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Novena Caridad Brader
Novena Caridad Brader
Padre Santo,
te damos gracias porque nos diste, en la Beata Madre Caridad,
una vida ejemplar dedicada a la adoración eucarística
y al servicio generoso a los hermanos,
concédenos la gracia de su canonización
y que nosotros imitemos su ejemplo y, como ella,
sepamos ser fieles discípulos de tu Hijo,
que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
4. Lema para todos los días: “Todo por amor a Dios y como Él lo quiere”
5. Tema del día
6. Preces
7. Oración final (para todos los días):
Ella creyó firmemente que Jesús, Hombre y Dios, es Cristo Resucitado y que
permanece con nosotros para siempre, en el signo del pan y del vino. Creyó
que Jesús se ofreció voluntariamente a la muerte para darle al hombre la vida
nueva redimida y santificada. El gesto de la Vigilia de su Pasión continúa todos
los días en la Eucaristía. Creyó en su presencia viva, en su sacrificio que se
repite en la Misa. Ella supo que allí está la fuente de la Redención para
nosotros y para todos. Ella creyó que repetir su gesto, el de dar el cuerpo y la
sangre, es decir, el de ofrecerse a sí mismos por los demás, es no sólo deber
de cristianos, sino el único modo de convivencia humana: «amor, confianza y
reparación».
Cada uno sepa valorar el peso de los demás, cada uno viva y comprenda las
condiciones de los otros: «cargar los unos los pesos de los otros" (Gal 6, 2). La
Madre Caridad supo confiarse fácilmente al mensaje bíblico sobre el
centralismo de la cridad en la vida del cristiano y de la Iglesia y por eso exhorta
continuamente a sus Hermanas a vivir en fraternidad.
Nosotros también debemos ver cómo este mensaje bíblico ha sido acogido e
interpretado en las varis épocas de la tradición cristiana, para poder iluminar los
problemas que la caridad encuentra en nuestras Comunidades y en la iglesia
actual.
Tuvo clara conciencia de que la fuerza que anima la Misión es el Espíritu Santo
que Jesús Resucitado promete y transmite a los discípulos; que el contenido de
la misión es el seguimiento de Cristo, la obediencia a! Evangelio, el
cumplimiento de los mandamientos de Jesús, la adhesión bautismal a la vida
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la separación de la vida incrédula; y la
esperanza que sostiene a los misioneros en las fatigas y en las dificultades es
la certeza de que Jesús está siempre con ellos hasta el fin del mundo.
El Papa Juan Pablo II se refirió a la Madre Caridad así: «La aceptación de los
sufrimientos, son un distintivo del verdadero misionero. ¡Qué bien encontramos
realizado este aspecto en la vida espiritual de la Madre Caridad! Su vida se
deslizó día tras día bajo la austera sombra de la cruz. El sufrimiento fue su
inseparable compañero y lo soporto con admirable paciencia hasta la muerte»
(JUAN PABLO II: Homilía en la beatificación de Madre caridad, 23 de marzo de
2003).
Otro aspecto de la vida misionera que destaca El Papa Juan Pablo II destacó
también, como aspecto de la vida misionera, la alegría interior que nace de la
fe. También la Madre Caridad vivió intensamente esa alegría en medio de su
vida austera. Era alegre de ánimo y quería que todas sus hijas estuvieran
contentas y confiaran en el Señor.
Por eso la Madre Caridad enseña: «Estoy segura de que el buen Dios ayuda a
su debido tiempo; y si Dios ayuda en cosas grandes e importantes, lo hará
también en las pequeñas. Todo lo dejo a Dios»