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Rector
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ISBN:
E
n esta primera década del siglo XXI el avance de la ciencia y la tecnología
exige la formación de profesionales que se adapten a los cambios, investi-
guen y sean portadores de ideas innovadoras. A finales de los 90, se promo-
vió un nuevo enfoque en la educación que contempló 4 saberes: saber conocer,
saber ser, saber hacer y saber convivir con los demás, sin embargo, aún se encuen-
tran espacios donde la integración al campo laboral del profesionista es compleja.
En consecuencia, es responsabilidad de la educación superior tecnológica crear
escenarios donde los estudiantes aprendan a aprender interactuando con los demás,
desarrollando habilidades y destrezas que les permitan sinergizar para darle mejor
solución a los problemas académicos y personales que viven. En este sentido, surge
el desafío de revisar los procesos de aprendizaje y enseñanza, el diseño de las activi-
dades y también la evaluación de los resultados.
El objetivo de este libro es compartir una experiencia de investigación-acción,
motivada por la detección de altos índices de reprobación en el primer año escolar de
diferentes programas de Ingeniería, esta investigación forma parte diagnóstica de un
proyecto financiado por el Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep).
Se consideró pertinente tomar como referente central las opiniones de un grupo de
estudiantes del primer año escolar de la Universidad Politécnica.
La investigación acción se planeó en cinco etapas: en la primera, se constituyó un
grupo de profesores-investigadores con diferentes perfiles de formación: Química,
Matemáticas, Biología, Antropología y Educación. El equipo de trabajo logró consti-
tuir un espacio de intercambios reflexivos y experimentó la oportunidad de transfor-
mar los ambientes educativos a través de la cooperación y colaboración responsable,
aspecto que se analiza en el primer capítulo.
Posteriormente, se realizó un diagnóstico a través de una metodología explorato-
ria descriptiva (Babbie, 2000). A continuación, se analizaron los hallazgos encontra-
dos, lo que permitió retroalimentar los resultados entre el grupo de investigación, así
como las posibles causas del problema. El grupo de profesores eligió la estrategia de
aprendizaje cooperativo con el fin de implementar un plan de acción que permitiera
investigar su utilidad en las asignaturas de mayor complejidad según la opinión de
un grupo de estudiantes. Finalmente, se realizó un proceso de reflexión y toma de
conciencia.
Las autoras
Introducción
E
l profesor que se desempeña en la educación superior tecnológica se consi-
dera como un agente de renovación y cambio, como facilitador y media-
dor entre el conocimiento y el aprendizaje del alumno; se pretende ideal-
mente que a través de su labor docente, facilite que los estudiantes aprendan a
aprender. Es aquí donde cobra relevancia la instrumentación didáctica entendida
como la organización de un conjunto de ideas y actividades que permiten desa-
rrollar un proceso educativo con sentido, significado y continuidad (SEP, 2009).
En el sistema educativo de México, cobra un valor esencial el acompañamiento
del estudiante en los procesos de enseñanza y aprendizaje; entre ellos se puede obser-
var que la atención personalizada de la educación se ubica como uno de los princi-
pales objetivos y retos del sistema educativo contemporáneo. De ahí la importancia
de analizar la opinión de un grupo de estudiantes de diferentes ingenierías en primer
año escolar en una universidad politécnica con respecto a los factores que favorecen
su aprendizaje en el proceso de instrumentación didáctica.
Al inicio del estudio, el grupo de investigadores se concentró en asignaturas de de-
sarrollo humano, sin embargo, la posibilidad de análisis del objeto de estudio desde
diferentes disciplinas enriqueció el proceso y fue la base para constituir un equipo de
investigadores multidisciplinario, que enfocó su atención en el aprendizaje coopera-
tivo para mejorar la instrumentación didáctica en una universidad politécnica. Este
capítulo muestra la importancia de la multidisciplinariedad para el abordaje de una
transformación real paulatina de la instrumentación didáctica.
Figura No. 1
Fuente: elaboración propia a partir del análisis del proceso de investigación educativa
que llevaron los profesores participantes.
Conclusiones
Bibliografía
Introducción
L
a educación superior tecnológica se encuentra sujeta a las cons-
tantes transformaciones que caracterizan al mundo actual: bus-
ca vincular el sector educativo con el productivo y elevar el po-
tencial de los estudiantes a través del modelo basado en competencias.
Cuando se habla de este tipo de modelo, los discursos se orientan a impulsarlo
como un proceso que va más allá de transmitir saberes y destrezas, que se comple-
menta con la aplicación de conocimientos y desarrollo de habilidades y actitudes
expresados en el saber, el saber hacer, el saber convivir con los demás y el saber ser
(Delors, 1996).
Sin embargo, la inserción de esta forma de trabajo ha generado retos y la necesi-
dad de romper paradigmas centrados, principalmente, en la transmisión verbal de
conocimientos científicos terminados.
El objetivo de este capítulo es compartir los hallazgos más relevantes de una ex-
periencia educativa que permitió escuchar la voz de un grupo de estudiantes de
ingeniería de una Universidad Politécnica (UP) respecto al efecto del Aprendizaje
Cooperativo (AC), abordado como una alternativa metodológica que puede incidir
en la ruptura de un paradigma educativo que fomenta esencialmente el trabajo in-
dividualista de los estudiantes, incrementa competencias dispares entre jóvenes con
diferentes características y provoca separación entre las diferentes disciplinas; aspec-
tos que se observan en una educación tradicional.
Para el análisis, se retomaron aportaciones de autores como John Dewey, Lev
Vigotsky, Jean Piaget, David Jhonson, Roger Jhonson, Edythe Holubec y Spencer
Kagan; se diseñó una investigación–acción en cinco etapas: constitución del grupo
de investigación, diagnóstico, implementación del plan de acción, análisis de los
resultados y reflexión (Elliot, 1993).
El diagnóstico se realizó a través de una metodología exploratoria descriptiva para
Matrícula No.
Ciencias Sociales y Administrativas 1’078,505
Ingeniería y Tecnología 905, 441
Ciencias de la Salud 266’790
Educación y Humanidades 163’953
Ciencias Agropecuarias 64’326
Pero también es posible encontrar culturas educativas que se caracterizan por los
ambientes en los que predomina la colaboración, en las que el otro es fundamental
para el crecimiento de uno y viceversa; así, el éxito de uno está íntimamente ligado al
del otro y los procesos de enseñanza y aprendizaje están necesariamente interconec-
tados dentro de un grupo, como si ambas formas de trabajo fueran complementarias
(Gavilán y Alario, 2010).
He ahí la importancia de detectar las particularidades que prevalecen en los pro-
cesos de enseñanza y aprendizaje, tomando en cuenta que la tendencia es fomentar
entre los estudiantes ese aprender a aprender, a ser autónomos, a desarrollar sus capa-
cidades y habilidades; objetivos que indudablemente guían la función docente, desde
el diseño de actividades hasta los procesos de evaluación, para centrar su atención en
el aprendizaje y formación integral del estudiante.
Desde la escuela activa a principios del siglo XX, promovida por Dewey (1982)
se resaltó la necesidad de la interacción entre los estudiantes y, como parte de ella, la
ayuda mutua y la colaboración. A través del tiempo, han surgido propuestas y accio-
nes prácticas que han enfatizado la necesidad de la interacción y la cooperación entre
estudiantes para aprender. El aprendizaje, aunque es un fenómeno individual, se da
en un marco social de relaciones, interrelaciones y de ayuda que implica el afecto
mutuo. Lo cual hace posible un saber (conocimiento e información), un saber hacer
(habilidades y destrezas) y un ser (actitudes y valores).
El aprendizaje cooperativo se identifica como una forma de trabajo de larga tradi-
ción en grupos basados en la construcción colectiva del conocimiento y el desarrollo de
habilidades mixtas (aprendizaje, desarrollo personal y social), en el que cada miembro
del grupo es responsable tanto de su aprendizaje como del de sus compañeros.
El aprendizaje cooperativo también se sostiene en la aportación de Vigotsky
(1984) respecto a que el psiquismo humano se forma en la actividad y la comunica-
ción a partir de algunas premisas básicas innatas. Actividad y comunicación son dos
aspectos que determinan el nivel de desarrollo del psiquismo, entre ellos la inteligen-
cia y la creatividad.
Las potencialidades del sujeto, según este autor, se encuentran en la zona de desa-
rrollo próximo, en la cual se parte de un estado inicial donde el estudiante no puede
trabajar solo, es preferible brindarle la ayuda necesaria mediante la interacción con
otras personas hasta que pueda trabajar de forma independiente y logre la autonomía
necesaria. En este proceso es importante tomar en cuenta los intereses, el estilo y
ritmo individual de aprendizaje de los universitarios, para que aprendan a conocer la
realidad y sean capaces de redescubrirla, construirla y transformarla.
Por décadas, se ha buscado la mejor forma de fomentar aprendizajes útiles entre
los estudiantes. Una alternativa es el aprendizaje cooperativo y colaborativo. Es po-
sible encontrar autores que utilizan ambos conceptos con significados similares y
también hay quienes sostienen que el enfoque más razonable para comprender la
Diagnóstico
El primer cuestionario (C1) se formó con 22 reactivos para explorar las apreciacio-
nes de los estudiantes respecto a las estrategias que sus profesores utilizan en el aula.
Se utilizó la escala Likert con cuatro opciones de respuesta: 1) frecuentemente, 2)
a veces, 3) muy poco, 4) nunca, como se presenta en la Tabla No. 2; la muestra se
conformó por 148 estudiantes de una población de 245 ubicados en el primer año
escolar, en el cuatrimestre mayo–agosto de 2012. El instrumento se validó con la
prueba Alfa de Cronbach (coeficiente de correlación al cuadrado) para medir la ho-
mogeneidad de las preguntas; el resultado fue .93, esto significa que el instrumento
tiene un alto grado de confiabilidad para recolectar datos.
damente aprendizajes cooperativos en los que participen cada uno de los estudiantes
con el objetivo de realizar una tarea y desarrollar la interdependencia positiva.
El 22 por ciento opinó que nunca son importantes para algunos profesores las ca-
racterísticas personales de los estudiantes, durante las clases no se utilizan ilustracio-
nes impresas con representaciones visuales de objetos o situaciones sobre una teoría
o tema específico; asimismo, que los organizadores gráficos, como mapas y cuadros
sinópticos, no son contemplados como estrategia de enseñanza. Además de que los
profesores no alcanzan a dar una conclusión antes de finalizar la clase.
Lo anterior se complementa con algunas razones que, de acuerdo con los estu-
diantes, provocan que reprueben; una de ellas es la carencia de bases cognitivas sufi-
cientes, débiles hábitos de estudio, una dinámica acelerada, saturación de tareas de
algunas asignaturas, y en ocasiones, la falta de recursos económicos.
Sugirieron que las clases podrían enriquecerse con actividades prácticas para com-
prender la teoría con más facilidad y principalmente enfocarlas a su carrera, así como
brindar una mayor atención individualizada en el aula y hacer una planeación más
detallada y diversificada respecto a las estrategias utilizadas para que los contenidos
se puedan analizar con más detalle.
Con base en los resultados del C1, se eligió la estrategia del AC por ser una de las de
menor frecuencia utilizada en las clases de los cuatro grupos. Se formó un equipo de
siete profesores para organizar y dar seguimiento a la implementación del plan de
acción en un tema, retomando las aportaciones de los hermanos (Johnson, 1994).
Cinco elementos básicos guiaron la implementación del AC:
En esta etapa, se consideró insuficiente presentar sólo una descripción de los datos
obtenidos para cada bloque, sobre todo porque el objetivo fue ofrecer una inter-
pretación referente a las ventajas y desventajas durante el proceso de aplicación del
aprendizaje cooperativo en el aula.
Conclusiones
Bibliografía
Villanueva-Ibáñez Maricela
Universidad Politécnica de Pachuca
Introducción
La primera impresión
Para asumir el compromiso social del que se habló al inicio de este documento, el
alumno de Ingeniería de nuestras instituciones de Educación Superior Tecnológica
necesita contar con saberes básicos sobre Química, Física, Matemáticas, y desarrollar
habilidades, valores, aptitudes y competencias; sin embargo, en muchas ocasiones
éstos no son adquiridos de manera eficiente.
La Química tiene una mala reputación entre el público en general, ya que es
percibida como difícil o aburrida. Sin alejarnos tanto del ámbito educativo, se ha po-
dido observar que algunos docentes que imparten cursos de Química o asignaturas
relacionadas, cuando se presentan ante un grupo de alumnos de alguna carrera no
afín, como Licenciatura en Terapia Física o Ingeniería Mecánica Automotriz, en la
mayoría de los alumnos, la primera expresión es de fastidio y la siguiente reacción es
bloquear toda comunicación con el profesor. Ese primer contacto influye fuertemen-
te en el interés del alumno por aprender. Lograr interesarlo parece una tarea fácil, sin
embargo es uno de los retos a los cuales se enfrenta el docente.
“Desde las primeras etapas, los estudiantes deberían experimentar la ciencia de tal
manera que les comprometiera a la activa construcción de ideas y explicaciones y que
Aprendizaje cooperativo
en la enseñanza de la Química en el nivel superior tecnológico
la eficacia del aprendizaje cooperativo que casi cualquier otra faceta de la educación
(Dougherty, et al., 1995).
En el aprendizaje cooperativo, el docente facilita una actividad en la que dos o más
estudiantes trabajan juntos para concretarla, ya sea en el aula o en el laboratorio. Las
acciones de cooperación se pueden producir de manera informal (estudiantes sen-
tados uno junto al otro en la clase o agrupados al azar por el instructor, que les pide
trabajar juntos o discutir algún material), formal (grupos asignados por el instructor
para trabajar juntos por un largo tiempo), o en grupos de base (grupos asignados por
el instructor para trabajar juntos por todo el ciclo escolar) (Woolfolk, 2010).
La participación activa en el aprendizaje es importante para los estudiantes que
tienden a ser pasivos en el ámbito académico, ellos sugieren “que nos enseñen a po-
ner en práctica todo lo que aprendemos día a día”. En la literatura se reporta que
el aprendizaje cooperativo conduce a una mejoría estadísticamente significativa en
el rendimiento académico. Los especialistas del aprendizaje cooperativo reportan
mejoras en asignaturas como Química Analítica (Ross & Fulton, 1994), Química
Orgánica (Dougherty, 1997) o Análisis Instrumental (Sierra Alonso, et al., 2010).
Es importante para los estudiantes trabajar en equipo puesto que desarrollan habi-
lidades de comunicación, muy valoradas por los empleadores. Lamentablemente,
existen obstáculos para la incorporación de este tipo de estructuras, como la falta de
materiales (libros de texto, manuales de laboratorio), así como la falta de experiencia
de la mayoría de los docentes en el empleo de métodos que favorezcan la estructura
de enseñanza cooperativa.
Ahora se expondrán algunas estructuras que pueden promover el aprendizaje coo-
perativo en la enseñanza de la Química y algunas acciones de cooperación en el aula
y en el laboratorio. Se debe tomar en cuenta que las estructuras de aprendizaje coo-
perativo se pueden aplicar en un ambiente o en ambos, de acuerdo a las necesidades
y características de cada grupo.
mica, ya que es fundamental para las demás ciencias y la Ingeniería, así como para
la vida misma.
El estudio realizado entre alumnos de la UPP, arrojó que algunas de las asignaturas
relacionadas con la Química en las que el aprendizaje se logra con mayor dificultad
son: Análisis Instrumental, Química Orgánica y Química Analítica. Al respecto,
comentaron:
“Los alumnos no tenemos bien sentadas las bases desde la prepa”, “no tenemos bue-
nas bases de conocimientos y el profesor va a una velocidad tremenda”, “sería bueno
que se hicieran grupos de estudio, más tareas y trabajos en equipo”, “con algunas
dinámicas, cambiar de lo tradicional, con más práctica y menos teoría”.
Entre las estrategias utilizadas para estructurar los grupos de aprendizaje coopera-
tivos formales en una clase universitaria se encuentran el Jigsaw, Tarea de Compren-
sión, Tarea de Toma de Decisiones Complejas, Composición /Edición por Pares, Re-
solución de Problemas, Aprendizaje Basado en Problemas, Controversia Académica
Estructurada, entre otros. A continuación se plantean algunas estrategias reportadas
en la literatura y, a manera de ejemplo, la forma en cómo pudieran aplicarse.
activas, que es de importancia fundamental para que el estudiante entienda las con-
tribuciones de la Química Orgánica a la civilización. Es claro que si los alumnos no
comprenden los primeros temas del curso, lo más probable es que los temas avanza-
dos sean más difíciles de entender.
Existen recursos disponibles en Internet que pueden servir de apoyo para estruc-
turar el aprendizaje cooperativo en el aula, en el laboratorio o en ambos. Mediante
una rápida búsqueda es posible observar que los recursos son más abundantes en
idioma inglés o francés que en español.
En la Figura 1 se muestra un esquema de la estructura que lleva la técnica de Jig-
saw para la asignatura de Química Orgánica. De manera general se forman equipos
de base de cuatro alumnos, a cada integrante se le asigna un número; posteriormente
se indica que todos los número 1 se reúnan en un lugar específico del aula, al igual
que a todos los 2, 3 y 4. Estos serán los grupos de estudiantes “expertos”.
1 2 1 2 1 2 1 2
Grupos de base
3 4 3 4 3 4 3 4
1 1 2 2 3 3 4 4
Grupos de expertos
1 1 2 2 3 3 4 4
1 2 1 2 1 2 1 2
Grupos de base
3 4 3 4 3 4 3 4
Instrucciones:
• Cada integrante del grupo debe escoger un tema.
• Leer las paginas asignadas.
• Tomar notas sobre la lectura (puede hacer uso del cuestionario proporcionado)
A cada grupo de expertos se le indica que debe leer su sección de texto y contestar
las preguntas. Pueden hacer uso de Internet para contestar la última pregunta, referen-
te al ejemplo de compuesto de la vida diaria. Los alumnos deberán discutir en grupo
de expertos lo que leyeron y llegar a un acuerdo sobre los puntos clave de la lectura.
Finalmente, regresarán a su grupo de base, compartirán los puntos clave de su sección
del texto y responderán el cuestionario a partir de las discusiones en su grupo de base.
Dougherty (1997) sugiere realizar un contrato de desempeño al inicio de las acti-
vidades, en donde se establecen las tareas que deberá realizar el alumno y en donde se
plasma que el alumno comprende el objetivo de los ejercicios realizados. Lo anterior
hará que el alumno se vea más comprometido con el aprendizaje y con su grupo, que
persiga el mismo fin y que sea responsable de su propio aprendizaje.
No hay que olvidar que la Química, como ciencia experimental, tiene como parte
fundamental el trabajo de laboratorio en donde se requiere principalmente el mane-
jo de productos químicos, colecta de datos, uso de equipos experimentales, trabajo
cooperativo y realizar el experimento en tiempo y forma.
Es ahí donde existe un reto importante en la enseñanza de la Química: al formar
equipos de trabajo para el desarrollo de una práctica de laboratorio que no necesa-
Cada grupo se divide en dos subgrupos, los estudiantes documentan posiciones dis-
tintas respecto a un tema particular sugerido, abordando ventajas e inconvenientes;
un subgrupo enlista los “pros” y el otro los “contras” de una situación sugerida por
el tutor (Johnson & Johnson, 1999). Este método puede aplicarse para discutir, por
ejemplo, sobre algún método analítico en particular: un subconjunto resume los
puntos fuertes, mientras que el otro subconjunto detalla las limitaciones. Los dos
subconjuntos presentan y diferencian sus posiciones. Los subconjuntos, luego de
invertir la perspectiva, sostienen el lado opuesto, y al final colaboran en un informe
único para el grupo (Wenzel, 2000).
En resumen, se requiere: a) Elegir un tema donde se puedan estudiar y docu-
mentar relaciones de pros y contras; b) Identificar diversas fuentes documentales
para contrastar diversos puntos de vista; c) Establecer un sistema de coordinación y
cooperación en el grupo para mantener el ejercicio en la controversia académica sin
tomar una postura personal; d) Acompañamiento permanente del tutor y del líder
del equipo como dinamizadores y moderadores de la discusión o debate.
Estudio de caso
Conclusión
Bibliografía
Introducción
L
as matemáticas juegan un papel importante en el mundo globalizado en que
nos encontramos actualmente. Demostrado está que los países desarrollados
promueven considerablemente la formación matemática en sus sistemas edu-
cativos, porque eso redituará en un fuerte desarrollo científico y tecnológico, y por
consiguiente en el bienestar de su sociedad. Asimismo, cuentan con una formación
sociocultural para fomentar en los niños el pensamiento matemático, entendido como
la capacidad para comprender las relaciones que se dan en el mundo exterior y que
posibilita razonar, demostrar, argumentar, interpretar, identificar, relacionar, graficar,
calcular, inferir, efectuar algoritmos y modelar en general; además, a través del pensa-
miento matemático se fomentan la creatividad y la imaginación (Hinestroza, 2011).
En algunos países desarrollados se han dado a la tarea de hacer una búsqueda ex-
haustiva de profesionistas capacitados sobre todo en las áreas de ingeniería, seducién-
dolos con una mejor calidad de vida una vez que se integren a sus sociedades, pero
esto impacta negativamente en sus países de origen, porque se genera una “fuga de
cerebros”, es decir, la pérdida de individuos capacitados que impulsen el desarrollo
científico y tecnológico.
Pero, ¿qué pasa en los países en vías de desarrollo, como México? La educación
básica ha sufrido un gran retroceso en los últimos 30 años, incluyendo por supuesto
a las matemáticas; estas deficiencias son más notorias cuando los alumnos ingresan a
la universidad, donde se evidencia su bajo nivel de conocimientos previos, los méto-
dos de estudio y enseñanza tradicionales que no involucran al estudiante, quien no
se siente implicado en el proceso, una deficiente formación docente en matemáticas,
falta de comprensión de los conceptos matemáticos; además de que la enseñanza de
la materia es memorística y repetitiva, no se asocia con ejemplos cotidianos y por
lo tanto no se le ve una aplicación directa, lo cual genera una falta de motivación y
desdichadamente el abandono de los estudios.
Lo triste es que esta forma de enseñanza ha provocado una aversión de los estu-
diantes hacia las matemáticas; muchos de ellos ya la traen desde su enseñanza
básica y otros más la adquieren durante sus estudios universitarios. Pinto (1996)
indica que la falta de un aprendizaje significativo en las matemáticas propicia
desmotivación, frustración, deficiencia en los siguientes ciclos escolares donde
hacen uso de conceptos matemáticos, ocasionando un alto índice de reprobación
y deserción de los alumnos.
5. Bajo nivel de conocimientos previos de los alumnos que ingresan a los estudios
universitarios. Esto se debe a que en las últimas reformas educativas se ha visto
una simplificación y reducción de contenidos en las asignaturas de matemáti-
cas, incluso hay alumnos que durante su bachillerato no reciben la asignatura
de Cálculo Diferencial e Integral, pilar importante en los estudios de Ciencias
e Ingeniería.
6. Los grupos son numerosos en las instituciones públicas y no se cuenta gene-
ralmente con la infraestructura ni equipamiento adecuados para generar un
ambiente idóneo de aprendizaje.
7. Los alumnos no cuentan con estrategias de aprendizaje, no se organizan y exis-
te una falta significativa de trabajo en equipo.
1. Una vez formados los grupos puzzle, se generó una lista por equipo donde
fueron escritos los nombres de cada uno de los integrantes. Posteriormente se
clasificaron los grupos por letras, como eran ocho equipos: de la letra “A” a la
letra “H” (grupo puzzle A, grupo puzzle B, etc.).
y=sen x y=In x y= e
x y= x2+2 y=senh x
y' =
1
y' =cos x y' = ex y'= 2x y=cos hx
x
1. Cada grupo de expertos procedió a resolver las cuatro derivadas bajo supervi-
sión, después de que juntos analizaron los problemas a resolver, los discutieron,
reflexionaron y anotaron el procedimiento con la solución en hojas blancas. Se
observó una fuerte interacción entre los alumnos, en algunos casos discrepan-
cias, pero finalmente se logró la cooperación. Asimismo, tuvieron que planifi-
car cómo transmitirían los resultados a sus respectivos grupos.
2. Finalizado el trabajo y con el consenso de todos en los resultados, se deshi-
cieron los grupos de expertos y los miembros retornaron a sus grupos origen,
constituyendo nuevamente los grupos puzzle (A, B, C,…, H).
3. En forma organizada, cada experto buscó la solución en las 20 tarjetas restantes
y explicó a cada uno de sus compañeros la forma en que fue resuelta cada de-
rivada, corroborando que les haya quedado claro el procedimiento a cada uno
de los compañeros.
4. Posteriormente, se intercambiaron las hojas con procedimiento y solución,
para que cada uno de los integrantes del grupo lo anotara en su libreta de
trabajo respectiva.
1. Entre todos los alumnos fueron verificadas las soluciones de las 20 derivadas,
asignando una calificación dependiendo de las respuestas correctas. Esta califi-
cación fue idéntica para todos los alumnos.
2. En la sesión posterior a la realización de la actividad, se aplicó una evaluación
individual para corroborar si la transmisión del conocimiento fue la adecuada.
3. La nota final fue el promedio de las dos calificaciones anteriores.
1. El primer día de clase se les explicó a los alumnos en qué consiste el Aprendiza-
je Cooperativo y cuáles son sus ventajas, así como la metodología por realizar
y de qué forma se evaluaría la asignatura.
2. En una sesión de aprendizaje se procedió a explicar el tema base para resolver
los ejercicios de la guía; se logró fomentar la participación del alumnado a
través de una lluvia de ideas y la presentación de ejemplos cotidianos para des-
pertar el interés y captar su atención. Posteriormente, se realizaron preguntas
aleatorias sobre el tema presentado para verificar que no hubiera dudas sobre
los conceptos aprendidos.
3. Formación de pequeños grupos y asignación de roles únicos dentro de él. Al
principio, los alumnos se mostraron reticentes para trabajar con otros compa-
ñeros, argumentando que había diferencias personales entre ellos, que algunos
de sus compañeros tenían bajo nivel académico y sobretodo que no se sentían
a gusto, entre otras cosas. Esta etapa fue muy difícil porque además de ser fa-
cilitador de conocimiento, fue necesario actuar de mediador. Una vez que se
conjuntaron los equipos heterogéneos de cuatro a seis miembros, se formaron
nueve equipos, se hizo hincapié en la importancia del rol asignado a cada uno
de ellos y que de su trabajo en conjunto dependía el éxito del grupo. Cabe
mencionar que durante el cuatrimestre se rehicieron los grupos en la resolución
de los diferentes cuestionarios de la guía, con lo que trabajaron con diferentes
compañeros con el propósito de lograr una mayor socialización y resolución de
conflictos internos.
4. Se asignó la actividad por realizar, para lo cual se utilizó una guía de estudios
de opción múltiple (Rivera y Espejo, 2004).Dicho material está integrado por
15 cuestionarios que incluyen los diferentes subtemas de la asignatura de Cál-
culo Diferencial e Integral. Lo primero que se les solicitó a los estudiantes fue
que leyeran cuidadosamente y comprendieran lo solicitado en cada ejercicio.
Posteriormente, que se comunicaran con sus otros compañeros para discutir
la forma de resolverlo, momento de conflicto cognitivo (César, 1998) entre
los alumnos, quienes tuvieron que enfrentar conjeturas y argumentaciones de
sus otros compañeros de grupo, clarificaron sus estrategias de resolución y se
dieron cuenta de que existen otras formas de solución. Una vez que estuvieron
de acuerdo, resolvieron el problema y seleccionaron la opción correcta en la
guía de estudios.
Con esta técnica de enseñanza se logró que todos los miembros del equipo domi-
naran la lección presentada y se ayudaran entre ellos en el aprendizaje de la misma,
discutieran sus errores y se congratularan por los resultados. Cabe aclarar que en un
inicio fue un proceso lento porque se consumía mucho tiempo para que los alumnos
conocieran la mecánica de la actividad, se conjuntaran como equipo, se evitara la
individualidad y tuvieran claro que el éxito de cada grupo era el éxito de cada uno de
ellos. Asimismo, la guía sirvió para practicar, ayudarse unos a otros, evaluarse entre
ellos y así mismos, además de aprender a escuchar los puntos de vista de los demás
y llegar a un acuerdo.
Conclusión
Regularmente, las matemáticas se perciben como una ciencia abstracta y que durante
su enseñanza no es posible implementar técnicas de aprendizaje, a diferencia de otras
asignaturas; muchos de los docentes creen que no es posible implementar nuevas
técnicas de aprendizaje en ella y tienen temor de aplicar el AC durante sus sesiones
de clase, porque creen que no les dará tiempo de cubrir todas las unidades de apren-
dizaje como lo indica el avance programático.
En países de primer mundo, como Alemania y Estados Unidos, no existe gran
cantidad de artículos relacionados con el AC en las matemáticas en ciclo universita-
rio (Cadoche, 2012), pero sí existen numerosas revistas especializadas y centros de
investigación enfocados a la implementación de métodos y técnicas para mejorar la
enseñanza de las ciencias como las matemáticas desde la educación básica, donde
desde niños se les inculca el trabajo cooperativo, responsabilidad e independencia.
nologías y técnicas de aprendizaje tanto para en el aula como fuera de ella, que logre
en el alumno confianza en sí mismo y trabaje cooperativamente.
Con la investigación que se llevó a cabo en la Universidad Politécnica se puede
confirmar que sí se tiene la posibilidad de implementar técnicas de aprendizaje coo-
perativo en los cursos de matemáticas, como fue mostrado durante el desarrollo del
capítulo, tomando como ejemplo la asignatura de Cálculo Diferencial e Integral.
Cabe mencionar que, antes de aplicar la educación basada en competencias
(EBC), el desempeño docente de la autora era de forma tradicional, con lo que el
promedio de aprobación en sus clases era aproximadamente de 40%.Una vez aplica-
das las técnicas de AC, aumentó la aprobación hasta el 70%, no se llegó al 100% por
factores de diversa índole no relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Con la técnica puzzle se favoreció la interdependencia de los alumnos, cada uno
de ellos asumió un rol y se convirtió en experto de una parte de toda la información
(una pieza del rompecabezas), fue responsable de conocerla a fondo, transmitirla a
los demás y aprender de sus demás compañeros que tuvieron el resto de información.
Este método potenció la interrelación positiva y la responsabilidad, ya que todos los
alumnos se necesitaron unos a otros y tuvieron que cooperar para lograr el éxito del
grupo al que pertenecían.
Con respecto a la técnica de AC y guía de estudios, los resultados mostraron que
los alumnos tuvieron más éxito que el propio profesor en hacer entender algunos
conceptos a sus compañeros. Se generó mayor confianza entre pares de estudiantes:
los que eran tímidos finalmente participaron, los que siempre tomaban iniciativa y
creían saberlo todo, aprendieron a ser partícipes de la transmisión de conocimiento
a sus compañeros; todos los alumnos se dieron cuenta de la capacidad de sus compa-
ñeros y se llegaron a conocer mejor.
Con la aplicación de las dos técnicas se logró que los alumnos se integraran en
equipos y se alcanzara la interdependencia positiva, que asistieran a las sesiones de
aprendizaje y que no abandonaran la asignatura; se mejoró considerablemente su
rendimiento académico, potenciaron sus habilidades y destrezas; asimismo se les
ayudó a desarrollar técnicas adecuadas de estudio y obtuvieron los conocimientos
base para los siguientes cursos avanzados.
Bibliografía
L
a enseñanza de la Biología y sus disciplinas relacionadas es algo fascinante para
los docentes que las imparten, al menos en opinión del autor. Generalmente, los
alumnos y la sociedad en general se sienten atraídos por aprender unos u otros
aspectos de la Biología, ya que finalmente somos seres vivos y sentimos una curiosidad
natural por entender cómo tiene lugar el interesante fenómeno de la vida, cómo funcio-
namos por dentro y por fuera, cómo interactúan los seres vivos de iguales o diferentes
especies, qué permite que se perpetúe la vida, qué otros seres pueden poner en peligro
el equilibrio de los procesos que nos mantienen vivos, y por qué llega la vida a su fin.
Por ello, en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Biología y disciplinas afines,
los académicos debemos valernos de esta característica innata que poseemos los hu-
manos y tratar de rescatarla en las sesiones de aprendizaje de las diferentes asignaturas
que impartimos, independientemente del nivel académico en el que llevemos a cabo
la práctica docente.
El objetivo de este capítulo, es realizar un breve análisis de la enseñanza de la
Biología y de qué modo puede ser mejorada con el uso del aprendizaje cooperativo
(AC), dado que estas estrategias no se han estudiado a profundidad en este campo
educativo. Asimismo, ilustrar algunas experiencias propias como académico del em-
pleo de métodos de AC en un modelo de educación basada en competencias (EBC)
de nivel superior tecnológico, con el objeto de que puedan ser tomadas como ejem-
plo para la labor docente en esta área.
El aprendizaje de la Biología
La cooperación en la célula
Otra estrategia que relaciona el ABP y el trabajo cooperativo que también mostró
muy buenos frutos, es una actividad en la que por equipos base elaboran la maqueta
de un tipo de célula, distinto para cada equipo. El proyecto lo desarrollan durante
dos o tres semanas y el día convenido, presenta cada uno de los equipos el tipo
celular que diseñaron, de forma que todos los integrantes del equipo tienen que
participar en la exposición al grupo y al académico, explicando las diferentes partes
de esa célula, su función y cómo la lleva a cabo. Se les puede pedir incluso que el
material que usen en la elaboración de la célula sea reciclado, con lo que se fomenta
la cultura ecológica.
Conclusiones
Bibliografía
Introducción
Factores actitudinales
ran a sí mismos y por los docentes como entorpecidos para el aprendizaje del Inglés.
Esto provoca que el conocimiento del idioma Inglés en el estudiante promedio sea
un constructo cognitivo inacabado, carente de sentido práctico e importancia. Den-
tro de este proceso caracterizado por un bajo nivel de competencia comunicativa,
las metas de aprendizaje, consideradas como un factor altamente relevante desde el
enfoque constructivista y de competencias, se enfocan hacia el rendimiento y apro-
bación de la asignatura en detrimento del aprendizaje significativo (Dweck, 1988).
La motivación se centra en la asimilación de conceptos y vocabulario a corto plazo
con el propósito de cumplir y aprobar la asignatura, lo cual genera que las habilidades
comunicacionales verbales y de comprensión que debería adquirir, no logren reflejarse
en la adquisición de la competencia comunicativa esperada, no tiene lugar la movili-
zación de dicha competencia en diferentes contextos o circunstancias demandantes.
Se forma paulatinamente una predisposición cognitiva para adoptar patrones de
resistencia e indefensión, consistente en conductas defensivas ante sí mismos y los
demás frente a las dudas sobre su propia capacidad para realizar tareas más desafian-
tes y con mayor riesgo de fracaso, aunque a mediano plazo eso traiga como conse-
cuencia un bajo desarrollo de las competencias y conocimientos del nivel respectivo
en la adquisición de una segunda lengua (Morales , 2011).
Cuando todas estas condiciones acumuladas se presentan en considerables canti-
dades de estudiantes, es difícil encontrar en ellos actitudes de implicación y proac-
tividad hacia su propio aprendizaje. El conocimiento y las habilidades necesarias
para el buen desarrollo del aprendizaje del idioma Inglés se ven circunscritos al aula,
donde existe poco interés manifiesto para aplicar los conocimientos adquiridos en
el ensayo de diálogos o la revisión de lecturas y otros elementos didácticos que les
permitan reforzar el dominio de la competencia requerida.
Los estudiantes que logran superar estos factores lo hacen aplicando actitudes de
asertividad para encontrar metas que le otorguen un significado relevante al aprendi-
zaje de una segunda lengua. Es posible encontrar en ellos elementos de motivación
tanto intrínsecos como extrínsecos, que abarcan desde el deseo de dominar un área
de conocimiento de manera competente para probar sus propios límites y alcances,
hasta la búsqueda de reconocimiento, valoración social o recompensas futuras. Con
esto, logran trazar diferentes vías motivacionales para fortalecer un mejor desempe-
ño académico en el proceso de adquisición e interiorización de una segunda lengua
(Valle, 2008).
Autoaprendizaje y metacognición
quisición de una segunda lengua en el marco de este modelo estaría enfocada en privi-
legiar los procesos metacognitivos que propiciarían en el estudiante el dominio de las
competencias comunicativas básicas requeridas para la adquisición de la nueva lengua.
Las estrategias que el docente aplica, pueden estar centradas en el desarrollo de ha-
bilidades metacognitivas que se enfoquen en potenciar el proceso de internalización
de una segunda lengua, distinguiéndolo del simple aprendizaje de reglas gramaticales
y contextuales, teniendo como meta el bilingüismo, reflejado en el uso competente
de la lengua adquirida (Sandoval, 2012).
Este proceso esencialmente propone un monitoreo y capacidad de regulación
de la propia cognición, reflexionar sobre dicho proceso y proyectar estrategias re-
mediales al detectar errores en la propia comprensión (Baker, 1995). Todo proceso
metacognitivo que se da en un contexto de aprendizaje al interior del aula, se en-
cuentra atravesado e influido por elementos situacionales que pueden favorecerlo u
obstaculizarlo. La estrategia pedagógica utilizada por el docente tiene la capacidad
de proponer rutas que guíen el uso de diferentes herramientas de autoaprendizaje.
El aprendizaje cooperativo puede utilizarse como un medio didáctico para pro-
piciar y desarrollar recursos metacognitivos en los estudiantes. En la adquisición de
una segunda lengua, el análisis y control de los propios procesos mentales cognitivos
es fundamental para desarrollar la capacidad de internalización de la misma. Duran-
te el desarrollo de una clase presencial, el utilizar una segmentación de los contenidos
temáticos y promover que los estudiantes busquen la mejor estrategia para sociali-
zar los contenidos entre los compañeros de grupo, tiene el potencial de desarrollar
competencias comunicativas de comprensión discursiva, ya sea de tipo oral o escrito.
El aprendizaje cooperativo también genera una participación activa en el propio
aprendizaje, rompiendo la pasividad característica del modelo tradicional, deman-
dando del estudiante habilidades de autorregulación, que aplicadas en la internali-
zación de una nueva lengua, generan un acercamiento más reflexivo y autodirigido
(Nunan, 1996).
El proceso de adquisición de una segunda lengua puede verse favorecido u obsta-
culizado por la estrategia didáctica utilizada dentro de un ambiente de aprendizaje
al interior del aula: lo ideal es que el facilitador proporcione condiciones de mayor
ventaja que le permitan al estudiante desarrollar competencia en la segunda lengua.
Desde algunos enfoques, se propone que la competencia comunicativa en una
segunda lengua pase necesariamente por la comprensión del discurso. Esto implica
que el sujeto que aprende, debe transitar por un proceso cognitivo de comprensión,
entendida como la elaboración y aplicación mental de una modelación mental de
los eventos circunstanciales que pueden ser vistos, leídos o escuchados en una reali-
dad tangible o representada (Sandoval, 2012). La conexión entre tales eventos y la
representación o modelo mental presente en el aprendiz dan lugar a la comprensión
del segundo idioma.
el cual ha sido promovido para ser cursado de manera obligatoria por todos los pro-
fesores frente a grupo a partir de noviembre de 2012.
Los temas están centrados en el fundamento y práctica del enfoque basado en
competencias, dentro de las cuales se incluye el papel de las estrategias de aprendizaje
enfocadas al alumno y la generación de ambientes de aprendizajes significativos, para
lo cual las estrategias metacognitivas son fundamentales. Con esto se proyecta que
a mediano plazo, todos los profesores apliquen y enseñen estrategias metacognitivas
para mejorar la internalización de una segunda lengua.
Relación profesor-alumno
Método
Participantes
Para la realización de este trabajo, se consideró una muestra de 148 estudiantes divi-
didos proporcionalmente entre las ingenierías de Mecatrónica, Automotriz y Finan-
ciera de la Universidad Politécnica, del primer año escolar.
Procedimiento
Análisis de resultados
Cuestionario
Conclusiones
Bibliografía
Introducción
U
no de los retos que enfrenta la educación en todos sus niveles, es el de preparar a
sus estudiantes para incorporarse a una sociedad y un mundo productivo que
está en constante cambio a nivel tecnológico, científico, político, económico y
social. Las formas de organización de las sociedades en la actualidad nos obligan a pensar
en los alumnos como demandantes de los servicios educativos que presentan diferen-
cias respecto a sus necesidades, trayectorias de formación, estilos de vida y aspiraciones.
En reuniones nacionales e internacionales sobre temas que tocan el campo de la
educación, se ha llevado a la mesa de debate la preocupación por combatir el fracaso
escolar, buscar la permanencia y evitar la deserción, para fortalecer la calidad en los
programas educativos y fomentar en los jóvenes el desarrollo de las cualidades y com-
petencias necesarias para desenvolverse en su vida académica y personal.
El joven universitario ingresa a una institución de educación superior esperando
acceder al mundo adulto y, en este espacio, buscar su identidad profesional como es-
tudiante de una carrera determinada. Las características que presenta son el resultado
de una permanente negociación entre aquellas atribuciones asignadas por su lugar de
pertenencia a un nivel social y cultural y la actualización subjetiva que sujetos concretos
realizan a partir de la interiorización diferenciada de los esquemas culturales vigentes.
El profesor se encuentra con diversos desafíos al interactuar en el aula con sus
alumnos, por ello surge el interés para presentar elementos que incidan en la nueva
agenda del profesorado de educación superior sobre la formación de sus estudiantes
Figura No. 1
Intencionalidad y
reciprocidad
Trascendencia
Atribución de significado
Regulación de la conducta
Sentimiento de competencia
Otro autor que diserta sobre la enseñanza universitaria es Zabalza (2003); entre
los planteamientos que presenta a partir del concepto sobre enseñanza universitaria,
presenta una articulación de las diez dimensiones de la enseñanza de calidad que
fueron planteadas por Dewey desde finales del siglo XIX y a principios del XXI con
mayor fuerza por los representantes de las teorías cognitivas del aprendizaje: Piaget,
(1966,1978), Bruner (1966), Bandura(1977) en (Canales, 2007).
Los planteamientos de la experiencia mediada trastocan estas dimensiones de la
calidad de la enseñanza cuando Zabalza (2003: 180-181) advierte que trasciende
el espacio concreto de las aulas y lo que sucede en ellas, el ámbito de lo visible, ob-
jetivo y cuantificable y a los propios profesores, ya que si bien no pueden alterar la
inteligencia o preparación anterior de sus alumnos, sí pueden encauzar sus fortalezas
cognitivas. Las diez dimensiones de calidad se refieren a diversos aspectos que se
abordan a continuación:
Figura No. 2
Diseño y
planificación
Mecanismos de Organización de
revisión las condiciones
Sistemas de Selección de
evaluación contenidos
MEDIACIÓN
Estrategias de Materiales de
coordinación apoyo
Atención
Metodología
personal a los
didáctica
estudiantes
Incorporación
de TIC
En la Figura No. 2 se puede apreciar el proceso del cual habla Zabalza (2003):
Conclusiones
Es necesario fomentar dentro del aula ambientes que propicien el diálogo y el in-
tercambio de ideas, que favorezcan la autonomía del estudiante y actitudes activas en
su propia formación. El trabajo cooperativo dentro y fuera del aula también favorece
la mediación, siempre y cuando se entienda como una labor de corresponsabilidad,
donde cada componente del equipo juega un papel importante para alcanzar el ob-
jetivo de las actividades que se promueven bajo esta modalidad.
Otra técnica para favorecer la mediación se encuentra en los principios teóricos
que sustentan el aprendizaje en la experiencia, porque permiten entender las dife-
rencias en las formas de aprender a partir de lo que se conoce y lo que se ha vivido
o está ocurriendo en el contexto próximo del alumnado. Además, aporta valiosa in-
formación para conocer otras vías hacia la solución de problemas de diferente índole
(Canales, 2007).
La integración de nuevos conocimientos, involucra una relación bidireccional en-
tre el docente y dicente, implica alumnos que se conviertan en agentes activos en su
proceso de formación, que se favorezcan las expectativas positivas sobre la capacidad
del alumnado, la interacción entre pares y la percepción de contenidos desde enfo-
ques diferentes.
La mediación del aprendizaje en la educación superior se plantea como un pro-
ceso dialéctico en el que la enseñanza y el aprendizaje constituyen una simbiosis, se
articulan para posibilitar la construcción de experiencias efectivas de aprendizaje y
generan transformación y desarrollo.
Bibliografía