información y se valen de ellos como
propulsores de la participación y la movilización, generadores de un mayor
nivel de conciencia, canales comunicativos para el intercambio y el análisis
de experiencias y animadores de la acción colectiva”.55

En virtud de algunas situaciones que hoy se presentan parece que estamos pre-
senciando un cambio de carácter en la noción de “alternativo” teñida hoy por la
lógica social neoliberal. Por otro lado, si es cierto que lo popular debe pensarse en
términos de situación relacional, el propio planteo de la comunicación llamada “al-
ternativa” no puede ser descrito en sí mismo, en términos absolutos o como parte
de su esencia sino con relación a qué se denomina de ese modo: “Comunicación
alternativa”... a qué?

La comunicación alternativa no lo es por sustancia, sino por su referencia a un


orden social que se pretende único y es hegemónico. El uso o creación de medios
alternativos hoy no tiene un guión preestablecido, sino un contenido por definir y
ese contenido debería estar dado por lo que los grupos sociales se planteen como
necesario de ser “alterado” en su situación particular, pero en referencia y con una
mutua relación al entorno social. Esas definiciones en cuanto a lo que se necesita
como sociedad deberían originarse, además, en la propia situación y no en recetas
exteriores que se pretendan resolutivas.

Medios Alternativos no pueden arbitrarse ni autogenerarse más que por su doble vin-
culación con lo social y con los Medios dominantes. Tampoco pueden ser pensados
en su mismidad, sin grupos sociales que los sostengan y reproduzcan. Pero sí pue-
den emerger de formas diferentes de pensarse que encuentren grupos sociales cuya
situación no justifique la mera reproducción de las relaciones sociales que los empu-
jan a estar allí. También pueden pensarse en relación al discurso único que proponen
los medios oligopolizados en la mayor parte del territorio latinoamericano.

Sólo desde allí se puede pensar una comunicación alternativa que proponga qué
sujetos protagonizan la comunicación, que interacciones comunicativas se defi-
nen como alternativas, qué tecnología se pone a disposición de qué mensajes,
y qué contenidos surgen y circulan como la expresión de una organización como
espacio de autorreflexión sobre la situación singular y su inevitable vinculación con
el rumbo de la sociedad a la que refiere.

54
García Canclini (1988) (pág. 23) Cultura Transnacional y Culturas Populares en G. Canclini y Rafael
Rongliolo (Ed) Cultura Transnacional y Culturas Populares. Ed. IPAL. Perú.
55
Von Sprecher, R. (1988) Óp. Cit. (pág.12).

340
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Esta comunicación alternativa, así pensada constituye una de las posibilidades de


que los grupos sociales puedan pensar hoy en sí mismos en su vinculación con la
sociedad en tanto totalidad, como un campo de gestación de sujetos políticos con
una mirada que exceda los límites de los fines particulares y pueda ver en el hori-
zonte los engranajes que conducen en cierta dirección a la sociedad.

Para enriquecer la lectura realizada, le propongo


la siguiente actividad. Transcriba las respuestas
a estas preguntas y envíe al docente tutor a
través de la Mensajería Interna
del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 4

En referencia a la Comunicación Alternativa y Popular, trate de responder las preguntas:

1) ¿Qué experiencias se muestran como “Alternativas”? ¿Por qué?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) Según Von Sprecher, ¿Qué aspecto sustancial distingue a la Comunicación Alternativa de


otros tipos de comunicación masiva?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Cuál es, para Kaplún, la esencia de la Comunicación Popular?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Podría establecer diferencias y coincidencias entre Comunicación Alternativa y Comu-


nicación Popular?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Nidia C. Abatedaga 341


Tecnicatura en Periodismo

El Campo de los Estudios Subalternos “Pos-


coloniales” y “Posoccidentales” latinoameri-
canos:

Ramón Pajuelo

El breve artículo “Del “Poscolonialismo” al “posoccidentalismo” que se comentará


de este autor resulta iluminador por tener la virtud de presentar un mapa bastante
completo de las principales líneas de análisis de estudios latinoamericanos a la
vez que establece claras distinciones conceptuales entre tres abordajes culturales
diversos: el Poscolonialismo, los Estudios Subalternos y los Estudios Culturales.

Poscolonialidad
Comienza indicando que durante las últimas dos décadas del siglo XX el debate
sobre “poscolonialidad” no encontró un terreno fértil en América Latina y retomando
a Mignolo, quién atribuye el surgimiento de la poscolonialidad, como reflexión
y como condición contemporánea al resultado del “cruce de la historia moderna
europea con las historias contramodernas coloniales” y entre las condiciones para
que se realice el encuentro se pueden atribuir a la globalización, la crisis de los
paradigmas cognitivos y el desmoronamiento del campo socialista.”56

A estos procesos Pajuelo denomina “razón poscolonial” y la explica como “una se-
rie de prácticas asentadas en las diversas herencias coloniales, ene le espacio de
intersección entre las “historias locales “ y los “diseños globales”, espacio en el cual
se van construyendo epistemologías fronterizas, descolonizadoras, basadas en los
conocimientos locales de los territorios ex – coloniales, en Europa, África y América
Latina.”57

Los primeros representantes del poscolonialismo fueron intelectuales de origen no


europeo y se puede mencionar a Gayatri Spivak, Homi Bhabha y Edward Said.
Al nacer bajo las mismas condiciones que dieron origen a las ideas de posmoder-
nidad y en el marco del giro cultural que hicieron las ciencias sociales y humanas,
muchos entendieron que la poscolonialidad era una modalidad académica del pos-
modernismo.

Estudios Culturales
Pajuelo ubica, dentro de los Estudios Culturales a Stuart Hall como parte del nú-
cleo que lo promovió en Birmingham, inspirado “en la obra de teóricos marxistas
preocupados por la cultura como Raymond Williams y Edward Thompson.” Mencio-
na el proceso por el cual “Fueron “exportados” posteriormente a Estados Unidos,
generalizándose rápidamente como un campo transdisciplinario de indagación crí-

56
Pajuelo, R. (2001) (pág. 114) “Del “Poscolonialismo” al “posoccidentalismo”: una lectura desde la histo-
ricidad latinoamericana y andina”. En Rev. Del Centro Andino de Estudios Internacionales N° 2 II semes-
tre / 2001. Universidad Andina Simón Bolívar. Quito. Ecuador.
57
Ibíd. (pág. 114).

342
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

tica de los fenómenos culturales, pero a costa de su institucionalización académica


y el paulatino despojo de sus declarados objetivos antisistémicos y contestatarios
originales”.58

Critica la institucionalización, refiriéndose sobre todo a la Tercera Etapa de los Es-


tudios Culturales, porque entiende que en los orígenes de Birmingham los auto-
res veían en la institucionalización una forma de cooptación por parte del sistema
académico estadounidense que impedía el desarrollo autónomo de teoría. A la
vez observa que esta institucionalización ha promovido la expansión de sus con-
tenidos. “La “puesta en moda” de los Cultural Studies, a partir de su afincamiento
norteamericano, los ha proyectado con mucha fuerza hacia otros espacios como
América Latina, pero al mismo tiempo está implicando el peligro de su conversión
en aquello que justamente el grupo original de Birmingham buscaba combatir: ser
una disciplina académica institucionalizada y practicada sobre todo en el Norte”.59

El autor indica en una nota al pie de página que la recepción de los estudios cultura-
les se evidencia en los años ochenta, sobre todo con los aportes de Néstor García
Canclini, José Joaquín Brunner, Renato Ortiz, Beatriz Sarlo, Fernando Calderón,
Martín Hopenhayn, Jesús Martín Barbero, a la vez que indica que “se plantean
dificultades para pensar a todos estos autores en términos de una “escuela” o “co-
rriente” de estudios culturales latinoamericanos.” (Pajuelo: 2001: 115) Recordemos
que los años ´80 implican lo que se denominó la “explosión” de los Estudios Cultu-
rales, y se colocaron bajo el paraguas de ese nombre numerosísimos trabajos en
varios países, que no tienen, estrictamente hablando, una unidad epistemológica o
temática común. En forma paralela a la expansión de los estudios culturales Pajue-
lo alude al debate que se abrió en torno al “multiculturalismo”, “en el marco de la
intensa discusión sobre la cultura, la democracia, la nación y la ciudadanía de los
años ´80 y ´90, y del surgimiento de una serie de conflictos étnicos… Esta discusión
desarrollada tanto desde la izquierda como desde la nueva derecha y el liberalis-
mo, ha tenido un eco especial en América Latina… con los propios movimientos
indígenas como protagonistas del debate en países como Ecuador, Bolivia, México
y Guatemala; la aparición en escena de esos movimientos fue interpretada desde el
campo del multiculturalismo tanto como una expresión de la vigencia de la utopía de
una sociedad diferente (multiculturalismo de izquierda) como de lucha por simples
demandas de inclusión (multiculturalismo de derecha)”.60

De estas dos tendencias señaladas, el autor observa que en parte por la crisis de
la izquierda y del marxismo, en los años ´90 se vio favorecida la perspectiva libe-
ral. Sin embargo, no es posible hablar genéricamente del mismo proceso en toda
América Latina. Si uno observa lo que ha venido ocurriendo durante esos años, es
diferente las tendencias que se impusieron en Chile (multiculturalismo de derecha,
más liberal, si se quiere) que las que dominan en Bolivia, a partir de la asunción de
Evo Morales en el gobierno nacional (multiculturalismo de izquierda).

Estudios Subalternos
Es un abordaje surgido alrededor de los años ´70 que se constituyó alrededor de
Ranajit Guha y de un grupo de historiadores proveniente de la India y tomó forma
en lo que se autodenominó “Grupo de Estudios Subalternos”. Esta corriente tiene
varios puntos en común con el poscolonialismo “sobre todo alrededor de la inten-
ción deliberada de construir una nueva historiografía despojada de las herencias

58
Ibíd. (pág. 115).
59
Ibíd. (pág. 115).
60
Pajuelo, R. (2001) Óp. Cit. (pág. 115).

Nidia C. Abatedaga 343


Tecnicatura en Periodismo

teóricas y culturales del colonialismo, a partir de la investigación de la experiencia


histórica de la India, verdadero continente con más de 800 millones de personas
y cientos de lenguas, cuya independencia política fue obtenida en 1947, luego de
décadas de lucha nacionalista”.61

Esta corriente busca una “liberación epistemológica” de la propia historia de sub-


ordinación al colonialismo británico, básicamente porque el subalterno continúa re-
produciendo “la propia condición de subalternidad” aun cuando ya se haya retirado
el colonizador. Por otro lado, se plantean “una recusación frontal del eurocentrismo
en dos planos interrelacionados: el conocimiento de la agencia de los subalternos y
la construcción de una historiografía distinta.”62

En otras palabras denuncian la dominación que continúa ejerciéndose a través de


formas culturales cuyo centro es Europa y desde allí se difunde hacia los países que
alguna vez fueron sus colonias, y que aún siguen reproduciendo los parámetros de
la dominación a través de formas que algunos autores denominan “poscoloniales”.

“A lo largo de la década de 1980 los avances de este proyecto fueron recogidos


en la publicación periódica Subaltern Studies (…) para conformar una nueva his-
toriografía poscolonial capaz de (…) replantear el conocimiento de fenómenos tan
importantes como las insurrecciones campesinas, la formación de la nación, la
conformación del Estado Nacional”.63

Sin embargo el autor observa que es sorprendente la casi nula recepción de los
estudios subalternos en América Latina. Reconoce el intento que realizó “una de-
cena de intelectuales de origen latinoamericano, afincados básicamente en uni-
versidades de Estados Unidos, por constituir un Grupo de Estudios Subalternos
Latinoamericanos, a semejanza del grupo original. Sin embargo, la tibia acogida
de la Declaración Fundacional del grupo no solamente reveló la honda distancia
existente entre América Latina y las universidades norteamericanas, sino también
la tensión… entre una perspectiva propuesta como subalterna y latinoamericana,
pero elaborada desde una óptica posmoderna, y la apelación a la tradición crítica
del pensamiento latinoamericano… el esfuerzo de este grupo no logró romper el
hermetismo local… reflejado en la tardía y todavía escasa publicación de los textos
producidos por el brillante grupo de historiadores de la India”.64

Pajuelo advierte que desde los ´80 las tres corrientes (poscolonialismo, subalterni-
dad y estudios culturales) “han sido oídos como cánticos lejanos de una sola voz
posmoderna” Denuncia que colocar todo bajo el paraguas de la posmodernidad ha
sido una especie de operación de difusión política, que extendió la idea de que ha-
bía “una nueva época y sensibilidad propia de los tiempos de globalización y el “fin
de la historia”… Nada de esto es inocente, sino que “fue en gran medida resultado
del impacto e influencia de los medios de comunicación masiva y las industrias cul-
turales, los cuales impusieron la “moda” posmoderna homogeneizante que impidió
la diferenciación entre el bosque y los árboles”.65

Se ha instalado, para este autor una especie de “clima de época” que impregnó
toda la cultura y los ámbitos académicos. Por un lado, los Medios masivos y las
industrias culturales fueron la principal herramienta para la propagación de esta
“influencia de época” y por otro, los ámbitos académicos (universidades e institutos)
se constituyeron en espacios donde se hizo predominar esta visión, a través de la
indiferencia por nuevos abordajes y la ausencia de su publicación, lo que hace in-

61
Ibíd. (pág. 116).
62
Ibíd. (pág. 116).
63
Ibíd. (pág. 116).
64
Pajuelo, R. (2001) Óp. Cit. (pág. 117).
65
Ibíd. (pág. 117).

344
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

accesible el material. De hecho, muchos de los textos que aquí se están abordando
no fueron publicados aún en Argentina, sino que provienen de editoriales ecuatoria-
nas. “Quedó básicamente oculta, así, la existencia de otros espacios intelectuales
nacidos con la posmodernidad”.66

Para Pajuelo, la teorización poscolonial “ha sido el espacio de mayor hondura de


esta crítica de… las formas de conocer occidentales establecidas como hegemóni-
cas y como parte de la conformación del sistema colonial del capitalismo”.67

Posoccidentalismo
Pajuelo destaca la labor de dos teóricos, Fernando Coronil y Walter Mignolo,
representantes del grupo que bautizó sus estudios con el nombre de “Posocciden-
talismo”. Este concepto pretende expresar “el sentido específico de la herencia co-
lonial de América Latina”.68

Aunque esta corriente es ubicada como una “regionalización” del poscolonialismo


en territorios de legados coloniales hispánicos… significa una continuación y pro-
fundización de la crítica poscolonial, pero a la vez formulada desde la especificidad
latinoamericana”.69

Retomando el mapa de estudios o de “reacciones intelectuales producidas ante la


crisis de la modernidad europea”70 que organizó Walter Mignolo, las divisiones y los
autores que corresponden a cada una de ellas estarían configuradas de la siguiente
manera71 :

● Posmodernismo propio de los territorios europeo y norteamericano:


Arent, Lyotard, Vattimo, Baudrillard, Jameson, etc.

● Poscolonialismo con dos variantes: Poscolonialismo Hindú (Ranajit


Guha, Homi Bhabha, Spívak, estudios subalternos) y Posorientalismo
(Said y otros)

● Posoccidentalismo propio de los territorios coloniales ibéricos en Amé-


rica Latina y el Caribe. (Walter Mignolo, Coronil, Dussel, Quijano, Lander,
Escobar, Castro – Gómez, etc.). Para Mignolo, debería utilizarse en lugar
de “posmodernismo” y “poscolonialismo”, porque es más adecuada para
nombrar la poscolonialidad latinoamericana.

Como se podrá apreciar, hay un número importante de autores reflexionando sobre


las formas de dominación impuestas en los países colonizados y reproducidos aún
después de que el colonizador se retirara. Probablemente debido a la actualidad de
las reflexiones, no hay consensos claros respecto de las denominaciones bajo las
cuales cada grupo de intelectuales define su propuesta. Existe un criterio que pare-
ce ser esclarecedor, que prevalece en la división señalada en el párrafo anterior y
que consiste en identificar el espacio geográfico desde donde se producen los aná-
lisis y los ámbitos (también geográficos) que constituyen el objeto de la reflexión:
Europa, Estados Unidos, La India, Latinoamérica.

66
Ibíd. (pág. 118).
67
Ibíd. (pág. 118).
68
Ibíd. (pág. 113).
69
Ibíd. (pág. 118).
70
Ibíd. (pág. 118).
71
Ibíd. (pág. 119).
Nidia C. Abatedaga 345
Tecnicatura en Periodismo

También parece inevitable la permanente referencia que hace el autor a establecer


distinciones entre los diferentes análisis, sobre todo para neutralizar la tan exten-
dida unificación de todas las diferencias bajo un aparente techo común, como se
ha denominado genéricamente a la “posmodernidad”. La operatoria de los medios
masivos para crear el “clima de época posmoderno” y la falta de publicación de los
trabajos que la industria editorial y las universidades se empeñan en sostener, favo-
rece la consolidación de lo que se muestra como el pensamiento dominante a la vez
que oculta la producción que podría desestabilizar esa hegemonía intelectual.

En lo que sigue se analizarán, en primer lugar el Manifiesto Inaugural, debido a


que es un documento creado conjuntamente por un grupo de intelectuales que
condensa la lectura que realizan sobre la situación latinoamericana, a la vez que
establecen las líneas propositivas más relevantes. Posteriormente se desarrollarán
algunos de los autores representativos, considerando la importancia que otorgaron
al análisis de las industrias culturales.

Le propongo que antes de realizar la actividad,


relea lo que hasta aquí hemos visto…
Envíe al docente tutor los resultados
por mensajería interna del
Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 5

En referencia a la línea de Estudios Subalternos y Poscoloniales, responda por favor:

1) ¿Cómo caracteriza Walter Mignolo los Estudios Postcoloniales?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Qué critica Pajuelo de los Estudios Culturales?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿En qué consisten las líneas de análisis de los Estudios Subalternos? ¿Con qué otro pro-
yecto siente afinidad?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Por qué algunos autores como el argentino Mignolo señala que sería adecuado hablar de
Posoccidentalismo? ¿En qué consiste su análisis?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

346
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Manifiesto Inaugural del Grupo Latinoamericano de Es-


tudios Subalternos

Vale la pena comenzar a desarrollar este acápite con lo expresado por el Grupo
Latinoamericano de Estudios Subalternos, fundadores de un proyecto de estudios
interdisciplinario dedicado al estudio del que denominan “subalterno” en América
Latina, en el “Manifiesto Inaugural”. El grupo no sólo se constituye con intelec-
tuales que analizan los movimientos subalternos de los países de América Latina
sino también con las “fuerzas sociales al interior de los Estados Unidos, que se han
convertido ya en la cuarta o quinta (de 20) nación de habla española más grande
del mundo”.72

Dicho grupo se conformó tomando como ejemplo la organización interdisciplinaria


de intelectuales sudasiáticos dirigida por Ranajit Guha. El Manifiesto Inaugural sien-
ta las bases fundantes de su proyecto, conceptos y estrategias a la vez que justifica,
a través de un breve recorrido histórico por tres movimientos sociales latinoameri-
canos (las Revoluciones mexicana, cubana y nicaragüense) la conceptualización
que hacen del “subalterno como un sujeto que emerge en los intersticios de las
disciplinas académicas…”.73

Estos autores, hacia mediados de los ´90 comenzaron a creer necesario “buscar
nuevas formas de pensar y de actuar políticamente. A su vez la redefinición de las
esferas política y cultural en América Latina… ha llevado a varios intelectuales de la
región a revisar algunas epistemologías previamente establecidas en las ciencias
sociales y las humanidades” Esta necesidad surge de entender que el contexto
social y político de los años ´90 mostró “… el desmantelamiento de los regímenes
autoritarios en Latinoamérica, el final del comunismo y el consecuente desplaza-
miento de los proyectos revolucionarios, los procesos de redemocratización, las
nuevas dinámicas creadas por el efecto de los mass media y el nuevo orden econó-
mico transnacional… La tendencia general hacia la democratización otorga priori-
dad a una reconceptualización del pluralismo y de las condiciones de subalternidad
al interior de sociedades plurales”.74

Los autores inscriptos en este grupo, preocupados por analizar de un modo diferen-
te los mecanismos de dominación en nuestro continente, adoptaron como modelo
los Estudios Subalternos surasiáticos uno de cuyos representantes más prominen-
tes, Ranajit Guha propone “desplazar los presupuestos descriptivos y causales uti-
lizados por los modelos dominantes de la historiografía marxista y nacionalista para
representar la historia colonial surasiática.”75 Los autores del grupo latinoamericano
rescatan la idea de necesaria crítica a los estudios históricos que realizaron autores
de este continente que han analizado los movimientos sociales de un modo parcial,
registrando sólo aquellos que poseen programas políticos elaborados. Además ad-
vierten que la historia latinoamericana fue escrita por una élite de dominación colo-
nial que tergiversó lo ocurrido en América Latina desde la colonización española.

Creen que es necesario recuperar “la especificidad cultural y política de las insu-
rrecciones campesinas” y esto hace necesario develar las formas en que la cultura

72
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Publicado ini-
cialmente por la Revista “Boundary 2”, vol. 20, N° 3 y reimpreso luego en el volumen The Posmodernism
Debate en Latin America, J. Beverly, J. Oviedo y M Aronna (Eds.), Duke University Press, con el título
“Founding Statement”. Traducción al castellano de Santigago Castro – Gómez. (pág. 93).
73
Ibíd. (pág. 88).
74
Ibíd. (pág. 88).
75
Ibíd. (pág. 88).

Nidia C. Abatedaga 347


Tecnicatura en Periodismo

oficial o elitista ha distorsionado la representación hecha del subalterno. Tomarán


también de Guha la idea de que el subalterno “no está registrado ni es registrable
como sujeto histórico capaz de acción hegemónica (visto, claro, a través del pris-
ma de los administradores coloniales o de las élites criollas educadas)… En otras
palabras, el subalterno no es pasivo, a pesar de las tendencias que muestran los
paradigmas [epistemológicos] tradicionales de verlo como un sujeto “ausente” que
puede ser movilizado únicamente desde arriba. El subalterno también actúa para
producir efectos sociales que son visibles”.76

El punto de partida de la crítica que realizan los autores del GLES es develar cómo
ha conceptualizado la “historia oficial” de cada región latinoamericana al subalter-
no, al sujeto latinoamericano dominado. Tomarán tres etapas para realizar la crí-
tica a los modelos impuestos por la colonización, al modo en que fue desplazado
conceptual e históricamente el nativo y cómo la historia narrada impuso la visión
dominante.

1) Primera Etapa: 1960 – 1968

“Aunque la mayoría de los países latinoamericanos ganaron su independencia


en el siglo XIX, los estados nacionales resultantes fueron gobernados predomi-
nantemente por criollos blancos que establecieron regímenes coloniales internos
con respecto a los indios, los esclavos descendientes de africanos, el campesi-
nado mestizo y mulato, o los nacientes proletariados. La Revolución Mexicana
marcó una desviación con respecto a este modelo blanco, patriarcal, oligárquico
y eurocéntrico de desarrollo, pues se fundaba en la agencia de los indios y los
mestizos, no sólo como soldados sino también como líderes y estrategas del
levantamiento revolucionario. No obstante, durante el México posrevoluciona-
rio… este protagonismo fue bloqueado a nivel económico, político y cultural – a
favor de la emergente clase mestiza, alta o media – mediante la supresión de las
comunidades y líderes indios, así como la subaltenización del indio, que dejó de
ser visto como un sujeto histórico – político para convertirse en artefacto “cultural
(por ejemplo en el muralismo mexicano)”.77

El caso con que los autores ejemplifican el modo como fueron desplazados los
verdaderos protagonistas de la historia, en tanto “sujetos políticos”, se asemeja
al destino de algunos de nuestros gauchos, por ejemplo Güemes y sus soldados
en el norte de nuestro país, hoy recordados por la historia que narran los libros
en las escuelas en una dimensión minimizada, cuando se estudia.

Para los autores, un ejemplo diferente del mexicano fue la Revolución Cubana,
porque “representó una recuperación parcial el impulso hacia la emergencia del
subalterno, en particular gracias al acento que otorgó al problema del carácter
no europeo de los sujetos sociales en América Latina… levantándose frente a
la primacía de la historiografía eurocéntrica y frente a los paradigmas culturales
establecidos… El nuevo prestigio que la revolución otorgó al marxismo entre
los intelectuales latinoamericanos y los trabajadores culturales generó un gran
optimismo y una certeza epistemológica respecto de la posibilidad de la subjeti-
vidad histórica. El concepto del pueblo como “masa trabajadora” se convirtió en
el nuevo centro de la representación”.78

76
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Óp. Cit. (pág.
87).
77
Ibíd. (pág. 89).
78
Ibíd. (pág. 89).

348
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Los autores citarán como ejemplos apreciables del cambio epistemológico en


la esfera de la cultura, entre otros, los documentales de la escuela de Santa Fe
creada en Argentina por Fernando Birri y el concepto del “cine popular” desarro-
llado en Bolivia por Jorge Sanjinés. Sin embargo, también en este caso la histo-
ria fue producida por una élite intelectual que se identificó con “un sujeto clasista
unitario” que anuló las diferencias que existen entre negros, indios, chicanos y
mujeres.

2) Segunda Etapa: 1968 – 1979

Los autores aquí señalan un periodo con numerosas crisis, que podrían deno-
minarse “de representación”, porque aparecen situaciones en muchos países
latinoamericanos donde se constituyen en líderes algunos sujetos históricos que
no siempre representan los intereses de los grupos que pretenden liderar. A la
vez van indicando cómo las manifestaciones culturales fueron acompañando las
insurrecciones.

Citan como un caso paradigmático el colapso de la guerrilla del “Che” Guevara


en Bolivia y los focos guerrilleros a fines de los ´60, “un colapso basado en parte
sobre la separación existente entre estos focos y las masas que ellos buscaban
impulsar hacia la acción revolucionaria. (Una imagen muy vívida de esto provie-
ne del mismo “Che” Guevara, quien en su Diario reconoce la falta de apoyo por
parte de la población campesina de lengua Aymará que él estaba tratando de
organizar) (…). La “Nueva Izquierda” en los Estados Unidos, el movimiento anti-
bélico (…) y las manifestaciones de los estudiantes mexicanos frente a la matan-
za de Tlatelolco, señalan la aparición del estudiantado como actor político. Las
prácticas culturales que acompañaron estas insurrecciones, en América Latina.
Violeta Parra y el movimiento de la Nueva Trova en la música latinoamericana o
por la emergencia de formas musicales contracultura como el reggae y el rock.
Políticamente, el movimiento se caracteriza, por un lado, como un conflicto
“generacional” entre las élites. y una nueva clase amorfa que los estudiantes
pretendían representar; por el otro lado, como una alianza política muy amplia
entre movimientos populares, como por ejemplo en el caso de la Unidad Popular
chilena, bajo la figura de Allende”.79

Los autores señalan que la producción cultural dominante desplazó las van-
guardias, y a nivel teórico “Esta etapa marca también la introducción en La-
tinoamérica del posestructuralismo francés, el marxismo gramsciano y la Es-
cuela de Frankfurt… los estudios culturales provenientes de Gran Bretaña y
los Estados Unidos, sirvieron para responder al formalismo de la semiótica
estructuralista”.80

3) Tercera Etapa: los años ochenta

Aquí se señalan como fuentes primarias de referencia “la Revolución nicara-


güense y la importante difusión teórica y práctica de la teología de la liberación
(…). Las palabras claves fueron “cultura”, “democratización”, “globalización” y
algunos “pos” (posmarxismo, posmodernismo, poestructuralismo).”81

79
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Óp. Cit. (pág.
91).
80
Ibíd. (pág. 92).
81
Ibíd. (pág. 92).

Nidia C. Abatedaga 349


Tecnicatura en Periodismo

Los hacedores del Manifiesto Inaugural analizan la coincidencia en la aparición


del Grupo de Estudios Subalternos y el “Centro de Estudios Culturales en Bi-
mingham dirigido por el jamaiquino Stuart Hall”. Indican que “los latinoamerica-
nistas empezaron a criticar la persistencia de sistemas coloniales o neocolonia-
les de representación en América Latina (…)” y juzgaban “(…) problemático el
modelo centro – periferia de la teoría de la dependencia.” 82

Entre los motivos que contribuyeron a la entrada y difusión de “nuevos circuitos


globales de textos y prácticas culturales provenientes de áreas que anteriormen-
te pertenecían al mundo colonial” señalan la rápida expansión de los medios
de información, que fue una característica tecnológica destacada en la década.
“Gracias a la proliferación de la televisión, la telenovela se convirtió en la forma
cultural dominante en América Latina y las ciencias de la comunicación irrumpie-
ron en el área de mayor crecimiento académico.” El momento en que emergen
los estudios culturales en la universidad angloamericana… “el nuevo interés por
los mass media y la cultura popular… con un retraso de aproximadamente cinco
años, este fenómeno se dio también en Latinoamérica misma”.83

Los conceptos básicos alrededor de los cuales los intelectuales construyeron


un consenso común, considerados como retos y exigencias de su labor como
académicos e intelectuales son:

La necesidad de construir un mundo democrático una mayor sensibilidad frente


a la complejidad de las diferencias sociales y la creación de una plataforma plural
de investigación y discusión.

Los autores sostienen que “las configuraciones tradicionales de la democracia y


el Estado – nación han impedido que las clases sociales subalternas tomen parte
activa en los procesos políticos y en la constitución del saber académico… las élites
representadas por la burguesía nacional y / o la administración colonial son respon-
sables de haber inventado la ideología y la realidad del nacionalismo”.84

En otras palabras, los Estados – nación son construcciones intencionadas y arbitra-


rias creadas por las élites gobernantes que quedaron en el poder una vez lograda la
independencia de la metrópoli española (en nuestro caso). Fue una “administración
colonial” que construyó paradigmas de “nación” e “independencia”, no porque res-
petaran las autonomías regionales, étnicas o criollas, sino por dominación política.

Los Estudios Subalternos encuentra dicotomías estructurales en América Latina,


que los lleva a concebir “la nación como un espacio dual:

- élites metropolitanas / élites criollas.


- élites criollas / grupos subalternos.

Al ser un espacio de contraposición, la nación tiene múltiples fracturas de raza,


lengua, etnia, género, clase (…)”.85

Si lo analizamos desde la realidad argentina, se podrá observar que bajo la misma


“nacionalidad argentina” se encuentran comunidades Tobas, Guaraníes y Tehuel-

83
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Óp. Cit. (pág.
93).
84
Ibíd. (pág. 94).
85
Ibíd. (pág. 95).

350
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

ches, por mencionar sólo los pueblos originarios que han sobrevivido a la coloni-
zación, con culturas propias que han visto avasallados muchos de sus derechos y
que uno de los modos de encontrarse “incluidos” bajo el concepto de “ciudadano
argentino” fue en parte la adquisición del español, en reemplazo de sus propias
lenguas. Aún más clara resulta la arbitrariedad de la idea de “nación” si uno aborda
alguna de las fronteras de Argentina. En esas divisiones políticas podría resultar
hasta más legítimo llamarse por ejemplo “guaraní”, que argentino o paraguayo y sin
embargo la identidad nacional se impuso por encima de la pertenencia originaria a
una comunidad.

Los autores realizan una pregunta crucial, que consiste en cuestionar “la naturaleza
del pacto social entre el subalterno y el Estado” o de dicho otro modo, ¿quién deci-
dió que cada uno de estos pueblos con culturas tan dispares e historias tan profun-
das adquirieran una nacionalidad argentina, paraguaya o uruguaya? O ¿en base a
qué decisiones “contractuales” sucede que en las fronteras nacionales grupos de
individuos que comparten una cultura y hasta un lugar geográfico sean ciudadanos
de diferentes países? “La desnacionalización es, simultáneamente, el límite y el
umbral de nuestro proyecto (…). No se trata solamente de que ya no podemos
operar exclusivamente con el prototipo de la nacionalidad, sino que el concepto
de nación, atado a… las élites criollas en su afán de dominar o administrar a otros
grupos sociales, ha oscurecido desde el comienzo la presencia… de los sujetos
subalternos… Desde este punto de vista, necesitamos mirar hacia atrás para re-
considerar aquellas formas prenacionales de territorialización precolombina y colo-
nial, pero necesitamos también mirar hacia delante para pensar en nuevas formas
emergentes de subdivisión territorial,… lógicas regionales y sobre conceptos como
el Panamericanismo”.86

De este tipo de reflexiones que realizan los subalternos surge la necesidad de anali-
zar temas como las políticas inmigratorias que los Estados nacionales aplican legal-
mente. Si se piensa en leyes contra los inmigrantes que impuso el gobierno español
o las que se están manejando actualmente en Estados Unidos, tendremos una idea
de la actualidad del planteo.

Los autores se preguntan si la imposición artificial de la idea de nación sobre for-


maciones sociales y económicas ya existentes no debería plantear la cuestión de
cómo “las élites criollas, con su antagonismo frente al colonizador, invocaron la
bondad del pueblo y de las clases subalternas en lugar de buscar los medios para
su promoción social”.87

Finalmente los autores advierten el peligro de no repetir la idea de asumirse en


representantes de grupos sociales, pretendiendo interpretar lo que ellos necesitan,
desde el cómodo lugar de intelectual. “Al conceptualizar la subalternidad debemos,
tener mucho cuidado en no colocarnos a nosotros mismos en la posición de letra-
dos (…) es decir en la posición de transcriptores, traductores, intérpretes o editores;
de evitar, en otras palabras, la construcción de una intelligentsia poscolonial ubica-
da en los centros culturales hegemónicos (…)”.88

De este modo asumen que al conformar el grupo de investigación dentro del ám-
bito de universidades norteamericanas de élite, están expuestos a no reconocer la
existencia del sujeto subalterno a partir de su propia lógica. “(…) La presencia es-
tructural de un sujeto que los letrados no habíamos reconocido y que nos interpela
para mostrarnos qué tanto estábamos equivocados (…). No se trata, por ello, de
desarrollar nuevos métodos para estudiar al subalterno… sino de construir nuevas

86
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Óp. Cit. (pág.
96).
87
Ibíd. (pág. 97).
88
Ibíd. (pág. 98).

Nidia C. Abatedaga 351


Tecnicatura en Periodismo

relaciones entre nosotros y aquellos seres humanos que tomamos como objeto de
estudio”.89

Es de destacar la nueva perspectiva propuesta por este grupo de investigadores,


ya que aún cuando no se encuentran abordando de lleno los aspectos referidos a
los Medios Masivos, abren una novedosa y reflexiva perspectiva teórica que puede
tributar un alto valor académico a los estudios sobre medios.

Un ejemplo válido para ilustrar el valioso aporte teórico que puede proporcionar la Escuela
de Estudios Subalternos es un una tesis de grado de la Licenciatura en Comunicación Social
Ej.
de UNNE que tuve oportunidad de evaluar, donde la alumna planteó como tema de investi-
gación la ausencia de medios audiovisuales y radiales propios, en una localidad argentina
fronteriza con Brasil. Esta ausencia provocaba que los habitantes argentinos vieran canales
y escucharan radios brasileros. Además de tener con el país vecino un más frecuente tráfico
comercial, la permanente relación mediática con Brasil había colaborado para que hablaran
portugués (o lo que llaman “portuñol”) con más frecuencia que el español, y además se gene-
ra un sentido de pertenencia que los hacía sentir más ciudadanos brasileros que argentinos.
En el cruce de este análisis se encontraba la faceta Estatal – legal, por la cual la alumna
indicaba la falencia del Estado argentino que por la entonces vigente Ley de Radiodifusión
(22285) debía proveer de canales de radio y televisión en zonas de frontera, a los fines de
consolidar la cultura nacional.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual

Actividad de Autoevaluación 6

Después de leer el Manifiesto Inaugural del Grupo Latinoamericano de Estudios Subalter-


nos, ¿Podría responder las siguientes preguntas?

1) ¿Qué se proponen como objetivo los intelectuales que componen el grupo?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿En qué puntos comparan, durante la Primera Etapa (1960 – 1968) las Revoluciones
mexicana y cubana?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué se señala en la segunda etapa respecto de la “crisis de representación”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

89
Ibíd. (pág. 99).

352
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

4) ¿Por qué señalan que en la tercera etapa (años ´80) los Medios se convierten en centro de
análisis?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) ¿Por qué afirman que el concepto de “nación” es un “espacio dual”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

6) ¿Cómo se reproduce la condición de subalternidad?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Walter Mignolo

De este autor argentino, que trabaja desde hace ya algunos años en universidades
de Estados Unidos, se abordará un material que reúne algunas reflexiones en torno
a la producción intelectual en torno a la poscolonialidad.

Retoma una conferencia donde fue invitado a participar Ranajit Guha, invitado por
la Rice University (Houston) durante el otoño de 1996. De la exposición Mignolo
rescata la conexión que Guha estableció entre los Proyectos de Estudios Subalter-
nos Surasiáticos y los del Grupo de Estudios Subalternos Latinoamericanos, que
consistía en una relación sobre “el eje de la temporalidad y no de la territorialidad
(…)” además de señalar que lo que debe analizarse es “la colonialidad y la posco-
lonialidad, y no el modernismo y postmodernismo”.90

Lo que Guha compara es, entonces, la India Británica (que se liberó de la coloniza-
ción en 1947) y América Latina, bajo el supuesto de que “el fenómeno del colonia-
lismo Postiluminista es constitutivo y a la vez presupuesto de la modernidad”91. Es
decir que para estos autores hay una conexión directa entre el ingreso a la moderni-
dad y la revolución industrial en Europa y la expansión colonial, en estos casos, en
la India y en América, cuando en el siglo XVI se produce “la emergencia del circuito
comercial Atlántico y la consolidación del capitalismo”.92

Son ambos, capitalismo (modernidad) y colonización, parte del mismo movimiento,


y de él surge la subalternidad que es concebida “no únicamente una cuestión de
clases, sino (…) más amplia, enmarcada en la colonialidad del poder y en la forma-
ción moderna y colonial del orden mundial”.93

90
Mignolo, W. (2001) (pág.156) Colonialidad del poder y subalternidad en Convergencia de Tiempos.
Estudios subalternos / contextos latinoamericanos. Estado, Cultura, Subaltenidad. Editions Rodolp B.V.
Amsterdam. Atlanta GA 2001. The Netherlands
91
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág.157).
92
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág.158).
94
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág.159).

Nidia C. Abatedaga 353


Tecnicatura en Periodismo

Aquí Mignolo establece una clara distinción entre94 :

● “Colonialismo o periodos coloniales” que se refieren a periodos históricos


específicos”, es decir, el periodo que transcurre en que una nación perma-
nece colonizando a otra o a una parte de otra, como ocurre con nuestras
Islas Malvinas en la actualidad.

● “Colonialidad” en sentido amplio, que va más allá de la descolonización


(…) es la máquina que reproduce la subalternidad contemporánea bajo
la forma de colonialidad global en la sociedad tecnológica. Esto incluye
formas de dominación que permanecen en los territorios, aun cuando el
colonizador se ha retirado, y Mignolo ubica las principales herramientas
en las formas tecnológicas que los países aún dominantes utilizan para
sostener el dominio.

Para Guha lo que se subordina son “las organizaciones sociales y sus respectivas
historias dentro de la estructura interestatal del poder, como la que se dio entre
Inglaterra y la India hasta 1947 (…)” Esta estrategia política se consolidaba cuando
“en un país extranjero… para persuadir a la élite indígena (en el país en que los
ingleses eran extranjeros) para que se “adscribieran” al régimen colonial”.95

Ocurrió también en América Latina, donde muchos de los criollos, aún después
de independizada la región del colonialismo español, continuaron reproduciendo el
régimen colonial con los habitantes de su territorio, reproduciendo la subalternidad.
En palabras de Mignolo “El colonialismo finalizó con la “independencia” (en Latino-
américa, Asia o África) pero no acabó con la colonialidad”.96

El autor también retoma los aportes de Quijano y Wallerstein, cuando conectan co-
lonialidad y modernidad, a través del concepto aportado por este último de “sistema
mundial moderno”. Para Wallerstein “Las Américas como construcción geosocial
surgieron durante ese siglo. La creación de esta entidad geosocial (…) no fueron
incorporadas a una economía mundial existente. No podría haber habido una eco-
nomía mundial capitalista sin las Américas.”97 Es decir que la propia colonización
fue la condición que posibilitó el desarrollo de la modernidad europea, el paso del
capitalismo inicial al capitalismo industrial y su desarrollo fue “gracias a” o “debido
a” los procesos de colonización.

El autor va más allá y atribuye la formación de los estados nacionales al proceso


de descolonización, ya que fue ésta la que estableció “los estados descolonizados
como tales estados. Los virreinatos españoles fueron moldeados durante la guerra
de independencia para producir más o menos, los estados que conocemos hoy”
(Wallerstein citado por Mignolo: 2001:169). Para Mignolo la formación de las nacio-
nes como hoy las conocemos no significó una independencia real, “no es el fin del
colonialismo sino la reestructuración de la colonialidad del poder, de lo cual se de-
riva el colonialismo interno… Desde la perspectiva de la colonialidad, la formación
de la nación es simplemente una nueva fase”.98

El autor explica la colonialidad del poder en America Latina haciendo un breve re-
paso histórico de la dominación: “La élite criolla de descendencia española, obtuvo
su independencia política de España, pero entró en un proceso de formación de la
nación que le hacía depender económicamente del colonialismo ascendiente, es

94
Ibíd. (pág. 159).
95
Ibíd. (pág. 159).
96
Ibíd. (pág.158).
97
Ibíd. (pág. 167).
98
Ibíd. (pág. 169).

354
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

decir de Inglaterra durante el siglo XIX y de Norteamérica durante el siglo XX. El


proceso de formación de la nación reproducía, en otras palabras, las leyes colonia-
les usadas con las poblaciones indígenas y concentraba el poder en manos de la
élite criolla”.99

Toma el ejemplo del Zapatismo para mostrar una manifestación directamente origi-
nada en ámbitos de los subalternos, y evidenciar lo que significa la colonialidad del
poder. El primer párrafo de la declaración de los Zapatistas desde la selva Lacan-
dona, en México muestra claramente que la dominación ha sido una constante en
la realidad de los sectores dominados, ya sea éstos indígenas o negros en nuestros
territorios Latinoamericanos.

“Somos producto de 500 años de luchas: primero contra la esclavitud, en la gue-


rra de Independencia contra España encabezada por los insurgentes, después por
evitar ser absorbidos por el expansionismo norteamericano, luego por promulgar
nuestra Constitución y expulsar al Imperio Francés de nuestro suelo, después la
dictadura porfirista nos negó la aplicación justa de las leyes de Reforma y el pueblo
se rebeló formando sus propios líderes, surgieron Pancho Villa y Zapata, hombres
pobres como nosotros a los que se nos ha negado la preparación más elemental
para así poder utilizarnos como carne de cañón y saquear las riquezas de nuestra
patria sin importarles que estemos muriendo de hambre y enfermedades curables,
sin importarles que no tengamos nada, absolutamente nada, ni techo digno, ni tie-
rra, ni trabajo, ni salud, ni alimentación, ni educación, sin tener derecho a elegir libre
y democráticamente a nuestras autoridades, sin independencia de los extranjeros,
sin paz ni justicia para nosotros y nuestros hijos.”100

Lo notable de la experiencia del zapatismo es que además de cuestionar las múl-


tiples formas de dominación que han atravesado, el movimiento tiene una estra-
tegia de visibilidad mundial a través de las propias herramientas informáticas que
el “sistema mundial moderno” de Wallerstein ha creado: El Ejército Zapatista de
Liberación Nacional tuvo desde sus comienzos una intensa difusión vía Internet de
sus “Manifiestos”. Incluso tiene una “Radio Insurgente” y una página web con toda
la información accesible.101

A juicio de Mignolo, el manifiesto transcripto es “histórico, teórico, y político… viene


de una gente en posición subalterna y que por lo tanto rompe con la unidireccio-
nalidad del discurso subalternista universitario. Lo cual no significa decir que haya
nada malo en este último, sino que ni es el único ni tampoco puede representar al
primero”.102

El autor facilita la comprensión de la diferencia entre colonialismo y colonialidad a


través de múltiples reflexiones, sumamente actuales y aún no concluidas. Muchas
de ellas pueden ser tomadas para pensar las formas de “subalternidad mediática”,
que favorece la reproducción de la colonialidad, entendida como lo hace Mignolo,
desde la lógica de dominación permanente, que adquiere diferentes formas a lo
largo de la historia. Es aquí donde deben buscarse las explicaciones en las divisio-
nes internacionales entre “Primeros” y “Terceros” mundos. Estos autores proponen
reflexionar, desde la situación de subalternidad en que nos encontramos, también
en nuestro país, a la luz de categorías que todavía se encuentran en proceso de
maduración intelectual.

99
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág. 176).
100
Ibíd. (pág. 172).
101
La Radio Insurgente. “La página del Zapatismo”. Disponible en: http://www.radioinsurgente.org/ (Fe-
cha de consulta: 13 de septiembre de 2010).
102
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág.172).

Nidia C. Abatedaga 355


Tecnicatura en Periodismo

Antes seguir avanzando, lo invito a que realice


la siguiente actividad. Transcriba las respuestas
a estas preguntas y envíe al docente tutor a
través de la Mensajería Interna
del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 7

De los análisis de Walter Mignolo, responda por favor:

1) ¿Qué diferencias establece el autor entre “colonialismo” y “colonialidad?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo explica Mignolo la “colonialidad del poder”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿En qué aspectos observa Ud. que el ejemplo del Zapatismo sirve para contrastar la co-
lonialidad?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) Explique qué diferencias encuentra el autor entre los intelectuales “subalternos” y los
“poscoloniales”
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

John Beverly

Este autor se propone responder a una pregunta que muestra la búsqueda de sali-
das, frente a la crisis de los Estudios Culturales, que Beverly formulará así: “¿dónde
estamos exactamente cuando comenzamos a caminar sobre el nuevo terreno de
los estudios culturales?”.103

La pregunta es parte de una reflexión que el autor tuvo con estudiantes involucra-
dos en el proyecto de estudios culturales, durante el año 1995 en Pittsburgh. A la
vez es el resultado de que por esos años, el programa de Estudios Culturales de
esa universidad no se encontraba bien posicionado, sobre todo debido a la pre-
ocupación por la ausencia de “vocación política” de éstos. Probablemente por este
motivo, una parte del artículo se propone relacionar este programa con los Estudios
Subalternos.

103
Berverly, J. (2000) (pág. 456) “Sobre la situación actual de los Estudios Culturales” en Revista Ibero-
americana. Órgano del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana. Universidad de Pittsburgh.
Pensylvania. U.S.A

356
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Después de hacer un breve recorrido por los aportes de Thompson, Williams y


Hall, rescatando la incorporación que este último hizo de Louis Althusser, recuerda
especialmente el carácter periférico con el que se iniciaron los Estudios Culturales
y la vinculación que tuvo con el partido laborista, “precisamente para democratizar
el sistema universitario”.

Beverly propone pensar que el surgimiento de los Estudios Culturales se debió,


en parte, a su vinculación con un contexto caracterizado por el gran crecimiento
demográfico en las universidades. “La generación de los sesenta se radicalizó (…)
muchas personas de esa generación (…) siguieron carreras universitarias, algunos
de ellos con el deseo de continuar el proyecto de la Nueva Izquierda (…)”. Por otro
lado, identifica en la globalización y los fenómenos asociados a ella, otro factor que
interviene en la expansión de este programa, “… entendida como una nueva etapa
o régimen del capitalismo,… el “éxtasis de la comunicación”.104

Concibe la primera etapa de los estudios culturales como un programa vinculado a


la militancia política de los sesenta, el marxismo althusseriano o neogramsciano, la
teoría feminista, los movimientos por los derechos civiles y la resistencia a guerras
coloniales o imperiales. El autor revela que personalmente se acercó a los Estudios
Culturales desde la Nueva izquierda. “Pensaba, medio irónicamente, medio inge-
nuamente, que los estudios culturales iban a ser un poco como la versión académi-
ca del famoso foco guerrillero o “zona liberada” de los sesenta, es decir, un centro
de poder alternativo (…) al margen de la institucionalidad, (…) pero ejercía… un
efecto radicalizador sobre la institución en el sentido en que cuestionaba la integri-
dad de las disciplinas (…)”.105

El autor muestra, desde la perspectiva de un estudiante universitario de Estados


Unidos políticamente comprometido, la percepción que se tenía del periodo inicial
de los Estudios Culturales. “(…) Los paradigmas teóricos de estudios de cultura de
masas en los Estados Unidos en particular eran tomados de la Escuela de Frankfurt,
porque vino aquí más o menos en masa huyendo del fascismo y se impuso en las
ciencias sociales”. Tomaron especialmente conceptos de Herbert Marcuse, y aun-
que reconoce que “(…) da lugar al estudio académico de la cultura de masas, tenía
una visión negativa de esa cultura; pensaba en ella como una especie de lavado
de cerebro capitalista… porque en los treinta éste era el contexto político inmedia-
to para Adorno y sus compañeros. Pero en los Estados Unidos y Gran Bretaña la
cultura de masas tiene un contexto más democrático: está relacionado con el “New
Deal” con “welfare state”. Para nosotros, la cultura de masas es el cine de Hollywo-
od, o Elvis o los Beatles, y no los espectáculos de los Nazis (…)”.106

Con la mirada puesta en tratar de salir de la visión negativa que mostraban los au-
tores de Frankfurt de la cultura de masas, Beverly y otros optaron por buscar otra
tradición marxista, que valorizara la cultura popular denominada “Frente Popular”.
“(…) Esta tradición enfatizaba la cultura popular en el sentido del folklore, la música
afro – americana, el jazz, “folk music”, y no rock, soul, o “country”, es decir no la mú-
sica que dependía tanto en su forma como en su modo de circulación de los medios
capitalistas. Era políticamente aceptable escuchar jazz o “folk music” porque era
“música del pueblo”, relacionadas con formaciones sociales supuestamente preca-
pitalistas o al margen del avance del mercado capitalista, en vez de ser productos
urbanos comerciales”.107

Beverly pone de manifiesto la búsqueda de una generación que encuentra afinida-


des con los Estudios culturales, considerado “más fecundo, más democrático (…)

104
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 457)
105
Ibíd. (pág. 60).
106
Ibíd. (pág. 60).
107
Ibíd. (pág. 461).

Nidia C. Abatedaga 357


Tecnicatura en Periodismo

mi generación en los Estados Unidos comparte con la Escuela de Birmingham el


hecho de ser la primera generación formada culturalmente en gran medida por la
televisión. De allí que para nosotros el terreno de la cultura de masas sea un terre-
no familiar, cotidiano, y ya que nos consideramos personas más o menos buenas
y políticamente ilustradas, no tan nefasto como se pensaba. Fuimos… los “hijos de
Marx y Coca Cola”. Nuestro radicalismo generacional incluía no sólo una defensa
del derecho de disfrutar de la cultura popular, sino también una noción de las cultu-
ras populares como alternativas vitales a la cultura dominante (…)”.108

Los autores de la Poscolonialidad identificaron que los Estudios Culturales traba-


jaban sobre “las estructuras de poder productoras (…) de divisiones culturales (…)
que coincidían con o creaban el entorno necesario de las divisiones económicas”. A
partir de darse cuenta de la perspectiva que habían adoptado los Estudios Cultura-
les, plantearon la necesidad de definir un sitio “de producción cultural propiamente
subalterno… Tiene que ser en cierto sentido una negación de la cultura alta, aún
de la cultura de la vanguardia “progresista”: es decir, tenía que ser literalmente otra
cultura (una cultura otra) que no es una mera extensión o democratización de los
mecanismos de la cultura alta.”109

En la búsqueda de esta “otra cultura”, y después de leer a los autores de la Escuela


de Frankfurt, encontraron que Walter Benjamín podía ser el puente que permitiera
una relación entre los presupuestos de aquella, y la nueva toma de posición de los
estudios culturales.

“Siguiendo la herencia del Frente Popular y el mesianismo de Benjamín, queríamos


reivindicar una agenda política implícita en el espacio de la cultura popular, porque
lo que estábamos predicando era un poder de gestión de clases y grupos sociales
subalternos que no dependía de la alta cultura burguesa: estábamos tratando de
construir una especie de populismo cultural”.110

Paralelamente a esta vocación política, existió en estos autores el deseo de formar


una nueva ciencia de las comunicaciones, más allá de los estudios literarios que se
proponían la tarea de entender cómo la cultura en general interpela subjetividades.

En una crítica sutil a los programas de comunicaciones en manifiesto crecimiento


dentro de las universidades latinoamericanas hacia el año 2000, Beverly manifiesta
que están centralmente “basados en los estudios de la retórica; suelen ser a la vez
pragmáticos y altamente imbuidos por las nuevas corrientes teóricas asociadas con
el poestructuralismo; producen gente que puede funcionar en los medios masivos
de comunicación o en la publicidad, diseñando campañas políticas o haciendo alta
teoría. En particular, los estudios de comunicación tienen gran utilidad en relación
con el predominio de los medios en la nueva economía capitalista.” 111

La incidencia del mercado y de la lógica del capital no es ajena a los análisis de


este autor, que en la reflexión respecto de la formación que reciben quienes serán
profesionales de la comunicación, hace referencia a que “los conglomerados de
comunicación van a ser el motor de la economía capitalista en el próximo siglo (…)
los japoneses comprando corporaciones de Hollywood, el acceso a Internet, Bill
Gates y Microsoft, la fusión de Disney y ABC, son sólo juegos preparatorios para
una transición económica mucho más masiva.”112

108
Ibíd. (pág. 461).
109
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 462).
110
Ibíd. (pág. 463).
111
Ibíd. (pág. 463).
112
Ibíd. (pág. 463)

358
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Beverly valorará el trabajo descriptivo que realizan los Estudios Culturales, res-
pecto de las reestructuraciones culturales y técnicas que se están produciendo,
considerándolo importante “para la hegemonía” y como parte de la función de la
Universidad. Sin embargo también observa que “este acercamiento descriptivo a
los cambios culturales producidos por la globalización y las nuevas tecnologías es
incapaz por sí mismo de rearticular y modificar instituciones.”113

Es en este punto donde se advierte la distancia que se establece entre los autores
y los Estudios Culturales, porque sienten la necesidad de establecer una identidad
subalterna propia, “producir una diferencia u otredad con respecto a Estudios Cul-
turales – en otras palabras, quizás estábamos reproduciendo en nuestra propia
constitución la oposición dominante / subalterno que pretendíamos estudiar”.114

Hoy, en vez de pensar que los estudios subalternos son un componente dentro de
los estudios culturales, sería más correcto decir que representan una manera al-
ternativa de articular las preocupaciones de los estudios culturales, los estudios
culturales son hoy un espacio epistemológico e ideológico ambiguo.

Este análisis lleva al autor a proponer que los Estudios subalternos, a partir de la
lectura de los teóricos de la India, puede ser un espacio que rearticule, de una nue-
va forma, “el proyecto de la izquierda”. Creen conveniente continuar la práctica de
aquel grupo que “discuten entre sí sus propios ensayos y ensayos de otra gente y
los publican de vez en cuando en una serie que todavía sale, que se llama Subal-
tern Studies (…). Nos gustó esta idea y hemos tratado de seguirla… Acabamos de
sacar una colección inicial de textos nuestros y de amigos como un número espe-
cial de la revista “Dispositio”, bajo el título “Subaltern Studies in the Americas”. Hay
tensiones y debates dentro del grupo, pero lo que hasta ahora nos une ha sido la
idea de que los estudios subalternos representan una línea necesaria”.115

La línea de estudios de los Estudios Subalternos, de la mano de lo que consideran


un “proyecto subalterno bosquejado por Gramsci”, se torna “necesaria” porque
creen que la teoría de la dependencia, los nacionalismos populistas de los países
latinoamericanos y la concepción de estado nacional tradicional presentan serias
limitaciones. Por otro lado, consideran que la “estructura” (en el sentido que los
estructuralistas dan al término) continúa produciendo “efectos políticos contrapro-
ductivos”, es decir, continúa operando negativamente para quienes adscriben a una
auténtica subalternidad.

“La lógica de los estudios subalternos presupone la posibilidad de que puede crear-
se un nuevo bloque histórico, potencialmente hegemónico (…)”.116

Recordemos que el concepto bloque histórico fue elaborado por Antonio Gramsci,
para referirse a la totalidad (que Marx denominó “Modo de producción”) y que una
parte sustantiva de su constitución está conformada por la “Hegemonía”. En otras
palabras hay bloque histórico sólo cuando existe hegemonía. Es en este sentido
que los subalternos adoptan el concepto, y también desde allí donde realizan las
críticas a los Estudios Culturales.

A juicio de Beverly, los Estudios Subalternos comparten con los Estudios Culturales
la idea de que la cultura popular tiene sus propias dinámicas, que no necesita ser

113
Ibíd. (pág. 463)
114
Ibíd. (pág. 466)
115
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 467).
116
Ibíd. (pág. 469).

Nidia C. Abatedaga 359


Tecnicatura en Periodismo

autorizada por la cultura alta. Sin embargo, realiza una crítica precisa al uso que
García Canclini realiza del concepto de “hibridación”.

Para Beverly, el concepto alude tanto a la desterritorialización, en tanto proceso en


el cual se mezclan culturas diferentes – como se produce por ejemplo en poblacio-
nes de fronteras nacionales – “donde se van combinando elementos culturales de
diferentes tipos históricos y formaciones sociales (…) la “narrativa maestra” nacio-
nal ya no sirve para pensar la unidad cultural o diseñar políticas culturales y educa-
cionales”. El segundo sentido que el concepto tiene, según Beverly es el referido al
“desmoronamiento de las divisiones tradicionales en el campo de la cultura: entre
alta cultura, cultura de clase media y culturas populares, entre arte comercial, cultu-
ra de masas y folklore, entre publicidad y arte (…).” 117

El problema con el concepto es que además de referir a dos cosas diferentes según
este autor, no aparece como debería concebirse en clave dialéctica, “(…) implica
una superación dialéctica (aufhebung) de un estado de contradicción (…) en la for-
mación de un sujeto o práctica social de nuevo tipo”.118

Recordemos que la dialéctica hegeliana, adoptada por Marx y los pensadores post
marxistas, supone pensar la realidad como compuesta por contradicciones, opues-
tos necesarios, que en un momento se “resuelve” en una tercera situación o estado,
diferentes cualitativamente a los términos contrarios que la anteceden, pero que tie-
ne una parte de ambos términos. La idea de “superación” es la sustancia del movi-
miento. Si no se analiza en término de “movimiento”, el análisis queda eternamente
en la situación de contradicción. Esto es lo que critica Beverly a Canclini.

“Pero ¿qué pasa si ponemos el énfasis a la contradicción en vez de su superación?


(...) Aquí aparece de nuevo el problema (…) el peligro de que los estudios culturales
en su inevitable institucionalización se conviertan en una especie de costumbrismo
posmoderno.” 119

Cuando Beverly habla de “institucionalización” se está refiriendo al modo en que los


Estudios Culturales ingresaron en la lógica de la academia norteamericana y en el
sistema universitario de publicaciones, que condiciona no sólo lo que se investiga,
sino también el modo en que esto se lleva adelante. De allí que la institucionaliza-
ción plantea el peligro de condicionar los temas y perspectivas de investigación y
el autor lo ejemplifica de modo muy gráfico:

“Ahora en vez de estudiar tribus primitivas vamos a Tijuana, o nos ocupamos de


estudiar la telenovela, pero el problema es que vemos con los mismos ojos del tipo
que iba a la selva: “Ajá!, vamos a ver cosas extrañas de esa gente, esos nuevos
otros”. Aunque García Canclini tiene un propósito político que no es desechable…
existe en su proyecto el peligro de quedarse en una neoetnografía”.120

Para Beverly, la lógica de los estudios subalternos “presupone la posibilidad de que


puede crearse un nuevo bloque histórico potencialmente hegemónico, mientras que
el proyecto de García Canclini, y en general de los estudios culturales, presupone
que la nueva etapa del capitalismo es (…) simplemente una nueva condición de
vida, algo inevitable (…)”.121

La crítica de este autor apunta a que los estudios culturales se han limitado a des-
cribir las contradicciones, sin visualizar cómo se puede pensar su superación para

117
Ibíd. (pág. 469).
118I
bíd. (pág. 469).
119
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 469).
120
Ibíd. (pág. 469).
121
Ibíd. (pág. 470).

360
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

lograr un estado de cosas diferente, una resolución de la situación actual que impli-
que un cambio en la sociedad. El hecho de que García Canclini enfrente el peligro
de quedarse en una neoetnografía significa permanecer en una pura posición
contemplativa, sin proyectos de cambio.

Por un lado, Beverly deja en claro que los autores de los estudios culturales de la Tercera

Ej.
Etapa (entre los que incluye a Canclini, pero también a Lyotard), proponen que la actual
“sociedad global” aparece como una totalidad fuera de la cual no hay otros espacios de
construcción de alternativas, pero además los estudios culturales proponen que se “puede”
trabajar dentro del espacio de sociedad global, y esto los ubica en una relación ambigua,
insinuando que el capitalismo no determina lo que se piensa y produce en las universidades,
por ejemplo.

“Lyotard puede ser visto como un ideólogo de una reforma intelectual necesaria
para el capitalismo y el estado burgués en su etapa actual, y no como un intelectual
de oposición. Lo que dice Lyotard en esencia es que no hay otro espacio sino el
espacio de la globalización y sus instituciones, no hay lugar afuera desde el cual se
pueda construir una oposición. Entonces todo lo que era el proyecto radical de los
sesenta tiene que desarrollarse dentro de ese espacio. Pero también puede desa-
rrollarse allí, porque existe una relación ambigua y no totalmente “determinista” en-
tre la lógica del capitalismo y la persistencia de formas de cultura burguesa (…) en
la estructura de la universidad, en los protocolos de las ciencias, o en los estudios
literarios tradicionales, basados en la ideología del humanismo”.122

Por otro lado Beverly afirma que la producción académica en realidad está reem-
plazando la ausencia de una práctica política comprometida, que no se realiza.
Esto deja a los estudios culturales en el “frasco” de la producción académica, sin
involucrarse con las clases populares, como habrían hecho Hoggart, Thompson y
Williams y sin pensar en el potencial revolucionario que posibilita la reflexión inte-
lectual.

“El proyecto de García Canclini parece funcionar de acuerdo con una perspectiva
(…) en la cual los estudios culturales sirven en cierto sentido como un sustituto
compensatorio para una práctica política de la izquierda que es vista como imposi-
ble o indeseable en una época post – socialista (…). Pueden hacer tesis sobre rock
o telenovelas. Pero se ha perdido la dimensión de la posibilidad revolucionaria, del
cambio estructural”.123

La propuesta política de García Canclini parece limitarse, de acuerdo con el aná-


lisis de Beverly, a adecuar políticas públicas comunicacionales y educativas para
adaptar la participación ciudadana a la nueva realidad global. Esto claramente pa-
rece estar muy lejos de un proyecto revolucionario, que proponga modificaciones
profundas en las relaciones sociales, y a la vez muy cerca de los clásicos estudios
norteamericanos, donde se investiga a las culturas para lograr mejores y más adap-
tados consumos sociales, de medios y de productos.

“García Canclini [con] el tipo de trabajo que él hace sobre culturas populares, sub-
alternas, urbanas, rompiendo las estructuras disciplinarias tradicionales que impi-
den el conocimiento de sus nuevas realidades y creando un nuevo tipo de equipo
interdisciplinario, se pueden articular nuevas maneras de pensar la relación entre
sociedad civil y estado, con la posibilidad de generar políticas comunicacionales y
pedagógicas más adecuadas y producir de esta manera un nuevo tipo de participa-
ción, de ciudadanía”.124

122
Ibíd. (pág. 470).
123
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. . (pág. 470).
124
Ibíd. (pág. 471).

Nidia C. Abatedaga 361


Tecnicatura en Periodismo

Por otro lado, esta perspectiva tiene un neto corte institucional, debido a que se en-
cuentra financiada por ámbitos académicos ya tradicionales, como la Universidad
de Chicago, que lógicamente incide en la definición de problemática y perspectivas
que van a financiarse, así como aquellas que no van a ser fomentadas por los ám-
bitos intelectuales.

“El proyecto norteamericano de “Transnational Cultural Studies”, auspiciado por Ar-


jun Appadurai y el grupo que edita con él en la Universidad de Chicago la revista
“Public Culture” tiene una meta: hacer una mapa de flujos (flows) o “paisajes” (sca-
pes) de la nueva cultura global. Hay que saber lo que la gente realmente consume
y de allí producir un mejor conocimiento de lo que está pasando en su mundo, y de
esta manera, moldear políticas culturales más adecuadas”.125

Beverly también realiza una observación al libro de Canclini, Consumidores y Ciu-


dadanos, del que afirma que “propone una manera de interpelar ideológicamente
al estado para producir nuevas políticas estatales… donde hay un reconocimiento
de las limitaciones y contradicciones de la fuerza del mercado y de la desterritoria-
lización – uno de los temas explícitos es la necesidad de “desfatalizar el paradigma
neoliberal”- y una reivindicación, saludable en mi opinión, de la capacidad del esta-
do – nación de resistir o modificar las consecuencias de la globalización. El deseo
de García Canclini es contribuir a una reformulación pragmática de la izquierda en
las condiciones actuales impuestas por la globalización… Comparto con él este
deseo. Los estudios culturales funcionan no sólo para interpelar a los organismos
estatales. También son una manera de adecuar la izquierda a las condiciones de la
posmodernidad, porque la izquierda necesita nuevas políticas culturales, necesita
entrar en el campo de la televisión, de las comunicaciones, de la publicidad.”126

El autor que se analiza aquí pone sobre el tapete un conjunto claro de coincidencias
pero también coloca a una distancia precisa entre los Estudios Subalternos y el pro-
yecto de los Estudios Culturales norteamericanos, sobre todo en lo que se refiere
a los análisis teóricos y a sus escasas conexiones con un proyecto político extra
académico de izquierda.

“ (…) se trata en el proyecto de García Canclini y la Red Interamericana de Estudios


Culturales de una reforma dentro de la lógica del sistema, no de crear un espacio
alternativo o de alentar las contradicciones del sistema… el gran problema con el
proyecto de los estudios culturales en su etapa actual es que desaparece… la fuer-
za de las contradicciones y luchas sociales concretas…”.127

Beverly es a la vez crítico y minucioso en el establecimiento de los aspectos que


son propios de los Estudios Subalternos, referidos sobre todo a la necesidad de
conceptualizar un bloque histórico cualitativamente diferente al que actualmente se
impone como hegemónico, y para ello es necesario identificar los subalternos como
un sujeto diferente, sobre todo con capacidad política para producir los cambios, y
no sólo como un consumidor y un ciudadano al que hay que adaptar políticas públi-
cas y culturales para que permanezca en la situación de subalternidad.

Santiago Castro Gómez agregará al análisis de Beverly que actualmente mucho de


lo que hoy se publica bajo la rúbrica de “estudios culturales” parece ignorar que en
los tiempos que corren la cultura se ha convertido en un bien de consumo goberna-
do por los imperativos del mercado, y por lo tanto si no se considera la posibilidad
de estudiar la cultura considerando a la Economía Política, los estudios culturales
corren el riesgo de perder de vista su objeto de estudio.

125
Ibíd. (pág. 471).
126
Ibíd. (pág. 472).
127
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 473).

362
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas y
envíe al docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 8

De la exposición de Beverly, ¿podría responder las siguientes preguntas por favor?

1) ¿Cómo explica el autor el éxito de los Estudios Culturales?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo fundamenta el autor la necesidad de separar los Estudios Subalternos de los Es-
tudios Culturales?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué críticas realiza Beverly a los Estudios Culturales?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Cuáles son las críticas teóricas y políticas que realiza el autor a García Canclini?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

El proyecto de la “Sociedad de la Información”

El paradigma del progreso tecnológico: Tecnologías de co-


municación y dominación en la sociedad post industrial

Para abordar este ítem se tomarán autores


como Armand Mattelar y Héctor Schmucler,
ambos prestigiosos intelectuales
latinoamericanos.

A Mattelart se lo podría haber incluido, sin ninguna duda, dentro de los autores
que escribieron desde la Escuela de Economía Política de la comunicación, en el
ámbito latinoamericano. Sin embargo se prefirió recuperar la riqueza de los análisis
que realizó sobre diferentes escuelas, por lo cual el lector encontrará múltiples re-
ferencias de sus textos al pie de las páginas de todo el material, así como también
recuperar su aporte en el análisis contemporáneo sobre la dominación que desde
Estados Unidos ha impuesto bajo la noción de globalización.

Nidia C. Abatedaga 363


Tecnicatura en Periodismo

Su voluminosa producción se encuentra enmarcada dentro de los desarrollos rea-


lizados por autores que adscriben al marxismo, y si bien es de origen belga, tuvo y
posee actualmente un vínculo estrecho con la realidad latinoamericana, con la cual
ha realizado numerosas investigaciones desde hace ya varias décadas.

Uno de los trabajos realizados por Armand Mattelart, paradigmático, muy difundido
y que ya ocupa un lugar de “clásico” en la tradición del campo comunicacional es
el libro Para leer el Pato Donald que escribió conjuntamente con Dorfman y fue
publicado en el año 1971.

Larrañaga y Saintout califican a este trabajo como “un hito fundacional de los estu-
dios de comunicación latinoamericanos por dos razones: porque planteó preguntas
que desde la tradición difusionista dominante no se habían formulado128, y porque a
la vez abrió otros caminos para la acción y la investigación”.129

En esta obra los autores realizan un análisis del discurso de las historietas de Walt
Disney, con el objetivo de “descubrir los mecanismos estructurales que determinan
su significación y por lo tanto la ideología que encierran. Analizan cómo en las his-
torietas se muestran los países del Tercer Mundo (Aztecalandia, Inca Blinca, etc.)
como retrasados, primitivos, a la vez que pintorescos, sin urbanización ni escuelas
o fábricas, y a los países centrales (Patolandia) en cambio, como altamente desa-
rrollados. Pero además, estos primeros países están llenos de riquezas naturales
que sin problemas los personajes de Patolandia se apropian a cambio de chuche-
rías o favores.”130

En una entrevista que realizara a Mattelar María Helena Hernández, publicada en


1994, el propio autor comentaba: “El Estudio sobre el Pato Donald nos lo solicitaron
los preparatorios que temían que la Unidad Popular continuara publicando en sus
imprentas las historias de Walt Disney. Y consideraron que la única solución de
empezar a reflexionar sobre estas contradicciones era organizar talleres con ellos
y empezamos a leer los comics, no con métodos sofisticados sino que intentamos
explicar una pregunta central: ¿por qué en los comics de Walt Disney, cuando los
patos salen de su ciudad y aterrizan en otra parte, ya sea en África, Asia o América
Latina, por qué cuando toman las riquezas de esos países no aparece esto como
un robo? Se des – cubría la complejidad de la cultura de masas en un contexto
histórico de claros enfrentamientos entre clases sociales, en los cuales los medios
no tenían un papel menor.” 131

Además de los textos producidos por Mattelart donde se realizan análisis y críticas
a Escuelas y corrientes de comunicación, se ha seleccionado un artículo publicado
en 1977, donde analiza con críticas rigurosas a la imposición de una razón tecnoló-
gica globalizada, por parte de los capitales financieros.

Mattelart comenzará por afirmar que existe “una profunda mutación del modelo eco-
nómico y social, (…) de las formas de organización del conjunto de las relaciones
sociales en cada sociedad”. Este cambio profundo se orienta a imponer una visión
geopolítica de la integración mundial a nivel de las potencias gubernamentales,
cuyo origen debe buscarse en “(…) el nacionalismo moderno que hace del territorio
el fundamento de la soberanía, (…) y las formas adoptadas por la dominación im-
perial de las potencias europeas luego de Estados Unidos.”132

128Recordemos que el “Difusionismo” fue una parte sustantiva de las acciones implementadas por la
Alianza para el Progreso, alrededor de los años ´60.
129
Díaz Larrañaga, N. y Saintout, F. (2003) Óp. Cit. (pág.33).
130
Ibíd. (pág.33).
131
Díaz Larrañaga, N. y Saintout, F. (2003) Óp. Cit. (pág. 33).

364
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

La visión de la integración mundial, para el autor, se ha difundido bajo la noción de


“globalización” y si bien “recubre una serie de realidades nuevas llamadas a cam-
biar profundamente los modos de vida… también remite a una ideología. Forma
parte de esos términos tramposos que se han naturalizado con las lógicas mercan-
tiles y que contribuyen a disimular lo que se pone en juego…”.133

La historia del término remite a fines de los años ´60, cuando se utilizaba por los
estrategas militares del Pentágono, “que lo aplicaban a la superpotencia soviética:
“el enemigo global” por excelencia.” Posteriormente Mcluhan, con la expresión “La
aldea global” (1968), con la que denominó a uno de sus conocidos libros, daba
cuenta de la enorme “potencia de la imagen electrónica. Gracias a la capacidad de
convocatoria de la televisión, un “verdadero comunismo planetario” está instaurán-
dose (…)”.Lo que destaca especialmente el autor es que ya hacia fines de los ´60
muchos intelectuales y políticos se empeñaron en definir que “De ahora en adelante
el conductor del reacomodamiento político del planeta es el imperativo tecnológico”,
que aparece como una “tecno – utopía”.134 Lo que plantea Mattelart es el modo en
que el poder ha instalado la idea de que es en la tecnología donde hay que buscar
el origen y fin de los cambios sociales.

A nivel de la política norteamericana el autor devela que Estados Unidos, para la


misma década (fines de los ´60, principios de los ´70), “emprende (…) la tarea de
pensar la evolución del enfrentamiento entre los bloques [Este – Oeste, o lo que
es lo mismo URSS – EEUU] bajo el efecto de la revolución tecnotrónica, fruto de la
convergencia de la computadora, de las telecomunicaciones y de la televisión”.135

Es decir que cuando en América Latina recién se estaba afianzando la televisión


– recordemos que las primeras emisiones en Argentina fueron en 1951 – Estados
Unidos ya se encontraba en vías de articular tecnología que hacía converger varios
tipos de medios, con objetivos de política beligerante en relación a Rusia y con fines
de dominación hacia América del Sur. No es casual que el responsable asigna-
do por el gobierno estadounidense haya sido Zbigniew Brzezinski, posteriormente
“consejero del Presidente Carter para asuntos de seguridad nacional y fundador de
la Comisión Trilateral, encargada de contener la crisis de “gobernabilidad” de las
democracias occidentales”136 . Lo llamado “crisis de gobernabilidad” en realidad re-
fería a los movimientos revolucionarios que después de la asunción de Fidel Castro
en Cuba, se habían extendido en muchos países de América del Sur.

El argumento que esgrimía Brzezinski en aquella época y que “vendía la ciencia


política” por aquellos años, para justificar la inversión norteamericana en tecnología
y abrazar la tesis referida al ocaso de la política, el fin de la ideología y el fin de las
clases y de los enfrentamientos consistía en que “el mundo se ha acelerado singu-
larmente bajo el efecto de la expansión de las redes de información y comunicación;
el dominio de los dispositivos de información y cultura tiene el rol cada vez más
estratégico en la definición de una “potencia mundial”, puesto que la diplomacia de
las redes “está sustituyéndose a la diplomacia de la cañonera”.137

Mattelart ironiza recordando la tesis que sostenían los poderosos en Estados Uni-
dos, que afirmaba que “El planeta va a devenir entonces en “sociedad global”, pero
hasta ahora el único país que por su poder de irradiación merece el nombre de
“sociedad global” es Estados Unidos, puesto que “comunica más que cualquier otra
sociedad”; por esta madurez la sociedad americana se ha tornado en el faro que
alumbra el camino de las otras naciones”.138

133
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit. (pág.9).
134
Ibíd. (pág.9).
135
Ibíd. (pág.9).
136
Ibíd. (pág.10).
137
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit. (pág. 10).
138
Ibíd. (pág. 10).
Nidia C. Abatedaga 365
Tecnicatura en Periodismo

Es muy evidente para el autor la estrategia norteamericana para “naturalizar” su


política imperial, sin que parezca imperialista, es decir, la sociedad global fue la es-
trategia para que los países adopten como suyos comportamientos y modos de vida
que, disimulados bajo el paraguas de la tecnología, se han tornado “naturalmente
universales”. “En términos políticos esto quiere decir que de ahora en adelante ya
no se puede hablar de imperialismo cultural de Estados Unidos frente al resto del
mundo,… puesto que sus industrias culturales y sus modas se han hecho natural-
mente universales, y proponen modelos de vida, de comportamiento y de organiza-
ción que imitar”.139

La “sociedad global”, expresión inaugurada en ese entonces, será la extrapola-


ción del arquetipo nacido y logrado en los Estados Unidos.

Hacia los años ´90, a la vez que las grandes empresas profundizan la expansión de
las grandes unidades económicas, se propone la desregulación estatal, que para
Mattelart es otra palabra “con trampa, puesto que no se trata más que de un nuevo
modo de regulación en que el Estado se deshace de algunas de sus funciones y
arregla el marco del dejar hacer comercial (…) de las telecomunicaciones y de los
sistemas audiovisuales”.140

Mattelart ubica con precisión el ámbito que hizo de la globalización una noción
que se ha erigido como soberana, no surgió del ámbito político ni del espacio de
los intelectuales, sino de las necesidades del capital, y concretamente del capital
financiero (no del capital industrial ni agropecuario, por ejemplo). Dirá entonces que
“la entronización de la noción de globalización no ocurrirá sino en los años ´80, bajo
los auspicios de la geoeconómica, y no bajo los de la geopolítica, bajo el timón del
pragmatismo del mercado y no bajo las especulaciones de sociólogos o politólo-
gos… se debe a la gestión de ciertas empresas transnacionales y a la globalización
de la esfera financiera, único sector económico internacional (…) que realizó la
interconexión generalizada de sus actividades y de sus redes de información y de
comunicación en tiempo real (…) desde hace tiempo el gran proyecto de las em-
presas que operan a escala internacional es la mundialización y son ellas las que,
sobre el terreno, arman el discurso sobre la globalización”.141

Sin embargo, lo novedoso es que si bien el origen del concepto de globalización


debe situarse en el ámbito económico – financiero, en los ´90 fueron los políticos
y los intelectuales quienes “toman la posta para conceptualizar ese fenómeno de
mundialización.”142

La comunicación, así, es “ennoblecida”, constituyéndose en heredera y sucesora


del fordismo sobre la idea de la “empresa red”. Se la concibe como “garante de la
fluidez, la comunicación – interna, como hacia el exterior – debe estar omnipresente.
La comunicación es ennoblecida al juntarse con las teorías de la organización”.143

A la idea de “empresa red” se suma la de “integración” de escalas geográficas


para la distribución, en la producción y en el consumo, “incluso entre esferas de
actividad separadas” Ejemplos de integración lo constituyen las industrias que pro-
ducen hardware y las que producen software.

139
Ibíd. (pág. 11).
149
Ibíd. (pág.12).
141
Ibíd. (pág.12).
142
Ibíd. (pág.12).
142
Ibíd. (pág.12).

366
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Para Mattelar, son los grupos oligopólicos de comunicación los que contribuyeron
en la “construcción del tecnoglobalismo a lo largo de los años ´80”, también ellos
crearon el “discurso sobre la convergencia cultural”. Esta, deja de lado las dife-
rencias culturales y las normas nacionales, y promueve la convergencia en tanto
“tendencia de cada cosa a volverse como las otras, empuja al mercado hacia la
comunidad global”.144

Para ilustrar lo que las empresas promueven a nivel del consumo, el autor retoma
lo afirmado por Levitt, del ámbito del marketing, quien afirmará que “Cada vez más
en todos lados, los deseos y los comportamientos de los individuos tienden a evo-
lucionar de la misma manera, ya se hable de Coca Cola, de microprocesadores,
de jeans, de películas, de pizzas, de productos de belleza (…)”. A criterio del autor,
“lo que permite el advenimiento de (…) este espacio de intercambios comerciales
homogéneos es el InfoTech, base de la “República de la Tecnología”.145

En un razonamiento que se acerca casi unificándose al que realizara Díaz Borde-


nave dos décadas atrás, cuando hablaba de la noción “Centro / Periferia”, Mattelart
afirmará que la idea no es negar la existencia de mercados segmentados por edad,
por nivel socio económico o por ubicación geográfica, sino que se postula “que esos
segmentos corresponden más a una lógica global que a lógicas nacionales. Grupos
de personas similares residentes en países distintos pueden tener las mismas ne-
cesidades y las mismas demandas por los mismos productos”.146

De allí que el autor afirmará que “segmentación” y “globalización” son como las
dos caras de una misma moneda, “dos facetas de un mismo proceso”, a la vez que
segmenta el consumo “taylorización del consumo (…) busca “universales”, símbo-
los universalmente reconocidos” que imponen “estilos de vida globales”. Mattelart
advierte que estos procesos no son naturales, sino que para que esos estilos globa-
les de vida se impongan “antes ha habido inversiones en educación al consumidor,
destiladas a través de los años en la publicidad, en las películas, en programas”.147

Lo que Mattelart denomina “alfabetización mediática” es lo que ocultan los argu-


mentos que justifican la existencia de programas de televisión del estilo de los for-
matos decadentes que fue imponiendo Tinelli. Estos productores afirman que “es lo
que la gente desea ver”, sin mencionar que hubo muchos años de “alfabetización
mediática” que educó en la recepción de “televisión – basura” orientada sólo a una
burda distracción, en vez de educar en “televisión – formativa” (formatos educati-
vos) televisión – cultural (novedades editoriales o musicales de calidad, estrenos ci-
nematográficos no comerciales, etc.) , televisión – concientizadora (documentales,
mesas redondas de análisis políticos, humor inteligente y reflexivo), por mencionar
sólo algunas posibilidades de formatos orientados a educar y dignificar a las per-
sonas y no una abundancia de formatos degradantes de figuras femeninas o sólo
basados en la burla a los pares.

Es sumamente interesante el análisis que realiza el autor en torno a cómo se han


difundido las visiones empresariales, colocando a la empresa en un lugar hegemó-
nico en la vida social. Uno de los indicadores que muestran esta tendencia es que
la Organización Mundial de Comercio (OMC), organismo técnico de las Naciones
Unidas, ha considerado “la cultura… como un rubro de los flujos inmateriales e in-
visibles, catalogados “servicios” pone de manifiesto la centralidad adquirida por la
concepción economicista de los intercambios culturales”148

144
Ibíd. (pág.13).
145
Ibíd. (pág.13).
146
Ibíd. (pág.13).
147
Ibíd. (pág. 14).
148
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit.. (pág. 15).

Nidia C. Abatedaga 367


Tecnicatura en Periodismo

El autor también destaca la tensión entre “libertad de expresión comercial” y la


“libertad de expresión definida por la declaración de los derechos humanos”, el
primero referido a los espacios que deben ser abiertos a la “razón publicitaria”, el
otro “concebidos como una condición de existencia de una esfera pública y de ins-
tancias de control democrático”.149

Tensiones de este mismo carácter se encuentran en el desempeño profesional,


cuando se alude a la “libertad de expresión”: para los propietarios de Medios ma-
sivos significa “libertad de empresa”, para los periodistas significa “libertad de con-
ciencia y de manifestación de ese pensamiento”. Ambas libertades la mayoría de
las veces colisionan, porque los propietarios de medios tienen la capacidad y la
posibilidad de censurar las notas de los periodistas con la excusa de que son ellos
los responsables legales frente a posibles demandas de los afectados por la infor-
mación.

Para justificar la organización de una “estructura “vial” informatizada” a nivel mun-


dial (decidida por el G7 reunidos en Bruselas en 1995), se afirma que la tecnología
es capaz de “poner fin a los grandes desequilibrios sociales y económicos del pla-
neta… posibilitando una comunicación instantánea a la gran familia humana (…) y
estimulará el funcionamiento de la democracia aumentando la participación de los
ciudadanos en la toma de decisiones”. A juicio de Mattelart “La tecno – utopía se ha
convertido en un arma ideológica de primer orden en los tráficos de influencia, con
miras a naturalizar la visión librecambista del orden mundial (…)”.150

Además de imponer una visión neoliberal del mercado, la tecnología de la informa-


ción se esgrime como un recurso para fomentar la democracia, ocultando que “fue-
ron propulsados por los más feroces regímenes autoritarios” así como se olvida que
sirvieron a fines de estrategias bélicas y se organizaron bajo “la doctrina militar de
seguridad nacional”. Paralelamente, el proceso de globalización se ha convertido
en un “símbolo de desnacionalización y de despersonalización”.151

Mattelart enfatiza que de la creencia globalista (al estilo de un dogma religioso) “se
desprende una visión de la así llamada sociedad de la comunicación como una
sociedad transparente e igualitaria… que en realidad no ha cesado, desde el inicio
del siglo XX de cavar la separación entre mundo “desarrollado” y la otra parte del
planeta”.152

Recuperando la idea de Emmanuel Wallerstein153 de la “economía – mundo” y la


perspectiva del Sub Comandante Marcos (EZLN – Ejército Zapatista de Libera-
ción Nacional), afirmará que “la mundialización produce un mundo fragmentado,
hecho de compartimientos estancos, apenas unidos por puentes económicos….
El globalismo niega las grietas de las historias desfasadas”.154 También Mattelart
actualizará la denuncia setentista referida a la dominación “Centro / Periferia”, y la
continuidad de la batalla contra el subdesarrollo, ya finalizando el siglo.

Cuando Mattelart propone la noción de “comunicación – mundo” para referir a lo


específicamente comunicacional del proceso de mundialización, está discutiendo la
connotación descarnada que tiene la noción de “globalización” e instando a recupe-
rar la presencia del “mundo” “Esta presencia es importante, pues nos dice que en
esta nueva fase de la historia de la “asociación” de las sociedades humanas, no hay
medio de pensarse ni de de pensar a la nación, sin pensar el mundo”.155

149
Ibíd. (pág. 15).
150
Ibíd. (pág. 16).
151
Ibíd. (pág.17).
152
Ibíd. (pág. 17).
153
Recordemos que este autor es uno de los miembros de la corriente de los Estudios Poscoloniales, que
en también fue citado por Walter Mignolo.
154
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit. (pág.18).
155
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit. (pág. 21).

368
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Como se podrá advertir, el autor maneja argumentos sustanciales para dejar evi-
denciado el carácter político – intencionado de la noción de “globalización”, a la que
describe como la estrategia utilizada por el capital financiero internacional para me-
jorar los flujos internacionales y elevar su rentabilidad. La tecnología de la informa-
ción es y ha estado relacionada, no sólo con esta intencionalidad político – financie-
ra, sino también con el objetivo de expandir el poder internacional estadounidense,
tanto en relación a los conflictos bélicos como en la dominación cultural.

En este sentido, Mattelart hace evidente cuán actual resultan las denuncias realiza-
das hace ya más de 30 años por otros intelectuales latinoamericanos, que bregaban
por revelar las claves de las diferencias entre países del Primer y Tercer Mundo,
aún efectivas y buscaron, a través de la denuncia, generar conciencia crítica sobre
la situación de dominación.

Se deberán encontrar, entones, las conexiones entre debates del último tercio del
siglo XX y los inicios del siglo XXI, así como intentar establecer una relación entre
las propuestas de estas líneas críticas con las promovidas por los grupos Posco-
loniales y Subalternos, que parecen caminar por senderos paralelos, con similares
preocupaciones, pero sin lazos reflexivos claros.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 9

Después de la lectura de la reseña sobre Mattelart, ¿podría responder por favor?

1) ¿Por qué el análisis realizado en “Para leer el Pato Donald” es considerado un hito funda-
cional en los Estudios de comunicación Latinoamericanos?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) Explique ¿qué significa que la “globalización” remite a una ideología?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué puntos de contacto encuentra entre algunos planteos sobre la dominación que realiza
este autor con los teóricos de la “Dependencia”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿Por qué afirma que la utopía técnica se convirtió en un arma ideológica?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Nidia C. Abatedaga 369


Tecnicatura en Periodismo

Héctor Schmucler

Prestigioso intelectual argentino que ha producido innumerables análisis sobre la


comunicación, compartió con Armand Mattelart algunos espacios de reflexión como
la Revista Comunicación y Cultura, editada durante los años ´70 y dirigida por am-
bos autores, junto a Hugo Assmann, tuvo una enorme difusión en una gran canti-
dad de países. Este punto de encuentro ha servido para producir enriquecedores
debates sobre la comunicación, los Medios y los procesos de dominación que se
estudiaron en diversas experiencias, análisis y reflexiones aún hoy con una notable
vigencia.

La vocación de recuperar la producción


de la región le otorgan un importante valor
heurístico, así como un sólido compromiso
político con valores de clases “subalternas”,
nunca abandonado.

En razón de la temática de la unidad – sobre todo el punto del título “Tecnología y


dominación global”, se ha seleccionado de Schmucler una parte del libro Memoria
de la Comunicación que reúne una serie de artículos propios, cuyo hilo conductor
se conforma no tanto a partir de los temas como por el “tono” político que compar-
ten, según el mismo autor define en el Prólogo.

En el capítulo denominado “Tecnologicismo”, publicado originalmente en 1995, Sch-


mucler comenzará afirmando que “(…) el discurso de la tecnología ha ido ocupando
el lugar político que hasta hace pocas décadas era cubierto por alegatos vinculados
al orden social, económico y moral de los pueblos. La imaginación colectiva con-
temporánea (…) se dejó penetrar en un tiempo sorprendentemente breve por una
idea exclusiva: “la llegada de la sociedad de la información” se volvió doxa, opinión
corriente”.156

Con esta afirmación, Schmucler coincide plenamente con Mattelart, en cuanto “la
técnica” se convirtió en “ideología”. Y esto obedece a que si antes las ideologías
tenían como objetivo “disputar interpretaciones del mundo en procura de afirmar
ciertas formas de poder construían historia pasada y destacaban los datos por los
cuales el futuro debía transcurrir por un sendero determinado” hoy “el pensar técni-
co (…) se ha vuelto él mismo, ideología dominante (…) al sustentar que todas las
ideologías han concluido”.157

En otras palabras, existe una ideología que, enmascarada bajo la forma de “técni-
ca” ha invertido el razonamiento, haciendo creer que “el hombre ya no es usuario
de la herramienta, sino momento de conexión en el conjunto de los medios”158 con
lo cual, según lo que se profesa desde la ideología “tecnicista”, el hombre cede su
lugar central para dejárselo al avance técnico, volviéndose sólo una parte más de
un sistema que pareciera lo excede y del cual es sólo un “momento”.

En una notoria continuidad, el razonamiento del autor vuelve a aparecer en un artí-


culo publicado originalmente en 1996 con el título original “apuntes sobre el tecno-
logicismo y la voluntad de no querer”, simplificado en el libro bajo la denominación:
“apuntes sobre el tecnologismo”.

156
Schmucler, H. (1997) (pág.41) Nuevas Tecnologías en comunicaciones y el reforzamiento del poder
transnacional en Schmucler, H.: Memoria de la Comunicación. Ed. Biblos. Bs. As.
157
Schmucler, H. (1997) Óp. Cit. (págs.42-43).
158
Ibíd. (pág. 44).

370
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

El “tecnologismo” alude al movimiento por el cual “la ideología de la técnica se


ha vuelto la ideología dominante técnica que no sólo prescinde de la voluntad
humana, sino que se concibe como matriz en la que se gesta la propia naturaleza
del hombre.

Para precisar el modo en que la ideología de la técnica ha invertido el pensamiento,


el autor afirmará que “El camino es inverso: la técnica lleva en sí la marca de la
voluntad, que es anterior a la técnica y que depende de la percepción que los seres
humanos tienen de sí mismos”. 159

El autor, no conforme con dejar en evidencia la ideología que se impone a través


de la técnica, irá aún más allá afirmando que: “El tecnologismo instaura una visión
fundamentalista de la existencia: impone su proyecto técnico como mandato indis-
cutible; niega cualquier posibilidad de decir no al presente. El tecnologismo es una
ideología totalitaria”.160 Sin pretender desestimar la importancia de los medios téc-
nicos en nuestra vida cotidiana, cabría preguntarse cuántos argumentos razonables
podemos sostener para justificar, por ejemplo que los niños manejen celulares o
que los usuarios deban invertir frecuentemente fuertes sumas de dinero en actuali-
zar tecnología informática porque Microsoft, a través de la producción permanente
de software cada vez más sofisticados deja obsoletas nuestras PC. ¿Cuál es el
límite entre una necesidad razonable de tecnología y una necesidad impuesta por el
tecnologismo? El autor propone, en la relación entre tecnología y necesidades, que
la primera debería estar en función de “la satisfacción de las necesidades humanas
básicas, las que no deben confundirse con las condiciones mínimas necesarias
para la subsistencia. Las necesidades humanas básicas comprenden tanto las ma-
teriales como las no materiales. Las características de esas necesidades dependen
de obvias variables espaciales y temporales”.161

Para Schmucler no sólo la tecnología se volvió ideología dominante, sino que es


una de las herramientas más poderosas para el ejercicio de formas de dominación
internacional, incluso en lo que va a entenderse con la noción de “progreso”, impi-
diendo la posibilidad de los pueblos de generar desarrollos autónomos. “El desa-
rrollo vertiginoso de las nuevas tecnologías para el manejo de la información y su
incidencia en las relaciones económicas, políticas (tanto nacionales como interna-
cionales) y personales redefine los viejos modelos de sujeción y… la influencia que
el poder transnacional ejerce sobre el mundo contemporáneo. Difícilmente podría
encontrarse un país donde la presencia de estas tecnologías no haya producido
algún tipo de influencia que, con el correr de los procesos de implantación, de-
termina una concepción determinada de progreso, han generado, por lo general,
formas miméticas de organización que reproducen sistemas culturales propios de
los países de origen, más que estimular el desenvolvimiento de las particularidades
específicas de cada nación”.162

Las “Nuevas Tecnologías” serán definidas por el autor como “el conjunto de equi-
pos que hoy permiten captar, procesar y distribuir la más variada calidad de infor-
mación y las redes que facilitan su difusión o interconexión a larga distancia. Así
mismo, se incluyen en este concepto los sistemas lógicos adecuados para el fun-
cionamiento más o menos automático de la maquinaria”.163

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, constituyen “formas


particulares de la tecnología en general. Su especificidad radica en el singular papel

159
Schmucler, H. (1997) Óp. Cit. (págs. 42-55).
160
Ibíd. (pág. 58).
161
Ibíd. (pág. 58).
162
Ibíd. (págs.42-43).
163
Ibíd. (pág. 44).

Nidia C. Abatedaga 371


Tecnicatura en Periodismo

ideológico que cumplen, puesto que constituyen la forma más aguda de universali-
zación de la forma transnacional de la existencia (…) son la expresión actual de un
esquema de organización social característico del orden capitalista y, en un sentido
más amplio, de la cultura occidental”.164

Su expansión dependerá del modelo de desarrollo que acepte como válido una so-
ciedad determinada. La postulación de una búsqueda de “nuevas formas tecnológi-
cas” responde a la necesidad de pensar otros modelos posibles de desarrollo, y no
únicamente aquel que la propia tecnología que nos llega, difunde y promueve. Poco
conocemos de los valores y concepciones de desarrollo que se manejan en oriente.
Por citar un ejemplo, de Irán tenemos la visión demonizada que nos transmite fun-
damentalmente Estados Unidos, a través de sus noticieros y de Hollywood, sobre
todo orientada a destacar que es un maléfico enemigo de la política imperialista
(aunque Obama no lo admita de esta manera) del país del norte. Hay abundante
filmografía iraní que muestra, desde su propia cultura que manejan valores y con-
ceptos de desarrollo que están bastante alejados de los “occidentales y cristianos”
que se nos impone cotidianamente, y en muchos casos, muchos más humanizados
que los occidentales.

En la misma dirección señalada por Mattelart, Schmucler afirmará que “La implan-
tación tecnológica permite mantener el esquema de la dominación sobre las socie-
dades receptoras, aun cuando formalmente se haya establecido la independencia
política”.165

Así mismo se puede percibir una actualización del ya clásico pensamiento de las
Teorías de la dependencia y su análisis de la relación verticalista, tanto de la es-
tructura económica como de las ideologías, en la que están imbuidas las relaciones
internacionales. “La estructura social de carácter vertical vigente en cada país se
incorpora a una estructura internacional de carácter igualmente vertical, cuyo vérti-
ce actual está representado por el poder transnacional. Esta estructura, (…) no sólo
se refiere al aspecto económico de la organización social, sino al cuerpo de ideas
que legítima la concepción centro – periferia (…) La eficiencia técnica no es la única
ni la principal característica que determina la utilización de una tecnología, sino su
compatibilidad con los valores económicos y culturales vigentes en la sociedad”.166

En referencia al origen histórico de la tecnología, Schmucler afirmará que gene-


ralmente queda opacado. “La tecnología aparece como un proceso natural y no
histórico…” y su desarrollo, aunque aparente propiciar intercambios más fluidos,
“La tecnología dominante, propia del sistema mercantil, ha ido desarrollándose en
un sentido que tiende a disminuir la participación y el control social sobre la produc-
ción; es decir, a mantener el distanciamiento, la alienación de los seres humanas en
relación con sus productos…
La razón tecnológica se impone como valor universal y su aceptación indiscrimi-
nada encubre el verdadero proceso de homogeneización de estructuras en nivel
universal. Es sintomático que en los países no capitalistas de Europa Oriental se
asuman las tecnologías que tienden a la automatización sin un criterio crítico de los
valores que arrastra”.167

Es muy evidente la correspondencia del análisis que realiza Héctor Schumcler so-
bre la tecnología con la perspectiva que descubre y estudia Armand Mattelart. Am-
bos, a su vez, muestran sus raíces latinoamericanas y su íntima afinidad con los
planteos de los autores de décadas anteriores, bajo las premisas de la crítica al
Difusionismo y la propuesta teórica de “la dependencia”.

164
Schmucler, H. (1997) Óp. Cit. (pág. 62).
165
Ibíd. (pág. 63).
166
Ibíd. (pág. 65).
167
Ibíd. (pág. 66-67).

372
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Hay, además de la vocación académica por analizar temas reveladores y trascen-


dentes para la comunicación social, una persistente vocación de política que de nin-
guna manera desliga la reflexión teórico – conceptual del compromiso con países o
sectores en situación de dominación.

Para las siguientes actividades, sugiero que relean


lo propuesto por Schmucler. Enviar las respuestas
al docente tutor por mensajería interna
del Aula Virtual.

Actividad de Autoevaluación 10

De la lectura de Schmucler, responda por favor:

1) ¿Cómo define el “tecnologismo” el autor?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿Cómo define las “Nuevas Tecnologías”? ¿Qué tienen de particular las tecnologías de la
información?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Explique en qué aspecto de su razonamiento coincide con Mattelart y con los teóricos de
la “Dependencia?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿En qué consiste, para el autor, la “razón tecnológica”?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

La Incidencia de la Comunicación en la Cons-


titución de las Subjetividades

Las Identidades Políticas en la trama Comunicacional

En este apartado se presenta un trabajo de investigación que se realizó en la Uni-


versidad Nacional de Córdoba con aval institucional de la Secretaría de Ciencia y
Técnica de esa universidad.

El proyecto que se desarrolló durante el periodo 2008/2009 se denominó “La comu-


nicación y la construcción de Identidades políticas colectivas. La doble construcción
de los sujetos en el espacio público y al interior de las organizaciones”.

Nidia C. Abatedaga 373


Tecnicatura en Periodismo

El equipo de Investigación estuvo conformado por los siguientes integrantes:

- Directora: Mgter. Nidia Abatedaga

- Co directora: Mgter. Cristina Siragusa

- Integrantes: Mgter. Miguel Haiquel, Lic. Carla Alcaraz, Lic. Verónica Gon-
zález, Lic. Lorena Brondani, Lic. Mariana Carbajo, Lic. Norma Aiello.

Los antecedentes de la investigación que llevó a cabo el equipo consisten en un


conjunto de análisis comunicacionales en organizaciones caracterizadas por un
modo de funcionamiento horizontal. Los estudios previos mostraron resultados con-
tradictorios en la relación entre procesos de comunicación formalmente democráti-
cos y horizontales y prácticas de subjetividad colectiva escasamente homogéneas.
De estas contradicciones surgen inevitables consecuencias en la construcción de
identidades comunicativas que los sujetos colectivos se dan como estrategias polí-
ticas de visibilidad en el espacio público.

Problematización del área temática y delimitación del


proyecto

Hace ya algunos años numerosos autores están manifestando preocupación por


los “juegos de Identidades” cuyas consecuencias políticas están evidenciándose en
el espacio social. Stuart Hall afirmará que de forma creciente en el mundo moder-
no, las identidades políticas se fracturan por identificaciones rivales y dislocantes,
advenidas especialmente de la erosión de una “identidad nuestra”.168

Estas contradicciones atraviesan muy especialmente la identidad política que co-


lectivamente elaboran grupos sociales de organizaciones no lucrativas, tanto hacia
su interior como la que construyen hacia afuera. Estos procesos de fractura y mu-
taciones de la identidad política son lo que no está siendo analizado en la medida
y profundidad adecuadas.

A continuación, realice la siguiente actividad.


Transcriba las respuestas a estas preguntas
y envíe al docente tutor a través de la
Mensajería Interna del Aula Virtual.

168
Hall, S. (2000) A Identidade Cultural na pos – modernidade. 4º ed. Ed. DP&A. Rio de Janeiro.

374
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Actividad de Autoevaluación 11

¿Podría responder las siguientes preguntas, sobre algunos aspectos que proponen pensar
Armand Mattelart y Héctor Schmucler?

1) ¿Por qué afirma Mattelart que la noción de “globalización” remite a una ideología?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) ¿En qué momento político y bajo qué circunstancias sitúa Mattelart la expansión de las
redes de información?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Qué temas comparte Mattelart con los autores de la Teoría de la Dependencia?


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) En relación al consumo de productos, ¿por qué afirman que hay una redistribución del
consumo? Y ¿por qué la publicidad hace una guerra implacable contra el ahorro?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Aunque es indiscutida la trascendencia de la comunicación en los procesos de


construcción identitaria, la particular forma en que algunas organizaciones vehiculi-
zan los complejos procesos de identificación interna y externa constituye un campo
de análisis comunicativo de alto valor teórico y práctico, especialmente en organiza-
ciones o grupos sociales que no persiguen el lucro como objetivo principal.

El ámbito de esta investigación, por lo tanto, se centra en el espacio comunicativo


que algunas organizaciones cooperativas o no lucrativas y caracterizadas por un
funcionamiento horizontal elaboran para la construcción de su identidad colectiva.
Por su condición legal las cooperativas de trabajo y empresas recuperadas se ca-
racterizan por la horizontalidad en su funcionamiento y por la previsión de partici-
pación de los socios en la toma de decisiones. Esta modalidad las constituye en
lugares privilegiados de conformación de identidades colectivas donde los sujetos
involucrados participen comunicativamente en forma activa. Por tanto el proyecto
se centrará en 10 cooperativas de trabajo y empresas recuperadas.

● El tema de investigación consistió en estudiar la correspondencia entre


los procesos de comunicación y la constitución de determinadas prácticas
de subjetividad colectiva en esos espacios sociales.

● El Problema de investigación se definió con una pregunta: ¿Cómo se


construyen y materializan comunicativamente la identidad política del
sujeto colectivo en el ámbito público como su identidad política hacia el
interior de la organización? y ¿Cómo se caracteriza la vinculación entre
ambas?

Nidia C. Abatedaga 375


Tecnicatura en Periodismo

● La Hipótesis de trabajo señalaba que Puede concebirse que las expre-


siones identitarias del “nosotros” exteriorizadas en el espacio público y las
construcciones comunicativas de un “nosotros” del sujeto colectivo hacia
el interior de la organización pueden ser disímiles en función de la necesi-
dad político - estratégica de alcanzar una posición legítima en el espacio
de lo público.

A partir de la definición del tema, problema


e hipótesis de investigación se definieron.

- Objetivo General:

● Estudiar correspondencias o divergencias posibles entre la Identidad


construida por el sujeto colectivo hacia el interior de la organización y la
construcción comunicativa de su identidad pública.

- Objetivos específicos:

● Sistematizar las características identitarias construidas en el nosotros del


sujeto colectivo de organizaciones de funcionamiento horizontal.
● Identificar las características que asume la construcción de la identidad
externa de la organización en tanto la definición que hacen los otros (el
afuera) de la organización a partir de las nominaciones con las que el Es-
tado y los Medios las identifican.
● Analizar la identidad significada por el colectivo en productos comunica-
cionales para públicos externos.
● Estudiar concordancias y discordancias entre la Identidad interna y la ex-
terna y entre la Identidad deseada y la efectivamente construida.

Para sustentar la investigación se realizó un análisis bibliográfico que sirvió de mar-


co teórico contextual del proyecto. Se consideró que la construcción de identidad de
un sujeto colectivo hacia el interior de algunas organizaciones con características
de funcionamiento horizontal surge de su experiencia común. La identidad de inte-
reses establecidos en grupos de la población, el desarrollo de Identidades Políticas
hacia el interior de la organización no son un proceso de generación espontánea y
muestra algunas dificultades que impiden afirmar una relación directa y coetánea
con la experiencia vivida por el colectivo.

La identidad colectiva suele presentarse “como un trayecto atravesado por contra-


sentidos producidos por identidades contradictorias que se dislocan mutuamente.
Las contradicciones se encuentran tanto afuera, en la sociedad, como atravesan-
do grupos sociales políticamente definidos. Este proceso es producto de que las
personas no identifican ya sus intereses sociales exclusivamente en términos de
una identidad en particular (por ejemplo la identidad de la clase trabajadora) Por el
contrario, es sumamente difícil que una sola identidad pueda servir como un dispo-
sitivo discursivo a través del cual todos los variados intereses e identidades de las
personas puedan ser reconciliadas o representadas”.169

Desde el punto de vista interno, la construcción de la identidad grupal debe ser


analizada desde una perspectiva comunicativa que permita dar cuenta del proceso
de autonominación que los sujetos realizan. M Bajtin afirma que la palabra, al re-

169
Hall, S. (2000) Óp. Cit. (pág. 32).

376
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

presentar las experiencias y aspiraciones colectivas de un grupo social, “constituye


el escenario inconsciente donde circulan los temas que articulan las (reflejando a la
vez que refractando) las experiencias sociales”.170

Se plantea, entonces que es necesario analizar las interacciones discursivas en


las que se define una identidad colectiva, que es la ocasión en que se manifiesta
el “nosotros”, en íntima vinculación con prácticas de subjetividad colectiva. Dichas
interacciones comunicacionales no son políticamente neutras y por tanto están su-
jetas a las intenciones que tengan los miembros del grupo cuando dirimen espacios
de poder.

“En el proceso de interacción discursiva se lleva adelante la puesta en común de


una ideología (en tanto ideas, representaciones e interpretaciones)” que permite
que los individuos no sólo se constituyan en sujetos de su trabajo sino que favorez-
can la aparición de nuevas formas de identificación política, colectivamente cons-
truidas. “Suele vincularse a creencias, símbolos y valores que están relacionados
con los significados que contribuyen a dar sentido a sus relaciones sociales”.171

Por otro lado, la Identidad Colectiva es una categoría que muestra la concepción
que el grupo tiene de sí mismo como unidad única y homogénea en un espacio –
tiempo determinados. “Los elementos que incluyen mitos, rituales y sistemas de
nombres de grupo que el colectivo se da durante un periodo determinado de tiempo
y en un espacio claramente definido.”172 Bajo este término, por tanto, se agrupan
ideas diversas que se refieren, en primer lugar a la noción de permanencia, mante-
nimiento de puntos de referencia fijos, constantes, que escapan a los cambios que
pueden afectar al sujeto en el curso del tiempo.

“La identidad se aplica a la delimitación que asegura la existencia en estado sepa-


rado, permitiendo circunscribir la unidad indispensable a la capacidad de distinción.
Y en tercer lugar la identidad es una de las relaciones posibles entre los sujetos,
permitiendo reconocer lo mismo, establecer semejanzas y por tanto ser solidarios
en la construcción. Los tres caracteres, por tanto se sintetizarían en ser, reconocer-
se como uno y diferenciarse como uno”173 .

Laraña y Gusfield distinguen tres dimensiones diferentes de la Identidad: una Iden-


tidad individual, una Identidad Colectiva y una Identidad Pública.

● La Identidad individual está conformada por una serie de rasgos total-


mente personales, que son el resultado de una combinación entre heren-
cia biológica y vida social. Estos rasgos están internalizados como parte
de la biografía personal, y su influencia en la vida social deriva en la per-
tenencia a grupos, y en sucesivas adopciones de mecanismos de identifi-
cación. En esta investigación no fue abordada.

● La Identidad Colectiva evidencia las prácticas de subjetividad que desa-


rrolla un grupo y en segundo lugar supone la influencia que grupos de per-
sonas ajenas al grupo ejercen sobre él. Refiere a la definición declarada
de pertenencia a un grupo, dentro de los límites y actividades que éste de-

170
Voloshinov, Valentin Nikólaievich (1992) (pág. 45) El marxismo y la Filosofía del Lenguaje. Alianza
Ed. Madrid.
171
Ibíd. (pág. 50).
172
Crocker, Christopher (1981) (pág. 163) Las reflexiones del sí. En Levi Strauss y otros: La Identidad Ed.
Petrel. Barcelona.
173
Laraña E.y Gusfield, J. (1994) (pág. 123) Los nuevos movimientos Sociales. De la ideología a la iden-
tidad. Ed. CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). Madrid.

Nidia C. Abatedaga 377


Tecnicatura en Periodismo

sarrolla. Es una definición compartida, interactiva y producida por varios


individuos que están en relación y que considera un campo de oportuni-
dades y restricciones. Está básicamente integrada por definiciones de las
experiencias compartidas y es el resultado de un proceso de negociación
que implica la interacción y el conflicto para constituir el sentido de “noso-
tros”. Esta identidad es simultáneamente real en el plano cognitivo - está
basada en experiencias personales de los sujetos - e idealizada y referida
a condicionamientos externos. Remite al universo simbólico propio del
grupo porque sin este no habría interpretación posible.

● La Identidad Pública, por otro lado, se conforma por las definiciones


que de la organización hacen sujetos que no pertenecen a ella y suelen
provenir de grupos institucionalizados en organismos estatales, medios
masivos de difusión, u otros sujetos colectivos. Esta Identidad se articula
con la construcción que de ella hacen los propios grupos hacia afuera,
permitiendo de este modo elaborar la distinción entre el “nosotros” y “los
otros” y fortaleciendo la propia identidad y compromiso con el grupo.

Desde la perspectiva del campo social que propone Bourdieu esta Iden-
tificación Pública debe analizarse como parte de la lucha por las clasi-
ficaciones y nominaciones legítimas, que en realidad muestran la puesta
en juego de la lucha política. “El poder social, en tanto poder de hacer los
grupos haciendo el sentido común está en estrecha vinculación con la ca-
pacidad de dar existencia explícita, de publicar, de hacer público, objetiva-
do y visible todo el grupo, es decir, de producir representaciones objetivas
que permitan la generación de una percepción pública legítima.”174

Entonces, cuando se abordan las prácticas comunicativas de los actores sociales


se reconoce que sus identidades no pueden conceptualizarse en forma monolítica:
las mismas se manifiestan disímiles e inclusos yuxtapuestas. En situaciones de
crisis, por ejemplo, las posibilidades de dichos actores para plasmar sus intereses
materiales y simbólicos en la arena social se obstaculizan por la complejidad de los
procesos allí involucrados, y aun lográndolo el resultado no deja de ser incierto.

La necesidad de construir marcos de inteligibilidad a los acontecimientos sociales


en los que se encuentran inmersos debe relacionarse con las modalidades propias
de las relaciones societales vigentes que constituyen un horizonte posible no sólo
para alcanzar una cierta visibilidad sino también para expandir las distintas posicio-
nes. Este proceso denso y complejo es indisociable del carácter de construcción
identitaria ya que retrotrae a un tejido de solidaridades y modos particulares de
proponer el reclamo en los espacios públicos.

Las acciones y expresiones de los sujetos cobran un mayor rango de visibilidad y


reconocimiento al hilarse en la trama societal de lo público. Este es un espacio de
revelación y aparición a la mirada y reconocimiento del otro y a la potencialidad de
la manifestación de la diferenciación.

La discusión acerca de la posibilidad de ver, que puede encuadrarse en la metáfora


de la mirada, implica el poder de concebir estas cuestiones puestas públicamente.
De lo que se deduce que “lo que está en juego desde el horizonte epistémico de una
‘sociedad’ es qué es lo que se concibe como objetos pasibles de su delimitación,
designación, debate”.175

Bourdieu, P. (1984) (pág. 32) Sociología y Cultura Ed. Grijalbo.


174

Caletti Sergio (1998) (pág. 92) Comunicación, política y espacio público. Notas para pensar la demo-
175

cracia en las sociedades contemporáneas, Mimeo, Buenos Aires

378
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Se reconoce, entonces, que no existe una única modalidad de visibilidad, sino que
la escenificación del espacio público se desarrolla en ciertos marcos donde diversos
recursos técnicos se ponen en juego. Es decir, existe “no sólo un régimen de visibi-
lidad, sino también un régimen para el desarrollo de las propias relaciones sociales
que se cumplen bajo su luz… un régimen de comunicación para la construcción de
lo común” 176. La problemática de la visibilidad aparece de esta forma configurada
como un problema central que atañe al “sostenimiento de identidades, proyectos y
conflictos en el ámbito de lo que ha dado en llamarse ‘opinión pública’”.177

El paso de lo implícito a lo explícito no es automático (la misma experiencia de lo


social puede reconocerse en expresiones diversas) y además las diferencias obje-
tivas más pronunciadas pueden estar ocultas por diferencias más directamente vi-
sibles. Bourdieu infiere la existencia de “estrategias simbólicas mediante las cuales
los agentes intentan imponer su visión del mundo y su posición en él, dentro de las
cuales la nominación es la más importante”.178

Existe un proceso por el cual los agentes producen nominaciones desde su posi-
ción particular – de sí mismos y de los otros – cuya intensidad y efecto es inversa-
mente proporcional a su legitimidad (están menos autorizados a título personal o
por delegación). A la vez también están en el campo las nominaciones de agentes
autorizados (como el Estado, los Medios) que valen en todo el mercado simbólico y
que ejercen la definición oficial de ciertas identidades públicas legitimadas.

El Estado y los Medios Masivos se tornan de este modo en instituciones centrales a


la hora de evidenciar la articulación de relaciones de poder que se da en la dinámica
entre la Identidad Pública que el grupo elabora y la formación de imagen pública
con la que agentes autorizados como el Estado y los Medios lo nominan.

La comunicación en tanto constitutiva de este proceso de articulación del que


resulta la Identidad Pública debe ser estudiada en una triple perspectiva:

1) La comunicación desde una perspectiva instrumental: cuando se la con-


sidera como un medio o un aspecto más de la realización de otros proce-
sos sociales. En este sentido es usada para el logro de otros objetivos y
no como fin del propio proceso comunicativo, tales como el uso de cana-
les de comunicación interna y externa para informar sobre las actividades
que el grupo realiza.

2) La comunicación en la faceta autorreferencial del sujeto colectivo: Este


aspecto enfatiza el uso que hacen de la comunicación los sujetos para
definirse a sí mismos, en tanto colectivo, a través de las conceptualiza-
ciones y representaciones de su propia situación, así como la nominación
que muestra la percepción que el grupo hace de sí mismo.

3) La comunicación en la construcción de identidad del sujeto colectivo: Aquí


se muestra la relación entre las nominaciones y caracterizaciones que el
grupo hace de sí mismo con referencia a “los otros” y que distingue los
límites o fronteras entre el “nosotros” y el “afuera” y las nominaciones y
caracterizaciones que realizan del grupo agentes legitimados como Me-
dios Masivo y el Estado.

176
Caletti Sergio (1998) Óp. Cit. (pág. 92)
177
Reguillo Rossana (2000) (pág. 83) Identidades culturales y espacio público: un mapa de los silencios,
En Revista Diálogos de la Comunicación N º 59-60, FELAFACS.
178
Bourdieu, P. (1984) Óp. Cit. (pág. 45).

Nidia C. Abatedaga 379


Tecnicatura en Periodismo

El análisis de la comunicación así desglosado no implica que ésta opere en la rea-


lidad cotidiana de una sola manera por vez. Frecuentemente están asociados los
tres aspectos en jerarquías diferenciadas, predominando uno o dos en ciertas cir-
cunstancias. Por esta razón se torna indispensable un trabajo de análisis desde
variadas metodologías.

Las Técnicas Metodológicas aplicadas para el análisis fueron: 55 entrevistas


realizadas a todas las cooperativas y 14 observaciones no participantes. Se rea-
lizaron análisis documental de Leyes y Políticas Nacionales y de los Estatutos y
otros materiales disponibles en las organizaciones. Para el análisis de información
periodística se operó un recorte temporal, a los fines de constituir el corpus textual,
en la producción informativa publicada en el diario La Voz del Interior de enero a
septiembre de 2009, en total 65 notas periodísticas.

Conclusiones de la Investigación (síntesis)

Teniendo en cuenta el carácter contradictorio de las identidades, creímos necesario


indagarlo enfatizando en uno de los procesos que hacen posible su conformación:
la comunicación social. Y esto constituye uno de los logros más importantes del
proyecto, ya que se han podido encontrar vinculaciones directas entre las carac-
terísticas de los procesos de comunicación y la constitución de identidades colec-
tivas cooperativas. Las situaciones más evidentes muestran que en cooperativas
donde existen situaciones de interacción discursiva colectiva, asambleas regulares
y adecuadas en los procedimientos, se abrían mayores posibilidades de conformar
identidades políticas con mayor facilidad, y un sentido del “nosotros” adecuado a las
necesidades del grupo. Por oposición, en los casos en los este tipo de intercambios
no eran posibles, las identidades colectivas eran inexistentes.

Esta construcción política, se puede afirmar, es producto tanto de la interacción


discursiva que produce autonomizaciones del nosotros que permite desarrollar los
procesos de trabajo a nivel interno con un carácter más humanizante, como de
los intercambios comunicativos que los sujetos colectivos mantienen con otros, un
afuera que permite ir redefiniendo los propios límites del nosotros, tanto como su
identificación política en el espacio público. Ambos procesos contribuyen a dar sen-
tido a sus relaciones sociales, tanto internas como externas a las organizaciones.

Los dos tipos de identidades que aquí se abordaron, la Identidad Colectiva, permiten
analizar la importancia que estos emprendimientos tienen para los propios socios
cooperativos como para la sociedad. La Identidad Pública se articula con la cons-
trucción que de ella hacen los propios sujetos colectivos hacia afuera, permitiendo
de este modo elaborar la distinción entre el “nosotros” y “los otros”, influyendo en la
conformación de la propia identidad y afectando el compromiso con el grupo.

Aquí nuevamente se logró identificar, con base en el análisis comparativo del dis-
curso de los Medios y de las Políticas Públicas, que las identidades conformadas en
el espacio público no eran siempre coincidentes con las elaboradas por los grupos
de socios al interior de las cooperativas. Por otro lado, en los casos donde existen
manifestaciones públicas de la cooperativa – como es el de los dos Medios Gráficos
analizados - se logró identificar una disociación entre la identidad cooperativa inter-
na, dificultosa y escasamente consolidada y la necesidad político - estratégica de
alcanzar una posición legítima en el espacio público, que permita, en estos casos,
subsistir con el ingreso por suscripciones o por publicidad.

380
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Se encontraron dificultades en la búsqueda de productos comunicacionales para


públicos externos en cooperativas de trabajo que no produjeran discursos mediáti-
cos. Tanto por el carácter limitado y básico de su producción como por la ausencia
de estrategias de difusión, no se pudo incluir en muchos casos el análisis de este
aspecto.

Las organizaciones analizadas tienen en común haber sido uno de los emergentes
de las políticas neoliberales aplicadas durante la década del ´90. En algunos ca-
sos, como los dos diarios cooperativos, son producto directo de la crisis de 2001,
después de que los anteriores propietarios vaciaran y abandonaran las empresas.
Estas cooperativas se constituyeron en plena crisis, recuperando lo que había que-
dado de infraestructura mobiliaria de la empresa y quedándose con la marca, los
acreedores y un circuito comercial a reconstruir.

En otros casos si bien no surgieron en 2001, pueden considerarse como una de


las derivas claras de la crisis del capitalismo neoliberal de la década del ´90, que
conllevó la instauración de una lógica de subsistencia, con estrategias elementales
de conservación de un medio de vida mínimamente digno.

Las condiciones contextuales imprimieron cierto carácter a las asociaciones coope-


rativas que emergieron en este periodo y que aparece como características recu-
rrentes en los casos analizados. Por citar sólo algunas, se identificaron dificultades
en sostener – cuando existen – procesos de interacción discursiva horizontales con
consecuentes gestiones que desvirtúan la lógica y principios cooperativos. Esto se
manifiesta sobre todo en las cooperativas que nacieron de recuperar una empresa,
donde los socios no se organizaron por afinidad, sino que los motivos por los que
se encuentran juntos responden a criterios del capital privado. Al haberse unido por
necesidad aparece como altamente costoso, en términos de tiempo y dedicación,
lograr un ámbito de trabajo cordial y una forma de relacionamiento que promueva
un sentido solidario, cierto grado de afecto societario y una identidad colectiva ho-
mogénea.

En el mismo sentido, el desconocimiento y la falta de ejercicio en debates colecti-


vos que promuevan interacciones discursivas horizontales favorecen la delegación
de tareas de decisión, la centralización del poder y la ausencia de identidades ge-
nuinamente cooperativas.

La relación laboral privilegiada en el capitalismo parece permear la conciencia de


los sujetos, aun cuando se encuentren transitando experiencias de gestión coope-
rativa. La relación patrón – empleado aparece como un imperativo naturalizado en
los vínculos de trabajo, parecen difícilmente modificables. La interacción discursiva
a la vez que refleja estas dificultades, las alimenta porque escasamente pueden los
sujetos involucrados lograr identidades colectivas que tiendan a modificar la situa-
ción de competencia en la que se encuentran.

Los casos en los que se encontró una identificación política más clara con la idea
de “socio – trabajador” son las cooperativas organizadas en base a la existencia de
afinidades y lazos societarios emergidos de un acuerdo previo para la conformación
de la cooperativa. Los casos más claros son la Coop. Sol de Yofre y Luci Vid. Las
empresas recuperadas aparecen con una identidad cooperativa difusa o confusa.

En la mayoría de los casos se encontró que existen divisiones internas e identida-


des dispares entre socios – fundadores, en muchos casos con antecedentes de
militancia política de algún tipo y socios – nuevos, con escasa formación y práctica
política. Los primeros manifiestan una identidad políticamente más comprometida,
pero no claramente definida dentro del cooperativismo. Entre los segundos también
se reconoció una incipiente diferenciación entre “socios nuevos indiferentes” a todo

Nidia C. Abatedaga 381


Tecnicatura en Periodismo

tipo de práctica política comprometida y “socios nuevos críticos” de la lógica eco-


nómica e ideológica del capital pero sin claridad respecto de cómo canalizar esa
crítica.

Excepto las cooperativas vinculadas a medios gráficos, Hay escasa producción de


materiales de comunicación externa y cuando se encontraron fueron soportes y
contenidos de comunicación vinculados a la lógica mercantil, no a la difusión de la
cooperación para su expansión.

El carácter indefinido de la identidad colectiva


interna y la ausencia de modelos donde referenciar
con claridad la idea de “socio – trabajador” parece
incidir en las discordancias entre la Identidad
interna y las identidades públicas
que manifiestan.

Las identidades públicas que circulan sobre el cooperativismo tampoco fueron his-
tóricamente uniformes. Tanto los Medios Masivos como el Estado (las dos institu-
ciones aquí analizadas y que configuran gran parte del espacio público) han produ-
cido identificaciones heterogéneas sobre esta actividad.

Una revisión histórica muestra que las Políticas Públicas dirigidas al fomento y
fiscalización del cooperativismo han seguido un camino errático. Desde el derrotero
por diferentes ministerios que siguió la actividad, hasta las diferencias profundas
encontradas en la concepción de cooperativismo que subyace en el cuerpo legal,
las cooperativas no han tenido una identificación uniforme desde el Estado.

La Ley 20337 de 1973, por decreto del Poder Ejecutivo representado por Lanusse,
deja definido un modo de regulación laboral con una presencia explícita de ideas
propias de una lógica democrática no mercantil. Sin embargo su desarrollo (antes y
después de la ley) pareció encontrarse estatal y legislativamente más asociado al
carácter comercial / productivo de la actividad que al rescate de valores humanos,
sociales y solidarios.

Las modificaciones legales producidas en los años ´80 llevaron la situación de los
socios cooperativos de “empleados en relación de dependencia” a “trabajadores
autónomos”. Esto los reconoce como “trabajadores” (y no como inversionistas de
una Sociedad Anónima por ejemplo) pero por otro lado desarticula y autonomiza
la relación de los sindicatos, colegios profesionales y otras formas de defensa cor-
porativa del trabajo, a la vez que facilita que los socios deban hacerse cargo de sí
mismos.

Desde el año 2000 y por Decreto presidencial 721 se modifica la denominación del
INACyM por la de Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).
Esta modificación excede un simple cambio de denominación, ya que se subsume
la actividad de cooperativas y mutuales al ámbito de una economía de tipo parti-
cular: la denominada Economía Social, política y legalmente especificado como
“especial”.

Hacia fines del 2000 las políticas estatales, que aparecen fomentando el coopera-
tivismo, se encuentran lejos de las connotaciones políticas de principios de los ´70.
La discusión de fin de siglo ya no es con qué marco legal se puede organizar una
producción más humanizante, sino con qué mecanismo de política se trata de paliar
el hambre de grandes sectores de la población. La concepción que subyace a la
Economía Social asocia la figura legal y la identidad cooperativa con tibias políticas
de empleo, pero vaciada del contenido político participativo de la población y con la
intencionada ausencia de discusiones sobre el sentido de la cooperación.

382
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Las experiencias de cooperativización que se produjeron con mayor extensión a


partir de 2001 fueron el disparador de dos tipos de políticas que implementó el Esta-
do nacional a partir de ese momento, unas que podrían denominarse “de emergen-
cia”, resultado de la presión de los hechos, otras “de proyección” a más largo plazo
y encuadradas dentro del campo de las Políticas Sociales.

Ej. Un ejemplo locuaz del primer tipo de políticas es la Resolución 886 del 28 de junio de 2002,
por la que el Ministerio de Desarrollo Social, a través del INAES crea la “Unidad Ejecutora
de Recuperación de Empresas en Crisis”. Del segundo tipo de políticas, denominadas aquí
“de proyección”, a más largo plazo, se pueden encontrar planes que desde el año 2003 más
que atender la recuperación de empresas intenta orientar lo que ahora se denomina Políticas
Sociales Estatales desde la Economía Social. Para ello desde el Estado se financia la crea-
ción de cooperativas para pobres / marginados, en las que el Estado financia sus inicios y en
muchos casos compra el producto (guardapolvos para escuelas públicas) o paga el servicio
que prestan (redes de agua, cloacas).

Con la creación del INAES y las políticas de largo plazo se hace público un tipo de
identificación diferente de la que históricamente la había relacionado a la actividad
comercial. Ahora el cooperativismo está asociado a la pobreza. Con la crisis de
2001 en el imaginario social se hace más frecuente su presencia como alternativa
que permite salvar la situación de desocupación.

Desde el punto de vista jurídico, el vínculo laboral cooperativo produce una desar-
ticulación medular de la relación capital – trabajo: los cooperativistas son socios,
propietarios colectivos, no hay “patrón”, ni sindicato a quien dirigir reclamo alguno.
Tampoco abre posibilidades de asociación profesional o por oficio. Y es en este
sentido que puede afirmarse que la forma jurídica cooperativa de trabajo es una
democracia encorsetada, si no se piensa una forma de intercambio mercantil donde
predomine el intercambio entre organizaciones similares de gestión horizontal en
vez de constituirse en emprendimientos aislados en el océano de condiciones de
competencia empresaria.

También se debe tener en cuenta que aunque colectiva, la cooperativa de trabajo


no implica una apropiación pública de excedentes, sino que sigue siendo una forma
privada de apropiación, sólo que colectivamente repartida entre los socios, todos
propietarios por igual de los excedentes producidos.

Se puede afirmar entonces que sumado a los problemas de comunicación y gestión


al interior de las cooperativas que influyeron en las dificultosas identificaciones con
la posición de “socio cooperativista = trabajador”, las políticas estatales no cola-
boraron en su afianzamiento, y el mercado opera presionando con las históricas
identificaciones: “patrón/empleado”.

Por otro lado, al carecer de estrategias de comunicación externas convincentes


para lograr una identificación pública genuina, las cooperativas que superaron el
nivel de subsistencia básico y lograron un reparto digno de retornos, encuentran
en el mercado las reglas de subsistencia y reproducen, a través de anunciantes,
proveedores, ideología propia del capital.

El caso de los periódicos mostró que la identidad pública manifiesta en los ejem-
plares se encuentra más vinculada a la presión del mercado y el imperativo de
ganancia que a la intención de manifestar una ideología comprometida con el coo-
perativismo.

Nidia C. Abatedaga 383


Tecnicatura en Periodismo

Desde el punto de vista de las características identitarias que proporcionan


los Medios Masivos sobre “cooperativas” se pudo apreciar que en el periodo
analizado:

1) Un conjunto importante de noticias, publicadas en La Voz del Interior, da-


ban cuenta de diversos acontecimientos en los que las cooperativas del
interior de la provincia se hallaban directa o indirectamente involucradas.
La mayor parte de los casos referían a organizaciones de prestación de
servicios públicos. Generalmente el discurso de la información presentó
las acciones de estos sujetos colectivos destacando su hacer-pragmático.
Emergen, de este modo, como sujetos legítimos dado que se evidencia
una naturalización de su participación en la vida comunitaria que no es
cuestionada, pero tampoco evaluada en particular. En el temario infor-
mativo las cooperativas se encuentran asociadas al ámbito local, en ac-
ciones que las ubican “cerca” de los ciudadanos, instituyéndose como
voz autorizada para expresar necesidades y demandas; y como interlo-
cutores en relación al Estado (principalmente el municipal). En este caso
es interesante destacar la inserción del sujeto cooperativo en el desen-
volvimiento de un universo cercano y común donde la proximidad y la
cotidianeidad son sus parámetros más reconocibles. También aparecen
a nivel periodístico dos formas de clasificar a las cooperativas según sus
posibilidades de acción en función de los recursos que manejan. Es por
ello que se aprecian menciones donde se alude a cooperativas de peso
político y financiero, y por otro organizaciones pequeñas (algunas de tipo
rural) de carácter precario y vulnerable. En este último caso se explicitan
problemáticas de tipo económicas que no pueden resolver en un contexto
de prestación de servicios en zonas de escasa densidad poblacional (por
ejemplo algunas cooperativas eléctricas del norte provincial).

2) Otro de los ejes temáticos destacados fue el de la crisis de la prestación


del servicio de agua potable en el interior provincial. Se configuró me-
diáticamente un escenario bélico en relación al recurso hídrico, situación
enmarcada en un contexto de escasez. Tras el análisis se aprecia que la
prensa escrita reprodujo una situación de antagonismo entre distintos ac-
tores, evidenciándose en este movimiento las fisuras de un modelo axio-
lógico solidario para pensar la política de provisión hídrica en el ámbito
serrano cordobés. El material textual atribuyó a estas cooperativas una
posición protagónica en el marco de la gestión de la crisis. Como sujetos
de acción se les atribuyó un hacer regulatorio basado en el control y la
sanción del consumo “desaprensivo” del usuario. El medio reprodujo los
dos modelos tradicionales de prestación (público y sociedades anónimas
de capital privado) sin considerar las particularidades de la forma de aso-
ciación que el esquema cooperativista implicaba, incluso ya que este ac-
tor ha sido históricamente un proveedor del servicio en nuestra provincia.

Es interesante destacar que la presencia en el espacio de lo público de


estos sujetos asociativos permitió ampliar la discusión de las políticas pú-
blicas de desarrollo local, en este caso vinculadas a la regulación del re-
curso del agua instalando criterios socialmente ampliados. En el universo
de sentido, fueron las cooperativas las que incluyeron el debate acerca de
la desigualdad estructural del sistema en la provincia y la necesidad de
promover nuevas prácticas del uso del agua.

3) A partir de notas de “color” el discurso de la información dio cuenta de


acciones de cooperativas (asociadas a colectivos sociales vulnerables)
resaltando valores como el esfuerzo y el compromiso. Se desplegó una
estrategia de personalización de los hechos sociales que destacaba la
acción “individual” y acotada, sin que se incorporaran variables estructu-

384
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

rales que permitieran comprender la complejidad de los procesos en los


que estos sujetos estaban involucrados y que los afectaba económica y
culturalmente.

Como corolario del análisis se puede afirmar que aún en las cooperativas
donde se encontró una fuerte identidad solidaria, producto de una elec-
ción explícita de esos valores opuestos al individualismo, sigue siendo
predominante el principio mercantil, que regula la relación económica no
solo con proveedores y clientes, es decir, en aquellas circunstancias obli-
gadas por factores externos y ajenos, sino por el principio que establecen
como modo de apropiación personal de la riqueza generada por el trabajo
común: a cada quién según su trabajo.

Cuando aquí enfatizamos en la existencia de Identidades políticas difusas


es posible pensar en el potencial del cooperativismo para lograr un más
alto nivel de politización, como modo de asumir, a partir de la experiencia,
el carácter que lo identifica como trabajador colectivo en condiciones de
trabajo equitativas y con la capacidad de decidir sobre el proceso y el
destino del trabajo colectivo.

El giro jurídico que imprimió el Estado al relacionar el cooperativismo con la po-


breza, la identificación de las políticas públicas sobre cooperativismo en “políticas
sociales” de ocupación precaria, junto a las caracterizaciones que realizan los Me-
dios Masivos sobre la gestión cooperativa, han contribuido a situar la identidad de
este sector en un ámbito de marginalidad respecto de la economía de mercado
dominante.

Esto se vio reforzado por un discurso y práctica académica que designó con el nom-
bre de “Economía Social” todas las actividades que, de un modo marginal al merca-
do, se desarrollan como consecuencia del neoliberalismo imperante. Se abre así un
campo nuevo de estudio que coincide con el giro identitario que imprimió el Estado
a su política social. Sin embargo, creemos necesario destacar que el carácter re-
sidual de la presencia pública de las cooperativas como componentes esenciales
de la Economía Social puede encontrar vías de fortalecimiento y el mejoramiento
de su presencia pública y su accionar político a través de la asociación entre coo-
perativas. La vinculación intercooperativa probablemente no resuelva, en principio,
los problemas de la presión del mercado por continuar imponiendo la lógica de la
ganancia, pero es posible constituyan el terreno fértil para lograr la expansión de
una lógica de trabajo útil para vivir y humanamente dignificante.

El actual panorama económico y jurídico muestra a las claras que, en tanto estra-
tegia de defensa o articulación de intereses sectoriales, sólo la cooperación y la
intercooperación pueden ser espacios de relación intersubjetiva entre socios de
cooperativas o con otras cooperativas o socios de 1° y 2° grado.

Desde la década de los ´90 se ha naturalizado y profundizado cada vez más el


funcionamiento de mercado oligopolizado en sus diversas ramas de actividad y que
opera con el supuesto de la existencia de altos índices de desocupación. Por otro
lado, se evidenció que múltiples organizaciones cooperativas, pequeñas y media-
nas, poseen serias dificultades para acceder al espacio público donde la expresión
de sus demandas logre alcanzar visibilidad. Se asume que las representaciones
que generan los diarios de referencia local están ligadas a una construcción que
posibilita dotar de inteligibilidad al universo social y están inmersas en específicas
posiciones de poder. De ahí la importancia en establecer qué tipo de modelo(s)
circula(n) mediáticamente a la hora de producir esos sentidos e interpretaciones
sobre la subjetividad de entidades cooperativas.

Nidia C. Abatedaga 385


Tecnicatura en Periodismo

La indagación de estas categorías desde una perspectiva comunicacional en or-


ganizaciones cooperativas tiene el mérito de realizar un aporte apreciable para un
sector, ahora denominado de Economía Social, desestimado por el mercado e insu-
ficientemente considerado por el Estado, pero que tiene el mérito potencial de ser
un modo de gestión del trabajo que podría propender a una mejora de los proble-
mas que acarrea una desocupación que ya es endémica.

El estudio de correspondencias o divergencias posibles entre la Identidad construi-


da por estos sujetos colectivos aporta un valioso material para el redireccionamien-
to de políticas públicas, a la vez que fortalece los objetivos de la Universidad en
tanto productora de conocimiento y de prácticas novedosas vinculados a sectores
de la sociedad especialmente afectados.

A modo de reflexión final

Además del aporte teórico realizado en relación a los objetivos propuestos, todo
el proceso de investigación y sobre todo sus resultados ponen de manifiesto las
relaciones que se establecen entre la comunicación social, entendida no desde una
perspectiva instrumental sino constitutiva de subjetividades y la construcción de
identificaciones políticas colectivas.

Su actualidad y su pertenencia a un ámbito institucional universitario pueden pro-


porcionar al lector dos tipos de contribuciones. En primer lugar permite comprender
que la comunicación social, en tanto disciplina científica, no está referida únicamen-
te a los Medios Masivos, aunque sean uno de sus objetos privilegiados. Existe un
amplio campo de análisis de la comunicación en organizaciones al que se acoplan
los Medios, y que evidencia la posibilidad de analizar aspectos comunicacionales
no exclusivamente mediáticos, tan trascendentes como aquellos.

El segundo aporte que realiza esta síntesis del informe de investigación es la uti-
lización de autores y categorías teóricas para analizar realidades empíricas, un
ejercicio sustancial para el crecimiento de la disciplina comunicacional. Los debates
intelectuales reseñados en los distintos capítulos de este material no constituyen
entelequias que deben incorporarse dogmáticamente. Son el resultado de procesos
interactivos, entre intelectuales y entre ellos y la realidad que los rodeo en un mo-
mento histórico determinado.

Los resultados de esta investigación muestran temas que actualmente están sien-
do pensados y estudiados por comunicadores sociales y que se replican en otros
equipos de investigación, sobre otros temas y desde otras perspectivas. Todas ellas
contribuyen a consolidar la disciplina comunicacional y a procurar un desempeño
profesional responsable.

Para finalizar, le propongo que realice


la siguiente actividad.Transcriba las
respuestas a estas preguntas y envíe al
docente tutor a través de la Mensajería
Interna del Aula Virtual.

386
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Unidad 6

Actividad de Autoevaluación 12

Después de leer los resultados de la investigación en comunicación que se presenta aquí,


¿podría responder por favor las siguientes preguntas?

1) Realice un listado de los principales conceptos que se trabajan en la investigación


……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

2) Explique cómo se relacionan las diferentes perspectivas desde las que se puede abordar
la comunicación con las nociones de “Identidad” que se estudian.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

3) ¿Podría describir brevemente la incidencia que se atribuye a los Medios Masivos para la
conformación de la Identidad Pública?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

4) ¿De qué manera se articulan los procesos de comunicación internos con la visibilidad y
la identidad pública?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

5) Explique cuáles son, a su criterio, los aportes que pueden realizar este tipo de investiga-
ciones al campo de la Comunicación Social.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................

Luego de avanzar con la última unidad de la materia,


consultemos nuestra Aula Virtual, y sigamos
trabajando con las actividades.

Nidia C. Abatedaga 387


Teoría de la Comunicación Social III

Bibliografía

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Unidad 1
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Nidia C. Abatedaga 391


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and Social Theory, vol. 2, Nº 2 (primavera/ verano 1978), pp. 109-119, bajo el título
“Blidspots About Western Masxism: A Reply to Dallas Smythe”. CIC Cuadernos de
Información y Comunicación. 2006, vol. 11. Págs. 11- 22. Disponible en: http://re-
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citar: en Richieri, Giuseppe (1983) La Televisión: entre servicio público y negocio.
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396
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III

Bibliografía

Unidad 6

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ca de la comunicación en América Latina: entre el desarrollo y la dominación, la
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Movimiento en el Campo Académico. Ed. EPC. Fac. Periodismo y Comunicación
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● Schmucler, H. (1997) (pp.61- 80) “Nuevas Tecnologías en comunicaciones y


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● Verón, E. (1997) Esquema para el análisis de la mediatización en Rev. Diálogos


de la Comunicación Nº 48. Rev. publicada por la Federación Latinoamericana de
Facultades de Comunicación Social (FELAFACS).

Nidia C. Abatedaga 397


Teoría y técnica del periodismo audiovisual II

Indice

Presentación 3

Unidad 1 : Comunicar con la imagen 7


Imagen: Concepto y Valor. 11
La composición de la imagen. 13
Origen de las leyes composicionales. 16
Principios básicos de la composición de la imagen. 18
Aplicación de los principios de la composición al cuadro de TV. 20
Los Comienzos de la Televisión. 21

Unidad 2: El lenguaje visual 27


Escala de Planos. 32
Angulaciones. 34
Movimientos de cámara. 37
Otros conceptos del proceso de producción. 39
El proceso de realización audiovisual. 41

Unidad 3: El mensaje televisivo 45


La televisión. La realidad televisiva. 49
El mensaje televisivo. Características. 50
Los géneros periodísticos en televisión. 62
El guión. conceptualización, características y etapas. 71
El registro de imágenes. 75

Bibliografía 81

Nidia C. Abatedaga
Currículo

Síntesis del currículo de Nidia C. Abatedaga do-


cente de Teoría de la Comunicación Social III

Formación académica
● Alumna Regular, del Doctorado en Comunicación. Universidad Nacional de La
Plata, desde 2003.

● Licenciada en Comunicación Social Escuela de Ciencias de la Información.


Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. UNC. Agosto 1992.

● Magister en Administración Pública Provincial y Municipal. Instituto de Investiga-


ción y Formación en Administración Pública. (IIFAP) UNC. Tesis aprobada en
mayo 1997.

Actividad Docente

● Profesora Adjunta en la Cátedra “Evaluación y Planificación de Proyectos de Co-


municación de la especialidad Investigación y Planeamiento” Licenciatura en Co-
municación Social. 4° año. Escuela de Ciencias de la Información. Universidad
Nacional de Córdoba. Desde marzo de 1997 hasta la actualidad.

● Profesora Adjunta con Dedicación Semiexclusiva en la Cátedra Teorías Socioló-


gicas I, 1° año de la Licenciatura en Comunicación Social. Escuela de Ciencias
de la Información. Universidad Nacional de Córdoba. Desde 1º de abril de 2008
hasta la actualidad.

● Profesora Titular contratada como Profesora Visitante de la materia Teorías de


la Comunicación I y Teorías de la Comunicación Social III de la Licenciatura en
Comunicación Social. Desde el 1º de Agosto de 2004 hasta la actualidad.

Cursos de Posgrado y Actualización

● Curso de Posgrado de Formación docente denominado “Reestructuración Ca-


pitalista y Movimiento Obrero 1975 – 2008. Dictado por el Dr. Ghigliani, Pablo.
Carga Horaria: 40 horas (2 créditos) Con evaluación: Aprobado. Septiembre de
2009.

● Seminario de Postgrado “El trabajo en la Argentina actual- El mundo del Trabajo:


organización, relaciones sociales e ideas políticas”. Dictado por Dr. P. Pozzi, Iñigo
Carreras y Dr. Bonavena. Carga horaria: 40 horas. Con evaluación: Aprobado
Res. Decanal 726/08. Desde agosto a octubre de 2008.

● Curso de Posgrado denominado “Políticas Culturales, Universidad y Conocimien-


to”. Dictado por Mgter. Papalini, V.; Mgter. Alaniz, M.; Ortiz, C. Carga Horaria: 40
horas. (2 créditos). Con evaluación: Aprobado Res. Decanal 726/08. 2008. Se-
tiembre de 2008.

Nidia C. Abatedaga
Tecnicatura en Periodismo

● Curso de Doctorado: “Transformaciones Políticas en América Latina”. Dictado por


Dr. Atilio Borón. Doctorado en Ciencias Políticas. CEA – UNC – Carga horaria: 40
horas. Evaluación: Aprobado 9 (nueve). Setiembre de 2008.

Otras Actividades académicas y publicaciones

● Directora del Equipo de Investigación categoría A con Aval académico de SECYT


de la Universidad Nacional de Córdoba. Área: Ciencias Sociales y Política. Facul-
tad de Derecho y Cs. Sociales. Proyecto denominado: “La trama comunicativa en
la construcción y reproducción de identidades colectivas y públicas en organiza-
ciones de gestión horizontal.” Período de ejecución 1 de enero del 2010 al 31 de
diciembre de 2011.

● Directora del Equipo de Investigación categoría A con Aval académico de Secyt


de la Universidad Nacional de Córdoba. Área: Ciencias Sociales y Política. Fa-
cultad de Derecho y Cs. Sociales. Proyecto denominado: “La comunicación y las
Identidades Políticas colectivas. La doble construcción de los sujetos en el espa-
cio público y al interior de las organizaciones”. Periodo de ejecución 1 de enero
de 2008 al 31 de diciembre de 2009.

● Libro como compiladora y autora. Título: Comunicación. Epistemología y Metodo-


logías para planificar por Consensos. Autora de capítulos 1, 2, 4 y 5. Co autora de
capítulos 3 y 5. Ed. Brujas. Córdoba. ISBN 987 – 591 – 111 – 9. Febrero 2008.

Participación en Congresos y Eventos académicos

1. XIII Jornadas de la Red Nacional de Investigadores en comunicación, denomi-


nada “Itinerarios de la Comunicación. ¿Una Construcción posible?”. Organizó:
Universidad Nacional de San Luis. Área: Sujetos, Identidades y Culturas. Título
de la ponencia: ¿Es posible pensar cambios sustantivos en las posiciones de los
socios de cooperativas, dadas las condiciones objetivas del capitalismo? Octubre
de 2009.

2. XXVII Congreso Alas 2009 Latinoamérica Interrogada. Organizado por Asociación


Latinoamericana de Sociología y Facultad de Ciencias Sociales de Buenos Aires.
Grupo de Trabajo (GT) 18. Mesa: “Organización, sindicalismo y movimientos la-
borales”. Título de la ponencia: “Democracia laboral y reconocimiento colectivo de
trabajadores cooperativos”. 31 de Agosto al 4 de septiembre de 2009.

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