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Fiebre
La fiebre es una clase de hipertermia y un síntoma característico de
determinadas enfermedades. La fiebre suele ser una reacción ante la llegada de
un agente pirógeno exógeno procedente de hongos, virus y bacterias (figura 77.5).
En las bacterias gram negativas, estos agentes suelen ser generalmente
lipopolisacáridos, que no causan directamente la fiebre, pero inducen la
formación de pirógenos endógenos, como las citocinas de los macrófagos,
monocitos y fagocitos de la médula ósea.
Los linfocitos no producen pirógenos endógenos, pero sí una linfocina que
estimula a los macrófagos para que los secreten. Las interleucinas de este grupo
de citocinas desencadenan una respuesta inmunitaria y elevan la temperatura.
Agentes pirógenos endógenos son la interleucina-1 (IL-1, que es considerada el
más importante), el factor de necrosis tumoral (TNF), la interleucina-6 (IL-6), el
interferón (IFN) y la proteína inflamatoria de macrófagos (MIP).
Además, las prostaglandinas (PG), que son productos de la cascada del ácido
araquidónico producidas en las células endoteliales, también participan en la
patogenia de la fiebre.
Los agentes pirógenos por vía sanguínea alcanzan un área hipotalámica que
constituye el órgano vasculoso de la lámina terminal (OVLT), altamente
vascularizado, lo que facilita la entrada de los pirógenos.
En el hipotálamo estas sustancias estimulan la producción de más
prostaglandina E2 (PGE2), que son las responsables del aumento del umbral
térmico, elevando el punto termorregulador.
Cuando se eleva el umbral, el animal inicia una serie de mecanismos para
producir más calor y conservarlo, hasta que la temperatura corporal alcance el
nuevo umbral.
La tiritera, la vasoconstricción periférica, la piloerección y la conducta de
amontonarse unos contra otros son características del inicio de la fiebre. Cuando
el nuevo umbral es alcanzado, el animal mantendrá la nueva temperatura hasta
que los agentes pirógenos desaparezcan y descienda el umbral a su nivel normal.
Entonces, el animal inicia mecanismos para perder calor, como vasodilatación,
sudoración y jadeo, que le permiten disminuir la temperatura corporal.
En el tratamiento de la fiebre se utilizan fármacos antiinflamatorios no
esteroideos (AINEs, como la aspirina y el ibuprofeno), los cuales son sustancias
antipiréticas que bloquean la ciclooxigenasa, que es la enzima responsable de la
síntesis de PG a partir del ácido araquidónico.
Entonces un estado febril es una adaptación evolutiva de lucha contra una
infección, y algunos estudios muestran que el aumento de temperatura durante
una infección aumenta la actividad linfocitaria y la síntesis de anticuerpos, por lo
que se considera que tiene efectos beneficiosos. Sin embargo, también produce
anorexia, que en fiebres prolongadas conlleva a estados catabólicos agudos. Una
fiebre muy alta puede producir coagulopatía intravascular diseminada,
convulsiones y lesiones del sistema nervioso central.
LÍMITES EN LA REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA
Hipertermia y golpe de calor