Está en la página 1de 16

COMIDA CHATARRA

Lo que necesitas saber

La alimentación es un conjunto de acciones por medio de los cuales se le


proporcionan alimentos al organismo. Los alimentos proveen sustancias que
denominamos nutrientes los cuales necesitamos para el mantenimiento de la
salud y la prevención de enfermedades.

Desde niños nos enseñan a comer una buena comida en casa junto a
familiares, el Desayuno, el Almuerzo, y la Cena todos parte fundamental de los
buenos hábitos alimenticios, además de una balanceada nutrición para el
cuerpo, es notable, que cuando entramos al Kínder algunos todavía
desayunamos en casa otros cambian un poco el desayuno en casa por la
"lonchera" que nuestros padres nos dan,

Después en la primaria debido al tiempo se nos hace más difícil el desayuno


así que optamos por la lonchera o en algunos casos dinero en el bolsillo para
comprar en la cantina, luego en el bachillerato, aparte del desayuno también
nos vemos obligados a cambiar el almuerzo por el comedor del liceo que muy
poco tiene que dar o en su defecto correr la hora del almuerzo más tarde por
cuestiones de horario un punto más a favor de perder el habito.
Después de esto, entramos a la universidad o al campo laboral y aquí es donde
se nos complica más, la mayoría de las personas en este caso nosotros
estudiantes, nos vemos obligados a cambiar la comida en casa por la "comida
chatarra", por el "factor tiempo".

Un estudio realizado por la Secretaría de Salud Pública durante el año pasado


demostró, que el 90% de los jóvenes estudiantes compra la merienda en el
kiosco o cantina escolar, y que la mayoría consume comida chatarra.

El estudio se hizo entre alumnos de 6 a 18 años. Participaron un médico


nutricionista, dos especialistas en nutrición y seis promotores de Salud
Municipal.
Los resultados fueron evidentes: un 92% de los encuestados consumía
productos del kiosco. De ellos, el 79% tomaba gaseosas entre tres y cinco
veces por semana. ¿Pero cómo nos afecta esto a nosotros y como poder
evitarla?

La comida rápida, comida de la calle o comida chatarra como queramos


llamarle, causa diversos desordenes en nuestros organismos además de no
darnos las vitaminas y minerales necesarias para nuestro cuerpo, de acuerdo a
la tabla nutricional, las comidas chatarras sólo aportan hidratos de carbono y
grasas.

Los análisis muestran que la comida chatarra es rica en grasas


-particularmente saturadas- en densidad energética y en fructosa, mientras que
es escasa en fibras, vitaminas A, C y calcio.
Una comida rápida típica contiene mil 400 calorías, que se desglosan en 85%
del aporte de grasa diaria recomendada, 73% de la grasa saturada
recomendada, pero sólo el 40% de fibras diarias recomendadas y 30% del
calcio recomendado.

Hoy en día la comida chatarra está más que popularizada y es culpable de la


falta de apetito en muchas personas, según la nutricionista Rosa Álvarez de la
universidad de las Américas, advierte que la situación de alimentación entre los
jóvenes es muy preocupante, ya que ellos son capaces de tomar decisiones y
elegir libremente qué comer, sin mucha supervisión de los padres para quienes
es más "cómodo" darles dinero y listo.
Pero según la experta una dieta poco equilibrada puede tener nefastas
consecuencias en los jóvenes y afectar directamente en los resultados
académicos.

Es así como se ha registrado un aumento en los niveles de colesterol que


exhiben los menores, de acuerdo al Programa del Adolescente que se ejecuta
en Salud Primaria. Además, de este problema, afirmó la especialista, también
se pueden generar cuadros de Anemia, bulimia y anorexia que se expresan en
decaimiento, falta de apetito y dolores de cabeza.

Por esta razón, debemos ser un poco más conscientes de lo que comemos, la
comida chatarra no solo nos trae problemas digestivos y de nutrición sino
También pueden causar terribles enfermedades a la larga, los Especialistas del
Centro Nacional de Nutrición (CENAN) del Ministerio de Salud (MINSA)
alertaron que el excesivo consumo de la "comida chatarra", está causando el
incremento de sobrepeso, obesidad, y otras enfermedades como la
hipertensión arterial, diabetes y el cáncer, especialmente de colon.

Esto podríamos evitarlo comiendo balanceadamente una variedad de


alimentos, consumir sales, grasas y azucares en pocas cantidades, y además
tener una buena dieta con diferentes proteínas y minerales que el cuerpo
necesita.

A todas estas, quizás el hambre también es la culpable de todo este cambio, ya


que la comida chatarra no logra compensar totalmente la sensación de hambre.
Esto se debe, al menos en parte, a la escasez de fibras, ya que se observó que
los alimentos ricos en fibras producen mayor saciedad y sensación de llenado
gástrico.

La comida chatarra al ser la más rápida en el momento para nosotros debido al


"Tiempo" que nos llevaría comer en casa, por las clases u horarios de trabajo o
bien el gasto y pérdida de tiempo en un restaurant , pues entonces, comemos
algo rápido: un Perro caliente, un Tequeño, un Sándwich, un Pastelito o hasta
Chisee trees, Pepito, Rufles, Doritos, etc.

Podrían ser una solución para aguantar o para quitar el hambre, pero además
de estos, tenemos también las comidas rápidas como: el Mc donald’s,
Wendy’s, Arturo’s, Burger king y otras. Que si bien es "comida chatarra" nos
brindan una opción rápida para aliviar el hambre sin ver las consecuencias que
esta nos trae.

En conclusión luego de ver los diferentes puntos de vista planteados nos


percatamos entonces, que quizás una de las razones por las cuales
cambiamos el metal por el plástico y dejamos la comida de casa, cambiándola
sin otra opción a la comida chatarra, se debe al factor "Tiempo" en el que
vivimos en la actualidad, ya que la sociedad nos obliga a darle prioridad a otras
cosas como estudio y trabajo, antes de dársela a la comida,

Pongamos un ejemplo: cuando somos niños nuestras madres normalmente nos


forman un habito alimenticio en el que comemos a las 9 de la mañana nuestro
desayuno, a las 12 pm el almuerzo y a las 6 pm la cena ( suponiendo que
nuestra madre no trabaja) luego, comenzamos a estudiar la primaria donde nos
tenemos que parar temprano y como normalmente desayunamos a las 9
entonces, optamos por no comer en casa, por lo contrario, comemos en la
cantina o comemos de la lonchera suponiendo entonces que el recreo es alas
9am, si es así, no variaría mucho nuestro habito pero ¿que pasa?

Igual cuando nos vamos haciendo más grandes en la primaria ya no nos


mandan la lonchera y comemos más que nada en la cantina, donde
probablemente hay mucha comida chatarra que para los niños es la preferida,
a pesar, de que perderíamos el habito de desayunar en la mañana seguiríamos
con el habito del almuerzo en casa, con la probabilidad de que se posponga de
1 a 2 horas, ya vendríamos comiendo como a la 1 o 2 de la tarde en lugar de
las 12 como era la costumbre, luego entramos a bachillerato donde el habito de
la comida chatarra no se pierde, por lo contrario se acentúa pues nuestros
padres nos dan más libertad de escoger lo que queremos comer.

Luego de terminar el bachillerato, entramos a la universidad donde el hábito se


podría decir que desaparece por completo, ya que a diferencia del colegio no
tenemos un control sobre el horario que llevamos por las exigencias
académicas, así pues, no comemos el desayuno en casa, el almuerzo es muy
poco probable y la cena la damos por olvidada.

Es aquí donde se marca la diferencia de los hábitos de cuando teníamos 6


años a cuando somos mayores, aproximadamente entre 17 y 20 años.
Este ejemplo nos hace ver que no es un secreto para nadie que desde
pequeños a medida que vamos creciendo hasta pasar a nuestra etapa adulta,
nuestro ritmo de vida se va incrementando poco a poco y los horarios nos van
ajetreando, lo que nos trae como consecuencia un desorden alimenticio y la
necesidad de la comida chatarra, porque si bien estamos hablando que
llevamos un ritmo de vida más acelerado, entonces pensamos en un comida
más acelerada que se ajuste a nuestro horario, por esa razón recurrimos a la
comida chatarra porque cuando tenemos hambre, pensamos en comer mas no,
en lo que estamos comiendo ya que lo importante para muchos es quizás,
llegar temprano a clase o al trabajo así que, si bien sabemos, lo bueno que es
una sana alimentación en casa, los estudios, los horarios y el trabajo; nos
obligan a cambiar eso por algo rápido y sencillo.

Fuente

¿De qué manera la comida chatarra predispone al síndrome metabólico?


Comentario y resumen objetivo: Dr. Ricardo Ferreira.

La comida chatarra (CC) o “fast food”, definida por el Departamento de


Agricultura de los Estados Unidos como “comida adquirida en autoservicios o
kioscos al paso”, ha crecido enormemente en popularidad desde su humilde
origen por la década del 30 en los puestos callejeros de hamburguesas en
California (figura 1). La CC tiende a ser rica en grasas, con alta densidad
energética, y pobre en micronutrientes y fibras.
La expansión del consumo de CC se asocia con el crecimiento de la obesidad
que ya adquirió la característica de una epidemia. Este artículo analiza los
mecanismos mediante los cuales la CC contribuye a la obesidad.

Epidemiología de la obesidad y la tendencia al consumo de CC


La figura 2 muestra el aumento de obesidad en la población infantil y adulta en
los últimos 40 años en los Estados Unidos, según cifras del National Health and
Nutrition Examination Survey (NHANES). Se considera obeso al adulto cuando
su índice de masa corporal (IMC) es >30 kg/m2 y al niño cuando el IMC es
mayor del percentil 95 para la edad. La figura 2 también muestra el aumento
del consumo de CC durante el mismo período.

Figura 2. Variaciones en porcentaje de la obesidad en niños y adultos y


consumo de CC entre 1960 y 2000.
El consumo de bebidas azucaradas también aumentó en forma considerable en
las últimas 3 décadas desde un 61,4% en 1977 hasta un 76% en 1996. Como
se verá después, estas bebidas tienen un alto contenido de fructosa que sigue
vías metabólicas que predisponen a la obesidad y al síndrome metabólico.

Otra patología en expansión es la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) que se ha


más que duplicado entre 1980 y 2002 y se supone que volverá a duplicarse
para 2050. Mientras tanto, la frecuencia de la DMT2 aumentó casi 10 veces en
la población infantil y constituye el 30% de los nuevos casos de diabetes
diagnosticadas entre los 11 y los 18 años de edad.

La DMT2, la obesidad y la resistencia a la insulina

La DMT2 se caracteriza por una resistencia periférica a la insulina, con


eventual insuficiencia de las células beta. La obesidad y la DMT2 están
inexorablemente vinculadas puesto que el 46% de los adultos con DMT2 tienen
un IMC >30 kg/m2. La resistencia a la insulina (RI) apuntala al síndrome
metabólico que afecta entre el 20% y el 25% de la población adulta de los
Estados Unidos.
La RI es muy dependiente de la obesidad. Los ácidos grasos libres podrían ser
uno de los mecanismos que vinculan a estas dos entidades, ya que valores
altos de ácidos grasos libres liberados por los adipocitos promueven la RI en el
hígado y en el músculo, un fenómeno conocido como lipotoxicidad.

La hormona adiponectina derivada de los adipocitos y que aumenta la


sensibilidad a la insulina constituye una segunda conexión entre la obesidad y
la RI. Los obesos segregan menos adiponectina que las personas delgadas,
mientras que la pérdida de peso restablece la adiponectina a los valores
normales. Además, los adipocitos son inmunológicamente activos y segregan
diversas citokinas (factor de necrosis tumoral alfa, IL-6, IL-1beta, etc) que
inducen RI y se correlacionan con el síndrome metabólico.
El papel del sistema nervioso central en la regulación del balance
energético

En el sistema nervioso central (SNC), el hipotálamo dirige el control


neuroendocrino del balance energético en una vía compleja que incluye
señales aferentes, señales de transducción en el núcleo periventricular y en el
área hipotalámica. También hay señales eferentes hacia otras regiones del
hipotálamo, el sistema límbico y las vísceras que modifican la captación y el
gasto de energía.

La región ventromedial del hipotálamo recibe señales aferentes hormonales y


nerviosas relacionadas con el balance energético, los depósitos de grasa y la
saciedad. Las señales aferentes más importantes son la insulina, la leptina y
varias hormonas derivadas del intestino. Según el estado nutricional, la región
ventromedial del hipotálamo transduce señales proanorexígenas o
antianorexígenas. Las principales vías eferentes relacionadas con el gasto de
energía pertenecen al sistema nervioso simpático y las relacionadas con la
acumulación de energía, pertenecen al sistema nervioso parasimpático. La
insulina participa de ambos sistemas y poder develar su doble actividad aporta
una información valiosa en la patogénesis de la obesidad.

La vía aferente

La secreción de ghrelina por parte de las células tipo A del estómago aumenta
durante el ayuno, alcanza un pico cuando comienza el ingreso del alimento y
luego decae. La ghrelina, considerada la hormona del hambre, se une en el
hipotálamo al receptor secretagogo de la hormona de crecimiento para
aumentar el apetito y el consumo de alimentos.

La leptina es una señal aferente en el balance energético y es secretada por


los adipocitos en respuesta a la acumulación de energía, bajo el control de la
insulina y los glucocorticoides. Los niveles circulantes de leptina se
correlacionan con el porcentaje de grasa corporal y por lo tanto transmiten
información al hipotálamo sobre las reservas a largo plazo de energía. La
disminución de la leptina es interpretada por el hipotálamo como “desnutrición”
y esto genera respuestas de adaptación que aumentan el apetito y reducen el
gasto energético de reposo. A la inversa, el aumento de leptina reduce la curva
de ingreso de alimentos y aumenta la actividad del sistema nervioso autónomo
produciendo un aumento del gasto energético.

La insulina como señal aferente

La insulina también desempeña una función clave en el control del apetito y el


ingreso de alimentos. Además de su bien conocida función en la depuración y
utilización de la glucosa, la insulina participa en las vías aferentes y eferentes
del hipotálamo, donde controla el ingreso de energía y en el sistema límbico
donde influye sobre la respuesta placentera ante los alimentos.
Mientras que la insulina maneja la acumulación de energía en los depósitos,
como el hígado, el tejido adiposo y el músculo, en el SNC, esta hormona tiende
a disminuir el ingreso de energía. Esto no constituye una paradoja sino más
bien una forma elegante de retroalimentación negativa. Cuando abundan los
depósitos de energía, los valores circulantes de insulina tienden a ser elevados
produciendo una disminución del comportamiento que se manifiesta en una
menor necesidad de comer y un menor placer y satisfacción ante los alimentos.

Vías eferentes vagales y del sistema simpático

El sistema parasimpático afecta el balance energético a través de señales que


se proyectan desde el hipotálamo hacia el núcleo dorsal motor del vago, que a
su vez inerva las vísceras, incluyendo las células beta del páncreas donde
estimula la secreción de insulina en respuesta a una carga de glucosa.
En el hígado, la insulina reduce la producción de glucosa (por inhibición de la
glucogenólisis y la gluconeogénesis) y aumenta la conversión de glucosa en
glucógeno. La insulina es el único mecanismo mediante el cual se produce la
lipogénesis en el adipocito.
Por su parte, el sistema nervioso simpático moviliza los depósitos de energía
mediante las catecolaminas y la hormona TSH.

El SNC en la obesidad

La obesidad es un estado en el cual las vías de retroalimentación negativas de


la insulina y la leptina son ineficaces. El SNC resiste el efecto regulador de la
insulina y la leptina, de tal manera que el apetito no se reduce y el peso
aumenta a pesar de depósitos de energía adecuados. Si bien los niveles
circulantes de leptina y de insulina están elevados en la obesidad, se produce
una interrupción de las señales de saciedad que dependen de estas hormonas
y esto produce una falsa sensación de falta de alimento.

Composición de la CC (Comida chatarra)

Los análisis bromatológicos muestran que la CC es rica en grasas,


particularmente saturadas, rica en densidad energética y en fructosa, mientras
que es escasa en fibras, vitaminas A y C y calcio. Una CC típica contiene 1400
kcal, 85% del aporte de grasa diaria recomendada, 73% de la grasa saturada
recomendada, pero sólo el 40% de fibras diarias recomendadas y un 30% del
calcio recomendado.

La conexión entre la CC con la resistencia a la insulina del SNC

La densidad energética se define como “el contenido de energía por unidad de


peso de alimento.” La CC, rica en grasas, escasa en fibras y acompañada por
bebidas azucaradas, tiende a una elevada densidad energética. La densidad
energética se vincula con la obesidad por diversos mecanismos. En primer
lugar, los alimentos con alta densidad energética interfieren con los sistemas
del control del apetito. Si bien hay una tendencia a reducir el ingreso inmediato
de alimentos tras el aporte de CC, no se logra compensar totalmente la
sensación de hambre y se produce un exceso de consumo de alimentos. Esto
se debe, al menos en parte, a la escasez de fibras, ya que se observó que los
alimentos ricos en fibras producen mayor saciedad y sensación de llenado
gástrico.

En segundo lugar, los seres humanos no disminuyen la regulación a largo


plazo del ingreso de energía para compensar un alto ingreso de alimentos en el
corto plazo.
En tercer lugar, la combinación de un exceso de grasas con bebidas ricas en
fructosa, como ocurre en la CC, exagera la respuesta a la insulina y promueve
un mayor aumento de peso. La RI y la hiperinsulinemia están más relacionadas
con las grasas saturadas que con las insaturadas.
Por último, la CC tiende a contener menos calcio que otros alimentos. Estudios
epidemiológicos recientes relacionaron la falta de calcio y de productos lácteos
con la obesidad y la RI.

CC, índice glucémico y carga de glucemia

En general, la CC contiene hidratos de carbono altamente refinados y escasa


fibra en proporción mayor que otras comidas, lo cual aumenta el índice
glucémico. El índice glucémico es una clasificación de los alimentos, basada en
la respuesta postprandial de la glucosa sanguínea, en relación con un alimento
de referencia (en este caso, la glucosa). El índice glucémico de un alimento
depende de la longitud de su cadena de polisacáridos, su contenido en fibra y
su contenido en hidratos de carbono refinados. Los hidratos de carbono
refinados son aquellos que han sido procesados comercialmente y han perdido
contenido en fibras y vitaminas. El azúcar de mesa, por ejemplo, es una
refinación del azúcar natural que es negro.

La carga de glucosa, está definida como el índice glucémico de un alimento


multiplicado por el porcentaje de energía en forma de hidratos de carbono y
constituye un indicador global de la demanda de insulina.
Una comida que produce un índice glucémico elevado, genera mayores valores
de glucemia que una comida con bajo índice glucémico y esto produce un
aumento de la secreción de insulina por las células beta. Las consecuencias
metabólicas de las comidas con alto índice glucémico se extienden más allá del
período posprandial inmediato. La comida con alto índice glucémico es
rápidamente depurada por la respuesta de insulina, pero esta producción de
insulina continúa, promoviendo a menudo una hipoglucemia relativa entre 4 y 6
horas después de la ingestión del alimento con lo que aumenta el ingreso de
calorías en la comida siguiente. El índice glucémico de la dieta está relacionado
con la obesidad y con el riesgo de DMT2.

La CC como fuente de fructosa

El edulcorante más empleado es el azúcar común que contiene 50% de


fructosa y 50% de glucosa. El creciente consumo de fructosa es en cierta
medida responsable del aumento de obesidad y de DMT2 en los países
desarrollados.
El metabolismo de la fructosa se diferencia de otros monosacáridos como la
glucosa porque modifica la dinámica de la insulina y aumenta el riesgo de
obesidad. La fructosa es absorbida en el intestino por el transportador GLUT5 y
por vía del sistema porta es captada por los receptores del hígado. Allí la
fructosa es convertida en fructosa-1-fosfato y entra en el ciclo glucolítico
salteando los principales pasos reguladores de la glucólisis que son
controlados por la fosfofructokinasa. Esta enzima responde a cambios en los
depósitos de glucosa y a los productos de la glucólisis, por lo tanto ejerce un
fuerte control sobre el metabolismo de la glucosa, no así sobre la fructosa que
ingresa al ciclo glucolítico sin ninguna regulación. Esto genera la acumulación
de intermediarios de la glucólisis que son convertidos a glicerol y acetil-
coenzima A antes de ser sintetizados en ácidos grasos, lipoproteínas de muy
baja densidad y triglicéridos.

La ingestión de fructosa no suprime la producción de ghrelina, probablemente


porque la fructosa no estimula la secreción de insulina. La falta de insulina a su
vez reduce la producción de leptina que afecta negativamente al SNC sobre la
percepción de los depósitos de energía. Por todos estos mecanismos la
fructosa predispone a la obesidad y a la DMT2.

Aspectos destacados

¿Qué se conocía del tema?

En las últimas décadas se ha producido un estallido epidémico de obesidad,


síndrome metabólico y DMT2. También se ha observado un aumento
sustancial en el consumo de CC. Diversas líneas de investigación consideran
que existe una relación entre la CC y estas patologías

¿Qué aporta el estudio?

Algunas de las características de la CC incluyendo su alto índice glucémico, su


composición de ácidos grasos, su pobreza en fibras y el exceso de fructosa,
promueven hiperinsulinemia a través de diversos mecanismos neurohumorales.

La hiperinsulinemia es el iniciador de la RI en el SNC y esto puede ser en parte


responsable de la resistencia a la leptina. Estos fenómenos reducen el gasto
energético debido a que el SNC lo interpreta como un nivel inadecuado de
leptina.
¿Cómo se vincula a la práctica?

La CC debe ser considerada como el principal agente etiológico en la génesis


de la epidemia de obesidad.
El médico, dietólogo o nutricionista debe indagar cuidadosamente si su
paciente obeso, con DMT2, o con síndrome metabólico, consume CC y en que
magnitud.
A partir de allí se deberá encarar un programa enfocado a eliminar la CC de la
alimentación del paciente.

LA VERDAD SOBRE McDONALDS

Cada vez que vas a McDonald's estás ayudando a destruir este planeta

McDonald's y Burger King son 2 de las muchas compañías norteamericanas


que usan sustancias venenosas para destruir grandes áreas de la selva tropical
de Centroamérica, con el fin de crear terrenos de pastoreo para el ganado y
proveer materiales necesarios para sus envases de comida rápida. 800 millas
cuadradas de selva se necesitan para cubrir su demanda anual de papel. Cada
año un área del tamaño de Gran Bretaña es destruida en la selva tropical. Ese
proceso causa al menos la extinción de una especie animal, planta o insecto
cada hora. Para producir 1 kilo de carne, se necesitan al menos 10 kilos de
grano. Esto provoca un desperdicio de más de 100 millones de toneladas de
grano por año,
que equivalen a 20 billones de dólares. Se calcula que con esa cantidad de
dinero se podría alimentar vestir y dar habitación a la población de todo el
mundo en 1 año.

Cada vez que vas a Mc Donald's estás fomentando la crueldad hacia los
animales: Además de ser peligroso para la salud, el consumo de carne lleva
consigo el maltrato y asesinato de millones de animales cada año, matanza en
la cual empresas como McDonald's (que vende hamburguesas todos los días
en más de 40 países) tienen una responsabilidad primordial. Estos animales
viven toda su vida en condiciones absolutamente artificiales, sin acceso a aire
fresco, luz solar ni libertad de movimiento. Diversos reportes han señalado que
los métodos de muerte, como la electrocución, golpes, cuchillos y otros
supuestamente "humanos", son frecuentemente ineficientes
y producen una muerte lenta y dolorosa.

Cada vez que vas a McDonald's estás destruyendo tu salud:


Al ir a McDonald's mantienes una dieta alta en grasa, azúcar, productos
animales y sal (sodio) y baja en fibras, vitaminas y minerales. Promocionada
como "comida rápida". En realidad es "comida basura ", diseñada para ir,
comer y volver rápido en un ritual consumista que trata de ocultar la pésima
calidad de la comida que se sirve. Las hamburguesas tienen un 48% de agua y
las lechugas que sirven están tratadas con 11 diferentes tipos de químicos para
mantenerlas verdes y crujientes por más tiempo. De todos los incidentes de
contaminación de alimentos,un 70% corresponde a la carne. En los mataderos,
la carne puede contaminarse con los contenidos viscerales, estiércol y orina,
provocando infecciones bacterianas. Para contrarrestar esa posibilidad, se
inyectan enormes dosis de antibióticos a los
animales, lo que junto con el uso de hormonas de crecimiento, generan una
amenaza seria para los consumidores habituales de carne.

McDonald's utiliza una estrategia publicitaria que se aprovecha de los niños:


Las técnicas publicitarias de McDonald's están orientadas cuidadosamente al
público infantil, fácilmente impresionable. Con sus llamativos colores y
ambiente de circo se impulsa a los niños a entrar, lo que constituye una presión
enorme para los padres, presión con la que McDonald's cuenta para asegurar
sus ganancias. De esta forma se utiliza a los niños como cómplices inocentes
de esta destructiva industria.

McDonald's es el símbolo del imperialismo económico y la Sobre explotación:


Esta empresa es dueña de enormes extensiones de terreno en países
delTercer Mundo. Mientras en sus granjas el ganado engorda, a pocos
kilómetros la gente sufre hambre y miseria. Como toda buena empresa
multinacional McDonald's se asegura de gastar lo mínimo en salarios. Para ello
se aprovecha de las minorías
étnicas, el trabajo a tiempo parcial, el empleo de menores de edad y de
personal que no necesita calificación ni entrenamiento. Además, en sus
estatutos se prohibe la formación de sindicatos.

Casi todo lo dicho aquí de McDonald's es aplicable a otras multinacionales del


negocio de la comida rápida, como Burger King y Kentucky Fried Chicken.
Todas ellas son el rostro patético de un sistema económico que subordina
todos los aspectos de la vida humana a la obtención de ganancias sin ninguna
preocupación por las personas, los animales y el medio ambiente.

De ti depende ser cómplice o no de este irracional proceso de destrucción. Los


medios están a tu alcance, pues tu puedes organizarte para difundir ideas y
actuar. McDONALDS ES CRUEL

"¡Mc Donalds es cruel!" afirmó un juez inglés tras confirmar junto con un grupo
de activistas que la cadena de hamburguesas más grande que hay, es
responsable del maltrato que sufren cerdos y pollos dentro de sus granjas.
Testigos declararon que los pollos con los cuales se hacen los "Nuggets" son
alimentados de tal forma que engordan tanto patas y no pueden sostenerse por
sí mismos. Son amontonados en espacios tan reducidos que no tienen siquiera
el espacio equivalente a media hoja de papel. Enfermedades como ataques al
corazón, afecciones respiratorias entre otras, son bastante comunes. Los
huevos con los que preparan los "huevos McMuffin", vienen de gallinas
hacinadas en jaulas super diminutas que forman filas interminables con miles
de aves que no pueden estirar un ala o pararse en un terreno plano, ya que las
jaulas están hechas de alambre. El traslado a sus rastros es tan inhumano que
una tercera parte de todas estas aves llega con las patas fracturadas. Mc
Donalds también cría cerdos en espacios tan pequeños que el animal no puede
ni siquiera girar sobre su propio eje. (Peta)

También podría gustarte