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Los felinos de Sahagún: ¿lo mestizo?

Algunos de los textos que serían fundamentales para la labor de Francisco Hernández son los escritos
elaborados por el fraile franciscano Bernardino de Sahagún y sus estudiantes del Colegio de Santacruz.
Pero los escritos de Sahagún no se ocupan de la naturaleza novohispana de forma tangencial, sino que
entre ellos y sobretodo en la Historia general de las cosas de la Nueva España (o Códice florentino),
existe la firma intención de aportar a la historia natural europea. La Historia de Sahagún está escrita en
tres medios: el náhuatl, el español y el dibujo, y a testigos “fidedignos”, en lo posible indios viejos, que
estén en total capacidad para hablar sobre los hechos de los antiguos mexicanos; este último rasgo
destaca a la obra del fraile Sahagún de la gran mayoría de documentos producidos en ese periodo 1.
Según Todorov la precisión y cuidado de los testimonios es tal que a veces la fidelidad al objeto
descrito precede al deseo de convertir a los indios, objetivo final de la obra 2. Pese a defenderse por
algunos autores como uno de los textos en el cual se puede hallar la “visión de los vencidos” 3 y
considerar esto especialmente cierto para aquello relacionado con la historia natural 4 el Códice
florentino es ya uno de los textos que reflejan la “aculturación” y la complejidad de la realidad colonial,
siendo esto cierto incluso para la concepción del mundo natural5 . Los felinos nuevamente cobran
relevancia al respecto.

El párrafo primero del libro XI de la Historia general de las cosas de la Nueva España “De las
propiedades de los animales, aves, peces, árboles, yervas, flores, metales y piedras, y de las colores”
está dedicado a las “bestias fieras” entre las cuales encontramos algunos animales que pueden
identificarse como “felinos”. El primero de ellos, siendo ya lugar común entre los cronistas, es el
“tigre”. A esta criatura Sahagún le dedica la mayor parte del párrafo:

“El tigre anda y bive en las sierras y entre las peñas y riscos, y también en el agua. Es
noble, y dizen es príncipe y señor de los otros animales. Y es avisado y recatado, y
1
TODOROV, Tzvetan. La conquista de América: el problema del otro. Traducción de Flora Botton Burlá. 2a ed.
México, Siglo XXI, 1989. 235.
2
TODOROV, Tzvetan. La conquista de América: el problema del otro. Traducción de Flora Botton Burlá. 2a ed.
México, Siglo XXI, 1989.235.
3
GARIBAY, A.M., Historia de la literatura náhuatl, México, Editorial Porrúa.1971
4
Palmeri Capesciotti cita a ORTIZ DE MONTELLANO, B.R. 1976, “¿Una clasificación botánica entre
los nahuas?”, en Estado actual del conocimiento en plantas medicinales mexicanas, al cuidado del X. Loyoza L., p. 27-
49, México, Instituto Mexicano para el estudio de las Plantas Medicinales. __________,1984, “El Conocimiento de la
Naturaleza entre los Mexicanos.Taxonomía”, en Historia General de la Medicina en México, al cuidado de F.M. Cortés,
vol. I, p. 115-132, México, UNAM. Otro autor es López Austin 1974, “The Research Method of Fray Bernardino de
Sahagún: TheQuestionnaires”, en Sixteenth-century Mexico. The Work of Sahagún, al cuidado de M.S. Edmonson,
p.111-149, Albuquerque, University of New Mexico Press.
5
Ilaria Palmeri Capesciotti, “La fauna del libro XI del Códice florentino de fray Bernardino de Sahagún. Dos sistemas
taxonómicos frente a frente,” Estudios de Cultura Náhuatl, no. 32 (2001): 190.
regálase como el gato, y no consiente trabajo ninguno; y tiene asco de ver cosas sucias y
hediondas, y tiénese en mucho. Es baxo y corpulento, y tiene la cola larga, y las manos
son gruessas y anchas, y tiene el pescueço gruesso. Tiene la cabeça grande; las orejas son
pequeñas; el hocico gruesso y carnoso, y corto, y de color prieto; y la nariz tiene
grasienta; y tiene la cara ancha, y los ojos relucientes como brasa; los colmillos son
grandes y gruessos; los dientes menudos, chicos y agudos; las muelas anchas de arriba; y
la boca muy ancha; y tiene uñas largas y agudas; tiene pescuños en los braços y en las
piernas; y tiene el pecho blanco; tiene el pecho lezne. Y como crece se va manchando, y
créscenle las uñas, y agarra; crécenle los dientes y las muelas y colmillos. Y regaña y
muerde y arranca con los dientes, y corta; gruñe y brama, sonando como trompeta.[...]El
tigre blanco dizen que es capitán de los otros tigres, y es muy blanco. Hay otros que son
blanquecinos, manchados de prieto. Hay otro tigre de pelo bermejo y manchado de
negro.

La propiedad del tigre es que come animales, como son ciervos y conejos, y otros
semejantes. Es regalado, y no es para trabajo; tiene mucho cuidado de sí: báñase. Y de
noche ve los animales que ha de caçar; tiene muy larga vista, aunque haga muy escuro, y
aunque haga niebla, ve las cosas muy pequeñas. Cuando ve al caçador con su arco y
saetas, no huye, sino siéntase mirando hazia él, sin ponerse detrás de alguna cosa ni
arrimarse a nada. Luego comiença a hipar; y aquel aire enderéçale hazia el caçador a
propósito de ponerle temor y miedo, y desmayarle el coraçón con el hipo. Y el caçador
comiença luego de tirarle, y la primera saeta, que es de caña, tómala el tigre con la mano
y házela pedaços con los dientes, y comiença a regañar y a gruñir, y echándole otra saeta,
haze lo mismo. Los caçadores tenían cuenta con que no havían de tirar al tigre más de
cuatro saetas; ésta era su costumbre o devoción. Y como no lo matase con las cuatro
saetas, luego el caçador se dava por vencido; y el tigre luego comiença a espereçarse y a
sacudirse y a relamerse. Hecho esto, recógese y da un salto como volando; se arroja
sobre el caçador; aunque esté lexos diez o quince bracas, no da más de un salto. Va todo
enerizado, como el gato contra el perro; luego mata al caçador y se le come. Los
caçadores diestros, en echando la primera saeta, si el tigre la hizo pedaços, toma una hoja
de un árbol de roble, o de otro árbol semejante, y híncala en la saeta y tira con ella al
tigre. Y la hoja, así puesta, haze ruido, assí como cuando vola una langosta, y cáyese en
el suelo al medio camino o acerca del tigre. Con esto se devierte el tigre a mirar la hoja
que caye, y llega la saeta y pásale o hiérele. Y luego el tigre da un salto hazia arriba, y
tornando a caer en tierra, tórnase a sentar como estava de antes. Y allí muere asentado sin
cerrar los ojos; aunque está muerto, parece vivo. Cuando el tigre caça, primero hipa, y
con aquel aire desmaya a lo que ha de caçar”6.

Luego de contrariar los gustos gastronómicos de Ledesma y Oviedo al mencionar que “La carne del
tigre tiene mal sabor, requema”. Sahagún agrega un comentario “etnográfico” (único dentro de los
cronistas citados para el presente trabajo) y que parece atinar a una descripción de chamanes-jaguar:

“Una gente que eran como asisinos, los cuales se llamavan nonotzaleque, era gente usada
y atrevida para matar. Traían consigo del pellejo del tigre, un pedaço de la frente y otro
pedaço del pecho, y al cabo de la cola, y las uñas, y el coraçón, y los colmillos y los
hocicos. Dezían que con esto eran fuertes y osados, y espantables a todos; y todos los
temían, y a ninguno havían miedo por razón de tener consigo estas cosas del tigre. Estos
se llaman también pixeque teyolpachoani”7.

Sahagún termina con esta alusión su referencia al tigre, pero a continuación su texto continua con otras
especies “felinas” entre ellas lo que identifica como “gato cerval”: “llámanle por este nombre, conviene
a saber: tlacoocélutl, tlacomiztli, porque es pequeño, del tamaño de un gato. Es pardo; tiene uñas,
manchas oscuras como el tigre pintado”8 y por supuesto los enigmáticos “leones” americanos:

“El león es del tamaño del tigre; no es manchado. Tiene el pelo también lezne, y en el
cuerpo es de la manera del tigre, sino que tiene las uñas mayores y también pescuños
muy largos; es roxo escuro. Hay leones bermejos y otros blanquezinos; éstos se llaman
leones blancos.[...] Este animal que se llama cuammiztli por las propriedades paresce ser
onza, y si no lo es, no sé a qué otro animal sea semejante. Dizen que es semejante al
león, sino que siempre anda en los árboles, saltando de unos a otros, y allí busca su

6
Fray Bernardino De Sahagun,, Historia general de las cosas de la Nueva España, (Dastin, 2001), II, 877-879.
7
Ibid., II, 879.
8
Ibid.
comida; pocas vezes anda en el suelo.”9

Después de este “león” Sahagún [y sus redactores, pues hay que recordar que es un texto escrito a
varias manos] resalta algunas otras “variedades” de leones o animales que pueden vincularse con estos:

“Hay un animal en estas partes que se llama maçamiztli; quiere dezir "ciervo león", el
cual no sé si le hay en ninguna otra parte. Es del tamaño del ciervo y tiene la color del
ciervo, y tiene sus uñas come, ciervo; y los machos tienen cuernos como el ciervo, pero
tiene pescuños como el león, muy agudos, y los dientes y culmillos como león. No come
yervas; anda entre los otros ciervos, y cuando quiere comer abráçase con un ciervo y con
el pescuño ábrele por la barriga, començando desde las piernas hasta la garganta, y así le
echa fuera todos los intestinos y le come. En ninguna cosa le conoscen los otros ciervos,
sino en mal hedor que tiene”10.

Pero aparte de este sui generis león cornudo existe otra criatura de memorable “ferocidad”:

“Hay otro animal en esta tierra que se llama cuitlamiztli; quiere dezir "león bastardo".
Este, según lo que de él se dize, es lobo; come ciervos y gallinas y ovejas. En tomando
un ciervo, hártase de él hasta no poder más, y échase a dormir dos o tres días; no cura de
caçar más. Y por esto le llaman "león bastardo", porque es glotón. No tiene cueva como
los leones, y de noche come las gallinas y las ovejas, y aunque esté harto, mata toda[s]
las gallinas y ovejas que puede”11.

b. Un marco europeo
Pese a estas características no se puede argumentar que lo que aquí vemos es la “versión” nahuatl de
los felinos mexicanos. Primero que todo Sahagún clasifica a los “gatos” dentro de las “bestias fieras”
una categoría europea (antecesora de categorías como cuadrúpedos, mamíferos y otras anteriores a
Linneo), que no necesariamente corresponden con la visión nativa: la categoría náhuatl tecuani
carnívoro o “devorador de personas”, que podría pensarse como cercana no incluye animales como la
bestia devoradora de maní [¿tápir?] que Sahagún incluye en este capítulo. Como Ilaria Palmeri

9
Ibid., II, 880.
10
Ibid., II, 880-881.
11
Ibid., II, 881.
Capesciotti12 y Cabarcas Antequerea13 destacan, la estructura del capítulo es muy cercana a los textos
“zoológicos” de referencia de la época (los bestiarios, Plinio y las enciclopedias) por lo cual no es
extraño que el orden presente en el texto incluso coincida con el de otros cronistas como Hernández y
Fernández de Oviedo, quienes también presentan a los “felinos” como los animales que encabezan los
apartados de sus obras dedicados a los animales. Desde aquí las descripciones se ubican dentro de un
determinado marco conceptual y de autoridad que influye el trabajo. Los “redactores” indígenas del
texto son “colegiales” de Santacruz, formados en una tradición trilingüe -español, nahua y latín- que
más que presentar una versión “purista” aborigen: “contribuyeron de algún modo a adaptar la
información conseguida a las categorías cognitivas occidentales y a la estructura europea de la
Historia”14. Incluso los dibujos que acompañan el texto son hechos por mexicanos, pero quienes ya han
recibido una fuerte influencia del arte europeo15.

Incluso en las descripciones aparecen hechos que solo pueden ser posibles después de la llegada de los
europeos, lo cual nos deja sospechas sobre que tanto alude el texto a la “realidad” vivida por los
“indios viejos”. El furioso cuitlamiztli es descrito como un ávido y despiadado devorador de gallinas y
ovejas, especies introducidas por los españoles. Esto plantea que incluso sobre los hechos “naturales”
las líneas de Sahagún nos remiten a hechos más recientes de lo que puede pensarse -no necesariamente
prehispánicos- y a un contexto ya influido profundamente por Europa.

Por otro lado se evidencia el hecho de que el texto está dirigido a lectores europeos y elaborado desde
este marco cognoscitivo, pues así se lleguen a utilizar algunas palabras en náhuatl, los conceptos y
puntos de referencia son acordes con patrones europeos como sucede en todas las anteriores
descripciones -y por esto Sahagún no sería el único responsable como ya se planteó-, como ocurre en
la comparación que se hace entre el jaguar y el gato, este último un animal del viejo mundo. A su vez
la “visión” de los mexicanos está limitada por el cuestionario elaborado por Sahagún, el cual tenía una
serie de intenciones y esquemas previos. Debemos recordar que el interés primordial de Sahagún es el
de evangelizar, en lo cual puede hermanarse con la Historia del padre Acosta, así la obra del
12
Ilaria Palmeri Capesciotti, “La fauna del libro XI del Códice florentino de fray Bernardino de Sahagún. Dos sistemas
taxonómicos frente a frente,” Estudios de Cultura Náhuatl, no. 32 (2001): 189-221.
13
Hernando Cabarcas Antequera, Bestiario Del Nuevo Reino De Granada: La Imaginación Animalística Medieval Y La
Descripción Literaria De La Naturaleza Americana, Biblioteca "Daniel Samper Ortega" 1 (Santafé de Bogotá: Instituto
Caro y Cuervo, 1994), 93-94. Este autor se refiere con detalle a la descripción del tigre, la cual compara con una de
Tomás de Cantimpré.
14
Ilaria Palmeri Capesciotti, “La fauna del libro XI del Códice florentino de fray Bernardino de Sahagún. Dos sistemas
taxonómicos frente a frente,” Estudios de Cultura Náhuatl, no. 32 (2001): 199.
15
TODOROV, Tzvetan. La conquista de América: el problema del otro. Traducción de Flora Botton Burlá. 2a ed.
México, Siglo XXI, 1989. 239.
franciscano luzca más profunda en cuanto al conocimiento de los pueblos del antiguo dominio azteca.
De este modo la influencia de Sahagún es clara y profunda, pues así como sucede con sus principios
religiosos, en ningún momento se abandona lo familiar o lo europeo como punto de partida a la hora
de elaborar una visión sobre la naturaleza americana.
(las decripciones tan detalladas y el uso de expresioes como “dicen…” hacen ec¡vidente también que
se basó en testimonos locales)
c. ¿Acaso lo mestizo?: El texto de Sahagún como texto colonial
Quizá uno de los aspectos primordiales que podemos encontrar en esta obra es el paso de una tradición
cultural no escrita a una “literalidad alfabética” lo cual según Jack Goody implica: “cambios
sustanciales en los procesos cognitivos y en la percepción del mundo” 16. Tampoco podemos caer en el
extremo de un “purismo” que desvanezca por completo los atisbos de la visión indígena presentes en el
texto de Sahagún. Desde luego es un texto que debe considerarse como colonial, cimentado en la
tradición europea, escrita por demás y que se contrapone a la tradición oral nativa, y con todas las
implicaciones que se le han atribuido a documentos similares. Rolena Adorno propone una lectura de
los textos coloniales [la autora es experta en la literatura de Guaman Poma] muy similar a la realizada
por Gennette (1966) a la obra literaria de Proust, es decir como: “un palimpsesto donde se confunden y
encabalgan varias figuras y varios sentidos, presentes siempre todos a la vez, y que se dejan descifrar
solamente todos juntos dentro de su inextricable totalidad”17; líneas más adelante Adorno agrega:
“Aunque no aseveraría que esta característica es única a los sujetos de escritura coloniales (esto debe
ser obvio por haber puesto como marco al problema la lectura genettiana de Proust),si diría que es una
tendencia de mucho peso en el sujeto colonial precisamente por los vaivenes de fortuna y la
ambivalencia hacia el otro que caracterizan de una manera exagerada la experiencia real y anímica de
las personas que la habían vivido. En todo caso la identificación del personaje histórico la del
colonizado, del colonizador o de la superposición de elementos de las dos perspectivas que con
demasiada frecuencia se encuentran en un solo sujeto”18.

Retomando el texto de Sahagún los “colegiales” indígenas figuran como los “sujetos coloniales”
planteados por Adorno. Los ex-alumnos colaboradores del franciscano son individuos ampliamente
favorables al modelo europeo en el cual han sido formados, destacándose como principales motores de
la “extirpación de las herejías” del territorio novohispano (denuncian, espían y corrigen) y esta
16
Citado en Palmeri Capesciotti, “La fauna del libro XI del Códice florentino de fray Bernardino de Sahagún. Dos
sistemas taxonómicos frente a frente,” 192.
17
Citado en Rolena Adorno, “Textos imborrables: Posiciones simultaneas y sucesivas del sujeto colonial,” Revista de
Crítica Literaria Latinoamericana 21, no. 41 (1995): 34.
18
Ibid., 37.
voluntad también permanece en los términos, las referencias y reverencias a la cultura cristiana que se
incluyen en la Historia19, pero también cumplen con el encargo de mantener la veracidad de los temas
tratados -Según Todorov la precisión y cuidado de los testimonios exigida por Sahagún es tal que a
veces la fidelidad al objeto descrito precede al deseo de convertir a los indios, objetivo final de la
obra20- de la cultura de sus “antepasados”, la cual debían “conocer” a cabalidad lo bastante bien como
para reconocer las herejías y errores en la fe que persistían entre los mexicanos de su tiempo. Ya tratado
lo europeo se requiere ahora mencionar lo “nativo” presente en las descripciones.

El primer rasgo que salta a la vista son las categorías lingüísticas nahua presentes. Los nombres nativos
se “preservan” [pues para otros ya se han implantado equivalencias con los nombres europeos como es
el caso del tigre] y se utilizan para distintas criaturas. Desde luego que este rasgo no es exclusivo de la
obra de Sahagún y parece contar con mucha importancia a la hora de designar animales antes de la
implementación del sistema linneano; La obra de Sahagún es referente aún hoy en día al respecto y
como ya se mencionó supra, es una de las fuentes principales para el protomédico Hernández
interesado hondamente también en el idioma y conocimiento de los “indios viejos”.

La segunda es la descripción de los nonotzaleque, "los poseedores de conjuros"21 que parece dar cuenta
de un tradición prehispánica muy parecida a la ya descrita del “Chamán jaguar” y que puede
identificarse como nahualismo para el contexto en el cual escribe Sahagún22. Por otro lado el
maçamiztli o “ciervo león” [que es una de las criaturas que más problemas le plantea a los autores de la
Historia] parece vincularse a la amplia tradición de criaturas duales mesoamericanas de las cuales ya
se hablo en otro apartado, una concepción que suele expresar dificultades a la hora de plantearse en
términos europeos.

El continuo uso de la tercera persona -“dicen”, “le llaman”- como de expresiones impersonales -“se
dice”, “si le hay”- evidencia la escritura del texto a partir de fuentes testimoniales, las cuales se
presumen ajenas a Sahagún y a sus escolares.

19
Ilaria Palmeri Capesciotti, “La fauna del libro XI del Códice florentino de fray Bernardino de Sahagún. Dos sistemas
taxonómicos frente a frente,” Estudios de Cultura Náhuatl, no. 32 (2001): 199.
20
TODOROV, Tzvetan. La conquista de América: el problema del otro. Traducción de Flora Botton Burlá. 2a ed.
México, Siglo XXI, 1989. .235.
21
Xavier Noguez, “"Cuáuhyotl" y "ocelóyotl". Un problema de "status" adscritos y adquiridos en la sociedad mexica
prehispánica,” Historia Mexicana 39, no. 2 (December 1989): 359.
22
MARTÍNEZ GONZÁLEZ R. 2004. “Le nahualli : homme-dieu et double animal au Mexique”. Anthropozoologica 39
(1) : 371-381
Pero los “felinos” de Sahagún no solo dan cuenta de líneas contadas desde dos perspectivas sino que
expresan del mismo modo la superposición de saberes de ambos lados del atlántico. Quizá uno de los
mejores ejemplos al respecto sea el de la forma en que la Historia describe la forma en que se le da
caza al tigre; este es un lugar común para muchas de las obras de la historia natural europea (De Plinio
a Tomás de Cantimpré) pero aquí entre redactores e informantes parece conformarse una versión más
cercana a la realidad mesoamericana. Este y otros ejemplos presentes tanto en el apartado seleccionado
como en otros lugares del escrito Palmeri Capescioti nos menciona que los “colegiales” incluyen a la
Iguana entre los lagartos, al parecer acudiendo a una análisis desde las dos perspectivas 23, un
planteamiento “novedoso” para el contexto en el cual fue escrito, pues los europeos aún dudaban a la
hora de categorizar a la criatura] el conocimiento planteado por los redactores indígenas expresa “un
ámbito común de significado, produciendo una superposición entre los saberes nativos y los de la
tradición europea”24. Podemos aludir a Todorov quien afirma: “partiendo de los discursos de los
aztecas, Sahagún produjo un libro; y el libros es, en este contexto, una categoría europea” 25 y
recalcando los temas ya tratados que evidencian la compleja naturaleza del texto de Sahagún, se puede
plantear que el conocimiento sobre la naturaleza expuesto en la obra de Sahagún está enmarcado desde
el pensamiento europeo, pero aún así en ella se vislumbran algunas de las características propias de la
visión nahuatl del mundo natural, en un entramado complejo producto de los procesos singulares que
implicaron la elaboración del texto; por eso es que se puede asegurar (no con algunas restricciones y
dejando espacio al debate) que en la Historia de Sahagún se encuentra una visión mestiza de los felinos
americanos.

23
Ilaria Palmeri Capesciotti, “La fauna del libro XI del Códice florentino de fray Bernardino de Sahagún. Dos sistemas
taxonómicos frente a frente,” Estudios de Cultura Náhuatl, no. 32 (2001): 213.
24
Ibid., 214.
25
Tzvetan Todorov, La conquista de America: el problema del otro (Siglo XXI, 1999).

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