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PENITENCIARIO PERUANO
DERECHOS
Artículo 14.- Los datos de carácter personal de los internos que hayan sido
recabados para determinar su tratamiento penitenciario, podrán ser
entregados al interno o podrán ser difundidos a otras personas con su
consentimiento expreso y por escrito. Se resguardará la identidad del
funcionario que suscribió el documento; el Instituto Nacional Penitenciario
asume la responsabilidad.
DEBERES
16.9 Asistir a las citaciones que les hagan las autoridades legislativas,
judiciales, del Ministerio Público, policiales y otras
administrativas. Dichas diligencias se realizarán en las
instalaciones habilitadas dentro del Establecimiento Penal, salvo
motivo justificado de la autoridad competente.
Presos que no tienen sentencia: El Inpe indica que a febrero de este año la
población total de internos fue de 96,870. De este total, 36,515 se encuentran
en calidad de procesados (es decir, son legalmente inocentes, pero cumplen
prisión preventiva), mientras que 60,355 ya cuentan con una sentencia. A su
vez, 5,234 son mujeres, subdivididas en 2,219 que ya están procesadas y
3,015 sentenciadas. En el caso de los hombres la cifra se eleva a 91,636, de
los cuales 34,296 están procesados y 57,340 sentenciados.
D: de 1 a 199 internos
Según el Inpe, el 37% de los penales del Perú tiene más de 1,200 internos. Sin
embargo, no todos los penales comprendidos dentro de este 37% son de tipo
A, ya que muchos son grandes en ocupación, pero no en capacidad de
albergue. Si consideramos solo la capacidad de albergue, solo el 13% de los
penales puede considerarse de tipo A. Es así que, en la actualidad, hay 9
penales de tipo A, 10 de tipo B, 23 de tipo C y 26 de tipo D.
Por ello es que actualmente en las cárceles públicas se observa la
especialización y el incremento de la conducta delictiva, y estas son el centro
de planificación, dirección y/o ejecución de delitos de extorsión, secuestro y
asaltos, en perjuicio de la sociedad en su conjunto. Un interno que no se
resocializa constituirá un elemento contaminante, no solo por la alta
probabilidad de reincidencia en el delito sino porque se genera un efecto
multiplicador en su entorno inmediato (cónyuge, padres, hijos, hermanos,
vecinos, etc.).
Por ejemplo, según el Informe estadístico del Inpe, publicado en junio del 2019,
indica: “Para el Comité Europeo para los Problemas Criminales, cuando la
sobrepoblación excede en 20% o más la capacidad del penal, estamos frente a
un problema de hacinamiento. Para el mes de febrero del 2020, había un
exceso de 56,733 internos en todo el sistema penitenciario, lo que representa
un 141% de sobrepoblación y constituye una situación de hacinamiento
general”.
Siguiendo esta línea, el Inpe apunta que, de 68 establecimientos penitenciarios,
49 están en condición de hacinados (72%). El penal de Lurigancho, por
ejemplo, tiene una capacidad para 3,204 personas, pero alberga a 9,893
internos. Esto da como resultado 209% (6,689) de sobrepoblación y lo ubica en
el puesto 23 de los más hacinados.
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