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La adicción se define como una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por la
búsqueda y el consumo compulsivo de drogas, a pesar de sus consecuencias nocivas. Se considera una
enfermedad del cerebro porque las drogas modifican este órgano: su estructura y funcionamiento se ven
afectados. Estos cambios en el cerebro pueden ser de larga duración, y pueden conducir a comportamientos
peligrosos que se observan en las personas que abusan del consumo de drogas.
†
El término adicción, tal como se utiliza en este folleto, puede considerarse como equivalente a un
grave trastorno por uso de sustancias, según se define en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders, Fifth Edition [Manual de Diagnóstico y Estadísticas de los Trastornos Mentales, quinta edición]
(DSM-5, 2013).
Cuando consumen una droga por primera vez, las personas pueden percibir los que parecen ser efectos
positivos; también pueden creer que pueden controlar su consumo. Sin embargo, las drogas pueden
apoderarse rápidamente de la vida de una persona. Con el tiempo, si el consumo de drogas continúa, otras
actividades placenteras se vuelven menos agradables, y las drogas se vuelven necesarias para que el
consumidor se sienta “normal.” Luego, es posible que busquen y consuman drogas compulsivamente, a
pesar de que estas les causan tremendos problemas a ellos y a sus seres queridos. Algunos pueden
comenzar a sentir la necesidad de tomar dosis más altas o más frecuentes, incluso en las primeras etapas del
consumo. Estos son los signos reveladores de una adicción.
Incluso el consumo relativamente moderado de drogas plantea riesgos. Piensa en la manera en la que un
bebedor social puede embriagarse, ponerse al volante de un vehículo y rápidamente convertir una actividad
placentera en una tragedia que afecta muchas vidas.
Por lo general, la decisión inicial de consumir drogas es voluntaria. Sin embargo, con el consumo continuo, la
capacidad de una persona para ejercer el autocontrol puede verse seriamente afectada. Este deterioro en el
autocontrol es el sello distintivo de la adicción. Estudios de imágenes cerebrales de personas con adicciones
muestran cambios físicos en áreas del cerebro que son esenciales para el juicio, la toma de decisiones, el
aprendizaje y la memoria, y el control del comportamiento. 7Los científicos creen que estos cambios alteran
la forma en la que funciona el cerebro y pueden ayudar a explicar los comportamientos compulsivos y
destructivos de la adicción.
No existe un solo factor que determine si una persona se convertirá en adicto a las drogas.
¿Por qué algunas personas se vuelven adictas a las drogas y otras no?
Al igual que con cualquier otra enfermedad, la vulnerabilidad a la adicción varia de persona a persona, y no
existe un solo factor que determine si una persona se volverá adicta a las drogas. En general, cuanto
más factores de riesgo tenga una persona, mayor es la probabilidad de que el consumo de drogas se
convierta en abuso y adicción. Por otra parte, los factores de protección reducen el riesgo de la persona de
desarrollar una adicción. Los factores de riesgo y de protección pueden ser ambientales (como las situación
del hogar, la escuela y el vecindario) o biológicos (por ejemplo, los genes de la persona, su estado de
desarrollo e incluso su género u origen étnico).
Comportamiento agresivo en la
Buen autocontrol
infancia
Los científicos estiman que los factores genéticos explican entre el 40 y el 60 por ciento de la vulnerabilidad
de una persona a la adicción. Esto incluye los efectos de los factores ambientales en el funcionamiento y la
expresión de los genes de una persona. Otros factores incluyen la etapa de desarrollo y otras condiciones
médicas que pueda tener una persona. Los adolescentes y las personas con trastornos mentales tienen un
mayor riesgo de abuso y adicción a las drogas que la población general.
Las primeras interacciones de los niños dentro de la familia son cruciales a la hora de determinar su
desarrollo saludable y mitigar el riesgo de abuso de drogas.
El tallo cerebral,que controla las funciones básicas vitales esenciales, como la frecuencia cardíaca,
la respiración y el sueño.
La corteza cerebral, que se divide en áreas que controlan funciones específicas. Diferentes áreas
procesan la información de nuestros sentidos, lo que nos permite ver, sentir, oír y saborear. La parte
frontal de la corteza, llamada corteza frontal o cerebro anterior (prosencéfalo), es el centro del
pensamiento del cerebro. Faculta nuestra capacidad de pensar, planificar, resolver problemas y tomar
decisiones.
El sistema límbico, que contiene el circuito de recompensas del cerebro. Vincula una serie de
estructuras cerebrales que controlan y regulan nuestra capacidad de sentir placer. El sentir placer nos
motiva a repetir comportamientos que son fundamentales para nuestra existencia. El sistema límbico
se activa mediante actividades vitales saludables, como por ejemplo comer y socializar—, pero también
mediante las drogas adictivas. Además, el sistema límbico es el responsable de nuestra percepción de
otras emociones, tanto positivas como negativas, lo que explica las propiedades de muchas drogas de
alterar el humor.
De Neurona a Neurona
Cada célula nerviosa del cerebro envía y recibe mensajes en forma de señales eléctricas y químicas.
Una vez que una célula recibe y procesa un mensaje, se lo envía a otras neuronas.
Neurotransmisores, los Mensajeros Químicos del Cerebro
Los mensajes normalmente se transmiten entre las neuronas mediante sustancias químicas llamadas
neurotransmisores.
Receptores, los Destinatarios Químicos del Cerebro
El neurotransmisor se adhiere a un sitio especializado en la neurona receptora, llamada receptor. El
neurotransmisor y su receptor operan como “llave y cerradura”, formando un mecanismo sumamente
específico que asegura que cada receptor solo enviará el mensaje apropiado después de interactuar
con el tipo correcto de neurotransmisor.
Transportadores, los Recicladores Químicos del Cerebro
Situados en la neurona que libera el neurotransmisor, los transportadores reciclan estos
neurotransmisores (es decir, los traen de vuelta a la neurona que los liberó), apagando de este modo la
señal entre las neuronas.
Para enviar un mensaje, una célula cerebral (neurona) libera una sustancia química (neurotransmisor) en el
espacio (sinapsis) entre ésta y la siguiente célula. El neurotransmisor cruza la sinapsis y se adhiere a las
proteínas (receptores) de la célula cerebral receptora. Esto provoca cambios en la célula receptora y se envía
el mensaje.
Las drogas son sustancias químicas que afectan el cerebro al penetrar en su sistema de comunicación e
interferir con la manera en que las neuronas normalmente envían, reciben y procesan la información.
Algunas drogas, como la marihuana y la heroína, pueden activar las neuronas porque su estructura química
imita la de un neurotransmisor natural. Esta similitud en la estructura “engaña” a los receptores y permite
que las drogas se adhieran a las neuronas y las activen. Aunque estas drogas imitan a las sustancias químicas
propias del cerebro, no activan las neuronas de la misma manera que lo hace un neurotransmisor natural, y
conducen a mensajes anómalos que se transmiten a través de la red.
Otras drogas, como las anfetaminas o la cocaína, pueden causar que las neuronas liberen cantidades
inusualmente grandes de neurotransmisores naturales o pueden prevenir el reciclaje normal de estas
sustancias químicas del cerebro. Esta alteración produce un mensaje amplificado en gran medida, que en
última instancia interrumpe los canales de comunicación.
La mayoría de las drogas adictivas, directa o indirectamente, atacan al sistema de recompensas del cerebro,
inundando el circuito con dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en las regiones
del cerebro que regulan el movimiento, la emoción, la motivación y los sentimientos de placer. Cuando se
activa a niveles normales, este sistema recompensa nuestros comportamientos naturales. Sin embargo, la
sobrestimulación del sistema con drogas produce efectos de euforia, que refuerzan fuertemente el consumo
—y le enseñan al usuario a repetirlo.
La mayoría de las drogas adictivas atacan el sistema de recompensas del cerebro, llenándolo de
dopamina.
¿De qué manera la estimulación del circuito de placer del cerebro nos enseña a seguir consumiendo drogas?
Nuestros cerebros están conectados para garantizar que repitamos las actividades vitales al asociar estas
actividades con el placer o la recompensa. Cada vez que se activa este circuito de recompensa, el cerebro
nota que está sucediendo algo importante que necesita recordar, y nos enseña a hacerlo una y otra vez sin
pensar en ello. Debido a que las drogas adictivas estimulan el mismo circuito, aprendemos a abusar de las
drogas de la misma manera.
¿Por qué las drogas son más adictivas que las recompensas naturales?
Cuando se toman algunas drogas adictivas, pueden liberar de 2 a 10 veces más la cantidad de dopamina que
las recompensas naturales, como comer y tener sexo.15 En algunos casos, esto ocurre casi de inmediato
(como cuando las drogas se fuman o se inyectan), y los efectos pueden durar mucho más que los producidos
por las recompensas naturales. Los efectos resultantes sobre el circuito de recompensas del cerebro son
gigantescos en comparación con los producidos por los comportamientos naturales de gratificación.16,17 El
efecto de una recompensa tan poderosa motiva fuertemente a la gente a consumir drogas una y otra vez.
Por este motivo, los científicos a veces dicen que el abuso de drogas es algo que aprendemos a hacer muy,
muy bien.
El abuso de drogas a largo plazo perjudica el funcionamiento del cerebro.
Para el cerebro, la diferencia entre las recompensas normales y las recompensas producidas por las drogas
se puede describir como la diferencia entre alguien que susurra al oído y alguien que grita con un micrófono.
Así como rechazamos el volumen demasiado alto de una radio, el cerebro se ajusta a las oleadas
abrumadoras de dopamina (y otros neurotransmisores), produciendo menos dopamina o disminuyendo el
número de receptores que pueden recibir señales. Como resultado, el impacto de la dopamina sobre el
circuito de recompensas del cerebro de una persona que abusa de las drogas puede llegar a ser
anormalmente bajo, y se reduce la capacidad de esa persona de experimentar cualquier tipo de placer.
Así, una persona que abusa de las drogas eventualmente se siente aplacada, sin vida y deprimida, y es
incapaz de disfrutar de las cosas que antes le resultaban placenteras. Ahora, la persona necesita seguir
consumiendo drogas una y otra vez sólo para tratar de que la función de la dopamina regrese a la
normalidad—, lo cual solo empeora el problema, como un círculo vicioso. Además, la persona a menudo
tendrá que consumir cantidades mayores de la droga para conseguir el efecto deseado y que le es familar
que resulta, un fenomeno de la dopamina alta, conocido como tolerancia.
18
La exposición crónica a las drogas adictivas altera la forma en que las estructuras cerebrales críticas
interactúan para controlar e inhibir las conductas relacionadas con el consumo de drogas. Al igual que el
abuso continuo puede llevar a la tolerancia o la necesidad de dosis más altas de drogas para producir un
efecto, también puede llevar a la adicción, lo que puede llevar a un consumidor a buscar y consumir drogas
de forma compulsiva. La adicción a las drogas merma el autocontrol y la capacidad de una persona de tomar
decisiones acertadas, a la vez que produce impulsos intensos de consumir drogas.
La adicción y la salud
¿Cuáles son las consecuencias médicas de la drogadicción?
Las personas que sufren una adicción a menudo tienen uno o dos problemas médicos asociados, entre los
que podemos mencionar: enfermedad pulmonar o cardiovascular, accidente cerebrovascular, cáncer y
trastornos mentales. El diagnóstico por imágenes, las radiografías de tórax y los análisis de sangre muestran
los efectos nocivos del abuso de drogas a largo plazo en todo el cuerpo. Por ejemplo, las investigaciones han
demostrado que el humo de tabaco causa cáncer de boca, garganta, laringe, sangre, pulmones, estómago,
páncreas, riñón, vejiga y cuello uterino.19 Además, algunas drogas adictivas, como los inhalantes, son tóxicas
para las células nerviosas y pueden dañarlas o destruirlas, ya sea en el cerebro o en el sistema nervioso
periférico.
El impacto de la adicción puede llegar muy lejos
Enfermedades cardiovasculares
ACV (accidente cerebrovascular)
Cáncer
VIH/SIDA
Hepatitis B y C
Enfermedades pulmonares
Trastornos mentales
¿El abuso de drogas causa trastornos mentales, o viceversa?
El abuso de drogas y la enfermedad mental a menudo coexisten. En algunos casos, los trastornos mentales
como la ansiedad, la depresión o la esquizofrenia pueden preceder a la adicción; en otros casos, el abuso de
drogas puede desencadenar o exacerbar los trastornos mentales, particularmente en personas con
vulnerabilidades específicas.
Nicotina: es un estimulante adictivo que se encuentra en los cigarrillos y otras formas de tabaco. El
humo del tabaco aumenta el riesgo de un consumidor de contraer cáncer, enfisema, trastornos
bronquiales y enfermedades cardiovasculares. La tasa de mortalidad asociada con la adicción al tabaco
es asombrosa. El consumo de tabaco acabó con la vida de aproximadamente 100 millones de personas
durante el siglo XX y, si las tendencias actuales de tabaquismo continúan, se ha proyectado que el total
de muertes en este siglo alcanzará los mil millones. 24
Alcohol: su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos del cuerpo. Las áreas del
cerebro que son especialmente vulnerables a los daños relacionados con el alcohol son la corteza
cerebral (en gran parte responsable de nuestras funciones cerebrales superiores, que incluyen la
resolución de problemas y la toma de decisiones), el hipocampo (importante para la memoria y el
aprendizaje) y el cerebelo (importante para la coordinación de los movimientos).
Marihuana: es la sustancia ilegal que más se consume. Esta droga deteriora la memoria a corto
plazo y el aprendizaje, la capacidad de concentración y la coordinación. También aumenta la frecuencia
cardíaca, puede dañar los pulmones y puede aumentar el riesgo de psicosis en quienes padecen una
vulnerabilidad subyacente.
25,26
Medicamentos recetados: en este grupo se encuentran los analgésicos opiáceos (como
OxyContin® y Vicodin®), los sedantes ansiolíticos (como Valium® y Xanax®) y los estimulantes contra el
TDAH (como Adderall® y Ritalin®), que comúnmente son mal utilizados en el autotratamiento de
problemas médicos o consumidos en exceso con el fin de potenciar su efecto o (especialmente con
estimulantes) mejorar el rendimiento. Sin embargo, el mal uso o el abuso de estos medicamentos (es
decir, su consumo de otra manera que no sea exactamente como lo indica un médico para los fines
prescritos) puede conducir a la adicción, e incluso, en algunos casos, a la muerte. Por ejemplo, con
frecuencia se abusa de los analgésicos opiáceos al aplastarlos e inyectarlos o inhalarlos, aumentando
así en gran medida el riesgo de adicción y sobredosis. Por desgracia, existe una percepción errónea de
que, debido a que estos medicamentos son recetados por los médicos, son seguros, incluso cuando se
consumen de forma ilegal o por personas a quienes no se los han recetado.
Inhalantes: son sustancias volátiles que se encuentran en muchos productos para el hogar, tales
como limpiadores para hornos, gasolina, pinturas en aerosol y otros aerosoles, que inducen efectos
que alteran la mente. Con frecuencia son las primeras drogas que prueban los niños o adolescentes.
Los inhalantes son sumamente tóxicos y pueden dañar el corazón, los riñones, los pulmones y el
cerebro. Incluso una persona sana puede sufrir insuficiencia cardíaca y la muerte en cuestión de
minutos con una sola sesión de inhalación prolongada de un inhalante.
Cocaína: es un estimulante de acción corta, que puede llevar a los usuarios a tomar la droga
muchas veces en una sola sesión (esto se conoce como “atracón”). El consumo de cocaína puede
conducir a graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio,
nervioso y digestivo.
Anfetaminas: en este grupo se incluye a la metanfetamina. Son estimulantes poderosos que
producen sensaciones de euforia y estado de alerta. Los efectos de la metanfetamina son
especialmente duraderos y perjudiciales para el cerebro. Las anfetaminas pueden elevar la
temperatura corporal y pueden producir problemas graves en el corazón y convulsiones.
MDMA (Éxtasis o “Molly”): produce tanto efectos estimulantes como alucinógenos. Puede
aumentar la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el estrés de la pared
cardíaca. La MDMA también puede ser tóxica para las células nerviosas.
LSD: es una de las drogas alucinógenas, o que alteran la percepción, más potentes. Sus efectos son
impredecibles y los que la consumen pueden ver imágenes y colores vívidos, oír sonidos y percibir
sensaciones que parecen reales, pero que no existen. Los consumidores también pueden tener
experiencias traumáticas y emociones que pueden durar muchas horas.
Heroína: es un medicamento opiáceo potente que produce euforia y sentimientos de relajación.
Enlentece la respiración, y su uso está ligado a un aumento del riesgo de enfermedades infecciosas
graves, en especial cuando se consume por vía intravenosa. Las personas que se vuelven adictas a los
analgésicos opiáceos a veces los reemplazan con heroína, ya que produce efectos similares y puede ser
más barata o más fácil de obtener.
Casi la mitad de los estudiantes de secundaria informan haber consumido marihuana y el 6.5 por 24 ciento
consume marihuana a diario.14
Esteroides: si bien se los puede recetar para determinadas afecciones médicas, se abusa de ellos
para aumentar la masa muscular y mejorar el rendimiento atlético o la apariencia física. Entre las
graves consecuencias del abuso podemos mencionar acné severo, enfermedades del corazón,
problemas en el hígado, accidentes cerebrovasculares, enfermedades infecciosas, depresión y suicidio.
Combinaciones de drogas. Una práctica particularmente peligrosa y común es la combinación de
dos o más drogas. La práctica va desde la coadministración de drogas legales, como el alcohol y la
nicotina, a la mezcla peligrosa de fármacos recetados, y a la combinación letal de heroína o cocaína con
fentanil (un medicamento opiáceo para el dolor). Sea cual sea el contexto, es fundamental tener en
cuenta que debido a las interacciones de las drogas– con otros medicamentos, tales prácticas suelen
plantear riesgos significativamente más altos que los fármacos, que ya son nocivos por sí solos.
Tratamiento y recuperación
¿La adicción puede ser tratada con éxito?
No siempre, pero al igual que otras enfermedades crónicas, la adicción se puede tratar con éxito. El
tratamiento les permite a las personas contrarrestar los efectos potentes y dañinos sobre el cerebro y el
comportamiento y recuperar el control de sus vidas.
Las tasas de recaída para las personas tratadas por abuso de sustancias se comparan con las de las personas
con diabetes, hipertensión o asma. Las recaídas son comunes y similares en todas estas enfermedades
(como es la adherencia/no adherencia de la medicación). Por lo tanto, la drogadicción debe tratarse como
cualquier otra enfermedad crónica; la recaída sirve como disparador para una nueva intervención.
Fuente: JAMA, 284: 1689-1695, 2000
¿Cuáles son los principios de un tratamiento eficaz para el trastorno por consumo de sustancias?
¿Cómo hacen los mejores programas de tratamiento par ayudar a los pacientes a recuperarse de los efectos
generalizados de la adicción?
Adquirir la capacidad de dejar de abusar de las drogas es solo una parte de un largo y complejo proceso de
recuperación. Cuando las personas inician un tratamiento por un trastorno causado por el consumo de
sustancias, a menudo la adicción ha tomado el control sobre sus vidas. La compulsión por obtener, consumir
y experimentar los efectos de las drogas ha dominado cada minuto mientras están despiertos, y abusar de
las drogas ha ganado más importancia que todas las cosas que antes les gustaba hacer. Ha afectado su
funcionamiento en su vida familiar, en el trabajo y en la comunidad, y los ha hecho más propensos a sufrir
otras enfermedades graves. Debido a que la adicción puede afectar muchos aspectos de la vida de una
persona, el tratamiento, para tener éxito, debe atender todas sus necesidades. Por este motivo, los mejores
programas incorporan una variedad de servicios de rehabilitación en sus regímenes integrales de
tratamiento. Los terapeutas pueden seleccionar diferentes servicios para satisfacer las necesidades médicas,
psicológicas, sociales y vocacionales específicas y las necesidades legales de sus pacientes, a fin de fomentar
su recuperación de la adicción.
Terapia cognitiva conductual: busca ayudar a los pacientes a reconocer, evitar y hacer frente a las
situaciones en las que son más propensos a abusar de las drogas.
Reforzamiento sistemático: utiliza el refuerzo positivo, como el otorgamiento de recompensas o
privilegios por estar libres de drogas, por asistir y participar en las sesiones de terapia o por tomar
medicamentos para el tratamiento según las indicaciones.
Terapia de estímulo motivacional: utiliza estrategias para producir cambios rápidos en el
comportamiento, motivados internamente, para dejar de consumir drogas y facilitar el inicio del
tratamiento.
Terapia familiar (en especial para los jóvenes):aborda los problemas de drogas de una persona en
el contexto de las interacciones familiares y su dinámica, que podrían contribuir al consumo de drogas
y otras conductas de riesgo.
¿Qué es la drogadicción?
La drogadicción es una enfermedad crónica que se caracteriza por la búsqueda compulsiva e incontrolable
de una droga, y su uso a pesar de las consecuencias adversas y cambios en el cerebro que pueden ser
duraderos. Estos cambios en el cerebro pueden conducir a los comportamientos adversos que se ven en las
personas que usan drogas. La drogadicción también es una enfermedad reincidente. Una recaída es el
retorno al uso de la droga después de un intento de parar su consumo.
El camino a la drogadicción empieza con el acto voluntario de consumir drogas. Pero, con el correr del
tiempo, la habilidad de una persona de dejar de consumir la droga se debilita. La búsqueda y el consumo de
la droga se vuelven compulsiva. Esto es más que todo debido a los efectos de la exposición prolongada a la
droga sobre la función cerebral. La adicción afecta regiones del cerebro que están involucradas con la
gratificación y la motivación, el aprendizaje y la memoria y el control inhibitorio del comportamiento.
La adicción es una enfermedad que afecta el cerebro y la conducta.
La adicción es una enfermedad compleja pero tratable que afecta la función del cerebro y el
comportamiento.
No existe un tratamiento único que sea efectivo para todas las personas.
Las personas tienen que tener acceso rápido al tratamiento.
El tratamiento eficaz atiende a todas las necesidades del paciente, no solamente su drogadicción.
Es esencial permanecer en el tratamiento durante el tiempo adecuado.
Las formas de tratamiento más comunes son la consejería y otras terapias conductuales.
Un componente importante del tratamiento son los medicamentos, especialmente cuando se
ofrecen en conjunto con terapias conductuales.
Los planes de tratamiento deben de ser revisados y modificados para que se ajusten a las
necesidades cambiantes del paciente.
El tratamiento debe atacar otros posibles trastornos mentales.
La desintoxicación clínica solo es la primera etapa del tratamiento.
El tratamiento no tiene que ser voluntario para que sea eficaz.
El consumo de drogas durante el tratamiento debe de ser monitoreado continuamente.
Los programas de tratamiento deben incluir exámenes para el VIH/SIDA, hepatitis B y C,
tuberculosis y otras enfermedades infecciosas y también educar a los pacientes acerca de los pasos que
pueden tomar para reducir el riesgo de estas enfermedades.
¿Es diferente el tratamiento que se ofrece a la población del sistema de justicia penal?
Las investigaciones científicas desde mediados de los años 1970 muestran que el tratamiento del abuso de
drogas puede ayudar a muchos delincuentes que consumen drogas a cambiar su actitud, creencias y
conductas con respecto al abuso de drogas; evitar recaídas; y alejarse exitosamente de una vida de crimen y
abuso de drogas. Muchos de los principios del tratamiento de la drogadicción para las personas en el
sistema de justicia penal son similar a los que se brindan a la población general. Sin embargo, muchos
delincuentes no tienen acceso a los tipos de servicios que ellos necesitan. Un tratamiento de baja calidad o
que no es adecuado a las necesidades de los delincuentes puede no ser eficaz en reducir el consumo de
drogas y la conducta criminal.
Además de los principios generales de tratamiento, unas consideraciones específicas a los delincuentes
incluyen las siguientes:
El tratamiento debe de incluir el desarrollo de habilidades cognitivas para ayudar a los delincuentes
a ajustar las actitudes y creencias que los llevan al abuso de drogas y al crimen, como el sentimiento de
que todo debe de ser a su manera o la incapacidad de entender las consecuencias de su
comportamiento. Esto incluye la habilidad de pensar, entender, aprender y recordar.
Los planes de tratamiento deben incluir servicios personalizados dentro del marco de las
instituciones de justicia penal y también durante la transición a un tratamiento dentro de la comunidad
después de la reinserción social.
Es importante que haya una coordinación continua entre los proveedores de tratamiento y las
cortes de justicia o con los oficiales encargados de administrar la libertad condicional, y que se enfoque
en las necesidades complejas del delincuente que está reingresando a la sociedad.
Desafíos de reingresar
El abuso de drogas cambia la función del cerebro y muchas cosas pueden provocar los antojos de la droga en
el cerebro. Es crítico para aquellos en tratamiento, especialmente aquellos tratados en instalaciones
internas o cárceles, que aprendan como reconocer, evitar y enfrentar los antojos a los que ellos
probablemente van a estar expuestos después del tratamiento.
*El término "ilícito" se refiere al consumo de drogas ilegales, incluyendo la marihuana, de acuerdo con las
leyes federales, y el uso inapropiado de medicamentos prescritos.
Puntos para recordar
La drogadicción puede ser tratada, pero no es simple. El tratamiento de la adicción debe ayudar a la
persona a hacer lo siguiente:
parar el consumo de drogas
mantenerse en un estado libre de drogas
ser productivo en la familia, el trabajo y la
sociedad
El tratamiento exitoso tiene varios pasos:
desintoxicación
consejería conductual
medicamentos (para la adicción a los
opioides, el tabaco y el alcohol)
evaluación y tratamiento de cuestiones co-
ocurrentes de la salud mentales como la depresión y la ansiedad
chequeos a largo plazo para prevenir una recaída
Los medicamentos se pueden usar para manejar síntomas de abstinencia, prevenir una recaída y el
tratamiento de condiciones concurrentes.
Las terapias conductuales ayudan a los pacientes a:
modificar sus actitudes y conductas relacionadas al consumo de drogas
aumentar sus capacidades para llevar una vida saludable
persistir con otras formas de tratamiento, como los medicamentos
Las personas dentro el sistema de justicia penal pueden necesitar más servicios de tratamiento para
tratar eficazmente el trastorno de consumo de drogas. Sin embargo, muchos delincuentes no tiene
acceso a los tipos de servicios que ellos necesitan.
Cocaina
¿Qué es la cocaína?
La cocaína es una droga estimulante poderosamente adictiva hecha de las hojas de la planta de coca, nativa
a Sudamérica. Aunque los proveedores del cuidado de salud la pueden usar para propósitos válidos
medicamente, como anestesia local para algunas cirugías, la cocaína es una droga ilegal. Como una droga de
la calle, la cocaína se parece a un polvo fino blanco cristalino. Los distribuidores de la calle a veces la mezclan
con otras cosas como almidón de maíz, polvo de talco o harina para aumentar las ganancias. Ellos también la
mezclan con otras drogas como el estimulante la anfetamina.
Otro método popular de uso es fumar la cocaína que ha sido procesada para hacer un cristal de piedra
(también llamado "freebase cocaine"). El cristal es calentado para producir vapores que son inhalados por
los pulmones. Esta forma de cocaína es llamada "Crack", la cual se refiere al sonido de crepitación que hace
la roca cuando es calentada.
Las personas que usan la cocaína a menudo la toman compulsivamente—tomando la droga repetidamente
dentro de poco tiempo, cada vez en una dosis más alta—para mantener su traba.
Imagen por NIDAEl circuito de recompensa del cerebro, lo cual controla los sentimientos de placer.
¿Cómo afecta la cocaína al cerebro?
La cocaína aumenta los niveles del mensajero químico naturalla dopamina en los circuitos del cerebro que
controlan el placer y el movimiento.
Normalmente, el cerebro libera la dopamina en estos circuitos en respuesta a posibles recompensas, como
el olor de comida rica. Después se recicla en la célula que la liberó, apagando la señal entre las células
nerviosas. La cocaína previene que la dopamina se recicle, causando una acumulación de cantidades
excesivas entre células nerviosas. Esta inundación de la dopamina disturbe las comunicaciones normales del
cerebro y causa la traba de la cocaína.
Efectos a corto plazo
Los efectos de la cocaína para la salud a corto plazo incluyen:
Los efectos de la cocaína aparecen casi inmediatamente y desaparecen entre unos minutos a una hora. La
duración y la intensidad de los efectos dependen del método de uso. Cuando la cocaína es inyectada o
fumada produce una traba más rápida y fuerte pero menos duradera comparada a cuando es inhalada.
Cuando la cocaína es inhalada la traba puede durar entre 15 a 30 minutos. Cuando la cocaína es fumada la
traba puede durar entre 5 a 10 minutos.
¿Cuáles son otros efectos adversos del uso de la cocaína para la salud?
Otros efectos del uso de la cocaína para salud incluyen:
vasos sanguíneos restringidos
pupilas dilatadas
náusea
elevación de la temperatura corporal y la presión arterial
latidos del corazón más rápidos
temblores y tirones musculares
inquietud
Efectos a largo plazo
Algunos efectos a largo plazo de la cocaína dependen del método de uso e incluyen los siguientes:
inhalar: pérdida del sentido de olor, hemorragia nasal, frecuente goteo nasal y problemas con la
ingestión.
consumir por la boca: deterioro severo de los intestinos por la reducción del flujo sanguíneo.
inyección por aguja: un riesgo más alto de contraer el VIH, la hepatitis C y otras enfermedades
transmitidas por la sangre. Sin embargo, incluso las personas involucradas con el uso de la cocaína sin
agujas se ponen en riesgo de contraer el VIH porque la cocaína perjudica el criterio, lo que puede llevar
a un comportamiento sexual riesgoso con una pareja infectada (vea "La cocaína, el VIH y la hepatitis").
Otros efectos a largo plazo del uso de la cocaína incluyen ser desnutrido, porque la cocaína disminuye el
apetito, y los trastornos del movimiento, incluyendo la enfermedad de Parkinson, la cual puede ocurrir
después de muchos años de uso. Además, las personas reportan la irritabilidad y la inquietud resultando del
uso compulsivo de la cocaína, y otras también experimentan paranoia severa, en que pierden contacto con
la realidad y tienen alucinaciones auditorias—escuchar sonidos que no son reales.
La cocaína, el VIH y la hepatitis
Las investigaciones han demostrado que el uso de la cocaína acelera el desarrollo de la infección del VIH.
Según las investigacions, la cocaína perjudica la función de las células inmunes y promueve la reproducción
del virus VIH. Las personas que usan la cocaína y que son infectadas con el VIH también aumentan su riesgo
de tener una co-infección con la hepatitis C, un virus que afecta al hígado.
la terapia cognitiva-conductual
el manejo de contingencias, o incentivos motivacionales—ofreciendo recompensas a los pacientes
que se mantienen libre de usar sustancias
las comunidades terapéuticas—residencias libres de drogas en las cuales las personas en
recuperación del trastorno del uso de sustancias se ayudan entre ellos mismos para entender y
cambiar su conducta
Mientras no hay medicamentos aprobados por el Gobierno disponibles para tratar la adicción a la cocaína,
los investigadores están probando algunos tratamientos, incluyendo:
Descripción breve
La cocaína es una droga estimulante poderosamente adictiva hecha de las hojas de la planta de coca, nativa
a Sudamérica. Aunque los proveedores del cuidado de salud la pueden usar para propósitos válidos
medicamente, como anestesia local para algunas cirugías, la cocaína es una droga ilegal. Como una droga de
la calle, la cocaína se parece a un polvo fino blanco cristalino. Los distribuidores de la calle a veces la mezclan
con otras cosas como almidón de maíz, polvo de talco o harina para aumentar las ganancias. Ellos también la
mezclan con otras drogas como el estimulante la anfetamina.
Nombres de la calle
En español se conoce como "coca", "nieve", "dama blanca" o "talco". Algunos de sus nombres en inglés son
"coke", "C", "snow", "flake" y "blow".
Efectos
La cocaína generalmente hace que el usuario se sienta eufórico y lleno de energía, pero también aumenta la
temperatura corporal, la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Las personas que consumen cocaína se
arriesgan a tener un ataque al corazón o al cerebro, insuficiencia respiratoria, convulsiones, dolor abdominal
y náuseas. En casos raros, la muerte súbita puede ocurrir la primera vez que se consume cocaína o bien, de
forma inesperada más adelante.
La cocaína es un polvo blanco que se puede inhalar por la nariz, o se mezcla con agua y se inyecta al cuerpo
con una aguja. También, creando pequeñas rocas blancas llamadas “crack.” Se llama “crack” porque cuando
las rocas están caldeadas, producen un sonido de chasquido. Se fuma en una pequeña pipa de vidrio.
La cocaína puede hacer que las persona se sientan llenas de energía, pero también inquietas, asustadas o
enojadas.
Cocaína: Señales de abuso y adicción
Escuchar
Después de la euforia inicial que da la cocaína, el efecto comienza a disminuir y te puedes sentir cansado o
triste por varios días. También puedes sentir un fuerte deseo de consumir la droga nuevamente para tratar
de sentirte mejor.
La cocaína tiende a acelerar todo el cuerpo y hacer que el corazón lata más rápido. Es posible que hables, te
muevas y pienses más rápido. Te puedes sentir acalorado y ocasionalmente temblar . Puede que no
duermas ni comas lo suficiente.
La cocaína puede hacer que te sientas feliz y emocionado, pero en cualquier momento tu estado de ánimo
puede cambiar. Puedes volverte furioso, nervioso o tener miedo de que alguien esté tratando de hacerte
daño. Hasta puedes hacer cosas que no tengan ningún sentido.
Después de la euforia inicial, el efecto de la cocaína comienza a disminuir, lo que puede causar que te
sientas cansado y triste por varios días. También puedes sentir un fuerte deseo de consumir la droga
nuevamente para tratar de sentirte mejor.
Una persona que inhala cocaína por la nariz puede tener hemorragias nasales. Incluso puede perder el
sentido del olfato. Es posible que moqueen todo el tiempo, como si tuviera un resfrió crónico.
Una persona que se inyecta cocaína tendrá marcas de los pinchazos en los brazos.
Las personas ya adictas a la cocaína tienden a consumir cantidades más grandes o lo hacen más
frecuentemente para alcanzar un estado de euforia. Por lo general este “estímulo” o “euforia” no dura
mucho tiempo. Por eso, las personas consumen esta droga una y otra vez para tratar de mantener la
sensación de bienestar.
Las personas que están tratando de dejar de consumir cocaína pueden:
La heroína
¿El abuso de los opioides de prescripción es el primer paso hacia al consumo de heroína?
Los analgésicos de prescripción tipo opioides como el OxyContin y la Vicodina pueden tener efectos
similares a la heroína cuando se toman en dosis o en forma distinta a la prescrita, y actualmente están entre
las drogas que más se abusan en los Estados Unidos. Las investigaciones actuales sugieren que el abuso de
estos medicamentos puede ser el primer paso hacia el abuso de la heroína.
En tres estudios recientes se encuestaron a jóvenes que se inyectan heroína y casi la mitad informó haber
abusado de opioides de prescripción antes de haber comenzado a usar la heroína. Algunas personas
informan que usan heroína porque es más barata y fácil de obtener que los opioides de prescripción.
Además, muchos de estos jóvenes también informaron que triturando las píldoras de los opioides de
prescripción para inhalar o inyectarse el polvo fue como se iniciaron en este método de consumo de las
drogas.
La heroína es una droga opioide producida a partir de la morfina, una sustancia natural que se extrae de la
bellota de la amapola, también conocida como “adormidera asiática”. La heroína suele presentarse en forma
de polvo blanco o marrón, o como una sustancia negra y pegajosa conocida como “alquitrán negro”.
En el 2011, 4.2 millones de personas en los Estados Unidos de 12 años o mayores (el 1.6 por ciento) habían
consumido heroína alguna vez en su vida. Se calcula que alrededor del 23 por ciento de las personas que
consumen heroína se vuelven dependientes de ella.
¿Cómo se consume la heroína?
La heroína se puede inyectar, inhalar o fumar. Las tres vías de administración hacen que la droga llegue
rápidamente al cerebro, lo que contribuye a sus riesgos para la salud y al alto riesgo de adicción, una
enfermedad crónica y recurrente causada por cambios en el cerebro que se caracteriza por la búsqueda
compulsiva de la droga sin importar las consecuencias.
¿Cómo afecta la heroína al cerebro?
Al entrar al cerebro, la heroína se convierte de nuevo en morfina y se adhiere a moléculas en las células
conocidas como receptores de opioides. Estos receptores se encuentran localizados en muchas áreas del
cerebro (y del resto del cuerpo), especialmente en aquellas áreas que participan en la percepción del dolor y
en la gratificación. Los receptores de opioides también están localizados en el tallo cerebral, que controla
procesos automáticos esenciales para la vida como la presión arterial, la excitación y la respiración. Con
frecuencia, la sobredosis de heroína implica la represión de la respiración, lo que puede resultar en la
muerte.
Después de una inyección endovenosa de heroína, el usuario reporta sentir una oleada de euforia ("rush")
acompañada de sequedad en la boca, enrojecimiento caliente de la piel, pesadez en las extremidades y
confusión mental. Después de esta euforia inicial, el usuario pasa a una sensación de estar volando ("on the
nod"), un estado en el que se alterna entre estar completamente despierto y adormecido. Los usuarios que
no se inyectan la droga podrían no sentir la euforia inicial, pero los demás efectos son los mismos.
El consumo regular de la heroína cambia la forma de funcionar del cerebro. Uno de los resultados es que se
crea tolerancia a la droga, lo que significa que el usuario necesita una mayor cantidad de la droga para
obtener la misma intensidad del efecto. Otro resultado es la dependencia, caracterizada por la necesidad de
continuar con el consumo de la droga para evitar los síntomas de abstinencia.
El uso de drogas inyectables y las infecciones por el VIH y el VHC
Las personas que se inyectan drogas corren un alto riesgo de contraer la infección por el VIH o la hepatitis C
(VHC). Esto se debe a que estas enfermedades se transmiten a través del contacto con la sangre u otros
líquidos corporales, que puede ocurrir al compartir agujas u otros equipos para inyectarse las drogas. (El
VHC es la infección de transmisión sanguínea más común en los Estados Unidos). También se puede
contraer el VIH (y con menos frecuencia el VHC) al tener relaciones sexuales sin protección, lo que es más
probable cuando se consume drogas.
Debido a la estrecha relación que existe entre el abuso de drogas y la propagación de enfermedades
infecciosas, el tratamiento del abuso de drogas puede ser un medio eficaz para prevenir estas últimas. Las
personas que están en tratamiento por el abuso de drogas, lo que a menudo incluye consejería para la
reducción de riesgos, detienen o disminuyen su consumo de drogas y sus conductas de riesgo relacionadas,
incluyendo las prácticas riesgosas de inyección y las relaciones sexuales sin protección (ver el recuadro "El
tratamiento de la adicción a la heroína").
Además del riesgo de abortar espontáneamente, el abuso de la heroína durante el embarazo (en
combinación con factores relacionados como la mala nutrición y la falta de cuidados prenatales adecuados)
a menudo trae consecuencias adversas para el neonato, entre ellas, el bajo peso al nacer, un factor de riesgo
importante de retraso en el desarrollo. Cuando una mujer embarazada abusa regularmente de la heroína,
corre el riesgo de que el bebé nazca físicamente dependiente de la droga y que sufra del síndrome de
abstinencia neonatal (NAS, por sus siglas en inglés), un síndrome de abstinencia de drogas en los recién
nacidos que requiere su hospitalización. Según un estudio reciente, el uso de la buprenorfina (un
medicamento para la dependencia de opioides) para tratar a las mujeres embarazadas adictas a los
opioides, puede reducir los síntomas del NAS en los bebés y acortar su hospitalización.
Descripción breve
La heroína es una droga adictiva que se procesa de la morfina y por lo general se presenta como un polvo
blanco o marrón, o como una sustancia negra y pegajosa. Se la puede inyectar, inhalar o fumar.
Nombres de la calle
En español se conoce como "alquitrán negro" o "goma". En inglés sus nombres incluyen "smack", "H", "ska"
y "junk".
Efectos
Los efectos a corto plazo de la heroína incluyen una oleada de euforia y confusión mental. Después de esta
euforia inicial, el usuario pasa a un estado en el que se alterna estar entre completamente despierto o
adormecido. La heroína deprime la respiración, por lo tanto, la sobredosis puede ser fatal. Los usuarios que
se inyectan la droga están en riesgo de tener enfermedades infecciosas como el VIH/SIDA y la hepatitis.
La heroína es un polvo blanco o marrón o una sustancia negra y pegajosa que se puede mezclar con agua y
se inyecta al cuerpo con una aguja. La heroína también puede ser fumada o inhalada por la nariz.
La heroína provoca una oleada de buenas emociones inmediatamente después de hacerlo, pero algunas
personas vomitan o les da picor en la piel después de consumirla. Durante las próximas horas, quieres
dormir, y tu ritmo cardíaco y respiración se desaceleran. Luego, la droga desaparece y puedes sentir un
deseo fuerte de consumir más.
Heroína: Señales de abuso y adicción
Escuchar
Las personas que están tratando de dejar la heroína pueden sentir dolor en los músculos y en los huesos,
sentir escalofríos y vomitar.
La heroína te brinda una sensación de bienestar y felicidad. También te hace sentir como si todo se volviera
más lento. Las personas que se encuentran bajo el efecto de la heroína por lo general piensan y se mueven
más despacio.
La heroína hace que la gente se sienta adormecida, como si estuvieran dentro de un sueño.
La heroína hace que se pongan muy pequeñas las pupilas (el círculo negro en el centro de cada ojo).
Una persona que se inyecta heroína tiene marcas de pinchazos en la piel causadas por la agujas.
La heroína es muy adictiva porque generalmente se inyecta o se fuma, lo que hace que llegue mucho más
rápido al cerebro. Las personas que se vuelven adictas a la heroína tienden a consumir cada vez más de la
droga para tratar de obtener el mismo efecto.
Las personas que están tratando de dejar de consumir heroína pueden presentar los siguientes síntomas:
El consumo a largo plazo de la marihuana en algunas personas está relacionado con enfermedades mentales
como:
alucinacionestemporales—sensaciones e imágenes que parecen reales pero no lo son
paranoia temporal—sentir desconfianza extrema de otras personas sin ninguna razón
empeoramiento de los síntomas en personas conesquizofrenia (un trastorno mental grave con
síntomas tales como alucinaciones, paranoia y pensamiento desorganizado)
El consumo de la marihuana también ha sido conectado a otros problemas de la salud mental, como la
depresión, la ansiedad y los pensamientos suicidas entre los adolescentes. Sin embargo, los resultados de las
investigaciones varían.
Descripción breve
La marihuana es una mezcla de hojas secas, flores, tallos y semillas del cáñamo, Cannabis sativa. La planta
contiene una sustancia química que altera la mente llamada delta‐9‐tetrahydrocannabinol (THC) y otros
compuestos relacionados a este. Los extractos con un alto nivel de THC también se pueden derivar de la
planta de cannabis. Aprenda más sobre la marihuana
La marihuana es una mezcla gris verdosa de hojas secas y desmenuzadas de la planta de marihuana.
La marihuana puede ser enrollada y fumada como un cigarrillo o en una pipa. Incluso, a veces la gente la
mezcla con alimentos y la ingiere.
La marihuana te puede hacer sentir tonto, relajado, con sueño, feliz, nervioso o asustado. Incluso puede
causar cambios en los sentidos de la vista, el oído y el tacto. La marihuana puede hacer que te sea difícil
pensar con claridad.
Una persona que consume marihuana puede:
Marearse
Reirse a carcajadas sin razón
Tener los ojos enrojecidos e irritados
Olvidarse de las cosas que acaban de suceder
La marihuana te hace sentir como si el tiempo se está desacelerando. Los minutos se pueden sentir como
horas. Al mismo tiempo, las sensaciones visuales, auditivas y gustativas pueden volverse más interesantes y
hasta parecer graciosas.
La marihuana te puede hacer sentir muy hambriento. Te apetece comer mucha comida chatarra. Algunas
personas le llaman esto “los munchies” o antojos.
Despues de fumar un porro la persona puede oler a marihuana, cuyo olor característico es más dulce que el
del humo del tabaco. Algunas personas usan incienso, colonia o perfume para intentar ocultar el olor.
Algunas personas se vuelven adictas a la marihuana después de consumirla en abundancia o
frecuentemente. Ellos podrían necesitar fumar más y más de ella para alcanzar los mismos efectos.
Las personas que están intentando dejar de consumir la marihuana pueden:
¿Que son otros efectos adversos de los cannabinoides sintéticos para la salud?
Las personas que han usado cannabinoides sintéticos y han sido llevados a salas de emergencia han
mostrado varios efectos severos, que incluyen:
aumento del ritmo cardiaco
vomito
comportamiento violento
pensamientos suicidas
Los cannabinoides sintéticos también pueden subir la presión arterial y reducir el suministro de sangre al
corazón, al igual que daños a los riñones y convulsiones. El uso de estas drogas está asociado con un número
creciente de muertes.
¿Son adictivos los cannabinoides sintéticos?
Si, los cannabinoides sintéticos pueden ser adictivos. Los consumidores regulares que tratan de dejar de
usarlos pueden presentar los siguientes síntomas de abstinencia:
dolores de cabeza
ansiedad
depresión
irritabilidad
No hay terapias conductuales ni medicamentos que hayan sido comprobadas eficaces para el tratamiento
de la adicción a estos productos.
Puntos para recordar
Los cannabinoides sintéticos se refieren al número creciente de compuestos químicos artificiales
psicoactivos que son rociados en material de planta seca, desmenuzada o vaporizada para estar en
onda.
Los cannabinoides sintéticos son común y engañosamente llamados "marihuana sintética" (o "fake
weed") porque actúan en las mismas células receptoras del cerebro que el delta-9-
tetrahydrocannabinol, el ingrediente de la marihuana que altera la mente.
Los efectos de los cannabinoides sintéticos pueden ser impredecibles, severos o hasta fatales.
Los únicos elementos de estos productos que son "naturales" son el material desecado e inerte que
proviene de la planta. Pruebas químicas muestran que los ingredientes activos son compuestos de
cannabinoides artificiales.
Los consumidores de los cannabinoides sintéticos reportan efectos similares a los de la marihuana,
como:
emociones elevadas
relajación
percepción alterada
síntomas de psicosis
Los cannabinoides sintéticos también pueden causar problemas serios de salud incluyendo:
aumento del ritmo cardiaco
vomito
comportamiento violento
pensamientos suicidas
Los cannabinoides sintéticos pueden ser adictivos.
No hay terapias conductuales ni medicamentos efectivos para el tratamiento de la adicción a estos
productos.
Descripción breve
Las drogas de club constituyen un grupo farmacológicamente heterogéneo de compuestos psicoactivos que
tienden a ser objeto de abuso por parte de adolescentes y adultos jóvenes en los clubes nocturnos, bares,
fiestas "rave" o en el contexto de la música "trance". Las drogas de club incluyen el GHB, el Rohypnol® y la
ketamina, la MDMA (éxtasis) y las metanfetaminas. La LSD y otros alucinógenos también se consideran
drogas de club.
Nombres de la calle
La metanfetamina se conoce comúnmente como "anfeta", "meta" y "tiza" en español o como "speed",
"meth" y "chalk" en inglés. La forma de la droga que se puede fumar se conoce como "hielo", "cristal",
"vidrio" y "arranque" en español o como "ice", "crystal", "crank" y "glass" en inglés. La LSD se conoce como
"ácido" o "micropuntos" en español y "acid", "blotter" y "microdots" en inglés. La ketamina se conoce como
"la keta", "la K especial" o "vitamina K" en español y "vitamin K", "special K" o "jet" en inglés. La PCP se
conoce como "ángel", "combustible de cohete", "la píldora de la paz", "ozono" y "polvo de ángel" en español
o "angel dust", "rocket fuel", "ozone" y "wack" en inglés.
Efectos
Las drogas de club tienen efectos diferentes. La ketamina distorsiona la percepción y produce sentimientos
de aislamiento del medio ambiente y de la propia persona, mientras que el GHB y el rohypnol son sedantes.
El abuso del GHB puede causar coma y convulsiones, mientras que las dosis altas de ketamina pueden
causar delirio y la amnesia. El Rohypnol®puede incapacitar a los usuarios y causar amnesia, y, especialmente
cuando se mezcla con alcohol, puede ser mortal.
Cuadros de papel secante mojado del LSD cuales los consumidores toman por la boca
La ayahuasca es un té hecho de varias plantas amazónicas que contienendimetiltriptamina (DMT),
el ingrediente principal que altera la mente. La ayahuasca también es conocida como Hoasca, Aya y
Yagé.
El DMT es un compuesto químico poderoso que se encuentra en algunas plantas amazónicas. Los
fabricantes también pueden hacer DMT en un laboratorio. La droga es usualmente un polvo cristalino
blanco. Un nombre popular para el DMT es Dimitri.
El dietilamida del ácido lisérgico-d (LSD) es uno de los químicos más poderosos que alteran el
estado de ánimo. Es una sustancia sin olor, que puede ser clara o blanca, y que está hecha con ácido
lisérgico, el que se encuentra en un hongo que crece en el centeno y otros granos. El LSD se conoce por
muchos otros nombres, como "Acid", "Blotter", "Dots" y "Yellow Sunshine".
El peyote (mezcalina) es un cactus pequeño cuyo ingrediente principal es la mezcalina. El peyote
también puede ser sintético. Otros nombres comunes para el peyote son "Buttons", "Cactus" y "Mesc"
4-fosforiloxi-N, N-dimetiltriptamina (La psilocibina)deriva de ciertos tipos de hongos originarios de
las regiones tropicales y subtropicales de sur América, México y Estados Unidos. Otros nombres para
psilocibina son "Little Smoke", hongo mágico, "Purple", "Passion" y "Schrooms".
Algunos alucinógenos también pueden hacer que los consumidores se sientan fuera de control o
desconectados de su cuerpo y del ambiente. Los ejemplos comunes de este tipo de alucinógenos incluyen:
La ketamina
El dextrometorfano(DXM) es un supresor de la tos que se usa como ingrediente en algunos
medicamentas para la gripe (jarabe, tabletas y capsulas de gel). "Robo" es otro nombre popular del
DXM.
La ketamina es usada como un analgésico para cirugías en los humanos y los animales. Mucha de la
ketamina que se vende en las calles proviene de oficinas veterinarias. Aunque se puede conseguir
como un líquido inyectable, los fabricantes lo venden comúnmente en forma de polvo o pastillas. Otros
nombres de la ketamina incluyen "K", "Special K" o "Cat Valium".
La fenciclidina (PCP) fue desarrollada en los años 1950 como un analgésico general para cirugías, ya
no se usa con ese propósito debido a sus serios efectos secundarios. Aunque el PCP se puede encontrar
en varias formas, como tabletas o capsulas, es más común conseguirlas en forma líquida o como un
polvo cristalino blanco. El PCP tiene varios nombres, como "Angel Dust", "Hog", "Love Boat" y "Peace
Pill".
La salvia divinorum (salvia) es una planta común del sur de México y centro y sur América. Otros
nombres de la salvia son "Diviner’s Sage", "Maria Pastora", "Sally-D" y "Magic Mint".
La salvia
¿Cómo usan las personas los alucinógenos?
Las personas pueden usar los alucinógenos en una variedad de formas, como se muestra en el siguiente
gráfico:
Las investigaciones científicas sugieren que los alucinógenos funcionan, en parte, perturbando
temporalmente la comunicación entre diferentes sistemas químicos en el cerebro y en la medula espinal.
Algunos alucinógenos interfieren con la acción del químico cerebral la serotonina que regula:
animo
percepción sensorial
sueño
hambre
temperatura corporal
conducta sexual
control muscular
Otros alucinógenos interfieren con la acción del químico cerebral glutamato, el que regula:
percepción del dolor
reacciones al ambiente
emociones
aprendizaje y memoria
Efectos a corto plazo
Los efectos de los alucinógenos pueden empezar entre 20 y 90 minutos después de ser consumidos y
pueden durar entre 6 y 12 horas. Los efectos de la salvia duran menos tiempo, aparecen en menos de un
minuto después de haberse consumido y duran menos de 30 minutos. Los consumidores de los
alucinógenos se refieren a las experiencias que producen estas drogas como "viajes", mientras que las
experiencias desagradables son referidas como "viajes malos".
Además de las alucinaciones, los alucinógenos pueden producir otros efectos generales de corto plazo que
incluyen:
aumento del ritmo cardiaco
nausea
sensaciones intensificadas y experiencias sensoriales
distorsiones en la percepción del tiempo (por ejemplo, el tiempo transcurre más lentamente)
Los efectos específicos de corto plazo de algunos alucinógenos incluyen:
aumento de la presión arterial, el ritmo respiratorio y la temperatura corporal
pérdida de apetito
boca seca
trastornos del sueño
sensaciones cruzadas (como "ver" sonidos o "escuchar" colores)
experiencias espirituales
sensaciones de relajación o separación del cuerpo o del ambiente
movimientos descoordinados
sudor excesivo
pánico
paranoia—desconfianza de otros, extrema e injustificada
psicosis—pensamientos desordenados, desconectados de la realidad
Efectos a largo plazo
Se sabe muy poco sobre los efectos a largo plazo de los alucinógenos. Los investigadores saben que los
consumidores de la ketamina pueden desarrollar síntomas que incluyen ulceras en la vejiga, problemas de
los riñones y mala memoria. El consumo repetido de PCP puede producir efectos a largo plazo que pueden
continuar por un año o más después de haber parado el consumo, como:
problemas de lenguaje
perdida de la memoria
pérdida de peso
ansiedad
depresión y pensamientos suicidas
¿Cómo pueden recibir tratamiento las personas para la adicción a los alucinógenos?
No hay ningún medicamento aprobado por el gobierno para el tratamiento de la adicción a los alucinógenos.
Mientras que la internación y/o los tratamientos conductuales pueden ayudar a los pacientes que sufren de
una variedad de adicciones, se necesitan más estudios científicos para descubrir si las terapias conductuales
son eficaces para el tratamiento de la adicción a los alucinógenos.
Puntos para recordar
Los alucinógenos son un grupo diverso de drogas que alteran la precepción, los pensamientos y los
sentimientos. También causan alucinaciones, o sensaciones y visiones que parecen reales pero que no
lo son. Algunos alucinógenos también causan una sensación de pérdida de control o estar
desconectado del cuerpo y del ambiente
Las personas pueden usar los alucinógenos en una variedad de formas, las que incluyen el fumar, la
inhalación y la absorción a través de la mucosa bucal.
Los alucinógenos interfieren con las acciones de compuestos químicos en el cerebro que influyen
en la regulación de:
ánimo
sensación de percepción
sueño
temperatura del cuerpo
control muscular
percepción del dolor
memoria
Los efectos de los alucinógenos pueden empezar de 20 a 90 minutos después de ser consumidos y
pueden durar entre 6 a 12 horas.
Además de las alucinaciones, los alucinógenos pueden producir otros efectos generales de corto
plazo que incluyen:
aumento del ritmo cardiaco
nausea
emociones intensificadas y experiencias sensoriales
distorsiones en la percepción del tiempo
La psicosis persistente y las escenas retrospectivas son algunos de los efectos de largo plazo
asociados con algunos alucinógenos.
La evidencia científica indica que algunos alucinógenos pueden ser adictivos o que las personas
pueden desarrollar tolerancia hacia ellos.
No hay ningún medicamento aprobado por el gobierno para el tratamiento de la adicción a los
alucinógenos. Los científicos necesitan llevar a cabo más investigaciones para descubrir si las terapias
conductuales son eficaces en el tratamiento de la adicción a los alucinógenos.
¿Qué son los alucinógenos?
Los alucinógenos son un grupo diverso de drogas que alteran la percepción (la conciencia de los objetos y las
condiciones circundantes), los pensamientos y los sentimientos. Estas drogas causan alucinaciones, o
sensaciones y visiones que parecen reales pero que no lo son. Los alucinógenos se encuentran en algunas
plantas y hongos (o en sus extractos) o pueden ser artificiales. Por siglos, las personas han consumido
alucinógenos más que todo como parte de rituales religiosos. Los alucinógenos comunes incluyen:
Foto de la DEA
Cuadros de papel secante mojado del LSD cuales los consumidores toman por la boca
La ayahuasca es un té hecho de varias plantas amazónicas que contienendimetiltriptamina (DMT),
el ingrediente principal que altera la mente. La ayahuasca también es conocida como Hoasca, Aya y
Yagé.
El DMT es un compuesto químico poderoso que se encuentra en algunas plantas amazónicas. Los
fabricantes también pueden hacer DMT en un laboratorio. La droga es usualmente un polvo cristalino
blanco. Un nombre popular para el DMT es Dimitri.
El dietilamida del ácido lisérgico-d (LSD) es uno de los químicos más poderosos que alteran el
estado de ánimo. Es una sustancia sin olor, que puede ser clara o blanca, y que está hecha con ácido
lisérgico, el que se encuentra en un hongo que crece en el centeno y otros granos. El LSD se conoce por
muchos otros nombres, como "Acid", "Blotter", "Dots" y "Yellow Sunshine".
El peyote (mezcalina) es un cactus pequeño cuyo ingrediente principal es la mezcalina. El peyote
también puede ser sintético. Otros nombres comunes para el peyote son "Buttons", "Cactus" y "Mesc"
4-fosforiloxi-N, N-dimetiltriptamina (La psilocibina)deriva de ciertos tipos de hongos originarios de
las regiones tropicales y subtropicales de sur América, México y Estados Unidos. Otros nombres para
psilocibina son "Little Smoke", hongo mágico, "Purple", "Passion" y "Schrooms".
Algunos alucinógenos también pueden hacer que los consumidores se sientan fuera de control o
desconectados de su cuerpo y del ambiente. Los ejemplos comunes de este tipo de alucinógenos incluyen:
Foto cortesía de Wikimedia Commons/CC0
La ketamina
El dextrometorfano(DXM) es un supresor de la tos que se usa como ingrediente en algunos
medicamentas para la gripe (jarabe, tabletas y capsulas de gel). "Robo" es otro nombre popular del
DXM.
La ketamina es usada como un analgésico para cirugías en los humanos y los animales. Mucha de la
ketamina que se vende en las calles proviene de oficinas veterinarias. Aunque se puede conseguir
como un líquido inyectable, los fabricantes lo venden comúnmente en forma de polvo o pastillas. Otros
nombres de la ketamina incluyen "K", "Special K" o "Cat Valium".
La fenciclidina (PCP) fue desarrollada en los años 1950 como un analgésico general para cirugías, ya
no se usa con ese propósito debido a sus serios efectos secundarios. Aunque el PCP se puede encontrar
en varias formas, como tabletas o capsulas, es más común conseguirlas en forma líquida o como un
polvo cristalino blanco. El PCP tiene varios nombres, como "Angel Dust", "Hog", "Love Boat" y "Peace
Pill".
La salvia divinorum (salvia) es una planta común del sur de México y centro y sur América. Otros
nombres de la salvia son "Diviner’s Sage", "Maria Pastora", "Sally-D" y "Magic Mint".
La salvia
¿Cómo usan las personas los alucinógenos?
Las personas pueden usar los alucinógenos en una variedad de formas, como se muestra en el siguiente
gráfico:
METANFETAMINA
La metanfetamina
Sentirse tristes
Sentirse muy cansadas y tener problemas para dormir.
Sentirse enojadas o nerviosas
No poder sentirse felices
Asimismo sentirán una fuerte necesidad de consumir esta droga.
Los efectos de la metanfetamina en el cerebro y en el resto del cuerpo
Escuchar
Las personas que usan metanfetamina comienzan a verse viejos. Su piel usualmente se ve sin brillo y tiene
granos que no se curan. La foto a mano izquierda muestra a una mujer antes de usar metanfetamina. La foto
a mano derecha muestra a la misma mujer dos años y medio después de haber empezado a usar esta droga.
(Esta foto fue provista por el Condado de Multnomah en Oregón, Oficina del Sheriff)
Estos son sólo algunos de los problemas que la metanfetamina puede causar:
Sobrecalentamiento
La metanfetamina puede elevar la temperatura del cuerpo tanto que te hace perder el conocimiento. A
veces esto puede ocasionarte la muerte.
Alucinación de insectos
La metanfetamina puede hacerte sentir que tienes insectos arrastrándose sobre o por debajo de la piel. Esto
te hace rascar mucho, lo que puede causarte llagas en la cara y en los brazos.
Problemas dentales
Los dientes de los usuarios de metanfetamina se rompen, se manchan y se pudren. A menudo, muchos de
los usuarios beben muchas cosas dulces, rechinan los dientes y tienen la boca seca. Esto se llama "boca de
metanfetamina".
Apariencia de edad avanzada
Las personas que usan metanfetamina empiezan a aparentar de más edad que la que en realidad tienen.
Muchos adictos a la metanfetamina tienden a quemar mucha energía y a no comer bien. Esto puede hacer
que pierdan peso y se vean enfermos. Les pueden temblar las manos o el cuerpo. Su piel se ve seca, sin brillo
y con llagas y granos que no se curan. La boca se ve hundida ya que los dientes se ponen feos.
VIH/SIDA, hepatitis
Las personas que se inyectan metanfetamina pueden contraer el VIH/SIDA o la hepatitis (una enfermedad
del hígado) si comparten agujas usadas y contaminadas. También pueden contraer estas enfermedades al
tener relaciones sexuales de riesgo o sin protección. Es posible que se olviden de usar condones porque
están drogadas.
Adicción
El uso de la metanfetamina puede llevar rápidamente a la adicción y dañar diferentes partes del cerebro.
Puede provocar problemas emocionales y de pensamiento que no desaparecen o que vuelven de nuevo,
incluso después de dejar de usar la droga. Por ejemplo, podrías sentir, oír o ver cosas que no están ahí.
Podrías pensar que alguien está tratando de hacerte daño o empezar a creer ideas extrañas que están
desconectadas de la realidad.
Los medicamentos de prescripción
Descripción breve
El consumo indebido o abuso de medicamentos de prescripción ocurre cuando una persona toma un
medicamento recetado que no le fue prescrito o lo toma en una dosis o por razones distintas de las
prescritas. El abuso de medicamentos de prescripción puede producir efectos graves para la salud,
incluyendo la adicción. Las clases de medicamentos de prescripción que se suelen abusar incluyen los
opioides (recetados para el dolor), los depresores del sistema nervioso (recetadas para la ansiedad y los
trastornos del sueño) y los estimulantes (para el TDAH y la narcolepsia). Los opioides incluyen la
hidrocodona (Vicodina®), la oxicodona (OxyContin®), el propoxifeno (Darvón®), la hidromorfona (Dilaudid®),
la meperidina (Demerol®) y el difenoxilato (Lomotil®). Los depresores del sistema nervioso incluyen los
barbituratos como el pentobarbital sódico (Nembutal®) y las benzodiacepinas como el diacepam (Valium®) y
el alprazolam (Xanax®). Los estimulantes incluyen la dextroanfetamina (Dexedrine®), el metilfenidato
(Ritalin® y Concerta®) y las anfetaminas (Adderall®).
Efectos
El uso prolongado de los opioides o de los depresores del sistema nervioso puede llevar a la dependencia
física y a la adicción. Los opioides pueden producir somnolencia, estreñimiento y, dependiendo de la
cantidad que se toma, pueden reducir la respiración. Los depresores del sistema nervioso disminuyen la
función cerebral, si se combinan con otros medicamentos que causan somnolencia o con alcohol, pueden
disminuir peligrosamente la frecuencia cardiaca y la respiración. Si se los toma en ocasiones repetidas o en
dosis altas, los estimulantes pueden causar ansiedad, paranoia, temperatura corporal peligrosamente alta,
latido irregular del corazón o convulsiones.
Los medicamentos para el dolor alivian el dolor de una cirugía o lesiones. Necesitas una nota del médico
(llamado receta médica) para comprar algunos de los tipos más fuertes de estos medicamentos. Los
medicamentos para el dolor son legales y útiles para usar cuando un médico te los receta para tratar tu
problema de salud.
Pero a veces, las personas toman estos medicamentos sin receta médica para drogarse o para intentar
curarse a ellos mismos o sus amigos. Los traficantes de drogas venden estas pastillas al igual que venden la
heroína o la cocaína. Algunas personas piden prestado o roban estas píldoras de otras personas.
Algunas personas creen que abusar los medicamentos para el dolor es más seguro que abusar otras drogas
vendidas en la calle porque son medicamentos. El abuso de los medicamentos para el dolor recetados puede
ser tan peligroso como el abuso de la heroína o la cocaína.
La oxicodona es un medicamento para el dolor que las personas suelen abusar. A veces se conoce por el
nombre de la marca comercial OxyContin® o Percocet®. Otro medicamento para el dolor que a menudo se
abusa es la hidrocodona. Una de sus marcas comerciales es Vicodin®.
Los medicamentos para el dolor son generalmente de color blanco, redondos o píldoras ovaladas. Se pueden
tomar enteras, fumadas o machucarlas hasta lograr un polvo que se aspira o se inyecta.
Al igual que la heroína, las pastillas para el dolor pueden causar una oleada de buenas emociones cuando
son tomadas al principio, pero también puede hacer que te de ganas de vomitar y pueden darte mucho
sueño.
Los analgésicos alivian el dolor de una cirugía o lesiones. Necesitas una nota del médico (llamado receta
médica) para comprar algunos tipos de analgésicos fuertes. Los analgésicos recetados son legales y útiles
para usar cuando un médico se los receta para tratar tu problema médico.
Pero a veces, las personas toman estos analgésicos sin receta médica para drogarse o para intentar tratarse
ellos mismos o sus amigos. Los traficantes de drogas venden estas pastillas al igual que venden la heroína o
la cocaína. Algunas personas piden prestado o roban estas píldoras de otras personas.
Los analgésicos recetados no son más seguros de abusar que las drogas vendidas en la calle porque son
medicamentos. El abuso de los analgésicos recetados puede ser tan peligroso como el abuso de la heroína o
la cocaína.
La oxicodona es un analgésico que las personas suelen abusar. A veces se conoce por el nombre de la marca
comercial OxyContin® o Percocet®. Otro analgésico que a menudo se abusa es la hidrocodona. Una de sus
marcas comerciales es Vicodin®.
Los analgésicos son generalmente de color blanco, redondos o píldoras ovaladas. Se pueden tomar enteras,
fumadas o machucarlas hasta lograr un polvo que se aspira o se inyecta.
Al igual que la heroína, las pastillas para el dolor pueden causar una oleada de buenas emociones cuando
son tomadas al principio, pero también puede hacer que te de ganas de vomitar y pueden darte mucho
sueño.
Medicamentos para el dolor: Señales de abuso y adicción
Escuchar
Las personas que se vuelven adictas a los medicamentos para el dolor necesitan tomar más y más de la
droga para sentir la misma sensación. Pueden tratar de visitar diferentes farmacias (vendedores de
medicamentos) para que nadie se de cuenta que es la misma persona la que está comprando todos estos
medicamentos
El abuso de los medicamentos para el dolor puede ocasionar vómito.
El abuso de los medicamentos para el dolor hace que se pongan muy pequeñas las pupilas (el círculo negro
en el centro de cada ojo).
El abuso de los medicamentos para el dolor puede causar estreñimiento (dificultad para tener una
evacuación intestinal).
Cuando las personas fuman, aspiran o se inyectan medicamentos para el dolor, tienen una reacción más
fuerte del que tendrían al tragar pastillas. Puede que el estar drogado sea más fuerte, pero también es más
peligroso y puede causar dificultad al respirar.
Las personas que se vuelven adictas a los medicamentos para el dolor tienen que tomar más y más de la
droga para obtener el mismo nivel de euforia.
Las personas que son adictas a los medicamentos para el dolor pueden visitar muchos médicos diferentes en
secreto para tratar de obtener el mayor número posible de recetas de analgésicos. Luego, pueden visitar
diferentes farmacias (donde se venden los medicamentos con receta) para que nadie se dé cuenta de que
una sola persona está comprando todas estas pastillas para el dolor. Esto se conoce en inglés como "doctor
shopping" y no solo es ilegal, sino que también es sumamente peligroso.
Las personas que están tratando de dejar los medicamentos para el dolor pueden presentar los siguientes
síntomas:
Descripción breve
El alcohol etílico o etanol es un ingrediente intoxicante que se encuentra en la cerveza, el vino y el licor. El
alcohol se produce a través de la fermentación de la levadura, las azúcares y los almidones. Es un depresor
del sistema nervioso central que se absorbe rápidamente en el estómago y el intestino delgado al torrente
sanguíneo. Una bebida estándar equivale a 0.6 onzas de etanol puro. Una bebida estándar se considera 12
onzas de cerveza, 8 onzas de licor de malta, 5 onzas de vino o 1.5 onzas de licor fuerte (un "shot") como el
tequila, el ron, el vodka o el whisky. El NIDA no lleva a cabo investigaciones sobre el alcohol, por lo que para
obtener más información, debe visitar elInstituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA,
por sus siglas en inglés) y los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC, por sus
siglas en inglés).
Efectos
El alcohol afecta a todos los órganos del cuerpo del bebedor y puede dañar al feto en desarrollo. La
intoxicación puede dañar la función cerebral y las habilidades motoras; el uso intenso puede aumentar el
riesgo de ciertos tipos de cáncer, ataques al cerebro y enfermedades del hígado. El alcoholismo o la
dependencia del alcohol es una enfermedad que se puede diagnosticar, y que se caracteriza por un deseo
fuerte por el alcohol y su uso continuado a pesar de las consecuencias nocivas para la persona. El abuso del
alcohol, que puede llevar al alcoholismo, es un patrón de consumo que resulta en un deterioro de la salud,
de las relaciones interpersonales o de la capacidad de trabajar.
Alcohol: Datos breves
Escuchar
Las bebidas como la cerveza, el licor de malta, el vino y el licor fuerte contienen alcohol. El alcohol es el
ingrediente que te emborracha.
El licor fuerte, tal como el whisky, el ron o la ginebra, tiene más alcohol que la cerveza, el licor de malta o el
vino.
Estos tamaños de las bebidas tienen más o menos las mismas cantidades de alcohol:
Descripción breve
El consumo de tabaco es la principal causa prevenible de enfermedad, discapacidad y mortalidad en los
Estados Unidos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease
Control and Prevention—CDC), cada año el hábito de fumar cigarrillos causa más de 480.000 muertes
prematuras en los Estados Unidos—aproximadamente 1 de cada 5 muertes en E.E.U.U.—y alrededor de 16
millones de personas sufren de alguna enfermedad grave causada por fumar cigarrillos. De hecho, por cada
persona que muere por fumar, aproximadamente más de 30 sufren de al menos una enfermedad grave
relacionada con el uso de productos de tabaco.
DrugFacts: Los cigarrillos y otros productos que contienen tabaco
Las hojas del tabaco pueden ser trituradas y fumadas en cigarrillos, cigarros y pipas. También se pueden
moler logrando un polvo marrón llamado rapé, o simplemente tabaco. Las hojas trituradas y el rapé pueden
ser masticados o retenidos en la boca entre la mejilla y las encías. El tabaco también puede inhalarse por la
nariz.
Puede sorprenderte aprender que los cigarrillos y las otras formas del tabaco son drogas. Es legal a usar el
tabaco cuando tienes 18 o 19 años, dependiendo de donde vivas. Pero no es saludable para ti en ninguno
edad.
El tabaco contiene la nicotina, una sustancia que estimula los partes del cerebro que te hacen sentir bien. Te
puedes hacer adicto a la nicotina al igual que otras drogas.
Cuando consumes el tabaco, la nicotina te da rápidamente una oleada leve de placer y energía. Pero pronto
se desvanece, lo que te hace querer consumirla un poco más. A veces, el torrente de energía que acompaña
la nicotina puede ponerte nervioso e inquieto.
l consumo de tabaco sube la presión de la sangre y el ritmo cardiaco. También te hace respirar más rápido y
te puede quitar el apetito.
Los fumadores pueden sufrir de una tos crónica.
El cabello, la ropa y el aliento de un fumador casi siempre huelen a cigarrillo.Las personas que mastican
tabaco escupen mucho.Las personas que inhalan rapé casi siempre estornudan al hacerlo.
Como los efectos del tabaco se acaban rápidamente, los antojos del tabaco ocurren frecuentemente a lo
largo de todo el día. Cuando las personas dejan de fumar, a menudo sienten una gran necesidad de usar
tabaco después de unas pocas horas.
Los efectos del cigarrillo y el tabaco en el cerebro y el cuerpo
Si una mujer embarazada usa tabaco, su bebe puede nacer muy pronto o muy pequeño. Esto puede causar
problemas de salud para el bebe.
Estos son sólo algunos de los problemas causados por el cigarrillo y el tabaco:
Enfermedad pulmonar
El humo del tabaco causa cáncer de los pulmones y otras enfermedades respiratorias dolorosas como el
enfisema pulmonar. Tanto las personas que fuman como las personas a su alrededor que inhalan su humo
pueden desarrollar estas enfermedades.
Dientes manchados, mal alientoy cáncer en la boca
Los cigarrillos y otros tipos de tabaco manchan los dientes y causan mal aliento. El masticar tabaco puede
hacer que los dientes se aflojen y se caigan o conlleve al cáncer oral.
Problemas cardiovasculares
Si fumas, estas más propenso a recibir un ataque en el corazón o derrame cerebral.
Daño a los bebés
Si una mujer embarazada usa tabaco, su bebe puede nacer demasiado temprano o demasiado pequeño.
Esto puede causar problemas de salud para el bebé.
Otras enfermedades
El uso del cigarrillo y otros tipos de tabaco puede causar enfermedades del corazón y muchos tipos de
cáncer.
Adicción
La nicotina en el tabaco es lo que causa la adicción. Cuando fumas, los efectos se acaban rápidamente. Esto
hace que quieras seguir usando tabaco a lo largo del día. Entre más lo haces, tu cuerpo y mente se hacen
más adictos a la nicotina. Afortunadamente, hay medicamentos, tratamientos, y líneas directas de asistencia
que pueden ayudar a las personas a dejar de fumar.
La salvia
¿Cuáles son otros efectos adversos de los esteroides anabólicos para la salud?
Aparte de los problemas mentales, el uso de los esteroides comúnmente causa acné grave. También causa
que el cuerpo se hinche, especialmente en las manos y los pies.
Efectos a largo plazo
El abuso de los esteroides anabólicos puede llevar a serios, hasta permanentes, problemas de la salud como:
insuficiencia o problemas renales
daños hepáticos
corazón agrandado, presión arterial alta y cambios del colesterol en la sangre, todos cuales
aumentan el riesgo de un derrame cerebral y un ataque del corazón, hasta en personas jóvenes
Los inhalantes
CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
RESUMEN: Objetivo: intentar demostrar la necesidad del estudio, diagnóstico y tratamiento de los
trastornos de la personalidad en pacientes con trastornos por uso de sustancias psicoactivas.
Material y métodos: se describen los diagnósticos de trastornos de la personalidad del cluster B, del manual
diagnóstico y estadístico de enfermedades mentales en su cuarta revisión, que agrupa al trastorno
antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad, así como su relevancia en las conductas
adictivas.
Conclusiones: ante las múltiples propuestas para relacionar la patología de la personalidad con los
trastornos por uso de sustancias psicoactivas y la insuficiencia de los abordajes llevados a la práctica en el
pasado es necesario pasar a una intervención clínica que combine el tratamiento psicoterapéutico y el
psicofarmacológico para ambos trastornos.
PALABRAS CLAVE: Trastornos de la personalidad. Trastorno por uso de sustancias psicoactivas. Trastorno
límite de la personalidad. Trastorno antisocial de la personalidad. Comorbilidad.
Introducción
Es evidente que está resurgiendo un marcado interés por los trastornos de la personalidad después de
muchos años en que no fueron suficientemente valorados por los clínicos 2. Por otra parte, si algo caracteriza
al desarrollo histórico de los trastornos de la personalidad han sido las controversias sobre su naturaleza y
lugar en la psiquiatría. En este sentido, Schneider (1950), citado por Millon 1, consideraba tanto las
personalidades anormales como las neurosis, trastornos psíquicos consecuencia de variaciones estadísticas.
Este concepto era, y en gran parte sigue siendo, aplicable a las personalidades psicopáticas que son todavía
definidas con un criterio valorativo más sociológico que psicológico 1,2.
La personalidad puede definirse como la totalidad de los rasgos emocionales y conductuales que
caracterizan a una persona en su vida diaria en condiciones normales, siendo relativamente estable y
predecible. Un trastorno de la personalidad supone una variante de estos rasgos de carácter que van más
allá de los que normalmente presentan la mayoría de las personas. Sólo cuando los rasgos de personalidad
son inflexibles y desadaptativos y causan un deterioro funcional significativo, o bien un malestar subjetivo,
constituyen un trastorno de la personalidad1.
Los trastornos de la personalidad (TP) se agrupan en la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico
de Enfermedades Mentales3 en 3 grupos. En este artículo se estudian solamente los dos primeros del grupo
B, que incluye los trastornos de la personalidad antisocial (TAP), límite (TLP), histriónico y narcisista.
Este grupo de trastornos de la personalidad del grupo B poseen una base genética. Muchos autores admiten
el papel que desempeña la herencia en el desarrollo de los trastornos de la personalidad, pero insisten en
que los factores ambientales modifican sustancialmente las disposiciones genéticas. Por otra parte, muchos
genetistas adoptan una postura más inflexible, implicando a los factores genéticos en muchos tipos de
psicopatologías. Pese a estar de acuerdo que la variabilidad de estos trastornos proviene de las condiciones
ambientales, afirman que son influencias superfluas que no evitan que el individuo sucumba a su inclinación
hereditaria. En una investigación reciente sobre la asociación entre genética y características de la
personalidad se demostró que la conducta de «bús-
queda de sensaciones» (caracterizada por excitabilidad y alta impulsividad) se relaciona con una variante del
receptor de la dopamina D4 (D4.7), aunque queda aún por identificar el mecanismo biológico que interviene
en esta acción4.
Hay evidencia de que los factores genéticos desempeñan un papel disposicional que conforma el substrato
morfológico y bioquímico de algunos rasgos y son el fundamento para que una persona sea susceptible a la
disfunción, por ejemplo, bajo el estrés o para que tienda a aprender comportamientos socialmente
inadecuados. La experiencia viene determinada inicialmente por la constitución biológica de la persona; por
tanto, la estructura constitucional de un individuo reforzará la posibilidad de que aprenda ciertas formas de
comportamiento. Los determinantes biológicos siempre preceden e influyen en el curso del aprendizaje y la
experiencia. Por otra parte, las últimas investigaciones han demostrado que la madurez biológica es muy
dependiente de la experiencia ambiental favorable, pudiendo alterar e incluso detener completamente el
desarrollo del substrato biológico si el organismo en crecimiento se ve privado de estimulación durante los
períodos críticos en los que se produce un crecimiento neurológico rápido.
Con respecto a los determinantes psicogénicos es en el TLP donde los estudios dan más correlación entre los
traumas infantiles y el posterior desarrollo del mismo. Así en una revisión 5 realizada sobre 11 trabajos
efectuados en la década de los ochenta y noventa se encontró que la separación, pérdida, los malos tratos o
el abuso sexual eran traumas infantiles frecuentes en los pacientes con trastorno límite.
Las referencias sobre el TLP tienen más de un siglo en la literatura científica y es uno de los TP que más
interés y controversias suscitan entre los clínicos. Para algunos autores 6 se trata de un trastorno subafectivo;
para otros7, aunque estos pacientes presenten síntomas depresivos con gran anhedonia (que produce
búsqueda de placer y facilita la adicción), presentan grandes diferencias cualitativas. En esta línea ciertos
rasgos de estos pacientes (impulsividad y/o agresividad) parecen ir en el sentido de una posible disfunción
serotoninérgica central, apuntando que lo primario sea una disregulación de los impulsos más que una
disregulación afectiva, sin descartar que exista una relación inespecífica entre ambos trastornos.
Recientes estudios orientan a una alteración de los mecanismos de adaptación que sería secundaria a una
vulnerabilidad biológica específica e incluye una inestabilidad afectiva y de la impulsividad-agresividad 8. El
cuadro incluye:
-- Rasgos biológicos que se cree son regulados por neurotransmisores: labilidad afectiva, sensibilidad al
rechazo, oscilaciones del humor depresivo, angustia e impulsividad agresiva.
Se apunta además la posibilidad de complejas relaciones entre los rasgos biológicos y psicológicos que
incluyen posibles relaciones «causa-efecto».
También en el TAP se han descrito factores genéticos y psicosociales como el abandono o maltrato parental
(incluyendo los castigos reiterados o arbitrarios).
Es conveniente para una mejor comprensión del problema de los TP hacer una revisión histórica al respecto.
Aunque las primeras referencias sobre una tipología de la personalidad aparecen en la obra de Hipócrates y
su teoría sobre los 4 humores corporales, no es hasta finales del siglo pasado cuando se consolida una
estructura teórica sobre los TP al establecer la escuela francesa una tipología basada en la variación e
intensidad de 2 rasgos, la sensibilidad y la actividad, proponiendo distintos caracteres como el «carácter
humilde», de excesiva sensibilidad y poca energía; el «carácter contemplativo», marcado por una aguda
sensibilidad y una conducta pasiva, y el «carácter emocional», de extrema impresionabilidad y de una activa
disposición.
Desde la escuela alemana se postularon tres criterios fundamentales a la hora de evaluar el carácter: el nivel
de actividad, la emocionalidad y la susceptibilidad a la estimulación externa frente a la interna. Estos
criterios representan en la clínica variables de actividad-pasividad, placer-dolor y subjetividad-objetividad.
Esta línea de pensamiento psicopatológico se mantiene en las primeras décadas del actual siglo y se llega a
proponer 8 temperamentos, basándose en las diferentes combinaciones de 3 dimensiones fundamentales:
la intensidad, la persistencia y la afectividad.
Una cuestión fundamental en el estudio de la personalidad es la división entre los estudios sobre
personalidad normal frente a los de la personalidad anormal. Entre los primeros están aquellos que intentan
relacionar la forma corporal y las características básicas de la personalidad 9. Entre los autores que se centran
en la búsqueda de los síntomas y síndromes psicopatológicos destaca la obra de Schneider, que plantea la
existencia de 10 tipos de personalidad.
La relación entre los trastornos de la personalidad y las drogodependencias es más antigua de lo que en
principio cabría suponer. Así, en el primer cuarto de este siglo se define a los morfinómanos como
«individuos a quienes les faltan las condiciones internas satisfactorias que tiene el normal; no se precisan
grandes calamidades externas para que se produzcan de un modo duradero malestar y sentimientos de
displacer. Por otra parte, carecen de resistencia a las molestias corporales, sienten los dolores más
intensamente y a menudo les falta también la capacidad para reparar su cerebro, fácilmente fatigable, por
medio del sueño natural suficientemente prolongado y profundo» 9. Unos años después se describen para
establecer el pronóstico del morfinismo 4 constelaciones de factores: los endógenos, como la constitución,
herencia, sexo, raza, edad actual y edad de comienzo en el consumo; los exógenos, como la clase y
combinación de los alcaloides, dosis, duración y número de curas; los patogénicos, como las heridas de
guerra, enfermedades dolorosas y motivos psíquicos, y por último los constelativos, que eran la profesión y
el medio.
En la misma línea9, la importancia del factor constitucional se pone en evidencia en el estudio de los
antecedentes hereditarios y distingue un grupo de drogodependientes heterotropos (morfinismo más
alcoholismo) que son más graves, también tienden al cocainismo y presentan más antecedentes familiares
que los monotropos (preferentemente alcohólicos).
En nuestro país fue Valenciano9 quien describió en esos años que «de forma general se admite que el factor
causal fundamental de las toxicomanías reside en la personalidad del toxicómano» y que «solamente
teniendo en cuenta condiciones generales e individuales, internas y externas, esenciales y accidentales,
puede comprenderse el proceso total de la toxicomanía». Para terminar, este autor continúa haciendo una
clara aproximación a lo psicobiológico cuando en este mismo trabajo, centrándose en los morfinómanos,
dice: «El problema del habituamiento corporal es, en lo fundamental, un problema fisiopatológico, el afán lo
es psicológico....; ambas esferas habrán de ponerse en estrecha relación. Sólo con esta síntesis se logrará
conocer en toda su complejidad el problema del morfinismo.»
Más de medio siglo después otro autor español 11 establece la existencia de un patrón de automedicación en
pacientes adictos afectados de un trastorno de personalidad, especialmente un diagnóstico mixto antisocial
y límite.
Epidemiología
Pese a la importancia de los trastornos de la personalidad, no hace mucho más de una década que se
realizaron los primeros estudios epidemiológicos exhaustivos, pues ha sido tradicional un distanciamiento
entre la psicología de la personalidad y la psicopatología clínica 2. De hecho, dada la propia naturaleza de los
trastornos de la personalidad (comienzo en la infancia, tendencia a la cronicidad, descompensación en
situaciones de estrés, etc.) es muy difícil realizar estudios de incidencia.
El TLP ha sido uno de los trastornos de la personalidad más estudiados. Las prevalencias encontradas, con
diversos instrumentos oscilan del 1,3 al 1,8%, siendo significativamente más común entre las mujeres, entre
los más jóvenes, de áreas urbanas y nivel social más bajo
Con respecto al TAP, la prevalencia durante toda la vida para los varones es significativamente más elevada
(4,5%) que para las mujeres (0,8%) con independencia de la edad. La duración media del trastorno es de 19
años y su momento de aparición es a los 8 años, con una diversidad de problemas en casa y en la escuela.
Además el 84% de los pacientes con este trastorno han padecido alguna adicción.
Con respecto a los trastornos de la personalidad histriónico y narcisista, la prevalencia en población general
es de un 2,2 y 0,4%, respectivamente.
Pocos estudios proporcionan información sobre las tendencias temporales de los trastornos de la
personalidad. La principal información procede de 2 estu- dios de población general realizados en Asia y en
Europa. Mientras que en el primero no existió aumento de la prevalencia de los TP durante un período de 15
años, en Alemania se observó un incremento significativo durante el período del estudio. Sin embargo,
ninguno de estos estudios tenía como objetivo evaluar la prevalencia de los TP 2.
Aproximadamente el 50% de los pacientes con trastornos por uso de sustancias tienen al menos algún
diagnóstico de trastorno de la personalidad 12, oscilando entre un 46% de los alcohólicos y un 65-68% de los
dependientes a opiáceos, dándose cifras de comorbilidad elevadas del trastorno antisocial y el límite 2,12.
Se han propuesto múltiples modelos para relacionar la patología de la personalidad (eje II del DSM IV) con
los trastornos de estado (eje I). En primer lugar está el modelo de vulnerabilidad, en que los trastornos de la
personalidad predisponen al individuo al desarrollo de un trastorno del eje I. En el sentido inverso a éste, el
modelo de la complicación, para el que la causalidad del modelo de la vulnerabilidad se invierte y son los
trastornos del eje I los que una vez iniciados crean una predisposición a los cambios de la personalidad. Un
modelo integrador es el modelo del espectro, el cual sostiene que los trastornos en eje I y II pueden
entenderse como desarrollos que parten del mismo substrato constitucional y, por tanto, existe una
continuidad. Por último tenemos el modelo de la patoplastia, para el que la personalidad influye en el curso
de un trastornos del eje I, pero que por sí misma no predispone al desarrollo de éste.
Todos estos modelos son factibles y es probable que se den en diferentes individuos. De hecho no es
imposible que todos sean aplicables a una misma persona en diferentes grados 1.
Esta estrecha relación entre el trastorno de la personalidad y el trastorno por uso de sustancias ha llevado a
algunos autores a pensar que el trastorno de la personalidad es el que frecuentemente lleva al consumo de
sustancias11.
Se han realizado diferentes valoraciones sobre trastornos de la personalidad comórbidos en adictos. Los
pacientes toxicómanos (la mayoría heroinómanos y cocainómanos) con un TLP en un seguimiento de 2 años
padecen depresión y alcoholismo con mayor frecuencia 13. Con respecto a pacientes drogodependientes con
TAP el porcentaje de recuperación al año, definido como el porcentaje de personas que han satisfecho en
alguna ocasión los criterios DSM-III-R para el trastorno y que no han experimentado síntomas
fundamentales relevantes para ese trastorno en el último año, es del 51,6%. Sin embargo, es posible que
haya una distorsión de los efectos del estado (consumo de sustancias) sobre el rasgo (trastorno de la
personalidad) y que muchos de los diagnósticos fueran adictos a las drogas que dejaron de mostrar síntomas
de TAP después de un período de abstinencia. En este sentido se han descrito 2 subgrupos, unos psicópatas
«verdaderos» y unos psicópatas «sintomáticos» con menos rasgos psicopáticos, más síntomas
psiconeuróticos y una respuesta más favorable al tratamiento 14.
Esta importante comorbilidad ha dado lugar a una problemática 15 todavía abierta sobre el significado de la
distinción entre el diagnóstico de estado (eje I) y el de rasgo (eje II) según los criterios diagnósticos
introducidos a partir del DSM-III. Al mismo tiempo, el sistema DSM, mediante la adopción del sistema
multiaxial y la formulación de diagnósticos múltiples entre eje I y II, ha favorecido el fenómeno de la
comorbilidad entre síntomas clínicos y trastornos de la personalidad, reactivando el problema de la relación
entre rasgo y estado, desde siempre el centro de la reflexión psicopatológica. En este sentido es capital
hacer este diagnóstico diferencial, pues el tratamiento (en el caso del trastorno límite) y el pronóstico (sobre
todo del antisocial) nos obliga a ello13.
Además de la comorbilidad entre el eje I y II, también plantea problemas la existencia de varios diagnósticos
en el eje II, pues parece haber una elevada comorbilidad entre ciertos TP, sobre todo entre el límite,
antisocial, esquizotípico y por evitación. Por tanto, será importante aclarar mediante estudios longitudinales
los límites entre los diversos trastornos, tanto en el eje I como en el II y sus respectivas interrelaciones.
En los estudios clínicos se utiliza el término comorbilidad cuando en un mismo paciente se puede
diagnosticar más de un trastorno al mismo tiempo 13. De cualquier forma se han introducido diferentes tipos
de comorbilidad (patogénica, diagnóstica y pronóstica), aunque en este capítulo se ha utilizado el término
comorbilidad para referirse a la existencia de trastornos sintomáticos y trastornos de la personalidad en un
mismo tiempo o en momentos sucesivos.
Aunque ya se citó en el punto anterior, existe una controversia sobre la existencia o no de diferencias reales
entre algunas entidades o síndromes pertenecientes al eje I y ciertos trastornos de la personalidad. La
sistematización de esta relación entre los 2 ejes nos llevará a diferenciar 4 apartados. En primer lugar, que la
coexistencia de trastornos pueda ser simplemente un artefacto del sistema de clasificación; en segundo
término, que el trastorno de la personalidad predisponga al desarrollo de un trastorno sintomático concreto;
en tercer lugar, que el trastorno sintomático lleve al desarrollo de una personalidad patológica, y por último,
que los trastornos no estén relacionados y la comorbilidad sea casual 13.
La complejidad de la relación entre el eje I y II aumenta cuando se dan, en el caso de los trastornos por uso
de sustancias, varios diagnósticos en eje II. Las conclusiones a las que lleva este hecho es que los múltiples
diagnósticos en el eje II resaltan la gravedad de la alteración psicopatológicamente hablando, pero complica
la interpretación de los estudios sobre personalidad. De cualquier forma, el 70% de los pacientes con
diagnósticos de trastorno de la personalidad tienen más de 1 (de 2 a 3 diagnósticos por término medio),
siendo de mayor interés en los pacientes con trastornos adictivos, los narcisistas con el antisocial y el límite
con el histriónico16.
Tratamiento
Clásicamente, la indicación terapéutica de los trastornos de la personalidad era la psicoterapéutica según las
técnicas de la escuela que seguía cada profesional. La insuficiencia de estos tratamientos llevó a una
intervención psicoterapéutica clínica (con técnicas de distinta procedencia) y a combinar este abordaje con
un tratamiento psicofarmacológico más o menos sintomático.
Una psicoterapia pretende establecer una relación profesional empática y genuina entre el paciente y el
clínico que permita el desarrollo de una alianza terapéutica para conseguir entrevistas regulares con el
paciente que proporcionen apoyo y soluciones a los problemas derivados del trastorno.
Este enfoque clínico requiere amplia experiencia, habilidades específicas y el querer llegar al paciente. En
todo caso, el clínico ha de ser capaz de mantener un papel activo frente a los problemas del paciente, ser
persuasivo en sus consejos, permitir la expresión emocional controlada y corregirla, dar explicaciones e
instrucciones y manipular elementos ambientales cuando sea necesario y posible.
La duración de la entrevista es variable, así como la frecuencia. Las sesiones no suelen ser estructuradas y se
trata el presente y el futuro inmediato más que el pasado. Hay que hacer frecuentemente entrevistas con
los familiares en un clima de comunicación lo más libre y auténtico posible en el que la contención de la
angustia y la identificación y el manejo de los factores desadaptativos son tareas primordiales.
Antes de entrar en técnicas psicoterapéuticas específicas hay que hacer unas consideraciones generales. Con
respecto al trastorno límite, el tratamiento psicoterapéutico tiene necesariamente que abordar los puntos
expuestos por Waldinger (1986), citado por Bernardo y Roca 13, que son:
-- El clínico tiene que construir y conservar un marco terapéutico estable y un papel activo en la
identificación, confrontación y dirección de los problemas psicopatológicos.
-- Hay que conectar y relacionar las acciones y los sentimientos del paciente, con especial dedicación a las
conductas autodestructivas.
Estos puntos deben de ser asumidos independientemente de la orientación o escuela en la que se base la
formación teórica del clínico.
Como en las familias de estos pacientes hay, cuanto menos, problemas de relación interpersonal es
conveniente un abordaje específico que por interactuación mejora el pronóstico del paciente.
Los pacientes drogodependientes con trastorno antisocial de la personalidad no suelen en general estar
interesados en el tratamiento, salvo en momentos concretos como, por ejemplo, cuando presentan clínica
depresiva o pueden obtener beneficios secundarios. Si el paciente entra en tratamiento el objetivo
terapéutico principal es mostrarle la relación entre las conductas y los estados internos. Es fundamental
mantener una actitud terapéutica activa y confrontativa frente a la minimización y negación que el paciente
hace de su conducta antisocial.
En el tratamiento biológico del trastorno límite de la personalidad se han demostrado como eficaces tanto
los neurolépticos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), IMAOS y la
carbamacepina. Así, estos fármacos serán en mayor o menor medida eficaces en controlar el estado de
ánimo (sobre todo los ISRS); las conductas autolíticas (autoagresivas y suicidas) que responden tanto a ISRS
como a IMAOS, neurolépticos y carbamacepina, y la impulsividad que responde sobre todo a ISRS y a
carbamacepina
Una posible pauta13 en pacientes con trastorno límite sería:
-- En aquellos casos que cursen con trastornos depresivos los IMAO serían la primera opción.
También se han utilizado con éxito, tal y como ya hemos dicho, los ISRS como la fluoxetina, sertralina,
paroxetina, citalopran o la fluvoxamina, pues en este sentido ya no hay dudas que la serotonina tiene un
papel activo en una variedad muy extensa de comportamientos instintivos y trastornos comportamentales
específicos. Aunque el sistema serotoninérgico en lo
En el caso del TAP el tratamiento biológico es menos efectivo y preferentemente sintomático, orientándose
a mitigar síntomas que pueden llegar a ser discapacitantes como la ira y la ansiedad y pueden contribuir a
desarrollar un estilo de vida más social13.
Existen experiencias favorables con ISRS para el control de la impulsividad y la agresividad que permiten al
paciente el acceso a las técnicas psicoterapéuticas. Si el TAP se acompaña de alteraciones EEG (actividad de
ondas lentas) se deben de ensayar fármacos anticomiciales como la carbamacepina o el valproato 13.
-- Confianza en sí mismo.
Estas características son herramientas importantes para lograr un buen rapport con un paciente antisocial y
conviene cultivarlas.
El clínico puede experimentar algunas fuertes reacciones emocionales en el trabajo con pacientes
antisociales, a menudo denominadas «reacciones de contratrasferencia». Entre ellas se destacan la
desconfianza y la cólera, así como la desesperanza y la frustración respecto de los propios esfuerzos para
intervenir con éxito. El primer error sería participar en «luchas de poder» que ponen al clínico en guardia
para no ser engañado o embaucado. Luchar con un paciente y tratar de sorprenderle cuando miente hace
que el clínico
termine encolerizado con ese paciente. Este sentimiento también puede indicar que el clínico ha activado su
propio moralismo y su deseo de «castigar» al paciente por su mala conducta. El clínico debe de evitar este
rol, puesto que si él es crítico y controlador el paciente se vuelve resistente y defensivo. En lugar de ello el
clínico debe de ayudar al paciente a aprender a realizar mejores elecciones. La desesperanza respecto del
efecto del tratamiento se puede atemperar centrándose en metas limitadas que se refieren a la reducción
de la conducta peligrosa para el propio paciente y para otros.
Desde una orientación clínica el proceso de una intervención psicoterapéutica para los TAP se
conceptualizaria en términos de una jerarquía de operaciones cognitivas en las que el clínico intenta orientar
al paciente hacia un proceso de pensamiento más elevado, más abstracto, por medio de discusiones guiadas
y experimentos conductuales. Los pasos específicos se graduarán según los modos de pensamiento y acción
problemáticos del paciente. En el nivel inferior de la jerarquía, éste piensa sólo en términos de su propio
interés; sus elecciones apuntan a obtener recompensas o a evitar castigos inmediatos, sin tener en cuenta a
otros. Antes del tratamiento el paciente antisocial funciona en ese nivel la mayor parte del tiempo, haciendo
lo que le gusta, creyendo con firmeza que siempre actúa de acuerdo con sus intereses y permaneciendo
impermeable a la retroalimentación correctiva.
En el nivel superior siguiente el paciente reconoce las consecuencias de su conducta y tiene alguna
comprensión del modo como afecta a los demás; también presta atención a su propio interés a largo plazo.
Ya no está tan convencido de «tener razón» y puede absorber alguna información nueva y modificar su
conducta en consecuencia.
El tercero de los niveles importantes de la jerarquía del funcionamiento es más difícil de definir, puesto que
los teóricos no se han puesto de acuerdo sobre lo que constituye el plano más alto del desarrollo moral. En
general, el individuo demuestra tener sentido de la responsabilidad o un interés por los otros que incluye el
respeto a las necesidades y a los deseos de éstos o se basa en las leyes como principios guía. El sujeto
respeta las reglas de orden o el compromiso con los demás porque le importa su bienestar o ve a las
relaciones como una parte importante de su vida 11,17.
Junto con el TAP pueden manisfestarse varios trastornos del eje I del DSM IV, complicando tanto el
diagnóstico como el tratamiento. Los más frecuentes son el abuso de alcohol o sustancias tóxicas,
complicación que es la base de este trabajo, trastorno por somatización 17y el trastorno afectivo mayor17.
Cada uno de estos trastornos asociados se aborda con un programa de tratamiento específico basado en los
métodos típicos para ese problema. Los métodos de la psicoterapia destinados al TAP se aplican después de
lograda la mejoría en el trastorno del eje I, mejoría que precisa una estabilización del trastorno adictivo (con
desintoxicación o en el caso de algunos dependientes a opiáceos tratamientos de mantenimiento con
agonistas) y frecuentemente el uso de psicofármacos ya descritos.
Aunque parezca que las consecuencias de sus acciones no les importan, los pacientes con TAP sufren con
intensidad las pérdidas, las relaciones frustradas o el ser explotados, problemas que en algunos casos dan
lugar a depresiones clínicas.
Hay que tener especialmente en cuenta la manifestación simultánea del TAP con un trastorno por abuso de
sustancias tóxicas y un trastorno afectivo mayor, porque esta combinación supone un alto riesgo de
suicidio17. En este caso los 2 trastornos del eje I requieren tratamiento inmediato. Como los pacientes con
TAP se caracterizan por el control pobre de los impulsos, la indiferencia por las consecuencias de sus
acciones y la pérdida de perspectivas de futuro, es necesario controlar continuamente el potencial de
suicidio. Lo típico es que la depresión y el abuso de sustancias tóxicas exijan esfuerzos más intensos al
principio del tratamiento, pero el TAP se va situando en el centro de atención a medida que progresa la
terapia. No obstante, las principales distorsiones del TAP se identifican y abordan a lo largo de todo el
tratamiento.
En lo que respecta al trastorno límite, ya dijimos que reúne una serie de condiciones que lo hacen complejo
y a la vez interesante para el clínico. Millon (1981, 1987b), citado por Beck 17, atribuye un papel central a la
falta de sentido coherente de la propia identidad que padece el individuo límite. Sostiene que esta falta
resulta de factores biológicos, psicológicos y sociológicos que se combinan para dañar el desarrollo logrado
de un sentido de la identidad.
Para Linehan (1981, 1987), citado por Beck 17, la característica nuclear del TLP es una «disfunción de la
regulación emocional» de base probablemente fisiológica. Esta disfunción sería la responsable de las
dramáticas reacciones y los actos impulsivos exagerados del individuo límite. Estos pacientes tienen la
combinación de respuestas emocionales intensas, capacidad inadecuada para la regulación emocional,
conducta impulsiva y actitud despectiva respecto de las propias emociones, generando una serie de crisis
inexorables y situaciones frecuentes que el sujeto no logra controlar con eficacia a pesar de sus esfuerzos.
Como plantea Beck, los seres humanos suelen cometer errores de pensamiento que él denomina
«distorsiones cognitivas» y que a menudo provocan una percepción carente de realismo de las situaciones.
Los individuos límites pueden experimentar toda la gama de distorsiones cognitivas, pero una en particular,
que Beck llama «pensamiento dicotómico», es muy común en ellos y especialmente problemática. El
pensamiento dicotómico tiende a evaluar las experiencias en términos de categorías mutuamente
excluyentes y a no verlas distribuidas en continuos.
Para poder abordar con eficacia los supuestos planteados anteriormente es necesario que se establezca una
relación terapéutica cooperativa con una comprensión compartida del problema suficiente como para que el
paciente le encuentre «sentido» al cuestionamiento de su pensamiento. La relación entre clínico y paciente
desempeña en la terapia del TLP un papel mucho más importante que lo habitual. Muchos de los problemas
del paciente límite conciernen a las relaciones personales y se despliegan tanto en la relación terapéutica
como fuera de ella. Si bien esto complica mucho la terapia, también le proporciona al clínico la oportunidad
de observar los problemas tal como se producen.
En la relación de trabajo se debe de considerar y conseguir que clínico y paciente acuerden metas
específicas y mantengan centrado el objetivo de su intervención en cada sesión; además este trabajo debe
de ser cooperativo.
Es importante cuidar más que de costumbre la comunicación clara, asertiva y franca para evitar los
equívocos, así como mantener la coherencia entre lo que se dice y las claves no verbales
También es importante manejar las crisis, las llamadas telefónicas de emergencia y el pedido de trato
especial, comunes durante las primeras etapas de la terapia con muchos pacientes límite. El clínico debe
ponderar hasta dónde está dispuesto a llegar en su respuesta al paciente y establecer límites claros y
coherentes. Es útil evitar el contacto físico, la familiaridad o la franqueza del clínico sobre todo al principio
del tratamiento. Cuando se producen respuestas emocionales fuertes es esencial abordarlas de modo rápido
y directo para obtener primero una comprensión clara de lo que el paciente piensa y siente y después
despejar los errores de concepto y juicio en términos francos y explícitos. Es importante que el clínico se
esfuerce por lograr un enfoque tranquilo y metódico a lo largo de toda la terapia para que se resista a la
tendencia de responder a cada nuevo síntoma o crisis como si fuera una emergencia. Por último, el clínico
que trabaje con pacientes límites descubrirá que algunas veces las interacciones con ellos suscitan intensas
reacciones emocionales en él mismo. Es importante que tome conciencia de ellas y las considere en forma
crítica para que no influyan indebidamente en sus respuestas.
Es evidente que ya no se puede trabajar con criterios científicos en pacientes drogodependientes sin tener
en cuenta la comorbilidad que hay entre los trastornos por uso de sustancias y los trastornos de la
personalidad, los cuales tenemos que saber diagnosticar y tratar, pues a pesar de las limitaciones
terapéuticas no pueden dejar de ser tenidos en cuenta.