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INFORME DE INVESTIGACIÓN
DE LA LLAGA AL AMOR
Presentado por:
Amor… puede ser una expresión vana para algunos, pero finalmente
influye en la realidad y acarrea innegables consecuencias, aún si son
subvaloradas; hay románticos que mueren por amor donando sus vidas
por quienes aman, para que vivan y tal vez, también puedan amar.
1
El “ser ahí” heideggeriano que hace referencia condicional al estar en el mundo del ser,
desde su mundanidad entitativa precisamente es equiparable al ente clásico aristotélico
y será utilizado indiscriminadamente con la connotación recién señalada. Méndez,
Rafael. Clásicos del Pensamiento Universal resumidos. Círculo de Lectores, Bogotá, 2000,
p. 327.
racionalidad mundana es capaz de elegir por principio de operaciones,2
diversos propósitos incluso contrarios a la naturaleza, a la vida y al
equilibrio; “…hay que tener presente que, como todas las cosas proceden
de la voluntad divina, a su modo todas tienden al bien en virtud de su
apetito, si bien de distintas maneras.” (Dewan O.P, 2009, p. 116)
Pensando al bien como aquello que se desea, criaturas como las plantas
desearán la luz del sol… “Esta tendencia al bien se llama apetito natural.
Otras tienden al bien por algún conocimiento, pero no por conocer la
razón misma del bien, sino porque conocen algún bien particular, como es
el caso del sentido, que conoce lo que es dulce, blanco, y similares. La
tendencia que sigue a este conocimiento se llama apetito sensitivo. Otras
tienden al bien por un conocimiento que llega a conocer la razón misma
de bien. Éstas tienden al bien de un modo más perfecto, y no
simplemente dirigidas al bien por otro, como es el caso de los que
carecen de entendimiento; ni solamente a un bien particular, como las
que no tienen más conocimiento que el sensitivo; sino que tienden al
mismo bien universal (in ipsum universale bonum). Esta tendencia se
llama voluntad.” (Dewan O.P., 2009, p. 116). Todo procede pues de la
voluntad divina y todo tiende al bien, ya sea por inclinación natural sin
conocimiento, ya por el conocimiento de bienes particulares, o ya por
experimentar la atracción de la bondad como tal gracias a la razón y a la
voluntad ejercida por el libre albedrio.
2
Cfr: Dewan, Lawrence. O.P., Fundamentos metafísicos de la ética. Universidad Sergio
Arboleda, Bogotá, 2009, p. 103 – 108.
amor electivo: “Tratándose de la voluntad, el fin es, respecto a ella lo que
los principios son con respecto al entendimiento,…Por eso, la voluntad,
tiende naturalmente al fin último; pues por naturaleza todo hombre quiere
la felicidad…” (Dewan O.P., 2009, p. 118) siendo el fin último principio de
toda elección. “De manera semejante, la necesidad natural no es
contraria a la voluntad. Al contrario, es necesario que, así como el
entendimiento asiente por necesidad a los primeros principios, así
también la voluntad se adhiera al fin último, que es la bienaventuranza…”
(Dewan O.P., 2009, p. 111). La tendencia última será pues aquella que
es, la unidad de las diversas tendencias particulares, las de los apetitos
natural y sensitivo,3 pues tiende al bien universal… “Esta tendencia se
llama voluntad.”. Puesto que el objeto en sí de toda tendencia es valioso y
querido por el fin que se alcanza, el objetivo final, la satisfacción o el
placer, la felicidad o el bien, aquel objeto es un medio, que en el caso del
ser humano, puede ser amado, así también el fin, naturalmente, y todo
amor derivado del natural es electivo.4
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Ayllón, José Ramón. Ética Razonada. Ediciones Palabra, S.A., Madrid.
1998.
Bogotá, 2000.