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Resumen grupal: clase I, II, III y IV. Análisis, organización y gestión de las Instituciones educativas.

Tópicos: Presentación de la Unidad Curricular. Creación del acuerdo pedagógico. La


Institución: mirada funcionalista y crítica. Mayo Francés.

Iniciamos la primera clase con una introducción por parte de la profesora Graciela Ríos,
recuperando al autor Bazán Campos,explica que la materia no es una Ciencia, ni una disciplina,
sino una Unidad Curricular, porque convoca a diferentes disciplinas y ciencias para abordar un
tema, que en este caso son las Instituciones Educativas.

Además, durante esta primera clase confeccionamos el acuerdo pedagógico, donde se


trato sobre los hábitos de higiene, puntualidad, vestimenta, entre otros.

Durante la siguiente clase se presentó como tema la Institución, la misma será abordada
desde un enfoque sociológico, histórico y psicoanalítico, para deconstruir las miradas que tenemos
sobre la Institución. Para ello, nos explica que se partirá desde una perspectiva funcionalista y, de
esta manera, poder llegar a una óptica contemporánea y critica. La primera hace referencia al
funcionalismo que surge con la sociología en el siglo XIX. Los sociólogos para poder explicar los
hechos sociales utilizaron los métodos de las ciencias exactas, más específicamente de las
ciencias naturales. Apelando a las ciencias biológicas es que ofrecieron una explicación analógica
de la sociedad, la misma “es como una organismo vivo”, más específicamente, como un cuerpo
humano, el cual está compuesto por partes. Esas partes son los órganos, cada uno de ellos
cumple una función específica no para sí, sino para el todo. En este sentido, quien coordina y
define las funciones de los órganos es el cerebro, es decir, que las relaciones entre las partes es
jerárquica, lineal. Esto significa que las partes son heterónomas, es decir que los órganos no tienen
poder para definir su función.

Entonces, desde esta visión analógica de la sociedad, las partes aluden a las
Instituciones, cada una de ellas con una función específica que la cumple por y para la sociedad.
¿Quién decide qué hacer? ¿Quién es el cerebro en la sociedad? Es el Estado, el único con poder
y derecho sobre las Instituciones. Es la macro estructura que está por encima de todas las demás.

Así como los órganos del cuerpo humano necesitan relacionarse entre sí para que el todo
funcione, también las instituciones deben relacionarse para que sea posible el funcionamiento,
dando lugar a un orden o armonía en la sociedad.

En efecto, ¿qué es una Institución para el funcionalismo? Es exactamente lo mismo, un


todo compuesto por partes. Estas son los individuos: director, docente, alumnos, porteros, personal
de maestranza. Cada uno cumple una función específica que no la cumple para sí, sino para el
todo. Esas partes necesitan relacionarse con las demás, pero no son autónomas, cada una tiene
una serie de funciones que las define el cerebro, en este caso el/la directora/a, es decir, existen en
las Instituciones una jerarquía.

En relación a lo anteriormente dicho, el autor Alfredo Poviña afirma que toda Institución
posee seis elementos. En primer lugar, toda Institución tiene una idea o concepto que la sustenta y
es aquella idea para la cual fue creada. En segundo lugar, debe tener una función/finalidad que
persigue. En tercer lugar, dentro de cada Institución existen normas, éstas se dividen en escritas,
aquellas que se nos imponen con carácter de ley y no escritas, que pueden ser sociales y morales.
Esta última se constituye y afianza en nuestra conciencia moral. Por analogía las normas son como
las tortas, cuando vamos a comprar una buscamos que tenga buen sabor y que la presentación
sea estéticamente aceptable. El decorado vendría a ser las normas sociales, es decir, nuestra
carta de presentación y nos completan nuestras normas morales. Ambas normas poseen la misma
importancia.

La estructura es el cuarto elemento, hace referencia al edificio y todos los elementos que
son necesarios para que la institución pueda funcionar.

Las personas constituyen el quinto elemento y acá el autor Poviña hace una clasificación
según el rol que desempeña cada sujeto, en dos clases: aquellas que son fácilmente
reemplazables y las difícilmente reemplazables.

Por último, nos encontramos con la capacidad de mando, esta es la cabeza de la


Institución, por lo tanto no cualquiera posee dicha capacidad. En este sentido, se puede observar la
mirada netamente funcionalista del autor.

Desde esta perspectiva, existe cierta enajenación, Durkheim nos dice que “la sociedades
como una cosa externa a mí”; tanto es así, que el individuo debe prepararse para su ingreso a la
sociedad. Por ende, la Institución es externa a los sujetos.

Para culminar con el desarrollo sobre Institución desde una mirada funcionalista, el autor
Alfredo Poviña hace una clasificación de ella en legales e ilegales, estableciendo una
subclasificación. Las Instituciones legales, pueden ser funcionales (están para todos, por ejemplo
la policía), mixtas (cumplen una función específica, después de eso las personas salen de allí, por
ejemplo: la escuela, los hospitales) y de pequeños grupos (las relaciones entre los miembros son
estrechas, cara a cara. Ejemplo: la familia o clubes de barrios).

Esta concepción funcionalista estuvo fuertemente vigente hasta el año 1960, a partir de
entonces si inicia una revuelta estudiantil en contra del gobierno de aquel momento.

Como lo hemos visto, el funcionalismo da una explicación mecanicista de la Institución, la


comparaban con un reloj por la precisión del mismo. Esta concepción posee una mirada
tecnocrática, burocrática y lineal, por ello las Instituciones son cerradas, dentro de la cual existe un
ejercicio de poder.

Pero, como fue mencionado, esa noción funcionalista comienza a quebrarse a partir del
acontecimiento en Francia, para ser más exactos, en el año 1968, donde surge un movimiento
estudiantil, caracterizado como antiestatista, porque iban en contra del orden establecido.

El movimiento del “Mayo Francés” da lugar al nacimiento de una nueva concepción de


Institución. Surge la tendencia de “Análisis Institucional” de la mano de René Lourau, quien afirma
que toda institución para ser Institución atraviesa tres momentos: universalidad, particularidad y
singularidad.

Toda Institución nace como una norma universal (una ley) que está para todos. Pero hay
que considerar que “universal” no es lo mismo que “totalidad”, es decir que el hecho de que sea
para todos no significa que todos lo hacen. Por ejemplo: la educación es para todos al igual que el
matrimonio pero no todos van a la escuela o se casan.

Esa norma se presenta como algo abstracto, no es tangible. Por eso las Instituciones
pasan por un segundo momento “particular” en donde esa idea abstracta comienza a concretarse,
por ejemplo: “la educación primaria” aquí ya la idea de educación comienza a materializarse a
hacerse visible. En el tercer momento, en la “Singularidad” se hace visible, por ejemplo: “primer
grado de la escuela 140”. En la singularidad ya estamos hablando de una organización jurídica:
material y física con sus respectivas normas.

Según esta corriente contemporánea la Institución somos todos y, por tanto, todos tenemos
poder. A su vez, existen fuerzas instituidas y fuerzas instituyentes. Las primeras hacen referencia a
las leyes; las segundas son pactos invisibles entre los integrantes de la Institución. Justamente, el
análisis institucional devela aquellos aspectos inconscientes de la Institución, aquello que está
oculto.

Tanto las fuerzas instituidas como las fuerzas instituyentes entran en tensión, un conflicto
que es inherente a toda Institución, ya que existe una lucha de poderes. A éste se lo ejerce, por
ejemplo, haciendo o dejando de hacer.

Resumen grupal: clase V, VI, VII y VIII.

Tópicos: Institución Educativa: diferencias entre institución y organización. Escuela. Análisis de las
Instituciones Educativas.

La clase da inicio a partir de la explicación por parte de la profesora sobre los imperativos
situacionales, citando al autor Beltrán Llavador. Este imperativo situacional se impone, por ejemplo,
la docente planifica su clase, pero no es independiente de la Institución Educativa, ésta se
encuentra atravesada por imperativos, que se manifiestan como orden o imposición con carácter
de ley, produciendo un cambio de dinámica en las escuelas.

En relación a lo mencionado, se trabaja desde las autoras Ruth Harf y Delia Azzerboni,
quienes hablan de la Escuela como regularidad cultural, que refiere a regular el comportamiento,
además de la demanda social y cultural, que se genera fuera y dentro de ella, dependiendo del
contrato fundacional de la misma. Es decir, la Institución hace un contrato con la sociedad, por la
demanda de la misma, por ejemplo la Escuela N° 663 en su inició fue la escuela de braceros, pero
el contrato fundacional sufrió cambios, porque responde a las demandas de la sociedad. En este
sentido, el contrato es flexible y dinámico.Asimismo, expresa la profesora que las Instituciones nos
arrastran, nos ponen un sello que nos deja una huella, cuasi imborrable.

Además, la escuela también es entendida como una Organización, porque en ella existen
aspectos estructurales: espacio, tiempo y agrupamiento. Dichosaspectos responden y hacen a la
Institución. Por ejemplo, el espacio del edificio impone una determinada organización de los
tiempos y agrupamientos, afectando a la interacción entre los sujetos implicados. Por lo tanto, en
las Escuelas hay reglas que tienen continuidad en el tiempo y en el espacio, en este sentido, la
misma posee un fin y metas que es la educación.

La Escuela como Institución y Organización, son dos caras de la misma moneda, ya que
no es una sumatoria de partes, sino que se relacionan, interactúan, tienen diferentes formas y tiene
un orden jerárquico. Este últimoimpone un tipo de relación entre los actores implicados. Dicha
jerarquía está impuesta por ley y aparecen en el organigrama. Dentro de una escuela, por ejemplo,
la relación jerárquica puede ser unidireccional-verticalista.

Ahora bien, cada Institución Educativa dispone de un equipo de conducción y sus


funciones son imprescindibles. Analizamos desde un enfoque teórico-conceptual, dado que no
podemos realizarlo de manera empírica porque las escuelas son indivisibles. Aunque, existen
dimensiones a efecto de entender y comprender la Escuela.

La dimensión organizacional-administrativa hace referencia a cómo se estructura los


aspectos de la escuela como organización; cómo se da la continuidad a cierto rituales; y como se
administra la institución.

En cuanto a la dimensión comunitaria, alude a la participación de los individuos dentro de


la Institución; participación de la misma en la comunidad; relación entre Instituciones; y los juegos
de participación dentro y fuera de la escuela.
Por último, la dimensión pedagógica-didáctica o curricular, en ella se analiza cómo y de
qué manera se da el vínculo entre los componentes del cuadrilátero (docente, contexto, alumnos y
contexto).

El equipo de conducción cumple determinadas funciones, tales como: tomar decisiones,


delegar tareas (actividades), promover el trabajo en equipo, conducir las negociaciones, informar y
usar adecuadamente los canales de comunicación, efectuar el control normativo, administrar los
recursos. En este sentido, la docente agrega que el rol, la función no se puede delegar. Por una
parte, la misma expresa que tomar decisiones es optar desde varias posibilidades a una, donde el
criterio que debe imperar es la racionalidad. Por otra parte, explica que la escuela se aleja de su
función, que es la educación, porque está adquiriendo el formato zapping en cuanto a su
organización.

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