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I. En medio de las historias de sufrimiento y catdstrofes de nuestra época ‘Hoy una pregunta que el cristianismo, como arligién que mira al ‘mundo», no puede dar por cerada sin més: la pregunta por la amenaza «ie, para su esperanza, significa la oscuridad de la historia humana de Sufrmiento, La cual hace que precisamente hoy el eristanismo tengt «que plantearse el problema de Dios como problema de la teodices con ti dramatismo hasta ahora desconocido'. En este problema, la remem- tranza biblica de Dios se confronta con los plurales «mundos de la vi- da» calturales y religiosos de los seres humanos,abriéndose con ello a las preguntas que la historia de la pasign de la humanidad nunca deja de suseitar Para un cristianismo que entende su pasi6n por Dios como ‘com-pasin» (f11), como expresién en absoluto afectada de un anor {que se sabe enraizado en la indisoluble unidad del amor a Dios y el amoral prOjimo, para ese eristianismo, com digo la historia de la b- ‘manidad (en el sentido de un macro-relato cobra la forma de una his- toria de la pasin que se resiste tanto a la nocién («moderna») de una historia no dialéetica de progreso como al propésito («posmoderno») de disolucion de fa historia en una inconexa pluralidad de historias. De ahi que el crstanismo ertigue también una imagen publica de la his tori que se sustrae en esencia ala diléetica de memoria y olvido, con tsbuyendo asia estabilizar la amnesia cultural en la que la bistoria~en ‘uanto historia de la pasién-desaparece, 1. Bate problema constiuye ence dea elo politica que yo popongo. CE. J Runezsrowss, sim :Thendebice Die neue PoliaceRestgi von Shana Baptist Metre Teologion der Gegennort, Darmstadt 2006, p12 135 como f18 ones brn, | S81, Rememoracién de Dios cen la historia del suftimiento de nuestzo mundo 1.Elreterno del problema de lateodicea Et retomo del problema de la teodicea -que carateriza nuestra actual situacién y, al mismo tiempo, se impone como dramética agudizacion 4e la pregunta por la justicia y el futuro de fos seres humans en dicha Siuacién- serd abordado aquf bajo une triple perspectiva, Primero, Ata vista tanto de mis tompranas experiencia biogricas de finales de I segunda guerra mundial como, sobre todo, de la poste- rior foma de conciencia de que mi situaién teldgica se caracterizaba or Ser wposterior a Auschwitz», y desde la ereciente experiencia de la Tpesia como una iglesia universal dolorosamente desgarrada en lo so- cial y polcéntrica en lo culturaP, se me planteaba una y otra vez el pro- blemia de Dios en su versin mas llamativa, antigua y controvertda,es- 1 ¢s, justo como el problema de Ta teodice. ¥ no sélo en su dimension existncial, sino también, en cierto modo, en su conerecicn politica: el Siscurso scbre Dios como clamor en demanda de salvacién para los ‘otros, para los que sufreninjustamente para las victims y 1s vencidos e muestra hiscoria. ;Cémo podia uno preguntarse «después de Auschwitz» por la propia salvacién ~esto se me hizo evidete~ sin ii- larse? El discurso sobre Dios, © es un discurso sobre la vision y la pro mesa de una gran justia, que también repercute en estos sultimientos pasades, o es un diseurso vaefo y carente de promeses ~incluso para {quienes Suen en el presente, Est pregunta inerente al discuso sobre Dios es, ante todo y sobre todo, la pregunta por la salvacin de quienes sufren injustamente y sin culpa alguna ‘Al contario de fo que dan a entender el concepto y su propia his: toria, en esta recuperacién del tema de la teodicea por parte de la teo- Tg nose trata de que fa teologta intente llevar a cabo, con retraso y cierta obstinacin, una wjstiieaci6n de Dios» ala vista del mal, es (CE ia $5, como ls referencias gue ll se indica. Gk alrepactsasprigrafs 9 y 12 o Zon Beprif ast como $511 12en a presente chm [Vd raver Pars lows que aparece eh alent Feds referencia ingen. ax como pr Ls aevirs, to indice de brevis fia volar). imino Ia madden ol mundo. Mis bien se tay, por ceo, de fama oxclosia dele preguna secre de como se dbs habla de ios ‘iit da nesstbe histori de sani dl man, > mundi tio, esta pezuntn eso pregunta ce eos no pe {ose liminad de ela responds nunca de manera consyent Es fn pregantaesatlegica, a pregunts para ia quel coogi no be foucr tan una respucia gc too lo secontlie cuanto in engale mp nevo que inpida que cn eva Esa pregunaclementl dela tologia se revel al mismo tmnpo como uns pregunta clemeniclaerea el futuro del ser human. Elf tno del problema den teadies abidn se manifesta pr tol given Tora de nueva regntapor una memoria redemre de cara ue del sr humane sa pregkn, ums adelante det en eo Tain con el disco de Nice sobre lamer de Dis» ha de tecalaada al por nip, porto qe su rlevanca amuse ‘eer, desde In penpectiva del sdespus de Auschwit.Certaments, Toe vi tompo que Auschwite esate del brian de recverdos Ae nacha gene tabi de cho estas. Son pots los qu ee onan Is ttsis ess de a humid con a estore qe lea fmbre de Aschwitz La cecente sorters ante ls «pandese pen Sooesyvaloracions, el debiliamiono de In sldartad lasts y acomocadizo seria, lacresienterenuencia¢ doar aly humana Fenpocttas morals, et, epescian todos ens fendmenos mo Efones de censor conta ser manor? De ahi que la preguna to. lpia en reais con Auschinte mo ao ee: done exaba ics en ‘Act, sin ambi” dnd ext er mano en Asch? Basin posterior a Auachoote megs precisinente a de seipericién de quienes sobrevivieron esta ctstoe fata desracia ‘ett, tants sitios! Muchos han sucumbio ain peta dee eran cnc ser homano, Como se puede creer n el set humano © Fluo gut gran pala en la huanad eaando ono Two ie Steg on Atsehvite de ado To qe el set humanon es Caz? 44 ata categoria de historia de stimient elu, sm u,b abit dis- Sncn ent eal foe (mao pica catsofes nates ptem en medades)y «mal moral a mola capa alia foro seb t ov inpide une precipita entloizacion del pods conn qo emoce ‘spo ahr de la elo i lest en especial eel ese dos fe items expicatvs de ce dso cust cua, verbigne a {epoca dea pron yo renacimlents gnosicoe el ste, 5 af i i : : i i : [» sais fo por los suche a fora ean de pda - aaa ees le: Ago at lo psten spots hs eo shan ogra War qu bah ida algo Pe 2050 serene snes. Tanpoco ct lone nase puede pocar volumad, No slo cl advdio humana, Secs de cer hum y de hua son potundamest > si fas am una hori superior una str ro Fito ncxpct bara Segundo, Hace unos afos, circus ente los crstanos un eslogan en 11 que se plasmaba Ia opinién de muchas personas, sobze todo jévenes, también de muchos crstianos jovenes. Rezaba: «lest, sf Iglesia, no». Si tuviera que ariesgar un diggnSstico sobre la situacién de partida de Ia teologia actual, 1o resumiria de Ia siguiente manera: «Religién, Dios, no». Vivimos en una suerte de olvido de Dios proclve ala relic ‘iosidad; en cierto modo, en una época de religién sn Dios’ Esa cons- tatacion me parece tascendental para el tratamiento de nuestro tema. Pues mientras nos movemos en el émbito de Ia religin ~entendida en un sentido muy general e indeteriinado-, no se planta en realidad el problema de la teodicea, Vista asf, la eligi propicia precisamente el ‘que esta cuestin sea eludida o reprimida. Pues funciona como una «praxis de asuncién de la contingencia» (H. Libbe: Kontingenchewll ‘igungspraxs)- Con Dios, por el contraro, el riesgo y el peligro retor: ‘nan ala teligi6n. Las tradiciones de discurso sobre Dios alas que tene- ‘os acceso y con las que estamos familasizados conocen asimismo 8e- titudes de no asuncién de la contingencia, de no aceptaién de deter- ‘minadas situsciones vitales; conocen formulaciones de la protest, la ‘quae clamor: en ef profetismo, en las tradiciones del éxodo, en {eraturasapiencial. guy no se wata de un rechazo de la teodicea, ni de ‘una teodieeallevada a cabo con éxito, sno del problema dela eadicea ‘como fa pregunta escatoldpica, una pregunta que se resiste a toda utl- 2zacién funcionalista. En cuanto tal, impide I transparencia de la crea- cin y el poder creador de Dios, esto es, impide que en la ereacin se vislumbre ya desde presupuestos de Filosofia de la dentin, de la is- toria universal de la lgica de Ia evolucién o cualesquiersottos—un f- (6. Paral diferencia ene sistovasopericial (Obefchegesohice shit f protundas (Tfengscuche) el expe humana, ef ira 3, Part detalles de ese cagndstieneprealct- Ina ChHLe, Religion nach der Aaflénng, Graz ~ Wien ~ Kolo 1986, sp. nal feliz. Planteada de esta manera Ia cuestin de Ia teodicea genera «pobre de esprit». concibe laessatologla como teologanezaliva de inereacion. Tercero. Las respuests dela teologia en sentido estrico no dan s0- lucién, en realidad, a este 0 aquel problema (igual gue Dios tampoco puede ser definid sencillamente como respuesta nuestas preguntas). Tas respuestas que oftece la teologia no acallan ni hacen supefhuas, in ‘ms las preguntas alas que responden. Su tarea consiste més bien en r= ‘icalizarlas y formularlas como preguntas aclartoras irgidas a Dios, asicomo en pefilar conceptualmente la esperanza ~estructurada por una tensidn temporal de que, en todo caso, seré Dios quien, cuando Tegve ‘tdi, se «justfique» asf mismo por esta historia de sufrimiento*. Quien, por ejemplo, formuls el discurso sobre el Dis de Abraliam, Isaac y Jacob de fal manera que resulta inaudible el lamento de Job st ausia: «{cusnto duraré esto todavia», €3¢ no hace teoogta, sino mi- ‘ologia. La apelacion a Dios no se ditige a cualesquiesa imgenes («posmodernas») inventadas de Dios, ninguna de las cuales pede to- lerar de ningsin modo negatividad o pena inconsolable, sino Ia ima gen de Dios de las tradciones bblias. ;Nos tomamos verdaderamen- {een eri la insoslayable y dolorosa dalética de esta imagen de Dios? Es lo que me pregunto cuando veo hoy emo se emplean en la preci- caci6n esas metiforas de Dios tan patéicamente positivas,en las que sélo se habla del «amor» divino. No abstante,es0 es tambin To que me pregunto cuando leo eémo personas ertieas con la Iglesia acusan a és tude ser la nica responsable de haber tazado, movida por el deseo de stemorizar y humillar a los seres humanos, una imagen tencbrost de Dios. No; es la vida misma la que nos pone delante tal imagen tene= rosa de Dios. ¥ una fe madura, lejos de Timitarse a maguillari, debe confrontarse con ella “aunque no sea ms que con el suspiro de is ere= tra, ;Cué nareisista tiene que ser, en el fonda, una fe que, ala vista ela desgracia y el ineserutable sutimiento que existe en I ereacin, ea ereacién de Dios, solo quiere saber de In alegra, pero no de los ates proferidos ante el rosio tenebroso de Dios! ‘Tampoco la cristologta esti exenta de inguietud escatoligica. Y la {ede los crstianos no s6lo es canto sino asimismo clamor, como del ‘an las dtimas palabras de la Biblia. El crstanismo esté envuelto por 9. Pra esta trportizacion del atibta de a omigotenci, cf nea $$ 7-10. as como as oberacones en Toad fe, 2t Bs un hito de ireconciliabilidad. Disiparto no seria expresign de fe, sino Te eau dad. Probablemente, no damos suficiente importancia Ia & ineeeit gl Sibado Sano. Fh la eristologia se nos han exraviado, si sere deci, el camino y el tiempo que llevan del Viemes Sato ar Bomingo de Pascua. En mi opinibn, también la atmésfera del Sabado Sante debe ser narad en el cristianismo. De la eristologt forma par- te una historia del tempo y del camino, de ella forman parte las expe FHeneias de Sabado Santo y, en concreto, un lenguaje crstol6gico de ‘Satado Santo, el cual, a diferencia del mito, no es un lenguaje mers- ‘mente trunfalista, Af radica la distancia que media ene la telogta y Ta mitologia. En el mito se olvida esa pregunta a la que el dolor contie~ fe und especial tensiGn; de ah que tal vez sea mds terapéutico, ms placador de miedos, incluso més adecuado para «asumir la contingen- fia», que la fe cxstana”. 2. Un apaisaje de clamores» Evidentemente, le religidn es un fenémeno ancestral de la humanidad; I historia de la hummanidsd siempre ha sido tambien historia de la ree aida, Con el Sh'ma Terael Escicha Irae, el Senor, nuestro Dios, &s Solamente uno»: Dt 6t-, una forma singular de la confesicn de Dios itrumpe en Ia historia de la humanidad, esa forma de hablar de Dios ala {qe tambign Pablo se adbiereexplicitamente (ef. 1 Co 8)", Entiéndase To dicho de la manera siguiente: el Israel biblico se muestra como un ‘pronuncitdo paisa de teadicea, camo el pueblo, por as decir, que po- fee una especial sensiilidad para la teodiea. Pues a la vista de suli- miento que padeci, este Israel renunci6en su ser ms intima td dis- ‘curso mic o idealista Israel no conoeta aquellaeriqueza de esp» con la que abria podide -por medio dela mitficacién o iealizaion de 10, sta consleracones previ suscitan la popu dea tologi mo endiin fic ser claboraca come ode, Pa etn pens, vexeusu a nal i presente capt §1 EL cer atorane! panpectva clog) yy abe ‘edo es eetges pens la ea $14 Para demana de una aslo tide Sado Saif, M, Zeenat, Zt ener Toki des Ga Ne Sisson, en (- Rerstovier (ed) Tom opus der clon (FS. ie Shana Baptst Mess Munse 1998, pp. 50-871, Renstonee, ber ie "King ine Christos, en [Maer ta. (6d) alae ir Blache ‘Theoloie 1, Neuse Neue Visa 201, pp 200238 ‘Pals rceriacin del moots Bbc, ip 9112 Jos eontextos vtales, por medio de una suerte de pensamiento compen {atorio-elevarse por encima de los propios miedos, de Ia condicin de fxtranjero en el exilio y de las historias de sutimiento que repetida~ ‘hente Te sobrevinieron, consoléndose a s{ mismo, Era ysigui6 siendo “pobre de esptitu>, incluso cuando, en una extranjerizacidn cultural y tea, import en masa ofertas miicas y esquemsisidealizadores. ‘La apitud de Israel para relaconarse can Dios, su capacidad de Dios (si se permite aqui este expresin), se hace patente en una clase special de incapacidad: en su Incapacidad para dejarse consolsr por ‘oso ideusahistricas, A diferencia de las espléndidas y lorecentes talluras avanzadas desu época ~en Egipto, Persia y Grecia, Israel si- {quid siendo hasta el fin un escatoogico «paisaje de clamores» (N. Sachs) un paisaje de memoria y esperanza; igual, por certo, que el ‘istianisme primitivo,cuya biografia, como es sabido, termina asimis- tno con un clamor, con Un clamor eristoldgicamente exscerbado. El tl, sin embargo, en el tiempo transeurido desde entonces, ha sido Salledo por regla general, recurtiendo, bien sea al mito, bien sea a pro ‘edimientos de corte idealist y hermensutico. Con esa pasion por Dios obre la qoe Tos enstianos, segin Pablo, deberian poder legar & un Scverdo con las tradiciones judas, no se coresponden preguntas vagas {errticas, sino preguntas apasionadas que brotan de a duda. Mientras {ue otros pueblos desarollaon calturasancladas en el mito, ulturas de thiximo rango, Israel, el pequeno pueblo del desierto, no realiz6 mis {qe tna sinvenciéno: la temporalizacign de los mitos en su escatolbgi- famente orientada pasién por Dios, Ahi tiene su raz lo que luego dio fn llamarse «monotefsma biblico», En él, la prohibicién de imagenes ‘esbarata~bajo Ie forma de eologia negativa~el mundo mito. a forma dramético-salvfia del problema de Ia teodicea en euanto problema escatolégico por excelencia joo deberfa ser también e! pro- blema de la teologia cristina actual? Sin embargo, de un tiempo a esta pate parece haber perdido importancia © incluso haber sido acallado, {Qué es lo que permite que esta pregunta aclaratoriadiigida a Dios y tstructurada por una tension escatoldgica, este clamor, enruudezca en el ‘risianismo: el mensaje cristiano en sf mismo ola forma en que éste se convirtis en teologia”? Sé que una pregunta tan amplia y fundamental 12 Ch igre $$ 7-10 TB: Se sbrestiende gu aes de sedensin es cena pars el criti, No ‘hsm, me ingle pelo gue representa un welt soeioldgeo» pro fenrent alga eestor el Is pregunta bis pra js fia pra fos inte ue sutton se ansforma de forma demasiado pcp fe] apenas resulta de tlidad; pero gpuede ser realmente ehudida? Es evi- dente que su tratamiento exhauslivo nos levaria a las proximidades del secular debate sobre Is llamada «helenizacisn> del cistianismo” ‘Siempre y cuando no se compart la opin de que, aunque la fe {el erstanismo procede de Israel, su espinta se debe -exclusivamen- fe-a Atenas; af pues, siempre y cuando se consideran Iss tradciones bibicas israeitas como una oferta intelectual al erstianismo (8 vs de la Europa), habria que acentuar Io siguiente: la forma de per- cepeidn del mundo que se perfila en las tradiciones bibicss posee na ‘base anamnética". Tal forma de percepcién del mundo se apoya en el incu indisoluble entre rario y memoria o, formulado con categoria de Ia Moderidad tarda, on Ia interdependencia de la razén communica tiva y la razén anamnétia. Este punto se aborda en ls perspectivas de teorfa de la raz6n que seréndesarrolladas en la segunda parte (Memoria ‘Passions: perspectivas en torn al procedimiento de jstfeucin). An- ticipando lo quo alli se dir, baste con rubrayar ahora que la base ana nética de la Fazén peroeplora del mundo no degrada todo lo desapare- ido # elementos carentes de significado existenial Para dicha base ‘anamnética el saber sigue siendo una forma de atoranza, Tal saber re- memorador sigue la pista al olvido del olvido y, de mado anslogo alo ‘que ocurre con la prohibicién veterotestamentaria de las imégenes,te- ne como objetivo ls ereacién de una cultura dela aforanza. Hse tendria ‘que seren verdad el érgano de una teologfa que buscara confrontar ta- bign nuestra conciencia més avanzada y desazvollada con el lamento y Ja protesta por lo ocurido; atitudes estas que dicha conciencis olvida dd manera sistemaica, Y haa reconocible incluso en nuestormundo secularizado el perfil de un pasaje de teodicea. “42tales aimpesn que me dn a pregunta por a eee de seca ‘ves. Al spate if mis conieraiones vor a spines dae de ‘essen 11s como en Motiew hfe. St. 14 Paral debts sbe Ia blenzacin en el cmiansmo,véase ia 816 15, Ch ts wounds pre (ellenora peso: perpen oh torn al proce mln de frdareatacite) cn epoca § F416, der de eos unos Pos de visa elaconadon om I terplaciones eas de Hanus a Eoepto de cuzin amarante eu In Vom sichen Each b= lichen Ausdrve. Sanwanp, Frist aM 1997, pp. 96-111 (ea, cs ‘Trametes flosipienteolopco: del presion rte aia expesin st bea, Tro, Mads 1999). Para a dna teadgia dels aera ‘ity i as amen de a perce de mn, als cone “eaciooes def soe tod el pueda Sogua soci que impo las ‘bjctanes dR: Langer (Pedr Dios a Dist mili Dent) 43. Laforma elésica de la teodicea: a doctrina agustiniana de la libertad y sus cousecuencias _sCémo se leg6, pues, en Ia historia del erstanismo y la wodicea, ata ‘tenuacion del problema de esta itima, al spaciguamiento de la pre~ guna de indole escatologica dirigida a Dios en demanda de expica- ‘idn ala visla de la historia de surimiento del mundo? El punto de mi ‘ues agut Agustin Fi cristianismo se balla dotado, desde sw historia fundacional, de os embarazosos rasgos constitutivos que repeidamente incitan $0 teologiaa soluciones dualists, a un matrimonio clandestino coa la 280: sieahistérica, dese Marcin hasta los gnosticismas tardos de nuestros fas, Se tata, por un lado, del problema de la teodivea, que brota de la fideidad al Dios ereador del Antiguo Testamento («zedamo se puede re- conciliar el sufrimiento existente en el mundo, el sufrimiento de ino- tents, con la idea de un Dios todopaderoso y bueno?>); 9, por off, de Ta elaciGn entre la promesa de salvacin y el tempo, una relacin que se tor precaria a riz del llamado «retraso de Ia paras («;por qe ro viene?s). Desde el principio, y de manera casi constittiva, el dia lismo estuvo al acecho como estrategia de argumentacisn teolégica, “Marcidn se sirve ya de ella en la aurora del cristianismo primitivo: al ‘embaraz0s0 malestar orginado por el retraso de Ia paris contrapone tl axioma gndstico de la intemporalidad de la salvacion y la ieredimi- bitidad del tiempo". Ademés, el flanco abierto del problema de la teo- dicea, que, en forma de quej, clamor einsaciable esperanza, acompa- fa a fa tadicion bibiea de discurso sobre Dios, intentacerrarlo con ayuda del dualismo gnéstico de Dios ereador y Dios redentor, esto es, segregundo la tradicién veterotestamentaria del Dios ereador del men: Saje neotestamentario de redencidn. Por coasiguiente la primera gran batalla det cristianismo y del discurs cristiano sobre Dios por su iden- tid se entabla (anes de ls elisieas disputes eristoldgicas ytrintarias desarolladas en terminologia helenstica) contra tendencias atijudtas Y aniescatol6gicas, ‘Agustin vivi6 y enseRé en una Iglesia sconstria contra MarciGi» (A. von Harnack). La propuesta agustiniana de teodicea debe extaerse Sobre todo de su llamado stratado sobre Ia libertad», ef De libero arbi- ‘rio, donde Agustin atribuye la responsabilidad por elorigen del mal y el sufrimiento en ef mundo exclusivamente ala humanidad y a su his- 16, Para més detalles sobre Marcin y el dlismo estico, fa 810, : Pa ead a 4) i ea qu ene 9 rate eel «n> a Dis. Prat, Dios toi cult eeador- qondaexla el protesa de a od ope Oe satimin el mando no pss «hace a Dos ea. La hist culoria de sesg cco, De hecho, 0 Pe neu ute pea, pocs earn detente x Men) sate decrease 9 redeni6. eres In conception apustiiana so es compres o- tro sexism al taniguekno 9 Ta gros No es Dios sao so I re omer cn ere de pee, ain carga on a espns Tine uns cence desgemadny deshaatada pr el sufiien La tofibesdocins austin de a berad responds en reall aha {neni apologetics Ta spoogn del Dios ceo, Con ome Se ‘Sst gu x apologt eno a presume suonomia de fev hunaa independent de ios sincso jenn 2 Distal coma rela sto se Conoce ena seclaizada moderna Por sopcso, ahi Astin inguin dba gue pun pute carga iberead humana cn la repomabidad por ai tra destin de a mana Coro ex aba plano {lim alo Romans, Agvstn dss tam le dosing el peed ‘tial cl ca ha hsko dela humana na eee dation, como la dosna de a peestiacon ose, la lec a preset tunscign por are de Dis. A est eapeto, Agustin el onc, Shso coutsdcoro en cio modo” Cospuiewerente, ambi e “Spradgmaapusnino de teodiesy,asf como toda a elogta dein pron asians, conee una sec de aporis, Agu lr star Toss Hamas |. Difictmente cabe contradeci a H. Blumenberg” en su sospecha. de que el dualismo teoldgico de Marcién y Ta gnosis, el dualismo de Dios ereador y Dios redentor,reaparece en Agustin so capa de dualis- mo antropol6gico: como dualismo entre Ios (pacos)salvados en Ta elec- ‘iG divina y la «massa damnationis», responsable del mal en el mun- ‘do, dela corrupeién de Ta buena ereacin de Dios. 2. Agustin comparte una premisa con Marcin, a saber, que Dios no puede ser implicado en esta cuestin, Pero tal premisa contadice pre~ tistmente los princpios fundamentals dela doetrina teol6gica dela li- 17. CLM, Bunenoena Sélalrisering und Selstbehaaptng ‘apres Be De apt er Nee 4, smpliaga yr ‘enka, bertad. Segin ésta ia idertad humana no es auténoma, sino tednoma exo 6S, posibilitaday establecida por Dios y recibida de El -, por 1o {que no puede ser responsable tltima de la historia de suftimiento det ‘hundo, De ahi que la pregunta vuelva a incdir de alguna manera sobre Dios y su predeterminadora soberania. La discriminacign ensayada en In ecologa escoistica entre permisién y operacin de libertad culpable suena aguf mas bien a torpedisincin apologstica Eseuchems al respecto dos opiniones autorizadas. La primera, eo- gies, se debe a Karl Rabner: «Pero, aunque se acepte sin merma ia le sitimidad de esta [..] distincién, ya squt se puede y se debe decir que fe tata en iltimo tino, de una distineién secundaria que no nos im= pide inguirr en una sola pregunta por la relacién de Dios eon todo el fufimiento, sin excepecién alguna. Pues ;qué significa “permisi6n” [..] fuindo, prcisamentesegtn la teologia de las escueas clisicas sobre la felaci entre libertad divina y libertad humana, no hay lugar dudas fdeque Dios ~envirtud desu predestinacin de ia libertad ereatural, mas, sin Usurparla 0 menoscabarla en modo alguno~ podria impedir que en ft mundo aflorara de hecho la culpa en cuanto rechazo de su santa vo- luntad? Todo ello, claro ests, suponiendo que afirmar -unigndose a una sifundida y vulgar apologética~ que Dios no tenia mis remedio que “permit” fa culpa en su mundo si queria que en él existiera libertad , que no puede encontrar respuesta desde un punto de vista meramente soteriol6gico, sino sdlo desde una perspecti- Ma eseatolggica en el Espiritu y con la fuerza de la esperanza 3. EI discurso sobre Dios de las tradiciones biblices contiene una promesa: Ia promesa de la salvaciny, vinculada a ella a promesa de justicia universal, que también incliye de forma salitica los sufri- ‘ientos pasadas. Ahora bien, Agustin piensa la «salvacin» exclusiva- mente com etedencidn», como redeneién del pecadoy de a culpa. En el centro de atencin no estin ese sutimiento y esas historias de sufr- tmiento que precisamente, atendiendo a la experiencia empirica de cada ‘ia, no pueden ser atrbuidas a la culpa 0 la historia de culpa y que, sin embargo, representan la mayor parte de las experiencias de sli= miento que Claman al cielo. Pero Ia vision biblica de I salvacin, la promesa de salvaciGn contenida en el nombre de Dios (sot), no se re- fieres6lo a la redencin del pecado y la culpa, sino en general a la i beracion de los seres humanos de ls situacionesinescratables de sufi- miento que padecen -aun cuando esta vision salvifie, lejos de dispen- sar de la percepeién participativa del sufrimieato ajeno, compromete cexplicitamente 8 ello” ‘ve de un coneepio demain absrct de ser humane somo de concep 10 Gerla determina de samen, para que con elas potsn fer sees xen can ear deta ta Ue dc Foran en i eompasp ques quea protest lara ce ios apa ‘Secer 4s csc tuo tis do gies les concepeiones ti iors sbslitors El aecand eaecinieuo dl pons de Tequee, evident, clear a ana ran pada ora meorspus So Todt puede er consserad ta razin spb pra laencea. Al respec. la ‘Seccin ln de RUckiage tach cine doaizcesesiben Vera en Theoe, pp 78s. La prepnta pa sco pase como express de Ia “psi pr Dios yp is impleaioes a constenenis Jeers aos de ita ter aera en profane nln en $119 614 21, Canta esca edict strain de anos de uracil oreeacion Fetes qs emir ambien Kat Recs, quien clvagusrdands a compres Sn atic de maaeray gral, abl dena “ocr de eden: re ‘ira fo peaminosad: porque ser ans syste spr con Iter w conti de hecho a Dios or edo de un at 3 Hot, En Agustin, la pregunta por Dios que nace dal hambe y sed de jus tien, et es a pregunta escatolégica por la justicia universal de Dios, {Scemplazad por la pregunta antropocéntica acerca del pecado hu ‘ano. El problema de Ta teodicea en cuanto problema escatlégico “por excolencia» resulta mitigado, Lo cual no dejé de tener consecuen- hs. Me gustaria mencionar dos de ells: Primera. Puesto que la eologta no permita que, alt vista de la his tora de Suimiento del mundo, se dinigiera a Dios ninguna pregunta telaratora; puesto que ella se coloesba en cierto mado delaite del Dios ‘mnipotenis y bondadoso y hacia del ser humano inmerso en la culpa lanteo responsable de esta historia de sufimiento:y puesto que asi, por timo, suscitaba la impresiin de que, en cierto modo, pretendia re- onciliarse y conchabarse con Dios a espaldas del enorme sufimiento {e personas inocentes, justamente por ello se sublev6 el ser human ‘conta este Dis de los tedlogos;justamente por ello pudo convertirse fl problema de la teodicea en la rz del ateismo modemo, Segunda. Como consecuencia indinecta de este paradigms agusti nian, puede considerarse la extrema povenciacién dela idea de culpa, lasobrecarga hamartiol6zica, por asf decirlo, que se le impuso al ser hu mano: Io que (haciéndonos eco de una formilacin de H. Blumenberg) podiamos llamar el «absolutismo del peead en el ctstanisino. Lo ual suscité una eacein de enorme epercusiones para el cristinismo y la teolosia: Ia libertad se sustrajo progresivamente a la sospecha de ‘culpa. Ea el concepto modem de «autonomiae, la culpa se convitis, de hecho, en fo diametralmente opuesto Ia liberia,y la capacidad de Incurren cups fue dejando de se, poco poco, el rasgo distntivo de a propia libertad, su dignidad. Con el tiempo, este proceso ha encon- ttado también sus equivalentes en el interior dl eristianismo, en el in terior dela Tplesia. No es casual que el evo (posmoderno) inter por los mitos florezea en l eristianismo. La rampante remitologizacion ¥ Paicologizacion del mensaje avanza gracias @ sus suefos y especula- usr eo pu ncn so cosumacde merce wa aon ‘ten divin por pura gaa, eat exo ros dee as de Dio (en Feaven, Sconce fheologle XV siden “Zunch Kon 198) p33). Pru mis resertas rica ene Tn comprenin de alain ene ture ‘2g, Bc iin a el comp de ao monic dan cr a lo he Versuch ai "eigen Siuaton eer Zeit»? Dagnaten, 1:78. Lao. 78) hs rca fama en ete Volunen (ots 3), 3 i 3 i : i i 30 SS ein ecm ala map en Te ee a cena aes can 2 Te oes apn eden ere Pesan ea A Se a Oe ee Ton ee me i Ta Se a ae Peete ta oe fe ae Cane eee cat te oi a tes See ee ee a eer ia pre ei a TN 9 oe econ ges Se ee igor Al dn le aan anh erci pet tem yeeros ee ee ec 4. «Superaciones» (Authebungen) contemporineas de lateodicea: gsufrimiento en Dios? En a atualidad, el tratamiento teogco del problema de Dios se halla sdominado, todas luces, por concepciones trinitarias. Después de todo, {noes propio de la forma wstntvamentecrstiana» de abordar el pro- Fema de la teodicea ef dare respuesta y atenuario justamente con mo~ tivos de teologia trnitaria, esto es, considerando «incluido y superado» (aufgehoben) el suftimiento humano en Dios mismo, en la historia in- ttatrnitaria de Dios? De un tempo a esta parte, seh hecho verdadera- mente comin hablar del Dios que sue, del Dios que comparte nuestro Sultimiento, del sutimiento ent Dios y Dios, del suftimiento en Dios”. 2. Vets ol soxcusus a HL 3B. Ef mimiome lassen «Ber eidende Got" eine Kompensuionsigur,en ‘havc, pp 82 (Con la vista puesta en nuestro roma, me gustara anticipar mi obj «nde principio al discurso sobre el Dios que suf. Hay, a mi juico, ‘fn pregunta que la esperanza de los erstianos todavia no secularizada fen mea utopia no puede dar nunca por eesrada el tan iresoluble como fnexcusble problema de a teadiea, esto es, el cuestionamiento de la ‘apernzacristiana por la ineseratabe historia de suftimiento del mon. {o. Nunca he considerado que el discurso sobre el Dios que sufre oso bree sutimiento en Dios represente una via adecuada para salir al pa- so del esta teol6gico que suscita el problema de Is teodices. Para tniel pathos de la esperanza erstiana se halla siempre inseriado en el fufrimlento en razén de Dios (Leiden an Gott). Con ello no intento re ‘bri ls experiencias cotdianas de sufrimiento con wna experiencia feligiost de sufrimiento adicional, ni pretendo afi a la historia pro- fana de sufrimiento una historia mistiea de sufrimiento, sino eunir en tsta figura negativa de la esperanza que es el suffimiento en razén de Dios todas nuestras contradictorias experiencias de sufrimiento,sal~ ‘ndolas at del abismo de la desesperacino el olvido.Siintentarast= pera Ia ignorancia que le impone el problema de la teodicea la teolo fi pasarfa por alo una diferencia que todo lo detezmina.a saber, Ia di ferencia escatoldgica entre nuestro discursa sobre Dios (Siempre aco ‘pomorfo) y Dios mismo. Para mantener abiera esta diferencia Slo co ‘nozco el «pobre» lenguajeteol6gico de la afloranza, la curiosidad y el clamor: el lenguaje del sufrimiento en razén de Dios*. Mientras que el discuso sobre el Dios que sufte siempre busca una respuesta tranquilizadora mis de las que serian necesarias, al lenguaje el surimiento en razén de Dios siempre le sobra una pregunta inguie- fante, Sin duda, esta pregunta de més puede ser acallaa al modo pro- pio de Ia amnesia cultural hoy generalizada, para luego celebrar la ca- pacidad de olvido como un triunfo trode ia autoafirmacion human; pero también cabe entender -ial como se ha hecho To largo de mile- as esta pregunta inguictante que parece estar de sabra como distin- tive de laf, transformndolaen la oraciny la litugia y extrayendo de lla orienta y energia para la aventura de la compassio®. Es desde ‘ste trasfondo desde donde me gustaria cuestionar el discurso sobre el Dios que suf, tan en bogs en la teologia actual 2 Ck ino ss 38. Ch av Sl dl Traucor: Vase ami lon conceal comienzo 62 Teseccn 4 [a jaca dl wso leo lin compas 3 & ‘Es realmente del todo casual que Ia teotogia inssta en hablar del Diol que sue y compate nuestro sufrimient, pecisamente én na Gpoca bn qu i esttcay ln estetizacién han asumido algo as como wn Shpet clave en nvesta cultura intelectual? O, dicho de oto modo, .n0| Peta en el dscurso del Dios que sufre una especie de estetizacién ‘osmodemna del tema del sufrimiento™? En la actualidad, el discurso sobre el Dios que sue se considera ‘a menudo como un fechazo critico del Dios todopoderoso. A la vista fe las stuaciones que en la ereacién claman al cielo, los teSogos ro se atreven ya a seguir hablando de la omnipotencia divina. Pues si Dios fuera omnipotente, de qué manera podtfa ser entendido, sino co- ‘mo un dolo apatico y un Moloch, esto es, un poder cruel que deman- da sacrificios? ‘Sin embargo, quienes hablan del Dios que sufte y participa de nues twos sutimienfos suponen la existencia de una determinada forma de bmnipotencia divina, a saber, la omnipotenciae inespugnabilidad de su amor. Pues, si fuera posible que su amor fracasara en este sufrimient, {ya propio, ya compartido,gedmo podria Dios seguir siendo Dios?; 6 imo serfa algo distinto de la desesperanzadora duplicacin del sufr- siento y el amor humangs? Que con la vista puesta en un Dios impo- tente que sufre y comparte el suimiento de sus ereaturas, se deseche sin mis el concepto de omnipotenciadivina, al tiempo que se atxibuye a Dios un sufrimiento que -en cuanto amor~en realidad no puede fra- casar, no puede frustrarse: ;n0 equivale eso a un fraude seméntico? ‘Tengo mis reparos con respecto a este enfoque tealgico” {ENO hay en el discurso sobre el Dios que sufre demasiada recon liac¥n -especulativa y afin a la gnosis~con Dios a espaldas de la his {oria de suftimiento dela humanidad? {No existe precisamentetambign para Ia teologia el misterio negativo del suftimiento human que no se ‘Seja armonizar con ningtin nombre? Asf pues, zqué es Jo que hace que 26, Bn au curs tina, a wologa comtemporiga ade probable ti ‘oul ambiente de esto mundo actu de tenor poli 9~para deco con 6, Marge ptimien, ad de fons pesado. ‘Sia Blea? set cuindo; ala anes de la pscologia pounds nei, ejemplo, reontars, ms all de este enfoqde nett, sa una pe [migenia tora politica a humaniaocuano,siiendoxe do motes rplelamente winasos, petende desire) deserbilo como Sta ‘nrivann 27, Alpe, ef. mis obervacions en Title bef po. 25. ax como fn Christenuns pp. Bitsy Thoodtce, pp. IRS 188 CPreignbe det SCutpfergonen) alder sobre el Dios que ste no ea Slo una sublime dplicacicn SEisaimint Ta impotenciahuanos na minimizacion Ge In ne- avd sine human Yn er: fnretza que el icurso soe el Dis soidtio, qe sue con n0- ‘Epon nos ezce a ser una mera royecciénydpicain de expe- ‘ous bumanas bajo a presion anda del ea de sordid do- ‘inane en Ia socedad gun qe ane, en las soca fms, Bose representa como un ey y series) No se ila Even aos chos ln doctrines Je a analogta (que abla de 25 cami dnsinitidos entre Dis ye mnie)? 006s gue tid ave elders sobre el sfhimiet en Dis o sabe el sufi. Dee Dios y Die lve a una eteizacién del surmiento?.No son {uf Dos ye cr humanovitimas de ana niverslizaion cuts fet sutiniento qo erina quran inti a esistncia ona, Iapisticla? No srt, qe, queen est diters sabre el Bosque fey demosinda influence de Hegel, demasadaeinson sper Soar (Aufibung) de la negatvidad de stint en el eseiiado tuurmovimiento del est asco, eo e,demasiads inept Sie rtacor del saiminto au concepo™? "Ani uo, el sco sale el Dios qe sue cree peligro de reared anteano importa tees a sufsiniato himana-Si Dow sue, ontoncs ol sinned de ser una verdad fa cbjecisn contra Dios. ero ao represen possament a expe- tes ineseulable de srineto problems pats el even tl Cerf problema, la pregunta deliv i, ao lg dels metic, {comps a hstona Geos eigionesy dela 7 Ze qué ota mane: si pueden entedere el lenge deci satinieto' alii cl 2, Cfo a observa gp tro ala fra da snogin en $5 ot 60, 58, Aceadamente coer K-Rahner stoners definitive de hsv de Die te pd set cleo de mans gdsticno hegshana en el seni des fue tol scl, qu en ela safeguard lain y [Eeadia Mie deol amenra gue Dios dias en i a marge de "Esra crear, sino que desea sobepuar ana Ser ml frac Je {he Die smo manera vedas hse om el mando cou laf Si de que Dis vive una stove sums tims vind on K. Rat, Sciriten ar Theologe XV. Bosieden ~Zich “Katy 1983, 9.193, 8.9) Pars Is confusin dl ncaablemenesnropomorta cer sobre Dios son Dist so ea gence nnn cK Rae ert tp ca, 20, AS pr ekemplo, W. KasreR, Der Got Jesu Crs Main 1982, 244 cs. Dios de Teworist, Sigueme, Salamanca 1589) g E 8 i 33 El sospiro yet claro dels grandes traicions bblicas? De ai mi for seg Sltemativa del suffimiento como aquel «misterio negatlvo» | mL os abi de buen grad a Dios, i sigulera por a0" a Qi Eevmjento de quienes stTen noes algo grade y subline. En st Jats cs todo lo contato de un sufrmientasoldario: noes simplemen- {Caio de amor sino, en ica mayor media, an aterador inicio de {que ja nose puede ama. En el surimiento humano existe una tenden | ia la muerte absolua, al niilismo; se tata del sufrimiento que con- fduce ala nada, a menos que sea sufrimiento en razén de Dios", Quien (quiere superar Ta ausencia de Dios, su lean, en la experiencia de su- frimiont haciéndolo partfcipe también a El de dicho sultimiento, se no genera cercana, sino que duplicaelsufrimientoexistente en el mun. tio jNo existe ningtin equivalent terreno para la cereanta de Dios, 8 Ta vista de las situaciones que en su ereacidn claman al cielo! Pero jno tiene lacristologia algo que decir al respecto? No creo que | ella obligue o legtime siquiera ala teologia para hablar del Dios que sufre 0 del sufrimiento «en» Dios. Con Karl Rahner, me resisto a en- tender la conciencis filial del hombre Jess de Nazaretrespecto de su Pade celestial como equivalente, desde el punta de vista semantic, a Jas afirmaciones sobre el Hijo etemamente concebido en cl seno de Dios” Pero si prescinde del discurso sobre el Dios que sutte, je qué ma. nera puede la teologia dadas las sinaciones que en la creacién claman Al cielo, mantener alefda del Dios creador la sospecha de apatia ;No firma Juan de forma lpidaria que «Dis es amor»? {De qué otro mo- do se puede hacer justicia a esta frase iblica sino es con el discurso sobre un Dios que sue, de un Dios que sufre «con» su creacidn, des- baratada por el sulrimiento? Ciertamente, alt donde los atibutos divi- nos son considerados primero en una stuacinintemporal de reposo, ¥ Slo posteriori confrontados con las injusticias queen el mundo cla- ‘man al cielo «el Dios omnipotente, tal como contempla deste lo alto 51, Para ln comprensi de la hisorn den psn de ex como expres dee teunfimientn scan de Dion, cl Ze der Oren? astcomo iia 13 8 2, SiDiossecomuniea como suete a qalaessatendescagindoos fe fed ns cereufo- el enon problem dea eos, exe et pala de que ‘ples de nevocl vnculo toe ene todcesyapoalipie, ene Dot ‘depo, Pest sompec de que el discamo sabe =Dios qu ses oo Imes en qo converte enum srgument, est thsiad al aa is ‘dnc del enguje bio de ln prone. (Chi, Ran, es Christe "Sun des Leben on Scrifen ur Tcolope ‘Watindeln "Gir Koln 1983-99 20650 jos suiimieatos de su creacin»~, todo se ve enredad en nefastas con- tnieciones,fodo conduce en ilkimo téxmino al cinismo y Ia spat. ‘hau #e P&S por alto que, en las tradiciones biblica, tades los prdi- ‘alos de Dios ~desde Ia autodefnicién de Dios en el relato del Exodo fasta el dicho joinico de que «Dios es amon» son portadores de un i= ‘Soe de promesa que legitima y apemia aa teologia& haber dels cre- tcién y del poder creador de Dios en forma de teologia negativa. («Sere ‘Wos0Urs el que sex6>, we mostaré a Vosolros camo Amor). La tologia sensible ala teodicea no se evade con ello a tuna esc tologa vaca que transcurre en un tiempo iimitado. No rindetributo a tna abstract oposicién entre escatologia y ontologi Se limita a dar por sentado que todas las afirmaciones bblica referdas al ser son por fedoras de un indice temporal. Se afana, ante todo, para que el habitual {seus teol6gico sobre la salvacion «ya» acontecida ¥ la salvacion ‘todavia no» consumads no sea entendido en un sentido aitivo, sino Geral forma que el «ya» y el «todavia no» estén entrelazados: asi pues, ‘ua doctina de Ia salvaciin de improntaescatol6gica, fe en forma de ‘esperanza, la cual precisimente en Pablo adquiere gran peso, No es en Tos presocriticos, sino en los paisajes escatoligioos de teodioea de la Biblia, donde habria que seguirl I pista & a memorable pregunta por ‘(el sery (e) tempo» y por la temporaizacin dela metaisie. Por si {caso alguien sospechara que detrs del programa dela temporaliza- ‘ga (ehistorizacton dela prior trascendental) se esconde el antiguo ‘roblema de la unidad y diferencia de metafsica e historia, de teologia, Iilosica y teologia revelada, permitaseme subrayar que en esta de- ‘anda de una temporlizacin de la metaisica se hace Vale la preten- siGn fundamental de que, desde el punto de vista de la memoria hists- fica entendida como memoria del sufrimiento, la metafisica ha de ser ‘eformulada en forma de metafisca negativa". Entonees se pod dat ‘simismo informacién mas fidedigna sobre la ecercanfa»y la eejania» 4e Dis, sobre su trascendenciay su sinhabitacin», sobre el «ya y el ‘todavia noo de su presencia salvadora™. Pero, aungue todas los etun- {lads teol6gicos relatives al ser son portadores, como ya ha quedado cho, de un indice temporal, diffeilmentehabré algo en la teologia me- 10s desarollado que una comprensiGn autética esto es, no tomada en préstamo de cualquier otro saber- del tiempo®, De una eescatologia, 3. Zam Beef excuses $8 3. Alvespect, ty ay cosieaciooes dl §5 sb Ia dito de In ceca tn dl accesible enol lenge dela oacn 36, Por lo que respecta a a comprension dl tiempo en In elo, todava pa i i 3 i is] presente» en une tl ono aaer Dos en or edn ebntento dea etlecones de exe $1 ‘5. La mistica del surimiento en razin de Dios Para conclu, me gustaria esbozar todavia eémo entiendo la expetien- ia de Dios y el discurso sobre Dios no inmunizados ante la teodicea, ‘Me permita recordar una vez ms la epobrezs de espiritu, Ia primera | bienaventuranza de Testis. Esta epobrezan es el fundamnto de toda ex perienciabibica de Dios. Es también ella la que discrimina la mistica | 'e inspracisn biblica del mito, el cual, por su parte slo conoce res- puestas, pero no preguntas inguitantes. Aqui me gustaria eaacterizat- fa, de manera tenttiva, como «anistica del sutimiento en razin de Dios». Laencontramos precisamente también -y sobre todo~en las ta. diciones oracionales de Israel: en los salmos, én Job, en las Lament tones y, de manera muy especial, en numerosos pasajes de los libeos proféicas. Este mismo lenguaje oracionsl es un lengvaje de sulin toy crisis, un lenguaje que nace del hecho de verse hostigada y en mi ximo peligro, un lenguaje de queja y acusacién, un lenguaje del grita, ‘ene valde I obsevaién de K. Ratner [La olga) pesupoe como lvido el poder de In aoranza..: todo eso no sue ser aprecvdo. Estab Israel contento con su Dios? ;Estaba Jeti contento con su Padre? ;Hace feliz la religion? {Hace «macuros? ,Otorgaidentidad? {Proporciona hogar espiritual, seguridad, paz con uno mismo” ;Apac ‘ua la angustia? ,Da respuesta alas preguntas? ;Satisface los deseos, al menos los ms ardientes? Lo dudo, ‘Pata qué sirve,entonces, la eligi, para qué sus oraciones? Pedi, Dios a Dios: ales, fin de cuentas, la informacin que Jes da asus Aisefpuls acerea dela oraciéa (ef. Le 1,1-13, esp. ¥. 13). Fests, pa- 1 ser exactos, no ba prometido ningin otro tipo de consuelo. En cual- 4uier caso, el consueio blica no nos transporta a un reino miico de.» ‘rmonia exenta de tensi6n y perfect reconcliaién con nosotros mis- ‘mos, El Evangelio no es ningtn catalizador que ayude a la persona 3 tencontearse a s misma, En este punto se han equivacado también todos | Jos ericos de la eligin, desde Feuerbach hasta Freud. La «pobreza de espiritu»,rafz de todo consuelo, nunca se da al margen de a inguietud ‘mfstica de a pregunta dirigida a Dios en demanda de explicacién, ni si- ‘quiera en el cistianismo, Tambign la mistica eristiana pide serentendi- para le- fara cabo la praxis soldaria de la compasi6n? Quien dice «Dios» -en ‘sentido de Jesis~ cuenta con que sus certezasreligiosas se veri que- fradas pr a cesgracia de los eos. suftimiento eno se convierte en tua provocacidn de caricter religioso. Obliga a la praxis de la compa ‘én y perturba Ia piedad con una apasionada pregunta alaratoriadii- fit a Dios, que, como subrayé R. Guarini ala vista de la muerte, «a Erno le habia podido responder ningsn lio, ni siquiera la Bsritra, ni pingn dogma, ni ningin magistero, ni ninguna “endicea” ni tolog fi siguera la propia: .por qué, Dios mio, el terible rodeo hacia la sa ‘icin, ,por qué el sufimiento de los inocentes?, por qué la culpa» El desasosiego mistico ocasionade por este «primer» problems, por asdecisi, dela teodicea no puede ser suprimido del Tenguaje de Ia teo- Togla, No brota del tpico culo intelectual ala interrogacicn, que preci- samente seria lo mas ajeno a quienes sufren. En esa experiencia de Dios, sobre Ia que los crstianos tendrfan que estar defindose aleccio- sar de continuo, no tienen sitio las preguntas vagas y especulaivas, si 10 ls apasionadas preguntas en demanda de explicacin. ¥ esto, sobre todo, porque en realidad la mistica que Jets vivi6 y enseR, mis que una mistica de ojos cerrados, era una mistica de ojos abierts, compro: ‘etida en la pereepeisn intensificada del suffimiento ajeno". EXcURSUS: [EL SABER ANORANTE: PERSPECTIVA TEOLOGICA Allf donde la teologia no quite limitarse a representa en sus enn os una religion posmodemma de la migica tansformacién psicol6g ‘stética de las almas: allt donde la religién no desea ser ofertada s6lo “, Asilo cunts K, Rajon Selyfen sr Teologle XIV, Binsadla~ Zieh al 1980, bp. 450-66 ag 6, 41, Ris ms detalles soe a misc de a compas, fifo $11. La metiorn ia meade ojoesbienoe»vengoulzodol esd a dec lo ‘cits ochota entrees rons pra crstrinaocepocficn de Is i. SG Blbes latina ee ovate oe ea eh i is) como compensecin por na trascendenciaperdida, sino que mis bien — Stie inlatendo en hablar de Dios en forma que le dita a tradicign Piflca aif se ve siempre abocada a una sitacién proceria desde el punto de vista de la gnoseologiay la epstemplogia. En esta situacion, Pevmentado llamar la atencion sobre Ia categoria de «saber aorante», | {Tcual, en euanto Forma de conocimiento, se apoya en un concepto de fazon que, debido a su fndole anamnética, no eseapa& la dialéctica de memoria y olvido*. Ami julio, este saber anorante se alimenta de ese ppavor del que se habl6 al principio, del espanto de que, por lo general, El diseurso cristiano sobre Dios considere y escuche tan poco la memo. va passionis; ni una pizca de ireconcliabilidad, ni una sols experien- cin de no-identidad en la que el resveltodiscurso sobre Dios se trans forme de repente en un discurso que pregunta por el Dios al que se echa en falta, pidiendo explicaciones por tl ausencia. Ciertamente, tal «teo- logia negativan no se compadece con el extendido posmodrnismo de restos corazones, ni con st tendencia a a afirmacion directa y su es- trategia de provincalizacion y arbitraria dispersion de los problemas el mundo. Pero sin ta espanio, sin el dolor que suscitan las contradic. _ tones dela ereacién, no se pucde entender el impulso fundamental de Ta teologia que aqut se presenta, Es una teologéa impregnada de una es- pecialsensibilidad para In teodicea Tzual que existon dos clases de ilustacién -por una parte, Ia ilar ‘sacién marcada por la filosoia (griega), ya en version continental-eu- zopea, yaen version anglosajén-transatlética; por ora, laiustacién rellexivamente interpretada de las tradiciones biblicas~, asf también ‘ny, lo cual es més imporante, dos tiposdistntos de teadicea: por un Jado, la pregunta estritamente filosfiea por la justficacin de Dios a 1a vista dl mal y la maldad que affigen el mundo, que desde Epicuro a ‘Kant (y su «liquidscion» de este problema") era costumbre esbozar, | ‘or ol, una forma caracteristicamentebiblica del problema de ln teo- ‘icea, presente sobre todo en las tradiciones proftico-apocalipicas (de | 42. China as comsidraciones de onda gue expongo en $14. De cara aca ‘eactn del ser arte de a un arn ret lax oes eras dese a ilvors (R Langtalry J. Habeas, ene eos, son importantes Ite secconesprineats de $3, e8 petal a sasin 2, deca a expo nd clomor 4, Pam la herent ene elif, Zim Begif $10 448 Pam el sacan de todo los niente deo amid por Ke, ‘simian K- Ate, Kons Theodzetrit Ee Auseanderezg mi den | ‘Theodlechoncepien nn Leis und Kant, Fenton 9M. 203. i ambos testamentos), que introduce el dramatisso de este problema en itsiacion de los cejeates,oponindose asa intent de ofrecer Una foluign mica © merament teoldpieo-cspecultivs, Pra dichas ta Sones laremembrana de Dios ve spa ames conradceones dels fists hmanas de pain ste vine vita-dramitico presupone, sin embargo, que el pro- bie de Ia tetivea no puede er ssolucionado> con ayuda de ua cai Vinculo de acién-recompensa. Es cierto que tl intnto de 1e5- poesia se da tambign en las tadiones bibles: ene iro del Exodo, foreemplo, se describenen detalles plsgasegipiasey se mencio- fa incliso una susifcacin» de estos dloroosreveses sufridos por into, saber, son entendios como sccions divinas de esstizo con. fenelendurecido coraatn del fraén, que quere imei e éxodolibe- ‘aor de Isae, La desgraciay el sufimiento se consideran aqui casti- goporuna condvcta pecaminosay contarias Dios. Es ste un motivo Ae respuesta ala teodiceay que se repie una y otra vez, incluso ene] yestente. Ahora ben, yaen as propos tradicionesbiblicas existe un iano sts otic eos db aloe Gi encontrado para elo, en los paajes narrtivosperinents dl li fro de Jo, inluso el splasocvina) que os sutientos que se ce- ban con Job, con su desprcia, no tienen nada que ver com un supuesto peado, come hipotético fracso de Job ante Dios. Quin sfreagut es tn justo, un inocente! sta teodicea rome el vinculo causal ent se Finienoy pecado Tn las ttadicionesbilcas de toca, Dios aparoe desde el prin- cipio ene horizonte de problema del sutimieno, Su nombre incaye ta promest de justia no slo par os viv, sino para lor micros Tal jsicia pose y aereita su especial intligibiidad resistiendose ala fala de sentido dels historias de sutrimiento padecides, en 1 col se manifesta su roto «propci alos Sereshumanos>. Pero sel proble- tna de Dios surge con implacable agudezajstamente all donde se de- manda una justica indivisible, inguebratbley estctanente univer- 45, Woo domi, cn a tual cscs go ve problema A tote supra afechoen en fo tansterios Dio dee pate $Seel menor aio de Como pos sing sain son Dios ts de pg jaa feel Sevtno» de sr disons sa Ales Dect cl el ereme vabj de N. Kester Sehrecen Goer Aan Hb td de mepipsche Root, Manche 2108 46, espacio, tla connote ees panna por K, Rain en el atl {lap en sno 1 rs Has Gs en) g i 3 a sean | a] eens nove sats emonees ya. de principio resulta imposible separarel problems de $a capes de suiniento en la manera en que, pr regla gene- Dios yo Bgpone en el pico planteamiento modemo dela pegun.por 8 Fe copatblidad 0 incompatibilidad entre Dios ye sulinien- 1s pose hecho de que cl inenta de reconiliarteGvicamente los etin- (ec fo sobre Ia ornipotenca, la omniseienca y Ia bondad divinas con Tee Ghencia fictica de historias desufimiento pueda prover wna con ‘Esfgum stea muesta ya que la manera de tratare problema de 18 t2o- ieee oblige a desarrllar un discurso fundamental sobre el concept de {aen, Pues una azén que, en nombre desu razonabilidad se ber de {ntemano dela esponstildad pore sutrimiento (jen) snatualiza» tena del sufriminto desde une setitd erica, sustrayéndose af fprovocacin que supone la negatvidad de dicho problema, alana for- osamente el eamino un aefsmo de carter argumentative” Ta memoria biblica del sufrimiento no reibe dignidad teolgica sélo a posterior. En ella se manifiesta el inmerés por Dios en su opcign eniictamente universal de justcia, como expreson y aresistente» afr. Ihacion soya en la realidad que pode ser experiment Ea la pre- funta por a stifieaeion» de Dios fa vst dela historia del sufti- | | i i Iniento del mundo -esa pregunta que hoy suele considerarse obsoleta 0 {qe, en todo caso, se plantea en la forma secularzada de una antropo> | dices siendo entoncesacallada con todo tipo de estategas justificador rs cobra expres la afirmacién teolgica dela indestructible digni- Gad de todos los sezes humanos. Ast entendido et problema de la teo- ticea pone ineludiblement ala eologia ante la auoridad de fos que su- fren De este modo se hace patente que el iresoluble problema de la teodicea, en In medida en que se trata de una pregunta dirigida a Dios 7 Pn tn mand eeu vn ec mn (ernueornses ora $818 16 i 4s, {tctops senses a odes mands una eserva ete a a objevaién ‘Esp fttenido, Pues cuslguiefeolgte que ogra ua lena jean fstafa expos soxpec de haber pedo visa scones expect fos Ca inpeniecte aque caso ay be eis» st, polo qu eps a eologa Gabe ser comer feprotable gues abl {an pec de hss de slim de sees eo, acta nage ‘Hp Cony au engn En eulgue us, le cobjevids desu scr oe Bios no se pote sanz dando l expla ks experiencia hans des Fermentor arial «Padoyr fr mtr ToodeeeErppondiehein de ‘Flenlopcscn [Oct (28) Mortber mon ict scielgn ann. en Dislassonon ir Fedieeiage,e8 especial revista yabevads, MUchES 190 pp 37-59. endemanda de expicin.en mado algnotasad con inten ex ‘Etipadora el problema dela juticia a Dos. No exime de la percepcién facipada del suftimiento ajeno, sino que hace de éta en cuanto Fompasion—el centro dela praxis cxstiana” ‘Cieviamente, no me gustaria aborar a la disput pblica en tomno a pos yal mundo la perspectiva de Ia teodicea con su Visi6n de un jus- tela universal jusicia que, desde la memoria passionisbfblica, podefa ter abordada de manera distnta ya mi juiio, «mds radical» de cdmo lo nce por ejemplo, el marxismo, Pues este penias de la justicia obliga & afandonararaigados estereotipos de amigos y enemigas e incluso pre~ unt por a justia para con quienes hasta ahora eran enemigos. ¥ tam~ fin por la justcia para los suftimientos inmerecidos einjustos del pa- fad, 10s que ninguna lucha de los vivos, por apasionada que sea, pe- de afectar reconcliadoramente” Sin embargo esta gestiulaciGn pi {acon el problema de la teodiea y el paras de justicia commatural a él tela y exige un allo precio: se convierte con facilidad en el hazmerre- {de todos los pragmsticos-y, en realidad, también de todos los ut6pi- oon asuntos politicos (anto dentro como fuera del crstianismo) Este pensamiento sensible a la teodicea, que no quiere saber nada de confignza alguna en el ser que venga envoelta en el olvido del suti- tmieno y en suetios miticos, tendria que ser incorporada a la raional td de Ia teologia. A semejanza de I prohibiciGn veterorestamentaria fleimdgenes, apunta a una cultura de Ia aoranza y deberia converse en realidad en el organom de una teologia que, en cuanto teodicea, in- ‘entra confrontar nuestra mis avanzada conciencia con la queja y Ia ddemanda por lo azontecido, algo que dicha cancienciaolvida de mane- ‘asistematica. Para este tipo de pensamiento, el saber se enraza en na forma de aforanza sin la eual no s6lo la fe, sino también el ser hurna- no terminaria por atroiarseen su conocimienta de libertad y su sen- tio de la justicia. A mi modo de ver, la teolagia slo puede lograr tniversalidad que reivindica y busca en su trabajo de reflexi6n, si hace profesion de este saber afforante y sus formas de expresion, 4. Come se dieu con delle en 81, 50, Para eles existent ee el protein de a edie elpoblms de In ‘ic em inci Ses nt Boge un {de Gereenigheso. an [U. Elpenmann, O. Not Spenser y 8 Wal (cas) eSicher cere das Reich Coves tnd seine Geechpiie (FS Keno Fuse) Liza 201, pp. 115, [Ete cel dada tated El ajo eperafeescnsibiliad pra a ees» elude moa eect cori dessa fea gue no eer. | mina ep aba weconde ua rent fra # pci Ali ale weolopco, Cha ms tj sac tao guiada por el ‘vido, asf como el resignado pathos de justicia que la acompata {No existen precisamente hoy muchas personas que viven tales ex perieacas deafloranza y las expresan en este o aque lenguaje, tal vez fn gesios no verbales? Tambign ~y sobre todo para ella habria que hacer teologia: para personas cuyas imagenes de esperanza no esti in umes o hace ya mucho tiempo que se les quebraron. Estas pregun- ‘as no deberian ser tratadas apologéticamente de pasaa 0 en ls pro ‘sémenos de la everdsdera»teologia, sino en y desde el centro desu dis- tuo sobre Dios®. 53. Para a pregunta or Ia earanza de Dies de a tology pro sber af ‘ante dena concepelon de aun pada pre uur, cin Ba i [s

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