4. LOS COMPONENTES DEL PERFIL EMPRENDEDOR.

AFECTO VISION
DE
FUTURO

PENSAMIENTO COMPORTAMIENTO

El Ser humano en su actuar permanente, involucra tres componentes: pensamiento,

afecto y comportamiento, los cuales conjugados permiten orientarnos hacia proyectar
nuestra visión de futuro.

El PENSAMIENTO es la construcción lógica, articulada de las ideas e imágenes que

sobre el contexto y nuestras acciones desarrollamos. El pensamiento nos permite
construir el mundo que queremos.

El modelo que se presenta en la Figura 3, es una aproximación a ésta iniciativa

emprendedora. Para desarrollar la actitud emprendedora, en primer lugar, se debe
tener una idea de la posterior empresa (Schumpeter, 1934), lo que se refleja en el
componente cognoscitivo. Tal y como lo afirma Bumm (1988), “sus ideas de
negocios reflejan la frescura de la adolescencia, ya que los emprendedores ven al
mundo con ojos de juventud”.

El AFECTO indica el involucramiento que desde nuestros sentimientos generamos hacia

nosotros mismos, nuestros actos y nuestras ideas. Es el motor a través del cual nos
mantenemos en la persistencia por alcanzar nuestras metas y valoramos los logros
obtenidos.

El emprendedor debe anhelar fundar su organización, el componente emocional, o

como lo llaman algunos autores el “deseo de ser independiente y tener autonomía” y
según (McClelland, 1987) éste “deseo dependerá de la valoración que haga de
múltiples factores y circunstancias (tranquilidad, aversión al riesgo, necesidad de
logro, etc.)”.

Actuar o ejecutar, corresponde a nuestro COMPORTAMIENTO, a través de él

concretamos lo que pensamos y sentimos, materializamos nuestras ideas y afectos.

El componente de comportamiento, que influye en gran medida, ya que Herron y

Robinson (1993) encontraron que el comportamiento y las habilidades del empresario
tienen un impacto significativo en el funcionamiento de la empresa. Sin embargo,
autores han indicado que la personalidad también tiene un impacto considerable en la
decisión de lanzamiento y en el comportamiento (Carter, Gartner, y Reynolds, 1996;
Morris, 2003). En tanto que Robinsonet al. (1991) argumenta que las actitudes
personales son los mejores predictores de las tendencias y características
emprendedoras.

En el emprendimiento estos tres componentes se hacen presentes y determinan gran

parte de la posibilidad de que la idea de negocio concebida (pensamiento) se
materialice (acción) como producto de nuestro empeño y entusiasmo (afecto).

Con referencia a la idea de emprender, vale la pena preguntarse:

¿CÓMO ME PIENSO?

Me pienso como una persona emprendedora, porque considero que el conocimiento

que he adquirido, y a la experiencia que he acumulado puede ayudar a otros, se que
hay personas que enfrentan los mismos problemas que yo y quisiera apoyarlos para
que trabajando en equipo salgamos adelante, y así lograr nuestras metas y objetivos
juntos. Entiendo que lo mejor que puedo hacer por los demás es llevar un poco de
felicidad a otros. Estoy dispuesto a capacitarme más, a esforzarme mas a sacrificar un
poco de lo mío, si con eso logro que los demás también cumplan sus sueños y sean
felices. Entiendo que estamos en un mundo para ayudarnos los unos a otros y no para
competir.

¿CÓMO ME SIENTO?

Siento que en estos últimos meses muchas cosas han cambiado en mi vida. Han
cambiado porque yo también he cambiado. Me siento real, que está en coherencia lo
que siento, hago y pienso, me siento auténtico, tranquilo y libre. Me quiero a mí
mismo. ¡Nunca pensé que lograría lo que he logrado hasta ahora pero aquí estoy!
Siento que me valoro, puede que me falten pulir ciertos aspectos, pero en general es
así, que estoy bien conmigo mismo, que me acepto, que acepto mis defectos igual que
puedo reconocer mis puntos fuertes.

¿CÓMO ACTUO?

Actuó con mi pensamiento orientado al éxito y optimismo. De una manera disciplinada

y acorde con lo que digo y hago, buscando siempre mejorar mis conocimientos y
aptitudes. Todo esto enfocado especialmente en cumplir mis sueños e ideales como
persona. Y siempre actuando con perseverancia y coraje, aceptando los problemas y
tomando las oportunidades que se me presentan.