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POROSIDAD DEL SUELO

La porosidad del suelo viene representada por el porcentaje de huecos existentes en el mismo
frente al volumen total.

La porosidad depende de la textura, de la estructura y de la actividad biológica del suelo. Cuanto


más gruesos son los elementos de la textura mayores son los huecos entre ellos, salvo si las
partículas más finas se colocan dentro de esos huecos o sí los cementos coloidales los obturan. No
obstante lo más corriente es que los suelos con elementos gruesos presenten poros también
gruesos y los suelos limosos y arcillosos, huecos muy numerosos pero de pequeño tamaño. La
materia orgánica contribuye a aumentar sensiblemente la porosidad. Son por tanto los suelos
coloidales los que tienen la mayor porosidad.

La influencia de la estructura es tan evidente que a menudo se utiliza el valor de la porosidad para
dar una idea de la estructura del suelo; además los agentes que destruyen la estructura
disminuyen la porosidad, como por ejemplo el apisonado.

El tercer factor que tiende a desarrollar la porosidad es la actividad biológica del suelo,
especialmente la de la microfauna. En los suelos cuya actividad biológica es intensa se observa con
frecuencia, al lado de las huellas del recorrido de las lombrices, un gran número de canalículos
finos que resultan del trabajo de pequeños insectos. Cuando este tipo de poros resulta
predominante se dice que el suelo tiene una porosidad tubular.

La porosidad constituye el dominio natural de las fases líquida y gaseosa del suelo, siendo la
primera la que por su variabilidad limita el espacio ocupado por la segunda.

El calculo de la porosidad total puede


hacerse mediante los valores de los tipos
de densidad que acabamos de
considerar, de forma que la masa de la
fase sólida de un volumen unitario
vendria expresado por el valor de la
densidad aparente, y el volumen
ocupado por esa fase solida lo definiria el
cociente entre su masa y la densidad real
de dicha fase sólida:

Masa de suelo en un metro cúbico


= da Mg

Volumen ocupado por la masa anterior


= da/dr m³

Volumen de poros en un metro cúbico de suelo = ( 1 - da/dr ) m³


El porcentaje de porosidad vendrá expresado por:

P = 100 ( 1 - da/dr ) %

Siendo da y dr los valores de densidad aparente y real respectivamente y P el porcentaje de


huecos del suelo u horizonte considerado.

Para una correcta aireación del suelo y una buena retención de agua, es conveniente que la
porosidad se sitúe entre el 40 % y el 60 %. Valores menores del límite inferior pueden crear asfixia
en las raíces, contenidos de agua retenida muy bajos, o ambas cosas a la vez. Un valor superior al
límite máximo supone una dificultada para el contacto entre el suelo y las raíces de las plantas.

En el suelo se distinguen de forma tradicional pero empírica y a menudo arbitraria una


macroporosidad y una microporosidad.

La macroporosidad, o porosidad no capilar, está formada por huecos grandes, que están ocupados
frecuentemente por aire. A menudo se presentan en forma de grietas que separan los agregados e
incluso penetran en los mismos. Su importancia depende sobre todo de la estructura del suelo, de
su grado de fisuración y parcialmente de la textura. Es más elevada en suelos arenosos.

Grieta de retracción que alcanza la superficie del


suelo. Solo aparece cuando el suelo está seco y en Grietas de separación entre los agregados del
aquellos casos en que los cambios de volumen son suelo, en general permanecen hasta que el
muy notorios como sucede con la presencia de suelo se encuentra bastante húmedo.
arcillas expansibles.

La microporosidad depende también de la estructura pero sobre todo de la textura y de la


actividad biológica. Es muy grande en los suelos ricos en elementos finos y en los dotados de una
microfauna numerosa y activa.

El límite entre macro y microporosidad esta fijado por algunos autores en 10 m y por otros en
8 m, más lógico ya que corresponde al límite superior de la capacidad de retención de agua, en el
cual ésta está retenida con tal fuerza que no es susceptible de desplazamiento vertical por acción
gravitatoria, de modo que esos poros, una vez llenos de agua, permanecerían siempre así si no se
aplica alguna fuerza externa que la desplace. Para darnos una idea del tamaño de poros diremos
que por encima de las 30m el agua de gravedad puede circular libremente; por debajo de 20 m
no pueden penetrar los protozoos, por debajo de 1 m no pueden hacerlo los pelos radiculares y
por debajo de 0,2 m no les es posible a las bacterias. En un suelo bien constituido la porosidad se
reparte aproximadamente a partes iguales entre macro y microporosidad.

Una porosidad elevada es extremadamente favorable a la vegetación ya que facilita el


arraigamiento, asegura la conservación del agua y favorece los cambios entre el vegetal y el suelo,
permitiendo la difusión del agua y del aire. Pero el espacio poroso se halla distribuido entre toda la
masa del suelo, existiendo huecos de diferentes formas y tamaños con orientaciones muy
distintas.

Las grietas de retracción pueden tener varios centímetros de anchura y alcanzar hasta un metro de
profundidad pero en el momento en que el suelo se humedece se cierran y desaparecen. Por ellas
puede circular el agua aunque usualmente pertenecen al dominio del aire. Algo similar ocurre con
los espacios existentes entre los agregados del suelo, de menor tamaño que las anteriores pero
pertenecientes también al dominio gaseoso.

Los huecos intrapedales, del interior de los


agregados, suelen pertenecer a la
microporosidad aunque también pueden
existir algunos de mayor tamaño.

Naturalmente, la circulación del agua está


influida por el volumen ocupado por la
macroporosidad, pero también por la
forma y distribución de los poros
correspondientes.

En

ocasiones se forman una especie de burbujas conocidas como "vesículas", que no están
interconectadas con el resto del sistema poroso por lo que aunque su tamaño es grande no
participan del sistema de circulación del agua y siempre están llenas de gas.

Una correcta distribución de los fluidos del suelo requiere una buena distribución entre macro y
microporosidad, que suele estimarse en volumenes semejantes, de modo que cada una ocupe
entre un 40 % y un 60 % del total. Las desviaciones hacia la microporosidad generan un ambiente
asfixiante y reductor con escaso suministro de oxígeno a las raíces. La contraria supone un buena
aireación pero una retención de agua insuficiente. Es más importante está distribución que el valor
total de porosidad del suelo.

La medida de ambos valores suele hacerse en función del agua retenida con determinada
intensidad, como veremos en el apartado correspondiente, pudiendo calcular a partir de ella el
valor de la microporosidad, mientras que el de la macroporosidad se obtiene por diferencia entre
la anterior y el valor total.

AGREGACION DE SUELO

A menudo, erróneamente se cree que la textura y la estructura del suelo son lo mismo.


Aunque el término "textura del suelo" se refiere a tamaños específicos de partículas del
mismo, el término "estructura de suelo" se refiere a cómo están acomodadas dichas
partículas, tales como el limo, la arena y la arcilla. La estructura del suelo, o agregado,
es categorizada de acuerdo a su forma, tamaño y grado. Este último es la intensidad de
agregación, y expresa la diferencia entre la cohesión dentro de los agregados y la
adhesividad entre ellos.

Suelo granular
El suelo granular se ve como migas de galletas. Tiene una forma esférica o redonda,
similar a las pelotillas de escopeta. El diámetro de un gránulo es de 0,039 a
aproximadamente 0,39pulgadas (1 a 10 mm), de acuerdo con la Universidad de

Missouri. Los gránulos del suelo pued en ser


separados fácilmente, aunque las superficies exteriores no encajan entre sí con
facilidad. Están poco compactados y suelen encontrarse en horizontes superficiales que
contienen materia orgánica, como en áreas donde hay lombrices de tierra y vegetación
herbácea.
Suelo laminar
El suelo laminar, cuyas partes son mucho más grandes que los gránulos, son placas
delgadas de suelo que yacen horizontalmente. Cada lámina es de aproximadamente
0,39 pulgadas (10 mm) de ancho, según la Universidad de Missouri. El suelo laminar
es denominado de esta manera ya que parecen láminas apiladas entre sí. Suelen
encontrarse en horizontes superficiales, como productos del desarrollo del suelo.

Suelo en bloques
El suelo en bloques, que suele encontrarse en el subsuelo, tiene una forma más o
menos cúbica. Este tipo de suelo tiene un diámetro mayor al suelo en gránulos, con
dimensiones de 0,2 pulgadas a más de 2,0 pulgadas (5 a 50 mm). En lugar de formarse
de manera individual, el suelo en bloques desarrollan su forma a partir de sus
agregados adyacentes. Los agregados de bloque angular tienen bordes afilados y
distintos, y caras rectangulares. Los sub-angulares tienen afilados la mayoría de sus
bordes, en lugar de redondos.

Estructuras columnares, prismáticas y monogranulares


Las estructuras columnares son columnas verticales de suelo. Estos agregados tienen
una tapa de sal en su parte superior. Este tipo de suelo usualmente se encuentra en
climas áridos, según la Universidad Central de Michigan. Los agregados prismáticos,
que son columnas verticales de suelo, se encuentran en los horizontes más bajos.
Tienen una longitud mayor a su ancho, el cual puede ser de varios centímetros de
largo. Los agregados de monogránulo se descomponen en partículas solitarias que no
se adhieren entre sí. Este tipo de agregado de suelo tiene una consistencia suelta y se
encuentra comúnmente en suelos arenosos.

Como es sabido, los constituyentes elementales del suelo (arenas, limos, arcillas,
materiales orgánicos, etc) no se presentan aislados sino que se encuentran unidos
entre sí dando agregaciones. Estos agregados son observables a nivel
macromorfológico, directamente en el perfil del suelo, en el campo, pero pueden
ser analizados de una manera mucho más exhaustiva en el microscopio.

La agregación edáfica se describe en base a: los tipos de: agregados, huecos y


microestructuras

Tipos de Agregados
Migajosos. Agregados porosos de formas más o menos esferoidales.

   

Granulares. Agregados no porosos de formas con tendencias esferoidales.


En bloques angulares. Agregados constituidos por caras, mas o menos
planas, que al cortarse forman aristas y estas a su vez originan vértices. En
definitiva, presentan formas parecidas a poliedros geométricos irregulares. Las
caras de los agregados encajan bien con las caras de los agregados vecinos.

   

En bloques subangulares. Similares a los anteriores pero los bloques se


encuentran menos definidos. Las caras no son tan planas, las aristas son romas y
apenas hay vertices. Los agregados tampoco encajan tan bien como en la
microestructura de bloques angulares.

Prismáticos. Bloques angulares, a manera de prisma, en los que predomina


una dimensión (la vertical) con respecto a las otras dos. Normalmente son
demasiado grandes como para poderlos observar en el microscopio.

Laminares. Agregados de forma hojosa en los que una dimensión es mucho


más corta (la vertical) que las otras dos.
SUPERFICIE ESPECÍFICA

Las propiedades físico - químicas del suelo están muy influenciadas por la superficie específica de
sus componentes minerales y orgánicos. El término superficie específica se refiere al área
expuesta por el peso unitario del suelo, generalmente expresada en metros cuadrados por gramo
(m2/ G ) .
El área de superficie específica varía de manera significativa con la textura del suelo, el tipo de
mineral de arcilla y el contenido de materia orgánica del suelo. De acuerdo con Searle y Grimshaw,
la zona expuesta por las partículas del suelo serán mayores cuanto menores son las partículas, y es
por eso que la fracción de arcilla aporta la mayor proporción del valor de la superficie específica
del suelo.

La materia orgánica, a pesar de que se produce en el suelo en pequeñas proporciones,


contribuye significativamente al valor de la superficie específica de la tierra, debido a su
alto grado de subdivisión. Los óxidos de hierro libres también contribuyen a la superficie
específica, principalmente en suelos tropicales, que se producen a altos niveles.

La importancia de esta propiedad fisicoquímica del suelo se puede colocar en evidencia


cuando se considera la superficie expuesta por el material coloidal del suelo. Así, por
ejemplo, 1 m3 de suelo con densidad aparente de 1,4 g contenido de arcilla / cm3 y alto
de 40 % en peso del sistema de raíces de las plantas tendrán a su disposición un área de
contacto equivalente a 56 km2 cuando la superficie específica de la fracción arcilla es de
100 m2/g. De acuerdo con Jackson y Sherman, la mayor contribución a la meteorización
química de la erosión física radica en el hecho de que la superficie aumenta, aumenta en
gran medida las posibilidades de material de reacción. También es cierto que las
interfaces de gas -líquido, sólido-líquido, sólido-gas, que se producen propiedades
específicas se vuelven importantes cualitativa y cuantitativamente, ya que la superficie
específica aumenta sus materiales.

Superficie específica

Si la superficie posee surcos, en este esquema representados con hendiduras de sección triangular, su
área superficial es mayor.
El carbón activado es uno de los materiales con más superficie específica. Tiene 500 metros cuadrados
por cada gramo.

La superficie específica es una propiedad de los sólidos la cual es la relación entre el área


superficial total y la masa del sólido,1 ovolumen en bruto,2 o área en la sección transversal.
Es una magnitud científica derivada que puede ser utilizada para determinar el tipo y
propiedades de un material (por ejemplo tierra). Se la define tanto como área superficial
dividida por masa (en cuyo caso sus unidades son m²/kg), o área superficial dividida por el
volumen (en cuyo caso sus unidades son m²/m³ o m-1)
Es una magnitud que posee especial importancia en el caso de análisis de adsorción, catálisis
heterogénea, y reacciones en superficies.

Índice
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 1Medición
o 1.1Cálculo
o 1.2Adsorción
o 1.3Permeabilidad de gas
 2Referencias

Medición[editar]
El valor obtenible de superficie específica depende en gran medida del método de medición
utilizado.
Cálculo[editar]
La superficie específica se puede calcular de una manera simple a partir de conocer
la distribución de tamaños de partículas, y realizando alguna suposición sobre la forma de las
partículas. Este método sin embargo, no toma en cuenta la superficie asociada a la textura
superficial de las partículas.
Adsorción[editar]
La superficie específica se puede medir mediante la técnica de adsorción utilizando
la isoterma BET. Esto posee la ventaja de que permite medir la superficie de las estructuras
finas y la textura interior de las partículas.
Permeabilidad de gas[editar]
Este método depende de la relación entre la superficie específica y la resistencia al paso de
un flujo de gas a través de un lecho de polvo poroso. El método es simple y rápido, y su
resultado en general se correlaciona bien con la reactividad química del polvo. Sin embargo,
no permite medir una gran proporción de la textura superficial profunda de las partículas.

WEBGRAFIA

http://www.eweb.unex.es/eweb/edafo/ECAP/ECAL5PFPorosidad.htm

http://edafologia.ugr.es/micgraf/agregad.htm

Braganta. Boletim Cientifico do Instituto Agronômico do Estado de S. Paulo. Vol 31. (Campinas,
Abril de 1972). N° 13.

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