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Exposición anatomía del miembro torácico de medicina y cirugía de perros y gatos.

Húmero: forma el esqueleto del brazo, es un hueso largo que descansa oblicuamente contra la
porción ventral del tórax. Es también relativamente más corto y más fuerte en caballos y vacunos
que en los rumiantes pequeños y los carnívoros.
Su extremo proximal posee una gran cabeza articular que mira hacia la cavidad glenoidea de la
escápula, con el que se une mediante un cuello. La cabeza tiene forma de segmento de esfera.
Dos eminencias, el tubérculo mayor (1) (lateral) y el tubérculo menor (medial), están situadas
enfrente y lateralmente de la superficie articular. Están separadas por el surco intertubercular (figura
2-43/13) a través del cual se extiende el tendón del músculo bíceps.
Estos tubérculos forman la base del punto de referencia anatómico conocido como punta del
hombro, es más grande; tal es el caso del perro. Los tubérculos medial y lateral permiten la
inserción de los músculos que refuerzan y sostienen la articulación del hombro, sustituyendo los
ligamentos colaterales ausentes.
Un surco espiral (figura 2-46/12) sobre la cara lateral que lleva al nervio braquial y al nervio radial
confiere al cuerpo del húmero un aspecto retorcido.
Lateralmente, hacia su extremo proximal, el cuerpo presenta la tuberosidad deltoidea (figura 2-
46/5), grande y fácilmente palpable, que se une al tubérculo mayor mediante un reborde
prominente. Otro reborde menos prominente, la cresta del húmero, la cual va decreciendo de
manera gradual, continúa distalmente al otro lado de la tuberosidad deltoidea.
El extremo distal posee un cóndilo articular (figura 2-46/9). En las grandes especies, se articula con
el radio y tiene la forma de una tróclea. En el perro y el gato está dividido en el área medial (tróclea)
para la ulna (cúbito) y el área lateral (cabeza) para el radio.
En todas las especies, la porción caudal del surco de la tróclea se continúa proximalmente dentro de
una fosa profunda (fosa olecraneana) (figura 2-46/7) que recibe el proceso ancóneo de la ulna.
Las dos eminencias proximales a la superficie articular se conocen como epicóndilos. El medial
(figura 2-46/8) es prominente y forma una saliente en ángulo recto, con dirección caudal, que da
origen a los músculos flexores del carpo y el dedo. La cara craneal del epicóndilo lateral (figura 2-
46/10) da origen a los músculos extensores del carpo y de los dedos.
Lateralmente, cada epicóndilo da origen al ligamento colateral correspondiente de la articulación
del codo.
En el perro, el piso de la fosa del olécranon está perforado por un agujero supratroclear que se abre
a una fosa radial mucho más pequeña sobre la cara craneal del cuerpo del húmero (figura 2-
46/7,11). Sólo en el gato, la porción mediodistal del húmero está atravesada por un agujero
supracondilar (figura 2-46/14) que da paso al nervio mediano y a la arteria braquial.

 Húmero izquierdo del perro; vista caudal (A) y craneal (B).


 (C) extremo distal del húmero derecho del gato; vista craneal.
 Vistas craneal (D) y lateral (E) del húmero izquierdo del caballo.
1, Tubérculo mayor; 1 ́,1 ́ ,́ porciones craneal y caudal del tubérculo mayor
2, cabeza
3, tubérculo menor; 3 ́, porción craneal del tubérculo menor
4, tuberosidad redonda (mayor)
5, tuberosidad deltoidea
6, cresta supracondilar lateral
7, fosa del olécranon (con agujero supratroclear en el perro)
8, epicóndilo medial
9, cóndilo
10, epicóndilo lateral
11, fosa radial
12, surco para el braquial
13, surco intertubercular; 13 ,́ tubérculo intermedio;
14, agujero supracondilar

El esqueleto del antebrazo está conformado por dos huesos, el radio y la ulna.
En la situación primitiva, estos huesos se articulan sólo en sus extremos, dejando un espacio
interóseo entre sus cuerpos; los movimientos de rotación de los huesos del antebrazo en el ser
humano dan por resultado el giro de la mano de modo que la palma se puede rotar (girar) “hacia
arriba” (supinación) o “hacia abajo” (pronación). En la mayoría de los animales domésticos, la
capacidad para estos movimientos está reducida o perdida, y los dos huesos se mantienen
firmemente unidos por ligamentos o por fusión en la posición prona.
Cuando es posible la supinación, consiste en la rotación del extremo proximal del radio dentro de la
circunferencia articular de la ulna, mientras su extremo distal se mueve en arco alrededor de la ulna.
Resulta claro que no es posible ningún movimiento cuando los huesos están fusionados, una
situación que prevalece en los ungulados y que alcanza el grado máximo en el caballo, en el que
sólo se distingue el extremo proximal de la ulna (figura 2-47, D/1). En el perro se alcanzan
alrededor de 45° de supinación, y un poco más en el gato. (La rotación en el carpo proporciona un
componente extra importante al movimiento que subjetivamente se interpreta como supinación.)
Radio: es un hueso en forma de varilla simple, por lo común más fuerte que la ulna en los
ungulados pero menos dominante en los carnívoros, en particular en el gato. El extremo proximal
está ensanchado transversalmente.
Se articula con la superficie articular distal del húmero y su forma embona en él. Una faceta
articular circunferencial (figura 2-47, B/9) sobre la porción caudal del extremo proximal se articula
con la ulna y está presente incluso cuando está impedida la supinación.
El cuerpo del radio está comprimido craneocaudalmente y un tanto arqueado a lo largo. La porción
distal de su cara craneal tiene surcos para el paso de los tendones de los músculos extensores (figura
2-47, C), mientras que la cara caudal es rugosa para la inserción muscular.
La ulna tiene aspecto inusual, pues su cuerpo está muy reducido y su extremo proximal se prolonga
más allá de la superficie articular para formar un saliente olécranon, la “punta del codo”.
Este proceso olecraneano, que constituye un punto de referencia muy notorio, da inserción al
músculo tríceps. Distal a éste, el borde craneal tiene un proceso ancóneo en forma de pico (figura2-
47/2), el cual se introduce en la fosa olecraneana del húmero dorsalmente a una escotadura articular
(cisura troclear) que encaja en la tróclea humeral; más alejada del extremo proximal está una faceta
para el área articular circunferencial de la cabeza del radio.
En el perro, el cuerpo de la ulna, aunque esbelto, se prolonga por toda la longitud del radio, del que
lo separa un espacio interóseo que está cubierto por una membrana fibrosa en el animal vivo. El
extremo distal de la ulna tiene una pequeña faceta articular para el radio que se continúa como el
proceso estiloides lateral (figura 2-47/6), que hace contacto con el hueso carpo-ulnar.
La porción distal de la ulna se ha ido incorporando dentro del radio durante la vida fetal (figura 2-
47/6 ). Por supuesto, la fusión de la ulna con el radio impide los movimientos de supinación y
pronación en los mamíferos domésticos, excepto en el perro y el gato.

Ulna izquierda (A) y radio izquierdo (B) del perro.

 izquierda: vista craneal de la ulna, vistas craneolateral y craneal del radio y la ulna y
vista caudal del radio solo.
Vistas craneal (C) y lateral (D) del radio y la ulna izquierdos fusionados del caballo.
1, Olécranon
2, proceso ancóneo
3, escotadura troclear; 4, 4 ́, procesos coronoides lateral y medial
5, cara articular distal para el radio
6, proceso estiloides lateral (con cara para el hueso ulnar del carpo en el perro); 6 ,́ extremo distal de
la ulna incorporada al radio;
7, cara articular para la ulna
8, proceso estiloides medial
9, faceta circunferencial
10, tuberosidad radial
11, espacio interóseo.

Los cortos huesos carpianos se articulan de una manera compleja.


En las especies domésticas los huesos carpianos están claramente ordenados en dos filas. La fila
proximal comprende en secuencia mediolateral (de “adentro hacia afuera”) los huesos radial del
carpo (carporadial), intermedio del carpo (carpointermedio), ulnar del carpo (carpoulnar) y
accesorio del carpo; este último aparece como una saliente que se proyecta caudal al carpo y es
una referencia anatómica de superficie en el animal vivo.

Los huesos carpianos radial e intermedio se fusionan en el perro y el gato (hueso


intermediorradial). Los huesos de la fila distal se numeran del uno al cinco (en la misma secuencia
mediolateral), aunque el quinto nunca aparece como un hueso separado sino que o no existe o
está fusionado con el cuarto hueso del carpo.

El primero también falta a menudo, mientras que el segundo y el tercero se fusionan en los
rumiantes. Aparte del hueso carpiano accesorio, que probablemente es un sesamoideo por su
origen, un pequeño hueso sesamoideo está incrustado en los tejidos mediales de la articulación
del perro. Si bien carece de importancia intrínseca, puede confundir una interpretación
radiográfica al sugerir erróneamente una fractura “astillada”.

Visto en conjunto, el carpo es convexo de lado a lado en su cara craneal, y plano muy irregular en
su cara caudal, aunque en el animal vivo esas irregularidades están suavizadas por gruesos
ligamentos.

El patrón primitivo para el esqueleto de la mano en los mamíferos muestra cinco rayos más o
menos iguales, cada uno consistente en un hueso metacarpiano y falanges proximal, media y distal
alineadas longitudinalmente.

Este patrón ha cambiado en todas las especies domésticas, cada una de las cuales (sin exceptuar al
cerdo) está especializada en cierto grado para la carrera rápida.

Los perros han alcanzado un estadio intermedio, la posición digitígrada, gracias a la cual se
sostienen sólo con los dedos; ésta posición culmina en la posición ungulígrada alcanzada por
rumiantes, cerdos y caballos, en los que sólo las puntas de los dedos, protegidos por pezuñas
(ungulae), dan el sostén. El proceso ha dado por resultado que los dedos abaxiales (dedos I, II y V)
hayan sido los primeros en perder el contacto permanente con el piso; un desarrollo
compensatorio de los dedos restantes (dedos III y IV) les permite soportar una mayor proporción
del peso.

El proceso no ha ido muy lejos en el perro y el gato, en los que sólo el dedo más medial (dedo I) ha
perdido contacto y ha permanecido como una garra no funcional (paradígito) (figura 2-51).

En el perro y el gato los cuatro dedos funcionales son muy parecidos; el eje longitudinal de la
mano pasa entre los dedos tercero y cuarto (posición paraxónica).

Los huesos metacarpianos del perro están también moldeados por sus contactos mutuos; los
huesos metacarpianos tercero y cuarto son de sección cuadrada, y los que los flanquean (segundo
y quinto) son triangulares.

Cada hueso tiene un extremo proximal (base), un cuerpo y un extremo distal (cabeza). La base
posee una superficie articular aplanada para la fila distal de los huesos carpianos y puede, según
su posición en la serie metacarpiana, tener caras medial y lateral en donde hacer contacto con sus
vecinos.

El extremo distal se articula con la falange proximal gracias a una superficie semicilíndrica con un
arete central. En ambos extremos se presentan varias rugosidades para la inserción de tendones y
ligamentos. La falange proximal es un hueso cilíndrico corto con un extremo proximal adaptado a
la cabeza del hueso metacarpiano y una articulación distal en forma de tróclea poco profunda.

La falange media es más corta que la falange proximal, pero básicamente similar a ella. La falange
distal se corresponde con la forma del casco, la pezuña o la garra en la que está total (casco y
pezuña) o parcialmente (garra) retenida.

El esqueleto digital se completa con un par de huesos sesamoideos proximales en la cara palmar
de la articulación metacarpofalángica y con un hueso sesamoideo distal (cartílago en el perro) en
la cara palmar de la articulación interfalángica. En el perro existen también pequeños sesamoideos
dentro de los tendones del extensor, sobre la cara dorsal de las articulaciones
metacarpofalángicas.

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