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DATOS?
CASO DE ESTUDIO
Por ejemplo, si los granjeros cercanos vieran la información de rendimiento de los cultivos,
podrían apurarse por rentar tierras agrícolas, provocando un aumento en la tierra y demás
costos. A otros granjeros les preocupa que los corredores de Wall Street puedan usar los
datos para apostar sobre el contrato de futuros. Si dichas apuestas provocan que los precios
del contrato de futuros disminuya a principios de la temporada de cultivo, podrían exprimir
las ganancias que los granjeros pudieran asegurar para sus cultivos mediante la venta de
futuros.
Todavía no hay ejemplos conocidos públicamente en los que se haya dado un mal uso a la
información de plantación prescriptiva de un granjero. Los funcionarios de
Monsanto y DuPont dicen que las compañías no tienen pla- nes de vender los datos que
recopilan sobre los granjeros. Deere&Co., que trabaja con DuPont y Dow Chemical Co.
para formular recomendaciones de plantación de semillas especializadas con base en los
datos de sus tractores, cosechadoras y demás maquinaria, dice que obtiene el consentimiento
de los clientes antes de compartir sus datos. Kip Tom ha estado probando el sistema de
Monsanto en su granja de más de 20,000 acres cerca de Leesburg, Indiana, por cerca de tres
años. Asegura que no plantaría un solo acre sin ella. Pero vigila de cerca la forma en que los
datos fluyen hacia y desde la maquinaria de su granja. En 2013, el señor Tom desconectó un
cable dentro de una de sus cosechado- ras para evitar que capturara los detalles de su
algoritmo de plantación mientras cosechaba maíz. El fabricante de la cosechadora no
desarrolló esa información, por lo que a Tom no le pareció correcto permitirle el acceso a ella.
Algunos granjeros han discutido sobre la agregación de datos de plantación por su cuenta,
para que puedan decidir qué información vender y a qué precio. Otros granjeros trabajan con
compañías de tecnología más pequeñas que tratan de evitar que los gigantes agrícolas
dominen el negocio de la plantación prescriptiva. Steve Cubbage, propietario de Prime
Meridian LLC en Nevada, Missouri, una de estas compañías pequeñas, dice que la
independencia de su compañía de la maquinaria y la industria química le agrega credibilidad.
Alrededor de 100 granjeros usan el servicio de siembra de precisión de Primer Meridian;
Cubbage espera que esa cifra aumente drásticamente. La compañía está desarrollando un
sistema para almacenar la información de cada granja en un servicio en línea basado en Web
que pueda dar acceso a los concesionarios de las semillas, asesores financieros y demás
externos aprobados por los granjeros. La Federación estadounidense de departamentos
agrícolas, un grupo comercial para los granjeros, ha advertido a sus miembros que las
compañías de semillas que pregonan rendimientos de cultivos más altos gracias a la
plantación prescriptiva tienen un interés particular en persuadir a los granjeros de que
planten más. La Federación también dice que los servicios podrían conducir a los granjeros
a comprar ciertas semillas, aspersores y equipo para sus tierras. La Dirección de granjas ha
sostenido pláticas internas acerca de si el grupo comercial debería establecer sus propios
servidores de computadora como un almacén de datos, pero no se ha llegado a ninguna
decisión. Brian Dunn, que cultiva trigo, maíz y sorgo en 2,500 acres cerca de St. John,
Kansas, cree que las compañías grandes pueden ayudar en el corto plazo, pero se muestra
escéptico en el largo plazo. Usa el servicio Prime Meridian.
En un movimiento para calmar las preocupaciones de los granjeros, Monsanto dijo en una
ocasión que respaldaba los estándares a nivel industrial para administra la información
recolectada de los campos. La compañía busca crear un almacén de datos gratuito en línea a
donde los granjeros puedan enviar información variada, desde rendimientos de los cultivos
hasta fechas de plantación. Monsanto dice que no podría acceder a los datos sin el per- miso
de los granjeros.
Una razón de las sospechas arraigadas entre algunos granjeros es la de un aumento repentino
en los precios de las semillas debido a que las compañías más grandes aumentaron su
participación en el mercado durante los últimos 15 años, en gran parte mediante
adquisiciones. Monsanto y DuPont venden ahora el 70% de toda la semilla de maíz en
Estados Unidos. En 2013 los granjeros pagaron alrededor de $118 por acre por semilla de
maíz, un aumento del 166% en comparación con el costo ajustado por la inflación de $45
por acre en 2005, según las estimaciones de la Purdue University. Las compañías de venta
de semillas dicen que los precios más altos reflejan los beneficios de usar sus semillas
genéticamente modificadas, que incluyen mayores cultivos y más resistencia a insectos y
herbicidas, lo cual ha ayudado a reducir el uso de pesticidas dañinos.