La tecnología en la que se desenvuelve la sociedad de la información, tiene una serie de
mitos, entre los más significativos están: La libertad de expresión y participación igualitaria, se pueden aliviar las limitaciones personales y sociales para comunicarnos, sin embargo; “La igualdad de acceso al conocimiento, no es la igualdad ante el conocimiento” Wolton (2000, 37). La amplitud de la información y el acceso ilimitado a los contenidos, es otro de los mitos, ya que con respecto a los sitios educativos no es tan amplia, en la actualidad los estudiantes deben formarse para ser capaces de evaluar y discriminar información. El mito del valor “per se” de las tecnologías, ya que se ve como un elemento de cambio y transformación; sin embargo, este depende de la capacidad de relacionarnos con el resto de las variables curriculares. Las tecnologías son neutrales y axiológicamente asépticas, entre uno de los mitos; pero, estas arrastran los valores de las culturas que las han desarrollado y potenciado. Otro mito, es que posibilitan que el usuario se convierta en un procesador activo y consiente de información. No obstante; el comportamiento de los estudiantes consiste en imprimir los ficheros y situarlos de forma pasiva ante los materiales. El mito de los “más”, “más impacto”, “más efectivo” y “más fácil de retener”, pero; la realidad es que el conocimiento que adquiera el estudiante es el resultado de su interacción cognitiva y social con la información. Entre los mitos está la reducción de “tiempos y costos”, con respecto al primero, se le ofrece un contexto variado de aprendizaje, pero no significa menos tiempo; en cuanto al segundo; inicialmente se requiere un alto costo para la producción del material educativo. Asimismo, el mito de las “ampliaciones”; “a más personas” y “más accesos”, si puede llegar a una mayor cantidad de personas, pero se debe saber evaluar y discriminar para nuestro proyecto educativo lo que encontramos en la red. El mito del poder para manipular la actividad mental y las conductas, en este caso; las tecnologías, sus contenidos y sistemas simbólicos pueden servir como elementos reforzadores de actitudes y predisposiciones, sin embargo; no son determinantes directos. La cultura deshumanizadora y alienante es otro de los mitos, no obstante; la tecnología es un producto humano que se elabora y se potencia para mejorar las condiciones de vida. El mito de la existencia de una supertecnología, no es real; ya que nos apoyamos en características técnicas y estéticas. De la misma manera, el mito de que la escuela desaparecerá y la sustitución de los profesores, ya que lo que cambia es el desempeño de nuevos roles, como: consultores, diseñadores, asesores, evaluadores, entre otros. La construcción compartida del conocimiento es uno de los mitos, sin embargo, existen dos niveles (público y privado) que determinan su concreción y funcionamiento. Y, por último, la tecnología como la panacea que resolverá todos los problemas, pero en realidad el poder está en el diseño y la utilización en la investigación de la enseñanza.