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Nombre: Cristian Arley Ahumada Garzón Fecha: 26/02/2019

Grupo: 20146 Correo institucional: Cristian.ahumada@cun.edu.co

Ejercicios uso de la coma


Revisa con cuidado cada una de estas oraciones y coloca la coma en el lugar correcto.
Reconoce, de manera clara, el criterio empleado para el uso de este signo de puntuación
(apóyate en el recurso sobre el tema). Pero, observa, algunas de estas oraciones no
requieren el uso de la coma.

1. Pon la coma en el lugar correcto, Andrea y piensa qué tipo de coma es.
2. Deseo de corazón, estimado estudiante que hayas leído con ahínco el recurso
sobre la coma.
3. ¿Ha sido suficiente el trabajo que has realizado, Pedro?
4. Siendo las once de la mañana, murió el artista vallenato.
5. Dejó a un lado su pistola, entregó las municiones, miró al consejero y firmó el
acuerdo de paz.
6. A pesar de no ser de mi agrado, acepté su invitación.
7. La lluvia favorece a los cultivadores, pero aleja a los turistas.
8. La suposición, asegura el general es la madre de todos los errores.
9. Es la mujer más bella, cándida, cariñosa y mide tan solo 150 m.
10. Luisa toca el violín y Pedro, la viola.
11. Concluido su discurso ante la ONU, el presidente electo abrazó al secretario
general, le dijo a este que estaba invitado a visitar el país y de igual modo
concertar planes para luchar contra la pobreza.
12. El juez se equivocó, como cualquier otro ser humano.
13. Usted tiene diez segundos para colocar las comas en su lugar correcto, para
que usted gane agilidad mental, porque el mundo laboral se lo exige sobre
todo en estos tiempos tan difíciles y apresurados.
14. Teresa ordeña la vaca y Juan, la llama.

Ejercicios uso del punto y coma


En cada una de las siguientes oraciones o párrafos se han eliminado algunos signos de
puntuación (comas, puntos, dos puntos y puntos comas). Inserta, según estimes, los
signos de puntuación. Percibe en especial el uso del punto y coma.
1. Me hubiese sido necesario un poco de estímulo, un poco de cordialidad que
me allanara ligeramente el camino; en cambio, tú me cerrabas el paso,
indudablemente con la buena intención de desviarme hacia otro.
2. Yo flaco, débil, enjuto; tú fuerte, grande, ancho.
3. No te compadecías de nadie, ni en ese momento ni después; ante ti, uno se
hallaba totalmente indefenso.
4. Los huesos no podían morderse, pero tú sí podías; el vinagre no podía sorberse,
pero tú sí podías.
5. Pero desde muy temprano tú me prohibiste la palabra; tu amenaza: "¡ni una
palabra de protesta!" y la mano levantada al mismo tiempo, me acompañan
desde siempre. (Carta a su padre, Franz Kafka).
6. Algunas estrellas: las supernovas son tan brillantes; como la entera galaxia que
las contiene; otras, los agujeros negros son invisibles a unos pocos kilómetros
de distancia. Algunas resplandecen con un brillo constante; otras parpadean de
modo incierto o se encienden y se oscurecen con un ritmo inalterable. Algunas
giran con una elegancia señorial; otras dan vueltas de modo tan frenético que
se deforman y quedan oblongas. (Cosmos, Carl Sagan)
7. Cuando estaba en el hospital vinieron a visitarme; Pedro que es un vecino mío,
Laura una compañera de clase, Rodrigo un chico que conocí en Italia y Lorenzo
que es un amigo de toda la vida.
8. Tal vez Catherine, bajo la hipnosis, pudo centrarse en esa parte de su mente;
subconsciente que acumulaba verdaderos recuerdos de vidas pasadas; tal vez
utilizó aquello que el psicoanalista Carl Jung denominó «inconsciente colectivo»
la fuente de energía que nos rodea y contiene los recuerdos de toda la raza
humana. (Muchas vidas, muchos maestros, Brian Wiess)
9. Nadie se fijó en esta escena: pasaban la mirada por encima, como por algo
secundario, probablemente decorativo. (El túnel, Ernesto Sábato)

Ejercicios uso del punto


Con base en el texto del escritor Juan Carlos Botero, El castellano, sitúa los puntos
donde crees podrían corresponder con el texto original. Piensa en el ritmo de las
frases, en lo sentidos que articulan los periodos oracionales.
Las mayúsculas iniciales de las oraciones se han bajado a minúsculas, y se han
eliminado los demás signos de puntuación. En otras palabras, reconstruye el texto a
partir de una correcta puntuación.

EL CASTELLANO
En torno a las carabelas, prendidas como moluscos a los cascos de madera, ondeando
en el velamen, aferradas a las anclas y enredadas en los cabos, venían las palabras.
Venían de lejos, hijas de griegos, latinos y árabes, ya eran ricas, antiguas y sabias de
muchos siglos; pero ahora procedían de España, de tierras duras y áridas, y se habían
moldeado en la fragua de un imperio violento y ambicioso, pulidas como las piedras
del río mediante golpes y tropiezos, a punta de caricias de lenguas y choques de
saliva. Quizás por eso, desde hacía tanto tiempo, las palabras habían deseado lo
contrario; ya no lo seco y lo tosco, sino la frondosidad, la exuberancia y el canto del
agua, y así eran. Barrocas sin saberlo. Palabras profusas, melodiosas y, más que nada,
sonoras, de manera que cuando por fin divisaron las costas nuevas, las orillas
amuralladas de árboles colosales, las playas infinitas de arenas relucientes, las selvas
indómitas de fronda tupida y verde (verde, todo el tiempo verde), más esas tierras
húmedas y perfumadas, se sintieron, también, a gusto. En casa. Con ganas de
quedarse, entonces cayeron con las anclas. Avanzaron en las palas de los remos.
Desembarcaron en las gargantas roncas de sed y oro, en las miradas de codicia, en el
brillo de los sables, en las puntas de los hierros y en la pólvora de las armas.
Desembarcaron en banderas enarboladas y en prendas olorosas a sudor y fiebre,
desembarcaron en los relinchos y en los ojos desorbitados de las bestias de trancos
temibles, y saltaron de los documentos oficiales, de las cartas de los reyes, de los libros
de la Iglesia. En seguida. Con el primer saludo de temor y cautela, procedieron a
devorar las palabras de los nativos. con la ayuda de los ladridos y gruñidos de los
mastines, se tragaron lo que salía de aquellas bocas llenas de asombro, llenas de
espanto. Absorbieron todo lo que escucharon. Parecían insaciables, devoraron los
nombres, los gritos, los cantos y los sortilegios de la tierra. Decapitaron a los dioses,
atravesaron cordilleras y páramos fantasmales, se tendieron sobre sabanas y planicies,
escalaron los peldaños de las pirámides, y sortearon vastos lagos y ríos turbulentos,
derrotando con ferocidad y avidez, conquistando los vocablos aborígenes. Al final.
Asistidas por el fuego y el látigo, de sus fauces chorreaba la sangre de las lenguas
indígenas, y con ese banquete crecieron, se multiplicaron y ensancharon, y aquí se
quedaron, en efecto, para siempre. Después, mucho tiempo después, el viento las llevó
de vuelta a su tierra de origen. ahora venían impresas en hojas de papel, refinadas y
chispeantes, cantando en deslumbrantes libros de poesía, y más adelante en novelas
frescas y audaces. Eran, y ya no eran, las mismas. Aquí habían madurado; habían
bebido de otros dialectos, habían descubierto nuevos giros y matices, habían
absorbido las jergas que iban descubriendo en su camino, y recogiendo como una
esponja. En el sudor y en la sangre de los esclavos, otras voces, otras lenguas, otros
sueños, regresaban; entonces, más finas y precisas, más ricas y sonoras. Más eficaces. Y
todavía más bellas. Estas son, a fin de cuentas. Las palabras del castellano.

Juan Carlos Botero


Ejercicios uso de los dos puntos
Pon los dos puntos en lugar, así como otros signos de puntuación que han sido
omitidos. Las mayúsculas se cambiaron a minúsculas y se han eliminado comillas.
1. Entre las innumerables definiciones que hay de educar: quizás la más
clarividente sea la de Platón educar es dar, al cuerpo y al alma toda la belleza y
perfección de que son susceptibles.
2. El que redacta se ve obligado a justificar el “suspense”, que ha organizado al
colocar, los dos puntos debe decir a continuación: algo que encierre realmente
interés. (Estilística, Mario Linares)
3. No aflige a los mortales: vicio más pernicioso que el juego, por él las gentes
muy acomodadas, han venido a parar en la miseria y aún el patíbulo por él.
Además del caudal pierde el hombre, la vergüenza y hasta la estimación de sí
propio.
4. Cuando aparezca en la mesa: un plato notoriamente inferior a todos los otros,
elógiese sin reservas, indudablemente ese plato es obra de la dueña de la casa.
5. La pausa: acentuada y característica que imponen los dos puntos. Se utiliza para
parar materialmente al lector lo que va a continuación, es una explicación un
silencio deferente o una cita textual. (Estilística, Mario Linares)
6. Un misterioso acontecimiento, se produce en esos momentos: anochece y todo
es diferente, los árboles, los bancos, los jubilados; que encienden alguna fogata
con hojas secas, la sirena de un barco en la Dársena Sur, el distante eco de la
ciudad. (Sobre héroes y tumbas, Ernesto Sábato)
7. La sensación de sentirse observado; agravó como siempre sus vergüenzas, se
veía feo, desproporcionado, torpe. (Sobre héroes y tumbas, Ernesto Sábato)
8. No tuvo que decirme cuál, ni dónde, porque para nosotros sólo existía una en
el mundo; la vieja casa de los abuelos en Aracataca, donde tuve la buena suerte
de nacer y donde no volví a vivir después de los ocho años. (Vivir para contarla,
Gabriel García Márquez)
9. Todo era idéntico a los recuerdos, pero más reducido y pobre, y arrasado por
un ventarrón de fatalidad: las mismas casas carcomidas, los techos de cinc
perforados por el óxido, el camellón con los escombros de las bancas de
granito, y los almendros tristes y todo transfigurado por aquel polvo invisible y
ardiente que engañaba la vista y calcinaba la piel. (Vivir para contarla, Gabriel
García Márquez)
10. También ha ocurrido lo contrario: un individuo histórico con legitimación
adquirida, a través, de milagros y apariciones visionarias, fue ungido con la
dignidad de salvador. (Sociología de la Religión, Max Weber)

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