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INTERPRETACIÓN
MADRID, 2021
1. INTRODUCCIÓN
El convulso siglo XX español (uno más) deparó un trayecto complicado para la sociedad
española que atravesó dos duras dictaduras, una azarosa república y una dramática guerra civil
dejando una profunda huella en la conciencia de un país que en parte se vio a sí mismo como
una cierta excepción al devenir histórico de su contexto natural europeo.
Dentro de este proceso de homologación con los países más cercanos al entorno histórico y
geográfico español, las corrientes artísticas más representativas fueron tomando el paso de las
vanguardias europeas más definidas.
España, tanto por peso demográfico, como por características culturales propias, siempre ha
tenido figuras destacables en todas las disciplinas artísticas, literatura, pintura, escultura, artes
escénicas, etc. pero la frontera tanto física como sobre todo mental que los Pirineos
supusieron durante siglos dejó una brecha que marcó a generaciones de creadores de todo
tipo que tuvieron que luchar contra contingencias o estereotipos de toda clase para inscribirse
en una cierta normalidad cultural que por las condiciones socioeconómicas de su país no
siempre era fácilmente asimilable.
En este contexto, las producciones musicales de todo tipo creadas en los últimos años se
identifican totalmente con el devenir de la creación musical actual.
En el caso que vamos a tratar aquí específicamente, la trayectoria académica del compositor
Eneko Vadillo Pérez se inscribe perfectamente en este entorno con absoluta normalidad e
identificación.
Eneko Vadillo Pérez nace en 1973 en Málaga, donde cursa sus estudios musicales de piano,
dirección de orquesta y composición, que amplía posteriormente en el Real Conservatorio
Superior de Música de Madrid. En este Conservatorio son sus profesores de composición
Antón García Abril y Zulema de la Cruz. A la finalización de sus estudios en el RCSM de Madrid
obtuvo los premios de Fin de Carrera y el “Flora Prieto”.
Posteriormente prosigue sus estudios de postgrado en centros de nivel mundial como el Royal
College of Music donde realiza sendos Masters de música en composición orquestal y
composición multimedia. Igualmente obtuvo un certificado en estudios de composición por la
Manhattan School of Music y también es destacable su participación en los Cursos de
informática musical y composición asistida por ordenador entre los años 2008 y 2009
realizados en el IRCAM. Es autor de una tesis doctoral realizada en la Universidad Autónoma
de Madrid bajo la tutela del compositor Yvan Nommick, titulada Oposicion de bloques y
transformación textural en el sinfonismo del siglo XX y XXI.
En el apartado artístico, Eneko Vadillo posee un catálogo de más de cincuenta obras para todo
tipo de formación, entre las que cabe destacar algunas de las galardonadas o finalistas en
diversos certámenes de composición como es el caso de Cantos del Mediterráneo para trío de
cámara (Premio de composición para jóvenes compositores de la SGAE 2001), , Prisma para
ensemble (Premio de Composición del Colegio de España en París, 2005), o Alnur para
orquesta (Premio Reina Sofía de la ORTVE 2006) y Oscuro y Lucientes (Premio Jerry Goldsmith
2019) para el film homónimo de Samuel Alarcón.
Antibes para flauta solo fue compuesta en 2002 por Eneko Vadillo y estrenada por la flautista
Jenny Robinson ese mismo año.
Se trata pues de una pieza ya con cierta trayectoria dentro del catálogo de su autor y que
resulta representativa del estilo de su escritura para instrumento a solo.
Vadillo ha sido etiquetado por autores como Pedro Ordóñez Eslava como neo-espectralista en
su artículo Postespectralismo(s) musical(es) en la creación contemporánea española.
(Su)pervivencias del último relato compositivo. Si bien cualquier encasillamiento siempre es
limitado y limitante, sí que es cierto que entre las influencias que marcan el estilo propio y
reconocible del autor, las influencias de esta corriente compositiva están presentes en esta
obra, en particular en varios parámetros. La asistencia del ordenador y de diversos programas
de análisis y procesamiento del sonido para la preparación del material compositivo. Este
material es posteriormente utilizado por el compositor en su tarea creativa. El uso muy intenso
que Vadillo realiza de la microtonalidad, especialmente alrededor de los polos tonales
principales también deriva de esta corriente compositiva que tanto ha influenciado en los
últimos decenios del siglo XX y los primeros del XXI.
Vadillo, uno más de tantos otros, hace uso de esta delicada coloratura del instrumento, que es
especialmente adecuado para adoptar muy diversas sonoridades, entre el velo del sonido
eólico hasta las tímbricas más extremas de instrumentos extra-occidentales de la familia de la
travesera como el ney, el shakuhachi o el bansuri entre otros.
El conocimiento amplio por parte del autor de la historia de la música y en particular del
repertorio propio del instrumento queda también patente en Antibes, como marca de la casa
que encontramos también en otras de sus obras. Y esta característica se hace patente por
medio de citas o alusiones a obras referentes del repertorio de los distintos instrumentos. Si
en algunas de ellas como por ejemplo Renascencias para trío de flauta, clarinete y piano se cita
textualmente un motivo de Gaspard de la Nuit de Maurice Ravel, en Antibes, sin hacer esta
alusión literal, está presente una referencia velada a piezas emblemáticas para la flauta como
son el propio Syrinx de Debussy, Noa Noa de Saariaho y Chant de Linos de Jolivet.
Finalmente hay que añadir, porque es un trasfondo muy importante de esta pieza para flauta
sola, que Vadillo realizó una adaptación de la misma para su utilización como banda sonora del
largometraje La ciudad de los signos del cineasta Samuel Alarcón, en 2009. Con este propósito
el autor extrajo de la grabación original de Jenny Robinson distintos fragmentos que procesó
por medio del ordenador y diversos programas de tratamiento del sonido, resultando de ello
una versión para flauta y electrónica que se aplicó a la parte inicial y final del film, aunque no
se llegó a crear la versión ejecutable en concierto.
2. CUERPO DEL ANÁLISIS
2.1 Estructura..
Las secciones se articulan entre ellas por medio de transiciones amplias dada la
longitud de la pieza.
2.1.1 Sección A.
Este segundo periodo comienza de nuevo con el intervalo de 2ª mayor (Do5/Re5), que
se transporta en el compás siguiente un tono más bajo. En este caso, se utiliza un
efecto bastante habitual de las técnicas extendidas en la flauta travesera, consistente
en conseguir la altura deseada por medio de batidas entre armónicos de quinta y
octava sucesivamente, lo que da una coloración tímbrica muy atractiva.
ej. 4
ej. 5,6,7 Desarrollo gradual de la melodía que se intercala con juegos de intervalos
ej. 7 ampliación de la melodía por juego entre registro medio y agudo de la flauta
Progresivamente la melodía desarrollada va a irse diluyendo de nuevo y regresando al
registro medio y grave de la flauta, para volver a un juego interválico puro de 2ª
mayores y menores en los compases 45-46
ej.8
ej.9
2.1.3 Sección B.
ejemplo 11
ej.12 (c.56)
Constituye una transición hacia B.2.Desde el compás 94 cambia la textura rítmica tan
marcada, para utilizar arpegios rápidos y trémolos de 2ª mayor que nos conducirán
hasta el registro sobreagudo del instrumento creando el momento culminante de
tensión sonora de la pieza, ya en el 2º periodo de esta sección.
ej.13 (c.95)
b.2.1 Desde el compás 99 se produce un nuevo cambio del material musical empleado,
en el registro agudo de la flauta, siempre pivotando sobre el intervalo de 2ª mayor, por
medio de trémolos y grupos de notas muy rápidos que contraen la densidad del
material. Estos grupos van creciendo por aumentación de la cantidad de notas en cada
uno de ellos y por la ascensión hacia las notas más agudas del registro del instrumento.
El tacet del compás 116 es un corte radical entre esta sección y la siguiente que deja en
el aire toda la carga de tensión creada durante los compases anteriores.
ej. 15
ej.16
En los compases siguientes este juego interválico se amplifica por medio de juegos de
armónicos de 8ª y de 5ª en el registro medio de la flauta, y siempre con el intervalo de
2ª mayor, que resuelve en una 2ª menor sobre el re5 en el compás 133.
ej.17
En los compases 134-136 aparece un efecto conseguido por medio de una de las
técnicas extendidas de la travesera, consistente en obtener un trémolo entre el fa#3 y
el fa#4, y diversas alturas microtonales del do (¼ de tono a ¾ de tono bajo y alto) y del
re5. Esta coloratura obtenida por medio de las dos pequeñas llaves de trino situadas al
inicio del tubo de la flauta, es de una gran sutileza y riqueza tímbrica, y desemboca
finalmente en un recuerdo del motivo presentado al inicio de la sección A entre el
do#5 y el re5.
ej. 18
Finalmente la pieza termina con la reaparición del motivo generador inicial del
intervalo de 2ª mayor ampliada (9ª) en el que el multifónico do4/re5 muere en el re ya
sin su base, que se pierde de nuevo en el aire sin sonido que desaparece al niente
gradualmente.
ej. 19
Este intervalo opera como motivo constante de toda la obra, pues aunque se
desarrolla por transposición a otros tonos, y por disminución o ampliación interválica,
siempre sigue siendo el elemento central que cohesiona la pieza.
ej. 23 (compases 60-64, con el motivo variado y transportado un semitono cromático ascendente)
ej. 24
Finalmente, al ser esta pieza para un instrumento monódico, salvo el multifónico que
se utiliza como ya se ha visto como célula generadora, no podemos hablar de una
armonía en sentido vertical tradicional. Sin embargo sí que podemos ver que el
desarrollo de la obra se apoya
3.4. Melodía.
La melodía que encontramos en este momento tiene tres sub-frases, la primera de las
cuales comienza con la célula generadora do/re que progresivamente se va abriendo
hacia tonos más amplios e intervalos diferentes. De este modo vemos como tras estas
dos notas iniciales aparece un intervalo de 2ª menor y 2ª aumentada descendentes
que tras volver al do natural inicial se rebaja hasta el si natural que presentará junto al
sol# una 3ª menor. Este juego interválico es el que se ha presentado durante todo el
primer periodo de esta sección A, y ahora se convierte en melodía.
ej. 25 (sub-frase 1)
ej.26
ej. 27
La imbricación de los elementos descritos en este motivo melódico inicial, interválica,
agógica y textura de trémolos principalmente, se va a poner de manifiesto en los
siguientes compases y resto de sección, de tal modo que la melodía resultante los
integra perfectamente en su discurso. Ya desde el compás 29 se reutiliza el ritmo de
corchea con puntillo y dos fusas presentado en el compás 24, en este caso también
desde un do#4 que se abre al registro agudo de la flauta, en el si5 y posteriormente el
la5. Como elemento cohesionador entre las distintas partes de este desarrollo
melódico siempre encontramos los trémolos de 3ª menor.
ej.28
Por último cabe destacar que un tercer desarrollo de este tema, en este caso en el
registro grave de la flauta, se utiliza para finalizar el periodo antes de la primera
transición hacia la sección B de la pieza, en los compases 47-48.
ej.29
Esta melodía presentada y desarrollada en los periodos expuestos anteriormente puede tener
un cierto carácter étnico o folclórico meridional, debido principalmente al giro rítmico de las
fusas y al intervalo de 2ª aumentada que se abre tras el mismo. En el resto de la obra de Eneko
Vadillo no es extraño encontrar referencias musicales o textuales a elementos de esta cultura
mediterránea y meridional.
3.5.Ritmo
Por otro lado, hay que señalar que la sección B, inspirada como ya se dijo
anteriormente en el ritmo de la sección central del célebre Chant de Linos de André
Jolivet, marca un contraste radical con el carácter expresado en la sección anterior. De
este modo donde antes había flexibilidad y soltura, ahora se requiere un tempo muy
rápido de negra=100/110 ca., con figuraciones de semicorcheas que se han de tocar
con precisión mecánica. En este primer periodo de la sección B es muy importante la
acentuación de las partes fuertes que se debaten continuamente entre una alternancia
de ritmos binarios y ternarios. La indicación metronómica 120-130 coincide
aproximadamente con la proporción áurea (142 compases entre 3 = 47,3333 x 2 =
compás 94,666). Este tempo se encuentra a partir del compás 98.
Ej.31
3.6.Técnicas extendidas
Otro de los recursos técnicos ampliados que utiliza Vadillo es el juego textural entre el
do3 y el re3 en este caso, por medio de cambios microtonales entre estas dos notas
del registro grave del instrumento, que al no poder utilizar digitaciones especiales se
hace por medio de cambios de apertura de bisel y de presión de columna sonora. En la
parte final de pieza, y a modo de reexposición o nuevo tratamiento del material inicial,
retoma e juego entre estos sonidos y sus intervalos cercanos del mismo modo utilizado
al principio, pero además añadiendo un juego de articulaciones muy suaves que
añaden un interés sonoro mayor si cabe en cuanto al juego con las texturas de la
flauta. Otro recurso que emplea Vadillo como un nivel textural más que incide en la
modulación del sonido es el uso de distintos tipos de vibrato en cuanto a intensidad y
amplitud. El vibrato por sí mismo no es una técnica ampliada, pues ha estado presente
desde hace siglos al igual que en el canto, pero el uso de este modo (y la petición
expresa en la partitura por parte de los compositores) sí que es una característica
propia de los desarrollos técnicos del siglo XX, que le confieren a este efecto técnico
una categoría superior como) recurso expresivo o como filtro tímbrico.
3.7.Dinámica
Ej. 32
Dentro de este juego de contraste desde el silencio absoluto, toda la primera sección
de la obra va progresivamente ampliando el nivel dinámico hasta el mf. En la aparición
de la melodía del compás 22 se pide una dinámica mp. El desarrollo posterior de esta
melodía, como ya se ha visto en el apartado correspondiente por extensión tonal e
interválica, se apoya con el elemento dinámico que también va abriendo su capacidad
desde el mp señalado, pasando por el mf hasta el f.
ej. 35
4. CONCLUSIONES
Es una pieza que tiene diversas influencias muy presentes en las composiciones
actuales, como es el uso de la microtonalidad, los multifónicos o la utilización de las
características del instrumento para aportar un juego textural por medio de
granulados, transiciones entre el aire o la mezcla de este con el sonido más tradicional,
y la búsqueda de los límites físicos de la flauta tanto en sus dinámicas más extremas en
sus registros más amplios.
En conclusión, se trata de una obra de un autor con una sólida formación, que busca
un lenguaje personal, que usa con conocimiento y justificación musical las técnicas y
recursos contemporáneos del instrumento, pero sin desdeñar algunas de sus
características más inveteradas y típicas como el uso de la melodía, del vibrato de
distinto tipo y de ritmos reconocibles y bien definidos.