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LA MÁQUINA DE AMAR POETAS III

I.
Cuando pensamos en un lector, indefectiblemente caemos en el
estereotipo del lector de novelas, género que garantiza un frondoso
contacto con las palabras y mantiene cautivo al lector por mucho
tiempo en torno a personajes, sucesos, datos, causas, consecuencias,
informes, reflexiones, moralizaciones. Pero saquemos a la luz lo que
está en las sombras: “No cualquier acto de lenguaje es el evento del
ser”, nos ha advertido Martin Heidegger.

Poema para estrenar una camisa blanca

La trajo Pierre de Haití


sin más preámbulo que regalarme una camisa

Me asomé a la patria
en la mitad de un mes es decir en la canina
y fui por un desayuno nada estatal
con mi camisa blanca

Pasan tres marineros hablando solos


—de esos que llegan al puerto de Santiago de Cuba
besan y se van—

Ahí voy yo con mi camisa blanca


con la patria por delante
y todo arde
se cocina
a fuego lento
las viandas de los noticieros

La trajo Pierre de Haití


y todos me elogian
cuando tengo un azul que flota a mis espaldas.

Reynaldo García Blanco fue presidente de la Casa de la Cultura de


Santiago de Cuba hasta 2016, tal vez aún continúe en su cargo con la
misma pasión y generosidad que le he conocido. En 2017 ganó el
premio Casa de las Américas y la poesía celebró allende la isla. Uno lee
un poema de Rey y está en contacto con toda su poesía. Así percibe el
mundo, así al padre, así a la perra Laika que salvaron los
extraterrestres, así la bergamota, así a la habanera tristísima, así el
siglo que pasó y el que viene. Así, nos acerca al evento del ser.

II.
Un poema, no es un pedazo de un libro. No es un pequeño texto que
nos obliga a seguir leyendo otros, como ocurre con el mecanismo
adquirido por el lector de novelas. Un poema no es un capítulo
inconcluso que se resuelve en el capítulo siguiente. Un poema es solo y
único. Nos exige entregarnos por entero a él. Un poema es un mundo,
un cosmos que no requiere de otros mundos para construir sentido. A
veces, ni siquiera necesita un título.

Desde una ventana


miro como se despliegan los umbrales y los vértices
el corazón merodea al igual que mis ojos
el corazón no deja de mirar
se supone que la edad de los vientos es solo eso
viento
aunque la sensación
no se ve ni se toca

viene una tarde


una noche
un invierno
y así la ciudad se libera de cosas y de objetos
viene un poema como ave rapaz
se lleva el instinto y lo devuelve
vienen avanzan
pasos voces palabras fuegos heridas
la ciudad y su decir de viento

Silvia Mathieu dice que “Todo es posible cuando existe un canto”, en su


libro Alabanza del pájaro, de la editorial SUBEZ de San Nicolás. Silvia
colinda con el pájaro y con el viento. El viento y el pájaro colindan con
Silvia. Para experimentar el pájaro y el viento, hay que ser en la
pequeña brisa, en el vuelo breve, hay que transitar lo inexpresado
tratando de no aplastarlo con el discurso y alzándolo con el lenguaje en
su gesto más sutil.

III.
Leer poesía siempre es una caída en espiral, porque su índole
metafórica amplía las posibilidades del lenguaje hasta dejar los
significados y las representaciones convencionales en el más puro
estado de intemperie recursiva. Pero el lector de poesía, precisamente,
disfruta del vértigo de caer. No piensa cuál será el lugar del impacto, el
destino final. A veces tiene una vaga idea, pero simplemente cae, cae,
cae como un fruto maduro y cósmico.

Mi ciruelo

El ciruelo se quedó dormido.

Recuerdo sus frutas:


se hinchaban como planetas
y hacían dulce mi boca
de enero.

Un verano despertó tarde,


pocas ciruelas lo habitaron.
Después murió,
sin rencores.

Desde su esqueleto
una ninfa del viento
dibuja sus brazos en el aire.

Mariana Vacs es de Rosario, es de poesía en los bares, es de los puños


de la paloma, es de ciclos de poesías y libros publicados, de recitales y
silencios, es de sonrisa amplia y generosa, es de abrazos y de brindis.
Ella se detiene ante el lenguaje y las cosas, ante los eventos del mundo
con toda su humanidad a cuestas, y a través de sus versos
comprendemos aquello que Heidegger llama el pensar poético y el
pensar lúcido para alcanzar el desocultamiento.

Miriam Cairo
cairo367@yahoo.com.ar

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