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¡NO

des ni recibas la Comunión en


la mano!

¡NO des ni recibas la Comunión en


la mano!





Treinta razones para abolir YA esta


costumbre.

Treinta razones para abolir YA esta


costumbre.











Enrique Quimbiulco C.
Enrique Quimbiulco C.



















«Hay una gran turbación en este momento en el mundo


y en la Iglesia, y lo que está en cuestión es la
Fe...». S.S Pablo VI.

«Los tiempos de florecimiento o colapso dentro de la


historia de la Iglesia siempre fueron asociados con el
manejo de la Santa Eucaristía».
Mártir y Santo Cardenal John Fisher, † 1535

«¡Si un Ángel del Cielo viniera a anunciar un evangelio


distinto del que por mí se os ha anunciado, sea anatema!...
No es que exista otro evangelio, sino que son
herejes quienes pretenden alterar la
verdad». San Pablo - Carta a los
Hebreos
ÍNDICE

Introducción5
Para recordar: Milagro Eucarístico6
Razón I: Por el desconocimiento del Dogma de la Transubstanciación7
Gráfico sobre la importancia de los Fragmentos Eucarísticos14
Razón II: Por los Fragmentos que quedan en la mano y que no se pueden ver24
Razón III: Por el olvido de la bandeja de la Comunión29
Razón IV: Por la purificación que no se realiza al tocar la Santa Hostia36
Razón V: Porque es una autocomunión64
Razón VI: Porque la Iglesia y los Santos están en contra de esta costumbre65
Catecismos65
Concilios y Sínodos67
Santos69
Sumos Pontífices73
Santo Tomás de Aquino79
Razón VII: Porque no hay urgente necesidad de tocar el Sacramento81
Razón VIII: Por la oposición de los Obispos a esta costumbre83
Razón IX: Por ser fruto de una rebeldía minoritaria90
Razón X: Porque se desobedece a DIOS91
Obediencia indiscreta96
Razón XI: Por ser costumbre protestante98
Razón XII: Por la duda de la cita de San Cirilo de Jerusalén que aprueba la “comunión
en la mano”101
Razón XIII: Porque antes no era igual que como es hoy la Comunión en la mano103
Razón XIV: Por ser una práctica desusada de ya mucho tiempo108
Razón XV: Porque favorece profanaciones y sacrilegios110
Condena de DIOS por la negligencia en su obra de parte de sus siervos, y gracia para los
que son fieles en las cosas pequeñas116
Razón XVI: Porque el Sacerdote necesita tocar el Sacramento para Consagrar y
distribuirlo, el Laico en cambio, no118
Razón XVII: Porque tocar encierra cierta expresión de dominio sobre la Santa Hostia.119
Razón XVIII: Porque no se toca cualquier cosa, sino al mismo DIOS120
Razón XIX: Porque no existen fundamentos Bíblicos para justificar el rito de la
“comunión en la mano”, sino más bien para denegarlo121
Razón XX: Porque la “comunión en la mano” de hoy es excesivamente informal125
Razón XXI: Porque es una osadía tremenda126
Razón XXII: Por la dignidad del Sacramento127
Razón XXIII: Porque no se profana una imagen o un objeto, sino al mismo CRISTO128
Razón XXIV: Por ser una idea masónica130
Razón XXV: Porque el Cielo no aprueba esta costumbre 133
Razón XXVI: Porque la ceremonia se prolongaría excesivamente si se “comulga en la
mano” 137
Razón XXVII: Por sus frutos 138
Razón XXVIII: Porque no se piensa en dar la adoración requerida para con JESÚS 140
Razón XXIX: Por ser una de las causas de la crisis en la Iglesia 144
Objeciones más comunes de los que apoyan la “comunión en la mano”146
Conclusión a manera de Razón XXX: Por JESÚS151
Anexos153
Bibliografía156


















INTRODUCCIÓN
La crisis de fe por la que pasa la Iglesia en estos momentos, nos hace
pensar e inquietarnos frecuentemente: ¿por qué la Iglesia tiene que
pasar por todo esto? ¿qué es lo que hace perder la fe de muchos
católicos? ¿por qué las Iglesias se han vaciado? ¿por qué la falta de
amor y reverencia para con los ritos Sagrados? ¿cuál es la razón de
toda esta desacralización?, etc, etc.

Por una parte, podríamos responder que son los mismos miembros de
la Iglesia los causantes de esta crisis de fe. Pero vale preguntarnos:
¿qué hacemos para frenar esta crisis, para abolirla?

Muchos no hacen nada, talvez se quedan contemplando el triste


panorama y esperando para que alguien haga algo o el que está arriba
de la orden, o el que está en el error recapacite.

Pero no debe esperarse eso para que las cosas cambien, sino que se
debería empezar el cambio desde cada miembro, cada comunidad,
con gestos sencillos y concretos.

Uno de estos gestos es el de frenar y abolir esta costumbre


protestante-desacralizadora que se ha introducido abusiva y
clandestinamente en la Iglesia: La comunión en la mano.

He recopilado los esfuerzos de hermanos que creen sin dudas en la


transubstanciación y que conocen lo dañino de esta nueva práctica,
que, como veremos a continuación, no tiene nada de semejante con el
pasado. Esfuerzos, que de uno u otro modo los he conocido en la
internet, y que han servido para reunir las muchas razones por las que
se debe abolir esta práctica lo más pronto posible.

Consideré oportuno colocar la imagen de portada de este libro a


CRISTO sufriente y dividido en miles de partes, pues representa de
manera más fiel lo que sucede al darse la comunión en la mano y
negligentemente dejar caer partículas de CRISTO vivo sin observarse
las normas prescritas por la Iglesia para el cuidado de las mismas, una
de las razones principales por las que debe finalizar ya esta
profanación al Cuerpo de CRISTO.

Espero que estas treinta razones para dejar de dar y recibir la


comunión en la mano puedan servir a los que la apoyan: Sacerdotes o
fieles, inconsciente o conscientemente sepan de lo que en realidad
sucede al efectuarse, consideren pues, abolir o frenar esta costumbre,
y, si lo desean, promover y mantener la tradición apostólica sobre el
cuidado que en todos estos siglos la Iglesia ha tenido para con el
manejo de la Santa Eucaristía, esto es: la comunión en la boca y de
rodillas.




Para recordar: Uno de muchos milagros Eucarísticos. Milagro


Eucarístico en Lanciano, Italia
En el siglo VIII, un monje de la Orden Basiliana, mientras
celebraba la Santa Misa en la Iglesia de los Santos
Legonziano e Domiziano en Lanciano, dudando de la
consagración, asistió con gran asombro junto a los
feligreses presentes, a la trasformación de la hostia en
Carne y del vino en Sangre.
Después de varias investigaciones hoy el Milagro
Eucarístico se conserva en la Iglesia de San Francesco,
en un precioso relicario de plata.
En particular, la Carne tiene una forma redondeada, con
un diámetro de entre 55 y 60 mm., de un color entre
amarillo oscuro y marrón. La lámina de tejido se
presenta sutilizada y ampliamente lacerada en la parte
central, debido a su retiro hacia el borde externo, donde
se encuentra levantada en pliegues. Es evidente que se
trata de un órgano con cavidad, visto en sección trasversal, histológicamente reconocido como
corazón. La parte inferior, más espesa, puede ser identificada como ventrículo izquierdo; la
parte superior, más delgada como es habitual, puede ser identificada como el ventrículo
derecho. A lo largo de los siglos, la Carne milagrosa ha sido objeto de manipulaciones
reiteradas que han llevado a la pérdida de partes centrales como la pared interventricular, de la
cual sólo han quedado rastros en la base, entre los dos ventrículos. Además, la única cavidad
actual fue perdiendo agua, con la consiguiente momificación y reducción de dimensiones.
La Sangre del Milagro Eucarístico, contenida dentro de un antiguo cáliz de vidrio, se presenta
bajo el aspecto de 5 fragmentos del peso total de 15.18 gramos, de color amarillo-marrón y de
consistencia uniformemente dura.
En 1574 se hicieron pruebas de la Carne y la Sangre y se descubrió
un fenómeno inexplicable. Las cinco bolitas de Sangre coagulada
son de diferentes tamaños y formas. Pero cualquier
combinación pesa en total lo mismo. En otras palabras, 1 pesa
lo mismo que 2, 2 pesan lo mismo que 3, y 3 pesan lo mismo
que 5. Este resultado está marcado en una tabla de mármol en la
Iglesia. A través de los años se han hecho diversas investigaciones.
Nuestro Señor se ha permitido ser pinchado, cortado, examinado a
través de microscopio y fotografiado.
A las distintas investigaciones eclesiásticas siguieron las científicas,
llevadas a cabo desde 1574, en 1970-71 y en 1981. En estas
últimas, el eminente científico Profesor Odoardo Linoli docente en
Anatomía e Histología Patológica y en Química y Microscopía
Clínica, con la colaboración del Profesor Ruggero Bertelli de la
Universidad de Sena, utilizó los instrumentos científicos más modernos disponibles. Los
análisis, realizados con absoluto rigor científico y documentados por una serie de fotografías al
microscopio, dieron los siguientes resultados:
*La Carne es verdadera Carne. La Sangre es verdadera Sangre.
*La Carne y la Sangre pertenecen a la especie humana.
*La Carne está constituida por el tejido muscular del corazón. En la Carne están presentes, en
secciones, el miocardio, el endocardio, el nervio vago y, por el relevante espesor del
miocardio, el ventrículo cardiaco izquierdo.
*La Carne es un CORAZÓN completo en su estructura esencial.
*La Carne y la Sangre tienen el mismo grupo sanguíneo (AB).
*En la Sangre se encontraron las proteínas normalmente fraccionadas, con la proporción en
porcentaje, correspondiente al cuadro Sero- proteico de la sangre fresca normal.
*En la Sangre también se encontraron estos minerales: Cloruro, fósforo, magnesio, potasio,
sodio y calcio.
*La conservación de la Carne y de la Sangre, dejadas al estado natural por espacio de 12
siglos y expuestas a la acción de agentes atmosféricos y biológicos, es de por sí un fenómeno
extraordinario.
Fuente: Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María. El milagro Eucarístico de
Lanciano.

RAZONES PARA NO DAR NI RECIBIR LA “COMUNIÓN EN


LA MANO”
RAZÓN I: POR EL DESCONOCIMIENTO DEL DOGMA DE
LA TRANSUBSTANCIACIÓN

RAZÓN I: POR EL DESCONOCIMIENTO DEL DOGMA DE


LA TRANSUBSTANCIACIÓN


“Comulgar en la mano” sin que a alguien le importe o ignore


sobre las partículas que quedan en su mano, estaría cometiendo
un verdadero Sacrilegio y negando el dogma de la
“transubstanciación”, tanto de la partícula completa como de sus
fragmentos como la Iglesia enseña.
Esto de la “comunión en la mano” es claramente un gesto contra el
dogma de la “transubstanciación” y sobre la doctrina infalible de la
Iglesia sobre la presencia real de CRISTO en los fragmentos más
minúsculos de la Santa Hostia, veamos lo que nos dice la doctrina
dogmática de la Iglesia sobre la Transubstanciación:
El Concilio de Florencia
“La forma de este sacramento son las palabras con que el
Salvador consagró este sacramento, pues el sacerdote consagra
este sacramento hablando en persona de Cristo. Porque en virtud
de las mismas palabras, se convierten la sustancia del pan en el
cuerpo y la sustancia del vino en la sangre de Cristo; de modo,
sin embargo, que TODO CRISTO SE CONTIENE BAJO LA
ESPECIE DE PAN Y TODO BAJO LA ESPECIE DE VINO.
TAMBIÉN BAJO CUALQUIER PARTE DE LA HOSTIA
CONSAGRADA Y DEL VINO CONSAGRADO, HECHA LA
SEPARACIÓN, ESTÁ CRISTO ENTERO. El efecto que este
sacramento obra en el alma del que dignamente lo recibe, es la
1
unión del hombre con Cristo.
Concilio de Trento
Cánones sobre el santísimo sacramento de la Eucaristía:
«Si alguno dijera que en el sacrosanto Sacramento de la
Eucaristía permanece la substancia del pan y del vino junto al
cuerpo y la sangre de N. S. J. C., y negara esa admirable y
singular conversión DE TODA la substancia del pan en el
cuerpo y de toda la substancia del vino en la sangre,
permaneciendo solamente las especies del pan y del vino,
conversión que la Iglesia católica llama “Transubstanciación”,
2
¡SEA EXCOMULGADO!».
«Si alguno afirma que en el admirable Sacramento de la
Eucaristía no está el Cuerpo y la Sangre de N. S. J. C. apenas
hecha la consagración, sino solamente en el momento del uso,
mientras es recibido, y no ya antes o después, y que, en las
hostias o partículas consagradas, que después de la
Comunión sean reservadas, no permanece el verdadero
3
cuerpo del Señor, ¡SEA EXCOMULGADO!» .
¡No basta! El Sacrosanto Concilio de Trento agrega una vez más:
«Si alguno NEGARA… QUE JESUCRISTO SE ENCUENTRA
TOTALMENTE BAJO LAS PARTES INDIVIDUALES DE CADA
UNA DE LAS ESPECIES, PRODUCIDA LA SEPARACIÓN,
4
¡SEA EXCOMULGADO!»
Ahora, es un dogma de fe, el hecho de creer en la presencia real de
CRISTO en la partícula consagrada, aún en las más nimias que estas
fueran hechas la separación. Pero, si la Iglesia claramente nos da a
entender que CRISTO está hasta en la partícula más pequeña de la
Santa Hostia, ¿por qué ha tolerado y permitido que los fieles la
“reciban en la mano” y que los Sacerdotes y Obispos la den?
Como veremos luego, la Iglesia con dolor tuvo que tolerar esto, pero
nunca lo ha aprobado, y nunca ha dejado de aceptar hasta el último
canon de los que vimos y demás, sobre la presencia Eucarística de
CRISTO en la más nimia partícula.






Pero, vale preguntarnos


ahora, ¿por qué a muchos Sacerdotes les da igual las partículas que
se desprenden de una Hostia “de tamaño normal” y aún los Laicos
cuando reciben “la comunión en la mano” no revisan sus manos para
ver si quedó o no fragmentos?
















Es un misterio ¿o no?
El Pbro. Dr. Luigi Villa, director de la
revista
Chiesa
Viva,
nos
explica
sobre
los errores de los que ponen en duda
el magisterio infalible de la Iglesia
sobre esta materia, en su libro:
¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es
Sacrilegio!, de la cual recomiendo vivamente su lectura:
Los pseudo-teólogos de hoy no se refieren ya a un “concepto
5
físico”, sino a un “concepto antropológico” , por el cual, según sus
Autores, «nadie llama más pan a un trozo triturado y reducido a
6
polvo» ; de aquí el descuido de los “minúsculos fragmentos” de
pan que permanecen en el mantel y en la píxide, (esto es lo
mismo que decir que nadie llama más “agua” a una “gotita” de 1
mm y que casi ni se ve; cabe señalar que esto dicen hoy en día
muchos Sacerdotes Católicos en lo referente a los Fragmentos
minúsculos, algunos se justifican diciendo que observar esto: “es
escrúpulo”) porque, para los teólogos del “Catecismo holandés”,
7
«no son presencia de Cristo» aun si, por el contrario, el solemne
Magisterio de la Iglesia enseña que la «presencia de Cristo es
verdadera, real y substancial bajo cada parte individual del pan
consagrado; justamente porque cada “parte”, por pequeña que
sea, como lo había ya definido el Concilio de Florencia (1439-
1445), hablando de la “transubstanciación” y de la “substancia”,
afirmando que «en cada parte” del “pan consagrado”, sean
cuales fueran las dimensiones, «totus Christus continetur sub
specie panis et totus sub specie vini. Sub qualibet quoque parte
hostiae consecrate et vini consecrati, separatione facta, totus est
8
Christus» . Como también el Concilio de Trento lo repitió, luego,
en otros términos, con la misma fórmula: «Totus enim et integer
Christus sub panis specie et sub quavis ipsius specie
9 10
parte…» «… Et sub singulis cuiusque speciei partibus…» .

En su “Profesión de fe” (30 de junio de 1968) ¡Pablo VI confirma


aún la doctrina de la transubstanciación! Por lo tanto, es errado lo
que sostienen los teólogos (?!) del “Catecismo holandés” que
«Cristo está presente hasta tanto subsista lo que el “buen sentido
puede llamar todavía pan”»; y que «nadie llama ya pan a un trozo
triturado y reducido a polvo», por lo cual los “minúsculos
fragmentos” que permanecen sobre el mantel del altar no son
11
(…) presencia de Cristo» .







Ahora estos, sin


embargo, son argumentos insostenibles, porque:
- El Magisterio de la Iglesia enseña que la presencia de Cristo es
12
“verdadera, real y substancial” y no “ut in signo vel figura, aut
virtute”, sino que el Sacramento Eucarístico contiene a Cristo
13
total: ¡Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad! en cada parte
individual del pan consagrado. Del resto, aun científicamente,
cada “parte”, en cuanto minúscula, es y permanece
verdaderamente “pan”: «…sub qualibet quoque parte hostiae
consecratae…», como afirmaba ya el Concilio de Florencia, y
reconfirmado, luego, por el Concilio de Trento: «… totus enim et
integer Christus sub pane specie et sub quavis ipsius speciei
14 15
parte…» , «… et sub singulis cuiusque speciei partibus…» ,
justamente porque «Cristo está presente, en este Sacramento,
a la manera de las substancias, ósea de la misma manera en
que la substancia está presente bajo las propias dimensiones; es
decir (de modo indiviso e indivisible) no a la manera en que la
cantidad extensa de un cuerpo está en la cantidad extensa
del espacio. Entonces está claro que la naturaleza de una
substancia está toda en todas las partes de las dimensiones que
la contienen. En todas las partes del aire, por ejemplo, está toda
la naturaleza del aire, y en todas las partes de un pan está toda la
16
naturaleza del pan…» . Entonces, las especies del Pan y del
Vino, bajo cuyos velos se oculta JESUCRISTO en Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad, permanecen en los “fragmentos” por el
hecho de que conservan la apariencia del pan, o para decirlo
mejor: «rationem panis servant». Aun el ojo, por ejemplo, los
distingue de los fragmentos de la madera o de la piedra caliza,
mientras que el electro-microscopio nos los presenta en la plena
estructura del pan con la secuencia molecular de todos sus
hidratos, de donde tenemos, hoy, una razón más para reconocer
la santa reverencia de las seculares prescripciones eclesiásticas
acerca del respeto debido a los santos “fragmentos”.
“Si Jesucristo se hallara presente en la Eucaristía con las
condiciones de un cuerpo mortal, desde luego se concebiría la
imposibilidad de su presencia: pero hallándose de un modo
sobrenatural y milagroso, no puede haber lugar a la expresada
duda.
Se nos objetará ¿cómo es posible que Jesucristo esté en una
hostia tan pequeña como es la que consagra el sacerdote, y que
divididas las especies se contenga todo Cristo en tantas
partículas como se hayan separado de la hostia?
La contestación es tan sencilla y a la vez satisfactoria, basta la
evidencia la posibilidad del misterio. Nuestro Señor Jesucristo se
pone bajo las especies de pan y vino, no a manera de cuerpo
extenso, sino a manera de sustancia; y así como toda la
sustancia de pan existe en cuantas partes este se divida, sin que
haya sido un obstáculo para ello, los distintos accidentes de
extensión, peso etc.; así también es indispensable que todo el
cuerpo de Jesucristo se halle en toda la hostia y en cualquiera
parle de ella, hecha la separación. La única objeción que nos
pueden presentar es, que repugna exista un cuerpo sin las
condiciones ordinarias que afectan a la sensibilidad humana, y a
la vez unos accidentes sin sustancia a la cual se unan. No
tenemos inconveniente alguno en conceder a nuestros
adversarios que todo esto no puede suceder de un modo natural;
pero no por esto repugna a la recta razón; porque entre las
muchas manifestaciones con que los cuerpos se presentan a
nuestros sentidos, vemos que estos varían en sus accidentes,
pero sin embargo conocemos que existen en ellos ciertas
circunstancias inmutables, las cuales se presentan a nuestros
sentidos por medio de caracteres externos. Ahora bien: ¿no será
posible al que ha creado la naturaleza presentar los accidentes
que producen la sensación en nosotros sin sustancia, y a la vez
un cuerpo sin estar sujeto a nuestros sentidos? Conociendo
nosotros de una manera palpable que los accidentes no son la
misma sustancia, es incuestionable que lo podrá efectuar el que
17
ha criado la naturaleza”.

«El cuerpo de Cristo se halla en este


sacramento por modo de sustancia, esto es,
por el modo con que la sustancia está sujeta a
la dimensión: mas no por aquel modo de
dimensión con que la cantidad conmensurable
de algún cuerpo, está sujeta a la cantidad
conmensurable de lugar. Es así que la
naturaleza de una sustancia está toda en la
más insignificante parte de las dimensiones
en las que se contiene, así como en
cualquier parte del aire está toda la
naturaleza del aire, y en cualquier parte del
pan toda la naturaleza del pan, y esto
indiferentemente, ya sean las dimensiones
prácticamente divisibles, (como se divide el aire y el pan se parte)
ya también indivisibles en la práctica, pero divisibles en potencia;
luego Cristo en su totalidad se halla en cualquier parte de las
especies de pan no solo cuando la Hostia se parte, sino cuando
18
queda integra.»






















Por ello, admitida la “transubstanciación”, se vuelve sacrilegio la


dilapidación de los “fragmentos”. Y se hace herético el decir que
el «pan, cuando está pulverizado (o lo que YO ya no lo considere
como pan…) no subsiste ya como signo indicador del Cuerpo de
19
Cristo…» .
Y entonces, ¿por qué se ha llegado al “permiso” de dar y de
recibir la “Comunión en la mano” si, como hemos visto, es
claramente un gesto contra el dogma de la “transubstanciación”,
tanto de la partícula completa como de sus fragmentos? ¿Cómo
pueden excusarse los Obispos que han querido este cambio de
rito, cuando la doctrina católica siempre ha querido y sostenido y
defendido la Comunión en la boca, por estar más inspirada en la
fe en el Misterio eucarístico? ¿Quizá no se dieron cuenta de que
obligaban el “pueblo de Dios” a exponerse a peligros gravísimos
para el culto y para la ortodoxia?
Desafortunadamente, los “hechos” ¡como
ahora veremos! - han ya demostrado
más que abundantemente la validez de
los temores que los más iluminados y
ricos en la fe eucarística habían
largamente previsto y preanunciado y
con autoridad!

“Después enseñarán que CRISTO SEÑOR nuestro


no está en el Sacramento, como en lugar. Porque el
lugar se ajusta con las cosas, según que son grandes
o pequeñas. Y no decimos que CRISTO SEÑOR
nuestro está en el Sacramento, como grande o
pequeño, que es lo que pertenece a la cantidad; sino
según que es sustancia. Porque la sustancia del pan
se convierte, no en la cantidad chica o grande de
CRISTO, sino en su sustancia. Y nadie duda que la
sustancia igualmente se halla en un espacio chico,
que en un grande. Como la sustancia del aire, y toda
su naturaleza tan entera está en una parte pequeña,
como en otra mayor: como también toda la sustancia
del agua no menos se salva en una ampollita, que en un rio. Convirtiéndose
pues la sustancia del pan en cuerpo de CRISTO SEÑOR nuestro, es preciso
decir que enteramente está en el Sacramento en aquel mismo modo que
estaba la sustancia de pan antes de la consagración: y que esto sea en
20
grande o en chica cantidad es fuera del propósito.”

Bien hace NUESTRO SEÑOR en su Divina Palabra una referencia un


tanto implícita frente al cuidado de lo más pequeño, tratándolo como si
fuera grande o muy importante:

"En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos


hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."
Mateo 25:40

"En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos


hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."
Mateo 25:40

Para evitar que las Partículas de la Hostia caigan al suelo y para


evitar toda clases de profanaciones involuntarias o voluntarias, la
Santa Iglesia ha sido constante en la enseñanza por medio de las
rúbricas para cuidar y celebrar digna y santamente el Sacramento,
citaremos unos cuantos ejemplos que en la razón número IV
desarrollaremos a profundidad.
El Sacerdote mantiene unidos sus pulgares e índices para que la
partícula más mínima que se haya adherido a los dedos durante la
Consagración, y luego de distribuir la Santa Comunión, no caiga al
suelo ni sufra la más mínima profanación. El sentido de esto no es el
escrúpulo, sino el hecho de que creemos en la Transubstanciación de
todas las especies del pan y vino a las sustancias del Cuerpo y Sangre
del SEÑOR:
Instrucción sobre las rúbricas generales del Misal, de la Sagrada
Congregación de Ritos, 9na Edición, 1853
“…Desde la consagración hasta la sunción inclusive, no se
separan los dedos pólices de los índices” …
“…Y sobre la patena se purificará los dedos al aire, por si en ellos
se hubiese pegado alguna Partícula…”
Luego de la reforma Litúrgica del Concilio Vaticano II, la Iglesia
continúa sin descuidar este cuidado, entonces vale preguntarnos ¿por
qué lo descuidan gran cantidad de Sacerdotes?
Instrucción General del Misal Romano, Nº 278 sobre las
purificaciones, 2007
Sagrada Congregación para el culto divino: Carta "En respuesta a
la petición", para aquellos presidentes de las Conferencias de
Obispos que solicitaron permiso para entregar la comunión en la
mano, 29 de mayo de 1969: AAS 61 (1969) 546-547; Not 5 (1969)
351-353. Numeral 5

“Se debe poner especial cuidado, en no permitir que partículas


del pan Eucarístico, caigan al suelo o sean desparramadas…”
Tertuliano

“Por lo cual, por el sacramento del pan y del


cáliz, ya hemos probado en el evangelio la
verdad del cuerpo y la sangre del Señor en
contra del fantasma (propagado) por
Marción». «Siendo la Eucaristía algo
sagrado, se tiene cuidado, de que nada
caiga por tierra: Sufrimos ansiedad si cae al suelo algo de
nuestro cáliz o también de nuestro pan».


Orígenes

«Conocéis vosotros, los que soléis asistir a los


Divinos Misterios, cómo, cuándo recibís el
cuerpo del Señor, lo guardáis con toda cautela
y veneración, para que no se caiga ni un poco
de él, ni desaparezca algo del don
c o n s a g r a d o . Pues os creéis reos, y
rectamente, por cierto, si se pierde algo de
él por negligencia. Y si empleáis, y con
razón, tanta cautela para conservar su cuerpo, ¿cómo
juzgáis cosa menos impía haber descuidado su palabra
que su cuerpo?»

Redemptionis Sacramentum, Nº 180

“La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener,


para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún
fragmento”.
Congregación para la Doctrina de la Fe, "De Particulis et frag-
mentis hostiarum reverenter conservandis vel sumendis", 2-
mayo-1972
«No sólo las hostias que quedan, y las partículas de hostia que
se han desprendido de ellas, Y QUE CONSERVAN EL
ASPECTO EXTERIOR DEL PAN deben ser conservadas o
consumidas respetuosamente, a causa del respeto debido a la
presencia eucarística de Cristo, sino que también para los
otros fragmentos... Se debe observar lo prescrito sobre la
purificación de la patena y el cáliz en las Normas Generales
del Misal Romano.»

El Cuerpo de Nuestro SEÑOR está contenido completo e
íntegramente hasta en la más mínima partícula de las apariencias
del pan. Por lo tanto, debe tenerse gran reverencia, respeto y
cuidado con estas partículas. Puesto que de esto se trata, ¿por qué
habríamos de multiplicar el número de personas que manipulan la
Sagrada Hostia, algunas de las cuales son torpes, o no ven bien, o
no se preocupan, o no saben, etc., etc.? Para aquellos que creen
con una fe viva, la siguiente pregunta bastaría para poner fin a la
práctica de la “comunión en la mano”: ¿Qué pasa con las
Partículas?
Por ende estas Sagradas Partículas en donde se encuentra CRISTO
entero, se exponen a un gran riesgo de profanación, puesto que, al
quedar en la mano del fiel, luego caerán al piso, o con el contacto
de otro objeto o persona en donde se quedarán.
Y puesto que no se trata de una desgracia, sino de un acto
voluntariamente causado, por ser conocido y previsto, ¡ESTO SE
CONVIERTE EN UN VERDADERO Y PROPIO “SACRILEGIO” como
dirá en este apartado el Pbro. Dr. Luigi Villa:
¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es Sacrilegio!, Cap. El pensamiento de
la Iglesia p. 50-51:
“Por esto, decimos nuevamente: es
teológicamente obligatorio negar la “Comunión en
21
la mano”, porque constituye “sacrilegio” la
dispersión y la consiguiente profanación de las
Sagradas Especies, aun bajo la forma de
pequeñísimos fragmentos, ¡pero que son también
el Cuerpo santísimo de N. S. Jesucristo!
El “sacrilegio” consiste justamente en esto: en el
hecho de que, en el dar y recibir la santa
Comunión, se desprenden de la Hostia, muy
frecuentemente, “fragmentos”, los cuales, mientras con la
Comunión dada en la boca se usa (o se usaba) el “platillo”
sobre el cual caen — ¡y que luego son
recuperados! - con la “Comunión en la
mano”, en cambio, los fragmentos
que caen se dispersan por el suelo
y, en consecuencia, son pisados o
arrastrados y, por tanto,
¡inevitablemente profanados! Y
como no se trata de una desgracia,
sino de un acto que es
voluntariamente causado, por
conocido y previsto, resulta, por
ello, ¡un verdadero y propio “sacrilegio”! De hecho, para
el Derecho Canónico, el “sacrilegio” consiste en la
«profanación de “personas”, cosas y lugares sagrados o
22
consagrados con rito religioso» . Y bien, Jesús en el SS.
Sacramento ¿no es, quizá una “Persona”? (¡Y qué
“Persona”!.. “Hijo de Dios” y DIOS mismo!). Luego, de las
“profanaciones” que recibe en el SS. Sacramento, esta es la
más grave, porque Su presencia, aun en los fragmentos,
está íntegra - ¡Cuerpo, Sangre, Divinidad! - como fue
definido por el Concilio de Trento “de fide”, por lo cual quien
no cree o desatiende a ello - porque los “fragmentos”
acaban inevitablemente en el suelo donde son pisados o
arrastrados para terminar en la basura – se convierte en
“anatema”, es decir, “¡excomunión”! Por lo cual decimos: es
posible que «Condenándonos, vosotros condenáis a todos
vuestros antepasados. Porque ¿qué hemos enseñado
nosotros que ellos no enseñaran?».
(San Edmundo Campion).
El episcopado, que ha concedido el “nuevo rito” de la “Comunión
en la mano”, ¿que no conozca esta “verdad” de fe, declarada
solemnemente por dos Concilios como “de fide”? («Si alguno
negara… que Jesucristo se encuentra bajo las partes individuales
de cada una de las especies, producida la separación, ¡SEA
23
EXCOMULGADO!» ). ¿Y que no sepan que el Señor
permanece realmente presente en el Pan consagrado (y, por lo
tanto, ¡incluso en los fragmentos!) también después de la
celebración eucarística?
(«Si alguno dijera que… el Cuerpo y la Sangre de N. S.
Jesucristo… está presente sólo hasta el momento de la
Comunión… y no más, y que en las Hostias consagradas (no
consumidas) después de la Comunión no permanece el
24
verdadero Cuerpo del Señor, ¡SEA EXCOMULGADO!») . ¿Y
entonces? cuáles eran las deducciones que los señores Obispos
debían hacer? ¿Debían, tal vez, aceptar las “herejías” del “Nuevo
Catecismo Holandés”, en el cual se niega justamente la
permanencia de la “Presencia real” en los fragmentos minúsculos
del Pan consagrado? ¡Porque es sólo negando la
“transubstanciación” y el carácter sacrificial de la Misa que el fiel
puede tomar la partícula en sus manos y ponérsela en la boca
por sí mismo! Porque es sólo así que se comprende cómo las
“migajas” que caen de las Hostias consagradas puedan ser
arrojadas con tanta indiferencia, ¡como se hace con los “restos”
de una “cena”! De aquí, por tanto, nuestra seguridad para
denunciar como “sacrílego” este permiso de dar la
“Comunión en la mano”, justamente porque los
“fragmentos”, que aún contienen la “Persona de Cristo
entero”, son arrojados inevitablemente a la basura y, en
consecuencia, y nuevamente decimos ¡se realiza un
verdadero y propio “sacrilegio”!
“Se debe poner especial cuidado, en no permitir que partículas
del pan Eucarístico, caigan al suelo o sean
25
desparramadas…”
Según S.S Pablo VI al “comulgar en la mano” existe el Riesgo DE
PROFANAR LAS ESPECIES EUCARÍSTICAS. Lo que no ocurre al
comulgar en la boca:

«Con esta manera


tradicional (de
comulgar en la boca y
de rodillas), se
asegura más
eficazmente que la
Sagrada Comunión
sea distribuida con la
reverencia, el decoro
y la dignidad que le
son debidas, DE MODO QUE SE EVITE
TODO PELIGRO DE PROFANAR LAS
SAGRADAS ESPECIES EUCARÍSTICAS,
en las que "de modo singular está presente
todo y entero CRISTO, DIOS y hombre, de
26
manera substancial y permanente.»

AL DECIR "TODO PELIGRO DE PROFANAR" SE REFIERE


TAMBIÉN A LOS SACRILEGIOS MATERIALES QUE SE
PRODUCIRÍAN CON LA CAÍDA DE LAS FORMAS O DE LOS
FRAGMENTOS.
Los testimonios antiguos en este sentido son
múltiples:
Tertuliano, por ejemplo, dice:
"CUIDAMOS ESCRUPULOSAMENTE QUE ALGO
DEL CÁLIZ O DEL PAN PUEDA CAER A
27
TIERRA".


San Alfonso María de Ligorio y San


Juan Evangelista:
“Bastaba para redimirnos una sola
28
gota de su preciosísima Sangre …
y era suficiente para rescatar el
mundo, e infinitos mundos que
29
hubiese …”


¿Porqué, pues, despreciamos esa gota que está presente en la


partícula más pequeña de su SANTÍSIMO CUERPO en el riesgo de
dejar caer un fragmento diminuto del Cuerpo y la Sangre de
CRISTO al “comulgar en la mano”?
San Hipólito recomienda:
"Cada uno esté atento... que ningún fragmento caiga y se
pierda, porque es el Cuerpo de Cristo que DEBE SER
30
COMIDO POR LOS FIELES Y NO DESPRECIADO"
San Efrén:
"Comed este pan y no
piséis sus migas... una
partícula de sus migas
puede santificar a
miles de miles y es
suficiente para dar vida
a todos los que la
31
comen"
Orígenes:
"Con qué precaución y
veneración, cuando
recibís el Cuerpo del
Señor lo conserváis, de
manera que no caiga
nada o se pierda algo
del don consagrado.
OS CONSIDERARÍAIS JUSTAMENTE
CULPABLES SI CAYESE ALGO EN
TIERRA POR NEGLIGENCIA
32
VUESTRA"

El 18 de abril del 2008 el Cardenal Juan Luis


Cipriani, Arzobispo de Lima, declaró al portal
Petrus:
“La dejadez de muchos sacerdotes ha
ridiculizado el valor de la Eucaristía a los
ojos de los católicos. Creo personalmente
que el mejor modo de administrar la
comunión es en la lengua, tanto que en mi
diócesis he prohibido partículas en las manos. En las misas
con gran afluencia de fieles HEMOS ENCONTRADO EN EL
PASADO PARTÍCULAS PERDIDAS EN EL SUELO DE LA
IGLESIA”.

La dispersión inevitable de los “fragmentos” constituye la más grave y


dogmática dificultad para el sacerdote y el fiel que verdaderamente
cree en la “Presencia Real” de Cristo, por lo cual, en consecuencia,
debe sentirse obligado, en conciencia, a no distribuir la “Comunión en
la mano”, siendo un acto “formalmente sacrílego”, después de lo que
hemos observado.

Si una partícula por minúscula que sea cae al piso es


exactamente igual que se cayera la hostia entera.
“Y sí caen partículas al suelo hay que creer dogmáticamente
que es el mismo JESUCRISTO con su cuerpo y sangre, alma
y divinidad en el suelo.

Representación gráfica
de cómo se vería en
realidad las incontables
partículas del Cuerpo de
CRISTO que caen en el
piso por la negligencia
de los fieles o de los
Sacerdotes. Renueva
una pasión silenciosa de
JESÚS, al no hacer la
debida purificación de
sus manos que han
tocado el Sacramento.
CRISTO entero se
encuentra en cada
partícula, la división de
los fragmentos no
constituye la pérdida de
la Sustancia.

Por lo que sí
pisamos esas partículas estamos pisando al mismo CRISTO y lo
estamos haciendo por nuestra culpa colaboración o complicidad
no por un accidente incontrolado.
Habrá quien diga que exagero que de todas formas se
desprenden partículas y es cierto que puede haberlas, pero una
cosa es que humanamente no se pueda controlar una micro
partícula vuele inadvertida ante nuestros ojos y otra muy diferente
es que caiga por nuestra culpa o negligencia, cobardía y o forma
de comulgar.
Es verdad que comulgando de rodillas y sin
bandeja también puede pasar, pero
infinitamente menos que si sometemos la
hostia a la fricción del contacto con las
manos
Siempre hay partículas que quedan en la
mano. El solo hecho de depositarla y volver
a coger para comulgar la conlleva a un
desprendimiento inevitable. Eso significará
en la práctica cientos de partículas
profanadas y pisoteadas por nuestra culpa.
Todo esto es más doloroso al ver cómo se
promociona activamente esta práctica en el
mundo entero, llevándose incluso a obligar a niños para ser la
primera “comunión en la mano” como ocurre en la parroquia de
mi comunidad en el pleno silencio y pasividad del arzobispado de
España. (Y no solo allí, sino en muchas otras diócesis del mundo
33
entero).
“Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la
34
“Comunión en la mano”
Hemos visto pues, que constituye un riesgo de profanación o incluso
Sacrilegio al darse así la comunión, se debe pues, cumplir con lo que
pronunció Redentionis Sacramentum.

Al comulgar en la boca evitamos la preocupación especialmente de


que no caiga partícula alguna de la hostia, o que se quede alguna
en la mano por el sudor natural de la misma.
Con estas observaciones que hemos hecho, ¿no son suficientes
peligros de profanar la Sagrada Forma, es decir, a CRISTO y dejar
de recibirla o darla en la mano?
Pero continuemos con más si talvez esta razón no fue necesaria…
“Si el que menosprecia la ley de Moisés, sin misericordia
es condenado a muerte sobre la palabra de dos o tres
testigos, ¿en cuánto mayor castigo pensáis que será digno
el que pisotea al Hijo de Dios y trata como profana la
sangre de la Alianza en la que fue sacrificado e insulta al
Espíritu de la gracia?”
Hebreos 10, 28-29:
“¡Maldito al que ejecute fraudulenta o negligentemente la
obra de Dios!”. Jeremías 48,10

“El que teme a DIOS, nada
descuida”
Eclesiastés 7, 19

“El que desprecia lo poco, poco a
poco se precipitara”.
Eclesiástico 19, 1

“El que es fiel en lo poco,
también es fiel en lo mucho, y el que en lo poco es infiel,
también es infiel en lo mucho”.
Lucas 16,10
RAZÓN II: POR LOS FRAGMENTOS QUE QUEDAN EN LA
MANO Y QUE NO SE PUEDEN VER
Porque el que “comulga en la mano” (que en realidad se debería
llamar auto-comunión y un abuso, como veremos luego, por eso
mi énfasis en las “comillas”), debido al sudor natural que genera
la mano del fiel, al recibirla es inevitable que no se queden
partículas en las mismas, porque aun si se revisara para ver si
hayan quedado algunas partículas, siempre habrá tan diminutas
que son casi imposibles de ver al ojo humano, a menos que
lamba con su lengua el lugar donde fue depositada la Sagrada
forma, para entender mejor veamos la imagen:

Observe:
Cuando el
Sacerdote da
la Sagrada
Comunión al
fiel, este la
recibe con la
izquierda.




Después
de retirar
la Sagrada
Forma y
comulgar,
debido al
sudor
natural que
genera la
mano del
fiel, al recibirla es
inevitable que no
se queden
partículas en las
mismas, aun si se
revisara para ver
si hayan quedado
algunas
partículas,
siempre habrá tan

diminutas que son casi


imposibles de ver al ojo
humano, a menos que lamba
con su lengua el lugar donde
fue depositada la Sagrada
forma, y eso sin excluir luego
las que quedarán en el dedo
índice que usa para cogerla y
comulgar
entonces.









Imagen ampliada para ver
si quedaron fragmentos.

Si analizamos la costumbre de colocar la Sagrada Hostia en la


mano del que comulga, inmediatamente nos viene a la mente un
dogma de la Iglesia: la presencia eucarística de Cristo comienza en
el momento de la consagración y perdura mientras permanezcan las
especies eucarísticas.

“Cristo está presente completo e íntegramente en cada una de
las especies y en cada uno de sus fragmentos, de modo tal
35
que partir el pan no fragmenta a Cristo.”
El Catecismo romano lo establece de esta forma:

“Cristo, completo e íntegramente, está contenido no solamente


en cada una de las especies, sino también en cada una de las
partículas de ambas especies.”

“Cada uno -afirma San Agustín-,
recibe a Cristo, el Señor, y a Él
completo en cada porción. ÉL no
disminuye al ser dado a muchos, sino
que se da completo e íntegramente a
cada uno” …











¿Porqué entonces, habría de seguirse dando la Sagrada Comunión en


la mano, si constituye peligro de profanación “involuntaria” o
sacrilegio?

RAZÓN III: POR EL OLVIDO DE LA BANDEJA DE LA


COMUNIÓN
Porque si “comulgo en la mano” ya no tendría sentido el uso de
la bandeja de la comunión, cuyo objetivo es recoger las
partículas del Cuerpo de CRISTO que pueden caer al darse la
comunión en la boca:
La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener,
para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún
36
fragmento

Del libro: ¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es Sacrilegio!, Cap. “¿Pero
por qué entonces la nueva praxis?” p. 16-17:
La “Institutio generalis” de la última edición del “Nuevo Misal
Romano”, promulgada el 26 de marzo de 1970, reestablecía
expresamente la práctica de la Comunión tradicional con dos
precisiones que figuran en los artículos 80 y 117. En el artículo
80, en efecto, entre los objetos que se deben preparar para la
celebración de la Misa, está el “platillo”, (“patena para la
comunión de los fieles”) y, en el artículo 117 se describe el
modo con el cual se debe realizar la Comunión; es decir: “el
sacerdote presenta la Hostia al fiel, diciendo: “El Cuerpo de
Cristo” (Corpus Christi), y el fiel responde: “amen!”; y, «teniendo
el platillo bajo su rostro, recibe el Sacramento» («et tenens
patinam sub ore, Sacramentum accipit»).


“El que teme a DIOS, nada descuida”
Eclesiastés 7, 19








“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el
que en lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho”.
Lucas 16,10

Ahora, la Iglesia prescribe el uso de la bandeja de Comunión o


patena, para evitar que algún fragmento de la Hostia consagrada
caiga en tierra (Cf. Missale Romanum, Institutio generalis, n.18;
Redemptionis Sacramentum, n.93) Y QUE EL OBISPO Y
SACERDOTE SE LAVE LAS MANOS DESPUÉS DE LA
37
DISTRIBUCIÓN DE LA COMUNIÓN . En el caso de la distribución
de la “Comunión en la mano”, frecuentemente se desprenden de la
Hostia pequeños fragmentos los cuales, o caen en tierra o quedan
adheridos a la palma y a los dedos del comulgante. (Lo que por
cierto he visto que pocos Sacerdotes observan esto de purificar sus
dedos luego de tocar la Santa Hostia, esto no se ha abolido con la
reforma litúrgica, antes está dicho en el Misal Romano [2007] y lo
mencionamos nuevamente:)

“Siempre que algún fragmento de la Hostia se haya adherido a los dedos,


sobre todo después de la fracción o de la Comunión de los fieles, EL
SACERDOTE DEBE LIMPIAR LOS DEDOS sobre la patena y, o según la
necesidad, lavarlos. Del mismo modo, deben recogerse los fragmentos que
38
hubiera fuera de la patena.”

Nótese lo que aclara Heidl en el libro del monje benedictino Pbro. D.


Bernardo Sala, acerca de las precauciones que debe uno tener al
repartir la Sagrada Comunión y el uso de la patena:

5)" Que al dar a cada uno la sagrada hostia, la acompañe en


cuanto buenamente pueda con la patena o el copón, A FIN DE
QUE NO CAIGA NINGÚN FRAGMENTO EN EL SUELO O EN
LA ROPA; PERO NO LO ACERQUE TANTO A LAS
PERSONAS QUE CON EL HÁLITO PUEDAN HACER VOLAR
LAS PARTÍCULAS.

8) Que, no obstante, si los dedos llegan a humedecerse mucho,


puede observar si hay en ellos pagado algún fragmento y echarlo
en el copón o patena, y caso de no haber ninguno pueda
enjugarlo con el purificador, pero CON MUCHA PRECAUCIÓN Y
SIN DESUNIR EL PULGAR E ÍNDICE (puesto que el ministro
que da la Comunión tiene partículas en sus dedos que se unen al
momento del rose), lo que no puede hacerse sino volviendo al
39
altar Y PURIFICÁNDOLOS en el vaso preparado al efecto.
“Se debe poner especial cuidado, en no permitir que partículas
del pan Eucarístico, caigan al suelo o sean
40
desparramadas…”
Peligro de no usar la Bandeja de la Comunión: (Mucho cuidado
Sacerdotes):
Damos un suficiente número de ejemplos que se han
precedentemente publicado en la Revista “Chiesa viva”
(noviembre de 1971), donde decíamos que los “hechos”
reportados «se pueden comprobar con el Editor del folleto
original, en lengua alemana, en el cual han sido colocadas las
cartas originales, munidas de fecha, indicación del lugar y firma
41
de los testigos en conocimiento de los hechos:
"Como sacerdote, fui obligado a distribuir la “Comunión en la
mano” y ahí observé que, de las hostias, hechas de pan común,
cayeron a tierra fragmentos del tamaño de una uña del meñique
y, que naturalmente, fueron llevados a la calle por los zapatos
sucios de los comulgantes... Durante la distribución de la
Sagrada Comunión a los muchachos, un alumno arrojó de las
manos de otro el Cuerpo del Señor y el sacerdote que distribuía
la comunión la pisó encima, hasta que logré rescatar la Hostia
Santa de debajo de los zapatos de este señor". "Durante otra
suplencia, cayó a tierra un fragmento considerable de la Hostia
Consagrada y se la buscó inútilmente entre las baldosas del piso.
Ciertamente se lo habrá llevado el agua, al limpiar el piso".
Testimonio: el Párroco.





“– «Desde hacía
algún tiempo,
observaba,
muchas veces,
durante la S. Comunión, que, en los almohadoncillos de los
reclinatorios, habían pequeños puntos blancos. La cosa me
parecía sospechosa y, aprovechando una visita al SS.
Sacramento, observé atentamente estos almohadoncillos. Con mi
gran estupor debí constatar que había un gran número de
pequeñas y pequeñísimas partículas de Hostia e incluso de
fragmentos más grandes de alrededor del doble de la cabeza
de un alfiler. No conté los fragmentos, pero calculé que eran al
menos una treintena. Eran todos de color blanco. Ellos no
podían, ciertamente, haber caído ni de las flores ni de los
vestidos de los comulgantes, porque, en esa época, no había
flores blancas en la iglesia, y en sus almohadoncillos no se
podían encontrar partes de otro color. Debí, entonces,
lógicamente deducir que se trataba de “fragmentos
consagrados”, caídos en los almohadoncillos y seguramente
también en tierra, durante la distribución de la “Comunión en la
mano”. No puedo resignarme a pensar que Dios deba estar en el
pavimento de Su casa y que Él sea pisoteado por gente tan
culpablemente descuidada; porque, según la enseñanza
irrevocable de la Iglesia (Concilio de Trento) Cristo está
completamente presente, como hombre y como Dios, también en
los “fragmentos” más pequeños de la hostia consagrada» (19 de
octubre de 1970).” J. H. a M.

– «El 11 de enero de 1971 me encontraba en la Iglesia de R.,
en M., para asistir a la santa Misa. Delante de mí pasó una
señora que recibió la Hostia en la mano. Después de haberla
consumido, se frotó las manos para hacer caer a tierra las
“migajas”, con un gesto similar al que se hace después de un
trabajo cumplido. Las personas que siguieron, pisotearon estas
“migajas” … ¡y nadie se preocupó de los “fragmentos
consagrados”, caídos a tierra…»! J. K. a M.
(Esto no pasa sólo en Alemania, sino en casi todas las diócesis
del mundo entero, por la “comunión en la mano” y no usar la
bandeja de la Comunión).
“Recuerdo muy bien, un domingo en Chile, cuando con un
colaborador apostólico argentino visitábamos una parroquia rural,
donde funcionaba un consejo de la Legión de María con varios
grupos esparcidos por las aldeas del extenso territorio. Ya en el
pueblo, asistimos a la Misa. El párroco -un buen y santo
sacerdote- tenía una visible invalidez que no le permitía
desplazarse ciertamente. Llegado el momento de la comunión, la
religiosa que actuaba de ministra de la comunión sostenía en una
mano el copón, mientras que a su vez partía las sagradas formas
para administrarlas. En acercarnos a recibir el Cuerpo del Señor,
y cada que partía las hostias se veían caer al piso fragmentos no
tan pequeños, hecho del cual la religiosa parecía no percatarse.
Terminada la Santa Misa, los dos foráneos, sin habernos puesto
de acuerdo, rápidamente fuimos a arrodillarnos ante los muchos
fragmentos visibles esparcidos, y humedeciendo los dedos los
consumimos.
Algunos años después supe que, por hechos similares
frecuentemente repetidos, ¡han surgido grupos de laicos cuya
única responsabilidad es la de recoger fragmentos de las Hostias
Consagradas que se han caído después de dar la comunión en la
42
mano.!”
Ritual y pontifical Romano, 1831, Advertencias para la comunión,
sobre el lienzo que se usa para el cuidado durante la distribución de
la Santa Comunión:

¿Qué ha pasado con el cuidado de las Santas Partículas por parte de


los Sacerdotes y Laicos?





RAZÓN IV: POR LA PURIFICACIÓN QUE NO SE


REALIZA AL TOCAR LA SANTA HOSTIA
Porque si
“comulgamos en la
mano” no nos
purificamos
debidamente como
lo haría un
Sacerdote al finalizar
la Misa (Lo que
incluso he visto que
muchos ya no lo
hacen ahora, [como
lo dije antes], de
acuerdo a las rúbricas
de la Santa Misa
Tridentina y de la
reforma con el nuevo
Misal Romano, como
veremos aquí):
“Desde el
momento en que
son pronunciadas
las palabras de la
consagración
sobre la Sagrada Hostia, ÉL MANTIENE UNIDOS LOS DEDOS
PULGAR E ÍNDICE POR SUS YEMAS, y ya sea que esté
elevando el cáliz, cambie la página del misal o abra el
tabernáculo, SUS DEDOS PULGAR E ÍNDICE NO TOCAN
NADA EXCEPTO LA SAGRADA HOSTIA. Es útil notar también
que no dejará descuidada la Sagrada Hostia sobre el altar para
bajar por sus gradas, especialmente después de que sus dedos
han sido purificados, para estrechar manos con otras personas
en una torpe muestra de forzada cordialidad.
Al final de la Misa, el sacerdote raspa el corporal con la patena, lo
hace sobre el cáliz de tal manera que, si ha quedado hasta una
mínima parte de la hostia, será recogida allí y consumida con
reverencia.
LAS MANOS DEL SACERDOTE SON LAVADAS SOBRE EL
CÁLIZ DESPUÉS DEL MOMENTO DE LA COMUNIÓN CON
AGUA Y VINO, LOS CUALES SON REVERENTEMENTE
CONSUMIDOS POR ÉL, PARA ASEGURARSE QUE LA
MÍNIMA PARTÍCULA NO SEA SUSCEPTIBLE DE
43
PROFANACIÓN.”
“…Desde la consagración
hasta la sunción inclusive,
no se separan los dedos
pólices de los índices”
44



En otros libros litúrgicos, como en el de Memorandum litúrgico-


teológico, para uso de los párrocos y demás ministros Sagrados por el
Presbítero D. Bernardo Sala Monje Benedictino de Monserrat, 1867,
encontramos:
Nótese cómo el Sacerdote mantiene unidos sus pulgares e índices
para que la partícula más mínima que se haya adherido a los dedos no
caiga al suelo ni sufra la más mínima profanación al caer al suelo:

Nótese cómo el Sacerdote mantiene unidos sus pulgares e índices


para que la partícula más mínima que se haya adherido a los dedos no
caiga al suelo ni sufra la más mínima profanación:



Instrucción sobre las rúbricas generales del Misal, de la Sagrada


Congregación de Ritos, 9na Edición, 1853:
“...Sin sacar los dedos fuera del Corporal, sin separar los pólices
de los índices; lo que observará hasta la segunda ablución, si no
es que haya de tomar la Hostia con ellos…”

Nótese cómo el Sacerdote mantiene unidos sus pulgares e índices


para que la partícula más mínima que se haya adherido a los dedos no
caiga al suelo ni sufra la más mínima profanación:

Nótese como después de dar la Sagrada Comunión a los fieles, el


Sacerdote sigue manteniendo sus dedos unidos:
“El que teme a DIOS, nada descuida”
Eclesiastés 7, 19

Ritual y Pontifical Romano 1831 (Manual de Párrocos, para administrar


Los Santos Sacramentos):

Nótese: NO SEPARA LOS DEDOS:














Nótese aquí en breve, que el Sacerdote después de dar la Sagrada


Comunión hace la respectiva ablución o purificación de sus dedos en
el mismo Cáliz, lo que no sucede (o lo que no observan) cuando los
Laicos, Religiosos e incluso Sacerdotes (especialmente cuando es una
Concelebración) lo reciben en la mano ¿Y cuál era el sentido de esto?

Que el Sacerdote no deje que la más mínima partícula sufra de


profanación, puesto que es unánime el testimonio de los Santos en los
primeros siglos, que cuidaban que nada del Sagrado Cuerpo de
CRISTO caiga al piso:



Ultima Comunión con JESÚS
Sacramentado de San
Jerónimo

“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el


que en lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho”.
Lucas 16,10

Tertuliano (160-220):

"Cuidamos escrupulosamente que algo del cáliz o


45
del pan pueda caer a tierra"

Orígenes: (185-254):
"Con qué precaución y veneración, cuando
recibís el Cuerpo del Señor lo conserváis, de
manera que no caiga nada o se pierda algo del
don consagrado. Os consideraríais justamente
culpables si cayese algo en tierra por negligencia
46
vuestra".






Nótese aquí la purificación o ablución que se hace al finalizar de dar la
Santa Comunión, primero con vino que pone en el Cáliz, y luego
purificando los dedos con los que tocó la SANTÍSIMA HOSTIA (es
decir los pólices e índices, los que mantuvo unidos después de la
Consagración) con agua:

Nótese aquí la purificación o ablución que se hace al finalizar de dar la


Santa Comunión, primero con vino que pone en el Cáliz, y luego
purificando los dedos con los que tocó la SANTÍSIMA HOSTIA (es
decir los pólices e índices, los que mantuvo unidos después de la
Consagración) con agua:

«"Consta que los fieles creían y con razón, que pecaban,


según recuerda Orígenes, si, habiendo recibido el cuerpo del
Señor, y conservándolo con todo cuidado y veneración, algún
47
fragmento caía por negligencia".

San Cirilo: (315-387):

"...Recíbela cuidando que nada de ella se pierda,


porque dime: si alguno te diese unas limaduras de oro
¿no las guardarías con toda diligencia procurando no
perder nada de ellas? ¿No procurarás, pues, con
mucha más diligencia que no se te caiga ninguna
migaja de lo que es más precioso que el oro y las
piedras preciosas?”.

Nótese como hace


la ablución de sus
dedos:

San Efrén: (306-373):

"Comed este pan y no piséis sus migas... una


partícula de sus migas puede santificar a miles
de miles y es suficiente para dar vida a todos los
48
que la comen".

Veamos lo que dice San Alfonso


María de Ligorio, Doctor de la
Iglesia, sobre la purificación de los
dedos en la Santa Misa:

«En seguida, bajadas las manos,


dice en secreto: Quid retribuam
Domino pro ómnibus que. Retribuit mihi? y entre tanto descubre el
Cáliz, hace genuflexión, se levanta, toma la patena, mira el corporal,
RECOGE CON LA PATENA LOS FRAGMENTOS, si los hay en él,
limpia también con diligencia la patena con el pulgar e índice de la
mano derecha sobre el cáliz, Y LOS MISMOS DEDOS, A FIN DE QUE
NO QUEDE EN ELLA ALGÚN FRAGMENTO.»


“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el
que en lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho”.
Lucas 16,10

“Si hay otras hostias consagradas puestas sobre el corporal, que
se han de conservar para otro tiempo, hecha antes una
genuflexión, las pone en el vaso destinado al efecto, Y OBSERVA
CON DILIGENCIA QUE NO QUEDE SOBRE EL CORPORAL
FRAGMENTO ALGUNO, AUNQUE MÍNIMO.”

Nótese como purifica el corporal con la patena:


“Después de limpiar la patena, unidos los pulgares e índices,
toma con la mano derecha el cáliz por debajo del nudo de la
copa, y con la izquierda la patena, diciendo: Calicem salutaris,
etc. Y signándose con el cáliz, dice; Sanguis Domini nostri, y
poniendo con la mano izquierda la patena debajo del cáliz,
estando derecho toma con reverencia todo el sanguis con la
partícula que está en el cáliz; todo lo que sumido, dice en
secreto: Quod ore sumpsimus, ele”.

Y alarga sobre el altar el cáliz al ayudante hacia el lado de la


Epístola, y se purifica con el vino, que le echa; EN SEGUIDA
PURIFICA LOS PULGARES E ÍNDICES SOBRE EL CÁLIZ que
enjuga con el purificador, diciendo entretanto: Corpus tuum.
Domine, quod sumpsi, etc. Toma la ablución y limpia la boca y el
cáliz con el purificador; luego después extiende el purificador
sobre el cáliz y encima de él pone la patena y sobre esta la
pequeña palia; y doblado el corporal, que vuelve a poner en la
bolsa, cubre el cáliz con el velo, y pone encima la bolsa y lo
49
coloca en medio del altar, como al principio de la misa.”
Ritual y pontifical Romano, 1831:


“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el
que en lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho”.
Lucas 16,10
Catecismo litúrgico, ordenado y dispuesto para instrucción de jóvenes
Eclesiásticos, sobre la Administración de la Eucaristía, 1799:

Al terminar las abluciones, el Sacerdote bebe las mismas que se


hicieron con vino y agua:

“El que teme a DIOS, nada descuida”


Eclesiastés 7, 19

San Hipólito (170-235):

"...Cada uno esté atento... que ningún fragmento


caiga y se pierda, porque es el Cuerpo de Cristo
que debe ser comido por los fieles y no
50
despreciado"

En fin, la Iglesia nunca ha descuidado y siempre ha tenido como


prioritaria la misión de cuidar las Santas Partículas por medio de
rúbricas convenientes, poniendo en práctica siempre el dogma de la
Transubstanciación:
“… si el Sacerdote, consumida la ablución, observa QUE HAN
QUEDADO ALGUNAS RELIQUIAS CONSAGRADAS, dice la
rúbrica (lit. 6. n. %.) que las tome, ORA SEAN PEQUEÑAS, ORA
GRANDES…”
“Suma el Sanguis con cuidado que nada quede en el cáliz ... 2.
Deje luego el cáliz sobre el corporal, y cubierta con la hijuela y
dicho con las manos juntas: Quod ore... PURIFÍQUESE LOS
51
DEDOS.”
“…lava y enjuga los dedos que han tocado el santo sacramento”
...
“Siempre que algún fragmento de la Hostia se haya adherido a
los dedos, sobre todo después de la fracción o de la Comunión
de los fieles, EL SACERDOTE DEBE LIMPIAR LOS DEDOS
sobre la patena y, o según la necesidad, lavarlos. Del mismo
modo, deben recogerse los fragmentos que hubiera fuera de la
52
patena.”
Ahora, si alguien “comulga en la mano”, conocemos que la SANTA
PARTÍCULA es depositada en la mano izquierda del fiel, en el centro,
(vimos anteriormente que el Sacerdote purifica solo sus dedos,
que, si utilizaría el centro de su mano para comulgar, también se
purificaría toda su mano), así que, para evitar el riesgo de que una
partícula caiga al piso o sufra profanación “involuntaria”, el fiel
debería: o bien hacer la ablución como hace el Sacerdote y sumir
esta ablución, o lamber la mano en donde recibió la comunión,
ahora nuevamente, vale preguntarnos: ¿Hacen esto los que
comulgan en la mano? ¿Creen de verdad en la
transubstanciación?
















“El que
desprecia lo
poco, poco a
poco se
precipitara”.
Eclesiástico 19,
1





“¡Maldito al que ejecute
fraudulenta o negligentemente
la obra de Dios!”.
Jeremías 48,10




Ojalá no seamos como los herejes protestantes que niegan la


presencia de JESÚS con todo su Ser en la partícula más nimia de la
Santa Hostia…













RAZÓN V: PORQUE ES UNA AUTOCOMUNIÓN


Hasta decir “La comunión en la mano” es un término erróneo.
Colocar la Sagrada Hostia en la mano de una persona no es darle
la Santa Comunión. El sacramento de la Santa Comunión consiste
en comer el Pan de Vida. En realidad, lo que sucede aquí es que
cada persona que recibe la Sagrada Hostia en su mano, se está
administrando a sí misma la Santa Comunión.
Veamos lo que dice el Misal Romano (2007) en los números 244 y
287 sobre recibir la comunión de manos del Sacerdote y
autocomulgar, que propiamente lo pueden hacer sólo ellos (los
Sacerdotes):
AUTOCOMUNIÓN
AUTOCOMUNIÓN
244. En seguida, el celebrante
principal, vuelto hacia el altar,
dice en secreto: El Cuerpo de
Cristo me guarde para la vida
eterna, y come
reverentemente el Cuerpo de
Cristo. Del mismo modo hacen
los concelebrantes,
DÁNDOSE ELLOS MISMOS
LA COMUNIÓN. Después de ellos, el diácono recibe del
celebrante principal el Cuerpo y la Sangre del Señor.
RECIBIR LA COMUNIÓN
RECIBIR LA COMUNIÓN

287. Si la Comunión del cáliz se


hace por intinción, quien va a
comulgar, teniendo la patena
debajo de la boca, se acerca al
sacerdote, quien sostiene el vaso
con las sagradas partículas y a
cuyo lado se sitúa el ministro que
sostiene el cáliz. El sacerdote
toma la Hostia, moja parte de ella
en el cáliz y, mostrándola, dice: El
Cuerpo y la Sangre de Cristo; quien va a comulgar
responde: Amén, RECIBE DEL SACERDOTE EL SACRAMENTO
EN LA BOCA, y en seguida se retira.



En el caso de la “comunión en la mano” cada persona se constituye
en su propio ministro de la Comunión (lo excepcional pasa a ser la
regla). De este modo, el ministerio de los sacerdotes (y de los
diáconos) o incluso el de los legítimos ministros extraordinarios de la
Santa Comunión, queda eclipsado o incluso anulado. Se ha
sugerido que esta práctica debería ser rebautizada como “auto-
comunión manual ordinaria”.

RAZÓN VI: PORQUE LA IGLESIA Y LOS SANTOS ESTÁN


EN CONTRA DE ESTA COSTUMBRE
Los Sumos Pontífices, los Santos, los Catecismos y los Sagrados
Concilios están en contra de la “comunión en la mano”, debido al
respeto y veneración que se debe tener para con las Sagradas
especies y hablan teológicamente de cómo sólo el Sacerdote es
aquel que lo puede tocar.
Catecismos:
Catecismo Del Santo Concilio De Trento Para Los Párrocos:

“Y atendiendo en el modo posible a la dignidad de tan


augusto Sacramento, no solamente fue dada a solos los
Sacerdotes la potestad de administrarle; sino que también
se prohibió por ley de la Iglesia, que ninguno sin estar
consagrado, se atreviese a manejar o tocar los vasos
sagrados, lienzos, y demás utensilios necesarios para el
53
Sacrificio, si no ocurría grave necesidad”

“A fin de salvaguardar en todo


lo posible la dignidad de
sacramento tan augusto, no
sólo es el poder de su
administración conferido
exclusivamente a sacerdotes,
pero LA IGLESIA TAMBIÉN
HA PROHIBIDO A LAS
PERSONAS NO
CONSAGRADAS, A MENOS QUE POR ALGÚN CASO
DE GRAN NECESIDAD SE REQUIERA SU
INTERVENCIÓN, DE ATREVERSE A MANIPULAR O
TOCAR LOS VASOS SAGRADOS, la ropa u otros
instrumentos necesarios para la Consagración. Los
sacerdotes mismos y el resto de los fieles pueden por lo
tanto comprender cuán grande debe ser la piedad y la
santidad de los que se acercan a consagrar, administran
54
o reciben la Eucaristía”.

SUMA MORAL PARA EXAMEN DE CURAS X. CONFESSORES: A la


luz de Santo Tomás de Aquino, de Fr. San Vicente Ferrer:

P. Los Legos, y mujeres, ¿pueden tocar inmediatamente el Cáliz,


Patena, y Corporales?
R. Que no. Porque, si actu contienen el Sacramento, nadie, sino
el Sacerdote (y a lo más, el Diácono) puede tocarles sin pecar
mortalmente, sino es que excuse la necesidad, o inadvertencia. Y
si no contienen actu las especies consagradas; solo les pueden
tocar (según el Derecho Común) Sacrati, Dominoque dicati
homines, esto es, los ordenados in sacris, y por privilegio los
otros ordenados, y los Sacristanes, aunque sean Legos. Y así el
tocarles los demás, es pecado, aunque no mortal, secluso
contemptu. Y por ello dispone el Derecho, que el primer lavatorio
de los Corporales, y Purificadores, debe hacerle el Sacerdote, o
Diácono; y el Concilio Remense supone, que puede hacerlo el
Subdiácono. Y lo misino se colige de S. Isidoro, é S.S Inocencio.
III. Pero después del primer lavatorio, pueden lavarles y
aderezarles, sin ningún escrúpulo, las Monjas, y demás mujeres,
55
por haber motivo razonable. Y esta es la praxis universal.
Compendio moral salmanticense según la mente del Angélico
Doctor:
P. ¿Pueden los Legos tocar lícitamente los vasos sagrados,
corporales y vestiduras benditas? R. Que, aunque por derecho
antiguo estuviese prohibido a los legos tocar las vestiduras
sagradas benditas por el Obispo, al presente pueden, según el
uso común, tocarlas las personas legas de ambos sexos,
especialmente para lavarlas, remendarlas, o componerlas. Los
vasos consagrados, como el cáliz, la patena, aunque estén
vacíos, no pueden tocarlos inmediatamente los legos, y pecarán
venialmente si los tocaren. Lo mismo decimos de las aras y
corporales. Los Religiosos legos que sirven a la sacristía, pueden
tocar estas cosas inmediatamente, por privilegio concedido a los
legos de los Menores que otros participan. En la prohibición dicha
56
no están incluidos los iniciados de prima tonsura.

Vemos que, si se prohibía tocar los Vasos Sagrados con las Sacras
Especies dentro, ¡Con cuánta mayor razón de tocar el venerable
Sacramento sin necesidad!

Concilios y Sínodos:
El Consejo de Rouen (alrededor del año 650): prohibió al ministro de
la Eucaristía colocar las sagradas especies en la mano de los
comulgantes laicos. ‘El que lo haga, habrá transgredido estas normas,
desprecia a Dios Todopoderoso y, al hacerlo, se han deshonrado a sí
57
mismos y deben ser retirados del altar’.
«Nulla autem laico aut feminae Eucaresthiam in manibus
58
ponat, sed tantum in os eius» .

También el Concilio de Constantinopla, “in Trullo” (692), prohibirá a


los fieles recibir la Eucaristía en la mano; y amenazó incluso con la
excomunión, durante una semana, a quien lo hiciera, así se tratase de
59
un obispo, un sacerdote o un diácono .

No está permitido tocar el cáliz ni los vasos sagrados a las mujeres ni


a los legos, según el Canon 70 del Concilio de Agda: Non oportet
insacratos ministros contingere vasa Domini.


Concilio de Braga:

Sínodo de Londres, en 1138, declaró que el laico podía llevar la


60
Comunión a un moribundo sólo en caso de necesidad .
Sínodo de York, en 1195, lo consentía al diácono, pero aún eso sólo
61
en caso de necesidad .
El concilio de Zaragoza 380: ex comulga a cualquiera que se atreva a
recibir la sagrada comunión en la mano. Esto fue confirmado por el
sínodo de Toledo.
En el Sínodo de Roma del año 404, celebrado bajo el Papa Inocencio
62
I (401-417) se impone el rito de la Comunión en la lengua .
En el Sínodo de Rouen (649-653), siguiendo la línea observada en
Roma, se prohíbe Comulgar en la mano, y se amenaza a los
63
sacerdotes que no cumplan estas disposiciones . Además, condena
la “comunión en la mano” para detener los abusos generalizados que
se produjeron a partir de esta práctica, y como salvaguarda contra
sacrilegios.
En el VI Concilio Ecuménico de Constantinopla (680-681) se
prohíbe a los fieles que comulguen por sí mismos, y se amenaza con
64
la Excomunión A LOS QUE TENGAN LA OSADÍA DE HACERLO.
Las siguientes prohibiciones son mantenidas por el Concilio de
Trento (1545-1563) de carácter dogmático.
Sacrosanto Concilio de Trento 1545 – 1565 dispuso:
“Siempre ha sido costumbre de la Iglesia de Dios, en la
Comunión Sacramental, que los laicos tomen la comunión
de manos de los sacerdotes, y que LOS SACERDOTES
celebrantes COMULGUEN POR SÍ MISMOS; costumbre que
por razón y justicia DEBE MANTENERSE por provenir de la
Tradición Apostólica” …el hecho de que SÓLO EL
SACERDOTE DA LA SAGRADA COMUNIÓN CON SUS
MANOS CONSAGRADAS, ES UNA TRADICIÓN
65
APOSTÓLICA”
El texto se refiere a la comunión en la boca, pues hacía ya muchos
siglos que había sido prohibida en la mano.

Los Santos:

Tertuliano: (160-220)

"...Cuidamos escrupulosamente que algo


66
del cáliz o del pan pueda caer a tierra".

San Hipólito: (170-235)


"...Cada uno esté atento... que ningún


fragmento caiga y se pierda, porque es el
Cuerpo de Cristo que debe ser comido por
67
los fieles y no despreciado".

San Cirilo de Jerusalén: (315-387)

"...Recíbela cuidando que nada de ella se


pierda, porque dime: si alguno te diese
unas limaduras de oro ¿no las guardarías
con toda diligencia procurando no perder
nada de ellas? ¿No procurarás, pues,
con mucha más diligencia que no se te
caiga ninguna migaja de lo que es más
precioso que el oro y las piedras
68
preciosas?".

San Efrén: (306-373)

"Comed este pan y no piséis


sus migas... UNA PARTÍCULA
DE SUS MIGAS puede
santificar a miles de miles y es
suficiente para dar vida a
69
todos los que la comen".



San Basilio el Grande: (330-379) afirma
claramente que sólo está permitido recibir
la “Comunión en la mano” en tiempos de
persecución o, como era el caso de los
monjes en el desierto, cuando no hubiera
un diácono o un sacerdote que pudiera
distribuirla:

"No hace falta demostrar que no
constituye una falta grave para una
persona comulgar con su propia mano en
épocas de persecución cuando no hay
70
sacerdote o diácono".

Lo que implica que recibirla en la mano en otras
circunstancias, fuera de persecución, será una grave falta.


S. Agustín de Hipona: (354-430)

“Sería locura insolente, el discutir qué se
ha de hacer cuando toda la Iglesia
Universal tiene ya una práctica
71
establecida”.

S. Francisco de Asís: (1182-1226)



“Sólo ellos, (los sacerdotes), deben
72
administrarlo, y no otros”.




Obispo Juan Rodolfo Laise de
San Luis OFMCap, 1997: 7.66
"En cuanto a la
‘Comunión en la mano’,
SE REQUERIRÍA UN
MILAGRO DURANTE
CADA DISTRIBUCIÓN
DE LA COMUNIÓN
PARA EVITAR QUE
ALGUNAS PARTÍCULAS
CAYESEN AL PISO O
PERMANECIESEN EN
LAS MANOS DE LOS
FIELES... HABLEMOS CLARAMENTE:
quien recibe la Comunión en la boca no
solo sigue exactamente la tradición
transmitida sino también el deseo
expresado por los últimos Papas y así
evita colocarse a sí mismo en la
ocasión de cometer un pecado al
negligentemente dejar caer un
fragmento del Cuerpo de Cristo.”

Padre John Hardon, S.J, 1 de noviembre, 1997 Llamado a (participar)


en un panel de discusión de la Conferencia Santa en Detroit, Michigan:
"Mientras concelebrábamos una Misa con el Santo Padre, se
nos prohibió terminantemente dar la Comunión en las manos.
La Comunión en la mano, se inició con la publicación del
Catecismo holandés sin permiso de nadie excepto de los
obispos – de hecho, en principio ellos se
separaron en sí de la Santa Sede-.
Entonces un país tras otro comenzó a
pedir permiso, lo cual los obispos
h o l a n d e s e s nunca pidieron, para
recibir
la

Comunión en la mano. La
Conferencia Episcopal (de
los EEUU) me pidió que
escribiera una defensa de la
Comunión en la lengua, y yo
pudiera hablar durante horas sobre esto.
En la muy, muy temprana Iglesia, la Comunión fue dada en
las manos. Sin embargo, a medida que la Fe de los Cristianos
se fue debilitando, para los siglos 5 y 6, la Comunión en la
lengua llegó a ser mandataria – y permaneció mandataria
hasta el siglo actual. DETRÁS DE LA COMUNIÓN EN LA
MANO – DESEO REPETIR Y EXPLICARLO TAN
CLARAMENTE COMO PUEDA – HAY UN DEBILITAMIENTO,
ENERVAMIENTO, CONSCIENTE, DE LA FE EN LA
PRESENCIA1REAL.
Y la Jerarquía americana tomó la mayoría – tres veces, los
que querían la Comunión en la mano seguían insistiendo e
insistiendo en ello –. Finalmente, mientras tanto, el
vicepresidente de la Conferencia Católica de Obispos me pidió
que defendiera la Comunión en la lengua, lo cual hice…
Cualquier cosa que usted puede hacer para detener la
Comunión en la mano será bendecida por Dios.”

Dietrich von Hildebrand, llamado un “doctor de la Iglesia del siglo 20”


por el Papa Pío XII, en un artículo titulado "La Comunión en la Mano
debe de ser Rechazada," 9 de noviembre, 1973:
"No puede haber duda alguna que la ‘Comunión en la mano’’ es
una expresión de la tendencia hacia la desacralización dentro de
la Iglesia en general y especialmente de la irreverencia al
acercarse a la Eucaristía... ¿POR QUÉ—POR EL BIEN DE DIOS—
SI LA ‘COMUNIÓN EN LA MANO’ LLEGASE
A SER INTRODUCIDA EN NUESTRAS
IGLESIAS CUANDO ES EVIDENTEMENTE
NOCIVA DESDE UN PUNTO DE VISTA
PASTORAL, CUANDO CIERTAMENTE NO
AUMENTA NUESTRA REVERENCIA, Y
CUANDO EXPONE A LA EUCARISTÍA A LOS
MÁS TERRIBLES ABUSOS DIABÓLICOS?
REALMENTE NO HAY ARGUMENTOS
SERIOS PARA RECIBIR LA “COMUNIÓN EN
LA MANO”. PERO SÍ HAY LAS MÁS SERIAS
Y GRAVES CLASES DE ARGUMENTOS EN CONTRA DE ELLO."

San Jerónimo: (347-420), secretario del Papa


San Dámaso, aplica la Doctrina Bíblica (Ex 19,5;
ISam 21,5) para descalificar la “Comunión en la
mano”:
“Si quienes habían estado con sus esposas
no podían comer los panes de la
Proposición… ¿Cuánto menos podrá ser
violado y tocado por ellos aquel Pan que
73
bajó del Cielo?”.

Orígenes: (185-254)

"Con qué precaución y veneración, cuando
recibís el Cuerpo del Señor lo conserváis,
de manera que no caiga nada o se pierda
algo del don consagrado. OS
CONSIDERARÍAIS JUSTAMENTE
CULPABLES SI CAYESE ALGO EN
TIERRA POR NEGLIGENCIA
74
VUESTRA".




Sumos Pontífices:

S.S Pablo VI comenta así este último texto de Orígenes:



"Consta que los fieles creían y con razón,
que pecaban, según recuerda Orígenes,
si, habiendo recibido el cuerpo del Señor,
y conservándolo con todo cuidado y
veneración, algún fragmento caía por
75
negligencia".



Peligros de continuar con la “comunión en la


mano”, según S.S Pablo VI:

“El que se llegue a una menor reverencia hacia el augusto
Sacramento del altar, ya a la profanación del mismo
76
Sacramento, ya a la alteración de la recta doctrina”.

S.S Pablo VI: El texto original de la ya


mencionada consulta a los Obispos sobre la
“comunión en la mano”, decía: “En nombre y
por encargo del Santo Padre, me es grato
comunicar...” Al leerlo, el Papa dijo al
encargado de redactar la carta:

- ¿Grato? ¡No me es grato para nada!

Y corrigió el texto de la siguiente forma:

“En nombre y por encargo del Santo Padre, es mi deber comunicar...”

En esa misma carta el Papa corrigió otra frase añadiendo de su puño y


letra lo que está en negritas:

“Por mandato explícito del Santo Padre que no puede dejar de


considerar la eventual innovación con evidente aprensión ...”

San Sixto I, Papa (a.115)


"Las Sagradas Especies no son para ser
manipuladas por otros que no estén
consagrados al Señor".
Ya San Sixto I, Papa (115-125) prohíbe a los laicos tocar los vasos
77
sagrados.
Con mayor razón hubo de prohibir la “Comunión
en la mano”.

En
la

época de San Justino (100-


166) sólo los diáconos dan la
78 79
Comunión a los fieles. Este uso es confirmado por la Didajé y por
S. Ignacio de Antioquia (+107).

Papa San Eutiquiano (275-283)

"Prohíban a los creyentes tomar la


Sagrada Hostia en la mano".
De 275 a 283 D.C., para que los laicos no toquen
las sagradas especies con sus manos, les
prohibió llevar el Santísimo Sacramento a los
enfermos: “Nullus praesumat tradere
communionem laico vel femminae anuncio
deferendum infirmo” (Que ninguno se atreva a
consignar la Sagrada Comunión a un hombre o
80
una mujer para que la lleven a los enfermos)

El Papa San León Magno (440-461), ya en el s. V, es un testigo inicial


de la práctica tradicional. En sus comentarios sobre el capítulo sexto
del Evangelio según San Juan se refiere a la comunión en la boca
como el uso habitual:
“Se recibe en la boca lo que se cree por la
fe” (“Hoc enim ore sumiter quod fide
81
creditur”).

"Enérgicamente defendemos y requerimos
a los creyentes obediencia en cuanto a1 la
práctica de administrar la Sagrada
Comunión en la lengua del creyente".
El Papa no habla como si se refiriera a una
novedad, sino como de un hecho bien
establecido.
El Papa no habla como si se refiriera a una novedad, sino como de
un hecho bien establecido.

Papa San Gregorio: También


llamado Magno, entre 590 y
82
604, en sus Diálogos relata
cómo el Papa San Agapito
obró un milagro durante la
Misa, después de haber
colocado la Hostia en la
lengua de una persona.
Ta m b i é n Juan el Diácono
nos habla acerca de esta manera de distribuir la
Santa Comunión por ese Pontífice.

San Pío X:

"Cuando se recibe la Comunión es


necesario estar arrodillado, tener la
cabeza ligeramente humillada, los ojos
modestamente vueltos hacia la Sagrada
Hostia, la boca suficientemente abierta y la
lengua un poco fuera de la boca
83
reposando sobre el labio inferior".
Y Contestando a quienes le pedían autorización
para comulgar de pie alegando que: los
israelitas comieron de pie el cordero pascual les
dijo:

"El Cordero Pascual era tipo (símbolo,


figura o promesa) de la Eucaristía. Pues
bien, los símbolos y promesas se reciben
de pie, MAS LA REALIDAD SE RECIBE
DE RODILLAS y con amor".

Cuando estaba este


Santo Pontífice en su
lecho de muerte, en
agosto de 1914, y se le
administró la Sagrada
Comunión como
Viático, no la recibió en
la mano, y no le estaba
permitido: la recibió en
la lengua de acuerdo a
la ley y a la práctica de
la Iglesia Católica.

Si Él que, siendo el mismo sucesor de San Pedro y Sacerdote, con


todo el poder de las llaves, pudo más que nadie AUTOCOMULGAR
es decir “comulgar en la mano” y no lo hizo, es por el simple hecho
de su HUMILDAD y del hecho de que no se toca la Sagrada Hostia
INNECESARIAMENTE.

S.S El Papa Benedicto XVI recordando las palabras de San Agustín


“nemo autem illam carnem manducat, nisi prius adoraverit; peccemus
84
non adorando”, subraya que “recibir la Eucaristía significa ponerse
en actitud de adoración hacia aquel que recibimos (...) sólo en la
85
adoración puede madurar una acogida profunda y verdadera”.
Dijo, además, luego de restaurar la Santa Misa Tridentina (que por
cierto nunca fue abrogada) el 16 de junio del 2008:

'"Estoy convencido de la urgencia de


dar de nuevo la hostia en la boca a
los fieles, sin que la toquen, y de
volver a la genuflexión como signo de
respeto"

San Juan Pablo II


no estuvo a favor de que se comulgue en la
mano invocando el indulto, cuando se le
entrevistó en Alemania haciendo alegoría
sobre la “comunión en la mano”:

Periodista: - Santo Padre, ¿Cuál es su


opinión sobre la “comunión en la mano”?

A lo que el Papa responde: - Hay una carta


apostólica sobre un permiso especial válido
para esto. Pero yo le digo a Ud. que NO
ESTOY A FAVOR DE ESTA PRÁCTICA, NI
TAMPOCO LA RECOMIENDO. EL PERMISO FUE OTORGADO
DEBIDO A LA INSISTENCIA DE ALGUNOS OBISPOS
86
DIOCESANOS.

Y para que nadie interpretase de otra forma estas palabras, tres meses
después, ante las cámaras de la televisión francesa, negaba la
“Comunión en la mano” a la esposa del primer ministro Giscard
d’Estaing.

En su Carta “Domenica Cenæ”, de 24 de febrero de 1980, el Papa S.


Juan Pablo II dice:

“El tocar las Sagradas Especies y su distribución con las


propias manos, es un privilegio de los ordenados”.
En la Instrucción “Inestimabile Donum” de la Congregación para el
Culto Divino, sancionada el día 17 de abril del mismo año de 1980, el
Papa reitera:

“No se admite que los fieles tomen por sí mismos (auto-


comunión) el pan consagrado y el cáliz sagrado” …

Como suplemento a todo esto, la enseñanza de Santo Tomás de


Aquino, en su gran Summa Teológica, lo confirma. Así lo explica:

“La administración del Cuerpo de Cristo corresponde al


sacerdote por tres razones.”

“Primera, porque él consagra en la persona de Cristo. Pero


como Cristo consagró Su Cuerpo en la (Ultima) Cena, así
también ÉL lo dio a otros para ser compartido con ellos. En
consecuencia, como la consagración del Cuerpo de Cristo
corresponde al sacerdote, igualmente su distribución
corresponde a él.
“Segunda, porque el sacerdote
es el intermediario designado
entre Dios y el pueblo, por lo
tanto, corresponde a él ofrecer
los dones del pueblo a Dios.
Así, corresponde a él distribuir
al pueblo los dones
consagrados.

“Tercera, porque por


reverencia a este Sacramento,
nada lo toca sino lo que está
consagrado, ya que el corporal
y el cáliz están consagrados, e
igualmente las manos del
sacerdote para tocar este
Sacramento. Por lo tanto, no
es lícito para nadie más tocarlo, excepto por necesidad, por
ejemplo, si hubiera caído en tierra o también el algún otro
87
caso de urgencia”.

Santo Tomás de Aquino ya había definido la Sagrada Eucaristía:


“latens Deitas”. La fe en la presencia real de Cristo bajo las especies
eucarísticas, pertenecía ya entonces a la esencia de la fe de la Iglesia
Católica y era parte intrínseca de la identidad de ella. Era evidente que
no se podía edificar la Iglesia si esa fe fuese mínimamente
menoscabada. Por lo tanto, la Eucaristía, Cuerpo de Sangre de Cristo,
Dios en medio de nosotros, debía ser acogida con estupor, máxima
reverencia y actitud de humilde adoración.

Conclusión.
Santo Tomás de Aquino junto con gran cantidad de Santos, Sumos
Pontífices, Concilios, y Catecismos de la Iglesia Católica, nos
recuerdan que la veneración debida requiere que el Santísimo
Sacramento sólo sea tocado por lo que ha sido consagrado. El
cristiano, mediante el bautismo, ha sido consagrado para recibir al
Señor en la Santa Comunión, pero no para distribuir la Sagrada Hostia
a otros ni para tocarla si no hay necesidad.

“Tocar las sagradas especies y distribuirlas con sus propias manos


88
es un privilegio del que ha sido ordenado”.

RAZÓN VII: PORQUE NO HAY URGENTE NECESIDAD


DE TOCAR EL SACRAMENTO
Es de unánime opinión de los teólogos y de San Alfonso María
de Ligorio, que SÓLO PODÍAN ADMINISTRARSE A SÍ MISMO LA
COMUNIÓN, es decir, como vimos antes, “comulgar con la
mano” o “en la mano” sólo en caso de extrema necesidad, en
tiempo de persecución, en riesgo de muerte, o cuando no haya
Sacerdote:
Para resumir, la práctica era que se podía tocar la Hostia cuando no
hacerlo equivalía a quedar privado del Sacramento. Pero cuando
había un sacerdote, no se la recibía en la mano. Así, San Basilio
(330-379) afirma claramente que sólo está permitido recibir la
“Comunión en la mano” en tiempos de persecución o, como era el
caso de los monjes en el desierto, cuando no hubiera un diácono o
un sacerdote que pudiera distribuirla:
“No hace falta demostrar que no constituye una falta
grave para una persona comulgar con su propia mano en
épocas de persecución cuando no hay sacerdote o
89
diácono”
El Santo basa su opinión en la costumbre de los monjes solitarios,
que reservaban el Santísimo en sus celdas, y en ausencia de
sacerdote o diácono, se daban a sí mismos la Comunión.
San Basilio el Grande consideraba la “Comunión en la mano” tan
irregular que no vaciló en considerarla una grave falta.
Habiendo cesado las persecuciones y la emergencia de la falta de
lugares de culto y de material litúrgico que imponían la administración
de la Comunión no en la Iglesia, he aquí que nacen las “casas de
Dios”, el altar y la atención a no perder los fragmentos eucarísticos.

Veamos lo que dice San Alfonso María de


Ligorio, y otros teólogos sobre el ministro
ordinario y extraordinario de la comunión:

§ 7. — Ministro de la distribución de la
Eucaristía.
“El sacerdote es el ministro ordinario de la
distribución de la Eucaristía: «Semper in
Ecclesia Dei mos fuit (dice el Tridentino) ut laici
a sacerdotibus commimionem acciperent, sacerdotes autem
celebrantes se ipsos coramunicarent; qui mos tanquam ex
traditione apostolica descendens retineri debet.» (Sess. 23, cap.
8).”
“Los diáconos son también ministros de la comunión; PERO SOLO
MINISTROS EXTRAORDINARIOS, en cuanto se les puede cometer
por el obispo, y, a veces, por el párroco, la facultad de administrarla, no
solo en extrema, sino también en grave necesidad.”
90
“Algunos teólogos citados por S. Alfonso Ligorio opinan, que no solo
el diácono sino el subdiácono, el clérigo inferior y hasta el lego
(considérese como lego al hermano religioso que no forma parte del
Clero), A FALTA DE CLÉRIGO, podría ministrar la comunión a los
fieles EN CASO DE EXTREMA NECESIDAD. Menester, es decir, sin
embargo, que la antigua disciplina, que esos teólogos invocan en su
apoyo, dejó de existir hace siglos, y que, atendida la contraria práctica,
hoy día universalmente vigente, SERIA MENOS MAL PERMITIR QUE
MURIERA EL ENFERMO SIN LA COMUNION, cuya efectiva recepción
no es de absoluta necesidad para salvarse, QUE EL ADMINISTRARLA
DE UNA MANERA QUE PUDIERA COMPROMETER A LOS OJOS DE
LOS FIELES, EL RESPETO DEBIDO AL MAS AUGUSTO Y SANTO
DE TODOS LOS SACRAMENTOS.” (Nótese que antes se prefería la
muerte del enfermo a faltar el respeto debido al más Augusto y Santo
de los Sacramentos).

Memorandum litúrgico-teológico, para uso de los párrocos y demás
ministros Sagrados por el Presbítero D. Bernardo Sala Monje
Benedictino de Monserrat, 1867:

Habla en este Diccionario teológico, también sobre el hecho de


tocar el Santo Sacramento sólo en suma necesidad:

“¿Puede alguno comulgarse a sí mismo en caso de necesidad?
- EN CUANTO AL SACERDOTE, sienten generalmente los
teólogos, que NO PUDIENDO CELEBRAR Y FALTANDO OTRO
SACERDOTE, podría COMULGARSE A SÍ MISMO, no solo en
caso de necesidad, sino también por devoción; cuidando, empero,
de precaver EL ESCÁNDALO O ADMIRACION DE LOS FIELES;
DERECHO QUE MUCHOS CONCEDEN TAMBIEN AL DIÁCONO.
Y en efecto, no se le habría de negar, al menos, en caso de grave
necesidad, Y FALTANDO EL MINISTERIO DEL SACERDOTE;
porque si en un caso semejante PUEDE DAR LA COMUNION A
OTROS ¿por qué no podría también comulgarse a sí mismo? Esos
derechos también le tengan, en caso de grave necesidad, no solo
los clérigos inferiores al diácono, sino hasta los legos; pues que por
una parte urge, EN PELIGRO DE MUERTE, el precepto divino de la
91
comunión…”
RAZÓN VIII: POR LA OPOSICIÓN DE LOS OBISPOS A
ESTA COSTUMBRE
La gran mayoría de Obispos encuestados por S.S Pablo VI para
ver si se debía permitir la “comunión en la mano” estuvieron en
total desacuerdo, según Memoriale Domini de S.S Pablo VI, por
ende no es correcto decir que la Iglesia “lo ha aprobado” del
todo.:…………………………………………………………..
………………….………………

Fueron propuestas a los Obispos tres cuestiones, a las que, hasta el


día 12 del mes de marzo último, respondieron del modo siguiente:
1. ¿Se ha de acoger el deseo de que, además del modo
tradicional, se permita también el rito de recibir la sagrada
“comunión en la mano”?
Placet (Sí): 567;
Non placet (No): 1.233;
Placet iuxta modum (Sí bajo condición): 315;
Votos inválidos: 20.

2. ¿Place que se hagan antes experimentos de este nuevo rito en


pequeñas comunidades, con el consentimiento del Ordinario del
lugar?
Placet: 751;
Non placet: 1.215;
Votos inválidos: 70.

3. ¿Piensa que los fieles, después de una preparación


catequética bien ordenada, han de recibir de buen grado este
nuevo rito?
Placet: 835;
Non placet: 1.185;
Votos inválidos: 128.

Entonces el mismo Papa Pablo VI


PROHIBE LA COMUNIÓN EN LA
MANO EL CUAL LO CONSIDERA
UN CAMBIO OFENSIVO, luego de
hacer una encuesta a todos los
Obispos del mundo, que: «Sobre
2.136 votantes sólo el 26,6% votó
92
a favor...» de comulgar en la mano. Veamos la historia:
Es bien conocido que la “comunión en la mano” comenzó a difundirse
durante el comienzo de la década de 1960 en los círculos católicos de
Holanda. Porque la “comunión en la mano” se la vio como un
arqueologismo. Entonces comenzó como un remedo del uso
protestante o, lo que parece más probable, como un falso
“arqueologismo”, esto es, como una idolatría de supuestas costumbres
de la Iglesia antigua. Esto implicó un olvido (¡o una negación!) de la
verdad y de la aclaración de la doctrina de la Eucaristía Católica hacia
una forma más inteligible e inequívoca. Implicó un rechazo de lo que,
en realidad, nos había sido legado con la evolución natural de la
Liturgia. Se trató de un caso de flagrante desafío y desobediencia a la
autoridad eclesiástica y a su ley. El deseo de esta costumbre no
procedió de la autoridad suprema de la Iglesia, que se oponía a ella, ni
tampoco de las filas de los fieles de Cristo (quienes, por definición,
mantienen su fe en el dogma de la transubstanciación) que jamás
solicitaron semejante práctica.

Monseñor Juan Rodolfo Laise OFMCap, Obispo de San Luis,


Argentina, comenta en su libro: Comunión en la Mano, sobre lo que
sucedió en realidad con el indulto y esta costumbre:

EL PAPA DECIDE NO PERMITIR LA “COMUNIÓN EN LA MANO


Advertencia sobre los peligros que conlleva el cambio
Memoriale Domini:

1277.- «Este modo de distribuir la santa Comunión, (en la


boca), considerado el estado actual de la Iglesia en su
conjunto, debe ser conservado no solamente porque se
apoya en un uso transmitido por una tradición de muchos
siglos, sino principalmente, porque significa la reverencia
93
de los fieles cristianos hacia la Eucaristía.»


Y continúa Su Santidad:

1278.- «Con esta manera tradicional, se asegura más
eficazmente que la Sagrada Comunión sea distribuida con la
reverencia, el decoro y la dignidad que le son debidas, de modo
que se evite todo peligro de profanar las sagradas Especies
Eucarísticas, en las que "de modo singular está presente todo y
entero Cristo, Dios y hombre, de manera substancial y
94
permanente.
Por último, se asegura que el esmero diligente sobre los
fragmentos del pan consagrado que la Iglesia siempre ha
recomendado: "Pues lo que has dejado caer, considéralo como
95
imputado de tus propios miembros"
1279 Pues, UN CAMBIO EN UN ASUNTO DE TANTA
IMPORTANCIA que se apoya en una antiquísima y venerable
tradición, además de lo que toca a la disciplina, puede traer
consigo también peligros, que se teme que quizá surjan del
nuevo modo de administrar la Sagrada Comunión, a saber: el que
se llegue ya a una menor reverencia hacia el augusto
Sacramento del Altar, ya a la profanación del mismo Sacramento,
ya a la adulteración de la recta doctrina...
1280... Consiguientemente, a partir de las respuestas dadas, es
evidente que LA INMENSA MAYORÍA DE LOS OBISPOS estima
que de ninguna manera se debe cambiar la disciplina actual; más
aún, si se cambiara, este cambio sería ofensivo, tanto para la
sensibilidad como para la espiritualidad de estos mismos obispos
y de la mayoría de los fieles.
Decisión definitiva del Papa
1281 Así, pues,
teniendo en cuenta las
advertencias y los
consejos de aquellos a
quienes el ESPÍRITU
SANTO ha puesto
como obispos para regir
la Iglesias, en razón de
la gravedad del asunto
y la fuerza de los
argumentos aducidos, AL SUMO PONTÍFICE NO LE
PARECE OPORTUNO MUDAR EL MODO HACE
MUCHO TIEMPO RECIBIDO DE ADMINISTRAR A LOS
FIELES LA SAGRADA COMUNION"

Esto es, en síntesis, lo que la Instrucción Memoriale Domini quiere


96
comunicar, es decir, “EL FIN DEL DOCUMENTO"» comenta Mons.
Laise, la ratificación y vigencia en todo su vigor como ley universal
dentro de la Iglesia de comulgar en la boca.
Se debe destacar que la legislación pertinente de S.S Pablo VI nos
“urge y exhorta enfáticamente” a todos a recibir la comunión en la
forma tradicional, denominada oficialmente como “la más reverente”.

E incluso el C. Vaticano II nos ofrece doctrina para descalificar la


práctica a la que nos referimos:

“Aunque cada uno de


los Prelados, por sí
solo, no posea la
prerrogativa de la
Infalibilidad, sin
embargo, si todos
ellos, aun estando
dispersos por el
mundo, pero
manteniendo el
vínculo de comunión
entre sí y con el
Sucesor de Pedro,
convienen en un mismo parecer como Maestros auténticos que
exponen como definitiva una Doctrina, en las cosas de la Fe y de
costumbres, en ese caso, anuncian infaliblemente la Doctrina de
97
Cristo”.

Y la mayoría de Obispos convino en que la Comunión en la mano iba a


ser perjudicial para la Iglesia. Se ha roto, pues, con la Tradición, uno
de los Pilares de la Iglesia.
Pero, el daño ya estaba hecho, la “comunión en la mano” se había
difundido, a pesar de los intentos del Papa por evitarlo, por eso, «la
Carta enviada por el Consilium en nombre del Papa a todos los
obispos junto con la ficha de votación decía: «"En los países y en las
regiones donde la nueva práctica de poner la partícula en la mano
se ha introducido parece cada vez más difícil, si no directamente
imposible, impedirla". El mismo Pablo VI, en el apunte autógrafo en
el que propuso el esquema de MD, dice: "ha de tenerse presente que
el uso o el abuso de la distribución de la sagrada “comunión [en la
mano”] está ya ampliamente difundido en algunos países y que los
obispos [por ejemplo el Cardenal Suenens, etc.] no cree posible
reprimirlo”.
También el Cardenal Gut, el Prefecto de la Congregación del Culto
Divino que firmó MD, en una entrevista publicada el 20 de julio de
1969, da testimonio de aquellos tiempos difíciles: "Hasta el presente se
había permitido a los obispos autorizar experiencias, pero con
frecuencia se han franqueado los límites de esta autorización y
muchos sacerdotes han simplemente hecho lo que han querido.
En ese caso, lo que ha ocurrido algunas veces es que ellos se han
impuesto. Estas iniciativas, tomadas sin autorización, con frecuencia
no podían ser detenidas porque se habían expandido demasiado
lejos. Con su gran bondad y prudencia, el Santo Padre ha con
frecuencia cedido, y muchas veces lo ha hecho contra su
98
voluntad."»
Y es así que el Papa concede la posibilidad del INDULTO para las
situaciones irregulares, que obviamente no significa cambiar la
comunión en la boca por recibirla en la mano:
Actitud ante las situaciones irregulares

1282. Pero si en alguna parte el uso contrario, es decir, el


de poner la Santa Comunión en las manos, hubiera
arraigado ya, la misma Sede Apostólica, con el fin de
ayudar a las Conferencias Episcopales a cumplir su oficio
pastoral, con frecuencia más difícil que nunca por la
situación actual, confía a estas mismas conferencias la
carga y el oficio de sopesar las circunstancias peculiares,
si las hay, con la condición, sin embargo, tanto de
prevenir todo peligro de que penetren en los espíritus la
falta de reverencia o falsas opiniones sobre la Santísima
Eucaristía, como también que se quiten con todo cuidado
99
otros inconvenientes.

En 1969 la Instrucción Memoriale Domini estableció que, donde lo


creyeran conveniente las Conferencias Episcopales, por más de dos
tercios de votos de sus Obispos, se podía dejar a los fieles la libertad
de recibir la “comunión en la mano".
Decir que "más de un tercio veía la posibilidad con buenos ojos",
cuando Memoriale Domini dice "a partir de las respuestas dadas, es
evidente que la inmensa mayoría de los obispos estima que de
ninguna manera se debe cambiar la disciplina actual", es desvirtuar la
realidad histórica y el pensamiento de Pablo VI; pero afirmar que
"dicha instrucción estableció que, donde lo creyeran conveniente las
Conferencias Episcopales, por más de dos tercios de votos de sus
Obispos, se podía dejar a los fieles la libertad de recibir la “comunión
en la mano", es faltar a la verdad; lo que la MD estableció es que la ley
que determinaba que la comunión debía darse solamente en la boca
del fiel continuaba vigente y sin cambios. Concedió, es cierto, un
indulto, pero no "donde lo creyeran conveniente la Conferencias
Episcopales" sino donde el uso "hubiera arraigado ya" (año 1969),
100
poniendo serias condiciones.»
¿Por qué el Papa concede el indulto si sabe las consecuencias?
Con el indulto no se busca derogar la comunión en la boca.
«No se concede un bien sino algo de suyo MUCHO MÁS
IMPERFECTO “comunión en la mano” que la ley general en vigor
comunión en la boca. Esta concesión se debe a la decisión
prudencial de TOLERAR un uso peligroso para evitar un mal
101
mayor (la desobediencia generalizada)»
«Es más, la solución deseada hubiera sido cerrar la puerta a toda
concesión, pero se la adoptó temiendo "una reacción violenta en
algunas zonas y una desobediencia más difundida donde el uso
102
ya esté introducido”»






A pesar que
aquella solución
hubiera tenido
«el apoyo de la mayoría absoluta, evitaría las consecuencias
negativas, temidas a causa del uso de la “comunión en la mano” y
tendría el apoyo de amplia parte del clero y de los fieles».
103
Considerando todo esto el indulto fue aceptado, pero «cuya
104
concesión fue fruto de la política del "hecho consumado"». Y el
2 de octubre de 1968 hubo una reunión de los secretarios de los
dicasterios involucrados y la situación, con respecto a la “comunión en
la mano”, es que «el uso está ya introducido y es difícil impedirlo, sin
embargo, parece preferible regularlo; no toca el dogma sino sólo la
disciplina. Los peligros: coexistencia de dos modos de distribuir la
comunión, debilitamiento del culto hacia la Eucaristía, peligro de
105
profanaciones, ceder a una imposición venida de abajo.»
Conclusión:
La “comunión en la mano” se introdujo sin autorización. Vemos que los
mismos Obispos, como sucesores de los Apóstoles en cuanto a
jurisdicción de la Santa Iglesia a quienes "el Espíritu Santo ha puesto
como obispos para regir la Iglesias”, en razón de la gravedad del
asunto y la fuerza de los argumentos aducidos, AL SUMO PONTÍFICE
NO LE PARECE OPORTUNO MUDAR EL MODO HACE MUCHO
TIEMPO RECIBIDO DE ADMINISTRAR A LOS FIELES LA
SAGRADA COMUNION.
S.S Pablo VI se opuso tenazmente a permitirla, pero decidió otorgar un
indulto sólo donde el uso estaba ya arraigado y esto con el propósito
de "ayudar a las Conferencias Episcopales a cumplir su oficio pastoral,
con frecuencia más difícil que nunca a causa de la situación
106
actual"»
En fin, comenta Mons. Laise:

107
“La introducción de este uso ha sido ILEGAL y ABUSIVA» «En
realidad el fin de MD no fue instrumentar la adopción de la
108
“comunión en la mano” sino mantener su prohibición».

*Monseñor Juan Rodolfo Laise decidió no
acogerse al indulto (permiso para dar la
“comunión en la mano”), en la diócesis de
San Luis, Argentina. Allí está prohibido
comulgar en la mano. Él mismo lo ha
demostrado porqué.

Nos dice:

«La carta pastoral por la cual se
concede el indulto no da la facultad de
aplicarlo a la Conferencia Episcopal,
sino a cada obispo para su diócesis.
Además: Si el obispo no lo hace,
queda vigente la ley universal que
prohíbe la comunión en la mano. Por
lo tanto, cuando en una diócesis no
se adopta el indulto, no es el obispo quien prohíbe la
109
comunión en la mano, sino el Papa.»















RAZÓN IX: POR SER FRUTO DE UNA REBELDÍA


MINORITARIA
La “comunión en la mano” es fruto de la desobediencia de
algunos Obispos como vimos en el punto anterior, por lo que no
pecamos diferente de los que desobedecieron al Papa sus
intentos de terminar con esta práctica.

«Conociendo la historia de este rito REINTRODUCIDO


CLANDESTINAMENTE, DIFUNDIDO EN BASE A
EQUÍVOCOS Y CONFIRMADO POR MEDIO DE
DESOBEDIENCIAS INQUEBRANTABLES... imponiendo
a lo largo de veintisiete años un uso al que el Papa no
quería autorizar por considerarlo peligroso para el bien de
la Iglesia, hasta que lograron finalmente que se
110
extendiera por casi todo el mundo.»

La “comunión en la mano” surge de la


desobediencia a las leyes de la Iglesia, en la
persona del Papa S.S Pablo VI. Debemos
tener siempre presente que es ley vigente
en la Iglesia comulgar en la boca y que la
“comunión en la mano” es "solamente un
indulto", un permiso extraordinario,
introducido para no dejar fuera de la Iglesia
a quienes abusivamente iniciaron esta
desacralizadora costumbre contrariando las normas de la Iglesia, como
explicó el cardenal Gut. Lamentablemente esto trajo una inaudita
novedad: introducir el principio de la desobediencia como fuente de
ley.
La “nueva disposición” no ha emanado de la Santa Sede, ¡sino de un
Episcopado progresista!
La “concesión” de dar la “Comunión en la mano” no ha sido ni
recomendada por la Santa Sede y tampoco justificada, por lo cual no
comporta ningún deber para nadie. Porque, concediendo esta
“posibilidad”, la Santa Sede no ha conferido a los fieles ningún
derecho, en el sentido jurídico del término, ¡ni ningún deber de hacerlo
por parte del sacerdote! ¡Por cierto!
¿Cómo va a ser bueno practicar una excepción que introdujo la
rebelión como fuente de ley y como una concesión a la rebelión
desacralizadora?



RAZÓN X:
PORQUE SE
DESOBEDECE A
DIOS
Debemos obedecer
a DIOS antes que a los hombres:
¿Y la “obediencia” al Obispo?
Se responde: no siempre es “obediencia” la ejecución material
de una orden; como no siempre es “desobediencia” el rechazo
de seguir materialmente una orden. Depende de la legitimidad
que la misma contiene o no.

En verdad, San Roberto Belarmino, Suárez y Torquemada enseñan
unánimemente la obligación de resistir a una orden que sea
111
contraria al bien común de la Iglesia.








Enseña San Tomás de Aquino que tenemos el derecho, y aun el deber,
de desobedecer a ciertas órdenes de los superiores de la Iglesia, por
las mismas razones que no debemos obedecer a los dirigentes
políticos en todas las cosas.
Él afirma que hay dos casos de FALSA OBEDIENCIA u obediencia
ilícita, o sea, donde no se debe obedecer. Éste se da cuando
justamente el mandato del superior contradice claramente un
mandato de orden superior, sobre todo de Dios. Sería el caso de
una autoridad que obligara a cometer pecado. Allí se aplicaría el
principio expresado en el libro de los Hechos: “Hay que obedecer
a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5,29).

Los Sacerdotes que al dar la “comunión en la mano” dicen estar
obedeciendo al Obispo, en realidad lo que hacen es desobedecer a
DIOS, puesto que DIOS prohíbe la profanación de las Sagradas
Especies. Además, como vimos en la razón Nº VI, los Sumos
Pontífices, quienes representan al mismo DIOS, han pedido que se
sometieran a la tradición de la comunión en la boca (Desde San Sixto
I, Pablo VI, hasta Benedicto XVI).

Por eso los Sacerdotes y Obispos que NO dan


la comunión en la mano, obedecen al Papa y a
DIOS antes que, a los hombres (modernistas),
un gran ejemplo de estos es Monseñor Juan
Rodolfo Laise, OFMCap, que decidió no
acogerse al indulto (permiso para dar la
“comunión en la mano”), en su diócesis de San
Luis, allí está prohibido comulgar en la mano,
así también el Obispo de la Diócesis de Oruro, Bolivia, Monseñor
112
Cristóbal Bialasik , y Mons. Athanasius Schneider, obispo de
Kazajistán (que por cierto nos da una clara explicación sobre porqué el
llamado: “Camino Neocatecumenal” es un caballo de troya introducido
113
en la Iglesia , con apariencia de “vuelta a las fuentes”, por su liturgia
que contradice la Venerable Tradición de la Iglesia y pone en duda si
creen en el Canon Nº3 del Concilio de Trento, Sobre la presencia
114
absoluta de CRISTO en cada fragmento Eucarístico , por su manera
deplorable de “comulgar ¡sentados! y en la mano” y otros errores
litúrgicos).
San Juan Pablo II negando la “Comunión en la mano” a la esposa del primer ministro Giscard d’Estaing.


San Juan Pablo II negando la “Comunión en la mano” a la esposa del primer ministro Giscard d’Estaing.



Al ver a Hermanos del “Camino Neocatecumenal” “comulgando”
sentados y “en la mano”, uno se pregunta si de verdad aman a la
Iglesia y su tradición, porque se ve claramente que desoyen su voz
y sus mandatos por seguir arqueologismos:

Sagrada congregación para el Culto Divino:

“Se debe poner especial cuidado, en no permitir que partículas


del pan Eucarístico, caigan al suelo o sean
115
desparramadas…”

“El que teme a DIOS, nada descuida”


Eclesiastés 7, 19











“El
que

desprecia lo poco, poco a poco se


precipitara”.
Eclesiástico 19, 1





Pbro. Dr. Luigi Villa en su libro:


¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es
Sacrilegio!, Conclusiones, p.53:
Entre las razones que hacen ilegítima
una orden, está aquella de ser contrastante e incompatible con
la Ley de Dios y de lo que de ella deriva.
Por ejemplo: la Ley de Dios no veta explícitamente el aborto,
pero condena expresamente el homicidio: Porque no es posible
abortar sin matar, ¡el aborto es condenado por la Ley de Dios!
Por lo tanto, quien ordena abortar, da una orden ilegítima,
porque va contra la Ley de Dios.
Ahora, esto vale también - ¡y mucho más! - para el delito de
quien profana las Sacras Especies, como se hace ciertamente
con la “Comunión en la mano”. También aquí el razonamiento
es idéntico: la Ley de Dios no prohíbe explícitamente la
“Comunión en la mano”, pero prohíbe, sin embargo, la
profanación de las Sagradas Especies.
Y porque no es posible dar la “Comunión en la mano” sin
causar, antes o después, la dispersión
de los fragmentos Eucarísticos y,
entonces, causar la profanación de las
Sagradas Especies, resulta que ¡la
“Comunión en la mano” es prohibida por
la Ley de Dios! Y ¿cómo puede un
superior mandar lo que Dios no quiere?
*
Una tal orden humana, en contraste con
una orden divina, no puede y no debe
ser seguida, porque hay que «¡obedecer
116
a Dios antes que a los hombres!
Luego, en primer lugar, la “Caridad”, dice San Tomás de Aquino, “es
117
una virtud mayor que la obediencia” . La mayor caridad es la
salvación de las almas. Dijo Nuestra Señora en Fátima: “Si hicieran lo
118
que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz”. Ella
más que nadie busca la salvación de las almas, porque es la más ley
más importante, puesto que es para la eternidad. Y, como la Santa
Iglesia enseña y profesa, la salvación de las almas es su primera
119
ley.

Aquí está en juego el alma de los que “comulgan en la mano” y la dan,


porque prefieren la “obediencia” de un indulto que en realidad sirvió
para no causar un cisma u otra desobediencia al Santo Padre Pablo VI
120
de los Prelados Modernistas que promovían esta costumbre , que
salvar su alma, es decir, OBEDECER a lo que los Papas, Santos,
Concilios y DIOS mismo, que han tratado sobre la comunión en la
mano: “Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el
121
cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí”.
En segundo lugar, es materia de sentido común – y nadie tiene más
sentido común que Santo Tomás de Aquino-. Ninguna autoridad de la
Iglesia puede pedir obediencia a las órdenes injustas y contrarias al
bien común de la Iglesia o a la Ley divina misma, o a un simple bien
humano si de ello resultase un mal indebido. Por ejemplo, hasta si el
Papa diese orden para todos los católicos que durmiesen en el suelo
durante el resto de la vida como penitencia, podríamos rechazar a
obedecer a una tal orden, por representar una carga indebida sobre el
bien humano y la necesidad del sueño.
“Toda voluntad – dice el Doctor Angélico- debe obedecer al imperio
122
divino” Por esto: “hay que obedecer primero a Dios que a los
123
hombres” , “pues puede suceder que los preceptos (órdenes) de los
124
prelados (superiores) sean contra Dios.”
En tercer lugar, como enseña San Tomás de Aquino, puede
distinguirse tres clases de obediencia: una suficiente para la salvación,
que consiste en obedecer a lo que se está obligado; otra perfecta, la
cual obedece en todas las cosas lícitas; otra indiscreta que obedece
125
también en las cosas ilícitas . La obediencia indiscreta es contraria
a la ley de Dios y, consecuentemente, es un tipo de obediencia que
nosotros nunca debemos prestar. La obediencia indiscreta es, pura y
simplemente, un pecado. Esta última es una falsa obediencia y
obediencia viciosa, o anti-obediencia, anti-virtud.
Se puede dar el caso así, de leyes humanas que no son la expresión
de la ley eterna, que sean en consecuencia injustas. Según Santo
Tomás una ley puede ser injusta de dos maneras: uno por ser contrario
al bien humano; otro por ser contraria al bien divino (por ejemplo: ley
del tirano induciendo a la idolatría o cualquier cosa que sea contraria a
la ley de Dios). La comunión en la mano es una clara injusticia contra
el bien divino, porque se profana “involuntariamente” el Santo
Sacramento como vimos antes.



















La obediencia como parte de
la justicia (subordinada a la
126
justicia) exige que toda ley
(que manda y que debe ser
obedecida, debe ser una ley
justa, únicamente la ley justa
obliga en conciencia
(interiormente).

Según Santo Tomás, la ley para
que sea justa y debe obedecérsele
en conciencia requiere tres cosas:
que sea justa cuanto al fin, es
decir cuando está ordenada al
bien común, (¿es un bien común
la comunión en la mano para la
Iglesia?) el que sea justa en
cuanto al autor, cuando la ley no excede la potestad conferida, (este
indulto es un abuso de poder por parte de los que promovieron esta
costumbre contra la voluntad del Papa como vimos antes) y que sea
justa cuanto a la forma, es decir, cuando hay una igualdad proporcional
entre lo oneroso (gravedad) de lo impuesto al súbdito y el bien común
127
al que se ordena. (La comunión en la mano no ha sido impuesta
en la Iglesia, sino tolerada para no causar un mal mayor: cisma o
128
desobediencia en masa ).

Conclusión: La comunión en la mano no obliga en conciencia ni al


Sacerdote que “la puede dar” ni al que la quiere recibir así. Porque
como explicó Santo Tomás, y como deducimos, NO es una ley justa.
Nadie, repito, nadie debe arriesgar el Cuerpo de Cristo a ser
pisoteado y profanado, y eso se hace dando UNA SOLA “comunión
en la mano”. ¿Podría haber alguna ley que obligara a un hijo a
exponer a su madre a ser pisoteada, ultrajada y vejada? Incluso en
caso de que existiera, ¿alguien con un mínimo de sentido común
podría sostener que esa persona tiene obligación moral de seguir
dicha ley?… Pues tanto más si
hablamos de JESUCRISTO, nuestro
Señor y Creador.

Algunos objetan: ¿Por qué algunos
Obispos han “impuesto” la
“Comunión en la mano” con la
motivación de tener así
“uniformidad” entre el clero?
Desafortunadamente, algunos Obispos han impuesto el “nuevo rito” justamente por
presuntas razones de “¡uniformidad”! ¿Pero con qué autoridad han hecho esto, cuando
la misma Santa Sede ha dejado “libres” a los fieles para elegir, permitiendo a todos el
poder continuar recibiendo la Eucaristía en la lengua, precisamente porque es el
“modo… del todo conveniente”? ¿Y no sabían estos Obispos (“progresistas”) que el
mismo Pablo VI había sostenido este “derecho” del pueblo, condenando justamente a
ciertos miembros del episcopado y del clero que fueran a violarlo? Repitámoslo,
entonces: «… Sucede también que, a veces, no es tenida en cuenta la “libre elección y
voluntad” de aquellos que, aún donde ha sido autorizada la distribución de la Comunión
129
en la mano, prefieren atenerse al uso de recibirla en la boca» . Entonces, es bueno
que recordemos a estos Obispos que el querer imponer el dar y recibir la “Comunión en
la mano” significa querer, o al menos consentir que ocurran las profanaciones, aun si
esto es pecado grave de “sacrilegio”, ¡como lo hemos ya demostrado, citando la
130
definición de “sacrilegio”!

RAZÓN XI: POR SER COSTUMBRE PROTESTANTE


Porque la “Comunión en la mano” “no nos acerca a las fuentes de
la Iglesia primitiva, sino al protestantismo, y a desviaciones
131
doctrinales actuales.»

¡¡Tiene origen calvinista!!


Según Monseñor Athanasius Schneider, la
práctica que hoy conocemos de la “comunión en
la mano” nació en el siglo XVII entre los
calvinistas, que no creían en la presencia real
de Jesucristo en la eucaristía. "Ni Lutero", que sí
creía en ella, aunque no en la transustanciación,
"lo habría hecho", dijo el Obispo kazajo: "De
hecho, hasta hace relativamente poco los
luteranos comulgaban de rodillas y en la boca, y
todavía hoy algunos lo hacen así en los países escandinavos", Mons.
Schneider comenta así:

“Aun así, se abandonó aquel rito (de la “comunión en la mano”)


por la administración directa del sacerdote
en la boca, un cambio que tuvo lugar
"instintiva y pacíficamente" en toda la
Iglesia. A partir del siglo V, en Oriente, y en
Occidente un poco después. El Papa San
Gregorio Magno en el siglo VII ya lo hacía
así, y los sínodos franceses y españoles de
los siglos VIII y IX sancionaban a quien
tocase la Sagrada Forma.”




Martin Bucer, que desarrolló luego la doctrina calvinista (que no creía
en la presencia real de JESÚS en el Sacramento) y que por supuesto
aprobó la “comunión en la mano”:

"No hay dudas de que el uso


de no poner estos
sacramentos en la mano de
los fieles se debe a dos
supersticiones… en primer
lugar: el honor falso que
pretenden tributar a este
sacramento… y, en segundo
lugar: la perversa arrogancia
de los sacerdotes que
presumen tener mayor
santidad que el Pueblo de Cristo, a causa del crisma de la
consagración.”»


Los protestantes no creen en la presencia real de Cristo en la
Eucaristía, Martin Bucer llama a la Sagrada Hostia "símbolo":

«... Y dado debe detestarse toda superstición del


Anticristo Romano, y retomarse la simplicidad de Cristo,
de los apóstoles y de las antiguas iglesias... Quiero que
se mande a los pastores y maestros del pueblo, que
enseñen que es supersticioso y malicioso pensar que las
manos ... son menos puras que sus bocas, o que las
manos de los ministros son más santas que las manos de
los laicos. De tal manera que fuera malo, o menos
correcto, como el pueblo sencillo creía, que los laicos
recibieran esos sacramentos en la mano.»


¡Martin Bucer afirma exactamente lo contrario de lo que el Papa Pablo
VI nos enseña en la Instrucción Memoriale Domine!, p.1280, donde se
dice: "ESTE CAMBIO SERÍA OFENSIVO".

Y prosigue la doctrina de Martin Bucer:

«Las buenas gentes serán fácilmente conducidas a recibir


los "símbolos sagrados" en la mano. Se mantendrá la
uniformidad. ... ... Y si bien por un tiempo puede hacerse
una concesión a aquéllos cuya fe es débil, dándoles la
libertad de recibir los sacramentos en la boca si lo
desean, cuidadosamente instruidos, pronto se pondrán en
consonancia con el resto de la Iglesia y tomarán el
132
Sacramento en la mano.»

¡Esto es algo que en aquel tiempo Martín Bucer y otros protestantes soñaban con tener! ¡Y he
aquí que se ha cumplido! ¡Qué gozo sería para él si en este tiempo siguiera viviendo y ver esta
desacralización en la Santa Iglesia!

¡Fue en efecto desde el tiempo de los Arrianos, que ya “comulgaban


en la mano” y estando de pie! Pero ESTOS NEGABAN LA
DIVINDAD DE JESUCRISTO Y, EN LA EUCARISTÍA, NO VEÍAN
MÁS QUE UN SIMPLE SÍMBOLO DE UNIÓN y, entonces, ¡un
133
símbolo que se podía tomar y manipular al propio gusto!
El mismo principal innovador de la Liturgia, A. Bugnini, escribía: «¿No
es para temer, además, un acentuarse las profanaciones e
irreverencias por parte de personas mal intencionadas o de poca fe?
“El pueblo mal preparado y poco instruido recibiendo el pan eucarístico
en la mano ¿no terminará por equipararlo al pan ordinario o al pan
134
simplemente bendito?”















En el Camino Neocatecumenal, se recibe la
Sagrada Comunión sentados y en la mano, esto,
como en el pasado, estrecha una relación con
los Arrianos y protestantes, que niegan la
Divinidad de CRISTO y la adoración de cuerpo y
alma que merece por ser DIOS.
Lamentablemente esto, se ha extendido en toda
la Iglesia.


Filipenses 2, 10
“Para que, ante ese nombre concedido a JESÚS, DOBLEN
TODOS LAS RODILLAS en el cielo, en la tierra y debajo de la
tierra”





RAZÓN XII: POR LA DUDA DE LA CITA DE SAN CIRILO
DE JERUSALÉN QUE APRUEBA LA “COMUNIÓN EN LA
MANO”

La cita de San Cirilo de Jerusalén que citan para aprobar la
comunión en la mano es de origen dudoso.
Los que “comulgan en la mano” dicen que en la Iglesia primitiva
se comulgaba en la mano y por ende ellos también:
Utilizan constantemente el texto atribuido a San Cirilo de Jerusalén,
quien vivió en el siglo IV, al mismo tiempo que San Basilio. El Dr. Henri
Leclercq resume las cosas como sigue:

“San Cirilo de Jerusalén recomendaba a los fieles que


cuando se presentaran a recibir la Comunión, debían
tener la mano derecha extendida, con los dedos unidos,
sostenida por la mano izquierda, con la palma en forma
cóncava; y que en el momento en que el Cuerpo de Cristo
era depositado en su mano, el comulgante debía decir:
“Amén”. Pero el texto continúa. También propone lo
siguiente: “Santifica tus ojos con el contacto del Cuerpo
Sagrado … Cuando tus labios estén todavía húmedos,
lleva tu mano a tus labios, y pasa tu mano sobre tus ojos,
tu frente y tus otros sentidos, para santificarlos”. Esta
recomendación bastante original (¿o más bien
supersticiosa? ¿irreverente?) llevó a los eruditos a
cuestionar la autenticidad de dicho texto. Algunos piensan
que tal vez hubo una interpolación, o que fue el sucesor
del santo quien escribió tal cosa. No es imposible que
este texto fuera realmente del Patriarca Juan, quien
sucedió a Cirilo en Jerusalén. Pero este Juan era de
dudosa ortodoxia. Sabemos todo esto por la
correspondencia de San Epifanio, San Jerónimo y San
Agustín.

Por lo tanto, a favor de la “Comunión en la mano”


tenemos un texto de origen dudoso y de contenido
cuestionable.

Y por el otro lado, tenemos testigos confiables, incluyendo a dos


grandes papas, de que colocar la Sagrada Hostia en la boca del
comulgante ya era común y ordinario en el siglo V:
En la época de San Justino (100-166) sólo los diáconos dan la
135
Comunión a los fieles. Este uso es confirmado por la Didajé (15,1) y
por S. Ignacio de Antioquia (+107).

El Papa San León Magno (440-461) Doctor de la Iglesia, ya en el siglo


136
V , es un testigo inicial de la práctica tradicional. En sus comentarios
sobre el capítulo sexto del Evangelio según San Juan se refiere a la
comunión en la boca como el uso habitual:

“Se recibe en la boca lo que se cree por la fe” (“Hoc enim ore sumiter
137
quod fide creditur” .








El Papa no habla como si


se refiriera a una
novedad, sino como de
un hecho bien
establecido.

-"Enérgicamente
defendemos y
requerimos a los
creyentes obediencia en
cuanto a la práctica de
administrar la Sagrada Comunión en la lengua del creyente".

Sermón V: “El Santísimo Sacramento es recibido en la


138
lengua”.

RAZÓN XIII: PORQUE ANTES NO ERA IGUAL QUE COMO


ES HOY LA “COMUNIÓN EN LA MANO”
La “comunión en la mano” de hoy día, no es para nada parecida
que la del pasado, veamos un poco de historia:

13 de Agosto del 2011, tomado de religiónenlibertad.com:
Mons. Athanasius Schneider tiene 50 años, es ucraniano y desde
2006 ha ejercido como obispo auxiliar en dos diócesis de
Kazajistán, una ex república soviética con un 26% de población
cristiana, mayoritariamente ortodoxa pero con una pujante
comunidad católica.

Recientemente, Schneider, que es experto en Patrística e


Iglesia primitiva, explicó en la emisora de Radio María en el sur
del Tirol las diferencias entre la forma de comulgar en la Iglesia
primitiva y la actual práctica de la “comunión en la mano”.

Según afirmó, esta costumbre es "completamente nueva" tras el


Concilio Vaticano II y no hunde sus raíces en los tiempos de los
primeros cristianos, como se ha sostenido con frecuencia.

“EN LA IGLESIA PRIMITIVA HABÍA QUE PURIFICAR LAS


MANOS ANTES Y DESPUÉS DEL RITO, y LA MANO ESTABA
CUBIERTA CON UN CORPORAL, DE DONDE SE TOMABA LA
FORMA DIRECTAMENTE CON LA LENGUA”: "ERA MÁS UNA
COMUNIÓN EN LA BOCA QUE EN LA MANO", afirmó
Schneider. De hecho, tras sumir la Sagrada Hostia el fiel debía
recoger de la mano con la lengua cualquier mínima partícula
consagrada. Un diácono supervisaba esta operación.
Jamás se tocaba con los dedos: "El gesto de la ‘comunión en la
mano’ tal como lo conocemos hoy era completamente
desconocido" entre los primeros cristianos.
Monseñor Juan Rodolfo Laise, comenta que primitivamente, en los
primeros tiempos de la Iglesia se comulgaba en la mano, pero esto es
«un evidente anacronismo: los antiguos no conocían otro modo de
139
comulgar» «pero la comunión en la boca es el modo que
140
hubieran deseado tener». «Sin embargo, las prescripciones de la
Iglesia y los documentos de los Padres manifiestan con abundancia la
máxima reverencia y la suma prudencia tenidas para con la Sagrada
Eucaristía. Porque "nadie... come aquella carne a no ser que
previamente la haya adorado", y al sumirla cada uno es amonestado:
"...recíbela cuidando que nada de ella se pierda": "Porque es el Cuerpo
141
de Cristo"». Además, un Diácono siempre estaba donde se repartía
la comunión revisando que el fiel comiese todas las partículas.

“Para recibir la sagrada comunión en el pasado los fieles


venían con sus manos en cruz y las cubrirían con un velo
blanco y no os he tocarían la sagrada forma con las
manos, sino que inclinaría su cabeza y recibiría la
sagrada comunión, usted nunca tocaba el Santo
142
sacramento.”




























San Alejandro
Sauli, Obispo,
1592 recibiendo
la Santa
Comunión
durante su profesión religiosa de manos de su superior general Fr.
Besozzi.
“El que teme a DIOS, nada descuida”
Eclesiastés 7, 19




Note la reverencia y
amor para CRISTO
JESÚS en el
Venerable
Sacramento, y el
velo blanco de tela
de lino sobre las
manos de los
comulgantes.



“El que teme a DIOS, nada descuida”


Eclesiastés 7, 19














RAZÓN XIV: POR SER UNA PRÁCTICA DESUSADA DE YA


MUCHO TIEMPO

Porque la “comunión en la mano” es una práctica superada y


desechada por la Iglesia que, guiada por el Espíritu Santo, camina
a su perfección.

El cambio del uso primitivo y sus razones
La “Comunión en la mano” es hoy más que un anacronismo (error de
confusión de épocas): produce una ruinosa involución, con un
agravante: cuando se utilizaba esta práctica no se comprendía con
tanta profundidad el Misterio Eucarístico. Así lo confirma el Documento
de legalización:

1276 ...Andando el tiempo,


después de que la verdad del
misterio eucarístico, su
eficacia y la presencia de
Cristo en el mismo fueron
escrutadas más
profundamente, por urgirlo
ya el sentido de la reverencia
hacia este Santísimo
Sacramento, ya el sentido de
la humildad con la que es
preciso que éste sea
recibido, se introdujo la costumbre de que el ministro
pusiese por sí mismo la partícula de pan consagrado
143
en la lengua de los que recibían la comunión.
La “comunión en la mano”, que comenzó a difundirse durante el
comienzo de la década de 1960 en los círculos católicos de Holanda y
que es un tipo de arqueologismo, comenzó como un remedo del uso
protestante o, lo que parece más probable, como un falso
“arqueologismo”, esto es, como una idolatría de supuestas costumbres
de la Iglesia antigua. Esto implicó un olvido (¡o una negación!) de la
verdad y de la aclaración de la doctrina de la Eucaristía Católica hacia
una forma más inteligible e inequívoca. Implicó un rechazo de lo que,
en realidad, nos había sido legado con la evolución natural de la
Liturgia. Se trató de un caso de flagrante desafío y desobediencia a la
autoridad eclesiástica y a su ley. El deseo de esta costumbre no
procedió de la autoridad suprema de la Iglesia, que se oponía a ella, ni
tampoco de las filas de los fieles de Cristo (quienes, por definición,
mantienen su fe en el dogma de la transubstanciación) que jamás
solicitaron semejante práctica.

Algunos partidarios de la “comunión en la mano” objetan:

“Para los antiguos cristianos, comulgar en la mano no significaba


menos respeto que comulgar en la boca”.

Para algunos sí. La comparación no es válida si los Cristianos a que se


hace referencia, no conocían otro modo de hacerlo. y la predicación de
los Santos Padres, ya desde el S. II, exhortando a “Comulgar con
temor y temblor”, y prohibiendo tocar el cáliz e incluso el altar, como
hemos visto en las sentencias de los Sagrados Concilios, los Sumos
Pontífices y los Santos.















RAZÓN XV: PORQUE FAVORECE PROFANACIONES Y
SACRILEGIOS
Esta práctica ha mostrado que permite el robo de formas
consagradas por parte de grupos satanistas que las ocupan
para su profanación, aspecto que ha sido denunciado por la
misma Roma. Además, propicia sacrilegios como los que
leeremos ahora:

“Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la
144
‘Comunión en la mano”
El Pbro. Dr. Luigi Villa Director de la Revista Chiesa Viva, en su
libro: ¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es Sacrilegio! Narra sobre esta
terrible realidad, y no solo Él, sino también el Clero, muchos Laicos
e incluso La Sede Apostólica, lamenta todo el sufrimiento que ha
pasado CRISTO al permitirse la Comunión en la mano:

De hecho, fue justamente el acentuarse las profanaciones, las


145
irreverencias y los sacrilegios, desde el inicio de la Iglesia que,
pasado el período de las persecuciones, sugirieron a la Jerarquía
todas esas reformas sobre el uso de la Eucaristía que condujeron
a la abolición definitiva. Lo reconocen, además, también los más
fanáticos sostenedores de la “nueva praxis” litúrgica, que
tampoco ignoraban la “mens” de Pablo VI, en su “Memoriale
Domini”, donde se lee: «… hac agendi ratione (…) efficacius
cavetur (…) ut quodvis paericulum arceatur species eucharisticas
profanandi…». ¡Pero sin embargo! Las Conferencias episcopales
del norte de Europa, primero, y luego las otras, (¡comprendida la
CEI!), con ingenua o pérfida voluntad han obligado a la Santa
Sede a repetir nuevamente las mortificantes experiencias de los
primeros tiempos (¡empapados también de graves sacrilegios
respecto de la Eucaristía!), por lo cual la misma “Revista litúrgica”
(62, 1975, p. 272) pudo escribir: «…los abusos, finalmente,
comienzan a ser difícilmente controlables». Un fracaso del “nuevo
rito”, entonces, que fue documentado también por el mismo Juan
Pablo II en una Carta: “Sobre el Misterio y el culto de la SS.
Eucaristía” (del 24 de febrero de 1980) en la cual dice:

«Oigo voces acerca de casos de deplorables


faltas de respeto en referencia a las Especies
eucarísticas; faltas que pesan no solamente
sobre las personas culpables de tales
comportamientos, sino sobre los Pastores de la
Iglesia que hubiesen sido menos vigilantes sobre
el comportamiento de los fieles hacia la
Eucaristía…».«También sucede que, a veces, no
es tenida en cuenta la libre elección y voluntad de
aquellos que, aun donde ha sido autorizada la
distribución de la “Comunión en la mano”,
prefieren atenerse al uso de recibirla en la boca».

Y el Papa concluye pidiendo “perdón”, en nombre propio y de


todo el Episcopado:

«Por todo lo que por cualquier motivo y por cualquier


humana debilidad, impaciencia, negligencia,
posteriormente a la aplicación a veces parcial, unilateral,
errónea de las prescripciones del Concilio Vaticano II,
pueda haber suscitado escándalo y malestar acerca de la
interpretación de la doctrina y la veneración debida a este
gran Sacramento. Y ruego al Señor Jesús para que en el
futuro se evite, en nuestro modo de tratar este sacro
Misterio, lo que pueda debilitar o desorientar de cualquier
manera el sentido de reverencia y de amor en nuestros
146
fieles»

En la Carta “Dominicae Cenae”,


Juan Pablo II lamenta todavía que, en muchos lugares, donde se
da la “Comunión en la mano”, sucedan “fenómenos dolorosos”,
acusando, también aquí, “¡las responsabilidades de los
Pastores”! Ahora, desafortunadamente, estos episodios
desconcertantes han ido aumentando desmesuradamente,
¡diabólicamente! Actualmente, ¡es una verdadera catarata de
“sacrilegios”! Aquí, damos un suficiente número de ejemplos que
hemos ya precedentemente publicado en nuestra Revista
“Chiesa viva” (noviembre de 1971), donde decíamos que los
“hechos” reportados «se pueden comprobar con el Editor del
folleto original, en lengua alemana, en el cual han sido colocadas
las cartas originales, munidas de fecha, indicación del lugar y
firma de los testigos en conocimiento de los hechos» (es decir:
Zurich, CH 9029, C.P. 187).

He aquí los “hechos”:



“El párroco H. de S. B. ha confirmado que un niño había llevado a
147
casa una Hostia y la había dado de comer… ¡al perro!”.
"Habría grave peligro de profanaciones": Los del Continente
africano podían informar que "ciertos hechiceros tienen empeño
en poseer cosas sagradas"; por lo cual la “Comunión en la mano”
habría favorecido sus manejos supersticiosos. Y precisamente
desde el otoño de 1969 los sacrilegios comenzaron.”
"En un restaurante, un joven desmenuzó una Hostia con una
tijera, para comprobar si sangraba, y desilusionado la arrojó al
retrete. El hecho es relatado por el mismo dueño del comercio, de
148
religión protestante”
“Mientras se distribuía la Comunión, sucedió (...) que algunos
jóvenes podían recibir la Hostia solamente en la mano izquierda,
porque, en la derecha, tenían el cigarrillo encendido. Uno de
ellos, con la Hostia en la mano, dijo: “¡ahora voy a otro sacerdote
que me dará una segunda!”. ¿Una segunda Hostia consagrada?
¿Por qué?». Termina aquí el lector de Bremen... El otro lector - un
estudiante - se queja amargamente «de la actitud de los jóvenes
presentes que fumaban antes y después de la S. Comunión y
asistían a la Misa acostados en el suelo, ¡sin dar señales de
comprender el carácter sacro de la Misa y de la Eucaristía!».”
"En un Hospital de Alemania del sur, se encontraron, en un baño,
tres Hostias, casi en descomposición, robo de un muchacho
asignado a la cocina, que las había tomado con la mano. Se
hallaron el 22 de diciembre de 1969".
"En un lavadero público, se encontró una Hostia consagrada en
los pantalones de un chico. El mismo niño declaró que la tomó al
comulgar en la mano, sucedió el 10 de enero de 1970".
Testimonio dicho por el dueño de la lavandería.
"Cierto grupo de jóvenes estudiantes, tenían un floreciente
comercio de venta de Hostias consagradas, que se procuraban
fácilmente, desde la introducción de la “Comunión en la mano”.
¡Las Hostias fueron reunidas y clavadas en la pared, como
mariposas de colección, estado en el que se hallaron alrededor
de (doscientas)!". Testimonio: el Deán de la Iglesia.





Pamplona, uno de los recientes
Sacrilegios.

"Una señora que asistía


diariamente a dos Misas, observó a un hombre que asistía
también en las dos iglesias a la Santa Misa que ella frecuentaba
y comulgaba en la mano, por lo tanto ¡dos veces al día! La
señora informó de esto al Vicario General, a quien conocía muy
bien. El hombre fue observado por varios días por la policía. Se
descubrió su dirección. Un día fue detenido a la salida de su
casa. Se le quitó el paquete que llevaba. ¡Contenía un estuche
con hostias! ¡Cuando se le preguntó la razón, dio el nombre del
destinatario que le garantizaba (cincuenta) francos por cada
Hostia!". Testimonio de un Padre Dominico.
"Como sacerdote, fui obligado a distribuir la “Comunión en la
mano” y ahí observé que, de las hostias, hechas de pan común,
cayeron a tierra fragmentos del tamaño de una uña del meñique
y, que naturalmente, fueron llevados a la calle por los zapatos
sucios de los comulgantes... Durante la distribución de la
Sagrada Comunión a los muchachos, un alumno arrojó de las
manos de otro el Cuerpo del Señor y el sacerdote que distribuía
la comunión la pisó encima, hasta que logré rescatar la Hostia
Santa de debajo de los zapatos de este señor". "Durante otra
suplencia, cayó a tierra un fragmento considerable de la Hostia
Consagrada y se la buscó inútilmente entre las baldosas del piso.
Ciertamente se lo habrá llevado el agua, al limpiar el piso".
Testimonio: el Párroco.
"El 11 de enero de 1971, pasó frente a mí una señora, después
de comulgar en la mano, se sacudió las mismas una con la otra
como se hace para dejar caer migas al comer, ¡las personas que
venían detrás pisaron esas ‘migas’!".
«… He asistido a una escena desagradable y sacrílega: durante
una Misa fúnebre, celebrada por el párroco, una mujer,
notoriamente desequilibrada, ha tomado la partícula en la mano
y, después de haber cerrado el puño, volvió a su lugar. El párroco
la alcanzó y, luego de haber dado la Píxide a una señora, sostuvo
una verdadera lucha, por más de diez minutos, entre lágrimas y
gritos de la mujer; finalmente, intervino un fiel que, apretándole la
muñeca, logró hacerle abrir la mano. ¡La Partícula estaba
triturada! …» (Carta firmada - desde Verona).”
– «Visité una Iglesia en Zurich. Vi migajas de pan, esparcidas por
tierra. Pensé entre mí: No es educado comer en la iglesia. De
improviso, ¡me vino la idea de que se tratase de fragmentos de
Hostias! Aquí, había sido desmenuzada parte de una hostia,
esparciéndola sobre el pavimento, sobre el reclinatorio y sobre el
asiento. ¡Comprendí en seguida que era testigo de un sacrilegio!
Se trataba, según la enseñanza impartida en las clases de
catecismo, ¡del mayor de los delitos! Llamé a un sacerdote,
recogimos, del mejor modo posible, las partículas, porque
teníamos delante al Señor, ¡pisoteado en el fango como, en su
momento, en el camino del Calvario!». A. P. a F.
«El solemne Magisterio de la Iglesia enseña que la “presencia
de Cristo” es verdadera, real y substancial en cada parte
149
individual del pan consagrado».
– «En la Iglesia de San Antonio, en Zurich, he detenido a una
señora que regresó a su lugar teniendo en la mano la Santa
Comunión. Al sacerdote que, poco después, le preguntó por qué
lo hizo, respondió: “La tomo en casa; antes del desayuno”. En un
primer momento, se negó a devolver la hostia Consagrada, pero
luego ¡tuvo que rendirse»! R. a Z.
– «Un niño de alrededor de 9 años, que no conocía, se arrodilló
junto a mí, durante la Santa Misa de las 7,30. Vi que recibió la S.
Comunión en la mano, pero sin llevarla a la boca y regresó a su
asiento con los brazos colgando y se sentó». Lugar: Iglesia de
Santa María, en Davos. J. B. a F.
No puedo resignarme al pensamiento que DIOS tenga, de estar en el
piso de su casa, pisoteado por tanta gente descuidada; pues como lo
enseña la Iglesia, en cada fragmento, aún en los más pequeños, se
halla CRISTO presente, como DIOS y Hombre.
«Si alguno niega... que Jesucristo se encuentra todo entero
bajo las partes individuales de cada una de las especies,
producida la separación, ¡sea excomulgado!».
– «El 11 de enero de 1971 me encontraba en la Iglesia de R., en
M., para asistir a la santa Misa. Delante de mí pasó una señora
que recibió la Hostia en la mano. Después de haberla consumido,
se frotó las manos para hacer caer a tierra las “migajas”, con un
gesto similar al que se hace después de un trabajo cumplido. Las
personas que siguieron, pisotearon estas “migajas” … ¡y nadie se
preocupó de los “fragmentos consagrados”, caídos a tierra…»! J.
K. a M.

Orígenes:
"Con qué precaución y veneración, cuando
recibís el Cuerpo del Señor lo conserváis,
de manera que no caiga nada o se pierda
algo del don consagrado. OS
CONSIDERARÍAIS JUSTAMENTE
CULPABLES SI CAYESE ALGO EN
TIERRA POR NEGLIGENCIA
150
VUESTRA"


“OS CONSIDERARÍAIS JUSTAMENTE CULPABLES SI CAYESE
ALGO EN TIERRA POR NEGLIGENCIA VUESTRA” dice el Santo,
¡Mucho más, si por la negligencia de los Pastores, cayese el Cuerpo
de CRISTO en manos que luego lo profanarán Sacrílegamente! ¡Y
esto, pudiéndolo evitar!
¡Un joven rompe y pisotea una hostia consagrada y el cura le
abofetea y expulsa al grito de sacrílego!
El incidente se produjo en la misa de 12 del sábado, en la que
participaban también los festeros de la Divina Aurora. Uno de los
chicos, en la comunión, se acercó y recibió la hostia con las
manos. “Yo vi que dio varios pasos hacia su sitio y no la
consumía, pero enseguida llegó otro feligrés y no pude seguirle”,
explicaba el religioso, muy afectado por la situación.
Una vez finalizada la misa, varios testigos presenciales, entre
ellos el juez de paz del municipio, informaron a Jimeno de que el
chico, de 21 años, no había consumido la sagrada forma y la
había arrojado al suelo. Fue entonces cuando un asistente a la
misa se acercó al sacerdote con algo en la mano. “Esto no le va a
gustar, Víctor”, le dijo, al tiempo que mostraba la oblea rota y
pisoteada, según Jimeno.
“Para mí el amor a la eucaristía es superior al que tengo a mis
padres. Me entró algo en el cuerpo que no sé qué paso”, decía,
tan dolido que ni siquiera pudo celebrar una de las misas de ayer.
“Entonces me dirigí hacia el grupo, que estaba haciéndose fotos
frente al altar (un recuerdo de la festividad) y le pregunté si había
tirado la forma, a lo que respondió sonriendo”. Fue entonces
cuando le dio una bofetada, a lo que el agredido respondió con
otro golpe. Después agarró al joven y le expulsó de la iglesia al
grito de “sacrílego”. “También le di una patada en el trasero, esa
151
fue toda la agresión”, confesaba ayer.
“Recuerdo muy bien, un domingo en Chile, cuando con un
colaborador apostólico argentino visitábamos una parroquia rural,
donde funcionaba un consejo de la Legión de María con varios
grupos esparcidos por las aldeas del extenso territorio. Ya en el
pueblo, asistimos a la Misa. El párroco -un buen y santo
sacerdote- tenía una visible invalidez que no le permitía
desplazarse ciertamente. Llegado el momento de la comunión, la
religiosa que actuaba de ministra de la comunión sostenía en una
mano el copón, mientras que a su vez partía las sagradas formas
para administrarlas. En acercarnos a recibir el Cuerpo del Señor,
y cada que partía las hostias se veían caer al piso fragmentos no
tan pequeños, hecho del cual la religiosa parecía no percatarse.
Terminada la Santa Misa, los dos foráneos, sin habernos puesto
de acuerdo, rápidamente fuimos a arrodillarnos ante los muchos
fragmentos visibles esparcidos, y humedeciendo los dedos los
consumimos.
Algunos años después supe que, por hechos similares
frecuentemente repetidos, ¡han surgido grupos de laicos cuya
única responsabilidad es la de recoger fragmentos de las Hostias
Consagradas que se han caído después de dar la comunión en la
152
mano.!”
¡Cuánta negligencia de parte de los Pastores, que son los primeros
que deben dar el ejemplo! ¡Bien condena Nuestro SEÑOR en la
Sagrada Escritura la negligencia para con las cosas de DIOS!
“¡Maldito al que ejecute fraudulenta o negligentemente la
obra de Dios!”. Jeremías 48,10

“El que teme a DIOS, nada descuida”
Eclesiastés 7, 19

“El que es negligente en sus labores es hermano del que
destruye”.
Proverbios 18, 9

“El que desprecia lo poco, poco a poco se precipitara”.
Eclesiástico 19, 1

“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el
que en lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho”.
Lucas 16,10

“¡Ay de los corazones cobardes y las manos perezosas!”.
Eclesiástico 2, 12

“El siervo inútil será echado en las tinieblas exteriores”.
Mateo 25,30

“ Bienaventurado el que ha sido fiel en lo poco, porque será
contado entre los siervos buenos y fieles y será constituido
sobre lo mucho, pues sobre toda su hacienda lo pondrá EL
SEÑOR”.
Mateo 25,21;24,46-47

“Feliz el alma que ha sido fiel en lo poco; es aquella de la que
EL divino esposo habla así: Prendiste mi corazón, Hermana,
esposa, Prendiste mi corazón en una de las perlas de tu collar”
Cantares 4,9

“Por lo tanto amadísimos, no seáis perezosos, ni remisos en
vuestras obras; sino vigilad y pensad bien en vuestra suerte, y
guardan estas palabras en vuestro corazón con toda cautela,
porque son manantial de vida; y no descuidéis nada”. San
Juan Eudes.
Eclesiastés 3: 22, 4: 17, 5: 7
Ageo 1,7
Proverbios 4,23

“Sed fieles en las cosas pequeñas, y hacerlo todo con
ánimo y buena voluntad, para que andéis de una manera
digna del Señor, dando frutos de toda obra buena,
ESFORZÁNDOOS POR SER GRATOS A LA DIVINA
MAJESTAD EN TODO.”
Lucas 16,10
2 Macabeos 1,3
¡Reparemos en parte los Sacrilegios y profanaciones que se han
cometido por permitir en las diócesis la “comunión en la mano” no
dándola ni recibiéndola en la mano y avisando a los demás de esta
grave desacralización!

¡Reparemos en parte los Sacrilegios y profanaciones que se han


cometido por permitir en las diócesis la “comunión en la mano” no
dándola ni recibiéndola en la mano y avisando a los demás de esta
grave desacralización!

Colosenses 1,10
2 Corintios 5,9

RAZÓN XVI: PORQUE EL SACERDOTE NECESITA
TOCAR EL SACRAMENTO PARA CONSAGRAR Y
DISTRIBUIRLO, EL LAICO EN CAMBIO, NO.
Ni el Sacerdote podía tocar al Santo Sacramento a menos que sea
por necesidad.

¿No es una forma de clericalismo permitir al sacerdote tocar la Hostia


y prohibírselo a los fieles? De
ningún modo, pues a los
sacerdotes sólo les estaba
permitido tocar el Santísimo
Sacramento en casos de
necesidad. En efecto, aparte del
celebrante de la Misa, nadie que
recibiera la Comunión, aunque
fuera sacerdote, podía hacerlo en
la mano. De tal modo que, en la
práctica tradicional del Rito
Romano, si un sacerdote estaba
oyendo Misa (y no celebrando) y
deseaba recibir la Sagrada Comunión, no lo hacía en sus propias
manos: la recibía de otro sacerdote, en la lengua. Lo mismo sucedía
con un Obispo. Lo mismo si se tratara de un Papa. Cuando San Pío X,
por ejemplo, estaba en su lecho de muerte, en agosto de 1914, y se le
administró la Sagrada Comunión como Viático, no la recibió en la
mano, y no le estaba permitido: la recibió en la lengua de acuerdo a la
ley y a la práctica de la Iglesia Católica. Esto confirma un punto
fundamental: por principio de reverencia, la Hostia no debe tocarse
innecesariamente.

Si el objetivo del
Sacramento es alimentar
nuestra alma ¿Por qué
habría de ocuparse las
manos, sino por
necesidad, como lo hace
el Sacerdote para
Consagrar y distribuir el
Santo Sacramento?
¿Acaso los laicos
necesitan consagrar y
distribuir la Sagrada Comunión? Y en el caso de los ministros
extraordinarios, ¿son de verdad los casos en que distribuyen la
Sagrada Comunión extraordinarios? Por ejemplo: edad avanzada
del Sacerdote, etc. ¿O son más ordinarios que el mismo ministro
ordinario? Tristemente, los hechos demuestran lo que decimos,
los ministros “extraordinarios” son más ordinarios que el
Sacerdote, y el Sacerdote, parece ser el Ministro extraordinario
incluso para los demás Sacramentos…

RAZÓN XVII: PORQUE TOCAR ENCIERRA CIERTA


EXPRESIÓN DE DOMINIO SOBRE LA SANTA HOSTIA
La Eucaristía es un regalo de DIOS, por ende, lo que hacemos al
comulgar en la mano, es significar que “yo soy digno de tocarlo”
que “yo merezco tener a JESÚS en mis manos”, que “yo no me
diferencio en nada al Sacerdote”, etc.
Nos tomamos una dignidad que le corresponde únicamente al
Sacerdote, con algo de orgullo ponemos en nuestras bocas las
heréticas palabras de los protestantes como Martín Bucer:

«... Y dado debe detestarse toda


superstición del Anticristo
Romano, y retomarse la
simplicidad de Cristo, de los
apóstoles y de las antiguas
iglesias... Quiero que se mande a
los pastores y maestros del
pueblo, que enseñen que es
supersticioso y malicioso
pensar que las manos ... son
menos puras que sus bocas, o
que las manos de los ministros
son más santas que las manos
de los laicos. De tal manera que
fuera malo, o menos correcto,
como el pueblo sencillo creía,
que los laicos recibieran esos
sacramentos en la mano.»

Los que fomentan y participan de la “comunión en la mano” objetan


así:
“No es más santa la lengua que la mano”.
No es cuestión de anatomía sino de dignidad. Se trata de una
revelación litúrgica y un logro tradicional que debemos aceptar con
humildad y obediencia.
La Liturgia nos habla de las Santas y Venerables Manos de JESÚS.
Así son las de los Sacerdotes el día de su Ordenación; pero no las de
los fieles, aptas para funciones profanas. Las manos lo tocan todo,
hasta lo más bajo; en la lengua se deposita sólo lo que está limpio y
puro.
Algunos afirman que la “boca” es menos digna que las manos, porque
blasfema.
Decir esto es como afirmar que el alma no es el objetivo primario de la
“presencia eucarística” en nosotros, mientras lo sería el “vientre”,
¡porque por el alma sale afuera toda la malicia! Pero, ¿no es la boca,
en cambio, la que profesa la Fe y, con ella, el alma, la que ama al
153
Señor con todas sus fuerzas?
RAZÓN XVIII: PORQUE NO SE TOCA CUALQUIER COSA,
SINO AL MISMO DIOS
No estamos tocando cualquier objeto o alimento, sino al mismo
autor de la vida, y ¿Quién soy yo para tener en mis manos las
mismas que lo han clavado en la cruz?

(No sé si los que “comulgan en la mano” se preguntan esto, no


disciernen, sino que la gran mayoría lo hace por moda, o porque “se
siente digno de hacer esto”).

En la sagrada hostia no hay cualquier cosa,


sino Alguien. “¡Él está ahí!”: así ha
sintetizado el misterio eucarístico San Juan
María Vianney, el Santo Cura de Ars, los
Santos y toda la Iglesia Universal. Porque
no se trata de ningún otro, ni de ninguno
más grande que el mismo Señor: “Dominus
154
est!”

La palabra "sagrado" significa separado,


inaccesible, intocable. Sin embargo,
"profano" significa lo opuesto, común para
todos los humanos, manipulable, tocable.
Así pues, la “Comunión en la mano” implica que se toque a Dios,
Quien es digno de toda adoración y reverencia, de un modo que quizá
sea impropio.

La Santa Hostia no es un objeto sagrado, es la persona misma de


DIOS. Entonces si lo vemos a JESÚS como objeto y no lo vemos
como Persona, pues obviamente que nos dará igual recibirlo en la
mano.

La “Comunión en la mano” contribuye a que se pierda el sentido de lo


Sagrado
Un objeto es Sagrado cuando se ha segregado, separado del uso
normal, para dedicarse en exclusiva al Culto Divino. Al Comulgar en la
mano, el rito se hace más sensorial y la simbología recuerda mejor lo
que es una comida vulgar; al someter lo Santo a los sentidos (al tacto),
al humanizar lo divino, al naturalizar lo sobrenatural, se pierde el
sentido de lo sagrado: se produce una DESACRALIZACIÓN en el
Misterio más importante para la Fe, vaciándolo de buena parte de su
contenido y eficacia.
En cierto modo, al Comulgar en la mano, el rito se degrada: el
Santísimo es tratado como un objeto… sagrado, pero un objeto; como
una cosa… un tanto especial, entre mis cosas. Es difícil entender en
ese gesto vulgar, la unión de nuestra alma con el DIOS Altísimo. ¡Qué
osadía la de nuestras manos! Sin haber sido escogidas,
consagradas…

No es de extrañar que después de haber manoseado al Santísimo, el


comulgante no comprenda ya la obligación de adorarle de rodillas, la
necesidad de sentirse nada ante su Creador…, que sea incapaz de
reconocer el Misterio de la Cruz actualizado en el Sacramento, y que
no sienta la llamada a una entrega absoluta, en correspondencia al
Infinito Amor de Dios humillado en el Sacramento para mi Salvación.

RAZÓN XIX: PORQUE NO EXISTEN FUNDAMENTOS


BÍBLICOS PARA JUSTIFICAR EL RITO DE LA
“COMUNIÓN EN LA MANO”, SINO MÁS BIEN PARA
DENEGARLO

Consideraciones a partir de las Escrituras.

¿Sabía usted que Dios revela el contenido litúrgico en el Antiguo


Testamento, de que CRISTO no viene a abolir “ni una sola tilde”?

El A. Testamento es como un cliché que ha de revelarse en la era


cristiana, el rito de no tocar las cosas sagradas (Núm. 4, 15; II Sam 6,
1-9; Jdt 11, 13), se hace realidad en el nuevo Testamento cuando
Cristo dice a la Magdalena (Jn, 20, 17): ¡NOLI ME TANGERE! (No me
toques), y se revalida cuando la Iglesia, llegada la madurez suficiente
en la comprensión del misterio eucarístico, prohíbe la “Comunión en la
mano”. Entonces se cumple también el Salmo 81: “Abre tu boca y YO
la llenaré”, en un pasaje en que DIOS promete alimentar a sus fieles
con “flor de harina y miel de la Roca”.
Es la correcta interpretación de los textos sagrados en el tema, por
cuanto la Iglesia prohibió esta práctica durante tantos siglos.

Antiguo Testamento:
En la Santa Comunión recibimos la Palabra hecha carne. Cuando
Ezequiel recibió la palabra de Dios, en forma maravillosa, pero
inferior a como la recibimos nosotros, fue así:
“Y [el Señor] me dijo: … ‘Pero tú, hijo de hombre, escucha lo
que te digo; no te rebeles como la casa rebelde; abre tu boca,
y come de lo que Yo te doy’. Y cuando miré, he aquí que una
mano estaba extendida a mí, ¡he aquí!, en ella, un rollo escrito
… Y Él me dijo, ‘Hijo de hombre, come lo que te he ofrecido;
come este rollo, y ve a hablar a la casa de Israel’. Así que abrí
mi boca, y Él me dio a comer el rollo [‘Y abrí mi boca, y Él me
hizo comer aquel libro’. Y me dijo, ‘Hijo de hombre, come
este rollo que te doy y llena tu estómago con él. Entonces lo
155
comí, y en mi boca supo dulce como la miel”.
No dice que el profeta extendiera su propia mano, sino que abrió su
boca. ¿Y no es esto acaso lo adecuado, puesto que hemos de recibir
la palabra como niños pequeños, sea ésta el pan de la doctrina o el
Pan bajado del Cielo? En otra parte, en un salmo con evidente
profecía, con alusiones a la Eucaristía y que se emplea en el oficio de
Corpus Christi, el Señor nos dice: “Yo soy el Señor tu Dios, que te trajo
de la tierra de Egipto. Abre bien tu boca que la llenaré … Pero Yo
alimentaré a Israel con el trigo más fino y Yo la llenaré con miel de la
roca”. Dice “Yo la llenaré”, y no “llenadla vosotros mismos”. Admitamos
que esto no constituye una prueba, pero apunta en una dirección
determinada.


Números 4:15
“Cuando Aarón y sus hijos hayan terminado de envolver todos
los objetos sagrados, y estén ya listos para ponerse en camino,
podrán venir los descendientes de Quehat para transportar
todas estas cosas. PERO NO DEBEN TOCAR NADA
SAGRADO CON LAS MANOS, PARA QUE NO MUERAN.”

De allí que la Iglesia, sabiamente, nos ha demostrado por qué no
debemos tocar nada Sagrado, sino por necesidad:
“Nadie, sino el Sacerdote (y a lo más, el Diácono) puede tocarles
sin pecar mortalmente, sino es que excuse la necesidad, o
inadvertencia…
…Los vasos consagrados, como el cáliz, la patena, aunque estén
vacíos, no pueden tocarlos inmediatamente los legos, y pecarán
156
venialmente si los tocaren” , etc, etc.
2da Samuel 1-12
“David reunió de nuevo a
todos los soldados
escogidos de Israel, que
eran treinta mil, y
partiendo de Baalá de
Judá con todas las tropas
que le acompañaban, se
dispuso a trasladar de allí
el arca de Dios, sobre el
que se invoca el nombre
del Señor Todopoderoso,
que tiene su trono sobre
los querubines. Pusieron el arca sobre una carreta nueva y se
la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en una colina.
Uzá y Ahió, hijos de Abinadab, iban guiando la carreta en que
llevaban el arca de Dios, y Ahió iba delante del arca. Mientras
tanto, David y todos los israelitas iban delante de Dios
cantando y danzando con todas sus fuerzas, al son de la
música de arpas, salterios, panderos, castañuelas y platillos.
Cuando llegaron al lugar conocido como Era de Nacón, UZÁ
ALARGÓ LA MANO HACIA EL ARCA DE DIOS, PARA
SOSTENERLA, PORQUE HABÍAN TROPEZADO LOS
BUEYES. PERO EL SEÑOR SE ENFURECIÓ CON UZÁ POR
AQUEL ATREVIMIENTO, Y LE QUITÓ LA VIDA ALLÍ MISMO,
CAYENDO UZÁ MUERTO JUNTO AL ARCA DE DIOS.
David se disgustó mucho porque el Señor le quitó la vida a
Uzá, y por eso llamó a aquel lugar Peres-uzá, nombre que tiene
hasta el presente. Pero ese mismo día David tuvo mucho
miedo ante el Señor, y exclamó: «¡Ni pensar en llevarme el
arca del Señor!» Y como ya no quiso llevarse el arca del Señor
a la Ciudad de David, ordenó que lo llevaran a casa de Obed-
edom, un hombre de
Gat. El arca del
Señor se quedó tres
meses en casa de
Obed-edom, y el
Señor lo bendijo a él
y a toda su familia.”

¿No es esto una
coincidencia de lo que
sucede hoy día, sobre lo
que han dicho los Sumos Pontífices acerca de la “comunión en la
mano”, ejemplo: S.S Pío X, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI?

Vemos que aquel que se atrevió a tocar el arca murió fulminado, en el
antiguo testamento las cosas sagradas no se podían tocar.
La Santa Hostia no es un objeto sagrado, es la persona misma de
DIOS. Entonces si lo vemos a JESÚS como objeto y no lo vemos
como Persona, pues obviamente que nos dará igual recibirlo en la
mano.

Judit 11:13
También han resuelto comerse los primeros frutos de la
cosecha de trigo y usar el diezmo del vino y el aceite que ya
habían apartado y reservado como cosa sagrada para los
sacerdotes que ofician en Jerusalén ante nuestro Dios, COSAS
QUE NINGUNA OTRA PERSONA DEL PUEBLO PUEDE
SIQUIERA TOCAR CON LAS MANOS.

Nuevo Testamento:
Filipenses 2, 10
“Para que, ante ese nombre concedido a JESÚS, DOBLEN
TODOS LAS RODILLAS en el cielo, en la tierra y debajo de la
tierra”
“Recibir la comunión en la boca y de rodillas significa un signo del
espíritu de infancia espiritual (como un niño recibir de su madre el
157
alimento en la boca)”.
Y hablando de esto, los que apoyan “la comunión en la mano” objetan:
“No somos niños para que se nos dé el alimento en la boca”.
Pero no recibimos un alimento cualquiera que deba asimilar nuestro
cuerpo, sino al contrario: Al Comulgar hemos de ser transformados por
Cristo, ante el que hemos de sentirnos niños para entrar en su Reino:
“En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como
niños, no entraréis en el reino de los cielos.” Mateo 18:3.
Si vemos que JESÚS, pide una explicación a quien ose tocarlo:
Marcos 5:30
“—¿Quién me ha tocado la
ropa?”

Juan 20:17
“—No me toques, porque aún no
he subido a mi PADRE”.


¿Cuánto más pedirá cuenta a
quienes osen tocarlo sin ser
sus Ministros: Juan 20:27?

Mejor seamos como el
Centurión de gran fe que a
dicho al SEÑOR: ¡DÓMINE,
non sum dignus!





RAZÓN XX: PORQUE LA “COMUNIÓN EN LA MANO” DE


HOY ES EXCESIVAMENTE INFORMAL.
¿Qué clase de alimentos tomamos con las manos? A menudo, en
nuestra “cultura”, lo hacemos con aquellos alimentos a los que no
les prestamos atención. Comemos canguil, pan, etc. con las manos,
al que no prestamos la mínima atención, mientras nuestros ojos
están fijos en la pantalla del tv. Nos llevamos a la boca bocados
crocantes mientras conversamos. Especialmente con los niños, pero
no solamente con ellos, parece bastante necio asociar esto con la
Santísima Eucaristía.

















RAZÓN XXI: PORQUE


ES UNA OSADÍA
TREMENDA
Porque auto-comulgar con
la mano sería renacer un
rito desusado y no para
mayor bien, sino para
mayor mal: profanación,
desacralización, y según
dijo S.S Pío XII, es una

osadía:

S.S. Pío
XII:

“Hay que reprobar severamente


la temeraria osadía de quienes
introducen intencionadamente
nuevas costumbres litúrgicas, o
hacen renacer ritos ya
desusados, y que no están de
acuerdo con las leyes y rúbricas
158
vigentes.”



Y aunque esta costumbre de “comulgar en la mano” es algo “bueno”


según los que quieren renacerlo, no lo redescubren como era, es decir,
con la debida preparación (corporal de lino, examinar las partículas por
un diácono, debida purificación, etc) sino todo lo contrario, y antes que
“renacer” el rito, es un deformar el verdadero sentido de la Sagrada
Comunión y de la Eucaristía.







RAZÓN XXII: POR LA DIGNIDAD DEL SACRAMENTO


Porque ni Nuestra Gran Señora siendo
la mismísima Madre de DIOS y que
tuvo a JESÚS en sus brazos en su
cuerpo mortal, siendo la más digna
entre todos los mortales de tocarlo, no
comulgó luego en la mano, sino
recibiéndola de San Pedro en la boca,
según la Venerable Madre María de
JESÚS de Ágreda.

La Comunión de Nuestra Señora.

´´Con profunda humildad y adoración -dicen estas revelaciones- se


prepararon para comulgar. Y luego dijeron las mismas oraciones y
salmos que Cristo Señor nuestro había dicho antes de consagrar,
imitando en toda aquella acción, como la habían visto hacer a su divino
Maestro. Tomó San Pedro en sus manos el pan ázimo que estaba
preparado, y levantando primero los ojos al cielo con admirable
reverencia, pronunció sobre el pan las palabras de la consagración del
cuerpo santísimo de Cristo, como las dijo antes el mismo Señor Jesús
´´.

´´Luego san Pedro consagró el cáliz y con el sagrado cuerpo y sangre


hizo las mismas ceremonias que nuestro salvador, levantándolos para
que todos lo adorasen. Tras de esto se comulgó el apóstol a sí mismo
y luego los once apóstoles, como María Santísima se lo había
prevenido. Y luego POR MANO DE SAN PEDRO comulgó la Divina
159
Madre´´.





Si nuestra Madre
comulgaba de manos
del Apóstol, yo
también haré lo
mismo.
RAZÓN XXIII:
PORQUE NO SE PROFANA UNA IMAGEN O UN OBJETO,
SINO AL MISMO CRISTO
Es preferible esta
terrible profanación
de la fotografía,
que tanto nos
indigna, que a la
que muchos
católicos realizan al
dejar caer
partículas
consagradas del
Dios vivo - para ser
luego pisoteadas y
olvidadas - por
seguir la demoniaca práctica de comulgar en la mano.










Si el sacerdote celebrante sabe que “existe peligro de profanación,


160
no se distribuya a los fieles la “Comunión en la mano”
¿Y no lo hay al dar la comunión en la mano cuando el fiel (y aveces
el mismo Sacerdote) no revisa la mano para ver si quedaron
fragmentos Eucarísticos (el Cuerpo de CRISTO entero) que luego
caerán por tierra o quedarán en otro sitio?

RAZÓN XXIV: POR SER UNA IDEA MASÓNICA


La “Comunión en la mano” es parte del plan Masónico para
destruir la Iglesia.

En 1970 el
periódico francés
Vers Demain,
revelaba el plan
masónico,
informando que al
final era preciso dar
el "Pan" en la mano
a los comulgantes
para llegar a
extinguir la Fe, o
sea, INDUCIR A LOS CREYENTES A PENSAR QUE LA
EUCARISTÍA NO ES SINO UN SÍMBOLO DE LA CENA Y, EN
DEFINITIVA, UN SÍMBOLO DE LA COMÚN FRATERNIDAD
MUNDIAL.








Plan Nº 6:

Alejen a los fieles del consumir en rodillas la Comunión. Díganles
a las monjas que deben impedir a los niños antes y después de la
Comunión de tener las manos juntas. Díganles a ellos que Dios
los quiere, así como son y desea que se sientan completamente
cómodos. Eliminen en la iglesia el estar de rodillas y cada
genuflexión. Remuevan los reclinatorios. Digan a las personas
que durante la Misa deben certificar su fe en posición erguida.
Plan Nº 29:


Hagan distribuir la Comunión por mujeres y laicos. Digan que
éste es el tiempo de los laicos. Empiecen imponiendo la
“Comunión en mano” como los protestantes, en cambio que en la
boca sobre la mano. Expliquen que Cristo lo hizo del mismo
modo. Recojan algunas hostias para "misas negras" en nuestros
templos. Luego distribuyan en lugar de la Comunión personal una
copa de hostias no consagradas que se pueden llevar consigo a
casa. Expliquen que de este modo se pueden tomar los regalos
divinos en la vida de cada día. Coloquen distribuidores
automáticos de hostias para la comunión y denomínenlos
Tabernáculos (que por cierto ya los están fabricando y los venden
dizque para “evitar el contagio de la influenza”). Digan a la gente
que se debe dar la señal de la paz. Den coraje a la gente a
desplazarse en la iglesia para interrumpir la devoción y el ruego.
No hagan Señales de Cruz; en lugar de ello en cambio una señal
de paz. Expliquen que también Cristo se ha desplazado para
saludar a los Discípulos. No permitan alguna concentración en
tales momentos. Los Sacerdotes deben darle la espalda a la
161
Eucaristía para honrar al pueblo.
Cambiar el Sentido de la Eucaristía.
¡La Comunión de pie o en la mano! Todo propósito del Master
plan es quitar en los hombres el amor a Dios, porque, razona, al
final si no ama a Dios nadie va amar al prójimo; el amor al
prójimo no puede existir sin una razón, el amor al prójimo es un
imposible sin el amor a Dios. La Eucaristía es lo central en el
catolicismo, dice el Master plan, porque, ¡nada menos! que Cristo
Dios hecho Pan por amor a los hombres. No se puede quitar de
una vez, porque ningún católico lo aceptaría; pero propone un
plan de ataque que es exquisitamente diabólico: lo primero, quitar
lo más posible todo aspecto sagrado de la Eucaristía; que la
gente no se arrodille para recibir la Comunión, por ejemplo,
insistiendo en que es una comida y hay que hacerla de forma
natural. Coger la “Comunión con la mano” ayudaría a quitarle
también ese sentido misterioso, divino, sagrado… es una
comida… sólo a los niños le ponen la comida en la boca… y que
se use pan corriente, sin misterios, que nada suene a sagrado,
sino natural, que se coma, que se mastique… que se haga como
en la Ultima Cena de Cristo. Esta primera parte está tan bien
planeada que conviene a cualquiera: insistir en que se haga
como lo hizo Cristo… hacerlo natural… al más bueno convence…
pero el fin es tratar de quitarle el sentido sagrado, misterioso,
¡quitarle importancia a la Eucaristía!
Lo más

importante del Master plan, y es el segundo punto, es conseguir


que Cristo-Dios no sea el centro de la Eucaristía, sino insistir en
que la Eucaristía es una cena de confraternidad, en un banquete
de comunión de los cristianos, donde se reúnen para amarse.
Esta segunda parte es lo esencial, insiste reiteradamente el
Master plan, e indica que es fácil de conseguir: insistir en el
elemento de hermandad, de comunión, de reunión de
hermanos… y continúa con ironía diciendo: ¡Dejad que los
“hermanos” se reúnan y se “amen”; en cuanto les falte lo
sagrado, esos “hermanos” van a terminar discutiendo, y van a
162
terminar por pelearse “fraternalmente”!
¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es Sacrilegio!, Cap. ¿pero por qué
entonces, la “nueva praxis”? p.19-20, por el Pbro. Dr. Luigi Villa
encontramos:
Este plan masónico:
1. De hacer recibir la Comunión de pie;
2. De hacer dar la Hostia en la mano a los comulgantes (para
hacer desaparecer lentamente la Fe y la devoción a la
Eucaristía);
3. De hacer creer que la Eucaristía es sólo un trozo de pan, un
símbolo de la Cena, o sea un símbolo de la “común fraternidad
163
mundial”
¡Se ha ejecutado completamente!
¡Era también éste el sueño de
Lutero! En efecto, ya en la
164
Navidad del 1521, Carlostadio
había celebrado, con una
comunidad, la “Misa alemana”:
había leído el relato de la
institución de la Eucaristía, en
alemán, y había traducido el
resto del Canon con la elevación.
Durante aquella celebración,
además, llevó puestas ropas seglares y administró la comunión
bajo las dos especies, ¡poniendo en las manos de los
165
comulgantes la hostia y el cáliz !


RAZÓN XXV: PORQUE EL CIELO NO APRUEBA ESTA


COSTUMBRE
¿Sabía usted que en supuestas apariciones de Nuestro SEÑOR
JESÚS y de NUESTRA SEÑORA, extendidas por todo el mundo,
nos hablan de que el Cielo no acepta el rito de la “Comunión en la
mano”?

No es un
hecho
aislado, sino
un fenómeno
mundial. En
países como:
Argentina,
Australia,
Austria,
Bélgica,
Ecuador,
España, Estados Unidos, Guatemala, Italia, Méjico, Polonia…, se
atribuyen al Cielo revelaciones que descalifican esta forma de
comulgar, y no decimos que se deben aprobar todas, porque hay
revelaciones privadas que aún no han sido reconocidas por la Iglesia,
pero la mayoría unánimemente nos comunican sobre lo
desacralizadora y profanadora que es esta costumbre de “comulgar en
la mano”.*

JESÚS A SANTA BRÍGIDA DE SUECIA, + 1373


"Mira, hija mía, les obsequio cinco cosas a mis sacerdotes (...),
y en quinto lugar el privilegio de TOCAR CON SUS MANOS MI
CARNE SAGRADA."
JESÚS, 26 de mayo 1979
"Muchos están entregando Mi Cuerpo de una manera que sólo
se puede llamar blasfemia. Muchos están aceptando Mi
Cuerpo en la Eucaristía de una manera que profana la
Divinidad, y también promueve impiedad, paganismo e
impureza de corazón y acciones durante el Santo Sacrificio de
166
la Misa."
JESÚS a Giuliana Crescio
“No deseo ser tomado en vuestras manos. ¡No deseo ser
tomado en vuestras manos! Yo el pan vivo, la sangre viva,
aquella sangre derramada por vosotros, yo soy pan, pero
para vuestra alma. A los apóstoles les di el pan ¡vosotros no
167
sois sacerdotes, no podéis tocarme!”
NUESTRA SEÑORA, 21 de agosto 1975
"Sólo en caso extremo de muerte, un hombre - digo un
hombre, no una mujer ni niño - un hombre tendrá el poder a
través de un sacerdote legalmente ordenado, traer en urgencia
y dar rápidamente la Hostia a un moribundo.
"Este envilecimiento al Cuerpo de Mi Hijo no pasará sin
168
castigo."
JESÚS a Catalina Rivas
Vidente estigmatizada. Nihil obstat por Mons.
R. Fernández, Arzobispo boliviano:

“No son ni 10 ni 20 los verdugos que


destrozan Mi Cuerpo, son
muchísimas las manos que lastiman
Mi Cuerpo recibiendo la Comunión en
la mano, -el trabajo sacrílego de
satanás-.”


María Simma
Algunas almas del Purgatorio le dicen a María
Simma (vidente de las ánimas) que el pecado
por el cual tienen que sufrir más, es por haber
comulgado en la mano. María explica: en
condiciones normales, sólo las manos
consagradas de los sacerdotes pueden
distribuir la Comunión. Salvo en
“circunstancias extraordinarias”.
“Extraordinarias” no se refiere a la diferencia
entre que los fieles deban esperar dos
minutos en lugar de diez para recibir la
Comunión. (Hoy laicos o sacerdotes tienen
prisa para todo, muchos laicos quieren tomar el papel del Sacerdote, y
el Sacerdote el de los laicos, todo esto es una confusión del
Sacerdocio Ministerial de los Sacerdotes y del Sacerdocio Común).

María Simma liberó a, 40 o 50 sacerdotes u obispos del Purgatorio, la


mayoría por promover la Comunión en la mano u otras irreverencias.
Ella llama a la Comunión en la mano “la obra del diablo”… “Muchos
están por faltas de obediencia al Santo Padre, faltas de amor hacia la
Santa Misa, faltas de amor a la oración y el ayuno, no haber leído el
breviario, y repito, por la Comunión en
la mano…” .

“Las almas del Purgatorio me han


dicho- dice María Simma- que ningún
Papa hasta hoy ha apoyado la
Comunión en la mano, rito que fue
fomentado por un grupo de cardenales
y obispos. “Todos los Papas, sabían
muy bien que la Comunión en la mano estaba en contra de la
veneración del más Sagrado de lo Sagrado”.

¡Lo que le agrada a Lucifer!


«La “partícula en la mano”, de
este modo puedo pisotear a
vuestro Dios, ese Dios que yo
he matado; y puedo celebrar mis
misas (las misas negras) con los
sacerdotes que Le he
169
robado...».

* Anneliese Michel, † 1976 (Incorrupta)


Cuando esta chica de 16 años de una piadosa
familia alemana, fue repentinamente afligida
por una posesión demoníaca, el demonio
(durante un exorcismo ordenado por el obispo
local) fue obligado por Nuestra Señora a decir
lo siguiente:
“La cosa (Hostia Consagrada) no se debe
colocar en las manos. Los sacerdotes deben
tener valor. Los laicos no deben distribuirla.
Durante la distribución de esa cosa (Santa Comunión) deben
arrodillarse. Por mandato de aquella (señalando una estatua de
la Virgen que estaba cerca) la Comunión en la mano debe
abolirse porque es obra mía. El obispo debe prohibir la Comunión
en la mano, si lo puede lograr” …
“...Es necesario que reciban los Sacramentos como es debido. La
verdadera confesión, no sólo participar en ceremonias
penitenciales y la comunión. El sacerdote debe decir 3 veces:
"Señor, yo no soy digno" y no sólo una vez. Deben recibir la
comunión en la boca y no en la mano. Hemos debatido
largamente allí abajo (el infierno), hasta que hemos
conseguido introducir la comunión en la mano. La comunión
en la mano es muy buena para nosotros en el infierno, pueden
creerme. Ella (la Virgen María), quiere que diga, la Gran Señora,
si viviera todavía recibiría la comunión en la boca y de rodillas, y
se inclinaría profundamente de esta forma (de rodillas). Debo
decir que no se debe tomar la comunión en la mano. El mismo
Papa da la comunión en la boca. No quiere en absoluto que se
de en la mano. Esto viene de los Cardenales, después pasa a los
obispos, que se figuran que se trata de obediencia. Luego pasa a
los sacerdotes, que se figuran que deben someterse, porque la
obediencia se escribe con mayúsculas. No se debe obedecer a
los malos, hay que obedecer solamente al Papa, a Jesucristo y a
170
la Santísima Virgen. Dios no quiere la comunión en la mano.”

NUESTRA SEÑORA en la Salette, Francia, 19 de septiembre de


1846
"Los sacerdotes,
ministros de mi Hijo,
por su mala vida,
por sus
irreverencias y su
impiedad al
celebrar los santos
misterios; por su
amor al dinero, a los
honores y a los
placeres, se han
convertido en
cloacas de
impureza...”
¡Esto está sucediendo ahora!

¿Acaso no es una impiedad de cómo hoy muchos Sacerdotes celebran


la Santa Misa como si fuera un culto protestante y sin la reverencia o
adoración que merece DIOS?

¿Acaso la comunión en la mano de hoy no es un acto de gran


impiedad para con JESÚS vivo y presente en cada Partícula
Eucarística?

Y muchas otras más…



Papa Urbano VIII, 1636.

«En cuanto a las revelaciones privadas, es mejor creer que no
creer en ellas; porque si crees y resultan ser verdaderas, te
sentirás feliz de que creíste, porque Nuestra Santa Madre lo
pidió. Y si resultan ser falsas, tú recibes todas las bendiciones
como si fueran verdaderas, porque creíste que eran verdad.»














RAZÓN XXVI: PORQUE LA CEREMONIA SE


PROLONGARÍA EXCESIVAMENTE SI SE “COMULGA EN
LA MANO”
Así es, los que apoyan esta costumbre algunos objetan:
“La Ceremonia es más rápida si se Comulga en la mano”.

Todo lo contrario, los que comulgan según este modo reprobable,


deberían:
1º Hacer un acto de Adoración (Misal Romano).
2º El Sacerdote observa si la mano del comulgante está limpia (Doc. 3-
4-85).
3º El comulgante extiende la mano izquierda sobre la derecha.
4º El Sacerdote muestra la S. Forma diciendo “El Cuerpo de Cristo”, y
espera a que el Fiel responda: “Amén”.
5º El Sacerdote deposita la S. Forma en la mano del comulgante.
6º Éste la toma con la mano derecha y la consume delante del
Sacerdote. (Carta anexa a M.D.).
7º Tanto el Sacerdote como el fiel han de comprobar que no
quedan Sagradas Partículas en la mano. (Sagrada Congregación
171
Para El Culto Divino)

¡Tantas cosas y tanto tiempo para hacer una cosa que no está bien!
Y continúan con esta objeción:
“En caso de aglomeración de
fieles, cualquiera puede dar la
Comunión para que la
ceremonia no se alargue”.

Es una tentación. Cristo no


entrego su Cuerpo a las
multitudes del Monte de las
Bienaventuranzas. Allí ofreció sólo un símbolo eucarístico, y les
alimentó con el Pan de su palabra. Pero su Cuerpo y su Sangre los
reservó para la intimidad del cenáculo. Por eso, una celebración
multitudinaria, o se organiza bien (suficiente número de Sacerdotes,
acólitos y comulgatorios) o se deja solo la celebración de la Palabra.
La Ceremonia se acorta cuando los fieles se disponen arrodillados a lo
largo del Comulgatorio. Pero, tampoco es cuestión de rapidez sino de
dignidad; y a Dios no se le escatima el tiempo. Cuantos sacrilegios y
profanaciones se cometerán a diario en el mundo cuando se recibe la
“comunión en la mano” y se caen las partículas que son el mismo
Cuerpo de Nuestro Señor.
RAZÓN XXVII: POR SUS FRUTOS
Porque esta práctica de la “comunión en la mano” no ha dado ni
incrementado en frutos de santidad para los fieles y la Iglesia,
todo lo contrario:
“Por sus frutos los conoceréis…”
Mateo 7:20
Debemos ser rigurosamente honestos con nosotros mismos. Esta
práctica, ¿ha fortalecido y clarificado realmente nuestra fe en la
Presencia Real?

¿Ha producido una mayor devoción a la oración, más amor y más


caridad fraterna? ¿Mostramos un mayor temor reverente al tomar el
Cuerpo de Nuestro Señor en nuestras manos?
Existe por lo menos un fruto que no proviene obviamente de la
introducción de esta práctica; y es un rasgo también de la reforma
general más amplia de la liturgia: se ha dañado la unidad.

Es también opinión del autor que, por lo menos, la “comunión en la


mano” debe compartir la culpa por la pérdida de fe de los católicos en
la Presencia Real de Cristo.

Con razón dicen estos obispos en el Sínodo del 2005:

El 5 de octubre de 2005, durante el Sínodo de


los Obispos en el vaticano. S.E.R. Arzobispo
Jan Pawel Lenga M.I.C., de Karaganda,
Kazakhstan, recordó a los presentes la
Sacralidad de la Eucaristía y discutió vías para
resaltar este hecho. Él manifestó que “entre las
renovaciones litúrgicas producidas en el mundo
Occidental, dos en particular TIENDEN A
NUBLAR EL ASPECTO VISIBLE DE LA
EUCARISTÍA EN PARTICULAR, sobre todo en
lo que respecta a su centralidad y santidad: la
eliminación del tabernáculo del centro, Y LA
DISTRIBUCIÓN DE LA ‘COMUNIÓN EN LA
MANO’”.
La “Comunión en la mano”, dijo, se está extendiendo e incluso
prevalece como que es más fácil, como un tipo de moda… Por
consiguiente, humildemente yo sugiero las siguientes proposiciones
prácticas: que la Santa Sede emita una regulación universal que
establezca la manera oficial de recibir la Comunión en la boca y de
rodillas; con LA “COMUNIÓN EN LA MANO” QUE SEA RESERVADA
EXCLUSIVAMENTE PARA EL CLERO. Él pidió igualmente, que los
Obispos en los lugares donde la “Comunión en la mano” se ha
introducido, trabajen con prudencia pastoral para devolver al
creyente al rito oficial de Comunión, válido para todas las Iglesias
locales.
Así mismo el Cardenal, Janis Pujats de Riga, Latvia, fue el primero en
resaltar el problema, diciendo al sínodo el 3 de octubre que Él piensa
que los católicos deben recibir la Comunión en la lengua,
mientras se arrodillan. “Cuando los comulgantes están de pie, dijo el
Cardenal, me siento como un dentista al mirar sus bocas”.
Los frutos que se han seguido de esta práctica es un aumento de
irreverencias y sacrilegios, ya sean voluntario como involuntarios.
Además del debilitamiento de los fieles frente al misterio Eucarístico.

Mons. Rodolfo Laise, OFMCap, refutando


las razones sin razón de aquellos
responsables de la introducción de este
rito en nuestro país: «Si la introducción de la
“comunión en la mano” es "sin duda un signo
172
de crecimiento de la vida eclesial" , si "es
motivo de alegría retomar esta genuina
173
tradición" o si "no se puede afirmar o
priorizar que un modo sea mejor que
174
otro" no se entiende por qué en 1968 a Pablo VI "NO LE HA
PARECIDO OPORTUNO MUDAR EL MODO HACE MUCHO TIEMPO
RECIBIDO DE DAR LA COMUNIÓN" y EXHORTÓ
VEHEMENTEMENTE A SOMETERSE A ESTA DISPOSICIÓN; y
mucho menos se entiende porqué en 1996 Juan Pablo II mantiene
como norma dichas disposiciones. Si las afirmaciones de "El Pan Vivo"
y los Fundamentos son ciertos, entonces Pablo VI se equivocó
gravemente al no "redescubrir" las riquezas de ese rito. Es más, la
prohibición estricta del siglo X, que se mantuvo casi un milenio,
fue un error pues pretendió erradicar para siempre algo valioso
que recién ahora podemos "redescubrir", y esto sólo gracias a un
indulto.

















RAZÓN XXVIII: PORQUE NO SE PIENSA EN DAR LA


ADORACIÓN REQUERIDA PARA CON JESÚS
Los que dan y reciben la “comulgan en la mano” no piensan tanto
en JESÚS, sino en sí mismos.
EL siguiente artículo: Comunión en la mano: El suelo teñido de
Sangre, de Miguel Ángel Yánez, Director de la página de noticias y
artículos católicos: Adelante la fe, con fecha 18 de marzo del 2016,
explica con razón sobre porqué los que comulgan en la mano, no
piensan en JESÚS, sino en ellos mismos:

“Querido laico, hay que dejar de pensar en estos términos: lo que


a MÍ me gusta, lo que a MÍ no me ofende, lo que YO veo normal,
lo que YO veo o dejo de ver grave, lo que a MÍ me permite tener
devoción, lo que YO creo, lo que YO pienso, lo que YO leí que no
sé quién dijo o hacía en no sé qué siglo… es decir lo que YO, YO
y más YO.
Querido sacerdote que quieres dar la comunión en la mano o,
incluso, no quieres, pero la das, hay que dejar de discurrir de esta
forma: A MÍ me gusta más en la mano, YO creo que debo
obedecer a pesar de todo, YO no quiero problemas, YO no lo veo
tan grave, YO no soy quien para tomar esa decisión, YO creo que
si lo hace el Papa y mi obispo YO debo hacerlo… o sea lo que
YO, YO y más YO.
No, queridos laicos y sacerdotes, esta perspectiva es totalmente
errada, el problema no eres TÚ, lo que TÚ creas o dejes de
pensar, las consecuencias que tenga para TÍ el no darla, lo que te
digan, lo que hagan muchos o pocos, ni lo que haga el obispo o
incluso el papa. No, no y no. Voy a detenerme y decirlo bien alto:
El problema no eres tú, el problema es ÉL.
No importa tu punto de vista, la razón teórica que puedas tener o
dejar de tener, tus buenas intenciones, tu afán de obediencia,
todos esos argumentos se desploman por su propio peso si lo
vemos desde la perspectiva de ÉL, no del YO.
¿Cuál es el problema de ÉL con la comunión en la mano?
Esta dogmáticamente definido en el Concilio de Trento que en
cada partícula de la Sagrada Hostia está Jesucristo en Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad.
Por lo tanto, si una partícula por minúscula que sea cae al suelo
es exactamente igual que si cayera la Hostia entera.
Y si caen partículas al suelo hay que creer dogmáticamente que
es el mismo Jesucristo, su Cuerpo y su Sangre, el que está en el
suelo.
Por lo que si pisamos esas partículas estamos pisando a
Jesucristo. Sí, repitámoslo: ESTAMOS PISANDO A
JESUCRISTO. Y lo estamos haciendo por nuestra culpa,
colaboración o complicidad, no por un accidente incontrolado.
Si por un momento pudiéramos contemplar la dantesca escena
que se produce en nuestras iglesias quedaríamos horrorizados.

Háganse una ligera idea contemplando la fantástica ilustración de


Rodrigo García. ¿Le parece cruda? Pues es exactamente lo que
ocurre y no vemos.
Es ahora fácil comprender el Amor que supone la Eucaristía,
donde Jesús se ha expuesto a ser el más frágil, incluso a riesgo
de ser pisoteado indignamente en una segunda Pasión silenciosa
e invisible, pero no por ellos menos cruel. Y es fácil entender con
cuánto respeto y cuidado deberíamos tratar al Jesús Eucarístico
ante su posición voluntaria de fragilidad y exposición, a lo cual
estamos obligados de una forma absoluta e inexcusable sin que
pueda haber ningún YO que valga, nuestra única obligación es
protegerlo a ÉL, contra todo y contra todos, incluso a costa de
nuestra honra o puesto.
Sé que habrá quien diga que exagero, que siempre puede
haber partículas de una forma u otra, y es cierto que puede
haberlas, pero una cosa es que humanamente no se pueda
controlar una micropartícula que por ejemplo vuele
inadvertida a nuestros ojos, y otra muy diferente es que
caiga por nuestra culpa, negligencia, cobardía y/o forma de
comulgar. Es verdad que comulgando de rodillas y sin
bandeja también puede pasar -otra irresponsabilidad del
sacerdote, pero infinitamente menos que si sometemos la
Hostia a la fricción del contacto con las manos.

Imagen ampliada para observar los
fragmentos

De muchas observaciones que


he realizado he de decir que
no he logrado nunca ver -
aunque seguro hay alguien
perdido que lo haga, la
excepción- a ni un solo
comulgante en la mano tratar
de quitar de su mano
partículas que pudieran
quedar, ni siquiera el intento
de mirar si las hay. Cualquier
sacerdote que ha dado la
comunión con bandeja sabe
que incluso en Misa tradicional
siempre hay partículas, al
igual que siempre hay partículas que quedarán en la mano. El
solo hecho de depositarla y volverla a coger para comulgarla
conlleva a un desprendimiento inevitable. Eso significará en la
práctica cientos de partículas por el suelo profanadas y
pisoteadas por nuestra culpa.
Todo esto es tanto más doloroso si pensamos por un momento
como se promociona activamente esta práctica, llegándose
incluso a obligar a niños a hacer la Primera Comunión en la
mano, como ocurre en la parroquia de mi pequeña localidad con
el pleno conocimiento, silencio y
pasividad del Arzobispado de
Sevilla. (Esto en realidad pasa en
la gran mayoría de diócesis del
mundo entero).

Nadie, repito, nadie debe


arriesgar el Cuerpo de Cristo a
ser pisoteado y profanado, y eso
se hace dando una sola comunión
en la mano. ¿Podría haber alguna
ley
que

obligara a un hijo a exponer a su madre a ser pisoteada, ultrajada


y vejada? Incluso en caso de que existiera, ¿alguien con un
mínimo de sentido común podría sostener que esa persona tiene
obligación moral de seguir dicha ley?… pues tanto más si
hablamos de Jesucristo, nuestro Señor y Creador.
No me cabe duda que la mayoría de ustedes que la reciben en la
mano o la administran no lo hacen con esa intención, porque
siguen analizándolo desde el YO, YO y YO. Párese un momento,
reflexione y véalo desde el punto de vista de ÉL, pisoteado en el
suelo o profanado por muchos “sin esa intención de hacerlo”, con
la Iglesia llena de regueros de la Sangre de Nuestro Señor, y
estoy seguro que ni la recibirán ni la darán nunca más.
Si ha habido miles de mártires que han muerto por el hecho de
no permitir ultrajar una imagen, un libro sagrado… ¿va usted a
tolerar que se ultraje y pise al mismo Jesucristo en Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad delante suya?
175
Antes morir que Nuestro Señor esté en el suelo por mi culpa.”

RAZÓN XXIX: POR SER UNA DE LAS CAUSAS DE LA


CRISIS EN LA IGLESIA
Porque es una de las razones por las que la Iglesia Católica
está en crisis y no ha sido para la gloria de DIOS, sino todo lo
contrario.
Puede parecer superficial puede parecer sin importancia, sin
trascendencia, pero si tenemos en cuenta lo que es la Eucaristía, lo
que nos dice los Concilios, lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia
Católica: Que la Eucaristía es CRISTO que se inmola por nosotros y
quien vive entre nosotros, NO ES UNA COSA SAGRADA ES UNA
PERSONA.
Una persona viva: DIOS VIVO Y VERDADERO, si no somos
consecuentes con esto entonces no tiene importancia decir que toda
esta crisis por la que pasa la Iglesia no sería por la forma de vivir y
celebrar la Sagrada Eucaristía…
¡Obvio que estamos en crisis porque la Eucaristía es el corazón de la
Iglesia!, aparentemente no tiene importancia, pero es de la máxima
importancia.
Si no hay Eucaristía no hay Iglesia, si no hay Iglesia no hay presencia
de salvación en el mundo, sino hay presencia de salvación en el
momento no hay nada.
Entonces decir que este “acto de reverencia”, que empezó con una
historia negra, de dar la “comunión en la mano” no es una falta grave
contra la fe, estamos muy equivocados, podemos ver los frutos que
siguieron con este permiso que toleró la Iglesia.
Todo esto NO ha sido para edificación, según San Pablo: “…Que todo
176
sea para edificación”.

Tampoco ha sido esto para mayor gloria de DIOS: “Hacedlo todo


177
para la gloria de Dios.” , ¡Todo lo contrario!
¡Es hora de reaccionar y decir basta! ¡Lo que no sea para Gloria de
DIOS debe desecharse! ¡Esto no está dando Gloria a DIOS, todo lo
contrario! ¡Y afecta tanto a la Iglesia!
¡Los que “comulgan en la mano” en vez de dar Gloria a DIOS, se dan
gloria a ellos mismos!
Esta costumbre contribuye a
disminuir la fe y la presencia
Sacratísima de JESÚS en la
Eucaristía, es no creer en la
transubstanciación, es no creer en
CRISTO vivo.
Si estamos mal es porque hemos
descuidado lo esencial, lo importante,
lo trascendente. La razón de la crisis
es que hemos maltratado a CRISTO
en la Eucaristía. Lo que era un acto
una prohibición se ha hecho una
norma.

ANTES
“El que teme a DIOS, nada
descuida”
Eclesiastés 7, 19


AHORA



“¡Maldito al que ejecute fraudulenta o negligentemente la obra
de Dios!”.
Jeremías 48,10
Objeciones más comunes de los que apoyan la “comunión en la
mano”
Estas
objeciones
de ya
algunas
que hemos
respondido

anteriormente, de los que practican la


“comunión en la mano” o autocomunión
como debería llamarse:
1. “Jesús dio
en el
Cenáculo
la
‘Comunión
en la
mano’ a los
Apóstoles”.
Esto no lo dice el
Evangelio. Es sólo
una suposición,
pero aun cuando
así fuere, los apóstoles eran Sacerdotes y Obispos.
Los Laicos, por ello, deben permanecer en sus puestos de
“bautizados”, de “miembros” de su Cuerpo Místico, y no de
“representantes de su Cabeza”, como lo son, en cambio, los
Sacerdotes, ¡ministros del culto! ¡Sólo el Sacerdote, “alter Christus”,
actúa “in persona Christi”! Entonces, también su “ministerio” de
distribuir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, está contenido en esas
palabras de Jesús: «tomó - dio gracias - partió - dio». Palabras y
gestos, que competen sólo, como ministerio ordinario, al sacerdote,
porque es el único que participa en los grados del Sacramento del
178 179
Orden . Y esto fue confirmado también por el Concilio de Trento
2. “Lo ha aprobado la Iglesia”.
En contra del parecer de la mayoría de
Obispos del mundo como vimos
anteriormente. ¿Y no representaban éstos a
la Iglesia? Y el Papa, ¿por qué lo prohibió en
la Diócesis de Roma? ¿No es Él quien mejor
representa a la Iglesia? Tampoco se consultó
a los laicos, que también son Iglesia.
Además, cada Obispo tiene autoridad para
aprobar o denegar este rito. En estas
circunstancias, decir que lo ha aprobado la
Iglesia no es decir toda la Verdad.






3. “En las manos es un gesto más natural”.


Pero la Sagrada Eucaristía no es natural. Todo es sobrenatural. Las
apariencias no nos dan la Vida. ¿Si los misterios de Dios los
convertimos en cosas comunes, entonces donde queda el misterio y
su grandeza?
4. “En algunas Parroquias en que, por la escasez de Sacerdotes,
no tengan regularmente Misa Dominical, es bueno que algún
seglar o alguna monja, celebren la Palabra y repartan la
Comunión”.
Nueva tentación. Si faltan Sacerdotes,
hay que hacer “rogativas” para que el
Dueño de la Mies envié obreros a su
Mies. Y si no hay Misa, se puede
organizar a los fieles para que recen el
rosario y/o mediten la Palabra y hagan
una Comunión Espiritual.
Santa Catalina de siena -Doctora de la
Iglesia- nos dice que, si no fuere posible comulgar, podrían recibirse
las mismas Gracias en una Comunión Espiritual.

5.-"No es una práctica nueva".


Pero sí superada y desechada por la Iglesia que, guiada por el Espíritu
Santo, camina a su perfección. La “Comunión en la mano” es hoy más
que un anacronismo: produce una ruinosa involución. Con un
agravante: Cuando se utilizaba esta práctica no se comprendía con
tanta profundidad el Misterio Eucarístico. Así lo confirma el Documento
de legalización.

6.-"Es más higiénico Comulgar en la mano".

El argumento denota muy poca Fe. JESÚS,


con su Manto, que tocaban los enfermos, curó
a la hemorroísa. ¿Y su Cuerpo va a transmitir
enfermedades? Pues bien, en la Comunión el
Manto de Cristo son las manos del Sacerdote.
Aun no se tiene conocimiento en la historia de
la Iglesia que alguien haya muerto por algún
contagio o enfermedad por haber recibido al
Señor en la boca de las manos del Sacerdote.






Entonces, es absolutamente falso


que la saliva sea, por sí misma, un
vehículo de transmisión de enfermedades. Si así fuese, habría que
abolir los billetes de banco, los libros, las revistas; no habría que besar
más a nadie, ni siquiera a los familiares; no habría que hablar con
quien rocía de saliva, ¡y así sucesivamente!
Pero entonces, ¿es tal vez “higiene” dar en la mano la hostia
consagrada a personas que, antes, han tocado manijas, pasamanos
de casas y de negocios, tomado autobús y taxis, han apretado las
manos de amigos, han manipulado dinero que también acumula
millones de bacilos en las yemas de sus dedos y en sus manos? ¿Y
qué “higiene” se observa dando la “Comunión en la mano” a los fieles
que no tienen la conciencia de aquel a quien reciben, y que talvez no
les importa ni las partículas que se desprenden de la S. Hostia?
En cambio, con la distribución de la Sagrada Comunión en la lengua,
el Sacerdote, antes de celebrar, debía, todavía en la sacristía, lavarse
las manos; y este gesto lo debía repetir aun al inicio de la “liturgia
eucarística”, como estaba expresamente prescrito en la “Institutio
180
Generalis” . Además, el sacerdote, si le sucedía tocar la lengua del
fiel comulgante, se lavaba en seguida los dedos con el agua de la
ampolleta, siempre disponible sobre el altar.
A muchos de estos hermanos les da asco recibir la comunión en la
boca porque se pueden “contagiar una enfermedad con la saliva de
otra persona" y luego de blasfemar contra la Sagrada Eucaristía,
cometen profanación o incluso si lo saben sacrilegio “involuntario”
contra la Sagrada Eucaristía recibiendo la “comunión en la mano”

Nos dice S. Hipólito: "Cada fiel procure tomar la


Eucaristía ... pues si es fiel en tomarla, aunque
se le dé veneno mortal, no tendrá poder sobre
181
él"
Son palabras que se apoyan en las de Cristo: " …
182
Si toman un veneno, no les hará daño” . Esto no
es cuestión de higiene sino de dignidad y de Fe.








San Juan
Pablo II
dando la

Comunión como los orientales a una Monja.

Orientales comulgando de la misma cucharilla sin


temor a enfermarse. No es excusa recibir “la
comunión en la mano” por miedo a “contagiarse
de una enfermedad”.

Orientales comulgando de la misma cucharilla sin
temor a enfermarse. No es excusa recibir “la
comunión en la mano” por miedo a “contagiarse de una enfermedad”.




7.- “No es mi intención profanar la Santa Hostia, sólo quiero ‘tener a


JESÚS en mis manos’”

Los que “comulgan en la mano” se excusan diciendo esto: “No es mi


intención profanar la Santa Hostia, sólo deseo tener a JESÚS en mis
manos”
Bueno, responderíamos que, si tu intención fuera profanar, esto sería
algo diabólico.
Es como cuando alguien comete un pecado x, supongamos el de
adulterio, y su intención no es ofender a DIOS, simplemente, “pasar un
buen momento”. Pues, de todas formas, el adulterio es pecado mortal,
aunque no se tenga la intención de ofender a DIOS, ¡Mucho más si
fuera con la intención de ofenderlo! ¡¡Esto sería algo diabólico!!
O este otro ejemplo:
“Yo manejo alcoholizado, y mi fin es llegar a casa, pero por la vía se
cruzan dos personas y las atropello, pero mi intención era ir a casa y
no atropellar a nadie”, así mismo sucede con la SAGRADA
COMUNIÓN: No es tu intención profanar el Cuerpo de CRISTO, pero
al comulgar en la mano si no consumes todas sus partículas que se
encuentran allí, AL DEJARLAS PASAR POR NO PODERLAS VER
estarías profanando “sin querer”, es decir, se comete un pecado grave
contra el primer, segundo y cuarto mandamientos de la Sacra Ley!
Puesto que profanar con intención de, como vimos antes, ¡sería algo
diabólico!

CONCLUSIÓN
A MANERA DE
RAZÓN XXX
PARA NO DAR NI RECIBIR LA “COMUNIÓN EN
LA MANO”
Por JESÚS. Todas las razones que mencionamos para dejar de dar y
recibir la comunión en la mano giran en torno a ÉL. Este documento
fue hecho por ÉL, la Iglesia existe gracias a ÉL y todo lo creado fue
183
hecho por ÉL y para ÉL .

Pero la comunión en la mano de hoy, ¿fue pensada para darle gloria a


ÉL? Todo lo contrario…
Glorifica al hombre, que éste, trata a JESÚS como si fuera un “objeto
sagrado” o un “símbolo de su Cuerpo”, pero no como lo que ES en
realidad.

Siendo DIOS merecedor de toda honra y adoración por parte de su


creatura, ¿cómo puede la Iglesia tolerar esta costumbre protestante
que no tributa a DIOS la adoración y reverencia que merece en el más
sublime Sacramento? ¿Cómo puede la Iglesia seguir tolerando un acto
que va en contra del 1er, 2do y 4to mandamiento, que no continúa la
Tradición Apostólica como hemos visto, sino que la quebranta, la
desafía y la pone en duda? Tales son los frutos de tolerar este acto
profanador: indiferencia, falta de reverencia al Sacramento, abusos
litúrgicos, profanaciones, sacrilegios, abandono de los Sagrarios, etc,
etc.

¿Cuál fue el propósito del SEÑOR al instituir el Sacramento? ¿Qué lo


toquemos o que nos alimentemos de su Cuerpo? ¿Dijo acaso el
SEÑOR: “El que me toca tiene vida eterna”? ¿No dijo acaso: “Quien
184
come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” ?

Si el objetivo del Sacramento es alimentar nuestra alma ¿Por qué


habría de ocuparse las manos, sino por necesidad, como lo hace el
Sacerdote para Consagrar y distribuir el Santo Sacramento?

¿De qué nos sirve tocarlo, si ÉL no quiere quedarse en nuestras


manos, sino en nuestro corazón? Bien decía nuestro SEÑOR hablando
infaliblemente: De nada aprovecha lo externo, lo superficial, si no
185
aprovecha esto para el alma .

Pueden haber muchas más razones para dejar de dar y recibir la


“comunión en la mano”, pero siendo esta última razón la más
importante, ¿no es suficiente para no continuar y resistir con este acto,
por la falta de amor, respeto, dignidad, humildad y adoración que lo
constituye para con ÉL?
Finalmente, exhorto con todo el corazón a los Sacerdotes, los
principales responsables en la distribución del Santo Sacramento,
consideren las razones que hemos visto para dejar de dar la comunión
en la mano, primordialmente por los fragmentos que quedan en la
mano del fiel y que este pasa desapercibido, y luego, por la
purificación que no realiza al recibirla. Esto sin duda es una
profanación “involuntaria” tanto del que da la comunión así, como del
que la recibe, y, si conociéndose lo que se debe hacer para evitar la
pérdida de fragmentos no se hace, como vimos en la primera razón,
constituye verdadero Sacrilegio. Hay que
recordar que, si un fiel solicita recibir la
Sagrada Comunión en la mano, el
Sacerdote le puede negar, por el riesgo de
186
profanación que hay al recibirla , ora por
las razones que vimos, ora por la ignorancia
que puede tener sobre
los fragmentos.
Junto a los Sacerdotes, uno a todos los religiosos
y laicos, y os exhorto además, con todo el
corazón, a que, por amor a JESÚS, luchemos para
que, la tradición apostólica que evoca el amor y la
reverencia con la que se debe recibir este
Sacramento y que lo han mencionado los últimos
Sumos Pontífices, resuene en toda la Iglesia. Que
seamos los que contribuyamos a poner fin a este
acto que tanto mal ha hecho a JESÚS y a su Iglesia, ya sea
enseñando las razones por las que se debe abolir esta costumbre a los
que la apoyan, ya sea orando para que DIOS toque el corazón de los
mismos.
Que DIOS bendiga a los que han leído este documento, y Nuestra
Señora del Buen Suceso, nos conceda amar y conocer mejor a su
Hijo, que se encuentra presente en el Sacramento del Altar, y en cada
fragmento al dársenos como alimento.
Apreciar esto, no
significa despreciar
su Palabra, que es
muy importante hasta
cada punto de la
misma, tampoco
significa despreciar a
los miembros de su
Cuerpo Místico, en
especial los más
pobres e
insignificantes,
puesto que, como
dijo el SEÑOR:

"En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos
hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."
Mateo 25:40
ANEXOS
«El

hecho de que sólo el sacerdote da la


comunión con sus manos consagradas
ES TRADICIÓN APOSTÓLICA».

“Así como, de entre todos los sagrados misterios que el Señor nuestro
Salvador nos encomendó como instrumentos certísimos de la Divina
Gracia no hay ninguno que pueda compararse con el Santísimo
Sacramento de la Eucaristía, así también no ha de temerse de Dios
castigo más grave de pecado alguno que, si cosa tan llena de
toda santidad o, mejor dicho, que contiene al Autor mismo y
fuente de la santidad, no es tratada santa y religiosamente por los
fieles” Sacrosanto
Concilio de Trento.

«El hecho de que sólo el sacerdote da la comunión con sus manos


consagradas ES TRADICIÓN APOSTÓLICA».

“Así como, de entre todos los sagrados misterios que el Señor nuestro
Salvador nos encomendó como instrumentos certísimos de la Divina
Gracia no hay ninguno que pueda compararse con el Santísimo
Sacramento de la Eucaristía, así también no ha de temerse de Dios
castigo más grave de pecado alguno que, si cosa tan llena de
toda santidad o, mejor dicho, que contiene al Autor mismo y
fuente de la santidad, no es tratada santa y religiosamente por los
fieles” Sacrosanto
Concilio de Trento.








“Cuando se recibe la Comunión


es necesario estar arrodillado,
tener la cabeza ligeramente
humillada, los ojos modestamente
vueltos hacia la Sagrada Hostia, la
boca suficientemente abierta y la
lengua un poco fuera de la boca
reposando sobre el labio inferior".

«¡Sed fuertes! No se debe ceder


donde no hay que ceder... Se
debe combatir, no con términos
medios, sino con coraje; no en
oculto, sino en público; no a puertas cerradas, sino a cielo
abierto».

Santísimo Padre Pío X










“El que teme a


DIOS, nada
descuida”

Eclesiastés 7, 19
“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que en
lo poco es infiel, también es infiel en lo mucho”.
Lucas 16,10











“Si el que menosprecia la


ley de Moisés, sin
misericordia es condenado a muerte sobre la palabra de dos o
tres testigos, ¿en cuánto mayor castigo pensáis que será digno el
que pisotea al Hijo de Dios y trata como profana la sangre de la
Alianza en la que fue sacrificado e insulta al Espíritu de la
gracia?”

Hebreos 10, 28-29.




El Filósofo Gilbert. K. Chesterton,


refiriéndose a los liturgistas que promovían
la comunión en la mano y otras
desviaciones en la Sacra Liturgia:

“…Ellos son
culpables
desde la
idolatría de lo intermediario hasta el
olvido de fin último” ...

“Téngase en cuenta
que una ley inmoral o
que facilite el sacrilegio
y la profanación, no
puede obligar en
conciencia”.

Si ha habido miles de
mártires que han
muerto por el hecho de
no permitir ultrajar una
imagen, un libro
sagrado, o perder lo
más mínimo de nuestra
fe… ¿va usted a tolerar
que se ultraje y pise al
mismo Jesucristo en
Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad delante suya?

¡ANTES MORIR QUE
NUESTRO SEÑOR ESTÉ EN EL SUELO POR MI
CULPA!

Bibliografía
Castanera, D. Juan Juseu (1863): Refutación analítica de la obra
escrita en francés por Mr. Ernesto Renan: “Vida de Jesús”. Madrid:
Imprenta de la viuda de D J. C. De la Peña.
Conferencia Episcopal de Colombia (2007): Instrucción General del
Misal Romano.
Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos
(2004): Instrucción Redemptionis Sacramentum: Sobre algunas cosas
que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía.
Congregación para la Doctrina de la Fe (1972): De Particulis et frag-
mentis hostiarum reverenter conservandis vel sumendis.
De Irayzos, Don Fermin (1853): Instrucción sobre las rúbricas
generales del Misal, de la Sagrada Congregación de Ritos. París, 9na
Edición.
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Donoso, Mons. Justo (1856): Diccionario Teológico, canónico, jurídico,
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S.S Pío XII (1947): Encíclica Mediator Dei.
S.S Pablo VI (1969): Instrucción Memoriale Domine (Sagrada
Congregación para el culto divino: Carta "En respuesta a la petición",
para aquellos presidentes de las Conferencias de Obispos que
solicitaron permiso para entregar la comunión en la mano).
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culto de la Eucaristía / (1984): Ceremoniale episcoporum.
S.S Benedicto XVI (2005): Exhortación apostólica postsinodal:
“Sacramentum Caritatis”, Sobre la Eucaristía fuente y culmen de la
vida y de la misión de la Iglesia.
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San Alfonso María de Ligorio (1867): Preparación para la muerte.
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Confessores a la luz de Santo Tomás de Aquino. Valencia, Joseph
Thomas Lucas.
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uso de los Párrocos y demás ministros Sagrados. Imprenta y Librera
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Zorita, Fr. Agustín (1785): Catecismo del Santo Concilio de Trento de
S.S. Pío V. Madrid: Imprenta Real, 2da Edición.
A.M.D.G.
Notes
[←1]
Cfr. D-698, Denzinger, Barcelona, Editorial Herder, 1963.
[←2]
Ibid. D-884,
[←3]
Ibid. D-886.
[←4]
Ibid D-885.
[←5]
Cfr. “Catecismo Holandés”, p. 417.
[←6]
Ibid.
[←7]
Ibid.
[←8]
Cfr. D-698, Denzinger, Barcelona, Editorial Herder, 1963.
[←9]
Ibid D-876.
[←10]
Ibid D-885.
[←11]
Cfr. “Il Nuovo Catechismo Olandese”, Elle Di Ci, Torino Leumann, 1969, p. 417.
[←12]
Cfr. D-883, Denzinger, Barcelona Editorial Herder 1963.
[←13]
Ibid D-874, 876, 883.
[←14]
Ibid D-876.
[←15]
Ibid D-885 Canon 3.
[←16]
Cfr. Sto. Tomás de Aquino, Summa Th., III, q.
[←17]
D. Juan Juseu y Castanera, Catedrático de teología dogmática en el seminario conciliar de Barbastro,
Refutación analítica de la obra escrita en francés por Mr. Ernesto Renan, Titulada “Vida de Jesús”, Madrid:
imprenta de la viuda de D J. C. De la Peña, calle de atocha, num, 149. 1863, Capítulo XVIII. Instituciones de
Jesús. p. 340-341.
[←18]
Santo Tomás de Aquino, Quest. 76, art. º3.
[←19]
EL Pbro. Luigi Villa denuncia esto en su libro: Así afirma ese Anónimo de la Queriniana (¡y tantos otros con él!)
que hemos ya denunciado: iv. p. 23.
[←20]
Catecismo del Santo Concilio de Trento, de S.S. Pío V, pág. 139, capítulo IV sobre el Santísimo Sacramento
de la Eucaristía.
[←21]
Cfr. Concilio de Trento, Sess. XIII, “De Eucharistia”, c. VIII - Denz. Enchiridium, ed. 33, a, n. 1648.
[←22]
Cfr. «Diccionario jurídico-canónico del “Código de Derecho Canónico”», p. 1126.
[←23]
Denz. 885
[←24]
Denz. 886-9.
[←25]
SAGRADA CONGREGACION PARA EL CULTO DIVINO Carta "En respuesta a la petición", para aquellos
presidentes de las Conferencias de Obispos que solicitaron permiso para entregar la comunión en la mano, 29
de mayo de 1969: AAS 61 (1969) 546-547; Not 5 (1969) 351-353. Numeral 5.
[←26]
Instrucción Memoriale Domine, 1278.
[←27]
De corona, 3 PL 2, 99.
[←28]
San Alfonso María de Ligorio, Preparación para la muerte, sobre el Amor de DIOS.
[←29]
1 Juan 2:2.
[←30]
Trad. Ap. 32.
[←31]
Serm. in hebd. s., 4, 4.
[←32]
In Exod. Hom., hom. XIII, 3, Migne, PG 12, 391.
[←33]
COMUNIÓN EN LA MANO: El suelo teñido de Sangre, Miguel Ángel Yáñez, director de la página web:
Adelante la Fe.
[←34]
Redemptionis Sacramentum, Nº 92.
[←35]
[Nota 205: Cf. Concilio de Trento: DS 1641.] (CCC, 1377).


[←36]
REDEMPTIONIS SACRAMENTUM, Nº 180


[←37]
Cf. Ceremoniale episcoporum, n.166.
[←38]
Instrucción General del Misal Romano 2007, Nº 278 sobre las purificaciones.

[←39]
Memorandum litúrgico-teológico, para uso de los párrocos y demás ministros Sagrados por el Presbítero D.
Bernardo Sala Monje Benedictino de Monserrat. Imprenta y Librera de Jaime Valls, plaza mayor, núm. 30,
págs. 216-217. 1867.
[←40]
SAGRADA CONGREGACION PARA EL CULTO DIVINO Carta "En respuesta a la petición", para aquellos
presidentes de las Conferencias de Obispos que solicitaron permiso para entregar la comunión en la mano, 29
de mayo de 1969: AAS 61 (1969) 546-547; Not 5 (1969) 351-353. Numeral 5.
[←41]
Pbro. Dr. Luigi Villa, ¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es Sacrilegio!, , Zurich, CH 9029, C.P. 187. Editrice
Civiltà – Brescia, págs. 33-42.
[←42]
Mazuelo, G. (8 de abril de 2013). El diablo no tiene rodillas. Recuperado de:
http://infocatolica.com/blog/contracorr.php/1304080215-el-diablo-no-tiene-rodillas
[←43]
Missale Romanum Ex Decreto Concilii Tridentini Restitutum: Rúbricas generales de la Santa Misa.
[←44]
Instrucción sobre las rúbricas generales del Misal, de la Sagrada Congregación de Ritos, 9na Edición, 1853.
[←45]
De corona, 3 PL 2, 99.
[←46]
In Exod. Hom., hom. XIII, 3, Migne, PG 12, 391.
[←47]
S.S Pablo VI, Mysterium Fidei, 32.
[←48]
Serm. in hebd. s., 4, 4.
[←49]
Pbro. D. Bernardo Sala, monje Benedictino, Memorandum Litúrgico-teológico para uso de los párrocos y
demás Ministros, Imprenta y Librería de Jaime Valls, plaza mayor, núm. 30, 1867. Págs: 209 y siguientes
(Comentario que hace D. Bernardo sobre lo que dice San Alfonso al referirse de las purificaciones y cuidados
en la Sagrada Eucaristía).


[←50]
Trad. Ap. 32.
[←51]
Sagrada Congregación de Ritos, 11 de Marzo de 1858.
[←52]
Instrucción General del Misal Romano 2007, Nº 278 sobre las purificaciones.


[←53]
Catecismo Del Santo Concilio De Trento Para Los Párrocos, segunda impresión 1761. Traducido en lengua
castellana por el p. Fr. Agustin zorita, religioso dominico, pag. 147 sobre la Eucaristía
[←54]
Catecismo del Concilio de Trento.


[←55]
Fr. San Vicente Ferrer, SUMA MORAL PARA EXAMEN DE CURAS X. CONFESSORES. A la luz de Santo
Tomás de Aquino, VALENCIA, Oficina de Joseph Thomas Lucas, en la Plazuela de Sent-Vult, 1736. Tratado IV
Sobre la Eucaristía, p. 92.
[←56]
Compendio moral salmanticense según la mente del Angélico Doctor. Pamplona 1805, tomo 1, páginas 282-
283
[←57]
PG, vol. X, coll. 1099-1100.
[←58]
Cfr. Acta Conciliorum Rothmagen-se, c. II, p. 8.
[←59]
Cfr. Mansi, XI, 969.
[←60]
Can. 2, Mansi, XXI, 511
[←61]
Can. 4, Mansi, XXII, 553.
[←62]
Mansi X, 49,15.
[←63]
Mansi X, 1199-1200.
[←64]
Mansi XI, 969.
[←65]
11 de octubre de 1551, (ses. XIII, c.8).
[←66]
De corona, 3 PL 2, 99-
[←67]
Trad. Ap. 32.
[←68]
Catequesis Mystagogicas, V, 21ss
[←69]
Serm. in hebd. s., 4, 4.
[←70]
Carta 93.
[←71]
Carta 54,6; a Jenaro.
[←72]
Carta 2ª, a todos los fieles, 35.
[←73]
C. de Panm., 49,15.

[←74]
In Exod. Hom., hom. XIII, 3, Migne, PG 12, 391.
[←75]
Mysterium Fidei, 32.
[←76]
Memoriale Domini: 1279, de S.S Pablo VI
[←77]
Mansi 1, 653.
[←78]
Apología 1, 65,5.
[←79]
15,1
[←80]
PL V, coll.163-168
[←81]
Serm. 91.3.
[←82]
Roman 3, c 3
[←83]
Catecismo de San Pío X.
[←84]
Enarrationes in Psalmos 89, 9 ; CCLXXXIX,1385.
[←85]
Sacramentum Caritatis, 66.
[←86]
Entrevistado por la revista Stimme des glaubens durante su visita a Fulda (Alemania) en Noviembre de 1980.


[←87]
Summa, III, Q. 82, Art. 13.
[←88]
S. Juan Pablo II, “Dominicae Coenae”, 11.
[←89]
Carta 93.
[←90]
Lib. 6, n. 237.
[←91]
S.E.R Mons. Justo Donoso, “Diccionario Teológico, canónico, jurídico, litúrgico, Bíblico, etc”. TOMO
SEGUNDO. VALPARAlSO: Imprenta y librería del Mercurio, 1856. Página: 244-245.
[←92]
Monseñor Juan Rodolfo Laise, Obispo de San Luis, Argentina, Comunión en la Mano, p. 72.
[←93]
Memoriale Domini.,1277; C.M., pp. 21, 23.
[←94]
Instruction Eucharisticum Mysterium n. 9.
[←95]
San Cirilo de Jerusalén, Catequesis Mistagógica V:21.
[←96]
Monseñor Juan Rodolfo Laise, Obispo de San Luis, Argentina. Comunión en la Mano, p. 75.
[←97]
Lumen Gentium, 5.
[←98]
Monseñor Juan Rodolfo Laise, Obispo de San Luis, Argentina. Comunión en la Mano, p. 78-79.
[←99]
Memoriale Domini, 1282. De S.S Pablo VI.
[←100]
Monseñor Juan Rodolfo Laise, Obispo de San Luis, Argentina, Comunión en la Mano, p. 74.
[←101]
Ibid p. 126.
[←102]
Ibid p. 134
[←103]
Ibid p. 114.
[←104]
Ibid. p. 137.
[←105]
Ibid p. 102
[←106]
Ibid p. 118.
[←107]
Ibid p. 55.
[←108]
Ibid p. 136.
[←109]
Ibid p. 97-98.
[←110]
Ibid p. 133.
[←111]
Vitoria: Obras, págs. 486-487; Suárez: De Fide, disp. X, sec. VI, nº 16; San Roberto Belarmino: de Rom. Pont.,
Libro 2, Cap. 29; Cornelius a Lapide: ad Gal. 2, 11, etc.



[←112]
Mazuelo, G. (18 de agosto de 2015). EXCLUSIVA: El Obispo de Oruro prohíbe la comunión en la mano en su
diócesis. Recuperado de: http://adelantelafe.com/exclusiva-el-obispo-de-oruro-prohibe-la-comunion-en-la-
mano-en-su-diocesis/
[←113]
Rorate Caeli (25 de abril de 2016). EXCLUSIVA Mons. Schneider: Los Neocatecumenales son un movimiento
judío-protestante, un caballo de troya. Recuperado de: http://adelantelafe.com/exclusiva-entrevista-obispo-
athanasius-schneider/
[←114]
Concilio de Trento, sobre la Eucaristía: “Si alguno negare que en el venerable sacramento de la Eucaristía se
contiene Cristo entero bajo cada una de las especies y bajo cada una de las partes de cualquiera de las
especies hecha la separación, sea anatema.”
[←115]
SAGRADA CONGREGACION PARA EL CULTO DIVINO, Carta "En respuesta a la petición", para aquellos
presidentes de las Conferencias de Obispos que solicitaron permiso para entregar la comunión en la mano, 29
de mayo de 1969: AAS 61 (1969) 546-547; Not 5 (1969) 351-353. Numeral 5.
[←116]
* Hemos visto en sí que la más grande autoridad en la Iglesia y el mundo, el Papa, está en contra de
esta práctica, y sólo lo permitió como un indulto en los lugares donde hubiese arraigado ya esta
costumbre, y terminó pidiendo se sometan a la tradición de comulgar en la boca, lo que significa que
debemos obedecer a DIOS por medio del Papa, antes que a los hombres, es decir, a los Prelados
modernistas que introdujeron esta costumbre (y no correctamente) del pasado.
Hechos 5,29; 4,19.
[←117]
Summa Theologicae, II-II, Q. 104, Art. 3.
[←118]
Sor Lucía, “Cuarta Memoria”, Memorias de la Hermana Lucía (Vice-Postulação, Fátima, 3ª edición 1988) pág.
165. Ver también Frère Michel de la Sainte Trinité, The Whole Truth About Fatima - Vol. I: Science and the
Facts (Buffalo: Immaculate Heart Publications, 1989), pág. 182.
[←119]
Canon Nº 1752.
[←120]
Confer. razón Nº IX.
[←121]
1ra Corintios 11:29.
[←122]
S. Th. II q.II-a.104-ad.4.
[←123]
Hech. 5, 29.
[←124]
S. Th. II II-q.104-a.5 Sed Contra.
[←125]
S. Th. II II-q.104-a.5-ad.3.
[←126]
“De la caridad surge la obediencia.” dice Santo Tomás (In Mt. cap. 24).
[←127]
S. Th. I q.II-a.96-ad.4.
[←128]
Monseñor Juan Rodolfo Laise, Obispo de San Luis, Argentina. Comunión en la Mano, p. 126.
[←129]
Cfr. “Dominicae Cenae” n. 11.
[←130]
Pbro. Dr. Luigi Villa, ¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es Sacrilegio!, Respuestas a las principales objeciones
p. 61, , Editrice Civiltà – Brescia.
[←131]
Monseñor Juan Rodolfo Laise, Obispo de San Luis, Argentina, Comunión en la Mano, p. 128.
[←132]
Citado por D. Harrison, "The First and Second Prayer Books of Edward VI." London, 1968, p.392. Cf. E.C.
Whitaker, Martin Bucer and the book of Common Prayer, London, 1974." (C.M., p. 61,62.)
[←133]
Sobre esta “apostasía arriana” léase San Atanasio de Alejandría (295-373): P.G., tomo XXVI, col. 9 ss.
[←134]
Cfr. A. Bugnini, op. cit. p. 628
[←135]
Apología 1, 65,5.
[←136]
Cfr. C. Testore, “Comunione Eucaristica”, XIV - Rito, in “Enciclopledia Cattolica”, 1950, vol. IV, c. 142.
[←137]
Serm. 91.3
[←138]
Patrología Latina, 54, 1385.

[←139]
Íbid p.69.
[←140]
Íbid p.68.
[←141]
Íbid p.19. / Memoriale Domini, 1275.
[←142]
Voris, Michael. (9 de marzo de 2016). NO COMMUNION IN THE HAND. Recuperado de:
http://www.churchmilitant.com/video/episode/communion-in-the-hand


[←143]
Memoriale Domini: 1276, S.S Pablo VI.
[←144]
Redemptionis Sacramentum 92.
[←145]
He aquí un ejemplo que tomamos del “De lapsis” de S. Cipriano (siglo III), c. 26, PL 4, 486 ss. En él, el Santo
obispo cuenta la historia de una mujer que, abriendo con sus manos sucias el armario, donde estaba guardada
la Eucaristía, vio salir fuego, por lo cual no osó tocarla: «Et cum quaedam arcam suam, in qua Domini sanctum
fuit, manibus indignis tentasset aperire, igne inde surgente deterrita est ne auderet attingere…».


[←146]
Cfr. A. Bugnini, “La Riforma liturgica” (1948-1975), Edizioni liturgiche, Roma 1983, pp. 623-624.


[←147]
D. E. a H.
[←148]
Noviembre de 1969, Toggenburg, S. Gallo.
[←149]
Concilio de Trento, Denz. - S; 1651.


[←150]
In Exod. Hom., hom. XIII, 3, Migne, PG 12, 391.
[←151]
Infocatólica.com (6 de septiembre de 2010). Un joven rompe y pisotea una hostia consagrada y el cura le
abofetea y expulsa al grito de sacrílego. Recuperado de: http://infocatolica.com/nuevo/?t=noticia&cod=7189
[←152]
Mazuelo, G. (8 de abril de 2013). El diablo no tiene rodillas. Recuperado de:
http://infocatolica.com/blog/contracorr.php/1304080215-el-diablo-no-tiene-rodillas
[←153]
Pbro. Dr. Luigi Villa, ¿Comunión en la mano? ¡NO! ¡es Sacrilegio!, , Zurich, Editrice Civiltà – Brescia,
Respuestas a las principales objeciones p.61

[←154]
Mons. Atanasio Shneider, Dominus est: Reflecxiones de un Obispo de Asia Central sobre la Sagrada
Comunión, 2008.
[←155]
Ez. 2:1,8,9; 3:13.
[←156]
Confer. Razón Nº VI Catecismos.
[←157]
Mons. Atanasio Schneider en su libro: “Dominus Est”.


[←158]
S.S Pío XII, Encíclica Mediator Dei, º17.


[←159]
Venerable Sor María de Jesús de Agreda, Ciudad Mística de Dios.
[←160]
Redemptionis Sacramentum, Nº 92/ Congregación para el culto divino notitiae marzo-abril 1999


[←161]
Sección «Storia» de la revista: «Teologica» n. 14 - Marzo/Aprile 1998 - páginas 22-25 Edizioni Segno - Udine -
Italia EL PLAN MASÓNICO
PARA LA DESTRUCCIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA.
[←162]
Dr. Jerónimo Domínguez Residente en NE Cork, MASTER PLAN 1973 – 2006 masonería PARA DESTRUIR
LA IGLESIA CATÓLICA.
[←163]
56 Cfr. “Chiesa viva”, nov. 1971; cfr. periódico francés: “Vers demain”, 1970.
[←164]
Carlostadio Andrea, de Carlstadt (Boemia), su ciudad natal. Fue llamado Andrea R. Bodenstein (1480-1541).
Fue teólogo y reformador protestante; antes, fue maestro de Lutero, luego fue su discípulo, pero, finalmente,
fue su rival.
[←165]
Cfr. “Compendio di storia e teologia della Riforma” de Erwin Iserlok” - Morcelliana, p. 54-56.
[←166]
*El Decreto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (Acta Apostolicae Sedis – A.A.S. nº 58 del 29
Dic.1966), que abroga los Cánones del Derecho Canónico 1399 y 2318, fue aprobado por Su Santidad Pablo
VI el 14 de octubre de 1966; siendo posteriormente publicado por voluntad de Su Santidad Misma, por lo cual
no está más prohibido divulgar sin el Imprimátur escritos relativos a nuevas apariciones, revelaciones, visiones,
señales, profecías o milagros. No se pretende de ningún modo prevenir el juicio de la Santa Iglesia Católica y
Apostólica Romana.
Fundación Misericordia Divina. (3 de mayo de 1997). Semanario de Berazategui Nº 295. Recuperado de:
http://semanariobera.com/semanarios/El-Semanario-de-Berazategui-0295.pdf
[←167]
Libro La Palabra. vol. 7 año 1989-90 PAG. 145 5 DE DICIEMBRE DE 1989.
[←168]
Fundación Misericordia Divina. (3 de mayo de 1997). Semanario de Berazategui Nº 295. Recuperado de:
http://semanariobera.com/semanarios/El-Semanario-de-Berazategui-0295.pdf
[←169]
(Palabras extraídas de algunos exorcismos hechos por P. Pellegrino Ernetti con varios colaboradores y
registradas en su cinta magnética. – Cfr. “La catequesis de Satanás”, Ed. Il Segno, p. 156).
[←170]
P. Arnold Renz: “Advertencias del más allá a la Iglesia contemporánea”. Librería Fiat Voluntas Tua Inc.
[←171]
SAGRADA CONGREGACION PARA EL CULTO DIVINO Carta "En respuesta a la petición", para aquellos
presidentes de las Conferencias de Obispos que solicitaron permiso para entregar la comunión en la mano, 29
de mayo de 1969: AAS 61 (1969) 546-547; Not 5 (1969) 351-353.


[←172]
"El Pan Vivo", p.5
[←173]
Ibid. p.16
[←174]
Ibid. p.18
[←175]
Yáñez, M. (18 de marzo de 2016). COMUNIÓN EN LA MANO: El suelo teñido de Sangre. Recuperado de:
http://adelantelafe.com/comunion-en-la-mano-nuestras-iglesias-tenidas-sangre/
[←176]
1 Corintios 14,26.
[←177]
1 Corintios 10, 31.
[←178]
Cfr. n. 12 de la Instrucción de la CEI: “La Comunione eucaristica” del 19 de julio de 1989.
[←179]
132 Cfr. Denz.-S. 1740
[←180]
NN. 52, 106, 222.
[←181]
Trad. Ap.
[←182]
Marcos 16, 18.
[←183]
Colosenses 1:16.
[←184]
Juan 6:54.
[←185]
Marcos 8, 36-37.
[←186]
Redemptionis Sacramentum, Nº 92: “Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la
Comunión en la mano”.

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