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Planteamiento del Problema:

Desafió de la administración en el siglo XXI

Antecedentes:
El siglo XX se caracterizó por un gran desarrollo tecnológico e industrial, y
consecuentemente, por la consolidación de la administración.
A principios de este siglo surge la administración científica, siendo Frederick Winslow
Taylor su iniciador; de ahí en adelante, multitud de autores se dedican al estudio de
esta disciplina. En la administración de fines de siglo, el centro de atención es, lograr
los mayores niveles de competitividad, realizar planificación estratégica, y empezar a
valerse de herramientas muy creativas por las duras las exigencias del mundo
empresarial.

Los nuevos esquemas gerenciales son reflejo de la forma como la organización piensa y
opera, exigiendo entre otros aspectos: un trabajador con el conocimiento para
desarrollar y alcanzar los objetivos del negocio; un proceso flexible ante los cambios
introducidos por la organización; una estructura plana, ágil, reducida a la mínima
expresión que crea un ambiente de trabajo que satisfaga a quienes participen en la
ejecución de los objetivos organizacionales; un sistema de recompensa basado en la
efectividad del proceso donde se comparte el éxito y el riesgo; y un equipo de trabajo
participativo en las acciones de la organización.

Uno de los elementos que forman parte del perfil de los directivos de éxito es,
crecientemente, su capacidad para establecer y desarrollar relaciones con otras
personas. La experiencia demuestra que la habilidad para desarrollar contactos no es
una capacidad innata, genética, sino más bien resultado del ejercicio y del aprendizaje,
algo adquirido con la práctica.

Será necesario dominar, como mínimo, dos idiomas correctamente; tres es un número
razonable, y con cuatro ya te puedes desenvolver con tranquilidad. El inglés sigue
siendo líder en el ranking de idiomas. Le siguen el francés y alemán, aunque lo
fundamental es tener conocimiento de la lengua que se habla en el país de origen de la
multinacional. Los futuros directivos españoles cuentan con una ventaja: saben
castellano, el tercer idioma del mundo y el principal en América Latina, una zona de
inversión más relevante cada día.

Indudablemente, las características anteriores apuntan a un perfil de directivo muy


distinto del gerente de hace varias décadas. Motivar y generar confianza, apertura
hacia la innovación, capacidad para comunicar eficazmente los directivos consumen la
mayor parte de su tiempo hablando con otras personas y visión estratégica para
emprender cambios son todas ellas facultades, de naturaleza más política que
gerencial, que dibujan un nuevo estilo de liderazgo. La preparación universitaria debe
buscar un amplio campo de aplicación y universalidad en los conocimientos. Orientar
adecuadamente a los jóvenes que pretenden iniciarse en el mundo empresarial.
La experiencia profesional es un factor imprescindible ya que, para ser directivo, se
debe conocer al detalle la empresa. Al final, cuando se este sentado en un sillón
tomando decisiones, habrá acumulado suficiente información y conocimientos para
resolver los problemas.

No hay un umbral mínimo de edad, pero tampoco máximo. Según los expertos, el
gerente del siglo XXI puede tener desde los 30 hasta los 65 años. Suponiendo que se
han realizado los estudios con éxito, que se ha hecho un master y que se ha estudiado
en el extranjero, no se podrá entrar a trabajar en una compañía hasta los 25 años. No es
normal, por lo tanto, acceder a un alto cargo antes de los 30 porque, hasta esa edad, no
ha terminado la ubicación en la empresa.

1.2 Definición del Problema: “Conocimiento es futuro “


La historia ha demostrado que por miles de años la economía ha sido agraria. Desde el
inicio de la humanidad tuvieron que trabajar en el campo para poder vivir y alimentar
a sus familias. Los primeros seres humanos domesticaron la vegetación y las
consecuencias de este descubrimiento fueron estremecedoras: aparecieron las primeras
aldeas, los recolectores nómadas se transformaron en campesinos sedentarios.
La actividad agrícola fue predominante para las economías durante miles de años
antes de la revolución industrial.
La revolución industrial dio un vuelco a la economía, significó un cambio económico
de grandísimas proporciones al vincular el desarrollo tecnológico con el productivo. La
aparición de nuevas máquinas y herramientas de trabajo especializadas permitió que
los trabajadores produjeran más bienes que antes y que la experiencia adquirida
utilizando una máquina o herramienta aumentara la productividad y la tendencia
hacia una mayor especialización en un proceso acumulativo.

Hoy en día el panorama es distinto. Nos damos cuenta de los grandes avances
tecnológicos y científicos que cada día conocemos. También nos damos cuenta de algo
muy preocupante: “los recursos naturales se están agotando”.
Actualmente el panorama ya conocido de la sociedad industrial está cediendo o dando
su lugar a una sociedad donde su base económica ya no son ni el sector agrícola ni
industrial sino el conocimiento y la inteligencia.¿Qué quiere decir esto?

Estamos entrando en una época totalmente distinta pues el mundo está cambiando y
claro también la manera de negociar y trabajar. El siglo XXI no se caracterizará por lo
que actualmente la conocemos sino que será una sociedad inteligente o de
conocimientos. En un futuro la economía no solo a nivel país sino a nivel internacional
será diferente. Puesto que los recursos naturales se agotan y los avances tecnológicos se
acentúan la economía se basará 100% en el conocimiento y la información.
Los consumidores pagarán por el conocimiento porque es la base para fortalecer la
empresa de este nuevo siglo.
Con esto se tiene como idea un nuevo pensamiento en las empresas donde se busca un
tipo nuevo de administrar. Se crean ideas exactas de cómo administrar y poder llevar
al éxito de una empresa.

Muy cierto es que los cambios que en este tiempo se están experimentando se
fortalecerán y darán entrada a un nuevo tipo de economía y administración donde el
conocimiento y la inteligencia serán bases sólidas para el buen manejo de las empresas.

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