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UNIDAD VII: Contratos de Seguros en Particular

Que es el contrato de seguro

Del concepto, podemos concluir que se trata de aquel contrato con características aleatorias,
en el que una empresa aseguradora se compromete a cubrir un riesgo que puede afectar el
interés asegurable pactado y, como contraprestación, el asegurado o tomador se obliga a
pagar una prima. En caso de que ocurra el riesgo previsto, el asegurador deberá resarcir el
daño o cumplir con la prestación que hubieran establecido en el contrato.

La actividad aseguradora y el derecho del seguro se encuentran regulados en la Ley N° 17418,


complementada por las leyes N° 20091, 22400, 24222 y 24241. La finalidad del contrato de
seguro es trasladar un riesgo a un tercero para que sus eventuales consecuencias sean
asumidas por este, mediante el pago de una prima o cotización y siempre que exista un interés
asegurable.

El artículo 1 de la Ley N° 17418 establece que “habrá contrato de seguro cuando el asegurador
se obligue mediante una prima o cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación
convenida si ocurre el evento previsto”; asi mismo el artículo 2 define el objeto al mencionar
que “el contrato de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos si existe interés
asegurable, salvo prohibición expresa de la ley”.

Distintas clases de seguros: sus diferencias

Existe una gran variedad de seguros, entre otros, podemos mencionar los que cubren el robo
de cosas, el de vida, el de responsabilidad civil (conocido vulgarmente como seguro contra
terceros), incluso el seguro médico, que usualmente se contrata como servicio de medicina
prepaga.

Seguros de daños o intereses patrimoniales: esta clase de contratos se encuentran


concebidos para lograr la reparación de los daños sufridos por el asegurado en casa de
siniestros y en los términos del art. 60 de la ley 17418. Tiene como finalidad reparar la perdida
o daño en caso de sinestros

)Seguro de incendio: asume la cobertura de cosas que puedan afectarse por la acción del
fuego.

La acción directa o indirecta del fuego

Las medidas para extinguirlo

Las medidas de demolición

Las medidas de evolución

Y daños causados por explosión o rayo

Seguro de agricultura: incluye cualquier tipo de riesgo que pueda dañar la explotación agrícola
en determinada etapa o momento como lo pueden ser el granizo una helada así la
indemnización puede limitarse a los daños que sufra el asegurado en una determinada etapa o
momento de la explotación tales como la siembra la cosecha con respecto a todos o algún
producto y a referirse a cualquier riesgo que pudiere dañar

Seguro de responsabilidad civil (seguro contra terceros),: este seguro se caracteriza por que el
asegurador se compromete a mantener indemne al asegurado dentro de los limites del
contrato de seguro cuando el patrimonio de este se vea grabado por el nacimiento de una
deuda de la que es responsable, por reclamos de terceros en razón de la responsabilidad
pactada (contractual o extracontractual)

La responsabilidad se puede originar en el uso de un objeto determinado o se corresponde con


el ejercicio de una actividad por parte del mismo.

Comprende las indemnizaciones por las que el asegurado resulte civilmente responsable,
muerte o lesiones causadas a terceros, los daños materiales de bienes pertenecientes a
terceros, los gastos de defensa, incluso por reclamaciones infundadas, así como honorarios y
gastos de toda clase, a cargo del asegurado civilmente responsable (art. 110). Los gastos y
costas se pagarán en la medida que fueron necesarios y si el asegurado debe soportar una
parte del daño el asegurador deberá reembolsárselo en esa proporción a menos que se
hubieren producido en una causa por una decisión manifiestamente injustificada del
asegurador, pues en ese caso, deberá pagarlos íntegramente sin incluir las penas aplicadas por
autoridad judicial o administrativa (arts. 111 y 112) En el caso que el desempeño de una
actividad derive en perjuicio de terceros también se genera una deuda en el patrimonio del
asegurado. Caso de los médicos, directivos, arquitectos y demás profesiones o actividades (art.
113)

En caso de dolo o culpa grave del asegurado en la provocación del siniestro pierde el derecho a
ser indemnizado (art. 114). El asegurado, conforme las disposiciones generales analizadas
(arts. 46 y subsiguientes) debe denunciar el hecho del que nace su responsabilidad dentro del
término de tres días de producido si no conocía o debía conocerlo o desde la reclamación del
tercero si antes no la conocía dando noticia inmediata cuando este tercero haga vale
judicialmente su derecho (art. 115)

De acuerdo con el art. 116 de ley 17.418 el cumplimiento de la obligación consistirá en el pago
de una suma de dinero o en la verificación de una actividad con el objeto de demostrar la
ausencia de responsabilidad del asegurado. La obligación de mantener indemne al asegurado
se cumple pagando la suma de dinero que resulte de la transacción o la sentencia judicial al
tercero que se encuentra fuera del contrato, pero con el cual se generó la deuda.

Puede ocurrir que el asegurador deposite en pago la suma asegurada y el importe de los gastos
y costas devengados hasta ese momento, dejando al asegurado la dirección exclusiva de la
causa, liberándose entonces de los gastos y cosas que se devenguen posteriormente y las
costas por la defensa penal, en el caso que el asegurador la hubiera asumido (art. 110). Sin
embargo, una parte de la doctrina sostiene que no se encuentran incluidos el mayor valor de
ellos como los intereses. Cabe considerar que el asegurado no podrá cobrar el depósito
referido hasta el final del juicio.

Esa situación ocurre, en general, cuando existen discrepancias en la adopción de las decisiones
que involucren a las partes o en el criterio para ejercer la defensa del asegurado, máxime
cuando hay de su parte responsabilidad parcial concurrente y la dirección resulte compartida
consecuentemente.

El principio que rige es que el asegurado puede ejercer la dirección del proceso prescindiendo
del asegurador, pero deberá responder en caso de negligencia ocurrida en su actuación
judicial. Siempre posee el derecho de controlar la actividad judicial del asegurador (art. 117).
Al asegurado está vedado reconocer su responsabilidad ni celebrar transacción sin anuencia
del asegurado, pero si ello ocurre sin intervención del asegurador se constituiría uno de los
supuestos del párrafo anterior (art. 116) y éste se libera entregando los fondos en tiempo y
forma. Distinto es el caso de reconocimiento de los hechos en el interrogatorio judicial en sede
civil o penal pues no resulta moralmente intolerable ofender la conciencia y el sentido de
responsabilidad de una persona comprometiéndola a mentir.

Los gastos y costas se deben en la medida que fueron necesarios, aunque la sentencia resulte
favorable al asegurado, pero éste deberá pagar una parte proporcional si existió
responsabilidad de su parte; puede convenirse la cobertura absoluta. La excepción al caso es si
los gastos se devengaron por una decisión manifiestamente injustificada del asegurador (art.
111).

El personal directivo (art. 113) también puede ser cubierto por las responsabilidades que
emanen de sus funciones de dirección, siempre que no se hubieren producido por su dolo o
culpa grave, estando a su cargo la denuncia del hecho en el término de tres días, si lo hubiera
conocido o debiera conocerlo o desde la reclamación por parte de un tercero. La culpa grave
está concebida como torpeza extrema que el asegurado no hubiere arriesgado de no tener la
cobertura, linda con el dolo.

El damnificado puede citar en garantía al asegurador hasta que se reciba a prueba debiendo
interponer la demanda ante el juez del lugar del hecho o del domicilio del asegurador. En el
mismo plazo puede hacerlo el asegurador (art. 118).

El domicilio del asegurador comprende el de las agencias o sucursales en la medida que


cuenten con la infraestructura administrativa y jurídica para ejercitar la "dirección del
proceso".

En ese caso la sentencia hará cosa juzgada respecto del asegurador y será ejecutable contra él
en la medida del seguro y no podrá oponer las defensas nacidas después del siniestro.

La doctrina está dividida respecto de la autonomía que posee la acción del damnificado en su
carácter de tercero ajeno al contrato, respecto del asegurado.

Actualmente el consenso es que el damnificado posee una acción directa contra el asegurador,
pero considera imprescindible la promoción de la demanda contra el asegurado también,
constituyendo entre ambas partes (que pueden tener más de un sujeto) un litisconsorcio
pasivo necesario.

Si existieren pluralidad de damnificados la indemnización se distribuirá a prorrata entre ellos y


las acciones respectivas se acumularán para ser resueltos por el juez que previno. El
inconveniente consiste en que el monto de la sentencia puede ser superior al monto máximo
asegurado y, por lo tanto, se generaría un descubierto en el asegurado.

Asimismo, es dable citar un argumento que consideramos resume el criterio que intentamos
transmitir en el presente artículo: "...pretender hacer valer el contrato de seguro sólo en
cuanto beneficia a una de ellas y desconocerlo en aquello que la perjudica, importaría un
alejamiento de prístinas normas de nuestro ordenamiento legal y especialmente del principio
rector de la buena fe que impera en todo íter contractual ambas partes para el cumplimiento
de sus obligaciones"(13).

Si existiere pluralidad de damnificados la indemnización se distribuirá a prorrata y se


acumularán los procesos cuando se promuevan dos o más acciones (art. 119).

Si existieren pluralidad de damnificados la indemnización se distribuirá a prorrata entre ellos y


las acciones respectivas se acumularán para ser resueltos por el juez que previno. El
inconveniente consiste en que el monto de la sentencia puede ser superior al monto máximo
asegurado y, por lo tanto, se generaría un descubierto en el asegurado

Si existiere pluralidad de damnificados la indemnización se distribuirá a prorrata y se


acumularán los procesos cuando se promuevan dos o más acciones (art. 119)

CONTRATOS DE SEGUROS EN PARTICULAR

3.- Seguro de personas. Seguros sobre la vida: concepto, caracteres, modalidades, dolo o
culpa grave.

El seguro: el seguro es un procedimiento por el cual un conjunto de personas sujetas a las


eventualidades de ciertos hechos dañosos, reúnen sus contribuciones a fin de resarcir al
integrante de ese conjunto que llegue a sufrir las consecuencias de esos riesgos. La
organización de ese conjunto, selección de tales riesgos, y fijación de las contribuciones de
aquellas personas (asegurados) queda a cargo de una empresa que asume la prestación del
servicio para el cual se capacita técnica y financieramente.

Contrato de seguro: El artículo 1 de la Ley N° 17418 establece que “habrá contrato de seguro
cuando el asegurador se obligue mediante una prima o cotización, a resarcir un daño o cumplir
la prestación convenida si ocurre el evento previsto”. Osea la finalidad del contrato de seguro
es trasladar un riesgo a un tercero para que sus eventuales consecuencias sean asumidas por
este, mediante el pago de una prima o cotización y siempre que exista un interés asegurable.

Seguro de personas: la aseguradora se compromete al pago de un capital o de una renta


cuando suceda un hecho que afecte la existencia o salud del asegurado, pues en este caso el
interés asegurable es la persona humana. Los seguros que pertenecen a esta clase son: seguro
sobre la vida, seguro de accidentes personales, seguros colectivos, de riesgos de trabajo y
enfermedades profesionales, de retiro y renta vitalicia. El tema en estudio abarca lo que se
denomina la “actividad aseguradora”; que usualmente comprende los siguientes aspectos: a)
Actividad del agente o productor de seguros. Este es considerado un agente auxiliar de
comercio y su función consiste en brindar asesoramiento a los posibles clientes, generando
también negocios de seguros para que las empresas del ramo celebren los respectivos
contratos. Su desempeño está regulado por la Ley N° 22400. b) Actividad de la empresa
aseguradora. Esta actividad consiste en la celebración de distintos tipos de contratos de
seguros y en el cumplimiento de todas las obligaciones que están a su cargo. Normalmente, la
contraprestación que debe cumplir la empresa aseguradora es el pago de los respectivos
siniestros, sin perjuicio de que también pueda consistir en la defensa en juicio del asegurado,
como sucede en el seguro de responsabilidad civil, o suministrar ciertos servicios adicionales,
como traslados, asesoramiento legal, en caso de accidentes, o vehículos, en caso de pérdida
del móvil asegurado, etc.

En estos casos, la particularidad del contrato es que el objeto asegurado es la misma persona,
la cual soporta en si misma el riesgo de eventuales compromisos de salud, o su integridad
física, o el riesgo de perder la propia vida antes de alcanzar una determinada edad, o sobrevivir
a una edad determinada. Los seguros de personas difieren de los seguros de daños en que
aquellos no son seguros de indemnización, si bien pueden servir para reparar el daño o la
necesidad que pueda producir un siniestro, también puede ser utilizado para para obtener una
prestación del asegurador aunque el siniestro no produzca daño alguno, también se ha
señalado como diferencia que en este tipo de seguros el importe de la prestación del
asegurador se calcula a priori y, producido el siniestro, se percibe íntegramente. Pero no
debemos perder de vista que el seguro de personas en general como accidentes personales,
de retiro y el de vida en particular, individual o colectivo, tienen en cierta forma un carácter
indemnizatorio, independientemente de que la cuantificación de los daños en dinero sea difícil
de hacer en el momento de la celebración del contrato, o que el monto indemnizatorio no
resulte del daño efectivamente sufrido, sino de la convención particular referida a los montos
de cobertura.

El reaseguro: Se trata de un seguro del seguro a los efectos de dispersar el riesgo. El contrato
de reaseguro se regula junto al de seguro (arts. 159 a 162, Ley N° 17418). Esta figura en
estudio opera de la siguiente manera: la aseguradora contrata con otras empresas de
reaseguro para dispersar el riesgo y fraccionar la consiguiente obligación de pago del siniestro,
en caso de producirse. Las empresas aseguradoras –que frente al asegurado son las únicas
responsables– toman una parte de los contratos de seguro y reaseguran el resto del contrato
entre varias empresas de reaseguro, generalmente situadas en distintas capitales del mundo,
las cuales a su vez pueden volver a reasegurar en otras varias empresas, y así sucesivamente.
Esto implica que el siniestro no es soportado por una sola aseguradora, sino por numerosas
empresas, que deben pagar una parte.

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