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DOMINGO 07/02/2021
LECCIÓN
MATEO 11: 25 AL 30
TEMA
VENID A MÍ Y DESCANSAD
TEXTO DE MEMORIA
SALMO 90:12
INSTRUCCIONES PREVIAS
Juan 3:19
En lo posible, siempre intenté repasar otros textos
aprendidos en lecciones anteriores. O pregunten si
alguien recuerda algún otro texto. Este ejercicio, si se
realiza cada semana, ayudará a que sus alumnos se
preparen para enfrentar una nueva clase, y así poder
responder las preguntas del profesor.
Además esto ayuda a retener y reforzar las
enseñanzas aprendidas.
INTRODUCCIÓN
TEMA
Oración de revelación
SEGUNDA DIVISIÓN
Versículos 28 al 30
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Lo que encontramos aquí, una invitación. El
Señor está mencionando en estos versículos 3
mandatos; venid, llevad, y aprended; son los tres
imperativo o mandatos que aparecen en estos
versículos, donde el Señor hace un llamado a las
personas a que lleguen o se vuelvan a él
sinceramente, y puedan recibir lo que él les ofrece.
Pero esto tiene su base y su fundamento en los
versículos 25 al 27 el Señor hace una oración,
después de esta gran revelación, Jesús realiza tres
grandes invitaciones. La primera es para todos
aquellos que están angustiados y cargados, por todas
esas cargas impuestas por los Doctores de la ley, nos
referimos a los Fariseos, Saduceos, y los escribas;
Jesús le dice: Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Las
dificultades e injusticias pueden volverse en nuestras
vidas una verdadera carga, las enfermedades,
sufrimientos, nos atormentan, pero en medio de esta
desolación, Jesús ofrece el descanso para todas estas
almas cansadas y cargadas, ¿y cuál es el descanso?
La salvación.
La invitación es sencilla y no requiere nada a
cambio, ningún sacrificio, penitencia, u ofrenda,
solamente una decisión de aceptar esta invitación y
venir a Él.
Aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón. La palabra aprended, como ya lo vimos, es a
estar dispuesto como un niño, reconociendo nuestra
necesidad y dependencia. Manso se usa para
representar a alguien obediente y no actúa con
hostilidad.
Humilde: La humildad es una virtud humana
atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus
propias limitaciones y debilidades, y obra en
consecuencia. La humildad es un valor opuesto a la
soberbia, alguien que tiene un concepto equilibrado de
sí mismo, y no se considera superior a los demás.
Muchos de los problemas en la vida se deben a
nuestra arrogancia y nuestra falta de control, pero si
somos mansos y humildes de corazón las cosas serán
diferentes. Finalmente, la tercera invitación es a
colocarnos su yugo: Llevad mi yugo sobre
vosotros…porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
El yugo era un artefacto de madera que se hacía para
colocarlo en la cabeza de los bueyes con el fin de
direccionarlos en el camino, el pecado es un yugo
pesado que agobia la vida de las personas, pero Jesús
ofrece un yugo diferente, el cual es fácil y ligero:
porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Un yugo ligero que no representara una carga
lastimosa, un yugo totalmente distinto al yugo opresor
de los maestros de la ley. Jesús sabia esto
perfectamente ya que había sido carpintero antes de
iniciar su ministerio; por eso Él nos promete a través
de estas palabras ofrecernos una vida diferente a la
que el pecado nos ofrece, es un yugo fácil de llevar,
diseñada específicamente para nosotros la cual encaja
perfectamente en nuestras necesidades y habilidades.
Cuando decidimos ir al Él y dejar todas nuestras
cargas para descansar en su persona, y decidimos
imitar su actitud de mansedumbre y humildad, y
aceptamos la vida que nos ofrece la cual encaja
perfectamente en nuestros sueños y necesidades,
encontramos el verdadero descanso para nuestra
alma. Por eso Jesús termina su invitación con una
promesa; “y hallaréis descanso para vuestras
almas” Jesús ofrece descanso para el alma,
descanso que en ninguna otro lugar podremos
encontrar, el ir a Él, caminar con Él, someternos a
Él, nos traerá descanso, y el refrigerio mayor que
encontraremos, es la presencia de Dios mismo.