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El can1bio soci�l contemporáneo tiene a .laed«cación ep.

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Docente en la1V1unl�lP:�hda� -delC!¡-Cipd�d-�e--�uyn�s-J}Ir s.J��:& 1tutp�d----,--·· · - ,¡�¡ ;!J.;s



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democrática y cuidadO del. o'tro { 1996} .. ... ..! ......... ----· ..


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ISBN 950-12-61 i 5-8 ,


lN D �CE

Cubierta de Gustavo Macri

1a. edición, 1997

A manera de presentación: la identidad narrativa del presente texto .. 11


Impreso en la Argentina - Printed in Argentina
Queda hecho el depósito qúe preyiene la ley 11.723
A manera de introducción: el campo problemático de la filosofía
de la educación .... ........ ............... ....... ............ , ................'.......
. .. . . 17

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PRIMERA PARTE
© Copyright de todas las ediciones
EDUCACIÓN Y CONOCIMIENTO
Editorial Paidós SAICF
Defensa 599, Buenos Aires Presentación: las relaciones de la educacióN con el conocimiento . .. 27
Ediciones Paidós .Ibérica S.A. 1. Las complejas relaciones de la educación con el conocimiento,
92, Barcelona
Mariano Cupí
como perspectiva para pensar los fundamentos del currículo .. 31
Editorial Paidós Mexicana S.A.
Rubén Darío 118, México, D.F.
2. Saberes y conocimientos en la resignificación social
de la escuela .. .. . . ..... .-........................................................... . ........ 47
3. Los contenidos educativos; Entre el "vaciamiento"
y el "rebasamiento". .. .............................. . ................................... 57
La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idéntica o modificada, escrita 4. El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia
a máquina, por el sistema "multigraph", mimeógrafo, impreso por fotocopia, fotoduplicación, etc., no
autorizada por los editores, viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser· previamente
en la determinación de las competencias
solicitada.
científico-tecnológicas en los diferentes niveles
de la educación formal· ............................................................... 69
5. Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad
ISBN 950-12-6H5-8
como formas de organizar la enseñanza ................. ................ ... 105
6. Las relaciones del docente con el conocimiento . ------ - · -- ·.. . . . 135
8 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

SEGUNDA PARTE
EDUCACIÓ:t\l Y VALORES

Presentación: las relaciones de la educación con los valores......... 157


l. La escuela como vigencia de lo público en la crisis
del estado ...... :.................................................... .......................... 161
2. La calidad de la educación como lucha por el
reconocimiento . ...... . .............................................. ...................... 1 69
3. Educación y trabajo en la construcción de lo social................ 187 A Paula y Jimena,
4. Sentido actual deí:la educación ética y ciudadana.................... 1 97 porque las quiero,
5. Educar para la convivencia y la pa.tiicipación ciudadana ..... -�. 209 y son mi más fuerte argumento para intentar
6. L"a política educativa y los proyectos institucionales .. ............. 219 una crítica de las razones de educar
7 . Dimensión ética de 1 � �nción dirigencial .
en educación. Reflexiones sobre el rol docente---·--···-·············· 231

,{\p�ngi<::e� la educación éti�a y ciudadana


como educación para lo público 24 1

A modo de epílogo: las razones de educar y las nuevas


·fronteras en educación 253

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A MAN ERA D E PRES E NT!\C � ÓN:
·LA I DENTI DAD NARRATIVA D EL
PRES E NTE TEXTO

Los trabajos que se reúnen en este volumen fueron escritos en diversos


tiempos y contextos comunicacionales. Contar la historia de su produc­
ción como un relato de sus peripecias y circunstancias es una forma, la
única que encuentro, de presentar su identidad. Seguramente los lectores
podrán construir su propia historia de comprensión de estos textos, pero
también la identidad narrativa que logre� no ·va a coincidir con la que
voy a contar. Si alguna vez pudiera conocer esos relatos, tendré que
volver a contar su historia,. es decir, resignificar su identidad.
En !"9841 fui llamado, como filósofo, para incorporarme a los equipos
técnicos de la Secretaría de Educación de la Municipalidad de Buenos
Aires. ·Me animo a afirmar que en mi decisión de participar en la elabo­
ración de diseños curriculares para la educación primaria, común y de
adultos, para la educación inicial y en investigaciones educativas sobre·
temas escolares, comenzó a gestarse est� libr<;l.
A partir de ese año, me vi comprometido en tareas que hasta ese

l. No es de poca significación que el año marque el momento de retorno a la vida·


democrática en nuestro país. Me impresiona, además, que coincida con el año que eligió
Orwell para su inquietante novela, escrita en 1949, llamada )984, cuyo tema -en clave
de ciencfa ficción- describe las crecientes dificultades para'pensar libremente en soCie­
dades cada vez más controladas.
14 A manera de presentación: lq identidad narrativa del presente texto 15
CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

conferencia dada en el Primer Congreso de Orientadores Escolares, or­


como apoyo técnico pa..ra la construcción de los diseños curriculares, y
que se llevó a cabo en Vaquerías (Córdoba), en abril de 1 995. El trabajo
.
ganizado por la revista Ensayos y Experiencias, Buenos Aires, febrero de
fue leído ante delegados (políticos y técnicos) de casi todas ·las provin­ 1 996, y que llevó como título ''El trabajo intersectorial e interdisciplinario.
cias y de la Capital Federal, y fue reelaborado para esta publicación. Propuestas y alternativas". Al preparar esta edición retomé también un

3. El capítulo 2 de la primera parte, "Saberes y conocimientos en la ·viejo y denso trabajo sobre la "Interdisciplinariedad", que había escrito

resignificación social de la escuela", fue una conferencia que pronuncié­ para la Universidad Nacional de Santiago del Estero en 1 984, y que

en el lli Congreso Internacional de Innovaciones Educativas, II Nacional . nunca había publicado. El texto que presento es casi un nuevo texto,

y III Provincial, organizado por la Dirección de Investigaciones e Inno­ producto de modificaciones.

vaciones Educativas de la Provincia de Córdoba, que se llevó a cabo en 7. El capítulo 6 de la primera parte, "Las relaciones del docente con
Villa Giardino (Córd9"9a) en octubre de 1 993. El texto apareció luego el conocimiento", fue una de las conferencias de cierre del· último con­

publicado en la revista Novedades - Educativas, Buenos Aires, n° 36 de greso de la revista Noved,ades Educativas, Buenos Aires, febrero de 1 996,
1993, y tiene modificaciones para esta ediciqn. trabajo inédito, y la parte "ll. De plazas, mercados y autopistas", fue una

4. El capítulo 3 de la primera parte, "Los contenidos educativos entre conferencia leída en las II Jornadas de Educación Ética y Ciudadana,

el 'vaciamiento' y el 'rebasamiento' ", es una reelaboración sobre la base organizadas por la Universidad· de Salta y el CEFISA, en mayo de 1 996,

de tres trabajos, uno aparecido en la revista Transformación Educativa, también inédito.

Buenos Aires, no 1, noviembre-diciembre de 1 988, con el título "El 8. El capítulo 1 de la segunda parte, "La escuela; como vigencia de lo
vaciamiento de contenidos. Precisiones sobre el tema"; otro publicadcfen público en la crisis del estado", fue originariamente el texto de la con­
la revista Comunicaciones, de la Secretaría de Educación de la MCBA, ferencia que pronuncié al inaugurar los cursos de la Escuela de Capad-.
en 1 992, con el título "Los contenidos educativos como núcleo de la tación de la Secretaría de Educación de la MCBA, en el año aca�émico
función social de la escuela", y -el tercero es la introducción a un texto de 1 990. Luego fue publicado por la Revista Latinoamericana de Inno­
escrito para una conferencia en �1 V Congreso de Novedades Educativas, vaciones Educativas, Buenos Aires (MEC-OEA) V ( 1993) págs. 1 4- 1 9.
Buenos Aires, 1 995, sobre el tema de los "Contenidos transversales". Al 9. El capítulo 2 de la segunda parte, "La calidad de la educación como
preparar esta edición corregí mucho estos textos. lucha por el reconocimiento", es inédito, y fue originariamente el texto
5. El capítulo 4 de la primera pa...rte, "El debate epistemológico de fin de una conferencia pronunciada en el Congreso sobre "La Educación en
de siglo y su incidencia en la determinación de las competencias cientí­ la década del '90 y los desafíos en el Nuevo Siglo", organizado por el
fico-tecnológicas en los diferentes niveles de �a educación formal", fue Centro Pedagógico Juan Mantovani (Córdoba), en Laguna (Brasil), fe­
escrito, originariamente, como una contribución a la obra colectiva pro­ brero de l994.
yectada por la Dirección de Investigación y De�arrollo del Ministerio de 10. El·capítulo 3 de la segunda parte, "Educación y trabajo en la cons­
. Cultnra y Educación de la Nación, junto con la OEA. La obra fue sus­ tnacción de lo social", es un artículo aparecido en la revista del Lnstituto
pendida, y wi contribución la publicó entonces la revista Novedades para el Des�ollo de Empresarios en la Argentina (IDEA), número 155, de
Educativas, en dos partes, en los números 6 1 y 62 de 1 996. Para esta julio de 1 99 1 (ha sido reelaborado).
edición traté de explicitar mejor ciertas afirmaciones que, por la natura­ 1 1. El capítulo 4 de la segunda parte, "La educación ética y ciudada­
leza del tema, resultan densas para quienes no tengan formación previa na", es un artículo escrito para la revista La Obra, Buenos Aires, octubre
en cuestiones epistemológicas. de 1 995, publicado en el número especial 892, dedicado a la EGB, en
6. El capítulo 5 de la primera pa.rte, "Di�ciplinariedad, interdiscipli­ 1 995.
nariedad y transversalidad", es una reelaboración sobre la base de dos 1 2. El capítulo 5 de la segunda parte, "Educar para la convivencia y
trabajos: la ya citada conferencia sobre los temas transversales, y una . la participación ciudadana", es el texto de una conferencia para el "Con-
16 CRÍTICA DE LA S RAZONES DE EDUCAR

greso sobre la No Discriminación", organizado por el programa Nuevas


Fronteras, en Villa Giardino, Córdoba, abril de 1996, trabajo inédito.·
13. El capítulo 6 de la segunda parte, "La política educativa y los
proyectos institucionales", es una reelaboración de la conferencia dada en A MAN ERA bE I N-TRO DUCC I ÓN :
el Congreso de Orientadores Escolares -organizado por la revista Ensayos
y Experiencias, en febrero de 1996-, pronunciada con el título "La orien­ El CAM PO PROBLEMÁTICO
tación escolar y los proyectos institucionales", inédita. D E LA F I LOSO FÍA D E LA
14. El capítulo 7 de la segunda parte, "Dimensión ética de la función
dirigencial en educación. Reflexiones sobre el rol docente", es una reela­ EDUCACI ÓN
boración del artículo .que, con el mismo nombre, publicó la revista Nue­
vas Propuestas, de la Universidad Católica de Santiago del Estero, en su
número 1-2, de 1987 .
·

15. Lo que publico como Apéndice de la segunda· parte, "La educación


ética y ciudadana coino educación para lo público", fue un· espacio cedido
por la revista Novedades Educativas en su número 56 de 1995, precisa­
mente para exponer puntos de vista después de mi alejamiento del Progra­
ma Federal de Contenidos Básicos Comunes. Dadas las particulares cir­
cunstancias de su publicación y las referencias puntuales a ·una situación . ::_�O.;YiYimQ§J!!l'! �t<m"ª deJr.wl&.f9lJ1la�iones �n la educación. No podría ser
coyuJi'fl.rral, pero de grari significación, me pareció más adecuado presen­ de otraronnasrseatíerrd�-aJos j2ro�� s -c�j���vi�a...s�9��· .El
tarlo como un apéndice. problema son las direcciones, los sentidos, -ras decisiones que se to;rnan,
16. El epílogo es la contribución, levemente corregida, que leí en una las .�s_que se p:rc)pooen;los obstacrifos que se encuentra:n. S�- plantean
mesa redonda, que inauguró el Primer Encuentro de Educación para la nuevas y viejª!I�op.es-para educar-:-Se discutey se argumenta con-eilai
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No Discriminación, organizado por el CEM, en Villa Giardino (Córdo­ :Piañte:rr-ra ne.c.esidacl=de.=.una crítü;a de_las.:.razones.. _de educar, desde
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ba), en abril de 1996.


. Se trata de manera explícita de reflex_iona.r.._.fi:.lg.§.QfifqJ, !!:!!lte _!QP�Ja
-·¡ �QI!J;;ª�iól!: Esta tarea no es ingenua riies-moce�te.E(campo -de1áfilo­
s.o1ía·aela educación es lioy,.por lo menos, problemático. Hay supuestos
que quisiéramos ·asumir con responsabilidad y proponerlos como punto
de partida y enfoque de los trabajos que se presentan en este libro.
Esta reflexión introductoria es pa_rticularmente significativa, porque
h�y_�lJ:!�-���n�=��I?!�§�tación ���g_�!Y�:_:_��--t<?f.!1.2 §ll_c��2�-��;j§!_fi!<:>�gfí�
d� la educac�ón. Sin duda que los primeros responsables de_ esta repre-
sentacióii"��o�os los mismos filósofos. Se presenta el campo, muchas
�fY_§_, confundido con la exposición, en �t�g__gflll:r[q de opzñioñ"es y. de .
ideas que algunos filósofOs fuvieron sobré-·Ia_t;duc;acifuL·Estaspresenta­
ciones-se-·na:cerr·descontextuaiízando sus redes -s�mántica�Silscampos
iñterrogati�o-s, sili; condlcionaillie�tos hi�tóri�os." ----.

Otras- veces se intenta presentar la filosofía de la educación cómo la


18 CRÍTICA D E LAS RAZONES D E EDUCAR A manera de introducción: el campo problemático de la filosofía de la educación 19

rnera aplicación de CJ.lgunas categorías, acuñadas por los filósofos, de una presunta convivencia o visión de la esencia misma de la educa­
que se-supone que subyace en los problemas ed.11cailvos:-ilna c"oncepc!§n ción, o en algún tipo de propiedad de su nombre adecuado.
hombre, una concepción de la ve��p, una concepción delbien�a C_QnJQS.JlQmb.r�s.J;l_tLla.�educación, desnudos .de.su esencia. metafísica,
.. ..

. concepción de la. sociedad y efe la historia, una concepción de la autori­ ��,. iu.auguran. en reaJjs!ªsJJg/L.fj�nq_f� """ '4f!:._Jq-.J¿4..1:f:.qgq,!t!t!�.- Y la cosa de
dad, de la disciplina,· def poder. ¡;;c<:lY.�ill: no es una esencia o una-·1dea.. arqü'etípíc.a." Es una historia de
-·�-»·--·-·-
. ..

N9 _!legamos la fecundidad de conocer cómo trata_� bistoria de la 'iPiii!J�]g§.P.t:4f!l�§_§f!.C:,if!]!§..���


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fU9sofía -ios temas--educailvü;,-�i--t�p�co--��gan1oi-que ex� ­


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rías- ''codiséipilnares''1 que atraviesai1-másd�-uñ CI1scursoieórTCü-·ypi-ác- ( 2. Pero. tampoco vamos a buscar .Za razón única de estas ciencias y de··
e�l"ifhistoria de la educación. El mundo moderno, como sabemos, buscó
-
.

tico. Sin embargo, �9st�n�.!!!2.�.gue_la J�)_2_�J!���-�-��!!_��E�!l�.t3 �u�y-�; ·


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rgás bien, desde dentro- delill . ovimiel1to reflexivo·nrismo de la -práctiCa •- �-·-�·- · o*c""·:��- este fundamento en la certeza def cogito, en ei discurso del método, en
�J!f:ª!iYª'·· �!.�.Jª§".flt?!l�!l!§."5I��J���Ell!cc.t��Ql:!�Y-�e la ..hJ-st�I!íl <!� )ª. �Ql!c:�­
.._....,___,.._,_.��"""='--'-•��dp,*•'"-'"""'"..,._ ..,"""""--�""-�'"',.,..,_"....__'---='·--�·w·���-··-,�----�·�"�•.--..---·�-•�·-�•---···

un uso legítimo de la razón pura, una vez que la crítica nos hubo mos­
· ·

__

-�iQ.u�: �e trata de un pensamiento crítico que cuestiona fundamentos y trado cómo funciona. La desnudez de los nombres, con . respecto a las
legitimaciones, desde er:}n�!!2.LJl!lSD!Q_4!.L��_pQ_�®.fªtt�r.9·
..

cosas, atrajo, irresistiblemente, la fuerza y el poder del sujeto, de la razón,


Por eso, y �omo unaJorma de explicitar los propios suguestos, quisié­ para poder "vestirlos" e "investirlos" de racionalidad segura.
.. ··�--

ramos presentar, a manera de introducción a los textos reunidos en este :t:w-��.li��J;[�guntª=[llOS, ahora, qué es objetivamente la educación,
libro, una reflexión sobre lQ_gue no es y lo qu��-��ilosofía de -������..":" sencillamente porque no existen !.�ºnes ú�f�ª�1 es decir la posibilidad de
ción. determinar a priori, desde una razón "pura" o sujeto trascendental, la

objet�yi<:lª-º-.9�Jas_p_rácticas s9cia!�-ª_g.Qmo .si.Jueran meros ��e��s
( 1:)LN"o estamos buscando el nombre propio dg_)a educación. No se trilla
i· '

nat:ur��s. Por lo mismo, tªIDP.Qf..O. se trªta 4� Rreguntarnos por las lf!Y.!!.s


de"'JJfeguntarnos qué es la educación en lo esencial, sencillamente po�_qu_�
..

@l..erQ&re.aw��i!!lc ción�. desde un espíritu "transhistórico" o sujeto


no existen los nombres propios, es decir los que corresponden "natura.I-:­ absoluto que se supone sabe el sentido final o la estructura de las formas
mente" a las cosas. Reflexionamos sabiendo que "antiguamente la rosa históricas de la educación.
estaba junto COn SU nombre; nOSOtrOS, en CfullbÍO, tenemos los nombres La ilusión moderna consisJió, en efecto, en.,r��mpl�t�-ª"Ja_r���.�!2P.. de·-\
desnudos" .3 En este . sentido, a<:;��ªg:t()S como un .punto de .parti@. el lQª .. !!Q!]lbr�ª·-�Q!Ll��--�-º�ª-�-�r una relación .g=�J��.:gpj�Jº�!S:()�)��§.-:::�:�lj�- '

llamado mundo 111()�erno, y. no suponernos que la filosofía de la educa­ t.Q5_,_ La filosofía de la educación podía abandonar sus pretensiones me-
ción sea �Íg��a�T26ffió�)ina metoftsica especial, preocupada por definir la iaJísicas y entrar, como positivismo, en el seguro camino de la ciencia.
esencia de la educación. Parafraseando la alusión de Eco y aludiendo a la crisis -�ª�a Q� la
Que tengamos de la educación sol�mente los 11QIDJ!I.t:;� �'4-�ª!}!1.4C>_�''_I1o �Qª�!!!!Q_f:l:c!� _gue es nuestro problema, podemos decir que refle5donamos
dedi, sin embargo� ·q_lie por educación podamos en!��c{�r cualquier
..
..

sabiéndoqlie'"modernamente, los objetos estaban con un sujeto racional


cosa, o que a la "cosa" de la educación le dé lo mismo cualquier nombre. único, nosotros; en cambio, tenemos los sujetos desfondados,.escindid_os
Quiere decir, por el contrario, que con estos no.rnbres �enemos que

y fragmentados". En este senficto;�ceptarrJ.os t&-nbién, como un punto de
constrniL Y.I�-�QTI§g��l!í:, f�m11tas veces sea nec�sario,·.iin_:_:tiis rso -acerca partida�·-Ia ·llamada- crisis de Jª- mod.©..rnida<;Lmisma y �9-�_colocamos en
de la edu�a_c;i�n, que filridámente y legil:ime sus opCíones�éTfiig�-distinto medio del debate ante-ias. posib1es-·altemativas de "posmodemiCiad".4
-
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--·---'��-'---'-�-���:::-�"'-:�:::):�:�·-'::

1 . G. Palmade, Interdisciplinariedad e ideologías, Barcelona, Narcea, i979.


2. D. Saviani, Pedagogía histórico-crítica, San Pablo, Cortez/Autores Asociados, 1991. 4. C. Cullen, "Ética y postmodernidad", en VV.AA., ¿Postmodemidad?, Buenos Aires,
3. U. Eco, El nombre de la rosa, Barcelona, Lumen, 1985, lOa. ed. Biblos, 1 988.
20 CRÍTICA DE LA S RAZONES DE EDUCAR A manera de introducción: el campo problemático de la filosofía de la educación 21

Que para pensar la educación no sólo tengamos sus nombr�s. d�Sn!JdQs analítica alca11za para criticar el positivismo, pero es insuficiente para
sino también su rª_ciQnª!i_�ad "desfondada" nó quiere decir que nostal­ instaurar una crítica de las razones de educar.
giemos algún trasmundo: c��o:dhía-1\fi�t�sche, que nos revele el nombre
propio, el modelo originario. Las reacciones p[��ode!"I:t!;tS a la crisis de (�)Por otro lado, aceptado que la educación no tiene una razón única
qtie'defina su "oQietivid�q�'' �í _nos interesa analizar_p_fíticamellie-su"''pre-/
0-

la _!ªZQ_n y del sujeto moder119 (y su corresp ondien te ideolog ía


••

neoconservadora) son buenos testigos de esta nostalgia, cada vez que �enda..di&p.e.rs.ª enJa�P-JJÍ9Jik�-�QGiª.l.e.s., GQ!tlª-���.12�tª-ll.:fª-��.rr.G.9JltL'!r.su
__

lamentan la pérdida de la buena senda, la de las verdades esenciales, los poder [!_roductivo _q�subjetiv�d:fL4.C.§!! �tjb_g__ue nos permita comprendernos,
valores absolutos y la correcta concepción de la persona. presupon�ue �a esa pré8eiiciadispersa la determinan "razones de
En realidad, el_l1,echq de ql:[� tengam9_�_jos _§!detos desfondados quiere educar" que legitiman razones sociales, políticas, económicas, culturales,
decir_gue la �_acion@9:ad es m᧠plurªL�JQ_qp_�_fi�mffiQ§_,._Jlláª_atra_ye­ y que .llegados ahí sólo cabe la crítica y la resistencia. Este camino se
sád¡porcl_des�=tRor"eJ:EQª�er-g�J�g�-e n§jJiálñffip.�!� º�(ido� .�� coloca en las huellas de Freire, . Bourdieu-Passeron, Etablet, Snyders, ·
lasrazonesae-�du;car;-desrono1fdQ8sl!�fsiijetos, ·�-�.}_!mgg!J!ª. -��-J:��i��� Foucault y, últimamente, Giroux, Bernstein, Apple, MeLaren y otros.
elf_ensiimi'eñto crztico acerca de la;duc�ción, Y ia cosa deiaeaucadón
no es tampoco un mero obJ�1éncia� ·-'fiéutralizado de· toda Val()ra� ()
6: s que no nos podem«;_>s situar, al menos inocente o impunemente,
ción, un mero "hecho" sifl_§entido y sin construcción del sujeto Ini.sni6 eñ')resuponer que la educ'!ción se asemeja a un movimiento natural, a
éf �
que lo determina.-#.a�' �aCi �)es �un 4i.�c¿_l!�so 9� 1Jl?jQF:,e;xpre�a�q�:_u_n,q _
un cambio, a un paso de la ·potencia al acto, a una mera cuestión de
prtictic�p�iªl_d i�.fl!-L�Y.Jb:,Es decir que en las razones de educar hay desarrollo. Pero tampoco podemos situarnos en la presuposición_ de
corifllcto-d.e-Iñterpretaciones, lucha por la hegernonía, imposiciones ideü.::._ que la educación se asimila a la operación cultural, a un intercambi9 de sen­
lógicas, construcción de subjetividad y de realidad so�ial. tidos, a un paso de lo real a lo simbólico, a una mera cuestión de socia­
lización.
Se trata de pensar la educación, .pero no orientados por la pregunta
en torno a sus presuntas propiedades. esenciales, .ni tampoco por la pregun­ 1(i )El hecho de que no exista el nombre propio de la educación como
ta entOI-n,o a sus presuntas cualidades objetivas. :Nos interesa en re�(jad 4-.Jhna'idea arquetípica o una esencia metafísica no quiere decir que se

-Sl!_.hi§!Q[i !��LY._��j!�cli!�.!Yi��--����(;1�· Y por es¡;:- pr�p���� una critica .Y/�eduzca a un mero fenómeno natural -el desarrollo de las potencialida­
' /!/des-, por complejo que sea en su estnlctura, en su legalidad y en su
a las J9Zünes de educar.
·

.. }/!continuidad. Es la tentación de todas las :Y!�!Qn�-�-�J!pg___J?osi��il?!9.-, que


·

-�

�· /Aceptado que la educación no tiene un nombre propio que defina U tienden a reducir la educación al fenómeno "natural" del aprendizaje o
:'J\al "h�c::.l!9::=�u1Íura1-de. la socializaCió,��Tratáiicfose-ae·ecrucaCíói1;-erpo­
·,_

su ''esencia", tampoco nos interesa reducir el campo de la filosofía· de la


, educación al mero análisis del "uso" de palabras "pedagógicas" en el �itivismo no e;-un�-·����--�p�fó�--epistemológica sino claramente una
lenguaje cotidiano, con la esperfu.!Za de encontrar su sentido pragmático, toma de posición ético-política. No es lo mismo el positivismo progre­
el que nos permite comunicarnos presuponiendo que a ese uso lo deter­ sista, en historia de la educación, que fue crítico del dogmatismo meta­
mina una "forma de vida", y que llegados ahí sólo cabe la descripción. físico, que el positivismo reaccionario en los tiempos que corren, que en
Este camino lo intentaron Peters5 y sus seguidores, y ha servido para nombre de la evidencia de los hechos pretende obturar todo pensamiento
"clarificar" nociones, pero no para pensar la educación. La filosofía crítico en el campo educativo.

{J,�El hecho de-�� �9-::��§_!aj_§.l:_� azó� !&��-c!���c_l�<?�_!!_();_ �


��!�!� i! �
tª-º!Q9Cq ��--se r�t�ca �-l!.!!§:._gl�!a accwn cultural---=1-a-Soeü:ihzacwn de
5. R S. Peters, Filosofía de la educación, México, FCE, 1977.
----· - -
___
·--··· �- . .
----------;-�--·--·- :__ __ _�----· -···
_
_,
A m(lnera de introducción: el campo problemático de la filosofía de la educación 23
22 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

los individuos y de los grupos-, pºf(;91!!P-lt:;ja y yªriada que sea en �!��:: Lª-�-��Q!}�.§.A.�J�_Q..l!�ªL§On, en realidad, fª:fQ!}�§.Q.f!IªojJ1§1!ÍJ��ªLlJ1}3:
p:ni,<;::ti�-ª-ªº�jRJL.�!J:ª. ª-<;.�-�21,! .h�111?:.'l:fla. El esfuerzo por autonomizar el discur­
su estructura, eg�ªuJ�gªHdªQ yenslLcontinuidad . Es la tentación de
so y la reflexión sobre la acción huma11ª, en relación con los fenómenos
los enfoques de tipo pragmatista de la educación, que tienden a confun­
nrl,u

naturales o los meros objetos teóricos, e ece la posibilidad de pensar la
dir' educación con el fenómeno "cultural" de la adaptación al grupo y
§ ;educación,.s:;Q!fiO Ui1 campo propio de la filosofía práctica.

AfH
de la inculturación. J'ratándose de educación, el pragmatismo no es tam­
poco una mera opción epistemológica sino que es claramente una toma de .
E
���4 ����:no sólo t!ene gue ver co�· l 'storicidad y con �a cg��t:t_r­
rJ.:.;iffSIVIdad, smo abiertamente con la no'!'!!E!!�!!! . !!:...:_.�s decrr_ �.<?.!!.l��tl. C,..9;�YJa
posición ético-política. No es lo mismo el pragmatismo democratizador, en
historia de la educación, que reaccionó frente a la soberbia iluminista del ' l.lJ.Rolíti<.?'!· � �nto��es la mediac�ón del �onocimie (o ense�ado, entre ��sarro-
(h
>'\' �; llo y socmlizac10n, es ella Illisma objeto de cn"�ca. ¿Como se legttzma el
enciclopedismo elitista, que el actuaf pragmatismo neoconservador que,
en nombre del fin de:'las ideologías y de las utopías, pretende legitimar conocimiento que educa?
y profundizar una clara segmentación y una política de marginación y Es desde estas preocupaciones que ofrecemos este material reflexivo. Está
exclusión. escrito en los últimos años y siempre tratando de responder a estas pregtmtas
y desde estos enfoques.
No buscamos definir la educación ni como esencia metafísica ni La unidad de los textos viene dada fundamentalmente por el lugar
como objeto natural, pero tampoco nos interesa reducirla a un mero juego reflel}:ivo desde donde fueron escritos: �- filosofía_de la e��.g._2!:l�E2!P-9
de lenguaje o a una mera dispersión de. prácticas sociales. Nºs�W..t�rv_�m m�s . parte .cl�Ja filosofí'l.J2ráctica,_ pero co_!L toCfa§T�s-ªg�ü1f����.::���Hvas· de
bien colaborar en la producción de una crítica de las razones de educar, $_U hlstCnjcidad y. todq .· el . �sii�·soi:�.�pisf�ilif>lQ:gi�ó��él��J(iJJis·cp:rs.ividad.
�li aS.�-
¡¡¡¡;ll¡ ii§.�!���@�I����[Y_���:y���-z�t=iiit:��;,;;:i���i-���i}! -Nuestro punto de partida es hoy y aquí. La condicióñ-de-pos1iJífidad
para poder pensar es saber estar, meramente estar, para lo cual es nece:.
Mi propuesta es situarnos en medio gel debate, trayendo a la sario despojarnos, desconstituirnos de todo aquello que el "afán por ser"
"conversación", como diría Rorty,6 algunas formas de preguntarnos P9� nos exige y de todo aquello que el "mero acontecer" o "pasar" nos hace
la educación, que reconstruyen algunos caminos para pensar. sus razones. resignar.
No estamos apelando a una duda metódica (que siempre presupone
parece central comenzar diciendo que !ª educación deja de ser
1 L· Me una certeza) ni estamos postulando la necesidad de la tabula rasa o el
.. .. ..
mero. Q(;;? �<?1J52 �Y -�P!��2�i�z.��!§11J. P���J����!�.-���4o··�aparece ei "animal salvaje" (que sie�pre suponen un desigual "lleno" de informa­
pensami�nt�:t:..f::Ji1i�Q:;El pensamiento crítico, que n9 sólo destronª� �s : jción o una desigual "riqueza" de las naciones). Nóse trata de despojar-
"esendá���-�f¡}iqile..tª=��!l.lim..ifa·�er�fcance d�Ios ''ºbjetgs".. Y enton­
ces obliga a privilegiar, en el estudio,, de 'úi.-·educación, los procesüs
;�
.�,
. ,¡
.
�---�- U 110� ... dt?�_l_2�-��l?.�����J2!evios. �t?�.!!�!� Q�J���--�����I�l� C?l:.=��-=[�����-.léi
'!Csüifij.§-0�-���--��n J?iggg�ts>.,_�º:�Q!�j:g���J-ªi�!i.<:l.é1���3�!gi?:9:Q��-Y.<:l�J tlch,.a
mediadores "de las ielaciones entre desarrollo y sqcialiiaciÓn, qi.iedesen­
--'!:P5�I-ª.E��9�.9.��@�!lt9:_,_s.�.tr:ªt a .<:lesa!Jerestar co11l9s ·ñ@bres desnuélos
cadenan ·las interiCíones'Cle enseñár, es decir de transnütirdeterni1iiados
conocimientos. Que entre el desanollo "natural" y la socialÍzación "cul­
i.: ycoñlos·sujetos des�ondado�y��desde ahí �onde ·es posible reconocer-
¡ ¡ n��-���---����os'�=�c-;;re"3r'"-érmi1ndo· de vue1ta.7 .. ..
tural" medien saberes enseñados es, nos parece, el gmn tema de la edu­ .,,( /¡i- Es. -injustq, que. la tr���sM;··dei�-�álfer y la proqmxi<)n de sujetos
.
cación y el que funda una crítica de las razones de· educar.
\i sociales del conooimitmto no alcance a todos, y no alcance para que las . -
--�. . .

\) .. . ·� - --·�

6. IVL Rorty, La filosofía, espejo de la naturaleza, Madrid, Cátedra, 1 99 1 . 7. R. Kusch (1965), América profunda, Buenos Aires, Bonum, 1 972, 2a. ed.
24 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

necesarias relaciones entre desarrollo y socialización se pongan al servi­


cio del bienestar de todC?S. Desde estos principios y desde estas convic­ Primera parte
ciones, en distintos tiempos y circunstancias, fueron escritos estos traba­
josos intentos de pensar la educación.
EDUCACIÓN Y CONOCIMIENTO
PRE S E NTAC � ÓN:
LAS RELACI ON ES D E LA EDUCACIÓN
CO N EL CO NOC IM I E NTO

Se trata de reflexionar sobre los/fuÍld��ñtos de las razones de educar.


=····--�----��=� �
En esta primera parte tratamos de :RJ.@t�,il��
�---·-----····,·���;.,.

l-" �.&�§..I.L4�.sde una defini-


' ·---��.�-.

ción. de las relaciones d� la educación con el conocimiento. Desde siem­


pre éste ha sido el meollo del concepto mismo de· educación y de las
prácticas educativas. Justamente, lo que en cierto sentido define l.a edu-
��aciólLY�,SU dif���;ci;ct��as im2JJ,�i:�i1�ii�n.§11 iq1�iit2�·ª·�-�.:'soda�
lizar mediante el conocimiento". Es desde esta tarea que es posible en­
!(;1RI.�f�Iif���f��iill"f�;�ñanza y aprendizaje. e

Sin embargo, no es algo simple ni lineal poder definir las relaciones


que guarda la educación con el conocimiento.
Primero, porque no siempre se comprendió el conocimiento de la mjsma
mfu"1era, y es tma hipótesis válida rastrear cómo la� variaciones históricas
en torno a lOs procesos, los criterios y las formas del conocimiento con­
dicionaron los procesos, los criterios y las formas de las razones de educar.
Segundo, porque no siempre se sostuvo la educación desde las mismas
funciones sociales� y es también una hipótesis válida rastrear cómo la�
variaciones históricas en tomo a los fines, las legitimaciones, los mode­
los en las formas de educar condicionaron fuettemente los modos . d�.
·comprender los procesos mismos del conocimiento, sus diferenciaciones,
sus jerarquizaciones, sus criterios de validación.
En cierto sentido ni la historia de la educación ni la historia de la
28 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Presentación: las relaciones de la educación con el conocimiento 29

filosofía del conocimiento pueden prescindir de sus mutuas contaminacio­ educación, las formas de organizar los conocimientos en la enseñanza,
nes. Sin embargo, es un rasgo deliiJ,l111<!9JTIQQ�IllQ_�Lmt�n!o d� antonomizar las relaciones que el docente mismo tiene con el conocimiento.
. ente del conocimiento validado
los prº·c¿�§..�s. ci_�l COI}Q9imi,�11to, particularra
..
La hipótesis básica es dis�ing_!:l_�. un-�onc�p_f!?._ t!!f!m !.a en!�.P!.�§C:..!i:P._�[}!fl cJ..e
..

como '��!�J:!�fj.s:o", de los avatares. de los proceso�_§..q.fiales Y.-ª11� pr��iQnes


..
�<!'!!��..fi<2��.Qe un concepto e�fJi..C:!f!JE.fi!l1f!.J!f2E!!!:.f!:.?Íl!Q,, que agrega a las "pres­
e���llf�S.�J�.S9E!Pi���E.Ji:��iili��d�Y�aradójicamente, es t�bién cripciones sociales" en torno a lo que hay que enseñar la cuestión de la
parte de � idea de Ul!� "mo�Q!i,.9.E:_d" �Unt�m_o de au..tonomizar_lmtfm�s. legitimidad de esas prescripciones. Si bien en esta primera parte la óptica
de la �UCl!�tQ..n -que se corresponden con los fmes de la socialización y está más centrada en lo prescriptivo, mientras que en la segunda parte los
la hum�?ación- de �os complejqs gr<¿_��Q§._Q�_kgitimación...d. e .la produc­ .
trabajos se centran más en la óptica estrictamente normativa, Jo que ver­
c!§_g._y _k@ftmª-QQ!llfe-).9§�.�QriQ¿i@.eñtos.
_
daderamente nos preocupa es mostrar la necesidad de pensar críticamente
Sin duda que esta �ituación se tradujo en la necesidad de introducir las relaciones entre lo que se prescribe enseñar y lo que se debe enseñar._
la crítica en todo intento de fundamentar tanto el conocimiento como la Por lo.cual esta distinción tiene un valor más bien heurístico y operativo.
educación. Es el costo de ganar la autonomía frente al dogmatismo, en
las formas de comprender el conocimiento, y frente a la imposición
autoritaria, en las formas de· comprender la educación. Es lo que Kant
llamaba la "revolución copemicam1" en las "razones de conocer"' y lo
que podríamo.s llamar la "revolución rousseauniana" en las "razones de ·

educar".
La ilusión mode.ma, en cuya crisis queremos situarnos para reflexio­
n�, �onsistió en la extraña construcción social de una educa<;j.Q:Q. re@_G_i,­
dA,..E... un !flétodo.ÍI!!!l��p.je �J?!Q.Ce�Q...!!!.ÍSffi..Q. detf9nOciJJJ.i�nto,,.c.asi _un .
mero "discurso del método" y, recíprocamente, lª_f91!ª!n!f��iQ!L�9.�iªL<:ie
un con2E.imient�.-��g_!!cido solamente a los procesos -�oci_ql.Qs..il©_lª--�d!l­
cación, casi una mera "c11ltura escolar". Dicho de otra manera: la ciencia
se"IfúsionÓcoiÍ�do:nri�;. ¡;;¡;������-;�sociales de la·educación, y-la edu-
cación se ilusionó con dop:1esticar los procesos críticos del conocimiento.
Ni la ciencia, sin dejar de ser "autónoma", deja de estar relacionada
con los fines sociales del conocimiento, ni la educación, sin dejar de ser
"autónoma", deja de estar relacionada con la fuerza crítica del conoci­
miento_�
En estas "contaminaciones" de discursos "autónomos" quisiéramos
reflexionar. Por de pronto, proponiendo una noción de educación más
comprometida con el conocimiento, y por otro lado, proponiendo una
noción de conocimiento más comprometida con la educación.
Esto se traduce en una serie de problemas que se intentan abordar en
los capífulos de esta primera parte: los fundamentos del currículo, la
noción de contenido educativo, las formas en que el debate epistemoló­
gico incide en la determinación de las competencias buscadas. con la
. .
1

LAS CO /V\ PLEjAS RE LAC �ON ES


E LA E DUCACIÓN CON E L
CO NO CIMIE N TO , COMO
PE RS P E C TIVA · PARA P ENSAR
LOS FUN - DAM E NTOS D E L
CURRÍCUL O

Se propone en este capítulo mostrar cómo las diversas _d�ens!9_l?:.��"y


t2§,.�.Y�!�.2.� !!�J�.��t,Q.��ue habitualmente se incluyen como "fundamentos
..

del currículo" r�fittr.tt!!, �ri última instancia, .'!..!!!.QQ.Q�- de e�pliCÍt�Jªs


..

complejas.x�Jª�iQll�1?�º'-��1a edJ!9.!!CiÓJ;l�Q!L��l."f�Q!lQ�imi�!ltQ . L:>--:,


Se divide la exposición en tres momentos: una introducción -que busca
definir qué se entiende por !Y:...1J:!LamentQ§�..del .fJ:L!tfq_ulo-, un desarrollo de
la idea central del trabajo -que intenta explicar por qué estos fundamen­
tos hay que buscarlos en los modos como se explicita la función social
de la escuela de educar mediante el conocimiento-, y una conclusión
-donck se muestra la incidencia de esta perspectiva sobre losfundamen­
tos-, para la organización currir¿!!!í!.!.J.!fl.JQ�J:.QlJ:,ff!.Yl:_i.cf../!.� f!.��tE_(l_tivos.

LOS

Es sabido que la misma noción de currículo tiene una variedad de


acepciones y conforma un verdadero campo teórico problemático.1 Jus-
- �-.-·---· -------��---..

l . .Cfr. el excelente trabaj o de Flavia Terigi, "Diseño, desarrollo y evaluación del


currículo", Buenos Aires, MEC.PTFD, 1 993, donde se presenta la discusión actual sobre
el concepto.
32 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Relaciones de la educación con el conocimiento para pensar el currículo 33

tamente sostene1nos que un criterio para evaluar estas diversas concep:­ Los .flJI;ldiD!!�l!tQ§ c1_et (:llrríc;ylo , son, en definitiva, lp� _gri1�IiQ$ que _

cioJ!es ge currículo pasa por los modos de operar, cada modelo concep­ l�gi1im.0ll s.us prescripciQ.!l��-§.Q!:Jr�J_q:_�p�s �p�!:za.
tual, las relacione.s de la educación con el conocimiento .. Es decir, en esos l!tt. !] r!ID§L_f!i!�!i9 !=le legiti.tuación tiene que ver con la qoherencia nor-
modos discutir sus fundamentos. _pyati};f}�� en-reiaCión ·c�n la Constitución Nacional y la Provi.t�aar=�o�����­
Es sabido también que en la transformación del sistema educativo diente, así como con la Ley Federal de Educación y las leyes educativas
argentino, en consonancia con la nueva L�Y: F§d�rf!Lde EIJ11f�jgp, .�4. 19,5
. provinciales, cuan4o las haya. Una prescripción curricular que contradijera
de 1993 ,_.S.� SimOne lª_yjg_��!ª_c;!�.Yill:iº§...�.f !!IÍf�lQ.S.,, conforme a la clara estas normas mayores convertiría al currículo que la contiene en un cuniculo
.

tendencia des_��mrali;?;ªd_Q:ra y federal de la nueva ley, pero se supone mal fundado, o simplemente infundado. Este criterio no hay que entenderlo
también, para---asegurarla:- unidad del sistema, que §e_ . cgt!JPP:r:ti':4 .l:lP.:a como de coherencia puramente formal o extrínseca, sino que SJ!P..9.!1�:.��-!:l�r­
concepciQ!!A��ºt�ñ.Q.'" C�!!is�ular, · con QAS"e_S_ f9J11U11�� con componentes
•. do_:_c_on los :mfucipios Jundantes �Q��ual_guie�r2li�'.l:�d����_t.iva. En realidad,
referidos a las mismás cuestiones, con definiciones de criterios de orga­ se t:t:�ta�@1J�l!��nto.EilEgQgl�Q:Rolfti.E.Q�J'.. P_or lo rr!i�!!!2 f!!�2�Y .§Qcial, ..

nfzación de los contenidos que mantengan pautªs _C()@U!l,��· 2 de cualguier curri,c!J!g�


..

.
Este desafío de diversidad y unidad sólo puede ser sostenido desde !J!l_ segundo crit�ri9 de legitimación tiene que ver con la consistencia
una elata definición de las rt:Jaciones de la educación con el conocimien­ racional de las nrescrinciones curriculares sobre la enseñanza, tanto ·eii
to, es decir desde los fundamentos de todos y cada uno de los currículos.
.
; �
��-Ci��::��:-�reii;; ;¡�� �(�i��iirº-i�Cie-¡º-�9ii8tni�ciólij,_�!�QS!�g�_q�:.
Tanto frente al problema teórico para definir un currículo, como frente como a las argumentaqioYI.f!S ,_q��--P��ten compr:_���E��: �!C.P_l_���!��..
a los desafíos prácticos que implica construir diversos currículos compa­ justificarlas. Este criterio supone mucho más que una mera prolijidad -
___

tible�, la reflexión sobre los fundamentos nos parece imprescindible. formal en la construcción y la presentación de los diseños. Supone _p_�p_�r
Pero, ¿a qué nos n�f�rggQ�.-�.l!�.Qg . .bsblamQs ,de_fundamentos-:4e !Jn
.. .. e�go una comprensión de las relaciones de la educación con el co­
currículo? nocimiento. En realidad,'re .trata-del fundarnentop�-&tg;{gico:epistemoló,-:-:
·-

--Para ��sponder a esta pregunta es neces o acordar que el roblema


�t<I�--=�!}?_.�S.��E�!!!E.�_:l�J?2-Í.EEE9..? ���- �l!'!JgY!t?E.�9:!rtif..l!!g:
' •-- �-·----��-..._,.._,...,.,. ,�-·-,�·<Y·-....�
....,_ ....... . -�-·....-.:.. ,oo-.,_�,_, �-.,..-., - --�···�""'''�-���-"•"�--�-- -�U"P',-��....�.· •

de los fundamentos
.
. se. plantea
· a partir deari
· .. . .
·· ··
la pretenstón,:
. · · · · · · .· _!lO.[IJJ
-. - . · . . _
·.¡):
· · - pC!· fiyp. . ". �el • - lJ,n,..t�!f�L-Stit�rio de legitimación tiene que ver con la p_Iudl(!�ciq__rq�---·
..

currícu,!Q... En la resolucióñ._Citada-del.-Conse}ü 'FféCíeraCde-cuifura)T"Edu- , zona?Jze=cre TaS -prescripciones curriculares. sobre la enseñanza, ·¡o· cuál
cación, cuando se describe la función del currículo, definido como "ef{.- ·permitirá su aplicación· y eventualmente su transformación. Este criterio
..plicitación_ fundªªª-��-��QY���Mi:Y_" ��-=�ª Q]�:-J" claramente se habla define con cl�dad l�)S_ flJfq!10:���!:l�Jll.� p��S.C:�iEC:!�:mes curriculare�, no
.
de "establecer las normas para la especificación, evaluación y mejora­ solamente ef! relª-ción con lq�j�IQS es]2�@ble§_§_ino tmnbién en relación
miento de los contenidos y procesos de enseñanza y aprendiz�e en di­ )
con lo que _ l}O es prescriptible. clifricularmente, y a lo que, aun siendo
versos contextos políticos y socioeconómicos, y servir como código .común �l prescriptible,. se Úpta''por Ciej'arlo 'al libre juego de las decisiones institu-
'' .

.. . .

para la comunicaci�n . entre los distintos protagonistas del quehacer edu­ cionales y áulicas. La contextualización, la innovación, la evaluación
c�tivo-;;�Setraia: . en-defíniiíva, de un conjunto de prescripciones para el permanente dependen de la razonabilidad de las prescripciones. En rea­
trabaj"o y la comunicación docentes. lidad, se trata del fundamento pedagógico-profesional, y por lo p.li�l?}Q
Entonces, la cuestión de los fundamentos del currículo es un problema A.igªc- tico e institucional, de cualquier_ currículo.
de legitimación de las prescripciones sobre la enseñanza que lo definen. r� p��,���ip-¿iü;;.�;--��rriculaies'cü'i1erentes� consistentes y prudentes son
1 las que están fundadas en razones políticas, epistemológicas y profesio­
¡1 nales. Creo_g_�illJugª-I d�l14� ..s�jiW�grªn 1Q§_diYt;ISQS fundamentos, Y
2. Cfr. Resolución no 37/94 del Consejo Federal de Cultura y Educación, Buenos 1 por lo mismo dond?���()i;strny��_rea!_l�_gitimª-_�i2!!. c!�Jª�-P.t:�ªfi129o-
� nes curriculares es la definición misma de la función social de la escue-
-· _

Aires, julio de 1 994.


,. =-�··�·""':=�;::�:;:;:�;�·;-;
; :;-:;:;
;;::: ::;:�:-:;;e::::;.�;:�:: ,;; ·
\."'�--- .. ,._ ---------- ' ____..__ ___ ..,_.�,�--�----."�"-''"'"""���..
34 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Relaciones de la educación con el conocimiento para pensar el currículo 35

cuando se la entiende con toda la carga política, epistemológica y de lugar donde se enseñan conocünientos válidos y se ap;renden conocimien­
profesionalidad docente que implic� verla como 1;:t_J��ª--dí2..JSO_<:;jalj_?ar tos válidos.
Jil§.f!i'!lelt la -�J;l-��!i���-4
�1 : ente . Paso
�.-�2�1!2�il'!!!�ll!Q§J�gitünª<i9A..P.1Íb1i<:mn Que la def:hlición misma de las relaciones de los contenidos educati­
a desarrollar esta idea, particularmente · f ecunda para plantear los funda- vos con la vida cotidiana, con las prácticas sociales y con el mismo
mentos del cmTículo. conocimiento suponga la determinación de fmes sociales del conoci.miento,
y que esa determinación obligue a definir una gama variada de compe­
tencias para el desempeño social y la realización individual, son elemen­
tos instituyentes de la escuela como lugar donde se enseñan conocimien­
tos válidos y significativos, y se aprenden conocimientos válidos y signi­
En realidad un -��rrículo �P.JJcita, de alguna manera, l[ls compleja;� ficativos.
'rg]&f.k!Jies del Cf!nocimiel1JQ _con lqJ..QS;.ifKLqd_. Por de pronto _Q�fine unJ
modo de relacionarse con el .
... conocimiento, tanto cuando define la - ·
. ense- l �m�dli!nte. 1ª .en&�fLé:!ll.z.ª-.Q.�s;_QllQ�illli.�Il�­
·- -

ñanza como cuando defirie. el aprendizaje. Define también un modo de D� i�


.L.ª··��fH;;.u�lª�Siil
.�.,...;. ..!:-�"'';,¡"/':�L-::"·\C=:\.::o=...,=--·"-�,;:\..¡¡'"'"'"'""'···-:_.,,
,r¿.;;.·;:::::"r·.'f.n':)�;.:.;..�:...� ,_ --�--'·--·'·'--· · --. "· .·· ,. .,-..�--.

tQ�1�&!ima,dps Jlúbli�.wnep.tQ�.
entender. el conocim.ien!o mismo cuando define los contenidos ec].ucati­
vos. Define, finalmente, . un modo de entender las._ relaciones. del con9ci�
miento con la vida cotidiana y ����!;;··p�á�ti��t�,���J�-��--��-"�;t��3·;;ia-' j Quisiera aclarar esta definiCión para completar la idea de la escu_�l�
ciones se explicitan:
·

como institución donde se enseñan y se aprenden conpg_i!Jliep.Jps vªlidQ�


y significativos:
l . Los modelos deseables en la constn1cción del sujeto social del Que 1ª-�§guela socializa quiere decir, en realidad, que resig!JJ.fica .9Pll­
conocimiento; tj.nuamente procesos socializadores �teriore� y simultáneos, �_!.����� de
2. criterios para el control de la circulación social del conocimiento; !a escuela y ex��riores a ella. La escuela no inventa la .�<§i�!�ª�ión ni la
3. logros esperables en relación con los fines sociales del conoci­ monopoliza. Lo que sí hace, o debe hacer, e_�_resignifi�ar_l�.<;l����-. 1ª,�ºª�­
m.iento. ílap�-ª: -..
Que l a §g_g_!ª'li�ªg9n sea lJ!.�.fl.!qJ!J!..f!.. E.��!!:§.e. ñqnza quiere decir que la
Que la �oci@.;?;.���?n ae los individuos suponga la . �Qgg.t'1.lC��-ºp. _9.�_Un _
escuela r�c;Tt::q g�!?-�inuamente cp12��J.J:rd�n!2� .1?!99:1:!S:�-42.�.�-I1"2!!9..�.-�9!Jtex­
u�;:J�!2.}2fi�Lq�Lg�gggg���!}._to, y que esta construcción necesite la inter­ tº-ª �SQ�.Íé!l�§ y, para qué los produzcan otros sujetos sociales distintos del
vención explícita 9-e suje�os que enseñen conocimientos para que otro� maestro . La escuela no inventa el conoci:rm�l!:to ni monopoliza su circu­
los aprendan, �§c�L�l����nto,j;Q�� !!:!��nt�--$1:�"�!�"��-����-!.�-�?.�o . !ug � social lación. Lo que sí hace es ensefíarlo; iP:!e.P:�AC?P:al,rn.ente, sistem�ticétlf1e,�1.te,
do11ci�. �.�"�_l}§�!í3l_L_l:l?f!Q_�j!1'1���1tQS' Y.· -�-�- ap!-:�!1:9-�!l_C,Q!:l_QCi!Jlielll.<?S . J?..ílblicam:_en!�:
Que la definición misma de contenido educativo -incluyendo por ejem:\� Que la enseñanza sea de conocimientos legitimados públicamentg quiere
_

plo conceptos, procedimientos, normas y aétitudes, y la selección de losj decir que la escuela �:g,;;{;ií_ª g ..tQ(iQs,. sin restricciones ni exclusiones, de
contenidos que se enseña.11 y su organización- suponga la construcción todo, sin censuras ni exclusiones, E.CJ:!��Jq_[J_os, en un clima democrático .
de una red de _contrQL social d�l conocimientQ_ _gu� cir��:üa, y que esa y pluralista�_Esto no quiere decir que le dé lo mismo enseñar a cualquiera y
construcción suponga la opción explícita de· criterios que legitimen las cualquier cosa y con cualquier fin. Quiere decir, por el contrario , qtl�
definiciones tomadas, son elementos instituyentes de la escuela . como 1t;giti.11l_ªjº_ gg�--�ng�ñ-ª. p�Qli�ªP.:l:�P:!�t .�in ºi.��!üW.n��ione s �J_g_�¿��J.�_.
36 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Relaciones de la educacióú con el conocimiento para pensar el currículo 37

sin dogmatismo en la selección de los objetos, sin autoritarismos en la Como lo hemos tratado de mostrar en otro lugar,4 la disciplina.riec1ad im­
pr��tica de los métodos.3 plica un recorte en el conodJ.lliento desde, _por lo menos, tres criterios: la
Creo que en estas .formas de plantear las relaciones con el conocilui�p.­ cdin:imicabilidad;Jfl inserción en las prácticas sociales, Ja especificidad de
"'to, tanto deLsujeto social que enseña CQIDQ del que aprende, tanto en contenidos y métodos.
_rela�LQ!-1 <�()n lo� eQn!�lliclQ� _qtl� s�leGciona _ como conJas comp�tenc;ia�
que pretende form�, es donde, realmente, hay qne _b.!JS.Car los funclapit;n­ l . Los conocil!llentos se agrupan disciplinadamente para facilitar su
tos del currículo. comunicación, su enseñanza, y al mismo tiempo regularla y condicionarla
a una serie de pasos y saberes previos. Se trata de un concepto didáctico
de disciplina.
·

CQJL!{�_QQ/ilYQ!AS PAM_ U flRGANIZAClÓN


__
2. Los conocimientos se agrupan disciplinadamente, además, para fa­
DE_LQS ..CONTBNIDQS E;I}[.[CAT[VQS cilitar la adquisición de competencias determinadas necesarias para la
vida--sociai,-y -también para regular y condicionar su prod1lcdon y Circu­
Es en este contexto que quisiera propone;r algunas reflexiones sobre lo Iadón desde ciertas finalidades sociales. Se trata de. un concepto instru­
que podemos llamar "el formato ·escolar del conocimiento", es decir las mental de disciplina.
3. Los conocimientos se agrupan disciplinadamente, por último, desde
�_g_ue se org�;?_'!,Ja en.�eñanza de Jos -conocimiento s, limi­
_ __

9iertas características propias, según los campos de la realidad a que se


tándome solamente a un aspecto: los agrupamientos de los contenidos
refieren, los tipos de categorías que utilizan, las formas de construir las
educativos con criterios disciplinares, 1nterdisciplinares y transversales.
teorías y de controlar las afirmaciones, las hipótesis, los modos de ex­
Es claro que el "formato escolar del conocimiento" tiene otras muchas
plicación y la propia historia en la que se insertan. Se trata de un concepto
variables: criterios políticos de selección de contenidos, concepción mis­
ma de contenido educativo, modos institucionales, condiciones laborales
epistemológico de disciplina.
y de formación de los docentes, dispositivos espaciales y temporales,
En cierto sentido, este modo de agrupamiento "disciplinar" parece
demandas sociales, criterios de evaluación de rendimiento, etc. Pará el
corresponderse con los p_rocesos mismos de desarrollo cognitivo, en los
tema de las relaciones educación-conocimienoo, como fundamento del
diversos contextos sociales. La ley de la diferenciación y la especializa­
currículo, es particularmente significativo este problema.
ción, a medida que crece la complejidad, parece verificarse en la historia
de la ciencia y de la educación. Sin embargo, los agn1pamientos dis­
ciplinares. de los conocimientos desde los tres criterios señalados -su
l. 1 El formato escolar disciplinar para el conocimiento -G�
enseñabilidad, su inserción en las prácticas sociales y su especificidad
propia- fueron acompañados siempre por complejas reglas de dematc�­
Que el conocimiento aparezca socialmente organizado en disciplinas es ción de fronteras, de leyes para permitir o prohibir el tránsito de un gn1po
un complejo tema, que pertenece simultát1eamente a la historia de las a otro, de luchas por reconocer jurisdicciones, por intentos de subordinar,
ciencias, a la historia de la educación y a la sociología del conocimiento. jerarquizar o hegemonizar. ,�os formatos disciplin�es no sól() rt;�Q_!l.Q�t;n
dife����!�s de conocimientos sino que diseñan también un universo_del

3. Cfr. C. Cullen, "La escuela como vigencia de lo público en la crisis del estado",
Revista Latinoamericana de Innovaciones Educativas, Buenos Aires, V ( 1 993), págs. 1 1- 4. Cfr. C. Cullen, "La interdisciplina", ad instar manuscripti, Universidad Nacional
23, cap. 1 , parte segunda, de este libro. de Santiago del Estero, 1980.
38 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Relaciones de la educación con el conocimiento para pensar el currículo 39

saber, asignando lugares y funciones, para de este modo asegurar la uni­ El modelo enciclopédico, propiamente disciplinar, homogeiniza los
dad del sujeto social del conociilliento, garantizar el control social de su saberes que incluye, rompiendo jerarquías, pero lo hace separando entre
circulación y realizar eficientemente sus fines sociales. sí los saberes, y excluyendo saberes que no cumplen las condiciones de
En este contexto es oportuno pensar el llam.ado, con nmchas impreci­ validez, que dan la visa o el permiso para transitar por la Enciclopedia.
siones, modelo enciclopédico,típico fmmato escolar para orga­
moderno La lucha por autonomizar las esferas del saber científico, moral, esté­
nizar los contenidos educativos. tico, rompiendo sus mutuas dependencias , propia de la modernidad (y
Entiendo por "modelo enciclopédico" el que organiza los conocimien­ por lo mismo progresista en relación con la Antigüedad),7 se sostuvo, ·en
tos por aquellas diferencias disciplinares, legitimadas desde su pertenen­ el campo educativo, produciendo efectos de separaciones y contamina­
cia a un registro de conocimientos válidos (científicos), que se suponían ciones que vale la pena mencionar. No fue precisamente la de"pureza "
neces&-ios para tener' una formación "general" (opuesta a una profesional la razón, qúe había legitimado esa autonomíá en el programa de la Ilus­
y, específica). Este. "registro", por su pretensión de totalidad, por su cri­ tración, la que presidió 1a organización escolar de los conoci�entos.
terio arbitrario de orden (el meramente alfabético) y su criterio histórico Alguno� _Ee esos saberes -la moral, la política, por ejemplo-, exclui­
de exposic�ón en cada caso .(acumulación progresiva del conocimiento en dos de la E_E.ciclopedia, quedaron confinados escolarmente en el campo
la disciplina correspondiente), ' es . llamado, precisamente, enciclopedia� de los gr��es fines de la educación, abriendo la tensión entre "forma­
Este modelo enciclopédico se presenta con clara intención crítica ciel ción" (del _�uen ciudadano, del carácter) e "instrucción" (en los saberes
modelo jerárquico,típico formato escolar antiguo,
par�_.?rganizar los científicos) , y otros quedaron relegados al submundo escolar de los lla­
contenidos educativos. Entiendo por ."modelo jerárquico", el que organi­ mados "sa�eres" (o materias) complementários(arte, educación física) o
za los conocimientos por aquellas diferencias disciplinares , regidas por la p11estos e�_ese extraño lugar _de lo extracurricular o extraescolar(temas
"dignidad" de sus objetos medida según criterios de mayor o menor relacionadgs con la vida cotidiana, por ejemplo).
aproximación a las ideas o verda,des esenciales, y que implica relaciones · Estimo. que e]_�fecto que se produjo fue una progresiva pérdida de la
de subordinación. signifiCación social de la enseñanza escolar, que se manifiesta, por un
Por ejemplo, la filosofía tiene un objeto más "digno" que 'las matemá- lado, en efalejamiento (o brecha) de la vida, como lo testimonia el pode-­
ticas o la física, porque estudia el ser en cuanto ser, y no al ser cuanti­ roso movíiñiento crític() de la Escuela Nueva, y,' por el otro, en la nor­
tativo, o al ser cuantitativo y en movimiento. Por otro lado, hay saberes malización, cada vez más fuerte, de los contenidos enseñados, que se
que tienen una dignidad sólo instm.mental, y entonces son introductorios alejan progresivamente de las fuentes de producción de los conocimien­
y propedéuticos, y están subordinados al servicio que prestan a saberes tos cientí:f]�os y tecnológicos y de los debates sociales correspondientes.
con dignidad más susta._ncial.6 Se legitima esencialm0nte una-jerarquía de Creo que los diagnósticos de la llamad� Pedagogía Crítica, en relación
saberes . Hay saberes "inferiores" y saberes "superiores". con ·el vaciamiento de contenidos y de pérdida de significación social de
la escuela, son un buen testimonio de esta situación.
El problema radica en que· este modelo "enciclopédico" constn1yó un
>s�jeto soeial del conocimiento, escindido en sí mismo, desfasado · del
término "enciclopedia" significa, literalmente, · t:nseñanza alrededor de", "en
torno a". En el uso moderno tiene claramente la connotación de "cultura general". Se
trata de algo así como dar una "vuelta" alrededor de los conocimientos, que se suponen
necesarios para la "cultura".
6. Un ejemplo paradigmático lo da la forma de organizar la enseñanza que propone el del tr.iviwn, o saberes propedéuticos e instrumentales, y el quadrivium, o saberes
Platón en los libros sexto y séptimo de República, donde se ve claramente la diferencia sustanciales, referidos o contenidos "importantes".
de "dignidad" entre saberes "corporales", "técnicos", "prácticos", "dialécticos". Otro buen 7. Cfr. J. Habe�as, Der philosophische Diskurs der Modeme, Frankfurt, Suhrkamp,
ejemplo lo da la forma medieval de organizar la enseñanza, distingLiendo los dos tramos, 1 99 1 .
Relaciones de la educación con el conocimiento para pensar el currículo 41
CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

cional), y de "ciudadanía moderna" (en tém1inos de educación para el


sujeto cultural que lo sostiene; sostuvo, como criterio de control social para
pluralismo democrático y la convivencia con la diferencia cultura1).8
circulación del conocimiento, el "despojo" de saberes previos (y con
Es en este contexto donde aparecen dos modelos de formato escolar
ellos de contextos socio-económicos diferentes), y la consigna de la "neutra­
para el conocimiento -el interdisciplinar y el transversal-, que son dis­
lidad" y de la . "norillalidad" de los saberes enseñables (y con ellos la
tintos pero no excluyentes;yque-quisiera defender :no--como dos modelos
exclusión de la historicidad, el conflicto y·la crítica); finalmente se ilusionó
que niegan el formato disciplinar moderno sino como dos _!!tQ<:lelos que,
pensando que con la adaptación a la sociedad unidimensional y a sus
bien entendidos, critican y corrigen las "ilusiones" enciclopedistas y las
. valores hegemónicos se lograrían los fines sociales de la educación, que "ideologías" de tipo reproductivistas o marginadoras, que con mucha
'una retórica repetida y ampulosa formulaba, y sigue formulando, como frecuencia se les asociaron.
"formación integral _ del hombre y del buen ciudadano". Digo esto porque creo que se debe tirar el agua sucia de la bañera
,J{ / ·

después de lavar al niño, pero no se debe tirar al niño/ En nombre de la


· integración il;!!_�rdi�9P!!.!l� de contenidos se introducen muchas veces, en
�Z· El formato escolar interdisciplinar la escuela, las viejas jerarquizaciones esenciales, con exclusiones de al­
y el transversal para el conocimiento .
gunos contenidos disciplinares y con forzadas integraciones de otros. Y
en nombre de los contenidos trª-!!§}'er§..'!l�§, se corre el peligro real de
Ante la evidencia de un sujeto social del conocimiento, escindido �n vaciar de contenidos disciplinares a la escuela.
sí mismo, fragmentado y disperso en sus saberes y sentidos; ante la Me - limito a describir algunos desafíos que presentan estos nuevos
evidencia de que _ lo� criterios de control de la circulación del conoci­ formatos escolares, para pensar la relación educación-conocimiento, con
miento, puestos en el no reconocimiento de · los �-ª-12�!�� :QI�Y�Q§ (y sus
.
la sola intención de formular una tesis: necesitamos encontrar con inte­
contextos de diferencias) y en la exclusión del cónllicto y. ele_ la .innova­ lig�ncia la justa proporción de contenidos disciplinares, interdisciplinares
ción en la "normalidad del saber'', no lograron ni superar las marginaciones y trm;¡�syersales, para asumir hoy, con responsabilidad, nuestra tarea de
ni resolver el fracaso escolar; y ante la evidencia, finalmente, de que la socializar mediante el conocimiento, es decir educar.
adaptación pretendida generaba sólo . competenci� salvaje e individualis-
. mo social creciente, la escuela reacciona e intenta, fiel a su naturaleza . a) El formato escolar interdisciplinar
de institución socializadora por el conocimiento, cambiar sus formatos Quisiera señalar algunas cuestiones:
escolares para el conocimiento.
Se revisan los criterios de selección de contenidos y la concepción l . Lo interdisciplinar es dependiente del tipo de relaciones que efecti­
misma de contenido educativo; la didáctica separa las teorías de la ense­ vamente se van dat1do en la producción de los conocimientos científicos y
ñanza de las teorías del 9.prendizaje; se discute la pedagogía por objetivos tecnológicos. Estas relaciones van desde la mera yuxtaposición (multi o
y, revalorizando los contenidos, se avanza hacia una pedagogía por com­ pluridisciplinaria), para dar cuenta de aspectos disciplinares involucrados
petencias, se discuten los fines sociales de la educación tratando de rom­ en un problema u objeto que sin embargo es definido como extradisciplinar,
per la mera adaptación o reproducción, y el servicio a un pretendido pasando por verdaderas relaciones interdisciplinares, que transforman los
desarrollo lineal y reductivamente pensado. cuerpos teóricos y categoriales de las disciplinas intervinientes y que a
Se busca una formulación que explicite, al mismo tiempo, el desafío
y el fracaso, como hace, por ejemplo, el informe final Edúcación y co­
nocimiento, de la CEPAL-UNESCO, cúando habla de formar para la 8. Cfr. CEPAL-UNESCO, Educación y conocimiento: eje de la transfomzación pro­
"competitividad" (en términos de inserción en un nuevo ·orden interna- ductiva con equidad, Naciones Unidas, Santiago, Chile, 1 992.

...:..- �
42 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Relaciones de la_ educación con el conocimiento para pensar el currículo 43

veces proaucen o crean nuevas disciplinas, hasta llegar, en algunos casos, lista. Es decir que el sujeto social del conocimiento, deseable de cons­
a verdaderos planteos transpisdplinares, logra_ndo -como defmen algunos­ .Jruir, no es ni una unidad metafisica (esencial) ni una unidad meramente
una axiomática comím a varias disciplinas. , trascendental (a priori). Es una unidad s_Qcio-histórica que se construye
por mediaciones e interacciones.
"··--·�· ··��·-·

2. En este sentido, la interdisciplina, como problema epistemológico, Por otro lado, se trata de reconocer que el criterio de control social del
se mueve desde la lógica y la historia de las disciplinas, no siendo fácil, c9nocimiento que circula es el uso público de la razón, pero no entendido
muchas veces, distinguir cuándo se da eíectivamente y cuándo se trata como el uso puro de . la razón de un yo epistémico al abrigo de los
sólo de la confluencia de muchas o algunas disciplinas, en�el tratamiento condicionantes sociales y personales, sino como el diálogo racional y
investigativo de algú11 tema o problema. La transíerencia al Íormato escolar argumentativo de un "nosotros pensamos", que se constituye como co­
pienso que debe limitarse a la planificación de algunos núcleos interdis­ munidad científica, y en nuestro caso como comunidad escolar.
ciplinares, sobre la base de una organización disciplinar de los conte­
nidos. b) El formato escolar transversal
Aquí también quisiera señalar algunas cuestiones.
3. Esto no quita que, por· razones de trasposición didáctica y de lo que
hemos llamado "operación pedagÓgica", puedan darse, sobre todo en el 1. La presencia de contenidos transversales en los programas educa­
nivel inicial y en los primeros ciclos de la EGB, Íormatos organizados tivos obedece a una lógica distinta de la de los contenidos interdis­
· por "áreas", conscientes de que este tipo de organización no responde ciplinares, si bien se inscrib�, como aquélla, en la misma intención de
necesariamente a razones estrictamente epistemológicas, sino a una lógi­ resignificar socialmente a la · �scuela.
ca d�terminada del trabajo escolar.
1 a. La interdisciplina critica al formato enciclopédico en lo que tiene
4. Con estas aclaraciones creo importante formular dos reglas en re­ de compartimientos estancos y de supuestos ilusorios en la uni­
lación con lo interdiscipli..nar como formato escolar del conocimiento: dad trascendental de lá razón.
1 b. La tran�Jersalidad, en cambio, apunta a otr� �rríci":"\que es la
1 a. Integrar sólo lo integrable, explicitando las razones. Negativa­ desvincuJación de los conocimientos escolares en relación con los
mente, se puede formular como "no Íorzar integraciones ni caer problemas sociales, relacionado con la separación de las esÍeras
en un integracionismo in_fundado". de la cultura y con la pretendida neutralidad y no conflictividad
2a. Trabajar las relaciones posibles en el universo de las disciplinas de la razón . enseñante.
escolares y no solamente en los contenidos científicos, que las
fundan en sucesivas mediaciones. Negativrunente, se puede for­ 2. En este sentido, se suele decir que los contenidos transversales
mulru· como "no excluir a priori de posibles relaciones a ninguna responden a dema11das sociales específicas y no a la lógica de las disci­
disciplina escolar". plinas o de las posibles interdisciplinas. Creo que, básicamente, esto es
cierto. De todos modos, quisiera hacer algunas precisiones que me pare­
Se trata de dos reglas que funcionan de modo simultáneo: no forzar cen necesa...rias para no ideologizar el tema y caer en nuevos modelos de
ilusoriamente integraciones y no excluir dogmáticamente integraciones vaciamiento de contenidos en nombre de ilusorias respuestas a las de­
posibles. mandas sociales . .
Creo que el trasíondo de los intentos interdisciplinares es reconocer
que la unidad de la razón, como alguien lo ha dicho, es también plura- · Í a. . El hecho de que los contenidos transversales respondan a deman-
·
/
44 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Relaciones de la educación con el conocimiento para pensar el currículo 45

das sociales no quiere decir que los contenidos disciplinares e lógica disciplinar. En este sentido son transversales, porque tienen un
interdisciplinares no lo hagan. El riesgo de legitimar un nuevo aire de familia con lo transdisciplinar (contenidos más formales) o bien
"academicismo" en las disciplinas y una especie de "pragmatis­ con el pensaritiento crítico (contenidos que relaci�::man la teoría con la
. práctica).
mo" (en el mej or sentido de la Escuela Nueva) en los contenidos
transversales me parece peligroso. Lo .que ocurre es que los con­
tenidos transversales se hacen cargo del planteamiento de proble­ Las preguntas:
mas significativos, que no quedan planteados desde las lógicas
disciplinares, aunque aparezcan atravesando muchos de sus con­ a) ¿cómo se definen estos otros contenidos que están atravesados por
tenidos. los que expresamente definimos como transversales?;
2a. El hecho de q1.1e · los contenidos transversales respondan a demandas b) ¿quién se hace responsable, cuando la transversalidad se la entiende
sociales espeCíficas no quiere decir que rt:presenten inmediata­ expresamente como atravesamiento institucional?;
mente esas demandas específicas ni que esos contenidos seleccio­ e) ¿cómo evitamos separar las formas de los contenidos o las actitudes
nados respondan a las verdaderas necesidades básicas de aprendí­ de las ·situaciones concretas? Es decir ¿cómo evitamos el riesgo del "for­
zaje. Este tema me parece particularmente relevante y complejo. malismo transversal" o de la mera "retórica actitudinal"?;
Por un lado, hay una construcción de la demanda social y, por el d) ¿cómo evaluamos estos contenidos?
· otro, hay también un largo camino de mediación en la determina­
ción de los contenidos transversales. La distinción entre necesi­ En realidad mis preguntas y preocupaciones pueden resumirse en una,
dad social y demanda social y los correspondientes problemas de con la cual termino este capítulo:
trasposición didáctica, para la enseñanza de contenidos transver­
sales, tiene que mantenerse, pensarse y asumirse. .
3a. Desde estas aclaraciones quisiera terminar con algunas afirmacio­ ¿Cómo formamos a los docentes para que su relación con el
nes y preguntas. conocimiento tenga simultánea y articuladamente competencia
disciplinar, disponibilidad interdisciplinar y generalidad trans­
Las afirmaciones: versal?

a) puede haber contenidos que "atraviesan" otros contenidos de dife­


rentes áreas o disciplinas, y de alguna o de todas. En este sentido, como Es que, en definitiva, las relaciones de la educación con el conoci­
diría Guy Palmade, son "codisciplinares";9 miento dependen, como condición necesaria aunque no suficiente, de las
b) puede ser que haya contenidos que son transversales, pürCJ.Ue atra­ relaciones del docente con el conocimiento. De esta relación depende,
viesan, en realidad, la práctica escolar en su conj unto y no meramente las como condición necesaria aunque no suficiente, que la escuela cumpla su
prácticas áulicas (son transversales, porque son institucionales); función de socializar mediante conocimientos legitimados públicamente.
e) hay contenidos que pueden ser transversales, porque por su índole Y_ del buen cumplimiento de esta función qepende, como condición ne­
procedimental y/o actitudinal no pueden quedar encerrados en una sola cesaria aunque no suficiente, que el aprendizaje escolar tenga que ver
con la producción de sujetos sociales con conocimientos válidos y sig­
nificativos.
9. G. Palmade, ln.tetdisciplinariedad e ideologías, Madrid, Narcea, 1 979 . . La relación de la educación con el conocimiento determina entonces que
46 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

_la escuela sea _el lugar de la enseñanza y deJ aprendizaje. Y aquí radica el 2
de los fundamentos curriculares, porque las relaciones de la
educación con el conocimiento son relaciones políticas, epistemológicas y
de profesionalidad docente. SABE RES Y
CO NOC H V U E N TOS
EN LA R ES I G N I F ICAC I ÓN ­
SOCIAL DE LA ESCUELA

HªblªLil.§ res!gmfjcación �gciill_f!.�Jª-�fJJf.�LÁ!a!!Plif dia@osticar una


p�rd.kl_LJ!: anh�lªLllnª-.I�cup.srrªcion.: Qué relación guardari con los saberes
,
y el conocimiento esta pérdida y esta posible rec:uperación de significación
social, me parece que es el sentido del tema planteado. Sin embargo,
quisiera hacer algunas precisiones iniciales:
·

1) ;podríarp.os ha,blar _ qe r�§_ignifiQC!ción social de la escuela ·CQ:lJlQ. Jin


-deseo cl� mantener yivo ..�go_gue sabymos está muerto o está mtu·iéndo_se.�
__

Este deseo encadena significantes, que marcan a 1ª �s_c._n�lfu�:_orno ''fgmp_IQ


__

del saber", á la ens�ñanz.ª CQJTIO "nQrmªlización en la· comunicación g�!


��!?_�r", al ªp_:r�iJ,g�:@jt; �9:mQ_G'dispi]2_linq en la apropiación del saber".
No quisiera inscribir mi dischrso en una melancólica nostalgia de la
escuela con significación social; que alguna vez hubo� Porque l}ace tiem:­
_p_o. _ qu�lQS s.éllJeres y lQs cQnºcirni�ntQS _abandonaron los templos. Hac�
_ _

tiempo que los saberes circulan socialmente desnormalizados. Y hace tiempo,


también, que la producción apropiativa de saberes y conocimientos rompió
los marcos de la disciplina escolar.
Rescato, sin embargo y como una forma de elaborar el duelo por lo
perdido, la relación que estas imágenes de "templo", "normalización'�' y
"di�c,:iptirm". ponen en juego: lá significación: social de la escuela tiene
__
48 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR, Saberes y conocimientos en la resignificación social de la escuela

CJ.llt; y�r c:on dJ!Jgar d� los s aberes :y _eLQonocimi.ento, y con la:s fonuas cisamente, seculariza �arranca del templo- la producción, la dist.ibución
d� J�t Jl�élll�@$lQ!1X .Ji�� Ja . ª!!J:9Piªc:ión. y la apropiación de los saberes y los conocimientos .
¿Es posible desprender la fantasía de una escuela con significación Pero ��!a "secularización" (expresión asociada a los procesos de mo­
social -que sí comparto- de las marcas del templo, la normalización y la dernización escolar, en tanto desacralización de la enseñanza y apelación
. disciplina, en relación con los saberes y el conocimiento? a la educación común) no consiste en que la escuela "laica" (dese­
cularizada) se convierta ella en "templo del saber", como espacio sagra­
2) Si hablar de resignificación social de la escuela pone en juego un . do, separado, secreto. Por el contrario, lo hace definiéndose a sí misma
deseo y sus fantasías� también refiere á una realidad y -� un pr()c;eso. bi§.!º--: COJI10 espacio público. La escuela, como espacio público, da a los cono­
rico determinado, que.�e inscribe�=-:ffiás bien- en.voiuntades polÍticas, y por c4llientos y los saberes, universalidad, criticidad, comunicabilidad. Y
lo mismo en una ver9::tdera lucha por la hegemonía sociaL Hay"hoy día una .como tal, tiene significación social.
construcción conflictiva de consensos en torno a la significación social de Lª-��L9idail�,.,�ignitifª�jgn._�Q�iªl.d��lªJ�S.Q\�l.C,t.li�!l�.,QJJ�.,Y§r, primero
la escuela, y no un "fin" ni de la ideología ni de la utopía de una escuela fQ!!Jª-. J11 fri§i.��g�JQ.:Rlͺ-lic;;g,�Y.ik loJ;!Ybli.�Q-ºQIDP criteri<l_de l�gitii!LqflQP
con fuerte significación social.
..

oc
_$ iill . . ..Q.�J-ª-�!!".f.!!
la�iQ..lli!e $ªbt;r�§. Pensemos esta crisis y no la destruc­
En este sentido, no quisiera inscribir mi discurso en una cansada re­ ción del templo.
signación frente a l_9_..�.1J.?.eluctable" del triunfo del neoliberalismo y su
ideología del tpragmatis�o�J, que reduce la cuestión de la significación 2) Mirmamos que -la enseñanza es enseñanza del saber y los cono­
social de la escue1�Cariiuevo y estratégico valor del conocimiento. Para cimientos. Es la práctica social -y no la "mística"- por la cual el saber
muchos, se trata de transformar el templo en un "emprendimiento", la y los conocimientos se hacen enseñanza, es decir comun1cación ordenada
normalización en un "eficientismo" y la disciplina en una "competitivi­ y fundada de sentidos. Lª.J;ns�ñ�za, com<:L QJ:ª�t!fª �o�!_�! cl�SJJl(tifi�a
,
dad" . Creo que uno de los operadores fundamentales de estas alquimias los Qroces��-��-�!������y---ªe-ªl�tr1�uciÓn d e Jos}����re.�jrJQs>�op.o�.
. .
viene dado por el concepto� cie uso indiscriminado, de "calidad de la cí@ent9§�··-gesfifiíáli'zan�ó1a:
-

educación", sobre todo cuando se la asocia al control y a la gestión · p;�t"'e�fá:¡�d�·sillitifibaCiÓn" no consiste en reemplazar un canon sagra­
social. do por una "normalización" del saber que, como ley sagrada, ritualiza y
Rescato de esta discusión, y como una forma de participar en la lucha esclerosa el proceso de transmisión . .Por el contrario, lo hace, defiméndose
por la hegemonía, la necesaria.relación d.�Jª .9WQª�L4�Jª �clJJ�ªc::,ipn c:mJ
..
a sí misma como el proceso dialéctico de normalización e innovación. La
el.c"onRcimiento.,._y_ el que se haya destacado sin vergüenza �lJ y_ql_g_L�co-
_
enseñanza da a los saberes y los conocimientos su procesualidad histó­
nóxoicQ. rica, y en cuanto tal tiene su significación social.
Ni melancólica nostalgia de lo que fue rü cansada resignación ante lo La pérdida de significación social de la escuela tiene que ver con una
que parece ser necesariamente así y no de otra manera. . crisis de lo histórico, y de lo histórico como proceso de transmisión de
Desde estas precisiones iniciales quisiera proponer para el debate al­ los saberes. Pensemos esta crisis de lo histórico y no la pérdida de la
gunas consideraciones sobre la relación del saber y los conocimientos normalización.
con la escuela y su significación social. Organizo la exposición desde
tres cuestiones que las anuncio provisionalmente: 3) Afirmamos que el aprendizaje es aprendizaje del saber y de los
cº11ociJ:r�.ientos. Se trata del tiempo, en el cual el saber y los conocimien­
1) La escuela no es "templo", sino escuela del saber y los conoci­ tQS_ se h'!cen aprendizaje, es decir producción articulada y coherente de
mientos . Es el lugar mismo donde el saber y los conocimientos se hacen s���s!()s. El aprendizaje "democratiza" los procesos de apropiación y
escuela, es decir procesos de enseñanza y aprendizaje La t;_s�:u�lª, pre-
...
pro��c:ción de los saberes y los conocimientos.
50 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Saberes y conocimientos en la resignificación social de la escuela 1 51

Pero esta "democratización" no consiste en "sujetar", desde una disci­ Porque lá escuela e s el lugar donde los saberes s e hacen públicos, es
o tutorazgo, el tiempo del crecimiento, que lo conjura y lo· salva de también en eüá donde se sintomatiza la crisis.
un "irse en vicio" sino que lo hace definiéndose a sí mismo como el tiempo Si los saberes que circulan en la escuela tienen una universalidad
autónomo de la creación y la producción. social de reglas de comunicación. restfi!lgida (que excluye a quienes "no están" en condiciones de ver -'
El aprendizaj e da a los saberes y los .conocimientos su tiempo lúdico, nifi�s, mujeres, esclavos-) � tienen una universalidad condicionada (que
-
es decir de producción gozosa y autodisciplinada de sentidos sociales� Y exige despojarse de · saberes previos), _pierden todét ��g11�fi�él.cióiJ .socia,t ._
es en cuanto tal que tiene significación social. ·
La resignificación social de la escuela pasa entonces por la vigencia
: La pérdida de significación ·social de la escuela tiene que ver con la c!�)Qo público . . Es decir 9.!-1� los saberes sean para todos, sin restriccion�s,
crisis de lo lúdico en la producción y la apropiación de sabere_s y cono-� · pero también �in expoliaciones de saberes previos. Porque la realidad no
cinrientos. Penseni6s esta crisis y no la falta de disciplina en la escuela. está' restringida por . arquetipos . ideales fijos -esencias- ni tampoco está
constreñida por formas a priori de la sensibilidad ni por categorías puras
del entendimiento, que deciden -a priori- la objetividad posible .
1�,-1d�""Gt{lSlJ.,,PF;:.I.lL.J:,: {J3
J JJ(;P"":lJl)l, J-Q/i".§@�];fgS
. b�-���!1:�!ª es el �§P4c:i9 donde el saber no se limita a reflejar esencias
ni qu�c1a const:reñido aJa tarea cie c<:mstruir objetos. Y, por lo mismo, no
Los saberes y los conocimientos se fundan hoy más en las virtualidades es--el espacio reservado a quienes pueden. sacarse el cuerpo de encima
infinitas y azarosas de lo real, que · en una pretendida esencialidad u
objetividad. Desde aquí es posible pensar la fecundidad, para crear mundos tura que traen para estar en condiciones óptimas para construir objetos.
posibles y diferenciados que no aten el conocimiento a representaciones La escuela . �s t;l espaci() . pq�lico_ c1el _ saber, donde los · saber(;_� y_ JQ�
y a mecanismos a priori, juzgados como únicos válidos. Esta idea de la. E_ono�!@�nÚ!� _llb�!@-1ª�- P ºsibks virtuálidades de lo reary--ias- diferentes
virtualidad de mundos posibles permite hacerse cargo tanto de los dife­ �. . ....... q� Jos individuos y los gnipos en su trato con lo :real.
energías
.
--- •.
.
. ,/
/
rentes puntos de partida para conocer, como de los aspectos diferenciales Lo público de! . sa,per es hoy ha,cer�e cargo de lo virtual y lo diferente,\
de la realidad. y_ consti.=Urr- ·desde ahí unidades de sentido y proyectos de acción. La \
. El �Q1):9���I1to no se funda en una visión esencial ni siquiera en una -r��gnif1caélon . sociál.de la escuela iroplic�,_ entonces, definir su espacio )
. .. ,........,.. .. .
_p��ci�'!!!l-ente como público, o -mejor expresado- como el ámbito donde J
• .. ..
1

representación objetiva. Se funda hoy en una siraulacü5n_ virtual.


Mientras la escuela siga pensándose como templo del saber, como ..�J . �aber. y los conocimientos se saben públicos. _./
-
ámbito para captar esencias o para construir representaciones objetivas
de la realidad, se desfasará de su significación social. Porque el saber es
simulación virtual de la realidad, y no captación esencial o construc­
ción objetiva. Y esto es así porque quien conoce no es ya una ''facultad
del alma", educada para ver, ni es una "función de la razón", educada St la escuela se define como el ámbito de vigencia de lo público del
para consu1.lit desde lo dado, sino que es sujeto ampliado, educado para saber y los conocimientos, esto tiene _que ver con la definición de una
imaginar posibles. práctica social. Porque la escuela es una práctica social: la de enseñar
Insisto en decir que ésta es una crisis de lo público, que afecta profun­ · saberes y conocimientos.
damente a los saberes y los conocimientos, que no pueden ya ni restringir Esta práctica social de enseñar, en lo que consiste la escuela, fue
su universalidad a quienes pueden ver ni condicionarla a quienes saben éomprendida por el mundo moderno -desde su peculiar comprensión de
construir. lo público- como una práctica social normalizadora, es decú- uniformadora
52 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Saberes y conocimientos en la resignificación social de la escuela 53

(universalidad sin restricciones), pero también homogeneizadora (univer­ Esto es posible entenderl o, porque la enseñanza no es ya y sólo una
/ "mística" sino una práctica social, como lo es la ciencia. Y la ense­
//
salidad metódica, que supone despojo de saberes previos).
La "mística" normalista, curiosa forma de -secularizar la transmisión de ñanza necesita, - como todas las prácticas sociales, que se atiendan
los saberes, consistió fundamentalmente en hacerse cargo de 1� normaliza­ /! tocios sus compone ntes. L a profesionalidad d e sus agentes, maestros
ción del saber y los conocimientos. Se trataba de su exposición sistemática, 1 \ y profesore s _garaqtizará su calidad y eficacia. Pero sólo condiciones
!��orales dignas podrán garantizar profesionalidad en la enseña��a.
objetiva_y metódica. La norffialización supone que es necesario acercar un
cuerpo ordenado de conocimientos fundados a todos los sujetos desprovis­
\(
\\ Porque recuperar la �ignificac ión social de la escuela, desde la ense­
tos de él, con la finalidad de homogeneizar el sujeto social desde el pará­
metro seguro que daba la ciencia normal. Se trata de iniciar en los para­
\ ñanza,
\e -.
\ -··-·-·---·· · ·· .
d1lcat1va.
no e·s sólo una demanda sociaL sino que es también una política

digmas de las . ciencias y en el paradigma de la cientificidad. Desde ahí,


como base compartida� aclarar los términos, ejemplificarlos.
A la normalización en la enseñanza le corresponde un saber normaliza­ ..
3._LtLS:RlSJ�JlKJ�Q,.llLJJ1C,Q"�N,.RL A.PRENl2.lZAlE
do, dentro de paradigmas-_compartidos y con una epistemología que apele
a los "hechos", a lo verificable, a lo repetible, a lo asociable y -por supues­ !:� �scuela, como ámbito de lo público de los saberes y los conoci­
to- a lo no contradecible, dentro de las definiciones, categorías y métodos mi�ntps, n_o sólo ªt; define como un lugar y una práctica sino también
del ·paradigma. La ideología positivista de fundación de la ciencia y la c�mo un tiempo: el del aprendizaje.
forma enciclopédica de comprender el universo del saber fueron los ver­ Si el saber, como dijinios, se define más desde el imaginar posibles
daderos sostenes y . soportes de la normalización en la enseñanza. que desde el ver esencias o construir objetos, y su enseñanza -es decir
Cuando los saberes y los conocimientos pierden su forma enciclopé­ su comunicación y distribución- es una pr��tic� socia,l, animada por 1ª
dica, rompen las paredes de una epistemología de lo observable, asociable, dialéctica de normalización e innovación, dada la historicidad misma del
no contradecible; una enseñanza normalizada pierde su significación social co�9dnriento: no se está obligado a presuponer un sujeto, que sólo aprende,
y fácilmente se desliza hacia lo autoritario, irrelevante y desactualizado. o disciplinado desde una identidad metafísica del alma, que abstrae, para
_bOS saberes y los conocimientos, por lo mismo que "públicos" en el ver-intuir lo esencial, o desde una identidad trascendental-funcional del
sentido antes expuesto, son también históricos y. afectan . la -�nseñanza, yo pienso, que acompaña todas las representaciones, para experimentar­
que no puede ya moverse sólo dentro · de un paradigma, y menos fijarlo. construir la objetividad.
/ Se aprende- desde diferencias históricas que producen sentidos; desde
/
La práctica social de la enseñanza necesita, hoy, asumir la historicidad

(1
del saber, moverse también en la lógica de las incertidumbres y las diterentes · estrategias de apropiación y contrastación social de los saberes
simulaciones. y los conocimientos enseñados.
Creo que a esto apunta Bachelard cuando habla de "racionalismo
enseñante", que debe informar tanto la formación básica de los docentes
como su capacitación continua.
\ La . escuela es el lugar público de los saberes y los conocimientos,
donde su enseñanza se hace práctica social, nonnalizadora e innovadora,
y donde el aprendizaje es tiempo de producción de sentidos, diferencia-
La escuela perdió su significación social, porque la enseñanza se ha dos y comunicables.
.
normalizado. Y recupera su significación social cuando la enseñanza El tiempo escolar del aprendizaje es tiempo de prodi1cción diferencia­
sabe dialectizar la normalización del saber con las innovaciones. Actua­ -da ·ae sentidos y de construcción de reglas comunes para su comunica­
lizarse de fof!Ila permanente es aprender a moverse con distintos paradig­ _Gión. No es tiempo para "sujetar" el de:seo de aprender, disciplinando el
mas, y también en esos espacios difíciles que son los dejados por los cuerpo para que el intelecto vea las esencias, o disciplinando la experien­
cambios de paradigmas. cia para que la razón construya objetos. E� tiempo para producir sentidos
54 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Saberes y conocimientos en la resignificación social de la escuela 55

y reglas de commücación social en la apropiación de los sabere� y los


y comunicación. Saber que el saber y los conocimientos son el bien de
conocin:rientos enseñados.
todos Y Para todos, sin restricciones_ ni expoliaciones. En definitiva,' confiar
El tiempo del aprendizaje no -es un tiempo '"ascético" ni es un tiempo
en la escuela.
"empresa.rio". Es, fundamentalmente, ·un tiempo lúdico, que gt;p.�félJft:l_S.
propias reglas sociales de producción di(eren�1ada··:y de comunicación
compr�nsiva. Es un tiempo creativo, integrador, - gozoso, porque _ es u11
tiempo de producción y comunicación. El tiempo ascético y el tiempo
empresarial pueden, sin embargo, ser estrategias usadas e integradas en
el tiempo lúdico del aprendizaje. Pero no constituyen su sentido ni atan
el aprender a un supuesto suj eto-inteligente (sin cuerpo) o a un supuesto
sujeto-racional (sili' cultura).
La escuela pierde significación social cuando, para aprender saberes y
conocimientos, es necesario no ser el sujeto que se es, es decir inteligen�
cia encarnada, y por lo_ mismo hist9riG�, J�(lz6n cultural, y por lo nrismo,
..

plural.
�1 sujeto qu� �lJ���n<;le �s 1!11. �!:li�2_qu�_pr_oc1���-sentidos. En este caso,
la disciplina llO es Otra COSa que las reglas lllÍSfl1aS, que : geij¡;;ra Jii pn],ºti.fª
social de la producción de se�tidos én la apropiación de saberes, t!!��­
ñados desde una práctica social simultáneamente normalizada e innova- _ ,

dora.
Saberes y conocimientos para todos, sin restricciones ni expoliaciones.
Enseñanza como práctica social histórica, que dialectiza ciencia normal
con innovación, en la transmisión de esos saberes y conocimientos.
Aprendizaje como tiempo lúdico de la apropiación de los saberes y los
conocimientos enseñados, y que dialectiza entonces creatividad y disci-

Reflexionar sobre la relación de saberes y conocimientos con la sig­


nificación social de la escuela es, en definitiva, afiimar que la escuela­
hoy es: a) vigencia de lo público como espacio social del conocimiento,
vigencia de Jo histórico en la práctica social de la enseñfu1za, e) vigen­
cia de lo lúdico en el tiempo del aprendizaje.
Por eso, ni nostalgia ni resignación. Shuplemente reflexión sobre nues­
tra práctica, y vigilante atención a los tiempos que corren. La pn)¡:mesta
tiene un solo sentido: vigencia de lo público en los saberes y los conoci­
nlientos escolares, como forma posible de resignificación social. _Recupe­
ramos como docentes, atravesados por la historicidad de los conocimientos
que enseñamos. Recuperar el gusto de aprender, en el juego de producción
3

LOS CO NTE N I DOS E DUCAT�VdS .


E N TR E E l " VAC �·A M I E N T O "
Y E l " R EBAS A M � E N T O "

l. LOS CONTENIDOS COMO NÚCLEO DE LA FUNCIÓN SOCIAL


DE LA ESCUELA

Hª.Pl� �<d�_JQL�QI!t�:illgº�---�ª-�º1��ª-�-s. x�f�:Qr_$_�- -�ª . 19 9!!� Jf:!. �.S.�!!�la


.. .. .. . ..

enseña y a _lQ. {JIJ§_los al!L:rmJ.O S a¡¿rend§.n,_Q.])i�!LªJJLqn���--S!.!l:!.OJJ�-º-·se


__

_esJ?.�fE:_f.I.�.JJL�scq�la enseñe Y...:Jl!!�.J.Qª-..f!!U:rmlns. . apr�.ndan.


· La cuestión de los "contenidos escolares" es, antes que nada, la cuestión
del <;ontenido y el significado social de la escuela misma como institu­
ción. J2�_gjr_qy�J!QY.§� Jl� un_:'yª-�iiDJeJi nJo Q.� . QQ1J..J:�mdo.�.'.�.J�nJª-�ll-ºUdª .�s
. ..

.lQ. mismo que decir . que la escq�Jª .ha perdido sign,ificación soGial �Sp�cf:: .

ficg.. Ens.�ñª"-�-�-§.i�mRr� -�ns�i!.9I ���gQ':; -ªPt�nd�L- �::t.si�mpre.- apr�nder


.. ... ..

''.algo'.' , Es.e �.'algo�: que... se �ns.efia y q:LJe .J3§ apr�:n.dk es.,.jJJ.stament�, el


. . . . .. .. . .. __ __ .. . .. ....

t;Qnfe_¡J:_i(lo.
Así, �1f..O_I.l1epi_<:1,q sign.ifica y deternlina,, eiJ. cada Gél:SO, Ja, intención de
_enseñar y el deseo_Q�'!l�r�nd.eL Se podría decir que lª _t2:i1::l�íi�ª y_ el ªpren­
�ªj5l,�§.ID Q911tenidm> , s_QILt-ªf�ª-S- ."lªCͪs, por no decir vanas. Y se podría
... __ .

decir también que contenidos no insertos en "algún" proceso de ense­


"ñanza y aprendizaje son p1eros ruidos sin sonidos o pal abras sin signi­
ficación.
· ¿Pero qué es lo enseñado y qué es lo aprendido en la escuela? Antes
que nada, digamos que no si�mpre, .c.oinciden Jo qJ!e . se �nseña=y.JQ que"
..
58 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Los contenidos educativos. Entre el "vaciamiento " y el "rebasamiento " 59

s� aprende, y que esto justifica que la escuela diagnostique y evalúe nidos · escolares, que es lo que se pretende enseña.r y aprender (o lo que
continuamente procesos y resultados. Digamos también que lo enseñado no se enseña y lo que no se aprende) .
y lo aprendido no es siempre lo mismo en cada jurisdicción, en cada Proponemos entender los contenidos en téflilinos de saberes escolares.
nivel, en cada escuela, en cada aula, en cada maestro y en cada niño, y En tanto saberes, implican siempre modos de referirse y representarse la
que esto justificá que se formulen políticas educativas, diseños curricu­ realidad, o bien de "operar" sobre ella (según la postura_ epistemológica
lares y planificaciones didácticas, intercambio de experiencias, ref1t;;xión que se tenga). En tanto escolares, implican un recorte; hecho desde algü­
nQs criterios que legitiman su incorporación a los procesos intencional­
continua y socializada sobre la práctica de enseñar y los caminos "del
mente conducidos de enseñar y aprender..
aprender.
Por otro lado, hablar de saberes nos permite no quedar encerrados en
Queremos decir que lQS, c.ont�nidos, e.�c91ru:es _st;_d�fil1ell .ell,�l.<:;_Q..1}1�.�!Q
algunas distinciones, que son operativas en determinadas circunstan.:.
de_.tmª.Piá.QtÍG-ª-��?.itQjg}, que es '_'Q.isim�trigª" en los lugares de la comu,..
cias, pero que pueden desvirtuar el sentido fundamental de los emite­
nicación: poder de. enseñar .y.deseo de aprender, y _que. es '.'¡jifereY�iª�'
nidos, es decir de los saberes "obj etos de los procesos de enseñanza y
·

en la significación atribuida por los sujetos sociales intervinientes: polí­


aprendizaje".
ticas educativas; diseños· curriculares, · dinámica institucional, contextos
Vistos desde los "saberes", los contenidos no necesitan ser diferencia­
socioculturales de maestros y alumnos , complejos procesos grupales y
dos de los métodos y los objetivos, y menos todavía distinguir entre
personales. · conceptos, procedimientos, actitudes. En todos los casos, lo que· interesa
Los contenidos, definidos en este contexto disimétrico y <;liferenciado son los saberes que se enseñan y �e aprenden sobre cada uno de estos u
que es la práctica escolar, son, sin embargo, el lugar que permite, en un otros objetos posibles. Sí es necesario distinguir distintos tipos de sabe­
lento y complejo proceso, romper la disimetría y �4"-'- lo _común. res, con sus métodos y objetivos.
Porque los contenidos están expuestos a todos, son productossociales e Revalorizar los contenidos es revalorizar el saber (todos los saberes)
históricos y son el objeto común tanto de la intención de enseñar como y entender que la escuela cumple su función cuando hace circular los
del deseo de aprender. saberes fundados, los enseña para que se aprendan y deja que se apren­
Los contenidos son, pues, el referente central para definir la función dan, para erradicar la marginación del saber y permitir así, a todos,
social de la escuela: enseñar y aprender, y son también los que definen mejores condiciones para luchar por niveles dignos de calidad de vida.
la enseñanza y el aprendizaje como una práctica social disimétrica y
diferenciada, que está orientada a romper las · disimetrías y construir lo ·

común. 2. EL VACIA1lJIENTO DE CONTENIDOS


Estas reflexiones previas pretenden poner la cuestión de los conteni­
dos en el máxüno nivel de importancia. Hablar de los contenidos esco­ .tiªY .una.Jend©UQia ¡;::r�cie.nt� a ver l ;:t qj_�i�_ li�Jª -�-�<;:P.�lª' entre noso­
lares es, simplemente, hablar de la escuela, de su función social y de su tros, en térmil1.o s _ de _una_$ituación.de . :vaciamiento_Jle� .c.ont©nidos. La
.

finalidad: enseñar y aprender. escuela ya no enseña nada, o enseña poco, o lo que enseña no tiene
¿Qué son los contenidos escolares y por qué son tlli1 importantes como significación alguna.
para definir lo esencial de la escuela? B Como Ja. .w��áfqra. d�l "vacürrniento'', �Up()_l!� q�� 9J.gQ.�§.!-ªºª· lj�l).Q, ��
... <'

Los contenidos escolares no son sinq los saberes que . circulan en la ha�e nec��-aJi<) pres;is�r con qué y cuándo. Porque el lenguaje de los que
escuela, como "objetos de enseñanza" y como "tarea de aprendizaje". Sin cciti�@_.� vaciamiento .de contenidos de la escuela actual es, por lo menos,.
embargo, hay saberes desde donde sé enseña, . y saberes desde donde se ambiguo. Se insiste,_ por ejemplo, en . recup¡;;rar el perfil de la in§_tffi.L�!ón
..

aprende, que se encuentran o desencuentran, en el ámbito de los conte- escolar como "enseñante", volver a p� ner en'O·érciifri�uloe���;iar y en los
60 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Los contenidos educativos. Entre el "vaciamiento " y el "rebasamiento " 61

textos escolares contenidos científicos "válidos", "significativos". En defi­ por aquellos que operan e n l a escuela una sustitución de los "contenidos"
nitiva, repoblar de contenidos legítimos el espacio vaciado por una peda­ por los "métodos", por los "objetivos" o por los «vínculos"?
gogía interesada (por lo menos hace treinta años), más en "asistir" que en
"enseñar", más en "formar ciudadanos adaptados" que "conciencias críti­
cas", más en "conseguir resultados" que en "formar actitudes", más en .__ (i) LA REVISIÓN CRÍTICA DE LOS PARADIGJVJAS
\...__..

"producir funcionarios" que "investigadores de la realidad". En definitiva,


una escuela más preocupada en reproducir una estructura social injusta y Desde esta perspectiva proponemos una revisión crítica de tres para­
marginadora que en transformar críticamente a la sociedad, permitiendo un digmas ped_�g_<?g����: de fuerte influencia en nuestro medio, y que desde
orden más justo y sin marginaciones. pianos diferentes pr���jeron y producen un "vaciamiento de conteni­
Cuando se lleg3: a esta última formulación, el . problema se agudiza: ¿es dos''�--cuyo sentfdo no es el mismo y por ello su crítica tampoco ha de
, que acaso la escuela alguna vez no cumplió esta función "reproductivista"? ser la misma.
Y desde esta duda, ¿es que acaso la escuela, alguna vez, podrá no cum­
plir esta· misión y ser ún agente de cambio social? Es que, en realidad,
la ·· cuestión del vaciamiento de contenidos se inscribe -al menos en 1 �jJLp�q!J!f!a
ig¡zt �moderno de la llamada �g_rllfCf¿Cf: ÍQ!:L1t{lfl.i_ciQl':W1::,"
América latina- en la cuestión más radical de la defensa de la escuela o
de la desescolarización. La educación del estado moderno, hegemonizado por las clases bur­
Quizá la antinomia esté mal planteada: ni la escuela es meramente guesas, generó un modelo educativo conforme a sus dos necesidades
reproductora ni el que la escuela haya sido, alguna vez, agente-de cambio básicas:
significa que lo haya sido sin más para los sujetos ma:rginados del orden
social vigente. a) generar un consenso político "democrático" (popular) en tomo a
En este difícil debate en tomo al vaciamiento de los contenidos, la gestión de una clase dirigente no popular (elitista), ·
quisiéramos contribuir con una contextualización, frecuentemente olvi- b) lograr un �yjeto económico "abstracto", es decir indiferenciado
/(
dada: es cierto que la escuela "nueva" y los rp.odelos "tecnológicos" y cl.úiliúitivamente y comparable cuantitativamente. Es el sujeto del
"comunicacionales" tienden a vaciar de contenidos la enseñanza, pero es trabajo, en la economía capitalista, concebido como · mero valor,
cierto también que este vaciamiento refuerza y ·actualiza un vaciamiento medible por su fuerza de trabajo y universalmente equivalente.
más fundamental, que opera el modelo llamado de la esq.1ela "tradicio-
nal" ,(que en realidad es el modelo moderno de escuela) : nos referimos Este modelo, llamado tradicionalista (a la luz de las críticas posterio­
al vaciamiento de los contenidos culturales de la memoria popular, exi- res), se vertebró en torno a la función escolar de homogeneizar el sujeto
gido por el paradigma iluminista de la racionalidad 1noderna, que se culturaL vaciándolo de todo contenido, previo al ingreso en el sistema
expresa entre nosotros con el ambiguo apotegma: hay que educar al educativo. Se trata, antropológicamente, de la operación que declara al
sobera110. _Educar al soberano, vaciándolo de todos sus contenidos cultu­ sujeto desescolarizado como primitivo, bárbaro, salvaje, inculto y prác­
rales, que son visualif,ados a priori como "vulgares", "supersticiosos", ticamente "bruto" (e$ decir animal) . Psicológicamente, esto se refuerza
"acríticos", "equivocados". por la versión moderna de la teoría de la inteligencia como tabula rasa,
Si no llevfuuos la cuestión del vaciamiento de contenidos hasta ahí, no y de la adquisición de conocimientos en función de estímulos externos
lograremos despejar las ambigüedades de los críticos: ¿no habitará, en la y asociaciones internas, o complej as síntesis estructuré!le�.
postulación de la desescolarización, como en la reivindicación de la fun­
ción enseñante de la escuela, un espíritu iluminista, compartido también
Los contenidos educativos. Entre el "vaciamiento " y el "rebasamiento " 63
62 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

alumnos sean eficientes en sus adaptaciones, desde patrones de


2. El paradigma de la experiencia en la llamada escuela nueva
conducta previamente definidos como deseables, sin atender a la
i

especificidad de los contenidos que se trabajen.


A comienzos del siglo (en realidad ya en la mitad del siglo pasado,
como lo muestra el pensamiento de Froebel), comienza a problematizarse
el énfasis puesto en los contenidos y en el aula en el modelo que, pre­
3. )El paradigma de los llamados modelos comunicacionales
'

cisamente a partir de este momento, empieza a llamarse "tradicional".


Se reivindica la experiencia del sujeto del aprendizaje y la necesic1ª.d
de que- la vida misma vaya al aula. La e_strategiailuminista de vaciar los · Si el modelo tradicional vacía los contenidos populares en nombre de
contenidos culturaies, proponiendo una_"t�bula rasa, moldeable como sujeto los contenidos científicos, y el modelo escolanovista profundiza este va­
social abstracto (n0- díferenciado ni contradictorio), medible por el valor ciamiento desde una contraposición entre el recibir y el constn1ir y entre
intercambiable de su �erza de trabajo, es _ criticada en nombre d� _Ia lo aleatorio en el logro de fines y lo condicionado, el modelo comuni­
experiencia d�L�"Ilj�tQJ); mejor _c:licho, d�Ja�_iiaj_iá��d,. _d� -ios-íiiñ.os_ d�:-:ser cacional, que comienza a operar en la pedagogía desde la 4��ada dcl ' 70,
_

el!_Qª _�uj�!o_sc . de .�l.l -P!:qQig�-ªQ!:���{�aj c:;, p_licJ.t�P:49. c:;gc;<¿!lk'!f Q�-�-ª�- -éi[Qs propondrá un vaciamiento de contenidos no sólo de �9s culturales de la
memoria popular sino también de los científicos, a diferencia de la escue­
_ __ __ __

mismos,-ª<itivamen� lo -gue L'l_��pd�dªd doiilin,agpra ql.l�r.iíij:tilJ�?.��E��


hi--inieva, donde todavía operan.
_

p ªsiv��D.te"',
Hay dos líneas que recogerán (y fimdamentarán) esta crítica ·"escola- El ���i��nto _s�. hª�e_ ahora _en nombre de los vínculos pedagógicos,
novista" a los contenidos "enciclopédicos" de la escuela tradicional. Una, q��q_n fimdamentalmente vínculos afectivos. Se trata de lograr construir
que pondrá el ac�nto en la �?s�!JHidad del constituirse en sujeto epistémico un sujeto expresivo y creativo.
(es decir científico),_ S:tJp�rando dialécticamente las otras posibilidades de ­ Dos estrategias escolares se dibujan como eficaces para esta nueva
ser sujeto de la experiencia, y - otra, antagónica a la primera, que pondrá forma de profundizar el vaciamiento de contenidos culturales, y de paso,
el acento en la posibilidad de constituirse en sujeto eficiente, negando de contenidos científicos, de nociones constnüdas y de conductas contro­
empíricamente los contenidos que no s!rvan como medios para alcanzar ladas.
determinados fmes.
NQs re�rj_m_os _ªlmLm�on�s. d� !ª_psicología genéticél y d�l conductismo, a) Una consiste en la contraposición curricular de áreas del conoci­
tal como han sido receptuados desde el modelo pedagógico escolanovista, miento y áreas expresivas, con especialización de los maestros en
con quien comparten la preocupación por la experiencia, es decir por el estas últimas y con un fuerte · acento en la reivindicación de la
sujeto, por una socialización eficaz y por la necesidad de criticar el creatividad como monopolio de estas áreas. Naturalmente que esta
enciclopedismo del ·modelo tradicional. Pero sin criticar su "cientismo" estrategia es "resistida" por los bastiones de la escuela tradicional
básico (y el correspondiente vaciamiento de la memoria de la cultura y de la escolanovista, funda_mentalmente en nombre del orden y la
popular). eficiencüi.
Estas dos lÍ11eas generarán dos sutiles formas del vaciamiento- de con- b) La otra línea, mucho más sutil, insiste en contraponer las activi­
tenidos: dades individuales y las gmpales, con especialización de estrate­
gias didácticas para estas últimas, basadas -fundamentalmente- en
a) la oposición de los contenidos con los métodos. Importa que los los aportes de la psicología social y de la dinámica de grupos. En
alumnos piensen bien, construyendo las nociones, sin atender a los realidad, es aquí donde se instala -de hecho- una fuerte crítica ·a _ .
métodos específicos, - la institución -:-básicamente juzgada como represora-. Contraponer
b) y la oposición de los contenidos con los objetivos. Importa que los la socialización "institucional", como la defienden la escuela tra-
64 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Los contenidos educativos. Entre el "vaciamiento " y el " rebasamiento " 65

dicional y la escuela nueva, a la socialización "grupal", puede El problema, para una pedagogía liberador:,a, crítica y popular radica,
llevar a la pérdida de contenidos de enseñanza, a �a fuerte priori­ pues, ·en · la articula�ión de los contenidos que la escuela enseña con los
dad, como criterio de organización de las actividades escolares, de contenidos de la memoria popular. Esto implica despojarnos de esa del­
la necesidad de comunicarse, de los niños y los adolescentes. Es ·gada y sutil capa de iluminismo elitista, es decir antipopular, que se
I1l�§jp:Iportante socializar que instruir;_ trªbaj� en equipo, ªQr��=--­ adhiere muchas veces a los planteos críticos más lúcidos de los pedago-
a:_·_�?nvivir,
__

die��� qtie construir cop.ocimientos por sí solos. gos latinoamericanos.


·

Es a la luz de este problema· de articulación con la memoria popular


de la resistencia -articulación tanto de la función liberadora y transfor�
4. Hacia un paradigma crítico madora como de la necesaria instrumentación científico-técnica, para esa
transformación-, que podremos plantear mejor la cuestión del vacia­
A la luz de estos problemas, contextualizados desde el proyecto fun­ miento de contenidos, t� como opera en la escuela.
damental de vaciamiento de contenidos de la memoria popular y de sus
posibles articulaciones, tanto con la subjetividad epistémica como con la
económica, es posible también iluminar la cuestión de ciertos tópicos 4. EL REBASAMIENTO DE CONTENIDOS
debatido's hoy día: democratización, regionalización, educación perma­
nente. Porque atender al vaciamiento de contenidos que se opera en el Algo está pasando con los contenidos educativos. A la "era del vacío"1
nivel cultural de la memoria de los pueblos y de sus posibles articulacio­ parece corresponderle, sobre todo cuando el vacío es por pobreza, falta
nes con la organización práctica para transformar la sociedad, y con la de-trabajo y carencia de phlabra propia, una necesidad casi compulsiva
ciencia y la técnica, para progresar humanamente, nos va a permitir no de tener la escuela "llena", al menos, de contenidos.
ilusionarnos ni con falsos diagnósticos ni con no menos falsos remedios. Hay nuevos contenidos para enseñar. Están ahí, como "Contenidos
En América latina se dibuja, cada vez más, la necesidad de entender Básicos Comunes", sin que se sepa bien por qué "básicos", y menos aún
el vaciamiento de contenidos simultáneamente desde una educación por qué "comunes". Están ahí, esperando que los Diseños Curriculares
ligeradogl.�; una pedagogía crítica y una educación popular. jurisdiccionales los animen, insuflen en su barro algún marco teórico,
Lap�dagogía éiei "opriinido" tiene que entender que el oprimido tam­ alguna concepción de aprendizaje, alguna contextualización significante.2
bién se resiste y que, por lo mismo, los mecanismos de 1p.anipulación y
de reproducción no son tan lineales. La llamada pedagogía "crítica" tiene
también que entender que el vaciamiento de contenidos no · sólo está l. Cfr. G. Lipovetsky, La era del vacío. Ensayo sobre el individualismo contemporá-
-
referido a los contenidos "científicos", legitimados socialmente desde los neo, ·Barcelona, Anagrama, 1986.
centros de poder, sino que se refis;re de manera fundamental a los con­ i. Esta opción de presentar solamente bloques de contenidos y objetivos terminales
(expectativas de logro, en la jerga de los CBC) y dejar a las jurisdicciones las "orienta­
tenidos culturales de la memoria popular, justamente la que resiste a la
ciones didácticas", la organización y la secuenciación de los bloques de contenidos, y la
dominación y siempre es declarada socialmente marginal y no legiti­ formulación de los objetivos generales, se aparta, ciertamente, del modelo de C. c·oll
mada. sobre "Los �veles de concreción del Diseño Cunicular". (cfr. Cuademos de Pedagogía,
Por eso, postulamos una corrección popular de la educación liberadora no 139). En realidad, el modelo argentino lleva a que no se tenga
un Diseño Curricular
y de la pedagogía crítica� que pueda reivindicar la función transformado­ Básico y Común, sino solamente "contenidos" básicos comunes, y se propone que haya
tantos diseños como jurisdicciones, con ciertos criterios de compatibilizacjón. Más allá
ra de la escuela, sin por eso ilusionarse acríticamente con que una "con­
de los riesgos en relación con la "igualdad de oportunidades", que no la garantizan
cientización" o una "vuelta" a los contenidos en los programas escolares
contenidos solamente, sin orientación didáctica y sin objetivos generales, hay un proble­
produzca sujetos críticos. ma de "ambigüedad" (y no ya "generalidad�') en los contenidos
básicos comunes, ai· no
66 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Los contenidos educativos. Entre el "vaciamiento " y el "rebasamiento
" 67

Están ahí, esperando que los maestros y profesores se los- apropien, pero no comunes, y comunes pero no básicos, y los hay que no son ni
produciendo conocimi�ntos, si pueden, o digiriéndolos, en el peor de los básicos ni comunes. Los hay, por otro lado, conceptuales, procedimentales
casos, sabiendo que no van a caer al vacío en sus piruetas de capacita� y actitudinales, o de alguno de estos tipos, o de dos, o de ninguno. Pero
ción, p�xque la fuerte Red de Formación Docente Continua los va a son transversales, porque atraviesan todos o algunos de los contenidos,
sostener. todas o algunas de las prácticas institucionales de la �scuela, todas o
Hay "nuevas" formas, además, de entender la noción misma de con- a1gunas de las redes sociales de sentido.
, tenido educativo.. Como una forma de "resignificar" lo que la escuela Estos contenidos transver�ales están ahí, esperando que los Diseños
enseña, se propone no quedarse sólo en "conceptos", sino ens�ñar tam­ Curriculares los definan, los "formateen" de alguna manera, para que
bién "procedimientos" y "actitudes". En realidad se resignifican viejas ·puedan leer las demandas sociales, _ los "códigos de la modernidad y la
taxonomías, disecando ahora no la conducta y el aprendizaje sino el competitividad", que parecen ser los manejados por el sistema operativo
conocimiento y la enseñanza. Nuevas fragmentaciones que nada tienen de la educación de calidad en el mundo contemporáneo.5
que ver con la historia de la -Ciencia y que sí parecen adecuadas a la Están ahí, esperando que los maestros y los profesores recuperen con .
constnlcción de un s�jeto social del conocimiento aún más fragmentad9: ellos el reconocimiento social de otrora, si pueden, o recuperen el interés
si ya era difícil juntar el conocer con el cuerpo· y con los afectos y la por la tarea, en el peor de los casos, sabiendo q�e sus esfuerzos por
sociedad, ahora parece bastante más difícil sum-ar¡e a este rompecabezas arrancar una sonrisa a sus alumnos , mientras se cambian los decorados
la ruptura . de cada conocimiento en "saber", "saber hacer", "valorar".3 del mundo y aumenta el peligro .en la carpa, será el único signo visible
Estos contenidos separados están ahí, esperando que los Diseños Curricu­ de la tan mentada jerarquización y profesionalización docente.
lares les den alguna organización, alguna secuencia, alguna orie�tación Del clima circense nos quedamos eón el miedo del trapecista, con el
didáctica. Están ahí, esperando que el maestro y el profesor resuelvan "''ensayo cotidiano del malabarista, con la tristeza del payaso.
/ La transformación educativa no depende del "llenado" de un vacío. De-
los puzzles, si pueden, o separen las· piezas por color, en el peor de -los
casos, sabiendo que sus malabarisrq.os para mantener en e'l · aire los { _jl����z en reiliaad;--·ª�]ª- Y.iiiisformación social que. una política �du��#�,
fragmentos todos juntos serán reconocidos, cad·a año, por un fuerte \ ��P��diente de un modelo económico y cultural determinado, quiera lleYar
Sistema de Evaluación de la Calidad. ""' a cabo. ...
nuevos tipos de contenidos, que se agregan a los ya casi tradicio­ /.�- Es curioso, antes la escuela terÍ:ía que � "vaciar" de contenidos, para
nales, o disciplinares, y a los ya casi modernos, o interdisciplinares. Son ( llegar a la tabula rasa y entonces construir sübjetividad segura. Ahora,
. los cont�p.id?s tr�nsversales, que pueden interpretarse como "posmoder­ \\ la escuela tiene que "llenar" de contenidos, para no llegar al sujeto des-
nos".4 Vi��eíide otra''Ió'gíc'a: los hay básicos y comunes;-los hay básicos, \, nudo, y entonces construir "superficies adaptadas".6

explícitarse claramente su marco teórico. Esta noción de "común" se presta a la "falacia fundamento del currículo", y mis trabajos "Ética y posmodernidad", en el libro
colectivo
de la equivocidad": no es común porque hay consenso en tomo a un marco teórico ¿Posmodem.idad ?, Buenos Aires, Biblos, 1 988, y "Modernidad: ¿hiper, pre o pos?'', La
.
interpretativo sino que es común porque puede apropiarse desde cualquier marco teórico. Linterna, Santa Fe, no 1 , 1 995.
3. Como es sabido, también esta distinción viene de C. Coll. tJmi interesante visión 5. Así se expresa el importante, e influyente, trabajo conjunto de CEPAL-U
. NESCO,
crítica se puede ver en A. Bolívar Botía, Los contenidos actitudinales en el currículo de Educación y conocimiento: eje de la transforraación productiv
a con equidad, Santiago de
la refonna. Problemas y propues�as, Madrid, Editorial Escuela Española, 1 992. Chile, Naciones Unidas, 1 992.
4. En parte, al menos, tratamos de justificar esta terrrrinología en otros capítulos de 6. La expresión "superficies adaptadas" alude a subjetividades débiles
o casi inexis­
este mismo libro. "Las complejas relaciones de la Educación con el Conocimiento como tentes. Cfr. J. B audrillard, Cultura y simulacro, Barcelona, Kairós,
1 987, 3a. ed.
68 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

Esta relación del conocimiento escolar con el supuesto vado de sabe­ 4


res previos, propio de la etapa "moderna" de la integración nacional y del
capitalismo industrial, contrasta fuertemente con una relación del cono­
cimiento escolar con un supuesto lleno de información social, propio de E l D EBATE E P� STEMO lÓG �C(O D E
la etapa "posmodema", de · la globalización y del capitalismo posin(ltJª-:­ F I N D E S I G LO Y SU I NC I D E N C IA
trial. 7 Es en este .contexto que se debe entender el énfasis puesto, hoy día,
�!! la formación de competencias.8 E N LA D ETERM I N AC I ÓN D E LAS
C O M P ET E N C I AS C I E N TÍ F I CO=
TECN OLÓG I CAS E N lOS
D I F ERENTES N I VELES
D E LA E D U CAC I ÓN FORMAl

Gastón Bachelard ha mostrado cómo el . espíritu científico se traduce


en- un racionalismo enseñante, retomando un tópico presente desde los
inicios de la tradición epistemológica de Occidente. 1 Pata definir el co­
nocimiento científico es indispensable referirse a su enseñabilidad.
Desde la relativamente simple argumentación aristotélica, que decía
que la enseñabilidad de la ciencia· se derivaba del hecho de ser la ciencia
_un conocimiento por causas, hasta los desarrollos modernos, que insisten
en el carácter público del conocimiento científico, y por lo nJ.ismo su
7. Sobre esta relación de lo "vacío" y lo "lleno", cfr. C. Cullen, "La cuestión de la intrínseca destinación a todos, simplemente porque es un conocimiento
homogeneización, como punto de intersección de la antropología con la pedagogía", en fundado racionalmente en una legalidad universal. La ciencia siempre se
la obra colectiva Propuestas para una antropología argentina, Buenos Aires, Biblos, comprendio a si misma como un tipo de conocimiento enseñable y, por
1 990.
ello, · aprendible por cualquiera que sepa usar su inteligencia o razón.
8. El tema de las competencias o habilidades intelectuales que la escuela debe formar
tiene, en la práctica, un marcado acento · de "s aber qué hacer con tanta información". . �a escuelª, por su lado, se comprende como un ámbito de circulación
Como si el supuesto fuera el "lleno" de información. Sin embargo, la noción es rica, y de conocimientos .-proceso de enseñanza y aprendizaje-debidamente fun­
puede ser repensada. Cfr. C. Cullen, El debate epistemológico de fin de siglo y su _Q�gos. Este "debidamente-fundados" plantea -siempre la -dificil cuestión
incidencia en la determinación de las competencias científico-tecnológicas en los dife­
rentes niveles de la educación formal, Buenos Aires, OEA-MEJ, 1 995, recogido aquí
como capítulo cuarto de esta primera parte. l . Cfr. G. Bachelard, El racionalismo aplicado, Buenos Aires, Paidós, 1 979, cap. II.

"
70 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 71

de los criterios de selección, validación y legitimación de los conoci­ petencias científico-tecnológicas, que · se supone la escuela debe hoy fonnax.
mientos que circulan en la escuela. La referencia a Ja cientificidad de los Nuestra hipótesis de trabajo tiene que ver, fundamentalmente, con la nece­
conocimientos seleccionados suele ser, en la escuela moderna, el gran sidad de contexmalizar las cuestiones pedagógicas en tomo a la formación
criterio legitimador. de competencias científico-tecnológicas, en los aspectos más significativos
Esto cobra una particular relevancia cuando la demanda social a la del debate epistemológico en este fmal de siglo. Se trata de poner elementos
escuela explícitamente il�cluye la educaciól1 científica y tecñoióglca, como que puedan servir de parámetros para evaluar esa incidencia, o para produ­
forma privilegiada de saÚsfa�e� algunas necesidades básicas de aprendi­ cirla. No vaya a ser que nuestros diagnósticos y nuestras propuestas de
zaje, requeridas para un buen desempeño social. Todo -���tQ_P.ace-��)a transíormación estén manejando una reprvsentación de lo que es la ciencia
cuestión de la cienCia y la tecnología en la escuela un problema, en y la tecnología, que poGo o nada 'tiene que ver con lo que hoy se discute.
sentido estricto7 ,,de política eq.uéativa y de responsabilidad social_. 2
La ciencia se vincula siempre a proce$OS d� enseñanza Y.-ªprendizaje.
La escuela, al menos des-cíe su ·:fuñción social de distribuidora d.el.cono­ = l.
LOS ASPECTOS SIGNIFICATNOS
cimiento, siempre apela a la ciencia. Esto no quiere decir, �in embargo, DEL DEBATE EPISTEMOLÓGICO HOY
que la enseñabilidad alcance .para definir la ciencia, o que la cientificidad
de los conoGimientos alcance para definir la escuela. En ambos casos se Agrupamos lqs temas en '<tres campos pr<?blemáticos, que afectan hoy la
trata de rasgos necesarios pero no suficientes. Sin embargo, hay un cierto comprensión de la ciencia y pueden damos un buen contexto para plantear
consenso en diagnosticar una "ausencia" de la ciencia en la escuela o, lo su. impacto en la escuela. El primero se ubica en una cuestión más geJ.?.eral,
que en definitiva es lo mismo, una-presencia débil, desdibujada, obSoleta.3 y apunta a mostrar las relaciones de la ·ciencia con la �eq'!oJqgía1 por un
Y hay también un· cierto consenso en afirmar que la pérdida de signifi­ lado, .Y �<?J.?. la ética, por el otro�· Ersegundo eirfreilta un rasgo característico
cación social_ 4.t:; la escuela !i�l!:e como causa, junto ·a otras, la dist��ia del debate epistemológico actual, la 9:J.veJ:"sida.d . <fe "paradigmas" . o marcos
de los conocimientos que circulan en ella en relación con los conoci­
t�óriGP.-:-prácticos,5 y las cuestiones que plantea. El tetcero, finalmente, se
mientos que produce la ciencia y la tecnología.4 centra en algunos núcleos problemáticos más específicos,
Cambiar la escuela tiene _mucho que ver, hoy� con revisar sus rt;lacio.:­
nes.con. fa dencia y la te�nología. La transformación educativa exige que
nos preguntemos seriamente cómo incide lo que · pasa en el mundo de la l. Ciencia, tecnología y ética: autonomía e interacciones
ciencia y la tecnología en lo que pasa en la .escuela: .
Nos proponemos en este trabajo contribuir al debate desde una óptica: la La ciencia se encuentra., en este final de siglo, teniendo que afinnar su
incidencia del debate epistemológico actual en la determinación de las com- · autonomía en relación con otros tipos de ejercicio de la rmj_onalidad huma­
na, que han ganado también crecientes grados de autonomía e interactúan
Cfr. el importante documento de la CEPAL y la Ul\lESCO, Educación y conocimien­
2.
to: eje de la transfonnación productiva con equidad, Santiago de Chile, Ul\TESCO, 1992.
3. Esto tiene que ver con el llamado "vaciamiento de contenidos", pero también con
5 . Usamos el término ."paradigma" en el sentido que le d a Kuhn, tanto el circular, que
la difícil cuestión del "conocimiento escolar". Cfr., entre otros, A. Entel, Escuela y
lo define como "lo que comparten los miembros de una comunidad científica y, a la
conocimiento, Buenos Aires, Cuadernos FLACSO, Miño y Dávila, 1 988.
inversa, una comunidad científica consiste en personas que compru.ten un paradigma... ",
4. Cf1; C. Cullen, Conocimiento. Aportes para la ensefíanza del ·tema, Buenos Aires,
. .

como el diferenciál, que lo define como "constelación de compromisos del grupo" y


Ministedo de Cultura y Educación, 1 993, y "Saberes y conocimientos en la resignifica­
como "ejemplos compru.tidos". Cfr. T. Kuhn, La estructura de las revoluciones cientifi­
ción social de la escuela", Novedades Educativas, no 36, 1 993, Buenos Aires, aquí cap.
cas, México, FCE, 1 97 8 . La edición miginal es de 1 962, y las citas están tomadas
·
de la
2, parte l a.
importante posdata que escribió Kuhn en 1 969.


72 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUC ÁR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 73

con ella. Nos referimos a la racionalidad tecnológica y a la racionalidad Este juego de autonomía e interacción entre ciencia, tecnología y ética
ética. La historia de las relaciones entre los saberes teóricos, los técnicos y defme:- nos parece, el sentido de la demanda social a la escuela sobre el
los prácticos se remonta hasta los orígenes de nuestra tradición racional. conodffiiento. Educación y conocimiento, como dice el informe citado
Nos interesa aquí, simplemente, colocamos en este peculiar momento de de la UNESCO, tiene que ver con la transformación productiva "que sin
finales del siglo XX, donde el supuesto · moderno de la autonomía de la ciencia y tecnología es impensable hoy día", pero tiene que ver también
racionalidad científica, tecnológica y ética (ganado difícilmente frente al con el eje de la eguidad, que es una categoría que define la justicia y, por
mito, la metafísica y la teología) está, por un lado, fuertemente consolida­ lo mismo, implica competencias de racionalidad moral autónoma (ética,
do, pero -por el otro- necesitado de redefinir sus relaciones. en sentido estricto). Esto supone r.edefinir la demanda de conocimi�nto
Afirmar la autonomía de los campos racionales d�Jlt <;i��ia, la tec­
__
a la escuela no sólo en térÍninos de más competencia científica y tecno­
nología y 1a ét�ca no significa renunciar a pensar la unidad d�-Ia -raCio­ lógica sino también 4e . más competencia éti<;(i. El desafío concreto se
nalidad humana (y, por lo mismo, del hombre), y menos todavía ihisio..: puede sintetizar en la . tarea de formar en racionalidades y lógicas que
narse con un ejercicio de cada campo autónomo, como si no existieran ti�11en una relativa autonomía, y plantear, al mismo tiempo, los proble­
los otros, o como ·si los problemas planteados no interactuaran entre sí, m�Q��lJ _interacción y de sus impactos mutuos.
generando difíciles ctiestiones de aplicaciones, fronteras, mutuas depen­ -Por eso, lo importante no reside en contraponer una escuela "moralis­
dencias y posibles "luchas por la hegemonía". ta" (supuestamente tradicional) a una escuela "cientificista" (supuesta­
La ·ciencia depende, hoy, fuertemente, <:lt: la tecnología: . y cu�g�_ier mente moderna) o a una escuela "tecnológica" (supuestamente contem-
emprendimiento tecp.ológico de importancia implica, hoy, contar COJ! ªlt� 1/poránea). �L.o propio del debate actual es, justamente, que no se puede
desarrollo científico. Por otro lado, y en forma yreciente, la ética, coino
ámbito específico de la racionalidad práctica, es d�cir referida a la acción
/1 / plfm.teª' una. escu�la "hlJ_manista" que no sea simultáneamente científica,
!��!!Q!§gica y ética. Pero lo mismo vale si el planteo lo hacemos desde
humana en tanto no�atizada "absolutamente", ,,Se encuentra también en una escuela "tecnológica" o una escuela "científica".
.
niveles crecientes de dependencia de la acumulación de nuevos sábe���
{ Lo que queremos decir es que _la . apelación a la cientificidad como
criterio_ de legitimación y validación de los saberes que circulan en la
\
científicos sobre la acción humana, así como demandada por la creciente
posibilidad de intervención tecnológica para "condicioné!!" la conducta 1
escuda es, hoy, apelación a una racionalidad autónoma específica, que
de los hombres, y del medio, del cual depende la acción de los hombres� \ interactúa, necesariamente, con otras racionalidades autónomas específi-
Las teorías científicas, los sistemas técnicos y los principios universales \ cas: la tecnológica y la ética. Especificidad y autonomía no quieren decir
de la ética tienen hoy suficiente racionalidad autónoma para fundarse _a · sí aislamiento · ilusorio ni descontextualización metodológica ni rednccio­
mismos. Pero, y en forma vertiginosamente creciente, sus mu�:uas depen­ nismos más o menos ideológicos. En la escuela no sólo está ausente la,
dencias e incidencias generan campos, donde las discusiones sobre las -�iencia; también están ausentes -y por la misma razón- la tecnolegía y
aplicaciones, las fronteras, los sentidos, están ya generando zonas la ética.
"intenacionales", como las de la ética aplicada, o las de la ingeniería genéti­
ca, que están planteando preguntas nuevas. La "geografía" de la racionalidad
humana aparece, en este fmal de siglo, como un espacio complejo, fuerte­ 2. La dive.rsidad de paradigmas
mente intercomunicado y con nuevas cuestiones de "límites" y "fronteras".6
Una segunda cuestión significativa del debate epistemológico de fin
de siglo tiene que ver con la cuestión de la diversidad de paradigmas, que
6. Cfr. J. Laddere, El reto de la racionalidad inodema, Salamanca, Sígueme, 1 978. const�tuyen la complejidad creciente del concepto mismo de ciencia. En
Cfr. VV.AA., La racionalidad en debate, Buenos Aires, Centro Editor de América La­
realidad, lo que... encontraJnos en el mundo de la ciencia es muchas cien�
tina, 1 993 (recoge el l er. Coloquio de Filosofía de la Fundación Bariloche).
74 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR
El debate epistemológico de fin de siglo y stt incidencia 75

cias, diferentes comunidades científicas, distintos encuadres teóricos y


metodológicos, diversidad de recursos y de políticas científica s. (salvo en los desarrollos de la llamada "ciencia normal"), sino un verda­
El viejo ideal de la nwthesis universalis o del "universo del saber" o dero corte o ruptura, que implica la revolución científica, la ¡:;mergencia
de la "ciencia unificada" es hoy un complej o problema, que no sólo tiene d� nuevos paradig1nas y, por lo mismo, el cat-Tibio de comunidades cien-
que ver con el reconocimiento de otras racionalidades y sus interacciones tíficas.
(como intentamos plantearlo en el punto anterior), sino que tiene que ver Los científicos, en esta perspectiva, no sólo progresan sino que tal!l-
también con la comprensión de sí misma que tiene hoy la ciencia. Nos bién se resistel} al c ambio de paradigma. Nociones como la de
pm;ece importante, para nuestro objetivo de ver la incidencia en el mundo "falsabilidad" -o posibilidad de contraste, pm-a poder definir la verdad de
escolar, recoger del debate actual tres modelos -para peiisar-1ad1versidad� una teoría científica que se plantea como superando la idea de verifica­
que no son e�cluyentes sino que marcan cuestiones distintas, que se ción, en tanto evidencia no contrastable- o la de "obstáculo epistemoló­
entrecn1zan y ·que tienen sus lógicas diferentes.
'? .
gico" -como resistencia interna pm-a poder definir la formación del es­
píritu científico- están mostrando un cambio fundamental en la compren­
sión de la historicidad y del progreso, en la, concepción misma de la
ciencia.8
2. 1. La diversidad de paradigmas y la historia de las ciencias
La diversidad de paradigmas, en este modeló de historicidad del co-
. nacimiento científico, significá que reconocemos hoy que la ciencia la
Una forma de plantear el problema tiene que ver con el fuerte reco­
hacen sujetos_ hi_�tóricós, ·ªgnm�do.s en comunidacies científicas, expues­
nocimiento de la historicidad del conocimiento científico , . que no es -�ólo
tossi.empre ala refutación de sus teorías, que saben ir ''unos a la escuela
apelm- a su continuo "progreso" sino que implicahacerse cm-go qe con­
de los otros", conscientes de que á.pelm- a lo que ya se sabe (c�encia
tinuidades y -Cle�fuptúras. La idea de "revolución Científica" es, hoy día,
normal) para no avanzar es, en definitiva, un serio obstáculo epistemo"'
una cuestión epistemolÓgica y no una mera descripción de la historia
de lógico.
la ciencia. La distinción que hizo Kuhn entre "ciencia normal" y "cambio
Esta presencia de la historicidad y de la sociedad (porque las comu-
de pm-adigma" (que es lq que implica una revolución científica), o
los nidades científicas comparten valores, recursos , tradiciones, posiciones
trabaj os de Lákatos sobre los programas científic os y sus element
os sociales, etc.) no significa, en absoluto, la caída en un historicismo radi­
nucleares y satelitales, son buenos ejemplos· de e$te aspecto históric del
o cal, síntoma de un fuerte escepticismo y una despotenciación de las
conocimiento científico_?
afirmaciones científicas. Por el contrm-io, de lo que se trata es de . la
Una cosa es suponer que el conocimiento científic o viene gm-antizado
validez de las afirmaciones científicas, sólo que no fundadas en la ilusiÓn
por un sujeto trascendental (no afectado por las condiciones históric
as de de rtn sujeto epistémico ahistórico sino en las �onfig�Iª�!on�� reales de
los sujetos empi.ricos que hacen ciencia) y explicar. entonces el
progreso comunidades científicas, de programas de investigación, de "cultura con-
efe- la ciencia, su historia, como la distancia entre la "idea" de razón
y sus tinuada", como expresa Bachelm-d:
realizacio�es concretas (modelo explicitado por Kant en el siglo XVIII
),
y otra cosa es suponer que el conocimiento científic o
viene legitimado Una cultura detenida en un período escolar es la cabal negación de la
por comunidades científi cas, que se definen porque comparten
pm-adig­ cultura científica. No hay ciencia sino mediante una escuela pe1manente.
mas. El progreso de la ciencia no es, en este cáso, una continuidad lineal Esta escuela es la que ha de fundar la ciencia. Entonces los · intereses

7. Ya citamos a Kuhn (cfr. nota 5). Cfr: I. Lákatos, Crítica y metodología de los 8. Cfr. K. Popper, El desarrollo del conocimiento cientifico. Conjeturas y refutacio­
programas de investigación, Valencia, Universidad de Valencia, 1 982, e Historia de la nes, Buenos Aires, Paidós, 1 979, 2a. ed. y G. B achelard, La fonnación del espíritu
ciencia, Madrid, Tecnos, 1 982, 2a. ed. cientifico, Buenos Aires, Siglo XXI, 1 979, 7a. ed.
':16 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR·· El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 77

sociales se inve1iirán definitivamente: la Sociedad se hará para la Escuela o disciplinas, con fronteras clarar11.ente delimitadas y, mucho menos,
y no la Escuela para la Sociedad.9
deslizar jerarquizaciones y valoraciones.
Si el modelo jerárquico de organización, donde el vértice lo ocupa
Esto lo oice un epistemólogo, no un pedagogo.
alguna ciencia o paradigma pretendidamente superior y abarcante del
resto, no es ya operativo, ta.mpoco lo es el criterio enciclopédico, que
desde una aparente democratización de todos los saberes científicos puso
2.2. La diversidad de paradigmas y el sistema de las ciencias en juego, en realidad, principios de organización que ubicaban la diferen­
cia en un desarrollo evolutivo desde el "menos" al "más", o desde lo
Un segundo modelo para pensar la diversidad tiene que
ver con la "inmediato" a lo "mediato'' .
preocupación por establecer .un sistema de las ciencias,
o tener, al menos, Tanto los intentos dialécticos, con base idealista o materialista, como
criterios claros -d� clasificación. Este problema, o esta
forma de encarar los intentos positivistas, con su ingenua descripción de las etapas del
el problema de la diversidad de saberes, tiene una larga
historia en conocimiento, generaron modelos enciclopédicos de clasificación y rela­
Occidente y siempre ha sido decisivo a la hora de organi
zar los saberes ción entre las ciencias, que ocultaban en realidad la supuesta primacía de
en la escuela. No es éste el lugar para reseñar esta histori
a. Pero sí es algunos saberes sobre otros, en el momento de definir su consistencia
importante tratar de ver cómo se debate hoy la cuesti
ón. epistemológica o su cientificidad a secas.
Por de pronto , y negativament e, digamos que no es acepta
ble hoy día· Hoy hay quienes hablan de "pluralismo de la razón" y tratan . de �p­
confundir clasificación de los saberes con presuntas jerarqu
izaciones, ya contr'l.f .Criterios para clasificar las·-CieñCías 'qué' no se Comprometan con
sea por la "nobleza de sus objetos" o por la "pureza de sus
métodos" . En jerarquizaciones a priori . ni coh etapas históricas superadas definitiva­
cierto sentido, este problema opera en lo qD;e hemos dicho
de las relacio­ mente·.--:ba$ relaciones de los saberes, a pesar de las resistencias concretas
nes de la ciencia con la tecnología y con la ética. Pero ahora
lo queremos que todavía se notan, se plantea hoy en términos de reconocimiento de
plantear dentro mismo del cmnpo de la ciencia.
las diferencias.
·

Reconocer la diferencia, ya lo dijimo s, no implica renun


ciar a la lJPi­ Hoy aceptamos que hay_ "Ínte.reses que guían el conocimiento"
dad: Pero las revoluciones científicas no sólo tienen que
ver con la (Habermas), gue generan saberes distintos y lógicas diferentes; acepta­
historicidad de una disciplina sino también con la forma como
varían los mos también que �el conocimiento _p1:1edt; tener "intenciones" diversas
criterios de organización de las disciplinas.
(Ladnere ), que implican caffipos disciplinares diferentes. La diversidad
Ciencias de la naturaleza, ciencias del espíritu; ciencias exacta
s, cien.:. de modelos-de -�X:plicac1óii - aeiiiíficii1Nagel) es más importante, hoy día,
_

cias aproximadas ; ciencias duras, ciencias blandas ; ciencia


s formal es, que pretender sacralizar un mod�lo, y desde ahí juzgar la mayor o menor
cienciás empíri cas; ciencias básica s, ciencias derivadas;
estas clasifica­ distancia como criterio de clasificación.
ciones , 'y otras posibles de reseñar, tienen hoy una simple
validez opera­ La diversidad de paradigmas genera hoy, en la ciencia, más que cla-
toria y, en cada caso, necesitada de una explicitación
de los criterio s sificaciones congeladas, una verdadera lucha por el reconocimiento y un
usados .
esfuerzo por ver qué relaciones se pueden establecer entre teorías dife­
Una cosa es diferenciar saberes formales, empíricos, básico
s, aplica­ rentes, métodos diferentes, objetos diferentes, criterios diferentes de va­
dos, teórico s, prácticos, técnico s, analíticos, sisténiicos,
y otra cosa es lidación. El problema del sistema de las ciencias, hoy día, yS más una
deslizar en estas diferenciaciones pretendidas · clasificacion
es de ciencias cuestión de estrategias de interacción, de reconocimiento de incidem:;ias,
de búsqueda de coherencias. De aquí la importancia de la categoría de
interdisciplina o de relaciones interdisciplinares, y la constelación de
9. G. Bachelard, La formación del espíritu científico, ob. Cit., pág. 297. categorías que la acom.pañan: multidisciplina, transdisciplina, codisciplina.
78 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 79

El punto de partida no es el universo jerarquizado del


saber ni la enci­ mada en sí rnisma), como dice A. Diemer,1 1 que impide, justamente,
clopedia universal de los saberes, organizada desde princi
pios o criterios confundir vinculación con reducción o explicación de una cosa por la
claros y distintos. La situación inicial, com<? expres
a P. Berger, se ase­ otra. Que la ciencia esté vinculada a sus contextos sociales de producción
meja más a la idea de un archipiélago discip
linar e interdisciplinar, donde y circulación no quiere decir que se defina, en sí misma, por estos con­
el problema es las condiciones de la comunicaci
ón de la información, las textos. Pero tampoco quiere decir que estos contextos no existan o que
redes que se puedan establecer y el sistema,
pensado más desde oposicio­ sefu! indiferentes. La diversidad de paradigmas tiene que ver con la di­
nes y diferencias que desde principios de organ
ización. 10 versidad de contextos sociales para la producción y circulación del saber
La importancia de este tema para la escuela
es obvia. A la escuela científico.
se le demanda no sólo que forme competencias
científico-tecnológicas La producc�§fi_ Q�--�ª1:J-�LfJ�!!.t!fi�Q b,ajdQ �ºquiriendo, cada vez más,
sino también qu,r;, las . integre, y que ella misma
sea un modelo social de unv�QI.�c;oq9rui9.9_,�Hager ci�J1C::iª?. hoy día, .s_ªle caro y exige inversiones
clasificación y de integración. Por otro lado, de
hecho, desempeña ese ro_l de JinpQ:tj:a,rtcia� Esto no sólo tiene que ver con la relación cada vez más
Q.e clasificador y organizador.· El problema radica estrecha entre conocimiento y trabajo sino también con el hecho de la
, una v�z . más, en ver si
sus criterios toman en cuenta el debate epistemolÓg dep�_!f d�_nci_a cre�iente de la actividad científica en relación con las tec­
ico y sus dificultades ,
o apelan a una clasificación y organización üe los nÓlogías (tanto "duras" como "blaÍÍd as;'), con los fines comerciales de .
saberes ajena a este
debate. -qu1�!1�-�stán dispuestQs a invertir �n la investigación y prodl!cción cie.n­
J!fi�ª' _y .con las estrategias de políticas .científicas, destinadas a lograr o
niveles de autonomía en lo que;; a P�<?c:!�<:;ción científica se refiere.
2.3. La diversidad de paradigmas y los contextos de la ciencia Esto tiene que ver con distinciones comunes del tipo centros de exce-
lencia para la producción científica, y centros de poca calidad de produc­
Un tercer modelo para plantear la diversidad atiend ción. La producci9A _fi�n!ífi"c;ª no puede prescindir hoy de información
e no a la historia
de la ciencia o a los sistemas de las ciencias sino
a las condiciones de ��l1l!!l!l;l! élél:,- deJ:i�m.po. c:lispgn!_l)_l_�, de equipos de personas dedicadas, de
producción, circulación y apropiación de los sabere trr&t�ªQ.io_ne s apropiadas, de.. rec11rsos múltiples,
s cienÚficos. Es decir
a sus contextos soci§.les. La diferer1ciª--º�-P�ª<;l]gJ:g�� -qui�re decir, también, diferen�es contex­
Esta cuestión es parte del debate epistemológico, tos �e producción de la . ciencia, y . diferencia de ciencias . en relación con
y no un problema
externo al mundo de la ciencia. La noción mjsma sus propias condiciones de produ�<:;iqn.
de paradigma, como
ya dijimos, implica, de alguna manera, no separa _Esto afecta proftmdamente un tópico central: la definición de sujeto
r la ciencia de sus mismas
condiciones de producción y circulación. científico. No es ya cuestión, meramente, de "buen uso de la razón", como
Sin embargo, vincular la ciencia a sus contextos dice Descartes al comienzo del Discurso del Método. Se trata tfu--nbién de
sociales de producción
y circulación, es decir reconocerla como "acció buena inserción en grupos productores de conocimiento científico. Y esto
n" y como "política", no
significa desconocer la posibilidad de una defin lleva a distinguir, entre otras cosas, países productores y países consumi­
ición "proposicional" (to-
dores de ciencia y tecnología. Las llamadas brechas científicas y tecnoló­
gicas plantean, en realidad, formas diversas de producción de la ciencia,
que en definitiva llevan a tener que diferenciar paradigmas científicos.
1 O. Como v1s10n es de conju nto sobre la
interd iscipl ina cfr. O CDE- CERI ,
Interdisciplinariedad, México, Asociación Nacio
nal · de Universidades e Institutos de
Enseñanza Superior, 1 975; G. Palmade, lnterdisciplin
ariedad e ideologías, Madrid, Nar­
cea, 1 979, y las reflexion_es que hacemos en . 1 1 . Cfr. A Diemer, "Wissenschaft als aktuelles Problem", Jahrbuch der. Universitat
el capítulo 5 de esta p1imera parte.
Düsseldorf, 1 979/198 1 , págs . 1 -23.
80 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 81

Y .el problema de la diversidad no sólo tiene que ver con la producc!ó11 _ pues, modelos para pensar l a diversidad d e paradigmas, que caracteriza
sino también con la circulación y la distribución del conocimiento cien­ a la ciencia en este final de siglo, y que convierten el concepto mismo
tífico. Si tener una buena biblioteca diferenciaba, hasta no hace mucho, de diversidad de paradigmas en un concepto análogo: diversos momentos
un buen centro de producción científica de otro de mala calidad, hoy, si de una historia, diversos elementos y procesos de un sistema, diversas
esa biblioteca no cuenta con buenos bancos de datos y con conexiones dimensiones de un contexto de acción no son la mi�ma cosa, y, sin
en las redes informáticas, ese centro de producción queda categorizado émbargo, las tres lecturas se refieren a la ciencia y su intrínseca diferen­
como malo o no tan bueno. ciación.
J?ado el alto valor económico q�e tiene hoy el conocimiento. ciept(fico
y tecnológico, esta información y sus circuitos de distribución . tienen
reglas fijadas, que dependen de la fuerza de las políticas científicas y de 3. Los núcleos problemáticos
la claridad de l�s normas sobre · la publicidad del saber . científico,_
Esto afecta otro aspecto central de la ciencia: su caráct�!...!l!P:Y���al__y La cie11c�a y --�Lplurali$P19 de la razón es uno de los temas centrales
público. ¿Circula lá infórinación dentífica con la libertad del "uso públi­ del�debat�· epistemológico de fi� de siglo. Lá ciencia y la diversidad de
co de la razón", o estamos hoy ante nuevos elementos de "secreto" y de sus paradigmas es otro de estos temas centrales. Para finalizar esta pre­
uso "privado", que llevan a una circulación restringida no ya al mundo sentaCión-de los .aspeCt\JS significativos tlel· debate, quisiéramos mencio­
de los doctos (como definí� Kant el uso público de la razón en el siglo nar algunos núcleos problemáticos , más específicos, que señalan cambios
XVIIT) sino al mundo de los doctos de la misma corporación? No hay importantes en la comprensión de la ciencia, donde se juegan criterios
duda de que la cuestión de la libre circulación de la información es hoy, más inmanentes todavía que el pluralismo de la racionalidad o la diversi­
al fmal del siglo, una cuestión abierta y compleja. Y esto afecta, profun­ dad de paradigmas. Para los fines propuestos en este trabajo, nos parece
damente, la comprensión misma de la . ciencia.12 oportuno seleccionar algunos núcleos problemáticos , sin pretensión nin­
Finalmente la diversidad de paradigmas tiene que ver también con las guna de exhaustividad ni tampoco de jerarquización. Simplemente, nos ·
diferencias en, los contextos de apropiación, y la escuela es uno de los parecen pertinentes para la cuestión de la incidencia del debate epistemo-
socialmente privilegiados, del conocimiento científico-tecnológico. . lógico en la determinac;ión de las competencias científico-tecnológicas en
La ciencia es, hoy, variable dependiente de políticas económicas, cul­ 1� escuela. · -

turales, educativas, y esto afecta el celoso valor de la autonomía de la


ciencia. .Las malas condiciones de producción, circulación y apropiación
son condiciones contextuales, que no pueden obviar la buena voluntad de 3. 1. Certidumbres e incertidumbres
los científicos o de los responsables de la enseñanza y el aprendizaje de
los conocimientos científicos. Una.cosa es decir que la ciencia se basa en certezas y que busca lograr
Los problemas de transformación educativa y de mejoramiento de la que los "fenómenos no nos sorprendan", y otra cosa es poner, como
calidad de la educación no pueden obviar la cuestión de la diversidad de marco de la ciencia, una modesta télfea de reducción de la incertidumbre,
paradigmas, por las diferentes condiciones de producción. buscando "sistemas en la dispersión" o regularidades simplemente esta­
La historicidad, la sistematicidad y la contextualidad de la ciencia son, díSticas, contando con lo aleatmio y lo azaroso, las discontinuidades, las
inestabilidades .13 Que la ciencia no se mueve para buscar certezas sino ·
12. Cfr. J. F. Lyotard, La condición posmodema, Madrid, Cátedra, 1 984. Cfr. también
R. Capurro, "Zur Computerethik. Ethische Fragen der Informationsgesellshaft", en Lenk­ 13. Se puede ver una visión de conjunto en la obra de I. Piigogine e I. Stengers, La
Ropohl, H., Technik und Ethik, Stuttgart, Reclam, 1 987, págs. 475-482. · nueva .alianza. Metamo;fosis de la ciencia, Madrid, Alianza, 1 983. Cfr. también las
82 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistenwlógico de fin de siglo y su incidencia 83

paxa reducir incertidumbres es un tópico de fuerte impacto en la cultura Por otro lado, y en un intento por fundar un pragmatismo científico­
y en la educación. No se espera que la ciencia nos dé certezas sjno que crítico y no adaptativo, se apela a las condiciones ideales de la acción
nos ayúde a enfrentar racionalmente las incertidumbres. -comunicativa y de la argumentación, puestas en juego en la práctica
científica, poniendo al "consenso" como criterio de verdad.

3.2. Verificación, falsación, disenso


3.3. Acontecimiento y estructura. Modelos e interpretaciones
La discusión sobre los criterios de verdad en la ciencia es otro ejemplo
de núcleo problemático en este final de siglo. Ya Popper había discutido el La ciencia, decía Aristóteles, sólo se ocupa de lo universal. Sin em­
criterio de verd9;q científica del positivismo y del neopositivismo, de la bargo, a lo largo de la historia de la ciencia, tanto la representación del
constatación poilos hechos y de la verificación empírica, respectivamente. universal como su relación con el singular han ido cambiando. Los an­
El enunciado del principio de falsabilidad de las afirmaciones científicas tiguos concebían el objeto científico como lo esencial, sustraído de las
(que sea posible refutarlas), sirvió para superar el verificacionismo (como contingencias de lo accidental, particularmente, lo diferencial y lo sin­
lo cierto, ya irrefutable}, pero es todavía un concepto epistemológicamente gular.
ingenuo, a la luz de las discusiones actuales sobre la legitimación por efi­ El mundo Il1ºdemo. �ambió la perspectiva, interpretando _19_!!!liY�_rgtl
ciencia, por disenso y paralogías, 14 o por consenso.15 como lá legalida� ntci9nal a, priq,ri< que transforma los datos de la expe­
La p¡;;rformatividad legitima la verdad científica por la e_fi�ac!a _g:ue - rief!�i!:l� -�1o_s_ fenÓmenos-�1!_obj�!_o_�_ gi�!lt¡f.iC:9-ª-· · ·L a polémica de finales
implica, para ei sistema, la reducción de la complejidad y la adaptación d:ersiglo pasado y comienzos de éste, tuvo como escenario la metamor­
de las aspiraciones individuales a los fines del sistema. Se trata,- en--de­ fosis conflictiva de los objetos, construidos desde una racionalidad a
finitiva, .Q_t:; un pragmatisíno científico adaptativo. En el extremo opuesto priori en "hechos", por un lado (el positivismo), o en "sentidos", por el
se sitúan teorías _ epistemológicas, que ponen el criterio de verdad en otro (la fenomenología, primero; la lingüística, después).
principios--opuestos: la ciencia se mueve desde prillcipios "anárquicos,, La maduración de esta polémica fue transforinando el objeto científico
opuestos a la regla de oro del pragmatismo -que es el consenso-. La _ hasta generar nuevas formas de comprender la universalidad y su · rela­
ciencia es, en este sentido, antimetódica; se mueve por disensos y por ción con lo singular y con los "casos". Por un lado, la fuerte contrapo­
razona11Üentos paralelos a los vigentes. Se trata de una verdad siempre sición entre estructura y acontecimiento y, por el otro, la no menos fuerte
desestabilizadora de los consensos adquiridos. 16 contraposición entre modelos e interpretaciones de esos modelos. Al
��nar este siglo, la epistemología debate fuertemente estas categonas,
que por un lado implican mayores niveles de formalización y racionali­
teorías, entre otros, de R. Thom sobre los modelos matemáticos y la moriogénesis, donde zad6n abstracta y, por otro, permiten hacerse cargo, por primera vez en
enuncia la teoría de las catástrofes, o en biología los trabajos de J. Monod, como El azar la ciencia, de lo diferencial, lo aleatorio y contingente, y por lo mismo,
y la necesidad, Barcelona, Tusquets, 1985, 3a. ed. de lo singularY
14. Cfr. K. Popper, "La verdad, la racionalidad y el desan·ollo del conocimiento
científico", en El desarrollo del conocimiento científico, o_b. cit., págs. 250-289. Cfr.
también el libro ya cit.ado de F. . Lyotard, La condición posmoderna, sobre todo los
capítulos 1 O al 14 incl'uido. · 1 7 . Es muy amplia la bibliografía sobre estos temas. Como visiones simplemente de
1 5 . Cfr. J. Habermas, Erkenntizis und Interesse, Frankfurt, Suhrkamp, 1 973. conjunto e iniciadoras a la comprensión del tema cfr. P. Ricoeur, "La structure, le mot,
1 6. Un ejemplo extremo de estas posturas puede v�rse en los libros de P. Feyerabend, 1' événement" en Le conflit des interprétations, Palis, Du Senil, 1 960� págs. 80-97 .Y
La ciencia en una sociedad libre, Canillas, Siglo XXI, 1 982, y Contra el método, Bar­ Max Black: Models and Metaphors, Ithaca, Cornell University Press, 1 962 (hay trad.
celona, Ariel, 1 98 1 _ cast.).
84 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 85

3.4. Teoría y práctica ciencia que pr�siden las relaciones económicas, cada vez más conscien­
��--9:�Ly:llor agregado que significá el conocimiento científico--tecnoló­
Las relaciones de la teoría con la práctica constituyen un núcleo pro­ gico, para la rentabilidad y la competitividad. Esta demanda social es
blemático del debate epistemológico de fin de siglo, con características también, paradójicamente, de responsabilidad moral y cuidado de la vida
que permiten condensar buena parte de lo que venimos diciendo. Por de en el planeta. Hemos planteq,do estas cuestiones desde la óptica de los
pronto, hay mucha más conciencia de las relaciones entre las teorías y las -nuevos debates teóricos y prácticos sobre las relaciones entre la ciencia,
propias prácticas científicas: los paradigmas� -los programas d.einvestiga­ !� _tecnología y la ética.
ción, los modelos incluidos en la estructura misma de la ciencia son
buenos ejemplos de lecturas del problema, hechas por los mismos 2) En sí misma, l!:t ciencia se sabe hoy día fuertemente atravesada por
epistemólogos. lé! _div:����idad de paradigmas, _que la convierte en una actividad humana
Por otro lado, los trabajos que ponen de relieve los contextos de la muy dependiente de su propia historia, . de sus propios conflictos en las
producción, la circulación y la apropiación de los saberes científicos reláciones Y. los agrupamientos de la diversidad, y de sus propias condi­
enfatizan la fuerte interdependencia de las teorías con las prácticas socia­ ciones de producción, circulación y apropiación. La cuestión interdis­
les. Al modelo, ya clásico, del materialismo histórico (Marx), se le han · cipliriar, entendida como !elación entre paradig111as, es pues una cuestión
sumado hoy otros tipos de análisis de las relaciones teoría y práctica, que l.ntrínseca a la misma ciencia en su_ cqmpn��sión actual.
insisten mas en las sutiles redes de la "microfísica del poder" (Fou­
cimlt), que son las prácticas sociales, que significan y condicionan el 3) Finalmente, 1�1 ci�J!cia hoy día es también saber de incertidumbres,
saber, así como en las complejas redes infonnacionales y comunicacionales, di_ª-�P:S9S,_ _��onteceres. _y_todo ��t_<:>_ r_edefine, internamente, su propio po-
-
que controlan socialmente el saber, los consensos y los disensos. siciop.ami�JJ.to como teoría y práctica.
Finalmente, lo que ya dijimos de las estrechas relaciones entre la
ciencia, la tecnología y la ética, puede -y debe- ser leído en el registro
de las relaciones entre teoría y práctica. En última instancia, y aceptando JI. LA DETERMINACIÓN DE LAS COiVIPETENCIAS
la autonomía relativa de los campos y el pluralismo de la racionalidad, CIENTÍFICO-TECNOLÓGICAS EN LOS DIFERENTES NIVELES
los problemas de la verdad, de la eficacia y la eficiencia, y de la legiti­ DE LA EDUCACIÓN FORJ.l;JAL
midad y la validez, siempre interactúan y se condicionan mutuamente. La
relación teoría-práctica va mucho más allá que la mera "aplicación" externa En esta segunda parte nos proponemos abordar algunas cuestiones del
de la una a la otra, o que la mera "determinación" interna (dialéctica) de debate educativo actual, en un doble marco, el de los proc���� J?Uestos
la una por la otra.18 Se trata ele interacciones, contaminaciones, coproduc­ en marcha para la transformación educativa, que!mpfíca preguntarse por
ciones. la e·scuela que despide el siglo, 19 yJa e§�uela qi��--q�_ere111o s l()grar para
Quisiéramos concluir esta parte destacando los rasgos significativos el siglo xxt20 y' por otro lado, el de la óptica específica de la incidencia
del debate epistemológico de fin de siglo:

1) La ciencia, hoy día, se siente relativamente autónoma, y se sabe, 1 9. Cfr. C. Cullen, "¿Qué escuela despide el siglo?", Criterio, Buenos Aires, LXVI,
además, fuertemente condicionada por las demandas de eficacia y efi- n° 2 1 27, 1 0/2/94, págs. 7- 1 0.
20. En la Argentina, este proceso de transformación viene exigido por la nueva Ley Federal
de Educación, no 24. 1 95 del 1 4/4/94. En los documentos oficiales del Consejo Fede­
1 8. Cfr., como una buena recopilación del debate, el trabajo de O. Guariglia, Ideolo­ ral de Educación y del Minísterio de Cultura y Educación de la Nación aparece con
gía, verdad y legitimación, Buenos Aires, FCE, 1 993, 2a. ed., aumentada y corregída. frecuencia la mención a la escuela para el siglo XXI.
86 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 87

que tienen los aspectos signific ativos del debate episternológico actual en mundo científico y tecnológico. No es lo mismo la presencia de lo cien­
la determinación de las competencias científico -tecnológicas, cuya for­ tífico-tecnológico en la formulación de las políticas educativas, en la
mación y desarrollo en los individuos se espera del sistema educativo, a construcción de los diseños curriculares, en los diferentes estilos de ca­
lo largo de la socialización escolar. pacitación docente o de desarrollo curricular, en las diversas estrategias
Dividimos la exposición en dos momentos. Primero, nos preguntamos i.nstitucionales y, en última insta.ncia, en la trasposición didáctica que
qué quiere decir que la escuela tiene que forr.aar competencias científico­ cada docente hace en el aula.
tecnológicas:" Segundo;- abordamos ·• la cuestión centtal · de esta-contribu­ 5. Cada uno de. estos .niveles tiene una relatiy(l autonomía en la forma
ciórt: cómo ·se determinan las competencias científico-tecn
ológica�.�nJQª-� de relacio��Se COn !a �i�l}(;�(l y COn la tecnología, y� -COllO parte del COm"'
diferentes ·n.lveleifCie la educáeiO.n 'forma:l. A· la Iuz de 16 expuesto, en J?íe.f<?�PE().��§o de su mediación educatiy(l, p1Jec1e o no rela�ionarse con los
lOs . dos . primeros mornentos queremos ·aejar abiertas algunas cuestion 9trq�,_ pg�c1e o no. -desde su posición-p�hacer o reelaborar las mediaciones
es
pendientes , ori�ntad as -sobre todo- a despej ar la posible lectura operadas desde otro lugar. Son conocidas las Q.��tªº-��ªª·_yJ�s pretensiones
cientificista de todo el planteo que hacemos. -
de a.iticu1ación, t;n el ca:mpq educativo, entre las decisiones políticas, . las
elabo_ric_io:ne.ª técnicas, las. prácticas . institucionales y las posibilidades
-
concretét� de los educadores prqfesiq:nales en su trabajo.
l. La escuela y la fonnación --·:6:-Que la �scuelª-.4�./z� ..fQ@a.I. cQ.lnpetenciªs qientífico-tecnológicas es
- . . . . . -·

de competencias cientifico-tecnológicas una formulación propia de una_ polJ:tica educativa, porque se trata de un
---� ---· -- -- �·-·>"·--

fin u obje�vo para la educación. lo:ffiial� En este contexto, el sentido de


La cuestión se refiere a poder precisar !9:� r�laciones de la· ciencia. y ·ra afiiTiacióri
i se� relaciona con el supuesto de considerar socialmente
l a tecnología con la escuela. ��o��1�/��ét�l9!Lg� �Qillpete!J:cia científico-tecnológica, a lo largo de
.}a_�<=!!!�ªf!ºn sistemática.,
l . La escuela tiene como función la distribución equitativa de cono�ip:lien­ 7. Esta "valiosidad" se funda en el consenso que, a mayor competen-
tos socialmente válidos, necesa.rios para lma buena integración de la perso- . cia científi,c,:o-tecnológica en lo�-ciri(l(lclanos, mayores serán las oportuni­
nalidad y para liD buen desempeño en los diferentes contextos de]a vida dades de desarrollo poUtic:9�_ eqQn§mico y socia}� Como se expresa en el
social. La ciencia y la tecnología tienen que ver con los criterios de validez documentoya,_cÚado de la UNiis co sobre Educación y Conocimiento,
social, de los conocimientos y, a su vez, está.n comprendidas en las definiciones se trata de acc�<fer a 1PS,}�Q.Q!g9.§ .d� Ja 1Il9Cierpida.,.g: "co11jm1to . de cor;to­
.

de la "buena integración" y del "buen desempeño". En este sentido, son tanto címientos y destrezas necesarios para participar en la vida pública y ,
parte de la dema.nda social a la escuela, como del lugar desde el cual la desenvolverse prod�ctivamente en la sociedad moc1erna".21 Ni la partici­
escuela responde a esta demanda. pación en · la vida pública ni el desenvolvimiento productivo, se supone,
2. No es función de la escuela formar científicos y/o tecnólogos, son posibles sin desarrollar y formar competencias científico-tecnológi­
si
bien en la· fonnación de futuros científicos y/o tecnólogos la escuela cas en los ciudadanos.
desempeña, habitualmente, un papel determinante. 8. Que la escuela tiene que formar buenos ciudadanos y trabajadores
3 . La ciencia y la tecnología tienen sus propios y específic os contextos eficaces es, también, una demanda social. Los fundamentos de la deman­
·
de producción de conocimientos. El contexto escolar
de producción y da social, sin embargo, suelen estar formulados en términos mucho más
circulación de conochlrientos sociales opera, con los saberes científicos amplios y vagos. Se supone, sin sutiles discriminaciones, que a mejor
y tecnológicos, complej os procesos de . mediación educativa.
4. Estos procesos de mediación educativa son complej os, e incluyen
diferentes niveles de proces'llUento "escolar" de lo que pro.:.viene del
2 1 . Cfr. UNESCO, Educación y conocimiento, ob. cit., pág. 157.
88 CRÍTICA D E L A S RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidenc'i-a 89

educación le corresponden, necesariamente, mayores posibilidades de buen que la educación se reduzca·á formar competencia científico-tecnológica,
desempeño laboral y de buena realización personal. Sin embargo, en la pero sí quiere decir que en el proyecto educativo global, que define a la
demanda social a la escuela no siempre está explícito el lugar que ocupa escuela como institución social significativa, tanto la ciencia como la
la competencia científico-tecnológica para alc�nzar niveles de participa­ .fécnología han de estar presentes, con sus posibilidades y con todos sus
ción y productividad, ciertamente deseable s . límites, · con su historicidad, su diversidad y su problematicidad.
9. Formar competencia científico-tecnológicél� que n o e s formar ni
c�entíficos- ni tecnólogos, es pues · un fil1 válioso, que necesita estar _ f<?!:
mulado e'xplícitamente en una política educativa, y que se legitima como 2. ¿ CÓMO SE DETERMINAN LAS COMPETENCIAS
una de las formas posibles, necesaria pero no suficiente, de respon{¡�r -a CIENTÍFICO-TECNOLÓGICAS QUE LA ESCUELA DEBE FORMAR ?
la demanda soci�\ de más y mejor educación para todos.
1 0. -º�!an�o la. 'Ciencia y la tecnología son c onvocadas por una.política Como parte de una definición de política educativa ya hemos intenta­
' <?ducativa, ·que habla de "fop.nar competencia científico-tecnológica", do mostrar qué significa que la ����etJ!J!�n��g_l;!� formar c<;>mpetencias
comienza ya este complejo proceso de mediación educativa de los cono­ cientí:(ico-tecnológica�:.-�QS proponemos ahora plantear cuestiones sobre
cimientos científico-tecnológÍcos. Esta competencia, por de pro�to:- gue­ iií
·-strcleteriñacló n-:-Pará. esto intentarem os, primero, construir una defini­
dará contextualizada por otras : formar la identidad nacional, la per�_<:JI�a­ ción curricular de competencia científico-tecnológica, luego abordaremos
lidad moral, la creatividad estético-expresiva, la integración psicofísic'_lz. la cuestión de las condiciones institucionales para la formación de esta com­
etc. Esto es importante, porque formar competencia científico-tecnqlógi­ petencia, y finalmente trataremos de especificar por niveles educativos la
ca, en la escuela, es parte de una tarea más amplia, educar, y te11dr:t qg.e formación de la competencia científico-tecnológica.
compartir su tiempo y sus exigencias con los tiempos y las exigen<:;ias
necesarias para formar otras competencias.
1 1 . Sin embargo, (}]_ ser la escuela una institución que socializél (educa) 2.1. Hacia una definición curricular
por el conocimiento y desde el conocimiento, la competencia ci�ntífico­ de competencia científico-tecnológica
tecnológica ocupa un lugar, en la escuela, análogo al de la ciencia y la
.tecnología en el amplio campo de los conocimientos humanos. Hoy día hay una marcada tendencia a hablar, en el ámbito educativo ,
12. La competencia científico-tecnológica no debe ocupar -y de hecho de formación de competencias. Los diagnósticos y las evaluaciones, ge­
no lo ocupa- todo el espacio de los conocimientos escolares. Pero no _
neralmente centrados en los logros y en la significación social de los
debe estar excluida a primi, como racionalidad fundada, en ninguno de saberes que Lmparte la escuela, señalan, con creciente frecuencia, un
los otros saberes que circulan en la escuela. deterioro de la calidad de la educación, que se traduce fundamentalmente
1 3 ., Que la escuela tiene que formar competencia científico-tecnológi­ en la falta de fO_I1}petencias adecuadas, en ios egresados de la institución
ca es, pues, una decisión de política educativa, que implica ya una me­ escolar, para desempeñarse eficazmente en la vida social.22 Por otro lado,
diación, en relación con los conocimientos científico-tecnológicos. Se todos los inte11tos de reforma o transformación del sistema educativo
necesitará, ulteriormente, . de otras mediaciones: curriculares, institucio­
nales, áulicas. Pero, en todos los casos, es una política educativa la que
revela la voluntad de incorporar la ciencia y la tecnología a los cont�ni­
dos escolares, �omo un elemento esencial para satisfacer las necesidades 22. Es evidente la preocupación en este sentido. Cfr. C. Cullen, "La calidad de la
educación como lucha por el reconocimiento", en Actas Congreso de Educación, Centro
básicas de aprendizaje, que la demanda social hace a la escuela.
Pedagógico Siglo XXI, Laguna (Brasil), 4-6 de febrero de 1994, Aquí, cap. 2, parte
14. Que la cienciél, y la tecnología estén en la escuela no quiere decir segunda y su correspondiente bibliografía.
90 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico defin de siglo y su incidencia 91

busc&! formular las competencias necesa.rias para satisfacer la demanda esos otros criterios que fueron tematizados e n ocasión d e las discusiones
social de aprendizajes. sobre la calidad de la educación.25 -
Pero, ¿qué son las competencias? En términos de historia curricular En efecto, las competencias son más relevantes porque se hacen . cargo
es una categoría que reemplaza, fuertemente, a la de "objetivos educacio­ mejor de las nect;�id(lges sociales , formulada� hoy en términos de perfi­
nales", que se había apoderado de la escena educativa a partir de la �s 'fie:X.ibles, tanto para ia productividad como para la ciudadanía. Por
década del ' 70.23 otro lado, son más pertinentes, porque permiten contextualizar mejor los
Este reemplazo no quiere decir que sea por las mismas razones. En �prendizajes, haciéndose cargo de las diferencias en los puntos de par-
algunos casos la crítica a la "pedagogía por objetivos", que lleva a hablar tida.
una "pedagogía por competencias", se basa en una críti�a socio-polí­ - �as competencias, por otro lado� son capacidades complejas, construi-
tica a los model�s, eficientistas en educación. �ªs> �ompe!encias -P�nniten, das desde integracicmes . de . saberes . previos y en diversos grados, que
�¡:;n esta óptica, atender más a los sujetos concreto_s (con sus diferencias permiten _!elacionarse inteligentemente con diversos ámbitos y en diver­
y saberes previos) y plaJ1tear la c_llestión de la evaluación del aprendizaje sas situaciones.
,con otros parámetros . El origen más claro de la noción está en la lingüística, particularmente
En otros casos, J a crítica s e fundamenta e n una definición más sutil de en Chomsky, quien distinguió la "competencia" lingüística de la "reali­
la eficienc�a, que no busca "operacionalizar" los fmes, determinando "cam­ zación". La noción de competencia lingüística habla de un dominio de un
bios de conducta deseables y observables", sino que se preocupa 111ás por sistema abstracto de reglas, que permiten generar lengua.26 Ampliando la
c;lesarrollar _la� habilidªcles y la_� g�_strez�s para saber qué hacer ante Cflll­
..
noción, desde lo sintáctico a lo "pragmático"; Habermas formuló su teo­
bios de c1�saííos y problt;mas, deseables y no deseables, observfl.Ql�s . y no
ría de la "competencia commricativa" 27 o de la pragmática universal,
obseniables.24
cuya tarea consiste en la reconstrucción del sistema de reglas para gene­
"> L
� noción d� competencia apunta más a lo que el sujeto pueda h,§:�er, rar posibles discursos.
''<que-- a Io que -hace efectivaínente. �e confía más, con las competencias, Esta idea del sistema abstra�to de reglas, generativas de posibles
' -�n la capacidad de r�spuesta ante situaciones variables e imprevisibles,
realizaciones o desempeños, en cada uno de los dominios de que se trate,
. que en un catálogo fijado de respuestas deseables y supuestamente va-
·
es el meollo conceptual de la noción de competencia. _$e . trata, en última ins­
liosas.
tancia, �� poder resolver situaciones, es decir, actuar inteligentemente
Sin embargo, la noción de competencia guarda una estrecha relación
pero con inteligencia específica según los tipos de situaciones proble­
con los desempeños. El referente de la eficiencia es tan detenninante
máticas.
como en la pedagogía por objetivos, pero tomado de otra manera y
Hay va_rias cuestiones que suscita la noción de competencia, sobre
apostando a otros supuestos . En realidad, pla.ntear la eficiencia en térmi­
nos de "competencias" per:rnite ligarla a la pertinencia y a la relevancia,

25. Cfr. lVI. R. Alrnandoz y A. M. f\.bate, "Calidad de la educación. Aportes para su


anál�sis", Sen:üna:rio-Taller: Formación docente y calidad de la Educación, Buenos Aires,
23 . CÍr., entre otros, el conocido trabajo de J. Gimeno Sacristán, La pedagogía por MEJ-OEA, 1 988. Cfr. también: J. Bosco Bernal, Re¡1exiones en torno al mejoramiento -
objetivos: obsesión por la eficiencia, Madrid, Morata, 1 985, 3 a. ed. Cfr. también A. Díaz de la calidad de la educación, Unesco. Orealc, no 29; 1 992.
Blliiiga, El currículo escolar. Surgimiento y perspectivas, Buenos Aires, Ideas-Reí, 1 992. 26. Cfr. N. Chornsky, Syntatic Structures, La Haya, Mouton, 1 957.
24. Un ejemplo de esta refommlación lo ofrece el Informe de la comisión Scans para 27 . Cfr. J . Habermas, "Vorbereitende Bemerkungen zu einer Theorie der
América 2000, de junio de 1 992, donde se plantea la cuestión de "lo que el trabajo kommunikativen Kompetenz", en Habennas-Luhmann, Theorie der Gesellschaft oder
requiere de las escuelas". La noción básica, en el informe, es la de "necessary skills ". Sozialtechnologie, Frankfurt, Suhrkamp, 1 972.
92 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 93

todo cuando la usamos en el contexto educativo. Por de pronto, la cierta son saberes sociales e históricos que si no se enseñan no se aprenden, y
tendencia "innatista" (Chomsky habla de una lingüística "cartesiana") o si se aprenden, entonces sí funcionan como "sistemas abst�actos de; re­
bien "apriorista" (Habermas habla de un cuasi trascendentalismo). Esto glas" capaces de ge.nerar nuevos saberes sociales e históricos. Es decir
se traduce, en pedagogía, en la difícil cuestión de si las competencias nuevas
- formas inteligentes de desempeñarse eficaz y correctamente.
-que la escuela debe formar- se enseñan o sólo se _desarrollan, s� des- La tendencia a formular las · competencias en términos formales o
cubren o se construyen. . trascendentales (a priori, en relación con la experiencia) no debe enton­
Esta cuestión se relaciona con una segunda: ¿cuál es el rol de los ces confundirse con un "formalismo" o "procedimentalismo" pedagógi­
"desempeños" en la formación de las competencias? Naturalmente que co, como si las formas pudieran separarse de los contenidos, o los pro­
esto toca una concepción del aprendizaje, porque supone saber qué iugar cedimientos de las informaciones y las valoraciones. Las competencias
tienen las experiencias, las exitosas y las · ineficientes, en la construcción que la escuela debe formru:.-es su tarea- son saberes socio-históricos, son
de las competencias, o si son solamente aplicaciones posibles de ·algo ya . saber acumulado Y' -tr�s:qritido. No son las competencias que definen el
construido. . equipamiento bioiÉgit � ;_individ�¿ de la �specie humana,.- sino que
Por otro lado, ¿quién det�rniina las competencias nece�arias? El cri­ son las gg� 99DiQf.P:1in_-�ociaL�Jg§tc:)_rtc_a.m�nt�-al sujet9. La formalización
terio de las exigenci�s ·de los desempeños, al ser éstos históricos y defi­ y el procedim�ntilismo, erit�Ílces)soh el resultado más el proceso mismo
nidos socialmente, es el criterio de la demanda social. El tema es que la de su constnicción.
<;Iemanda social no es fácilmente definible,_ siempre es heter�g�nea, y
· El Pl1I1to de vista ético, la· miraela científica, la madurez personal, la
siempre está atravesada por las formas históricas en que se proP:l:l9en y pai1Idpación ciudadana -que son competencias que la escuela debe for­
circulan los bienes, los poderes y las inforníaciones. Las competeD:cias, mar- son los resultados de complejos procesos de construcción social e
qu_e se supone la escuela debe formar, plantean siempre la cuestión de las histórica, que necesitan ser enseñados intencionalmente, como resultados
relaciones escuela-sociedad. La cosa toca la función mlsma de la escuela, nías sui 'J)rocesos. Entonces, ªp�e11de� estas competencias es construir
que no es solamente formar competencias para un desempeño eficaz, en ���j�!LY.!f!-ª�:-�a� -�9II1Pe.t�ndas educativas son el "plus" de subjetividad
determinadas condiciones socio-históricas, sino también que esas compe­ que la S()_�i�Q(lQ le pide a la escuela que "forme" en los individuos.
tencias sirvan para criticar y ..,..eventualmente- transformar esas condi­ --�!.lfri:�_!t��ente, entonces, las. competencias se definen como las com­
ciones. plejas capacidades, integradas en diversos grados, que la escuela debe
En definiíiva, se trata de plantear las competencias no sólo en téllili­ formar en los individuos, Para que puedan desempeñarse como sujetos
nos de desempeños eficientes, sino también de desempeños "correctos". responsables en diferentes situaciones y conte:;ctos de la vida social y
Es decir toca necesariamente los fines de la educación. personal, sabiendo ver, hacer, actuar y disfrutar convenientemente, eva­
Las competencias no son, entonces, sólo un medio para lograr desem­ luando alternativas, eligiendo las estrategias adecuadas y haciéndose cargo
peños eficaces en la vida social y personal. Formar compe�encias es · de las deds1ones tomadas.
formar sujetos capaces de definir fines y medios, alternativas fundadas y Son _estas competencias las que definen los criterios para la selección
estrategias diversas, capacidad, en última instancia, de ev�luar desempe­ de contenidos y definen, también, una concepción de conténidos escola­
ños a la luz de las posibilidades que vienen de las competencias adqui­ res, una forma de organizarlos y una forma de distribuir el tiempo, el
ridas, y no de la demanda específica de determinados desempeños. espacio y las formas para aprenderlos.
Por eso la formación de competencias necesita intencionalidad educa­ La integración de las competencias, mencionada en la definición cu­
tiva. No son una· mera cuestión de desarrollo. Es necesario definirlas, es nicular que dimos, supone "diversos grados", tanto en el sentido tempo­
necesmio aprenderlas, es necesario constnlirlas. Porque las competencias ral, de sucesivas síntesis que el slljeto va logrando, como en el sentido
94 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 95

horizontal, de articulación de las diversas competencias y los saberes y ética. Las interacciones de estas racionalidades autónomas es una
contenidos que ellas suponen. 28 •
de las cuestiones centrales del debate teórico y práctico de fina­
Es el problema pedagógico de las articulaciones que, a la luz de. estas
les de siglo.
reflexiones sobre la noción de competencia, no sólo tienen que entender­
4. El esquema lineal de una escuela "humanista", una "científica"
se, articulaciones entre los diversos niveles del sistema educativo formal
y una "técnica o tecnológica" nos parece falaz e ideológicamente
y entre los diferentes saberes que la escuela enseña, sino que ���ca
comprometido con concepciones sobre la división social del tra­
también, si de sujetos competentes se trata, !as articulaciones con todos
baj o y sobre la cultura, francamente conservadoras o neocon­
los saberes previos con lo que cuenta el sujeto, y la integración . crític�,
servadoras, incapaces de hacer frente a los desafíos del fin de
también, de todos los saberes .que circulan en tomo a él, y no solamente
siglo, orientadas más bien a la integración de competencias y no
· los que provien�n de la escuela.
a su fragmentación o pequeñas alianzas.
Ganada una noción curricular de competencia, abordemos ahora la
Lo que queremos decir es que _formar sujetos competentes, tanto
. cuestión central de esta contribución: la competencia científico-tecnoló-
dentífica_ com9.t��P9lógi.9l1!n.t:;l}te, �s-hoy formar sujetos integra­
gica. dos. Tiene más competencia científica el que, � igual desarrollo
.
¿Qué quiere decir formar un sujeto científicamente competente? ¿"Qué y formación de lo específico, ha sabido integrar competencia tec-
quiere decir, por otro lado, formar un sujeto tecnológicamente
, compe- nológica y competencia ética. Lo mismo digamos de la compe­
tente? tencia tecnológica y de la competencia ética.
6. Debemos diferenciar también competencia científica y/o tecnoló-·
l. Recordemos, por de pronto, que la escuela n_o tiene como fun­ gica de diversas y específicas competencias científicas y tecno­
ción social formar científicos ni tecnólogos. lógicas.
2. Se hace necesario, además, diferenciar la competencia científica
7. Justamente, l o que nos enseña e l debate epistemológico de fin de
de la tecnológica, por lo que ya indicamos de la autonomi� e
siglo es que hay . <:liversidad de paradigmas, y ql1e_ esta diversidad
interacción entre . la ciencia y la tecnología.
tit;l1e -que yer _cQn la historic�dad de la ciencia, pon los intentos
de distinguir, clasificar y. sistematizar conocimientos científicos de
3. Cuando se trata de integrar, y no de reducir a una, no ve111os
razon�s para privilegiar la· compe_tencia _cientÍfico-tecnológica eil
mítÚraieza distinta y con i� contextualidad social en que se prodÚ­
relación con la competencia ético-científica, o étiqo-tecnológica.
·

cen los conocimientos científicos, se los distribuye y es posible apro­


Las racionalidades autónomas generan competencias específicas
piárselos.
y diferentes. Prop�:memos tratarlas separadamente y criticar la
8. Formar competencia científica, hoy,.. quiere decir enseñar a ubi­
tendencia a presentar la competencia científico-tecnológica como
carse en la diversidad de paradigmas y a operar con esa diversi­
si fuera una. Nos parece que, en la práctica, esto lleva a compro-
dad. No es compatible con la formación de competencia cientí­
..� meter la autonomía de alguna de las dos competencias o de ambas,
fica una enseñanza dogmática de la ciencia, descontextualizada
y' sobre todo, a despotenciar la integración con la competencia
y aferrada a clasificaciones y valoraciones de los saberes, su­
puestalnente fundados en la claridad de los objetos científicos y
en su nobleza. No es formar competencia científica, por ejemplo,
28. En el contexto de la aplicación de la Ley Federal de EducaciÓn, en nuestro país, pretender que las ciencias naturales "explican", mientras que las
cfr. la importante recomendación 26/92, del Consejo Federal de Cultura y Educación, ciencias sociales sólo "describen".
dictada por la XTI Asamblea Extraordinaria del 25 de noviembre de 1 992.
9. Poner todo e l peso de l a cientificidad en algunas disciplinas en
96 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico defin de siglo y su incidencia 97

desmedro de otras, o en algunas teorías con ignorancia de otras, competencia disciplinar propiamente dicha y disponibilidad ínter­
es obstaculizar, más que formar, la competencia científica. de los disciplinar.
sujetos ·educandos. 14. Por conciencia gnoseológica entendemos lo que sabemos acerca
1 0. Por otro lado, no se puede pretender formar competencia cientí- del conocimientQ humano. �íifa tener competencia científica es
. fica ignorando, u ocultando, los núcleos problemáticos del deba­ necesario contar con una conciencia gnoseológica amplia y flexi­
te científico contemporáneo. Éstas son determinacio11es li:ls�órF ble, que sepa de las dimensiones contextuales del conocimiento,
cas; tienen que ver con paradigmas concretos, con verdaderas de la posibilidad de diferenciar conocimientos según intereses, in­
revoluciones científicas, como son la relatividad y la física cuán­ tenciones, actitudes, que entienda la necesaria reflexividad del cono­
tica, la biología molecular, las formalizaciones lingüísticas, la cimiento, ya que se conoce siempre desde una interacción sig­
definición social de la geografía y de la historia, el psicoanálisis nificq.tiv� social e . histórica, con lo que se quiere conocer.
y otros ejemplos que se podrían dar. Estos núcleos problemáticos 15. Por competencia disciplinar entendemos !a compleja capacidad de
de las ciencias, que afectan la · noción misma de· ciencia y orientarse en el punto de vista disciplinar del conocimiento. Esto
cientificidad, no pueden deducirse de ninguna definición esencial tiene que ver con saber de rupturas y continuidades, paradigmas y
o más o menos formalizada. Son saberes históricos, y como tales
i:eglas, componentes estructurales de las disciplinas y aconteceres
hay que apreQ.derlos.
históricos de éstas.
\1>

1 1. Por su especial relevancia para la formación de competencia cien­


16 . Finalmente, por ,disponibilidad interdisciplinar entendemos, más
tífica hoy, y por las resistencias que aparecen desde una ciert�
que una conciencia o una competencia, una actitud, que, desde
tradición escolar para procesar la información científica, hemos
la. identidad disciplinar diferenciada, .Y con una amplia y flexi­
destacado algunos de estos núcleos significativos: el tema de las
incertidumbres, los 9l�en�os, las ��I!_gjJ.J_�_Qªd_e�"- las���1ª_9!9!1��
ble condencia gnoseológica, permite abrirse a la integración,
reconociendo otras identidades disciplinares, y permite también
t�oría-pr�ct.ica.
buscar, en un trabaj o de cooperación, reconstrucciones raciona­
1 2. Son estos saberes históricos concretos, es la misma diversidad de
les más totalizantes y abarcadoras de la complejidad de la rea­
paradig:q:IªS en que se debate la ciencia hoy, los que pueden dar
lidad.
séntido a cualquier intento de clasificación de competencias cien_.
tíficas, o pueden dar sentido de "competencia científica" a lo que 17. Formar competencia científica es enseñar a saber colocarse en el
aparece solamente como "competencia cognitiva": habilidades punto de vista de la ciencia, con toda la complejidad, conflictividad
analíticas, habilidades creativas, habilidades metacognitivas, como y diversidad que esto significa, y que, a la luz del debate contem­
las define S . Duschatzky.29 poráneo, podemos resumirlo en la capacidad de relacionar la
13. L a competencia científica, que l a escuela debe formar, supone, teoría con la práctica, en el más amplio sentido de ambos térmi­
como lo hemos trabajado en otro lugar,30 conciencia gnoseológicá,- : nos, sabiendo que cualquier teoría científica es también una prác­
tica social, y que no hay práctica social que no incluya entre sus
determinaciones las teorías, sus interacciones y sus conflictos.
18. Con respecto a l a competencia tecnológica, comencemos por·· di­
29. Cfr. S. Duschatzky y otros, "Clasificación de competencias", hoj-as de circulación ferenciarla de la competencia científica, para poder plantear mejor,
restringida. FLACSO, setiembre de 1993, en el marco del convenio de cooperación con como ya dijimos, sus interacciones, cada vez más éstrechas.
Ort Argentina.
19. La competencia tecnológica, tiene que ver con la _capacidad de
30. Cfr. C. Cullen, Conocimiento. Aportes para la enseñanza del tema, PTFD, Minis­
terio de Cultura y Educación y OEA, Buenos Aires, 1 993. saber manejarse con otro tipo de racionalidad: la instru�ental, la
' 98 CRÍTICA DE LAS RAZON�S DE EDUCAR El debate epistemológico defin de siglo y su incidencia 99.

del saber-hacer, la del análisis funcional, la de las operaciones el¡;; 25 . La competencia tecnológica tiene una especial relación con los
los artefactos y sistemasY desempeños eficaces. Esta especial relación no quiere decir que
20. También la formación de competencia tecnológica supone sabe­ las otras competencias no se definan por una -relación con los
res determinados históricamente, y, por su ÍJ!.teneionalidad ins­ desempeños eficaces. Tiene que ver, más bien, con la definición .
trumental y su lógica fu11ciom1.l, son saberes p�icularmente com­ misma de competencia tecnológica, que es saber-hacer y saber­
prometidos con las necesidades y demandas so.cialt;s_� operar, -que son ellas mismas �apacidades de éficiencia. En el
2 1 . Una distinción que nos parece relevante para el_.�ontexto escolar, -caso de hr competencia tecnológica lo que se esper� -y lo que ­
hablando de la formación de competencia tecnológica, es saber también hay que enseñar- es que los des�mpeños tecnológicos
qué hacer con la tecnología y cómo operar en un m_llndo · fuerte- -por naturaleza, eficaces- sean pertinentes y relevantes.
1Il�n�e1��pendiente: en su vida cotidiana, de artefactos y sistemas 26. Esta últinia cuestión, la pertinencia y .la relevancia·-ae la eficacia
tecnológicos, y saber de la tecnología y de los procesos tecnoló­ tecnológica, es -nos parece-. el asunto crucial �n la formación de
gicos� esta competencia en el ámbito escolar. Y donde es más difícil
22. Un problema, relacionado con esto, es ver si la formación de la mantener un equilibrio entre formar para una mera adaptación a
competencia tecnológica ha de tener un espacio propio o debe t�J!Ci s��_a5:ci�n qetennirgtcia, _ o f()rmar para su transformación.
atravesar -como saber instrumental-· todos los otros espacios. En 27 . Digamos, finalmente, que la. f()nnación de C.()!llpt;tencia tecnoló­
realidad, 1ª tecnología es una forma autónoma de racionalidad, gica está fuertemente asociada, en la. demanda a la escuela, a la
tiene su propia historia y desencadena sus propios probler-r1as de fmmación para el trabajo. Y esto genera probleJJ1aS muy concre­
aprendizaje y �!lseñanza. Pero, por su nüsma racionalidad instn_l�_ tOS . e11 la determinación escpl�-d� -i�- , CO�petencia teénolÓg;ica,
mental y operatoria, tiene una funcionalidad que atraviesa clara- sea p��qil�.i�_la confund�_G.dn.lª_ql�_�tióÚ_deJas .,salida�· !aJ)Ür�l(:;�
..

mente otros espacios edücativos. . i����ata[3, sea porqu�_ se _la. �ns�za como panace�, para _conjurar
23 . La tecnología, en definitiva, como cmnpetencia, es una forma de el temor del ingreso y la permanencia en el mundo lab()ral. Como
relacionarse con el mundo, que, por otro lado, tiene cada vez más si el mercado del trabajo estuviera det�1minado solamente por el
señales de configuración tecnológica. Por eso, formar competen­ componente tecnológico.
cia tecnológica es, también, capacidad de entender el mundo, y 28. Formar competencia tecnológica es enseñar a saber manejarse
no sol&--nente de saber operar con artefactos y sistemas . C()J:l _ ��'tefact()S, instrumentos y sistemas operativos, �?n toda la
-
24. Formar C()mpetencia tecnológica en la escuela, supone, finalmen­ efic.:_aci_a y eficiencia �ecesarias, p(tro es también saber evaluar su
te, contextualizar los saberes que circulan en la escuela en una pertinencia; en relación con los contextos culturales, y su rele­
mirada funcional e instrumental, relacionada con necesidades hu- . va.ncia, en relación con las demandas sociales. La €ompetencia
manas y demandas sociales. Pero implica también saber que esta tecnológica no es sólo una cuestión de competitividad económi­
mirada '<tecnológ1ca" necesita también de una comprensión, crí­ ca, que · tmnbién lo es. Es, además, una cuestión de calidad de
tica y fundada, de esas mismas necesidades y esas mismas ele­ vida y de solución funcional de problemas y necesidades del
mandas . · hombre. Y del hqrnbre_ no en· abstracto, sino en determinados
contextos histó1ic;os, sociales y culturales.

3 1 . Cfr., sobre la racionalidad técnica, el libro ya citado de J. Ladriere, El reto de la


racionalidad, Salamanca, Sígueme, 1 978.
1 00 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate epistemológico de fin de siglo y su incidencia 101

2.2. Las condiciones institucionales para ÍOrmar racionalidad institucional de la escuela y sus esfuerzos por fom1ar com­
las competencias cientifico-tecnológic'as petencia científico-tecnológica.
La otra condición que nos parece central es la profesionalidad docente.
Es ya un tópico extendido y consensuado, en la pedagogía, el afirmar ·y- esto tiene que ver, obviamente, _ con la formación y capacitación de los
que no bastan las buenas definiciones curriculares para lograr buenos 99ceutes, así como con las con4iciones · laborales para su desempeño.
re�ultados educativos. _La práctica educativa es .una práctica social insti­ Es inútil demandar a los docentes que formen competencia científico-tec­
nüda y que se lleva a cabo en . institridqñes . sociales específica§_: las nológica, si· ellos mismos no han sido formados en esa dirección.
Lps _docentes, en cuanto tales, no son ni científicos ni tecnólogos. Pero
.

escuelas.
· - - - -- - -- - ------· - - - -- -

Hay dos condicioi1es .insg1:u_�!�l1ill��_fuJ!º�entales par9- pºd�Lfonnar son profesionales a quienes la sociedad les pide que formen competencia
competencíá ci�ntí:fico�tecnológic�:_ una tiene que ver con la JftGion.ªU�ad científico-tecnológica.
de la instituciói(rliisma, y otra tiene que ver con la profesionaliclªcl__g� sus .. Lo- pnmero que nos parece necesario, en esta dirección, es trabajar la
agentes principales, los docentes. relación del docente con el _c:onQ.ciJ.ni�!!to. En la forma<;ión básica no es
·Una instin1ción escolar que no es capaz de generar un clima racional, . �m tema que · ocupe un lugar especial. Sin embargo, docente es el que
para la toma. de dedsiones, que no acepta el disenso ni lo tolera, que no �nseña, y lo que se enseña son saberes y conocimientos .
expone argumentativamente sus razones, que no funcionaliza sus normas ·- Lo segundo son las competencias disciplinares específicas. Nos refe­
y sus sistemas de gestión, para los fines que se propone, que no deja lugar rimos a las específicas� e11 relación con la tarea docente como tal, y nos
· a las innovaciones, que no publica sus actos y no deja circular libremente referimos también a las específicas, ,en relación con · los conocimientos
la información, es difícil, muy difícil que pueda formar competencia cien­ que se transmiten.
tífico-tecnológica. --Eñ-iercer lugar; 1ª- pr()_fe�ionalidad docente, requerida para formar com-
Este clima institucional, coherente con la propuesta de formar compe­ petenctª--'�ien!(:fi�º:-t.e�:nº!ógica, ti�n� q1;1� ver con la capacidad de saber
tencia científico-tecnológica, tiene, ·por supuesto, condiciones est.n1ctufa- _ ·ponei�ei:J.. jueg()_, el!Jª t.crn:t� de. �ecisiones, toda la racionalidad. posible. El
les que no dependen de la voluntad de los agentes. Las políticas educa­ ·docente que no argumenta, que no acepta la crítica, que no tolera el disenso,
tivas, que incluyen políticas salariales, infraestnlctura, reglamentos y que no reconoce sus errores, que descalifica porque sí los saberes que traen
normas, prescripciones curriculares, pautas de evaluación, son determi­ sus alumnos y que circulan por canales que él mismo no maneja, este
nantes ciertos del trabajo escolar. Ta!_nbién esta política educativa tiene docente, por más que se lo proponga, es difícil que pueda formar compe­
que ser coherente con el fin que se propone de formar competencia tencia científico-tecnológica.
científico-tecnológica. Estas condiciones de racionalidad institucional y de profesiogalidad
Sin embargo, sin desconocer estos contextos "macro" del trabajo edu­ docente dan cuerpo y sujeto a las definiciones curriculares de competen­
cativo, se nota..n tendencias crecientes a la descentralización y a dejar cia y, específicamente, de competencia científico-tecnológica.
mayores márgenes de autonomía institucional. No es este el lugar para Valdría ta;mbién preguntarse, en este contexto, por la incidencia de las
discutir el sentido de estos procesos y sus posibles ventajas y desventa­ cuestiones debatidas en este final de siglo, en la determinación de los
jas.32 En todo caso, lo que estamos postulando es coherencia, entre la perfiles institucionales y de la profesionalidad docente. Digamos, a modo
de muestra, que el tema de la reflexión continua sobre las relaciones
entre teoría y práctica, donde creemos -como dijimos- que se sintetizan
32. Simplemente como una referencia orientativa en esta compleja cuestión, cfr. Se­ los núcleos problemáticos del debate epistemológico hoy, es, en última
minario interagencial acerca de la descentralización y desconcentración de los sectores
instancia, la mejor garantía de la profesionalidad docente y de la racio­
y servicios sociales, realizado en Brasilia, Brasil, en octubre de 1 989. La publicación es
conjunta de ILPES-OMS-OREALCIUNESCO. nalidad iristitucional. Pero, para esta reflexión continua, es I1���s�oJonnar
1 02 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR El debate episteniológico de fin de siglo y su incidencia 1 03

- competencia científico-tecnológica en los docentes, y modelar más la _ en y trar1sformación de. Un elemento central pma esta competencia cien­
racionalidad institucional de la escuela con los parámetros de la ciencia tífica tiene que ver con los modelos institucionales de agrupatlliento de
y la tecnología, incluyendo, por supuesto y en forma eminente, sus inter­ ·disciplinas, de �istribución del tiempo para su aprendizaje y coherencia
acciones con la - racionalidad ética. , teórico-práctica en los enfoques respectivos. !:� diferenciación de discipli­
. nas y los niveles posibles de integración suelen ser un problema central en
1ieducación básica. También _�s deci�ivo, pma la formación de competen­
2.3. La especificación por niveles de la formación cia científica, la insistencia en el C3!ácter histórico-social de los conoci­
de la CC?mpetencia científico-tecnológica mientos y en la necesidad progresiva de racionalidad exploratoria, experi­
mental y argúmentativa. La capacidad de buscar información y de tener
Plantearem<?s, solamente, algunas cuestiones generales que nos pare­
-,criterios- para saber interpretarla, diferenciando categorías, métodos, mar­
cen pertinentes, para nuestro tema, empezando por la afirmación siguien­
��s teóticos, es un C()mpoi1�nte central de lo ''básico'' d�,{3sta.: competencia.
te: la formación de la_ cQmpetencia ci�ntífico-teCI!9l_()gi_ca _es l111ª tw<::;a de
-- -� Con respecto a'ia formaciÓn de la competencia tecnológica, ei proble­
todo el ·sistema educativo formal, que debe mantenerse a lo largp de
ma: en-Ta EGB, es decidir si es más conveniente formarla desde un área
__

todos los niveles, con' la especificidad de complejidad y fundamentación


· espeCífica de t�cnología, o bien desde un enfoque m4s · instrumental y
correspondientes.
t��sve�sal, ligada a los- conocimientos de las otras áreas.
En la actual estn1ctura del sistema educativo argentino, confonne a la
- En relación con _ el nivel Poli1nod�l, quisiéramos ha�er dos reflexiones.
Ley Federal de Educación, tenemos que comenzar con algunas referen­
- ·

cias a la educación del nivel inicial. Por de prm1to, que _ambas competencias, la cientlfica y _ la t�cngl_?gicª-?.
La fmmación de la competencia científico-tecnológica, en el nivel ini­ tienen que estar presentes_t;p el tronco coroúp, y _ajoJargo de. todo -elnivel.
cial; se relaciona claramente con las formas como se plantean la intencio_­ Es .-decir, cualquier� - q�e- sea 'ia orientaCión _específicª _q-¡;te S� elija, la for�
nalidad enseñante, por_ un lado, y los modos de vérselas con el cono�imien­ mación de la C()J:IlR�!el19lª-�i�fl!#t�9-tecnQlógicª tienen que est3f p�esente�:
-_)�;sta presépcia, por otro lado, pecesita, en este nivel, ser explicitada y(l
��}()s-
to que tienen los niños, por el otro. Los modelos de enseñanza y las
.
posibilidades de preguntar, experimentar e imaginar respuestas, en la cons­ térrilo ln s prqp�()�_ ct,e cada disc;iplina, sin integraciones apresuradas,
trucción de los aprendizajes, son ·elementos que conforman disponibilidag y con coherencia de marco epistemológico ·global.
para la formación de la competencia científico-tecnológica. Los contenidos · Lo difícil, en este nivel, es definir la compl�jidad de la competencia
mismos de la enseñanza, diferenciados por fu·eas del conocimit;:;nto, cobran _c;ie11tífico-tecnológ1Ca, que, simultáneamente; permita una "terminalidad",
una significaci6n pertinente para la formación de la competencia científi­ con grados significativos para los desempeños en la vida social, ·y pre­
co-tecnológica, siempre que sean contenidos fundamentados y válidos. El pare una posible "continuidad" de estudios superiores,
nivel inicial tiene, justmnente, carácter de iniciador en la fmmación de la Digam .. os, finalmente, que �él C()!llPetencia científico-tecnológica, como
competencia científico-tecnológica. Y en este sentido no son indiferentes logro de este nivel educativo, es componente esencial del perfil generalista
los contenidos que se enseñan ni es tampoco indiferente el modo como se y flexible, que parece hoy el más adecuado para aprender las continuas
enseñan. variaciones de la demanda laboral. Sin embargo:._�igl1E; siendo un proble­
En la Educación General Básica (EGB), que abarca un período de _ma, sobre todo en cada una ele las mientaciones, decidir los que, los ·
nueve años de escola..rización, se pla..ntean algunos problemas críticos. Con cómo y los cuándo de la formación �specííica, pensando en detenninadas
respecto a la formación de la competencia científica, lo 1nás importante es especialidades de las ciencias y de las tecnologías, y pensar las mismas
la progresiva valoración del "saber ciencias", para poder comprender mejor pregt:tntas, en relación con la competencia científico-tecnológica, como
el medio, natural y social, y estar así en mejores condiciones de inserción parte de la formación general.
1 04 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR

A JvlODO DE CONCLUSIÓN 5

Hemos inten_tado acercar el debate epistemológico en estos finales de


siglo, al debate pedagógico en tomo a la escuela apropiada para despe­ D � SCIPl i NARI E DAD,
dirlo y/para recibir el próximo. Hemos acentuado, como lugar de inter­
acciones determinantes, la formación de la competencia científico-tecno­
I NTER D I SC I Pli NARI E DA D
lógica, tarea propia de la escuela, que no puede sustraerse a las difíciles Y TRA N SV E RSA l i DAD COMO
cuestiones, que tanto la ciencia como la tecnología plantean, hoy día, en
su propia autocomprensión. El cómo queda abierto. FORMAS DE O RGAN IZA R lA
La escuela n�:!Hiene como función esencial la formación de científicos
o de tecnólogos. Sin embargo, no puede cumplir su función de . sociali­
E N S E ÑANZA
zación mediante · la distribución equitativa de los saberes socialmente
significativos y válido.s, sin incluir, entre sus tareas, la formación de la
competencia científico-tecnológica. Sll: se!Jtido ql1e4H ·ª'l?!�r.�o._
La escuela educª, y la educaéión incluye la fon.nación en otras com­
petencias además de la científico-tecnológica. Cómo lograr la integración
desde el respeto de las especificidades de · cada una de las competencias l. INTERSECTORIALIDAD E INTERDISCIPLINARIEDAD
es una pregunta abierta.
La educación científico-tecnológica, como la educación moral, cdrno a. Planteo del problema
la educación corporal, como la educación cívica, tienen sus, propias ló­
gicas y sus problemas específicos. La escuela tiene que darles a todas el A partir de la década del setenta, y en forma creciente, fue aparecien­
tiempo necesario. El problema radica, sin embargo, en la necesidad de do una_�ecesidacT(1e-Iiacérfre�te-aTo que todos diagnosticaban como una
entender la educación como una,_ integrada e integrante, ·y por lo mismo, -�ituació11 de . extrema _fragmentación y dispersión en los saberes, _q�e la
cada una de las competencias, desde su espeCificidad, abarca en realidad �scuela (incluida la Universidad) enseñaba. En un nivel de mayor pro­
el todo. Como decían los antiguos, cada competencia, en este ·caso la fundización se fue abriendo la idea de que los saberes escolares, los que
científico-tecnológica, es tota sed non totaliter la educación misma. Toda Jª_escuela enseña, estaban fuertemente desvinculados de los intereses de
la educación ha de ser científico-tecnológica, pero no total111ente. los alumnos y de las demandas sociales de aprendizaje. La brecha entre
la escuela y la vida, entre la cultura escolar y los sentidos que circulaban
en la realidad social se hacía cada vez más profunda y más insalvable.
La idea de trabajar interdisciplinarmente apareció como un posible reme­
dio ante la pérdida de significación social, pero fue necesario afirmar que
no era ni una "moda ni una panacea" (Guy Berger).
Desde la década d� los ochenta, y en forma creciente, fue ganando
terreno la idea .de atacar la fragmentación y la dispersión de los saberes,
no sólo con la interdisciplina y la integración de áreas, sino que se hacía
JJecesario también romper los muros de la escuela, como institución
ceiTada, y ponerla en juego dinámico con otros sectores social¡;;;_s , también
106 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 07

interesados en los logros educativos. La falta de significación social no y la progresiva autonmnia de la economia en relación con la política y
sólo tenía que ver con la fragmentación de saberes, sino que cobraba con la misma vida cultural de las sociedades.
especial importancia el aislamiento institucional. La fragmentación y la 2. La descentralización del poder, que s� traduce en una tr&!sferencia
dispersión de los saberes tenía un curioso conelato en la fragmentación de responsabilidades y decisiones que parece responder a criterios de
y la dispersión de las instituciones sociales. El estado como "institución mayor eficiencia y pertinencia, en las decisiones y la gestión� Los mo­
de las instituciones" y la escuela como "aparato" de ese estado empeza­ vimientos sociales reemplazan lentamente la lógica de lá representación
ron a co:nfigurarse como ideas casi antiguas. Trabajar intersectorialmente política y de la preocupación por lo público. Los intereses sectoriales se
apareció como un posible remedio. Rápidamente nos estamos dando cuenta constituyen en factores de presión, sin un continente claro de reglas de
que esto algo tiene . que ver con la recuperación del sentido social 4e la juego y de búsqueda del bien común. Naturalmente que .��ta "descentra­
escuela, pero ni .es ingenuo ni es lineal en su sentido. Jización" suele ser del poder formal y de las decisiones dispersas, sintien­
do todos que, en realidad, el poder efectivo aparece cada vez más con­
Quisiera mostrar cómo se puede plantear hoy el problema, distin­
centrado y celoso de sus rivales.__ La tentación a hegemonizar, aún en la
guiendo un aspecto más mental, ligado a la interdisciplina, y un aspecto.
vida democrática, es muy grande, diluyéndose el rol de la oposición o la
más institucio�3}, !iza..4o a la intersectorialidad.
importancia de aquellas otras bases d� la filosofía política liberal, como
Hoy, promediándo la c}écadi del noventa, con casi veinte años de
la separación de poderes.
experiencias curriculares e institucionales en torno a la interdisciplina y
3. La . virtualización de la realidad, tema particularmente complejo,
a la intersectorialidad, y en medio de una Reforma Educativa en marcha,
que . consiste en una despotenciación de lo real, en función de lo posible
que proclama hacerse cargo (aunque no alcancemos a ver cómo) de estos y de lo simulable. Esto no sólo tiene que ver con las autopistas informá­
desencuentros de la escuela y la significación social de sus saberes en­ ticas y las redes, sino también con la presencia cotidiana de los medios
señados, y de la escuela y el desempeño en la vida, para lo cual se educa, masivos y su particular .tratamientÓ de lo real, la omnipresencia de la
puede ser significativo que reflexionemos sobre estos temas, que con música en la cultura juvenil y, sobre todo, la profunda desconfianza en
estos nombres, o con otros, circulan en el discurso pedagógico y_ en la
· la palabra, como reunión de algún sentido posible. Vivimos en el final
práctica escolar. de la civilización de la palabra, como dice Steiner, y aquí radica quizás
Las reformas educativas tratan de responder a los cambios sociales y el mayor desafío para la educación.
las reales necesidades de aprendizaje que generan nuevas demandas y
nuevas formas de circulación de la información (enseñanza). Como A una economia globalizada -de la desocupación y la exclusión- y
macrocontexto, lo que pasa en la sociedad, quiero mencionar tres ideas a un poder descentralizado -de la arbitrariedad y las hegemonías- les
al respecto: con·esponde una realidad despotenciada, un pensamiento débil, una gran
dispersión del sentido y, como diría el cínico Lipovetsky, una "ética
l . La de globalización de la econmnia, que no es sino un nombre indolora". Es el momento . del escepticismo cultural.
desciiptivo de un modelo hegemónico, llamado neo-liberal o capitalismo Es en este contexto, que propongo volver a discutir estos temas de la
postindustrial, caracterizado por la acumulación de capital al margen de interdisciplina y la intersectorialidad_ en el trabaj o es colar. Con
los estados nacionales, por fuertes ajustes y recesiones en las economías la interdisciplina, atendemos a un aspecto más mental, relaciomlgQ_.fQ�
dependientes, por . una creciente tasa de desempleo y, lo que es más los sujetos y sus saberes/Con lajntersectorialidad, en cambio, atendemos
- "
grave, por la lisa y llana construcción ele un sector de excluidos. La a un aspecto má� i��:tiútcional, relacionado con la funciQP. soci.al. _cl�Jª­
traducción de esta situación es la g�neración de riqueza por competitivi­ escuela y las representaciones y roles concomitantes._
dad salvaje, el vaciamieJ;lto por endeudamiento de los estados nacionales Los docentes y los alumnos tienen que ser vistos desde lo que impacta
108 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 09

esta nueva situación en su subjetividad individual, con las reales necesi­ - Que algunas o muchas disciplinas, independientemente y en formas
dades de comprensión que se genera_n y con los mecanismos correspon­ más o menos yuxtapuestas, concunan, casual o intencionalmente, en el
dientes de ocultamiento, fuga y dispersión del sentido (ignorancia). Jus­ planteamiento de un problema, es algo distinto del caso en que dos o más
tamente el fantasma de la exclusión en la globalización económica, él de disciplinas tengan interrelaciones fuertes entre ellas y aborden el proble­
la impotencia en la descentralización del poder y el de la , pérdida de ma en cuestión, desde la relación misma.
sentido en la virtualización de la realidad afectan la subjetividad indivi­ En efecto, en la relación multidisciplinar o pluridisciplinar, las disci­
du� y sus saberes. plinas intervinientes dan su aporte al problema, su visión propia o enfo­
Por otro lado, la escuela tiene que ser vista desde lo que pasa hoy en que particular, pero en un sentido estricto no interactúan ni se modifican
·la intersección de la sociedad y los individuos, dado que su sentido e§ �ª ·· en el trabajo. En cambio, �n la relación propiamente interdisciplinar, las
socialización pOJ!( el conocimiento. Ese espacio escolar, que se constituye disciplinas intervinientes interactúan sus mismos enfoques y conforman
entre el poder de enseñar y el deseo de aprender; con los correspondien­ una visión distinta del problema, e incluso pueden dar origen a una nueva
tes mecanismos de legitimación. Justamente, el mandato de formar com­ disciplina, resultado de esa interacción.
petencia laboral, ciudadanía participativa y autonomía cultural, parece
conformar hoy el mandato más fuerte de la institución escolar, marcando � Finalmente, es distinto de la multidisciplina y de la interdisciplina
a los sujetos de la enseñanza y del aprendizaje. lo que suele llamarse el trabajo transdisciplinar, donde, en realidad, se
La interdisciplina y la intersectorialidad aparecen como parte de la construye una "axiomática común" a varias disciplinas, es decir un cuer­
demanda social y de los intentos de respuesta de la escuela. po de principios, categorías y reglas de procedimientos que rige el tra-
hajo d�Ja_§__dis�p_]jºª�--<;:QJl!I!!"en.:(lic1él�:
En todos los casos se supone un trabajo previo de identidad discipli­
b. Interdisciplina !lar, por un lado, y de di�pQ�ibilidadjnterdisciplinar_, por el otro. Justa­
mente, cuanto más fuertes son estas identidades, más difícil (y más rico)
Empecemos por precisar lo que quiere decir trabajar interdisciplinar­ es el trabajo interdisciplinar, precisamente porque más se conoce que
mente en la escuela. 1 Para esto, ayuda distinguir: aspectos epistemológi­ ninguna óptica particular o específica agota la cmnplejidad de los proble­
cos, aspectos curriculares y aspectos institucionales. mas que la realidad nos plantea.
Este aspecto epistemológico desempeña un rol central en la fundamen­
- Epistemológicamente, problema que trasciende el trabaj o escolar, tación de lo que se enseña como un tema o problema interdisciplinar. Los
aunque lo condiciona, es importante recordar algunas distinciones: problemas teóricos y metodológicos del trabajo interdisciplinar están lejos
todavía de respuestas claras, en el mismo campo de la historia de la
ciencia y de la epistemología.

- Curriculannente, con sus diferentes niveles de concreción, es linpor­


l . Aquí sólo hacemos una síntesis de las ideas que hemos presentado en otros trabajos. · tante . también manejarse con algunas distinciones: disciplinas escolares,
Cfr. C. Cullen, "Interdisciplinariedad: la posibilidad de lo epistemológico como ético", en áreas de disciplinas integradas, ejes temáticos y temas transversales, son
Re¡1exiones desde América, t. ll, Rosario, Fundación Ross, 1 986, págs. 143-156; El proble­
formas de organizar curricularmente la enseñanza. y no siempre se corres­
ma de la interdisciplinariedad en los programas de Salud y Trabajo y .su incidencia en los
programas de Educación, Revista Latinoamericana de Innovaciones Educativas, MEC­ ponden con disciplinas, áreas, ejes o temas estrictamente científicos.
OEA, Año 1 , no 2, págs. 1 9-30; El Conocimiento, Módulo para docentes. Plan de transfor­ El supuesto, aquí, es una idea clara de contenidos educativos y de com­
mación de la formación docente (PTFD), MEC-1 9�3. Cfr. aquí, cap. 5, parte l a. petenCias. que se quiere formar, y la cuestión clave radica en la sig!Üfi�a�
1 10 CRÍTICA DE LA S RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdiscipli!zariedad y transversalidad 111

tividad social, la validez y los ciite1ios de legitimación en la operación 3) lo holognunático entre el menor punto y la casi totalidad de la infor­
pedagógica de· construir contenidos escolare s y organizarlos en. progrmnas mación representada. Es el problema de la pa.rte y el todo, que evoca en
de enseñanza. Es decir lo que se llama "interdisciplina" u organización . nosotros la idea dialéctica del universal concreto. Ni el reduccionismo de
"interdisciplina..na" de contenidos educativos, no siempre se funda en razo­ las "partes" (pensamiento anal�tico) ni el prete�dido holismo . del "todo"
nes epistemológicas. (pensamiento sistémico).

� Ins#tucionab..nente, como ya nos lo recordaba Sinacoeur,2 el tema _La propuesta es proyectar �stª� ci1es�iones de la interdisciplinariedad
central en la inten:liscipli_n a es la relación entre la información y la de­ �el trabajo escolar, en el objetivo de poder operar con pensamiento cóm­
cisión, entre los p�ocesos de comunicación y de participación. El proble­ plejo. Más allá del macro contexto que dimos, aquí, ¡;;p_}a escuela, la
ma radica aquí@n la identidad institucional y la cuestión central pasa por complejidad fu]lciona, porque conviven matrices disciplinares muy dis­
la coherencia y la autonomía: Es, en definitiva, la relación entre teoría y i!ii
' tas, mandatos cuniculares muchas veces ambiguos y J:lélsta . contradic­
práctica, entre información y poder. torios, y una cultura institucional que se mtteve entre una burocratización
�� reglamentarista y de roles . formales y muy �ontrolados, y un mandato_ de _;
_ gestión descentralizada, autónon�.a, con roles fuertemente aleatorios y
Es decir, cuando hablamos de interdisciplina en la escuela
emergentes.
tenemos que atenc}er a estas tres lógicas diferentes, la de la
El desafío es pensar esta complejidad, movernos en ella, para lo cual
ciencia, la del currículo y la de la institución escolar, y enten­
es posible que tengamos que criticar la propia exigencia "formal" de
der que ardcular sus relativas� autonomías no es uqa tarea fácil. .
kterdisciplina, como panacea· o como mera ilusión, y buscar diferenciar
los elementos en juego y ponerlos en situación de diálogo o complel'lle�­
ianedad, sabiendo del cárácter autoproductivo de los logros y de Jos
De todas maneras, en la interdisciplina se trata del aspecto mental del
'fracasos, y aprendiendo a ver, en los pequeños problemas cotidianos, la
·

trabajo escolar, concebido desde la necesidad de producir un pensamien­


complejidad misma de la tarea de enseñar en su conjunto.
to 1nás coherente, capaz de operar relaciones más integradas en la tarea
de enseñar.
Sugiero completar estas ideas en tomo a la interdisciplina, reflexio­
c. Intersectorialidad
nando la idea de complejidad. Según Morin hay tres principios que con­
densan la idea de la complejidad como "método":3
Cmnencemos por precisar qué quiere decir trabaj m· intersectorialmente
en la escuela. Para esto ayuda distinguir aspe.ctos económicos, aspectos
1 ) lo dialógico entre términos complementmios y antagónicos: la re­
políticos y aspectos culturales en la intersectorialidad.
..

vducción transindividual y la existencia individual, el orden y el des­


la estabilidad y la inestabilidad;
l . Econónúcwnente, la intersectmialidad puede significar una descarga
2) lo recursivo entre producto y productor, ciclo
autoorganizador y autoproductor; de la responsabilidad del estado y tma· aleatoria confianza en los recurs?s
de los sectores involucrados en cada escuela, con los consiguientes lie�gos
de segmentación e inequidad.
2. Cfr. Mohamed Sinacoeur, "¿Qué es la interdisciplinariedad?", en VV.AA . :
-Un ejemplo interesante es el tema del manejo de recursos en las
lnterdisciplinariedad y ciencias humanas, Madrid, Tecnos-UNESCO, 1 983, págs. 23-3 1 .
3 . Cfr. Edgar Morin, Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, Gedisa, 1 994. Cooperadoras Escolares; el de las "fundaciones", o el de _ los "incremen-
1 12 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 13

tos", "plus" o "incentivos,'. Una cosa es fomentar la cooperación de los con la globalización excluyente y la descentralización concentradora en
actores institucionales, su preocupación por la calidad del trabajo y de los la consuucción de lo social.
resultados, y otras es la lógica perversa de la competitividad de sectores Sugiero profundizar la idea de la Íl!tersectorialidad con una reflexión
de la institución: directivos y padres, maestros y directivos, escuela y sobre la idea de la autonomía de gestíón. Según Chaves,4 hay tres aspec­
asociaciones vecinales, y -sobre todo- escuela y estado. _!_<?.�- ce_n�ales en la idea de autonomía de gestión en la escuela:
Por otro lado, es obvio que se . trata de relacionar la escuela con el
mundo del trabajo y sus gestores. Lo difícil aquí es definir bien las deman­ 1. definición del proyecto social institucional, en el marco de las políti­
das y las competencias. cas y prioriq(lc1es nacionales. Esto implica poder ejecutar y evaluar los
aspectos académicos, adminjstrativos y financieros de ese proyecto;
2. Pfllíticamf:tyte, la intersectorialidad puede legitimar la m.msencia .de 2. responsabilidad de l a institución ante un Consej o de Gestión
políticas públicas para la educación y transformar a la escuela en un (intersectorialidad);
campo de lucha por la hegemonía, con los consiguiente conflictos de 3. responsabilidad ante las . instancias nacionales de educación, en rela­
poder. ción con la evaluación de los objetivos globales y de las prioridades
Un ejemplo interesante es el tema de los campos de actividades del sistema educativo.
extraprogramáticas, o de extensión, o de formación de padres, etcétera.
_La propuesta es proyectar estas cuestiones de la intersectorialidad del
Por otro lado, es obvio que se trata de relacionar la escuela con el
trabajo escolar, con el objetivo de poder operar en la escuela con una
mundo del poder y sus conflictos. Lo difícil es aqtú definir bien los pro:­
gestión institucional autónoma. Más allá de los problemas del macrocontexto,
cedimientos, las reglas de juego, las formas de la participación.
en la escuela hay muchas presiones sectoriales . que intentan hegemonizar
l�_gestión, con i1Ilplicancias. económicas, políticas y culturales.
3. Culturalmente, la intersectorialidad puede significar abrir la escuelª
El tema es lograr la autonomía, que no quiere decir desconexión, sino
a la circulación de cualquier tipo de información, sin atender a criterios
que quiere decir conexión · libre, regida por el principio de la misma fun­
públicos de legitimación, sino simplemente vehiculizados por las corpo­
.ción social de la escuela, de su racionalidad misma: la distribución social
raciones y sus propios emblemas.
del conocimiento, legitimado públicamente. Creo que la única gestión
autónoma, que evita el trabajo corporativo o · intercorporativo, es la que se
Un ejemplo interesante es el relacionado con los medios de comuni­ rige por los principios de lo público: universalidad, criticid2;d y comunidad
cación, incluidos los textos escolares y los recursos electróp.icos (vídeos, (regida por el principio de equidad).5
etc.). El desafío es operar esta autonomía, capaz de gestionar bajo la ley
Es obvio, por otro lado, que se trata, justamente, de romper con los misma de la institución escolar: socializar mediante el conocimiento, lo
lilllites de una cultura escolar cenada y estereotipada, y abrirse a la signi­ cual implica tener elementos no sólo para insertarse y relacionarse (o
ficatividad social de los aprendizajes. Lo difícil es definir bien desde dónde resignarse a la exclusión, a la soledad y al escepticismo), sino también
se procesa la infonnación y cómo se plantean las situaciones realmente
problemáticas, y no, justamente, las que provienen de los intereses secto­
riales.
Se trata del aspect,o instituc¡ional del trabajo escolar, concebido desde
4. Cfr. Patricio Chaves, Z., "Propuesta metodológica para la gestión estratégica de
la necesidad de lograr una gestión autónoma de la socialización por el instituciones educativas", Cinterplan, 1 993, borrador.
conocimiento, que es la tarea fundamental de la escuela, capaz de operar 5. Cfr. cap. 1 y cap. 5 de la segunda parte de este libro.

....;.;¡
1 14 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 15

para cambiar los estilos y para poner mayor a\..-.!.v.uo..u.u<.t·u en la econor:..nía, tural vigente, y busca generar diversos microclimas sociales, con agentes
la y la cultura. dispersos, y con problemas y soluciones específicas .
interdisciplinariedad y la intersectorialidad en el trabaj o escolar A pesar de sus c aracterísticas de con..1petitividad salvaj e , ajustes
pasan hoy, respectivamente, por el pensamiento complejo y por la auto­ recesivos y altos índices de desocupación, las féneas leyes de una eco­
nomía institucional. nomía globalizada y altiDnente tecnificada, no parecen ofrecer flancos
débiles , para un ca.mbio de reglas de juego. Quienes se han debilitado
frente a esta relativa fortaleza y autonomía del poder económico son los
2. LA TRANSVERSALIDAD COMO PROBLEil!JA POLÍTICO estados nacionales, e incluso ha dejado de tener sentido la "bipolaridad"
Y COlVIO CUESTIÓN TEÓRICA de modelos, a partir del colapso del lla.mado socialismo real.
Puede tratarse, además, de una defensa y una contención. Estos pro­
Junto a la ÍI!terdisciplina y la intersectmialidad, circula cada vez más en blemas "críticos" obligan a construir refugios y asilos donde guarecerse
el discurso pedagógico y en las demandas a la escuela la idea de la de la intemperie social en que quedamos todos,. por las . arneriázas más o
transversalidad, como una forma de organizar la enseñanza de algunos menos destructivas de la generalización de las ct1estiones, que no afectan
contenidos educativos. Ya· hicimos mención de este nuevo tipo de conte­ �
s ? am.ente a eventuales "gn1pos de riesgo" sino a la sociedad en su con­
_
nido escolar, al hablar de "vaciamiento" y el "rebasamiento", en el capítulo junto.
tercero de esta plimera parte. Quisiéramos a.hora profundizar en este tema, Por otro lado, las nueyas _fonnas masivas de comunicación socii:ll y
distinguiendo, en el tema de la transversalidad, una cuestión política y un la circulación de Ta información por "autopistas" planetarias, de ·alta
problema teórico. velocidad y carísimos "peaj es", tienden a carn.:pi_ar los patrones de la
identidad cultural y la misma comprensión de una su bj etividád racional
autónoma. Se desdibujan las fronteras entre lo público ylo pdvado, entre
a. La cuestión política el uso de la razón y sus métodos, y entre la disponibilidad de información

-
y sus ordenadores.
Si la educación se define como "socialización mediante el conocimiento No vamos a decir que se trata del "fin de .la historia", como parece
legitimado pú.blica.mente",ó es en el contexto de las políticas educativas, insinuarlo cínicamente Fukuyama,? pero sí debemos decir que existe una
donde tenemos que situar primero el debate sobre la transversalidad, como hegemonía clara del modelo, que parece despla,zar la óptica hacia los
forma de organizar los contenidos escolares. agentes "corporativos"· de la sociedad civil, hacia los problemas de "la
La creciente demanda a la escuela de ocuparse de temas "críticos" o vida cotidiana", hacia las "insatisfacciones"· de los individuos y sus pe­
para 1a vida social, como la salud, la discriminación, la queñas estrategias para acomodarse.
0v(:SULl.\..LW..i, la agresión, las formas y estilos democráticos, la sexualidad, En realidad, en el nuevo escenario tienden a desaparecer los sujetos
.l.'" '"-'-'- " "' ·'" " '-'·'-'-l''-''-''-'- U-, el género, los los derechos humanos, el medio polfticos y son ree1nplazados por agentes sociales. La socialización no
tiene una connotación DOlítica, cuyo se11tido qui siéra- coincide con la formas;ión de un sujeto político , y los problemas sociales
tienden a desvincularse de su� causas pqlíticas y económicas. Los proble-
tratarse ele una dispersión y una fragnzentación .
vw�v.LHuu tienden a desv in cul ars e de la posibilidad ele un ca.mbio
de la sociedad, que cuestione el modelo económico-político-cul-
7. En su conocido artículo "¿ E l fin de la historia?", publicado en castellano en la
ó. Es una concepción que defendemos a lo largo dg::todo este libro. revista Tareas, n° 75, Buenos Aires.
1 16 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 17

mas críticos, definidos como sociales, y no políticos y económicos, de­ el "saber hacer" se desvincule lo más posible del "tener ideas" (sólo los
ben resolverlos los agentes sociales mismos. conceptos funcionales para la eficacia) y de las "exigencias éticas" (de­
En definitiva, si los individuos se educan en estos temas, los trabaj an positadas en los transversales). Aquí radica la educación para la "com­
en su socialización escolar, la responsabilidad se transfiere: si persisten petitividad", esta otra necesidad básica de aprendizaje que la escuela
la enfermedad, la depredación del medio ambiente, la violencia y la tiene que satisfacer.
agresividad, las amenazas a la paz, la discriminación y las persecuciones, Lo que queremos decir es que la presencia de contenidos transversales
el autoritarismo, el hedonismo, el facilismo, se debe, simplemente, a la en la escuela es también un problema de política educativa, cuyo sentido
poca calidad de la educación -"transversal"- recibida. hay que discutirlo con todas las otras variables. Naturalmente que lo
Justamente la idea de "transversalidad" se asemeja mucho a la de expuesto anteriormente es una llamada de atención, o una propuesta de
"globalización", }t- la de "dispersión", a la de "debilitamiento" de las reflexión, en tmno al posible sentido legitimador de lo que podríamos
fronteras entre disciplinas y posibles interrelaciones desde identidades llamar vaciamiento de contenido político de la función social de la escue­
fuertes. Un contenido "transversal" no tiene un lugar fijo, se asemeja la. Y esto es funcional, paradójicamente, para una política educativa de
mucho a un programa c�mún que puede circular por todas las computa­ mera adaptación al modelo socioeconómico vigente.
doras (disciplinares). §u "sentido" -o tema- viene insta_h1dp po:r patrones Por lo mismo que definimos la transversalidad como problema político,
de comunicación social, por formadores de opinión pública, por cons­ pensamos que son posibles otras lecturas. El tema radica en la lucidez que
tructores de demanda social. se tenga, para no ilusionarnos con una solución "simbólica", a problemas
La transversalidad, finalmente, transforma a la escuela en · una qgen­ sociales muy complej os, cuya solución real; no depende de una transfor­
cia social, construye una subjetividad específica, encargada de sostener mación educativa, aislada de una transformación de los modelos sociales.
esta ''sociedad mínima", asumiendo la responsabilidad como individuos Que la escuela se ocupe de estos temas, nos parece necesario. Pero sabien­
aislados, o pequeños grupos, de cuidar la salud, preservar el me<:}io agl­ do que los problemas tratados no son escolares, sino sociopolíticos, y que
biente, tener conductas democráticas, trabajar por la paz, evitar }as dis­ la enseñanza de estos contenidos no puede descontextualizarse de sus rea­
criminaciones, tolerar la diferencia, usar bien la sexualidad, dialogar con les causas y sus reales soluciones.
otras culturas, etcétera. Éstos parecen ser los "códigos de la moderni­ El tema difícil, entonces, radica en "la operación pedagógica", me­
dad", 8 cuyo aprendizaje es una necesidad básica, que la escuela tiene que diante la cual se transforman en contenidos educativos transversales,
satisfacer, es decir enseñar. demandas sociales especificas, relacionados con la acción humana, las
Por otro lado, a esta idea de "transversalidad" de ciertos contenidos, prácticas y las instituciones sociales, cuyo contexto de formulación es
relacionados con problemas o demandas sociales, le cae muy bien que la el propio de las formaciones ideológicas, esas prácticas discursivas que
"disciplinariedad" y, eventualmente, la "interdisciplinariedad", aseguren, luchan por la hegemonia y la legitiman, tratando, en este caso, de
por su lado, la adquisición de las competencias necesarias, para lograr el definir las necesidades de aprendizaje y los criterios de selección de
tipo de conocimientos que este concreto modelo de mercado laboral y de contenidos.
marketing político exige. Un buen ejemplo de lo que estamos diciendo lo ofrece la situación que
- Para estos conocimientos, "socialmente significativos", es bue�o que se creó con el capítulo de los CBC de formación ética y ciudadana.9 La
sé aprenda a distinguir "conceptos", "procedimientos" y "valores". Que

9. Nos referimos al programa de transformación educativa de la República Argentina,


8. Ésta es la expresión que utiliza el infom1e Educación y Conocimiento, de 1'1 CEPAL­ puesto en marcha para adecuar el sistema a las exigencias de la nueva Ley Federal de
UNESCO, publicado en Santiago, Chile, en 1 992. Educación. Cfr., respecto al ejemplo, el apéndice de la segunda parte de este libro.
. 1 18 CRÍTICi� DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 19

.modificación que se a.xiológicamente", desconectándolo de las prácticas sociales de


inte.mpestiva, autoritaria y corporativamente
rrmestra hasta dónde esta política educativa entiende la transversalidad. Lo produ.cción de cono c imie ntos .

que se modificó y la fon11.a en que se modificó este capítulo, cuyos con­


tenidos debieran. definir clar&uente el sentido mismo de la transversalidad Todo lo que la escuela enseña intencionalmente, tiene que estar legiti­
y discutir los criterios de -legitimación, como son el conocimiento de sí mado públicam.ente. El que ciertos temas, llamados transversales, entren a
lado, las
mismo, el pensamiento crítico, la personalidad moral, los derechos huma­ la cultura escolar, no debe significar que se despoliticen. Por otro
con la vida, no
nos, la creatividad, la participación social democrática, etc., quedaron des­ relaciones de la teoria con la práctica, del conocimiento
si los
poj ados de fundamentación racional autónoma y de referencias a sujetos deben confinarse solamente en los contenidos transversales, como
sociales e históricos concretos , y fueron reemplazados por una visión dog­ disciplinares o interdisciplinares, no estuvieran atravesados por estas pro­
mática y espirituaJista, propia de un detenninado fundamentalismo, que blemáticas.
·
impuso su fuerza de presión.
, Esta transvers alidad "metafísica" no puede penetrar en los contenidos
"actualizados científicmnente" de las otras áreas, y sólo puede censurar b. La transversalidad como problema teórico
algunos como . inaceptables (evolución, origen de la vida, gnlpos familia­
res, género, etcétera). Lo que sí puede hacer es legitimar, desde una Tratando de responder a la pregunta ¿qué son los contenidos transver­
visión "espiritualista-trascendente", con ilusiones de unidad y de felici­ sales ?, nos parece oportuno distinguir tres tipos de problematicidad en la
dad, y desde un cierto 1noralismo de actitudes interiores, un sujeto social, noción. La propiamente epistemológica, la curricular y la institucional.
realmente fragmentado, desmovilizado políticamente, y refugiado en una
individualidad "sólida", frente a la competitividad económica y cultural.
Una transversalidad, 1noral y polí�icamente regresiva, puede convivir l. Sujeto universal y sujeto transversal
muy bien con una disciplinariedad científicmn.ente progresista (dentTo de
ciertos límites, por supuesto). Creo que esto se llama, en buen romance, Propongo situar la reflexión epistemológica sobre los contenidos trans­
una posmodemidad conservadora, o, si se prefiere -y más exactamente­ versales en el contexto actual de crisis del sujeto moderno. Por un lado,
una premoclernidad con ilusiones de primer mundo. el sujeto teórico, aquel que acmnpaña todas nuestras representa­
cogito,
Se trata de una discusión política, implicada en la misma noción de Ciones (Kant), única certeza indudable (Descartes) , desde el cual, pensa­
contenido educativo . Lo que hace que un contenido sea educativo, no es do en su función de unidad última de la diversidad de los objetos, pode­
meramente su relación de va1iable "externa", condicion ante de un logro· mos fundar saberes universales, necesarios y que nos hagan progresar en .
de aprendizaj e-obj etivo o competencia. Lo que los hace realm.ente edu­ el conocimiento. Es decir en la cdsis del sujeto "epistémico" (trascen­
es la relación intrínseca que presentan entre los conocimientos y dental, no empírico) y de la misma ciencia moden1a, fundamentada en él.
es decir la legitimidad que tienen para ser enseñados. Pero ta_mbién el que desde la "facticidad de la razón"
sujeto práctico,
política. entonces, la transversalidad de ciertos conte- (Kant) puede fundar la universalidad y absolutez de las . obligaciones mo­
nidos nos aún más las reflexiones en torno: rales, con independencia de una lógica de medios y fines, de bienes y
virtudes. Es decir def sujeto "ético" (autónomo, no condicionado por lo.
a) a los criterios de selección de contenidos ; exterior o lo otro), y por lo mismo de la moral moderna, fundamentada en
b) a los posibles deslizmniento s, en la definición de los "temas" ; del . el imperativo categórico (incondicionado) del deber por el deber.
se
campo de las decisiones políticas al de la 1nera ecología social ; La hipótesis de trabajo es que, con los contenidos "transversales" ,
e) a u n posible desplazamiento de lo disciplinar al ámbito de lo "neutro está recogiendo en la escuela la crisis misma del sujeto moderno, con sus

r
1 20 CRÍ TICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 121

pretensiones de universalidad y con los condicionamientos de esa univer­ temente, criticó con dureza a la ilustración, su pretensión de reducir la
salidad "racional" , teórica y práctica, científica y ética. educación del buen ciudadano a la mera n1ptura con el estado de natura­
-> Justamente, este sujeto ''moderno" necesita ser disciplinado, teórica y leza, a la mera negación del '"buen salvaje", o del homo homini lupus
prácticamente. Obviamente, .disciplinado, "teóricamente", por la ciencia obje­ (Hobbes). Insistió en el camino estético, pero más relacionado con el genio
tiva y "prácticamente", por la moral del deber. Y esta tarea se le recomienda individual creativo que con la imitación de una cultura ejemplar. Cada
a la escuela moderna. tradición particular puede dar esta energía para crear estéticamente,. y es en
Este disciplinamiento del sujeto moderno inspiró, con sus matices di­ esta "creación" donde propiamente se da la "humanidad". De aquí también
. ferenciales, los proyectos pedagógicos (y .cultun1.Ies) del Humanismo y .. la crítica a la separación entre la "madurez política" del soberano (el pue­
de la Ilustración. blo), para emitir el sufragio y legitimar democráticamente el poder, y su
El proyecto humg¡üsta (Erasmo, Vives, la Ratio Studiorum, Port Royal) "barbarie cultural", que necesita salir de su oscuridad y superstición.1° Creo
condensó su aspiración educativa en el contacto con las humanidades que con el romanticismo comienza el "f
�'clásicas". Definió un clasicismo, fijando un pasado cultural como pro­ --m de las ideologías", al menos la
de las humanidades clásicas.
totipo del buen pensar, el buen decir y el buen actuar. Privilegió el E Jpragmatismo (Peirce, James y, sobre todo, Dewey), por otro lado,
acceso "estético" como modo de apropiárselo, sobre todo por la imita­ cuestionó seriamente al humanismo clásico, acusándolo de desvincular el
ción y los ejercicios filológicos y retóricos. El proyecto es humanista en pensamiento y la educación de las verdaderas necesidades de la época,
un doble sentido, porque no es un ideal de educación por el ascenso a lo congelando valores y modelos, desconociendo su historicidad y su nece­
trasmundano o a una memoria anterior al tiempo (es una crítica al sidad de interpretación pragmática y comunicativa. Por otro lado, cues­
platonismo), y es también humanista porque pone el acento en una tionó también la pretensión ilustrada de fijar, "contrafácticamente", la n

"humanidad" como concepto cultural, es decir un ideal de pensamiento, dirección del futuro para todos, y planteó la necesidad de formar, más
de discurso, de acción, y no como resultado de una "elección" divina, que. un buen ciudadano, un ciudadano exitoso, que encuentre el criterio
relatada en un texto sacro. �e--verdad 'en" ios logros, y el criterio de socialización en el consenso a
El proyecto ilustrado (Rousseau , Diderot, D' Alembert, Voltaire, Kant) través de la negociación democrátic(l. Aquí empieza el lento "fin de las
condensó su aspiración educativa en el contacto éon las luces del "progre­ l}topías", al menos del progreso ilustrado. Se reemplaza la "revolución"
so". Conceptualizó un progresismo , definiendo un futuro social, como re­ por la "reforma".
sultado del trabajo científico, iluminando los en-ores y los infantilismos Pedagógicamente, el romanticismo inspiró importantes movimientos
propios del pasado. Privilegió el acceso "científico", como modo de pro­ de renovación educativa, como fue el "naturalismo" pedagógico, presen­
ducir el futuro ideal, la sociedad emancipada, la paz perpetua. Para eso te en el Philantropinismo de Niethamrner, en Frobel, en Steiner y en
propuso la sistematización enciclopédica, que permitía una clasificación de
los saberes y una forma de organizar su enseña_nza. El proyecto es ilustrado
en un doble sentido: crítico, del pasado oscuro y sometido, y utópico de
10. Este aspecto de la crítica romántica a la Ilustración está excelentemente estudiado
un futuro claro y libre. por J. Martín Barbero, De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hege­
La crítica a la modernidad, humanista e ilustrada, comenzó en el siglo monía, México, G. Gilli, 1 990.
pasado con el "romanticismo " y el "pragmatismo", que generarán fuertes 1 1 . Esta expresión alude a un argumento que explicita lo que necesariamente hay que
"reformas" a los proyectos educativos del humanismo y la ilustración. presuponer, en lo que se da fácticamente, par·a que se pueda dar. Habermas utiliza el
El romanticismo (Schiller sería un ejemplo paradigmático), que cambió argumento, para "probar�' el interés emancipatorio del conocimiento, expresado en los
"ideales" de libertad, igualdad y fraternidad, necesariamente presupuestos en toda acción
el pasado clásico, cuya visión del hombre había que imitar, por el pasado comunicativa. Cfr. J. Habermas, Erkenntnis und Interesse, Frankfurt, Suhrkamp, 1 973
"bárbaro", que daba la energía y el impulso vital a cada pueblo. Coheren- (incluye el posfacio).
1 22 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 23

movimientos como el de la refonna. de la escuela inglesa, con la peda­ ¿ Quiere decir que el el sujeto universal, es entonces una 1nera
cogito,
de los tutores, o en pedagogos como Freinet. ilusión? Creemos, taxativamente, que no. La ilusión realmente criticada es
El pragmatismo anima fuertemente los principios de transformación y la de creer que el cogito o la rs.zón sean un dato '\nmediato", un punto de
refonna de la Universidad S aj ona (más allá de los intentos de Napoleón <:: pastida "absoluto", una "transparencia" total. Negar que el sujeto que pien­
__

para la francesa, y de Humboldt para la alemana) y el programa de la ?rsa sea también una construcción social. Y, consecuentemente, que la rea­
Escuela Nueva. B astaría citar a Dewey para tener una cabal idea de su \ lidad pueda ser sólo un producto de la actividad racional, como si fuera un
influencia. ( mundo sólo de objetos validados teóricamente, o un "reino" sólo de fines­
Creo que el "sujeto transversal" y sus contenidos tien�n mucho de esta \ en-sí, regido por el - imperativo catególico, y no también una complej a
subjetividad romántica y/o pragmática, frente al "sujeto universal"; dis- .�­ ( consu-ucción social.
ciplinado, más bitf,n, por la subjetividad humanista y la ilustrada, por la La apropiación estetizante de un clasicismo fij ado, propia del huma-
_,

,
"Ratio Studionmi:, y por la "Enciclop edia". nismo renacentista, no logró constituir una subjetividad feliz para todos
El problema radica, epistemológicamente, en ver si este nuevo sujeto los individuos. La proyección cientificista de un 1nundo mejor, propia de
que emerge es una alternativa para pensar la universalidad racional del la ilustración progresista, no logró tampoco constituir una realidad jus�a
sujeto, es decir para el conocimiento y la libertad, o si es su mera nega­ para todos los pueblos.
ción, incluso como posibilidad (es la tesis extrema del romanticismo), o El §njeto "transversal" testimonia, nos parece,)a desilusión de s aber
la propuesta de reemplazarla por una mera adaptación individual o de los ­ que la facticidad universal, . este mundo concreto con varios siglos de
grupos, más o menos inteligente, a las exigencias de una pi·etendida "modernidad", no es precisamente el esperado por el cógito, no es lo que
universalidad "fáctica" de la realidad social y objetiva (es la tesis extre­ se pueda llamar el producto de una razón unJversal . .El sujeto "transver­
ma del pragmatism o, que contrapone, a lo ideal y utópico, la mera rea­ sal" testimonia, además, que la facticidad singular, este individuo concre­
lidad dada). to, no és precisamente eí espera<;lo por el deber, no es lo que se pueda
El gran supuesto moderno es: "porque pienso, existo" ; porque pienso, llamar un producto de relaciones entre "fines-en-sí": Las sucesivas y
hay objetos teóricamente confiables, porque pienso, hay obligaciones feroces violaciones de los derechos humanos de todos los tipos están ahí
prácticamente universales. El cogito es, necesariamente, un sujeto uni­ para recordarlo.
versal. Sujeto "trascendental", no empírico, precisa Kant, como garante Pero .el sujeto transversal, a diferencia del "genio" romántico y del
funcional de la unidad de la experiencia obj etiva o de conocimiento "emprendedor" pragmático, sigue siendo "universal", sigue siendo "suj e­
teórico, y "facticidad de la razón", como supuesto necesario de la univer­ to" , es decir racionalidad, que puede legítim�mente pretender conocer

salidad e incondicionalidad de la experiencia del deber o del conocimien- científicmnente y actuar éticamente. La transversalidad no quiere decir,
to """.,<,-.,e;"�
- necesaria_mente, la pérdida de subjetividad universal, y por lo mismo de
qué es un sujeto transversal? Por de pronto, no es un suj eto fundamentación racional posible para el conocimiento y la acción, sino
despojado ele sus dudas, o metódicamente reducido a su pura función de que quiere decir la necesidad de replantear sus supuestos nwdernos, hu­
. pensar. Es un sujeto atravesado por incertidumbres , y metódicamente manistas e ilustrados, aprovechando las criticas románticas y pragmáti­
invitado a que mezcle su pensar con la imagen, con la eficacia, con el cas, sin quedar presa de sus trampas. Éste es el des afío.
valor de cambio. Es un sujeto atravesado (y tachado) por el deseo, por El pasado no es algo "fijo", que el sujeto pueda apropiarse estética­
los miedos, por el lenguaje, por los medios de comunicación, por las mente. Es una complej a historia, que constituye a la misma subjetividad
leyes del mercado y los modos de producción . Es un sujeto que atraviesa y la resignifica continuamente. El futuro no es algo "determinado", que
l o s contenidos de todas las prácticas sociales, que no puede uniticar su el sujeto pueda proyectar científicamente. Es una incierta posibilidad,
ni detener su carrera. que constituye a la misma subjetividad y la desafía continuamente. Y
F"S �COlO G i
O T �C

1 24 CRÍ TICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 25

aquí me pa..rece que el rol del romanticismo y del pragmatismo es alta­ mas educativos: el huma.nism.o y la ilustración. El sujeto universal, la
mente significativo, despojados de sus ilusiones sobre el genio creativo razón, no coincide ni con un supuesto sujeto cultural ejemplar (clásico)
o el emprendedor exitoso (self made man). ni con un seguro sujeto cultural futuro (progreso). Ni fijar los valores del
Éste es el sentido histórico-epistemológico de la transversalidad postu­ pasado, como ideales para ünitar, ni destruirlos, como supersticiones
lada para ciertos contenidos educativos. Atrav�sar las disciplinas, tanto las para superar y entonces progresar, garantizan la constitución de un sujeto
científicas como las humanistas. Pero desde la crisis misma d� laS ."Gism: . racional universal.
cias" y de las "humanidades", tal como las concibió el mundo moderno. Tampoco lo logra denunciar "románticamente" (con mucho de nostalgia)
Esta .crisis, epistemológicamente, se condensa en varias cuestiones: 12 los peligros del futuro, ni aprovechar "pragmáticamente" (ton mucho · de
cinismo) sus beneficios instrumentales.13
l . Los sujetos productores de teorías y de objetividad están, en reali­ Ni la imposición "humanista" de valores universales y objetivos, ni el
dad, constituidos �� el seno de, comunidades científicas, sostenidas por despojo "ilustrado" de saberes previos han servido para hacerse cargo de
' paradigmas, . que incluyen también valores e ideologías, y por institucio­ !a "traJ1sversalidad" que es parte de la "universalidad" del sujeto, o, si se
nes, que son parte del subsistema político y del subsistema económico de quiere, . de la ''sigriificatividad" que es parte de la "validez" de los con­
la sociedad. tenidos.14
2. La realidad conocida, de la que hablan las ciencias, está mucho más El gran desafío de la transversalidad es no renunciar a la l}niversalidad

/
indeterminada de lo que creíamos, el azar tiene más protagonismo que el del sujeto (como hacen el romanticismo "neoconservador" y él pragma­
imaginado, la vida cotidiana y las pequeñas historias desempeñan un /tismo "neomodernizador"), pero tampoco quedar sujetada a las ilusiones
papel bastante más significativo que el deseado, cuando explicamos los (\ "modernas" de esa universalidad (que son las del humanismo clásico y
tiempos largos y estructurales, o contamos los grandes relatos. El poder ) la ilustración progresista). . se trata, por el contrario, de encontrar el pro­
está más diseminado de lo que creíamos . / yecto educativo apropiado a un sujeto universal-transversal. Por el mo­
3 . Los sujetos productores de discursos, e n los diversos lenguajes posi­ mento, quizás sólo hemos avanzado en 16s ciiestionamientos críticos.
bles, están más atravesados por otros discursos y por juegos delenguaje, ¿Qué consecuencias tiene el partir de este sujeto universal-transversal,
y condicionados por más contextos pragmáticos, de lo que ilusoriamente para el conocimiento, mediante el cual socializa la escuela, y para las
el humanismo renacentista había fijado. La realidad .hablada y significada relaciones del docente con el conocimiento?
es bastante más metafórica y ambigua que la sugerida por las ilusiones del Por de pronto, que no hay un modelo único de racionalidad, el
nombre propio o de la etimología exacta. No hay lengua ejemplar para · epistémico, el que cultivan las disciplinas científicas, para construir sub­
apropiarse, sino usos de la lengua en diversos contextos, con intentos de jetividad cultural. Más aún, que el modelo epistémico mismo no se agota
hegemonizar, desde el poder, el sentido y con resistencias, desde el deseo, en la racionalidad empírico-analítica de tipo técnico e instrumental, sino
desde las matlices culturales, desde la creatividad ficcional, las imposicio­ que hay tarnbién una racionalidad histórico-hermenéutica de tipo práctico
nes de sentido.

El fundamento epistemológico posible de los contenidos transversales,


tiene que ver con esta crisis profunda del sujeto moderno -y sus progra- 1 3 . Cfr. el excelente trabajo de Max Horckheimer y T. Adorno, Dialéctica del iluminis­
mo, Buenos Aires, Sur, 1 992.
1 4. Desde una postura que podemos llamar de "autocrítica" es la intención del trabajo
de J. Habermas: "La modernidad: un proyecto incompleto", en VV.AA., La posmoder­
1 2. Cfr. el capítulo 4, donde hemos hecho una sucinta presentación del debate epis­ nidad, Buenos Aires, Kairós, 1 986, y, desde otros supuestos, es también el intento de A.
temológico contemporáneo. Touraine, Crftica de la nzodemidad, Buenos Aires, FCE, 1 994.


1 26 CRÍTICA DE LAS RAZOl'-T ES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 27

racionalidad de normativo y de c on strmr proyectos cmnunes, racionalmente universa1izables. 1 5 Esto


no implica que la universalidad no esté "situada" y que la idealidad no
a los contenidos transver-
� sea "eficaz". Implica definir la universalidad, por lo público, pero
d.e "obje tividacr o "certeza" que a los contenidos
'
ca también redefinir lo público, por los atravesanüentos· histórico-so­
puramente disciplinares (los cuales cargan su propia crisis) . . Se trata más ciales .
de "aproximaciones ", "resignificacione s", "interpretaciones ", "argumen­ L a transyersalida(:l n o significa "privatizar", o corporativizar, los cri­
taciones". de legitimación de lo saberes. No es abandonar lo público en
Lo transversal cuestiona, en lo disciplinar, las pretensiones del cono­ nombre de lo histórico, o lo político · en nombre de lo sociaL Es, más

,
cimiento dé "neutralidad", de "transparencia total", de "aislamiento. Íocali- bien, un in�ent.o de hac�r "pú!J.]ica" la ra�Ó!l hist<)rica y social. És . reco­
nocer q-qe el disciplina.rn;ento . del sujeto universal no se logra con la
\ zado".
Sin .embargo, la cuestión no está en que le opongamos a la pretendida negación ele las diversas historias y de los conflictos sociales, sino, jus­
universalidad neutral del "clasicismo" la pretendida particularidad com­ üúnf.:mte, en su real atravesa.rnlento cultural. Este sujeto "unitri:msversal",
prometida del "romanticismo". Ni consiste tampoco en oponerle a los metódicamente disciplinado y problemáticamente atravesado, no puede
ideales emancipatorios "Ílustrados", la pretendida eíicacia adaptadora del ser sino un sujeto epis_t4!rtico-p(.>)(tic():
"pragmatismo". De lo que se trata es de criticar, en cada ca�_o, las Íormas Por eso, Jnás allá de los . W�t?dos especfíicos de las . disciplinas que
de disciplinamiento del sujeto "cultural". Es decir criticar las razones de \ involucren, hay abo rdqj�s r(!J1f!�ivps_ . d� los _pro_b�e111as transversaJe�, .gtl�.
. .

educar. \ es bu�no explicitar en este nivel epistemológico, es decir como m.gdQ�. .fie
¡-re1acionarse-con--el--cutrO:Gim1éfi!§�. �� ���¿:¡s Íonn�s de abordaje reflexivo,
\ - �----····-·�,.----.-,_._,.._p______ __,____,, ,,,-.

El desaíío, entonces , es la relación transversal::disciplirzar: Porqúe los


contenidos transversales no dej an de ser especííic;_qs y contient;n habitual­ \ que en buena medida recogen la pro�!en�!.lhicª-_fj].g_�.<?_fis_.� cie este sigló, se
J puéden--eiicon�����§�g�_ �ª��5!ª4º-� par.a_trabªi� �stos . c 9.:t_1t�Jªü s-ú:a�� · .
__

mente fundamentos disciplinares e interdisciplinares . Los contenidos


versales:--1\ratüralmente esto genera nuevos problemas de "traspos1ción
disciplinares, por otro lado, no dejan de· estar "atravesados", desde su
ditláctica''�-qne-ae51éramos--tra5ajar· d.esde la especiíiciclad de los conte­
misma lógica e histo:da, por la demanda social y la lucha por la hegemonía.·
nidos. que se seleccionen para enseñarlos "transversalmente" . Aquí, sólo
De aquí la importancia teórica de no aislar los contenidos transver­
sugerimos líneas de . trabajo, que tienen buena base teórica, para Íormar
confinándo los en un ámbito incomunicado con lo disciplinar, lo
pensamiento crítico a la hora de abordar temas transversales.
por otro lado, legitimaría un ilusorio aislamiento ele las discipli­
Por un lado, es necesmio saber hacer análisis del lenguaje cotidiano
nas , en .relación con "los s aberes" que las atraviesan, sin ser contenidos
y, simultáneamente, estar siempre atentos a las relaciones dialécticas
entre teoría y práctica.
Toda esta reflexión epistemológica se condensa en la discusión sobre
En segundo lugar, se debe trabajar con una razón procedünen.tal, que
criterios de leqitimació11 ele los contenidos
transversales selecciona­ explicite las reglas del diálogo y de la argumentación y, simultáneamen­ ,

de legitimación universal de lo que la te, con una razón interpretativa, que sepa explicitar los contextos de
públicos de los contenidos, sean signiíicación.
o transversales . Justamente, lo público Finalmente, es necesario aunar las exigencias de una razón atenta,
define las producciones de este sujeto universal-transversal. capaz de ponerse en ei lugm· del otro y responsabilizarse por él, con una
Los saberes se legitiman públi c amente como lo hemos dicho en otras
,

ocas1ones, cuando están destinodos a todos, sin restlicciones ni exclusio­


nes , nrgumentados críticamente, sin imposiciones ni censuras, y capaces 1 5 . Esta idea atraviesa todos los trabajos reunidos en este volumen.
128 CRÍ TICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y tmnsversalidad 1 29

razón autónmna, capaz de criticar desde argumentos, reconocer las dife­ fundiendo la transversalidad con la interdisciplinariedad, en cualquiera
rencias y mantener la coherencia. de sus fonnas . 1 8
Tampoco la transversalidad queda significada, acudiendo al concepto
; de "transdisciplina". Primero, porque este concepto se mueve, en reali-
2. Currículo escolar y currículo transversal ( dad, en la lógica misma del trabaj o disciplinar, y, segundo, porque con
) él se piensa en una "axiomática formal" que incluye a varias disciplinas,

El segundo problema teórico que quisiéramos plantear es el · referido al jen todo o en parte. Me parece importante identificar posibles dimensio­
impacto de lo transversal en el campo más que complicado del co�cepto �t; \ nes transdisciplinares de algunos modelos o teorías, y en esta identifica-
'9ión, como podría ser, por ejemplo, la teoría de sistemas, ver en qué
currículum. 16 Es importante contextualizar la reflexión que haremes en este
('sentido específico, y con qué limitaciones, puede funcionar como "axio-
apartado, en el :tijarco planteado por la "cuestión política" y el "problema . �
\ mática común" y de "qué".
-
·

epistemológico". _Ip político y lo epistemológíco son dimensiones fundantes _


)
,:,é, .Por•,eje111p lo, un contenido P.focedimental como "saber resolver pro­
y legitimantes de las prescripciones curriculares. 17
. blemas" , es_ evidente que "atraviesa" todas las disciplinas, pero lo impor­
La transversalidad es, ahora, . un -problema . de _ formato curricular. Se
tante del contenido, en tanto transversal, es saber qué no se resuelven de
podría decir que el problema de la transversalidad intenta plantearse como
la misma manera problemas matemáticos que problemas morales, y que
/

-: �ma prescripción sobre algunas cosas, que se deben enseñar sip_ encerrarlas
si se formaliza tanto el contenido para que pueda encontrarse lo "común"
�-jen una determinada disciplina escolar, o conjunto de disciplinas (áreas), o
(y funcionar como transdisciplinar), probablemente se terminará redu­
interacciones entre disciplinas (núcleos interdisciplinares) . Se trata de con­
ciéndolo a sus aspectos puramente lógicos y/o de técnicas procesuales,
tenidos que deben atravesar todos los contenidos curriculares . En este
con lo cual su potencial "explicativo" y/o "comprensivo" de la especifi­
sentido, un formato "enciclopédico", por disciplinas separadas, es insufi­ cidad de cada contenido, se debilitaría.
ciente. Lo transversal no se define por que el contenido tenga suficiente po­
¿Qué quiere decir esto? Por de pronto, se trata de un señalamiento tencia de formalización como para confundirse en el límite con las reglas
en torno a la dificultad de dar cuenta didáctica, de enseñar, determina­ de la lógica, ni se define tampoco por que tenga suficiente potencia de
dos problemas sociales-, instalados solamente en la lógica de las disci­ uso como para confundirse, en el límite, con las simples reglas -de la
plinas (y sus diversas formas de agn1pamiento o relación). En este comunicación, oral o escrita, o con las simples reglas de la eficacia
sentido, la caracterización de los contenidos transversales, como aque­ productiva. En este sentido es importante no confundir lo "transversal"
llos cuyo tratamiento no puede ser monodisciplinar sino que necesita el ni con lo axiomático, ni con lo pragmático," ni con lo técnico.
concurso de varias o todas las asignaturas escolares, nos parece insu­ Esto merece relacionarse, también, con el tema deJas "competencias".
ficiente. Si lo hiciéramos así, sería muy difícil distinguir un contenido Saber pensar sobre estos temas, o saber hablar acerca de ellos, o saber
transversal de un contenido de "área" o de "núcleo" . Estaríamos con- hacer algunas cosas relacionadas con estos temas, supone conocerlos, y
es para que se produzcan conocimientos -se aprendan- que los debemos
enseñar.
¿Qué significa, entonces, un currículo "transversal"? En realidad, los
formatos curriculares , en relación con la organización de los contenidos
1 6. Para una visión de conj unto, cfr. F. Terigi, Díseíio, desarrollo y evaluación del
curNculo, Buenos Aires, MEC, módulo del PTFD, 1 993 .
17. Cfr. el capítulo primero de esta parte: "Las relaciones del conocimiento con la 1 8. Para este párrafo y el siguiente recuérdense las reflexiones sugeridas en la primera
educación como fundamento del currículo". parte de este capítulo.
1 30 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 131

educativos, son en la escuela moderna de tradición humm1ista e ilustrada, Este tipo de contenidos son transversales, aun cuando s e ocupen de
de base disciplinar. Esto quiere decir que el agn1pamiento de contenidos ellos disciplinas específicas , en ta.-l.to constituyen la subjetividad misma
se hace con un criterio primariamente disciplinar. En algunos casos, muy del que aprende (y del que enseña). En este sentido, todo lo que implique
extendido en la escuela básica, algunas disciplinas , a su vez, se agn1pan "desarrollo" de esta subjetividacl es "transversa!". Pero no son transver­
por criterios diversos (que pueden oscilar entre la mera yuxtaposición - s ales en el sentido de ·su contenido específico, que es lo que ocurre
multidisciplin:a-, pasando por la interacción -interdisciplina- hasta algu­ cuando seleccionamos ciertos contenidos para enseñarlos, como el cuida­
nos casos de axiomática común -transdisciplina-).19 do de la salud, por ejemplo, desencadenando, entonces, una planificación
Así, muchos currículo s dividen los contenidos educativos en "áreas " transversal.
-que agrupan contenidos disciplinares o, a veces, contenidos estricta­ Ambas formas de entender la transversalidad pueden convivir en una
mente disciplinares y otros contenidos que en realidad atraviesan toda la organización curricular, pero es bueno diferenciarlas.
enseñanza, pero por costumbre y cultura escolar han quedado confinados En este sentido, hay contenidos qüe son transversales, porque su en­
en alguna "disciplina" o área escolar particularmente comprometida-. Es señanza se refiere a cuestiones que se entrecruzan en la constitución y
,
el . caso, por ejemplo, . de los contenidos educativos relacionados con conocimiento del sujeto y de la identidad. Hay· otros, en cambio, que
aprender a leer y escribir. Normalmente, uno los encuentra en el área afeqtan J� "()1Jj�tiyidad" ge l()S. __contenidos y sus relaciones, y ql1e cons­
"Lengua" o en la disciplina escolar "Lengua" . Pero, es indudable que tftuyen más bien una co11stru�ciqn _ complejª �e . la, xe.��ga� socia}.
enseñar a leer y escribir se debiera ha_cer desde todas las áreas. Otro caso -j]riiormato cuñ.ictll.M, entonces, tiene que dejar claramente estableci-
d9.i9$ criterios de orgamzáció!l de los contenid()S. Lo que pasa es que en
•C..• •

típico pueden ser los contenidos relacionados con la educación corporal,


que normalmente uno los encuentra en el á.rea Educación . Física y/o la cultura escolar se mezclan criterios relacionados con las ciencias, con
Expresión Corporal, cuando también es claro que deben estár presentes �riterio� rel�cionados ��s. : con.- éi desarroilo y ·l�- s�cialización de la sub­
en todas las áreas. Se podrím1 poner ejemplos de todas las disciplinas y/o jetividad.
áreas: . aprender a "investigar" parece un contenido privativo de las cien­ La cuestión de los temas transversales pone sobre el tapete la necesi­
cias naturales y/o de las ciencias sociales; o aprender a "razonar" dad de profundizar esta particular "mezcla" de contenidos que define un
escolarmente parece ser un privilegio de las matemáticas. Obviamente, currículo escolar.
esto no es así. Coherentes con nuestro planteo global, lo que nos parece importante
Lo que queremos decir es que no es esta presencia en todo el es destacar que los cop._:l:enidos transversales, justamente, apuntan a no
currículo de algunos contenidos, sea por su "instrumentalidad" o por su reducir el sujetó al cogit�y-a-ñ:o iecrncir el "objeto" a lo metódicamente
"inmediata relación con el suj eto que aprende", lo que define la disciplinado por las ciencias. Quizás intuitivamente la escuela moderna
transversalidad temática. Esta presencia "universal" de ciertos conteni- siempre supo de eso, pero es necesario que lo replanteemos críticamente,
dos -como los ejemplos sugeridos- está hablando, en realidad, de una a la luz de los desa_n-ollos teóricos y prácticos en tomo a la cuestión de
"transversalidad" ligada a la comprensión del sujeto que aprende, o de la los contenidos educativos y sus fundamentos .
institución, o del docente. l'\fo por aprender matemáticas deja un niño de Ya dijimos, y es bueno repetirlo en este contexto, que esto no significa
ser un sujeto corporal o un lector compete�1te. una alternativa de exclusión. Justamente ésas fueron las ilusiones del
sujeto del humllilismo clásico -que privilegió algunas disciplinas en la
educación, con detrimento de otras- o el sujeto de la ilustración progre­
19. Ésta es una clasificación conocida de Piaget (y otros). Cfr. J. Piaget, "El sistema
sista, que privilegió solamente el sujeto epistémico, dejando de lado el
y la clasificación de las ciencias", en Tratado de Lógica y Conocimiento científico, t. VII, hacerse cargo de la subjetividad personal y social. Pienso que el roman­
Buenos Aires, Paidós, 1979. ticismo, como ideal educativo, intentó recuperar elementos de la subjeti-
1 32 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Disciplinariedad, interdisciplinariedad y transversalidad 1 33

vidad personal y de disciplinas creativas, y el pragmatismo, como ideal vos , por la demanda social, tengan algún nivel de validación racional en
. educativo, insistió en la necesidad de recuperar elementos de la subjeti­ su tratamiento.
vidad social y disciplinas más eficientes. Sin duda que las "proporciones" de disciplinariedad, interdisciplinmiedad
El problema, entonces, radica en poder enriquecer los puntos de vista. y transversalidad pueden variar, de acuerdo con legítimas razones de edu­
Al formato "enciclopédico", propio de la ilustración, es necesario darle, car. El tema es que sepamos dar cuent� de las especificidades y de las
junto a la autonomía y la diversidad de las· disciplinas, criterios de inte­ integriéiones, de los recortes disciplinares y de los tratamientos
gración. Al formato por "proyectos", propio de la escuela nueva, es interdisciplinares y transversales.
necesario darle, junto a la socialización y la integración de disciplinas, En la escuela, no sólo enseñamos contenidos científicos (que incluyen
criterios de validac;ión. Y no basta, nos parece, corregir la ilustración con los humanistas) y no sólo enseñamos contenidos vitales (que incluyen los
una "propedéutica� " humanista, o corregir el -pragmatismo con "emergen- pragmáticos), sino que debemos ense:ñar también contenidos emancipa�
, tes" tománticos. dores, que puedan hacer frente tanto a las "desilusiones" del pasado y del
Un currículo �ransversal es, en realidad, un 9urrículo innovador, que futuro como a las "ilusiones" de la creatividad genial o de la eficiencia
intenta corregir tanto el humanismo y la ilustración como el romanticis­ competitiva.
mo _y t;l pragmatismo. Al menos, ésta sería nuestra propuesta. El tema de un currículo "transversal" es cómo juntamos· disciplina y
proyecto sin sacrificar ·_ la vida a la razón, ni la· razón a la vida. Es la
�� trata _de _rt;GQJ:!OC�r t�to la crisis del fragmentarismo disciplinar _ y ciudadana,-que
__

·educaCión. ét{ca incluye la educación personal y social,


comó- de las escision�s y rupturas del propio sujeto. Esto se traduce en la que puede condensar curricularmente este sentido más profundo de lo
defender una qrganizac:ión por disciplinas, con a��p_@Ú¡;ntos posibles, transversaL
·

ñmiti-, ínter� y trans-discjplinares, pero que incluya tatnbién proyectos de De aquí la importancia más que estratégica de cómo se determinen
enseñanza de contenidos, claramente transversales, que se hagan cargo
·

estos contenidos.
de esas "demandas" sociales de aprendizajes sobre cuestiones específi-' Hay quienes han relacionado los contenidos transversales con el
cas, que hacen al· saber moverse en la vida hoy y aquí. Lo transversal es currículo oculto. Más allá de las dificultades para definir la cuestión, es
así "el otro sujeto" de lo disciplinar. importante atender a �a� relaciones que se plantean entre lo manifiesto y
EstQ, a su vez, plantea la otra cuestión. Es ya hora de que hablemos, lo oculto en estos temas transversales.
también, de cómo los contenidos transversales sólo pueden organizarse Por supuesto, que están en juego, en la escuela, el poder y el control
"disciplinadame11te". Es decir, con una especificidad de objetos, métodos ·
social y sus conflictividades, que actúan eficazmente desde la formación
y criterios de validación que son análogos a los de las disciplinas espe­ de un currículo no manifiesto. El tema, en relación con esto, es no caer
cíficas. Lo disCiplii1ar es, en realidad, "el otro objeto" de lo transversal. en lo que Bolívar Boitía llama la "falacia de la explicitación", es decir,
Ni los temas transversales dejan de ser "disciplinares", ni los conteni­ creer que con los temas transversales desocultamos y transparentamos
dos disciplinares dejan de estar "atravesados". Se trata de una relación totalmente los componentes curriculares.20
_ con el conocimiento donde el sujeto no sea sólo epistémico sino también El que ciertos temas puedan sacarse de la mera retórica de los grandes
corporal, _personal, social, histórico, y donde los "objetos" de conoci­ fines de la educación, y/o de las meras formas cotidianas de posicionarse
miento no sean sólo los estrictamente científicos, determinados por la de cada docente en relación con algunos problemas sociales;_ es decir,
historia de las comunidades científicas, sino también los estrictamente
sociales y cotidianos, demandados por comunidades históricas determi­
nadas. Pero se trata también de una relación donde el sujeto corporal, 20. Cfr. Bolívar Boitía, Los contenidos actitudinales de la Reforma, Madrid, Escuela
¡¡
social, histórico, sea también ep'istémico, y donde los temas significati- Española, 1 992. .r

J :.td
DE EDUCAR
1 34 CRÍTIC A DE LAS RAZ ONE S

avan­
ñables y evaluabl es, permite 6
que sean contenidos educativos, ense del curr ículo
algunos elementos
zar hacia tma crítica o "análisis" de icita mos ,
en creer que, porque expl LAS RE LAC � O N ES D E L DOC E NTE
oculto. La falacia, sin embargo , radica tos diná mi­
neutraliz a...mos sus efec
desocultamos, o, lo que es más grave,
cos sobre la· ens.eñanza. Porque ense
ñemos como contenido edu cati vo CO N El CO N OC � M I E NTO
com o
ejemplo, no dej an de operar
transversal la vida democrática, por y sus
lícito de la política educativa
currículo oculto ni el . discurso exp prop ias ac-
diana de los doce ntes y sus
imposiciones, ni la práctica coti .
titudes frente al r;l?.roblema. r-
rdisciplinar, lo transversal y lo ínte
En deflnitiv a, 'lo disciplinar, lo inte de la educ a-
er a plantear las rela cion es
sectorial son todas foimas de volv
ción con el conocimiento.

1) HUELLAS, ESPEJOS Y SEÑALES O DESDE DÓNDE ENSENAR


EN TIEMPOS DE ESCEPTICISMO

Nos proponemos en este capítulo reflexionar sobre las relaciones del


docente con el conocimiento. Quisiera hacer . dos aclaraciones previas.

Primero, que esta relación incluye dimensiones psicológicas y so­


ciales, epistemológicas y políticas, incluso estrictamente éticas, y
en este sentido no puede ser ni simplificada ni reducida.
Segundo, que aceptada esta complejidad, es posible defender la
tesis de la imposibilidad de una transformación educativa sin una
revisión a fondo de estas relaciones del docente con el conoci­
miento.

Es decir, no se trata de ser ingenuos. Se trata de hacernos fuertes en lo


que define la profesionalidad _misma de la docencia y su función social:
-·enseñar para que otros aprendan lo que -sin esta enseñanza-__ no podrían
�p*erider.
No hay legitimidad mejor que esta fortaleza, parél insistir en la nece­
de condiciones lal)Orales dignas y equitativas, en el recJamo de
racionalidad y tiempo para las transformaciones propuestas, en la exigen-


136 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Las relaciones del docente con el conocimiento
1 37

cia de información pertinente y p articipación en las decisiones que afec­ son huellas y por momentos estar seguros de que son espejo Y
s. no son
tan al sistema educativo. ni una cosa ni la otra. Porque los nombres y los signos remiten
a otros
Al menos, para que quede claro que quienes matan la refoqna educa- nombres y a otros signos. Y caminar sobre el alfabeto no es
lo mismo
tiva, necesaria, deseable y posible, son aquellos mismos que acusan a la ·-que hacerlo sobre la tierra, y reflej ar sombras no es lo mismo que refleja
r
docencia de resistencia al cambio y no ponen las condiciones necesarias cuerpos.
para que este cambio se dé. Y sobre las desilusiones de la realidad esencial y. de
la verdad cierta
Enseñar no es moco de pavo. Tener que vérselas diariamente con el puede instalarse la ilusión de la dispersión del sentido, del
pensamiento
conocimiento, para poder comunicarlo de modo tal que otros lo apren­ débilLci� 1ª- ética indolora y, entonces, relacionarse con el
conocimiento
dan, desde muy <;liversas situaciones previas y con fortísilT'OS condicio- d�-·Iá única manera que lo hace imposible: escépticmnente.
nantes, no es "sóplar y hacer botellas". ¿Para qué enseiiar en tiempos de escepticismo ? Porqu
e es difícil ser .
Por eso propongo reflexionar sobre las refaciones del docente coh el docentes en tiempo s de la "realidad simulada virtualmente"
y en tiempos
conocimiento, sin pretender hacer ni diagnósticos ni evaluaciones . Sim­ de la "verdad negociada pragmáticamente".
plemente plantear el problema como una forma, seguramente torpe, de Dejemos las metáforas.
hacerme eco de lo que se puede escuchar en diversos ámbitos docentes Creo que las relaciones de los docentes con el conoc
imiento necesitan
re�teradamente, como voz común pronunciada con diversos acentos, desde hoy revisar algunos supuestos:
diferentes intereses disciplinares y variados compromisos institucionales: Por de pronto, los resabios de platonismo que podam
os tener. Es
queremos enseñar bien, queremos enseiiar lo mejor posible. Por eso nos decir, no hay u:r1 mundo de ideas, un trasmundo, que haya
fijado de una
reunimos, por eso escuchamos, por eso preguntamos, por eso, también, vez para:si�mpre ef sentido de las cosas, sus esencias . fijas
e inmutables.
nos decepcionamos y nos enoj amos, por eso queremos seguir trabaj ando. Ño-·hay una hiperréa.J.idad que dé cuenta de esta realid
ad.
Es necesario, primero, hablar de huellas, espejos y señales. Esto subyace a la ilusión de pretender relacionamos
con el conoci­
Huellas, porque las relaciones del docente con el conocimiento, tienen que_ye:r miento negando su historicidad, su condicionamiento
social, los cambios
con la tierra que se pisa, el camino que se anda, el rastro que se busca, la marca culturales en las relaciones con la riqueza, el poder,
la información. No
que se deja. podemos relacionarnos con el conocimiento ni ingem'la
_
ni dogmáticamente,
Y se puede instalar la ilusión de la tierra firme, de la tierra centro del desde el supuesto de las ideas esenciales y, por supues
to, de nuestra
universo, de las huellas imbonables, de los rastros seguros, de las marcas segura posesión de esas ideas esenciales. ·

inamovibles . Debemos aprender, parafraseando a Umberto Eco, que


"antiguamente
Espejos, porque las relaciones del docente con e l conocimiento tienen la rosa estaba con su nombre, pero que nosotros, hoy,
tenemos los nom­
que ver con los cuerpos que se reflej an, con lo que se dej a que aparezca, bres desnudos".
con lo que no se dej a que se manifieste, o bien con el valor de cambio Pero, en segundo lugar, revisemos también los resabi
os de Iluminis­
para despojar de su riqueza al salvaje, transformar en "imagen" la curio­ mo que podamos tener. Si la realidad no es el "sol", no
nos ilusionemos
sidad del niño �o en tarea «útil" la fantasía del adolescente. -para compensar- que nuestra· mente sea el "espej o".
Es decir, no hay
Y se puede instalar la ilusión de la · conespondencia exacta, de la una mente bn1ñida, por educada, que funcione como
espejo seguro, que
certeza de nuestros esquemas y representaciones¡ la seguridad de nues­ tenga las certezas para educar al soberano y para gm·ant
izar criterios de
tros criterios para definir lo que es bueno y lo que es malo, las decisiones verdad y decidir cuáles son los esquemas ciertos · y
cuáles no.
sobre lo que se puede conocer y lo que se debe hacer. Esto subyace a la ilusión de pretender relacionarnos
con el conoci­
Señales, porque las relaciones del docente con el - conocimiento tienen miento , negando sus supuestos y sus condicionamientos,
como si el su­
que ver con nombres y con signos, que por momentos se puede creer que jeto seguro del saber, el espejo , no tuviera nada
que ver ni con las
1 38 C RÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Las relaciones del docente con el conocimiento 139

pasiones ni con los poderes ni con los saberes previos, es decir "la tabula Debernos hacerlo, comq diría M. Rorty, simplemente conversando,
rasa " , esa ilusión del comienzo absoluto . Y, por supuesto, que nuestra reconociéndonos nosotros mismos como señales de un camino hacia la
profesión nos garantiza la condición de espejos. verdad, la justicia y la felicidad, señales que conviven con otras, y que
Debemos aprender, avanzando sobre lo de Eco, que ciertamente hoy podemos tratar de entendemos.
están los nolil�t:�s d�sn_u dos, pero cuántos disfraces lo ocultan y qué Como docentes, traemos a esta "conversación" saber acumulado, pre­
difícil es el contacto con su pieL guntas encadenadas, problemas que insisten y persisten, huellas que inquie­
Sin embargo, creo que el desafío mayor en las relaciones �el docente tan, espéjos que decepcionan, señales que invitan a seguir conversando y
con el conocimiento es el cómo quedamos, cuando nos animamos _a _ _ conversando. Y traemos, sobre todo, la confianza esperanzada y la convic­
revisar tanto el autoritarismo dogmático como la soberbia iluminista� ción responsable de que vale la pena hacerlo.
Creo que a muchos les interesa que quedemos presa del escepticismo y Nos referimos a las relaciones del docente con el conocimiento en térmi­
_ del desaliento. " nos de tres metáforas fuertes, las huellas, los espejos, las señales, preguntan­
do ·por �)�g� Aesde dónde enseñamos. Y hablamos de tres actitudes que
No es cierto que no podamos enseñar, porque la realidad es menos _

esencial de lo que creíamos, y la verdad menos cierta de lo que imagi­


_

quisiera explicitar: ' . - .


'
. .

nábamos. Tenemos que aprender a relacionarnos con el conocimiento sin


estas ilusiones. Se trata de tirar el agua sucia cuando bañamos al niño,
El dC?g711atisrrzo, que consiste en . a,c::�ptar a,ci)ticamente supuestas
pero no tirar al niño.
verdades es�nci;ues, inc·u�stionables e invariables;
Si detrás de las huellas no nos espera una realidad esencial, no quiere
nos hace creer que enseñamos el único camino posible hacia
decir que las huellas no existan ni que la realidad no tenga densidad. Que
la verdad, marcando la húeÍla que los alumnos deben seguir.
detrás de los espejos no esté ni la seguridad ni la certeza de la interpreta­
El iluminismo, que consiste en descontextualizar ilusoriamente su­
ción única, no quiere decir que no haya espejos y que ·la verdad sea débil.
Que tengamos que aprender a transitar por huellas, que son señales, y a
puestos usos de la raz.Ón pura, legítimos y ciertos;
nos hace creer que enseñamos .' la única superficie donde la
reflejar representaciones, que también son señales, no quiere decir que no
verdad puede reflejarse con certeza, construyendo el espejo
haya direcciones, ni quiere decir que no haya distinciones.
Porque de esas distinciones y esas orientaciones dependen el recono­ donde los ·alumnos tienen que mirarse.
cimiento de los derechos humanos, la equidad en la distribución de los El escepticismo, que consiste en mantenemos indiferentes . frente a
saberes, la autonomía en la producción del conocimiento, la justicia en las posibilidades· de verdad y de certeza: da lo mismo cualquier
las relaciones, la libertad para pensar y expresamos y gozar, las posibilidades afirmación, todo está permitido y, en definitiva, "sálvese quien.
de trabajar y hacerlo creativa y solidari&-nente. pueda";
¿Para qué enseñar en tiempos de escepticismo, de pragmatismo, de nos hace descreer de nuestra propia enseñanza, por. aquello de
desocupación, de vacíos, de incertidumbres? las "huellas borradas" o de los ·"espejos demasiado empaña­
Para que el conocimiento nos miente, nos permita transformar la realidad, dos", dando la seiial para que los alumnos, sin memoria y sin
_ nos peflllita construir subjetividades solidmias y felices. Sólo que ahora no proyectos , se las arreglen como puedan; no hay por dónde
podemos hacerlo, como quien cuenta a los pobres ilusos, hipnotizados por las caminar y no hay dónde mirarse.
sombras de la caverna, que ha visto el sol, la idea esencial. O como quien ·
cuenta a los pobres dubitativos del sentido común y a los primitivos del Frente a estas tres actitudes posibles, sugerimos la idea de una relación
salvajismo cultural, que encontró la ce1teza de la ciencia y el progreso o las con el conocimiento ni dogmática ni iluminista ni escéptica. Es decir
claves seguras de la c:;iudadañia moderna. crítica, contextualizada y esperanzada. Lo hicimos, entonces, dialectizan-

1 40 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Las relaciones del docente con el conocimiento 141

do los espacios abiertos por las metáforas de la huella, el espejo. y la te referido el tema era el desde dónde o el cómo nos relacionamos con
señal: el conocimiento, quisiera ahora proponer una meditación sobre el para
qué nos relacionamos con el conocimiento. Para qué nosotros, docentes,
porque, _cuande la huella es también espejo y señal, la relación con nos relacionamos con el conocimiento.
el conocimiento se convierte en seguir un rastro, y en una búsque­ Y entonces qtüero hablar de ágoras (plazas), de mercados y de autopis­
da por diversos atajos, más que en andar detrás del nombre propio tas. Es decir elijo de nuevo las metáforas, buscando las finalidades de la
o de la razón única; relación del docente con e� conocimiento en la construcción de espacios
y, cuando el.espejo pierde su superficialidad pot la densidad de.la� sociales. En última instancia, �d�car. es socializar mediante el conocimien­
huellas que lo empañan y pierde su monopolio de la representa­ �9· g� progueir, ocupar, arreglm-, cambjar, _mediante el conocimiento, espa­
ción por las cj�atrices que ias �eñales le dejan, la relación con el cios sociales. El problema radica en completar la definición, diciendo que
conocimiento se convierte en un tener que vérselas con la memo­ .e,g:tJ:�� es socializar mediante la enseñanza, no de cualesquiera conoci­
ria y con las bicertidumbres, más que en haber entrado al camino mientos, sino de ·aquellos legitimados públicamente. Pero éste es, justa-
seguro de la ciencia o en la celebración triunfal del progreso ; . ·menté: el tema de esta reflexión.
y, cuando la señal recupera la confianza en la palabra compartida,
ert la conversación y el diálogo, porque hay rastros con sufrimien­
to y· .espejos con esperanzas, la·· relación .con el coji<)�jrilél nto-se Para qué conocemos
convie�e en una comprensión abierta, que es simultáneamente un
trabajo productivo y un juego go:r.oso, y deja de ser una comuni­ Podríamos bp.scar estas finalidades mediante una reflexión de las
cación cerrada, o uria resignación cansada, o un triste funeral de intencionalidades, los sentidos intencionales, que definen el acto del
la verdad. conocimiento, como hace, por ejemplo J. Ladriere cuando reflexiona· ·
sobre el "reto", el "desafío", la "apuest�" de la racionalidad: se conoce
Conocer, decía Bateson, es constnlir un mapa. Pero s�biendo que los o para contemplar_ lo que es, .o_p�él_ saber qué hacer, o para comprender
mapas sólo se construyen con las diferencias; que los mapas no son el los séritillüs:Z Hay· tiña-·inteileionhliél::td·7"téótica", otra "práctica", otra
- ·

territori� (m espejos del territorio), y que los mapas se parecen a huellas, "interpretativa o herffienéutica'�- · · · /

a muchas huellas, que sólo orientan desde la memoria de las señales y O bien podríamos buscar por el lado de los il;tereses del conocimien­
desde las imágenes de los espejos.1 to, como hace Habermas, tomando la noción en un sentido -de fuerte
Es entonces cuando sabemos que se enseña y se aprende con otros y sabor kantiano- de lo que define la naturaleza misma del trabajo de la!
de otros. razón, inmanentes a su mismo uso, que generan lógicas distintas según
que se busque'por el conocimiento: manejar y manipular el mundo, poder ·

entenderse en la comunicaCión, poder criticar todo lo· que traba la liber­


2) DE PLAZAS, NIERCADOS Y A UTOPISTAS tad, la igualdad, la fratemidad.3 Hay un interés "técnico", uno "práctico"
O PAP..A QUÉ ENSElVAR EN TIElvlPOS DE PRAGll1A TISMO y uno "emancipatorio". .- ,__ .

O bien buscar, como hace G. Bachelard, por el lado de los obst{¡culos


Quisiera avat1zar, en esta meditación sobre las relaciones del docente del conocinriento, también tomados como una noción inma..nente . al acto
con el conocimiento, trat�ndo ahora de finalidades. Si en lo ánteriormen-
2. Cfr. J. Ladriere, El reto de la racionalidad, Salamanca, Sígueme-U]\TESCO, 1 977.
l . Cfr. B ateson, Pasos para una ecología de la mente, Buenos Aires, Lohlé, 1 979. 3 . Cfr. J. Habermas, Erkenntinis und lnteresse, Frankfurt, �.uhrkámp, 1 974, 2a. ed.
1 42 CRÍ TICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Las relaciones del docente con el conocimiento 143

rnismo de conocer, que impiden la fonnación del espíritu científico, ese genéticamente esas est.ructuras que nos permiten resolver problemas y
que consiste fundamentalmente en "'el sentido del problema", pues bus­ adaptamos inteligentemente al medio.
camos conocer, en definitiva, para saber definir problemas.4 Y para eso Sin salir de este contexto de sentidos, intereses, obstáculos , orígenes,
necesitamos remo-yer los obstáculos que desnaturalizan la finalidad del construcciones que definen en general el para qué del conocimiento,
conocjJ]TI�!ltº.
quisiera proponerles una meditación sobre el para qué, específicamente
O podríamos también, como hace Bronowski, buscar por el lado de los (y además) nos relacionamos los docentes con el conocimiento.
· "orígenes del conocimiento y la imaginación", y ver cómo la percepción La plimera y fundamental respuesta es sencilla de enunciar: para
externa, el habla y la simbolización nos equipan para valorar la verdad, enseñarlo. Es nuestra función social, para eso nos formamos y nos ca­
y es la verdad el valor del cual dependen todos los otros valores, los que pacitamos, bien o mal, para eso nos pagan, seguramente mal.
Bronowski llama del) :'ser" y los del "deber ser". Y valorar la verdad es Pero enseñar el conocimiento es, en realidad, una exigencia que se
saber que nos podemos equivocar y que la verdad puede cambiar. Porque inscribe en una determinada forma d.e relacionarnos con sus fines: buscm·
el� conocimiento está aliad9 con · la imaginación, es decir con la creación la verdad, resolver problemas, crear nuevas formas y sentidos, adaptar­
y la libertad. Por eso, conocemos para poder sonreímos con complicidad nos , olientamos, saber qué hacer.
cuando leemos frases como aquella con la qll:e termina este libro que __ :§§_tª fQ@ª_<ic:;t�r.:rn.:i:n�da de relacionarse, como enseñantes, con el co­
menciono: "Mientras siga habiendo policías irlandeses más aficionados nocimiento no puede ser otra que la q11e llamamos pública . Mi tesis es
a la crítica literaria que a las cuestiones legales, el intelecto no perece­ que, en tanto docentes, nos relacionamos con el conocimiento para en­
rá". 5 p
señarlo, es decir para " ublicarlo".
Siguiendo la g?!lesis de nuestros conocimientos, sobre todo los cien­ !::Q p_i!�!!�g� _por de pronto, . tiene que ver con la 1uptura en relación con
tíficos, podríamos también, como nos enseñó Piaget, buscar las finalida­
lo indecible, _. e jpdecidible de lo meramente opinado o sentido por cada
des del conocimiento en ese intento de encontrar estructuras de adapta­
�mo, es decir con los lenguajes privados. Ló público tiene que ver tam­
ción al medio, cada vez más firmes y cada vez más independientes de las
bién con la ruptura, por plincipio, en relación con lél' restricción y seg­
variables, que puedan afectamos en el equilibrio buscado. La inteligencia
mentación de los códigos de clase, aquellos que sirven a los intereses de
es acción que busca resolver problemas, que de una u otra forma afectan
un grupo y los diferencian de otros, es decir con los lenguajes corpora­
el necesa..rio equilibrio adaptativo a un medio, cada vez más complejizado
tivos.
por esas mismas acciones inteligentes. ·
Relacionarse públicmnente con el conocimiento, entonces, significa
Es bueno, me parece, que los docentes aprendamos a relacionm.nos con
que el conocimiento no es sólo para mí ni para algunos, es para todos,
rros diferentes sentidos del conocÍ!-rüento, con la diversidad de intereses que
sin restricciones "naturales" o ''educativas". Es decir_ relacionarse públi­
guían el trabajo de la razón por cmilitl.OS lógicos y de argumentación con
camente con el conocimiento tiene que ver con la construcción de espa- ,
leyes específicas, que sepamos de los obstáculos que traban el deseo de
cios sociales comunes, universales, abiertos. De aquí las metáforas ele- '
conocer, y que distorsionan el sentido de -lo s problemas, que reflexionemos
gidas del ágora o plaza pública, el mercado, la autopista. Pero necesita­
sobre el migen del conocimiento, y aprendamos a relacionar bien el ver y el
mos contextualizar el problema con algunas reflexiones previas . .
-'-'-�'-�'F--'-H"'-' con la búsqueda de la verdad, que entendru.nos cómo se construyen

4. Cfr. G. Bachelard, La formación del espíritu científico, Buenos Aires, Siglo XXI,
En torno al ágora
1 979, 7a. ed.
5. Cfr. J. Bronowski, Los orígenes del conocimiento y la imaginación, 'Barcelona, Cuando el conocimiento depende en su verdad de la correspondencia
Gedisa, 1 9 8 1 . La cita está en la pág. 1 52. con la cosa, su enseñabilidad, su universalidad, como es el caso de Aris-
144 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Las relaciones del docente con el conocimiento 145

tóteles, se fupda en que nos relacionemos con los principios o las causas cultural, donde la propiedad de los medios de producción y el control del
de las cosas� con su naturaleza esencial, sabiendo que la singulmidad poder en las prácticas sociales han desempeñado un rol determinante. Por
sólo puede "señalarse", pero no enseñarse, y que las diferencias sólo eso, no es lo mismo conectarse "naturalmente" con el deseo de saber, que
pueden enseñarse en tanto referidas ad unum, es decir a un orden de hacerlo "públicamente".
principios que -por analogía o por proporción- las refieran a lo mismo.
Este mundo de las ideas no es todavía el ámbito de lo público, pero
empieza a esbozarlo lentamente, al menos en dos sentidos: En ton�o al mercado

que todo lo real es inteligible y que la inteligencia humana, por lo . El mundo moderno se caracteriza, precisamente, porque intenta liberar
tanto, es de alguna manera "todas las cosas"; el principio de la e:riseñabilidad del conocimiento, del presunto saber de
y que esta inteligibilidad es distinta según se trate de saber ver, las diversas causas naturales, de las diferencias esenciales o metafísicas.
saber hacer o saber actuar. Y lo hace presuponiendo, como dice Descartes al comienzo de El discur­
so del método, que "la razón (le bon sens) es una de las cosas mejor
No es lo mismo enseñar las causas naturales que las reglas de la pro­ repartidas del mundo [ . . . ] y por eso, la diversidad que en nuestras opinio­
ducción técnica o que los principios de la acción social. Ni son tampoco nes se observa [ . . ] depende de los diversos caminos que sigue la inteli­
.

los mismos maestros. El filósofo, el técnico (incluyendo al artista) y el gencia y de que no todos consideramos las mismas cosas". 6 Es decir,
político se reparten el campo de lo enseñable. Claro, quien se ocupa de la depende del buen uso, y no ya del mero deseo natural.
inteligibilidad de lo. real y de los modos de conocerla efectivamente es el No es lo mismo afirmar que todos los hombres por naturaleza desean
filósofo, · y en este sentido es el maestro de los maestros. Lo saberes pro­ saber, que afirmar que todos los hombres tienen una igualdad natural en
ductivos, el mundo técnico y artístico, y los prácticos, el mundo social, . tanto razón. _Relacionarse con el . conocill1i.ento es, ahora,. . relacionarse
dependen, en realidad, . de los saberes teóricos, y son enseñables en la cr[tif.arrzelJte con el deseo de saber. . Es saber, por la duda, que la única
medida en que se relacionen con principios y causas de lo que es natural­ certeza indudable es que "mientras pienso existo". Los principios y las
mente. causas, las reglas de la producción y las normas de la acción no pueden
De aquí esta preocupación de relacionar la filosofía y el poder, sea ya basarse en la naturaleza de las cosas, en las esencias o ideas metafí­
desde la ilusión de la República platónica, donde los filósofos deben sicas, sólo pueden basarse en el buen uso de la razón, el uso que se hace
gobernar, sea desde la propuesta más inteligente de la Política de Aris­ conforme a su nah1raleza pensante, que es absolutamente heterogénea en
tóteles, donde lo que se busca es fundamentar racionalmente la vi.rtud de relación con la naturaleza extensa de los cuerpos.
la justicia, como arquitectónica de todas las virtudes, y se busca discutir Esta revolución copemicana, como la lla.m . a Kant, consiste en regular
cuál es la mejor forma de gobierno. ·
el conocimiento desde el sujeto que piensa y no desde la inteligibilidad
Que el conocimiento sea enseñable significa, entonces, que podemos natural de las cosas. Es decir, el fundamento hay que buscarlo ahora en
abandonar la caverna de las apariencias y de las sombras, y construir el el sujeto y no en las cosas.
espacio común, la plaza donde podamos discutir y argumentar en tmno Este cambio permite relacionarnos con el conocimiento de Qtra mane­
al bien, la verdad, la justicia, la belleza, la felicidad. Enseñamos para ra. En la teoría, no se trata de contemplar la verdad de las cosas, se trata
saber vivir en el ágora. de construir progresivamente un orden racional, en los límites de la
Suponer que la relación con el conocimiento es "natural'', que todos
los hombres por naturaleza desean saber, no debe encubrir, sin embargo, 6. Cf�. R. Descartes, El discurso del método, en Obras escogidas, Buenos Aires,
que ese "deseo" es, en realidad, el resultado de un proceso de formación Schapire, 1 965, pág. 9.
CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Las relaciones del docente con el conocimiento 147
146

experiencia posible. En la técnica no se trata de limitar la producción al uso no natural ni social, simplemente esta condición última de posibilidad de
se trata de apropiamos del valor de cambio de los productos, liberru1 dQ, tener experiencias, de ser uno mismo, de legislar tanto la naturaleza
a la ii11aginación creadora de su dependencia de los objeto� tal cual son. �n como la sociedad, es la razón, en tanto cogito que acompaña todas mis
la ética, no se trata de buscar naturalmente la felicidad; se trata de obligª=D}os representaciones, y en tanto libertad de regirse sólo por sus propias leyes
moralmente a la construcción de t�na sociedad más justa, desde la sDla racionales.
ley de la razón misma. An_tiguament�, la publicidad del conocimiento se basaba en su carácter
Es en este contexto, el de la ciencia íísico-matemática, el de la eco­ tri
es- ctamente metafísico: el conocimiento por las causas o los principios
nomía de mercado y en la de los estados democráticos, donde nace la _!:�
�!!_:tl}:�_ _(:()!l_()_�Ílpit;pJO de 1iiumversaliClad esenCial. - ���-(!_ estaba con SU
escuela moderna, Y este nuevo maestro, cuya función es enseñar a co­ 110..JP!?re, es decir con su nombre ,propio o definición esencial. Esta univer­
nectarse críticamerfte con el deseo de saber, disciplinando el uso teórico salidad del concepto y ele los prindpios, it1cltiye · a todos los individuos, y
, , en el campo de la experiencia posible, el uso técnico-estético en el cam­ funda la enseñabilidad en una disp�nibilidad mental na1:llfal, el intelecto
po del buen gusto, el uso práctico en el reino de los fines en sí. Esto pasivo, aquello que "es de alguna manera todas las cosas". La clave de
implica criticar las ilusiol)es metafísicas, regular internamente (por los acceso a esta "base de datos universal", en potencia para cualquier indivi­
juicios reflexivos, dice Kant) las producciones del buen gusto y, sobre duo, es aprender a ver lo esencial, lo que se ve con la inteligencia, sea por
todo, reprimir las pasiones naturales e· independizarse de las presiones medio de un acceso "erístico", cuestionador de las opiniones no fundadas
sociales al actuar moralmente. (Sócrates), o por medio ele un.acceso memorioso de lo que el alma ya sabía
Y aquí sí se necesita llamar pqblica a esta relación con el conocimien­ y esta cárcel corporal le hizo olvidar (Platón), o por medio ele un acceso
to, porque ya no se la puede defmir como natural: saber de las leyes de la que aprende a abstraerle a las cosas su nombre propio, a cada campo de
objetividad posible, de la autorregulación del mercado y del buen gusto, de la práctica social su ')usto medio" (Aristóteles).
la autonomía de la ley moral. ¿Para qué enseñar? Justamente, para desilu­ - La autoridad del maestro le viene, sin duda, de haberse animado a ver
sionar de prejuicios seudocognitivos, que nos hacen menores de edad. Para el "sol" y descendido de nuevo a la "caverna" para enseñar la diferencia
incorporarse al mercado de trabajo, como valor de cambio intercambiable,
entre imagen y modelo, entre opinión y ciencia, entre lo derivado y lo
para aprender a gozar con el buen gusto, para actuar socialmente como un
originario, entre lo accidental y lo esencial.
buen ciudadano y, sobre todo, para intemalizar el deber por el deber, es
Las disQusiones con los sofistas, pdmero, y con las complejas escuelas
decir no por intereses particulares o por inclinaciones naturales o por pre­
helenísticas, después, testimonia fuertemente que la forma de relacionar­
siones sociales.
se con el conocimiento, para quien quisiera enseñar "de acuerdo con la
A esta relación clitica con el deseo de saber, a esta legitLmación de los
naturaleza de las cosas", sólo se legitimaba en el conocimiento estricta­
usos de la razón, a este trabaj o del sujeto cuando construye objetos, busca
mente metafísico, es decir, en la visión de un trasmundo que fundaba este
regulmidades internas, obedece moralmente a la sola ley de la razón, es a
mundo, y al mismo tiempo le daba su carácter de apariencia y de trm1-
lo que los n1odemos llaman uso público de la razón.
sitoriedad.
Lo público es la universalidad construida, no ya "natural", de la cien­
Nlodernamente, en cambio, la publicidad del conocimiento se basaba en
cia, el arte, la economía, la política. Su única condición: el buen uso de
su estricto carácter trascendenta.J.: la universalidad y la necesidad, así como
la razón. Su único supuesto : la razón única, aquella que no depende ni
de la experiencia (porque es pura) ni del lenguaje (porque es libre juego el progreso, sólo pueden fundarse en los actos de conocimiento que se
de la imaginación) ni de la naturaleza (porque es libre) . El nombre de hacen desde una subjetividad, el 9ogito, capaz de relacionarse a priori con
esta razón única, que indica la igualdad fundamental de los hombres, no la experiencia, sin que los objetos que construya logren alterm· su carácter
es otro que el de sujeto trascendental, es decir no empírico ni singular, de condición de posibilidad de todo conocimiento objetivo. El imperativo
1 48 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Las relaciones del docente con el conocimiento 1 49

categórico que permite relacionarse libremente con las máximas de la acción, tercero, porque confunde uso público de la raZón con opinión
sin que las vLrt�1des que const.nwa logren alterar su carácter de condición massmediada, casi con publicidad.
de posibilidad de toda ley universal.
La autoridad del maestro para enseñar se basa en la objetividad y legi- ­ Porque ºº_SQlfQ_s, , docentes de hoy, no tenemps , como antiguamente,
timidad de lo que enseña, en que lo hace públicamente, en el triple sentirlo "la rosa con su nombre, tenemos los nombres desnudos" (U. Eco), sin las
de universal, crítico y justo.
·

cosas esenciales, "cuya visión adecuada ños garantizaba que decíamos los
El supuesto de la razón· única del sujeto trascendental es, nos parece, nombres propios, cuando enseñamos. Pero además, nosotros, docentes de
la gran ilusión moderna, que tendió a confundir publicidad con legitima­ hoy, tampoco tenemos, como sí tenían los modernos, "los nombres con
ción en el uso puro de la razón. La razón insuumental, la industria un sujeto, tenemos los sujetos desfondados "' sin un cogito trascendental
cultural y los despptismos ilustrados . y totalitarismos, terminaron mos­ o a pÍiori, .que nos · garantizaba que una razón única, el "yo pienso",
trando que el "buen uso de la razón" no reside, precisamente, en el mero acompañaba todas nuestras representaciones, cuando enseñábamo s, y una
'control simbólico del deseo natural de saber. función pública clara, la de formar al buen ciudadano, nos sostenía en la
Si fue ilusorio poner lo público en las pretendidas discusiones libres tarea de educar.
del .ágora, para defender la hegemonía de la polis en la oikuméne del Nos toca enseñar, cuando lo público del conocimiento ya no puede
helenismo, no lo es menos, ponerla en las pretendidas leyes libres del respaldarse en la "esencia" de las cosas, pero tampoco en la "pureza" de
mercado, para defender la hegemonía del estado democrático moder­ la· . razón. _!enemos que enseñar no sólo con los nombres desnudos , sino
nd liberal, en la globalización del llamado capitalismo posindustrial o también con los sujetos desfondados .
tardío. ·por eso los muchos- problemas que tenemos los docentes s e inscriben,
como su contexto más fuerte, en rina cuestión epocal: para qué enseñar
en tiempos no sólo de "ocultamiento de los dioses", como dice Heideg­
De autopistas ger, smo además de "retirada de la palabra", como dice G. Steiner. ¿ Se
trata sólo de "serenidad", para esperar una nueva manifestación del ser,
Hoy, justamente, se habla de la sociedad global como una sociedad del o meramente de "coraje", para abrir la última puerta del castillo de Barba
conocimiento, significando algo distinto de la tradición de lo universal de Azul, la que conduce al infierno, movidos · por la -mera supervivencia?
la visión metafísica o lo público del buen uso de la razón. La tradición ¿Cómo relacionamos públicamente con el conocimiento, cuando ya
pública del conod.nüento se encuentra cuestionada, porque esta "sociedad éste no gita no sólo en tomo a los dioses, ni tampoco en torno al "logos",
del conocimiento", la de la globalización del conocimiento, aparece fuer­ a la palabra (la de las cosas y la de la razón), sino en torno a la imagen,
temente hegemonizada por el mercado de la información·, por un lado, y la música, el alfabeto electrónico de la comunicación global inmediata y
por las negociaciones privadas y corporativas de la ciencia, la técnica, el de la simultaneidad? Esta "musicalización y matematización de la cultu­
arte, y hasta la misma ética, por el otro. ra", como dice el mismo Steirier, parece estar declarando obsoleta a una
¿Qué significa, entonces, relacionarnos hoy públicamente con el cono­ cultura centrada en la palabra.7 Y por lo mismo, una enseñanza centrada
cimiento y así poder enseñarlo? P:)fque lo global no es lo público, en su publicarla o en el hacerla pública.
Dice Bill Gates: "Cualquier miembro de la sociedad, incluidos todos
primero, porque sencillamente excluye;
segundo, porque confunde enseñabilidad del conocimiento con dis­
ponibilidad informática o con velocidad de circulación de la infor-
7. Cfr. G. Steiner, En el castillo de Barba Azul. Aproximación a un nuevo concepto
mación; de cultura, Barcelona, Gedisa, 1 99 1 .
1 50 CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR
Las relaciones del docente con el conocimiento 151

los niños, tendrá a-rnano más información de la que tiene hoy cualquiera.
poco se entiende lo real ! y ¡ qué pocos actualizan s u capacidad de ser todas
Creo que será precisamente esta disponibilidad de información la que
las cosas !
haxá que se disparen la curiosidad y la imaginación de muchos. La edu­ Relacionarnos con el conocimiento, para constnür el espacio
cación se convertirá en algo muy individual". 8 social
del mercado, es legitimar una jerarquía social fuertemente control
Algunos pueden decir que llegamos a esta situación por haber sido ada
que divide a los dueños_ de l9s 1neciios de producción, de los que
modernos, por habemos animado a transgredir y negar los órdenes esen­ sólo
tienen para vender su fuerza de trabajo , a los doctos que escribe
ciales y naturales, por habemos rebelado, adolescentemente, frente a la n para
el público de los lectore s, de los analfabetos que se tienen que
naturaleza y a Dios. Son los conservadores de siempre. Otros parece que hacer
escribir, a los políticos profesionales o administradores de la
dicen que llegamos a esta situación por no haber sido lo bastante moder­ cosa
nos, por no habe�os animado a realizar plenamente la modernidad y
publica, de io�- _l:!r
_ _po t;s. d.udadanos reducidos a votarlo s. Es cierto, la
razón. es la cosa mejor repartida del mundo y el mundo que crea
haberla dejado frustrada. Son los iluministas de siempre, que también nos
garantiza el progres o. Pero, ¡ qué pocos usan bien la razón !
llaman adolescente a la crítica posmodema, a la que denuncia el falocen­ y ¡ qué poco
progresa el progres o !
trismo y al logocentrismo, como diría J. Derrida.
Creo que el problema e·s otro. Algo está pasando - en nuestra relación
..R��-�c:!og�l}OS con el conocimiento para construir el espacio social
con el conocimiento. Tenemos dificultades _ ep_ C()nectarnos profull{:larr:tt:;l1:: de_ las ª11topistas finap:nente nos hacy . confundir, en la homogeneidad
de
te con el deseo de saber. Y no nos basta criticar su "naturalidad", desde la il1f()n:nación disponible, la univers,ali_dad _y la publicidad c�m
la mera
una pretendida razón moderna, desde un sujeto pretendidamente autóno­ globalización. La "libr�'' discusióp política y el ·"libre" intercam
bio eco­
mo. Necesitamos , además, criticar el control simbólico que sobre nue$trO nóñrico , muestran finalmente su verdad: la libre circulación de
la infor­
deseo de saber y el de los alumnos ejerce el poder, a través del discurso macion, no sostenicla ni por la tempo ra_li
dad lineal del discurso ni por la
pedagógico mismo, el discurso social, las legitimaciones de las políticas tempoiilidad acumulativa del capital, sino por la temporalidad
cuasi si­
educativas. Coincido en esto con planteas como los de Bemstein y Giroux.9 multánea de los soportes electrónicos.
Yo roismo vengo insistiendo reiteradamente en una necesidad de poner Relacionarse con el conocimiento no es relacionarse con cosas
que
a la docencia en la corriente misma del pensamiento crítico. fundan, ni con razones que critican. Es relacionarse con informa
ciones
Relacionarnos con el conocimiento, para construir el espacio social del que circulan y circulan.
ágora, es legitimar una jerarquía natural que divide a los libres (que son Quisiera ahora, y para terminar esta meditación sobre las relacion
es del
los ciudadanos) de los esclavos (que son los excluidos de la plaza), a los docente con el conocimiento, que desde las "finalidades" quieren
comple­
varones, que son los que tienen que ocuparse de lo público, de las mujeres, tar lo ya reflexionado sobre las "actitudes", con una referenc
ia a cómo
que son quienes deben reducirse al gineceo de lo privado, a los filósofos formulo estas relaciones, a la luz de lo dicho ya en este libro, que
nos toca
que enseñan la verdad, de los poetas que amenazan lo común con sus enseñar en tiemp?s no sólo de "nombres desnudos" SÍ!iO también de
"sujetos
deliiios e irnagjnaciones. Es cierto, lo real es potencialmente inteligible, y desfondados". Que no es otra cosa que tener que enseñar en esta
sociedad
la inteligencia es naturalmente y en potencia todas las cosas. Pero, ¡ qué "global", que excluye un tercio de la población en este modelo de
la com­
petitividad salvaje en las relaciones humanas, que quiere ahorrar
el sacrificio
del encuentro cuerpo a cuerpo y cara a cara, sustituyéndolo con interacci
8. Cfr. Bill Gates, Camino al futuro, Maddd, McGraw Hill, 1996, pág. 1 82. ones
virtuales, que nos prometen no sólo vencer las distancias sino también
9. Cfr. B . Bemstein, La estructura dfl discurso pedagógico, Madrid, Morata; La los
Coruña, Paideia, 1 994, 2a. ed. intervalos y, en última instancia, los silencios y los cuestionamientos de
los
Cfr. H. Giroux, Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del otros.
aprendizaje, Barcelona, Paidós-MEC, 1 990. Se trata de relacionamos públicamente con el conocimiento, ya lo dije.
CRÍTICA DE LAS RAZONES DE EDUCAR Las relaciones del docente con el conocimiento
153
1 52

.Pero, sin las ilusiones del intelecto pasivo, y su búsqueda del nombre "presunta naturaleza" ni para legitimar el poder desde ni.nguna GGrazón
·propio, ni del sujeto trascendental, y su búsqueda de la razón única. Sil1 fáctica". Se trata de relacionamos con el conocimiento como pensamiento
confundir tampoco el espacio social de lo público ni con ·el ágora ni con critico. QÚ.e rllientras circula por la autopista, recuerda el ágora y el mer­
el mercado ni con la autopista. �rulo, y se asombra de cómo es necesario conocer lo justo, lo que no
Sabiendo que conocemos atravesados por el deseo, el lenguaje, el poder, excluye· ni discrimina, ·lo que junta la igualdad y la libertad, lo que armo­
la riqueza, y, naturalmente, por el desgano, el silencio, la impotencia y la niza lo diferente y lo común, lo que permite realizar el deseo de aprender
pobreza. Porque no creemos que lo público sea el ágora de la polis hege­ y ejercer el poder de enseñar. Claro, como lenta y costosa enseñqnza desde
mónica, ni el mercado de las naciones ricas, ni las autopistas de la sociedad el conocimiento,. legitimado públicamente y para redefinir un espacio de lo
global. Porque todos ellos excluyen, ocultan, disimulan, legitiman injusti­ público.
cias, y sencillameqte mienten. Huellas, espejos, señales. Ágoras, mercados, autopistas. ¡Qué difícil es
Se trata, más bien, de una lucha por el reconocimiento. Reconocimien­ relacionarnos hoy con el conocimiento! Pero, no porque en algún mo­
,to de que lo más profundamente deseado al saber es ser reconocidos mento haya sido fáciL Sino porque nos vamos quedando sin metáforas
como deseo de aprender y como poder· de enseñar. Es el "desdoblamien­ para lo público, es decir para su enseñanza.
to" de la conciencia pedagógica, que no se reduce a la esclavitud de la G. Bachelard decía: "El . acto de enseñar no se separa tan fácilmente
naturalidad, pero tampoco al señorío de la racionalidad ilustrada, y me­ de la conciencia de saber [ . . . ] el hombre consagrado a la cultura cientí­
nos todavía se disuelve en la velocidad de la información automatizada. fica es un eterno escolar. La escuela es el modelo más elevado de la vida
Permítanme explicar un poco esta dialéctica. El ámbito público es el social" .10 Agrego: porque es el espacio de lo público.
resultado más el proceso de relacionarnos con él conociin:iento�. Lo pú­
blico emerge solamente en la lucha por el reconocimiento entre el deseo
de aprender, que nos conecta con la singularidad y la diferencia de la
vida, y el poder de enseñar, que nos conecta con lo universal y lo común
de la vida. La vida no está en un trasmundo, pero tampoco está en un
sujeto trascendental. Conectarnos con el deseo de aprender es conectar­
nos con lo más profundo de la memoria. Conectamos con el poder de
enseñar es conectarnos con lo más legítimo del proyecto.
Creo que sólo destrabando el deseo de aprender liberamos poder de
enseñar. Creo que sólo criticando el poder de enseñar liberamos deseo de
aprender. No "naturalicemos" el deseo de saber, pero tampoco lo contro­
lemos simbólicamente "naturalizando el poder de enseñar". ConstnlJa­
mos lo público como sentido de la enseñanza, relacionándonos con el
conocimiento como este mutuo reconocimiento del deseo de aprender y
del poder de enseñar. Claro, esto implica que nos coloquemos en otro
l_ugar y en otro tiempo. Justamente, el del otro, que cuestiona las ilusio­
nes metafísicas que tienden a naturalizar el deseo de saber; y las ilusiones
iluministas que tienden a naturalizar el poder de enseñar.
No se trata sino de reconocernos como deseo de aprender y como poder 1 0. Cfr G. B achelard, El racionalismo aplicado, Buenos Aires, Paidós, 1 979, págs.
.

de enseñar, y que para eso conocemos, para no atar al deseo a ninguna · 26 y 29.

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