Durante la pandemia de Covid-19 se han establecido diversas medidas para evitar la propagación

del virus sars cov-2

Una de ellas es la medición de temperatura en zonas de accesos o control, esto con la finalidad de
detectar si alguien presenta fiebre; uno de los principales síntomas de covid-19 y prevenir que
contagie a otros.

La principal ventaja que tiene el uso de termómetros infrarrojos sobre los termómetros
convencionales de mercurio o los electrónicos es que evita el contacto entre otras personas
haciendo que las probabilidades de contagio al realizar el chequeo sean mínimas.

Sin embargo a muchas personas les da miedo que les apunten en la frente con estos termómetros
por los rumores o mala información que tienen acerca de estos.

Que si “matan las neuronas”, “les borran la memoria”

Pero todo esto no es real.

Los seres humanos tenemos una temperatura corporal alrededor de 36.1 y 37.2 grados
centígrados.

Y gracias a la ley de Stefan boltzman sabememos que todo objeto que emite calor emite radiación.

Aunque la palabra radiación puede sonar peligrosa, realmente solo es un termino que engloba
toda emisión de energía o partículas que producen alguno cuerpos y se propagan a través del
espacio.

La radiación se origina debido a las oscilaciones de las cargas, y dependiendo de la frecuencia de

oscilación se clasifican dentro de un espectro electromagnético
Los termómetros infrarrojos basan su funcionamiento en esta ley , al medir el calor que irradian
las superficies mediante un lente, un sensor que capta esta energía y un componente electrónico
que traduce la señal detectada en la pantalla, todo esto en segundos.

No emiten ningún tipo de radiación hacia nosotros si no todo lo contrario, mide la radiación que
nuestro cuerpo emite, aunque algunos tengan una luz roja como guía para ver hacia donde se
apunta no tienes de que preocuparte, esta luz no afecta la piel y mucho menos las neuronas.

Si te detectan la temperatura elevada sigue las medidas de salud y consulta con tu médico.

Ante todo, esta tu salud y la de los tuyos