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Historia de Polonia

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Polonia entre 966 y 1030.

Los pueblos eslavos pueblan este territorio desde hace 1500 años y la historia


de Polonia como estado abarca casi un milenio. El territorio ocupado por
Polonia ha variado enormemente durante su historia. En el siglo XVI durante
la Mancomunidad polaco-lituana formaba al estado más grande de Europa,
antes de la expansión del Imperio ruso. Posteriormente no existió un estado
polaco independiente. Polonia recuperó su independencia en 1918, después de
más de un siglo de ser gobernada por sus Estados vecinos, pero sus fronteras
fueron alteradas nuevamente después de la Segunda Guerra Mundial.

Índice

 1Historia
o 1.1Historia 966-1385
o 1.2Historia 1385-1795
o 1.31795-1918
o 1.4Historia 1918-1939
o 1.5Historia 1939-1945
o 1.6Historia 1945-hoy
 2Referencias
 3Véase también
 4Enlaces externos
o 4.1Colección de mapas

Historia[editar]
Historia 966-1385[editar]
Véanse también: Prehistoria de Polonia (hasta 966) y  Reino de Polonia (1025-
1385).
Durante la Edad Media, se encontraba dividida en varios grupos rivales de los
cuales destacaban los vislanos y polanos, que vieron como su poder aumentó
con el dominio de las rutas mercantiles. A finales del siglo 10 , los polanos
dirigidos por la dinastía Piast, unificaron el territorio. Durante el gobierno
de Miecislao I (960-992) se mantiene dicha unificación que abarcaba desde el
Oder al Vístula y además se aproxima al resto de Europa con su conversión al
cristianismo con lo cual se constituye como provincia eclesiástica autónoma en
el año 1000. Poco después del año 1000 Polonia era un reino poderoso que se
extendía desde Sajonia a las tierras de Kiev. En el siglo XIII la fragmentación
interna provoca la erosión del estado inicial, pero a lo largo del siglo se
consolida la base de un nuevo estado dominante que estaba por llegar.
Historia 1385-1795[editar]
Véanse también: Reino de Polonia (1385-1569) y  República de las Dos Naciones.

República de las Dos Naciones, 1635.

La dinastía Jogalia de 1385–1569 formó la Mancomunidad polaco-


lituana comenzando con el gran duque lituano Jogalia. La amistad probó ser
beneficiosa para los polacos y lituanos, que jugaron el papel dominante en uno
de los imperios más importantes de Europa por los siguientes tres siglos. La
asociación produjo pronto beneficios en 1410 cuando las fuerzas de Polonia-
Lituania derrotaron a los Caballeros Teutónicos en la batalla de
Grunwald durante la guerra polaco-teutónica, venciendo por fin en el largo
forcejeo con los cruzados renegados. La nueva dinastía polaco-lituana, llamada
"Jagiellon" por su fundador, continuó aumentando sus dominios durante las
décadas siguientes. A finales del siglo XV, representantes de los Jagiellon
reinaron en Bohemia y Hungría así como Polonia-Lituania, estableciendo el
gobierno de su familia sobre virtualmente toda Europa Oriental y Europa
Central. El Nihil novi, acta adoptada por el Sejm en 1505, transfirió más poder
legislativo al Sejm que al monarca. Este evento marcó el principio del período
llamado la "Mancomunidad de los nobles" cuando el estado era gobernado por
"libres e iguales" la szlachta. La Unión de Lublin de 1569 estableció a
la Mancomunidad polaco-lituana como un participante muy influyente de
la política europea y cultural como entidad.
La creación de la mancomunidad por la Unión de Lublin en 1569 fue una de las
proezas de Segismundo II Augusto, último rey de la dinastía Jagellón. Su
muerte en 1572 fue seguida por tres años de interregno, durante el cual se
hicieron ajustes al sistema constitucional, que incrementó el poder de
la nobleza (szlachta) y estableció una monarquía electiva.
Invasión sueca y rebelión cosaca, conocidas como El Diluvio.

La mancomunidad alcanzó su apogeo en la primera mitad del siglo XVII. Su


poderoso Parlamento (Sejm) estaba dominado por los nobles, que los llevó a
la Primera Guerra del Norte, arrasando el país por el largo conflicto religioso,
devastando la mayor parte de la Europa contemporánea. La mancomunidad
pudo detener al Zarato ruso, Suecia y vasallos del Imperio otomano, y al mismo
tiempo lanzar una ofensiva expansionista contra sus vecinos.
Durante las varias invasiones a Rusia (1605-1618), debilitada por el Tiempo de
problemas, las tropas de la Mancomunidad tomaron Moscú del 27 de
septiembre de 1610 al 4 de noviembre de 1612, hasta que fueron expulsados
por el alzamiento patriótico de Rusia.
El poder de la mancomunidad decayó después del doble ataque de 1648. El
primer ataque supuso la mayor rebelión cosaca, ayudada por el Kanato de
Crimea, en los territorios orientales de “Kresy” que resultó en pedir la
protección del Zar.
En 1651, debido a la creciente amenaza de sus aliados tártaros,
el atamán cosaco Jmelnytsky pide al zar Alejo I de Rusia que incorpore Ucrania
como un ducado autónomo bajo la protección del Zarato ruso. 1(1654) Así,
agregando influencia en Ucrania, gradualmente suplantan a Polonia. El otro
ataque a la mancomunidad fue la invasión sueca en 1656 ayudada
por Transilvania y Brandeburgo, conocida como la Avalancha.
En la segunda mitad del siglo XVII, la debilitada mancomunidad bajo el reinado
del rey Juan III Sobieski en alianza con el emperador del Sacro Imperio
Romano-Germánico, Leopoldo I de Habsburgo, vence al Imperio otomano en
la batalla de Viena, que marca el final de 250 años de conflictos entre la Europa
cristiana y el Islam otomano. Por su resistencia a los avances musulmanes, se
ganó el nombre de "Antemurale Christianitatis.
Polonia, 1770.

Durante los siguientes 16 días (en la "Guerra Turca"), los turcos fueron
permanentemente dirigidos al sur del Danubio, y nunca más volverían a
amenazar la Europa Central.
En el siglo XVIII, la democracia de los nobles gradualmente declinó en
la anarquía, haciendo a esa una vez poderosa mancomunidad vulnerable a las
influencias extranjeras. Eventualmente todos quisieron una parte de Polonia, y
la obtuvieron, borrando a Polonia del mapa en 1795 (particiones de Polonia).
La idea de independencia polaca fue guardada hasta el siglo XIX. La
localización de Polonia en el centro de Europa se volvió significativa en un
periodo en que Prusia y el Imperio ruso estaban intensamente involucrados en
las rivalidades y alianzas europeas y los estados modernos se establecían por
completo en el continente.
1795-1918[editar]
Véase también: Historia de Polonia (1795-1918)
En el desarrollo de la I Guerra Mundial, desde el verano de 1915, Alemania y
Austria-Hungría habían ocupado todos los territorios históricamente polacos,
gracias a la eficacia de la ofensiva de Gorlice-Tarnów. Los alemanes
propusieron la creación de un reino polaco el 5 de noviembre de 1916. La
elección de un rey fue pospuesta, siempre considerándose como candidatos a
miembros de la nobleza de la Casa de Habsburgo. La independencia de este
estado polaco ocupado militarmente era dudosa, y el gobernador general
alemán, coronel general Hans Hartwig von Beseler, ejercía el poder de facto.
Historia 1918-1939[editar]
Véanse también: Segunda República Polaca  y  Guerra polaco-soviética.
Con la firma del Armisticio de Compiègne, el gobernador Von Beseler cedió el
poder al general polaco Józef Piłsudski el 11 de noviembre de 1918.2 Esta
migración de poder significó el establecimiento del primer estado polaco
independiente en más de doce décadas. Luego de una sublevación polaca en
territorios de Alemania, Polonia ganó más terreno. En el Tratado de Versalles,
se reconoció internacionalmente la independencia polaca, y su frontera
occidental fue definida, siendo la creación de un corredor polaco una de las
innovaciones más polémicas. Si bien Polonia estuvo en paz con Alemania, su
integridad territorial estaba lejos de ser segura.
En efecto, algunas regiones pobladas por ucranianos dentro de Austria-
Hungría3 declararon sus intenciones de independizarse bajo el nombre de
la República Nacional de Ucrania Occidental, en octubre de 1918. Dichas
regiones incluían a Galitzia, la Rutenia Transcarpática y la Bukovina.
La República Popular Ucraniana había negociado secretamente dichos
territorios con los austro-húngaros desde febrero del mismo año, siendo
decepcionada finalmente.4 La mayoría polaca en Leópolis,5 capital del nuevo
estado, no deseaba formar parte de una Ucrania occidental, e iniciaron un
levantamiento anti-ucraniano. Dicho levantamiento recibió rápido apoyo polaco,
lo que motivó a que las dos repúblicas ucranianas se unieran en enero
de 1919 (véase guerra polaco-ucraniana).6 Esta unión fue simbólica,6 ya que no
significó ninguna mejoría para la situación militar de los ucranianos de la
Galitzia. Para julio de 1919, los ejércitos ucranianos fueron derrotados y los
territorios de la Ucrania occidental fueron asimilados por Polonia. Dicha
anexión no sería reconocida por la Sociedad de Naciones hasta marzo
de 1923.6

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