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ΕΠΙΣΤΗΜΟΝΙΚΕΣ ΔΗΜΟΣΙΕΥΣΕΙΣ ΔΙΔΑΣΚΟΝΤΩΝ

El plurilingüísmo Español

Dra. Eleni Leontaridι1, Fokion Erotas2 & María Sigala3

¿Tiene o no tiene el hombre como individuo, el hombre en comunidad, la


sociedad, deberes inexcusables, mandatorios en todo momento, con su idioma?
¿Es lícito adoptar en ningún país, en ningún instante de su historia, una posición
de indiferencia o de inhibición ante su habla? ¿Quedarnos, como quien dice, a la
orilla del vivir del idioma, mirándolo correr, claro o turbio, como si nos fuese
ajeno? O, por el contrario, ¿se nos impone, por una razón de moral, una
atención, una voluntad interventora del hombre hacia el habla? Tremenda
frivolidad es no hacerse esa pregunta. Pueblo que no la haga vive en el olvido
de su propia dignidad espiritual, en estado de deficiencia humana. Porque la
contestación entraña consecuencias incalculables. Para mí la respuesta es muy
clara: no es permisible a una comunidad civilizada dejar su lengua,
desarbolada, flotar a la deriva, al garete, sin velas, sin capitanes, sin rumbo.
PEDRO SALINAS: Aprecio y defensa del lenguaje4

1. Introducción

El objeto de análisis del presente trabajo es un hecho que a veces se desconoce en el


extranjero y tiene que ver con el hecho de que actualmente en España no se habla una, sino
cuatro lenguas principales. Una de las consecuencias, una vez que España se haya estructurado
en un conjunto de Comunidades Autónomas, ha sido que en la actualidad algo más del 40 por
ciento de los ciudadanos españoles residan en territorios en los que la lengua castellana o
española comparte con otra el carácter de lengua oficial. De este modo, una gran parte de España
es bilingüe. Otra consecuencia ha sido que los respectivos gobiernos se han promulgado y puesto
en ejecución políticas lingüísticas destinadas a la defensa y promoción de estas lenguas5.
Intentaremos, pues, presentar brevemente el proceso histórico de la formación de las lenguas que
se hablan hoy en España y proporcionar una descripción general de esas lenguas y sus
respectivos dialectos, hablando de su difusión, de la historia de sus respectivas literaturas etc. –
todo esto, recordamos, de forma sumamente general. Finalmente, nuestro interés se centrará en
algunas actitudes y en algunos aspectos “problemáticos” relacionados con la coexistencia de
distintas comunidades de habla dentro del Estado Español.

1 Profesora (personal docente permanente) – Coordinadora de Lengua Española, Centro de Idiomas de la Universidad
de Atenas. Profesora (personal docente colaborador) de Lingüística y Lengua Española, Universidad Abierta de Grecia.
2 Profesor contratado de Lengua Española, Centro de Idiomas de la Universidad de Atenas. Profesor (personal docente

colaborador) de Lingüística y Literatura Española, Universidad Abierta de Grecia.


3 Profesora contratada de Lengua Española, Centro de Idiomas de la Universidad de Atenas.
4 En Seco (1986: XIII del prólogo).
5 Seguimos a Siguán (1992: 9).

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1.1. La lengua española en el mundo.

Lengua española es la “lengua de España”. Pero aunque esto es verdad, no es toda la


verdad. No es sólo la lengua de España: también lo es de Argentina, del Uruguay, del Paraguay6,
de Chile, de Perú, de Bolivia, del Equador, de Colombia, de Venezuela, de México, de Guatemala,
de Honduras, del Salvador, de Nicaragua, de Costa Rica, de Panamá, de Cuba y de la República
Dominicana. En Puerto Rico (Estado asociado con los Estados Unidos) comparte una situación de
lengua oficial con el inglés. En Filipinas (donde son oficiales el tagalo y el inglés) se extingue, y
sólo el diez por ciento de su población conoce el español. Se usa también por los hablantes no
anglosajones del sur de los Estados Unidos (California, Arizona, Nuevo México y Tejas) y en cierto
número de comunidades hebreas (sefardíes) de las costas del Mediterráneo. Además, es uno de
los idiomas oficiales de la Unión Europea desde 1986, y una de las seis lenguas oficiales de la
ONU.
Según Seco (1994: 34) son en total unos 300 millones de personas los que hablan esta
lengua; de ellos sólo 40 millones (un 13,3 por 100) habitan en España. Siguán (1992: 121) habla
de una cifra de 350 millones de hablantes, la cual sitúa el español en el cuarto lugar de lenguas
más habladas del mundo después del chino mandarín, el ingles y el indú. Además añade que otro
dato importante es el número de países que la tienen como lengua oficial o cooficial. Ordenando
pues las lenguas según este criterio, el español es la lengua oficial de 20 países y
consecuentemente ocupa el tercer lugar, después del inglés y del francés7.

1.2. La situación lingüística actual de España

La Constitución española de 1978, en su artículo 2, afirma la “indisoluble unidad de la


nación española”, continua diciendo que “reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre ellas” y llega a reconocer
oficialmente el bilingüísmo en todos los territorios que se constituyan en comunidades autónomas,
y cuenten con lenguas propias. En efecto la Constitución Española dice así en su artículo 3:

1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles


tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas de España serán también oficiales en las respectivas
Comunidades Autónomas, de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un
patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección. Las
cuatro lenguas principales que se hablan en España son el castellano, el
catalán, el gallego y el vasco. Las tres primeras son románicas, romances,
o neolatinas, es decir, derivadas del latín mientras el vasco se hablaba ya
cuando los romanos ocuparon la Península Ibérica. Las cuatro cuentan
con dialectos (Lázaro, 1991: 232).

6También es oficial el guaraní, lengua indígena.


7Aunque las cifras provienen de estudios no muy recientes, muestran claramente, creemos, la importancia del español
en el mundo.

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1.3. El nombre del idioma nacional

No es el de lengua española (o español) el único nombre que recibe este idioma.


También se llama lengua castellana (o castellano), por haber nacido en el antiguo Reino de
Castilla. Como dice Siguán (1992: 107), lengua castellana significa propiamente lengua de los
hablantes de Castilla, por el lugar donde se originó y para diferenciarla de las otras lenguas
románicas surgidas en otros lugares de la Península. A partir del reinado de los Reyes Católicos el
castellano se convirtió en la lengua principal del reino unificado y progresivamente en el símbolo
de esta unidad con lo que empezó a llamarse también español. Como consecuencia, cuando en el
siglo XVIII se constituyó la Academia de la lengua se la llamó “Real Academia de la Lengua
Española”, denominación que conserva hasta hoy8.
El término castellano fue consagrado por la Constitución de 1978 para designar la
lengua oficial de toda España. Un argumento permanentemente esgrimido a favor de este criterio
es que las demás lenguas de la nación son españolas, y que no debe privilegarse con el nombre
español a una sola de ellas; es decir, muchos justifican que la denominación castellano es más
exacta, ya que no menos “españolas” son las otras lenguas habladas en España. A esto se puede
responder que, siendo la castellana la lengua oficial de la nación hablada en toda ella, parece
natural darle el nombre de española por excelencia, del mismo modo que en todos los países se
ha dado el nombre de la nación (francés, inglés, alemán…) a aquella de sus lenguas que alcanzó
el rango de idioma oficial (Seco, 1994: 34-35).
Lázaro (1991: 239) nos recuerda que el problema no es nuevo, sino empezó a plantearse
ya en el siglo XVI. Es interesante notar que la Academia Española, desde su fundación en 1713 y
hasta 1923 utilizaba el término castellano; desde entonces tanto su gramática como su diccionario
se llaman “de la lengua española”.
Por otra parte, en Hispanoamérica, el problema dio señales de recrudecimiento con
ocasión de los debates constitucionales. Sin embargo hoy se ha extinguido prácticamente: así
algunos países –como México por ejemplo- llaman español al idioma en su Constitución, mientras
otros castellano o simplemente lengua nacional.

2. Proceso general de formación de las lenguas románicas en España

2.1. Las raíces históricas

La Ocupación de la Península Ibérica por los romanos comenzó el año 218 a. C. cuando
el territorio estaba habitado por diversos pueblos (vascos, tartesios, fenicios, íberos, celtas,
ligures), que hablaban lenguas muy diferentes. La romanización hizo desaparecer todas esas
lenguas –menos el vasco- e impuso el latín como idioma único9. Se trataba del latín vulgar (el
sermo plebeius o vulgaris) aunque no tardaron en instalarse escuelas de latinidad culta, e Hispania
dio a Roma escritores importantes (Séneca, Lucano, Marcial, Quintiliano, etc).
El año 409 a.C. los germanos empezaron sus invasiones por los Pirineos y el reino
visigodo de España quedó definitivamente implantado por Leovigildo. Sin embargo adoptaron la

8 Como veremos más adelante en el título original se hacía referencia la Lengua Castellana.
9 Con todo, algunas voces prerromanas subsistieron: vega, barro, carrasca, baba, losa, arroyo, etc.

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lengua de los vencidos y hacia el siglo VII ya hablaban latín10. No obstante, la importancia de la
instalación de los germanos en la Península y en el resto del Imperio Occidente está en que así se
aceleró la evolución de la lengua latina que fue perdiedo su unidad.
Los árabes invadieron la Península en el año 711 d.C y el reino visigodo sucumbió a
ellos; en menos de siete años los árabes ocuparon casi todo el territorio peninsular. Tropas
cristianas se reagruparon en ciertos lugares escarpados del norte, y desde allí iniciaron la empresa
de la Reconquista que terminó en 1492 con la ocupación de Granada. Durante esos siete siglos,
se constituyeron los diversos reinos peninsulares, donde el latín acabó de diversificarse, dando
lugar a hablas románicas diferentes, que fueron, de oeste a este: gallego, leonés, castellano,
navarro-aragonés y catalán. Como resultado de la convivencia secular de los árabes, esas hablas
recibieron centenares de arabismos11. Muchos de los españoles que quedaron en territorios
ocupados por los árabes conservaron su habla romance, el mozárabe (Lázaro, 1991: 232-233).

2.2. La España de Franco

Pasando ya a la historia moderna consideraremos ahora cuál fue la situación en cuanto a


las lenguas en el territorio español durante la dictadura. Uno de los ejes principales de la ideología
del régimen surgido de la guerra civil (1936-1939) y capitaneado por el General Franco era la
unidad de España, que constituia un valor esencial previo a cualquier otra consideración.
Cualquier tendencia disgregadora, fuese cual fuese la denominación con la que se presentase,
regionalismo o nacionalismo, debía ser reprimida y perseguida. En función de esta consideración,
en nombre de esta unidad, fueron perseguidos los nacionalismos periféricos, y consecuentemente
sus lenguas, ya que eran consideradas como los soportes naturales de los sentimientos
nacionalistas. El eslogan que fue difundido en Cataluña después de la guerra refleja claramente
que el regimen franquista estaba dispuesto a llevar a rajatabla estos principios: “Si eres español,
habla en español”. Sin embargo, dado de que los catalanes hablaban en catalán y se resistían a
dejar de hacerlo, la consecución lógica era que no eran españoles. Así éste primer eslogan pronto
fue sustituído por otro: “Si eres español habla la lengua del Imperio”. Dado que la lengua española
–es decir el castellano- se había convertido en símbolo de esta unidad española, debía convertirse
en la única lengua (o principal) de todos los españoles. En cualquier caso, fue prohibido emplear
otra lengua que el castellano en las situaciones públicas.

2.3. La España de las Autonomías

Esta política de unificación lingüística a lo largo de cuarenta años en nombre de la unidad


de España produjo consecuencias imprevistas: la presión ejercida contra las otras lenguas de

10 El latín de España adoptó numerosos germanismos que aún perduran: adrede, agasajar, brotar, escarnecer,
escatimar, espía, aspa, espuela, esquila, estaca, galardón, gana, ganar, guardar, guerra, guiar, rico, ropa, rueca, sala,
ufano, yelmo, parra, tapa, etc.
11 En castellano, por ejemplo, subsisten: alcalde, alguacil, alférez, alarde, almacén, aduana, tarifa, alfombra, almohada,

albornoz, talco, alcanfor, tarima, alhaja, taza, jarra, albañil, alcoba, azotea, tabique, alcantarilla, arroz, azúcar, azafrán,
berenjena, sandía, zanahoria, aceituna, algodón, acequia, noria, etc.

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España dio lugar a un aumento de solidaridad con éstas; defenderlas se veía como lucha contra la
dictadura, como una forma de oposición. En los años setenta ya, a medida que se generalizaban
las posiciones contra la dictadura, estas lenguas se convertían en símbolos de resistencia,
ganando cada vez un mayor soporte popular que en ningún momento anterior lo hubo.
Como consecuencia, una vez desaparecido Franco, se inició la transición politica que
surgió como un acuerdo implícito que era necesario satisfacer las demandas de las
“nacionalidades históricas” y concederles al menos la autonomía que habían conocido con la
República. Así, en diciembre de 1979 se aprobaron los Estatutos de Autonomía del País Vasco y
de Cataluña, e inmediatamente se sucedieron las peticiones de autonomía por parte de otras
regiones hasta que en febrero de 1983 se aprobaron los últimos Estatutos y todo el territorio del
Estado Español quedó dividido en 17 Comunidades Autónomas (Siguán, 1992: 76). Sin embargo
hay que tener en cuenta que el nivel y el contenido de las competencias autónomas de las
Comunidades Autónomas difieren, de modo que se puede distinguir entre las Comunidades con
competencias amplias y las restantes. Como resultado por ejemplo, en lo referente al sistema
educativo, Cataluña, País Vasco, Andalucía, Valencia, Galicia y Navarra tienen competencias
plenas, mientras las restantes Comunidades siguen dependiendo directamente del Ministerio de
Educación.
Abajo se citan los artículos referentes a la lengua en cada uno de los Estatutos de las
Comunidades Autónomas que cuentan con lenguas propias12:

Cataluña
Artículo 3
1. La lengua propia de Cataluña es el catalán.
2. El idioma catalán es el oficial de Cataluña así como lo es el castellano, oficial en todo el
Estado Español.
3. La Generalidad garantizará el uso normal y oficial de los dos idiomas, adoptará las
medidas necesarias para asegurar su conocimiento y creará las condiciones que
permitan alcanzar su plena igualdad en lo que se refiere a los derechos y los deberes de
los ciudadanos de Cataluña.

Islas Baleares
Artículo 3
La lengua catalana propia de las Islas Baleares tendrá, junto con la castellana, el carácter de
idioma oficial, y todos tienen el derecho de conocerla y utilizarla. Nadie podrá ser discriminado
por razón del idioma.

Artículo 14
Las modalidades insulares de la lengua catalana serán objeto de estudio y protección sin
perjuicio de la unidad del idioma.

12 En Siguan (1992: 84).

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Comunidad Valenciana
Artículo 7
1. Los dos idiomas oficiales de la Comunidad Autónoma son el valenciano y el castellano.
Todos tienen derecho a conocerlos y utilizarlos.
2. La Generalidat Valenciana garantizará el uso normal y oficial de las dos lenguas y
adoptará las medidas necesarias para asegurar su conocimiento.
3. Nadie podrá ser discriminado por razón de su lengua.
4. Se otorgará especial protección y respeto a la recuperación del valenciano.
5. La Ley establecerá los criterios de aplicación de la lengua propia en la Administración y la
Enseñanza.
6. Mediante Ley se determinarán los territorios en los que predomina el uso de una y otra
lengua, así como los que puedan exceptuarse de la enseñanza y del uso de la lengua
propia de la Comunidad.

Galicia
Artículo 5
1. La lengua propia de Galicia es el gallego.
2. Los idiomas gallego y castellano son oficiales en galicia y todos tienen el derecho de
conocerlos y usarlos.
3. Los poderes públicos de Galicia garantizarán el uso normal y oficial de los dos idiomas y
potenciarám la utilización del gallego en todos los órdenes de la vida pública, cultural e
informativa y dispondrán los medios necesarios para facilitar su conocimiento.
4. Nadie podrá ser discriminado por razón de la lengua.

País Vasco
Artículo 6
1. El euskera, lengua propia del País Vasco, tendrá como el castellano, carácter de lengua
oficial de Euzkadi y todos sus habitantes tienen el derecho a conocer y usar ambas
lenguas.
2. Las Instituciones comunes de la Comunidad Autónoma, teniendo en cuenta la diversidad
sociolingüística del País Vasco, garantizarán el uso de ambas lenguas regulando su
carácter oficial y arbitrarán y regularán las medidas y medios necesarios para asegurar su
conocimiento.
3. Nadie podrá ser discriminado por razón de la lengua.
4. La Real Academia de la lengua Vasca-Euskaltazaindia es la institución consultiva oficial
en lo referente al euskera.

Navarra
Ley de Integración y Amejoramiento del Régimen foral de Navarra (Estatuto de Autonomía) de
10/VIII/1982.
Artículo 9
1. El castellano es la lengua oficial de Navarra.
2. El vascuence tendrá también carácter de lengua oficial en las zonas vascoparlantes de
Navarra.

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Una ley foral determinará dichas zonas, regulará el uso oficial del vascuence y, en el
marco de la legislación general del Estado ordenará la enseñanza de esta lengua.

Aun cuando en los Estatutos de las seis Comunidades Autónomas que acabamos de
mencionar se atribuye a una lengua distinta del castellano el carácter de cooficial en todo el
territorio, en los Estatutos de otras tres Comunidades Autónomas figuran artículos que se refieren
a peculiaridades lingüísticas propias de la Comunidad, sin que ello fundamente la cooficialidad o
cualquier otro título legal. Más detalladamente:

Asturias
Artículo 4
El bable gozará de protección. Se promoverá su uso, su difusión en los medios de
comunicación y enseñanza respetando en todo caso las variantes locales y la voluntariedad
de su aprendizaje.

Aragón
Artículo 7
Las diversas modalidades lingüísticas de Aragón gozarán de protección como elementos
integrantes de su patrimonio cultural e histórico.

Andalucía
Artículo 12
3. La Comunidad Autónoma ejercerá sus poderes con los siguientes objetivos básicos:
… Afianzar la conciencia de identidad andaluza a través de la investigación, difusión y
conocimiento de los valores históricos, culturales y lingüísticos del pueblo andaluz en toda
su riqueza y variedad.

3. Las lenguas españolas

3.1. La lengua castellana

Las distintas hablas románicas medievales de la Península, aún con soluciones fonéticas
propias, conservaban entre sí cierta semejanza. Grosso modo, prorrogaban la relativa unidad
lingüística peninsular que existía antes de la invasión árabe. El castellano –cuya origen se
encuentra en Cantabria- irrumpió entre ellas con pujanza, adoptando las soluciones fonéticas más
innovadoras de las lenguas vecinas e imponiendo otras aún más radicales.
El castellano se difundió con la Reconquista por el sur13, avanzando como una cuña
invertida entre el leonés y el aragonés. Se extendió por tierras leonesas, riojanas, navarras y
aragonesas, que, poco a poco, lo iban adoptando a expensas de sus propias hablas. Los

13En el caso de las Islas Canarias, a raíz de su incorporación a la monarquía española en la época de los Reyes
Católicos, entre los años 1478 y 1483.

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conquistadores y los colonizadores lo implantaron en América y Filipinas y los judíos expulsados


(1492) lo llevaron consigo, y aún lo mantienen hoy sus descendientes los sefardíes (judeo-
español). El castellano, al contrario del gallego cuya –como veremos- producción literaria se centró
principalmente en la lírica, además de desarrollar una poesía culta, el “mester de clerecía”, inició el
cultivo de la prosa con colecciones de narraciones y crónicas histórica e incluso, con Alfonso X el
Sabio, con textos didácticos y científicos. Durante los siglos XVI y XVII, el castellano alcanzó su
máximo esplendor literario (los primeros textos conservados de su literatura son del siglo XI); se
conocía y se hablaba por las personas cultas de toda la Península, y adquirió extraordinario rango
internacional. Esa difusión hizo que muchos, desde fines de la Edad Media, en España y, sobre
todo fuera de España, lo denominen español, nombre que alterna con el de castellano (Lázaro,
1991: 232-233).

3.1.1. Dialectos del castellano

Las variedades que una lengua presenta según las regiones en que se habla se llaman
dialectos. En primer lugar, los dialectos del castellano se pueden dividir a dos grandes grupos: al
español de América y los dialectos meridionales, que se formaron a raíz de la implantación del
castellano. Pero las diferencias con respecto a la lengua general son sobre todo de pronunciación.
El castellano se forjó entre dos grandes grupos de hablas románicas; las leonesas por el
oeste y las navarro-aragonesas por el este. Muchos de los rasgos de los dialectos meridionales se
reparten con diversa distribución geográfica por los territorios meridionales, y así muchos de estos
fenómenos ascienden por la Mancha y llegan hasta Madrid. Por otra parte, en Extremadura, los
meridionalismos alternan con características leonesas y en Murcia con rasgos aragoneses y
valencianos. Resumiendo, se puede decir que actualmente los dialectos meridionales son el
andaluz, el murciano, el extremeño, y el canario.

3.2. La lengua catalana

La más vigorosa de estas otras lenguas españolas –con una brillante tradición literaria-
es la catalana; es la lengua de las cuatro provincias de Cataluña, y se extiende, en variedades
dialectales, por las islas Baleares y por las provincias del antiguo reino de Valencia. Hay además
pequeños reductos del catalán fuera de España (en los valles de Andorra, Francia, etc.).
En el siglo XI se difundió una poesía culta influida por los trovadores provenzales, y tan
fuerte fue esta influencia que los poetas catalanes durante mucho tiempo escribieron sus versos
en provenzal (Siguán, 1992:19). En relación a esto, hay que mencionar que durante siglos el
catalán se presentaba equivocadamente como variedad dialectal del provenzal (o sea, la lengua
que se habla en la región francesa de Provenza)14. Pero el catalán no es una lengua importada ni
dialecto de ninguna otra. Fue fruto de la evolución del latín en el nordeste de la Península, en el
antiguo Principado de Cataluña.

14 Tanto al provenzal como al catalán se les aplicó el nombre de lemosín, es decir del dialecto provenzal de Limoges, por

el prestigio que este había alcanzado al ser el idioma de los famosos trovadores medievales (efectivamente, muchos
poetas catalanes escribieron en lemosín).

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Como fue dicho, el catalán posee una espléndida tradición literaria medieval y
renacentista. El primer texto literario en catalán conservado, las Homilies d’Organyá, se escribió
entre los siglos XII-XIII. Sin embargo este cultivo literario importante “eclipsado por la brillante
literatura castellana” (F. de B. Moll) casi desaparece entre los siglos XVI y XVIII, a partir del cual se
demuestra un nuevo auge de las letras (Renaixença) que no ha cesado de aumentar hasta
nuestros días. Sin embargo, los pioneros de esta Renaixença se encontraron con el problema de
establecer una norma idiomática y ortográfica común. La lengua culta se ha formado básicamente,
mediante el estudio de la lengua literaria medieval y renacentista, la integración de las realidades
dialectales vivas y la autoridad de los grandes escritores modernos (Lázaro, 1991: 237).

3.2.1. Dialectos del catalán

Dentro del catalán es posible distinguir dos áreas dialectales:


a) El catalán occidental, hablado en Andorra, la zona fronteriza de Aragón, en Lérida, al este de
Tarragona y en tres cuartas partes de la Comunidad de Valencia.
b) El catalán oriental, del departamento francés de los Pirineos orientales (rosellonés), de
Gerona, Barcelona, nordeste de Tarragona, islas Baleares y la ciudad de Alguer en Cerdeña.
Observando las analogías con los dialectos del castellano (andaluz, murciano, extremeño
y canario), entre los dialectos del catalán destacan el valenciano y el balear que poseen rasgos
distintivos propios a nivel morfológico, fonético y léxico que les confieren personalidades propias
muy definidas.

3.3. La lengua gallega

El gallego es el resultado de la evolución del latín vulgar en el noroeste de la Península


Ibérica. Según Lázaro (1991: 236) es la lengua de más de dos millones de personas15 y su
difusión hablada aumenta en nuestros días. Sus hablantes en su mayoría bilingües; los que sólo
hablan gallego suelen entender el castellano.
La lengua gallega, hablada en las cuatro provincias de Galicia, es una de las ramas
actuales –la otra es portugués- de la antigua lengua románica galaico-portuguesa (gallego-
portugués). De este modo, el gallego y el portugués presentan semejanzas muy grandes, pero a la
vez diferencias a nivel fónico, léxico y gramatical.
El gallego-portugués se hablaba en los territorios situados al norte y al sur del río Miño,
los cuales habían sido reconquistados por los reyes asturianos, y pertenecieron sucesivamente a
las coronas de León y de Castilla16. A finales del siglo XI Alfonso VI de Castilla convirtió Galicia en
condado, entregándolo a su hija Urraca, mientras a su hija Teresa concedió las tierras situadas
entre los ríos Miño y Duero. Fue este último condado, que en 1139 se hizo independiente y formó
el reino de Portugal.
El gallego-portugués que se mantuvo hasta los siglos XIV-XV cuenta con una producción
literaria importante; en ella se escribió poesía lírica (las famosas cantigas de los cancioneros

15 Algunos cálculos aproximan este número a los cuatro millones (cf.: Alonso Montero, 1973: 22).
16 Durante los siglos X y XI constituyeron un reino independiente.

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galaico-portugueses). Por otra parte, ya en el siglo XI en Galicia había surgido una lírica
trovadoresca que alcanzó tal prestigio que también durante mucho tiempo los poetas de León y de
Castilla utilizaban el gallego en sus composiciones poéticas. Sin embargo la literatura en la lengua
gallega no sobrepasa el siglo XIII. Pero en los territorrios portugueses que ya poseen una
estructura política propia, el gallego inicia una nueva evolución que le convierte en portugués, y
pronto surge una literatura en lengua portuguesa (Siguán, 1992: 20).
La diferenciación entre el gallego y el portugués comienza a partir del siglo XV. La lengua
del sur se convirtió en la lengua nacional de Portugal, conociendo gran cultivo artístico e
implantándose en el Brasil. Al contrario el gallego se encontró restringido como idioma de una
región integrada en un estado que poseía su propio idioma nacional, el castellano. Agotado su
esplendor literario medieval, fue un idioma hablado, hasta el siglo XIX, en que renace la literatura
gallega (Lázaro, 1991: 236).

3.3.1. Dialectos del gallego

En general se pueden distinguir cuatro zonas dialectales en el territorio gallego: la


suroccidental, la noroccidental, la central y la oriental.

3.4. La lengua vasca

El catalán y el gallego, junto con el bable –conjunto de los dialectos hablados en el


principado de Asturias y último resto precario del antiguo asturiano-leonés- son lenguas hermanas
de la castellana o española. Esta calificación de “hermanas” no se debe a su condición de lenguas
compatriotas, sino a que todas nacieron de una misma madre, la lengua latina, que se habló en la
Península desde el siglo III antes de Cristo hasta la época de la denominación visigoda (siglo V al
VIII)17.
No puede llamarse hermana en ese sentido la lengua vasca, o vascuence cuyo origen
es ajeno al latín, pues es la heredera actual de una lengua que ya existía en el territorio peninsular
antes de la denominación romana. Se conoce también con el nombre de euskera, que es el que
recibe en su propio idioma, y es la lengua más vieja de España. Se habla en la parte central y
oriental de Vizcaya, zonas de Álava, norte de Navarra y la totalidad de Guipúzcoa. Lo hablan
también unas noventa mil personas en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos, en la
región de Gascuña. Durante la Edad Media estuvo difundida por territorios mucho más extensos:
por La Rioja y por la actual provincia de Burgos y hablas de tipo éuskaro existieron también en los
altos valles pirinaicos.
El primer libro redactado completamente en vasco se publicó en 1545 (poesías de
Bernardo Dechepere); el desarrollo literario en dicha lengua ha sido escaso hasta época reciente.
Sin embargo su uso, que hasta hace pocos años estaba reducido en el ámbito familiar y rústico,
conoce hoy un potente resurgir.

17 Seco (1994: 27).

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3.4.1. Dialectos del vasco

Las hablas euskeras están muy diversificadas dialectalmente. En 1918 fue fundada la
Academia de la Lengua Vasca, y una de sus tareas fue la de establecer un modelo único de la
lengua escrita. El resultado ha sido el batua, o euskera unificado, propuesta que en la actualidad
está sujeta a fuertes discusiones. El batua se basa en el vasco empleado por escritores modernos,
y en el dialecto guipuzcoano de Beterri, con influencia labortana y navarra. Sin embargo es
importante subrayar que dicho código no pretende sustituir a las diversas hablas, sino que aspira a
ser un mero instrumento de comunicación supradialectal.
Lázaro (1991: 238) nos informa que la división dialectal del euskera fue descrita a
mediados del siglo pasado por el príncipe Luis Luciano Bonaparte y dicha división sigue siendo
base de la dialectología vasca. De este modo se distinguen los siguientes dialectos:
a) En territorio español: el vizcaíno, el guipuzcoano, el alto navarro septentrional y el alto navarro
meridional.
b) En territorio francés: el labortano (con San Juan de Luz), el suletino (en la región del país
vasco-francés cuya capital es Mauleon), y el bajo navarro oriental y occidental (en el
departamento de los Pirineos Atlánticos), que penetra en territorio español.

3.5. Otras situaciones de diversidad lingüística

3.5.1. El asturiano/ bable

Asturias, territorio tradicionalmente agrícola, cuya economía a partir del siglo XIX fue
basada en la minería del carbón y la siderurgía, está situado en el centro de la zona septentrional
de la Península Ibérica.
En los orígenes históricos de la diversidad lingüística de España, en las montañas de
Asturias se cristalizó un núcleo lingüístico neolatino que por el reino por el que se extendió a
medida que iba avanzando la reconquista, recibió el nombre de astur-leonés. Pero muy pronto, el
castellano se difundió por el reino de León, de modo que el asturiano no pudo llegar a
consolidarse como lengua, ni tener cultivo literario. No obstante, en los siglos transcurridos desde
entonces, el asturiano, conocido popularmente como bable, mantuvo su vigencia aunque cada vez
se veía más reducido a ambientes rurales y a usos cotidianos. Sin embargo, como dice Siguán
(1992: 261-262):

“...como ocurre necesariamente en estos casos, la falta de un ámbito común de


comunicación y de un modelo compartido, han hecho que una lengua que sólo
había iniciado su evolución como tal se haya fragmentado en múltiples
variedades dialectales y «hablas» locales distribuidas por la mayor parte de su
territorio”.

Al contrario de lo que ocurrió a mediados del siglo pasado con otros idiomas menores de
la Península, el bable no tuvo el apoyo de ningún movimiento político ni conoció un renacimiento
literario. No obstante, existe una literatura lingüística y erudita muy abundante sobre el bable. Por

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otra parte, si el Estatuto de Asturias no atribuye al bable el rango de lengua propia, tampoco
desconoce su existencia (“El bable gozará de protección. Se promoverá su uso, su difusión […], su
enseñanza…”). En marco de este apoyo institucional, se han preparado programas de enseñanza
del bable en las escuelas y se ha creado la Academia de la Lingua Asturiana que tiene entre otros
objetivos llegar a formular una norma lingüística común.
Así una encuesta del año 1984 sobre el conocimiento del bable por parte de la población
asturiana (1.112.000 habitantes) dio los siguientes resultados: el 51,2% de ellos lo entienden, el
26,2% lo hablan, mientras el 31,0% lo leen y el 8,6% también lo escriben (Siguán, 1992: 263).

3.5.2. El aranés

El Valle de Arán (620 km2, 5000 habitantes) es un valle pirinaico en la frontera


hispanofrancesa. Se llama, pues, aranés o lengua del Valle de Arán a una variedad del gascón
(lengua de la Gasconia), que a su vez es un dialecto occidental de la lengua occitana.
Desde la incorporación del Valle a España, se ha producido en dicho territorio una
situación diglósica: casi la totalidad de la población tenía el aranés como primera lengua –aunque
conocían tambíen el castellano con mayor o menor competencia- y éste último es hoy la lengua de
la Administración y de la enseñanza. Los resultados de una encuesta realizada en 1986 eran los
siguientes: el 7% de la población aranesa no entiende el aranés, el 14% sólamente lo entiende,
mientras el 55% lo entienden y lo hablan, el 16% además lo leen y el 9% además lo escriben
(Siguán, 1992: 265).
En la actualidad el valle forma parte de Cataluña, lo cual ha asegurado para el aranés
una protección jurídica y administrativa; entre otras cosas se ha hecho posible la formulación de
una norma lingüística y ortográfica para el aranés. Siguán (1992: 266) nos informa que “en la
preparación de la Ley de Normalización Lingüística aprobada por el Parlamento de Cataluña en
abril de 1983, se tuvo en cuenta la peculiaridad lingüística del Valle” de modo que el el capítulo
quinto de la ley se refiere a “la normalización del aranés”.

Artículo 28
1. El aranés es la lengua propia del Valle de Arán. Los araneses tienen el derecho de
conocerlo y expresarse en el mismo en las relaciones y en los actos públicos dentro de
este territorio.
2. La Generalitat, junto con las instituciones aranesas, debe tomar las medidas necesarias
para garantizar el conocimiento y el uso normal del aranés en el Valle de Arán y para
impulsar su normalización.
3. Los toponímicos del Valle de Arán tienen como forma oficial la aranesa.
4. El Consejo Ejecutivo (de la Generalitat) debe proporcionar los medios que garanticen la
enseñanza y el uso del aranés en los centros escolares del Valle.
5. El Consejo Ejecutivo (de la Generalitat) debe tomar las medidas necesarias para que el
aranés sea utilizado en los medios de comunicación social en el Valle de Arán.

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ΕΠΙΣΤΗΜΟΝΙΚΕΣ ΔΗΜΟΣΙΕΥΣΕΙΣ ΔΙΔΑΣΚΟΝΤΩΝ

3.5.3. El aragonés y el catalán de Aragón

En el Estatuto de Aragón (artículo 7) no se hace alusión a la cooficialidad sino a la


protección de “las diversas modalidades lingüísticas” del territorio, las cuales “gozarán de
protección como elementos integrantes de su patrimonio cultural e histórico”. Oficialmente estas
“peculiaridades” lingüísticas no han sido definidas pero básicamente se entienden como el antiguo
aragonés y el catalán. El primero está conservado en los valles pirinaicos, mientras el segundo se
habla en los territorios limítrofes con Cataluña (se trata de la denominada franja oriental o de
“ponent”).
En cuanto a los intentos contemporáneos de protección institucional del aragonés, la
respuesta popular fue débil. El Consello da Fabla Aragonesa que se había fundado en Zaragoza
en 1976, llegó a la publicación de algunos libros pero la Administración por la otra parte no ha
pasado a organizar cursillos de alfabetitación. Al contrario, en la franja, (cuya población se calcula
a unos 40.000 habitantes) la política catalana de defensa del catalán ha constituido un estímulo
eficaz, de modo que varios ayuntamientos consiguieron que la Delegación del Ministerio de
Educación estableciese clases voluntarias de catalán en las escuelas.

3.5.4. El andaluz

El Estatuto de Autonomía de Andalucía, en su artículo 12 hace referencia a “los valores


lingüísticos del pueblo andaluz”. No obstante, la naturaleza de estos valores no se precisa. El
castellano andaluz tiene características tan marcadas que hubo los que sostuvieron que el
carácter dialectal del andaluz respecto del castellano permite hablar de una lengua distinta o al
menos, de la codificación de dichas características y la enunciación de una norma. No obstante
tales propuestas no encontraron una acogida digna de mencionar. Por otra parte, hay que
mencionar que mientras tradicionalmente en las escuelas, había tendencia de reprimir o suavizar
la influencia andaluza en la prosodia o en ciertas modalidades léxicas, como intento de consagrar
como norma lingüística el castellano de Castilla, hoy en día, esta presión ha desaparecido.
Claramente, un papel importante en este proceso de atribuir prestigio a las modalides andaluzas
ha tenido -y tiene- la televisión andaluza.

4. Problemas y actitudes relacionados con el plurilingüismo

Ha sido demostrado que aunque hay una lengua que se llama española, no es la única
que se habla en España. Hay territorios donde la mayoría de los hablantes tiene una lengua
materna que han aprendido en el seno de la vida familiar, que no es la oficial de toda España y
donde esta última (el castellano) se aprende como segunda lengua en la escuela, a través de los
medios de comunicación social y les sirve como medio de entendimiento con los españoles que
ignoran el otro idioma.
Este bilingüismo –en cada uno de los territorios donde se habla el castellano y a la vez
otro idioma- no es perfecto, ya que las dos lenguas no coexisten en estricto plano de igualdad.
Como dice Siguán (1992:96), el hecho de que una lengua se encuentre en una situación de
inferioridad siempre es el resultado de la presencia de otra lengua más fuerte que se emplea

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ΕΠΙΣΤΗΜΟΝΙΚΕΣ ΔΗΜΟΣΙΕΥΣΕΙΣ ΔΙΔΑΣΚΟΝΤΩΝ

exclusiva o preferentemente en determinadas situaciones o bien para cumplir determinadas


funciones. Más bien pues, se trata de una situación de diglosia, es decir de coexistencia
desequilibrada de los dos idiomas porque uno está asociado con mayor prestigio social, cultural y
económico que el otro. Actualmente la diglosia favorece los castellanoparlantes en algunas
regiones pero no en otras. Y por otra parte, como señala Lázaro (1991: 238), con la resurreción de
los sentidos autonómicos, muchos ven en la lengua castellana el instrumento que ha servido para
reprimir los idiomas autóctonos. De ahí que, como fue mencionado anteriormente la Constitución
de 1978, en su artículo 3 haya reconocido oficialmente el bilingüismo en todos los territorios que
se constituyan en comunidades autónomas y cuenten con lenguas propias.
Nuestro interés se centrará ahora en ciertos aspectos de la vida del individuo dentro de la
sociedad de las Comunidades Autónomas que posean lenguas propias y que reflejen actitudes –
en el sentido que la sociolingüística atribuye a este termino- hacia la lengua catalana, gallega y
vasca. Representativamente examinaremos –de forma muy general y sin implicarnos en la
relación de cada lengua claramente tiene con lo atinente a la política lingüística, la administración,
la educación, los medios de comunicación (radio y televisión), las publicaciones (prensa y libros),
etc.- el caso de Cataluña, de Galicia y del País Vasco. Sólamente mencionaremos que las tres
Comunidades cuentan con el uso tanto del castellano como de la propia lengua de la Comunidad
en todos los campos arriba mencionados. Además, el uso de estas lenguas propias se expande
cada vez más, en algunos casos llegando a utilizarse progresivamente en más ambitos, donde
antes predominaba el castellano (el caso de Cataluña por ejemplo).

4.1. El catalán

El catalán ha sido la lengua común de Cataluña desde la Edad Media y los catalanes se
han mantenido notablemente fieles a su lengua incluso en tiempos políticamente adversos. Siguán
(1992: 134) nos informa que según el último censo de población, el catalán se habla por unos
5.961.000 de personas (3.747.000 en Cataluña, 444.000 en las Islas Baleares y 1.780.000 en la
Comunidad Valenciana18). Es interesante notar que los catalanoparlantes superan en número
incluso los hablantes de algunas lenguas estatales: danés (4.500.000), noruego (3.500.000) y
finlandés (4.000.000).
Actualmente hay un gran número de habitantes castellanoparlantes en Cataluña,
resultado de una prolongada y voluminosa inmigración a dicha Comunidad. Muchos de estos
castellanoparlantes entienden también el catalán y cierto (pequeño) número de ellos es también
capaz de hablarlo y escribirlo. Al contario casi la totalidad de los catalanoparlantes pueden hablar
con mayor o menor facilidad el castellano. Según Siguán (1992: 165) la mayoría de estos últimos
no tienen inconveniente en proseguir una conversación en castellano cuando advierten que el
interlocutor no entiende el catalán o simplemente no es capaz de hablarlo con facilidad.
Siguán (1992:188) además nota que “hace quince años la presencia del catalán en la vía
pública era real pero muy reducida, actualmente es mucho mayor aunque la variedad continua

18 En esta cifra no se incluye el número de catalanoparlantes en territorios fuera de los arriba mencionados, como por

ejemplo en Andorra, la Franja de Aragón, Alguer, Rosellón o Cataluña Norte, lo cual hace –según algunas propuestas-
un total de 200.000 catalanoparlantes, a los que es posible añadir entre 100 y 200 mil que residen fuera del conjunto del
área de catalán.

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ΕΠΙΣΤΗΜΟΝΙΚΕΣ ΔΗΜΟΣΙΕΥΣΕΙΣ ΔΙΔΑΣΚΟΝΤΩΝ

siendo la regla”. Así, el uso de uno u otro código lingüístico en lo referente por ejemplo a la
denominación de las calles, informaciones en las carreteras, los paneles informativos en
estaciones, aeropuertos, la señalización interior de un edificio público etc., si el responsable de la
señalización es el Gobierno catalán o una autoridad local, suele utilizarse el catalán –o bien el
castellano y el catalán. Si por otra parte depende de la Administración central o una empresa
pública estatal (por ejemplo el caso de los ferrocarriles), se utiliza el castellano o bien las dos. En
empresas privadas, restaurantes, locales comerciales, la información se ofrece en catalán, en
castellano o en los dos idiomas.Exactamente esto es de las primeras cosas que advierte un
visitante de fuera y el primero en provocar sorpresa si a la llegada ignoraba la situación lingüística
de Cataluña.

4.2. El gallego

La lengua gallega se extiende más allá de los límites de Galicia. En primer lugar hay que
tener en cuenta la presencia del gallego en Asturias y Castilla-León: en la parte occidental de
Asturias, en León y en Zamora. Pero lo que impresiona es la presencia del gallego fuera de Galicia
es sobre todo importante por el extraordinario volúmen de emigrantes gallegos (se trata de cifras
de varios millones) en España o al extranjero, especialmente a hispanoamérica. De cualquier
modo, según fue mencionado antes, Lázaro (1991: 236) habla de mas de dos millones de
hablantes de la lengua en cuestión.
Una de los datos más interesantes que nos proporciona Siguán (1992: 219) es que el
porcentaje de los habitantes gallegos que dicen que son capaces de hablar en gallego aunque sea
con dificultades es muy superior a los que tanto en Cataluña como en el País Vasco afirman ser
capaces de hablar el catalán y el vasco respectivamente. La explicación de tal hecho podría ser la
escasa proporción entre la población de Galicia de inmigrantes llegados del exterior.
Tradicionalmente el gallego conllevaba conotaciones de ser la lengua de los campesinos,
y como tal asociada a la pobreza y la ignorancia. Sin embargo, hoy en día cada vez se utiliza más
por intelectuales y políticos en papeles oficiales, en actos del Gobierno, etc., lo cual le atribuye
conotaciones de poder y autoridad.
Varias encuestas realizadas en el hambito escolar han demostrado que una tercera parte
de los escolares hablan con sus padres exclusivamente en gallego, otra tercera parte
exclusivamente en castellano y la tercera parte restante en las dos lenguas. Sin embargo hay que
tener en cuenta que estas proporciones son muy diferentes según el lugar de residencia. De este
modo, en las aldeas, los escolares que hablan exclusivamente en gallego con sus padres pueden
sobrepasar el 80%, mientras en las ciudades principales no llegan al 10% (Siguán, 1992: 220).
En resumidas palabras, siendo el gallego el símbolo de la identidad gallega va
adquiriendo cada vez más prestigio. Una de las muestras de la revalorización de la lengua gallega
ha sido el aumento del número de libros publicados en dicha lengua.

4.3. El vasco

El País Vasco en concreto, como señalan Kofler, O’Connor y Sanchez (1998: 156),
constituye “una comunidad cuyos habitantes muestran una gran sensibilidad en cuanto a su
identidad nacional”. El Estatuto de Autonomía de 1979 estableció la cooficialidad del euskera y del

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ΕΠΙΣΤΗΜΟΝΙΚΕΣ ΔΗΜΟΣΙΕΥΣΕΙΣ ΔΙΔΑΣΚΟΝΤΩΝ

castellano en el País Vasco y el número de hablantes de euskera ha aumentado en los últimos


años, mientras que la Ley Básica de Normalización del Uso del Euskara de 1982 reguló el uso de
las lenguas oficiales en la enseñanza no universitaria19. Sin embargo, continúa siendo un número
pequeño, inferior a lo que ocurre con otros idiomas en otras Comunidades y además muy
desigualmente repartidos; seguramente, uno de los motivos es que más de la cuarta parte de los
habitantes del País Vasco han nacido fuera (Siguán, 1992: 232). Además teniendo en cuenta las
dificultades intrínsecas que presenta la lengua vasca –recordamos que el vasco no sólo no es una
lengua románica sino ni tan sólo una lengua indoeuropea, y por tanto tiene características muy
singulares20- hay una clara correlación entre el hecho de haber tenido el euskera como lengua
familiar en la infancia y el nivel actual de competencia de esta lengua.
El trabajo de Kofler et al. (1998) refleja los resultados de una encuesta realizada en el
País Vasco en 1997 a 40 personas completamente bilingües en vasco y castellano, que pretendia
demostrar cómo mediante de la lengua se pueden manifestar actitudes emotivas, intelectuales o
de identidad. De este modo fue demostrado que el 75% de los encuestados considere que sí
existe una diferencia entre él y otro vasco que solamente domine el castellano, mientras el 95% de
los mismos contestó favorablemente referente a la intención o el hecho de enseñar ambos idiomas
a su descendencia. Se observó igual comodidad a la hora de usar el euskera o el castellano como
medio de expresión y lectura. Además, el reconocimiento de que el conocimiento de euskera
supone hoy en día una ventaja importante a la hora de encontrar empleo, y que –desde el punto
de vista intelectual- el hecho de conocer ambas lenguas es sumamente enriquecedor, fue
unánime. Finalmente, el hecho de que el 90% de ellos empleen en castellano el término euskera
para referirse a la lengua propia de Euskadi, revela la existencia de una relación entre el uso de
una lengua y una manifestación de identidad nacional. En resumidas palabras, las personas
encuestadas demostraron una actitud rotundamente positiva hacia su propia condición de ser
bilingües. Además la producción anual de libros en euskera va conociendo un aumento sustancial.
Como dice Siguán (1992: 249) característicamente: “Si hace unos años la literatura en euskera era
basicamente folklórica y costumbrista, actualmente se produce poesía y prosa en línea con la más
estricta modernidad”.

19 La respuesta gubernamental a las distintas sensibilidades existentes en la sociedad vasca con respecto a la
enseñanza bilingüe se reflejó en la implantación de tres modelos lingüísticos dentro del sistema educativo vasco: Modelo
A: todas las materias se imparten en castellano, a excepción de la clase de euskera como asignatura, a la que se le
dedica de 4 a 5 horas semanales. La lengua materna de los alumnos es el castellano. Modelo B: además de impartirse
como asignaturas, tanto el euskera como el castellano se utilizan como lenguas vehiculares. En este caso la lengua
materna de los alumnos es también el castellano. Modelo D: en primer lugar aclarar que el salto del modelo B al D se
debe a que en euskera no existe la letra “c”. En este modelo el euskera se utiliza como lengua vehicular y el castellano
tan sólo aparece como asignatura (4 ó 5 horas semanales). En este modelo nos encontramos con alumnos cuya lengua
materna es el castellano, el euskera o ambas. En todos los casos la lengua extranjera tan sólo se imparte como
asignatura ocupando unas 3 horas semanales del horario escolar. El porcentaje de alumnos de cada uno de estos tres
modelos entre educación infantil, educación primaria y los dos primeros cursos de las ESO en el curso 1996-97 fue el
siguiente: modelo A (31,54%), modelo B (27,73%) y modelo D (40, 74%). (Lasagabaster, 1998: 159).
20 Es una lengua en la que predominan los sufijos, ya que el artículo, las desinencias causales y el índice de relativo

entre otros casos se añaden sistemáticamente detrás del tema. También es una lengua ergativa.

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Sin embargo Lasagabaster (1998: 160) menciona un hecho que en algún sentido
contrasta con lo arriba mencionado: “En cuanto al uso del euskara en la calle se refiere, los datos
reflejan claramente su condición de lengua minoritaria con respecto al castellano; Araba 2,56%,
Bizkaia 6,21% y Gipuzkoa 19,66%.”. No obstante no hay que olvidar que las actitudes reflejadas
por el trabajo de Kofler et al. (1998) son las de vascos completamente bilngües, mientras, los
porcentajes citados lor Lasagabaster reflejan la situación general; parece pues que el uso del
idioma cooficial respecto del castellano, es decir del vasco, en el territorio en cuestión, no es tan
generalizado como lo es por ejemplo el catalán en los territorios catalanohablantes.

5. Conclusiones

Se ha demostrado que España no es un país monolingüe ni mucho menos. Hoy en día


cuenta con cuatro lenguas principales, las cuales a su vez cuentan con sus variedades dialectales,
pero también con algunas lenguas minoritarias principalmente en zonas limítrofes. El número de
hablantes con los que cuenta cada uno de estos códigos lingüísticos no es intrínsicamente
importante. Lo importante es el hecho de que el Estado Español proteja y promocione la difusión
de estas lenguas. El reconocimiento político y legal de este plurilingüismo español sigue un
camino paralelo al camino del futuro de Europa que intenta conjugar –como dice Siguán
(1992:323) “los derechos de todas las lenguas habladas por sus habitantes con la conciencia de
su solidaridad y con la multiplicación de sus capacidades de comunicación y de diálogo”.
Según pues, la Constitución de 1978 el castellano deberá seguir enseñándose en toda la
nación, y que las restantes lenguas que alcancen la cooficialidad contarán con el mismo derecho
en las distintas comunidades autónomas cuyos estatutos así lo estipulen. Como señala Lázaro
(1991: 239), España debe por una parte aspirar a superar la diglosia que viene caracterizándola
secularmente, y por otra a instaurar un bilingüismo satisfactorio para los españoles que poseen
otra lengua materna, y a la que aman como es lógico con la misma intensidad con la que los
españoles nacidos en el seno de la lengua castellana aman la suya. El ideal que la Constitución
pretende favorecer es que consideren como realmente propias las dos.

Bibliografía

ALONSO MONTERO, Xesús (1973): Informe dramático sobre la lengua gallega, Madrid: Akal Editor.
DIEZ, Miguel, MORALES Francisco & SABIN, Ángel (1980): Las lenguas de España, Madrid: Ministerio de
Educación-INCIE (Instituto Nacional de Ciencias de la Educación).
KOFLER, Eva, O’CONNOR, Maurice & SÁNCHEZ GARRIDO, Juan M. (1998), “El bilingüismo en el País Vasco: un
estudio práctico”, en Interlingüística 9: 155-158, Salamanca.
LASAGABASTER, David (1998), “Bilingüismo y educación en la comunidad autónoma vasca: resultados en las
lenguas oficiales y en la lengua extranjera, en Interlingüística 9: 159-162, Salamanca.

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ΕΠΙΣΤΗΜΟΝΙΚΕΣ ΔΗΜΟΣΙΕΥΣΕΙΣ ΔΙΔΑΣΚΟΝΤΩΝ

LAZARO, Fernando (1991): Lengua Española, C.O.U., Anaya.


SECO, Manuel (1986, 9a ed.), Diccionario de Dudas y Dificultades de la Lengua Española, Madrid: Espasa
Calpe.
- (1994): Gramática Esencial del Español, Madrid: Espasa Calpe.
SIGUÁN, Miquel (1992): España Plurilingüe, Madrid: Alianza Editorial.

Περίληψη:
Η Κατάσταση Πολυγλωσσίας στην Ισπανία

«Ισπανικά» ή «Καστιλιανικά»; Ποιο είναι τελικά το όνομα της γλώσσας που ομιλείται στο γεωγραφικό χώρο
της Ισπανίας και σε μεγάλο αριθμό χωρών –κυρίως- της Λατινικής Αμερικής; Για να δοθεί απάντηση, το
ερώτημα που μάλλον θα έρεπε να τεθεί αρχικά είναι: πόσες γλώσσες ομιλούνται στην Ισπανία; Ένα
στοιχείο άγνωστο για πολύ κόσμο στην Ελλάδα, είναι το γεγονός ότι στην Ισπανία υπάρχουν όχι μία αλλά
τέσσερις επίσημα αναγνωρισμένες γλώσσες: τα Καστιλιανικά (castellano –που είναι αυτό που εμείς
ταυτίζουμε με τον όρο «ισπανικά»), τα Καταλανικά (catalán), τα Γαλικιανά (gallego) και τα Βασκικά (vasco ή
euskera). Σε αυτή την εργασία κάνουμε μία γενική ιστορική αναδρομή και αναφορά στις γλώσσες αυτές
(ιστορική προέλευση και σημασία, λογοτεχνική παραγωγή, κλπ. από τα προ-ρωμαϊκά χρόνια έως σήμερα).
Ταυτόχρονα εξετάζουμε συγκεκριμένες ιστορικές περιόδους και γεγονότα που οδήγησαν στην σημερινή
πραγματικότητα (π.χ. απαγόρευση των γλωσσών αυτών κατά τη διάρκεια της φρανκικής δικτατορίας,
συνταγματικές διατάξεις και νομοθετικές αλλαγές, νομική προστασία για διαφύλαξη και προώθηση αυτών
στη μεταφρανκική περίοδο κλπ.). Γίνεται μνεία στις βασικές διαλέκτους των τεσσάρων αυτών γλωσσών
καθώς και σε άλλες καταστάσεις γλωσσικής διαφοροποίησης της Ιβηρικής (asturiano/bable, aranés,
aragonés, andaluz κλπ.). Τέλος γίνεται αναφορά σε προβλήματα και απόψεις κοινωνικής φύσεως σχετικά
με αυτή την γλωσσική πραγματικότητα. Περισσότερο από προβλήματα όμως, είναι αισιόδοξο το γεγονός
ότι σήμερα όλοι αυτοί οι γλωσσικοί κώδικες όχι μόνο χαίρουν κρατικής προστασίας (σε εκπαιδευτικό,
νομικό, διοικητικό κτλ. επίπεδο) αλλά και -αντίθετα ίσως με το παρελθόν- οι ίδιοι οι Ισπανοί πολίτες
(πολλοί από αυτούς δίγλωσσοι) είναι περήφανοι για τον τεράστιο γλωσσικό πλούτο που διαθέτουν.

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