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VICERECTORA
Prof. María Delfina Veirave
DISEÑO GRÁFICO
Julia CAPLÁN
CORRECCIÓN DE ESTILO
Olga MUSIMESSI
Presentación
Fundamentación
El material que aquí se presenta fue organizado de acuerdo a los temas propues-
tos en las unidades del programa de la materia Teoría de la Comunicación Social
III, correspondiente al 3° año de la Tecnicatura en Periodismo de la Universidad
Nacional del Nordeste. Conforme los objetivos generales planteados se ha proce-
dido a realizar un minucioso recorrido por los referentes de cada una de las teorías
abordadas.
El eje articulador del programa y objeto principal de estudio son algunas de las
más importantes teorías y corrientes de pensamiento sobre Comunicación Social,
Medios y sociedad de masas. El abordaje que se propone consiste en la profundiza-
ción de los supuestos gnoseológicos y epistemológicos que operan como sostenes
principales de cada análisis. Desde estos supuestos cada escuela o corriente rea-
liza una propuesta teórico – metodológica particular, que conlleva una concepción
de sujeto y de su relación con la realidad que lo rodea y de la cual es parte consti-
tutiva, así como una perspectiva desde la cual se abordan los Medios Masivos y la
sociedad de masas.
Estas prenociones organizan e integran los diferentes análisis que convergen den-
tro de una Teoría de la Comunicación, a la vez que definen las diferencias episte-
mológicas y conceptuales sustantivas entre corrientes de pensamiento diversas. De
allí que se considere imprescindible la comprensión de los supuestos que configura
cada Escuela, tanto como que el lector identifique las diferencias con otras teorías,
en tanto son herramientas básicas que facilitarán al futuro profesional de la comu-
nicación el desarrollo de una práctica sostenida en criterios amplios y le otorgan las
condiciones esenciales para resolver crítica y lúcidamente el futuro desempeño de
su profesión.
Por estos motivos se organizaron capítulos que reúnen una selección de intelectua-
les conforme el criterio de su pertenencia a una determinada institución académica
o extra académica, que sirvió de plataforma institucional común, y proporcionó un
nombre y una identidad unificada y reconocible. En estos casos se han selecciona-
do los autores y escritos que por su trascendencia han sido muy significativos para
la consolidación de los ejes de análisis básicos de la Escuela o Teoría de pertenen-
cia, como por ejemplo el capítulo dedicado a los Estudios Culturales.
Nidia C. Abatedaga 3
Tecnicatura en Periodismo
Las teorías reseñadas en este material constituyen una selección de los estudios
y teorías considerados de mayor trascendencia que de ninguna manera agotan la
producción intelectual del campo de la Comunicación Social. Algunas de ellas se
han seleccionado por la relevancia de sus contribuciones a la disciplina y aunque ya
no se encuentren produciendo teoría, la recuperación de sus análisis por parte de
numerosos teóricos contemporáneos les confiere una notable vigencia. Es el caso
de la Escuela de Frankfurt (1° etapa) o de la Universidad Invisible.
En referencia a las claves de lectura, cada uno de los capítulos fue elaborado inter-
pretando y transcribiendo una selección de párrafos significativos de algunas obras
originales de los autores. Lo extractado no pretende agotar el análisis de los escri-
tores ni restar importancia a otros conceptos o aspectos de los textos producidos,
más bien se propone este material en calidad de guía para la lectura de los textos
originales y completos, que se encuentran a disposición del lector.
Por este motivo se sugiere la lectura completa y consulta permanente de los mate-
riales originales escritos por los autores, que pueden tener diferentes o más amplias
interpretaciones que las que aquí se ofrecen. Del mismo modo también se alienta a
la búsqueda de nuevas producciones y materiales que suturen los interrogantes aún
abiertos o que proporcionen explicaciones diferentes a las actuales encrucijadas
que presenta la disciplina de la Comunicación Social.
Finalmente deseo agradecer al equipo técnico de la UNNE Virtual por la loable ta-
rea de diseño que realizó sobre el contenido elaborado, así como por la atenta y
paciente predisposición para las consultas y sugerencias que fueran necesarias,
con el objetivo de que este material reúna las condiciones adecuadas para facilitar
su estudio.
Objetivos
Objetivos Generales
1) Reconocer desde los fundamentos epistemológicos las diferentes corrien-
tes y autores que han trabajado sobre la comunicación y la comunicación
masiva.
4
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Presentación
Contenidos Mínimos
Nidia C. Abatedaga 5
Tecnicatura en Periodismo
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Presentación
Metodología
Debido a que el Plan de Estudios prevé una carga horaria de 120 horas para el
sistema presencial, la propuesta de cursado en la modalidad virtual se encuentra
organizada con el dictado de encuentros presenciales, a cargo de un docente – tu-
tor. Éste organizará el dictado de los aspectos conceptuales sustanciales. La clase
facilitará la comprensión de las relaciones que se sugieren en el material teórico, así
como la posibilidad de realizar análisis que vinculen la teoría con casos prácticos.
Recursos Didácticos
Nidia C. Abatedaga 7
Tecnicatura en Periodismo
Evaluación
Criterios de evaluación
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UNNE-Virtual
Marcos conceptuales
Corrientes Funcionalistas
y Hermenéuticas de
comunicación
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Introducción
Esta reconsideración significa volver para precisar y ampliar, con un poco más de
detalle, algunos de los matices y amalgamas que los supuestos epistemológicos
encuentran en los desarrollos concretos de las escuelas y teorías de la comunica-
ción que aquí van a estudiarse.
Así mismo es preciso recordar que, aunque matizadas, las perspectivas episte-
mológicas que subyacen en las propuestas teóricas de las corrientes de comuni-
cación proponen una mirada particular de la realidad social, una especie de lente
que aumenta algunos aspectos dándoles relevancia y minimiza otros reduciendo su
abordaje o incluso ignorándolo. En otras palabras, cuando se observa y analiza un
hecho social o un hecho comunicacional, el carácter de las descripciones o expli-
caciones que de él se van a realizar, los aspectos que van a tenerse en cuenta, así
como la perspectiva desde la que se lo va a abordar, dependerán de los supuestos
en los que se base la teoría seleccionada.
A los efectos de no repetir la totalidad del desarrollo (que el estudiante puede con-
sultar en el material didáctico de la materia Teorías de la Comunicación Social I,
donde se encuentra extensamente analizado), se realizará aquí sólo una síntesis
escueta de algunos y se profundizará en aquella perspectiva no analizada.
Por lo tanto, se propone en las siguientes páginas abordar la teoría social, dentro
de la cual se encuentran las Teorías de la Comunicación, como un campo de co-
nocimiento de múltiples miradas, constituido por diferentes visiones de la realidad
social, cada una de las cuales responde a los supuestos de ciertas perspectivas
teóricas que ofrecen representaciones alternativas y aún divergentes. Son cosmo-
visiones del mundo social que implican representaciones y maneras de percibir,
interpretar o explicar lo social.
En rigor de verdad, habría que remontarse a una primera división inicial en dos
grandes sectores de la teoría social para comprender las derivas y propuestas de
las Teorías de la Comunicación Social: el Paradigma Positivo y el Paradigma Crí-
tico. En alguno de ellos, o en su combinación y posiciones epistemológicas deri-
vadas, sostiene sus reflexiones cada Teoría, Escuela de Comunicación o autor
analizado.
Nidia C. Abatedaga 11
Tecnicatura en Periodismo
Así como se propone aquí analizar las Escuelas Norteamericanas (Mass Communi-
cation Research y la Universidad Invisible) desde las perspectivas epistemológicas
que les sirven de sustento, también es necesario considerar el contexto histórico en
que esos contenidos se desarrollaron y lo que se puede definir como el pensamiento
dominante de la época, es decir, lo que autores contemporáneos (de otros campos
disciplinarios o del mismo campo comunicacional) estaban pensando. Por esta ra-
zón se comienza contextualizando brevemente los acontecimientos históricos que
rodearon la aparición de ambas Escuelas.
Si bien no se puede dar por agotado el estudio de las Escuelas que se abordan en
este capítulo, es de suma importancia que su lectura se realice permanentemente
cotejando las propuestas concretas con las breves referencias de los desarrollos
teóricos contextuales y se acuda a la lectura de los autores originales para una ade-
cuada profundización. Los textos se encuentran citados al final del capítulo.
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
producción de ganancia y a su apropiación privada por parte del capital. Este tipo
de producción conlleva – porque necesita – la garantía del desarrollo científico,
con bases positivistas, que permitan el progreso de los conocimientos con el fin
de profundizar la división entre el trabajo intelectual y el manual (o lo que es lo mis-
mo, entre quienes trabajan y quienes piensan) y con esto perpetuar en la situación
de trabajadores a la gran cantidad de obreros que comenzaron a agruparse en las
fábricas. Por otro lado fue necesaria para el capitalismo la división en áreas especí-
ficas del conocimiento para legitimar ciertos saberes (funcionales a los propietarios
del capital) en detrimento de otros,1 .
Ej. Por ejemplo las áreas de la psicología que pudieron desarrollarse inicialmente de-
bían responder a la observación y experimentación y a las necesidades de expan-
sión mercantil, como el Conductismo. Así mismo el capitalismo necesitó (y aún lo
requiere) el avance tecnológico indefinido, que permita producir más objetos y
servicios, a mayor velocidad y menor costo. De allí las inversiones estatales y priva-
das en la investigación y desarrollo de tecnología específica.
El contexto que antecede de modo inmediato al primer cuarto del siglo XX será
el ambiente intelectual, económico y social que teñirá los desarrollos en diversas
Escuelas y corrientes de Comunicación Social, tanto aquellas que favorecieron la
rápida vigorización del capitalismo como formación social, por ejemplo La Escue-
la Norteamericana denominada Mass Communication Research como otras que
produjeron conocimiento sobre Comunicación Social de crítica profunda al sistema
imperante, como es el caso de la Escuela de Frankfurt.
1
La noción de Thomas Khun acerca de los paradigmas científicos, regidos por una comunidad episté-
mica que afirma lo que se considera “científico” en determinado momento histórico, dejando de lado
campos de conocimiento por falta de “cientificidad” es la base de este razonamiento y constituye uno de
los mecanismos por los cuales algunas ciencias se han entronizado como indiscutibles, mientras otras
han sido sencillamente no consideradas. Un ejemplo claro de esto es la medicina halopática, opuesta
a otros tipos de curación (homeopática, naturista, etc.) que no son aceptados como conocimiento cien-
tíficamente avalado.
Nidia C. Abatedaga 13
Tecnicatura en Periodismo
El Paradigma Positivo
Recordaremos brevemente que este Paradigma, sostenido por los Positivistas ló-
gicos del denominado Círculo de Viena planteará un ideal de “Ciencia” basado en
los requerimientos impuestos a las llamadas Ciencias Naturales, no a las Ciencias
Sociales. Por lo tanto se consideraba “científico” todo conocimiento que fuese racio-
nal, es decir, constituido por conceptos, juicios y raciocinios y no por sensaciones e
imágenes y sistemático en tanto fundado, ordenado y coherente. Esto respondía a
la idea de que la ciencia debía establecer leyes a través de procedimientos lógicos
(de modo inductivo, deductivo o analógico) que derivaran en Teorías, es decir, co-
nocimientos sistematizados en conjuntos ordenados de proposiciones, que se impo-
nen como pautas generales que permiten ordenar lo caótico y encontrar la esencia
y las relaciones invariantes entre fenómenos.
Para llegar a considerar “científico” un conocimiento, éste debía ser objetivo que
significa que concuerda con su objeto, a la vez debía conectarse con un lenguaje
de primer orden estrictamente observacional, un lenguaje unívoco (es decir con
significados únicos, claros y precisos). La necesidad de este tipo de lenguaje se
2
Klimovsky, Gregorio (1994) Las desventuras del conocimiento científico. Núcleo Temático 3: Concep-
ciones de la Ciencia. Bs. As. A-Z.
3
Martyniuk, Claudio (1994) (pp.36) Positivismo, Hermenéutica y Teoría de los Sistemas. Tres posiciones
epistemológicas en las Ciencias Sociales. Bs. As. Biblos.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
La noción de sistema acuñada por Bertalanffy explica que básicamente es una tota-
lidad compuesta de partes y ciertas relaciones que esas partes establecen entre sí.
Tan importantes son las partes que componen al sistema como las relaciones que
hay entre ellas, porque estas últimas son las que otorgar el carácter al sistema, o
dicho de otro modo: lo que el sistema es. Las mismas partes pueden estar relacio-
nadas de otra manera y entonces el sistema será otro.
Para esta teoría los fenómenos complejos no pueden ser abordados a través del
análisis de cada componente, porque esta perspectiva no permite captar las ca-
racterísticas del conjunto. Este último posee unas propiedades no reductibles a las
de los elementos tomados en forma separada y a la vez sólo podrá comprenderse
el sentido del comportamiento de cada uno de sus elementos si lo situamos en el
contexto del conjunto.
4
Bateson, G. (1984) (pp. 15) La Nueva Comunicación. Ed. Kairos. Madrid.
Nidia C. Abatedaga 15
Tecnicatura en Periodismo
Así la sociedad, la familia, los individuos son vistos como entidades complejas y
organizadas, sistemas compuestos por elementos en interacción, que poseen un
output o tendencia a la desorganización, que requiere de inputs de información
para conservar el orden. Y de este razonamiento se deriva la idea de causalidad cir-
cular, opuesta a la causalidad lineal, que consiste en pensar que cuando diferentes
elementos están en interacción, en cualquier punto del sistema, el comportamiento
de un elemento es una “causa” para el elemento que lo sigue en el lazo o el circuito
de interacción.
5
Según Petit Robert la termodinámica es una rama de la física y de la química que estudia las relacio-
nes entre la energía térmica (calor) y la mecánica (trabajo) y las leyes generales de los fenómenos que
impliquen intercambios o transformaciones térmicas.
6
Wittezaele, Jean-J. y García, T (1994) (pp. 82- 84) La Escuela de Palo Alto. Historia y Evolución de las
ideas esenciales. Ed. Herder. Barcelona.
7
Wiener, N. (1948) Cybernetics: or control and communications in the animal and the machine. Mit Press.
Cambridge, Mass. 1965; trad. Cat. Cibernética, Ediciones Científique Catalanes, Barcelona 1986.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Actividad de Autoevaluación 1
Conductismo Psicológico
Una de las corrientes psicológicas que acompañan y dan fundamento a las ideas
que sobre comunicación desarrollan las diferentes escuelas norteamericanas es el
Conductismo, cuyo origen debe ubicarse hacia fines del siglo XIX y principios del
XX. El principal objetivo – de allí su nombre – es estudiar la conducta objetiva en
situaciones de experimentación. Se considera aquí objetiva a toda aquella conducta
que puede ser observada, medida y cuantificada de algún modo. La conducta debía
ser tan objetivamente estudiada como una máquina.
Nidia C. Abatedaga 17
Tecnicatura en Periodismo
Uno de los principales referentes fue John Watson (1878 – 1958), quién propuso dar
respuesta a la pregunta afirmando que no eran los deseos ni los instintos lo que im-
pulsaba a los hombres a actuar, sino que prefirió explicarlas por la vía de los reflejos
condicionados y el aprendizaje.
Ej.
Estos psicólogos partían de suponer que la especie humana no nacía con capacidades, ras-
gos o predisposiciones especiales. Lo heredado sólo incide en el aspecto biológico y al fun-
cionamiento de algunos reflejos, por ejemplo el estornudo en tanto respuesta a una irritación
nasal. Las personas actúan porque aprendieron a responder de determinado modo, mediante
procesos de condicionamiento, lo que somos depende enteramente de lo aprendido y como
lo aprendido puede desaparecer, la conducta humana está sujeta a cambios perfectibles,
cuando se la condiciona adecuadamente.
Basado en los experimentos del médico Ivan Petrovick Pavlov (1849 -1936), 8 Wat-
son sostenía que los procesos de condicionamiento, dados a partir de los reflejos in-
natos, eran los que explicaban la adquisición de pautas de conductas y hábitos cada
vez más complejos. Por lo tanto, las conexiones estímulo / respuesta que forman el
acto correcto son reflejos condicionados. A la vez, cada respuesta produce sensa-
ciones que se convierten en estímulos condicionados para la respuesta siguiente, y
se conforma así una secuencia de conexiones estímulo / respuesta condicionadas.
8
Pavlov partió de observar una reacción innata en los perros: la salivación que producían ante la presen-
cia de carne. Esta salivación es una respuesta no aprendida, sino refleja. Su experimento consistió en
hacer pasar hambre a los perros durante dos o tres días, después de lo cual hacía sonar una campanilla
o silbato a modo de condicionamiento y unos segundos después les entregaba carne. Al principio el
animal no salivaba ante los sonidos, pero con sucesivas experiencias en las que se asociaba el estímulo
sonoro a la carne, los perros empezaron a salivar con el sólo estímulo del sonido, aún sin la presencia
de la carne. Las conclusiones fueron que el perro aprendió que al sonido seguiría pronto la comida y por
lo tanto los reflejos salivares habían sido condicionados a responder ante la presencia de un estímulo
nuevo, en este caso, el sonido.
Fernández, José (1995) “Conductismo”. Trabajo realizado para la materia Psicología y Comunicación
de la Escuela de Ciencias de la Información. UNC. Mimeo.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Los razonamientos y principios aquí expuestos están aún vigentes, no sólo en Esta-
dos Unidos, sino que en diversas regiones del planeta aún se continúan utilizando.
Muchos sostienen que los seres humanos poseemos infinita variedad de posibles
conexiones asociativas aprendidas en el curso de nuestro desarrollo, que varían
en función de los elementos puestos en juego, de la edad, la condición social, el
sexo, la cultura de origen, etc. pero todos establecemos asociaciones a veces más
simples, otras veces más complejas, en función de ciertos elementos puestos en
juego.9
A los ojos de los psicólogos ocupados en este fenómeno, las masas aparecían
como una amenaza real o potencial para toda la sociedad. En un ensayo denomi-
nado La multitud criminal que Scipio Sighele (1868-1913) publicó en Turín, en el
año 1891 el Sociólogo extrapola la psicología individual a la psicología colectiva,
agrupando bajo el concepto de “crímenes de la masa” todas las que considera “vio-
lencias colectivas de la plebe”, incluyendo allí las huelgas obreras y los disturbios
públicos. La explicación que da este autor al hecho de que se agrupen en masa los
9
Fernández, José: “Conductismo”. Trabajo realizado para la materia Psicología y Comunicación de la
Escuela de Ciencias de la Información. UNC. Mimeo. 1995.
Nidia C. Abatedaga 19
Tecnicatura en Periodismo
Otro de los científicos que realizó aportes sustantivos al abordaje del fenómeno de
las multitudes fue el médico psicopatólogo francés Gustave Le Bon (1841-1931).
Analizó el comportamiento de las masas en su texto Psychologie des foules de
1895, donde muestra su posición contraria a las ideologías igualitarias, condenando
todas las formas de lógica colectiva, que interpreta como una regresión a la evolu-
ción de las sociedades humanas. Su argumentación radicaba en la idea de “alma de
las masas”, que era un ente autónomo respecto de los individuos. Este concepto se
encuentra asociado a sus análisis del carácter impulsivo, no racional de los pueblos
inferiores y del remanente de las sociedades civilizadas: los niños y las mujeres,
porque había un “alma de la raza” con las características mencionadas.11
10
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp. 19) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs. As.
11
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.20) Óp. Cit.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Actividad de Autoevaluación 2
1) ¿Cuál es el supuesto básico del Conductismo respecto de por qué las personas actúan
como lo hacen?
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2) ¿Cuáles son los principios del condicionamiento de las conductas animales y humanas, de
acuerdo al conductismo?
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3) Compare las explicaciones que proporcionan Scipio Sighele y Gustav Le Bon sobre el
comportamiento de las masas. Indique diferencias y similitudes
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Tecnicatura en Periodismo
Quesnay presta atención al conjunto de circuitos del mundo económico que trata
de aprehender como “un sistema”, una “unidad”. Este médico, con base en sus
conocimientos sobre la circulación de la sangre, traslada esta idea a una represen-
tación gráfica de la circulación de las riquezas en un Cuadro Económico de 1758.
Allí reproduce figuras geométricas en zigzag, en la que se entrecruzan y enredan
las líneas que expresan los intercambios entre la tierra y el hombre, por un lado, y
entre las tres clases que componen la sociedad por el otro. Se desprende una visión
macroscópica de una sociedad de “flujos”, liberados a partir de 1789, durante la
burguesa Revolución Francesa.13
12
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp. 20) “Historia de las teorías de la comunicación”. Ed. Paidós.
Bs. As.
13
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.14) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs.
As.
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Teoría de la Comunicación Social III
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Entre los antecesores más importantes se puede mencionar a Saint Simón (1760-
1825), quién identificaba a la ciencia de la sociedad como una reproducción de las
ciencias naturales, de allí que la denominó “Fisiología social”. Esta “ciencia de lo
social” tenía claras aspiraciones tendientes a lograr un conocimiento de las leyes
generales que rigen todas las manifestaciones de la vida social.14
“Sin embargo, quien le otorga el nombre a la Sociología (inventor del vocablo) fue
el francés Augusto Comte (1798-1857), además de establecer que esta disciplina
debía estudiar los fenómenos sociales (…) considerados con el mismo espíritu que
los astronómicos, los físicos, los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos a leyes
naturales invariantes, cuyo descubrimiento es el objeto especial de la observación.
En consonancia con los preceptos positivistas, este autor elabora la “ley de los tres
estadios”, según la cual las sociedades humanas atraviesan por etapas preesta-
blecidas o “estadios” que no sólo se suceden con la inexorabilidad de las estacio-
nes, sino que expresan el progreso, entendido como desarrollo positivo. El estadio
“Teleológico” basado en la creencia en poderes sobrenaturales es sucedido por el
estadio “Metafísico”, en el que las creencias se reemplazan por fuerzas abstractas
como la “naturaleza” para llegar al estadio “Positivo” que pone el conocimiento cien-
tífico del mundo en el lugar que antes ocuparon la religión y la metafísica”.15
En Inglaterra, Herbert Spencer (1820-1903) sostendrá que el universo (no sólo las
sociedades) tiene un principio rector, consistente en la paulatina integración de la
materia en un todo coherente en el que confluyen la quietud y armonía. Esta idea
metafísica, aplicada a la sociedad, supone una evolución orientada a una mayor es-
tabilidad de las sociedades. A este supuesto Spencer agregará la idea evolucionista
de la “supervivencia del más apto”, lo que en términos sociales significa que sobre-
viven los componentes que mejor se ajustan al entorno. Esto último contribuyó al
desprestigio de sus ideas, debido a las consecuencias políticas y prácticas, que en
ocasiones puede derivar en estados de cosas contrarios a nuestra idea de justicia
o dignidad humana.16
Funcionalismo sociológico
“En un análisis breve de su propuesta, el Dr. Javier Cristiano analiza que el primer
paso que realizó este autor fue diferenciar el objeto de la Sociología respecto de la
Psicología. Para esto rechazó las ideas que hacían de la Sociología una extensión
de la Psicología, destacando el carácter “sui géneris” (su propio género) de los
14
Cristiano, Javier Sobre el origen y la naturaleza de las Teorías sociológicas en Von Sprecher, R. (2005)
(pp.18) “Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos”. 3° edición. Ed. Brujas. Cba.
15
Comte, A. en Von Sprecher, R. (2005) (pp.18) Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos”. 3°
edición. Ed. Brujas. Cba.
16
Cristiano, J. en Von Sprecher, R. (2005) (pp. 18) “Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos”. 3°
edición. Ed. Brujas. Cba.
17
Durkheim, E. en Von Sprecher. Von Sprecher, R. (2005) (pp. 85) Teorías Sociológicas. Introducción a
los clásicos. 3° edición. Ed. Brujas. Cba.
Nidia C. Abatedaga 23
Tecnicatura en Periodismo
Para este autor, existe una fuerza superior, objetiva, que los individuos perciben
como tal, y que por lo tanto es completamente real. Pero la objetividad de estos
fenómenos (como las experiencias religiosas) no reside más que en la sociedad,
como fuerza colectiva que trasciende las conciencias individuales y se impone sobre
ellas en la forma de obligaciones, deberes, criterios morales, etc.21
A este autor no sólo interesaba el sistema social en sí mismo, sino también su rela-
ción con otros sistemas, como el sistema de acción, el sistema cultural y sistema de
la personalidad. Los cuatro conformaban los imperativos funcionales del Sistema
AGIL23 y realizaban una gran variedad de funciones positivas recíprocas, en relacio-
18
Von Sprecher, R. (2005) (pp.87) Óp. Cit.
19
Bottomore, T y Nisbet, R (1988) Historia del análisis sociológico. Ed. Amorrortu. Bs. As.
20
Cristiano, J. (2005) (pp.100) “Sobre el origen y la naturaleza de las Teorías sociológicas” en Von Spre-
cher, R. (2005) Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos. 3° edición. Ed. Brujas. Cba.
21
Cristiano, Javier (2005) (pp.110) Sobre el origen y la naturaleza de las Teorías sociológicas en Von
Sprecher, R. (2005) Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos. 3° edición. Ed. Brujas. Cba.
22
Bottomore, T y Nisbet, R (1988) (pp. 373) Historia del análisis sociológico. Ed. Amorrortu. Bs. As.
23
Siglas en inglés que al traducirlas significan A = Adaptación, G = capacidad para alcanzar metas, I =
Integración, L = Latencia.
24
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Robert Merton uno de los discípulos sobresalientes de Parsons fue un teórico fun-
cionalista particularmente importante para los estudios sobre Comunicación Social
que desarrolló la Mass Communication Research, sobre todo por su vinculación con
Paul Lazarsfeld. Una de las críticas más contundentes que hizo a su maestro con-
sistió en que los postulados funcionales sobre los que Parsons basó sus estudios,
no se sostenían en análisis empíricos, sino en sistemas teóricos abstractos.
Para superar este problema propuso las teorías de alcance medio que focalizaban
el análisis estructural – funcional en grupos, organizaciones sociedades o culturas
concretas. “La teoría intermedia se utiliza principalmente en sociología para guiar la
investigación empírica. Es una teoría intermedia a las teorías generales de los sis-
temas sociales que están demasiado lejanas de los tipos particulares de conducta,
de organización del cambio social para tomarlas en cuenta en lo que se observa, y
de las descripciones ordenadamente detalladas de particularidades que no están
nada generalizadas”.24
A juicio de Rodrigo Alsina, la ideología conductista no era muy bien aceptada por la
ideología capitalista porque mostraba una imagen de los Medios de Comunicación
que podría provocar el intervencionismo. Las principales empresas de comunica-
ción norteamericanas no potenciaron las investigaciones behavioristas debido, cen-
tralmente a que al aparecer los Medios con poder y los sujetos débiles, se hacía ne-
cesario vigilar, reglamentar y controlar su contenido y accesibilidad a los públicos.
24
Merton, R. (1995) (pp. 58) Manifiest and Latent Functions en Ritzer, George: Teoría Sociológica Con-
temporánea. Ed. McGraw-Hill. Madrid.
25
Merton, R. (1995) (1995) (pp. 129) Óp. Cit.
Nidia C. Abatedaga 25
Tecnicatura en Periodismo
el Funcionalismo fue una corriente que se ajustaba más a los intereses de las em-
presas de comunicación. También favorecía los sistemas políticos debido a que una
teoría que ponga de manifiesto la capacidad de manipulación de la propaganda po-
lítica puede poner en crisis el propio sistema democrático, en el que se supone que
las personas eligen libre y conscientemente a sus representantes.26
Actividad de Autoevaluación 3
1) ¿Qué aportes realizan los diferentes autores de la Economía a la idea de “libertad de los
mercados”?
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26
Attallah (1991) (pp. 63) en Alsina, M. “Los modelos de la Comunicación”. Ed. Tecnos. Madrid.
26
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
5) ¿Qué conceptos aporta Merton, útiles para comprender la función de los Medios en la
sociedad?
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Experiencias como la de Orson Welles de 1938, que emitió por radio una versión
de la novela “La guerra de los mundos”, provocando pánico en la población que
confundió una radio novela con el informativo, mostraban un potencial mediático de
influencia sobre la población que no fue discutido por entonces. Poniendo el acento
en la capacidad manipuladora de los Medios de Difusión Masiva, estos aparecen
como “un nuevo tipo de fuerza unitaria – un sencillo sistema nervioso – que alcan-
zaba a todos los ojos y oídos, en una sociedad caracterizada por una organización
social amorfa y una escasez de relaciones interpersonales.”27
Lazarsfeld, (1979) en Alsina, M. (1995) (pp. 37) Los modelos de la comunicación. 2° Edición. Ed. Tec-
27
nos. Bs.As.
Nidia C. Abatedaga 27
Tecnicatura en Periodismo
La novedosa sociedad de masas de principios del siglo XX aparecía a los ojos de los
teóricos como un fenómeno tan novedoso como sospechoso, que muchos comen-
zaban a avizorar como un proceso donde reinaba la impersonalidad en las relacio-
nes entre individuos acompañado por un aislamiento psicológico. Esta percepción
hacía aparecer a la masa como fácilmente influenciable a través de estímulos.
Entre los fundadores de esta Escuela se encuentran Harold Lasswell, Paul Lazarsfeld
(1901-1976), Kurt Lewin y Carl Hovland. Los modelos de difusión masiva que elabora-
ron algunos de estos autores ignoraron el razonamiento circular que proponía la Ciber-
nética a partir de la noción de retroacción o feed-back.
La publicación del libro Propaganda Techniques in the World War en 1927, donde
analiza los temas principales de la propaganda norteamericana, francesa, inglesa y
alemana entre 1914 y 1917, deja en evidencia a los Medios de Difusión masiva como
instrumentos indispensables para la “gestión gubernamental de las opiniones”.29
28
Alsina, M. (1995) (pp. 37) Óp. Cit.
29
Laswell, H. en Mattelart y Mattelart (1999) (pp. 28) Historia de las teorías de la comunicación. Ed.
Paidós. Bs. As.
30
Laswell, H. en Mattelart y Mattelart (1999) (pp. 29) Óp. Cit.
28
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Con la fórmula ¿Quién dice qué, por qué canal, a quién y con qué efecto? de 1948
se abrieron numerosos sectores de investigación: “análisis del control”, “análisis de
contenido”, “análisis de medios o soportes”, “análisis de audiencias” y “análisis de
efectos”, de los cuales en la práctica se otorgó prioridad al análisis de efectos y de
contenidos. Este último campo de investigación aspira a realizar descripciones objeti-
vas, sistemáticas y cuantitativas del contenido manifiesto de las comunicaciones.
El modelo también conlleva los supuestos del positivismo, y por lo tanto pro-
pone un esquema que responda a los principios científicos de la observación
y la experimentación32 :
3) Unos instrumentos (en qué canal) que hacen posible la aplicación de los
estímulos comunicativos.
“El planteo será posteriormente cuestionado, sobre todo porque supone una des-
cripción de la sociedad de masas en la que la iniciativa aparece exclusivamente del
comunicador y los efectos se ejercen exclusivamente sobre el público”.33 “La inten-
31
Alsina, M. (1995) (pp. 35) Los modelos de la Comunicación. Ed. Tecnos. Madrid.
32
Alsina, M. (1995) (pp. 31). Óp. Cit.
33
Alsina, M. (1995) (pp. 40) Los modelos de la Comunicación. Ed. Tecnos. Madrid.
Nidia C. Abatedaga 29
Tecnicatura en Periodismo
34
Moragas (1993) Sociología de la Comunicación de Masas. T I. Ed. G. Gilli. México.
35
Alsina, M. (1995) (pp.50) Los modelos de la Comunicación. Ed. Tecnos. Madrid.
30
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
De origen vienés, Lazarsfeld llegó a los EEUU en 1935 con una beca de la Fun-
dación Rockefeller, donde desarrolló toda su actividad científica, era cercano al
Círculo de Viena (donde se originó el Positivismo Lógico) y se había formado en
la investigación experimental. Su éxito en el ámbito universitario se debe, además
de las vinculaciones con el Estado y con las multinacionales, a su capacidad de
integrar las tradiciones intelectuales europea y norteamericana, en cuanto a inves-
tigación social.
Ej. Sin embargo, no sintetiza la vinculación ideológico – académica que había tenido en Austria,
cercano a las ideas socialistas. El compromiso social que los pensadores pragmatistas de
la Escuela de Chicago tenían en los años ´30 está lejos de la mirada de Lazarsfeld, quien
les cuestiona, por ejemplo a Cooley y Park que analizaran los Medios como aparatos mo-
dernos, instrumentos para sacar a la sociedad de la crisis y conducirla hacia una vida más
democrática.
Más bien, Lazarsfeld toma una actitud de administrador, preocupado por sistemati-
zar instrumentos de medición y evaluación útiles a los gestores de Medios de comu-
nicación. Según se perfila en sus escritos, el sistema de la democracia norteameri-
cana no necesita perfeccionarse, por lo que no es necesario pensar la construcción
de una sociedad mejor, e incluso pensar en perfeccionar el sistema podría resultar
sospechoso de tentación totalitaria. Esta posición va dando lugar a la aparición
de otros polos universitarios que adquieren relevancia, básicamente Harvard, que
cuenta con teóricos prestigiosos como Talcott Parsons. Así, se forma un eje que
atraviesa Harvard y Columbia que constituyen una nueva concepción del abordaje
sociológico, aunque no compartan la vinculación que Lazarsfeld tenía a través de
los contratos, con el ámbito estatal y las empresas privadas.37
Ambos aplicaron los conceptos que había aportado Merton al análisis de los Medios
Masivos, deduciendo que éstos tenían funciones en el sistema social que colabo-
raban con la adaptación o ajuste del sistema, como así también descubrieron que
había disfunciones, como sucede con la “disfunción narcotizante”, que es el origen
de la apatía política de las grandes masas de la población.38
36
Alsina, M. (1995) (pp. 52) Óp. Cit.
37
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.34) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs.
As.
38
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.32) Óp. Cit.
Nidia C. Abatedaga 31
Tecnicatura en Periodismo
a) El interés y la motivación.
La teoría de comunicación de “dos niveles” (Two Step Flow) supone que el hombre
no vive aisladamente, por lo que en vez de pensar que la efectividad de los medios
son el resultado de una acción directa de estos sobre un auditorio, considera que
la información circula desde los Medios a los líderes de opinión y desde allí a las
personas que son influidas por estos. Como los individuos forman parte de muchos
grupos, formales e informales, las relaciones interpersonales actúan como canales
de información, fuente de presión para adaptarse al modo de pensar del grupo y
como base de apoyo social.
39
Alsina, M. (1995) (pp. 54-55). Óp. Cit.
40
En 1944 se publica The People´s Choice, estudio realizado por Lazarsfeld, Berelson y Gaudet, donde
pretenden medir la influencia de los medios en 600 electores de Erie Country, en Ohio, en ocasión de la
campaña presidencial de 1940. En 1955 se publica Personal Influence: The Part Played by People in the
Flow of Mass Communications, donde Lazarsfeld y Katz tratan el comportamiento de los consumidores
de la moda y el ocio, en especial en la elección de películas.
41
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.35) “Historia de las teorías de la comunicación”. Ed. Paidós.
Bs. As.
32
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Los grupos sobre los cuales los líderes tienen influencia pueden ser una familia,
grupos de familias de un barrio, estudiantes de una clase, grupos de trabajo u otros,
y de los sucesivos estudios que van realizándose van precisando la noción de
gatekeeper o controlador del flujo de información, función que asegura el líder de
información informal.
Alrededor de los años ´70 la sociología funcionalista asimiló los estudios etnográfi-
cos sobre la audiencia y la recepción, con lo que emerge la corriente denominada
de los Usos y Gratificaciones, interesada en la satisfacción de los usuarios y que
plantea esencialmente la pregunta acerca de ¿qué hace la gente con los medios?
Esta corriente es una superación de otros desarrollos como la “Teoría de los efectos
directos” (de base conductista y representada entre otros por Laswell) así como de
las teorías difusionistas, también denominadas “Teorías de los efectos indirectos
o limitados”, dentro de la cual se enrolaron los estudios de Agenda Setting. Esta
última afirma que los Medios no dicen lo que hay que pensar, sino en qué hay que
pensar, cumplen la función de un maestro de ceremonias, haciendo públicos aque-
llos temas que los Medios consideran deben ser objeto de debate en la sociedad.
La Teoría de Agenda Setting se incluyó dentro de la línea de los efectos limitados,
porque su propuesta no niega la existencia de redes de relaciones interpersonales
ni su función de mediadoras. Por lo tanto, se infiere que la influencia de los Medios
de comunicación se encuentra limitada, por la “selectividad” que poseen los recep-
tores, por lo indirecto de su carácter (hay relevos, no es directo el efecto) y por su
mediatez (el proceso de influencia necesita tiempo).
Nidia C. Abatedaga 33
Tecnicatura en Periodismo
Actividad de Autoevaluación 4
3) Relacione los factores vinculados a la audiencia y al mensaje que toma Lazarsfeld con la
psicología de las multitudes de Gabriel Tarde.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................
4) Explique cómo funciona la teoría del “líder de opinión”. Relacione con la Sociología de
Merton.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................
34
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
El Pragmatismo
En general estas corrientes encuentran sus raíces en esta amplia perspectiva fi-
losófica que muy abreviadamente sostiene algunos principios tales como, prime-
ro, que la verdadera realidad no existe “fuera” del mundo real, sino que se crea
activamente a medida que actuamos dentro y hacia el mundo. En segundo lugar,
las personas recuerdan y basan su conocimiento del mundo sobre lo que se ha
demostrado útil para ellas. En tercer lugar las personas definen los objetos físicos
y sociales con los que tienen relación en el mundo de acuerdo con su utilidad para
ellas. Finalmente, para comprender a los actores es necesario comprender lo que
ellos hacen realmente en el mundo.
42
Vasilachis de Gialdino y otros (1993) Métodos Cualitativos II. La práctica de la investigación. Centro
Editor de América Latina. Bs. As.
43
Vasilachis de Gialdino y otros. (1993) Óp. Cit.
Nidia C. Abatedaga 35
Tecnicatura en Periodismo
Esta perspectiva realizó aportes muy valiosos en torno al rescate del sujeto, enfati-
zando en los sujetos de la comunicación, fundada en la teoría de Max Weber para
quien el objeto de la ciencia sociológica es comprender la acción en tanto el sentido
subjetivo que los actores le asignan. Para este autor los comportamientos tienen un
sentido mentado, definiendo a la acción social en tanto acción vinculada, dirigida
intencionalmente a otros.
36
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
La incidencia de la cibernética
44
Mattelart, Armand y Michéle (1999) Historia de las Teorías de la Comunicación. Ed Paidós. Bs. As.
45
Wittezaele, Jean-J. y García, T (1994) La Escuela de Palo Alto. Historia y Evolución de las ideas esen-
ciales. Ed. Herder. Barcelona.
46
Bateson, G. (1984) La Nueva Comunicación. Ed. Kairos. Madrid.
Nidia C. Abatedaga 37
Tecnicatura en Periodismo
Aunque para algunos autores el proyecto de la cibernética es más una forma de reflexio-
nar que una teoría articulada y detallada, tuvo la enorme virtud de desestimar la expli-
cación lineal tradicional por la circularidad del razonamiento. El mismo Wiener le dio
alcance universal a la idea de que todo “efecto” retroactúa sobre su causa, afirmando
que la Cibernética es la ciencia que estudiará el “control y la comunicación en el animal
y la máquina” (subtítulo de su obra).
“Esta nueva dirección propuesta para el desarrollo científico, fue publicada por Wiener,
Rosenblueth y Bigelow en un artículo denominado Behavior, purpose and teleology,
en 1943, en el Diario “Philosophy of Science”. Allí se explicó que el estudio compor-
tamental no intenta analizar la organización interna de las entidades que estudia, su
estructura o sus propiedades porque se la considera una caja negra, sino examinar en
ellas el comportamiento observable, las reacciones, los outputs (productos de salida
de los datos) en relación a los inputs (entrada de los datos). La preeminencia dada
al paso de la información por sobre lo que ocurre con ella en el sistema (caja negra)
es en parte debido a la centralidad del concepto de feed – back, al que consideran “la
clave de la explicación de todo comportamiento intencional”. 47
47
Wittezaele, Jean-J. y García, T (1994) (pp. 59). Óp. Cit.
48
Ritzer, George (1995) Teoría Sociológica Contemporánea Ed. MCGraw – Hill. Madrid.
38
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Dentro del mundo de la vida existen las tipificaciones, que son constructos de pri-
mer orden en el mundo social que determinan las acciones a partir de un tipo cons-
tituido de experiencias anteriores. Las tipificaciones ignoran los rasgos individuales
y se centran sólo en las características genéricas y homogéneas. En cualquier si-
tuación que se da en el mundo de la vida cotidiana, una acción viene determinada
por experiencias anteriores50.
Por otro lado existe una diferencia importante entre los elementos del reino cultu-
ral que poseen los individuos y esto es debido a que las experiencias personales
49
Schütz, A. (1974) El problema de la realidad social. Amorrortu. Bs. As.
50
Schütz, A. (1974) Óp. Cit.
Nidia C. Abatedaga 39
Tecnicatura en Periodismo
Existen para Schütz cuatro reinos de la Realidad Social, distinguibles por el grado de
inmediatez (esto es, la medida en que las situaciones están al alcance del actor) y el
grado de determinabilidad (medida en que el actor puede controlar las situaciones).
51
Schütz, A. (1974) Óp. Cit.
40
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Etnometodología
Los primeros estudios etnometodológicos que realizó este autor, llamados experi-
mentos de ruptura, se centraron en ambientes no institucionalizados y corrientes
tales como el hogar. Más tarde se comenzaron a estudiar prácticas cotidianas en
una amplia variedad de ambientes institucionales (juzgados, clínicas médicas, etc.)
para comprender el modo en que las personas realizan sus tareas en estos lugares
y cómo, al realizarlas crean la institución a la que pertenecen.
Garfinkel, uno de los principales sostenedores de esta corriente cree que el hecho
fundamental de la sociología son “los hechos sociales”, pero no como los pensaba
Durkheim: externos y coercitivos para los individuos a quienes las estructuras e
instituciones constriñen y determinan haciendo muy difícil que puedan ejercer su
juicio de manera independiente, sino que, aunque coincide en que son fenómenos
objetivos, cree que existen en el nivel micro: la organización se produce local y
endógenamente.
Para Garfinkel los hechos sociales son el resultado del esfuerzo concertado de las
personas en la vida cotidiana, pero tampoco le interesa focalizarse en los procesos
cognitivos, sino que su preocupación se centra en los procedimientos, los métodos
y las prácticas que utilizan las personas, porque para él el orden social es un “logro
práctico constante”. El uso de los procedimientos prácticos es universal e ineludible
porque se constituyen en todas partes sin posibilidad alguna de eludirlos, ocultarlos,
posponerlos o negociarlos. Las personas no pueden evitar el uso de etnométodos
en su vida cotidiana.52
Garfinkel, Harold: “Evidence for Locally Produced, Naturally Accointable Phenomena of Order, Logic,
52
Reason, Meaning, Meghod, etc. in and as of the Essential Quiddity of Immortal Ordinary Society: An
Announcement of Studies”. Sociological Theory. New York. 1988.
Nidia C. Abatedaga 41
Tecnicatura en Periodismo
Otro de los conceptos que trabaja este autor es el de las explicaciones, en tanto el
proceso por el que las personas otorgan sentido al mundo, ofreciendo, aceptando
o rechazando explicaciones. Los etnometodólogos se interesan por las prácticas
explicativas, no juzgan la naturaleza de las explicaciones sino que las analizan en
función de cómo se usan en la acción práctica (los métodos necesarios que utilizan
emisor y receptor para emitir, comprender, aceptar o rechazar las explicaciones).
Otro concepto utilizado por Garfinkel es el “Principio Etcétera” por el cual se entien-
de que todas las situaciones implican aspectos incompletos que los participantes
deben rellenar para que la situación prosiga. Vivimos nuestra vida cotidiana a pesar
de toparnos constantemente con ambigüedades y vacíos que admitimos esperando
que más tarde se clarifiquen.
Finalmente Garfinkel dará mucha importancia al lenguaje natural para que las perso-
nas puedan hablar, escuchar y presenciar la producción y realización objetiva de la
vida social a través de un sistema de prácticas. Este lenguaje natural no se compone
de elementos lingüísticos sino más bien del conjunto de elementos no lingüísticos
de la comunicación interpersonal: la necesidad de turnarnos para conversar, supe-
rar las interrupciones en una conversación, etc. supone una preocupación por la
estructura básica de la interacción entre el hablante y el oyente.
42
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Interaccionismo Simbólico
Para este autor es central la diferencia entre el organismo fisiológico (el cuerpo
humano) y la persona. Dirá que: “La persona es algo que tiene desarrollo, no está
presente inicialmente, en el nacimiento, sino que surge en el proceso de la expe-
riencia y la actividad sociales, es decir, se desarrolla en el individuo (…) con ese
proceso como un todo y con los otros individuos que se encuentran dentro de ese
proceso”.53
Con esto el autor deja claramente establecida una diferencia que lo distingue de
otras concepciones positivas, por las cuales el organismo humano es asimilable
a cualquier organismo y por lo tanto, posible de ser estudiado como un sistema
más. Es un organismo humano y aunque basados en la idea de sistemas, tiene un
carácter distintivo. Y esta distinción se deja esclarecida con la noción de persona:
“(…) la persona no está necesariamente involucrada en la vida del organismo, ni
tampoco en lo que denominamos nuestras experiencias sensoriales. La persona
tiene la característica de ser un objeto para sí, y esa característica la distingue de
otros objetos y del cuerpo.” Que la persona sea un objeto para sí aparece como
53
Mead, G. (1986) Ibid.
Nidia C. Abatedaga 43
Tecnicatura en Periodismo
La veta hermenéutica, que distancia a este autor del funcionalismo que ve a la co-
municación como un proceso externo al sujeto, principalmente conformado por el
intercambio de información, se advierte en la concepción de la comunicación como
proceso de mutua comprensión, por el cual las personas tienen plena conciencia de
lo emitido y tratan de comprender lo que el otro dice para de este modo continuar
con una conversación cualquiera.
“El proceso a que me he referido, de reaccionar hacia la persona de uno como otros
reaccionan a ella, de tomar parte en la propia conversación con otros, de tener
conciencia de lo que uno dice y de emplear esa conciencia de lo que se dice para
determinar lo que se dirá a continuación, es un proceso familiar para todos noso-
tros. Continuamente seguimos las palabras que decimos a otra persona con una
comprensión de lo que decimos, y empleamos esa comprensión en la dirección de
nuestra conversación continuada.”55
A esto Mead llama conversación significante, en virtud de la cual no sólo se ve afectada la Ej.
persona a la cual me dirijo, sino que también me afecta a mí mismo, produciendo un efecto
que es considerado como parte de la puesta en práctica inteligente de la conversación con
otros. Más aún, Mead explicará que el ejercicio de lo que se denomina inteligencia social
depende esencialmente de la capacidad del individuo para ponerse en lugar del otro, para
adoptar los papeles de otros individuos involucrados por ejemplo en la conversación y consi-
derar las actitudes de los otros hacia él.
Por ejemplo, si uno va a decirle a otra persona lo que considera una noticia desagradable, y Ej.
se da cuenta antes de hablar que puede ser cruel decirlo en ese momento, es capaz de cam-
biar de gesto y minimizar de este modo las consecuencias de esa noticia. Esto es posible por
la capacidad de mirarnos a nosotros mismos como objetos y por la posibilidad que nos otorga
la gestualidad de cambiar el carácter de una conversación verbal.
Con esta idea Mead introduce la noción de inteligencia reflexiva, que significa que
“uno piensa para actuar, y para actuar únicamente de modo que esa acción siga
siendo parte del proceso social. El pensamiento se torna preparatorio de la acción
social” El concepto de acción social que utiliza este autor coincide plenamente con
la idea que Max Weber aporta: una acción intencionada dirigida a otros.
Aparece aquí con claridad que la acción e interacción que llevan adelante las perso-
nas no son procesos interindividuales autónomos del contexto. Más bien el proceso
es inverso, primero es la sociedad y de ella surgen las personas: “el proceso social
mismo es el responsable de la aparición de la persona, esta no existe como una
persona aparte de ese tipo de experiencia.” 56
54
Mead, G. (1986) Ibid.
55
Mead, G. (1986) Ibid.
56
Berger y Luckman (1972) “La construcción social de la realidad”. Ed. Amorrortu. Bs. As.
44
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Pero la realidad de la vida cotidiana en estudio no queda para estos autores simple-
mente en la subjetividad de las personas, sino que los fundamentos de su conoci-
miento “deben buscarse en las objetivaciones de los procesos y significados subje-
tivos por los cuales se construye un mundo intersubjetivo del sentido común.” 58
En otras palabras, existe la tendencia de las personas a analizar los procesos sub-
jetivos como realidades objetivas: para que la realidad aparezca a los ojos de las
personas como independiente de si, objetivada y como algo que se le impone, ope-
ra el lenguaje como elemento crucial que “proporciona continuamente las objetiva-
ciones indispensables y dispone el orden dentro del cual éstas adquieren sentido y
dentro del cual la vida cotidiana tiene significado”. 59
57
Berger y Luckman (1972) (1972) Ibíd.
58
Berger y Luckman (1972) (pp. 38) Ibíd.
59
Berger y Luckman (1972) (pp.39) Ibíd.
60
Berger y Luckman (1972) (pp.40) Ibíd.
61
Berger y Luckman (1972) (pp.44) Ibíd.
Nidia C. Abatedaga 45
Tecnicatura en Periodismo
Por otro lado, la realidad de la vida cotidiana se presenta al sujeto como un mundo
intersubjetivo, que comparte con otras personas con las cuales interactúa perma-
nentemente. Pero la interacción no es esporádica y casual, sino parte esencial de la
existencia: (…) no puedo existir en la vida cotidiana sin interactuar y comunicarme
continuamente con otros.” Para estos autores la experiencia más importante que
tiene las personas es la relación con otros. Las situaciones cara a cara (relaciones
– nosotros) implican un intercambio inmediato de significados pero tienen un menor
grado de tipificación que las relaciones – ellos, ya que estas últimas implican a otros
anónimos. Estas relaciones entre personas se sitúan en el concepto de estructura
social que manejan los autores para quienes es la suma total de tipificaciones y de
las pautas recurrentes de interacción establecidas por intermedio de ellas. Afirmarán
que “…yo aprehendo al otro por medio de esquemas tipificadores (…) aunque resul-
te difícil imponer pautas rígidas a la interacción “cara a cara”, ésta ya aparece pauta-
da desde el principio si se presenta dentro de las rutinas de la vida cotidiana.” 62
62
Berger y Luckman (1972) (pp.49) Ibíd.
63
Berger y Luckman (1972) (pp.55) Ibíd.
64
Berger y Luckman (1972) (pp.59) Ibíd.
46
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Es, por lo tanto la estructura social de mayor importancia porque “es capaz no sólo
de construir símbolos sumamente abstraídos de la experiencia cotidiana, sino tam-
bién de “recuperar” estos símbolos y presentarlos como elementos objetivamente
reales. El simbolismo y el lenguaje simbólico llegan a ser constituyentes esenciales
de la realidad y de la aprehensión que tiene de esta realidad el sentido común”.65
Para abordar la realidad de este modo Berger y Luckman proponen el análisis fe-
nomenológico como metodología que permitirá a través de procesos descriptivos
y empíricos (no explicativos) clarificar los fundamentos del conocimiento de la vida
cotidiana. Con esto se sitúan en una posición que niega toda posibilidad de esta-
blecer hipótesis causales y por lo tanto explicaciones científicas conforme los prin-
cipios del positivismo.
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.21) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs.
66
As.
Nidia C. Abatedaga 47
Tecnicatura en Periodismo
Actividad de Autoevaluación 5
Considerando los antecedentes epistemológicos de la Escuela de Palo alto, por favor intente
responder las siguientes preguntas:
2) ¿Cuál es el foco de análisis de Shütz? Explique cómo divide la realidad social en “reinos”.
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................
48
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Los autores que vamos a analizar con alguna profundidad aquí son Peter Berger y
Thomas Luckman, Gregory Bateson, Ray Birdshistell, Edward Hall, Erving Goffman
y Paul Watzlawick, entre otros.
Wittezaele, Jean.Jacques y García, Teresa (1994) (pp.21) La Escuela de Palo Alto. Historia y evolución
67
Nidia C. Abatedaga 49
Tecnicatura en Periodismo
Cuando los autores de la Escuela de Palo Alto plantean la pregunta central a sus aná-
lisis: ¿cuáles son, entre los millones de comportamientos corporales posibles, aquellos
que retiene la cultura para constituir conjuntos significativos? encontramos el meollo del
planteo de los presupuestos fenomenológicos, etnometodológicos y del interaccionismo
simbólico.
Todo individuo utiliza, aún a pesar suyo, “reglas” (conjunto de sistemas de comporta-
miento), por tanto la comunicación no puede ser analizada en sus componentes en
aislados, todos los mensajes carecen de significación intrínseca, porque sólo tienen
significado en un contexto de interacción.
La metáfora de “la orquesta” (Modelo Orquestal de comunicación) con la que los au-
tores de Palo Alto ilustran su concepción de la comunicación, muestra la importan-
cia de los procesos de interacción en la configuración de procesos comunicativos.
La partitura musical es explícita, escrita y conscientemente aprendida, se pueden
mostrar estilos diferentes en la ejecución pero seguirá una línea, una configuración
general.
El análisis de la vida social, serán pensados por la Universidad Invisible en tanto códi-
gos o conjuntos de sistemas de comportamientos que articulan los modos de comuni-
car que los sujetos desarrollan a través del uso del espacio y de la gestualidad.
68
Mattelart, Armand y Michèle (1999) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs. As.
50
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Gregory Bateson
“En 1942 encontré, en una conferencia organizada por la Macy Fundation, a Warner
McCulloch y Julian Bigelow, cuyas apasionantes exposiciones sobre el feedback
me ayudaron a acarar ciertos puntos esenciales, pues, al escribir “La ceremonia de
Naven”, había llegado al umbral de lo que más tarde sería la cibernética; lo que me
faltaba para franquearlo eral el concepto de feedback negativo”.70
69
Bateson, G. (1984) Óp. Cit.
70
Bateson, G. (1984) Óp. Cit.
Nidia C. Abatedaga 51
Tecnicatura en Periodismo
Para Bateson ya no será el doble vínculo en el seno del sistema familiar sino el siste-
ma familiar en el seno de la doble coacción. Esta no designa una relación patógena
sino un principio generador de múltiples comportamientos creativos.
A estas ideas Bateson agregará el concepto de espíritu y proceso mental, para dar
cuenta de lo que sucede en sistemas que contienen múltiples partes, afirmando que
“lo que llamo procesos mentales son de hecho, acontecimientos en la organización
y la relación entre las partes. El autor intenta trabajar una ecología del espíritu, en-
tendida como una tentativa para integrar en el seno de una epistemología nueva un
conjunto muy vasto de fenómenos aparentemente muy diferentes, pero en realidad
muy cercanos por su organización y funcionamiento.
Don Jackson
Psiquiatra y psicoanalista, en 1947 ingresa en una clínica psiquiátrica en el estado
de Maryland y emprende una formación analítica en Washington. Posteriormente
– en 1954 – presenta un trabajo titulado “El problema de la homeostasis familiar”,
concibiendo a la familia como un sistema que se encuentra siempre en equilibrio
interno gracias al fenómeno del feed back negativo.
“En 1959 funda el Mental Research Institute (MIR) y allí profundizará su hipótesis
por la cual, al ser la familia un sistema homeostático gobernado por un conjunto de
reglas, si uno de los miembros presenta algún desorden psicológico, la intervención
71
Ruesch y Bateson (1951) Communication: The Social Matrix Of Psichiatry.
52
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
del terapeuta no debe limitarse a ese miembro, sino extenderse a toda la familia.
Esta es entendida como un sistema patológico que presenta un síntoma, pero no
entiende que la familia esté desequilibrada por ese miembro, sino que el equilibrio
familiar reposa en la enfermedad de ese miembro. Por eso, se trata de buscar otro
equilibrio para la familia. En 1968 Don Jackson desaparece brutalmente”.72
Una de los aportes importantes es el que realiza junto con Watzlawick, sobre la
terapia familiar. Se centran en el análisis de las interacciones verbales en el seno
familiar, a través de sesiones grabadas. Sin embargo la obra del autor y sus análisis
en el campo de la psiquiatría trasladados a la comunicación verán la luz sólo con el
trabajo conjunto realizado con Paul Watzlawick.
Paul Watzlawick
Este autor pública en 1967 “Pragmatics of Human Communication. A study of In-
teraccional Patterns, Pathologies and Paradoxes”. Si bien da prioridad intelectual
al trabajo simbólico del lenguaje, toma conciencia de la importancia de los demás
modos de comunicación. Junto a Don Jackson sistematiza los axiomas de la co-
municación, enfatizando además, en el sistema de interacción diádico (que implica
una ruptura con la psicología monádica por la cual el individuo constituye el centro
del análisis).
Con la idea de revisar las teorías vigentes hasta el momento, Don Jackson y Paul
Watzlawick proponen demostrar que es posible aplicar algunas nociones psiquiá-
tricas tradicionales a la comunicación humana, denominando “comunicación” al as-
pecto pragmático de la teoría de la comunicación humana. Entre los elementos que
la componen definirá como mensaje a cualquier unidad comunicacional singular.
Una serie de mensajes intercambiados entre personas recibirá el nombre de inte-
racción.
Es necesario volver a señalar ciertas reservas con respecto a los axiomas en general.
En primer lugar, debe quedar aclarado que tienen carácter tentativo, que han sido defini-
dos de modo bastante informal y que son, por cierto, más preliminares que exhaustivos.
Segundo, son heterogéneos entre sí en tanto tienen su origen en observaciones muy
variadas de los fenómenos de la comunicación. Su unidad no surge de sus orígenes,
sino de su importancia pragmática, la cual a su vez depende no tanto de sus rasgos
particulares como de u referencia interpersonal (y no monádica).
Así, la imposibilidad de no comunicarse hace que todas las situaciones en la que partici-
pan dos o más personas sean interpersonales y comunicacionales; el aspecto relacional
de tal comunicación subraya aún más este argumento. La importancia pragmática, inter-
personal, de los modos digital y analógico radica no sólo en su supuesto isomorfismo
con los niveles de contenido y de relación, sino también en la inevitable y significativa
ambigüedad que tanto el emisor como el receptor enfrentan en lo relativo a los proble-
mas de traducción de una modalidad a la otra.
En otra de sus obras explica la noción de lenguaje terapéutico paradójico, que sirve
para modificar la situación presente del sujeto. Es uno de los mentores directos del
72
Bateson, G. (1984) “La ceremonia del Naven”. En Bateson, G.
Nidia C. Abatedaga 53
Tecnicatura en Periodismo
De allí deducen el primer axioma que “no es posible no comunicarse” debido a que
si consideran que toda conducta es comunicación y una propiedad básica de las
conductas es que “no hay nada que sea contrario de conducta (…) no hay no – con-
ductas (…) por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar. Actividad
o inactividad, palabras o silencios, tienen siempre valor de mensaje: influyen sobre
los demás, quienes, a su vez no pueden dejar de responder tales comunicaciones,
y por ende, también comunican”.73
Otro axioma propuesto por los autores afirma que “Toda comunicación tiene un as-
pecto de contenido y un aspecto relacional, tales que el segundo clasifica al primero
y es por ende, una metacomunicación.” Existen dos aspectos: el referencial, que
transmite los datos y el connotativo que muestra cómo debe entenderse una comu-
nicación (una orden, un pedido, etc.).
Este axioma se deduce de la idea que señala que toda comunicación implica un
compromiso y, por ende, define una relación. Esta es otra manera de decir que
una comunicación no sólo transmite información sino que, al mismo tiempo, impone
conductas.
Un tercer axioma propuesto por Watzlawick y Don Jackson es el que afirma que toda
interacción – intercambio de mensajes – entre comunicantes, no es una secuencia
ininterrumpida de intercambios, porque quienes participan introducen la puntuación
de la secuencia de hechos. Esta puntuación organiza los hechos de la conducta,
resultando, por tanto vital para las interacciones en marcha.74
73
Watzlawick, Paul; Beavin Bavelas, Janet; Don Jackson (1989) “Teoría de la Comunicación Humana”.
Ed. Herder. Barcelona.
74
Watzlawick, Paul; Beavin Bavelas, Janet; Don Jackson (1989) “Teoría de la Comunicación Humana”.
54
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Ray Birdwhistell
Con este esquema general inaugura la Kinésica, que es la disciplina que entiende
sobre los signos gestuales. Los análisis kinésicos deben incluir la comprensión de
cómo está constituido el código de interacción social. Existe entre los sujetos una
sincronía interaccional que implica su participación en un sistema que está por en-
cima de su comportamiento individual.
Según este tipo de análisis los procesos de comunicación deben tener especial-
mente en cuenta los gestos y modales porque son signos que caracterizan determi-
nados modos de comunicación. Por ejemplo, no es igual la postura que adoptamos
ni los gestos que utilizamos con el docente cuando estamos escuchando una clase
que aquellos puestos en juego cuando nos encontramos con un amigo en la calle y
lo invitamos a tomar un café.
Edward T. Hall
Este autor, hacia 1959 publica una primera obra titulada The Silent Language, en
la cual analiza las dificultades de las relaciones interculturales y pone de relieve la
multiplicidad de lenguajes y códigos, los “lenguajes silenciosos”, propios de cada
cultura. Así desnuda los lenguajes del tiempo y del espacio, de las posesiones
materiales, de las modalidades de amistad, de las negociaciones, etc. Llega a con-
cluir que el origen de los “choques culturales”, de las incomprensiones y de los
malentendidos entre personas que no comparten los mismos códigos, está en los
lenguajes informales ya que no atribuyen a las reglas de organización del espacio y
de gestión del tiempo la misma significación simbólica.75
Mattelart, Armand y Michèle (1999) (pp.48) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs.
75
As.
Nidia C. Abatedaga 55
Tecnicatura en Periodismo
sería un círculo de sillas donde todos tengan posibilidad de mirar al resto de los in-
tegrantes del grupo para dialogar.
d) Distancia Pública (típica de las personas que ocupan cargos públicos, por
ejemplo un ministro cuando habla por televisión, propone una distancia de
este tipo).
Erving Goffman
Para Goffman, con base en la idea de self que desarrolló Mead, afirmará que hay
una discrepancia fundamental entre nuestros selfs demasiado humanos y nuestros
selfs socializados. Sobre la base de esta tensión explicará que las personas, con el
fin de mantener una imagen estable del self, actúan para sus audiencias sociales.
De ello deriva su enfoque dramatúrgico de la construcción social.
Este autor afirma que el self no es una posesión del actor, sino un producto de la
interacción dramática entre el actor y la audiencia. Los actores esperan que el self
que presentan a la audiencia sea lo suficientemente fuerte de modo que la audiencia
defina a los actores tal y como ellos desean.
Para concluir es preciso señalar que la Universidad Invisible es una de las más
enriquecedoras propuestas dedicadas al estudio de la comunicación no mediada,
cuestionadora de aquellas corrientes que por el énfasis puesto en los Medios gene-
ralizaron a éstos como “el” (único) objeto de estudio de la Comunicación Social. La
predominancia que los estudios sobre Medios adoptaron en mucha de la literatura
sobre Comunicación hacia mediados de los ´50 en Estados Unidos, no obstó para
56
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
que los autores de la Escuela de Palo Alto y otros aledaños a ella, apoyados en una
epistemología hermenéutica que privilegia la interpretación por sobre la explicación
y en coherencia con la Fenomenología, el Interaccionismo Simbólico y la Etnome-
todología, consolidaran una perspectiva comunicacional sustancial al sujeto y la
continuidad de la vida social.
El inestimable aporte realizado por estos autores que profundizaron en los aspectos
cotidianos de la interacción social, desentrañando diferentes componentes del pro-
ceso de comunicación interpersonal, ha permitido el desarrollo de análisis teóricos
ulteriores, así como la recuperación de una metodología etnográfica de alto valor
investigativo, que otras escuelas de comunicación volverán a utilizar.
Actividad de Autoevaluación 6
Después de leer autores de la Escuela de Palo alto, podría responder las siguientes preguntas:
Nidia C. Abatedaga 57
Tecnicatura en Periodismo
La principal distinción entre los dos paradigmas consiste en que mientras el pri-
mero aborda la realidad como un sistema – un todo con partes interrelacionadas,
vinculado con un ambiente –que tiende naturalmente al equilibrio, la Teoría Crítica
(Epistemología del Conflicto) mira la realidad social como esencialmente conflictiva,
compuesta por contrarios en permanente tensión y lucha constante.
Y esto es mucho más que un “dato”, debido a que dependerá del paradigma que se
adopte, la mirada que se tenga sobre la realidad social, y por lo tanto qué aspectos
resaltará y cuáles dejará de lado. Si dos personas se colocan enfrentadas a tomar
café en un bar, el campo de visión de cada una será diferente: una podrá ver la vi-
driera del bar, la otra podrá apreciar el decorado interno. Ambas ven cosas diferen-
tes y a la vez las dos están en el mismo lugar físico.
Con la epistemología ocurre algo similar: si se adopta una teoría que mira a través
de la lente “Positiva”, tenderá a observar los aspectos que favorezcan las tendencias
al equilibrio, por ejemplo en Comunicación Social se analizará su objeto privilegian-
do el modo como ésta contribuye a lograr un equilibrio social, interpersonal (como
la Universidad Invisible) o mediático (como Mass Communication Research). En
el primer caso se describirá (como hace Goffman por ejemplo) el modo en que los
individuos se convierten permanentemente en distintos “actores” para manejar la
situación y lograr aceptación social. En el segundo se estudiará cómo funcionan
psicológica y sociológicamente los grupos para lograr optimizar los mensajes a tra-
vés de los medios masivos y equilibrar la oferta / demanda económica de bienes y
servicios o cómo se logra una actitud favorable de voto que equilibre la inversión en
propaganda con el éxito de las elecciones.
76
LISTA, Carlos A. (1992) (pp.68) “Cuadernos de Sociología I”. Córdoba, Atenea.
58
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 1
Es claro que las dos escuelas agrupadas en este capítulo comparten de base la
epistemología Positiva, y coinciden en adoptar la idea de “sistema” para analizar la
realidad social, aún cuando una lo haga desde una visión mediada y macrosocial
(Mass Communication Research) y otra estudie desde una mirada no mediada y
microsocial (Universidad Invisible). Es primordial que el lector pueda contraponer
las coincidencias y diferencias señaladas, comparando ambos aportes y elaboran-
do sus propias conclusiones.
Nidia C. Abatedaga 59
La Escuela de Frankfurt
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Introducción
Sin embargo, aunque breve y parcial, esta unidad permitirá al lector aproximarse a
los contenidos sustanciales de la propuesta de los autores que conformaron esta
Escuela. Además de la breve contextualización histórica de su nacimiento, fue ne-
cesario desarrollar algunos de los conceptos centrales, por cierto muy rudimenta-
riamente descriptos, de teóricos de la Filosofía como Hegel; de la Economía como
Marx y del creador del Psicoanálisis (Sigmund Freud), para facilitar la comprensión
de la propuesta frankfurtiana. Sin un acercamiento básico a las propuestas de estos
tres autores, muchos de los aportes realizados por Horkheimer, Adorno, Benjamin
y Marcuse perderían significación y profundidad, incluso se tornarían incompren-
sibles. De allí que sea necesario primero leer y comprender lo que Hegel, Marx y
Freud elaboraron para después abordar la propuesta de los autores de Frankfurt de
la 1° Generación.
Dentro del ítem donde se desarrolla cada autor se encontrarán párrafos textuales
de la obra, donde aparecen conceptos valiosos. Sin embargo esto no debe inhibir
la lectura completa de la obra de la cual se extrajeron los párrafos para comprender
acabadamente lo que el o los autores propusieron.
Nidia C. Abatedaga 63
Tecnicatura en Periodismo
A esto hay que agregar que la ciudad contaba con una gran cantidad de simpatizan-
tes del socialismo y del comunismo; el propio Ministerio de Cultura se encontraba
dominado por la Socialdemocracia, lo que facilitó la habilitación académica y legal
del Instituto en condiciones inmejorables: se creó como anexo a la universidad de
Frankfurt pero independiente de ella y directamente supeditado al ministerio.
1
Wiggershaus, Rolf (2010) La Escuela de Frankfurt. 1° Edición en Alemán 1986. Ed. Univ. Autónoma
Metropolitana – FCE.
2
El Decreto del Ministerio de Educación por el cual se crea el Instituto es de 1923, sin embargo el Insti-
tuto abrió oficialmente sus puertas en 1924.
64
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
El primer director del Instituto de Investigación Social fue Kurt Al Gerlach, quien
murió en octubre de 1923. El segundo director fue Carl Grünberg, quien procedía
de la Universidad de Viena y había orientado los inicios del Instituto hacia el estudio
del Socialismo hasta 1930. En 1931 le sucede Max Horkheimer a quien muchos
atribuyen el inicio de la Escuela de Frankfurt con el carácter que se la conoció pos-
teriormente, debido a fue, junto con Theodor Adorno quien desarrolló los conceptos
centrales que trascendieron los límites temporales de la Escuela de Frankfurt, por
los que aún hoy se la identifica.
Durante el año 1941, los fondos del Instituto que había sido cerrado, se transfi-
rieron a Estados Unidos, y por sugerencia de Butler el Instituto se había unido a
la Universidad de Columbia en Nueva York. Esta rama de la Escuela de Frankfurt
permaneció aún después de volver a Alemania, y fue recién allí cuando comenzó a
llamarse “Escuela de Frankfurt”3 .
La Dialéctica Hegeliana
El debate filosófico
Hegel (1770 – 1931) fue un filósofo que vivió en una etapa histórica signada por
violentas mutaciones políticas y económicas, durante las cuales elaboró un sistema
filosófico que brinda una explicación de la naturaleza, la historia y el conocimiento.
Su filosofía puede ser considerada tanto una metafísica de la totalidad como una
teodicea histórica, a través de la cual pretende dar cuenta de la totalidad de los
fenómenos existentes.
3
Mattelart, Armand y Michele (2001) Historia de las teorías de la comunicación. Ed. Paidós. Bs. As.
Nidia C. Abatedaga 65
Tecnicatura en Periodismo
Es por esta razón que algunas de las ideas hegelianas la idea de totalidad, la dialé-
ctica por ejemplo, no se reproducen en estado puro en sus continuadores, sino que
éstos han debido tomar algunos aspectos de la propuesta filosófica haciéndole las
críticas y modificaciones que creyeron necesarias.
Su filosofía intenta dar respuesta a preguntas que se hizo la filosofía ya desde los
griegos: la pregunta por el arkhé (Principio, Origen, Fundamento de todas las co-
sas). Para algunos filósofos griegos la Naturaleza (Physis) es de donde emergen
y a donde vuelven todas las cosas. Para otros este Principio o Fundamento último
debe buscarse en la certeza, la verdad y esto sólo existe en el pensamiento, de allí
que Descartes afirmará “Pienso, luego existo” dándole primacía al pensamiento
para explicar el origen. El Cristianismo planteará que ese Origen o Principio de to-
das las cosas es Dios. Es decir que hubo respuestas diversas a la pregunta que se
hizo el hombre durante muchos siglos sobre un Principio u Origen del hombre.
Hegel plantea que en un comienzo el arkhe (el Absoluto), era una totalidad abstrac-
ta (vacía) que se encontraba recogida en sí misma. Para reconocerse, el Espíritu
Absoluto (ser en sí) se aliena, se escinde de sí, se hace otro distinto de sí – primer
momento – y se objetiva en otro, una parte de esa totalidad primigenia (segun-
do momento). Posteriormente, en un tercer momento, se recoge en sí mismo, se
reconcilia consigo mismo (ser para sí), dando lugar a una totalidad más rica y au-
toconsciente. Este movimiento (o automovimiento) prosigue hasta que la Razón
Universal alcanza un autoconocimiento total de sí mismo, lo cual proviene de las
distintas instancias en las que se ha objetivado a través de su periplo histórico.
4
Esta Razón universal, Espíritu absoluto o Idea, no es para Hegel una construcción mental, pues para él
posee plena realidad. Es más real que las diversas determinaciones que adopta en la historia. Por esto
se puede considerar a Hegel no tanto como un idealista, sino más bien un superrealista, y a su filosofía
(una ontoteología) como una reacción contra el idealismo alemán. (Von Sprecher (2005: 31).
5
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) (pp.32) La Teoría Social de Karl Marx en Von Sprecher (coord.) Teo-
rías Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.
66
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Ej. Para entender esta idea puede servir aquí el ejemplo de algunas propuestas religiosas, que
al estar más familiarizadas con nuestra cotidianidad pueden hacer este razonamiento más
comprensible. Cuando el catolicismo afirma que “Dios está en todas partes” o que “Dios está
en cada uno de nosotros”, se está afirmando que todos los seres vivos son parte de él. Pero
que todos los humanos (concretos) sean parte de Dios no significa que este ser desapa-
rezca, no se diluye por ser parte de cada ser humano. Más aún, este Dios es considerado
diferente a cada humano, una entidad separada, a la vez y superior y opuesta a todo lo
viviente en particular. Esta conceptualización de Dios está manejando una idea cercana a la
de Hegel (no exactamente pero sí cercana). Dios está dentro de cada uno de los humanos
en forma concreta, y son el opuesto a su ser abstracto. Según las afirmaciones religiosas
son el aspecto concreto de Dios, por oposición al Dios abstracto, pero ambas formas son el
Dios cristiano.
Nidia C. Abatedaga 67
Tecnicatura en Periodismo
Como ejemplo de cómo se despliega este Espíritu Absoluto en diferentes momentos históri-
cos, se puede citar las Lecciones sobre la filosofía de la historia universal y los Principios de Ej.
la Filosofía del Derecho (Hegel: 1989: 489,500). Allí Hegel distingue cuatro grandes momen-
tos: el mundo oriental, el mundo griego, el mundo romano y el mundo germánico, siendo este
último la instancia en la que lleva a cabo la objetivación final de la Razón (Espíritu Absoluto)
en el orden estatal y la realización de la libertad universal del hombre.
Para comprender esta idea deberíamos pensar, por ejemplo, en que todo lo que yo
afirmo (por ejemplo “día”) tiene su contrario (noche). Día y Noche son opuestos en-
tre sí, se niegan mutuamente porque cuando está uno de los dos, necesariamente
no está el otro, cuando el día ES, NO ES noche.
Sin embargo, no pueden existir uno sin el otro: la noción de día es incomprensible
sin su contrario, opuesto, noche. Ocurre lo mismo cuando digo norte, en el mismo
acto estoy diciendo no es sur, o cuando digo es espíritu absoluto (abstracto), digo
no es sujeto (concreto). El primer término es una afirmación (tesis) que conlleva
necesariamente su contrario o negación (antítesis). La contradicción no se resuel-
ve como propondría un pensamiento dualista, por la desaparición de uno de los dos
6
“El espíritu del pueblo es un espíritu particular; pero a la vez es el espíritu universal absoluto; pues este
es uno solo”. (Hegel: 1974: 66).
7
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) (pp.32) La Teoría Social de Karl Marx en Von Sprecher (coord.) Teo-
rías Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.
68
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Ej. Podríamos ejemplificarla con las témperas: si mezclo amarillo y azul obtengo una síntesis
que contiene a ambos colores, pero ya no individualizados, sino una tercera situación cua-
litativamente diferente a las otras dos pero que las contiene, están presentes de otra forma,
en este caso, verde. Sin embargo, la síntesis constituye una nueva tesis (es una afirmación
producto de los dos términos anteriores), que por lo tanto tiene una antítesis que deberá
resolverse posteriormente en una nueva síntesis. Esto hace del pensamiento dialéctico la
presencia permanente de contradicciones en la vida social.
En Hegel, la dialéctica que llevaba a la síntesis entre los opuestos (espíritu abstrac-
to/mundo concreto) se producía en un nuevo estado del Espíritu, autoconsciente,
superior al estado anterior, desarrollado. El proceso histórico culminaba indefecti-
blemente en el Espíritu (Dios, la Idea, la Razón), de allí que denominen a su pen-
samiento “idealista”
Se puede afirmar que la filosofía hegeliana tiene un carácter dual, pues en ella
coexisten dos facetas contrapuestas8 :
8
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) La Teoría Social de Karl Marx en Von Sprecher (coord.) Teorías So-
ciológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.
Nidia C. Abatedaga 69
Tecnicatura en Periodismo
Actividad de Autoevaluación 1
70
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Podríamos empezar por dar una primera respuesta, que deberá ser desarrollada
posteriormente con mayor detalle: la totalidad de la vida está compuesta por la opo-
sición básica que hay entre relaciones materiales y relaciones ideológicas.
La idea de totalidad que Hegel propuso para analizar la realidad social (desarro-
llada en el apartado anterior) es recuperada por Marx. Para ambos esta totalidad
está compuesta por un ámbito concreto, material o infraestructural y por otro
ámbito ideológico, abstracto o superestructural. Para Hegel será este último el
origen de toda explicación (El Espíritu Absoluto, Dios, la Idea) mientras para Marx
las causas deben buscarse en el ámbito material, económico o estructural, y lo dirá
claramente:
Nidia C. Abatedaga 71
Tecnicatura en Periodismo
“Mi método dialéctico no sólo difiere del de Hegel, en cuanto a sus fun-
damentos, sino que es su antítesis directa. Para Hegel el proceso de
pensar, al que convierte incluso, bajo el nombre de idea en un sujeto
autónomo, es el demiurgo de lo real; lo cual no es más que su manifes-
tación externa. Para mí, a la inversa, lo ideal no es mas que lo material
transpuesto y traducido en la mente humana”.
(Marx; 1986: 81).10
Para Marx, por lo tanto hay que analizar el cambio social a partir de la lógica con la
que funciona la sociedad: el “conflicto”, es decir que los procesos de crisis son parte
9
Marx, Karl (1986) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción general a la crítica de la
economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.
10
Marx, Karl (1986) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción general a la crítica de la
economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.
72
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
La producción en la sociedad
Para Carlos Marx la vida social está compuesta por una estructura económica y
una superestructura ideológica. Dentro del primer aspecto establece relaciones
económicas a través de las cuales el hombre produce su vida material (come, se
abriga, se provee de vivienda) y el segundo aspecto (inseparable del primero) in-
cluye las relaciones ideológicas, a través de las cuales reproduce formas de pensa-
miento, las ideas, la conciencia, las formas estatales, etc. De estos dos aspectos de
la vida social (como se indicó más arriba) Marx otorgó prioridad analítica al primero,
es decir a las relaciones materiales, que se encuentran en la estructura económica.
De allí que el eje del análisis de gran parte de la producción teórica de Karl Marx
– sobre todo desde 1857 – es su preocupación por desarrollar la “teoría del valor
trabajo”; para lo cual fue necesario desmenuzar la lógica del sistema capitalista de
producción de mercancías. Esto se lograría exponiendo el sistema de la economía
burguesa de manera crítica, a través de la crítica de las categorías económicas.
Como esta fue y sigue siendo la condición básica de la existencia (no las ideas
como afirmaría Hegel), Marx analizó pormenorizadamente este proceso de trabajo
que es la esencia de la Estructura Material. Dirá que su finalidad es la de producir
objetos útiles (lo que Marx llamará “valores de uso”). Esto se logra cuando cualquier
hombre. Pone en acción las fuerzas naturales que forman su corporeidad, los bra-
zos y las piernas, la cabeza y la mano para transformar un objeto cualquiera (por
ejemplo materias de la naturaleza) en productos que satisfagan sus necesidades.
1) La actividad orientada a un fin, o sea, el trabajo mismo que el sujeto realiza para
modificar un objeto y adaptarlo a su necesidad. Esta actividad sólo es desarro-
llada por Sujetos.
2) El Objeto de trabajo son las cosas que el sujeto transforma para satisfacer sus
necesidades. Por ejemplo la tierra, la madera del árbol son objetos naturales.
3) Los Medios de trabajo: Es el elemento que media la relación entre el sujeto que
transforma y el objeto que es transformado: “Es aquel objeto o conjunto de ob-
jetos que el obrero interpone entre él y el objeto que trabaja y que le sirve para
encauzar su actividad sobre este objeto.”
11
Marx, Karl (1986) (pp.136) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción general a la crítica
de la economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.
Nidia C. Abatedaga 73
Tecnicatura en Periodismo
Por ejemplo, cuando mi abuela teje un saco de lana, ella es el Sujeto, utiliza como Instrumen-
to las agujas para modificar lana ovillada (Objeto) y obtener el Resultado (saco de lana). El
Ej.
trabajo del obrero de una fábrica puede explicarse del mismo modo.
Veamos el esquema…
2) Los objetos de trabajo, que incluyen fuerzas naturales (la caída de agua
de un río o la fuerza eólica producto del viento, etc.), la materia bruta,
que incluye todos aquellos elementos extraídos de la naturaleza que no
poseen un proceso de trabajo anterior (por ejemplo el mineral extraído de
una montaña, la tierra, los frutos de árboles, etc.) y la materia prima que
es todo aquel objeto “filtrados por un trabajo anterior” que ya experimentó,
por medio del trabajo, una cierta transformación.
Ahora bien, el proceso de trabajo simple (y las Fuerzas Productivas que con él se
despliegan) puede aplicarse, como decíamos arriba, a toda la historia de la huma-
nidad: había proceso de trabajo en la producción artesanal del hombre primitivo, el
Siervo de la Gleba del Feudalismo también realizaba un proceso de trabajo cuando
cultivaba la tierra, al igual que el obrero industrializado de la actualidad. Si bien tie-
nen en común el hecho de que todos realizan un proceso de trabajo, no se puede
afirmar que se desarrolle de la misma manera en todas las épocas.
12
Marx, Karl (1986) (pp. 131) Ibíd.
74
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Esto tiene una explicación en otro concepto de Marx, que completa la idea de lo que
está incluido en la Estructura Económica: Relaciones Sociales de producción.
Estas son las formas en que los hombres se relacionan entre sí para producir, y
entre otras, la Relación Social de Producción más importante es la Propiedad. La
forma de propiedad es una relación entre personas y no entre cosas, porque de
hecho nadie le dice a su casa “vos sos mía” sino que se lo dice a los demás sujetos.
De allí que se considere a la propiedad como una relación social excluyente, debido
a que excluye de lo definido como propio a todos los demás sujetos.
Así, por ejemplo en el esclavismo, los vencedores eran propietarios de los esclavos en toda
Ej. su corporeidad porque al haber sido sometidos en una batalla, se los consideraba natural-
mente inferiores. Los esclavos eran considerados un instrumento “parlante” más, igual que
los animales de tiro o un hacha y por lo tanto producían para los amos, quienes se quedaban
con todo los productos del trabajo esclavo. En el Feudalismo, el Siervo de la Gleba no era
propiedad del Señor Feudal, sino que había, entre otras formas de contrato, el Contrato de
Vasallaje por el cual el Siervo pagaba con una parte de lo producido en la parcela de tierra,
los servicios de cuidado de él y su familia que el Señor Feudal le proporcionaba con su ejér-
cito. Más adelante, en la transición hacia el capitalismo, el artesano era considerado libre y
producía sus productos en todas las fases (desde la búsqueda de los materiales hasta el
embalaje) que intercambiaba por lo que necesitaba para vivir. Finalmente en el actual siste-
ma capitalista, el sujeto es libre y contrata su fuerza de trabajo a un propietario de los medios
de producción (instrumentos) para que produzca. Como se puede advertir, el carácter de la
propiedad (como forma en que los hombres se relacionan para producir) determina cómo los
hombres se proveen la vida y quién se apropia de lo producido.
El resultado de este proceso es una Mercancía que es del capitalista y que tiene la
cualidad de ser intercambiada por determinada cantidad de dinero en el mercado.
“(...) El producto es propiedad del capitalista y no del productor directo, es decir, del
obrero. El capitalista paga, por ejemplo, el valor de un día de fuerza de trabajo. Es,
por lo tanto, dueño de utilizar como le convenga, durante un día el uso de esa fuerza
de trabajo, ni más ni menos que el de otra mercancía cualquiera (...) que también
es propiedad suya”.13
13
Marx, Karl (1986) (pp. 137) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción general a la crítica
de la economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.
Nidia C. Abatedaga 75
Tecnicatura en Periodismo
● En segundo lugar, producir una mercancía cuyo valor sea mayor que la
suma de valores invertidos en su producción, es decir, de los medios de
producción y de la fuerza de trabajo, por los que adelantó dinero... Sabe-
mos que el valor de toda mercancía se determina por la cantidad de traba-
jo materializado en su valor de uso, por el tiempo de trabajo socialmente
necesario para su producción.” (Marx; 1986: 138).
Entre el dinero adelantado al inicio del proceso productivo y el que hay al final, cuan-
do la mercancía se vendió, hay más dinero que el invertido. De los elementos que
componen el proceso de producción, el único que puede agregar más valor al pro-
ceso es el trabajo humano porque la fuerza de trabajo, durante el tiempo que trabaja
para el capitalista produce más valor del necesario para reponerse como fuerza de
trabajo. En otras palabras, produce más mercancías que aquellas necesarias para
completar el valor de su salario. Ese “plus” de valor que el trabajador produce es la
plusvalía, un excedente de valor que se apropia el capitalista por ser el propietario
de todos los elementos que componen el proceso.
Analicemos el esquema….
14
Marx, Karl (1986) (pp.7) Ibíd
76
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Afirma que “A primera vista, una mercancía parece ser una cosa trivial, de com-
prensión inmediata. Pero analizándolas, vemos, que son objetos muy intricados”
(Marx; 1986: 37 a 39) Lo misterioso de las mercancías reside en que esconden que
son producto del trabajo humano y aparecen como si fueran objetos independientes
de los sujetos que la produjeron. Al aparecer como una “relación entre cosas” tam-
bién se muestra al margen de sus productores. De allí que los individuos que las
producen las sientan ajenas a ellos. El trabajador, al no ser dueño de lo que produce
(porque es propiedad del capitalista) y al trabajar por un salario (por medio del cual
luego comprará en el mercado las mercancías que necesite para vivir), no percibe
que en esas mercancías hay trabajo propio.
De esta apariencia por la cual las mercancías (a través del intercambio por dinero)
parecen tener “relaciones entre sí” al margen de los sujetos, como si fueran autó-
nomas y no producto del trabajo de los hombres se genera la alienación. Esto es:
los individuos no reconocen a las mercancías como conteniendo su trabajo, porque
aparecen “autonomizadas” de los individuos, como con vida propia. El individuo no
siente que esa mercancía posea condensado, objetivado, su propio trabajo.
Para completar el análisis debemos, en este punto recordar que antes habíamos
dicho que Marx tomó de Hegel la dialéctica, analizando la realidad compuesta por
dos aspectos mutuamente determinados: las relaciones materiales (estructura eco-
nómica) y las relaciones ideológicas (o superestructura). Si bien Marx otorgó, a
diferencia de Hegel, prioridad analítica a la estructura material (que fue desarrollado
de modo simplificado arriba: proceso de trabajo y de producción, la Mercancía y
Alienación), también estudió, aunque no con tanto detalle, la superestructura ideo-
lógica.
Superestructura Ideológica
Este aspecto del Modo de Producción incluye todas las formas denominadas ideo-
lógicas que Marx explica como conciencia social y las relaciones jurídico – po-
líticas, o lo que es lo mismo: El Estado. Esta superestructura ideológica incluye la
producción de ideas y representaciones:
Así, para Marx las ideas – la producción intelectual - están íntimamente vinculadas
a lo material, es decir, no pueden existir en forma independiente a la estructura ma-
terial de la sociedad. Al tener esta estrecha vinculación estructura material e ideo-
logía, y considerando que para Marx la sociedad capitalista (como todos los otros
15
Marx, Karl (1986) (pp.40) “Epílogo a la segunda edición al Capital”. En: Introducción general a la crítica
de la economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.
16
Marx, Karl. Engels, Friedrich (1985) (pp.25) “La ideología alemana”. Ediciones Pueblo Unidos-Editorial
Cartago. Buenos Aires.
Nidia C. Abatedaga 77
Tecnicatura en Periodismo
Esto, argumenta el autor se debe a que “(...) la clase que ejerce el poder material
dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La
clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con
ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que
se sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de
los medios necesarios para producir espiritualmente.”18
La clase dominante también es la que produce las ideas dominantes en una época
determinada. Quienes forman la clase dominante también tienen conciencia de ello
y “piensan a tono con ello” y por lo tanto dominan también como pensadores, como
“productores de ideas, que regulan la producción y distribución de las ideas de su
tiempo (...)”.19
La “falsa conciencia” aparece para Marx como una visión invertida de las cosas que
tienen los trabajadores respecto de la realidad, que hace que esta clase social domi-
nada, en vez de producir ideas propias de su clase, en virtud del trabajo intelectual
que realiza la burguesía, reproducen las ideas dominantes creyéndolas propias de
su clase.
Cada uno de esos cambios sociales a lo largo de la historia han sido revolucionarios
y han implicado las modificaciones tanto de las relaciones materiales como relacio-
nes ideológicas, y por tanto hay que explicarlos considerando ambos aspectos.
En lo que respecta a las relaciones materiales, el autor afirmará que para que exista
un cambio revolucionario deberán producirse modificaciones en la estructura mate-
rial de la sociedad, es decir, deberá modificarse la relación de propiedad.
17
Marx, Karl-Engels, Friedrich (1985) (pp.60) Obras escogidas. Editorial Cartago. Buenos Aires.
18
Marx, Karl-Engels, Friedrich (1985) (pp.50) Ibíd.
19
Marx, Karl-Engels, Friedrich (1985) (pp.51) Ibíd.
20
Marx, Karl-Engels, Friedrich (1985) (pp.52) Ibíd.
78
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Esta situación de conflicto constante, aunque teorizada por Marx hace más de un
siglo, tiene una sorprendente actualidad. Si se recuerdan los cortes de ruta de la
burguesía agraria, representados entre otros por la Sociedad Rural, se pueden ubi-
car como parte de la pelea contra el Estado nacional que los terratenientes (entre
otros actores, como las multinacionales de agroquímicos) llevaron adelante para
garantizar la ganancia de la exportación de soja, por la vía del rechazo al incremen-
to de las retenciones durante 2008.
Nidia C. Abatedaga 79
Tecnicatura en Periodismo
Actividad de Autoevaluación 2
5) ¿Cuáles son las clases sociales en el capitalismo y por qué son contradictorias?
……………………………………………………………………………………………
…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................
El tercer pilar sobre el que se asientan las reflexiones frankfurtianas fueron algunos
de los desarrollos sobre el aparato psíquico individual y colectivo de Sigmund Freud,
quien desarrollará una teoría psicoanalítica que discutió con los supuestos de la Psi-
cología de las multitudes que habían propuesto Gustav Le Bon y Scipio Sighele 22 para
quienes la explicación de los fenómenos masivos debía buscarse en el contagio y las
formas de sugestión.
21
Además de la bibliografía citada, los conceptos aquí desarrollados fueron corregidos y supervisados
por la Lic. Norma Aiello.
22
Algunos desarrollos de estos autores se encuentra en la Unidad 1.
80
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
La estructura del aparato psíquico del sujeto está conformada por la relación
dialéctica entre tres instancias23 :
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev”. Virtual Espacios Te-
23
Nidia C. Abatedaga 81
Tecnicatura en Periodismo
Con esta explicación de la estructura psíquica del sujeto, dinámica y en la que des-
taca el conflicto como característica central, Freud dejó al descubierto lo irracional
de la conducta humana y con ello la falacia de la más pura racionalidad humana,
pregonada por el positivismo.
Con este propósito se interroga sobre el papel del instinto en el hombre y cuál es el
comportamiento del sujeto cuando forma grupos. Recordemos aquí que ya la Teoría
de las Multitudes de Le Bon, McDougall y Shigele habían explicado este fenómeno
a través de los fenómenos de sugestión y contagio, afirmando que el individuo en
la masa pierde facultades individuales al ser absorbido por una supraconciencia
primitiva.
Para Freud estas explicaciones eran insuficientes porque referían sólo a la inca-
pacidad innata de los sujetos, sin considerar el efecto que producen las acciones
sociales que determinan los fenómenos. Así, propone comprender las conductas
de los sujetos a través de la teoría de la afectividad: la libido será la energía de
los instintos relacionada con todo lo que puede incluirse bajo el término amor. Este
concepto explica el lazo psicológico de unión entre creyentes de una iglesia o se-
guidores de un líder.
82
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Con todos estos elementos, Freud podrá afirmar que en la esencia de los procesos
colectivos se encuentra el instinto gregario, que cristaliza en la necesidad de un
líder – padre que liga a los individuos entre sí a través de mecanismos de identifi-
cación por sustitución. En las instancias en las que la multitud está sometida a vín-
culos inconscientes de la libido, las instancias del Yo se debilitan porque esta libido
está desviada hacia una figura carismática.
Nidia C. Abatedaga 83
Tecnicatura en Periodismo
Actividad de Autoevaluación 3
84
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
año 1941, los fondos del Instituto que había sido cerrado, se transfirieron a Estados
Unidos. Esta rama de la Escuela de Frankfurt permaneció aún después de volver a
Alemania, y fue recién allí cuando comenzó a llamarse “Escuela de Frankfurt”24 .
Horkheimer propone elaborar una “filosofía social”, ya que uno de los problemas
fundamentales era la ausencia de articulación entre la reflexión filosófica, que
muchas veces quedaba en puras especulaciones teórica, sin contacto con la rea-
lidad y la investigación científica que se sustentaba en datos empíricos pero en
ocasiones carecía de vuelo teórico y mucho menos de planteos esenciales al ser
humano.
“Este movimiento que fundan los autores de Frankfurt puede considerarse un fe-
nómeno ideológico que produjo sus propios criterios de identificación: se considera
una filosofía aplicada que desemboca en una crítica a la dominación y que consti-
tuyó el aporte político más importante de la Escuela. La Teoría Crítica postuló que
la filosofía no debe quedarse en los grandes principios, y en tanto intervención
teórica orientada a lo universal, a lo esencial, es capaz de dar impulso vivificante a
las investigaciones particulares. No se trata de una mera colaboración entre teoría
y práctica. A la filosofía le concierne el destino de los hombres en tanto miembros
que participan de una comunidad, y no como simples individuos”.26
Por otro lado los autores de Frankfurt analizaron la realidad que los rodeaba hacien-
do que converjan la teoría proveniente de Karl Marx y la propuesta de psicoanálisis
que realizó Freud.
Encontraron que los conceptos propuestos por estos autores les permitirían expli-
car los motivos por los cuales se producían fenómenos de adhesión por parte de los
sujetos a estructuras de dominación en una sociedad que los sometía.
24
Mattelart, Armand y Michele (2001) “Historia de las teorías de la comunicación”. Ed. Paidos. Bs. As.
25
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev. Virtual Espacios Te-
máticos: Psicoanálisis y Marxismos” disponible en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/
generacion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
26
Assoun, Paul-Laurent (1991) “La Escuela de Frankfurt”. Edición original Presses. Universitaires de
France 1989, Volumen 6 de la Colección enciclopédica “¿Qué sé?”, La traducción es de Editorial Publi-
caciones Cruz O., S.A México.
27
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev. Virtual Espacios Te-
máticos: Psicoanálisis y Marxismos” disponible en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/
generacion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
Nidia C. Abatedaga 85
Tecnicatura en Periodismo
La Filosofía Social que los autores de Frankfurt propusieron desarrollar venía a cu-
brir un espacio académico al que se negaron a darle entidad específica. Se trató de
un acercamiento entre la reflexión especulativa y la observación sociológica, cuya
sustancia teórica se denominará Teoría Crítica, nombre con el cual Max Horkhe-
imer la bautizará. En un texto publicado por este autor en 1937 Teoría Tradicional
y teoría Crítica las diferenciará afirmando que la primera designa “un conjunto de
proposiciones referentes a un dominio de conocimiento determinado”, mientra que
de la Teoría Crítica afirmará que es “el aspecto intelectual del proceso histórico de
emancipación”.
“Si la Filosofía social se ubica dentro del interés filosófico general, no está en mejor
posición… que la mayoría de los esfuerzos intelectuales fundamentales contempo-
ráneos. No se le puede encontrar una disposición conceptual lo suficientemente só-
lida… Ante la situación científica actual, en la que las funciones tradicionales de las
especialidades se ponen en duda, no parece oportuno intentar hacer definiciones
definitivas en el campo de las investigaciones28.”
Recordemos que para Hegel lo concreto (en este caso el sujeto) no es otra cosa
que el Espíritu Absoluto desplegado en Otro (lo opuesto a lo abstracto del Espíritu),
y que ese movimiento tenía como finalidad el autoconocimiento del mismo Espíritu
Absoluto. Como además no hay nada fuera de ese Espíritu (por lo que ese Otro es el
Espíritu mismo desplegado de su contrario), debe inferir que el proceso de autoco-
nocimiento del sujeto lo lleva a encontrarse idéntico al Espíritu Absoluto. Esto hace
que ambos, Espíritu (abstracto) y sujeto (concreto) sean idénticos.
De allí que Horkheimer afirme que con Hegel “la identidad debe pensarse como uni-
dad conceptual de las contradicciones, de la lucha como unidad conceptual de las
contradicciones”.30 Existe en este párrafo una referencia al pensamiento dialéctico
hegeliano: la totalidad (tomada de Hegel) está compuesta por contradicciones (tesis
– antítesis) que son a la vez excluyentes y necesarios uno al otro.
Para la Teoría Crítica propuesta por estos autores, “la identidad no es… más que
pura fe” 31. Para ellos, la identidad del pensar y del ser no es más que un dogma
filosófico, es decir algo en lo que se debe “creer” acríticamente y por lo tanto, no
28
Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
29
Assoun, Paul-Laurent (1991) “La Escuela de Frankfurt”. Edición original Presses. Universitaires de
France 1989, Volumen 6 de la Colección enciclopédica “¿Qué sé?”, La traducción es de Editorial Publi-
caciones Cruz O., S.A México.
30
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibid.
31
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibid.
86
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Adorno irá aún más lejos, afirmando que la verdad no es reductible a vestigios de la
identidad de sujeto y del objeto, sino que consiste en un “campo de fuerza” interac-
tivo. Así mismo afirmará desde 1931 que el pensamiento debe renunciar a la ilusión
del apresamiento de lo real como totalidad.
“Félix Weil, padrino del Instituto concebía al marxismo con una tendencia positivista
y economicista. Para Grunberg y Grossman, el materialismo histórico era una mina
para ser explotada y por lo tanto era posible pensar en reconstruir la teoría y el mundo
con ayuda del marxismo. Grunberg concibe al marxismo como un modelo privilegia-
do, pero tendía a reducirlo a una metodología científica y hasta inductiva (entre otros,
escribió La ley de la acumulación y del derrumbamiento del sistema capitalista de
1929), se advierte un estudio con una fuerte tendencia empírica de hechos sociológi-
cas, reuniendo documentación sobre la historia del movimiento obrero”.32
32
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibid.
Nidia C. Abatedaga 87
Tecnicatura en Periodismo
Para los autores de Frankfurt el Marxismo se asume como una teoría, una ciencia
de la historia con su especificidad crítica: la idea de reconstruir conceptualmente
la economía política y proponer una perspectiva emancipatoria. Se proponen con
ella analizar los factores vinculados a la reproducción económica de la sociedad y
sus correspondientes relaciones político – ideológicas en el modo de producción
capitalista. En rigor, es un proyecto sociológico pero desde una nueva concepción
epistemológica: la sociología materialista.
Cuando los autores de Frankfurt denuncian que “lo que debería ser” se evidencia
33
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev. Virtual Espacios Te-
máticos: Psicoanálisis y Marxismos” disponible en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/
generacion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
34
Wiggershaus, Rolf (2010) “La Escuela de Frankfurt”. 1° Edición en Alemán 1986. Ed. Univ. Autónoma
Metropolitana – FCE.
88
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
en “lo que es” como una tendencia contraria, dejan en evidencia que si bien el in-
dustrialismo habría prometido un mayor bienestar a la población (el deber ser), la
realidad (“lo que es”) mostraba la profundización de las diferencias entre dominan-
tes y dominados.
El psicoanálisis fue una herramienta valiosa para explorar el inconsciente del pro-
ceso social, para explicar las conductas inconscientemente condicionadas que en
forma intencionada producían quienes estaban en el poder para beneficio econó-
mico o ideológico. Tanto los fenómenos de consumo cultural como de adhesión
masiva a líderes políticos podían ser explicados a través de mecanismos psíquicos
que producían conductas, a través de la manipulación de estos mecanismos, a
espaldas de los sujetos.
35
Muñoz, B. (1989) “Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas”. Ed. Barca-
nova. Barcelona.
Nidia C. Abatedaga 89
Tecnicatura en Periodismo
El criterio para seleccionar algunos textos está vinculado a la referencia que estos
realicen a temáticas vinculadas a la comunicación, tanto comercial como política,
por considerar que son los que se acercan más a los intereses de futuros comuni-
cadores sociales. Esta selección deja sin analizar la mayor parte de su producción,
que puede ser estudiada en profundidad tomando las lecturas que se sugieren en la
bibliografía, de la que aquí sólo se han tomado algunas citas.
Actividad de Autoevaluación 4
Podría responder sobre la incidencia de Hegel, Marx y Freud en los primeros autores de
Frankfurt:
90
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Los criterios para definir quiénes integraban la Escuela como proyecto, y dado su
carácter móvil y sobre todo su oposición a constituirse en un dogma o una doctrina
(postura teórica sumamente criticada por los miembros de la Escuela), puede ser
una combinación de las personas que la conformaron considerando su plataforma
teórica (es decir, la adhesión a la Teoría Crítica), el hecho de tener una identidad
histórica (haber pertenecido al Instituto) y adherir a algunos de los aspectos del
proyecto histórico y político (frente al mundo del siglo XX). Estos tres criterios defi-
nirían como sus integrantes centrales a Max Horkheimer, Theodor Adorno, Herbert
Marcuse y Walter Benjamín.
Max Horkheimer
Nidia C. Abatedaga 91
Tecnicatura en Periodismo
“Este autor será el que se aboque con mayor profundidad y defina el aporte teórico
– epistemológico original de la Escuela: la Teoría Crítica. La Filosofía Social (que
tendrá una carácter de Sociología Crítica) propondrá una nueva relación entre “pen-
sar” y “experiencia”, que conlleve un “interés determinado”, notablemente orientado
por la “idea de una organización social conforme a la razón y a los intereses de la
colectividad”. Esta Sociología tendrá por finalidad “descubrir el rostro oculto” a la
realidad”.36
Para Horkheimer, en coincidencia con Marx y Freud, la desigualdad, que había es-
tado justificada en el pasado por su función progresista, ya no podía legitimarse en
el presente. Si en tiempos pasados podía parecer que ciertos logros que aceleraban
el progreso de la cultura material solamente eran posibles con base en drásticos
privilegios de una minoría, y una renuncia de la mayoría, actualmente la situación
consistía en que los privilegios por logros impedían la eliminación de la pobreza, que
objetivamente era posible.
Aunque este estudio se presenta como un objeto discursivo, de los trabajos reali-
zados por Horkheimer (en este caso junto con Theodor Adorno) interesa particu-
larmente aquí Dialéctica del Iluminismo y dentro de ella el capítulo denominado
Industria Cultural.
36
Assoun, Paul-Laurent (1991) La Escuela de Frankfurt. Edición original Presses. Universitaires de Fran-
ce 1989, Volumen 6 de la Colección enciclopédica “¿Qué sé?”, La traducción es de Editorial Publicacio-
nes Cruz O., S.A México.
37
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibíd.
92
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
La condena natural de los hombres es hoy inseparable del progreso social. El au-
mento de la producción económica que engendra por un lado las condiciones para
un mundo más justo, procura por otro lado al aparato técnico y a los grupos sociales
que disponen de él una inmensa superioridad sobre el resto de la población. El in-
dividuo se ve reducido a cero frente a las potencias económicas”.38
Por otro lado, se encuentra aquí una fuerte denuncia a la dominación cultural del
grupo dominante sobre la mayoría de la población dominada. Esto conduce a la su-
jeción de la conciencia a los fines comerciales, incorporando la visión historicista de
Marx para su explicación. Así, se incorpora la dialéctica materialista de Marx, cuan-
do se asocia las crisis de sobre producción de mercancías (a nivel de la estructura)
con la función del grupo dominante en el sometimiento político que ejerce a través
del fascismo (a nivel de la superestructura).
En sus propias palabras define el contenido del ensayo sobre la Industria Cultural
con las siguientes palabras: “El capítulo sobre la industria cultural muestra la regre-
sión del iluminismo a la ideología que tiene su expresión canónica en el cine y en la
radio, donde el iluminismo reside sobre todo en el cálculo del efecto y en la técnica
de producción y difusión; la ideología, en cuanto a aquello que es su verdadero
contenido, se agota en la fetichización de lo existente y del poder que controla la
técnica”.40
38
Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As
39
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.
40
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.
Nidia C. Abatedaga 93
Tecnicatura en Periodismo
El que las diferencias entre la serie Chrysler y la serie General Motors son sus-
tancialmente ilusorias es cosa que saben incluso los niños que se enloquecen por
ellas. Los precios y las desventajas discutidos por los conocedores sirven sólo para
mantener una apariencia de competencia y de posibilidad de elección. Las cosas
no son distintas en lo que concierne a las producciones del Warner Brothers y de
la Metro Goldwin Mayer. Las diferencias de valor preestablecidas por la industria
cultural no tienen nada que ver con diferencias objetivas, con el significado de los
productos”.41
En relación a la función que los teóricos Horkheimer y Adorno asignan a los Medios
Masivos se plantea la ausencia de fomento de la creatividad y la consecuente atro-
fia de la imaginación porque los propios Medios solo reproducen las regularidades
de la vida cotidiana, sin la menor intención de facilitar la reflexión y la crítica. Esto
conduce a un doble efecto: por un lado reafirma el status quo que de este modo no
será cuestionado y por el otro extiende la lógica del capital a todas las actividades
humanas, naturalizando su reproducción acrítica tanto en el terreno material como
ideológico – cultural.
“El mundo entero es pasado por el cedazo de la industria cultural. La vieja esperan-
za del espectador cinematográfico, para quien la calle parece la continuación del
espectáculo que acaba de dejar, debido a que éste quiere precisamente reproducir
con exactitud el mundo perceptivo de todos los días, se ha convertido en el criterio
de la producción. Cuanto más completa e integral sea la duplicación de los objetos
empíricos por parte de las técnicas cinematográficas, tanto más fácil resulta hacer
creer que el mundo exterior es la simple prolongación del que se presenta en el
film. (…) El ideal consiste en que la vida no pueda distinguirse más de los films. El
film… no deja a la fantasía ni al pensar de los espectadores dimensión alguna en
la que puedan moverse por su propia cuenta sin perder el hilo. (…) La atrofia de
la imaginación y de la espontaneidad del consumidor cultural contemporáneo no
tiene necesidad de ser manejada según mecanismos psicológicos. Los productos
mismos, a partir del más típico, el film sonoro, paralizan tales facultades. Tales pro-
ductos están hechos de forma tal que su percepción adecuada exige rapidez de
intuición, dotes de observación, competencia específica, pero prohíbe también la
actividad mental del espectador, si éste no quiere perder los hechos que le pasan
rápidamente delante. Los productos de la industria cultural pueden ser consumidos
41
Óp. Cit. (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
94
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Con una suerte de vaticinio que le confiere asombrosa actualidad, los autores de
Frankfurt vislumbraron, en el primer tercio del Siglo XX la tendencia del capital a
oligopolizarse, como una regla inherente al sistema y una necesidad para continuar
su funcionamiento. El hecho de conformarse en grandes compañías que manejan
el mercado, tanto en la producción de objetos materiales como en la industria que
produce cultura permite de un lado, fijar los precios de los productos evitando que
la competencia determine su valor monetario, de otro reproducir la concentración
en los mecanismos publicitarios, sólo accesibles para los grandes grupos econó-
micos.
“De tal suerte la industria cultural, el estilo más inflexible de todos, se revela como
meta justamente de aquel liberalismo al que se le reprochaba falta de estilo. No se
trata sólo de que sus categorías y sus contenidos hayan surgido de la esfera libe-
ral,… sino que incluso los modernos trusts culturales constituyen el lugar económi-
co donde continúa sobreviviendo provisoriamente -con los tipos correspondientes
de empresarios- una parte de la esfera tradicional de la circulación. (…) No por azar
surgió el sistema de la industria cultural en los países industriales más liberales, así
como es en ellos donde han triunfado todos sus medios característicos, el cine, la
radio, el jazz y los magazines. Es cierto que su desarrollo progresivo surgía nece-
sariamente de las leyes generales del capital”.43
Las relaciones que tiene la cultura con los aspectos económicos de la vida social
también son analizadas desde la perspectiva de los consumidores de productos
culturales, a los que los autores de Frankfurt sitúan dentro del proceso industrial de
producción. El individuo que es parte de un proceso productivo durante ocho horas
o más, cuando sale de su trabajo pasa a formar parte de una masa de consumido-
res de la industria de la cultura, con la que ocupa su tiempo de ocio. Este tiempo
de no trabajo, que debiera ser de diversión es manipulado con fines de ganancia
por los capitales encargados de producir programas de radio y televisión, revistas y
diarios, páginas de Internet y libros.
42
Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
43
Óp. Cit. (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
44
Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
Nidia C. Abatedaga 95
Tecnicatura en Periodismo
Los autores afirman que esa industria del ocio pone la prioridad en los fines econó-
micos por sobre los fines humanizantes que podrían tener los productos culturales
en relación a la satisfacción de necesidades de los sujetos. No se produce indus-
trialmente cultura para mejorar la calidad de vida de las personas, sino para obtener
ganancias, manipulando su tiempo de ocio: “Así resulta por lo menos dudoso que la
industria cultural cumpla con la tarea de divertir de la que abiertamente se jacta (…).
En ningún otro sentido el hinchado sistema de la industria de las diversiones hace
la vida más humana para los hombres. Cuanto más sólidas se tornan las posiciones
de la industria cultural, tanto más brutalmente puede obrar con las necesidades del
consumidor, producirlas, guiarlas, disciplinarlas, suprimir incluso la diversión: para el
progreso cultural no existe aquí ningún límite”.45
La relación que los autores establecen entre la Industria Cultural y los mecanismos psíquicos Ej.
derivados de la propuesta freudiana, muestra cómo a través de la publicidad, por ejemplo, se
muestran imágenes que lejos de enaltecer la figura humana, provoca un placer que no podrá
ser satisfecho, y por lo tanto induce a producir sentimientos masoquistas:
“La industria cultural no sublima, sino que reprime y sofoca. Al exponer siempre de
nuevo el objeto del deseo, el seno en el sweater o el torso desnudo del héroe depor-
tivo, no hace más que excitar el placer preliminar no sublimado que, por el hábito de
la privación, se ha convertido desde hace tiempo en puramente masoquista”.46
45
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.
46
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.
47
Horkheimer y Adorno (1971) Ibíd.
96
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
regalan” produciendo con ello una extensión inusitada de los modelos culturales
necesarios para la reproducción del capital.
La cultura es una mercancía paradójica. Se halla hasta tal punto sujeta a la ley del
intercambio que ya ni siquiera es intercambiada.
Actividad de Autoevaluación 5
1) ¿Cómo aplica este autor algunos conceptos de Marx y Freud en las primeras investigacio-
nes, por ejemplo Estudios sobre la autoridad y la familia?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................
4) ¿Por qué afirma en su texto “Industria Cultural” que el Film atrofia la imaginación y la
espontaneidad del consumidor cultural?
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................
5) ¿Por qué se afirma que la industria cultural atenta contra la individualidad de las perso-
nas?
……………………………………………………………………………………………
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Theodor W. Adorno
“Aunque incorporado a Frankfurt tiempo después que Horkheimer, este autor sostu-
vo con el mismo énfasis la solidez de la Teoría Crítica, como propuesta original en la
perspectiva de análisis de la realidad social. En 1957 Adorno afirmará que “la teoría
es incondicionalmente crítica”, en alusión directa y contraria a toda posibilidad que
tienda a realizar investigación basada en el fetichismo positivista. Recordemos que
desde los años ´40 la producción teórica de los autores de Frankfurt se vio teñida del
empirismo estadounidense, durante el exilio de estos teóricos en ese país”.48
Lo que para este autor era incondicional es la búsqueda teórica que orienta a la
perspectiva crítica, que define metafóricamente: “la teoría desea encontrar el nom-
bre de lo que secretamente sostiene unida a la maquinaria (…) desearía levantar la
piedra bajo la cual se anida el caos al cual sólo el conocimiento le garantiza un sen-
tido… mientras que la investigación sociológica positiva omite esa búsqueda.” 49
En un debate con Karl Popper sobre los conceptos de “crítica” quedará en evidencia
mientras Popper entiende un mecanismo racional de prueba para las proposiciones
generales de la ciencia, Adorno entiende el “desarrollo de las contradicciones de la
realidad a través del conocimiento de ésta”. Con esta afirmación deja su indudable
adscripción a la dialéctica hegeliana e incluso instala el cuestionamiento acerca de
la “industria de la ciencia”. (Assoun: 1991)
Adorno sostendrá que en las formaciones sociales avanzadas, las leyes económi-
cas han entrado en el corazón mismo de la ideología, y los Medios han convertido
la ideología en una fuerza material preponderante. Este planteo frankfurtiano sobre
la ideología transmitida por los Medios Masivos está orientado a denunciar el papel
social de los significados transmitidos por éstos, porque es sobre estos significados
que los individuos “comunes” construyen su percepción de la realidad. La relación del
48
Assoun, Paul-Laurent (1991) “La Escuela de Frankfurt”. Edición original Presses. Universitaires de
France 1989, Volumen 6 de la Colección enciclopédica “¿Qué sé?”, La traducción es de Editorial Publi-
caciones Cruz O., S.A México.
49
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibíd.
50
Muñoz, B. (1989) “Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas”. Ed. Barcano-
va. Barcelona.
51
Assoun, Paul-Laurent (1991) Ibíd.
98
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
receptor no advertido con los Medios implica una relación ideológica, pero también
una organización económica del consumo de productos, materiales y culturales.
Ej. Un ejemplo actual de significados difundidos por los Medios y asumidos como “verdades” por
los receptores asiduos que tiene un trasfondo económico, fue la situación previa a la apro-
bación de la Ley de Servicios Audiovisuales. Los dos grupos económicos que oligopolizan el
85% de los Medios52 y por lo tanto acaparan los más escuchados, vistos y leídos, comenza-
ron a difundir una campaña por la cual atemorizaban a los receptores con manifestaciones
en las que afirmaban que a partir de la aprobación de la mencionada ley se vería cercenada
la libertad de expresión porque, entre otros argumentos, afirmaban que ya no se podrían
escuchar los mismos temas musicales a los que estaban habituados.
52
Cuando se dicen “medios” aquí se incluye Gráfica periódica, Radios AM y FM, TV, Revistas, Servicios
de Telefonía fija y móvil, Papel Prensa Argentina, Agencias de Noticias, servicios de
Internet, etc. se encuentran en manos de Grupo Telefónica y Grupo Clarín, entre otros, los dos más
importantes. Este tema será desarrollado con mayor profundidad en la Unidad 5.
53
Muñoz, B. (1989) “Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas”. Ed. Barcano-
va. Barcelona.
Nidia C. Abatedaga 99
Tecnicatura en Periodismo
“No nos compete la efectividad de uno u otro programa específico, nuestro tema es
la naturaleza de la televisión actual y su repertorio de imágenes. El mejoramiento
de la televisión no es concebido primordialmente en un nivel artístico, puramente
estético.
Para este autor hay una relación directa entre expansión del sistema cultural mer-
cantil y la integración de las masas, que lejos de ser heterogéneo, se ha convertido
en un público “homogeneizado”.
Ej.
“Consideremos el siguiente ejemplo: la heroína de una comedia sumamente ligera y traviesa
es una joven maestra que no sólo recibe muy poco sueldo sino que también es incesante-
mente multada por su directora de escuela, personaje caricaturescamente pomposo y autori-
tario. Explícitamente, la pieza sólo constituye una diversión ligera que es proporcionada ante
todo por las penosas situaciones en que caen constantes la heroína y su archienemiga. El
libreto no trata de “vender” ninguna idea. El “significado oculto” surge, simplemente, por la
forma en que el argumento considera los seres humanos; así, se incita al público a considerar
los personajes de la misma manera, sin dejarles darse cuenta de que está presente un adoc-
trinamiento. El personaje de la maestrita mal pagada y maltratada es una tentativa por llegar a
una transacción entre: el desdén predominante hacia los intelectuales y el respeto igualmente
54
Adorno, T (1966) “Televisión y cultura de masas”. Ed. Eudecor. Córdoba.
55
Adorno, T (1966) Ibíd.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Para este autor, los mecanismos psicológicos típicos utilizados por los programas
de televisión, funcionan solamente dentro de un pequeño número de puntos de
referencia determinados, con los que estamos familiarizados y por lo tanto condi-
cionan nuestra forma de percibir. “Estos se manifiesta en (…) comedias livianas,
historias de vaqueros, historias de detectives, piezas a las que se las llama “sofis-
ticadas” y otras más. Estos tipos se han consolidado en fórmulas que, hasta cierto
punto, preestablecen la pauta actitudinal del espectador ya antes de que éste se
vea confrontado con uno u otro contenido específico y que en gran parte determina
el modo de que un contenido específico es percibido.”57
A estas “regularidades” que aparecen en los mensajes televisados, Adorno las de-
nomina “clisés” y afirma que son una especie de estereotipos sobre los cuales
estamos acostumbrados a basar nuestra recepción. Estos clisés hacen que por
ejemplo razonemos, en relación a las piezas televisivas, pensando: “una chica lin-
da no puede hacer nada malo” o “el protagonista, escultural y sensual, no puede
morir en la mitad de la serie”. Adorno propondrá que la existencia de estos clisés
tiene una explicación psicológica que hace comprender su utilización por parte de
la televisión.
Theodor Adorno, además criticará los programas musicales de radio porque afirma-
ba que quedaron relegados a “aderezos de la vida cotidiana”. El jazz, que nació en
los suburbios y es tomado por muchos como un tipo musical originado en los negros
segregados por la sociedad estadounidense, por citar un caso, es rechazado por
Adorno porque afirma que no es cierto que sea una expresión de liberación. Más
bien, dirá, tiene una función social consistente en reducir la distancia entre el indi-
viduo alienado y la cultura, que además no favorece la resistencia a la dominación
sino por el contrario tiende a integrarlo en el statu quo (orden dado).
56
Adorno, T (1966) Ibíd.
57
Adorno, T (1966) Ibíd.
58
Adorno, T (1966) “Televisión y cultura de masas”. Ed. Eudecor. Córdoba.
b) Los líderes políticos predican acerca de “este gran movimiento”, pero rara
vez dicen algo que permita suponer adónde lleva éste, sustituyendo así los
fines por los medios.
59
Adorno, T (1966) Ibíd
102
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Actividad de Autoevaluación 6
1) ¿Por qué afirma este autor que los Medios Masivos han convertido la ideología en una
fuerza material preponderante?
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2) ¿Por qué considera Adorno a las categorías marxistas no sólo explicativas sino “críti-
cas”?
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60
Adorno, T. (1966) “Televisión y cultura de masas”. Ed. Eudecor. Córdoba.
61
Adorno, T (1966) Ibíd.
4) ¿Cómo aplica Adorno las nociones de Freud a la televisión, por ejemplo en los “mensajes
ocultos” que ésta emite?
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Herbert Marcuse
Herbert Marcuse (1898 – 1979) Realizó estudios de filosofía en los que conoció a
Husserl y a Heidegger. Este último dirigió su tesis doctoral titulada La Ontología de
Hegel, la fundación de una Teoría de la Historicidad. Su alejamiento de Heidegger
se debe a Husserl. Cuando se cerró el instituto (1933) se exilió en Ginebra y hacia
1934 viajó a Estados Unidos de Norte América, trabajando en cátedras de Nueva
York y Los Ángeles. Permaneció allí hasta 1950. Entre sus obras se pueden men-
cionar La Ontología de Hegel y la Teoría de la Historicidad (1932), Razón y Revo-
lución (1941), Sobre el Marxismo Soviético, Eros y Civilización (1955), El Hombre
Unidimensional (1964)
La posición que adoptó Marcuse con relación a la Teoría Crítica fortalece la idea
claramente definida por Horkheimer en el sentido de no proponerla como fijada a
una rama disciplinaria en particular, sino como resultado de la colaboración sinérgi-
ca de varias disciplinas, manteniendo la orientación humanista que caracterizó a la
escuela.
Cuando Marcuse afirma que “la civilización toma, organiza, compra y vende cultura”,
no se refiere sólo al producto cultural concreto al cual el consumidor accede, sino al
sistema que a través de la industrialización y la política administra toda la sociedad.
Este sistema que caracteriza como “omnipresente” es visto por este autor como una
totalidad (similar en este sentido al sentido de totalidad que para Hegel tiene el Espí-
ritu Absoluto) donde existe una clase dominante que organiza a través de la cultura
la ideología que se impone como parte de su dominio.
62
Marcuse, H. (1968) El final de la Utopía. Ed. Ariel. España.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
“En las zonas más altamente desarrolladas de la civilización industrial, que propor-
cionan el modelo cultural del periodo contemporáneo, la enorme productividad del
sistema establecido aumenta y satisface las necesidades de la plebe mediante una
administración total que procura que las necesidades del individuo sean las que
perpetúan y fortalecen el sistema. El elemento racional necesario para el cambio
cualitativo se evapora… Podemos advertir, en primer lugar, una creciente pasividad
del pueblo respecto del omnipresente aparato político y económico, una sumisión
a su enorme productividad y a su utilización “desde arriba”, una separación de los
individuos de las fuentes de poder y de información, que convierte a los receptores
de esta en objetos de la administración. Las necesidades de la sociedad estableci-
da son interiorizadas y se convierten en necesidades individuales63 ”
63
Marcuse, H. (1968) Ibíd.
64
Marcuse, H. (1968) “El final de la Utopía”. Ed. Ariel. España.
la miseria. Sin embargo esto no ocurre, esencialmente debido a que son los pro-
pios individuos sometidos quienes reproducen “la continuidad de las necesidades
desarrolladas y satisfechas en una sociedad represiva (…). Para que esas posi-
bilidades técnicas no se conviertan en posibilidades de represión… tienen que ser
sostenidas y conquistadas por necesidades liberadoras y pacificadoras. Estas nue-
vas necesidades vitales posibilitarán entonces, como fuerza productiva social, una
transformación técnica total del mundo de la vida, y creo que sólo en un mundo así
transformado se hacen posibles nuevas situaciones humanas, nuevas relaciones
entre los hombres”.65
Su reflexión sobre la civilización pasa en primer lugar por la reflexión sobre el lugar
del individuo dentro de la gran sociedad administrada. El principio de realidad no es
incompatible con el principio del placer desde el momento en que se desenmasca-
ran las causas de la infelicidad. El sujeto unidimensional es el ser aislado y metido
dentro del engranaje de la productividad, encerrado en el universo de la repetición,
que a la vez es la clave de la cotidianidad. Los procesos mentales del “hombre uni-
dimensional” reproducen el esquema dominador – dominado. En ese esquema la
cotidianidad aparece como una responsabilidad individual del sujeto. El problema
de lo cotidiano se deduce de la incapacidad observable en los sujetos de las so-
ciedades avanzadas para determinar cuáles pueden ser sus propias necesidades
y cuáles se les potencian desde el exterior, porque para Marcuse las “necesidades
verdaderas” son en realidad falsas y creadas. Hay una tendencia progresiva a la
desublimación.
“He analizado en este libro algunas tendencias del capitalismo americano que con-
ducen a una «sociedad cerrada», cerrada porque disciplina e integra todas las di-
mensiones de la existencia, privada o pública (…) Los individuos y las clases repro-
ducen la represión sufrida mejor que en ninguna época anterior, pues el proceso de
integración tiene lugar, en lo esencial, sin un terror abierto: la democracia consolida
la dominación más firmemente que el absolutismo, y libertad administrada y repre-
sión instintiva llegan a ser las fuentes renovadas sin cesar de la productividad Es
preciso suprimir el carácter ideológico y polvoriento de esta reivindicación: la libera-
ción comienza con la necesidad no sublimada, allí donde es primero reprimida”.67
65
Marcuse, H. (1968) Ibíd.
66
Marcuse, H. (1968) Ibíd.
67
Marcuse, H (1993) “El hombre unidimensional”. Ed. Planeta Agostini. México. 1° edición Ed. Ariel
1954.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
En este sentido, es libidinal: Eros en tanto que «instinto de vida» (Freud), contra-
fuerza primitiva opuesta a la energía instintiva agresiva y destructiva y a su activa-
ción social. Es en el instinto de libertad no sublimado donde se hunden las raíces de
la exigencia de una libertad política y social; exigencias de una forma de vida en la
que incluso la agresión y la destrucción sublimadas estuviesen al servicio del Eros,
es decir, de la construcción de un mundo pacificado.
“Por esta razón, es de una importancia que sobrepasa de lejos los efectos inmedia-
tos, que la oposición de la juventud contra la «sociedad opulenta» reúna rebelión
instintiva y rebelión política (…) ¿… el sistema del capitalismo en su conjunto esté
inmunizado contra todo cambio? Se me ha reprochado que niegue la existencia de
las contradicciones internas a la estructura del capitalismo. Creo que mi libro mues-
tra con bastante claridad que estas contradicciones todavía existen y que incluso
son más fuertes, más llamativas que en los estadios anteriores del desarrollo”.68
Sin embargo, así como para Theodor Adorno el arte autónomo brindaba la posi-
bilidad de un escape a la situación de dominación, probablemente debido al acer-
camiento teórico que Marcuse tenía con Adorno y el interés por el arte, el sujeto
concreto, sumergido en el mundo unidimensional, tenía en la cultura una posibilidad
de acceso a la multidimensionalidad.
Resuena con total actualidad, si se piensa en la resistencia que opusieron los oligo-
polios mediáticos frente a la aprobación de la Ley de Medios Audiovisuales, ocultan-
do la posibilidad real de emitir masivamente programas educativos, argumentando
que “es lo que la gente quiere ver y escuchar”. Es claro que tras varias décadas de
predominante Televisión y Radios comerciales, se ha prefigurado un tipo de percep-
ción que “hace gustar” de lo liviano y entretenido, por sobre lo profundo y educativo.
¿Qué pasaría después de varias décadas en las que las emisiones de radio y tele-
visión abierta difundan en su mayor parte programas culturales y formativos? ¿Qué
tipo de emisiones se preferiría? Al menos es posible pensar que podría elegirse
entre opciones, hoy inexistentes, que propongan formatos y contenidos más comer-
ciales y otros no comerciales.
70
Marcuse, H. (1993) “El hombre unidimensional”. Ed. Planeta Agostini. México. 1° edición Ed. Ariel
1954.
71
Marcuse, H. (1968) Óp. Cit.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Actividad de Autoevaluación 7
1) ¿Por qué afirma este autor que el capitalismo opera como un proceso de administración
total que procura las necesidades del individuo? ¿Cómo toma la categoría de totalidad de
Hegel en este caso?
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3) ¿Por qué en El Hombre Unidimensional Marcuse oscila entre pensar que la sociedad es
capaz de contener el cambio y a la vez provocar una revolución?
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5) ¿Por qué afirma este autor que no se puede hablar de “neutralidad tecnológica”?
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Walter Benjamín
Walter Benjamin (1892 - 1940) Estudió filosofía en Frigburgo y dedicó buena parte
de su obra a los estudios sobre la estética. Su Tesis se llamó El Concepto de la Crí-
tica de Arte en el Romanticismo Alemán. Descubre el marxismo con Luckács.
Hacia 1937 Benjamin se había convertido en colaborador externo, financiado por el
Instituto de Investigación Social a instancias de Adorno y con la anuencia de Hor-
kheimer, quien reconoció el proyecto de Benjamin como un enriquecimiento de la
teoría materialista: “Usted está dando un gran paso más allá de las explicaciones
materialistas de los fenómenos estéticos que se han dado hasta el momento. … El
trabajo revela que no hay una teoría abstracta de la estética, sino que esta teoría
coincide en cada caso con la historia de una determinada época”.72
72
Carta enviada por Horkheimer a Benjamín. Nueva York, 18 de setiembre de 1935.
Los trabajos más importantes de Benjamin de la segunda mitad de los años ´30
aparecieron en la Revista del Instituto: La obra de arte en la época de su reproduc-
tibilidad técnica (1935), Eduard Fuchs, el coleccionista e historiador (1937), Sobre
algunos temas en Baudelaire (1939), entre otros.
“Hacia 1900 la reproducción técnica convertía en tema propio todas las obras de
arte heredadas y sometía su función a hondas modificaciones. Además conquistó
un puesto específico entre los procedimientos artísticos”.74
Para Benjamin, aún en la reproducción más acabada, falta el “aquí y ahora”, que
implica una existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra. Una existencia
singular en la que se realiza la historia. El “aquí y ahora” constituyen el concepto de
“autenticidad” o lo que es lo mismo, el “aura”. “Aunque la reproducción deje intacta
su consistencia, desprecia su aquí y ahora”.75
Este concepto debe interpretarse en el sentido indicado más arriba, que Benjamin
tomó de Klages, ya que el “aquí y ahora” es una sensación de lejanía y fugacidad,
que no corresponde a la obra de arte ni mucho menos a la distancia que ésta tiene
con el sujeto, sino que es parte del proceso perceptivo del sujeto que la contempla
y la disfruta, es la impresión que el sujeto experimenta frente a lo auténtico, como
producto del trabajo del artista.
73
Wiggershaus, Rolf (2010) “La Escuela de Frankfurt”. 1° Edición en Alemán 1986. Ed. Univ. Autónoma
Metropolitana – FCE.
74
Benjamín, W. (2007) “La obra de arte en la época de su reproducción mecanizada” en Cristiano, Ja-
vier “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racionalidad y la integración
sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los Contem-
poráneos. Ed. Brujas. Córdoba.
75
Benjamín, W. (2007) Ibíd.
110
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Este autor afirmaba que así como la reproducción manual equivale a una “falsifica-
ción”, permitiendo a lo auténtico conservar su autoridad plena de origen, la repro-
ducción técnica acredita independencia respecto del original, el cual no conserva
autoridad en tanto auténtico.
Pensemos por ejemplo en la diferencia que hay entre un ejemplar falso de la Mona Lisa que
Ej. pretenda venderse por auténtico y las copias cinematográficas de “El Secreto de sus ojos”
(película argentina reciente ganadora del Premio Oscar) que la Productora Cinematográfica
realiza para que pueda ser proyectada en todos los cines primero y en sistemas domésticos
(DVD) después.76 En el primer caso estamos ante una “falsificación” punible por la ley, en el
segundo la reproducción de copias es parte del producto, sin ella (todas auténticas, más allá
del primer “original”) no sería posible la propia difusión de la película.
Para este autor la reproducción técnica del arte tiene una doble consecuencia:
76
En esta comparación no se consideran las copias apócrifas de películas que circulan en el mercado
informal (mercado negro), que serían un tipo de reproducción no legal tendiente a evitar los costos de
la industria del DVD. Aunque “falsificadas” en el sentido de no ser copias “originales”, distribuidas por
quienes detentan el derecho de propiedad de la película (en este caso la Productora cinematográfica)
la lógica de circulación y difusión no se interrumpe por la falta de autenticidad, sino por la falta de lega-
lidad.
77
Benjamín, W: “La obra de arte en la época de su reproducción mecanizada” en Cristiano, Javier (2007)
“La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racionalidad y la integración
sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los Contem-
poráneos. Ed. Brujas. Córdoba.
Por otro lado modifica la relación de la masa con el arte, considerado “retrógrado”
frente a un Picasso, pero “progresista” frente a las películas de Chaplin. Para Benja-
min, cuanto más disminuya la importancia social de un arte, hay una mayor disocia-
ción en el público de las actividades críticas. “Las reacciones del público en el cine
están condicionadas por su inmanente e inmediata masificación”. 78
Así, la recepción de la obra de arte sucede bajo acentos diversos: un acento reside
en su valor cultual (relativo al culto, al ritual), el otro en el valor exhibitivo (relativo
al circuito de comercialización). A medida que las obras se emancipan del ritual,
aumenta la ocasión de exhibición de los productos. Primero fue instrumento de la
magia, después fue reconocido como obra de arte y finalmente ha ganado prepon-
derancia el valor exhibitivo.
Benjamin afirmará que los objetos naturales (un paisaje por ejemplo) también tienen
aura, pero que actualmente, el desmoronamiento del aura debido a las condiciones
sociales, que dependen de la importancia creciente de las masas en la vida de hoy
provoca, por un lado, un acercamiento espacial de las cosas (con la fotografía, las
filmaciones podemos apreciar paisajes y situaciones en las que no estuvimos o
están geográficamente distantes) y por otro, una superación de la singularidad (lo
único e irrepetible ya ha dejado de ser importante) acogiendo su reproducción. Esto
es, según el autor, el cambio actual en la percepción, que muestra un crecimiento
del sentido de “lo igual” en el mundo, le gana terreno a lo irrepetible.
78
Benjamín, W (2007) “La obra de arte en la época de su reproducción mecanizada” en Cristiano, Ja-
vier “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racionalidad y la integración
sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los Contem-
poráneos. Ed. Brujas. Córdoba.
79
Benjamín, W. (2007) Ibíd.
80
Benjamín, W. (2007) Ibíd.
112
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Este autor realizó una crítica del capitalismo con una mirada alegórica. El proceso
de desencantamiento que se había llevado a cabo bajo las condiciones capitalistas
no reducía el oscuro terror respecto a todo lo humano, sino que solamente lo repri-
mía y lo desplazaba. Las nuevas creaciones y formas de vida, condicionadas sobre
todo por la producción de mercancías, no fueron coronadas por un nuevo orden
social y llevadas hasta su libre desenvolvimiento, sino que solamente llegaron has-
ta un desarrollo estrechado y mal dirigido por una idea cosificada de cultura. Para
este autor el aura es un peculiar tejido de espacio y tiempo: aparición única de una
lejanía por cercana que pueda estar. Cuando hablaba después de la apasionada
tendencia de los seres humanos actuales por apoderarse del objeto desde la mayor
cercanía, en la reproducción masiva, veía claramente en ello una degradación de
lo grande hacia lo pequeño, pero una degradación que ayudaba a desinfectar la
asfixiante atmósfera de un aura que ya solamente era mantenida con vida de forma
artificial.
81
Benjamín, W: La obra de arte en la época de su reproducción mecanizada en Cristiano, Javier (2007)
La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racionalidad y la integración siste-
ma / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los Contemporá-
neos. Ed. Brujas. Córdoba.
82
Wiggershaus, Rolf (2010) La Escuela de Frankfurt. 1° Edición en Alemán 1986. Ed. Univ. Autónoma
Metropolitana – FCE.
Actividad de Autoevaluación 8
2) ¿Qué es la “autenticidad” para este autor y cómo la afectan las técnicas de reproducción?
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3) ¿Qué diferencias encuentra entre el “valor cultual” y el “valor exhibitivo” de una obra de
arte?
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
De Weber tomará varios aportes, de los cuales uno de los más importantes es la
idea de acción social en tanto acción que un sujeto realiza con un sentido mentado
y que orienta hacia la conducta de otros.
83
Cristiano, Javier (2007) “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racio-
nalidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas.
Introducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.
Por lo tanto la Sociología será “(…) una ciencia que pretende en-
tender, interpretándola, la acción social para de esa manera expli-
carla causalmente en sus desarrollos y efectos. Por “acción” debe
entenderse una conducta humana… siempre que el sujeto o los
sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La “acción
social”, por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por
su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientán-
dose por ésta en su desarrollo84 ”.
“Esta intención con la que se lleva a cabo toda acción social, devela el aspecto sub-
jetivo de las conductas de los hombres, que deberán ser analizadas a través una
metodología comprensiva. De este modo lo que se denomina en alemán “Verste-
hen” se constituye en uno de los ejes de análisis centrales de Weber, quien recono-
ce la importancia de la subjetividad de los actores, pero partiendo del supuesto de la
objetividad de los procesos macro sociales”85 .
Las “acciones sociales” propuestas por Weber suponen una intención subjetiva del
actor, que está “determinada por expectativas en el comportamiento tanto de obje-
tos del mundo exterior como de otros hombres, y utilizando esas expectativas como
“condiciones” o “medios” para el logro de fines propios, racionalmente sopesados y
perseguidos”.86
“En estas acciones los hombres ponderan las posibles variantes de acción y las
condiciones en que se producirán éstas y las “sopesan racionalmente”, o sea que
evalúan cuáles funcionarán como los medios más eficaces para alcanzar un deter-
minado fin y eligen la alternativa más eficaz”.87
Aquí se advierte otro de los aportes que Habermas recupera de Weber: la idea de
racionalidad. Para Weber la noción de racionalidad, más concretamente la relación
medios / fines que es la base sobre la que se asientan las decisiones racionales
de los sujetos para actuar. En conceptos sociológicos este autor definirá las “le-
yes” como: ”determinadas probabilidades típicas, confirmadas por la observación,
de que, dadas determinadas situaciones de hecho, transcurran en forma esperada
ciertas acciones sociales que son comprensibles por sus motivos típicos y por el
sentido típico mentado por los sujetos de la acción. Y son claras y comprensibles, en
su más alto grado, cuando el motivo subyacente en el desarrollo típico de la acción
(…) es puramente racional con arreglo a fines y por lo tanto, la relación de medio a
fin, según enseña la experiencia, es unívoca es decir, los medios son ineludibles”.88
84
Weber, Max (1992) “Economía y Sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. Bs. As.
85
Lista, C. (1992) “Cuadernos de Sociología I. La Sociología como Ciencia. Los Paradigmas de Análisis
Sociológico”. Ed. Atenea. Córdoba.
86
Weber, Max (1992) “Economía y Sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. Bs. As.
87
Von Sprecher (2005) “La Sociología Comprensiva de Max Weber” en Von Sprecher (coord.) Teorías
Sociológicas. Introducción a los Clásicos. 3° Ed. Ed. Brujas. Córdoba.
88
(1992) “Economía y Sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. Bs. As.
89
Cristiano, Javier (2007) “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la raciona-
lidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Intro-
ducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
90
Muñoz, B (2002) “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev”. Virtual Espacios
Temáticos: Psicoanálisis y Marxismos” en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/genera-
cion2.htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
91
Cristiano, Javier (2007) “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racio-
nalidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas.
Introducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.
Actividad de Autoevaluación 9
1) ¿Qué conceptos teóricos de Weber son importantes para esta 2° Generación de Frankfurt?
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2) ¿Qué coincidencias encuentra entre Habermas y los primeros autores de Frankfurt respecto
a la función de la Filosofía?.
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4) Retomando las ideas desarrolladas en la 1° Unidad de este texto ¿Qué nociones toma Ha-
bermas de la Teoría de Sistemas?
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5) ¿Por qué se puede afirmar que esta segunda Etapa realizó un giro epistemológico hacia la
hermenéutica?
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Jügen Habermas
Entre las obras escritas por Jügen Habermas, se destacan Teoría y praxis. Estudios
sociofilosóficos (1963), Teoría analítica de la ciencia y dialéctica (1963), Lógica de
las Ciencias Sociales (1967), Conocimiento e interés (1968), Historia y crítica de la
Opinión pública (1962). Teoría de la sociedad o tecnología social: ¿A qué conduce
la investigación de sistemas? (1970 y en colaboración con Niklas Luhman), Proble-
mas de legitimación en el capitalismo tardío (1973). Teoría de la Acción Comuni-
cativa (1981), Conciencia moral y acción comunicativa (1983), Teoría de la Acción
comunicativa: Complementos y estudios previos (1984).
92
Cristiano, Javier (2007) “La teoría de la acción comunicativa” de Habermas: el problema de la racio-
nalidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas.
Introducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.
del mundo, para este autor ese interés deberá complementarse con dos intereses
negados por las ciencias positivas: el “interés práctico” y el “interés crítico” (eman-
cipatorio).
Esto abre un amplio panorama de confrontaciones, sobre todo debido a que el len-
guaje es un hecho de suma complejidad, y planteado de este modo el problema del
conocimiento, es condición explicar primero el lenguaje.
93
Muñoz, B: “Teoría Crítica y Escuela de Frankfurt: Segunda Generación en Rev”. Virtual Espacios Temá-
ticos: Psicoanálisis y Marxismos” en http://www.psiconet.com/foros/psa-marx/teoriacritica/generacion2.
htm (Fecha de consulta: 26 de mayo de 2010).
94
Habermas, J. (1991) “Problemas de Legitimación en el Capitalismo” Tardío. Ed. Amorrortu.
95
Cristiano, Javier (2007) La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racionali-
dad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introduc-
ción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
“Por otro lado, al ser el lenguaje un hecho social con él se introduce en la teoría del
conocimiento los problemas de la cultura y de la sociedad. Si bajo el paradigma de
la conciencia, por ejemplo Descartes y Kant, pudieron confiar en una conciencia co-
mún a todos los sujetos que permita acceder a una verdad compartida, ¿cómo po-
demos acceder a una misma verdad a través del lenguaje que está sometido a los
avatares de la cultura y la sociedad? ¿Cómo podemos ponernos de acuerdo?”.96
“Habermas optará por asumir el “giro lingüístico” como “giro pragmático”, es decir,
el lenguaje en la interacción social, y además propone superar el relativismo afir-
mando la existencia de un conjunto de aspectos pragmáticos del lenguaje que son
“universales”, son parte de la competencia del hablante en cualquier lengua, en
cualquier cultura e independiente de los aspectos sintácticos y semánticos”.97
a) Mundo objetivo: hechos, cosas o estado de cosas del mundo objetivo (la
casa, las personas).
b) Mundo social: hechos o estados de cosas del mundo social (normas, ins-
tituciones, valores).
96
Cristiano, Javier (2007) Óp. Cit.
97
Cristiano, Javier (2007) Ibíd.
98
Cristiano, Javier (2007) Ibíd.
Para Habermas hablar es querer estar de acuerdo, implica una vocación inicial de
acordar, en el sentido que hay algo en el uso del lenguaje en su dimensión pragmática
que es común a cualquier momentos histórico, a cualquier situación concreta y exce-
de a cualquier intención. En este sentido el autor habla de “Pragmática universal”.
Por otro lado, esta propuesta implica que hay en el lenguaje un potencial de racio-
nalidad. Si hablar es querer estar de acuerdo, querer que el otro acuerde con lo que
estoy diciendo, entonces esas pretensiones de validez pueden ser cuestionadas. Mi
interlocutor puede decir que la casa no está ordenada, que estudiar no es importante
o que no es cierto que esté feliz. De allí que se requiera justificar por qué lo que digo
es verdadero, recto o sincero, para ello necesito ofrecer razones y por lo tanto hacer
un uso argumentativo del lenguaje.
99
Cristiano, Javier (2007) La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racionali-
dad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introduc-
ción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.
100
Habermas, J. (2007) La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racionalidad
y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción
a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba
122
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Es, entonces una acción social guiada por la racionalidad comunicativa que busca
el entendimiento.
“Para que los significados compartidos cumplan las funciones de consenso y coor-
dinación, requieren como base de la reproducción la acción comunicativa: la acción
comunicativa es el medio a través del cual se reproducen los componentes estruc-
turales del mundo de la vida”.102
“Y esto es, al mismo tiempo, una función reproductora del sistema social en gene-
ral, ya que al mantener vivo el mundo de la vida, la acción comunicativa participa
en funciones que pertenecen al sistema (aspecto objetivo). Las tres funciones que
cumple son: la renovación de tradiciones culturales, el refuerzo de la integración so-
cial y la socialización de nuevos miembros. Así, la acción comunicativa contribuye
al equilibrio sistémico”.103
101
Habermas, J. (1987) Óp. Cit.
102
Habermas, J. (1987) Ibíd.
103
Cristiano, Javier (2007) La teoría de la acción comunicativa de Habermas: el problema de la racio-
nalidad y la integración sistema / mundo de la vida” en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas.
Introducción a los Contemporáneos. Ed. Brujas. Córdoba.
Actividad de Autoevaluación 10
1) ¿Qué ideas desarrolla el autor en las obras Conocimiento e Interés y en Problemas de legi-
timación en el capitalismo tardío?
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3) Relaciones los aspectos del mundo a que pueden referirse los actos de habla con los tipos
de enunciados que les corresponde.
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4) ¿Podría explicar lo que significa que en el lenguaje hay un potencial de racionalidad co-
municativa?
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…..…………………………………………………………………………………………
……......................................................................................................................................
5) Explique qué es la acción comunicativa y las funciones que cumple en la vida cotidiana
tanto como en el sistema.
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…..…………………………………………………………………………………………
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Claus Offe
Propone un análisis más centrado en los aspectos políticos - estatales de las rela-
ciones capitalistas. Este autor remarca sobre todo las contradicciones en las que se
encuentra el Estado capitalista, que debe mediar en la crisis realizando acciones
que satisfagan las demandas de las relaciones de intercambio en manos de capita-
les privados, a la vez que sostener su legitimidad ante las masas.
124
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
Lo que Offe plantea es una contradicción permanente que vive el Estado entre
preservar su propia legitimidad como tal Estado y favorecer a los capitales privados
en sus procesos de acumulación. Ambos desarrollos no sólo no son armoniosos,
sino que son profundamente contradictorios, y en medio de esta contradicción se
encuentra la capacidad de la sociedad de ser más o menos democrática, que para
él implica encontrarse menos sometida a las necesidades del capital.
Los conceptos de racionalidad (que para Weber significan la relación “medios - fi-
nes”) es discutida por Claus Offe en cuanto a si la burocracia (que también Weber
había definido como el tipo puro más adecuado al funcionamiento estatal) sigue
siendo “racional”, ya que considerando la contradicción antes señalada, resulta
muy difícil al Estado responder a las exigencias funcionales de una sociedad cuyos
subsistemas tienen fines tan contradictorios. Para Offe la racionalidad burocrática
(propia del Estado) ya no se rige por “reglas” (como sostenía Weber) sino por la
obtención de resultados. Es decir que el criterio de racionalidad estatal se debería
medir por el logro de los objetivos vinculados a la posibilidad de articular las contra-
dicciones del sistema.
De los primeros (y nuevamente discutiendo con Weber) afirma que son estructuras
que están más centradas en la búsqueda del poder y la legitimación propia que
en la satisfacción de la voluntad popular, y esto constituye la principal causa de su
desacreditación actual. El declive de los partidos políticos como formas de repre-
sentación está siendo acompañado por la emergencia de los movimientos sociales.
Esto últimos difieren de los partidos en que el eje de su articulación es la identidad
colectiva de intereses, pero no los procesos de representación, con lo cual la so-
ciedad corre el riesgo de perder espacios parlamentarios (en tanto mecanismo de
representación por excelencia) en la vida de la política pública.
Queremos saber…
Actividad de Autoevaluación 11
2) ¿Qué toma y qué critica Offe de Weber? ¿Qué nuevo aporte realiza al desarrollo Webe-
riano?
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126
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 2
3) ¿Cuáles son los mecanismos que este autor afirma como “mediaciones” de la relación
Estado – Sociedad Civil?
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Unidad 3
Introducción
Más bien puede pensarse en un paradigma conformado por puntos de vista pro-
venientes de disciplinas diversas pero con una epistemología coincidente. Aunque
pueden rastrearse conceptualizaciones ya entre los griegos del siglo V a.c. y en
algunas disciplinas – como la economía – fue aplicado tempranamente durante los
siglos XVII y XVIII, este paradigma tuvo un periodo de crecimiento y apogeo que
puede ubicarse entre mediados de los años ´50 y la década del ´60 particularmente
en Francia.
El propósito del capítulo no consiste en agotar las reflexiones dentro del paradigma
estructuralista en el campo de las Ciencias Sociales sino profundizar en los aportes
que algunos autores y disciplinas realizaron a los estudios de la Comunicación So-
cial, ya que se entiende que en este campo la perspectiva estructural abrió (y aún lo
hace) una comprensión nueva de variados temas y problemáticas comunicativas.
Por este motivo es que el criterio con el que se realizó la selección de algunos
autores de entre los muchos que hicieron desarrollos teóricos desde una mirada
estructural, tuvo en consideración la importancia de sus aportes al paradigma y la
pertinencia de su abordaje respecto de la Comunicación.
Entre las estructuras o invariantes que buscaron los autores estructuralistas se pue-
den mencionar la prohibición del incesto en Lévi-Strauss, en tanto comportamiento
1
Muñoz, B. (1989) (pp.207) Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas. Ed.
Barcanova. Barcelona.
2
Piaget, J. (1985) (pp.206) El Estructuralismo. Ed. Orbis. Barcelona en Muñoz, B.
Todos ellos tienen en común proporcionar análisis que hacen énfasis en aspectos
objetivos, no fluctuantes, muchas veces ocultos de la realidad social. El sujeto no
es el origen de ninguna explicación, por ejemplo para Barthes es el lenguaje el au-
téntico sujeto que constituye la noción de autor, no el sujeto mismo.
F. Dosse señala el año 1956 como la fecha de aparición del estructuralismo como
modo de pensamiento, como paradigma teórico dominante, y Francia como el lugar
geográfico donde se concentrará la producción de esta corriente. Es, para este au-
tor, el año en que se produce la ruptura de la intelligentsia francesa con el ideal de
izquierda corporizado por la URSS y con el marxismo soviético.
La revelación de los crímenes que Stalin había cometido en Rusia sacados a la luz
por el nuevo secretario Nikita Kruschev en el XX congreso del Partido Comunista de
la Unión Soviética (PCUS) y el aplastamiento de la revolución húngara por Rusia
muestra un poder totalitario contrario a los ideales de izquierda. Aún cuando el PCF
sigue siendo el aparato F. Dosse señala el año 1956 como la fecha de aparición del
estructuralismo como modo de pensamiento, como paradigma teórico dominante,
y Francia como el lugar geográfico donde se concentrará la producción de esta
corriente. Es, para este autor, el año en que se produce la ruptura de la intelligent-
sia francesa con el ideal de izquierda corporizado por la URSS y con el marxismo
soviético.
La revelación de los crímenes que Stalin había cometido en Rusia sacados a la luz
por el nuevo secretario Nikita Kruschev en el XX congreso del Partido Comunista de
la Unión Soviética (PCUS) y el aplastamiento de la revolución húngara por Rusia
muestra un poder totalitario contrario a los ideales de izquierda. Aún cuando el PCF
sigue siendo el aparato político más poderoso, muchos intelectuales cuestionan el
marco de análisis que sostenían hasta ese momento. Con esta decepción, durante
el periodo que va entre los años 1956 y 1968 se preocupan por estudiar aquello que
no permita triunfar el voluntarismo político y se abre entonces una especial prefe-
rencia por buscar lo invariante, lo inamovible.
132
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Había dominado hasta el momento la idea de que la Revolución rusa (1917) era la
continuación histórica de la Revolución francesa (1789) y por lo tanto debía promo-
ver un ideal democrático moderno que hacia mediados del siglo XX mostraba resul-
tados decepcionantes. Se comenzó a producir una profunda crítica a los valores de
la “autonomía, la libertad y la responsabilidad”, propios de las democracias occiden-
tales, porque en realidad eran sólo formales, no se encontraban en la realidad. Los
intelectuales se preguntaban cómo era posible que la historia llevara en sí misma
los gérmenes de la barbarie3 .
Uno de los factores que puede entenderse como un indicador de la emergencia del
estructuralismo en los ámbitos académicos (aunque no universitarios) dentro de lo
que hoy denominamos Ciencias Humanas es la creación de una cátedra de Antro-
pología Social en el Collège de France, una prestigiosa institución que encarna el
rigor del programa científico estructuralista4 .
3
Dosse, F. (2004) (pp. 186 a 189) Historia del Estructuralismo. Tomo I. El campo del signo 1945 – 1966.
Ed. Akal. Madrid.
4
Dosse, F. (2004) (pp.214) Ibíd.
Sin embargo, sería un error centrar como fuente principal de estudios estructurales
a la antropología y a la lingüística, porque se pueden rastrear aportes dentro de este
paradigma en historia, psicología, economía, entre otras.
Actividad de Autoevaluación 1
1) ¿Cuáles son los “niveles” que conforman la “totalidad” a que alude la perspectiva de todo
pensador estructuralista?
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……….................................................................................................................................
5
Dosse, F. (2004) (pp.214) Óp. Cit.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
El Estructuralismo en Economía
Ya alrededor de los años ´30 (después de la crisis de 1929) la economía política eu-
ropea había utilizado masivamente el paradigma estructural. Hay quienes asocian
su utilización contemporánea en el campo de la sociología (sociología estructural)
y el estructuralismo económico.
Si es cierto que los economistas tienen como función mostrar la manera como las
estructuras condicionan los mecanismos que usan las organizaciones y su funcio-
namiento, no puede tomarse simplemente como “dato”. Tampoco se puede ignorar
o dejar como “datos” los aportes que puedan realizar otras disciplinas como la so-
ciología, la historia o la psicología.
6
Marchal, André (1979) “Estructura y Sistemas Económicos”. Ed. Ariel. Barcelona.
7
Ibíd. (1979).
8I
bíd. (1979).
9
Perroux, F. (1939) Pour un approfondissement de la notion de structure en Mèlanges Witmeyr. Paris.
Ej.
Las proporciones indican importancia relativa de las diversas partes que componen la unidad
económica, por ejemplo la proporción en que participa la producción industrial dentro de la
producción total de un país. Las relaciones” son los vínculos que se establecen entre ele-
mentos que conforman una unidad o entre diversas unidades económicas, por ejemplo las
relaciones entre precios agrícolas y precios industriales o la que puede haber entre precios
internos y precios internacionales. Por último “conjunto económico localizado en el tiempo y
en el espacio” indica que no se trata de analizar un sistema abstracto, sino un todo concreto
que tiene existencia histórica.
Finalmente puede citarse la distinción que el propio Marchal propone entre “visio-
nes estáticas” y “visiones dinámicas” de estructura, cuando trata de promover esta
última en ocasión del Coloquio de 1959 dirigido por Roger Bastide. Allí Marchal pro-
pondrá que las estructuras no pueden verse sólo como factores de inercia o rigidez
(por ejemplo factores físicos, instituciones), sino que son variables motrices (por
ejemplo la población, la técnica).
2) Que no hay ninguna razón para que se vean impulsadas con la misma
velocidad ni con el mismo ritmo, por lo que se producen desajustes y re-
trasos que obligan a continuas readaptaciones.
De esto surge la idea de que no puede caracterizarse la estructura más que por
su referencia al periodo en que se la analiza. Lo que a corto plazo puede ser un
factor de rigidez (porque en un periodo corto de tiempo el movimiento de la variable
estructural es imperceptible) puede convertirse a largo plazo en un elemento diná-
mico.
De allí que sea importante la definición que ofrece Johan Akermann de estructura:
“contextura que, a corto plazo, aparece como invariable” o la que elaborará Pe-
rroux: “cantidades en movimiento lento, es decir, cuyas modificaciones son débiles
para el periodo que hemos elegido para nuestra encuesta”.
136
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Como se podrá deducir de los análisis anteriores, es claro que aunque el espacio de
la economía permaneció apartado de los grandes debates alrededor del paradigma
estructuralista durante los años ´60, debido en parte a la separación académica
que históricamente se produjo entre las Ciencias Humanas (constituidas en meollo
del debate alrededor del Estructuralismo) y la Economía, no se dejaron de realizar
contribuciones que pueden denominarse “estructuralistas”.
Uno de los aportes importantes que realizó la economía en torno al debate sobre
las estructuras fue la propuesta de los “modelos”. Entre la realidad concreta y la
estructura existe un nivel intermedio (el modelo) que opera como mediación ne-
cesaria y que da lugar a la formalización más avanzada, con lenguajes también
formalizados.
En microeconomía durante los años ´50 se centró en una axiomatización casi com-
pleta alrededor de la noción de equilibrio general, que se ofrece como una estruc-
tura totalmente formalizada, muchas veces abordada, a través de modelos antes
mencionados. En otras palabras, se puede ver en los axiomas de la microeconomía
una forma de estructuralismo preocupado por la creación de proposiciones que
tengan alcance universal y a la vez puedan ser aplicados en la práctica. Fórmulas
financieras y monetarias que aún hoy rigen las conocidas “recetas” del FMI y del
Banco Mundial son algunos ejemplos de estas formalizaciones de carácter científi-
co, aplicables “universalmente” a numerosos países de las más diversas latitudes y
características culturales e históricas.10
10
Las crisis financieras de 2009/2010 muestran mecanismos de ajuste aplicados a la economía greca,
española, alemana, similares a los que se recomendaron y aplicaron en Argentina durante la década
de los ´90.
11
Dosse (2004) (pp. 13). Óp. Cit.
Actividad de Autoevaluación 2
4) Explique las características propias de las variables “estructurales” que propone “Marchal”
……………………………………………………………………………………………
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
De los aportes más importantes del autor se debe destacar la distinción en-
tre12:
La importancia medular que el autor le otorga a la lengua para la vida social lo hace
proponer la creación de una ciencia nueva: la Semiología (del griego semeîon,
“signo”) en tanto “una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida
social. Tal ciencia sería parte de la psicología social (…) Ella nos enseñará en qué
consisten los signos y cuáles son las leyes que los gobiernan (…) La lingüística no
es más que una parte de esta ciencia general (…)”.14
En la propuesta de Saussure los signos son entidades concretas, “no son abstrac-
ciones” y existen sólo gracias a la asociación de un significante y el significado.
“Una sucesión de sonidos sólo es lingüística si es soporte de una idea; tomada en
sí misma no es más que la materia de un estudio fisiológico. Lo mismo ocurre con
el significado si lo separamos de su significante”.16
12
Saussure, F. (1945) Pág. 51 “Curso de Lingüística General”. Ed. Losada. Bs. As.
13
Ibíd. (pp.57)
14
Ibíd. (pp.60)
15
Dosse, F. (2004) (pp.214) Óp. Cit.
16
Saussure, F. (1945) (pp.60) Óp. Cit.
17
Saussure, F. (1945) (pp. 176) “Curso de Lingüística General”. Ed. Losada. Bs. As.
18
Ibíd. (pp.177)
19
Dosse, F. (2004) (64 a 66) Óp. Cit.
20
Ibíd. (pp.64).
140
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Actividad de Autoevaluación 3
4) ¿Por qué se afirma que Saussure realiza un “repliegue de la lengua sobre sí misma”?
……………………………………………………………………………………………
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El Coloquio que organizó Roger Bastide (1959) arriba mencionado, ámbito que per-
mitió una amplia discusión sobre el uso del concepto de estructura en distintas
disciplinas, fue predecesor de otro: el Coloquio de Cerisy – la Salle, presidido por
Maurice de Gandillac, Lucien Goldmann y Jean Piaget, donde se debatió la confron-
tación entre génesis y estructura. (Dosse: 2004: 67) Allí se produce el surgimiento
de un tema que a futuro será uno de los más importantes: la relación entre el estruc-
turalismo y la historia referida a la discusión acerca del carácter estático o dinámico
de las estructuras en las Ciencias Humanas. Como se verá existe un paralelo, aun-
que de carácter diferente, entre los debates que suscita la noción de estructura en
economía y en otros ámbitos académicos. Para Lévi-Strauss el análisis histórico de
las estructuras es indispensable: “Desdeñar la dimensión histórica, so pretexto de
que los recursos son insuficientes para evaluarla… conduce a darse por contento
con una sociología enrarecida en donde los fenómenos están como despegados de
su soporte. Reglas e instituciones, estados y procesos parecen flotar en un vacío
(…).” 21
21
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.18) “Antropología Estructural”. 11° ed. Ed. Siglo XXI. España
22
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.14) “Antropología Estructural”. 11° ed. Ed. Siglo XXI. España.
23
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.15) Ibíd.
142
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
La vía estructural de Lévi- Strauss parece poder explicar las relaciones entre la
estructura (lo inmóvil, lo fijo) y las fluctuaciones (la coyuntura). Para este autor la
estructura tiene carácter de sistema: “(…) hasta las técnicas más simples de una
sociedad primitiva cualquiera adquieren carácter de sistema, analizable en los tér-
minos de un sistema más general. El modo como ciertos elementos de tal sistema
han sido conservados, excluidos otros, permite concebir el sistema local como un
conjunto de elecciones significativas (…) que cada sociedad o cada periodo de des-
envolvimiento, se ha visto conducida a realizar.”25
El valor que este autor le otorga al análisis estructural, al que no atribuye posibilida-
des de modificar el modo en que las relaciones sociales son posibles de aprehen-
24
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.17) Ibíd.
25
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.16) Ibíd.
26
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.28-29) Ibíd.
27
Levi- Strauss, C. (1999) (pp.79) Óp. Cit.
28
Levi- Strauss, C. (1999) (pp.80) Ibíd.
A los efectos de mostrar la importancia de los resultados de los contactos que man-
tuvieron Lévi-Strauss y Roman Jakobson, y dar cuenta de la importancia de la co-
municación para el primer autor, aquí se sintetizarán algunos de los conceptos ge-
nerales de la Antropología Estructural:
29
Levi- Strauss, C. (1999) (pp.80) Ibíd.
30
Levi- Strauss, C. (1953) (pp.261-267) Óp. Cit.
144
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Para este autor hay tres niveles en los que la comunicación social opera en
toda sociedad:
“El estudio de los tres sistemas ofrece ciertas analogías y todos dependen del mis-
mo método: difieren solamente por el nivel estratégico en que cada uno se coloca
en el seno de un universo común. Se podría agregar que las reglas de parentesco y
de matrimonio definen un cuarto tipo de comunicación: la de los genes y fenotipos.
La cultura no consiste solamente en formas de comunicación que le son propias
(como el lenguaje), sino también – y tal vez sobre todo – en “reglas” aplicables a
toda clase de “juegos de comunicación” ya se desarrollen éstos en el plano de la
naturaleza o de la cultura”.31
31
Lévi-Strauss, C. (1999) (pp.268-269) “Antropología Estructural”. 11° ed. Ed. Siglo XXI. España.
32
Lévi-Strauss,C. (1999) (pp.270) Óp. Cit.
33
Lévi-Strauss, C. (1972) (pp.7 - 127) “Estructuralismo, mito y totemismo”. Nueva Visión. Bs. As.
2) El mito pertenece al orden del lenguaje, del cual forma parte integrante;
con todo, el lenguaje, tal como se lo utiliza en el mito, manifiesta propie-
dades específicas.
3) Estas propiedades sólo pueden ser buscadas por encima del nivel habi-
tual de la expresión lingüística; dicho de otra manera, son de naturaleza
más compleja que aquellas que se encuentran en una expresión lingüísti-
ca cualquiera.
1) Como toda entidad lingüística, el mito está formado por unidades consti-
tutivas.
Los mitos también varían, y estas variaciones permitirán descubrir las reinterpreta-
ciones diacrónicas que los grupos sociales van haciendo a lo largo de su evolución
temporal. Por ejemplo el cuento de la Cenicienta se localiza tanto en sociedades
europeas como en americanas, pero con notables adaptaciones que responden
a cada lugar. “Sin embargo, las variaciones diacrónicas del sistema de los mitos
conducen a una combinación de invariantes cuya función es la de interpretar de
un modo lógico las contradicciones de la cotidianidad. La dinámica mítica se repite
porque la estructura oculta es su carácter operatorio sobre el mundo.”35 Y este es
el objetivo del estructuralismo en general y de Lévi-Strauss en particular: descubrir
las taxonomías de la comunicación mitológica, cuyo orden subyacente regula las
relaciones que el grupo establece con su medio.
Por otro lado, todo sistema de mitos conlleva un sistema de ritos. Psicoanalítica-
mente el rito implica una operación de desplazamiento de las fuerzas no concilia-
bles con el orden grupal. El rito es para el antropólogo francés una estructura de
sentido que será aplicada ya no al ámbito psicológico sino a las relaciones de in-
34
Lévi-Strauss. (1953) (pp.270) Óp. Cit.
35
Muñoz, B. (1989) (pp.214) Óp. Cit.
146
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
De la breve síntesis aquí presentada se infiere que Lévi-Strauss dedicó sus estudios
a las clasificaciones ocultas que cada colectividad asigna a los objetos y hechos de
la realidad material e ideológica realizando un sustancial aporte a la antropología
estructural, por ejemplo a través de las categorías de mito y rito. Así mismo, es
posible, desde esta perspectiva, redefinir la comunicación en clave antropológica,
atravesada por procesos sociales profundos y capaz de ser comprendida como la
esencia de la formación cultural de una sociedad, producto de los necesarios inter-
cambios que son el origen de la socializad humana.
Actividad de Autoevaluación 4
1) ¿Por qué Lévi-Strauss propone que la Antropología tiene una gran cercanía con la ciencia
que Saussure propone con el nombre de “Semiología”?
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……..……………………………………………………………………………………
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5) Explique las conclusiones a las que arriba el autor respecto de los mitos y los ritos.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
36
Muñoz, B. (1989) (pp. 220) Óp. Cit.
“De tal manera, para el escritor, la lengua es sólo un horizonte humano que instala a
lo lejos cierta familiaridad… la palabra tiene una estructura horizontal, sus secretos
están en la misma línea que sus palabras y lo que esconde se desanuda en la dura-
ción de su continuo… Por el contrario, el estilo sólo tiene una dimensión vertical, se
hunde en el recuerdo cerrado de la persona… su secreto es un recuerdo encerrado
en el cuerpo… El horizonte de la lengua y la verticalidad del estilo dibujan pues,
para el escritor, una naturaleza, ya que no elige ni el uno ni el otro… entre la lengua
y el estilo, hay espacio para otra realidad formal: la escritura. En toda forma litera-
ria, existe la elección general de un tono, de un ethos si se quiere, y es aquí donde
el escritor se individualiza claramente porque es donde se compromete… pero la
identidad formal del escritor sólo se establece realmente fuera de la instalación de
las normas de la gramática y de las constantes del estilo (…).38
37
Dosse, F. (2004) (pp.93) Óp. Cit.
38
Barthes, R. (2003) (18 a 22) “El grado cero de la escritura”. Siglo XXI Ed. Bs. As.
39
Ibíd. (Págs.18 a 22).
148
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
“La escritura marxista es otra. Aquí el cerco de la forma no surge de una amplifi-
cación retórica ni del énfasis de la elocución, sino de un léxico tan particular, tan
funcional como un vocabulario técnico;(…) en su origen, la escritura marxista está
dada como un lenguaje del conocimiento; aquí la escritura es unívoca porque está
destinada a mantener la cohesión de una Naturaleza… sólo en los extremos de su
lenguaje el marxismo alcanza comportamientos puramente políticos….la escritura
marxista es litótica, ya que cada palabra es sólo una exigua referencia al conjun-
to de los principios que la soporta sin confesarlo (….) Se puede inventariar una
escritura propiamente marxista (la de Marx y Lenin) y una escritura del stalinismo
triunfante (la de las democracias populares), hay ciertamente también una escritura
trotskista y una escritura táctica, que es por ejemplo, la del comunismo francés…
No hay duda de que cada régimen posee su escritura”.43
40
Dosse, F. (2004) (pp.93) Óp. Cit.
41
Barthes, R (2003) (pp. 27 a 29) Óp. Cit.
42
Ibíd. (pp. 33)
43
Ibíd. (pp. 33)
“(…) el siglo XVI y el comienzo del XVII muestran una variada abundancia de len-
guajes literarios… la diversidad de “géneros” y el movimiento de estilos dentro del
dogma clásico son datos estéticos, no de estructura; ni uno ni otro deben ilusionar-
nos: se trata de una escritura única, a la vez instrumental y ornamental, de la que
dispuso la sociedad francesa durante el tiempo en que la ideología burguesa se
hizo conquistadora y triunfante”.45
“Estos textos fueron escritos mensualmente durante unos dos años, de 1954 a
1956, al calor de la actualidad… El punto de partida de esta reflexión era, con fre-
cuencia, un sentimiento de impaciencia ante lo “natural” con que la prensa, el arte,
el sentido común, encubren permanentemente una realidad que no por ser la que
vivimos deja de ser absolutamente histórica: en una palabra: sufría al ver confundi-
das constantemente naturaleza e historia en el relato de nuestra actualidad y quería
poner de manifiesto el abuso ideológico que, en mi sentir, se encuentra oculto en la
exposición decorativa de lo evidente – por – sí – mismo.
Desde el principio me pareció que la noción de mito da cuenta de esas falsas evi-
dencias. En ese momento yo entendía la palabra en un sentido tradicional; pero ya
estaba persuadido de algo de lo que he intentado después extraer todas sus conse-
cuencias: el mito es un lenguaje… El mito constituye un sistema de comunicación,
un mensaje. Esto indica que el mito no podría ser un objeto, un concepto o una idea;
se trata de un modo de significación, de una forma… El mito no se define por el ob-
jeto de su mensaje sino por la forma en que se lo profiere: sus límites son formales,
no sustanciales. ¿Entonces, todo puede ser un mito? Si, yo creo que sí, porque el
universo es infinitamente sugestivo. Cada objeto del mundo puede pasar de una
existencia cerrada, muda, a un estado oral, abierto a la apropiación de la sociedad,
pues ninguna ley, natural o no, impide hablar de las cosas.” 47
44
Dosse, F. (2004) (pp.94 - 95) Óp. Cit.
45
Barthes, R. (2003) (pp.60) Óp. Cit.
46
Muñoz, B. (1989) (pp. 248 – 250) Óp. Cit.
47
Barthes, R. (2003 b) (pp. 8-39) “Mitologías” Ed. Siglo XXI Editores Arg. SA. 1° Ed. Bs. As.
48
Barthes, R. (2003 b). (págs.46-47) Óp. Cit.
150
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
1. Significante 2. Significado
3. Signo
I. SIGNIFICANTE II SIGNIFICADO
III SIGNO
Como se ve existen en el mito dos sistemas semiológicos de los cuales uno está
desencajado respecto del otro: un sistema lingüístico, la lengua (o los modos de
representación que le son asimilados), que llamaré lenguaje objeto, porque es el
lenguaje del que el mito se toma para construir su propio sistema; y el mito mismo,
que llamaré metalenguaje, porque es una segunda lengua en la cual se habla de
la primera”.49
Si para Lévi-Strauss fueron importantes las miradas estructuralistas sobre los pue-
blos de civilizaciones diferentes a las occidentales, buscando las realidades profun-
das, los sistemas de clasificación de cada grupo social que aparecía como relati-
vamente sencillo por el tamaño pequeño de las comunidades estudiadas, Barthes
se ocupó de buscar las taxonomías profundas de las sociedades postindustriales
masificadas, que muestran una notoria complejidad.
Para Barthes, las categorías subyacentes provienen del universo de los discur-
sos de la producción comercial en la sociedad burguesa. Por este motivo realizará
una aproximación a las “realidades profundas”, significativas de esta sociedad, que
debe interpretarse desde sus complejos tipos de discursos. “La vida social es la
vida de los sistemas de interpretación y representación de signos y símbolos, que
permiten considerar la lógica operante de los modelos de conducta impuestos (…)
La sociedad de consumo es una sociedad significante por naturaleza. Desde la pu-
blicidad, el cine, la fotografía, la prensa y televisión hasta la alimentación o la moda,
se muestra una civilización invadida por categorías simbólicas (…) Con Barthes
se hace evidente que los objetos “mass – mediáticos” significan siempre algo por
debajo del lenguaje”.50
“De este modo, la semiología está quizá destinada a absorberse en una trans-
lingüística, cuya materia será ora el mito, el relato, el artículo periodístico, en una
palabra, todos los conjuntos significantes cuya materia prima es el lenguaje articu-
lado, ora los objetos de nuestra civilización, en la medida en que son hablados (a
través de la prensa, el catálogo, el reportaje, la conversación y quizá el lenguaje
interior mismo, de orden fantasmático). En suma, es necesario admitir desde ahora
la posibilidad de invertir algún día la proposición de Saussure: la lingüística no es
una parte, ni siquiera privilegiada de la ciencia general de los signos, es la semiolo-
gía la que es una parte de la lingüística: precisamente esa parte que se haría cargo
de las grandes unidades significantes del discurso.” 51
49
Ibíd. (pags.46-47).
50
Muñoz, B. (1989) Óp. Cit (pp.238-241)
51
Barthes, R. (2003 b) Óp. Cit. (pp.8).
Así mismo se puede identificar la aplicación que el autor hace de los conceptos de
denotación y connotación en los sistemas de comunicación de masas, en los que
incluye especialmente a los Medios Masivos:
“En la semiótica connotativa, los significantes del segundo sistema están consti-
tuidos por los signos del primero (…). Cuando el lenguaje articulado, en su estado
denotado, se hace cargo de un sistema de objetos significantes, se erige en me-
talenguaje: tal el caso, por ejemplo, de la revista de modas que “habla” de las sig-
nificaciones del vestido; caso sin embargo ideal, pues la revista no presenta por lo
general un discurso puramente denotado. Tenemos así, (…) un conjunto complejo
en el cual el lenguaje, en su nivel denotado, es metalenguaje, pero donde este me-
talenguaje es a su vez incorporado a un proceso de connotación”.55
52
Dosse, F. (2004) Óp. Cit. (pp. 235- 236)
53
Barthes, R. (1970) (pp.27-28) “La Semiología”. Bs. As. Nueva Visión.
54
Muñoz, B. (1989) Óp. Cit. (pp. 245).
55
Barthes, R. (1970) Óp. Cit. (pp.64).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Croci, P y Vitale, A. (comp.) (2000) (pp.193-194) Los cuerpos dóciles. Hacia un tratado sobre la moda.
57
Actividad de Autoevaluación 5
El éxito de las obras que van a convertirse en una referencia principal para una gran
cantidad de intelectuales durante los ´60 (La revolución teórica de Marx y Para leer
El Capital, ambos de 1965) debe comprenderse en el contexto teórico y político que
rodeó su publicación.
58
Dosse, F. (2004) Óp. Cit. (pp.331).
154
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Desde marzo de 1965 a febrero de 1966, La Nouvelle Critique es el lugar donde de-
baten intelectuales comunistas sobre las relaciones entre humanismo y marxismo, y
donde comienza a evidenciarse el enfrentamiento entre la tesis de Roger Garaudy,
partidario de un humanismo marxista y las de Althusser, que defiende el antihuma-
nismo teórico.
Sin embargo este mismo rechazo político – partidario fue lo que catapultó su éxito
entre los intelectuales que defendían un marxismo científico, cartesiano, constituido
por ideas claras, con una perspectiva no política sino epistemológica. Hacer episte-
mología en vez de filosofía permitía afirmar que se hacía ciencia, lo cual profundizaba
aún más la posición cientificista. A la vez se producía el desplazamiento por el cual lo
que se convertía en prioritario para el análisis no era el sujeto, sino el proceso mismo,
del cual el sujeto es un mero agente.
En Para leer El Capital Althusser busca una nueva ciencia a partir de los conceptos
y la lógica implícitos en la obra de Carlos Marx, desde una perspectiva estructuralista
que privilegia la esfera del discurso y la lógica de una totalidad sobre sí misma. La
lectura que practica Althusser es una lectura sintomática (término que toma del psi-
coanálisis lacaniano) que tiende a encontrar el carácter más esencial de lo no visible,
la carencia, la ausencia. El autor distingue dos modos de lectura de los clásicos de la
economía política en Marx.
59
Dosse, F. (2004) Óp. Cit. (pp.333-334).
60
Althusser, L. (2000) (pp.23) “Para leer El Capital” 24° Ed. Siglo XXI Ed. España.
“El texto de Althusser contiene una profunda exigencia de rigor lingüístico, buscan-
do la clave de la problemática en el interior del texto, a la vez que ofrece un método
que, al estilo del análisis freudiano, considera que la realidad esencial es la más
escondida”.62
Recordemos que el origen del debate acerca de cómo explicar la relación entre los
dos aspectos que componen el modo de producción (la estructura económica y la
superestructura ideológica) fue motivado centralmente por un párrafo escrito por
Marx y Engels en La ideología alemana, donde se afirmaba que: “En la producción
social de su existencia, los hombres establecen determinadas relaciones, necesa-
rias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden
a un determinado estadio evolutivo de sus fuerzas productivas materiales. La to-
talidad de esas relaciones de producción constituye la estructura económica de la
sociedad, la base real sobre la cual se alza un edificio (Uberbau) jurídico y político,
y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de
producción de la vida material determina (bedingen) el proceso social, político e
intelectual de la vida en general”.63
61
Ibíd. (pp.24-25).
62
Dosse, F. (2004) (pp.238) Óp. Cit.
63
Marx, Karl- Engels, Friedrich (1985) “La ideología alemana”. Ediciones Pueblo Unidos-Editorial Car-
tago. Buenos Aires.
64
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) “La Teoría Social de Karl Marx” en Von Sprecher (coord.) Teorías
Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
65
Carta de Engels a Bloch, Londres, 21-22 de setiembre de 1890. En: Marx-Engels: Obras escogidas.
(Marx, Karl-Engels, Friedrich: Obras escogidas. 1957. Editorial Cartago. Buenos Aires.
66
Althusser, L. (2005) (pp.16) “Ideología y aparatos ideológicos del Estado”. Ed. Nueva Visión. Bs. As.
67
Esta frase se encuentra en página 17 del texto de Althusser, pero pertenece a La Ideología Alemana
Marx y Engels. No está citada en su texto pero se ha vuelto sumamente conocida porque los debates
alrededor del mecanicismo marxista hizo que numerosos autores la citaran.
“Podemos decir entonces que la gran ventaja teórica de la tópica marxista, y por lo
tanto de la metáfora espacial del edificio (base y superestructura), consiste a la vez
en hacer ver que las cuestiones de determinación (o índice de eficacia) son funda-
mentales, y en hacer ver que es la base lo que determina en última instancia todo
el edificio; por lógica consecuencia, obliga a plantear el problema teórico del tipo de
eficacia “derivada” propio de la superestructura, es decir, obliga a pensar en lo que
la tradición marxista designa con los términos conjuntos de autonomía relativa de la
superestructura y reacción de la superestructura sobre la base”68 .
“Para simplificar nuestra exposición, y considerando que toda formación social de-
pende de un modo de producción dominante, podemos decir que el proceso de pro-
ducción emplea las fuerzas productivas existentes en y bajo condiciones definidas”.
68
Óp. Cit. (2005) (pp.17-18) “Ideología y aparatos ideológicos del Estado”. Ed. Nueva Visión. Bs. As.
69
Althusser, L. (2005) (pág. 10) Óp. Cit.
70
Ibíd. (pp. 18).
158
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
71
Althusser, L. (2005) (pág. 12) Óp. Cit.
72
Ibíd. (pp. 13).
73
Althusser, L. (2005) (pág. 18) Óp. Cit.
160
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Para este autor, cuando se habla de Estado, debe incluirse como parte de él:
También Althusser distingue entre “aparato del Estado” y “poder del Estado”76 :
2. “Se puede decir que esta distinción entre poder de Estado y aparato de
Estado forma parte, de manera explícita, de la “teoría marxista” del Es-
tado (…). Para resumir este aspecto de la “teoría marxista del Estado”,
podemos decir que los clásicos del marxismo siempre han afirmado que:
74
Ibíd. (pp. 19).
75
Ibíd. (pp. 19).
76
Ibíd. (pp. 22-23).
Hasta aquí Althusser hace una revisión sobre lo estudiado, adoptando una posición
más bien ortodoxa del Estado, y precisando en la distinción arriba comentada. Pero
además, estas precisiones le sirven para realizar un aporte sustantivo a la teoría:
la idea de “Aparatos Ideológicos de Estado” (AIE), en tanto “… otra realidad que
se manifiesta junto al aparato (represivo) de Estado, pero que no se confunde con
él” por oposición al “Aparato de Estado” (AE) o “Aparato represivo de Estado” que
funciona mediante la violencia o lo que es lo mismo, la represión material o sim-
bólica “… por lo menos en situaciones límite (pues la represión administrativa, por
ejemplo, puede revestir formas no físicas)”.77
En relación a la cantidad:
77
Althusser, L. (2005) (pp. 22-23) Óp. Cit
78
Ibíd. (pp. 24-25).
162
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Pensemos, por ejemplo, en las sanciones que impuso la cúpula eclesiástica de Córdoba
Ej. durante el mes de junio de 2010, cuando en momentos en que se debatía en la legislatura de
esa provincia el proyecto de Ley que habilita el matrimonio entre personas del mismo sexo,
el sacerdote Allesio declaró por los Medios televisivos su apoyo a que esa ley se apruebe.
Como medida sancionatoria se aplicó un apercibimiento que mostraba, también públicamen-
te, tanto el poder de la jerarquía eclesiástica, como su capacidad para reprimir a quienes,
dentro de su ámbito, se expresen de modo contrario a la posición ideológica dominante que
sostiene.
79
Althusser, L. (2005) (pp. 25) Óp. Cit.
80
Ibíd. (pp. 27).
Para este punto, Althusser toma de Gramsci81 la idea de que: “La distinción entre
lo público y lo privado es una distinción interna del derecho burgués, válida en
los dominios (subordinados) donde el derecho burgués ejerce sus “poderes”(…)
el Estado, que es el Estado de la clase dominante,(…) ¿Sería útil mencionar que
esta determinación del doble “funcionamiento” (de modo predominante, de modo
secundario) con la represión y la ideología según se trate del aparato (represivo) de
Estado y la de los aparatos ideológicos de Estado?... [la observación] nos encami-
na hacia la comprensión de lo que constituye la unidad del cuerpo, aparentemente
dispar, de los AIE. Si los AIE “funcionan” masivamente con la ideología en forma
predominante, lo que unifica su diversidad es ese mismo funcionamiento, en la me-
dida en que la ideología con la que funcionan, en realidad está siempre unificada,
a pesar de su diversidad y sus contradicciones, bajo la ideología dominante, que
es la de la “clase dominante. Si aceptamos que, en principio, la “clase dominante”
tiene el poder del Estado (en forma total o, lo más común, por medio de alianzas
de clases o de fracciones de clases) y dispone por lo tanto del aparato (represivo)
de Estado, podemos admitir que la misma clase dominante sea parte activa de los
aparatos ideológicos de Estado… Porque sabemos que ninguna clase puede tener
en sus manos el poder de Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su
hegemonía sobre y en los aparatos ideológicos de Estado.” 82
81
No se justifica aquí explayarse en los aportes de este autor, por la escasa referencia que Althusser
realiza de él. De todas maneras, el lector podrá consultar la Unidad 4, donde se realizará una descrip-
ción pormenorizada para tener una comprensión acabada de la perspectiva gramsciana.
82
Althusser, L. (2005) (pp 27a 29) Óp. Cit.
83
Nuevamente remitimos aquí al lector a revisar los contenidos sobre Marx desarrollados en Unidad 2.
164
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
El autor insistirá en la acción de dominación coordinada que ejercen, cada AIE des-
de su especificidad, hacia la consolidación de la ideología dominante. Es de des-
tacar lo que afirma de la acción de los AIE de Información, los Medios Masivos de
Difusión y de actividades culturales y deportivas, utilizadas con fines de distracción
de los asuntos que deberían preocupar a los miembros de una sociedad.
“Todos los aparatos ideológicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo
resultado: la reproducción de las relaciones de producción. (…) Cada uno de ellos
concurre a ese resultado único de la manera que le es propia: el aparato político
sometiendo a los individuos a la ideología política de Estado, la ideología “demo-
crática”, “indirecta” (parlamentaria) o “directa” (plebiscitaria o fascista); el aparato
de información atiborrando a todos lo “ciudadanos” mediante la prensa, la radio, la
televisión, con dosis diarias de nacionalismo, chauvinismo, liberalismo, moralismo,
etcétera. Lo mismo sucede con el aparato cultural (el rol de los deportes es de pri-
mer orden en el chauvinismo.”86
Resulta muy oportuno hacer una breve referencia a la actividad mediática destina-
da a difundir abrumadoramente las instancias de mundiales de fútbol, por ejemplo,
insistiendo en otros valores no estrictamente deportivos: sentimientos de nacio-
nalidad, puesta en juego de valores de “argentinidad” o disfrazando “revanchas
políticas” con “revanchas deportivas” que exaltan sentimientos de enemistad con
equipos deportivos tomados como clásicos rivales del futbol, pero agregándoles
otros sentimientos vinculados a lo nacional. Todo ello sucede mientras se ocultan
problemas sustantivos para una parte mayoritaria de la sociedad, como la desnutri-
ción y muerte infantil, los altos índices de desocupación, etc.
84
Ibíd. (pp. 30-31).
85
Althusser, L. (2005) (pp. 33) Óp. Cit.
86
Ibíd. (pp. 35).
Hacia el sexto año, una gran masa de niños cae “en la producción”: son los obre-
ros a los pequeños campesinos. Otra parte de la juventud escolarizable continúa:
bien que mas se encamina y termina por cubrir puestos de pequeños y medianos
cuadros, empleados, funcionarios, pequeños y medianos, pequeño – burgueses de
todo tipo.
Una última parte llega a la meta, ya sea para caer en la semidesocupación intelectual,
ya para proporcionar, además de los “intelectuales del trabajador colectivo”, los agen-
tes de la explotación (capitalistas, empresarios, los agentes de la represión militar
(militares, policías, políticos, administradores, etc.) y los profesionales de la ideología
(sacerdotes de todo tipo, la mayoría de los cuales son “laicos” convencidos).
Cada grupo está prácticamente provisto de la ideología que conviene al rol que
debe cumplir en la sociedad de clases: rol de explotado (con “conciencia profesio-
nal”, “moral”, “cívica”, “nacional”, y apolítica altamente “desarrollada”); rol de agente
de explotación (saber mandar y hablar a los obreros: las “relaciones humanas”); de
agentes de represión (saber mandar y hacerse obedecer “sin discutir” o saber ma-
nejar la demagogia de la retórica de los dirigentes políticos), o de profesionales de
la ideología que saben tratar a las conciencias con respeto, es decir el desprecio, el
chantaje, la demagogia convenientes adaptados a los acentos de la Moral, la Virtud,
la “Trascendencia”, la Nación,… Por supuesto, muchas de esas virtudes contrasta-
das (modestia, resignación, sumisión por una parte, y por otra cinismo, desprecio,
altivez, seguridad, grandeza, incluso bien decir y habilidad) se enseñan también en
la familia, la iglesia, el ejército, en los buenos libros, en los filmes, y hasta en los
estadios. Pero ningún aparato ideológico de Estado dispone durante tantos años de
la audiencia obligatoria (y por si fuera poco, gratuita…), 5 a 6 días sobre 7 a razón
de 8 horas diarias, de formación social capitalista”.87
“Naturalmente, los mecanismos que producen este resultado vital para el régimen
capitalista están recubiertos y disimulados por una ideología de la escuela universal-
mente reinante, pues ésta es una de las formas esenciales de la ideología burguesa
87
Althusser, L. (2005) (pp. 36-37) Óp. Cit.
166
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
dominante: una ideología que representa a las escuela como un medio neutro, des-
provisto de ideología (puesto que es (…) laico), en el que maestros respetuosos de
la “conciencia” y la “libertad” de los niños que les son confiados (con toda confianza)
por sus “padres” (que también son libres, es decir propietarios de sus hijos), los en-
caminan hacia la libertad, la moralidad y la responsabilidad de adultos mediante su
propio ejemplo, los conocimientos, la literatura y sus virtudes “liberadoras.
Pido perdón por esto a los maestros que, en condiciones espantosas, intentan vol-
ver contra la ideología, contra el sistema y contra las prácticas de que son prisione-
ros, las pocas armas que puede hallar en la historia y el saber que ellos “enseñan”.
Son una especie de héroes. Pero no abundan, y muchos (la mayoría) no tienen
siquiera la más remota sospecha del “trabajo” que el sistema (que los rebasa y
aplasta) les obliga a realizar y, peor aún, ponen todo su empeño e ingenio para
cumplir con la última directiva. Están lejos de imaginárselo que contribuyen con su
devoción a mantener y alimentar esta representación ideológica de la escuela, que
la hace “natural” e indispensable, y hasta bienhechora, a los ojos de nuestros con-
temporáneos como la iglesia era “natural”, indispensable y generosa para nuestros
antepasados hace algunos siglos”.88
Acerca de la Ideología
Por otro lado, se advierte una continuidad con el propósito de otorgar cientificidad
a los análisis, en este caso, a la noción de ideología, más precisamente el proyecto
de una “teoría de la ideología en general y no de una teoría de las ideologías parti-
culares, que siempre expresan posiciones de clase”.89
Es indispensable retener y enfatizar en una distinción que será la que guíe todo
el razonamiento del autor, debido a que no es lo mismo para Althusser “Ideolo-
gía” (en general, sin “s” final, en singular) que “Ideologías” (particulares, con “s”
final, en plural). Va a afirmar que proponer una teoría de las Ideologías implica
estudiar las formaciones sociales, los modos de producción y las luchas de clase
en un determinado periodo, porque son el producto de las relaciones económicas,
son particulares y de clase. Esta determinación hace que no pueda elaborarse una
“Teoría de las Ideologías” que sea general. En cambio sí ve factible una Teoría de
la Ideología en general.
88
Ibíd. (pp. 38).
89
Ibíd. (pp. 39).
Althusser afirmará que esta afirmación de Marx (que la ideología no tiene historia)
es una afirmación en sentido negativo, debido a que no tiene historia porque la
historia se encuentra fuera de ella), a lo que contrapone un sentido positivo: “Si
realmente es propio de la ideología el estar dotada de una estructura y un funciona-
miento tales que la constituyen en una realidad no-histórica, es decir, omnihistórica,
en el sentido en que esa estructura y ese funcionamiento, bajo una misma forma,
inmutable, está presente en lo que se llama la historia toda… nuestra proposición
(…) [debe] ser puesta en relación directa con aquella proposición de Freud que
afirma que el “inconsciente es eterno”, o sea, no tiene historia. Si eterno no quiere
decir trascendente a toda historia (temporal), sino omnipresente, transhistórico y
por lo tanto, inmutable en su forma en todo el transcurso de la historia, yo retomaré
palabra por palabra la expresión de Freud y escribiré: la ideología es eterna, igual
que el inconsciente”.91
“Tesis 1: “La ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus
condiciones reales de existencia. (…) Estas “concepciones del mundo” son en gran
parte imaginarias, es decir, no se corresponden a la realidad (…) los hombres se
representan en forma imaginaria sus condiciones reales de existencia”. Y continúa
preguntándose el autor: “¿por qué los hombres “necesitan” esta transposición ima-
ginaria de sus condiciones reales de existencia para “representarse” sus condicio-
nes de existencia reales?”
La primera respuesta (la del siglo VIII) propone una solución simple: es culpa de los
Curas o de los Déspotas que “forjaron” las “Bellas mentiras” para que los hombres,
creyendo obedecer a Dios, obedezcan en realidad a los Curas o a los Déspotas
(…) la causa de la transposición imaginaria es la existencia de un pequeño grupo
de hombres cínicos que basan su dominación y explotación del “pueblo” en una
representación falseada del mundo que han imaginado para esclavizar los espíritus
mediante el dominio de su imaginación.
Sin embargo Althusser va a decir que estas dos respuestas son falsas, porque lo
que los hombres se representan es “la relación que existe entre ellos y las condicio-
nes de existencia... En esta relación está contenida la “causa” que debe dar cuenta
de la deformación imaginaria de la representación ideológica del mundo real.”93
90
Althusser, L. (2005) (pp. 41) Óp. Cit.
91
Ibíd. (pp. 42).
92
Althusser, L. (2005) (pp. 44-45) Óp. Cit.
93
Ibíd. (pp. 45).
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Althusser dirá en la “Tesis 2: “La ideología tiene una existencia material (…) las
“ideas” o “representaciones”, etc. de las que parece compuesta la ideología, no
tienen existencia ideal, idealista, espiritual, sino material… veamos lo que pasa
en los “individuos” que viven en la ideología, o sea con una representación deter-
minada… Un individuo cree en Dios, o en el Deber… Tal creencia depende de las
ideas de dicho individuo, por lo tanto, de él mismo en tanto sujeto poseedor de una
conciencia… el dispositivo el comportamiento (material) de dicho sujeto deriva de él
naturalmente. El individuo en cuestión se conduce de tal o cual manera, adopta tal
o cual comportamiento práctico y, además, participa en ciertas prácticas reguladas
que son las del aparato ideológico del cual “dependen” las ideas que él ha elegido
libremente, con toda conciencia, en su calidad de sujeto. Si cree en Dios, va a la
iglesia para asistir a misa… todo “sujeto” dotado de una “conciencia” y que cree en
las “ideas” que su “conciencia” le inspira y acepta libremente, debe “actuar según
sus ideas”, debe traducir en los actos de su práctica material sus propias ideas de
sujeto libre. (…) nosotros hablaremos de actos insertos en prácticas. Y destacare-
mos que tales prácticas están reguladas por rituales en los cuales se inscriben, en
el seno de la existencia material de un aparato ideológico (…).94 ”
Para explicar aún con más claridad esta noción de sujeto, y sustentar la idea de: “La
ideología interpela a los individuos como sujetos” el autor enuncia dos tesis:
Esto último significa que: “O sea: sólo existe ideología para los sujetos concretos, y
esta destinación de la ideología es posible solamente por el sujeto: es decir por la
categoría de sujeto y su funcionamiento (…) la categoría de sujeto es constitutiva
de toda ideología sólo en tanto toda ideología tiene por función (función que la de-
fine) la “constitución” de los individuos concretos en sujetos. El funcionamiento de
toda ideología existe en ese juego de doble constitución, ya que la ideología no es
nada más que su funcionamiento en las formas materiales de la existencia de ese
funcionamiento”.96
Althusser afirmará que la primera evidencia es que todos somos sujetos, y como
tales, “practicamos sin interrupción los rituales de reconocimiento ideológico (…)
tal reconocimiento nos da solamente la “conciencia” de nuestra práctica incesante
(eterna) de reconocimiento ideológico… pero no nos da en absoluto el conocimiento
(científico) del mecanismos de este reconocimiento (…). Entonces, para represen-
tar por qué la categoría de sujeto es constitutiva de la ideología, la cual sólo existe
94
Ibíd. (pp. 49-50).
95
Ibíd. (pp. 51).
96
Ibíd. (pp. 52).
El ejemplo que más claramente puede ser descripto es el del Cristianismo, que interpela a los Ej.
individuos como sujetos, en nombre de un sujeto único, en este caso en nombre del “dios”
cristiano que “llama” a los sujetos “hijos” y prescribe comportamientos para ser considerados
“sujetos de la ideología – cristianos”.
“(…) Debemos señalar que todo este “procedimiento” que pone en escena sujetos
religiosos cristianos está dominado por un fenómeno extraño: tal multitud de sujetos
religiosos posibles existe sólo con la condición absoluta de que exista Otro Sujeto
Único, Absoluto, a saber, Dios… Resulta entonces que la interpelación a los indivi-
duos como sujetos supone la “existencia” de otro sujeto, Único y central, en Nombre
del cual la ideología religiosa interpela a todos los individuos como sujetos (…). Lo
cual significa que toda ideología está centrada, que el Sujeto Absoluto ocupa el lu-
gar único del Centro e interpela a su alrededor a la infinidad de los individuos como
sujetos en una doble relación especular tal que somete a los sujetos al Sujeto, al
mismo tiempo que les da en el Sujeto en que todo sujeto puede contemplar su pro-
pia imagen (presente y futura)”.98
2) Su sujeción al Sujeto.
4) La garantía absoluta de que todo está bien como está y de que, con la
condición de que los sujetos reconozcan lo que son y se conduzcan en
consecuencia (…).”
Como se deduce del análisis, esta puede considerarse la veta que más claramente
coloca al autor en una posición estructuralista, haciendo del sujeto una categoría
de segundo orden, sometido a una ideología y necesitando ser interpelado por ella
para ser considerado sujeto, para pasar de ser “individuo” a “sujeto”.
97
Althusser, L. (2005) (pp. 55) Óp. Cit.
98
Ibíd. (pp. 55).
99
Ibíd. (pp. 61-62).
170
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Actividad de Autoevaluación 7
1) ¿Qué tipo de análisis hace Althusser de la obra de Marx en Para leer El Capital?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
2) ¿Por qué afirma el autor que la reproducción de las condiciones materiales y de la fuerza
de trabajo se producen “fuera” de la empresa?
……………………………………………………………………………………………
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3) ¿Qué tienen en común y en qué se diferencian los AE y los AIE? ¿Por qué afirma que la
Escuela es el AIE más importante?
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6) Qué significa la tesis que afirma “La ideología representa la relación imaginaria de los
individuos con sus condiciones reales de existencia”
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7) Explique por qué el autor dirá que la Ideología tiene existencia material
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8) ¿Qué diferencia que “la ideología interpela a los individuos como sujetos”?
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El libro de Pêcheux Análisis Automático del discurso es una de las muestras más
cabales de la dirección estructuralista en el ámbito de la semiótica, a la vez que re-
fleja la conclusión de las reflexiones epistemológicas compartidas con Canguilhem
y Althusser desde 1966.
“Denise Maldidier afirmará que con él, Pêcheux contribuirá decisivamente a la cons-
titución del análisis del discurso como disciplina científica. El trayecto teórico del
autor está orientado hacia una mirada global, de totalidad, y desde el principio se
propuso articular dos continentes de la lingüística: el materialismo histórico y el
psicoanálisis. La irrupción del análisis del discurso a fines de los ´60 ofreció a los
lingüistas un modo de enfocar la relación entre lengua e historia; hizo salir a los
marxistas del discurso especulativo de la filosofía del lenguaje”.100
Para Pëcheux, “El punto de articulación de esta primera parte está constituido por
la relación entre las tres regiones…plantearemos en primer lugar que la región del
materialismo histórico que nos concierne aquí es la de la superestructura ideológica
en su relación con el modo de producción que domina la formación social conside-
rada. Los trabajos marxistas recientes muestran que es insuficiente considerar la
superestructura ideológica, como la expresión de la “base económica”, como si la
ideología estuviera constituida por la “esfera de las ideas” por encima del mundo
de las cosas, de los hechos económicos, etc… La región de la ideología debe es-
tar caracterizada por una materialidad específica, articulada sobre la materialidad
económica: más particularmente, el funcionamiento en la instancia ideológica debe
ser concebido como “determinado en última instancia” por la instancia económica
en la medida en la que aparece como una de las condiciones (no económicas) de
la producción de la base económica (…).”101
100
Maldidier, D. (1992) (pp. 203) La inquietud del discurso. Un trayecto en la historia del análisis del dis-
curso: el trabajo de Michel Pècheux” en Re. Signo y Seña. Revista del Instituto de Lingüística, Discurso
/ Historia. Fac. de Filosofía y Letras. UNC Nº 1. Nov. De 1992.
101
Pêcheux, M. (1978) Hacia el análisis automático del discurso. Ed. Gredos. Madrid.
172
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Para comprender cómo el autor establece la relación del discurso con las condicio-
nes de producción, es necesario primero entender el funcionamiento que Pêcheux
entiende tiene la instancia ideológica.“(…) En cuanto a la reproducción de las rela-
ciones de producción consiste en lo que se ha podido llamar la interpelación o la
subjetivización del sujeto como sujeto ideológico de tal manera que cada uno esté
conducido sin darse cuenta y teniendo la impresión de ejercer su libre voluntad,
para ocupar su puesto en una u otra de las dos clases sociales antagonistas del
modo de producción (o en tal categoría, capa o fracción de clase ligada a alguna
de ellas)… Esta reproducción continua de las relaciones de clase… está asegurada
materialmente por la existencia de realidades complejas que han sido llamadas por
Althusser con el nombre de “aparatos ideológicos de Estado.104 ”
102
Maldidier, D. (1992) (pp. 203) Óp. Cit.
103
Ibíd. (pp.206).
104
Pêcheux, M. (1978) (pp. 232) Óp. Cit.
105
Pêcheux, M. (1978) (pp. 232) Óp. Cit.
Así como el autor subordina el discurso a la ideología, dándole a esta última mayor
grado de abarcabilidad y explicando que “lo contiene”, propone que las formacio-
nes ideológicas son más amplias que las formaciones discursivas, ya que puede
haber más de una formación discursiva en una única formación ideológica. Son
aquellas (las formaciones discursivas) las que establecen los límites de lo que es
posible de ser “dicho”, en diferentes formas: una arenga, un panfleto, un informe, un
programa, etc. desde una posición dada, un momento dado, en una coyuntura.
El autor retoma aquí la afirmación althusseriana por la cual “la ideología interpela
a los sujetos”, precisando que esta, en tanto ley que constituye a la “Ideología” (en
singular), nunca se da en general, sino que siempre aparece a través de un con-
junto complejo de “formaciones ideológicas” (ideologías en plural de Althusser), es
decir, determinando según una fase histórica concreta y las luchas de clases que
se dan en ella, las formaciones discursivas (que definen lo que se puede decir en
ese momento).
El ejemplo que toma Pêcheux es el mismo que aborda Althusser: “la formación ideológica
religiosa constituye, en el modo de producción feudal, la forma de ideología dominante, Ej.
realiza la “interpelación de los individuos en sujetos” a través del Aparato Ideológico de Esta-
do religioso, “especializado” en las relaciones de Dios con los hombres, sujetos de Dios, en la
forma específica de ceremonias (oficios, bautismos, bodas y entierros) que, bajo la figura de
la religión, intervienen en realidad en las relaciones jurídicas y en la producción económica,
por tanto, en el interior mismo de las relaciones de producción feudales”.107
Otro concepto incorporado por Pêcheux con un alto valor teórico es el de interdis-
curso, en tanto el discurso se constituye a partir de lo discursivo ahí presente, que
“ello habla” siempre antes, en otra parte, independientemente. No se confunde con
la intertextualidad de Bajtin, sino que trabaja el espacio ideológico – discursivo en
el que se despliegan las formaciones discursivas en función de relaciones de domi-
nación, subordinación, contradicción. La relación se instituye con lo preconstruido:
las estructuras sintácticas autorizan, ya antes que el sujeto realice la aserción, la
presentación de ciertos elementos, que son estructuras de determinación (determi-
nan lo que se dirá). Estas estructuras determinantes tienen fragmentos discursivos
venidos de otra parte y construidos con anterioridad. “El intradiscurso, se concibe
como lo “no dicho” que atraviesa “lo dicho” sin fronteras reconocibles. Bajo la domi-
nación de la ideología dominante y del interdiscurso, el sentido se constituye en la
formación discursiva, a espaldas del sujeto que, ignorante de su sujetamiento por lo
ideológico, se cree dueño de su discurso y fuente de sentido”.108
109
Ibíd. (pp.234).
107
Pêcheux, M. (1978) (pp. 235) Óp. Cit.
108
Maldidier, D. (1992) (pp. 207) Óp. Cit.
174
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Actividad de Autoevaluación 8
109
Pêcheux, M. (1978) (pp. 237-240) Óp. Cit
Se agrega aquí una referencia breve a los aportes más trascendentes de este autor
debido a que la perspectiva sociológica que propone, aunque no fue desarrollada
atendiendo primordialmente a lo comunicacional, brinda valiosos aportes para el
pensar comunicativo en el análisis de lo social.
110
Von Sprecher, R. (2007) (pp.80) “Teorías Sociológicas. Introducción a los contemporáneos”. Ed. Bru-
jas. Córdoba.
111
Von Sprecher, R. (2007) (pp.80) Óp. Cit.
176
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
El punto de partida del análisis de lo social lo constituyen las estructuras que los
hombres no elijen, ajenas a su voluntad y conciencia, y que encuentran como con-
dicionamientos al nacer. Sin embargo la incorporación a cualquiera de esas es-
tructuras supone también la posibilidad de ejercer efectos sobre ella. “Así, para
Bourdieu hay un primer momento objetivista de análisis e indagación, en el cual se
caracterizan las estructuras sociales externas, lo objetivo y un segundo momento
que será subjetivista, considerando las estructuras sociales internas, subjetivas, o
lo social hecho cuerpo. Pero entre ambos momentos, los agentes sociales se en-
frentan a situaciones – en las relaciones con los otros agentes sociales – ante las
cuales no tienen otra alternativa que tomar decisiones y realizar prácticas, aunque
no las hagan reflexivamente”.112
Una estructura para Bourdieu es el conjunto de posiciones que ocupan los agentes
sociales y las relaciones entre esas posiciones.
Ej. “Por ejemplo, en tanto pertenezco a una clase social, la fracción dominada de los dominantes,
supongamos, forma parte de una estructura que existe objetivamente independientemente
de la voluntad de los otros agentes sociales. Para este autor, las relaciones entre quienes
forman parte de una estructura social son relaciones de lucha y de dominación, entre y de
agentes sociales que ocupan posiciones desiguales y entre ellos se relacionan a partir
de esa desigualdad, algunos están arriba, otros abajo, otros al medio”113 .
“Se puede representar así al mundo social en forma de espacio (de varias dimen-
siones) construido sobre la base de principios de diferenciación o distribución cons-
tituidos por el conjunto de las propiedades que actúan en el universo social, es
decir, las propiedades capaces de conferir a quien las posea con fuerza, poder,
en ese universo. Los agentes y grupos de agentes se definen entonces por sus
posiciones relativas en ese espacio (…). En la medida en que las propiedades re-
tenidas para construir ese espacio son propiedades actuantes, también podemos
describirlo como un campo de fuerzas objetivas que se imponen a todos los entran
en ese campo y que son irreductibles a las intenciones de los agentes individuales
o incluso a las interacciones directas entre los agentes”114.
Las propiedades actuantes serán para Bourdieu las diferentes especies de poder o
de capital que estará vigente en un campo, pero este poder no es abordado como
una posesión, algo que se tiene en términos absolutos, sino que, por un lado, de-
penderá de lo que en cada campo se torne valioso, pero también de los capitales
que manejen otros agentes que comparten el campo. De allí su concepción de
poder “relativo”.
112
Ibíd. (pp.18).
113
Ibíd. (pp.20-21).
114
Bourdieu, P. (1990) (pp.281-282) “Sociología y Cultura”. Ed. Grijalbo. México.
115
Bourdieu, P. (1990) (pp.281-282) Óp. Cit.
“Un ejemplo de “campo” puede ser el “campo periodístico”, con la primicia como capital Ej.
en juego, dominado por lo económico que a su vez tiende a distorsionar diversos campos
de la producción cultural o el campo político mismo, por su poder para hacer visibles los
acontecimientos”.116
Este es uno de los argumentos que se esgrimen cuando alguien se manifiesta en oposición
con la baja en la edad de imputabilidad de los menores, por ejemplo. Si un niño ha crecido Ej.
viviendo con abuelos y papá y mamá desocupados que reciben planes sociales y que mane-
jan como “habitual” mecanismos como el robo, es muy difícil que ese niño tenga un habitus
tendiente a ganarse la vida con el trabajo, que por otro lado se le hace inaccesible por la falta
de educación.
Bourdieu dirá que “sobre la base del conocimiento del espacio de las posiciones
podemos recortar clases (…) es decir, conjuntos de agentes que ocupan posicio-
nes semejantes y que, situados en condiciones semejantes y sometidos a condi-
cionamientos semejantes, tienen todas las probabilidades de tener disposiciones
e intereses semejantes y de producir, por lo tanto, prácticas y tomas de posición
semejantes”.119
Si se leyera solamente que las posiciones (lo objetivo) generan el hábitus (lo subje-
tivo), que a su vez producen las prácticas sociales, estaríamos ante un razonamien-
to netamente estructuralista. Sin embargo Bourdieu niega explícitamente el carác-
ter estructuralista de su teoría, porque afirma que es estructural – constructivista o
constructivismo – estructuralista. Afirmará que el hábitus sólo orienta las prácticas
sociales, ya que de ningún modo podría determinarlas ante la variedad de situacio-
116
Ibíd. (pp.143).
117
Ibíd. (pp.284).
118
Bourdieu, P (1988) (pp. 24 – 25) “La distinción”. Ed. Taurus. Madrid.
119
Bourdieu, P. (1988) (pp.284) Óp. Cit.
178
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
nes que pueden ir presentándose. Ante ellas, los agentes sociales tienen que tomar
activamente decisiones, al calor de la acción de la situación. “El hábitus no contiene
un mandato taxativo ante cada situación, la historia siempre pudo ser distinta. Lo
que los agentes efectivamente hagan es decidido por ellos mismos. La situación y
la necesidad de tomar decisiones constituyen la articulación que produce la apertu-
ra a la construcción social, al cambio, a la innovación”.120
Este autor sostiene que aún la teoría más objetivista: “debe integrar la representación
que los agentes se hacen del mundo social y… su contribución a la construcción de
la visión de ese mundo… por medio del trabajo de representación que efectúan
sin cesar para imponer su propia visión del mundo (…). La percepción del mundo
social es el producto de una doble estructuración social: por la parte “objetiva” esta
percepción está socialmente estructurada… por la parte “subjetiva”, está estructurada
porque los esquemas de percepción y de apreciación susceptibles de funcionar en un
momento dado, y en particular aquellos depositados en el lenguaje, son el producto
de luchas simbólicas anteriores y expresan, de manera más o menos transformada,
el estado de las relaciones de fuerza simbólica.” 121
120
Bourdieu, P. (1988) (pp.29-30) Óp. Cit.
121
Bourdieu, P. (1990) (pp.298) Óp. Cit.
122
Von Sprecher, R. (2007) (pp. 40) “Teorías Sociológicas. Introducción a los contemporáneos”. Ed. Bru-
jas. Córdoba.
123
Von Sprecher, R. (2007) (pp. 42-45). Óp. Cit.
Uno de los ámbitos que Bourdieu se explicita es el modelo del mercado lingüístico:
“hábitus lingüístico + mercado lingüístico = expresión lingüística, discurso.”
El autor describe cada uno de los términos del modelo, diciendo que el hábitus lin-
güístico es producir un discurso en situación (…) la ejecución no se puede deducir
del simple conocimiento de la competencia… para que las palabras sean atinadas,
para que sean redituables, para que produzcan el efecto deseado, hay que decir
no sólo las palabras que son gramaticalmente correctas, sino las que son social-
mente aceptables (…) la aceptabilidad supone la conformidad de las palabras, no
sólo a las reglas inmanentes a la lengua, sino también a las reglas, que se dominan
intuitivamente, inmanentes a una “situación”, o más bien a un determinado merca-
do lingüístico (…) Hay un mercado lingüístico cada vez que alguien produce un
discurso dirigido a receptores capaces de evaluarlo, apreciarlo y darle un precio. El
mercado lingüístico es algo muy concreto y a la vez muy abstracto. Concretamente,
es una situación social determinada, más o menos oficial y ritualizada, un conjunto
de interlocutores que se sitúan en un nivel más o menos elevado de la jerarquía
social (…) que orientan inconscientemente la producción lingüística. Si se define en
términos abstractos, es un tipo determinado de leyes (variables) de formación de pre-
cios de las producciones lingüísticas… El capital lingüístico es el poder sobre los
mecanismos de formación de precios lingüísticos, el poder para hacer que funcionen
en su propio provecho las leyes de formación de preciso y así recoger la plusvalía
específica124.
124
Bourdieu, P. (1990) (pp.144-147) Óp. Cit.
180
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 3
Actividad de Autoevaluación 9
Los temas que analizaron los autores tomados en este capítulo conforman una se-
lección que pretende dar cuenta, por un lado, de algunas preocupaciones que tuvie-
ron sobre temas que involucran la comunicación social en alguno de sus aspectos,
a la vez que mostrar los modos en que intentaron dar respuesta a los interrogantes
señalados.
Por otro lado se propone que la lectura muestre la línea de continuidad en el pen-
samiento que los autores manifiestan, en relación a la coincidencia epistemológica
que unifica la diversidad de disciplinas, temas y abordajes en el hilo conductor que
es la epistemología estructuralista.
Deberán comprenderse, por tanto, los análisis temáticos que realizó cada autor, a
la vez que conectar esta diversidad con la preocupación compartida, constituida por
un especial énfasis en la explicación de los mecanismos subyacentes, inaprecia-
bles a simple vista, que operan movilizando lo visible, lo superficial.
Será de suma utilidad para el lector considerar esta lectura transversal, que le per-
mitirá construir una noción amplia de comunicación, a la vez que se recomienda la
lectura completa de materiales que aquí se citan sólo en algunos párrafos.
182
UNNE-Virtual
Aportes teóricos de los
denominados estudios
culturales
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Introducción
La que se presenta aquí es una Escuela que atravesó por varias etapas, y que
en sus orígenes se constituyó en un lugar geográfico preciso (Midlands) y en un
espacio académico creado exclusivamente a los fines de investigación doctoral: el
Centro de Estudios Culturales Contemporáneos (CCCS) de Birmingham.
La Inglaterra anterior a 1964, fecha de creación formal del Centro, tuvo frondosos
antecedentes en Estudios Culturales a los que llamaremos aquí “Antecedentes de
la Escuela de Birmingham”. La “Primera Etapa” se considerará el periodo que va
entre 1964 y 1968, cuando el Centro tuvo el primer director, Richard Hoggart. La
“Segunda Etapa” nombrará el periodo que presidió el Centro Stuart Hall, entre 1968
y 1979; y la “Tercera Etapa” será considerada la que se dio con posterioridad a esa
fecha.
Las tres etapas tienen puntos de reflexión con diferencias importantes y soportes
epistemológicos también distintos. La “Primera Etapa” se reconoce por el caracte-
rístico tinte humanista, una intensa preocupación por la clase obrera y por su alto
compromiso político con ésta, con la que mantenían una estrecha vinculación.
La “Tercera Etapa” registra por un lado, una gran dispersión geográfica – se habla
de la “explosión” de los Estudios Culturales, desde los ´80 diseminados por Europa,
América del Norte y el Sur y Australia entre otros espacios – tanto como una enorme
diseminación temática. El foco de los análisis será la recepción de medios en el es-
pacio doméstico, las galerías comerciales, las identidades sociales, las etnias, entre
otros muchos, con una posición epistemológica que deshecha los vínculos de estos
procesos con las estructuras y concede preferencia a la dinámica intersubjetiva.
Pese a las enormes diferencias señaladas hay ejes comunes, que hacen que las
tres etapas se identifiquen con lo que genéricamente se denomina Estudios Cultu-
rales. Una de esas líneas unificadoras está conformada por una perspectiva activa
del sujeto, ya sea el obrero y su familia, el receptor de televisión, los individuos
reunidos por el género, la etnia o el espacio doméstico, a quiénes analizan como
individuos capaces de producir resignificaciones. A diferencia de la perspectiva es-
tructuralista, que se preocupó por indagar las estructuras profundas que sujetan al
sujeto, los Estudios culturales priorizarán lo que los sujetos hacen con lo que reci-
ben, vivencian o experimentan.
Otro eje común que atraviesa las tres etapas es el uso predominante de métodos
etnográficos, que a la vez que impiden resultados generalizables, facilitan la des-
cripción de fenómenos y procesos particulares, micro analizados, que favorecen
estudios pormenorizados de objetos menudos, circunscriptos a los límites de lo
observable y sin aspiraciones de resultados replicables en otros casos.
A lo largo de la Inglaterra del último tercio del siglo XIX, los debates sobre “Cultura”
y “Sociedad” se realizaban en artículos que diferentes autores producían en revis-
tas diversas, sobre todo desde la literatura. Una de ellas fue Socialist League, en la
que escribían Mattheu Arnold, John Ruskin y William Morris.
“Los tres escritores comparten una misma actitud crítica hacia la civilización mo-
derna. Estigmatizaban al siglo XIX como el “siglo de las calamidades” en el que
triunfan el “mal gusto” de la sociedad de masas y la pobreza de su cultura. Insis-
tían en denunciar el trabajo mecanizado, el urbanismo inorgánico, la uniformización
en el vestir, una desmesurada proliferación de paneles publicitarios, la omnipresen-
cia de productos alterados. En opinión de estos escritores, todo esto desfiguró la
vida cotidiana y destruyó el “deseo de producir cosas hermosas”.1
En otras palabras, el interés por lo cultural surge, entre otras cosas, porque se
advierte la emergencia de formas culturales jerarquizadas, diferentes, y en íntima
vinculación con la formación de clases sociales producto del capitalismo industrial.
Esto había preocupado especialmente a Matthew Arnold (1822 - 1888), quién defi-
nió las diferentes culturas en su obra Culture and Anarchy, en 1869.
1
Mattelart A. y Neveu E. (2002) (pp. 24) “Los Cultural Studies. Hacia una domesticación del pensamiento
salvaje”. Ed. de Periodismo y Comunicación N° 20. La Plata.
2
Ibíd. (pp. 25).
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Los Cultural Studies. Hacia una domesticación del pensamiento salvaje.
Ed. de Periodismo y Comunicación N° 20. La Plata.
186
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Durante esos años, autores como Mac Donald y Edwuard Shils sostuvieron dis-
crepancias referidas a la cultura de masas. Mientras para el primero ésta era un
fenómeno que significaba una amenaza de crisis para la cultura y la democracia
(de allí que en la división establecida por Umberto Eco en su libro Apocalípticos e
Integrados Mac Donald se identifique con el primer término, debido a que critica a
la cultura de masas por la vulgaridad intelectual de los consumidores), para Shils
(considerado un “integrado” en los conceptos de Eco) significaba el acceso a mi-
llones de personas a la cultura del ocio y esto era motivo de regocijo, porque veía
en la nueva cultura una garantía de progreso. Lo único que diferenciaba la posición
de Mac Donald de la de Shils era que mientras el primero sostenía que la cultura
superior había sido anegada por las otras dos, Shils afirmaba que había una mezcla
entre los tres niveles y que la cultura brutal no había socavado los cimientos de la
cultura superior.
Este debate, según Mattelart, escondía otro más profundo que estaba vinculado
a la relación entre “cultura de masas” y “sociedad de masas”, que los llamados
integrados asimilan como el fin de la sociedad de clases. De allí que Shils, en los
años ‘70 acuerde con Daniel Bell, quien escribió un libro denominado The End of
Ideology (1962) sosteniendo que ya no hay “clases” ni “ideologías”.
4
Esta tripartición fue señalada por Umberto Eco, en su texto Apocalípticos e Integrados.
5
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp. 25)
6
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp. 26)
7
Ibíd. (pp. 25).
188
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Actividad de Autoevaluación 1
1) ¿Cómo concebían la cultura los intelectuales ingleses hacia fines del siglo XIX?
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Una de las características más destacadas del Centro de Birmingham será la re-
ferida a que los autores de la Primera y Segunda Etapas incorporaron lecturas de
otros estudiosos, hasta entonces no considerados en las islas británicas. Cuando
se afirma que el Centro fue una plataforma de importación de teorías se hace refe-
rencia precisamente a esta apertura a considerar otros autores como sustentos de
sus propias reflexiones.
Aunque no todos siguieron los mismos textos, puede afirmarse que hubo lectu-
ras compartidas de Carlos Marx8 , Georg Luckacs, Antonio Gramsci y de Louis
Althusser, entre otros autores. Así como ocurrió con los teóricos de la Escuela de
Frankfurt, los autores de la primera etapa abrevaron de los principales aportes de
Marx para realizar sus desarrollos, pero fue Stuart Hall quien hizo una adaptación
más sistemática de este autor.
8
Para revisar una síntesis de una parte de la propuesta de Marx se sugiere al lector revisar el capítulo 2.
Se completará en este capítulo otro aspecto – complementario de lo ya desarrollado – del mismo autor,
a los fines de clarificar la posición de Stuart Hall.
“Coherente con esta crítica Marx estudia los individuos del siglo XVIII como el re-
sultado del desarrollo histórico que muestra la disolución de las formas de sociedad
feudal y la evolución de fuerzas productivas desplegadas desde el siglo XVI cuan-
do, aún de un modo incipiente, comenzaron a producirse los cambios que harían
posible que la sociedad europea llegue al siglo XVIII con una forma de sociedad
capitalista basada en el trabajo asalariado”.9
9
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) (pp. 50) “La Teoría Social de Karl Marx” en Von Sprecher (coord.)
Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
10
Marx, K y Engels, F. (1970) (pp.19-28-29) “La Ideología Alemana”. Coedición: Ediciones Pueblos Uni-
dos. Montevideo - Ediciones Grijalbo. Barcelona. 3º Edición.
11
Marx, Karl (1997) (pp.5) “Prólogo a la contribución a la crítica de la economía política”. En: Introducción
general a la crítica de la economía política (1857). Siglo XXI Editores. México.
12
Se afirma que la separación es sólo “analítica” porque en realidad no son dos cosas separadas: la
“producción en general” se encuentra desplegada en un modo de “producción particular”, propio de un
determinado momento histórico. Por esta razón, estudiar un particular modo de producción, por ejemplo
el capitalismo, permite ver cuáles son los elementos comunes a otros modos de producción y cuáles son
los aspectos específicos de éste modo en particular, que lo hace diferente de otros que se desarrollaron
en otros momentos de la historia humana.
13
Marx, Karl (1997) Óp. Cit. (pp.5).
14
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) (pp. 53) “La Teoría Social de Karl Marx” en Von Sprecher (coord.)
Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.
Si se toma ahora la dupla Producción y Distribución Marx afirmará que según una
concepción superficial, la distribución aparece como distribución de los productos
y de tal modo, como independiente de la producción. Sin embargo, antes de ser
distribución de los productos (en la etapa anterior a la producción y anterior a la
producción misma) la distribución es15 :
El Modo de Producción es definido por Marx como: “El modo como los hombres
producen sus medios de vida y depende, ante todo, de la naturaleza misma de
los medios de vida con que se encuentran y que se trata de reproducir”.18 Este
modo de producción no debe considerarse solamente en cuanto es la reproducción
de la existencia física de los individuos, sino que también deberá considerarse la
ideología. En otras palabras, el Modo de Producción posee una estructura material
(económica) y una superestructura ideológica.
Los elementos que conforman la Estructura Material son las Fuerzas Producti-
vas y las Relaciones Sociales de Producción mientras que en la superestructura
ideológica encontramos las formas de conciencia social y el Estado, temas que
ya fueron analizados en Capítulo 2.
15
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) Óp. Cit (pp. 53).
16
Marx, Karl (1997) Óp. Cit. (pp.20)
17
Abatedaga, N. y Merlo, C. (2010) Óp. Cit. (pp. 54)
18
Marx, K y Engels, F. (1970) Óp. Cit. (pp. 18).
192
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Actividad de Autoevaluación 2
2) ¿Por qué afirma que hay “Distribución” antes, durante y después de la “Producción”?
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………….............................................................................................................................
19
Von Sprecher, Roberto (2010) (pp. 195) “Los escritos de Antonio Gramsci como teoría social” en Von
Sprecher (coord.) “Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos”. Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.
194
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Gramsci se plantea dos objetivos que funciona como ejes de sus análisis y
teorizaciones:21
20
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit (pp. 196).
21
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit (pp. 197).
22
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 196)
Con base en esta mirada general compartida con Marx, Gramsci dejará tal como
aquel había planteado los elementos que componen la estructura: Fuerzas Pro-
ductivas y Relaciones Sociales de Producción. Además recordemos que una de
las relaciones sociales de producción más importantes es la forma de propiedad,
en la estructura también se encuentran las clases sociales, en función de ser o no
propietario de los medios de producción. Se puede agregar aquí que este ámbito
de la estructura económica en el capitalismo es básicamente el ámbito de lo privado
(por oposición al ámbito público que es el Estado y que se encuentra en la super-
estructura), o “Sociedad civil”, donde funcionan en forma “no pública” el intercambio
mercantil.
Las nociones de “estructura” y “superestructura” tienen el mismo sentido que Marx le había asignado.
23
Gramsci, A. (1984) “El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Crocce”. Ediciones Nueva
24
196
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Hay que tener en cuenta que el término Estado lo usa, a veces, en sentido restrin-
gido y, en otras circunstancias, en sentido ampliado. En sentido restringido es
lo que comúnmente entendemos por Estado gobierno, al que ubica en la sociedad
civil; pero en sentido ampliado: “Por Estado debe entenderse no sólo el aparato
gubernamental sino también el aparato “privado” de “hegemonía” o “sociedad civil”
(…) debe señalarse que en la noción general de Estado entran elementos que de-
ben referirse a la noción de sociedad civil. En este sentido se podría decir que el
Estado es igual a la sociedad política más la sociedad civil, es decir la hege-
monía revestida de coerción”.25
Gramsci afirmará que eso es posible, por un lado, porque la clase dominante cede
espacios para lograr el consenso, donde los dominados pueden acceder a lo que
creen es algún grado de libertad.
Ej. argentino, que a diferencia de la democracia directa, los votantes (todos iguales ante la ley y
por lo tanto con igual derecho a voto), elegimos a quienes nos “representan” por la vía de los
candidatos que proponen los partidos políticos. Esto plantea, por un lado, la idea de que al
elegir a nuestros representantes estamos, indirectamente “gobernando”, pero a la vez sabe-
mos que nuestros elegidos no consultan para tomar decisiones y muchas veces lo hacen en
dirección contraria a la voluntad popular. Es decir que si un ciudadano decide no votar, está
exponiéndose a que el Estado lo sancione (el voto en nuestro país es obligatorio), pero a la
26
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 206)
27
Ibíd. (pp. 207)
vez el voto se piensa como el poder que tiene el ciudadano para elegir, que supone un grado
de libertad que cualquiera puede usar discrecionalmente (el voto es secreto).
Gramsci no está usando el término como suele utilizarse en el lenguaje diario; los
intelectuales son todos aquellos que tienen como papel principal en la sociedad el
de intelectuales, sin importar la calidad de esa tarea, y pueden ir de un gran soció-
logo, a un periodista, a un maestro, al burócrata de una oficina municipal. Aunque
no pareciera evidente que son intelectuales, lo son, claro que al nivel de adminis-
tradores.
Intelectual puede ser el que crea ideología, el que la difunde, como el que la adminis-
tra. Todos los hombres son intelectuales, pero, sólo parte de ellos tienen esa tarea
como la central de sus vidas. “Todos los hombres son intelectuales, podríamos de-
cir, pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales”.29
A la vez Gramsci identifica, entre quiénes tienen como tarea fundamental trabajar de
intelectuales, los intelectuales orgánicos de los intelectuales tradicionales. Los
primeros son los que un determinado momento histórico se encuentran vinculados
a un “grupo fundamental”, es decir, crean, difunden o administran la ideología domi-
nante vigente, actual. Para Gramsci el “Grupo fundamental, es aquel definido por su
relación en la estructura económica, por poseer o no, los medios de producción. Los
grupos fundamentales en el capitalismo son la burguesía y el proletariado”.30
Un ejemplo de “intelectuales tradicionales” son los sacerdotes católicos, que han sobrevivido Ej.
con la ideología de la iglesia judeo – cristiana desde la época del Imperio Romano.
28
Ibíd. (pp. 207)
29
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 208 -209).
30
Ibíd. (pp. 210).
198
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Ej. Ejemplo de intelectuales orgánicos pueden mencionarse ampliamente en el ámbito del pe-
riodismo: desde Grondona, cuando en su programa televisivo “Tiempo Nuevo” (compartido
durante un largo periodo por Bernardo Neustadt) difundieron y justificaron entre otros temas,
la política neoliberal de Menem, el genocidio de la dictadura del periodo 1976 – 1983.
“Los intelectuales son los “empleados” del grupo dominante para el ejercicio de las funciones
subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, a saber 1) Del consenso espontá-
neo que las grandes masas de la población dan a la dirección impuesta a la vida social por el
grupo fundamental dominante. 2) Del aparato de coerción estatal que asegura “legalmente”
la disciplina de aquellos grupos que no consienten ni activa ni pasivamente, pero que está
preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el comando y en
la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo (…)”.31
Ej. “Un ejemplo, podría, ser la empleada pública que representaba Gasalla en su programa tele-
visivo de humor, y que siempre trataba de poner a la gente en fila gritándole “¡atrás! ¡Atrás!”,
en realidad el papel de intelectual administrador pasa, en parte, por poner a cada uno en su
lugar en ciertos procesos”.32
También existen los intelectuales orgánicos de las clases dominadas, como fue el
propio Gramsci, comprometido políticamente con la idea de que los dominados su-
peren esa situación de dominación, sobre todo si se trabajan los espacios “cedidos”
por la clase dominante para obtener el consentimiento de los dominados. Quienes
se dedican principalmente a la actividad intelectual pueden ser de diferentes tipos,
desde creadores, divulgadores, administradores:
“(…) de hecho la actividad intelectual debe ser distinguida en grados también desde
el punto de vista intrínsico, grados que en los momentos extremos de oposición dan
una verdadera diferencia cualitativa: en el más alto grado se colocarán los creado-
res de las diversas ciencias, de la filosofía, del arte, etc.; en el nivel más bajo, los
más humildes «administradores» y divulgadores de la riqueza intelectual ya exis-
tente, tradicional, acumulada. (…)”.33
31
Gramsci, A. (1984b) Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno. Nueva
Visión. Buenos Aires.
32
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 213).
33
Gramsci, A. (1984b) Óp. Cit. (pp.33).
34
Ibíd. (pp.33).
Por ejemplo “en los sesenta en Córdoba, intelectuales, como Pancho Aricó, introductores Ej.
del pensamiento gramsciano en América Latina, fueron finalmente expulsados del Partido
Comunista argentino”35 .
Aunque al lector recién iniciado el abordaje del autor puede presentar algunas di-
ficultades, porque Gramsci no escribió en forma ordenada, sus aportes han sido
profundos, extensos y esclarecedores de cómo funciona la dominación y el poder.
No nos extenderemos aquí por una cuestión de espacio, en otras precisiones que
el autor realizó en torno a cómo concibe a la ideología, los tipos de ellas que puede
haber, cómo pensó la posibilidad del cambio social y el modo en que pueden resol-
verse las crisis, entre otros innumerables análisis. Se recomienda especialmente
la lectura de sus obras, debido a que así como los autores de Birmingham de la
Primera y Segunda Etapas lo tomaron, sus aportes son de notable actualidad, por lo
que aún es citado y sus conceptos tomados como base de valiosos estudios.
Actividad de Autoevaluación 3
1) ¿Cómo entiende Gramsci que está compuesto el “Bloque Histórico” (el equivalente del
“Modo de Producción” para Marx)?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
35
Von Sprecher, Roberto (2010) Óp. Cit. (pp. 210).
36
Gramsci, A (1984b) Óp. Cit. (pp. 211).
200
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Desde el punto de vista académico, Armand Mattelart advierte que la creación del
Centro significó elevar las culturales populares y los estilos de vida de estas clases
al rango de objetos merecedores de “inversión académica”, que acompañó tanto la
incorporación de jóvenes hijos de obreros a las universidades como la movilidad so-
cial de la población en general. Birmingham reunió dos formas de marginalidad38:
● En algunos casos (como en Williams, Hoggart y Hall) por su origen popular: ser
hijos de obreros los hace chocar con lo más tradicional del ámbito universitario
británico.
37
Recordamos al lector que es el mismo contexto que sirvió de “ambiente intelectual” de aparición del
estructuralismo en Francia, esta vez influyendo los desarrollos intelectuales en Inglaterra, en una di-
rección epistemológica no estructuralista, sino humanista. El capítulo tres contiene los desarrollos más
detallados de este contexto histórico común.
38
Mattelart A. y Neveu E. (2002) (pp.20) “Los Cultural Studies. Hacia una domesticación del pensamiento
salvaje”. Ed. de Periodismo y Comunicación N° 20. La Plata.
“La puesta en marcha del Centro fue bastante difícil, navegando No olvidemos que Stuart Hall era de
origen jamaiquino. Estos factores ha-
entre el escaso presupuesto (Hoggart debió solicitar el mece- cen que la “inversión académica” no
nazgo de las ediciones Penguin para dotar al Centro de algunos se realice en las universidades más
medios e incorporar a Stuart Hall) y la mirada desconfiada del tradicionales, sino en centros peque-
“stablishment académico” que los veía con mucho recelo y du- ños, como Warwick o instituciones
marginales, como Birmingham.
daba de su estatuto académico. Para esto su primer director
adoptó la táctica de integrar en los jurados de examen de las
asignaturas de los Cultural Studies a los colegas de literatura conocidos por ser ma-
lintencionados, con el propósito de que la seriedad de la formación quedara patente
ante los ojos de la comunidad académica”.39
Todos los autores de esta primera etapa del Centro de Birmingham tienen en co-
mún en sus abordajes teóricos la oposición a los aportes que hicieran autores de la
Mass Communication Research, así como la idea consustancial de analizar cómo
los receptores resisten al orden cultural industrial y a la multiplicidad de objetos que
producen. También coinciden en afirmar que es imposible abstraer la cultura de las
situaciones de poder y comparten la idea de recuperar los estudios etnográficos
para analizar estos temas sociales.
“En la conferencia inaugural de 1964, Hoggart planteó la óptica inicial del Centro,
definiéndola en la dirección de movilizar las herramientas y técnicas de la crítica
39
Mattelart A. y Neveu E (2002) Óp. Cit. (pp. 34).
40
Ibíd. (pp. 29).
202
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
“Se afirma a menudo que ya no existe la clase obrera en Inglaterra; que las dife-
rencias sociales se han reducido gracias a una “revolución sin sangre”, y que la
mayoría constituimos una base bastante homogénea, que abarca desde la clase
media baja hasta la clase media. Para poder apreciarla dimensión de estos cambios
y cómo han afectado a la clase obrera, sobre todo, sólo tenemos que revisar algún
estudio sociológico o varias novelas de principios del siglo XX. Nos asombrará la
manera como la clase obrera ha mejorado su nivel de vida, ha adquirido bienes y
creciente poder, pero especialmente el que ya no se sienta parte de “las clases ba-
jas. (…) Podremos tener serias dudas sobre la calidad de la vida actual del obrero, y
especialmente sobre la velocidad con la que ésta se va deteriorando (…) A pesar de
que los males contemporáneos que llaman la atención del observador ciertamente
existen, sus efectos no han sido tan considerables como parecería; en parte, quizá,
porque la clase obrera aún conserva algo de esa vieja resistencia interior. En el fon-
do, la clase obrera es fundamentalmente “sana”, mucho más que otras clases; sus
integrantes son un tanto rudos y ordinarios, quizá, pero diamantes al fin y al cabo;
toscos, pero “valen su peso en oro”; ni refinados, ni intelectuales, pero con ambos
pies en la tierra, capaces de reír de buena gana, caritativos y francos. Se expresan
en un lenguaje florido, pletórico de ingenio, que sin embargo conserva el sentido
común”.42
41
Mattelart A. y Neveu E (2002) Óp. Cit. (pp. 34).
42
Novelo, Victoria (comp.) (1999) (pp. 284) “Historia y Cultura Obrera”. Ed. Instituto de Investigaciones
Dr. José María Luis Mora. México. DF Disponible en http://books.google.es/books?id=OPrjayh9sBYC&p
rintsec=frontcover&source=gbs_slider_thumb#v=onepage&q&f=false (Fecha de consulta: 12 de agosto
de 2010).
“(…) Las encuestas sociológicas que sobre clase obrera se han realizado en los
últimos veinte años. Estos libros transmiten con gran fuerza la compleja y claustro-
fóbica impresión que siente el observador al intentar llegar de manera concreta a
todos los aspectos de la vida de la clase obrera; sensación un tanto similar a la de
estar sumergido en una selva interminable, llena de detalles mínimos y variados
que, sin embargo, resultan parecidos: una gran masa de rostros, hábitos y acciones
que, en apariencia, no son muy significativos. Esta sensación me parece a la vez
correcta e incorrecta; correcta, en el sentido de que muestra la diversidad, multipli-
cidad e infinidad de detalles que caracterizan la vida del obrero, así como la imagen
(a menudo depresiva para el extraño) de una gran uniformidad; de formar parte de
una vasta y reconfortante multitud, muy afín aun en los asuntos más importantes e
íntimos. Creo que esta impresión es incorrecta si nos induce a construir una imagen
de la clase obrera a partir de la suma de varias estadísticas obtenidas en los estu-
dios sociológicos. Una encuesta sociológica puede o no sernos de utilidad, pero es
preciso que intentem1qos ver más allá de los hábitos para comprender lo que éstos
representan; no tomar las afirmaciones al pie de la letra, sino leer entre líneas lo
que realmente significan (que muchas veces es exactamente lo contrario de lo que
afirman); detectar las diferentes intensidades de emotividad que hay detrás de las
frases idiomáticas y de los rituales”.43
Con base en estas advertencias, Hoggart definió su estrategia de análisis para abor-
dar lo que se había propuesto describir, fundamentalmente las características de la
clase obrera para indagar la incidencia que los Medios tenían sobre ella: “tomé un
grupo bastante homogéneo de personas de la clase obrera; traté de evocar su at-
mósfera y su calidad de vida a través de la descripción de su escenario y actitudes.
El escenario y la comprobación de las actitudes están tomados principalmente de
mi experiencia en las zonas urbanas del norte de Inglaterra durante los años veinte
y treinta, que fueron los de mi infancia, así como de mi contacto continuo con sus
habitante (…) prestaré menos atención a las minorías dentro de la clase obrera que
no forman parte de lo “tradicional”, como serían las personas de carácter resuelto,
politizadas y piadosas o con expectativas de mejorar socialmente. No pretendo sub-
estimar su valor, pero generalmente los estímulos de los publicistas de masas no
van dirigidos a este tipo de gente. Tampoco pretendo que la descripción que hago
de las diferentes actitudes sea un perfil cabal de la vida obrera. Recalco aquellos
elementos que son especialmente explotables (como dirían los publicistas)”.44
La preferencia por estudiar la clase obrera se debía sobre todo a su propio origen,
ya que era hijo de obreros y queda reflejado con total transparencia en sus obras:
43
Hoggart, R. (1971) (pp.28) La cultura obrera en la sociedad de masas. Ed. Grijalbo, México.
44
Hoggart, R (1971) Ibíd. (pp.30)
45
Hoggart, R (1971) Ibíd. (pp.33)
204
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
“Mi abuela se casó con un primo suyo; la familia era todavía rural y vivía en un po-
blado que quedaba a unos 20 km de Leeds. Hacia 1870, mi abuelo y su marido se
mudaron a esa ciudad en expansión, a trabajar en las minas de acero de la zona
sur… Lo mismo estaba sucediendo en el norte y en la región central de Inglaterra;
la gente joven dejaba sus pueblos y las ciudades comenzaron a manchar la cam-
piña con construcciones de baja calidad. No había suficientes servicios médicos,
educativos ni sociales, la calles carecían de limpieza e iluminación adecuadas, y
cada vez estaban más atestadas de familias cuya pauta de vida era en gran me-
dida rural (…). Mi abuela vivió todo esto, y también la primera guerra mundial y el
principio de la segunda. Aprendió a ser un habitante de la ciudad. Sin embargo, sus
antecedentes rurales hablaban por cada poro de su piel. Su casa, que aún alqui-
laba en nueve chelines a la semana en 1939, nunca fue verdaderamente urbana.
Paquetes de papel periódico con hierbas puestas a secar colgaban del techo de
la alacena; siempre había en la despensa un tarro con grasa de ganso, en caso
de que alguien “tuviera un resfrío”. Su vitalidad, vehemencia de lenguaje y buen
humor característicos del campesino, denotaban una fuerza que no tenían sus hi-
jos y a la que a menudo respondían con un remilgo pulido y sofisticado. Ella solía
llamarnos corfeerd (cabeza de buey), sin tener la menor conciencia del arcaísmo;
su vocabulario estaba lleno de expresivos aforismos como ast´owd cock crows,
t´yung un larns (del canto del viejo gallo aprende el joven), con el que se refería a
un muchacho malcriado cuya madre no podía controlarlo; tenía un tesoro de fra-
ses supersticiosas y viejos remedios para cualquier emergencia. Cuando en alguna
ocasión nacía un hijo ilegítimo entre el vecindario, ella contaba divertida la historia
de un escándalo en un barrio obrero (creo que era en Sheffield, donde ella había
vivido algunos años), donde las relaciones ilegítimas detrás del púlpito se hicieron
muy populares. Había asistido, de manera esporádica, a una escuela atendida por
damas voluntarias. Cuando iba yo en sexto año, ella leía sin anteojos muchos de
los libros que yo llevaba a casa”.46
“En nuestra familia, ella fue la pionera y, por tanto, sólo parcialmente una habitante
de la ciudad, mientras que la segunda generación, la de sus hijos, creció, en el
periodo entre la tercera acta de reforma y la guerra de los boers, en medio de una
serie de leyes sobre educación, vivienda, fábricas y salud pública. Su hijo menor
apenas tuvo la edad suficiente para marcharse a la primera guerra mundial. Los
chicos iban a la escuela primaria, y de ahí a la fábrica de acero o, en el caso de
que tuvieran ciertas aspiraciones, a trabajos menos sucios, como dependientes en
una frutería o en una de las tiendas de la ciudad, lo que se consideraba casi como
un paso ascendente en la escala social (…). La generación de mis padres, tíos y
tías, aún conservó algunas costumbres rurales, aunque más bien con cierto sello de
nostalgia, de veneración por los padres que “sabían distinguir lo que debe ser de lo
que no debe ser, aunque los demás digan lo contrario”; pero no pasaba de ser una
cuestión meramente simbólica. En realidad formaban parte de la nueva generación,
y ese mundo les ofrecía grandes ventajas: ropa y comida variada y barata, carne
46
Ibíd. (pp.33)
congelada por unos cuantos peniques el kilo, piñas enlatadas casi regaladas, dul-
ces enlatados a bajísimo precio, pescado y papas fritas a la vuelta de la esquina(…)
Esta segunda generación tuvo menos hijos y mayor presión de la organización de
la vida urbana; sin embargo, se sentían contentos de que “los muchachos tuvieran
más oportunidades en la vida”, pero se preocupaban de que no pudieran terminar
la escuela. “El muchacho” y “la muchacha” éramos mis primos, mis hermanos y yo.
Desde que nacimos, hemos sido habitantes de las ciudades, de tranvía y autobús;
hemos formado parte de la intrincada red de servicios sociales, cadenas de tiendas,
cines, viajes al mar”.47
La inquietud de Hoggart estaba dirigida a los aspectos culturales (no a los desarro-
llos materiales) de la vida obrera y pone especial énfasis en distinguir entre “actitu-
des nuevas” y “actitudes viejas”, porque es este el punto que le permitirá discernir
la magnitud de la influencia de los Medios Masivos, los cuales, comparados con el
desarrollo tecnológico actual, aparecen como apenas incipientes procesos de me-
diatización, aún en la época en la que escribió.
“La estricta división entre actitudes “nuevas” y “viejas” tiene el propósito fundamen-
tal de la claridad, aunque de ninguna manera indica una sucesión cronológica rígi-
da. Por supuesto, elementos tan sutiles como las actitudes no se pueden atribuir a
una generación o a un decenio. Lo que se conoce como actitudes “viejas” contiene
elementos que han existido desde hace mucho tiempo; de hecho, la visión de “la
gente común” de cualquier generación y de cualquier lugar las incluye. Algunas han
cambiado muy poco y se han transmitido de la Inglaterra rural a la urbana; otras
se han dado como parte de la urbanización. Sin embargo, al describir las actitudes
viejas me he basado principalmente en los recuerdos de mi infancia, ya que las
viví en su punto más extremo con los adultos de aquel entonces. Esa generación
creció en un medio urbano y entre muchas dificultades, pero no experimentó en el
transcurso de su juventud el asalto de los mensajes culturales transmitidos por la
prensa, la radio, la televisión y los cines baratos. Pero estas actitudes “viejas” no
se encuentran sólo entre los ancianos o la gente de edad madura: forman un telón
de fondo en la vida de buena parte de la juventud. Me pregunto cuánto tiempo más
seguirán siendo tan poderosas, y de qué manera se han ido modificando.”48
“(…) Muchas de las que se consideran las “nuevas pautas”, así como las actitudes
que les son inherentes, ya se encontraban en esa generación previa, e incluso
antes. De hecho, muchos de los valores que se resaltan como de la clase obrera
tienen una profunda raigambre entre los trabajadores de la mayoría de los países
de Europa. Mi argumento no es que hace una generación había en Inglaterra una
cultura urbana “auténticamente popular”, que en la actualidad ha sido sustituida
por una cultura urbana de masas, sino que los estímulos de quienes controlan los
medios masivos de comunicación son ahora, por muchas razones, más insistentes,
eficaces, globales y centralizados que antes; que estamos yendo hacia la creación
de una cultura de masas; que los residuos de lo que era, por lo menos parcialmente,
una cultura urbana popular, están siendo destruidos; y que la nueva cultura urbana
de masas es en muchos aspectos menos sana que la cultura primitiva a la que in-
tenta reemplazar.” 49
47
Hoggart, R (1971) Op. cit. (pp.30).
48
Ibíd. (pp.35).
49
Hoggart, R (1971) Óp. cit. (pp.36).
206
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Este autor desarrolla una verdadera arqueología de la formación del mundo obrero.
Comulga con Hoggart en el hecho de elaborar los rasgos del grupo obrero a través
de una dimensión cotidiana y no sólo a través del prisma de las figuras militantes.
Mediante la exploración de las redes de sociabilidad y los vectores donde cristaliza
la identidad obrera Thompson descubre y hace público el continente cultural del
obrero. Recrea la Inglaterra rural de principios del siglo XVIII y deja en evidencia la
dimensión de la “guerra social”, y la cultura concebida como el centro de una tensión
entre mecanismos de dominación y de resistencia. Así, se comprende cómo este
autor logra, a través del registro minucioso de las relaciones de los trabajadores,
desarrollar interrogantes sobre las relaciones de poder, los mecanismos de resis-
tencia y la capacidad de producir otras representaciones del orden social legítimo.
“La controversia se divide en dos partes. En primer lugar, está la auténtica dificultad
de construir series de salarios, de precios e índices estadísticos a partir de los abun-
dantes pero desiguales datos (…) una serie adicional de dificultades, puesto que
el término nivel nos conduce desde los datos susceptibles de medición estadística
(salarios o artículos de consumo) hacia aquellas satisfacciones de las necesidades
que los estadísticos describen a veces como imponderables. De un estándar de
vida pasamos a un modo de vida. Pero las dos cosas no son lo mismo. La primera
es una medición de cantidades, la segunda una descripción (y a veces una valora-
ción) de calidades. Mientras que los datos estadísticos son apropiados para la pri-
mera, en cuanto a la segunda debemos apoyarnos ampliamente en los “testimonios
literarios”. Sacar conclusiones para una de ellas en base a los datos apropiados
sólo para la otra da lugar a un importante foco de confusión. A veces parece que
los estadísticos sostuvieran lo siguiente: “los índices revelan un aumento del con-
sumo per cápita de té, azúcar, carne y jabón, por consiguiente la clase obrera era
más feliz”, mientras que los historiadores sociales respondían: las fuentes literarias
demuestran que el pueblo no era feliz, por consiguiente su nivel de vida debió
empeorar”.50
Fue miembro del Partido Comunista al igual que Williams e insistió en la importan-
cia de estudiar las formas culturales “vivas”, ancladas en la experiencia subjetiva
de las clases populares inglesas. Buscó neutralizar las lecturas que deducían de
un modo lineal las características de la cultura de la estructura material. Desde esta
perspectiva estudió la historia de luchas de la clase obrera, como formas de resis-
tencia al orden capitalista.
“A lo largo del periodo 1790 – 1840, hubo una pequeña mejora en la media del nivel
de vida material. A lo largo del mismo periodo hubo una explotación intensificada,
una mayor inseguridad y una miseria humana creciente. Hacia 1840, la mayor parte
de la población estaba “más acomodada” de lo que lo habían estado sus predece-
sores 50 años antes, pero había sufrido y seguía sufriendo esa pequeña mejora
como una experiencia catastrófica. Con el fin de explorar esta experiencia, en base
a la cual surgió la expresión política y cultural de la conciencia de la clase obrera,
debemos hacer lo siguiente: primero, estudiar la experiencia vital cambiante de
tres grupos de trabajadores: los trabajadores rurales, los artesanos urbanos y los
tejedores manuales; segundo, hablar de algunos de los elementos menos “pon-
derables” del nivel de vida de la población; tercero, examinar las coacciones más
íntimas que provocó la forma de vida industrial y la relación que el metodismo tiene
con ellas. Por último, analizar algunos de los elementos que hay en las nuevas co-
munidades de la clase obrera”.51
Se dedicó a entender, con las categorías que Marx había propuesto (estructura /
superestructura; en Thompson equivalen a experiencia / conciencia), cómo la expe-
riencia de la clase trabajadora se plasmaba en una conciencia de clase que la hacía
resistir los embates del capitalismo. Sin embargo no propone un análisis estático,
sino como un fenómeno activo, en formación permanente.
50
Thompson, E.P. (1989) (pp.16) “La formación de la clase obrera en Inglaterra”. Ed. Crítica. Grijalbo.
Barcelona.
51
Ibíd. (pp.16)
208
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Actividad de Autoevaluación 4
1) ¿Con qué finalidad Hoggart describió las características de la clase obrera en su texto La
cultura obrera en la sociedad de masas?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
2) ¿Por qué elije Hoggart un método etnográfico de investigación? ¿Qué le cuestiona a las
metodologías sociológicas clásicas?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
3) ¿Cómo cree Hoggart que es la relación entre los mensajes de los Medios Masivos y la
cultura de la clase obrera?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
52
Ibíd. (pp.17)
Fue uno de los integrantes del Centro que más enfatizó en temas vinculados a la
cultura y los medios masivos. Tuvo vinculaciones con el marxismo, aunque se dis-
tanció críticamente de él.
En 1958 (un año después del libro de Hoggart que comentamos arriba) publicó
Cultura y Sociedad donde se propuso analizar la idea de cultura y los usos de la
palabra misma desde la Inglaterra de la Revolución Industrial. “El libro es un intento
de… seguir el desarrollo de la idea hasta nuestros días. De tal modo, se convier-
te en una exposición y una interpretación de nuestras respuestas tanto mentales
como emocionales a los cambios producidos en la sociedad inglesa desde fines del
siglo XVIII”.53
“La idea de cultura sería más simple si hubiese sido sólo una respuesta el in-
dustrialismo, pero era asimismo, sin lugar a dudas, una respuesta a las nuevas
transformaciones políticas y sociales, a la Democracia. Una vez más, en relación
con ello, es una respuesta compleja y radical a los nuevos problemas de la clase
social… Mientras que antaño cultura significaba un estado o hábito de la mente,
o la masa de actividades intelectuales y morales, ahora también significa todo un
modo de vida. Esta transformación… no es accidental sino general y profundamen-
te significativa”.54
En las conclusiones analizará la idea de “las masas” y su relación con las formas
democráticas. Dirá que el significado peyorativo designado a las masas como po-
pulacho, parece el resultado de tres tendencias sociales:
53
Williams, Raymond (2001) (pp.7) Cultura y Sociedad. 1780 – 1950. Ed. Nueva Visión. Bs. As.
54
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.17).
55
Ibíd. (pp.247).
210
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
caracterizará simplemente los procesos mediante los cuales una clase dominante
encauza su tarea de gobernar”.56
Por otro lado propondrá que los gobernados utilizan la apatía como una arma segu-
ra contra los gobernantes, pero de lo que se trata, en términos de comunicación es
dar una respuesta que consista en “(…) adoptar una actitud diferente ante la trans-
misión, una actitud que confirme que sus orígenes son auténticamente múltiples y
que todas las fuentes tienen acceso a los canales comunes. La recepción activa y la
respuesta vital dependen a su vez de una comunidad concreta de experiencia y su
calidad depende, con igual certeza, del reconocimiento de la igualdad práctica”.60
56
Ibíd. (pp.248).
57
Ibíd. (pp.251).
58
Ibíd. (pp.259).
59
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.17).
60
Ibíd. (pp.55).
61
Ibíd. (pp.23).
Este libro está dividido en tres partes, dentro de las cuales analiza, en la primera,
la naturaleza de la actividad creativa para abordar la relación entre comunicación y
comunidad así como los procesos de cambio social y cultural.
El autor realiza un recorrido desde la Edad Media, en relación con los diferentes
sectores sociales que estuvieron vinculados a la recepción de la producción escrita
y los temores que generaba la incorporación de sectores masivos como público
lector, en un razonamiento que recuerda lo que Eco denominara posiciones “apo-
calípticas.”
Estas distinciones respecto de los tipos de textos y de los lectores se volverán dife-
rencias de clases con el capitalismo ya en vías de consolidación en la Inglaterra de
fines del XIX, con la aparición de nuevos sectores sociales y para analizarlas toma
críticamente la posición de Frank Raymond Arnold:
“Para entender los problemas de la expansión será útil recordar (…) que Arnold
adjudica un bajo nivel a la “clase media”. En efecto, el argumento esencial debe se-
62
Ibíd. (pp.127).
63
Ibíd. (pp. 156-157).
64
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.158).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
pararse de su confusión habitual con el desdén vicario por un grupo social “inferior”.
Todo el argumento sobre la “literatura barata” ha quedado comprometido por su uso
como forma de distinción de clase. Estar en contra de las personas que enfrentan
esos nuevos problemas es una trivial evasión de las verdaderas cuestiones que
Arnold definió y se esforzó por resolver.
“En la segunda mitad del siglo XIX la industria editorial – esa rama del comercio
inglés – crecía muy rápidamente”.65
“(…) A partir de la vieja literatura popular, con tres factores transformadores vitales:
primero, la enorme mejora económica de los métodos de producción y distribución
causada por la industrialización; segundo, el caos social y la extensión de los de-
rechos políticos, también obra de la industrialización y la lucha por la democracia,
y tercero, la instauración, como base de financiamiento de los diarios, de un tipo
de publicidad cuya necesidad se debió a un nuevo tipo de organización económica
y un público organizado de otra manera. En sí misma, la alfabetización no fue un
factor transformador (…) La prensa popular del siglo XX tiene como imagen una
fórmula particular que, (…) se desarrolló rápidamente desde el surgimiento de la
nueva publicidad en la década de 1890. Esta fórmula es la de la “masa” o “las ma-
sas”, un tipo específico de agrupamiento impersonal, correspondiente a aspectos
de la organización social e industrial de una sociedad capitalista e industrializada
como la nuestra. La novedad esencial de la prensa popular del siglo XX es el des-
cubrimiento y la explotación exitosa de esa fórmula, y lo importante, si bien es pru-
dente considerar en detalle sus mecanismos, es preguntarse sobre la relación de la
fórmula de las “masas” con la verdadera naturaleza de nuestra sociedad”.66
Ya en el texto que se comenta (recordemos que se editó por primera vez en 1961),
Williams da cuenta de las actuales tendencias oligopólicas de la propiedad de los
Medios Masivos, fenómeno que actualmente se encuentra en total apogeo en nues-
tro continente.
65
Ibíd. (pp.167).
66
Ibíd. (pp.175-176).
67
Ibíd. (pp.200-207).
Hacia los años ´60, el autor identificará tres patrones claros que le permiten
caracterizar la sociedad británica:
Williams afirmará que este escenario que muestra una “buena sociedad que se
desenvuelve con naturalidad puede ser excepcionalmente engañosa (…) según
veo la situación, necesitamos formas muy diferentes de análisis que nos permitan
reconocer las importantes contradicciones dentro de cada uno de los patrones des-
criptos (…)”.68
Entre otros aspectos se pregunta por qué se había comenzado a considerar “con-
sumidores” a clientes. Su respuesta está en que: “El cambio radical consiste en
que, en el desarrollo de la producción industrial en gran escala, es cada vez más
necesario adelantarse a planificar y conocer la demanda del mercado, se descubre
la demanda a fin de poder organizar la producción (…). Resulta claro, entonces, la
popularidad de “consumidor” como descripción, porque si bien una gran parte de
nuestra actividad económica está evidentemente consagrada a satisfacer necesi-
dades conocidas, otra parte considerable y creciente consiste en asegurarse de
que consumamos lo que la industria considera conveniente producir”.69
“Nuestro modo de vida será pobre si no podemos pensar en el uso social como un
criterio de nuestra actividad económica; sin embargo, a eso nos empujan la insis-
tencia en el “consumidor”, las supuestas leyes del mercado y el sistema de produc-
ción y distribución del que éstas provienen (…). Como se ha reconocido amplia pero
confusamente, el peligro radica en adaptar a los seres humanos a un sistema y no
el sistema a los seres humanos (…) Por mi parte, al revisar los hechos estoy segu-
ro de que lo que nos confunde es, en realidad, el capitalismo, un sistema particular
y temporario de organizar el proceso industrial. La versión capitalista de la sociedad
sólo puede ser el mercado, porque su objetivo es la ganancia en actividades parti-
culares y no una concepción general de uso social, y su concentración de la propie-
dad en sectores de la comunidad hace que la mayoría de las decisiones comunes,
más allá de las correspondientes al mercado, sean limitadas o imposibles”.70
68
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.276-277-278).
69
Ibíd (pp.280-281).
70
Ibíd (pp.281-284).
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Unidad 4
“La larga revolución para este autor debiera surgir de la propia energía humana, y
de la convicción de que los hombres pueden dirigir su propia vida abriéndose paso
a través de las presiones y restricciones de formas sociales más antiguas y descu-
briendo nuevas instituciones comunes”.71
Sin embargo esta lucha que debe librar la sociedad se enfrenta con tres tipos
de pensamiento que limitan y se oponen continuamente a la larga revolución:
Ej. Williams ejemplifica la contradicción en la que suelen encontrarse las masas, con una si-
tuación que puede mostrar notables semejanzas con la actual adhesión de una extendida
cantidad de público argentino a series tales como “Los Simpson”:
“En un negocio de venta de pescado con papas fritas en una calle poco transitada, recuerdo
haber visto al dueño y su mujer, obviamente no muy adinerados y con un evidente acento
local, mirar con aparente placer una telenovela en la cual personas como ellos y sus clientes,
con el mismo acento local, eran objeto de burla como una clase de payasos notoriamente ig-
norantes. Y este no es un ejemplo aislado de una versión humana de la gente común que se
presenta con regularidad y vasta difusión para el disfrute de las mismas personas a quienes
esa versión tergiversa e insulta. Pruebas como éstas hacen que alguna gente se resigne a
la “masificación”: las masas se recrearán a sí mismas, aceptarán cualquier posición inferior
que se les ofrezca (…)”.72
Para este autor el proceso de cambio que implica la larga revolución no puede limi-
tarse a pensar en las revoluciones democrática, industrial y cultural como procesos
separados. “Todo nuestro modo de vida, desde la forma de nuestras comunidades
71
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.326).
72
Ibíd. (pp.329).
Una de la obras de Williams que se puede pensar como sustancial a los fines de
ilustrar ejes fundamentales de su pensamiento y de ilustrar la influencia de otros
autores en sus reflexiones, es Marxismo y Literatura. En ella el autor comenta en la
introducción cómo llegó a adherir al marxismo:
Del concepto de “cultura” el autor realizará un recorrido que va desde antes del
siglo XVIII, donde se la concebía como “el nombre de un proceso: la cultura de
algo”, pasando por las postrimerías del mismo siglo, donde se la concebía como
intercambiable con el concepto de “civilización”, pasando posteriormente a ser
considerada como asociada a “la religión, al arte, la familia y la vida personal,
como algo distinto de – o activamente opuesto a – la “civilización” o la “socie-
dad”. Posteriormente, al debilitarse el énfasis religioso, la cultura, junto al “arte”
y la “literatura”, “eran considerados como el registro más profundo, el impulso
más profundo y el recurso más profundo del espíritu humano. La cultura era en-
tonces la secularización.” Sin embargo el término “cultura” sufrió otro desarrollo:
“la cultura considerada como un concepto social, específicamente antropológico
y sociológico”.75
73
Ibíd. (pp.13).
74
Williams, Raymond (2001) Óp. Cit. (pp.13-15).
75
Ibíd. (pp.25a 28).
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Retomará a Vico en cuanto éste “propuso su criterio de que sólo podemos tener
pleno conocimiento de aquello que podemos hacer o producir por nosotros mis-
mos… podemos comprender a la sociedad porque la hemos producido, porque la
conocemos realmente, no de un modo abstracto sino a través del propio proceso de
producirla y porque la actividad del lenguaje es fundamental en este proceso, Vico
abrió una dimensión absolutamente nueva (…)”.77
De Herder recupera la idea de que: “El lenguaje verbal es, por tanto, distintivamente
humano; de hecho, constitutivamente humano. Este fue el punto reivindicado por
Herder, quien negaba cualquier noción del lenguaje como “dado” al hombre (por
ejemplo, por Dios) y, en consecuencia, negaba la manifiesta noción alternativa del
lenguaje como “agregado” al hombre, como un tipo especial de adquisición o de
herramienta. El lenguaje es pues, positivamente, una apertura del mundo y hacia
el mundo distintivamente humana y no una facultad discernible o instrumental, sino
una facultad constitutiva”.78
76
Williams, Raymond (1997) (pp. 25-28) “Marxismo y Literatura”. Ed. Península. Barcelona.
77
Williams, Raymond (1997) Óp. Cit. (pp. 29).
78
Ibíd. (pp. 35-36).
79
Aquí en forma implícita y en otras partes del texto de modo explícito, Williams se refiere a todo el movi-
miento estructuralista analizado en Capítulo 3 y más precisamente al aporte de Saussure.
80
Ibíd. (pp. 48-49).
falsas ideas o falsa conciencia – que puede ser contrastado con el conocimiento
verdadero o científico”.81
El autor, a partir de la clásica división propuesta por Marx entre “estructura” y “su-
perestructura”, distinguirá tres sentidos posibles en los que puede interpretarse esta
última85:
b) las formas de conciencia que expresan una particular concepción clasista del
mundo;
Para Williams, no son “la base” y “la superestructura” las que necesitan ser estudia-
das, sino los verdaderos procesos específicos e indisolubles dentro de los cuales,
desde un punto de vista marxista, la relación decisiva es la expresada por la com-
pleja idea de “determinación”. Aquí el autor precisa que la “cuestión clave radica
en el grado en que las condiciones objetivas son comprendidas como externas.”
Entonces, si se considera que todas las “condiciones objetivas” son el resultado de
81
Ibíd. (pp. 87).
82
Ibíd. (pp. 86).
83
Williams, Raymond (1997) Óp. Cit. (pp. 88).
84
Ibíd. (pp. 16).
85
Ibíd. (pp. 96).
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Unidad 4
las acciones del hombre en el mundo material, “la verdadera distinción sólo puede
darse entre la objetividad histórica – las condiciones en que, en cualquier punto
particular del tiempo, los hombres se encuentran con que han nacido; y por lo tanto,
las condiciones “accesibles” que “establecen” – y la objetividad abstracta, en la
cual el proceso “determinante” es “independiente de su voluntad”; no en el sentido
histórico de que lo ha heredado, sino en el sentido absoluto de que no puede con-
trolarlo; sólo pueden procurar comprenderlo y, en consecuencia, guiar sus acciones
en armonía con él”.86
“(…) La sociedad nunca es solamente una “cáscara muerta” que limita la realización
social e individual. Es siempre un proceso constitutivo con presiones muy poderosas
que se expresan en las formaciones culturales, económicas y políticas y que, para
asumir la verdadera dimensión de lo “constitutivo”, son internalizadas y convertidas
en “voluntades individuales”. La determinación de este tipo – un proceso de límites
y presiones complejo e interrelacionado – se halla en el propio proceso social en su
totalidad, y en ningún otro sitio; no en un abstracto “modo de producción” ni en una
“psicología” abstracta (…) los determinantes siempre específicos y asociados que
constituyen el verdadero proceso social: una experiencia histórica activa y cons-
ciente así como, por descuido, una experiencia histórica pasiva y objetivada.87”
86
Ibíd. (pp. 105).
87
Williams, Raymond (1997) Óp. Cit. (pp. 134)
Estos tres autores (los llamados “padres fundadores”) manejan un concepto hu-
manista y tradicional de cultura, referido a la existencia de un “espíritu popular” de
carácter orgánico, vinculado a la experiencia de las clases trabajadoras inglesas.
Tienen, si se quiere, un interés predominante por los aspectos culturales, más que
por los procesos económicos en los que esa cultura se forma y reproduce.
Hacia finales de los años ‘60 el proyecto original de los estudios culturales empieza
a experimentar un cambio de orientación política y metodológica, debida al mo-
vimiento estudiantil del ‘68 y a la creciente importancia de la cultura visual en el
imaginario popular. Es hora de la incorporación del estructuralismo a los análisis de
la Escuela.
Actividad de Autoevaluación 5
1) ¿Por qué afirma Williams en su texto Cultura y Sociedad que la “cultura” no es sólo una
respuesta al industrialismo, sino también a la democracia?
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……..……………………………………………………………………………………
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2) ¿Cuáles son los factores que afirma Williams inciden en la difusión de la prensa popular
en La larga revolución? ¿Por qué afirma que la “Larga Revolución” es cultural?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
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3) Frente a la realidad que muestra en La larga revolución, respecto de que las personas ya
no consumen lo que necesitan para vivir sino lo que a la industria le conviene producir,
¿Cómo cree Williams que se puede revertir?
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4) Explique los cambios históricos que han sufrido los conceptos de “cultura”, “lenguaje”,
“literatura” e “ideología”.
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88
bíd. (pp. 134).
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Unidad 4
5) En Marxismo y Literatura ¿Qué diferencias establece Williams entre el lenguaje desde una
perspectiva instrumental y el lenguaje como constitutivo?
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Stuart Hall
Fue quien impulsó ese cambio, cuando asumió la dirección del Centro en 1968. Su
preocupación no era recuperar valores culturales del pasado, sino entender el pre-
sente en sus propios términos para articular una crítica de sus patologías.
Para describir uno de los trabajos más conocidos de Stuart Hall, “Codificación /
Decodificación” es necesario mencionar que abreva en fuentes como la semió-
tica, el estructuralismo y el marxismo. El autor comienza realizando una crítica al
modelo lineal de Lasswell, a la vez que explicita su adhesión al modelo general
propuesto por Marx, relativo a los cuatro momentos de la producción económica de
la sociedad, que adaptará a la producción discursiva.
89
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.38).
“Estas prácticas tienen por “objeto” el significado y los mensajes, bajo la forma de
signos-vehículos organizados de un modo específico, como cualquier forma de co-
municación o lenguaje, a través de la puesta en funcionamiento de códigos dentro
de la cadena sintagmática de un discurso. Los aparatos, relaciones y prácticas de
producción así concebidas, emergen en un momento dado (el momento de produc-
ción/circulación) bajo la forma de vehículos simbólicos constituidos dentro de las
reglas del “lenguaje”. Es bajo esta forma discursiva que se efectúa la circulación
del “producto”. Este proceso requiere, entonces, a la vez, del lado de la producción,
sus instrumentos materiales -sus “medios”- y sus propios conjuntos de relaciones
sociales (de producción): la organización y combinación de prácticas dentro de los
aparatos de los medios de comunicación. Pero, es bajo una forma discursiva que la
circulación del producto tiene lugar, así como su distribución a las distintas audien-
cias. Una vez completado, el discurso debe entonces ser traducido -transformado,
nuevamente- en prácticas sociales, si se desea que el circuito sea completo y efi-
caz. Si ningún “significado” se extrae no puede haber “consumo”. Si no se articula
el significado en la práctica, no produce efecto.”92
90
Para una explicación detallada de las implicaciones metodológicas de la tesis de Marx, disponible en
Hall, 1973.
91
Hall, Stuart (1973) (pp.1) “Codificación y Decodificación en el Discurso Televisivo”. Traducción Carlos
Rusconi y Ariadana Cantú. Dpto. de Cs. de la Comunicación, Universidad Nacional de Río Cuarto.
Versión original “Encoding and Decoding in Televisión Discourse” Centre for Contemporary Cultural Stu-
dies (CCCS). Birmingham. Policopia Nº 7. 1973. Reeditado como “Encoding/Decoding” en Hall, Hobson,
Lowe y Willis. Rev ”Culture, Media, Language”. Hutchinson. Londres.1980. Capítulo 10. (Disponible en
versión digital).
92
Hall, Stuart (1973) Óp. Cit. (pp.3).
93
Ibíd. (pp.3).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Finalmente realizará una distinción entre tipos de articulaciones con las que codi-
ficación / decodificación pueden combinarse, es decir, cómo puede construirse la
decodificación de un discurso televisivo, basado en la hipótesis de que no hay una
correspondencia necesaria entre la intención de los Medios masivos y el modo en
que los receptores decodifican ese mensaje.
94
Para una formulación sociológica próxima, en cierto modo, de las posiciones expuestas aquí, pero que
no se desarrollan en el marco de una teoría del discurso, ver Parkin, 1971.
95
Hall, Stuart (1973) Óp. Cit. (pp.7).
96
Hall, Stuart (1973) Óp. Cit. (pp.7).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Stuart Hall dio una importancia central a la noción de “ideología” en la cultura debía
servir para desarrollar interrogantes referidos a las relaciones de poder, los meca-
nismos de resistencia y la capacidad de producir otras representaciones del orden
social.
Para este autor, observar el modo en que las ideas de diferentes grupos “atrapan
las mentes de las masas y se convierten en fuerza material” ayuda a reconocer
cómo un conjunto particular de ideas llega a dominar el pensamiento social de un
bloque histórico99 a identificar cómo se une ese bloque desde el interior y mantiene
su dominio y dirección sobre la sociedad como un todo.
97
Hall, Stuart (1980) “El problema de la idelogía” en Hall, S.; Hobson, D.; Lowe, A. y Willis, P. (Eds.) Cul-
ture, Media, Language. Londres, Hutchinson.
98
Ibíd. (1980).
99
Este concepto está tomado en el sentido que Gramsci da al concepto de “Bloque Histórico”.
Hall realiza un recorrido por las revisiones que negaron la correspondencia simple
entre estructura y superestructura. De Lukács y Gramsci afirmará que hicieron es-
fuerzos por ajustarse a una lectura hegeliana de Marx e introdujeron “mediaciones”
o “factores de intermediación” que suavizan la reducción implicadas en las formula-
ciones originales de Marx.
De Althusser Hall afirmará que a través de “los aparatos ideológicos del estado”
sostiene un alejamiento de las concepciones de ideología como “ideas distorsiona-
das” o “falsa conciencia”, abriendo el camino para una concepción más “discursiva”.
Esto es logrado por la interpretación psicoanalítica, explicando el modo en que los
sujetos entran en las categorías ideológica del lenguaje. El problema de la interpela-
ción de los sujetos en el discurso ideológicos, plantea para Hall el asunto de “cómo
la ideología llega a internalizarse, de cómo hablamos “espontáneamente” dentro de
los límites de las categorías de pensamiento que existen fuera de nosotros”.100
Stuart Hall se preguntará por las críticas que se le hacen a las clásicas “distorsio-
nes” que supone la ideología: ¿por qué algunos pueden verlas y otros no? ¿son
falsedades? ¿son falsificaciones deliberadamente producidas?. Si son producto de
una función de la estructura ¿los sujetos son tontos? ¿cómo se forman los modos
alternativos de conciencia?
El autor afirmará que para Marx el mundo donde existe el mercado y el intercambio
mercantil, domina la vida económica, y sería inusual que no hubiera categorías
que nos permitan pensar, hablar y actuar en relación con ese intercambio. Pero
Hall analiza que las relaciones mercantiles no están siempre representadas por las
mismas categorías; no existen relaciones fijas entre lo que es el mercado y cómo
está constituido desde un marco ideológico o explicativo. Puede entenderse que, a
partir de lo que Marx considera como “economía política burguesa distorcionada”,
ésta debe ser falta y por lo tanto, todos los que viven sus relaciones con la vida
económica exclusivamente dentro de sus categorías de pensamiento y experiencia
están en “falsa conciencia”.
Siguiendo con el razonamiento, Stuart Hall recupera lo afirmado por los teóricos
modernos que quiebran el concepto vulgar de ideología, entendido como que surge
de una relación inalterable y fija entre relaciones económicas y el modo en que son
expresadas. Estos teóricos (igual que Hall) sostienen que el análisis de la natura-
leza del lenguaje y el discurso - que son los medios por excelencia a través de los
cuales las cosas son representadas y por lo tanto, el medio por el que la ideología
es generada y transformada - permiten que las relaciones sociales sean repre-
sentadas y construidas de manera diferente. En otras palabras “(…) se debería
generar, fuera de estas categorías a partir de las cuales hemos producido frases
y expresiones diarias en nuestra conciencia práctica, el modelo de otro modo de
relaciones sociales y políticas.”101
100
Hall, Stuart (1980) Óp. Cit. (pp. 30).
101
Hall, Stuart (1980) Óp. Cit. (pp. 33).
102
Ibíd. (pp. 35).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
b) Fijar para siempre qué ideas serán utilizadas por qué clases sociales.
Es clara la búsqueda de Hall en relación a mostrar las vías posibles de lucha ideo-
lógica que podría permitir un modelo diferente de pensamiento y de ideología. Tam-
bién aquí se observa la insistencia en la posibilidad de articulación activa de los
sujetos.
Entre los aportes que este texto de Hall realiza, junto con otros del mismo estilo,
como Texts, Readers, Subjects, redactado por Morley hacia la misma época, cons-
tituyen una posición pionera en la ruptura con el modelo estímulo – respuesta, que
se sustituyó por el interés dedicado a los efectos ideológicos de los medios y a las
respuestas dinámicas de las audiencias. Pero el interés por el tema de la recepción
de los programas televisivos o radiofónicos se constituye en un rasgo original de al-
gunos investigadores, hay otros cauces por los que continuará el campo de amplia-
ción de los estudios culturales. “Uno de ellos será la vuelta al sujeto, la subjetividad
y la intersubjetividad, mientras la otra se interesa por la integración en la problemá-
tica de la dominación de las nuevas modalidades de relaciones de poder” 103.
Mientras para los primeros la cultura era vista como anclada en la subjetividad de
los actores sociales, en su “experiencia de vida”, el estructuralismo propone que la
cultura es un producto anclado en “aparatos” institucionales. Por lo tanto, el punto
de arranque de los estudios culturales ya no serán los valores, las expectativas y los
comportamientos de los obreros, sino los dispositivos a partir de los cuales los bie-
nes simbólicos (la cultura) son producidos y ofrecidos al público como mercancías.
Hacia fines de la década de los ´70, en continuidad con el viraje que fueron dando
los intereses y las temáticas a tratar, aún con el apoyo de Stuart Hall, antes de que
abandonara el Centro de Birmingham se incorporan a él los estudios feministas y
las problemáticas de género; así como también se realizan nuevos planteamientos
e interrogantes acerca de la identidad y de los nuevos desafíos sociales y políticos
vinculados a la raza, las cuestiones étnicas.
103
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp. 38)
Actividad de Autoevaluación 6
1) Explique cómo relaciona Hall los Momentos de la reproducción económica de Marx con
el circuito comunicativo
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2) ¿Qué tipos de decodificación pueden realizar los receptores de la TV? ¿Por qué cree que
la codificación puede diferir de la decodificación?
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3) ¿Por qué considera Hall que la ideología debe ser retomada, basado en lo que desarrolló
Althusser?
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104
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp. 53).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Durante los años ‘80 vuelve a producirse un cambio en la orientación de los Estu-
dios Culturales, marcada por un distanciamiento de la teoría marxista y el comienzo
de una etapa más light y celebratoria, con producciones carentes de compromiso
político y con una gran focalización de estudios en los procesos receptivos que de
los medios realizan las personas en los ámbitos domésticos.
Hay autores que hablan de una “explosión” de los estudios culturales, que implica
una gran diseminación de trabajos en múltiples direcciones, todos autodefiniendo
su pertenencia a los “Estudios Culturales”. La enorme dispersión geográfica de los
trabajos (se puede hablar, desde la década del ´80 de Estudios Culturales norte-
americanos, holandeses, latinoamericanos, ingleses, etc.) y la dispersión temática,
junto con la ausencia de figuras emblemáticas que den cuerpo a esta tercera etapa
(como fueron para las otras dos los autores que se analizaron), hace innecesaria la
cita textual de producciones teóricas como modalidad de exposición de esta tercera
etapa en el presente texto. Por esta razón es que para desarrollarla se adoptó la
modalidad de recuperación de los comentarios sobre ella que han realizado presti-
giosos autores como Armand Mattelart y Blanca Muñoz.
A juicio de Armand Mattelart y Neveu, los años ´80 mostraron una nueva orientación
de los trabajos, consistente en redefinir las modalidades de análisis de los Medios
Masivos de Difusión. Si bien Hall y Morley habían realizado análisis internos de
segmentos de programación, que se inspiraban en los métodos semiológicos o
Uno de los estudios que tuvo la misma dirección que los de estos autores y que
ha sido sumamente criticado por los especialistas fue el que Ien Ang realizó y se
publicara en Holanda en 1982 con el nombre Watching Dallas, donde se analiza el
placer de los espectadores por la serie estadounidense llamada Dallas. Esta autora
elabora la noción de “realismo emocional” en base a 42 cartas de lectores y lectoras
del semanario Viva que fueron obtenidas a través de un anuncio en la revista donde
invitaba a los lectores que le comunicasen por escrito sus reacciones ante la serie.
Aquí por lo menos debe señalarse una sustancial inconsistencia metodológica, de-
bido a que no hubo ningún tipo de organización y planificación que permita definir
el universo para el relevamiento de datos y la consiguiente muestra representativa
que permita realizar mínimas afirmaciones posibles de generalizar conclusiones.
Sin embargo los resultados se generalizaron y se validaron como representativos
de la opinión de “los espectadores” de la serie.
105
Muñoz, Blanca (1992) Óp. Cit. (pp.38).
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Unidad 4
Esta posición se enmarca en una contraposición más general que se realiza entre
“la calidad” de los filmes de Hollywood con las películas “de mensaje” (es decir,
películas que proponen contenidos reflexivos o que plantean temáticas para que el
receptor reflexione) a las que se calificaba de aburridas e inteligibles. Con esto tam-
bién se descalifica la cultura de índole racional, porque queda descalificada ante
los “gustos” televisivos masivos, (Muñoz: 1992: 39) y como es la audiencia la que
“manda”, los productos mediáticos justifican las enormes inversiones en marketing
y psicología social que realizan las empresas de medios con fines comerciales.
Esto recuerda los argumentos, hoy ya instalados como naturales, que hacen pro-
ductoras como las de Tinelli, que justifica los vacíos contenidos que emite argumen-
tando que la audiencia es quien lo elije. Esto se afirma en el marco de una realidad
de la televisión Argentina en la que hace muchos años se dejó de emitir predo-
minantemente contenidos educativos, con lo que se puede deducir que ya se ha
instalado, en virtud de una sistemática “educación receptiva de la TV comercial” con
contenidos destinados sólo al entretenimiento, unas preferencias que no contem-
plan los contenidos culturales ni son utilizados para fomentar procesos educativos.
Los intelectuales que protagonizan esta etapa de los Estudios Culturales suponen
una renovación generacional respecto de la Primera y Segunda etapas, una gene-
ración de investigadores socializada por los medios audiovisuales y por los recursos
de las industrias culturales (videojuegos, etc.), por lo que la relación con los medios
de comunicación y su percepción respecto de ellos sufrieron notables cambios.
106
Ibíd. (pp.150)
107
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.58).
108
Muñoz, Blanca (1992) Óp. Cit. (pp.40).
Este último punto es uno de las críticas más certeras que se le hacen a los Es-
tudios Culturales de la Tercera Etapa, sobre todo si se compara con el profundo
compromiso político que habían mostrado los autores de la Primera Etapa. La des-
politización se manifiesta por cómo se aborda a los receptores, a quienes se toma
como espectadores inactivos e inmóviles de los Medios, ocultando el reforzamiento
ideológico que los Medios producen.
“En Estados Unidos en los ´80, entretanto, Grossberg hacía un diagnóstico simi-
lar cuando reconocía la dificultad a la que se podía enfrentar un investigador que
quisiese adentrarse, con las categorías consagradas por la teoría crítica, en un
terreno donde más que entendimiento se trata de placer. Por otro lado se produjo
un proceso de incorporación de autores que en la práctica tienen poco que ver
con su punto de partida, como Bourdieu, Foulcault, Baudrillard, Habermas y los
postmodernos”.109
109
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.55-61).
110
Ibíd. (pp.52-62).
111
Muñoz, Blanca (1992) Óp. Cit. (pp.40-41).
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Unidad 4
De allí que, en vez de estudiar los procesos sociales de producción y consumo que
generan posiciones y constituyen las clases sociales, desde las cuales se dirimen
las luchas por el poder, se analizan las relaciones intersubjetivas que sostienen
individuos que adscriben, por costumbre o pertenencia (étnica o de género) a un
determinado grupo, dentro del cual construyen una identidad, sin conflictos, sin
presiones, sin relaciones de poder.
Hacia 1991 Stuart Hall, sobre la base de sus diagnósticos sobre las condiciones
de formación de las identidades sociales, afirmará que la cultura había llegado a
ocupar una posición central en la gestión de las sociedades y del planeta y, en con-
secuencia, en la forma de abordar la acción política. Explicará el “nuevo posiciona-
miento” de los Cultural Studies mediante el detalle de algunos factores115 :
112
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.57).
113
Muñoz, Blanca (1992) Óp. Cit. (pp.41)
114
Ibíd. (pp.41).
115
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.55).
Para mostrar cómo cambiaron las sensibilidades respecto de las identidades, Mat-
telart cita un Seminario (Crossing Boundaries) que se organizó en 1991 en Ams-
terdam (Holanda), donde se evaluó que la Escuela de Birmingham había dedicado
muchos estudios a las subculturas, pero en los últimos años se observó una dis-
minución de aquel tipo de estudios, debido centralmente a dos motivos: Primero,
porque durante el gran periodo del Centro, las subculturas se estudiaron como si
fueran identidades realmente establecidas, conceptos estables de formas auténti-
cas y originales de resistencia, en un momento histórico dado y en un lugar geográ-
fico determinado. 116
En segundo lugar, se suponía que cada subcultura causaba su propia muerte cuan-
do estaba admitida en el seno de la cultura: los punks británicos eran originales, por
la extravagancia de su estilo y sus formas de expresión, pero cuando sus chaquetas
de curo se pusieron de moda, no quedó ningún auténtico punk117 .
Mattelart y Neveu afirmarán que los estudios realizados bajo el paraguas de esta
última etapa integran escasamente (cuando no es inexistente) la dimensión econó-
mica. Además hay una tendencia a que el trabajo de campo en las investigaciones
se retrotraiga hasta la dimensión del espacio familiar o la galería comercial, en tan-
tos lugares de recepción de programas o de consumo de mercancías. La propuesta
teórica abusó de metadiscursos que no profundizaron en una teoría que permita ex-
plicar las complejidades de la vida actual, mientras paralelamente ese pensamiento
oculta un profundo conformismo.
116
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.57).
117
Ibíd. (pp.58).
234
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 4
Actividad de Autoevaluación 7
118
Mattelart A. y Neveu E. (2002) Óp. Cit. (pp.55).
119
Muñoz, Blanca (1992) Ibíd (pp.45)
5) ¿Por qué se afirma que existen contradicciones en la revalorización que realizan los au-
tores de la intersubjetividad?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Como se podrá apreciar después de la lectura del material, son importantes las
diferencias que plantean las tres etapas de los Estudios Culturales. Es de remarcar
que estas diferencias no se han debido a las ocurrencias o a caprichos de los auto-
res de cada etapa, sino que es necesario vincular las epistemologías, temáticas y
metodologías utilizadas con los particulares momentos históricos en los que estos
diferentes autores leían, pensaban y escribían.
236
UNNE-Virtual
Los aportes conceptuales
de la Economía Política
de la Comunicación
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Introducción
En este último sentido, se puede afirmar que existe una posición compartida y adop-
tada por los intelectuales en relación a la perspectiva económica de Carlos Marx,
para tratar de entender el funcionamiento de los Medios Masivos de Difusión, sus
productos, el trabajo que en ellos desarrollan los sujetos y la publicidad, entre otros
numerosos temas.
Debido a esta falta de unidad institucional y geográfica, las páginas que siguen se
organizaron por orden cronológico – se comenzará por los primeros análisis sobre
los Medios que se conocen en el siglo XX desde esta perspectiva – a la vez que se
agruparon los autores seleccionados según la producción realizada en continentes.
De este modo se abordarán los estudios realizados en Norteamérica, Europa, Brasil
y Argentina, para finalizar con un breve repaso por los desarrollos más recientes de
la región Latinoamericana.
Vincent Mosco afirmará que: “En un sentido estricto, economía política es el estu-
dio de las relaciones sociales, particularmente las relaciones de poder, que mutua-
mente constituyen la producción, distribución y consumo de recursos, incluidos los
recursos de comunicación. Esta formulación tiene un cierto valor práctico porque
llama la atención sobre cómo opera el negocio de la comunicación, por ejemplo,
cómo los productos comunicacionales transitan a través de una cadena, de produc-
tores (como los estudios de Hollywood) a distribuidores, comerciantes y, finalmente,
consumidores, cuyas compras, alquileres y atenciones alimentan nuevos procesos
de producción.”1
Se puede distinguir, como lo hizo Karl Marx, la Economía Política de los Economis-
tas Clásicos de una Economía Política que podríamos denominar “crítica”, porque
aunque ambas comparten la perspectiva económica de los temas que analizan, las
preocupaciones teóricas que manifiestan tienen diferencias significativas.
“Durante el siglo XIX los economistas ortodoxos tendieron a dejar de lado la pro-
blemática histórica y el cambio social para transformar la economía política en la
“Ciencia de la Economía”, “ocupada en cómo compradores y vendedores confluyen
en el mercado para establecer los precios, pero no daría cuenta de aquellos pro-
cesos de cambio social y económico más amplios que crean las condiciones para
el establecimiento de precios” En cambio los economistas heterodoxos contempo-
ráneos se ocuparon de áreas como la transición de una economía industrial a una
de servicios o informacional, en la cual los medios masivos y las tecnologías de la
comunicación son muy importantes”.3
Dentro de este último conjunto de pensadores (no ortodoxos) se produjo una divi-
sión entre un primer grupo que incluía a los conservadores, que buscaron reem-
plazar el individualismo del mercado por la autoridad colectiva de la tradición; los
Socialistas Utópicos que intentaron colocar a la comunidad por delante del mercado
1
Mosco, Vincent (2006) (pág. 58) CIC Cuadernos de Información y Comunicación 2006, vol. 11 (pág. 57
a 79) Canadá Research Chair in Communication and Society. Queen’s University.
2
Ibíd. (pág. 59).
3
Ibíd. (pág. 60).
240
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Entre los tópicos abordados y discutidos por los autores que aquí se tomarán
podemos encontrar:
● Cuáles son las relaciones que pueden establecerse entre las formas eco-
nómicas de producción (industrial, financiera) en el capitalismo y los te-
mas que difunden los Medios.
4
Mosco, Vincent (2006) Óp. Cit. (pág. 61).
Además de una gran cantidad de temas, lo que tienen en común los autores de esta
escuela es el énfasis puesto en analizar algún aspecto o sector de la estructura eco-
nómica de la sociedad, con criterios coincidentes en tomar los desarrollos de Carlos
Marx como perspectiva epistemológica privilegiada. A la vez, desde este enfoque
económico tratarán de explicar un fenómeno mediático.
Actividad de Autoevaluación 1
1) ¿Qué diferencias encuentra entre el abordaje económico de Smith y Ricardo con la pro-
puesta de economía política de Marx?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
2) ¿Cuáles eran los temas que importaban a conservadores, socialistas y marxianos? ………
……………………………………………………………………………………………
…..………………………………………………………………………………………
……….................................................................................................................................
242
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Este esquema, aunque muy rudimentario, muestra sólo una parte del proceso, la
que corresponde al “Momento de la Producción”, es decir, desagrega los factores
que intervienen en este momento, sin abordar los Momentos de Distribución, Cam-
bio y Consumo.
También debe considerarse que para que haya cambio también tienen que estar
ya distribuidas en la sociedad la producción de maquinarias y materias primas (en
otros procesos productivos) para que estén disponibles a la compra que realiza
nuestro capitalista tomado como caso, el productor de tejidos.
Es decir que este capitalista adelanta dinero (D) antes de comenzar el proceso
productivo y en ese mismo acto se hace propietario de todos los elementos necesa-
rios para la producción: máquinas o Capital Constante Fijo (CCF), materias primas
(CCC) y el tiempo de trabajo del asalariado o capital variable (CV) por determinada
cantidad de tiempo. Recordemos también que el propio proceso productivo implica
el “Cambio” de capacidades, de trabajo y de elementos para poder producir, como
así también el “Consumo” de todos los factores que entraron en él para poder ela-
borar el resultado (Mercancía).
A todo el periodo que va desde que el capitalista desembolsa el dinero para inver-
tir en los elementos necesarios al proceso de producción, y el tiempo en que ese
dinero (incrementado) vuelve a manos del capitalista (en nuestro caso, desde el
momento en que adelanta dinero para salarios, lana y máquinas de tejer hasta que
los tejidos se han vendido y el capitalista tiene de nuevo dinero incrementado), se
lo llama “Ciclo de Rotación”.
5
Marx, K. (1987) (págs. 136 a 139) El Capital. Crítica de la Economía Política. Tomos I, II y III Ed. FCE.
México.
6
Ibíd. (págs. 116 a 133).
244
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
La intención de esta inversión consiste, entre otras cosas que se detallarán en los
análisis de cada autor, en acelerar el ciclo de rotación del capital, ya que la publi-
cidad permite que los productos que se encuentran almacenados y listos para ser
consumidos, se difundan y compren más rápidamente que aquellos que los poten-
ciales consumidores desconocen y por tanto, quedan almacenados durante más
tiempo deteniendo el ciclo de rotación completo y haciendo que el capitalista no
recupere el dinero inicialmente invertido.
Para el lector que se introduce en el tema, es válido aclarar que desde hace ya
varias décadas, la actividad publicitaria que desde un punto de vista económico e
ideológico relaciona Medios y sus receptores se encuentra mediada por una ocu-
pación que ha cobrado cada vez mayor autonomía y se ha profesionalizado. Esta
función de mediación está siendo desarrollada por agencias de publicidad y/o con-
sultoras de relaciones públicas y marketing que se dedican con exclusividad a ges-
tionar el vínculo, realizando estudios de mercado, elaborando planes y campañas
de difusión, y realizando todas aquellas tareas necesarias para optimizar la inver-
sión de las empresas por las vías más adecuadas y eficientes.
Las agencias absorben una parte del excedente de la empresas y debido a que
acumulan varias “cuentas” (toman a su cargo las actividades de comunicación de
varias empresas, generalmente grandes), logrando de este modo descuentos im-
portantes en los Medios para la inserción de avisos, ventaja que cada anunciante
por separado no lograría. La tarea así descripta, aunque muy expandida, no cubre
la totalidad de la actividad productiva y comercial, en razón de que en ambos extre-
mos, los servicios de agencias no son utilizados: las empresas oligopólicas (gene-
ralmente de capital internacional) tienen sus propios departamentos de relaciones
públicas, publicidad, etc. y las empresas pequeñas generalmente no acceden a los
altos costos que implican las actividades de comunicación y de publicidad en los
Medios masivos, por lo que suelen realizar difusión puntual y de baja inversión.
Actividad de Autoevaluación 2
En relación a los conceptos que se agregaron de la propuesta teórica de Carlos Marx ¿podría
responder las siguientes preguntas?
246
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Los autores publican su libro El capital monopolista hacia el año 1966 (1° versión en
inglés), después de 10 años de investigaciones. Entre los muchas aristas del análi-
sis que realizan sobre el funcionamiento del mercado capitalista en Estados Unidos,
uno de los aspectos que interesa destacar aquí es el estudio sobre las denomina-
das “campañas de venta” (el equivalente de lo que actualmente denominamos, por
una parte “publicidad” y por otra “marketing” o “comercialización”).
Y este es uno de los ejes centrales del estudio, porque dedican gran parte del tex-
to a analizar en qué consiste esa “ruptura cualitativa” con el comportamiento que
desarrollaba el empresario individual. Comenzarán afirmando que “Bajo el capita-
lismo, la forma superior del éxito es la prosperidad de los negocios, y bajo el capi-
talismo monopólico la forma superior de los negocios es la gran empresa” (Baran
y Sweezy: 1986: 36). Los índices que estos autores toman para valorar la posición
de una empresa son su magnitud, la tasa de crecimiento y la fuerza, esta última
“medida por normas tales como el crédito y el precio de los valores de la empresa.9”
(Baran y Sweezy: 1986: 37)
7
“Oligopolio” es el nombre económico que se asigna a una forma de funcionamiento del mercado por
el cual varias empresas ofrecen el mismo producto, sin que ninguna de ellas pueda imponerse sobre la
otra. Hay una oferta de productos en pocas manos, mientras que la demanda continúa dispersa. Esta
situación hace que todos los participantes del mecanismo oligopólico conozcan cómo operan los otros y
esto genera competencia entre ellas para obtener una mayor proporción de ganancias en el mercado.
En nuestro país, hasta el momento el mercado y más precisamente la oferta de medios audiovisuales
y radiales se encuentra oligopolizada. Es posible que con la nueva Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual (N° 26522) sancionada durante 2010, que prevé la desinversión paulatina de los capitales de
Medios, vaya paulatinamente desarmándose la estructura oligopólica de Medios que rige actualmente la
oferta en el mercado de la radio y la televisión argentina.
8
Baran, P y Sweezy, P. (1982) (pág.22) El capital monopolista. Ensayo sobre el orden económico y social
de Estados Unidos. Siglo XXI Ed. 1° edición 1966.
9
Ibíd. (pág. 37).
“(…) Hay dos aspectos de la competencia que no se refieren a los precios y que son
de importancia decisiva (…) El primero se refiere a lo que puede llamarse la dinámi-
ca de distribución del mercado. El segundo tiene que ver con la forma particular que
adopta la campaña de ventas en las industrias productoras de bienes”.12
Los autores distinguen entre las posibilidades que poseen las grandes empresas, con
costos más bajos (en parte por realizar compras al por mayor de insumos), con la ca-
pacidad económica de acceder a pagar los altos costos publicitarios y las empresas
de poca envergadura. Las posibilidades económicas que poseen las primeras gene-
rarían una especie de círculo virtuoso por el cual las ventajas económicas que les
permiten obtener ganancias mayores ponen cada vez más distancia con las empre-
sas pequeñas. Toda vez que a las grandes empresas le siguen sobrando excedentes,
pueden mejorar aún más la reducción de costos y realizar otras inversiones.
Por ejemplo en publicidad. Con ésta se logra a su vez la creación e imposición de una marca
que la convierte en líder del mercado: Coca Cola entre las bebidas gaseosas, Nike entre las
Ej.
zapatillas, son ejemplos de marcas consolidadas, con un prestigio publicitariamente construi-
do que permite que fijen el precio más alto del mercado en su rubro. El resto de las empresas
no podrían vender por encima del precio en que ellas fijan su mercancía porque nadie las
compraría, con lo cual éstas continúan percibiendo una ganancia extraordinaria y pudiendo
invertir en el reforzamiento de su prestigio.
10
Ibíd. (págs. 43-48 y 50).
11
Ibíd. (pág. 58).
12
Baran, P y Sweezy, P. Óp. Cit. (pág. 58).
248
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
En primer lugar, la empresa cuyos costos son más bajos y sus ganancias más altas
goza de diversas ventajas sobre sus rivales con altos costos, en la lucha por la par-
ticipación de los mercados. La empresa con los costos más bajos tiene la sartén por
el mango; puede darse el lujo de ser agresiva hasta el punto de amenazar y llegar
al extremo de precipitar la guerra de precios. Puede usar ciertas tácticas (descuen-
tos especiales, términos favorables de crédito, etc.) que de ser adoptadas por una
empresa débil provocarían represalias. Tiene los medios necesarios de publicidad
para hacer investigaciones, desarrollar nuevas variedades de productos, servicios
extraordinarios, etc. Las compañías de bajos costos y altas ganancias logran una
reputación especial que les permite atraer clientes y retenerlos. Cualquier compañía
que se rezague en la carrera de la reducción de costos se hallará pronto en dificul-
tades… su libertad de maniobra se reduce. Al tener un papel cada vez más pasivo,
encuentra que su posición se va deteriorando progresivamente, y eventualmente se
encuentra con alternativas desagradables pero inevitables: se puede fusionar, por
supuesto en términos desfavorables, con una empresa más fuerte, puede intentar
una reorganización y volver, o puede abandonar el campo. Todo el móvil de la re-
ducción de costos es incrementar las utilidades, y la estructura monopolista de los
mercados capa cita a las empresas a apropiarse de la parte del león de los frutos
de la productividad creciente, directamente en forma de mayores ganancias… bajo
el capitalismo monopolista los costos decrecientes implican márgenes de utilidades
en continua expansión.13
El aspecto vinculado a las Campañas de Venta es analizado por los autores desde
una perspectiva global del proceso, considerando los cuatro Momentos de la repro-
ducción económica de la sociedad. Afirmarán que la burguesía de los siglos XVIII y
XIX ya intentó reducir al mínimo los impuestos y tributos, así como los gastos de cir-
culación. A este razonamiento agregarán que desde aquel momento se produjo una
tendencia general de la economía a incrementar los excedentes (ley de excedentes
crecientes) que renovó el tema de las medidas de utilización de los excedentes. “A
una de estas formas alternas de utilización la llamamos campaña de ventas. Con-
ceptualmente es idéntica a los gastos de circulación de Marx, pero en la época del
capitalismo monopolista, ha venido a desempeñar un papel, tanto cuantitativa como
cualitativamente, de alcances mucho mayores de los que Marx jamás soñó… bajo
el capitalismo monopolista en su etapa más avanzada en los actuales Estados Uni-
dos… éstos alcanzaron dimensiones gigantescas… [Las campañas de venta] de
ser una característica relativamente sin importancia, ha avanzado a la posición de
uno de sus centros nerviosos decisivos. El tremendo crecimiento de este fenómeno
y la espectacular intensificación de su preponderancia emanan de qué ha sufrido
un cambio cualitativo de largo alcance. La competencia de precios se ha abando-
nado como una forma de atraer a la clientela, y ha dado paso a nuevas formas de
promoción de ventas: la publicidad, la variación en la presentación y empaque de
los productos, la “obsolescencia planificada”, los cambios de modelos, los planes
de venta a crédito y otros”.14
13
Ibíd. (págs. 59 a 61).
14
Baran y Sweezy (1986) Óp. Cit. (págs. 94-95).
cada uno sólo una pequeña fracción de una producción homogénea, hay poco lugar
para la publicidad individual.
Los autores además, afirmarán que los gastos de publicidad en la economía nor-
teamericana experimentaron un alza espectacular, que además demuestran con
el incremento de las cifras de inversión publicitaria de fines del XIX hasta más de
mediados del siglo XX: “en la década de 1890, tanto el volumen como el tono de
la publicidad cambiaron. Los gastos en publicidad en 1890 ascendieron a 360 mi-
llones de dólares, alrededor de siete veces más que en 1867. En 1929 esta cifra
se había multiplicado aproximadamente diez veces (…). Los gastos en publicidad
ascendieron a 10.300 millones de dólares en 1957 y a más de 12.000 millones en
1962. Junto con los gastos en estudios de mercados, relaciones públicas, diseño
comercial y servicios similares realizados por agencias de publicidad… la cifra pro-
bablemente exceda ahora de 20.000 millones.”16
Agregan que este panorama no debe leerse simplemente como un exceso de fri-
volidad o un descontrol del mercado: “Este derramamiento fantástico de recursos
no refleja una irracionalidad frívola por parte de las administraciones de las corpo-
raciones o una peculiar predilección del pueblo norteamericano por los anuncios
comerciales con música, carteles llamativos, revistas y periódicos inundados de
propaganda. Lo que en realidad ha sucedido es que la publicidad se ha convertido
en un instrumento indispensable para un gran sector de negocios corporativos”.17
15
Ibíd. (págs. 96-97).
16
Ibíd. (pág. 98).
17
Baran y Sweezy (1986) Óp. Cit. (pág.98).
250
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
pareció a las administraciones de las empresas como un costo deplorable que de-
bía mantenerse tan bajo como fuera posible, rápidamente se transformó en lo que
una agencia de publicidad correctamente ha llamado “una necesidad de supervi-
vencia” para muchas empresas corporativas”.18
Sin embargo los autores afirmarán que esta posición no advierte la verdadera im-
portancia económica de la publicidad, que “(…) radica no sólo en el hecho de que
provoca una redistribución de los gastos de consumidor entre diferentes mercan-
cías, sino en sus efectos sobre la magnitud de la demanda efectiva agregada y
por lo tanto en el nivel de ingreso y ocupación y por lo tanto en el nivel de ingreso
y ocupación”.20 En otras palabras, para estos autores la consecuencia económica
más importante de la actividad publicitaria es que incrementa, la demanda efectiva
agregada.21
18
Ibíd. (pág. 99).
19
Ibíd. (pág. 101).
20
Ibíd. (pág. 101).
21
“Demanda efectiva” es un término económico propuesto en la teoría que pretendió construir Keynes, y
“consiste en las expectativas de los ingresos a recibir a largo plazo, que incluye la decisión de consumir
o de ahorrar, así como de mantener dinero líquido para especular o invertir productivamente.”
La “Demanda Agregada” es la totalidad de la demanda de una región en un momento determinado.
Depende de “Las decisiones de inversión de los empresarios, que proporcionan los ingresos a los pro-
ductores individuales, los cuales por su vez deciden sobre cómo utilizar esos ingresos, y las decisiones
de los individuos trabajadores que utilizan parte del ingreso en consumo, determinan las condiciones de
demanda. El precio de oferta global de la producción es determinado por el volumen de empleo (…)”
(Gómez Olivares: 2007).
del consumo, una guerra implacable en contra del ahorro y a favor del consumo.
Y los medios principales de llevar a cabo esta tarea son estimulando cambios en
la moda, creando nuevas necesidades, estableciendo nuevos niveles de posición
social, haciendo hincapié en nuevas formas de propiedad.” Y en relación con las
tendencias macroeconómicas del capital, afirmarán que “El éxito incuestionable de
la publicidad en el logro de estas metas ha fortalecido grandemente su papel como
fuerza neutralizadora de la tendencia al estancamiento del capitalismo monopolista
y al mismo tiempo se le señala como arquitecto principal del famoso “modo de vida
americano”.22
Aunque estos autores hicieron otros razonamientos, aquí finalizaremos con los
aportes que realizaron los autores mencionando un último aspecto del capítulo de-
dicado a las “campañas de venta”, que señala un cambio muy importante en la re-
lación entre la publicidad y la producción: “ (…) la campaña de ventas que empezó
siendo un nuevo auxiliar de la producción, ayudando a los fabricantes a deshacerse
en la forma más lucrativa de los bienes diseñados para satisfacer necesidades re-
conocidas del consumidor, crecientemente invade fábricas y talleres, determinando
lo que debe producirse (…)”24.
Como se podrá inferir de la lectura de los aportes de Baran y Sweezy, existe una crí-
tica consistente de capitalismo y de los mecanismos que conducen a su reproduc-
ción. También es sencillo advertir que al tomar como supuesto la teoría desarrollada
por Carlos Marx, sus análisis poseen una notoria coincidencia con los desarrollos
de otras escuelas, como los autores de Frankfurt.
22
Baran y Sweezy (1986) Óp. Cit. (págs. 104-105).
23
Ibíd. (págs. 105-106).
24
Ibíd. (págs. 106).
252
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Actividad de Autoevaluación 3
¿Podría responder las siguientes preguntas, sobre algunos aspectos que proponen pensar
Baran y Sweezy?
1) Qué diferencias afirman que existen entre la conducta de los capitalistas individuales (ca-
pital competitivo) y el capital monopólico
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
2) Según estos autores ¿qué diferencias hay entre la competencia de precios y la competencia
con “campañas de venta” o publicidad?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
3) ¿Por qué los capitalistas deciden permanentemente incrementar las cifras de inversión
publicitaria?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
4) En relación al consumo de productos, ¿por qué afirman que hay una redistribución del
consumo? Y ¿por qué la publicidad hace una guerra implacable contra el ahorro?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Dallas Smythe
Aunque parte de sus análisis fueron cuestionados, Smythe tuvo la virtud de introdu-
cir la perspectiva en el ámbito universitario, así como de proponer temas que serán
disparadores de futuros debates con otros autores de la misma línea teórica. Una
de las preguntas que este autor realizó y que respondió con una respuesta que con-
citó un enorme revuelo fue ¿qué producen los Medios? O dicho en clave del análisis
del proceso de producción que propone Marx, ¿Cuál es el resultado (producto) de
la Comunicación de Masas?
que se considera como una suerte de invisible pegamento que mantiene unido al
sistema capitalista”.25
Por otro lado, reafirmará la importancia creciente que tienen las “instituciones es-
pecializadas” en la producción masiva de comunicaciones, debido a que aunque
los periódicos y revistas surgieron en el siglo XVIII, “no llegaron a su forma madura
hasta que el capitalismo monopólico giró su principal base económica hacia la pu-
blicidad, hacia finales del siglo XIX”.27
Smythe afirmará que la visión marxista del capitalismo debe buscar una realidad
objetiva, que desde su perspectiva conduce a analizar la “mercancía” producida
en el capitalismo. Así, su pregunta sobre lo que considera “la cuestión límite” a es-
tudiar es formulada como “¿Cuál es la forma de mercancía, constituida por las co-
municaciones producidas para las masas y financiadas por los anunciantes?” 28.La
cuestión que propone el autor efectivamente es un asunto crucial para la economía
política de la comunicación; tanto es así que su formulación suscitó numerosas y
diversas respuestas, alrededor de las cuales se produjeron arduos debates soste-
nidos y sólidas argumentaciones.
Las respuestas de otros pensadores a estas preguntas son criticadas por Smythe,
quien las califica de “visiones burguesas o idealistas” sobre la realidad de esta mer-
cancía, cuando expresan que lo que producen los medios son: “mensaje”, “informa-
ción”, “imagen”, “significado”, “entretenimiento”, “orientación”, “educación” y “mani-
pulación”. Todos estos entidades mentales subjetivas y se refieren a las apariencias
superficiales. “Tácitamente, esta teoría idealista de la mercancía de la comunica-
ción parece haber sido sostenida por la mayoría de los marxistas occidentales, al
igual que por los teóricos burgueses: Lenin, Marcuse, Adorno, Baran y Sweezy, por
ejemplo: Schiller (1973), Burdock, Golding (1973), y yo mismo hasta ahora”.29
25
Smythe, Dallas (1977) (pág. 71) “Las comunicaciones: “Agujero Negro” del Marxismo Occidental”. “Co-
munications: Blindspot of Western Marxism”, en canadian Journal of Political and Social Theory/Revue
canadiense de théorie politique et sociale. Vol I, N° 3, otoño de 1977, pp. 1 a 27. Edición que se toma
aquí para citar: en Richieri, Giuseppe (1983) La Televisión: entre servicio público y negocio. Ed. GGilli.
México. (Págs. 71 a 103).
26
Smythe, Dallas (1977) Óp. Cit. (pág. 75)
27
Ibíd. (pág. 72).
28
Ibíd. (pág. 73).
29
Ibíd. (pág. 74).
254
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
general (tanto cuando las personas son pagadas por su trabajo como por ser inte-
grantes de públicos) y a la producción y reproducción de su fuerza de trabajo (cuya
remuneración está incluida en sus ingresos). Del tiempo de trabajo ajeno a los
empleos mismos, la porción mayor se integra con el tiempo de los públicos, que es
vendido a los anunciantes. No es vendido por los trabajadores, sino por los medios
masivos de comunicación.
Smythe indicará que lo que los medios venden a los anunciantes es el tiempo de
los trabajadores, quienes:
Uno de los primeros aspectos que este autor precisa, es en qué consiste el
carácter mercantil que atribuye a los públicos:30
“a) ¿Qué es lo que compran los anunciantes con sus gastos de publicidad?…
lo que compran es el servicio de ciertos públicos, de especificaciones
previsibles, que habrán de prestar atención en cantidades previsibles y
en ciertos momentos particulares de comunicación (televisión, radio, pe-
riódicos, revistas, carteles en vallas, impresos distribuidos por correo). En
cuanto colectividades, esos públicos son mercancías. Como tales, son
traficados en los mercados, por productores y compradores (estos últimos
son los anunciantes). Tales mercados establecen sus precios, en el modo
habitual del capitalismo monopólico. Tanto los mercados como las mer-
cancías de público son especializados. Las mercancías de público llevan
especificaciones que en el negocio son conocidas como “datos demo-
gráficos”. Estas especificaciones incluyen edad, sexo, nivel de ingresos,
composición familiar, residencia urbana o rural, grupo étnico, propiedad
de su hogar, automóvil, situación en tarjetas de crédito, clase social y,
para revistas especializadas, afición a la fotografía.
30
Smythe, Dallas (1977) Óp. Cit. (Pág.76-77).
31
Smythe, Dallas (1977) Óp. Cit. (pág. 78)
256
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
32
Smythe (1977) Óp. Cit. (pág. 81).
33
Ibíd. (pág. 82).
Finalmente, Smythe se pregunta por qué los economistas marxistas han sido indi-
ferentes al proceso histórico del desarrollo de los Medios y la publicidad así como
¿Por qué continúan considerando a la prensa y a los medios radiotelevisivos como
si tuvieran la función primordial de producir información, entretenimiento y opinión
editorial y la de vender a sus anunciantes? Su respuesta, apuntará a criticar a Baran
y Sweezy porque si bien señalaron el crecimiento publicitario “…no indican por qué,
cómo y con qué derivaciones”.35
De las reflexiones que hace el autor en este texto se puede advertir su clara ads-
cripción a la teoría marxista, la crítica que realiza desde el análisis del funciona-
miento económico de los Medios masivos y sobre todo el esfuerzo por proponer
una interpretación económica no convencional a la relación que propone estudiar
alrededor de la publicidad.
Actividad de Autoevaluación 4
34
Ibíd. (Págs. 84 a 85).
35
Ibíd. (Págs. 84 a 85).
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Herbert I. Schiller
En un texto preliminar para ser discutido, documento que fue parte de la Comisión
Internacional de Estudio de Problemas de la Comunicación, creada por la Confe-
rencia General de la UNESCO en su XIX Sesión, denominado “La comunicación si-
gue al capital” Herbert Schiller denuncia la invasión económica y cultural del capital
norteamericano.
El autor afirmará que las inversiones estadounidenses en los otros países constituyen
una “invasión”, que implica una “toma total del sistema de información de la nación
anfitriona… Esto no significa una toma de posesión física que provocaría un antago-
nismo popular generalizado, sino una dirección de hecho del mecanismo de infor-
mación mediante el control de su financiación y a través de ésta, de su contenido.” 38
36
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) (pág.19) Economía Política, comunicación y conocimiento.
Ed. La Crujía y Junta de Andalucía. Bs. As.
37
Richeri, Giuseppe (1983) (pág. 51) La televisión: Entre Servicio Público y negocio” Ed. Gustavo Gilli.
Barcelona.
38
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 53)
Para explicar más detalladamente cómo se produce esta invasión, Schiller explica-
rá que desde principios del siglo XX hubo una afluencia (en otros países) de capi-
tales privados norteamericanos, debido a que un número reducido de fabricantes
“había alcanzado los límites prácticos de sus mercados naturales” que a mediados
de siglo se había convertido en “inundación”. La guerra enriqueció a las sociedades
de Estados Unidos, y buscaron una salida al exterior buscando “otros mercados
más amplios en los que poder invertir sus capitales excedentes y utilizar sus capa-
cidades ampliadas de gestión. Miles de fábricas, filiales de sociedades de Estados
Unidos, han sido construidas en el mundo entero. En 1940, el total de las inversio-
nes privadas de Estados Unidos en el extranjero (en fábricas y en instalaciones)
ascendía a 7 mil millones de dólares. En 1950, era de 11,8 mil millones de dólares
y seguía aumentando en más de un 10 % por año.” 39
“La introducción del aparato de radio en los hogares durante los años veinte dio lugar a otro
medio fundamental de difusión de información sobre los productos, y la llegada de la televi-
sión en los años ´40 y ´50 proporcionó otro poderoso medio. Actualmente, con los medios
impresos y electrónicos, con los carteles publicitarios al aire libre y las exposiciones en los
puntos de venta, la información puesta a disposición del público presenta una enorme diver-
sidad y una dimensión suplementaria”.41
“Para resumir la situación de Estados Unidos, los media fueron creados y aca-
parados por el mundo de los negocios para difundir un mensaje permanente de
consumo. El sistema de información se ha transformado en un sistema de comer-
cialización. Ningún elemento del mecanismo de información escapa a la misión de
transmitir mensajes de venta.”42
39
Ibíd. (pág. 52).
40
Ibíd. (pág. 52).
41
Ibíd. (pág. 54).
42
Ibíd. (pág. 54).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Es necesario aquí destacar, de la cita tomada, aquel aspecto señalado por el autor,
cuando afirma que la publicidad “crea la atmósfera cultural”, debido esencialmente
a su relevancia. No se afirma un efecto directo e individual sobre cada consumidor,
sino que se construye, a través de numerosas instituciones (agencias de publicidad,
escuela, gobierno, etc.) el clima que impregna a los sujetos y los condiciona para
que se tome con naturalidad la imponente invasión de publicidad, en calles, medios,
revistas, etc. Una muestra de la importancia de este “clima” al que estamos habi-
tuados, es que los comentarios de algunos viajeros que fueron a La Habana (Cuba)
fue la fuerte impresión de sorpresa, y les llamó fuertemente la atención la ausencia,
en las calles céntricas de la capital, de toda manifestación publicitaria. Se sintieron
extrañados de percibir que no hubiera vidrieras atestadas de recursos comunica-
cionales llamativos, carteles publicitarios, afiches en las paredes. Esto es algo que
tenemos completamente naturalizado, aun cuando recorremos el centro de nuestra
propia ciudad. A esta “atmósfera” o ambiente se refiere Schiller, que nos impulsa
al consumo por el sólo hecho de recorrer calles, y aun cuando no tengamos la in-
tención expresa de compra, nos detenemos a mirar una vidriera y hasta se puede,
frente a un cartel de “oferta” improvisar una compra no prevista.
43
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 55).
44
Ibíd. (págs. 56-57).
A favor de su argumento que indica que hacia la década del ´60 habían crecido más
los negocios publicitarios en el extranjero que en el propio Estados Unidos, tomará
datos de las diez primeras agencias de publicidad de aquel país.
“Entre 1965 y principios de los años ´70, la tasa de crecimiento anual del volumen
de negocios internacionales de las diez primeras agencias de Estados Unidos fue
del 12,6% mientras que su volumen de negocios en el propio Estados Unidos sólo
aumentó un 1% anual”.45
45
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 56-57)
46
Ibíd (1983) (pág. 60)
47
Ibíd (1983) (pág. 63)
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Schiller dejará evidenciado el carácter de pantalla que tiene las actividades de ase-
soramiento norteamericano hacia el Tercer Mundo, debido a que “… presentaban
una imagen edulcorada de los expertos en su calidad de “asesores políticos nor-
teamericanos”, y sostenían que las sociedades “tienen una neutralidad profesional
que, cosa curiosa, les concede a menudo una importante influencia privada en paí-
ses que proclaman abiertamente su aversión al capitalismo”.49
Recordemos, como casos reciente de este tipo de políticas, del país del norte, los
cruces y exabruptos protagonizados por presidentes como Chávez (Venezuela) o
Evo Morales (Bolivia), cuando no permitieron que los “neutros expertos” norteame-
ricanos asesoraran a sus gobiernos hacia principios del siglo XXI.
Pero además de estas formas disimuladas de dominación política que el autor deja
evidenciados, Schiller precisará en los modos engañosos de utilización de argu-
mentos que realizan los capitales norteamericanos para lograr penetración cultural
en los países “anfitriones” a través de los medios masivos.
Para este autor, existe “una tela de araña comercial de dominación de la cultura y
la comunicación” que parece ser la combinación de dos factores. Por un lado seña-
la que “La poderosa economía de las sociedades transnacionales ha conseguido
dominar gran parte de las actividades de la cultura y de las comunicaciones. La
habilidad de las sociedades transnacionales para utilizar los sistemas y técnicas
de las comunicaciones modernas para la difusión de mensajes publicitarios y de
programas generales que son producidos de cara a sus necesidades comerciales…
contribuye a la aceptación mundial y al aumento de la enfermedad del consumo y
de la adoración de los bienes de consumo. Por otro lado, y de un modo complemen-
tario con los intereses de las sociedades internacionales, en los países jóvenes no
existen normas nacionales bien definidas, y por lo tanto “… encuentran más fácil
adoptar el estilo occidental de los programas de radio y televisión… La televisión
nigeriana, peruana o senegalesa, ¿no podría ser más autóctona no tan sólo en sus
programas, sino en su estilo?”.51
Ej. Tenemos ejemplos nacionales de suma actualidad, por ejemplo si recordamos que muchos
de las variadas propuestas que anualmente realiza el exitoso conductor de televisión, Mar-
celo Tinelli, han sido paquetes de programas comprados, que tuvieron éxito en algún país de
Europa o de Estados Unidos y se difundieron con mínimas variantes en Argentina. También
encontramos ejemplos recurrentes en nuestros canales de televisión de alcance nacional,
que reproducen Films o series estadounidenses como “éxitos de taquilla” en detrimento de
una frondosa filmografía que nos es extraña – incluso nos resulta “lenta” o “aburrida” – debi-
48
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 57).
49
Ibíd. (pág.63).
50
Ibíd. (pág.65).
51
Ibíd. (pág. 66).
do, entre otras razones, a que carece de los espectaculares efectos especiales que caracteri-
za a la producción holliwoodense. Por citar sólo alguna, la filmografía iraní, indú, o la produc-
ción cinematográfica de países de Latinoamérica prácticamente no ingresan a nuestro país,
y cuando lo hacen, sólo se proyectan en algunos cine clubes marginales o en ámbitos de
difusión alternativos, de difícil acceso para el público en general porque carecen de difusión.
Por otro lado, su recepción requiere de la comprensión de una estética a la que la audiencia
no está habituada y los canales televisivos comerciales no están dispuestos a generar una
estética de recepción diferente a la que garantiza un mínimo raiting aceptable.
Sin embargo Schiller no culpa a los países pobres de la ausencia de producción au-
tóctona, porque atribuye a “las potentes concentraciones de recursos económicos
de que disponen las sociedades transnacionales” la responsabilidad principal de
este fenómeno. Afirma que estos abultados capitales “son utilizados masivamente
para impedir la adopción de otras formas de comunicación social. En los raros ca-
sos en los que se han hecho intentos de cambio, como en Chile, estas innovacio-
nes han sido brutalmente reprimidas” refiriéndose centralmente a la dictadura de
Pinochet, de 1973.
Su conclusión afirma que “Lo que está en juego es nada menos que la continuidad
de la rentabilidad del sistema mundial de negocios de Estados Unidos. Los com-
plejos mecanismos de composición y de transmisión de mensajes, así como los
instrumentos de persuasión y de control de las conciencias, son lo que le permite al
sistema mundial funcionar como está funcionando actualmente.
Una interrupción o un obstáculo en la tela de araña de comunicaciones que actual-
mente une el mercado nacional al mercado mundial son considerados como ame-
nazas contra la economía de los negocios transnacionales que es el fundamento
de este último. Cualquier esfuerzo serio para liberar a una sociedad del sistema
mundial de información deberá ir pues mucho más lejos que el simple rechazo
de los productos de los media occidentales, aunque evidentemente sea éste uno
de sus objetivos. Deberán tender básicamente hacia la economía de los negocios
transnacionales, que se ha hecho con el control del espacio económico, político,
cultural (…)”.52
Por otro lado es destacable cómo Schiller desnuda los vínculos que existen entre
la industria armamentista de Estados Unidos, junto a las empresas que producen
de bienes a escala internacional (pensemos en Nike, Motorola, etc.) con la comu-
nicación social, por la vía publicitaria, pero también por la imposición de modelos
culturales de consumo de bienes tanto como de consumo de formatos y estéticas
de origen norteamericano. Se le puede reclamar a Schiller no haber considerado la
dominación británica o europea en la producción cultural de los países pobres, pero
no se puede negar profundidad y veracidad en el análisis pormenorizado y bien
documentado que realiza de la lógica norteamericana.
52
Richeri, Giuseppe (1983) Óp. Cit. (pág. 68)
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Actividad de Autoevaluación 5
1) ¿Por qué afirma que hay una “invasión” de inversiones estadounidenses en el mundo?
Relacione con la internacionalización de los Medios.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
5) ¿Cómo incide la internacionalización de los Medios en los contenidos de los países inva-
didos?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Una de las discusiones más interesantes fue la que inició Graham Murdock en
referencia al artículo de Dallas Smythe “Las comunicaciones: “Agujero Negro del
Marxismo Occidental”, que aquí comentaremos tomando algunos aspectos intere-
santes para mostrar sus ejes centrales.
En el artículo que Murdock denominó “Los agujeros negros del marxismo occidental:
Respuesta a Dallas Smythe” el autor realiza una enfática defensa de la producción
intelectual del llamado “marxismo occidental” (refiriéndose a la variada producción
europea), y para ello comienza desarrollando una argumentada crítica al artículo de
Smythe que se analizara en este capítulo (Punto 5.3.).
A pesar de las críticas que realizará, para el autor Smythe debe ser reconocido al
menos dos cuestiones. “En primer lugar, en contraste con la mayoría de las discu-
siones marxistas sobre comunicación que parten de las afirmaciones más obvias
de Marx sobre ideología, su análisis se fundamenta principalmente en los trabajos
económicos centrales, El Capital y el Grundrisse. Este nuevo enfoque hace posible
que se destaquen varias formulaciones que habían sido descuidadas antes. En
segundo lugar, el propio intento de Smythe por aplicar estos análisis internos a la
situación contemporánea tiene el éxito de demostrar su importancia para una com-
prensión total del papel de los mass media en las sociedades capitalistas.” 54
El problema que detecta Murdock, entonces, no proviene del reclamo que parece
realizar Smythe a los análisis teóricos, ni de la jerarquía que logró para profundizar
desde la perspectiva económica, sino de tratar la situación en EEUU como paradig-
mática, y por no reconocer y asumir que los estudios europeos no están ausentes,
sino que poseen grandes diferencias.
53
Murdock, G (2006) “Los agujeros negros del marxismo occidental: Respuesta a Dallas Smythe” (1978)
Publicado originalmente en Rev. Canadian Journal of Political and Social Theory, vol. 2, n.º 2 (primavera/
verano 1978), pp. 109-119, bajo el título “Blidspots About Western Masxism: A Reply to Dallas Smythe”.
CIC Cuadernos de Información y Comunicación.
Vol. 11. Págs. (11-22) Disponible en: http://revistas.ucm.es/inf/11357991/articulos/CIYC0606110011A.
PDF (Fecha de consulta: 09 de septiembre de 2010).
54
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 13).
55
Ibit. (págs. 14-15 y16).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Los debates que planteara este autor hacia fines de los ´70 en Gran Bre-
taña constituyen actualmente el meollo de la discusión que acompañó la
aprobación de la Ley de Servicios Audiovisuales en nuestro país y que ha
tenido antecedentes en América Latina desde los años ´60. La discusión
de fondo consiste fundamentalmente en que es atribución del Estado y
por lo tanto debe ser parte de la políticas estatales, la definición del carác-
ter público y/o privado, y eventualmente los porcentajes de prestaciones
de cada tipo que ha de prever dentro de su territorio. Esto es lo que indica
Murdock cuando habla de la centralidad de la función estatal que Smythe
ignora en su trabajo.
Para Murdock el objetivo principal que tienen los medios no es vender au-
diencias a los anunciantes: “Más bien están en el negocio de vender expli-
caciones del orden social y de las desigualdades estructurales y canalizar
las esperanzas y aspiraciones hacia objetivos legitimados. En resumen,
trabajan con y a través de la ideología, vendiendo el sistema”.
Una vez que desarrolló las tres críticas, Murdock propone realizar un recorrido por
el contexto histórico que envolvió al marxismo occidental, para comprender por qué
sus exponentes otorgaron más atención sobre la ideología y la cultura, tanto como
encontrar las razones por las cuales los economistas marxistas no se dedicaron de
modo sistemático a analizar las comunicaciones de masas.
“Para entender los agujeros negros e idées fixés del marxismo occidental necesita-
mos situar su desarrollo en el contexto de la historia que lo formó. Como principio
es útil distinguir tres amplias fases: los años de entreguerras, el periodo que va
desde 1945 hasta el final de los años 60 y los años transcurridos desde entonces.
La problemática central de los años de entreguerras estuvo marcada por el fracaso
de las iniciativas revolucionarias en las economías occidentales avanzadas. Des-
pués, con el capitalismo enfrentándose a una crisis sin precedentes, en lugar de un
resurgimiento del socialismo, echó raíces el fascismo y floreció precisamente en
los lugares donde la revolución pareció más factible: en Alemania, en Austria y en
Italia.”56
56
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 18).
57
Ibíd. (pág. 19).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Las circunstancias históricas que mostraban la enorme firmeza con que se erigía
la ideología, tomada a su vez como “arma clave en el arsenal de la dominación de
clases” pareció conducir el trabajo intelectual crítico en la dirección de privilegiar
el análisis de lo cultural, que se consideró “… como una contribución crucial en la
lucha contra el fascismo y el sistema capitalista que lo sostenía. Para Horkheimer
y Adorno esto significaba cubrir el vacío entre lo actual y lo posible; para Gramsci
significaba una labor de educación constante para construir una contracultura radi-
cal entre los dominados”.58
Entre las razones que Murdock esboza para explicar la tendencia de los marxistas
occidentales a privilegiar la superestructura se encuentra, por un lado el inicio de un
ciclo de crecimiento de las economías capitalistas avanzadas de Europa Occiden-
tal, después del periodo de reconstrucción de la posguerra, que generó una rápida
expansión en el consumo de bienes de ocio y entretenimiento. “Muchos de estos
procesos estaban dominados por productos y organizaciones de estilo americano,
y se articularon de forma firme en torno al sistema de publicidad y marketing que
Smythe describe.”59 Esto condujo a una expansión del consumismo que a su vez
conllevó una reducción del conflicto industrial y la lucha de clases.
Por otro lado, Murdock parece justificar el énfasis que los marxistas occidentales
pusieron en la autonomía relativa de la superestructura ideológica con un argu-
mento similar al que encontraron muchos de los estructuralistas para focalizar sus
análisis: “una reacción exagerada al economicismo de la línea oficial soviética y a
la práctica política estalinista de la que surgía… Para muchos observadores de la
izquierda parecía que la cultura no era sólo un terreno importante de lucha, sino
quizás el más importante. Esta lectura equivocada de la historia alcanzó su cúspide
durante 1967-1968, cuando por un breve momento pareció que la construcción de
una contracultura radical unida al control de las instituciones claves de transmisión
podría producir una transformación no cruenta del capitalismo”.60
A partir de estos argumentos, el autor visualiza que “Los años 70 han proporcionado
un agudo correctivo a esta utopía…, a la vez que se produce un giro orientado a
recuperar la perspectiva económica: “La reapropiación de los trabajos económicos
maduros de Marx; la renovada atención hacia los problemas básicos de la crisis y
la caída del margen de los beneficios, indican un resurgir de la Economía Política
marxista”.61
Hacia 1978 (fecha de publicación del artículo que aquí se comenta), Murdock ad-
vierte que “… el marxismo en Europa se encuentra en un punto de transición. Está
asimilando el legado culturalista del marxismo occidental mientras se enfrenta si-
multáneamente a las implicaciones de una Economía Política emergente.” Y aun-
que acepta que cuando se analizan los Medios se deben realizar elecciones epis-
temológicas, dicha elección no debe realizarse en los términos Smythe supone:
“entre una teoría de procesos económicos por un lado y una teoría de ideologías
por otro. Más bien es una elección entre las varias formas de conceptualización de
las complejas relaciones entre relaciones económicas, ideológicas y políticas del
capitalismo moderno.”
58
Ibíd. (pág. 19).
59
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 19).
60
Ibíd. (pág. 20).
61
Ibíd. (pág. 20).
62
Ibíd. (pág. 21).
Ambas integradas en la realidad social, sino que además debe estudiarse los Me-
dios en la propia interacción de esas dos facetas inextricables, porque es en esa
relación donde puede comprenderse su lógica y complejidad de un modo satisfac-
torio. La importancia de este análisis es lo se trabajará con más detalle al finalizar
la presente unidad.
Murdock y Golding afirmarán que en este párrafo Marx y Engels se ocuparon por
poner de relieve el sistema de control de la clase sobre la producción y la distribu-
ción. “De aquí se sigue que un análisis adecuado de la producción cultural necesita
Marx, Karl- Engels, Friedrich (1985) (pág. 66) La ideología alemana. Ediciones Pueblo Unidos-Editorial
63
270
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Unidad 5
examinar, no sólo la base de clase del control, sino también el contexto económico
general, dentro del cual dicho control se ejerce… Por otro lado remarcan el signi-
ficado “amplio” que tiene la idea de determinación para Marx, porque los escritos
posteriores de este autor revelan que “emplea la noción de determinación y condi-
cionamiento, no en sentido estrecho, sino en otro mucho más amplio, de fijación de
límites, ejercicio de presiones y clausura de opciones.”64
Los autores realizan un corto repaso por diferentes perspectivas que abordan en
primer lugar lo cultural o superestructural, afirmando que al comenzar analizando la
forma y contenido de los artefactos culturales, “luego retroceden en su trabajo para
describir su base económica…” en lugar de “partir de un análisis concreto de las
relaciones económicas y de las maneras como se estructuran tanto los procesos
como los resultados de la producción cultural…”65
64
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 21).
65
Ibíd. (pág. 22)
66
Ibíd. (pág. 22)
67
Ibíd. (pág. 30)
68
Ibíd. (pág. 31)
69
Ibíd. (pág. 31-32-33).
De este último análisis los autores infieren, en la misma dirección del razonamiento
que habían realizado Baran y Sweezy de la economía estadounidense, que en los úl-
timos 100 años se ha venido produciendo “… un cambio subterráneo de la estructura
de las economías capitalistas avanzadas, por el cual la propiedad de los medios de
producción se ha ido haciendo cada vez menos dispersa y cada vez más concentrada
en manos de relativamente pocas corporaciones”. 70
De los datos señalados los autores concluyen que hay un “crecimiento de la concen-
tración y del monopolio en las industrias de las comunicaciones desde la Segunda
Guerra Mundial.”72
Sin embargo no es ésta la única tendencia que advierten los autores, sino que a la
concentración de la propiedad se le suma la “diversificación”73, que se produce al
mismo tiempo que disminuyen las ganancias de las empresas. El caso que citan es
la compra por parte de la compañía discográfica EMI de la cadena ABC de cine en
Gran Bretaña. Murdock y Golding advierten que la emergencia de “conglomerados”
no es “peculiar de Gran Bretaña. Por el contrario, es una tendencia detectable en
todas las economías capitalistas avanzadas, donde las leyes antitrust, relativamente
restrictivas, han dado mayor impulso a la diversificación, al cerrar oportunidades de
expansión dentro de un solo mercado”.74
70
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 34).
71
Cuanto mayor sea la proporción, mayor el grado de concentración.
72
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 36).
73
Se produce diversificación cuando una compañía que tiene intereses en un sector determinado, se
expande y adquiere intereses en otro sector. Cuando la diversificación comporta el paso a un terreno que
tiene más o menos poca relación con los intereses principales de la compañía, la amalgama resultante
se denomina, convencionalmente, conglomerado.
74
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 36).
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Murdock y Golding corroboran con estos análisis aquella afirmación de Marx – cita-
da páginas arriba – por la cual quienes poseen los medios de producción también
controlan la distribución de recursos económicos y los usos de los excedentes re-
sultantes. “Para Marx… la posesión de la propiedad, el control económico y el poder
como clase están inextricablemente entrelazados”.75
Pero no conformes con estas conclusiones, profundizarán aún más, discutiendo los
análisis de algunos intelectuales que piensan que hay una tendencia que separa
progresivamente la posesión de la “propiedad” del “control” de la corporación. Su
argumento es que la estructura tradicional de “la familia fundadora” con la mayoría
de las acciones de una empresa ha sido paulatinamente reemplazada por una es-
tructura corporativa de acciones distribuidas en parcelas numerosas, de modo que
nadie podía ejercer un control total de la misma.
A este análisis Murdock y Golding opondrán la afirmación que indica que “de ningu-
na manera ha pasado la era del propietario, ni siquiera en los conglomerados… en
un número significativo… la familia fundadora, sus descendientes, o ambos, man-
tienen un paquete accionario importante y, con frecuencia, decisivo para el control,
y en una serie de casos también ocupan cargos claves, gerenciales y ejecutivos,
que les confieren un alto grado de control sobre la formulación de las políticas de
asignaciones generales de las compañías (…)”.76
Por otro lado, señalan un proceso que data de relativamente poco tiempo, por el
cual la posesión de acciones han dejado de estar en manos de personas aisladas
para pasar a pertenecer a entidades financieras y a otras corporaciones industria-
les. Por lo tanto,”lejos de haber ido dispersándose (…) la posesión de acciones de
las grandes corporaciones se ha ido concentrando progresivamente en manos de
instituciones financieras (…)”. De aquí que no se pueda afirmar que el control esté
divorciado de la posesión de la propiedad, por el contrario, continúan con un alto
grado de control sobre los procesos de producción.77
Más aún, los autores harán hincapié, por un lado en que las compañías de co-
municaciones se encuentran claramente vinculadas a las empresas financieras e
industriales y por el otro destacarán que en virtud de ocupar lugares claves en la
asignación de recursos, los propietarios “siguen constituyendo una clase capitalista
identificable, con intereses comunes reconocibles”.79
75
Murdock, G (2006) Óp. Cit. (pág. 42).
76
Ibíd. (pág.42)
77
Ibíd. (pág.43)
78
Ibíd. (pág.43)
79
Ibíd. (pág.45)
Los autores afirmarán que los métodos para demostrar la mediación son de carác-
ter histórico y social, ya que “la evolución de una ideología ocupacional emerge de
la situación cambiante en el mercado y en el trabajo.” Ejemplificarán la necesidad
de estudiar la historia con el periodismo, indicando que debería indagarse el sur-
gimiento de las creencias sobre la objetividad, la imparcialidad y la exactitud que
parece teñir la actividad, haciendo de la objetividad periodística una virtud, aun
cuando estas afirmaciones son demostradamente falsas.
Actividad de Autoevaluación 6
Con los aportes que Murdock y Golding analizaron en los trabajos reseñados, responda las
siguientes preguntas.
2) ¿Cómo explica Murdock que el marxismo occidental otorgó más atención a la ideología
y la cultura?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
3) En el segundo artículo ¿Qué analizan los autores y cómo vinculan la forma de propiedad
de los Medios a las tendencias a la oligopolización?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
4) ¿Por qué niegan los autores que se haya ido separando la “propiedad” del “control” de las
corporaciones?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Nicholas Garnham
Otro ámbito británico que cobró importancia dentro de los estudios de la Economía
Política de la Comunicación es el Centro de la School of Communication del Po-
lytechnic of Central London, del que forma parte principalmente Nicholas Garnham.
Este teórico había trabajado antes para la BBC – Television y en enero de 1979
tomó la iniciativa de lanzar la revista trimestral Media, Culture and Society. En el
segundo número, dedicado a la Political Economy figura, a modo de introducción,
un largo artículo programático firmado por Garnham y titulado “Contribution to a Po-
litical Economy of Mass – Communication” (“Contribución a una economía política
de la comunicación de masas”).
Para comenzar su propuesta el autor sienta las bases de la perspectiva que adopta,
y para ello establece sus diferencias con la corriente lacaniana post – althusseriana:
“… uno no afirma que el problema de la subjetividad carezca de interés, sino que
tiene menos interés que el de clase o el de acumulación de capital. Explicita su po-
sición materialista – histórica cuando afirma que el orden de prioridades “… es una
jerarquía de determinantes históricos y materiales concretos en el mundo real…”.81
80
Garnham, N. (1979) (pág. 109) Artículo publicado originalmente con el título “Contribution to a political
economy of mass-communication”, en Rev. Media, Culture and Society, Vol I págs. 123 a 146 por Aca-
demic Press Inc. Ltd., Londres.
81
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág. 110-111).
82
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág. 112-113).
83
Ibíd. (pág. 114).
una prensa controlada: toda clase dominante, en formas variables aunque siempre
materialmente, produce un orden social y político. Estas nunca son actividades su-
perestructurales. Son la producción material necesaria en la que sólo puede man-
tenerse un modo de producción”.84
Garnham toma estas palabras de Williams para hacer una aclaración sumamente
pertinente y atinada, ya que considera que si bien lo que dice Williams es “una co-
rrección necesaria al idealismo burgués y a sus variantes marxistas post – althus-
serianas” considera que la propuesta de este autor “también adolece de un reduc-
cionismo engañoso al no distinguir entre lo material y lo económico”. 85
Ej.
Garnham ejemplificará la diferencia entre ambas materialidades con la escuela y la prensa:
“una prensa autorizada (pública por ejemplo) y una prensa comercial “libre” son materiales,
pero las diferencias económicas entre estas dos formas de control “político” constituyen la
diferencia entre una forma capitalista y una forma precapitalista. De manera similar, la dife-
rencia entre la estructura económica de la educación privada y la pública, constituye, dentro
de la misma materialidad, a la esencia de la lucha “política”.86
Este ejemplo puede replicarse en nuestro país entre la Televisión pública y cual-
quier canal televisivo privado o entre Radio Nacional y cualquier emisora privada de
radio AM: ambas tiene la misma materialidad pero sus lógicas económicas y por lo
tanto sus ideologías son también diferentes.
Coincidiendo con los peligros que advirtieran Murdock y Golding, respecto de las
explicaciones reduccionistas que tienden a realizar sólo análisis económicos o a
explicar la ideología autonomizada de la base económica, en la misma dirección
que estos autores, Garnham propone analizar “la relación entre lo económico y lo
ideológico”. Para precisar su crítica al reduccionismo, lo desglosa en tres tipos88 :
84
Ibíd. (pág. 115).
85
Ibíd. (pág.115).
86
Ibíd. (pág. 116).
87
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. ( (pág.116).
88
Ibíd. (págs.118 a 120).
276
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
89
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág. 121).
Así mismo Garnham propone que los medios también favorecen la creación de va-
lor excedente en otros ámbitos productivos, lo logran a través de la publicidad que
difunden, lo que permitiría a las empresas apropiarse de más valor del que crean.
Ej.
Por ejemplo a través de la imposición de marcas en el mercado. Este punto será confirmado
por otros autores como Baran y Sweezy y Miguel Haiquel quienes coinciden en afirmar que
la publicidad proporciona la posibilidad de que las empresas que la realizan se apropien de
mayor excedente social (por ejemplo a través de las “marcas de fábrica”) que aquellas que
no pueden acceder a las ventajas que otorga la circulación publicitaria.
Aún con las diferencias señaladas, se puede advertir una coincidencia común a to-
dos los autores, y es el énfasis puesto en la primacía de lo económico como factor
explicativo. Y Garnham lo expresa con claridad: “Aunque acepto que los medios de
comunicación pueden estar y están política e ideológicamente sobre determinados
en muchas coyunturas específicas, entiendo que para su determinación última una
economía política se basa en lo económico (…)”.91
Con las anteriores premisas relativas, por un lado a la primacía otorgada a lo eco-
nómico y por otro al énfasis colocado en una mirada macro social que muestra el
mecanismo publicitario no como proceso entre un emisor y un receptor refugiado en
los límites del hogar (como lo hicieron los análisis de la última etapa de los Estudios
Culturales europeos) sino como proceso de distribución y apropiación del exce-
dente económico socialmente producido, Garnham ofrecerá una explicación de la
producción intelectual constituido por dos momentos distintos92 :
90
Ibíd. (pág. 122).
91
Ibíd. (pág. 122).
92
Ibíd. (págs. 124-125).
278
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Esta afirmación puede constatarse en la historia argentina reciente si se piensa, por ejemplo,
Ej. en los “periodistas” como Bernardo Neustadt y Mariano Grondona quienes a través de sus
programas de televisión sirvieron a los intereses de los capitales cuando en los años ´90 adu-
laron sin reservas las fraudulentas privatizaciones ejecutadas por el gobierno del presidente
Carlos Menem, que beneficiaron en primer lugar a quienes compraron al precio de baratijas
empresas que hasta ese momento eran de propiedad pública (como YPF y el servicio de te-
lefonía fija) y en segundo lugar a la clase política que pudo apoderarse de grandes beneficios
económicos gracias a esos procesos privatizadores.
El autor retoma este tema para destacar la importancia de analizar los orígenes
de clase de los trabajadores ideológicos y cómo se lo controla de un modo directo
desde la esfera económica. “El descuido de este aspecto… se refleja en la presente
discusión del papel ideológico de los mass media, donde tiene lugar una compleja
polémica sobre profesionalización, jerarquías de discurso, códigos hegemónicos y
subordinados, etcétera, discusiones que a menudo sirven al propósito de enmas-
carar una realidad omnipresente para quienes trabajan realmente en los medios: la
posibilidad de perder el puesto de trabajo”.94
Ej. En la misma dirección, crítica las posiciones que asumen que todos los sectores no estatales
son capitalistas, debido a que no tienen en cuenta los modos artesanales de organización la-
boral. “… por ejemplo, la compañía cinematográfica o productora de discos independientes,
siguen siendo corrientes e importantes dentro de la esfera cultural. Tales residuos [precapita-
listas] han sido el epicentro de la lucha contra la lógica del capital y han producido una pode-
rosa ideología cultural contraria a lo económico… en ciertos casos semejante organización
artesanal puede ser funcional al capital, en tanto éste controle los medios de reproducción y
distribución masiva de productos elaborados por el autor.”96
93
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág.127).
94
Ibíd. (pág. 127).
95
Ibíd. (págs. 128-129).
96
Ibíd. (pág. 130).
Después de discutir también el hecho de que adhiera a una ecuación simple entre
“propiedad privada y capitalismo” Garnham propone que hay que analizar el capital
en sus características básicas, y retomando a Marx cuando afirma que “… la suma
de dinero sólo puede ser definida como capital si se la emplea, si se la gasta, si se
la usa con el propósito expreso de incrementarla”.97 Es decir que el dinero en sí
mismo no constituye “capital”, sino que asume la forma de “capital” cuando se lo
utiliza para incrementarlo, para generar excedente.
Con esta base, Garnham afirmará entonces que se torna necesario estudiar las
formas “…de producción específicamente capitalista de los medios de comunica-
ción” y éstas consisten en “ver las formas en que el capital utiliza el proceso real de
producción de medios con el fin de incrementar su valor, con el fin de crecer…”98
Como se podrá advertir, más que referir directamente a las formas de reproducción
de la dominación, el autor destaca las contradicciones que presenta la propia pro-
ducción superestructural, mental o cultural. Y específicamente en el campo de los
medios de comunicación de masas, Garnham señala tres contradicciones99 :
97
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (pág. 131)
98
Ibíd. (pág. 131)
99
Ibíd. (pág. 133)
100
Mattelart A. y Neveu E. (2002) (pág. 49) Los Cultural Studies. Hacia una domesticación del pensa-
miento salvaje. Ed. de Periodismo y Comunicación N° 20. La Plata.
101
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (págs. 135-136).
280
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Para finalizar, Garnham enumerará una serie de tendencias que caracterizaron los
inicios de los años ´80 y que hoy pueden verse corroboradas en su evolución, son
tendencias que afectan el sector cultural de los mass media102 :
Intentos por abrir nuevos mercados tanto para hardware como software
culturales mediante la introducción de nuevas tecnologías de comunica-
ción, tales como TV por cable, satélites, etc.
102
Garnham, N. (1979) Óp. Cit. (págs. 137-138).
Actividad de Autoevaluación 7
De acuerdo con lo desarrollado por Garnham, ¿Puede responder las siguientes preguntas?
1) ¿En qué consiste la crítica que realiza al materialismo vulgar y al materialismo de Ray-
mond Williams?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
2) ¿En qué consiste el Materialismo Histórico para el autor y cómo debe aplicarse al análisis
de los Medios?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
4) De las tendencias iniciadas en los ´80 ¿qué orden de importancia les otorga? Justifique.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Bernard Miège
Este autor francés dedicó gran parte de sus análisis a los problemas de las nuevas
tecnologías y sobre todo las de la Industria Audiovisual. Muy citado por otros estu-
diosos, nunca se apartó de perspectiva de la Economía Política. Hacia 1979 era Li-
cenciado en Comunicación Social y profesor de Economía de las Comunicaciones
en la Universidad de Grenoble.
Un recorrido por la selección de tres artículos que aquí tomaremos sólo en los as-
pectos que se consideran más relevantes mostrará la continuidad de las temáticas
y una gran lucidez en los análisis que realizó.
Parte del denominado “fracaso” es atribuido por el autor a la crisis del petróleo del
año 1974, que “ha tenido como efecto evidente la ralentización” sin embargo el au-
tor destaca que dicha crisis no fue acompañada de una disminución del consumo
global de productos culturales. Para el autor las analogías que presentan los nue-
vos productos audiovisuales son resultado de razones103 :
Miège, B. (1979) (pág. 136) “Ante la inminente aparición de los nuevos productos audiovisuales” (Ver-
103
sion original en francés “Les Nouveaux produits audiovisuels: leur avènement se prétepare aujoud´hui” en
Videoglyphes, N° 1 dossier “economía del video”, febrero de 1979, pp. 23 a 28). La versión castellana en
Richeri, Giuseppe (1983) La televisión: Entre Servicio Público y negocio” Ed. Gustavo Gilli. Barcelona.
282
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
- Las sociedades que compiten por cada tipo de producto son todavía poco
numerosas... Además… tan sólo los productos fácilmente reproducibles
y… susceptibles de llegar al “gran público” consiguen la atención de las
grandes compañías.
Lo que ocurre para este autor no es que exista un fracaso, sino que el periodo de
mediados de 1975 está sirviendo para “Forjar la demanda, preparar nuevos usos
sociales…más allá de las negociaciones y de los conflictos entre grupos monopo-
listas competitivos”.104
El artículo señala que hay interés para producir nuevos productos audiovisuales por
parte de los capitales a la vez que señala que la situación de mediados de los ´90
los procesos de introducción de nuevas tecnologías al mercado muestran tenden-
cias que después mostrarán ser permanentes105 :
Se podrá apreciar una denuncia similar a la que realizaron otros autores respecto
de las tendencias monopólicas en la producción cultural, así como una especial
preocupación por analizar los tipos de industrias culturales, tanto como por carac-
terizarlas.
En este escrito Miège comienza argumentando por qué la comunicación social, es-
casamente tratada por las ciencias económicas y tomada como “el pariente pobre”
de las ciencias del hombre y de la sociedad” a diferencia de la lingüística o la so-
ciología), aparece cada vez bajo el dominio de lo económico. El autor afirmará que
aunque los economistas se contentaron con hacer una transposición de sus meto-
dologías y los sociólogos y politólogos por temor al economicismo suelen construir
104
Miège, B. (1979) Óp. Cit. (pág. 138)
105
Ibíd. (pág. 138)
Por otro lado Miège, en consonancia con un clásico postulado marxista que casi
todos los autores de la Escuela de Economía Política retomaron, analizaron y pre-
cisaron, y dirá que no hay razones para oponer el análisis de la estructura econó-
mica al de la ideología, ni para tratar ambos aspectos por separado porque están
totalmente imbricados.
106
Miège, B. (1979) Óp. Cit.(pág. 2)
107
Ibíd. (págs. 134-135)
284
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Teniendo en cuenta esta división de las industrias culturales, Miège analiza las rela-
ciones que se establecen entre ellos, y sugiere que el modelo de flujo está llamado
a convertirse en dominante, respecto de los otros dos. De la relación entre el mode-
lo de producción de mercancía (más concretamente el cine) y el modelo de flujo (la)
televisión el autor afirmará que hay una creciente interpenetración de inversiones
financiera en ambos.
Teniendo en cuenta que el artículo fue escrito en 1992, cuando recién estaba en-
trando Internet en Argentina, pero en Francia ya había fuertes inversiones, Miège
describe la conexión de redes como “una innovación importante, que ofrece pers-
pectivas de renovación de las industrias culturales… también implica una profunda
transformación en las costumbres.” (Miège: 1992:8) Aunque para la época identifica
que la red de redes no había alcanzado su punto de madurez por problemas en la
financiación y la limitación en las instalaciones.
Miège, B. (2006) “La concentración en las industrias culturales y mediáticas (ICM) y los cambios en los
109
contenidos”) CIC Cuadernos de Información y Comunicación 2006, vol. 11 155 -166. Canadá Research
Chair in Communication and Society. Queen’s University. Disponible en: http://www.chairs.gc.ca/web/
program/index_e.asp (Fecha de consulta: 9 de septiembre de 2010).
Miège reafirma que la concentración de las ICM se acentúa, pero destaca que “que-
da por interpretar y por validar con ayuda de datos de orden empírico qué conse-
cuencias produce este hecho sobre el funcionamiento de los medios y sobre la
producción cultural e informacional. En tanto que los cambios en la propiedad de
las ICM y las mutaciones asociadas a los mismos (internacionalización del control,
reagrupamiento de empresas, etc) pueden identificarse con bastante claridad, las
consecuencias que generalmente se dan en la producción cultural e informacional
son menos fáciles de desentrañar…”.110
Para mostrar los diferentes ámbitos en que se producen los cambios, señala
7 categorías de mutación que tienen diferente peso111 :
110
Miège, B. (2006) Óp. Cit. (pág. 159)
111
Ibíd. (págs. 161 a 164).
286
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Actividad de Autoevaluación 8
Tomando los aportes realizados por Miège, responda las siguientes preguntas
2) ¿Cuáles de las tendencias indicadas para los años ´90 cree que están vigentes?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
4) Cuáles cree el autor son los mega – intereses ocultos detrás de los oligopolios de me-
dios?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
5) De las 7 (siete) mutaciones indicadas por el autor, ¿Cuáles cree que son las tres más im-
portantes? Justifique.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Ramón Zallo
De la frondosa producción del autor se tomarán aquí un libro y dos artículos corres-
pondientes a distintas décadas, fechados en 1988, 1997 (en coautoría) y 2005 a
partir de los cuales se sintetizarán los principales aportes que realizó en cada uno
de esos periodos.
El abordaje desde el cual Ramón Zallo analiza las formas de valorización muestra
un claro apego a las categorías clásicas que el propio Marx propuso para analizar el
proceso de trabajo y de producción, que en este libro se desarrollaron en el capítulo
2. De este modo, en el libro publicado en 1988 Economía de la Comunicación y la
Cultura se propone “… reconstruir a grandes rasgos, algunos cambios y tendencias
de la industrias culturales… lo que exige clarificar en primer lugar las claves de los
procesos de trabajo que se han dado históricamente…”.112
112
Zallo, R. (1988) (pág. 23) Economía de la Comunicación y la Cultura Ed. Akal. Madrid.
113
Ibíd. (págs. 64 a 67).
288
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Con esta base de análisis Zallo profundizará en cada una de las industrias cultura-
les, las que define como “un conjunto de ramas, segmentos y actividades auxiliares
industriales, productoras y distribuidoras de mercancías con contenido simbólicos,
concebidas por un trabajo creativo, organizadas por un capital que se valoriza y
destinadas finalmente a los mercados de consumo, con una función de reproduc-
ción ideológica y social”.114 Para estudiar cada industria cultural, Zallo deja especifi-
114
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) Óp. Cit. (pág. 346).
cados los criterios con los que aplicó el esquema, obviando la historización de cada
una de los sub tipos de las industrias. El estudio considerará cuatro criterios115:
Estos criterios serán aplicados a cada rama de la producción cultural para dilucidar
cómo se producen los procesos de valorización. Zallo tomará Palloix para definir la
valorización como el “proceso de conservación y de acrecentamiento del valor que
se adelanta” es decir “el proceso de producción del valor es al mismo tiempo pro-
ducción de mercancías y un proceso de producción de plusvalía”.116
Cada una de las industrias culturales que aquí sólo se enumerarán (por una cues-
tión de espacio), son minuciosamente explicadas en su funcionamiento económico
y en cómo se valoriza. Debe tenerse en cuenta que debido a la fecha en que es-
cribió este libro, el autor no consideró mucha de la tecnología que actualmente es
de uso corriente. Sin embargo es mucho más minucioso en la desagregación de
categorías, si se compara con los tres tipos básicos de Industrias Culturales que
desarrollara Miège (brevemente comentadas en páginas anteriores).
Zallo distingue:
115
Zallo, R. (1988) Óp. Cit. (pág.68-69).
116
Ibíd. (pág. 69).
117
Zallo, R. (1988) Óp. Cit. (pág.68-70).
290
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
La descripción que el autor realiza hacia fines de los ´80 será profundizada en el
texto que escribe en coautoría con Azpillaga y De Miguel en 1997. En él se pro-
ponen estudiar “la evolución de los procesos de trabajo y de valorización en las
industrias culturales por efecto del impacto tecnológico, la desregulación, la gestión
empresarial de la comunicación y las nuevas prácticas sociales, así como algunos
de sus efectos en la vertebración cultural de las sociedades.” Para llevar adelante
este objetivo creen necesario “afinar los conceptos y ejes de análisis que permitan
comprender mejor los drásticos cambios que están operando en el sector comuni-
cativo y cultural”.118
Un minucioso recorrido por las principales características que adoptaron las indus-
trias culturales durante los años ´80 les permite afirmar que esta ha sido una déca-
da de transición, desde el punto de vista del aprovechamiento de los nuevos princi-
pios tecnológicos y de organización del trabajo. Mientras que “ya estaban de plena
aplicación en otros sectores industriales… debían adaptarse a las condiciones de
un sector tan peculiar como el cultural.” 120
118
Azpillaga, P; De Miguel, J.C. y Zallo, R. (1997) (pág. 2) “La Revista Sciences de la société nº 40. “In-
dustries culturelles et société de l’information” Presses Universitaires du Mirail. Toulouse Febrero 1997.
Edición en castellano “Las Industrias Culturales en la Economía informacional” de la Facultad de Cien-
cias Sociales y de la Información de la Universidad del País Vasco.
119
Azpillaga, P; De Miguel, J.C. y Zallo, R. (1997) Óp. Cit. (pág. 2).
120
Ibíd. (pág. 3).
121
Azpillaga, P; De Miguel, J.C. y Zallo, R. (1997) Óp. Cit. (pág. 4).
Del análisis que realizan respecto de las industrias culturales, los autores concluirán
que las “viejas industrias” como la edición de libros, el cine, producción de música,
la prensa, la radio, televisión, etc. mantienen una gran vitalidad, “tanto por ser los
focos principales de la creatividad y renovación simbólica como por su volumen de
negocio, aceptación social e influencia en los nuevos media e industrias culturales.”
Porque además no se muestran incompatibles con las nuevas tecnologías, sino que
más bien las asimilan y transforman.
Por otro lado, en una crítica solapada a los Estudios Culturales, los autores afir-
marán que “el estudio de la comunicación y la cultura ya no puede limitarse a los
consumos sociales culturales en el espacio de la autoformación, el conocimiento
o el ocio” sino que deben considerar prioritariamente las formas de “simbolización
cultural introducida en el ámbito de la producción… así como por ese espacio indi-
ferenciado de ocio- trabajo que están propiciando las nuevas herramientas.”123 Es
decir que apuntan no sólo al ocio invertido en consumo de medios masivos sino que
deberán tenerse en cuenta otras formas de ocio, como por ejemplo los juegos en
redes que propician los denominados “Cyber”.
Para estos autores, las nuevas tecnologías producen dos tipos de efectos. Por un
lado “en la ciudad informacional” se produce la “desespacialización...” son “desiden-
titarios. Se genera un nuevo espacio, no físico, de flujos… la comunicación contí-
nua, creando sus propias relaciones, identidades y redes.” Por el otro, se preservan
las identidades de los grupos que no se encuentran viviendo en los grandes centros
urbanos, lejos de los “centros motores de los flujos comunicativos mundiales”. A cri-
terio de estos autores, en estos lugares alejados se están generando “mecanismos
defensivos que buscan recrear ámbitos de convivialidad directa o mediada.”
122
Ibíd. (pág.10).
123
Ibíd. (pág.10).
124
Ibíd. (pág.12).
292
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
El autor recuerda las presiones por reconocimiento que tienen comunidades como
la catalana o lo que se denomina el “país vasco” en España. Y podríamos también
mencionar similares procesos que estamos atravesando en Argentina, donde los
últimos años hay un reclamo insistente por el reconocimiento de los derechos de
las comunidades aborígenes como los Tobas (el en Nordeste del país) o los Tehuel-
ches/Mapuches en la región sur.
Para Ramón Zallo una muestra de la importancia que tienen las culturas locales es
que los organismos supranacionales (como la Unión Europea o el Mercosur, aquí
en Latinoamérica), aunque implican un desplazamiento de los centros de decisión
en cuestiones económicas, judiciales o de seguridad (recordemos la intervención
de la Corte Internacional de La Haya en el diferendo entre Argentina y Uruguay
por la pastera Botnia), este desplazamiento no significa que los Estados Naciona-
les no continúen siendo el ámbito donde se aplican las políticas sociales, fiscales,
comunicacionales y culturales, “donde, curiosamente, las ventajas por cercanía y
conocimiento de los territorios, de las comunidades, es obvia sobre los estados.”
Por lo tanto, el autor continuará razonando que “Los territorios, las culturas, nece-
sitan disponer de un sistema de industrias culturales y de medios de comunicación
propio, territorial.
El “entorno digital” para las culturas regionales merece ser abordado por el autor, y
para dar cuenta de su importancia enumera una serie de oportunidades y riesgos
que para él presenta la digitalización. Lo más valorable de la propuesta de Zallo es
la relación que establece entre “Tecnología” y “Desarrollo Económico”: “Las tecno-
logías no tienen virtudes intrínsecas de desarrollo económico o de ampliación de
la democracia participativa en los ámbitos territoriales. No tienen per se efectos
125
Zallo, R. (2005) (Págs. 229) “Nuevas políticas de la diversidad: las culturas territoriales en riesgo por la
globalización” en Bolaño; Mastrini y Sierra (Eds.) Economía Política, Comunicación y Conocimiento. Una
perspectiva crítica latinoamericana. Ed. La Crujía. Bs. As.
126
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (Págs.230).
127
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (pág. 232).
Además Zallo afirmará que si bien “las comunidades no pueden no estar en el de-
sarrollo informacional y cultural, deben hacerlo desde mecanismos de apropiación
según necesidades concretas y sin reproducir los usos estándar que proponen los
vendedores de aparatos y redes.” 128 En otras palabras, si bien no parece conve-
niente que las comunidades regionales queden al margen de la tecnología, esta
no debe ser adoptada acríticamente, como la presentan quienes la producen (por
ejemplo Microsoft), sino que debieran tomar aquello que consideren a la luz de sus
necesidades.
128
Ibíd. (Págs.230).
129
Un análisis somero de estas políticas de los años ´60 se puede encontrar en el capítulo 6, donde se
analizan los debates latinoamericanos sobre la Comunicación, desde aquel periodo.
130
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (Págs.247-248).
294
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Actividad de Autoevaluación 9
De acuerdo con los análisis que realiza Ramón Zallo, responda por favor:
2) ¿Qué es la industria cultural para el autor y con qué criterios divide los tipos de ella?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
3) Realice un cuadro comparativo entre los tipos de industrias culturales que elaboró Miège
y las que propone Zallo.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
4) ¿Qué efectos producen las nuevas tecnologías aplicadas a los medios, en cuanto a las
dimensión local / global?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
5) Qué importancia asigna Zallo a la cultura local? ¿Cómo propone recuperarla?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Se abordará un solo texto de los años ´80 de la autora mexicana Patricia Arriaga,
por la centralidad de sus planteos, pero el énfasis será colocado en la producción
realizada a partir de los ´90, momentos en que se crea la Unión Latina de Economía
Política de la Información, la Comunicación y la Cultura (ULEP – ICC).
La selección realizada muestra una perspectiva totalmente vigente por los proble-
mas que abordan y sus reflexiones están siendo en estos momentos debatidas en
congresos y reuniones científicas. Así mismo se publican temas y estudios de suma
actualidad, al calor de los enormes cambios tecnológicos que estamos protagoni-
zando. Por la centralidad de los análisis y la referencia a problemas que correspon-
den a nuestra realidad geográficamente inmediata, se consideran esenciales los
abordajes de estos autores.
En el breve artículo que aquí se comenta, Patricia Arriaga la autora realiza una pro-
funda crítica a la relación entre economía y publicidad, sobre todo el modo en que
analizaron Barán y Sweezy lo que ellos denominaron “campañas de venta”.
1. Hay quienes sostienen que la publicidad nace con el capitalismo. A esta consta-
tación importa hacer la siguiente pregunta: ¿Cuál capitalismo? Cuando en 1975
el gasto publicitario en Estados Unidos ascendió a 27 mil millones de dólares,
en Gran Bretaña, cuna del capitalismo, dicho gasto sólo sumó 2.5 mil millones
de dólares, mientras que en Suecia fue de sólo 500 millones de dólares, inferior
al de Brasil y al de México.
131
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) Óp. Cit. (pág. 23).
132
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) Óp. Cit. (pág. 25).
133
Arriaga, Patricia: (1981) (Págs. 1-2) “Una crítica a la publicidad” Trabajo presentado en la reunión
“Cultura y Comunicación Transnacional” organizada por el ILET y celebrada en Austin, Texas del 2 al 5
de Junio de 1981. Una versión de este trabajo ha sido publicada en inglés bajo el título “On advertising.
A marxist critique” Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo (CBESTRM). ILETT.
México.
296
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Por otro lado, la autora critica a quienes arriban a conclusiones generales sobre el
capitalismo, partiendo de un fenómeno puntual como la publicidad. Esto es debi-
do a que demuestra que si bien “la publicidad nace con el capitalismo,… se trata
principalmente del capitalismo norteamericano”. Por otro lado, si se considera la
clásica división de la economía en dos sectores principales: “bienes y servicios
de producción (Departamento I) y bienes y servicios de consumo (Departamento
II)”, la publicidad se enfoca fundamentalmente a difundir bienes de consumo, no
así bienes de producción. También dejará en claro que de los 4 momentos de la
reproducción económica de la sociedad que Marx había propuesto, la publicidad es
“un fenómeno muy limitado que no atraviesa ni todos los procesos económicos, ni
todas las mercancías producidas”, porque sólo opera en la esfera de la circulación
del capital, es decir en el momento que va entre que la mercancía ha sido terminada
y puesta a la venta y el momento en que es adquirida para ser consumida.
134
Arriaga, Patricia: (1981) Óp. Cit. (Pág. 2)
La autora precisará, igual que otros autores de la Escuela que retoman las afirma-
ciones clásicas de Marx, que “La publicidad es un costo de circulación y como tal
es capital improductivo, por tanto se lo debe estudiar cómo se hace con el capital
comercial. Existen dos tipos de costos de circulación, aquellos que se originan en
procesos de producción que sólo pueden ser continuados en la circulación de las
mercancías, como el transporte, y aquellos costos de circulación que son el resulta-
do de un mero cambio en la forma o propiedad de las mercancías.
135
Ibíd. (págs. 2 y3)
136
El concepto económico de “Demanda agregada” remite a la sumatoria, a la totalidad de lo que una
población en un determinado periodo compra.
137
Arriaga, Patricia (1981) Óp. Cit. (Págs. 3).
138
Ibíd. (Págs.4).
298
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
También utiliza este argumento para reforzar su hipótesis, referida a que al consti-
tuir la publicidad una parte de los costos de circulación, no puede considerarse un
factor determinante de la demanda efectiva agregada. Y aún más, reafirmará que
los costos de circulación no se relacionan con el proceso de monopolización de
la economía ni con el número de capitales en competencia, a diferencia de lo que
afirmaban Baran y Sweezy.
La función de los Medios Masivos, para esta autora, está directamente relacionada
al fenómeno publicitario, porque los gastos que las empresas productivas realizan
en publicidad es el que ha permitido el desarrollo de aquellos, a excepción de los
países donde los Medios Masivos son financiados por el Estado.
125
Zallo, R. (2005) (Págs. 229) “Nuevas políticas de la diversidad: las culturas territoriales en riesgo por la
globalización” en Bolaño; Mastrini y Sierra (Eds.) Economía Política, Comunicación y Conocimiento. Una
perspectiva crítica latinoamericana. Ed. La Crujía. Bs. As.
126
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (Págs.230).
127
Zallo, R. (2005) Óp. Cit. (pág. 232).
139
Ibíd. (Págs.5).
140
Arriaga, Patricia (1981) Óp. Cit. (Págs. 6).
Actividad de Autoevaluación 10
1) ¿Por qué afirma la autora que la publicidad es un fenómeno más trascendente en el capi-
talismo norteamericano que en otros lugares del mundo?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
4) ¿Por qué se justifica que exista una actividad “especializada” como la de las Agencias de
publicidad?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
300
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
El texto de este autor “La difusión masiva y el mercado” se comentará sólo en al-
gunos de los aspectos que se han considerado pertinentes, a los fines de mostrar
comparativamente las diferencias en las respuestas dadas a problemáticas comu-
nes que atañen a los Medios de Comunicación en este caso.
Si recordamos que para Smythe los Medios producen “público”, se puede advertir
una diferencia clara en la explicación que brinda este autor cuando argumenta a
favor de su tesis: los Medios producen una mercancía especial, venden espacios
vacíos (de papel o de “aire”), jerarquizados por un discurso mediático que les otorga
valor.
“Lo que primero llama la atención al analizar el ciclo mercantil de los MDM,141 es
que en general regalan su producto o lo venden debajo del costo. El producto de
la TV de aire y de las radios es su programación semanal, la cual se emite (dis-
tribuye) para que el consumidor -la audiencia- se apropie de ella y la disfrute sin
que medie una relación de compraventa. Los medios gráficos que se distribuyen
en la vía pública -diarios, revistas, periódicos de distintas clases- si bien tienen un
precio de tapa que debe abonarse para poder consumirlos, es decir que hay una
relación de compraventa, la magnitud de valor entregada en dinero por lo general
no cubre los costos de producción de esa publicación y, en la mayoría de los casos,
apenas alcanza a cubrir los costos de distribución y comercialización. En aquellos
casos de televisión y/o radio por cable o codificados y los sistemas “pague por ver”,
aunque cobran un abono mensual, la magnitud del mismo no está determinado
por los costos de producción y distribución del producto. Aquí el precio de venta
del producto no está determinado por los costos de los insumos gastados, es decir
que el trabajo objetivado en el proceso de producción no se realiza en el precio,
por lo que constituyen un caso especial de mercancía. En otros casos, como el de
los medios gráficos, el precio abonado es inferior al costo de producción; en otros,
como en la televisión por cable, el dinero entregado supera ampliamente los costos
del servicio”.142
141
MDM es la fórmula simplificada que utiliza Marx y retoma Haiquel para hablar del ciclo mercantil. El ini-
cio del ciclo es la compra de Mercancías con Dinero que adelanta el capitalista, para producir Mercancías
al final del proceso. De allí que la fórmula signifique M (mercancía) – D (dinero) – M (mercancía).
142
Haiquel, M. (1999) (págs. 61-62) “La difusión masiva y el mercado” en Jorge Drkos (Ed) Globaliza-
ción y Medios de Comunicación. Publicación del Seminario Globalización y Medios de Comunicación,
organizado por la Comisión de Medios de Comunicación social del Honorable Senado de Buenos Aires
realizado en julio de 1998. Ed. Diario del Viajero. Bs. As.
Esta situación que aparenta ser una paradoja del sistema, lo conduce a explicar el
funcionamiento por otro mecanismo económico, que no es el del intercambio mer-
cantil, que como vimos no es el que usualmente ponen en práctica los capitalistas.
Para el autor, lo que explica el funcionamiento económico de los medios es el me-
canismo de la renta.
Entonces por qué un empresario invierte su capital en los Medios; porque aunque
regale el producto de su empresa al consumidor igual obtiene una ganancia. Pero,
esa ganancia no se origina por una diferencia entre costo de producción y precio
de venta del producto, sino que los ingresos se obtienen por vender otra mercancía
que no tiene proceso de trabajo, que no se produce, pero es la que genera los in-
gresos: el espacio publicitario. Las empresas de Medios no venden el producto del
trabajo que realizan sino “tiempo” o “espacio” vacíos: cuando en la radio o en la TV
se le vende al anunciante, o a la agencia que actúa como intermediario, un “espacio
publicitario” en realidad se le vende la posibilidad de que el anunciante inserte su
aviso en un tiempo en que el producto del Medio no sale al aire; en el caso de los
medios gráficos se le permite que utilice un espacio de papel que se deja en blanco,
sin producto, para que salga el aviso.( 144)
143
Haiquel, M. (1999) Óp. Cit. (págs. 63).
(144) Según Smythe, los programas son el “almuerzo gratis” para convocar gente y luego venderles
algo.
145
Haiquel, M. (1999) Óp. Cit. (págs. 64-65)
302
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
gocio rentista”, es decir los anunciantes, a pagar esa renta. En algún sentido podría
pensarse que los anunciantes desvían una parte de sus ganancias para invertir en
publicidad y esto también es contradictorio con la lógica de acumulación del capi-
tal, por lo que es necesario proponer algún argumento que explique esta aparente
paradoja.
Con el objetivo de dejar aún más precisada la anterior explicación, el autor profun-
dizará en los procesos ideológicos que realizan las agencias para que la propiedad
de las marcas de fábrica justifiquen no sólo la inversión económica en publicidad,
sino también la apropiación de un valor “simbólico” que traducido en un mayor pre-
cio, permite reproducir aún más la ganancia empresaria.
Una vez logrado que esta diferencia conceptual sea aceptada por el público consu-
midor, éste estará dispuesto a pagar por ese producto un precio mayor que por el
otro, aunque si se los somete a un análisis merceológico puede demostrarse que
no hay un átomo de diferencia y que desde el punto de vista de la utilidad natural
que porta brindan la misma satisfacción al usuario. Sin embargo, cuando se con-
sumen productos de marca, hay además de un consumo natural que satisface las
146
Haiquel, M. (1999) Óp. Cit. (págs. 66-67).
El autor también hará una breve referencia a que el trabajo ideológico que realizan
los medios no son sólo el resultado de la presión publicitaria de los capitales priva-
dos, sino que, en similares proporciones participa también el Estado en calidad de
anunciante.
“Además de las grandes empresas que en general representan el 50% del mercado
publicitario, están los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, así como
los diferentes organismos estatales, que reúnen aproximadamente el otro 50%. La
pregunta al respecto sería por qué o para qué el estado participa en el gasto publi-
citario, si es seguro que no lo hace como la inversión privada, para obtener mayores
ingresos.
Finalmente también relacionará estos procesos con lo que la mayor parte de los
autores de esta escuela señalan, y es la vinculación de los Medios Masivos con el
proceso de globalización.
“(…) No puede soslayarse la importancia del estudio de los actuales cambios en los
que la liberación del mercado nacional los convirtió en parte directa, sin mediación
alguna, del mercado mundial globalizado. Los Medios de Difusión Masiva y las
Comunicaciones Sociales participan en este proceso en todas sus dimensiones.
Son producto y agentes de la globalización, tanto en la conformación de nuevos
medios de circulación monetaria, como en las nuevas formas de representación y
legitimación políticas. A la vez que se impone sobre ellos una fuerte tendencia a la
concentración y centralización empresaria”.149
147
Ibíd. (págs. 68-69).
148
Haiquel, M. (1999) Óp. Cit. (págs. 70).
149
Ibíd. (pág. 71).
304
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Actividad de Autoevaluación 11
1) ¿Qué paradojas muestran los productos de los Medios en cuanto a su valor de cambio en
el mercado?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
2) ¿Por qué afirma que los Medios producen una “mercancía especial”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
150
Mastrini, G y Becerra M. (2006) (pág.9) Periodistas y Magnates. Estructura y concentración de las
industrias culturales en América Latina. Ed. Prometeo. Bs. As.
151
Ricardo Uceda era, en enero de 2006, el Director del Instituto Prensa y Sociedad (YPYS) en Lima.
Perú.
que hiciera Octavio Gettino (1995) para Argentina y Sunkel y Geoffoy (2001) para
Chile, los autores introducen una concisa caracterización de las políticas neolibera-
les de los ´90 y de sus consecuencias en lo social.
Entre las derivaciones que estudian, se destacan aquí “…la mayor concentración
de la riqueza en el decil más alto de las sociedades latinoamericanas…” y la margi-
nación que afronta la mayor parte de la población “del consumo de bienes y servi-
cios inforcomunicacionales por cuestiones económicas”.152
Aunque asumen las dificultades que presenta la relación entre el modelo de propie-
dad y el contenido ofrecido al público, señalan que “Históricamente se ha definido
que la forma de garantizar el pluralismo es a través de la diversidad de medios, de
múltiples voces, y de la expresión pública de diferentes definiciones políticas. Sin
una provisión de medios abierta y pluralista, se perjudica el derecho a recibir e im-
partir información.”156
Los autores rescatan la importancia del pluralismo político, en tanto permita a la ciu-
dadanía “contar con un conjunto de opiniones representadas en los medios” tanto
como el pluralismo cultural, para asegurar que las diferentes culturas presentes en
un país “encuentren un canal de comunicación.” (Mastrini y Becerra: 2006:47) En
virtud de esta caracterización, les es posible afirmar que “las reglas que limitan la
concentración de la propiedad son importantes. Pero es preciso recordar que el plu-
ralismo no sólo depende de la propiedad sino de otras variables relacionadas”.157
152
Mastrini, G y Becerra M. (2006) Óp. Cit. (págs. 30).
153
Ibíd. (págs. 39-40).
154
Ibíd. (pág. 41)
155
Mastrini, G y Becerra M. (2006) Óp. Cit. (pág. 45).
156
Ibíd. (pág. 46).
157
Ibíd. (pág. 48).
306
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Así mismo, los autores señalan que junto a este proceso de concentración, también
existen miles de pequeñas empresas que participan del sector y que debido a su
gran dinamismo, tienen la capacidad de renovar el mercado mediante la explora-
ción de nuevos formatos. Así mismo señalan “la creciente convergencia entre los
sectores de las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual…”.162
158
Ibíd. (págs. 52).
159
Ibíd. (pág. 52).
160
Ibíd. (pág. 53).
161
Ibíd. (págs. 54-55).
162
Mastrini, G y Becerra M. (2006) Óp. Cit. (pág. 56).
● 1° nivel: unos diez (10) grupos transnacionales que operan en todo el pla-
neta como mercado y cuyas cotas de penetración en las diferentes regio-
nes y países encuentran pocas barreras… La lógica de operaciones… se
construye a partir del funcionamiento del mercado estadounidense. Todas
estas corporaciones son transnacionales, aunque todavía sus mayores
ingresos se obtienen en el mercado de Estados Unidos… se distinguen
General Electric, AT&T, Disney, Time Warner, Sony, News Corp., Viacrom,
Seagram y Bertelsmann.
● 2° nivel: un conjunto de 50 grandes grupos con sede en Europa, Estados
Unidos y Japón, La lista incluye, entre otros, Dow Jones, Comcast, The
New York Times, The Washington Post, Prisa y Reuters.
● 3° nivel: confluyen los grupos líderes de mercados domésticos nacio-
nales o subregionales, conformado por unas 90 corporaciones, entre las
que se destacan, en el mercado latinoamericano, los grupos Televisa de
México, Cisneros de Venezuela, Globo de Brasil y Clarín de Argentina.”
163
Ibíd. (pág. 60).
164
Ibíd. (pág. 68-69).
165
Ibíd. (págs. 105-106).
308
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Este segundo libro donde Mastrini y Becerra presentan, como directores de otro
tramo del proyecto desarrollado por IPYS, los resultados de la investigación rea-
lizada, muestra el logro de los objetivos propuestos: “identificar la estructura del
sector de la cultura y la información industrializadas; relevar el acceso social a ese
sector y cuantificar los procesos de concentración de los principales actores que
protagonizan estas industrias, entendiendo el rol medular que desempeñan en la
construcción y reproducción del entramado simbólico masivo en las sociedades
contemporáneas.” 166
166
Mastrini, G y Becerra M. (2009) Los dueños de la palabra. Acceso, estructura y concentración de los
medios en la América latina del Siglo XXI. Ed. Prometeo. Bs. As.
167
Mastrini, G y Becerra M. (2009) Óp. Cit. (pág. 24).
168
Ibíd. (pág. 47).
169
Ibíd. (pág. 206).
170
Ibíd. (pág. 206)
Nidia C. Abatedaga 309
Tecnicatura en Periodismo
En relación al acceso en el periodo 2000 / 2004, los autores advierten “el creci-
miento relativo del acceso a los servicios infocomunicacionales” aunque señalan
un retroceso en el caso particular de la prensa escrita, que vinculan con “(…) el
avance de nuevos soportes (como Internet), otros sectores, como la telefonía móvil
(…)”.171
Al tomar los parámetros propuestos por Albarran y Dimmick, que indican como
“concentración alta” cuando los cuatro primeros operadores superan el 50 % del
control del mercado, y los ocho primeros controlan 75 %. “Pero en América Latina
los cuatro primeros operadores (…) sobrepasan las estimaciones de alta concen-
tración estipulada para ocho empresas.”173
“América Latina arrastra una tradicional debilidad de los poderes públicos para dis-
poner reglas de juego ecuánimes que garanticen el acceso de los diferentes sec-
tores sociales, políticos y económicos a la titularidad de licencias (cuya administra-
ción, legalmente, realiza el Estado) de radio y televisión”.175
Por otro lado, los autores advierten sobre lo que denominarán “financierización”
del sector” en referencia al protagonismo de capitales extranjeros en la propiedad
de medios, así como la preeminencia de mercados financieros capitaneando los
conglomerados. Parafraseando el nombre del libro, los autores afirmarán que “los
dueños de la palabra” son los grupos que han logrado consolidarse en el liderazgo
de los mercados infocomunicacionales iberoamericanos. Los dueños de la pala-
bra como Globo, Televisa, Telefónica, Telmex, Cisneros, Prisa, Clarín, Edwards-
El Mercurio, Bavaria-Santo Domingo, Abril o Azteca son exponentes privilegiados
de ese sistema, que demanda la atención hacia sus condiciones de posibilidad y
funcionamiento.”176
171
Mastrini, G y Becerra M. (2009) Óp. Cit. (pág. 207).
172
Ibíd. (pág. 207).
173
Ibíd. (pág. 212).
174
Ibíd. (pág.213)
175
Ibíd. (pág. 221).
176
bíd. (págs. 222-223).
310
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Actividad de Autoevaluación 12
De los valiosos aportes realizados por Mastrini y Becerra ¿podría responder los siguientes
interrogantes?
5) ¿Cuáles son las principales conclusiones a que arriban en relación al acceso y a los niveles
de concentración de las industrias infocomunicacionales?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Aunque se conoce una gran cantidad de artículos escritos por este autor, aquí sólo
se reseñará uno de ellos, titulado “Economía de la comunicación, lógicas sociales y
territorialidad” que se publicara en 2005.
Hercovici identifica cuatro modelos de base para analizar las industrias culturales:
el modelo editorial, la cultura del flujo, la prensa (toma a Miège) y el modelo del
club. “Los tres primeros se relacionan con el análisis tradicional de… las industrias
culturales, mientras que la lógica del club caracteriza las redes electrónicas” Foca-
lizando el análisis de esta última lógica, la relaciona con “un público segmentado;
consiste en ofrecer al público conectado, programas en flujo continuo y productos
editoriales que el consumidor puede grabar sobre un soporte individualizado; en
este segundo caso, en función del pago que corresponde a un derecho de entrada,
el consumidor tiene a su disposición (virtual) un stock considerable de programas,
de servicios y de productos (…).
Por ejemplo, las diferentes fórmulas de pay per view o de bibliotecas virtuales, las activida- Ej.
des de producción/edición/programación dejan de ser centrales”.178
177
Hercovici, A. (2005) (págs. 183-184) “Economía de la comunicación, lógicas sociales y territorialidad”
en Bolaño; Mastrini y Sierra (Eds.) Economía Política, Comunicación y Conocimiento. Una perspectiva
crítica latinoamericana. Ed. La Crujía. Bs. As.
178
Hercovici, A. (2005) Óp. Cit. (págs. 183-187).
179
Ibíd. (pág. 188).
312
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Hercovici afirmará que existe una diferencia fundamental entre el modo de regula-
ción fordista y el post-fordista: “en cuanto a las modalidades de acceso al primero,
eran abiertas e incluyentes; el acceso al segundo es, parcialmente por lo menos,
cerrado y excluyente”.182
Ej. “La dinámica de la economía de redes se explica en función de este proceso intrínsecamen-
te contradictorio: si este tipo de mercado lleva “naturalmente” a una estructura oligopolista
y/o monopolista, surgen, simultáneamente, elementos que permiten disminuir el poder de
mercado de esos oligopolios/monopolios; de la misma manera, las TIC permiten, en ciertos
casos, implementar formas de movilización social y constituyen un espacio de contestación
en relación con las formas dominantes de poder económico y político: el ejemplo de la movi-
lización de Seattle es característico de este tipo de fenómeno.”183
Además del ejemplo citado, el autor nombra los casos como la piratería, los com-
ponentes de software interactivos, entre otros, como los espacios que permiten
desestabilizar esa economía de redes.
Como se puede apreciar es muy claro el énfasis puesto en el análisis económico que
realiza el autor, que recupera las categorías que había propuesto Ramón Zallo. Tam-
poco descuida la relación que explícitamente establece, entre las lógicas económicas
y los aspectos superestructurales, en este caso focalizados en los contenidos que
las TIC transmiten y en la referencia a la problemática de los derechos de propiedad
intelectual, que se puede afirmar, son una de las más rotundas manifestaciones de la
producción simbólica (ideológica) de los sujetos.
180
Ibíd. (pág. 192).
181
Ibíd. (pág. 193).
182
Ibíd. (pág. 194).
183
Ibíd. (pág. 197).
184
Hercovici, A. (2005) Óp. Cit. (pág. 198).
Actividad de Autoevaluación 13
De los aportes reseñados de Hercovici, por favor responda los siguientes interrogantes
2) ¿Por qué afirma que hay compatibilidad entre la lógica de acumulación y el sistema de
información y comunicación (SIC)?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
5) ¿En qué fundamenta el autor su esperanza en el sistema de redes para que surjan formas
de movilización social que desafíen los oligopolios?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
314
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
Nicholas Garnham será uno de los autores de la Escuela de Economía Política que
propone reconstruir un vínculo que considera ahora perdido: “Este artículo explora
las implicancias del antagonismo fundacional entre la economía política marxista y
los estudios culturales. Sostendré que este antagonismo se basa en una profunda
incomprensión de la economía política y que el proyecto de los estudios culturales
sólo puede llevarse a cabo con éxito si se reconstruye el puente con la economía.
Digo “reconstruir” porque la empresa de los estudios culturales surgió de una serie
de supuestos acerca de la economía política”.185
Por su parte Grossberg responderá a estas críticas que no es verdad que “los traba-
jos en los estudios culturales adopten una postura populista acrítica,… ni suponen
que toda forma de placer sea buena o progresista en sentido político. Por el contra-
rio, en ellos se suele reconocer que el placer puede ser manipulado… Los estudios
culturales no suponen que la oposición, la resistencia, la lucha y la supervivencia
sean iguales; lo que sí admiten es que la posibilidad de oponerse y resistir depen-
de… de que se produzca la lucha y la supervivencia. Para Garnham, aparentemen-
185
Garnahm, N. (1997) (pág. 34) “Economía Política y estudios culturales: ¿reconciliación o divorcio? En
Rev. Causas y azares. Bs. As.
186
Grossberg, L. (1997) Óp. Cit. (pág. 48).
187
Ibíd. (pág. 37)
Mattelart y Neveu definen como “pecado original” de los Cultural Studies el olvido
de la historia y de la economía, dejando a salvo las producciones de E.P. Thompson
y de Raymond Williams, sobre todo considerando el énfasis con que este último
desarrolló el “materialismo cultural” como modo de abordar los dispositivos mediáti-
cos. La falta de consideración de la economía se convirtió, al final de la década del
´70, en uno de los temas cruciales de la polémica que emprendió Nicholas Garn-
ham contra los Cultural Studies, a los que tachaba de idealistas.
El debate que se reproduce sólo en algunos de sus ítems es mucho más profundo
y extendido, porque abarca los intercambios realizados por numerosos autores, que
aquí no se analizan en profundidad, sin embargo es útil lo reseñado a los efectos de
mostrar que las diferencias entre ambas escuelas excede largamente los temas pun-
tuales. Más bien toca aspectos de fondo, que tiene que ver con las diferentes miradas
epistemológicas que ambas corrientes proponen para abordar la realidad social y los
medios de comunicación.
Es posible que, como ambas escuelas cuentan con una gran cantidad de autores y
además los Estudios Culturales transitaron por diversas etapas en su producción, se
puedan encontrar diferentes posiciones en cuanto a si es posible un trabajo conjunto
entre ambas. Algunos autores como Raymond Williams y Nicholas Garnham hicieron
una apuesta en el sentido de tratar de conciliar las posturas, pero no puede afirmarse
que sea la opinión más extendida entre los teóricos de ambas corrientes.
Actividad de Autoevaluación 14
1) ¿Qué posturas identifica sobre la posible relación entre estas dos escuelas?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
188
Grossberg, L. (1997) Óp. Cit. (págs.52-53).
316
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 5
4) ¿Usted cree que es posible realizar estudios sobre medios que combinen las perspectivas
de ambas escuelas?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
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De la lectura que los desarrollos de los diferentes autores proponen realizar desde
la Escuela de Economía Política de los Medios, queda reflejada la clara preemi-
nencia de los Medios Masivos como objetos de análisis privilegiados, por sobre el
estudio de la comunicación interpersonal no mediada. No significa que no se hayan
realizado, sino que son sumamente escasos, en comparación con la producción
sobre los Medios Masivos.
Además estos autores privilegian análisis macro – sociales por sobre los análisis
que toman como objetos de estudio micro – procesos. Las políticas del Estado
destinada a los Medios, la lógica económica de los Medios en el proceso de repro-
ducción de la sociedad, el carácter mercantil de sus productos, son algunos temas
de nivel general (más que particular) que preocupan a estos autores.
Es notable la escasa referencia a estudios sobre los aspectos subjetivos que los
actores sociales (individuales y colectivos) involucrados en los medios masivos po-
seen. Esta escasez de estudios que recuperen la subjetividad se agrega al planteo
que hicieron, sobre todo Nicholas Garnham y Raymond Williams, referido a la ne-
cesidad de integrar estos estudios profundos de la perspectiva económica de los
Medios con autores de los Estudios Culturales que recuperen la perspectiva de
análisis de la 1° Etapa, con el objeto de incorporar con más profundidad los aspec-
tos culturales (superestructurales o ideológicos para Marx).
Aún con los señalamientos realizados, esta escuela aporta una iluminadora pers-
pectiva mediática a los futuros profesionales de la Comunicación Social.
Unidad 6
Introducción
El capítulo que se desarrolla bajo el número 6 reúne los temas que corresponden a
las Unidades 6 y 7 del programa de la materia. Su unificación obedece a que am-
bas unidades comparten su desarrollo sobre temas y autores en un mismo espacio
geográfico que es Latinoamérica, reuniendo de esta manera numerosos temas de
debate alrededor de la comunicación y la información en nuestra región.
Así mismo se ha procurado mostrar algunos aspectos del trabajo y el tono de al-
gunos de los debates más relevantes para los estudios de comunicación que des-
de la segunda mitad del siglo XX han realizado instituciones internacionales como
CIESPAL y UNESCO, ya que por su trascendencia y la vigencia de sus planteos,
constituyen una parte ineludible del contexto de análisis.
Elizabeth Fox, una intelectual formada en la Universidad de Bogotá, tuvo otras ins-
tancias de formación en Estados Unidos y Francia, recibió en 2007 el título de
Doctora Honoris Causa de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación en
la Universidad de Perú. Es una autora entre otros, de un texto denominado Medios
de Comunicación y Política en América Latina. La lucha por la democracia, donde
realiza un recorrido histórico de los movimientos políticos más relevantes ocurridos
en América Latina en torno a las políticas de comunicación en América Latina du-
rante el siglo XX. De la descripción pormenorizada que realiza de cada uno de los
países aquí sólo se abordará lo que corresponde a la Argentina.
La autora comienza afirmando que los Medios Masivos en América Latina nun-
ca fueron modelos de un único tipo de propiedad (propiedad privada o servicio
público) como tampoco fueron uniformemente expresiones de poder nacional o
transnacional.
A mediados de los años ´30 la radio ya se había expandido por toda Latinoamérica
“(…) la radio comercial estaba bien implantada en la mayor parte de las grandes
ciudades latinoamericanas. Se había convertido en el principal vehículo para los
músicos, comediantes, periodistas y presentadores nacionales. La radio transmitía
a toda la región grabaciones de artistas mexicanos, argentinos y caribeños, así
como los seriales latinoamericanos, de éxito desaforados.”4
1
Recordemos además que esta ley fue promulgada por Decreto, durante la última dictadura militar en
1980
2
Fox, Elizabeth (1989) (pág.24) Las políticas de los mass – media en Latinoamérica en Fox, Elizabeth
(Ed.) Medios de Comunicación y Política en América Latina. Ed. G. Gili, S.A. de C.V. España.
3
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.26).
4
Ibíd. (pág. 28)
322
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Según Fox, hubo varios factores que colaboraron para que en Latinoamérica
hubiese un claro predominio del servicio privado5 .
5
Ibíd. (pág.28).
6
Ibíd. (pág. 28)
7
Ibíd. (pág. 28)
8
Ibíd. (pág. 29)
La autora señala que la Televisión siguió el mismo camino que el resto de los me-
dios, con una clara preponderancia del carácter comercial y la asimilación del mo-
delo norteamericano.
“En 1960, a pesar de los intentos de muchos países de crear pequeños canales de
televisión de servicio público, educativos o culturales, la televisión comercial, hecha
a imagen y semejanza de la televisión de Estados Unidos, estaba firmemente esta-
blecida en América Latina”.11
Fox destaca, hacia fines de los años ´50 y principios de los ´60 el auge de movimien-
tos revolucionarios. “Muchos gobiernos, y también Estados Unidos, percibieron el
éxito de la Revolución cubana de 1959 como una amenaza a su propia estabilidad
y a la de la región”.12
Este temor hizo que Estados Unidos pusiera a trabajar planificadores del desarrollo
dirigidos por el Estado para resolver los problemas de inestabilidad política y eco-
nómica de la región.
Así, Estados Unidos lanzó un programa de desarrollo hacia los países latinoame-
ricanos que denominó “Alianza para el Progreso”, bajo el pretexto de ayudar a los
estados en crisis, bajo la cobertura de este programa y justificándose en cumplir un
rol público benefactor “… el gobierno estadounidense, que hasta entonces había
sido el principal promotor de la inversión privada norteamericana en América Latina,
mostró una nueva inclinación a entregar a los gobiernos latinoamericanos grandes
sumas de dinero en carácter de ayuda económica directa”.13
Este programa – Alianza para el Progreso – expresaba que tenía objetivos de refor-
ma social, manifestando explícitamente una aparente preocupación por los secto-
res desfavorecidos, pero “… de hecho servía para coordinar la política económica,
la política de seguridad y la política de inversiones estadounidenses en América
Latina…el abandono de la reforma social en beneficio de la seguridad militar e
ideológica y del desarrollo económico quedó claramente de manifiesto en la política
estadounidense respecto a Brasil y en el desembargo de tropas estadounidenses
en la República Dominicana”.14
9
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág. 30)
10
Ibíd. (págs.30-31).
11
Ibíd. (pág. 32)
12
Ibíd. (pág. 32)
13
Ibíd. (pág. 33)
14
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág. 33)
324
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Sin embargo, a la vez que este programa creaba las condiciones para el avance de
Estados Unidos sobre centro y Sud América, también “… preparó el terreno para los
movimientos de reforma de los media en América Latina. La Alianza legitimaba la
inversión y la planificación estatales en el sector de las comunicaciones, controlado
hasta entonces casi exclusivamente por el capital privado…” Así, volvieron a salir a
la superficie los mentados objetivos de educación y difusión cultural a través de los
medios masivos, que habían sido dejados de lado desde los años ´30, ahora actua-
lizados por las nuevas tecnologías que estaban imponiéndose. “Los programas de
desarrollo nacionales e internacionales no cuestionaban las emisoras radiofónicas,
diarios y revistas comerciales existentes. Pero… vertieron sumas enormes en equi-
pos y proyectos de comunicación para utilizar la radio, la televisión y otros medios
en el desarrollo sanitario, educativo y agrario… incluían sistemas educativos de
radio… y programas de extensión agrícola nacional”.15
“A mediados de los años ´70, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay estaban sometidos
a dictaduras militares… Esos regímenes ignoraban los derechos políticos y las ne-
cesidades sociales y culturales de las mayorías.
Los regímenes autoritarios manipularon la educación formal y los símbolos el na-
cionalismo… Utilizaron los mass – media para controlar la información y las co-
municaciones públicas y privadas. Los regímenes militares, a través de su control
de los media, esperaban lograr una disminución del nivel de conciencia política
de la sociedad y reducir la capacidad de los individuos de conocer sus derechos y
responsabilidades…”.16
15
Ibíd. (pág. 33)
16
Ibíd.(pág.43)
17
Ibíd. (pág. 43)
También los años ´80 muestran la mayor parte de América Latina sometida aún a
las dictaduras militares y en algunos casos, como el argentino, en la etapa de rei-
nicio del periodo democrático (1983). Había una preocupación compartida por las
sociedades de la región, que era fundamentalmente “… la reconstrucción de las
instituciones democráticas y representativas de la sociedad” 19. También existía, con
base en las experiencias de Comunicación Alternativa y Popular20 , una apuesta a
democratizar las estructuras de comunicación. “Las nuevas formas de expresión,
movilización y participación populares que estaban presentes en los medios alter-
nativos constituyeron una forma de comunicación democrática…”.21
En referencia a los medios, los nuevos gobiernos civiles “no disponían de los re-
cursos políticos o económicos necesarios para emprender una reestructuración a
gran escala del sector de las comunicaciones”.25 En el caso argentino, el gobierno
de Alfonsín también tuvo serias dificultades para reunir la fuerza política que se ne-
cesitaba a los fines de realizar cambios sustanciales. Un ejemplo de eso fueron los
proyectos – nunca aprobados – para reformar la ley de Radiodifusión (22.285).
18
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) (pág.22) Economía Política, comunicación y conocimiento.
Ed. La Crujía y Junta de Andalucía. Bs. As.
19
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.45).
20
El apartado 6.3 analiza con un poco más de detalles, aunque no exhaustivamente, algunos de los deba-
tes en torno a la Comunicación Alternativa y a la Comunicación Popular. Estos temas, aunque ameritan
un análisis más minucioso, se suponen trabajados en la materia Teorías de la Comunicación Social II.
21
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.45).
22
Ibíd. (pág.45).
23
Hacia 1986 el 94 % de la población de América Latina ya había dejado de vivir bajo las dictaduras, sólo
quedaban gobiernos dictatoriales en Chile y Paraguay. (Fox: 1989: 45)
24
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.46).
25
Ibíd. (pág.46).
326
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Este presidente “se encontró con la propiedad jurídica de unos canales de televisión
y unas emisoras radiofónicas…” es decir, había medios estatales que aparecían
como “una pesadilla burocrática entretejida de corrupción, leyes contradictorias
y ubicuas agencias reguladoras. Alfonsín suprimió la censura y transfirió algunas
emisoras de propiedad gubernamental al sector privado. En cierto sentido, el nue-
vo gobierno civil argentino no podía hacer gran cosa más. Se había convertido en
propietario de emisoras de radio y televisión a las que no podía proporcionar pro-
gramación ni financiar con fondos públicos.26”
Actividad de Autoevaluación1
1) ¿Cuáles son para la autora los factores que incidieron en la definición del carácter del
servicio, predominantemente privado en América Latina?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
2) ¿En qué contexto social y político emergen la radio y la televisión en América Latina? …
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Mastrini, G. (2005) (pág. 17) Mucho ruido, pocas leyes. Economía y políticas de comunicación en Ar-
27
4) ¿Qué diferencias encuentra entre las políticas que se implementaron en los ´80 y en los ´90
en relación al carácter predominante de los medios (público / privado)?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
28
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.19).
29
bíd. (pág.20).
328
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Fox afirmará que “El texto y las recomendaciones realizadas por los países partici-
pantes en la Conferencia, no deben ser considerados sólo un documento histórico.
Contenían las semillas de debates futuros en torno a los mass – media. Debajo de
la preocupación central por las políticas nacionales de comunicación había preocu-
paciones nuevas, como el surgimiento de una comunicación alternativa, la ausencia
de libertades de expresión básicas bajo las dictaduras militares, el tremendo impac-
to de las nuevas tecnologías de las comunicaciones y las vastas transformaciones
de los imperios de comunicación latinoamericanos”.31
Por otro lado, las revelaciones que está realizando el gobierno nacional desde 2009,
en relación a las presuntas maniobras de presión realizadas por Héctor Magneto
(por Diario Clarín) y propietarios de los diarios La Nación y La Razón, con el aval
del presidente de facto Jorge Rafael Videla, a la familia Graiver para que vendieran
la empresa “Papel Prensa” el 2 de noviembre de 1976.32 Aunque resulta obvio, es
necesario precisar que esa empresa en la única productora de celulosa y de papel
para diarios en Argentina, y por lo tanto, proveedora de la materia prima fundamen-
tal para todos los periódicos impresos del país. Tiene la capacidad, por ser mono-
pólica, de fijar el precio del papel y establece “cuotas de papel” para los diarios.
Esto indudablemente condiciona la posibilidad de insertar información y publicidad,
por lo que indirectamente la empresa Papel Prensa maneja la difusión de medios
gráficos del país.
30
Ibíd. (pág.21).
31
Ibíd. (págs.22-23).
32
En declaraciones a la prensa, Lidia Papaleo, viuda del antiguo propietario (David Graiver murió en el
año 1976 en un sospechoso accidente aéreo en México), afirmó que los diarios Clarín y La Nación le
“robaron” la empresa “asociados con la dictadura”, y que firmó la venta de acciones “bajo presión” de
Héctor Magneto, el CEO del matutino Clarín. “Cuando llegué a la Argentina, viví la peor etapa; empecé a
recibir amenazas inmediatamente después de morir David, en agosto de 1976” Diario Hoy Día Córdoba.
Lunes 30 de agosto de 2010. Página 3. Sección El País.
Decimos también que lo expresado por Elizabeth Fox fue acertado en valorar la
enorme importancia de las conclusiones emanadas de la Conferencia Interguber-
namental de 1976, porque sintetizaron las posiciones sobre las ventajas y desven-
tajas del carácter público/privado de los Medios, que a nivel regional adoptaron los
países latinoamericanos. Pero los señalamientos realizados por nuestra región no
eran atemporales ni inapropiados, más bien fueron parte de una problemática que
había adquirido ribetes internacionales.
En las casi 270 páginas se realiza un diagnóstico de la situación mundial de las co-
municaciones. El Informe comienza con un recorrido histórico desde el principio de
la humanidad, posteriormente toma y analiza las diferentes formas de comunica-
ción (interpersonal y mediática) con apartados dedicados a cada uno de los Medios
33
MacBride, S. (1992) (pág. 14) Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro
tiempo. Informe de la Comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación. FCE.
México.
34
MacBride. S. (1992) Óp. Cit. (pág. 17).
35
Ibíd. (pág. 61).
36
Ibíd. (pág. 62).
330
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Lo que se rescata aquí del habitualmente llamado “Informe MacBride” es que sinte-
tiza las preocupaciones a nivel internacional que las comunicaciones (masivas y no
masivas) presentaban de modo contundente en la década de los años ´70 y por otro
lado proporciona un marco de análisis más amplio de las tendencias vigentes por
esos años en América Latina, resumidas en las recomendaciones que los países de
la región realizaron en la Conferencia Intergubernamental de Costa Rica.
Por otro lado, se debe mencionar la reacción internacional que provocó el Informe
MacBride, concretamente protagonizada por Estados Unidos y Gran Bretaña, dos
países que “se retiraron de la UNESCO poco tiempo después de que su vigésima
Asamblea General aprobara por consenso el llamado Informe MacBride”. A partir
de entonces la UNESCO empezó a enfrentar una importante crisis de financia-
miento, se orientó hacia temas menos conflictivos y perdió impulso (…). Se impuso
en la práctica el libre flujo de la información y los Estados Unidos sustituyeron su
participación en los organismos internacionales por relaciones bilaterales. Mientras
la UNESCO perdía influencia y las ideas neoliberales se expandían por todo el
planeta, los grandes capitales acrecentaban su importancia en los sectores de la
comunicación, la información y la cultura en el nivel internacional”.37
En los manuales didácticos editados durante los años ´80, CIESPAL manifestaba
el valor especial que la comunicación posee en las instancias organizativas: “El
presupuesto esencial es que no puede haber desarrollo integral comunitario sin
una auténtica participación de sus miembros, y que esta participación no puede
37
Bolaño, C.; Mastrini, G. y Sierra, F. (2005) Óp. Cit. (pág. 22).
Actividad de Autoevaluación 2
1) ¿Cuál cree fue la importancia que tuvo la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas
de Comunicación en América Latina para el debate sobre los Medios Masivos?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
38
Díaz Larrañaga, N. y Saintout, F. (2003) (pág. 44) Mirada crítica de la comunicación en América Latina:
entre el desarrollo y la dominación, la resistencia y la liberación en Saintout, F. (Ed.) Abrir la Comunica-
ción. Tradición y Movimiento en el Campo Académico. Ed. EPC. Fac. Periodismo y Comunicación Social
de la Universidad Nac. De La Plata. Cap. II.
39
Ibíd. (pág. 45).
332
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
2) ¿Qué circunstancias impidieron que en la mayor parte de América Latina se aplicaran las
recomendaciones surgidas de la Conferencia organizada por UNESCO?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
3) Explique qué es el Informe MacBride. ¿Por qué se puede considerar plenamente vigente?
Explique su vigencia con un ejemplo nacional
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
4) ¿Qué orientación tuvieron las políticas que aplicó CIESPAL en América Latina?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
“Los estudios del investigador boliviano Luis Ramiro Beltrán, y del investigador
paraguayo Juan Díaz Bordenave argüían que el auge incontrolado de los media
comerciales creaba problemas de desarrollo nacional y de democracia política…
Otros investigadores como el profesor venezolano Antonio Pasquali, estudiaron la
influencia dañina de la cultura de masas en la cultura y sociedades latinoamerica-
nas… La lucha del educador brasileño Paulo Freire para que se escuchase la voz
de los pobres y oprimidos de la región, abrumados y asfixiados por la cultura ma-
siva de los mass – media comerciales, contribuyeron a los programas educativos
y culturales revolucionarios de toda América Latina. La investigación de Armand
Mattelart, a finales de los sesenta y comienzos de los setenta, sobre el control
transnacional de los madia latinoamericanos, los intereses de clase en su control y
su gestión y el rol de los movimientos populares proporcionaron un marco teórico y
una demostración empírica al debate y reforma en Chile y los demás países.”40
40
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.34).
Los teóricos de la “dependencia” pensaban que la salida a la crisis en los países lati-
noamericanos, diagnosticados como “subdesarrollados” porque se suponía que era
la “velocidad del desarrollo” el problema que los había dejado “retrasados” respecto
de los países “desarrollados”, no era “incrementar la velocidad del desarrollo” sino
“independizarse” de las relaciones que los colocaba en situación de dominados.
Según Díaz Larrañaga y Saintout “Para los investigadores que adherían a esta
perspectiva, había una interpretación errada de lo real, ya que Latinoamérica no
era subdesarrollada, sino dependiente. Estas concepciones se plasmaban en una
actitud teórica, relacionada al develamiento de las relaciones de poder y de la
ideología operante, pero también se plasmaba en una actitud política anclada en
la denuncia de la dominación de los medios. Paralelamente a esta corriente surge
la perspectiva teórico/política de la “Invasión Cultural” (…) en un contexto (…) de
fortaleza de los movimientos sociales de liberación nacional y tercermundistas (…)
El término “Invasión Cultural” es utilizado en primera instancia por Paulo Freire
para nombrar la relación “centro/periferia” a partir del desarrollo de las industrias
culturales.” 43
Entre los autores que representan cabalmente esta corriente pueden mencionarse
a Juan Díaz Bordenave y Matins de Carvalho, quienes dedican un apartado es-
pecífico a las nociones de “Centro / Periferia” en su texto Planificación y Comuni-
cación. En él retomarán lo escrito por Eduardo Galeano en Las venas abiertas de
América Latina, manifestando que tiene el valor de mostrar cómo “… en virtud de
haberse iniciado la Revolución Industrial en la Europa Occidental, las colonias per-
tenecientes a los países que formaban parte del grupo colonizador fueron sistemá-
ticamente desangradas por todos los medios y en todos los campos de la actividad
humana productiva. Como consecuencia de esta explotación sistemática y de los
mecanismos de dominación económica y política que la hicieron posible, el mundo
se fue organizando en un sistema económico – político unificado según el siguiente
esquema”.44
41
“La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) fue establecida por la resolución 106(VI) del
Consejo Económico y Social, del 25 de febrero de 1948, y comenzó a funcionar ese mismo año. En
su resolución 1984/67, del 27 de julio de 1984, el Consejo decidió que la Comisión pasara a llamar-
se Comisión Económica para América Latina y el Caribe. La CEPAL es una de las cinco comisiones
regionales de las Naciones Unidas y su sede está en Santiago de Chile. Se fundó para contribuir al
desarrollo económico de América Latina, coordinar las acciones encaminadas a su promoción y reforzar
las relaciones económicas de los países entre sí y con las demás naciones del mundo. Posteriormente,
su labor se amplió a los países del Caribe y se incorporó el objetivo de promover el desarrollo social”.
Este es el encabezamiento de la página que se encuentra disponible en el sitio web. http://www.eclac.
org/cgibin/getprod.asp?xml=/noticias/paginas/4/21324/P21324.xml&xsl=/tpl/p18f-st.xsl&base=/tpl/top-
bottom_acerca.xsl (Fecha de consulta: Fecha de consulta 3 de setiembre de 2010).
42
Díaz Larrañaga, N. Y Saintout, F. (2003) Óp. Cit. (pág. 31).
43
Ibíd. (pág. 31).
44
Bordenave, J. Carvalho, M. (1978) (pág. 31). Planificación y Comunicación. Ed. Don Bosco. Quito.
Ecuador.
334
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Si tomamos un mapa que refleje el trazado ferroviario en nuestro país, se podrá co-
rroborar lo que afirman estos autores ya que tienen un trazado solar, cuyo centro se
encuentra en Buenos Aires y se distribuye desde allí hacia los distintos puntos del
país. Hay escasas conexiones entre provincias, por fuera de las que atraviesan las
vías ferroviarias en su tránsito al puerto, donde llega y de donde se exporta (incluso
en la actualidad, aun cuando el sistema ferroviario se haya anulado en la mayor
parte de sus trazados) el 90 % de los productos del país.
Los autores destacan, sin embargo, que la dominación es no sólo “física” o “mate-
rial”, sino también una “dependencia mental” de la que responsabilizan, en primer
lugar, a los propios habitantes de los países dominados y después a los países
centrales.
45
Bordenave, J. Carvalho, M. (1978) Óp. Cit. (pág. 32).
46
Ibíd. (pág. 32).
En el campo nacional, a pocos les quita el sueño tratar de entender por qué una
determinada familia de la “aristocracia” es dueña de enormes extensiones de tierra
y cómo fue que ciertas empresas extranjeras recibieron concesiones y privilegios
que las propias empresas nacionales no posee (…)”.47
Para estos autores hay una segunda manifestación importante de nuestra depen-
dencia mental: “la aceptación acrítica de doctrinas, ideologías y modelos de pen-
samiento que nos vienen de fuera. Esta sumisión puede observarse en todos los
campos, desde el religioso hasta el tecnológico, pasando por el educacional, el
político y el cultural”.48
47
Bordenave, J. Carvalho, M. (1978) Óp. Cit. (pág. 34).
48
Ibíd. (pág. 34).
49
Ibíd. (pág. 35).
50
Una breve referencia a estas corrientes se encuentra en el punto 6.5 del presente capítulo.
336
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Actividad de Autoevaluación 3
2) ¿Cuáles fueron los temas que criticaron los intelectuales de la llamada “Teoría de la De-
pendencia?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Se hará aquí una breve reflexión sobre la comunicación Alternativa y popular, para
no abundar en temas que ya son suficientemente abordados en Teorías de la Co-
municación Social I y II, pero que es importante refrescar.
La concepción que sostuvo “lo alternativo” durante las décadas de los ´60 y ´70 y
que es recuperada durante los ´80, después de las dictaduras militares, considera-
ba la participación en Medios de Comunicación como parte ineludible de un proyec-
to político para la gestación y desarrollo de procesos de transformación social hoy
está ausente en muchas experiencias mediáticas originadas en grupos excluidos.
En general, se puede coincidir con Von Sprecher en que “Los proyectos de comu-
nicación alternativa y popular pretenden partir de una definición política previa, una
inserción dentro de un proyecto político donde la tarea del investigador se convierte
en parte de una práctica social. Esta definición política no implica una opción parti-
daria, necesariamente, sino que más bien se plantea como un compromiso con los
proyectos que elaboren o puedan ir elaborando los sectores populares.”52
51
Fox, Elizabeth (1989) Óp. Cit. (pág.45).
52
Von Sprecher, R. (1988) (pág.11) Investigaciones sobre Comunicación Social en América Latina: las
décadas de los sesentas, setentas y ochentas. Versión corregida sobre un mimeo original para la Escue-
la de Ciencias de la Información (UNC).
338
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
El primer caso puede ejemplificarse pensando como ejemplo un periódico – mural escolar,
que puede conllevar el objetivo de información sobre las actividades de un barrio y aún la
reflexión referidas a problemáticas del sector – lo cual lo habilita para denominarse “popular”,
y sin embargo puede no tener objetivos que se condigan con un cambio social, lo cual lo
excluye de la posibilidad de llamarse “alternativo”.
Se puede afirmar que “lo popular”, estrictamente hablando es lo que viene del pue-
blo, es decir de lo que la gente, en tanto grupos, organizaciones o sectores socia-
les, piensa o siente respecto de sí mismos y de su entorno. ¿Se puede afirmar que
todas las experiencias que se autoadjudican el nombre de “alternativas” – tomado
aquí como sinónimo de popular - provengan efectivamente del pueblo en el sentido
aquí propuesto? Claro que la respuesta, casi obvia es una negativa rotunda.
“Lo popular no puede definirse por una serie de rasgos internos o un repertorio de
contenidos tradicionales, por lo tanto no coincide exactamente ni siempre con lo
que se denomina folklore o tradición cultural de una región o grupo social. Lo popu-
lar está vinculado con las necesidades de esos grupos, definidas por ellos mismos
y en un proceso de reflexión crítica sobre lo vigente, esto significa que lo popular
se construye frente a lo hegemónico. Es un hecho, no una esencia; es una posición
relacional, no una sustancia”.54
Ibíd. (pág.12).
53
García Canclini (1988) (pág. 23) Cultura Transnacional y Culturas Populares en G. Canclini y Rafael
54
Puede entonces afirmarse que hay una cultura popular que produce unas formas
también populares de comunicación, que sería origen de lo denominado comuni-
cación popular sin embargo lo que muchos de estos sectores populares muestran
no parece autorizar un planteo que hable de un carácter “alternativo” de estas ma-
nifestaciones culturales y su potencialidad política precisamente por la conflictiva
relación con sectores dominantes y la dialéctica hegemonía / consenso.
En virtud de algunas situaciones que hoy se presentan parece que estamos pre-
senciando un cambio de carácter en la noción de “alternativo” teñida hoy por la
lógica social neoliberal. Por otro lado, si es cierto que lo popular debe pensarse en
términos de situación relacional, el propio planteo de la comunicación llamada “al-
ternativa” no puede ser descrito en sí mismo, en términos absolutos o como parte
de su esencia sino con relación a qué se denomina de ese modo: “Comunicación
alternativa”... a qué?
Medios Alternativos no pueden arbitrarse ni autogenerarse más que por su doble vin-
culación con lo social y con los Medios dominantes. Tampoco pueden ser pensados
en su mismidad, sin grupos sociales que los sostengan y reproduzcan. Pero sí pue-
den emerger de formas diferentes de pensarse que encuentren grupos sociales cuya
situación no justifique la mera reproducción de las relaciones sociales que los empu-
jan a estar allí. También pueden pensarse en relación al discurso único que proponen
los medios oligopolizados en la mayor parte del territorio latinoamericano.
Sólo desde allí se puede pensar una comunicación alternativa que proponga qué
sujetos protagonizan la comunicación, que interacciones comunicativas se defi-
nen como alternativas, qué tecnología se pone a disposición de qué mensajes,
y qué contenidos surgen y circulan como la expresión de una organización como
espacio de autorreflexión sobre la situación singular y su inevitable vinculación con
el rumbo de la sociedad a la que refiere.
54
García Canclini (1988) (pág. 23) Cultura Transnacional y Culturas Populares en G. Canclini y Rafael
Rongliolo (Ed) Cultura Transnacional y Culturas Populares. Ed. IPAL. Perú.
55
Von Sprecher, R. (1988) Óp. Cit. (pág.12).
340
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Actividad de Autoevaluación 4
Ramón Pajuelo
Poscolonialidad
Comienza indicando que durante las últimas dos décadas del siglo XX el debate
sobre “poscolonialidad” no encontró un terreno fértil en América Latina y retomando
a Mignolo, quién atribuye el surgimiento de la poscolonialidad, como reflexión
y como condición contemporánea al resultado del “cruce de la historia moderna
europea con las historias contramodernas coloniales” y entre las condiciones para
que se realice el encuentro se pueden atribuir a la globalización, la crisis de los
paradigmas cognitivos y el desmoronamiento del campo socialista.”56
A estos procesos Pajuelo denomina “razón poscolonial” y la explica como “una se-
rie de prácticas asentadas en las diversas herencias coloniales, ene le espacio de
intersección entre las “historias locales “ y los “diseños globales”, espacio en el cual
se van construyendo epistemologías fronterizas, descolonizadoras, basadas en los
conocimientos locales de los territorios ex – coloniales, en Europa, África y América
Latina.”57
Estudios Culturales
Pajuelo ubica, dentro de los Estudios Culturales a Stuart Hall como parte del nú-
cleo que lo promovió en Birmingham, inspirado “en la obra de teóricos marxistas
preocupados por la cultura como Raymond Williams y Edward Thompson.” Mencio-
na el proceso por el cual “Fueron “exportados” posteriormente a Estados Unidos,
generalizándose rápidamente como un campo transdisciplinario de indagación crí-
56
Pajuelo, R. (2001) (pág. 114) “Del “Poscolonialismo” al “posoccidentalismo”: una lectura desde la histo-
ricidad latinoamericana y andina”. En Rev. Del Centro Andino de Estudios Internacionales N° 2 II semes-
tre / 2001. Universidad Andina Simón Bolívar. Quito. Ecuador.
57
Ibíd. (pág. 114).
342
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
El autor indica en una nota al pie de página que la recepción de los estudios cultura-
les se evidencia en los años ochenta, sobre todo con los aportes de Néstor García
Canclini, José Joaquín Brunner, Renato Ortiz, Beatriz Sarlo, Fernando Calderón,
Martín Hopenhayn, Jesús Martín Barbero, a la vez que indica que “se plantean
dificultades para pensar a todos estos autores en términos de una “escuela” o “co-
rriente” de estudios culturales latinoamericanos.” (Pajuelo: 2001: 115) Recordemos
que los años ´80 implican lo que se denominó la “explosión” de los Estudios Cultu-
rales, y se colocaron bajo el paraguas de ese nombre numerosísimos trabajos en
varios países, que no tienen, estrictamente hablando, una unidad epistemológica o
temática común. En forma paralela a la expansión de los estudios culturales Pajue-
lo alude al debate que se abrió en torno al “multiculturalismo”, “en el marco de la
intensa discusión sobre la cultura, la democracia, la nación y la ciudadanía de los
años ´80 y ´90, y del surgimiento de una serie de conflictos étnicos… Esta discusión
desarrollada tanto desde la izquierda como desde la nueva derecha y el liberalis-
mo, ha tenido un eco especial en América Latina… con los propios movimientos
indígenas como protagonistas del debate en países como Ecuador, Bolivia, México
y Guatemala; la aparición en escena de esos movimientos fue interpretada desde el
campo del multiculturalismo tanto como una expresión de la vigencia de la utopía de
una sociedad diferente (multiculturalismo de izquierda) como de lucha por simples
demandas de inclusión (multiculturalismo de derecha)”.60
De estas dos tendencias señaladas, el autor observa que en parte por la crisis de
la izquierda y del marxismo, en los años ´90 se vio favorecida la perspectiva libe-
ral. Sin embargo, no es posible hablar genéricamente del mismo proceso en toda
América Latina. Si uno observa lo que ha venido ocurriendo durante esos años, es
diferente las tendencias que se impusieron en Chile (multiculturalismo de derecha,
más liberal, si se quiere) que las que dominan en Bolivia, a partir de la asunción de
Evo Morales en el gobierno nacional (multiculturalismo de izquierda).
Estudios Subalternos
Es un abordaje surgido alrededor de los años ´70 que se constituyó alrededor de
Ranajit Guha y de un grupo de historiadores proveniente de la India y tomó forma
en lo que se autodenominó “Grupo de Estudios Subalternos”. Esta corriente tiene
varios puntos en común con el poscolonialismo “sobre todo alrededor de la inten-
ción deliberada de construir una nueva historiografía despojada de las herencias
58
Ibíd. (pág. 115).
59
Ibíd. (pág. 115).
60
Pajuelo, R. (2001) Óp. Cit. (pág. 115).
Sin embargo el autor observa que es sorprendente la casi nula recepción de los
estudios subalternos en América Latina. Reconoce el intento que realizó “una de-
cena de intelectuales de origen latinoamericano, afincados básicamente en uni-
versidades de Estados Unidos, por constituir un Grupo de Estudios Subalternos
Latinoamericanos, a semejanza del grupo original. Sin embargo, la tibia acogida
de la Declaración Fundacional del grupo no solamente reveló la honda distancia
existente entre América Latina y las universidades norteamericanas, sino también
la tensión… entre una perspectiva propuesta como subalterna y latinoamericana,
pero elaborada desde una óptica posmoderna, y la apelación a la tradición crítica
del pensamiento latinoamericano… el esfuerzo de este grupo no logró romper el
hermetismo local… reflejado en la tardía y todavía escasa publicación de los textos
producidos por el brillante grupo de historiadores de la India”.64
Pajuelo advierte que desde los ´80 las tres corrientes (poscolonialismo, subalterni-
dad y estudios culturales) “han sido oídos como cánticos lejanos de una sola voz
posmoderna” Denuncia que colocar todo bajo el paraguas de la posmodernidad ha
sido una especie de operación de difusión política, que extendió la idea de que ha-
bía “una nueva época y sensibilidad propia de los tiempos de globalización y el “fin
de la historia”… Nada de esto es inocente, sino que “fue en gran medida resultado
del impacto e influencia de los medios de comunicación masiva y las industrias cul-
turales, los cuales impusieron la “moda” posmoderna homogeneizante que impidió
la diferenciación entre el bosque y los árboles”.65
Se ha instalado, para este autor una especie de “clima de época” que impregnó
toda la cultura y los ámbitos académicos. Por un lado, los Medios masivos y las
industrias culturales fueron la principal herramienta para la propagación de esta
“influencia de época” y por otro, los ámbitos académicos (universidades e institutos)
se constituyeron en espacios donde se hizo predominar esta visión, a través de la
indiferencia por nuevos abordajes y la ausencia de su publicación, lo que hace in-
61
Ibíd. (pág. 116).
62
Ibíd. (pág. 116).
63
Ibíd. (pág. 116).
64
Pajuelo, R. (2001) Óp. Cit. (pág. 117).
65
Ibíd. (pág. 117).
344
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
accesible el material. De hecho, muchos de los textos que aquí se están abordando
no fueron publicados aún en Argentina, sino que provienen de editoriales ecuatoria-
nas. “Quedó básicamente oculta, así, la existencia de otros espacios intelectuales
nacidos con la posmodernidad”.66
Posoccidentalismo
Pajuelo destaca la labor de dos teóricos, Fernando Coronil y Walter Mignolo,
representantes del grupo que bautizó sus estudios con el nombre de “Posocciden-
talismo”. Este concepto pretende expresar “el sentido específico de la herencia co-
lonial de América Latina”.68
66
Ibíd. (pág. 118).
67
Ibíd. (pág. 118).
68
Ibíd. (pág. 113).
69
Ibíd. (pág. 118).
70
Ibíd. (pág. 118).
71
Ibíd. (pág. 119).
Nidia C. Abatedaga 345
Tecnicatura en Periodismo
Actividad de Autoevaluación 5
3) ¿En qué consisten las líneas de análisis de los Estudios Subalternos? ¿Con qué otro pro-
yecto siente afinidad?
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4) ¿Por qué algunos autores como el argentino Mignolo señala que sería adecuado hablar de
Posoccidentalismo? ¿En qué consiste su análisis?
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346
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Vale la pena comenzar a desarrollar este acápite con lo expresado por el Grupo
Latinoamericano de Estudios Subalternos, fundadores de un proyecto de estudios
interdisciplinario dedicado al estudio del que denominan “subalterno” en América
Latina, en el “Manifiesto Inaugural”. El grupo no sólo se constituye con intelec-
tuales que analizan los movimientos subalternos de los países de América Latina
sino también con las “fuerzas sociales al interior de los Estados Unidos, que se han
convertido ya en la cuarta o quinta (de 20) nación de habla española más grande
del mundo”.72
Estos autores, hacia mediados de los ´90 comenzaron a creer necesario “buscar
nuevas formas de pensar y de actuar políticamente. A su vez la redefinición de las
esferas política y cultural en América Latina… ha llevado a varios intelectuales de la
región a revisar algunas epistemologías previamente establecidas en las ciencias
sociales y las humanidades” Esta necesidad surge de entender que el contexto
social y político de los años ´90 mostró “… el desmantelamiento de los regímenes
autoritarios en Latinoamérica, el final del comunismo y el consecuente desplaza-
miento de los proyectos revolucionarios, los procesos de redemocratización, las
nuevas dinámicas creadas por el efecto de los mass media y el nuevo orden econó-
mico transnacional… La tendencia general hacia la democratización otorga priori-
dad a una reconceptualización del pluralismo y de las condiciones de subalternidad
al interior de sociedades plurales”.74
Los autores inscriptos en este grupo, preocupados por analizar de un modo diferen-
te los mecanismos de dominación en nuestro continente, adoptaron como modelo
los Estudios Subalternos surasiáticos uno de cuyos representantes más prominen-
tes, Ranajit Guha propone “desplazar los presupuestos descriptivos y causales uti-
lizados por los modelos dominantes de la historiografía marxista y nacionalista para
representar la historia colonial surasiática.”75 Los autores del grupo latinoamericano
rescatan la idea de necesaria crítica a los estudios históricos que realizaron autores
de este continente que han analizado los movimientos sociales de un modo parcial,
registrando sólo aquellos que poseen programas políticos elaborados. Además ad-
vierten que la historia latinoamericana fue escrita por una élite de dominación colo-
nial que tergiversó lo ocurrido en América Latina desde la colonización española.
Creen que es necesario recuperar “la especificidad cultural y política de las insu-
rrecciones campesinas” y esto hace necesario develar las formas en que la cultura
72
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Publicado ini-
cialmente por la Revista “Boundary 2”, vol. 20, N° 3 y reimpreso luego en el volumen The Posmodernism
Debate en Latin America, J. Beverly, J. Oviedo y M Aronna (Eds.), Duke University Press, con el título
“Founding Statement”. Traducción al castellano de Santigago Castro – Gómez. (pág. 93).
73
Ibíd. (pág. 88).
74
Ibíd. (pág. 88).
75
Ibíd. (pág. 88).
El punto de partida de la crítica que realizan los autores del GLES es develar cómo
ha conceptualizado la “historia oficial” de cada región latinoamericana al subalter-
no, al sujeto latinoamericano dominado. Tomarán tres etapas para realizar la crí-
tica a los modelos impuestos por la colonización, al modo en que fue desplazado
conceptual e históricamente el nativo y cómo la historia narrada impuso la visión
dominante.
El caso con que los autores ejemplifican el modo como fueron desplazados los
verdaderos protagonistas de la historia, en tanto “sujetos políticos”, se asemeja
al destino de algunos de nuestros gauchos, por ejemplo Güemes y sus soldados
en el norte de nuestro país, hoy recordados por la historia que narran los libros
en las escuelas en una dimensión minimizada, cuando se estudia.
Para los autores, un ejemplo diferente del mexicano fue la Revolución Cubana,
porque “representó una recuperación parcial el impulso hacia la emergencia del
subalterno, en particular gracias al acento que otorgó al problema del carácter
no europeo de los sujetos sociales en América Latina… levantándose frente a
la primacía de la historiografía eurocéntrica y frente a los paradigmas culturales
establecidos… El nuevo prestigio que la revolución otorgó al marxismo entre
los intelectuales latinoamericanos y los trabajadores culturales generó un gran
optimismo y una certeza epistemológica respecto de la posibilidad de la subjeti-
vidad histórica. El concepto del pueblo como “masa trabajadora” se convirtió en
el nuevo centro de la representación”.78
76
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Óp. Cit. (pág.
87).
77
Ibíd. (pág. 89).
78
Ibíd. (pág. 89).
348
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Los autores aquí señalan un periodo con numerosas crisis, que podrían deno-
minarse “de representación”, porque aparecen situaciones en muchos países
latinoamericanos donde se constituyen en líderes algunos sujetos históricos que
no siempre representan los intereses de los grupos que pretenden liderar. A la
vez van indicando cómo las manifestaciones culturales fueron acompañando las
insurrecciones.
Los autores señalan que la producción cultural dominante desplazó las van-
guardias, y a nivel teórico “Esta etapa marca también la introducción en La-
tinoamérica del posestructuralismo francés, el marxismo gramsciano y la Es-
cuela de Frankfurt… los estudios culturales provenientes de Gran Bretaña y
los Estados Unidos, sirvieron para responder al formalismo de la semiótica
estructuralista”.80
79
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Óp. Cit. (pág.
91).
80
Ibíd. (pág. 92).
81
Ibíd. (pág. 92).
83
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Óp. Cit. (pág.
93).
84
Ibíd. (pág. 94).
85
Ibíd. (pág. 95).
350
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
ches, por mencionar sólo los pueblos originarios que han sobrevivido a la coloni-
zación, con culturas propias que han visto avasallados muchos de sus derechos y
que uno de los modos de encontrarse “incluidos” bajo el concepto de “ciudadano
argentino” fue en parte la adquisición del español, en reemplazo de sus propias
lenguas. Aún más clara resulta la arbitrariedad de la idea de “nación” si uno aborda
alguna de las fronteras de Argentina. En esas divisiones políticas podría resultar
hasta más legítimo llamarse por ejemplo “guaraní”, que argentino o paraguayo y sin
embargo la identidad nacional se impuso por encima de la pertenencia originaria a
una comunidad.
Los autores realizan una pregunta crucial, que consiste en cuestionar “la naturaleza
del pacto social entre el subalterno y el Estado” o de dicho otro modo, ¿quién deci-
dió que cada uno de estos pueblos con culturas tan dispares e historias tan profun-
das adquirieran una nacionalidad argentina, paraguaya o uruguaya? O ¿en base a
qué decisiones “contractuales” sucede que en las fronteras nacionales grupos de
individuos que comparten una cultura y hasta un lugar geográfico sean ciudadanos
de diferentes países? “La desnacionalización es, simultáneamente, el límite y el
umbral de nuestro proyecto (…). No se trata solamente de que ya no podemos
operar exclusivamente con el prototipo de la nacionalidad, sino que el concepto
de nación, atado a… las élites criollas en su afán de dominar o administrar a otros
grupos sociales, ha oscurecido desde el comienzo la presencia… de los sujetos
subalternos… Desde este punto de vista, necesitamos mirar hacia atrás para re-
considerar aquellas formas prenacionales de territorialización precolombina y colo-
nial, pero necesitamos también mirar hacia delante para pensar en nuevas formas
emergentes de subdivisión territorial,… lógicas regionales y sobre conceptos como
el Panamericanismo”.86
De este tipo de reflexiones que realizan los subalternos surge la necesidad de anali-
zar temas como las políticas inmigratorias que los Estados nacionales aplican legal-
mente. Si se piensa en leyes contra los inmigrantes que impuso el gobierno español
o las que se están manejando actualmente en Estados Unidos, tendremos una idea
de la actualidad del planteo.
De este modo asumen que al conformar el grupo de investigación dentro del ám-
bito de universidades norteamericanas de élite, están expuestos a no reconocer la
existencia del sujeto subalterno a partir de su propia lógica. “(…) La presencia es-
tructural de un sujeto que los letrados no habíamos reconocido y que nos interpela
para mostrarnos qué tanto estábamos equivocados (…). No se trata, por ello, de
desarrollar nuevos métodos para estudiar al subalterno… sino de construir nuevas
86
Grupo Latinoamericano de Estudios Subalternos. (GLES) “Manifiesto Inaugural” (1995) Óp. Cit. (pág.
96).
87
Ibíd. (pág. 97).
88
Ibíd. (pág. 98).
relaciones entre nosotros y aquellos seres humanos que tomamos como objeto de
estudio”.89
Un ejemplo válido para ilustrar el valioso aporte teórico que puede proporcionar la Escuela
de Estudios Subalternos es un una tesis de grado de la Licenciatura en Comunicación Social
Ej.
de UNNE que tuve oportunidad de evaluar, donde la alumna planteó como tema de investi-
gación la ausencia de medios audiovisuales y radiales propios, en una localidad argentina
fronteriza con Brasil. Esta ausencia provocaba que los habitantes argentinos vieran canales
y escucharan radios brasileros. Además de tener con el país vecino un más frecuente tráfico
comercial, la permanente relación mediática con Brasil había colaborado para que hablaran
portugués (o lo que llaman “portuñol”) con más frecuencia que el español, y además se gene-
ra un sentido de pertenencia que los hacía sentir más ciudadanos brasileros que argentinos.
En el cruce de este análisis se encontraba la faceta Estatal – legal, por la cual la alumna
indicaba la falencia del Estado argentino que por la entonces vigente Ley de Radiodifusión
(22285) debía proveer de canales de radio y televisión en zonas de frontera, a los fines de
consolidar la cultura nacional.
Actividad de Autoevaluación 6
2) ¿En qué puntos comparan, durante la Primera Etapa (1960 – 1968) las Revoluciones
mexicana y cubana?
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………….............................................................................................................................
89
Ibíd. (pág. 99).
352
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
4) ¿Por qué señalan que en la tercera etapa (años ´80) los Medios se convierten en centro de
análisis?
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Walter Mignolo
De este autor argentino, que trabaja desde hace ya algunos años en universidades
de Estados Unidos, se abordará un material que reúne algunas reflexiones en torno
a la producción intelectual en torno a la poscolonialidad.
Retoma una conferencia donde fue invitado a participar Ranajit Guha, invitado por
la Rice University (Houston) durante el otoño de 1996. De la exposición Mignolo
rescata la conexión que Guha estableció entre los Proyectos de Estudios Subalter-
nos Surasiáticos y los del Grupo de Estudios Subalternos Latinoamericanos, que
consistía en una relación sobre “el eje de la temporalidad y no de la territorialidad
(…)” además de señalar que lo que debe analizarse es “la colonialidad y la posco-
lonialidad, y no el modernismo y postmodernismo”.90
Lo que Guha compara es, entonces, la India Británica (que se liberó de la coloniza-
ción en 1947) y América Latina, bajo el supuesto de que “el fenómeno del colonia-
lismo Postiluminista es constitutivo y a la vez presupuesto de la modernidad”91. Es
decir que para estos autores hay una conexión directa entre el ingreso a la moderni-
dad y la revolución industrial en Europa y la expansión colonial, en estos casos, en
la India y en América, cuando en el siglo XVI se produce “la emergencia del circuito
comercial Atlántico y la consolidación del capitalismo”.92
90
Mignolo, W. (2001) (pág.156) Colonialidad del poder y subalternidad en Convergencia de Tiempos.
Estudios subalternos / contextos latinoamericanos. Estado, Cultura, Subaltenidad. Editions Rodolp B.V.
Amsterdam. Atlanta GA 2001. The Netherlands
91
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág.157).
92
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág.158).
94
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág.159).
Para Guha lo que se subordina son “las organizaciones sociales y sus respectivas
historias dentro de la estructura interestatal del poder, como la que se dio entre
Inglaterra y la India hasta 1947 (…)” Esta estrategia política se consolidaba cuando
“en un país extranjero… para persuadir a la élite indígena (en el país en que los
ingleses eran extranjeros) para que se “adscribieran” al régimen colonial”.95
Ocurrió también en América Latina, donde muchos de los criollos, aún después
de independizada la región del colonialismo español, continuaron reproduciendo el
régimen colonial con los habitantes de su territorio, reproduciendo la subalternidad.
En palabras de Mignolo “El colonialismo finalizó con la “independencia” (en Latino-
américa, Asia o África) pero no acabó con la colonialidad”.96
El autor también retoma los aportes de Quijano y Wallerstein, cuando conectan co-
lonialidad y modernidad, a través del concepto aportado por este último de “sistema
mundial moderno”. Para Wallerstein “Las Américas como construcción geosocial
surgieron durante ese siglo. La creación de esta entidad geosocial (…) no fueron
incorporadas a una economía mundial existente. No podría haber habido una eco-
nomía mundial capitalista sin las Américas.”97 Es decir que la propia colonización
fue la condición que posibilitó el desarrollo de la modernidad europea, el paso del
capitalismo inicial al capitalismo industrial y su desarrollo fue “gracias a” o “debido
a” los procesos de colonización.
El autor explica la colonialidad del poder en America Latina haciendo un breve re-
paso histórico de la dominación: “La élite criolla de descendencia española, obtuvo
su independencia política de España, pero entró en un proceso de formación de la
nación que le hacía depender económicamente del colonialismo ascendiente, es
94
Ibíd. (pág. 159).
95
Ibíd. (pág. 159).
96
Ibíd. (pág.158).
97
Ibíd. (pág. 167).
98
Ibíd. (pág. 169).
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Toma el ejemplo del Zapatismo para mostrar una manifestación directamente origi-
nada en ámbitos de los subalternos, y evidenciar lo que significa la colonialidad del
poder. El primer párrafo de la declaración de los Zapatistas desde la selva Lacan-
dona, en México muestra claramente que la dominación ha sido una constante en
la realidad de los sectores dominados, ya sea éstos indígenas o negros en nuestros
territorios Latinoamericanos.
99
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág. 176).
100
Ibíd. (pág. 172).
101
La Radio Insurgente. “La página del Zapatismo”. Disponible en: http://www.radioinsurgente.org/ (Fe-
cha de consulta: 13 de septiembre de 2010).
102
Mignolo, W. (2001) Óp. Cit. (pág.172).
Actividad de Autoevaluación 7
3) ¿En qué aspectos observa Ud. que el ejemplo del Zapatismo sirve para contrastar la co-
lonialidad?
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4) Explique qué diferencias encuentra el autor entre los intelectuales “subalternos” y los
“poscoloniales”
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John Beverly
Este autor se propone responder a una pregunta que muestra la búsqueda de sali-
das, frente a la crisis de los Estudios Culturales, que Beverly formulará así: “¿dónde
estamos exactamente cuando comenzamos a caminar sobre el nuevo terreno de
los estudios culturales?”.103
La pregunta es parte de una reflexión que el autor tuvo con estudiantes involucra-
dos en el proyecto de estudios culturales, durante el año 1995 en Pittsburgh. A la
vez es el resultado de que por esos años, el programa de Estudios Culturales de
esa universidad no se encontraba bien posicionado, sobre todo debido a la pre-
ocupación por la ausencia de “vocación política” de éstos. Probablemente por este
motivo, una parte del artículo se propone relacionar este programa con los Estudios
Subalternos.
103
Berverly, J. (2000) (pág. 456) “Sobre la situación actual de los Estudios Culturales” en Revista Ibero-
americana. Órgano del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana. Universidad de Pittsburgh.
Pensylvania. U.S.A
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UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Con la mirada puesta en tratar de salir de la visión negativa que mostraban los au-
tores de Frankfurt de la cultura de masas, Beverly y otros optaron por buscar otra
tradición marxista, que valorizara la cultura popular denominada “Frente Popular”.
“(…) Esta tradición enfatizaba la cultura popular en el sentido del folklore, la música
afro – americana, el jazz, “folk music”, y no rock, soul, o “country”, es decir no la mú-
sica que dependía tanto en su forma como en su modo de circulación de los medios
capitalistas. Era políticamente aceptable escuchar jazz o “folk music” porque era
“música del pueblo”, relacionadas con formaciones sociales supuestamente preca-
pitalistas o al margen del avance del mercado capitalista, en vez de ser productos
urbanos comerciales”.107
104
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 457)
105
Ibíd. (pág. 60).
106
Ibíd. (pág. 60).
107
Ibíd. (pág. 461).
108
Ibíd. (pág. 461).
109
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 462).
110
Ibíd. (pág. 463).
111
Ibíd. (pág. 463).
112
Ibíd. (pág. 463)
358
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Beverly valorará el trabajo descriptivo que realizan los Estudios Culturales, res-
pecto de las reestructuraciones culturales y técnicas que se están produciendo,
considerándolo importante “para la hegemonía” y como parte de la función de la
Universidad. Sin embargo también observa que “este acercamiento descriptivo a
los cambios culturales producidos por la globalización y las nuevas tecnologías es
incapaz por sí mismo de rearticular y modificar instituciones.”113
Es en este punto donde se advierte la distancia que se establece entre los autores
y los Estudios Culturales, porque sienten la necesidad de establecer una identidad
subalterna propia, “producir una diferencia u otredad con respecto a Estudios Cul-
turales – en otras palabras, quizás estábamos reproduciendo en nuestra propia
constitución la oposición dominante / subalterno que pretendíamos estudiar”.114
Hoy, en vez de pensar que los estudios subalternos son un componente dentro de
los estudios culturales, sería más correcto decir que representan una manera al-
ternativa de articular las preocupaciones de los estudios culturales, los estudios
culturales son hoy un espacio epistemológico e ideológico ambiguo.
Este análisis lleva al autor a proponer que los Estudios subalternos, a partir de la
lectura de los teóricos de la India, puede ser un espacio que rearticule, de una nue-
va forma, “el proyecto de la izquierda”. Creen conveniente continuar la práctica de
aquel grupo que “discuten entre sí sus propios ensayos y ensayos de otra gente y
los publican de vez en cuando en una serie que todavía sale, que se llama Subal-
tern Studies (…). Nos gustó esta idea y hemos tratado de seguirla… Acabamos de
sacar una colección inicial de textos nuestros y de amigos como un número espe-
cial de la revista “Dispositio”, bajo el título “Subaltern Studies in the Americas”. Hay
tensiones y debates dentro del grupo, pero lo que hasta ahora nos une ha sido la
idea de que los estudios subalternos representan una línea necesaria”.115
“La lógica de los estudios subalternos presupone la posibilidad de que puede crear-
se un nuevo bloque histórico, potencialmente hegemónico (…)”.116
Recordemos que el concepto bloque histórico fue elaborado por Antonio Gramsci,
para referirse a la totalidad (que Marx denominó “Modo de producción”) y que una
parte sustantiva de su constitución está conformada por la “Hegemonía”. En otras
palabras hay bloque histórico sólo cuando existe hegemonía. Es en este sentido
que los subalternos adoptan el concepto, y también desde allí donde realizan las
críticas a los Estudios Culturales.
A juicio de Beverly, los Estudios Subalternos comparten con los Estudios Culturales
la idea de que la cultura popular tiene sus propias dinámicas, que no necesita ser
113
Ibíd. (pág. 463)
114
Ibíd. (pág. 466)
115
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 467).
116
Ibíd. (pág. 469).
autorizada por la cultura alta. Sin embargo, realiza una crítica precisa al uso que
García Canclini realiza del concepto de “hibridación”.
El problema con el concepto es que además de referir a dos cosas diferentes según
este autor, no aparece como debería concebirse en clave dialéctica, “(…) implica
una superación dialéctica (aufhebung) de un estado de contradicción (…) en la for-
mación de un sujeto o práctica social de nuevo tipo”.118
Recordemos que la dialéctica hegeliana, adoptada por Marx y los pensadores post
marxistas, supone pensar la realidad como compuesta por contradicciones, opues-
tos necesarios, que en un momento se “resuelve” en una tercera situación o estado,
diferentes cualitativamente a los términos contrarios que la anteceden, pero que tie-
ne una parte de ambos términos. La idea de “superación” es la sustancia del movi-
miento. Si no se analiza en término de “movimiento”, el análisis queda eternamente
en la situación de contradicción. Esto es lo que critica Beverly a Canclini.
La crítica de este autor apunta a que los estudios culturales se han limitado a des-
cribir las contradicciones, sin visualizar cómo se puede pensar su superación para
117
Ibíd. (pág. 469).
118I
bíd. (pág. 469).
119
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 469).
120
Ibíd. (pág. 469).
121
Ibíd. (pág. 470).
360
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
lograr un estado de cosas diferente, una resolución de la situación actual que impli-
que un cambio en la sociedad. El hecho de que García Canclini enfrente el peligro
de quedarse en una neoetnografía significa permanecer en una pura posición
contemplativa, sin proyectos de cambio.
Por un lado, Beverly deja en claro que los autores de los estudios culturales de la Tercera
Ej.
Etapa (entre los que incluye a Canclini, pero también a Lyotard), proponen que la actual
“sociedad global” aparece como una totalidad fuera de la cual no hay otros espacios de
construcción de alternativas, pero además los estudios culturales proponen que se “puede”
trabajar dentro del espacio de sociedad global, y esto los ubica en una relación ambigua,
insinuando que el capitalismo no determina lo que se piensa y produce en las universidades,
por ejemplo.
“Lyotard puede ser visto como un ideólogo de una reforma intelectual necesaria
para el capitalismo y el estado burgués en su etapa actual, y no como un intelectual
de oposición. Lo que dice Lyotard en esencia es que no hay otro espacio sino el
espacio de la globalización y sus instituciones, no hay lugar afuera desde el cual se
pueda construir una oposición. Entonces todo lo que era el proyecto radical de los
sesenta tiene que desarrollarse dentro de ese espacio. Pero también puede desa-
rrollarse allí, porque existe una relación ambigua y no totalmente “determinista” en-
tre la lógica del capitalismo y la persistencia de formas de cultura burguesa (…) en
la estructura de la universidad, en los protocolos de las ciencias, o en los estudios
literarios tradicionales, basados en la ideología del humanismo”.122
Por otro lado Beverly afirma que la producción académica en realidad está reem-
plazando la ausencia de una práctica política comprometida, que no se realiza.
Esto deja a los estudios culturales en el “frasco” de la producción académica, sin
involucrarse con las clases populares, como habrían hecho Hoggart, Thompson y
Williams y sin pensar en el potencial revolucionario que posibilita la reflexión inte-
lectual.
“El proyecto de García Canclini parece funcionar de acuerdo con una perspectiva
(…) en la cual los estudios culturales sirven en cierto sentido como un sustituto
compensatorio para una práctica política de la izquierda que es vista como imposi-
ble o indeseable en una época post – socialista (…). Pueden hacer tesis sobre rock
o telenovelas. Pero se ha perdido la dimensión de la posibilidad revolucionaria, del
cambio estructural”.123
“García Canclini [con] el tipo de trabajo que él hace sobre culturas populares, sub-
alternas, urbanas, rompiendo las estructuras disciplinarias tradicionales que impi-
den el conocimiento de sus nuevas realidades y creando un nuevo tipo de equipo
interdisciplinario, se pueden articular nuevas maneras de pensar la relación entre
sociedad civil y estado, con la posibilidad de generar políticas comunicacionales y
pedagógicas más adecuadas y producir de esta manera un nuevo tipo de participa-
ción, de ciudadanía”.124
122
Ibíd. (pág. 470).
123
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. . (pág. 470).
124
Ibíd. (pág. 471).
Por otro lado, esta perspectiva tiene un neto corte institucional, debido a que se en-
cuentra financiada por ámbitos académicos ya tradicionales, como la Universidad
de Chicago, que lógicamente incide en la definición de problemática y perspectivas
que van a financiarse, así como aquellas que no van a ser fomentadas por los ám-
bitos intelectuales.
El autor que se analiza aquí pone sobre el tapete un conjunto claro de coincidencias
pero también coloca a una distancia precisa entre los Estudios Subalternos y el pro-
yecto de los Estudios Culturales norteamericanos, sobre todo en lo que se refiere
a los análisis teóricos y a sus escasas conexiones con un proyecto político extra
académico de izquierda.
125
Ibíd. (pág. 471).
126
Ibíd. (pág. 472).
127
Berverly, J. (2000) Óp. Cit. (pág. 473).
362
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Actividad de Autoevaluación 8
2) ¿Cómo fundamenta el autor la necesidad de separar los Estudios Subalternos de los Es-
tudios Culturales?
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4) ¿Cuáles son las críticas teóricas y políticas que realiza el autor a García Canclini?
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A Mattelart se lo podría haber incluido, sin ninguna duda, dentro de los autores
que escribieron desde la Escuela de Economía Política de la comunicación, en el
ámbito latinoamericano. Sin embargo se prefirió recuperar la riqueza de los análisis
que realizó sobre diferentes escuelas, por lo cual el lector encontrará múltiples re-
ferencias de sus textos al pie de las páginas de todo el material, así como también
recuperar su aporte en el análisis contemporáneo sobre la dominación que desde
Estados Unidos ha impuesto bajo la noción de globalización.
Uno de los trabajos realizados por Armand Mattelart, paradigmático, muy difundido
y que ya ocupa un lugar de “clásico” en la tradición del campo comunicacional es
el libro Para leer el Pato Donald que escribió conjuntamente con Dorfman y fue
publicado en el año 1971.
Larrañaga y Saintout califican a este trabajo como “un hito fundacional de los estu-
dios de comunicación latinoamericanos por dos razones: porque planteó preguntas
que desde la tradición difusionista dominante no se habían formulado128, y porque a
la vez abrió otros caminos para la acción y la investigación”.129
En esta obra los autores realizan un análisis del discurso de las historietas de Walt
Disney, con el objetivo de “descubrir los mecanismos estructurales que determinan
su significación y por lo tanto la ideología que encierran. Analizan cómo en las his-
torietas se muestran los países del Tercer Mundo (Aztecalandia, Inca Blinca, etc.)
como retrasados, primitivos, a la vez que pintorescos, sin urbanización ni escuelas
o fábricas, y a los países centrales (Patolandia) en cambio, como altamente desa-
rrollados. Pero además, estos primeros países están llenos de riquezas naturales
que sin problemas los personajes de Patolandia se apropian a cambio de chuche-
rías o favores.”130
Además de los textos producidos por Mattelart donde se realizan análisis y críticas
a Escuelas y corrientes de comunicación, se ha seleccionado un artículo publicado
en 1977, donde analiza con críticas rigurosas a la imposición de una razón tecnoló-
gica globalizada, por parte de los capitales financieros.
Mattelart comenzará por afirmar que existe “una profunda mutación del modelo eco-
nómico y social, (…) de las formas de organización del conjunto de las relaciones
sociales en cada sociedad”. Este cambio profundo se orienta a imponer una visión
geopolítica de la integración mundial a nivel de las potencias gubernamentales,
cuyo origen debe buscarse en “(…) el nacionalismo moderno que hace del territorio
el fundamento de la soberanía, (…) y las formas adoptadas por la dominación im-
perial de las potencias europeas luego de Estados Unidos.”132
128Recordemos que el “Difusionismo” fue una parte sustantiva de las acciones implementadas por la
Alianza para el Progreso, alrededor de los años ´60.
129
Díaz Larrañaga, N. y Saintout, F. (2003) Óp. Cit. (pág.33).
130
Ibíd. (pág.33).
131
Díaz Larrañaga, N. y Saintout, F. (2003) Óp. Cit. (pág. 33).
364
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
La historia del término remite a fines de los años ´60, cuando se utilizaba por los
estrategas militares del Pentágono, “que lo aplicaban a la superpotencia soviética:
“el enemigo global” por excelencia.” Posteriormente Mcluhan, con la expresión “La
aldea global” (1968), con la que denominó a uno de sus conocidos libros, daba
cuenta de la enorme “potencia de la imagen electrónica. Gracias a la capacidad de
convocatoria de la televisión, un “verdadero comunismo planetario” está instaurán-
dose (…)”.Lo que destaca especialmente el autor es que ya hacia fines de los ´60
muchos intelectuales y políticos se empeñaron en definir que “De ahora en adelante
el conductor del reacomodamiento político del planeta es el imperativo tecnológico”,
que aparece como una “tecno – utopía”.134 Lo que plantea Mattelart es el modo en
que el poder ha instalado la idea de que es en la tecnología donde hay que buscar
el origen y fin de los cambios sociales.
Mattelart ironiza recordando la tesis que sostenían los poderosos en Estados Uni-
dos, que afirmaba que “El planeta va a devenir entonces en “sociedad global”, pero
hasta ahora el único país que por su poder de irradiación merece el nombre de
“sociedad global” es Estados Unidos, puesto que “comunica más que cualquier otra
sociedad”; por esta madurez la sociedad americana se ha tornado en el faro que
alumbra el camino de las otras naciones”.138
133
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit. (pág.9).
134
Ibíd. (pág.9).
135
Ibíd. (pág.9).
136
Ibíd. (pág.10).
137
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit. (pág. 10).
138
Ibíd. (pág. 10).
Nidia C. Abatedaga 365
Tecnicatura en Periodismo
Hacia los años ´90, a la vez que las grandes empresas profundizan la expansión de
las grandes unidades económicas, se propone la desregulación estatal, que para
Mattelart es otra palabra “con trampa, puesto que no se trata más que de un nuevo
modo de regulación en que el Estado se deshace de algunas de sus funciones y
arregla el marco del dejar hacer comercial (…) de las telecomunicaciones y de los
sistemas audiovisuales”.140
Mattelart ubica con precisión el ámbito que hizo de la globalización una noción
que se ha erigido como soberana, no surgió del ámbito político ni del espacio de
los intelectuales, sino de las necesidades del capital, y concretamente del capital
financiero (no del capital industrial ni agropecuario, por ejemplo). Dirá entonces que
“la entronización de la noción de globalización no ocurrirá sino en los años ´80, bajo
los auspicios de la geoeconómica, y no bajo los de la geopolítica, bajo el timón del
pragmatismo del mercado y no bajo las especulaciones de sociólogos o politólo-
gos… se debe a la gestión de ciertas empresas transnacionales y a la globalización
de la esfera financiera, único sector económico internacional (…) que realizó la
interconexión generalizada de sus actividades y de sus redes de información y de
comunicación en tiempo real (…) desde hace tiempo el gran proyecto de las em-
presas que operan a escala internacional es la mundialización y son ellas las que,
sobre el terreno, arman el discurso sobre la globalización”.141
139
Ibíd. (pág. 11).
149
Ibíd. (pág.12).
141
Ibíd. (pág.12).
142
Ibíd. (pág.12).
142
Ibíd. (pág.12).
366
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Para Mattelar, son los grupos oligopólicos de comunicación los que contribuyeron
en la “construcción del tecnoglobalismo a lo largo de los años ´80”, también ellos
crearon el “discurso sobre la convergencia cultural”. Esta, deja de lado las dife-
rencias culturales y las normas nacionales, y promueve la convergencia en tanto
“tendencia de cada cosa a volverse como las otras, empuja al mercado hacia la
comunidad global”.144
Para ilustrar lo que las empresas promueven a nivel del consumo, el autor retoma
lo afirmado por Levitt, del ámbito del marketing, quien afirmará que “Cada vez más
en todos lados, los deseos y los comportamientos de los individuos tienden a evo-
lucionar de la misma manera, ya se hable de Coca Cola, de microprocesadores,
de jeans, de películas, de pizzas, de productos de belleza (…)”. A criterio del autor,
“lo que permite el advenimiento de (…) este espacio de intercambios comerciales
homogéneos es el InfoTech, base de la “República de la Tecnología”.145
De allí que el autor afirmará que “segmentación” y “globalización” son como las
dos caras de una misma moneda, “dos facetas de un mismo proceso”, a la vez que
segmenta el consumo “taylorización del consumo (…) busca “universales”, símbo-
los universalmente reconocidos” que imponen “estilos de vida globales”. Mattelart
advierte que estos procesos no son naturales, sino que para que esos estilos globa-
les de vida se impongan “antes ha habido inversiones en educación al consumidor,
destiladas a través de los años en la publicidad, en las películas, en programas”.147
144
Ibíd. (pág.13).
145
Ibíd. (pág.13).
146
Ibíd. (pág.13).
147
Ibíd. (pág. 14).
148
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit.. (pág. 15).
Mattelart enfatiza que de la creencia globalista (al estilo de un dogma religioso) “se
desprende una visión de la así llamada sociedad de la comunicación como una
sociedad transparente e igualitaria… que en realidad no ha cesado, desde el inicio
del siglo XX de cavar la separación entre mundo “desarrollado” y la otra parte del
planeta”.152
149
Ibíd. (pág. 15).
150
Ibíd. (pág. 16).
151
Ibíd. (pág.17).
152
Ibíd. (pág. 17).
153
Recordemos que este autor es uno de los miembros de la corriente de los Estudios Poscoloniales, que
en también fue citado por Walter Mignolo.
154
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit. (pág.18).
155
Mattelart, A. (2007) Óp. Cit. (pág. 21).
368
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Como se podrá advertir, el autor maneja argumentos sustanciales para dejar evi-
denciado el carácter político – intencionado de la noción de “globalización”, a la que
describe como la estrategia utilizada por el capital financiero internacional para me-
jorar los flujos internacionales y elevar su rentabilidad. La tecnología de la informa-
ción es y ha estado relacionada, no sólo con esta intencionalidad político – financie-
ra, sino también con el objetivo de expandir el poder internacional estadounidense,
tanto en relación a los conflictos bélicos como en la dominación cultural.
En este sentido, Mattelart hace evidente cuán actual resultan las denuncias realiza-
das hace ya más de 30 años por otros intelectuales latinoamericanos, que bregaban
por revelar las claves de las diferencias entre países del Primer y Tercer Mundo,
aún efectivas y buscaron, a través de la denuncia, generar conciencia crítica sobre
la situación de dominación.
Se deberán encontrar, entones, las conexiones entre debates del último tercio del
siglo XX y los inicios del siglo XXI, así como intentar establecer una relación entre
las propuestas de estas líneas críticas con las promovidas por los grupos Posco-
loniales y Subalternos, que parecen caminar por senderos paralelos, con similares
preocupaciones, pero sin lazos reflexivos claros.
Actividad de Autoevaluación 9
1) ¿Por qué el análisis realizado en “Para leer el Pato Donald” es considerado un hito funda-
cional en los Estudios de comunicación Latinoamericanos?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
3) ¿Qué puntos de contacto encuentra entre algunos planteos sobre la dominación que realiza
este autor con los teóricos de la “Dependencia”?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Héctor Schmucler
Con esta afirmación, Schmucler coincide plenamente con Mattelart, en cuanto “la
técnica” se convirtió en “ideología”. Y esto obedece a que si antes las ideologías
tenían como objetivo “disputar interpretaciones del mundo en procura de afirmar
ciertas formas de poder construían historia pasada y destacaban los datos por los
cuales el futuro debía transcurrir por un sendero determinado” hoy “el pensar técni-
co (…) se ha vuelto él mismo, ideología dominante (…) al sustentar que todas las
ideologías han concluido”.157
En otras palabras, existe una ideología que, enmascarada bajo la forma de “técni-
ca” ha invertido el razonamiento, haciendo creer que “el hombre ya no es usuario
de la herramienta, sino momento de conexión en el conjunto de los medios”158 con
lo cual, según lo que se profesa desde la ideología “tecnicista”, el hombre cede su
lugar central para dejárselo al avance técnico, volviéndose sólo una parte más de
un sistema que pareciera lo excede y del cual es sólo un “momento”.
156
Schmucler, H. (1997) (pág.41) Nuevas Tecnologías en comunicaciones y el reforzamiento del poder
transnacional en Schmucler, H.: Memoria de la Comunicación. Ed. Biblos. Bs. As.
157
Schmucler, H. (1997) Óp. Cit. (págs.42-43).
158
Ibíd. (pág. 44).
370
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Las “Nuevas Tecnologías” serán definidas por el autor como “el conjunto de equi-
pos que hoy permiten captar, procesar y distribuir la más variada calidad de infor-
mación y las redes que facilitan su difusión o interconexión a larga distancia. Así
mismo, se incluyen en este concepto los sistemas lógicos adecuados para el fun-
cionamiento más o menos automático de la maquinaria”.163
159
Schmucler, H. (1997) Óp. Cit. (págs. 42-55).
160
Ibíd. (pág. 58).
161
Ibíd. (pág. 58).
162
Ibíd. (págs.42-43).
163
Ibíd. (pág. 44).
ideológico que cumplen, puesto que constituyen la forma más aguda de universali-
zación de la forma transnacional de la existencia (…) son la expresión actual de un
esquema de organización social característico del orden capitalista y, en un sentido
más amplio, de la cultura occidental”.164
Su expansión dependerá del modelo de desarrollo que acepte como válido una so-
ciedad determinada. La postulación de una búsqueda de “nuevas formas tecnológi-
cas” responde a la necesidad de pensar otros modelos posibles de desarrollo, y no
únicamente aquel que la propia tecnología que nos llega, difunde y promueve. Poco
conocemos de los valores y concepciones de desarrollo que se manejan en oriente.
Por citar un ejemplo, de Irán tenemos la visión demonizada que nos transmite fun-
damentalmente Estados Unidos, a través de sus noticieros y de Hollywood, sobre
todo orientada a destacar que es un maléfico enemigo de la política imperialista
(aunque Obama no lo admita de esta manera) del país del norte. Hay abundante
filmografía iraní que muestra, desde su propia cultura que manejan valores y con-
ceptos de desarrollo que están bastante alejados de los “occidentales y cristianos”
que se nos impone cotidianamente, y en muchos casos, muchos más humanizados
que los occidentales.
En la misma dirección señalada por Mattelart, Schmucler afirmará que “La implan-
tación tecnológica permite mantener el esquema de la dominación sobre las socie-
dades receptoras, aun cuando formalmente se haya establecido la independencia
política”.165
Así mismo se puede percibir una actualización del ya clásico pensamiento de las
Teorías de la dependencia y su análisis de la relación verticalista, tanto de la es-
tructura económica como de las ideologías, en la que están imbuidas las relaciones
internacionales. “La estructura social de carácter vertical vigente en cada país se
incorpora a una estructura internacional de carácter igualmente vertical, cuyo vérti-
ce actual está representado por el poder transnacional. Esta estructura, (…) no sólo
se refiere al aspecto económico de la organización social, sino al cuerpo de ideas
que legítima la concepción centro – periferia (…) La eficiencia técnica no es la única
ni la principal característica que determina la utilización de una tecnología, sino su
compatibilidad con los valores económicos y culturales vigentes en la sociedad”.166
Es muy evidente la correspondencia del análisis que realiza Héctor Schumcler so-
bre la tecnología con la perspectiva que descubre y estudia Armand Mattelart. Am-
bos, a su vez, muestran sus raíces latinoamericanas y su íntima afinidad con los
planteos de los autores de décadas anteriores, bajo las premisas de la crítica al
Difusionismo y la propuesta teórica de “la dependencia”.
164
Schmucler, H. (1997) Óp. Cit. (pág. 62).
165
Ibíd. (pág. 63).
166
Ibíd. (pág. 65).
167
Ibíd. (pág. 66-67).
372
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Actividad de Autoevaluación 10
2) ¿Cómo define las “Nuevas Tecnologías”? ¿Qué tienen de particular las tecnologías de la
información?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
3) ¿Explique en qué aspecto de su razonamiento coincide con Mattelart y con los teóricos de
la “Dependencia?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
- Integrantes: Mgter. Miguel Haiquel, Lic. Carla Alcaraz, Lic. Verónica Gon-
zález, Lic. Lorena Brondani, Lic. Mariana Carbajo, Lic. Norma Aiello.
168
Hall, S. (2000) A Identidade Cultural na pos – modernidade. 4º ed. Ed. DP&A. Rio de Janeiro.
374
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Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Actividad de Autoevaluación 11
¿Podría responder las siguientes preguntas, sobre algunos aspectos que proponen pensar
Armand Mattelart y Héctor Schmucler?
1) ¿Por qué afirma Mattelart que la noción de “globalización” remite a una ideología?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
2) ¿En qué momento político y bajo qué circunstancias sitúa Mattelart la expansión de las
redes de información?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
4) En relación al consumo de productos, ¿por qué afirman que hay una redistribución del
consumo? Y ¿por qué la publicidad hace una guerra implacable contra el ahorro?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
- Objetivo General:
- Objetivos específicos:
169
Hall, S. (2000) Óp. Cit. (pág. 32).
376
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Por otro lado, la Identidad Colectiva es una categoría que muestra la concepción
que el grupo tiene de sí mismo como unidad única y homogénea en un espacio –
tiempo determinados. “Los elementos que incluyen mitos, rituales y sistemas de
nombres de grupo que el colectivo se da durante un periodo determinado de tiempo
y en un espacio claramente definido.”172 Bajo este término, por tanto, se agrupan
ideas diversas que se refieren, en primer lugar a la noción de permanencia, mante-
nimiento de puntos de referencia fijos, constantes, que escapan a los cambios que
pueden afectar al sujeto en el curso del tiempo.
170
Voloshinov, Valentin Nikólaievich (1992) (pág. 45) El marxismo y la Filosofía del Lenguaje. Alianza
Ed. Madrid.
171
Ibíd. (pág. 50).
172
Crocker, Christopher (1981) (pág. 163) Las reflexiones del sí. En Levi Strauss y otros: La Identidad Ed.
Petrel. Barcelona.
173
Laraña E.y Gusfield, J. (1994) (pág. 123) Los nuevos movimientos Sociales. De la ideología a la iden-
tidad. Ed. CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). Madrid.
Desde la perspectiva del campo social que propone Bourdieu esta Iden-
tificación Pública debe analizarse como parte de la lucha por las clasi-
ficaciones y nominaciones legítimas, que en realidad muestran la puesta
en juego de la lucha política. “El poder social, en tanto poder de hacer los
grupos haciendo el sentido común está en estrecha vinculación con la ca-
pacidad de dar existencia explícita, de publicar, de hacer público, objetiva-
do y visible todo el grupo, es decir, de producir representaciones objetivas
que permitan la generación de una percepción pública legítima.”174
Caletti Sergio (1998) (pág. 92) Comunicación, política y espacio público. Notas para pensar la demo-
175
378
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Se reconoce, entonces, que no existe una única modalidad de visibilidad, sino que
la escenificación del espacio público se desarrolla en ciertos marcos donde diversos
recursos técnicos se ponen en juego. Es decir, existe “no sólo un régimen de visibi-
lidad, sino también un régimen para el desarrollo de las propias relaciones sociales
que se cumplen bajo su luz… un régimen de comunicación para la construcción de
lo común” 176. La problemática de la visibilidad aparece de esta forma configurada
como un problema central que atañe al “sostenimiento de identidades, proyectos y
conflictos en el ámbito de lo que ha dado en llamarse ‘opinión pública’”.177
Existe un proceso por el cual los agentes producen nominaciones desde su posi-
ción particular – de sí mismos y de los otros – cuya intensidad y efecto es inversa-
mente proporcional a su legitimidad (están menos autorizados a título personal o
por delegación). A la vez también están en el campo las nominaciones de agentes
autorizados (como el Estado, los Medios) que valen en todo el mercado simbólico y
que ejercen la definición oficial de ciertas identidades públicas legitimadas.
176
Caletti Sergio (1998) Óp. Cit. (pág. 92)
177
Reguillo Rossana (2000) (pág. 83) Identidades culturales y espacio público: un mapa de los silencios,
En Revista Diálogos de la Comunicación N º 59-60, FELAFACS.
178
Bourdieu, P. (1984) Óp. Cit. (pág. 45).
Los dos tipos de identidades que aquí se abordaron, la Identidad Colectiva, permiten
analizar la importancia que estos emprendimientos tienen para los propios socios
cooperativos como para la sociedad. La Identidad Pública se articula con la cons-
trucción que de ella hacen los propios sujetos colectivos hacia afuera, permitiendo
de este modo elaborar la distinción entre el “nosotros” y “los otros”, influyendo en la
conformación de la propia identidad y afectando el compromiso con el grupo.
Aquí nuevamente se logró identificar, con base en el análisis comparativo del dis-
curso de los Medios y de las Políticas Públicas, que las identidades conformadas en
el espacio público no eran siempre coincidentes con las elaboradas por los grupos
de socios al interior de las cooperativas. Por otro lado, en los casos donde existen
manifestaciones públicas de la cooperativa – como es el de los dos Medios Gráficos
analizados - se logró identificar una disociación entre la identidad cooperativa inter-
na, dificultosa y escasamente consolidada y la necesidad político - estratégica de
alcanzar una posición legítima en el espacio público, que permita, en estos casos,
subsistir con el ingreso por suscripciones o por publicidad.
380
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Las organizaciones analizadas tienen en común haber sido uno de los emergentes
de las políticas neoliberales aplicadas durante la década del ´90. En algunos ca-
sos, como los dos diarios cooperativos, son producto directo de la crisis de 2001,
después de que los anteriores propietarios vaciaran y abandonaran las empresas.
Estas cooperativas se constituyeron en plena crisis, recuperando lo que había que-
dado de infraestructura mobiliaria de la empresa y quedándose con la marca, los
acreedores y un circuito comercial a reconstruir.
Los casos en los que se encontró una identificación política más clara con la idea
de “socio – trabajador” son las cooperativas organizadas en base a la existencia de
afinidades y lazos societarios emergidos de un acuerdo previo para la conformación
de la cooperativa. Los casos más claros son la Coop. Sol de Yofre y Luci Vid. Las
empresas recuperadas aparecen con una identidad cooperativa difusa o confusa.
Las identidades públicas que circulan sobre el cooperativismo tampoco fueron his-
tóricamente uniformes. Tanto los Medios Masivos como el Estado (las dos institu-
ciones aquí analizadas y que configuran gran parte del espacio público) han produ-
cido identificaciones heterogéneas sobre esta actividad.
Una revisión histórica muestra que las Políticas Públicas dirigidas al fomento y
fiscalización del cooperativismo han seguido un camino errático. Desde el derrotero
por diferentes ministerios que siguió la actividad, hasta las diferencias profundas
encontradas en la concepción de cooperativismo que subyace en el cuerpo legal,
las cooperativas no han tenido una identificación uniforme desde el Estado.
La Ley 20337 de 1973, por decreto del Poder Ejecutivo representado por Lanusse,
deja definido un modo de regulación laboral con una presencia explícita de ideas
propias de una lógica democrática no mercantil. Sin embargo su desarrollo (antes y
después de la ley) pareció encontrarse estatal y legislativamente más asociado al
carácter comercial / productivo de la actividad que al rescate de valores humanos,
sociales y solidarios.
Las modificaciones legales producidas en los años ´80 llevaron la situación de los
socios cooperativos de “empleados en relación de dependencia” a “trabajadores
autónomos”. Esto los reconoce como “trabajadores” (y no como inversionistas de
una Sociedad Anónima por ejemplo) pero por otro lado desarticula y autonomiza
la relación de los sindicatos, colegios profesionales y otras formas de defensa cor-
porativa del trabajo, a la vez que facilita que los socios deban hacerse cargo de sí
mismos.
Desde el año 2000 y por Decreto presidencial 721 se modifica la denominación del
INACyM por la de Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).
Esta modificación excede un simple cambio de denominación, ya que se subsume
la actividad de cooperativas y mutuales al ámbito de una economía de tipo parti-
cular: la denominada Economía Social, política y legalmente especificado como
“especial”.
Hacia fines del 2000 las políticas estatales, que aparecen fomentando el coopera-
tivismo, se encuentran lejos de las connotaciones políticas de principios de los ´70.
La discusión de fin de siglo ya no es con qué marco legal se puede organizar una
producción más humanizante, sino con qué mecanismo de política se trata de paliar
el hambre de grandes sectores de la población. La concepción que subyace a la
Economía Social asocia la figura legal y la identidad cooperativa con tibias políticas
de empleo, pero vaciada del contenido político participativo de la población y con la
intencionada ausencia de discusiones sobre el sentido de la cooperación.
382
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Ej. Un ejemplo locuaz del primer tipo de políticas es la Resolución 886 del 28 de junio de 2002,
por la que el Ministerio de Desarrollo Social, a través del INAES crea la “Unidad Ejecutora
de Recuperación de Empresas en Crisis”. Del segundo tipo de políticas, denominadas aquí
“de proyección”, a más largo plazo, se pueden encontrar planes que desde el año 2003 más
que atender la recuperación de empresas intenta orientar lo que ahora se denomina Políticas
Sociales Estatales desde la Economía Social. Para ello desde el Estado se financia la crea-
ción de cooperativas para pobres / marginados, en las que el Estado financia sus inicios y en
muchos casos compra el producto (guardapolvos para escuelas públicas) o paga el servicio
que prestan (redes de agua, cloacas).
Con la creación del INAES y las políticas de largo plazo se hace público un tipo de
identificación diferente de la que históricamente la había relacionado a la actividad
comercial. Ahora el cooperativismo está asociado a la pobreza. Con la crisis de
2001 en el imaginario social se hace más frecuente su presencia como alternativa
que permite salvar la situación de desocupación.
Desde el punto de vista jurídico, el vínculo laboral cooperativo produce una desar-
ticulación medular de la relación capital – trabajo: los cooperativistas son socios,
propietarios colectivos, no hay “patrón”, ni sindicato a quien dirigir reclamo alguno.
Tampoco abre posibilidades de asociación profesional o por oficio. Y es en este
sentido que puede afirmarse que la forma jurídica cooperativa de trabajo es una
democracia encorsetada, si no se piensa una forma de intercambio mercantil donde
predomine el intercambio entre organizaciones similares de gestión horizontal en
vez de constituirse en emprendimientos aislados en el océano de condiciones de
competencia empresaria.
El caso de los periódicos mostró que la identidad pública manifiesta en los ejem-
plares se encuentra más vinculada a la presión del mercado y el imperativo de
ganancia que a la intención de manifestar una ideología comprometida con el coo-
perativismo.
384
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Como corolario del análisis se puede afirmar que aún en las cooperativas
donde se encontró una fuerte identidad solidaria, producto de una elec-
ción explícita de esos valores opuestos al individualismo, sigue siendo
predominante el principio mercantil, que regula la relación económica no
solo con proveedores y clientes, es decir, en aquellas circunstancias obli-
gadas por factores externos y ajenos, sino por el principio que establecen
como modo de apropiación personal de la riqueza generada por el trabajo
común: a cada quién según su trabajo.
Esto se vio reforzado por un discurso y práctica académica que designó con el nom-
bre de “Economía Social” todas las actividades que, de un modo marginal al merca-
do, se desarrollan como consecuencia del neoliberalismo imperante. Se abre así un
campo nuevo de estudio que coincide con el giro identitario que imprimió el Estado
a su política social. Sin embargo, creemos necesario destacar que el carácter re-
sidual de la presencia pública de las cooperativas como componentes esenciales
de la Economía Social puede encontrar vías de fortalecimiento y el mejoramiento
de su presencia pública y su accionar político a través de la asociación entre coo-
perativas. La vinculación intercooperativa probablemente no resuelva, en principio,
los problemas de la presión del mercado por continuar imponiendo la lógica de la
ganancia, pero es posible constituyan el terreno fértil para lograr la expansión de
una lógica de trabajo útil para vivir y humanamente dignificante.
El actual panorama económico y jurídico muestra a las claras que, en tanto estra-
tegia de defensa o articulación de intereses sectoriales, sólo la cooperación y la
intercooperación pueden ser espacios de relación intersubjetiva entre socios de
cooperativas o con otras cooperativas o socios de 1° y 2° grado.
Además del aporte teórico realizado en relación a los objetivos propuestos, todo
el proceso de investigación y sobre todo sus resultados ponen de manifiesto las
relaciones que se establecen entre la comunicación social, entendida no desde una
perspectiva instrumental sino constitutiva de subjetividades y la construcción de
identificaciones políticas colectivas.
El segundo aporte que realiza esta síntesis del informe de investigación es la uti-
lización de autores y categorías teóricas para analizar realidades empíricas, un
ejercicio sustancial para el crecimiento de la disciplina comunicacional. Los debates
intelectuales reseñados en los distintos capítulos de este material no constituyen
entelequias que deben incorporarse dogmáticamente. Son el resultado de procesos
interactivos, entre intelectuales y entre ellos y la realidad que los rodeo en un mo-
mento histórico determinado.
Los resultados de esta investigación muestran temas que actualmente están sien-
do pensados y estudiados por comunicadores sociales y que se replican en otros
equipos de investigación, sobre otros temas y desde otras perspectivas. Todas ellas
contribuyen a consolidar la disciplina comunicacional y a procurar un desempeño
profesional responsable.
386
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
Unidad 6
Actividad de Autoevaluación 12
2) Explique cómo se relacionan las diferentes perspectivas desde las que se puede abordar
la comunicación con las nociones de “Identidad” que se estudian.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
3) ¿Podría describir brevemente la incidencia que se atribuye a los Medios Masivos para la
conformación de la Identidad Pública?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
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4) ¿De qué manera se articulan los procesos de comunicación internos con la visibilidad y
la identidad pública?
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
5) Explique cuáles son, a su criterio, los aportes que pueden realizar este tipo de investiga-
ciones al campo de la Comunicación Social.
……………………………………………………………………………………………
……..……………………………………………………………………………………
………….............................................................................................................................
Bibliografía
Bibliografía
Unidad 1
● Alsina, M. (1995) Los modelos de la Comunicación. Ed. Tecnos. Madrid.
Unidad 2
● Horkheimer y Adorno (1971) Dialéctica del Iluminismo. Ed. Sur Bs. As.
390
UNNE-Virtual
Teoría de la Comunicación Social III
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● Marx, Karl (1986) Epílogo a la segunda edición al Capital. En: Introducción ge-
neral a la crítica de la economía política (1857) Siglo XXI Editores. México.
Unidad 3
● Althusser, L. (2000) Para leer El Capital 24° Ed. Siglo XXI Ed. España.
● Barthes, R. (2003) El grado cero de la escritura. Siglo XXI Ed. Bs. As.
● Barthes, R. (2003 b) Mitologías. Ed. Siglo XXI Editores Arg. SA. 1° Ed. Bs. As.
● Croci, P y Vitale, A. (comp.) (2000) Los cuerpos dóciles. Hacia un tratado so-
bre la moda. Ed. la marca. Bs. As.
● Dosse, F. (2004) Historia del Estructuralismo. Tomo I. El campo del signo 1945
– 1966. Ed. Akal. Madrid.
● Lévi-Strauss, C. (1999) Antropología Estructural. 11° ed. Ed. Siglo XXI. España.
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Teoría de la Comunicación Social III
Bibliografía
Unidad 4
● Hall, Stuart: El problema de la idelogía en Hall, S.; Hobson, D.; Lowe, A. y Willis,
P. (Eds.) Culture, Media, Language. Londres, Hutchinson.
● Novelo, Victoria (comp.) (1999) Historia y Cultura Obrera Ed. Instituto de In-
vestigaciones Dr. José María Luis Mora. México. DF Disponible en http://books.
google.es/books?id=OPrjayh9sBYC&printsec=frontcover&source=gbs_slider_
thumb#v=onepage&q&f=false (Fecha de consulta: 12 de agosto de 2010).
● Von Sprecher, Roberto (2010) Los escritos de Antonio Gramsci como teoría
social en Von Sprecher (coord.) Teorías Sociológicas. Introducción a los clásicos.
Ed. Brujas. 4° Edición. Córdoba.
● Williams, Raymond (2001) Cultura y Sociedad 1780 – 1950. Ed. Nueva Visión.
Bs. As.
● Williams, Raymond (2003) La larga Revolución Ed. Nueva Visión. Bs. As.
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Teoría de la Comunicación Social III
Bibliografía
Unidad 5
● Gómez Olivares, M.G.: (2007) J.M. Keynes, el profeta olvidado. Edición elec-
trónica gratuita. Texto completo disponible en www.eumed.net/libros/2007c/320/
(Fecha de consulta: 31 de agosto de 2010).
● Smythe, Dallas (1977) Las comunicaciones: “Agujero Negro” del Marxismo Oc-
cidental. Título original: Comunications: Blindspot of Western Marxism, en cana-
dian Journal of Political and Social Theory/Revue canadiense de théorie politique
et sociale. Vol I, N° 3, otoño de 1977, pp. 1 a 27. Edición que se toma aquí para
citar: en Richieri, Giuseppe (1983) La Televisión: entre servicio público y negocio.
Ed. GGilli. México. Pp. 71 a 103
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Teoría de la Comunicación Social III
Bibliografía
Unidad 6
● Mattelart, A. (1997) Utopía y realidades del vínculo global. Para una crítica
del tecnoglobalismo”. En Rev. Diálogos de la Comunicación Nº 50. Rev. publi-
cada por la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social
(FELAFACS).
Indice
Presentación 3
Bibliografía 81
Nidia C. Abatedaga
Currículo
Formación académica
● Alumna Regular, del Doctorado en Comunicación. Universidad Nacional de La
Plata, desde 2003.
Actividad Docente
Nidia C. Abatedaga
Tecnicatura en Periodismo
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