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Poesía Argentina y Latinoamericana I.

2021
Comisiones 1 y 3: Fernando Murat

Sor Juana Inés de la Cruz: Primero Sueño


(Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana: 1648-1695)

Clase 1

Nota: Los anexos son hipótesis de trabajo que dejamos en funcionamiento por afuera
de la estructura de la clase para que generen lecturas, otros recorridos, notas al pie o se
incorporen como suplementos.

Anexo 1

La Tierra y el Cielo
A partir de la lectura de las cartas, en especial de la Respuesta a sor Filotea
de la Cruz, del vínculo que pudimos establecer entre ese texto y el poema que
nos ocupa, Primero Sueño, tenemos en este anexo dos citas que pueden
ampliar esos sistemas y ratificar, desviar o provocar nuevos marcos de lectura.

Escribe el obispo de Puebla


Manuel Fernández de la Cruz (sor Filotea):

“No es poco el tiempo que   ha empleado vuestra merced en estas ciencias
curiosas; pase ya, como el gran Boecio, a las provechosas, juntando a las
sutilezas de la naturaleza, la utilidad de una filosofía moral. Lástima es que un
tan gran entendimiento de tal manera se abata a las rateras noticias de la tierra
que no desee penetrar lo que pasa en el Cielo”.

 Observemos lo siguiente: el obispo de Puebla le reclama a sor Juana que


deje los asuntos de la tierra y pase al Cielo, pero el pase al Cielo es del
orden de una filosofía moral que deja los asuntos de la tierra y los asuntos
de la tierra son los géneros y la política, la literatura, las ciencias curiosas.
Le pide que deje la ciencia de las curiosas y pase a un orden moral.
1
 Este texto está en el marco del conjunto de cartas que se incluyen en lo que
llamamos la cadena del quinquenio y explicita este régimen de
disciplinamiento que va a provocar todo el sistema táctico y estratégico de
sor Juana, que vemos en las cartas, pero también en Primero Sueño y el
resto de su obra poética.

 Todo el sistema de la Respuesta a sor Filotea parece organizado en este


párrafo: la ciencia de las curiosas, que no se desentiende de los asuntos del
Cielo, pero se queda en los asuntos de la tierra, debate los géneros, la
política y las figuras que le permiten las formas de intervención, y separa
además los asuntos del Cielo de los asuntos de los políticos que toman la
palabra del Cielo.

Carta de 1682 de sor Juana


al confesor jesuita Antonio Núñez de Miranda:

1. “¿Qué precisión ay en que esta salvación mia sea por medio de V.R.? ¿No
podrá ser por otro? ¿Restringióse y limitóse la misericordia de Dios a un
hombre, aunque sea tan discreto, tan docto y tan santo como V.R.? No por
cierto, ni hasta aora he tenido yo luz particular ni inspiración del Senor que assí
me lo ordene. Conque podré gobernarme con las reglas generales de la Sancta
Madre Iglesia mientras el Senor no me da luz de que haga otra cosa, y elexir
libremente padre espiritual el que yo quisiere”.

2. "¿quál era el dominio directo que tenía V.R. para disponer de mi persona y
del alvedrío ... que Dios me dio?”

 Desde aquí y tomando las citas de la Carta de 1682 podemos ver dos
problemas centrales que integran la interpelación de sor Juana al orden
teologal: el problema de la mediación (los que toman la palabra del Cielo:
los confesores) y el problema de la distribución de los reinos y de los
bienes políticos, morales y jurídicos (y en esto realiza una lectura radical
del capítulo de los Evangelios sobre la división de los reinos, donde leemos
la sentencia Al César lo que es del César, a Dios lo que es Dios: Mateo 22,
15-21; Marcos 12, 13-17; Lucas 20, 20-26).

2
 Estos dos problemas van a estar en el centro de lo que vamos a llamar en
Primero Sueño el valor político del sueño y en este caso sor Juana se
encomienda de este modo: a Dios por encima de los hombres, pero por
encima de un hombre, y entonces divide los reinos. Lo que Dios me dio, el
César no me lo quita.

 Dios, entonces, sostiene sor Juana en su interpelación, le dio el albedrío, y


entre ese don y ella no hay intermediación. El albedrío que Dios le dio no
está rentado por los hombres ni depende de su economía (ni de sus
marcos jurídicos, políticos y morales).

 Y observen que define además límites y proporciones (como en el


poema): usted, le dice al confesor, no es el límite de la misericordia de
Dios. Por lo tanto, y esto es clave, se encomienda a otro gobierno, se separa
de la restricción y pasa a la libre elección, que significa, en verdad,
quebrar la sujeción política, el dominio directo, el régimen de
propiedad del confesor.

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