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El agua esta presente en todo proceso que lleve a un servicio o producto para el consumo.
Tal motivo de todo proceso agroindustrial, tecnológico, mecánico, agrícola etc.… tiene su
razón de ser en el consumismo, que ha llevado a que los procesos se dinamicen, agranden
y tecnifiquen aún más para llevar un producto o servicio de calidad al consumidor, y es
que el consumo de agua por persona no abarca solo en su uso doméstico y personal para
vivir, realmente conlleva al uso de servicios y compra de productos diarios. Es decir que
aparte del uso del agua en la descarga de un sanitario en el hogar, ¿se están utilizando 140
litros más de agua por el rollo de papel higiénico? Precisamente esto pasa en una ida al
baño (Queomx 2020).
Por tanto, es esencial vivir de una forma consiente respecto a lo que hacemos y
consumimos, pues todo ello lleva un registro sobre el planeta en su elaboración. El
conocimiento real de este indicador lleva a una sostenibilidad directa, pues se debe
primeramente ¿saber qué es?, ¿cómo se mide?, y ¿cuál es su importancia? Lo cual lleva a
un resultado y entendimiento para llegar al tratamiento del problema, porque este
indicador aporta una información precisa sobre el gasto de agua global, incluso de aquella
que creemos que no estamos consumiendo, así podremos alcanzar la sostenibilidad
(Aquae, 2020).
Todo radica en las acciones sostenibles, una economía circular sería la mejor opción, el
agua virtual disminuiría de forma radical. A su vez, productores y consumidores tenemos
la posibilidad de reducir la huella hídrica, todo estará en el comportamiento que se tome
respecto al recurso hídrico disponible limitado. Aunque el tema del cuidado del agua es a
nivel global, las soluciones empiezan a nivel local, tomando medidas a través del
indicador de la huella hídrica.
BIBLIOGRAFÍA