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Juan dela Cuesta ic Monographs Series: Estudios de iteratura hispanoamericana elroing A. Leonard, N° 6 FouNDING EprTor ‘Tom Lathrop University of Delaware Epiror Alexander R. Selimov University of Delaware EDITORIAL BOARD, Samuel G. Armistead University of California, Davis Annette G, Cash Georgia State University Alan Deyermond Queen Mary and Westfield College of the University of London Daniel Eisenberg Regents College John E. Keller University of Kentucky Steven D. Kirby Eastern Michigan University Joel Rini University of Virginia Donna M. Rogers Middlebury College Russell P. Sebold Real Academia Espaitola Noa Valis Yale University Amy Williamsen University of Arizona La esfinge de la escritura: la poesia ética de Blanca Varela por SILVIA BERMUDEZ. Juan de la Cuesta Newark, Delaware Cover image © 2004 by Sonia Bermtide7. Copyright © 2006 by Juan de la Cuesta— Hispanic Monographs 270 Indian Road Newark, Delaware 19711 (302) 453.8695 Fax: (02) 453.8601 www.JuandelaCuesta.com [MANUFACTURED IN THE UNITED STATES OF AMERICA ISB: 1-58871-066-1 1 Ese puerto existe y Luz de dia: poeta, poéticas y peruanidad EPETIDA POR LA PROPIA VARELA en casi todas sus entrevistas, la anéedota que narra el proceso de titulacién del primer poemario debe ser recordada, una vez mas, pues en el intercambio entre Octavio Paz y nuestra autora se encuentran emblematizadas las vertientes que van a determinar el modo particular en que esta mujer peruana se inscribe en el horizonte poético de América Latina y del Pera. La particularidad se deriva en primer lugar, y como ya he sefalado en la “Introduccién,” de la ambivalencia identitaria con la que se presenta la ‘voz poética en sus escritos. En segundo lugar, la particularidad descansa enlaacertada descripcién de la produccién vareliana de “intensa, aunque breve, obra” por José Miguel Oviedo ("Esplendor y novedad de la poesia” 209),Comoes sabido,el titulo dea coleccién lo establece Octavio Paz al cuestionar el que Varela queria sirviera de encabezamiento a su primera coleccién, “Puerto Supe.” Ensu recuento mas breve del episodio, recogido por Elsa Arana Bienvenida en la entrevista “La. poesia indémita” (1994), la poeta relata el intercambio del siguiente modo: “[mle contesté que el titulo era muy feo. Le repliqué: pero Octavio, ese puerto existe, Y él me contesté: és es el titulo” (31). El dialogo es sumamente " La poeta explica este mismo episodio Efrain Kristal, con minimas ratizaciones pero sin el contundente “le repliqué” de la entrevista con Arana Bienvenido, En la entrevista con Kristal, Varela recuerda que ante la lapidaria 38 4 La poesia éten de Blanca Varela revelador en dos sentidos. Por un lado, nos ofrece un atisbo de la compleja relacién de deferencia y contestacin que Varela yaa mantener con el canon—emblematizado aqui en la persona y figura de Paz—pues ese "repliqué” nos deja entrever el contenido modo en que Varela resiste To que Paz descarta. Por otro, el episodio establece las pautas de lo que sera el compromiso vareliano con la realidad. Al defender “pero és puerto existe,” la poeta reclama no solo valores estéticos para su poesia, ‘sino también la primacia de la misma para proveernos con un sentido de lo real que, en altima instancia y tal como he desarrollado en el capitulo anterior, ha de entenderse como una postura ética Enfatizo el calificativo de “un” sentido de lo real pues veremos que, cen muchas ocasiones, el mismo se deriva de una conceptualizacién de lo real enlazada con propuestas pict6ricas. En algunos casos, el sentide de to real se alinea con las posibilidacles que ofrece la pintura abstracta para re-elaborar la espacialidad desde un lenguaje fragmentado que duda de ‘simismo como ejemplifican los poemas “Tapies” de Canto villano (135) y ™Malevitch en su ventana” de Ejercicins materiales (167). En otras ocasiones, como bien explica Modesta Suarez en Espacio pictirico yespacio pintura surrealista la que enmarca pottico en ta obra dle Blanca Varela, c= tl entendimiento de lo real. Sea cual sea Ia anatogia pictoriea que ideseemos usar, el sentido de lo real que busca la poeta es ef que José Miguel Oviedo describe en “Blanca Varela o la persistencia de la memoria” cuando explica que lo quese anhela es abarcar la realidad “ modo més intenso y radical” (16). Insisto en la reievancia del arte abstracto por el valor que adquieren las dimensiones espaciales en el mismo, pues no pociemos obviar que es afirmacién cle Pay, “[plero ese nombrees horrible,” ella responde enfatizanite fa Tealidg del lugar: “pero ése puerto existe,” con Ia afirmactén final de Pav, “ese tla (146), En “La poesia es tina sola,” Ia primera entrevista con Jorge Coaguila, el episodio se resume asi: “EI libro originalmente se iba a Hamar “Puerto Supe,” queesel titulo de uno de mis poemas. Pero Octavio me dios ese ces un titulo muy feo’, Yo le responds ‘Pero ese puerto existe’ Entonces ios feces un buen nombre’. De manera que se tit asi: Ese puerto existe” (26). esel Suvia BeRseopez 35 desde un ee espacial espetfico que Varela construye superna fos porno dsttics den cota. El impact que ee vncul copa ne nia formacon de una identidad nacional descansa como sabemes, en la residencia de Varela en la zona costefia del Perd donde se encuentra Supe. Elimpacto se hace an ns claro fenemos en centa que en a Gtada entrevista con Efrain Kristal, Varela acara que “Puerto Supe” no es, como se asume en algunas lectures del poeta, el espacio donde nec ifn, lors nos expe gw ot da nostalgia infra que lleva a revit esos paajs sno el deseabr miento de una epifania identitaria: outta todo of mundo cree que mac o pasé mi infanca en ese lugar Nada de exo, Supe es un puerto donde Alida Bustamante habia comprado una casa de pescadores en ta que pasaban los veranos tia, su hermana Cella mujer de Arguedat~y el propic José Mati, Me invitaban ally, como yo era muy joven, ells le pedian Perio an adept ge dn pote vasa on ‘ros amigos més, Fue una maravlla ese descubrimiento del Guiaprena Apeeninsentrmepnmin tocuss scents més cuando fui a Paris en el 49” (136-37, énfasis mio). \Vemos pues que la relevancia de est ie le este espacio geogrifico se debe al papel que va a tener en la articulacién de una identidad nacional en Varela. La topografia real dela costa peruana es el punto de partida para la construccién de espacios metaféricos que aluden a una identidad nacional. De hecho, la poeta enlaza espacio geografico y nacién al esiablecer que su peruanidad emerge en relacién “a ese descubrimientode la costa” y desde la experiencia del exilio, desde el “tropismo de la * James Higgins es uno de los crticos que presenta esta lectura en Hitos de 1 poesia peruana al establecer que “Puerto Supe” es el balneario donde pasé los veranos de su infancia (135). He de aclarar que la propia autora valida esta ) De “hacerse ofr” se trata en Ese puerto existe, y lo que “Puerto Supe” pide que se oiga es una pérdica que se presenta en el poema y alo largo del poemario como melancélica. Utilizoesta categorizacién pues veremos quela pérdida valeriana se manifiesta en términos muy similares a losde Freud en Mourning and Melancholia cuando establece quela melancolia se singulariza por una desazén en la que no se atina a discernir con precision lo que se perdié. De ahi que Freud articule que en este caso se trata de una pérdida que no puede ser lamentada, de la que uno no puede dolerse—en el sentido de duelo—quedando internalizada y adscrita al ego del individuo. En efecto, el sujeto describe posticamente tos rasgos de la melancolia en “Las cosas que digo son ciertas” con una precisién que nos obliga a reconocer el sentido real de esta condicién: ‘Sé que estoy enfermo deun pesado mal, leno deun agua amarga, de tuna inclemente fiebre que silba y espanta a quien la escucha. Mis amigos me dejaron, mi loro ha muerto ya, y no puedo evitar que las gentes y los animales huyan al mirar el terrible y negro resplandor que deja mi paso en las calles. He de almorzar solo siempre. Es terrible. (2) Inscrita como un poeta maldito enfermo de melancolia, la subjetivi- dad lirica deambula por el espacio urbano con esa marca de la enferme- ddad que Kristeva emblematiza en un Sal negra y que aquise simboliza en “el terrible y negro resplandor /que deja mi paso en las calles.” Estableci- do el mal que le corroe en “Las cosas que digo son ciertas,” el sujeto postico de Ese puerto existe arrastra su pesar ledicindose asi a observar La poesia étcn de Blanen Varela “la noche que cae /como un resorte oscuro sobre un pecho” en el poema “Una ventana’ (28) a deambular por los parajes de la costa peruana en “Los pasos” —“"mi hermoso cinturdn del Norte (de Piura ode Chiclayo, no /recuerdo)” (29)—mientras aprende “La leccién” que le permita entregarse a la funcién testimonial de la poesia: “y lo veré todo /y la sorpresa no quemard mi lengua” (32). ‘Mas el otro rostro de la melancolia, la euforia también se muestra en el poemario ya que después deauscultarsea {mismo en “Elobservador” 34) el sujeto postico pasa, finalmente, a convertirse en uno de los vvencedores— uno de los poetas fuertes que diria Bloom —en “Elcapitin”: Los capitanes somos castos y rugimos como el mar, rojos y solitarios despreciamos la sumisin de la tierra. Nuestras espadas cruzan el firmamento como rayos, nuestros ojos viajan como soles, la cabellera crece violentamente y se multiplican rnuestras sontisas sin ley. Una mano arranca de la sombra el trofeo, la agitada y azul entrafa: a gloria, (38-39 énfasis mio) La imagineria del pirata sin ley lerinde homenaje al Espronceda de *Cancién del pirata” y deja en claro que sélo desde una voz postica _masculina seria posible habitar estos espacios de poderto, fuerza y valor, cualidades que se asocian con el herofsmo y se asignan a la ‘masculinidad.* Como nos recuerda Jane Miller en Wonten Writitg about ‘Meu la propia idea deherofsmo se nutre de historias y leyendas pobladas de hombres, ”...de seres.... triunfando sobre dificultades sociales y ambientales, y sobre sus iguales” (143). De esto se deduce que si las Las imagenes masculinas no son siempre tan halagadoras como las det capitin, En el largo poema en prosa “Primer baile,” dividide en ocho secciones cen nimeros romanos, el sujeto postico se auto-presenta en términos animales, “sloy un simio, nada mas que eso y trepo por esta gigantesca flor roa..." (43), con caracteristicas muy humanas, “un ser transide de deseo y alegria® (43). SILVIA BERMUDEZ 5 mujeres alcanzan esta ciispide de reconocimiento cultural lo hacen por ‘queson consideradas “tan buenas” como algunos de ellos (143). A la luz deestas reflexiones vemos queen “El Capitin” Varela dramatizael deseo de pertenecer a la esfera de los poetas consagrados, de aquellos que, como en el poema, consiguen la gloria, la fama” Ahora bien, aunque los posicionamientos masculinos dominan los parajes de la coleccién noes el inico que se presenta, Dehecho, “Fuente,” que es anterior en la secuencia a “El capitén,” sugiere sugestivamente desde el titulo la fuerza interior que deriva la subjetividad postica de su ‘ser mujer y asi se enuncia en la segunda estrofa del poema: Estuve junto a mi, ena de mi, ascendente y profunda, mi alma contra mi, golpeando mi piel, hundiéndola en el aire, hasta el fin, (31) En un proceso que asemeja la interiorizacién dela via iluminativa de la “Noche oscura” de San Juan de la Cruz, la subjetividad se presenta aqui con una identidad autocontenida y repleta de si donde el alma se convierte en el simbolo de la unidad del ser. Veremos que se volvera a ‘esta imagineria en el segundo poemario, Luz de dia, cuando en “Vals” la voz poética recurra también a la metafora descendente: “Asciendo y * Varela tiene una relacién confliciva con la fama, La rechaza muy ‘laramente como se o dice sin ambagesa Fietta Jarque en la entrevista publicada ‘en Babel y recogida en El Pais digital con el pristino titulo "Odio todo To que tenga que ver con el éxito y con ol poder.” ¥ asi lo establece al afirmar “[y}o no eseribo para lograr reconocimientos, sélo lo hago cuando surge por una necesidad queno puedo contener” (). Aunque esto sea asi, sabemos que quien eseribe y publica responde a un anhelo comunicativo—quiere que otros le lean—y a un cierto narcisismo pues quiere ser reconocido, tener un nombre, 46 La poesia éticn de Blanca Varela de luz, imantada de caigo al fondo de mi alma /que reverdece, agér luz” (77) Sin embargo, esta primera reelaboracién de tépicos de la tradicién religiosa en “Fuente” no puede pasar desapercibida pues es deste su identidad de mujer, de su acercamientoa si misma, quese inscribeun yo “esencial” y sin resquebrajaduras: “[é|ramos una sola criatura, /perfecta, ilimitada...” (1). Nohay pues aqui esa division de la conciencia ala que hace referencia Virginia Woolf cuando en Una habitacién propia explica la ruptura interior que aqueja a la escritora (146). Todo lo contrario, aqui la {Enero femenino, se aboca al proceso hermenéutico de la experiencia mistica, Sin embargo, la divisién de la ‘conciencia de la autora si se manifiesta a lo largo de la coleccién y asi se dramatiza en “Primer baile” donde la subjetividad lirica se representa como un hombre mistico que produce escritura: “Tal vez soy el tinico viviente....elcantor solitario, elanacoreta, la peste. Soy, indudablemente cel que se oye, respirando, tejiendo para atrapar el acto, el testimonio erizado de ojos y lenguas...” (43). Claramente identificada como “el 1" el poema nos obliga a reflexionar sobre los valores de género: aqui voz postica, ident cantor solitar asignados a los cuerpos e identidadesa partir del crit Jo masculino tiene acceso a las esferas de conocimiento y es el que ejerce la funcién social y testimonial que la poesia tiene. Varela, entonces, se niega como mujer esta esfera representacional y, al hacerlo, se la niega también a las mujeres, Estas primeras metiforas religiosas disefian ya una de las posticas que Varela va a desarrollar en futuras colecciones y son las que, junto a la representacién del paisaje desértico y solitario de ta costa peruana, llevan a Roberto Paoli a reconocer en el “Prélogo” de 1986 a Canto Villano que Blanca Varela muestra una clara raiz ascético-mistica que debe entenderse como religiosa pero no en un sentido limitado (8). Mas bien habria que cotejarlas a la luz de las propuestas que formula Reuven Tsuren en On The Shore of Nothingness: Space, Rhythnt, and Semantic Structure in Religious Poetry and its mystic-sectlar counterpart [En I orilla de la nada: Espacio, ritmo y estructura seméntica en la poesia religiosa _yst homiSlogo mistico secular] segin las cuales se dan variedades seculares SILVIA BerMtinez 2 de poesia religiosa. Desde estas también se sugieren estados suspendidos de conciencia—aquetlos en los que se diluyen las fronteras entre el yo y el no-yo—que sirven para acentuar la percepcién de la realidad (231-38, 317-36). Es desde esteentendimiento de lo religioso queno nos sorprende que Ese puerto existe, tal como se recoge @ partir de la edicién de Canto villano de 1986, se cierre con “Destiempo,” un largo poema dividido en nueve secciones que apunta en dos direcciones. Por un lado, nos devuelveal paraje desértico de la costa peruana en el momento del ocaso fen su primer verso: “Se fue el dia, /las escamas del suefo giran” (67). Por ‘otro, el poema se interioriza y se abre a estados de conciencia que se dramatizan como una travesia: “Atravieso el desierto, /la terrible fiesta en el centro de un cielo derribado. /Estoy casi olvidando” (68). De modo circular, entonces, “Destiempo” revisita los tropos y preocupaciones que la autora ha establecido para el poemario y esto se observaen el apartado Ill, dedicado especificamente a César Moro donde la voz pottica se reconoce en un “nosotros” que pertenece a una estirpe poética peruana—la queemblematiza Moro—y que recoge las preocupa- ciones existencialistas por la desolacién humana. el abandono y la temporalidad que se presentaban ya en “Puerto Supe.” En “Destiempo,” la desesperacién humana por el sinsentido de la vida se dramatiza con imagenes violentas y absurdas: “El rayo ha perfumado ferozmente nuestra casa. Tenemos sed, tenemos prisa por golpear /con el hueso de una flor en la tiniebla” (48). El verso final, "Siempre la eternidad a destiempo” (51) sera el que cierre ya para siempre este poemario pues a partir de la compilacién de 1986 de la poesia vareliana en el primer Canto Villano (Poesia Reunida, 1949-1983), se eliminan de Ese puerto evisteun total de trece poemas: los diez recogidos bajo el apartado “El fuego y sus jardines,” que constituian la primera parte de la edicién de 1959, ylos tres liltimos sin titulo que van después de “Destiempo.”* Este gesto autorial * La coleccién de 1959 se divide en dos partes “El fuego y sus jardines” y “Puerto Supe.” La primera seccidn desaparece mientras que l segunda, sin los tres ltimos poomas, "Paldas,iereparables viajeras...”(95), "La noche tiene un rostro..”(97) y “En el espacio negro y amarillo...” (98), sera la que pase a 8 La poesia ética de Blanca Varela que busca determinar la versién final de Ese puerto existe ejemplifica, una vez més, la determinacién con Ia que Varela delinea y delimita su produccién para que alcance los niveles de desnudez retérica que busca ¥ para que se lean y entiendan sus poemas como un “todo organico.” El control autorial que la poeta constantemente ejerce sobre su escritura es una de las premisas ético-estéticas que van a guiat a Varela desde el primigenio y tantas veces citaclo poema en prosa “Del orden de las cosas” de Lirz de dia, el segundo poemario publicado en 1963. No olvidemos que 1963 es un aio tragico en la historia politica y literaria del Pera pues a la tristemente célebre “redada antiroja” det 5 de enero de 1963—donde se detiene a mas de 1,500 personas acusadas de instigar una revolucién violenta—el poeta Javier Heraud muere asesinado a manos de la policia en la ciudad de Puerto Maldonado. El impacto de esta muerte se siente todavia un aiio mas tarde cuando en octubre de 1964 el periodista Maynor Freyre entrevista a Varela para la revista Horizontes Universitarios, Recogida en su libro Altas toces de la literatura peruana y latinoanrericana. Seguda mitad del siglo XX, Freyre introduce las apreciaciones de Varela con el siguiente comentario: “falhora hablamos de Javier Heraud, porque hablar de poesia en los momentos actuales es traet a la memoria la figura del asesinado autor de Elie y El viaje” (70). Varela no acepta el papel de mértir que se le asigna a Heraud e insiste en que hay que leer su levantamiento contra el stats quo de manera distinta a como se le suele leer. Vuelvo sobre la cita constituira partir ce 1986 ta totaldad le Puerto Supe. Los poemas de “El fuego ¥y sus jardines” que desparecen de todas las recopilaciones posteriores son los siguientes: “La ciudad,” “El dia,” “Los navies,” “Blegia,” “Esta oscura flor,” “El suet,” “Casi péjaro,” “Retrato,” “En el espejo” y “Arpa de la edad.” * Curiosamente, el avo de 1963 seré también importante en la produccisin artistica de Jorge Eduardo Eielson en lo que respecta ala articulaciin de una. idtentidad nacional desde los desolados destertos que tanto impactan a Var De ahi que para ese ano la serie le ensamblajes construfidos con arena, tierra, ccemento y pledrecillas, entre otras materias pictoricas, se titulen Prisoje infinito de ta costa del Peri SILVIA BERMUDEZ 9 mencionada en el capitulo anterior: “[e]sa rebelidn de Javier en su poesia se refiere mas al orden metafisico que a lo material. Pero nuestro llorado poeta vivia al mismo tiempo la realidad inmediata que todos vivimos. £1 quiso encontrar soluciones para esa realidad. Pero su verdadera solucién ‘est en su poesia” (70). Las distinciones que Varela establece con respecto amo debemos entender la figura de Feraud, sia la luz de su compro- politico oa la de sus poemas, revelan que son valoraciones estéticas las que sostienen su manera de entender la actividad po De ahi que no sorprenda que “Del orden de las cosas” esté dedicado 1a Octavio Paz, el poeta latinoamericano de la segunda mitad del siglo veinte que més claramente elige un camino estético como resumen los versos “Contra el bullicio y el silencio, invento la palabra, realidad que se nventay meinventa ada dia.” Veremos que Varela también reconoce este gesto repetitivo inherente a la poesia de inventar y re-inventarse cada dia. Mas, el poema que se inicia con la paradigmatica afirmacién “Hasta la desesperacién requiere un cierto orden’ (55), se ancla sobreto- do en la premisa existencialista de la que parte nuestra poeta: Ia desesperacién es el estado innato del ser humano. Y es para poder hablar de la desesperacion y desde la desesperacién que ella recurre a la modalidad lirica hibrida y ambivalente que es el poema en prosa. En cuanto manifestacién de la falta de convencionalidad, y segtin explica Jesse Fernandez en El poema en prosa en Hispanoameéricn (36), esta forma rca nace como un simbolo de Ia alienacién que el poeta ambulante sienteantela gran urbemoderna, La percepcién de Lima como una “gran ‘urbe modema’ se vaacontrastar con el emblema de a urbe moderna por excelencia, New York, y es al cotejar a ambas que Varela estableceré con nitidez. que escribe desde una profunda alienacién: una alienacién cexistencial, la alienacién de ser peruana, la alineacién de ser una poeta ‘mujer en un mundo literario mayoritariamente de hombres.” De modo "Bs en Valsesy otras falsas confesiones que Varela compara a Lima y New ‘York como discutiré en el siguiente capitulo, Sin embargo, en Luz de dia se dan referencias en los poernas “Calle Catorce" (57) y en "Canto en Ithaca’ (59). Al respecto del tercer aspecto que sefialo, Varela reconoce implicitamente esta 50 La poesia étcn de Blanca Varela que el poema en prosa parece ser la modalidad idénea para reflexionar poéticamente sobre todas estas alineaciones a la hora de crear y es la forma que domina la primera parte de las tres en las que esta dividida la coleccién, El orden que gufa al primer poema articula a la coleccién casi de manera matemitica pues los veintidin poemas que constituyen Luz de dia se dividen en tres partes que van incrementando en uno el nimero de poemas que corresponde a cada seccin: sin titular, la primera seccién consta de seis poemas, mientras que la segunda titulada “Muerte en el jardin” consta de siete y ocho son los textos que conforman la tercera que leva como titulo “Frente al Pacifico.” En el contexto de la totalidad de la produccién vareliana, y tal como se recoge en las dos versiones de Cant villano y en Donde todo termina abre las alas, este poemario puede conside- rarse dentro de los extensos ya que Ese puerto existe y Valses y otras falsas confesiones constan de quince poemas cada uno mientras que trece son los poemas que constituyen Ejercicios materiales y El falsa teclado. Veinte son los textos de Cant villano y veintiuno los que conforman tanto Liz de dia ‘como Concierto mimal. El libro de barra con veintitrés poemas es, hasta la fecha, el libro mas extenso de Varela, Hago referencia a la extensiin de los poemarios pues la contencién que caracteriza la escritura vareliana se evidencia también en la brevedad desu produccién: incluyendo a El false teclado—inédito hasta Donde todo termina abre Ins alas—ocho son los poemarios que conforman la totalidad de la obra vareliana. Volviendo a Luz de dia, la coleccién se abre con “Del orden de las cosas” y con ese “Hasta la desesperacién requiere un cierto orden,” desde el que ia subjetividad postica busca explicar el proceso de la escritura. Y 1ackin al explicarle a Victor Rodrigues Nie que "|clomo era una especie de lunar dentro de mi generacién, siempre he sido muy bien tratada. En honor a Ia verdad, eso se debe también a que he sido discreta, para nada agresi- vva.Tengo mucha simpatia por el feminismo, mucho respeto por él es algo que tenia que venir, que debia suceder... Pero no soy una ferinista activa, porque jams me sent en un plano de inferioridad, Me senti,en cambio, en un plano de ‘no competencia 291). SILVIA BERMUDEZ 51 asi lo clarifica en el segundo apartado del poema en prosa: El orden en materia de creacién no es diferente. Hay diversas posturas para encarar este problema, pero todas a la larga se ‘equivalen. Me acuesto en una cama on el campo, a aire libre. Miro hacia arriba y ya esté la méquina funcionando. Un gran ideal o una pequeita intuicin van pendiente abajo. ii unica misién es conseguir lena el cielo natural o el falso. Volviendo a la desesperacién: una desesperacién auténtica no se consigue de la noche a la mafiana. Hay quienes necesitan toda una vida para obtenerla. Nohablemos deesa pequena desesperacién que se enciende y apaga como una luciérnaga. Basta una luz més fuerte, un ruido, un golpe de viento, para que retroceda y se desvanezca. Y ya con esto hemos avanzado algo. Hemos aprendido a perder ‘onservando una postura sélida y creemos en Ia eficacia de una desesperacién permanente. Recomencemos: estamos acostados bocarriba (en realidad la posicién perfecta para crear es la de un ahogado semienterrado en la arena). Llamemos cielo a la nada, esa nada que ya hemos conseguido situar. Pongamos alli la primera mancha, Contemplémosia fijamente. Un pestafeo puede ser fatal Este es un acto intencional y directo, no cabe la duda. Si logramos hacer girar la mancha convirtiéndola en un punto mévil el contacto estaré hecho. Repetimos: desesperacién, asuncién del fracaso y fe. Este tiltimo elemento es nuevo y definitivo. (55-56) La repeticién estructura seméntica y retéricamente “El orden de la cosas.” Noolvidemos que jesse Ferndndez sefiala la “repeticién anaférica de un mismo grupo sintdctico” (33) como uno de los recursos formales del poema en prosa y vemos que Varela lo lleva a sus limites al colapsar la distincién entre forma y contenido en el texto. De modo que sélo en la proteica forma del poema en prosa, en su heterogeneidad, puede la autora reflexionar sobre la sisifica empresa que implica el ejercicio poético: la repeticién sin escapatoria de una empresa condenada al 2 La poesia étia de Blanca Varela fracaso." El tono introspective también ancla al poema pues es desde un horizonte estético que va dle lo exterior— “Miro hacia arriba y ya esti la méquina funcionando”—a lo interior—"Si logramos hacer girar la mancha convirtiéndola en un punto mévilelcontactoestard hecho” —que Varela propone sus reflexiones sobre el proceso de escribir poesia. No olvidemos que segiin Jesse Fernandez a falta del metro y Ia rima, el poema en prosa se sustenta por el tono introspective y “el desprend miento de la realidad material u objetiva” (34). La disolucién de las fronteras narrativas convencionales que promueve el poema en prosa también leofrecea ese “ahogadio semiente- rrado en la arena” que es la poeta una modalidad idénea para definir desde dénde se escribe—la desesperacién—y cémo se escribe: tratando deordenarla. Y es desde esta ordenada y domesticaca desesperacin que Varela reflexiona sobre el quehacer postico dejando en claro su compro- miso ético: se trata de fidelidad, de mantener “una postura sélida,” y se trata de compromiso, de “creer en la eficacia de una desesperacién permanente.” El compromiso es vital pues como elabora Carmen Olléen “Poetas peruanas: jes lacerante la ironia?” este poema “es el que mejor habla de Ia vida retirada receloan de In poeta en los aos sesenta y setenta, De su venganza de la realidad circundante que ella niega al no abrirse sino al interior, y de su vida mesurada que reproduce una desesperacién aleanzada paso a paso” (143-44). La insistencia de Ollé en resaltar que es la vida ascética de Varela la que ancla los postulados “Del corden de las cosas” descansa en la aceptacién ontoldgica de que la desesperacién castica, sin orden, no permite que se produzcael lenguaje. Y es desde el lenguaje, desde la deliberada opacidad del mismo, que la poesia de Varela nos invita a participar en su aventura ético-estétic Esta posibilidad se da porque su escritura nos obliga loque Roberto Paoli denomina “un tempo lento de lectura... para que las palabras puedan liberar su poder comunicativo en la mente del receptor” "En “Vals” Varela recurre a tna imagineria que alude a otro embloma clisico de la repeticidn, Prometeo, cuando la vor postica asevera “[plerseguitte, condenado girasol, como na piedra encadennda al aire,” (7 én SILVIA BERMUDEZ 53 ("Prologo” 1986:9, cursivas en el original). Eluso del poemaen prosa por parte de Varela acentiia su cometido ético pues al requerir que participe- mos de un tempo lento de lectura se nos invita a explorar nuestro sentido de la realidad. Lo que contribuye a que este proceso pueda darse es la peculiar dindmica del poema en prosa dado que el mismo hace presente conflictos intratextuales y extratextuales como explica Margueritte S. ‘Murphy en A Tradition of Subversion al analizar el género en la tradicién anglosajona (4). Deahi que esta forma lirica sea la modalidad idnea para que Varela nos invitea reflexionar sobre las relaciones “vida” y literatura, tradici6n literaria e innovacidn que se buscan dilucidaren “Del orden de las cosas’ La cualidad sisifica del acto de escribir poesia, un acto que siempre fracasa, es objeto de varias reflexionesa lo largo de Luz dediay se resume en varios versos paradigmaticos. Asi, el fracaso se convoca en medio de un paisaje fantasmagérico en “Calle Catorce” con la invitacion “Siéntate conmigo en esta plaza fantasma, en esta ciudad fantasma y contemos todas las luces, no sélo las que iluminan este fracaso sino las posibles” (68). La cualidad sisifica de la empresa se evoca en el mismo poema por medio de una gréfica imagen “... Puerta giratoria por donde entro y ‘algo siempre al mismo lugar” (58) mientras queen “Canto en Ithaca” la repeticién es inherente al espacio geografico “El cielo es siempre el mismo: desierto, aoscuras, deslumbrante. Cielo amarillo de Lima, balcén de cenizas, muladar de astros” (59). Lo auditivo y lo visual confluyen en el verso final de “Antes del dia” para describir al proceso creador como tun incesante ejercicio en futilidad “{IJa propia voz respondiéndose con 1 fracaso de cada ola” (60). Y aunque el poema concluye de ese modo, curiosamente se inicia con una exclamacién—es la segunda que encontra- mos de las cuatro que aparecen en Ese puerto existe y Luz de dia—que conecta la creaciénal potencial dela maternidad: “{Cémo brillanal sol los hijos nonacidos!” (60). La referencia literal de los hijos que potencialmen- teuna mujer puede tener, “los hijos no nacidos” refieren a poemas en un obvio sentido metaférico. En ambos casos, las funciones de produccién y reproduccién se enlazan para reflexionar sobre aspectos del proceso creador. 36 La poesia ética de Blanca Varela ambas clases de virgenes. Mas este ensalzamiento de las virgenes no significa que se devalie a las mujeres que st participan del circuito de relaciones sexuales que implica la maternidad. De hecho creo que al presentar cuerpos sexuados—“el ama acercaba el seno henchido y moreno al Iabio virgen,” “la que lucia el vientre como una hogaza dura y rubia,” “la uefa de... seno obviamente maduro” —Varela parece hacerseeco

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