Está en la página 1de 4

Influencia del Federalismo en la Unión Europea

El modelo de la Unión Europea se ha desarrollado, en lo sustancial, en tres funciones

principales de corte federal. En primer lugar la función de mercado ya ha alcanzado

prácticamente el modelo de organización federal de las competencias. Las normas principales

del mercado único –las cuatro libertades de circulación: de bienes, servicios, trabajo y capital,

en conjunción con la política de competencia y las políticas reguladoras. En segundo lugar la

regulación financiera, basada en el euro como moneda única y en el Sistema Europeo de

Bancos Centrales, es de ascendencia claramente federal. En tercer lugar en lo que respecta a la

solidaridad, las funciones redistributivas del presupuesto de la Unión Europea se han

desarrollado de forma considerable, pero se mantienen en una escala reducida en comparación

con la solidaridad interregional de las federaciones típicas.1

El federalismo económico se ocupa de buscar un óptimo en el reparto competencial

entre distintos niveles de gobierno de las tres funciones del sector público: asignación de

recursos, redistribución de la renta y estabilización económica. La función asignación incluye

la producción de bienes y servicios públicos y la actuación contra las externalidades o fallas

de mercado. La función redistribución se corresponde con el llamado federalismo fiscal, que

vía exacción de tributos y realización de gasto, trata de redistribuir el reparto inicial de renta

resultante del juego del mercado, por razones de equidad social y/o eficiencia económica. La

tercera función, estabilización económica, se refiere al empleo de las políticas monetarias,

fiscal y de reformas estructurales para lograr un alto nivel de crecimiento y empleo con una

baja y estable inflación. Lo relevante para el federalismo económico es que el reparto de las

tres funciones del sector público entre los distintos gobiernos (central y regional) sea óptimo.2

1
Emerson, Michael, El Nuevo Mapa de Europa, Madrid: Alianza, 1999, pp. 246-249.
2
González y Ahijado, op. cit., p. 207
Teniendo en cuenta lo anterior podemos decir que la Unión Europea cuenta con un

modelo de organización federal de las competencias, que repercute mucho en las decisiones

económicas, políticas y jurídicas de cada miembro; si aterrizamos más esto vemos como

países que están estructurados han podido ver cambios positivos, a diferencia a los países que

no son tan estructurados estos han sido golpeados fuertemente y dados de baja aún en estas

fechas por la estampida proveniente de la crisis económica, no es la solidificación de un

bloque unilateral lo que hace la hegemonía de las decisiones, ni políticamente hablando ni

mucho menos en parte a su economía, la toma de decisiones no difiere del comportamiento, es

totalmente independiente y sobre todo consecuente al hecho, en sí, el federalismo aunque

predispone ser un ente regulador de la hegemonía de la jurisdicción territorial , política y

económica del bloque de la unión europea, se caracteriza por estar pausado en los países que

se solventan en un apogeo propicio y que básicamente no son arrastrados por la crisis que hoy

en día está acaparando a nivel mundial.3

El federalismo como causal de la equidad constante de las económicas y políticas del

bloque, sostiene que no son de gran ayuda, para el auge y sostenibilidad de cada país, porque

en realidad, donde queda la autonomía de los dirigentes políticos que con su predisposición

fueron elegidos por gracias a la vox populi, para determinar a contiendas lo que en realidad

necesita y merece cada jurisdicción por lo que fue elegido?, acaso ellos que tienen el mando

no son más conocedores de las problemáticas de su pueblo?, acaso el federalismo estaría en

contra de la total democracia que supuestamente debe existir en los países del nuevo mundo?.

En la federación, los Estados miembros pierden totalmente su soberanía exterior y

ciertas facultades interiores a favor del gobierno central, pero conservan para su gobierno

propio las facultades no otorgadas al gobierno central. En el caso de la Unión Europea y a

efectos de la nueva Constitución no parece factible que los Estados miembros renuncien en

3
Romero, Crisis de la Unión Europea, Universidad Militar Nueva Granda, 2013, pp. 20-21
términos absolutos a su soberanía nacional, sino que sacrificarían una parte substancial de

ella, pero entonces habría que reelaborar el concepto mismo de soberanía, como lo entiende la

teoría política. Indudablemente que la cuestión de la soberanía será uno de los más arduos

problemas a los que habrá de enfrentarse el congreso constituyente que, en su caso, elabore la

Constitución europea.

Para Maurice Duverger, ninguno de los Estados miembros de la Unión Europea, que

son todos ellos verdaderos Estados, titulares de lo esencial de la soberanía, está dispuesto a

cambiar de estatus para convertirse en una simple unidad federada. Tanto si es grande, como

si es mediano o pequeño, ninguno alcanza a ver qué ventaja sacaría la Unión si se convirtiese

en un Estado federal, ya que contará con más de 500 millones de habitantes cuando englobe a

las casi 30 naciones situadas entre el Atlántico y la desembocadura del Danubio, el Cabo

Norte y Chipre. Este monstruo, como señala Duverger, podría ser ingobernable desde dentro.

Parece claro entonces que tratar de definir las características federativas de la Unión Europea

no es una tarea fácil, ni tampoco podemos hablar de una tendencia definitiva o totalmente

consolidada hacia una plena construcción federal por parte de la Unión4

Como se he expuesto el federalismo genera muchos cambios, pero también se puede

evidenciar como empobrecen la estabilidad de países que no mantienen un perfil alto a nivel

económico, GRECIA, ESPAÑA Y PORTUGAL, viven las consecuencias de un real desastre

que solo se da en beneficio de las grandes potencias pertenecientes a la Unión europea, el

control es sistemático y poco versátil y empobrece las decisiones de los dirigentes de un país,

y sobre todo a cabalidad contribuye al desequilibrio de un bloque que pretende ser ante el

mundo, una clave de dureza, de apoyo internacional, pero que en realidad es tan débil que

solo un paso en falso de cualquiera podría traer una mayor crisis dentro de ellos o incluso la

disolución o desaparición forzada del mismo.5


4
Duverger, Maurice, Europa de los Hombres. Una Metamorfosis Inacabada, Madrid: Alianza, 1995, pp. 80-81
5
Romero, Crisis de la Unión Europea, Universidad Militar Nueva Granda, 2013, pp. 20-21
HANS CASTILLO M.

También podría gustarte