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Cap. 15: La libertad natural y la esclavitud. Ésta tiene como primera causa el pecado.

Él hace
que un hombre de mala voluntad, aunque no pertenezca a otro hombre, sea esclavo de sus
propias pasiones Éste es el orden que exige la Naturaleza; así ha creado Dios al hombre: Que
tenga dominio -le dice sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todos los
reptiles de la tierra . Al ser 30 racional, creado a su imagen, no lo ha querido hacer dueño más
que de los seres irracionales. No ha querido que el hombre dominara al hombre, sino el
hombre a la bestia. Los primeros justos fueron puestos más bien como pastores de rebaños
que como regidores de hombres. Trataba Dios de insinuarnos, incluso por este medio, cuáles
son las exigencias del orden natural, y cuáles las exigencias de la sanción del pecado. La
situación de esclavitud -ahora se comprende- es una justa imposición hecha al pecador. De
hecho, no encontramos en pasaje alguno de la Escritura el término esclavo antes de que Noé,
varón justo, lo empleara para castigar el pecado de su hijo18. Ha sido, pues, el pecado quien
ha acarreado este concepto, no la Naturaleza. El origen latino de la palabra esclavo (servus)
parece ser que radica en los que por derecho de guerra podían ser ajusticiados, pero los
vencedores a veces les «conservaban» la vida, haciéndolos siervos (servi), llamados así de
servare (conservar).Todo lo cual no sucede tampoco sin la culpa del pecado. En efecto, aunque
se luche en una guerra justa, el adversario lucha cometiendo pecado. Y toda victoria,
conseguida incluso por los malos, humilla a los vencidos, según un divino designio, corrigiendo
o castigando los pecados. Testigo de ello es aquel hombre de Dios, Daniel, que en su estado de
cautiverio confesaba a Dios sus pecados y los de su pueblo, declarando con piadoso dolor que
ésta era la causa de su cautividad

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