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inconsciente colectivo
Marga Farró
Animales de poder y el
inconsciente colectivo
© Marga Farró
ISBN: 978-84-9050-502-1
PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
De la A-Z............................................................................................. 67
La Hormiga........................................................................................ 113
TERCERA PARTE
11
PRIMERA PARTE
Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo.
De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras.
Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos
transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos
decían. Ésa es la manera de vivir.
Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los
ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver
qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y mente quietos, y entonces
aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar.
Extracto del libro “Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an
Indian Elder” por Kent Nerburn New World Library, 1994
15
Prólogo
1
Representación de ideas abstractas en forma de metáfora o alegoría que el hombre descubre a
través del signo.
17
Carl Gustav Jung2 trabajó el símbolo durante gran parte de su vida,
pero no fue el único. Al igual que él, otros autores se ocuparon
de este campo que llevaba dormido algunos centenares de años.
Nombres relevantes contemporáneos de Jung fueron Joseph John
Campbell3 y Mircea Eliade4, entre otros, unidos además todos ellos
por el Circulo Eranos5.
En la disciplina alquímica, los animales simbolizan estados de la
materia y el iniciado conoce el proceso por el que está transitando y
qué tramo del camino, escalera o puente queda por recorrer.
Las religiones utilizan sus bestiarios6 particulares para expresar
conceptos, estados y procesos espirituales.
Todas las bestias, hasta la más anodina, tienen un mensaje enno-
blecedor para aquel que tenga ojos y oídos.
2
Carl Gustav Jung (1875 — 1961) médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave del
psicoanálisis. Fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los
complejos y psicología profunda.
3
Joseph John Campbell ( 1904 – 1987) mitólogo, escritor y profesor estadounidense, conocido por
sus trabajos sobre mitología y religión comparada.
4
Mircea Eliade (1907 — 1986) filósofo, historiador de las religiones y novelista rumano. Hablaba
y escribía con corrección en ocho lenguas: rumano, francés, alemán, italiano, inglés, hebreo, persa,
y sánscrito.
5
En griego, eranos [ἒρανος] significa comida en común, comida frugal donde cada uno aporta
su parte, celebración compartida. El Círculo de Eranos (en alemán Eranoskreis), organización
interdisciplinar de análisis multicultural científico y filosófico, fue el nombre escogido por Rudolf
Otto para los encuentros anuales llevados a cabo en casa de Olga Fröbe-Kapteyn (1881—1962). Su
objetivo original era explorar los vínculos entre el pensamiento de Oriente y Occidente.
6
Compendio de bestias reunidas en un volumen, muy populares durante la Edad Media.
18
El hombre - homo - “humus”
19
— De la palabra “humus” así mismo encontramos otras deriva-
ciones; humano que procede de humanus, que deriva a su vez del
vocablo en cuestión.
20
Fue entonces cuando empezó a soplar un viento del sur y co-
menzó la lluvia. Los ríos se precipitaban hacia el mar y este subía
con rapidez, arrasando y cubriendo cada ciudad de la costa y del
interior, hasta que todo el mundo quedó inundado, y todas las cria-
turas mortales parecían haber desaparecido, excepto Deucalión y
Pirra.
El arca estuvo flotando durante unos nueve días hasta que fi-
nalmente las aguas retrocedieron y la embarcación se posó en el
monte Parnaso. Deucalión obtuvo la confirmación del fin del dilu-
vio cuando vio regresar una paloma que él mismo había enviado a
explorar.
Después de desembarcar, ofrecieron un sacrificio a Zeus y baja-
ron a orar al santuario de Temis. Le suplicaron que volviera a rena-
cer la raza humana, y él escuchando sus voces envió a Hermes para
asegurarles que todo lo que pidieran les sería concedido.
Temis apareció y les dijo: “¡Cubríos la cabeza y arrojad hacia
atrás los huesos de vuestra madre!”. Deucalión y Pirra eran hijos
de distintas madres, dedujeron que se estaba refiriendo a la Madre
Tierra, y que los huesos eran las rocas de la orilla del río. Así pues,
cubriéndose las cabezas, recogieron y tiraron los guijarros por en-
cima de sus hombros. Las piedras que lanzaba Pirra se transforma-
ban en mujeres y las que tiraba Deucalión lo hacían en varones, así
fue como dio inicio a una nueva humanidad7.
¿Qué es el Hombre?
21
El hombre se entiende como un individuo inacabado, manifes-
tado en una situación sin resolver, en cuanto a su procedencia como
a su destino, y aun tampoco de su estancia. Irresoluto porque su
creación se dilata en el tiempo eternamente, porque se crea día a
día aunque nada haga, aunque viva y sobreviva en el inmovilismo.
Hoy no será el mismo de ayer, ni biológica ni psíquicamente.
Movimiento perenne, todo muta, todo cambia. Cada mañana un
nuevo personaje aparece en la escena del mundo con disposiciones
nuevas e ideas recién nacidas, pero la mayoría de las veces morirán
en uno mismo, sin llevar a término acción ninguna; no obstante,
eso también producirá cambios.
El ser humano no es algo ya dado en esencia, sino que se con-
figura a través de sus mitos, leyendas, relatos, creencias y de sus
construcciones culturales y cultuales.
El hombre no está sujeto al estatismo, sino que se va configu-
rando en una línea espacio-temporal. Nada mejor podría hacer que
tomar las riendas de su evolución de forma consciente. Para ello
necesitará desarrollar la Voluntad, una característica inherente del
Yo superior.
22
El arquetipo del héroe
Raimon Panikkar
23
sea el relato donde esté reflejado externamente el personaje, siem-
pre se referirá a nuestro propio rescate, la liberación de lo que un
día fue el Ser; hoy es una multiplicidad de yoes, donde reside el Ser
recluido, en algún rincón de nuestra ilusoria realidad.
La llamada
“Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. Mateo 22:14
El ser humano es un buscador de vocación. Las múltiples impre-
siones en las que se encuentra sumergido propiciarán la búsqueda
y le conducirán finalmente al descubrimiento de su verdadera iden-
tidad.
Ningún conocimiento real puede ser alcanzado por efecto del
azar. El poder de fascinación de las ilusiones pasajeras desvía la
inmediata percepción de lo esencial.
Por derecho de nacimiento estamos llamados a este trabajo in-
terno para la recuperación de la consciencia, de ahí las múltiples
llamadas a lo largo de una vida.
Es una llamada que el héroe probablemente rehúya o rechace;
no siempre se responde al llamado a primera instancia. Este re-
chazo hará que durante un tiempo vuelva a caer en los brazos de
“Morfeo”. No obstante, la llamada se repetirá algunas veces más y
será despertado momentáneamente, animado por algún elemento
externo a él para tomar la decisión definitiva de “escoger” una de
las dos “píldoras9”. Una le hará contemplar la realidad tal cual es,
gesto conocido como el “cruce del umbral”; la otra le permitirá se-
guir durmiendo placenteramente, significando esto un nuevo triun-
fo de la materia sobre el espíritu.
Esta breve alusión a la trilogía de “Mátrix10” nos deja entrever la
gran carga simbólica que encierra la película. Sin duda, es una de las
9
Alegoría asociada al versículo de Mateo 22:14
10
Trilogía de películas de ciencia ficción del genero cyberpunk (Hermanos Wachowsk).
24
más empleadas en el campo de la filosofía y también de la religión
por su alto contenido en alegorías. Ahondando en el “sentido de lo
real”, en el “sentido de la vida”, y más importante si cabe, sobre la
“libertad y la esclavitud”.
En el mito de la caverna de Platón se manifiesta de forma níti-
da cómo es la cárcel mental en la que el individuo se encuentra, la
paradoja que lleva implícita y que hace impracticable su salida. Cau-
tiverio, por otra parte, que muchas culturas arcaicas conocen desde
hace siglos y en sus relatos lo manifiestan abiertamente.
25
será ésta una visión agradable ni placentera. Solo una necesidad im-
periosa de avanzar y una disciplina férrea hará que cualquier herida
que el “actor” descubra en su mapa se convierta en fuente de poder
y sabiduría. Si reserva, transforma y aplica la totalidad de su energía
a la realización del “trabajo” para el cual fue reclamado.
Aceptar la Llamada y Cruzar el Umbral será solo el principio
de un largo recorrido. Pero ni el recorrido en sí, ni lo que se puede
intuir como el final, es motivo de narración de esta breve obra.
En este espacio únicamente vamos a desarrollar de qué manera
interpretaremos las huellas que en el tiempo dejó, y que encerradas
en los bestiarios y en otras formas de receptáculo cristalizaron en
forma de símbolos a través de la historia y las culturas. Estos sím-
bolos asistirán y favorecerán el reconocimiento de las señales y los
signos.
Sí ofreceremos ciertas pautas de cómo averiguar si está aconte-
ciendo la llamada para poder responder a ella, si por supuesto nos
damos el permiso de hacerlo.
Desarrollamos a continuación un ejemplo de los muchos que
existen, de cómo sucede una “llamada”, un descenso a los “infier-
nos” y una triunfal salida de la “caverna”. Para ello narraremos una
historia, cuyo actor principal es un importante y distinguido perso-
naje de su época. Nos estamos refiriendo al famoso escritor León
Tolstoi14.
Esta es la crónica:
“Hacia el atardecer de su vida, León Tolstoi, sufrió una terrible crisis exis-
tencial y espiritual que lo hunde en una profunda depresión, y que lo llevará
casi al borde del suicidio.
Siente un abismo, necesita dar sentido a la vida. Busca respuestas en la
ciencia, en la filosofía, en la iglesia Ortodoxa y siente una gran decepción por lo
que encuentra en todas ellas.
14
Lev Nikoláievich Tolstoi, también conocido como León Tolstoi (1828 — 1910) novelista ruso
considerado como uno de los más grandes escritores de la literatura mundial.
26
Arremetió contra todo y contra todos y sus últimos escritos inflamaron el
pensamiento de un hombre, que tiempo después sería conocido en todo el mundo
por su coraje, Mahatma Gandhi15.
Se conocieron y se inició entre los dos una correspondencia periódica a prin-
cipios de noviembre del año 1091, Gandhi le hablaría de la lucha de los indios
en la provincia sudafricana de Transvaal, donde ya empezaba a gestarse el
experimento africano que años más tarde sería conocido como Apartheid.
Tolstoi ya en sus últimos meses de vida, se distancia de las letras para ex-
presar su amor y su deseo de liderar un movimiento profundamente humano.
De genio de la literatura, se despliegan una serie de sucesos, que trasladan su
imagen a la de un profeta capaz de enaltecer con sus palabras”.
Este es un caso límite de cómo una revolución interna emerge
hacia el exterior para crear algo sublime en la propia periferia.
Aun no teniendo por qué ser este mismo proceso en todos los
casos, sí existe un sentimiento común de disconformidad y discre-
pancia con la “vida” y/o sobre la propia existencia.
Friedrich Nietzsche16 conocía de sobras el sentimiento descrito.
Este filósofo está considerado como el padre del nihilismo17, y nos
legó una célebre cita que nos da la respuesta adecuada y de necesa-
ria aplicación:
“Aquel que tiene un “porqué” para vivir se puede enfrentar a
todos los “cómos”.
15
Mahatma Gandhi (1869 –1948) abogado, pensador y político indio.
16
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 –1900) filósofo, poeta, músico y filólogo alemán.
17
Del latín “nihil” que significa nada, corriente filosófica que toma como principio la negación de
uno o más supuestos sentidos de la vida.
27
Las señales
29
Distinguiremos, entre otras, una de las más famosas parábolas
que representan mejor la exposición sobre el hombre dormido y la
necesidad de mantenerse en vela o alerta. Tuvo un gran auge du-
rante la Edad Media y con fuerte influencia en el arte gótico. Nos
estamos refiriendo a la alegoría de “las diez vírgenes”:
“Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes que tomando
sus lámparas, salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran prudentes y cinco
insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se
oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas
vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a
las prudentes: dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Más las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a
vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero
mientras ellas iban a comprar, vino el novio; y las que estaban preparadas en-
traron con él a la boda; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras
vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto
os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en
que el Hijo del Hombre ha de venir”. Mt 25, 1-13
El llamado a permanecer alerta es evidente: no dormirse. De
nuevo observamos que resulta esencial para la construcción inter-
na. Cuando esto no sucede, cuando el hombre se entrega de nuevo
al sueño, le ha vencido la pereza, la comodidad y el ocio. Se consi-
dera un hombre derrotado y por tanto muerto. No es dueño de sus
actos, se ha dejado llevar, se ha dejado vencer.
“Y mientras ellos iban por el camino, uno le dijo: Te seguiré adondequiera
que vayas. Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo
nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. A otro dijo:
Sígueme. Pero él dijo: Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi
padre. Mas él le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos”
Mt 8, 21-22.
30
Mantenerse en Vela
Sencillo no es. Si fuera fácil la humanidad no permanecería dor-
mida. Si fuera fácil no habría continuas referencias sobre la prácti-
ca de la atención despierta en los libros sagrados de las diferentes
culturas y religiones. Si fuera tan fácil cualquier hombre ordinario
podría despertar cuando así lo decidiera. El primer paso será reco-
nocer que uno duerme.
La procedencia de las señales que guiarán al individuo en su iti-
nerario, no se atribuirán a un único origen. Por tanto, estas pueden
emerger de múltiples formas conocidas o menos conocidas. Una de
ellas, es el sueño lúcido.
Sobre la Resurrección
Cuando el símbolo de un animal se expresa en términos de
resurrección, responde a la creación interna del alma, puesto que
el hombre en su llegada a la existencia únicamente dispone de un
cuerpo, el físico; los demás están en potencia y en espera de su gra-
dual constitución. Aquello que don Juan20 llamaría convertirse en
un guerrero y abandonar o matar al hombre ordinario. Desvestirse
del hombre viejo y revestirse del nuevo. Expresado a través de la
simbología de la serpiente y la renovación de la piel, de la regenera-
ción de los astados o del ave fénix entre otros, en todos ellos se hace
referencia a este estado de renovación o resurrección.
20
Juan Matus, indio yaqui oriundo del desierto de Sonora, México. Depositario de un antiguo
conocimiento ancestral, del que Castaneda fue discípulo y portavoz.
31
La importancia onírica
“El ensueño únicamente puede ser experimentado. Ensoñar no es tener sueños; tampoco es
soñar despierto, ni desear, ni imaginarse nada. A través del ensueño conseguimos percibir otros
mundos, los cuales podemos ciertamente describir, pero no alcanzamos a describir lo que nos hace
percibirlos. Sin embargo, podemos sentir cómo el ensueño abre esos otros reinos. Ensoñar parece
ser una sensación, un proceso en nuestros cuerpos, una conciencia de ser en nuestras mentes.”21
Juan Matus
33
probabilidad acceso a esta disciplina rescatada del pasado para en-
tender y trabajar la psique humana.
Existe un lugar en España que fue utilizado en la antigüedad con
este fin. Se trata de “La Casa del Obispo” en Cádiz, enclavado en el
antiguo palacio episcopal y convertido en museo en la actualidad.
El acceso al subsuelo lleva al visitante a un recorrido de 1500 me-
tros por las entrañas de la ciudad.
23
CASTANEDA C. “Viaje a Ixtlan” (p. 134) Ed. F.C.E. España S.A.
34
El animal y el origen del símbolo
“El símbolo es símbolo cuando simboliza, cuando se lo reconoce como tal. Un símbolo
que no hable directamente a quien lo percibe deja de ser símbolo”.
Raimon Panikkar23
35
fecciona al hombre. Cada acción importante de la vida tiene
un símbolo que la representa.
Las religiones nacidas del útero de Mesopotamia, Sumeria, Asi-
ria, Babilonia y Egipto, fueron el receptáculo donde se incubaron y
mezclaron las religiones actuales, y que bebieron todas ellas de estas
fuentes primigenias.
Una muestra de ello, la encontramos en los textos sagrados
judeo-cristianos del Antiguo Testamento, a través de la visión del
profeta Ezequiel que nos describe así:
“Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho
de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los
cuatro cara de águila”. (Ezequiel 1:10)
De esta visión se derivaran dos hipótesis:
— Existe una primera teoría en la que hay una tendencia a pen-
sar que su inspiración se deriva de la astrología zodiacal babilónica.
— En la segunda, se cree que tuvo su influencia en los cuatro
elementos básicos de la alquimia: agua, aire, fuego y tierra.
Una visión similar a la del profeta aparece en un pasaje del Apo-
calipsis de Juan donde describe a cuatro ángeles zoomorfos que ro-
dean al pantocrátor26. Tanto los tetramorfos27 como el pantocrátor
son una constante del arte medieval.
Aristóteles y Plinio el Viejo fueron precursores de importantes
libros dedicados a la simbología animal.
Destacamos “Physiologus”, compuesto en Alejandría en el siglo II
d.C.; dos siglos más tarde aparece “Hirolyphica” de Horopolo, una
de las más importantes aportaciones en este campo.
26
Una de las traducciones más comunes de la palabra pantocrator es “todopoderoso”, formado del
prefijo pan- “todo” y el verbo (κρατεω) que significa “acometer o realizar algo”.
27
Representación cuádruple de la encarnación del orden del cosmos, se le reconoce en el arte cris-
tiano como imagen del Pantocrátor, aunque con toda probabilidad tiene su origen en Mesopota-
mia y los 4 hijos de Horus que se representaban con cabeza de animal y cuerpo humano. También
en el hinduismo hay referencia de esta iconografía en las cuatro cabezas de Brahama.
36
Ya en la época medieval, se extendió por occidente toda una
cultura animalista simbólica como fue el caso de “Los Bestiarios de
Filipo de Thaün” o el “Llibre de les Bèsties” de Ramón Llull; estas solo
fueron algunas de los muchas obras que se editaron.
Finalmente señalar el origen de la palabra “animal”, procedente
del latín “animal-alis”, el ser dotado de respiración, el que vive. Deri-
vado de la palabra “animus” que nos habla del ser provisto del soplo
vital, también “ánima o alma” que en griego significa “psique”.
Psique es la diosa que Eros despierta a través del amor. Amor
entendido como fuerza creadora del universo. Su historia narra las
pruebas por las que el alma debe pasar para trascender cualquier
estado inferior. El mito del héroe —heroína en este caso— no está
representado por la fuerza física como en otros mitos, sino que nos
transmite la idea que a pesar de la fragilidad de Psique, en su inte-
rior dispone de la fuerza necesaria para superar los obstáculos que
Afrodita, como símbolo del amor, propondrá resolver a la heroína
conduciéndola a través de los cuatro pruebas que deberá vencer
para recuperar su alma dormida.
37
Opuestos pero no tanto
“Todo lo que existe, existe como resultado de la acción convergente sobre un mismo punto
y en el mismo momento de tres fuerzas: pasiva, activa y neutralizante”.
“Boris Mouravieff ”
28
MOURAVIEFF B. Gnosis Tomo I. Ciclo Esotérico. Les éditions de las Bacconiére
S.A.
39
La alteración del concepto o representación inicial del símbolo
se modifica hasta el punto de invertir muchas veces su valor pri-
mordial. Este hecho lleva a la confusión del conocimiento original
del arquetipo.
Uno de los ejemplos más significativos lo encontramos en la
simbología de la serpiente y su doble interpretación, que según sea
el caso es la representación del Cristo y la elevación en la Cruz y en
otras ocasiones personifica las tinieblas, la tentación, el engaño y el
diablo.
Prueba de esta dualidad intrínseca en toda la naturaleza y de
difícil estudio-disección la podemos encontrar en una de las más
controvertidas obras de Aristóteles “Metafísica”29, obra donde que-
da plasmada esta batalla de los contrarios para entender la propia
naturaleza de los “entes” partiendo de la unidad, pasando por la
dualidad y vislumbrando finalmente la trinidad. Para ello el autor
revisa pensamientos e ideas de sus antecesores y contemporáneos.
Dice así:
“Así, pues, entre los que sostienen que todo es uno, nadie llegó a concebir
tal causa, a no ser, quizá, Parménides, y éste, en tanto en cuanto afirma que
no sólo un elemento, sino dos, en cierto modo, son causas. En cambio, a los que
dicen que son más, les es más fácil enunciarla; por ejemplo, a los que admiten
como tales lo Caliente y lo Frío o el Fuego y la Tierra; pues atribuyen al Fuego
la naturaleza motriz, y al Agua y a la Tierra y otros elementos semejantes, lo
contrario.
40
buscaron el tercer principio. Pues de que en unos entes haya y en otros
se produzca lo bueno y lo bello sin duda no es causa ni el Fuego ni la Tierra ni
ninguna otra cosa semejante, ni probablemente aquéllos lo creyeron. Y tampoco
estaría bien confiar a la casualidad y al azar tan gran empresa. Por eso cuando
alguien dijo que, igual que en los animales, también en la naturaleza había
un entendimiento que era la causa del mundo y del orden todo, se mostró como
hombre prudente frente a las divagaciones de los anteriores. Sabemos con segu-
ridad que Anaxágoras adoptó este punto de vista; pero se dice que su primer
iniciador fue Hermotimo de Clazómenas. Así, pues, los que pensaban de este
modo afirmaron que la causa del bien era el principio de los entes y, al mismo
tiempo, el principio de donde reciben los entes el movimiento.
Puede sospechar alguien que fue Hesíodo el primero en buscar tal cosa, y, con
él, otros que quizá consideraron el Amor y el Deseo como principio de los entes,
como también Parménides. Éste, en efecto, tratando de explicar la generación del
universo, dice: “concibió en su mente al Amor / mucho antes que a los demás
dioses”, y Hesíodo: “mucho antes que todas las cosas fue el Caos, y después /
la Tierra de ancho pecho... / y el Amor, que brilla entre todos los inmortales”,
pensando que debe haber en los entes una causa que mueva y congregue las cosas.
De cómo se deba juzgar a éstos en cuanto a la prioridad, permítasenos decidir
más tarde.
Así, pues, si alguien dice que, en cierto modo, Empédocles propone, y propo-
ne el primero, el Mal y el Bien como principios, es probable que tenga razón, si
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es cierto que la causa de todas las cosas buenas es el Bien en sí, y de las malas
el Mal.
42
Los elementos
Fuego
En alquimia es “agente de transformación”. Para los pueblos
primitivos es un demiurgo30 y procede del Sol.
Los ritos ígnicos, como las hogueras de san Juan, tienen una fi-
nalidad purificadora y destructora de las fuerzas del mal. El triunfo
del Sol contra el poder de las tinieblas por analogía.
30
Diferentes definiciones para el término demiurgo. En mitología el demiurgo es un genio orde-
nador. Para los gnósticos demiurgo es un elemento creador y ordenador del mundo material que
se convierte en encarnación del mal, aprisionando a los hombres y encadenándolos a las pasiones
materiales. En cualquier caso es un elemento del cosmos que ordena ya sea en sus estadios más
densos de la materia o no.
43
Atravesar el fuego es símbolo de trascender la condición huma-
na, afirma Mircea Eliade en “Mitos, sueños y misterios31”.
Los Fuegos Sagrados en las iniciaciones ritualistas de la gran
mayoría de culturas, pueblos y religiones, dejan constancia de la
inmensa importancia del culto al fuego.
En la mitología Griega, dos dioses están asociados, Vulcano y
Prometeo. El primero simboliza el fuego elemental que moldea lo
físico, el hierro. El segundo, la antorcha de Prometeo encendida en
el Carro del Sol, lleva consigo el “fuego celestial”; quien lo consiga
obtendrá la paz mental y la claridad de conocimiento.
Aire
Se relaciona este elemento con todo lo masculino, asociado a
tres causas o motivos:
— El hálito vital creador
— La Palabra
— El movimiento
Considerado como el reino intermedio entre el cielo y la tierra y
medio por el cual los dioses transmiten sus mensajes a los hombres.
En la tradición China y en la cristiana hacen mención de los so-
plos místicos para transmitir el espíritu de vida al humus.
En la mayoría de culturas del centro y sur de América, el soplo
es utilizado en diferentes rituales de iniciación.
Agua
Elemento considerado como mantenedor de la vida que circula
a través de toda la naturaleza y la nutre, en forma de:
31
ELIADE M. “Mitos, sueños y misterios” Ed. Kairós.
44
— Lluvia
— Leche
— Savia
— Sangre
En alquimia simboliza el mercurio en su primer estadio de trans-
formación.
Símbolo de unión universal de virtud y procedencia de toda for-
ma de creación.
Asociado al bautismo; lo interpretamos como muerte y resu-
rrección. Cuando el individuo se sumerge en las aguas bautismales,
es muerte y cuando emerge, surge de ellas el hombre nuevo.
Es el inconsciente en psicología.
Tierra
Dadora de vida. El gran Útero, la diosa Madre o la Madre Tierra,
simboliza la fecundidad y lo femenino.
En Grecia, se asocia a la diosa Gea y al dios Urano.
Es la plasmación en el plano físico de aquello que tiene origen y
surge del mundo de las ideas.
En diferentes culturas la tierra es representada por animales que
llevan tierra en sus espaldas, en la India la tortuga y el escarabajo
en Egipto.
45
El linaje: ancestros, los grandes desconocidos
47
Pero examinemos el escrito con una nueva perspectiva y démos-
le un sentido más sensato y menos cruel, pasando por alto un su-
puesto castigo divino arrastrado o heredado durante las sucesivas
generaciones, por un también supuesto pecado cometido por algún
ancestro. Cuando los errores cometidos por algún componente fa-
miliar quedan atrapados en el inconsciente colectivo de una línea de
linaje familiar o ancestral, éste en forma de entramado como si de
una tela de araña se tratara, hará que se sucedan los patrones o pro-
gramas a las siguientes generaciones (también factores hereditarios
genéticos). Esto sucederá hasta que un individuo en algún eslabón
de la cadena pueda descubrir y operar para restablecer el orden alte-
rado por alguno de sus antepasados y tejer una nueva codificación.
En la antigüedad se transmitían generacionalmente y de forma
oral los valores, cultura e historia familiar, es decir, todo el cono-
cimiento de un linaje familiar y de la colectividad. No existían por
tanto los secretos de familia, los hoy llamados por la psicología y
psicogenealogía “muertos o fantasmas familiares”, sino que todos
los componentes de un clan conocían su linaje generacional desde
el principio, incluyendo dramas familiares y heridas transgeneracio-
nales.
Si hacemos un pequeño recorrido por los textos sagrados del
Antiguo Testamento, encontramos lo siguiente en Mt 1, 2-17:
“…Abraham fue padre de Isaac; Isaac, de Jacob, Jacob, Judá y sus her-
manos; Judá fue padre de Fares y Zara, nacidos de Tamar; Fares fue padre
de Hezrón; Jesrón, de Aram; Aram, de Aminadab; Aminadab, de Naasson;
Naasson, de Salmon; Salmon fue el padre de Booz, nacido de Rahab; Booz
fue padre de Obed, nacido de Rut; Obed fue el padre de Jesé; Isaí fue el padre
de David, el rey.
David fue padre de Salomón, nacido de la mujer de Urías; Salomón fue
padre de Roboam; Roboam, de Abies; Abies, de Asa; Asa de Josafat; Jo-
safat, de Joram; Joram, de Ozías, Ozías, de Jotam; Jotam, de Acaz; Acaz, de
Ezequías; Ezequías, Manasés; Manasés de Amon; Amon, de Josías; Josías
48
fue padre de Jeconías y sus hermanos. En aquel tiempo hubo la deportación a
Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue el padre de Salatiel,
Salatiel de…”
Y así sigue hasta 3 veces 14 generaciones. Con estos textos que-
da reflejada la importancia generacional desde la más remota anti-
güedad.
Si indagamos en las culturas orientales, vamos a encontrar la
misma disposición dinástica para el reconocimiento del linaje:
“Dinastía Shang 1766 1027 a. C., dinastía Zhou 1026 - 256 a. C., di-
nastía Quin 255 - 206 a. C.” Y así sucesivamente hasta nuestros días.
En la actualidad, el hombre es incapaz en la mayoría de los casos
de consultar ni conocer siquiera dos generaciones anteriores. Un
individuo apenas conoce la vida de la generación anterior a él, es
decir, sus padres y lo poco que conoce es de forma fragmentada,
solo pequeñas parcelas de una realidad subjetiva conocida por parte
del individuo en primera persona o relatada por parte del familiar
en cuestión, y de todos modos también subjetiva.
Para conocerse uno mismo es preciso conocer, entre otras cosas,
de dónde viene y hacia dónde dirigir sus pasos.
El estudio y despiece de la realidad llevará al individuo a com-
prender ciertas fracciones de su vida. Porqué nació un día determi-
nado, porqué le pusieron un nombre concreto y no otro, porqué
hay una trama familiar no resuelta, y sobre todo, por qué le afecta
todo ello en un momento dado de su propia historia.
Las ramas genealógicas se identifican como un organismo vivo
que siente y se transforma continuamente. Cada miembro cumple
una función y cualquier cambio o acción significativa de uno de
ellos afectará a toda la trama.
49
Cada clan o familia utiliza un lenguaje no verbal que le es propio,
compuesto de miradas y gestos, incluso a veces frases característi-
cas, y que usaran de forma no consciente. El inconsciente colectivo
habrá registrado durante generaciones una información que cada
miembro del linaje mantendrá sin descodificar. El inconsciente se
servirá de los campos de resonancia mórfica para tal tarea.
Rupert Sheldrake32, padre de la teoría de los campos mórficos,
nos habla de ellos como sistemas naturales auto-organizados. Esta
teoría nos indica que la causa de las formas es la influencia de estos
campos organizativos. La característica principal expresa o mani-
fiesta que la formación de ideas, cristales, moléculas, incluso de las
sociedades mismas, dependen de la manera en qué otros tipos simi-
lares de estructuras han sido organizados en el pasado.
El campo de resonancia mórfica es el medio por el cual una in-
formación es transferida a través del espacio-tiempo, de un sistema
anterior a uno posterior de la misma tipología.
Todo ello nos indica que las especies biológicas comparten cam-
pos de información que no solo se transmiten genéticamente, sino
que existe una memoria más allá de la materia, en la naturaleza misma.
Es a través y gracias a la naturaleza de estos campos que pode-
mos dirigirnos a una posible salida de la “caverna platónica33”. Si
somos capaces de descodificarlos iniciaremos el camino de retorno.
La clave está en el símbolo. El símbolo se encuentra en el mito.
El inconsciente lo captura y retiene quedando a la espera de inter-
pretación. La importancia del símbolo en cada cultura hace que ne-
cesitemos de nuestros propios códigos culturales para el descifrado.
No será lo mismo el color rojo para un occidental que para un
oriental, ni tampoco el dragón para la cultura china que para la
grecorromana. De ahí la trascendencia de la interpretación de un
símbolo según la cultura donde el mito se originó.
32
Rupert Sheldrake (1942) biólogo y filósofo británico. Autor del desarrollo de la teoría de los
Campos morfogenéticos.
33
Alegoría o mito de la Caverna, realizada por el filósofo griego Platón al principio del VII libro
de La República.
50
El arquetipo en la historia
51
No vamos a llevar a cabo un trabajo exegético porque no es la
finalidad de este manual. Empero, nos acercaremos tímida y breve-
mente a algunas referencias históricas para dar contenido a lo que
queremos exponer.
Veamos que dice la historia según las diferentes fuentes —ju-
días, cristianas, paganas— consultadas.
Fuentes judías
Uno de los testimonios más importantes fue Flavio Josefo34.
Nos cuenta en su obra “Antigüedades Judías”35:
“Por aquella época apareció Jesús, hombre sabio, si es que se le puede lla-
mar hombre, fue autor de obras maravillosas, maestro para quienes reciben con
gusto la verdad. Atrajo a sí muchos judíos y también muchos gentiles. Este era
el Cristo (el Mesías). Habiendo sido denunciado por los primados del pueblo,
Pilato lo condenó al suplicio de la cruz; pero los que antes le habían amado le
permanecieron fieles en el amor. Se les apareció resucitado al tercer día, como lo
habían anunciado los divinos profetas que habían predicho de El ésta y otras
mil cosas maravillosas. De él tomaron su nombre los cristianos, cuya sociedad
perdura hasta el día de hoy”.
No obstante, algunos autores aseguran que en los textos de Fla-
vio Josefo hubo interpolación de los textos por parte de autores
posteriores al mismo Flavio Josefo, es decir, se intercalaron palabras
o frases en el texto del manuscrito para darle un sentido específico
y concreto al relato. Afirman que durante el estudio de los textos se
aprecia que estos no guardan concordancia con el resto del capítulo.
Fuentes paganas
Cornelio Tácito36, nos dejó escrito en sus “Anales” En el libro XV, 44:
34
Tito Flavio Josefo también conocido como José ben Matityahu o Josefo ben Matityahu
(a.C.37—38) historiador judío fariseo, descendiente de familia de sacerdotes.
35
JOSEFO T.F. “Antigüedades Judías” Libro VIII, capitulo III, párrafo 3
36
Cornelio Tácito (Cornelius Tacitus) ( a.C.55 – 120) historiador, senador, cónsul y gobernador
del Imperio romano.
52
“Aquél de quien procede ese nombre (de cristianos), Cristo, fue
entregado al suplicio siendo emperador Tiberio por el procurador
—gobernador ecuestre de Judea— Poncio Pilato”
Suetonio37 escribió en su obra “Vida de Claudio” de “Las Vidas
de los doce césares” (De vita Caesarum): “expulsó de Roma a los judíos en
continua agitación a causa de Crestos (Cristo).”
La palabra “crestos” tiene otras derivaciones, una de ellas no muy
aceptada es crestos-cresta, aquel que sobresale o destaca.
Plinio el Joven38, en su carta a Trajano escribe que los cristianos
tienen por costumbre reunirse un día determinado, al amanecer,
para alabar a Cristo a quien consideran su Dios.
Algunos autores ponen esta fuente en duda, debido a la distancia
en el tiempo que existe desde la existencia de Jesús y la fecha en
que algunos autores redactan sus cartas, siendo algunas datadas del
siglo II d.C.
Fuentes cristianas
Dejan testimonio escrito de Jesús a través del Nuevo Testamen-
to, los Evangelios Sinópticos, el evangelio de Juan, las cartas de
Pablo de Tarso escritas entre los años 50 y 60. También algunos
de los apócrifos se han tomado como fuentes documentales. Se
incluyen así mismo, los Hechos de los apóstoles y diferentes cartas
y epístolas.
En todos ellos, en mayor o menor medida, se narra la vida y
enseñanzas de Jesús, permitiendo entrever a partir de un trabajo
exegético las dos líneas de interpretación. Dos vías de análisis que
nos referirán a un Jesús histórico de naturaleza humana y a otro de
naturaleza divina.
37
Gayo Suetonio Tranquilo (a.C. 70 — 126) historiador y biógrafo romano durante los reinados
de los emperadores Trajano y Adriano.
38
Cayo Plinio Cecilio Segundo, conocido como Plinio el Joven (a.C. 61 — 113 aprox.) abogado,
escritor y científico de la antigua Roma.
53
La narración en dos tiempos, una más superficial y literal, y otra
de profundidad interpretativa, la podemos hallar en casi la mayoría
de los textos.
54
La gnosis contemporánea nos hablaría del Cristo íntimo cómo
aquel que surge interiormente en el trabajo relacionado con la di-
solución del Yo Psicológico. El Cristo interior solo adviene en el
momento cumbre de nuestros esfuerzos intencionales y padeci-
mientos voluntarios. El Cristo íntimo se hace entonces cargo de to-
dos nuestros procesos mentales, emocionales, motores, instintivos
y sexuales.
La alquimia nos revela que la construcción del Cristo interno se
realizará a través de la Gran Obra.
“La imagen del laberinto se nos presenta, pues, como emblema del trabajo
entero de la Obra, con sus dos mayores dificultades; la del camino que hay que
seguir para llegar al centro —donde se libra el rudo combate entre las dos natu-
ralezas—, y la del otro camino que debe enfilar el figurante para salir de aquél.
Aquí es donde se necesita el hilo de Ariadna, si uno no quiere extraviarse
en los meandros de la Obra y verse incapaz de salir”. Fulcanelli39
Hallamos entonces que la historicidad o divinidad del Cristo no
es tan importante como el arquetipo que en sí encierra para el de-
sarrollo de la Obra.
39
Fulcanelli. El Misterio de las Catedrales. Ed. Biblok.
55
El ser mecánico
G.I Gurdjieff
57
estricto del término. En lugar de eso, tienen impulsos, hábitos y
emociones. Las personas por norma general no se percatan de las
razones que dirigen sus acciones. Una persona piensa que está ad-
quiriendo libremente un artículo tras valorar sus características y
llegar a la conclusión que es de lo mejor del mercado. Será casi sin
duda un autoengaño provocado por la ilusión transferida a un ce-
rebro condicionado por una publicidad subliminal en ciertos casos
y directa en otros.
Esta técnica “juega” con la emocionalidad del individuo sabien-
do que no la podrá controlar si no es guiada a través de una inten-
cionalidad consciente, y esta y no otra será la finalidad del viaje del
Héroe o Guerrero.
La importancia de la atención es vital para la disolución de la
mecanicidad, la cual atravesará una y otra vez nuestro campo men-
tal para desviarla, y lo conseguirá la mayoría de las veces sino man-
tenemos nuestras lámparas de aceite encendidas.
Pascal dijo: “Todos los problemas de la humanidad proceden de la incapa-
cidad del hombre sentado en una instancia sin hacer nada”.
Es por tanto imperioso seguir los mandatos de este proverbio
árabe que nos dice que “quien quiere hacer algo encontrará un medio y el
que no, una excusa”. No existen las excusas; usarlas es el miedo a la
libertad, es manifestar desasosiego ante el hecho de descubrir lo
que realmente uno ES. Descartes, en sus “Meditaciones Metafísicas40”
nos decía al respecto:
“No sé nada; no disputo de eso ahora; no puedo dar mi juicio más que de
cosas que son conocidas; he sabido QUE SOY, y ahora busco saber QUÉ
SOY, yo que he reconocido ser. Sin embargo, es muy cierto que esa noción y
conocimiento de sí mismo, tomada precisamente así, no depende las cosas cuya
existencia me es por ahora desconocida; ni, por consiguiente y con más razón, de
ninguna de aquellas que son fingidas e inventadas por la imaginación”
40
Descartes. “Meditaciones Metafísicas”. (p. 70). Ed. Alianza.
58
Entonces, lo primero que debemos es confirmar “que soy”, para
luego saber “qué soy”. Alentar, manifestar y declarar que para dar
el primer paso no es necesario ver la escalera entera, solo dar el
primer paso.
El simbolismo, signo o señal que un animal pueda proporcionar-
nos y que aparece en nuestra vida por cualquiera de las vías existen-
tes y que se hallen disponibles en nuestra realidad, se traduce como
aquello que requiere ser completado en nuestro camino.
Los sueños del Faraón interpretados por José41, los estados de
ensoñación que Carlos Castaneda y otras alumnas de don Juan nos
relatan en sus vivencias, las prácticas de los iatromantis entre los
que destacó Parménides o Parmeneides quien nos legó su frag
mentado y tristemente mal interpretado “Poema del Ser”, todas y cada
una de estas vías nos ofrecen indicios que ponen de manifiesto la
importancia de este proceso sumamente trascendental y a la vez
desconocido para la mayoría.
No obstante, las señales se encuentran también más allá de los
sueños.
41
Génesis 41, 1-36. 1 Aconteció que el faraón tuvo un sueño: Se encontraba a orillas del Nilo 2
y vio salir del río siete vacas, hermosas y gordas, que iban pastando entre los juncos. 3 Detrás de
ellas salieron otras siete feas y flacas, que se quedaron al lado de las primeras, en la orilla del río. 4
Las vacas feas y flacas se comieron a las siete vacas hermosas y gordas. En ese momento el faraón
se despertó…”
59
Del silencio al verbo
61
El miedo
La soledad es percibida como negativa y angustiosa generalmen-
te. No obstante, es en este tiempo preciso cuando una persona es
capaz de experimentar la dimensión de su humanidad. El silencio
invita al recogimiento y a la interiorización.
La grandeza, de una persona se mide por la capacidad de asu-
mir la soledad.42
La soledad es una oportunidad y nos proporciona el espacio
para pensar en la calidad de nuestros vínculos y la presencia de los
otros.
Así lo refiere Unamuno a través de la obra de Francesc Torralba43:
“Mi amor a la muchedumbre es lo que me lleva a la soledad, al huirla la
voy buscando. No me llames misántropo. Los misántropos buscan la sociedad y
el trato de las gentes, las necesitan para nutrir su odio. El amor puede vivir de
recuerdos y esperanzas; el odio necesita realidades presentes. Déjame, pues, que
huya de la sociedad y me refugie en el sosiego del campo, buscando en medio de
él y dentro de mi alma la compañía de las gentes”.
Dice la sabiduría griega que para alcanzar un proyecto con ar-
monía vital es necesario transitar por el camino del medio y evitar
tanto el déficit como la abundancia. La soledad es adecuada en es-
tado transitorio.
El silencio es el marco ideal para llevar a cabo con buena dispo-
sición la entrada al estado de soledad.
“Sólo callando se encuentra el instante, mientras se habla, basta con que
se diga una sola palabra, desaparece el instante, y por eso, porque no podemos
callar, es muy raro que un hombre pueda llegar a comprender debidamente la
presencia del instante y en consecuencia que lo aproveche debidamente44 “. Soren
Kierkegaard
42
TORRALBA F. “El arte de saber estar solo”. Ed. Milenio.
43
Op. Cit.
44
Op. Cit.
62
Libertad
Hay una estrecha relación entre soledad y libertad. La soledad
buscada es un acto libre, intencional y consciente, es la raíz de la
libertad. Uno se sabrá libre y capaz en la medida que sea generador
de sus propios pensamientos. Para ello habrá de abrir una brecha y
distanciarse del criterio de los demás.
La experiencia de la soledad y silencio es el campo donde se
cultivará un próspero camino de introspección que ya no tendrá
final. No habiendo lugar a las simulaciones; se precipitaran y lan-
guidecerán las falsas máscaras que dará como resultado el inicio de
un camino de transparencia y claridad.
Las señales no serán percibidas sin la práctica de la “escucha
activa”, y para ello la praxis del silencio será esencial, acción que se
alcanzará recostándonos en el regazo de la soledad aprobada. Este
será un instrumento fundamental.
63
SEGUNDA PARTE
A-beja
A
B-UITRE
A B EJA
69
ÁGUILA
70
Símbolo de contemplación en el evangelio de san Juan. Ciertas
obras de arte de la Edad Media identifican esta ave con el Cristo y
la ascensión.
Ave solar con una vista penetrante que se compara al ojo que
todo lo ve y en consecuencia al Dios.
ALCE
71
Nos alienta a continuar sin prisa pero sin pausa. Puede que no
sea el primero en llegar al objetivo, pero llegará sin haberse agotado.
ARAÑA
72
deber su talento más que a sí misma. Desafía a la diosa, que furiosa
desgarra la tapicería y golpea a su rival. Aracne se ahorca; pero la
diosa no le permite morir y la transforma en una araña, que conti-
núa tejiendo su hilo.
ARDILLA
Ardilla…has recogido
Nueces a docenas
Prediciendo exactamente
Si más precisarás.
Enséñame a tomar
Solo lo necesario
Confiando en el gran Misterio
Que coseche lo sembrado 48
48
La Rueda Medicinal – Jamie Sams y David Carson. Ed. Integral.
73
De naturaleza diversa y comportamiento energético, su simbo-
logía enseña a guardar para tiempos futuros. Estar preparado
para cualquier circunstancia, respetar el futuro y sus cambios.
Aligera carga si has reunido demasiado. Entender el equili-
brio de reunir es hacer circular lo acumulado.
ASNO
74
Jung lo define como DEAMON TRINUS, trinidad Ctónica49
que en alquimia se representa como monstruo de 3 cabezas, repre-
sentado por Mercurio, sol y azufre o los tres principios materiales.
La misma simbología se empleará para el burro.
AVESTRUZ
AVISPA
75
otro ser vivo, queda incrustado en el interior de la víctima, hecho
que provocará su propia muerte al quedar desposeída de esta parte
de su estructura biológica.
En la tradición hindú, es considerado un animal innoble.
BALLENA
BUEY
76
En gran parte de África el buey es un animal sagrado ofrecido
en sacrificio y ligado a todos los ritos de labor y fecundación de la
tierra.
77
BÚFALO
BÚHO - LECHUZA
BUITRE
78
En Egipto se le relaciona con la figura de la madre por el hecho
de nutrirse de cadáveres de la madre naturaleza.
Al tomar como alimento la carroña se le puede considerar como
agente regenerador de las fuerzas vitales que están contenidas en la
descomposición orgánica, así como purificador que asegura el ciclo
de la renovación transmutando la muerte en nueva vida.
La diosa buitre egipcia Nekhbet, era según las creencias popula-
res, la protectora de los nacimientos.
El buitre es además en las tradiciones grecorromanas un pájaro
adivinatorio. Ave consagrada a Apolo, porque su vuelo, al igual que
el del cisne, el del milano o el del cuervo ofrece presagios. Remo ve
seis buitres y Rómulo doce, cuando instalados el uno sobre el Pala-
tino y el otro sobre el Aventino interrogan al cielo para saber dónde
construir la ciudad Roma.
79
C-ABALLO
A
D-ELFÍN
CABALLO
83
asocia al sol y la velocidad de pensamiento y la sabiduría. El caballo
negro se asocia a la luna y sus jinetes son los dioses marinos que
representan las primordiales aguas caóticas.
Cabalgar al caballo es la representación de la capacidad humana
de controlar sus instintos y bajas pasiones.
84
CABALLITO DE MAR O HIPOCAMPO
85
CABRA
CAMELLO
CANGREJO
86
Este animal se asocia al signo astrológico de la constelación de cán-
cer, al fertilizante poder del agua y a las tendencias del inconsciente.
En el arte machica de África, el cangrejo figura ornamentando
ciertas estatuas y simboliza la maldad o el demonio del mal.
CARACOL
CERDO
87
revolcarse por el fango, así como por su tipo de alimentación que
consiste en ingerir cualquier tipo de elemento comestible que caiga
en sus fauces. Todo ello contribuyó a identificarlo con la lujuria y
la gula.
Simboliza en muchas culturas la involución, es decir, la transfor-
mación de lo superior en lo inferior.
CIEMPIÉS O ESCOLOPENDRA
CIERVO - CORZO
88
miento cíclico. El ciervo se le estima en íntima relación con el cielo
y la luz.
En ambos lados del puente de la muerte y de la resurrección (Vía
Láctea), aparecen entre otros animales, los ciervos, como mediado-
res entre el cielo y la tierra.
En el periodo medieval, la vía de la soledad y pureza fue sim-
bolizada con frecuencia por el ciervo. También considerado como
animal de gran elevación.
Entre los griegos y los romanos se le reconocieron ciertas cuali-
dades místicas y una sabiduría instintiva para el reconocimiento de
las plantas medicinales. En algunos antiguos bestiarios se dice que:
“El ciervo conoce el díctamo”52
Comparte junto con la serpiente, el mismo atributo regenerador,
dado que en la primavera nuevos brotes de su cornamenta volverán
a nacer.
Simbólicamente se le atribuye el papel de mensajero de los dio-
ses.
CIGÜEÑA
89
En la India, China y Japón es uno de los animales más reveren-
ciados. Montada sobre una tortuga representa la longevidad.
Ave consagrada a Juno en alegoría a la piedad filial. Emparenta-
da simbólicamente con la garza i el ibis que son aves destructoras
de serpientes están simbolizadas todas ellas como defensoras del
mal.
En extremo Oriente es símbolo de longevidad y de inmortalida-
des en algunos lugares.
La simbología precristiana nos habla de la bondad y sobre todo
de la “Piedad Filial” en reconocimiento al acto de alimentar a sus
mayores cuando estos envejecen, calentándolos dulcemente y qui-
tándoles las viejas plumas.
CISNE
90
Para el arte cristiano es signo de pureza, austeridad y castidad,
recogido en los diferentes objetos litúrgicos así como en sellos y
esculturas. Localizado en la parroquia de Brageac (Cantal) desde
1886, se halla un saquito eucarístico de la época bizantina conocido
con el nombre de “Bolsa de San Tillo”, bordada en oro y grabada
con perlas con la imagen de un cisne incrustada en el interior de un
círculo.
Es también representación del Cristo que conduce las almas a
la salvación.
No obstante queremos apuntar que algunos simbolistas cristia-
nos de la edad media y renacimiento, atribuyen al cisne aspectos
lujuriosos, quizá olvidando que la “Afrodita” de los griegos monta-
ba sobre un cisne, con la certera y noble intención de inspirar a los
hombres el puro amor a la Divinidad.
COCODRILO
91
COLIBRÍ
CONEJO
92
que así huirán y al gritar los pone en alerta y los atrae, siendo presa
finalmente de aquel a quien quería evitar. Aquello que resiste persistirá
y lo que temes será.
Su simbología es asociada a la luna. En algunas tribus sudafrica-
nas el conejo es quemado para poner fin a un prolongado periodo
de lluvias.
Entre los indios Cherokees este animal es considerado tabú. Se
cree que si un guerrero lo come se vuelve miedoso y desconcertado
igual que un conejo. Sin embargo, los sioux lo consideran figura
heroica e inteligente, siendo para ellos símbolo de la estrella fugaz.
CORDERO - CARNERO
93
mante unido a Nefele tuvo dos hijos, Frixo y Helle. El rey repudia
a su esposa y se casa con Ino, hija del rey Tebas. Con ella tuvo dos
hijos más a los cuales quería ceder el trono. Para ello urdió un plan
y Frixo, el primogénito de Nefele, fue acusado falsamente y conde-
nado a muerte. Justo en el momento de ser sacrificado Hermes lo
salvó mandándole un carnero con la piel de oro a lomos del cual
escapó con su hermana Helle. En la huida ella cayó al mar y se aho-
gó; Frixo alcanzó tierra en Cólquide y su rey Eetes le ofreció a su
hija en matrimonio. En gratitud sacrificó el carnero a Zeus (Theos),
imagen que luego colocó en el firmamento56.
La imagen que se repite desde diferentes culturas es la idea del
sacrificio, entendido éste como símbolo de renuncia a los lazos te-
rrenales por amor al espíritu o a la divinidad, siempre de forma
simbólica y nunca literal.
Tomamos a modo de ejemplo la escena de Mithra sacrificando
un toro. Este acto se interpreta desde la escuela de Jung, como un
símbolo de la victoria de la naturaleza espiritual y divina del hombre
sobre su animalidad.
56
GR AVES Robert. El vellocino de oro. Barcelona, Edhasa.
94
CORZO (Buscar CIERVO)
CRISÁLIDA
CUCO (ave)
95
CUERVO
DELFIN
96
míticos de la Antigüedad, pues lo tomaron como a un animal rela-
cionado con la divinidad, simbolizando también el conocimiento.
Su inteligencia hizo que se convirtiera en atributo de varios dioses:
Afrodita, Poseidón, Dionisos, etc. Su prestigio influyó también en
el cristianismo como conductor de las almas de los elegidos.
Cuando dos delfines o figuras de peces se hallan en la misma
dirección puede tener un valor relacionado con la simetría bilateral
y simboliza el equilibrio de fuerzas iguales.
La disposición en forma inversa, con un delfín hacia arriba y otro
hacia abajo, simboliza la doble corriente cósmica de la evolución/
involución. La figura del Delfín está asociada al ancla, cuyo signifi-
cado es ejecutar las acciones con presteza, acción que se representa
con “la imagen del Delfín”, pero sin perder la calma representado
con “la imagen del ancla”. De ahí la famosa frase del emperador
Augusto “apresúrate con calma”.
97
E-LEFANTE
A
F-OCA
ELEFANTE
101
ERIZO
102
ESCARABAJO
103
ESCORPIÓN
FOCA
104
G-ALLINA
A
H-ORMIGA
GALLINA
107
GALLO
57
Parábola descrita en la página 30.
108
GANSO (Buscar OCA)
GATO
GARZA
109
GOLONDRINA
GORRIÓN
110
El gorrión es un maestro del vuelo y del camuflaje, es pura ener-
gía, se mueve en grupos y esto produce seguridad en la colectividad.
GRILLO
GUSANO
HALCÓN
111
Los ancianos indígenas de América Central reconocían en esta
ave al mensajero que traía buenas nuevas en su camino sobre la Tie-
rra. El grito del halcón señala la necesidad de agudizar la atención
para percibir el mensaje.
Por otro lado puede también simbolizar el triunfo sobre los ins-
tintos concupiscentes, de ahí el desgarro de la pieza.
HIENA
HIPOPÓTAMO
112
HORMIGA
113
I-BIS
A
J-ABALÍ
IBIS
60
En la antigüedad los heraldos desempeñaban un papel importante, Homero los llama divinos,
inviolables, grandes y admirables.
117
JABALÍ
118
L-AGARTO
A
L-OBO
LAGARTO
LEÓN
121
El Cristianismo hace mención de este símbolo en numerosas
ocasiones:
— No llores, mira, ha triunfado el león de la tribu de Judá, el retoño de
David. Apocalipsis 5,5.
— Él rugirá como león; rugirá y los hijos vendrán temblando
desde occidente. Oseas 11,10.
En los dos Testamentos el león es una metáfora de la Divinidad,
pero también del mal.
— “Sed sobrios, velad! Vuestro adversario, el diablo, como león rugiente,
ronda buscando a quien tragar. 1ª Pe 5,8.
En alquimia corresponde al símbolo del azufre. Al Oro se le da
el nombre de León de los metales.
Constituye la representación del rey de los animales en la Tierra,
el opuesto y a veces el equivalente del águila en el Cielo.
En la mitología, numerosas leyendas nos hablan de las pruebas
a superar y de la lucha del espíritu sobre la materia, donde diferen-
tes Héroes de la historia llevan a cabo como parte de su “Trabajo”
este tipo de odisea. Un ejemplo lo tenemos en Hércules con uno
de sus “doce trabajos”; el león es entonces uno de los obstáculos
a salvar para llegar a trascender el estadio en el que se encuentra el
protagonista.
Por su estado salvaje, el león es, según Jung, una manifestación
del inicio de las pasiones latentes y signo devorador del inconscien-
te. La simbología del acto de devorar nos indica el final de una eta-
pa, como el que la Tierra hace de cada cuerpo después de la muerte.
Es un símbolo que se pierde en la noche de los tiempos. Se en-
cuentra en las reliquias más antiguas y en todos los tratados y tem-
plos de arcaicas culturas. En definitiva, nos pone de manifiesto los
ciclos y la evolución humana. El león estará presente en el camino
evolutivo como representante de duras pruebas a superar y guarda
122
relación con una figura que se hace patente en el ser humano y que
es necesario trascender: la personalidad.
LIBÉLULA
LOBO
123
Aullar a la luna; la luna asociada al subconsciente indica el deseo
de conexión con todo un potencial sumergido y con necesidad de
aflorar. Es lo nuevo que emerge y que ha de mostrarse.
El lobo anuncia; solo a través de la capacidad de compartir, la
conciencia se expande. Es el maestro más grande de la tribu y refie-
re que solo enseñando se aprenderá.
Para egipcios y romanos simbolizaba el valor. Y en su analo-
gía contraria, según la cosmogonía gnóstica, es considerado como
principio del mal.
124
M-ANTIS
A
N-UTRIA
MANTIS RELIGIOSA
127
MARIPOSA
MONO
128
ejército liderado por el demonio Rávana, poseedor de una fuerza y
poder casi ilimitados.
Por otro lado, en el antiguo Egipto el mandril era considerado
como un dios y aparecía ornamentando algunas de las tumbas de
los faraones en su consideración de Psicopompo.
En su aspecto contrario, se le asocia con Loki, dios de la mitolo-
gía nórdica, considerado un dios timador.
En los Eddas61, es descrito como el “origen del fraude”. Se le
conoció con muchos nombres, entre los que se pueden destacar:
“Herrero mentiroso”, “Cambia formas”, “Lengua de plata”, “Dios
astuto”, “Transformista”, “El astuto”, “Viajero del cielo”, “Cami-
nante del cielo”, “Mago de las mentiras”, “Dios de las travesuras”,
“Dios de la mala suerte” ,”Dios de las Mentiras” o “Dios del Caos”,
estas solo son algunas de las formas en las que se puede encontrar
el “dios” Loki.
En la iconografía cristiana lo encontramos portando un espejo
en su mano, siéndonos mostrado como la representación de las
debilidades humanas.
MOSCA
129
Para los griegos, la mosca era un animal sagrado, al cual se refie-
ren ciertos nombres de Zeus y de Apolo. Tal vez evocaba el torbe-
llino de la vida olímpica.
Se multiplican sobre la podredumbre y la descomposición,
transportan los peores gérmenes de enfermedades y desafían toda
protección.
MOSQUITO
MUERCIELAGO
130
Sin embargo, Orígenes62 designa este animal como un símbolo
hereje, porque se oculta durante las horas de luz y porque participa
tanto de las características propias de las aves, como de las de los
mamíferos.
En la Europa oriental, se relaciona al murciélago con las accio-
nes de los genios nocturnos del mal. Plinio63 cuenta que en su tiem-
po las clavaban boca abajo en las puertas de las casas para ahuyentar
los genios maléficos portadores de desgracias.
En el simbolismo cristiano lo encontramos en oposición absolu-
ta con el Pelícano. Mientras que este último derrama su sangre ab-
negadamente por sus hijos y es símbolo de sacrificio, el otro, por el
contrario, absorbe la sangre de sus víctimas para beneficio propio.
En contraste, en Oriente el murciélago es un talismán muy apre-
ciado.
NUTRIA
131
iniciación, después de cantos y banquetes, el novel iniciado recibe
su propio saco de nutria de manos de los sacerdotes.
La nutria es pues el espíritu iniciador que mata y resucita.
En Europa, el papel de psicopompo asociado a la nutria queda
registrado en un canto mortuorio rumano:
La nutria sabe
El orden de los ríos
Y el sentido de los vados
Te hará pasar
Sin que te ahogues
Y te llevará
Hasta las frías fuentes
Para refrescarte
De los escalofríos de la muerte.
(Trésor de la poésie universelle64
64
CALLOIS R. , LAMBERT J.C. Ed. Gallimard
132
O-CA
A
P-ULPO
133
OCA - GANSO - ANSAR
135
ORUGA
OSO
136
En Siberia y en Alaska se asimila a la luna porque desaparece con
el invierno y reaparece en la primavera. Esto muestra así mismo sus
lazos con el ciclo vegetal, también dirigido por la luna.
Los algonquinos del Canadá llaman al oso Gran Padre. Entre los
Koriak del noroeste de Siberia, el oso está presente en las ceremo-
nias de iniciación, a semejanza del papel esencial que desempeñó
durante las ceremonias del paleolítico.
Entre los indios Pomo (California del sur) los candidatos son
iniciados por el oso grizzli que los mata y abre con sus garras una
gran brecha en la espalda.
En Europa, la emanación del interior de la “caverna” ya en sí
misma es la expresión de la oscuridad, de las tinieblas.
En la mitología griega el oso acompaña a Artemis, divinidad
lunar. Representa típicamente el aspecto monstruoso, cruel, sacri-
ficador del mito.
Jung lo considera símbolo de un aspecto peligroso de lo incons-
ciente. El oso forma parte de los símbolos de lo sumergido y ctóni-
co lunar y por ende nocturno, pertenece a los paisajes internos de
la tierra madre.
Según los antiguos pobladores norteamericanos, la medicina del
oso está relacionada con la vuelta al interior. La hibernación que el
oso realiza tiene lugar en la cueva-útero de la tierra, siendo pues una
invitación a la introspección.
En alquimia corresponde al nigredo de la primera materia, por
tanto, guarda relación con las etapas iniciales o de los instintos.
PALOMA
137
Diosas como Astarata i Cnosos, Atargatis-Dercero, llevaban la
paloma en forma de símbolo, en la cabeza como imanación de su
naturaleza divina.
En el arte cristiano adopta el emblema de Paz a través del rela-
to del Arca de Noé, portadora de la rama de olivo tras el Diluvio
como final del castigo divino y reconciliación. En los evangelios, la
paloma representa al Espíritu Santo, personificación de la Santísima
Trinidad, hecho que nos llega a través del bautismo de Jesús por
Juan el Bautista. Jn 1, 32-34. Entre los textos más antiguos relativos
a la paloma-alma podemos señalar el relato del martirio de san Po-
licarpo, según el cual una paloma salió del cuerpo del mártir en el
momento de su muerte.
138
Este animal es un cazador solitario y no se relaciona con otros de
su especie más allá de la época de apareamiento. Ha sido objeto de
culto por gran parte de las etnias aborígenes americanas; también
está considerado como elemento ligado al chamán y sus prácticas.
139
PAVO REAL
PELÍCANO
140
PERDIZ
PERIQUITO - LORO
65
CIRLOT Juan Eduardo. Diccionario de los símbolos (pág. 363)
141
PERRO
PEZ
142
Su representación es atemporal y se pierde en la noche de los
tiempos, muestra de ello la encontramos en representaciones pictó-
ricas sobre roca en el interior de cuevas, covachas y cavernas.
En la India, Caldea, Babilonia, Mesopotamia, Asiria y Persia en-
tre otras, se practicaba el culto al pez como imagen de la divinidad.
Los caldeos representaban un pez con cabeza de golondrina,
anuncio de renovación cíclica enlazada directamente con el simbo-
lismo de Piscis.
En Europa y Asia fue símbolo de la fecundidad como conse-
cuencia derivada de la increíble cantidad de huevos que gestan y
transportan en su interior.
143
El apogeo del pez crístico se extendió durante los tres primeros
siglos de nuestra era hasta la Galia, que derivó en la transformación
de diferentes elementos en joyas y amuletos.
Los primeros cristianos se hacían llamar a sí mismos como “Hi-
jos del Ictus celestial”. Escribía Tertuliano:
“Nosotros, pececillos conforme nuestro pez, Jesucristo, nacemos en el agua
(bautismo) y no podemos salvarnos más que si permanecemos en el agua, o sea
en la fe del bautismo”.
PULPO - SEPIA
144
R-ANA
A
S-ERPIENTE
RANA
147
En psicología analítica, la rana representa la lucha permanente
contra el estancamiento, reflejando un carácter inconformista.
Su antítesis es el Sapo, simbolizando el mundo subterráneo, las
náuseas y el pecado. Durante la Edad Media fue considerado por-
tador de la muerte.
Entre los celtas se constituyó como símbolo del mal. Y en el arte
occidental, aparece como emblema de la lujuria y el orgullo.
RATA
RATÓN
148
profundizar más y aprender más en los diferentes aspectos de la
vida.
RINOCERONTE
SALAMANDRA
149
SALTAMONTES - LANGOSTA
150
potestad como la potestad que tienen los escorpiones de la tierra. Y se les reco-
mendó respetar las praderas, toda hierba y todo árbol, y dañar únicamente a los
hombres que no llevasen sobre la frente el sello de Dios. Se les ordenó que no les
matasen, sino que les atormentasen durante cinco meses. El dolor que provocan
es semejante a la picadura del escorpión. En esos días, los hombres buscarán la
muerte sin encontrarla, desearán morir y la muerte huirá de ellos.” (Ap 9,1-6).
Únicamente en la China encontramos alusiones al simbolismo
de la langosta en sentido positivo. El ritmo de su salto se asociaba
a los ritos estacionales de la fecundidad y a las reglas del equilibrio
social y familiar.
SAPO
SERPIENTE
151
espina dorsal) con las alas en ambos lados, los dos hemisferios del
cerebro y el círculo que representa el centro psíquico interno.
En la cultura amerindia desde México hasta el Perú, el mito del
pájaro-serpiente coincide con las religiones más antiguas de la cul-
tura del maíz; está asociado a la humedad y a las aguas de la tierra y
en sus formas más elevadas permanece ligado al cielo. Emblema de
la dualidad cielo-tierra.
Los caldeos tenían una única palabra para describir la vida y la
serpiente. Y para los hebreos representaba la salvación y la sabidu-
ría. El bastón de cobre en forma de serpiente de Moisés se hizo
famoso por sus múltiples milagros.
En el cristianismo se asociada a las fuerzas del mal, el pecado y la
tentación. Simboliza la seducción de la fuerza por medio de la ma-
teria interpretado a través de los mitos de la historia como “Jasón
por Medea” de “Hércules por Onfale” y “Adán por Eva”.
En su evangelio, Juan asocia la serpiente con la elevación de
Jesús en la cruz
“Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo
del hombre tiene que ser levantado en alto para que todo el que crea en Él tenga
la vida eterna” (Jn 3, 14-15).
En el tantrismo es la Kundalini, enroscada en la base de la co-
lumna vertebral.
El Ouroboros es también símbolo de manifestación y del orden
cíclico; es unión sexual en sí mismo, auto-fecundador permanen-
te, como lo muestra su cola introducida en su boca; es perpetua
transmutación de muerte en vida que se manifiesta a través de los
colmillos que inyectan veneno en su propio cuerpo.
En general el símbolo de la serpiente es el deseo humano de la
acción y la transmutación, de la manifestación del cambio que se
aproxima y que implica para el observador estar preparado para la
actuación.
152
T-IGRE
A
Z-ORRO
TIGRE
155
TORO
156
TORTUGA
URRACA
66
PLINIO. Historia Natural.
157
VACA
ZORRO
158
Durante la Edad Media se relacionó este animal con el diablo
como un aspecto de los centros inferiores. Engaño y tretas son
aptitudes relacionadas con el zorro.
En Japón, es símbolo de la longevidad, mientras que en China se
le considera como un característico signo de traición.
Entre las tribus norteamericanas es tótem de la inteligencia y
astucia.
159
TERCERA PARTE
CRIATURAS
Mitológicas
ARPÍAS
165
AVE FÉNIX
BASILISCO
166
Su simbolismo es complejo, pero la idea de la mixta unión de las
tres figuras podría según algunas culturas referirse a la inversión de
las cualidades trinitarias.
CENTAURO O CENTAUREA EN SU
VERSIÓN FEMENINA
CAN CERBERO
167
Por su localización en los infiernos junto a Hades, se le consi-
dera en otras interpretaciones el encargado de impedir la salida y
el retroceso hacia el mundo material el alma de los muertos, en el
que todavía cabría —según algunas creencias— la posibilidad de
rectificación y la salvación.
DRAGÓN
168
En términos generales, en psicología se define el símbolo del
dragón como “algo terrible que vencer”, pues solo el que vence al
dragón deviene héroe.
ESFINGE
169
lo el “cojo”. El ciclo o proceso aparece en todas las culturas dado
que es la identificación para la propia construcción del individuo.
GORGONAS
170
No se puede combatir la culpabilidad vanidosa de los deseos
más que por el esfuerzo.
GRIFO
171
HADA
HIDRA
172
Figura de los múltiples vicios humanos. Mientras viva el mons-
truo la vanidad no está dominada; las cabezas, simbolizan las debi-
lidades humanas, y aunque sean decapitadas, estas vuelven a salir
una y otra vez. Solo la fuerza del fuego regenerador podrá realizar
la disolución del yo.
KRAKEN
NINFA
MINOTAURO
Mitad toro mitad hombre, hijo de Pasifae y esposa del rey Minos
de Creta. Pasifae engendró al Minotauro a partir de la unión con un
173
toro. Minos mandó construir un laberinto para recluir en él al hijo
de su esposa. Teseo, con la ayuda de Ariadna y su hilo mágico, son
los encargados de acabar con la bestia devoradora y salir del labe-
rinto siguiendo el hilo.
174
PEGASO
175
QUIMERA
SIRENA
176
UNICORNIO
177
E PÍ LO GO
179
MANUAL DE CONSULTA
181
Observaciones
ergasofia@gmx.es
http://el-conocimiento-de-uno-mismo.blogspot.com.es/
182
BI BLI OGRA F I A Y FUENTES
- ANTIGUO TESTAMENTO
- ARISTÓTELES. Metafísica. Edición Electrónica de la Escuela de
Filosofía - Universidad ARCIS.
- BERNAYS E. Propaganda. Melusina.
- MOURAVIEFF B. Gnosis Tomo I. Ciclo Esotérico. Les éditions de
las Bacconiére S.A.
- CAMPBELL Joseph. El Héroe de las Mil Caras. Fondo de cultura
económica.
- CASTANEDA Carlos. Bibliografía completa.
- CHARBONNEAU-LASSAY L. El bestiario de Cristo. Sophia
Perennis.
- CIRLOT Juan Eduardo. Diccionario de los símbolos.
- DE GUBERNATIS Angelo. Mitología Zoológica.
- DEL CASTILLO P. Psicogenealogía Aplicada. Obelisco.
- DESCARTES René. Meditaciones Metafísicas. Alianza.
- ELIADE. Mircea. Bibliografía completa.
- FULCANELLI. El misterio de las catedrales.
- GALLÉN Roberto. Revista digital. Esfinge
- GRAVES Robert. Los mitos griegos I y II. Cassell.
- GUSTAV JUNG Carl. Bibliografía completa.
183
- GURDJIEFF G.I. Bibliografía completa.
- JEAN CHEVALIER. Herder. Diccionario de los símbolos.
- KINGSLEY. Peter. En los oscuros lugares del saber. Atlanta.
- NERBURN K. Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an
Indian Elder, New World Library, 1994.
- NUEVO TESTAMENTO
- OUSPENSKY P. D. En busca de lo milagroso “Fragmentos de una
enseñanza desconocida” Eneagrama.
- PLINIO. Historia Natural
- PLUTARCO. Isis y Osiris
- SAMS Jamie, CARSON David. La Rueda Medicinal.
- SERRANO S. Alfonso, PASCUAL CH. Álvaro. El libro de los
símbolos.
- TORRALBA Francesc. El Arte de saber estar solo.
- VERRIA M. Ignacio. Bestiario Medieval.
PÁGINAS WEB:
- http://www.egiptologia.org/
- http://www.rae.es/rae.html (Real Academia Española)
- http://etimologias.dechile.net/
184
“Las diez vírgenes68”
The New Bible Symbols — 1922
M. Bihn & J. Bealings
185
Este libro se terminó de imprimir
en Sevilla durante el mes de octubre de 2013