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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE ENFERMERÍA
ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

Imagen social del profesional de enfermería según


percepción de los moradores – Huamachuco.

TESIS
PARA OPTAR EL TITULO PROFESIONAL
DE LICENCIADA EN ENFERMERÍA

AUTORES: Br. Burgos Paredes, Edinson Jhonkennedy


Br. Ruiz Torres, Jholyna Wini

ASESORA: Dra. Rodríguez Argomedo, Marcela Liduvina

Trujillo - Perú
2019
DEDICATORIA

A DIOS

Por la vida, la salud, su amor,


nuestra familia y toda la
felicidad que nos brinda.

A NUESTROS PADRES

Por ser nuestros aliados incondicionales, por


su sacrificio y su inconmensurable paciencia,
por su amor y su fe en nosotros.

A NUESTRA PRINCESA

Por ser el más grande motor en nuestras


vidas, por regalarnos su sonrisa e inocencia.

LOS AUTORES.

ii
AGRADECIMIENTO

A NUESTRA ASESORA

Quien fue el primer rayito de esperanza para la


elaboración de este trabajo, por su paciencia,
su tiempo y la calidad de persona que es. Por
su amistad y apoyo. Quedamos siempre
agradecidos.

A TODOS LOS INVOLUCRADOS CON LA


REALIZACIÓN DE ESTE TRABAJO

Quienes nos dieron sus consejos, ánimos y apoyo


para continuar con nuestra labor de investigación.
Por ayudarnos a resolver la incertidumbre y los
obstáculos que se presentaron. Infinitas gracias.

LOS AUTORES.

iii
ÍNDICE

Pág.

RESUMEN………………………………………………………………….. v

ABSTRACT………………………………………………………………… vi

I. INTRODUCCIÓN………………………………………………….. 1

II. MATERIAL Y MÉTODO………………………………………….. 22

III. RESULTADOS…………………………………………………..… 28

IV. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN……………………………………...…. 33

V. CONCLUSIONES……………………………………………..…… 48

VI. RECOMENDACIONES…………………………………………… 49

VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………….. 50

VIII. ANEXOS……………………………………………………….....… 62

iv
RESUMEN

El presente estudio de tipo cuantitativo, descriptivo y de corte transversal, se realizó


con el objetivo de identificar la imagen social del profesional de enfermería basados
en el estudio de las dimensiones: información, campo de representación y actitud
de la Teoría de las Representaciones Sociales. La población de estudio estuvo
constituida por 100 moradores del asentamiento humano “Alan García Pérez” del
Sector N°5 de la ciudad de Huamachuco; para la recolección de datos se utilizó el
instrumento: encuesta para determinar la imagen social del profesional de
enfermería, elaborado por Mauricio & Janjachi (2017). Los resultados que se
obtuvieron fueron los siguientes: a nivel general el 68% de los moradores tiene una
imagen social adecuada del profesional de enfermería. En las dimensiones
información y campo de representación el 84% y 74% de los moradores percibe
una imagen social adecuada respectivamente; sin embargo, en la dimensión actitud
se concluyo que la imagen social es no adecuada ya que se asocia al profesional
de enfermería a la falta de cordialidad, amabilidad, delicadeza y cuidado, trato digno
e integral, escucha activa y respeto por la cultura y costumbres.

PALABRAS CLAVES: Imagen social, profesional de enfermería, percepción,


representaciones sociales.

v
ABSTRACT

This quantitative, descriptive cross-sectional study was carried out with the objective
of identifying the social image of the nursing professional based on the study of the
dimensions: information, field of representation and attitude of the Theory of Social
Representations. The study population was constituted of 100 inhabitants of the
human settlement “Alan García Pérez” of Sector No. 5 of the city of Huamachuco;
The instrument was used to collect data: survey to determine the social image of
the nursing professional, prepared by Mauricio & Janjachi (2017). The results
obtained were the following: in general 68% of the inhabitants have an adequate
social image of the nursing professional. In the information and field of
representation dimensions 84% and 74% of the inhabitants perceive an adequate
social image respectively; however, in the attitude dimension it was concluded that
the social image is not adequate since it is associated with the nursing professional
to the lack of cordiality, kindness, delicacy and care, dignified and comprehensive
treatment, active listening and respect for culture and customs .

KEY WORDS: Social image, nursing professional, perception, social


representations.

vi
I. INTRODUCCIÓN

La enfermería como profesión es una práctica que cambia constantemente, por


lo que determinar su imagen social es un proceso “complejo y dinámico”. Esta
imagen ha sido tratada de abordar a través de muchas perspectivas y en cuya
formación intervienen factores sociodemográficos, económicos, laborales,
profesionales y hasta geográficos. Dichos factores han permitido que la imagen del
profesional de enfermería se vea estereotipada y distorsionada, dando como
resultado una imagen no acorde con el actual quehacer enfermero (Encinas, 2016;
Merino, 2017).

Es así que la imagen social del profesional de enfermería aún está rodeada por
el estereotipo público perteneciente a épocas pasadas. A esto se han añadido
algunos factores como la convivencia dentro y fuera de los servicios prestadores
de salud entre la enfermera (o) y el usuario, así como la imagen transmitida por
parte de los medios de comunicación, la publicidad, el cine y otros medios
audiovisuales de uso cotidiano; ya que los medios de comunicación contribuyen a
la construcción de las identidades profesionales, así como a la elaboración de
estereotipos entorno a éstas (Rodríguez L., Rodríguez N. & Azañon, 2008).

Este estereotipo de la enfermera responde a las figuras de “santa, heroínas,


sumisas, dulces y de género femenino” en un primer momento de la historia, a esto
se suma la imagen que la sociedad tiene de la enfermera de ser asistente del
profesional médico y con ausencia de autonomía en su ejercicio profesional.
Además, las propias enfermeras tienen una imagen negativa de sí mismas,
causando frustración, falta de autonomía y de liderazgo (Merino, 2016).

Hay que añadir también que, a lo largo de la historia de la enfermería, esta


práctica, ha sido tradicionalmente función de las mujeres, dedicadas al cuidado de
otras personas enfermas, de niños y de ancianos, ayudando en los partos y

1
atendiendo a los heridos. Esto conllevo a que la mujer y, por consiguiente, la
enfermería tuviera una posición de reclusión, invisibilidad, subordinación y segundo
orden en el mundo social. A raíz de este antecedente la enfermería como profesión
ha sido identificada con poca valoración y prestigio a pesar de su profesionalización
y sobre todo de la importancia social que ésta tiene en el cuidado de la salud
actualmente (Barragan, Hernandez & Peralta, 2013).

Resumiendo, “la enfermería, ha pasado de ser el auxilio de los desahuciados,


al auxiliar del médico y posteriormente a ser una profesión autónoma”, pero que en
cada momento de la historia se ha visto envuelta en una clara crisis de identidad,
“fruto del tipo y la cantidad de funciones asignadas y de la propia indefinición del
vocablo cuidar”, objeto de la profesión (Almagro, 2015).

Centrándonos en nuestro país, la primera Escuela de Enfermería empezó su


funcionamiento en 1907, la cual estaba ubicada en la Casa de Salud de Bellavista,
Callao. En esa época era dirigida por la Sociedad de Institutos Médicos y con el
paso del tiempo, pasó a formar parte de la Clínica Anglo-americana. A causa de los
problemas de salud y la necesidad de profesionales y técnicos de enfermería en
todo el país; por resolución suprema se aprueba la formación de auxiliares de
enfermería en seis meses con requisito mínimo de educación primaria.
Posteriormente, en 1964, el requerimiento fue contar con tercer año de secundaria.
A mediados del siglo XX en Lima se habían creado varias escuelas de enfermería
asociadas a los hospitales de beneficencia, este fenómeno también se registró en
algunas ciudades del interior del país como respuesta a la gran problemática de
salud existente (Barrionuevo, Fernández & Cerna, 2014).

Los mismos autores, resaltan el hecho importante de la creación y el


reconocimiento de la enfermería universitaria en 1964 que resultó del convenio
entre la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), el Ministerio de
Salud y la Organización Panamericana de Salud, con la finalidad de llevar la

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formación de enfermería al nivel universitario. Este acontecimiento impulsó el
desarrollo de la educación en los servicios de enfermería a través de programas
complementarios y la creación de facultades y escuelas de enfermería en el nivel
universitario.

De allí en adelante, la enfermería como profesión ha cambiado constantemente


para poder responder a la demanda actual de los servicios de salud y a la necesidad
que tiene la sociedad respecto a los profesionales de enfermería. Hoy en día y aun
cuando nuestras funciones están descritas en la Ley N° 27669, Ley del Trabajo
Enfermero, algunas profesiones vienen intentando ampliar su campo laboral sobre
las competencias de la enfermería. Así mismo el desarrollo de la enfermería como
disciplina ha sido evidente en los últimos años; sin embargo, varios estudios han
detectado que la población de diversos lugares no tiene claro el rol de la enfermería,
teniendo una percepción no adecuada de la imagen de los mismos (Moreno, Nava,
& Rodríguez, 2011).

Evidenciamos en estudios anteriores que aproximadamente el 60,4% de


trabajadores de la salud que no son profesionales de enfermería consideran que la
enfermera no tiene autonomía, este escenario desafía a las instituciones de
educación superior nacionales e internacionales a reflexionar sobre las prácticas
docentes que favorecen la adquisición de nuevas competencias y los métodos para
incentivar una adecuada formación de la identidad profesional, así como los límites
y potencialidades que implican a la profesión(Santos et al., 2015).

Por lo que, una de las razones atribuidas al fortalecimiento de una imagen poco
real respecto al profesional de enfermería es la estructura jerárquica entre el médico
y la enfermera, estructura que procede de sus respectivos orígenes educacionales,
donde la enfermería como profesión ha sido desarrollada junto a los profesionales
médicos y bajo su supervisión. Sumado a esto hecho la profesión de enfermería ha
sido ejercida en su mayoría por mujeres, quienes según antecedentes históricos

3
han tenido una posición de reclusión, invisibilidad, subordinación y de segundo
orden en el mundo social. Así mismo de las interpretaciones que hace la población
sobre la imagen social del profesional de enfermería, podemos deducir que es una
profesión profundamente desconocida, y de la que aún persisten ciertos
estereotipos que nada tienen que ver con la práctica actual de la misma (Errasti,
Arantzamendi, & Canga, 2012).

Es importante tener en cuenta cómo la enfermería ha ido evolucionando en base


a la sociedad, esto indica que la enfermería de hoy es el producto de lo que la
sociedad necesita y de la calidad que demanda. Por lo que, resulta importante
conseguir que la sociedad, basándose en nuestras actitudes, habilidades y
competencias, nos reconozca como una profesión propia y no como simples
ayudantes del médico (García, 2007).

Además, es necesario considerar la demanda actual de los servicios de salud y


el requerimiento de profesionales de enfermería; se estima que la escasez de
personal sanitario en las Américas es de casi 800.000 profesionales de enfermería.
En Estados Unidos esta proporción es de 111,4 enfermeras por cada 10.000
habitantes, en Haití es de 3,5. En la mitad de los países de la región, ese índice es
menor o igual a 10,4. En el Perú para el año 2017 había una relación de 12
enfermeras por cada 10,000 habitantes. En la Libertad, según los datos del mismo
año, existe una relación de 409 habitantes por cada profesional de enfermería
(OPS, 2018; INEI, 2019).

Esta deficiencia en cuanto a recursos humanos puede conllevar a que las


experiencias en la práctica profesional de enfermería se vean cargadas de estrés,
maltrato, falta de cuidado y otros factores que perjudiquen la imagen social y la
visión del rol del profesional de enfermería dentro de la sociedad, así como originen
una percepción negativa de la misma por parte de los propios compañeros de
trabajo.

4
Esto genera por un lado que los profesionales de enfermería aspiren a
desarrollar actividades asistenciales con cuidados especializados y, por otro lado,
la alta demanda del servicio de enfermería sirve como obstáculo para tal aspiración.
Es entonces que, ante tal situación, el profesional de enfermería pasa a priorizar el
cumplimiento de tareas delegadas y ha mecanizar la atención que brinda a los
usuarios dejando en segundo plano esa parte primordial de nuestra profesión: el
cuidado (Almagro, 2015).

Por lo que, los profesionales de enfermería no solo deben asumir el rol del
cuidado holístico si no que, además, también están obligados a soportar ciertas
condiciones como la sobrecarga laboral, pésimas remuneraciones salariales y el
bajo reconocimiento social. La sobrecarga laboral condiciona a los profesionales de
enfermería a prestar sus servicios de manera superficial y deficiente, situación que
conlleva a la inconformidad por parte del usuario, su familia y si ampliamos nuestra
visión, a la comunidad; la suma de todas estas condiciones permite la creación de
una imagen distorsionada, así como de la baja credibilidad social (Orozco & Vija,
2018).

Bajo todas estas circunstancias es necesario que los profesionales de


enfermería sean conscientes de la situación en la que, la imagen social, juega un
rol importante para el reconocimiento del verdadero quehacer diario de la
enfermería. Lo que conlleva a la importancia de la implementación de modelos de
cuidados, favorecer la investigación, potenciar las estrategias e intervenciones de
los profesionales de enfermería, intentar conciliar la vida familiar y laboral en los
mecanismos de contratación, sustituciones, horarios y realizar estrategias de
formación con el objetivo de asegurar unos cuidados enfermeros de calidad para
poder reforzar la importancia del rol de los profesionales de enfermería en los
equipos interdisciplinares y la sociedad (Almagro, 2015).

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Justificación

Los cambios de la enfermería como profesión y de su imagen se han ido


constituyendo y modificando a lo largo de la historia siendo influenciadas por la
sociedad y las creencias socioculturales. Por ello, la imagen del profesional de
enfermería que la sociedad debería percibir debe estar enfocada en actitudes de
tolerancia, sensibilidad, respeto y amor hacia el ser humano que cuida; es
necesario entender que no solamente son importantes los conocimientos científicos
y las habilidades técnicas, sino, que además se requiere de buenas prácticas de
comunicación con el usuario, la familia, la comunidad y los demás miembros del
equipo de salud. Por lo tanto, el ejercicio de la enfermería es un valioso recurso
para la salud y su flexibilidad se ha demostrado al responder a los cambios
demográficos, económicos, sociales y geográficos (OMS, 2018, Vargas, 2019).

La experiencia durante nuestra formación profesional, así como la literatura


revisada nos ha permitido observar la diversidad de estereotipos y conceptos
asociados a la imagen de los profesionales de enfermería a quienes se asocia como
un grupo marcadamente femenino, de salarios bajos, de desestimada formación
académica y que está bajo la subordinación de los profesionales médicos. La
carencia de confianza y baja autoestima de los propios profesionales también han
contribuido en la invisibilidad del verdadero quehacer de la enfermería ante la
sociedad.

Es necesario mencionar que, a pesar de esto, en los últimos años y sobre todo
a partir de la implantación definitiva de la atención primaria y la trasformación
ideológica sobre la profesión, enfermería empieza a tomar nuevos rumbos, un
ejemplo claro de ello es la participación activa en campos no abordados
anteriormente como la política y los aportes filosóficos y teóricos realizados por los
mismos profesionales a partir de la investigación y la experiencia profesional que
enriquecen el marco teórico del desarrollo de la enfermería como profesión.

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Teniendo este panorama es necesario preguntarnos si la imagen estereotipada
de la enfermería ha cambiado a la par con el desarrollo de nuestra profesión o si
nuestra labor está siendo reconocida en la sociedad como tal y por consiguiente
¿cuál es la imagen social actual del profesional de enfermería? La respuesta a esta
pregunta, trata de ser desarrollada por esta investigación, abordándola en base a
la teoría de las representaciones sociales en sus dimensiones información, campo
de representación y actitud, según la percepción de los pobladores del
asentamiento humano “Alan García Pérez” de la ciudad de Huamachuco.

Este trabajo tiene como propósito que los resultados obtenidos puedan ser
considerados por parte de las entidades formadoras y prestadoras de los servicios
de los profesionales de enfermería en la adecuación de programas y cursos que
permitan ayudar y/o mejorar la formación de la identidad profesional, así como el
desarrollo de actitudes que conlleven a la correcta difusión del verdadero rol del
profesional de enfermería en el campo de acción y ejercicio profesional.

Los resultados servirán también para que los profesionales de enfermería


puedan conocer la imagen actual que tiene la sociedad sobre ellos, lo que permitiría
un cambio de actitud respecto al desarrollo de su rol ante los usuarios, familia y
comunidad; así como de la implementación de estrategias para la adecuada
transmisión del quehacer enfermero, el empoderamiento, el desarrollo de
competencias y capacidades y la participación activa en temas que aún son un
desafío para los profesionales de enfermería como políticas públicas y sociales.

Marco teórico conceptual

En base al objeto de estudio, los conceptos abordados en este trabajo de


investigación son: representaciones sociales, imagen social, profesional de
enfermería y percepción.

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Las representaciones sociales (RS), son una particularidad del conocimiento y
la actitud, cuya ocupación es la producción de las conductas y la comunicación
entre las personas y su entorno. Es la estructuración de conocimientos y una de las
tareas psíquicas mediante las cuales los individuos hacen visible la realidad física,
mental y social, y se integran en un conjunto o en una relación frecuente de
intercambios; son sistemas de valores, nociones y prácticas que proporcionan a los
individuos los medios para orientarse en el contexto social; es una organización de
imágenes y de lenguaje (Moscovici, 1979).

Entendemos también que las RS son una forma en la que los sujetos sociales
entienden los acontecimientos de la vida diaria, las características del medio
ambiente donde se desarrollan y la información que se maneja dentro de él,
también le corresponden otros sujetos y objetos sociales. Entendido de otro modo
las RS son el conocimiento de sentido común o bien el pensamiento natural. “Este
conocimiento se constituye a partir de nuestras experiencias, pero también de las
informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento que recibimos y
transmitimos a través de la tradición, la educación y la comunicación social. De este
modo, ese conocimiento es en muchos aspectos un conocimiento socialmente
elaborado y compartido” (Jodelet,1986).

La RS se define también como, la “forma de conocimiento del sentido común


propio a las sociedades modernas bombardeadas constantemente de información
a través de los medios de comunicación de masas (...) en sus contenidos
encontramos sin dificultad la expresión de valores, actitudes, creencias y opiniones,
cuya sustancia es regulada por las normas sociales de cada colectividad. Al
abordarlas tal cual ellas se manifiestan en el discurso espontáneo, nos resultan de
gran utilidad para comprender los significados, los símbolos y formas de
interpretación que los seres humanos utilizan en el manejo de los objetos que
pueblan su realidad inmediata” (Banch, 1986, citado por Araya, 2002).

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Así mismo, las RS originan las nociones que la gente necesita para comprender,
actuar y orientarse en la sociedad. En este sentido, las RS actúan de forma
semejante a las teorías científicas ya que son teorías de sentido común que
permiten abordar, describir, clasificar y explicar los fenómenos y objetos sociales
de las realidades cotidianas (Arias & Moya, 2015).

Por lo que, las representaciones sociales presentan ciertas características muy


propias de ellas: “a) Hacen referencia a un aspecto concreto porque son capaces
de convertir una percepción o un aspecto abstracto en un concepto concreto
compartido. b) Son simplificadoras, lo que las haces más accesibles y entendibles
para la sociedad. c) Están en constante evolución, lo que permite que los individuos
no sean sujetos pasivos, sino que les permite fabricar y modifican conceptos. d)
Tienen un carácter social, son creadas y compartidas por la sociedad con la
finalidad de explicar la realidad. e) Son estructuras cognitivo-afectivas: porque
interpretan, explican, escogen, conectan e interrelacionan todos aquellos datos que
provienen del entorno. f) Poseen una función práctica, lo que permite utilizarlas
como guía de orientación y comportamiento con la sociedad” (Rovira, 2018).

Así mismo, las representaciones sociales contemplan tres dimensiones cuya


contribución permite comprender la elaboración del sentido común, estas
dimensiones otorgan la posibilidad de discriminar aquellos conceptos relacionados
en forma sistemática. Encontramos entonces las siguientes dimensiones:
dimensión información, dimensión campo de representación y dimensión actitud
(Moscovici, 1979).

Dimensión de la información, se relaciona con la organización de los


conocimientos que posee un grupo respecto a un acontecimiento, hecho o
fenómeno u objeto de naturaleza social, lo que conlleva a la riqueza de datos o
explicaciones que se forman los individuos en sus relaciones cotidianas con la
realidad. Conocimientos que muestran diferencias en cuanto a cantidad y a la

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calidad de los mismos; tienen así mismo un carácter estereotipado o difundido sin
soporte explicito; son elementales o complejos y hasta pueden estar llenos de
originalidad. Así también, la dimensión información se refiere a la organización de
conocimientos que posee un grupo respecto a un objeto social (Moscovici, 1979;
Araya, 2002).

Entendemos, además, que la dimensión información corresponde a la


organización del conocimiento previo de los sujetos sobre el objeto durante la
estructuración de la representación. Por eso, cuando el sujeto o sujetos no tienen
información alguna respecto al objeto de estudio, esa dimensión no está presente
en sus representaciones. En el análisis de la dimensión información, se puede
descubrir la organización de conocimientos, ideas, preconceptos y estereotipos de
los sujetos sobre el objeto aun cuando el objeto y el sujeto no han tenido contacto
previo o reciente. Las pertenencias grupales y los ámbitos sociales mediatizan la
exactitud, la calidad y la cantidad de información disponible, lo que influye en la
composición de la representación social (Knapp, Suárez & Mesa, 2003; Rangel,
2009).

Por otro lado, la dimensión del campo de representación, remite a la idea de


imagen, al contenido concreto y limitado, y que, se refiere a un aspecto preciso del
objeto de representación, lo que permite potenciar, verificar o discrepar sobre las
propiedades cualitativas o imaginativas previas, de tal manera que integra la
información a un nuevo nivel en relación a sus fuentes inmediatas (Moscovici, 1979¸
Mora, 2002).

Esta dimensión se establece a partir de los conceptos preconcebidos y


confrontados con la realidad en relación al objeto social, por cuanto permiten la
posibilidad de reafirmar o discrepar la conceptualización previa al contacto del
sujeto con el objeto. Esta confrontación permite que el sujeto elabore imágenes y
conceptos nuevos capaces de dar significancia al objeto representado y anclar

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nuevos aspectos relacionados al objeto, por lo cual, el campo de la representación
se organiza como un conjunto de imágenes con forma gráfica y coherente que
encierra la esencia del concepto. Así mismo esta dimensión nos permite
comprender las cosas de forma más sencilla convirtiendo al objeto en un hecho
natural (Moscovici, 1979, Knapp, et al., 2003; Rangel, 2009).

Por lo cual, es la dimensión más sensible a las características del contexto


inmediato pues le permite al sujeto concretizar una posición o conducta frente a un
objeto de manera inminente. Tiene así mismo una función generadora, a través de
la cual se crea o se modifica y da significación al objeto de la representación. Esto
permite que el sujeto tenga una representación más individualizada del objeto
alrededor de un núcleo común con el resto de los miembros del grupo (Knapp, et
al., 2003).

Respecto a la dimensión de la actitud, esta es la orientación favorable o


desfavorable en relación con el objeto de la representación social y se puede
considerar, por lo tanto, como el componente más aparente, real y conductual de
la representación, y como la dimensión que suele resultar más generosamente
estudiada por su implicación comportamental y de motivación (Moscovici, 1979).

Esta dimensión está orientada hacia el sujeto y guía la evaluación, valoración y


designación de los elementos afectivos en relación con el objeto, por lo que orienta
el comportamiento hacia el objeto representado, implicando emocionalmente a los
sujetos de maneras diferentes. Esta dimensión se vincula, además, a la naturaleza
afectivo-cognitiva de las representaciones, pudiéndose observar, la posición del
sujeto frente al objeto representado, lo que refleja la estandarización social de los
individuos en su relación con un grupo y de un grupo en su relación con otros grupos
(Rangel, 2009).

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Podemos señalar entonces que estas dimensiones permiten la creación de
conceptos y teorías no oficiales, pero con influencia significativa en los diferentes
aspectos de la vida, transmitidos a través de la práctica y comunicación social.
Desde esta perspectiva resulta lógico pensar que el ser humano es productor de
información y significados, y construye su realidad en base a la comunicación y
relaciones que estable en el ambiente donde se desarrolla, llegando a construir sus
propias imágenes respecto de su entorno (Merino, 2017).

Al respecto, la imagen puede ser conceptualizada como el conjunto de rasgos


que caracterizan a una persona o entidad ante la sociedad. Estos rasgos pueden ir
cambiando a lo largo de las diferentes etapas de su historia y van condicionándose
en base a diversas razones. Así mismo, el concepto de imagen no está muy
separado de la opinión y puede ser utilizado para designar una organización más
compleja o más coherente de juicios de evaluación, también se la concibe como
reflejo interno de una realidad externa y como la reproducción pasiva de un dato
inmediato (Moscovici, 1979).

Así mismo, imagen “es más que un producto de la percepción. Se manifiesta


como resultado de una simbolización personal o colectiva. Todo lo que pasa por la
mirada o frente al ojo interior puede entenderse, así como una imagen, o
transformarse en una imagen” (Belting, 2007, citado por Encinas, 2016).

En ese sentido, la imagen social se constituye como una representación mental


icónica, simplificada y estereotipada de la realidad respecto a un objeto social y que
se construye a partir de las características físicas y mentales que se emiten por los
objetos sociales hacia los demás. Esta imagen además se construye en base a los
diversos medios comunicativos y el contacto con la realidad cotidiana, por lo que;
las personas consientes del valor de una buena imagen y reputación, intentan
mostrar atributos y características que resulten agradables ante la sociedad. La

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imagen social revela asimismo el conocimiento común de un determinado entorno
sociocultural respecto a un objeto social (Abelda, 2007; Moreno et al., 2011).

Respecto a la imagen social del profesional de enfermería es necesario


desglosar el termino enfermería para poder determinar un concepto que nos
permita continuar con la investigación.

Enfermería puede definirse como una práctica social, los profesionales de


enfermería pueden desempeñarse tanto en áreas intra y extra hospitalarias. Y es
que la enfermería es tan extensa que puede desarrollar su labor en el ámbito
asistencial, administrativo, educativo e investigación; teniendo como objeto el
cuidado holístico a la persona, familia y comunidad (Palma, Valenzuela & Alvarado,
2015).

De acuerdo al Artículo 3, Capítulo I del Decreto Supremo N° 004 - 2002 – S,


Reglamentación de la Ley Nº 27669, Ley del trabajo del Enfermero Peruano, se
asevera que “el rol del profesional de enfermería es intervenir en la prestación de
los servicios de salud integral, en forma científica, tecnológica, sistemática y
humanística, y, en los procesos de promoción, prevención recuperación y
rehabilitación de la salud, mediante el cuidado de la persona, la familia y la
comunidad” (El Peruano, 2002).

Así mismo, en el Artículo 4 del citado reglamento, señala que el “ámbito de la


profesión de enfermería se constituye como servicio del cuidado integral que se
brinda a la persona en todas las etapas de la vida, desde la concepción hasta la
muerte, incluyendo los procesos de salud-enfermedad, implementando el método
científico a través del Proceso de Atención de Enfermería (PAE) que garantiza la
calidad del cuidado profesional. El cuidado integral de enfermería constituye el
fundamento del ejercicio de la profesión en las diferentes áreas de la especialidad.

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Se basa en el juicio crítico y ponderado de la enfermera (o) así como en la toma de
decisiones que competen a su labor, por lo cual asume plena responsabilidad por
los efectos y consecuencias que de ellas se originen”.

Además, enfermería como profesión abarca la “atención autónoma y en


colaboración dispensada a personas de todas las edades, familias, grupos y
comunidades, enfermos o no, y en todas circunstancias. Comprende la promoción
de la salud, la prevención de enfermedades y la atención dispensada a enfermos,
discapacitados y personas en situación terminal. Los profesionales de enfermería
están en la línea de acción en la prestación de los servicios y desempeñan una
función importante en la atención centrada en las personas y comunidades. En
muchos países son líderes actores claves en los equipos de salud
multiprofesionales e interdisciplinarios y proporcionan una amplia gama de los
servicios a todos los niveles del sistema de salud” (OMS, 2018).

Adicionalmente, se identifican seis rasgos fundamentales en la enfermería: “a)


Creación de una relación humanitaria que potencie la salud y su recuperación. b)
Atención del abanico de experiencias y respuestas humanas a la salud y la
enfermedad en el entorno físico-social. c) Integración de datos objetivos con los
conocimientos adquiridos mediante el reconocimiento de la experiencia subjetiva
de un paciente o un grupo. d) Aplicación de datos científicos a los procesos
diagnósticos y terapéuticos mediante la utilización de enjuiciamiento y pensamiento
crítico. e) Profundización de los conocimientos profesionales de enfermería por
medio de la educación continuada. f) Influencia en las políticas sociales y de salud
pública a favor de la justicia social” (ANA, 2010).

En base a los postulados anteriores, la imagen social del profesional de


enfermería está formada a partir de la percepción dominante que la sociedad
establece respecto al grupo enfermero con base en el contacto, las impresiones y
la información pública que recibe. Así mismo esa imagen está muy condicionada

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por la forma en que los rasgos de su identidad son reproducidos y transmitidos al
público en los diferentes contextos de trabajo y por el reconocimiento institucional
y social que se le brinda (Merino, 2017).

Podemos definir entonces que la imagen social del profesional de enfermería es


la representación mental que se crea a partir de la interacción enfermero-paciente,
enfermero-familia, enfermero-comunidad y de trasmisión de información por parte
de los medios de comunicación, medios audiovisuales y de la sociedad hacia sus
miembros (Merino, 2017).

Siguiendo esta relación de conceptos, la teoría de las representaciones


sociales, que aborda la estructuración, elaboración y funcionamiento de elementos
socio-cognitivos ampliamente diseminados en determinados grupos sociales,
permite abordar como objeto de estudio a la imagen social del profesional de
enfermería a través de los conceptos asociados a los mismos provenientes de la
vida cotidiana y del sentido común y que se forman a partir de la percepción de la
comunidad de ciertos factores provenientes del profesional de enfermería como su
apariencia, el lenguaje corporal, sus habilidades técnicas y conocimientos teóricos,
el entorno donde se desempeña y la atención asistencial y comunitaria (Moscovici,
1979; Meterán, 2008).

Respecto a la percepción, esta se define como la “sensación interior que resulta


de una impresión material hecha en nuestros sentidos” y “conocimiento, idea”. Así
mismo, también como el “proceso cognitivo de la conciencia que consiste en el
reconocimiento, interpretación y significación para la elaboración de juicios en torno
a las sensaciones obtenidas del ambiente físico y social, en el que intervienen otros
procesos psíquicos entre los que se encuentran el aprendizaje, la memoria y la
simbolización”. Por lo que la percepción se configura en base a la experiencia y
necesidades, es de carácter subjetivo, selectivo y temporal (Real Academia
Española, 2019; Vargas, 1994).

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Por lo que podemos catalogar también a la percepción, como el proceso
psicológico de tipo cognitivo que permite integrar e interpretar la información
sensorial dándole un significado y elaborando una imagen o precepto. Esta
actividad mental permite a los individuos (haciendo uso de sus sentidos) recoger y
analizar la información proveniente de su entorno, elaborar imágenes respecto a
objetos sociales, así como las experiencias en base a las mismas (actos propios de
percepción, sentimientos, pensamientos, voluntad o actitudes) (Moreno et al.,
2011).

Así mismo, la percepción se caracteriza por buscar de manera inmediata lo


cualitativo de los objetos sociales, lo que permite que los individuos se conozcan a
sí mismo y a otras personas, esto conlleva a aprender de todos los objetos sociales
disponibles en el medio ambiente. La apariencia física, las expresiones faciales, la
conducta visual, el lenguaje corporal y el tono de voz, representan inicialmente las
características que permiten la construcción de la primera impresión que tenemos
de las personas. Estas características permiten comunicar aspectos inherentes a
las personas como sentimientos, actitudes y personalidad. Así mismo, la manera
en cómo las personas perciben, se ve afectada por los conocimientos y
experiencias previas y se refuerzan en el medio donde se concretan (Oviedo, 2004).

Del medio donde se concretan estas operaciones mentales como la percepción


y la elaboración de las representaciones sociales tenemos por ejemplo a las
comunidades urbanas y los contextos urbano marginales, que se muestran como
espacios contenedores de agrupaciones como la familia, la institución local, el
grupo formal o informal y la unidad que permite la formación de esta comunidad: el
poblador o morador. Existe obviamente, una interrelación entre estos cuatro niveles
en ambas direcciones. La comunidad estará entonces, retroalimentándose
constantemente de la familia, el grupo, las instituciones y los moradores como
unidad, a la par que incide sobre ellos. Este contexto constituye entonces un
soporte relevante en la conformación y mantenimiento de las comunidades o

16
grupos individuales, sirviendo de catalizador de actividades e interacción social
(García, Carrasco, & Rojas, 2014).

En ese sentido, podemos definir a la comunidad como una fuerza social


dinámica, con características demográficas, instituciones, condiciones ambientales,
y recursos bien definidos, que entre otras cosas promueven o impiden la salud y el
bienestar de la población y que permite conjugar la individualidad de cada uno de
sus miembros, la idiosincrasia del grupo familiar, el sentido de pertenecía y la
procura de adaptabilidad de sus integrantes (Martínez, 2015).

Lógicamente, en su adaptación e intercambio con la realidad, la entidad


comunidad, estará siempre añadiendo sus propias percepciones sobre el
comportamiento, expectativas y conceptos de sus integrantes, por lo que esa
realidad siempre se estará modificando desde la influencia externa, pero sobre la
base de una idea compartida respecto a los sujetos que interactúan con ella y los
objetos sociales que se analizan, en este caso, la imagen de los profesionales de
enfermería (Rodríguez & Alfonso, 2004).

Marco Empírico

A nivel internacional se encontraron las siguientes investigaciones que


contribuyen al estudio de nuestra variable:

Muñoz & Consuegra (2015), en su trabajo de investigación denominado “Imagen


social de la enfermería en una población no sanitaria de la ciudad de Madrid” guiada
por la Teoría de Logro de Metas de Imogen King, tuvieron como objetivo identificar
la imagen social de la enfermería en una población no sanitaria. Su estudio de tipo
descriptivo transversal, conto con 220 participantes de 18 a 60 años de la ciudad
de Madrid. La información fue recogida mediante cuestionario auto administrado de

17
7 preguntas referidas a la visión sobre la profesión enfermera. Encontraron que
respecto a la imagen del profesional de enfermería el 36.4% de los encuestados la
asocia como respeto.

Vázquez De Prada (2015), en su trabajo “La enfermería profesional: análisis y


estrategias de mejora de la imagen social” realizado en Valladolid – España, tuvo
como objetivo analizar la imagen social de la enfermería y el rol percibido de su
práctica profesional. Fue de tipo observacional, descriptivo de corte transversal y
cuya muestra estuvo constituida por 35 personas. Los resultados que encontró
fueron: el 42,8% cree que la enfermera es la ayudante del médico, el 11.2% piensa
que la enfermera es una profesión de baja formación académica. Así mismo el
45,7% de los encuestados opina que la enfermera no tiene independencia, respecto
a un 42,8% que sí.

Rodríguez, Rodríguez & Tortosa (2015), en su investigación “¿Cómo nos ven


los usuarios a los profesionales de enfermería? Imagen social” desarrollada en
Almería, España, en una población de 119 personas entre 18 y 87. Tuvieron como
objetivo conocer la imagen social que la población tiene sobre los profesionales de
enfermería. Encontraron los siguientes resultados: un 79.8% sabe que la
enfermería es una profesión universitaria. Respecto a la imagen que transmite el
profesional de enfermería un 68.1% percibe respeto y un 25% admiración.

Mieles & Parreño (2017), en su investigación titulada “Estudio de la percepción


sobre la imagen social del rol de enfermería en la ciudad de Santo Domingo de los
Tsachilas periodo diciembre - 2017”, tuvieron como objetivo describir la percepción
social sobre la profesión de enfermería. Realizaron un estudio cuantitativo –
descriptivo transversal, conto con la participación de 384 personas. La información
fue recogida mediante los cuestionarios “Percepción social de enfermería” basada
en la teoría de las Representaciones Sociales desarrollada por Mauricio & Janjachi
(2017) y “Enfermería: Imagen social” elaborada por Muñoz y Consuegra.

18
Encontraron que el 79,70% de los encuestados tiene un déficit de percepción de
las verdaderas competencias y habilidades que desempeña el profesional de
enfermería.

A nivel Nacional se encontró dos investigaciones de tipo cuantitativo que


contribuyen a nuestro estudio:

Carbajo & Gutiérrez (2014), realizaron una investigación denominado “Imagen


profesional de la enfermera, según la opinión del personal de salud, en el servicio
de emergencia del hospital Santa María del Socorro de Ica, 2014”, con el objetivo
de determinar la imagen profesional de las enfermeras del Servicio de Emergencia
del Hospital Santa María del Socorro, durante los meses de marzo-abril del 2014.
La población de estudio estuvo constituida por personal de salud del mismo
servicio. Utilizaron un instrumento tipo Likert de 7 niveles y dos dimensiones:
competencias sociales-básicas y técnicas. Los resultados que obtuvieron fueron los
siguientes: imagen profesional de las enfermeras: 10.2% excelente, 35.6% muy
buena, 42.3% buena, 10.2% regular, 1.7% mala.

Mauricio & Janjachi (2017), realizaron una investigación titulada “Imagen social
del profesional de Enfermería según la percepción de los pacientes del Hospital
Huaycán, Lima 2016". Elaboraron un estudio descriptivo de corte transversal cuya
muestra estuvo conformada por 435 pacientes hospitalizados. Encontraron que el
55,4% de los pacientes perciben una imagen social del profesional de enfermería
buena, el 44,4% regular y solo el 0,2% malo. Así mismo en el estudio de cada
dimensión de la teoría de las representaciones sociales encontraron que la mayoría
de los pacientes perciben una buena imagen social del profesional de Enfermería
siendo el caso: dimensión “Información” (63.9%), “Campo de presentación
“(59,3%), “Actitud” (46,7%) y “Religión” (55,2%).

19
A nivel regional y local no se ha encontrado ningún estudio que contribuya con
nuestra investigación.

20
Formulación del problema:

¿Cuál es la imagen social del profesional de enfermería en las dimensiones:


información, campo de representación y actitud, según la percepción de los
moradores del asentamiento humano “Alan García Pérez” de la ciudad de
Huamachuco, 2019?

Objetivos:

Objetivo General:

• Identificar la imagen social del profesional de enfermería en las dimensiones:


información, campo de representación y actitud, según la percepción de los
moradores del asentamiento humano “Alan García Pérez” de la ciudad de
Huamachuco.

Objetivos Específicos:

• Reconocer la imagen social del profesional de enfermería en la dimensión


información, según la percepción de los moradores del asentamiento
humano Alan García Pérez de la ciudad de Huamachuco.
• Establecer la imagen social del profesional de enfermería en la dimensión
campo de representación, según la percepción de los moradores del
asentamiento humano Alan García Pérez de la ciudad de Huamachuco.
• Determinar la imagen social del profesional de enfermería en la dimensión
actitud, según la percepción de los moradores del asentamiento humano
Alan García Pérez de la ciudad de Huamachuco.

21
II. MATERIAL Y MÉTODO

2.1 Tipo de investigación:


El presente estudio es por su orientación básica, de tipo cuantitativo,
descriptivo y de corte transversal (Hernández, 2014). Se realizó en los
moradores del asentamiento humano "Alan García Pérez" del Sector N°05
de la ciudad de Huamachuco.

2.2 Población de estudio:


La población de estudio estuvo constituida por la totalidad de moradores
(100 moradores) del asentamiento humano "Alan García Pérez" del Sector
N°05 de la ciudad de Huamachuco que cumplieron con los criterios de
inclusión.

2.3 Criterios de inclusión:


• Moradores que pertenezcan al asentamiento humano “Alan García
Pérez” de la ciudad de Huamachuco y que residan como mínimo 2
años.
• Moradores que tengan mayoría de edad: 18 años a más.
• Moradores que acepten participar del estudio de investigación de
forma voluntaria.
• Moradores de ambos sexos.

2.4 Unidad de análisis:


La unidad de análisis del presente estudio de investigación estuvo
conformada por cada uno de los moradores del asentamiento humano
“Alan García Pérez” – Sector N°5 de la ciudad de Huamachuco que
cumplieron con los criterios de inclusión.

2.5 Instrumento:
Para la recolección de la información respecto a la imagen social del
profesional de enfermería se utilizó el instrumento que se detalla a
continuación:

22
Encuesta para determinar la imagen social del profesional de
enfermería. (EDISPE) (Anexo 1).
La encuesta fue diseñada por Mauricio & Janjachi (2017) según las
dimensiones de la Teoría de las Representaciones Sociales de Moscovici
y modificada por los autores (2019) para la realización del presente estudio
de investigación.

Se divide en dos partes:


a) Datos personales: incluye datos del entrevistado: Edad, sexo,
estado civil y grado de instrucción.
b) Imagen social del profesional de enfermería: es una encuesta de
carácter anónimo que consta de 32 ítems, divididas en tres
dimensiones "información" 14 ítems, "campo de representación" 7
ítems y "actitud" 11 ítems y evaluadas según escala de Likert de
acuerdo al siguiente detalle: 1pt. (totalmente en desacuerdo) 2pts
(en desacuerdo), 3 pts. (ni de acuerdo ni en desacuerdo), 4pts (de
acuerdo) y 5pts. (totalmente de acuerdo); teniendo un puntaje
máximo de 160 y mínimo de 32.
La imagen social del profesional de enfermería se operacionalizó
en:
• Imagen social Adecuada : 96-160 pts.
• Imagen social No Adecuada : 32-95 pts.

Las dimensiones evaluadas dentro del cuestionario para determinar


la imagen social del profesional de enfermería se operacionalizaron
en:

• Información:
- Adecuada : 42-70 pts.
- No adecuada : 14-41 pts.
• Campo de representación:
- Adecuada : 21-35 pts.
- No adecuada : 07- 20 pts.
• Actitud:
- Adecuada : 33-55 pts.

23
- No adecuada : 11-32 pts.

2.6 Control de calidad del instrumento:


Prueba Piloto:
Se realizó una prueba piloto a 40 personas residentes del Sector N°02 de
la ciudad de Huamachuco con la finalidad de obtener muestras estadísticas
de validez y confiabilidad, así como analizar la estructura y redacción de
los ítems del instrumento.

Validez:
El instrumento utilizado denominado “Encuesta para determinar la imagen
social del profesional de enfermería” (EDISPE) fue diseñado y validado por
Mauricio & Janjachi (2017) para determinar la imagen social del profesional
de enfermería según los pacientes del hospital Huaycán – Lima. Las
autoras validaron el instrumento a través del juicio de expertos (03
expertos) cuyos resultados fueron analizados con la prueba estadística de
V de Aiken y cuya magnitud va desde 0.00 hasta 1.00; donde el valor 1.00
es la mayor magnitud posible que indica un perfecto acuerdo entre los
jueces. En el caso del instrumento utilizado los resultados fueron de 1.00,
considerándose válido el instrumento.

Confiabilidad:
Se realizó una prueba piloto a 40 personas que compartan características
con la población en estudio. El método que se utilizó para comprobar la
fiabilidad de la encuesta a utilizar fue el Alfa de Cronbach. El Alfa de
Cronbach obtenido para esta encuesta en su totalidad fue de 0.950 en los
32 ítems. El resultado obtenido en la dimensión “información” fue de 0,875
en 14 ítems, en la dimensión “campo de representación” fue 0,851 en 7
ítems y en la dimensión “actitud” fue 0,956 en 11 ítems; lo cual demuestra
la alta confiabilidad del instrumento utilizado.

24
2.7 Procedimiento:
Se realizaron coordinaciones con la Sra. presidenta de la Junta Vecinal del
asentamiento humano “Alan García Pérez” del Sector N°05 de la ciudad
de Huamachuco, con la finalidad de obtener las facilidades para realizar el
presente estudio (anexo 2).
Cada uno de los pobladores del asentamiento humano “Alan García Pérez”
recibió una explicación sobre el propósito del estudio solicitando su
participación en la investigación, como prueba de su aceptación firmaron
una hoja de consentimiento informado (anexo 3). Se procedió a la
aplicación y llenado del instrumento con una duración de 10 a 15 minutos,
culminado el llenado se procedió a revisar y verificar que se encuentren
correctamente llenados y finalmente, se les agradeció por su colaboración.

2.8 Procesamiento de los datos:


Una vez obtenida la información se procedió a codificar una hoja de cálculo
Excel y posteriormente se ingresó a una base de datos utilizando el
paquete estadístico del programa SPSS versión 23 para su procesamiento;
lo que nos permitió obtener los cuadros a utilizar para la presentación de
los resultados. Los resultados se presentan en frecuencias absolutas y
porcentuales mostradas en tablas simples.

2.9 Consideraciones éticas y de rigor:


Para la realización de este trabajo de investigación se tuvo en cuenta los
principios de anonimato, confidencialidad, consentimiento informado, libre
participación y respeto a la dignidad humana.
• Anonimato: no se publicarán los nombres de los participantes.
• Confidencialidad: la recolección de datos se mantendrá en
secreto. No podrán ser revelados y solo se utilizarán para fines
de la investigación.
• Consentimiento Informado: se documentó la decisión de los
moradores que decidieron participar de manera voluntaria
después de haber recibido una explicación sobre la
investigación.

25
• Libre participación: este derecho es protegido directamente
al solicitar a los moradores su participación libre, explicándoles
el objetivo de estudio y la resolución de la encuesta de manera
voluntaria.
• Respeto a la dignidad humana: durante la investigación se
respetó la dignidad de los moradores y se les brindó un trato
acorde a este principio. Cada participante estuvo en la
capacidad de rehusar a seguir participando de la investigación
y de realizar cuantas preguntas consideraron necesarias.

2.10 Definición de Variables de estudio:


Variable: imagen social del profesional de enfermería.

a. Definición nominal
La imagen social del profesional de enfermería es la representación mental
que se crea a partir de la interacción enfermero-paciente, enfermero-familia,
enfermero-comunidad y de trasmisión de información por parte de los
medios de comunicación, medios audiovisuales y de la sociedad hacia sus
miembros (Merino 2017).

Dimensiones:
• Información: se refiere a la organización de conocimientos previos
que posee un grupo respecto a un objeto social (Moscovici, 1979;
Mora, 2002).
• El campo de representación, remite a la idea de imagen, de modelo
social, al contenido concreto y limitado de las proposiciones que se
refieren a un aspecto preciso del objeto de representación
(Moscovici, 1979; Mora, 2002).
• Actitud, es la orientación favorable o desfavorable en relación con el
objeto de la representación social (Moscovici, 1979).

26
b. Definición operacional
La imagen social del profesional de enfermería se operacionalizo teniendo
como antecedente el estudio denominado “Percepción de la imagen social
que tiene el equipo interdisciplinario y los enfermos del profesional de
enfermería en el INN” realizado por Moreno et al. (2011), en el que se
categoriza a la imagen social como “adecuada y no adecuada”; así mismo,
teniendo en cuenta que la encuesta tiene un valor mínimo de 32 pts., un
valor máximo de 160 pts. y un punto de corte de valor 96, la variable tiene
una definición operacional según se detalla a continuación:
• Imagen social Adecuada : 96-160 pts.
• Imagen social No Adecuada : 32-95 pts.
Siguiendo las pautas antes mencionadas, las dimensiones evaluadas dentro
de la encuesta para determinar la imagen social del profesional de
enfermería se operacionalizaron en:
• Información:
- Adecuada : 42-70 pts.
- No adecuada : 14-41 pts.
• Campo de representación:
- Adecuada : 21-35 pts.
- No adecuada : 07- 20 pts.
• Actitud:
- Adecuada : 33-55 pts.
- No adecuada : 11-32 pts.

27
III. RESULTADOS

Tabla 1

Imagen social del profesional de enfermería según la percepción de los moradores


del asentamiento humano “Alan García Pérez”, 2019.

Imagen social del profesional de


n° %
enfermería
Adecuada 68 68
No adecuada 32 32

Total 100 100


Fuente: Encuesta para determinar la imagen social del profesional de enfermería.
(EDISPE)

Tabla 2a

Imagen social del profesional de enfermería en la dimensión información según la


percepción de los moradores del asentamiento humano “Alan García Pérez”, 2019.

Imagen social del profesional de


n° %
enfermería
Adecuada 84 84
No adecuada 16 16

Total 100 100


Fuente: Encuesta para determinar la imagen social del profesional de enfermería.
(EDISPE)

28
Tabla 2b

Resultados descriptivos de la imagen social del profesional de enfermería en la


dimensión información, según la percepción de los moradores del asentamiento
humano “Alan García Pérez”, 2019.

Ítems dimensión información


De Ni de En des- Total
acuerdo acuerdo acuerdo
ni en des-
acuerdo
n° % n° % n° % n° %
El trabajo del profesional de enfermería es
85 85 4 4 11 11 100 100
cuidar a la persona sana y enferma.

El profesional de enfermería participa en


83 83 10 10 7 7 100 100
actividades de promoción de la salud.

Los profesionales de enfermería brindan


capacitación, talleres o charlas para la 83 83 7 7 10 10 100 100
prevención de enfermedades.

La labor del profesional de enfermería es


visitar su domicilio para vacunar a sus 79 79 11 11 10 10 100 100
familiares.

La labor del enfermero(a) es indicar como


77 77 6 6 17 17 100 100
deben asearse a los pacientes.

Considera que la labor del enfermero(a)


74 74 13 13 13 13 100 100
consiste en administrar medicamentos.

Los profesionales de enfermería poseen la


suficiente preparación (conocimientos y 62 62 22 22 16 16 100 100
habilidades) para atenderlo.

El profesional de enfermería realiza


acciones como inyectar, hacer curaciones y 61 61 10 10 29 29 100 100
vacunar.
Los profesionales de enfermería pueden
trabajar en otras instituciones que no sean 45 45 9 9 46 46 100 100
hospitales y puestos de salud.

El enfermero(a) puede ser docente en


44 44 7 7 49 49 100 100
instituciones educativas.

29
Considera que el profesional de enfermería
31 31 22 22 47 47 100 100
realiza trabajos de investigación.

El profesional de enfermería puede cumplir


funciones administrativas, por ejemplo,
27 27 20 20 53 53 100 100
¿puede ser jefe de alguna área o de la
institución donde trabaja?

Los profesionales de enfermería no


dependen del médico en la realización de 22 22 18 18 60 60 100 100
su trabajo.
Los profesionales de enfermería participan
14 14 22 22 64 64 100 100
en política.
Fuente: Encuesta para determinar la imagen social del profesional de enfermería. (EDISPE)

Tabla 3a

Imagen social del profesional de enfermería en la dimensión campo de


representación según la percepción de los moradores del asentamiento humano
“Alan García Pérez”, 2019.

Imagen social del profesional de


n° %
enfermería
Adecuada 74 74
No adecuada 26 26
Total 100 100
Fuente: Encuesta para determinar la imagen social del profesional de
enfermería. (EDISPE)

30
Tabla 3b

Resultados descriptivos de la imagen social del profesional de enfermería en la


dimensión campo de representación, según la percepción de los moradores del
asentamiento humano “Alan García Pérez”, 2019.

Ítems dimensión campo de representación


Ni de
acuerdo
De En des-
ni en Total
acuerdo acuerdo
des-
acuerdo
n° % n° % n° % n° %
La apariencia física del enfermero(a) es muy
limpia. 67 67 21 21 12 12 100 100

El profesional de enfermería le inspira


seguridad. 66 66 26 26 8 8 100 100

El profesional de enfermería utiliza el


uniforme de color turquesa. 64 64 20 20 16 16 100 100

Usted logra ver en el profesional de


enfermería un ejemplo digno de imitar en el 47 47 44 44 9 9 100 100
cuidado de su salud.
El profesional de enfermería le inspira
respeto. 43 43 45 45 12 12 100 100
El profesional de enfermería le inspira
confianza. 37 37 46 46 17 17 100 100

El profesional de enfermería demuestra


33 33 41 41 26 26 100 100
liderazgo.
Fuente: Encuesta para determinar la imagen social del profesional de enfermería. (EDISPE)

Tabla 4a

Imagen social del profesional de enfermería en la dimensión actitud según la


percepción de los moradores del asentamiento humano “Alan García Pérez”, 2019.

Imagen social del profesional de


n° %
enfermería
Adecuada 56 56
No adecuada 44 44
Total 100 100
Fuente: Encuesta para determinar la imagen social del profesional de
enfermería. (EDISPE)

31
Tabla 4b

Resultados descriptivos de la imagen social del profesional de enfermería en la


dimensión actitud, según la percepción de los moradores del asentamiento humano
“Alan García Pérez”, 2019.

Ítems dimensión actitud


Ni de
De acuerdo En des-
Total
acuerdo ni en des- acuerdo
acuerdo
n° % n° % n° % n° %
Cuando el profesional de enfermería lo
atiende, utiliza el correcto tono de voz para 42 42 23 23 35 35 100 100
que usted logre comprender lo que le dice.

Cuando el profesional de enfermería lo


42 42 25 25 33 33 100 100
atiende, al saludarlo, le muestra cordialidad.

Cuando el profesional de enfermería lo


41 41 24 24 35 35 100 100
atiende, se refiere a usted con respeto.

Al solicitar algo al profesional de enfermería lo


40 40 24 24 36 36 100 100
atiende y presta su ayuda.

Cuando el profesional de enfermería lo


atiende, brinda trato digno e integral a la 37 37 28 28 35 35 100 100
persona sana y enferma.

Cuando el profesional de enfermería lo


34 34 31 31 35 35 100 100
atiende, escucha y respeta sus opiniones.

Cuando el profesional de enfermería lo


32 32 31 31 37 37 100 100
atiende, respeta sus costumbres y creencias.

Cuando el profesional de enfermería lo


31 31 37 37 32 32 100 100
atiende lo hace con delicadeza y cuidado.

Cuando cuestiona al profesional de


enfermería despeja sus dudas acerca de su 30 30 30 30 40 40 100 100
salud.

Al solicitar apoyo emocional, el profesional de


27 27 38 38 35 35 100 100
enfermería atendió su necesidad.
Fuente: Encuesta para determinar la imagen social del profesional de enfermería. (EDISPE)

32
IV. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Los profesionales de enfermería tienen un rol principal en la asistencia sanitaria,


educación y promoción de la salud dirigida hacia el usuario, familia y comunidad
debido a su proximidad y permanencia en estos procesos indispensables; por lo
cual las vivencias individuales y colectivas de la sociedad con el profesional de
enfermería refuerzan o reconstruyen los estereotipos, pre conceptos e ideas
respecto de la imagen social de la enfermera(o). En ese contexto los mismos
profesionales de enfermería son los encargados de construir y transmitir su propia
imagen social (Najera y Castrillón, s.f.).

Por lo cual, es importante que el profesional de enfermería conozca la imagen


social que la comunidad le otorga para poder establecer pautas que permitan una
correcta difusión del quehacer enfermero. En base a esto, se presentan en este
trabajo los resultados obtenidos respecto de la imagen social del profesional de
enfermería en las dimensiones: información, campo de representación y actitud.

En la Tabla 1, se puede observar que, en la distribución numérica y porcentual


de 100 moradores del asentamiento humano Alan García Pérez de la ciudad de
Huamachuco, el 68% de los moradores percibe una imagen social adecuada del
profesional de enfermería, mientras que el 32% de los moradores percibe una
imagen social no adecuada.

Los resultados obtenidos en esta investigación tienen similitud con el trabajo de


Carbajo & Gutiérrez (2014), denominado “Imagen profesional de la enfermera,
según la opinión del personal de salud, en el servicio de emergencia del hospital
Santa María del Socorro de Ica, 2014”, donde el 42.3 % tienen una imagen buena
y el 35.6% muy buena.

Así mismo, con los datos encontrados por Mauricio y Janjachi (2017) en su
investigación “Imagen social del profesional de Enfermería según la percepción de

33
los pacientes del Hospital Huaycán, Lima 2016” donde el 55,4% de los pacientes
perciben una imagen social del profesional de enfermería buena, el 44,4% regular
y solo el 0,2% malo.

Al respecto, encontramos que el profesional de enfermería proporciona


cuidados de manera autónoma y en colaboración a las personas de todas las
edades, familia, grupos y comunidades, enfermos o no, y en cualquier
circunstancia; su labor incluye la promoción de la salud y la prevención de
enfermedades. Estas actividades representan una función muy importante en los
procesos de salud – enfermedad a nivel asistencial y comunitario, por lo cual, la
imagen social del profesional de enfermería, debería ser concebida en base a estas
prácticas (OMS, 2018).

Por lo que, esta imagen de cuidadora – educadora ha prevalecido a través del


tiempo y es una de las características que distinguen socialmente al profesional de
enfermería de otras profesiones y que han permitido comunicar a la sociedad la
imagen de un profesional capaz, confiable y eficiente. Así también la comunidad
destaca atributos en el profesional de enfermería como la amabilidad,
comunicación, buena presencia, inteligencia y buen sentido del humor (Duhovnik &
Moraga, 2015; Ramírez, et al., 2010).

Además, cabe señalar que los profesionales de enfermería en el desarrollo de


sus funciones, están constantemente desafiados a emprender estrategias teórico-
prácticas que permiten entender y contribuir a la resolución de los problemas de
salud en general y al cuidado holístico, ofrecidos con calidad científico – técnica y
dirigidas a la persona, familia y comunidad; por lo que, la comunidad percibe este
esfuerzo del grupo enfermero y genera una representación que asocia a su imagen
como positiva o adecuada.

Así mismo, la enfermería vista desde el enfoque comunitario es una práctica


orientada a la salud pública, con la finalidad de promover y preservar la salud de la
34
población, utilizando para ello conocimientos científicos, habilidades, actitudes
adecuadas y ofreciendo sus servicios en la promoción, prevención y rehabilitación
sobre la comunidad, instituciones, asociaciones y domicilios. De igual manera
resalta el papel del profesional de enfermería para suministrar cuidados directos en
la población, brindar soporte, apoyo y escucha; defender y promover; liderar y
animar; coordinar, enlazar y facilitar; asesorar, aconsejar y educar, por lo que estas
actividades contribuyen en la visualización de su imagen por los integrantes de las
comunidades urbanas y rurales (Martínez, 2014).

Sin embargo, aun cuando la visión de la imagen social del profesional de


enfermería es halagadora desde un contexto general, aún persisten ciertos
conceptos muy arraigados respecto a su imagen, pero que devienen del propio
quehacer enfermero. Encontramos, por ejemplo, que es considerada por los demás
como una carrera muy sacrificada y que según diversos estudios tiene como misión
“velar por el prójimo, brindándole tranquilidad, consuelo y cuidado en los momentos
más difíciles, es decir cuando la persona está padeciendo una enfermedad”. Así
mismo, la labor de la enfermera ha tenido una doctrina basada en la vocación, lo
que ha significado “una forma específica de llevar a cabo los cuidados y ha
representado un tipo de relación entre el médico y la enfermera”, esto supone una
imagen de subordinación y dependencia, la misma que ha calado profundamente
en la representación del trabajo enfermero frente a la comunidad (Merino, 2017;
Almagro, 2015).

Los resultados obtenidos en la primera tabla nos permiten catalogar la imagen


social del profesional de enfermería como adecuada; probablemente este resultado
está relacionado a que el profesional de enfermería del I nivel de atención se
proyecta hacia las comunidades y, durante la interacción asistencial y educadora
con el usuario, familia y comunidad ha demostrado poseer habilidades técnicas
competentes, así como la práctica de actitudes que nos acercan a la idoneidad del
buen trato. De la misma manera, el contacto de la comunidad con el profesional de
enfermería a raíz de la implantación de la atención primaria de salud en actividades
como la inmunizaciones, visita domiciliaria y promoción de la salud, principalmente

35
en los estilos de vida, ha permitido que la información, conceptos y estereotipos
asociados a la imagen del profesional de enfermería se hayan reestructurado y
contengan un contenido más real del rol enfermero, fijando aún más su imagen
positiva en la comunidad.

En la Tabla 2a, se puede observar que, en la distribución numérica y porcentual


de 100 moradores del asentamiento humano “Alan García Pérez” de la ciudad de
Huamachuco respecto a la imagen del profesional de enfermería en la dimensión
información, el 84% de los moradores percibe una imagen social adecuada del
profesional de enfermería, mientras que el 16% de los moradores percibe una
imagen social no adecuada.

Así mismo, en la Tabla 2b, se observan los resultados de manera descriptiva de


los ítems asociados a la imagen social del profesional de enfermería en la
dimensión información donde el 85% de los encuestados asocia el cuidado de la
persona sana y enferma al trabajo del profesional de enfermería, el 83% a
actividades de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, el 79% a la
realización de la visita domiciliaria, el 77% a actividades asistenciales como aseo
de pacientes, el 74% a la administración de medicamentos, el 61% a inyecciones,
curaciones y vacunas y el 62% considera que la enfermera(o) tienen la suficiente
preparación profesional. Además, el 45% de los encuestados asocia al profesional
de enfermería laborando en instituciones de salud, el 44%, 31% y 27% reconocen
la función docente, de investigación y administración respectivamente. Respecto a
la autonomía y la participación en política solo un 22% y 14% asocian estos ítems
a la imagen social del profesional de enfermería.

Estos resultados guardan relación con los datos encontrados por Mauricio &
Janjachi (2017) en su investigación “Imagen social del profesional de Enfermería
según la percepción de los pacientes del Hospital Huaycán, Lima 2016” donde en
la dimensión información el 63.9% de los encuestados percibe una imagen buena
y el 33.1 una imagen regular. Así mismo, con los datos encontrados por Vásquez

36
de Prada (2015) en su trabajo “La enfermería profesional: análisis y estrategias de
mejora de la imagen social” realizado en Valladolid – España, en donde el 42.8%
de los encuestados considera que la enfermería es una profesión que tiene
autonomía.

Además, los resultados obtenidos en esta investigación difieren con los datos
encontrados por Mieles y Parreño (2017) en su investigación titulada “Estudio de la
percepción sobre la imagen social del rol de enfermería en la ciudad de Santo
Domingo de los Tsachilas periodo diciembre - 2017”, en donde encontraron que al
evaluar la dimensión información el 79,4% de los 384 encuestados tienen una
imagen social regular de los profesionales de enfermería.

Al respecto de los hallazgos en la dimensión información, es necesario


mencionar que “cuidar en la sociedad no resulta tarea fácil” pues implica “responder
a las necesidades particulares de la persona y su entorno”; sin embargo,
actualmente y a partir de la práctica de la enfermería comunitaria la visibilidad de
los cuidados ofrecidos por el profesional de enfermería resultan perceptibles y
gozan de mayor reconocimiento social (Rodríguez, 2014).

Es importante señalar que el profesional de enfermería, durante la ejecución de


su trabajo en el primer nivel de atención, realiza la prestación del cuidado integral
a través de servicios preventivos y asistenciales a todas las personas integrantes
de una familia o de la comunidad. Asume un rol investigativo de los factores
ambientales, sociales y conductuales causantes de la enfermedad y la promoción
de su corrección. Es precisamente esta postura, lo que, permite que la imagen
social del profesional de enfermería sea percibida por la comunidad como un
ejemplo a imitar en el cuidado de la salud (Martínez, 2014).

Por lo que, resulta necesario entender este cuidado, percibido por la comunidad,
como un tipo de cuidado de prevención y precaución, y que está referido a aquellas

37
actitudes y comportamientos que deben ser previstos por la enfermera(o) y
asimilados por comunidad con la finalidad de evitar los efectos perjudiciales al
sistema-vida y al sistema-Tierra; entendiéndose así al cuidado como algo esencial
al ser humano. Así mismo, este cuidado provisto por la enfermera(o) en sus
diferentes funciones (asistencial, administración, investigación y docente) es
brindado y entendido (aunque no siempre inmediato) por la comunidad de manera
automática. Este intercambio de información entre la enfermera(o) y la comunidad
permite la construcción de una imagen social adecuada en favor del profesional de
enfermería (Boff, 2002).

De igual manera, es importante resaltar que la imagen que proyecta el


profesional de enfermería es fundamental para la práctica de la promoción de la
salud, por ser quien adquiere durante su formación mayor competencia para actuar
como educador junto al equipo de salud y la comunidad. Las acciones de
enfermería en la promoción de la salud son esenciales, por cuanto permiten “la
conquista de la autonomía y asimilación de conocimientos en la mejora de la calidad
de vida de las personas”. Así mismo es necesario valorar el desarrollo de acciones
de cuidado dirigidos a la persona, familia y comunidad basadas en un proceso de
diálogo y la individualidad de cada ser, lo que se traduce en un cuidado más
próximo a las necesidades reales de los usuarios (Firmino, et al. 2013).

Es por eso que, para la realización de estas actividades de promoción de la


salud y prevención de enfermedades, el actual modelo de salud de nuestro país,
considera la visita domiciliaria como una estrategia fundamental para su desarrollo.
En base a esto es necesario reconocer la labor del profesional de enfermería en la
realización de la visita domiciliaria, pues hasta el día de hoy ejerce esta actividad
de una manera consolidada teniendo como finalidad conocer y comprender la vida
familiar y social de las personas en su propio entorno (MINSA, 2011; Ayuso, Tejedor
y Serrano, 2018).

38
Los mismos autores señalan, además, la importancia de la visita domiciliaria
como una actividad esencial del profesional de enfermería, pues “posibilita la
promoción de salud y da respuesta a las necesidades y problemas existentes en la
familia, mediante la orientación, asesoramiento, educación y aplicación de cuidados
de enfermería”. Es necesario mencionar que las visitas domiciliarias facilitan los
cambios dentro del sistema familiar para revertir situaciones de salud y promueven
el desarrollo en sus miembros, lo que además va a repercutir en el desarrollo
comunal; esto indudablemente resulta positivo en la percepción de la imagen de la
enfermera(o) por parte de la comunidad (OMS, 2001, citado por Villanueva, 2016).

Así, por ejemplo, algunos argumentos de los entrevistados a tomar en cuenta


están referidos a la labor del profesional de enfermería cuando brinda el cuidado
en las visitas domiciliarias, realiza talleres educativos dirigidos al usuario y su
familia en temas de autocuidado y hábitos saludables. En suma, podemos inferir
que el desarrollo de estas actividades ha permitido que la comunidad perciba la
función docente del profesional de enfermería, así como la labor asistencial, lo que
se traduce para la profesión enfermera(o) como un gran avance respecto al
reconocimiento social de la comunidad y, por lo tanto, la reestructuración de las
representaciones sociales preexistentes en la comunidad.

De igual manera, la formación académica del profesional de enfermería le ha


permitido adaptarse a las diferentes realidades socioculturales y contextos
geográficos, logrando que la población perciba un profesional con capacidad
resolutiva, altamente competente y con un abordaje social muy amplio (Babera, et
al., 2015).

Así también, el contacto de la comunidad con la función asistencial del


profesional de enfermería, a través de la asistencia directa y/o de los medios de
comunicación, aporta una gran cantidad de información que se asocia al trabajo
enfermero, fomentando una imagen dirigida más a las actividades técnico –
prácticas, como inyectar, realizar curaciones o vacunar y que, permite identificarla.

39
Sin embargo, esta asociación meramente asistencial, aunque cumple su función
informativa también resta a la imagen de la enfermera (o) ya que la encasilla en
determinadas funciones y espacios (Lagoueyte, 2015).

Este encasillamiento persiste aun en la imagen social actual que la comunidad


le otorga al profesional de enfermería, asociando su imagen a la falta de autonomía
y el desconocimiento sobre los campos de actuación fuera de los centros
prestadores de salud; y es que la autonomía profesional debería estar implícita en
el desarrollo de todas las actividades que realizan los profesionales de enfermería
quienes, para ejercer esta autonomía, deben estar completamente empoderados
de ella y así mismo actualizados respecto a los avances y nuevos hallazgos que se
produzcan en materia de sus competencias. Esto permitirá contribuir en la mejora
de la calidad del cuidado ofrecido a la persona, familia y comunidad y por ende al
cambio de percepción que la comunidad tiene sobre su imagen (Luengo & Paravic,
2016).

Por otro lado, es necesario mencionar que las actividades realizadas por el
profesional de enfermería en cuanto a su función de administración e investigación,
actualmente no son identificadas por la sociedad con claridad y a la misma vez
tampoco es reconocida por su institución o remunerada por la misma, por lo que
este desconocimiento repercute de manera negativa en la imagen social del
profesional de enfermería (García, 2015; Pérez, 2015).

De la misma manera, la comunidad tampoco ha notado la imagen de la


enfermera(o) en el campo de la política. Esta imperceptible participación de los
enfermeros (as) en organizaciones representativas de su propio gremio, así como
la escasa ganancia de espacios significativos en cargos públicos, y en las políticas
públicas de salud son factores que han determinado la poca visibilidad de la imagen
de la enfermera en esta dimensión (Rutz & Buss, 2015).

40
Sin embargo, los mismos autores nos muestran la gran importancia del
empoderamiento político que debe existir en el profesional de enfermería, pues
implica la garantía del ejercicio de la ciudadanía y la orientación para la toma de
decisiones en un marco que facilite las condiciones para la correcta administración
y gestión del cuidado del usuario, familia y comunidad en las instituciones de salud
y fuera de ellas. Por consiguiente, el profesional de enfermería con presencia
política debe tratar asuntos que interfieren directamente en la producción de salud,
alcanzando con ello “autonomía y emancipación profesional”, lo que adicionalmente
otorgaría a la enfermería fuerza, visibilidad, reconocimiento y un cambio en la
percepción de la imagen social de la enfermería por parte de la comunidad.

En base a los resultados de la dimensión información, podemos inferir que aun


cuando el profesional de enfermería tiene una imagen social adecuada en la
dimensión información, preexisten ciertos conceptos en la población, que
desdibujan la imagen del profesional de enfermería, por ejemplo: la imagen de la
enfermera ayudante del médico o la representación del profesional de enfermería
laborando exclusivamente en hospitales y centros de salud, desconociendo su
actuación en otros espacios.

En la Tabla 3a, se puede observar que, en la distribución numérica y porcentual


de 100 moradores del Asentamiento Humano Alan García Pérez de la ciudad de
Huamachuco respecto a la imagen del profesional de enfermería en la dimensión
campo de representación, el 74% de los moradores percibe una imagen social
adecuada, mientras que el 26% de los moradores percibe una imagen social no
adecuada.

Así mismo, en la tabla 3b, se aprecian los resultados de manera descriptiva de


los ítems asociados a la imagen social del profesional de enfermería en la
dimensión campo de representación, donde el 67% de los encuestados asocia esta
imagen adecuada a la apariencia física limpia de la enfermera(o), el 66% a su
capacidad de inspirar confianza y el 64% la identifica en base al uso del uniforme

41
turquesa; mientras que, respeto, confianza y liderazgo (43, 37% y 33%) son
características poco relacionadas a la imagen social del profesional de enfermería
por parte de los encuestados.

Estos resultados son análogos a los encontrados por Mauricio & Janjachi
(2017), en su investigación “Imagen social del profesional de Enfermería según la
percepción de los pacientes del Hospital Huaycán, Lima 2016” donde en la
dimensión campo de representación el 59,3% considera que la imagen social del
profesional de enfermería es buena y el 35,6%, percibe una imagen regular.

Del mismo modo, con los datos obtenidos por Muñoz & Consuegra (2015) en su
investigación “Imagen social de la enfermería en una población no sanitaria de la
ciudad de Madrid” quienes encontraron que del total de 220 participantes el 39.1%
y el 36.4% considera admiración y respeto como la imagen que le merecen los
profesionales de enfermería.

Así mismo, los resultados son similares al estudio realizado por Rodríguez et al.
(2015) en su investigación titulada “¿Cómo nos ven los usuarios a los profesionales
de enfermería? Imagen social” realizado en Almeira – España, en una población de
119 participantes, encontrando que el 68.1% de los encuestados percibe una
imagen social de respeto, y un 25% percibe una imagen de admiración.

A diferencia de los datos encontrados por Mieles & Parreño (2017), en su


trabajo titulado “Estudio de la percepción sobre la imagen social del rol de
enfermería en la ciudad de Santo Domingo de los Tsachilas periodo diciembre -
2017”, en donde encontraron que al evaluar la dimensión campo de representación
el 51.3% de los 384 encuestados tienen una imagen social regular de los
profesionales de enfermería.

42
Al respecto, la enfermera (o), debe promover durante el desarrollo de sus
actividades, una imagen que pueda ser reconocida y diferenciada por la población
en base a su presentación y su capacidad de trasmitir sentimientos de confianza,
respeto y seguridad. Por lo que la confianza es la clave en el arte del cuidar, ya que
implica que se cree en el otro y, por lo tanto, se pone en sus manos. Es fundamental
que el profesional de enfermería, sepa transmitir a quien cuida, sensaciones que
hagan que se sienta seguro y protegido, proyectando dicha imagen (Granero &
Ramos, 2014).

Por lo que, se hace necesario que las actividades desarrolladas por el


profesional de enfermería en sus diferentes funciones (asistencial, administración
y docente) impliquen saber transmitir ciertas características cualitativas que se
perciban como agradables ante la sociedad. Sin embargo, estas cualidades por si
solas no abarcan la totalidad de la imagen representada, por lo que se hace
indispensable que la presencia física de la enfermera (o) se convierta en un recurso
importante para la concepción y/o adecuación de esta imagen adecuada que se
pretende transmitir. En respuesta, las personas desarrollan sentimientos de
confianza, seguridad y respeto durante el contacto asistencial o comunitario con el
profesional de enfermería, de allí que, la enfermera (o) es responsable de mantener
y fomentar una imagen adecuada ante la sociedad (Amezcua, 2014).

A todo esto, suma el hecho del uso del uniforme del profesional de enfermería
durante las labores asistenciales y comunitarias, pues apunta a la identificación
profesional. Por lo que, la apariencia y el uniforme del colectivo enfermero inspiran
confianza y a la vez, es considerado “socialmente respetado porque dignifica y
significa el conjunto de cualidades que tienen las enfermeras” como la disciplina y
el arte del cuidado (Serrano, 2013).

Así mismo, el uso adecuado del uniforme responde a las normas y exigencias
de la profesión, así como del respeto que tiene la enfermera por el ejercicio
profesional frente a la comunidad; estos elementos ayudan a la transmisión de una

43
imagen social adecuada, por cuanto, un profesional de enfermería vestido
adecuadamente inspira en el usuario, familia y comunidad confianza y respeto. Al
respecto, el Reglamento para el Uso del Uniforme de la Enfermera (o) del Colegio
de Enfermeros del Perú, señala que proteger la imagen y la presentación del
profesional de enfermería es una responsabilidad implícita por cuanto permite la
identificación de la enfermera(o) por parte de la sociedad (Feliu, 2018; CEP, 2012).

Por otro lado, abordamos a la enfermería como una ciencia que está en
constante interacción con otras ciencias, personas, grupos, instituciones y
comunidad, por lo cual, la búsqueda constante de conocimiento y su desarrollo
exigen que los profesionales de enfermería desarrollen capacidades de interacción
y liderazgo; puesto que permiten la “trascendencia en la toma de decisiones para
el desarrollo de la profesión en todos los ámbitos de la vida social, económica y
política” (Souza, et al., 2013).

Debido a la formación del profesional de enfermería, la enfermera (o) desarrolla


de manera automática habilidades de liderazgo en respuesta a las ocupaciones
académicas que le son exigidas. Actualmente y en base al desarrollo de actividades
de promoción de la salud y prevención de la enfermedad (campañas de vacunas,
capacitación a organizaciones sociales de base, coordinación con autoridades
locales, etc.) este liderazgo puede ser distinguido de manera mas clara por la
comunidad. Sin embargo, también es necesario mencionar que esta característica
de la enfermera líder pocas veces es apreciada por los mismos profesionales de
enfermería. De allí que, esta invisibilidad del liderazgo percibida por el propio
profesional y su gremio generen un impacto negativo en la imagen social que tiene
la comunidad (Quezada, Illesca & Cabezas, 2014).

En base a estos resultados, podemos catalogar a la imagen del profesional de


enfermería en la dimensión campo de representación como adecuada;
probablemente porque durante la interacción comunitaria y asistencial, la
enfermera, sabiendo proyectar su hacer y ser a través de su presencia y el uso

44
adecuado del uniforme, se ha ganado el respeto y la confianza de la comunidad
manifestándose entonces de una manera positiva en la representación mental que
tiene la comunidad sobre su imagen.

En la Tabla 4a, se puede observar que, en la distribución numérica y porcentual


de 100 moradores del Asentamiento Humano Alan García Pérez de la ciudad de
Huamachuco respecto a la dimensión actitud de la imagen social del profesional de
enfermería, el 56% de los encuestados percibe una imagen social adecuada,
mientras que el 44% de los moradores percibe una imagen social no adecuada.

Así mismo, en la Tabla 4b, se aprecian los resultados de manera descriptiva de


los ítems asociados a la imagen social del profesional de enfermería en la
dimensión actitud, donde el 42% de los encuestados asocia esta imagen adecuada
al correcto tono de voz usado para la interlocución y a la cordialidad mostrada, el
41% al respeto, el 40%, 37% y 34% a la capacidad de ayuda, al trato digno e integral
y a la escucha activa, respectivamente. Por otro lado, el 32%, 31% y 30% asocia
esta imagen al respeto por las costumbres y creencias, a la delicadeza durante el
cuidado y a la capacidad de despejar dudas acerca de su salud.

Los resultados obtenidos tienen similitud con los datos expuestos por Mauricio
& Janjachi (2017) en su investigación “Imagen social del profesional de Enfermería
según la percepción de los pacientes del Hospital Huaycán, Lima 2016” donde en
la dimensión actitud el 46,7% de los encuestados percibe una buena imagen social
del profesional de enfermería y el 41,6% una imagen regular.

De igual modo, con el trabajo de Rodríguez et al. (2015), en su investigación


“¿Cómo nos ven los usuarios a los profesionales de enfermería? Imagen social”
desarrollada en Almería, España, en donde encontraron que un 33.6% de los
encuestados piensa que los profesionales de enfermería son amables e
inteligentes.

45
Actualmente, el perfeccionamiento de la calidad técnica de los cuidados
brindados por el profesional de enfermería ha concedido la visibilidad de la
enfermería como profesión, sin embargo, también ha permitido que otros aspectos
tanto o más importantes, como el acompañamiento, la empatía, la confidencialidad
se vean desgastados en nuestra interrelación con el usuario, familia y comunidad.
Dar más relevancia a la parte humana en el trabajo diario, permite la humanización
del cuidado en todos los niveles de atención, ya que los aspectos técnicos -
científicos no son suficientes y los valores humanos fundamentales son muy
apreciados por los usuarios, familia y comunidad (Moyano, 2015; Ayuso & Serrano,
2018).

Estos atributos que a juicio de la comunidad los profesionales de enfermería


deberían poseer están relacionados a la amabilidad, simpatía, alegría, respeto, a la
capacidad de escucha activa hacia el usuario, interés, empatía, confidencialidad,
intimidad, autonomía del paciente y respeto de la dignidad humana. También se
atribuyen otras características como la responsabilidad, vocación, preocupación y
sinceridad. Estos atributos son recogidos y procesados por la comunidad para
describir la labor del profesional de enfermería y, por lo tanto, contribuyen en la
formación de su imagen, así como resultan en criterios para la adquisición de la
confianza de las personas, familia y comunidad (Encinas, 2016; Ayuso & Serrano
2018).

En la práctica diaria se puede evidenciar que los usuarios y la comunidad dan


más valor a la atención oportuna y humanizada, por lo cual aprecian el cuidado,
afecto y buen trato de parte de los profesionales de enfermería durante la ejecución
de las actividades realizadas por la enfermera (o). Esto genera una percepción de
calidad de la atención brindada, así como una buena impresión de la imagen del
profesional de enfermería. La práctica asertiva permite ganar autoestima,
satisfacción y control sobre el desarrollo personal y respeto de parte del profesional
de enfermería y de la comunidad (Orozco & Vija, 2018).

46
Por ello, el papel de la enfermera (o) en su relación con la persona, familia y
comunidad, trasciende los cuidados de la enfermedad, la educación sanitaria y la
promoción de la salud. La práctica de la enfermería ofrece numerosas ocasiones
para conocer y ayudar al sujeto del cuidado desde una perspectiva global: como
ser humano. Esto invita y facilita a que la imagen social que la comunidad percibe
de la enfermera se establezca de una manera adecuada.

Así mismo, el profesional de enfermería durante la ejecución de sus actividades,


debe tener la capacidad de trasmitir a la persona, familia y comunidad, valores y
actitudes que puedan ser reconocidas como “buen trato”. Hoy más que nunca es
necesario que los profesionales de enfermería, sean conscientes de la importancia
del clima del buen trato, ya que, un buen trato, marca la diferencia y permite la
formación de un vínculo muy preciado por las personas. Estos sentimientos,
permiten la construcción de una imagen adecuada del profesional de enfermería en
la comunidad.

Por lo tanto, es importante la adquisición de habilidades sociales asertivas que


permitan al profesional de enfermería llegar al usuario, familia y comunidad de una
manera sincera y sencilla y que, a través de este contacto, la comunidad se sienta
identificada y protegida, lo que, a su vez, permita una mejora de la práctica clínica
y comunitaria y, en retribución, el desarrollo adecuado de nuestra imagen dentro de
la comunidad.

En base a lo mencionado, asumimos que la imagen social adecuada del


profesional de enfermería en la dimensión actitud, responde a la interacción
asertiva del profesional de enfermería en la práctica clínica y comunitaria con la
población, donde ha demostrado trato digno e integral, respeto, apoyo, escucha y
cordialidad. Sin embargo, algunos aspectos del trabajo del profesional de
enfermería deben reorientarse hacia la práctica de valores y actitudes de respeto
de la cultura y costumbres de la zona donde realizan sus actividades.

47
V. CONCLUSIONES

1. Identificamos de manera general a la imagen social del profesional de


enfermería como adecuada, ya que el 68% de los moradores encuestados
así lo perciben en las dimensiones información y campo de representación.

2. En la dimensión información, el 84% de los moradores percibe una imagen


social adecuada del profesional de enfermería asociada a la hegemonía de
la función asistencial, así como del rol educadora – cuidadora; sin embargo,
existe un desconocimiento (16%) de las funciones de administración e
investigación, así como de la participación política del profesional de
enfermería.

3. En la dimensión campo de representación, el 74% de los moradores percibe


una imagen social adecuada del profesional de enfermería relacionada a la
presencia física de la enfermera (o), al uso del uniforme y la seguridad
trasmitida en la realización del quehacer enfermero; sin embargo, un 26%
de los moradores asocia al profesional de enfermería con la falta de
confianza y liderazgo.

4. En la dimensión actitud, el 56% de los moradores percibe una imagen social


del profesional presumible como adecuada; sin embargo, a pesar de este
resultado, determinamos que la imagen social del profesional de enfermería
es no adecuada, ya que en la evaluación de los datos descriptivos de esta
dimensión ninguno de los ítems sobrepasa el 50% de manera individual, toda
vez que existe una preponderancia de la percepción del morador asociada
a la falta de cordialidad, amabilidad, delicadeza y cuidado, trato digno e
integral, escucha activa y respeto por la cultura y costumbres por parte de la
enfermera (o).

48
VI. RECOMENDACIONES.

Considerando los resultados obtenidos y las conclusiones del presente trabajo de


investigación, se recomienda lo siguiente:

1. Difundir los resultados de la investigación en las instituciones de salud,


entidades formadoras y en los gremios de enfermería para fortalecer la
imagen del profesional de enfermería en las dimensiones información,
campo de representación y actitud.
2. Las instituciones formadoras, así como las instituciones de salud deben
potenciar estrategias que ayuden en la imagen social del profesional de
enfermería en la dimensión información referente a la autonomía, capacidad
investigativa y participación política.
3. Los gremios de Enfermería deben establecer alianzas con los medios de
comunicación para promocionar programas en relación a la participación y
presencia política de la enfermera(o) y las actividades propias de la
profesión.
4. Recomendar que el Colegio de Enfermeras realice las debidas supervisiones
a los lugares donde las enfermeras ejercen la profesión con la finalidad de
verificar el cumplimiento estricto del uniforme para salvaguardar la identidad
de la profesión.
5. Las instituciones formadoras deben fortalecer los temas de liderazgo y el
trabajo en equipo interdisciplinario para el empoderamiento de la profesión.
6. Las instituciones formadoras deben establecer mayor contenido y/o
estrategias en relación a valores, buen trato, comunicación, sensibilidad,
solidaridad.
7. Promover en las instituciones de salud el respeto por la cultura y costumbres
de la población.
8. Realizar trabajos de investigación sobre la imagen social del profesional de
enfermería de tipo cualitativo.

49
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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61
VIII. ANEXOS

Anexo 1

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE ENFERMERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

ENCUESTA PARA DETERMINAR LA IMAGEN SOCIAL DEL PROFESIONAL


DE ENFERMERÍA. (EDISPE)
Diseñado por: Mauricio y Janjachi, 2017.

Modificado por: Burgos y Ruiz, 2019.

Muy buenos días señor (a). Somos egresados de la Universidad Nacional de Trujillo y
hemos preparado una encuesta de carácter anónimo que tiene como finalidad evaluar la
imagen social de los profesionales de enfermería según su percepción.
Instrucciones:

Por favor sírvase marcar con una “X” la opción que se apegue más a su realidad.

A) Datos Personales:

1.-EDAD:
18-25: 36-45: 56 a más:

26-35: 46-55:

2.- SEXO:
Femenino: Masculino:

3.- ESTADO CIVIL:


Soltero: Casado: Viudo:

Divorciado:

4.- GRADO DE INSTRUCCIÓN:


Primaria Incompleta: Secundaria Incompleta:

Primaria Completa: Secundaria Completa:

Superior Técnico: Analfabeto:

Superior Universitario:
B) Imagen Social del Profesional de Enfermería:

62
Por favor sírvase marcar con una “X” la opción que se apegue más a su criterio.

Ni de acuerdo ni

En desacuerdo
en desacuerdo
Totalmente de

Totalmente en
desacuerdo
De acuerdo
N° Ítems

acuerdo
Información:
El trabajo del profesional de enfermería es cuidar
1
a la persona sana y enferma.
El profesional de enfermería puede cumplir
funciones administrativas, por ejemplo, ¿puede
2 ser jefe de alguna área o de la institución donde
trabaja?

El enfermero(a) puede ser docente en


3 instituciones educativas.

Considera que el profesional de enfermería


4 realiza trabajos de investigación.

El profesional de enfermería realiza acciones


5 como inyectar, hacer curaciones y vacunar.

Los profesionales de enfermería brindan


6 capacitación, talleres o charlas para la
prevención de enfermedades.

Los profesionales de enfermería no dependen del


7 médico en la realización de su trabajo.

Los profesionales de enfermería poseen la


8 suficiente preparación (conocimientos y
habilidades) para atenderlo

Considera que la labor del enfermero(a) consiste


9 en administrar medicamentos.

La labor del enfermero(a) es indicar como deben


10 asearse a los pacientes.

Los profesionales de enfermería participan en


11 política.

El profesional de enfermería participa en


12 actividades de promoción de la salud.

La labor del profesional de enfermería es visitar


13 su domicilio para vacunar a sus familiares.

63
Los profesionales de enfermería pueden trabajar
14 en otras instituciones que no sean hospitales y
puestos de salud.

Campo de representación:
15 El profesional de enfermería le inspira seguridad.

16 El profesional de enfermería le inspira respeto.


17 El profesional de enfermería le inspira confianza.
El profesional de enfermería demuestra
18
liderazgo.
Usted logra ver en el profesional de enfermería
19 un ejemplo digno de imitar en el cuidado de su
salud.
La apariencia física del enfermero(a) es muy
20
limpia.
El profesional de enfermería utiliza el uniforme de
21
color turquesa.
Actitud:
Cuando el profesional de enfermería lo atiende,
22 utiliza el correcto tono de voz para que usted
logre comprender lo que le dice.
Cuando el profesional de enfermería lo atiende,
23 brinda trato digno e integral a la persona sana y
enferma.
Cuando el profesional de enfermería lo atiende,
24
se refiere a usted con respeto.
Cuando cuestiona al profesional de enfermería
25
despeja sus dudas acerca de su salud.
Cuando el profesional de enfermería lo atiende,
26
respeta sus costumbres y creencias.
Al solicitar algo al profesional de enfermería lo
27
atiende y presta su ayuda.
Al solicitar apoyo emocional, el profesional de
28
enfermería atendió su necesidad.
Cuando el profesional de enfermería lo atiende lo
29
hace con delicadeza y cuidado.
Cuando el profesional de enfermería lo atiende,
30
escucha y respeta sus opiniones.
Cuando el profesional de enfermería lo atiende,
31
al saludarlo, le muestra cordialidad.
Cuando el profesional de enfermería lo atiende,
32
siempre le muestra respeto.

64
Anexo 2

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE ENFERMERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

SOLICITO: PERMISO PARA APLICAR PROYECTO DE TESIS.

Sr(a).
Presidente de la Junta Vecinal del asentamiento humano “Alan García Pérez”-
Sector N°5 - Huamachuco.

Yo, Jholyna Wini Ruiz Torres, egresada de la EscuelaPprofesional de


Enfermería de la Universidad Nacional de Trujillo, ante usted con el debido respeto
me presento y expongo:

Que por haber finalizado de manera satisfactoria mi carrera profesional de


Enfermería y siendo requisito indispensable aplicar el proyecto de tesis que he
realizado juntamente con mi compañero, Edinson Jhonkennedy Burgos Paredes y
que lleva por título “IMAGEN SOCIAL DEL PROFESIONAL DE ENFERMERÍA
SEGÚN LA PERCEPCIÓN DE LOS MORADORES - HUAMACHUCO”, por esta
razón me dirijo a su honorable despacho para solicitarle el permiso respectivo para
aplicar dicho proyecto dentro del Asentamiento Humano Alan García Pérez.

Huamachuco, septiembre del 2019.

Atentamente,

-------------------------

Jholyna Wini Ruiz Torres

65
Anexo 3

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE ENFERMERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

DECLARACION DE CONSENTIMIENTO INFORMADO

Yo, ……………………………………………………………, de……… años de edad,

identificado (a) con DNI N°………………. y con domicilio actual en el asentamiento

humano “Alan García Pérez”, Sector N°05 de la ciudad de Huamachuco; manifiesto

que he sido informado (a) sobre los objetivos, beneficios y demás en relación a la

investigación titulada “IMAGEN SOCIAL DEL PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

SEGÚN LA PERCEPCIÓN DE LOS MORADORES – HUAMACHUCO” realizado

por los Bachilleres en Enfermería:

Burgos Paredes Edinson Jhonkennedy.

Ruiz Torres Jholyna Wini.

He sido también informado (a) que mis datos personales serán protegidos con

absoluta discreción.

Tomando ello en consideración, OTORGO mi CONSENTIMIENTO para que yo sea

parte de dicho proyecto y cuyos datos obtenidos sean utilizados para cubrir los

objetivos específicos en el proyecto.

Huamachuco, septiembre del 2019.

……………………………

Firma

66
Anexo 4

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE ENFERMERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

CONSTANCIA DE ASESORAMIENTO DE PROYECTO DE TESIS

Yo, Marcela Liduvina Rodríguez Argomedo, Docente del Departamento Académico

de Enfermería en Salud Familiar y Comunitaria de la Escuela Profesional de

Enfermería, Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Trujillo,

mediante la presente hago costar haber brindado asesoría en la realización del

proyecto de investigación titulado: “IMAGEN SOCIAL DEL PROFESIONAL DE

ENFERMERÍA SEGÚN LA PERCEPCIÓN DE LOS MORADORES –

HUAMACHUCO”

Elaborado por los bachilleres en Enfermería:

- Burgos Paredes Edinson Jhonkennedy.

- Ruiz Torres Jholyna Wini.

Se expide el presente para los fines que estimen conveniente.

Trujillo, de ………….. del 2019.

-----------------------------------------

Dra. Marcela L. Rodríguez Argomedo

Asesora

67

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