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En todo el mundo, cientos de miles de pozos perforados manualmente proporcionan a los habitantes
de las zonas rurales agua para la agricultura, la industria y el uso doméstico. La perforación manual de
pozos de agua para uso doméstico y productivo es muy común en zonas de Bangladesh y la India.
Recientemente, esta técnica se ha introducido en algunas partes de América Latina, pero aún existe
desconocimiento de su potencial para suministrar agua a bajo costo, lo que lleva a algunos
profesionales del sector del agua a considerarla inaceptable (DANERT 2009). No obstante, la
perforación manual puede resultar muy atractiva, pues puede ser llevada a cabo por pequeñas
empresas locales.
Además de la construcción manual, los pozos también se pueden perforar mecánicamente. Los
equipos de perforación van desde máquinas bastante simples hasta otras más sofisticadas y potentes,
capaces de perforar más de 200 metros de profundidad (SMET y WIJK 2002). Particularmente, en
regiones con acceso limitado a materiales de construcción, equipos, medios financieros y
conocimientos, la perforación mecanizada solo juega un papel menor ya que no acorta el tiempo de
construcción ni ofrece soluciones de bajo costo.
El principio básico de los pozos perforados es simple: se perfora un agujero en una masa de agua
subterránea y luego se extrae el agua infiltrada con la ayuda de una bomba manual o mecanizada. En
comparación con los pozos excavados, los diámetros de los pozos perforados son mucho menores: en
un contexto rural, los pozos suelen tener un diámetro de 50 mm, mientras que los grandes complejos
urbanos de extracción requieren agujeros de hasta 300 mm de diámetro (DANERT 2009; SMET y
WIJK 2002). En términos de longitud, los pozos perforados manualmente alcanzan técnicamente hasta
200 metros, aunque una longitud máxima de 35 metros para los pozos perforados a mano es más
común. Para pozos que se extienden a más de 50 metros, la perforación manual generalmente no
representa una opción, haciendo que sea necesaria la perforación mecánica. El rendimiento del pozo
en términos de cantidad depende de su profundidad y diámetro, la capacidad de recarga del acuífero y
el desarrollo del pozo. Dado que el agua subterránea suele ser de calidad para el agua potable, con
frecuencia no se requiere purificación. Sin embargo, los pozos perforados son susceptibles de
contaminación a menos que sean operados, mantenidos y protegidos adecuadamente. Además, se
debe prestar una atención estricta a la tasa de abstracción, ya que de ser muy elevada puede dar lugar
a diversos efectos sobre el medio ambiente, como por ejemplo que: el nivel freático baje más allá del
alcance de los pozos existentes; se sequen los humedales; haya intrusión de agua de mar en casos
donde el pozo esté en áreas costeras; y, se imposibilite el uso agrícola por la formación de cráteres o
colapso del suelo.
Consideraciones de diseño
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Antes de comenzar a diseñar y desarrollar cualquier tipo de fuente de agua, se debe realizar una
evaluación inicial para poder administrar y desarrollar de manera eficiente los recursos hídricos. Esta
evaluación incluye, por un lado, una estimación del balance de agua (es decir, recolección de datos
hidrológicos, determinación del estado actual, tendencias del suministro de agua, un análisis de
insumo-producto y un análisis de flujo de agua y materiales) y, por otro, una evaluación de los recursos
hídricos (es decir, la evaluación y estudio sistemático de estos en relación con el impacto humano, por
ejemplo, evaluación de la demanda, estimación de tendencias, análisis del uso y la calidad del agua).
Al analizar el lado de la demanda, los problemas de asignación de agua juegan un papel vital.
Eventualmente, esta evaluación puede conducir a un plan de desarrollo de recursos hídricos que
describa el estado, la gestión y el desarrollo futuro de los mismos en un área o cuenca hidrográfica en
particular.
Como primer paso para construir un pozo, se debe evaluar su ubicación, ya que es crucial para su
éxito y sostenibilidad a largo plazo. No solo está determinado por factores físicos (por ejemplo, la
geología, la hidrología, la proximidad al sitio real de uso), sino también por factores "blandos" (por
ejemplo, aceptación de la comunidad, capacidades de operación y mantenimiento del pozo incluida la
bomba, el tipo del uso del agua, hábitos locales, etc.). Los habitantes de las comunidades vecinas, así
como ciertos tipos de vegetación (por ejemplo, plantas de banano, juncos, caña de azúcar, palmeras
datileras) pueden ser una buena fuente de información sobre la presencia de aguas subterráneas poco
profundas (COLLINS 2000).
Una vez seleccionado el lugar donde estará localizado el pozo entonces se debe perforar un agujero e
instalar un revestimiento (tubería) permanente. De esta manera, para acceder al agua subterránea los
trabajos de perforación deben incluir: romper o cortar la roca o suelo; retirar el material cortado del
orificio y, de ser necesario, proporcionar soporte a las paredes de este para evitar el colapso mientras
se perfora (WAL 2010); y, por último, ejecutar pruebas de bombeo y desarrollar el pozo.
Existe una gran cantidad de técnicas, pero, en general, se distinguen cuatro tipos distintos de
perforación manual: con barrena (para comunidades con pocos recursos), a percusión (perforaciones
hasta 25 m), por eliminación de lodos (perforaciones hasta 35 m) y por inyección de agua (WAL 2010).
Estas técnicas se describen a continuación:
Perforación manual con barrena. Fuente: ELSON and SHAW 1999, p.
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Perforación con barrena
La perforación con barrena se hace mediante barras de acero extensibles que se rotan o giran de
forma manual y en cuyos extremos se pueden colocar diferentes tipos de brocas o barrenas. Una vez
que se llenan de exceso de tierra cuando penetran rotando en el suelo, se deben sacar para ser
vaciados. Por encima del nivel freático, el pozo generalmente permanece abierto sin necesidad de
ningún tipo de soporte. Por debajo del nivel freático puede ser necesaria una carcasa temporal, para
evitar que el pozo colapse. La perforación continúa dentro de la carcasa temporal usando un achicador
(bailer), hasta que se alcanza la profundidad deseada. Es allí cuando se procede a instalar una
carcasa permanente del pozo, retirando la temporal. Las brocas o barrenas se pueden usar hasta una
profundidad de unos 15-25 metros, dependiendo del tipo de suelo, que podría ser arenoso, de arcilla
suave o limo. Estas perforaciones tienen la ventaja de emplear equipos y/o herramientas económicas y
que son fáciles de usar por encima de la capa freática. No obstante, podría ser difícil remover la
carcasa temporal (WAL 2010).
Cada vez más, se usan una o dos técnicas en combinación (DANERT 2009) pero, sin embargo, es
importante reconocer que un pozo perforado a la misma profundidad, en el mismo acuífero y
debidamente hecho, será igualmente productivo independientemente del método de perforación que se
use (UNICEF 2010). La elección de la técnica de perforación óptima depende, principalmente, de las
condiciones geológicas e hidrológicas, así como de la experiencia y fondos económicos de las
comunidades locales o los contratistas de perforación.
En lo que respecta a las perforaciones mecanizadas existen dos: perforación por martilleo en el fondo
del agujero y perforación rotatoria. No obstante, este tipo de perforaciones requieren de la participación
de mano de obra profesional, equipos y un presupuesto elevado, por lo que para zonas rurales de
países en vías de desarrollo se consideran inadecuadas.
Después de perforar el agujero, se deben instalar varios elementos antes de que el pozo pueda
ponerse en funcionamiento, es decir: la bomba; la plataforma que protege la abertura en la superficie
de contaminantes o partículas que ingresan al pozo; el sello sanitario que es una capa impermeable,
hecha preferiblemente de concreto, que evita la contaminación del pozo reteniendo las filtraciones a
través del empaque de grava a lo largo del pozo; el revestimiento del pozo, tubo de PVC que evita que
este colapse y se filtren contaminantes; el filtro o rejilla del pozo que retiene los sedimentos mientras
permite que el agua se infiltre en el pozo; y, el empaque de grava, compuesto de grava y arena
graduada, sirve para rellenar el espacio entre el filtro y el pozo. Solo es necesario si el suelo
circundante tiene un tamaño de grano más pequeño que el tamaño de la ranura de la pantalla
(WATERAID s.f., BALL 2001; WAL 2010). A continuación, se puede observar la siguiente figura con
algunos de los elementos característicos de un pozo perforado:
Elementos de un pozo perforado. Fuente:
WATERAID s.f., p.15
Idoneidad
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Los pozos perforados pueden servir como suministro de agua para hogares individuales, para
pequeñas comunidades rurales y para más áreas urbanas, dependiendo del tamaño del pozo
(profundidad y diámetro) y las condiciones hidrológicas. La perforación manual es una solución
práctica y de bajo costo para pozos de menos de 40 metros de profundidad en suelos aluviales o
formaciones rocosas blandas (UNICEF 2010). Varias técnicas simples de perforación manual están
disponibles para la mayoría de las condiciones geológicas; sin embargo, se necesita mano de obra
experimentada y algunos equipos para la construcción. Debe tenerse en cuenta que, con la
construcción, la provisión de agua aún no está garantizada, ya que el agua necesita, no sólo ser traída
del fondo a la superficie con la ayuda de una bomba por fuerza humana o una bomba mecanizada,
sino también distribuida. Se debe garantizar el mantenimiento adecuado de estos dispositivos
(DANERT 2009).
Los pozos perforados para hacer uso de aguas subterráneas son tecnologías de captación que se
encuentran dentro de los sistemas abastecimiento comunal por bombeo, sin tratamiento y con
tratamiento, y fuentes pequeñas protegidas con transporte manual. Estos dos sistemas son aplicables
para todos los escenarios propuestos en esta herramienta. No obstante, debido a que se necesita un
equipo técnico con habilidades y personal calificado, los pozos perforados no son idóneos para las
poblaciones que no cuentan con capacidades ni recursos suficientes como para poder perforar a la
profundidad en la que se encuentre la fuente.
Operación y mantenimiento
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La operación de pozos perforados comprende el bombeo y la limpieza del área circundante, por lo que
los miembros de la comunidad los pueden operar fácilmente por sí mismos. Sin embargo, también se
incluye el mantenimiento de la bomba mecanizada o por fuerza humana, lo que requiere más
habilidades y experiencia. Si la bomba no funciona, la extracción de agua es imposible. En cuanto a
todas las fuentes de agua subterránea, la protección es vital para mantener la calidad del agua y, por
lo tanto, es una parte integral de cualquier plan de mantenimiento.
Referencias