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An i m A l e s de poder y el

i n c o n s c i e n t e c o l e c t i vo
Marga Farró

Animales de poder y el
inconsciente colectivo
Primera edición: octubre 2013
Segunda edición: enero 2016

© Derechos de edición reservados.


Editorial Círculo Rojo.
www.editorialcirculorojo.com
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Colección Investigación

© Marga Farró

Edición: Editorial Círculo Rojo.


Maquetación: Juan Muñoz Céspedes.
Fotografía de cubierta: © - Fotolia.es
Diseño de portada: © Óscar Gil Raya

Producido por: Editorial Círculo Rojo.

ISBN: 978-84-9126-080-6

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IMPRESO EN ESPAÑA – UNIÓN EUROPEA


ÍNDICE

PRIMERA PARTE: “EL VIAJE DEL HÉROE


O CAMINO DEL GUERRERO” .............................................. 13

INTRODUCCIÓN ...................................................................... 15

EL SILENCIO, ELEMENTO ACTIVADOR


DE LA ESCUCHA INTERIOR ................................................. 17

HOMBRE, HOMO, HUMUS .................................................... 19


• El Mito de Deucalión y Pirra. ........................................... 20
• ¿Qué es el Hombre?. ......................................................... 21

EL ARQUETIPO DEL HÉROE ................................................ 23


• La llamada. ........................................................................ 24
• Sobre el miedo y la voluntad. ............................................ 25

LAS SEÑALES ........................................................................... 29


• Mantenerse en vela. ........................................................... 30
• Sobre la resurrección. ........................................................ 31

LA IMPORTANCIA ONÍRICA ................................................ 33


• El arte del ensueño. ........................................................... 34

EL ANIMAL Y EL ORIGEN DEL SÍMBOLO ........................ 35

OPUESTOS PERO NO TANTO ................................................... 39

LOS ELEMENTOS .................................................................... 43


• Fuego. ............................................................................... 43
• Aire. .................................................................................. 44
• Agua.................................................................................. 44
• Tierra. ............................................................................... 45
EL LINAJE: ANCESTROS, LOS
GRANDES DESCONOCIDOS ................................................. 47
• Orígenes generacionales. .................................................. 49
• Sin identidad. .................................................................... 50

EL ARQUETIPO EN LA HISTORIA ....................................... 53


• Fuentes Judías. .................................................................. 54
• Fuentes Paganas. ............................................................... 54
• Fuentes Cristianas. ............................................................ 55
• Más allá de la Historia. ...................................................... 56

EL SER MECÁNICO................................................................. 59

DEL SILENCIO AL VERBO ..................................................... 63


• Miedo. ............................................................................... 63
• Libertad. ............................................................................... 64

SEGUNDA PARTE: “ANIMALES DE PODER” .................... 69


• De la A a la Z. ............................................................. 71-120

TERCERA PARTE: “CRIATURAS MITOLÓGICAS” ....... 121

MANUAL DE CONSULTA ............................................................. 133

BIBLIOGRAFÍAY FUENTES ............................................... 135


PRIMERA PARTE

“El Viaje del Héroe o Camino del Guerrero”


INTRODUCCIÓN

s por medio del símbolo1 que el hombre pretende interpretar y


E anhela comprender la razón de su existencia.
Los Ritos de paso, ya sean estos externos o internos, marcan las
etapas más importantes de la vida del ser humano. Estas podrán
ser vividas gracias a los arquetipos registrados en el inconsciente,
tanto individual como colectivo, de la humanidad. Todo ello servirá
como lanzadera y punto de partida para la no poco atrevida búsque-
da del sentido-sin sentido existencial.
El seguimiento de pistas y señales que los finos estratos de la
psicología analítica, la mitología, y las diferentes religiones ponen
a nuestro alcance, servirán para que el individuo pueda tirar del hilo
de Ariadna y salir del Laberinto, no sin antes haber escuchado y
abrazado el “llamado” para la realización de la Obra.
Destacamos la importancia de la navegación por las estancias
de la psique humana. La interpretación de las señales a partir de
la psicología analítica de Carl Gustav Jung2 que trabajó el símbo-
lo durante gran parte de su vida, redescubriendo ritos, arquetipos
y mitos; más no fue el único. Otros importantes contemporáneos
suyos se ocuparon de este campo el cual llevaba dormido algunos
1
Representación de ideas abstractas en forma de metáfora o alegoría que el hombre des-
cubre a través del signo.
2
Carl Gustav Jung (1875-1961) médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave
del psicoanálisis. Fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología
de los complejos y psicología profunda.

15
centenares de años. Ellos fueron Joseph John Campbell3 y Mircea
Eliade,4 entre otros, unidos además todos ellos por los encuentros
anuales del Circulo Eranos.5
El animal como arquetipo vital en el descubrimiento de la tran-
sitoriedad por los estadios o etapas internas del hombre, es harto
conocido y reconocido desde las diferentes ramas del saber.
En alquimia, ciertos animales simbolizan estados de la materia
y el iniciado conoce el proceso por el que está atravesando y qué
tramo del Camino, Escalera o Puente queda por recorrer.
Las religiones utilizan sus bestiarios6 particulares para expresar
conceptos, estados y procesos del espíritu y su evolución hacia el
Absoluto.
Todas las bestias de la creación, hasta la más anodina, tienen un
mensaje para aquel que tenga Ojos y Oídos.

3
Joseph John Campbell (1904-1987) mitólogo, escritor y profesor estadounidense, conoci-
do por sus trabajos sobre mitología y religión comparada.
4
Mircea Eliade (1907-1986) filósofo, historiador de las religiones y novelista rumano. Ha-
blaba y escribía con corrección en ocho lenguas: rumano, francés, alemán, italiano, inglés,
hebreo, persa, y sánscrito.
5
En griego, eranos [ἒρανος] significa comida en común, comida frugal donde cada uno
aporta su parte, celebración compartida. El Círculo de Eranos (en alemán Eranoskreis),
organización interdisciplinar de análisis multicultural científico y filosófico, fue el nombre
escogido por Rudolf Otto para los encuentros anuales llevados a cabo en casa de Olga
Fröbe-Kapteyn (1881-1962). Su objetivo original era explorar los vínculos entre el pensa-
miento de Oriente y Occidente.
6
Compendio de bestias reunidas en un volumen. De gran popularidad durante la Edad
Media.

16
EL SILENCIO, ELEMENTO ACTIVADOR DE LA
ESCUCHA INTERIOR

Ellos, los indios, poseen el espíritu; mantienen la riqueza de


lo sagrado e incognoscible en su inconsciente cómo colectivo.
Nosotros, los pobres de espíritu, hemos de realizar el camino
de retorno, pues en nuestro viaje hacia afuera perdimos las
riquezas que nos fueron donadas. La búsqueda del Grial, nos
lleva al reencuentro con la Esencia.
Ellos, los indios, dicen:

“Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo.


De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras.

Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio,


y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa,
escucha, y luego actúa, nos decían. Ésa es la manera de vivir.
Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Obser-
va a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre
blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón
y mente quietos, y entonces aprenderás. Cuando hayas observado
lo suficiente, entonces podrás actuar.
Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Pre-
mian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos
tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en
las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien
veces. Y le llaman “resolver un problema”. Cuando están en una

17
habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el
espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes
de saber lo que van a decir.
A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que
el otro termine una frase. Siempre interrumpen. Para los indios
esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas
a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de
escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a
interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que
dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea
importante.
De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me ale-
jaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que de-
cir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca. La
gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. De-
berían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros
ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando,
pero que debemos guardar silencio para escucharla”. 7

7
Extracto del libro“Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an Indian Elder” por Kent
Nerburn New World Library, 1994

18
EL HOMBRE - HOMO - “HUMUS”

¿Qué es el hombre? La palabra “hombre” trasciende la dimen-


sión léxica y semántica, y adquiere un estadio de totalidad, am-
pliando su voz y abarcando los dos géneros. Es así cómo se utiliza-
rá a lo largo este manual.
Semánticamente el vocablo hombre posee diversas entradas:
La Real Academia define hombre como “Ser animado racional,
varón o mujer”. Así, cuando decimos el hombre nos referimos a ser
humano, material en esencia.
La palabra hombre proviene del latín homo, hominis, que tam-
bién significa ‘individuo de la especie humana, hombre o mujer’.
Así mismo el hombre cómo especie —que no cómo género—
se entendía como animal que provenía del suelo. Del latín humus,
humis (tierra fértil) capa superficial del suelo, compuesta por la des-
composición de materiales orgánicos.
De la palabra humus encontramos otras derivaciones; humano
que procede de humanus, que deriva a su vez del vocablo en cues-
tión.
Añadiremos que Adam, nombre del primer ser humano según la
religión judeo-cristiana, es una palabra hebrea que tienen su origen
en el vocablo adamah (suelo o tierra).
Inhumar y exhumar (enterrar y desenterrar respectivamente) son
también otros derivados de la palabra humus.

19
En la Biblia hebrea se cita en el libro del Génesis 2, 7: “Modeló
Yahvé al varón de la arcilla y le insufló en el rostro aliento de vida,
y fue así el “hombre” “ser animado”.
En la literatura griega descubrimos a través de los textos de Ro-
bert von Ranke Graves en su libro “Los mitos griegos I” el mito de
Deucalión y Pirra, una versión más de los orígenes del “hombre”,
de las muchas que podemos hallar entre las distintas culturas exis-
tentes.

El Mito de Deucalión y Pirra


Las atrocidades cometidas por los hijos de Licaón provocaron
la ira de Zeus desatando un gran diluvio sobre la tierra con la in-
tención de borrar de su faz a toda la raza humana. Pero Deucalión,
rey de Ptía, avisado por su padre, el titán Prometeo, construyó un
arca, la llenó de víveres y subió a bordo con su esposa Pirra, hija
de Epimeteo.
Fue entonces cuando empezó a soplar un viento del sur y co-
menzó la lluvia. Los ríos se precipitaban hacia el mar y este subía
con rapidez, arrasando y cubriendo cada ciudad de la costa y del
interior, hasta que todo el mundo quedó inundado, y todas las cria-
turas mortales parecían haber desaparecido, excepto Deucalión y
Pirra.
El arca estuvo flotando durante unos nueve días hasta que fi-
nalmente las aguas retrocedieron y la embarcación se posó en el
monte Parnaso. Deucalión obtuvo la confirmación del fin del dilu-
vio cuando vio regresar una paloma que él mismo había enviado
a explorar.
Después de desembarcar, ofrecieron un sacrificio a Zeus y baja-
ron a orar al santuario de Temis. Le suplicaron que volviera a rena-
cer la raza humana, y él escuchando sus voces envió a Hermes para
asegurarles que todo lo que pidieran les sería concedido.

20
Temis apareció y les dijo: “¡Cubríos la cabeza y arrojad hacia
atrás los huesos de vuestra madre!”. Deucalión y Pirra eran hijos
de distintas madres, dedujeron que se estaba refiriendo a la Madre
Tierra, y que los huesos eran las rocas de la orilla del río. Así pues,
cubriéndose las cabezas, recogieron y tiraron los guijarros por enci-
ma de sus hombros. Las piedras que lanzaba Pirra se transformaban
en mujeres y las que tiraba Deucalión lo hacían en varones, así fue
como dio inicio a una nueva humanidad.8

¿Qué es el Hombre?
Antropológica y filosóficamente se concibe al hombre como un
ser insatisfecho de lo que es y de lo que hace, es decir, de su exis-
tencia. El hombre, ser finito y limitado, es el único artífice y creador
de sus “ilusiones” y responsable de sus desilusiones, todo y que
estas son fruto de actos inconscientes, pues el hombre no “hace”,
sino que al hombre le “sucede”.
Elemento inacabado de la naturaleza, manifiesta su existencia
en una eterna condición no resuelta, tanto en su procedencia como
en su destino. Ni siquiera es condición resuelta su eterno presente.
Irresoluto porque su creación se dilata en el tiempo eternamente,
porque se crea día a día aunque nada haga, aunque viva y sobreviva
en el inmovilismo.
Hoy no será el mismo de ayer, ni biológica, ni espiritual, ni psí-
quicamente. Movimiento perenne, todo muta, todo cambia. Cada
mañana cuando se levanta un nuevo personaje aparece en la escena
del mundo, en la tragicomedia del teatro de la vida. Recién nacidas
ideas y proyectos despuntan con el sol, pero la mayoría de las veces
morirán en uno mismo, sin llevar a término acción alguna; no obs-
tante, eso también producirá cambios.
El ser humano es proyecto en sí mismo, se crea a través de sus
mitos, leyendas, relatos, creencias y de sus construcciones cultura-
les y cultuales.
8
GRAVES Robert. Los mitos griegos I. Cassell. Escritor y erudito británico. (1895 - 1985)

21
El hombre no está sujeto al estatismo, sino que se va configuran-
do en una línea espacio-temporal. Nada mejor podría hacer (él) que
tomar las riendas de este tránsito de forma consciente. Para hacerlo
necesitará desarrollar la Voluntad, una característica inherente del
Yo Real.

22
EL ARQUETIPO DEL HÉROE

“La realidad es un signo que al tiempo que revela, vela. Que interpela a la
libertad humana para que interprete el signo”.
Raimon Panikkar

L os mitos son construcciones del inconsciente colectivo que la


conciencia captura y procesa en forma de relato. A partir de este
hecho elabora unas imágenes arquetípicas imbuidas de una cultura
específica.
El arquetipo9 del Héroe que hallamos en los relatos épicos de la
antigua Grecia, en narraciones célebres como Hércules y los doce
trabajos o Perseo, e incluso en los más conocidos y populares cuen-
tos o en la cinematografía actual, se constata que con independen-
cia de la cultura de origen o el tiempo transcurrido, el arquetipo
siempre es el mismo y responde a una estructura única en la histo-
ria; es el arquetipo universal. Joseph Campbell lo bautizó como el
Héroe de las Mil Caras o Monomito.
Este arquetipo es el referente del valor y del sacrificio por un
pueblo, por una doncella, o por toda la humanidad, no importa cuál
sea el relato donde esté reflejado externamente el personaje, siem-
pre se referirá a nuestro propio mapa interior, nuestro rescate, la
9
Etimológicamente del griego “arjetipon” cuyo significado es; “elemento fundamental”,
“origen” o “modelo”, siendo en griego sinónimo de prototipo o modelo a seguir. Según
Jung, imágenes oníricas y fantasías que correlacionan con especial similitud a universali-
dades pertenecientes a religiones, mitos y leyendas. Son imágenes ancestrales autónomas
constituyentes de lo inconsciente que en el colectivo se encuentra.

23
liberación de lo que un día fue el Ser; hoy es una multiplicidad de
yoes o agregados, donde reside el Ser oculto bajo una montaña de
máscaras a la espera de ser liberado. Solo desde lo consciente se
crea consciencia.

La llamada
“Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. Mateo 22,14
El ser humano es un buscador de vocación. La naturaleza huma-
na impulsada por y desde la propia esencia, se verá estimulada a
desarrollar capacidades que propiciarán la búsqueda y le conduci-
rán finalmente al descubrimiento de su verdadera identidad siempre
que así lo decida, de ahí la segunda parte de la frase “pocos los
escogidos”, el buscador se elige a sí mismo para llevar a cabo el
camino de vuelta, nadie en su lugar podrá realizar esa acción.
Ningún conocimiento real puede ser alcanzado por efecto del
azar. El poder de fascinación de las ilusiones pasajeras desvía la
inmediata percepción de lo esencial.
Por derecho de nacimiento el hombre está llamado a la realiza-
ción de este trabajo interno, descorrer el velo, desvelar lo oculto,
alcanzar a comprender el misterio será el objetivo de la vida, de ahí
las múltiples llamadas a lo largo de una existencia.
Es una llamada que el individuo probablemente rehúya o recha-
ce; por lo general no habrá respuesta la primera vez. Este rechazo
hará que durante un tiempo dormite de nuevo junto a “Morfeo”. No
obstante, la llamada se sucederá varias veces en el tiempo, puesto
que la naturaleza humana sigue el impulso del despertar. En alguna
de estas manifestaciones, será animado por algún estímulo externo
que le llevará primero a la reflexión y luego a la acción, y que finali-
zará con la decisión de “escoger” (o no) una de las dos “píldoras”.10
Una le hará contemplar la realidad tal cual es, gesto conocido como
10
Alegoría asociada al versículo de Mateo 22,14. Alusión a la trilogía de películas de ciencia
ficción “Matrix” (Hermanos Wachowsk).

24
el “Cruce del Umbral”, inicio del camino del Héroe; la otra le per-
mitirá permanecer en estado de sueño o maya.11 Esto último es in-
terpretado como un nuevo triunfo de la materia sobre el espíritu.
En el mito de la caverna de Platón se percibe claramente la cár-
cel mental en la que el hombre se encuentra, y la complejidad de
encontrar la salida del laberinto. Cautiverio, por otra parte, que mu-
chas culturas antiguas conocen desde hace siglos y en sus relatos,
epopeyas y odiseas lo expresan de forma clara y abierta para aquel
que pueda “ver” más de un nivel de interpretación, pueda empezar
a romper sus cadenas.

Sobre el miedo y la voluntad


El miedo se apoderará a priori del que camina. El miedo, como
relata Carlos Castaneda12 en su libro “Las enseñanzas de don
Juan”13 es el primer enemigo del hombre:
“Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así se
comienza a tener miedo. El conocimiento no es nunca lo que
uno se espera. Cada paso del aprendizaje es un atolladero, y
el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer sin mi-
sericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un campo de
batalla. Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos na-
turales: ¡el miedo! Un enemigo terrible: traicionero y enredado
como los cardos. Se queda oculto en cada recodo del camino,
acechando, esperando. Y si el hombre, aterrado en su presencia,
echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda”.
El guerrero finalmente elegirá la píldora que le ubicará en una
realidad consciente, ello implicará “esfuerzo consciente o sufri-
11
Maya, dice la sabiduría hindú, es el velo del engaño que envuelve los ojos de los mortalesy
los hace ver un mundo del que no se puede decir que sea ni que no sea: pues se asemeja al
sueño.
12
El nombre original del autor es Carlos César Salvador Aranha Castañeda, antropólogo y
escritor, origen probable es Perú o Brasil.
13
Castaneda C. Las enseñanzas de Don Juan, Ed. F.C.E. España S.A.

25
miento “intencional”,14 y le posibilitará la apertura a una realidad
más objetiva, no obstante esta no será ni agradable ni placentera.
Decía Mouravieff15 que para poder iniciar el Camino se requería
cierta preparación:
“Los requisitos para la búsqueda del Camino son cuatro:
-Un propósito firme por alcanzarlo.
-Discernimiento total.
-Una disciplina de “acero”.
-Iniciativa”
Y finalizaba diciendo: “La primera condición es indispensable.
Si no se cumple, es inútil continuar. Una vez que este propósito fir-
me existe, uno debe dedicarse por todos los medios, a desarrollar
la facultad del discernimiento”.
Sin el discernimiento, nada tangible puede ser alcanzado. Esta
disciplina férrea hará que cualquier herida que el “actor” descubra
en su mapa se convierta en fuente de poder y sabiduría. Siempre
que reserve, transforme y aplique la totalidad de su energía a la
realización del “Trabajo” pues él constituye el objetivo permanente
de la vida.
Aceptar la Llamada y Cruzar el Umbral será solo el principio
de un largo recorrido. Pero ni el recorrido en sí, ni lo que se puede
intuir cómo el final (que no lo es), es motivo de narración de este
brevísimo manual.
En estas líneas únicamente vamos a desarrollar cómo y de qué
manera interpretaremos las huellas que el tiempo dejó, y que ence-
rradas en los bestiarios y en otras formas de receptáculo cristaliza-
14
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva
a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto
el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Mateo 7,13
15
MOURAVIEFF B. Historiador, filósofo y escritor ruso. Entre sus obras más importan-
tes destacan “Gnosis, Cristianismo Esotérico: Estudios y Comentarios sobre la Tradición Esotéri-
ca de la Ortodoxia Oriental ”.

26
ron en forma de símbolos a través de la historia y las culturas. Estos
símbolos asistirán y favorecerán el reconocimiento de las señales y
los signos para aquel que decidió Caminar.
A continuación se describe un ejemplo de los muchos que exis-
ten, de cómo se desarrolla la “llamada”, un inevitable descenso a
los “infiernos” oscura noche del alma y una triunfal salida de la
“caverna” o subida al Monte Carmelo. Crónica a través de la propia
experiencia de León Tolstoi:16
“Hacia el atardecer de su vida, León Tolstoi, sufrió una te-
rrible crisis existencial y espiritual que lo hunde en una pro-
funda depresión, y que lo llevará casi al borde del suicidio.
Siente un abismo, necesita dar sentido a la vida. Busca
respuestas en la ciencia, en la filosofía, en la iglesia Orto-
doxa y siente una gran decepción por lo que encuentra en
todas ellas.
Arremetió contra todo y contra todos y sus últimos escritos
inflamaron el pensamiento de un hombre, que tiempo después
sería conocido en todo el mundo por su coraje, Mahatma
Gandhi.17
Se conocieron y se inició entre los dos una correspon-
dencia periódica a principios de noviembre del año 1091,
Gandhi le hablaría de la lucha de los indios en la provin-
cia sudafricana de Transvaal, donde ya empezaba a gestarse
el experimento africano que años más tarde sería conocido
como Apartheid.
Tolstoi ya en sus últimos meses de vida, se distancia de las
letras para expresar su amor y su deseo de liderar un movi-
miento profundamente humano. De genio de la literatura, se
despliegan una serie de sucesos, que trasladan su imagen a
la de un profeta capaz de enaltecer con sus palabras”.
16
Lev Nikoláievich Tolstoi, también conocido como León Tolstoi (1828-1910) novelista
ruso considerado como uno de los más grandes escritores de la literatura mundial.
17
Mahatma Gandhi (1869-1948) abogado, pensador y político indio.

27
Aun no teniendo por qué ser este proceso el mismo en todos
los casos, sí que existe un sentimiento generalizado y común en el
caminante que denota disconformidad, discrepancia con la “vida”
y todo lo establecido. Sabe que hay algo más allá de lo que percibe
con sus sentidos y que el mundo real todavía permanece oculto,
ahora sabe que duerme pero quizá ha decidido dejar de hacerlo.

28
LAS SEÑALES

l inicio del viaje, al Caminante, Héroe —o Guerrero18 para


A algunas culturas mesoamericanas— le será de gran utilidad
proveerse de ciertos recursos. Para ello, estar abierto a las señales
será de suma importancia para poder apreciar lo que Jung denomi-
na “sincronicidades”;19 éstas propiciaran el avance en el camino.
Mantenerse alerta será vital.
Se distingue entre otras, una de las más famosas parábolas que
mejor representan al hombre dormido y la significativa necesidad
de mantenerse en vela o alerta. Tuvo un gran auge durante la Edad
Media y con fuerte influencia en el arte gótico. Nos referimos a la
alegoría de “las diez vírgenes”:
18
Los guerreros se preparan para tener conciencia, y la conciencia sólo les llega cuando
ya no queda en ellos importancia personal. Sólo cuando son nada se convierten en todo.
19
JUNG C.G. “Recuerdos, sueños y pensamientos” (pp. 234-235) Ed.Seix Barral S.A. Frag-
mento del libro: “…Una confirmación del pensamiento sobre el centro y el uno mismo la
obtuve años más tarde (1927) por medio de un sueño. Su esencia la presenté en un mandala
definido como “como ventana a la eternidad”. El dibujo está reproducido en Das Geheimnis
der Goldenen Blüte (El secreto de la flor de oro). Un año después hice otro dibujo, igualmente
un mandala en cuyo centro había un castillo dorado. Cuando estuvo terminado me pregunté:
¿Por qué esto es tan chinesco? Estaba impresionado por la forma y elección de colores, que
me parecían chinos, a pesar de que exteriormente en el mandala no había nada chino. Pero el
dibujo me producía tal sensación. Fue una rara coincidencia recibir poco después una carta
de Richard Wilhelm. Me enviaba el manuscrito de un tratado taoísto-alquímico chino con el
título Das Geheimnis der Goldenen Blüte y me rogaba que lo comentara. Leí rápidamente el
texto, pues aportaba una insospechada confirmación a mis ideas sobre el mandala y el movi-
miento circular alrededor del centro. (...) Para recordar esta coincidencia en sincronicidad es-
cribí entonces bajo el mandala: “1928, cuando hacía el dibujo que muestra el castillo evaluado
en oro, Richard Wilhelm me envió a Frankfurt el texto chino, cuya antigüedad se remonta a
varios siglos, del castillo amarillo, el germen del cuerpo inmortal”.

29
“Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez
vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al no-
vio. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las in-
sensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente
con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas
y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí
viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas
vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las in-
sensatas dijeron a las prudentes: dadnos de vuestro aceite;
porque nuestras lámparas se apagan. Más las prudentes res-
pondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vo-
sotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras
mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el novio;
y las que estaban preparadas entraron con él a la boda; y se
cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes,
diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo:
De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque
no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de
venir”. Mt 25, 1-13
La advertencia a permanecer alerta, en vela, es evidente: no dor-
mirse. Observamos nuevamente que resulta esencial para la construc-
ción interna. Cuando esto no sucede, cuando el hombre se entrega de
nuevo al sueño, le ha vencido la pereza, la comodidad y el ocio. Se
considera un hombre derrotado y por tanto muerto. No es dueño de
sus actos, se ha dejado llevar por la mecanicidad, se ha dejado vencer.
“Y mientras ellos iban por el camino, uno le dijo: Te se-
guiré adondequiera que vayas. Y Jesús le dijo: Las zorras
tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo
del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. A otro dijo:
Sígueme. Pero él dijo: Señor, permíteme que vaya primero
a enterrar a mi padre. Mas él le dijo: Deja que los muertos
entierren a sus muertos” Mt 8, 21-22.

30
Mantenerse en vela
Sencillo no es. Si fuera fácil la humanidad no permanecería dor-
mida. Si fuera fácil no habría continuas referencias sobre la prácti-
ca de la atención despierta en los libros sagrados de las diferentes
culturas y religiones. Si fuera tan fácil cualquier hombre ordinario
podría despertar cuando así lo decidiera. El primer paso será reco-
nocer que uno duerme.
La procedencia de las señales que guiarán al individuo en su iti-
nerario, no se atribuirán a un único origen. Por tanto, estas pueden
emerger con variedad de formas conocidas o menos conocidas. Una
de ellas, es el sueño lúcido.

Sobre la resurrección
Cuando el símbolo de un animal se expresa en términos de re-
surrección, responde a la creación interna del alma, puesto que
cuando el hombre llega a la existencia únicamente dispone de un
cuerpo, el físico; los demás están en latencia a la espera de su gra-
dual constitución. Aquello que don Juan20 llamaría convertirse en
un guerrero y abandonar o matar al hombre ordinario. Desvestirse
del hombre viejo y revestirse del nuevo (Efesios 4,22-24).21 Expre-
sado a través de la simbología de la serpiente y la renovación de la
piel, de la regeneración de los astados o del ave fénix entre otros,
en todos ellos se hace referencia a este estado de renovación o resu-
rrección. La Senda ya existía, ya estaba ahí, siempre estuvo, ahora
el Guerrero la ve.

20
Juan Matus, indio yaqui oriundo del desierto de Sonora, México. Depositario de un anti-
guo conocimiento ancestral, del que Castaneda fue discípulo y portavoz.
21
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del
nuevo hombre.

31
LA IMPORTANCIA ONÍRICA

“El ensueño únicamente puede ser experimentado. Ensoñar no es tener


sueños; tampoco es soñar despierto, ni desear, ni imaginarse nada. A través del
ensueño conseguimos percibir otros mundos, los cuales podemos ciertamente
describir, pero no alcanzamos a describir lo que nos hace percibirlos. Sin
embargo, podemos sentir cómo el ensueño abre esos otros reinos. Ensoñar
parece ser una sensación, un proceso en nuestros cuerpos, una conciencia de
ser en nuestras mentes”.22
Juan Matus

I ncubación: del latín Incubatio, incubationes, acción del verbo


incubare, de la raíz in-cub que significa estar acostado. Vocablo
utilizado en la antigua Grecia para designar una práctica médico-re-
ligiosa vinculada a los templos llamados Asklepeiones, Aludiendo
a Asklepio dios de la medicina, y alineado al dios Apolo, Escula-
pio, Higia y Panacea. El más famoso Asklepeión estaba vinculado
a Epidauro en el Peloponeso (Grecia).
En ellos se practicaba el rito de la Incubatio, método que consistía
en lo siguiente: El enfermo debía dormir en el suelo del templo un nú-
mero de noches suficientes hasta la obtención de un sueño significati-
vo, el cual era interpretado por el Iatromante o Sacerdote que esperaba
pacientemente en el exterior del recinto hasta la salida del paciente.
La práctica o rito de Incubación se sitúa en torno hacia el 6000
a.C., y era praxis fundamental para la posterior interpretación oní-
22
CASTANEDA C. “El arte de ensoñar” Ed. Gaia.

33
rica y resolución de la problemática situación en la que el individuo
se encontraba en ese crucial momento.
Psicólogos y psiquiatras que utilizaron y siguen utilizando el psi-
coanálisis como método de trabajo, han tenido con toda seguridad
acceso a esta disciplina milenaria. Esta práctica permite y posibilita
entender, comprender y trabajar la psique humana.
Existe un lugar en España que fue utilizado en la antigüedad con
este fin. Se trata de “La Casa del Obispo” en Cádiz, enclavado en el
antiguo palacio episcopal y convertido en museo en la actualidad.
El acceso al subsuelo lleva al visitante a un recorrido de 1500 me-
tros por las entrañas de la ciudad.

El arte del ensueño


Don Juan en “Viaje a Ixtlan”23 advierte a Castaneda que ha lle-
gado el momento de aprender a acceder al poder, y para ello —
dice— vas a empezar por “empuñar tus sueños”.
En el mundo de los sueños, existen dos elementos que no se cono-
cen entre sí pero que interactúan; nos referimos al soñador y al que
es soñado. Uno no conoce al otro ni sabe de su existencia. Actúan los
dos figurantes juntos en una realidad del mundo intermedio y cada
uno, soñador y soñado, cree conocer el terreno que está pisando.
Mas no es así. Cuando se unen en esta dimensión, el astral, nada
percibe el uno del otro. El soñador no es consciente de que está
soñando a un personaje que es él mismo y sus circunstancias. El
soñado por su lado desconoce que lo están soñando, y que es el
producto de la mente del soñador. Actúan por separado y uno está a
merced del otro. Aunque esto no siempre es así.
El objetivo del Trabajo sobre uno mismo, es conocer todo acerca
de las multiplicidades que conforman la complejidad del hombre.
Una de las metas principales será poner en contacto estas dos reali-
dades, que soñador y soñado se reconozcan, interactúen y colabo-
ren en la construcción del individuo.
23
CASTANEDA C. “Viaje a Ixtlan” Ed. F.C.E. España S.A.

34
EL ANIMAL Y EL ORIGEN DEL SÍMBOLO

“El símbolo es símbolo cuando simboliza, cuando se lo reconoce como tal. Un


símbolo que no hable directamente a quien lo percibe deja de ser símbolo”.
Raimon Panikkar24

L os orígenes de la simbología atribuida a los animales tienen una


estrecha relación con la zoolatría25 y el totemismo. Desde las
culturas más arcaicas de nuestro mundo conocido hasta nuestros
días, el animal como arquetipo está circunscrito íntimamente en lo
más profundo de nuestro inconsciente colectivo.
Si realizamos un breve viaje por el tiempo, entre el 8000 a.C y
el 6000 a.C, descubrimos que una parte importante de las deidades
pertenecientes a culturas, como la egipcia, describen representacio-
nes zoomórficas, perfiles con elementos animalescos y elementos
humanos. Estas representaciones despistaron a ciertos egiptólogos
que llegaron a creer que estas civilizaciones rendían culto a los ani-
males como si de hierofanías se trataran. Nada más lejos de la rea-
lidad.
Las inscripciones egipcias con símbolos de animales en unos ca-
sos, y humanos con cabeza de animales en otros, representaban una
acción vital de un comportamiento que transforma y perfecciona
al hombre. Cada acción importante de la vida tiene un símbolo
que la representa.
24
Raimundo Pánikkar Alemany (1918 – 2010) filósofo, teólogo y escritor español.
25
Culto religioso en el que se considera al animal como manifestación de la divinidad.

35
Muestra de la incursión del animal en el universo humano como
instrumento para la alegoría, la encontramos por ejemplo en los
textos sagrados judeo-cristianos del Antiguo Testamento, a través
de la visión del profeta Ezequiel que nos describe así:
“Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de
león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la iz-
quierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de
águila”. (Ezequiel 1,10)
De esta visión se derivaran dos hipótesis:
— Existe una primera teoría donde se cree que se deriva de la
astrología zodiacal babilónica.
— En la segunda, que está influenciada por los cuatro elemen-
tos básicos de la alquimia: agua, aire, fuego y tierra.
Una visión similar a la del profeta aparece en un pasaje del Apo-
calipsis de Juan donde describe a cuatro ángeles zoomorfos que
rodean al pantocrátor.26 Tanto los tetramorfos27 como el pantocrátor
son una constante del arte medieval.
Aristóteles y Plinio el Viejo fueron precursores de importantes
libros dedicados a la simbología animal.
Destacamos “Physiologus”, compuesto en Alejandría en el siglo
II d.C.; dos siglos más tarde aparece “Hirolyphica” de Horopolo,
una de las más importantes aportaciones en este campo.
Ya en la época medieval, se extendió por occidente toda una
cultura animalista simbólica como fue el caso de “Los Bestiarios
de Filipo de Thaün” o el “Llibre de les Bèsties” de Ramón Llull.
Una de las traducciones más comunes de la palabra pantocrátor es “todopoderoso”, for-
26

mado del prefijo pan- “todo” y el verbo (κρατεω) que significa “acometer o realizar algo”.
27
Representación cuádruple de la encarnación del orden del cosmos, se le reconoce en el
arte cristiano como imagen del Pantocrátor, aunque con toda probabilidad tiene su origen
en Mesopotamia y los 4 hijos de Horus que se representaban con cabeza de animal y cuerpo
humano. También en el hinduismo hay referencia de esta iconografía en las cuatro cabezas
de Brahama.

36
Finalmente señalar el origen de la palabra “animal”, procedente
del latín “animal-alis”, el ser dotado de respiración, el que vive.
Derivado de la palabra “animus” que nos habla del ser provisto del
soplo vital, también “ánima o alma” que en griego significa “psi-
que”.
Psique es la diosa que Eros despierta a través del amor. Amor
entendido como fuerza creadora del universo. Su historia narra las
pruebas por las que el alma debe pasar para trascender cualquier
estado inferior. El mito del héroe —heroína en este caso— no está
representado por la fuerza física como en otros mitos, sino que nos
transmite la idea que a pesar de la fragilidad de Psique, en su inte-
rior dispone de la fuerza necesaria para superar los obstáculos que
Afrodita, como símbolo del amor, propondrá resolver a la heroína
conduciéndola a través de las cuatro pruebas que deberá vencer
para recuperar su alma dormida.

37
OPUESTOS PERO NO TANTO

“Todo lo que existe, existe como resultado de la acción convergente sobre


un mismo punto y en el mismo momento de tres fuerzas: pasiva, activa y
neutralizante”.
Boris Mouravieff

E stas tres fuerzas reflejan las tres condiciones básicas de la


Creación.
Representan en el Universo creado la manifestación de las tres
condiciones de la Creación, concebidas en la pre-existencia del
Mundo por la Divinidad no manifestada.28
A lo largo de la segunda parte de este manual, observaremos
que un número importante de animales los cuales gozan de cierta
relevancia por su importancia simbólica e histórica en diferentes
culturas, se identifican con significados opuestos.
¿Se podría intuir que esta doble interpretación opuesta la una de
la otra, tuviera la intención de alterar o quizás velar verdades origi-
narias y hasta incómodas?
La alteración del concepto o representación inicial del símbolo,
se modifica hasta el punto de invertir muchas veces su valor pri-
mordial, hecho que llevará a la confusión del conocimiento original
del arquetipo.
Uno de los ejemplos más significativos lo encontramos en la
simbología de la serpiente y su doble interpretación. En la misma
28
MOURAVIEFF B. Gnosis Tomo I. Ciclo Esotérico. Les éditions de las Bacconiére S.A.

39
cultura cristiana, si nos situamos en diferentes épocas, la hallamos
como la representación del Cristo y su elevación en la Cruz, y en
otras ocasiones personifica las tinieblas, la tentación, el engaño y
el diablo.
Prueba de esta dualidad intrínseca en toda la naturaleza y de
complejo estudio la podemos encontrar en una de las más contro-
vertidas obras de Aristóteles, “Metafísica”,29 obra donde queda
plasmada esta batalla de los contrarios para poder entender la pro-
pia naturaleza de los “entes” partiendo de la unidad, pasando por la
dualidad y llegando finalmente a la trinidad. Para ello el autor revisa
pensamientos e ideas de sus contemporáneos y antecesores eruditos.
Dice así:
“Así, pues, entre los que sostienen que todo es uno, nadie
llegó a concebir tal causa, a no ser, quizá, Parménides, y
éste, en tanto en cuanto afirma que no sólo un elemento, sino
dos, en cierto modo, son causas. En cambio, a los que dicen
que son más, les es más fácil enunciarla; por ejemplo, a los
que admiten como tales lo Caliente y lo Frío o el Fuego y la
Tierra; pues atribuyen al Fuego la naturaleza motriz, y al
Agua y a la Tierra y otros elementos semejantes, lo contrario.
Después de éstos, y considerando que tales principios no
bastaban para generar la naturaleza de los entes, y de nue-
vo obligados, como hemos dicho, por la verdad misma, otros
filósofos buscaron el tercer principio. Pues de que en unos
entes haya y en otros se produzca lo bueno y lo bello sin duda
no es causa ni el Fuego ni la Tierra ni ninguna otra cosa
semejante, ni probablemente aquéllos lo creyeron. Y tampo-
co estaría bien confiar a la casualidad y al azar tan gran
empresa. Por eso cuando alguien dijo que, igual que en los
animales, también en la naturaleza había un entendimiento
que era la causa del mundo y del orden todo, se mostró como
hombre prudente frente a las divagaciones de los anteriores.
29
Aristóteles “Metafísica” Ed. Escuela de filosofía Universidad ARCIS

40
Sabemos con seguridad que Anaxágoras adoptó este punto
de vista; pero se dice que su primer iniciador fue Hermotimo
de Clazómenas. Así, pues, los que pensaban de este modo
afirmaron que la causa del bien era el principio de los entes
y, al mismo tiempo, el principio de donde reciben los entes el
movimiento.
Puede sospechar alguien que fue Hesíodo el primero en
buscar tal cosa, y, con él, otros que quizá consideraron el
Amor y el Deseo como principio de los entes, como también
Parménides. Éste, en efecto, tratando de explicar la genera-
ción del universo, dice: “concibió en su mente al Amor / mu-
cho antes que a los demás dioses”, y Hesíodo: “mucho antes
que todas las cosas fue el Caos, y después / la Tierra de ancho
pecho... / y el Amor, que brilla entre todos los inmortales”,
pensando que debe haber en los entes una causa que mueva
y congregue las cosas. De cómo se deba juzgar a éstos en
cuanto a la prioridad, permítasenos decidir más tarde.
Pero, como era evidente que también estaba en la natura-
leza lo contrario del bien, y no sólo el orden y la belleza, sino
también el desorden y la fealdad, y que eran más los males
que los bienes, y más las cosas feas que las bellas, hubo otro
que introdujo la Amistad y el Odio; la primera, como causa
de éstas, y el segundo, de las otras. Si uno, en efecto, profun-
diza y se atiene al pensamiento y no a los balbuceos con que
se expresa Empédocles, hallará que la Amistad es causa de
las cosas buenas, y el Odio de las malas.
Así, pues, si alguien dice que, en cierto modo, Empédocles
propone, y propone el primero, el Mal y el Bien como princi-
pios, es probable que tenga razón, si es cierto que la causa de
todas las cosas buenas es el Bien en sí, y de las malas el Mal.
Leucipo y su colega Demócrito dicen que son elementos lo
Pleno y lo Vacío, a uno de los cuales llaman Ente, y al otro,
No-ente; y, de éstos, piensan que lo Pleno y Sólido es el Ente,

41
y lo Vacío, el No-ente (por lo cual dicen también que el Ente
no es en mayor medida que el No-ente, porque tampoco el
Cuerpo es en mayor medida que lo Vacío), y que éstas son las
causas materiales de los entes”.
Concluimos enredados en la ley de los opuestos que de siem-
pre ha sido motivo de discrepancias y conflictos existenciales para
pensadores, místicos y filósofos. Y lo hacemos conscientes de la
dualidad que se da en la interpretación del símbolo, pues existe en
la naturaleza de todas las cosas. En la propia Naturaleza ¿cómo
llegaría a dar fruto una planta, sino muere antes la semilla? El agua
posibilita la vida, el agua pudre y descompone la vida. La misma
agua que pudre la semilla, hará que germine y nazca el nuevo fruto.
Los animales escogidos en la segunda parte de esta obra, están
imbuidos de polaridad, vivirlo como un contratiempo, es un contra-
tiempo; percibirlo como una posibilidad de trascender la dualidad
es la finalidad.
No es en la lucha de los contrarios donde está la batalla, sino en
encontrar el tercer elemento neutralizador, el elemento trinita-
rio o ley de tres, que nos permitirá ver más allá de lo aparente-
mente significativo.

42
LOS ELEMENTOS

C on frecuencia la clasificación simbólica de las bestias tiene


correspondencia con los cuatro elementos. Estos elementos,
fuego, aire, agua y tierra, simbólicamente son manifestaciones de
nuestra psique. Jung entendió cuatro modos principales de percep-
ción, los cuales se expresan de forma distinta en cada individuo, así
se dividen en cuatro funciones de la Conciencia: Intuición, Sensa-
ción, Pensamiento y Sentimiento.
Los cuatro elementos se manifiestan en el ser humano a través
de las cuatro funciones de la conciencia:
El Fuego se manifiesta a través de la Intuición.
La Tierra a través de la Sensación.
El Aire a través del Pensamiento.
El Agua a través de los Sentimientos.

Fuego
En alquimia es “agente de transformación”. Para los pueblos pri-
mitivos es un demiurgo30 y procede del Sol.
Los ritos ígnicos, como las hogueras de san Juan, tienen una fi-
nalidad purificadora y destructora de las fuerzas del mal. El triunfo
del Sol contra el poder de las tinieblas por analogía.
30
Diferentes definiciones para el término demiurgo. En mitología el demiurgo es un genio
ordenador. Para los gnósticos demiurgo es un elemento creador y ordenador del mundo
material que se convierte en encarnación del mal, aprisionando a los hombres y encadenán-
dolos a las pasiones materiales. En cualquier caso es un elemento del cosmos que ordena ya
sea en sus estadios más densos de la materia o no.

43
Atravesar el fuego es símbolo de trascender la condición huma-
na, afirma Mircea Eliade en “Mitos, sueños y misterios”.31
La veneración al Fuego junto con el culto al Sol ha sido y sigue
siendo rasgo característico de casi todos los pueblos desde la Anti-
güedad hasta hoy, esta asociación se debe a que los dioses solares
habitualmente también lo eran del fuego.
En la mitología Griega, dos dioses están asociados, Vulcano y
Prometeo. El primero simboliza el fuego elemental que moldea lo
físico, el hierro. El segundo, la antorcha de Prometeo encendida en
el Carro del Sol, lleva consigo el “fuego celestial”; quien lo consiga
obtendrá la paz mental y la claridad de conocimiento.

Aire
Se relaciona este elemento con todo lo masculino, asociado a
tres causas o motivos:
— El hálito vital creador
— La Palabra
— El movimiento
Considerado como el reino intermedio entre el cielo y la tierra y
medio por el cual los dioses transmiten sus mensajes a los hombres.
En la tradición china y en la cristiana se hace mención de los
soplos místicos para transmitir el espíritu de vida al humus.
En la mayoría de culturas del centro y sur de América, el soplo
es utilizado en diferentes rituales de iniciación.

Agua
El agua cómo fuente y principio femenino de la vida. Es consi-
derado elemento mantenedor de la vida que circula a través de toda
la naturaleza y la nutre, en forma de:
31
ELIADE M. “Mitos, sueños y misterios” Ed. Kairós.

44
— Lluvia
— Leche
— Savia
— Sangre
En alquimia simboliza el mercurio en su primer estadio de trans-
formación.
Símbolo de unión universal de virtud y procedencia de toda for-
ma de creación.
Asociado al bautismo; lo interpretamos como muerte y resurrec-
ción. Cuando el individuo se sumerge en las aguas bautismales, es
muerte y cuando emerge, surge de ellas el hombre nuevo.
En la parábola de la Samaritana:
“…Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva”
Intrigada y dudosa, y al ver que Jesús no llevaba recipiente para
el agua, la mujer volvió a preguntar: “… ¿De dónde, pues, tienes
el agua viva?” Entonces Él declaró ser la fuente de agua viva, el
manantial de vida eterna, diciéndole:
“…Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás;
sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que
salte para vida eterna” Juan 4,10-14.

Tierra
Dadora de vida. El gran Útero, la diosa Madre o la Madre Tierra,
simboliza la fecundidad y lo femenino.
En Grecia, se asocia a la diosa Gea y al dios Urano.
Es la plasmación en el plano físico de aquello que tiene origen y
surge del mundo de las ideas.
En diferentes culturas la tierra es representada por animales que
llevan tierra en sus espaldas, en la India la tortuga y el escarabajo
en Egipto.

45
EL LINAJE: LOS ANCESTROS,
LOS GRANDES DESCONOCIDOS

“Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”.


Marco Tulio Cicerón

E l símbolo es una vía de acceso al inconsciente del colectivo


familiar. Descorre el velo del silencio que impera en las pro-
fundidades de la memoria del clan. Escondidas en apariencia las
memorias ancestrales afloran a través de la psique del individuo en
un momento concreto de su historia.
Examinamos el siguiente pasaje y sostenemos como la idea de
culpas, faltas y pecados mantenidos durante generaciones, queda
recogido desde hace milenios en diferentes libros sagrados:
“Mantengo mi amor hasta un millar de generaciones, per-
dono las culpas, las faltas y los pecados, pero no tengo el cul-
pable por inocente: pido cuentas de las culpas de los padres
a los hijos y los hijos de los hijos, hasta la tercera y la cuarta
generación”. Éxodo 34,7
Si rescatamos del texto la palabra “pecado” de la raíz “ped” en-
contramos que significa “pie” en latín “pecco” de la contracción
“pedico”, cuyo significado es tropezar o cometer un error. Entonces
vemos cómo el significado de la palabra “error” ha llegado hasta
nuestros días, tras sucesivas traducciones y transformaciones, con-
vertido en “pecado”.

47
Tanto es así, que se ha creído y aun se sigue creyendo proba-
blemente en muchos casos, que una maldición viene dada por un
elemento externo a uno mismo (llámese dios en el caso del judeo-
cristianismo) como consecuencia de un “pecado” cometido.
Pero examinemos el pasaje desde una nueva perspectiva pasan-
do por alto un supuesto castigo divino arrastrado o heredado de
generaciones anteriores, interpretándolo ahora como un posible
“error” cometido por algún ancestro de nuestra propia línea de san-
gre. Cuando los errores cometidos por uno o más componentes del
clan quedan atrapados en el inconsciente colectivo del linaje fami-
liar, se formará un entretejido o red codificada que irá formando un
entramado como si de una tela de araña se tratara. Esto provocará la
sucesión de patrones o programas de dichos errores a las siguientes
generaciones (también factores genéticos heredados), y sucederá
hasta que un individuo en algún eslabón de la cadena pueda llegar
a descubrir, hacer consciente y actuar para liberar el dolor y la
carga de generaciones a través de su propia realidad presente, te-
jiendo una nueva codificación y restableciendo así la armonía en las
generaciones sucesivas.
En la antigüedad se transmitían generacionalmente y de forma
oral los valores, cultura e historia familiar, es decir, todo el cono-
cimiento de un linaje familiar y de la colectividad. No existían por
tanto los secretos de familia, los hoy llamados por alguna de las
ramas de la psicología moderna “muertos o fantasmas familiares”,
sino que todos los componentes de un clan conocían la historia y
mapa de su linaje desde el principio, incluyendo dramas familiares
y heridas transgeneracionales.
Si hacemos un breve repaso por los textos sagrados, extraemos
del Nuevo Testamento lo siguiente en Mt 1, 2-17:
“…Abraham fue padre de Isaac; Isaac, de Jacob, Jacob,
Judá y sus hermanos; Judá fue padre de Fares y Zara, naci-
dos de Tamar; Fares fue padre de Hezrón; Jesrón, de Aram;
Aram, de Aminadab; Aminadab, de Naasson; Naasson, de

48
Salmon; Salmon fue el padre de Booz, nacido de Rahab;
Booz fue padre de Obed, nacido de Rut; Obed fue el padre de
Jesé; Isaí fue el padre de David, el rey.
David fue padre de Salomón, nacido de la mujer de Urías;
Salomón fue padre de Roboam; Roboam, de Abies; Abies,
de Asa; Asa de Josafat; Josafat, de Joram; Joram, de Ozías,
Ozías, de Jotam; Jotam, de Acaz; Acaz, de Ezequías; Eze-
quías, Manasés; Manasés de Amon; Amon, de Josías; Josías
fue padre de Jeconías y sus hermanos. En aquel tiempo hubo
la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue el
padre de Salatiel, Salatiel de…”
Y así hasta 3 veces 14 generaciones…

Orígenes generacionales
En el año 3600 a.C. y bajo el gobierno del emperador Fu-xi, en
China se decreta la obligatoriedad de los apellidos Matronímicos32
en todo el país. Y es en el 1500 a.C., durante el reinado del empera-
dor Shang, que se empezará a heredar el apellido del padre.
El Imperio Romano disponía de la llamada Tria Nómina que
consistía en un nombre de pila o primer nombre, un segundo nom-
bre que correspondía al del clan o gens, y un tercero que procedía
de la rama familiar. En el caso de Publio Cornelio Scipio El Africa-
no (236-183 a.C.) existe un cuarto nombre o apodo, al tratarse del
general que derrotó a Aníbal durante la batalla de Zama.
Tras la caída de Roma, Europa se sumerge en la época más oscu-
ra conocida, la Edad Media, momento en que se renuevan las iden-
tidades y se olvidan las fórmulas romanas de los apellidos. Solo la
nobleza seguirá usándolos, el resto, el nombre de pila.
32
Un matronímico es un nombre personal basado en el nombre de la madre, abuela, o
cualquier ancestro femenino.

49
Durante el siglo XII, la población crece exponencialmente y se
hace necesario identificar a las personas ya que muchas usan el
mismo nombre de pila, es entonces cuando se determina establecer
detrás del primero el del oficio que desempeñan, así quedará; Juan
el Panadero, Pedro el Herrero, Molinero, Sastre, Pastor etc.
Más tarde se incorporan los geográficos derivados de paisajes
naturales: Puente, Rio, Arroyo, Colina, Monte, Bosque, Prado, Ri-
bera, Roca, Perales etc.
Los de características personales fueron populares en el imperio
romano, nadie se sentía ofendido por llamarse de apellido, Cojo, Biz-
co o Tartamudo si este era un rasgo propio. También Rubio, Pelirrojo
(Rojo), Calvo, Delgado, Grande, Pequeño, Serio, Alegre, etc.
El apellido es por todo lo expuesto, una forma más de expresión
de aquello que somos; la suma de realidades pasadas.

Sin identidad
En la actualidad, el hombre es incapaz en la mayoría de los casos
de poder consultar ni acceder siquiera dos generaciones anteriores.
Un individuo apenas conoce la historia de la generación anterior a
él, es decir, sus padres y lo poco que conocerá será de forma frag-
mentada y subjetiva, comentada de forma parcial por alguno de sus
progenitores.
Para conocerse uno mismo es preciso conocer, entre otras cosas,
de dónde viene y hacia dónde dirigir sus pasos. La historia familiar
forma parte de la historia personal.
El trabajo de investigación, estudio y despiece de la realidad fa-
miliar llevará al individuo a comprender ciertas fracciones de su
vida. Porqué nació un día determinado, porqué le pusieron un nom-
bre concreto y no otro, porqué hay una trama familiar no resuelta,
y sobre todo, por qué le afecta todo ello en un momento conciso de
su propio presente.

50
Las ramas genealógicas se identifican como un organismo vivo
que siente y se transforma continuamente. Cada miembro cumple
una función y cualquier cambio o acción significativa de uno de
ellos afectará a toda la trama.
Cada clan o familia utiliza un lenguaje no verbal que le es pro-
pio, compuesto de miradas y gestos, incluso a veces frases carac-
terísticas, y que usaran de forma no consciente. El inconsciente
colectivo habrá registrado durante generaciones una información
concreta que cada miembro del linaje mantendrá sin descodificar.
El inconsciente se servirá de los campos de resonancia mórfica para
tal tarea.
Rupert Sheldrake,33 autor de la teoría de los campos mórficos,
nos habla de ellos como sistemas naturales auto-organizados. Esta
teoría nos indica que la causa de las formas es la influencia de estos
campos organizativos. La característica principal expresa o mani-
fiesta que la formación de ideas, cristales, moléculas, incluso de
las sociedades mismas, dependen de la manera en qué otros tipos
similares de estructuras han sido organizados en el pasado.
El campo de resonancia mórfica es el medio por el cual una in-
formación es transferida a través del espacio-tiempo, de un sistema
anterior a uno posterior de la misma tipología.
Todo ello nos indica que las especies biológicas comparten cam-
pos de información que no solo se transmiten genéticamente, sino
que existe una memoria más allá de la materia, en la naturaleza
misma.
Es a través y gracias a la naturaleza de estos campos que po-
demos dirigirnos a una posible salida de la “caverna”.34 Si somos
capaces, eso sí, de descodificarlos podremos iniciar el camino de
retorno.
33
Rupert Sheldrake (1942) biólogo y filósofo británico. Autor del desarrollo de la teoría de
los Campos morfogenéticos.
34
Alegoría o mito de la Caverna, realizada por el filósofo griego Platón al principio del VII
libro de La República.

51
La clave está en el símbolo. El símbolo se encuentra en el mito.
El inconsciente lo captura y retiene quedando a la espera de in-
terpretación. La importancia del símbolo en cada cultura hace que
necesitemos de nuestros propios códigos culturales para su desci-
frado.
No será lo mismo el color rojo para un individuo occidental que
para uno oriental, ni tampoco el dragón para la cultura china que
para la grecorromana. De ahí la trascendencia de cada pueblo en
relación íntima con la interpretación del símbolo. Esta se realizará
según la cultura donde el mito se originó.

52
EL ARQUETIPO EN LA HISTORIA

A lo largo de estas páginas se ha utilizado, entre otras fuentes,


las Sagradas Escrituras judeo-cristianas. Entendiéndolas estas
como una recopilación de códices, que por una parte, se identifican
como escritos redactados por eruditos procedentes de las corrientes
de pensamiento de la Antigua Grecia, y por otra, quedan determi-
nados gran parte de los manuscritos del Antiguo Testamento como
recopilaciones transferidas y heredadas de la mitología Egipcia,
Babilónica o Sumeria, entre otras, a causa de las continuas invasio-
nes, huidas y colonizaciones, que sistemáticamente sufrió el pueblo
de Israel.
Las fuentes antiguas como origen de una realidad histórica es-
tán imbuidas de subjetividad. ¿Es la historia entonces fuente donde
beber para otorgar veracidad a un suceso? Vamos a entrar en una
de las historias más debatidas y fascinantes de los últimos dos mil
años.
¿Existió Jesús de Nazaret cómo personaje histórico, cómo per-
sonaje divino, las dos cosas o ninguna?
No realizaremos un trabajo en profundidad pero sí nos acercare-
mos brevemente a algunas referencias históricas para dar contenido
a la siguiente descripción.
Veamos que dice la historia según las diferentes fuentes —ju-
días, cristianas y paganas— consultadas.

53
Fuentes judías
Uno de los testimonios más importantes fue Flavio Josefo.35 Nos
cuenta en su obra “Antigüedades Judías”.36
“Por aquella época apareció Jesús, hombre sabio, si es
que se le puede llamar hombre, fue autor de obras mara-
villosas, maestro para quienes reciben con gusto la verdad.
Atrajo a sí muchos judíos y también muchos gentiles. Este
era el Cristo (el Mesías). Habiendo sido denunciado por los
primados del pueblo, Pilato lo condenó al suplicio de la cruz;
pero los que antes le habían amado le permanecieron fieles
en el amor. Se les apareció resucitado al tercer día, como lo
habían anunciado los divinos profetas que habían predicho de
El ésta y otras mil cosas maravillosas. De él tomaron su nom-
bre los cristianos, cuya sociedad perdura hasta el día de hoy”.
No obstante, algunos autores aseguran que en los textos de Fla-
vio Josefo hubo interpolación de los textos por parte de autores
posteriores al mismo Flavio, es decir, se intercalaron palabras o
frases en el texto del manuscrito para darle un sentido específico y
concreto al relato. Afirman estos autores que durante el estudio de
los textos se aprecia que no guardan concordancia con el resto del
capítulo.

Fuentes paganas
Cornelio Tácito,37 nos dejó escrito en sus “Anales” En el libro
XV, 44:
“Aquél de quien procede ese nombre (de cristianos), Cris-
to, fue entregado al suplicio siendo emperador Tiberio por el
procurador —gobernador ecuestre de Judea— Poncio Pilato”
35
Tito Flavio Josefo también conocido como José ben Matityahu o Josefo ben Matityahu
(a.C.37-101) historiador judío fariseo, descendiente de familia de sacerdotes.
36
JOSEFO T.F. “Antigüedades Judías” Libro VIII, capitulo III, párrafo 3
Cornelio Tácito (Cornelius Tacitus) (a.C.55 – 120) historiador, senador, cónsul y gober-
37

nador del Imperio romano.

54
Suetonio38 escribió en su obra “Vida de Claudio” de “Las Vidas
de los doce césares” (De vita Caesarum): “expulsó de Roma a los
judíos en continua agitación a causa de Crestos (Cristo).”
Plinio el Joven,39 en su carta a Trajano escribe que los cristia-
nos tienen por costumbre reunirse un día determinado, al amanecer,
para alabar a Cristo a quien consideran su Dios.
Algunos eruditos ponen esta fuente en cuarentena, debido a la
distancia en el tiempo que existe entre la vida de Jesús y la fecha
en que algunos autores redactan sus cartas, estando algunas de ellas
datadas en el siglo II d.C.

Fuentes cristianas
Legan testimonio escrito de la existencia de Jesús a través
del Nuevo Testamento; los Evangelios Sinópticos, el evangelio
de Juan, las cartas de Pablo de Tarso escritas entre los años 50 y
60. También algunos de los apócrifos (Nag Hammadi 1945)
se han tomado como fuentes documentales. Se incluyen así
mismo, los Hechos de los apóstoles y diferentes cartas y epís-
tolas.
En todos ellos, en mayor o menor medida, se narra la vida y
enseñanzas de Jesús, permitiendo entrever a partir de un trabajo
exegético las dos líneas, a priori, de interpretación. Dos vías de
análisis que nos referirán a un Jesús histórico de naturaleza humana
y a otro de naturaleza divina.
La narración en dos tiempos, una más superficial y literal, y otra
de profundidad interpretativa, la podemos hallar en casi la mayoría
de los textos.
Gayo Suetonio Tranquilo (a.C. 70 - 126) historiador y biógrafo romano durante los reina-
38

dos de los emperadores Trajano y Adriano.


Cayo Plinio Cecilio Segundo, conocido como Plinio el Joven (a.C. 61 - 113 aprox.) aboga-
39

do, escritor y científico de la antigua Roma.

55
Más allá de la Historia
¿Es posible analizar un aspecto de la realidad sin pasar por el
tamiz de la historia, pero no por ello dejar de transitar por la reper-
cusión o enseñanza del contenido? Entramos ahora en el territorio
de la simbología y el arquetipo sin obviar el hecho histórico.
“Dejad estar a los niños: no les impidáis que vengan a mí, por-
que el Reino de los cielos es de quienes son como ellos”. Mt 19,14
Analicemos alegóricamente este versículo del evangelio de Ma-
teo. Si lo interpretamos a un nivel no histórico, entrevemos un con-
tenido más profundo que guarda relación con los procesos internos
humanos: El iniciado se convierte en niño, es ahora un recipiente
preparado para llenarse de nuevo, una mente receptiva, nueva─
la del principiante─ que no dará nada por sentado y donde todo
está por descubrir. Preparada para recibir de la fuente original el
nuevo alimento (enseñanzas) para la creación de su alma.
Los maestros Zen no acogen discípulo que no haya antes vacia-
do su taza.
Los arquetipos no se difunden por tradición, lenguaje o migra-
ción —dice Jung— si no que pueden perfectamente volver a surgir
espontáneamente en cualquier época y lugar sin ser influenciados
por ninguna transmisión exterior.
Podríamos entonces definir el arquetipo como la creación del
inconsciente colectivo, de figuras ejemplares y trans-históricas.
Cuando Campbell nos legó el estudio del Monomito, sin duda abrió
la puerta al arquetipo de Jesús de Nazaret como uno de los más
importantes de la historia.
La gnosis contemporánea nos hablaría del Cristo íntimo cómo
aquel que surge interiormente en el trabajo relacionado con la di-
solución del Yo Psicológico. El Cristo interior solo adviene en el
momento cumbre de nuestros esfuerzos intencionales y padeci-
mientos voluntarios. El Cristo íntimo se hace entonces cargo de to-
dos nuestros procesos mentales, emocionales, motores, instintivos
y sexuales.

56
La alquimia nos revela que la construcción del Cristo interno se
realizará a través de la Gran Obra:
“La imagen del laberinto se nos presenta, pues, como em-
blema del trabajo entero de la Obra, con sus dos mayores
dificultades; la del camino que hay que seguir para llegar al
centro —donde se libra el rudo combate entre las dos natu-
ralezas—, y la del otro camino que debe enfilar el figurante
para salir de aquél.
Aquí es donde se necesita el hilo de Ariadna, si uno no quiere
extraviarse en los meandros de la Obra y verse incapaz de salir”.40
Hallamos entonces que la historicidad o divinidad del Cristo no
es tan importante como el arquetipo del Héroe o Guerrero que en sí
encierra para el desarrollo de la Obra.

40
Fulcanelli. El Misterio de las Catedrales. Ed. Biblok.

57
EL SER MECÁNICO

“La evolución del hombre es la evolución de su conciencia. Y la “conciencia”


no puede evolucionar inconscientemente. La evolución del hombre es
la evolución de su voluntad, y la “voluntad” no puede evolucionar
involuntariamente. La evolución del hombre es la evolución de su poder de
“hacer”, y el “hacer” no puede ser el resultado de lo que “sucede”
G.I Gurdjieff

a mecanicidad del hombre no es nada nuevo, constatado ya


L desde la antigüedad por filósofos, pensadores y místicos. El
libre albedrio es un eufemismo. El hombre no “hace nada”; al hom-
bre le “sucede” aquello que cree hacer. Él imagina tomar decisiones
y la realidad simplemente es otra.
El conjunto de influencias que recibe del exterior harán variar y
modificar su realidad interna, y movido por estas alteraciones se de-
jará arrastrar tomando decisiones que cree suyas pero que no lo son.
Este no es un aspecto aislado y desconocido del hombre, sino
muy al contrario, conocidas estas características humanas por go-
biernos y grandes multinacionales se servirán de este conocimiento
para poder disciplinar a la opinión pública y limitar la libertad de
pensamiento. Lo que se conoce hoy como Neuromarketing —llá-
mesele neurociencia aplicada al ámbito de la mercadotecnia—no
es otra cosa que la manipulación a escala con la intención de poder
llegar a predecir la conducta del consumidor y así aumentar las
ventas.

59
Algunos estudiosos sobre la psicología de las masas llegaron
a la conclusión de que la mente del grupo no piensa en el sentido
estricto del término. En lugar de eso, tienen impulsos, hábitos y
emociones. Las personas por norma general no se percatan de las
razones que dirigen sus acciones. Una persona piensa que está ad-
quiriendo libremente un artículo tras valorar sus características y
llegar a la conclusión que es de lo mejor del mercado. Será casi sin
duda alguna un autoengaño, provocado este por la ilusión transfe-
rida a un cerebro condicionado por una publicidad subliminal en
ciertos casos y directa en otros.
Esta técnica “juega” con la emocionalidad del individuo sabien-
do que no la podrá controlar si no es guiada a través de una inten-
cionalidad consciente, y esta y no otra será la finalidad del viaje del
Héroe, llegar a conocer de forma consciente sus acciones, emocio-
nes y pensamientos.
La importancia de la atención es vital para la disolución de la
mecanicidad, la cual atravesará una y otra vez nuestro campo men-
tal para desviarla, y lo conseguirá la mayoría de las veces sino man-
tenemos nuestras lámparas de aceite encendidas.
Pascal dijo: “Todos los problemas de la humanidad proceden
de la incapacidad del hombre sentado en una instancia sin hacer
nada”.
Es por tanto vital seguir las indicaciones del proverbio árabe que
nos dice que “quien quiere hacer algo encontrará un medio y el que
no, una excusa”. No existen las excusas; usarlas es el miedo a la li-
bertad, es manifestar desasosiego ante el hecho de descubrir lo que
realmente uno ES. Descartes, en sus “Meditaciones Metafísicas”41
nos decía al respecto:
“No sé nada; no disputo de eso ahora; no puedo dar mi
juicio más que de cosas que son conocidas; he sabido QUE
SOY, y ahora busco saber QUÉ SOY, yo que he reconoci-
do ser. Sin embargo, es muy cierto que esa noción y conoci-
41
Descartes. “Meditaciones Metafísicas”. Ed. Alianza.

60
miento de sí mismo, tomada precisamente así, no depende las
cosas cuya existencia me es por ahora desconocida; ni, por
consiguiente y con más razón, de ninguna de aquellas que
son fingidas e inventadas por la imaginación”
Entonces, lo primero es confirmar “que soy” para luego saber
“qué soy”. Alentar, manifestar y declarar que para dar el primer
paso no es necesario ver la escalera entera, solo dar el primer paso.
El simbolismo, signo o señal que un animal pueda proporcio-
narnos y que aparece en nuestra vida por cualquiera de las vías po-
sibles o probables y que se hallen disponibles en nuestra realidad,
se traduce como aquello que requiere ser completado en nuestro
camino.
Los sueños del Faraón interpretados por José,42; los estados de
ensoñación que Castaneda nos relata a través de sus propias ex-
periencias; las prácticas de los Iatromantis entre los que destacó
Parménides (Parmeneides) el cual nos legó en su fragmentado y
muy tristemente mal interpretado “Poema del Ser” una valiosa re-
velación; nos refieren todos ellos, la importancia de este proceso
sumamente trascendental y a la vez desconocido para la mayoría
No obstante, las señales se encuentran también más allá de los
sueños.

42
Génesis 41, 1-36. 1 Aconteció que el faraón tuvo un sueño: Se encontraba a orillas del
Nilo y vio salir del río siete vacas, hermosas y gordas, que iban pastando entre los juncos.
Detrás de ellas salieron otras siete feas y flacas, que se quedaron al lado de las primeras, en
la orilla del río. Las vacas feas y flacas se comieron a las siete vacas hermosas y gordas. En
ese momento el faraón se despertó…”

61
DEL SILENCIO AL VERBO

“El silencio que Dios fecunda, no es el de aquel que está callado,


sino el de aquel que está a la escucha”.
Mamerto Menapace, monje y escritor argentino

La soledad es una gracia


xiste una soledad que rehuimos y una soledad que buscamos.
E Solamente cuando la deseamos y la vivimos, nos sentimos ple-
namente nosotros mismos. Este retiro interior es el campo de experi-
mentación de la propia personalidad. El silencio derivado de la sole-
dad elegida, es el compañero fiel para despertar la escucha activa que
nos llevará a vivir en estado de alerta amplificando nuestros sentidos.
La soledad si no es impuesta, es una experiencia trascendental
de ruptura. Las decisiones importantes y profundas de la vida de-
berían ir precedidas por un tiempo de soledad, por un tiempo de
silencio para escuchar.
Es conveniente disponer de un espacio y un tiempo para que
cada individuo discierna sobre la fracción de soledad y de vida en
comunidad que necesita para su salud emocional.

Miedo
La soledad es percibida como negativa y angustiosa general-
mente. No obstante, es en este tiempo preciso cuando una persona
es capaz de experimentar la dimensión de su humanidad. El silen-
cio invita al recogimiento y a la interiorización.

63
La grandeza, de una persona se mide por la capacidad de
asumir la soledad.43
La soledad es una oportunidad y nos proporciona el espacio para
pensar en la calidad de nuestros vínculos y la presencia de los otros.
Así lo refiere Unamuno a través de la obra de Francesc Torralba:44
“Mi amor a la muchedumbre es lo que me lleva a la so-
ledad, al huirla la voy buscando. No me llames misántropo.
Los misántropos buscan la sociedad y el trato de las gentes,
las necesitan para nutrir su odio. El amor puede vivir de re-
cuerdos y esperanzas; el odio necesita realidades presentes.
Déjame, pues, que huya de la sociedad y me refugie en el
sosiego del campo, buscando en medio de él y dentro de mi
alma la compañía de las gentes”.
Dice la sabiduría griega que para alcanzar un proyecto con ar-
monía vital es necesario transitar por el camino del medio y evitar
tanto el déficit como la abundancia. La soledad es adecuada en es-
tado transitorio.
El silencio es el marco ideal para llevar a cabo con buena dispo-
sición la entrada al estado de soledad.
“Sólo callando se encuentra el instante, mientras se ha-
bla, basta con que se diga una sola palabra, desaparece el
instante, y por eso, porque no podemos callar, es muy raro
que un hombre pueda llegar a comprender debidamente la
presencia del instante y en consecuencia que lo aproveche
debidamente45 “. Soren Kierkegaard.

Libertad
Hay una estrecha relación entre soledad y libertad. La soledad
buscada es un acto libre, intencional y consciente, es la raíz de la
43
TORRALBA F. “El arte de saber estar solo”. Ed. Milenio.
44
Op. Cit.
45
Op. Cit.

64
libertad. Uno se sabrá libre y capaz, en la medida que sea generador
de sus propios pensamientos. Para ello necesitará abrir una brecha
y distanciarse del criterio de los demás.
La experiencia de la soledad y silencio es el campo donde se
cultivará un próspero camino de introspección que ya no tendrá
final. No habiendo lugar a las simulaciones; se precipitaran y lan-
guidecerán las falsas máscaras que dará como resultado el inicio de
un camino de transparencia y claridad.
Las señales no serán percibidas sin la práctica de la “escucha
activa”, y para ello la praxis del silencio a través de la acción trans-
formadora de la soledad elegida será esencial, pues no hay “arma”
más eficaz que la atención.

65
SEGUNDA PARTE

“Animales de Poder”
ABEJA
Símbolo de disciplina, orden y laboriosidad en la mayoría de las
culturas. El hecho de que este insecto tenga un proceder jerárquico
y como autoridad principal a la reina, la convirtió en un símbolo
monárquico. Es muy posible que la flor de lis que representó a mu-
chas monarquías tuviera su origen en la imagen de la abeja.
Para los griegos representaba los atributos de Deméter, diosa
de la naturaleza y de sus grandes ciclos. En Egipto simbolizaba el
alma de los muertos y la conexión con el más allá.
Durante el renacimiento fue símbolo de los ciclos naturales, dado
que las abejas desaparecen en invierno y reaparecen en primavera.
En el cristianismo es emblema del Espíritu Santo y de la Virgen
María. Los atributos de inmortalidad, renacimiento, pureza y amor
condujeron a asociar a la abeja con el mismo Cristo.

ÁGUILA
Se le considera universalmente símbolo celeste y solar a la vez.
Reina de las aves y por extensión símbolo general de todas ellas,
siendo a la vez él de los estados espirituales superiores.
Su identificación con el sol, fuente y radiación de la luz, es esen-
cial para los indios de América del Norte, que llevan plumas de
águila en sus abalorios. Las plumas y el silbato fabricado con sus
huesos son utilizados durante la danza del Sol.

69
Comparten simbología con los aztecas. En el Japón, el kami
cuyo mensajero es un águila se denomina Águila del Sol celeste.
Símbolo de contemplación en el evangelio de san Juan. Ciertas
obras de arte de la Edad Media identifican esta ave con el Cristo y
la ascensión.
En su aspecto negativo, como ocurre con cierta frecuencia, se
invierte la simbología del Cristo y la convierten en imagen del An-
ticristo, siendo ahora una rapaz cruel y símbolo de orgullo y opre-
sión.
En el arte de las mancias se interpretaba el vuelo de las águilas
para percibir las voluntades divinas. En la cultura germano-céltica,
es esencialmente la mensajera de la voluntad de lo alto.
Según algunas tradiciones, el águila posee poder de rejuveneci-
miento. Se dice que esta se expone al sol y cuando su plumaje ha
absorbido gran cantidad de calor, se sumerge dentro de un agua y
vuelve a encontrar así una nueva juventud. Esta acción la podemos
comparar con la iniciación en la alquimia, que comprende el proce-
so del rito de paso por el fuego y por el agua.
Ave solar con una vista penetrante que se compara al ojo que
todo lo ve y en consecuencia al Dios.
En las antiguas escrituras con frecuencia se le atribuye a los án-
geles la forma del águila: “... los cuatro tenían cara de águila...”
Ez 1. Y en el Apocalipsis 4,7-8: “…El cuarto ser viviente es como
un águila en pleno vuelo…”

ALCE
Simboliza la resistencia. En la lucha por la supervivencia entre
sus depredadores y controlando el ritmo de sus movimientos, ad-
quiere más resistencia.
Nos alienta a continuar sin prisa pero sin pausa. Puede que no
sea el primero en llegar al objetivo, pero llegará sin haberse agota-
do.

70
ARAÑA
En la India, la araña es considerada como un importante símbolo
cosmológico fundamentado en la disposición de su tela, el lugar
que en ella ocupa, y en el hecho de que en su elaboración utiliza su
propia substancia.
La forma radiada de la tela simboliza el sol del que emana sus
rayos. Se le atribuye un simbolismo solar.
Los Upanishad46 visionan la araña elevándose con la ayuda de su
hilo y alcanzando así la libertad. El hilo es el medio y soporte para
la realización espiritual. El hilo que ella extrae de sí misma hace
una analogía al árbol cósmico, a la escala de Jacob, el pasaje de la
tierra al cielo.
La araña desempeña un papel demiúrgico47 para numerosas po-
blaciones. Entre algunos pueblos del África, la araña Anansé prepa-
ra la materia de los primeros hombres; crea el sol, la luna y las es-
trellas. Luego el dios del cielo, Nyamé, insufla la vida en el hombre.
En la leyenda griega, la araña es castigada por rivalizar con Atenea.
Aracne48, joven que teje y borda maravillosos tapices, adquiere su re-
putación por haber sido alumna de Atenea, y ella pretende no deber su
talento más que a sí misma. Desafía a la diosa, que furiosa desgarra la
tapicería y golpea a su rival. Aracne se ahorca; pero la diosa no le per-
mite morir y la transforma en una araña, que continúa tejiendo su hilo.
La araña Mígala, en África, para las poblaciones del Camerún
ha recibido del cielo el privilegio de descifrar el porvenir y es el
símbolo del poder de adivinación.
46
Upanishad designa a cada uno de los más de 200 libros sagrados hinduistas escritos en
idioma sánscrito entre el siglo VII a. C. y principios del siglo XX d. C.
47
El demiurgo (en griego: Δημιουργός, Dēmiurgos), en la filosofía gnóstica, es la entidad
que sin ser necesariamente creadora es impulsora del universo. También es considerado un
semidiós creador del Mundo.
48
En la mitología grecorromana, Aracne (en griego antiguo ἀράχνη, ‘araña’) fue una gran
tejedora que alardeó de ser más habilidosa que la divina Minerva, equivalente romana de
Palas Atenea, diosa de la artesanía. Minerva, ofendida, entró en competición con Aracne,
pero, según cuenta Ovidio, no pudo superarla. Además, el tema elegido por Aracne, los
amores de los dioses, fue ofensivo, y Minerva la transformó en una araña.

71
La mántica por la araña fue practicada en el antiguo imperio
Inca. El adivino destapaba una vasija donde mantenían la araña, si
alguna de sus patas no estaba doblada, el augurio era negativo. En
Asia central y Siberia representa el alma liberada del cuerpo.
Simboliza también un grado superior de iniciación en algunas
tribus, grado de interioridad y meditativo. La creación cosmogóni-
ca se simboliza por el acto de tejer, esto supone un tejedor que per-
manezca continuamente en relación con su obra, la cual depende de
él. En la India se alude al Tejedor primordial y a la Araña cósmica.

ARDILLA
Ardilla…has recogido
Nueces a docenas
Prediciendo exactamente
Si más precisarás.
Enséñame a tomar
Solo lo necesario
Confiando en el gran Misterio
Que coseche lo sembrado 49
De naturaleza diversa y comportamiento energético, su simbo-
logía enseña a guardar para tiempos futuros. Estar preparado para
cualquier circunstancia, respetar el futuro y sus cambios.
Aligera carga si has reunido demasiado. Entender el equilibrio
de reunir es hacer circular lo acumulado.

ASNO
Animal de simbología contradictoria. La mitología y el simbo-
lismo comparado de las religiones nos indica que el asno ha sido
concebido, casi universalmente, como signo o emblema de la os-
49
La Rueda Medicinal – Jamie Sams y David Carson. Ed. Integral.

72
curidad, de lo sombrío, de lo satánico incluso. No obstante, como
casi todo símbolo arquetípico es de naturaleza dual, el asno muestra
también un aspecto benéfico y luminoso.
En el arte romano, en sentido negativo puede simbolizar la es-
tupidez o tozudez, mientras que en el Medioevo aparece como em-
blema de humildad, paciencia y coraje.
En China es la montura de los Inmortales, y en la historia de la
burra de Balaam del Antiguo Testamento simboliza el Conocimien-
to Iniciático.
En los cultos apolíneos de Delfos al asno se le reconoce como
animal sagrado y era sacrificado en el transcurso de sus ritos.
Píndaro nos describe cómo los hiperbóreos sacrificaban asnos en
honor a Apolo.
El asno sintetizaba para los godos, recién cristianizados, la re-
presentación de estas antiguas divinidades y la del Cristo al que
honraban.
Jung lo define como DEAMON TRINUS, trinidad Ctónica50 que
en alquimia se representa como monstruo de 3 cabezas, representa-
do por Mercurio, sol y azufre o los tres principios materiales.
La misma simbología se empleará para el burro.

AVESTRUZ
La pluma de Maat, diosa de la verdad y la justicia, es uno de los
símbolos más característicos asociados al avestruz. Alegoría de la
justicia.
Altos magistrados y faraones hacían construir abanicos con las
plumas de este animal.
50
En mitología y religión el término ctónico (del griego antiguo χθόνιος khthónios, ‘per-
teneciente a la tierra’, ‘de tierra’) designa o hace referencia a los dioses o espíritus del infra-
mundo, por oposición a las deidades celestes. De la tierra o debajo de la tierra, representado
este término por dios infernales y carnales como eran Set, Pan, Baco y Dionisio. A veces
también se los denomina telúricos (del latín tellus). .

73
Más tarde los cristianos y musulmanes egipcios recreaban re-
presentaciones de avestruces en sus templos como símbolo de re-
surrección. Es posible que fuera una reminiscencia del primigenio
significado de la pluma de Maat, que fue el contrapeso utilizado
para pesar el alma de los difuntos en el tribunal de Osiris.
La concepción conocida como el huevo del Mundo y alegoría de
la entrada de la vida en lo creado, se le atribuye también al huevo de
avestruz, puesto que pone el más grande y perfecto de entre todos
ellos.
En Asia se considera su orina elemento sagrado, y se reverencia
al avestruz entendiendo que es la única de todas las aves que tiene
la facultad de orinar.

AVISPA
Considerada por la mayoría de las culturas como la antítesis de
la abeja. Es símbolo de la malignidad. Cuando clava su aguijón en
otro ser vivo, queda incrustado en el interior de la víctima, hecho
que provocará su propia muerte al quedar desposeída de esta parte
de su estructura biológica. En la tradición hindú, es considerado un
animal innoble.

BALLENA
Según la tradición de los nativos americanos la ballena atesora
la historia de la tierra. Es muy probable que viviera en tierra firme
hace millones de años.
El lenguaje de la ballena está revestido de un talento musical,
hasta el punto que un grupo de ballenas de la misma población
entonan una misma melodía, estando el canto no exento de impro-
visaciones durante la interpretación. Abarca el periodo del celo en
todas las especies y luego un ciclo de casi absoluto silencio.

74
En la India es el pez que guía al Arca sobre las aguas durante el
gran diluvio.
En el mito de Jonás, la entrada al interior de la ballena es la en-
trada a un periodo de oscuridad intermedia entre dos estados exis-
tenciales, según René Guenón.51

BUEY
Espíritu de sacrificio, paciencia y trabajo. Signo lunar en opo-
sición al león que es de signo solar. En Grecia y Roma es símbolo
de agricultura, por tanto, animal sagrado y consagrado a los dioses.
En gran parte de África el buey es un animal sagrado ofrecido
en sacrificio y ligado a todos los ritos de labor y fecundación de la
tierra.
En uno de los doce trabajos de Herakles o Hércules hallamos
“Los Bueyes de Gerión”, como el símbolo vinculado a las fuerzas
existentes del pasado que reflejan la semilla primitiva que esculpió
y acuño la huella.
Dionisio Areopagita argumenta la mística del buey como la fi-
gura que marca la fuerza y la potencia, el poder de abrir surcos
intelectuales para recibir las lluvias fecundas del cielo.

BÚFALO
El Búfalo fue la mayor fuente de sustento de los pobladores de
las praderas. Proporcionaba carne para alimentarse, pieles para ves-
tirse, cálidos mantos de piel de búfalo para pasar los fríos y largos
inviernos y pezuñas para hacer pegamento.
Para ellos el símbolo del Búfalo es la oración, la gratitud y el
elogio por lo recibido.
51
René Guénon o Abd al-Wâhid Yahyâ, nacido en El Cairo (1886 -1951) fue matemático,
filósofo y metafísico.

75
BÚHO - LECHUZA
Estos animales nocturnos destacan por su capacidad para ver
en la oscuridad, por su quietud y su aspecto reflexivo. Todo ello
provocó que se los tomara por símbolo de sabiduría, dedicación
intelectual y conocimiento.
Esta concepción aparece sobretodo en la cultura griega, donde la
lechuza es el emblema de Atenea, diosa de las ciencias.
En el cristianismo se recurrió ocasionalmente a estos sentidos,
haciendo también de estas aves nocturnas una evocación del co-
nocimiento que infunde el Cristo, la alegoría del poder de ver en
mitad de las tinieblas.
En oposición, el carácter nocturno de la Lechuza y el Búho cons-
tituyó en Egipto, en la India y entre los aztecas un símbolo de oscu-
ridad, tinieblas y muerte.

BUITRE
En la India el buitre aparece como una señal de fuerzas espiri-
tuales protectoras sustitutoria de la figura de los padres.
En Egipto se le relaciona con la figura de la madre por el hecho
de nutrirse de cadáveres de la madre naturaleza.
Al tomar como alimento la carroña se le puede considerar como
agente regenerador de las fuerzas vitales que están contenidas en la
descomposición orgánica, así como purificador que asegura el ciclo
de la renovación transmutando la muerte en nueva vida.
La diosa buitre egipcia Nekhbet, era según las creencias popula-
res, la protectora de los nacimientos.
El buitre es además en las tradiciones grecorromanas un pájaro
adivinatorio. Ave consagrada a Apolo, porque su vuelo, al igual que
el del cisne, el del milano o el del cuervo ofrece presagios. Remo
ve seis buitres y Rómulo doce, cuando instalados el uno sobre el
Palatino y el otro sobre el Aventino interrogan al cielo para saber
dónde construir la ciudad Roma.

76
BURRO (Buscar ASNO)

CABALLO
El caballo aparece en prácticamente todos los documentos mito-
lógicos y en la mayoría de las leyendas.
El caballo de ocho patas del dios Odín en las leyendas nór-
dicas, los corceles del dios del Sol hindú en oriente, y los corceles
de Apolo en Grecia, son solo algunos de los ejemplos de historias
antiguas donde el caballo es el actor. Este animal es un símbolo de
lealtad y devoción, de amor y fe incuestionables hacia su amo.
Es también símbolo del espíritu del guerrero en su viaje metafí-
sico y guía para la superación de obstáculos.
En la mitología griega, se asociaba a Apolo, Poseidón, Hades y
a Deméter. Está el corcel unido a los elementos, entre ellos al aire
(Pegaso), al agua (caballito de mar o Hipocampo) y a la tierra (De-
méter diosa del cereal y gran madre).
En su aspecto negativo el caballo negro es presagio de mal agüe-
ro, representa la muerte y el caos a diferencia del blanco, que se
asocia al sol, a la velocidad de pensamiento y a la sabiduría. El ca-
ballo negro se asocia a la luna y sus jinetes son los dioses marinos
que representan las primordiales aguas caóticas.
Cabalgar al caballo es la representación de la capacidad humana
de controlar sus instintos y bajas pasiones.

CABALLITO DE MAR O HIPOCAMPO


Tras la puesta de la hembra, el macho es el que fecundará los
huevos y los custodiará durante todo el proceso, será una celosa
vela hasta el final.
El caballito de Mar, está asociado a diversas virtudes curativas.
En Grecia, Dioscórides, Plinio y Galeno, nos refieren sobre estas
cualidades provenientes del polvo de caballo marino. Se intuía que

77
poseía el don de alejar la enfermedad de los hombres, y se reali-
zaban con su imagen diferentes tipos de amuletos, sobre todo en
metal.
Entre los fenicios se acuñaron monedas llevando el Hipocampo
en sus lomos al dios Melkart, tomando así la simbología de arque-
tipo salvador. En el cristianismo goza de atribuciones sanadoras.

CABRA
En la India, es el símbolo de la substancia primordial no ma-
nifestada, la Madre del mundo, Prakriti. Los tres colores que se
le atribuyen, el blanco, el rojo y el negro, corresponden a los tres
gunas, o cualidades primordiales: sattva, rajas y lamas.
En algunos pueblos de China relacionan la cabra con el dios del
rayo. La misma relación entre el rayo y la cabra la encontramos en
el Tíbet.
Entre los griegos simboliza el relámpago, la estrella de la Cabra,
en la constelación del Auriga, anuncia la tempestad y la lluvia.

CAMELLO
Símbolo de la templanza, gracias a él se puede atravesar el de-
sierto; es pues la representación de aquello alcanzable que se en-
cuentra al final del trayecto. Es gracias al camello, que se puede
alcanzar el centro escondido, la esencia divina.
En la iconografía cristiana, en el relato de la representación de
la adoración de los Magos al Cristo, estos son conducidos hasta el
lugar por sendos camellos.

CANGREJO
El cangrejo es un símbolo lunar. Su imagen estaba asociada a la
de la luna.

78
En el Siam es utilizado durante los ritos de obtención de lluvia.
Este animal se asocia al signo astrológico de la constelación de
cáncer, al fertilizante poder del agua y a las tendencias del incons-
ciente.
En el arte Machica de África, el cangrejo lo descubrimos orna-
mentando ciertas estatuas y simboliza la maldad o el demonio del
mal.

CARACOL
En el siglo VI a.C., Teognis enseña la Palingenesia52 asegurando
que el alma perdida se recuperará algún día.
El caracol formó parte de los ritos funerarios del cristianismo
como idea de resurrección, colocando conchas de caracol y a veces
también marinas en las tumbas de sus mártires. Idea que continúa
durante toda la Edad Media, así queda manifestada la abundante
iconografía y los grabados en lugares de culto cristianos.
En el sistema jeroglífico egipcio se asocia a la espiral microcós-
mica en su acción sobre la materia, simbolizando el ciclo de naci-
miento-muerte-renacimiento, al igual que todos los elementos donde
se da en la naturaleza esta misma estructura en forma de hélix.

CERDO
En la antigüedad se realizaban amuletos con representaciones de
este animal debido a sus excelencias y al provecho de su totalidad.
En la cultura grecolatina fue consagrado a diosas como Deméter,
representando los ciclos de la naturaleza.
En Egipto se desarrolló una simbología negativa por su asocia-
ción al dios Seth y por las “ociosas” costumbres del cerdo de re-
52
Del griego palin (de nuevo) y génesis (nacer). Doctrina que propone que cada ser vivo
cumple un ciclo de existencia, comprendido desde el nacimiento pasando por la muerte
hasta la reencarnación.

79
volcarse por el fango, así como por su alimentación que consiste
en ingerir cualquier tipo de elemento comestible que caiga en sus
fauces. Todo ello contribuyó a identificarlo con la lujuria y la gula.
Simboliza en muchas culturas la involución, es decir, la transfor-
mación de lo superior en lo inferior.

CIEMPIÉS O ESCOLOPENDRA
El ciempiés es un artrópodo que se caracteriza por tener un ele-
vado número de patas —dos por anillo— y unas pinzas venenosas
detrás de la cabeza y la cola. Con más de 2.000 especies de ciem-
piés, la escolopendra es con toda posibilidad el tipo de ciempiés
que relacionaron los egipcios con ciertos aspectos de la divinidad.
Algunos aspectos que se le atribuyen son el movimiento y la rapi-
dez.
Animal íntimamente unido al interior de la tierra, desde periodos
muy tempranos se le consideró emblema del dios Osiris. Ambos
con características ctónicas y relacionados con las necrópolis.
Al igual que otros animales nocivos se le vinculó con la magia
y se estimó que podía curar y proteger de las picaduras al que lo
poseyera.
El King Mukade es un ciempiés venenoso que habita en Japón y
al que sus habitantes lo identifican con la Oscuridad y el Mal.

CIERVO - CORZO
Se halla ligado al árbol de la vida por la semejanza de su cor-
namenta con la de las ramas. Es símbolo de la renovación y creci-
miento cíclico. El ciervo se le estima en íntima relación con el cielo
y la luz.
En ambos lados del puente de la muerte y de la resurrección (Vía
Láctea), aparecen entre otros animales, los ciervos, como mediado-
res entre el cielo y la tierra.

80
En el periodo medieval, la vía de la soledad y pureza fue sim-
bolizada con frecuencia por el ciervo. También considerado como
animal de gran elevación.
Entre los griegos y los romanos se le reconocieron ciertas cuali-
dades místicas y una sabiduría instintiva para el reconocimiento de
las plantas medicinales. En algunos antiguos bestiarios se dice que:
“El ciervo conoce el díctamo”.53
Comparte junto con la serpiente, el mismo atributo regenerador,
dado que en la primavera nuevos brotes de su cornamenta volverán
a nacer. Simbólicamente se le atribuye el papel de mensajero de los
dioses.

CIGÜEÑA
Plutarco54 nos habla de la veneración del pueblo Tesálico por
estas aves, hasta el punto de aplicar la pena de muerte a aquel que
osara matar una de ellas.
Plinio55 confirma este hecho.
En la India, China y Japón es uno de los animales más reveren-
ciados. Montada sobre una tortuga representa la longevidad.
Ave consagrada a Juno en alegoría a la piedad filial. Emparenta-
da simbólicamente con la garza y el ibis que son aves destructoras
de serpientes están simbolizadas todas ellas como defensoras del
mal.
En extremo Oriente es símbolo de longevidad, y de inmortalidad
en algunos lugares.
53
El díctamo es una yerba muy fragante que nace en lo alto de los páramos andinos. Entre
los indios es una planta sagrada, a la cual atribuyen la virtud de prolongar la vida. Manojitos
de díctamo que las parameñas venden en el mercado, aunque se dice que no es el verdadero,
sino una planta semejante, ya que su existencia está envuelta en el misterio y se dice que
sólo los venados dan con él en la soledad de los páramos, a la hora en que el sol baña de
rojo las escarpadas rocas.
54
PLUTARCO. Isis y Osiris.
55
PLINIO. Historia Natural

81
La simbología precristiana nos habla de la bondad y sobre todo
de la “Piedad Filial” en reconocimiento al acto de alimentar a sus
mayores cuando estos envejecen, calentándolos dulcemente y qui-
tándoles las viejas plumas.

CISNE
En la arqueología prehistórica, tallados en bronce, encontramos
el cuello y la cabeza del cisne en las embarcaciones de los países
nórdicos de Finlandia, Escandinavia y Dinamarca, como signo de
esplendor, semejante al dios Sol.
En el antiguo Egipto es “El pájaro del Nilo” que incuba el “hue-
vo del mundo”, y para los celtas simboliza estados superiores del
Ser en proceso de liberación.
En la mitología grecolatina aparece el cisne en diferentes epope-
yas como símbolo de glorificación tanto de dioses como de héroes.
Animal consagrado a Apolo como Dios de la música, de lo que se
deriva el mito donde cuentan que poco antes de morir el cisne en-
tonaba un dulce canto.
En la alquimia se identifica con el “Mercurio filosófico”, el cen-
tro de la unión de los contrarios.
Para el arte cristiano es signo de pureza, austeridad y castidad,
recogido en los diferentes objetos litúrgicos así como en sellos y
esculturas. Localizado en la parroquia de Brageac (Cantal) desde
1886, se halla un saquito eucarístico de la época bizantina conocido
con el nombre de “Bolsa de San Tillo”, bordada en oro y grabada
con perlas con la imagen de un cisne incrustada en el interior de un
círculo.
Es también representación del Cristo que conduce las almas a la
salvación.
No obstante queremos apuntar que algunos simbolistas cristia-
nos de la edad media y renacimiento, atribuyen al cisne aspectos

82
lujuriosos, quizá olvidando que la “Afrodita” de los griegos monta-
ba sobre un cisne, con la certera y noble intención de inspirar a los
hombres el puro amor a la Divinidad.

COCODRILO
Símbolo de contradicción, nos muestra los dos aspectos elemen-
tales del agua, la agresividad y el poder destructor. Según los egip-
cios simboliza la furia y la maldad. El cocodrilo pertenece al reino
intermedio agua/tierra, mostrándonos una vez más ese doble cariz
de fuerza y fecundidad. En el antiguo México la tierra nace de un
cocodrilo
En la mitología egipcia este animal engulle las almas que no
pueden justificarse. En la Biblia se le reconoce con el nombre de
Leviatán y es descrito como uno de los monstruos del caos primi-
tivo. En el ámbito de la psicología se le asocia con la oscuridad
surgida del inconsciente colectivo.

COLIBRÍ
En la cultura Maya, el colibrí se conecta con el Sol Negro y el
Quinto Mundo, y enseña a resolver el enigma de la contradicción
de la dualidad.
En algunas culturas atribuían cualidades mágicas a sus plumas y
con ellas se fabricaban amuletos.
Entre los aztecas se afirmaba que las almas de los guerreros
muertos volvían a la tierra en forma de colibrí, siendo considerado
pues como el iniciador-creador del calor solar.
Para los indios Hopi de Arizona, emparentados lingüísticamen-
te con los aztecas, el colibrí aparece como intercesor que salva la
humanidad de la hambruna, interviniendo junto al dios de la ger-
minación.

83
El colibrí se considera emblema de la alegría. Según el mito
norteamericano, se trata del pájaro de la verdad, que representa la
belleza, la armonía y el gozo.
Este pequeño animal, representa el coraje que se requiere para
embarcarse en el viaje épico del héroe.
El colibrí simboliza la juventud y la renovación. Joven guerrero
del sol, mensajero de los dioses. Es la única criatura capaz de parar
en pleno vuelo mientras viaja a grandes velocidades. Puede flotar,
avanzar, retroceder, subir y bajar. Su larga lengua con la que liba las
flores, le permite “pasar por alto la capa exterior, a menudo dura
y amarga, y encontrar los tesoros escondidos bajo la superficie”.

CONEJO
Según los indios de América, el conejo es la representación del
miedo. Según cuenta la leyenda, les grita a sus enemigos creyendo
que así huirán y al gritar los pone en alerta y los atrae, siendo presa
finalmente de aquel a quien quería evitar. Aquello que resiste per-
sistirá y lo que temes será.
Su simbología es asociada a la luna. En algunas tribus sudafri-
canas el conejo es quemado para poner fin a un prolongado periodo
de lluvias.
Entre los indios Cherokees este animal es considerado tabú. Se
cree que si un guerrero lo come se vuelve miedoso y desconcertado
igual que un conejo. Sin embargo, los sioux lo consideran figura
heroica e inteligente, siendo para ellos símbolo de la estrella fugaz.

CORDERO - CARNERO
La oveja o cordero es símbolo de ingenuidad y desamparo frente
a los enemigos. Agrupada en rebaño, adquiere el significado del
grupo, obediente y dócil, que se somete a la autoridad de un supe-
rior.

84
Para el Cristianismo, es sinónimo de Jesús; quién encarna al
“Cordero de Dios” que, simbólicamente, quita el pecado del mun-
do y que, con su sacrificio, redime al género humano. Wilpert56
interpreta el significado del cordero sobre los hombros del “Buen
Pastor” cómo un símbolo del alma de los difuntos llevada por el
Señor al cielo; mientras que las dos ovejas que acompañan al Pastor
representan los santos que ya gozan de la felicidad eterna.
También en el cristianismo primitivo se relaciona a Jesús como
símbolo del cordero. Recogido en una profecía del Antiguo Testa-
mento hallamos el anuncio de un Mesías:
“Como oveja al matadero fue llevado; y como cordero mudo
delante del que lo trasquila, ni siquiera abre la boca.” Isaías 53,7.
En mitología clásica es el vellocino de oro que Jasón tiene que
buscar en la Cólquide. La historia cuenta que el rey griego Ata-
mante unido a Nefele tuvo dos hijos, Frixo y Helle. El rey repudia
a su esposa y se casa con Ino, hija del rey Tebas. Con ella tuvo dos
hijos más a los cuales quería ceder el trono. Para ello urdió un plan
y Frixo, el primogénito de Nefele, fue acusado falsamente y con-
denado a muerte. Justo en el momento de ser sacrificado Hermes
lo salvó mandándole un carnero con la piel de oro a lomos del cual
escapó con su hermana Helle. En la huida ella cayó al mar y se aho-
gó; Frixo alcanzó tierra en Cólquide y su rey Eetes le ofreció a su
hija en matrimonio. En gratitud sacrificó el carnero a Zeus (Theos),
imagen que luego colocó en el firmamento.57
La imagen que se repite desde diferentes culturas es la idea del
sacrificio, entendido éste como símbolo de renuncia a los lazos te-
rrenales por amor al espíritu o a la divinidad, siempre de forma
simbólica y nunca literal.
Tomamos a modo de ejemplo la escena de Mithra sacrificando
un toro. Este acto se interpreta desde la escuela de Jung, como un
56
Joseph Wilpert (1856 - 1944) sacerdote y arqueólogo especialmente conocido por sus
trabajos en la catalogación en las catacumbas de Roma.
57
GRAVES Robert. El vellocino de oro. Barcelona, Edhasa.

85
símbolo de la victoria de la naturaleza espiritual y divina del hom-
bre sobre su animalidad.

CORZO (Buscar CIERVO)

CRISÁLIDA
La crisálida precede a la mariposa, solo cambia el aspecto. Cuan-
do el alma abandona el cuerpo se asemeja a la mariposa ya transfor-
mada. Es símbolo de regeneración, transformación y metamorfosis.
En definitiva, es la muerte en espera de la resurrección de la materia
ya transformada y pasada por el crisol.

CUCO (ave)
Es la antítesis de la gallina como emblema de la maternidad.
El Cuco no construye nido, utiliza el de otra especie, siempre de
menor tamaño.
Al llegar a un nido ajeno, la hembra de Cuco coge con el pico
uno de los huevos existentes y deposita el suyo en un tiempo ex-
traordinariamente corto, unos 8-11 segundos. El que extrae para
colocar el suyo es retirado y llevado lejos. En ocasiones se lo come
allí mismo. Cada hembra de Cuco parasita la especie de huésped
por la que ella fue criada. Una vez puesto el huevo se desentien-
de completamente de él. Cuando el anfitrión nace, en ese mismo
instante saca del nido los polluelos legítimos según van naciendo,
hasta quedar solo él. La hembra propietaria del nido, no se dará
cuenta del cambio y alimentará al impostor como si de un polluelo
propio se tratara.
La verdadera madre, se desprende de sus hijos, símbolo del
abandono maternal.

86
CUERVO
La tradición de los indios norteamericanos nos dice del Cuervo
que su magia es una medicina poderosa que puede dar valor para
adentrarse en la oscuridad del vacío, que es la morada de todo lo
que no tiene forma aún. El gran espíritu vive dentro del vacío y sur-
gió del Gran Misterio. El cuervo es el mensajero del vacío.
El mismo significado le es atribuido por celtas y germanos. En
las culturas clásicas pierde parte de su significación pero se man-
tiene y realza su simbolismo místico, atribuyéndosele un instinto
especial para predecir el futuro, siendo así que sus graznidos eran
utilizados en ritos de adivinación.
En el cristianismo es símbolo de soledad o más bien del aisla-
miento voluntario del que ha decidido vivir en un plano superior.
En alquimia se recobra parte de su significación primitiva, y nos
hace partícipes del emblema del nigredo o estado inicial o calidad
de primera materia.
El cuervo es en el Japón un mensajero divino y fue para los
Tchen el pájaro de buen agüero, anunciador de sus triunfos y signo
de su virtud. En la China es un pájaro solar. Son diez los cuervos
que tomaron el vuelo del moral del Levante para llevar la luz al
mundo.
En Grecia el cuervo estaba consagrado a Apolo. Son cuervos los
que determinaron el emplazamiento del omphalos de Delfos, según
Estrabón; águilas, según Píndaro; cisnes, según Plutarco. Estos tres
pájaros tienen en común el hecho de que desempeñan el papel de
mensajeros de los dioses y cumplen funciones proféticas.

DELFÍN
Del griego “delphis” “espíritu del mar”. Sus cualidades de cria-
tura veloz, inteligente y amigable quedarían incluidas en los relatos
míticos de la Antigüedad, pues lo tomaron como a un animal rela-
cionado con la divinidad, simbolizando también el conocimiento.

87
Su inteligencia hizo que se convirtiera en atributo de varios dioses:
Afrodita, Poseidón, Dionisos, etc. Su prestigio influyó también en
el cristianismo como conductor de las almas de los elegidos.
Cuando dos delfines o figuras de peces se hallan en la misma
dirección puede tener un valor relacionado con la simetría bilateral
y simboliza el equilibrio de fuerzas iguales.
La disposición en forma inversa, con un delfín hacia arriba y otro
hacia abajo, simboliza la doble corriente cósmica de la evolución/
involución. La figura del Delfín está asociada al ancla, cuyo signifi-
cado es ejecutar las acciones con presteza, acción que se representa
con “la imagen del Delfín”, pero sin perder la calma representado
con “la imagen del ancla”. De ahí la famosa frase del emperador
Augusto “apresúrate con calma”.

ELEFANTE
Este animal, sagrado en algunas culturas, es de gran compleji-
dad ya que posee diferentes simbologías según las culturas y civili-
zaciones. En sentido universal es un símbolo de la fuerza, potencia
y templanza. En la India es emblema de la fuerza y el poder real.
Es en esta cultura que adquiere mayor relevancia su imagen como
alegoría. Por ese motivo se convierte en la montura de varios dioses
hindúes como Indra, el rey celeste.
En Occidente es el emblema de las virtudes de sabiduría, mesu-
ra, castidad y templanza ya que su actitud de continencia sexual en
los dos años que dura su embarazo, ha hecho de él un símbolo único
en este sentido.
En África se le adora como representante de la fuerza, prosperi-
dad y larga vida.

ERIZO
En Mesopotamia aparece como emblema del fuego y en algunas
tribus africanas está asociado con el Sol. Pudiera deberse al aspecto

88
que adopta este animal al ser erizadas sus púas ante un peligro, to-
mando la imagen de los rayos del Sol al hacerse un ovillo.
El erizo, también llamado “huevo de serpiente” en la tradición
céltica es uno de los símbolos de la fuerza vital y del germen pri-
mordial.
No así en el cristianismo de la Edad Media que se lo relacionó
con algunos de los pecados capitales, sobre todo la avaricia y la
gula. Esta asociación procede de la acción de revolcarse sobre los
frutos que encuentra en el bosque. Frutos que más tarde recolectará
y amontonará dentro de su madriguera.

ESCARABAJO
En el antiguo Egipto y China, se le reconoce como símbolo solar
y de resurrección.
Su simbolismo proviene esencialmente de la costumbre del es-
carabajo pelotero de hace rodar su bola o pelota de estiércol. Será
emblema del huevo del mundo, de donde nacerá más tarde la vida
o manifestación organizada. Es la hembra la que más tarde pon-
drá sus huevos en el interior de la bola, hecho que provocará con
el tiempo creencias como la qué el escarabajo se engendraba a sí
mismo.
En las tradiciones mayas, el escarabajo aparece como el lodo de
la tierra, en el sentido material, llamado a convertirse en divinidad.

ESCORPIÓN
Signo de muerte y destrucción, asociado a Plutón, señor del in-
framundo.
En el cristianismo es emblema de la traición sufrida por el Cristo
en la personificación del apóstol Judas.
En África se evita pronunciar su nombre como una fórmula para
ahuyentar el mal.

89
FELINO (Buscar PANTERA)

FOCA
En psicología es la representación de la parte no consciente o
sumergida.
Es emblema de la virginidad, no como resultado de un estado
superior, sino procedente del miedo a darse. Por este motivo cuen-
tan las leyendas griegas que las ninfas perseguidas por los dioses
se transformaban en focas, desapareciendo así el motivo de la per-
secución.

GALLINA
Gallinas de terracota galorromanas, figuras de bronce en Ate-
nas, monedas griegas con su imagen y víctimas de sacrificios en la
antigüedad; tuvo este animal un gran protagonismo en diferentes
lugares y momentos de la historia.
La gallina está considerada símbolo de prosperidad doméstica y
emblema familiar del alma humana. Ningún animal se conmueve
tanto de compasión hacia sus polluelos como ella, hasta el punto de
erizar todo su cuerpo y sus plumas, ronquea su voz y abre sus alas
para acogerlos.
En los evangelios de Lucas y Mateo hacen mención a la ternura
maternal de esta ave, evocada por Jesús a la entrada de Jerusalén.
En la Edad Media aparecen adornadas las paredes de diversas
catedrales con imágenes de este animal.

GALLO
Símbolo solar, aire de la mañana. La voz del gallo es considera-
da como la explosión matinal de la vida en la tierra cuando aún el
día no ha nacido, es pues icono de la vigilancia.

90
En alquimia se relaciona con el culto a Hermes-Mercurio. Los
caldeos creían que el gallo recibía el influjo divino de este planeta.
Durante la Edad Media, la llamada “Piedra de Capón o Capo-
neta” se conocía como la extracción de una piedra alojada en la
molleja de un capón, de la cual se decía que daba la sabiduría.
Durante la edad media fue estandarte cristiano, apareciendo en
la mayoría de las casas en forma de veleta sobre las torres y cim-
borrios de las catedrales. Alegoría de la resurrección. Simboliza el
despertar de la conciencia en primera persona, ver el Sol, la luz
primigenia. Estar despierto cuando el Cristo aparece. La parábola
de “las diez vírgenes y las lámparas de aceite58” está contenida en
la alegoría del arquetipo del gallo.
En su aspecto negativo, la representación del dios gallo en el pa-
ganismo precristiano era simbolizado por el gallo como símbolo de
virilidad y procreación, y por ese motivo se asoció con la lascivia
y la lujuria.

GANSO (Buscar OCA)

GATO
El gato nos muestra un simbolismo ambivalente en todas las cul-
turas. Por un lado tenemos los aspectos positivos en culturas como
la egipcia donde se le atribuye a la diosa Bastet o a la divinidad
griega Artemisa, gata o mujer con cabeza de gato, representada con
la dulzura maternal, guardiana del hogar y protectora de los hijos.
En China y en otras partes de Oriente es signo de buen augurio,
al igual que para algunos de los pueblos del norte de América por
su destreza, reflexión, ingenio, observación y cautela.
Sin embargo en el mundo musulmán al gato negro se le atribu-
yen cualidades mágicas poco benéficas.
58
Parábola expuesta en la primera parte.

91
En la Edad Media se le relaciona con las brujas y en Japón no
importa el color, siempre son contemplados como signo de mal pre-
sagio.

GARZA
Animal sagrado para los dioses Apolo, Atenea y Artemisa. Ado-
rada por los etruscos.
La garza, la cigüeña y el ibis son aves destructoras de serpientes.
La garza blanca es la representación tolteca de Atzlan, así entende-
mos este animal como adversario del mal. En el antiguo Egipcio,
el ibis era un aspecto de Thot, personificación de la Sabiduría. La
actitud de estas aves, erguidas, inmóviles y solitarias sobre un solo
pie, evoca ciertamente la contemplación.

GRULLA
Se dice que las grullas fueron testigos del asesinato del poeta
griego Ibico en el siglo VI, y vengaron su muerte aterrorizando a
los asesinos hasta su confesión. Es símbolo pues, de justicia, sabi-
duría, longevidad.
En China a menudo se ofrece a los ancianos pinturas o graba-
dos donde figuran grullas, tortugas y pinos, símbolos todos ellos de
longevidad.
Algunas tradiciones egipcias, cuentan que una grulla de dos cabezas
aparecía por encima del Nilo anunciando un período de prosperidad.

GOLONDRINA
Egipto tuvo una diosa Golondrina, tal como aparece en el “Libro
de los Muertos”. Las artes religiosas egipcias hicieron de la golon-
drina la imagen del alma humana que tomaba esta apariencia en
el transcurso de transformación y resurrección, dando agilidad al
alma para desprenderse así de la carne.

92
En Babilonia la golondrina era un símbolo consagrado a las dio-
sas Aruru Ninmakh representando la liberación y el viaje hacia una
vida después de la muerte.
En el cristianismo, tras la muerte alegórica del invierno, la go-
londrina regresa cada año, este hecho es tomado como símbolo
de resurrección. Plinio59 nos cuenta que para curar los ojos a sus
polluelos, estos animales emplean la planta de “Savia de Oro” o
“Celidonia”.60 Es pues esta planta conocida como la de las golon-
drinas y la podemos encontrar decorando numerosas catedrales, ta-
les como la de Reims, Amiens y Chartres entre otras.

GORRIÓN
La peculiaridad de este animal durante la época del apareamien-
to, hizo que los romanos lo convirtieran en símbolo de la lujuria,
puesto que se aparean más de cuarenta veces al día durante dicha
etapa.
Nos dice la leyenda que el gorrión era el guardián del fuego y
persiguió a la golondrina cuando ésta lo quiso robar para dárselo a
los hombres (Prometeo). Otras nos cuentan que el canto del gorrión
es un acompañamiento al alma cuando ésta está en tránsito, tanto al
llegar-nacer como al partir-morir.
El gorrión es un maestro del vuelo y del camuflaje, es pura ener-
gía, se mueven en grupos y esto produce una gran seguridad en la
colectividad.

GRILLO
De gran importancia en China, representa el ciclo de la vida y el
proceso de nacimiento-muerte, debido a su metamorfosis de huevo-
larva-insecto.
59
PLINIO. Historia Natural
60
Chelidonium, deriva del griego Chelidon →golondrina.

93
En diferentes culturas es signo de buena suerte debido a su cons-
tante canto.
En algunos lugares es apreciado por el poder de su voz con la
que producir estados inducidos de conciencia modificada.

GUSANO
Según Jung es una figura libidinal que mata en lugar de vivificar,
dado su carácter subterráneo y los estadios de disolución biológica.
Por su forma de colonización en la carne putrefacta, en muchos
países es símbolo de oscuridad. Durante el Medioevo, se asoció a
la serpiente y al diablo.

HALCÓN
La estridente llamada del Halcón penetra en el estado de la no-
conciencia y anuncia al que está dispuesto a despertar el momento
del inicio de la búsqueda interior.
Los ancianos indígenas de América Central reconocían en esta
ave al mensajero que traía buenas nuevas en su camino sobre la Tie-
rra. El grito del halcón señala la necesidad de agudizar la atención
para percibir el mensaje.
En la Edad Media era alegoría de mala conciencia del pecador.
En el claustro de Silos se pueden ver halcones desgarrando conejos
y liebres, al parecer con este mismo significado.
Por otro lado puede también simbolizar el triunfo sobre los ins-
tintos concupiscentes, de ahí el desgarro de la pieza.

HIENA
Animal carroñero y nocturno, se caracteriza por su voracidad,
olfato y una gran potencia en sus mandíbulas. Constituye una ale-
goría del saber y la ciencia.

94
Ambivalente y con contrastes, este saber adjudicado a la Hiena
no es saber real ni superior, sino profano y perteneciente a los esta-
dios inferiores.

HIPOPÓTAMO
Deidad con atributos diferentes dependiendo de si nos referimos
al macho o a la hembra.
La hembra de hipopótamo tenía un significado benévolo porque
se la asociaba con las diosas Tauret e Ipet, protectoras las dos de
la maternidad. El Hipopótamo macho poseía atributos malignos al
asociarlo con el temor producido por su voracidad y su agresividad,
ya que ponía en riesgo a los navegantes y destruía los cultivos.

HORMIGA
Según el pensamiento de los Dogón y los Bambara de Malí,
la hormiga representa un papel importante en la organización del
mundo como principio iniciador cielo-tierra o hierogamia.
En la antigüedad se utilizaba como mancia y en muchas culturas
es emblema de laboriosidad y previsión.
Por su multiplicidad a veces se le ha querido dar un significado
desfavorable.
Para las tribus de Norteamérica, es la estrategia de la paciencia,
constructora como el castor, resistente como el alce y minuciosa
como el ratón. Cada hormiga forma parte de la mente grupal, traba-
ja para el bien de la colectividad y la paciencia es su “arma”.

IBIS
Cuando el Ibis duerme coloca su cabeza debajo del ala adoptan-
do así la forma de un corazón.

95
En Egipto es relacionada con el dios de la sabiduría Thot, y más
tarde sería identificada con Hermes, dios de la mitología griega, o
Mercurio en la mitología romana, hijo de Zeus y la pléyade Maya.
En los poemas épicos atribuidos a Homero, Hermes es considerado
como heraldo61 de los dioses.
Fue a partir del Antiguo Testamento que comenzó a adquirir
connotaciones negativas, puesto que todas las aves zancudas eran
consideradas impuras al estar únicamente sumergida en el agua par-
te de sus patas y producirse entonces una incompleta purificación.

JABALÍ
Símbolo de intrepidez rallando incluso la temeridad. En el zo-
diaco Japonés es emblema de valor.
En las leyendas célticas y galas su simbología es favorable y está
relacionada con el poder de los druidas.
El jabalí es una de las pruebas de Herakles o Hércules “El Jabalí
de Erimatea”, símbolo de las bajas pasiones no controladas por el
hombre y que deben ser conquistadas por el Héroe.
Asociado a los dioses griegos de la lujuria Eros y Dionisos, debi-
do a sus largos periodos de celo y su gran poder de fecundidad. Y al
dios de la guerra Ares en la mitología griega y Marte en la romana,
en relación a su intensa temeridad.

LAGARTO
Su tendencia a estar bajo el sol favoreció la imagen del alma
que busca la luz y la inmortalidad, y cuando la encuentra se queda
inmóvil largo tiempo. En los glifos y jeroglifos egipcios el lagarto
significa la benevolencia.
Durante la Edad Media, formó parte de las ornamentaciones fu-
nerarias simbolizando la resurrección del alma, atribuyéndose a la
pérdida anual y posterior regeneración de su piel.
61
En la antigüedad los heraldos desempeñaban un papel importante, Homero los llama
divinos, inviolables, grandes y admirables.

96
LECHUZA (Buscar BÚHO)

LEÓN
Símbolo de los dioses solares. Desde tiempos muy remotos se
identifica al dios Sol o deidad solar con el León, siendo signo de
realeza.
El Cristianismo hace mención de este símbolo en numerosas
ocasiones:
“No llores, mira, ha triunfado el león de la tribu de Judá, el
retoño de David”. Apocalipsis 5,5.
“Él rugirá como león; rugirá y los hijos vendrán temblando des-
de occidente”. Oseas 11,10.
En los dos Testamentos el león es una metáfora de la Divinidad,
pero también del mal.
“Sed sobrios, velad! Vuestro adversario, el diablo, como león
rugiente, ronda buscando a quien tragar”. 1ª Pe 5,8.
En alquimia corresponde al símbolo del azufre. Al Oro se le da
el nombre de León de los metales.
Constituye la representación del rey de los animales en la Tierra,
el opuesto y a veces el equivalente del águila en el Cielo.
En la mitología, numerosas leyendas nos hablan de las pruebas a
superar y de la lucha del espíritu sobre la materia, donde diferentes
Héroes de la historia llevan a cabo como parte de su “Trabajo” este
tipo de odisea. Un ejemplo lo tenemos en Hércules con uno de sus
“doce trabajos”; el león es entonces uno de los obstáculos a salvar
para llegar a trascender el estadio en el que se encuentra el prota-
gonista.
Por su estado salvaje, el león es, según Jung, una manifestación
del inicio de las pasiones latentes y signo devorador del inconscien-
te. La simbología del acto de devorar nos indica el final de una eta-
pa, como el que la Tierra hace de cada cuerpo después de la muerte.

97
Es un símbolo que se pierde en la noche de los tiempos. Se
encuentra en las reliquias más antiguas y en todos los tratados y
templos de arcaicas culturas. El león estará presente en el camino
evolutivo como representante de duras pruebas a superar y guarda
relación con una figura que se hace patente en el ser humano y que
es necesario trascender: la personalidad.

LIBÉLULA
Para los antiguos pobladores de las praderas de Norteamérica, la
libélula es la esencia de los vientos del cambio, mensajera de sabi-
duría e intercesora de la comunicación con el mundo elemental. El
espíritu de las plantas y los elementos del aire, agua, fuego y tierra.
En psicología, la libélula nos traslada a la idea de romper los
límites de las ideas y acciones.
Desde el punto de vista etimológico y simbólico no deja indi-
ferente el nombre de este insecto en la lengua catalana, pues la
palabra libélula se anuncia como espia-dimonis (espía-demonios).

LOBO
El lobo representa al rastreador, al maestro, al precursor de las
ideas nuevas, que regresa al clan para enseñar y compartir. El lobo
se empareja de por vida y es leal. Tiene un fuerte sentido familiar
respecto a la manada y a la vez un poderoso instinto individual.
En la Gran Nación de las Estrellas, el Lobo es representado por
la estrella del Can, Sirio, cuya leyenda cuenta que fue el hogar
originario de nuestros maestros de los tiempos antiguos. Entre los
antiguos egipcios, Sirio o Sirius en su raíz del latín, es el nombre
propio de la estrella Alfa Canis Maioris, considerada el hogar de
los dioses y la tribu de los Dogones, en África, aun lo considera así.
Los nativos americanos hicieron esa misma conexión y adoptaron
al Lobo como el clan de los maestros.

98
Aullar a la luna; la luna asociada al subconsciente indica el de-
seo de conexión con todo un potencial sumergido y con necesidad
de aflorar. Es lo nuevo que emerge y que ha de mostrarse.
El lobo anuncia; solo a través de la capacidad de compartir, la
conciencia se expande. Es el gran maestro de la tribu.
Para egipcios y romanos simbolizaba el valor. Y en su analo-
gía contraria, según la cosmogonía gnóstica, es considerado como
principio del mal.

MANTIS RELIGIOSA
El abrazo de la Mantis y su ritual de apareamiento acaba algunas
veces con el macho devorado en brazos de la hembra durante la
copulación.
Este acto de crueldad pasó inadvertido por los antiguos griegos
que honraron este insecto y le atribuyeron el poder de la adivina-
ción. De ahí su nombre Mantis del griego “mantis, manteo” que
quiere decir “adivino” o “profeta”.
Cuando alguien se acerca a una Mantis, ésta pliega las patas delan-
teras uniéndolas, tomando así la apariencia del acto de pedir clemencia.
Esta posición de oración fue vista por los cristianos como ima-
gen piadosa y fue designado este insecto como guía de las almas
en tránsito.

MARIPOSA
Es emblema del alma y de la atracción inconsciente hacia la luz
o la luminosidad. Los gnósticos representaban el Ángel de la Muer-
te con un pie alado pisando una mariposa, deduciéndose de ello que
lo conceptuaban con la vida más que con la trascendencia del alma.
En el psicoanálisis su simbología se relaciona con el renaci-
miento y la resurrección. Su capacidad de transformación encarna
la metamorfosis y las potencialidades del Ser.

99
Entre los aztecas, la mariposa es un símbolo del alma o del alien-
to vital. Una mariposa jugando entre las flores representa el alma
de un guerrero caído en los campos, siendo semejante la asociación
con la figura del colibrí.
El dios del fuego entre los aztecas lleva en el pecho un emblema
denominado “mariposa de obsidiana”. La obsidiana es considerada
como piedra de fuego. Así mismo, el Sol en el Templo de los Gue-
rreros se ornamentaba con una imagen de mariposa.
En México la mariposa es símbolo del sol negro atravesando los
mundos subterráneos. También símbolo del fuego ctónico oculto,
ligado a la noción de sacrificio, muerte y resurrección.
En la cultura grecorromana, se le da al alma que sale del cuerpo
de los muertos la forma de una mariposa. Y sobre los frescos de
Pompeya, Psique está representada como una niña alada, semejante
a una mariposa.

MONO
En la mitología hinduista, Jánuman es una de las deidades más
importantes del panteón, donde lucha en la expedición contra el
ejército liderado por el demonio Rávana, poseedor de una fuerza y
poder casi ilimitados.
Por otro lado, en el antiguo Egipto el mandril era considerado
como un dios y aparecía ornamentando algunas de las tumbas de
los faraones en su consideración de Psicopompo.
En su aspecto opuesto, se le asocia con Loki, dios de la mitolo-
gía nórdica, considerado un dios timador.
En los Eddas,62 es descrito como el “origen del fraude”. Se le
conoció con muchos nombres, entre los que se pueden destacar:
“Herrero mentiroso”, “Cambia formas”, “Lengua de plata”, “Dios
astuto”, “Transformista”, “El astuto”, “Viajero del cielo”, “Cami-
62
Colecciones de historias y recopilaciones literarias islandesas medievales que conforman
la mitología nórdica.

100
nante del cielo”, “Mago de las mentiras”, “Dios de las travesuras”,
“Dios de la mala suerte” ,”Dios de las Mentiras” o “Dios del Caos”,
estas solo son algunas de las formas en las que se puede encontrar
el “dios” Loki.
En la iconografía cristiana lo encontramos portando un espejo
en su mano, siéndonos mostrado como la representación de las de-
bilidades humanas.

MOSCA
Belcebú o Beelzebub deriva etimológicamente de “Ba’al Zvuv”,
que significa “El Señor de las Moscas”. Por otro lado, el nombre
Beelzebub era usado por los hebreos como una forma de burla ha-
cia los adoradores de Baal, debido a que en sus templos la carne
de los sacrificios se dejaba pudrir, por lo que estos lugares estaban
infestados de moscas.
Se multiplican sobre la podredumbre y la descomposición,
transportan los peores gérmenes de enfermedades y desafían toda
protección.
Entre los bamileké, es el símbolo de la solidaridad. En el reino
de los pequeños insectos alados, la unión hace la fuerza, ya que un
solo individuo se encuentra indefenso.
Para los griegos, la mosca era un animal sagrado, al cual se re-
fieren ciertos nombres de Zeus y de Apolo. Tal vez evocaba el tor-
bellino de la vida olímpica.

MOSQUITO
Símbolo de la agresividad. Busca con obstinación violar la vida
íntima de su víctima y alimentarse de su sangre.
Algunos mitólogos piensan que la famosa esfinge de Tebas,
monstruo que plantea enigmas a los viajeros y los devora si no des-

101
cubren el acertijo, no es sino el mosquito de la malaria. El monstruo
muere en cuanto Edipo resuelve el enigma.
El pantano es uno de los símbolos de lo inconsciente. Este sólo
libera sus aguas muertas, que fermentan y multiplican los mosqui-
tos si se abren canales; estos canales simbólicamente significan las
vías de la expresión del sí mismo.

MURCIÉLAGO
De carácter ambiguo con significación contradictoria. En China
es emblema de felicidad y larga vida.
Sus características y costumbres nos indician el rumbo de su
simbología.
El hábitat de este animal es una cueva y nos habla de una su-
puesta entrada a la vida, haciendo alusión así a la inmortalidad. El
murciélago realiza sus actividades por la noche, está dotado para
orientarse en la oscuridad, haciendo de él en algunos pueblos afri-
canos la imagen de la inteligencia.
Sin embargo, Orígenes63 designa este animal como un símbolo
hereje, porque se oculta durante las horas de luz y porque participa
tanto de las características propias de las aves, como de las de los
mamíferos.
En la Europa oriental, se relaciona al murciélago con las ac-
ciones de los genios nocturnos del mal. Plinio64 cuenta que en su
tiempo los clavaban boca abajo en las puertas de las casas para
ahuyentar los genios maléficos portadores de desgracias.
En el simbolismo cristiano lo encontramos en oposición absolu-
ta con el Pelícano. Mientras que este último derrama su sangre ab-
63
Teólogo y Padre de la Iglesia griega, fue el primero en concebir un sistema completo
del cristianismo integrando las teorías neoplatónicas. Cuenta con alrededor de 800 obras
escritas. Se le conoció con el sobrenombre de “adamantius” (hombre de acero) debido a su
gran capacidad para el trabajo.
64
PLINIO. Historia Natural.

102
negadamente por sus hijos y es símbolo de sacrificio, el otro, por el
contrario, absorbe la sangre de sus víctimas para beneficio propio.
En contraste, en Oriente el murciélago es un talismán muy apre-
ciado.

NUTRIA
La nutria aparece y desaparece en la superficie de las aguas y
está dotada de simbolismo lunar. Su piel se utiliza en las sociedades
iniciáticas, tanto entre los nativos de América como en África.
Las mujeres iniciadas Ozila, magas fertilizantes que danzan
principalmente en las ceremonias de nacimiento y matrimonio, sos-
tienen un cuerno en la mano y llevan un cinturón de piel de nutria.
Entre los Ojibwa, en América del norte, el chamán conserva sus
conchas mágicas en una bolsa de piel de nutria. En lo ritos de ini-
ciación, después de cantos y banquetes, el novel iniciado recibe su
propio saco de nutria de manos de los sacerdotes.
La nutria es pues el espíritu iniciador que mata y resucita.
En Europa, el papel de psicopompo asociado a la nutria queda
registrado en un canto mortuorio rumano:
La nutria sabe
El orden de los ríos
Y el sentido de los vados
Te hará pasar
Sin que te ahogues
Y te llevará
Hasta las frías fuentes
Para refrescarte
De los escalofríos de la muerte.
(Trésor de la poésie universelle65)
65
CALLOIS R. , LAMBERT J.C. Ed. Gallimard

103
OCA - GANSO - ANSAR
En Egipto y China las ocas fueron consideradas mensajeras y
conectoras entre el cielo y la tierra.
En la antigua Roma, las ocas sagradas criadas en el Templo de la
diosa Juno tenían como función primordial alertar de los peligros y
con lo que se decía que tenían un sentido agudo de intuición.
En los ritos chamánicos, la oca es la montura del chamán para
regresar de los infiernos.
Entre los celtas fueron las emisarias del otro mundo, emblema
benéfico asociado a la gran Madre y símbolo del descenso a los
infiernos necesario para que se produzca más tarde la ascensión.
El tradicional “Juego de la Oca” o también llamado “Espiral de
los constructores” está considerado como el laberinto en espiral,
itinerario del espíritu que ha de recorrer el héroe o iniciado para
regresar o alcanzar la sublimidad como principio de emanación.

ORUGA
Oruga y gusano no comparten el mismo significado. El sueño
fecundo de la oruga desaparecida y convertida en crisálida a la es-
pera de su primer vuelo, nos muestra una alegoría diferente a la de
su pariente cercano el gusano.
La metamorfosis como emblema del Cristo resucitado, compar-
te símbolo en el cristianismo con en el antiguo Egipto.
La crisálida en diferentes culturas, revela encerrada en el silen-
cio del capullo, el símbolo del hombre que apartado de la vida ordi-
naria se transforma en su escogido retiro, en un estado más perfecto
que el anterior.

OSO
Para los celtas el oso es el emblema o símbolo de la casta guerre-
ra y su nombre (céltico común artos, irlandés art, galés arth, bretón
arzh) está asociado al mítico Arturo.

104
En Siberia y en Alaska se asimila a la luna porque desaparece
con el invierno y reaparece en la primavera. Esto muestra así mis-
mo sus lazos con el ciclo vegetal, también dirigido por la luna.
Los algonquinos del Canadá llaman al oso Gran Padre. Entre los
Koriak del noroeste de Siberia, el oso está presente en las ceremo-
nias de iniciación, a semejanza del papel esencial que desempeñó
durante las ceremonias del paleolítico.
Entre los indios Pomo (California del sur) los candidatos son
iniciados por el oso grizzli que los mata y abre con sus garras una
gran brecha en la espalda.
En Europa, la emanación del interior de la “caverna” ya en sí
misma es la expresión de la oscuridad, de las tinieblas.
En la mitología griega el oso acompaña a Artemis, divinidad
lunar. Representa típicamente el aspecto monstruoso, cruel, sacri-
ficador del mito.
Jung lo considera símbolo de un aspecto peligroso de lo incons-
ciente. El oso forma parte de los símbolos de lo sumergido y ctóni-
co lunar y por ende nocturno, pertenece a los paisajes internos de
la tierra madre.
Según los antiguos pobladores norteamericanos, la medicina del
oso está relacionada con la vuelta al interior. La hibernación que
el oso realiza tiene lugar en la cueva-útero de la tierra, siendo pues
una invitación a la introspección.
En alquimia corresponde al nigredo de la primera materia, por
tanto, guarda relación con las etapas iniciales o de los instintos.

PALOMA
Los más antiguos documentos sobre el culto a la paloma se re-
fieren a la isla de Creta y el imperio de los Hititas, remontándose al
Neolítico el modelaje de imágenes en terracota.

105
Diosas como Astarata y Cnosos, Atargatis-Dercero, llevaban la
paloma en forma de símbolo, en la cabeza como imanación de su
naturaleza divina.
En el arte cristiano adopta el emblema de Paz a través del relato
del Arca de Noé, portadora de la rama de olivo tras el Diluvio como
final del castigo divino y reconciliación. En los evangelios, la pa-
loma representa al Espíritu Santo, personificación de la Santísima
Trinidad, hecho que nos llega a través del bautismo de Jesús por
Juan el Bautista. Jn 1, 32-34. Entre los textos más antiguos relati-
vos a la paloma-alma podemos señalar el relato del martirio de san
Policarpo, según el cual una paloma salió del cuerpo del mártir en
el momento de su muerte.
En el arte funerario se puede apreciar a menudo la representa-
ción de una paloma, símbolo del alma, bebiendo en un vaso como
emblema del manantial de la memoria.
Según el Talmud, enseña la castidad, y en Grecia era el pájaro
sagrado de Afrodita, símbolo del regalo entre los amantes.
La paloma simboliza, como todos los animales alados (alas), la
sublimación de los instintos y el predominio del espíritu sobre la
materia.

PANTERA - JAGUAR - PUMA


Pantera onca o pantera negra es un gran felino nativo de Suda-
mérica, Centroamérica y parte de Norteamérica, donde se le conoce
por múltiples nombres según la zona, tales como: yaguarete, na-
huel, yaguar, otorongo o tigre, siendo jaguar el más utilizado.
Este animal es un cazador solitario y no se relaciona con otros
de su especie más allá de la época de apareamiento. Ha sido ob-
jeto de culto por gran parte de las etnias aborígenes americanas;
también está considerado como elemento ligado al chamán y sus
prácticas.

106
Los guerreros-jaguar aztecas, de ascendencia noble, portaban
pieles de Pantera sobre las espaldas a modo de distintivo en la ba-
talla.
Los grandes felinos, al contrario de lo que pueda parecer, no
buscan el enfrentamiento, más bien suelen evitar las confrontacio-
nes a menos que sea inevitable porque la seguridad del grupo se
encuentre en peligro.
El espíritu del gran felino, según los nativos norteamericanos,
nos enseña a prestar atención a todo lo que nos rodea y valorar
con detalle las consecuencias de nuestras acciones. El arquetipo del
gran felino nos muestra nuestra verdadera fuerza, pero también a
saberla aplicar de la forma adecuada.
Desde la antigüedad la pantera era considerada el enemigo mor-
tal del dragón. De este modo el simbolismo de la narrativa arquetí-
pica de la lucha entre las fuerzas de la Luz (la pantera negra) y las
de la Oscuridad (el dragón) se veían representadas.
En la Edad Media la pantera era a menudo considerada un sím-
bolo del Cristo. Se dice de ella que, cuando ha comido duerme tres
días seguidos, equiparándolo a la muerte y resurrección.

PAVO REAL
Para los griegos y romanos era signo de incorruptibilidad. Esta
idea condujo entre los cristianos al concepto de resurrección, apli-
cando la misma alegoría a la caída de la hoja del árbol durante el
otoño y a su recuperación en primavera, al igual que la caída de la
pluma del pavo real y su posterior plumaje al final del invierno.
Encontramos su imagen decorando libros litúrgicos como por
ejemplo el “Missale Gallorum Vectus” del Vaticano.
En la cultura clásica occidental —a través de Hera en Grecia y
Juno en Roma— el pavo real está relacionado con la inmortalidad,
motivado por los múltiples puntos de color en su cola que se aso-
cian a las estrellas del firmamento.

107
En su aspecto negativo, ha sido considerado como la represen-
tación de una de las caras del demonio del orgullo, basado en la
belleza y el culto al cuerpo en correspondencia a la evocación de
la vanidad.

PELÍCANO
En la tradición occidental, cuenta la leyenda que el Pelícano
amaba tanto a sus crías que en caso de extrema necesidad las ali-
mentaba con su propia sangre. Para ello se abría una herida en el
pecho con su pico para que pudieran beber y nutrirse. Es una de las
más conocidas alegorías de Cristo y de la entrega de su sangre para
la redención.
En el arte cristiano podemos apreciar este animal resucitando a
su nidada en el friso del siglo XIII en la catedral de Estrasburgo.

PERDIZ
Según Aristóteles y Plinio, entre otros autores de la antigüedad,
la costumbre de la perdiz determina su carácter simbólico. Se afir-
ma que posee una gran capacidad para engañar.
San Ambrosio asegura: “la perdiz, que toma su nombre de la
voz Perdendo y en hebreo core (de llamar y vocear) se dice que es
Satanás que atrae a muchos con su voz”.66

PERIQUITO - LORO
El periquito y las 340 variedades de aves que tienen la capacidad
del verbo, en la mayoría de culturas se le atribuye el símbolo de
mensajero del alma.
La tribu Hopi se autodenominaba “El clan del Loro” y aprecia-
ban a este animal como símbolo de la abundancia.
66
CIRLOT Juan Eduardo. Diccionario de los símbolos (pág. 363)

108
En su opuesto, en el Popol Vuh, libro sagrado de los Mayas, se
narra que antes de iniciar su aventura en el Xibalbá, los Gemelos
Divinos, Hunahpú e Ixbalanqué, vencieron a un ser orgulloso lla-
mado Vucub Caquix, nombre que se ha traducido como Guaca-
mayo, aunque en otras traducciones más cercanas a los Quichés lo
relacionan con las siete vergüenzas o pecados.

PERRO
Emblema de fidelidad. En el simbolismo cristiano es el guardián
y guía de rebaño (alegoría del sacerdote). Acompañamiento tam-
bién de los muertos en su viaje nocturno por el mar, se asocia al
símbolo materno y de resurrección.
En diferentes culturas de la antigüedad es asociado al mundo
inferior y a la muerte, siendo guardián del infierno representando
el papel de Psicopompo. En Egipto es Anubis y en Grecia el Can
Cerbero. Prácticamente no existe ninguna mitología que no haya
asociado el perro a la muerte, a los infiernos, al mundo de abajo, a
los imperios invisibles que rigen las divinidades ctónicas o selénicas.
Entre los germanos, un perro terrible, llamado Garm, guarda la
entrada del Niflheim, reino de los muertos, país de los hielos y las
tinieblas.
El simbolismo del perro en Extremo Oriente es esencialmente
ambivalente y dentro de la misma cultura posee los dos significa-
dos.
En el Japón el perro goza de una consideración favorable; com-
pañero fiel, su imagen protege a los niños y facilita el trabajo de las
mujeres embarazadas.
Para los alquimistas y filósofos el perro devorado por el lobo
representa la purificación del oro por el antimonio, penúltima etapa
de la “gran obra”.

109
PEZ
Símbolo del agua, por tanto, también de vida, nacimiento, ferti-
lidad y regeneración.
Su representación es atemporal y se pierde en la noche de los
tiempos, muestra de ello la encontramos en representaciones pictó-
ricas sobre roca en el interior de cuevas, covachas y cavernas.
En la India, Caldea, Babilonia, Mesopotamia, Asiria y Persia en-
tre otras, se practicaba el culto al pez como imagen de la divinidad.
Los caldeos representaban un pez con cabeza de golondrina,
anuncio de renovación cíclica enlazada directamente con el simbo-
lismo de Piscis.
En Europa y Asia fue símbolo de la fecundidad como conse-
cuencia derivada de la increíble cantidad de huevos que gestan y
transportan en su interior.
Durante los primeros tiempos del cristianismo, el pez constituyó
la representación más frecuente del Cristo debido a su relación con
el agua (bautismo y regeneración espiritual). La denominación en
griego de pez ICHTYS o ICHTHYS corresponde a las iniciales de
varios títulos dados al Cristo “hijo de Dios-el Salvador”.
Este acróstico tuvo gran éxito en Roma entre las comunidades
cristianas donde imperaba la “disciplina del secreto” y en las que
solo los iniciados comprendían el símbolo.
El apogeo del pez crístico se extendió durante los tres primeros
siglos de nuestra era hasta la Galia, que derivó en la transformación
de diferentes elementos en joyas y amuletos.
Los primeros cristianos se hacían llamar a sí mismos como “Hi-
jos del Ictus celestial”. Escribía Tertuliano:
“Nosotros, pececillos conforme nuestro pez, Jesucristo, nace-
mos en el agua (bautismo) y no podemos salvarnos más que si per-
manecemos en el agua, o sea en la fe del bautismo”.

110
PULPO - SEPIA
Estos dos animales comparten representación y concepto. Según
algunos simbolistas, han relacionado el cariz de los Octópodos a la
idea del principio de la vida en el mundo animal.
Sus brazos enrollados en espiral asemejaban a la cruz pre-cris-
tiana, en especial a los triskeles.
En la cultura cretense aparece relacionado con la araña y con la
espiral. En Grecia, se adornaron las tumbas reales de Micenas.
En el arte primitivo cristiano su representación pictográfica inun-
dó la iconografía religiosa. No obstante, durante la Edad Media,
esta simbología se fue invirtiendo gradualmente, hasta considerar
el “abrazo” del pulpo que asfixia hasta la muerte como alegoría del
beso hipócrita de Judas.

RANA
Con personalidad lunar es símbolo de fertilidad. Representa la
resurrección y entre los celtas era la señora de la tierra.
Figura representativa de la transición entre los elementos tierra-
agua. En Egipto fue atributo de la diosa Herit que asistió a Isis en
su ritual de Resurrección de Osiris, ayudándole a recomponerlo e
insuflándole luego el hálito de la vida.
En Oriente simboliza el retorno y para los cristianos la resu-
rrección. La rana “muere” durante el invierno, y más que hibernar
queda criogenizada dentro de los charcos que habita, “resucitando”
con la llegada de las altas temperaturas y el deshielo de las charcas.
La rana prefiere ambientes húmedos y oscuros y por ello en
Oriente se la identificó con la lluvia y la luna, el principio Ying de
la fertilidad. Por tanto, es considerada como elemento propiciador
de las lluvias.
También en las culturas mesoamericanas, Maya y Azteca, se aso-
cia a estos animales con el Dios Chaac y Tlaloc, dioses de las aguas.

111
En psicología analítica, la rana representa la lucha permanente
contra el estancamiento, reflejando un carácter inconformista.
Su antítesis es el Sapo, simbolizando el mundo subterráneo, las
náuseas y el pecado. Durante la Edad Media fue considerado por-
tador de la muerte.
Entre los celtas se constituyó como símbolo del mal. Y en el arte
occidental, aparece como emblema de la lujuria y el orgullo.

RATA
Se asocia en occidente con la enfermedad y la muerte, siendo
símbolo maléfico de la Peste durante la Edad Media.
En la India la rata es venerada por su astucia y su capacidad de
vencer obstáculos, avanzar y expandirse. Este animal es elevado a
la categoría de divinidad hasta el punto de tener el privilegio de ser
el vehículo del dios Ganesh, dios elefante de la sabiduría.
En el templo de Karni Mata, estado de Rajasthan, es conocido
como el “Templo de las Ratas”, se albergan unas 20.000 las cuales
circulan y se mueven con absoluta libertad. Son tratadas con respe-
to y adoración, y si alguien mata alguna involuntariamente debe ser
reemplazada por otra de oro o plata para expiar el “error”.

RATÓN
En el cristianismo se le representa royendo un árbol, asociándo-
lo al mal y a la destrucción del árbol de la vida.
En la Edad Media se lo relacionó con el diablo. En cambio, para
los indios norteamericanos simboliza el escrutinio. Todo tiene que
ser supervisado por sus bigotes; nos alienta y asevera que es posible
profundizar más y aprender más en los diferentes aspectos de la vida.

RINOCERONTE
Según Aristóteles describe en su “Obra Biológica”, es este ani-
mal reconocido en Oriente como el Asno de la India.

112
Es símbolo de poder y autoridad, y en heráldica emblema de
tenacidad, vigor y concordia. En África se asocia al valor y la fer-
tilidad.

SALAMANDRA
El cristianismo la incorporó a la simbología de los mártires y del
alma de los puros que llegaban a este estado a través del elemento
fuego.
En el renacimiento formó parte de la heráldica como identifica-
tivo de coraje y constancia.
Se la asocia con el espíritu del fuego en la alquimia, siendo el
símbolo de la piedra fijada al rojo.
La relación entre la salamandra y el fuego la descubrimos a tra-
vés de la obra Historia Natural de Plinio. En ella nos refiere una
antigua creencia en la que le atribuyen a este anfibio una gran ca-
pacidad de resistencia al fuego. Dicha creencia se desarrolló como
consecuencia de la habilidad que posee este animal de respirar y
absorber el agua a través de su piel. Tanto es así, que la salamandra,
sirviéndose de su destreza para secretar una sustancia que puede
llegar a ser tóxica y que le da un aspecto brillante, provocó el con-
vencimiento que podía sobrevivir al fuego.

SALTAMONTES - LANGOSTA
En la mayoría de los casos la langosta es interpretada como sím-
bolo de mal augurio, de males físicos o catástrofes naturales.
En el Antiguo Testamento la invasión de la langosta es provo-
cada por decisión de un dios a causa de su cólera y se limita a una
calamidad de orden físico:
“Yahvéh dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre, el país
de Egipto para que venga la langosta. Que invada el país
de Egipto y devore toda su vegetación, todo lo que respetó

113
el granizo. Moisés extendió su bastón sobre el territorio de
Egipto y Yahvéh trajo sobre el país un viento del este, que
sopló ese día y toda la noche. Por la mañana, el viento de
Oriente había traído la langosta que invadió todo el país de
Egipto, y se posó sobre todo el territorio de Egipto en tan
gran número que multitud semejante aún no se había vis-
to nunca y no habría de volverse a ver jamás. Y cubrió la
langosta la superficie del suelo, y se oscureció la tierra; y
devoró toda la vegetación del país y también todo el fruto de
los árboles que había respetado el granizo, y no quedó una
brizna de verdor en los árboles ni hierbas en los campos. El
faraón se apresuró a llamar a Moisés y Aarón y les dijo: He
pecado contra Yahvéh vuestro dios, y contra vosotros. Perdo-
nad mi pecado, os lo ruego, siquiera una vez más, y suplicad
a Yahvéh vuestro dios que, al menos, aleje de mí esta muerte.
Moisés salió de la casa del faraón e invocó a Yahvéh. Yahvéh
entonces hizo que cambiase el viento, que sopló tan fuerte del
oeste que levantó la langosta y la llevó hacia el mar de los
Juncos. No quedó una sola langosta en todo el territorio de
Egipto. Pero Yahvéh endureció el corazón del faraón, que no
dejó partir a los hijos de Israel.” (Ex 10.12-20)
En el Nuevo Testamento, la invasión de la langosta se convierte
en un suplicio moral.
“Y el quinto ángel tocó la trompeta. Y vi un astro que del
cielo había caído a la tierra, y le había sido dada la llave del
pozo del abismo. Cuando hubo abierto ese pozo, subió de
allí un humo como el de un inmenso horno. El sol y el aire se
oscurecieron. Del humo salieron langostas sobre la tierra; y
les fue dada potestad como la potestad que tienen los escor-
piones de la tierra. Y se les recomendó respetar las praderas,
toda hierba y todo árbol, y dañar únicamente a los hombres
que no llevasen sobre la frente el sello de Dios. Se les ordenó
que no les matasen, sino que les atormentasen durante cinco

114
meses. El dolor que provocan es semejante a la picadura del
escorpión. En esos días, los hombres buscarán la muerte sin
encontrarla, desearán morir y la muerte huirá de ellos.” (Ap
9,1-6).
Únicamente en la China encontramos alusiones al simbolismo
de la langosta en sentido positivo. El ritmo de su salto se asociaba
a los ritos estacionales de la fecundidad y a las reglas del equilibrio
social y familiar.

SAPO
Este animal simboliza el mundo subterráneo, las náuseas y el
pecado para el occidente cristiano, durante la Edad Media fue con-
siderado portador de la muerte.
Entre los celtas se constituyó como símbolo del mal, y en el arte
occidental aparece como emblema de la lujuria y el orgullo.

SERPIENTE
La serpiente es uno de los animales de poder de la medicina An-
dina, y de la mayoría de las culturas del planeta. Es este ofidio uno
de los arquetipos más importantes del alma humana.
La transmutación del ciclo vida-muerte-reencarnación queda
patente con la muda anual de la piel que realiza este reptil.
Símbolo de Hermes, donde las dos serpientes muestran la ambi-
valencia. En Mesopotamia, el caduceo presentó las dos serpientes
entrelazadas (el sistema nervioso central) alrededor de un bastón (la
espina dorsal) con las alas en ambos lados, los dos hemisferios del
cerebro y el círculo que representa el centro psíquico interno.
En la cultura amerindia desde México hasta el Perú, el mito del
pájaro-serpiente coincide con las religiones más antiguas de la cul-
tura del maíz; está asociado a la humedad y a las aguas de la tierra

115
y en sus formas más elevadas permanece ligado al cielo. Emblema
de la dualidad cielo-tierra.
Los caldeos tenían una única palabra para describir la vida y la
serpiente. Y para los hebreos representaba la salvación y la sabi-
duría. El bastón de cobre en forma de serpiente de Moisés se hizo
famoso por sus múltiples milagros.
En el cristianismo se asociaba a las fuerzas del mal, el pecado
y la tentación. Simboliza la seducción de la fuerza por medio de la
materia interpretado a través de los mitos de la historia como “Ja-
són por Medea” de “Hércules por Onfale” y “Adán por Eva”.
En su evangelio, Juan asocia la serpiente con la elevación de
Jesús en la cruz
“Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el
desierto, el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto para
que todo el que crea en Él tenga la vida eterna” (Jn 3, 14-15).
En el tantrismo es la Kundalini, enroscada en la base de la co-
lumna vertebral.
El Ouroboros es también símbolo de manifestación y del orden
cíclico; es unión sexual en sí mismo, auto-fecundador permanen-
te, como lo muestra su cola introducida en su boca; es perpetua
transmutación de muerte en vida que se manifiesta a través de los
colmillos que inyectan veneno en su propio cuerpo.
En general el símbolo de la serpiente es el deseo humano de la
acción y la transmutación, de la manifestación del cambio que se
aproxima y que implica para el observador estar preparado para la
actuación.

TIGRE
En las leyendas Chinas se le da el nombre de “los cinco tigres”
a grupos de guerreros valientes protectores del imperio. El tigre
blanco es un símbolo de la virtud regia. El tigre es por lo general

116
un animal del norte, del solsticio de invierno, en donde devora las
influencias maléficas.
En la iconografía hindú el tigre es la montura de la Shakti, de la
energía de la naturaleza a la cual Shiva no está sometida, sino que
la domina.
En Malasia el curandero tiene poder para transformarse en tigre.
Él conduce a los neófitos por la jungla para iniciarlos, pero en rea-
lidad es para matarlos y resucitarlos.
Oníricamente simboliza el oscurecimiento de la conciencia su-
mergida por los deseos elementales. Si lo descubrimos representan-
do una lucha contra animales inferiores como los reptiles, entonces
es emblema de una figura superior. Si el combate es con un león o
con un águila, figuras de estados superiores, es el fracaso del espí-
ritu sobre la materia.

TORO
Símbolo de la energía creadora, representa la fuerza vital y el
poder masculino. Evoca la idea de potencia y del poder engendra-
dor.
En Mesopotamia, se ubicaban toros androcéfalos de protuberan-
tes alas, en la entrada de templos y palacios para su protección.
Es considerado solar, masculino y generador. En algunas oca-
siones y debido a sus cuernos en forma de luna creciente, puede ser
asociado a la noche, a los ritos de fecundidad y a los cultos lunares
y ctónicos.
En la antigua Grecia y asociado a uno de los trabajos de Hér-
cules, el toro representa el deseo animal, a los anhelos basados en
la materia, y que unidos dan lugar a “maya”, la gran ilusión, que
es producida al centrar la conciencia en aquello que nos aleja del
trabajo primordial.

117
El toro ha de ser montando y conducido hacia el espíritu por el
hombre. En psicología es la fuerza incontrolada, salvaje, expresa
las pasiones, el instinto que el ser en estado de evolución debe do-
minar para lograr la victoria personal del espíritu sobre la materia.
Existe un relato que cuenta que, el “circo” taurino actual, real-
mente es un vestigio ancestral antiquísimo de la fiesta del toro At-
lante.
Los toros sueltos del templo de Neptuno eran animales sagrados
a los que se les recibía con un trato diferente al de hoy. El clásico
arte taurómaco es ciertamente Iniciático y relacionado con el culto
misterioso de la Vaca Sagrada.
El Iniciador o Hierofante es el Maestro; los banderilleros eran
los compañeros y los picadores los aprendices. Todo ello represen-
tación del trabajo alquímico a realizar para el dominio de las pasio-
nes y la muerte o disolución del Yo.

TORTUGA
La tortuga es el signo más antiguo que se asocia al simbolismo
del planeta Tierra. Posee un caparazón similar a la protectora cor-
teza terrestre.
La tortuga entierra sus huevos en la arena, y deja que el sol incu-
be a los pequeños. Esta alegoría esconde la enseñanza de la necesi-
dad del desarrollo de las ideas antes de mostrarlas a la luz.
Plinio67cita 66 usos de la tortuga en medicina, incluyendo la de
repeler las malas artes de la magia, neutralizar venenos, mejorar la
vista, remover cataratas y así sucesivamente.
En China y Japón se creía que el mundo estaba soportado por
tortugas y se las asocia por tanto a la longevidad, lentitud y delibe-
ración.
67
PLINIO. Historia Natural.

118
URRACA
La forma en que captura y esconde objetos brillantes hizo que se
le asociara con la totalidad de los pecados. Se la tomó como porta-
dora del mal augurio y de muertes prematuras.
En Grecia es símbolo de Dionisos y de la locuacidad. En algunas
culturas asiáticas se interpretó su canto de forma más positiva y
reflejo de buena suerte.

VACA
Asociada a la tierra y a la luna. Símbolo de la maternidad y de
las tierras fértiles sobre todo en la India, que es venerada por enci-
ma de cualquier otro animal.
En Egipto, la vaca Ahet es el origen de la manifestación del Sol
o aurora primordial. Se representaba con un amuleto llevando el
disco solar entre sus cuernos para dar calor a los cuerpos momifi-
cados. Esta costumbre procedía de la creencia que narra la historia
que cuando el sol Ra se puso por primera vez en el horizonte, la
diosa vaca envió a seres de fuego para socorrerle hasta la mañana a
fin de que no perdiese su calor.
Los sumerios comparaban la luna con los cuernos de la vaca y
la luz de la luna con su leche. La noche estrellada, dominada por
el Toro, cuya Vaca fecunda es la luna llena, y el rebaño es la Vía
Láctea.
En Mesopotamia, la Gran Madre o Gran Vaca es una evidencia
de la diosa de la fecundidad.

ZORRO
El don natural del zorro es su adaptabilidad al medio. Sobrevive
igualmente en el desierto que en el ártico gracias a su camaleónica
variedad de pieles que utilizará según donde se encuentre.

119
Dispone de una gran habilidad para la observación del entorno
y pasar inadvertido ante los demás. Destaca por sus elogiables ca-
pacidades de persistencia, camuflaje, rapidez y paciencia. Por todo
ello le han adjudicado por excelencia el emblema de la astucia, fru-
to de su gran inteligencia para lograr llevar a cabo sorprendentes
hazañas.
Durante la Edad Media se relacionó este animal con el diablo
como un aspecto de los centros inferiores. Engaño y tretas son ap-
titudes relacionadas con el zorro.
En Japón, es símbolo de la longevidad, mientras que en China se
le considera como un característico signo de traición.
Entre las tribus norteamericanas es tótem de la inteligencia y
astucia.

120
TERCERA PARTE

“Criaturas Mitológicas”
ARPÍAS
En la mitología griega las Harpías o Arpías —en griego anti-
guo Άρπυια Harpyia ‘que vuela y saquea’— eran hermosas mu-
jeres aladas que robaban la comida de Fineo antes que este pueda
comerla, haciendo cumplir así un castigo impuesto por Zeus.
Las arpías eran hijas de Electra y Taumante y hermanas de Iris.
Hesíodo las describía en su Teogonía como criaturas de “adorables
cabellos”.
Pero con el tiempo el mito fue transformándose y se fueron con-
virtiendo en personajes grotescos con un lenguaje basado en gritos
y cacareos muy desagradables. Sin embargo, las arpías cantaban
una canción mágica, capaz de hechizar a todos los humanos que la
escuchaban, alegoría parecida a la de las sirenas.
Solían interpretarse como personificaciones de naturaleza des-
tructiva.

AVE FÉNIX
Su símbolo procede de la leyenda que hacía del Fénix un ave
inmortal. Esta leyenda nos cuenta que cuando veía cercano su fin,
formaba un nido de maderas y resinas aromáticas que exponía a los
rayos del sol para que ardieran, en cuyas llamas se consumía. De
la médula de sus huesos nacía un nuevo Fénix. Es símbolo pues de
resurrección, inmortalidad y renovación.

123
Aparece en pinturas de sepulcros egipcios cómo signo de in-
mortalidad. La misma manifestación la podemos encontrar entre
griegos y romanos.
En China y en concreto en la disciplina filosófica del Taoísmo
es símbolo de inmortalidad, del Sol y de la Vida. Durante la Edad
Media fue emblema de resurrección del Cristo.

BASILISCO
Rey de las serpientes. Su simple aliento marchitaba las plantas.
Hay dos versiones acerca de su nacimiento:
1) Al ser decapitada la Medusa, de su sangre nacieron todas las
serpientes incluido el Basilisco, y hereda de su madre la ca-
pacidad de matar con la mirada.
2) Cuando un gallo alcanza los 7 años de vida, pone un huevo
que será fecundado por una serpiente e incubado sobre el es-
tiércol por un sapo durante 9 años, de esta gestación nace el
Basilisco.
Su simbolismo es complejo, pero la idea de la mixta unión de las
tres figuras podría según algunas culturas referirse a la inversión de
las cualidades trinitarias.
Estuvo asociado a Satán y fue emblema del mal y de la muerte,
representado en multitud de ocasiones en la iconografía cristiana.
Lo encontramos en todo tipo de esculturas en catedrales como Le
Mans o Amiens e igualmente en iglesias rurales.

CENTAURO O CENTAUREA EN SU VERSIÓN FEMENINA


Cuerpo de caballo y cabeza humana. Se le supone nacido de
Kentauros (hijo de Ixión y Néfele) y de las Yeguas Magnesias. El
más famoso de los centauros fue Quirón, educador de héroes y se-
midioses.

124
Quirón queda herido en su lucha con Hércules y tras nueve días
de sufrimiento pide a los dioses que lo dejen morir. Cede entonces
su inmortalidad a Prometeo, y Zeus, conmovido, lo traslada al cielo
convertido en la constelación de Sagitario.
Desde un punto de vista simbólico nos indica la inversión del
caballero, donde el elemento inferior —el inconsciente y los instin-
tos— domina en su totalidad.

CAN CERBERO
Guardián del palacio de Plutón. Perro de tres cabezas con la gar-
ganta erizada de serpientes. Es considerado por la cultura neoplató-
nica como símbolo del genio del mal.
Por su localización en los infiernos junto a Hades, se le consi-
dera en otras interpretaciones el encargado de impedir la salida y
el retroceso hacia el mundo material el alma de los muertos, en el
que todavía cabría —según algunas creencias— la posibilidad de
rectificación y la salvación.
La captura del Can Cerbero y conseguir sacarlo del inframundo,
es el último de los doce trabajos de Hércules.

DRAGÓN
Animal fabuloso y figura simbólica universal. Se le atribuye el
concepto de “adversario”. En culturas como la china o la fenicia
puede aparecer deificado. En multitud de leyendas viene represen-
tado como enemigo primordial, y el combate con él constituye la
prueba por excelencia. Apolo, Cadmo, Perseo entre otros, vencen al
dragón. También San Jorge y el Arcángel San Miguel.
Los autores clásicos y la Biblia lo muestran con frecuencia. Le
atribuyen fuerza y vigilancia, su vista es agudísima y parece ser que
su nombre procede del griego “dercein” (viendo). Por esta razón al

125
dragón lo convirtieron en guardián de templos y tesoros. También
destaca como alegoría del vaticinio y la sabiduría.
En el apocalipsis de la Biblia se exagera su carácter negativo,
multiplicando a veces sus cabezas, dándole un sentido involutivo.
Por otro lado el dragón que se muerde la cola u Ouroboros de
los gnósticos es símbolo del proceso cíclico. Los alquimistas lo uti-
lizarán con frecuencia, y varios dragones combatiendo expresan el
estado de “putrefactio” (escisión de los elementos y disgregación
psíquica).
En términos generales, en psicología se define el símbolo del
dragón como “algo terrible que vencer”, pues solo el que vence al
dragón deviene héroe.
El dragón universal (Katolikos ophiis) según el gnosticismo, “es
el camino a través de todas las cosas”. Se relaciona con el Principio
del Caos y con el Principio de Disolución.

ESFINGE
Es el enigma por excelencia. Ser con cabeza y pecho de mujer,
cuerpo de toro o perro, garras de león, alas y cola de dragón. Hija
de Equidna y Tifón. La esfinge instalada en los alrededores de la
ciudad, devoraba a todo el que pasaba sino era capaz de adivinar el
enigma que le proponía resolver.
Edipo fue el único que pasó la prueba.
“Adivina este acertijo”, propuso la esfinge a Edipo, “o encontra-
rás tu muerte”:
— ¿Cuál es la criatura que en la mañana camina en cuatro pa-
tas, al medio día en dos y en la noche en tres?
Edipo miró a la Esfinge y le respondió:
— El hombre. En su infancia gatea con sus manos y rodillas,
que es como tener cuatro pies. Cuando es un adulto camina en dos

126
pies. Y en el anochecer de su vida, cuando es un anciano, usa un
bastón, lo que equivale a caminar en tres pies.
Esta leyenda viene registrada por su genealogía paterna. Edipo
significa “pie hinchado”, su padre se llamaba el “patoso” y su abue-
lo el “cojo”. El ciclo o proceso aparece en todas las culturas dado
que es la identificación para la propia construcción del individuo.
Al principio el niño debe identificase con lo que se desplace a
cuatro patas, consigo mismo, con su yo, con su nombre etc. A partir
de ése punto se construyen sus estructuras mentales.
Después, para integrar la sexualidad, debe identificarse con los
que van a dos patas, sus padres.
Finalmente, para entender el proceso de la muerte, lo hará a tra-
vés del arquetipo del abuelo.
En el esoterismo y las ciencias herméticas, simboliza toda la
ciencia oculta del pasado que unifica —dado su carácter tetramórfi-
co— a los cuatro elementos y el espíritu en su parte humana.

GORGONAS
Tres hermanas, tres monstruos con cabeza de serpiente encoleri-
zada, colmillos de jabalí y alas. Sus nombres son Medusa, Euriale
y Steno.
Simbolizan el enemigo a combatir. Son Las deformaciones de la
psique debidas a las fuerzas pervertidas de las tres pulsiones: socia-
bilidad, sexualidad y espiritualidad.
— Euriale es la perversión sexual
— Steno la perversión social
— Medusa simbolizaría la principal de las tres pulsiones: la
espiritual pervertida.
No se puede combatir la culpabilidad vanidosa de los deseos
más que por el esfuerzo.

127
Quien ve la cabeza de Medusa queda petrificado. Ella refleja la
imagen de una culpabilidad personal partiendo de un conocimiento
de sí, porque no basta con descubrir la culpa, hay que resistir su
visión de manera objetiva.

GRIFO
Combina cuerpo de león con cabeza, pecho y garras de águila. A
veces puede aparecer alado. Por sus características se deduce que
simboliza la unión de los caracteres de animales poderosos de la
tierra y el aire. Al igual que algunas formas de dragón, se le reco-
noce como vigilante de los caminos de salvación. Evoca las dos
naturalezas del Cristo, la humana y la divina. Al igual que la doble
cualidad de fuerza y sabiduría.
Desde el punto de vista de la psicología, simboliza la relación
entre la energía psíquica y la fuerza cósmica.
Una tradición cristiana más tardía interpreta el grifo en sentido
desfavorable y representa la fuerza cruel. Se asocia finalmente a la
imagen del demonio.
Entre los griegos, los grifos se asimilaban a los monstruos guar-
dianes de que custodiaban los tesoros de los hiperbóreos. Simbolizan
la fuerza y la vigilancia y al mismo tiempo el obstáculo a superar.

HADA
La palabra Hada viene del latín Fata, su significado es “desti-
no”. Tiene su origen en las Parcas Griegas. En el folklore grecola-
tino eran representadas por tres estatuas “La Tria Fata”; se trata de
las hadas que hilaban el destino de los humanos y llegada la hora
lo cortaban.
Este símbolo ternario también puede representar las tres etapas
de la vida: juventud, madurez y vejez. En la tradición Celta era co-
nocido como la Diosa Ana-Dana-Danaam.

128
Esotéricamente simboliza los poderes supranormales del alma.
Su potencial en la obtención de dones nos muestran las facultades
humanas en estado latente.
Según Cirlot68 se puede vincular la figura del “hada olvidada” de
las leyendas, al “acto fallido” de la psicología freudiana.

HIDRA
Hija de Tifón y Equidna se trata de un terrible dragón con varias
cabezas capaz de matar a todo ser vivo que descubra en su entor-
no. Si se le cortaba una cabeza en su lugar nacían dos. Fue muerta
por Hércules en el segundo (según algunas versiones) de sus doce
trabajos.
Heracles es ayudado por su sobrino Yolao, el cual iba quemando
los muñones de cada cabeza que Hércules cortaba, logrando final-
mente vencer a la Hidra de Lerna.
Figura de los múltiples vicios humanos. Mientras viva el mons-
truo la vanidad no está dominada; las cabezas, simbolizan las debi-
lidades humanas, y aunque sean decapitadas, estas vuelven a salir
una y otra vez. Solo la fuerza del fuego regenerador podrá realizar
la disolución del yo.

KRAKEN
Criatura marina procedente de la mitología escandinava y fin-
landesa, parecida a un gran pulpo o calamar que atacaba los barcos
y los llevaba al fondo del mar, con la tripulación incluida.
Los mitos relacionados con esta criatura proceden en su mayoría
de los países nórdicos, y la etimología de la palabra Kraken corres-
ponde al término escandinavo krake, empleado para designar un
animal maligno.
68
CIRLOT Juan Eduardo. Diccionario de los símbolos.

129
NINFA
Ninfa, del griego Nimphe, significa “recién casada”. Se corres-
ponde con las aguas corrientes, manantiales, fuentes y cascadas.
Pertenece al medio acuático y tiene que ver con las emociones. Jung
considera a las Ninfas los aspectos femeninos del inconsciente.

MINOTAURO
Mitad toro mitad hombre, hijo de Pasifae, esposa del rey Minos
de Creta. Pasifae engendró al Minotauro a partir de la unión con un
toro. Minos mandó construir un laberinto para recluir en él al hijo
de su esposa. Teseo, con la ayuda de Ariadna y su hilo mágico, son
los encargados de acabar con la bestia devoradora y salir del labe-
rinto siguiendo el hilo.
Una vez más queda reflejada la parte animal o instintiva domi-
nante del hombre, en relación con el espíritu o parte procedente de
la divinidad.
Cada siete años se le ofrecía en sacrificio al monstruo siete jó-
venes o doncellas. Nos indica dicha alegoría la especificidad de un
número concreto, contenido de una gran carga esotérica. Nos seña-
la la oposición de las fuerzas, el siete contra el siete, siete pecados-
siete virtudes.
El 7 es el número de la perfección. En hebreo siete es “chevah”.
Viene de la raíz “Sabah”, que quiere decir lleno o satisfecho, tener
suficiente. Así, el significado de la palabra “siete” en la obra de la
Creación nos dice que el séptimo día Dios descansó. Estaba pleno
y completo, bueno y perfecto.
En la visión de Zacarías, el candelero tenía 7 brazos para 7 lám-
paras o 7 brazos para cada una de las 7 lámparas en medio de dos
olivos.
En el libro del Apocalipsis queda constancia el siete en toda su
magnitud. El “7” es usado 54 veces. Refieren 7 iglesias, 7 cande-

130
leros, 7 estrellas, 7 espíritus de Dios, 7 sellos, 7 ojos, 7 ángeles, 7
trompetas, 7 truenos, 7 cabezas, 7 plagas, 7 montañas, 7 reyes, etc.
En definitiva, representa lo sagrado y la unión de lo Divino y lo
humano, formado por el Tres, la divina Trinidad, y el Cuatro, los
Elementos Terrestres.

PEGASO
En las leyendas griegas, el caballo alado está relacionado con el
agua; es el hijo de Poseidón y la Gorgona. Su nombre se relaciona
con la palabra fuente, el que nace en las fuentes del Océano.
Simboliza el poder ascensional de las fuerzas naturales, de la
capacidad innata de espiritualización y la inversión del mal en bien.
La unión símbolo alas-caballo ha sido interpretado como la subli-
mación del subconsciente humano.
En chamanismo el caballo simboliza el viaje y el ascenso a los
cielos, el triunfo del espíritu sobre la materia.

QUIMERA
Animal fabuloso con cabeza de León, cuerpo de cabra y cola de
serpiente. Nacida de Tifón y Equidna, y hermana de las Gorgonas.
Belerofante mata a la quimera con ayuda de Pegaso.
En la Edad Media simbolizaba la prostitución.
Es este animal un símbolo complejo procedente de creaciones
salidas de las profundidades de lo inconsciente y que representan
los deseos que la frustración transforma en fuente de dolor. La Qui-
mera seduce y pierde a quien a ella se abandona.
En general es símbolo de compleja perversión.

SIRENA
Puede aparecer con dos aspectos, mujer-pájaro o bien mujer-
pez. Según la mitología griega se les supone hijas del rey Aqueloo

131
y de la ninfa Calíope. Se les atribuye un dulce canto para atraer a
los caminantes o pescadores para después devorarlos. Desde los
relatos de Aristóteles hasta las leyendas de la Edad Media, aparecen
en historias y también decorando capillas, como por ejemplo la de
San Miguel en Aiguilhe de Puy.
Su simbología es compleja, pudiendo ser representación del de-
seo y atracción con finalidades inferiores. También es símbolo de
tentación revestida de “encanto”, hipnotismo el cual impedirá la
evolución del ser humano.

UNICORNIO
El símbolo del Unicornio se extiende por toda la cultura euroa-
siática. Con diferentes significados a lo largo de los tiempos y de
las culturas.
Se le considera un Ser veloz y valiente.
En la Edad Media se le ha tratado como símbolo de pureza y
virginidad. Las leyendas decían que solo las doncellas podían acer-
carse a él y tocarle.
En la transcripción del juicio de Honorio de Autun, en su “Spe-
culum de Mysteriis ecclesiae”, se lee:
“Para capturarlo se expone al unicornio a una virgen y el ani-
mal se aproxima, es cuando se acerca y recuesta la cabeza en su
regazo que se le captura.”
A través de este animal es representado el Cristo y por medio
de su único cuerno su fuerza insuperable. El que se posó sobre la
virgen fue capturado. Esto significa que él fue encontrado en forma
humana por aquellos que lo aman.

132
MANUAL DE CONSULTA

Espacio para la introspección.


La reflexión a partir del descubrimiento del significado de los
diferentes símbolos le llevará al desarrollo de una
hoja de ruta interna.

La reflexión bajo el prisma de la “Ley de Tres”

ergasofia@gmx.es
http://ergasofia.com
El viaje Interno©

133
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES

- ANTIGUO TESTAMENTO
- ARISTÓTELES. Metafísica. Edición Electrónica de la Escue-
la de Filosofía - Universidad ARCIS.
- BERNAYS, E. Propaganda. Melusina.
- MOURAVIEFF, B. Gnosis Tomo I. Ciclo Esotérico. Les édi-
tions de las Bacconiére S.A.
- CAMPBELL, Joseph. El Héroe de las Mil Caras. Fondo de
cultura económica.
- CASTANEDA, Carlos. Bibliografía completa.
- CHARBONNEAU-LASSAY, L. El bestiario de Cristo. Sophia
Perennis.
- CIRLOT, Juan Eduardo. Diccionario de los símbolos.
- CHEVALIER, Herder, Jean. Diccionario de los símbolos.
- DE GUBERNATIS, Angelo. Mitología Zoológica.
- DEL CASTILLO, P. Psicogenealogía Aplicada. Obelisco.
- DESCARTES, René. Meditaciones Metafísicas. Alianza.
- ELIADE, Mircea. Bibliografía completa.
- FULCANELLI. El misterio de las catedrales.
- GALLÉN, Roberto. Revista digital. Esfinge
- GRAVES, Robert. Los mitos griegos I y II. Cassell.

135
- GUSTAV JUNG, Carl. Bibliografía completa.
- GURDJIEFF, G.I. Bibliografía completa.
- HOOG, Richard M., DENISON, David. A History of the
English Language.
- KINGSLEY, Peter. En los oscuros lugares del saber. Atlanta.
- NERBURN, K. Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads
with an Indian Elder, New World Library, 1994.
- NUEVO TESTAMENTO
- OUSPENSKY, P.D. En busca de lo milagroso “Fragmentos
de una enseñanza desconocida” Eneagrama.
- PLINIO. Historia Natural
- PLUTARCO. Isis y Osiris
- SAMS, Jamie, CARSON, David. La Rueda Medicinal.
- SENG, Serena. The Origin of Chinese surnames.
- SERRANO, Alfonso, PASCUAL CH., Álvaro. El libro de los
símbolos.
- SODOY ALCANTARA, José. Ensayo Histórico Etimológico
Filológico sobre los apellidos castellanos.
- TORRALBA, Francesc. El Arte de saber estar solo.
- VERRIA M., Ignacio. Bestiario Medieval.

136
Este libro se terminó de imprimir
en Almería durante el mes de enero de 2016

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