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LOS INCAS, INSTRUMENTOS DE

LA PROVIDENCIA
2Pachacuti nos ofrece una historia teológica de los Incas interpretada desde un
punto de vista providencialista. ¿En qué consiste este providencialismo histórico?
El encadenamiento de las ideas necesarias y de los “hechos” es a   grosso modo el
siguiente: igual que a todos los hombres del mundo mancillados por el pecado
original, Dios ha querido conceder a los hombres del Tahuantinsuyo (Pachacuti no
emplea esta palabra) la posibilidad de salvarse algún día gracias al mensaje
redentor del Evangelio. Para iniciar este programa Cristo envió al sur del Perú a su
apóstol Santo Tomás (“Tunapa”). Todos lo recibieron mal, excepto el padre de
Manco Cápac, mereciendo éste por su actitud que el apóstol le entregara un
milagroso cetro de oro, símbolo implícito de la alianza de Dios con la futura
dinastía. Cuando llegó a reinar Manco Cápac, el mensaje cristiano había sido
olvidado, pero este soberano descubrió, o redescubrió por el razonamiento la
existencia de un solo Dios creador, a quien decidió adorar. Aquella emergencia del
monoteismo, que el Inca empezó a difundir entre sus súbditos, es el argumento
central de la  Relación, porque señala el acceso a un grado necesario e
importantísimo en la preparación de los espíritus “ gentiles” o sea paganos. Es que
los monoteístas podrán, el día señalado por la Providencia, acoger y recibir mucho
más fácil y rápidamente que los idolátras el nombre y la palabra de Cristo. El
antipoliteísmo, que es el ineludible corolario del monoteísmo, obsesionaba el
pensamiento religioso del Inca y determinaba su práctica política. Manco instaló
una plancha de oro en el templo del Sol (Coricancha) para figurar al Creador a
quien llamaba Viracocha Pachayacháchic, quien, nos dice Pachacuti, era Dios Padre
y también Cristo, aunque esto Manco no lo podía saber. Al mismo tiempo el Inca
combatía a los demonios y a los huacas que, desde la muerte de Cristo, habían
dejado de ser visibles en el Perú y aunque se habían escondido en lugares oscuros
no dejaban de hostigar a los hombres. Otro inca habfa de continuar y ampliar la
obra providencial. Este fue Mayta Cápac, campeón del protocristianismo andino y
también profeta. Con el deseo de manifestar y de propagar el culto del Dios único
y el rechazo de los falsos dioses, complétó la iniciativa de su bisabuelo Manco,
colocando en el altar del Coricancha las figuras de los astros y de las otras
criaturas de Viracocha Pachayacháchic, alias Dios, Padre e Hijo. Aquel retablo de la
Créación iba a permanecer intacto hasta que, siglos después (el incanato según
Pachacuti dura unos mil quinientos años), otro Inca, el despiadado e idólatra
Huascar, pusiera una imagen del dios Sol por encima de la plancha de Viracocha
Pachayacháchic para borrarla. Por este motivo los Españoles no encontraron la
plancha de Dios creador al entrar en el Coricancha.

3Aquella interprétación teológica de la historia de los Incas se inspira, en cuanto a


su estructura, en modelos europeos antiguos que habían tomado a Roma como
ejemplo y centra de la preparación providencial del advenimiento del cristianismo.
En la  Relación, el Cuzco juega un papel análogo al que jugaba Roma en el
pensamiento de un San Agustín.

4Me limitaré por ahora a estas breves observaciones. Bastan para que nos demos
cuenta de que los los “hechos”, los comportamientos y las ideas de los
protagonistas de la historia de los Incas según Pachacuti no deben tomarse por
históricos y verdaderos sino por ideales y simbólicos. De ahí la imposibilidad de
considerar el dibujo de Pachacuti que examino a continuación como un documento
histórico. Nunca hubo en el Coricancha semejante retablo.
El May ta Cápac de Pachacuti cree en el Dios creador único, y por lo mismo niega
la existencia de otras divinidades, niega el poder de los huacas, actúa como jefe
religioso militante y extirpador de las idolatrías. Resulta conforme a la filosofía
histórica del autor que aquel soberano -inesperado precursor prehispánico de los
Franciscos de Avila y Fernandos de Avendano- imitando a su abuelo, decida
colocar en el nuevo Coricancha la plancha de oro ovalada, imagen del Dios
Viracocha Pachayacháchic. Anteriormente, Manco Cápac habfa reflexionado sobre
el movimiento de los astros, según hemos dicho ya, concluyendo de sus
observaciones que éstos no se movían “en vano”, es decir sin causa, coligiendo
que su movimiento debfa tener alguna causa superior a ellos, una   primera causa,
sobreentendiendo que esta primera causa, este primer motor, debfa ser Dios.
Mayta llega también a la misma conclusion metafísica, decidiendo que a este Dios
solamente se le debfa la adoration y no a los huacas, que no podfan ser dioses:
“  Este ynga dizen que fue muy enemiga de los ydolos y, como tal, los abian dicho
a toda su gente que no hiziesen casso del sol y de la luna, diziendoles que el sol y
la luna y todos los elementos eran mandados para el servicio de los hombres”  (fol.
12 v). Esta es la idea “extirpadora” que Mayta, según Pachacuti, habrfa querido
ilustrar con un retablo en un muro corto del Coricancha. Aquel retablo recordaria a
los que lo contemplaran que no hay más que un solo Dios creador, gobernador del
universo, todopoderoso, y que las démas entidades del mundo, que parecen tener
poder y que los hombres andinos han adorado o adoran, en realidad no tienen
ningún poder, ni son dioses, sino que son solamente criaturas de Dios. Pachacuti
describe y explica su proyecto de dibujo con gran precisión, escribiendo en forma
concentrada que Mayta habfa mandado que a este Viracocha Pachayacháchic que
habfan concebido  “aquellos gentiles (- paganos)”, se le debfa “  conocer solo con
el entendimiento por poderoso senor y governador y por Hazedor,
menospresiando a todas las cosas, elementos y criaturas mas altos, como a los
hombres y sol y luna”, o sea que el autor nos dice que, con este cuadro o retablo,
“razonando bien, se podfa y debfa (re)conocer, (a Viracocha Pachayacháchic
representado por la plancha de oro) como único señor, único creador y
gobernador (del universo), y (que se debía) apreciar mucho menos a las criaturas
(de aquel Dios), aunque fuesen las más altas (= perfectas) taies como el hombre,
el sol, la luna, etc”. A proposito de todas esas criaturas del único Dios, que deben
ser “menospreciadas” justamente porque no contienen divinidad alguna, porque
son solamente criaturas de Dios, anuncia Pachacuti que las va a dibujar: “ que aquí
los (- las) pintaré... como estaban puesto hasta que entro a este reyno el Santo
Evangelio”  (fol. 13 y 13 v).

6Gracias a las explicaciones del autor del dibujo, podemos definir y entender su
sentido: es una representación de las cosas y seres del universo creados por el
Dios único y tiene por función mostrar la oposición entre la exclusiva divinidad de
Dios y la no-divinidad de sus criaturas. Examinemos ahora en detalle las figuras y
los nombres que Pachacuti ha dado a esas  “criaturas”.

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