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De Arte, 11, 2012, pp.

223-242
ISSN: 1696-0319

Tipologías arquitectónicas singulares en la Ca-


brera Alta integradas en el Paisaje antrópico del
noroeste hispano: Patrimonio Cultural

Gaspar F S E , José Luis A P ,


Victoria M M , Ana Sofía P F
Universidad de León – Universidad de Valladolid

Artículo recibido: 10-5-2012 / Aceptado: 8-6-2012

R : En este trabajo de investigación se realiza un estudio del valor patrimonial de las construcciones
tradicionales que aún perviven en la Cabrera Alta (León, España). Abordamos el tema desde la interdisciplinariedad para
conseguir abarcar toda la polisemia que encierran una serie de edificios comunes en la comarca.
El trabajo se ha realizado mediante la metodología más adecuada: el dibujo, el análisis tipológico y su comple-
mento con la documentación histórica y bibliográfica pertinente. Ha exigido medir, comparar, analizar sus unidades
elementales en relación a otras arquitecturas vecinales de la comarca, haciendo evidente su geometría y los mecanismos
de restitución gráfica. Con este trabajo queremos penetrar de una manera científica en las claves estéticas, sociales y cul-
turales de unos habitantes que mediante el dominio de la naturaleza y del entorno, en perfecta simbiosis con el medio,
han sabido hacer frente a sus necesidades vitales. Las soluciones aportadas por la arquitectura tradicional, de poderoso
atractivo artístico se basan en un saber a la vez culto y popular, hegemónico y subalterno que ha producido tipologías
arquitectónicas resultantes integradas en el paisaje, que han creado, a la vez, una serie de productos patrimoniales.
Palabras clave: patrimonio, arquitectura tradicional, arte popular, paisaje antrópico, modelo constructivo, sistemas
de carga, cubiertas de teito, esquistos, lajas pizarrosas, corredor, estructura, viga cumbrera, pie derecho.

R : Dans le travail de recherche qui suit, on effectue une étude de la valeur patrimoniale des constructions
traditionnelles qui survivent dans la Haute Cabrera (León-Espagne). Nous avons voulu aborder le sujet suivant un type
d’approche interdisciplinaire pour arriver à comprendre la polysémie qui renferme toute une série de constructions com-
munes à ce e région.
Le travail a été réalisé en tenant compte de la méthodologie la plus appropriée : le dessin, l’analyse typologique et
son complément avec la documentation historique et bibliographique pertinente. Elle nous a obligé à mesurer, comparer,
analyser ses unités fondamentales par rapport à d’autres architectures vicinales de la même région, montrant, de façon
évidente, sa géométrie et les mécanismes de restitution graphique. Avec ce travail nous voulons pénétrer, d’une manière
scientifique, dans les clés esthétiques, sociales et culturelles de ces habitants qui, grâce à la maîtrise de la nature et de
l’environnement, en parfaite symbiose avec son milieu naturel, ont réussi à affronter leurs besoins vitaux. Les solutions
apportées par l’architecture traditionnelle, d’un énorme a rait touristique, se fondent sur un savoir faire à la fois savant et
populaire, hégémonique et subalterne qui a produit des typologies architecturales résultantes, intégrées dans le paysage,
et qui ont créé, à leur tour, un bon nombre de produits patrimoniales.
Mots clés: patrimoine, architecture traditionnelle, art populaire, paysage anthropique, modèle constructif, systè-
mes de charge, poitures de chaume, schistes, pierres plates en ardoise, corridor, structure, poutre de faitage, pied droit.

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INTRODUCCIÓN La emigración, el cambio de activi-


dades económicas en las que la agricultura
La Cabrera es una comarca situada en y la ganadería han dado paso a una mine-
el suroeste de la provincia de León entre los ría no controlada por los habitantes han
Montes Aquilianos, el Teleno y la Sierra de hecho que muchas de sus peculiares cos-
Pobladura que establecen los límites con el tumbres se difuminaran y desapareciesen
Bierzo y Maragatería; de la provincia de Za- para siempre. De todos modos, y pese a lo
mora la separa las sierras de Cabrera y Peña perdido, sigue siendo una de las comarcas
Negra, en el oeste enlaza con la provincia de más singulares de la comunidad castellano-
Orense y por el este con la Valdería1. Está leonesa. La potencia de su paisaje natural y
divida en dos zonas, la orientada hacia la agrario –allí donde no ha llegado la “fiebre
cuenca del Duero, llamada Cabrera Alta, y de la pizarra”–; la presencia de una intere-
la que vierten sus aguas hacia el río Sil, La sante arquitectura popular y vernácula en
Cabrera Baja. El presente trabajo se centrará localidades como Villar del Monte, Pozos,
en La Cabrera Alta. De las dos sub-comar- Corporales, Truchas…; su rico patrimonio
cas, esta es la más representativa, significa- arqueológico de época prerromana y ro-
tiva y cuyo patrimonio arquitectónico corre mana, con los castros de Corporales, Tru-
chas,… hacen de esta comarca una de las
más peligro de desaparición por el grado de
más interesantes de todo el noroeste penin-
despoblamiento y abandono.
sular.
En la Cabrera Alta existen 13 pobla-
El presente trabajo estudia las tipo-
ciones: Baíllo, Corporales, Cunas, Iruela, La
logías de la arquitectura tradicional cabrei-
Cuesta, Manzaneda, Pozos, Quintanilla de
resa (casa pajiza, casa losada, casa de dos
Yuso, Truchas, Truchillas, Valdavido, Villar
plantas, casa con corredor, casa con corre-
del Monte y Villarino. A partir de los cuales dor y patín –escalera exterior–, pajares,… )
el paisaje natural ha sido antropizado y con- y su ubicación (en la ladera, en el valle, en
vertido en un paisaje cultural. torno a la iglesia o al camino) así como los
materiales empleados (esquistos pizarrosos
1
Hay una serie de obras fundamentales sobre esta
verdes, azules, negros, cuarcitas de colores,
comarca entre las que destacan CASADO LOBATO M.
C. (2002) (1948) El habla de la Cabrera Alta. Academia
madera o cubierta vegetal); además analiza
de la Llingua Asturiana. Úvieu. CARNICER, R.(2009) los factores que favorecen su integración
Donde las Hurdes se llaman Cabrera. Valladolid Ámbito en el ambiente natural: su sencillez técnica
Ediciones Ramón Carnicer, Valentín Cabero, CASADO y sus soluciones simples; las circunstancias
LOBATO, Mª Concepción (2000): “El habla de la Cabrera
geográficas (altitud, climatología, geolo-
Alta, contribución al estudio del dialecto leonés”. C.S.I.C.
Madrid, 1948; “La arquitectura de la Cabrera un tesoro sin gía…) y económicas (agricultura y gana-
valorar”, León en Madrid, 359, pp. 18-20; —-, (1980): dería); el uso de los materiales del propio
“Ayer y hoy de la cultura leonesa”, Tierras de León, 38, pp. entorno; la utilización de una escala natu-
148. GARCÍA GRINDA, José Luis (2007): Arquitectura ral, es decir, de la proporción humana, pa-
Popular Leonesa, León, 2 tom., pp. 167-180, León, 1991;
rámetro que pone de manifiesto la convi-
“La Cabrera. Cuadernos de arquitectura”. Instituto Leonés
de Cultura. Diputación Provincial de León. SÁNCHEZ vencia, integración y el carácter luchador
PALENCIA, F. Javier (2000): “Arqueología romana de la cabreirés, formado por las adversidades del
Cabrera”, León en Madrid, Madrid, pp. 6-13. SÁNCHEZ clima; los efectos plásticos; la “armonía por
PALENCIA, F. J../ FERNÁNDEZ POSSE, Mª. D. (1985): contraste”2; constructores maestros albañi-
La Corona de Corporales y el castro de Corporales 1. Truchas
les populares y la ausencia total de procesos
(León). Campañas de 1978 y 1981, EAE, 141, Madrid.
CABERO DIÉGUEZ, Valentín (1980): “Espacio Agrario y industriales en la construcción. Su antiguo
economía de subsistencia en las montañas galaico-leonesas:
2
La Cabrera”. Instituto “Fray Bernardino de Sahagún”, Nos servimos de una expresión utilizada por
León, y Ediciones Universidad de Salamanca, Salaman- ELÍAS PASTOR, L. V. y MONCOSÍ DE BORBÓN, R.
ca. (1978): Arquitectura Popular de La Rioja. Madrid. P. 27.

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aislamiento geográfico nos permite ahora, a LA ARQUITECTURA TRADICIONAL Y SU


través de su arquitectura tradicional, aden- INTEGRACIÓN EN EL PAISAJE
trarnos en las constantes y variables de sus
Concepto de arquitectura tradicional
ancestrales modos de vida.
Pueblo y popular son dos concepcio-
METODOLOGÍA nes que, como señalaba Ortega y Gasset3,
“permanecen nítidas mientras se mantengan en
La metodología de estudio de la ar- el estado de creencias y se vuelven más escurridi-
quitectura popular se basa, fundamental- zas y difícilmente aprehensibles a medida que se
mente, en el trabajo de campo que ha con- procura trasladarlas a la categoría de ideas”; por
llevado el siguiente proceso: ello nos quedamos sin más con el concepto
de que la arquitectura popular es la realiza-
▪ Una visita previa a los núcleos tra-
da por el pueblo, sin entrar en disquisicio-
tados en la comarca, para hacernos
nes teóricas sobre ambos conceptos que, en
una idea del valor arquitectónico,
este caso, no aportarían especial valor. Este
urbanístico y patrimonial de los edi-
concepto que en otras comarcas se vuelve
ficios.
más difícil de definir, aquí en La Cabrera
▪ Estudio de los archivos de los dife- Alta es más fácil, partiendo de que las limi-
rentes catastros, desde el del Marqués taciones agrícolas-ganaderas, la escasa inci-
de la Ensenada hasta las contribucio- dencia del comercio y el aislamiento secular
nes actuales que están en el Archivo han permitido el desarrollo de unas comun-
Histórico Provincial de León. idades en las que ha prevalecido el concejo,
▪ Consulta de obras clásicas, como el o sea, el conjunto de los vecinos sobre los
Diccionario Geográfico e Histórico de individuos. En muy pocas ocasiones se han
España y sus posesiones de Ultramar producido entre sus miembros diferencias
de Pascual Madoz, de estudios pio- socio-económicas a favor de algún miembro
neros, como la obra de Torres Balbás, de la comunidad.
Carlos Flores y Luis Feduchi, y los La arquitectura es una de las mani-
últimos estudios de arquitectura tra- festaciones a través de las cuales podemos
dicional leonesa de José Luis García estudiar un pueblo, entendiendo la arqui-
Grinda, y otros actuales como los de tectura en el sentido más amplio de la pa-
los etnógrafos-investigadores Concha labra: como el intento del hombre por rela-
Casado, J. Caro Baroja, J.L. Alonso cionarse con la naturaleza conquistando, o
Ponga o Juan Carlos Ponga y Araceli antropizando, el medio en el que se asienta.
Rodríguez. Desde este punto de vista, el concepto de
▪ A continuación, hemos vuelto a desa- arquitectura popular, como diría Kavanagh,
rrollar un trabajo de campo en el que lo tomamos “en un sentido amplio que incluye
hemos tomado las medidas, croquis, no solamente el diseño de los edificios, sino tam-
bocetos, fotografías… bién la organización total del espacio económico
y simbólico del pueblo o aldea, como conjunto”4.
▪ Sobre estas bases hemos desarrollado
los planteamientos de nuestro estu- 3
1 FLORES, C. (1974): Arquitectura Popular Española.
dio. T. III, Madrid, p 3.
4
▪ Finalmente, hemos sacado las con- KAVANAGH, W. (1990) “La memoria colectiva como
condicionante de la arquitectura popular” en CEA GU-
clusiones, valorizaciones y perspec-
TIERREZ, A. FERNÁNDEZ MONTES, M; SÁNCHEZ
tivas oportunas inducidas de este GÓMEZ, L.A. Arquitectura Popular en España. Madrid,
trabajo. C.S.I.C. p. 55.

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El dominio del hombre sobre el me- dad al campo y de éste a la ciudad. El mun-
dio se plasma en la ocupación del terrazgo, do rural imita los logros de la ciudad y el ar-
que se traduce en la ubicación de los asenta- quitecto urbano toma del mundo rural, más
mientos, buscando siempre las condiciones conservador, elementos que recrea y adapta
óptimas para el desarrollo de la vida de la a las necesidades urbanas. Esta relación de
comunidad. A ello ayudan también las po- influencias no es nueva. Los cambios en la
sibilidades técnicas que posee el grupo y los arquitectura rural se pueden demostrar des-
conocimientos culturales que le permiten de que tenemos documentos arqueológicos
adaptarse a ambientes y habitats extremos. o escritos. Sin embargo, desde el s. XIX con
Una arquitectura popular que, en La el romanticismo comienzan a fijarse por
Cabrera, más que en ninguna otra comarca escrito, en una serie de publicaciones ema-
del país, tiene como fin satisfacer las ne- nadas de la cultura hegemónica, unos edi-
cesidades de los miembros de sus comu- ficios muy concretos que se proponen como
nidades. No hay edificio: vivienda, pajar, ejemplos tipo, los mismos que, poco a poco,
cuadra, cabaña de pastor, palomar, molino, se convertirán en modelos paradigmáti-
cerramiento de cortinas y huertos, ermita cos de una comarca, sentando las bases de
o iglesia en La Cabrera Alta, que no tenga unos “denominados” modelos autóctonos.
dicho fin; no como en otras comarcas, don- A su vez, la cultura hegemónica asigna a la
de la arquitectura civil culta conformada arquitectura popular las mismas caracterís-
por palacios o casonas, además de servir de ticas que a toda la cultura del pueblo, esto
morada y atender las necesidades económi- es, algo nacido de una sabiduría popular,
cas de tipo agrícola-ganadero o comercial, incontaminada y, por lo tanto, ejemplo de
representan el poder político-económico- una cultura ancestral que se mantiene igual
social de sus moradores.
a sí misma, que no cambia con el paso del
La variedad de fábricas, de plantas y tiempo. Paralelamente se seleccionan unos
alzados está en relación directa con la acti- núcleos como prototipos que encarnan las
vidad ocupacional de los habitantes, pero esencias de la arquitectura tradicional.
también con la economía y, en especial, con
En estos discursos teóricos, se valora
el progreso, entendido este como desarrollo
como positivo el “aislamiento” de ciertas co-
y avance de lo simple a lo complejo. Está en
marcas, La Cabrera entre ellas, ya que la di-
relación directa con las modas imperantes,
lo que le dota de un dinamismo y unos cam- ficultad en las comunicaciones protege estos
bios que se perciben en todos los núcleos valores autóctonos de cambios foráneos, de
cuando nos percatamos de la variedad de “agresiones”, como denominan a cualquier
edificios que encontramos en ella. En buena intento de renovación de los edificios. Dicho
medida, la evolución constructiva rural de- aislamiento responde más a una teoría de
riva como fruto de la imitación que hace de los estudiosos que a la realidad, porque es
las construcciones de la ciudad. La arquitec- fácil demostrar que siempre ha existido una
tura vernácula, como ya puso de manifiesto relación con otras comarcas limítrofes, y de
Roldán Morales5, está en una relación direc- éstas con las vecinas hasta que llega a rela-
ta con los núcleos urbanos, en una posición cionarse con la nación. Por el contrario, se
de feedback según la cual hay un trasvase silencia o se minimiza el papel de la econo-
continuo, un viaje de ida y vuelta de la ciu- mía, la precariedad en la que han vivido los
habitantes de las comarcas más conservado-
5
ROLDAN MORALES, F. P. (1992) “El lenguaje de la ras en el mantenimiento de la arquitectura
arquitectura popular”, en Arquitectura popular de Castilla
tradicional. Como veremos más adelante,
y León. Bases para su estudio. BAEZ MEZQUITA, J. M.
Coord. Instituto de Ciencias de la Educación. Universi- los modelos arcaicos desaparecen con el
dad de Valladolid. Valladolid. 66. cambio de las condiciones económicas.

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La arquitectura popular en la cabrera alta Tradicionalmente se ha concebido la


engarzada con el entorno arquitectura popular como una de las carac-
terísticas que definen mejor el carácter pri-
La Cabrera Alta como comarca na-
mitivo del pueblo cuando realmente en ese
tural ha sido condicionada por sus pobres
mundo se desarrollaba formando parte de
recursos económicos, por un clima y suelos
un todo en donde coexisten el pensamiento
desfavorables, por su aislamiento cultu-
mágico-religioso con el lógico-empírico, un
ral, por una altitud elevada y, por ello, nos
mundo en el que la puerta, la naturaleza, el
muestra la relación del hombre con la geo-
color, la forma, el símbolo… se incorporan,
grafía, del individuo con el espacio.
en palabras de Antonio Fernández Alba,
Los poblados se mimetizan con la na- “como una naturaleza participativa”. Lo que
turaleza. La intervención del cabreirés sobre la lleva a servirse de formas simples, donde
el paisaje es tan antigua como su propia his- la función, “los usos y los contenidos espa-
toria, tal y como se ha desarrollado en otros ciales quedan integrados en su construcción
capítulos, y su concepción espacial es fruto para superar la necesidad”9. De tal manera
también de la adaptación al medio según que forma y función son una misma cosa, ya
sus necesidades. Su paisaje es el reflejo de que la unidad que presentan los materiales
su historia. Como decía Julio Caro Baroja y la concepción espacial conllevan unas for-
“Cada campo y cada campesino tienen detrás su mas predeterminadas por la función y por el
propia historia: cada país y cada paisaje también, papel que juegan en el entorno natural en el
en consecuencia”6. que se manifiestan. De este modo “construir
Es en este paisaje arquitectónico in- una casa, como ordenar un pueblo, tiene para el
ventado por los pastores en el que mejor se grupo social un significado trascendente: hacer
evidencia la integración en el medio natural. del lugar un ámbito moral”, como reconoce
En este proceso secular, el papel jugado por Fernández Alba, en el que la forma del es-
la arquitectura popular y/o por la arquitec- pacio se concibe como una referencia donde
tura hidráulica es fundamental y esencial, al “la vida se inicia y sobre todo se perpetúa”,
mismo tiempo que constituye su rasgo más muy alejada de otros planteamientos mer-
pertinente. Haciéndonos eco de una expre- cantilistas propios de arquitecturas moder-
sión ya clásica de Fernando Chueca Goitia7 nas. Aquí, en la arquitectura primitiva, “la
lo podíamos considerar como “su invariante casa reproduce al pueblo y el pueblo se ve
más castizo”. Como todas las arquitecturas
tradicionales, se basa en la búsqueda de un quitectura Tradicional. FEDUCHI, L. (1974): “Itinerarios
de Arquitectura Popular Española”. T. La Meseta Septen-
equilibrio entre el dominio del medio, los
trional. Barcelona. FLORES, C. (1974): “Arquitectura
materiales que brinda la naturaleza, la eco- Popular Española”. T. III, Madrid. GARCÍA FERNÁN-
nomía y los conocimientos de que disponen DEZ, E. (1986): “León. Alfoces y pueblos”. Colegio Oficial
los maestros albañiles responsables del le- de Arquitectos de León. Madrid. TORRES BALBÁS. L
vantamiento de estas construcciones8. (1934). “La vivienda popular en España” en Folklore y
costumbres de España. Dirigido por ARRERAS CANDÍ. ,
6
Barcelona. ALONSO PONGA. J. L. Arquitectura Popular
CARO BAROJA, Julio, El paisaje, género pictórico y
en la Provincia de León. GARCIA GRINDA, J.L. Arquitec-
fuente de conocimiento de la arquitectura popular, en CEA
tura popular leonesa. BENITO F. (1998) Arquitectura Tradi-
GUTIÉRREZ, A./ FERNÁNDEZ MONTES, M./ SÁN-
cional de Castilla y León. Consejería de Medio Ambiente y
CHEZ GÓMEZ, L. A. (1990): Arquitectura popular en
Ordención Del Territorio. Salamanca.
España, p. 5. Actas de las jornadas. 1-5 diciembre 1987.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 9
FERNÁNDEZ ALBA, A., “Los documentos arquitec-
7
tónicos populares como monumentos históricos, o el intento
CHUECA GOITIA, Fernando (1971). Invariantes
de recuperación de la memoria de los márgenes”, en CEA
castizos de la Arquitectura Española. Ed. Seminarios y Edi-
GUTIÉRREZ, A./ FERNÁNDEZ MONTES, M./ SÁN-
ciones, S.A. Guadalajara. P. 24 y 29.
CHEZ GÓMEZ, L. A., (1990): “Arquitectura popular en
8
Según las teorías de los estudiosos de la llamada España”, p. 22. Actas de las jornadas. 1-5 diciembre 1987.
arquitectura tradicional o popular. FLORES, C. La Ar- Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

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reflejado en la casa”. Estas constantes se ciones a las que se añaden recientemente, en


combinan entre sí de una forma arbitraria 2007, la de Concha Casado Lobato que lleva
según una serie de variables que a su vez por título “La Cabrera y sus arquitectura Tra-
propician un número amplio e indetermina- dicional: materiales y tipologías”14. Tanto las
do de soluciones. Por eso las construcciones publicaciones citadas como otras15 se basan
que hoy consideramos populares o tradicio- casi únicamente en el análisis de las tipolo-
nales son tipológicamente muy variadas10. gías, análisis espacial y uso de materiales.
Evidentemente no somos los prime- Esta comarca está hoy sometida a un
ros en acercarnos a la arquitectura de La Ca- fuerte proceso de patrimonialización que
brera leonesa, si bien se ha de señalar que deberá estudiarse a medio y largo plazo y
su estudio y conocimiento ha estado ausen- que nos permitirá observar de cerca las es-
te en los grandes tratados de arquitectura trategias en la creación patrimonial y, sobre
española publicados por Luis Feduchi11 y todo, los frutos conseguidos. No sólo por
por Carlos Flores12, quizás debido a que la lo que respecta a una indudable recupera-
personalidad arquitectónica de La Cabrera, ción de la misma, sino por lo que signifique
por su aislamiento, quedó diluida en lo que como un hito en la prospectiva de la cultura
se entiende por arquitectura leonesa, al ten- tradicional de una comarca.
der a generalizaciones. Sólo últimamente ha
Ubicación de los núcleos rurales
sido puesta en valor por estudios y publica-
ciones como las de José Luis García Grinda13 En el estudio de la arquitectura tradi-
que, si bien llegan un poco tarde, servirán cional es imprescindible tener en cuenta la
sin duda para que la esencia de esta arqui- ubicación de los pueblos. El asentamiento
tectura primitiva se aplique a las nuevas suele hacerse encaramado en la loma o en
edificaciones que se han hecho y se están el fondo del valle. La elección del espacio
haciendo en los mismos pueblos. Y ello, sin determina hasta cierto punto el caserío y,
convertirse en tipologías, ni pretender con- en buena medida, propicia que se elijan una
seguir un mimetismo perfecto con su entor- serie de soluciones constructivas, prefirién-
no, o sea, con la filosofía de sensibilizar a los dolas a otras.
cabreireses y a sus autoridades políticas de La ubicación de los pueblos se rela-
la importancia que posee su patrimonio y de ciona también con el reparto del terrazgo,
evitar la utilización de unos modelos arqui- lo que a su vez ha sido responsable de una
tectónicos globalizadores y uniformes que, serie de construcciones básicas para el de-
de seguir así, acabarán con la rica diversi- sarrollo de las tipologías. Es muy importan-
dad arquitectónica de la comarca. Publica- te tener presente la historia de la economía
y, sobre todo, la evolución de la población
10
Para apreciar esta variedad sólo tenemos que fi-
para poder valorar en su justa medida la Ar-
jarnos que en unos casos es el propio dueño quien las
levanta en un alarde de autoconstrucción, sobre todo quitectura Tradicional de La Cabrera.
cuando hablamos de edificios pequeños y simples, y en La Cabrera es una zona de produc-
otros, la mayoría de las veces, los autores son los alba-
ñiles.
ción ganadera. La ganadería y el aprove-
chamiento del terrazgo han sido en buena
11
FEDUCHI, L. (1974): Itinerarios de Arquitectura Po-
pular Española. T. La Meseta Septentrional. Barcelona. 14
CASADO, C. (2007): La Cabrera y su Arquitectura
12
FLORES, C. (1974): Arquitectura Popular Española. Tradicional: materiales y tipologías. Cuadernos de Arqui-
T. III, Madrid. tectura Popular nº 1. Junta de Castilla y León-Museo
13
Etnográfico de Castilla y León. Zamora.
GARCÍA GRINDA, J. L. (2006): “La Cabrera. Cua-
15
dernos de Arquitectura”. Diputación de León. Instituto PONGA MAYO, Juan Carlos y RODRÍGUEZ RO-
Leonés de Cultura. León. Y del mismo autor Arquitectu- DRÍGUEZ, Mª Araceli (2000): Arquitectura popular en las
ra Popular Leonesa. T. II. Diputación Provincial de León, comarcas de Castilla y León. Junta de Castilla y León, Con-
(1991). sejería de Educación y Cultura, Valladolid.

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medida causantes de la creación de mode- rísticos de algunas comarcas de la Provincia


los constructivos (cuadras, pajares…), y los de León17.
creadores de un espacio antrópico, cultural, Los núcleos de población se configu-
mucho más importante que el espacio geo- ran como el centro, si no geográfico al me-
lógico por lo que a los aspectos sociocultu- nos simbólico del mundo rural, del que de-
rales se refiere. pende el resto del espacio y, lo que es más
importante, desde el que se organiza cog-
El espacio rural de cada uno de los
nitivamente el paisaje antrópico dominado
pueblos se divide en varias zonas, que se
por la comunidad.
complementan entre sí y que, por supues-
to, no tienen la misma extensión. Al lado La morfología de los núcleos urba-
del pueblo, los cercados, los huertos, deno- nos está en función de su ubicación, gene-
minados en la lengua del país “cortiñedos”, ralmente en el fondo de los valles, lo que
determina una tipología de pueblos que se
la denominación y su función nos remite
alargan siguiendo el cauce de los ríos y ocu-
a otras latitudes de la región leonesa: a las
pando la parte más apta del valle. Las peda-
“cortinas” de Sayago, o los cortinales de
nías más sobresalientes de La Cabrera Alta
Salamanca etc. Son claves en la economía son Villar del Monte, Corporales, Iruela y
familiar porque de ellos dependían los pro- Pozos, porque en ellas encontramos huellas
ductos hortícolas bases juntamente con el de arquitectura antigua más o menos con-
cerdo de la alimentación familiar. Las cer- servada, y, a través de ellas podemos hacer-
cas de los huertos, sin ser propiamente ar- nos una idea de lo que pudieron ser estos
quitectura, prefiguran el marco del núcleo pueblos a finales del s. XIX o comienzos del
rural. Más allá de los huertos, en tierra bue- s. XX. En La Cabrera Alta el caserío está más
na al lado del río, los linares, que producían concentrado, más apiñado, desaparece casi
el lino necesario para el autoabastecimien- el corral en las viviendas18 según se aprecia
to de la unidad familiar, permitiendo a las en lugares como Iruela y Manzaneda.
mujeres manufacturar la fibra y aportar así Pozos, en la vertiente sur de la Sierra
un pequeño peculio que aligeraba algo las del Teleno, se agarra a la ladera por la que
estrecheces del hogar. No lejos del pueblo asciende en calles estrechas y empinadas,
donde el agua mana abundante, se sitúan defendidas por casas generalmente de dos
las “llamas” o prados de guadaña, necesa- plantas con las galerías cerradas por un ta-
rios para el mantenimiento de los ganados. blazón apretado que ni deja entrar la luz ni
pasar el frío. A las casas de dos plantas se
Junto a ellos los “chanos”, para el cultivo del
asciende por escaleras exteriores. Los restos
cereal panificable. Finalmente, en las zonas
de cubiertas vegetales no pasan de ser testi-
más alejadas, ya en el monte, los terrenos de-
moniales en un retroceso imparable.
dicados al cultivo del centeno, que seguían
el sistema de “rozas”16, basado en la quema Los materiales
del monte sobre cuyas cenizas se sembra- La arquitectura cabreiresa usa los ma-
ba directamente. Estas tierras “cuadriellas” teriales que la naturaleza brinda generosa-
eran comunales, roturadas también comu-
nalmente. Forman parte de un modelo de 17
ALONSO PONGA, J.L. (1999) Rito y sociedad en las
aprovechamientos colectivizados, caracte- comunidades agrícolas y pastoriles de Castilla y León. Junta
de Castilla y León, Consejería de Agricultura y Ganade-
16
ría. Salamanca p. 197 y ss. 355
MARTÍN GALINDO, J.L. (1987) Poblamiento y ac-
18
tividad agraria tradicional en León: estudios de geografía ru- PONGA MAYO, Juan Carlos y RODRÍGUEZ RO-
ral; edición a cargo de Lorenzo López Trigal. Consejería DRÍGUEZ, Mª Araceli (2000): Arquitectura popular en las
de Obras Públicas y Ordenación del Territorio. Junta de comarcas de Castilla y León. Junta de Castilla y León, Con-
Castilla y León Valladolid, p. 31 y ss. sejería de Educación y Cultura, Valladolid.

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mente al campesino, ordenándolos “desde utiliza como mortero20, y en el interior de las


la racionalidad de su materia”; con ellos casas como refuerzo de los muros de varas
construye formas y espacios relacionados entretejidas que sirven de separación entre
con la vida, alejada de composiciones prees- la cocina y las habitaciones. Se emplea con
tablecidas y constituye el determinismo geo- más intensidad en la construcción del hor-
gráfico (altitud, climatología, geología) de la no. La madera de castaño se utiliza en los
construcción y su integración en el ambien- dinteles de los huecos puertas y ventanas.
te natural. Esta afirmación no se contradice La más empleada es el roble que superabun-
con lo anteriormente expuesto, esto es, que da en el cierre de los corredores con entabla-
dos verticales, que produce una fisonomía
la propia geografía está mediatizada por la
típica comarcal21.
cultura que engloba aspectos económicos,
o por el propio clima, que obliga al aprove- Pero el material más llamativo ha sido
chamiento reiterado de unos materiales y el “teito” o cuelmo, con el que se cubrían las
determina su colocación. techumbres de paja (“paya”). Es la paja del
cereal, casi siempre centeno, que después de
Los materiales que mejor definen el
majado –desgranado con el mayal– se em-
paisaje y conforman la estética de los nú- pleaba para techar.
cleos rurales son los pétreos, esquistos ver-
dosos, azules, negros o rojizos, cuarcitas de Construcciones
colores y lajas pizarrosas de gran variedad La ausencia total de procesos indus-
de tamaños y de colores para las paredes de triales en su construcción es uno de los fac-
las casas, arcilla y las losas (“llousas”) 19 de tores arquitectónicos integradores en el am-
pizarra en las cubiertas y en las chimeneas. biente natural.
Son característicos los muros de hiladas de
La Arquitectura tradicional se divide
cantos rodados irregulares unidos con barro
de una forma arbitraria que quizás sólo sir-
del terreno va para intentar un nomenclátor de edificios
Esta variedad de materiales, con una en la vivienda, la casa, y las construcciones
gama de colores tan abundante, da a los auxiliares. Desde una perspectiva “etic”, la
pueblos una vistosidad y elegancia particu- vivienda es el edificio más importante, pero
cuando investigamos con una perspectiva
lares, al tiempo que los individualiza, por-
“emic”, entonces nos damos cuenta de que
que no en todos los lugares afloran las mis-
la arquitectura más importante es la que
mas vetas y por consiguiente cada núcleo denominamos “auxiliar”, a veces “secunda-
tiene unos colores dominantes. En Iruela ria”, porque sobre ella descansa la economía
aparecen edificios llamativos que han hecho doméstica. En pocos sitios se ve, como aquí,
del aprovechamiento de los materiales del que dentro de las construcciones se puede
terreno un reclamo de la belleza de esta co-
marca cuando se combinan perfectamente 20
Los usos del barro en la construcción son varios,
uno de ellos es el utilizarlo como mortero para unir
las materias primas: a los cantos de cuarzo
otros materiales más duros, como en este caso. El color
se le añaden las pizarras, que combinan o de este material puede matizar los colores de las cons-
contrastan, según los casos, con la roca ma- trucciones de manera que a veces núcleos que utilizan
dre del piso donde se asienta la localidad. los mismos tipos de piedra aparecen con coloridos dife-
rentes frutos del barro que se ha empleado en la unión
El barro es un material imprescindi- de las piezas. Cfr. ALONSO PONGA J. L (1994) (1989)
ble en todo tipo de construcciones. Aquí se (1986) La arquitectura del barro, Valladolid Junta de Cas-
tilla y León.
19 21
CASADO LOBATO, C. (1948) (2002) El habla de la TEMIÑO LÓPEZ-MUÑIZ, Mª Jesús, (2009): Los
Cabrera Alta. Academia de la Llingua Asturiana. Uvieu. Molinos de la Cabrera Leonesa. Fundación Monteleón.
p. 89 y ss. Burgos

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diferenciar el valor simbólico, de estatus, o dos. O las de una planta y las de planta y
que funciona hacia fuera, cara a los otros, al piso. Si bien es verdad que las de una planta
público, y el valor económico, que sustenta pueden estar cubiertas con paja o pizarra,
al anterior, que se basa en la capacidad de las de dos siempre lo están con losa. Esta-
producir bienes de consumo. Este campesi- mos hablando de dos modelos, uno más ar-
no que mira hacia adentro, hacia la aldea, caico que el otro, que durante su evolución
que no tiene relaciones de largo alcance con
han convivido en un periodo muy corto,
el exterior lejano, con la cabecera de comar-
admitiéndose comúnmente que las casas de
ca o con la capital de provincia, es más fuer-
te que el primero, quizás, obligado por la una sola planta se utilizan como cuadras y
precariedad de sus medios de producción. pajares hasta que cambian las modas. Esta
evolución se produce a veces como un edifi-
Los edificios son de varias formas, cio que queda fuera de la vivienda. En otras
pero los estudiosos en un esquema operati- ocasiones estas construcciones se quedan en
vo, que no agota toda la riqueza y variedad
un rincón de la nueva estructura, como am-
que representan, hablan de dos tipos: la vi-
pliación de la casa pero dentro de la misma
vienda y las construcciones auxiliares. Estas
“corte”, utilizando un lenguaje medieval.
son las arquitecturas secundarias, denomi-
nadas así porque están en una relación de García Grinda habla de la “casa de
dependencia y de subordinación con otras paja” y de la “casa de corredor”, la primera
lógicamente denominadas principales. La de una sola planta y la segunda de dos. La
casa es concebida como elemento central de denominación obedece en el primer caso a
la configuración del espacio urbano, lo cual que se toma la cubierta como lo más signifi-
es indiscutible, pero parte de la importan- cativo, mientras que en el segundo la clave
cia simbólica que se da a la vivienda va en se centra en el corredor.
detrimento de otros edificios. Las construc-
Los últimos estudios llevados acabo
ciones auxiliares –las cuadras, los pajares,
los palomares, las fraguas, los molinos…– por los investigadores nos muestran que la
son base y centro de la economía, lo que les casa de teito está en franco retroceso. Algu-
hace ser más apreciadas, desde una visión nos afirman que “La casa de “teito” de La
“emic”, que la propia casa. No es nuevo que Cabrera es hoy un tipo francamente raro
en la mentalidad popular, precisamente por del que sólo se ha podido identificar algún
la precaria economía de supervivencia, las ejemplar aislado”23, pero matizan que lo
construcciones principales sean aquellas de- que ha sucedido es un cambio de uso en el
dicadas a las actividades económicas. antiguo edificio, ya que las antiguas casas
de teito se han convertido en “palleiros” y
La vivienda cuadras. Son las casas de una sola altura,
En La Cabrera Alta las construcciones de planta rectangular. Con un espacio de
destinadas a la vivienda son de varios tipos, habitación dividido a su vez en otros dos,
que están en función de la planta y el alza- la cocina y el cuarto, y la cuadra para los
do, aunque se suelen resumir en dos tipolo- animales. Con todo La Cabrera Alta ha sido
gías básicas relacionadas con el Bierzo22. la más resistente a los cambios y ha conser-
En la actualidad se distinguen dos ti- vado un mayor número de casas, palleiros
pos de casas: desde el punto de vista de la y cuadras de teito. El cambio de uso de los
cubierta, las de teito y las de losa, y, desde antiguos ejemplares ha llevado a que ahora
el punto de vista de las plantas, las de una sólo encontremos la cubierta de paja en al-
gunas arquitecturas auxiliares como revelan
22
ALONSO GONZÁLEZ, J. MAGALLANES
23
PERNAS, A (1979). “La vivienda rural de las Cabreras leo- GARCÍA GRINDA, J.L. Arquitectura Popular leo-
nesas”, 1ª parte. En Tierras de León, nº 34-35. León nesa. p. 68

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los trabajos de campo realizados ya en este cuelmo se atan a las llatas por medio de ve-
siglo24. lortos o vilortas26.
La vivienda, sin embargo, es el sim- Según García Grinda, a finales del s.
bólico central; desde él se interpreta el ur- XX la casa de paja ya ha desaparecido por-
banismo y en función de la casa deben en- que los ejemplares que quedan se han con-
tenderse las construcciones auxiliares, cuya vertido en pajares, en una evolución lógica
ubicación está unida a la planta principal o “facilitado por su escasa compartimentación
lejos de la misma, agrupadas en barrios o di- interior y su elementariedad”. Los ejempla-
seminadas por la periferia del pueblo. res que documenta –según él– eran de una
sola planta, con dos espacios de habitación,
Vivienda de una sola planta
la cocina y el cuarto, además de la cuadra.
Alonso González nos dice que la casa
La parte central de la casa de una sola
de una sola planta esta levantada con “pa-
planta es la cocina, y dentro de ella el “llar”
ramentos de poca altura”, se caracteriza
donde se hace el fuego sobre un enlosado.
también por tener el “techo de paja y esca-
Como en los demás viviendas cubiertas con
sez de vanos”. Esta vivienda puede pasar a materia vegetal en ella, el humo salía por un
constituir una vivienda de una sola planta “buraco” abierto en el teito, o simplemente
pero con techo de pizarra, dando una “for- por entre el teito. La separación, como se ha
ma cuadrangular dividida al interior en dos dicho, se hacía con tabiques de varas entrete-
partes separadas por un tabique cañizo, con jidas revocadas con barro y encalados. Es el
una puerta, la cual comunica al hogar con la mismo sistema que se emplea en el Bierzo27.
cuadra o corte, que a su vez tiene una puerta En el S. XIX aún se conservan muchos pue-
al exterior”25. blos con construcciones de una sola planta y
El modelo constructivo, según el au- cubierta de teito, como se puede ver en los
tor citado, es colocar “sobre los muros la- informes que nos da Pascual Madoz28. Me-
terales” las tijeras, teixeiras, formadas por dina Bravo, que escribe en el primer tercio
gruesos troncos, construidas de forma que del s. XX, constata que por entonces las ca-
sostienen la viga cumbrera. Las teixeiras sas de teito estaban desapareciendo con ma-
apoyan en maderos tirantes perojas, que yor rapidez que en épocas anteriores.
descansan sobre el muro. Paralelamente a la En su artículo La vivienda rural en La
viga de la cumbre se colocan una serie de Cabrera Leonesa29, Joaquín Alonso Gonzá-
troncos, llantas, que van sujetos a los can- lez alude a la tipología de las casas según
teiros por ataduras de caña o cuerda. Sobre las publicaciones anteriores, pero aporta los
las latas se colocan los cuelmos o las llousas. datos obtenidos de los servicios de la Dipu-
El diferente material utilizado en la cubier-
26
ta nos da dos palabras para denominar el ALONSO GONZÁLEZ J, GONZÁLEZ PERNAS.
La vivienda tradicional en Las Cabreras Leonesas p. 95.
tejado; así al de losa lo llaman llouxan y al
27
de paja, colmao. En los de paja los haces de ALONSO PONGA, J. L. y DIÉGUEZ AYERBE A.
(1984) El Bierzo. Etnografía y Folklore de las comarcas leone-
24
sas. Ediciones Leonesas, Santiago García Editor. León,
PONGA MAYO, J., C.; RODRÍGUEZ RODRÍ-
p. 18.
GUEZ, Mª A. (2000) Arquitectura Popular en las comarcas
28
de Castilla y León. , p. 100-101. MADOZ, P. (1845-1850) (1983) Diccionario Geo-
25
gráfico- Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de
SERVICIO DE PUBLICACIONES de la Excma.
Ultramar. Madrid. Ed. Ámbito, Valladolid.
Diputación Provincial… p. 38 cit. En ALONSO GON-
29
ZÁLEZ, J. MAGALLANES PERNAS, A (1979). “La vi- ALONSO GONZÁLEZ y J. GONZÁLEZ PER-
vienda rural de las Cabreras Leonesas”, 1ª parte. En Tierras NAS. La vivienda tradicional en Las Cabreras Leonesas…….
de León, nº 34-35. León Vol. II.

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tación Provincial30, resumiendo la tipología por obsoletas, se crean nuevos modelos que
en: viviendas de una planta, viviendas de en unas generaciones pasan a ser el prototi-
dos plantas con escalera exterior y vivien- po de la vivienda “arcaica”, de manera que
das de dos plantas con escalera exterior en el estudio de la arquitectura tradicional
pero con acceso desde el corral, siendo esta es conveniente tener presente la datación de
última variante la más moderna. La casa de las construcciones con las que estamos tra-
dos plantas destaca por el empleo del corre-
bajando.
dor como elemento más característico.
La casa de dos pisos o casa de corredor
Aporta excelentes datos para demos-
trar la evolución en la vivienda, basándose Obviamente las dos plantas diversifi-
en los datos del Catastro del Marqués de la can bastante más los espacios. En la supe-
Ensenada, elaborado en esta zona entre 1752 rior se coloca la cocina con las habitaciones
y 1753. Por este excepcional documento sa- que mantienen los tabiques de encestado
bemos que, a mediados del s. XVIII, las ca- con barro y cal, aunque poco a poco, desde
sas que tenían entre cuatro y siete compar- comienzos del s. XX, empiezan a hacerse de
timentos eran 20, había 38 que tenían entre
otro material más consistente. En la planta
dos y cuatro divisiones, y las que tenían
baja están las cuadras aunque a veces se co-
una sola alcanzaban hasta 23. Esta relación
locan fuera de la vivienda, pero cercana a
se completa con las medidas de la fachada.
ésta, los espacios para las herramientas, el
La mayoría, hasta un número de 46, tenían
entre cinco y diez varas de frente, 33 vivien- “alpendre” para el carro, la leña y el galli-
das medían frontalmente entre diez y veinte nero. La planta baja tiene una puerta grande
varas; solamente siete tenían entre veinte protegida por el corredor saliente en fun-
y treinta, y entre treinta y cuarenta apenas ción del paso de los animales y del carro32.
dos. Este tipo de casa es parecido a algu-
Concluye que en la época de Ensena- nos del Bierzo que J. Mª Luengo Martínez33
da hay un porcentaje de casas del 52,38% de denominaba casas serranas. El investigador
una sola planta y un 47,61% de casas de alto berciano señala que este modelo está dotado
y bajo. La evolución se constata no por ra- de una chimenea, por oposición a la de teito,
zón de oficio o profesión, sino “por razones que carecía de ella.
de mejora económica”. Es un documento ex-
cepcional para demostrar la evolución de la Varios son los elementos caracterís-
vivienda, y de la arquitectura tradicional en ticos de este modelo de vivienda, pero los
general31. La evolución se ha dado siempre, más sobresalientes son las escaleras de ac-
y se sigue produciendo ahora, lo que sucede ceso al segundo piso, el corredor y el horno.
es que en esa evolución en la que las tipolo-
La escalera exterior, según Casado
gías más arcaicas van quedando en desuso
Lobato, “es algo genuinamente característi-
30
SERVICIO DE PUBLIACIONES de la Excma. co de la arquitectura popular de La Cabrera
Diputación Provincial de León. Informe de las Cabreras Alta”34. Sin embargo algunas familias aco-
Leonesas. División Político Administrativa. León 1965. modadas tenían escalera interior, lo que se
03. 29.
32
31
El cambio en la tipología de las plantas, la evolu- CERRATO, A.; ORTEGA, P., “E
ción de las casas se puede demostrar si comparamos los L C ” en Revista de Folklore,
datos del catastro con los de las comprobaciones hechas Fundación Joaquín Díaz, Valladolid, 2003, p. 90.
una década después. Esto no sólo sucede en La Cabre- 33
LUENGO MARTÍNEZ, J. Mª., Esquema de la arqui-
ra, acontece en muchos sitios, se puede ver en zonas
tectura civil en el Bierzo. León, 1946, p. 11.
cercanas como el Bierzo, o los Ancares, y tan alejadas
34
como la Tierra de Campos o la ribera vallisoletana del CASADO LOBATO, C., (1948) El habla de la Cabre-
río Esgueva. ra Alta, p. 90.

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consideraba un pequeño lujo35. En ocasiones que esta sujeción se refuerza con unos pies
existen escaleras que tienen un arranque co- derechos, o con tornapuntas que apoyan en
mún. piedras salientes del mismo edificio.
Los dos pisos obligan a la construc- Una construcción llamativa es la de-
ción de la escalera de acceso colocada siem- nominada “casa del forno”, o sea, una cons-
pre al exterior. La escalera exterior o “patín” trucción dedicada solamente a este elemen-
se coloca generalmente en paralelo a la fa- to. La “casa el forno” en Villar del Monte es
chada (Pozos), aunque a veces se coloca per- uno de los ejemplares más llamativos, no
pendicular a esta (Grinda). solo por la figura del horno montado sobre
La escalera de acceso va a dar al co- una plataforma sobre la que descansa el pro-
rredor y está compuesta de grandes sillares pio horno que muestra al exterior su cúpula,
de losa, escalera sin pasamanos (Alonso sino por la forma de cubierta, en un tejado
González). de pizarra que desciende en un solo faldón.
El corredor. El centro de todo es el co- Es una construcción tan característica
rredor, que se coloca en el lado más largo que configura y da personalidad al paisaje
orientado a la solana. Sirve como desahogo urbano. Así sucede en Quintanilla de Yuso
de la casa y para contener el horno. Se forma donde forman “un bello conjunto de volú-
por el volado de las vigas del piso reforza- menes y material ancestral enraizado en el
do, cuando es necesario con tornapuntas, medio ancestral que los creó”36.
como se puede observar en Villar del Mon-
Chimeneas. La salida del humo se
te y Pozos. El corredor está cerrado por ta-
hacía a través de la chimenea. La casa pri-
blas, aunque no faltan pequeñas ventanas a
migenia no tuvo chiminea, de modo que
modo de tragaluces. A veces aparece algún
los humos se perdían por la estancia entre
tipo de balcón corredor con barandillas de-
el colmado o el llousao. (Alonso González).
coradas, pero es bastante raro. La climatolo-
Las que actualmente encontramos están re-
gía extremadamente dura propicia este tipo
cubiertas de losas, dispuestas en escamas,
de corredores que con frecuencia destacan
con armazón de madera. Son de llamativos
por su tosquedad, lo que no significa que no
tengan cierta belleza que nos remite a cate- volúmenes prismáticos o troncopiramida-
gorías estéticas basadas en una rusticidad les, de secciones cuadradas o rectangula-
que se puso de moda también con el roman- res, rematados con un sombrerete de lajas
ticismo. de pizarra, el mismo material que aparece
en las paredes de las chimeneas. No faltan
Es la parte de la casa donde abunda lugares en los que el humo sigue saliendo
más la madera; en ocasiones, en tipos más por la “garroteira” o por el buraco del techo,
modernos los corredores abiertos están for- como sucedía en las casas de teito (A. Ce-
mados por columnas con zapatas bien tra- rrato). Existen varios tipos aunque abundan
bajadas, como es el caso de La Cuesta. las piramidales truncadas protegidas con
El horno. Forma parte de la estructu- una losa en la parte superior –para impedir
ra de la vivienda tradicional cabreiresa. Es la entrada de agua y nieve– con un hueco o
un añadido a la cocina, su volumen semi- más en cada una de las caras, para facilitar
circular sobresale en la galería de la fachada la salida de humos y su función como respi-
mayor, o en uno de los laterales. Con fre- radero. Sobresale una Chimenea escalonada
cuencia la meseta, sobre la que se coloca di- en Villar del Monte cubierta de pizarra (véa-
cho horno, se sostiene sobre unos maderos se Fig. 9); los faldones sobresalen de forma
en voladizo, pero no faltan ejemplares en los ascendente. Al igual que en Corporales don-

35 36
CERRATO, A.; ORTEGA, P., (2003) El patrimonio CERRATO A.; ORTEGA, P. (2003) El patrimonio
arquitectónico de la Cabrera. p. 90 arquitectónico de la Cabrera, p. 90.

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de encontramos una chimenea de pizarra por lo tanto para mantener unos niveles de
dividida en dos cuerpos por otra horizontal economía dignos, dentro de la pobreza de
que sobresale y es paralela a la que cumple la comarca.
función de cobertor”37.
Los pajares de Villar del Monte tienen
Construcciones auxiliares testeros escalonados, lo que facilitaba el apo-
yo de las vigas para montar la techumbre, y
Pajares hasta servía de cortafuegos muy elemental
El pajar es construcción imprescindi- para combatir los problemas de incendios
ble en una economía agropastoril como la abundantes y generalizados en todos los
de esta comarca. Son construcciones rectan- núcleos de cubiertas de paja.
gulares destinadas a almacenar la paja y la
hierba para los animales. Cubiertos a doble Los palomares
vertiente con un bocarón en el techo para Testimoniales son también los palo-
facilitar el almacenaje de la hierba. Muchos mares. Las noticias que se tienen de ellos
de ellos tienen su origen en antiguas casas son escasas. Apenas queda el recuerdo de
de un solo piso reaprovechadas para esta uno de ellos en Iruela. La tipología es como
función. Se construyeron lejos de las vivien- la mayoría de los del noroeste, similar a los
das (obsérvese su implantación en la Fig. de La Cabrera Baja y parecidos a algunos
13). Algunos inves-tigadores afirman que del Bierzo. De silueta circular, con tejado a
se ubican equidistantes entre la vivienda y un agua y con guardavientos que se forman
la cuadra, buscando la máxima comodidad por el realzado de las paredes circundantes.
para el propietario. Tienen el paso de las palomas por las trone-
Los pajares de Corporales presentan ras. El tejado está a mediodía, y la tronera se
ejemplares con el boquerón en la línea alta produce por resalte del tejado.
de la fachada posterior que propicia mayor Los colmenares
comodidad para la entrada de la yerba; en
Son cercas de paredes de piedra que
algún caso, el boquerón se abre en uno de
protegen los troncos huecos en los que en-
los testeros, aprovechando también el des-
jambran las colmenas.
nivel del terreno. Esta solución se encuentra
en varios ejemplares de la Maragatería38. Fraguas
Es famoso uno en la localidad de Cor- Comunal ha sido hasta no hace mu-
porales que llama la atención por la bicro- cho tiempo, la fragua, por eso se situaba
mía de piedras pizarrosas y cuarzos (denó- en un edificio a parte. El oficio de herrero,
tese en fig. 5), con uno de los testeros donde que con frecuencia incluía también el de he-
se aprecia aún el escalonamiento de una rrador, era imprescindible para el desarro-
primitiva cubierta, realzada posteriormente llo de la vida en las aldeas pueblos y villas
para aumentar su capacidad. En este pajar leonesas. El herrero arreglaba los aperos de
es significativa la cruz hecha con las piedras labranza, calzando las rejas, recortando los
blancas, que aquí, como en todas las cons- carros cuando era necesario, haciendo los
trucciones auxiliares, son signos apotropai- clavos de gran tamaño para clavetear las vi-
cos de protección, en este caso de la hierba gas, etc. En los pueblos grandes el herrero
necesaria para la alimentación del ganado y podía ser el propietario de la fragua, pero
en los pequeños la fragua era del común con
37
Ibid. p. 100. lo que se veían en la necesidad de contratar
38
los servicios de este profesional generando
GARCÍA GRINDA, J.L. (2005) “Función y
forma: La arquitectura auxiliar agropecuaria leonesa” en
una serie de contratos y de redes clientela-
La Arquitectura Tradicional en Tierras de León. León, res que se reflejaban en contratos verbales, e
Fundación Hullera Vasco-Leonesa p. 28. incluso se plasmaban en las ordenanzas que

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posteriormente se elevaban a la categoría de popular y permanecen ajenas a soluciones


leyes. importadas del exterior. Las construcciones
rurales, en su volumetría y distribución en
El edificio de la fragua suele ser un
planta, son muy elementales. Sus propor-
edificio emblemático, aislado para evitar los
ciones denotan una realización a escala de
peligros que se derivan del uso del fuego.
la persona, atendiendo a principios pragmá-
Geometría sencilla, de planta rectangular,
ticos y lógicos. El espacio interior está con-
de características y materiales idénticas a
cebido como una unidad cerrada, donde se
la arquitectura popular y cubiertas de losa.
manifiesta el sistema económico autárquico
Existe un ejemplar en todos los pueblos. Tie-
y el rigor del clima. No hemos hallado casas
nen un ventano tronera para salida de hu-
blasonadas.
mos y ventilación sobre todo en el invierno
en el que el clima pedía cerrar la puerta. La ▪ Las construcciones auxiliares: pajares,
fragua es, además un lugar comunal, de reu- fraguas,… se asientan en zonas aisla-
das. Los molinos harineros comuna-
nión informal, sobre todo en los días en los
les se caracterizan por su pequeño
que la labor del campo no apuraba mucho
tamaño y por poseer una sola boca; la
al campesino. El refrán es muy elocuente en
base de su construcción son materia-
este caso “días de agua, taberna o fragua”. les pétreos. Se encuentran ubicados
Por eso el mundo de relaciones alrededor de en paisajes bien conservados, pero se
este edificio es de gran importancia y sirve enfrentan a su desaparición, debido a
en buena medida para comprender la po- una tecnología tradicional no compe-
blación en la que estamos. titiva y a la consiguiente pérdida de
vitalidad.
No existen las bodegas como lugares
diferenciados de las casas en La Cabrera
PERSPECTIVAS
Alta, la altitud no es propicia para el cultivo
de la vid, a no ser en casos y ocasiones apura- El paisaje cultural de La Cabrera se
das en las que se echaba mano de cualquier ha visto bruscamente alterado por las ex-
lugar en el que pudiese fructificar, aunque plotaciones mineras de pizarra, de manera
fuese sin muchas pretensiones, la vid. Sabe- que es urgente una reconceptualización que
mos que el cultivo de este producto que si nos permita salvar lo que aún nos queda, y
existe en la Edad Media, se abandona ya en ponerlo en valor en la medida que ello sea
la Baja Edad Media39 porque la producción posible. La arquitectura tradicional aún es
no es rentable y es más eficaz comprar el una constante en muchos municipios. Des-
vino en otras latitudes, o al menos la uva. de hace varios años se han creado asociacio-
nes culturales que han conseguido llamar la
CONCLUSIONES atención de la riqueza que tiene esta comar-
ca. Y lo han hecho fundamentalmente a dos
Hemos reservado este apartado para
niveles, uno mediante publicaciones mo-
plasmar las principales conclusiones de la
nográficas en libros revistas y periódicos, y
investigación y se han agrupado en función
otro en trabajos de restauración y rehabili-
de los objetivos planteados inicialmente.
tación de algunos conjuntos que hoy día se
La arquitectura tradicional conserva levantan como hitos en el `paisaje cultural
unas características que hacen de ella una
Sin embargo y a pesar de todo hay
de las señas de identidad más singulares de
que seguir llamando la atención sobre los
la comarca. Tales características hunden sus
valores de un territorio que nos ofrece, aún
raíces en los valores más auténticos de lo
en la actualidad, uno de los paisajes cultu-
39
ALONSO PONGA J. L. (2009). La cultura del vino
rales más llamativos de la península. Ello se
en la Provincia de León. León Edilesa, Diario de León. debe a que conserva en los núcleos de po-
Vol. I, p. 18 y ss. blación buenos elementos arquitectónicos

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y conjuntos de edificios que nos muestran comarcal (aunque está en una comarca defi-
los modelos de vida de sus habitantes antes nida) sino regional y/o nacional es necesa-
del éxodo de los vecinos. Pero el quilibrio es rio hacer buenos proyectos de valorización
muy frágil. El paisaje agrario ha cambiado de un patrimonio material e inmaterial que
por el cambio de actividad económica. Los debe de ser utilizado como fuente de rique-
palomares, colmenares, molinos, pajares etc. za para el desarrollo de la comarca a través
al carecer de valor económico corren el ries- de la puesta en valor de lo elementos más
go de ser abandonados a su suerte, como ya característicos de la misma. Debe servir al
está sucediendo, con lo que la ruina y des- mismo tiempo para crear discursos de patri-
aparición se enseñorearán pronto en toda monio inmaterial que ayuden a comprender
la comarca. Los dueños de la arquitectura la historia de los diferentes núcleos rurales
civil no ven la necesidad (quizás tampoco y con ellos de toda la comarca. Que nos ayu-
es su misión) de invertir en restauración den a desvelar y comprender las leyendas,
de edificios que ya no tienen sentido para las tradiciones que acompañan a la arqui-
ellos. Cada vez son más los que optan por tectura y a la vida en los pueblos; al paisaje
arquitecturas que no tienen que ver con las natural que con la acción del hombre se con-
formas tradicionales, ni con los materiales vierte en paisaje cultural, y mediante una
típicos cabreireses. Por ello y para una me- buena puesta en valor deviene en Bien de
jor conservación de este patrimonio que no Interés Turístico generador de riqueza.
es personal, sino social, que no es ni siquiera

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▪ Fig. 2. Boceto de vivienda de dos plantas ubi-


cada en Truchas, que, de modo excepcional a
▪ Fig. 1. La red hidrográfica, determinante en la la tipología analizada, no presenta escalera ex-
ocupación del territorio. Las formas más repre- terior.
sentativas de los emplazamientos son en valle
y media ladera.

▪ Fig. 3. La arquitectura y su integración en el ▪ Fig. 4. Acuarela de José Antonio Barrera. Pai-


paisaje es uno de los aspectos más enraizados sajista a quien desde aquí agradecemos su ce-
con la identidad de la comarca. sión.

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▪ Fig. 5. La bicromía de los cantos que forman los


materiales pétreos de la zona se manifiesta en ▪ Fig. 6. El corredor, generalmente de madera de
su estructura muraria. Es significativa la cruz roble o castaño, es elemento característico de la
hecha con las piedras blancas, que aquí, como casa cabreiresa. Manifiesta su presencia desde
en todas las construcciones auxiliares, son sig- el s. XVI. Se apoya sobre voladizos o sobre za-
nos apotropaicos de protección, en este caso patas y pies derechos.
de la hierba necesaria para la alimentación del
ganado

▪ Fig. 7. Cimentación natural. La pared, calzada


con cantos rodados de cuarzo, escala la peña si- ▪ Fig. 8. El modelo constructivo de estructura de
guiendo el perfil sinuoso del suelo rocoso. cubierta.

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▪ Fig. 9. Chimenea troncopiramidal, cuarteada


por el peso de los años, de tres cuerpos o pisos
con remate piramidal sostenido, como las ante-
riores, por cuatro tacos de piedra.

▪ Fig. 10. Corte al cuarto de perspectiva explosio-


nada de vivienda tipo de dos pisos

▪ Fig. 11. Distribución en planta de las dos alturas de una vivienda tipo.

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▪ Fig. 12. Los hornos se protegen de la intemperie


por cobertizos levantados sobre pies derechos y
ubicados en el corredor, en un caso y, en el otro,
apoyado en una base cuadrada de piedra . ▪ Fig. 13. Ortofoto. Enclave de la zona de pajares
alejada del núcleo poblacional

▪ Fig. 14. Geometría con trazados de fuertes pendientes que facilitan la evacuación
rápida del agua y la nieve.

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▪ Fig. 15. Villar del Monte. Recuperación del casco urbano con criterios de respeto a la cultura tradicional,
desde las teorías de conservación y protección del patrimonio rural.

▪ Fig. 16. Barrio de pajares a las afueras de los pueblos y lejos de la vivienda, para evitar que en caso de
incendio se pierda la cosecha. Equidistantes entre la vivienda y la cuadra.

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