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ANEESHA L.

DILLON
Una guía para la liberación espiritual al fondo de ti mismo

TRAD. DE OSCAR JAVIER QUIRÓZ YAEGGY


Prólogo 11

Recuento de los daños 17

La pulsación de la respiración 33

La fórmula del orgasmo 51

La armadura: los siete segmentos 71

Los sentimientos pares 89

Preparando el cuerpo 111

Desenmascarando el rostro 1 131

Desenmascarando el rostro II 151

Liberando el corazón blindado 171

A través de la trampa 191

En las profundidades 207

Hasta las raíces 227

La experiencia tántrica 251

Explorando los chakras 269

El círculo de luz 289

Estilo de vida tántrico 311


SIEMPRE SENTÍ MI TRABAJO comwo una llamada, algo para lo que había
nacido. Hace mucho tiempo, mientras daba una presentación en el Instituto
Esalen en California, me embargó el sentimiento de que lo que estaba
haciendo en ese momento era exactamente lo que tenía que hacer en mi vida.
Fue un sentimiento estático, profundamente satisfactorio, llenador y
gratificante.

Este sentimiento no ha cambiado; siempre ha estado conmigo (siempre me ha


acompañado) en torno al trabajo de pulsación.

Pocos años después, cuando conocí a Osho y lo reconocí como mi maestro


espiritual, este sentimiento subyacente se arraigó y fortaleció.

En este libro espero presentar lo que he aprendido sobre la energía humana -


la compresión por experiencias que he adquirido al trabajar con las teorías del
cuerpo y emociones de Reich.

Debido a la activa participación por casi 3o años en la visión de Osho sobre


terapia y meditación, he integrado el tantra con estas técnicas básicas de
Reich.

Mi exploración continúa. La dimensión tántrica se fusiona cada vez más y


más con la dinámica básica de la liberación de emociones y energetización
del cuerpo.

Para mí no hay pausas. Es un proceso continuo de crecimiento y exploración.

Si este libro lo inspira a explorar su energía de vida, descubriendo nuevos


niveles de éxtasis y vida plena, entonces habrá cumplido con su propósito.

Durante años traté de escribireste libro por mí misma y parece que nunca
encontré el tiempo o espacio para hacerlo, debido a mi saturada agenda de
grupos y entrenamientos en Europa, India y otros lugares.

Mi viejo amigo quien he compartido extraordinarios proyectos creativos,


incluyendo musicales, en años logró persuadirme para que cuando yo
estuviera lista nos sentáramos y comenzáramos a trabajar, así él lo tendría
terminado y en mis manos.

Fue así como nos embarcamos en una serie de entrevistas diarias, en las
cuales vertí mi entendimiento y experiencia. Categóricamente, el libro fue
terminado y puesto en mis manos, tal como lo había prometido mi amigo.

Le agradezco desde lo más profundo de mi corazón por su eficiencia, sentido


del humor y su habilidad para motivarme y presionarme.

También quiero agradecer a toda la gente que ha venido a mis grupos en


todos estos años, quienes han sido mis mejores maestros. Lo que abrieron y
revelaron en un entorno de confianza y amor ayudó a transformar mi vida, así
como la de ellos.

Quiero expresar mi gratitud a Charles y Erica Kelley, mis maestros


reichianos, que me dieron las herramientas para el trabajo externo, y mi más
profunda gratitud a Osho, mi maestro espiritual, que me dio las herramientas
para el trabajo interno.

La palabras de Osho han alimentado mi espíritu por treinta años, su silencio


ha tocado lo más profundo de mi ser, y la energía danzante de los campos de
meditación aún me mantiene en el camino.
SOY UNA REVOLUCIONARIA RETICENTE. Mi trabajo me pone en
contra de lo convencional y de la moral predominante porque me muestra los
daños causados por la sociedad a la gente común.

Sin embargo, no soy del tipo de persona que se embarcaría en una cruzada.
No tengo la pasión suficiente para cambiar el status quo.

Simplemente veo lo que se me refleja cuando, con suavidad, mis dedos


presionan los músculos de mis pacientes y veo tanto el daño como la cura, la
enfermedad y el alivio.

Por los últimos treinta años he estado practicando con terapia neorreichiana,
aplicando los principios básicos descubiertos por Wilhelm Reich, científico
pionero que vivió en la primera mitad del siglo xx.

Prácticamente esto significa que uso los ejercicios de respiración y


movimiento de Reich para crear una intensa carga de energía en el cuerpo del
paciente, lo que a su vez crea una descarga equitativamente intensa de
sentimientos y emociones.

En cierta medida, el trabajo que hago es impersonal, porque al aplicar estos


principios todo el mundo experimenta el mismo proceso: recarga de energía,
liberación y expresión de sentimientos.

Por otro lado, es muy personal porque lo que sale con los sentimientos -con la
ayuda de mi método de "manos a la obra" de presionar y masajear el cuerpoes
toda la evidencia de lo que se ha hecho mal y que el individuo ha padecido.

No soy un observador neutral. No puedo distanciarme de este proceso


mientras se revela ante mis ojos. Con cada paciente me involucro
íntimamente, experimentando el sufrimiento mientras ellos se conectan con
heridas emocionales olvidadas hace mucho tiempo y sentimientos reprimidos,
experimentando el alivio, ligereza y alegría cuando estos sentimientos son
liberados.

No soy una psicoanalista tradicional sentada cómodamente en una silla detrás


del diván mientras el paciente le habla al viento. Estoy ahí, en el tapete,
guiando al paciente en un campo minado de tensión almacenada y recuerdos,
buscando el que está por explotar y hurgando hasta que explote.

Y lo que resulta de esta explosión es el reflejo de cómo hemos sido


criados, la forma en que se nos ha enseñado a vivir nuestra vida.

Así que, como puedes ver, no logro evitar ser una revolucionaria, porque
es mi trabajo eliminar los problemas crónicos derivados de una educación
errónea y darle a la gente la oportunidad de experimentar lo que es ser
individuos libres, sanos, rebeldes.

Ya que la cualidad de la rebeldía parece ser una parte integral de ser


individuo, la revolución viene por añadidura.

No obstante, cuando la gente se me acerca, las implicaciones más


profundas de lo que están experimentando se encuentran escondidas. Sin
embargo, los síntomas superficiales los orillan a trabajar conmigo.

Con frecuencia, la gente se da cuenta de la necesidad de este trabajo


cuando empiezan a sentirse infelices, o cuando sus vidas parecen detenerse
en un patrón represivo, sin subir ni bajar, pero atorado en una rutina
monótona.

También vienen cuando las emociones se salen de control y no están


seguros de lo que está sucediendo. Vienen cuando parece que ya no pueden
sentir nada, mientras que pueden la vida pareciera más vigorosa y fresca, y
más interesante.
En muchas personas existe el sentimiento de que el fuego de la vida se ha
entibiado y que la flama parpadea y es débil. Cada día la vida se conduce al
mínimo y no al máximo.

También vienen porque han invertido mucho tiempo y energía para


alcanzar los brillantes trofeos del éxito, sólo para descubrir, en algún
momento, que sacrificaron la felicidad real y la paz mental por cosas que en
realidad no los hacen felices.

La gente llega a este libro por muchas razones, pero generalmente tiene que
ver con un sentimiento incómodo o doloroso: "No me gusta esto y quiero
sacarlo".

Repentinamente, se siente que buscar algún tipo de ayuda es lo correcto,


alguna ruta para un nuevo camino.

Antes de explicar lo que hago en mis sesiones y grupos, me gustaría ver


algunos ejemplos conocidos por todos nosotros de cómo el daño sucede en el
individuo.

Por ejemplo, siempre he tenido una debilidad por el príncipe Carlos.


Quizá porque somos de la misma y cuatro años cuando escribo estoy aunque
yo soy norteamericana y él inglés, siempre sentí que crecimos juntos.

Desde que era adolescente, o quizá antes, siempre checaba revistas para
saber qué estaba haciendo él. Realmente me gustaba, y en la distancia, me
identificaba con él.

Carlos tenía que ser un "buen niño" y yo sentía lástima por él, porque
obviamente no podía juguetear y ensuciarse, o, si lo hacía, se tenía que
cambiar la ropa. No podía correr por las calles, jugar escondidillas, patear
balones o saltar bardas.

Tenía que controlar constantemente su comportamiento porque siempre


alguien lo observaba. Ni siquiera podía caminar solo. Siempre había alguien a
su lado para protegerlo, para asegurarse de que se comportaba como un buen
niño extraordi el milagro era que él lograba manejarlo de algún modo.

Se escuchaban ciertas excentricidades sobre él, como que platicaba con


las plantas o que hacía experimentos con la ouija, mostrando un interés en lo
velado, pero por mucho, mucho tiempo, primero como niño y después como
adulto, Carlos siempre estuvo dispuesto a aceptar las reglas y obedecer a la
realeza.

¿Qué es lo que realmente le sucedió a Carlos? A mí me parecía que


estaba dividido por un conflicto entre sus inclinaciones hacia un ser humano
sensible y sus obligaciones de ícono. O de manera más exacta, un conflicto
que lo había torturado desde un inicio repentinamente se desparramó ante la
vista de todos.

Como él mismo admitió, Carlos nunca amó a Diana. Se casó con ella porque
su padre, el príncipe Philip, lo presionó para que lo hiciera, y por su
imperativa obligación de continuar el linaje real y producir un heredero.
Eligió la obligación por sobre sus sentimientos personales y creó una
pesadilla.

Y esto, de forma menos dramática, es lo que nos sucede a todos, desde


nuestra infancia. Así es como se nos lastima y se nos inutiliza, y es por esto
que la gente se me acerca, para curarse de esa división entre la naturaleza y la
sociedad.

No tendría por qué ser así. No llegamos divididos a este planeta.

El recién nacido es una fuente de energía orgánica, armoniosa, de fluir


energía me refiero a la fuerza de vida que brota de alguna fuente misteriosa
dentro de nosotros.

En la medicina tradicional china esta energía es conocida como qI; en la


ancestral yoga de la India se le conoce como prana, y ambos sistemas la
describen como existente tanto dentro de nuestro cuerpo, así como flotando
libremente en el espacio.

En la cultura occidental, Franz Mesmer la llamó "magnetismo animal";


Charles von Reichenbach la llamó odyle; Henri Bergson, la élan vital o
"fuerza vital". Para Sigmund Freud era la "libido" y para Wilhelm Reich,
orgón. En jun individuo joven esta energía se encuentra no dividida y sin
control. Se expresa de forma espontánea a través de todo tipo de impulso
natural y comportamiento incivilizado.

Un niño no sabe nada de formalismos. Si está triste, llora. Si está


contento, ríe. Corre cuando está activo e inmediatamente se echa, y
duerme cuando está cansado. Mama sin pedir permiso o sin agradecer,
expulsa la comida sin decir "lo siento, estoy lleno". Eructa, se echa
gases, hace pipí y popó sin siquiera pensar en la etiqueta.

Pero lentamente, un proceso de adiestramiento y educación empiezan a


moldear la energía y comportamiento del el uno, como la otra van juntos.

Una buena parte de este adiestramiento es necesario. El niño tiene que


aprender a usar la bacinica, a usar ropa, evitar peligros como jugar con agua
hirviendo, o con la estufa, o de salir a la calle sin precaución...

Los padres cuidadosos tiene que entrenar al niño de mil formas distintas
para que después pueda valerse por sí mismo y funcionar en este mundo.

Este proceso educacional afecta esa energía que fluye libremente.


Empieza a moldearse, expresándose de acuerdo a requerimientos sociales:
ésta es la hora y el lugar para comer... ésta es la hora y el lugar para correr,
gritar y jugar... ésta es la hora de dormir.

Paralelo a este proceso, inicia el daño al sistema de energía del niño.


Parte de este daño es inevitable, tan sólo parte de los golpes y sinsabores que
todo ser viviente encuentra. Por ejemplo, ¿por qué un árbol crece con un
tronco torcido o chueco? Quizá de forma accidental fue pateado o golpeado
por un auto cuando era pequeño.

Es una condición de la vida. Algunas veces crecer es doloroso, y no hay


nadie a quién culpar.

Por ejemplo, cuando un niño se enferma y es llevado al hospital, tal vez


su padre y madre no pueden quedarse con él las 24 horas. Tienen que
trabajar, ganar dinero, cuidar otros hijos, y quizá las reglas del hospital
prohíben quedarse a dormir. Frecuentemente, en una situación similar, el niño
se sentirá abandonado, rechazado, y quizá después, enojado con sus padres,
culpándolos: "¿Cómo me pudieron hacer eso? ¡Porque no me aman!"

Para el niño, esto tiene sentido, porque el abandono fue una experiencia
emocional innegable. Para los padres, no obstante, fue una realidad
totalmente diferente:

"Tuvimos que hacerlo", explican más tarde.

"Estabas enfermo y necesitabas una operación, de otra manera podrías


haber muerto".

De este modo, los padres actúan con las mejores intenciones, pero a pesar
de todo, la herida emocional sucede. Aun cuando la conclusión del niño sea
errónea, puede ser herido por su propio mal enten la imposibilidad de poder
digerir o aceptar algo que, para los padres, es obviamente lo correcto.

Esto es lo que yo llamo daño inevitable o ineludible al sistema de energía


del individuo. En la mayoría de los casos no es serio y es de fácil curación.

Adicionalmente, existe una gran cantidad de daño innecesario causado


por el proceso condicionante social.

A cada niño se le proporciona por los padres un juego de les gustaría que
fuera esa el problema es que esos ideales no necesariamente, quizá nunca,
soportan la expresión natural de la individualidad y energía del niño.
Así que el niño es adiestrado, o condicionado, a actuar de forma opuesta
a su propia naturaleza, y esto provoca una división básica. Parece que le
sucede a cada ser humano.

Las dos áreas en las que el condicionamiento es más dañino son la


emocional y la sexual. Es ahí donde ocurre el daño más profundo:

No te rías, no llores, no te enojes, no estés triste

Muchos de nosotros podemos recordar ocasiones cuando, mientras


crecíamos, nuestras emociones eran reprimidas, cuando teníamos que
tragarnos nuestras lágrimas, nuestro coraje, cuando teníamos que
esconder nuestros sentimientos y aparentar ser lo que no éramos.

Se nos dijo que sonriéramos cuando queríamos gritar. Cuando queríamos


lloriquear, se nos dijo que platicáramos. Todo esto tuvo un impacto
poderosamente negativo en nuestra energía, inutilizando su expresión.
"No te toques ahí, no tengas pensamientos pecaminosos, el sexo es sucio,
no te masturbes o te quedarás ciego..."

De la misma manera, la energía del sexo fue reprimida, escondida en la


oscuridad, oculta de la vista pública, como si no existiera. Esto, también,
impactó nuestra energía, estrangulándola desde su propio origen.

Se puede argumentar que este tipo de adiestramiento y condicionamiento es


tan necesario como las otras formas que he descrito. En efecto, mucha gente
está convencida que así es, diciendo que los impulsos naturales, animales, del
niño han de ser estrictamente domados y canalizados hacia un
comportamiento civilizado.

Pero la verdad es que la cura es peor que la enfermedad imaginada, la


solución es más dañina que el problema.

Fueron Sigmund Freud y uno de sus grandes discípulos, Wilhelm Reich,


quienes descubrieron que la represión sexual subyace en el origen de la
neurosis psicológica.

Y fue Reich quien descubrió que el entumecimiento y la rigidez que


padecen todos los adultos son causados directamente por la represión
sexual y emocional.

Yo estoy de acuerdo con Reich. Mi experiencia personal al trabajar con miles


de personas lo hace irrefutable. Al acumular la energía que busca
manifestarse a través del sexo y de los sentimientos, especialmente cuando se
es joven, nos estamos literalmente matando, haciendo imposible disfrutar la
vida.

Viendo esta situación, Reich se lanzó hacia una larga lucha contra las
culturas europeas y americanas en las que vivía y laboraba, desafiando sus
creencias y suposiciones más básicas.

Defendió la libertad sexual para todos los individuos desde el nacimiento.


Lo que esto significa es que el niño en desarrollo debería sentirse apoyado en
sus impulsos biológicos naturales, debería poder mamar de ese seno, tener un
contacto físico cercano y debería poder jugar con sus genitales.

Tanto a los niños como a las niñas se les debería permitir disfrutar la
etapa del "juego sexual" que abarca las edades de cinco hasta los siete años.
Y después de la pubertad, la libertad sexual para los adolescentes debe ser
vista como un elemento importante para mantener una psique saludable.

Reich escribió libros, abrió clínicas, dio conferencias. No sólo sobre la


libertad sexual, también sobre un amplio rango de asuntos relacionados,
incluyendo la importancia de la expresión emocional y los beneficios de la
terapia orgónica. Así mismo puntualizó el costo de la represión, incluyendo la
perversión sexual, pornografía, violencia familiar, violación, depresión y todo
tipo de problemas psicológicos.

Obviamente, encontró una gran oposición cuando visitaba Austria,


Alemania, Dinamarca, Noruega y los Estados Unidos, y en 1957 murió de un
ataque al corazón en una prisión norteamericana a la edad de sesenta años.
Para mí, él fue uno de los hombres más controversiales y malinterpretados
del siglo xx.

Sin embargo, Reich dejó tras de sí un tesoro oculto de descubrimientos,


incluyendo un método práctico, o procesos, para quitar los bloqueos causados
por la represión sexual y emocional, y la restauración de la vitalidad y
entusiasmo del individuo de por vida.

Es con estas herramientas con las que hago mi trabajo. Las aprendí de un
maestro y científico americano neorreichiano, Charles Kelley, que estudió y
trabajó personalmente con Reich, y que fundó el Instituto Radix en
California, donde me capacité.

Como ya lo mencioné antes, no soy ningún paladín público, no tengo


ningún deseo de desafiar las ac-

titudes morales de la sociedad y luchar contra ellas. Simplemente disfruto


ayudando a la gente a que redescubra su amor natural a la vida, sus
sentimientos de alegría y felicidad, su simple "sí" a vivir, que para mi es la
parte esencial de la experiencia humana.

Al mismo tiempo, sí veo cambios a nivel social que encuentro


alentadores. Como en el caso del príncipe Carlos, los modelos dados como
ejemplo de cómo debemos vivir-o, de manera más exacta, como deberíamos
morir y aún aparentar que estamos vivos ya no soportan el escrutinio de los
medios modernos y la transferencia instantánea de información.

Estamos viendo detrás de la fachada. Y aquí, le aplaudo a Carlos por su


honestidad y sinceridad, la forma en que admitió sus faltas, reconociendo
públicamente su fracaso como esposo de Diana y su amor por su amante,
Camilla Parker Bowles. Tal candidez de un ícono de la realeza, tal evidencia
de fragilidad humana, es una señal esperanzadora.
De igual manera, en mi país, el escándalo político que involucró a Bill
Clinton y Mónica Lewinski fue significativo en tanto que, cuando su secreto
repentinamente salió a la luz por el investigador Ken Starr, los medios y el
sistema político exigieron su renuncia.

Pero Clinton se negó a dejar el puesto y la gente lo apoyó. Los votantes


comunes y corrientes sabían que se había tendido una trampa por un grupo de
hipócritas -gente que exalta la moralidad en público pero se comporta
diferente en lo perdonaron. Es por eso que logró permanecer en el poder. Aun
ahora, ya en el retiro, miles de personas se congregan para escuchar hablar a
Clinton. Aún lo adoran.

Mientras tanto, las revelaciones que le han dado la vuelta al mundo de


cómo los sacerdotes católicos supuestamente célibes se encuentran
involucrados en todo tipo de perversiones de índole sexual, incluyendo la
pedofilia, ha demostrado la absoluta futilidad de luchar contra nuestros
instintos básicos.

Somos seres sexuales y la energía del sexo es la fuente de todo


crecimiento, inteligencia y creatividad. El celi bato no nada más es
difícil, es sumamente destructivo y biológicamente imposible, y será un
gran día para la humanidad cuando el Vaticano reconozca este simple
hecho. Todas estas fisuras son bienvenidas en la fachada colectiva, son la
evidencia de cómo la naturaleza humana inevitablemente entra en
conflicto con las actitudes sociales que crecen de la ignorancia y
comportamientos fuera de época.

La ironía de todo esto es que, la mayoría de las veces, ni siquiera recordamos


por qué o cómo se crearon estas actitudes. Simplemente las pasamos de
generación a generación, obligados por un deseo tribal de encajar, de seguir
las normas, y por el miedo arraigado de ser etiquetados como marginados
sociales si no encajamos.

Por ejemplo, ser virgen hasta el matrimonio aún sigue siendo muy
preciado en algunos sectores sociales americanos. En la década de los
noventa, más de 2,5 millones de adolescentes de entre 16 y 18 años hicieron
un "juramento de virginidad" propagado por varias organizaciones religiosas.

Los orígenes de la virginidad no tienen ninguna relación con la pureza o


moralidad. Los antropólogos han establecido más allá de cualquier duda
que la virginidad se tornó un evento social trascendente con el desarrollo
de la propiedad privada, en culturas chovinistas, para que el hombre
pudiera asegurarse que sus hijos vinieran de su propio semen, de su
propia sangre. Fue mucho después que la religión santificó la práctica y
la convirtió en algo sagrado, y reforzando así el yugo de una sociedad
dominada por hombres. Y por supuesto, en cada época, y en cada
cultura, ha sido bien visto que los hombres jóvenes "cojan" y "dejen
descendencia". Son únicamente las mujeres las que deben permanecer
castas.

Sin embargo, y aunque es interesante fenómeno, ésta no es mi pasión, ni soy


historiadora de la injusticia social ni menos aún una revolucionaria política.

Allá en los inicios de los años setenta, cuando vivía en San Francisco,
sintiendo las primeras excitantes posibilidades de la libertad sexual y dejando
el yugo del estilo moralista de los cincuenta, ciertamente sentí que era parte
de la extendida revolución sexual.

Con la introducción de la píldora anticonceptiva, fui miembro de la


primera generación de mujeres con pleno control de su cuerpo. Yo decidía si
quería embarazarme o no, o si mi energía sexual y orgasmos podían ser
disfrutados únicamente como una diversión.

Casualmente, ésta también fue la época cuando me conecté con Reich,


porque al leer sus libros me di cuenta que escribía lo que yo experimentaba.
De hecho, la lucha de Reich pavimentó el camino para que la revolución
sexual tomara lugar.

En este entusiasmo e inocencia, pensé que esta revolución crearía un


cambio permanente en la actitud de la gente. Más tarde vi el péndulo oscilan
en sentido inverso, hacia el puritanismo, y comprendí cuán transitorios
pueden ser estos ánimos sociales.

Afortunadamente mi enfoque siempre ha sido de experiencias


individuales y no movimientos colectivos. No estoy en espera del amanecer
de la Era de Acuario antes de vivir mi propia vida. Trabajo simplemente
porque me encanta hacerlo, sin grandes expectativas de cambiar al mundo.

Mi trabajo consiste en ayudar a gente que ha entendido algo muy básico


de su propio condicionamiento, que ha sido dañada; en mostrarles cómo
puede esto ser curado y guiarlos en el proceso.

Ese es mi trabajo, mi romance con la vida y el propósito de este libro: La


explicación de mis métodos.

Una cosa más que me gustaría añadir desde ahora: Mi entusiasmo de


trabajo no se detiene en Reich.

Tan prodigioso y profundo como ha sido su trabajo, para mí está


incompleto. Lucha por restaurarla salud y felicidad a la condición humana,
pero carece de la dimensión espiritual, lo cual es una gran lástima porque
todo el trabajo preliminar ha sido preparado para ello.

El mismo Reich estuvo contra las religiones, pero eso fue -sospecho-
porque las vio únicamente en términos de la iglesia establecida, lo que para él
era una de las causas principales del daño a sus pacientes.

Como yo lo veo, el camino del tantra puede ser totalmente aceptado


como una evolución natural del trabajo de Reich, ya que inicia desde el
mismo punto. Inicia con el cuerpo físico, con la energía del sexo, y se eleva
hasta la dimensión mística de la meditación.

Conforme avanza el libro, describiré cómo sucede esto, cómo los


métodos de Reich evolucionan hacia el tantra. También presentaré el trabajo
de otro visionario, Osho Rajneesh, un hindú místico que le dio al tantra un
contexto que es relevante para este tiempo y que va más allá de la creencia
popular de que es tan sólo una forma de gozar mejor el sexo.
Pero primero lo primero. Debo empezar con el paso más básico de este
proceso: la pulsación de la respiración.
LA PALABRA "Pu LSACIóN" que he elegido para nombrar a mi trabajo, se
refiere a la pulsación de la respiración, la entrada y salida del aliento que
inicia en el momento del parto y termina con la muerte. Está con nosotros a
través de nuestras vidas, estemos conscientes de ello o no.

Respirares vivir... tomar aire... es tan básico y fundamental para nuestra


existencia cotidiana que casi nunca pensamos al respecto. Este constante
vaivén entre los polos de tomar y sacar es la pulsación a la que me refiero.

Existen muchas pulsaciones en la vida del cuerpo: el latir del corazón, las
vías sanguíneas, la acción trituradora de los intestinos... todo se mueve dentro
del cuerpo y tiene cierto ritmo: un ritmo pulsante.

Cuando alguien está enfermo o yace inconsciente, ¿qué es lo primero que


revisa un doctor? Claro, todo mundo lo sabe, toma la muñeca del paciente y
siente el pulso. Es una forma rápida de evaluar la situación.

El doctor se pregunta: "¿Este cuerpo está pulsando de forma sana o hay


algo realmente mal?"

En ayurveda, el sistema tradicional de sanación hindú, el pulso


proporciona una enciclopedia de información sobre el resto del cuerpo. Un
médico general con recursos sólo tocando el las condiciones de los órganos
internos, la presencia de tumores y otras enfermedades, el estado del sistema
inmunológico y más.

La acupuntura china funciona de forma similar. En mi trabajo, la


importancia de la pulsación como una indicación de la salud humana deriva
directamente de los descubrimientos de Wilhem Reich, de manera que será de
gran ayuda hablar un poco sobre su trabajo.
El gusto de Reich por la pulsación se deriva de su interés por la medicina
y la psicología. Nacido en 1887 y criado en la Ucrania alemana, inició sus
estudios de medicina en la Universidad de Viena a la edad de veintiún años.

Ahí, inmediatamente se interesó en la nueva, revolucionaria ciencia del


psicoanálisis, desarrollada por el profesor Sigmund Freud, y después de
varios encuentros personales que tanto impresionaron al hombre de mayor
edad que se le permitió unirse a la Asociación de Psicoanalítica de Viena dos
años antes de que se graduara como doctor. Hasta entonces, únicamente los
doctores certificados eran admitidos.

La brillantez de Reich como analista y como autor de un sinnúmero de


artículos sobre el psicoanálisis llevo a Freud a seleccionarlo como su
asistente cuando Freud abrió una clínica pública en Viena, en 1922.

Reich estaba impresionado por la teoría de la libido de Freud, compartiendo


la postura que el sexo forma la psiquis del hombre. También estuvo de
acuerdo en que es el daño al impulso acontece durante la infancia y la
educación en sus etapas tem que yace en la raíz de la neurosis humana.

No obstante, había una diferencia significante entre los dos hombres.


Reich veía el sexo como un fenómeno de energía más que meramente
psicológico. Y fue su búsqueda por las raíces de esta energía lo que lo
condujo a pasar horas observando a través del microscopio, como parte de un
estudio a profundidad de la biología, un síntoma de la infinita curiosidad y
sed de Reich por el conocimiento que iba más allá de la mente y cuerpo
humanos.

Específicamente, Reich estaba estudiando el comportamiento de criaturas


unicelulares como la ameba, observando cómo pulsa en patrones rítmicos, y
cómo esta energía pulsante fluye dentro de un espacio cerrado de la célula.

Reich observó que la lucha de esa energía de la célula por trascender las
fronteras generalmente da lugar a una forma característica, como un riñón,
que Reich describió como una forma básica de vida. Las semillas, bulbos de
las plantas, células reproductoras de animales, órganos del cuerpo,
organismos unicelulares, el feto humano en su etapa temprana, todos encajan
en este modelo.

Observando esta forma básica, Reich pudo ver cómo el fluido viviente
dentro del orga movía dentro de la célula. El plasma se mueve, no en un
movimiento continuo, más bien en impulsos rítmicos... pulsaciones.

Hay un movimiento hacia afuera, seguido de una retirada hacia adentro;


una lucha hacia algo, y un alejamiento de ese algo. En este pulso de vida
biológico fundamental, Reich vio muy poca diferencia entre la ameba
alcanzando una partícula de comida y un par de brazos humanos alcanzando
al ser amado.

Vio que las expresiones humanas del sentir también siguen el mismo
pulso básico: el enojo sale del organismo hacia un objetivo, mientras que el
miedo se contrae y se aleja de él.

De acuerdo a Reich, este movimiento funciona en todo lo natural. Todo


pulsa, todo se mueve dentro de sus ciclos de expansión y contracción:
una medusa moviéndose lentamente en el océano, una flor abriéndose y
cerrándose, un ser humano despertándose y yendo a trabajar, después
regresando a casa, relajándose y metiéndose a la cama.

Ambas polaridades de la pulsación son necesarias. Por ejemplo, tú no


puedes expandirte sin cesar; no puedes seguir trabajando y trabajando.
Estarás completamente exhausto. Necesitas de la polaridad opuesta.
Necesitas descansar, estar contigo, recargar las baterías.

De la misma manera, con la pulsación de la respiración, no puedes


únicamente inhalar, inhalare inhalar. Reventarías. La exhalación debe ser
permitida para que la pulsación sana tome lugar.

Como verás, la habilidad de los seres humanos para pulsar de esta forma
es severamente afectada por nuestro entorno y por la gente con quien
vivimos.

Por ejemplo, un niño está jugando en su cuarto. Su pulsación de


respiración es sana y normal. Su madre recientemente le ha dado un juego de
pinturas para colorear y papel en cuidadosamente sobre un plástico en el que
pueda salpicarse y divertirse. Pero de repente, ella debe salir y, después de un
rato, el niño encuentra mucho más entretenido realizar pinturas en la pared de
su cuarto.

Su padre, apenas regresando de la oficina, se pasó todo el fin de semana


poniendo una nueva capa de pintura a esa pared. Le costó tiempo y dinero.
Cuando ve las paredes pintarrajeadas, se enfurece con su hijito.

Grita, patea el piso. Agarra la caja de pinturas y las arroja al bote de


basura. Quizá hasta golpea al niño.

¿Qué pasa con la pulsación de respiración del niño?

Se detiene. Por un momento, todo se detiene. Tanto la inhalación como la


exhalación. La pulsación es interrumpida y el niño entra en un estado de
shock, después se restablece a un nivel mínimo.

Pero entonces, obviamente, la cosa continúa: el padre se da un baño, la


mamá regresa a casa, se entera de lo que pasó e inmediatamente se siente
culpable porque debió haber puesto más cuidado. Toma al niño en sus brazos.
El niño empieza a respirar normalmente y empieza a llorar otra vez.

La cena en esa casa en particular no es agradable. El niño continúa


llorando y finalmente el padre se enoja otra necesitaba una tarde tranquila
después de un tarde horrible en la oficinay dice severamente: "¡ya por favor,
no llores!"

El niño ahora se tiene que tragar sus lágrimas, y sus sentimientos, y una
vez más necesita disminuir la pulsación de la respiración, porque si respira
empieza a sentir y si siente empieza a llorar, así de simple.
En otras palabras, la respiración está íntimamente conectada con la vida
expresiva, emocional del cuerpo, y también con la energía. El niño en esta
historia no sólo se está tragando sus lágrimas y emociones; está tratando de
reprimir una energía muy fuerte que busca ser liberada.

Como ya lo mencioné en el capítulo anterior, Reich concordaba con la


medicina china y el yoga de la India, en donde no somos únicamente materia
física, de carne, sangre y huesos. También somos seres de energía.

Existe un aura invisible, sutil, que reposa y a la vez invade el cuerpo


físico, llamada "cuerpo de energía", que es sostenido por la pulsación de la
respiración. Cuando respiramos, no nada más inhalamos oxigeno. Tomamos
energía de la atmósfera envolvente y esto nutre al cuerpo energético.

El yoga ha desarrollado una forma especial de respiración, usualmente


referida como "respiración prana" o pranayam, que está diseñada para
aumentar la inspiración de energía como forma de recargar el cuerpo.

La existencia de este fenómeno es difícil de probar, porque es muy sutil


para ser cuantificado o medido, pero es fácil de experimentar u observar.

Si tomamos otra vez el ejemplo de un niño, podemos observar un casi


inagotable potencial de actividad física y recreación que es claramente
impulsado por algo más allá que el poder de los músculos.

Escuché de un experimento donde a un atleta profesional se le dio la


tarea de copiar los juegos de un niño: correr, rodar, brincar... imitar cualquier
cosa y todo lo que el niño quisiera hacer.

Naturalmente, el niño disfrutó de este novedoso juego y se la pasó muy


bien, inventando nuevas formas de saltar, brincar y moverse hasta que el
atleta se agotó mucho antes que el niño estuviera listo para dejar de jugar.

¿Por qué? Porque el niño está cerca de una fuente libre de energía que
fluye libremente, mientras que en el adulto esta misma fuente ha sido
condicionada y confinada.

Sin embargo, mi propia comprensión de energía no se funda en las


investigaciones de otros sino en mi propia experiencia de trabajo. Espero que
mientras lo describa en los capítulos siguientes, la función de la energía en el
cuerpo humano se aclare.

Reich aseveró que la energía orgánica flota libremente, no sólo en la


atmósfera de la tierra sino en todo el espacio. Mientras más orgón podamos
tomar y absorber, más cuerpo energético se carga con vitalidad.

Quizá debiera mencionar que, en el mundo de la ciencia esotérica, el


organismo humano tiene siete cuerpos, de la misma forma que tiene siete
chacras, o núcleos de energía, y me referiré a esto con más detalle más
adelante.

El cuerpo energético al que me refiero es conocido como "el segundo


cuerpo" porque es el que se queda más cercano al cuerpo físico,
extendiéndose de dos a tres pulgadas más allá de la superficie de la piel.

Es este segundo cuerpo el que conecta nuestras emociones. Fluye a través


de nuestra forma física y afecta al plasma, los fluidos del difícil, ya que
somos esto a la vez crea nuestras emociones y sentimientos.

Imagina una brisa que agita las emociones escondidas bajo la superficie,
causando ondulaciones en nuestro lago interno. Esta es una panorámica
poética. Si necesitas una explicación bioquímica y bioeléctrica más detallada
sobre cómo funciona esto, lo que tienes que hacer es consultar los prolíficos
escritos de Reich sobre este tema.

Por el momento, es suficiente saber que nuestras emociones son


gobernadas por la interacción entre el cuerpo físico y el cuerpo energético,
teniendo a la pulsación de la respiración como un vínculo importante.

La pulsación en todo organismo viviente es un movimiento entre las dos


polaridades del núcleo y de la periferia. En una ameba, por ejemplo, el acto
de alcanzar una partícula de comida es un movimiento del núcleo a la
periferia. Tomar la partícula, digerirla y absorberla, es un movimiento en la
dirección opuesta: de la periferia al núcleo.

Es lo mismo con los seres humanos. La respiración hasta encarna en un


sentido literallas polaridades gemelas de contacto entre nosotros mismos y el
mundo exterior.

En la medida en que podemos respirar de manera profunda, permitimos


al mundo exterior que acceda y se encuentre con nuestro núcleo, nuestro
centro. "Núcleo" no es precisamente una locación física, corresponde a
nuestras entrañas, nuestro vientre.

De la misma manera, en la medida en que podemos exhalar ampliamente,


permitiendo el movimiento hacia afuera de nuestra energía, nos podemos
desplazar de nuestro centro hacia la periferia para llegar al mundo exterior.

En el mundo de la sexualidad tántrica, dos personas se pueden encontrar,


fundirse y fusionarse hasta el punto en que pueden moverse profundamente
en este movimiento pulsante entre la periferia y el núcleo.

Cuando realmente respiras, recibes a tu amante en el núcleo de su ser. Al


exhalar, fluye hacia tu amado. De esta manera, dos amantes crean un tipo de
danza pulsante que se convierte en orgásmica conforme los dos organismos
se funden energéticamente en uno solo.

Dimensiones más sutiles también están contenidas en el tantra,


incluyendo los chakras superiores, dando una experiencia de unidad no
solamente con el ser amado, sino con la existencia misma. Sin embargo,
desde su raíz, son el cuerpo físico y el cuerpo energético, encendidos por la
pulsación de la respiración, los que crean la plataforma de hacer el amor
tántrico.

Este puede ser un momento para que ustedes se hagan las siguientes
preguntas:

¿Realmente permito que entre la vida? ¿Realmente le doy la bienvenida a


lo que la vida me da, todo el espectro de la experiencia?

De no ser así, entonces sus inhalaciones es posible que sean


relativamente superficiales. No serán tan profundas y totales como debieran
ser. Serán cuidadosamente controladas, simbolizando un enfoque cauteloso
hacia la vida.

También se podrá preguntar: ¿Me doy a otros y al mundo que me rodea?


¿Comparto generosamente mi energía y participo plenamente de la danza de
la vida?

De no ser así, entonces sus exhalaciones también serán restringidas,


manteniéndose adentro de su pleno potencial. O sea, la salud y vitalidad de
nuestra pulsación de respiración refleja directamente nuestra actitud hacia el
mundo y viceversa.

Este es un momento apropiado para introducir un concepto básico que uso en


mi trabajo, que es la visualización de un conducto hueco dentro de nuestro
cuerpo, que empieza en la boca y llega hasta la parte inferior del vientre. A
través del uso de este conducto, logramos un mejor entendimiento de la
pulsación de la respiración.

En parte, este conducto es una realidad física, es parte de nuestra


anatomía: un conducto bronquial que se extiende desde la boca hacia la
garganta, dividiéndose en conductos más pequeños, penetra en los pulmones
por debajo del diafragma.

Otro conducto, el esófago, va desde la garganta hacia el estomago, pero


éste es para alimentos y bebidas, no para aire.

Sin embargo, cuando le pido a la gente que cierre los ojos e inhalen
profundamente, pueden tener fácilmente la impresión de que están tomando
aire hasta el vientre.

¿Por qué? Porque cuando respiramos profundamente, el capa delgada


pero fuerte de músculos en la parte inferior de la caja torácica- se flexiona
hacia abajo y empuja los músculos del estómago hacia afuera, dando la
sensación de que el aire se está moviendo en el vientre. Conforme exhalamos,
el diafragma se relaja y sube de modo que el vientre cae hacia adentro otra
vez, y esto nos da la sensación de aire moviéndose desde el estomago hasta el
pecho y la garganta, en su recorrido antes de ser exhalado por la boca.

A un nivel de energía, este conducto vacío realmente existe. Cuando el


diafragma cae yjala aire hacia la parte inferior de los pulmones, un flujo de
energía trepado en la inhalación se va hasta el vientre.

Mucha gente no respira tan profundamente, de manera que el diafragma


permanece inactivo, dejando el flujo de energía confinado en la parte superior
del cuerpo. Cuando le pido a la gente que visualice un conducto vacío y
empiecen a respirar hacia el vientre, esto le da movilidad al diafragma por
primera vez en mucho tiempo, permitiendo que una carga de vitalidad entre a
la parte inferior del cuerpo.

Generalmente, al inicio de mis grupos, introduzco la idea del conducto


vacío y hago que la gente respire de la manera en que acabo de describirlo,
para que puedan sentir cómo funciona como canal de energía. Esta será una
de las herramientas básicas en los trabajos posteriores.

Después hablo de la pulsación, el movimiento entre el núcleo y la


periferia, y guío a los participantes a través de una serie de ejercicios simples,
como una probadita de lo que es.

Por ejemplo, le pido a la gente ponerse de pie de forma relajada, los ojos
cerrados, con ambas manos sobre la parte inferior del vientre. Para que
sientan mejor esta área, algunas veces les sugiero que hagan círculos con sus
caderas, porque esto crea la sensación de un punto, núcleo, centro quieto, en
medio de una pelvis que gira.
Después, con los ojos abiertos, los invito a caminar alrededor de la
habitación, con las manos sobre el vientre, manteniendo el contacto con el
centro mientras observan los alrededores. También les recuerdo que no dejen
de observar su respiración, especialmente la inhalación, ya que cada una
puede ser un recordatorio de quedarse dentro de uno mismo.

Tras un rato les pido que cambien su atención hacia la periferia,


caminando más rápido y soltando el vientre para que puedan balancear sus
brazos, conscientes del hecho de que sus brazos y manos, piernas y pies,
existen en la periferia del cuerpo.

Los ojos también están en la son nuestro principal escape hacia el que
invito a la gente a olvidarse de su vientre y estar más presentes en sus ojos.

"Están reviviendo fuera de su cuerpo", sugiero. "Corran un poco,


encuéntrense a través de sus ojos con otra persona, quizá rócense las manos
al pasar, salúdense brevemente, tórnense más ligeros, más periféricos,
moviéndose y corriendo... que su atención esté afuera".

Pronto se crea una atmósfera de juego en la habitación conforme la gente


corre y se mueve entre la multitud, tocándose las manos, cruzándose y
esquivándose, gritando "hola" y "adiós", y otros saludos breves entre ellos.

Gradualmente, bajamos el ritmo y le pido a la gente que observe qué fácil


es olvidarse de nuestro propio centro cuando hay tanta actividad en la
periferia.

"Entonces ahora, mientras caminan, contacten otra vez su vientre, su


núcleo, su centro, permitiendo que sus movimientos sean más lentos, para
que, cuando inhalen, sientan cómo su respiración, una vez más toca su
núcleo".

"Caminen más lento. Ahora, deténganse en un lugar donde estén quietos y


en silencio".

De esta forma, ayudo a la gente a practicar su cambio de atención del


núcleo a la periferia y de regreso, repitiendo el proceso varias veces para
entender bien este punto.

"Es una pulsación muy nas veces ustedes están `afuera' en contacto con el
mundo, algunas veces están adentro, `más en contacto con ustedes mismos"'.

Con frecuencia junto a personas en un gran círculo, tomados de la mano,


y les pido que respiren profundamente por la boca al mismo tiempo que
levantan sus brazos muy alto, estirándose hacia atrás y sintiendo la
respiración dirigiéndose hacia el núcleo. Después, bajando las manos y
doblando el cuerpo hacia el frente, exhalando totalmente, emitiendo el sonido
"¡ah!"

Empezamos despacio y aceleramos hasta que vayamos realmente rápido


"¡ah, ah, ah!" Es una demostración enfática y vigorosa de la pulsación en dos
partes.

En la siguiente etapa, les pido a todos que se pongan de pie: con un pie al
frente y el otro hacia esa dirección, los brazos y manos estirados frente a ellos
a la altura superior del pecho.

"Cuando inhalen, dejen que su peso caiga en su pie de atrás e inclínense


hacia atrás, trayendo sus manos hacia su boca, como si estuvieran tomando
aire con las manos, después, aún inhalando, volteen las palmas de sus manos
hacia abajo y bájenlas hacia la parte frontal de su cuerpo, como si estuvieran
empujando el aire hacia adentro, hasta su vientre", les explico.

"Al exhalar cambien el peso hacia el pie de adelante e inclínense hacia el


frente, dejando que sus manos se alejen de su cuerpo y se estiren frente a
ustedes, como en un gesto de ofrendar, como empujando el aire hacia afuera
otra vez".

También sugiero que la gente cierre los ojos cuando inhalan, para ayudar
a crear la sensación de estar con uno mismo, en su centro o núcleo, y abrirlos
al exhalar, para ayudar al movimiento hacia la periferia.

Al conducir a la gente a través de esta parte del ejercicio, algunas veces


enfatizo la exhalación, haciéndola con fuerza y explosiva, mientras que la
inhalación debe ser suave y lenta, para después revertir este patrón, una
inhalación penetrante y una exhalación lenta, suave.

En la etapa final, les pido a las personas encontrar una pareja y explorar
juntos la pulsación de la respiración, de una forma juguetona y creativa.

"Vean si pueden descubrir su propio movimiento de pulsación, con dos o


tres de sus respiraciones, hacia afuera o hacia adentro, juntos", les sugiero.
"Puede ser cualquier movimiento, sólo encuentren la manera de respirar y
moverse juntos, en armonía".

La gente mece sus brazos de lado a lado, o de arriba hacia abajo,


doblándose de esta forma o de la otra, haciendo círculos y otros movimientos.
Es una forma de percatarse de que la pulsación puede tomar un sinnúmero de
formas-no se restringe a un solo también una forma divertida para que la
gente se conecte al inicio de un taller.

Este ejercicio de parejas puede aumentarse hasta incluir ocho, después


dieciséis y hasta treinta y dos personas, que de forma espontánea, crean
organismos cada vez más grandes y complejos que, sin embargo, pronto
logran descubrir una pulsación común.

Con todos estos ejercicios, tiendo a seguir cierto patrón energético,


iniciando despacio, permitiendo que la gente se familiarice con los
movimientos y la respiración, acelerando después el ritmo, incrementando la
velocidad e intensidad hasta un crescendo. Después dejo que la energía se
relaje otra vez con respiración y movimientos cada vez más lentos y suaves.

En sí misma es una forma de pulsación.

Cuando la gente ha logrado cierta experiencia práctica de la pulsación,


dibujo un simple diagrama que ilustre cómo la energía fluye en el organismo
humano. Este consiste en un gran círculo que representa la periferia y uno
más pequeño en el centro, que representa el núcleo.

Explico el movimiento dinámico entre las dos polaridades, con la


inhalación desde la periferia hasta el núcleo, la exhalación moviéndose desde
el núcleo hacia la periferia. Enfatizo la importancia de entender esta dinámica
básica conforme profundizamos en el proceso de Reich que consiste en
volver a despertar la fuerza de vida.

También menciono sus ideas del orgón como energía que flota
libremente en el espacio e impregna el cuerpo humano.

"No podemos medir el orgón con instrumentos científicos, pero ustedes


pueden experimentarlo durante el taller", les explicó.

"Reich se refirió a él como algo que estaba en todas partes. Si ustedes ven
hacia el cielo azul, en un día soleado y brillante, algunas veces podrán ver
pequeños garabatos en el aire. En un día oscuro y gris no los notarán mucho,
pero en uno claro los verán muy fácilmente.

Este fenómeno, de acuerdo a Reich, es energía que flota libremente.


Cuando éramos niños, si acaso lo menciona, nuestra madre probablemente
diría "son tus ojos querido". Pero Reich no estaba de acuerdo y decía que era
orgón que flotaba libremente, el cual podemos absorber en mayores
cantidades si respiramos más profundamente".

Para aclarar mi posición, explico que no soy una creyente incondicional


de Reich. Mi mayor énfasis está en el efecto de su trabajo, no en sus teorías.
Ya sea que esté bien o no, los ejercicios y procesos desarrollados en base a
sus descubrimientos, trabajan de las mil maravillas. Para mí eso es lo
importante.

Ni soy científica ni teórica. Estoy en el negocio de la resurrección.


Ayudo a la gente que ha estado media muerta a volver a vivir. En este
disfrutable y satisfactorio trabajo estoy en deuda con Reich y sus discípulos,
particularmente con Charles Kelley por mostrarme los pasos prácticos
necesarios para restablecer la vitalidad humana en su estado sano natural.

Cuando exploro las implicaciones de la pulsación, y veo sus efectos en la


gente, me despierta el sentido de maravillarme que yace en mi trabajo. A
un nivel práctico, trabajo con la descarga emocional y la liberación de
sentimientos y con la liberación de energías reprimidas, pero el efecto
llega más profundo de lo que uno se imagina.

Puede transportar a la gente a un lugar interno donde puedan


experimentar un sentido de unificación con el universo. Este
entendimiento no es intelectual, es orgásmico.

Al experimentar el todo de sus propios cuerpos, experimentan el todo de


la vida misma. Al sentir el cuerpo pulsar de manera natural, se sienten en
armonía con la pulsación del cosmos.

Esto trae una gran paz, aceptación y relajación.

Como dicen los místicos, estar en contacto con usted mismo lo pone en
contacto con el "yo" superior, el "yo" de toda la vida. Cuando usted se
adentra en el origen de su propia energía, llega al origen de todo.
Tú NO NECESITAS CONOCER una fórmula para tener un orgasmo. Si
estás en tono con tu propia energía sexual, y si estás dispuesto y listo para
permitir que esta energía se exprese de forma natural, entonces el orgasmo se
da por sí mismo.

Pero, estemos al tanto de esto o no, el proceso de tener un orgasmo sigue


cierta fórmula, que implica la acumulación de energía y excitación
dentro del cuerpo, llegar al clímax y liberar. Todos los músculos y
nervios están involucrados, la sangre corre a los órganos sexuales,
corrientes bioeléctricas chispean y chisporrotean, los rostros se sonrojan,
la piel hormiguea... de una u otra forma. Todo el cuerpo humano se
involucra.

Más aún, esta fórmula tiene implicaciones más allá del disfrute sexual,
porque los mismos principios aplican a la expresión de las emociones.
Entender la fórmula del orgasmo y aplicar sus principios al área de los
sentimientos provee una llave para ayudar a la gente a liberar emociones
bloqueadas, restablecer el flujo de energía en todo el cuerpo y recuperar la
salud emocional.

En otras palabras: la fórmula del orgasmo crea una base sólida para mi
trabajo. Por eso he dedicado este capítulo a explicarlo.

Fue Reich quien primero se atrevió a estudiar el fenómeno del orgasmo,


rompiendo grandes tabúes sociales en su esfuerzo por entender las raíces de
la energía sexual humana, sus efectos en nuestra psique y nuestra habilidad
para conducir vidas felices, gratificantes.

El interés de Reich en el sexo no era tan sólo académico. Era muy


personal. Desde una edad temprana el sexo lo fascinó y habiendo visto a dos
miembros de la servidumbre de su hogar enganchados en el acto sexual,
intentó hacer el amor con la enfermera de su hermano a la edad de cuatro
años. A los once ya estaba haciendo el amor con la cocinera de la familia, y a
los quince visitaba un burdel con regularidad.

El sexo se mantuvo como algo muy importante a lo largo de la vida de


Reich. Necesitaba hacer el amor diario, pero no era un casanova. Más bien,
practicaba lo que yo llamaría "monogamia serial", disfrutando una serie de
intensas relaciones amorosas, una después de la otra, que eran más o menos
monógamas.

El resto de su inmensa vitalidad la vertió en su trabajo. De hecho, se


puede decir que el sexo y el trabajo significaban todo para él, y estuvieron
siempre conectados en su enfoque hacia la vida: "El amor, el trabajo y el
conocimiento son la fuente de nuestras vidas. También deberían gobernarla",
ese es el enunciado con que abre muchos de sus libros.

El interés de Reich en la función del orgasmo surgió de su trabajo como


analista en la clínica de Viena de Freud a principios de 1920. Cuando
examinaba los estilos de vida de pacientes que habían sido exitosamente
curados de neurosis psicológica y los comparaba con aquellos que no lo
habían sido, encontró que los pacientes curados podían disfrutar de una vida
sexual satisfactoria, mientras los otros no podían.

El siguiente paso era obvio: para curar al paciente de una neurosis, la


energía sexual tenía que ser liberada de cualquier inhibición. Pero el acto
sexual, en sí mismo, no garantizaba una cura. No era suficiente para un
hombre o una mujer hacer el amor frecuentemente o tener muchas parejas.

Reich encontró que era la calidad no la cantidad lo que hacía la


diferencia. Era la capacidad de la persona de disfrutar un orgasmo sexual
llamó "potencia que determinaba su habilidad para superar un
comportamiento neurótico. Era la gratificación sexual, no la actividad sexual,
el factor determinante.

Aquí, la divergencia de Reich hacia Freud es significativa porque, como


ya lo mencioné anteriormente, el veía todo en términos de energía y
psicología.

De acuerdo a Reich, el comportamiento neurótico surge de la


incapacidad del individuo de descargar la energía acumulada en el
cuerpo. En otras palabras, la neurosis no es nada más que energía
reprimida buscando una ruta de salida.

La manera natural y más sana de liberar energía, afirmaba Reich, es a través


del orgasmo sexual. Es por medio de esta función esencial que el cuerpo
puede completamente descargar energía acumulada e iniciar el proceso de
acumulación otra vez, así creando un ritmo sano de pulsación, de carga y
descarga.

De hecho, Reich dividió la pulsación del orgasmo en cuatro etapas:


tensión, carga, descarga y relajación.

Kelley cambió un poco el orden, invirtiendo los dos primeros: carga,


tensión, descarga, relajación. propia experiencia me lleva a concordar con
Kelley, pero de cualquier forma la fórmula básica es la misma.

Visto desde esta perspectiva, resulta fácil entender por qué una persona
sexualmente disfuncional se convierte en neurótica: ésta nunca llega a la
cuarta etapa, nunca tiene la oportunidad de relajarse. Le es imposible
descargar totalmente toda su energía, de manera que esta energía se queda en
el cuerpo, manifestándose como tensión, intranquilidad, malestar.

Es la energía no expresada la que literalmente enloquece al individuo.

Fundamentando el revolucionario enfoque de Reich estaba su


descubrimiento, que sostiene que el cuerpo humano acumula más energía de
la que normalmente usa. Reich especulaba que este hábito de acumulación de
reservas de energía se desarrolló durante la evolución del ser humano como
un mecanismo de sobrevivencia, un tanque de reserva de energía debería
estar siempre disponible en caso de que una emergencia requiriera una
intensa actividad física, como huir de un peligro, o luchar contra un enemigo.
En términos de energía, Reich percibía el organismo humano como una
esfera con un núcleo y una periferia. Existe, afirmaba, cierta presión dentro
de la esfera, porque la energía se está acumulando en el núcleo y quiere
expandirse, mientras que la función de la periferia es retener esa energía
adentro.

Al alcanzar cierto nivel de carga, la presión energética es demasiada y se


empieza a mover hacia afuera del núcleo por voluntad propia, empujando
hacia un objeto sexual externo como manera de aliviar la presión y regular el
nivel de energía dentro de la esfera.

Esto no suena muy romántico, pero en términos físico, es la sensación de


presión interna lo que nos empuja a restregarnos con otro cuerpo que esté
similarmente con otro cuerpo y frotarse contra que las dos cargas puedan
darse un clímax mutuamente y encontrar la liberación.

¿Cómo funciona la fórmula del orgasmo en la práctica?

Digamos que estás caminado en la calle, de compras un sábado en la mañana


y te detienes a ver un aparador de tu tienda favorita. Alguien más también
está viendo el aparador y, una vez que te pones otra vez en marcha, ese
alguien te dice "¡hola!"

Volteas y ves a un tipo que conociste dos semanas atrás en la fiesta de


cumpleaños de un amigo. Recuerdas haber pensado en aquella ocasión
"mmh, qué hombre tan interesante", y ahora él está parado frente a ti, y sí,
parece que te está invitando un café en la cafetería de enfrente.

Escuchas respondiendo inmediatamente, "claro, ¿por qué no?" Y ahora


aquí estás, sentado con un café con leche frente a ti, platicando.

Quizá aún no lo has notado, pero tu pulsación de respiración ha cambiado


su ritmo sutilmente. Se ha acelerado un poco. Estás tomando más energía, te
sientes más despierta, más alerta, más interesada en la vida... quizá estás
sentada de manera diferente, un poco más erguida, no echada en la silla.
En otras palabras, te estás moviendo hacia la primera etapa de la fórmula
del orgasmo, como es entendido por Kelley y por mí, con la presión de una
carga de energía ya acumulándose en tu cuerpo.

Existen muchos pasos diferentes que llevan a la práctica de hacer el


amor. Por medio del coqueteo, invitaciones a cenar, a bailar, con
conversaciones íntimas y besos... por medio de todos los rituales comunes
que envuelven una creciente atracción entre dos seres sexuales. También
podemos llamarlo "caricias". Pero lo más importante es que una acumulación
uniforme de excitación y energía continúa en la pareja.

La tensión también se une a la ecuación. Hay una sensación de


aguantarse que podemos experimentar en un nivel psicológico, por ejemplo,
no querer apresurarse hacia el acto sexual, dejar que las cosas tomen su
tiempo, no parecer muy "deseoso", checar al amante.

Al mismo tiempo, no queremos que baje la excitación. Queremos


mantener esa energía y entonces la tensión aparece como un balance entre
esas dos fuerzas contrastantes, un deseo de recompensa y el contener la
excitación.

Si se le permite a la atracción moverse hacia su destino natural, se inicia


el contacto físico y, aun antes del acto un cuerpo contra el otro sin da un
enorme salto en la excitación ya que la pareja entiende "ahora sí, ahora sí va a
suceder".

La penetración del pene en la vagina reúne la energía de manera más


concentrada en el área de nuestros órganos sexuales y lleva la carga a un
nivel más alto. Conforme el acto avanza, se crea una fuerte tensión dinámica
entre la necesidad de la creciente oleada de energía a ser liberada y un deseo
simultáneo de contener, prolongar y hasta incrementar la excitación.

Aunque los instrumentos científicos eran muy rudimentarios en 1920,


Reich hizo lo que pudo para medir la carga de energía en diferentes etapas,
incluyendo la toma de lecturas eléctricas de la superficie de la piel. A su
manera, Reich precedió a Alfred Kinsey y a Masters y Johnson, quienes son
ampliamente acreditados como los pioneros en el estudio científico del
comportamiento sexual humano.

En su libro La función del orgasmo, Reich se adentra en detalle en la


descripción de la fricción de los cuerpos, la creciente carga de energía, la
trasmisión de corrientes bioeléctricas a través del plasma, membranas
mocosas y la musculatura.

Siguiendo la imagen de la esfera, él usa el ejemplo de una vejiga a punto


de reventarse con aire, como manera de ilustrar la extrema tensión que ocurre
inmediatamente antes del orgasmo.

Debo admitir que cuando leí su descripción la encontré muy


decepcionante: ¿una vejiga a punto de reventarse? Personalmente hubiera
preferido que encontrara otra forma de ilustrar el funcionamiento de mis
atesorados orgasmos.

Sin embargo, su punto era claro:

Llega un momento en que el organismo humano es incapaz de contener


la carga sexual por más tiempo. O explota o deberá descargar la energía
acumulada.

En este momento crucial todo control se pierde. Se llega al punto del no


retorno. El acto sexual cambia de un proceso voluntario a uno involuntario.
La energía emana en una liberación orgásmica y todo el organismo se
convulsiona con todo tipo de corrientes bioeléctricas centelleando por el
plasma y la tensión escurriéndose por los músculos.

Reich puso un gran énfasis en la necesidad de la etapa involuntaria del


orgasmo para que la energía sea descargada en su totalidad. Cualquier técnica
o método de hacer necesitará ser abandonada. El organismo deberá tomar el
control y entrar en convulsiones involuntarias si se quiere alcanzar un
orgasmo totalmente satisfactorio.

Estas convulsiones involuntarias son, como ya lo he indicado, un


fenómeno eléctrico. Cualquiera de ustedes que hayan llevado a cabo
experimentos en el taller de biología de la escuela, sabrá que si un electrodo
que contiene una pequeña corriente eléctrica toca la pierna de una rana
muerta, los músculos brincarán, o convulsionarán, provocando que la pierna
patee.

Sucede lo mismo en el cuerpo humano. Nuestros músculos responden a


corrientes bioeléctricas que pasan por ellos. En un orgasmo, el centro del
sexo funciona como un pararrayos, como un electrodo interno, y conforme la
energía se vierte a través de los genitales, la repentina carga de
bioelectricidad provoca que la musculatura entre en convulsiones rítmicas.

Una vez que el orgasmo ha concluido, la pareja involucrada en el acto de


amor entra en un estado de profunda relajación. Toda la energía ha sido
descargada y ya no hay tensión en el cuerpo, esto explica por qué después de
una buena sesión amorosa, mucha gente tiende a quedarse dormida.

En realidad, hay mucha gente que no es capaz de disfrutar y permitir un


orgasmo completo, y las razones para esto son explicadas en el siguiente
capítulo. Lo que deseo enfatizar aquí es el proceso natural de carga y
descarga, porque es este proceso el que da la pauta para la trabajo que llevo a
cabo en mis grupos y sesiones individuales-.

La energía emocional sigue el mismo patrón que la energía sexual. O,


para ser más exacta, debería decir que la energía sigue el mismo patrón, ya
sea expresada sexual o emocionalmente. Una carga puede ser creada en el
cuerpo energético y usada para impulsar una liberación emocional, lo que
puede ser seguido de un profundo sentimiento de relajación y bienestar.

Para ilustrar cómo trabaja esto en la práctica, no puedo hacer nada mejor
que describir mi primera experiencia en una sesión reichiana, en Santa
Mónica, cerca de Los Ángeles, en abril de 1971.

Ya me había interesado en las ideas de Reich y había a asistido en San


Francisco a una plática de Charles Kelley, científico y como ya lo
directamente con Reich en 1950.
Junto con su esposa, Erica, Kelley estaba aplicando y desarrollando uno
de los principios de Reich en el área de salud emocional. Kelley llamó a su
método Educación neorreichiana rádix y ofrecía talleres al público en su
Instituto Radix al sur de California.

Recién graduada de la universidad, con un título en filosofía y ciencias


políticas, me sentí aventurera, y estaba ya intrigada sobre la plática de Kelley,
como para viajar por toda la costa desde San Francisco para participar en un
grupo de fin de semana.

Llegaron como doce personas y lo primero que noté es que yo, a mis 22
años, era la participante más joven. La mayoría era de treinta, cuarenta o
cincuenta años, y muchos estaban en el sector salud y de sanación:
enfermeras, doctores, terapeutas, de un tipo u otro.

La primera mañana, los Kelley nos condujeron a una serie de intensos


ejercicios físicos: respirar, brincar, gritar, resoplar y jadear a través de
notoriamente imposibles posiciones de después aprendí que esta forma de
autoflagelación es llamada bioenergética.

Por la tarde, la atmósfera cambió y Erica nos invitó a participar con ella
en sesiones individuales, mientras el resto del grupo observaba. Después de
que dos o tres ya habían pasado, presentí que era mi turno.

"Laura, ¿te gustaría ser la próxima?" me preguntó Erica, como si hubiera


leído mi mente.

"iOh, no!", respiré en silencio, mi estómago contrayéndose con


nerviosismo y excitación.

"Bueno, sí", dije, quitándome la ropa para quedar en el traje de baño de


dos piezas con el que me sentía muy gorda.

Me recosté. Mi espalda sobre un tapete acolchonado, viendo los ojos


cafés de Erica, y después a mi grupo de compañeros que estaban sentados en
círculo, observándome con expectación y algo de compasión.
"Bien, ahora dobla tus rodillas, para que tus plantas de los pies se posen
bien sobre el tapete, y cierra los ojos", dijo Erica amablemente, sentada a mi
lado.

"Abre la boca y respira profundo hasta tu vientre", continuó, posando ahí


su mano, hacia donde mi respiración debería dirigirse.

Inhalé profundamente hasta mi vientre, después expulsé todo el aire de


mi pecho.

Adentro... afuera... más profundo adentro... más profundo afuera...


continuamente por diez minutos, aproximadamente.

Aunque no lo sabía en ese momento, estaba siendo guiada hacia una


acumulación de carga de energía, elevando/aumentando el potencial para una
descarga.

Energía. ¿Qué subyace realmente en esa palabra? Estaba por descubrirlo.

"Sí, Laura, bien", me animaba Érica, presionando su mano firmemente


sobre mi pecho conforme yo exhalaba.

"Ahora, mientras exhalas, haz el sonido `ohh...' y adentro, `ohh...' y


adentro".

Empecé a sentir una sensación de cosquilleo en mis manos y alrededor de


la boca, que empezaba a contraerse como formando una 0 apretada,
involuntariamente, mientras la garganta se apretaba con algo que parecía
forzar su salida hacia arriba desde el área de mi corazón.

De algún modo Erica sabía lo que estaba sucediendo. Empezó a masajear


mi garganta, quijada y hombros vigorosamente, mientras me sugería que
permitiera que mi cuerpo se moviera en cualquier forma que quisiera...

A la vez, mi cuerpo empezó a hacer movimientos ondulatorios, en


apariencia tomando vida propia.
De pronto, una voz muy escondida en mi mente con urgencia susurró
"¡querida, estás a punto de perder la compostura... y enfrente de toda esta
gente!"

Ignoré la voz y seguí respirando.

Cada respiración me llevaba más profundamente hacia un ritmo de


movimientos pulsantes y sonidos que parecían llegar aún más profundo,
dándome la sensación de que era conducida por una marejada, o por un río...
un río que luchaba con fuerza por alcanzar un crescendo de sentimientos... y
de pronto exploté en un gran llanto, sollozando como si mi corazón se
pudiera resquebrajar. Mi perpleja mente trataba de encontrar una razón del
porqué estaba yo llorando, pero no había ninguna.

Mi cuerpo se convulsionaba mientras mis músculos empezaban a liberar


lo que se sentía como toda una vida de dolor, sufrimiento y anhelo.
Lentamente empecé a entender el sentimiento de nunca haber recibido tanto
amor como el que necesitaba o quería, especialmente de los hombres:
primero de mi padre, después de varios novios en mi vida.

De pronto, los recuerdos llenaron mi mente: siempre que en mi vida


quise más, quedaba con una sensación de un deseo no satisfecho y de anhelo.
Desde que recuerdo, tuve miedo de pedirle algo a los hombres: más calor,
más intimidad y cercanía. Y sí, más sexo.

Una vez más, la intuición de Erica me sorprendió mientras me guiaba:


"Levanta tus manos y brazos y repite: `quiero... quiero..."'

Me aferré a estas palabras como un náufrago, gritándolas en una voz que


difícilmente reconocía.

Las manos de Erica me tocaban en forma precisa para apoyarme en lo


que estaba sucediendo, y su suave voz me animaba diciendo: "Sí, suéltalo
todo... sí".

Gradualmente, el torrente de emociones cedió. Fue substituido por una


sensación de expansión tan vasta que mis brazos se sentían como si pudieran
abrazar el firmamento, una sensación de que había recibido todo lo que
necesitaba. Mi respiración volvió a la normalidad, aunque me sentía más libre
y relajada.

Mi cuerpo vibrando con una nueva existencia que parecía emanar desde
mi vientre.

Después de unos minutos Erica me invitó a abrir los ojos y ver a los otros
alrededor del círculo.

Fui bienvenida con amplias sonrisas y ojos relucientes que me decían que
esta gente había estado conmigo durante todo el proceso. Mientras sus manos
suavemente tocaban mi cuerpo, una dulce risa se formó en mí y en los otros
miembros del grupo, ayudando a relajarme aún más.

Mirando en retrospectiva, creo que lo que más me impresionó de esa


primera sesión fue lo profundo de la relajación que sentí después de la
descarga emocional. Eso era algo completamente nuevo. Nunca antes había
sentido nada igual.

Fue una experiencia personal directa de los principios básicos de Reich:


En el ciclo de cuatro tiempos de la fórmula del orgasmo, no podrás realmente
sentir la relajación a menos que puedas descargar completamente el exceso
de energía de tu cuerpo cuerpo es usado como un término colectivo, que se
refiere a dos cuerpos profundamente interrelacionados: el físico y el
energético.

Una descarga total requiere, a la vez, de un esfuerzo deliberado por


acumular la carga, respirar en la manera en que lo expliqué, lo que puede dar
lugar a una explosión emocional y una catarsis.

Estaba tan impresionada por el poder y efecto transformador del trabajo


de Kelley, que me mudé a Santa Mónica y me entrené con ellos por un
período de dos años para convertirme en una terapeuta reichiana. Para ser
exacta, debería usar el término "neorreichiana" porque así es como Kelley se
diferencia de los más ortodoxos y tradicionales seguidores de Reich.
A través de mi terapia neorreichiana y trabajando posteriormente con ella
como terapeuta, probé y entendí cómo este método se relaciona
directamente con la energía sexual.

Mueve algo interno que puede ser llamado placentero, que puede ser
llamado orgásmico. Es una sensación de llenarse de energía, moviéndola
y descargándola, y la relajación que llega cuando uno deja de contenerla
es realmente muy placentera y uno puede sentir la calidad de la
sexualidad en ella.

No es que uno se sienta genitalmente excitado por el trabajo de


liberación emocional. Es más una sensación de sentirse vivo
orgásmicamente, sintiendo un flujo de sensaciones placenteras a través
de todo el cuerpo.

Sin embargo, también hubo una recompensa en el espacio de mi sexualidad.


Durante mis primeros seis meses de intenso trabajo con los Kelley, me di
cuenta que aumentaba la profundidad de mi experiencia sexual con mi
amante: había más energía sexual disponible, estaba menos distraída
pensando en más hacer-y mis orgasmos eran más fuertes y más satisfactorios.

Convertirme en una terapeuta neorreichiana me abrió muchas puertas en


términos de profundizar mi comprensión sobre este tipo de trabajo, y vale la
pena tomarse un momento para describir como sucedió esto.

Aproximadamente un año después de que mi entrenamiento hubiera


terminado, tuve la fortuna suficiente de convertirme en una terapeuta
residente en el Instituto Esalen, en Big Sur, California, que a principios de los
años setenta era una fuente generadora de terapia innovadora, un cruce de
caminos y punto de encuentro para casi todo el mundo involu crado en
desarrollar nuevos métodos de crecimiento personal y autoexploración.

Fritz Peris había vivido ahí durante sus últimos años, desarrollando la
terapia Gestalt, y terapeutas como Dick Price, Will Schutz, Joan Halifax, Stan
Grof, Bernard Gunther, Gabrielle Roth, Ida Rolf, y muchos otros eran
residentes o pasaban por ahí en esa época.
Esalen también tenía una dimensión espiritual. Alan Watts, el hombre
que hizo mucho por introducir filosofías orientales en el pensamiento
occidental un visitante frecuente. Aldous Huxley, quien escribió sobre el
aspecto espiritual de drogas alucinógenas en su libro Las puertas de la
percepción había visitado Esalen varias veces y en su honor el salón principal
del instituto lleva su nombre.

Cuando llegué a Esalen, la India estaba de moda entre toda una


generación de jóvenes americanos, y viajeros que regresaban al instituto
desde el este y que daban pláticas sobre el sistema de chakras, cursos de yoga
y muchos tipos de meditación.

En conjunto, era un impetuoso coctel de psicoterapia occidental y


espiritualidad oriental. Y viviendo y trabajando en el campus me lo bebí con
deleite.

Por esta época, escuché de una técnica poco común de meditación


caótica desarrollada por un místico hindú llamado Bhagwan Shree Rajneesh,
y no pasó mucho tiempo para que yo tuviera la oportunidad de probarla.

Los Kelley habían organizado un tour europeo para mí, conduciendo


talleres en diferentes ciudades, y en Londres conocí a un grupo de discípulos
de Rajneesh y me les uní en una experiencia de una hora de su técnica
caótica, conocida como meditación dinámica.

Hasta entonces, veía la meditación como un proceso silencioso, en calma


y relativamente inactivo. Uno simplemente se sentaba con las piernas
cruzadas, los ojos cerrados, en una postura como de Buda, y trataba de
tranquilizar la mente con pensamientos de compasión y paz, o si no, cantaba
mantras secretos o canalizaba la energía a través de la espina dorsal.

La meditación dinámica era una experiencia totalmente diferente y


realmente le hacía honor a su nombre. Con duración de sesenta minutos,
contaba con cinco etapas, empezando con diez minutos de respiración fuerte,
por la nariz, la boca cerrada, enfatizando la exhalación.

En esta etapa inicial, todo el cuerpo participa, con los brazos agitándose a
los lados, un poco como las agarraderas de un fuelle antiguo, ayudando a
bombear aire hacia adentro y hacia afuera de los pulmones.

Respirar a través de la nariz, empujando el aire fuertemente en la opuesto


a nuestro patrón de respiración un efecto peculiar en mí. Fue muy energético,
pero al mismo tiempo despertó una creciente sensación de frustración,
impaciencia y enojo.

Una música de tambores caóticos nos estimulaba y para cuando llegó la


segunda etapa, anunciada por un gong estruendoso, yo estaba más que lista
para los diez minutos de catarsis y liberación emocional que estaban por
suceder. Estaba lista para abrirme, y me desgañité, junto con todos los demás.

La tercera etapa, otra vez diez minutos, fue extremadamente vigorosa.


Brincamos con los brazos levantados sobre nuestras cabezas, cayendo sobre
las plantas de los pies, gritando el mantra "¡ju!, ¡ju!, ¡ju!"

Esto, se nos explicó con anticipación, actuaba como un martillo


combinado en el centro sexual: los saltos repetitivos enviaban impulsos que
corrían por las piernas hacia el área genital, mientras el "ju" hacía lo mismo
con el sonido desde dentro. Aparentemente, la intención era despertar fuentes
dormidas de energía sexual y distribuirlas a través del cuerpo.

Después de tres etapas y treinta minutos de actividad extenuante,


acompañada de música estruendosa, una voz en la cinta de audio
repentinamente anunció "¡alto!" y nos inmovilizamos en cualquier posición
en que nos encontráramos, sin mover un músculo.

Aquí, se nos dio la instrucción de simplemente "observar" o percibir, con


los ojos cerrados, todo lo que estaba sucediendo: el golpeteo de la sangre en
los oídos, el jadeo de nuestra mente desacelerando mientras nos reponíamos
del sudor escurriendo por nuestros cuerpos, los pensamientos acelerando en
nuestras mentes.

Esta etapa en silencio duró quince minutos.

La última etapa, también quince minutos, fue para baile y celebración.


Como ya lo habrán podido adivinar, lo que me impactó de esta técnica de
meditación dinámica fue que contenía los mismos ingredientes esenciales de
la fórmula del orgasmo de Reich, empezando con una acumulación vigorosa
de carga de energía en el cuerpo, seguida de una descarga y relajación.

No estaba muy segura del aspecto de la medi estaba muy "tierna" en


cuanto a comprender toda la dimensión oriental de la experiencia me gustaba
el efecto de nueva fuerza y vigor que la Dinámica en mi provocaba, y
también la sensación de relajación y bienestar que le seguían.

Así empezó mi gusto por los métodos de enseñanza de Rajneesh, quien


después se dio a conocer como Osho. Y, aunque yo no lo sabía, éste también
fue el principio de una fusión paulatina de mi trabajo reichiano con la ruta del
tantra.

Para este momento, habiéndome acompañado a través de la descripción


de una poderosa sesión neorreichiana con Erica Kelley y una hora agotadora
de Dinámica, bien se podrían preguntar:

¿Cuál es la necesidad de tanto esfuerzo? ¿Para qué tanto resoplido y


jadeo, la respiración, el estrés, las inundaciones emocionales de lágrimas y
enojo? ¿De verdad tenemos que pasar por todo esto para sentirnos felices,
vivos, sensuales, orgásmicos y relajados?

Me temo que la respuesta corta es "sí". Las razones serán aclaradas en el


siguiente capítulo.
CUANDO NIÑA, FUI MUY EXPRESIVA, como la mayoría de la niñas que
crecen en las tan llamadas familias "normales", amaba a mi papá. En esos
primeros, años formativos, mi papá era el hombre más importante de mi vida.

Algunas veces quería que me abrazara o alcanzarlo o tocarlo... el simple


anhelo de un niño por el afecto, la cercanía y las palabras alentadoras que
sólo un padre puede dar. Pero la mayoría de las veces todo el me mantenía a
cierta distancia, lo que yo sentía como un rechazo.

No sé por qué lo hacía. Sé que me quería y que trataba de ser un buen


padre, pero quizá se preocupaba de que mi madre y hermanas se sintieran
celosas. Quizá temiera a sus propias emociones, se cohibiera al mostrar
afecto, preguntándose lo que otra gente pensaría de él. Quizá temía comenzar
a sentirse sexual al jugar al caballito conmigo.

Es difícil saber qué pasaba por su mente en esos momentos, pero después
de esa primera sesión con Erica Kelley, mientras más me metía en la terapia y
exploraba las partes escondidas de mi psicología, empecé a sentir muchos
momentos de dolor, decepción y rechazo de mi padre, y mi anhelo de estar
cerca a él.

También recuerdo ciertos momentos cuando me protegía a mí misma


contra esos sentimientos para no sentir el dolor, para no mostrarlo. Encontré
una forma de manejarlo para ahorrarme el sufrimiento.

Físicamente esto se manifiesta como un nudo en mi garganta, como si me


tragara mi propia voz, y a la vez conteniéndome a mí misma, apretando
grupos musculares, especialmente alrededor del diafragma y plexo solar. De
esta forma todo se tornaba más controlado y manejable, como si pudiera
empaquetar la expresión de mis sentimientos de tal modo que fuera aceptable
para mí y para mis padres.
Claro, en esa época no tenía idea de lo que estaba haciendo. No sabía que
ciertos grupos de músculos pueden ser usados para reprimir sentimientos no
deseados. Simplemente hice lo que mejor pude hacer para protegerme y
como resultado me volví menos expresiva, menos espontánea, menos viva.

Ese es el precio que todos pagamos por protegernos. Cuando nuestros


músculos habitualmente se aprietan y contraen, nuestra energía se
empobrece porque no puede fluir libremente a través del cuerpo y se
crean patrones de por vida o disminuye nuestra vitalidad.

En mi caso, por ejemplo, mi hábito de defensa se reflejaba en mis relaciones


con hombres ya siendo adulto. Era difícil para mí ser espontáneamente expre
siva, responder libre y emocionalmente, mostrar afecto o pedirlo. Tanto mi
mente como mi cuerpo habían sido entrenados para evitarlo.

Fue Reich quien descubrió primero la relación entre el control emocional


y los músculos tensos, mientras trabajaba en la clínica de Freud en Viena, y
después más tarde en su propia clínica, que abría al público donde quiera que
fuera.

Observó que muchos de sus pacientes padecían cierto entumecimiento o


rigidez en la forma en la que se presentaban físicamente. Observó sus
costumbres: la forma en que no lo veían directamente mientras hablaban, el
tono muy bajo en que hablaban o como si no respiraran mucho o encorvaran
los hombros o cruzaran los brazos muy fuerte sobre su pecho.

Gradualmente entendió que la gente con neurosis contrae sus cuerpos de


distintas maneras, así que empezó a experimentar. Mientras hablaban,
recostados en su diván, les tocaba el vientre y lo encontraba duro, con
tensión, y los alentaba: "Ahora respire más profundamente aquí, en su
vientre".

Naturalmente, encontraba resistencia en sus pacientes, porque la gente


crea tensión en sus cuerpos para dejar de sentir. Cuando empezaron a respirar
también empezaron a sentirse mal, a incomodarse, enojándose con Reich por
alentarlos a hacer esto.

Pero, en vez de tratar de detener las emociones, o redirigirlas, más las


provocaba, incitando a que esta energía expresiva se expandiera, solicitándole
al paciente que reportara cualquier rigidez física, cualquier emoción que
estuviera surgiendo.

Le pedía a la gente que observara lo que les sucedía: no podían decir las
cosas que querían decir, su garganta se cerraba y su respiración se detenía,
quizá para impedir que palabras prohibidas fueran emitidas. Y cuando salían,
cuando explotaban, hacía que el paciente golpeara el diván, o se moviera, o
gritara para que la energía pudiera ser liberada.

Después de la descarga, observó que la respiración se volvía más relajada


y natural, la tensión en ciertos grupos de músculos también se había relajado,
y esa energía parecía fluir más fácilmente a través del cuerpo, especialmente
en el área donde anteriormente había estado oprimida.

Esta fue parte de la revolución de Reich: desarrolló un método


terapéutico de "Manos a la obra" para trabajar con el cuerpo, la respiración, la
emoción y el problema psicológico al mismo tiempo.

Esto discrepaba mucho del estilo ecuánime, analítico de su mentor


Sigmund Freud.

Tan sólo imaginen: su terapeuta ya no está sentado detrás del diván,


donde ustedes no lo pueden ver, haciendo preguntas sin comprometerse y
tomando notas de todo lo que ustedes están diciendo. En lugar de eso, él está
ahí, en sus caras. Picándoles el cuerpo, haciéndolos respirar profundamente,
masajeando los músculos tensos, alistándolos para explotar con emociones.

Esta era una forma de terapia que Freud jamás hubiera imaginado. No
obstante, para Reich era una parte esencial de la curación de la neurosis y el
restablecimiento de la salud psicológica. Para él no era posible cambiar el
proceso del pensamiento a un nivel profundo sin cambiar también al cuerpo.

De esta manera Reich fue el primer hombre en llevar la psicología más


allá de la mente y hacia adentro del cuerpo.

Uno de sus descubrimientos principales fue que los grupos de músculos


trabajan juntos, coadyuvando en la expresión de energía. Por ejemplo, sacar
la lengua es una expresión de enojo que involucra a los músculos de la boca
así como de la parte superior de la garganta. Encogerse con temor conlleva al
colapso del pecho, llevando los hombres hacia adelante y hacia adentro para
proteger esa zona. Una conmoción repentina provoca que los ojos se
agranden y que los músculos a su alrededor se estiren y contraigan.

Reich encontró que hay siete segmentos, o grupos de músculos, que


envuelven al cuerpo en anillos, como los anillos de un gusano. De hecho,
especulaba que estos segmentos eran un vestigio evolutivo de nuestros
ancestros gusanos.

Será de mucha utilidad describir los siete segmentos, empezando por la


parte superior del cuerpo y hacia abajo secuencia¡ mente.

SEGMENTO OCULAR: Localizado en la parte superior de la cabeza.


Incluye los ojos, los músculos dentro y alrededor de las órbitas, la
frente, la parte superior de la cabeza, los lados de la cabeza, y los
músculos debajo de la cresta del cuero cabelludo donde el cráneo se
encuentra con el cuello.

2. SEGMENTO ORAL: Incluye toda el área de la boca: labios, lengua,


mandíbula y grupo de músculos que unen a la mandíbula con la nuca.

3. SEGMENTO CERVICAL: Todos los músculos del cuello y garganta.


Este es un segmento muy importante en la terapia reichiana por la
cantidad de energía que fluye por él. Hay músculos en la parte frontal
de la garganta conectados al llanto, la tristeza, el sufrimiento;
músculos a los lados conectados con la expresión o represión del
enojo; músculos en la nuca relacionados con el miedo.

4. SEGMENTO TORÁCICO: El segmento del pecho incluye la caja


torácica y sigue las costillas alrededor de la parte posterior del cuerpo
donde se conectan con la espina dorsal. También incluye todos los
músculos de los hombros, brazos y manos. Obviamente, este
segmento está profundamente vinculado con nuestra respiración, y
los sentimientos del corazón.

5. SEGMENTO DEL DIAFRAGMA: Comprende todos los músculos del


diafragma que se ubica por debajo de los pulmones. Es un grupo de
músculos en forma de sombrilla que se cuelgan en la cavidad
abdominal con la inhalación y se elevan para ayudar a los pulmones
a vaciarse en la exhalación. Este segmento está también muy
conectado con la respiración y el control emocional.

6. SEGMENTO ABDOMINAL: Comprende todos los músculos del


abdomen y la espalda baja. También incluye nuestras origen de
muchos sentimientos profundos.

7. SEGMENTO PÉLVICO: El último segmento abarca todos los


músculos del piso de la pelvis y está conectado a los genitales, ano,
nalgas, piernas y pies. Esta también es nuestra conexión entre el
cuerpo y la tierra.

Como ya lo dije anteriormente, estos siete segmentos de músculos envuelven


al cuerpo como anillos, creando un efecto de conducto que ayuda a encauzar
energía a través del organismo, en un aspecto similar al de un gusano en
movimiento.

Tal como una ola de movimiento se trasmite a través de los segmentos de


un gusano para impulsarlo hacia adelante por la tierra.

Un segmento, o anillo muscular, actúa como un músculo esfínter único,


como el que se localiza en la apertura del ano, o como cualquier otro músculo
esfínter dentro del aparato digestivo. Estos se abren y cierran para permitir el
paso de alimentos o desechos a la hora que sean requeridos.

La la emocionales empujada por todo el cuerpo, por la pulsación de los


siete segmentos musculares, así que lo que se siente en una zona se convierte
en una expresión unificada de todo el organismo.

En el cuerpo de un niño, donde aún no se forman patrones crónicos de


defensa, las expresiones unificadas suceden natural y fácilmente.

Digamos que un niño se enoja. El sentimiento puede originarse en sus


entrañas, y es después pasado por la pulsación del segmento muscular del
pecho a la garganta, donde encuentra su expresión vocal y surge de su boca
como un grito o llanto de rabia. También podría estar manoteando, pateando,
haciendo todo un berrinche que involucra a todo el cuerpo.

Todos los segmentos musculares del cuerpo del niño están cooperando
con el berrinche, ayudando a que la energía se mueva, dándole expresión,
permitiendo su liberación.

Sin embargo, si algo es que el niño escucha "cállate" de parte de un padre


inmediatamente la garganta, la cual estaba haciendo ruidos, se cierra. El
grupo muscular en este segmento se tensa y entra en una especie de parálisis,
que impide la expresión vocal.

Probablemente, también la respiración sea cortada o drásticamente


reducida, para impedir que el pecho palpitante envíe más energía hacia la
garganta, y se crea tensión en el diafragma y otros músculos que regulan la
respiración del niño.

Para un terapeuta reichiano, lo más importante a entender es que la


energía que ahora está siendo retenida no simplemente se evapora. Se
puede descargar como un tipo de emoción diferente, por ejemplo,
lágrimas, las cuales pueden ser más aceptables para los padres. Pero la
carga principal de energía se queda en los músculos, atrapada como
tensión, y esta tensión se endurecerá y se convertirá crónica, parte de la
musculatura, si sucede de forma reiterada.

Por eso, cuando toco el estómago de un paciente o el diafragma o el pecho,


puedo sentir-como lo hizo Reich antes que algunos músculos parecieran estar
hechos de acero. Se han endurecido como el acero, como para proteger al
individuo contra su entorno.

Reich llamó a este endurecimiento de los músculos "armadura".


Esencialmente es tensión almacenada, energía bloqueada, emociones
reprimidas.

No toda la tensión en el cuerpo es armadura. Alguna está relacionada


únicamente a una mala postura en el trabajo: sentados todo el día detrás
de un escritorio, frente a una computadora, doblándonos hacia el frente y
encorvando los hombros. Esto creará tensión en el cuello, hombros,
espalda y parte superior del torso. Pero también cargamos mucha tensión
que es emocional y que puede ser rastreada hasta traumas de la infancia.
Esta es la "armadura" que cargamos.

Me gusta el término porque ilustra gráficamente el estado en que se encuentra


la mayoría de la gente cuando se acerca a mí, como antiguos caballeros de
cuentos medievales que se han puesto una armadura para la batalla que ahora
no se pueden quitar.

Desafortunadamente, el problema es más complicado. Con un buen juego


de llaves inglesas, pericos y seguetas, se puede quitar la armadura de un
cuerpo y el ser humano dentro de ella ser liberado de su prisión.

La armadura es interna, está dentro de los músculos y se ha vuelto parte


de todo nuestro sistema de energía y sus patrones convencionales.

Más aún, los músculos no están muertos como laminados. Aún están
vivos. Los segmentos todavía hacen su función de pasar energía, pero el flujo
ha sido reducido drásticamente. Los impulsos para expresar emoción siguen
presentes, pero la tensión que los contiene es generalmente más fuerte.

Esto me lleva a un punto importante: los siete segmentos no solamente


bloquean el flujo de energía. En ciertas circunstancias, activamente empujan
hacia la dirección opuesta. Este movimiento contrario es llamado
"contrapulsación".

Para ver cómo funciona esto, regresemos un poco a la imagen de un


conducto anillado. Imagínense que la energía en el conducto crece y busca
una liberación expresiva. Podrían ser lágrimas, podría ser enojo podría ser
una expresión de en cualquier caso, está creciendo y moviéndose.

En un organismo que funciona naturalmente, los siete segmentos apoyan


este flujo de energía y coadyuvan a su expresión y liberación.

No obstante, en un cuerpo "blindado", en donde la energía surge hacia


arriba y hacia afuera, encontrará un muro de tensión. Quizá, como en mi
propio caso, el deseo por alcanzar el amor se detuvo en la infancia y ahora el
diafragma y músculos del pecho ya están entrenados para retenerlo.

Al menos uno de los anillos de músculos alrededor del conducto interno,


el cual debería estar presionando rítmicamente para ayudar a la expresión,
ahora irá empujando en sentido contrario, tratando de contener la energía.

Esto es la contrapulsación. Es una pulsación de una parte que se mueve


contra la pulsación de todo el organismo. No es de sorprenderse que altere el
armonioso flujo de energía a través del cuerpo, creando un efecto de
fragmentación en vez de ayudar a unificar la expresión.

A un nivel biológico y energético, la contrapulsación refleja una


personalidad humana que está dividida contra sí misma, un tipo de separación
esquizofrénica entre un impulso natural para expresar y una respuesta
aprendida para bloquearlo.

Como resultado, los anillos en la parte superior del cuerpo podrían estar
expresando un tipo de sentimiento, mientras los segmentos inferiores
dicen algo completamente opuesto. A un nivel de personalidad o
pensamiento, experimentamos un mensaje confuso: "Quiero esto, pero
por otro lado, temo a las consecuencias", "esto se siente realmente bien,
pero no debería estar haciéndolo".
Estos mensajes ambiguos crean una doble desventaja en nuestro flujo de
energía y fácilmente nos podemos sentir atrapados entre impulsos
opuestos, incapaces de mover o expresar nada en su totalidad.

A primera vista, pareciera que la contrapulsación es negativa porque trabaja


contra el flujo natural de energía. Sin embargo, para el terapeuta, es
importante recordar que la contrapulsación es también una expresión de
nuestra vitalidad. Tiene una intensión positiva. Originalmente surgió de
nuestra inteligencia instintiva, como niños, para protegernos de la mejor
forma posible de situaciones críticas, por ejemplo, dejar de llorar cuando nos
amenazaban con un castigo corporal.

Es energía vital que se ha tornado contra sí misma.

Esta "decisión" de contener la emoción y energía, surge de nuestra


capacidad de juzgar qué tipo de comportamiento es aceptable y cuál no.
Se aprende a través de la experiencia en la infancia y juventud, se
convierte en habitual y, con el paso del tiempo, tan automática que ni
siquiera sabemos que lo estamos haciendo.

Explica por qué los seres humanos tienen armadura y los animales no.
Los animales no juzgan de esta manera. Ellos no contienen su energía o
sentimientos. Energéticamente viven vidas simples, sencillas, como por
ejemplo, el instinto más básico de "luchar o huir". Son únicamente los
seres humanos quienes, atrapados en la red compleja de decidir qué tipo
de expresiones son socialmente aceptables, gradualmente desarrollan un
sistema de defensa acorazado.

Existen dos procesos asociados pero característicos en un cuerpo acorazado.

Primero, en una base cotidiana, la coraza disminuye el flujo de energía y


éste es casi un fenómeno universal en la sociedad moderna. Todos somos más
o menos de la misma condición.

Usted podrá estar funcionando, digamos, en un veinte por ciento de su


capacidad, pero, ya que usted trabaja o desempeña sus funciones de vida
diarias, usted no se entera de este efecto de incapacidad crónica.

Esto es "normal". Así ha sido siempre, al menos en la edad adulta.

Segundo, la armadura podría, en cualquier momento, cambiar de


posición y crear una contrapulsación. Por ejemplo, hoy, en el trabajo, su
supervisor se comporta de manera odiosa y repentinamente usted siente un
enojo que le quema el plexo solar y un impulso de gritar "¡no estés
chingando!"

Sin embargo, su mente inteligente y discriminadora, inmediatamente le


informa sobre las consecuencias de seguir ese impulso: lo más probable es
que usted sea despedido y en este momento esa no es una buena opción. Sus
tarjetas de crédito están al tope, debe la renta, el cumpleaños de su pareja es
en sólo dos días y usted necesita cada centavo que se gane.

Conforme la energía ascendente del enojo empuja hacia el diafragma y


dentro de su pecho, buscando desahogo, su situación financiera es salvada
por su segmento cervical, los músculos en su garganta se tensan como prensa
alrededor de sus cuerdas vocales, estrangulando el improperio que usted está
a punto de emitir.

La energía es repelida hacia el conducto. Su empleo ha sido salvado.


Pero usted paga un precio muy alto: su fuerza vital ha sido una vez más
sofocada.

Quizá debiera mencionar aquí que, de acuerdo a Charles Kelley, la


armadura no siempre es un fenómeno negativo. Él afirma que la armadura
puede ser usada creativamente para lograr metas a largo plazo.

Cuando estoy trabajando con un paciente, con frecuencia veo la


contrapulsación en acción: cómo una ola expresiva de energía se empieza a
mover desde los segmentos inferiores, choca contra un muro acorazado, se le
impide continuar su marcha ascendente y se torna contra sí misma.
► Existen ejercicios especiales que realizo al entrenar con gente, que
pueden ayudarlos a observar cómo ocurre la contrapulsación.

Le pido a la gente que trabaje en parejas. Uno de ellos juega el


rol del paciente, recostado sobre un tapete, las rodillas levantadas y
las plantas de los pies sobre el piso, en la posición básica de
respiración. El otro asume el rol del terapeuta observante, sentado al
lado del tapete.

Invito a la persona que está recostada a que empiece una


pulsación de respiración suave, profunda, llenando los pulmones,
expandiendo el pecho, inhalando hasta el vientre y después
exhalando completamente.

Después de un rato, incorporen un movimiento corporal con el


mismo ritmo de la respiración.

Mientras respiran, la espalda se arquea y la pelvis se retrae,


presionando el coxis contra el tapete. Este movimiento de la pelvis
crea el espacio para la energía, montándose en la inhalación para
llegar al vientre.

Cuando exhalan, la pelvis se impulsa hacia el frente y hacia


arriba, en un tipo de embestida sexual, y el coxis se separa del tapete.
Conforme la pelvis empuja hacia el frente, también empuja la ola de
energía y la respiración a través del cuerpo, para salir por la boca.

Esta combinación básica de respiración y movimiento, a la que


llamo Pulsación Suave, ayuda a crear una ola de energía que empieza
a fluir a través del cuerpo.

En un cuerpo que permite este flujo pulsante, la ola continúa y se


vuelve más fuerte conforme la respiración y movimiento se
intensifican.

Pero en un cuerpo acorazado, lo que observamos es que,


mientras se crea una carga de energía, algunos grupos musculares
empiezan a tensarse, instintivamente haciendo su trabajo de contener
tal carga.

Por ejemplo, mientras la pelvis se columpia hacia el frente y la


energía recorre el cuerpo, podemos observar que el diafragma se
empieza a tensar para impedir que la energía sea expulsada por la
boca.

Mientras la carga de energía se intensifica, los músculos en el


diafragma responden tensándose más y más, y pronto usted podrá ver
la contrapulsación en pleno funcionamiento, moviéndose en contra
de la dirección y flujo naturales. El diafragma está tratando de
empujar la ola de regreso al vientre.

Es como ver ondulaciones, olas sobre la superficie de un lago en


calma. Usted lanza una piedra y las olas se extienden por el lago.
Lance otra, a cierta distancia, y las nuevas olas también se extienden.
En cierto punto los dos grupos de olas se encuentran, chocan y
lanzan una contraola en la dirección opuesta.

Parte de la ola continúa en su dirección original y es lo mismo


con el organismo humano. Por ejemplo, el diafragma puede permitir
que pase algo de energía y para asegurar que el bloqueo suceda y se
corte la expresión, la garganta también se tensará. Con frecuencia, el
diafragma y la garganta trabajan juntos en sus patrones de
contención, como en equipo.

Algunas veces para el terapeuta, esto asemeja a sostener una


serpiente por la mitad: los dos extremos, la cabeza y la cola,
retorciéndose, pero el lugar donde la serpiente está sostenida,
inmóvil. De igual manera, en el organismo humano, usted puede ver
la energía moverse por debajo y por sobre el bloque de la armadura,
pero en el bloque mismo todo está inmóvil, como sostenido por una
mano invisible.

He hecho mención de la armadura en el diafragma y en la


garganta, ya que éstos son segmentos decisivos en el control de la
expresión, pero no son los únicos lugares donde la contrapulsación
acontece. Puede suceder en cualquier parte, en cualquiera de los
segmentos.

Algunas veces, en este ejercicio, la pelvis misma empieza a ir en


sentido inverso, moviéndose contra la pulsación natural. Sin saberlo,
el pareja que está invertido la acción de balanceo: ahora, la pelvis
empuja hacia adelante en la inhalación y hacia atrás en la exhalación.
Esta es una evidente contrapulsación en el segmento pélvico, que
inconscientemente dice "no" a la energía y su expresión.

Este ejercicio le ayuda a los entrenados a identificar la contrapulsación, para


que la puedan ver en acción y entender el principio antes de lanzarse al
proceso de remoción de las capas de armadura. Y es una buena forma de
descubrir dónde se encuentra la armadura principal. Cómo el cuerpo contiene
y bloquea la energía.

Sin embargo, como en la mayoría de las disciplinas, existe una diferencia


substancial entre teoría y práctica, y no quiero dar la impresión de que
trabajar con la pulsación de respiración, la fórmula del orgasmo y los siete
segmentos acorazados sea una ciencia exacta.

La terapia reichiana no es tan obvia ni tan sencilla como esos conceptos


la hacen ver. Es más como un arte. Cuando estoy trabajando con un paciente,
uso los principios básicos que he absorbido en mi entrenamiento y
experiencias de trabajo, pero a la vez también trabajo espontánea e
intuitivamente.

Un paciente puede tener diferentes pulsaciones y contrapulsaciones


moviéndose en su cuerpo que yo vea diferentes rupturas en la energía al
mismo de ahí es cuestión de saber por dónde empezar, cómo resolver el
misterio, disolver la tensión, unificar la energía, sanar el organismo.

Es un asunto individual, no una ecuación matemática. Existen similitudes


que trascienden todos los antecedentes nacionales, culturales, étnicos y
religiosos, pero cada persona es única. Cada organismo humano cuenta con
una configuración diferente de armadura, cada paciente cuenta con una
psicología diferente, una historia diferente.

Por lo pronto, espero que sea claro por qué afirmé al final del capítulo
anterior que se necesitaría cierta cantidad de intenso esfuerzo, para
restablecer el organismo humano a su estado natural de integridad, salud y
felicidad.

Necesitamos deshacer el daño, para que nuestra energía pueda fluir


libremente, que las emociones puedan ser sentidas, que la sexualidad pueda
ser aceptada y disfrutada. Y, por cierto, el tipo de armadura que he descrito
hasta ahora -como mi reacción al distanciamiento emocional y físico de mi
padreno es nada comparada con lo que mucha gente experimenta conforme
crece.

Abuso físico, condena de la sexualidad, la negación de las emociones,


violaciones, crueldad, la intimidación, manipulación, la burla, falta de amor,
la desatención, el aislamiento, el abandono... todo impacta los segmentos
musculares y se almacena como tensión, energía bloqueada, endureciendo la
armadura que envuelve al cuerpo.

Disolver esta armadura es un reto hacia la liberación personal y, en


cuanto a mi respecta, no existen atajos.
Si SEPARAS LAS PARTES que construyen la palabra ver que originalmente
se formó de raíces latinas que indican un movimiento hacia afuera.

Esta definición encaja con el entendimiento reichiano de las emociones


humanas. Fundamentalmente, las emociones son vistas sólo como
movimientos de plasma, una ola de energía que pasa a través de los
contenidos líquidos del cuerpo humano, buscando expresión y liberación.

Un punto de vista tan distante puede que no signifique mucho para


nosotros, cuando estamos lloriqueando por un amante perdido o cuando nos
enojamos por un comentario insultante, pero en realidad ayuda al terapeuta
reichiano a entender los mecanismos para restablecer una sana pulsación en
el cuerpo de un paciente y para abrir las puertas hacia la felicidad.

El mismo Reich llevó la emoción a su forma más básica y primitiva,


usando el ejemplo de un organismo unicelular, la ameba. Observando por un
microscopio, vio que el plasma dentro de la célula de una ameba empuja
hacia el placer y se retrae con ansias ante el dolor.

Es un movimiento en dos sentidos, o, como le gustaba llamarlo, una


"emoción del protoplasma" en dos sentidos.

El movimiento hacia el placer crea un movimiento desde el núcleo de la


célula hacia la periferia, mientras que el impulso de evitar el dolor crea un
movimiento en la dirección contraria, un encogimiento de la periferia hacia el
núcleo.

Esta, declaró él, es la pulsación básica de dos tiempos de todos los seres
vivos y el origen de la expresión humana: todos queremos sentir placer; todos
queremos evitar el sufrimiento.
Reich también resaltó que el movimiento expresivo es una característica
inherente a los seres vivos, distinguiéndolos del resto de la naturaleza. Estar
vivo es moverse, moverse es expresarse.

Todo parece muy obvio, pero la implicación es importante: nos guste o


no, todos somos seres emocionales. Los sentimientos son parte del paquete
llamado vida y la expresión emocional de esos sentimientos es un
movimiento esencial y natural de nuestra energía.

Si los reprimimos, si los ahogamos, estamos reprimiendo la fuerza vital


misma.

Desde esta perspectiva, no es difícil ver el conflicto básico que ha


surgido entre la naturaleza humana y nuestras tan llamadas actitudes
civilizadas. En las sociedades "avanzadas", mientras menor emoción muestre
un individuo, éste se considera más civilizado.

Esto me recuerda la famosa actitud de "mantener la compostura",


prevaleciente en la época del imperio británico, en la cual no mostrar
emociones en tiempos de estrés extremo era considerado como estar a la
altura de los buenos modales y de un comportamiento civilizado.

No recuerdo la cita exacta de un comentario en un diario escrito por una


mujer británica durante el motín de indios en 1857, mientras se prolongaba la
larga ocupación de Lucknow. Dicho comentario decía "el Mayor tal fue
decapitado por una bala de cañón esta mañana mientras se afeitaba". Era un
recuento meticuloso de los horrores de una ocupación con las emociones
rígidamente reprimidas.

Los americanos no somos tan buenos para esconder nuestras emociones,


pero la actitud general permanece igual. Por ejemplo, recuerdo bromear con
mis hermanas a que éramos la "familia bien` originalmente era nuestro
apellido, no Dillon- porque cada vez que preguntábamos entre nosotras
"¿cómo estás?", la respuesta siempre era "¡bien!"

Ese es el estilo americano: verse bien, sonreír y estar seguro de tener un


buen día. Y si cualquier emoción negativa, no deseada, empieza a asomarse
por detrás de la máscara del "yo estoy bien", siempre estará a la mano el
último derivado del prozac o del valium para neutralizarla. Claro que, esas
pastillitas, destruirán su capacidad de felicidad y desdicha, pero ese es un
precio que la mayoría de la gente está dispuesta a pagar para mantener las
cosas bien y normales.

Pero no sólo los caucásicos tienen esta actitud. Culturas sofisticadas en


cualquier punto de la historia, incluyendo la japonesa, china, egipcia e hindú,
han requerido de una estricta formalidad en la interac ción en sociedad que
generalmente prohíbe la expresión de los sentimientos.

El mensaje de Reich al mundo es que este proceso civilizador ha llegado


muy lejos en la dirección de control emocional. El costo es muy alto, en
términos de crear seres humanos neuróticos que no pueden disfrutar la
vida.

Esto es particularmente cierto en la actualidad. El ingenio humano, a través


del desarrollo de la ciencia, ha tenido éxito en el desarrollo de un mundo
cómodo con todo tipo de maravillas tecnológicas que hacen más fácil el
trabajo y brindan todo tipo de actividades de esparcimiento, pero el
apabullamiento paralelo de la fuerza vital nos ha vuelto incapaces de disfrutar
nuestros propios logros.

Tenemos que recuperar nuestras emociones para restablecer nuestro amor


por la vida.

Con este objetivo en mente, Charles Kelley tomó la pulsación básica de


Reich "placer/ansiedad" y desarrolló un modelo más sofisticado para trabajar
con sus pacientes.

En lugar de sólo un par de sentimientos, descubrió que es más exacto, y


de más utilidad, ver las emociones en términos de tres sentimientos pares.
Estos tres sentimientos pares son:

Enojo - Amor
Miedo - Confianza

Dolor - Placer

Las tres emociones negativas (enojo, miedo y dolor) están cada una
relacionada a diferentes aspectos de la pulsación. El enojo está asociado
con el movimiento hacia afuera del núcleo, hacia la periferia. El miedo
está asociado con el movimiento hacia adentro, desde la periferia hacia el
núcleo. El dolor está asociado con la calidad convulsiva de la descarga
de energía, la rápida contracción y expansión de los músculos que
experimentamos en casos como la risa, el llanto y el orgasmo.

Cada una de ellas, cuando es bloqueada, tiene una manera característica de


contenerse en el cuerpo en forma de tensiones musculares. Esto le permite al
terapeuta experimentado "leer" el cuerpo del paciente y detectar la emoción
bloqueada predominante.

Hasta cierto punto, podemos clasificar a la gente en enojones, miedosos y


dolientes, y esto es útil al decidir cómo empezar el proceso de liberar las
emociones bloqueadas y restablecer una pulsación sana.

Sin embargo, esto no quiere decir que los enojones sean la única gente
que se enoja. Todos contamos con el espectro total de emociones dentro de
nosotros. Tan sólo es una indicación de los tipos de hábitos que se han
formado a través de los años, y qué tipo de emoción está predominantemente
bloqueada.

Las tres emociones positivas también están relacionadas con la pulsación.

El amor fluye hacia afuera, hacia otra gente desde el núcleo a la periferia.
La confianza es un tipo de receptividad, permitiéndole al mundo exterior
entrar. El placer es un estado del bienestar que involucra a todo el organismo.

Como vemos, el hecho de que tanto las emociones positivas como las
negativas se relacionen con la pulsación, tiene profundas implicaciones,
porque los malentendidos sobre cómo tratar las emociones negativas
impactan de manera directa nuestra capacidad para también experimentar
emociones positivas.

ENOJO - AMOR

El enojo es una energía saliente. Usted puede ver esto en la forma en que se
desarrollan las peleas, especialmente entre hombres. Por ejemplo, dos tipos
en un bar platican sobre fútbol americano. Uno de ellos dice que los 49 de
San Francisco son el mejor equipo del mundo y el otro bufa y responde: "En
estos días, los 49 no valen nada".

De inmediato el primer hombre se siente personalmente insultado, se


enoja y se lanza con un golpe contra la mandíbula del otro. De inmediato
empieza una típica pelea de cantina.

El enojo es una manifestación de energía dura, explosiva y repentina


euforia desde el núcleo hacia la que en una pelea el puñetazo no es nada más
que una extensión de un impulso energético viajando hacia afuera.

Lo mismo aplica a las armas. Cuando en una vieja película vaquera dos
hombres empiezan una pelea y "empuñan sus armas", las pistolas humeantes
son una extensión de la misma energía, así como las balas.

Esto, por cierto, es la razón por la cual tanta gente muere en los Estados
Unidos por heridas de bala. Por la disponibilidad y cercanía a las armas como
medio para extender el impulso energético del enojo.

Como seres civilizados, no obstante, hemos sido instruidos desde la


infancia a no expresar el enojo y, en términos generales, hacemos lo que
mejor podemos para contenerlo. Este esfuerzo, motivado por la mejor
intención, crea una tensión y endurecimiento en los músculos.

La armadura del enojo se localiza en la periferia del cuerpo, porque la


energía va saliendo cuando es detenida. En un típico enojo, usted verá manos
y brazos fuertes con músculos rígidos, mucha tensión alrededor de la boca y
mandíbula, un pecho abultado que resalta como desafiando al mundo.
Existe una sensación de emoción ligeramente contenida en esta gente,
como si usted apenas necesitara cruzarse en su camino, o los pisara, o dijera
algo equivocado, para que estas personas inmediatamente exploten.

Como ya lo mencioné, la educación social nos enseña a bloquear el enojo


-excepto en ocasiones específicas como la lo difícil de esta actitud es que
también impide el amor.

El amores la manifestación suave, compasiva y tierna del movimiento de


nuestra energía. Aunque muy distintos, el amor y el enojo van por la misma
ruta, moviéndose en la misma dirección, desde el núcleo hacia la periferia.

El amor es un sentimiento mucho más suave, más delicado. No podrá


pasar a través de las duras capas de tensión crónica creadas por el hábito de
bloquear el enojo.

Aun si, en su núcleo, desearas expresar tu amor, ir hacia los otros en un


movimiento expansivo, no podrás. La autopista está atascada, la circulación
parada, nada se puede mover.

Aquí está el clásico dilema creado por la moralidad social. Se nos dice
que no nos enojemos, que seamos amorosos y nos inculca "ama a tu prójimo"
y "pon la otra ningún conocimiento de la dinámica de energía implícita.

No es posible simplemente reprimir el enojo y ser amorosos. Sí, puedes


reducir el amor a una idea, a un concepto intelectual y pretender que amas a
otros, que amas a la humanidad, que te preocupas por los pobres y los
oprimidos, pero un amor sincero, real, cálido, es una energía viviente que
requiere movimiento y expresión, y si la avenida de las emociones está
bloqueada por un cuerpo acorazado, nunca podrá alcanzar a la otra persona.

El enojo tiene que ser liberado y expresado para que el amor fluya.

Debido a la mala educación, la gente no sabe qué hacer con el enojo,


pero la solución es muy simple: el enojo tiene que salir y punto, eso es lo
único que lo ayudará. Es una ola de energía que sale para ser manifestada y
descargada.
Claro, esto no quiere decir que debamos empezar a gritarnos, a pelearnos
y a portar armas. Existen maneras inteligentes, seguras, para liberar el enojo y
no lastimar a otros: podemos entrar a una habitación, solos, tomar una
almohada y golpearla contra el piso, o golpearla con nuestros puños;
podemos ¡le var a cabo una técnica de meditación como la meditación
dinámica que invita a la expresión emocional; podemos gritar cuando
estemos solos en un carro, con las ventanas subidas, aunque esto demanda un
cierto grado de cuidado y alerta para prevenir accidentes (es mejor
estacionarse primero).

Una vez que el enojo ha sido descargado, y la autopista interna está libre,
habrá una posibilidad mucho mayor de que el amor fluya y encuentre una
expresión.

Esto explica por qué, en algunas relaciones duraderas, los hombres y las
mujeres desarrollan un hábito por pelear antes de hacer el amor, "pelear y
coger" como algunas veces se le llama. Sin saberlo, están tratando de
despejar la energía bloqueada para sentir el amor.

En el pasado, no fue fácil para las mujeres expresar el enojo de manera


directa. En épocas victorianas, por ejemplo, los corsés apretados y las
vestimentas restrictivas reflejaban un estado de estricto confinamiento.

La creencia subyacente era que, sin importar qué tan justificado pudiera
estar el enojo de una mujer, el hombre siempre será más fuerte y la dominará,
forzándola a tragarse su rabia.

Por lo general, el enojo de la mujer era liberado por medio de un ataque


histérico, una forma de enojo impotente. La histeria era uno de los problemas
psicológicos más comunes encontrados por los freudianos mientras
empezaban a investigar la psique femenina, al inicio del siglo xx. Hoy, ya no
es tanto un problema, lo cual significa un tributo a la liberación de la mujer y
su derecho a expresar emociones directamente.

El otro método tradicional femenino para lidiar con esta energía es dar
lata, lo cual, aunque exitoso en cuanto a reducir al hombre al estatus de un
mandilón, es en realidad una forma perversa de enojo.
MIEDO - CONFIANZA

El miedo hace que la gente se encoja. Es un jalón hacia adentro, reductor de


energía, porque en realidad el instinto básico de supervivencia es "¡córrele!"
Es la urgencia de salirse de un problema que es percibido como peligroso. La
adrenalina es liberada dentro del cuerpo para alentar acciones y el animal
dentro de ti quiere correr, escapar.

En algunas situaciones, escapar es una opción práctica y posible.

Todos hemos visto secuencias en video y fotos del 9/11 mostrando a


cientos de personas huyendo por las calles de Manhattan para escapar de las
torres gemelas del World Trade Center que colapsaban.

De repente, el comportamiento civilizado comúnmente asociado con


trajes de vestir, corbatas, portafolios y el estilo de vida de negocios fue
olvidado, prevaleció el instinto animal, haciendo que la gente corriera por sus
vidas.

Con la formación de los hijos, no obstante, es otra historia. Ellos se


encuentran en situaciones espeluznantes de las cuales no pueden huir. Están
indefensos, dependientes de la misma veces mamá y los asusta. No pueden
huir, entonces el miedo los encoge.

Esencialmente, este encogimiento es una retirada energética hacia el


núcleo, en un movimiento hacia adentro, un intento de escapar de la periferia
que es donde yace el miedo. Esto puede ser disparado por mil y un
incidentes, pero básicamente refleja un entorno doméstico no seguro, en el
cual el niño tiene que estar alerta para autoprotegerse.

La impredecibilidad es un elemento clave en la ecuación del miedo. No


es que papá o mama estén enojados todo el tiempo, pero la tendencia de que
uno o ambos padres exploten crea una atmósfera de ansiedad continua, un
constante preguntarse ¿cuándo va a suceder?"
Puede ser porque el papá es un alcohólico que se torna físicamente
abusivo. Puede ser porque la mamá es nerviosa y no puede manejar el estrés
más allá de cierto punto, tras lo cual, de repente, "pierde la compostura" y
empieza a golpear a los niños.

En mi experiencia, basada en el trabajo con muchos pacientes, algunos


individuos miedosos son creados en el vientre materno, porque aquí,
especialmente, es imposible correr.

Por ejemplo, en el caso de una madre que hubiera preferido no estar


embarazada, su deseo callado de abortar crea una atmósfera de miedo al que
el feto responde. De igual manera, si la madre se encuentra en un estado de
estrés continuo, o sintiendo miedo y angustia durante el embarazo, esto se le
comunica al feto y surgen preguntas: "¿Es seguro estar aquí?, ¿tengo el
derecho de estar aquí?"

Este tipo de respuestas no suceden a un nivel feto no tiene conocimiento


del len guaje- más bien se experimentan a un nivel primitivo, instintivo,
orgánico, creando la tendencia del encogimiento energético.

Los individuos miedosos también pueden ser creados poco después del
nacimiento, dentro del primer año y medio de vida, durante la llamada "etapa
oral", cuando la criatura se encuentra en su etapa más indefensa, dependiente
del cuidado de la madre las 24 horas.

Si esta relación cercana con la madre es perturbada, si la alimentación y


la rutina de cuidados son alteradas de manera significativa por cualquier tipo
de abandono, rechazo, quizá sólo molestia por tanto cambio de misma
tendencia de encogimiento ocurrirá.

No es que la madre tenga malas intenciones. Quizá hay una criatura


berrinchuda de tres años sujetándola de los pies, exigiendo atención, mientras
la madre está tratando de cambiar otro pañal, y por una distracción,
accidentalmente le pica una piernita al bebé con un alfiler.

Si situaciones como éstas son recurrentes, crearán una impresión de


inseguridad lo que a la vez crea miedo.
El miedo es un fenómeno interesante, porque no sólo te quieres alejar de
la fuente del peligro, o dolor, también quieres alejarte del sentimiento mismo
del miedo.

Sentir miedo es incómodo. Es una sensación de encogimiento, de la cual


se concluye que si te encoges demasiado desaparecerás completamente y
morirás. Entonces el niño con tendencias a los miedos se pondrá una
armadura contra este sentimiento.

Como resultado, la armadura del "miedoso" yace muy adentro y


profundo, alrededor del núcleo del cuerpo.

Esto representa dos tendencias:

Primero, el retiro de la energía de la periferia donde yace el peligro.

Segundo, la protección del núcleo contra el movimiento de encogimiento.

En el enojo, como ya lo hemos visto, el acorazamiento se da en la


periferia, para impedir que salga. En el miedo, se da un tipo de paralización,
para que ese torrente de energía interna desde la periferia no abrume al
núcleo.

En apariencia, los miedosos tienden a verse flacos y frágiles porque la


energía está siendo retenida en el centro. Tienden a tener músculos débiles en
los brazos y piernas, y el pecho puede verse hueco, con un aspecto colapsado.
Con frecuencia, la energía también ha sido retirada de los ojos, por lo que
pueden ser de vista corta o miope.

Se entiende que a este tipo de gente le cuesta trabajo confiar en otros o en


su entorno, porque la confianza requiere de apertura y receptividad. La
confianza es la decisión de permitir que entre la energía de afuera para
penetrarte.

Como el miedo, la confianza viaja sobre la pulsación hacia adentro,


moviéndose desde la periferia hasta el núcleo, de manera que si una persona
tiene una armadura contra el miedo, este bloqueo también impedirá que entre
el suave y receptivo flujo de la confianza.

Uno de los primeros pasos al trabajar con el miedo es ayudar al paciente


a que lo reconozca y lo acepte, y esto significa sumergirse en lo profundo del
núcleo, donde se encuentra el miedo. Es una tarea más delicada que la de
trabajar con el enojo, porque un tipo con miedo necesita sentir una cierta
dosis de confianza, para permitir la entrada de un movimiento más profundo
de energía.

Esta descarga del miedo no es tan obvia como la liberación del enojo. Por
lo general viene acompañada de fuertes gritos, y la capacidad de confiar se
regenera poco a poco conforme la armadura interior se desintegra y la tensión
es liberada.

A un nivel psicológico, la confianza significa que usted se puede relajar


con alguien más sin tener un patrón crónico de sospecha como "esta persona
parece ser amigable pero sólo porque quiere algo de mí..."

Esto no significa que la confianza tenga que ser incondicional o ciega. Si


existen fundamentos genuinos para la sospecha, si un problema se está
tornando raro o peligroso, es sano ser capaz de discriminar y tomar medidas
de defensa.

Pero ante todo, la confianza es una actitud de "el mundo no está contra
mí. Me puedo mover a través de la vida de manera abierta y relajada,
permitiendo que las cosas me afecten, me toquen, me lleguen".

Esta es uno de los resultados importantes del trabajo de Reich: le ayuda


al paciente a retomar la capacidad de abrir y cerrar de manera apropiada.
Cuando hay motivos para temer, hay defensas disponibles. Cuando se puede
confiar, estas defensas pueden relajarse.

DOLOR - PLACER

Cuando una criatura está llorando o riendo, todo su cuerpo se encuentra en un


estado de pulsación saludable y natural. Pero cuando estos sentimientos son
reprimidos y bloqueados, la pulsación disminuye, así que tanto el
movimiento hacia adentro, como el movimiento hacia afuera se minimizan en
un esfuerzo por sofocar sentimientos no deseados o inaceptables.

En los dolientes, todo esfuerzo hecho es para no sentir, para no reconocer


lo que desea ser expresado. Es como una represión o como una suspensión de
la pulsación.

Esto sucede cuando los sentimientos de un niño son lastimados. Por


ejemplo, que le pongan apodos, o que sea excluido por un grupo de niños, o
incluso ser marginado por su propia familia por alguna falta y obligarlo a
pararse en una esquina mientras el amor y la atención de los padres se va
hacia los otros hermanos.

Recuerdo que en mi infancia estaba muy enojada con mi hermana más


joven, que había nacido dos años después que yo, porque de repente, ella
estaba recibiendo toda la atención que, hasta su llegada, había sido dirigida
exclusivamente hacia mí.

La odiaba y a veces me comportaba de manera espantosa con ella, así


que mis padres, en un intento por protegerla, me marginaban. Después me
dejaban con mi rabia y mis lágrimas, que no podían ser expresadas, y poco a
poco aprendí a anestesiarme en contra de ellas.

El enojo y el miedo tienen una dirección muy clara hacia afuera, el miedo
hacia adentro-, pero en el bloqueo del dolor, ambos tiempos de la pulsación
se contraen en el intento de sentir menos, y lentamente, todo el organismo se
torna insensible.

Como ya lo vimos, el enojón lleva una fuerte carga de energía a través de


todo el cuerpo, desde el núcleo hasta la periferia como resultado, pueden ser
trabajadores incansables, con una resistencia increíble para seguir y seguir y
seguir nadando en la alberca local aún mucho después de que otros se hayan
toda esta actividad no crea un sentido de vitalidad.

Por el contrario, sienten que están como estancados y tienden al


sobrepeso, porque el acumulamiento de grasa en las áreas de tensión ayuda a
acallar los sentimientos.

Para un doliente, el primer paso para salir de este predicamento es


profundizar la pulsación de la energía, lo que sucede de manera más fácil por
medio de la profundización de la respiración. Inevitablemente, esto conectará
a la persona con sentimientos dolorosos. Si estos sentimientos pueden ser
aceptados y acogidos, muy probablemente lo que sigue serán un profundo
llanto y sollozos convulsivos. Se liberará tensión, y el cuerpo lentamente se
tornará más vivaz.

Cuando este dolor se ha experimentado y el cuerpo comienza a pulsar


normalmente, el doliente descubre una inmensa capacidad para el placer,
sensualidad y alegría. Con frecuencia, el dolor bloqueado dificulta o
imposibilita el placer intenso del orgasmo. Al liberar el dolor se abre la
capacidad a dicho placer.

TRES TIPOS DE RESPIRACIÓN

A manera de ilustrar los sentimientos pares y cómo funcionan, algunas veces


conduzco a los participantes o aprendices a través de un ejercicio que incluye
tres tipos de respiración, cada una asociada a un sentimiento específico.

Comienzo con la inhalación, la cual refleja el golpe interno de la


pulsación del miedo.

Primero, le pido a todos que se pongan de pie en círculo, para que no


únicamente podamos experimentar lo que está sucediendo dentro de nosotros
pero a la vez podamos ver a otros.

Les pido que exhalen totalmente, y al mismo tiempo ahuequen el pecho,


encorvando los hombros hacia adelante y hacia abajo. Esto imita la condición
de energía baja y colapsada de un miedoso.

Después les pido que inhalen de forma repentina, abrupta, a través de la


boca, jalando el aire rápidamente hacia la garganta y pecho, jadeando,
mientras al mismo tiempo abren los ojos muy grandes, como con miedo.
También les sugiero que se imaginen que el aire no sólo está entrando
por la boca sino también a través de los ojos, porque esto hace más fácil
sentir el miedo. Adicionalmente, las manos y brazos son echadas hacia atrás
en la inhalación, para que parezca que todo el cuerpo se tropieza hacia atrás
en conmoción y sorpresa.

Hacemos esto juntos, respirando más y más profundamente en la


inhalación, con jadeos más y más prolongados, relajándonos en la exhalación
para que el aire sea sacado de manera más natural.

En este ejercicio de introducción, no tenemos tiempo de penetrar la muy


arraigada armadura del miedo que envuelve al núcleo; no obstante, la
respiración crea una carga de energía y muy pronto, la gente comienza a
experimentar tensión en la nuca, la cual se asocia con la contención del
miedo.

Posteriormente, la gente se familiariza más con esta forma de respiración.

Después les pido que se detengan, que sacudan la tensión, y que avancen
hacia el golpe externo de la pulsación de la respiración que se conecta con el
enojo.

Les demuestro cómo se ve un "pecho de enojo" respirando y sosteniendo


profundamente, ahuecando la caja torácica y cuadrando los hombros, como
una caricatura de un coronel enfurecido.

Invito a todo mundo a que me imite y permanezcan un rato en esta


posición inflada, reteniendo el aire a máxima capacidad, y sacando el pecho.

Lo que debe suceder ahora es exhalar repentina y fuertemente. Con la


boca muy abierta y la quijada aventada agresivamente hacia el frente "ijuuu!"

Al mismo tiempo, le pido a la gente que frunza el seño ferozmente,


juntando las cejas, con una mirada tal como si pudieran con los ojos disparar
dardos por toda la habitación. Conforme el aire sale, también lanzamos
nuestros brazos hacia el frente, como si aventáramos el aire y la energía.
Repitiendo este patrón de respiración, los estimulo para que hagan
contacto visual con alguna persona del otro lado del círculo y lancen la
energía hacia ella, sintiendo la exhalación total del pecho.

Esto empieza a abrir el movimiento de golpe hacia afuera de la pulsación.


Con el enojo, la energía va hacia afuera cuando se bloquea, de manera que la
tensión está ahí, en la periferia del cuerpo, principalmente en el rostro y las
manos.

Expulsando el aire repetidamente "¡ju, ju, ju!", la armadura comienza a


aflojarse y la gente tiene la oportunidad de experimentar una expresión
directa de enojo.

Finalmente, trabajamos con el dolor-placer. Aquí el bloqueo está en la


periferia y también se encuentra en el núcleo, así que la energía está
contenida dentro de dos muros de armadura.

Durante la inhalación de la pulsación de la respiración, no se le permite a


la energía pasar más allá del diafragma; en la exhalación, no puede pasar más
allá de la garganta. Esto crea una especie de fuerza compacta y rígida que
anestesia el dolor.

Necesitamos hacer que el cuerpo pulse, usando tanto la inhalación como


la exhalación, en una forma caótica de respiración que evoca la primera etapa
de la meditación dinámica.

Es respirar rápida y bruscamente, a través de la boca, para que el aire


entre en la garganta, casi como un animal loco que está jadeando, gruñendo y
resollando. Algunas veces la inhalación es completa, algunas otras es corta.
El cuerpo salta de arriba a abajo, estremeciéndose con la respiración caótica,
y los brazos lo acompañan.

El efecto general es agitar los patrones represores alrededor de la


garganta y diafragma.

Después, les pido a los participantes que se imaginen qué se siente


sollozar, cuando realmente están llorando, como si el corazón pudiera romper
y no pudieran contener el sonido, y todo el cuerpo se convulsionara con el
llanto.

Unos pocos entran rápidamente en la emoción real cuando hacemos esto,


pero esa no es mi intensión. Simplemente le quiero dar a la gente una probada
de los mecanismos involucrados en el rompimiento de la armadura del dolor.
La risa hace lo con la misma calidad convulsiva del que terminamos el
ejercicio con risas.

Esto concluye la primera sección de mi libro, en la que he esbozado los


principios fundamentales del método reichiano para restablecer el estado
natural de salud y bienestar. En la siguiente sección, veremos cómo aplicar
estos principios.
Los SERES HUMANOS han sido cazadores y recolectores por mucho
tiempo, y nerds de computadoras desde hace muy poco. La civilización es un
desarrollo reciente. Por miles de años fuimos nómadas, siguiendo manadas y
animales salvajes, viviendo tan cerca de la naturaleza que no nos
distinguíamos de ella.

En ese estilo de vida primitivo, el cuerpo era extremadamente


importante: nuestra herramienta principal para la sobrevivencia. Si no podías
correr, usar una lanza, un cuchillo, ahuyentar a otros depredadores, construir
un refugio; no había forma de sobrevivir.

Las mujeres, que no cazaban, también tenían que ser fuertes: cortar
carne, quitar pieles, recolectar leña, hierbas y frutas, levantar campamentos,
dar a luz, era una existencia física en la cual el cuerpo humano era el
instrumento principal.

La agricultura creó una base para una vida menos ardua, pero aun así el
cuerpo se mantenía cercano a la tierra, profundamente conectado con los
elementos de los que había evolucionado. Si has trabajado en una granja,
sabes lo que esto significa. Aun con la mecanización, la atención de animales,
sembrar y cosechar, reparar el equipo y las cercas son trabajos
completamente físicos.

La vida moderna es un fenómeno nuevo. Si la historia del hombre en el


planeta puede ser representada por un día de 24 horas, es sólo hasta los
segundos más recientes que nos vemos deslizándonos detrás del asiento del
conductor de un automóvil, trabajando en un bloque horizontal de oficinas,
ganándonos el pan de cada día por hablar por teléfono celular y por escribir
en una computadora.

La revolución tecnológica tiene ciertos efectos secundarios y uno es que


el cuerpo juega una parte mucho menos crucial en nuestros asuntos.

No tenemos que ser físicamente fuertes para sobrevivir, ni siquiera sanos


y saludables. No tenemos que estar en tono con la naturaleza ni tenemos que
sentir una conexión entre el cuerpo y esta tierra sobre la cual nos paramos.

Queremos que nuestros cuerpos se vean bien, especialmente el rostro y


cabello, para ser atractivos para otros. Ocasionalmente, también tenemos que
atender alguna parte cuando empieza a dolernos: como un raspón, las muelas,
la cabeza o el estómago.

Pero, aparte de estas preocupaciones, podemos fácilmente ignorar el


cuerpo. Es suficiente mecánico lavary alimentarlo cada día, mientras nos
enfocamos en cosas más interesantes como un partido de fútbol en la tele, el
estreno de la nueva película en el centro, la venta de verano en alguna tienda
departamental.

Una de mis primeras actividades, al preparar el proceso de liberación


emocional y la restauración de la pulsación natural, es regresar a la gente
hacia el cuerpo, volviendo a tomar consciencia de él como un organismo.
Volver a experimentar con nosotros mismos como un sentimiento, como
seres conscientes. Restablecer una conexión entre el cuerpo y la tierra.

Para esto, nuestros pies y piernas son particularmente importantes.

Energéticamente, nuestras piernas funcionan como raíces en la tierra. No


sólo nos llevan sobre su superficie. Así como un árbol tiene raíces que se
arraigan, conectándolo al origen de sus nutrientes, también nuestras piernas y
pies sirven como raíces móviles, interactuando energéticamente con la tierra.

Cuando la gente está conectada de esta forma, lo llamo un ser


"arraigado". Pero como lo acabamos de ver, en el mundo actual tendemos a
vivir existencias muy desarraigadas.

Ahora las adolescentes pasean por la calles con zapatos de plataformas


enormes y las mujeres bailan en tacones increíblemente altos. Tanto los
hombres como las mujeres manejan al trabajo a cincuenta millas por pies
nunca pisan la toman elevadores al piso 3o donde ya no necesitan salir a
cazar para traer comida a sus familias.

Como resultado, las piernas de la gente tienen una carga baja. No corre
mucha energía por ellas. Pero si corre alguna a entrenamiento atlético o
ejercicio generalmente existe cierta calidad de entumecimiento por no darles
el debido valor.

Para remediar esto, los invito a bailar descalzos, bajo música muy rítmica
con un sabor africano. Pongan atención a las sensaciones en sus piernas y
pies conforme se mueven. Pataleen, doblen las rodillas y "bajen" hacia la
parte inferior de sus cuerpos bailando, golpeando el suelo y saltando.

Automáticamente sentirán la diferencia. Esto ejercita y mueve los pies en


una forma que nunca sucede cuando se encuentran dentro de zapatos de
piel, o cuando se baila en una fiesta o en una discoteca. Algo más
comienza a suceder cuando los pies están descalzos.

El baile, es una de las herramientas de más valor para empezar cualquier


proceso de dinámica de grupo. Despierta a la gente, mueve la energía de la
gente, los trae al presente y los incita a conectarse y encontrarse los unos con
los otros.

Después de unas cuantas melodías podemos profundizar en la


experiencia de arraigo, haciendo algunas posiciones bioenergéticas de estrés
desarrolladas por Alexander Lowen.

Lowen es un hombre interesante y discípulo de Reich, así que vale la


pena tomar un momento para hacer mención sobre él y sus descubrimientos:

Nació en Nueva York en igio, Lowen estudió para abogado pero después
se interesó en las relaciones entre la salud física y la salud mental.
Experimentó con técnicas de relajación muscular y yoga, conoció a Reich en
1940 y empezó terapia con él, que incluía no sólo respiración y movimiento
corporal sino también gritos intensos.
Lowen estudió medicina para un entendimiento más profundo de la
relación entre la tensión crónica musculary los desórdenes de personalidades
neuróticas. En 1953, se unió con otro terapeuta reichiano, John Pierrakos,
para desarrollar los ejercicios y posiciones corporales que hoy son técnicas
estándar en la bioenergética.

Esencialmente, la bioenergética pone a la gente en posiciones incómodas


de estrés para que puedan sentir la tensión dentro de sus cuerpos, la cual es
liberada a través del movimiento físico y la expresión emocional.

Como pueden ver, el trabajo de Lowen es muy cercano al de Reich y,


ciertamente, le ha dado el crédito a Reich de haberle proporcionado las bases
para sus descubrimientos.

Las posiciones bioenergéticas que uso para mi trabajo de arraigo son


relativamente diferencia de algunas de las técnicas de siguen siendo dolorosas
porque la gente usa músculos de una forma inusual, poniéndolos bajo estrés,
sintiendo partes del cuerpo que por lo general no son sensitivas.

Las posiciones en sí mismas son simples. Primero, sí hay más de tres


participantes, les recomiendo reunirse todos en un círculo y les pido que se
paren normalmente, los hombros relajados, las rodillas ligeramente dobladas,
los pies bien puestos sobre el piso y paralelos, abiertos al nivel de los
hombros.

Esto se conoce como la "posición de arraigo", porque el cuerpo está en


una posición neutral, rela jada, con su peso uniformemente distribuido y
soportado por ambos pies.

Después, lentamente recarguen el peso del cuerpo sobre el pie izquierdo,


doblando más la rodilla izquierda, acercándose más al piso, respirando más
profundamente de lo normal.

En esta posición, parados virtualmente sobre una pierna, no le toma


mucho a los músculos de la pierna izquierda empezar a sentir estrés, es por
eso que Lowen llamaba a su técnica "posiciones de estrés".
A mayor tensión en la pierna, mayor el dolor que ésta sentirá. En muchos
casos, la pierna empieza a temblar o sacudirse, y esa es una señal de que la
energía empieza a moverse y empieza a subir contra los bloques causados por
la tensión.

Naturalmente, para algunos es más difícil que para otros permanecer en


esta posición, pero ya que tengo 54 años y lo hago cada vez que estoy con
mis alumnos en taller, los reto a no claudicar y a hacerlo.

Las técnicas clásicas de bioenergética obligan profundamente a la gente


hacia dolorosas posiciones para provocar emociones, pero yo procuro no
trabajar de esa manera. Prefiero hacer estas cosas de forma divertida, ligera.

Me quedo con una sola posición hasta justo antes que crear una
resistencia en la gente, una sensación de "oye, yo no quiero hacer esto".

En mi experiencia, un enfoque relativamente suave al principio, fomenta


la disposición de los participantes a moverse más profundamente, paso a
paso.

Así que, antes de que la posición se torne muy dolorosa, regresen a la


posición de arraigo, donde el peso del cuerpo está distribuido uniformemente
en ambos pies. Después, lentamente cambien el peso hacia el pie derecho,
doblando ligeramente la rodilla, acercándose al piso y manteniendo la misma
posición.

De esta manera, cambiamos el peso del cuerpo de izquierda a derecha y


otra vez, quizá tres veces por lado, para que comiencen a sentir sus piernas
desde adentro, sintiendo la actividad en sus músculos y la energía que quiere
fluir.

Conforme avanzamos en estas técnicas de arraigo, respiren


profundamente, llenando al cuerpo con más energía. Al mismo tiempo, les
recuerdo mantenerse enfocados en el área estresada del este caso las cuando
combinamos la respiración con un estado de alerta enfocado se empieza a
mover más energía en el área hacia dónde se dirige la atención.
La energía sigue a la conciencia.

Esta es una ley importante de la dinámica de la energía que descubrí


mientras escuchaba a Osho, describiendo una serie de meditaciones tántricas
que usan la imaginación para llevar la energía a ciertas áreas del cuerpo.

Por ejemplo, si imaginas que la energía se mueve por tu espina dorsal,


entonces, de manera misteriosa, tu visualización impulsa a que la energía se
mueva en esa dirección. Si a la vez respiras con esta visualización, -
imaginándose, por ejemplo, que la exhalación envía energía a la espina
dorsal, desde el centro del sexo hasta tu cabeza- esto aumentará el flujo de
energía.

No puedo explicar por qué sucede esto, pero sucede. Es tan sólo una de
esas herramientas pragmáticas en las que fundamento mi trabajo.

La secuencia de ejercicios de calentamiento que sigo al inicio de un taller


no es predeterminada. Cuento con un repertorio detallado y completo de
ejercicios, los cuales cumplen con el propósito general de "meter" a la gente
al cuerpo, sentir los músculos, crear una conexión sólida entre las piernas, los
pies y la tierra.

Por ejemplo, algunas veces conduzco a los pacientes hacia la posición del
caballo, donde colocamos los pies muy separados, doblando las rodillas y
cayendo con las caderas como si estuviéramos montando a caballo, mientras
respiramos profundamente y sentimos las piernas en esa posición.

O, parados normalmente, nos movemos con lentitud hacia atrás y hacia


adelante, sin mover los pies, cambiando el peso del cuerpo desde los talones
hacia el metatarso y de regreso.

Si la atmósfera es seria, podría conducir a todos hacia un ejercicio


llamado "brinca como chango". Aquí, se dobla el cuerpo en cuclillas, con los
brazos sueltos columpiándose a los lados, las rodillas también dobladas.
Brincamos con movimientos fuertes, usando únicamente la parte inferior del
cuerpo, cayendo pesadamente en ambos pies.
Después hay que rascarse la cabeza, hasta que se vean y se comporten
como changos y, en consecuencia, hagan ruidos como "¡ju, joojoo, ju!"

Además de ser un ejercicio de arraigo eficaz, es a la vez un buen ejercicio


para romper la imagen. Si alguien se encuentra incómodo y renuente a
"perder la compostura", entonces saltaren el salón como chango y saludarse
los unos a los otros con gruñi dos, rápidamente rompe la perfecta máscara y
mete a todos en un espíritu de absurdez divertida.

Una vez más, el simple hecho de que yo también estoy haciendo esto
junto con los participantes, sirve de gran motivador para que ellos se relajen y
se liberen de las inhibiciones normales del protocolo social. Si yo me puedo
comportar como un idiota sin ninguna si fuera lo más normal brincar como
chango- entonces ellos también pueden.

Una vez que las piernas han sido ejercitadas y veo que la gente está más
arraigada, cambio la atención a la cadera y la pelvis. Esta también es un área
importante a preparar, previo al trabajo reichiano que sigue.

Nuestra condición social nos enseña a mantenernos alejados de la pelvis


porque existen muchos impulsos y sensaciones peligrosas que ahí residen, la
más obvia, claro, nuestra sexualidad.

No por nada el rey del rocanrol fue apodado "Elvis la pelvis". Durante su
primera aparición en una cadena importante de televisión a nivel nacional -en
el programa de Ed Sullivan- se le permitió ser visto sólo de la cintura hacia
arriba.

Presley exudaba carisma sexual, girando sus caderas mientras vociferaba


en el micrófono, y la clase dominante, conservadora norteamericana, se
preocupaba sobre cómo esto influenciaría en las mentes de sus jóvenes
adolescentes.

El sexo es la fuente primaria de nuestra vitalidad. En el sistema hindú de


chakras, el centro sexual es el primero en una escalera vertical de siete
centros energéticos, que va desde la parte inferior de la pelvis hasta la parte
superior de la cabeza. El primer centro opera como un tipo de estación de
bombeo que distribuye la energía a través de todo el sistema.

Más aún, el primer chakra no es tan sólo el hogar de nuestra sexualidad,


envuelve al cuerpo físico y a la energía animal en crudo dentro de nosotros.
Todas estas energías son esenciales para nuestro bienestar y sentido de
existencia.

Así que los invito a familiarizarse con esta área moviendo las caderas,
sacudiendo las nalgas, sintiendo sus genitales moverse con todo lo demás.
Los invito a que hagan ruidos y a que entren en una sensación de energía de
origen animal.

Existe un ejercicio particularmente eficaz para despertar la energía en


esta área similar al descrito en el capítulo cuatro, el que era usado para ayudar
a la gente a experimentar un movimiento de energía a través de los siete
segmentos.

► En este ejercicio se tienen que recostar sobre una colchoneta y empiezan a


respirar profundamente hacia el vientre mientras mueven la pelvis hacia
adelante y hacia atrás para generar una ola de energía. En este
calentamiento los invito a pararse en un círculo, los pies separados al nivel
de los hombros, respirando por la boca, y usando el mismo movimiento
pélvico para estimular esa región.

En la inhalación la espina dorsal se arquea y la pelvis se retrae y


empuja. En la exhalación, la pelvis se cae hacia el frente en una
embestida. Así que hay un movimiento oscilatorio con la pelvis hacia
atrás y hacia adelante, igual que al hacer el amor.

Después, inhalen hacia la pelvis, como si en cada inhalación el


aire pudiera viajar hasta las caderas, y en la exhalación emite un
ruido como un gruñido profundo, como "ju", y que este sonido vibre
en la pelvis.

Así que empleamos la respiración, el movimiento, la


visualización y el sonido para energizar la región pélvica.
Cuando todos hayan entrado en el ritmo, agreguen un
movimiento del brazo para que en el sonido "ju" los brazos se
disparen hacia el frente, como ayudando a expulsar el aire, y así
enfatizar la embestida energética de las caderas.

Hagan contacto visual con otros participantes en la parte opuesta


del círculo, mientras giramos las caderas rítmicamente, respirando y
cantando al unísono "ju... ju... ju..."

De esta forma, las personas no pueden evitar mostrar su energía


salvaje, animal, hacia los demás. Incito a disfrutar esta nueva
experiencia al permitir que su existencia y hasta su sexualidad sea
vista por otra persona.

Cuando esto se hace de manera divertida puede ser una poderosa


experiencia liberadora. Cualquier vergüenza o pena entorno a la
sexualidad desaparece cuando todo el grupo se involucra en un
ejercicio de este tipo.

Esto me conduce al importante y muy debatido asunto entre la


dinámica de la terapia individual contra la de la terapia en grupo.

Como Freud, Jung y otros fundadores de las escuelas de psicología, Reich


trabajó uno a uno con sus pacientes. Los reichianos tradicionales aún trabajan
así; pero mi mentor, Charles Kelley, rompió con las escuelas tradicionales
para desarrollar estructuras de grupos tomando las bases principales de Reich.

Él no estaba solo. Después de la segunda Guerra Mundial toda una


generación volteó hacia las terapias en grupo como una forma de lidiar con
problemas individuales.

En 1951, I<urt Lewin, un psicólogo nacido en Alemania que conducía


una investigación en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), fue
el primero en declarar: "Es más fácil cambiar a individuos formados en un
grupo que cambiar a cualquiera de ellos por separado".

La declaración de Lwein suscitó un debate entre psicólogos, psiquiatras y


psicoterapeutas que, aún medio siglo después, no han podido resolver, y no
creo que se alcance un consenso. Pero estas palabras abrieron las puertas a
una nueva manera de trabajar con la gente.

Este tipo de dinámica de grupo cambió con cada pionero. Por ejemplo,
Fritz Peris, al aplicar su método Gestalt en un contexto de grupo tendía a
trabajar uno a uno con cada participante mientras el resto observaba en
silencio.

El innovador método del psicodrama de J.L. Moreno, en el cual los


participantes actúan los eventos relevantes de sus vidas en lugar de
simplemente hablar de ellos, requiere de mucha interacción entre los
miembros del grupo.

Los grupos de encuentro y maratón, que se volvieron muy populares en


el Instituto Esalen en los sesenta y setenta, también enfatizaban la
interacción-de hecho, dependían de ella para funcionar.

Kelley creó su propia mezcla al desarrollar ejercicios en los cuales todos


podían participar, usando la dinámica de grupo para despertar la energía, y
después sesiones individuales para la técnica de movimiento y respiración
clásica reichiana que describí en el capítulo tres.

Para mí, el trabajo de Reich está particularmente bien diseñado para


grupos porque aunque cada individuo puede considerar sus problemas
personales como únicos, la condición esencial del daño emocional y la
pulsación inhibida es la misma para todos.

Todos hemos sido reprimidos, todos tenemos, una armadura, y todos


podemos usar los mismos principios básicos de respiración y movimiento
para recuperar nuestra energía y restablecer una pulsación saludable en el
cuerpo.

En mi experiencia, la dinámica de grupo acelera el ritmo en que los


participantes se pueden mover a través del proceso reichiano, especialmente
en la fase inicial de preparar el cuerpo y reactivar la energía.
Este simple ejercicio de pararse en un círculo, embistiendo la pelvis
mientras se mantiene el contacto visual con otro participante, es un buen
ejemplo.

Todos cargamos culpas en torno a nuestra sexualidad y podemos


considerar esto como un problema muy serio y sensible que podría requerir
de una larga serie de sesiones para resolverlo. O nos podemos parar aquí
juntos, de una forma valiente y sin embargo divertida, haciendo estos ruidos
de "¡ju!", y embistiendo nuestras caderas en un gesto abiertamente sexual,
mirándonos los unos a los otros y experimentando la libertad y relajación de
permitir que nuestra sexualidad sea vista.

Les sugiero a los participantes que disfruten este ejercicio, que realmente
permitan que su plenitud se muestre en sus ojos tan sólo para acentuar el
sentimiento de estar abiertos a su propia energía natural. El efecto es
inconfundible: las personas se estimulan entre ellas, mutuamente provocan su
energía, se monta la ola colectiva, disfrutando el juego.

El contacto visual juega un papel importante, obligando a ambos a que


estén presentes, conectándose energéticamente en una forma dinámica. Uso
el contacto visual desde el principio de mis talleres y hablaré al respecto con
más detalle en el capítulo siguiente.

Continuando con la serie de calentamiento, existe un ejercicio similar que


despierta la energía en el pecho llamado "manos respirando".

Aquí, dos personas se paran encarándose, muy juntos, con los codos
doblados, las palmas de sus manos tocándose. Respiran al mismo ritmo por la
boca abierta. En la exhalación, el brazo derecho se mueve hacia el frente y el
izquierdo hacia atrás. En la inhalación, el brazo izquierdo se mueve hacia el
frente y el derecho hacia atrás.

También en la exhalación emiten fuertemente el sonido "¡ja!", de tal


forma que resuene en la zona del corazón y pecho.

Al mantener el contacto visual, la pareja gradualmente acelera la


respiración, el movimiento de los brazos y los sonidos. Esto se convierte en
un ejercicio muy vigoroso, energizando y abriendo el pecho.

Puede ser una experiencia desafiante. Ya que algunas parejas tienden a


ser más poderosas que otras invito a todos a observar si el ejercicio se
convierte más en una batalla de voluntades que en un asunto amoroso
sincronizado, armonioso entre las dos energías que se encuentran.

Algunas veces se controla la cadencia pidiéndole a las personas que


aceleren o que disminuyan la velocidad. Después de cinco o diez minutos, se
detienen, agradecen a su pareja y buscan una nueva con quién explorar la
"respiración de manos".

En el transcurso de la preparación del cuerpo dedico tiempo para


introducir la pulsación de la respiración, como se describe en el capítulo dos,
junto con la idea del conducto hueco extendiéndose a través del centro del
cuerpo, desde la garganta hasta el vientre inferior.

También demuestro la posición básica de la respiración, mencionado en


el capítulo tres, donde la gente se recuesta en una colchoneta: las piernas
levantadas y las rodillas dobladas con los pies bien plantados sobre el piso.

Una vez que los participantes están cómodos en esta posición los llevo a
una exploración guiada sobre las diferentes áreas del pecho y vientre en las
que pueden respirar. Normalmente la respiración es tan automática que nunca
nos detenemos para realmente sentir qué partes del cuerpo están involucradas
mientras el aire entra y sale.

Les sugiero que respiren profundo hasta el vientre, dentro de la base del
conducto hueco, y, conforme lo hacen, golpeen suavemente el vientre con las
yemas de los dedos. Como ya lo dije antes la energía sigue a la conciencia.
Golpear el vientre ayuda a las personas a llevar energía a esa zona. También
los hará ver cualquier tensión en los músculos del vientre.

De esta manera nos vamos al tronco del cuerpo: desde el vientre hasta el
diafragma y pecho, respirando conscientemente en estos tres diferentes
lugares.
Distintas sensaciones comienzan a emerger cuando la respiración se
combina con un atento enfoque hacia el cuerpo. Los participantes pueden
sentir una sensación de opresión, de tensión, de dolor; una sensación como de
un bloque de madera o de piedra.

Estas sensaciones físicas fácilmente se convierten en emociones.

Por ejemplo, alguien podría empezar a sentirse triste sin razón, tan sólo
con empezar a respirar siente un hilo de lágrimas sobre las mejillas. Alguien
más podría sentir pesadez alrededor del corazón o quizá una opresión en la
garganta; las sensaciones que acontecen justo antes de romper en llanto.

Otra persona podría empezar a sentir irritación, la cual, si nos quedamos


por largo tiempo con la respiración, se podría tornar en enojo, frustración o
una sensación de querer estallar o escapar.

Así que esta afinación, la cual a veces llamo respiración básica, es una
forma de instruir a las personas sobre el método que estaremos usando. Es el
camino que estaremos siguiendo una y otra vez hacia las profundidades del
cuerpo.

El último ejercicio que uso en el proceso de quitarse la armadura es muy


intenso y probablemente sea la parte más físicamente demandante de mis
talleres y cursos.

Lo llamo la "serie de las patadas". Requiere de movimientos fuertes y


vigorosos del cuerpo y que incluyen: patear, golpear los brazos, menear la
cabeza y girar la espina dorsal, todo con la intensión de desafiar a las capas
de armadura y sacudir los patrones fijos de control que se encuentran
atrapados en el cuerpo, como la tensión. En algún sentido estamos enviando
al cuerpo hacia el caos para que surja un orden más natural.

Para esto le pido a la gente que trabaje en parejas. A uno que llamaré "el
paciente" se recuesta de espalda sobre una colchoneta, en la posición básica
de respiración, y es el que pasará primero por esta serie. El otro, "el
asistente", se sienta al lado como apoyo.
El paciente empieza por los diez minutos de respiración profunda para
acumular energía en el cuerpo, después, los guío al primer ejercicio: mover la
pelvis sobre la colchoneta elevando la pelvis y azotándola contra la
colchoneta varias veces, una y otra vez, mientras observa al asistente. La
colchoneta debe ser de hule grueso y espuma para que no se lastimen.

Hacen esto durante un par de minutos, descansan por un rato y repiten el


movimiento de rebote de la pelvis. Entre los ejercicios siempre animo a mis
pacientes a que hagan contacto visual con sus parejas para que se sientan
arraigados en el presente y resistan la tentación de "desvariar".

► El segundo ejercicio es patear. Les pido que se sujeten de ambos lados


de las colchonetas con sus manos y que pateen hacia abajo, plantando
sus pies sobre las colchonetas. Las piernas levantadas, las rodillas
llevadas al pecho y después los pies patalean en ritmos alternantes:
uno, dos, uno, dos.

Mientras patean que giren sus cabezas de lado a lado y griten "¡no!"

Por supuesto, esto dispara sentimientos en mucha gente porque


han estado reprimiendo sus "no" toda la vida. Como niños, y aún
como adultos, han tratado de ser chicos buenos... agradables y
amables con todo el mundo que los rodea.

Algunas personas verdaderamente disfrutan poder expresar un


rotundo y claro "no", mientras que para otros tiene el efecto
contrario; pueden estar abrumados por la impotencia o la debilidad.
Mientras mueven su cuerpo éste se empieza a agarrotar. La
instrucción es agitar la cabeza de lado a lado, pero algunas veces se
dispara tanta emoción que los músculos del cuello se tornan
completamente rígidos y no pueden mover la cabeza. Toda el área
alrededor del cuello y de los hombros se tensa.

Esto puede acarrear sentimientos de debilidad como "¡no puedo


hacerlo!", y algunas veces la gente rompe en llanto. No hay nada
malo con esta reacción porque no existe ninguna respuesta emocional
"correcta" para este ejercicio.

Después de unos cuantos minutos deténganse, descansen, y


después inicien una respiración profunda en preparación para la
siguiente etapa.

Hago muchos tipos de patadas y movimientos de la pelvis para


que la energía fluya y se exprese por las piernas. Existe un tremendo
poder en las patadas y lo podemos usar para redescubrir cómo el
cuerpo de forma natural soporta nuestras emociones.

Por ejemplo, una forma es patear hacia afuera como pateando a


alguien que está sobre la colchoneta, usando las frases "¡déjame en
paz!", "¡aléjate de mí!", "¡no estés chingando!"

Un telón de fondo de sonidos ayuda a la gente a vociferar y gritar


sin inhibiciones. Ya cuando baja el volumen se pueden tranquilizar y
descansar.

Las etapas son agotadoras pero cortas, con períodos de descanso


entre ellas, así que todo aquel que se encuentre en un rango normal de
salud puede hacerlas.

Después llegamos a los brazos. Cierren los puños, levanten los


brazos por encima de sus cabezas y déjenlos caer sobre la colchoneta
con tanta fuerza como les sea posible, aflojando todos esos
movimientos reprimidos cuando queríamos golpear a alguien, pero en
lugar de hacerlo contuvimos la energía.

También los aliento para que muestren sus dientes, porque los
dientes y las uñas son muy agresivos. Por supuesto, la gente
civilizada no desgarra las cosas con dientes y garras pero el impulso
surge dentro de nosotros cuando nuestro enojo se sale de control.

No voy a describir todas las etapas del ejercicio, pero el propósito


en general es claro: des hacer los patrones de control que mantienen a
nuestras emociones bajo control, procesos que desarrollamos
conforme al condicionamiento social que se arraiga dentro de
nosotros.

Estos patrones limitan nuestra capacidad de sentir y expresarnos,


por lo que la serie de pateadas cumple con el cometido de sacudir esa
jaula, de agitar las cosas, de enviar todo el sistema de armadura a un
verdadero caos. Como ya lo dije, es fisicamente demandante pero a la
vez muy eficaz.

Generalmente esta serie es buena terminarla con un "berrinche"


total, en donde, como un niño enfurecido, todo el cuerpo expresa la
emoción: los brazos azotándose, la piernas pataleando, la columna
vertebral retorciéndose y meneando la cabeza de lado a lado.

Cuando la serie ya está completa, tomamos un descanso y


entonces es el turno de los asistentes llevar a cabo el ejercicio
mientras sus parejas los apoyan.

En la tarde, después de un intenso ejercicio fisico, invito a la


gente a compartir sus experiencias. Mucha gente se sentirá en
pedazos, en un caos interno tanto emocional como energético porque
sus patrones de control han sido alterados, sacudidos. Algunos
sienten nauseas, otros se sienten desorientados.
LOS OJOS

EN LA ANTIGUA GRECA los actores que se paseaban por el escenario en


esos maravillosos anfiteatros tallados en piedra de las laderas, siempre usaban
máscaras para representar a los personajes que interpretaban. Ellos hablaban
desde las máscaras, y la palabra "persona" originalmente significa "alguien
que habla a través de una máscara".

El término trascendió los siglos, mutando conforme el tiempo avanzaba.


Por ser una referencia a una máscara se aplicó a un personae todavía se usa
para referirse al reparto de una por último se expandió a un término más
incluyente que significa "cualquier persona".

En la actualidad usamos la palabra "personalidad" para describir el


carácter de una persona y es significativo que la referencia original aludía a
una máscara cubriendo un rostro porque en esencia eso es lo que hace la
personalidad.

La personalidad es la imagen que presentamos a otros y al mundo, y la


expresión de nuestra persona lidad mayormente viene del rostro. Nuestra
imagen también puede ser expresada por nuestro cuerpo, por medio de
nuestra vestimenta, el carro que conducimos y así sucesivamente. Pero
esencialmente es el apariencia, sus expresiones, sus rasgosel que muestra el
tipo de persona que somos.

Al principio, en nuestro primordial y lejano pasado, no existía diferencia


entre lo que sentíamos adentro y lo que nuestro rostro mostraba. Como todo
lo demás que pertenece al cuerpo, la cara es parte de nuestra herencia animal.
Los animales se expresan de manera simple y verdadera, sin pensamientos ni
control ni censura.
Conforme nos civilizamos y empezamos a vivir juntos en unidades
sociales más grandes, los compromisos, la cooperación y el desarrollo de
convenciones y tabúes, templaron nuestra expresión exterior. Aprendimos a
adaptar nuestro comportamiento para obtener lo que necesitábamos de
nuestro entorno social, y este hábito político persiste en la actualidad.

De manera que no nos sorprende que se acumule una gran tensión en los
músculos de la cara, la cabeza y el cuello. Constantemente hacemos un
esfuerzo por controlar el rostro, por crear y mantener en su lugar el tipo
socialmente correcto de máscara, mostrando lo que es aceptable y ocultando
todo lo demás.

Hay muchas expresiones que indican la importancia del rostro en nuestra


interacción social. En Japón, por ejemplo, la humillación o vergüenza en
público se describe literalmente como "pérdida del que claramente implica
que el rostro es una máscara que nos podemos poner en cualquier momento.

Casi todas las culturas cuentan con expresiones como "persona de doble
cara", para referirse a alguien en quien no se puede confiar, capaz de parecer
sincero mientras engaña a otros.

En Estados Unidos, las apuestas en el juego de cartas han acuñado la


expresión pokerface, que significa que no se muestra ningún tipo de emoción.
Es decir, cuando has jugando póker por dos horas, perdiendo continuamente,
y de pronto te reparten una gran mano, quisieras sonreír, reír, celebrar, bailar
sobre la mesa, pero no muestras la manera en que realmente te sientes porque
deseas que los otros jugadores apuesten mucho dinero y pierdan. Así que tu
rostro permanece en blanco.

De manera similar las películas de Hollywood están llenas de escenas


donde el héroe puede mantenerse relajado e inexpresivo durante las
circunstancias más extremas; desafiando al villano y salvando una situación
imposible.

Ya les he mencionado el famoso "mantener la compostura" británica que


directamente se refiere a un área específica de la cara para indicar una actitud
sin emociones.
Me recuerda un incidente que tuvo lugar justo antes de la segunda Guerra
Mundial, cuando el secretario de asuntos exteriores británico, sir Anthony
Eden, voló a Roma para reunirse con el dictador fascista Benito Mussolini.

Pensando en impresionar a Eden con su poder, el grandilocuente


Mussolini apuntó dramáticamente hacia un botón en su escritorio y vociferó:
"¡Sólo tengo que oprimir este botón para empezar la próxima guerra!"

Eden permaneció inexpresivo mientras que, notablemente seco, le decía


"qué inconveniente si lo que usted quiere es una taza de té".

En términos generales los italianos son más expresivos que los británicos,
pero esto no quiere decir que tengan menos capas de armadura. La emoción
exhibida por el temperamento latino puede no reflejar de manera honesta lo
que está pasando adentro del individuo, y, si este es el caso, la falsa imagen
que se muestra al mundo creará tanta tensión en los segmentos musculares
como para no mostrar emociones del todo.

En nuestras vidas tendemos a mostrar un tipo de rostro a la persona


amada, otro con quienes trabajamos, otro a nuestros hijos. El rostro cuenta
con una multitud de facetas y aprendemos a ajustar los músculos para mostrar
la expresión correcta dependiendo de la ocasión; se convierte en un habito tan
arraigado que ni siquiera pensamos al respecto.

La cara es donde se localizan la mayoría de nuestros órganos sensoriales


oídos, nariz, lenguay donde recopilamos información del mundo que nos
rodea a través de la vista, el oído, el olfato y el gusto. Esta es nuestra frontera,
nuestro límite, donde nos conectamos con la periferia, con lo exterior, y
donde mantenemos nuestro primer frente de defensa.

Hablando en términos de energía, también es una puerta de entrada por la


que podemos invitar al mundo a que entre o permitir que otra persona intime
con nosotros, penetrando nuestras defensas. Aquí determinamos si es seguro
abrirse a otros o si es mejor permanecer cerrados.

Como lo expliqué en el capítulo cuatro, Reich dividió la cabeza en dos


segmentos: el ocular, o sea los ojos, y el oral: la boca. Entre estos dos la nariz
se posa casi como un puente ya que su mitad superior está más conectada con
los ojos y su mitad inferior con la boca.

El segmento oculares el primero en ser abordado en el proceso de


remover la armadura e incluye los músculos alrededor de los ojos: la frente,
las cejas, la parte superior de la cabeza, los lados y parte posterior, el tabique
de la nariz y la parte superior de las mejillas. También incluye los músculos
del cuello que se localizan justo por debajo de la región posterior del cráneo.

Toda esta zona es un canal para la energía conforme se mueve hacia


adentro y hacia afuera del cuerpo, especialmente a través de los ojos.

Se dice que 8o% de nuestra energía entra y sale por los ojos.

Todos nuestros sentimientos pueden ser mostrados a través de los ojos, y,


de igual manera, pueden ser bloqueados desde los ojos. De hecho
cualquier parte del cuerpo donde la energía entra o sale es
potencialmente un lugar donde la energía puede ser bloqueada. La boca,
la nariz, los oídos, las manos, los pies, los genitales y el ano son otros
puntos de este tipo.

Los niños están naturalmente abiertos y son vulnerables a influencias


energéticas y emocionales de su entorno. Cuando la criatura está rodeada por
una atmósfera de amor creada por padres que se preocupan, visual como
energética mente- todas estas impresiones con los ojos bien abiertos y
confiando.

Sin embargo, una criatura que se encuentra en medio de unos padres que
gritan, que se pelean, inconscientemente bloqueará esta energía evitando que
entre especialmente de manera visual, porque ningún niño quiere ver este tipo
de cosas.

El bloqueo alrededor de los ojos, constantemente toma la forma de


miopía o vista corta, lo cual puede ser una condición vinculada a la tensión
que se origina en el miedo. Mi mentor, Charles Kelley, también un maestro
del método Bates para la mejora de la visión, virtualmente eliminó su propia
miopía por medio de liberar la tensión en el músculo del ojo y desarrolló
técnicas que he incluido en mi propio trabajo.

Los músculos tensos alrededor de los ojos contienen emociones


reprimidas, y cuando estos sentimientos son despertados y empiezan a
liberarse, vertiéndose por los ojos, en su despertar traen una nueva claridad.

Ver claramente involucra no sólo los ojos físicos, también involucra los
ojos del entendimiento y la intuición. Los ojos físicos pueden trabajar
perfectamente bien, aunque exista un estado de casi ceguera, a un nivel más
sutil, a un nivel energético, intuitivo.

En el trabajo terapéutico la capacidad de verse a uno mismo es


importante. Sin ella, podrían ocurrir todo tipo de experiencias, todo tipo de
emociones pueden ser liberadas. Pero si no existe la capacidad para percibir
el significado dentro del contexto de la vida de cada uno de nosotros es un
ejercicio desperdiciado. Los mismos patrones de siempre continuarán
acumulando tensión, una y otra vez.

Así que en estas situaciones de grupo o en sesiones individuales no sólo


consiste en hacer los ejercicios. Desde el mismo inicio enfatizo el
entendimiento -por qué estamos haciendo ayudo a la gente a desarrollar una
sensibilidad hacia sus propios sentimientos, hacia su propio radar interno que
les dice qué está sucediendo en cuanto a los sentimientos.

Es como regresar a un estado de creer en uno mismo.

Una vez escuché a Osho decir que todos los niños nacen con "detectores
internos de basura". En otras palabras, saben instintivamente cuando los
adultos están diciendo cosas sin sentido o haciendo algo inapropiado, y
nosotros necesitamos restablecer esta preciada calidad de "ver" directamente
lo que es bueno para nosotros.

Trabajar con el segmento ocular es como quitarle la tapa a un recipiente,


la cual, una vez aflojada, empieza a abrir canales de energía hacia el resto del
cuerpo.

Desde aquí, la energía puede entrar y "tocar" cualquiera de los segmentos


inferiores y puede surgir desde cualquier centro y expresarse hacia afuera de
los ojos.

En cualquier sentido los ojos son el primer punto a través del cual la
energía entra o sale de su sistema.

Ya que la secuencia de remover la armadura empieza desde la parte


superior del cuerpo hacia abajo, y desde las capas de sentimientos más
superfi cíales hacia las capas más profundas y más cercanas al núcleo,
siempre se empieza a quitar la armadura desde este segmento.

Existe una variedad de ejercicios que hago para aflojar los músculos
oculares y liberar patrones de retención y tensión localizados en esta área.

► Contacto Visual: Mientras preparamos el cuerpo para remover la


armadura, enfoquen la atención del compañero hacia los ojos.

Cuando al inicio escuchamos y bailamos música, véanse los unos


a los otros mientras bailan para ver quién está presente, con quién
explorarán durante los próximos días. Éste es el primer paso:
conectarse, de manera casual, bailando y moviéndose juntos.

Cuando termine la música deben tener un contacto visual básico,


unos frente a otros viéndose a los ojos.

A mucha gente le da pena hacer esto, porque normalmente no


nos vemos a los ojos de otros por más de dos o tres tiempo es
considerado descortés o intruso-.

Más aún, evitar el contacto visual con otros es una forma de


evitarnos a nosotros mismos; evitar sentimientos que puedan
fácilmente surgir cuando nos vemos cara a cara. Actuamos como
catalizadores provocándonos mutuamente. Mientras más vemos a
alguien a los ojos, más visible se tornan nuestros sentimientos. No
sólo al otro sino a nosotros.

Todo nuestro esfuerzo por reprimir las emociones es para ocultar


lo que realmente sentimos, o para mostrar una farsa o algo que
mantiene a la gente a una distancia seguray entonces, en un ejercicio
como éste, es muy común que la gente tema o se sienta insegura.

Por ejemplo, los sentimientos de atracción pueden empezar a


surgir cuando la gente se da cuenta "me gusta esta persona". La
atracción se empieza a mostrar en los ojos pero experiencias previas
han enseñado a no mostrar estos sentimientos. Esto puede derivarse
del temor a ser rechazados o de la educación social y las actitudes
culturales.

Otra cosa que se revela en este ejercicio es que hay quienes


simplemente no pueden hacerlo. No pueden ver directamente a los
ojos. Mirarán la nariz, las cejas, sobre la cabeza, mirarán cualquier
cosa, pero nunca directo a los ojos.

Algunos se evitan "divagando". Parece que están viendo, pero


están desconectados y después de un rato podrás ver que están
ausentes.

Algunos simplemente cierran los ojos aceptando que no pueden


mirar.

Para aquellos que continúan mirando, el ejercicio provoca


sentimientos y emociones. Tan sólo mirar a los ojos de otra persona y
ver ahí a otro ser humano mirando también, es suficiente para que
algunos participantes empiecen a llorar.

Son conmovidos porque repentinamente sienten los lazos


comunes de la humanidad, porque en realidad todos somos iguales:
frágiles, tímidos, vulnerables. Esta simple aceptación, la de "aquí hay
otro ser humano viéndome", puede inesperadamente desembarazar
muchos sentimientos.
Cambien parejas tres o cuatro veces para acercase más entre
ustedes. Esto es importante al crear una dinámica de grupo para el
siguiente trabajo.

Al leer este libro, podrás encontrar reacciones desproporcionadas en relación


con la simplicidad del ejercicio; algunas veces me sorprendo cuando veo la
facilidad con que esas capas de protección y falsedad caen.

Pero piénsalo, no es de sorprenderse. Es a través de los ojos, más que


ningún otro sentido, que conocemos a otros y toma muy poco sacudir
nuestras defensas cuando tenemos el valor de deliberadamente pararnos
frente a otro y mirarnos mutuamente.

El proceso de remover la armadura sigue fomentando el contacto visual:


expresar emociones por los ojos, mostrar enojo, miedo, permitir que el
terapeuta o la pareja con quien estés trabajando vean lágrimas y tristeza.

Entender los "sentimientos pares" también es de gran ayuda al trabajar


con los diferentes segmentos, porque cuando miro a los ojos de un paciente,
generalmente puedo ver la emoción que ahí está siendo retenida. Después es
más fácil ayudar al paciente a que se conecte con ese sentimiento y pueda
expresarlo.

Por ejemplo, veo enojo contenido, sé que tendré que alentar la expresión
de esa energía, enfatizando la exhalación y reflejando el sentimiento en mis
propios ojos y rostro. Si veo un temor no reconocido, le enseñaré a la persona
cómo acentuar la inhalación y abrir los ojos más grandes, imitando la
expresión del miedo, lo cual puede provocar el sentimiento real.

Liberación ocular En lo que llamo "día del segmento del ojo", la estructura
principal es un ejercicio neorreichiano: "liberación ocular".

Antes de este ejercicio, preparo el terreno con una inusual técnica de


meditación que aprendí en la India y desarrollada por Osho llamada
meditación mandala. Estas dos estructuras que se originan en culturas
totalmente contrastantes se adaptan, trabajando en los mismos centros de
energía y en asuntos similares.

La meditación mandala es una de mis preferidas y es un placer emplearla.

Empezaré por describir la técnica de la meditación y después pasaré al


ejercicio reichiano.

La meditación mandala dura una hora y consiste en cuatro etapas, cada


una con un tiempo de quince minutos. La primera etapa es una carrera
estática, levantando las rodillas y muslos alto, en posición horizontal a la
altura de la cintura. Este tipo de trote genera una gran cantidad de energía en
la región inferior del cuerpo, empezando por las piernas y pies, y
extendiéndose hacia arriba a través del segmento pélvico.

Mientras trotamos los ojos están abiertos y viendo al frente, quizá


enfocados sobre una marca o punto en la pared, o viendo a través de la
ventana hacia un árbol o arbusto en el jardín.

La combinación de correr y enfocar un punto específico significa que dos


extremos del organismo están siendo ejercitados pies y los ojos- y esto crea
una conexión de energía o campo unificado a través de todo el cuerpo.

En la segunda etapa de la meditación mandala, se tienen que sentar con


las piernas cruzadas, los ojos cerrados, la columna erecta, y comenzar a
contonearse suavemente en compañía de una música que evoca el océano.
Este método coadyuva a que la energía despertada se acumule en el núcleo
del cuerpo para que no se disipe o fragmente.

En la tercera etapa, se recuestan sobre la espalda, abren los ojos, y


empiezan a girar los globos oculares en círculos grandes, en sentido de y
contra las manecillas del reloj.

El sentido es importante. Un movimiento en el sentido de las manecillas


del reloj ayuda a que la energía se mueva hacia afuera, mientras que en
contra de las manecillas del reloj ayuda a que la energía se mueva hacia
adentro, y el propósito ahora es llevarla hacia el tercer ojo, localizado
entre las dos cejas.

La mayoría de la gente familiarizada con el sistema oriental de yoga tiene


conocimiento del tercer ojo, o sexto chakra, mismo que está asociado con la
introspección, así como los ojos se asocian a la extrospección. Cuando se
activa el tercer ojo comúnmente se percibe una sensación de espacio interno y
una conciencia agudizada y aclara la mente.

El movimiento circular de los ojos físicos también trae consigo una gran
cantidad de energía al segmento ocular esto es de utilidad en el siguiente
ejercicio reichiano.

La gente con muchas capas de armadura alrededor de los ojos, con una
tensión crónica en este segmento, se sentirán somnolientos en ocasiones
durante esta etapa, de hecho algunos participantes se duermen profundamente
como una forma de evitar lo que está siendo agitado en el inconsciente.

Yo revierto esto, promoviendo que todo el mundo mantenga los ojos en


movimiento, alerta y presente. Durante la cuarta y última etapa, los
participantes permanecen recostados, con los ojos cerrados, en silencio y
quietos, sin hacer nada, únicamente observando o pendientes de cualquier
sensación interna y de sus pensamientos, o también de sonidos externos. Casi
todas las meditaciones de Osho terminan en silencio y quietud.

Por cierto, si tú sientes que no he presentado de manera apropiada a Osho


y su método de meditación en este libro, no te preocupes. Entraré en más
detalle al principio de la tercera sección al abordar el tantra y la meditación.

Después de la meditación mandala y un descanso, los participantes están


listos para el ejercicio de liberación ocular.

► En éste se trabaja en parejas, uno como el "paciente" y el otro como


"asistente". El paciente se recuesta en la posición básica de respiración: la
espalda sobre la colchoneta, las rodillas levantadas, los pies plantados
sobre el piso. El asistente se sienta sobre un cojín directamente detrás de la
cabeza del paciente.

El paciente empieza a respirar con profundidad creando una carga de


energía, mientras que el asistente le da un masaje en la cabeza aflojando
los músculos alrededor del segmento ocular, y particularmente alrededor
de los ojos, las cejas y la frente.

También sugiero que los asistentes den masaje a la parte superior de la


nuca, en la base del cráneo, porque la tensión causada por alejar la energía
de los ojos tiende a acumularse aquí. Es un lugar donde bloqueamos el
miedo.

Existen muchos meridianos o canales de energía que se originan en los


ojos, pasando por la frente, por encima de la parte superior de la cabeza y
hacia abajo de la nuca. Éstos generalmente se encuentran bloqueados con
una tensión crónica, cortando el flujo de energía entre la mente y el
cuerpo, y también trastornando la conexión entre el ver y el sentir, así que
pido a los asistentes que den masaje desde el cuello hasta los hombros.

Mientras esto sucede y el salón está en silencio explico que hay


muchas cosas que como niños no queremos ver, que no queremos
asimilar... cosas feas, incómodas, de miedo, como nuestros padres
peleando, el padre golpeando a la madre, problemas de familia de todo
tipo. No queremos ver esas cosas y aprendemos a cortar la energía de los
ojos para no ver lo que está frente a nosotros.

El ejercicio de liberación ocular está diseñado para relajar patrones de


tensión crónica que se derivaron de este reflejo protector al cortar el flujo
de energía.

Los asistentes deben tomar una lámpara, del tamaño y forma de una
pluma de escribir, y encenderla, sosteniéndola como a medio metro sobre
la nariz del paciente, lanzando el tenue haz de luz amarilla hacia los ojos
de éste.

Es importante mover el haz de luz sobre el rostro de manera lado a


lado, en círculos, de arriba a el paciente simplemente ve la luz y la sigue
moviendo los globos oculares. Únicamente los ojos deben moverse, no la
cabeza. De esta manera, los ojos del paciente son forzados a ver en todos
los rincones, en toda dirección, en cada área dentro de su campo visual.

El movimiento tiene que ser aleatorio porque este ejercicio requiere


que las personas permanezcan continuamente alertas sin saber en qué
dirección el haz de luz será movido.

El movimiento aleatorio del ojo toca tensiones creadas alrededor de


los ojos y hacia la parte inconsciente de la mente.

Algunas veces la gente recuerda cosas de su infancia: recuerdos


placenteros, como estar en una cuna o en un cochecito, siguiendo el
movimiento de coloridos juguetes. 0 recuerdos incómodos, cuando algo
desagradable sucedía en algún lugar y la criatura trataba de no ver en esa
dirección.

Después de un rato se les pide a los pacientes que sigan el haz de luz
con los ojos y la nariz para que la cabeza también se mueva de forma
aleatoria, aflojando las tensiones en la nuca.

Por medio de esta combinación de respirar, seguir el haz de luz, mover


los ojos y cabeza, se sacuden muchos tipos de sentimientos.

Para ayudar a este desentumecimiento los invito a emitir ruidos, para


que tanto la boca como la garganta también se involucren
energéticamente. También sugiero patalear sobre la colchoneta, lo cual es
reminiscente a la etapa de correr en la meditación mandala; las rodillas
dobladas y los pies pataleando:

De esta manera las piernas y pies están generando energía, enviándola


a través del cuerpo con cada patada.

Esta parte del ejercicio se enfoca en la expresión, en despejar los


canales de energía, dejar que sentimientos como gritar, vociferar y reír
salgan, y promuevo esta descarga con música conmovedora a todo
volumen y pido a los asistentes que muevan el haz de luz de manera más
alborotada y caótica.

Después de quince minutos se baja el volumen y las cosas se suavizan


y tranquilizan. Le pido a los asistentes que hagan movimientos más suaves
y lentos con el haz de luz, e invito a los pacientes a estar más receptivos,
con el haz de luz en los ojos.

Esto abre la puerta hacia un movimiento interno de energía y sugiero


que, usando tu imaginación, permitas que una combinación de luz y
energía pase por tu garganta hacia el conducto hueco, al corazón, vientre y
centro del sexo.

Esta receptividad, esta apertura interna, toca sentimientos escondidos,


su mayoría relacionados con el miedo y la con se alojan muy dentro de
nosotros, cerca del núcleo, y a veces las personas rompen en un llanto
profundo.

Después de unos diez minutos los asistentes apagan las lámparas, se


sientan al lado del paciente y de manera suave finalizan el ejercicio
tocando el brazo o la mano, o suavemente los pies para aterrizar al
paciente, para traerlo "de vuelta al cuerpo", al presente, en un estado de
funcionamiento "normal" del día a día.

Una experiencia común es que las personas no quieran ver la luz, que
quieran alejarse de ella, tal vez por un sentimiento de miedo que esté
aflorando. Algunas veces se sienten muy enojadas al verla y quieren
golpearla, o morderla o escupirla.

Algunas veces la luz toca sentimientos de dolor o añoranza, o, tan sólo


verla, puede provocar un lloriqueo o llanto repentino. Otra gente
experimenta un sentimiento de gran amor hacia la luz: verla como algo
positivo y hermoso y sentir o querer abrazarla.

Tal vez la luz también puede representar a un padre o un jefe, a una


madre, o a una fuerza hermosa o maligna, o estimular sentimientos de
sensualidad y vida en el cuerpo.
Con todas estas cosas la luz actúa como una pantalla de proyección de
la estructura de personalidad y los condicionamientos que se nos han
estampado desde la infancia y muchos de estos asuntos personales se
vuelven más visibles por medio de este ejercicio.

En los días que suceden al ejercicio las personas con frecuencia afirman ver
más clara y cosas aparecen con más color y más que les es más fácil ver a los
ojos de otros, sin defensas.

Después de la sesión de compartir es hora de un descanso para café o té,


una oportunidad más para regresar a la `realidad' común donde nos
desenvolvemos.

Gente que se ha involucrado profundamente en trabajos de descargas


emocionales con frecuencia se sorprenden cuando, después de una intensa
sesión, se dan cuenta de que pueden levantarse y salir del salón con el resto
de los participantes a disfrutar un té o un bocadillo antes de cambiar los roles
y volver a empezar.

Es algo que me gusta resaltar, no sólo porque me encanta mi té matutino


sino porque quiero que la gente se acostumbre a desenvolverse entre las
polaridades de una intensa descarga emocional y una vida cotidiana. Es una
buena manera de mantener a todos arraigados en la parte práctica de la vida y
que no tomen a sus emociones y a sí mismos muy en serio.

Para cuando las parejas han experimentado la estructura de liberación


ocular se ha ido todo un día en el salón y estamos listos para la segunda etapa
de desenmascarar el rostro.
LA BOCA Y LA GARGANTA

EL PRESI DENTE 38 de los Estados Unidos era famoso por su sonrisa.


Como candidato a la silla presidencial, Jimmy Carter sabía cómo agrandar los
labios de una manera agradable que se popularizó entre el público, yen la
elección presidencial de 1976 derrotó al entonces presidente Gerald Ford.

Para una nación que dos años atrás había sido destruida por el escándalo
Watergate, Jimmy Carter gustaba por su rostro fresco, record limpio y
personalidad transparente.

Desafortunadamente la jovialidad desinteresada de un candidato raramente le


acompaña como presidente en funciones, y los periodistas de la Casa Blanca
que se tomaron la molestia de contar sus visibles dientes, observaron que su
sonrisa gradualmente se encogía, mes a mes, crisis a crisis, diente por diente.
Inflación en los precios, una invasión soviética a Afganistán, la captura de 52
rehenes norteamericanos durante la revolución islámica en Irán, y, por si esto
fuera poco, un ataque por un "conejo asesino" mientras pescaba en una
pequeña embarcación cerca de su casa en Georgia, le borró la sonrisa del
rostro.

Ahora el turno de reír era el del candidato Ronald Reagan. Lo cual logró
de manera exitosa en una serie de debates televisados contra el presidente,
derrotando a Carter con una cucharada de su propia sopa al retratarse ante los
votantes como seguro de sí mismo y con un buen sentido del humor. Un
hombre radiante que le podía devolver a los Estados Unidos la confianza en
sí mismos y su orgullo nacional.

La sonrisa cultivada, la mano estirada, y las palabras: "Hola, soy Jimmy


Carter. Estoy en la contienda por la presidencia" ayuda a esconder la batalla
encarnizada.
Los animales no sonríen, no pueden usar su boca para ese fin. Al
contrario, con frecuencia la usan como arma. Los animales salvajes usan la
boca para pelear y para alimentarse; acciones que requieren morder, jalar y
rasgar.

Todos sabemos que cuando un perro quiere atacar o siente la necesidad


de defenderse, sus labios se retraen para mostrar sus dientes mientras que la
mandíbula se prepara para morder. El perro puede no sentirse agresivo pero,
por ejemplo, puede estar paseando por el territorio de otro perro que amenaza
con atacar, y ésta es una forma de decir "puedo defenderme y lastimarte, así
que mejor déjame en paz".

En términos de la política moderna algunas veces pienso qué tan


auténtico sería si los políticos tiraran sus mascaras sólo fuera por unos se
permitieran ladrar y gruñirse mutuamente. Ésta es la emoción real que
acompaña a la lucha por el poder y sería gratificante ver a los políticos
brillando con su propia luz.

Imagínese la escena en la Casa de los Comunes en horario de preguntas


del primer ministro:

"Ustedes honorables caballeros aceptarán que Su Majestad el Gobierno no


hace otra cosa que... ¡grrrr! ¡guau, guau! ¡arf, arf! ¡yip, yip! ¡grrr!"

En cuanto al resto de nosotros los humanos, a pesar de nuestro esfuerzo


por negar nuestra bestia interna, existen poderosos sentimientos animales
contenidos en los músculos alrededor de nuestra boca, especialmente
conectados con morder y gruñir. Ocasionalmente estos sentimientos se
desatan. Por ejemplo, el boxeo siempre ha sido una actividad ani hombres
adultos golpeándose en nombre de un en 1997 se le agregó un nuevo giro
cuando el peso pesado y ex campeón del mundo Mike Tyson, buscando una
victoria sobre Evander Holyfield, mordió un trozo de la oreja a su oponente y
perdió por descalificación.

Muchos niños tienen el mismo instinto. Antes de ser propiamente


"adiestrados" por sus padres, con frecuencia usan sus bocas en una forma
animal para expresar sus sentimientos.
Recuerdo cuando era niña que pasé por una etapa en la que mi enojo
surgía como mordidas. Cuando me enojaba, mordía a mi primo o a mi
hermana hasta el punto que mi de repetidamente decirme que las niñas no
hacían esas tomó el brazo y me lo mordió.

Empecé a llorar y me dijo "¿ves?, eso es lo que se siente cuando tú


muerdes a alguien".

Desde entonces, me resistí al impulso de morder y eventualmente me


olvidé de él hasta que, durante mi período de entrenamiento con los Kelley, el
recuerdo me inundó una vez más.

Así que existen muchos asuntos emocionales almacenados en la boca -no


sólo el enojo, sino también el dolor y el empezarán a surgir durante el
proceso de quitar la armadura.

En este proceso, cualquier sonrisa falsa o superficial que haya sido


cultivada a través de los años es probable que se pierda, pero como la
mayoría de la gente que se acerca a mí no busca un puesto de elección
popular, el precio a pagar es muy bajo.

Más aún, pueden estar seguros de que, después de haber pasado por el
proceso de quitar la armadura, descubrirán y experimentarán una sonrisa
mucho más genuina, unida a su fuente natural, auténtica de amor, risa y
alegría.

Como ya lo mencioné en el capítulo anterior, Reich llama al segundo


anillo de músculos el segmento oral. Incluye a la boca, los labios, la lengua,
los dientes, la mandíbula, los oídos, la parte baja de la nariz, y la parte
posterior de la cabeza atrás de la boca.

Aquí, entran y salen del cuerpo tremendas cantidades de energía. Todos


nuestros sonidos y palabras son expresados por el segmento oral. Todo
alimento entra por ahí o es rechazado. La respiración también se da por la
boca, especialmente cuando corremos.
Con la boca, cuando somos bebés, succionamos el pecho de mamá,
donde por primera vez experimentamos un profundo placer y hasta-de
acuerdo a como un verdadero orgasmo. También afirma que si a un recién
nacido no se le permite succionar el pecho de la madre, la tensión o
contención resultante en la boca inhibirá su capacidad natural del placer
sensual.

La boca, labios y lengua intervienen en besar durante los juegos eróticos


y durante el acto sexual, y estas partes del cuerpo son importantes para dar y
recibir placer en una sexualidad madura.

Adicionalmente, sentimientos y emociones más profundos que nacen del


corazón y del vientre pasan a través de este segmento para encontrar su
expresión. Así que la boca es muy activa en la expresión de sentimientos y,
como es el caso con cualquier segmento por el que pasa una gran cantidad de
energía, una buena parte de bloqueo y tensión pueden manifestarse ahí.

La respiración neorreichiana se hace con la boca abierta, y es aquí donde


los primeros síntomas de bloqueo se pueden ver. Una boca cerrada no puede
aspirar aire, o emitir sonidos, ni energía, ni emociones, así que es importante
recordarles a los pacientes mantener la boca abierta mientras respiran.

Aquí quiero hacer una breve mención de la nariz, la cual, aunque es parte
importante del rostro, no es en sí mismo un segmento independiente. Está
muy conectada con los músculos de los segmentos ocular y oral, y la cavidad
nasal se conecta justo por debajo de la parte posterior de la boca con la
garganta.

La nariz no es muy móvil y no puede ser comparada con los ojos o con la
boca como medio de expresión, pero sí habla en su propio idioma, revelando
sentimientos escondidos que la gente preferentemente no muestra al público.

Mucha gente conoce la expresión "tiene la nariz chueca", lo que significa


que alguien está molesto, que su orgullo ha sido lastimado y trata de
mostrarlo.

Cuando se trata de bloquear la expresión emocional, el segmento bucal


puede ser visto como una extensión del segmento cervical, localizado en la
garganta, porque trabajan muy cercanos el uno del otro y voy a explicar las
funciones de ambos en este capítulo.

Ya he dado ejemplos de cómo reaccionan los niños cuando el padre o


madre les piden que dejen de llorar o de gritar: la garganta trata de
estrangular la energía y emoción nacientes, tragándosela, mientras que la
boca se cierra fuertemente para que nada pueda escapar hacia el mundo
exterior.

El segmento cervical es el tercer segmento de Reich e incluye a la


garganta, parte posterior y lateral del cuello, la laringe y la raíz de la lengua.
Todos los sonidos vocales se originan aquí, y pueden ser bloqueados por
contracciones de músculos que impiden que la energía suba y salga por la
boca. Este segmento también puede evitar que recibamos energía desde
afuera.

Es a través del cuello y la garganta que nuestra cabeza se conecta al


cuerpo. Mente y cuerpo se encuentran en este punto, y frases como "no
pierdas la cabeza" y "atorníllate bien la cabeza", quieren decir mantener el
control de uno mismo.

Aquí, en el tercer segmento, más que en ningún otro, las tres emociones
temor y claramente visibles e identificadas. Los músculos son fácilmente
accesibles para trabajo práctico y, para mí, esto hace de la garganta una de las
áreas más interesantes y complejas de tensión en todo el cuerpo. Realmente
es una ruta muy precisa hacia las emociones reprimidas.

Por esta razón, antes de explicar ejercicios de grupo que uso para el
trabajo de liberación, me gustaría referirme un poco a cómo son retenidos los
sentimientos en la garganta y cómo pueden ser liberados en sesiones
individuales.

El enojo es retenido en músculos que se originan por debajo del oído,


directamente detrás de la mandíbula, y se extienden hacia abajo, a los lados
del cuello, conectándose con el centro de la clavícula, los músculos
esternocleidomastoideos. Cuando nos enojamos tratamos de bloquear la
emoción ascendente, estos músculos se hinchan visiblemente como cuerdas;
tensos y duros, conforme nos alistamos para explotar o pelear.

Cuando el terapeuta aplica una presión o un masaje directos sobre estos


músculos con sus manos, es muy posible que surja el enojo. De manera
simultanea, el paciente mueve la cabeza de lado a lado, diciendo "no", y esto
ayuda a liberar el enojo.

Mucha gente que reprime el enojo lo hace manteniendo la voz suave e


inexpresiva, así que hacer ruidos de enojo y gritar ayuda a liberar esta
emoción desde la laringe. Rugir y gruñir como animal salvaje es muy
efectivo. Sacar la lengua mientras exhalamos ayuda a aflojar el enojo
retenido en la parte superior de la garganta.

El miedo en el segmento cervical es retenido en la nuca y en la parte posterior


de la garganta. Para conectarse con esta emoción, les pido a los pacientes que
enfaticen la inhalación, abriendo los ojos y la boca. Llevar la voz a sonidos
más altos en la exhalación, como un "¡iii!", agudo, chillante, también ayuda a
contactar y liberar el miedo.

Usted puede sentir una contracción por miedo al imaginarse a alguien a


hurtadillas detrás de usted con la intención de golpearlo en la parte posterior
de la cabeza. De inmediato sus hombros se levantan y su cabeza se echa para
atrás como un reflejo para proteger este punto vulnerable.

Es un punto donde nos sentimos indefensos. Muchos animales levantan a


sus crías desde este punto porque no hay nada que puedan hacer para oponer
resistencia.

En los humanos, la tensión crónica retenida en la nuca provoca que los


músculos se encojan como un nudo apretado, echando la cabeza hacia atrás y
los hombros levantados en una posición habitual de defensa. Sin embargo, en
la mayoría de los casos, las manos de un terapeuta pueden penetrar esos
músculos, aflojando la tensión, liberando el miedo.
El dolor reside al frente de la garganta, en un tejido de músculos que
corre hacia arriba desde la clavícula hasta por debajo de la mandíbula. Aquí
es donde las lágrimas han sido tragadas, donde las palabras de pesar y tristeza
han permanecido en silencio.

Un terapeuta puede masajear estos músculos mientras alienta una


pulsación de respiración profunda, invitando a los sonidos. A un nivel de ener
gía, con frecuencia encuentro que pasar una mano hacia arriba por la
garganta, sin realmente tocar la piel, mueve la energía rumbo a la liberación.

Al principio, cuando la energía bloqueada se empieza a liberar, puede


expresarse como un tipo de gimoteo o lloriqueo imparable, pero no conduce a
una total descarga. En tales casos, necesito ayudar al paciente a que acelere y
profundice la pulsación de la respiración, abriendo la boca muy grande e
intensificando los sonidos para romper el patrón energético atorado.

Invitar al paciente a expresar palabras directamente hacia la persona que


fue en algún momento del pasado, la razón de esos dolorosos sentimientos,
también puede ayudar a desencadenar un mar de lágrimas y una total
descarga de energía.

EJERCICIOS PARA BOCA Y GARGANTA

En el proceso hay un día en que mi enfoque principal es trabajar con la boca


y garganta. Existen muchos ejercicios que pueden ser usados para aflojar la
armadura en estos dos segmentos, algunos de los cuales los uso como
calentamiento previo al trabajo más profundo que les sigue.

Por ejemplo, de pie, en grupo y formando un círculo, podemos empezar


movilizando la energía en el segmento oral, haciendo muecas,
concientizándolos de las tensiones alrededor de la boca. Estirar la cara en una
serie continua de expresiones exageradas y extrañas es una forma efectiva y
disfrutable para aflojar los músculos de la boca.

Sacar la lengua mientras vemos a otros no sólo afloja la tensión retenida


en esa región, sino que también desafía nuestro protocolo social y
condicionamientos que dicen "nosotros los adultos no hacemos esas cosas".

Invitar a todos a rugir y gruñir ayuda a provocar el enojo retenido en los


dientes y mandíbula. Como con las sesiones individuales, emitir palabras de
enojo con sentimiento y energía puede aflojar emociones que han estado
reprimidas por años.

Hablar incongruencias en voz alta y rápidamente, es una forma efectiva


de aflojar los segmentos oral y de la garganta, especialmente la voz. Las
incongruencias tienen su origen en las escuelas de misticismo sufí y
particularmente de un místico extraño, Jabbar, quien le hablaba a sus
seguidores y visitantes en sonidos, no en palabras.

Una de las técnicas de meditación desarrollada por Osho emplea las


incongruencias ampliamente y está diseñada para dar expresión a la basura
que congestiona la mente, pavimentando el camino para el silencio que sigue.
Llamada meditación sin mente, comprende una hora de incongruencias,
seguida de una hora de sentarse en silencio, todos los días durante siete días.

En los grupos de pulsación empleamos la incongruencia con un objetivo


un poco diferente: nuestro propósito es aflojar los músculos alrededor de la
boca y mandíbula, abrir la voz y promover el flujo de energía a través de la
boca y garganta.

Es una versión más corta del proceso io-15 minutos de incongruencias


para desechar todo, seguidos de io a i5 minutos de sentarse en silencio,
observando el espacio interno que queda en calma, vacío ante el caos que ya
se ha ido.

En conexión con la eliminación de la armadura de la boca y garganta,


empleo una posición bioenergética de estrés llamada "estiramiento de la
garganta", originalmente diseñada por Alexander Lowen.

► Siéntense sobre una colchoneta, inclinados hacia atrás, con las manos
ubicadas detrás del cuerpo para soportar el peso. Las plantas de los
pies sobre el piso y las rodillas dobladas y separadas. Cuando todos
estén listos, invito a que se echen totalmente hacia atrás, dejando caer
la cabeza, abriendo la boca y respirando.

Toda la columna vertebral está doblada hacia atrás, lo que


expande el pecho y estira la parte frontal de la garganta, aflojando
más la tensión retenida en esta región del segmento cervical.

Los participantes respiran de esta forma por unos minutos,


después lentamente regresan el cuerpo hacia el frente, dejando caer la
cabeza entre las rodillas que están separadas; ahora la nuca está
estirada, provocando sentimientos y emociones retenidos en esta
región.

Repetimos esto tres veces, hacia atrás y hacia el frente,


enfocando la atención en el área de la garganta, que afloja la tensión
y aumenta el flujo de energía a lo largo de la columna vertebral.

Les pido que no se extralimiten, que no fuercen las emociones,


sino que permitan que esta posición abra el cuerpo, en preparación
para el ejercicio principal: "la liberación de la garganta".

Antes de pasar a éste muy poderoso ejercicio, hay un ejercicio más de


calentamiento llamado "reflejando el rostro" el cual es uno de mis favoritos.

► Dos personas se sentarán frente a frente, viéndose cara a cara, de cerca


pero sin tocarse, manteniendo contacto visual. Ustedes deciden quién es
Ay quién es B.

A través de una fantasía, A es conducido a su propio cuarto de


baño donde repentinamente le surge la urgencia de hacer muecas
frente al espejo, contorsionando el rostro en todas las formas
posibles, acompañadas de sonidos y posiciones corporales.
B es el espejo del baño e imita todas estas caras, reflejando a A,
y después el resto del grupo enloquece, actuando como si tuvieran
tres años.

Este ejercicio es uno de los más poderosos para aflojar los músculos de la
cara. Su propia locuacidad invita a la gente a hacer expresiones faciales y
emitir sonidos extremos que nunca se permitirían hacer normalmente, y esto
sucesivamente moviliza los músculos, permitiendo que la energía fluya.

Después de unos cinco minutos las parejas cambian roles y el juego se


repite.

Después de esto estamos listos para el ejercicio liberación de la garganta,


algunas veces conocido en los círculos de terapia primaria como "babeo".

► Tienen que permanecer frente a frente, sentados en la misma posición,


respirando profundamente, dejando las bocas muy abiertas, y las lenguas
muy flojas, casi colgantes.

Es interesante ver la lengua cuando se trabaja con la boca, porque


es un músculo poderoso que está activamente en conexión con la
expresión y represión de cualquier emoción.

Tragarse la lengua es un método muy común de represión; sacarla es una


manera efectiva de aflojar su hábito de control. El campeón de tenis Pete
Sampras era famoso por sacar la lengua durante encuentros largos,
extenuantes, y esto le ayudaba a mantenerse relajado durante el severo
estrés de una competencia de clase mundial y desempeñarse a un nivel
óptimo.

► Lo principal en la liberación de la garganta es no cerrar la boca y no


tragar. Claro, al no tragar, la saliva empieza a salirse de la boca, así que
tengan y distribuyan toallitas de papel para limpiarse la saliva.
Pero limpiarse también es una forma de control y un intento por
mantenerse civilizado, así que en la versión más cruda, no lo hagan.

Crear una carga de energía con la respiración, mantener la boca


abierta, permitir sonidos y el babeo... muy pronto, los sentimientos
empiezan a aflorar, especialmente aquellos asociados con tragarse las
emociones. En este momento nada se impide: lágrimas de alivio
pueden empezar a surgir, porque ustedes ya no tienen que
tragárselas. Algunos gritarán de pavor, otros pueden vociferar desde
el enojo.

Cada pareja puede estar sintiendo una emoción diferente y eso


está bien. Simplemente están actuando como pantallas proyectoras,
disparándose mutuamente.

Por ejemplo, una persona puede estar inexpresiva, como agotada.


Esto tiende a suceder cuando una carga creciente de energía empieza
a golpear músculos con armadura y el patrón de control se
intensifica; toda la cara se torna como una máscara, los ojos se ven
vidriosos y la respiración se reduce.

Esto, a su vez, puede provocar en la pareja una mayor expresión,


conforme reaccionan a esta visión de inanimación.

Mucha gente se sorprende de lo que puede surgir de su interior


durante este ejercicio. Todo aquello que se han tragado por años -
quizá enojo, quizá el sentimiento de ser forzados a comer cosas que
no deseaban- crea una reac ción energética de "¡no lo quiero!" Ahora
lo pueden escupir, en algunos casos, hasta vomitar.

No se fuercen a una expresión emocional. Éste no es un ejercicio


de "hacer". Al contrario, lo único que tienen que hacer es no impedir
la expresión de nada.

No obstante, las emociones poderosas que se provocan se


empiezan a liberar.
Mientras tanto, alguien que se encuentre con ustedes y no esté
realizando este ejercicio, puede pasearse por sus lugares masajeando
músculos de la mandíbula, o de la parte posterior y lateral del cuello.

Personalmente, hago mucho trabajo con la posición de la cabeza,


la cual está directamente conectada con el cuello y la garganta.
Algunas veces está atrancada hacia el frente, algunas veces hacia
atrás, ambas posiciones creadas por el acorazamiento crónico del
músculo.

Realmente no lo llamaría un masaje. La idea es trabajar con las


manos, desafiando patrones de represión. En un cierto punto durante
el ejercicio, si la cabeza es inclinada hacia atrás con el cuello
contraído, por ejemplo, la persona que no está realizando el ejercicio
y que se está encargando de supervisarlo, podría jalar la cabeza hacia
el frente y de repente la emoción reprimida se expresará a través de
los ojos o la boca.

De igual manera, si la cabeza está atorada hacia el frente para


evitar la expresión de enojo guardándola en la garganta, podría rotar
la cabeza hacia atrás y, tan pronto como toque el ángulo correcto, la
emoción retenida saltará por la boca.

No siempre es fácil tocar el punto correcto donde el paciente


repentinamente suelta todo y el sentimiento estalla.

Habitualmente deambulo alentando a la gente, y es lo que


recomiendo en este caso. Decir cosas como "deja que salga por los
ojos, que se salga la lengua, sigue respirando, no lo restrinjas..."

Todo tipo de cosas se desbordan, porque se han tragado todo


durante años. Lo vomitan emocionalmente y a veces también
vomitan el almuerzo -de hecho, trato de hacer este ejercicio antes del
almuerzo, y aun así, el vómito es frecuente.

Hay que permanecer en esta etapa del ejercicio casi una hora,
viendo y respirando, sin tragar, y durante este tiempo recomiendo
poner música provocativa de fondo -un redoble o ritmo conductor
que fomenta la expresión.

Después cambien a música más tranquila, más calmada. Sugiero


a los participantes permitir que su humor se suavice, se relaje más,
que respiren tranquilamente y mantengan la misma posición mientras
sienten lo que pasa interiormente.

Conforme el humor cambia, el enojo tiende a desaparecer y se


hace contacto con una capa de lágrimas, o con una capa de tristeza,
algo más silencioso, más suave que necesita de un espacio más tierno
para ser expresado.

No es necesariamente el caso que una emoción expresiva,


ruidosa sea más significativa que un sentimiento más silencioso, más
sutil.

Ésta es una de las cosas que enfatizo en los entrenamientos de


pulsación, cuando estoy enseñando a la gente cómo trabajar, porque
con frecuencia tienen la al es un asunto de conseguir pacientes para
hacer mucho ruido, patalear y golpear en la colchoneta.

Claro, se ve y suena como algo importante, pero también puede


ser una defensa o una actuación, una manera de agradar al terapeuta
o de esconder sentimientos más alarmantes, más vulnerables.

Como manera de concluir el ejercicio de liberación de la


garganta, invito a las parejas a que se acerquen y se tomen de las
manos. Algunos se mueven como una danza de energía con las
manos juntas, moviéndose al compás de la música, otros empiezan a
llorar, mientras que otros se quedan mirando, todavía sin tragar ahora
ya tienen muchos pañuelos de papel a sus lados.

Después los invito a que abracen a su pareja, si así lo desean. En


este punto muchos empiezan a llorar porque han pasado por mucho
juntos, exponiendo cosas que han estado ocultas o reprimidas, han
mostrado un rostro que no habían revelado a nadie más.
Cuando se acerquen, sus corazones se encontrarán, y esto puede
provocar más emocio nes. Es un momento conmovedor. Tal vez
surge un recuerdo de cuando querían que sus madres los abrazaran
fuertemente... cosas así.

Entonces los invito a compartir. Les sugiero que se sientan


realmente cómodos, recostados sobre las colchonetas y almohadas,
que creen un ambiente íntimo y platiquen sobre lo que sucedió
durante el ejercicio.

Para concluir el día de trabajo, recomiendo que pongan una


grabación de un discurso de Osho, en el que explica la represión,
diciendo que básicamente es una forma de auto contaminarnos. Para
celebrar la vida, dice, debemos regresar a una forma más natural de
expresión, para poder reclamar nuestra energía y usarla para acceder
a estados más altos de conciencia. La expresión es vida, la represión
es suicidio.

La combinación de estos dos ejercicios: la liberación ocular y


liberación de la garganta crea una poderosa oportunidad para
transformar el rostro, motivando una mayor expresión emocional,
aflojando la armadura, desechando la máscara.

Como resultado, la cara revive otra vez, con la posibilidad de


mostrar una gama más amplia de sentimientos y una expresión
auténtica.

Claro, aún pueden jugar póker, mantener una expresión fría si la necesitan,
pero el rostro en sí mismo ya no está entumecido.

Adicionalmente, habrán abierto el pasaje, la entrada hacia su sistema de


energía. Le han quitado la tapa al frasco, así que cualquier cosa que esté allá
abajo, más allá de los segmentos, puede ser accedida con mayor facilidad.

Lo que esté adentro saldrá más fácilmente, y lo que esté afuera podrá
entrar más profundamente hacia el núcleo, porque sus herramientas básicas
de ojos, la boca y la más disponibles para ayudar a este flujo de energía de
dos vías.

Esto abre el camino hacia el primer gran centro de energía, el corazón, y


hacia donde nos dirigiremos en el próximo capítulo.
Si QUEREMOS EXPERIMENTAR el cielo e infierno en una forma
inmediata, practica, no existe mejor lugar buscar en las relaciones amorosas
entre hombres y mujeres. En nuestro esfuerzo por conectarnos y
comunicarnos, rellenar el vacío, unir la brecha entre nuestros sexos opuestos,
encontramos dentro de nosotros lo divino y lo demoniaco.

Y si queremos localizar las áreas específicas del cuerpo donde el placer y


el dolor se sienten de manera más aguda, debemos identificar dos. Uno es el
corazón humano, la fuente de amor, el anhelo y la desolación. El otro se
localiza un poco más abajo, debajo del vientre y arriba de las rodillas. Y
trabajan juntos.

En este capítulo, exploraremos el centro del corazón que está rodeado por
lo que Reich llama el segmento segmento las poderosas emociones que esta
región del cuerpo nos provocan.

Una cosa que me impresiona como algo significativo y con frecuencia


ignorado en los asuntos del corazón, lo cual debe ser reconocido por todos
aquellos que se aventuran en este reino: amar requiere de valor.

¿Por qué? Porque cuando abrimos el corazón nos arriesgamos a


lastimarnos.

Los cuentos de hadas y las historias de verdadero amor y romance


equivocan todo. El amor no dura para siempre, el amor llega y se va, y
cuando se va hay tristeza, desolación y dolor.

Ciertamente, nos podemos considerar afortunados si esto es todo lo que


sentimos, sin ningún otro elemento de amargura, odio o arrepentimiento,
porque los juzgados están llenos de parejas que se quieren destrozar,
exprimiendo hasta el último centavo del otrora amante quien ha traicionado
sus esperanzas y sueños.

Como resultado de tan dolorosas experiencias, mucha gente renuncia al


amor, cerrando las puertas del corazón como una forma de protegerse.

Recuerdo, durante la etapa de luna de miel de mi primer gran amor,


entrar a una oficina de correos en San Francisco con mi amado, y caminar
hacia la ventanilla para enviar un par de sobres.

Creo que pasamos más tiempo mirándonos a los ojos que poniendo
atención a la empleada, porque simplemente nos vio y exclamó "¡ah, están
enamorados!", e inmediatamente, formó una cruz con sus dos dedos índices,
como para protegerse de espíritus malignos.

Nosotros no teníamos el tiempo para entrar en detalles, pero con certeza


ella había sido lastimada en el amor y no quería nada al respecto -no tenía
más de treinta y años.

No es ningún accidente que en las grandes historias de amor como


Romeo y julieta o Tristón e (solda, al héroe y a la heroína no se les permita
estar juntos mucho tiempo. Su amor permanece puro y hermoso porque no
tienen tiempo para hartarse el uno del otro, así pues nunca llegan al doloroso
rompimiento de una relación agotada.

En cualquier relación de amor de la vida real, el placer y el dolor vienen


como un paquete inseparable y esas almas valientes que se acercan a mí para
empezar el proceso de eliminación de la armadura, inmediatamente
comprenden que no hay forma de liberar al corazón de sus defensas sin
volver a experimentar el dolor de la pérdida, el sufrimiento y el deseo no
correspondido.

Éste es el precio por el regreso al amor y, en mi opinión, bien vale la


pena pagarlo, porque sin un centro del corazón pulsante no podemos
realmente llamarnos humanos.

En el sistema de Reich de la armadura del cuerpo, el corazón es sólo una


parte del segmento torácico, que incluye la caja torácica y todos los músculos
localizados en el área del pecho, desde los hombros hacia abajo hasta la
región inferior de las costillas, en la parte anterior y posterior del cuerpo.

También están incluidos los brazos y manos, haciéndolos en efecto una


extensión del corazón. Esto pudiera parecer extraño, pero fácilmente
podemos sentir esta conexión cada vez que buscamos el amor de otro ser
humano, o alejamos a alguien de nosotros, usando los brazos como un
vehículo prioritario para expresar los sentimientos del corazón.

Ustedes podrán recordar que, en mi sesión individual con Erica Kelley,


cuando por primera vez me sumergí en el trabajo reichiano, me invitó a
buscar con mis brazos diciendo "quiero... quiero..."

Esto me puso en contacto directo con el profundo dolor de nunca haber


recibido tanto amor como el que deseaba, especialmente de los hombres, y mi
temor a pedirlo.

En mi trabajo como terapeuta, con frecuencia me encuentro con


sentimientos similares en mis pacientes. Cada vez que llevo a la gente hacia
el movimiento de buscar, ya sea en sesiones individuales o en trabajo de
grupo, surgen este tipo de situaciones.

Así que la inclusión de Reich del uso de brazos y manos en el segmento


del corazón tiene sentido, especialmente cuando también los vemos como una
forma de expresar ternura y compasión, cuidados y estas cualidades
relacionadas a un corazón que ama.

Por cierto, ustedes habrán sea por experiencia personal, o viendo


películas en el cine o en la el dolor de un corazón lastimado y un corazón roto
se sufre más agudamente en el centro del pecho, no en el área donde
físicamente se aloja el hacia la izquierda del cuerpo y por debajo del pecho.

La gente entrelaza las manos a la altura del punto medio del pecho
cuando revolotean por amor o ante la conmoción de su repentina ausencia. Y
aún así, llamamos a este sentimiento "dolor del corazón".

Reich explica este fenómeno como producto de una tensión crónica


retenida en los músculos del pecho, pero existe otro sistema al que me
gustaría hacer referencia que también arroja luz sobre el corazón y sus
misterios.

En el sistema de chakras de la India, existen siete centros de energía,


empezando en el centro del sexo y ascendiendo por el tronco el cuerpo hasta
la corona de la cabeza.

La palabra chakra viene de un antiguo lenguaje hindú, el sánscrito, y


significa "rueda" o "vórtice". Un chakra es energía pura; un fenómeno
condensado, dinámico e invisible que, al ser activado, gira como un
disco.

Aunque carecen de forma material, los chakras influyen en nosotros a un


nivel físico, emocional y espiritual, transmitiendo y recibiendo energía,
gobernando los órganos más cercanos a ellos en el cuerpo.

Entraré en más detalle sobre los chakras en la tercera sección del libro,
pero una de las razones por la cual lo encontré como una útil extensión de
Reich es que, en este sistema, el chakra del corazón, o centro energético del
corazón, se localiza exactamente en el centro del pecho.

Para mi esto tiene sentido, explicando por qué las emociones profundas
son experimentadas en esta área. Es la energía corporal que agita las
emociones, no el órgano físico, y el chakra del corazón es el punto central del
cuerpo energético que gobierna esta región.

Uniendo los dos sistemas, me gusta pensar en los chakras como el núcleo
más profundo del segmento reichiano, donde el sentimiento y la sensa ción se
tornan inmateriales, llegando a los cuerpos sutiles.

Sin embargo, no podemos rechazar al corazón físico como si no tuviera


influencia. He leído extractos de un gran libro, con el título El código del
corazón, del doctor Paul Pearsall, en el cual dice que el corazón piensa,
siente, recuerda, ama, odia y comunica información.
Mientras entrevistaba pacientes con órganos transplantados, Pearsall
encontró que muchos de ellos experimentaban cambios en su personalidad y
comportamiento posteriores a la cirugía, y descubrió que éstas nuevas
características pertenecían a los donadores.

Por ejemplo, un niño español que no hablaba nada de inglés se encontró


repitiendo la palabra "copatético", dos años después de haber recibido el
corazón de un hombre que había fallecido en un accidente automovilístico.

La mujer del hombre informó que "copatético" era una palabra que ellos
habían inventado para marcar el final de una chocaron estaban en medio de
una álgida discusión.

En otro caso, una niña de nueve años recibió el corazón de otra niña que
había sido asesinada, y empezó a sufrir de pesadillas en las que ella era
asesinada.

Sus sueños eran suficientemente vívidos como para describir con


exactitud al asesino hasta conocía su nombre. El hombre fue identificado y
después de la investigación, se encontró que él había matado a la niña que
donaba el corazón.

Cito estos ejemplos para demostrar una verdad que descubrí por mi
cuenta: el organismo humano es un fenómeno muy sutil y complejo que no
puede ser esmeradamente dividido en compartimientos separados: el mental,
el emocional, el físico y el energético.

Todo se interconecta. Todo se traslapa y entrelaza.

Aún más, cada uno de nosotros es único. Cada uno de nosotros es un


misterio que nunca podrá ser totalmente explicado o entendido.

Cualquier sistema que se apliqué a este misterio, ya sea de origen


occidental, como el de Reich, u oriental, como los chakras, tiene sus límites y
será de utilidad sólo hasta cierto punto. Mucho dependerá de la habilidad del
terapeuta para sintonizar con el paciente, usando esta, herramientas, y
después, intuitivamente sentir cómo adaptarlas y aplicarlas en un caso en
particular.

Otro punto importante a recordar, al trabajar con el centro del corazón, es


que existe una poderosa conexión entre el amor y el sexo.

Tal vez éste es un buen punto para acordarnos de cómo se desarrolló la


investigación de Reich sobre el organismo humano. Vio que las técnicas
analíticas de Freud no eran efectivas para curar los problemas psicológicos de
la gente y en su lugar desarrolló terapias enfocadas al cuerpo, basadas en su
propio descubrimiento de que la energía necesita fluir libremente a través de
los siete segmentos del cuerpo.

La raíz de esta energía, desde su perspectiva, es el impulso sexual, así


que la energía que experimentamos como amor es dependiente de la energía
del sexo para alimentar su pasión.

Para Reich, el sexo y el amor son inseparables, y aquí nos encontramos


con problemas creados por nuestro condicionamiento social, porque hemos
sido educados para creer que el "amor puro" no tiene ninguna relación con el
sexo.

Tales creencias tienen profundas raíces en la mentalidad occidental y,


aunque nos pudiéramos considerar liberados y modernos, en nuestro enfoque
hacia el sexo, no es fácil desraizar esas actitudes que nos han sido
implantadas por siglos por la cultura colectiva.

Por ejemplo, en la Europa de la Edad Media, el mito del amor romántico


o amores cortesanos, en los que jóvenes caballeros eran incitados a adorar
damas inalcanzables de la aristocracia, encajaban bien con la fiera condena de
iglesia cristiana hacia los placeres carnales y pecados de la carne.

Era totalmente olvidado que el concepto del amor idealizado venía de las
literaturas árabe y precisamente de la poesía mística de los sufís- que se valía
del amor terrenal como un metáfora del anhelo del alma humana por la unión
con lo divino. Tales temas espirituales, importados a Europa por juglares
vagabundos, perdieron su significado alegórico y crearon un sueño
inalcanzable de romance que hasta la fecha obsesiona a Hollywood.
En la épica del rey Arturo y la búsqueda por el Santo se deriva del mismo
período histó un caballero de la Mesa Redonda, Parsifal, era considerado
suficientemente puro para ir en búsqueda del cáliz sagrado. Ya que el Grial
simboliza la consumación de la espiritualidad, el mensaje es claro: se deberá
renunciar a los deseos impuros para alcanzar la salvación espiritual.

Estos ideales sin razón, se propagaron como mitos y leyendas, penetraron


el inconsciente colectivo de la psique europea y desde ahí controlaron. Y, por
supuesto, algunos de los puritanos que abrazaron estos ideales eventualmente
cruzaron el océano atlántico y establecieron el tono cultural de toda una
nación.

Formas mutantes de estas añejas actitudes aún aparecen hoy bajo el


disfraz de valores NewAge. Por ejemplo, ocasionalmente me encuentro con
participantes de grupos que me dicen que, en su intento por adoptar un estilo
de vida más consciente y espiritual, hacen su mejor esfuerzo por evitar
energías bajas como el sexo, para que su energía pueda despegar y pueda ser
transformada en dimensiones de conciencia más iluminada.

El resultado neto de todo este énfasis sobre la pureza es la castración del


animal sexual dentro de nosotros, y una desconexión de la misma fuente de
energía y amor. Como resultado, el corazón no puede irradiar amor porque su
provisión de combustible es muy bajo para encender las flamas.

Es mi trabajo, o parte de él, volver a encender la llama.

Ya que tanto enfatizo la respiración en mis grupos, continuamente


estamos trabajando en el segmento del pecho. En un ejercicio de
calentamiento como las Manos que Respiran, del capítulo seis, el área del
pecho es estimulada y abierta a través de una profunda respiración, un
movimiento dinámico de las manos y contacto visual entre las parejas.

Aun una técnica simple preliminar como deambular por el salón viendo a
la gente a los ojos, toca el corazón y sus sentimientos.

A la vez, la energía del sexo es despertada con ejercicios de embates


pélvicos, más tarde, pataleo de las piernas y golpeteo pélvico. Así que, desde
el primer día, se incrementa el nivel general de energía en el cuerpo y se
activa el segmento torácico.

Sin embargo, una vez que la remoción de la armadura ha sido llevada a


cabo en los tres segmentos superiores podemos realmente empezar a trabajar
con los patrones de represión en torno al pecho, porque ahora la energía
liberada cuenta con un camino abierto de expresión a través de la garganta,
boca y ojos.

Es por esto que los terapeutas reichianos trabajan desde los segmentos
superiores hacia abajo. No es efectivo intentar liberar sentimientos profundos
desde, por decir, el segmento del vientre, si van a ser bloqueados en su salida
del cuerpo en el diafragma o en la garganta.

Conforme nos adentramos en el segmento del pecho, empezamos a


encontrar armaduras o patrones represivos relacionados específicamente con
heridas y magulladuras del corazón, hasta daño emocional que se ha dado en
esta región, en rangos desde ligero a reforzado, desde decepción hasta
devastación.

Si una madre muere o deja a la familia cuando la criatura tiene dos o tres
años, tal tragedia dejará una profunda huella en el corazón. Pero también
llevamos heridas más pequeñas en este segmento, como no haber recibido
suficiente atención de uno de los padres en momentos importantes y como
consecuen cia haber desarrollado actitudes de decepción como "mi madre
realmente no se preocupa por mí".

La armadura del segmento torácico tendrá diferentes niveles. En el caso


de una armadura ligera, el sentimiento es generalmente accesible una vez que
incito al paciente a que el pecho respire de una manera natural. En casos de
una armadura reforzada, es muy posible que encuentre tremenda rigidez
muscular y una protección parecida a un nudo presionar el pecho con las
manos y simplemente no se mueve.

Es muy común encontrar pechos como bloques de cemento, que se han


hecho de una pesada armadura para contener el dolor y la ira.
Lo sorprendente es que esta gente puede ser agradable, amable y buena
superficialmente.

Cuando lo pensamos, es verdaderamente sorprendente como nos las


podemos arreglar para llevar esta placentera fachada, aun cuando cargamos
armaduras como de acero sobre el pecho y el corazón.

La manera principal para abrir este segmento, ya sea ligera o


pesadamente blindado, es a través de la exhalando, devolviendo el pulso
esencial de la vida. Ésta es la llave que puede abrir, o más bien desbloquear,
la tensión que nos impide sentir el corazón.

Ya sea que estemos trabajando con la emoción del temor, enojo o dolor,
todo se conecta con la respiración y especialmente con la dirección de la
respiración, así que pongo mucha atención con la dirección de la respiración
al trabajar en este segmento.

Si noto que el temor está siendo contenido, le pido al paciente que


fortalezca la inhalación, Ile nando el pecho progresivamente con inhalaciones
cada vez más un ciclo de profundización de inhalaciones para cargar el
segmento con energía.

Al trabajar con el enojo, enfatizo la exhalación, alentando al paciente a


repetir los ciclos de diez a doce respiraciones, exhalando tan completamente
como sea posible.

Los sentimientos de dolor bloqueados requieren de una restauración de


toda la pulsación en el área del pecho, tanto en la inhalación como en la
exhalación. Aquí, lo importante es mantener al pecho respirando
profundamente durante un período sostenido, porque cuando la persona
está bloqueando el dolor frecuentemente tomarán unas cuantas
respiraciones y se detendrán. Al alentarlos a que continúen respirando
puedo gradualmente llevarlos hacia el dolor encajonado.

Los músculos del segmento torácico son complejos, particularmente


alrededor de los hombros donde se conectan y empalman con el segmento de
la garganta. La garganta también actúa como la comunicadora o bloqueadora
de sentimientos generados en el área torácica.

Un hábito de toda la vida de contener el miedo típicamente crea un tipo


de pecho desinflado o colapsado, con la tensión retenida en la nuca y en la
parte superior del omoplato -los hombros se contraen hacia adentro como una
protección.

Usted puede probar lo siguiente: contraiga la nuca, para que su cabeza


rote hacia atrás y hacia arriba, mientras levanta los hombros hacia
adentro, y simultáneamente trate de estrechar su pecho. Esta es una
contracción del miedo. La tensión es creada hasta abajo de la espalda,
incluyendo el cuello y los omoplatos.

El dolor, por otro lado, es contenido en la parte frontal del cuerpo,


especialmente en los pectorales y en los músculos a lo largo de la parte
frontal del pecho. Además, existe una cubierta de músculos que contiene el
dolor, que se origina en la clavícula y sube hasta la parte frontal de la
garganta, a lo largo de la mandíbula hasta la barbilla, labios y la base de la
lengua. Estos músculos se conectan con la expresión o retención de las
lágrimas, el llanto, la tristeza y el sufrimiento.

El enojo, como ya lo mencioné, produce un pecho pecho que está lleno


de aire-y los hombros también se inflan y se cuadran, uniendo los músculos
en la parte superior. La caja torácica es mantenida en una posición
rígidamente expandida, sin posibilidad de relajarse.

Los pechos de este tipo continuamente amenazan con explotar, de


manera que los músculos de ambos lados del cuello también se tornan rígidos
por el esfuerzo de contener el enojo.

Estos músculos se originan exactamente por debajo de los oídos y cruzan


diagonalmente hacia el frente, pasando por el cuello hacia la clavícula, o su
centro -donde inicia el esternón. Estos múscu los se involucran en mover la
cabeza de lado a lado con un gesto de "no".

Los mismos músculos también se conectan con la mandíbula, las orejas,


los laterales de la cabeza y las sienes, de manera que todas estas partes están
involucradas en mantener el enojo contenido.

Con tantos músculos en el cuello, cabeza y brazos conectados al


segmento pectoral, hay muchos movimientos en estas partes del cuerpo que
pueden ser de gran ayuda para liberar las emociones retenidas en el corazón.

También trabajo con una presión directa sobe el pecho, pidiéndole al


paciente que exhale mientras presiono con mis manos para enfatizar la
exhalación, mientras que simultáneamente invito al paciente a sentir donde la
tensión está siendo retenida.

Es posible mover todos los músculos de toda la caja torácica en la


exhalación, usando un tipo de presión vibrante con mis dedos en la parte
plana del pecho, aflojando la tensión.

También puedo agitar los músculos del pecho invitando al paciente a


inhalar, y puedo presionar sobre el pecho durante la inhalación como una
forma de hacer que el paciente haga un mayor esfuerzo durante la inhalación.

Otra forma de alcanzar los sentimientos del corazón es poner atención a


las manos del paciente, porque ellas son comunicadoras y receptoras del
segmento torácico.

Damos y recibimos por medio de las manos, es a través de ellas que


nuestro deseo de compartir emociones sinceras es expresado con elocuencia.
Al hacer el amor, por ejemplo, comunicamos muchas cosas mientras tocamos
y acariciamos el cuerpo del ser amado.

Además, las manos y los brazos nos protegen, adoptando posiciones de


defensa frente al cuerpo si queremos impedir que algo o alguien se nos
acerque.

Esencialmente, en este punto estoy tratando de descubrir los sentimientos


del corazón del paciente y la posición de las manos es una útil indicación. ¿Se
están abriendo? ¿Están cerrando los puños? ¿Quieren golpear? ¿Están siendo
controladas en alguna forma?

Si veo un movimiento tentativo de búsqueda, invitaré a la persona a que


lo alcance con fuerza con las manos abiertas, diciendo "¡por favor ven!", "¡no
me abandones!" o "¡te necesito!" Si observo que las manos se están cerrando,
y que los músculos en los brazos, hombros y cuello se tensan más y más, ésta
es una clara indicación de que el enojo ha sido tocado. Le pediré a la persona
que lance golpes con los brazos, que me vea a los ojos y que emita gritos o
palabras que expresen su sentimiento de enojo.

Si las manos son puestas frente al rostro en un gesto de protección, el


miedo está siendo tocado. Puedo trabajar enfatizando la inhalación, la cual
puede activar el miedo retenido en el pecho, ojos y garganta.

Cuando las emociones negativas han sido identificadas, se puede trabajar


en ellas en las formas que ya he explicado: el enojo puede ser expulsado con
mucha fuerza lanzando golpes con los brazos, agitando la cabeza y gritando.
El miedo puede ser liberado por medio de gritos agudos y lágrimas, el dolor a
través de sollozos profundos.

Una vez que los carriles de la expresión están libres, los sentimientos
positivos pueden emerger: el enojo da paso al amor, el miedo se disuelve en
confianza, el dolor se transforma en alegría... el centro del corazón empieza a
pulsar de forma más natural conforme su energía se expande.

La expansión del corazón es algo maravilloso de ver, especialmente en el


despertar de la liberación emocional profunda, porque la expresión que
emana de su energía es como una fuente de amor, mientras que la expresión
interna es una entrada abierta de confianza, y la sensación generalizada es de
alegría y placer.

La risa espontánea que surge del corazón en esos momentos tiene una
calidad cósmica, como si la persona que ha vivido la experiencia de
liberación pudiera ver de repente la gran broma cósmica en la que todos
los seres humanos estamos sumergidos

Algunas veces, cuando la persona entre en contacto con la energía de amor


del corazón, sugeriré un movimiento suave, expresivo, con los brazos sobre
el pecho, empezando cerca del corazón y expandiéndose lentamente hacia
afuera y hacia arriba en un arco, trepando en una exhalación suave, para
después traerlos una vez más hacia el corazón en la inhalación.

Este simple gesto lleva la energía del corazón aún más lejos. Uno siente
que el suministro de amor es ilimitado, que el corazón está conectado con una
fuente universal de energía que tiene el poder de llenar al mundo con amor.

En tales momentos, sucede una profunda intros una revelación- hacia la


raíz de la dificultad que experimentamos en asuntos de amor y relaciones es
posible.

La causa es que buscamos amor en los lugares equivocados. Lo


buscamos en otros. Nos perdemos en esa búsqueda exterior, un síndrome
colectivo que se refleja en los miles de avisos en periódicos locales y revistas
de "corazones solitarios" alrededor del mundo, con ganchos como "¿dónde
está mi príncipe?" o "¿dónde está mi verdadero amor?"

El trabajo reichiano tiene el potencial de dar a la gente una mirada al


amor donde siempre puede ser encontrado. Cuando el corazón está pulsando
de manera natural, es posible un cambio completo en gestalt conforme surge
el entendimiento:

"El amor está dentro de mí. No tiene nada que ver con alguien más. Es mi
propio estado de ser".

Claro, tal introspección no es una solución cúralotodo. No es que, desde


este momento, nunca más nos enamoremos enloquecidamente de "el hombre
perfecto" o que nunca volvamos a sentir celos cuando veamos a otra mujer,
que nunca lloremos cuando se vaya y azote la puerta.

Sin embargo, nuestra capacidad de resistir los inevitables golpes de


relaciones amorosas ha sido enormemente fortalecida por el conocimiento de
que el otro es únicamente un disparador, un catalizador de sentimientos que
yacen dentro de nuestros propios corazones.

Las sensaciones cálidas, confusas, que bañan al corazón después de un


trabajo profundo de liberación es lo que realmente anhelamos. Esto es lo que
queremos. Perdimos contacto con estos sentimientos porque teníamos que
insensibilizarnos contra emociones negativas, y ahora la única ruta de regreso
es tener el valor y la disposición para volver a experimentar esos sentimientos
dolorosos, tocar las viejas heridas que necesitan ser expuestas y sanadas.

Para mí, uno de los aspectos más hermosos al trabajar con el segmento
pectoral, es que el cuerpo no miente.

La mente puede fácilmente mentir, puede fingir todo tipo de cosas,


convenciendo a otros y aun a sí misma: "Estoy bien, no soy una persona
enojada, amo a mi familia, no tengo miedo, no temo..."y así sucesivamente.

Pero cuando se llega al sistema básico de energía, al organismo pulsante,


el daño es obvio para cualquier terapeuta reichiano. Cuando el pecho es
mantenido en cierta postura, ya sea protuberante en el enojo, orgullo o
necedad, o colapsado en el miedo, los intentos del paciente por contradecir
esta evidencia física no fructificarán.

Es por esto que el trabajo reichiano no puede ser llevado a cabo desde un
formato de "hágalo usted mismo", de manuales de autoayuda, porque cuando
tratamos de descifrar nuestras emociones podemos engañarnos en muchas
formas.

Podemos pensar que el enojo es el asunto principal, cuando realmente es


el miedo. Podemos creer que hemos descargado toda la tensión de nuestro
cuerpo blindado, cuando de hecho apenas rascamos la superficie.

Se necesita del ojo entrenado del terapeuta para leer el lenguaje del
cuerpo y su energía, y traducir esto en acciones positivas.

La terapia reichiana no es para todos, porque lleva a la gente a


profundidades donde encontrarán emociones añejas y no placenteras,
recuerdos inquietantes. Uno debe interesarse en desenterrar las varias capas
de falsedad para alcanzar el cofre con el oro al final del arcoíris.

Se necesita valor, agallas, para encarar cosas que hace mucho fueron
reprimidas en el inconsciente que elegimos no sentir porque eran muy
dolorosas o incómodas.

Para aquellos que sí se enfrentan al desafío, sin embargo, es liberador y


recompensante. Por eso lo hacemos: para alcanzar las sutilezas de los
sentimientos y la vulnerabilidad, como el placer de sentir nuestro propio
corazón pulsante.

Después podemos ir más profundamente...


CUANDO COMPRA SU BOLETO y camina por Main Street hacia las
maravillas del reino mágico de Disneylandia en Anaheim, por razones obvias
presta su atención a las atracciones frente a usted, los disfraces de sus
personajes favoritos de las caricaturas y los placenteros, alegres escenarios.

La tendencia es no notar el extremadamente eficiente sistema de


seguridad, y esto no es sorprendente porque opera tras bambalinas y
subterráneamente. Está escondido de la vista del público, haciéndose visible
sólo cuando sea necesario para mantener la atmósfera "feliz".

Puede sonar aventurado, pero algunas veces me imagino al diafragma


como algo similar, como el propio sistema de seguridad Disney de nuestro
cuerpo. El diafragma es un centro de control secreto. Es uno de esos secretos
abiertos del organismo humano: todos sabemos que tenemos un diafragma,
pero nadie le presta atención, ni nadie se pregunta lo que hace, porque por lo
general, hay otras cosas más interesantes sucediendo.

Cuando nos da un dolor de estómago por comer mucho de lo que no


debíamos, entonces nos percatamos de nuestras tripas. Cuando respiramos
mucho humo y tosemos, nos enteramos de los pulmones y su necesidad de
aire fresco. Cuando nos sentimos sexys toda nuestra atención se posa sobre
nuestros genitales.

¿Pero el diafragma? Ni siquiera aparece en el paisaje del cuerpo, sin


embargo, posee más control sobre nuestra expresión emocional que ningún
otro segmento.

El diafragma es un grupo de músculos delgado, con forma de sombrilla


que se posa por debajo de los pulmones y constantemente está en
movimiento. Cada vez que respiramos, los músculos del diafragma se
contraen hacia abajo para crear espacio en la parte inferior de los pulmones
para que entre aire. Cada vez que exhalamos, el diafragma se regresa para
expulsar el aire.

La respiración es una de las muchas funciones corporales


ininterrumpidas. Se da de manera automática y continua, sin descanso, desde
que nacemos hasta que morimos. Así que el diafragma está pulsando
constantemente, constantemente moviéndose hacia arriba y hacia abajo, y
esta constante pulsación lo convierte en uno de los principales transmisores
de energía en el cuerpo.

Ya he explicado que uno de los principios básicos de la salud humana de


Reich es que la energía necesita fluir libremente a través de los siete
segmentos, moverse como olas, o impulsos, a través del contenido líquido del
cuerpo.

En este movimiento de energía, hacia arriba y hacia abajo, a lo largo de


todo el organismo, el diafragma es un sector principal, porque aquí, más que
en ninguna otra parte, la energía puede ser bloqueada.

Nuestra respiración se encuentra bajo un cierto control consciente. Si


queremos, podemos retener la respiración por cierto tiempo, y hacemos esto
frenando o apretando el diafragma.

Tú puedes probar esto ahora mismo: Tome una bocanada de aire y


reténgalo. Sienta como aprieta los músculos del diafragma para detener
el aire. Esta tensión reduce espectacularmente la pulsación que se da en
el cuerpo, impidiendo el flujo de energía.

Ya que el flujo de energía está íntimamente ligado a la expresión de


nuestros sentimientos, esto también significa que las olas de emoción
pueden ser entorpecidas apretando el diafragma, así que podemos
controlar nuestros sentimientos desde este punto. Y lo hacemos.

El diafragma se encuentra justo por debajo del estómago y de todo el aparato


digestivo, de modo que cualquier cosa que hayamos tragado, en forma de
elementos ajenos exteriores no bueno, sonríe, di gracias, o no te llevamos que
pasar por esta puerta energética y es retenido por la tensión en el diafragma.

En relación a esto, existe una expresión en el caló moderno inglés,


desagradable pero desafortunadamente muy exacta, que describe el proceso
de tragarse cosas no deseadas, especialmente en las relaciones con otros.

Se llama "come caca", y por lo general se refiere a una situación cuando


alguien en una posición de autoridad, como un patrón o jefe, te está
complicando la existencia y tú amablemente tienes que decir "sí señor" o
"gracias".

Energéticamente, la garganta es el segmento más activo cuando se trata


de "comer caca", pero es el diafragma el que cierra la tapa una vez que ha
pasado hacia los segmento inferiores. Y es el diafragma quien ahí la retiene
porque, muy obviamente, cuando tú "comes caca" el impulso natural es
vomitarla toda en la primera oportunidad, y necesitarás de una poderosa
escotilla para mantenerla adentro.

Un poco más abajo están los centros del vientre y del sexo, así que, en
cierta forma, el diafragma es como un acceso a la energía animal dentro de
nuestro ser, a todas las emociones en crudo que se conectan con la infancia o
con lo animal; la esencia de los sentimientos.

Cada vez que queremos desvincularnos de estos sentimientos, ya sea que


surjan del centro del vientre o del sexo, el diafragma es el punto donde
apretamos para impedir el contacto, empujando esos impulsos primarios
hacia las profundidades, quitándolos de nuestra vista y de nuestra conciencia.

Cuando hablamos de una persona que sufre una división emocional, en el


cual una parte del cuerpo se expresa y lucha por algo mientras la otra parte
también lucha por rechazar el mismo impulso, la división se da en el
diafragma.

Esto es especialmente cierto en asuntos de amor y sexualidad. El


corazón, alojado sobre el diafragma, desea una cosa; pero el sexo, localizado
por debajo del diafragma, puede querer algo completamente diferente.
Por ejemplo, tú estás en una fiesta de la oficina, platicando con un guapo
ejecutivo de ventas, cuando de pronto te das cuenta que tu centro del sexo
vibra y se empieza a calentar.

El corazón se percata de estas inquietudes en las partes bajas y dice


"¿oye, qué vas a hacer? Estás en una relación estable y tu querido, adorado y
solícito novio regresa de su viaje por Shanghái la próxima semana,
¿seguramente no puedes estar pensando en involucrarte con este Romeo
corporativo, tirando a la basura tu verdadero amor, tan sólo por un momento
de pasión sin sentido?"

En algún punto de estos dos impulsos, el diafragma lucha por mantener la


paz y el orden, hundiendo sus ilícitos deseos sexuales, para que puedas
sostener tu martini sin que tiemble la copa y pueda seguir conversando con
una voz pautada: "Sí, vi esa película. Fui con Brian, mi prometido. ¿Te he
dicho que estoy comprometida? La boda es el próximo junio..."

Otra división ocurre entre el pensamiento y los sentimientos. El primero,


por supuesto, se da en la mente, mientras que el otro generalmente se origina
en nuestras entrañas.

Por ejemplo, después de una larga persecución y varias cenas caras,


finalmente has tenido éxito en la seducción de la hermosa joven mujer de tus
sueños. Ahora, después del acto de la coronación de la virilidad -estás bien
seguro de que tuvo un orgasmoyaces en cama al lado de ella.

De pronto, un extraño deseo emerge desde lo profundo de tu vientre, el


cual, si se le permite expresarse en palabras, le dirías a tu pareja: "¿No sería
agradable si pudiera acurrucarme en tus brazos como un bebé, con mi cabeza
sobre tu regazo, mientras me cantas una canción de cuna?"

Claro, la mente sexista masculina de inmediato censura este sentimiento:


"No seas pendejo. Ya no eres un bebé. ¡Eres un hombre! Es ella quien tiene
que acurrucarse en tus fuertes y virtuosos brazos y sentirse protegida y
segura".

En muchas formas, la mente continuamente lucha contra nuestras


necesidades básicas, y el diafragma está muy involucrado.

Mi mentor, Chuck Kelley, solía decir que la tensión relacionada con los
pensamientos internos se aloja en el diafragma, y que alguien que pasa
mucho tiempo pensando, planeando, juzgando y comparando, es susceptible
a crear una tensión crónica en este segmento.

Cuando vemos el sistema de chakras de la India, el tercer centro de


energía localizado en el plexo solar, muy cercano al mente se asocia con
asuntos como poder, evaluación, competencia, oposición y astucia. Así que
Kelley y el sistema chakra concuerdan en este punto.

Estas tres emociones enojo y retenidas en observación por el diafragma y


las tensiones que esto crea se manifiestan como inmovilidad. Los músculos
se endurecen y se niegan a mover.

Sin embargo, una vez que la armadura en los segmentos superiores se ha


aflojado, puedo empezar a movilizar el diafragma con inhalaciones, en el
movimiento hacia abajo, porque ahora hay un pasaje que esta accesible,
conduciendo a esta área. Pero no puedo llegar a él a menos que el pecho y la
garganta estén un poco vez más, es por esto que removemos la armadura
desde arriba.

Cuando estoy trabajando con el segmento del pecho, la inhalación es


corta y aguda, como un resuello de sorpresa, pero cuando invito al paciente a
entrar en el diafragma, la inhalación se vuelve más profunda y larga.

Conforme el diafragma retrocede, empezamos a conectarnos con el


miedo, ya lo dije ante retenido en torno del núcleo del cuerpo energético,
aproximadamente en el área del vientre.

El vientre se vuelve participante tan pronto como el diafragma permite un


flujo de energía hacia abajo y simultáneamente el paciente toca el miedo.

Veo este efecto con más claridad en mujeres muy delgadas con vientres
planos. Tienen músculos débiles en la periferia del cuerpo, y son muy ligeras,
casi como si tuvieran alas en los pies. Uno simplemente se pregunta dónde se
alojan sus intestinos, porque sus vientres son tan planos.

Sin embargo, mucho miedo puede alojarse en un vientre tan plano y esta
es la primera emoción que tocan cuando la escotilla del diafragma se abre. Es
aterrorizante para ellas. Con frecuencia se conecta con un sentimiento de
indefensión, un sentimiento de no ser capaz de manejar un asunto importante,
o de confrontar a una figura poderosa.

Toda su energía se ha contraído alejada del mundo exterior, en el centro,


como una forma de escapar de cualquier amenaza o peligro que haya sido
experimentado.

Pero esta contracción es físicamente muy debilitante. Cuando la energía


se va hacia el centro, todo lo que puedes hacer es piernas no tienen energía
para sostenerse, tus brazos no tienen fuerza para defenderse y tus ojos entran
en un estado de desconexión.

Este es un caso extremo, pero lo resalto para mostrar cómo la periferia se


torna inefectiva en los miedosos, porque no hay fuente de energía disponible
energía está retenida en el núcleo.

Cuando respiramos hacia el vientre, permitiendo que penetre la energía


más abajo del diafragma, el miedo puede ser liberado. Sólo entonces se da la
posibilidad de tener fuerza, porque el punto de corte del diafragma nos ha
mantenido alejados de la vitalidad almacenada en la región inferior del torso.

Para mí es muy emocionante ver estas delgadas, temerosas mujeres, que


siempre han tenido que ser agradables y dulces, de pronto transformarse en
banshees. Cuando el diafragma se libera, su miedo se disuelve y se conectan
con el poder y el enojo que han estado reprimiendo.

Su rabia es sorprendente, fabulosa. Aquí es donde las mujeres descubren


el arquetipo de Kali, la madre diosa hindú de la destrucción, quien, aunque
femenina y creativa, también tiene el poder de destruir el mundo entero.

Cuando este tipo de mujer finalmente se posa sobre sus propios pies, sus
piernas arraigadas y enrai zadas como pequeños pilares, la fuerza emana,
junto con un destello de enojo en los ojos.

Es muy emocionante tener a alguien en este estado de poder femenino en


medio de un círculo de participantes. La mujer ya liberó su miedo, y ahora
está mirando a los otros participantes y diciendo "les puedo mostrar mi
fuerza"; algo tan simple como eso.

Le da un vuelco a toda su energía y a veces a toda su vida también.

Cuando el enojo es contenido, el diafragma está como congelado en una


forma en que impide la expresión externa. Se inmoviliza en ambas
direcciones, dentro y fuera, para no sentir nada.

Agreguemos a esto, la capacidad del diafragma de dividir el cuerpo en


dos mitades, separarlo en las formas ya explicadas. Junto con la garganta,
puede provocar un corte total de energía, nada se mueve, deteniendo todo en
un tipo de equilibrio muerto.

Al intentar movilizar un diafragma congelado, al trabajar con una


persona, estoy haciéndolo a través de mis manos.

En la exhalación, presiono con las puntas de mis dedos por debajo de la


caja torácica hacia la región del plexo solar, aplicando presión para que la
parte inferior de los pulmones expela aire, después aflojo la presión en la
inhalación.

No es tan fácil ayudar activamente en una inhalación, pero hay maneras


para poner las manos sobre el vientre entre el vientre y el suavemente jalar
hacia abajo, con un poco de vibración, indicando donde puede entrar el aire,
y esto lleva al diafragma a respirar más profundamente.

Algunas veces trabajo con una mano, algunas con ambas; algunas sobre
el mismo diafragma y otras en ambos lados de las costillas inferiores.

Los músculos del diafragma se conectan por medio de tejidos y


ligamentos con el interior de la caja torácica, y esta conexión se extiende
hacia la parte posterior del cuerpo, donde el miedo es retenido.
Reich habla mucho de este fenómeno del miedo retenido en la espalda,
explicando que el lenguaje del cuerpo en esta área da la impresión de que la
persona espera un golpe desde atrás en la cabeza. Es un producto de impacto,
de sorpresa repentina... todo parece estar bien y de repente "¡bang!". La
cabeza se inclina hacia atrás, los hombros se tensan, la columna se arquea.

Es por esta razón que describimos una película de miedo como


"escalofriante` porque tocan el miedo sobre nuestras espaldas.

Al trabajar esta área, busco la parte posterior del cuerpo, mientras éste
yace sobre la colchoneta, y presiono músculos en la región posterior del
diafragma con mis dedos, mientras incito una respiración profunda, y esto
con frecuencia saca cosas sorprendentes, inesperadas que han estado
escondidas.

Los asuntos retenidos en la espalda son como secretos, por eso los
guardamos atrás.

Masajearé músculos cercanos a la espina dorsal en esta área, pensando


que estoy trabajando con el miedo, cuando de repente brinca el que ha estado
enterrado, invisible.

Por ejemplo, puede ser que una paciente crea con fervor que ama a su
madre, que su madre siempre la ha apoyado, protegido de un padre
malhumorado y de otros parientes masculinos. Entonces, de repente el enojo
de la paciente explota, junto con el entendimiento de que la madre la
manipuló por celos, atándola a una relación sofocante que excluía el amor del
padre.

Como parte del trabajo de liberación del diafragma, invito a la gente a


que haga ruidos que vibren a través de los músculos de este segmento, como
"juu". Cuando el diafragma está abierto y el sonido puede vibrar hasta el
vientre puede ser un fuerte rugido, o, si el diafragma está atascado, el sonido
pude ser más como un gruñido. El mismo ruido vi-bra en el segmento de la
garganta y coadyuva a la expresión.

Como ya lo dije antes, el diafragma se involucra con muchas cosas que


nos hemos figurativa y en particular con tragarnos cosas que nos hubieran
enfadado, disgustado, que nos hubieran revuelto el estómago.

Al momento de tragarnos algo, no nos pudimos permitir el impulso


natural de vomitar, pero ciertos ejercicios provocarán esto. Por ejemplo,
cuando hacemos la serie de pateadas, o del berrinche, contorsionamos el
cuerpo, la espina dorsal en una forma particular que sacude el diafragma.

Esto, a su vez, da una sensación de perder el control y uno de los


sentimientos asociados a la pérdida de control es la que la energía que ha sido
tragada se empieza a liberar.

Algunas veces viene con tanta fuerza que la persona en realidad vomitará
y esto es bueno, porque con el vomito viene una fuerte descarga emocional.
Con frecuencia la ira se desborda, junto con el disgusto: "¿Cómo te atreves a
hacerme comer chícharos?" o "¿cómo te atreves a hacerme ir a la escuela?"

Cualquier cosa que se nos haya forzado a hacer, emerge con esta nausea
e ira, conforme el diafragma se libera.

Ahora, estarás consciente de que nuestras emociones pueden ser


retenidas, sentidas y expresadas a través de todos los segmentos. Lo que
cambia, conforme nos movemos hacia abajo, es que las emociones vienen de
lugares más profundos, junto con una profundización paralela de intensidad.

Por ejemplo, si un paciente empieza a llorar al inicio del proceso de la


remoción de la armadura, la energía de las lágrimas y del llanto será
expresada por los ojos, la garganta, la boca y tal vez una pequeña área del
pecho, así que la energía continúa en la parte superior del cuerpo.

Si veo el cuerpo del paciente, puedo ver que la energía no está


penetrando debajo del segmento torácico, y el llanto tendrá un sonido agudo,
como un tipo de gemido y quejido. O tiene una calidad persistente, una
irritación que gustaría de convertirse en enojo pero no tiene el poder, y no
podría permanecer así para siempre.

Conforme motivo al paciente a respirar más profundamente, empezando


a trabajar en el pecho, los pulmones respiran más profundo y los sollozos
empezarán a llegar desde el área alrededor del corazón, subiendo a través de
la garganta, la boca y los ojos.

Después, si el paciente se queda con el llanto, llega un momento cuando


el diafragma suelta, la energía cae a los segmentos inferiores y sollozos
profundos surgen del vientre.

Debes conocer la expresión "llanto que rompe el corazón" o


"sentimientos viscerales". Estas son indicaciones lingüísticas de cómo la
intensidad de las emociones aumenta conforme alcanzamos la parte inferior
del cuerpo.

Quizá este sea un buen momento para hablar de mi propio


involucramiento en el proceso del paciente. Ya he dicho que es gratificante
cuando un grupo o una sola persona, logra un avance y libera energía
reprimida.

De igual manera, puede ser frustrante cuando no se logra, aunque muy


probablemente tan sólo me dé curiosidad, preguntándome "¿dónde está la
clave?", "¿qué ayudará a esta persona a contactar sus sentimientos y
expresarlos?"

La mayor parte del tiempo, no me involucro mucho. Los pacientes sacan


su miedo, enojo, o alegría. Pero doy lo mejor de mí en cada sesión, probando
tantos recursos de mi bolsa de trucos como sea inteligente y apropiado.

Muchas de las cosas que hago son espontáneas, sacadas en el momento,


usando toda mi experiencia de treinta años.

Por ejemplo, puedo estar trabajando con el tacto, la respiración y el


movimiento, entonces de repente siento la necesidad de probar desde un
ángulo psicológico. Puedo hacer preguntas mientras el paciente está
respirando, o preguntar si algunas palabras pueden expresar lo que se está
sintiendo. Estas palabras pueden abrir toda una historia. Los recuerdos salen a
la superficie y se desenmarañan.
Sin importar lo que suceda, el terapeuta tiene que involucrarse
energéticamente con el paciente. Una sesión es dos personas trabajando
juntas.

No reflejo el proceso de una sesión en una forma racional, lógica. Me


estoy sintonizando a cosas diferentes: buscando tensiones con mis manos,
observando cosas sobre la dirección de la respiración, sintiendo el flujo de
energía, viendo cómo se mueve el cuerpo, escuchando los sonidos que se
expresan.

Algunas veces experimento un reflejo en mi propio cuerpo de lo que está


atorado en un paciente. Sintonizo mi cuerpo mientras trabajo y siento
exactamente dónde se retiene la en el núcleo de la garganta, quizá en algún
lugar del pecho, quizá en algún lugar muy, muy profundo.

Con esta sensación intuitiva, puedo sugerirle que emita un sonido que
agite esta área en su cuerpo, o sugerirle moverse y respirar en una forma que
toque o reorganice el lugar donde la energía está siendo retenida.

Cuando lo logra, cuando ha encontrado el punto, digo "¡sí, eso!", "¡deja


que suceda!", es importante hacerle saber a los pacientes que van por buen
camino. Lo afirmo, lo apoyo, lo expreso, para que pueda ir más profundo a
ese lugar, para que la emoción pueda ser contactada y disparada.

Disfruto una buena liberación, por la sencilla razón que me encanta


experimentar una fuerte energía moviéndose, me encanta una buena
tormenta, me encanta un buen orgasmo, me encanta una buena expresión de
ira.

También me encanta la paz después de la tormenta, cuando la energía se


ha calmado. Esta calma no es del tipo de quietud mortal, como en un panteón,
más bien silenciosamente viva, pulsando y a la vez apacible. Este espacio,
después de una buena liberación, es tan valioso como la liberación en sí
misma, porque este es el momento cuando la energía vuelve a fluir a través
de todo el sistema.

Los puntos que antes estaban tensos están ahora suficientemente


relajados para absorber una nueva calidad de vida. En su nivel más profundo,
toda la energía puede volverse hacia adentro y crear un momento tácito de
meditación y de contacto con uno mismo, que antes no estaba disponible.

El paciente estaba atrapado en la superficie de su propia armadura hasta


que la tensión muscular se hubiera liberado y entonces "¡pum!", el paciente
desciende hacia el centro.

Mi trabajo es apoyar este sutil nuevo espacio, ya sea invitando a la


persona a cerrar los ojos, posar sus manos sobre el corazón o sobre el vientre,
o invitar al contacto visual con otros participantes del grupo.

Ésta puede ser una experiencia muy emotiva, cuando la gente sube la
mirada y ve a todos a su alrededor, pues muchos de ellos también están
sintiendo la alegría que emana. Es como una sincronía. Es liberador para todo
el grupo, porque todo mundo se puede subir al mismo tren, todos pueden
viajar sobre la ola de energía creada por el trabajo de liberación de una
persona. Bueno, para casi todos. Algunos lo detestan. Se apartan y se van a
una esquina, o al baño, porque el sentimiento que ha sido liberado les está
moviendo algo por dentro que ellos han rechazado. Y ésta es la señal de que
es hora de ver algún asunto en particular y profundizar.
EL VIENTRE ES EL SIGUIENTE PASO hacia adentro o hacia abajo en el
proceso de eliminación de la armadura.

Desde aquí surgen los sentimientos. Desde aquí se originan los impulsos
de energía.

Los segmentos superiores pueden ser los comunicadores de esos


sentimientos e impulsos, pero el vientre es el origen. De igual manera, los
segmentos superiores pueden ser los receptores de impresiones externas, pero
el vientre es quien responde.

Cualquier cosa que sentimos, ya sea dolor, disgusto, rechazo, miedo,


enojo... se originan en el vientre.

En los países occidentales, la gente ha sido entrenada para ser más


mental, así que, la idea del vientre como una sede del sentir parece al
principio extraña.

Por ejemplo, cuando surge un sentimiento de indignación, podemos


pensar que se origina en la mente, ya que una expresión de indignación puede
parecer no ir más allá de la boca conforme ésta se retuerce en desaprobación,
o tal vez de la garganta conforme los sonidos apropiados surgen para
expresar desagrado.

En las culturas tradicionales china y japonesa, sin embargo, el vientre


desde tiempo atrás ha sido considerado como la sede del bienestar
psicológico y emocional. Ésta es especialmente una verdad del hara,
localizado en el bajo vientre, aproximadamente a tres dedos debajo del
ombligo, el cual se considera la fuente de la energía de vida.

El sistema hindú de los chakras ubica el segundo en el bajo vientre,


cercano al hara, y le da control sobre la interacción social, energía de grupo y
compañerismo, así como sobre las emociones y sentimientos.

El segundo chakra es construido sobre el primero como dos peldaños en


una escalera ascendente de necesidades humanas. El primer chakra cuida de
las necesidades básicas esenciales de sobreviven techo y sexo- y sólo cuando
éstas son cubiertas existe la posibilidad de disfrutar la interacción social por
sí misma, incluyendo la vida tribal y en familia, y su entorno emocional
inherente.

Al ser visto desde estas perspectivas, resulta claro que el hábito


occidental de conferirle tanto predominio a la cabeza es una actitud cultural y
regional adquirida. En realidad como ya lo mencioné anteriormente, los
procesos del pensar y sentir se propagan a través de todo el cuerpo.

Cuando enfocamos el vientre como parte del proceso de Reich de


eliminación de la armadura, continuamos con el proceso. Desde el primer día
de cualquier taller o entrenamiento, tan pronto como presento la posición
básica de respiración, empezamos a respirar hacia el vientre para golpetear la
vitalidad que yace en los segmentos inferiores.

Como lo vimos en el último capítulo, la respiración natural del vientre


involucra la pulsación del diafragma, el cual necesita poder columpiarse
hacia abajo con facilidad en la inhalación y hacia arriba en la exhalación.

La gente cuyo diafragma no puede pulsar libremente tiene dificultades


para respirar hacia el vientre. Cuando le pido a un paciente hacer esto al
principio de un curso, estoy consciente que sólo tendrá un efecto limitado, y
de que se necesitará de mucho aflojary abrir los segmentos superiores antes
de que una real respiración del vientre suceda.

Cuando estos segmentos superiores se aflojan y el diafragma se moviliza,


podemos entrar a capas más profundas del sentir, accediendo al cúmulo de
emociones que vive en el vientre, el cual es uno de los dos principales centros
de sentimientos del cuerpo otro es el corazón.

El vientre es el lugar donde, antes del nacimiento, nos conectamos con


nuestra madre a través del cordón umbilical, y entonces todos esos
sentimientos fundamentales bebé-madre como la necesidad y satisfacción,
alimentación y que iniciaron en el feto y llegaron hasta la infancia encuentran
aquí.

Dada la naturaleza primitiva, preparlante de tales sentimientos, es natural


que estén enterrados debajo de muchas experiencias que vinieron después,
capa sobre capa, empujando nuestras emociones primarias hacia el
inconsciente.

Por esto, el vientre tiene un aire de inconsciencia a su alrededor, una


atmósfera de algo desconocido, de cosas enterradas en las profundidades,
incluyen do algunas de nuestras más añejas y primeras heridas -
especialmente aquellas asociadas al miedo.

Ya he explicado cómo el vientre plano de mujeres delgadas se conecta


con el núcleo del centro energético. Cualquier tipo de trabajo con el vientre es
susceptible a tocar esta capa del miedo, más una gama de sentimientos
asociados tales como la impotencia, fracaso, querer escapar, querer no estar
aquí ni un momento más.

Algunas veces, la gente literalmente desaparece en el vientre cuando


estos sentimientos son tocados. No pueden fugarse, de modo que su atención
se profundiza transformándose en una manera de separarse de cualquier
miedo que haya sido despertado.

Esto fue aprendido durante la infancia como una estrategia de


sobrevivencia y es un equivalente humano al tan referido avestruz, metiendo
la cabeza en la arena como para no ver el peligro que se acerca.

No me puedo imaginar que las avestruces realmente hagan esto, porque


en el mundo salvaje esto simplemente significaría la muerte. Pero como
metáfora para cierto tipo de comportamiento humano, la imagen funciona
bien, particularmente para una criatura indefensa que no puede escapar de un
padre enojado o abusivo -la única manera de huir es hacia adentro.

Una de las más fuertes emociones que es susceptible a ser encontrada en


la región del vientre es el miedo. Esta contracción aterrorizante deberá ser
enfocada muy suavemente, ya que puede estar enraizada como un trauma y
un acercamiento vigoroso volverá a traumatizar o fortalecer la experiencia
traumatizante original.

Por lo general, enfatizo respiraciones profundas hacia el vientre para


penetrar el núcleo, mientras se mantiene contacto visual y suavemente poso
mi mano en áreas del vientre que se sienten duras o tensas.

Con frecuencia, no tocaré el vientre físicamente, sino que mantendré mi


mano a una o dos pulgadas de la piel, conectándome con el cuerpo
energético.

Aquí, el cuerpo energético es fácilmente accesado, porque el cuerpo


físico es comparativamente suave y líquido. El vientre no cuenta con una
estructura ósea, articulaciones o ligamentos, es sólo muro de músculos que
resguarda a los intestinos y su contenido en constante movimiento.

La tensión retenida en los músculos de la parte superior del cuerpo tiende


a ser específica en cuanto a su ubicación, por ejemplo las quijadas, los lados
de la garganta, y así sucesivamente, mientras que en el abdomen, la tensión
existe más como un ente amorfo.

En este marco, la presión directa sobre los músculos con las manos y
dedos muy posiblemente no sea tan efectiva como el trabajo de energía,
especialmente al trabajar con miedo.

Puedo mover mi mano lentamente, o quizá rápidamente, sin tocar el


vientre, y la energía que emana de mis manos agita y estimula el cuerpo
energético del paciente. Éste a la vez se conecta con la emoción encerrada en
los músculos.

Si la emoción es miedo, lo más importante que deberá hacer el paciente


en este punto es no escapar, no huir, en su lugar, mantener contacto con el
sentimiento que ha sido contactado. Aquí, valor y con ciencia son necesarios,
porque la reacción instintiva es desaparecer, ya sea adentro o afuera.
Una vez que el miedo ha sido sentido y liberado, se abre una compuerta
para que el enojo se precipite, lo que con frecuencia sucede de manera muy
dramática.

En el capítulo anterior, hablé sobre asuntos de control en relación al


diafragma y estos asuntos continúan hasta el vientre, especialmente asociados
a experiencias tempranas de fuerza o compulsión, como el entrenamiento
para ir al baño, tener que comer a ciertas horas y no comer durante otras, y
vestirse de cierta manera.

La compulsión puede incluir mandos como "tienes que ir al baño ahora",


"tienes que comer ahora", "tienes que irte a la cama ahora".

Tú puedes imaginar el tipo de rabia que emerge cuando el miedo que ha


estado bloqueando las respuestas naturales del niño es liberado y se le da el
permiso para expresar una reacción auténtica a esas órdenes.

Por ejemplo, un niño que vive en una situación que pone en riesgo la
vida, como tener un padre que generalmente es violento o está borracho, es
incapaz de mostrar cualquier enojo o rabia porque eso hubiera provocado más
abusos.

Tales emociones tendrán que ser guardadas justo en el vientre, donde


yacen escondidas por años. Cuando a esta persona finalmente se le permite
conectarse con, y liberar esos sentimientos hace tanto olvidados, con
frecuencia descubren un odio asesino hacia el padre que abusó de ésta.

"iTe podría matar!", es el tipo de emoción que viene desde el vientre.

Estos sentimientos que yacen tan profundamente no son contactados de


manera inmediata al inicio de una sesión. Lo que usualmente sucede es que el
paciente empieza a moverse hacia la liberación emocional en la parte superior
del cuerpo, especialmente en el pecho, después, conforme el diafragma se
abre, la expresión se profundiza hasta que la emoción sale del nivel del
vientre, fuera de las entrañas, con tremendo poder.

Como guía y terapeuta, sigo lo que surge de capa tras capa, segmento tras
segmento, y esto no es siempre en un solo sentido. Algunas veces, después de
trabajar todos los segmentos hasta el vientre, la energía y emoción liberadas
surgirán desde el diafragma, pero serán retenidas en el pecho o en la
garganta.

Necesito otra vez llevar mi atención hacia la parte superior del cuerpo,
trabajar para liberar la tensión en el segmento afectado antes de regresar una
vez más al vientre. Sigo rastreando por el vientre porque invito a que el
sentimiento emerja tan profundo como esto sea posible -ésta es mi
orientación constante.

Después de cualquier tipo de liberación, de ésta emoción, lo común es


entrar en una fase de relajación, un ciclo natural rescatado por Reich en su
fórmula del tensión, descarga, relajaciónel cual constantemente uso en mi
trabajo.

En la etapa de relajación, invito a las personas a que cierren sus ojos y


respiren lenta y profundamente hacia el vientre, conectándose también con
las pier nas, poniendo atención en los segmentos inferiores, recargando el
área del vientre. Luego, después de unos minutos, puede surgir otra ola de
emociones y ser liberada a través de los segmentos superiores.

Llega un punto, después de que el paciente ha pasado por muchas


sesiones, cuando se abre un canal directo hasta el vientre y entonces se puede
trabajar consistentemente desde las profundidades.

Por lo regular, esto sucede hacia el final del curso, cuando los pacientes
aceptan, lo que yace en las partes más profundas, incluyendo las cosas que no
han querido ver durante toda su vida adulta: tristeza, pena o dolor, quizá una
pérdida tremenda durante la infancia, como la de una madre a la edad de tres
o cuatro años.

Recuerdo haber sentido un dolor similar cuando mi familia se mudó de


casa. Había estado tan enamorada de mi teníamos siete años y hacíamos todo
juntos. Nuestras familias vivían en casas contiguas, así que continuamente
nos acompañábamos.
Y entonces se mudaron a otro estado, como a nueve horas de distancia, y
esto completamente trastornó nuestra relación. De ahí en adelante sólo nos
veíamos una vez al año.

Durante meses sentí una profunda tristeza, y se que la enterré, y la enterré


otra vez, y la seguí enterrando hasta que eventualmente desapareció.

Es este tipo de emocionales, gran rabia, terribles son retenidos en torno al


vientre y el núcleo energético. Es posible encontrar los mismos asuntos al
trabajar con los segmentos superiores. Muchas veces, psicológica o
emocionalmente, podemos topar un incidente traumático en particular, pero
cada vez, conforme trabajamos más profundamente, nos acercamos más al
centro del sentimiento. Repentinamente, mientras caemos en el vientre, nos
encontramos justo en el centro, en una total y completa conexión.

Esto me lleva a un ejercicio que llevo a cabo en grupos, usualmente hacia


el final del proceso, llamado Negocio Inconcluso.

Lo menciono ahora porque involucra el segmento del vientre. Es más


bien un ejercicio de sentimiento y está diseñado para ayudar a la gente a ver
hacia el pasado y reconocer un problema con una persona específica; algo ha
sido ignorado y puesto bajo llave en el inconsciente; algún sentimiento que
nunca ha sido expresado o reconocido.

Ya que el problema está incompleto lo seguimos cargando sobre la


armadura de nuestro cuerpo en la forma de tensión crónica y también como
bits perdidos de datos psicológicos flotando en la biocomputadora de la
mente. El Negocio Inconcluso funciona simultáneamente a niveles
psicológico y emocional para resolver el problema.

► Antes de guiar a los participantes hacia la estructura, inicio con un par


de ejercicios de calentamiento -posiciones suaves de estrés
bioenergético- diseñados para ayudar a la gente a conectarse con el
vientre.

Primero, les pido que se recuesten sobre sus espaldas en una


colchoneta, en la posición básica de respiración, las plantas de los
pies sobre el piso, golpeando con las puntas de los dedos sobre el
vientre para encontrar donde están cargando tensión en este
segmento y ayudar a sacarla.

Respirando hacia el vientre, levanten la cabeza del piso y vean


directamente en dirección de sus rodillas levantadas. La mayoría de
la gente usa los músculos del vientre para levantar la cabeza, así que
el vientre se tensa de inmediato y la respiración es restringida.

Después exhalen, dejando la cabeza abajo, observando cómo los


músculos del vientre se relajan. Es posible usar otros músculos,
como los de la nuca, para hacer la labor de levantar la cabeza,
permitiendo que el vientre se mantenga suave.

Los invito a que lo vuelvan a intentar, por sí solos, de unas


quince a veinte respiraciones, levantando la cabeza y dejándola caer.
Esta sencilla técnica le da ala gente un sentido de cómo las tensiones
en el vientre son frecuentemente creadas innecesariamente.

En otro ejercicio, también empezando en la posición básica de


respiración, los invito a tomar las rodillas en sus derecha en mano
derecha, rodilla izquierda en mano las rodillas hacia el pecho y dejar
que las caderas y espalda baja rueden sobre la colchoneta. Esta
posición como de bebé es una manera divertida de aflojar las áreas
pélvica y del sexo.

Después, manteniendo la pelvis sobre el piso, levanten las


piernas al aire, alto, para que las plantas de los pies estén en
dirección del techo. En esta posición, empujen los talones hacia
arriba para que haya tensión en la parte posterior de las piernas.

Es posible dejar las piernas flotando sobre el cuerpo, apoyadas y


sostenidas por músculos en las caderas. Pero lo que usualmente pasa
es que los músculos de la espalda baja están muy tensos como para
permitir que las piernas permanezcan directamente arriba del cuerpo,
así que deben usar sus músculos del vientre para mantenerlas arriba.
Los invito a explorar la posición, cerrando los puños y
llevándolos por debajo de las nalgas para un soporte extra, sintiendo
los músculos que están bajo estrés en el vientre y espalda baja -el
segmento abdominal incluye ambas áreas.

Estos dos ejercicios traen la energía y atención de la gente hacia el área del
vientre, y entonces podemos pasara la estructura Negocio Inconcluso.

El ejercicio combina la técnica clásica Gestalt de hablar desde ambas


mitades sobre una situación o relación, junto con una respiración
neorreichiana, la cual trae una mayor carga de energía a la experiencia.

► Requiere de dos personas trabajando en pareja, una como el paciente


y la otra como el asistente. El paciente se recuesta sobre la colchoneta
en la posición básica de respiración, mientras que el asistente se sienta
a su lado.

Los pacientes empiezan por crear una carga de energía en el


cuerpo a través de una respiración profunda hacia el vientre, y uno de
los trabajos del asistente será garantizar que esta respiración
profunda sea mantenida durante todo el ejercicio.

Mientras tanto, pongan una música suave, frecuentemente con un


toque de tristeza para ayudar a crear una atmósfera apropiada.

Les pido a los pacientes que cierren los ojos y después vayan
hacia el pasado, vean en retrospectiva a través de los años,
recordando gente que ha sido emocionalmente importante en sus
vidas, gente a quien han amado, que los ha amado, gente con quien
fueron muy cercanos. Esta es la gente que seguimos llevando con la
que nos preocupamos de una forma u otra.

Recuerden una situación en particular con una persona. Puede ser


una situación que involucre sentimientos negativos, como
resentimiento o dolor, o sentimientos positivos que nunca fueron
totalmente expresados -quizá alguien a quien amaron pero nunca se
permitieron decir directamente "te amo".

Podría ser uno de los padres o abuelos o alguien más que fue
importante en su juventud. Podría ser un hermano o hermana, un
primo, o tal vez alguien más reciente, como un novio, o novia,
esposo, esposa, amante... podría ser alguien muerto, alguien a quien
no volverán a ver.

Encuentren a esa persona especial, imaginándose que está aquí,


en la habitación, ahorita, los invito a llamar a la persona por su
nombre un par de veces, verla a los ojos y empezar a hablar con ella,
diciendo lo que nunca fue dicho en el pasado.

Naturalmente, conforme esto pasa, las emociones empiezan a


que permitan al cuerpo moverse, dejando que salgan los lo que es
muy importante en este ejercicio es verbalizar.

Las palabras conectan las emociones con la mente y esto es lo


que queremos: una comunicación directa en una situación específica
con otra persona, para que lo que ha estado rezagado por años en la
mente y el cuerpo, en relación a este asunto, pueda ser disuelto.

Nos pudimos haber dicho esto miles de veces en nuestra mente,


pero cuando lo decimos en voz alta lo escuchamos y entendemos
mejor. Adicionalmente, los sonidos de las palabras crean vibraciones
en el cuerpo y estas vibraciones ayudan a traer al inconsciente a la
conciencia.

Les pido a los asistentes apoyar energéticamente a los pacientes


dejando que sus manos se muevan desde el vientre hacia arriba por el
frente del cuerpo, sin tocar la piel, tan sólo un par de pulgadas por
encima.

Como ya lo expliqué anteriormente, la energía en las manos del


asistente se conecta con la energía en el vientre del paciente y esto
ayuda a crear un tipo de "caudal de expresión", un flujo de energía
que se mueve por todo el vientre, el corazón y sobre la garganta -
puede ser muy útil para fomentar la expresión.

En pocos minutos, muchos participantes empiezan a llorar o


gritar conforme las viejas heridas son tocadas y liberan lo que ha sido
por largo tiempo retenido. Los incito a que dejen salir las palabras, a
seguir respirando, a permitir que el cuerpo ayude a la expresión en
cualquier forma que se sienta bien, incluyendo golpear la colchoneta
con los puños o patalear con pies y piernas

Después de unos diez minutos, le pido a los pacientes que ya no


emitan palabras, que haya silencio, que tomen un momento para
interiorizar y descansar, y después observar lo que esta otra persona
está sintiendo.

Les pido imaginar ser esta otra persona, que se llamen por sus
propios nombres, como si esta persona los estuviera llamando, y
dejar a esta persona hablar.

Usualmente, toma un par de minutos el cambio para ser la otra


persona, pero la mayoría logra hacerlo, pasando los siguientes diez
minutos hablando desde los sentimientos y punto de vista del otro.

Quizá debería mencionar que, antes de empezar, cuando explico


el ejercicio, algunos objetan la idea de jugar el rol de otra persona,
diciendo cosas como "¿cómo puedo saber lo que mi padre pensaba
entonces?"

Pero de algún modo lo sabemos, cuando nos sintonizamos,


cuando nos enfocamos en la persona, descubrimos una profunda
conexión psíquica y entendemos lo que estaba sucediendo dentro de
él o ella.

Actuar a la otra persona o dirigirse a ésta, hace el proceso más


redondo, más completo. De otra manera, se cargaría mucho de un
solo lado, una oportunidad de sacar las emociones, pero sin la misma
profundidad de liberación, sin las mismas cualidades de compasión y
curación.

Cuando concluye este montaje, invito a los pacientes a volver a


ser ellos mismos, a expresar lo que sea necesario para completar el
intercambio, y después ver si están listos para perdonar, o pedir cosa
que sea apropiada.

Los incito a que hablen desde el corazón, para ver si pueden


llegar a nuevas conclusiones sobre la relación que puedan sanar la
herida. Después los motivo a que encuentren una nueva manera de
decir adiós a esta persona y la suelten.

Lentamente, regresan al mundo "real", al presente, haciendo


contacto con los asistentes, dedicando unos minutos a compartir la
experiencia, explicando con quién hablaron y la importancia que esta
persona tuvo en sus vidas

Entonces, después de un descanso, es hora de cambiar roles y


hacer otra vez el ejercicio.

Leyendo la descripción de este ejercicio, usted puede pensar "bueno, creo que
lo puedo hacer yo solo, aquí en la silla, cerrando los ojos, pensando en
alguien".

La respuesta corta es: sí, sí puede. Y, de hecho, los ejercicios Gestalt de


este tipo son hechos en sesiones de ayuda psicológica en todo el mundo,
usando dos cojines. El paciente se sienta sobre un cojín, se imagina a otra
persona sentada en el otro cojín, y empieza a hablar.

Esto puede ser muy efectivo, especialmente con un asesor


experimentado, pero en mi experiencia no cuenta con la misma profundidad
emocional como la que se puede lograr combinando el trabajo Gestalt y
reichiano.

Regularmente hago este ejercicio en el quinto día hacia el final de taller.


Por ese entonces, los cuerpos de la gente se ha aflojado, su energía fluye más
naturalmente y están conectados con sus emociones.

En este estado, enfocarse en asuntos de "negocios inconclusos" con una


persona significativa es susceptible a ser una experiencia más profunda.

También, entrar a este proceso en una posición recostada, con los ojos
cerrados, ayuda mucho a la regresión y vulnerabilidad. Usted puede
fácilmente convertirse en un bebé en su moisés, o un niño en una cuna,
especialmente con alguien sentado a su lado, cuidándolo.

He hecho este ejercicio sin asistentes, con todos los participantes del
grupo trabajando solos, aunque he encontrado que la presencia de alguien que
apoye y escuche, mantiene al paciente en el camino correcto, disminuyendo
distracciones y desviaciones de la estructura.

Más aún, los asistentes por lo común se cautivan con lo que está pasando
y con frecuencia se involucran emocionalmente algunas veces sollozando
conforme escuchan cómo se desenvuelve una historia conmovedora.

He hablado del segmento abdominal en relación con asuntos maternales,


sentimientos viscerales, heridas emocionales no negativas retenidas en el
ahora es tiempo de abordar lo positivo.

La capacidad del vientre hacia el placer es inmensa, incluyendo, por


ejemplo, el gran placer de un bebé al mamar del seno de su madre, o ser
abrazado, o descansar sobre su cuerpo.

Sensaciones placenteras del cuerpo físico son sentidas a través del centro
del vientre. Como ya lo dije antes, existe una comunión entre los cuerpos
físicos y energéticos en este segmento, así que los sentimientos en el cuerpo
físico se registran en, o vibran a través del cuerpo energético que interpenetra
la forma física.

Un bebé amamantándose está completamente involucrado: sus labios


están chupando, sus manos tocando, su estómago llenándose, todo su ser está
siendo nutrido. Todas estas sensaciones de sustento son experimentadas por
el vientre, el cual absorbe los sentimientos y los transmite al cuerpo
energético que se expande con placer, creando un aura de satisfacción que
rodea al cuerpo físico en su totalidad.

El sentido de relajación profunda y satisfacción que le sigue a alimentar


al bebé, es también un cuerpo energético o una experiencia de un segundo
cuerpo.

En el trabajo reichiano, después de una intensa sesión en la que el


paciente ha pasado por una fuerte liberación de energía, caen en este estado
de relajación placentera. Este es uno de esos raros momentos en la vida adulta
donde la persona realmente puede deshacerse de esta tensión y ansiedad.

Cuando un paciente se ha mudado a este espacio, gentilmente colocaré


sus manos sobre su vientre. Esto intensifica la experiencia y da la sensación
de estar "en casa", un sentido de individualidad, de encontrarse en armonía.

El paciente pudo haber entrado al salón en un estado fragmentado, con


todo tipo de divisiones de energía. Cuando estas energías conflictivas han
sido expresadas y liberadas, cada segmento del cuerpo se conecta
armoniosamente con menos por un tiempo.

Lo que enriquece esta sensación es un estado de energía que fluye


libremente a través de todos los segmentos. La energía puede fluir en la punta
de los dedos, alcanzar el corazón, llegar justo hasta el centro del sexo y hasta
las piernas y pies, creando un sentimiento de entereza que de algún modo es
percibido por el vientre.

Es un sentimiento orgánico, un fenómeno bioenergético, muy placentero,


y normalmente no accesible para la mayoría de la gente. Podemos
experimentar momentos de felicidad o excitación de otras maneras, como un
clímax en un deporte, o la emoción de ganar en apuestas, pero en nada se
comparan con la experiencia orgánica que produce sentimientos centrales
placenteros.

Sin embargo, hay un tipo de experiencia que se acerca a este tipo de


placer, y es el sexo. Hacer el amor, llegar al orgasmo, compartir el amor,
tiene la capacidad de tocar el mismo nivel de placer, y nuestra habilidad de
disfrutar tales experiencias depende enteramente en la salud y vitalidad del
segmento pélvico, el cual será abordado en el siguiente capítulo.
POR LO QUE RESPECTA a la sociedad occidental, Sigmund Freud fue el
genio revolucionario que abrió las puertas al prohibido tema del sexo.
Descubrió y afirmó públicamente que el impulso de vida es esencialmente de
naturaleza sexual, y que es la perturbación de este impulso natural en la
infancia y juventud lo que subyace en el origen de la miseria y neurosis
humana.

Habiendo hecho tal primicia de descubrimiento, uno hubiera pensado que


el siguiente paso para Freud hubiera sido conducir a la humanidad hacia un
mundo mejor y más feliz donde el placer físico y satisfacción sexual pudieran
reclamar su justo lugar.

No obstante, al contrario, Freud declaró que este estado miserable de las


cosas era inevitable. En su opinión, la sexualidad humana tiene que ser
marginada para que una sociedad civilizada exista, cualquier sociedad que
permita el disfrute desinhibido del sexo, desde su punto de vista, se disolvería
en el caos.

Es por esta razón que encuentro a Freud un individuo perturbador. Lo


veo casi como un dedicado arqueólogo buscando en los desiertos de África y
Arabia la fortuna de las minas del Rey Salomón. Al fin, habiéndola
encontrado, apresuradamente cierra las entradas una vez más y declara el sitio
inseguro para cualquiera que pretenda entrar y disfrutar sus tesoros
escondidos.

Cuando uso el término "fabuloso tesoro" en este contexto, no solamente


me refiero al acto sexual, sino también a la energía del sexo y su potencial
para impulsar el crecimiento humano en muchas dimensiones, incluyendo la
espiritual.

Como veremos en la siguiente sección de este libro, la energía del sexo


cuenta con posibilidades infinitas, pero Freud se detuvo en la primera etapa y
declaró que la única única función de su nueva ciencia de ayudar a los
humanos a ajustarse a un estado "normal" de represión sexual, por el bien del
orden social.

Reich rechazó la tesis de su maestro. Mientras Freud veía la represión


sexual necesaria para la civilización, Reich aseveraba que es precisamente
esta represión de energía sexual la que impide la creación de una sociedad
verdaderamente civilizada en la que la gente pueda ser libre de neurosis y
naturalmente feliz.

Buscando evidencias para respaldar sus ideas, Reich se impresionó por el


reporte del antropólogo alemán, Bronislaw Malinowski, quien en la década
de 1920 dedicó muchos años estudiando el matriarcado en las sociedades
tribales en las Islas Trobriand del Pacífico.

Con fundamentos de este reporte, Reich escribió su propio libro: La


invasión de la moralidad sexual compulsoria comparando las culturas
europeas con Trobriand.

Observó que los niños de Trobriand son libres de explorar su curiosidad


sobre el sexo, pueden examinar sus genitales mutuamente y jugar
sexualmente tanto como lo deseen. Los padres y otros adultos consideran
naturales estas primeras aventuras sexuales y no interfieren, extendiendo a los
niños y niñas una actitud general de apoyo y divertida tolerancia.

Como adolescentes, desarrollan relaciones de una naturaleza sexual más


duraderas, pero éstas no son permanentes o reguladas por los padres. Cada
villa cuenta con casas de solteros donde las jóvenes parejas pueden
vivirjuntas mientras su relación amorosa perdure. Estas relaciones no son
necesariamente monógamas y existe un clima generalizado de libertad
individual y de experimentación. Algunas veces, también, grupos de
adolescentes se aventuran a villas vecinas para fiestas que involucran
encuentros sexuales.

Para Reich, el asunto más importante no es que la gente joven en la


sociedad de Trobriand pueda explorar la sexualidad, lo cual, observa, también
sucede en las sociedades occidentales, especialmente en las clases más
marginadas. Es la actitud con la que se da esta exploración la que es factor
determinante en lo que a la felicidad del individuo concierne.

Entre los isleños de Trobriand no existe la moral de negación del sexo, ni


el sentido de vergüenza, ni la idea de que la exploración sexual sea en cierta
medida sucia o prohibida. No existen actitudes injuriosas ni degradantes
hacia la vida amorosa.

Como resultado, no existen armaduras en los órganos sexuales y ningún


daño al flujo natural de la energía del sexo. Esto permite a los jóvenes
disfrutar una plena satisfacción durante la relación sexual, mientras que en las
sociedades occidentales, aun durante la relación sexual, las parejas no pueden
lograr satisfacción debido a la tensión crónica que rodea sus órganos
sexuales.

De acuerdo a Reich, basado en sus investigaciones clínicas, casi todas las


mujeres, y más de la mitad de hombres en sociedades occidentales, están
sexualmente inestables e incapaces de ninguna verdadera satisfacción sexual,
debido a la represión y la armadura en los genitales.

En relación los argumentos de Freud de que una sociedad sexualmente


tolerante se debe desintegrar, Reich observó que aunque la sociedad de
Trobriand es menos desarrollada industrialmente que Europa o Estados
Unidos, es estable, sofisticada y mucho más avanzada en lo perteneciente
a otros valores culturales.

Por ejemplo, no existe la neurosis, ni la miseria, ni el voyeurismo, ni la


violación, ni la pornografía. No hay fetichismo, ni exhibicionismo y ni
siquiera masturbación. No hay suicidio en los jóvenes, ni prostitución ni
burdeles.

Reich consideró esta sólida estructura como una prueba de que la


sociedad no cae en el desorden cuando los instintos sexuales son
permitidos y fomentados, y que el control de la moral a través de la
condena del sexo no es necesario para el desarrollo de la civilización.
Otros investigadores se pudieron haber detenido en este punto, habiendo
satisfecho sus dudas iniciales, pero Reich, siempre investigador científico,
fue aún más curioso. Si la negación del sexo no es necesaria para el
comportamiento civilizado, ¿entonces por qué las sociedades modernas tan
vigorosamente apoyan el proceso de negación y represión sexual?

Encontró algunas pistas en la misma cultura de Trobriand, en un cambio


significativo en el comportamiento que ocurre después del matrimonio.
Repentinamente, aparece un tipo diferente de moral, no muy preocupada con
la fidelidad sexual como apariencia pública. Severas presiones sociales son
impuestas sobre el esposo y en la comportarse acorde a un código de
conducta que ni siquiera permite a la pareja mostrarse afecto en público.

La clave de este cambio, descubrió Reich, reside en el interés económico


del hombre, quien recibe de por vida un obsequio de su esposa consistente en
un suministro anual de productos frescos del campo; siendo ésta una sociedad
agricultora.

Lo que Reich demuestra es que la obligatoriedad del matrimonio y moral


son introducidas para beneficiar estructuras sociales dominadas por hombres,
y precede el inicio de una transformación de una sociedad de matriarcado
hacia un modelo patriarcado que ha dominado la cultura occidental por varios
miles de años.

En otras palabras, la moral sexual sirve a intereses económicos. La mujer


se deberá comportar correctamente, porque es canjeada como parte de
una compleja negociación entre dos familias que favorece a los
miembros ricos y poderosos de la sociedad.

Reich no está solo en este punto de vista. Antropólogos e historiadores


generalmente concuerdan que la moral sexual y la monogamia marital se
derivaron de la propiedad privada.

Reich también afirmó que conforme este nuevo autoritario modelo de


sociedad evolucionaba y se volvía más dominante, la negación sexual en la
infancia y juventud era necesaria para el funcionamiento del matrimonio,
porque aquellos con la libertad de disfrutar el hombres como menos
susceptibles a ser fieles dentro de la estructura del matrimonio.

De esta forma, la represión sexual se tornó en el adhesivo por el cual


cierto tipo de sociedades se mantenían unidas, sirviendo a los intereses de
posesión de la propiedad del clan, o clase gobernante, que querían el control
de la distribución de la propiedad y mantenerse en la punta de la jerarquía.

La religión también se beneficiaba de la condena sexual, porque cuando


la gente es miserable y neurótica es más fácil de consolar con promesas
de una futura salvación. De esta manera, se dio lugar a un contrato no
escrito entre la religión y los líderes políticos, que desa rrollaron un
sistema de mutuo beneficio controlando y manipulando a las masas.

El resultado real, en términos de nuestras costumbres contemporáneas, es


dos individuos genitalmente acorazados embarcándose en un contrato de
matrimonio monógamo de por vida, sin ninguna esperanza de
satisfacción sexual o felicidad personal.

La campaña de Reich por liberar a la gente de la represión sexual era refutada


dondequiera que fuera, porque atacaba las bases de la explotación. Pero no
era un revolucionario político buscando desplazar a la élite dominante.
Simplemente quería que la gente fuera feliz, libre de neurosis, sexualmente
saludable y naturalmente orgásmica.

Primero en Viena, después en Berlín, abrió clínicas de sexo para las


clases trabajadoras, dando consejos sobre control natal, problemas del
matrimonio y embarazo, escribiendo panfletos en favor de la libertad sexual,
especialmente para la gente joven.

Insistía en el derecho de los niños a que se les permitiera la


masturbación, desde la infancia hasta la pubertad, y cuando la pubertad
llegara, deberían ser proporcionadas instrucciones claras y bien
fundamentadas sobre control natal para que los jóvenes pudieran hacer el
amor sin temor.

Debido a su campaña, Reich terminó solo. Después de su rompimiento


con Freud, fue virtualmente relegado por todo el movimiento psicoanalítico.

Como marxista, tenia amigos en los partidos comunistas europeos,


quienes primero apoyaron sus principios de igualdad y libertad sexual, pero
ellos, también, gradualmente lo abandonaron y empezaron a criticarlo
públicamente.

Este es un punto que vale la pena entender, porque revela un conflicto


básico entre los políticos y el sexo.

En 1933, Reich escribió un libro clásico: Psicología de masas del


fascismo, mostrando cómo los regímenes autoritarios atraen al público y
manipulan el ideal de la juventud.

Estaba dirigido contra Hitler y el movimiento Nazi, pero los comunistas


con los que Reich se alineó también querían manipular al público, ofreciendo
su propia forma de utopía a la que se le daría lugar una vez que las clases
trabajadoras tomaran el poder.

Temían que si Reich tenía éxito en ayudar a la gente común a tomar el


control de sus propias vidas, logrando la plenitud sexual y felicidad personal,
entonces el descontento popular desaparecería y la motivación para una
revolución violenta sería socavada.

Es por méritos propios que Reich siguió siendo un científico y humanista


de corazón, no un político; y estaba dispuesto a pagar el precio de ser
criticado, condenado y marginado para mantenerse enfocado en un solo
problema básico: cómo eliminar la miseria y neurosis humanas, y ayudar a la
gente a disfrutar la vida.

Y es aquí donde entro yo, porque, como Reich, estoy en el negocio de


ayudar a la gente a encontrar felicidad.
Cuando la gente común, por cualquier razón, se da cuenta que vive de
manera no gratificante, algunos de ellos empiezan a buscar métodos para
liberarse del confinamiento en que los ha ubicado la sociedad.

Es ahí cuando se acercan a mí, o a gente como yo. Entonces es ahí


cuando los introduzco al proceso de eliminación de la armadura, en el cual el
centro del sexo es el segmento final.

Reich llama a esto el "segmento pélvico". Incluye la pelvis, los genitales,


el ano, todos los músculos que rodean a las caderas, ingle y nalgas; piernas y
pies. Esto corresponde al primer chakra, el cual gobierna el cuerpo físico, el
deseo de vida, el impulso básico para sobrevivir.

¿Cómo se da el daño en este segmento? Obviamente, un clima


generalizado de represión sexual y tabú en el ambiente hogareño del niño,
penetrará su psique, aun cuando nada sea dicho directamente.

Los mensajes silenciosos pueden ser transmitidos con un tazón de cereal,


el condicionamiento puede ser por omisión como por prohibición. Por
ejemplo, si un niño es tocado y acariciado en todas las partes del cuerpo
excepto una, lentamente se formara la idea de que esta área es de algún modo
prohibida, sucia o intocable.

En mi caso, la educación sexual fue más directa. Descubrí la


masturbación a una edad temprana. Debí haber tenido como tres o cuatro
años cuando pase por una fase muy abierta de masturbación, sólo toca, toca,
qué rico, qué rico... sentimientos agradables, cálidos, confusos en mi área
genital.

En un cierto punto, mi madre me dijo: "No hagas eso, y principalmente


no lo hagas cuando haya alguien cerca".

Recibí un curso completo para mantener las manos fuera de las cobijas
en la noche, y además un sistema de recompensas de galletas de chocolate
por hacerlo, y también pequeñas reprimendas por desobedecer.

Era un esfuerzo elaborado para mantenerme alejada de la masturbación,


pero de algún modo supe todo el tiempo que lo que estaba haciendo estaba
bien. Nunca creí que fuera malo. Tan sólo tenía que mantenerlo en secreto.
Mientras mis padres no tuvieran forma de saber que lo hacía, estaba bien. Así
que la masturbación permaneció como una compañera secreta durante mi
infancia y adolescencia.

Adicionalmente al efecto armadura de este tipo de "educación antisexo"


es un término más está el impacto de abuso sexual. Ésta es un área enorme,
que abarca desde miradas lascivas de un pariente adulto hasta relaciones
sexuales con niños.

Es hasta hace muy poco tiempo que este asunto privado y personal se ha
vuelto un tema de debate público, resultando en un creciente entendimiento
de que casi todos han sido molestados sexualmente de una u otra forma -si no
física, o violentamente, entonces al menos en una forma intimidatoria de
miradas o palabras.

Los pedófilos son expertos en entender a los niños y en cómo


manipularlos, con frecuencia haciéndose amigos de los padres y de ahí
alejando al niño de su fuente principal de protección y seguridad.

En un caso que me fue revelado en una sesión, una mujer explicaba cómo
un vecino la había for zado a hacer el amor con él, cuando ella tenía tan sólo
nueve años, amenazándola de que le diría a sus padres que había besado a
unos chicos mientras jugaban en el vecindario.

Para evitar que la acusara, el hombre le sacó la promesa de que ella haría
algo por él, y sólo hasta después ella entendió lo que era ese "algo": tres actos
de relaciones sexuales.

La idea en sí era repugnante, pero la amenaza del hombre de que le


acusaría con los padres fue suficiente para forzarla a la sumisión. Suena
totalmente reprobable, pero funcionó.

La mayoría de nosotros podemos recordar un evento psicológico de sutil


insinuación sexual en la infancia o pubertad. Por ejemplo, un abuelo
calenturiento que vive en la habitación de arriba.
Tuve un tío así, un tipo joven de buen ver, que siempre musitaba cosas
como "je, je, je". De vez en cuando me agarraba, me pellizcaba o me hacia
cosquillas, diciendo "¡qué linda eres!"

Eso me molestaba mucho y quería golpearlo y decirle "¡no estés


chingando!", pero por supuesto nunca lo hice, porque, como niña, nunca se
me ocurrió que tenía el derecho o autoridad para hacerle algo así a un
pariente adulto. Él nunca hizo nada grave, pero esta gente no tiene que hacer
mucho para crear cierta vibra que afecte la energía sexual en desarrollo de un
niño.

Como puedes ver en estos ejemplos, existen muchos tipos de


manipulación en torno a la sexualidad. De nuestras capacidades naturales,
ésta es la más agredida porque la necesitamos, la queremos, estamos
inundados por su energía, llevados a buscar una gratificación, y sin embargo,
al mismo tiempo existen grandes tabúes y reglas en su entorno.

La solución convencional, represiva a este problema, es más bien como


llenar una olla de agua, ponerle la tapa, ponerla en la estufa y abrir la llave
del gas-tarde o temprano algo va a explotar.

En pulsación, tomamos una posición completamente diferente: quitar la


armadura y liberar la tensión en y alrededor del área pélvica, para que la
energía sexual pueda ser despertada, vivida y celebrada una vez más.

Desde el principio de cualquier grupo de pulsación, constantemente


trabajamos con el segmento pélvico porque es aquí donde nace nuestra
vitalidad. Una vez liberada, la energía del sexo puede fluir por todo el cuerpo.

En cierta forma, es como petróleo crudo. Conforme asciende a través de


los otros segmentos y chakras se torna más refinado, expresándose en una
forma no genital, no sexual. Pero el combustible básico para todas
expresiones es el sexo. Aun las inmensamente placenteras sensaciones en el
vientre que describí en el capítulo anterior, o el amor desbordante en un
corazón abierto, tienen su origen en la energía del sexo.

Este es el conocimiento tántrico que exploraremos en la siguiente sección


y es mi propia expe como terapeuta como en mi vida personal.

Por esta razón, aunque empezamos el proceso de eliminación de la


armadura de arriba hacia abajo, seguimos cargando el cuerpo con energía del
sexo, empleando la respiración y movimientos del cuerpo que ya expliqué
con anterioridad.

Al mismo tiempo, cada vez que cargamos energía y descargamos


emoción, seguimos la fórmula del orgasmo sexual. La misma calidad de
descarga convulsiva es experimentada con nuestras emociones, y ésta es la
herramienta básica en el proceso de eliminación de la armadura.

Sin embargo, aunque trabajamos con la energía del sexo desde el


principio, sé que no me puedo acercar al centro del sexo de manera directa
hasta que la armadura haya sido aflojada en los otros seis segmentos.

No es por casualidad que el segmento pélvico sea el último de la serie. El


sexo yace en lo más profundo de nuestra biología, y los asuntos sexuales y de
placer en lo más profundo de nuestra psicología, de manera que abordar la
remoción de armadura de este segmento es una tarea delicada.

Una cosa que quiero aclarar es que nunca toco el área genital mientras
trabajo, precisamente porque es tan íntima y delicada. Esta área ha sido con
frecuencia tan traumatizada que el contacto directo sólo la traumatizaría otra
vez y profundizaría las heridas.

Además, el contacto directo con los genitales puede causar excitación


sexual, lo que no es el objetivo del proceso de remoción de la armadura. El
fin es liberar tensión y restaurar el flujo de energía, no estimular la zona
sexual.

Existen muchas otras formas para allegarse a este segmento, usando la


respiración profunda hacia el centro del sexo, movimientos pélvicos, pataleo
con las piernas, masajes en músculos tensos.

En ocasiones, puedo presionar profundamente los abductores de los


muslos, los músculos internos de los muslos y que Reich llama "músculos de
la moralidad" porque son los que se usan, especialmente por las mujeres, para
mantener las piernas juntas e impedir acceso a los órganos sexuales.

También puedo invitar al paciente a apretar y relajar los músculos del


piso pélvico, entre el ano y los genitales, ya que esto coadyuva a aflojar la
armadura de la pelvis.

Con experiencia, es fácil ver cuando alguien ha sido sexualmente


agredido, tan sólo observando la respiración y movimientos del cuerpo
mientras avanza el trabajo.

Por ejemplo, durante un simple ejercicio como respirar hacia la pelvis,


mientras simultáneamente se levanta la pelvis y se sacude hacia un
movimiento similar al hacer el pacientes con problemas de agresión sexual
empiezan a sentirse incómodos.

Muestran expresiones de ansiedad, cambiando el ritmo y moviéndose en


una forma que reduce la efectividad del ejercicio, tratando de desviar la
atención del área pélvica.

De la misma manera que el cielo, los ojos tienden a puede acontecer


incluso antes de iniciar entrevista, a una para unirse al taller de Pulsación
tántrica, le pregunté "¿tiene usted algún historial de abuso sexual?" La mujer,
originaria de Rusia, repentinamente se robotizó. Apartó su mirada de mí
mientras sus ojos se nublaban -casi entraba como en un trance. Yo le hablaba,
pero ella no me veía y empezó a responder con una voz delgada, monótona.

Era obvio que no quería enfrentar este asunto, y que para empezar a
recuperar su energía sexual necesitaría abordar toda una gama de problemas:
negación del dolor, rechazo de hombres, enojo hacia los padres...

Para esto se necesita un grupo de descondicionamiento o sesiones


individuales, para explorar y sanar estos problemas.

En pulsación, una vez que la gente ha logrado una buena parte del trabajo
de eliminación de la armadura, empiezan a conectarse de manera natural con
la pelvis y pueden empezar a sentir sensaciones placenteras. Pero también
pueden sentir pena, rubor o culpa. Es importante para el terapeuta ver ambos
aspectos -el placer y la ésta es una de las divisiones que descubrimos en la
pelvis.

Vemos la capacidad para el placer y el anhelo del cuerpo por disfrutarlo,


pero al mismo tiempo existe una delgada capa de condicionamiento que la
cubre, llena de cuestionamientos sobre qué hacer y qué no hacer, qué debería
y no debería ser.

Motivo a la gente para que reconozca esos viejos sentimientos de culpa


pero que también pase sobre ellos, permitiéndose conservar el placer. Esto
por lo general no es difícil, porque a estas alturas, cuando los segmentos
superiores han sido aflojados, hay cierta porción emocional disponible. La
gente guarda una distancia desde la que pueden ver cómo la culpa y
vergüenza obstaculizan su placer.

Si logro motivar a la gente a que mueva la pelvis un poco más, a respirar


hacia el centro del sexo un poco más, a permitir una pulsación suave de la
pelvis y más aún a emitir sonidos placenteros, esto los puede ayudar a
mantenerse conectados con la pelvis -no sólo los genitales sino toda el área
pélvicauna fuente de placer y vitalidad.

Hablar es importante en esta fase, porque cuando veo que un paciente


está pasando a través de una capa de culpa y vergüenza, suavemente le
pregunto "¿quién te hizo sentir avergonzado?, ¿quién te hizo apenarte de tu
sexo?" El paciente podría responder: "Mi madre".

Le pido entonces al paciente que se mantenga en contacto con sus


sentimientos placenteros y comenzar a hablar con su madre, diciendo cosas
como "ya ves mamá, soy una persona sexual y está bien. No hay nada malo
en ello y así me siento bien. Tengo derecho a ser sexual. Tengo el derecho a
disfrutar mi sexualidad".

Enunciados afirmativos de este tipo pueden ser de gran ayuda para abrir
energéticamente toda el área pélvica.

En términos generales, en esta etapa, cuando ya hemos trabajado a través


de los segmentos, hacia las profundidades del cuerpo, los pacientes están
plenamente dispuestos a explorar y expresar cualquier cosa que descubran.
Encuentran que es positivo viajar hacia esas áreas oscuras, prohibidas, hacia
el enojo, la culpa y la frustración de no habérseles permitido vivir su
sexualidad, porque saben que es una experiencia que no obstruye sino que
libera.

Una vez que estas cosas han sido sacadas a la luz y liberadas, el siguiente
paso sólo puede ser el placer, porque está en la base, en la raíz, en el núcleo
de nuestro intento natural como organismos bioló movimiento hacia el placer.

Cuando la armadura ha sido aflojada en la pelvis, este es el punto en el


cual podemos integrar todos los segmentos, experimentando una uniformidad
de energía conforme fluye libremente a lo largo del cuerpo. En esto
encontramos profundo placer, bienestar, un sentido de perfecta armonía con
la existencia.

Uso un ejercicio llamado pulsación suave como una forma para que la
gente sienta esta armonía, esta sensación de un todo en el cuerpo. El ejercicio
por lo general se hace a solas, como una experiencia introspectiva, íntima.

► Los participantes deben adoptar la posición básica de respiración,


recostados sobre colchonetas, las rodillas dobladas y levantadas,
respirando profundo hacia el conducto vacío que se extiende hasta el
vientre y el sexo.

Recomiendo que alguien los guíe para que se sintonice con su


respiración, sintiendo una oleada de respiración, llenando y vaciando
el cuerpo. Gradualmente, los invito a permitir un suave contoneo de
la pelvis, en ritmo con la respiración, replegándose en la inhalación,
arqueando ligeramente la espalda, para después menear la pelvis
hacia el frente en la exhalación.

Es importante sincronizar este movimiento con la respiración,


porque ayudará a crear una oleada más profunda de energía que pulse
en el cuerpo, que bañe hacia arriba y hacia abajo, energizando y
cargando cada célula.

Ya que los bloqueos en los segmentos se han aflojado, existe una


buena posibilidad de experimentar una ola de energía sin
inhibiciones y continua fluyendo por todo el cuerpo, del núcleo hacia
la periferia.

Esta ola, cuando se le permite y acoge, trae sensaciones de


placer, plenitud, y gran alegría, similar a la sentida por los amantes
después de una experiencia orgásmica completa.

Conforme la respiración y movimientos pélvicos continúan,


conforme la ola de energía se profundiza, sugiero que introduzcan
otros movimientos armónicos en el ejercicio, usando brazos, manos,
boca, cabeza, gradualmente involucrando a todo el cuerpo.

El ejercicio puede durar de 20 a 30 minutos, o hasta 45 si es que


pueden permitir tanto placer.

Así que, en mi experiencia, la mayoría de la gente tiene niveles de tolerancia


para sensaciones de placer de alta carga en el cuerpo, un tipo de límite de
tiempo interior, después del cual, sentimientos negativos resurgen como una
forma para descargar la energía excedente que se torna incómoda.

Cuando un cuerpo está balanceado, puede acumular y retener cargas de


energía sin tener que descargarla, disfrutando la ligera, placentera tensión de
una carga contenida.

Muchas de las "cosas ásperas", como golpear la pelvis sobre la


colchoneta, gritar y berrear en el enojo, odio o disgusto, han sido con suerte
liberadas, así que será más fácil mantener la carga de energía en el cuerpo a
un nivel más alto y disfrutar sus cualidades.

En este estado de balance, podemos abrir los reinos más sutiles de la


naciente energía, intimidad, meditación, presencia... en pocas palabras, el
mundo del tantra.
AL PRESENTAR AL PÚBLICO MI TRABAJO, ofrezco dos tipos de
talleres: Pulsación, con enfoque a la remoción de la armadura, soltar el flujo
de energía e incentivar la expresión emocional; Pulsación tántrica, ayuda a la
gente a experimentar el movimiento de energía ascendente a través del
cuerpo, desde sus raíces sexuales hasta la meditación.

Debido a la división, alguna gente puede pensar que estos son dos
procesos diferentes, pero en realidad son parte de un enfoque tántrico
orgánico.

Mi descubrimiento y creación de la Pulsación tántrica deriva del trabajo


neorreichiano en el que fui entrenada y practiqué por muchos años. La
influencia oriental de meditación y práctica espiritual desarrolladas en mis
años en India, trajeron una conciencia más profunda de energías más de
conciencia, silencio, se suma a la dimensión tántrica.

El tantra abarca la gama completa de la experiencia humana, empezando


con la energía animal en crudo del cuerpo en ascendencia hasta una
experiencia divina.

Así que, aunque esta sección se enfoca a lo que se ofrece en mis grupos
de Pulsación tántrica, no me gustaría que el lector asumiera que el trabajo de
pulsación explicado en las primeras dos secciones, no es tántrico por
naturaleza.

Es un acercamiento orgánico a la condición humana, es una travesía de la


energía humana desde su origen animal hasta su florecimiento espiritual.

La pulsación tántrica le ofrece a la gente común la oportunidad de


aprender y practicar las diferentes técnicas de energía que pueden integrar a
su vida cotidiana y enriquecer sus relaciones en curso.

El proceso de pulsación tántrica es más efectivo con gente que ya ha


participado en un trabajo de crecimiento personal con enfoque en el cuerpo
para aflojar su armadura muscular, para que su energía pueda fluir libremente
sin obstáculos o bloqueos psicológicos o emocionales.

Sin embargo, también puede ser tomado, bajo la correcta supervisión, por
principiantes que estén abiertos a un nuevo tipo de autoexploración.
YO NO ESTUDIÉ ELTANTRA. Lo viví. Un día afortunado entré por las
puertas de una comunidad espiritual en India donde el mismo aire pulsaba
con la energía del tantra, y desde ese momento he estado explorando la
experiencia tántrica.

De hecho, aunque no lo sabía, ya había estado recorriendo el camino del


tantra aún antes de mi llegada a la India, porque desde siempre, he sentido un
"sí" básico hacia la vida, y este "sí" es la esencia del método tántrico.

Es el camino de la aceptación, de la no-negación, tomando todo lo que la


vida ofrece, de lo mundano a lo sagrado, desde el sexo hasta el samadhi.

La historia del tantra como movimiento espiritual en la surgió, los


rituales que se practicaban, por qué fue reprimido y se convirtió en
movimiento clandestino- nunca ha sido la base principal de mi enfoque.

En sus discursos, Osho explicaba la visión tantra, sus implicaciones, y su


importancia como un sendero espiritual, pero tampoco él estaba muy
interesado en los detalles históricos. Todo su esfuerzo se dirigía a hacer del
tantra una fuerza contemporánea viviente que pudiéramos experimentar
inmediata y directamente en nuestros cuerpos, y en esto tuvo muchísimo
éxito.

Y digo "muchísimo", porque su pequeña asram se convirtió, por un


tiempo, en una olla exprés de exploración en la que cientos, y después miles
de personas participaron. Era un experimento, explosivo, revolucionario,
altamente controvertido que capturó la atención de los medios, de los
políticos hindúes preocupados, y atrajo a valientes buscadores y aventureros
de todo el mundo.

Quizá la mejor forma de presentarlo es contando mi historia, porque


cuando llegué en 1976 el experimento aún estaba en pañales, apenas en sus
inicios. Mi experiencia personal también ayudará a ilustrar el contexto en que
se desarrolló mi trabajo en la pulsación tántrica.

Llegué a India vía Europa, como ya lo dije en el capítulo tres, había


empezado a dirigir talleres reichianos. Fue en Londres donde conocí a mis
primeros se les llamaba a los discípulos de fueron ellos quienes me
introdujeron a la meditación dinámica. Desde ahí, volé a Bombay, o Mumbái,
como hoy es conocida.

Osho estaba localizado en Puna, como a 1gokm al Este de Mumbai. A


primera vista, el lugar no ofrecía mucho, dos o tres casas coloniales en un
suburbio aburrido de la ciudad, con un pequeño salón de meditación en la
parte trasera.

Pero no me tomó mucho tiempo dejarme seducir por la misteriosa


atmósfera que ahí se respiraba, especialmente en noches brumosas, llenas de
aro mas de flores nocturnas y los cantos extraños de aves exóticas,así como el
coro de abundantes grillos y ranas.

Había una vibra intensa, o energía, dentro del asram que difícilmente
podía aislar del clima subtropical. Pareciera que todo armonizaba cuando
cruzaba el atmósfera que podía absorber, que con rapidez desplazaba
cualquier sensación en relación a la ordinaria apariencia del lugar.

Había alrededor de cien occidentales entre los samnyasines hindúes, la


mayoría trabajando en tareas y puestos del asram, y me gustaba lo que
sucedía entre ellos. Había muchas risas, un sentimiento de genuina calidez
sincera, y especialmente observé sus largos, íntimos abrazos que parecían
durar horas y horas.

Podía pasar junto a un hombrey una mujer, abrazándose en un sendero,


en camino a la barra por una taza de deliciosa mezcla hindú espesa, lechosa,
condimentada, dulce de cuando volvía a pasar por ahí media hora después,
ahí seguirían parados, abrazándose, totalmente absortos.

No era necesariamente sexual, aunque había un completo contacto físico,


era un fenómeno de ener veces yo podía sentir el calor mientras pasaba por
ahí- y debo decir que lo encontraba intrigante y cautivador.

Vi a Osho por primera vez mientras asistía a una de sus conferencias


matutinas, pero no puedo decir que su presencia me causara un impacto
inmediato. Había cierta emoción y estoy aquí en India y este hombre se dice
que es un maestro la experiencia de poder absor ber su energía de manera
profunda tomó un tiempo en desarrollarse.

En Europa ya había visto fotos de Osho, así que lo físico era más o
menos lo esperado: calvo, con una barba gris, grandes ojos cafés que
destellaban cuando sonreía, no muy alto, que usaba una sencilla bata blanca.

En mi segundo día en el asram, solicité ser iniciada como samnnyasin.


Ya había tomado la decisión en Europa, porque era obvio que cualquier cosa
que esperaba experimentar con Osho sólo sucedería a través de la
participación. Y, además, siempre he sido el tipo de mujer que primero brinca
y después pregunta.

Había como unas i5 personas en mi primer darsana, como se le llamaba a


las reuniones vespertinas con Osho, y se llevaba a cabo en el mismo pequeño
auditorio donde daba sus conferencias.

Cuando llegó mi turno, me senté frente a él y me pidió que cerrara los


ojos mientras él escribía mi nombre en un papel. Entonces tocó mi tercer ojo
con su pulgar.

Lentamente, por detrás de los párpados, mis ojos giraron hacia donde él
tocaba y, después de un momento, dijo "bien", y retiró su mano. Pareciera
como si hubiera estado esperando a que yo interiorizara antes de que retirara
su pulgar.

Después me pidió que abriera los ojos y me mostró mi nombre: Deva


Aneesha, explicando que deva significa "divino" y aneesha significa "sin
dios".

Que paradójico: ¡ser a la vez divina y sin dios!


Osho continuó explicando que, para él, lo paradójico es el espíritu y la
ley de la propia vida.

"Dios no es una persona", dijo, "de hecho, dios no existe, sólo existe la
energía divina. Es mejor llamarla sin dios que dios. La vida es divina, pero no
existe el dios como la figura paterna, no hay nadie que manipule o controle,
nadie nunca ha creado la vida, la vida es eterna".

Dijo que las religiones con una figura paterna son infantiles y que las
grandes religiones del Este, como la fundada por Buda Gautama, son
religiones para adultos que no necesitan de un dios.

También dijo que me había estado esperando, y yo pensé que este


comentario tenía algo que ver con el hecho de que era una líder de grupo
Esalen. Ya le había enviado una copia de mi folleto "pulsación y
sentimiento", el cual permanece en su biblioteca personal, y le había escrito
una dedicación, poniendo mi talento y a mí misma a sus servicios.

Sabía que un programa diverso de terapias occidentales y meditaciones


orientales era ofrecido en el asram, y me pareció natural que si iba a estar ahí
por un período de tiempo, también trabajara ahí.

Tuve que esperar un poco para que eso sucediera, porque estaba
programada para dar más talleres en Europa y Estados Unidos, pero en esa
primera visita sí tuve el tiempo para sumergirme en el proceso de grupo, el
cual era en nada parecido a lo que yo había encontrado en Esalen.

Estos grupos eran frenéticos, intensos, estructuras libres en las que toda
la energía sexual y emocional reprimida sobre la cual la gente se había
sentado toda una vida, era fomentada para ser expresada.

Combinado con la meditación dinámica, llevada a cabo todas las


mañanas a las seis en punto, y otras técnicas de meditación diseñadas para
despertar y mover la energía, probó ser un potente coctel que mandaba a
volar nuestra apariencia colectiva y moral social y comportamiento educado.

En estos grupos, luché, di patadas, grité, sollocé, hice el amor y fui


forzada por lo general, por lo extremo de muchas situaciones, a dar un salto
interno que dejaba a la persona que yo creía ser atrás. Al hacer esto, descubrí
recursos de energía y emociones crudas animales que nunca imaginé tenía.

Después, me di cuenta de que, en un sentido muy real, estos grupos no


terminaban. O se podría decir que la vida en Puna era un grupo muy largo. El
siempre cambiante flujo de relaciones amorosas, los encuentros sexuales y
relaciones entre la creciente comunidad internacional de samnyasines
garantizaba que la experiencia con sentimientos intensos continuara casi día y
noche.

Recuerdo una ocasión en particular, durante un retiro de meditación


vipassana dentro del asram: fui confrontada con celos extremos.

Vipassana no es un grupo de confrontación. Es una meditación budista


clásica en la que uno se sienta en silencio con los ojos cerrados, observando
la propia respiración moverse hacia adentro y hacia afuera, y la expansión y
contracción del abdomen junto con la respiración. Uno es enfrentado a su
soledad, eso es todo.

Pero sucedió que mi novio de entonces tenía un par de zapatos muy


vistosos, los cuales veía cada vez que salíamos de nuestra sala de meditación
para una "caminata zen", afuera de la habitación contigua, donde vivía una
mujer muy atractiva.

Vi los mismos zapatos por diez días, diario y todo lo que pude hacer fue
sentarme en silencio, respirar profundamente, y ver mi mente enloquecer.

El navegante que nos guió por este laberinto de intensidad fue el propio
Osho, quien nos hablaba todas las mañanas durante noventa minutos. Sus
platicas se basaban en dichos y sutras de seres iluminados del pasado -Buda
Gautama, Lao-Tsé, Patañjali, Kabir, jesús, una gran cantidad de maestros de
zen, sufí y tantra- pero su mensaje principal era alimentar la flama interna de
la conciencia, con la cual podríamos ver y entender todo lo que estábamos
experimentando.

Según Osho, el crecimiento espiritual requiere de toda nuestra energía y


ésta puede ser accesada sólo cuando nuestras emociones reprimidas,
sexualidad bloqueada, patrones psicológicos comparación, inferioridad,
culpa- han sido llevados a la luz de la conciencia y disueltos.

Es la transformación de éstas energías, sin importar que tan corrosivas o


destructivas sean, lo que trae integridad al ser humano y abre la puerta hacia
un estado superior de conciencia.

"Lo que estoy diciendo está completamente vivo, es completamente


nuevo, fresco, joven", explicaba Osho. "No es para nada tradicional. Por lo
tanto, llamo a mi tantra, `neotantra".

"Todas las religiones antiguas, tantra o cualquier otra, practican rituales.


Ahora el hombre ha crecido, ha madurado. Esos días de la infancia ya no
están ahí. Esos rituales se ven tontos".

Debemos liberar al tantra de esos patrones rituales. Debemos hacerlo más


poético, más espon táneo, menos tieso, menos estructurado. Eso es lo que
estoy haciendo".

Para mi sorpresa y agrado, Osho también habló de Wilhem Reich. Dijo


que aunque Reich desconocía el tantra, estaba desarrollando métodos para
sanar los problemas sexuales de la gente que asemejaban técnicas de tantra
creadas miles de años atrás.

Concordaba con la teoría de Reich de la armadura del el cuerpo carga con


recuerdos del pasado almacenados en los músculos como tensión crónica.
También dijo que el entendimiento de Reich de como la energía se expande
cuando una persona siente amor, y se encoge cuando no lo siente, es
realmente una descripción del aura humana, también conocida por siglos en
Oriente.

"Ha sido uno de los grandes revolucionarios de todos los tiempos, y ha


permanecido en el anonimato, sin respeto, olvidado", comentó Osho,
agregando que todavía existe un gran potencial en el trabajo de Reich si
pudiera ser desarrollado en colaboración con el tantra.
Cuando empecé a dirigir mi propio grupo, en agosto de 1977, Osho lo
llamó anatman, un término budista que significa "sin individualidad". Así
que, una mujer llamada "sin dios" lideraba un grupo llamado "sin
individualidad".

Sin dios y sin individualidad, no había de donde agarrarme, lo que


probablemente era la intención, y pocas semanas después tuve una poderosa
revelación de por qué Osho usó esos términos.

Al final de cada grupo, los participantes y líderes eran invitados a asistir


a un darsana vespertino, donde podían hacer preguntas a Osho sobre cual
quier cosa que hubiera pasado durante el proceso, o de hecho, sobre cualquier
cosa que les preocupara. Los líderes de grupo se sentaban en la fila de
enfrente, así que esa tarde me senté muy cerca de Osho, casi directamente
frente a él.

Había estado sentada ahí durante todo el darsana, disfrutando en silencio


y en paz. Recuerdo haber sentido que cada palabra que Osho pronunciaba
caía hacia mis adentros y ahí se quedaba. No era lo que decía, sino la "vibra"
de su decir. Por primera vez, mi permitía absorber y beber su presencia.

El darsana concluyó y Osho se levantó de su silla, juntando sus manos en


el conocido namasate hindú con el que siempre nos saludaba. Justo antes de
que se pusiera de pie, hizo contacto visual conmigo y sostuvo mi mirada,
mirándome todo el tiempo mientras se incorporaba. Seguramente no tomó
más que algunos segundos, pero pareció una eternidad. Inmediatamente
después reverenció a la concurrencia y salió del auditorio.

PERO ESA MIRADA...

No puedo explicar lo que se transmitió con esa mirada, con ese contacto
visual que tuvimos. Pero caló hondo, muy profundo en mí, y sentí que había
recibido tal vastedad de "algo" que difícilmente podía contenerlo.

Mi cabeza cayó al suelo y empecé a llorar, lloraba de gratitud, de la


humilde experiencia de haber recibido tan increíble obsequio. Pero no podía
siquiera nombrarlo. De hecho, no era lo que me había dado lo que me llegaba
tan profundamente. Era su dar, su compartir-conmigo y con cada uno de
nosotros- de una manera tan pródiga, un dar "algo" incondicionalmente la
conducción del grupo Anatta, mi trabajo no cambió de manera radical, sin
reservas que debí haber estado lista para recibirlo en ese momento.

Fue inexplicable, sin palabras. Fue una transmisión de energía divina,


como el salto de una flama de una vela a otra. Fue el haber recibido "algo"
que también podía ser llamado "nada".

Entonces comprendí el valor de acabar con los conceptos como


individualidad y dios, porque lo que transpira de esa misteriosa dimensión
llamada "espiritualidad" está más allá de palabras, ideas y conceptos que sólo
pueden entorpecer la transmisión. Ciertamente supera todo entendimiento.

En los primeros días de conducción del grupo Anatta, mi trabajo no


cambio de forma radical. Había una buena cantidad de ejercicios y estructuras
que había aprendido de Chuck y Erica Kelley, usados en el trabajo rádix, y
estos eran la columna vertebral del taller que yo conducía.

No tenía prisa por cambiar mi estilo y nadie me presionaba para hacerlo.


Sabía que algunos terapeutas recibían orientación detallada de Osho sobre lo
que debían hacer en sus grupos, pero nunca hubo nada de eso conmigo.

Ocasionalmente, en darsana, un participante se sentaba frente a Osho y


explicaba algo que no estaba haciendo energéticamente, en el cuerpo, o quizá
psicológicamente.

Cuando esto sucedía, algunas veces Osho me veía y me preguntaba:


"¿Qué piensas, Aneesha?"

Yo respondía con algo que para mí, era más bien superficial y obvio,
como el señalar algo opresivo en el diafragma de la persona y una
incapacidad asociada de respirar profundamente. Nada muy profundo en
términos de espiritualidad o meditación. Pero Osho afirmaba con la cabeza y
decía "¡exactamente!", para inmediatamente después volver a platicar con la
persona.
Así que me sentía muy apoyada por él en una manera general. En
realidad me dio mucho espacio para contribuir con el trabajo en cualquier
forma que yo considerara apropiada.

En retrospectiva, puedo ver que los cambios que se dieron en mi trabajo


surgieron no de ideas, teorías u orientación, sino de mis propias experiencias
personales en el campo de energía de Osho, así que hablaré un poco más al
respecto.

Sobre todo, esos años en Puna fueron una travesía en mi soledad, mi


mundo interior, privado. Y esa era una de esas paradojas de las que hablaba
Osho, porque por fuera vivía una vida muy social. Me encontraba en el centro
de una comunidad de cientos de samnyasines que se expandía, estaba muy
involucrada con ellos, tenía amantes y amigos, participaba de manera total en
la comuna, guiando grupos y sesiones.

Pero había otra parte de mí, muy diferente, que caminaba justo al lado de
mi vida exterior. Era el buscador, el meditador dentro de mí, que cada día
asistía durante hora y media, escuchando en silencio la conferencia matutina
de Osho, usando sus palabras y los espacios entre ellas para que se clavaran
más profundamente en ella. Esta era la que, antes o después del trabajo,
participaba regularmente en el programa diario de asram de técnicas de
meditación.

Mi relación amorosa con las diferentes técnicas continuó por meses y


años. Algunas veces me encarreraba con una dinámica, llevada a cabo todas
las mañanas temprano. Algunas veces era la meditación kundalini, todas las
tardes a la puesta del sol. Algunas veces era vipassana, algunas veces danza
sufí celebración de canto y baile.

El asram de Puna, como lo seguía constatando, no era un asram normal.


La meditación era medular en los acontecimientos, pero la celebración
ocupaba el segundo lugar. En la visión de vida de Osho, una meditación sin
celebración es infértil, mientras que la celebración sin meditación carece de
profundidad. Es necesaria una síntesis, de manera que el programa de
actividades diarias del asram ofrecía muchas oportunidades de canto y baile,
actividades ambas que me encantaban.

Cuando era adolescente solía rol¡ y ese estilo de bailes-y también tocaba
la guitarra y cantaba canciones folclóricas, o piezas de musicales. Pero
cuando crecí, me mudé a California y me volví terapeuta, estas cosas
desaparecieron de mi vida. De alguna manera, no había tiempo para ellas.

En Puna, todo esto regresó con premura, cada noche había canto y baile
en el Salón Buda -un espacio de meditación recién construido, mucho más
grande que podía albergar el creciente número de visitantes.

Escuchar a Osho hablar sobre la importancia de la celebración y después


experimentarla en mi propio cuerpo -el valor de cantar y lo dichosa que me
hizo sentir- fue una revelación. Cantar a viva voz, bailar desenfrenadamente,
experimentar realmente el momento cuando el danzante desaparece y sólo
queda la danza, éstas fueron algunas de mis experiencias más preciadas.

Si alguien me preguntara lo que obtuve de aquellos primeros años en


Puna, tendría que decir que el estilo de vida, como un todo, era más
importante que cualquier experiencia en particular o cualquier punto de
entendimiento. Osho le llamaba a este fenómeno un "campo de meditación",
donde un grupo de buscadores aumenta el proceso de crecimiento de cada
uno por el simple hecho de estar juntos con un maestro iluminado en el
mismo campo de energía.

El entendimiento que desarrollé para mi trabajo, el cual hoy comparto


con otros, llegó orgánicamente a mí, sólo por haber vivido esa experiencia,
experimentando mi propia energía a través de la meditación diaria, las
celebraciones, el trabajo.

La naturaleza de mi trabajo en Anatta empezó a cambiar cuando Osho


me empezó a dar "darsanas de energía" a finales de 1978. Desde que llegué a
Puna, observé que Osho con frecuencia trabajaba con la energía de
individuos en darsana. Algunas veces usaba una linterna, que lo ayudaba a
percibir el aura, la cual rodea al cuerpo, algunas veces le pedía a la gente que
cerrara los ojos y permitiera sonidos o movimiento mientras él tocaba el
tercer ojo o el corazón.
En esas ocasiones, le pedía a samnyasines mujeres que se acercaran y
sentaran detrás de la persona con quien él estaba trabajando, para que él como
un médium de su energía ayudara a que la energía fluyera a través de la
persona sentada frente a él. Algunas veces me llamó para esta tarea, misma
que disfruté inmensamente.

Después Osho introdujo una nueva dimensión. Además de la iniciación


samnyasin, hacer preguntas, dar despedidas o bienvenidas, ahora podíamos
solicitar "energía darsana" en la que no se podía hablar.

La gente entraba, de dos en dos, y se sentaban frente a Osho, rodeados de


médiums mujeres -quizá una docena- acomodados con cierto orden, de algún
modo unidos unos con otros.

Osho les pedía a todos en el auditorio que levantaran los brazos, cerraran
los ojos y empezaran a canturrear y menearse. Música estruendosa llenaba la
atmósfera, las luces parpadeaban, la gente canturreaba y algunas veces
gritaban eufóricamente, y todos nos sumergíamos en este mar de `nada' que
crecía y nos tragaba.

Yo no era una de las médiums habituales, llamadas cada noche, pero


como líder de grupo venía a darsana con frecuencia y me encantaba este
nuevo proceso de energía, disfrutando cada momento. Levantaba los brazos,
canturreaba, meneaba el cuerpo y casi de inmediato experimentaba una fuerte
energía que cubría mi cuerpo, desde el centro de mi sexo hacia el corazón
hasta la punta de la cabeza.

Cambió para siempre mi entendimiento de la energía. Me dió experiencia


directa sobre los principios tántricos de los que Osho hablaba en su discurso,
moviéndose de lo animal a lo humano a lo divino.

También me llevó más allá de Reich, porque Reich se detenía en lo


humano, mientras que yo estaba experimentado un movimiento ascendente
que me llevaba más allá de las limitantes de la forma física, fundiéndose y
fusionándose con un vasto mar de energía divina.
Osho parecía ser la fuente mediadora de esta energía, pero, como él
mismo lo explicaba, era tan sólo una puerta, por la que podíamos entrar hacia
algo mucho, mucho más grande que cualquier individuo. Él ya había
desaparecido en este océano y por lo tanto podía hacerlo disponible para
otros.

Cada vez que asistía a la energía darsana experimentaba el fenómeno de


energía naciente y, por supuesto, cuando me sentaba frente a Osho, en el
centro de los médiums, era particularmente muy fuerte. Su toque personal de
mi tercer ojo era una provocación para que mi energía brotara en una
expansión orgásmica de dimensiones cósmicas que claramente estaba más
allá de la mente -lo que la gente zen llama "sin mente".

De hecho, la experiencia fue tan fuerte para tanta gente que un grupo de
hombres jóvenes llamados "cargadores", estaban listos al final de la sesión
para cargar a aquellos que habían sido tan apabullados por la experiencia, que
temporalmente eran incapaces de caminar.

Aún cuando yo no estaba en darsana, participaba por fuera, porque todo


el asram estaba sumergido en la penumbra cuando iniciaban las sesiones de
energía, así que si estaba sentada en mi habitación, o cantando en el grupo de
música vespertino, simplemente detendría cualquier cosa que estuviera
haciendo y sentía la energía. Esto era una parte muy importante de mi día.

En base a lo que me pasaba en la energía darsana, empecé a comprender


que el sistema chakra y los segmentos de reich son en realidad parte del
mismo fenómeno, trabajando a diferentes niveles. Los segmentos musculares
se encuentran en la perife-ria -física y obvia- mientras que los chakras
agregan una dimensión energética que penetra mucho más profundamente
hacia el núcleo del cuerpo. En mis grupos, presenté maneras para ayudar a la
gente a conectarse energéticamente con los chakras, dotándolos de vitalidad
en una forma muy parecida a la que hacía con los segmentos musculares.

Aproximadamente un año después, sentí la necesidad de desarrollar un


tipo diferente de grupo. Siempre había trabajado de manera estructurada, y
ahora sentía que sería interesante y desafiante para mí trabajar sin estructura.
Le pregunté a Osho si podía trabajar para experimentar en un taller de
tres días no estructurado y me dio un grupo llamado sahaja, que en el antiguo
sánscrito significaba "espontaneidad".

Al conducir el sahaja, fue interesante para mí ver en qué dirección se


tropezaba la energía día a día. Algunas veces participaba, algunas veces
dejaba que los participantes lo enfrentaran por su propia cuenta. Algunas
veces, todo el grupo simplemente se acurrucaba como en una gran bola, se
relajaba y no hacía nada. Entonces la energía de alguna manera se movía y
cambiaba y el grupo explotaba, con gente corriendo, jugando como niños,
alardeando y gritando. Después, volvería a cambiar, quizá a calmarse,
tornándose más suave y sensual.

Fue a través de la conducción de este grupo que aprendí a confiar en el


flujo espontáneo de energía a través de un grupo de gente, parecido al que se
ve en un banco de peces o una parvada de aves, en el que repentinamente
todos cambian de dirección.

También pedí si podía conducir un grupo llamado pulsación -el primer


grupo que conduje bajo ese nombre- para experimentar lo que estaba yo
aprendiendo en los darsanas de energía.

En él, diseñé estructuras donde la gente se meneaba como las algas


marinas sobre el piso oceánico, como empujadas suavemente por una
corriente invisible de energía. También jugué con mandalas de energía,
vinculando a la gente mientras se sentaban en círculos o en cualquier otra
configuración.

Usé la danza del vientre y movimientos rítmicos, ondulantes para


despertar la energía en el segmento pélvico y ayudarla a subir por todo el
cuerpo. Trabajé de manera muy consciente para ayudar a la gente a descubrir
nuevas dimensiones de sensibilidad, especialmente en el toque más femenino,
receptivo, sin hacer.

En 1981, cuando Osho y sus samnyasines se mudaron a Estados Unidos


y empezaron a construir una nueva comuna en un rancho muy grande en
Oregón, me fui a Europa por un tiempo y dirigí grupos en varios países.
Después me mudé al rancho y dividí mi tiempo entre la construcción de casa
-lo que me encantaba- y la conducción de grupos para visitantes.

Nuestra estadía en Estados Unidos duró cuatro años y medio. Este no es


el espacio para explicar la saga: la sorprendente velocidad con la que
construimos una ciudad completa y la batalla que se libró entre nuestra
comunidad y casi todo Estados Unidos.

Suficiente decir que la radical visión de vida de Osho, y nuestra


entusiasta capacidad para volverla realidad, trajo más o menos las mismas
reacciones como las dadas a Wilhem Reich. Y, como Reich, Osho no
comprometería sus principios para salvarse.

Después de ser arrestado, encarcelado y deportado en noviembre de


1985, Osho viajó por el mundo buscando un nuevo lugar para asentarse, pero
al final regresó a Puna, donde yo me le uní en 1987 y empecé a dirigir grupos
otra vez conforme la nueva comunidad empezaba a crecer en torno a él.

Fue en esta época que empecé a ofrecer entrenamientos, dándole a la


gente experiencias prácticas de cómo trabajar con las técnicas de reich y
conducir sesiones individuales. Fue aquí donde empecé a llamar "pulsación"
al trabajo de Reich.

Osho murió en enero de 1990, pero la comunidad en Puna continuó y


nunca olvidaré las palabras de Osho de que reich y tantra se podrían
desarrollar juntos. Para mí, esto fue la semilla de un nuevo proceso, la
pulsación tántrica, la cual hoy ofrezco como un tipo de subrama de mi trabajo
de pulsación.

Esta sección de mi libro está dedicada a explicar como funciona la


pulsación tántrica.
"LA ENERGÍA ES UN PLACER ETERNO", dijo William Blake, el
romántico y místico poeta inglés.

Si él hubiera vivido unos doscientos años más, y por casualidad nos


hubiéramos conocido, yo le hubiera dicho: "Sí, William, tienes razón, pero
recuerda, la energía es únicamente placentera si se le permite mover. Si se
atora, tu eterno placer no durará más que un rato".

También resaltaría que las posibilidades de experimentar placer en la


vida son directamente proporcionales a la libertad con la cual la energía
pueda moverse por el cuerpo humano.

Los poetas y los artistas como Blake, disfrutan tan sólo de breves atisbos
de experiencias intensas y no tienen ningún control sobre cómo y cuando
ocurren -esa es su angustia-, a menos que, como Coleridge, recurran a las
drogas prar el deseado levantón.

Pero el éxtasis, placer y otros estados deseables, no deben ser tan poco
frecuentes en la experiencia humana. Ni necesitamos ser ningún tipo especial
de persona -poeta o artista- para disfrutarlos. Por mi parte, confieso que he
sido suficientemente afortu nada de experimentar esas cosas muchas veces en
mi vida, y no me considero más talentoso o extraordinario que nadie más.
Fundamentalmente es una cuestión de acceder a la propia energía, quitar los
bloques que la inhiben, y permitirle fluir. Una vez que la energía está
disponible y en movimiento, su potencial puede ser explorado en mil
creativas maneras: bailando, cantando, tocando un instrumento musical,
meditando, celebrando, trabajando, haciendo el amor... las posibilidades son
infinitas. En realidad no es una cuestión de lo que uno hace, sino el
sentimiento de totalidad y presencia con lo que uno lo hace; y la presencia
depende de la energía en movimiento.
En mi trabajo, este movimiento de energía tiene dos direcciones básicas
de flujo. La primera parte de la travesía, el proceso de la eliminación de la
armadura, sigue una ruta hacia abajo a través de los segmentos, desde la
cabeza hasta la pelvis. En la segunda parte, la energía despierta, naturalmente
empieza a emanar del centro del sexo y empieza a subir a través del cuerpo, a
través de los siete chakras.

Aprendí sobre los chakras por vez primera a principios de los setenta,
viviendo en San Francisco y leyendo libros publicados por la Sociedad
Teofilosófica, organización esotérica que vivió sus mejores épocas al
principio del siglo xx en India y Europa, y que todavía existe.

Uno de los fundadores de la sociedad, Charles Leadbeater, escribió un


libro sobre los chakras que se convirtió en uno de las publicaciones esotéricas
más vendidas de todos los tiempos. No había mucho publicado en esos días,
excepto traducciones de escrituras del hindú que para mí eran
incomprensibles.

Después de iniciar mi entrenamiento con los Kelley en su trabajo rádix,


logré entender que los siete chakras se localizan en la misma área corporal
que los siete segmentos reichianos.

El trabajo de liberación emocional estaba provocando muchas


sensaciones en mi cuerpo y algunas veces sentía centros de energía vibrar,
particularmente en el plexo solar y corazón, mismos que corresponden al
tercer y cuarto chakras.

Nunca vi discos rotantes de energía, ni los colores del arcoíris, pero


cuando me conmovía sentía una energía pulsante en el centro del pecho, y
sabía que era el cuarto chakra abriéndose.

Mientras más trabajaba con los segmentos, más comprendía que cuando
la energía se empieza a mover, a estar más presente y sensible, se abre hacia
adentro, hacia una experiencia energética central.

Como yo lo veo, los segmentos musculares descritos por Reich forman


las capas exteriores de los chakras; los segmentos constituyen la parte física,
dentro de los cuales hay capas y capas de energía más sutiles.

Para mí, los chakras son puertas de entrada hacia uno mismo, hacia
diferentes cualidades de la energía humana. Existe una fuerza de vida que
fluye a través de todo nuestro sistema, y cuando vibra por medio de un chakra
en particular o se expresa en un segmento específico, tiene ciertas cualidades
conectadas con asuntos específicos.

Ya he mencionado algunos de estos asuntos en capítulos anteriores, pero


creo que vale la pena presentar una lista más completa aquí, para dar una
visión general del sistema de los chakras:

PRIMER CHAI<RA: CENTRO DE LA VIDA

Se localiza muy dentro de la pelvis y, en términos reichianos, dentro del


segmento pélvico. Está conectado a los órganos de la región pélvica,
incluyendo genitales, ano y vejiga.

Este centro de energía, también llamado "chakra raíz", energéticamente


alcanza las piernas y pies, arraigándonos a la tierra. Aquí estamos en contacto
con nuestra naturaleza animal, todo lo que sea primitivo e incivilizado.

El primer chakra gobierna el cuerpo físico, incluyendo la reproducción,


salud o enfermedad, fuerza o debilidad, la capacidad del cuerpo de llevarnos
por la vida, de ser productivos, de sobrevivir. La mayor parte de la existencia
del hombre sobre este planeta ha sido vivida por medio del primer chakra,
especialmente antes del amanecer de la civilización, cuando los alimentos,
sexo y cobijo eran asuntos primordiales.

Este chakra nos conecta con nuestra sexualidad al mismo tiempo que con
todas las experiencias en torno a este tema básico: sexualidad infantil, la
inocencia y naturaleza placentera de esas experiencias; sexualidad durante la
adolescencia, llena de indecisiones, estados de ánimo, reticencia y vergüenza,
una época donde empezamos a probar distintas cosas, cometemos errores,
somos rechazados, y todo lo demás.
SEGUNDO CHAI<RA: CENTRO DE LOS SENTIMIENTOS

Se localiza en el vientre y gobierna el segmento abdominal reichiano,


incluidos los intestinos y la matriz. Como hemos visto, el vientre es la fuente
de muchos sentimientos y emociones profundos, en especial aquellos que se
centran en la madre, por la proximidad del cordón umbilical a este centro,
cuando estábamos dentro de la matriz.

Todas nuestras necesidades, nuestra dependencia en otros, nuestras


relaciones, son controladas desde aquí, incluyendo un sentido de comunidad
tribal e identidad colectiva.

Este chakra también se conecta con la sensualidad, con el disfrute de


movimiento y sensaciones en el cuerpo, y es responsable del placer que
sentimos al fundirnos y fusionamos energéticamente con otra persona al
hacer el amor.

Por esta razón, la codependencia es un asunto fundamental del segundo


chakra, la conflictiva necesidad de fusionarse con otra persona mientras a la
vez se mantiene un sentido de autonomía e individualidad, que se origina en
la relación madre-hijo.

TERCER CHAI<RA: CENTRO DEL PODER

Se localiza en el segmento del diafragma, el plexo solar, y es el centro del


fuego, la expresión y la afirmación. También contiene un número de órganos
importantes, incluyendo el hígado, estómago, bazo y páncreas.

Se le conoce como "centro del poder', pues es aquí donde se originan


nuestros conflictos con otra gente. Aquí es donde reafirmamos nuestro
sentimiento de "yo" como un individuo único con un mayor valor que el
"nosotros" colectivo del segundo chakra.

El juicio, la evaluación y la discriminación tienen sus raíces en este


centro; así como la comparación, la competencia, las polaridades de
inferioridad y superioridad, sentirse mejor que, o no tan bueno como otros,
sentirse más fuerte o débil. Aquí, también, experimentamos la libertad de ser
individuos únicos.

CUARTO CHAI<RA: CENTRO DEL AMOR

Se localiza en el centro del pecho, o segmento torácico. Gobierna tanto al


corazón físico como al emocional y, como el vientre, es un gran centro de
sentimientos.

Este chakra se conecta con nuestra capacidad de amar, compartir con


otros, y con nuestro anhelo de comunión con otros seres humanos en una
forma incondicional, más allá de las diferencias ególatras del tercer chakra.

Cuando somos rechazados en el amor, aquí es dónde se siente y almacena


la herida. Llevamos sentimientos lastimados y heridas emocionales de esas
veces en que no fuimos aceptados, de cuando no logramos el amor que
anhelábamos recibir del otro.

El corazón es un puente entre los tres chakras inferiores y los tres chakras
superiores. Los tres primeros están asidos de nuestra naturaleza animal, la
física, la instintiva. Cuando nos acercamos al corazón pasamos de lo animal a
lo humano y hacia lo divino.

QUINTO CHAI<RA: CENTRO DE LA EXPRESIÓN

Se localiza en la garganta, pero se conecta con dos segmentos reichianos, el


cervical y el oral, de manera que la boca se vuelve una extensión del quinto
chakra.

Este chakra gobierna nuestra creatividad y todo tipo de expresión,


incluyendo el lenguaje. Las experiencias de los cuatro centros inferiores son
codificadas o almacenadas en el quinto chakra como creencias, expectativas,
conceptos; la creación de un Welstanschaung, o visión global que gobierna
nuestra forma de ver la vida.

El chakra de la garganta posee la cualidad de la espontaneidad, la


habilidad de salirse de formas e ideas fijas y dirigirse hacia algo nuevo, y
darle una expresión creativa. Por el contrario, un centro de la garganta
bloqueado puede resultar en creencias rígidas e inflexibles. En su modo
receptivo, este chakra se conecta con lo que es nutritivo para nosotros, y no
solamente en términos de comida, sino también en ideas, energía y
sentimientos.

SEXTO CHAI<RA: CENTRO DE LA CONCIENCIA

También conocido como el tercer ojo, se localiza en la frente, entre, y


ligeramente por arriba, de las cejas; éste incluye el segmento ocular
reichiano.

Dicho chakra está conectado con la conciencia o el entendimiento, la


capacidad de ver las cosas de manera clara y exacta. Está asociado con
poderes psíquicos e intuitivos, mismos que también son una forma de "ver".

Cuando está abierto y vibrante con energía, este chakra puede ofrecer una
experiencia de espacio interior ilimitado; la conciencia de que el
conocimiento humano y la energía no están confinados al mecanismo del
cuerpo/mente.

Cuando experimentamos dicha cualidad -una cualidad expansiva y


estática, similar al amor, que no se dirige a nadie o a nada en particular- surge
de este centro.

SÉPTIMO CHAI<RA: CENTRO CÓSMICO

Se localiza en la parte superior de la cabeza, la coronilla del cráneo.


Hablando técnicamente, la parte superior de la cabeza está incluida en el
segmento ocular reichiano, pero este chakra existe más allá de los asuntos y
aun de definiciones terrenales.

No se puede decir mucho de este chakra, porque también está más allá
del reino de los conceptos y el lenguaje. Fundamentalmente, es una
experiencia espiritual del ser, de la unión con lo divino, un estado de la
totalidad y la armonía con la existencia que está más allá de la dualidad.

La respiración chakra ha sido, para mí, una clave personal para entender
los chakras y cómo funcionan.

Esta meditación se basa en una técnica sufí, en la que un grupo de


hombres respiran juntos, emitiendo sonidos profundos, lentos, que resuenan
en el chakra inferior. Gradualmente incrementan la velocidad e intensidad de
la respiración, usando tonos más altos que se mueven hacia los chakras,
vibrando de centro en centro.

Versiones similares a esta técnica están disponibles en una amplia gama


de fuentes, pero me agrada la forma sufí, porque es muy dinámica y viva. Si
tú entras en el ritmo de la respiración, aprenderás a crear un efecto de
aparición súbita con cada sonido, que es muy eficaz para entrar en cada
chakra, energizarlo y reestructurarlo.

► La respiración chakra se hace desde la posición de arraigo -de pie, con


los hombros relajados, las rodillas ligeramente dobladas, los ojos
cerrados- y respirando a través de la boca abierta, relajada.

Hay que respirar en cada chakra correspondiente, moviéndonos


desde el primero hasta el séptimo, culminando en un clímax parecido
a un crescendo que me recuerda la fórmula reichiana del orgasmo.

Conforme ascendemos por los chakras, los sonidos que emitamos


naturalmente se tornarán más altos, pero no se ajustan a ningún tono
en particular. Se le deja a criterio de cada individuo encontrar el
sonido correcto que le permita sentir cada chakra vibrar.

Empezamos respirando lentamente y emitiendo un sonido


profundo que vibre justo hasta el centro del sexo. Al mismo tiempo,
los invito a usar su visión interna, quizá imaginando una bola de
energía en el primer chakra, inflándose como un globo cada vez que
respiramos hacia este centro, desinflándose mientras expulsamos el
aire, pulsando con ritmo en la pelvis.

También agregamos un movimiento a las caderas. Conforme el


aire entra por la boca, penetrando hacia el primer chakra, movemos la
pelvis hacia atrás. Conforme expulsamos el aire, movemos la pelvis
hacia el frente, y esto ayuda a crear un sonido bajo. Se le podría
llamar un gruñido.

De esta forma, hacemos vibrar el centro del sexo con sonido,


respiración, movimiento y visualización al mismo tiempo.
Respiramos de esta forma hacia el primer chakra por un minuto o
minuto y medio.

Después llevamos nuestra conciencia hacia el segundo chakra, en


el vientre bajo, visualizando la respiración, moviéndose
vigorosamente en esta área, mientras se emite un gruñido, ahora en
un tono un poco más alto que vibrará en este punto.

Nos imaginamos que la bola de energía también ha ascendido


hacia el vientre bajo, todavía expandiéndose y contrayéndose con la
inhalación y exhalación.

La pelvis se continúa meneando en ritmo con la respiración a


través de este ejercicio, funcionando como una bomba que mantiene
la energía vital fluyendo a través del cuerpo, y a la vez
manteniéndonos arraigados, conectados a la tierra.

Así seguimos ascendiendo por los chakras. Cuando llegamos al


cuarto chakra y empezamos a respirar aquí, involucramos en el
movimiento a toda la caja torácica, brazos, y hombros. De hecho,
hasta llegar hasta arriba, les pido que muevan los músculos del
cuerpo que rodean a cada chakra, ayudando a enfocar la atención en
cada segmento para llenarlo de vitalidad.

Por ejemplo, en el cuarto chakra, la gente algunas veces pone sus


manos cercanas al pecho en la inhalación, y la alejan, siempre frente
a ellos, en la exhalación; depende de cada uno descubrir la mejor
manera de expresar la energía.

Cuando llegamos al sexto chakra, o el tercer ojo, el sonido es


muy alto, lo cual es necesario para hacer vibrar esta área del cuerpo.

En el séptimo chakra, el sonido es casi un chillido muy agudo y


las manos son usadas para sacar la energía por la parte superior de la
cabeza, brindándosela al universo.

Después de alcanzar el séptimo chakra, invertimos el patrón y,


más rápido ahora, respiramos en retroceso por todos los chakras -
bajando, haciendo el sonido más bajo conforme retrocedemos- de
modo que cuando volvemos a alcanzar el primer chakra tenemos una
vez más un sonido profundo.

Existen tres ciclos de respiración, ascendiendo por los chakras y


después descendiendo, cada ciclo toma aproximadamente diez
minutos. Al final, nos sentamos en silencio por unos diez o quince
minutos sólo para sentir y reconocer toda esa energía que ha sido
generada, la cual, por cierto, es muchísima. Es una meditación muy
poderosa. La respiración chakra abre energías en cada chakra y los
hace más accesibles. Después que se ha practicado la medi tación
varias veces, se puede experimentar un sentimiento de unidad entre
todos los otros chakras, un sentido de integración del sistema de
energía como un todo.

Este ejercicio lo encuentro sumamente útil para movilizar energías en todos


los segmentos reichianos, que entonces ya podremos trabajar en una gran
variedad de formas, entre ellas la liberación emocional y el trabajo tántrico de
parejas.

EXPLORACIÓN DE LA ENERGÍA CHAKRA

Para profundizar más en el trabajo chakra, es recomendable que todos tengan


una colchoneta sobre la cual recostarse, esto servirá para realizar un ejercicio
llamado "exploración de la energía chakra". Ahora que los chakras han sido
cargados de energía, quiero que investiguen cada uno a detalle.

Yo veo los chakras como puertas de acceso de expresión de diferentes


cualidades de la energía humana. Así como la luz se separa en los siete
colores del arcoíris, cada chakra enfoca la energía de vida con distintos
"lentes", desde el más simple y la vibración más baja en el primer chakra, a
los más altos, sutiles y complicados en el sexto y séptimo chakra.

Cuando de manera consciente entramos y nos concientizamos sobre un


chakra en particular, podemos encontrar los problemas contenidos y
expresados ahí. Este ejercicio de exploración trabaja de manera simultánea
con los segmentos físicos y con asuntos mentales-emocionales que se han
acumulado en estas áreas.

► Iniciamos en la posición básica de respiración, tendidos sobre nuestra


espalda en una colchoneta, las rodillas levantadas y dobladas, las
plantas de los pies firmes sobre el suelo.

Primero, cargamos energía, respirando hacia el vientre, después


gradualmente expandemos nuestro centro para incluir el diafragma y
el pecho.

En este ejercicio accederemos a cada chakra vía visualización de


su posición en el cuerpo, respirando hacia ese lugar, permitiendo que
sonidos salgan de nuestras gargantas y bocas y, conforme la
exploración avanza, permitir que el cuerpo se mueva en cualquier
manera sugerida por la energía.

Inicialmente está el primer chakra. Aquí se pueden conectar con


experiencias sexuales del pasado o traumas sexuales. También
pueden contactar energías animales al desnudo, deseos animales que
quieren sexo, que quieren comida, y lo quieren ahora. Un tipo
defisicalidad inmediata, lujuriosa que reside aquí, en este chakra.
Les sugiero mover esta parte del cuerpo, así que pueden menear o
girar la pelvis, balancear las piernas, patalear. Si entran en contacto
con energía animal pueden gruñir, rugir, mostrar los dientes,
transformar sus manos en garras.

Mientras más profunda es la exploración, la gente con frecuencia


conecta el enojo o sentimientos básicos sexuales. Todo es primitivo,
estruendoso, así que recomiendo poner música estridente para
promover la expresión. Los tambores africanos funcionan bien para el
primer chakra.

También es posible que surjan recuerdos en forma de


pensamientos o imágenes, asociados con asuntos sexuales o animales.
Les sugiero que trabajen con estas imágenes, repitiendo cosas como
"¡lo quiero!, ¡es mío!, ¡lárgate!, ¡dámelo!"

No sólo estamos lidiando con energías negativas. El primer


chakra también puede ser disfrutado y vivido como una celebración
de pura presencia física y vitalidad animal. Algunos podrán sentir
muy poco en este chakra y pueden experimentar un tipo de
entumecimiento, y esta reacción puede ser encontrada en cualquiera
de los chakras, y puede traducirse como fuerte bloqueo o represión en
esta área.

Este también es un descubrimiento valioso. Muestra una región


sobre la que será necesario remover la armadura.

Exploramos el primer chakra por unos 7 minutos, y después, sin


detenernos en el segundo chakra, vamos al tercero: el centro del
poder. El primero como el tercer chakra representan fuertes energías
expresivas, desinhibidas.

Al inicio de la exploración expliqué que empezaríamos


trabajando con las energías salientes -el primer y tercer chakra- para
después, cuando esas fuertes energías hubieran sido expresadas,
exploráramos el segundo y cuarto chakra, que son más interiores, más
receptivos.
Les recuerdo que el tercer chakra es donde se desarrollan los
conflictos, donde se activan nuestra competitividad y sentimientos de
lucha. Es nuestro centro de fuego, desde donde emerge una
afirmación del "yo" que puede ser muy estimulante, donde sentimos
nuestra propia fuerza e independencia.

Los participantes pueden sentir debilidad y recuerdos de quiebres


emocionales -sensaciones como "no puedo con esto", "no puedo
hacerlo".

Usen palabras, recuerden conflictos específicos con otros, digan


las cosas que tienen que ser dichas, muevan su cuerpo para acentuar
las emociones.

Pueden golpear la colchoneta con los brazos, gritar con enojo,


llorar por debilidad, quizá hasta se pueden golpear el pecho como
gorilas machos que anuncian su poder y dominio.

Una vez investigado el tercer chakra, nos bajamos al vientre, el


segundo chakra, que contiene una energía muy diferente y mucho
más suave.

Mientras nos adentramos al mundo del vientre, mucha gente


inmediatamente empieza a llorar, especialmente con asuntos
relacionados con la madre, recordándoles de cuando eran bebés;
cuanto necesitaban el amor, cuidado, alimentación y apoyo de la
madre.

Pero también pueden tener recuerdos placenteros, reviviendo la


reconfortante energía materna que proporcionaba una sensación de
confianza y seguridad, pero aquí también llevamos heridas por
abandonos, de cuando no obteníamos lo que queríamos, de cuando la
madre se ausentaba.

También menciono cómo los sentimientos conectados con lo


maternal reviven en futuras relaciones con novios y novias, esposos,
esposas y amantes, que crean exigencias y actitudes como "ahora eres
mi novio y tienes que ser mi papá", "te necesito tanto que si me dejas,
muero".

Estos sentimientos han estado con nosotros desde la infancia. No


es que en realidad vayamos a morir si el amante nos abandona, pero
con frecuencia así se siente debido a experiencias traumáticas en
nuestros primeros años.

Desde el vientre avanzamos hasta el cuarto chakra: el corazón, el


cual contiene un tipo suave de energía similar a la del segundo
chakra. Es aquí donde nos preocupamos por la gente. En el corazón
descubrimos nuestro deseo de compartir con otros, nuestros
sentimientos de amor, de querer dar.

En el corazón, también, nos hemos puesto una armadura para


proteger heridas por rechazo y anhelos no cumplidos, que se
manifiestan en forma de dolor, tristeza y lágrimas. También es desde
el corazón desde donde se perdona a quienes nos han lastimado, o
desde donde se pide perdón a quienes hemos lastimado.

Menciono estas cosas como detonadores para ayudar a liberar las


emociones reprimidas.

Las manos son extensiones del corazón. Los invito a estirar las
manos, quizá hacia alguien, o hacia algo, o bien, sosteniendo una
almohada que represente a una persona, expresando palabras del
corazón que desean ser dichas.

El cuarto chakra también puede ser muy regocijante ya que la


gente se conecta con la enorme capacidad del corazón de expandirse
con amor, radiando su energía sanadora, incluyendo a todo el mundo
en su abrazo de amor.

Ya que hemos estado en el corazón por algunos momentos,


siéntense en una posición cómoda, con la espalda recta. Esto es de
utilidad en la exploración de los tres chakras superiores, para
conectarse con un movimiento de energía ascendente que nos
transporta más allá de lo animal, y hasta más allá de lo humano.

Conduzco a la gente a través del quinto, sexto y séptimo chakra,


donde podrán descubrir una sensación de amplitud, de un cielo
interno claro. Aquí es donde la conciencia humana se empieza a
sentir en libertad, donde podemos vivir la sensación ilimitada de un
cielo abierto en nuestro interior.

Será diferente para casi todos, pero sé que la mayoría podrá sentir
esa sensación de energía que se expande, que asciende, que va más
allá de las fronteras limitadas del cuerpo que se conecta con lo que es
divino en nuestro interior, con una cualidad del "más allá", un sentido
de ser único.

Es importante que, en este estado superior de conciencia, no


olvidemos arraigar la vivencia, así que les recuerdo que este ser
divino deberá ser anclado al cuerpo físico. Son dos polaridades entre
animal y espíritu; ambas son necesarias en la experiencia total de ser
humano.

Con música de flauta para meditación también se puede recorrer


desde la base de la columna vertebral trepando por los chakras,
resaltando el arcoíris de colores que encontraremos en el recorrido,
para finalmente entrar al cielo azul de nuestro espacio interior.

Para finalizar, una cita de Osho en la que habla sobre la


importancia de tener tanto raíces como alas: "Las raíces se clavan en
la tierra para mantenernos arraigados al cuerpo, y las alas para volar
el cielo interno hacia el más allá que llama a nuestro espíritu.
Arroparnos en esta polaridad nos brinda una sensación de entereza".

En este punto de nuestro recorrido tántrico, Reich ha quedado atrás, porque


aunque habla de la gratificación sexual, felicidad física y hasta del amor, la
dicha de la meditación nunca fue parte de su vocabulario. Abordó lo animal y
humano, pero nunca desarrolló un sentido claro sobre nada fuera de ese
alcance.

Reich exploró la dimensión cósmica, en el sentido de que habló sobre la


energía orgón que llena el espacio, y desarrolló teorías sobre la formación de
la galaxia a través de la dinámica de "superimposición cósmica". Una fuerza
que también subyace en nuestras formaciones climáticas planetarias, que se
mueven en espiral alrededor de centros de baja y alta presión.

Sin embargo, habló como físico, no como un místico. Estoy segura de


que en más de una ocasión se sorprendía de la naturaleza profunda de sus
descubrimientos, pero su posición religiosa condenatoria -el mayor opresor
del espíritu humano- bien le pudo haber impedido explorar esa dimensión
espiritual.

En muchos de sus discursos, Osho habla de Reich con gran afecto,


diciendo que, de haber vivido en India o en el Oriente, Reich se hubiera
iluminado.

El trabajo que llevamos a cabo con los chakras, tanto la técnica de


respiración como los ejercicios de exploración, tienen un impacto profundo
en la mayoría.

Les sugiero que después de este ejercicio, tal vez un día después o
incluso unas horas, busquen papel y crayones. Los invito a dibujar sus
experiencias, plasmando la forma, el color y la expresión de su energía
conforme se desplazaba a través de los chakras para dar una oportunidad de
integrar la vivencia.

Esto podrá ser como una ducha de agua fría para aquellas almas
románticas que anhelan la unión duradera con el ser amado, pero comprender
la soledad esencial del ser humano son los cimientos más importantes para la
meditación.

También es una buena preparación para embarcarse en la siguiente


dimensión de la travesía tantra: la dinámica de las energías femeninas y
masculinas, y el círculo de luz que puede unificarlas.
"YO TARZÁN, TÚ JAN E"

YA PASÓ MUCHO, MUCHO TI EM PO desde que el atleta estadounidense


Johnny Weissmuller se convirtió en actor y pronunció estas inmortales
palabras, cautivando a audiencias alrededor del mundo con su caracterización
de Tarzán, el rey de la selva.

Muchos otros actores, antes y después, han caracterizado al carismático,


héroe salta-árboles creado por Edgar Rice Burroughs -existen 45 películas
protagonizando a Tarzán- pero casi todos concuerdan en que nadie iguala a
Johnny.

Junto con Maureen O'Sullivan, la despampanante actriz irlandesa que


interpretaba a Jane Parker, Weissmuller logró capturar la esencia de
masculinidad para una generación de cinéfilos en las décadas de los treinta y
cuarenta.

Tarzán y Jane nunca hicieron el amor frente a las cámaras. De hecho,


después de una atrevida escena donde danzaron desnudos bajo el agua, la
química sexual entre Weissmuller y O'Sullivan fue disuelta para que su
taquillero atractivo pudiera extenderse a audiencias de familias, niños y todos
lo demás.

Pero cuando Tarzán se llevaba la mano a la boca y emitía su famoso grito


de la selva, "iooohooohooo, ooohooo!", Jane sonreía sabiendo que su hombre
regresaba a su nido de amor en la copa de los árboles para otra noche de
pasión fuera de las cámaras.

También sabía que si se metía en problemas -caníbales, enormes monos y


cocodrilos hambrientos eran algunos de los peligros que la joven mujer podía
encontrar en sus correrías por la jungla-Tarzán vendría columpiándose en las
lianas de los árboles, la levantaría, la enrollaría a sus hombros y la alejaría del
peligro.

Los estereotipos masculinos y femeninos han cambiado bastante desde


los días de Weissmuller y O'Sullivan. La mujeres han impuesto su libertad de
los papeles convencionales de esposas, madres, amas de casa y cocineras,
ganando acceso a múltiples áreas de la sociedad -por ejemplo, la política, los
negocios y deportes.

Naturalmente, nuestras películas reflejan las cambiantes tendencias. Las


féminas indefensas son cada vez menos comunes. Hoy en día, si esta
sufriendo una crisis ante las cámaras, es muy posible que sea rescatada tanto
por los Ángeles de Charly como por un semental vestido en un esmoquin.

Pero la liberación también trae su parte de confusión para ambos géneros.


Las mujeres que luchan por superarse en un mundo de hombres no
necesariamente se sienten más contentas por ello. Los hombres que tratan de
ser más suaves, comprensivos y complacientes muy a menudo se encuentran
con el síndrome de "los hombres buenos terminan últimos" mientras ven a la
mujer de sus sueños caminar al lado de un pedante sexista.

Cuando volé a India a mediados de los setenta escapaba del continuo


debate de géneros en los Estados Unidos y llegué a una comuna de hombres y
mujeres donde algo muy distinto estaba ocurriendo.

Osho, en sus discursos, enfatizaba la importancia de la diferencia de


géneros. Decía que, en lo que se refiere al sexo, el amor y el tantra, los
hombres y mujeres deben ser tan diferentes como sea posible. En otras
palabras, un hombre debe ser un hombre, y una mujer debe ser una mujer.

¿Cuáles son las diferencias básicas de géneros? Las listas pueden ser
largas, pero éstas son unas cuantas cualidades a propósito del tantra.

Cualidades masculinas: activo, energéticamente moviéndose hacia


afuera, aventurero, racional, protector y proveedor. Los cuerpos tienden a ser
angulares y sólidos.
Cualidades femeninas: receptivas, energéticamente moviéndose hacia
adentro, creadoras de hogares, intuitivas, criadoras y protectoras. Los cuerpos
tienden a ser suaves y redondos.

El universo natural que nos envuelve es en esencia una danza de energía


entre tales polaridades contrastantes. Día y noche, verano e invierno,
masculino y femenino, estancamiento y flujo... La energía necesita
movimiento, y mientras más marcadas sean las polaridades, mayor será la
carga de energía que puede fluir entre ellas.

En el mundo del tantra, esto tiene claras implicaciones. Un hombre de


tipo femenino y una mujer de tipo masculino, que se unan al hacer el amor,
muy probablemente no podrán crear una carga fuerte de energía. Un hombre
que exude testosterona y una mujer suave, receptiva tendrán una mayor
oportunidad de una química dinámica, que genere una mayor carga para
disfrutar orgasmos más profundos.

Esto no significa que tengamos que regresar a la jungla con Johnny y


Maureen. Pero sí sugiere que prestemos más atención a la naturaleza y menos
a las ideas políticamente en boga sobre la fusión de géneros.

No obstante, la visión de Osho del tantra es multidimensional y puede ser


fácilmente malinterpretada. Su énfasis sobre las diferencias sexuales no
quiere decir que las mujeres deban evitar la exploración de su energía
masculina, o que los hombres no deban conocer su lado femenino, su "mujer
interior".

Por el contrario, en un grupo de una semana de liberación de mujeres,


desarrollado bajo su orientación, las participantes pasan tres días vestidas y
comportándose como hombres -tan sólo para familiarizarse con la polaridad
opuesta en su interior. Un grupo de liberación de hombres, basado en
lineamientos similares, le da a los participantes masculinos la oportunidad de
pasar tres días como mujeres.

Y, como ya lo mencioné antes, cuando vivía en la comuna de Osho en


Oregón, trabajé en la construcción -una actividad de hombres muy física y
desafiante-y disfruté cada minuto de la misma.
La invitación, como yo entiendo a Osho, es experimentar todo, el
espectro conjunto de la energía masculina y femenina, mientras al mismo
tiempo entendemos la polaridad básica del flujo de energía en el cuerpo
humano.

Es bueno para una mujer conocer sus cualidades masculinas, y poder


acceder a ellas cuando sea necesario, pero sería frustrante y una autoderrota
para esa mujer, anteponer estas cualidades a su naturaleza
predominantemente femenina. Lo mismo pasa con el hombre.

Energética y físicamente, un cuerpo masculino está diseñado muy


diferente al cuerpo femenino, y esta diferencia deberá ser conocida si es que
vamos a disfrutar y explorar el potencial para el placer que estas diferencias
ofrecen.

Una de las cosas más importantes a entender es que los chakras en el


hombre y en la mujer se cargan de manera opuesta.

El primer chakra en el hombre es de carga positiva. Esto es obvio porque


el órgano sexual está diseñado para penetrar la vagina de la mujer. En su
centro sexual, la mujer es el polo negativo, su órgano sexual crece hacia
adentro y está diseñado para recibir el pene.

Es un hecho biológico y evidente, y la energía sigue el diseño físico. No


es sólo el semen el que entra al cuerpo de la mujer durante el acto sexual. La
energía del hombre fluye hacia la mujer en este chakra.

Por eso recordé a Tarzán y Jane cuando inicié este capítulo. El primer
chakra gobierna el cuerpo físico y los órganos sexuales, y aquí un hombre
necesita ser hombre, una mujer necesita ser mujer, y así es.

En el segundo chakra, en el bajo vientre, la mujer se carga positivamente


y el hombre de forma nega tiva. Ya que este chakra gobierna las emociones y
sentimientos, esto explica por qué tantos hombres temen a las emociones de
las mujeres -la naturaleza los ha puesto en el extremo receptor de una fuerte,
intrusa energía, y esto puede ser una experiencia atemorizante.
Tanto como una mujer teme ser apabullada por la agresión sexual
masculina en el primer chakra, así el hombre teme ser apabullado por la
emoción en el segundo, en especial cuando ésta toma la forma de lágrimas y
berrinches.

También explica el porque la mujer necesita de más juegos sexuales


previo a hacer el amor que el hombre. Una mujer es seducida hacia el sexo a
través de su segundo chakra. Necesita ser cortejada con chocolates, flores,
caricias sensuales, palabras dulces y abrazos, y hasta entonces su segundo
chakra cargado positivamente le envía un mensaje a su primer chakra
negativamente cargado. El mensaje dice que está bien permitir que el hombre
entre.

En el tercer chakra, la polaridad cambia otra vez; la energía del hombre


se vuelve positiva y la de la mujer negativa. Por eso a los hombres les gusta
gritar . El ruido resuena en el centro de poder y trae una sensación de fuerza.
También explica por qué los hombres se sienten más cómodos en el enojo
que en las lágrimas.

En el cuarto chakra, la polaridad vuelve a cambiar: la mujeres positiva, el


hombre negativo. No es sólo la leche lo que emana del pecho de la mujer
cuando alimenta al bebé. La energía de amor de su chakra del corazón se va
con ella, irradiando y nutriendo a la criatura energéticamente, haciéndola
sentir deseada y amada.

Le cuesta trabajo al hombre recibir el amor de una mujer, porque, de


algún modo, se convierte en niño otra vez, al recibir la energía nutriente de la
mujer. Y, por supuesto, explica la fascinación del hombre por los pechos de
la mujer -no ha olvidado lo satisfactorio que era mamar de ahí cuando era
bebé.

Por arriba del cuarto chakra, la polarización no es tan fuerte, y en el


séptimo chakra todas las polaridades se fusionan en una.

Uno de los efectos interesantes de la polarización es que, desde la


perspectiva del tantra, es posible crear círculos de energía que fluyan entre
hombres y mujeres, especialmente entre el primer y el cuarto chakras.
Antes de explicar cómo conduzco a la gente hacia la experimentación
con estos círculos, necesito presentarles un antiguo texto espiritual de la India
llamado Vigyan Bhairav tantra. Traducidas, estas tres palabras en sánscrito
significan "técnicas para ir más allá de la conciencia", título apropiado porque
los sutras de este texto contienen no menos de 112 métodos de meditación.

La palabra "tantra" en este contexto, no se refiere a técnicas sexuales,


aunque varias son mencionadas en la escritura. En la antigüedad, tantra
únicamente significaba "método" o "técnica", así que Vigyan Bhairav
tantra es una lista completa de todos los métodos de meditación
conocidos.

Los escritos fueron recopilados por místicos iluminados, cuyos nombres han
sido olvidados desde hace mucho tiempo. Sin embargo, quienes hayan sido,
se inclinaban por un estilo literario poético y dramático, y entonces
presentaron sus técnicas en la forma de instrucciones espirituales, dadas por
el señor Shiva a su consorte Devi.

Devi le hace preguntas a Shiva, como un discípulo cuestionaría a un


maestro, y Shiva responde. Pero Devi es mucho más que un discípulo. Es la
parte femenina de Shiva y su amante. De hecho, ambos son representados
algunas veces como uno solo, como en la estatua de Shiva conocida como
Ardhanarishwar, donde es mostrado mitad hombre, mitad mujer. Entonces
éste es un dialogo entre ambos amantes.

A principios de los setentas, Osho dedicó muchas pláticas a estos


diálogos, abordando los 112 métodos de meditación y poniendo especial
atención a uno diseñado especialmente para mujeres. Decía que era un
fenómeno inusual porque, como todos sabemos, la religión y espiritualidad
en el pasado fueron dominadas exclusivamente por hombres.

Aun cuando se involucraba a mujeres, como la joven médium que, bajo


la influencia de substancias tóxicas, hacía pronunciamientos para el oráculo
de Delfos en la antigua Grecia, eran controladas por sacerdotes hombres.
Así que para que los místicos de Vigyan Bhairav tantra hayan diseñado
este método para mujeres hace miles de años -mucho antes que nadie hubiera
escuchado las palabras "liberación femenina"- es en realidad un pequeño
milagro.

Para esta técnica de meditación en particular, Shiva le da instrucciones a


Devi, "siente las finas cualidades de la creatividad permeando tus pechos y
adoptando posturas delicadas".

Al comentar sobre esta técnica, Osho empieza por definir la atracción


básica entre hombres y mujeres como la existente entre polos opuestos.
Energéticamente, ve a hombres y mujeres como dos circuitos eléctricos en
mitades, que buscan su complemento uniéndose en un abrazo de amor.

Para una mujer, el polo positivo más fuerte en su cuerpo se localiza en el


área del pecho y por eso Shiva le da instrucciones a Devi para poner su
atención en ese lugar. Cuando una mujer se concentra en su pecho de manera
relajada y calmada, sentirá una profunda dulzura que irradia desde esta
región, cubriendo todo el cuerpo y pulsando a su alrededor como un aura.

Osho puntualiza que los hombres no pueden meditar de esta forma. Si el


hombre se concentra en su pecho se sentirá inquieto, incomodo, pues en la
mitad masculina del circuito humano esta área se polariza negativamente.

La carga positiva más fuerte en el hombre se localiza en su centro del


sexo, así que en un tipo de meditación paralela deberá enfocar su atención a
la base del pene. Aun así, la energía no tendrá la misma calidad dulce,
amorosa que en la mujer, porque los pechos de la mujer están conectados
íntimamente con su chakra del corazón y su energía de amor como madre.

Profundizando en las instrucciones de Shiva a Devi, Osho dice que las


polaridades opuestas en los cuerpos masculinos y femeninos crean las
condiciones para que entre ellas se de un círculo de energía. El hombre da su
energía en el primer chakra, donde la mujer la recibe y canaliza hacia la
columna vertebral, regresándosela al hombre a través del pecho. Él recibe la
energía en el pecho y la canaliza a su primer chakra, regresándola otra vez a
la mujer.
Este círculo de energía se puede dar de forma espontánea haciendo el
amor, pero no es común porque ambas partes necesitan estar relajadas,
abiertas, en un entorno de meditación para que fluya la energía.

En la pulsación tántrica, mi meta es brindar a los participantes una


vivencia sólida de energía circulante entre el primer y el cuarto chakras,
porque este es el lugar más fácil para darle a la gente una probada de cómo
funciona el tantra. Este ejercicio se llama "círculo de luz".

► Primero, explico la polaridad masculino-femenina y la oportunidad


que esto conlleva. Después guío al grupo hacia una pulsación suave,
asumiendo la posición básica de respiración: recostados sobre una
colchoneta, las rodillas levantadas, las plantas de los pies sobre el
suelo. Con cada inhalación la pelvis se balancea hacia atrás,
presionando el coxis sobre la colchoneta. Con cada exhalación, la
pelvis se sacude hacia el frente, levantando los genitales de la
colchoneta.

Cuando la gente encuentra el ritmo pulsante de este ejercicio,


siente como si la pelvis estuviera haciendo la respiración, acarreando
un flujo de energía hacia la parte baja del cuerpo.

Una vez que se ha establecido el ritmo de la respiración, les pido


a los hombres que posen sus manos suavemente sobre sus genitales, y
las mujeres sobre su pecho, suavemente para que entren en contacto
con su polo positivo más fuerte.

"Imaginen que pueden respirar a través de este punto, a través del


chakra positivo", sugiero.

Poco a poco, conforme más se adentran en la respiración, los


invito a que permitan que sus manos expresen este movimiento de
energía saliente, alejándose del cuerpo en la exhalación, como
montados en una ola ascendente que inicia en este punto. En la
inhalación, las manos regresan al cuerpo, reposando suavemente
sobre el polo positivo, como al inicio.

Después de unos minutos, los invito a completar el círculo


respirando a través del polo receptivo o negativo.

Para las mujeres, el círculo completo es de la siguiente manera:

La mujeres exhalan a través del pecho, permitiendo que sus


manos se alejen del cuerpo para después arquearse en un semicírculo
hacia su centro del sexo, donde inhalan, imaginando mientras tanto
que la energía entra al cuerpo dirigiéndose hacia la columna
vertebral, para llegar al pecho otra vez.

El círculo de los hombres Los hombres exhalan por el centro del


sexo, levantando las manos y haciendo un semicírculo hacia el cuarto
chakra, para después inhalar, imaginándose que la ener gía fluye a
través del pecho y hacia la columna vertebral, llegando al centro del
sexo otra vez.

Mientras tanto, el movimiento de la pelvis continúa para ambos


sexos, manteniendo a todos arraigados en la pelvis, generando
energía. El ejercicio continúa para un total aproximado de treinta
minutos con cada miembro, explorando cómo hacer un círculo con su
propia energía.

Después de un breve descanso, le pido a la gente que camine por


el salón, que convivan, que elijan a alguien con quien se sientan a
gusto.

En cuanto a los aspectos positivos de los sentimientos pares,


presento un ejercicio en el que los compañeros activos exploran el
dar con la cualidad del amor, mientras que los compañeros pasivos
reciben con la cualidad de la confianza.

En mi experiencia, ser receptivo es la mitad más dificil de esta


polaridad de energía, porque recibir significa tomar a alguien más
dentro de su sistema de energía. Esto requiere de confianza; de
permitir que alguien más entre.

Las parejas se sientan unos frente a los otros, empezando con un


namaste y viéndose a los ojos. Después de dos minutos, les pido a los
hombres cerrar los ojos y permitirse entrar en un estado de
receptividad.

Invito a las mujeres a ver el rostro de este hombre, sentado frente


a ellas, con ojos de amor, con un sentimiento de estar viendo al ser
amado -alguien por quien se preocupan- y permitir que este
sentimiento alcance al hombre como un flujo de energía de amor.

El hombre permite que esta energía lo bañe, permite recibir de la mujer.

Las mujeres han sido entrenadas para estar del lado receptivo, e
inevitablemente tienen heridas en torno a esto. Han sido abusadas, o
no escuchadas -de alguna manera ignoradas.

Pero quiero darles una oportunidad para que se acerquen al


hombre primero. Permitir que el hombre sea el extremo receptivo, lo
cual es en sí un desafio, el ir contra natura en cuanto al
condicionamiento masculino.

Les pido a las mujeres tomar las manos del hombre y permitir
que su energía de amor corra desde sus corazones, por sus brazos y
hasta las manos de sus parejas. Después, algunos minutos más tarde,
gradual y lentamente, que empiecen a tocar el rostro del hombre,
acariciando la piel, con tanto cuidado y suavidad como puedan.

No es un masaje, es más bien una caricia; no es tanto un hacer, es


más una presencia, como si el campo de energía de la mujer pudiera
penetrar el campo del hombre y enviar su amor.

Por lo común, durante esta etapa, le debo recordar a los hombres,


un par de veces, que no hay nada que hacer, porque cuando los
hombres sienten el toque de una mujer piensan que deberán
responder de algún modo, tomándoles la mano, o posando una mano
sobre la rodilla de la mujer -es muy dificil para ellos únicamente
recibir.

Invito a las mujeres a cambiar de lugar, si lo desean, moverse


detrás, o al lado del hombre, sin dejar de tocar en una forma amorosa,
generosa, la nuca, el cuello, los hombros.

Después de quince minutos, cierro esta parte del ejercicio,


pidiendo a las mujeres que una vez más se sienten, frente al hombre,
cara a cara, y al hombre le pido que abra los ojos y mire a la mujer
que le ha estado dando.

Por lo general, este es un momento muy conmovedor. Si el


hombre realmente se ha permitido recibir, entonces al abrir los ojos
pueden nacer lágrimas de agradecimiento, con sentimientos como
"caramba, nadie me había tocado así, sin que yo tenga que dar nada a
cambio..."

Entonces, cambio los roles, la mujer recibe, el hombre da.

Es una experiencia hermosa y también la uso en grupos


ordinarios de pulsación, como una manera fácil y sencilla para
relajarse y recibir inusual ternura.

Cuando, ya es hora de comer, la invitación es para que hombres y


mujeres permanezcan en contacto físico todo el tiempo, mientras
caminan, se sientan, comen, fuman... siendo la única excepción al ir
al baño. No podrán tener contacto con ninguna otra persona.

El propósito es mantener la atmósfera de energía que hemos


creado durante la sesión matutina, para que nos acompañe durante la
tarde.

Como con todos los ejercicios, la gente tiene diferentes niveles de disfrute y
de totalidad. Algunas de las parejas se disuelven inmediatamente, porque
alguno de ellos simplemente no quiere hacerlo; sintiéndose muy confinado o
atrapado. Pero la mayoría pone su mejor esfuerzo y cuando todos han
regresado de la comida puedo ver que la calidad de energía fundida se ha
sostenido.

Sin cambiar pareja, la sesión vespertina será para atraer al hombre y a la


mujer al Círculo de Luz.

► Sentados sobre la colchoneta, frente a frente, hombres y mujeres posan


sus manos sobre sus propios polos positivos y, respirando
profundamente, empiezan a crear un círculo de energía en ellos, como
lo hicieron en la sesión matutina.

En la exhalación, las manos de la mujer se arquean en un


semicírculo desde su pecho hasta sus genitales, para después volver a
recorrer el cuerpo hasta el pecho, durante la inhalación. Las manos
del hombre se arquean desde los genitales hasta el pecho en la
exhalación, para después recorrer el cuerpo en la inhalación.

Aunque no se están tocando, ni se están mirando, las parejas


están interactuando energéticamente -tan sólo por estar frente a
frente.

Conforme exhale, las manos del hombre se alejan de su centro


del sexo hacia el centro del sexo de la mujer. Conforme ella exhale,
las manos de la mujer se alejan de su centro del corazón hacia el
pecho del hombre. No respi ran al mismo ritmo pero se empieza a
establecer un flujo.

Les explico esta dinámica a los participantes y los invito a incluir


a su pareja en su círculo de energía.

Ahora el círculo no pasa sólo por una persona. Aunque sus ojos
están cerrados, la mujer da su energía al hombre desde su pecho,
visualizando cómo entra por el pecho del hombre, hacia su espina
dorsal y sale por su centro del sexo. Ella la recibe en su propio centro
del sexo y, respirando profundamente, la canaliza hacia su espina
dorsal hasta su pecho.

El hombre hace lo mismo, desde su polaridad, empezando en el


primer chakra, visualizando la energía moviéndose hacia la espina
dorsal de la mujer para después salir por su pecho, recibiéndola el
hombre en el suyo.

Después de un tiempo, le pido a los dos que abran los ojos y se


conecten visualmente, continuando con el movimiento de manos y
sintonizándose con el ritmo de sus respiraciones. Conforme el circulo
se armoniza se empieza a desarrollar un tipo de intimidad.

Finalmente, invito a que la pareja se abrace, usando la posición


que ya explique, continuando con la visualización del círculo de
energía que fluye entre ellos. Ahora los polos se tocan fisicamente y
la energía, se puede mover con más fuerza, moviéndose desde el
centro del sexo del hombre hacia el sexo de la mujer, desde el pecho
de la mujer hasta el pecho del hombre.

Al principio, sugiero que respiren en el mismo ritmo para que se


familiaricen con el ejercicio y se relajen con el flujo de energía.
Después, sugiero que prueben una variación, el hombre inhalando
mientras la mujer exhala, y el hombre exhalando mientras la mujer
inhala.

Pero mi prioridad es mantener las cosas de manera sencilla. No


quiero que la gente pierda contacto con la energía debido a
demasiadas instrucciones y visualizaciones complicadas.

Por la misma razón, no enfatizo el movimiento fisico, tan sólo un


ligero meneo, porque quiero mantenerlos alejados del aspecto "hacer"
que pudiera rápidamente convertirse en un tipo de arremetidas
sexuales. Ésta es una tendencia natural, pero existe un gran peligro al
cambiar hacia el desempeño, en lugar de la experiencia sensorial, o
sea cortar la energía.

Las parejas pasan unos quince minutos en este abrazo y


posteriormente les pido que se separen con lentitud, lo cual es más
bien dificil, especialmente para aquellos que se han fusionado
energéticamente y de modo misterioso se han desvanecido en el
ejercicio.

No obstante, suavemente insisto en la separación. En mi


experiencia, es dificil para la gente mantenerse alerta y consciente -
sensible al flujo de energía- durante este período de tiempo, sin
perder el hilo, sin divagar en pensamientos y fantasías, o sin excitarse
sexualmente. También es fácil para una pareja excitarse e ignorar al
otro, cabalgando con esa energía en una dirección que es demasiado
íntima o sexual.

Algunos fácilmente se conectan con el Círculo de Luz y con el


placer que esto trae. Los hombres con frecuencia se sorprenden de la
dulzura y cualidad de nutrir que reciben del pecho de la mujer; casi
como la leche materna, mientras las mujeres algunas veces se
encantan por su capacidad de disfrutar y recibir la energía sexual
masculina sin ser físicamente penetradas.

Para algunos es dificil, poder relajarse, pero todos de una forma u


otra participan en la meditación. Por eso no hago hincapié en una
técnica exacta, por eso apoyo a la gente para que no se preocupe en
caso de que pierdan el ritmo. Lo recuperarán en algún momento, y
hay tanta energía moviéndose en el salón que todos tienden a ser
afectados.

El ejercicio termina con las dos parejas sentadas por separado,


con los ojos cerrados, absorbiendo y asimilando la vivencia.

Hay tiempo para una segunda ronda y por eso les pido a los
asistentes que repartan a todos una venda. Cuando todos se han
tapado los ojos, les pido a las mujeres que lentamente se pongan de
pie para que los asistentes y el staff las puedan conducir suavemente
hacia nuevas parejas, donde se sientan frente a ellos.

Con frecuencia, la gente seleccionada para grupos de tantra están


dentro de ciertos estereotipos o imagen: alguien que les sea atractivo;
alguien de buen ver o joven... existen muchos factores detrás de la
selección, adicionales a la compatibilidad energética.

Un hombre puede tener la idea de que le gusta cierto estereotipo


de mujer, pero en realidad no fluye ninguna energía entre ellos -es tan
sólo una idea.

Una cita a ciegas ofrece la oportunidad de estar con alguien a


quien no escogimos, donde los criterios de juicio no pueden ser
usados. Es una experiencia emocionante, también un poco aterradora,
porque no sabemos quien esta con nosotros.

Mi esperanza, por supuesto, es que la gente se sienta


placenteramente sorprendida por la capacidad de disfrutar de un total
desconocido con quien interactúan únicamente a través de la energía.

Finalmente, cuando se termina la estructura y se separan, invito a


todos a quitarse las vendas y ver a la persona con quien han estado.
Por lo general hay sonrisas y risas, un tipo de reconocimiento de
intimidad compartida.

Otra opción -también muy interesante- es llevar a las parejas a


áreas separadas del salón antes de quitar las vendas. Así nunca sabrán
con quién hicieron el Círculo de Luz.

También es posible crear diferentes círculos entre las parejas


tántricas, usando otras polaridades. Por ejemplo, usted puede crear un
círculo entre el primer y segundo chakras, pero aquí el riesgo es que
se tornará muy sexual porque ambos chakras se localizan en la
sección animal del cuerpo, en el área instintiva.

Cuando un círculo incluye al corazón el acento es diferente, de


abajo hacia arriba, de lo animal a lo divino -una cualidad emergente
desde abajo que desacentúa un encuentro meramente sexual y
sensual. Y esto, para mí, es importante, porque el tantra envuelve a
todo el espectro de la vivencia humana: un puente entre sexo y súper
conciencia.

Al terminar la tarde, me encuentro satisfecha de que todos hayan


participado en el experimento. Cada participante habrá pasado por una
experiencia ligeramente diferente, para algunos más profundamente
placentera y estática que para otros, pero el hecho de que hayan permitido
que gente relativamente desconocida se les haya unido en este tipo de abrazo
de energía, es una cosa más bien radical.

Aún más, estas lecciones sobre sensibilidad, intimidad y flujo de energía


se pueden llevara casa como claves, como consejos, para ser usados en
relaciones más personales, más íntimas -algo para explorar con el ser amado.

Entonces puede ser que la unión con un miembro del sexo opuesto en el
Círculo de luz lleve la experiencia tántrica a su fin, porque la mayoría de
talleres de este tipo tienden a acentuar la canalización de energía sexual a
través del cuerpo como el último acto tántrico.

Pero para mí, el tantra es una experiencia mucho más multidimensional,


más un estilo de vida que una exploración sexual, así que la siguiente etapa
de mis talleres de Pulsación tántrica está diseñada para algo radicalmente
distinto y a la vez único -lo explicaré en el último capítulo.
"iEL SURF ESTÁ DE MODA!73

A FINALES DE LA DÉCADA DE LOS CINCUENTA, esta conocida


exclamación, pronunciada por jóvenes aventureros, que buscaban diversión,
inició una subcultura de música, películas, moda y lenguaje a medida que
más y más gente se alborotaba por el hecho de que flotar en un pedazo de
madera largo y pulido, a unos noventa metros de la costa, esperando por la
ola correcta para montarla, podía producir emoción y estimulación que no se
podía encontrar en tierras firme.

La alegría pura de balancearse en una plataforma angosta, resultó ser


muy tentador.

El arte de deslizarse no era nuevo. Surgió en Hawai hace cientos de años,


y en 1779 la tripulación del capitán Cook fueron los primeros hombres
blancos en ver este deporte, maravillándose por la valentía y pericia de los
deslizadores nativos. "La osadía que les vimos para vencer esas difíciles y
arriesgadas maniobras, era ante todo asombrosa, y es ape nas creíble", narró
uno de los marineros ingleses, quienes en su mayoría no sabían nadar.

Pocas décadas después, en 1820, los misioneros puritanos invadieron las


islas de Hawai para "civilizar" a la población y, en congruencia con sus
creencias, percibieron el deslizarse como una manera hedonista de perder el
tiempo, su desaprobación casi logró extinguir el deporte.

Pero un club comprometido, irreverente formado por playeros de la isla


lo repopularizó a principios de 1900 y pasaron la estafeta hacia tierra firme,
infiltrando la cultura americana y finalmente dando origen a un nuevo sonido
en la música.

"Todos a deslizarse, a deslizarse en U.S.A." decía el popular grupo Beach


Boys a principios de los 1960 y desde entonces la imagen del deslizamiento
se ha arraigado en nuestra cultura.

Hoy, millones de personas alrededor del mundo, quienes en su mayoría


jamás han paseado con su tabla en dirección al mar, pasan horas sentados
frente a sus computadoras para "deslizarse en la red", cambiando de sitio en
sitio, siguiendo de un vínculo hacia otro.

El imaginario de la palabra deslizarse sugiere una mezcla delicada de


iniciativas personales y da paso a fuerzas más allá del control individual:
usted elige la ola, pero la energía es de la ola sobre la que usted se monta. Tú
usas esa fuerza para conducir el rumbo, pero el poder no es tuyo.

Para mí, deslizarse es una hermosa imagen que describe el estilo de vida
tántrico. Somos parte de una fuerza de vida universal. Montamos olas en un
vasto e ilimitado mar de energía. Y si despertamos nuestra propia fuente de
energía, sintonizándonos con nuestro envolvente mar cósmico, podremos
deslizarnos por la vida, y lo encontraremos tan emocionante y estimulante
como cualquier joven adentrándose en Banzai Pipeline en la costa norte de
Oahu.

Reich, el siempre ambicioso científico, se embarcó para trazar la ruta de


este océano de energía. Su interés inicial en las causas de la neurosis humana
lo condujeron a investigar la sexualidad humana, lo que a su vez lo llevó a
hurgar en la dinámica básica de la vida misma.

La vida, descubrió, necesita pulsar. La energía necesita fluir; si no se


puede mover, se estanca. En lo que se refiere al organismo humano, sin un
flujo de energía pulsante, saludable, cualquier idea de disfrutar la vida y sus
placeres será solamente eso -una idea, un concepto vacío, una fantasía.

El tantra también ofrece una variedad de mapas que se basan en el flujo


de energía, que es la razón por la que el trabajo de Reich es de gran ayuda en
la preparación para la remoción de la armadura que impide que la energía
fluya a través del cuerpo, especialmente alrededor de las áreas pélvica y del
vientre.
Cuando la energía está libre de bloqueos, en conciencia y liberada, usted
la podrá usar, celebrarla y disfrutarla. Entonces podrá deslizarse sobre las
olas de la vida, porque usted podrá sentir hacia dónde quiere ir la energía y
usted sabrá seguirla.

Cuando hablo acerca de los mapas tántricos en mis talleres, empiezo


presentando el mapa de energía de Reich que se mueve entre el núcleo y la
periferia, como lo expliqué en el capítulo dos, y del conducto que facilita este
flujo. Conforme la ener gía se inhala y exhala, se crea una fuerte pulsación y
una sensación de totalidad creada por aparentes fuerzas opuestas, que abrazan
tanto el mundo interior como el exterior.

El otro mapa que uso en el trabajo de tantra se enfoca en la espina dorsal


y su capacidad como conductor vertical de energía. Aquí el flujo se da hacia
arriba y hacia abajo, contrario al hacia afuera y adentro.

Energéticamente, la espina dorsal se extiende hasta la tierra,


arraigándonos a ella mientras que el otro polo dirige la energía hacia arriba,
hacia el cielo. Cuando la energía fluye a través de la espina dorsal, como el
ejercicio de respiración chakra, fácilmente podemos contactar una sensación
de expansión.

Esto me lleva al mapa de los chakras y a los segmentos musculares


reichianos, pues la espina dorsal es el vínculo más importante entre todos
ellos.

Conforme la energía asciende por la espina dorsal, experimentamos la


naturaleza multidimensional de nuestra existencia: desde lo animal, a lo
humano, a lo divino. Descubrimos cómo se siente encontrarse con alguien
desde el tercer chakra, danzar desde el segundo y dar y recibir amor desde el
cuarto.

Es fácil abrumarse por la complejidad de los chakras, razón por la cual


mantengo los trabajos a nivel de experiencia y no al del intelecto. No
dedicamos mucho tiempo a la teoría en mis talleres. Quiero que la gente use
estos mapas como herramientas prácticas, como rutas útiles para diagnosticar
el clima y las olas y encontrar dónde deslizarse.
Por ejemplo, un mapa al que me referí, en otro capítulo, es el del
movimiento básico de energía entre polaridades y esto, en términos humanos,
significa la atracción entre hombres y mujeres.

► Para convidar a la gente una probada de la polaridad masculino-


femenina de manera sencilla y disfrutable, separo a los hombres y las
mujeres y los invito a que bailen para el otro.

Le pido a las mujeres que formen un círculo alrededor de los


hombres, y a los hombres que le den la espalda a las mujeres, uno
frente al otro. Pongo música con tambores africanos, terrenales, e
invito a los hombres a que bailen juntos, dándose apoyo mutuo y
creando una carga fuerte de energía masculina. Es una danza, desde
el primer chakra, muy primitiva, muy animal.

Una vez que los hombres se han conectado con este sentimiento
y su energía está elevada, les pido que giren y bailen para ellas. Incito
a las mujeres a que aprecien esta cualidad masculina y a que la
reciban.

Algunas podrán encontrar esto un poco aterrador, pero aquellas


que estén conectadas con su propia parte masculina pueden sentirse
excitadas y bailar con los hombres, mientras que otras disfrutarán
recibir la energía masculina desde su lado femenino.

Mientras los tambores se apagan, le pido a los hombres que


formen un círculo exterior, y a las mujeres les pido que entren a ese
círculo, y que bailen entre ellas, sin mirar a los hombres. Ahora la
música es del medio oriente, estilo danza del vientre, que refleje la
cualidad de energía femenina: más suave, más tersa, quizá más
reservada, más sensual -más conectada al segundo chakra.

Cuando han asumido esta energía y ahora que se apoyan


mutuamente, las invito a voltear y bailar con los hombres,
coqueteando seductoramente con los ojos, las manos, con el cuerpo.
Incito a los hombres para que se dejen seducir por estas atractivas
y misteriosas mujeres, que ahora se les acercan, los incito a que
reaccionen en consecuencia.

De esta manera, tanto hombres como mujeres tienen la


oportunidad de experimentar lo que realmente hay debajo de la
polaridad de la energía. No es tan sólo una idea. Es una realidad que
vive, que respira, que de manera inmediata afecta nuestras vidas y
relaciones.

Cuando llegamos al Círculo de luz, descrito en el capítulo


anterior, la gente está lista para conjuntar todos los principios y todos
los mapas, usamos la respiración, la cavidad hueca, la imagen de
núcleo y periferia, para profundizar el flujo de energía. Usamos el
mapa de los chakras y la espina dorsal para circular la energía entre el
primer y cuarto centros de energía, agregando la polaridad
masculino-femenina para integrar ambos cuerpos como un solo
circuito de energía.

Una vez más, lo que cuenta es la experiencia. Quiero que la gente


reclame esa energía natural que nos sustenta a todos como seres
vivos, porque es esta energía la que puede hacer de la vida una danza
y celebración continua -el paraíso del deslizador.

Mientras la gente se sensibiliza más con su propia energía, mientras más se


sintoniza con esos impulsos, presento un poderoso ejercicio que ofrece una
experiencia profunda de "deslizamiento", en el sentido de invitar a la gente a
seguir el flujo de energía a donde quiera que éste se dirija y bajo cualquier
riesgo.

El ejercicio, llamado "siete espacios", se enfoca a las polaridades que


encontramos en el segundo chakra: la distancia y el acercamiento, juntarse
con otros y separarse de ellos.

Es este centro de energía el que nos dice lo que necesitamos, acercarse a


otra persona o alejarse de ella. Por la manera en que estamos diseñados
necesitamos de ambos. Necesitamos el afecto y calidez del acercamiento,
pero también alejarnos, tomar aire fresco.

El mecanismo del centro del vientre se desarrolla desde la etapa temprana


de la conexión entre el niño y la madre. Un niño requiere de un estado de
fusión con su madre casi todo el tiempo -de hecho en el vientre materno este
estado de fusión dura nueve meses- pero conforme crece y se vuelve más
independiente el bebé empieza a alejarse y a explorar por su propia cuenta,
seguro de saber que la conexión materna aún está ahí y puede ser restablecida
en cualquier momento.

Como adultos, la condición de estar juntos o separados, es un problema


fuerte en relaciones amo rosas. A mucha gente se le hace difícil encontrar el
balance correcto por estar tan atada a problemas más importantes.

Si la madre se va, el bebé muere, y estos sentimientos de pánico por


sobrevivir tan profundos pueden fácilmente ser detonados en adultos
codependientes cuando el ser amado nos aunque fuera sólo por una noche.

La mayoría de la gente no entiende que ambas condiciones son de la


misma importancia-que la condición de cercanía y la de lejanía no son
opuestas sino más bien complementarias, como las dos mitades de un entero.

Pero siempre tratamos de elegir sólo una, inclinándonos hacia la


dependencia o hacia la antidependencia. Una persona dependiente quiere
estar cerca del ser amado porque eso se siente bien y seguro tratará de negar o
reprimir el sentimiento.

Una persona antidependiente elige al opuesto, dándole preferencia a la


seguridad de estar sola, sin ataduras emocionales o vínculos, tratando de
reprimir el deseo de intimidad y amor.

De cualquier forma, el movimiento dinámico entre las dos polaridades se


pierde y la energía del segundo chakra se atora -nada se puede mover cuando
un polo es elegido por sobre otro. Cuando ambos polos se encuentran activos,
puede haber un mutuo flujo fuerte y saludable de energía.
M i objetivo es ayudar a que la gente escuche más cuidadosamente sus
vientres, para que puedan escuchar las señales que emanan del segundo
chakra y reconozcan el momento de estar juntos y el momento de estar solos.

Como preámbulo, llevo al grupo a una serie de ejercicios diseñados para


enfocarse en el vientre, usando posiciones de tensión suaves para despertar la
energía y llevar más sensibilidad a esa área.

Después mando a los participantes a un largo receso para que mis


asistentes acomoden el salón para los "siete espacios". El ritmo es frenético
porque contamos con aproximadamente 45 minutos para transformar un salón
común y corriente en un mundo maravilloso del segundo chakra.

Durante este tiempo, recreamos tantos aspectos, tantos gustos, del vientre
como sea posible, siendo el más básico una línea a lo largo del centro del
salón -hecha con cojines- que separa un espacio de unión de un espacio de
soledad.

La danza y el movimiento son cualidades esenciales del segundo chakra


y enfatizo esto creando un área espaciosa para bailar al centro del salón. En
este recorrido, pondré una variedad de música que invite a diferentes
movimientos y expresiones corporales a través del baile.

Cuando la gente se mueve junta, se presenta un animado juego de energía


a través del baile: comprobando la atracción, acercándose gradualmente,
coqueteando a través de la música, quizá sensualizándose.

La línea que separa los dos espacios básicos de la unión y la soledad


corre a través de la línea media del área del baile, permitiendo que los
participantes se muevan de manera fácil de uno a otro, dependiendo de cómo
se sientan.

Algunas veces, una persona puede disfrutar tanto el baile -el movimiento,
las sensaciones en el cuerpo conforme responde a la música- que él, o ella, no
tendrán ningún deseo de relacionarse con otros. El baile es tan absorbente,
que no es necesaria la compañía de nadie más.
En el lado del salón correspondiente a la unión, creamos tres espacios
más, empezando con un "área de recreo" con muchos cojines y colchonetas
donde la gente se puede recostar, reclinarse, sentarse, con posibilidades de
abrazos y apapachos.

Otro espacio es creado para jugar juntos inocentemente, como niños. Esta
área se basa en la técnica de meditación desarrollada por Osho llamada
"volver a nacer", en la cual él fomenta revivir la infancia, pero esta vez
divirtiéndose con las cosas que los padres nos impedían metiches, dar
marometas, jugar con los cojines, burlarse de otros niños, divertirse.

Este no es un espacio para explorar las heridas de la infancia. Es un


espacio de juego, es una arena, que le permite a la gente acercarse a otros sin
estar limitados a las reglas de los adultos. Ofrece una forma de estar
físicamente cerca sin ser por el piso juntos, reír, hacerse cosquillas.

Este espacio se parece al espacio de recreo, creado con colchonetas y


cojines, pero con algunos extras, como globos y ositos de peluche.

El cuarto espacio del lado de la unión es el Templo tantra, el cual


creamos colgando largas tiras de gasa y seda con cordones, usando colores
rosas, rojos, naranjas y morados.

Dentro colocamos muchas colchonetas, para suavizar el piso, con cojines


rojos en forma de corazones apilados aquí y allá. Es un lugar para que la
gente vaya cuando evidentemente se sientan sensuales o sexuales, cuando han
conocido a alguien especial en otras áreas sociales y quieran fundirse en un
profundo abrazo.

Para ir al espacio de soledad creamos un área de recreo en solitario,


donde la persona puede relajarse y estar sola. Muy cerca, está la Cueva del
Himalaya, un área cerrada diseñada igual que el Templo tantra, con colores
como verde y azul, amueblada tan sólo con cojines para meditación. Aquí, la
gente se puede sentar en silencio y meditar en un espacio de soledad,
desconectada del resto del mundo.

Las emociones son parte del centro del vientre y la gente con frecuencia
siente enojo o lágrimas brotar, detonadas ya sea por la unión o por la soledad.
Para ellos, se crea una "esquina gibberish": un pequeño salón muy acojinado
con una cortina gruesa y grande frente a la entrada, donde la gente puede
gritar, berrear y lloriquear. Es un gran lugar para sacar la presión.

Cuando el salón está listo y todos han regresado del receso, introduzco la
estructura, diciendo que durante las siguientes dos horas los participantes no
podrán emitir palabra alguna para comunicarse entre ellos -ni una palabra-
pero sí pueden hacer cualquier ruido que deseen.

Cada momento se les pide que escuchen a su vientre, que escuchen a sus
propias necesidades, sus deseos, y descubran qué lugar del salón es el más
apropiado para encontrar esas necesidades. Es en realidad un sentimiento de
dejarse arrastrar por el vientre, de aquí para allá, sin resistencia, sin medir las
consecuencias.

Mi enfoque no es sobre una experiencia en particular, ni con el objetivo


de llegar a una idea fija sobre el "tipo de persona que soy".

La energía siempre se mueve. Es un flujo, así que el énfasis es sobre


consultar continuamente al vientre, escuchar sus impulsos y preguntar "¿qué
quiero ahora?, ¿deseo estar con esta persona?, ¿quiero estar en otro lugar?,
¿están cambiando la energías?, ¿se siente bien esto?"

El ejercicio ofrece una libertad tremenda, porque le permite a la gente ser


completamente espontánea y autoorientada, hacer cosas que no hubieran
considerado bajo circunstancias sociales normales.

Por ejemplo, usted está bailando con alguien, o recostados juntos en el


espacio social del recreo, y de pronto usted siente algo, "No quiero estar aquí.
Me tengo que ir".

En una sociedad normal se presentan todo tipo de dificultades cuando


surgen sentimientos como ¿cómo se lo digo a esta persona?, ¿cómo dejo a mi
jefe, novio o hermano durante una fiesta?, ¿qué pensarán de mí?, ¿cuál será la
secuela emocional después?
Con más frecuencia que la deseada, un impulso del vientre de este tipo
tendrá que ser reprimido por el bien de la armonía. Sin embargo, aquí no
aplican restricciones sociales. Aquí la libertad de elegir, el momento a
momento, es la única regla.

No presento los "siete espacios" como una solución permanente a la


inhibición social. No estoy sugiriendo que así nos comportemos todo el
tiempo y en cualquier situación. Pero en mi experiencia, nuestros hábitos son
tan fuertes -poniéndose por delante de la energía del segundo chakra para
favorecer la amabilidad, el protocolo, la moral- que necesitamos una gran
explosión para desechar todos los "debería" y descubrir cómo escuchar
nuestras necesidades reales.

Ya segura de que todos entienden el ejercicio, pongo la música e invito a


todos a empezar.

De inmediato, mucha gente se dirige al espacio "volver a nacer" para


jugar, sintiendo intuitivamente que ésta es una buena manera de mover la
energía, de relajarse y familiarizarse con la espontaneidad.

Otros se van al área social del recreo, se sientan, se recuestan, se ponen


cómodos con alguien que ya conocen. Pero otros empiezan a bailar al ritmo
contagioso de la música.

Los hombres, por alguna razón, parecen estar más interesados que las
mujeres en estar solos en las primeras etapas del ejercicio y cinco o seis de
ellos cruzarán la línea para estar solos.

El templo tantra está vacío y probablemente así se mantenga por buen


rato. Aunque la idea del encuentro físico íntimo es atractiva, también puede
ser alarmante. La idea de intimidad sexual parece atractiva pero el vientre
puede estar pidiendo algo más ligero y vivaz.

Con frecuencia, nuestra constante preocupación respecto al sexo viene de


la mente y no de una verdadera fuente de energía. Cuando la gente escucha el
segundo chakra, con frecuencia se dan cuenta de que quieren bailar, jugar o
apapacharse.
Pero el templo tampoco estará vacío por dos horas. La gente se toma un
rato en prepararse y después un par de parejas explorarán este aspecto de su
energía.

La mayor parte del ejercicio me concentro en la música, sintonizando con


la atmósfera general del grupo y respaldándola con el ritmo y cadencia
correctos.

Es una lástima que la necesidad práctica de recrear los siete espacios en


un solo salón no permita reproducir más música simultáneamente, porque
esto influye en el humor de la gente, mientras que mi primera elección sería
tener diferente música en todos los siete silencio absoluto en la Cueva
Himalaya.

Mantengo la energía viva y en movimiento con música para bailar como


tema dominante, algunas veces intercalando melodías suaves de meditación
para favorecer el ambiente general.

El resto del tiempo, observo a los participantes, el flujo de movimiento


en el salón, veo la dinámica que atrae y aparta a la gente.

Por ejemplo, una mujer joven, aproximadamente de veinte años, se pone


a bailar en la sección para socializar, atrayendo la atención de varios
hombres, y después cruza la línea hacia el espacio donde se baila en solitario.

Puedo ver que esta es su forma de mantenerse en su centro, no perderse


demasiado en el juego del coqueteo y del contacto, jugando el juego social
como ella quiere, sin permitir que nadie invada su privacidad.

Un hombre alemán, de unos 35 años, pasa mucho tiempo y gasta mucha


energía en las áreas sociales, después lentamente se acerca y pasa más tiempo
en la sección del salón para estar solo.

Después me dice que vino al grupo pensando en el sexo, pero que lo que
realmente descubrió fue un deseo muy fuerte de estar consigo mismo. Llegó a
pensar que nada más era un salvaje fiestero, cuando en el fondo lo que
realmente anhelaba era un poco de tiempo de calidad para meditar.
También veo que la gente va al espacio de recreo en solitario para
refunfuñar. Sin lugar a dudas, este es un aspecto de estar solo, pero también
me toca el corazón porque algunos de ellos miran hacia la escena social con
tal anhelo en sus ojos, queriendo conectarse, demasiado abrumados por algún
viejo sentimiento de parálisis o ineptitud social.

Quizá alguien trató de conectarse con un miembro del sexo opuesto y fue
ignorado o rechazado, y se retira a este espacio para lamer sus heridas.

El rechazo nunca es agradable ni bienvenido, pero puede ser una valiosa


experiencia, porque esta es una situación artificial y el impacto de ser
rechazado no es tan fuerte como en la vida cotidiana. No es como si
estuviéramos en Anchorage, en medio del invierno ártico, y la única mujer
que usted conoce en toda Alaska le acaba de decir "no".

Aquí, la gente cuenta con más espacio y se pueden preguntar "¿realmente


mi vientre me jaló hacia esta mujer, o fue un impulso de mi mente, de mis
ideas habituales respecto a quien encuentro atractiva?"

Cada incidente que se desarrolla durante estas dos horas es una


oportunidad para explorar, experimentar dentro de un ambiente seguro. Es
como una obra, con muchos personajes con quien interactuar.

Hay momentos muy divertidos. Un hombre que ha pasado casi toda la


mañana en la Cueva Himalaya, repentinamente sale detrás de las cortinas,
corre por el salón y se mete a la "esquina gibberish", gritando y berreando.
Entonces, después de unos minutos, corre pasando sobre la línea de la unión
y baila con mucho entusiasmo, conectándose con varias mujeres.

No hay consecuencias de largo plazo, así que la gente se siente libre de


explorar sin renuencia, sin medir los riesgos. Esto les da una oportunidad de
conocerse no muy profundamente, de conocerse intensamente, de probar
nuevas cosas, de iniciar, de arriesgar el rechazo, de lograr la aceptación, de
esquivar la mente, de escuchar la energía y liberar la capacidad de
espontaneidad que está tan bloqueada en la mayoría de nosotros.

La mente, por supuesto, puede activarse en esta estructura y juzgar cada


estás haciendo en el área de volver a nacer riendo y jugando como niño?
Acabas de ser rechazado y deberías estar solo y sufriendo"-, pero en esta
situación de flujo libre las cosas cambian tan rápido que la gente no tiene
tiempo de darle vueltas a un incidente específico.

Observando la dinámica de los "siete espacios" puedo ver todas estas


vivencias sucediendo en cada individuo, y también veo el organismo
colectivo que están creando a través de sus movimientos.

Conforme el ejercicio se hace más profundo y la energía en el salón se


intensifica, todo el mundo es de algún modo tragado por la cualidad oceánica
del segundo chakra. Aunque están inmersos en sí mismos, enfocados en sus
necesidades inmediatas, están creando una armoniosa danza, como los gran
des flecos de una gran cama de algas marinas, bañadas por las corrientes de
las mareas, danzando bajo el mar.

La gente se mueve por los diferentes espacios, siguiendo el impulse de


sus vientres, yendo de aquí para allá, inmersos en este sentimiento acuoso de
altibajos. Como yo lo veo, es un reflejo del océano cósmico. Sus esfuerzos
podrán ser a veces incómodos, pero esta gente está, sin lugar a dudas,
aprendiendo a deslizarse sobre las olas de energía que rompen en el salón.

Algunos se mueven con gracia, en sintonía con las olas, mientras que
otros se caen de sus deslizadores y son revolcados. Pero el daño es temporal y
pronto se vuelven a trepar, en espera de la próxima ola.

Dos horas se van rápido y, al final de los Siete Espacios, invito a la gente
a expresar lo que haya sido lo más importante para ellos en términos de
autocomprensión.

Las respuestas varían enormemente. Algunos, como el hombre del que


hablé anteriormente, se dan cuenta que han pasado mucho tiempo
socializando rutinariamente, cuando en realidad lo que quieren es pasar más
tiempo con ellos mismos. Para otros, es al revés: se han estado aislando por
temor y ahora quieren disfrutar más el contacto humano.

Muchos dicen sentirse más vivos y alegres, más en contacto con su


energía, mientras que al mismo tiempo se sienten más relajados y centrados.

Al escuchar a los participantes, siento que la gente ha obtenido lo que


necesitaban, lo que era lo correcto para ellos, lo que podían recibir en este
momento, en su viaje autoexploratorio.

Por mi parte, nunca he sentido que la gente no capte el mensaje, porque


cada taller contiene tantas diferentes vivencias que siempre algo le pasa a
todos... alguna energía se mueve, algún pensamiento se vuelve más profundo.

Si la gente es inteligente continuarán fomentando este nuevo aprendizaje,


sin permitir que los viejos hábitos regresen y apaguen la nueva llama de vida
que destella por dentro.

Fundamentalmente, mi trabajo es decir "sí" a la vida. Esto, a la vez, es


decir "sí" a la energía, y es por esto que valoro tanto a Osho, a Reich y al
tantra. Sus métodos nos ayudan a celebrar el arte de estar vivos.

Cuando nuestra energía corre y fluye dentro de nosotros, pulsando al


mismo ritmo del universo que nos rodea, inmediatamente nos sentimos como
en casa, en sintonía con la naturaleza, al unísono con la existencia.

Estamos felices y agradecidos por la experiencia de estar vivos.


1 Este es un juego de palabras con el apellido original de Aneesha y el
adjetivo fine, que significa: "bien". (N. del T.)

2 Aquí, las palabras correspondientes en inglés y español no coinciden:


spine-chilling / "escalofriante". (N. del T.)
3 Surf en español significa "deslizarse". (N. del T.)

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