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Módulo 1.

Experiencias educativas e identidades

Actividad 3. Frases célebres

Alba Nydia Bonilla Loyo

Hablar de refranes y frases que han influido en mi vida resulta ser un tema
bastante extenso, supongo que es por el hecho de pasar la mitad de mi vida
viviendo con mis abuelos. Personas mayores llenas de refranes que aplicaban a
cada momento de la vida.
Desde niña y principalmente como juego recitaba el famoso “Botellita de Jerez,
todo lo que me digas será al revés”, era el escudo perfecto para evitar los insultos
que de repente se daban en la convivencia con otros niños. O “El que se fue a la
villa, perdió su silla” cuando por juego le ganaba el lugar a alguien más, con el
tiempo descubriría que el significado va más allá de un espacio.
Ya para mi adolescencia me bombardeaban con otros como “El flojo y el
mezquino, recorren dos veces el mismo camino” cuando intentaba ahorrar tiempo
y al final tenía que hacer todo de nuevo, “El que con lobos anda, a aullar se
enseña” cuando no les agradaban las personas con las que me juntaba, “Crea
fama y échate a dormir” para hacerme entender que mis acciones podrían tener
consecuencias en lo que se refieres a la opinión de los demás, “Más sabe el diablo
por viejo, que por diablo” ésta en particular muy usada por mis abuelos cuando
compartían su sabiduría y experiencia conmigo o simplemente cuando querían
demostrarme que sabían que les había mentido o el típico “Donde manda capitán,
no gobierna marinero” para recordarme quién mandaba en la casa.
No recuerdo una sola etapa de mi vida en que alguna frase o refrán no fuera
ocupado para enseñarme o hacerme entender algo. Otra muy ocupada por parte
de mi abuelo era “Candil de la casa, oscuridad de su casa”, siempre me la decía
en aquellos momentos en que me preocupaba más salir o quedar bien con mis
amigos en lugar de terminar mis tareas de la casa.
“Al nopal sólo se le arriman cuando tiene tunas” muy usada también por mi abuelo
en especial cuando tenía dinero o le pedíamos para algún gasto, aunque en
realidad nunca fue en tono grosero, era gracioso. O aquella que dice “Ni tanto que
queme al santo, ni tanto que no lo alumbre” que al final buscaba darme a entender
que debe haber un equilibrio en todas las acciones, sin excesos para ningún lado.
Acostumbrada al uso de estas frases, en mi juventud y al día de hoy las he llegado
a ocupar así con mi familia como con mis amigos más cercanos. Es curioso
porque me doy cuenta que esas frases casi siempre se dicen con un toque de
gracia, como si fuera un juego que conlleva una enseñanza.
“Dando y dando, el pajarito volando” era una muy ocupada cuando se requería
hacer algún tipo de trueque en donde las cosas se dieran de forma equilibrada. O
aquel que dice: “El que a buen árbol se arrima, buena sombra le acobija” que
ocupaba con mis amigos los más estudios cuando requería de su sabiduría.
Hay un par de refranes que me han marcado un poco más que otros, entre ellos
esta uno que decía mi abuela “El que es perico, donde quiera es verde” hasta la
fecha me hace reflexionar cada que siento que no voy a poder con alguna
situación.
Y el de “A darle que es mole de olla” que hasta la fecha digo cuando comienzo
alguna tarea o actividad que en el fondo sé requiere de esfuerzo y concentración o
que simplemente sé que me lleva un poco más de tiempo realizarla, es como una
porra de ánimo para mí misma.
Dentro de mi vida amorosa hago mucho hincapié en aquella que dice “Agua que
no has de beber, déjala correr” esa siempre me ha ayudado a reflexionar en ese
asunto de ilusionar a las personas. Si de verdad no nos interesa en mejor dejarlas
ir. Aunque también puede ocuparse en otros asuntos. De igual forma he ocupado
ese que dice “Al buen entendedor, pocas palabras” ya que siempre es importante
darse cuenta a tiempo de que hay situaciones que no son sanas, entenderlo a
tiempo sin necesidad de entrar en muchos detalles.
“El hombre pone, Dios dispone, llega el diablo y todo lo descompone” es un refrán
que siempre usaba mi abuelo para advertirme que las cosas podrían cambiar y
que por eso debía poner más atención a mis planes, algo así como el “Más vale
prevenir que lamentar” que nunca está de más.
Dentro de todas estas posibilidades entra el “Más vale malo por conocido, que
bueno por conocer” no porque el cambio sea malo, pero creo que hay situaciones
en las que por ciertas circunstancias puede ser muy arriesgado. Algo así como el
“No cambies a vereda por camino real”. En general es sólo aprender a ser más
precavido en cuanto a nuestras acciones. Pensar antes de actuar.
La mayoría de las frases y refranes que han acompañado mi vida y educación han
sido de alguna forma positivos, pero lamentablemente existen otros que, aunque
igual que los otros llevan una cierta enseñanza es triste que se apliquen a forma
de etiqueta, como el famoso “Mata un perro y serás mataperros toda la vida” que
no es más que una forma de marcar a las personas por algún tipo de acción. En lo
personal a veces me siento identificada ya que normalmente las personas sólo se
fijan en las cosas malas que los demás hacen y eso es muy triste porque no se
valora lo bueno.
En fin, creo que cada refrán lleva consigo un toque de sabiduría que bien usada
nos puede ayudar a desarrollar nuestra identidad. Es como nosotros en este
momento, “El que nace pa´tamal, del cielo le caen las hojas” queremos seguir
estudiando y ahora tenemos esa oportunidad en esta carrera, que, aunque no es
presencial representa un gran reto, al final las cosas siempre se acomodan.

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