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All content following this page was uploaded by Jorge Gómez Rendón on 22 December 2014.
j.a.gomezrendon@uva.nl
Resumen
El chapu shimi y el jopará son dos variedades mixtas producto del contacto centenario entre el
castellano y una lengua indígena, el kichwa ecuatoriano y el guaraní paraguayo, respectivamente.
Las dos variedades mixtas, sin embargo, muestran configuraciones diametralmente opuestas
donde los préstamos léxicos y estructurales son característicos de la primera variedad, mientras
las alternancias de código son propias de la segunda, permitiendo clasificar el chapu shimi dentro
del grupo de lenguas mixtas bilingües y el jopará como un sociolecto mixto de amplia variación
y relativamente inestable.
Palabras clave: contacto lingüístico, lenguas mixtas, mestizaje, préstamo léxico, alternancia de
código,
Abstract
Chapu Shimi and Jopara are two mixed varieties from the century-long contact between Spanish
and an Amerindian language, Ecuadorian Kichwa and Paraguayan Guarani, respectively. Each
variety shows its own configuration of language elements, in which lexical borrowing and code
switching play different roles, the former being characteristic of Chapu Shimi and the latter of
Jopara. Accordingly, Chapu Shimi is entitled to be classified as a bilingual mixed language while
Jopara is better viewed as a relatively variable and unstable sociolect.
Keywords: language contact, mixed languages, hybridization, lexical borrowing, code switching
1
Introducción1
El castellano es hablado actualmente por más de 350 millones de personas en América Latina2.
De este número, las tres cuartas partes lo hablan como primera lengua; el resto son hablantes
cuya lengua materna es una de las más de ochocientas lenguas indígenas que se hablan en la
región. El guaraní paraguayo y el kichwa ecuatoriano son dos de ellas. Ambas han
experimentado una fuerte influencia del castellano, lengua con la que se encuentran en situación
diglósica. En el contexto de la lucha por mantener su patrimonio lingüístico, los hablantes del
kichwa ecuatoriano y del guaraní paraguayo han desarrollado estrategias comunicativas que
convergen en la creación de variedades mixtas que se ubican entre los sociolectos indígenas
Las lenguas mixtas son hoy objeto de debate entre lingüistas, planificadores y hablantes. A
diferencia de otras estrategias comunicativas que buscan cerrar la brecha entre las lenguas
indígenas y el castellano, las lenguas mixtas han quedado fuera de una investigación científica
sistemática pese a la creciente evidencia de que la mezcla es uno de los efectos más prolíficos y
creativos del contacto lingüístico. Una ideología imperante que concibe las lenguas indígenas
como representantes directas de la cultura milenaria de sus hablantes ha difundido la idea de que
Desde esta perspectiva, toda influencia externa en una lengua indígena debe ser obliterada de
1
Agradezco a los lectores anónimos por sus comentarios y sugerencias. El contenido vertido en este artículo es de
mi absoluta responsabilidad.
2
Se exceptúan, claro está, el Brasil, Surinam, varias islas del Caribe, la Guyana y la Guyana francesa.
2
Este artículo se ocupa de dos variedades mixtas que se hablan en Ecuador y Paraguay como
jopará3, mote que han dado a su lengua los propios hablantes, son producto del contacto intenso
tipológica del chapu shimi y el jopará?; ¿cómo han incidido los factores tipológicos de las
lenguas participantes en el carácter específico de cada variedad? Como en ambos casos existen
factores no lingüísticos que han impedido o promovido los efectos lingüísticos del contacto, es
El presente estudio se basa en un corpus recopilado entre 2004 y 2006 para ambas variedades.
programa léxico-estadístico. Con el fin de ampliar las estadísticas a partir de datos cualitativos,
se glosaron extractos del corpus y se analizaron los usos que dan los hablantes a los préstamos
3
He preferido utilizar estos glotónimos en lugar de los términos con que aparecen en la escasa literatura
especializada sobre el tema, por razón de ser utilizados por los mismos hablantes. El chapu shimi se conoce desde
mediados de los setenta gracias a los estudios de Muysken (1978; 1985; 1997), quien bautizó esta variedad con el
nombre de Media Lengua. Para el caso del jopará existen pocos estudios rigurosos, destacándose Lustig (2000),
Meliá (1999) y Kallfell (2011). Varios autores se refieren al jopará como guaraní paraguayo (cf. Krivoshein de
Canesse, 1999) para diferenciarlo del que sería un guaraní sin influencia castellana. En ambos casos existen otros
términos con que se conoce a estas variedades mixtas: quechuañol en el caso del chapu shimi, o castení en el caso
del jopará. La imprecisión con que se utilizan éstos y otros términos relacionados no sólo ha acarreado confusiones a
la hora de identificar la verdadera naturaleza de la mezcla sino que nos obliga a pensar si en realidad todos se
refieren a una misma variedad.
4
Este corpus constituye parte de otro más grande que el autor recogiera de distintas variedades del guaraní en
Paraguay y del kichwa en Ecuador (Gómez Rendón, 2008: I, 103-106).
3
castellanos en la lengua matriz así como la estructura de las alternancias de código y su
contribución al perfil de la lengua. Para el análisis de los datos se tuvo en cuenta el modelo de la
lengua matriz5 (Myers-Scotton, 2002), en particular el componente relacionado con los tipos de
dos tipos de lenguas en cualquier situación de contacto lingüístico: las lenguas que sirven de
matriz y contribuyen con el marco morfosintáctico, y las lenguas que proporcionan las palabras
que expresa la estructura argumental del predicado de una cláusula más otras estructuras
adicionales que son necesarias para codificar la estructura discursiva y la lógica de la cláusula”
(Myers-Scotton, 2002: p. 54; mi traducción). Según este modelo, los morfemas de una lengua se
ordenan en dos grandes grupos, cada uno con sus respectivas clasificaciones. Primero tenemos
los morfemas activados a nivel conceptual, que comprenden morfemas de contenido (content
primeros por asignar o recibir roles temáticos. El segundo grupo está conformado por los
contiene a su vez los morfemas estructurales secundarios vinculantes (bridge late system
morphemes). Mientras la función de los primeros está dada por el constituyente frasal en que se
Con respecto al origen de los distintos morfemas en casos de mezcla lingüística, el modelo
predice que los morfemas de contenido pueden venir de la lengua matriz o de la lengua insertada,
5
Al no existir al momento una versión castellana de la obra de Myers-Scotton, los términos que utilizaré en adelante
han sido traducidos expresamente para este artículo.
4
mientras que los morfemas estructurales provienen sólo de la lengua matriz, de allí su nombre. El
tipo y orden de los morfemas en los constituyentes mixtos provienen de la lengua matriz, de tal
manera que si no se conoce esta última, es posible identificarla según los siguientes parámetros:
1) principio del orden de morfemas: el orden de los morfemas en los constituyentes mixtos
mixtos, todos los morfemas de sistema que tienen relaciones gramaticales externas a su
constituyente nuclear provienen de la lengua matriz6. Estos dos parámetros sirven para
determinar cuál es la lengua matriz del chapu shimi y el jopará, como requisito fundamental para
En esta sección discuto algunas de las definiciones de chapu shimi y jopará en la literatura
que tienen los hablantes de ambas lenguas. Me refiero luego a los factores históricos que
esta sección es ensayar una primera caracterización del chapu shimi y el jopará como punto de
1.1. Definiciones
El chapu shimi fue originalmente definido por Muysken como una “forma de quechua con un
quechua” (1979, p. 393). El mismo autor ofrece, algunos años después, una nueva definición,
6
La excepción a este principio son las “islas lingüísticas”, constituyentes externos engastados en la matriz de la
lengua receptora, que no se rigen por su morfosintaxis sino por la de la lengua de donde provienen.
7
Para una discusión pormenorizada del modelo con ejemplos de distintos casos de lenguas en contacto, refiero al
lector a los primeros tres capítulos de Contact Linguistics (Myers-Scotton, 2002).
5
según la cual “podemos afirmar que la ML [JGR: media lengua o chapu shimi] es una jerga
especial del kichwa, una jerga que ha surgido en circunstancias culturales muy específicas”
(1985, p. 419). El rasgo básico que define el chapu shimi se halla en los distintos orígenes del
gramática es casi completamente kichwa. Nótese que no existe una separación perfecta entre
léxico y gramática, pues no es posible asignar estrictamente un componente a una u otra lengua.
variedades de chapu shimi con diferentes grados de relexificación, los mismos que pueden ir de
75% en el caso de la media lengua de Imbabura (Gómez-Rendón 2005; 2008) hasta 95% en el
caso del catalangu (Muysken, 1985). Esta relexificación gradual y la existencia de dialectos
kichwas con un grado de préstamos castellanos por sobre 40% han llevado a muchos
investigadores a negar la existencia de variedades mixtas, las cuales no serían más que un caso
retomaremos al hablar del continuo socio-dialectal entre el castellano, por un lado, y el kichwa y
el guaraní, por otro. En otro lugar ofrecimos una definición del chapu shimi o media lengua que
“La media lengua es una variedad de kichwa que se ha formado por contacto
prolongado e intenso entre el kichwa y el castellano en la Sierra ecuatoriana a
través de una relexificación masiva del vocabulario quechua (entre el 75% y el
95% según la variedad), con una conservación general de las estructuras
morfosintácticas (inflexionales y derivacionales) de esta misma lengua, y que
la hablan individuos con distintos niveles de bilingüismo quechua-castellano”
(Gómez-Rendón, 2006, p. 22).
En cuanto al jopará, recojo aquí tres definiciones a modo de ejemplo: a) “la estructura de este
llamado jopará está determinada por el guaraní, aunque su vocabulario proviene en gran medida
del castellano” (Lustig, 2000); b) “se suele llamar jopara al guaraní paraguayo que tiene mucha
6
interferencia del castellano” (Krivoshein de Canesse, 1999); y c) “[se llama jopará al] préstamo
lexicológico no integrado a la estructura fonológica y/o morfosintáctica del guaraní que puede
ser utilizado para reemplazar en el texto una palabra existente y funcional en el guaraní [o] para
Salvo la última definición, que ofrece criterios precisos, las dos primeras hacen una vaga
mención a la mezcla de léxico y gramática en los mismos términos que las definiciones del
chapu shimi. Nótese incluso que para Krivoshein de Canesse el jopará sería simplemente una
interferencia y, por lo tanto, estaría al mismo nivel que cualquier otro resultado del aprendizaje
de una segunda lengua. Las tres definiciones otorgan distintos estatus al jopará: mientras Lustig
y Krivoshein de Canesse se refieren a una variedad que puede caracterizarse como un sociolecto
o incluso un idiolecto, la definición del MEC hace referencia al préstamo castellano no integrado
préstamo castellano, sin embargo, se puede afirmar que el jopará sería el resultado de introducir
ningún tipo de asimilación o adaptación, de suerte que siempre es posible diferenciar entre las
lenguas participantes a cualquier nivel del discurso. Desde este punto de vista, el jopará no sería
una lengua mixta que conjuga léxico y gramática de dos lenguas diferentes sino una mezcla de
códigos (code mixing) de ambas lenguas. Se diría entonces que, mientras el chapu shimi ha
jopará no lo ha hecho, con el resultado de que la mezcla de ambas lenguas es sólo aparente en
este caso.
7
¿Podemos realmente trazar una distinción entre el material castellano tal como ocurre en chapu
shimi, y el material castellano tal como ocurre en jopará? ¿Podemos distinguir claramente entre
La diferencia entre préstamo y cambio de código se ha debatido en los círculos lingüísticos desde
que fue planteada por Poplack y sus colegas (1988) a propósito del contacto entre el francés y el
inglés en Canadá. La misma autora propuso más tarde un método que al parecer resolvería el
dilema. Según Poplack (1998), todo cambio de código a nivel léxico debe ser considerado
la matriz de dicha lengua. Los resultados de nuestro análisis confirman la sugerencia de Poplack.
Aunque la conquista del territorio de las actuales repúblicas de Ecuador y Paraguay se produjo
casi paralelamente8, los procesos de colonización que se iniciaron una vez consolidados los
En el caso del Paraguay, una población nativa dispersa a lo largo y ancho de un extenso territorio
no representaba una fuerza de trabajo importante para los conquistadores, como sí lo fue el
contingente humano que vivía en los Andes del actual Ecuador. Esta situación tuvo como
territorio paraguayo, siendo superados en número por la población indígena en los primeros años
de colonización en proporción de veinte a uno. Aun cuando el número de españoles fue mucho
8
Así, por ejemplo, mientras la fundación de Nuestra Señora de la Asunción tuvo lugar el 15 de Agosto de 1536, el
dominio español en los Andes septentrionales se inició oficialmente con la fundación de Quito, capital
administrativa de la Real Audiencia del mismo nombre, el 6 de diciembre de 1536.
8
mayor en los Andes ecuatorianos, la composición demográfica conservó un marcado
desequilibrio debido a la abrumadora presencia indígena en la región, aun después de haber sido
diezmados en los primeros decenios de la conquista por guerras, etnocidios y epidemias. A causa
ecuatorianos. Frenos para la consumación del mestizaje en el territorio del actual Ecuador fueron
interétnico como una forma de entablar alianzas estratégicas para el mejor control de la
dinámica del mestizaje resultan obvias en ambos casos: del lado paraguayo, un gran número de
niños mestizos amamantados por madres indígenas monolingües con la intervención de padres
Como sugieren los contextos sociohistóricos, el mestizaje lingüístico paraguayo debió anteceder
al mestizaje ecuatoriano, pero también debió ser mucho más generalizado. Prueba de ello es que
los primeros registros de mezcla lingüística producto del contacto del castellano con el kichwa
datan de la segunda mitad del siglo veinte, mientras que los primeros registros que hacen
referencia al jopará se remontan al siglo dieciocho (Lustig, 2000). Por otro lado, mientras el
áreas rurales y la consiguiente hispanización, el fenómeno del jopará está relacionado sólo
componente rural. Existe además una notable diferencia en cuanto a los parámetros de diglosia y
9
bilingüismo en los casos ecuatoriano y paraguayo: mientras en la Sierra del Ecuador predomina
una situación de diglosia sin bilingüismo, en el Paraguay existe un elevado nivel de bilingüismo,
castellano a la manera diglósica. Añádase el hecho de que el Ecuador tiene como única lengua
oficial el castellano, mientras el Paraguay se jacta de ser el único país propiamente bilingüe en
castellano es casi la única lengua hablada en las ciudades. Al contrario, en las áreas urbanas
paraguayas el castellano convive con el jopará. Un último factor a tener en cuenta es que la
chapu shimi no se enseña en las aulas y muchos lo consideran nocivo para el aprendizaje, como
puede inferirse de la siguiente cita: “yo pienso que es muy importante saber hablar las dos
lenguas, pero debemos dominar muy bien tanto el kichwa como el castellano por separado,
porque la media lengua es muy negativa para nosotros” (Büttner, 1993, p. 290). También en la
sociedad paraguaya existe un rechazo a la enseñanza del jopará. Considere el lector la siguiente
opinión sobre la enseñanza y el uso del jopará: “que se defina bien para que no se nos mezcle,
porque se nos mezcla, se arma un lío y no es ni guaraní, ni castellano. Hablamos guaraní yopará
y castellano yopará” (Thun et al, 2002: 76). Aun así, las instancias oficiales de planificación
lingüística han dado preferencia en los últimos años a la enseñanza de un guaraní más cercano a
los usos cotidianos. Para algunos el jopará se ha convertido incluso en la tercera lengua del
Paraguay, aquella que tiende un puente entre el castellano y el guaraní: “gracias al jopará, el
guaraní no es muerto al que hay que resucitar, en cierta medida, el jopará atestigua la vitalidad de
una lengua que se adapta y asume el mundo moderno” (Meliá, 1992, p. 185). Opinión semejante
10
se deja escuchar de algunos hablantes del chapu shimi en Imbabura: “más que sea eso siquiera
tenemos, así hablar mezclando, peor fuera que nos hayamos olvidado todo el kichwa, para mí no
continuación un acercamiento sistemático para definir con exactitud el estatus lingüístico de las
variedades mixtas.
Aunque la variedad de chapu shimi más conocida en la literatura es la registrada por Muysken en
Sierra ecuatoriana como Loja, Cañar (Muysken, 1985), Bolívar, Tungurahua (Büttner, 1993) e
Imbabura (Gómez-Rendón, 2005). En este artículo nos ocupamos del chapu shimi hablado en
Como en otras provincias, los hablantes del chapu shimi imbabureño hablan también el
castellano rural andino y el kichwa. Los hablantes del chapu shimi en Imbabura se concentran en
tres comunidades ubicadas en la cuenca del Lago San Pablo, con una población estimada de
2500 personas distribuidas en 450 unidades domésticas. Las comunidades mantienen un contacto
centros urbanos regionales (San Pablo, Otavalo, Cayambe y Quito) pero sobre todo a las
las familias ha desembocado en la proliferación de minifundios que apenas alcanzan a cubrir las
necesidades familiares, razón por la cual la gente ha preferido emigrar temporalmente a las
11
ciudades en busca de trabajo en el servicio doméstico, la construcción y varias actividades
manuales no calificadas. Aunque la migración laboral ha sido común en la zona desde mediados
del siglo XX, el número de individuos que migran a las ciudades en busca de trabajo ha
aumentado sustancialmente en los últimos años, no sólo entre los hombres sino también entre las
A diferencia del chapu shimi, el fenómeno del jopará no se localiza en regiones o lugares
al, 2002) la mezcla de lenguas conocida como jopará no se limita a las ciudades, aunque tiene en
ellas su principal esfera de influencia. Tampoco está asociado el jopará con una clase
socioeconómica específica como a menudo se cree, siendo hablado por distintas capas sociales
con el suficiente conocimiento de ambas lenguas para producir una mezcla comunicativamente
exitosa. Existe sí una relación entre el grado de educación del hablante y el grado de mezcla,
siendo los hablantes con menor nivel educativo aquellos que utilizan más a menudo el jopará.
Con estos antecedentes, resulta difícil determinar en primera instancia un número exacto de
hablantes del jopará. Si asumimos una equivalencia exacta entre jopará y guaraní paraguayo o
guaraní coloquial, entonces el número de hablantes del jopará es el mismo número de hablantes
del guaraní paraguayo. Éste alcanza, según el censo de 2002, los cuatro millones de personas. No
obstante, consideramos que asumir una equivalencia tal implica desconocer la variedad
peculiar de la mezcla.
12
Perfil tipológico de las lenguas en contacto
Tres son las lenguas que han entrado en contacto para producir, en distintas situaciones, las dos
variedades mixtas que son objeto de este artículo. De un lado está el castellano como lengua
donante de préstamos léxicos. De otro lado están la variante dialectal del kichwa de Imbabura,
que provee la matriz morfosintáctica donde se insertan los préstamos castellanos para formar el
chapu shimi; y el guaraní paraguayo, que sirve de matriz para el jopará. En ambos casos se
asume que la lengua donante (castellano) contribuye con el léxico, en tanto que el kichwa y el
guaraní contribuyen con la gramática. Este supuesto, sin embargo, no siempre es válido, como
El castellano
El castellano es una lengua romance hablada prácticamente en toda América Latina, con
excepción de Brasil y Surinam. Como señalamos en la introducción, sus hablantes se cuentan por
encima de los 350 millones de personas. La variedad dialectal del castellano latinoamericano es
sustrato de lenguas indígenas con las que ha convivido en determinadas regiones. Para el caso de
Ecuador y Paraguay existen dos variedades regionales diferentes. Por un lado está el castellano
andino ecuatoriano (Haboud, 1998: 199), que se habla en toda la Sierra del Ecuador y se
distingue del castellano costeño. El castellano andino ecuatoriano se distingue por un marcado
consonantismo así como por la influencia del kichwa en el léxico y la gramática, sobre todo en
las categorías de tiempo, modo y aspecto (Haboud, 1998). Otro es el castellano paraguayo,
13
amerindio en ambas variedades, no se han producido desplazamientos tipológicos ni en Ecuador
ni en Paraguay. El castellano de ambos países sigue siendo una lengua fusionante y analítica,
preposiciones y conjunciones, pero también una lengua que prefiere los sujetos silentes (pro-
las principales partes de la oración, el castellano tanto ecuatoriano como paraguayo sigue
cierta indeterminación en las dos últimas clases por la existencia de un conjunto cerrado de
modificadores que pueden utilizarse como adjetivos y adverbios sin derivación previa.
El kichwa ecuatoriano
El kichwa ecuatoriano pertenece a la rama del Quechua IIB (Torero, 1964) y se habla en la Sierra
del Ecuador así como en algunas provincias de la cuenca amazónica. El kichwa que se habla en
Imbabura es uno de nueve subdialectos que conforman el kichwa ecuatoriano. En lo fonético éste
se distingue de otros dialectos por la glotalización y la aspiración de las oclusivas, cuyo origen se
ecuatoriano se caracteriza por haber perdido un buen número de sufijos de inflexión y derivación
que conservan las variedades peruanas y bolivianas. En el kichwa ecuatoriano (y por extensión
referencialidad verbal. Todos estos rasgos hacen del kichwa ecuatoriano una variedad muy
9
Dos estudios pormenorizados del quechua en general son Cerrón-Palomino (1986) y Adelaar (2004).
14
No obstante estas peculiaridades, el kichwa ecuatoriano mantiene los mismos rasgos tipológicos
que otras lenguas quechuas: aglutinación de afijos (exclusivamente sufijos) en torno a una a una
raíz; orden de palabras fijo del tipo SOV; estructura silábica del tipo CV(C); uso de
un número limitado de marcadores del discurso que funcionan también como conjunciones;
de artículos para expresar el carácter definido del referente; y por fin, la existencia de dos
grandes partes de la oración, verbos y no verbos, categoría esta última que abarca lexemas que
pueden hacer las veces de sustantivos, adjetivos y adverbios sin derivación alguna. A pesar del
contacto con el castellano todos estos rasgos morfológicos se han conservado en el kichwa
ecuatoriano, aunque existen indicios de cambios tipológicos incipientes (Gómez Rendón, 2007).
El guaraní
Se conoce como guaraní a un conjunto de lenguas del tronco tupí-guaraní que se hablan en
Paraguay y parte de Bolivia. La variedad conocida como guaraní paraguayo es la más hablada y
la que más influencia ha recibido del castellano. La diferencia entre el guaraní paraguayo y otras
lenguas guaraníes puede llegar a ser tan grande que la inteligibilidad mutua es mínima. Los
claramente de otras lenguas guaraníes contemporáneas (Tavytera, Mby’a, entre otras). Aunque
ecuatoriano, se puede hablar de variaciones regionales, como aquellas entre los departamentos de
Amambay y Canindeyú (limítrofes con Brasil) y los de Itapúa y Misiones y (limítrofes con
Argentina).
15
El guaraní paraguayo es una lengua aglutinante, y algunos autores lo caracterizan como
polisintética (Trinidad Sanabria, 1998). Éste rasgo, sin embargo, no es característico del guaraní
actual, debido a los profundos cambios sufridos a raíz del contacto. Por el contrario, pese al
contacto el guaraní paraguayo continúa siendo una lengua activa-estativa o lengua intransitiva
escindida (split intransitive system) porque el sujeto de un verbo intransitivo (Suj) se marca de
igual forma que el sujeto (Age) o el objeto (Obj) de un verbo transitivo (Velásquez-Castillo,
3. che-hu’u 4. che-recha
1Suj-toser 1Suj-
yo toso me ve
En primer lugar, en (1) el verbo intransitivo y en (2) el verbo transitivo tienen marcación de
sujeto y agente, respectivamente, a través del prefijo verbal /a-/. En segundo lugar, en (3) y (4)
podemos ver que /che-/ marca tanto el sujeto del verbo intransitivo como el objeto del verbo
transitivo. La alineación del sistema guaraní difiere, por lo tanto, de aquella del castellano, una
lengua acusativa, donde el sujeto intransitivo y objeto transitivo se marcan de diferente manera,
marcada (Gregores & Suárez, 1967: 182). A nivel de la frase nominal, el orden puede ser núcleo-
artículos. La lengua actual utiliza a menudo el artículo definido castellano la (Gregores &
16
Suárez, 1967:144), si bien menos como artículo que como deíctico. Otros rasgos tipológicos del
guaraní son la posibilidad de que el sujeto quede tácito (pro-drop) y el uso de posposiciones para
vincular los constituyentes a nivel interfrasal e intrafrasal. Al igual que el kichwa, el guaraní se
caracteriza por tener un sistema de partes de la oración flexible (Hengeveld et al, 2004) que
distingue solamente verbos y no-verbos, pudiendo servir estos últimos como sustantivos,
adjetivos y adverbios modales sin ningún tipo de derivación, con la particularidad adicional de
que prácticamente cualquier parte de la oración en guaraní puede ser utilizada de modo
predicativo (Bakker et al, 2008). Todos estos rasgos tipológicos se han conservado en el guaraní
coloquial contemporáneo, aunque la influencia del castellano es copiosa en todos los niveles de
la lengua. Una caracterización prolija de las influencias debidas al contacto con el castellano la
En esta sección proponemos una primera caracterización tipológica de las dos variedades mixtas
en estudio. Para ello utilizamos tres textos extraídos del corpus de cada lengua, los cuales que
Al definir el chapu shimi dimos por supuesto que la lengua matriz era el kichwa de Imbabura
porque proveía la matriz morfosintáctica. Un análisis de los textos extraídos del corpus nos
17
permitirá comprobarlo. En los textos siguientes los préstamos castellanos aparecen en cursiva y
las alternancias de código entre corchetes. Para fines de análisis asumimos que todo morfema
Texto 1
Aí plazapi bailangapa dintrac carca, barrirashca dintropi. Aipima toroca
carca, abaju Pusacupi, aipi asi gushtota jugarina, aipimi cada esquinapimi
bailajuna, cada esquinapimi bailana, aipi bailashpaca salimuna ña,
dinochecunapi ña, tudabía aí salimushpapish, ropa carca, finadu compari
Rafil Quindipa rupa, algunos chicha maltaca aipimi guardariana, diaica aima
venishpa, aipi gashtashpa, dinochecuna venic carianchi, [casi las once de la
noche]CS1 casamanca llegamuc carianchi, diaimantaca sabadotaca, ai
virnistaca chimba fista carca, sabadotaca ña buelta Pijal fistandi, aimanta
carguyundi, ambos lado sabadotaca fista carca. Desde primero leña
mingaimanta pacha. Leña mingaimanta pacha bodac carian, leña
mingaipish,…chuta hijo, tonel yayacunaca pai [cuarto lleno]CS2 chichaca cac
carca, huañuc Quinde, [difunto Miguel Quinde]CS3 pacmanta traimushcarca
así maimai, así bumba entero tonel yayata, esipica chichaca rebosashca hijo,
tragoimapash tonelcunapica cuatro pomaima asi llenashca, ollita
pailacunapima, grande pailacunapima, tragota enquipipash no cogic
podishpaga llenachishca, ña no podishpaca nosotrosca, dus, tris butilla
cogishpa chicha tonelpi, botac carcanchi, esihuanca [a mate]CS4 [al suelo]CS5
gente pubrica, así andac carcanchic. (SF, Imbabura, 2000)
Texto 2
Aica guagracunataca ablachishpa: cancunaca imata rurashpata caipi
purinajunguichi, dizishpaca; jazinda casa asomaricpi, aíman andashcalla
dizin. Jazindaman caminajucpica tauca conserta lichita urdiñac guarmicuna
encontrashca dizin; jari jari, gushto, quirinayai guarmicuna cashca dizin;
imanallata cangui tio dizishpaca ¡ajailla! reishca dizin; ilca pingai pingailla
pasashpa andashca. Ña pasajushpaca imashchari ilca piescunata reparashca,
bueno vicpica, guarmi tiocunapac piesca, talonca adelantimancuna cashca
dizin, aica masmi espantarishca dizin; aica guarmicunaca: [vaya no más
donde el patrón]CS1 dizishpa lejoyashca. Otro díaca guarmica madrugadutami
recordachishca, cerroman andai guagraguta buscamugri dizishca. Ahica
maridoca madrugashpa cerroman salirishca azialguta cargashpa dos poncho
jaguapi. Ima cucabigutapash no levashcachu, asigullami andashca elpa
yuntata buscangapa. Monte magñacunata, monte dentrocunata ashtacami
buscashca dizin, no asomaricpimi rucu pungo dizishca quebrada dentrota
andajushca arribaman; yapash asipica huaico dentro japica uno puerta
18
abreriashcallami dizin, sueltota bueno vicpica, ganadocunapa pizashcaca,
ambospac pierna pizadocuna dentrariashcalla canga. Ahica espantarishpa
elpash seguishpa dentrashcalla; yapash otro haciendapi cariscalla dizin. Ya
bastantito caminajucpica uno mayordomo encontrashca, ahimi preguntashca:
[hola guambrito qué andas buscando]CS2 dizishca; ahica elca respondishca:
[estoy buscando mi yunta de bueyes blancos]CS3 dizishca; ahimi vuelta
mayordomoca amostrashca [por abajo]CS4 potrerocunata buscagrilla dizishpa.
Diaica guagra dueño tioca potreron potreron buscashpa andajushca, [no se
como]CS5 chari jaicata bueno vicpica, uno grande potreropi, ashtaca bueno
hierba dentropica, ambos guagracunaca vacacunata seguishpa
andanajushcalla dizin. (MN, Imbabura, 2000)
Texto 3
…sentajun, [kilowatio hora]CS1 dizeshca [número o no, consumo de mes]CS2
sentajun yarin, [en esquinita de la factura]CS3 ese esquinapi numerota
apuntashpa, jilapi apuntashpa [así para abajo] CS4 man [así para abajo]CS5 man,
cada hojahuan, tres mes o cuatro mesta puntalla cogishpa, jilapi apuntashpa
así, terrenopi cashpaca así, papelpica así sentajun, así, aquipi [mes de
consumo]CS6, aquipi valor, entonce este numerata, estemi [consumo de mes,
cada mes]CS7 consumishcata cobrajun, [ya este mes]CS8 mantami, [este mes]CS9
numerotami papelpi apuntana canguichi, [por ejemplo mes de noviembre
cuánto, mes de diciembre cuanto, enero cuanto, febrero cuanto]CS10 diaimanta
comparana canguichi cuatro numerota, si jalajushca cashpa puntalla
mescunaca menos canga, poquitolla canga, [ya vuelta]CS11, este numerocunaca
[los últimos]CS12 alto canga. Sí, así controlarinllamari. [Por eso]CS13 así
yapalla pagarishcaca vuelta cobrangapaca bajan. Yotapash así cobrarcamari,
porquetacchari [así hacen]CS14, yoca nunca na pagashcanica [más de treinta y
ocho mil, cuarenta mil así]CS15; octubripica ashtuancarin rebajarincami
yacpica, [ciento sesenta y cinco milta]CS16 sacarca. Puchica [ese rato]CS17 yoca
bullayarcani, [que paso pes porqué, yo no pago] CS18 dizircanilla ashta, ahí
mandamurca refacturachun, vuelta copiata traimuchun, vuelta numerota
medidormanta copiashpa, traimuchun dizishpa mandamurca, esehuan, yoca
tablata haceshpa andarcani, [así no más yo pagaba, nunca he consumido
más]CS19. Perrota manchashpa, ilcunaca mazuminos ña listata tininma, [otro
mes cuanto, este mes más o menos, hacen cálculo]CS20, puriso casa
canchakunapi medidortaca tinina, lejulla, [o aveceska]CS21, perrota
manchashpacha, [no llegan]CS22 yangalla vishpalla pasashpa andan, así amita
azirca. [Y despuésca me quieren cobrar ciento sesenta y cinco mil, le dije no
señor, yo no pago, vayan a arreglar primero]CS23, diaica rebajachircanima,
[cuarenta y cinco mil no más]CS24 pagarcani”. Corregichircanima. [Mal
apuntado]CS25 [o sea]CS26 estecuna venin, estecunamari malta apuntan. [Ya por
eso]CS27 imacashpaca computadoracunahuan problemata teneshpami, je,
mashti, oficinacunaman medidorca otromi can auraca, nachu
vishcanguichi…empresapica dos medidormi can, dos mari, [o sea que uno
solo para oficina]CS28 esemantama [andan a computadora, luces]CS29 delicado
19
cosascunapa; vuelta soldangapaca Canquito otro medidorta ponirca, eseca
más grandemi can. (JMC Imbabura, 2000)
K1 K2 K3 T
Número total de palabras 157 208 313 678
Préstamos: número 101 143 135 379
Préstamos: porcentaje del texto 64 69 43 59
Adjetivos 11 11 13 35
Verbos 23 61 44 128
Sustantivos 38 39 38 115
Adverbios 18 24 20 62
Preposiciones 1 1 1 3
Pronombres 3 7 12 22
Interjecciones 2 0 0 2
Conjunciones 0 0 2 2
Compuestos 5 0 5 10
Alternancias: número 6 5 29 40
Alternancias: palabras 18 23 145 186
Alternancias: porcentaje del texto 11 11 46 23
Alternancias: discurso directo 0 3 2 5
Alternancias interfrasales 2 1 21 24
Alternancias intrafrasales 4 4 8 16
Razón alternancia-préstamo 0.18 0.16 0.93 0.42
El porcentaje promedio de préstamos castellanos en los tres textos equivale a 59% del total, que
castellano. Según las categorías léxicas, los préstamos más importantes son los verbos y los
sustantivos, seguidos de los adverbios y los adjetivos. Entre las palabras de función resaltan los
castellanas) que constituyen unidades que entran en la lengua matriz sin previo análisis: por
20
La presencia de alternancias de código y su influencia en la estructura del chapu shimi no deja de
razón de alternancias y préstamos, que varía según el texto entre 0.18 y 0.93. Los textos
muestran en general que el reemplazo masivo de raíces kichwas con lexemas castellanos no
excluye la presencia de alternancias de código. Es posible incluso que las alternancias estén
motivadas pragmáticamente y haya registros de chapu shimi que recurran con mayor frecuencia
a ellas para matizar o contrastar contenidos según la perspectiva del hablante. Esta estrategia
podría explicar las diferencias porcentuales de las alternancias en los tres textos: mientras en los
dos primeros apenas llegan a 11%, en el último texto su número se cuadruplica (46%). En el
último texto es posible que el porcentaje se haya inflado por la presencia de alternancias en
discurso directo (direct reported speech), cuyo tamaño equivale a 25% del total. El origen de
este tipo de alternancias difiere de otras por su motivación discursiva y por la marca del
reportativo dizi- en sus diferentes formas. Con respecto al tipo de alternancias en los textos del
chapu shimi, las interfrasales son 50% más que las intrafrasales, incluyendo las primeras todas
Imbabura sugiere la existencia de dos variedades de chapu shimi, una con abundantes
castellanos en ambos casos está en relación inversamente proporcional, de modo que a mayor
En lo que respecta a los morfemas estructurales, la mayoría provienen del kichwa de Imbabura,
aunque existe un número pequeño de origen castellano. La excepción son tres morfemas
10
Los adverbiales diai (de ahí) y ai (ahí), y el conjuntivo puriso (por eso).
21
función deíctico-pronominal, y dos morfemas estructurales primarios de grado diminutivo y
Con respecto al orden de los elementos en la oración, se observa el canon sintáctico del kichwa
(SOV) en oraciones principales y subordinadas. Aunque los textos no reflejan una variedad
sintáctica, existen casos aislados del tipo SVO según el modelo castellano. Es posible que SVO y
SOV estén asociados con el tipo de registro, siendo el primero más hispanizante que el segundo.
Con respecto al orden de los elementos, el análisis muestra su origen kichwa como en los
ejemplos siguientes:
En chapu shimi, al igual que en kichwa, el modificador de la frase nominal antecede siempre al
núcleo: por ejemplo, el préstamo casa califica al lexema kichwa canchacuna en (5) y es
calificado a su vez por el castellano jazinda en (7). Nótese que ‘casa’ en castellano es un
11
Los pronominales yu (yo), il (el) y ami (a mí).
12
El diminutivo -ito y el aumentativo -azo.
22
sustantivo mientras que en chapu shimi puede funcionar como adjetivo (7). Esto demuestra que
el chapu shimi conserva el mismo sistema de partes de la oración que el kichwa de Imbabura: no
distingue entre sustantivos, adjetivos y adverbios, agrupando las tres clases en una sola (Gómez
Rendón, 2006). Asimismo, el chapu shimi sigue el mismo patrón que el kichwa en la formación
de posesivos personales: sufija el morfema –pac al posesor y prepone éste a lo poseído (6). El
orden de los morfemas de inflexión y derivación a nivel de la palabra también es típico del
kichwa. Los morfemas de caso (5, 6, 8) y los morfemas de inflexión nominal (8) se sufijan a la
raíz nominal; el infijo verbal reflexivo -ri- antecede a los morfemas inflexionales de tiempo,
aspecto y persona (en ese orden) y a los sufijos frasales igual que en kichwa (7).
Por último, el chapu shimi conserva uno de los rasgos más característicos de la estructura
morfosintáctica del kichwa, como lo demuestra el ejemplo (8): el uso de la nominalización para
nominal está precedido por la frase nominalizada lichita urdiñac ‘que ordeñan leche’. No deja de
ser interesante que el chapu shimi conserve la estrategia de nominalización, si se toma en cuenta
Según el análisis que acabamos de presentar, podemos concluir que la lengua matriz del chapu
sino el kichwa, del cual conserva: 1) los morfemas estructurales primarios y secundarios; 2) el
orden de los elementos a nivel de la oración: SOV; 3) el orden de los elementos en la frase; 4) el
23
La lengua matriz del jopará y sus rasgos tipológicos
El jopará es definido a menudo como un guaraní mezclado con castellano. Para algunos el
guaraní paraguayo es un jopará y no un guaraní propiamente dicho. Para otros el jopará es una
tercera lengua, distinta del guaraní y del castellano (Meliá, 1999). No existe hasta la fecha
consenso sobre el tipo de mezcla que caracteriza al jopará. Las posibilidades combinatorias de
GRAMATICA
G C
L
E G G JC
X
I
C C JG C
O
En primer lugar, si una combinación de léxico y gramática de dos variedades dialectales tiene
como resultado una tercera tipológicamente similar a cualquiera de las dos variedades originales,
entonces quedan excluidas como mezclas interlingüísticas aquellas entre léxico y gramática de
una misma lengua (G y C). En segundo lugar, habría dos tipos de jopará según la lengua matriz
de que se trata: un jopará castellano (JC) y un jopará guaraní (JG), ambos con un gran número de
préstamos léxicos del guaraní y el castellano respectivamente. El primer tipo de mezcla (JC) no
ha sido registrado hasta la fecha en la literatura especializada, aunque no podemos descartar esta
jopará castellano. Al contrario, reconoce que la matriz morfosintáctica de una lengua mixta
24
puede cambiar de la lengua receptora a la lengua donante en el proceso de contacto (matrix
language turnover). Sin embargo, al momento no existe evidencia empírica que confirme esta
hipótesis. ¿Qué forma podría tener un jopará castellano? No lo sabemos a ciencia cierta pero es
posible que el lenguaje que registra la polémica novela Ramona Quebranto (Ayala de
Michelagnoli, 1989) sea un jopará castellano en ciernes13. El segundo tipo de mezcla (JG) se
refiere a un jopará con léxico castellano y gramática guaraní. Hasta ahora hemos asumido que el
jopará hablado mayoritariamente en Paraguay es de este tipo. Para demostrarlo analizaremos tres
textos extraídos del corpus a fin de conocer la proporción de préstamos y alternancias y saber
Texto 1
Texto 2
25
gueryry, ha entonces aju [como secretario general de la delegación de
gobierno]CS8 upéramo, ko’agã, ko’agã oje’e chupe gobernación, pero ymave
oje’e chupe [delegación de gobierno]CS9 ha ndo elegiri la pueblo sino oelegi
chupe dedocracia, presidente he’i pea [ministro del interior]CS10, peata la
[delegado de gobierno]CS11 {…} He, ha upea la ha’eva ndeve che ko upeare
añorairo la sino la pero igusto voi aingo py la peicha pe aretemi jave hamba’e
egueruka la embotelladomi ha rejoso chupe osemba rei la igusto voi la [papi
servime un poquito mas]CS12 ha umia rejoso jey chupe [un traguito]CS13 reho
oveve la castellanope nde barbaro aninte upeicha hagui nde sogue ko’eti che
compañero upepe ja adiomante castellano, y si la apurope ja asyma py la nde
guaimi rova tavy umia ekiriripy cheve ani apyvoi nde rovare mba’e, umia
castellanope. (CM, Paraguay 2005)
Texto 3
26
[bienvenido otras lenguas]CS29 pero ani ja jukati ñane mba’e ani ja jukati (EO
Asunción 2004)
El siguiente cuadro muestra los resultados con respecto a los préstamos léxicos y las alternancias
G1 G2 G3 T
Número de palabras (texto) 140 202 333 675
Préstamos: casos 25 45 56 126
Préstamos: porcentaje del texto 18 22 17 19
Adjetivos 2 3 7 12
Verbos 5 4 20 29
Sustantivos 10 17 19 46
Adverbios 2 2 1 5
Preposiciones 0 0 0 0
Pronombres 0 0 0 0
Interjecciones 0 0 0 0
Conjunciones 1 6 6 13
Compuestos 1 0 0 1
Artículos 4 13 3 20
Alternancias: casos 11 13 28 52
Alternancias: palabras 39 45 131 170
Alternancias: porcentaje del texto 28 22 40 30
Alternancias interfrasales 2 5 13 20
Alternancias intrafrasales 9 8 16 33
Razón alternancias-préstamos 0.64 1.00 2.34 1.37
Llama la atención en los textos el elevado número de alternancias de código, que en promedio
abarcan 30% del texto, con predominio de alternancias intrafrasales (un tercio de todos los
casos). La contribución de los préstamos castellanos es menor (19%) en términos absolutos (con
respecto al texto jopará) pero también relativos (con respecto a los textos kichwas). Por
por préstamo léxico, número que supera las dos alternancias por préstamo en el tercer texto. En
27
seguidos de verbos, adjetivos y adverbios, en ese orden. Entre las palabras de función destacan
los artículos14 y las conjunciones. No se encontró ningún pronombre, categoría bien representada
en los textos del chapu shimi. Salvo una excepción (aveces), los préstamos compuestos
estuvieron ausentes en los textos15. Las frases nominales formadas por sustantivos seguidos de
A continuación analizamos ejemplos extraídos de los textos para conocer la lengua de origen de
los morfemas estructurales y aquella que determina el orden de los elementos a nivel de la
oración y la frase y el orden de los morfemas de inflexión y derivación. Considere el lector los
siguientes ejemplos:
14
Para un análisis del artículo castellano en el guaraní paraguayo, véase Gómez Rendón (2007).
15
En el caso de expresiones idiomáticas convencionales o construcciones perifrásticas usuales, asumimos que todas
se prestan como unidades indivisibles no analizadas (Backus, 1999). El mismo análisis puede aplicarse a
alternancias con rasgos de congelamiento y convencionalidad, pero no seguimos este criterio.
28
“Cuantas más lenguas hablemos dicen que es mejor, que nuestro bagaje cultural es más
grande, cuantas más lenguas hablemos, es mejor para nosotros”
“Para un bilingüe es más fácil aprender muchas más lenguas, por eso digo ‘bienvenidas
otras lenguas’, pero no matemos la nuestra”
Como se observa en los ejemplos anteriores, gran parte de los morfemas de sistema pertenece al
guaraní. Las excepciones son el artículo castellano la, morfema estructural primario; las
Morfemas estructurales del guaraní son, entre otros, el adjetivo posesivo y pronombre de primera
persona plural ñande (primarios); el comparativo –ve y el enfátivo –ngo (secundarios internos);
castellanas al violar la regla de concordancia de número y persona: por ejemplo, cuanto más
lenguas, en lugar de cuantas más lenguas, en (11); o bien, bienvenido otras lenguas, en lugar de
Dado que el guaraní y el castellano son lenguas con un orden de palabras flexible – aunque
ambas prefieren el orden SVO – es difícil saber qué lengua rige la sintaxis a nivel de la oración.
Más allá del orden de los constituyentes principales, se observan calcos sintácticos que pueden
origen castellano que requieren un orden típico de esta lengua. Consideremos el ejemplo (12). En
29
éste encontramos un orden de elementos poco frecuente en guaraní, donde el objeto indirecto
antecede al verbo y el sujeto está al final de la oración (OVS). Si comparamos esta construcción
con su traducción castellana, vemos que es fiel copia de ésta, tanto así que a cada constituyente
encuentra en el ejemplo (6), donde la construcción ofalta chéve peteĩ materia es calco de la
expresión castellana ‘me faltó una materia’. Añadase en este caso que la causalidad no está
expresada por el morfema guaraní –rehe sino por la conjunción castellana porque, que precede la
oración subordinada. Este breve análisis – que no podemos ampliar por razones de espacio pero
que ha sido abordado en otro lugar (Gómez Rendón, 2007) – nos sugiere que el orden de
elementos a nivel de la oración proviene del castellano, más aun cuando el guaraní es una lengua
canon del guaraní. A modo de ejemplo consideremos la frase la ñande guaraní.16 En este caso el
determinante deíctico precede al adjetivo posesivo y éste al núcleo nominal. El orden difiere del
castellano, donde el artículo queda excluido cuando un adjetivo posesivo antecede al núcleo
nominal. El artículo castellano también puede aparecer antes de un núcleo nominal, como en la
frase la universidadpe ‘a la universidad’, pero en este caso no es una alternancia de código sino
dos préstamos independientes. Por otro lado, al no existir diferencias entre el castellano y el
guaraní en cuanto a la posesión pronominal, el orden de los constituyentes puede tener su origen
16
La frase guaraní equivalente es pe ñande guaraní donde pe cumple las mismas funciones deícticas que el artículo
prestado del castellano. Sobre esta base es posible postular el uso del artículo castellano en guaraní como un tipo
específico de deíctico que ocupa la ranura sintáctica de los deícticos guaraníes.
30
Con respecto al orden de los morfemas de derivación e inflexión, los ejemplos muestran que el
mismo proviene exclusivamente del guaraní. Esto se debe a que la morfología del jopará es la
misma del guaraní, sin haberse encontrado ningún morfema de derivación o inflexión castellano,
excepto, claro está, en las alternancias. Tomemos como ejemplo la frase ndajerecibiri. En ella,
aparte del circunfijo de negación nda-ri, encontramos el reflexivo -je después del primer
elemento de la negación, ambos según el patrón morfosintáctico del guaraní. Por último, si
que el jopará tendría iguales características. Como hemos demostrado en otro lugar (Gómez-
Rendón, 2007), el jopará muestra empero un grado de polisíntesis menor que el guaraní
castellano.
A manera de resumen podemos decir que: 1) el guaraní es la lengua que provee la mayor parte de
ambas lenguas, aunque es notoria la presencia de calcos sintácticos del castellano; 3) el orden de
los elementos a nivel de la frase nominal es guaraní; 4) el orden de los morfemas en los procesos
de derivación e inflexión es guaraní, aunque el nivel de polisíntesis del jopará es mucho menor
Observaciones finales
indígenas, unas veces por el irrefrenable proceso de hispanización, otras por el exterminio o la
asimilación de las poblaciones nativas. Sin embargo, hubo también procesos de supervivencia
31
hibridación cultural que ha tomado varias formas según 1) la composición demográfica de los
importancia, el presente artículo ha tocado los dos primeros factores de manera superficial y se
El resultado de nuestro análisis arroja algunas conclusiones. La primera es que, siendo formas
híbridas, el chapu shimi y el jopará utilizan de diferente manera los préstamos léxicos y las
alternancias de código. Mientras que en el chapu shimi existe un mayor número de préstamos
observación es que el tipo de préstamos léxicos en ambas lenguas es diferente: así, en chapu
shimi predominan los verbos sobre los sustantivos y los adverbios sobre los adjetivos, mientras
que en jopará son los sustantivos los que superan a los verbos y los adjetivos a los adverbios. De
igual manera, mientras en chapu shimi existe un número considerable de préstamos multi-
es que la lengua matriz no siempre es la lengua indígena: mientras que el kichwa es siempre la
lengua matriz del chapu shimi, el guaraní es la lengua matriz del jopará sólo en parte, pues el
castellano determina el orden de los elementos a nivel de la oración. Además, el jopará es menos
polisintético que el guaraní por la presencia de conjunciones castellanas. Por todas estas razones
La conclusión general a partir de estas observaciones es que pese a estar catalogadas como
nivel de mezcla lingüística. Más aún, sólo el chapu shimi puede ser clasificado como lengua
32
mixta por la clara separación que presenta entre el origen del léxico (castellano) y de la
gramática (kichwa). Por otro lado, si tomamos en cuenta la cantidad de variantes que se agrupan
bajo el término ‘jopará’, es mejor caracterizar éste como un conjunto de registros matizados por
como el género, la edad y el nivel de educación. Estos sociolectos mixtos distan de ser lenguas
Esperamos haber ofrecido aquí criterios de análisis que sienten las bases para un estudio
metódico y sistemático de las variedades mixtas. Estos criterios estuvieron dados por tres
elementos que consideramos constitutivos de cualquier tipo de mezcla: los prestamos léxicos, las
establecimos una comparación entre ambos para definir su estatus lingüístico, lo cual nos
permitió clasificar la primera variedad como una lengua mixta y considerar la segunda como un
sociolecto mixto. Ahora bien, ¿es posible que un sociolecto mixto, por esencia inestable, pueda
cristalizarse en una lengua mixta estable (como parece ser el caso de la media lengua)? La
misma pregunta ha sido formulada para el turco en Holanda y el náhuatl en México, dos casos
ampliamente documentados de mezcla lingüística (Backus 1992; Hill y Hill 1986). El resultado
al que llega Backus (2003: 266) en un análisis similar es que el grado de congelamiento de
al grado de las lenguas mixtas pero en ningún caso llegar a ser el mismo. Al final, como señala
este autor, si insistimos en analizar los sociolectos mixtos como lenguas mixtas, no tenemos otra
33
Referencias
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