Está en la página 1de 189

Animales de poder y el

inconsciente colectivo
Marga Farró

Animales de poder y el
inconsciente colectivo

La Hormiga por Andreu Arias Rodríguez


Primera edición: octubre 2013

© Derechos de edición reservados.


Editorial Círculo Rojo.
www.editorialcirculorojo.com
info@editorialcirculorojo.com
Colección Investigación

© Marga Farró

Edición: Editorial Círculo Rojo.


Maquetación: Juan Muñoz Céspedes.
Fotografía de cubierta:© - Fotolia.es
Diseño de portada: © Antonio López Galdeano.
Ilustraciones interiores: Frank Barber
http://frankynsane.wix.com/vitally

Producido por Círculo Rojo.

ISBN: 978-84-9050-502-1

DEPÓSITO LEGAL: AL 929-2013

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de


cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmi-
tida en manera alguna y por ningún medio, ya sea elec-
trónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en In-
ternet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del
autor. Todos los derechos reservados. Editorial Círculo
Rojo no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones
del autor o con el texto de la publicación, recordando
siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser
una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga
valoraciones personales y subjetivas.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comu-


nicación pública o transformación de esta obra solo pue-
de ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo
excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro
Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotoco-
piar o escanear algún fragmento de esta obra (www.con-
licencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)»

IMPRESO EN ESPAÑA – UNIÓN EUROPEA


ÍNDICE

PRIMERA PARTE

Nosotros los indios sabemos del silencio......................................... 15


Prólogo................................................................................................. 17
Hombre, Homo, Humus.................................................................... 19
El arquetipo del Héroe....................................................................... 23
Las señales............................................................................................ 29
La importancia onírica........................................................................ 33
El animal y el origen del símbolo..................................................... 35
Opuestos pero no tanto...................................................................... 39
Los elementos...................................................................................... 43
El linaje: Ancestros, los grandes desconocidos............................... 47
El arquetipo en la historia................................................................... 51
El ser Mecánico.................................................................................... 57
Del silencio al verbo............................................................................ 61

SEGUNDA PARTE

De la A-Z............................................................................................. 67
La Hormiga........................................................................................ 113

TERCERA PARTE

Criaturas Mitológicas........................................................................ 163


Epílogo............................................................................................... 179
Manual de Consulta........................................................................... 181
Observaciones................................................................................... 182
Bibliografía y Fuentes....................................................................... 183
AGREDECIMIENTOS

A mi padre, el filósofo. Donde estés, seguro lo leíste antes de yo


escribirlo.
A mi madre, por resistir su ausencia.
A mi hija Rebeca y mi nieto Andreu, por prestarse a participar
en el proyecto.
A mi hermano Juan con cariño
A Álvaro por ayudarme en las correcciones y animarme a con-
tinuar.
A Frank, que no dudó ni un segundo en aceptar llevar a cabo la
ilustración del presente manual.
A los maestros y maestras que se han manifestado de forma
imprevisible a lo largo del camino.
A mis alumnas y alumnos que maestros míos son.

11
PRIMERA PARTE
Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo.
De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras.

Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos
transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos
decían. Ésa es la manera de vivir.

Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los
ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver
qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y mente quietos, y entonces
aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar.

Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los


niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el
trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos,
y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman “resolver un problema”.
Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que
llenar el espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de
saber lo que van a decir.

A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine


una frase. Siempre interrumpen. Para los indios esto es muy irrespetuoso e
incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte.
Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo.
Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que
dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante.

De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho


lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para
la mayoría de la gente blanca. La gente debería pensar en sus palabras como
si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio.
Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero
que debemos guardar silencio para escucharla.

Extracto del libro “Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an
Indian Elder” por Kent Nerburn New World Library, 1994

15
Prólogo

Cuatro fueron los animales que, hace ya algunos años, iniciaron


junto a mí una poco común andadura.
Cuatro animales, el águila, el jaguar-puma, la serpiente y a última
instancia el colibrí, conforman una fracción del universo andino,
disciplina ancestral, donde los arquetipos son harto importantes
para sus individuos y para la comprensión de su propia existencia.
Es por medio del símbolo1 que interpretan y comprenden el Ser
micro dentro del macro.
Estos arquetipos, que marcan cuatro etapas importantes de la
vida del ser humano, fueron el inicio de un descubrimiento que más
adelante dio lugar a una búsqueda más atrevida y al seguimiento de
pistas y señales que los diversos estratos de la psicología ponen de
manifiesto. Es de destacar y se subraya la importancia de la psicolo-
gía analítica Junguiana que nos redescubre ritos, arquetipos y mitos.

1
Representación de ideas abstractas en forma de metáfora o alegoría que el hombre descubre a
través del signo.

17
Carl Gustav Jung2 trabajó el símbolo durante gran parte de su vida,
pero no fue el único. Al igual que él, otros autores se ocuparon
de este campo que llevaba dormido algunos centenares de años.
Nombres relevantes contemporáneos de Jung fueron Joseph John
Campbell3 y Mircea Eliade4, entre otros, unidos además todos ellos
por el Circulo Eranos5.
En la disciplina alquímica, los animales simbolizan estados de la
materia y el iniciado conoce el proceso por el que está transitando y
qué tramo del camino, escalera o puente queda por recorrer.
Las religiones utilizan sus bestiarios6 particulares para expresar
conceptos, estados y procesos espirituales.
Todas las bestias, hasta la más anodina, tienen un mensaje enno-
blecedor para aquel que tenga ojos y oídos.

2
Carl Gustav Jung (1875 — 1961) médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave del
psicoanálisis. Fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los
complejos y psicología profunda.
3
Joseph John Campbell ( 1904 – 1987) mitólogo, escritor y profesor estadounidense, conocido por
sus trabajos sobre mitología y religión comparada.
4
Mircea Eliade (1907 — 1986) filósofo, historiador de las religiones y novelista rumano. Hablaba
y escribía con corrección en ocho lenguas: rumano, francés, alemán, italiano, inglés, hebreo, persa,
y sánscrito.
5
En griego, eranos [ἒρανος] significa comida en común, comida frugal donde cada uno aporta
su parte, celebración compartida. El Círculo de Eranos (en alemán Eranoskreis), organización
interdisciplinar de análisis multicultural científico y filosófico, fue el nombre escogido por Rudolf
Otto para los encuentros anuales llevados a cabo en casa de Olga Fröbe-Kapteyn (1881—1962). Su
objetivo original era explorar los vínculos entre el pensamiento de Oriente y Occidente.
6
Compendio de bestias reunidas en un volumen, muy populares durante la Edad Media.

18
El hombre - homo - “humus”

E n estas páginas, El hombre no es un individuo del sexo mas-


culino, en estas páginas no. La palabra “hombre” trasciende
aquí la dimensión léxica y semántica, y adquiere un estadio superior,
ampliando su voz a los dos géneros, y así se utilizará a lo largo de
todo el formato.
Semánticamente el vocablo hombre posee diversos matices:
— La Real Academia define hombre como “Ser animado racio-
nal, varón o mujer”. Así, cuando decimos el hombre nos referimos a
ser humano, material en esencia.

— La palabra hombre proviene del latín homo, hominis, que


también significa ‘individuo de la especie humana, hombre o mujer’.

— Así mismo el hombre cómo especie —que no cómo géne-


ro— se entendía como animal que provenía del suelo. Del latín
humus, humis (tierra fértil) capa superficial del suelo, compuesta por
la descomposición de materiales orgánicos.

19
— De la palabra “humus” así mismo encontramos otras deriva-
ciones; humano que procede de humanus, que deriva a su vez del
vocablo en cuestión.

Añadiremos que Adam, nombre del primer ser humano según la


religión judeo-cristiana, es una palabra hebrea que tienen su origen
en el vocablo adamah (suelo o tierra).

Inhumar y exhumar (enterrar y desenterrar respectivamente)


son también otros derivados de la palabra “humus”.

— En la Biblia hebrea se cita en el libro del Génesis 2, 7: “Mode-


ló Yavé al varón de la arcilla y le inspiró en el rostro aliento de vida,
y fue así el “hombre” “ser animado”.

— En la literatura griega descubrimos a través de los textos de


Robert von Ranke Graves en su libro “Los mitos griegos I” el mito de
Deucalión y Pirra, expresando una versión más de los orígenes de
la humanidad, de las muchas que podemos hallar entre las múltiples
culturas existentes.

El Mito de Deucalión y Pirra

Las atrocidades cometidas por los hijos de Licaón provocaron


la ira de Zeus desatando un gran diluvio sobre la tierra con la in-
tención de borrar de su faz a toda la raza humana. Pero Deucalión,
rey de Ptía, avisado por su padre, el titán Prometeo, construyó un
arca, la llenó de víveres y subió a bordo con su esposa Pirra, hija de
Epimeteo.

20
Fue entonces cuando empezó a soplar un viento del sur y co-
menzó la lluvia. Los ríos se precipitaban hacia el mar y este subía
con rapidez, arrasando y cubriendo cada ciudad de la costa y del
interior, hasta que todo el mundo quedó inundado, y todas las cria-
turas mortales parecían haber desaparecido, excepto Deucalión y
Pirra.
El arca estuvo flotando durante unos nueve días hasta que fi-
nalmente las aguas retrocedieron y la embarcación se posó en el
monte Parnaso. Deucalión obtuvo la confirmación del fin del dilu-
vio cuando vio regresar una paloma que él mismo había enviado a
explorar.
Después de desembarcar, ofrecieron un sacrificio a Zeus y baja-
ron a orar al santuario de Temis. Le suplicaron que volviera a rena-
cer la raza humana, y él escuchando sus voces envió a Hermes para
asegurarles que todo lo que pidieran les sería concedido.
Temis apareció y les dijo: “¡Cubríos la cabeza y arrojad hacia
atrás los huesos de vuestra madre!”. Deucalión y Pirra eran hijos
de distintas madres, dedujeron que se estaba refiriendo a la Madre
Tierra, y que los huesos eran las rocas de la orilla del río. Así pues,
cubriéndose las cabezas, recogieron y tiraron los guijarros por en-
cima de sus hombros. Las piedras que lanzaba Pirra se transforma-
ban en mujeres y las que tiraba Deucalión lo hacían en varones, así
fue como dio inicio a una nueva humanidad7.

¿Qué es el Hombre?

Antropofilosóficamente se concibe al hombre como un ser in-


satisfecho de lo que es y de lo que hace. El hombre, ser finito y
limitado, único artífice y creador de sus “ilusiones” y responsable
de sus desilusiones.
7 GR AVES Robert. Los mitos griegos I. Cassell. Escritor y erudito británico. (1895 — 1985)

21
El hombre se entiende como un individuo inacabado, manifes-
tado en una situación sin resolver, en cuanto a su procedencia como
a su destino, y aun tampoco de su estancia. Irresoluto porque su
creación se dilata en el tiempo eternamente, porque se crea día a
día aunque nada haga, aunque viva y sobreviva en el inmovilismo.
Hoy no será el mismo de ayer, ni biológica ni psíquicamente.
Movimiento perenne, todo muta, todo cambia. Cada mañana un
nuevo personaje aparece en la escena del mundo con disposiciones
nuevas e ideas recién nacidas, pero la mayoría de las veces morirán
en uno mismo, sin llevar a término acción ninguna; no obstante,
eso también producirá cambios.
El ser humano no es algo ya dado en esencia, sino que se con-
figura a través de sus mitos, leyendas, relatos, creencias y de sus
construcciones culturales y cultuales.
El hombre no está sujeto al estatismo, sino que se va configu-
rando en una línea espacio-temporal. Nada mejor podría hacer que
tomar las riendas de su evolución de forma consciente. Para ello
necesitará desarrollar la Voluntad, una característica inherente del
Yo superior.

22
El arquetipo del héroe

“La realidad es un signo que al tiempo que revela, vela.


Que interpela a la libertad humana para que interprete el signo”.

Raimon Panikkar

L os mitos son construcciones del inconsciente colectivo que la


conciencia captura y procesa en forma de relato. A partir de
este hecho elabora unas imágenes arquetípicas imbuidas de una cul-
tura específica.
El arquetipo8 del Héroe que hallamos en los relatos épicos de la
antigua Grecia, en narraciones célebres como Hércules y los doce
trabajos o Perseo, e incluso en los más conocidos y populares cuen-
tos o films actuales, dejan constancia que con independencia de la
cultura de origen o el tiempo transcurrido, el arquetipo siempre
es el mismo y responde a una estructura única en la historia; es el
arquetipo universal. Joseph Campbell lo bautizó como el Héroe de
las Mil Caras o Monomito.
Este arquetipo es el referente del valor y del sacrificio por un
pueblo, por la doncella, o por toda la humanidad, no importa cuál
8
Etimológicamente del griego “arjetipon” cuyo significado es; “elemento fundamental”, “origen”
o “modelo”, siendo en griego sinónimo de prototipo o modelo a seguir. Según Jung, imágenes
oníricas y fantasías que correlacionan con especial similitud a universalidades pertenecientes a re-
ligiones, mitos y leyendas. Son imágenes ancestrales autónomas constituyentes de lo inconsciente
que en el colectivo se encuentra.

23
sea el relato donde esté reflejado externamente el personaje, siem-
pre se referirá a nuestro propio rescate, la liberación de lo que un
día fue el Ser; hoy es una multiplicidad de yoes, donde reside el Ser
recluido, en algún rincón de nuestra ilusoria realidad.

La llamada
“Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. Mateo 22:14
El ser humano es un buscador de vocación. Las múltiples impre-
siones en las que se encuentra sumergido propiciarán la búsqueda
y le conducirán finalmente al descubrimiento de su verdadera iden-
tidad.
Ningún conocimiento real puede ser alcanzado por efecto del
azar. El poder de fascinación de las ilusiones pasajeras desvía la
inmediata percepción de lo esencial.
Por derecho de nacimiento estamos llamados a este trabajo in-
terno para la recuperación de la consciencia, de ahí las múltiples
llamadas a lo largo de una vida.
Es una llamada que el héroe probablemente rehúya o rechace;
no siempre se responde al llamado a primera instancia. Este re-
chazo hará que durante un tiempo vuelva a caer en los brazos de
“Morfeo”. No obstante, la llamada se repetirá algunas veces más y
será despertado momentáneamente, animado por algún elemento
externo a él para tomar la decisión definitiva de “escoger” una de
las dos “píldoras9”. Una le hará contemplar la realidad tal cual es,
gesto conocido como el “cruce del umbral”; la otra le permitirá se-
guir durmiendo placenteramente, significando esto un nuevo triun-
fo de la materia sobre el espíritu.
Esta breve alusión a la trilogía de “Mátrix10” nos deja entrever la
gran carga simbólica que encierra la película. Sin duda, es una de las
9
Alegoría asociada al versículo de Mateo 22:14
10
Trilogía de películas de ciencia ficción del genero cyberpunk (Hermanos Wachowsk).

24
más empleadas en el campo de la filosofía y también de la religión
por su alto contenido en alegorías. Ahondando en el “sentido de lo
real”, en el “sentido de la vida”, y más importante si cabe, sobre la
“libertad y la esclavitud”.
En el mito de la caverna de Platón se manifiesta de forma níti-
da cómo es la cárcel mental en la que el individuo se encuentra, la
paradoja que lleva implícita y que hace impracticable su salida. Cau-
tiverio, por otra parte, que muchas culturas arcaicas conocen desde
hace siglos y en sus relatos lo manifiestan abiertamente.

Sobre el miedo y la voluntad


El miedo se apoderará a priori. El miedo, como relata Carlos
Castaneda11 en su libro “Las enseñanzas de don Juan12” es el primer
enemigo del hombre:
“Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así se comienza a tener
miedo. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera. Cada paso del apren-
dizaje es un atolladero, y el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer
sin misericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un campo de batalla. Y
así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡el miedo!
Un enemigo terrible: traicionero y enredado como los cardos. Se queda oculto en
cada recodo del camino, acechando, esperando. Y si el hombre, aterrado en su
presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda”.
Aquello que diferenciará al “elegido o guerrero” del resto, es
que a pesar de su miedo él avanzará sin prisas. Finalmente elegirá
la píldora que le conducirá a una realidad que ya intuía en su fuero
interno, una realidad que le encauzará hacia el “esfuerzo consciente o
sufrimiento “intencional”13. Ello le hará ver la realidad objetiva y no
11
El nombre original del autor es Carlos César Salvador Aranha Castañeda (fecha de nacimiento
probable1925 o 1935 —1998) antropólogo y escritor, cuyo origen probable es Perú o Brasil.
12
Castaneda C. “Las enseñanzas de Don Juan” (p.108) Ed. F.C.E. España S.A.
13
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la
perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino
que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Mateo 7: 13

25
será ésta una visión agradable ni placentera. Solo una necesidad im-
periosa de avanzar y una disciplina férrea hará que cualquier herida
que el “actor” descubra en su mapa se convierta en fuente de poder
y sabiduría. Si reserva, transforma y aplica la totalidad de su energía
a la realización del “trabajo” para el cual fue reclamado.
Aceptar la Llamada y Cruzar el Umbral será solo el principio
de un largo recorrido. Pero ni el recorrido en sí, ni lo que se puede
intuir como el final, es motivo de narración de esta breve obra.
En este espacio únicamente vamos a desarrollar de qué manera
interpretaremos las huellas que en el tiempo dejó, y que encerradas
en los bestiarios y en otras formas de receptáculo cristalizaron en
forma de símbolos a través de la historia y las culturas. Estos sím-
bolos asistirán y favorecerán el reconocimiento de las señales y los
signos.
Sí ofreceremos ciertas pautas de cómo averiguar si está aconte-
ciendo la llamada para poder responder a ella, si por supuesto nos
damos el permiso de hacerlo.
Desarrollamos a continuación un ejemplo de los muchos que
existen, de cómo sucede una “llamada”, un descenso a los “infier-
nos” y una triunfal salida de la “caverna”. Para ello narraremos una
historia, cuyo actor principal es un importante y distinguido perso-
naje de su época. Nos estamos refiriendo al famoso escritor León
Tolstoi14.
Esta es la crónica:
“Hacia el atardecer de su vida, León Tolstoi, sufrió una terrible crisis exis-
tencial y espiritual que lo hunde en una profunda depresión, y que lo llevará
casi al borde del suicidio.
Siente un abismo, necesita dar sentido a la vida. Busca respuestas en la
ciencia, en la filosofía, en la iglesia Ortodoxa y siente una gran decepción por lo
que encuentra en todas ellas.
14
Lev Nikoláievich Tolstoi, también conocido como León Tolstoi (1828 — 1910) novelista ruso
considerado como uno de los más grandes escritores de la literatura mundial.

26
Arremetió contra todo y contra todos y sus últimos escritos inflamaron el
pensamiento de un hombre, que tiempo después sería conocido en todo el mundo
por su coraje, Mahatma Gandhi15.
Se conocieron y se inició entre los dos una correspondencia periódica a prin-
cipios de noviembre del año 1091, Gandhi le hablaría de la lucha de los indios
en la provincia sudafricana de Transvaal, donde ya empezaba a gestarse el
experimento africano que años más tarde sería conocido como Apartheid.
Tolstoi ya en sus últimos meses de vida, se distancia de las letras para ex-
presar su amor y su deseo de liderar un movimiento profundamente humano.
De genio de la literatura, se despliegan una serie de sucesos, que trasladan su
imagen a la de un profeta capaz de enaltecer con sus palabras”.
Este es un caso límite de cómo una revolución interna emerge
hacia el exterior para crear algo sublime en la propia periferia.
Aun no teniendo por qué ser este mismo proceso en todos los
casos, sí existe un sentimiento común de disconformidad y discre-
pancia con la “vida” y/o sobre la propia existencia.
Friedrich Nietzsche16 conocía de sobras el sentimiento descrito.
Este filósofo está considerado como el padre del nihilismo17, y nos
legó una célebre cita que nos da la respuesta adecuada y de necesa-
ria aplicación:
“Aquel que tiene un “porqué” para vivir se puede enfrentar a
todos los “cómos”.

15
Mahatma Gandhi (1869 –1948) abogado, pensador y político indio.
16
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 –1900) filósofo, poeta, músico y filólogo alemán.
17
Del latín “nihil” que significa nada, corriente filosófica que toma como principio la negación de
uno o más supuestos sentidos de la vida.

27
Las señales

A l inicio del viaje, al Héroe —o Guerrero18 para algunas cultu-


ras mesoamericanas— le será de gran utilidad proveerse de
ciertas herramientas. Para ello, estar abierto a las señales será de
suma importancia para poder apreciar lo que Jung denomina “sin-
cronicidades19”; éstas procurarán el avance en el camino. Mantenerse
alerta será vital.
18
Los guerreros se preparan para tener conciencia, y la conciencia sólo les llega cuando ya no
queda en ellos importancia personal. Sólo cuando son nada se convierten en todo.
19
JUNG C.G. “Recuerdos, sueños y pensamientos” (pp. 234-235) Ed.Seix Barral S.A. De este
libro extraemos el siguiente fragmento a modo de ejemplo: “…Una confirmación del pensamiento
sobre el centro y el uno mismo la obtuve años más tarde (1927) por medio de un sueño. Su esencia
la presenté en un mandala definirlo como “como ventana a la eternidad”. El dibujo está reproduci-
do en Das Geheimnis der Goldenen Blüte (El secreto de la flor de oro). Un año después hice otro
dibujo, igualmente un mandala en cuyo centro había un castillo dorado. Cuando estuvo terminado
me pregunté: ¿Por qué esto es tan chinesco? Estaba impresionado por la forma y elección de co-
lores, que me parecían chinos, a pesar de que exteriormente en el mandala no había nada chino.
Pero el dibujo me producía tal sensación. Fue una rara coincidencia recibir poco después una carta
de Richard Wilhelm. Me enviaba el manuscrito de un tratado taoísto-alquímico chino con el título
Das Geheimnis der Goldenen Blüte y me rogaba que lo comentara. Leí rápidamente el texto, pues
aportaba una insospechada confirmación a mis ideas sobre el mandala y el movimiento circular
alrededor del centro. (...) Para recordar esta coincidencia en sincronicidad escribí entonces bajo el
mandala: “1928, cuando hacía el dibujo que muestra el castillo evaluado en oro, Richard Wilhelm
me envió a Frankfurt el texto chino, cuya antigüedad se remonta a varios siglos, del castillo ama-
rillo, el germen del cuerpo inmortal”.

29
Distinguiremos, entre otras, una de las más famosas parábolas
que representan mejor la exposición sobre el hombre dormido y la
necesidad de mantenerse en vela o alerta. Tuvo un gran auge du-
rante la Edad Media y con fuerte influencia en el arte gótico. Nos
estamos refiriendo a la alegoría de “las diez vírgenes”:
“Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes que tomando
sus lámparas, salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran prudentes y cinco
insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se
oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas
vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a
las prudentes: dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Más las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a
vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero
mientras ellas iban a comprar, vino el novio; y las que estaban preparadas en-
traron con él a la boda; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras
vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto
os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en
que el Hijo del Hombre ha de venir”. Mt 25, 1-13
El llamado a permanecer alerta es evidente: no dormirse. De
nuevo observamos que resulta esencial para la construcción inter-
na. Cuando esto no sucede, cuando el hombre se entrega de nuevo
al sueño, le ha vencido la pereza, la comodidad y el ocio. Se consi-
dera un hombre derrotado y por tanto muerto. No es dueño de sus
actos, se ha dejado llevar, se ha dejado vencer.
“Y mientras ellos iban por el camino, uno le dijo: Te seguiré adondequiera
que vayas. Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo
nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. A otro dijo:
Sígueme. Pero él dijo: Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi
padre. Mas él le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos”
Mt 8, 21-22.

30
Mantenerse en Vela
Sencillo no es. Si fuera fácil la humanidad no permanecería dor-
mida. Si fuera fácil no habría continuas referencias sobre la prácti-
ca de la atención despierta en los libros sagrados de las diferentes
culturas y religiones. Si fuera tan fácil cualquier hombre ordinario
podría despertar cuando así lo decidiera. El primer paso será reco-
nocer que uno duerme.
La procedencia de las señales que guiarán al individuo en su iti-
nerario, no se atribuirán a un único origen. Por tanto, estas pueden
emerger de múltiples formas conocidas o menos conocidas. Una de
ellas, es el sueño lúcido.

Sobre la Resurrección
Cuando el símbolo de un animal se expresa en términos de
resurrección, responde a la creación interna del alma, puesto que
el hombre en su llegada a la existencia únicamente dispone de un
cuerpo, el físico; los demás están en potencia y en espera de su gra-
dual constitución. Aquello que don Juan20 llamaría convertirse en
un guerrero y abandonar o matar al hombre ordinario. Desvestirse
del hombre viejo y revestirse del nuevo. Expresado a través de la
simbología de la serpiente y la renovación de la piel, de la regenera-
ción de los astados o del ave fénix entre otros, en todos ellos se hace
referencia a este estado de renovación o resurrección.

20
Juan Matus, indio yaqui oriundo del desierto de Sonora, México. Depositario de un antiguo
conocimiento ancestral, del que Castaneda fue discípulo y portavoz.

31
La importancia onírica

“El ensueño únicamente puede ser experimentado. Ensoñar no es tener sueños; tampoco es
soñar despierto, ni desear, ni imaginarse nada. A través del ensueño conseguimos percibir otros
mundos, los cuales podemos ciertamente describir, pero no alcanzamos a describir lo que nos hace
percibirlos. Sin embargo, podemos sentir cómo el ensueño abre esos otros reinos. Ensoñar parece
ser una sensación, un proceso en nuestros cuerpos, una conciencia de ser en nuestras mentes.”21

Juan Matus

I ncubación: del latín Incubatio, incubationes, acción del verbo incuba-


re, de la raíz in-cub que significa estar acostado. Vocablo utiliza-
do en la antigua Grecia para designar una práctica médico-religiosa
vinculada a los templos llamados Asklepeiones, bajo la voz de As-
klepio dios de la medicina y alineado al dios Apolo, Esculapio e
Higuia21. El más famoso Asklepeión estaba vinculado a Epidauro
en el Peloponeso (Grecia).22
En ellos se practicaba el rito de la Incubatio, método que con-
sistía en que el enfermo debía dormir en el suelo del templo un
número de noches suficientes hasta la obtención de un sueño signi-
ficativo, el cual era interpretado por el iatromante o sacerdote que
esperaba en el exterior hasta la salida del soñador.
La práctica o rito de Incubación se sitúa en torno hacia el 6000
a.C., y es por tanto fundamental esta praxis de la interpretación
onírica en la vida del individuo para conocer aspectos de la misma.
Psicólogos y psiquiatras contemporáneos que utilizaron y uti-
lizan el psicoanálisis como método de trabajo tuvieron con toda
21
“Etimologías de Chile”
22
CASTANEDA C. “El arte de ensoñar” Ed. Gaia.

33
probabilidad acceso a esta disciplina rescatada del pasado para en-
tender y trabajar la psique humana.
Existe un lugar en España que fue utilizado en la antigüedad con
este fin. Se trata de “La Casa del Obispo” en Cádiz, enclavado en el
antiguo palacio episcopal y convertido en museo en la actualidad.
El acceso al subsuelo lleva al visitante a un recorrido de 1500 me-
tros por las entrañas de la ciudad.

El arte del ensueño


Don Juan en “Viaje a Ixtlan23” advierte a Carlos Castaneda que llegó
el momento de aprender a acceder al poder, y para ello —dice— vas a
empezar por empuñar tus sueños.
En el mundo de los sueños, existen dos elementos que no se
conocen entre sí pero que interactúan; nos referimos al soñador y al
soñado. Uno no conoce al otro ni sabe de su existencia. Actúan los
dos figurantes juntos en una realidad del mundo intermedio y cada
uno, soñador y soñado, cree conocer el terreno por donde pisa.
Mas no es así. Cuando se unen en esta dimensión, el astral, nada
percibe el uno del otro. El soñador no es consciente de que está
soñando a un personaje que es él mismo y sus circunstancias. El
soñado por su lado desconoce que lo están soñando, y que es el
producto de la mente del soñador. Actúan por separado y uno está
a merced del otro. Aunque esto no siempre es así.
El objetivo del Trabajo sobre uno mismo, es conocer todo acer-
ca de las multiplicidades que conforman la complejidad del hom-
bre. Una de las metas principales será poner en contacto estas dos
realidades, que para el individuo en concreto y para la ciencia en
general son independientes una de la otra, pero forman parte de la
sustantividad del sujeto.

23
CASTANEDA C. “Viaje a Ixtlan” (p. 134) Ed. F.C.E. España S.A.

34
El animal y el origen del símbolo

“El símbolo es símbolo cuando simboliza, cuando se lo reconoce como tal. Un símbolo
que no hable directamente a quien lo percibe deja de ser símbolo”.

Raimon Panikkar23

L os orígenes de la simbología atribuida a los animales tienen una


estrecha relación con la zoolatría24 y el totemismo. Desde las
culturas más arcaicas de nuestro mundo conocido hasta nuestros
días, el animal como símbolo está circunscrito íntimamente en lo
más profundo de nuestro inconsciente colectivo.25
Si viajamos hacia atrás en el tiempo y nos remontamos al año
8000 o 6000 a.C., descubrimos que una parte importante de las dei-
dades pertenecientes a complejas culturas de la antigüedad, como
por ejemplo la egipcia, poseen representaciones zoomórficas, es de-
cir, perfiles con elementos animalescos y elementos humanos. Estas
representaciones llevaron a algunos egiptólogos a creer que estas
civilizaciones rendían culto a los animales como si de hierofanías se
trataran. Nada más lejos de la realidad.
Las inscripciones egipcias con símbolos de animales en unos
casos, y humanos con cabeza de animales en otros, representaban
una acción vital de un comportamiento que transforma y per-
24
Culto religioso en el que se considera al animal como manifestación de la divinidad.
25
Raimundo Pániker Alemany (1918 – 2010) filósofo, teólogo y escritor español.

35
fecciona al hombre. Cada acción importante de la vida tiene
un símbolo que la representa.
Las religiones nacidas del útero de Mesopotamia, Sumeria, Asi-
ria, Babilonia y Egipto, fueron el receptáculo donde se incubaron y
mezclaron las religiones actuales, y que bebieron todas ellas de estas
fuentes primigenias.
Una muestra de ello, la encontramos en los textos sagrados
judeo-cristianos del Antiguo Testamento, a través de la visión del
profeta Ezequiel que nos describe así:
“Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho
de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los
cuatro cara de águila”. (Ezequiel 1:10)
De esta visión se derivaran dos hipótesis:
— Existe una primera teoría en la que hay una tendencia a pen-
sar que su inspiración se deriva de la astrología zodiacal babilónica.
— En la segunda, se cree que tuvo su influencia en los cuatro
elementos básicos de la alquimia: agua, aire, fuego y tierra.
Una visión similar a la del profeta aparece en un pasaje del Apo-
calipsis de Juan donde describe a cuatro ángeles zoomorfos que ro-
dean al pantocrátor26. Tanto los tetramorfos27 como el pantocrátor
son una constante del arte medieval.
Aristóteles y Plinio el Viejo fueron precursores de importantes
libros dedicados a la simbología animal.
Destacamos “Physiologus”, compuesto en Alejandría en el siglo II
d.C.; dos siglos más tarde aparece “Hirolyphica” de Horopolo, una
de las más importantes aportaciones en este campo.
26
Una de las traducciones más comunes de la palabra pantocrator es “todopoderoso”, formado del
prefijo pan- “todo” y el verbo (κρατεω) que significa “acometer o realizar algo”.
27
Representación cuádruple de la encarnación del orden del cosmos, se le reconoce en el arte cris-
tiano como imagen del Pantocrátor, aunque con toda probabilidad tiene su origen en Mesopota-
mia y los 4 hijos de Horus que se representaban con cabeza de animal y cuerpo humano. También
en el hinduismo hay referencia de esta iconografía en las cuatro cabezas de Brahama.

36
Ya en la época medieval, se extendió por occidente toda una
cultura animalista simbólica como fue el caso de “Los Bestiarios de
Filipo de Thaün” o el “Llibre de les Bèsties” de Ramón Llull; estas solo
fueron algunas de los muchas obras que se editaron.
Finalmente señalar el origen de la palabra “animal”, procedente
del latín “animal-alis”, el ser dotado de respiración, el que vive. Deri-
vado de la palabra “animus” que nos habla del ser provisto del soplo
vital, también “ánima o alma” que en griego significa “psique”.
Psique es la diosa que Eros despierta a través del amor. Amor
entendido como fuerza creadora del universo. Su historia narra las
pruebas por las que el alma debe pasar para trascender cualquier
estado inferior. El mito del héroe —heroína en este caso— no está
representado por la fuerza física como en otros mitos, sino que nos
transmite la idea que a pesar de la fragilidad de Psique, en su inte-
rior dispone de la fuerza necesaria para superar los obstáculos que
Afrodita, como símbolo del amor, propondrá resolver a la heroína
conduciéndola a través de los cuatro pruebas que deberá vencer
para recuperar su alma dormida.

37
Opuestos pero no tanto

“Todo lo que existe, existe como resultado de la acción convergente sobre un mismo punto
y en el mismo momento de tres fuerzas: pasiva, activa y neutralizante”.

“Boris Mouravieff ”

E stas tres fuerzas reflejan las tres condiciones básicas de la crea-


ción del Universo. Representan en el Universo creado la ma-
nifestación de las tres condiciones de la Creación, concebidas en la
pre-existencia del Mundo por la Divinidad no manifestada28.

A lo largo de la segunda parte de esta obra observaremos que un


número importante de animales, los cuales además gozan de cierta
relevancia por su importancia simbólica e histórica dentro de las
diferentes culturas descritas en el presente manual, se identifican
con significados opuestos.
La susceptibilidad a una doble interpretación totalmente opues-
ta la una de la otra se debe a la acción de alterar o velar verdades
primigenias y en ocasiones incómodas, orquestadas por jerarcas
político-religiosos que la humanidad ha soportado a lo largo de la
historia.

28
MOURAVIEFF B. Gnosis Tomo I. Ciclo Esotérico. Les éditions de las Bacconiére
S.A.

39
La alteración del concepto o representación inicial del símbolo
se modifica hasta el punto de invertir muchas veces su valor pri-
mordial. Este hecho lleva a la confusión del conocimiento original
del arquetipo.
Uno de los ejemplos más significativos lo encontramos en la
simbología de la serpiente y su doble interpretación, que según sea
el caso es la representación del Cristo y la elevación en la Cruz y en
otras ocasiones personifica las tinieblas, la tentación, el engaño y el
diablo.
Prueba de esta dualidad intrínseca en toda la naturaleza y de
difícil estudio-disección la podemos encontrar en una de las más
controvertidas obras de Aristóteles “Metafísica”29, obra donde que-
da plasmada esta batalla de los contrarios para entender la propia
naturaleza de los “entes” partiendo de la unidad, pasando por la
dualidad y vislumbrando finalmente la trinidad. Para ello el autor
revisa pensamientos e ideas de sus antecesores y contemporáneos.

Dice así:

“Así, pues, entre los que sostienen que todo es uno, nadie llegó a concebir
tal causa, a no ser, quizá, Parménides, y éste, en tanto en cuanto afirma que
no sólo un elemento, sino dos, en cierto modo, son causas. En cambio, a los que
dicen que son más, les es más fácil enunciarla; por ejemplo, a los que admiten
como tales lo Caliente y lo Frío o el Fuego y la Tierra; pues atribuyen al Fuego
la naturaleza motriz, y al Agua y a la Tierra y otros elementos semejantes, lo
contrario.

Después de éstos, y considerando que tales principios no bas-


taban para generar la naturaleza de los entes, y de nuevo obli-
gados, como hemos dicho, por la verdad misma, otros filósofos
29
Aristóteles “Metafísica” (p. 8) Ed. Escuela de filosofía Universidad ARCIS

40
buscaron el tercer principio. Pues de que en unos entes haya y en otros
se produzca lo bueno y lo bello sin duda no es causa ni el Fuego ni la Tierra ni
ninguna otra cosa semejante, ni probablemente aquéllos lo creyeron. Y tampoco
estaría bien confiar a la casualidad y al azar tan gran empresa. Por eso cuando
alguien dijo que, igual que en los animales, también en la naturaleza había
un entendimiento que era la causa del mundo y del orden todo, se mostró como
hombre prudente frente a las divagaciones de los anteriores. Sabemos con segu-
ridad que Anaxágoras adoptó este punto de vista; pero se dice que su primer
iniciador fue Hermotimo de Clazómenas. Así, pues, los que pensaban de este
modo afirmaron que la causa del bien era el principio de los entes y, al mismo
tiempo, el principio de donde reciben los entes el movimiento.

Puede sospechar alguien que fue Hesíodo el primero en buscar tal cosa, y, con
él, otros que quizá consideraron el Amor y el Deseo como principio de los entes,
como también Parménides. Éste, en efecto, tratando de explicar la generación del
universo, dice: “concibió en su mente al Amor / mucho antes que a los demás
dioses”, y Hesíodo: “mucho antes que todas las cosas fue el Caos, y después /
la Tierra de ancho pecho... / y el Amor, que brilla entre todos los inmortales”,
pensando que debe haber en los entes una causa que mueva y congregue las cosas.
De cómo se deba juzgar a éstos en cuanto a la prioridad, permítasenos decidir
más tarde.

Pero, como era evidente que también estaba en la naturaleza lo contrario


del bien, y no sólo el orden y la belleza, sino también el desorden y la fealdad, y
que eran más los males que los bienes, y más las cosas feas que las bellas, hubo
otro que introdujo la Amistad y el Odio; la primera, como causa de éstas, y el
segundo, de las otras. Si uno, en efecto, profundiza y se atiene al pensamiento y
no a los balbuceos con que se expresa Empédocles, hallará que la Amistad es
causa de las cosas buenas, y el Odio de las malas.

Así, pues, si alguien dice que, en cierto modo, Empédocles propone, y propo-
ne el primero, el Mal y el Bien como principios, es probable que tenga razón, si

41
es cierto que la causa de todas las cosas buenas es el Bien en sí, y de las malas
el Mal.

Leucipo y su colega Demócrito dicen que son elementos lo Pleno y lo Vacío,


a uno de los cuales llaman Ente, y al otro, No-ente; y, de éstos, piensan que lo
Pleno y Sólido es el Ente, y lo Vacío, el No-ente (por lo cual dicen también que
el Ente no es en mayor medida que el No-ente, porque tampoco el Cuerpo es en
mayor medida que lo Vacío), y que éstas son las causas materiales de los entes”.

Concluimos enredados en la ley de los opuestos que de siem-


pre ha sido motivo de discrepancias y conflictos existenciales para
pensadores, místicos y filósofos. Y lo hacemos intuyendo y discer-
niendo la dualidad existente en el símbolo de los diferentes anima-
les que veremos desfilar en la segunda parte de esta obra, y que a
priori podría parecer un contratiempo; no es así, sino que encierra
una posibilidad más de trascender la dualidad, donde la historia fi-
nalmente pareciera querer sumergirnos en una lucha de contrarios
para encontrar ese tercer elemento neutralizador, el elemento
trinitario o ley de tres, que nos permitirá ver más allá de lo
aparentemente significativo.

42
Los elementos

C on frecuencia la clasificación simbólica de las bestias tiene su


correspondencia con los cuatro elementos. Estos elementos,
fuego, aire, agua y tierra, quedan recogidos en todas las culturas,
tanto es así, que realizamos una breve descripción de cada uno de
ellos para una mejor comprensión sobre la asociación del elemento
con el símbolo.

Fuego
En alquimia es “agente de transformación”. Para los pueblos
primitivos es un demiurgo30 y procede del Sol.
Los ritos ígnicos, como las hogueras de san Juan, tienen una fi-
nalidad purificadora y destructora de las fuerzas del mal. El triunfo
del Sol contra el poder de las tinieblas por analogía.

30
Diferentes definiciones para el término demiurgo. En mitología el demiurgo es un genio orde-
nador. Para los gnósticos demiurgo es un elemento creador y ordenador del mundo material que
se convierte en encarnación del mal, aprisionando a los hombres y encadenándolos a las pasiones
materiales. En cualquier caso es un elemento del cosmos que ordena ya sea en sus estadios más
densos de la materia o no.

43
Atravesar el fuego es símbolo de trascender la condición huma-
na, afirma Mircea Eliade en “Mitos, sueños y misterios31”.
Los Fuegos Sagrados en las iniciaciones ritualistas de la gran
mayoría de culturas, pueblos y religiones, dejan constancia de la
inmensa importancia del culto al fuego.
En la mitología Griega, dos dioses están asociados, Vulcano y
Prometeo. El primero simboliza el fuego elemental que moldea lo
físico, el hierro. El segundo, la antorcha de Prometeo encendida en
el Carro del Sol, lleva consigo el “fuego celestial”; quien lo consiga
obtendrá la paz mental y la claridad de conocimiento.

Aire
Se relaciona este elemento con todo lo masculino, asociado a
tres causas o motivos:
— El hálito vital creador
— La Palabra
— El movimiento
Considerado como el reino intermedio entre el cielo y la tierra y
medio por el cual los dioses transmiten sus mensajes a los hombres.
En la tradición China y en la cristiana hacen mención de los so-
plos místicos para transmitir el espíritu de vida al humus.
En la mayoría de culturas del centro y sur de América, el soplo
es utilizado en diferentes rituales de iniciación.

Agua
Elemento considerado como mantenedor de la vida que circula
a través de toda la naturaleza y la nutre, en forma de:

31
ELIADE M. “Mitos, sueños y misterios” Ed. Kairós.

44
— Lluvia
— Leche
— Savia
— Sangre
En alquimia simboliza el mercurio en su primer estadio de trans-
formación.
Símbolo de unión universal de virtud y procedencia de toda for-
ma de creación.
Asociado al bautismo; lo interpretamos como muerte y resu-
rrección. Cuando el individuo se sumerge en las aguas bautismales,
es muerte y cuando emerge, surge de ellas el hombre nuevo.
Es el inconsciente en psicología.

Tierra
Dadora de vida. El gran Útero, la diosa Madre o la Madre Tierra,
simboliza la fecundidad y lo femenino.
En Grecia, se asocia a la diosa Gea y al dios Urano.
Es la plasmación en el plano físico de aquello que tiene origen y
surge del mundo de las ideas.
En diferentes culturas la tierra es representada por animales que
llevan tierra en sus espaldas, en la India la tortuga y el escarabajo
en Egipto.

45
El linaje: ancestros, los grandes desconocidos

«Los pueblos que olvidan su historia


están condenados a repetirla».

Marco Tulio Cicerón.

E l símbolo es una vía de acceso al inconsciente del colectivo


familiar, corriendo el velo del silencio imperante en las profun-
didades de la memoria del clan, escondidas aparentemente pero que
afloran a través de la psique del individuo en un momento concreto
de su propia historia.
Examinando el siguiente pasaje:
“Mantengo mi amor hasta un millar de generaciones, perdono las culpas,
las faltas y los pecados, pero no tengo el culpable por inocente: pido cuentas de
las culpas de los padres a los hijos y los hijos de los hijos, hasta la tercera y la
cuarta generación”. Éxodo 34,7
Rescatamos del texto la palabra “pecado” y yendo a la raíz “ped”
encontramos que significa “pie” en latín “pecco” de la contracción
“pedico”, cuyo significado es tropezar o cometer un error. Así la tra-
ducción de la palabra “error” ha llegado hasta nuestros días pasan-
do por sucesivas traducciones y transformaciones, hasta convertirse
en “pecado”.
Tanto es así, que creemos que una maldición viene dada por un
elemento externo (llámese dios en este caso) a raíz de un “pecado”
cometido.

47
Pero examinemos el escrito con una nueva perspectiva y démos-
le un sentido más sensato y menos cruel, pasando por alto un su-
puesto castigo divino arrastrado o heredado durante las sucesivas
generaciones, por un también supuesto pecado cometido por algún
ancestro. Cuando los errores cometidos por algún componente fa-
miliar quedan atrapados en el inconsciente colectivo de una línea de
linaje familiar o ancestral, éste en forma de entramado como si de
una tela de araña se tratara, hará que se sucedan los patrones o pro-
gramas a las siguientes generaciones (también factores hereditarios
genéticos). Esto sucederá hasta que un individuo en algún eslabón
de la cadena pueda descubrir y operar para restablecer el orden alte-
rado por alguno de sus antepasados y tejer una nueva codificación.
En la antigüedad se transmitían generacionalmente y de forma
oral los valores, cultura e historia familiar, es decir, todo el cono-
cimiento de un linaje familiar y de la colectividad. No existían por
tanto los secretos de familia, los hoy llamados por la psicología y
psicogenealogía “muertos o fantasmas familiares”, sino que todos
los componentes de un clan conocían su linaje generacional desde
el principio, incluyendo dramas familiares y heridas transgeneracio-
nales.
Si hacemos un pequeño recorrido por los textos sagrados del
Antiguo Testamento, encontramos lo siguiente en Mt 1, 2-17:
“…Abraham fue padre de Isaac; Isaac, de Jacob, Jacob, Judá y sus her-
manos; Judá fue padre de Fares y Zara, nacidos de Tamar; Fares fue padre
de Hezrón; Jesrón, de Aram; Aram, de Aminadab; Aminadab, de Naasson;
Naasson, de Salmon; Salmon fue el padre de Booz, nacido de Rahab; Booz
fue padre de Obed, nacido de Rut; Obed fue el padre de Jesé; Isaí fue el padre
de David, el rey.
David fue padre de Salomón, nacido de la mujer de Urías; Salomón fue
padre de Roboam; Roboam, de Abies; Abies, de Asa; Asa de Josafat; Jo-
safat, de Joram; Joram, de Ozías, Ozías, de Jotam; Jotam, de Acaz; Acaz, de
Ezequías; Ezequías, Manasés; Manasés de Amon; Amon, de Josías; Josías

48
fue padre de Jeconías y sus hermanos. En aquel tiempo hubo la deportación a
Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue el padre de Salatiel,
Salatiel de…”
Y así sigue hasta 3 veces 14 generaciones. Con estos textos que-
da reflejada la importancia generacional desde la más remota anti-
güedad.
Si indagamos en las culturas orientales, vamos a encontrar la
misma disposición dinástica para el reconocimiento del linaje:
“Dinastía Shang 1766 1027 a. C., dinastía Zhou 1026 - 256 a. C., di-
nastía Quin 255 - 206 a. C.” Y así sucesivamente hasta nuestros días.
En la actualidad, el hombre es incapaz en la mayoría de los casos
de consultar ni conocer siquiera dos generaciones anteriores. Un
individuo apenas conoce la vida de la generación anterior a él, es
decir, sus padres y lo poco que conoce es de forma fragmentada,
solo pequeñas parcelas de una realidad subjetiva conocida por parte
del individuo en primera persona o relatada por parte del familiar
en cuestión, y de todos modos también subjetiva.
Para conocerse uno mismo es preciso conocer, entre otras cosas,
de dónde viene y hacia dónde dirigir sus pasos.
El estudio y despiece de la realidad llevará al individuo a com-
prender ciertas fracciones de su vida. Porqué nació un día determi-
nado, porqué le pusieron un nombre concreto y no otro, porqué
hay una trama familiar no resuelta, y sobre todo, por qué le afecta
todo ello en un momento dado de su propia historia.
Las ramas genealógicas se identifican como un organismo vivo
que siente y se transforma continuamente. Cada miembro cumple
una función y cualquier cambio o acción significativa de uno de
ellos afectará a toda la trama.

49
Cada clan o familia utiliza un lenguaje no verbal que le es propio,
compuesto de miradas y gestos, incluso a veces frases característi-
cas, y que usaran de forma no consciente. El inconsciente colectivo
habrá registrado durante generaciones una información que cada
miembro del linaje mantendrá sin descodificar. El inconsciente se
servirá de los campos de resonancia mórfica para tal tarea.
Rupert Sheldrake32, padre de la teoría de los campos mórficos,
nos habla de ellos como sistemas naturales auto-organizados. Esta
teoría nos indica que la causa de las formas es la influencia de estos
campos organizativos. La característica principal expresa o mani-
fiesta que la formación de ideas, cristales, moléculas, incluso de las
sociedades mismas, dependen de la manera en qué otros tipos simi-
lares de estructuras han sido organizados en el pasado.
El campo de resonancia mórfica es el medio por el cual una in-
formación es transferida a través del espacio-tiempo, de un sistema
anterior a uno posterior de la misma tipología.
Todo ello nos indica que las especies biológicas comparten cam-
pos de información que no solo se transmiten genéticamente, sino
que existe una memoria más allá de la materia, en la naturaleza misma.
Es a través y gracias a la naturaleza de estos campos que pode-
mos dirigirnos a una posible salida de la “caverna platónica33”. Si
somos capaces de descodificarlos iniciaremos el camino de retorno.
La clave está en el símbolo. El símbolo se encuentra en el mito.
El inconsciente lo captura y retiene quedando a la espera de inter-
pretación. La importancia del símbolo en cada cultura hace que ne-
cesitemos de nuestros propios códigos culturales para el descifrado.
No será lo mismo el color rojo para un occidental que para un
oriental, ni tampoco el dragón para la cultura china que para la
grecorromana. De ahí la trascendencia de la interpretación de un
símbolo según la cultura donde el mito se originó.
32
Rupert Sheldrake (1942) biólogo y filósofo británico. Autor del desarrollo de la teoría de los
Campos morfogenéticos.
33
Alegoría o mito de la Caverna, realizada por el filósofo griego Platón al principio del VII libro
de La República.

50
El arquetipo en la historia

A lo largo de estas páginas se ha utilizado, entre otras fuentes, las


Sagradas Escrituras de la religión judeo-cristiana. Entendién-
dolas estas como una recopilación de códices, que por una parte,
se identifican como escritos redactados por eruditos procedentes
de las corrientes de pensamiento de la Antigua Grecia, y por otra,
quedan determinados gran parte de los manuscritos del Antiguo
Testamento como recopilaciones transferidas y heredadas de la mi-
tología y religión Babilónica como causa de las continuas invasiones
y colonizaciones que sistemáticamente sufrió Jerusalén.
Sobre el Nuevo Testamento existen dudas razonables. La histo-
ria miente, la historia dice la verdad.
Las fuentes antiguas como germen primigenio de una realidad
histórica están imbuidas de subjetividad. ¿Es la historia entonces
fuente donde beber para otorgar veracidad a un suceso? Entrare-
mos en una de las historias más debatidas y fascinantes de los últi-
mos dos mil años.
¿Existió Jesús de Nazaret como personaje histórico, como
personaje divino, las dos cosas o ninguna?

51
No vamos a llevar a cabo un trabajo exegético porque no es la
finalidad de este manual. Empero, nos acercaremos tímida y breve-
mente a algunas referencias históricas para dar contenido a lo que
queremos exponer.
Veamos que dice la historia según las diferentes fuentes —ju-
días, cristianas, paganas— consultadas.

Fuentes judías
Uno de los testimonios más importantes fue Flavio Josefo34.
Nos cuenta en su obra “Antigüedades Judías”35:
“Por aquella época apareció Jesús, hombre sabio, si es que se le puede lla-
mar hombre, fue autor de obras maravillosas, maestro para quienes reciben con
gusto la verdad. Atrajo a sí muchos judíos y también muchos gentiles. Este era
el Cristo (el Mesías). Habiendo sido denunciado por los primados del pueblo,
Pilato lo condenó al suplicio de la cruz; pero los que antes le habían amado le
permanecieron fieles en el amor. Se les apareció resucitado al tercer día, como lo
habían anunciado los divinos profetas que habían predicho de El ésta y otras
mil cosas maravillosas. De él tomaron su nombre los cristianos, cuya sociedad
perdura hasta el día de hoy”.
No obstante, algunos autores aseguran que en los textos de Fla-
vio Josefo hubo interpolación de los textos por parte de autores
posteriores al mismo Flavio Josefo, es decir, se intercalaron palabras
o frases en el texto del manuscrito para darle un sentido específico
y concreto al relato. Afirman que durante el estudio de los textos se
aprecia que estos no guardan concordancia con el resto del capítulo.

Fuentes paganas
Cornelio Tácito36, nos dejó escrito en sus “Anales” En el libro XV, 44:
34
Tito Flavio Josefo también conocido como José ben Matityahu o Josefo ben Matityahu
(a.C.37—38) historiador judío fariseo, descendiente de familia de sacerdotes.
35
JOSEFO T.F. “Antigüedades Judías” Libro VIII, capitulo III, párrafo 3
36
Cornelio Tácito (Cornelius Tacitus) ( a.C.55 – 120) historiador, senador, cónsul y gobernador
del Imperio romano.

52
“Aquél de quien procede ese nombre (de cristianos), Cristo, fue
entregado al suplicio siendo emperador Tiberio por el procurador
—gobernador ecuestre de Judea— Poncio Pilato”
Suetonio37 escribió en su obra “Vida de Claudio” de “Las Vidas
de los doce césares” (De vita Caesarum): “expulsó de Roma a los judíos en
continua agitación a causa de Crestos (Cristo).”
La palabra “crestos” tiene otras derivaciones, una de ellas no muy
aceptada es crestos-cresta, aquel que sobresale o destaca.
Plinio el Joven38, en su carta a Trajano escribe que los cristianos
tienen por costumbre reunirse un día determinado, al amanecer,
para alabar a Cristo a quien consideran su Dios.
Algunos autores ponen esta fuente en duda, debido a la distancia
en el tiempo que existe desde la existencia de Jesús y la fecha en
que algunos autores redactan sus cartas, siendo algunas datadas del
siglo II d.C.

Fuentes cristianas
Dejan testimonio escrito de Jesús a través del Nuevo Testamen-
to, los Evangelios Sinópticos, el evangelio de Juan, las cartas de
Pablo de Tarso escritas entre los años 50 y 60. También algunos
de los apócrifos se han tomado como fuentes documentales. Se
incluyen así mismo, los Hechos de los apóstoles y diferentes cartas
y epístolas.
En todos ellos, en mayor o menor medida, se narra la vida y
enseñanzas de Jesús, permitiendo entrever a partir de un trabajo
exegético las dos líneas de interpretación. Dos vías de análisis que
nos referirán a un Jesús histórico de naturaleza humana y a otro de
naturaleza divina.
37
Gayo Suetonio Tranquilo (a.C. 70 — 126) historiador y biógrafo romano durante los reinados
de los emperadores Trajano y Adriano.
38
Cayo Plinio Cecilio Segundo, conocido como Plinio el Joven (a.C. 61 — 113 aprox.) abogado,
escritor y científico de la antigua Roma.

53
La narración en dos tiempos, una más superficial y literal, y otra
de profundidad interpretativa, la podemos hallar en casi la mayoría
de los textos.

Más allá de la Historia


¿Es posible analizar un aspecto de la realidad sin pasar por el tamiz
de la historia, pero no por ello dejar de transitar por la repercusión
o enseñanza del contenido? Entramos ahora en el territorio de la
simbología y el arquetipo sin obviar el hecho histórico.
“Dejad estar a los niños: no les impidáis que vengan a mí, porque el Reino
de los cielos es de quienes son como ellos”. Mt 19,14
Analicemos alegóricamente este versículo del evangelio según
Mateo. Si lo interpretamos a un nivel no histórico, entrevemos un
contenido más profundo que guarda relación con los procesos in-
ternos humanos:
— El iniciado se convierte en niño, es ahora un nuevo recipiente preparado
para llenarse, una mente nueva que no da nada por sentado y donde todo está
por descubrir, que recibirá de la fuente el nuevo alimento (enseñanzas) para la
creación de su alma.
— Los maestros Zen no acogen alumno que no haya antes vaciado su taza.
Los arquetipos no se difunden por tradición, lenguaje o migra-
ción —dice Jung— si no que pueden perfectamente volver a surgir
espontáneamente en cualquier época y lugar sin ser influenciados
por ninguna transmisión exterior.
Podríamos entonces definir el arquetipo como la creación del in-
consciente colectivo, de figuras ejemplares y trans-históricas. Cuan-
do Campbell nos legó el estudio del Monomito, sin duda abrió la
puerta al arquetipo de Jesús de Nazaret como uno de los más im-
portantes de la historia.

54
La gnosis contemporánea nos hablaría del Cristo íntimo cómo
aquel que surge interiormente en el trabajo relacionado con la di-
solución del Yo Psicológico. El Cristo interior solo adviene en el
momento cumbre de nuestros esfuerzos intencionales y padeci-
mientos voluntarios. El Cristo íntimo se hace entonces cargo de to-
dos nuestros procesos mentales, emocionales, motores, instintivos
y sexuales.
La alquimia nos revela que la construcción del Cristo interno se
realizará a través de la Gran Obra.
“La imagen del laberinto se nos presenta, pues, como emblema del trabajo
entero de la Obra, con sus dos mayores dificultades; la del camino que hay que
seguir para llegar al centro —donde se libra el rudo combate entre las dos natu-
ralezas—, y la del otro camino que debe enfilar el figurante para salir de aquél.
Aquí es donde se necesita el hilo de Ariadna, si uno no quiere extraviarse
en los meandros de la Obra y verse incapaz de salir”. Fulcanelli39
Hallamos entonces que la historicidad o divinidad del Cristo no
es tan importante como el arquetipo que en sí encierra para el de-
sarrollo de la Obra.

39
Fulcanelli. El Misterio de las Catedrales. Ed. Biblok.

55
El ser mecánico

«La evolución del hombre es la evolución de su conciencia. Y la «conciencia» no puede


evolucionar inconscientemente. La evolución del hombre es la evolución de su voluntad, y la
«voluntad» no puede evolucionar involuntariamente. La evolución del hombre es la evolución
de su poder de «hacer», y el «hacer» no puede ser el resultado de lo que «sucede»

G.I Gurdjieff

L a mecanicidad del hombre es algo probado desde la antigüe-


dad por filósofos, pensadores y místicos. El libre albedrio es
un eufemismo. El hombre no “hace nada”; al hombre le “sucede”
aquello que cree hacer. Él imagina tomar decisiones y la realidad
simplemente es otra.
El conjunto de influencias que recibe del exterior harán variar
y modificar su realidad interna, y movido por estas alteraciones se
dejará arrastrar tomando decisiones que no son suyas.
De hecho, este no es un aspecto aislado y desconocido sino que
muy al contrario, es conocido por las grandes multinacionales, y de
ello se sirven para poder disciplinar a la opinión pública y limitar
la libertad del pensamiento. Lo que se conoce hoy como Neuro-
marketing —llámesele neurociencia aplicada al ámbito de la mer-
cadotecnia—, no es otra cosa que la manipulación a escala con la
intención de poder llegar a predecir la conducta del consumidor y
así aumentar las ventas.
Algunos estudiosos sobre la psicología de las masas llegaron a
la conclusión de que la mente del grupo no piensa en el sentido

57
estricto del término. En lugar de eso, tienen impulsos, hábitos y
emociones. Las personas por norma general no se percatan de las
razones que dirigen sus acciones. Una persona piensa que está ad-
quiriendo libremente un artículo tras valorar sus características y
llegar a la conclusión que es de lo mejor del mercado. Será casi sin
duda un autoengaño provocado por la ilusión transferida a un ce-
rebro condicionado por una publicidad subliminal en ciertos casos
y directa en otros.
Esta técnica “juega” con la emocionalidad del individuo sabien-
do que no la podrá controlar si no es guiada a través de una inten-
cionalidad consciente, y esta y no otra será la finalidad del viaje del
Héroe o Guerrero.
La importancia de la atención es vital para la disolución de la
mecanicidad, la cual atravesará una y otra vez nuestro campo men-
tal para desviarla, y lo conseguirá la mayoría de las veces sino man-
tenemos nuestras lámparas de aceite encendidas.
Pascal dijo: “Todos los problemas de la humanidad proceden de la incapa-
cidad del hombre sentado en una instancia sin hacer nada”.
Es por tanto imperioso seguir los mandatos de este proverbio
árabe que nos dice que “quien quiere hacer algo encontrará un medio y el
que no, una excusa”. No existen las excusas; usarlas es el miedo a la
libertad, es manifestar desasosiego ante el hecho de descubrir lo
que realmente uno ES. Descartes, en sus “Meditaciones Metafísicas40”
nos decía al respecto:
“No sé nada; no disputo de eso ahora; no puedo dar mi juicio más que de
cosas que son conocidas; he sabido QUE SOY, y ahora busco saber QUÉ
SOY, yo que he reconocido ser. Sin embargo, es muy cierto que esa noción y
conocimiento de sí mismo, tomada precisamente así, no depende las cosas cuya
existencia me es por ahora desconocida; ni, por consiguiente y con más razón, de
ninguna de aquellas que son fingidas e inventadas por la imaginación”

40
Descartes. “Meditaciones Metafísicas”. (p. 70). Ed. Alianza.

58
Entonces, lo primero que debemos es confirmar “que soy”, para
luego saber “qué soy”. Alentar, manifestar y declarar que para dar
el primer paso no es necesario ver la escalera entera, solo dar el
primer paso.
El simbolismo, signo o señal que un animal pueda proporcionar-
nos y que aparece en nuestra vida por cualquiera de las vías existen-
tes y que se hallen disponibles en nuestra realidad, se traduce como
aquello que requiere ser completado en nuestro camino.
Los sueños del Faraón interpretados por José41, los estados de
ensoñación que Carlos Castaneda y otras alumnas de don Juan nos
relatan en sus vivencias, las prácticas de los iatromantis entre los
que destacó Parménides o Parmeneides quien nos legó su frag­
mentado y tristemente mal interpretado “Poema del Ser”, todas y cada
una de estas vías nos ofrecen indicios que ponen de manifiesto la
importancia de este proceso suma­mente trascendental y a la vez
desconocido para la mayoría.
No obstante, las señales se encuentran también más allá de los
sueños.

41
Génesis 41, 1-36. 1 Aconteció que el faraón tuvo un sueño: Se encontraba a orillas del Nilo 2
y vio salir del río siete vacas, hermosas y gordas, que iban pastando entre los juncos. 3 Detrás de
ellas salieron otras siete feas y flacas, que se quedaron al lado de las primeras, en la orilla del río. 4
Las vacas feas y flacas se comieron a las siete vacas hermosas y gordas. En ese momento el faraón
se despertó…”

59
Del silencio al verbo

“El silencio que Dios fecunda, no es el de aquel que está callado,


sino el de aquel que está a la escucha”.

Mamerto Menapace, monje y escritor argentino

L a soledad es una gracia, la soledad es una capacidad, la soledad es una


aptitud.
Existe una soledad que rehuimos y una soledad que buscamos.
Solamente cuando la deseamos y la vivimos, nos sentimos plena-
mente nosotros mismos. Este retiro interior es el campo de ex-
perimentación de la propia personalidad. El silencio derivado de
la soledad elegida, es el compañero fiel para despertar la escucha
activa que nos llevará a vivir en estado de alerta amplificando nues-
tros sentidos.
La soledad si no es impuesta, es una experiencia trascendental de
ruptura. Las decisiones importantes y profundas de la vida deberían
ir precedidas por un tiempo de soledad, por un tiempo de silencio
para escuchar.
Es conveniente disponer de un espacio y un tiempo para que
cada individuo discierna sobre la fracción de soledad y de vida en
comunidad que necesita para su salud emocional.

61
El miedo
La soledad es percibida como negativa y angustiosa generalmen-
te. No obstante, es en este tiempo preciso cuando una persona es
capaz de experimentar la dimensión de su humanidad. El silencio
invita al recogimiento y a la interiorización.
La grandeza, de una persona se mide por la capacidad de asu-
mir la soledad.42
La soledad es una oportunidad y nos proporciona el espacio
para pensar en la calidad de nuestros vínculos y la presencia de los
otros.
Así lo refiere Unamuno a través de la obra de Francesc Torralba43:
“Mi amor a la muchedumbre es lo que me lleva a la soledad, al huirla la
voy buscando. No me llames misántropo. Los misántropos buscan la sociedad y
el trato de las gentes, las necesitan para nutrir su odio. El amor puede vivir de
recuerdos y esperanzas; el odio necesita realidades presentes. Déjame, pues, que
huya de la sociedad y me refugie en el sosiego del campo, buscando en medio de
él y dentro de mi alma la compañía de las gentes”.
Dice la sabiduría griega que para alcanzar un proyecto con ar-
monía vital es necesario transitar por el camino del medio y evitar
tanto el déficit como la abundancia. La soledad es adecuada en es-
tado transitorio.
El silencio es el marco ideal para llevar a cabo con buena dispo-
sición la entrada al estado de soledad.
“Sólo callando se encuentra el instante, mientras se habla, basta con que
se diga una sola palabra, desaparece el instante, y por eso, porque no podemos
callar, es muy raro que un hombre pueda llegar a comprender debidamente la
presencia del instante y en consecuencia que lo aproveche debidamente44 “. Soren
Kierkegaard
42
TORRALBA F. “El arte de saber estar solo”. Ed. Milenio.
43
Op. Cit.
44
Op. Cit.

62
Libertad
Hay una estrecha relación entre soledad y libertad. La soledad
buscada es un acto libre, intencional y consciente, es la raíz de la
libertad. Uno se sabrá libre y capaz en la medida que sea generador
de sus propios pensamientos. Para ello habrá de abrir una brecha y
distanciarse del criterio de los demás.
La experiencia de la soledad y silencio es el campo donde se
cultivará un próspero camino de introspección que ya no tendrá
final. No habiendo lugar a las simulaciones; se precipitaran y lan-
guidecerán las falsas máscaras que dará como resultado el inicio de
un camino de transparencia y claridad.
Las señales no serán percibidas sin la práctica de la “escucha
activa”, y para ello la praxis del silencio será esencial, acción que se
alcanzará recostándonos en el regazo de la soledad aprobada. Este
será un instrumento fundamental.

63
SEGUNDA PARTE
A-beja
A
B-UITRE
A B EJA

Símbolo de disciplina, orden y laboriosidad en la mayoría de las


culturas. El hecho que este insecto tenga un proceder jerárquico y
como autoridad principal a la reina, la convirtió en un símbolo mo-
nárquico. Es muy posible que la flor de lis que representó a muchas
monarquías tuviera su origen en la imagen de la abeja.

Para los griegos representaba los atributos de Deméter, diosa de


la naturaleza y de sus grandes ciclos. En Egipto simbolizaba el alma
de los muertos y la conexión con el más allá.

Durante el renacimiento fue símbolo de los ciclos naturales,


dado que las abejas desaparecen en invierno y reaparecen en pri-
mavera.

En el cristianismo es emblema del Espíritu Santo y de la Virgen


María. Los atributos de inmortalidad, renacimiento, pureza y amor
condujeron a asociar a la abeja con el mismo Cristo.

69
ÁGUILA

Se le considera universalmente símbolo celeste y solar a la vez.


Reina de las aves y por extensión símbolo general de todas ellas,
siendo a la vez él de los estados espirituales superiores.

Su identificación con el sol, fuente y radiación de la luz, es esen-


cial para los indios de América del Norte, que llevan plumas de
águila en sus abalorios. Las plumas y el silbato fabricado con sus
huesos son utilizados durante la danza del Sol.

Comparten simbología con los aztecas. En el Japón, el kami


cuyo mensajero es un águila se denomina Águila del Sol celeste.

70
Símbolo de contemplación en el evangelio de san Juan. Ciertas
obras de arte de la Edad Media identifican esta ave con el Cristo y
la ascensión.

En su aspecto negativo, como ocurre con cierta frecuencia, se


invierte la simbología del Cristo y la convierten en imagen del Anti-
cristo, siendo ahora una rapaz cruel y símbolo de orgullo y opresión.

En el arte de las mancias se interpretaba el vuelo de las águilas


para percibir las voluntades divinas. En la cultura germano-céltica,
es esencialmente la mensajera de la voluntad de lo alto.

Según algunas tradiciones, el águila posee poder de rejuveneci-


miento. Se dice que esta se expone al sol y cuando su plumaje ha
absorbido gran cantidad de calor, se sumerge dentro de un agua y
vuelve a encontrar así una nueva juventud. Esta acción la podemos
comparar con la iniciación en la alquimia, que comprende el proce-
so del rito de paso por el fuego y por el agua.

Ave solar con una vista penetrante que se compara al ojo que
todo lo ve y en consecuencia al Dios.

En las antiguas escrituras con frecuencia se le atribuye a los ánge-


les la forma del águila: “... los cuatro tenían cara de águila...” Ez 1. Y en el
Apocalipsis 4,7-8: “…El cuarto ser viviente es como un águila en pleno vuelo…”

ALCE

Simboliza la resistencia. En la lucha por la supervivencia entre


sus depredadores y controlando el ritmo de sus movimientos, ad-
quiere más resistencia.

71
Nos alienta a continuar sin prisa pero sin pausa. Puede que no
sea el primero en llegar al objetivo, pero llegará sin haberse agotado.

ARAÑA

En la India, la araña es considerada como un importante símbo-


lo cosmológico fundamentado en la disposición de su tela, el lugar
que en ella ocupa, y en el hecho de que en su elaboración utiliza su
propia substancia.
La forma radiada de la tela simboliza el sol del que emana sus
rayos. Se le atribuye un simbolismo solar.
Los Upanishad45 visionan la araña elevándose con la ayuda de su
hilo y alcanzando así la libertad. El hilo es el medio y soporte para la
realización espiritual. El hilo que ella extrae de sí misma hace una ana-
logía al árbol cósmico, a la escala de Jacob, el pasaje de la tierra al cielo.
La araña desempeña un papel demiúrgico46 para numerosas po-
blaciones. Entre algunos pueblos del África, la araña Anansé prepa-
ra la materia de los primeros hombres; crea el sol, la luna y las es-
trellas. Luego el dios del cielo, Nyamé, insufla la vida en el hombre.
En la leyenda griega, la araña es castigada por rivalizar con Ate-
nea. Aracne47, joven que teje y borda maravillosos tapices, adquiere
su reputación por haber sido alumna de Atenea, y ella pretende no
45
Upanishad designa a cada uno de los más de 200 libros sagrados hinduistas escritos en idioma
sánscrito entre el siglo VII a. C. y principios del siglo XX d. C.
46
El demiurgo (en griego: Δημιουργός , Dēmiurgos), en la filosofía gnóstica, es la entidad que
sin ser necesariamente creadora es impulsora del universo. También es considerado un semidiós
creador del Mundo.
47
En la mitología grecorromana, Aracne (en griego antiguo ἀράχνη, ‘araña’) fue una gran tejedora
que alardeó de ser más habilidosa que la divina Minerva, equivalente romana de Palas Atenea,
diosa de la artesanía. Minerva, ofendida, entró en competición con Aracne, pero, según cuenta
Ovidio, no pudo superarla. Además, el tema elegido por Aracne, los amores de los dioses, fue
ofensivo, y Minerva la transformó en una araña.

72
deber su talento más que a sí misma. Desafía a la diosa, que furiosa
desgarra la tapicería y golpea a su rival. Aracne se ahorca; pero la
diosa no le permite morir y la transforma en una araña, que conti-
núa tejiendo su hilo.

La araña Mígala, en África, para las poblaciones del Camerún ha


recibido del cielo el privilegio de descifrar el porvenir y es el símbo-
lo del poder de adivinación.

La mántica por la araña fue practicada en el antiguo imperio inca


del Perú. El adivino destapaba una vasija donde mantenían la araña,
si alguna de sus patas no estaba doblada, el augurio era negativo.

En Asia central y Siberia representa el alma liberada del cuerpo.

Simboliza también un grado superior de iniciación en algunas


tribus, grado de interioridad y meditativo.

La creación cosmogónica se simboliza por el acto de tejer, esto


supone un tejedor que permanezca continuamente en relación con
su obra, la cual depende de él. En la India se alude al Tejedor pri-
mordial y a la Araña cósmica.

ARDILLA

Ardilla…has recogido
Nueces a docenas
Prediciendo exactamente
Si más precisarás.
Enséñame a tomar
Solo lo necesario
Confiando en el gran Misterio
Que coseche lo sembrado 48
48
La Rueda Medicinal – Jamie Sams y David Carson. Ed. Integral.

73
De naturaleza diversa y comportamiento energético, su simbo-
logía enseña a guardar para tiempos futuros. Estar preparado
para cualquier circunstancia, respetar el futuro y sus cambios.
Aligera carga si has reunido demasiado. Entender el equili-
brio de reunir es hacer circular lo acumulado.

ASNO

Animal de simbología contradictoria. La mitología y el sim-


bolismo comparado de las religiones nos indica que el asno
ha sido concebido, casi universalmente, como signo o emble-
ma de la oscuridad, de lo sombrío, de lo satánico incluso. No
obstante, como casi todo símbolo arquetípico es de naturaleza
dual, el asno muestra también un aspecto benéfico y luminoso.
En el arte romano, en sentido negativo puede simbolizar
la estupidez o tozudez, mientras que en el Medioevo aparece
como emblema de humildad, paciencia y coraje.
En China es la montura de los Inmortales, y en la historia
de la burra de Balaam del Antiguo Testamento simboliza el
Conocimiento Iniciático.
En los cultos apolíneos de Delfos al asno se le reconoce
como animal sagrado y era sacrificado en el transcurso de sus
ritos.
Píndaro nos describe cómo los hiperbóreos sacrificaban as-
nos en honor a Apolo.
El asno sintetizaba para los godos, recién cristianizados, la
representación de estas antiguas divinidades y la del Cristo al
que honraban.

74
Jung lo define como DEAMON TRINUS, trinidad Ctónica49
que en alquimia se representa como monstruo de 3 cabezas, repre-
sentado por Mercurio, sol y azufre o los tres principios materiales.
La misma simbología se empleará para el burro.

AVESTRUZ

La pluma de Maat, diosa de la verdad y la justicia, es uno de los sím-


bolos más característicos asociados a la avestruz. Alegoría de la justicia.
Altos magistrados y faraones hacían construir abanicos con las
plumas de este animal.
Más tarde los cristianos y musulmanes egipcios recreaban re-
presentaciones de avestruces en sus templos como símbolo de re-
surrección. Es posible que fuera una reminiscencia del primigenio
significado de la pluma de Maat, que fue el contrapeso utilizado
para pesar el alma de los difuntos en el tribunal de Osiris.
La concepción conocida como el huevo del Mundo y alegoría de la
entrada de la vida en lo creado, se le atribuye también al huevo de aves-
truz, puesto que pone el más grande y perfecto de entre todos ellos.
En Asia se considera su orina elemento sagrado, y se reverencia
al avestruz entendiendo que es la única de todas las aves que tiene
la facultad de orinar.

AVISPA

Considerada por la mayoría de las culturas como la antítesis de


la abeja. Es símbolo de la malignidad. Cuando clava su aguijón en
49
En mitología y religión el término ctónico (del griego antiguo χθόνιος khthónios, ‘pertenecien-
te a la tierra’, ‘de tierra’) designa o hace referencia a los dioses o espíritus del inframundo, por
oposición a las deidades celestes. De la tierra o debajo de la tierra, representado este término por
dios infernales y carnales como eran Set, Pan, Baco y Dionisio. A veces también se los denomina
telúricos (del latín tellus). .

75
otro ser vivo, queda incrustado en el interior de la víctima, hecho
que provocará su propia muerte al quedar desposeída de esta parte
de su estructura biológica.
En la tradición hindú, es considerado un animal innoble.

BALLENA

Según la tradición de los nativos americanos la ballena atesora


la historia de la tierra. Es muy probable que viviera en tierra firme
hace millones de años.
El lenguaje de la ballena está revestido de un talento musical,
hasta el punto que un grupo de ballenas de la misma población
entonan una misma melodía, estando el canto no exento de impro-
visaciones durante la interpretación. Abarca el periodo del celo en
todas las especies y luego un ciclo de casi absoluto silencio.
En la India es el pez que guía al Arca sobre las aguas durante el
gran diluvio.
En el mito de Jonás, la entrada al interior de la ballena es la
entrada a un periodo de oscuridad intermedia entre dos estados
existenciales, según René Guenón50[49].

BUEY

Espíritu de sacrificio, paciencia y trabajo. Signo lunar en oposi-


ción al león que es de signo solar. En Grecia y Roma es símbolo de
agricultura.
Para los griegos el buey es un animal sagrado y consagrado a los
dioses.
50
René Guénon o Abd al-Wâhid Yahyâ, nacido en El Cairo (1886—1951) fue matemático, filósofo
y metafísico.

76
En gran parte de África el buey es un animal sagrado ofrecido
en sacrificio y ligado a todos los ritos de labor y fecundación de la
tierra.

En uno de los doce trabajos de Herakles o Hércules hallamos


“Los Bueyes de Gerión”, como el símbolo vinculado a las fuerzas
existentes del pasado que reflejan la semilla primitiva que esculpió
y acuño la huella.

Dionisio Areopagita argumenta la mística del buey como la fi-


gura que marca la fuerza y la potencia, el poder de abrir surcos
intelectuales para recibir las lluvias fecundas del cielo.

77
BÚFALO

El Búfalo fue la mayor fuente de sustento de los pobladores de


las praderas. Proporcionaba carne para alimentarse, pieles para ves-
tirse, cálidos mantos de piel de búfalo para pasar los fríos y largos
inviernos y pezuñas para hacer pegamento.

Para ellos el símbolo del Búfalo es la oración, la gratitud y el


elogio por lo recibido.

BÚHO - LECHUZA

Estos animales nocturnos destacan por su capacidad para ver


en la oscuridad, por su quietud y su aspecto reflexivo. Todo ello
provocó que se los tomara por símbolo de sabiduría, dedicación
intelectual y conocimiento.

Esta concepción aparece sobretodo en la cultura griega, donde


la lechuza es el emblema de Atenea, diosa de las ciencias.

En el cristianismo se recurrió ocasionalmente a estos sentidos,


haciendo también de estas aves nocturnas una evocación del cono-
cimiento que infunde el Cristo, la alegoría del poder de ver en mitad
de las tinieblas.

En oposición, el carácter nocturno de la Lechuza y el Búho


constituyó en Egipto, en la India y entre los aztecas un símbolo de
oscuridad, tinieblas y muerte.

BUITRE

En la India el buitre aparece como una señal de fuerzas espiri-


tuales protectoras sustitutoria de la figura de los padres.

78
En Egipto se le relaciona con la figura de la madre por el hecho
de nutrirse de cadáveres de la madre naturaleza.
Al tomar como alimento la carroña se le puede considerar como
agente regenerador de las fuerzas vitales que están contenidas en la
descomposición orgánica, así como purificador que asegura el ciclo
de la renovación transmutando la muerte en nueva vida.
La diosa buitre egipcia Nekhbet, era según las creencias popula-
res, la protectora de los nacimientos.
El buitre es además en las tradiciones grecorromanas un pájaro
adivinatorio. Ave consagrada a Apolo, porque su vuelo, al igual que
el del cisne, el del milano o el del cuervo ofrece presagios. Remo ve
seis buitres y Rómulo doce, cuando instalados el uno sobre el Pala-
tino y el otro sobre el Aventino interrogan al cielo para saber dónde
construir la ciudad Roma.

BURRO (Buscar ASNO)

79
C-ABALLO
A
D-ELFÍN
CABALLO

El caballo aparece en prácticamente todos los documentos mi-


tológicos y en la mayoría de las leyendas.
El caballo de ocho patas del dios Odín en las leyendas nórdicas,
los corceles del dios del Sol hindú en oriente, y los corceles de Apo-
lo en Grecia, son solo algunos de los ejemplos de historias antiguas
donde el caballo es el actor. Este animal es un símbolo de lealtad y
devoción, de amor y fe incuestionables hacia su amo.
Es también símbolo del espíritu del guerrero en su viaje metafí-
sico y guía para la superación de obstáculos.
En la mitología griega, se asociaba a Apolo, Poseidón, Hades y
a Deméter. Está el corcel unido a los elementos, entre ellos al aire
(Pegaso), al agua (caballito de mar o Hipocampo) y a la tierra (De-
méter diosa del cereal y gran madre).
En su aspecto negativo el caballo negro es presagio del mal
agüero, representa la muerte y el caos a diferencia del blanco, que se

83
asocia al sol y la velocidad de pensamiento y la sabiduría. El caballo
negro se asocia a la luna y sus jinetes son los dioses marinos que
representan las primordiales aguas caóticas.
Cabalgar al caballo es la representación de la capacidad humana
de controlar sus instintos y bajas pasiones.

84
CABALLITO DE MAR O HIPOCAMPO

Tras la puesta de la hembra, el macho es el que fecundará los


huevos y los custodiará durante todo el proceso, será una celosa
vela hasta el final.
El caballito de Mar, está asociado a diversas virtudes curativas.
En Grecia, Dioscórides, Plinio y Galeno, nos refieren sobre estas
cualidades provenientes del polvo de caballo marino. Se intuía que
poseía el don de alejar la enfermedad de los hombres, y se reali-
zaban con su imagen diferentes tipos de amuletos, sobre todo en
metal.
Entre los fenicios se acuñaron monedas llevando el Hipocampo
en sus lomos al dios Melkart, tomando así la simbología de arque-
tipo salvador.
En el cristianismo goza de atribuciones sanadoras.

85
CABRA

En la India, es el símbolo de la substancia primordial no mani-


festada, la Madre del mundo, Prakriti. Los tres colores que se le atri-
buyen, el blanco, el rojo y el negro, corresponden a los tres gunas, o
cualidades primordiales: sattva, rajas y lamas.
En algunos pueblos de China relacionan la cabra con el dios del
rayo. La misma relación entre el rayo y la cabra la encontramos en
el Tíbet.
Entre los griegos simboliza el relámpago, la estrella de la Cabra,
en la constelación del Auriga, anuncia la tempestad y la lluvia.

CAMELLO

Símbolo de la templanza, gracias a él se puede atravesar el desier-


to; es pues la representación de aquello alcanzable que se encuentra
al final del trayecto. Es gracias al camello, que se puede alcanzar el
centro escondido, la esencia divina.
En la iconografía cristiana, en el relato de la representación de
la adoración de los Magos al Cristo, estos son conducidos hasta el
lugar por sendos camellos.

CANGREJO

El cangrejo es un símbolo lunar. Su imagen estaba asociada a la


de la luna. De la misma forma descubrimos representado el can-
grejo de río.
En el Siam es utilizado durante los ritos de obtención de lluvia.

86
Este animal se asocia al signo astrológico de la constelación de cán-
cer, al fertilizante poder del agua y a las tendencias del inconsciente.
En el arte machica de África, el cangrejo figura ornamentando
ciertas estatuas y simboliza la maldad o el demonio del mal.

CARACOL

En el siglo VI a.C., Teognis enseña la Palingenesia51 asegurando


que el alma perdida se recuperará algún día.
El caracol formó parte de los ritos funerarios del cristianismo
como idea de resurrección, colocando conchas de caracol y a veces
también marinas en las tumbas de sus mártires. Idea que continúa
durante toda la Edad Media, así queda manifestada la abundante
iconografía y los grabados en lugares de culto cristianos.
En el sistema jeroglífico egipcio se asocia a la espiral microcós-
mica en su acción sobre la materia, simbolizando el ciclo de naci-
miento-muerte-renacimiento, al igual que todos los elementos don-
de se da en la naturaleza esta misma estructura en forma de hélix.

CERDO

En la antigüedad se realizaban amuletos con representaciones de


este animal debido a sus excelencias y al provecho de su totalidad.
En la cultura grecolatina fue consagrado a diosas como Demé-
ter, representando los ciclos de la naturaleza.
En Egipto se desarrolló una simbología negativa por su aso-
ciación al dios Seth y por las “ociosas” costumbres del cerdo de
51
Del griego palin (de nuevo) y génesis (nacer). Doctrina que propone que cada ser vivo cumple
un ciclo de existencia, comprendido desde el nacimiento pasando por la muerte hasta la reencar-
nación.

87
revolcarse por el fango, así como por su tipo de alimentación que
consiste en ingerir cualquier tipo de elemento comestible que caiga
en sus fauces. Todo ello contribuyó a identificarlo con la lujuria y
la gula.
Simboliza en muchas culturas la involución, es decir, la transfor-
mación de lo superior en lo inferior.

CIEMPIÉS O ESCOLOPENDRA

El ciempiés es un artrópodo que se caracteriza por tener un ele-


vado número de patas —dos por anillo— y unas pinzas venenosas
detrás de la cabeza y la cola. Con más de 2.000 especies de ciempiés,
la escolopendra es con toda posibilidad el tipo de ciempiés que rela-
cionaron los egipcios con ciertos aspectos de la divinidad.
Algunos aspectos que se le atribuyen son el movimiento y la
rapidez.
Animal íntimamente unido al interior de la tierra, desde perio-
dos muy tempranos se le consideró emblema del dios Osiris. Am-
bos con características ctónicas y relacionados con las necrópolis.
Al igual que otros animales nocivos se le vinculó con la magia y
se consideró que podía curar y proteger de las picaduras al que lo
poseyera.
El King Mukade es un ciempiés venenoso que habita en Japón y
al que sus habitantes lo identifican con la Oscuridad y el Mal.

CIERVO - CORZO

Se halla ligado al árbol de la vida por la semejanza de su cor-


namenta con la de las ramas. Es símbolo de la renovación y creci-

88
miento cíclico. El ciervo se le estima en íntima relación con el cielo
y la luz.
En ambos lados del puente de la muerte y de la resurrección (Vía
Láctea), aparecen entre otros animales, los ciervos, como mediado-
res entre el cielo y la tierra.
En el periodo medieval, la vía de la soledad y pureza fue sim-
bolizada con frecuencia por el ciervo. También considerado como
animal de gran elevación.
Entre los griegos y los romanos se le reconocieron ciertas cuali-
dades místicas y una sabiduría instintiva para el reconocimiento de
las plantas medicinales. En algunos antiguos bestiarios se dice que:
“El ciervo conoce el díctamo”52
Comparte junto con la serpiente, el mismo atributo regenerador,
dado que en la primavera nuevos brotes de su cornamenta volverán
a nacer.
Simbólicamente se le atribuye el papel de mensajero de los dio-
ses.

CIGÜEÑA

Plutarco53 nos habla de la veneración del pueblo Tesálico por


estas aves, hasta el punto de aplicar la pena de muerte a aquel que
osara matar una de ellas.
Plinio54 confirma este hecho.
52
El díctamo es una yerba muy fragante que nace en lo alto de los páramos andinos. Entre los in-
dios es una planta sagrada, a la cual atribuyen la virtud de prolongar la vida. Manojitos de díctamo
que las parameñas venden en el mercado, aunque se dice que no es el verdadero, sino una planta
semejante, ya que su existencia está envuelta en el misterio y se dice que sólo los venados dan con
él en la soledad de los páramos, a la hora en que el sol baña de rojo las escarpadas rocas.
53
PLUTARCO. Isis y Osiris.
54
PLINIO. Historia Natural

89
En la India, China y Japón es uno de los animales más reveren-
ciados. Montada sobre una tortuga representa la longevidad.
Ave consagrada a Juno en alegoría a la piedad filial. Emparenta-
da simbólicamente con la garza i el ibis que son aves destructoras
de serpientes están simbolizadas todas ellas como defensoras del
mal.
En extremo Oriente es símbolo de longevidad y de inmortalida-
des en algunos lugares.
La simbología precristiana nos habla de la bondad y sobre todo
de la “Piedad Filial” en reconocimiento al acto de alimentar a sus
mayores cuando estos envejecen, calentándolos dulcemente y qui-
tándoles las viejas plumas.

CISNE

En la arqueología prehistórica, tallados en bronce, encontramos


el cuello y la cabeza del cisne en las embarcaciones de los países
nórdicos de Finlandia, Escandinavia y Dinamarca, como signo de
esplendor, semejante al dios Sol.
En el antiguo Egipto es “El pájaro del Nilo” que incuba el “hue-
vo del mundo”.
Entre los celtas simboliza estados superiores del Ser en proceso
de liberación.
En la mitología grecolatina aparece el cisne en diferentes epope-
yas como símbolo de glorificación tanto de dioses como de héroes.
Animal consagrado a Apolo como Dios de la música, de lo que se
deriva el mito donde cuentan que poco antes morir el cisne entona-
ba un dulce canto.
En la alquimia se identifica con el “Mercurio filosófico”, el cen-
tro de la unión de los contrarios.

90
Para el arte cristiano es signo de pureza, austeridad y castidad,
recogido en los diferentes objetos litúrgicos así como en sellos y
esculturas. Localizado en la parroquia de Brageac (Cantal) desde
1886, se halla un saquito eucarístico de la época bizantina conocido
con el nombre de “Bolsa de San Tillo”, bordada en oro y grabada
con perlas con la imagen de un cisne incrustada en el interior de un
círculo.
Es también representación del Cristo que conduce las almas a
la salvación.
No obstante queremos apuntar que algunos simbolistas cristia-
nos de la edad media y renacimiento, atribuyen al cisne aspectos
lujuriosos, quizá olvidando que la “Afrodita” de los griegos monta-
ba sobre un cisne, con la certera y noble intención de inspirar a los
hombres el puro amor a la Divinidad.

COCODRILO

Símbolo de contradicción, nos muestra los dos aspectos elemen-


tales del agua, la agresividad y el poder destructor. Según los egip-
cios simboliza la furia y la maldad. El cocodrilo pertenece al reino
intermedio agua/tierra, mostrándonos una vez más ese doble cariz
de fuerza y fecundidad.
En el antiguo México la tierra nace de un cocodrilo
En la mitología egipcia este animal engulle las almas que no pue-
den justificarse. En la Biblia se le reconoce con el nombre de Le-
viatán y es descrito como uno de los monstruos del caos primitivo.
En el ámbito de la psicología se le asocia con la oscuridad surgi-
da del inconsciente colectivo.

91
COLIBRÍ

En la cultura Maya, el colibrí se conecta con el Sol Negro y el


Quinto Mundo, y enseña a resolver el enigma de la contradicción
de la dualidad.
En algunas culturas atribuían cualidades mágicas a sus plumas y
con ellas se fabricaban amuletos.
Entre los aztecas se afirmaba que las almas de los guerreros
muertos volvían a la tierra en forma de colibrí, siendo considerado
pues como el iniciador-creador del calor solar.
Para los indios Hopi de Arizona, emparentados lingüísticamen-
te con los aztecas, el colibrí aparece como intercesor que salva la
humanidad de la hambruna, interviniendo junto al dios de la ger-
minación.
El colibrí se considera emblema de la alegría. Según el mito nor-
teamericano, se trata del pájaro de la verdad, que representa la be-
lleza, la armonía y el gozo.
Este pequeño animal, representa el coraje que se requiere para
embarcarse en el viaje épico del héroe.
El colibrí simboliza la juventud y la renovación. Joven guerrero
del sol, mensajero de los dioses. Es la única criatura capaz de parar
en pleno vuelo mientras viaja a grandes velocidades. Puede flotar,
avanzar, retroceder, subir y bajar. Su larga lengua con la que liba las
flores, le permite “pasar por alto la capa exterior, a menudo dura y amarga,
y encontrar los tesoros escondidos bajo la superficie”.

CONEJO

Según los indios de América, el conejo es la representación del


miedo. Según cuenta la leyenda, les grita a sus enemigos creyendo

92
que así huirán y al gritar los pone en alerta y los atrae, siendo presa
finalmente de aquel a quien quería evitar. Aquello que resiste persistirá
y lo que temes será.
Su simbología es asociada a la luna. En algunas tribus sudafrica-
nas el conejo es quemado para poner fin a un prolongado periodo
de lluvias.
Entre los indios Cherokees este animal es considerado tabú. Se
cree que si un guerrero lo come se vuelve miedoso y desconcertado
igual que un conejo. Sin embargo, los sioux lo consideran figura
heroica e inteligente, siendo para ellos símbolo de la estrella fugaz.

CORDERO - CARNERO

La oveja o cordero es símbolo de ingenuidad y desamparo frente a


los enemigos. Agrupada en rebaño, adquiere el significado del grupo,
obediente y dócil, que se somete a la autoridad de un superior.
Para el Cristianismo, es sinónimo de Jesús; quién encarna al
“Cordero de Dios” que, simbólicamente, quita el pecado del mun-
do y que, con su sacrificio, redime al género humano. Wilpert55 in-
terpreta el significado del cordero sobre los hombros del “Buen
Pastor” cómo un símbolo del alma de los difuntos llevada por el
Señor al cielo; mientras que las dos ovejas que acompañan al Pastor
representan los santos que ya gozan de la felicidad eterna.
También en el cristianismo primitivo se relaciona a Jesús como
símbolo del cordero. Recogido en una profecía del Antiguo Testa-
mento hallamos el anuncio de un Mesías:
“Como oveja al matadero fue llevado; y como cordero mudo delante del que
lo trasquila, ni siquiera abre la boca.” Isaías 53,7.
En mitología clásica es el vellocino de oro que Jasón tiene que
buscar en la Cólquide. La historia cuenta que el rey griego Ata-
55
Joseph Wilpert (1856 — 1944) sacerdote y arqueólogo especialmente conocido por sus trabajos
en la catalogación en las catacumbas de Roma.

93
mante unido a Nefele tuvo dos hijos, Frixo y Helle. El rey repudia
a su esposa y se casa con Ino, hija del rey Tebas. Con ella tuvo dos
hijos más a los cuales quería ceder el trono. Para ello urdió un plan
y Frixo, el primogénito de Nefele, fue acusado falsamente y conde-
nado a muerte. Justo en el momento de ser sacrificado Hermes lo
salvó mandándole un carnero con la piel de oro a lomos del cual
escapó con su hermana Helle. En la huida ella cayó al mar y se aho-
gó; Frixo alcanzó tierra en Cólquide y su rey Eetes le ofreció a su
hija en matrimonio. En gratitud sacrificó el carnero a Zeus (Theos),
imagen que luego colocó en el firmamento56.
La imagen que se repite desde diferentes culturas es la idea del
sacrificio, entendido éste como símbolo de renuncia a los lazos te-
rrenales por amor al espíritu o a la divinidad, siempre de forma
simbólica y nunca literal.
Tomamos a modo de ejemplo la escena de Mithra sacrificando
un toro. Este acto se interpreta desde la escuela de Jung, como un
símbolo de la victoria de la naturaleza espiritual y divina del hombre
sobre su animalidad.

56
GR AVES Robert. El vellocino de oro. Barcelona, Edhasa.

94
CORZO (Buscar CIERVO)

CRISÁLIDA

La crisálida precede a la mariposa, solo cambia el aspecto. Cuan-


do el alma abandona el cuerpo se asemeja a la mariposa ya trans-
formada. Es símbolo de regeneración, transformación y metamor-
fosis. En definitiva, es la muerte en espera de la resurrección de la
materia ya transformada y pasada por el crisol.

CUCO (ave)

Es la antítesis de la gallina como emblema de la maternidad. El


Cuco no construye nido, utiliza el de otra especie, siempre de me-
nor tamaño que el suyo.
Al llegar a un nido ajeno, la hembra de Cuco coge con el pico
uno de los huevos existentes y deposita el suyo en un tiempo ex-
traordinariamente corto, unos 8-11 segundos. El que extrae para
colocar el suyo es retirado y llevado lejos. En ocasiones se lo come
allí mismo. Cada hembra de Cuco parasita la especie de huésped
por la que ella fue criada. Una vez puesto el huevo se desentien-
de completamente de él. Cuando el anfitrión nace, en ese mismo
instante saca del nido los polluelos legítimos según van naciendo,
hasta quedar solo él. La hembra propietaria del nido, no se dará
cuenta del cambio y alimentará al impostor como si del propio se
tratara.
La verdadera madre, se desprende de sus hijos, símbolo del
abandono maternal.

95
CUERVO

La tradición de los indios norteamericanos nos dice del Cuervo


que su magia es una medicina poderosa que puede dar valor para
adentrarse en la oscuridad del vacío, que es la morada de todo lo
que no tiene forma aún. El gran espíritu vive dentro del vacío y
surgió del Gran Misterio. El cuervo es el mensajero del vacío.
El mismo significado le es atribuido por celtas y germanos. En
las culturas clásicas pierde parte de su significación pero se man-
tiene y realza su simbolismo místico, atribuyéndosele un instinto
especial para predecir el futuro, siendo así que sus graznidos eran
utilizados en ritos de adivinación.
En el cristianismo es símbolo de soledad o más bien del aisla-
miento voluntario del que ha decidido vivir en un plano superior.
En alquimia se recobra parte de su significación primitiva, y nos
hace partícipes del emblema del nigredo o estado inicial o calidad de
primera materia.
El cuervo es en el Japón un mensajero divino y fue para los Tchen
el pájaro de buen agüero, anunciador de sus triunfos y signo de su vir-
tud. En la China es un pájaro solar. Son diez los cuervos que tomaron
el vuelo del moral del Levante para llevar la luz al mundo.
En Grecia el cuervo estaba consagrado a Apolo. Son cuervos los
que determinaron el emplazamiento del omphalos de Delfos, según
Estrabón; águilas, según Píndaro; cisnes, según Plutarco. Estos tres
pájaros tienen en común el hecho de que desempeñan el papel de
mensajeros de los dioses y cumplen funciones proféticas.

DELFIN

Del griego “delphis” “espíritu del mar”. Sus cualidades de cria-


tura veloz, inteligente y amigable quedarían incluidas en los relatos

96
míticos de la Antigüedad, pues lo tomaron como a un animal rela-
cionado con la divinidad, simbolizando también el conocimiento.
Su inteligencia hizo que se convirtiera en atributo de varios dioses:
Afrodita, Poseidón, Dionisos, etc. Su prestigio influyó también en
el cristianismo como conductor de las almas de los elegidos.
Cuando dos delfines o figuras de peces se hallan en la misma
dirección puede tener un valor relacionado con la simetría bilateral
y simboliza el equilibrio de fuerzas iguales.
La disposición en forma inversa, con un delfín hacia arriba y otro
hacia abajo, simboliza la doble corriente cósmica de la evolución/
involución. La figura del Delfín está asociada al ancla, cuyo signifi-
cado es ejecutar las acciones con presteza, acción que se representa
con “la imagen del Delfín”, pero sin perder la calma representado
con “la imagen del ancla”. De ahí la famosa frase del emperador
Augusto “apresúrate con calma”.

97
E-LEFANTE
A
F-OCA
ELEFANTE

Este animal, sagrado en algunas culturas, es de gran complejidad


ya que posee diferentes simbologías según las culturas y civiliza-
ciones. En sentido universal es un símbolo de la fuerza, potencia y
templanza. En la India es emblema de la fuerza y el poder real. Es
en esta cultura que adquiere mayor fuerza su imagen como alegoría.
Por ese motivo se convierte en la montura de varios dioses hindúes
como Indra, el rey celeste.
En Occidente es el emblema de las virtudes de sabiduría, me-
sura, castidad y templanza ya que su actitud de continencia sexual
en los dos años que dura su embarazo, ha hecho de él un símbolo
único en este sentido.
En África se le adora como representante de la fuerza, prospe-
ridad y larga vida.

101
ERIZO

En Mesopotamia aparece como emblema del fuego y en algunas


tribus de África está asociado con el Sol. Pudiera deberse al aspecto
que adopta este animal al ser erizadas sus púas ante un peligro, to-
mando la imagen de los rayos del Sol al hacerse un ovillo.
El erizo, también llamado “huevo de serpiente” en la tradición cél-
tica es uno de los símbolos de la fuerza vital y del germen primordial.
No así, en el cristianismo de la Edad Media se lo relacionó con
algunos de los pecados capitales, sobre todo la avaricia y la gula.
Esta asociación procede de la acción de revolcarse sobre los frutos
que encuentra en el bosque. Frutos que más tarde recolectará y
amontonará dentro de su madriguera.

102
ESCARABAJO

En el antiguo Egipto y China, se le reconoce como símbolo so-


lar y de resurrección.
Su simbolismo proviene esencialmente de la costumbre del es-
carabajo pelotero, que hace rodar su bola, siendo emblema del hue-
vo del mundo, de donde nacerá más tarde la vida o manifestación
organizada. Es la hembra la que más tarde pondrá sus huevos en
el interior de la bola, hecho que provocará con el tiempo creencias
como la qué el escarabajo se engendraba a sí mismo.
En las tradiciones mayas, el escarabajo aparece como el lodo de
la tierra, en el sentido material, llamado a convertirse en divinidad.

103
ESCORPIÓN

Signo de muerte y destrucción, asociado a Plutón, señor del in-


framundo.
En el cristianismo es emblema de la traición sufrida por el Cristo
en la personificación del apóstol Judas.
En África se evita pronunciar su nombre como una fórmula
para ahuyentar el mal.

FELINO (Buscar PANTERA)

FOCA

En psicología es la representación de la parte no consciente o


sumergida.
Es emblema de la virginidad, no como resultado de un estado
superior, sino procedente del miedo a darse. Por este motivo cuen-
tan las leyendas griegas que las ninfas perseguidas por los dioses se
transformaban en focas, perdiendo así la motivación de la persecu-
ción.

104
G-ALLINA
A
H-ORMIGA
GALLINA

Gallinas de terracota galorromanas, figuras de bronce en Ate-


nas, monedas griegas con su imagen y víctimas de sacrificios en la
antigüedad, tuvo este animal un gran protagonismo en diferentes
lugares y momentos de la historia.
La gallina está considerado símbolo de prosperidad doméstica
y emblema familiar del alma humana. Ningún animal se conmueve
tanto de compasión hacia sus polluelos como ella, hasta el punto
de erizar todo su cuerpo y sus plumas, la voz le ronquea y abre sus
alas para acogerlos.
En los evangelios de Lucas y Mateo hacen mención a la ternura
maternal de esta ave, evocada por Jesús a la entrada de Jerusalén.
En la Edad Media aparece adornando las paredes de diversas
catedrales.

107
GALLO

Símbolo solar, aire de la mañana. La voz del gallo es considerada


como la explosión matinal de la vida en la tierra cuando aún el día
no ha nacido, es pues icono de la vigilancia.
En alquimia se relaciona con el culto a Hermes-Mercurio. Los
caldeos creían que el gallo recibía el influjo divino de este planeta.
Durante la Edad Media, la llamada “Piedra de Capón o Capo-
neta” se conocía como la extracción de una piedra alojada en la
molleja de un capón, de la cual se decía que daba la sabiduría.
Durante la edad media fue estandarte cristiano, apareciendo en
la mayoría de las casas en forma de veleta sobre las torres y cim-
borrios de las catedrales. Alegoría de la resurrección. Simboliza el
despertar de la conciencia en primera persona, ver el Sol, la luz
primigenia. Estar despierto cuando el Cristo aparece. La parábola
de “las diez vírgenes y las lámparas de aceite57” está contenida en la
alegoría del arquetipo del gallo.
En su aspecto negativo, la representación del dios gallo en el paga-
nismo precristiano era simbolizado por el gallo como símbolo de virili-
dad y procreación, y por ese motivo se asoció con la lascivia i la lujuria.

57
Parábola descrita en la página 30.

108
GANSO (Buscar OCA)

GATO

El gato nos muestra un simbolismo ambivalente en todas las cul-


turas. Por un lado tenemos los aspectos positivos en culturas como
la egipcia donde se le atribuye a la diosa Bastet o a la divinidad
griega Artemisa, gata o mujer con cabeza de gato, representada con
la dulzura maternal, guardiana del hogar y protectora de los hijos.
En China y en otras partes de Oriente es signo de buen augurio,
al igual que para algunos de los pueblos del norte de América por
su destreza, reflexión, ingenio, observación y cautela.
Sin embargo en el mundo musulmán al gato negro se le atribu-
yen cualidades mágicas poco benéficas.
En la Edad Media cristiana se relaciona con las brujas y en Ja-
pón no importa el color, siempre son tenidos como signo de mal
presagio.

GARZA

Animal sagrado para los dioses Apolo, Atenea y Artemisa. Ado-


rada por los etruscos.
Se dice que las grullas fueron testigos del asesinato del poeta
griego Ibico en el siglo VI, y vengaron su muerte aterrorizando a
los asesinos hasta su confesión. Es símbolo pues, de justicia, sabi-
duría, longevidad.

109
GOLONDRINA

Egipto tuvo una diosa Golondrina, tal como aparece en el “Libro


de los Muertos”. Las artes religiosas egipcias hicieron de la golondrina
la imagen del alma humana que tomaba esta apariencia en el trans-
curso de transformación y resurrección, dando agilidad al alma para
desprenderse así de la carne.
En Babilonia la golondrina era un símbolo consagrado a las dio-
sas Aruru Ninmakh representando la liberación y el viaje hacia una
vida después de la muerte.
En el cristianismo, tras la muerte alegórica del invierno, la go-
londrina regresa cada año, este hecho es tomado como símbolo
de resurrección. Plinio58 nos cuenta que para curar los ojos a sus
polluelos, estos animales emplean la planta de “Savia de Oro” o
“Celidonia”59. Es pues esta planta conocida como la de las golon-
drinas y la podemos encontrar decorando numerosas catedrales,
tales como la de Reims, Amiens y Chartres entre otras.

GORRIÓN

La peculiaridad de este animal durante la época del apareamiento,


hizo que los romanos lo convirtieran en símbolo de la lujuria, puesto
que se aparean más de cuarenta veces al día durante dicha etapa.
Nos dice la leyenda que el gorrión era el guardián del fuego y
persiguió a la golondrina cuando ésta lo quiso robar para dárselo
a los hombres (Prometeo). Otras nos cuentan que el canto del go-
rrión es un acompañamiento al alma cuando ésta está en tránsito,
tanto al llegar-nacer como al partir-morir.
58
PLINIO. Historia Natural
59
Chelidonium, deriva del griego Chelidon → golondrina.

110
El gorrión es un maestro del vuelo y del camuflaje, es pura ener-
gía, se mueve en grupos y esto produce seguridad en la colectividad.

GRILLO

De gran importancia en China, representa el ciclo de la vida


y el proceso de nacimiento-muerte, debido a su metamorfosis de
huevo-larva-insecto.
En diferentes culturas es signo de buena suerte debido a su
constante canto.
En algunos lugares es apreciado por el poder de su voz con la
que producir estados inducidos de conciencia modificada.

GRULLA (Buscar GARZA)

GUSANO

Según Jung es una figura libidinal que mata en lugar de vivificar,


dado su carácter subterráneo y los estadios de disolución biológica.
Por su forma de colonización en la carne putrefacta, en muchos
países es símbolo de oscuridad.
Durante el Medioevo, se asoció a la serpiente y al diablo.

HALCÓN

La estridente llamada del Halcón penetra en el estado de la no-


conciencia y anuncia al que está dispuesto a despertar el momento
del inicio de la búsqueda interior.

111
Los ancianos indígenas de América Central reconocían en esta
ave al mensajero que traía buenas nuevas en su camino sobre la Tie-
rra. El grito del halcón señala la necesidad de agudizar la atención
para percibir el mensaje.

En la Edad Media era alegoría de mala conciencia del pecador.


En el claustro de Silos se pueden ver halcones desgarrando conejos
y liebres, al parecer con este mismo significado.

Por otro lado puede también simbolizar el triunfo sobre los ins-
tintos concupiscentes, de ahí el desgarro de la pieza.

HIENA

Animal carroñero y nocturno, se caracteriza por su voracidad,


olfato y una gran potencia en sus mandíbulas. Constituye una ale-
goría del saber y la ciencia.
Ambivalente y con contrastes, este saber adjudicado a la Hiena
no es saber real ni superior, sino profano y perteneciente a los es-
tadios inferiores.

HIPOPÓTAMO

Deidad con atributos diferentes dependiendo de si nos referi-


mos al macho o a la hembra.
La hembra de hipopótamo tenía un significado benévolo porque
se la asociaba con las diosas Tauret e Ipet, protectoras las dos de
la maternidad. El Hipopótamo macho poseía atributos malignos al
asociarlo con el temor producido por su voracidad y su agresividad,
ya que ponía en riesgo a los navegantes y destruía los cultivos.

112
HORMIGA

Según el pensamiento de los Dogón y los Bambara de Malí, la hor-


miga representa un papel importante en la organización del mundo como
principio iniciador cielo-tierra o hierogamia.

En la antigüedad se utilizaba como mancia y en muchas culturas es


emblema de laboriosidad y previsión.

Por su multiplicidad a veces se le ha querido dar un significado des-


favorable.

Para las tribus de Norteamérica, es la estrategia de la paciencia, cons-


tructora como el castor, resistente como el alce y minuciosa como el ratón.
Cada hormiga forma parte de la mente grupal, trabaja para el bien de la
colectividad y la paciencia es su “arma”.

113
I-BIS
A
J-ABALÍ
IBIS

Cuando el Ibis duerme coloca su cabeza debajo del ala adoptan-


do así la forma de un corazón.
En Egipto es relacionada con el dios de la sabiduría Thot, y más
tarde sería identificada con Hermes, dios de la mitología griega, o
Mercurio en la mitología romana, hijo de Zeus y la pléyade Maya.
En los poemas épicos atribuidos a Homero, Hermes es considera-
do como heraldo60 de los dioses.
Fue a partir del Antiguo Testamento que comenzó a adquirir
connotaciones negativas, puesto que todas las aves zancudas eran
consideradas impuras al estar únicamente sumergida en el agua
parte de sus patas y producirse entonces una incompleta purifi-
cación.

60
En la antigüedad los heraldos desempeñaban un papel importante, Homero los llama divinos,
inviolables, grandes y admirables.

117
JABALÍ

Símbolo de intrepidez rallando incluso la temeridad. En el zo-


diaco Japonés es emblema de valor.
En las leyendas célticas y galas su simbología es favorable y está
relacionada con el poder de los druidas.
El jabalí es una de las pruebas de Herakles o Hércules “El Jabalí
de Erimatea”, símbolo de las bajas pasiones no controladas por el
hombre y que deben ser conquistadas por el Héroe.
Asociado a los dioses griegos de la lujuria Eros y Dionisos, debi-
do a sus largos periodos de celo y su gran poder de fecundidad. Y al
dios de la guerra Ares en la mitología griega y Marte en la romana,
en relación a su intensa temeridad.

118
L-AGARTO
A
L-OBO
LAGARTO

Su tendencia a estar bajo el sol favoreció la imagen del alma


que busca la luz y la inmortalidad, y cuando la encuentra se queda
inmóvil largo tiempo.
En los glifos y jeroglifos egipcios el lagarto significa la benevolencia.
Durante la Edad Media, formó parte de las ornamentaciones
funerarias simbolizando la resurrección del alma, atribuyéndose a
la pérdida anual y posterior regeneración de su piel.

LECHUZA (Buscar BÚHO)

LEÓN

Símbolo de los dioses solares. Desde tiempos muy remotos se


identifica al dios Sol o deidad solar con el León, siendo símbolo de
realeza.

121
El Cristianismo hace mención de este símbolo en numerosas
ocasiones:
— No llores, mira, ha triunfado el león de la tribu de Judá, el retoño de
David. Apocalipsis 5,5.
— Él rugirá como león; rugirá y los hijos vendrán temblando
desde occidente. Oseas 11,10.
En los dos Testamentos el león es una metáfora de la Divinidad,
pero también del mal.
— “Sed sobrios, velad! Vuestro adversario, el diablo, como león rugiente,
ronda buscando a quien tragar. 1ª Pe 5,8.
En alquimia corresponde al símbolo del azufre. Al Oro se le da
el nombre de León de los metales.
Constituye la representación del rey de los animales en la Tierra,
el opuesto y a veces el equivalente del águila en el Cielo.
En la mitología, numerosas leyendas nos hablan de las pruebas
a superar y de la lucha del espíritu sobre la materia, donde diferen-
tes Héroes de la historia llevan a cabo como parte de su “Trabajo”
este tipo de odisea. Un ejemplo lo tenemos en Hércules con uno
de sus “doce trabajos”; el león es entonces uno de los obstáculos
a salvar para llegar a trascender el estadio en el que se encuentra el
protagonista.
Por su estado salvaje, el león es, según Jung, una manifestación
del inicio de las pasiones latentes y signo devorador del inconscien-
te. La simbología del acto de devorar nos indica el final de una eta-
pa, como el que la Tierra hace de cada cuerpo después de la muerte.
Es un símbolo que se pierde en la noche de los tiempos. Se en-
cuentra en las reliquias más antiguas y en todos los tratados y tem-
plos de arcaicas culturas. En definitiva, nos pone de manifiesto los
ciclos y la evolución humana. El león estará presente en el camino
evolutivo como representante de duras pruebas a superar y guarda

122
relación con una figura que se hace patente en el ser humano y que
es necesario trascender: la personalidad.

LIBÉLULA

Para los antiguos pobladores de las praderas de Norteamérica, la


libélula es la esencia de los vientos del cambio, mensajera de sabi-
duría e intercesora de la comunicación con el mundo elemental. El
espíritu de las plantas y los elementos del aire, agua, fuego y tierra.
En psicología, la libélula nos traslada a la idea de romper los
límites de las ideas y acciones.
Desde el punto de vista etimológico y simbólico no deja indife-
rente el nombre de este insecto en la lengua catalana, pues la pala-
bra libélula se anuncia como espia-dimonis (espía-demonios).

LOBO

El lobo representa al rastreador, al maestro, al precursor de las


ideas nuevas, que regresa al clan para enseñar y compartir. El lobo
se empareja de por vida y es leal. Tiene un fuerte sentido familiar
respecto a la manada y a la vez un poderoso instinto individual.
En la Gran Nación de las Estrellas, el Lobo es representado
por la estrella del Can, Sirio, cuya leyenda cuenta que fue el hogar
originario de nuestros maestros de los tiempos antiguos. Entre los
antiguos egipcios, Sirio o Sirius en su raíz del latín, es el nombre
propio de la estrella Alfa Canis Maioris, considerada el hogar de
los dioses y la tribu de los Dogones, en África, aun lo considera así.
Los nativos americanos hicieron esa misma conexión y adoptaron
al Lobo como el clan de los maestros.

123
Aullar a la luna; la luna asociada al subconsciente indica el deseo
de conexión con todo un potencial sumergido y con necesidad de
aflorar. Es lo nuevo que emerge y que ha de mostrarse.
El lobo anuncia; solo a través de la capacidad de compartir, la
conciencia se expande. Es el maestro más grande de la tribu y refie-
re que solo enseñando se aprenderá.
Para egipcios y romanos simbolizaba el valor. Y en su analo-
gía contraria, según la cosmogonía gnóstica, es considerado como
principio del mal.

124
M-ANTIS
A
N-UTRIA
MANTIS RELIGIOSA

El abrazo de la Mantis y su ritual de apareamiento acaba algunas


veces con el macho devorado en brazos de la hembra durante la
copulación.
Este acto de crueldad pasó inadvertido por los antiguos griegos
que honraron este insecto y le atribuyeron el poder de la adivi-
nación. De ahí su nombre Mantis del griego “mantis, manteo” que
quiere decir “adivino” o “profeta”.
Cuando alguien se acerca a una Mantis, ésta pliega las patas de-
lanteras uniéndolas, tomando así la apariencia del acto de pedir cle-
mencia.
Esta posición de oración fue vista por los cristianos como ima-
gen piadosa y fue designado este insecto como guía de las almas en
tránsito.

127
MARIPOSA

Es emblema del alma y de la atracción inconsciente hacia la luz o


la luminosidad. Los gnósticos representaban el Ángel de la Muerte
con un pie alado pisando una mariposa, deduciéndose de ello que
lo conceptuaban con la vida más que con la trascendencia del alma.
En el psicoanálisis su simbología se relaciona con el renacimien-
to y la resurrección. Su capacidad de transformación encarna la
metamorfosis y las potencialidades del Ser.
Entre los aztecas, la mariposa es un símbolo del alma o del alien-
to vital. Una mariposa jugando entre las flores representa el alma
de un guerrero caído en los campos, siendo semejante la asociación
con la figura del colibrí.
El dios del fuego entre los aztecas lleva en el pecho un emblema
denominado “mariposa de obsidiana”. La obsidiana es considerada
como piedra de fuego. Así mismo, el Sol en el Templo de los Gue-
rreros se ornamentaba con una imagen de mariposa.
En México la mariposa es símbolo del sol negro atravesando los
mundos subterráneos. También símbolo del fuego ctónico oculto,
ligado a la noción de sacrificio, muerte y resurrección.
En la cultura grecorromana, se le da al alma que sale del cuerpo
de los muertos la forma de una mariposa. Y sobre los frescos de
Pompeya, Psique está representada como una niña alada, semejante
a una mariposa.

MONO

En la mitología hinduista, Jánuman es una de las deidades más


importantes del panteón, donde lucha en la expedición contra el

128
ejército liderado por el demonio Rávana, poseedor de una fuerza y
poder casi ilimitados.
Por otro lado, en el antiguo Egipto el mandril era considerado
como un dios y aparecía ornamentando algunas de las tumbas de
los faraones en su consideración de Psicopompo.
En su aspecto contrario, se le asocia con Loki, dios de la mitolo-
gía nórdica, considerado un dios timador.
En los Eddas61, es descrito como el “origen del fraude”. Se le
conoció con muchos nombres, entre los que se pueden destacar:
“Herrero mentiroso”, “Cambia formas”, “Lengua de plata”, “Dios
astuto”, “Transformista”, “El astuto”, “Viajero del cielo”, “Cami-
nante del cielo”, “Mago de las mentiras”, “Dios de las travesuras”,
“Dios de la mala suerte” ,”Dios de las Mentiras” o “Dios del Caos”,
estas solo son algunas de las formas en las que se puede encontrar
el “dios” Loki.
En la iconografía cristiana lo encontramos portando un espejo
en su mano, siéndonos mostrado como la representación de las
debilidades humanas.

MOSCA

Belcebú o Beelzebub deriva etimológicamente de “Ba’al Zvuv”,


que significa “El Señor de las Moscas”. Por otro lado, el nombre
Beelzebub era usado por los hebreos como una forma de burla
hacia los adoradores de Baal, debido a que en sus templos la carne
de los sacrificios se dejaba pudrir, por lo que estos lugares estaban
infestados de moscas.
Entre los bamileké, es el símbolo de la solidaridad. En el reino
de los pequeños insectos alados, la unión hace la fuerza, ya que un
solo individuo se encuentra indefenso.
61
Colecciones de historias y recopilaciones literarias islandesas medievales que conforman la mi-
tología nórdica.

129
Para los griegos, la mosca era un animal sagrado, al cual se refie-
ren ciertos nombres de Zeus y de Apolo. Tal vez evocaba el torbe-
llino de la vida olímpica.
Se multiplican sobre la podredumbre y la descomposición,
transportan los peores gérmenes de enfermedades y desafían toda
protección.

MOSQUITO

Símbolo de la agresividad. Busca con obstinación violar la vida


íntima de su víctima y alimentarse de su sangre.
Algunos mitólogos piensan que la famosa esfinge de Tebas,
monstruo que plantea enigmas a los viajeros y los devora si no des-
cubren el acertijo, no es sino el mosquito de la malaria. El monstruo
muere en cuanto Edipo resuelve el enigma.
El pantano es uno de los símbolos de lo inconsciente. Este sólo
libera sus aguas muertas, que fermentan y multiplican los mosqui-
tos si se abren canales; estos canales simbólicamente significan las
vías de la expresión del sí mismo.

MUERCIELAGO

De carácter ambiguo con significación contradictoria. En China


es emblema de felicidad y larga vida.
Sus características y costumbres nos indician el rumbo de su
simbología. El hábitat de este animal es una cueva y nos habla de
una supuesta entrada a la vida, haciendo alusión así a la inmortali-
dad. El murciélago realiza sus actividades por la noche, está dotado
para orientarse en la oscuridad, haciendo de él en algunos pueblos
africanos la imagen de la inteligencia.

130
Sin embargo, Orígenes62 designa este animal como un símbolo
hereje, porque se oculta durante las horas de luz y porque participa
tanto de las características propias de las aves, como de las de los
mamíferos.
En la Europa oriental, se relaciona al murciélago con las accio-
nes de los genios nocturnos del mal. Plinio63 cuenta que en su tiem-
po las clavaban boca abajo en las puertas de las casas para ahuyentar
los genios maléficos portadores de desgracias.
En el simbolismo cristiano lo encontramos en oposición absolu-
ta con el Pelícano. Mientras que este último derrama su sangre ab-
negadamente por sus hijos y es símbolo de sacrificio, el otro, por el
contrario, absorbe la sangre de sus víctimas para beneficio propio.
En contraste, en Oriente el murciélago es un talismán muy apre-
ciado.

NUTRIA

La nutria aparece y desaparece en la superficie de las aguas y está


dotada de simbolismo lunar.
La piel de nutria se utiliza en las sociedades iniciáticas, tanto en-
tre los nativos de América como en África.
Las mujeres iniciadas Ozila, magas fertilizantes que danzan prin-
cipalmente en las ceremonias de nacimiento y matrimonio, sostie-
nen un cuerno en la mano y llevan un cinturón de piel de nutria.
Entre los Ojibwa, en América del norte, el chamán conserva
sus conchas mágicas en una bolsa de piel de nutria. En lo ritos de
62
Teólogo y Padre de la Iglesia griega, fue el primero en concebir un sistema completo del cris-
tianismo integrando las teorías neoplatónicas. Cuenta con alrededor de 800 obras escritas. Se le
conoció con el sobrenombre de “adamantius” (hombre de acero) debido a su gran capacidad para
el trabajo.
63
PLINIO. Historia Natural.

131
iniciación, después de cantos y banquetes, el novel iniciado recibe
su propio saco de nutria de manos de los sacerdotes.
La nutria es pues el espíritu iniciador que mata y resucita.
En Europa, el papel de psicopompo asociado a la nutria queda
registrado en un canto mortuorio rumano:

La nutria sabe
El orden de los ríos
Y el sentido de los vados
Te hará pasar
Sin que te ahogues
Y te llevará
Hasta las frías fuentes
Para refrescarte
De los escalofríos de la muerte.
(Trésor de la poésie universelle64

64
CALLOIS R. , LAMBERT J.C. Ed. Gallimard

132
O-CA
A
P-ULPO

133
OCA - GANSO - ANSAR

En Egipto y China las ocas fueron consideradas mensajeras y


conectoras entre el cielo y la tierra.
En la antigua Roma, las ocas sagradas criadas en el Templo de la
diosa Juno tenían como función primordial alertar de los peligros y
con lo que se decía que tenían un sentido agudo de intuición.
En los ritos chamánicos, la oca es la montura del chamán para
regresar de los infiernos.
Entre los celtas fueron las emisarias del otro mundo, emblema
benéfico asociado a la gran Madre y símbolo del descenso a los
infiernos necesario para que se produzca más tarde la ascensión.
El tradicional “Juego de la Oca” o también llamado “Espiral
de los constructores” está considerado como el laberinto en es-
piral, itinerario del espíritu que ha de recorrer el héroe o iniciado
para regresar o alcanzar la sublimidad como principio de emana-
ción.

135
ORUGA

Oruga y gusano no comparten el mismo significado. El sueño


fecundo de la oruga desaparecida y convertida en crisálida a la es-
pera de su primer vuelo, nos muestra una alegoría diferente a la de
su pariente cercano el gusano.
La metamorfosis como emblema del Cristo resucitado, compar-
te símbolo en el cristianismo con en el antiguo Egipto.
La crisálida en diferentes culturas, revela encerrada en el silencio del
capullo, el símbolo del hombre que apartado de la vida ordinaria se trans-
forma en su escogido retiro, en un estado más perfecto que el anterior.

OSO

Para los celtas el oso es el emblema o símbolo de la casta guerre-


ra y su nombre (céltico común artos, irlandés art, galés arth, bretón
arzh) está asociado al mítico Arturo.

136
En Siberia y en Alaska se asimila a la luna porque desaparece con
el invierno y reaparece en la primavera. Esto muestra así mismo sus
lazos con el ciclo vegetal, también dirigido por la luna.
Los algonquinos del Canadá llaman al oso Gran Padre. Entre los
Koriak del noroeste de Siberia, el oso está presente en las ceremo-
nias de iniciación, a semejanza del papel esencial que desempeñó
durante las ceremonias del paleolítico.
Entre los indios Pomo (California del sur) los candidatos son
iniciados por el oso grizzli que los mata y abre con sus garras una
gran brecha en la espalda.
En Europa, la emanación del interior de la “caverna” ya en sí
misma es la expresión de la oscuridad, de las tinieblas.
En la mitología griega el oso acompaña a Artemis, divinidad
lunar. Representa típicamente el aspecto monstruoso, cruel, sacri-
ficador del mito.
Jung lo considera símbolo de un aspecto peligroso de lo incons-
ciente. El oso forma parte de los símbolos de lo sumergido y ctóni-
co lunar y por ende nocturno, pertenece a los paisajes internos de
la tierra madre.
Según los antiguos pobladores norteamericanos, la medicina del
oso está relacionada con la vuelta al interior. La hibernación que el
oso realiza tiene lugar en la cueva-útero de la tierra, siendo pues una
invitación a la introspección.
En alquimia corresponde al nigredo de la primera materia, por
tanto, guarda relación con las etapas iniciales o de los instintos.

PALOMA

Los más antiguos documentos sobre el culto a la paloma se re-


fieren a la isla de Creta y el imperio de los Hititias, remontándose al
Neolítico el modelaje de imágenes en terracota.

137
Diosas como Astarata i Cnosos, Atargatis-Dercero, llevaban la
paloma en forma de símbolo, en la cabeza como imanación de su
naturaleza divina.
En el arte cristiano adopta el emblema de Paz a través del rela-
to del Arca de Noé, portadora de la rama de olivo tras el Diluvio
como final del castigo divino y reconciliación. En los evangelios, la
paloma representa al Espíritu Santo, personificación de la Santísima
Trinidad, hecho que nos llega a través del bautismo de Jesús por
Juan el Bautista. Jn 1, 32-34. Entre los textos más antiguos relativos
a la paloma-alma podemos señalar el relato del martirio de san Po-
licarpo, según el cual una paloma salió del cuerpo del mártir en el
momento de su muerte.

En el arte funerario se puede apreciar a menudo la representa-


ción de una paloma, símbolo del alma, bebiendo en un vaso como
emblema del manantial de la memoria.

Según el Talmud, enseña la castidad. En Grecia era el pájaro sa-


grado de Afrodita, símbolo del regalo entre los amantes.

La paloma simboliza, como todos los animales alados (alas), la


sublimación de los instintos y el predominio del espíritu sobre la
materia.

PANTERA - JAGUAR - PUMA

Pantera onca o pantera negra es un gran felino nativo de Sud-


américa, Centroamérica y parte de Norteamérica, donde se le co-
noce por múltiples nombres según la zona, tales como: yaguarete,
nahuel, yaguar, otorongo o tigre, siendo jaguar el más utilizado.

138
Este animal es un cazador solitario y no se relaciona con otros de
su especie más allá de la época de apareamiento. Ha sido objeto de
culto por gran parte de las etnias aborígenes americanas; también
está considerado como elemento ligado al chamán y sus prácticas.

Los guerreros-jaguar aztecas, de ascendencia noble, portaban pie-


les de Pantera sobre las espaldas a modo de distintivo en la batalla.

Los grandes felinos, al contrario de lo que pueda parecer, no


buscan el enfrentamiento, más bien suelen evitar las confrontacio-
nes a menos que sea inevitable porque la seguridad del grupo se
encuentre en peligro.

El espíritu del gran felino, según los nativos norteamericanos,


nos enseña a prestar atención a todo lo que nos rodea y valorar con
detalle las consecuencias de nuestras acciones. El arquetipo del gran
felino nos muestra nuestra verdadera fuerza, pero también a saberla
aplicar de la forma adecuada.

Desde la antigüedad la pantera era considerada el enemigo mor-


tal del dragón. De este modo el simbolismo de la narrativa arquetí-
pica de la lucha entre las fuerzas de la Luz (la pantera negra) y las de
la Oscuridad (el dragón) se veían representadas.

En la Edad Media la pantera era a menudo considerada un sím-


bolo del Cristo. Se dice que la pantera cuando ha comido duerme
tres días seguidos, equiparándolo a la muerte y resurrección.

Es a veces atributo de la sensualidad y la lujuria, y otras veces por


el hecho de dormir durante tres días seguidos y despertar al tercer
día, es emblema del cristianismo primitivo.

139
PAVO REAL

Para los griegos y romanos era signo de incorruptibilidad. Esta


idea condujo entre los cristianos al concepto de resurrección, apli-
cando la misma alegoría a la caída de la hoja del árbol durante el
otoño y a su recuperación en primavera, al igual que la caída de la
pluma del pavo real y su posterior plumaje al final del invierno.
Encontramos su imagen decorando libros litúrgicos como por
ejemplo el “Missale Gallorum Vectus” del Vaticano.
En la cultura clásica occidental —a través de Hera en Grecia y
Juno en Roma— el pavo real está relacionado con la inmortalidad,
motivado por los múltiples puntos de color en su cola que se aso-
cian a las estrellas del firmamento.
En su aspecto negativo, ha sido considerado como la represen-
tación de una de las caras del demonio del orgullo, basado en la
belleza y el culto al cuerpo en correspondencia a la evocación de la
vanidad.

PELÍCANO

En la tradición occidental, cuenta la leyenda que amaba tanto a


sus crías que en caso de extrema necesidad las alimentaba con su
sangre. Para ello se abría una herida en el pecho con su pico para
que pudieran beber y nutrirse. Es una de las más conocidas alego-
rías de Cristo y de la entrega de su sangre para la redención.
En el arte cristiano podemos apreciar este animal resucitando
a su nidada en el friso del siglo XIII en la catedral de Estrasburgo.

140
PERDIZ

Según Aristóteles y Plinio, entre otros autores de la antigüedad,


la costumbre de la perdiz determina su carácter simbólico. Se afir-
ma que posee una gran capacidad para engañar.
San Ambrosio asegura: “la perdiz que tomando su nombre de
la voz Perdendo y en hebreo core (de llamar y vocear) es Satanás que
atrae a muchos con su voz.65

PERIQUITO - LORO

El periquito y las 340 variedades de aves que tienen la capacidad


del verbo, en la mayoría de culturas se le atribuye el símbolo de
mensajero del alma.

La tribu Hopi se autodenominaba “El clan del Loro” y aprecia-


ban a este animal como símbolo de la abundancia.

En su opuesto, en el Popol Vuh, libro sagrado de los Mayas, se


narra que antes de iniciar su aventura en el Xibalbá, los Gemelos
Divinos, Hunahpú e Ixbalanqué, vencieron a un ser orgulloso lla-
mado Vucub Caquix, nombre que se ha traducido como Guaca-
mayo, aunque en otras traducciones más cercanas a los Quichés lo
relacionan con las siete vergüenzas o pecados.

65
CIRLOT Juan Eduardo. Diccionario de los símbolos (pág. 363)

141
PERRO

Emblema de fidelidad. En el simbolismo cristiano es el guardián


y guía de rebaño (alegoría del sacerdote). Acompañamiento tam-
bién de los muertos en su viaje nocturno por el mar, se asocia al
símbolo materno y de resurrección.
En diferentes culturas de la antigüedad es asociado al mundo
inferior y a la muerte, siendo guardián del infierno representando
el papel de Psicopompo. En Egipto es Anubis y en Grecia el Can-
cerbero. Prácticamente no existe ninguna mitología que no haya
asociado el perro a la muerte, a los infiernos, al mundo de abajo, a
los imperios invisibles que rigen las divinidades ctónicas o selénicas.
Entre los germanos, un perro terrible, llamado Garm, guarda la
entrada del Niflheim, reino de los muertos, país de los hielos y las
tinieblas.
El simbolismo del perro en Extremo Oriente es esencialmente
ambivalente y dentro de la misma cultura posee los dos significados.
En el Japón el perro goza de una consideración favorable; com-
pañero fiel, su imagen protege a los niños y facilita el trabajo de las
mujeres embarazadas.
Para los alquimistas y filósofos el perro devorado por el lobo
representa la purificación del oro por el antimonio, penúltima etapa
de la “gran obra”.

PEZ

Símbolo del agua, por tanto, también de vida, nacimiento, ferti-


lidad y regeneración.

142
Su representación es atemporal y se pierde en la noche de los
tiempos, muestra de ello la encontramos en representaciones pictó-
ricas sobre roca en el interior de cuevas, covachas y cavernas.
En la India, Caldea, Babilonia, Mesopotamia, Asiria y Persia en-
tre otras, se practicaba el culto al pez como imagen de la divinidad.
Los caldeos representaban un pez con cabeza de golondrina,
anuncio de renovación cíclica enlazada directamente con el simbo-
lismo de Piscis.
En Europa y Asia fue símbolo de la fecundidad como conse-
cuencia derivada de la increíble cantidad de huevos que gestan y
transportan en su interior.

Durante los primeros tiempos del cristianismo, el pez constituyó


la representación más frecuente del Cristo debido a su relación con
el agua (bautismo y regeneración espiritual). La denominación en
griego de pez ICHTYS o ICHTHYS corresponde a las iniciales de
varios títulos dados al Cristo “hijo de Dios-el Salvador”.
Este acróstico tuvo gran éxito en Roma entre las comunidades
cristianas donde imperaba la “disciplina del secreto” y en las que
solo los iniciados comprendían el símbolo.

143
El apogeo del pez crístico se extendió durante los tres primeros
siglos de nuestra era hasta la Galia, que derivó en la transformación
de diferentes elementos en joyas y amuletos.
Los primeros cristianos se hacían llamar a sí mismos como “Hi-
jos del Ictus celestial”. Escribía Tertuliano:
“Nosotros, pececillos conforme nuestro pez, Jesucristo, nacemos en el agua
(bautismo) y no podemos salvarnos más que si permanecemos en el agua, o sea
en la fe del bautismo”.

PULPO - SEPIA

Estos dos animales comparten representación y concepto. Se-


gún algunos simbolistas, han relacionado el cariz de los Octópodos
a la idea del principio de la vida en el mundo animal.
Sus brazos enrollados en espiral asemejaban a la cruz precristia-
na y a los triskeles.
Aparece en la cultura cretense relacionado con la araña y con la
espiral.
En el arte primitivo cristiano su representación pictográfica
inundó la iconografía religiosa.
En Grecia, se adornaron las tumbas reales de Micenas.
En el cristianismo, durante la Edad Media, esta simbología se
fue invirtiendo gradualmente, hasta considerar el “abrazo” del pul-
po que asfixia hasta la muerte como alegoría del beso hipócrita de
Judas.

144
R-ANA
A
S-ERPIENTE
RANA

Con personalidad lunar es símbolo de fertilidad. Representa la


resurrección y entre los celtas era la señora de la tierra.
Figura representativa de la transición entre los elementos tierra-
agua. En Egipto fue atributo de la diosa Herit que asistió a Isis en
su ritual de Resurrección de Osiris, ayudándole a recomponerlo e
insuflándole luego el hálito de la vida.
En Oriente simboliza el retorno y para los cristianos la resu-
rrección. La rana “muere” durante el invierno, y más que hibernar
queda criogenizada dentro de los charcos que habita, “resucitando”
con la llegada de las altas temperaturas y el deshielo de las charcas.
La rana prefiere ambientes húmedos y oscuros y por ello en
Oriente se la identificó con la lluvia y la luna, el principio Ying de
la fertilidad. Por tanto, es considerada como elemento propiciador
de las lluvias.
También en las culturas mesoamericanas, Mayas y Aztecas, se aso-
cia a estos animales con el Dios Chaac y Tlaloc, dioses de las aguas.

147
En psicología analítica, la rana representa la lucha permanente
contra el estancamiento, reflejando un carácter inconformista.
Su antítesis es el Sapo, simbolizando el mundo subterráneo, las
náuseas y el pecado. Durante la Edad Media fue considerado por-
tador de la muerte.
Entre los celtas se constituyó como símbolo del mal. Y en el arte
occidental, aparece como emblema de la lujuria y el orgullo.

RATA

Se asocia en occidente con la enfermedad y la muerte, siendo


símbolo maléfico de la Peste durante la Edad Media.
En la India la rata es venerada por su astucia y su capacidad de
vencer obstáculos, avanzar y expandirse. Este animal es elevado a la
categoría de divinidad hasta el punto de tener el privilegio de ser el
vehículo del dios Ganesh, dios elefante de la sabiduría.
En el templo de Karni Mata, estado de Rajasthan, conocido
como el “Templo de las Ratas”, se albergan unas 20.000 donde cir-
culan y se mueven con absoluta libertad. Son tratadas con respeto
y adoración, y si alguien mata alguna involuntariamente debe ser
reemplazada por otra de oro o plata para expiar el “error”.

RATÓN

En el cristianismo se le representa royendo un árbol, asociándo-


lo al mal y a la destrucción del árbol de la vida.
En la Edad Media se la asoció al diablo. En cambio para los
Indios norteamericanos simboliza el escrutinio. Todo tiene que ser
supervisado por sus bigotes; nos alienta y asevera que es posible

148
profundizar más y aprender más en los diferentes aspectos de la
vida.

RINOCERONTE

Según Aristóteles describe en su “Obra Biológica”, es este ani-


mal reconocido en Oriente como el Asno de la India.
Es símbolo de poder y autoridad, y en heráldica emblema de
tenacidad, vigor y concordia.
En África se asocia al valor y la fertilidad.

SALAMANDRA

El cristianismo la incorporó a la simbología de los mártires y del


alma de los puros que llegaban a este estado a través del elemento
fuego.
En el renacimiento formó parte de la heráldica como identifica-
tivo de coraje y constancia.
Se la asocia con el espíritu del fuego en la alquimia, siendo el
símbolo de la piedra fijada al rojo.
La relación entre la salamandra y el fuego la descubrimos a través
de la obra Historia Natural de Plinio. En ella nos refiere una antigua
creencia en la que le atribuyen a este anfibio una gran capacidad de
resistencia al fuego. Dicha creencia se desarrolló como consecuen-
cia de la habilidad que posee este animal de respirar y absorber el
agua a través de su piel. Tanto es así, que la salamandra, sirviéndose
de su destreza para secretar una sustancia que puede llegar a ser
tóxica y que le da un aspecto brillante, provocó el convencimiento
que era un animal capaz de sobrevivir al fuego.

149
SALTAMONTES - LANGOSTA

En la mayoría de los casos la langosta es interpretada como sím-


bolo de mal augurio, de males físicos o catástrofes naturales.
En el Antiguo Testamento la invasión de la langosta es provo-
cada por decisión de un dios a causa de su cólera y se limita a una
calamidad de orden físico:
“Yahvéh dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre, el país de Egipto para
que venga la langosta. Que invada el país de Egipto y devore toda su vegetación,
todo lo que respetó el granizo. Moisés extendió su bastón sobre el territorio de
Egipto y Yahvéh trajo sobre el país un viento del este, que sopló ese día y toda la
noche. Por la mañana, el viento de Oriente había traído la langosta que invadió
todo el país de Egipto, y se posó sobre todo el territorio de Egipto en tan gran
número que multitud semejante aún no se había visto nunca y no habría de
volverse a ver jamás. Y cubrió la langosta la superficie del suelo, y se oscureció la
tierra; y devoró toda la vegetación del país y también todo el fruto de los árboles
que había respetado el granizo, y no quedó una brizna de verdor en los árboles
ni hierbas en los campos. El faraón se apresuró a llamar a Moisés y Aarón y
les dijo: He pecado contra Yahvéh vuestro dios, y contra vosotros. Perdonad mi
pecado, os lo ruego, siquiera una vez más, y suplicad a Yahvéh vuestro dios que,
al menos, aleje de mí esta muerte. Moisés salió de la casa del faraón e invocó a
Yahvéh. Yahvéh entonces hizo que cambiase el viento, que sopló tan fuerte del
oeste que levantó la langosta y la llevó hacia el mar de los Juncos. No quedó una
sola langosta en todo el territorio de Egipto. Pero Yahvéh endureció el corazón
del faraón, que no dejó partir a los hijos de Israel.” (Ex 10.12-20)
En el Nuevo Testamento, la invasión de la langosta se convierte
en un suplicio moral.
“Y el quinto ángel tocó la trompeta. Y vi un astro que del cielo había caído
a la tierra, y le había sido dada la llave del pozo del abismo. Cuando hubo
abierto ese pozo, subió de allí un humo como el de un inmenso horno. El sol y el
aire se oscurecieron. Del humo salieron langostas sobre la tierra; y les fue dada

150
potestad como la potestad que tienen los escorpiones de la tierra. Y se les reco-
mendó respetar las praderas, toda hierba y todo árbol, y dañar únicamente a los
hombres que no llevasen sobre la frente el sello de Dios. Se les ordenó que no les
matasen, sino que les atormentasen durante cinco meses. El dolor que provocan
es semejante a la picadura del escorpión. En esos días, los hombres buscarán la
muerte sin encontrarla, desearán morir y la muerte huirá de ellos.” (Ap 9,1-6).
Únicamente en la China encontramos alusiones al simbolismo
de la langosta en sentido positivo. El ritmo de su salto se asociaba
a los ritos estacionales de la fecundidad y a las reglas del equilibrio
social y familiar.

SAPO

El Sapo simboliza el mundo subterráneo, las náuseas y el peca-


do, durante la Edad Media fue considerado portador de la muerte.
Entre los celtas se constituyó como símbolo del mal.
En el arte occidental, aparece como emblema de la lujuria y el
orgullo.

SERPIENTE

La serpiente es uno de los animales de poder de la medicina An-


dina, y de la mayoría de las culturas del planeta. Es este ofidio uno
de los arquetipos más importantes del alma humana.
La transmutación del ciclo vida-muerte-reencarnación queda pa-
tente con la muda anual de la piel que realiza este reptil.
Símbolo de Hermes, donde las dos serpientes muestran la ambi-
valencia. En Mesopotamia, el caduceo presentó las dos serpientes
entrelazadas (el sistema nervioso central) alrededor de un bastón (la

151
espina dorsal) con las alas en ambos lados, los dos hemisferios del
cerebro y el círculo que representa el centro psíquico interno.
En la cultura amerindia desde México hasta el Perú, el mito del
pájaro-serpiente coincide con las religiones más antiguas de la cul-
tura del maíz; está asociado a la humedad y a las aguas de la tierra y
en sus formas más elevadas permanece ligado al cielo. Emblema de
la dualidad cielo-tierra.
Los caldeos tenían una única palabra para describir la vida y la
serpiente. Y para los hebreos representaba la salvación y la sabidu-
ría. El bastón de cobre en forma de serpiente de Moisés se hizo
famoso por sus múltiples milagros.
En el cristianismo se asociada a las fuerzas del mal, el pecado y la
tentación. Simboliza la seducción de la fuerza por medio de la ma-
teria interpretado a través de los mitos de la historia como “Jasón
por Medea” de “Hércules por Onfale” y “Adán por Eva”.
En su evangelio, Juan asocia la serpiente con la elevación de
Jesús en la cruz
“Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo
del hombre tiene que ser levantado en alto para que todo el que crea en Él tenga
la vida eterna” (Jn 3, 14-15).
En el tantrismo es la Kundalini, enroscada en la base de la co-
lumna vertebral.
El Ouroboros es también símbolo de manifestación y del orden
cíclico; es unión sexual en sí mismo, auto-fecundador permanen-
te, como lo muestra su cola introducida en su boca; es perpetua
transmutación de muerte en vida que se manifiesta a través de los
colmillos que inyectan veneno en su propio cuerpo.
En general el símbolo de la serpiente es el deseo humano de la
acción y la transmutación, de la manifestación del cambio que se
aproxima y que implica para el observador estar preparado para la
actuación.

152
T-IGRE
A
Z-ORRO
TIGRE

En las leyendas Chinas se le da el nombre de “los cinco tigres”


a grupos de guerreros valientes protectores del imperio. El tigre
blanco es un símbolo de la virtud regia. El tigre es por lo general
un animal del norte, del solsticio de invierno, en donde devora las
influencias maléficas.
En la iconografía hindú el tigre es la montura de la Shakti, de la
energía de la naturaleza a la cual Shiva no está sometida, sino que
la domina.
En Malasia el curandero tiene poder para transformarse en tigre.
Él conduce a los neófitos por la jungla para iniciarlos, pero en rea-
lidad es para matarlos y resucitarlos.
Oníricamente simboliza el oscurecimiento de la conciencia sumer-
gida por los deseos elementales. Si lo descubrimos representando una
lucha contra animales inferiores como los reptiles, entonces es emble-
ma de una figura superior. Si el combate es con un león o con un águila,
figuras de estados superiores, es el fracaso del espíritu sobre la materia.

155
TORO

Símbolo de la energía creadora, representa la fuerza vital y el po-


der masculino. Evoca la idea de potencia y del poder engendrador.
En Mesopotamia, se ubicaban toros androcéfalos de protube-
rantes alas, en la entrada de templos y palacios para su protección.
Es considerado solar, masculino y generador. En algunas ocasio-
nes y debido a sus cuernos en forma de luna creciente, puede ser
asociado a la noche, a los ritos de fecundidad y a los cultos lunares
y ctónicos.
En la antigua Grecia y asociado a uno de los trabajos de Hér-
cules, el toro representa el deseo animal, a los anhelos basados en
la materia, y que unidos dan lugar a “maya”, la gran ilusión, que
es producida al centrar la conciencia en aquello que nos aleja del
trabajo primordial.
El toro ha de ser montando y conducido por el hombre hacia el
espíritu.
En psicología es la fuerza incontrolada, salvaje, expresa las pa-
siones, el instinto que el ser en estado de evolución debe dominar
para lograr la victoria personal del espíritu sobre la materia.
Existe un relato que cuenta que el “circo” taurino actual real-
mente es un vestigio ancestral antiquísimo de la fiesta del toro At-
lante.
Los toros sueltos del templo de Neptuno eran animales sagra-
dos a los que se les recibía con un trato diferente al de hoy. El clá-
sico arte taurómaco es ciertamente Iniciático y relacionado con el
culto misterioso de la Vaca Sagrada.
El Iniciador o Hierofante es el Maestro; los banderilleros eran
los compañeros y los picadores los aprendices. Todo ello represen-
tación del trabajo alquímico a realizar para el dominio de las pasio-
nes y la muerte o disolución del Yo.

156
TORTUGA

La tortuga es el signo más antiguo que se asocia al simbolismo


del planeta Tierra. Posee un caparazón similar a la protectora cor-
teza terrestre.

La tortuga entierra sus huevos en la arena, y deja que el sol incu-


be a los pequeños. Esta alegoría esconde la enseñanza de la necesi-
dad del desarrollo las ideas antes de mostrarlas a la luz.

Plinio66 cita 66 usos de la tortuga en la medicina incluyendo la de


repeler las malas artes de la magia, neutralizar venenos, mejorar la
vista, remover cataratas y así sucesivamente.
En China y Japón se creía que el mundo estaba soportado por
tortugas y se las asocia por tanto a la longevidad, lentitud y delibe-
ración.

URRACA

La forma en que captura y esconde objetos brillantes hizo que se


le asociara con la totalidad de los pecados. Se la tomó como porta-
dora del mal augurio y de muertes prematuras.
En Grecia es símbolo de Dionisos y de la locuacidad.
En algunas culturas asiáticas se interpretó su canto de forma
más positiva y reflejo de buena suerte.

66
PLINIO. Historia Natural.

157
VACA

Asociada a la tierra y a la luna. Símbolo de la maternidad y de


las tierras fértiles sobre todo en la India, es venerada por encima de
cualquier otro animal.
En Egipto, la vaca Ahet es el origen de la manifestación del Sol
o aurora primordial. Se representaba con un amuleto llevando el
disco solar entre sus cuernos para dar calor a los cuerpos momifi-
cados. Esta costumbre procedía de la creencia que narra la historia
que cuando el sol Ra se puso por primera vez en el horizonte, la
diosa vaca envió a seres de fuego para socorrerle hasta la mañana a
fin de que no perdiese su calor.
Los sumerios comparaban la luna con los cuernos de la vaca y
la luz de la luna con su leche. La noche estrellada, dominada por el
Toro, cuya Vaca fecunda es la luna llena, y el rebaño es la Vía Láctea.
En Mesopotamia, la Gran Madre o Gran Vaca es una evidencia
de la diosa de la fecundidad.

ZORRO

El don natural del zorro es su adaptabilidad al medio. Sobrevive


igualmente en el desierto que en el ártico gracias a su camaleónica
variedad de pieles que utilizará según donde se encuentre.
Dispone de una gran habilidad para la observación del entorno
y pasar inadvertido ante los demás. Destaca por sus elogiables capa-
cidades de persistencia, camuflaje, rapidez y paciencia. Por todo ello
le han adjudicado por excelencia el emblema de la astucia, fruto de
su gran inteligencia para lograr llevar a cabo sorprendentes hazañas.

158
Durante la Edad Media se relacionó este animal con el diablo
como un aspecto de los centros inferiores. Engaño y tretas son
aptitudes relacionadas con el zorro.
En Japón, es símbolo de la longevidad, mientras que en China se
le considera como un característico signo de traición.
Entre las tribus norteamericanas es tótem de la inteligencia y
astucia.

159
TERCERA PARTE
CRIATURAS
Mitológicas
ARPÍAS

En la mitología griega las Harpías o Arpías —en griego anti-


guo Άρπυια Harpyia ‘que vuela y saquea’— eran hermosas mujeres
aladas que roban la comida de Fineo antes que este pueda comerla,
haciendo cumplir así un castigo impuesto por Zeus.

Las arpías eran hijas de Electra y Taumante y hermanas de Iris.


Hesíodo las describía en su Teogonía como criaturas de “adorables
cabellos”.

Pero con el tiempo el mito fue transformándose y se fueron


convirtiendo en personajes grotescos con un lenguaje basado en
gritos y cacareos muy desagradables. Sin embargo, las arpías can-
taban una canción mágica, capaz de hechizar a todos los humanos
que la escuchaban, alegoría parecida a la de las sirenas.

Solían ser vistas como personificaciones de naturaleza destruc-


tiva.

165
AVE FÉNIX

Su símbolo procede de la leyenda que hacía del fénix un ave


inmortal. Esta leyenda nos cuenta que cuando veía cercano su fin,
formaba un nido de maderas y resinas aromáticas que exponía a los
rayos del sol para que ardieran, en cuyas llamas él mismo se consu-
mía. De la médula de sus huesos nacía un nuevo ave fénix.

Es símbolo pues de resurrección, inmortalidad y renovación.

Aparece en pinturas de los sepulcros egipcios, siendo signo de


inmortalidad. La misma manifestación la podemos encontrar entre
griegos y romanos.

Durante la Edad Media fue símbolo de la resurrección del Cristo.

En China y en concreto en la disciplina filosófica del Taoísmo es


símbolo de inmortalidad, del Sol y de la Vida.

BASILISCO

Rey de las serpientes. Su simple aliento marchitaba las plantas.


Hay dos versiones acerca de su nacimiento:

1) Al ser decapitada la Medusa, de su sangre nacieron todas las


serpientes incluido el Basilisco, y hereda de su madre la capacidad
de matar con la mirada.

2) Cuando un gallo alcanza los 7 años de vida, pone un huevo


que será fecundado por una serpiente e incubado sobre el estiércol
por un sapo durante 9 años, de esta gestación nace el Basilisco.

166
Su simbolismo es complejo, pero la idea de la mixta unión de las
tres figuras podría según algunas culturas referirse a la inversión de
las cualidades trinitarias.

Estuvo a asociado a Satán y fue emblema del mal y de la muerte,


representado en multitud de ocasiones en la iconografía cristiana.
Lo encontramos en todo tipo de esculturas en catedrales como Le
Mans o Amiens e igualmente en iglesias rurales.

CENTAURO O CENTAUREA EN SU
VERSIÓN FEMENINA

Cuerpo de caballo y cabeza humana. Se le supone nacido de


Centauro y de las yeguas de Magnesia (12 trabajos de Hércules).
El más famoso de los centauros fue Quirón, educador de héroes i
semidioses.

Quirón queda herido en su lucha con Hércules y tras nueve días


de sufrimiento pide a los dioses que lo dejen morir. Cede entonces
su inmortalidad a Prometeo, y Zeus, conmovido, lo traslada al cielo
convertido en la constelación de Sagitario.

Desde un punto de vista simbólico nos indica la inversión del


caballero, donde el elemento inferior —el inconsciente y los instin-
tos— domina en su totalidad.

CAN CERBERO

Guardián del palacio de Plutón. Perro de tres cabezas con la


garganta erizada de serpientes. Es considerado por la cultura neo-
platónica como símbolo del genio del mal.

167
Por su localización en los infiernos junto a Hades, se le consi-
dera en otras interpretaciones el encargado de impedir la salida y
el retroceso hacia el mundo material el alma de los muertos, en el
que todavía cabría —según algunas creencias— la posibilidad de
rectificación y la salvación.

La captura del Can Cerbero y conseguir sacarlo del inframundo,


es el último de los doce trabajos de Hércules.

DRAGÓN

Animal fabuloso y figura simbólica universal. Se le atribuye el


concepto de “adversario”. En culturas como la china o la fenicia
puede aparecer deificado. En multitud de leyendas viene represen-
tado como enemigo primordial, y el combate con él constituye la
prueba por excelencia. Apolo, Cadmo, Perseo entre otros, vencen al
dragón. También San Jorge y el Arcángel San Miguel.

Los autores clásicos y la Biblia lo muestran con frecuencia. Le


atribuyen fuerza y vigilancia, su vista es agudísima y parece ser que
su nombre procede del griego “dercein” (viendo). Por esta razón al
dragón lo convirtieron en guardián de templos y tesoros. También
destaca como alegoría del vaticinio y la sabiduría.

En el apocalipsis de la Biblia se exagera su carácter negativo,


multiplicando a veces sus cabezas, dándole un sentido involutivo.

Por otro lado el dragón que se muerde la cola u Ouroboros de


los gnósticos es símbolo del proceso cíclico. Los alquimistas lo uti-
lizarán con frecuencia, y varios dragones combatiendo expresan el
estado de “putrefactio” (escisión de los elementos y disgregación
psíquica).

168
En términos generales, en psicología se define el símbolo del
dragón como “algo terrible que vencer”, pues solo el que vence al
dragón deviene héroe.

El dragón universal (Katolikos ophiis) según el gnosticismo, “es


el camino a través de todas las cosas”. Se relaciona con el Principio
del Caos y con el Principio de Disolución.

ESFINGE

Es el enigma por excelencia. Ser con cabeza y pecho de mujer,


cuerpo de toro o perro, garras de león, alas y cola de dragón. Hija
de Equidna y Tifón. La esfinge instalada en los alrededores de la
ciudad devoraba a todo el que pasaba sino adivinaba el enigma pro-
puesto por ella.

Edipo fue el único que pasó la prueba.

“Adivina este acertijo”, propuso la esfinge a Edipo, “o encontra-


rás tu muerte”:

— ¿Cuál es la criatura que en la mañana camina en cuatro patas,


al medio día en dos y en la noche en tres?

Edipo miró a la Esfinge y le respondió:

— El hombre. En su infancia gatea con sus manos y rodillas,


que es como tener cuatro pies. Cuando es un adulto camina en dos
pies. Y en el anochecer de su vida, cuando es un anciano, usa un
bastón, lo que equivale a caminar en tres pies.

Esta leyenda viene registrada por su genealogía paterna. Edipo


significa “pie hinchado”, su padre se llamaba el “patoso” y su abue-

169
lo el “cojo”. El ciclo o proceso aparece en todas las culturas dado
que es la identificación para la propia construcción del individuo.

Al principio el niño debe identificase con lo que se desplace a


cuatro patas, consigo mismo, con su yo, con su nombre etc. A partir
de ése punto se construyen sus estructuras mentales.

Después, para integrar la sexualidad, debe identificarse con los


que van a dos patas, sus padres.

Finalmente, para entender el proceso de la muerte, lo hará a tra-


vés del arquetipo del abuelo.

En el esoterismo y las ciencias herméticas, simboliza toda la


ciencia oculta del pasado que unifica —dado su carácter tetramórfi-
co— a los cuatro elementos y el espíritu en su parte humana.

GORGONAS

Son tres hermanas, tres monstruos con la cabeza de serpientes


encolerizadas, colmillos de jabalí y alas. Sus nombres son Medusa,
Euriale y Steno.

Simbolizan el enemigo a combatir. Son Las deformaciones de la


psique debidas a las fuerzas pervertidas de las tres pulsiones: socia-
bilidad, sexualidad y espiritualidad.

— Euriale es la perversión sexual

— Steno la perversión social

— Medusa simbolizaría la principal de las tres pulsiones: la es-


piritual pervertida.

170
No se puede combatir la culpabilidad vanidosa de los deseos
más que por el esfuerzo.

Quien ve la cabeza de Medusa queda petrificado. Ella refleja la


imagen de una culpabilidad personal partiendo de un conocimiento
de sí, porque no basta con descubrir la culpa, hay que resistir su
visión de manera objetiva.

GRIFO

Combina cuerpo de león con cabeza, pecho y garras de águila.


A veces puede aparecer alado. Por sus características se deduce que
simboliza la unión de los caracteres de animales poderosos de la tie-
rra y el aire. Al igual que algunas formas de dragón, se le reconoce
como vigilante de los caminos de salvación. Evoca las dos naturale-
zas del Cristo, la humana y la divina. Al igual que la doble cualidad
de fuerza y sabiduría.

Desde el punto de vista de la psicología, simboliza la relación


entre la energía psíquica y la fuerza cósmica.

Una tradición cristiana más tardía interpreta el grifo en sentido


desfavorable y representa la fuerza cruel. Se asocia finalmente a la
imagen del demonio.

Entre los griegos, los grifos se asimilaban a los monstruos


guardianes de que custodiaban los tesoros de los hiperbóreos.
Simbolizan la fuerza y la vigilancia y al mismo tiempo el obstáculo
a superar.

171
HADA

La palabra Hada viene del latín Fata, su significado es “destino”.


Tiene su origen en las Parcas Griegas. En el folklore grecolatino se
representaban por tres estatuas “La Tria Fata”; eran las hadas que
hilaban el destino de los humanos y llegada la hora lo cortaban.

Este símbolo ternario también puede representar las tres etapas


de la vida: juventud, madurez y vejez. En la tradición Celta era co-
nocido como la Diosa Ana-Dana-Danaam.

Esotéricamente simboliza los poderes supranormales del alma.


Su potencial en la obtención de dones nos muestran las facultades
humanas en estado latente.

Según Cirlot67 se puede vincular la figura del “hada olvidada” de


las leyendas al “acto fallido” de la psicología freudiana.

HIDRA

Hija de Tifón y Equidna es un terrible dragón con varias cabezas


capaz de matar a todo ser vivo que pueda descubrir en su entorno.
Si se le cortaba una cabeza en su lugar nacían dos. Fue muerta por
Hércules en el segundo (según algunas versiones) de sus doce tra-
bajos.

Heracles es ayudado por su sobrino Yolao, el cual iba quemando


los muñones de cada cabeza que Hércules cortaba, logrando final-
mente vencer a la Hidra de Lerna.
67
CIRLOT Juan Eduardo. Diccionario de los símbolos.

172
Figura de los múltiples vicios humanos. Mientras viva el mons-
truo la vanidad no está dominada; las cabezas, simbolizan las debi-
lidades humanas, y aunque sean decapitadas, estas vuelven a salir
una y otra vez. Solo la fuerza del fuego regenerador podrá realizar
la disolución del yo.

KRAKEN

Criatura marina procedente de la mitología escandinava y finlan-


desa, parecida a un gran pulpo o calamar que atacaba los barcos y
los llevaba al fondo del mar, incluida su tripulación.

La procedencia de los mitos de esta criatura es de los países nór-


dicos, y la etimología de la palabra Kraken corresponde al término
escandinavo krake, empleado para designar un animal maligno.

NINFA

Ninfa, del griego Nimphe, significa “recién casada”. Se corres-


ponde con las aguas corrientes, manantiales, fuentes y cascadas.
Pertenece al medio acuático y tiene que ver con las emociones. Jung
considera a las Ninfas los aspectos femeninos del inconsciente.

MINOTAURO

Mitad toro mitad hombre, hijo de Pasifae y esposa del rey Minos
de Creta. Pasifae engendró al Minotauro a partir de la unión con un

173
toro. Minos mandó construir un laberinto para recluir en él al hijo
de su esposa. Teseo, con la ayuda de Ariadna y su hilo mágico, son
los encargados de acabar con la bestia devoradora y salir del labe-
rinto siguiendo el hilo.

Una vez más queda reflejada la parte animal o instintiva domi-


nante del hombre, en relación con el espíritu o parte procedente de
la divinidad.

Cada siete años se le ofrecía en sacrificio al monstruo siete jó-


venes o doncellas. Nos indica dicha alegoría la especificidad de este
número concreto, dispuesto de una gran carga esotérica. Nos señala
la oposición de las fuerzas, el siete contra el siete, siete pecados-
siete virtudes.

El 7 es el número de la perfección. En hebreo siete es “chevah”.


Viene de la raíz “Sabah”, que quiere decir lleno o satisfecho, tener
suficiente. Así, el significado de la palabra “siete” en la obra de la
creación nos dice que el séptimo día Dios descansó del trabajo de la
Creación. Estaba pleno y completo, bueno y perfecto.

En la visión de Zacarías, el candelero tenía 7 brazos para 7 lám-


paras o 7 brazos para cada una de las 7 lámparas en medio de dos
olivos.

En el libro del Apocalipsis queda constancia el siete en toda su


magnitud. El “7” es usado 54 veces. Refieren 7 iglesias, 7 cande-
leros, 7 estrellas, 7 espíritus de Dios, 7 sellos, 7 ojos, 7 ángeles, 7
trompetas, 7 truenos, 7 cabezas, 7 plagas, 7 montañas, 7 reyes, etc.

En definitiva, representa lo sagrado y la unión de lo Divino y lo


humano, formado por el Tres, la divina Trinidad, y el Cuatro, los
Elementos Terrestres.

174
PEGASO

En las leyendas griegas, el caballo alado está relacionado con el


agua; es el hijo de Poseidón y la Gorgona. Su nombre se relaciona
con la palabra fuente, el que nace en las fuentes del Océano.

Simboliza el poder ascensional de las fuerzas naturales, de la ca-


pacidad innata de espiritualización y la inversión del mal en bien. La
unión símbolo alas-caballo ha sido interpretado como la sublima-
ción del subconsciente humano.

En chamanismo el caballo simboliza el viaje y el ascenso a los


cielos, el triunfo del espíritu sobre la materia.

175
QUIMERA

Animal fabuloso con cabeza de León, cuerpo de cabra y cola de


serpiente. Nacida de Tifón y Equidna, y hermana de las Gorgonas,
Belerofante mata a la quimera con ayuda de Pegaso.

En la Edad Media simbolizaba la prostitución.

Es este animal un símbolo complejo procedente de creaciones


salidas de las profundidades de lo inconsciente y que representan
los deseos que la frustración transforma en fuente de dolor. La
Quimera seduce y pierde a quien a ella se abandona.

En general es símbolo de compleja perversión.

SIRENA

Puede aparecer con dos aspectos, mujer-pájaro o bien mujer-


pez. Según la mitología griega se les supone hijas del rey Aqueloo y
de la ninfa Calíope. Se les atribuye un dulce canto para atraer a los
caminantes o pescadores para después devorarlos. Desde los rela-
tos de Aristóteles hasta las leyendas de la Edad Media, aparecen en
historias y también decorando capillas, como por ejemplo la de San
Miguel en Aiguilhe de Puy.

Su simbología es compleja, pudiendo ser representación del de-


seo y atracción con finalidades inferiores. También es símbolo de
tentación revestida de “encanto”, hipnotismo el cual impedirá la
evolución del ser humano.

176
UNICORNIO

El símbolo del Unicornio se extiende por toda la cultura euroa-


siática. Con diferentes significados a lo largo de los tiempos y de las
culturas y en cualquiera de sus polaridades.
Se le considera un Ser veloz y valiente.
En la Edad Media se le ha tratado como símbolo de pureza y
virginidad. Las leyendas decían que solo las doncellas podían acer-
carse a él y tocarle.
En la transcripción del juicio de Honorio de Autun, en su “Spe-
culum de Mysteriis ecclesiae”, se lee:
“Para capturarlo se expone al unicornio a una virgen y el animal se aproxi-
ma, es cuando se acerca y recuesta la cabeza en su regazo que se le captura.”
A través de este animal es representado el Cristo y por medio
de su único cuerno su fuerza insuperable. El que se posó sobre la
virgen fue capturado. Esto significa que él fue encontrado en forma
humana por aquellos que lo aman.

177
E PÍ LO GO

Para ejercer el derecho de discernimiento —que no la habilidad,


esta llegará con el tiempo— es necesario conocer las diferentes lí-
neas de pensamiento que existen. Líneas a priori diferentes y dis-
tantes en sus exposiciones; criterios dispares que parecieran hablar
de opuestos.

Mas existe la capacitación en el hombre de desarrollar la necesa-


ria y obligada distancia para la observación, y así alcanzar a ver una
Torre de Babel donde en apariencia, lenguas desconocidas y extra-
ñas usan el verbo de forma confusa e ininteligible, identificándose
en el horizonte tintes de analogía.

Será gracias a otras lenguas —el lenguaje verde —que se podrá


afirmar sin apenas dudas ni titubeos, que existe una idea primigenia,
una lengua primitiva que engloba y abraza a todas las demás, que es
fuente de emanación y origen de todas ellas.

179
MANUAL DE CONSULTA

Espacio para la introspección.


La reflexión a partir de la lectura de los diferentes símbolos te llevará a
desarrollar una hoja de ruta interna.

Una nueva relectura pasado el tiempo, te permitirá acceder a


nuevas consideraciones.

Tras la tercera lectura y un tiempo de “Trabajo”.

La reflexión bajo el prisma de la “Ley de Tres”

181
Observaciones

Un número indeterminado de animales han quedado fuera de este manual de


símbolos, tanto es así, que quedamos a disposición del lector que desee
solicitar información sobre alguno en particular.

ergasofia@gmx.es

http://el-conocimiento-de-uno-mismo.blogspot.com.es/

“Las cuatro vías de Ergasofía”

182
BI BLI OGRA F I A Y FUENTES

- ANTIGUO TESTAMENTO
- ARISTÓTELES. Metafísica. Edición Electrónica de la Escuela de
Filosofía - Universidad ARCIS.
- BERNAYS E. Propaganda. Melusina.
- MOURAVIEFF B. Gnosis Tomo I. Ciclo Esotérico. Les éditions de
las Bacconiére S.A.
- CAMPBELL Joseph. El Héroe de las Mil Caras. Fondo de cultura
económica.
- CASTANEDA Carlos. Bibliografía completa.
- CHARBONNEAU-LASSAY L. El bestiario de Cristo. Sophia
Perennis.
- CIRLOT Juan Eduardo. Diccionario de los símbolos.
- DE GUBERNATIS Angelo. Mitología Zoológica.
- DEL CASTILLO P. Psicogenealogía Aplicada. Obelisco.
- DESCARTES René. Meditaciones Metafísicas. Alianza.
- ELIADE. Mircea. Bibliografía completa.
- FULCANELLI. El misterio de las catedrales.
- GALLÉN Roberto. Revista digital. Esfinge
- GRAVES Robert. Los mitos griegos I y II. Cassell.
- GUSTAV JUNG Carl. Bibliografía completa.

183
- GURDJIEFF G.I. Bibliografía completa.
- JEAN CHEVALIER. Herder. Diccionario de los símbolos.
- KINGSLEY. Peter. En los oscuros lugares del saber. Atlanta.
- NERBURN K. Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an
Indian Elder, New World Library, 1994.
- NUEVO TESTAMENTO
- OUSPENSKY P. D. En busca de lo milagroso “Fragmentos de una
enseñanza desconocida” Eneagrama.
- PLINIO. Historia Natural
- PLUTARCO. Isis y Osiris
- SAMS Jamie, CARSON David. La Rueda Medicinal.
- SERRANO S. Alfonso, PASCUAL CH. Álvaro. El libro de los
símbolos.
- TORRALBA Francesc. El Arte de saber estar solo.
- VERRIA M. Ignacio. Bestiario Medieval.

PÁGINAS WEB:
- http://www.egiptologia.org/
- http://www.rae.es/rae.html (Real Academia Española)
- http://etimologias.dechile.net/

184
“Las diez vírgenes68”
The New Bible Symbols — 1922
M. Bihn & J. Bealings

“El principio del acecho es que un guerrero se acecha a sí mismo, y lo hace


despiadadamente, con astucia, paciencia y simpatía. El guerrero que acecha es
un cazador. Pero, a diferencia del cazador ordinario, que tiene la vista fija en
sus intereses materiales, el guerrero persigue una presa más grande; su impor-
tancia personal. Acecha sus propias debilidades, descifrar las propias costum-
bres hasta conocer todas las consecuencias de esa debilidad69”. Don Juan Matus.

Dos visiones aparentemente antagónicas. Una, la parábola


según Mateo de las “Diez Vírgenes”; la otra, la descripción so-
bre el “principio del acecho” por Juan Matus, indio yaqui del
desierto de sonora (México). Dos enfoques distintos, una sola
realidad.
68
Parábola descrita en la página 30.
69
CASTANEDA C. “El conocimiento silencioso” Ed. Gaia.

185
Este libro se terminó de imprimir
en Sevilla durante el mes de octubre de 2013

También podría gustarte