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Venezuela: presunción de inocencia, imputado y comportamiento de los

titulares de los órganos del Poder Público frente a los derechos humanos.

Javier Elechiguerra Naranjo

Para hablar de imputado, necesariamente hay que hablar de proceso penal, de


debido proceso, de presunción de inocencia y de derecho a la defensa, ¿por qué?
Porque cuando alguien está en la condición de imputado es porque se le relaciona
directa o indirectamente por haber intervenido de cualquier forma en la comisión
del delito que da origen al correspondiente proceso penal. En otras palabras,
estamos hablando de la posibilidad de privar de libertad personal al procesado y
en consecuencia nos estaremos refiriendo al derecho a la libertad como derecho
que constituye el eje central alrededor del cual giran un conjunto de garantías,
principios y derechos que son inspiración del proceso penal. De esta manera
estamos en presencia de un Derecho Humano esencial dentro de un verdadero y
real Estado democrático. Y esto significa, ni más ni menos que normativamente,
por disposición expresa de la Constitución vigente en Venezuela en el artículo
23:”Los Tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos,
suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y
prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas
sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas en esta
Constitución y en las leyes de la República, y son de aplicación inmediata y
directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público”. Además, el
constituyente de 1999 estableció en el artículo 19 que “El Estado garantizará a
toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna,
el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos
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humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder
Público, de conformidad con esta Constitución, con los tratados sobre derechos
humanos suscritos y ratificados por la República y con las leyes que los
desarrollen”. Fue tal la importancia que se le dio a esta materia en la Carta Magna
que se estableció en el artículo 31:“Toda persona tiene derecho, en los
términos establecidos por los Tratados, Pactos y Convenciones sobre
derechos humanos ratificados por la República, a dirigir peticiones o quejas
ante los órganos internacionales creados para tales fines, con el objeto de
solicitar el amparo a sus derechos humanos. El Estado adoptará, conforme a
procedimientos establecidos en esta Constitución y en la ley, las medidas
que sean necesarias para dar cumplimiento a las decisiones emanadas de
los órganos internacionales previstos en este artículo”. Todo este entramado
constitucional no significa otra cosa que la obligación que tienen todos los órganos
del Poder Público de respetar de forma absoluta el derecho a la libertad que
protege a todos los habitantes de Venezuela. Ahora bien, realmente ¿es así?
Veamos: El Código Orgánico Procesal Penal establece en el artículo 126: “Se
denomina imputado o imputada a toda persona a quien se le señale como
autor o autora, o partícipe de un hecho punible, por un acto de
procedimiento de las autoridades encargadas de la persecución penal
conforme a lo establecido en este Código. Con la admisión de la acusación,
el imputado o imputada adquiere la condición de acusado o acusada. La
denominación de imputado o imputada podrá utilizarse indistintamente en
cualquier fase del proceso.” Y continúa el artículo 27.3: “El imputado o
imputada tendrá los siguientes derechos: 3.- ser asistido o asistida, desde
los actos iniciales de la investigación, por un defensor o defensora que
designa él o ella, o sus parientes y, en su defecto, por un defensor público o
defensora pública”. De esta forma observamos como la persona imputada,
desde los actos iniciales de la investigación debe estar asistida por un abogado
defensor, designado por ella o por sus parientes, y en última instancia por un
defensor público, pero lo que no es posible imaginar es que la persona investigada
no esté asistida por un abogado defensor desde el inicio de la investigación,

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situación por otra parte que igualmente está establecida en la Constitución
Venezolana vigente cuando en el artículo 49 dispone por una parte que la defensa
y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado de la
investigación y del proceso (49.1) y por la otra que toda persona se presume
inocente mientras no se pruebe lo contrario (49.2). ¿Y cuándo se prueba lo
contrario? Según el artículo 8 del código orgánico procesal penal: “cualquiera a
quien se le impute la comisión de un hecho punible tiene derecho a que se le
presuma inocente y a que se le trate como tal, mientras no se establezca su
culpabilidad mediante sentencia firme”. Pero, qué es una sentencia firme?
Según el propio código orgánico procesal penal es aquella decisión judicial que
adquiere la fuerza de cosa juzgada, es decir, aquella que es definitivamente firme,
que una vez dictada al concluir el juicio no podrá ser reabierto, excepto en el caso
de revisión conforme a lo prescrito en este Código. (ver artículo 21 del código
orgánico procesal penal). Hasta aquí, no queda duda alguna que en teoría,
Venezuela es uno de los países más avanzados en cuanto a consagración de
Derechos Humanos se refiere. Así lo quiso el constituyente de 1999 y así quedó
plasmado en el diario de debates de la Asamblea Nacional Constituyente cuando
se discutió todo el articulado contenido en el TITULO III (De los Derechos
Humanos y garantías y de los Deberes). Pero ¿eso basta para afirmar que en
Venezuela se respetan los Derechos Humanos? Escapa a la finalidad de estas
líneas entrar al análisis general en esta materia, simplemente nos limitaremos a
tratar el tema de lo que ocurre en la vida diaria con cualquier persona a quien se le
sigue un juicio penal. El sistema es mixto, con clara preponderancia del sistema
acusatorio, el cual tiene como requisito fundamental, el respeto absoluto de la
presunción de inocencia. Como ya se dijo en líneas precedentes, acompaña a
toda persona a quien se le impute la comisión de un delito, quien deberá ser
considerado como inocente y además ser tratado como tal, hasta que haya
sentencia definitivamente firme que establezca lo contrario. Y el órgano encargado
de garantizar ese principio es, por mandato constitucional el Ministerio Público (el
artículo 285 le impone a este órgano del Estado, entre otras atribuciones, la de
garantizar en los procesos judiciales el respeto a los derechos y garantías

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constitucionales, así como a los tratados, convenios y acuerdos
internacionales suscritos por la República”) que además es el titular de la
acción penal en los delitos iniciables de oficio. ¿Y cuál es el comportamiento del
Ministerio Público en la cotidianidad procesal penal en Venezuela? En los
procesos penales, durante la fase de investigación no permite que la persona
investigada se entere de lo que se está incorporando al expediente, de tal forma
que si Tizio se entera que existe una investigación en curso en la cual se le
menciona a él como investigado y acude al órgano fiscal que adelanta la
investigación, se le responderá: “usted no tiene acceso al expediente hasta que se
le vaya a imputar, circunstancia de la cual se enterará cuando se le haga llegar
una citación para tal acto, eso sí, para ese acto de imputación mencionado, sí
deberá estar acompañado de un abogado defensor quien deberá ser designado
por usted y juramentarse ante un juzgado de control con competencia en la
circunscripción judicial que corresponda.” Y surge de inmediato una pregunta:
¿entonces toda la investigación se hizo a mis espaldas, con total y absoluto
desconocimiento de lo que se está construyendo en el expediente? Y al ser así la
situación, ¿acaso no se está violando la presunción de inocencia? Es de todos
conocido que cuando se le cita a un investigado para declarar y este pregunta si la
declaración que se le va a tomar, es con juramento o sin juramento, el órgano
fiscal le responderá: “es que no es una declaración, es una entrevista, así que
deberá comparecer solo, por cuanto si viene con abogado, este no podrá
presenciar la declaración”. Y aquí surge espontánea otra pregunta: ¿dónde está
establecido en el código orgánico procesal penal la figura de la entrevista? A
diferencia de otros países, en los cuales sí existe procesalmente la figura de la
entrevista, en Venezuela no existe esa figura, y además, poco importa el nombre
que se le quiera dar. De conformidad con la Carta Magna, la presunción de
inocencia, el derecho de defensa y la asistencia jurídica son derechos, garantías y
principios que nacen desde el primer momento de la investigación. Al respecto no
cabe duda alguna. De tal forma que se puede afirmar con absoluta rotundidad y
meridiana claridad que en los actuales momentos en todos los procesos penales
que se desarrollan en Venezuela, el órgano del Estado que constitucionalmente

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tiene la atribución y la obligación de garantizar el respeto a los derechos humanos
y garantías constitucionales consagradas en los pactos, acuerdos o convenios
internacionales suscritos por la República, es precisamente quien los viola al
impedir que la persona investigada tenga acceso en compañía de su abogado
defensor a todas las actuaciones en las cuales se vea involucrado, para de esta
forma ejercer su derecho a la defensa, desde el inicio de la investigación, y por
tanto, en los términos consagrados, tanto en la Carta Magna como en los
diferentes tratados internacionales en materia de derechos humanos, suscritos y
ratificados por el Estado Venezolano. Quedará pendiente una interrogante: ¿el
comportamiento del Ministerio Público como órgano titular exclusivo de la acción
penal, en la violación de la presunción de inocencia, compromete al Estado del
cual forma parte dicho órgano Constitucional? De ser así, ¿podría dicho Estado
ser calificado como sujeto activo de violación de Derechos Humanos?

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